La Virgen Negra de Montcada.
La Virgen Negra de Montcada.
La Virgen Negra de Montcada.
La virgen negra que más resonancia tiene a día de hoy es la del antiguo Mons Serratus de los
romanos siendo conocida como: La Moreneta. Esta, como marca la tradición fue encotrada en
una cueva donde se edificaría una pequeña ermita para su veneración.
Los oscuros orígenes de forma iconográfica y simbólica de las diversas Vírgenes Negras se
encuentran fuera de Europa, y fue entre los siglos XI y XII cuando comenzaron a aparecer
siempre asociadas a la acción de la Orden del Temple, inicialmente en tierras galas. Con el auge
de la Orden proliferaron en Francia unas estatuillas de la llamada “Notre Dame” (“Nuestra
Dama”), nombre con el cual se hacía referencia a María (Virgen María). Todas estas imágenes
primigenias tuvieron un mismo patrón, rasgos y factura tomadas de una base común sobre la
Isis egipcia quien sostenía a su hijo Osiris sobre sus rodillas.
“Las imágenes “originales” de la Virgen Negra aparecen bajo la égida de Hugo de Cluny y
cuando San Bernardo y los templarios irrumpen en escena” Ramón Hervas
El nombre Montcada va ligado a su “turó” o montaña, y este, dio nombre al inicio de un linaje:
Los Montcada y a su castillo.
El primer dato documental sobre este topónimo nos lleva al año 986 d.c de este modo: “…al
Ripoll, a prop de Montecatano” (Cart. St. Cugat, doc. 148) y, el primer aporte sobre el Castrum
de Montekandano es datado el 11 de octubre de 1043, siendo en aquel momento propiedad de
la condesa de Barcelona, Ermessenda, y reseñado en cesión a su hijo y futuro conde de
Barcelona Berenguer Ramon.
El primer señor de Montcada fue Guillem de Vacarisses quien en el año 1022 es nombrado como
Guillem de Muntanyola para posteriormente, en 1032, como Guillem de Monte Catano. Con la
expansión del feudalismo y el vasallaje los Montcada se convirtieron en un poderoso linaje que
tuvo relación con la Orden del Temple, ejemplo de ello es que en el año 1182, Ramon de
Montcada (hijo), cede al Temple, los derechos, deberes y dominio de sus tierras en Horta de
Sant Joan (Tarragona).
El Castro de Montekatano, como todos los castillos de término se alzaba en lo alto de una
montaña o elevación, estos disponían de alguna capilla para la devoción a la virgen o a algún
santo dentro de sus muros o en un lugar cercano. En el que nos ocupa, se veneraba la imagen
de la Nostra Senyora de la Mare de Déu del castell de Monte Catano, y en sus alrededores de
encontraban varias cuevas: la de Na Guilleuma, la del Castell, la cueva del Ermitaño y la cueva
de la Mare de Déu. Y nos vamos a centar en esta ultima.
Según la leyenda, y de forma similar a practicamente todas las que se refieren a vírgenes negras,
un pastor se encontró en el interior de la cueva una imagen de la Mare de Déu (Madre de dios
o María). Se estima que este lugar fue donde se le dio culto inicialmente a antes de construirse
una capilla próxima al castillo para resguardarla de los sarracenos en su ataque a la ciudad
Condal de Barcelona. Gran parte de las virgenes encontradas en cuevas tienen la característica
de ser de color negro u oscuro, como por ejemplo las de: Montserrat, Arenys de Mar, Puigcerdà,
Nuria, Covadonga o Arantzazu.
La primera mención bajo documento sobre la Mare de Déu de Montcada sale en el testamento
de Berenguer de Monte Scatani en el año 1134, donde como otros señores feudales, fervientes
creyentes todos ellos, dejó como las voluntad que se encendieran velas en su nombre, recuerdo
y alma en dicha capilla.
“De lo dicho, por insinuacion de las Historias antecedentes, solo pueden convencer, que los
Indegetas Españoles, permitieron, que à Osiris, que se fingia Jupiter Sol, se le dedicasen Aras en
Monjuìch; y despues à su Muger Isis, en Moncada, à Venus en Vendrell; a Marte Oron, en
Martorell, y à la Minerva Pallas en Pallas; mas no convencen, que interiormente creyessen los
Indigetas Españoles, y si accion de culto ellos les dieron, no passo los limites del culto humano,
que como à Vice Dioses temporales se debe à los Principes, y Reyes.”
Jacint Laporta en “La Ilustració Catalana, 28 febrero de 1890, núm. 231, a. XI. también nos
aporta lo siguiente sobre otros cultos en la zona:
“Se supone que la iglesia de Santa Eulàlia ya existia a finales del siglo VII y que fue fundada por
Quirze, obispo de Barcelona, en el lugar que ocupaba un templo dedicado a Venus…”
Como hemos mencionado anteriormente, la Virgen o Mare de Déu negra, tiene claras
cognotaciones de ser procedente de las tierra del Nilo, concretamente tomando el simbolismo
de la Isis egipcia. Sabemos, que su expansión fue paralela a los territorios por los que pasó la
Orden de los caballeros del Temple, y en esto último, el Vallès tuvo una conexión más firme,
pues en él encontramos la comanda o encomienda de Collsabadell (Llinars del Vallès), la de Palau
– Solità e innumerables donaciones por señores feudales tanto de Polinyà, Barberà, Mogoda o
Sabadell a su causa.
Tanto el castillo, que a inicios del siglo XX aún conservaba una sólida torre redonda, como el
santuario fueron destruidos en 1917 por la cementera Asland (propietaria de la explotación del
Turó de Montcada), y con ellos se desvaneció de la historia la Isis de Montada.