Holloway - Agrietar El Capitalismo PDF

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Agrietar el capitansmo

El baGar contra el trabajo


año 2011 comenzó con la lucha de la Asamblea Ciudadana de Magallanes
AG·RIETAR
EL CAPITALISMO
>mola expresión del pueblo movilizado en el sur de Chile que logra un
1portante triunfo. En el norte de África se vive un proceso de revolución
:~pular que empezando en Túnez, continuó en Egipto y ahora se centra en
bia. Son rupturas y grietas que se extienden y se profundizan en el résto de
)5 países árabes y hermanan las luchas de diversos continentes. Es el agrie-
use del capitalismo por la fuerza de la insumisión de los pueblos. Es el esta-

El hacar contra al trabajo


ido del volcán, es la visibilización del magma alimentado por la tensión y la
Jcha cotidiana del hacer humano que desea liberarse de la esclavitud del tra-
lajo alienado capitalista en medio del surgimiento de nuevos movimientos
ocia les autónomos que luchan sin líderes ni partidos que los "guíen':
Agrietare/ capita/ismo:el hacer contra el trabajo abreva en todas las luchas
• resistencias, desde las más pequeñas e invisibles hasta las masivas y explo~
.ivas.Trata de aprender de la realidad cotidiana conjugando la teoría crítica
::lel marxismo abierto con su propia praxis social que desafía las formulado~
1es académicas y los textos sagrados del marxismo ortodoxo y descubre a
a gente común como los protagonistas del cambio social.
Esta nueva obra de John Holloway,en el décimo aniversario de la insumí~
sión argentina de 2001,se presenta como un preámbulo más para continuar
reflexionando sobre los caminos del cambio social a la vez que alienta nues~
tra propia participación en él. En ese sentido bien puede ser considerada como
la continuación, o tal como lo dice el propio autor, la hija del libro que la pre-
cedió y que Ediciones Herramienta publicó en 2002, Cambiar el mundo sin
tomar el poder. El significado de la revolución hoy.
Agrietar el ca pita 1ismo
El hacer contra el trabajo
John Holloway

ediciones
r
Agrietar el capitalismo. El hacer contra el trabajo
© 2011 Ediciones Herramienta
fndice
Título original: Crack capitalism Presentación de los editores .............................................................. ........ ix
Traducción del original inglés: Francisco T. Sobrino
Prólogo del autor ....................... ........................................................ ........ xi
Revisión de la traducción: Luciana Ghiotto
Referencias e indexación: Daniel Contartese y María Belén Sopransi Nota de los editores ................................................................................... xiii
Diseño de tapa: Mario a. de Mendoza
Diseño de interior: Gráfica del Parque Parte l. La ruptura
Coordinador de edición: Néstor A. H. López l. Romper, queremos romper. Queremos crear un mundo diferente,
ahora. Nada más común, nada más obvio, nada más sencillo,
Revisión de textos y corrección: Carlos Cuéllar
nada más dificil .................................................................................... 3
2. Nuestro método es el método de la grieta.......................................... 8
Ediciones Herramienta 3. Ya es hora de aprender el nuevo lenguaje de una nueva lucha........ 11
Av. Rivadavia 3272- 1/B- (CI204AAP) Buenos Aires, Argentina
Tel. (+5411) 4982-4146 Parte ll. Las grietas: la antipolítica de la dignidad
4. Las grietas comienzan con un nO¡ a partir del cual crece la dignidad,
Correo electrónico: [email protected]
una negación-y-creación........................................................................ 19
www.herramienta.com.ar 5. Una grieta es la creación perfectamente común de un espacio
o momento en el que afirmamos un modo diferente del hacer ..... 24
Printed in Argentina 6. Las grietas rompen dimensiones, rompen la dimensionalidad ....... 31
Impreso en la Argentina, abril de 2011 7. Las grietas son exploraciones en una antipolítica de la dignidad 44

Parte m. Las~- al borde de la impooibilidad


Todos los derechos reservados 8. La dignidad es nuestra arma en contra de un mundo de destrucción 55
9. Las grietas chocan con la síntesis social del capitalismo ................... 57
Hecho el depósito que marca la ley 11.723 10. Las grietas existen al borde de la imposibilidad, pero existen.
ISBN: 978-987-1505-19-7 Existen en movimiento: la dignidad es una danza ligera ................. 81

Parte IV. El carácter dual del trabajo


11. Las grietas son la revuelta de una forma de hacer contra otra:
La traducción al idioma español de esta obra ha sido financiada parcialmente por el 93
la revuelta del hacer contra el trabajo .............................................. ..
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades "Alfonso Vélez Pliego" de la Bene-
mérita Universidad Autónoma de Puebla (México). 12. La abstracción del hacer en trabajo es el tejido social
en el capitalismo ........................................... ....................................... 98
13. La abstracción del hacer en trabajo es un proceso histórico de
Holloway. John transformación que ha creado la síntesis social del capitalismo:
Agrietar el capitalismo : el hacer contra el trabajo. - 1a. ed. - la acumulación primitiva...................................................................... 113
Buenos Aires : Herramienta, 2011.
336 p. ; 23xl5 cm. Parte V. 'Ii'abajo abstracto: el gran cercamiento
Traducido por: Francisco Sobrino 14. El trabajo abstracto encierra nuestros cuerpos y nuestras mentes... 121
ISBN 978-987-1505-19-7 15. La abstracción del hacer en trabajo es un proceso de personificación,
la creación de máscaras, la formación de la clase obrera ................. 126
l. Ciencias Sociales. 2. Conflictos. l. Sobrino, Francisco, trad.
16. La abstracción del hacer en trabajo es la creación del trabajador
11. Título
CDD 303.6 varón y la dimorfización de la sexualidad........................................... 131

vii

··---------------------"----
.......
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
Presentación de
17. La abstra_cción del hacer en trabajo es la constitución de la naturaleza los editores
18 ~m~ objet:_ ·························································································· 137
·
a straccJOn del hacer en trabajo es la extemalización de nuestro
poder-hacer y la creación del ciudadano, la política y el Estado 143
19. La a~stracción del hacer en trabajo es la homogeneización ..
del uempo ...............................................................
148
20. La abst~cción del hacer en trab~o es la creació~ ~-~--~~--~~~~d~d··:: IS5
21. El tra-~aJo abstracto d~mina: la abstracción del hacer en trabajo es la
creac10n de una totalidad cohesiva regida por leyes sostenidas
por la ~x~lotación del trabajo ............................................................. 160
22. El mov1m1ento obrero es el movimiento del traba·~o a bstracto ......... 167 Este nuevo libro de John Holloway se publica a diez años del
movimiento insumiso que recorrió la Argentina a partir del 2001
Parte VI. La crisis del trabajo abstracto
23. La abstracción no es sólo un proceso del pasado, sino también que aceleró el desarrollo de los movimientos sociales nacidos de
del presente........................................ . las luchas de los años noventa, facilitando el surgimiento de cen-
24. El hacer concreto desborda el trabaj~· ~~~¡~~~~-.-~~¡~~~- .................... 181 tenares de asambleas barriales en las principales ciudades de la
en-contra-y-más--allá del trabaJo abstracto ................ . Argentina y dando un nuevo impulso al desarrollo del movimien-
25. El hacer es la cris1s del trabaJO abstracto 189
................ .. to de fábricas recuperadas por sus trabajadores. En estos diez años
195
26. La irrupción del hacer en contra del trab~~- ~-~~-~;r~j~-~ ..~-~·~~~~~ ese movimiento pasa por una ofensiva gubernamental centrada
mundo de lucha ............................................................................. en la cooptación e institucionalización de esos núcleos, pero pese
216
a ello la insumisión permanece latente y cuando reaparece la
Parte VII. El hacer en contra del trabajo: las melodías experiencia de organización horizontal se hace presente basando
de la revolución intersticial su funcionamiento en la autodeterminadón, en la autonomía,
27. El hacer disuelve la totalidad, la sin tesis el Valor rechazando toda organización verticalista y obviamente a las insti-
223
28. El hacer es el.movimiento de la mulier~scondita ~~·~~;~..¡~-~~~~­ tuciones del Estado, los sindicatos, partidos, etcétera. Esto estaba
Somos la mu/.ier ahscondita
29. El hacer disuelve la homo~~~-~-:~~~~~..d~·¡·~~~~·~·::::::::::::·:::::·:·:·:
233
.. 250
muy nítido en 2001 y de allí que su consigna central y común
fuera el ya famoso: ¡Que se vayan todos!
En aquel marco de movilización social publicamos en julio de
Parte VIn. ¿Un tiempo de nacimiento?
2002 el libro de John, Cambiar el mundo sin tomar el poder, que tuvo
30. Somos las fuerzas de producción: nuestro poder es el poder
del hacer ............................................ . una amplia repercusión porque rechazaba la teoría estadocéntri-
31. Somos la crisis del capitalismo, el no ~~b~~ ;-~¡·::¡~~b~;~~~ . .............. . 269 ca que sostiene que para cambiar el mundo se debe empezar por
tomar del poder.
de _nuestro poder hacer, la irrupción de otro mundo, quizá
274 Los fracasos del socialismo real obligaban a repensar otros
32. DeJemos de hacer el capitalismo ............................ .
33. (Sin título] ... .. .. ......................... . 277 caminos. La aparición del zapatismo en la escena de la lucha de
. ........................................... .... ....... ..... ....... ... .. 287 clases, del feminismo, de la lucha antiglobalización, las experien-
Gracias...... ... ................. ... .... .......... .. ............................... . cias de las movilizaciones de los pueblos de Europa oriental, y
289
muchas otras indicaban que la lucha de los oprimidos no cesaba
Índice analítico ................... .. ......................................... ·················· y abría nuevos rumbos, se formaban y se desarrollaban verdaderas
291
·grietas en el capitalismo. El "caminando-preguntamos", el "man-
Índice de autores ................ . ......................................................................
295 dar-obedeciendo", la horizontalidad, eran adoptados en las luchas
y posibilitaban la construcción de espacios de diálogo y experi-
Referencias bibliográficas ................................................................ . 299 mentación que permitieron avanzar en la incertidumbre reinante.
La aparición de Cambiar el mundo sin tomar el poder provocó un
viii
IX
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Prólogo del autor
debate muy importante sobre los caminos de la revolución, deba-
te que se refleja en la página web de la revista Herramienta
(www.herramienta.com.ar) y en el libro Contra y más allá del capi-
tal. Reflexiones a partir del debate so/m el lilnv "Cambiar el mundo sin
tomar el poder" que en 2006 también coeditamos con la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
A diez años del 2001 Holloway nos convoca nuevamente a
seguir profundizando el pensar y el actuar, en la resistencia cotidia-
na, en las luchas que a veces no se visualizan fácilmente, pero que
están presentes como tensión en el propio proceso cotidiano del
trabajo asalariado y ·que son parte de la revolución aquí y ahora.
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo refleja las luchas y ¿Un prólogo para la edición argentina de Agrietar el capitalismo?
las resistencias que desde entonces se han venido desarrollando ¿Qué puedo decir? Obvio.
con todas sus vicisitudes. Diez años de aprendizaje de la lucha con- Obvio porque el libro es la hija (sé que me van a decir que ún
tra el capitalismo, que van desde las insurrecciones antiguberna- libro tiene que ser hijo, no hija, pero ni modo, éste es hija) de una
mentales, pasando por los levantamientos de los pueblos origina- madre, de otro libro que se llama Cambiar el mundo sin tamar el
rios de toda América Latina, la resistencia a los planes de las poder (y no tomar el poder sin cambiar el mundo, como a veces se
multinacionales mineras como en Esquel, frente a la deforestación piensa). La hija es independiente, uno no tiene que conocer a la
de la Amazonía, o a la contaminación ambiental como la lucha del madre para conocer a la hija. Pero la relación hace más fácil escri-
pueblo y de la Asamblea de Gualeguaychú, y muchas otras más. bir este prólogo argentino, porque fue en la Argentina que
El panorama internacional del primer mes de 2011 destaca a Cambiar el mundo se volvió más que un libro, que se convirtió en el
dos luchas que siguen abriendo grietas en el capitalismo: la Asamblea centro de un torbellino, fue ahí que se desató un debate mundial
Ciudadana de Magallanes como la expresión del pueblo movilizado sobre el significado de la revolución y sobre si realmente se puede
en el sur de Chile provoca el primer hecho importante al frenar el pensar en una revolución que no tenga como eje la toma del
aumento del gas decretado por el gobierno de Piñera y, más recien- poder estatal. (¡Qué absurda idea! Pero de eso se trata, la idea de
temente, en el norte de África un proceso de movilización popular que pueda haber un futuro para la humanidad ya se ha vuelto
que empezó en Túnez, tuvo su continuidad en Egipto y se extiende absurda.)
y profundiza en el resto de los países árabes. Vemos agrietarse el ¿Por qué en la Argentina? Por los tiempos, por supuesto. El
capitalismo por la fuerza de la insumisión de los pueblos. libro se publicó en 2002, tiempo de esperanza, tiempo de locura.
Este libro, que abreva en estas luchas, trata de aprender de la No solamente por el momento: también por el entusiasmo de
propia realidad cof\jugando la teoría crítica del marxismo abierto Néstor López y todos los compañeros de Herramienta que hicie-
en la propia praxis social que desafia las formulaciones académi- ron tanto para estimular el pensamiento y el debate. Y también
cas y los textos sagrados. por los argentinos, claro, con su combinación única de compro-
Esta nueva obra de John Holloway se presenta en el décimo miso político·y sofisticación teórica.
aniversario del 2001, como un preámbulo más para continuar Por todo eso me emociona mucho regresar a la Argentina
reflexionando sobre los caminos de la revolución. Ediciones ahora con la hija, con este nuevo libro. El primero, Cambiar el
Herramienta al ponerlo en manos de nuestros amigos y lectores, mundo, dejó a la lectora (y también al lector) en el aire de forma
vuelve a sentir un escozor parecido a cuando años atrás publica- reprobable. El libro nunca reveló una receta para hacer la revolu-
mos Cambiar el mundo sin tomar el poder porque seguimos caminan- ción, dejó la pregunta abierta. El nuevo libro ofrece la respuesta
do y seguimos preguntando. tanto tiempo esperada: ¡agrieten el capitalismo! ¡Rómpanlo, róm-
Buenos Aires, marzo de 2011 panlo en pedazos! ¡Creen fisuras que se extiendan y se multipliquen

X xi

-
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
Nota de los editores
y confluyan! Nada nuevo, puesto que es lo que ya venimos hacien-
do en millones de formas diferentes.
Nada más que la respuesta, cuando uno la ve de cerca, se va
disolviendo en una multiplicidad de preguntas.

John Holloway, Puebla, febrero de 2011

Sobre las dificultades en el uso del término trabajo


Es necesario aclarar que en inglés la palabra trabajo se traduce de
dos maneras diferentes: work, que significa disfrutar, beneficiar,
bordar, tallar una piedra, producir, obrar, investigar, resolver un
problema, mover, hacer andar, abrirse camino. En cambio, labour
significa trabajo, labor, sudor, pena, fatiga, tarea: apuro, aprieto,
dolores de parto. Como se advierte, existen dos connotaciones,
una positiva y otra negativa para una misma palabra en castellano,
cuando en inglés se las diferencia con mayor claridad. Existe por
lo tanto, una confusión donde se le atribuye intrínsecamente al
trabajo un doble aspecto, como creación y como sufrimiento ocul-
tando que lo penoso del mismo se debe a las condiciones de su
producción, y son precisamente estas condiciones las que toman
penosa la creación y la transforman en sufrimiento.

Sobre las dificultades de asumir la cuestión de género


Además de la alegria y el entusiasmo que nos ha generado el queha-
cer relacionado con este nuevo libro de John Holloway, existen
otros pliegues del mismo proceso que corren el riesgo de quedar
ocultos. Quisiéramos abrir un diálogo con nuestros lectores y
hacerlos partícipes necesarios de algunas de las dificultades que
se nos han planteado en este difícil equilibrio de ser fieles al pen-
samiento del autor y al mismo tiempo amigablemente comprensi-
bles en la acogida del destinatario final del esfuerzo colectivo.
Pensamos en la traducción de la versión original en inglés a nues-
tro idioma, pero no sólo en ella. Hay una variedad de cuestiones
con las que se ha ido tejiendo un entramado de complicidades:
xii xiii
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
r Nota de los editores

un hilo invisible de Ariadna que nos ha permitido ir y volver, reco- zar este texto que ponemos en sus manos. Les pedimos a ambos,
rrer los textos en búsqueda de pulir frases, eliminar repeticiones, entonces, comprensión por nuestra incapacidad de romper con
destacar conceptos, rehacer expresiones y otras cuestiones del las ataduras del idioma, de subvertirlo siguiendo no sólo las insis-
mismo tipo. En ese fluir nos hemos encontrado con el filósofo, tencias del autor, sino también las prácticas oel zapatismo en este
con el político y con el esteta. Y allí nos hemos topado también terreno, de tantos y tantas que lo están intentando a diario utili-
frente a las dificultades de construcciones gramaticales y lingüísti- zando diversas variantes y subterfugios lingüísticos. Como parte
cas: éstas no pueden menos que reflejar culturas y etapas históri- de una c?~strucción ~acial inacabada, serán la fuerza del impulso
cas que las impregnan y moldean inexorablemente. También las y la creaUVIdad colecuvos los que inclinen el curso de estos textos
tensiones, los choques y los cambios se van abriendo paso, muchas hacia la belleza y la armonía, inevitablemente unidas a la creación
veces de forma lenta y plagada de contradicciones en esos cuer- de un mundo nuevo.
pos vivos que son ·nuestros medios de comunicación. John
Holloway, como no podría ser de otra manera, es parte de aque-
llos autores que rescata la crisis y rebelión del género como parte Sobre esta edición. Nuestros agradecimientos
del hacer de los oprimidos contra las reglas impuestas por el
machismo cultural que ha sellado -y que las pretende eternas e Esta edición de Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo ve la
inamovibles-, el capital en sus siglos de dominación. luz del día gracias a un nuevo y valioso acuerdo editorial entre Edi-
Comprendemos y saludamos este hermoso y emocionante ciones Herramienta de Buenos Aires y el Instituto de Ciencias
desafío que sobrepasa fronteras y formalidades academicistas. Nos Sociales y Humanidades "Alfonso Vélez Pliego" de la Benemérita
sentimos parte inseparable de ese movimiento y, sin embargo, Universidad Autónoma de Puebla. Más allá de este hecho institu-
debemos confesar que no logramos resolver esta cuestión sin vol 4
cional, hay un invalorable trabajo colectivo que ha formado parte
vernos en contra de nosotros mismos. Tal vez esto se deba al durante meses de un equipo humano que ha dado lo mejor de sí
hecho de que estemos transitando sólo en los albores de estos en el terreno profesional y esencialmente en el fluir de su humani-
procesos de cambio y por eso mismo suene más pretensioso aún dad. U~~ etapa preliminar se construyó en tomo a una primera
intentar resolverlos por simple imposición o acuerdo de volunta- traduceton de batalla que fue fundamental para encarar la discusión
des de unos pocos privilegiados. Después de largos meses de tra- de los borradores de John. Allí hubo traductores y traducciones lle-
bajo en equipo, de traducciones, revisiones, consultas y búsque- nas de dudas y de párrafos abiertos a la reelaboración del resto.
das en nuestras bibliotecas y en internet, la obra debe entrar a Hubo reuniones de discusión y debate. Intercambios entre noso-
imprenta para publicarse. Debemos desatar e! nudo gordiano y, tros y con el autor. Gracias a las nuevas tecnologías de internet y a
por lo tanto, aunque sea de modo provisorio, hemos decidido las VIeJas obcecac10nes personales por superar obstáculos logramos
mantener la construcción gramatical clásica con relación al géne- intercambiar entre diferentes ciudades y acortar distancias sin
ro. Nos ha guiado la intención de no agregar dificultades suple- demasiados problemas. Estas preocupaciones, tareas y sueños com-
mentarias a la sustantiva lectura y comprensión de estos textos, partidos están presentes en cada una de las páginas que el lector
queremos facilitar un discurrir lo más ágil y claro posible, es decir, t1ene entre sus manos.
que no corra riesgos de malograrse el contenido del mensaje. Al recordar a quienes no figuran en los créditos correspondien-
Tal vez en otros idiomas, como el inglés o el alemán otras sean tes, per~ .compartieron este proyecto en distintos momentos y en
las dificultades y posibilidades y otras sean las alternativas que un arcmns de haceres corremos el riesgo de que alguno se nos tras-
puedan plantearse frente a las forma> sexistas del idioma. papele, pero aun así preferimos hacerlo; entonces, vaya aquí
Trasladamos, por lo tanto, el convite del autor a aquellos lectores nuestro agradecimiento infinito para Verónica Maceira, Alejandra
que sabemos no meros receptores pasivos sino constructores acti- Beccaria, Eric Meyer, Chiche Vázquez, Gabriela Ferreyra, Rodrigo
vos y depositarios últimos de estos esfuerzos. Serán ellos, los hace- Pascual, Luis Menéndez y Marita López.
dores de grietas, quienes deban de reelaborar, reconstruir y relan-

xiv XV

~-.~·-------------------------------
Parte l.
La ruptura
Romper, queremos romper.
Queremos crear un mundo
diferente, ahora. Nada más
común, nada más obvio,
nada más sencillo, nada más difícil
<tesis 1>

Romper, queremos romper. Queremos romper el mundo tal como es.


Un mundo de irUusticia, de guerra, de violencia, de discrimina-
ción, de Gaza y Guantánamo, un mundo de multimillonarios y de
mil millones de personas que viven y mueren de hambre, un
mundo en el cual la humanidad se está aniquilando a sí misma,
masacrando las formas de vida no humanas, destruyendo las con-
diciones de su propia existencia. Un mundo dominado por el
dinero, dominado por el capital. Un mundo de frustración, de
potencial despilfarrado.
Queremos crear un mundo diferente. Protestamos, por supuesto,
protestamos. Protestamos contra la guerra, contra el creciente
uso de la tortura en el mundo, contra la transformación de toda
vida en una mercancía para ser comprada y vendida. Protestamos
contra el tratamiento inhumano a los inmigrantes, contra la des-
trucción del mundo en aras de las ganancias.
Protestamos y hacemos algo más, lo hacemos y debemos hacer-
lo. Si sólo protestáramos, pennitiriamos que los poderosos impusie-
sen su programa. Si todo lo que hiciéramos fuese oponernos a lo
que ellos intentan hacer, entonces, sencillamente seguiríamos sus
pasos. Romper significa que hacemos más que eso, que tomamos la
iniciativa, que imponemos el orden del día. Negamos, pero a partir
de nuestra negación crece una creación, un otro hacer: una activi-
dad que no está determinada por el dinero, una actividad que no
está configurada por las reglas del poder. A menudo, la alternativa
parte de la necesidad. El funcionamiento del mercado capitalista
no nos permite sobrevivir, y necesitamos hallar otras formas de vida,
formas de solidaridad y cooperación. A menudo, surge de una elec-
ción; rechazamos someter nuestras vidas al dominio del dinero, nos
dedicamos a lo que consideramos necesario o deseable. De uno u
otro modo, vivimos el mundo que queremos crear.
3
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway La ruptura

Ahora. Hay urgencia en todo esto. ¡Ya basta! Ya estamos hartos el ejército para que el agua no sea privatizada, sino sometida a su
de vivir en un mundo de explotación, violencia y hambre, y tam- control comunitario. De la enfermera de Seúl que hace hasta lo
bién de reproducirlo. Ahora existe una nueva urgencia, la urgen- imposible para cuidar a sus pacientes. De los trabajadores de
cia que nos dicta el tiempo mismo. Es evidente que nosotros, los :-/euquén que ocupan la fábrica y la recuperan para sí. Del estu-
seres humanos, estamos destruyendo las condiciones naturales de diante de Nueva York que decide que la universidad es una opor-
nuestra existencia, y es improbable que pueda revenirse esta ten- tunidad para cuestionar el mundo. Del joven de la ciudad de
dencia en una sociedad donde la fuerza dominante sea la búsque- México que indignado por la brutalidad del capitalismo se va a la
da de la ganancia. Las dimensiones temporales del pensamiento selva para organizar la lucha armada en pos de cambiar el mundo.
1¡ radical v revolucionario han cambiado. Nosotros colocamos una De la maestra jubilada de Berlín que dedica su vida a la lucha con-
calaven{ sobre nuestros escritorios, como los monjes de la antigüe- tra la globalización capitalista. De la empleada pública de Nairobi
dad, no para glorificar la muerte, sino para centrarnos en el peli- que dedica su tiempo libre a la lucha contra el sida. De la profeso-
1 gro latente e intensificar la lucha por la vida. Ya no tiene más sen-
tido hablar de la paciencia como una virtud revolucionaria, o
ra universitaria de Leeds que usa el margen aún existente en algu-
nas universidades para organizar un curso sobre activismo y cam-
1 hablar de la revolución del futuro. ¿De qué futuro? Necesitamos bio social. Del anciano que vive en un miserable edificio de
la revolución ahora, aquí y ahora. Es tan absurdo, tan necesario, departamentos en los suburbios de Beirut y que cultiva plantas en
tan obvio. el alfeizar de la ventana como una rebelión contra el asfalto que
Nada más común, nada más obvio. N o hay nada especial en ser nos rodea. De la muchacha en Liubliana, del joven en Florencia
un revolucionario anticapitalista. Ésta es la historia de mucha que, como tantos otros en todo el mundo, dedican sus vidas a
gente, de millones, quizás de miles de millones. esbozar nuevas formas de lucha por un mundo mejor. Del campe-
Es la historia del compositor de Londres que expresa su enojo sino de Huejotzingo que se rehúsa a permitir que su pequeña
y su sueño por una sociedad mejor a través de la música que crea. huerta sea anexarla a un enorme depósito de comercialización de
Es la histOria del jardinero de Cholula que cultiva un jardín para automóviles. Del grupo de amigos sin techo de Roma que ocupan
;l
!i luchar contra la destrucción de la naturaleza. Del trabajador de la una casa abandonada y se rehúsan al pago de un alquiler. Del
planta automotriz en Birmingham que va por la noche a su huer- entusiasta en Buenos Aires que dedica su gran energía a abrir nue-
ta comunitaria para desarrollar alguna actividad que le otorgue vas perspectivas para un mundo diferente. De la muchacha en
sentido y placer. De los campesinos indígenas de Oventic, en Tokio que se plantea no ir a trabajar hoy, y va a un parque a sen-
Chiapas, que organizan un espacio autónomo de gobierno y lo tarse para leer un libro (éste o cualquier otro). Del joven en
defienden todos los días contra el hostigamiento de los paramili- Francia que se dedica a construir baños secos como una forma de
tares. Del profesor universitario de Atenas que programa un semi- contribuir al cambio radical de la relación entre los seres huma-
nario por fuera de la estru.ctura universitaria para incentivar el nos y la naturaleza. Del ingeniero en comunicaciones de Jalapa
pensamiento crítico. Del editor de libros de Barcelona que privile- que deja su empleo para pasar más tiempo con sus hijos. De la
gia su actividad en la publicación de libros contra el capitalismo. De mujer de Edimburgo que en todo lo que ella hace expresa su rabia
los amigos de Porto Alegre que constituyen un coro, tan sólo porque mediante la creación de un mundo de amor y de apoyo mutuo.
disftutan cantando. De los maestros de Puebla que enfrentan la Ésta es la historia de gente común; a algunos los conozco; de
represión policial para luchar por un tipo diferente de escuela, algunos de ellos he oído hablar, y a algunos los he inventado.
por una educación diversa. De la directora teatral de Viena que Gente común, rebeldes, revolucionarios quizá. Dicen los zapatis-
decide utilizar su talento para abrir un mundo diferente al públi- tas en su más profundo y dificil desafio: "Somos mujeres y hom-
co que asiste a sus puestas escénicas. Del trabajador del call-crmter bres, niños y ancianos comunes, es decir, rebeldes, inconformes,
de Sidney que ocupa plenamente sus momentos libres tramando incómodos, soñadores" (Marcos, 1999).
cómo encarar la lucha por una sociedad mejor. Del pueblo de La gente común de nuestra lista es muy diferente entre sí.
Cochabamba, que se une y libra una batalla contra el gobierno y Puede parecer extraño colocar al trabajador de la automotriz que

4 5
r
¡

La ruptura
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

Nada más difu;il, sin embargo. Podemos rehusamos a realizar


va a su huerta comunitaria por las noches junto al joven que se va
el trabajo que crea al tirano, podemos dedicarnos a un tipo dife-
a la selva a organizar la lucha armada contra el capitalismo. Sin
rente de actividad. En lugar de doblegar nuestros cuerpos "traba-
embargo, existe una continuidad. Lo que ambos tienen en común
jando para que él pueda repantigarse en sus delicias y revolcarse
es que comparten un movimiento de rechazo-y-creación, rechazo
en los sucios y feos placeres", podemos hacer algo que considera-
del mundo actual, creación de otro. Ellos son rebeldes, no vícti-
mos importante o deseable. Nada es más obvio y, sin embargo,
mas; sujetos, no objetos. En el caso del trabajador de la planta
sabemos que no es tan sencillo. Si no dedicamos nuestras vidas al
automotriz es individual y sólo por las noches y los fines de sema-
trabajo que crea el capital, enfrentamos la pobreza, hasta el ham-
na. En el caso del joven en la selva es un compromiso muy peligro-
bre y, a menudo la represión física. Un poco más allá desde donde
so con una vida de rebelión. Muy diferentes y, sin embargo, con
estoy escribiendo este texto el pueblo de Oaxaca impuso su con-
una línea de afinidad que sería muy equivocado pasar por alto.
trol sobre la ciudad durante un período de cinco meses contra un
Nada más sencilla. El teórico francés del siglo XVI, Etienne de
gobernador corrupto y brutal. En definitiva, su rebelión pacífica
La Boétie, expresó la simplicidad de la revolución con gran clari-
fue reprimida con violencia y muchos fueron torturados, abusa-
dad en su Discurso de la servidumbre voluntaria (2006: 26 y 28):
dos sexualmente, amenazados con ser arrojados desde helicópte-
Vosotros sembráis vuestros campos para que él los devaste; amo- ros, a algunos les quebraron sus dedos y otros, simplemente, fue-
bláis y llenáis vuestras casas para darle pasto a sus saqueos, ali- ron desaparecidos. Para mí, Oaxaca está apenas un poco más allá.
mentáis a vuestras hijas para que tenga con qué saciar su lujuria; Pero para u·, estimado lector, no está mucho más lejos y existen
y a vuestros hijos para que los convierta en soldados (¡y lo felices tantos otros .. apenas un poco más allá" donde se cometen atroci-
que están!), los conduzca a sus guerras, los lleve a la carnicería, dades en tu nombre. A bu Ghraib, Guantánamo ... y hay muchos,
los transfigure en los ministros de sus codicias y los ejecutores de muchos más que también podríamos elegir.
sus venganzas; os matáis trabajando para que él pueda repautigar· A menudo, esto parece algo que no úene remedio: como tan-
se en sus delicias y revolcarse en los sucios y feos placeres; os debí·
tas revoluciones fracasadas, tantos experimentos emocionantes,
litáis, para volverlo más fuerte y duro y poder teneros con las rien-
das más cortas. Y de tantas ignominias que los mismos animales apasionados ejemplos de anticapitalismo que han terminado en
no tolerarían o padecerían, podríais libraros si lo intentarais, no frustración y recriminación. Se ha dicho que "hoy es más fácil
de libraros, sino tau sólo de querer hacerlo. imaginar el fin del mundo que imaginar el fin del capitalismo"
Decidíos a [no servir más]"', y ya os veréis libres; no pretendo que (Turbulence, 2008: 3). Hemos alcanzado una etapa en la que es
lo empujéis o lo sacudáis, sino tan sólo que dejéis de sostenerlo. más fácil pensar en la total aniquilación de la humanidad que
y veréis que, cual un gran coloso a quien se sustrajo su base, por imaginar un cambio en la organización de una sociedad manifies-
su propio peso, se derrumbará y se romperá. tamente injusta y destructiva ¿Qué podemos hacer?

Todo lo que el tirano tiene proviene de nosotros y de la explo-


tación a que nos somete. Sólo tenemos que dejar de trabajar para
él y él dejará de ser un tirano, porque la base material de su tira-
nía habrá desaparecido. Hacemos al tirano; para ser libres de he-
mos dejar de hacer al tirano. La clave para nuestra emancipación,
para convertirnos completamente humanos, es sencilla: rehusar,
desobedecer. Decidíos a no servir más, y ya os veréis libres.

• En esm frase se ha elegido una versión diferente de la citación de referen·


cia (La Boétie, 2006) co~ el objetivo de reflejar más fielmente el sentido del fran·
cés antiguo original. Fuente disponible en <WWW.scribd.com/ doc/17122778/De·
La·Boetie·E ti en ne-Discurso-.sobre.Ja--servidumbre·volun taria·15> [N dE] .

7
6

,r~
.............----------------------------------~._________
T

Nuestro método es el método La ruptura

de la grieta
como parte del esfuerzo desesperado por hallar una salida, por
<tesis 2> crear grietas que desafien el avance aparentemente imparable del
capital, de las paredes que nos están empujando hacia nuestra
destrucción.
Estamos locos, por supuesto. Desde el punto de vista de quie-
nes defienden sus stllones y discuten la disposición del mobiliario
en el período previo de la próxima elección, estamos indudable-
mente locos. Quienes corremos buscando, viendo grietas que son
invisibles a los ojos de los que permanecen sentados en sus sillo-
nes (incluso si llegaran a verlas -si es que lo logran-, las aprecia-
rán como cambios en el diseño del empapelado y las bautizarán
La imagen que sigue viniendo a mi mente es la de una pesadilla como "nuevos movimientos sociales"). Lo más inquietante es que
inspirada en el cuento "El pozo y el péndulo" de Edgar Allan Poe tal vez ellos tengan razón: quizá nosotros estemos locos, quizá no
(2009). Estamos todos en una habitación de cuatro paredes, un haya salida, quizá las grietas que vemos existan sólo en nuestra
techo, un piso y no hay ventanas ni puertas. La habitación está fantasía. La vieja certeza revolucionaria ya no puede resistir. No
amueblada y algunos estamos sentados cómodamente, otros no. hay absolutamente garantía alguna de un final feliz.
Las paredes van avanzando hacia el medio de modo gradual, unas La apertura de las grietas es la apertura de un mundo que se
veces de forma más lenta, otras más rápido, incomodándonos nos presenta como cerrado, es la apertura de categorías que en la
cada vez más, avanzando todo el tiempo, amenazando aplastamos superficie niegan el poder del ser hu mano para descubrir en su
hasta la muerte. nticleo fundamental el hacer que ellas niegan y encarcelan!. En
Se generan discusiones en la habitación, pero en lo esencial palabras de Marx ésta es una crítica ad hominem, es decir, el inten-
se centran sobre cómo arreglar el mobiliario. La gente no parece to por irrumpir a través de las apariencias de un mundo de cosas
ver el avance de las paredes. De vez en cuando se organi~an elec- y de fuerzas incontrolables para comprender el mundo en térmi-
ciones acerca de cómo colocar los muebles. Estas elecciOnes no nos del poder del hacer humano2. El método de la grieta es dia-
carecen de importancia, con ellas algunos se sienten más cómo- léctico, no en el sentido de presentar un nítido flujo de tesis,
dos, otros menos, pueden, incluso, afectar la velocidad con que antítesis y síntesis, sino en el sentido de una dialéctica negativa,
se están moviendo las paredes, pero no hacen nada por parar su de una dialéctica de la inadecuación3. Muy sencillamente, pensa-
inexorable avance. mos el mundo a partir de nuestra inadecuación.
A medida que las paredes se van acercando, hay quienes reac- El método de la grieta es el método de la crisis: quisiéramos
cionan de diferentes maneras. Algunos se rehUsan absolutamente comprender a la pared, pero no a partir de su solidez, sino desde
de verlo encerrándose en el mundo de Disney y defendiendo con sus grietas. Queremos comprender al capitalismo pero no como
tenaciru:d las sillas que .ocupan. Otros ven el peligro y lo denun-
cian, construyen un partido con un programa radtcal y mtran
hacia un día del futuro en el que no habrá más paredes. Otros, y l Sobre la apertura de categorías y su importancia véase la introducción a
Bonefeld, Gunn y Psychopedis, 1992a.
entre ellos me incluyo, se lanzan contra las paredes y tratan deses- 2 Escribe Marx (1965: 30): "La teoría es capaz de apoderarse de las masas en
peradamente de hallar grietas o fallas por debajo de la superficie cuanto se demuestra ad hominem. Y se demuestra ad hominem en cuanto se hace
0 de crearlas golpeando las paredes. E~ta búsqueda :-Y creación- radical. Ser radical es atacar las cosas en la raíz; pero para el hombre la raíz es el
de grietas es una actividad práctico-teonca, un arroJamos ~stca­ hombre mismo".
mente contra las paredes y también un det~nemos a re~e~mnar 3 Sobre la dialéctica negativa véase Adorno ( 1986); para una discusión sobre
la importancia política de la dialéctica negativa véase Holloway, Matamoros y
y buscar las grietas o las fallas_ en .la superfiCie .. Las ?os acUVldades Tischler (2007); sobre la importancia de la negatividad como la base del pensa-
son complementarias, la teona solo ttene sentido st se la entiende miento critico véase Agnoli (1999).

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T
1
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Ya es hora de aprender el nuevo
lenguaje de una nueva lucha
dominación, sino desde la perspectiva de sus crisis, contradiccio-
nes, sus debilidades, y queremos entender cómo nosotros mismos <tesis 3>
somos esas contradicciones. Ésta es teoría crítica, teoría de crisis.
La teoría crítica o de crisis es la teoría de nuestro choque con el
entorno. La humanidad -en todos sus sentidos- choca cada vez
más con el capitalismo, se le hace cada vez más y más difícil con-
formarse a medida que el capital exige más y más. Sencillamente,
cada vez más gente no encaja con el sistema o, si tratamos de ajus-
tamos al capital como al lecho cada vez más pequeño de
Procusto, lo hacemos con frecuencia al costo de dejar atrás frag-
mentos de nosotros mismos. Ésia es la base de nuestras grietas y Hay una gran angustia en todo esto. Es la angustia del qué podemos
de la ce reciente importancia de una dialéctica de la inadecuación. hacer. Vemos y sentimos las injusticias del capitalismo a nuestro
Queremos comprender la fuerza de nuestra inadecuación, quere- alrededor: los seres humanos durmiendo en las calles hasta en las
mos saber cómo golpeando una y otra vez nuestra cabeza contra ciudades más ricas!. Los millones que viven al borde del hambre
la pared lograremos derribarla. hasta que mueren de ella Vemos los efectos de nuestro sistema
social en el mundo natural, la colosal acumulación de basura, el
calentamiento global para el que puede ya no haber remedio.
Vemos a los poderosos en la televisión y queremos gritarles. Todo
el tiempo nos repetimos infinitamente: ¿qué podemos hacer2?
Este libro es el hijo de otro: Cambiar el mundo sin tomar el poder
(2002) donde se afirmaba que la necesidad del cambio social radi-
cal-la revolución- es más urgente y más obvia que nunca, pero no
sabemos cómo llevarla a cabo. Sabemos por experiencia y refle-
xión que no podemos hacerlo tomando el poder estatal. Pero,
entonces, ¿cómo? El eco vuelve y retoma una y otra vez: pero,
entonces, ¿cómo? En una reunión tras otra se plantea que es cier-
to, que no queremos quedar atrapados en el falso y destructivo
mundo de la política estatal, pero, entonces ¿cómo y qué podemos
hacer? Hicimos un gran experimento en Oaxaca donde el pueblo
tomó el control de la ciudad durante cinco meses, pero luego fui-
mos brutalmente reprimidos, entonces, ahora, ¿adónde vamos?
Ahora, con la crisis manifiesta del capitalismo la cuestión llega
cada vez con más urgencia: pero, entonces, ¿cómo y qué hacemos?

1 Dice Davis (2006: 36): .. Los Ángeles es la capital del primer mundo de los
sin techo, con una estimación de cien mil personas sin techo, incluyendo una
cantidad creciente de familias acampando en las calles del centro o viviendo fur-
tivamente en parques y en medio del paisaje de las autopistas ...
2 No se trata en absoluto de la formulación leninista clásica, pero imperso-
nal, del ¿qué hacer?, que sugiere ya un distanciamiento de su propia responsabi-
lidad, sino que es más bien un ¿qué podemos hacer nosotros?

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10
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway la ruptura

El hijo es totalmente independiente de su madre: no es nece- mundo radicalmente es como una multiplicidad de movimientos
sario leer a su predecesor para entender el argumento que desa- intersticiales, partiendo desde lo particular.
rrollamos en estas páginas. Todavía, la preocupación es la misma: Es en los intersticios donde hallaremos la gente común, que son
¿cómo podemos pensar en cambiar el mundo de modo radical los héroes de este libro. Enseguida se levantan objeciones rotundas
cuando esto parece ser imposible? ¿Qué podemos hacer? al carácter común y ordinario de nuestra gente: el trabajador metal-
Este libro ofrece una respuesta sencilla: agrietar el capitalismo. mecánico que va a la huerta comunitaria, la muchacha que lee su
Romperlo de tantas maneras como podamos y tratar de expandir libro en el parque, los amigos que se juntan para formar un coro,
y multiplicar las grietas e impulsar su confluencia. el ingeniero que abandona el trabajo para cuidar a sus hijos, ¿cómo
La respuesta no es una invención de este libro. Por el contra- es posible considerarlos como protagonistas de una revolución anti-
rio, este libro, como todos los libros, es parte de un momento his- capitalista? Sin embargo, cuando pensamos que el cambio revolu-
tórico, parte del flujo de la lucha. La respuesta que ofrece refleja cionario es necesariamente intersticial la respuesta es sencilla:
un movimiento que ya está en marcha. En este mundo en el que ¿quiénes provocaron la transformación social del feudaliSmo al
el cambio radical parece tan impensable, ya hay un millón de capitalismo? ¿Fueron Danton y Robespierre o fueron los miles de
experimentos en búsqueda de cambios radicales, en hacer cosas burgueses olvidados y, con toda probabilidad, aburridos que senci-
de una manera totalmente diferente. Esto no es nuevo, las proyec- llamente empezaron a producir de una forma diversa y a vivir sus
ciones experimentales que apuntan hacia un mundo diferente vidas de acuerdo con criterios y valores diferentes? En otras palabras,
son, con toda probabilidad, tan antiguas como el mismo capitalis- el cambio social no es producido por los activistas, por más im por-
mo. Pero ha habido un resurgimiento en los años recientes, una tante que pueda ser -o no- el activismo en este proceso. El cambio
creciente percepción de que no podemos esperar a la gran revo- social es más bien el resultado de la transformación apenas visible
lución, que tenemos que comenzar por crear algo diferente aquí de las actividades cotidianas de millones de personas 4 . Debemos
y ahora. Estos experimentos son, posiblemente, los embriones de buscar más allá del activismo, entonces, para descubrir los millones
un nuevo mundo, los movimientos intersticiales a partir de los y millones de rechazos y de otros-haceres, millones y millones de
cuales podría crecer una nueva sociedad. grietas que constituyen la base material del cambio radical posible.
La argumentación es, entonces, que la única manera posible Sin embargo, nos debe quedar claro que la respuesta esboza-
de concebir la revolución sea como un proceso intersticial. A da en este volumen -agrietar el capitalismo-, puede ser una respues-
menudo, -se sostiene que la transición del capitalismo a una socie- ta-no-respuesta. Quizá sea como un holograma que parece tan
dad poscapitalista, a diferencia de la que se dio entre el feudalis- sólido que uno quiere extender la mano para tocarlo, y cuando lo
mo y el capitalismo, no puede ser un movimiento intersticial. Esta hacemos ya no está allí. ¿Podemos en verdad agrietar el capitalis-
opinión ha sido reafirmada hace poco por Hillel Ticktin (2008): mo? ¿Qué significa? ¿El capitalismo es realmente una superficie
"El cambio del socialismo al capitalismo es cualitativamente dife- dura que podemos agrietar, o es sólo un lodo viscoso que cuando
rente del que tuvo lugar entre el feudalismo y el capitalismo por- tratamos de agrietarlo vuelve a su lugar, tan repugnante y entero
que el socialismo no puede nacer en los intersticios del capitalis- como siempre?
mo. La nueva sociedad sólo puede nacer cuando sea derribado el
sistema mundial capitalista" 3 . Aquí se argumenta que, por el con- 4 En un tono similar leemos en Papadopulos, Stephenson y Tsianos (2008:
trario, el reemplazo revolucionario de un sistema por otro es xii): "Buscamos el cambio social en los hechos aparentemente insignificantes de la
imposible e indeseable. La única manera de pensar en cambiar el vida~. También el Trapese Collective (2007: 2) expresa: "Cuando la protesta de
masas contra el actual sistema económico ha rebotado en todo el mundo, desde
Seatde a Cancún, más allá del espectáculo de las banderas, del gas lacrimógeno Y
3 Para ser justos con este autor, transcribimos la continuación de esas pala- de las manifestaciones, cuando las calles se silencien otra vez; la gente común está
bras: "pero antes de ese momento pueden existir formas seudosocialistas y pro- haciendo cosas extraordinarias, aprendiendo al hacer, imaginando y construyen-
tosocialistas. No son socialistas, pero chocan con el capitalismo, al mismo tiempo do los cimientos de otros mundos posibles. Podemos resistir el mundo en que vivi-
que lo apuntalan". mos, mientras que al mismo tiempo creamos el mundo que queremos ver".

12 13
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway La ruptura

¿O acaso hay algo que nuestros cansados ojos no ven? ¿Podría estemos ejercitando nuestros sentidos o puede ser que sólo este-
ser que nuestros intentos de ruptura estén creando algo hermoso mos fantaseando y que eso que apenas vemos y oímos r~al~ente
que está surgiendo de las profundidades del lodo? ¿Algo que no exista, que sea tan sólo el producto de nuestras Ilus1ones.
nuestros ojos tienen dificultad en ver, y nuestros oídos en escu- Quizá. Pero necesitamos actuar, hacer algo, romper el t~rror de
char, algo que habla con una voz que no entendemos? nuestra estampida hacia la destrucción. Preguntando cam1namos,
Si la madre y el hijo tartamudean y farfullan de forma incohe- pero caminando, no quedándonos quietos, es como desarrolla-
rente, quizá sea debido a que están aguzando sus sentidos para ver, mos nuestras preguntas. Mejor es salir, encaminarse hacia lo que
oír, hablar un nuevo lenguaje de una emergente constelación de puede ser la mala dirección, e ir creando el camino, en luga~ de
lucha. Existen momentos en que los modelos, las pautas de conflic- quedarse y estudiar detenidamente un mapa que ?o ex1ste.
to cambian, aparecen signos exteriores de defectos estructurales Entonces, guardemos nuestros temores y dudas, y mtremos las
subyacentes, manifestaciones de crisis. El problema es que tada fuentes de la esperanza, el millón de intentos por romper con la
cambio significativo en el modelo trae problemas de comprensión, lógica de la destrucción.
porque nuestras mentes están acostumbradas al viejo modelo,
pero si aplicamos los viejos conceptos existe el peligro de que, a
pesar de nuestras intenciones, y por más militantes que sean nues-
tros compromisos con el comunismo -o lo que sea-, nuestro pen-
samiento se convierta en un obstáculo para las nuevas formas de
lucha. Nuestra tarea es aprender el nuevo lenguaje de la lucha y,
aprendiendo, participar en su formación. Posiblemente, lo que ya
ha sido dicho en estas primeras páginas, sea un paso vacilante en
el aprendizaje y la formación de este lenguaje. Esa es mi más alta
ambición, ésa es la apuesta de este libro.
El aprendizaje de un nuevo lenguaje, es un proceso vacilante,
un caminamos-preguntando, un intento por crear conceptos-pre-
guntas abiertos en lugar de establecer un paradigma para la com-
prensión de la presente etapa del capitalismo5. El libro está orga-
nizado en tesis, siendo cada una de ellas una pregunta bajo la
forma de un desafío, una provocación. Las tesis pueden ser vistas
como una serie de retos, en los que te desafio, amable lector, a
avanzar hasta el siguiente punto de la argumentación. A veces
siento como que el libro fuese un viaje en tren, donde estoy
haciendo todo lo posible para empujar a los lectores que viajan en
él para que lo abandonen en las sucesivas estaciones: entonces, si
se aceptan todos los argumentos, puede ser que no los haya
empujado con la fuerza necesaria.
En todo esto existen inquietudes, dudas, peligros. Cuando
aguzamos nuestra vista y nuestro oído para percibir algo que ape-
nas vemos, que apenas discernimos o distinguimos, puede ser que

5 En este sentido, se puede confrontar este enfoque con el de Hardt y Negri


(2001, 2004 y 2009).

15
T
l

Parte 11.
Las grietas: la antipolítica
de la dignidad
íi' Las grietas comienzan con un no,
a partir del cual crece la dignidad,
una negación-y-creación
<tesis 4>

Imaginemos una capa de hielo cubriendo un oscuro lago de posi-


bilidades y que gritamos un ¡no! tan fuerte que el hielo comienza
a agrietarse. ¿Qué es lo que se descubre? ¿Qué es ese líquido oscu-
ro que -a veces, no siempre-lenta o rápidamente sale a borbotones
por la grieta? Lo llamaremos dignidad. La grieta en el hielo se des-
plaza, imprevisible, a veces con rapidez, a veces más lenta, a veces
ensanchándose o estrechándose, a veces congelándose de nuevo y
desapareciendo o reapareciendo otra vez. Alrededor de todo el
lago hay personas haciendo lo mismo que nosotros, gritando ¡no!
tan fuerte como es posible, creando grietas que se mueven como
lo hacen las grietas en el hielo, en forma imprevisible, extendién-
dose, buscando unirse con otras grietas, y algunas congelándose
de nuevo. Cuanto más fuerte es la corriente de la dignidad en
ellas, más fuerte será la fuerza de las grietas.
Decidíos a no servir más -nos dice La Boétie- y ya os veréis
libres. La ruptura comienza con el rechazo, con el no. No, no cui-
daremos tus ovejas, no araremos tus campos, no construiremos tu
automóvil, no rendiremos tus exámenes. Se revela aquí la verdad
de la relación de poder: el poderoso depende de aquellos que no
tienen poder. El señor depende de sus siervos, el capitalista
depende de los trabajadores que crean su capital.
Sin embargo, la fuerza real del no seroir más llega cuando en su
lugar hacemos otra cosa: no sirváis más, y luego, ¿qué? Si sólo nos
cruzamos de brazos y no hacemos nada en absoluto, pronto
enfrentaremos el problema del hambre. El no servir más, si no con-
duce a otro-hacer, a una actividad alternativa, puede fácilmente
convertirse en una negociación sobre los términos de la esclavitud.
Los obreros que dicen no y se cruzan de brazos o van a la huelga,
implícitamente están expresando "no, no obedeceremos esta
orden" o bien "no seguiremos trabajando bajo estas condiciones".

19

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f
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway 1 Las grietas, la antipolitica de la dignidad
¡

Esto no excluye la continuación de la esclavitud -de la relación de nuevo esquema con el argumento de mejorar la calidad de la edu-
empleo- bajo otras condiciones. El no servir más se convierte en un cación, imponiendo un mayor individualismo, más fuerte compe-
paso en la negociación de nuevas condiciones de esclavitud. tencia entre los estudiantes, una evaluación más estricta del trabajo
Es una cuestión diferente cuando la negación se convierte en de los maestros y otras medidas, los maestros dijeron: "No, no lo
una negación-y-creación 1. Se trata de un desafío más serio: los tra- aceptaremos". Cuando el gobierno se rehusó a escuchar, los maes-
bajadores dicen no y ocupan la fábrica, declaran que ellos no tros disidentes fueron más allá del simple rechazo y, tras consultar
necesitan patrón y comienzan a exigir o a convocar a un mundo con miles de estudiantes y de padres de estudiantes, elaboraron
sin patrones2. su propia propuesta para mejorar la calidad de la educación, pro-
Pensemos en la triste historia de míster Peel, quien, como nos moviendo una mayor cooperación entre estudiantes, más énfasis
lo ha contado Marx (1983, 1: 957): en el pensamiento crítico, la preparación para el trabajo coopera-
tivo no directamente subordinado al capital, y comenzaron a
Se llevó con él al río Swan en la nue\'a Holanda medios de subsistencia y investigar formas de implementar su esquema en oposición a las
de producción por un importe equivalente a cincuent..'l mil libras este di- directivas estatales, tomando control de las escuelas (véase SNTE,
nas. El se!i.or Peel era tan previsor que trasladó, además, tres mil perso- 2009) 4. Aquí también el rechazo inicial comienza a abrirse hacia
nas pertenecientes a la clase obrera: hombres, mltieres y niños. Una vez algo más, a una actividad educacional que no sólo resiste, sino
que hubieron arribado al lugar de destino, el señor Peel se quedó sin un
que rompe con la lógica del capital. _
sirviente que le tendiera la cama o que le tr'!iera agua del río.
En ambos casos el no, está respaldado por otro-hacer. Esta es
Infortunado señor Peel que todo lo había previsto, menos la exportación
de las relaciones de producción inglesas al río Swan. la dignidad que puede llenar las grietas creadas por el rechazo. El
no original no es un cierre, sino una apertura a una actividad dife-
Lo que sucedió fue que la tierra, en la comarca del río Swan, rente, el umbral a un contra mundo con una lógica diferente y un
estaba libremente disponible, de modo que los tres mil trabajado- lenguaje diferente5. El no se abre a un espacio-tiempo en el que
res partieron a cultivar sus propias tierras. Podemos imaginamos tratamos de vivir como sujetos en lugar de objetos, éstos son tiem-
la escena de ataque de ira del infortunado mister Peel cuando los pos o espacios en los que afirmamos nuestra capacidad para deci-
trabajadores rehusaron obedecer sus órdenes, y cómo este enojo dir por nosotros mismos lo que deberiamos hacer, ya sea, cantar,
se fue convirtiendo en desesperación cuando los vio irse para hablar con nuestros amigos, jugar con nuestros hijos, cultivar la
desarrollar una vida alternativa y libre de amos. El hecho de que tierra de una forma diferente, desarrollar e implementar proyec-
la tierra fuera fácilmente disponible posibilitó que esos trabajado- tos para una educación critiql. Éstos son tiempos o espacios en los
res convirtieran su rechazo en una ruptura decisiva, con el desa- que tomamos control de nuestras propias vidas, asumimos la res-
rrollo de una actividad en un todo diferente a la que mister Peel ponsabilidad de nuestra propia humanidad.
había planeado para ellos. La dignidad es el desarrollo de la potencia del poder del no.
Pensemos en la emocionante historia de los maestros de Nuestro rechazo nos enfrenta con la oportunidad, la necesidad y
Puebla3. Cuando el gobierno anunció ~n 2008 la creación de un la posibilidad de desarrollar nuestras propias capacidades. Las
mujeres y hombres que dejaron a mister Peel en la estacada se
! La idea de una negación de la negación con fuerza creativa es menciona-
da, a veces, como la segunda negación (Dunayev.~kaya, 2009). de otros casos por cada uno de los mencionados aquí. Para una selección más
2 Véase el significativo título del libro editado por el colectivo Lavaca completa de ejemplos véase Notesfrom Nowhert! (2003). También una fuente exce-
(2004), sobre las experiencias de las diferentes fábricas en la Argemina: Sin lente de información sobre las grietas en el mundo entero es la publicación ita-
jJalr6n. liana Carta (www.carta.org).
3 Si los ejemplos que cito provienen de forma desproporcionada de México, 4 Escribo en agosto de 2009. Sobre la educación alternativa en la sierra de
América Latina)' de Europa, sólo se debe a que es rionde he vivido y vivo. Es evi- Puebla véase Pieck Gochicoa, Messina Raimondi y Colectivo Docente (2008).
dente, sin embargo, que ejemplos similares se pueden hallar en todo el mundo. 5 Sobre la noción del espado emancipatorio como espado umbral véase
Quizá el lector, donde quiera que viva, debería tratar de pensar en cinco (o cien) Stavridis (2007 y 2009).

20 21

L
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway
,.
! Las grietas: la antipolltica de la dignidad
'
encontraron con la oportunidad y necesidad de desarrollar capa-
de negación-y-creación rebelde. P~rtimos de. ~o particular, no de
cidades reprimidas, dada su condición previa de servidumbre. Los
la totalidad. Partimos de nuestra 1nadecuacwn al mundo, de la
maestros que rechazan los libros de textos estatales están obliga-
multiplicidad de las rebeliones, dignidades, grietas parti~ulares,
dos a desarrollar otra educación. El asumir la responsabilidad por no de la gran lucha unificada que simplemente no ext~te, no
nuestras vidas es en sí mismo una ruptura con la lógica de la desde el sistema de dominación. Partimos del estar enoJados e
dominación. Esto no significa que todo saldrá perfecto. La digni- intentando crear algo más, otra cosa; porque allí es do~de vivi-
dad es una ruptura, una negación, un movimiento, una explora-
mos ahí es donde estamos. Quizá sea un lugar extrano para
ción. Debemos ser cuidadosos en no convertirla en un concepto com,enzar, pero estamos buscando algo extraño, estamos busca~­
positivo, dándole así una quietud mortecina. Las mujeres y los
do la esperanza en una noche oscura7. E~ tamos tratando de teon-
hombres que abandonaron a mister Peel pudieron muy bien
zar la esperanza-contra-toda-esperanza. Esta. es la única pregunta
haberse transformado en pequeños propietarios de tierra que
teórica que queda planteada para la humamdad.
defenderían sus propiedades contra todos los recién llegados. Los
maestros que toman sus escuelas para crear una educación critica
pueden posiblemente reproducir prácticas autoritarias tan malas
como las que están rechazando. Lo importante es el movimiento,
el moverse contra-y-más-allá: el negar-y-crear de quienes abando-
naron a míster Peel, más que los nuevos espacios que crearon. La
toma de las escuelas por parte de los maestros más que las escue-
las que tomaron. Lo principal es la asunción de nuestra propia
responsabilidad, aunque los resultados bien puedan ser contra-
dictorios6.
La dignidad, el movimiento de negar-y-crear, de tomar con-
trol de nuestras vidas no es una cuestión simple. Es, como lo
hemos dicho, un líquido oscuro saliendo a borbotones de un lago
de posibilidades. Otorgarle solidez positiva a lo que sólo puede ser
un movimiento de rechazo, creación y exploración nos puede lle-
var fácilmente a la desilusión. Un colectivo prozapatista, uncen-
tro social o un grupo de piqueteros terminan en conflicto y desor-
ganizados y, entonces, llegamos a la conclusión de que todo fue
una ilusión, en lugar de percibir que esas dignidades son inevita-
blemente contradictorias y experimentales. Las grietas siempre
son preguntas, nunca respuestas.
Es importante no idealizar las grietas o adjudicarles una poten-
cia positiva que no poseen. Sin embargo, es allí desde donde
comenzamos, desde las grietas, las fisuras, los cismas, los espacios

ti El linchamiento es un buen ejemplo: cuando los habitantes de una ciudad


o pueblo se unen para tratar colectivamente en forma sumaria a un criminal están
rechazando, de modo explícito. un sistema judicial corrupto e ineficiente y asu·
miendo el control de su propia vida, aunque la explosión de vida colectiva no siem-
pre, obviamente, crea la base para una mejor sociedad (véase Fuentes Díaz, 2006).
7 Para una búsqueda similar véase Rebecca Solnit (2004).

___________
22 23

'··· .....___ _ __
las grietas, la antipolítica de la dignidad
Una grieta es la creación .
perfectamente común de un espac1o conciencia de clase y quienes carecen de ella. Hay, más bien, un
o momento en el que afirmamos espectro variable de conciencia de las resonancias y d7 las _conse-
cuencias de aquello que están haciendo, una conCiencm que
un modo diferente de hacer puede estar sólo indirectamente relacionada con ~l impacto de
las acciones mismas. El trabajador de la automotnz que va a su
<tesis 5> huerta por la noche puede muy bien haber leído El capital y estar
meditando sobre los males del capitalismo y la necesidad urgen-
te de un cambio radical en la relación entre los seres humanos y
otras formas de vida mientras riega sus plantas, al mismo tiempo,
la mujer que choca con el ejército para impedir la ~rivatiz.ación
del agua puede estar, sencillamente, pensando en como ah~.en­
tar a su familia más que en la lucha global contra la mercanuhza-
"No, en este espacio, en este momento no vamos a hacer lo que
ción de las necesidades básicas. Hay una dinámica en todo esto.
la sociedad capitalista espera de nosotros. Vamos a hacer aquello
La cuestión de las grietas es que corren y pueden moverse en
que consideramos necesario o deseable." Tomamos el momento o
forma rápida e impredecible. Es por eso que no tie.ne sentid~
el espacio en nuestras manos y tratamos de hacer allí un lugar de
hacer distinciones drásticas. El trabajador automotnz hoy esta
autodeterminación rehusándonos a permitir que el dinero -o
regando sus plantas, pero mañana puede estar en las calles
cualquier otra fuerza extraña- determine lo que hacemos.
luchando contra Monsanto. La mujer que lucha en el presente
Seguramente eso es lo que esta gente común, menc_i~nada al
por el agua puede al día siguiente comenzar a reflexionar sobre
comienzo del libro, tiene en común: el rechazo a permtur que la
las formas en que el capitalismo está destruyendo al mundo. El
lógica del dinero configure su actividad. La decisión de tomar un
movimiento de las grietas es un movimiento de experiencia, muy
espacio o un momento en sus propias manos y estructurar sus
a menudo un aprendizaje-en-lucha (véase Ghiotto, 2005), aun~u~
vidas de acuerdo con sus propias decisiones1. En algunos casos,
nos equivocaríamos si pensáramos en el movimiento como unidi-
esto es una acción directa y no teorizada, por ejemplo, los amigos
reccional, también sucede que los seres humanos se cansan y que
que forman un coro por el placer de cantar, la enfermera que
las grietas se congelan de nuevo.
trata de ayudar con plenitud a sus pacientes, el trabajador de la
Toda esta gente rechaza, de una manera u otra, que el dinero
automotriz que disfruta el mayor tiempo posible en cultivar su
determine su actividad, y oponen a esa lógica otro concepto del
huerta comunitaria. En otros casos esto es parte de una compren-
hacer, un otro-hacer, que ellos mismos buscan configurar :n
sión de que el dominio del dinero es el centro de un entero sis-
forma individual o colectiva. Ellos tratan de hacer lo que ellos mis-
tema de dominación social, un sistema de sometimiento al que
mos consideran deseable o necesario. Por supuesto, esto no es
llamamos capitalismo. En ese caso, el rechazo a permiúr que el
autodeterminación pura porque lo que consideramos deseable o
dinero domine nuestra actividad es parte de una negativa cons-
necesario está afectado por la sociedad en la que vivimos y debi-
ciente al capitalismo y es entendido como parte de la lucha con-
do a que no controlamos el ambiente en el ~u e. ~ctua~os. Aun
tra él, como la directora de teatro en Viena, el pueblo de
así, se trata de un impulso hacia la autodeterminaciOn soCI~l, es.~n
Cochabamba en lucha contra la privatización del agua, los cam-
impulso no sólo contra sino también más allá de la determ1nanon
pesinos en Chiapas que luchan para cambiar sus comuni~ades,
de nuestras vidas por el capital.
etcétera. No es que haya una clara división entre quienes llenen
La grieta no se encuentra aislada. Muy a menudo es un exce-
so el desborde de una lucha más limitada. Los maestros en
1 Para un panorama de la amplia gama dé grietas o autonomías o prácticas P~ebla luchan contra la reestructuración neoliberal de la educa-
no capitalistas y. de la creciente literatura sobre el tema véase, por eje~plo, De
ción que busca imponer el gobierno, y cuando el gobierno recha-
Angelis {2007); Trapese Collective {2007); Carlsson {2008); Dav1d Sohut {2004);
Habermann {2009), y Bóhm, Dinerstein y Spicer {2010). za su propuesta, ellos redactan su propio plan alternativo para

24 25
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Las grietas: la antipolltica de la dignidad

mejorar el sistema educacional (véase Salom, 2009)2. Se anuncia sino un rechazo común a la lógica cohesiva del capitalismo y el
u~ ci.erre de fá~rica y ~os ~bajadores comienzan a negociar los intento de crear algo diferente.
tenn1n~s de la mdetnni~aci.on, cuando no consiguen lo que quie- Las grietas pueden ser, entonces, el resultado de una opción
ren dec1den ocupar la fabnca y hacerla funcionar como una coo- consciente, y también pueden ser el resultado de una expulsión
perativa Y·. entonces, comienzan a exigir un mundo sin patrones. forzada de las relaciones sociales capitalistas. Más y más personas
Los estudiantes protestan contra la introducción de la matrícula están siendo despedidas de sus empleos, o descubren que no tie-
o contra los aran~eles y cuando no hay respuesta sacan a la calle nen manera alguna de conseguir un empleo, o que si lo logran
s~~ bancos y comienzan a construir un tipo diferente de educa- sólo será sobre una base muy eventual y precaria. Se ven obliga-
cton. En cada uno de estos casos, las grietas, los espacios o dos a hacer sus vidas de otras maneras. Los sistemas estatales de
momentos en los que rechazamos la autoridad externa y afirma- subsidios de desempleo y de asistencia social -allí donde existen-
mos que "aquí y ahora mandamos nosotros" son ramificaciones están diseñados para extender la disciplina del empleo hasta a los
de luchas más limitadas. Nos acercamos hacia los límites del siste- desocupados, para asegurarse de que éstos funcionen realmente
ma y la i~ ~ue es inherente a todo conflicto nos impulsa más allá como un ejército de reserva industrial. No obstante, la mayoría de
de esos ~u~u.tes a afirmar una lógi~a di~~rente, una lógica -o quizá los desocupados o parados en el mundo caen por fuera de estos
una anulogJca- de 1~ autodetermtnacwn. La lógica de las deman- sistemas y tienen que hallar una forma de sobrevivir sobre la base
das cede l~gar a la ~1mple afirmación de nuestro propio dominio. de alguna combinación de empleo eventual u ocasional, pequeños
. Las gnetas no s1empre son un desborde directo de luchas más comercios o servicios -vendiendo golosinas o baratijas o limpiando
hmttadas. A veces surgen de ~na. de~isión consci~nte de un grupo parabrisas de los automóviles en las esquinas, por ejemplo-, o desa-
de. personas de rechazar las hmttacw~es o restncciones del capi- rrollando formas de solidaridad entre los miembros de la familia,
tahsmo. Puede ser un .grupo de es?-'d1antes que deciden que no amigos o vecinos. El poder del dinero y de las mercancías sigue
qmeren somen:r. sus VIdas a las extgencias del capital y hallarán siendo enorme en esos casos, aunque las formas de solidaridad
una forma de VIVIr contra y más allá del sistema hasta donde pue- social a menudo generan formas de vida y organización que se
dan. O dt~Untos grupos uniéndose para fundar un centro social, contraponen a la lógica del capital. Si una gran parte de la pobla-
que podra ser .tanto un centro para la actividad anticapitalista ción mundial sobrevive con menos de 1 dólar diario, es debido a
como un espaciO para desarrollar otras relaciones sociales. O un que por lo general han construido formas de solidaridad mutua,
grupo de amigos que decide que la mejor manera de frenar la de apoyo mutuo que en lo habitual no existen en las partes más
dest~cci~n de la naturaleza es vivir en el campo y producir sus avanzadas del mundo4. En muchas partes del mundo la construc-
prop1os alimentos en forma biointensiva. A menudo, esas activida- ción de relaciones sociales alternativas es simplemente una nece-
des son de tiempo parcia!3: la gente en el centro social, por ejem- sidad: el empleo capitalista es irrelevante y el Estado capitalista no
plo, ded1ca tan~o uempo como sea posible a la lucha anticapitalis- funciona ni siquiera como policía ni para construir caminos. Para
ta, pero tambten emprende trabajos, al menos ocasionalmente el Estado y para el capital éstas son áreas prohibidas, no necesaria-
para poder sobrevivir; o los amigos que deciden vivir cultivand~ mente debido a ninguna rebelión política, sino por algo más sen-
su propio alimento y crean su comunidad ideal usando las jubila- cillo: la policía teme entrar en ellas.
clOnes que ya han ganado por sus trab'!ios. Aquí no hay pureza, La simple supervivencia exige que las personas se reúnan y
asuman la organización de su propia vecindad o ciudad, y en el
2 lnfo.rmación disponible en <www.tamachtini.org> y en <www.educacion
proceso se construyen frecuentemente relaciones solidarias radi-
contra~orneme.org/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=7
cales. Un importante ejemplo de esto es El Alto, la ciudad indíge-
5:reunton-de·n~aestros-&catid=48:gabriel-salom> [consultados el 13/12/09].
. 3 Esto es Clerlo para muchos de los ejemplos discutidos por Carlsson (2008). na que creció en las afueras de La Paz en Bolivia, y se convirtió en
Ell~~ro de este auto: es u~a fuente extremadamente rica y estimulante para la dis.
cus~on de una ampha vanedad de grieras o para lo que él llama ahmat.opías (now. 4 Este tema fue tratado en la contracumbre de 2007 en Rostock (A1emania)
topzas): programadores piracas,jardineros de lotes baldíos y muchos otros más.
por Wangui Mbatia, del Parlamento Popular de Kenya.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway las grietas, la antipolítica de la dignidad

el centro de los movimientos de rebelión en los últimos años. m os años 6 . Algo similar ha sucedido con los movimientos negros,
Raúl Zibechi (2006 y 2007) argumenta que estos arrabales, que se gny e indígenas: lo que antes era visto como una marca vergonzo-
han difundido con gran rapidez como resultado de la destrucción sa se convierte, súbitamente, en una insignia de orgullo. En todos
neoliberal de la agricultura, han creado grietas en la dominación estos casos hay una exclusión de lo convencional y corriente que
capitalista y en el control estatal, y que, a su vez, estas grietas han se revierte cuando estos excluidos declaran que no quieren ser
estado en el centro de los estallidos de rebelión en América incluidos, que prefieren seguir su propio camino. La exclusión se
Latina en los últimos veinte años. convierte en rechazo y los modelos de relaciones sociales alterna-
¿Vamos a decir, entonces, que toda construcción de otra tivas construidas para enfrentar la exclusión, se convierten en ver-
forma de organización por fuera de la corriente dominante de las daderas grietas, poderosos espacios de rechazo-y-creación, el
relaciones sociales capitalistas debería ser considerada como una mundo es puesto pat~s arriba.
grieta en la dominación capitalista? No, si pensamos en la grieta Ciertamente, hay diferencias entre las grietas creadas por una
como un espacio o momento de negación-y-creación, de rechazo y opción consciente, tal como la de un grupo de amigos que deci-
de otro-hacer. Estar desocupado o vivir en un arrabal de Bombay, de formar un centro social, y las que surgen del vuelco de una
no significa, necesariamente, ningún rechazo del capitalismo, es exclusión (como en el caso de los grupos piqueteros). Sin embar-
más bien que las relaciones de apoyo mutuo que se crean en esas go, no deberían exagerarse las diferencias. Con frecuencia, es
condiciones, pueden convertirse sin hesitación en una base mate- dificil distinguir la elección de la necesidad: una decisión por
rial para una suerte de inversión, un verdadero y profundo desvío parte de programadores de computación de no trabajar para la
de ruta, en el que las víctimas emergen súbitamente como rebel- industria armamentista sino dedicar su tiempo- a la creación de
des y las estructuras de sufrimiento, de pronto, se transforman en software para ser compartido en forma libre y gratuita, puede ser
anticipaciones de un mundo mejor. Esto ha sucedido, por ejem- una respuesta a lo que ellos experimentan como una necesidad
plo, con el movimiento piquetero, el movimiento de trabajadores existencial. Lo que es importante es no trazar líneas divisorias
desempleados en la Argentina, donde algunos grupos -como el sino ver las líneas de continuidad. La enormemente exitosa cam-
Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano- cambia- paña contra el impuesto directo individual en el Reino Unido, a
ron radicaln1ente desde la exigencia de empleos a argumentar comienzos de los años noventa, fue levantada alrededor de la con-
que ellos no querían ser empleados ni explotados y que querí- signa "No puedo pagar, no quiero pagar", señalando la unidad
an dedicar sus vidas a alguna actividad que tuviera sentido y entre quienes no podían pagar el impuesto y aquellos que toma-
fuera elegida por ellos-;. Un cambio similar puede verse en ban la decisión de no pagarlo por considerarlo injusto. Del mismo
menor escala con el movimiento alemán de los Gluckliche modo, quizá deberíamos pensar en estos rechazos del capitalismo
Arbeitslose, los desocupados felices (véase Paoli, 2002). El ejem- como un veloz calidoscopio de insubordinación en el cual tiene
plo ya mencionado de El Alto, en Bolivia, es otro caso importan- poco sentido establecer diferencias claras.
te: las estructuras de apoyo mutuo desarrolladas para enfrentar La cuestión central es la contraposición, aquí y ahora, de una
la insoportable pobreza y la negligencia gubernamental -no por lógica diferente a la lógica del capitalismo. No hay nada raro en
los restos de comunidades rurales, sino desarrolladas para satisfa- esto: es parte de la vida cotidiana. E.s la antilógica de lo que conce-
cer las demandas de la vida urbana- se convirtieron en la base de bimos como humanidad, decencia, dignidad, y hasta en los ejem-
uno de los más importantes movimientos de rebelión de los últi- plos en apariencia más inofensivos existe siempre subyacente una
insubordinación o una no subordinación. La dignidad no esperará,
la grieta es una insubordinación del aquí-y-ahora, no un proyecto
!J Véase MTD de Solano y Colectivo Situaciones (2002: 247 y ss.);
Hahermann (2004); Gordon y Chatterton (2004); sobre la idea de "desempleo
para el futuro. No se trata de un "después de la revolución nuestras
desohediente- véase Rebón (2004 y 2007). La misma transformación de la idea
de desempleo fue descrita por Flores (2005) como un movimiento de fa culpa a 0 Véase Zihechi (2006); para un análisis de la organización focal en El Alto y
la autodeterminación. su papel en las luchas en Bolivia véase Mamani Ramírez (2005), y Gómez (2006).

28 29

-.......
·..•
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
r
1
Las grietas rompen dimensiones,
rompen la dimensionalidad
vidas no estarán subordinadas al capital", sino de un "aquí y ahora
rehusamos subordinar nuestra actividad al dominio del capital.
P?demos y queremos, y estamos haciendo otra cosa". Hay un cam-
<tesis 6>
blO en la temporalidad de la rebelión. En muchas maneras la
urgencia de la situación de la humanidad imprime su marca sobre
la forma en que luchan los seres humanos. La vieja idea de planifi-
car para una revolución en el futuro suena vacía cuando sabemos
que sólo puede haber un futuro muy limitado. El comunism 0 7 -o
como quiera que se lo llame- se vuelve una necesidad inmediata
no una futura etapa de desarrollo. '

Quizá la forma más obvia de pensar las grietas es en términos espa-


ciales: "aquí en la selva Lacandona -o en Oaxaca, en El Alto, en ese
centro social, en aquella fábrica ocupada, en este municipio autó-
nomo- no aceptaremos el dominio del capital o del Estado y sere-
mos nosotros que determinaremos nuestra actividad".
Se ha argumentado que en los últimos dos decenios la territo-
rialidad ha sido crucial para el desarrollo de los nuevos movimien-
tos de rebelión. Zibechi (2007: 23) escribe:

El arraigo territorial es el camino recorrido por los Sin Tierra,


mediante la creación de infinidad de pequeños islotes autogestio-
nados; por los indígenas ecuatorianos, que expandieron sus
comunidades hasta reconstruir sus ancestrales "territorios étni-
cos" y por los indios chiapanecos que colonizaron la Selva
Lacandona [ ... ]. Esta estrategia, originada en el medio rural,
comenzó a imponerse en las franjas de desocupados urbanos: los
excluidos comenzaron a crear asentamientos en las periferias de
las grandes ciudades, mediante la toma y Qcupación de predios.
En todo el continente, varios millones de hectáreas han sido recu-
peradas y conquistadas por los pobres, haciendo entrar et1 crisis
las territorialidades instituidas y remodelando los espacios físi-
cos de la resistencia [ ... ]. Desde sus territorios, los nuevos acto-
res enarbolan proyectos de largo aliento, entre los que destaca
la capacidad de producir y reproducir la vida, a la vez que estable-
cen alianzas con otras fracciones de los sectores populares y de las
capas medias.

Este último punto es crucial, porque proporciona una base


7 -: pesar ?e su historia o, quizá p~rversamente debido a ella, la palabra material para el movimiento hacia la autonomía (Zibechi, 2007).
comumsmo ret1ene una fuerza provocauva que el término socialismo no tiene. No hay dudas de que la creación de una base territorial para
Sobre el tema de abandonar este último vocablo véase Esteva (2007c)· Cieaver desarrollar relaciones sociales diferentes, sea esta base la selva
(2001). y Negri (2007). ' Lacandona, los asentamientos de los campesinos sin tierra en el

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway
Las grietas: la antipolltica de la dignidad

Brasil, o un centro social en Milán, puede dar una fuerza particu-


lar a los movimientos de negación-y-creación. Sin embargo, sí (como en Grecia, la ciudad de México o Buenos Aires), como la
ponemos énfasis exclusivamente sobre la territorialidad surge un orga?ización ?e radioemisoras alternativas que buscan establecer
problema, ya que se corre el riesgo de excluir a muchas personas un d1ferente upo de comunicación (crucial en el levantamiento en
que aun siendo ardientes rebeldes pueden carecer de arraigos Oaxa:~ y de creciente importancia en todo el mundo), tanto la
fuertes con un territorio que se encuentre al borde de la rebelión. creacw~~de escuelas como centros para el aprender la dignidad y
La rebeldía puede fácilmente desviarse hacia la solidaridad: dado la rebehon _(el MSTen el Brasil o los zapatistas en Chiapas), como
que Munich, Edimburgo, Nueva York, o dondequiera que uno la mstalac10n de ollas populares en las calles de Buenos Aires o el
viva, no se están preparando como para declararse ciudades autó- simple postulado cotidiano, por parte de millones de person~s de
nomas y anticapitalistas, entonces, iré a dar mí apoyo a esos terri- que las l<;yes de. propiedad intelectual pueden ser cuestionadas
torios donde están pasando cosas emocionantes, iré y pasaré tres (bapr mus1ca, Vldeos, software y copiar libros gratuitamente, por
ejemplo).
meses en una comunidad zapatista. Esto puede ser una verdadera
ayuda para los zapatistas y puede ayudar a construir un movimien- A veces, es el simple ¡no!lo que se hace más evidente en esas
to internacional, pero elude la cuestión centtal de cómo asumi- ~uch~: pero hay, a menudo -o quizá siempre-, un otro-hacer
mos desde donde vivimos la responsabilidad de romper con el 1mphc1to en el no. Cuando los pobladores de Ateneo se levanta-
capital aquí y ahora. ron co~tra la cons~c~ión sobre sus tierras del nuevo aeropuerto
No hay razón, sin embargo, para que debamos pensar en las de la cm?ad de MeXJco -y ganaron-, implícitamente, estaban
grietas solamente en términos de rupturas espaciales. La lucha por d1c1~ndo rehusamos aceptar la lógica del dinero, continuaremos
desmercantilizar un determinado tipo de actividad y someterlo a un haciendo lo que sabemos y nos gusta, es decir, cultivando nuestra
control popular, puede ser pensada en términos similares: aquí tam- tierra". Lo mismo sucedió cuando estallaron las luchas contra el
bién hay una lucha por eliminar un área de actividad respecto del trazado de las líneas del tren de alta velocidad (TAV) en la Italia
funcionamiento capitalista y organizarla siguiendo lineamientos dife- ~eptt;ntrional: el eje central ha sido la consigna No TAV, pero está
rentes. Así, por ejemplo, la Coordinadora en Defensa del Agua y de 1mphnta la defensa de la recuperación de un otro-hacer: un vivir
la Vida que luchó en contra de la privatización del agua en Cacha- con .otro ri~o. No obstante, a veces, el otro-hacer cob~ impor-
bamba, afirmó que ellos habían abierto "un resquicio en el modelo tancia exphcita, como en las escuelas alternativas, donde los rebel-
neoliberal imperante en América Latina y el mundo" (Ceceña, 2005: d.e~ dicen de modo claro que están creando otro tipo de educa-
27; véase también Gutiérrez AguiJar, 2008; Olivera y Lewis, 2004). Hay cwn para reemplazar la educación autoritaria o alienada
luchas importantes que se libran en todo el mundo para eliminar implantada por el Estado.
de la lógica del capital en áreas tales como el agua, los recursos Este tipo de grieta, relacionada con actividades o relacionada
naturales, la educación, la salud, la comunicación, la música o el con los recursos, a veces, es considerada como la defensa o crea-
software (véase Bollier, 2008). Éstos pueden ser considerados como c.ión ~e un bien común. El capitalismo, desde su comienzo, ha
intentos por crear áreas de exclusión, por construir sectores pro- Sido Sie~pre un movimiento de cercamiento, un movimiento de
tegidos donde se f~en carteles alrededor con la advertencia: convertlr lo .que era d; disfrute o uso común en una propiedád
"Prohibida la entrada al capital" l. Estas luchas surgen en muchas p~vada. El ejemplo mas obvio, proveniente del capitalismo de Jos
formas: como rebeliones populares contra la privatización del agua pnmero~ uempo~, es el.cercamiento de las tierras, pero toda forma
(como en Cochabamba}, como huelgas estudiantiles contra la de prop1eda?~ pnvada 1mplica un cercamiento.;' una apropiación,
introducción de aranceles, o la privatización de las universidades una separacton de algo que antes era de disfrute o uso común.
~fase neo liberal del capitalismo ha sido testigo de una acelera-
1
1 Esto no lo entiendo como la nacionalización, que generalmente es un
ClOn de este proceso de cercamiento y ha engendrado una enor-
medio de reconciliar esas exigencias con la reproducción del capitalismo, sino,
me ~antidad d.e luchas para defender lo que es poseído en
en cambio, como el control real de estas áreas por las personas afectadas. comun. Dyer-Waherford (2007: 82) sugiere que conviene pensar
en tres u pos de bienes comunes, aparte de la tierra:

1 32
33
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway las grietas, la antipolltica de la dignidad

Pero hoy lo en-comúu también nombra la posibilidad de propie- dades de la Argentina no fue sólo una grieta espacial, fue también
dad colectiva, y no privada, en otros terrenos: lo ecológico en- una grieta temporal, un momento de furia y celebración, cuando
común (el agua, la atmósfera, la pesca y los bosques); lo social la gente salió a las calles con sus cacerolas para gritar que estaban
en-común (la previsión pública con respecto al bienestar, la hartos, que todos los políticos debían irse -¡que se vayan todos!- y
salud, la educación, etcétera); lo en--común en red (el acceso a debía haber un cambio radical3. Se liberó una gran cantidad de
los medios de comunicación). energía social, se crearon diferentes maneras de relacionarse. Esto
fue una grieta temporal en las formas de dominación. Lo mismo
Los bienes comunes pueden ser considerados como la forma podría decirse de cualquier otro levantamiento o explosión popu-
embrionaria de una nueva sociedad: "Si la célula del capitalismo es lar, por ejemplo, el gran acontecimiento mundial, al que común-
la mercancía, la célula de la sociedad capaz de trascender al capi- mente nos referimos como 1968. A menudo, esas explosiones son
tal es lo en-común" (Dyer-Witherford, 2007: 82). Estas áreas comu- vistas como fracasos porque no conducen a un cambio permanen-
nes, al menos en la medida en que existe un control social verda- te, pero no es cierto, tienen una validez propia, independiente de
dero y no sólo la propiedad estatal, pueden ser consideradas como sus consecuencias a largo plazo. Como un relámpago, iluminan
otras tantas grietas en la dominación del capital, otras tantas áreas un mundo diferente, un mundo creado, quizá, por unas pocas
prohibidas en donde no se impone el mandato del capital, como horas, pero la impresión que nos queda en la cabeza y en los sen-
desgarros en el tejido de la dominación. O más bien, si el capital tidos es la imagen de un mundo que podemos crear (y lo hemos
es un movimiento de cercamiento, los bienes comunes son un hecho). El mundo que todavía no existe se despliega como un
movimiento inconexo hacia lo común, un moverse en la dirección mundo que existe todavía-no4.
opuesta, un rechazo al encierro, al menos en s~ctores específicos. El carnaval, al menos en el mundo medieval, puede ser visto
U na tercera dimensión para pensar sobre las grietas es la del como una grieta temporal en la forma de dominación, un tiempo
tiempo, una dimensión de lucha crucial. Para quienes vivimos en en el que las relacionesjerárqukas normales no sólo se invierten,
las ciudades, a menudo es muy dificil pensar en grietas en térmi- sino que son abolidas. Esto no representa sólo una fuga de vapor
nos espaciales, al menos en el corto plazo. Para muchos de noso- funcional que reproduce la dominación, sino que es algo mucho
tros, declarar zona autónoma a nuestra ciudad o a nuestra locali- más profundo. Tischler (2007b: 23), citando a Bajtín, escribe:
dad es un sueño inalcanzable. En muchos espacios urbanos no
existe el sentido de comunidad que haría de este sueño algo rea- El carnaval "era el triunfo de una especie de liberación transito-
lista o factible a corto plazo. Ciertamente, abundan grietas espa- ria" que suponía "la abolición provisional de las relaciones jerár-
ciales en las ciudades, centros sociales, casas ocupadas, huertas quicas, privilegios, reglas, tabúes. Se oponía a toda perpetuación,
comunales, espacios de disfrute o esparcimiento público, pero, a a todo perfeccionamiento y reglamentación, apuntaba a un por-
menudo, nuestras comunidades están conformadas sobre una venir aún incompleto".
base temporal2. Nos reunimos y compartimos un proyecto de
algún tipo, en un espacio, una reunión o una serie de reuniones, Una grieta, entonces, un momento de ruptura de las relacio-
o salimos a la calle en un momento de celebración o de furia. Más nes de dominación y de creación de otras relaciones. Éste es un
tarde, quizá, nos dispersemos y cada uno vaya a lo suyo, pero
mientras estamos juntos nuestro proyecto, celebración o furia 3 Para una importante reflexión sobre la importancia dell9 y 20 de diciem-
puede crear una otredad, una forma diferente de hacer o relacio- bre de 2001 véase el libro 19 y 20: Apuntes para el nuevo protagonismo social del
narse. El argentinazo del 19 y 20 de diciembre de 200 l en las ciu- Colectivo Situaciones (2002). Este colectivo forma por su parte una interesante
grieta, una real grieta consciente en las pautas de elaboración teórica. Sobre dos
estimulantes exhibiciones y una selección de artículos inspirados por los aconte·
::! Un ejemplo interesante de las grietas urbanas puede observarse en las deno- cimientos en la Argentina véase Ex.Argentina (2004 y 2006).
minadas Jornadas K.rax, 2009, en Barcelona. Disponible en <http:/ /krax. citymi· 4 Para Ernest Bloch ( 1980) la actual existencia todavía-no del mundo que
ned.org/> [consultado ell7/06/10]. todavía no existe es la fuente de la esperanza.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway las grietas, la antipolftica de la dignidad

tiempo también en el que la risa se abre paso a través 1~ se~ied.a? Los desastres suspeuden el tiempo ordinario y con él nuestros
del mundo de la dominación y de la sumisión, no la nsa IndiVI- roles y destinos cotidianos, se caen los límites, las líneas argumen-
dual, sino una risa colectiva que se extiende hacia otro mundo. tales de nuestra ,;da se quiebran, despertamos a otras posibilida-
des de lo que podríamos hacer, de con quién podríamos hablar,
La risa carnavalesca es vehículo de una humanización concreta, en de hacia dónde podrían ir nuestras vidas, incluso de quiénes
el tiempo real y simultáneamente utópico del carnaval; es el len- podríamos ser (y la familiaridad co11 la muerte a gran escala, a
guaje de la vida que no admite la separación entre sujeto y objet~, menudo intensifica el placer de estar \ivos). Las ansiedades y dese-
v desecha la abstracción como herramienta de poder y somett- os cotidianos ya no tienen impm·taucia [ ... ] hay algo excitante
~ieuto (Tischler, 2007bo 24). acerca de las posibilidades pues el júbilo de estas ocasiones, es
tanto por lo que puede venir que por lo que ya ha pasado, un pla-
Esta idea de "la risa como principio revolucionario" (ibíd.: 21) 5 cer antes desconocido en la incertidumbre. Las secuelas del desas-
tre son vistas a menudo como peculiarmente esperanzadoras.
es adoptada en muchas luchas recientes, tales como el londinense
"Carnaval contra el capital" del 18 de junio de 1999 (véaseJune 18
Collective: 1999) y el Ejército Payaso Clandestino Insurgente, que El conjunto de nuestras expectativas sobre el tiempo, y sobre
cómo funcionan las cosas son destruidas de repente, el Estado, a
desempeña un papel significativo en las protestas europeas (véase
Shukaitis, 2009)6. El levantamiento de 2001 en la Argennna vtene menudo, queda como totalmente incompetente -o sólo como un
caracterizado por Cafassi (2002: 79) como una explosión de "furia obstáculo corrupto-, y las person~ se ayudan, desarrollan formas
alegre". La rebelión nunca ha estado lejos del carnaval, pero esto se alternativas de organización social para afrontar la situación de
quienes sufren. El mundo es puesto al revés, tal como en el cama-
ha hecho más explícito en los años recientes.
val: no sólo en el mundo material, sino también en el social?. Por
Desde los años sesenta los levantamientos se han vuelto más explí- eso es que los desastres naturales, a menudo, suponen una amena-
citamente cantavalescos, quizá en parte porque la rebelión ahora za para los gobiernos: a través y más allá del sufrimiento, abren una
no es sólo contra el cercamiento cte los bienes comunes económi- ventana a la posibilidad de otro mundo y dejan al desnudo las mise-
cos y fisicos, sino también de los bienes comunes sodales y cultu- ri~ del m':ndo existente. Solnit, basándose en la descripción que
rales (Solnit, 2005o 17). hiZO Henn Lefebvre de la Comuna de París, señala la íntima rela-
ción que hay entre los desastres, los carnavales y los levantamientos:
Los desastres, quizá de forma extraña, constituyen otro ejem-
plo de las grietas. Los desastres -tales como los terremotos, hura- Henri Lefebvre escribe de la Comuna de París de 1871: "Una
canes, tsunamis, guerras, y otros-, no sólo pueden .traer el s~fn­ espOntaneidad fundamental separa los sedimentos depositados
miento humano, sino también una ruptura de relactones soctales por los siglos: el Estado, la burocracia, las instituciones, la cultura
y el súbito surgimiento de relaciones totalmen:e di_ferentes entre muerta. [ ... ] Se metamorfosea de un salto en comunidad, en
los seres humanos, relaciones de apoyo y sohdandad. Rebecca comunión, en el seno de la cual el trabajo, la alegria, el ocio, la
satisfacción de las necesidades -y ante todo de las necesidades
Solnit (ídem: 1, 5) transcribe las palabras de una víctima del hura-
sociales y de las necesidades de sociabilidad- no se separarán
cán Juan en Halifax (Canadá): "Desaparecieron muchos línútes
más". [ ... ] Dejan a un lado capas de sedimento. Se rompe un
de la alienación, se levantaron las rutinas de nuestra vtda coUdia-
na, de los medios de comunicación, de las propiedades y, por eso,
había una sensación de alivio". Más adelante, la autora comenta: 7 Hay muchos ejemplos a los que se podría hacer referencia aquí. Dos
impresionantes son el bombardeo de Londres durante la Segunda Guerra
Mundial, que pasó a ser considerado como un símbolo de solidaridad social y el
5 Sobre la ambigüedad política del carnaval véase Ehrenreich (2007, en de la construcción de un nuevo mundo de posguerra que nunca volvería a las
especial el capítulo 5). miserias de la Gran Depresión; y el terremoto de la ciudad de México en 1985,
6 Sobre el rol de los payasos en la contracumbre del G-8 en Gleneag\es que es considerado por lo general como la plalaforma de lanzamiento de una
(Escoda) véase Harvie y otros (2007). nueva oleada de luchas sociales.

l. 36 37

L
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

dique, una inundación arrastra con violencia todo lo que encuen-


tra a su paso: el desastre y la revolución se sirven mutuamente de
T
1
'
las grietas, la antipolltica de la dignidad

Beltane* d~ los neopagan~s, !~conferencias anarquistas, los círcu-


metáforas (Solnit, 2005: 8)8. lo_s de brujas, las rent parttes en el Harlem de los años veinte, los
nzg~t-.cl~s, los banquetes, los picnics libertarios o anarquistas de
La noción de una grieta temporal en la dominación es algo la VIeJa epoca; deberíamos tomar conciencia que todas éstas son
parecido al concepto acuñado por Hakim Bey (1985) de las zonas de ~lguna forma "zonas liberadas", o al menos potenciales zonas
autonomas temporales (Bey, 1985).
autónomas temporales. Su argumento es que no podemos espe-
rar hasta una futura revolución9, porque la idea misma de una
revolución en el futuro se ha vuelto enemiga de la emancipación. La noci_ó~ de zona autónoma temporal, a veces, se relaciona
Sin embargo, ahora podemos crear enclaves libres o zonas autó- con el movtmiento de las macrofiestas tecno de los años ochenta
nomas temporarias, momentos de levantamientos: "un levanta- Y noventa (vé"':e Gibson, 2006, por ejemplo), pero, para aquellos
miento es como una experiencia máxima en oposición a los nive- de ~esotros mas apa~1bl~s, las_ zonas autónomas temporales, pre-
les habituales de conciencias y experiencias comunes. [ ... ] Esos sumtblemente, podnan tdentJ.ficarse también con un día en el
momentos de intensidad dan forma y sentido a toda una vida" parque o alguna tarde tranquila de lectura de un buen libro 0 de
(Bey, 1985). Esos levantamientos son temporales y ni siquiera tra- una charla con amigos, por no mencionar una representación
teatral o algún conciertolo.
tan de ser permanentes.
<;!uizá podemos avanzar un paso más y, siguiendo una suge-
La zona autónoma temporal es un levantamiento que no se rela- renct~ de Horkheimer, considerar que ya sólo el hacer algo por-
ciona directamente con el Estado, una operación guerrillera que que. s1, .por su propiO valor, puede ser visto como una grieta anti-
libera un área (de tierra, de tiempo, de imaginación) y luego se capttahsta, por la simple razón de que rompe la cadena
disuelve para reconfigurarse en otro sitio, otro tiempo, antes de mstrumental ~e ~onamiento típica del capitalismo, en la que
que el Estado pueda aplastarla (Bey, 1985). todo debe ser JUstlficado como un medio para un fin:

La búsqueda de autonomía implica un desplazamiento nóma-


~ada vez, s~ _hace menos y menos una cosa por su propio valor.
da entre -o la creación de- estas zonas transitorias de libertad e U ~-la excurs101~ saca fuera de la ciudad a un hombre y lo lleva a las
intensidad de experiencia. El eslabón entre las zonas lo constituye ?l.lllas ~e un no o a la cumbre de una montaña, sería irracional e
la red de internet: "la estructura alternativa, horizontal y abierta de IdiOta, Juzgada por las pautas utilitarias, pues él se está dedicando
intercambio de información, la red no jerárquica" (Bey, 1985). Los a un Pa:'~tiempo tonto o destructivo. Para la razón formalizada
ejemplos que ofrece este autor cubren un amplio espectro: una acciOn es razouable sólo si sirve a otro propósito, por ejem-
plo a la salud o a la relajación, que ayuda a restaurar su fuerza de
La fiesta nocturna es ya "la semilla de la nueva sociedad tomando trabajo (Horkheimer, 2004: 25).
forma dentro del caparazón de la vieja" (preámbulo de
Trabajadores Industriales del Mundo, Industrial Workers of the
World, IWW). Las "reuniones tribales" al estilo de los años sesen-
ta, el cónclave en el bosque de los ecosaboteadores, el idílico lO Horkheimer ..evoca ~i~n esos momentos mágicos, pero los ve como rema-
nemes ~el pasad~:. _Esa:' _VIeJas formas de vida que arden como brasas bajo la
su~erfic_¡e de la Civ¡hzac!on moderna todavía constituyen, en muchos casos, la
8 Agradezco a Rebecca Solnit por el intercambio donde expuso las ideas de ca_hdez m~erente en cualquier deleite, en cualquier amor a una cosa por sí
este párrafo. n:tsn:a, "_las que a otra cosa" (2004: 24). Prefiero verlos más bien como memo-
9 Bey (1985) escribe: "La consigna ¡Revolución! ha mutado de un toque a nas msat!Sfechas o anticipa~iones presentes de un futuro potencial, momentos
rebato por las campanadas de muerte. a una maligna trampa del destino pseu- que ~rea~os comra las pres¡ones del capitalismo cotidiano.
doagnóstica, a una pesadilla en la cual por más que luchemos nunca podemos Anug_ua celebración celta en el 1" de mayo en Escoda e Irlanda que seña-
escapar a esa malvada eternidad. Ese incubo, el Estado, un Estado tras otro, cada laba el com1enzo del verano [NdE].
cielo gobernado por un ángel aún más perverso~. . . *"' Fiestas con el objetivo de recaudar aportes para pagar el alquiler de la
VIVIenda [NdE].

38
39
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Las grietas, la antipolitica de la dignidad

múltiples rebeliones y creaciones alternativas como relacionadas


Ir a una excursión o sentarse a leer un buen libro o concurrir
a una fiesta que durará toda la noche, ¿acaso pueden ser vistos i por líneas de fallas geológicas en la sociedad; líneas de falla a
menudo invisibles o casi invisibles, rápidamente mutables.
como un acto de instunisión y ser comparados con la rebelión
zapatista o el levantamiento de diciembre de 2001 en la Argentina?
Ésta es una pregunta crucial que surge repetidamente. Es eviden-
te que pasar una tarde tranquila leyendo un buen libro no tiene el
¡

La noción de la grieta, a diferencia de la idea de Bey sobre la
zona autónoma temporal, mantiene viva la perspectiva de una
transformación total de la sociedad. Mientras que cada rebelión
mismo impacto sobre la sociedad que organizar la ocupación de tiene una validez propia y no necesita justificarse en lo que se
varias ciudades por parte de miles de campesinos indígenas. Sin
1 refiere a su contribución a la revolución del futuro, sigue siendo
embargo, ignoramos -por nuestra cuenta y riesgo-, las líneas de cierto que la existencia del capitalismo es un ataque constante a
continuidad que existen entre ambas. El subcomandante Marcos la posibilidad de determinar nuestras vidas. Aunque una grieta no
(1994) argumenta algo similar: debería ser considerada como un medio para un fin, siempre hay
una insuficiencia en ella, una falta de plenitud, una inquietud, un
Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en descontento. Una grieta no es un paso en el camino de la revolu-
Europa, chicana en San Isidro, anarquista en España, palestino ción, sino que es una apertura hacia afuera. Es un faro de digni-
en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en dad qu.e brilla en una noche oscura, una emisora de radio que
Neza, rockero en Cu[ba},judío en Alemania, Ombudsmau en la transmtte la rebelión a no importa quién. Nunca está totalmente
Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la post cerrada, aun cuando sea reprimida con violencia. La Comuna de
guerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en Paris sigue viviendo, a pesar de la masacre de tantos de sus parti-
los Andes, maestro en la CNTE, artista siu galería ni portafolios, cipantes: una inspiración, una deuda pendiente. De igual mane-
ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cual-
ra, 1968 también vive, como un sabor a libertad que se convierte
quier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin
del siglo XX, huelguista en la CTM, reportero de nota de relleno en un deseo, tantas luchas del pasado que no han pasado, sino
e11 interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola e11 que e.slá.J1 en el aire, vibraciones de esperanzas incumplidas, pro-
el metro a las 10 p.m., jubilado en el plamón en el Zócalo, cam- mesas de un futuro posible. Tantos experimentos sin terminar en
pesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico el deseo de un mundo que podria ser.
sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, Desde estas grietas hay un impulso hacia afuera. Son centros
escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste de transgresión ondas de rebelión que se irradian, no de acuerdo
mexicano. En fin, Marcos es un ser humano, cualquiera, en este con un modelo predeterminado -pues éstos no funcionan-, sino
nlundo. siempre de modo experimental, creativamente. Nuestras grietas
no son espacios independientes, sino rebeliones que se recono-
Sin embargo, la izquierda se suicida una y otra vez, al ignorar, cen entre sí, sienten afinidades, extienden sus brazos entre sí. La
negar o destruir estas líneas de continuidad: para condenar el necesidad de librarse del capitalismo, la necesidad de una trans-
reformismo usan un lenguaje que sólo entienden los iniciados, o formación verdadera y radical de la sociedad es más urgente que
incluso recurren a la violencia en un modo que aleja a mucha nunca, pero la única forma de conseguir esto es mediante el reco-
gentell. En lugar de crear divisiones drásticas -entre el líder de la nocimiento, la creación, expansión y multiplicación aquí y ahora
guerrilla y el ama de casa solitaria en una noche de verano, por de todo tipo de grietas en la estructura de la dominación.
ejemplo-, necesitamos hallar formas de hacer visibles y fortalecer La fuerza de las grietas rompe la dimensionalidad. Aquí
estas líneas de continuidad que, a menudo, están tan sumergidas. hemos mencionado tres dimensiones: la espacial, aquella basada
Ésta es la cuestión al hablar de las grietas, comprender nuestras en la actividad o recursos, y la temporal. El objetivo, sin embargo,
no es establecer una tipología o una clasificación: lo importante
tI Sobre la cuestión de las acciones del denominado bloque negro véase es ver más bien las múltiples formas de rebelión en la vida cotidia-
Holloway y Se<gi (2007) . na. Vivimos en una sociedad capitalista, estamos dominados por

.~l----4-0-------------------~-··-------------------4~1~
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
las grietas, la antipolítica de la dignidad

el capital y, sin embargo, todo el tiempo y en un millón de formas


diferentes tratamos de romper la lógica del capital. Redactar un capital es pasar a través de un espejo y comenzar a vivir en un
listado de las diferentes dimensiones puede ayudarnos a pensar mundo que todavía no existe -y, en consecuencia, existe todavía
en las muchas y diferentes formas en que lo hacemos, pero quizá no--, un mundo con una dimensionalidad totalmente diferente,
rebelarnos contra el capital es rebelamos contra la dimensionali- un mundo que sólo estamos comenzando a comprender.
dad misma12, En este sentido, el surrealismo es un aspecto de las Luchar no sólo en contra sino en-contra-y-más allá es siempre
grietas: la ruptura de la dimensionalidad y la proyección en un cruzar un umbral hacia un más allá, una suerte de contramun-
mundo diferente, en un mundo que va más allá del capitalismol3. dol4, que es un experimento y una apuesta, un más allá que es
Hay un hermoso pasaje de John Berger (2001: 4-5) en el que surrealista en el sentido que nos proyecta más allá de la realidad
sugiere la dimensionalidad-otra de las grietas: existente. La Free Association (2007: 26) expresa claramente esta
cuestión:
Sin embargo, puede suceder que, de pronto, de forma inespera-
da y más frecuentemente a la media luz de un atisbo se hace visi- Imaginando un muudo diferente, actuando en un mundo diver-
ble algo de otro orden que se iutercept.:l con el nuestro y no tiene so, en realidad convocamos a ese mundo. Es sólo porque nos
nada que ver con él. La velocidad de una película cinematográfi- hemos alejado, al menos parcialmeme, de lo que tiene Jentido en
ca es de veinticinco fotogramas por segundo; Dios sabe cuántos el viejo mundo que ese otro mundo puede comenzar a tener su
fotogramas por segundo pasan eu nuestra percepcióu diaria. propio sentido. Tomemos el ejemplo de Rosa Parks, quien sim-
Pero es como si en los muy breves momentos de los que estoy plemente rehusó desplazarse al fondo del autobús: ella no estaba
hablando, de pronto y en forma desconcertante pudiéramos ver exigiendo nada, ni siquiera se opouía, simplemente estaba
entre los fotogramas. Llegamos a uua parte de lo visible que no actuando en uu mundo diferente.
estaba destinada para nosotros. Quizá estaba destinada para las
aves nocturnas, los renos, los hurones, las anguilas, las ballenas .. Esa acción, que desencadenó el movimiento de los derechos
civiles en los Estados Unidos, se nos ocurre ahora como la simple
No estoy sugiriendo que las grietas anticapitalistas estén desti- afirmación de uno de los derechos humanos, pero en su momen-
nadas solamente para los hurones y las ballenas, sino que, a menu- to fue un~ apuesta atrevida y experimental. El traspasar un
do, su existencia puede ser detectada s6lo por una sensibilidad umbral hac¡a un mundo que podía o no llegar a existir 15_ Eso está
especial, y que ellas nos introducen a un mundo que rompe con en la naturaleza de nuestras grietas: son la realización de un
las dimensiones ordinarias de la vida. Quizá rebelarnos contra el mundo que no existe, la_ esperanza de que realizándolo podamos
~e~dadera~ente darle Vlda, o más bien, sabiendo que éste es el
12 Zihechi (2006: 33) expresa muy bien las rupturas de las dimensiones: un¡co cammo para darle vida.
"Los tiempos de desbordes, de intensa creatividad colectiva -durante los cuales
los grupos sociales liberan gigantescas energías-, actúan como relámpagos capa-
ces de iluminar las sociabilidades subterráneas, moleculares, sumergidas, ocultas
por el velo de las inercias cotidianas en las que se imponen los tiempos y los espa-
cios de la dominación y la subordinación".
13 El surrealismo puede ser considerado como un intento radical de vivir el
mundo que todavía no existe rompiendo con la misma dimensionalidad del
capitalismo. Sobre la enorme riqueza y las terribles contradicciones del mundo
surrealista véase Vaneigem (1999) y Lówy (2006). Para una excelente discusión
de estas cuestiones véase Muñoz (2009). Sobre William Blake y la importancia de
romper la dimensionalidad véase Cyril Smith (2005), especialme11te el capítulo . 14 Véase Cont.mmundos, el sugestivo título del libro de Reithofer, Krese y
sobre "Marx y la cuádruple visión de William Blake" (también disponible en Kuhherger (2007).
<www.marxists.org/ re fe ren ce/ archive/ smi th-cyri 1/wo rks/ articles/blake.h tm> lft Esto no significa que haya sido, simplemente, una acción espontánea: en
[consultado ei!S/06/10]). realidad, fue muy bien preparada. Agradezco a Chris Wright por señalarme este
aspecto.
42
43
Las grietas son exploraciones Las grietas, la antipolltica de la dignidad

en una antipolítica de la dignidad


simplemente, un contenido vacío para ser llenado de determina-
<tesis 7> da manera: por la autodeterminación. Pero ¿qué significa la auto-
determinación, y cómo está organizada?
Algunos de los ejemplos mencionados -leer un libro en el
parque, ir a la pequeña huerta comunitaria- nos sugieren la auto-
determinación individual (la "libertad" en un sentido liberal).
Esta experiencia de elección individual no debería ser desestima-
da ligeramente, pero es evidente que no nos conduce muy lejos,
simplemente porque lo que sea que hagamos es parte de un flujo
social del hacer en el cual es difícil-o imposible- separar el hacer
de una persona del hacer de las otras. Si el movimiento de este
Las grietas son exploraciones-creaciones de un mundo que toda- flujo•social del hacer no es configurado conscientemente, enton-
vía no existe. Pasamos por el umbral a un contra mundo en el que ces, siempre aparecerá como una coacción externa, comúnmente
la exploración es indistinguible de la creación: los únicos caminos expresada en forma de dinero, que hace de nuestra libre autode-
son los que hacemos al andar!. terminación una farsa. La única autodeterminación verdadera
Lo importante en la grieta o contra mundo no es el qué, sino sería el control social del flujo social del hacer, y puesto que este
el cómo: "no, no haremos lo que el dinero nos ordena hacer, flujo social del hacer es un flujo global, esto significa, necesaria-
sino lo que consideramos necesario o deseable". El qué en ambos mente, el comunismo mundial, o sea, una forma' de organización
casos no tiene contenido, lo importante es la fonna en que se en la que los seres humanos del mundo determinarían activamen-
toma la decisión, ya sea como una imposición o coacción externa, te el flujo del hacer en el mundo. Por el momento, esto es difícil
o como el intento de decidir por nosotros lo que deberíamos siquiera imaginarlo. Ahora se trata no de la autodeterminación
hacer. La grieta es, simplemente, un impulso hacia la autodeter- plena, sino de un impulso constante hacia la autodeterminación,
minación. Obviamente, esto excluye una predeterminación de los que sólo puede ser· comprendido como un proceso social.
contenidos de las grietas, puesto que toda la cuestión consiste en Hablar de las grietas como impulsos hacia la autodetermina-
que las personas comprometidas determinen los contenidos. La ción tendría poco sentido si ello no se reflejara en su organización
descripción detallada de las utopías puede ser estimulante, pero interna. La grieta es, en primer lugar, una ruptura con las relacio-
si las tomamos· en serio como un modelo de cómo debería orga- nes sociales capitalistas. No hay un modelo a ser aplicado, pero
nizarse la sociedad, inmediatamente se vuelven opresivas2. Quizá hay un principio fundamental de asimetría en relación con esas
lo que más podemos decir sobre el contenido de las grietas es lo relaciones sociales. Si el capital es la negación de la autodeter-
que puede averiguarse a partir de las luchas que ya existen, y, minación, entonces, el impulso hacia esta autonomía debe ser
como hemos visto, estas luchas cubren una enorme variedad de fundamentalmente diferente en sus formas de organización. Si
diferentes actividades. nuestra lucha no es asimétrica al capital en sus formas, entonces,
En lugar de hablar del cmÍtenido de las grietas deberíamos simplemente reproduce las relaciones sociales capitalistas, inde-
concentramos en el cómo. En términos generales, el contenido es, pendientemente de su contenido3.

l Antonio Machado, en su poema "Caminante" (2007), escribe: "caminan- 3 Por ejemplo, Emilio, de la asamblea vecinal de Tierra del Sur en la
te, no hay camino, se hace camino al andar". Argentina, entrevistado por Marina Sitrin (2005: 213) expresa: "No estamos
2 Gunn (1995) considera las utopías como acciones policiales contra un construyendo lo opuesto, a panir del no a lü" opuesto estamos construyendo algo
pensamiento apocalíptico. También Momo (1975:168, citado porjay, 1984: 264) diferente. No estamos construyendo Jo opuesto al sistema capitalista, eso ya se
escribe: "El impulso utópico en el pensamiento es más fuerte cuando menos se practicó y no funcionó. Lo opuesto no funciona. Estamos construyendo algo que
objetiva como utopía". es diferente. Qué, no sé, no tiene nombre y ojalá que nunca lo tenga".

44 45
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

Las grietas, entonces, son exploraciones en la asimetría, inves-


r
1
Las grietas, la antipolltica de la dignidad

tradición anticapitalista de la que hablamos está caracterizada


tigaciones en la antipolítica de la dignidad4. La dignidad es la afir- por_ ~l res~eto por todos l~s a~tores, la promoción de la r.artici-
mación inmediata de la subjetividad negada, la afirmación de que pacwn acuva, la democracia duecta y el compañerismo. Esta es
-contra un mundo que nos trata como objetos y niega nuestra la tradición de la comuna, el consejo, el sóviet o la asamblea. Es
capacidad de determinar nuestras vidas-, somos sujetos capaces y una forma de organización elogiada por Marx en su discusión
dignos para decidir por nosotros mismos. La dignidad en este sen- sobre la Comuna de París en La g;uerra civil en Francia; una forma
tido significa no sólo la afirmación de nuestra propia dignidad que aparece, con variantes, en todo levantamiento importante
sino también conlleva el reconocimiento de la dignidad de los contra el capitalismo: en los sóviets de la revolución rusa los con-
otros. Central para la grieta es la idea de que el reconocimiento sej~s obreros de Italia y Alemania, en la guerra civil ~spañola,
mutuo no debe esperar hasta el fin de la historia, sino que ya reci_entemente ~~ los consejos comunales de los zapatistas, los
podemos comenzar ahora, combatiendo constantemente la nega- cabildos en BoliVIa, l~ asambleas barriales en la Argentina y las
ción de nuestro mutuo reconocimiento como personas. Donde el formas de organtzaclOn horyzontal-o antivertical- adoptadas por
capitalismo nos trata como a medios para un fin, o como abstrac- grupos en todo el mundo. Estas son formas no instrumentales de
ciones, o como grupos que pueden ser etiquetados, el impulso organización que se c~n:entran en la articulación de las opinio-
hacia el mutuo reconocimiento significa el rechazo a aceptar el nes de todos los partiCipantes en las luchas, abriéndose paso
s~xismo, el racismo, la discriminación por edad y todas esas prác-
desde ahí hacia afuera,_ antes que retroceder en la meta que bus-
ticas que tratan a los seres humanos no como personas, sino como can alcanzar. El consejo, entonces, es totalmente diferente del
la encarnación de etiquetas, definiciones, clasificaciones. Aunque partido, que es una forma de organización concebida como un
en la práctica no siempre se lo observa, el rechazo a estas formas medio para un fin, el fin de conquistar el poder del Estado. En el
de etiquetamiento se ha convertido en un principio universal de consejo, lo importante es la articulación efectiva de la autodeter-
los movimientos anticapitalistas en el mundo entero. La creación mi~a~ión colectiva; en el partido, lo importante es alcanzar un
de relaciones sociales basadas en el reconocimiento y respeto objetivo predeterminado.
mutuo se halla en el corazón de la otra política que está luchando El consejo no sólo es algo que surge en las situaciones revolu-
por desarrollar el movimiento zapatista y tantos otros movimien- cionarias. El tipo de relación que se halla en la base del consejo
tos a lo largo del mundo. La otra política significa tratarnos y tra- es~ profundamente arraigada en la lucha cotidiana, es decir, en
tar a los otros como hacedores, como sujetos antes que como la VIda cotidiana. Salimos para comer con un gru.po de amigos y
objetos, y hallar formas apropiadas de organización para expre- tomamos la decisión de dónde ir mediante una discusión que
sarlo. En un mundo que niega constantemente nuestra dignidad, bus~~ respetar las preferencias de cada uno. Este tipo de toma de
la otra política significa, inevitablemente, un proceso de explora- ~ectstones es parte integral de la vida común y ordinaria. La con-
ción y de creación permanentemente renovadas de las formas sideramos como amistad o compañerismo. Por supuesto, este últi-
organizacionales. mo es un concepto con profundas y poderosas raíces en toda la
Sin embargo, esta creación renovada permanentemente de for- tradición co~unista, socialista, anarquista y anticapitalista: un
mas organizacionales se basa en una larga tradición. La idea de que concepto crucial, aunque frecuentemente sea subordinado u olvi-
nuestras formas de organización son radicalmente diferentes de da~o. En los relatos sobre luchas contra el capital, la camaradería
sus formas de organización está profundamente arraigada en toda recibe, a menudo, un lugar subordinado. Así, se suele decir que
la historia del anticapitalismo. Las organizaciones capitalistas en la gran huelga minera en el Reino Unido, los mineros lucha-
están marcadas por la jerarquía y la búsqueda de eficiencia. La ron contra la clausura de las minas, y en ese proceso se creó un
gran sentimiento de compañerismo. En otras palabras, la camara-
4 Un dramático ejemplo de la asimetría de la lucha es la confrontación entre dería es considerada como un subproducto de la lucha. Pero si se
los payasos y la policía que se convertido en un rasgo de muchas de las grandes escucha a los participantes, el énfasis es, a menudo, diferente:
manifestaciones anticapitalistas en Europa. ellos subrayan que la parte más importante de la experiencia ha

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Las grietas, la antipolftica de la dignidad

sido el sentimiento de compañerismo y de comunidad que se esta- O de nuevo, de uno de los participantes en el levantamiento
bleció entre los huelguistas, y su pérdida cuando al quebrarse la del 19 y 20 de diciembre de 2001 en la Argentina:
huelga las comunidades se dividieron. Por cierto, toda huelga
genera nuevas relaciones de amistad y solidaridad y le da a los Hay un quiebre importante. Que es esto que me junto con mi
huelguistas la experiencia práctica de un mundo sin patrones: la vecino a hablar en la plaza de mi barrio, la esquina xde mi barrio
creación de un mundo de diferentes relaciones sociales que va y a contarnos nuestros problemas [ ... ] en parte también se recu-
más allá de lo que se había previsto al inicio del conflicto. peraron viejos espacios de sociabilidad que se habían perdido
La centralidad de la calidad de las relaciones sociales -en otras [ ... ]Y una de las primeras cosas que se recupera con ell9 y el20
es el cara a cara. E.s la comunidad misma (Sitrin, 2005: 5).
palabras, la camaradería- no es nueva, pero en los últimos años ha
adquirido un nuevo reconocimiento. Se ha desplazado la atención
desde el objetivo instrumental de tomar el poder a la creación o El mundo que tratamos de crear, a veces, se lo describe en tér-
fortalecimiento en el presente de relaciones incompatibles con el minos de sistemas de valores opuestos. Rechazamos los valores
capitalismo. La dignidad se ha convertido en un concepto central. deshumanizantes que encama el capital y creamos un mundo de
La am=sidad es otra palabra usada a veces para expresar las rela- acuerdo con valores diferentes, ideas distintas de lo que es bueno
y lo que es malo. Massimo De Angelis describe la experiencia de
ciones que se están creando en estas luchas. Las relaciones genera-
das son relaciones de amor que fortalecen al movimiento y permi- la acción de la contracumbre del G-8 en Gleneagles (Escocia) en
ten a los participantes superar y respetar sus desacuerdos. Como lo julio de 2005 en estos términos:
señala un piquetero, esto no es fácil: "Es difícil, imaginate vos en
El campamento de Stirling se convirtió eu Ü.n lugar eu el que otros
un barrio de La Matanza, de hombres duros que tienen que pasar valores estaban dominando a la cooperación o coproducción
situaciones de violencia con un alto grado de machismo hablar de social [ ... ] . En última instancia, la política de altentativas es una
arnorosidad, no es fácil decirlo y practicarlo" (Sitrin, 2005: 58-59). política de valores, una política para establecer lo que sou las
La vieja camaradería o compañerismo se ha desplazado hacia el prácticas de valores, o sea esas prácticas sociales y relaciones
centro de la escena, pero ha perdido su imagen masculina y ha correspondientes que articulan los individuos y las totalidades de
declarado que su nombre es amor5. los grupos sociales (2007: 19, 25).
Esto es lo que está siendo subrayado en muchas luchas: que,
por sobre y más allá de los objetivos inmediatos y su conquista -o El énfasis sobre el valor nos ayuda a comprender que la fuer-
no-, hay un residuo crucial de relaciones sociales diferentes crea- za de esta otra política reside en la superación de la separación
do o recuperado. Así, luego de la Guerra del Agua en entre la ética y la política. Se abandona la diferenciación maquia-
Cochabamba, en la que el pueblo de la ciudad se unió para impe- vélica entre los medios y los fines que es tan característica de la
dir la privatización del agua, uno de los participantes concluye: concepción leninista de la política. Vivir ahora el mundo que que-
remos crear con sus "prácticas sociales y relaciones correspon-
Aprendimos muchas lecciones realmente. Yo creo que más allá
dientes"·rompe la separación instrumental de los medios y el fin:
de conquistar el agua para los cochabambinos ha sido un reen-
cuentro con la vida, un reencuentro cou la solid~ridad, la frater- el medio es el fin. Esta visión de la lucha, a menudo, es criticada
nidad y donde hemos ido desarrollando amistades muy valiosas como ingenua o irrealista, sin embargo, la experiencia de los últi-
muy duraderas, a veces etüre vecinos, nos miramos, y .. ¿cómo mos años sugiere que encierra una fuerza tremenda. Es más bien
está? .. , pero ahora hubo oponuuidad de hablar hasta de los hijos, cuando los movimientos retroceden hacia la separación entre
de los problemas ... en tantas horas de vigilia. Volvimos a ser medios y fines, entre la ética y la política, que se debilitan consi-
humanos (Ceceña, 2005: 146). derablemente.
El compañerismo, la dignidad, la amorosidad, el amor, la soli-
5 Sobre la importancia central del amor véase Hardt (2009) y Free daridad, la fraternidad, la amistad, la ética: todos estos conceptos
Association (20 1O). contrastan con las relaciones mercantilizadas, monetizadas del

48 49
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo · John Holloway
Las grietas: la antipolltica de la dignidad

capitalismo, todos describen relaciones desarrolladas en _I~chas


dad. En muchos casos -por ejemplo, en la tradición de las comu-
contra el capitalismo y pueden ser consideradas como anUcipan-
nidades indígenas-, esto se complementa con la idea de rotación
do o creando una sociedad más allá del capitalismo. Se contrapo-
de responsabilidades: parte de la pertenencia a una comunidad es
nen a las relaciones mercantilizadas del capitalismo no como
aceptar que uno puede ser convocado por ésta para .asumir det:r-
alternativas atemporales, sino como una lucha-en-contra. No es
minadas responsabilidades comunales por determmado~ peno-
que haya alguna cualidad transhistórica de la dignidad: la digni-
dos, pero siempre obedeciendo a los deseos de la comu~udad.
dad no es otra cosa que la lucha contra y más allá de su propia
Esto expresa el rechazo a la democracia representauva como
negación. De aquí también se deduce que hablar de grietas como
una forma de organización que excluye a los representados. Todas
exploraciones de la antipolítica de la dignidad no significa que
las formas organizacionales que hemos mencionado pueden ser
tengamos la esperanza de llegar un día a una dignidad preexis~en­
consideradas como desarrollos de la democracia directa, no como
te, sino que la dignidad es una exploración, un proceso cambmn-"
un conjunto de reglas, sino como un proceso constante de experi-
te de crear relaciones sociales en-contra-y-más allá del capital.
mentar con las formas democráticas, formas de superar las inhibi-
Por consiguiente, no puede haber reglas claras sobre cómo
ciones de las personas, formas de controlar las agresiones o los pre-
trasladar estos principios a la organización, pero una idea muy
juicios sexistas o racistas. El desafío central es cómo articular
remarcada en la práctica es la de la horizontalidad. La horizontali-
efectivamente el nosotros hacemos que es el núcleo fundamental de
dad es parte de la afirmación de nuestra propia subjetividad, el
las grietas: cómo articular el nosotros que es el sujeto del movimien-
rechazo a las estructuras verticales, las cadenas de comando que
to, como un nosotros cohesivo y, sin embargo, abierto, y cómo articu-
nos dicen qué hacer. las que hacen de nosotros el objeto de las
lar el hacemos, el nosotros como sujeto, como hacedor. El "mandar
tomas de decisiones de otros, sean quienes sean esos otros. La
obedeciendo" zapatista no sólo ofrece una solución a estas pregun-
idea de horizontalidad es que todos deben participar en los pro-
tas, sino que indica oximorónicamente un verdadero camp? de ten-
cesos de tomas de decisiones sobre una base de igualdad y que no
sión y desafíos6. Que el proceso tiene que ser compre~d~~~ tanto
debería haber dirigentes. En la práctica es difícil hacer que esto
de forma exploratoria como abierto lo subraya otro pnncxpw cen-
funcione en términos absolutos, de modo que, probablemente,
tral de los zapatistas: "preguntando caminamos".
sea más útil pensar en la horizontalidad no como una regla abso-
Podemos considerar estos ejemplos como ejemplos de una
luta sino como una lucha constante contra la verticalidad. Raquel
política prefigurativa, la idea de que la lucha por una sociedad
Gutiérrez Aguilar, en su investigación sobre las luchas en Bolivia
diferente debe crear esa sociedad mediante sus formas de lucha.
(2008), enfatiza que lo importante no es la adopción de ningún
modelo particular, sino la producción de horizontes de. signi~~a­ [Este concepto] describe la idea de que si puedes encarna~ el
do compartido mediante un efectivo proceso de dehberac~on cambio por el que luchas, ya has triuufado; no por la lucha, smo
colectiva. O, como dice el Colectivo Situaciones en una entrevista por tu transformación. La organización Reclaim the Streets
con Marina Sitrin (2005: 49): "La horizontalidad es una herra- [RTS] ha llevado a la realidad esto en forma hermosa, recono-
mienta del contrapoder cuando es una pregunta. Y la horizonta- ciendo que si los activistas de RTS se oponían a la privatización,
lidad es una herramienta del poder cuando es una respuesta". la alienación y el aislamiento, una fiesta callejera no sólo era una
En el principio zapatista de mandar obedeciendo se expresa una protesta contra estas condiciones, sino un triunfo temporario
sobre ellas (Solnit, 2005: 23).
idea relacionada, aunque ligeramente diferente: el principio de
que los que están en posición de .autori~ad ~i~mpre deben o~ede­ Se ha ganado una enorme experiencia, especialmente en los últi-
cer a quienes se encuentran baJO el eJerciCIO de esa autondad. mos aii.os, en esta política prefigurativa o política otra, esta política de
Aquí se acepta un grado de no horizontalidad, pero .e.l clá~ico
plincipio consejista de rendición de cuentas y revocabxhdad.I~s­
ó L< discusión de todas estas cuestiones ha salido a la luz de la experiencia
tantánea asegura que quienes -temporalmente- ocupan poslcl~­ de Jos últimos años: véase, por ejemplo, Sitrin (2005), Thwaites Rey (2004) y
nes de responsabilidad deben obedecer los deseos de la comun1- N unes (2007).

50
51
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway

la dignidad'. Esto incluye tanto a la experiencia en la organización


de las grandes reuniones contracumbres del movimiento altergloba-
lización como la organización de los foros sociales, tanto mundiales
Parte 111.
como regionales, pero también la creación menos espectacular de
huertas comunitarias, escuelas alternativas, emisoras de radio en
resistencia, teatro en la calle, y otros más. La idea que está ganando
Las grietas existen
terreno es la de que la única forma de cambiar el mundo es hacerlo
nosotros mismos aquí y ahora8 . No obstante, los intentos por crear
al borde de la imposibilidad
ahora el otro mundo que decimos posible nunca se dan sin proble-
mas: en una sociedad basada en la negación de la dignidad, la políti-
ca de la-dignidad constituye siempre una lucha.

7 Graeber (2002: 148) afirma: "El resultado es una rica y creciente panoplia
de instrumentos organizativos -<onsejos de portavoces, grupos de afinidad, téc-
nicas de dinamiZación, pecl!mS [espacios abieftos a la participación], discusiones
por pequeños grupos, resolución de situaciones de bloqueo colectivo, observa~
ción externa de las atmósferas del grupo, etcétera- encaminada en su totalidad
a la creación de formas de procesos democráticos que permitan que las iniciati-
vas surjan desde abajo y alcancen la máxima solidaridad efectiva, sin ahogar a las
voces discrepan tes y sin crear posiciones de liderazgo u obligar a nadie a hacer
algo a lo que no haya dado su libre consentimiento".
8 Sobre las posibilidades de hacerlo nosotros mismos véase el imponante
libro del Trapese Collective (2007); véase también los detallados relatos de los
muchos y diferentes experimentos de vivir en forma diferente en Habermann
(2009).

52
-
La dignidad es nuestra arma
en contra de un mundo de destrucción
<tesis 8>

Las grietas rompen con la lógica de la sociedad capitalista. A esa


lógica oponemos una forma diferente de hacer cosas. Queremos
romper el sistema, la cohesión social que nos sujeta y nos obliga a
actuar en determinadas formas.
La dignidad es un filo cortante que rasga el firme y compacto
tejido de la dominación capitalista La dignidad es un rompehie-
los, y su aguda proa va cortando, fragmentando una enorme masa
de hielo maciza: el horror aparentemente inquebrantable que
denominamos capitalismo. La dignidad es una piqueta empuña-
da en contra de las paredes invasoras que amenazan con aplastar
a toda la sociedad. La dignidad es un mache te que corta los hilos
de la telaraña que nos tiene atrapados.
El arma de la dignidad es la otredad, el otro vivir, el otro
hacer. La otredad de la dignidad es un arma, una otredad-contra,
una inadecuación dirigida -de modo explícito o no- en contra
de eso donde no encajamos, es decir, en contra de un mundo de
explotación y destrucción.
Los espacios y momentos que hemos llamado grietas son, a
menudo, descritos como espacios autónomos o espacios de éxodo
o evasión. Nosotros aquí hemos tendido a evitar esos términos, sen-
cillamente porque distraen la atención de la cuestión crucial, el con-
flicto entre estos espacios-momentos y el mundo que los rodea. Es
importante cantar las glorias de los mundos que están siendo crea-
dos, de las nuevas relaciones sociales y las nuevas fonnas de hacer
cosas, pero no podemos ir muy lejos sin hablar del enfrentamiento
con el mundo al que se oponen estas dignidades. Hay un antagonis-
mo constante, una presión constante por hacer que la otredad se
rinda a la enonne fuerza cohesiva de la sociedad que nos rodea.
Estos espacios no son territorios autónomos, aunque aspiran a serlo.
Son más bien grietas, los picos agudos de un conflicto social.

55
Agr1etar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
Las grietas chocan con la síntesis
La dignidad es un ataque al capitalismo, pero no necesaria- social del capitalismo
mente es una confrontación. Confrontar al capital es permitirle
que fije el orden del día. En cambio, la dignidad consiste en pre- <tesis 9>
sentar nuestra propia iniciativa: esto es lo que haremos, de forma
independiente del capital. Si el capital decide reprimirnos, coop-
tarnos, imitarnos, que así sea, pero pongamos en claro que somos
nosotros quienes manejamos la batuta. Esto, por supuesto, no
puede significar que dejemos de luchar en contra del capitalismo,
sino que, en la medida de lo posible, tomamos la iniciativa, fija-
mos el orden del día, ponemos bien en claro que el capitalismo
está luchando en contra de nosotros, de nuestras vidas, de nues-
tros proyectos, de nuestra humanidad.
La dignidad es rechazar-y-<:rear, es el rechazo a hacer el capi- a) Nuestras grietas son vulnerables a la succión gelatinosa
talismo y es la creación de un nuevo mundo. En un artículo sobre de la síntesis capitalista
el movimiento en Oaxaca, Gustavo Esteva (2007d: 7; véase tam-
bién 2007a, 2007b, y 2009) comenta: Empuñamos nuestra dignidad como una piqueta contra las pare-
des invasoras de la destrucción y, entonces, nos sentimos un poco
Miles, millones de personas asumen ahora que ha llegado el confundidos y desanimados cuando esta piqueta se hunde en una
momento de caminar nuestro propio camino. Como dicen los jalea pegajosa.
zapatistas, cambiar el mundo es muy dificil, si no imposible. Una Todas las metáforas son juegos peligrosos que pueden tener
actitud más pragmática exige la construcción de un nuevo mundo. que abandonarse en algún momento, pero no por ahora.
Eso es lo que estamos tratando de hacer, como si ya hubiéramos Queremos romper: esa es la idea de la grieta que se expresa en pri-
ganado. mer lugar. No la debemos perder de vista. Se trata de la ruptura.
Queremos romper no sólo para hacer las cosas un poco mejor, no
Construir un nuevo mundo, por supuesto, significa cambiar el sólo para tenerlo a Obama en lugar de Bush, los Kirchner en lugar
existente, pero la inversión en el énfasis es crucial: en lugar de de Menem, a López Obrador en lugar de Calderón. Queremos
concentrar nuestra atención en la destrucción del capitalismo, construir no sólo un movimiento, frenar la privatización del agua
nos concentramos en la creación de otra cosa. Ésta es una inver- o el petrQleo: eso lo queremos, por supuesto, pero queremos más.
sión de la perspectiva revolucionaria tradicional, que pone en pri- Queremos romper al capitalismo, quebrar la dinámica de un siste-
mer lugar la destrucción del capitalismo, y en segundo lugar la ma que nos está destruyendo. Es, precisamente, cuando la idea de
construcción de una nueva sociedad. la ruptura parece tan desesperada que necesitamos reafirmarla.
Hacer un nuevo mundo significa cortar la telaraña que nos Esto es lo que, a veces, parece tan terriblemente dificil. Todos
ata a la fuerza cohesiva de la sociedad capitalista para que poda- nuestros intentos por romper parecen ser absorbidos por el $iste-
mos crear algo diferente. El enemigo es la síntesis social de la ma, cuando no son reprimidos de modo abierto. No es suficiente
sociedad capitalista. elogiar lá grieta, debemos hablar también sobre sus problemas 1.
El argumento está claro: la única forma de pensar acerca de la
revolución es en ténninos de la creación, expansión y multiplica-
ción de grietas sobre la dominación capitalista. Esta no es una abs-
tracción vacía porque estos momentos o espacios de rebelión y de

l Véase una interesan te discusión sobre las grietas y sus dificultades en


Pleyers (2010), en especial los capítulos 2 y 4.
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57
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
i
1
j
Las grietas existen al borde de la imposibilidad

te. Y la racionalidad dominante es apoyada por las condiciones


otro hacer ya existen en miles de lugares en todo el mundo y por- materiales de supervivencia: la aceptación de esa racionalidad es
que en los últimos años han estado a la vanguardia de la lucha anti- una condición para poder vivir en condiciones razonables, o en
capitalista. Sin embargo, en los últimos años es cada vez más eviden- muchos casos, aunque sólo sea para poder vivir. El movimiento
1
te que estas grietas enfrentan grandes problemas. Por ejemplo, la en contra de la globalización capitalista es mencionado con fre-
"Otra campaña" -iniciada por los zapatistas como un intento por cuencia como el movimiento por la justicia global, pero todos
difundir su movimiento más allá de Chiapas de una forma organiza- sabemos que salvo en un sentido ridículamente formal es absurdo
da- no ha progresado tan rápido como muchos de nosotros esperá- buscar justicia global en el mundo real del capitalismo. Entre. los
bamos. El gran levantamiento de la lucha alternativa en la Argentina piqueteros en la Argentina hay quienes dicen querer pr~cttcar
en 2001 y 2002 no pudo mantener su impulso frente a la estrategia una actividad significativa, dedicarse a lo que ellos cons1deran
-de cooptación y criminalización del gobierno del matrimonio necesario o deseable, pero todos sabemos que eso también es
Kirchner. La lucha popular-comunitaria en Bolivia ha sido desviada absurdo, carece literalmente de sentido en el mundo real del
por la lucha nacional-popular del gobierno de Evo Morales (véase capitalismo. Entonces, ¿cómo se puede evitar que lo absurdo sea
Gutiérrez Aguilar, 2008). Las múltiples formas de movimientos por tragado por la racionalidad del capitalismo?
otro mundo han enfrentado una creciente represión estatal global La presión universal para conformamos y que actuemos ?e
después de los hechos del JI de septiembre de 2001 y de la bruta- acuerdo con las normas dominantes proviene de la cohesión soctal
lidad policial en Génova (Italia); muchos pequeños grupos alterna- de las relaciones sociales capitalistas. Podemos protestar, gritar,
tivos han terminado en la confusión y la disolución. Quienes afir- arrojar piedras, pero luego la totalidad de las relaciones sociales
man que la única forma de cambiar el mundo es a través de la toma capitalistas parecen fluir a nuestro alrededor y ~os succ10n~n de
del poder estatal-o incluso quienes dicen que es imposible destruir nuevo al sistema. Vamos y lanzamos nuestra funa a las reunwnes
al capitalismo- tienen, sin duda, mucho espacio para exhibir ejem- del G-8, pero luego, ¿qué? Todavía tenemos que comer y tenemos
plos y señalamos: "se los habíamos dicho". que vender nuestra fuerza de trabajo o, rendimos de alguna fo~a
Apenas si sorprende que las grietas deban enfrentar dificulta- ante el capital para conseguir dinero para comprar com1da.
des ya que en su cOI·~unto son rebeliones en contra de la síntesis Podemos ocupar una fábrica, pero luego, ¿qué? Todavía tenemos
social existente, intentos por romper y salir del sistema de la cohe- que hallar una forma de vender nuestros pro~uctos si queremos
sión social que está actualmente destruyendo a la humanidad ente- seguir produciendo, todavía tenemos que rendimos ante la fuerza
ra. Toda sociedad está basada en algún tipo de cohesión social, del mercado. Podemos derrocar al gobierno, quizá, si todos salimos
alguna forma de relación entre las actividades de los muchos y a las calles y protestamos lo suficiente, pero luego, ¿qué? ¿Qué suce-
diferentes seres humanos. En la sociedad capitalista esta cohesión de después de nuestro momento de rebelión, de nuestro mo_men-
tiene una lógica particular descrita con frecuencia en términos de to de explosión? Todavía tenemos que hallar u~a forma ~e ~etnser­
las leyes del desarrollo capitalista. Hay un cierre sistémico que le tamos en el orden mundial, y ese orden mundtal es capitaliSta.
da a la cohesión social una particular fuerza y la hace muy dificil Combatir el y luego, ¿qué? es combatir por lo particular que
de romper. Para subrayar el carácter íntimamente entramado de rehúsa a adecuarse. Es combatir por un mundo de particularida-
la cohesión social de la sociedad capitalista, la denomino como des un mundo de muchos mundos. Estamos arrojando particulari-
una síntesis sociaf2. dades contra la totalidad, pero, a menudo, parece que la totalidad,
En toda rebelión hay un profundo dilema. La rebelión es la síntesis social se ríe de nosotros, absorbiéndolo todo. ¿Cómo lo
siempre irracional, si la juzgamos desde la racionalidad dominan- podemos evitar? ¿Cómo evitamos ser reabsorbidos en el funciona-
miento cotidiano del capitalismo? ¿Cómo evitamos que nuestras
2 La noción de síntesis social la retomo de Alfred Sohn Relhel (1980), con grietas se conviertan, sencillamente, en medios para resolver las
la diferencia que él la aplica a todas las sociedades, mientras que yo la reservo tensiones o contradicciones del capitalismo, un elemento más de la
para la cohesión social fuertemente entramada del capilalismo. Para una discu- resolución de la crisis del sistema? ¿Cómo sabemos que nuestras

-··__________.......________
sión actual sobre la interpretación de Sohn Rethel véase Reitter (2007).
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Las grietas existen al borde de la imposibilidad

grietas no son sólo grietas en la ladera de un volcán, válvulas de junio de 20064). Una suerte similar sufrió la Huerta Orgázmika de
escape que garantizan la estabilidad del todo? Caballito, un barrio céntrico de Buenos Aires* hace unos pocos
El enémigo, hemos dicho, es la síntesis social del capitalismo, meses -mayo de 2009-, y hay muchos otros casos más. En todos
la lógica peculiarmente compacta de la cohesión social en la lados el intento de hacer las cosas de una forma diferente, el
sociedad capitalista. Esta cohesión nos vuelve a atrapar entre sus intento de romper las relaciones sociales capitalistas es considera-
brazos en diferentes formas. Las más obvias son quizá el Estado y do como una amenaza a la sociedad -en verdad apunta a ello- y
nuestras propias debilidades personales, pero la más insidiosa y está sujeto a sufrir distintos grados de represión violenta3 .
poderosa es el valor. Consideremos cada una de estas formas. Esto plantea de inmediato las cuestiones de la legalidad y de la
autodefensa. La misma noción de la grieta significa una falta de
b) Las grietas chocan con el Estado respeto por la ley, puesto que es una fuerza de cohesión social que
rechazamos. La ley, por su forma, independientemente de su con-
La fuerza más obvia de cohesión social que enfrentan las grie- tenido, es una imposición externa. El hecho de que la desobe-
tas es el Estado. La amenaza de represión violenta por el Estado diencia a la ley tenga mayor o menor sentido sólo puede ser juz-
está ~iempre presente. Un informe que se publicó en el periódico gado en el contexto de una lucha particular. Las personas que se
mextcano La ]vrnada3 lo pone de manifiesto dramáticamente: reúnen para constituir un centro social como un centro de oposi-
Unos 120 efectivos de la Policía Federal Preventiva, provistos de ción anticapitalista deben decidir si ocupar sin permiso un edifi-
armas largas, irrumpieron esta noche eu las instalaciones de la cio -¡ arriesgar un desalojo violento- o hacerlo de modo legal,
~dio comunitaria Tierra y Libertad, emisora de un vatio de poten- mediante el pago de un alquiler o a través de alguna forma de
Cia, con alcance de unos cuatro kilómetros entre asentamientos ayuda estatal. Esto no es una cuestión abstracta· de si debemos
de clases populares al poniente de la ciudad. ( ... ] Por su parte, la obedecer la ley, sino una cuestión práctica para evitar ser reprimi-
Procuraduría General de la República (PGR) señaló en un bole- dos o, incluso, el sufrir daños físicos sobre otras personas: en algu-
úu que la operación se dio debido a que la emisora operaba sin nos contextos, la ocupación ilegal es una opción perfectamente
concesión legal en Monterrey, Nuevo León.
práctica; en otros casos, es verosímil pensar que sufriría una inme-
. La violencia de este ejemplo es grotesca, pero resalta lacre- diata represión policial, el cierre del centro, el arresto y la even-
Ciente brutalidad e intolerancia, no sólo del Estado mexicano sino tual tortura de los participantes 6. Lo mismo puede decirse, con
de todos los Estados. La violenta represión de grietas no violentas, toda probabilidad, de cualquier tipo de acción anticapitalista: no
e? nombre de la propiedad o la ley y el orden, es algo que ocurre tiene sentido plantearse obedecer la ley como una cuestión de
dtanamente en todas partes del mundo. El desalojo de principios, pero las consecuencias prácticas de cualquier acción
l!'ngdomshuset, una tradicional comuna en Copenhague, se refle- en particular siempre dependerán del contexto.
JO en los titulares del mundo en marzo de 2007, así como también
la destrucciórt del jardín _comunitario conocido como la Granja 4 "Miles ~ movilizan en Los Ángeles para impedir la destrucción total de la
del Sur Centro en Los Angeles (Estados Unidos) en junio de huerta comunitaria del área Sur Centro", disponible en el sitio web de The Narco
2006, donde las topadoras de la policía entraron para "destruir la NP.tvs Bulletin: <WWW.narconews.com/lssue41/articulo1893.htmb (consultado el
mtlpa, las flores, las plantas medicinales, los vegetales, las frutas y 22/06/101.
5 Cada uno puede agregar su propia lista de ejemplos.
algunos de los 600 árboles que durante más de 14 años han sido
6 Un ejemplo reciente es la represión de los sin techo en Mar del Plata
cultivados con dedicación, amor y trabajo por los campesinos, en
(Argentina), en abril de 2009. Información disponible en <WWW. mdpsime-
su mayoría inmigrantes mexicanos" (Margarita Salazar, 14 de cho.blogspot.com/> y también un documento gráfico en <WWW. youtu-
be.com/watch?v=pvjlnuWHejo> [consultados el 22/06/10].
3 La jornada, México, 7 de junio de 2008, página 13. Disponible en " Informaciones sobre el desalojo policial de la Huerta Orgázmika de
<WWWjomada.unam.mx/2008/06/07/index.php?section=politica&anicle=013n Caballito disponibles en <http:/ /orgazmíka.blogspot.com/2009/05/el-desalojo-
lpob [consultado ei29/07/IO]. de-la-huerm-fue-ilegal.htmb [consultado ellS/07/10] (NdE].

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway Las grietas existen al borde de la imposibilidad

La legalidad, por lo común, es usada como un punto de refe- Estado corran detrás de nosotros, dejemos que traten de coopta~­
rencia para justificar la represión violenta del Estado, pero, por nos o reprimirnos. La cuestión de cómo defendemos expandi- y
supuesto, en muchos casos no es una garantía absoluta contra la mos nuestra grieta sin perder la iniciativa ni ser arr?Jados_ a un
represión. Legal o ilegal, cualquier grieta que plantee una amena- terreno ajeno es muy difícil de resolver. Con frecuenCla, la vtolen-
za significaúva al capital atraerá, probablemente, una respuesta cia estatal es una fonna de retomar la iniciativa para forzarnos a
violenta por parte de las fuerzas del orden, al menos si el contex- frenar nuestra rebelión y que nos veamos obligados a hacer cain-
to social lo permite. ¿Cómo respondemos a la violencia estatal? pañas por la liberación de los presos9
¿Significa la revolución, de modo inevitable, el derrocamiento Aquí, entonces, no se trata de un argumento completamente
violento del capitalismo? ¿Necesitamos crear una organización pacifista, ya que debemos pensar en cómo nos defe~demos co~­
armada? tra la violencia estatal. Escribo esto no mucho despues de la tern-
Sin duda, la violencia se ha tomado cada vez más atractiva ble represión llevada a cabo por el Estado mexicano en Oaxaca, Y
como un medio para enfrentar a un capitalismo crecientemente la cuestión es inevitable. Si queremos pensar en romper las rela-
violento. No es extraño que las manifestaciones en contra de algu- ciones sociales capitalistas, entonces, tenemos que plantearnos la
nos acontecimientos tales como las reuniones del G-8 se hayan cuestión de la autodefensa. En muchos casos, puede no haber
vuelto cada vez más violentas en los últimos años y que la violen- peligro de represión estatal directa, al menos en las circun~t~nc~as
cia provenga no sólo de la policía, sino que sea iniciada por los actuales, pero la tendencia en el mundo es a que~ la repr.eswn vio-
manifestantes 7 . Y sin embargo, hay muchos problemas al pensar lenta se convierta en una respuesta cada vez mas comun a todo
en nuestras luchas en contra del capital en términos de violencia. tipo de desafío al sistema existente de domín.ación.
Para empezar, es probable que nosotros no seamos muy expertos Sin embargo, la autodefensa no es lo mismo que la defensa
en temas de violencia. La violencia no es parte de la sociedad que armada y, sin duda alguna, no es lo mismo que el derr;>~amiento
queremos crear y, es improbable que podamos siquiera igualar a 1 violento del capitalismo. Aunque puede haber un sohdo argu-
las fuerzas capitalistas en cuanto a violencia. La violencia no es un mento para algún tipo de organización armada en algunos casos,
terreno neutral, sino el te'rreno de las fuerzas de dominación, nos es probable que sea un error pensar en las a~as com~o la clav~
introduce en las relaciones y formas sociales de conducta que 1 para la autodefensa. El hecho de que los zapaustas es tan orgam-
repudiamos: las estructuras jerárquicas dominadas por los hom- zados y annados como un ejército ha sido un elemento Importan-
bres8. La dignidad es nuestro terreno y la violencia es la negación te de disuasión de una represión militar de gran escala contra el
de la dignidad, venga de donde venga. 1 levantamiento en Chiapas 10 . Empero, es probable que la forma
1
Quizá la cuestión central no sea la violencia, sino el estableci- más efectiva de violencia haya sido la fuerza de la resonancta de
miento del orden del día, el retomar la iniciativa. La clave de la
grieta es una ruptura, no sólo una respuesta a la agresión capita-
lista, sino el intento de ir más allá de ella, de crear ahora un con- 1 9 Un ejemplo notable es la brutal represión estatal en Atenco,local~dad cer-
junto de diferentes relaciones sociales. Tomar la iniciativa signifi- cana a la ciudad de México, a comienzos de mayo de 2006, que demostro ser una
ca ir más allá de la confrontación: es el determinar nuestra acción 1 forma muy eficaz de desviar la iniciativa de la Otra c~mpaña de los z~pa~istas.
10 Sobre ]a importancia de concebir a los zapat1stas c?m? un eJer:lt~, con
de acuerdo con nuestras necesidades. Dejemos que el capital y el un énfasis ligeramente diferente del que se presenta aqUI, vea~e Serg1 ~-009).
El Subcomandante Marcos en una charla en el Festival de la D1gna Rabm del 2
de enero de 2009 dijo: "Cada lucha, cada movimiento, en sus muy particulares
7 En particular, recuerdo las manifestaciones contra la cumbre del G-8 en geografías y calendarios, dehe recurrir a divers~ fon:nas de lucha. No es la
Rostock (Alemania) enjulio de 2007. Para una discusión sobre estos hechos y la única y prohahlemente no sea la mejor, pero la vtolene~a es una de ellas. Es un
cuestión de la violencia véase Holloway y Sergi (2007); Free Association (2010), gesto helio el enfrentar con flores los cañones ~e los fusiles, vaya, ~asta hay
y United Colours of Resistance (2007).
fl Ésta es, seguramente, la respuesta más sólida al argumento de Frantz
1 fotos eternizando el acto. Pero a veces es necesano hacer que esos fus1les _cam-
bien de objetivo y se dirijan hacia arriba". Texto disponible en <http:/ /digna-
Fanon (2007) sobre la necesidad de la violencia. rabia.ezln.org.mx/?p=426#Marcos> [visitado el 03/03/2010].

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway las grietas existen al borde de la imposibilidad

su movimiento en México y en todo el mundo. Probablemente siado al gobierno local. Hay muchos otros ejemplos. En algunos
sea la calidad del movimiento mismo, o sea, la calidad de la trans- casos, parece necesario algún tipo de financiamiento estatal para
formación de la vida cotidiana lo que para todo movimiento con- poder llevar a la práctica nuestro proyecto colectivo de un hacer
forme la más sólida autodefensa, y esto se contrapone sin ambi- alternativo, ¿cómo nos relacionamos, entonces, con el Estado y
güedades a la organización y violencia armada. Como escribe, con el financiamiento estatal?
apenas unas pocas semanas antes de la represión sobre Oaxaca, Los zapatistas han tomado la posición radical de rehusar todo
Raoul Vaneigem (2006): "Cada vez que una revolución ha despre- subsidio estatal y evitar cualquier contacto con el Estado en la
ciado considerar como su objetivo prioritario la tarea de enrique- medida de lo posible, creando sus propias escuelas y sistemas de
cer la vida cotidiana de todos, ha dado armas a la represión"ll. atención sanitarias 13 . Otros grupos radicales -por ejemplo, algu-
La violencia estatal nos impone ciertas relaciones sociales, y nos de los grupos piqueteros de la Argentina- sostienen la opi-
mayor, efectividad adquiere cuanto más imitamos su acción res- nión opuesta, es decir, que recibir dinero del Estado es, sencilla-
pondiendo con la violencia. Ésta es sólo un aspecto de la forma en mente, recuperar una pequeña parte de la riqueza social que
que el Estado nos retrotrae constantemente hacia la cohesión hemos creado, y que, la cuestión importante no es de dónde pro-
social del capitalismo, logrando que nos comportemos en deter- viene el dinero -dado que toda la riqueza proviene de los trabaja-
minadas formas, adoptemos ciertas categorías de pensamiento y dores-, sino hallar formas de afirmar un control social y efectivo
formas de organización. En el ejercicio de la violencia como en sobre el dinero, rehusando las condiciones estatales y organizan-
todas sus actividades el Estado es una forma de las relaciones do formas de control directamente democrático de su uso14. No
sociales, una forma de hacer cosas. intentamos aquí dictaminar cuál de estas opiniones es la equivo-
No es sólo con la represión física directa que el Estado reac- cada o la correcta. Es probable que lo importante sea la manera
ciona frente los intentos por romper la cohesión social del capita- en que se toman las decisiones (que se someten constantemente
lismo. Mediante la ley y todas sus formas de acción nos canaliza en a reconsideración). Su relación con la apertura o cierre de la grie-
determinadas formas de comportamiento, nos encierra dentro de ta en cuestión, dependerá del contexto de la lucha y no debería
límites establecidos. Es difícil evitar por completo el contacto con pasar a ser un nuevo dogma. Sobre todo, esto no es una cuestión
esto. Aunque tengamos claro que no podemos cambiar la socie- de pureza. En la lucha en-contra-y-más allá del capitalismo no hay
dad de modo radical a través del Estado, aún así es difícil evitar pureza: lo que importa más bien es la dirección en que se desarro-
algún contacto con el Estado12. Evidentemente, este contacto no lla la lucha, el movimiento en-contra-y-más allá.
es neutral, tiende a meternos en determinadas formas de hacer Entonces, ¿puede ser la respuesta tomar el control del Estado
las cosas. Vamos a una escuela o universidad estatal que nos traza y neutralizarlo con la finalidad de usarlo para extender nuestras
determinado tipo de educación. Recibimos una beca estatal para grietas? ¿No podemos convertir al Estado mismo en una grieta anti-
estudiar o para otros fines y esto también tiende a imponemos capitalista? Es más, ¿no deberíamos enfocar nuestra actividad orga-
determinadas condiciones. Una fabrica ocupada busca evitar la nizándonos para ganar el control del Estado y convertirlo en una
represión pidiendo reconocimiento legal de su estatus, pero para grieta anticapitalista? ¿No es esto lo que está sucediendo en Cuba,
hacerlo tiene que satisfacer determinados requisitos, llenar deter- Venezuela y Bolivia, por ejemplo?
minados formularios, adoptar un cierto lenguaje. Ocupamos un El Estado no es sólo una organización cualquiera, sino una
depósito va<:Ío y organizam<>& un centro social y luego descubri- forma particular de organización. Concentrar la lucha para el
mos que podemos solicitar un subsidio estaw para mejorar el edi-
ficio; que será más fácil que lo recibamos si no molestamos dema- 13 Sobre lo que esto significa en términos de las dificultades cotidianas véase
Juquila González (2009).
14 Véase MTD de Solano y Colectivo Situaciones (2002); sobre los contrastes
11 Para un argumento en contrario véase Gelderloos (2007).
12 Quien escribe este libro y, probablemente, muchos de sus lectores en el
entre el MTD de Solano y el MTD La Matanza véase Habennann (2004); sobre los
caso de que los hubiese perciben sus ingresos del Estado. debates con la izquierda del movimiento piqmterovéase Navarro TrujiUo (2008).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
las grietas existen al borde de la imposibilidad

cambio sobre el Estado tiene profundas consecuencias para el


movimiento en contra del capital. El Estado es una forma de estntcturas jerárquicas y tienden a adoptar determinadas formas
hacer las cosas: la forma de hacerlas malló. El Estado es una forma de lenguaje y conductas que se ensamblan con las del Estado. La
de organización desarrollada durante siglos como parte integral relación externa con la sociedad se reproduce en el concepto de
del sistema capitalista. El capital es, sobre todo, un proceso de las masas: una cantidad de átomos indiferenciados, abstractos, con
separación; de separación del objeto de creación respecto del capacidades limitadas y necesitadas de un liderazgo.
sujeto creador, separación del sujeto de sí mismo y de quienes lo Estos partidos de izquierda pueden ser anticapitalistas en sus
rodean, separación de lo que ha sido creado respecto del proce- intenciones, pero en sus formas de organización y acción tienden
so de creación, etcéteralfi. El Estado es parte de este proceso de a reproducir la objetivación de la persona que está en el núcleo fun-
separación. Es la separación de lo público respecto de lo privado, damental de las relaciones sociales capitalistas. Esto no es la políti-
de los asuntos comunes de la comunidad respecto de la comuni- ca de la dignidad porque no parte del reconocimiento de la fuer-
dad misma. El Estado es una organización separada de la comu- za creativa del sujeto oprimido. Por el otro lado, el compromiso
nidad, nutrida principalmente por funcionarios de tiempo com- con el cambio radical es, a menudo, muy auténtico. A este com-
pleto. Su lenguaje y sus prácticas expresan esa separación: el promiso se lo entiende como la lucha por la liberación del pue-
lenguaje de la administración, las prácticas que siguen procedi- blo; siendo visto el pueblo como un otro externo. La revolución a
mientos y formalidades establecidos. La separación respecto de la través de los ojos del Estado o de una organización estadocéntri-
sociedad es supervisada por reglas y jerarquías que aseguran el ca sólo puede ser una revolución en nombre de otros, en benefi-
mantenimiento de las formas de conductas establecidas. La rela- cio del pueblo, no una revolución llevada a cabo por el pueblo
ción del Estado con la sociedad es una relación externa, se rela- mismo. Esto no es una política de la dignidad, sino una política
ciona con las personas como ciudadanos -o no ciudadanos-, de la pobreza, no una política de diálogo, sino una política de
como individuos abstraídos de su contexto social y de las parti- monólogo (como se refleja, por ejemplo, en la duración de los
cularidades de su hacer. Es sólo como esos átomos abstractos discursos de los líderes políticos). Las personas son concebidas no
que los ciudadanos pueden ser representados; las pasiones y par- como hacedores, sino como víctimas: la pobre gente17.
ticularidades de la gente real no pueden ser representadas. El No hay que subestimar el atractivo de esta concepción. Ésta se
Estado, por su misma forma e independientemente del conteni- desarrolla desde la percepción auténtica de un mundo de pobre-
do de su acción, confirma y reproduce la negación de la subjeti- za y humillación terrible y espantosa y, nos propone resolver el
vidad sobre la que se basa el capital. Se relaciona con los seres problema a través de la construcción de una revolución en nom-
humanos no como sujetos sino como objetos o -y esto equivale bre de las víctimas del capitalismo, para la cual el Estado es, evi-
a lo mismo- como sujetos reducidos al estatus de simples abs- dentemente, la forma organizativa apropiada. No hay dudas de
tracciones. que aun desde el interior del sistema capitalista mundial puede
Una organización política que enfoca su acción sobre el hacerse mucho para aliviar la pobreza y sus efectos. Un titular en
Estado, inevitablemente reproduce esas características. Para ganar La Jornada, de 5 de enero de 2008, nos recuerda que Cuba posee
influencia o tomar lo que aparenta ser el control sobre el Estado, la tasa de mortalidad· infantil más baja de América Latina;
la organización debe adoptar esa forma de conducta y pensamien- Desesúmar este hecho como algo poco importante sería grotesco.
to que son caracterísúcas de éste. Así, los partidos políticos aunque Sin embargo, esto no es suficiente. Parece improbable que
sean de izquierda, o incluso revolucionarios, se caracterizan por pueda llevarse a cabo una verdadera ruptura con el capitalismo en
nombre de las masas sufrientes, y, aun en el caso de que así se hiciera,
15 Scott (1998) desarrolla un sólido argumento para considerar al Estado
es probable que el resultado no sería una sociedad muy atractiva.
como la forma de hacer mallas cosas. Actuar en nombre del pueblo, o en su beneficio, inevitablemente
16 Para una discusión más completa del Estado como una forma peculiar-
mente capitalista de organización véase Holloway (2002 y 2006). 17 Sobre un análisis centrado en el concepto de la víctima véase Dussel
(2006).
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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Las grietas existen al borde de la imposibilidad

conlleva un grado de represión: si el pueblo no tiene la misma idea De ese modo, se canaHzaron las luchas en la forma partido -el
que el Estado, entonces, tiene que haber algún medio para impo- Movimiento al Socialismo, MAS-, un proceso que finalmente
ner el bienestar del pueblo aun en contra de sus propios deseos. llevó a la elección de Evo Morales como presidente de Bolivia.
El movimlento revolucionario se vuelve represivo y también se Esto trae importantes reformas al Estado pero conlleva una des-
debilita al perder el apoyo activo. No hace falta decir más: esta movilización y desradlcalización del movimiento original. El
obra ya ha sido representada muchas veces. levantamiento por parte del pueblo mismo es convertido en un
Pero. entonces, ¿qué decir de Bolivia y Venezuela? ¿Pueden movimiento en nombre del pueblo y esto conduce inevitablemen-
ser ellos considerados como grietas en la dominación capitalista? te a la reproducción de prácticas estatales y a la adecuación a los
Probablemente, en todos los movimientos revolucionarios intereses del capital.
confluyen muchos movimientos de seres humanos que luchan en En el caso de Venezuela el curso de las luchas ha sido diferen-
diferentes formas y por diferentes razones. Hemos simplificado te pero también encontramos la coexlstencia de los dos movi-
esta multiplicidad subrayando dos formas de lucha: la política de mientos: el basado en las comunidades de la lucha desde abajo y
la dignidad y la política de la pobreza. La política de los consejos el de la lucha estadocéntrica desde arriba. Aquí ha sido mucho
o asambleas y la política de los partidos centrados en el Estado. más evidente que la lucha ha sido dominada por el Estado desde
Estas dos luchas se entremezclan a menudo, se amalgaman ca:n el comienzo; pero, al menos desde el abortado golpe contra
frecuencia en la misma organización o incluso en el mismo indi- Chávez en 2002, se ha hecho incuestionable que la fuerza del
viduo, pero la forma en la que interactúan tendrá profundas con- movimiento de conjunto depende mucho del empuje del movi-
secuencias para el movimiento por el cambio. La revolución rusa, miento desde abajo. El proceso de transfonnac~ón es visto como
por ejemplo, fue una combinación compleja de organizaclón c~!l­ un movimiento conformado por las dos partes, el arriba y el abajo,
sejista o soviética y de organización estadocéntrica. La tenswn y sus líderes hablan de la necesidad de superar el Estado burgués
entre las dos formas de organización condujo a la supresión de los y crear un "tipo comunal de Estado"I9. La creación y promoción
sóviets y al desarrollo de un régimen opresivo bajo la paradójica de consejos comunales se halla en el núcleo fundamental de este
denominación de Unión Soviética. En otros casos el desarrollo ha movlmlento2°.
sido menos desastroso y menos sangriento, pero ha prevalecido Esto plantea la cuestión de cómo concebir la abolición o diso-
indudablemente la política del monólogo: Cuba es un notable lución del Estado. ¿Tiene que suceder a través de la creación de
ejemplo. ·
En el caso de Bolivia y Venezuela los procesos están todavía 1u Un ejemplo norable de las contradicciones presentes en el proceso vene-
abiertos al momento de escribir este libro, pero con un claro pre- zolano se expresa en un discurso del alcalde de Canteas, Juan Barreta Cipriani
dominio del Estado. Raquel Gutiérrez Aguilar, en su profundo (20117: 14): "El poder comunal debe ser capaz de ejercerse sobre la sociedad,
análisis de las luchas en Bolivia (2008), distingue entre la lucha disolviendo las insti.tuciones estatales constituidas. Asumiéndose como autogo-
nacional-popular y la lucha comunitaria-popularl 8 . Esta última bierno. Ese es el papel que tenemos que jugar nosotros, porque el Estado exis-
proviene de, a la vez que desarrolla, las formas tradicionales tente es la forma jurídica del tiempo de la explotación. Es el Estado del capital,
es el poder de la fuerza articuladora alrededor de un discurso que se opone al
comunitarias de democracia directa. Además, tiene en su centro ejercicio real del poder de los ciudadanos y las ciudadanas. Es, en fin, un conjun-
la afirmación de la dignidad, que rechaza aceptar la dominación to de concesiones y prácticas que hay que desmontar. Así como la lógica estatis-
ajena. Ésta fue la fuerza motriz de las luchas desde 2000 a 2005. ta de las instituciones es perversa, la lógica política de partido pensado como apa-
Pero esta lucha por la dignidad fue recubierta, teñida por la lucha rato instrumental del poder, también lo es. No es posible desestatizar sín
despanidizar. Mientras existan círculos que privaticen o confisquen las decisio-
nacional-popular que se centra en el Estado y puja por concretar
nes que deben ser colectivas y se apropien de aparatos del Estado, poco podre-
las conquistas de las luchas en la forma de un nuevo gob1erno. mos av-anzar en la construcción de un tipo de sociedad que no sea estatista y par-
tidism". Agradezco a Dario Azzellini por esta contribución.
18 Para una crítica similar de la lucha nacional-popular véase Tischler. en ~o Sobre la fortaleza y las dificultades de este proceso véase la excelente obra
Holloway, Matamoros yTischler (2008). de Azzellini (2006 y 2010).

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Las grietas existen al borde de la imposibilidad
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

el interior del aparato estatal mismo. Evidentemente, el movi-


formas no estatales de organizacwn -comunales o consejistas- miento de la historia desafía a la teoría de forma constante; sin
por fuera del Estado, es decir, básicamente, lo que los zapatistas embargo, el término poder popular oculta los verdaderos antagonis-
están tratando de hacer, y que también ha sucedido, en alguna mos y dificultades.
medida, en la Argentina, Bolivia y Ecuador? ¿O podemos pensar Una rebelión no d<ja de ser rebelión sólo porque sea canali-
en la disolución del Estado como ocurriendo en el seno del zada hacia el Estado. El impulso hacia la autodeterminación sigue
Estado mismo, o sea, los revolucionarios que toman el poder esta- vivo, aunque es probable que sea reprimido de un modo gradual
tal para disolver el Estado desde adentro? ¿O alguna combinación hasta el punto en que se consoliden las estructuras estatales. Una
de los dos procesos? Muchos consideran la revolución bolivariana revolución estadocéntrica es un proceso altamente autoantagóni-
en Venezuela en estos términos, como una combinación de un co, una grieta que se ensancha y se cierra al mismo tiempo. Si la
movimiento desde arriba y desde abajo. mano que cierra la grieta logra derrotar a la mano que la abre, y
¿Es esto factible? Ésta es una pregunta importante que toca, en qué momento lo hará, esto será siempre resultado de una
no sólo a Venezuela, sino a los intentos desde el interior del lucha: la lucha por la autodeterminación por un lado, y la lucha
Estado por superar al Estado en otras partes del mundo -tales por contenerlo dentro de formas de determinación ajena por el
como Porto Alegre, Venecia, Manchester Este (Gran Bretaña), y otro21. Por cierto, al criticar las rebeliones estadocéntricas, debe-
otros- mediante la promoción de la democracia participativa ríamos tener cuenta que todas las rebeliones son autocontradicto-
(véase Wainwright, 2003; Sullo, 2002; De Sousa Santos, 2003). ¿Es rias, que en el seno de los movimientos antiestatales pueden apa-
posible, como dice Nicanoff (2007: 12), resignificar el Estado o, recer las prácticas centradas en el Estado. No hay pureza, no hay
como sostiene Mazzeo (2007), sintetizar las dinámicas de la sobe- respuestas de antemano.
ranía y de la autonomía? A veces, se defiende este enfoque en tér- La cuestión, finalmente, no es sobre intenciones, sino sobre
minos de poder popular insistiendo en que el poder~ viene del las formas de organización, es decir, sobre las prácticas reales de
pueblo (véase Mazzeo, 2007, y también Dussel, 2006). Esta es una organización. Toda forma de organización que se concentra en
formulación atractiva, pero la categoría de pueblo, de hecho, cambiar la sociedad en nomhre de los trabajadores -los pobres, el
oculta que la fuente del poder es el hacer: la categoría de pueblo pueblo, o quienes sean- tenderá, con independencia de sus pro-
hace abstracción de la organización de la actividad humana y de clamadas intenciones, a proyectar los actos de rebelión de nuevo
su existencia antagónica. Este antagonismo es tratado muy super- hacia la síntesis social del capitalismo. El Estado es el ejemplo más
ficialmente en las formulaciones que piensan en una fácil combi- obvio de ese tipo de organización22.
nación entre un movimiento desde arriba y uno desde abajo. El argumento de que la única manera de concebir la revolu-
Que el Estado deba ser disuelto desde adentro o como resul- ción anticapitalista es un proceso intersticial, debería ser indiscuti-
tado combinado de presiones desde adentro y desde afuera es ble. Desde la teoría revolucionaria tradicional, la cuestión aparece
difícil imaginarlo, debido al peso de la estructura y formas de con-
ducta heredadas, a la separación de los funcionarios pagados por
21 Al momento de escribir este libro considero que el proceso venezolano
el Estado respecto del resto de la población, y también a las pre- todavía es un proceso abierto, por el contrario, en el caso de Cuba, hace tiempo
siones para garantizar el funcionamiento de la economía (como si la mano que cierra ha logrado doblegar la mano que abre la grieta. Sin embar-
ésta no fuese un sistema de explotación). Si esto llegara a ser posi- go, sería totalmente equivocado pensar que esto es un cierre final.
ble, entonces, el factor crucial no selia el compromiso revolucio- 22 Raid Zibechi presenta una notable estadística para ilustrar el enorme
poder integrador del Estado, en especial en el caso de los "gobiernos progresis-
nario de los funcionarios estatales o de los mismos políticos, sino
tas". En una conferencia en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de
la fuerza de las luchas libradas por fuera del aparato estatal con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en diciembre de 2008, explicó
miras a una forma diferente de organización social. El movimien- que en el Brasil existían doscientos se.tenta mil organizaciones no gubernamen-
to desde arriba y desde abajo es, inevitablemente, un proceso antagó- tales contratadas por e( gobierno operando en diversas ciudades: todas ellas esta·
nico, aunque los contornos de este antagonismo pueden no ban abrumadoramente nutridas por ex militantes de la izquierda de ese país.
seguir demarcaciones institucionales: puede ser desplazado hacia
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway las grietas existen al borde de la imposibilidad

oscurecida porque se identifica al Estado con la totalidad de las desde adentro también [ ... ]. Como si hubiera también uua
relaciones sociales. Pero, una vez que se reconoce que hay muchos memoria de la verticalidad, de la representación, de la delega-
Estados apoyando a una única sociedad capitalista se vuelve evi- ción, que se jugara casi incouscieutemeute, que de repente por
dente que las revoluciones estadocéntricas son también intersticia- más que digamos somos autóuomos, hay un punto donde siem-
les. La cuestión no es, entonces, si la revolución debería ser conce- pre estamos esperando que otro haga, que otro diga, la acepta-
bida como intersticial -pues debe serlo-, sino cuál es la forma ción de otro23.
apropiada del intersticio. La discusión anterior nos lleva a concluir
que el Estado no es una forma intersticial adecuada sencillamente Las nuevas relaciones sociales no se crean por decreto: hasta
porque, como una forma de relaciones sociales, es parte de la sín- aquellos grupos que ponen al frente de sus programas la creación
tesis. social que estamos rechazando: el Estado es parte de la suc- de relacio~es sociales diferentes entre sus miem!:>ros, algunas
ción cohesiva del capital. La única respuesta, entonces, es pensar veces termtnan con rencorosas discusiones y una agobiante sensa-
en ténninos de formas intersticiales no estatales: o sea, grietas. ció~ de de~ilusión. A veces, la intensidad del esfuerzo por cons-
trmr algo dtferente queda reflejada en la intensa amargura de las
animosidades que surgen.
N:ues~ras grietas no son grietas puras, nuestras dignidades nO
e) Las grietas chocan contra nosotros mismos so':~ dignidades puras. Tratamos de romper con la sociedad capi-
tah~ta,_ pero nuestra ruptura todavía lleva consigo sus marcas de
Creamos nuestras grietas, nuestros espacios de dignidad, y ellas son nactmte.nto. Por mucho que intentamos hacer algo diferente, las
inmediatamente amenazadas por el mundo que nos rodea. Pero contradicciones del capitalismo se reproducen dentro de nuestra
ese mundo no es sólo exterior: lo llevamos en nuestro interior. rebelión. ~o somos sujetos puros, por muy rebeldes que podamos
Construimos nuestra comunidad autónoma en la selva ser. Las gnetas, como ·espacios de liberación y como estructuras
Lacandona, creamos nuestro centro social en Edimburgo, vamos a dolorosao;¡, también se abren en nuestro interior.
una fiesta tecno que dura toda la noche en Berlín. Decimos: "aquí Probab~emente, estos problemas sean inevitables. El propósi-
no, aquí no aceptamos el dominio del capital, aquí haremos otra to de las gnetas no es el de crear una comunidad de santos, sino
cosa, aquí creamos un espacio de dignidad, horizontalidad, amor". el de establecer una forma diferente de relacionamiento entre las
Pero, obviamente, esto no es tan simple. Le cortamos una rebana- per~on~. Estas relaciones no se pueden basar en la pureza o en el
da al capitalismo, pero ésta no es una rebanada de pureza. En nues- puntantsmo. Todo intento por basarlas en una idea de autosacri-
tros espacios no sexistas, no racistas, los hábitos sexistas y racistas ficio. resulta desastroso; si no son espacios, momentos atractivos, si
reaparecen. Dentro de nuestras asambleas horizontales, emergen n~ eJercen una atracción magnética, nunca podrán convertirse en
patrones de poder que son aún más preocupantes por el hecho de gnetas, pues no se difundirán2 4 . En alguna medida, estos proble-
no ser regulados o incluso ni siquiera reconocidos. Los más elo- m~ ~pueden se~ tratados por medios organizativos. Muchos, o
cuentes encuentran caminos para imponer su voluntad. En las qmza la mayona de los grupos alternativos o autónomos han
grandes asambleas, a menudo, son los gn.tpos con experiencia polí- experimentado con diferentes formas de organización que toman
tica militante en los viejos partidos de izquierda los que pueden en cuenta las contradicciones humanas sin recaer en métodos
imponer su línea. En nuestras áreas de responsabilidad comparti- autoritarios. De este modo, los zapatistas tienen un sistema de
da, el trabajo continúa cayendo en sólo unos pocos miembros rápida rotación en la composición de sus juntas de buen gobier-
(véase Sandoval, 2007, y Figueroa, 2008). Los viejos modelos se rea- no", no sólo para que más y más personas se comprometan en el
finnan a sí mismos. Marina Sitrin (2005: 139) entrevista y le da la
palabra a Martín K., de una asamblea vecinal en Buenos Aires: 3
:! Parn una reflexión geneml sobre las asambleas vecinales dellevantamien~
to argemino véase Ouviña (2002).
24
La realidad es que cuando queremos hacerlo de otra manera, nos Sobre la importancia de rechazar la noción de sacrificio como fundamen~
encontramos haciéndolo de la misma, y es como el problema to del anticapimlismo véase Vaneigem (1994).

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Las grietas existen al borde de la imposibilidad
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

autogobiemo de sus comunidades sino, también, para eliminar en la sociedad capitalista, aquello que la mantiene unida a las
los peligros de la corrupción. Cecosesola, la antigua cooperativa muchas y diferentes actividades descoordinadas (véase Rubin,
1985; Sohn Rethel, 1980). El Estado se presenta así mismo como
de Barquisimeto (Venezuela), que coordina la distribución de los
si fuera el punto focal de la cohesión social, pero, de hecho, el
productos cooperativos y organiza los mercados populares, dedi-
Estado depende del dinero y poco puede hacer por influir en su
ca gran cantidad de tiempo a la discusión colectiva de los proble-
movimiento2 8 •
mas que surgen del sexismo, el racismo, el autoritarismo, etcéte-
Es la existencia del dinero como la fuerza sintetizadora lo que
ra, y adopta la confianza como el principio organizacional
hace que el capitalismo sea tan gelatinoso, tan esponjoso. El dine-
central 25 . Estos problemas son efectivamente reales, y no deben
ro es la sutil telaraña que nos mantiene atrapados. Cuando lo gol-
ser pasados por alto, pero no se los debe plantear como si fueran
parte de un concepto inmutable de la naturaleza humana26, peamos no se rompe en pedazos, sino que brota nuevamente alre-
dedor de nuestro puño, burlándose de nosotros.
Detrás del dinero está el valor, el impulso conquistador omní-
d) Las grietas chocan con el dominio del valor modo de la mercancía barata, de la mercancía producida en el
menor tiempo. Esto es muy difícil de resistir. "Los precios bajos de
Más allá del Estado, más allá de nuestra reproducción personal de sus mercancías [de la burguesía] son la artillería pesada con la que
las II_Iismas ~elaci~nes sociales que rechazamos, hay otra fuerza que demba todas las murallas chinas", como dijeron Marx y Engels
nos Jala hacia a tras y que reabsorbe nuestros intentos por romper. (2008: 30). No necesitamos volver a la época de Marx y Engels para
No es el Estado el que crea la síntesis social que nos rodea, ver esto. ¿Qué sucedió con la revolución vietnamita que inspiró al
aunque a menudo se nos presenta como haciéndolo. El Estado mundo en los años sesenta y seteúta? No pudo ser derrotada por
reprime y coopta para defender algo más. Somos reprimidos o el ejército más poderoso del mundo, pero ha sido efectivamente
cooptados por otra cosa que va más allá del Estado. La verdadera socavada por el valor. La gran revolución china ha sido converti-
fuerza de cohesión se encuentra detrás del Estado: es el movi- da a nivel mundial en el sÍinbolo de la mercancía barata. La des-
miento del dinero. El dinero hace girar al mundo, como dice el trucción de todas las revoluciones del siglo XX por el valor se erige
refrán. Más precisamente, la síntesis social se establece a través de como una advertencia inequívoca. Podemos declarar la indepen-
lo que se expresa en el dinero: el valor27. dencia para Escocia o Euskadi o donde sea, pero, mientras el
. El valor es lo que mantiene a la sociedad unida bajo el capi- valor no sea cuestionado, su efecto será muy limitado. Podemos
tahsmo. Es una fuerza que nadie controla. El capitalismo está ocupar fábricas, crear nuestros sistemas alternativos de produc-
compuesto de una enonne cantidad de unidades independien- ción, pero no podremos igualar los precios de las mercancías
tes que producen y venden mercancías en el mercado. La inter- capitalistas, no podremos producir cosas de un modo tan barato
conexión social entre las actividades de las personas se estable- y tan rápido, y si consiguiéramos hacerlo, sería lo más probable
ce mediante la venta y compra de mercancías o, en otras palabras, que esto se debiese a que, justamente, ya estamos produciéndolas
mediante el valor de las mercancías, expresado a través del dine- de la misma manera que los capitalistas.
ro. El valor -manifestado en dinero- constituye la síntesis social El valor es incompatible con la autodeterminación; es más,
con ninguna forma de determinación consciente. El valor es el
dominio del tiempo de trabajo necesario, del más corto tiempo
:!!> Sobre los principios de organización la cooperativa ha publicado un
libro: Cecosesola (2003). necesario para producir una mercancía. Nadie controla el valor,
26 Sobre la reproducción de problemas psicológicos en el contexto especí- los capitalistas son capitalistas no porque controlan el valor, sino
fico de los grupos prozapatistas en Cuadal~ara véase Sandoval (2007); sobre la porque están a su servicio.
compleja relación entre rebelión y subjetividad en el levantamiento en la
Argentina véase Fernández y otros (2006).
2H Sobre la relación entre el Estado y el valor véase el debate sobre la deri-
'2? Uso aquí el término valor en el sentido de la crítica de Marx a la econo-
vación del Estado, en especial, Holloway y Picciotto (1978).
mía política. Sobre el valor en éste y otros sentidos véase De Angelis (2007).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway las grietas existen al borde de la imposibilidad

¿Cómo podemos resistir el dominio de la mercancía barata y par de la pobreza. Como mercado, se levanta ante nosotros como
todo lo que trae consigo, especialmente cuando la lucha por un límite palpable a lo que podemos hacer.
sobrevivir configura las vidas de tantos seres humanos en el Las fábricas ocupadas, como las más de cien ocupadas en la
mundo? La respuesta tradicional plantea que la única forma es un Argentina en los últimos años, inmediatamente enfrentan la cues-
sistema de producción planificado, el cual sería aún más eficiente tión de su relación con el mercado. En general, las fábricas ocu-
que el capitalismo y respondería a las verdaderas necesidades del padas -o recuperadas- se enfrentaban con el cierre antes de la
pueblo. El análisis socialista tradicional contrasta la anarquía ocupación. El motivo del cierre era la incapacidad de sus propie-
del mercado con la racionalidad de la planificación e en tralizada, tarios de vender sus productos en el mercado. Cuando los traba-
pero en la práctica ésta nunca ha sido racional ni centralizada y jadores toman una fábrica, se encuentran con el dilema de tener
de ningún modo ha sido un ejemplo de autodeterminación29. que producir las mismas mercancías para vender en el mercado:
Desde la perspectiva de nuestra multiplicidad de grietas en el esa es la única forma en la que pueden asegurar su supervivencia
capitalismo, ¿qué posibilidad tenemos de pensar en un .sistema de física. Posiblemente, se puede generar diferentes relaciones labo-
planeamien to? Sin embargo, el valor se aprovecha de la fragmen- rales en la fábrica o lugar de trabajo, suprimir las jerarquías o
tación: ése es un verdadero problema. Si no hay planeamiento introducir la rotaciqn de tareas; puede ser posible usar el lugar
central, entonces, ¿cómo coordinamos nuestros diferentes proce- después de las horas de trabajo para reuniones políticas o activida-
sos de creación o producción sino mediante el mercado? Y si pro- des culturales. Pero todos esos cambios -aunque indudablemente
ducimos para el mercado, ¿qué nos diferencia de cualquier otra importantes- tienen lugar dentro del contexto de las presiones
empresa capitalista? generadas por la necesidad de vender los prod.uctos como mer-
Cualquiera que sea la grieta, cualquiera que sea la forma de cancías en el mercado. Se podría, quizá, cambiar la naturaleza de
lucha por romper con el capitalismo, el valor las sitia, no sólo las mercancías producidas, fabricar productos que tengan objeti-
como una fuerza externa sino mediante la fuerza corrosiva, des- vos sociales más beneficiosos, pero esto dependerá de la habilidad
tructora del dinero. El dinero encama la racionalidad del capita- de los obreros y del equipamiento a su disposición y, en todo caso,
lismo que se levanta contra lo absurdo de la rebelión. Bajo el capi- todo producto alternativo normalmente requerirá ser vendido
talismo es el movimiento del valor lo que determina qué debe como mercancía en el mercado.
hacerse y cómo debe hacerse: ningún ser humano, ni siquiera la La acción del valor puede ser muy sutil y gradual. Combatirla
clase capitalista, toma esas determinaciones. es mucho más difícil que arrojar piedras a la policía. Muchos gru-
El valor ataca como una fuerza que opera a nuestras espaldas, pos radicales han considerado la producción cooperativa para el
como el poder silencioso del dinero, introduciendo mercancías mercado como alternativa al trabajo para una empresa capitalista
baratas, seduciendo a los seres humanos con la esperanza de esca- o al aceptar fondos del Estado. Es una alternativa, pero ¿en qué
momento el mercado logrará imponerse para crear el mismo tipo
de presiones que existe en cualquier empresa capitalista? ¿Hay
29 No ha sido racional porque siempre ha sido planeamiento estatal. Y no algu~-~ manera de evadirse?
puede ser central debido a que, incluso en unidades t~rrito.riales ~n grandes
No es sólo el mercado en general, sino también el mercado
como la ex Unión Soviética o la República Popular Chma, s¡guen Siendo frag-
mentos de la sociedad mundial. Ninguno de esros dos grandes países pudo resis- laboral en particular, que parece tenernos firmemente atrapados.
tir el asalro del valor: en amhos casos, el valor ha emergido triunfanre. En el Todo individuo o grupo que dice no al empleo capitalista y decide
colapso de la Unión Soviética por un lado, en el caso de la mercantilización de dedicarse a alguna actividad que considera más significaúva,
la sociedad china por el otro. En el caso de Cuba el valor y su encarnación, el enfrenta condiciones similares. Si no vendemos nuestra fuerza de
dinero ha sitiado a la isla en forma aún más efectiva que el bloqueo de los
trabajo, ¿cómo sobrevivimos? En algunos países puede ser posible
Estados Unidos. La idea del planeamiento estatal como una alternativa a la ley
del valor está basada en la idea rotalmente falaz de que el Estado es universal, que lograrlo aprovechando los sistemas estatales de asistencia social,
cada Estado encierra a su sociedad. Ahora está más claro que nunca que no es pero éste no es el caso de la mayoría de ellos y significa, en el mejor
así, pero, de hecho, nunca lo fue. de los casos, aceptar una vida de pobreza y de vigilancia. Muchos de

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Hotloway
-.,-
1 j!
,
Las grietas existen al borde de la imposibilidad

los habitantes de las grietas más visibles, al menos en las ciudades,


sobreviven gracias a alguna combinación de trabajos eventuales, eléctrico en una comunidad zapatista. Los trabajadores de Zanón,
beneficios estatales y subsidios de los padres. Pero todas estos con- la fábrica recuperada más grande de la Patagonia argentina, com-
dicionantes, sin duda, imponen límites a la capacidad de desarro- pran sus materiales a las cooperativas mapuches en Chile y de esta
llar nuestro poder para hacer cosas en forma diferente. forma le dan su apoyo al movimiento mapuche (véase Aizicson,
Hay formas a través de las que se puede hacer frente a algu- 2009). Las interconexiones entre las rebeliones en el mundo
nos de estos problemas. La más obvia es buscar alguna fuente de toman la forma de redes informales y en constante cambio31, a
financiación, ya sea del Estado o de algún tipo de fundación no menudo suministrando un importante apoyo práctico.
estatal. Por ejemplo, muchos grupos radicales en América Latina Los vínculos son muchas veces contradictorios. Si el apoyo es
reciben algún apoyo de fundaciones relacionadas con la Iglesia unidireccional puede dar por resultado una pérdida de autode-
católica u otras. Está claro que cualquier contribución de este tipo terminación para el grupo apoyado, aunque no es necesariamen-
conlleva riesgos, en el sentido de que probablemente, de modo te así. Más en general, la solidaridad puede significar dilución. Si
directo o indirecto, impondrán limitaciones sobre las actividades se la entiende como apoyo a la lucha de otros, es probable que
de los gn_Ipos receptores, o crearán determinadas relaciones socia- contenga la lucha dentro de ciertos límites. Sólo si se la entiende
les -por ejemplo, entre los que tienen la habilidad necesaria para como parte de nuestra lucha es que puede haber una verdadera
recaudar fondos y los otros-, en el interior de los grupos30. Una unión de grietas32.
forma más tradicional, quizá superficialmente más radical, de La construcción de vínculos de apoyo mutuo entre las diferen-
financiar las actividades anticapitalistas es mediante secuestros y tes grietas en la dominación capitalista, a veces, es considerada en
asaltos a bancos. Sin embargo, aunque ese dinero, por lo general, términos de la estructuración de una economía alternativa o de
llega libre de condiciones, la verdadera recaudación de fondos en una economía solidaria. Esto hace referencia a una economía que no
sí misma es probable que genere pautas de conducta y organiza- esté dominada por el valor o la búsqueda de ganancias. Éste es un
ción tendentes a reproducir el capitalismo contra el que estamos desarrollo importante, pero aun así también nos encontramos con
luchando. Lo importante es ver que aquí no hay pureza. Para crear problemas. En primer lugar, la noción de una economía alternativa
un mundo diferente necesitamos sobrevivir físicamente y, a menos ya parece imponer una definición sobre la organización de las acti-
que cultivemos la tierra para proveernos de nuestros propios ali- vidades. Si digo "No, no seguiré la lógica del capital, haré otra
mentos -una posibilidad real dentro de grupos revolucionarios cosa", entonces, no considero que mi otro-hacer sea algo económi-
campesinos, pero difícil en las ciudades-, esto requiere algún tipo co, sino, más bien, un evasión de lo económico. Además, la noción
de acceso al dinero. Y el dinero, ya sea que provenga de financiación de una economía alternativa o una economía solidaria puede fácil-
externa, o de las expropiaciones, o de algún tipo de empleo, siem- mente oscurecer el hecho de que nuestro otro-hacer es un acto de
pre trae consigo limitaciones y contradicciones. Siempre el desafío rebelión, un ir en-contra-y-más allá. Si esta contrariedad se pasa por
es ver hasta qué medida podemos usar el dinero sin ser usado por alto, la economía alternativa puede, sencillamente, convenirse en
él, sin permitir que nuestras actividades y relaciones sean determi- un complemento de la producción capitalista. Si éste fuese el caso,
nadas por él. entonces, lejos de constituir una grieta en las relaciones sociales
El financiamiento puede ser visto como una forma particular
de construir o crear estructuras de apoyo mutuo. Una forma más ~1 Acontecimientos como las demostraciones contracumbre y los foros
directa de hacerlo es construir vínculos de asistencia mutua entre sociales mundiales o regionales juegan un papel importante en la formación de
las diferentes grietas. El grupo italiano "¡Ya basta!" organiza inicia- redes de apoyo.
tivas de apoyo financiero y práctico para instalar un generador ~2 De Angelis {2000: 17) escribe: "más que el viejo paradigma de la solidari-
dad, una mejor descripción de la fonna en que diferentes grupos y movimientos
tienden a entrar en relación entre sí, es la que proporciona una aborigen cuan-
30 Sobre los problemas que surgen a partir de recibir fondos de fundacio- do dijo a quienes llegaron a su pueblo a ofrecer solidaridad: si vinieron aquí para
nes no estatales véase INCITE! {2007). avudarme, están perdiendo su tiempo, pero si han venido porque su liberación
está intimamente relacionada con la mía, entonces. trabajemos juntos".
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
Las grietas existen al borde
capitalistas, estaría ayudando a sustentarlas (véase Manee, 2007). de la imposibilidad, pero existen.
Lo que queremos es una conexión social basada en la confianza,
la solidaridad, la generosidad, el regalo, en lugar de la síntesis
Existen en movimiento: la dignidad
social del valor, pero, por el momento, esto sólo puede existir es una danza ligera
como un ataque al valor, no como un complemento a la produc-
ción del valor. <tesis 10>
El valor es el enemigo, pero un enemigo invisible, la mano
invisible que mantiene unido al capitalismo y rompe el mundo en
pedazos. El valor crea un campo poderoso y complejo de tensión
alrededor de todos nuestros intentos de ruptura con el capitalis-
mo, en el que es difícil trazar claras líneas entre lo revolucionario y
lo reformista. Más allá del Estado, más allá de nuestras contradic- Por un lado, el impulso para romper la lógica del capital, el
ciones personales, el valor, el poder del mercado, de la mercancía esfuerzo por crear momentos y espacios de rechazo-y-creación,
barata, del dinero, es lo que amenaza todo el tiempo con aplastar dignidades. Por el otro lado, la enorme fuerza cohesiva del capi-
nuestras grietas. tal, la gran succión que nos retrotrae a la conformidad, que reab-
sorbe nuestros esfuerzos por escapamos, que nos dice una y otra
vez: "corre si quieres, ésta es una sociedad libre, pero no hay esca-
pe, no hay huída, no hay evasión".
Un choque real y constante. Nos arrojamos una y otra vez con-
tra las paredes que avanzan y nos herimos. Gritamos hasta que el
hielo se rompe y luego contemplamos mientras el hielo se conge-
la de nuevo. Nuestras grietas existen, pero existen al borde de la
imposibilidad. El desencanto y la desilusión nunca están lejos:
están grabados en el intento por crear otro mundol. Esto no
debería sorprendemos, pues objetivamente, ahí es donde esta-
mos, siempre empujando los límites, siempre tratando de hacer lo
imposible, siempre tratando de romper la lógica del sistema,
siempre con algún temor de que quizá tengan razón, quizá este-
mos locos. Pasamos años construyendo un espacio alternativo,
luego nos damos cuenta de que no es tan alternativo, de que las
otras relaciones soci~les que estamos construyendo no son tan
otras, después de todo. Gastamos todas nuestras energías en rom-
per la lógica del capital, luego, años después, miramos a nuestro
alrededor y nos preguntamos ¿dónde está la ruptura? Este cami-
nar al borde del desencanto es lo que significa la dignidad en una
sociedad basada en su negación.
La lógica del capital, la gran fuerza destructiva de la síntesis
social, nos dice que no hay espacio para la dignidad en una socie-
dad basada en la negación de la dignidad. Todo debe encajarse o

1 Para una reflexión bastante diferente sobre las dificultades del movimien-
to en la actualidad véase Colectivo Situaciones (2009).
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-~_:
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~- Las grietas existen al borde de la imposibilidad


Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

un movimiento en contra del capital y en contra de la imposición


adecuarse y eso es, justamente, lo genial del dinero, es una forma de la disciplina social capitalista. Lo importante es comprender
tan flexible de adecuar las cosas que todo tipo de actividades pue- esta intensidad presente -la ocupación de la fábrica-, como un
den ser sometidas a su dominio. presente en movimiento y abierto, no como un instante cerrado y
Y. sin embargo, no es así. El mundo está lleno de inadecuacio- aislado. Los obreros toman el control de la fábrica: eso es impor-
nes, de personas que dicen: no nos adecuamos y no nos adecua- tante con independencia de lo que suceda después. Pero, si toda
r~mos jam~s. Hemos visto la enorme fuerza cohesiva del capital, una serie de ocupaciones de fábrica tiene lugar, entonces, la expe-
como me~tante el Estado, a través de nuestras prácticas, sobre riencia adquiere una nueva dimensión. Prendemos una vela, eso
todo del dtnero, nos arrastra o nos retrotrae, o nos arrastra hacia da luz y calor, pero si vuela una chispa y se prende fuego todo un
atrás,_ hacia su lógica. Halla un camino de empalmar nuestras bosque, entonces, la llama adquiere un significado diferente.
rebehones en el rompecabezas implacable del sistema. Y, sin Cuando me rehúso a ir a trabaJar y voy a sentarme en el parque a
embargo, ahí están, en todos lados, esos pedazos que no se ade- leer un libro, esto es un placer que no requiere justificación, pero,
cuan, qu~ no encqj~n: ~na y otra vez la lógica nos dice que nues- si tÓdos los demás deciden hacer lo mismo, ehtonces, el capitalis-
tras re~ehones son mutiles y que debemos someternos; sin embar- mo colapsará.
go, aht e~tamos, en mil sitios. Estas locuras que empujan a un La validez de la ruptura no depende del futuro, pero si es
mundo diferente, estas dignidades que no esperarán hasta des- parte de un movimiento redimensiona su trascendencia.
pués de la revolución.
Arrojamos una piedra a la capa de hielo que cubre el lago de la
Ahí están, así es y así debe ser. Así debe ser porque no es sólo posibilidad. La piedra hace un agujero en el hielo, pero el hielo
una lógica de capital sino, también, una antilógica de la humani- es grueso, el día está frío y pronto se vuelve a congelar. Quedamos
dad, del rechazo, del movimiento dentro, en-contra-y-más-allá del con la memoria inspiradora de algo hermoso, hemos vislumbrado
cap1tal. La rebelión es inseparable de la obediencia, como la ina- un futuro posible. Arrojamos otra piedra, y esta vez no sólo hace-
decuación lo es de la adecuación. mos un agujero sino que las grietas se disparan en diferentes
_ . Empezamos desde el impulso de rabia, de esperanza y de crea- direcciones, algunas de ellas juntándose con las grietas que se
UVIdad. !ratamos de romper las restricciones de la sociedad que irradian hacia el exterior desde otro agujero hecho por una pie-
nos opnme, ~e desbordar la dominación que nos sofoca, para dra que arrojó alguien más. Para que el hielo se rompa por com-
crear algo mas. No es una cuestión de pureza, pues toda grieta pleto, ésta es la única forma en que puede suceder: por la mucha
re.producirá lo agriet..'ldo en su interior. Es una cuestión, de movi- gente que arroja piedras y por la difusión de las grietas que, a
miento, .de dirección. El movimiento es lo que importa, la posibilidad veces, se juntan.
de las grutas está en su movimiento. La rebelión genera ondas de choque, ondas expansivas de
Pe.nsemos en las fábricas ocupadas, o cooperativas, por ejem- antagonismo. Las grietas resultantes nunca son rectas y su movi-
plo. Aisladamente, la toma de una fábrica o su gestión bajo con- miento raramente es predecible. Corren a lo largo de líneas de
trol obrero tiene una importancia limitada. Todas las presiones fallas más o menos invisibles, debilidades en la estructura del
del mercado tenderán a imponer restricciones que limiten el hielo. f:xiste algo en la forma en cual la sociedad está organizada
alcance de los objetivos de los trabajadores para alterar radical- que genera ciertas líneas de debilidades o de fragilidades en par-
~ente la naturaleza de su actividad en la fábrica o empresa. Es ticular. El sometimiento de nuestra actividad cotidiana al domi-
sol~ c~mo parte de ~n movimiento de lucha que la ocupación de nio del dinero -capital-, significa que hay una frustración que
la f~bnca se vuelve Importante, porque entonces se hace posible corre a través de nuestras vidas cotidianas, un antagonismo que
abnr nuevas formas de relaciones con los usuarios de los produc- toma muchas y diferentes formas, y existe como una multiplici-
t?s. De este modo, el trabajo no es para un mercado anónimo, dad de líneas de fallas interconectadas. Ésta es la red de las líneas
Sino que está orientado a la satisfacción de determinadas necesi- de fallas que queremos tocar, las grietas actuales y las potenciales
d_ades soci~le~. La ocupación obrera de la fábrica no crea un espa- que queremos abrir.
CIO no capttahsta estable, pero puede ser una parte importante de

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway Las grietas existen al borde de la imposibilidad

Observemos una grieta en la pared. En un extremo es visible talismo? Lo terrible es que no lo sabemos. Lo analizamos y lo pen-
con toda claridad, en el otro extremo es tan delgado tan pequeño samos, pero no podemos saberlo con seguridad. Más aún, nuestra
que debemos esforzar nuestros ojos para ver dónde termina. Pero la evaluación de lo que rompe y lo que complementa el capitalismo
grieta se extiende y se ensancha a lo largo de esa delgada línea que va cambiando todo el tiempo. En el siglo pasado, miles, quizá
apenas podemos ver. Si nos concentramos sólo en el extremo que es millones, de personas dieron su vida por la lucha para romper la
claramente visible, entonces, no comprendemos nada acerca del lógica del capital y crear una sociedad diferente. Y ahora conside-
potencial de la grieta, acerca de cómo se podría extender. Hay una ramos los resultados: la Unión Soviética, la República Popular
línea de continuidad entre lo obvio y lo escasamente visible. Las líneas China, etcétera, y sospechamos que esas luchas hicieron más por
de continuidad son las líneas del movimiento potencial y de posibles fortalecer el capitalismo que por dañarlo. A veces, parece que el
confluencias. El extremo obvio de la grieta es el levantamiento zapa- capitalismo es infinitamente flexible, eternamente absorbente y
tista o las grandes manifestaciones contra las reuniones cumbre. El que reabsorberá toda rebelión. Mira 1968, nos dicen: toda esa
extremo delgado es la mujer que se sienta a la mesa de su cocina rabia, toda esa creatividad creó, simplemente, la base para un
leyendo con entusiasmo sobre las últimas manifestaciones antiimpe- nuevo estilo de capitalismo2. Mira todos esos grupos autónomos
rialistas, o la muchacha que, en lugar de ir a trabajar, se sienta en el que comienzan como rebeliones en contra del capitalismo y que,
parque a leer un libro, sencillamente por placer. Estas finas fisuras, luego, con la ayuda de algunos pocos subsidios amables y un poco
¿tienen el potencial para devenir grandes grietas? No lo sabemos, no de asesoramiento y formación profesional, terminan como orga-
lo podemos saber por adelantado. La mujer leyendo en la mesa de nizaciones no gubernamentales, elementos claves para la gober-
su cocina puede salir y unirse a la próxima manifestación o puede nabilidad del neoliberalismo (véase Bóhm, Dinerstein y Spicer,
no hacerlo. La muchacha que está leyendo su libro en el parque 2010; Birkner, 2007; Birkner y Foltin, 2006). Mira todas esas
puede llegar a la conclusión de que hay algo fundamentalmente revueltas contra el rígido control de la puntualidad de la jornada
malo en ·una sociedad que no tiene el placer como su principio, o laboral y cómo el capital las ha absorbido, simplemente flexibili-
puede uo llegar a esa conclusión. Pero éstas son las líneas de conti- zando la jornada laboral y extendiéndola al conjunto de los seres
nuidad de las que depende el futuro del mundo. Aquí es donde se humanos. No seao; tan ingenuo, dicen, no hay evasión posible.
libra la guerra. El capital es un proceso constante de bloqueo de estas Pero no, no es así. No es así, en primer lugar porque la vali-
continuidades, de dividir a los seres humanos en bloques, de decir- dez y la necesidad de nuestra rebelión no dependen de su futuro.
le a la mujer que está en la mesa en la cocina que su frustración no El acontecimiento que conocemos como 1968 liberó una alegría
tiene nada que ver con la ira de los manifestantes contra el G-8. Y en y creatividad que no necesitaron ninguna justificación con refe-
este proceso, la izquierda, con sus definiciones y clasificaciones, rencia a sus resultados finales. En segundo lugar, no es así porque
juega con frecuencia un papel activo. no es cierto que el capitalismo sea infinitamente flexible. Es una
¿No hay un problema aquí? ¿No tenemos también acaso que forma particular de organizar nuestras interrelaciones sociales y
establecer diferencias, líneas de división? El libro comenzó con el nuestra actividad. Y muchos de los ejemplos que ya hemos visto
grito angustiado de: ¿qué podemos hacer? ¿Qué podemos hacer sugieren que se está volviendo más rígido y menos tolerante,
para cambiar el mundo? ¿Es la respuesta "ve y siéntate en el par- menos capaz de absorber la rebelión. La inadecuación, el no
que", o "únete a un coro" o "vete a un paseo en las montañas"? caber, se está convirtiendo cada vez más en una parte central de
No. La respuesta es más bien: rebelarse en todas las formas que nuestra existencia cotidiana. Aunque es difícil decir con certeza si
podamos. Pero lo que más importa no es sólo el grito de odio una acción en particular rompe con el capital, sí tenemos una
revolucionario en contra del capitalismo, sino las formas que tra- clara imagen de lo que rechazamos, de las acciones y formas de
tamos de desarrollar en nuestra práctica cotidiana actividades que conducta que contribuyen de forma evidente a la reproducción·
no se adapten a la succión cohesiva de la actividad capitalista.
No obstante, ¿cómo sabemos si nuestra actividad es una ina- 2 Sobre el impacto de 1968 en el desarrollo capitalist<l véase Bohanski y
decuación o si, simplemente, complementa el desarrollo del capi- Chiapello (2007).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
Las grietas existen al borde de la imposibilidad

del capital: el tratamiento de las personas como medios para


generar ganancias, el tratamiento de los individuos como objetos supuesto, el resultado de la entrega de una militancia o del activis-
y no como sujetos, como si fueran medios para un fin y no fines mo, el resultado de la actividad de mucha gente que dedica gran
en sí mismos. Nuestras dignidades son siempre un moviéndose- parte de sus vidas a organizar acciones anticapitalistas. La mayoría
en-co.ntra, un explorando-más-allá, en lo que arriesgamos nues- de ellos no son revolucionarios profesionales al viejo estilo, pero
tras vtdas para romper con lo que rechazamos con certidumbre y son personas que hacen de la organización de las luchas en contra
crear algo a lo que aspiramos con incertidumbre. La incertidum- del capital una alta prioridad en sus vidas. Sin esa dedicación,
bre de nuestra creación no es motivo para abandonarla, pues está muchas de estas grandes protestas no habrían tenido lugar3. Sin
basada en la certidumbre de nuestro rechazo. embargo, el peligro es que puede crearse un mundo autorreferen-
En tercer lugar, no es así porque incluso si el capital pudiera cial de militancia y activismo. Esto puede tomar una forma obvia
absorber la mayoría de las cosas con el tiempo, eso no importa, que se institucionaliza en la conformación de un partido o alguna
porque para entonces ya nos habremos movido hacia adelante. otra organización permanente, pero, aun donde se rechaza este
Nosotros guiamos la danza, y el capital nos sigue. La dignidad es tipo de institucionalización, el peligro sigue en pie. La concentra-
una danza ligera y cuanto más ligera es, más difícil le resulta al ción en los grandes despliegues públicos de dignidad puede fácil-
capital seguirla. La identidad es la identificación constante de la mente conducir a una falta de sensibilidad o a una completa falta
no identidad, pero la no identidad siempre sigue estando un paso de respeto por los despliegues menos visibles de la rebelión. Si
adelante. La dignidad es un brincar, un deslizarse, un bailar, sucediera esto, nos encontraríamos en una situación de vanguar-
nunca un marchar. Y eso para el capital es dificil de seguir y de dismo, por más fuerte que sea el compromiso antivanguardista de
absorber. los militantes (véase Zadnikar, 2007; Leeds May Day Group, 2004;
No necesitamos líneas duras, entonces, porque las líneas Holloway y Sergi, 2007). El mundo quedaría dividido entre los
duras y las divisiones tajantes entorpecen la danza de la dignidad. que luchan por el cambio por un lado, y la gran masa de gente
Hay una diferencia evidente entre un gran levantamiento popu- que debe ser convencida por el otro. Aquí no estamos discutien-
lar y la muchacha que está sentada en un banco del parque leyen- do ni atacando la importancia de lo que hacen los activistas. Se
do su libro; en un caso, es una rebelión declarada en forma abier- trata más bien de "romper con la división entre activistas y no acti-
ta! pública; en el otro, es un momento de placer completamente vista$' (Trott, 2007: 231)4.
pnvado y despolitizado. Pero, si limitamos nuestra mirada sólo a lo Podemos pensar la relación entre las rebeliones visibles y las
que es público y abierto, entonces, estaremos haciendo justamen- invisibles -o apenas visibles- de dos formas. En la primera, sólo
te eso: limitando nuestra propia visión y, con ello, el impacto de hay que tomar en serio las rebeliones visibles, públicas. Más allá
nuestras dignidades. Estaremos, de hecho, reproduciendo la dife- de ella...;; existe una barrera o brecha, tras la cual queda la gran
renciación capitalista entre lo público y lo privado, mientras que mayoría del pueblo. A esta mayoría hay que llegar mediante la
nuestro objetivo es superar esa división. Quizá querríamos que la enseñanza, la explicación, la conversación. La cuestión central es
muchacha en el parque se rebelase y luchase junto con otros por la conciencia y la falta de conciencia.
un mundo en el que todos podamos pasar mucho más tiempo en La otra forma de pensar es que no hay una brecha o barrera,
el parque leyendo nuestros libros o haciendo lo que quisiéramos, sino líneas de continuidad que corren desde las grandes insubor-
pero, si no somos capaces de reconocer y respetar el potencial dinaciones hasta las pequeñas, aparentemente insignificantes
presente de esa lucha en la simple lectura del libro por la mucha- insubordinacione'5. La cuestión central no es la conciencia, sino la
cha, entonces, estamos cerrando nuestros ojos al movimiento 3 Las grandes protestas son preparadas con frecuencia por activistas com-
pote;tcial de nuestra grieta y encerrándonos en un gueto. prometidos con una intensa planificación durante más de un año. Para conocer
Este es el peligro de la militancia o el activismo. Los grandes varios informes de los esfuerzos sobre la organización de la contracumbre de
despliegues públicos de rebelión o de dignidad -como en Gleneagles véase Harvie y otros (2007).
Gleneagles (Escocia), Heiligendamm (Alemania), y otros- son, por 4- Véase también el documento escrito por Andrew X (1999), "Abandonar el
activismo", después de la manifestación del 18 de junio de 1999 en Londres.
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway Las grietas existen al borde de la imposibilidad

sensibilidad: la capacidad para reconocer las insubordinaciones está diciendo en silencio: "Vivamos para el placer, no para el
que no son obvias y la capacidad para palpar esas insubordinaci(}- dolor", una consigna mucho más radical que las consignas de las
nes. Por cierto, la conciencia o entendimiento juega un papel masivas manifestaciones antiyanquis que tienen lugar en ese
importante, pero la cuestión no puede pasar por traer la concien- mismo momento en algún lugar del planeta. No se trata de una
cia desde afuera, sino por extraer lo que ya está presente en forma cuestión de grados de radicalidad, sino de conmover sentimien-
vaga, de traer y poner diferentes experiencias en resonancia mutua. tos, de canalizar iras y sueños, de hallar resonancias.
Esto nos lleva a una política no de hablar, sino de escuchar, o de Nuestras dignidades son dignidades en movimiento, grietas
escuchar-y-hablar, una política de diálogo más que de monólogo. que se extienden 7. Pero la extensión no es una cuestión de aumen-
Una política de escuchar difícilmente se pueda reconciliar con tar la afiliación o de inscribir más adherentes. Tampoco es princi-
cualquier forma de instirucionalización, ya sea un partido o no. Las palmente una cuestión de predicar o hablar, aunque esto puede
instituciones tienden a tener reglas o prácticas que definen expecta- jugar un papel. Es probable que sea más útil pensar en el contagio,
tivas y sintonizan a determinadas voces, pero no a otras. Las institu- la emulación y la resonancia. El movimiento por centros sociales se
ciones no son muy aptas para escuchar aun cuando lo intenten. Las ha extendido básicamente en esta forma: no a través de los miem-
líneas de antagonismo -la lucha de clases, si se quiere- se mueven bros de un centro social que van a otras ciudades para convencer a
más rápido que cualquier institución; y todo intento por instirucio- otras personas de organizar un nuevo centro social, sino mediante
naiizarlas o inmovilizarlas probablemente constituya un impedi- la gente que escuchando, habiendo visto u oído hablar del primer
mento y una sordera para ese movimiento. Hay que hacer una centro social, quedaron sensibilizados y decidieron organizar algo
importante diferenciación entre la institucionalización, que proyec- similar en su propio medio (véase Free Association, 2006;
ta el presente hacia el futuro e impone definiciones y límites, y la Hodkinson y Chatterton, 2006). En este proceso de contagio, el
organización, que tiene como su núcleo fundamental la coordina- orador en el estrado está siendo complementado o reemplazado
ción abierta y efectiva del hacer5. E.s evidente que necesitamos for- por el teatro callejero. Si la cuestión central no es tanto la de com-
ma<; de organización, pero lo importante es que las formas organiza- prender o explicar, sino la de tocar malestares que ya están ahí,
tivas permanezcan tan abiertas y tan receptivas como sea posible. La entonces, el arte, el teatro y la ntúsicajuegan una parte muy impor-
confluencia de nuestras dignidades es importante, pero quizá debe- tante. Y es seguramente por eso que el elemento estético de las
ría ser pensada como una confluencia de resonancias, de intentos manifestaciones de rebelión ha lleg-ado a jugar un papel tan impor-
de jugar o tocar en el mismo tono: los músicos de jazz que se reúnen tante en los últimos años (véase Kastner y Spórr, 2008). El teatro, la
para divertirse sin un director, aprenden a unirse en la misma melo- poesía y el humor han sido un elemento clave en el impacto de l~s
día, cada uno con su estilo particular de desarrollar temas y variacio- zapatistas y otros movimientos: no como insuumentos del moVI-
nes, moviéndose juntos en una annonía discordante. miento, sino como un elemento central del movimiento mismo.
Podría pensarse que todo intento por escuchar, o compartir la Las grietas en la dominación capitalista existen. Lógicamente,
experiencia de las pequeñas fisuras -por ejemplo, la muchacha ·quizá, no existen y no pueden existir. Pero sí existen. Existen y, a
leyendo su libro en el parque- signifique una pérdida de radicali- menudo, poseen una energía y creatividad extraordinaria lleván-
dad, una conversión de la revolución en algo blando y vacilante 6 . donos a nuevas dimensiones de percepción y comprensión 8 .
No es así en absoluto. Las rebeliones pequeñas, subterráneas,
pueden ser mucho más radicales en su potencial que la manifes- 7 De este modo, los miembros de la Cooperativa Nuevo Horizonte de Guate-
tación más ruidosa. La muchacha que lee su libro en el parque mala dicen: "'que naZc<ln muchos horizontes a nivel nacional porque si no noso-
tros seríamos como una gota de agua dulce en medio del océano, o sea, desapare-
ceriamos". Transcripción de un vídeo disponible en <http:/ /intercontinentalcry.org/
!l En forma similar, Zibechi (2006: 124 y ss.) diferencia entre movimiento
nuevo-horiz011te/> [consultado el21/06/l0].
como institución y movimiento como 77WVerse. Sobre la cuestión de creación de 8 E.o;cribo esto luego de la experiencia de una semana extraordinaria e
redes como una forma de confluencia de los movimientos véasejuris (2008). impresionante en el pueblo zapatista de Oventic intercambiando ideas con jóve-
6 Para un enfoque muy diferente véase Íiiek (2004). nes de la nueva genernción de rebeldes.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

Grietas en el pavimento: somos la maleza que se va abriendo


camino. En un mundo frío somos el sol que brilla sobre el hielo,
creando grietas que se pueden mover con una velocidad aterra-
dora e impredecible. O no. Parte IV.
Las viejas certezas revolucionarias han desaparecido. Ya no '
¡
podemos proclamar con confianza que nuestra victoria es inevita-
ble. Aceptamos que se vive en un mundo de incertidumbre y con-
El carácter dual
fusión. Pero, ¿podemos hallar una forma de comprender nuestra
incertidumbre y confusión? No hay certidumbre en la historia, del trabajo
pero ¿hay alguna forma en la que podamos entender la multipli-
cación de las grietas -o incluso el hecho de que estamos aquí
escribiendo/leyendo sobre las grietas- como parte de una pode-
rosa corriente histórica o antihistórica? ¿Podemos comprender las
grietas no sólo como series interminables de ataques a la síntesis
social del capitalismo, sino como la crisis de esa síntesis?

90
Las grietas son la revuelta
de una forma de hacer contra otra:
la revuelta del hacer contra el trabajo
<tesis 11>

Centrar el foco en las grietas nos lleva de aquí para allá, de la


euforia a la desesperación, de la desesperación a la esperanza y
determinación, y así sucesivamente. Las rupturas chocan con la
síntesis social y son absorbidas o reprimidas. Nos enfurecemos
contra la máquina, pero queremos más que eso: queremos rom-
perla y queremos crear otra cosa.
La tradición del marxismo ortodoxo nos dice que la única
manera de avanzar es rompiendo el sistema de conjunto, tomar
el poder estatal, desmantelar el poder del capitalismo y cons-
truir el socialismo. Pero eso no funciona, no ha funcionado.
Nuestra única opción es pelear desde lo particular, pero entonces
chocamos contra la fuerza de la totalidad. Sería estupendo olvidar
la fuerza de la totalidad, pero está allí, la fuerza real, aplastante,
de la síntesis social.
Nos balanceamos entre la desesperación y la esperanza, de
aquí para allá, ida y vuelta. ¿Estamos locos para rebelarnos o exis-
te alguna verdadera fuerza en nuestra actividad en contra del
capitalismo? ¿Somos trágicos quijotes fuera de contacto con la
realidad histórica, o somos las primeras golondrinas de una pró-
xima primavera?

Y los buscadores del paso erguido en cada momento determina-


do lo arrd.Stran consigo en el sentido admonitorio de que nos
habla Ludwig Bórne en sus Fragmentos y aforismos: "Antes de
ponerse en camino una época, envía por delante hombres capa-
ces y dignos de confianza para que dedinden el nuevo asenta-
miento. Si se dejara en libertad a estos exploradores, si se les
siguiera y obedecier.1, pronto se sabría cuál es el objetivo de la
época. Pero esto es lo que no se hace, sino que se les llama agita-
dores, corruptores, exaltados y se les retiene por la fuerza ..
(Bloc h. 1980, III: 492).

93
El carácter dual del trabajo
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

la actividad que está autodeterminada o, al menos, tiende hacía la


Pero ¿cómo sabemos nosotros, presuntos heraldos de una autodeterminación, así que retendremos el hacer como un térmi-
nueva era, que no somos locos alborotadores? Quizá ellos tengan no general para indicar una actividad que no está necesariamen-
razón. Quizá los libros como éste sean un verdadero disparate, o te sometida a una determinación ajena, una actividad que está en
peor_ que eso, hasta puedan ser perjudiciales. potencia autodeterminándose2.
Este es un dilema práctico y urgente. Las grietas existen. La esencia de nuestra grieta puede ser reformulada: "no traba-
Muchas, muchas personas están dedicando su vida a romper las jaremos bajo la autoridad del capital, haremos lo que consideramos
reglas, a tratar de vivir de una fonna que no se adecua a las pautas necesario o deseable". La grieta es la rebelión del hacer en contra
de las relaciones sociales capitalistas. ¿Qué les decimos? ¿Les adver- del trabajo.
timos que no irán muy lejos porque tarde o temprano prevalecerá La rebelión del hacer en contra del trabajo es la rebelión de
el sistema, y que el único futuro es conformarse o luchar por el una forma de actividad que elegimos, contra otra forma de activi-
derrocamiento del sistema capitalista de conjunto? ¿O les decimos dad que rechazamos. Rechazamos el trabajo porque es desagrada-
que sigan empujando, haciendo las grietas tan grandes como sea ble hacer algo como resultado de una obligación externa y también
posible, porque las grietas son la crisis del sistema, la única forma porque podemos ver que es el trabajo el que crea al capital, o sea,
en que el sistema pueda ser derribado? Una pregunta escalofrian- que crea un mundo de injusticia que está destruyendo la humani-
te, porque hay gente que se está jugando la vida en su respuesta. dad. El hacer que elegimos es más agradable en virtud del hecho
Golpear nuestra cabeza contra la realidad puede ser doloroso. de que nosotros elegimos llevarlo a cabo, y es también un intento
Para tratar de hallar una manera de avanzar, volvemos a lo de dejar de crear el capitalismo y crear un mundo diferente.
que ya hemos subrayado como el corazón de la grieta: "una grie-
ta es la creación perfectamente común de un espacio o momento
rentes aspectos del trab.yo. El trabajo que crea valores de uso y que está determi-
en el que afirmamos un tipo diferente de hacer" (véase la tesis 5, nado cualitativamente se denomina work, por oposición a lalxntr que es el que
supra). Partimos de dos tipos antagónicos de hacer: el que recha- crea valor y al que sólo se mide cuantitativamente, labourpor oposición a work"
zamos y el que tratamos de crear. Las grietas son rebeliones de un (Marx, 1983: 58). Para subrayar esta diferenciación Cúll mayor solidez, prefiero
tipo de hacer contra otro tipo de hacer. utilizar hacer en lugar de trabajar [work] que todavía nos transmite parte de la
"No haremos lo que exige el capital, haremos lo que conside- desagradable resonancia de trabajar [Wbour].
:::! Chris Arthur (1986) dedica una sección muy útil del primer capítulo de su
ramos necesario o deseable". Esa es la esencia de una grieta en la
Dialectics of Labour a una reseña del uso del concepto labour por el joven Marx y
dominación capitalista. "No haremos A, haremos H'. Sin embar- concluye que, "en textos como los Manusctito.s de 1844 y La ideología alemana Marx
go, no es así: esta formulación es equivocada por completo. La [ 1845] restringe el término a la activitÚui productiva 1/.n.Jada a cabo baju ~1 do11tinio
primera opción (A, lo que exige el capital) es fundamentalmente de la propi~dn4 privada. No es el término que usa cuando desea tematizar esa acti-
diferente de la segunda opción (B, lo que consideramos necesa- vidad que es el fundamento ontológico universal de la vida social". Todavía
rio o deseable). Hacn- en el primer caso (hacer lo que exige el menos lo aplica a la futura libre actividad no alienada. Y cita a Marx (2004: 125):
"La relación de la propiedad privada contiene latente en sí[ ... ]. L1. producción
capital) es diferente en absoluto del hacn- en el segundo caso de la actividad humana como trabajo, es decir, como una actividad totalmente
(hacer lo que consideramos necesario o deseable). Hacer algo ..Yen.a al hombre y a la naturaleza". Arthur señala que, en la época en que Marx
sobre lo que no tenemos ningún control es una experiencia por escribió El mfJital estaba usando el término alemán Arbeit (trabajo) en un senti-
completo diferente de la de hacer algo que sí hemos elegido. do más general. Siu embargo, es evidente que lo que Marx entonces llamaba la
En realidad, necesitamos dos palabras diferentes para las dos "naturaleza bifacética del trabajo" siguió siendo su preocupación central. y de
esta forma, lo que estaba en cuestión era mucho más que una contradicció11
fonnas de hacer. En inglés existe el término labourpara indicar un
entre la productividad y la producción de valor, como luego algunos afirmarían.
hacer que es desagradable o sometido a la compulsión o determi- Véase en especial el hermoso capítulo V del primer tomo de El capital sobre
nación exterior 1• Es más difícil hallar una palabra adecuada para "Proceso de trabajo y proceso de valorización", y también la sección de
"Resultados del proceso inmediato de la producción" sobre la "Producción capi-
1 Engels agregó una agud;l observación como nota al pie de El capitat: "La talista como producción de plusvalía" (1990: 3 y ss.).
lengua inglesa tiene la ventaja de poseer dos palabras distintas para esos dos dite-
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94
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El carácter dual del trabajo

La historia de las grietas es la historia de un hacer que no cabe El dilema insoluble de nuestras grietas, el ir y venir entre la
dentro un mundo dominado por el trabajo. Las grietas son inade- esperanza y la desesperación, no está compuesto por fuerzas
cuaciones, haceres inapropiados. Decir que las griet.."l.S son rebelio- externas, sino que tiene que ver con la organización de nuestra
nes totalmente comunes es expresar que el inadecuado no es propia práctica. Creamos la sociedad de la que queremos liberar-
alguien o algo que es marginal, sino que está en el mismo cen- nos. Eso es terrible, pero también es la fuente de la esperanza. Si
tro de la sociedad. La inadecuación es una parte central de la creamos el capitalismo, entonces también pode1nos dejar de crear-
experiencia cotidiana. Partimos desde ahí porque es este fraca- lo y hacer otra cosa en su lugar. La esperanza reside en el carácter
so o rechazo a adecuarse a una sociedad opresiva lo que sienta dual, auto-antagónico del hacer humano.
las bases de la esperanza en que podemos cambiarla. Si vemos a
través de los ojos de la dominación o partimos del análisis del
capital, estas inadecuaciones sencillamente no existen. Poner las
grietas .en el centro nos da un punto de vista diferente: partimos
de lo que no se adecua, que no cabe, de aquello que desborda, de
lo que no está contenido, de lo que existe no sólo dentro, sino
también en-contra-y-más-allá. No partimos de la quietud de la
identidad, sino del movimiento de la no identidad, o mejor
dicho, de la anti identidad. Comenzamos dialécticamente, pero
no de una dialéctica comprendida como interacción, sino más
bien como la inquietud negativa de lo que no cabe, de la insufi-
ciencia3.
El pivote o punto de apoyo central es nuestro hacer: la crea-
ción humana. Una forma del hacer, el trabajo, crea el capital, la
base de la sociedad que nos está destruyendo. Otra forma del
hacer, la que de modo simple llamamos hacer, presiona contra la
creación de capital y hacia la creación de una sociedad diferente.
En ambos casos nuestro hacer está en el centro. Al focalizamos en
nuestro hacer ponemos nuestra propia fuerza en el centro de
nuestra comprensión de la sociedad: nuestro poder-hacer (y, en
consecuencia, nuestro poder de no hacer, y nuestro poder de
hacer en forma diferente). Concentrándonos en el hacer, tam-
bién afirmamos de modo evidente que lo que este libro discute,
no es el objetivo de lograr más democracia, sino una reorganización
radical de nuestra actividad cotidiana, sin la cual, el reclamo de
más demot:racia no significa absolutamente nada4.

3 Adorno (1986: 13): "El nombre de dialéctica comienza diciendo sólo que los
objetos son más que su concepto [ ... ].La contradicción [... ] es índice de lo que
hay de falso en la identidad, en la adecuación de lo concebido con el concepto".
4 Algunos autores, como Hardt y Negri (2004), en especial. se deslizan de una
crítica del capitali~mo al énfasis de la lucha por la democracia, pero la democracia
significa muy poco si nuestras vidas las dedicamos a la producción del capital.

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El carácter dual del trabajo
La abstracción del hacer en trabajo
es el tejido social en el capitalismo
el primer capítulo)" 1. A pesar de la fuerza y la relevancia que
Marx le dio a este punto, éste ha pasado casi desapercibido en la
<tesis 12> tradición marxista, de modo que insistir sobre su importancia es,
inevitablemente, proponer una relectura de sus obras.
Marx introduce la idea de la naturaleza dual del trabajo en su
obra juvenil, los Manuscritos económic()-Jil.osóficos de 1844. Uno de los
más famosos -e importantes- pasajes de sus escritos es la sección
sobre el trabajo alienado. Para comprender la "interrelación esencial
existente" (2004: 105) entre los fenómenos de la sociedad capitalista,
Marx recurre al trabajo tal como existe en la sociedad capitalista, al
que caracteriza como trabajo alienado (o enajenado). "El objeto
Aquí acudimos a Marx. Tenemos que hacerlo. Esto no es una que produce el trabajo, su producto, se enfrenta al trabajo como
excusa, sino un reconocimiento de que algunos lectores -si es que un ser ajeno, como una fuerza independiente del productor" (ibítl.:
los hubiera- pueden tener alguna reticencia en buscar ayuda en 106). Esta alienación no es sólo el resultado final del trabajo,
Marx. La actual ola de luchas en contra de la globalización capi- sino que es inherente al proceso de trabajo mismo.
talista ha prestado relativamente poca atención a la teoría marxis-
ta, y gran parte de los escritos dentro de la tradición marxista ha Pero la alienación se muestra no sólo en el resultado, sino en el
quedado divorciada del movimiento de lucha. En lo que hemos ado de frroduccián, dentro de la propia actividad productora. ¿Cómo
discutido hasta ahora he insistido en la importancia de partir de podría enfrentarse el trabajador al producto de su actividad
las luchas particulares, las grietas en la dominación capitalista, en como a algo ~eno, si él mismo no se alienara de sí mismo en el
lugar de partir de un análisis del capitalismo como un todo, como propio acto de producción? [... ] Si, pues, el producto del trabajo
es la enajenación, la producción misma debe ser la enajenación
lo han hecho la mayoría de las obras de la tradición marxista. Esto
activa, la enajenación de la actividad, la actividad de la enajena-
no se debe a que rechace el marxismo, sino, por el contrario, a ción (ibíd.: 109).
que comprendo el marxismo como una crítica, un disolvente, un
ácido que disuelve las rigideces sociales que nos enfrentan, el sis- El trabajo, como trabajo alienado, es una separación del noso-
tema aparentemente inconmovible contra el que seguimos cho- tros respecto de nosotros mismos, una ruptura en pedazos entre
cando. En la actual etapa de la discusión, eso es justo lo que nece- nosotros y nuestra actividad.
sitamos: un ácido para disolver la dureza de la síntesis social que Es a través de nuestro trabajo enajenado que producimos a
nos ahoga sin cesar. En las líneas que siguen, sugeriré que la clave nuestro amo. Marx dice del trabajador que realiza trabajo enaje-
del poder disolvente del marxismo es su análisis de la naturaleza nado lo siguiente: -
dual del hacer.
En la crítica marxiana del capitalismo es central la "naturale- t\sí como convierte su propia producción en su desrealización,
za bifacética del trabajo". Al comienzo de la segunda sección del en su castigo; así como conviene su propio producto e11 pér-
primer capítulo del tomo I de El capital, se lee muy claramente: dida, en uu producto que no le pertenece, así también genera
"este punto, la naturaleza dual del trabajo contenido en las mer- el dominio de aquel que no produce, en la producción y en el
cancías, es el eje en torno al cual gira la comprensión de la eco-
nomía política" (Marx, 1983: 51). Luego de la publicación del pri-
1 El texto continúa: "2) el tratamiento de la plusvaüa independimtemenle de sus
mer tomo, Marx le escribe a Engels (1987: 191): "los mejores farmas particula'Us, beneficio, interés, renta del suelo. etcétera", pero esto no nos
puntos de mi libro son: 1) el doble carácter del trabajo según que sea interesa aquí. Observemo.'i que Marx también consideraba esta contribución
expresado en valor de uso o en valor de cambio (toda la compren- suya como distintiva: "He sido el primero en exponer críticamente esa naturale-
sión de los hechos depende de esto, se subraya de inmediato en za bifacética del trabajo contenido en las mercancías" (1983: 191).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
El carácter dual del trabajo

producto. Así como se ve alienado de su propia ac~vidad, así tam-


duce el capital. El trabajo -alienado- es el enemigo: no queremos
bién se apodera de uua actividad que no le es prop~~ [ ... ] La ~ela­
ción del trabajador con el trabajo genera la relac10n co~t dtcho trabajar. Pero, en el fondo, en el segundo plano hay otra posibili-
trabajo del capitalista, o como quiera que se desee designar al dad (¿potencial, sueño?): encarar una actividad libre y conscien-
dueño del trabajo (Marx, 2004: 116-Jl7). te, una actividad vital consciente. Aquí no hay sólo un contraste,
sino un antagonismo entre el trabajo alienado y la actividad vital
El trabajador produce al amo, no por cualquier forma de a~ti­ consciente.
vidad, sino desarrollando o haciendo un trabajo alienado o enaJe- Marx no discute el estatus presente de la actividad vital cons-
nado. ciente2. El trabaJo alienado es, evidentemente, visible como la rea-
Marx se centra en el trabajo alienado, pero el mismo concepto lidad presente de la sociedad capitalista, pero ¿cuál es con exacti-
significa un contraste con el trabajo no a~i~nado o, como podría- tud el estatus de la actividad vital consciente: es un futuro
mos decir el hacer no alienado. Marx (ibíd.: 1!2-114) no usa el potencial-la vida en el comunismo- o la lucha presente? De todas
término de trabajo no alienado o de hacer no alie':'~do, pc;ro formas, está claro que el hacer-en-contra-del-trabajo, que es carac-
habla de la alienación como la alienación de la acUVIdad VItal terístico de nuestras grietas, aspira a constituirse en actividad vital
consciente del hombre. consciente: una actividad vital que supera la diferenciación entre
el trabajo y el-no trabajo, y presiona en la dirección de la determi-
La libre actividad consciente es el carácter genérico del hombre nación consciente.
[ ... ].La actividad vital consciente diferencia inmediatam~t.lte al En El capital Marx ya no habla más del trabajo alienado y de la
hombre de la actividad vital animal [ ... ] . Siu duda, tambten, el actividad vital consciente, pero, como hemos visto, coloca la "natu-
animal produce. Se construye un nido, viviendas, como la ab~a. raleza bifacética del trabajo" en el mismo-centro de su crítica de la
el castor, la hormiga, etcétera, sólo que únicamente produce lo economía política. La "naturaleza bifacética del trabajo" se refie-
que necesita inmediatamente para sí o para su cria; produce _uni- re a la distinción entre el trabajo útil o concreto y el trabajo abs-
lateralmente, mientras que el hombre produce de mo~o umv:r- tracto.
sal; el animal produce sólo bajo la coacción de la ne~~s1~ fis1ca
El trabajo útil-o concreto- produce valores de uso, cosas que
inmediata, mientras que el hombre produce tambten libre d~
necesidad ffsica, y sólo produce verdaderamente cuando esta son útiles. El trabajo útil es inseparable de sus cualidades especí-
ficas.
libre de esa necesidad[ ... ] es justamente a través de la elabora-
cióll del mundo objetivo que el hombre se prueba verdaderamen-
te eu cuanto ser genérico. Esta producción es su vida genérica_acti- La chaqueta es un valor de uso que satisface una necesidad especí-
fica. ~ara producirla, se requiere determinado tipo de actividad produc-
va [ ... ] en la medida en que el trabajo alienado despOJa a_l
hombre del objeto de su producción, lo despoja de su vida g;mén- tiva. Esta se halla determinada por su finalidad, modo de operar,
objeto, medio y resultado. Uamamos sucintamente trabajo útil al
ca, su verdadera objetividad genérica y transforma su preemmen-
trabajo cuya actividad se representa así en el valor de uso de su pro-
cia por sobre el animal en la desventaja de que le es arrebatada
ducto o en que su producto sea un valor de uso (ídem, 1983: 51).
su vida inorgánica, la naturaleza.
El trabajo útil es "actividad productiva especial orientada a un
Marx no se detiene en la actividad vital consciente: es el otro
lado, el lado oscuro de la luna, el punto de referencia inevitable fin" (ibíd.: 52). Este tipo de trabajo es, "independientemente de
todas las formaciones sociales, condición de la existencia huma-
del concepto del trabajo alienado, pero un_ pu~to de referenCia
na, necesidad natural y eterna de mediar el metabolismo que se
que tiene más bien una existenCia oscura, mtstenosa, co~o la ver-
da entre hombre y la naturaleza, y por consiguiente, de mediar la
dad perdida de la humanidad, como futuro potencial, c?mo
lucha presente. Es el trabajo alienado lo que se halla en el ~~mer 2
Marx también usa el Iénnino autoactividad para designar la "actividad vüal
plano. El trabajo alienado es lo que rechazamos, es una acUVIdad consciente". Sobre la cuestión de la terminología véase una interesante discusión
que no controlamos, una actividad que produce al amo, que pro- en Arthur (1986, capíwlo 1).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

vida humana" (Marx, 1983: 53). Más adelante, cuando habla del
1 ¡
'
El carácter dual del trabajo

único que importa sobre el trabajo es su cantidad, no su cualidad


proceso laboral -el proce~o ¿el trabajo útil-, Marx (ídem, 1987:
o características particulares. El trabaJo que produce valor no es
223) dice, con mayor preclSlon:
trab~o útil o concreto, sino trabajo abstracto, trabajo visto abstra-
El proceso del trabajo [ ... ] es una actividad orientada a un fin, el
yendo sus características concretas. La mercancía
de la producción de valores de uso, apropiación de lo natu~l
para las necesidades humanas, condición general del metabolis- ya tampoco es producto del trabajo del ebanista o del albañil o
mo entre el hombre y la naturaleza, eterna condición natural de del hilandero o de cualquier otro trabajo productivo determina-
la vida humana y por tanto independiente ~e toda f~rma de esa do. Con el carácter útil de los productos del trabajo, se desvane-
vida [o, más bien, común a todas las formas ] de soctedad. ce el carácter útil de los trabajos representados en ellos y, por
ende, se desvanece también las diversas formas concretas de esos
Esta autocorrección es muy importante. Si el trabajo útil o trabajos; éstos dejan de distinguirse, reduciéndose eu su totali-
concreto fuera independiente de cada forma de sociedad, est~ c?~­ dad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo abstractameute
humano (Marx, 1983, 47).
llevaría un concepto transhistórico, la idea de que el trabaJO uul
es algo que puede ser estudiado independientemente de sus for-
mas históricas. Si por el otro lado, el trabajo útil o concreto es "El trabajo que genera la sustancia de los valores es trabaJo huma-
común a todas las formas de sociedad, esto significa un concepto no indiferenciado, gasto de la misma fuerza humana de trabajo"
hist&rico, o sea, la idea de que el trabajo útil cambia en cada ~poca ( ibíd.: 48). Esto "es una abstracción que se hace cotidianamente
histórica y sólo puede ser comprendido en su context? htstonco. en el proceso social de producción" (ídem, 1970: 129).
Aunque algún tipo de trabaJo útil o. actividad productiVa. es nece- El trabajo útil o concreto existe, entonces, en cualquier socie-
sario en cualquier sociedad, toma diferentes fonnas en dtfe~entes i dad. En la sociedad capitalista o, para ser más precisos, en la
1
sociedades: no se halla fuera de las diferentes fonnas de soctedad. 1 sociedad productora de mercancías, adquiere una fonna social
' específica; la forma del trabajo abstracto'. El trabajo útil continúa
En la sociedad capitalista, los productos no son simplemente
producidos como valores de uso: s?n produ~idos como m.ercan- existiendo, pero en relación con otros trabajos sólo se lo conside-
cías, 0 sea, son producidos para el mtercambto. Lo que le Intere- ra cuantitativamente, como una cierta cantidad de trabajo abstra-
sa al productor no es la utilidad -o valor de uso- del producto, ída de sus cualidades específicas. Cuando se intercambian las mer-
sino su intercambiabilidad o valor. El sastre produce una chaque- cancías lo que importa es la relación cuantitativa entre ellas
ta, no porque que quiera usarla, sino ~orque quier~ cambiarla. ~1 (medida en general por la cantidad de dinero que recibo por la
tejedor produce lino, no porque qutere us~rlo, stno porque el chaqueta que he producido). Esta relación cuantitativa está deter-
también quiere·cambiarlo. En el proceso de xntercam~to ~ntre la minada por la cantidad de trabajo requerido para producir la
chaqueta y el lino, dos trabajos útiles y concretos, cuahtattvam~n­ mercancía en cuestión: no sólo la cantidad de tiempo que gasté
te diferentes son puestos en contacto y se establece una ~ed1d~ en realidad en ella, sino la cantidad de trabaJo socialmente nece-
proporcional entre ellos, de modo que una chaqueta es 1gu~l- a sario para producir la mercancía. La cantidad del valor de lamer-
veinte yardas de lino, por ejemplo. Lo qu~ se m~de en la ecuac1?~ cancía está determinada por la cantidad de tiempo de trabajo
no es una relación cualitativa entre dos npos dxferentes de acUVI- socialmente necesario requerida para producirla: el tiempo de tra-
dad sino una relación cuanútaúva entre dos trabajos que son con- 1 bajo socialmente necesario establece la medida por la que se com-
side;.,.dos abstrayendo sus cualidades específicas. Desde el punto de paran los diferentes trabajos. El trabajador puede trabajar con
vista del intercambio, o sea, desde el punto de VlSta del valor, lo amor y con cuidado y con verdadera dedicación a su oficio, pero
1 si el artículo producido no se vende -o no se vende a un predo

"' La Iraducción de esta frase ha sido ligeramente modificada para mantener 1


3 Para una muy cuidadosa discusión de los recientes debates sobre el traba-
el sentido de la citación original [NdE]. jo abstracto véase Bonefeld (2010).

,.,. _________ ______


102

__...... .
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El carácter dual del trabajo
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

111), la enajenación del trabajador de su ser genérico -aquello


que asegure la supervivencia del trabajador- éste tendrá que cam- que lo hace humano-, su enajenación de los otros trabajadores,
biar su relación con su trabaJO y producir lo que se venda, a un etcétera; todo esto reaparece en la crítica que hace Marx del tra-
ritmo y en una forma que asegure su propia reproducción. La bajo abstracto en El capital. El argumento de El capital descansa en
imposición mediante el mercado del tiempo de trabajo socialmen- la misma diferenciación entre seres humanos y animales, que es
te necesario exigido para producir una mercancía es al mismo tan central para los Manuscritos de 1844. Es un hacer con una fina-
tiempo la abstracción del trabajo, la separación del trabajador res- lidad lo que nos distingue de los animales "una abeja avergonzaría,
pecto de su proceso de producción. El proceso de intercambio -la por la construcción de las celdillas de su panal, a más de un maes-
operación del mercado- impone una abstracción que repercute tro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro
sobre la forma en la que se desarrolla el trabajo concreto. albañil de la mejor de las abejas es que él primero ha modelado la
Preparo un pastel. Disfruto al hacerlo, disfruto comiéndolo, celdilla en su cabeza antes de construirla en la cera" (1983: 216).
disfruto compartiendolo con mis amigos y me siento orgulloso del El capitalismo nos roba la unidad de proyecto y ejecución, el fin, y
pastel que hice. Entonces, decido que trataré de ganarme la vida el hacer: nos roba, en consecuencia, lo que caracteriza nuestra
cocinando pasteles. Los preparo y los vendo en el mercado. De humanidad5.
modo gradual, el pastel se convierte en un medio para ganar un Sin embargo, todavía hay algo importante en el desplazamien-
ingreso suficiente para permitirme vivir. Tengo que producir el to del trabajo alienado al trabajo abstracto. La noción de trabajo
pastel, a cierta velocidad y en cierta forma, de modo que pueda abstracto nos enfrenta más directamente con la cuestión que es
mantener el precio lo suficientemente bajo para venderlo. El central para nosotros: la relación entre la cualidad de lo que hace-
deleite que antes sentía en hacerlo ya no es parte del proceso de mos y su integración en el contexto social. La alienación tiende a
cocinar el pastel. Luego de un tiempo me doy cuenta de que no centrar nuestra atención en la experiencia misma, mientras que
estoy ganando suficiente dinero y pienso que, dado que la pro- la abstracción dirige nuestra atención también sobre el carácter
ducción de los pasteles es, en todo caso y de modo senc!llo, un social del trabajo: nos plantea la cuestión de la cohesión social.
medio para un fin, una forma de ganar dinero, podría también La cualidad de nuestro hacer está íntimamente relacionada
hacer otra cosa que se vendiera mejor. Mi hacer se ha convertido con su carácter social. La abstracción no es exterior a la actividad
en algo indiferente por completo a su contenido, ha habido una misma. La forma en la que nuestra actividad particular es puesta en
abstracción plena de sus características concretas. El objeto que relación con otras actividades reperct~~e sobre nuestra actividad,
produzco ahora está tan completamente enajenado de mí mismo moldeándola hasta la médula. Ya heiru;i.ot yisto esto en el ejemplo
que ya no me importa si es un pastel o un veneno para ratas, en del pastel: aquí hay un proceso gradual de ab~tracción, una trans-
la medida en que se venda. formación paulatina de una actividad gratifican te a un trabajo en
A este ejemplo se lo puede discutir tanto con referencia a la un todo indiferente a su contenido, una mera actividad configurada
alienación como a la abstracción. Mi hacer -el cocinar- está alie- por la búsqueda de dinero. Esto no es una cuestión moral, sino una
nado o abstraído, y esta alienación o abstracción lo convierte en cuestión de valor y de tiempo de trabajo socialmente necesario. Para
trabajo: el hacer está alienado, o abstraído en trabajo. En lo esen- vender mi pastel, debo poder producirlo tan rápido y de forma tan
cial, entonces, la abstracción del trabajo discutida en El capita4 es
la enajenación del trabajo discutida en los Manuscritos de 18441. 5 El argumento de que no hay que hacer una diferenciación esencial entre
Todas las características del trabajo alienado, el hecho de que "el seres humanos y otros animales -y que en consecuencia deberíamos rechazar la
trabajador se relaciona con el producto tf"
su tr~bajo como con. un distinción que hace Marx entre el maestro albañil y la abeja- me parece peligroso.
No son las ovejas o los caballos los que están destruyendo las posibilidades de la
objeto ajeno" (Marx, 2004: 107), o la relacton [ ... ] que extste
vida en la tierra, sino nosotros los seres humanos. Por lo tanto, tenemos una clara
entre el trabajador y su propia actividad como algo ajeno" (ibíd.: responsabilidad para tratar de detener esta destrucción. En resumen, los seres
humanos tienen un poder creativo y destructivo que nos diferencia de los demás
4 Para una discusión que llega a conclusiones similares véase Postone (2006, animales (véase Wilding, 2008, y en especial2010).
en especia1159 y ss.).
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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway
j:~ El carácter dual del trabajo

eficiente como lo hacen otros pasteleros: si no lo logro me veré for- hecho de que nadie lo controla es lo que lo hace tan difícil de
zado -por mi propia necesidad de sobrevivir- a cobrar más que los romper, pues nos enfrenta como una telaraña perfecta y ~uida.
otros pasteleros por productos de la misma calidad, y mis clientes Esta totalidad de las relaciones sociales, tejidas por el trabaJo abs-
potenciales los comprarán en otro lado. El hecho de que estoy pro- tracto, es la síntesis social que de modo constante enfrenta nues:-
duciendo para el mercado me obliga a producir en una determina- tras grietas, la síntesis que invariablemente nos retrotrae a la acep-
da forma. La abstracción es abstracción de la actividad misma, un tación en la práctica, a reproducir de nuevo el mismo sistema que
proceso por el cual me vuelvo indiferente al contenido de mi pro- queremos romper.
pia actividad. La abstracción no es sólo una abstracción del inter- Sin embargo, es nuestro hacer, nuestra creatividad la que está
cambio sino una abstracción real. La relación entre la abstracción en el centro. Es el trabajo abstracto que constituye la realidad de
implícita en el intercambio y la transformación de la actividad las relaciones sociales. Podríamos decir que es el intercambio lo
misma en trabajo abstracto no es un proceso totalmente automáti- que une todas nuestras actividades, o el valor, o el dinero, y todas
co -pensemos, por ejemplo, en las cooperativas, que luchan para estas formulaciones serían correctas. Todavía Marx tiene razón al
transformar sus procesos de trabajo aun cuando mientras tanto insistir en que el carácter dual del trabajo es el eje en tomo al cual
producen para el mercado-, pero existe siempre como una fuerte gira la comprensión de esta cuestión. Es el eje sencillamente por-
tendencia o presión. que nosotros somos el eje. Nuestra actividad es la "interrelación
Preparo algunos pasteles, los vendo y con el dinero compro esencial existente" (Marx, 2004: 105), entre los fenómenos de la
una chaqueta. Mi actividad como pastelero y la actividad del sas- sociedad capitalista. Es por nuestra actividad que nosotros, los
tre que hace la chaqueta entran en relación, pero lo hacen seres humanos, creamos la sociedad en la que vivimos, de modo
mediante un proceso de abstracción, a través de la negación de las que es importante comprender la sociedad y su potencial en tér-
características particulares de la repostería o de la confección de minos de nuestra actividad creativa y su organización, y no sólo en
ropa. Ésta es una abstracción mediada por el dinero que es del términos de las relaciones sociales que hemos creado (valor, dine-
todo indiferente a las sutilezas de la pastelería y de la sastrería, y ro, capital, y otros). Esto es central para ir más allá de la teoría del
así otros casos. Aquí no sólo estamos hablando de la relación valor a una teoría de lo que crea el valor, el trabajo abstracto. Esto
entre el pastelero y el sastre, sino de la forma en la que las activi- es lo que Marx llama la critica ad hominem, una crítica que trae
dades de las personas en su conjunto se relacionan entre sí, y, en todos los fenómenos de nuevo al sujeto humano, a la forma en
consecuencia, de la forma en que esas actividades son configura- que se organiza la actividad humana. Si nosotros lo hacemos,
das. Lo que hace tan difícil agrietar el capitalismo, es la forma en nosotros lo podemos romper-ti.
que están entretejidas nuestras actividades (nuestras vidas). Este Ir a la raíz de las cosas, y comprender esa raíz como nuestra
entretejido no se realiza a través del Estado -como aparenta ser el propia actividad es crucial. Pensemos otra vez en la discusión pre-
caso-, sino mediante la abstracción del trabajo (el Estado no es via sobre el poder del valor y la forma en la que se nos impone la
más que una suerte de capa protec~tora que aplica un pegamento síntesis social (véase la sección d) de la tesis 9, supra). Escribir esta
extra al tejido de la abstracción). Este es el modo en que se con- sección fue algo muy deprimente para mí, y tal vez lo sea también su
forma la totalidad de las relaciones sociales: la síntesis social se lectura, debido a la sensación de que no hay salida posible. En el
realiza a través de la abstracción del hacer en trabajo. momento en que abrimos el valor y nos preguntamos ¿qué es lo que
La abstracción es el tejido específicamente capitalista de las produce el valor?, vemos que la respuesta no es otra que nuestra
relaciones sociales, el tejido capitalista concreto de lo particular
en la totalidad. Es un proceso que nadie con trola. El hecho de
fi Postone (2006: 228) escribe: "Las estructuras de dominación abstracta
que nadie lo controle hace que sea absolutamente imprescindible comtituidas por determinados tipos rle práctica social dan pie a procesos socia-
romperlo: no sólo es la negación de la autodeterminación huma- les que escapan al control humano y, aun así, según el análisis de Marx, también
na, sino que también es evidente que su dinámica nos está llevan- amparan la posibilidad histórica de que las personas puedan controlar lo que
do hacia el autoaniquilamiento humano. Al mismo tiempo, el socialmente han constituido de manera alienada".

106 107
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El carácter dual del trabajo

propia actividad, nuestro trabajo abstracto. Es entonces cuando ajustan, que se rebelan, que no se adecuan y que chocan con la
comienza a despertarse el entusiasmo, comenzamos a ver que hay síntesis social. Nuestro hacer no está subsumido por completo en
una salida, sencillamente porque no es una cosa -el valor-, sino el trabajo abstracto. A veces, parece que no hay otra cosa en la
nuestra actividad la que está en el centro. Hay un mundo de dife- vida que el trabajo abstracto del capitalismo, pero sabemos que
rencia, entonces, entre un análisis que toma el valor como eje de no es así, y todo lo que hemos discutido en relación con las grie-
referencia y uno que -como éste que exponemos aquí- ubica el tas nos dice que no es así. Marx insiste en la naturaleza dual del
carácter dual del trabajo en su centro. trabajo, no sólo en el trabajo abstracto7.
Sin embargo, existe un pero. Analizar todo en términos de La cuestión crucial que intentaremos afrontar de ahora en
acción humana nos da una sensación de nuestro poder de crear adelante es la relación entre los dos aspectos del trabajo: entre el
un mundo diferente, pero -todavía- no nos libera. El trab,Yo abs- trabajo abstracto y lo que, a falta de una palabra más adecuada,
tracto que hacemos es real: crea, de hecho, una sociedad que nos hemos llamado hacer. El joven Marx hace referencia a un contras-
mantiene atrapados, una síntesis social o totalidad de relaciones te entre el trabajo alienado y la actividad vital consciente. Este
sociales que tiene una fuerza tan cohesiva que parece funcionar contraste puede ser comprendido de diferentes formas, la activi-
automáticamente, parece operar de acuerdo con las "leyes del dad vital consciente puede ser comprendida como algo del pasa-
desarrollo capitalista". El carácter abstracto del trabajo capitalista do (un paraíso perdido) o del futuro (la actividad comunista).
significa que las interconexiones sociales se constituyen más allá de Ninguna de estas interpretaciones es suficiente: el concepto
toda forma de control social. La síntesis o totalidad social adquiere mismo de alienación no tendría sentido si no tuviéramos una
una autonomía propia y se erige ante nosotros como una fuerza experiencia presente de algo que apunta más allá de la aliena-
ajena, su carácter incontrolado e incontrolable se expresa en su ción. En otras palabras, la actividad vital consciente debe referir-
forma más visible en el movimiento constante y frenético del dine- se de alguna forma a la experiencia presente. El contraste entre el
ro, que es el medio a través del cual se expresa el carácter social trabajo alienado y la actividad vital consciente es un antagonismo
total del capital. La existencia de una totalidad social, en este senti- vivo. En relación con el presente, sin embargo, la actividad vital
do, como una fuerza cohesiva regida por leyes independientes de no puede ser consciente en su plenitud, porque en la sociedad
toda dirección humana consciente, es algo peculiar del capitalis- capitalista no controlamos nuestra actividad vital: es más bien una
mo (véase Postone, 2006). Creamos esta totalidad, tejemos la tela- aspiración a la actividad vital consciente la que choca con el movi-
raña que nos mantiene prisioneros: comprender esto nos ayuda a miento contrario, la alienación que nos priva de nuestra actividad
ver que podemos dejar de tejer la telaraña y hacer otra cosa. Pero determinada conscientemente. El antagonismo expresado por el
la totalidad retiene su fuerza, la telaraña está todavía ahí. joven Marx, así entendido, puede ser visto como el choque entre
Repitamos el argumento: creamos la sociedad que nos mantie- el impulso por la autodeterminación y la síntesis social, que
ne atrapados. El capitalismo lo hacemos así debido a que la forma hemos visto como algo típico de las grietas.
en la que se unen nuestras actividades, mediante el intercambio, En El capital avanzamos un paso con el desplazamiento del tra-
nos impone determinadas formás de comportamiento sobre las que bajo alienado al trabajo abstracto. Aquí se evidencia que el trabajo
ni nosotros, ni nadie, ejerce el control. La forma en que se unen abstracto es la constitución de la síntesis social, que la abstracción es
nuestras actividades nos da una ilusión de libertad, pero, de hecho, de forma simultánea una alienación de nuestra actividad y la cons-
nuestras actividades tejen una telaraña -a la que hemos llamado titución del nexo social, el entretejer de la sociedad capitalista. A la
cohesión social o síntesis social- que no es controlada por nadie, otra parte, sin embargo, se la formula con menos fuerza que la
dominada por la necesidad de producir cosas de modo tan eficien- "actividad vital consciente" del joven Marx. Ahora hace referencia
te como sea posible en el tiempo de trabajo socialmente necesario.
Marx se refiere a esto cuando habla del trab,Yo abstracto. 7 Es sorprendente que hasta los autores que insisten en la importancia que
Sin embargo, hay algo más en nuestra actividad que la crea- Marx adjudicó a la naturaleza dual del trabajo, continúan centrándose exclusiva-
ción de esta síntesis social: también actuamos en formas que no se mente en un único aspecto de esta ambivalencia, en el trabajo abstracto.

108 109
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
.,.-
~-- El carácter dual del trabajo

a ella como "trabajo útil o concreto". Este trabajo es "común [ ... ]


h
1 al mismo tiempo cerrar nuestros ojos al antagonismo de la ~~pe­
a todas sus formas de sociedad", una "eterna condición natural de riencia cotidiana.Podemos expresar esto en otras palabras, dicien-
la vida humana". Esto nos enfrenta de inmediato con un proble- do que la relación entre el hacer concreto y el trabajo abstracto es
ma terminológico, sencillamente porque sabemos que el trabajo extática~. El hacer concreto es el éxtasis del trabajo abstracto: el
como actividad diferenciada, separada de otras actividades vitales, éxtasis como ek-stasis, estar afuera del trabajo abstracto aunque
no es característico de todas las sociedades. El trabajo, como acti- existiendo en su seno. Estar afuera como otredad real y potencial.
vidad diferenciada, de hecho está constituido por la abstracción Soy un maestro que produce fuerzas de trabajo para vender en el
típica del capitalismo. Si, entonces, queremos mantener la noción mercado, pero al mismo tiempo, aliento en mis estudiantes el p~n­
de que una actividad humana es común a todas las formas de exis- sar crítico sobre la sociedad. Soy una enfermera en un hospital
tencia humana, debemos adoptar un término más general tal privado y produzco ganancias para mis empleadores, pero al
como hacer: El término útil también se encuentra con problemas mismo tiempo, trato de ayudar a mis pacientes en algunos de los
similares, porque la clara diferenciación entre lo útil y lo no útil, momentos más difíciles de sus vidas. Trabajo en una cadena de
entre las actividades útiles y no útiles es también característica de montaje en una planta automotriz y cada uno de los pocos segun-
la razón instrumental típica del capitalismo. Parece preferible, dos que tengo libres, mis dedos están ocupados practicando los
entonces, pensar en la naturaleza dual del trabajo que menciona acordes que estaré tocando en mi guitarra esta noche con la banda.
Marx, como un contraste entre el trabajo abstracto y el hacer con- Trabajo en una máquina de coser, haciendo pantalones vaque~os,
creto. El hacer concreto, entonces, es una actividad que es común pero mi mente está en otro lado, construyendo una nueva habita-
a todas las formas de la existencia humana, pero existe de diver- ción para mí y mis hijos. Soy un estudiante esforzándome para
sas formas en las diferentes sociedades. En la sociedad capitalista tener buenas notas en mis exámenes, pero quiero hallar una mane-
el hacer concreto existe en la forma del trabajo abstracto.La cues- ra de aprovechar mis conocimientos contra el capitalismo y hacia la
tión central no es sobre los términos que usamos, sino la diferen- creación de un mundo mejor. En todos estos casos, hay un estar
cia entre los dos aspectos de la actividad humana y la relación fuera del trabajo capitalista, una proyección en contra y más allá de
entre ellos. El argumento que debemos desarrollar aquí es que la mi encarcelamiento dentro del trabajo abstracto. Hay un hacer
relación entre los dos aspectos del trabajo -o hacer- es una re la- concreto que existe en-contra-y-más-allá, que existe en relación
dón de no identidad, de inadecuación, de vivo antagonismo: es extática con el trabajo abstracto, que ya empuja más allá del traba-
un antagonismo viviente constante entre el trabajo abstracto y el jo abstracto, sea como proyecto o como práctica real. Esta re~ación
hacer concreto. Esta cuestión es central para la discusión de este extática es una cuestión de experiencia cotidiana, no es la Inven-
libro y va contra el peso abrumador de la tradición, que, como ción de intelectuales izquierdistas ni la experiencia privilegiada de
veremos más adelante, lo considera como una relación no proble- sacrificados militantes. Es desde este estar-fuera-y-más-allá -este ek-
mática. La cuestión reside, por una parte, en la experiencia de la stasis-- que nacerá otro mundo o no nacerá en absoluto9 • Este espa-
rebelión constante de la actividad humana contra las restricciones cio extático es un espacio de dignidad, la sustancia de las grietas 10 .
del trabajo abstracto, en la tensión const~nte entre nuestro- poder-
hacer y el modo por el cual ese poder es moldeado por el domi- 8 En general, podemos decir de Marx que la relación en(r~ la forma y el ~on­
nio del valor (el dominio del tiempo del trabajo socialmente tenido es una relación extática. La forma contiene y no conuene al con(emdo.
necesario). Por el otro lado, reside en una comprensión de la El contenido existe en-contra-y-más-allá de la forma, la desborda.
relación dialéctica entre la forma y el contenido, tanto en Marx 9 De un bebé en gestaclón, en los últimos días del embarazo, podría decir-
se que es el éxtasis de su madre, pues ya exlste no sólo en su seno, sino ya en-con-
como en la vida. Decir que algo existe en la forma de algo más sig-
tra-y-más-allá de su madre.
nifica que existe en esa forma, pero que no está contenido en ella 10 Chris Carlsson (2008: 39} expresa muy bien esm idea en el título de uno
sin más: que se desborda de la forma, o existe en-contra-y-más-allá de Jos capítulos de su libro Nowtofña: "Lo que me ves hacer no es lo que ha~o".
de la forma. Suponer que el hacer concreto existe sencillamente Desarrolla el tema señalando la creciente bifurcación de la naturaleza de la vtda:
en la forma del trabajo abstracto es negar esa relación dialéctica y .. Es dificil o imposible ganarse la vida a partir de muchas de las cosas que la gente

-·" ____________........___________
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
La abstracción del hacer en trabajo
En las líneas que siguen, en primer lugar, nos concentraremos
es un proceso histórico
sobre el significado del trabajo abstracto, aquel que entreteje la de transformación que ha creado
cohesión social que nos mantiene atrapados, antes de pasar al tra-
bajo concreto. la síntesis social del capitalismo:
la acumulación primitiva
<tesis 13>

El trabajo no existió siempre. No en todas las sociedades hay una


actividad específica considerada como trabajo que es puesta por
fuera det hacer general de los seres humanos. Sin duda, para con-
seguir alimentos y otros requerimientos básicos de la vida, se
necesita de atgún tipo de actividad, pero no necesariamente debe
ser una actividad considerada onerosa o separada en el tiempo de
otras actividades. Así, Marshall Sablins (2004: 23), en su Economía
<k la edad <k piedra transcribe una citación de Lee (1969: 74):

Ése es el ritmo paleolítico característico: un día o dos adentro y


un día o dos afuera (estos últimos pasados en forma indolente en
el refugio). Aunque la recolección de alimentos es la actividad
productiva más importante, [ ... ] la mayoría del tiempo de la
gente (entre cuatro o cinco días por semana) se dedica a otras
actividades tales como descansar o visitar otros refugios.

También cita a un observador -en el siglo XIX- de los pueblos


indígenas de Australia: "En todas las temporadas normales [ ... ]
ellos pueden obtener en dos o tres horas suftciente can ti dad de
alimeQtos para el día, pero su costumbre habitual es vagar indo-
quiere realmente hacer -por ejemplo, el arte, la danza, la música, la historia, la
lentemente de un lugar a otro, ociosamente recolectando lo que
filosofia-, y de este modo ha habido un rápido incremento de personas que vi'-:en
una vida bifurcada. Por una parte está la aplastante necesidad de hacer dinero y encuentran en su camino" (Grey, 1841: vol. 2, 263). En ese tipo de
por la otra está la urgencia creativa de hallar un trabajo que sirva, sea 0 no sea sociedad no hay una separación clara entre el trabajo y el ocio, lo
pagado [ ... ].El capital es una relación de poder social que corrompe las relacio- que significa que no existe ni lo uno ni lo otro. En las sociedades
nes humanas con su lógica perversa pero enfrenta una resistencia persistente precapitalistas, las actividades requeridas para la reproducción
[ ... ].La gente resiste estas fuerzas en sus vidas cotidianas normales, procurándo- social no se endurecían en algo llamado trabajo, ni ocupaban la
se espacios de autonomía en los que actúan en forma concertadamente fuera -y
a menudo en contra- de los intentos del capital por mercantilizar sus activida- misma cantidad de tiempo. En la Francia del siglo XV, uno de cada
des". Este autor (ibúl.: 42) dice que el núcleo de su libro es "la guerra semicon,s. cuatro días del año era una festividad oficial de algún tipo, y
cien te entre estas conductas afirmadoras de vida, autoemancipadoras, y la domi- Ehrenreich (2007: 92) comenta que "a pesar de la reputación de
nación coercitiva del dinero, la propiedad y la supervivencia en medio de la lo que comúnmente es llamada la Edad Media como una época
escasez forzada".
i
•x-'
de miseria y de temor, el período que va de los siglos XIII al XV,

--------1-12------------------------------------~111______________________________________11_3______
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway El carácter dual del trabajo

puede ser vis_to, .~or lo menos en comparación con la época puri- cida2. Como Marx (1983: 950) lo dijo: el capital se presenta en el
tana que le~ S1gu10, como una larga fiesta al aire libre, interrumpi- mundo "chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde la
da por penodos de trabajo duro". El Grupo Krisis (2002, sección cabeza a los pies".
9) argumenta: Marx describe este proceso al final del primer tomo de El capi-
tal, en su análisis de la acumulación primitiva u originaria, donde
En las culturas precapitalistas y no capitalistas, tanto dentro como habla de los orígenes del capitalismo. La esencia de la transición
fuera de ~uropa, el tiempo diario y anual de actividad productiva del feudalismo al capitalismo es un movimiento de separación.
era ,~my mferior incluso al actual de los "empleados" modemos Mediante el proceso de cercamiento de las tierras, los campesinos
de fahncas Y oficinas. Y esta producción no era ni mucho meuos
son separados de los medios de supervivencia (de producción y
~au condeusada como en la sociedad del trabajo, sino que estaba
consumo). Son arrancados de las viejas formas feudales de socia-
~.mpr~gn~da ~or una marcada cultura del ocio y de una relativa
leuutud . DeJando de lado las catástrofes naturales, las necesida- lización, en las que producían para un número muy limitado de
des m~teriales primarias estaban mucho m~or cubiertas para la personas -y dep~ndían de ellas- para ser introducidos de forma
n:~yona que en largos períodos de la historia de la moderniza- forzada en una nueva forma de socialización en la que pasaron a
non; y, en cualquier caso, mejor que en los suburbios espalltosos depender directa o indirectamente del mercado para su supervi-
del mundo en crisis actual. vencia. A menudo, este proceso de separación de las personas res-
pecto de la tierra fue llevado a cabo con gran brutalidad, aunque
.. En las sociedades precapitalistas las relaciones sociales están a veces ha sido el resultado de la huida de los siervos de la comu-
teJidas de_ una manera diferente: las actividades de las personas se nidad feudal: los siervos huían de los señores tal como los señores
unen socialmente sobre la base de la cualidad de las característi- expulsaban a los siervos, es decir, ambos huían de las viejas formas
c~ concretas de las actividades desarrolladas, no sobre la abstrac- de relaciones sociales. De una manera u otra, el resultado fue la
cion de esas esp.ecificidades. Si se piensa en una simple sociedad creación y la expansión intersticial de una nueva forma de socia-
c?m~nal, por eJemplo, hay una socialización de actividades. Se lización en la que las personas se relacionaban entre sí a través del
distnbuyen las tareas, las personas hacen cosas para el beneficio mercado, mediante el intercambio de mercancías.
de otras_pero el principio de sociabilidad es la destreza particular Esto significó la transformación de la actividad humana, la
del c~;pmtero, del herrero o del cocinero. Marx (1970: 33-34) nos abstracción del hacer en trabajo. La separación de las personas
d1~e: En este caso el carácter social del trabajo no es efectuado, respecto de la tierra, fue en simultáneo la separación del traba-
eVIdentemente, por el trabajo del individuo tomando la forma abs- jo respecto de otras formas del hacer, el aprendizaje de una
tracta ~el trabajo universal o su producto que asumía la forma de nueva forma de actividad llamada trabajo. No fue una cuestión
un eqmv~lente general". Lo mismo sucede con la sociedad feudal fácil.
? u~a s?c1edad basada en la esclavitud: la distribución de tareas es
Jerarqmca, pero está basada en las cualidades particulares de la No siempre ha estado tan imeriorizada como en el presente la
actlvtdad que se lleva a cabo. exigencia de empeñar la mayor parte de la energía vital en un fin
El trabajo y la sociabilidad abstracta del trabajo no están absoluto .,Yeno. Han hecho falta varios siglos de violencia pura en
dados por la naturaleza. Son el resultado de un proceso histórico grandes cantidades para que la gente, literalmente bajo tortura,
qu~ ~onlleva la monetización de las_ relaciones sociales y la propa- acepte ponerse al servicio incondicional del ídolo trabajo (Grupo
ga1cton del mercado qu_e, a veces, ttene lugar sin conflicto abier- Krisis, 2002, sección 9).
to , pero que, en esenCia, es un proceso sangriento y hasta geno-
2 Sobre la transición al capitalismo, escribe Federici (2004: 62): "el término
1
.. De ah~, entonces, el sorprendente comentario de Postone (2006: 212) de [ ... ]sugiere un desarrollo histórico gradual y lineal, mientras que el período al
q~~ nos enfrentamos con un nuevo tipo de interdependencia que emerge his- que le dan ese nombre se encuentra entre los más sangrientos y los más irregu-
toncameme de manera lenta, espontánea y contingente"'. lares de la historia mundial".

114 115
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El carácter dual ool trabajo

El cercamiento de los bienes comunes, la abolición de los desarrollar trabajo. Se integraron en el mercado, no vendiendo
derechos tradicionales de caza, de pesca y de recolección de leña chaquetas o lino, sino su propia fuerza de trabajo a quienes tenían
en los bosques, la serie de leyes contra la vagancia, la ley de pobres suficiente dinero para comprarlo. Se convirtieron en los trabaja-
y la creación de las casas de trabajo, la represión annada de una dores empleados por los nuevos capitalistas. Esto los puso bajo las
rebelión tras otra, estos fueron los pasos que crearon una socie- órdenes directas de su nuevo empleador, fueron obligados a obe-
dad basada en el trabajo, ésta fue la realidad de la abstracción decer las órdenes del capitalista. Lo que la teoría liberal saluda
comprometida en la creación del trabajo abstracto. El cercamien- como la liberación de los siervos, fue un cambio en la naturaleza
to de la tierra fue también un cercamiento de los cuerpos en la de su servidumbre. De ser siervos bajo el dominio de su señor, se
fábrica, la creación de la prisión del trabajo. convirtieron en trabajadores bajo el dominio del capitalista. Es
La imposición del trabajo, a menudo, significó la eliminación verdad que ellos podían cambiar de un capitalista a otro, pero fue
de poblaciones enteras. Néstor López (2006) menciona el ejem- -y es- dificil para la mayoría sobrevivir por largo tiempo sin ven-
plo de los yámana, los habitantes originales de Tierra del Fuego der su fuerza de trabajo. Históricamente esto significó la imposi-
(Argentina) que habían vivido ahí, pescando y cazando, por diez ción -a través de siglos de lucha capitalista, la promulgación de
mil años antes de la llegada de los europeos. Los europeos mata- legislaciones que reglamentan el trabajo, el uso de la fuerza poli-
ron las focas, que había sido el principal sustento de la dieta yáma- cial, el apoyo a la religión y la educación, y el uso de técnicas
na, e impusieron la cría de ovejas en esas tierras, ahora redefinidas gerenciales cada vez más sofisticadas- de una nueva disciplina en
como propiedad privada. Muchos de los yámana fueron asesina- el lugar de trabajo, la creación del trabajo como un hábito social.
dos porque simplemente estorbaban en el camino de este desarro- Los antiguos siervos aprendieron a trabajar.
llo, otros fueron convertidos en trabajadores y, sin embargo, como El trabajo ha sido impuesto mediante la expansión del traba-
sugiere el presente informe de Gusinde (1961: 27) citado por jo asalariado3. Esto es importante porque aclara que lo que está
Sahlins (2004: 41-42), no eran muy buenos para el "trabajo": en cuestión no son sólo las formas de las actividades de las perso-
nas, sino toda la estructura de la socialización. Cuando vendo mi
Los yámana no son capaces de mantener un trabajo duro y cons- fuerza de trabajo al capitalista, mi fuerza de trabajo se convierte
tante, hecho que provoca la consternación de los gra1-yeros y en una mercancía. En consecuencia, esto conlleva una mercanti-
patroues europeos para quienes suelen trabajar. Su trabajo lización radical de todos los aspectos de las relaciones sociales. Ya
depende más bien de arranques, y en esos esfuerzos ocasionales no tengo el tiempo, ni los medios, para cultivar mi propia comida
pueden desarrollar una energía considerable durante un cierto o confeccionar mi propia ropa, de modo que de la única manera
tiempo. Después de esto, siu embargo, muestran deseos de un que puedo conseguirla es comprándola con dinero a alguien que
periodo de descanso cuya duración no es posible calcular y que se especializa en su producción y venta. Cuando la fuerza de tra-
consiste en quedarse tirados por allí sin hacer nada y sin mostrar
bajo se convierte en una mercancía y nace la producción capita-
grandes signos de fatiga ... No cabe duda de que repetidas irregu-
lista se genera la mercantilización general de las relaciones socia-
laridades de este tipo desesperan al patrón europeo, pero el indio
no puede evitarlo. Se trata de una disposición natural. les. Todo en la sociedad tiende a ser transformado en una
mercancía, y la relación entre los diferentes procesos de trabajo
Hacia la segunda mitad del siglo XX los yámanas ya estaban es puramente cuantitativa, mensurable en dinero. Se establece la
extinguidos por completo: todo un pueblo eliminado por la vio- relación a través de la abstracción, de las particularidades de cada
lencia del trabajo.
En general, la imposición del trabajo asumió la forma de la 3 Postone (2006) tiene razón en insistir en que las categorías presentadas en
imposición del trabajo asalariado. Los siervos que fueron echados el primer capítulo de El capital presuponen el trabajo asalariado. El trabajo abs-
de la tierra encontraron que la única manera en la que podrian tracto no es históricamente anterior al trabajo asalariado. Lo que Postone no ve
sobrevivir era vendiendo cosas en el mercado. Pero, muy a menu- es que el carácter conflictivo que es obvio en el caso del trabajo asalariado es tam-
bién constitutivo del trabajo abstracto, aunque sea menos obvio.
do, la única cosa que podían vender era su propia capacidad de

116 117
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

actividad. La transformación de nuestro hacer en trabajo está en


el centro de una nueva síntesis social.
El hecho de que el trabajo sea impuesto a través de la relación
Parte V.
salarial es también extremadamente engañoso en diferentes
aspectos. Lo que aparece como más importante para nuestra dis- Trabajo abstracto:
cusión es que en el seno de la tradición anticapitalista se ha crea-
do la ilusión de que el problema con el capitalismo es la relación el gran cercamiento
salarial, en lugar de que lo sea el trabajo mismo. Como lo dice el
Grupo Krisis (2002, sección 6): "el escándalo no era[ ... ] el traba-
jo, sino meramente su explotación por el capital". En la tradición
comunista clásica, la lucha revolucionaria pasó a ser vista como la
lucha por la abolición de la relación salarial, pero no como la lucha
por la abolición del trabajo. Muy por el contrario, como veremos
1
más adelante con mayor detenimiento, la lucha pasó a ser enten- 1
dida como la lucha del trabajo en contra del capital. Mientras que
nuestro argumento aquí es lo opuesto: la creación de trabajo y la
creación de capital son el mismo proceso4, y la lucha en contra
del capital es la lucha en contra de lo que lo produce, la lucha
contra el trabajo.
El trabajo crea el capital y éste crea el capitalismo, un mundo
estructurado sobre el trabajo. El trabajo es cruel y deshumanizan te,
todo lo contrario de esa actividad vital consciente que es en poten-
cia la base de nuestra humanidad, pero el trabajo es más que eso.
El trabajo es una araña que teje una intrincada telaraña de relacio-
nes sociales. Mientras desarrollamos el trabajo tejemos una comple-
ja prisión para nosotros mismos. Esto es lo que hace tan difícil esca-
pat-se sencillamente del capital: no seroir más y denibar al tirano. El
término abstracto nos recuerda eso. El trabajo que desarrollamos en
la fábrica, en la oficina, en la universidad, no sólo es rutinario: es
una actividad tejedora de una telaraña, un proceso de autoatrapar-
nos. Pero el término trabajo abstracto también nos recuerda algo
más: que es sólo una cara del carácter: dual del hacer, y que la otra
cara todavía nos espera en las sombras. En lo que sigue considera-
remos la telaraña del trabajo abstracto antes de volcamos a la parte
oscura, a nosotros mismos. Considerando las distintas caras de la
dominación del trabajo abstracto, es importante tener en cuenta
que hay otro lado, y que está acumulando fuerzas .

..¡.Véase Marx (1983): "El capital presupone el trabajo asalariado. y el traba-


jo asalariado presupone al capital. Uno es condición necesaria para la existencia
del otro y, mumamente, se llaman a la existencia".

118

:e·--·__________....___________
El trabajo abstracto encierra
nuestros cuerpos y nuestras mentes
<tesis 14>

'
. 1
'

El argumento es sencillo. Nosotros hacemos el capitalismo: noso-


tros debemos dejar de hacerlo y hacer algo más. Significa poner
el hacer contra el trabajo abstracto: esto es lo que debemos y
podemos hacer, esto es lo que ya estamos haciendo.
El argumento es simple y, sin embargo, tiene sus complejida-
des. El trabajo abstracto teje un mundo complejo, y es importan-
te reconocer la complejidad de este tejido para comprender la
unidad subyacente de luchas aparentemente no relacionadas con-
tra el mundo tal como existe y ver qué es lo que estamos tratando
de desenredar y de tejer en forma diferente. En esta parte del
libro nos concentraremos en la complejidad del tejido, antes de
volcamos a desenredarlo.
1 El trabajo aprisiona nuestros cuerpos de una manera obvia:
1
los encierra en fábricas, oficinas o escuelas durante una gran
parte de nuestra vida de vigilia, o los ata a las computadoras y a los
teléfonos móviles. Empero, de una forma menos obvia, la abstrac-
ción que constituye el trabajo capitalista también crea una prisión
igualmente profunda, una prisión que encierra nuestra mente: la
forma en que pensamos, los conceptos que usamos. Hay una rup-
tura en el núcleo central de nuestra existencia, la separación de
nosotros mismos de la determinación de lo que hacemos y esta
ruptura afecta todos los aspectos de nuestras vidas.
A este cercamiento Marx lo llamó fetichismo, e hizo de su crí·
rica la cuestión central de El capitaL Cuando producimos una
mercancía, producimos algo para vender en el mercado. Lo que
producimos y la forma en que lo hacemos -nuestros pasteles, por
ejemplo-, está determinado por el mercado. El mercado es la
negación de la autodeterminación. Cuando vendo mi producto
en el mercado y compro el producto de algún OtrO, establezco
una relación entre nuestras dos diferentes actividades creativas,

121
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway
l1 Trabajo abstracto: el gran cercamiento

pero no establezco la relación en forma directa. La relación se el dinero y el Estado parecen ser hechos inevitables de la vida y
establece a través de las cosas, como una relación entre cosas: "Las hasta nos cuesta imaginar una vida sin ellos. O el trabajo, por tomar
relaciones en.t~e el trabajo de un individuo y el del resto se les otro tjemplo, es visto como una categoría atemporal, transhistóri-
ponen de manijzesto como lo que son, vale decir, no como relacio- ca, como el inevitable acompañante de nuestra existencia en esta
nes direc.tame.nte sociales trabadas entre las personas mismas, en tierra, en lugar de ser una forma histórica especifica de actuar y de
sus trabaJos, stno por el contrario como relaciones propias de cosas ¡ relacionarse con otrosl. Estas cosas, aparentemente atemporales,
entre las personas y relaciones sociales entre las cosas" (Marx, 1983: i
1.
mantienen nuestra mente en cautiverio, encierran nuestro pensa-
miento con la misma firmeza que la fábrica o la oficina o como la
89). Cuando compro un automóvil, por ejemplo, mi relación con i
las per:o~as que lo hicier.~n, es una relación entre mi dinero y el simple necesidad de vender el producto de nuestro trabajo aprisio-
a~t?movtl, no un~ ~elac1on de amor y gratitud entre quienes nan nuestros cuerpos y limitan de forma cotidiana nuestro hacer.
hicieron el a u tomoVIl y yo, que puedo disfrutar los beneficios de
1 La reificación puede ser vista como un proceso de identifica-
su cuidadosa actividad. Comenzamos a pensar el mundo en térmi- ción, de crear identidades. La abstracción del hacer en trabajo res-
nos de cosas, no en términos de relaciones entre personas. tringe lo que hacemos. Hacemos, pero nuestro hacer es canalizado
1
El_ hecho de ver mi relación con los trabajadores que constru- en líneas estrictas, líneas que prolongan el presente. Nos converti-
1
yen.~~ automóvil en términos de cosa, no es un error o una mera mos de hacedores en seres. El mundo de las cosas es el mundo que
Iluswn. La relación entre mi hacer y sus haceres existe realmente es. Todos los aspectos de la vida adquieren una eseidad, una identi-
en. la fonna de una relación entre cosas. Las relaciones sociales dad. La identidad se convierte en la categoría clave para conceptua-
1
extsten realmente en la forma de cosas. El automóvil en este caso lizar el mundo, la categoría clave del pensamiento burgués. La
es. una relació~ social entre la actividad de los obreros de la indus-
tna a.~tomotnz y 1~~ mía. El dinero que pago por el automóvil es
!.
1.
identidad es el núcleo de la prisión que nos mantiene atrapados, el
ingrediente clave en la telaraña que nosotros mismos tejemos.
tambten una relacwn social entre mi hacer y sus haceres. Estarnos 1 El hacer es un flujo, un flujo de vida, en el que no hay claras
rodeados por c~sas que parecen cercarnos (y nos cercan). Para líneas divisorias, en el que el hacer de una persona fluye en el hacer
pensar en cambtar el mundo necesitamos disolver la coseidad de 1 de otra y no se deja concebir sin el hacer de otros. Tu lectura de este
1 libro -si en verdad lo estás leyendo- sería imposible sin el hacer del
estas cosas, comprenderlas como relaciones sociales, compren-
der.las como las formas de existencia de nuestra subjetivídad i escritor (en este caso, yo), pero eso no sería posible sin todo un
sonal, de n~estro ha~er. Esto sig~ifica criticar estas cosas como Jor- i mundo de haceres previos, de leer, escribir, fabricar computadoras,
~. de relacto~es soctales, sometiéndolas a lo que Marx llamó una generar electricidad, construir muebles, y muchos otros, ad infini-
cnttca ad homznem, una crítica que reintegra todo hacia el hacer tum. La abstracción del trabajo convierte una parte de ese hacer en
humano y su organización. una acción separada. Rompe ese flujo del hacer. Rompiendo el flujo
La existencia de las relaciones entre los hacedores humanos social del hacer, rompe también al hacedor social, el nosotros, en una
como. cosas significa que ~1 mundo a. nuestro alrededor adquiere multiplicidad de sujetos individuales, una multiplicidad de identida-
una fueza, una pe.rmanencta. Las relaciones sociales adquieren rigi- des. La ruptura de la cooperación social en un sistema de intercam-
dez. Somos conscientes que en la vida cotidiana nuestras relaciones bio mercantil produce los individuos que intercambian estas mer-
más intensas, amistades y afectos cambian constantemente mien- cancías: para que el intercambio tenga lugar,
tras que, en _un ámbito más general, una vez que estas relaci~nes se
han convertido en cosas, una vez que se han reificado 0 fetichiza- los hombres no necesitan más que enfrentarse, implícitamente
do, aparecen como permanentes. Adquieren el carácter de sólo como propietarios privados de esas cosas enajenables, enfrentán-
e~tar ahí y esto dificulta incluso imaginar una sociedad sin ellas. El dose, precisamente por eso, como personas independientes entre
dmero, el Estado o el capital, por ejemplo: en lugar de ser vistos
como relaciones sociales que hemos creado con otras personas 1 Postone (2006: 238) tiene razón cuando habla de la categoría transhistó-
-que creamos y recreamos cada día, y que podemos dejar de crear-, rica del trabajo como ~el núcleo fundamental del fetichismo capitalista".

122 123
Agrietar el caprtalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto: el gran cercamiento

sí. Tal. relación de ajenidad recíproca, sin embargo, no existe para sión, pero no ofrece salida, dado que el sujeto está reducido a ser
los mtembros de una entidad comunitaria de otigen natural, ya un portador de relaciones sociales capitalistas. El estructuralismo
tenga la forma de una familia patriarcal, uua comunidad indica es la ideología de Casandra, el intelectual de izquierda que se
antigua, un Estado inca (Marx, 1983: 107). lamenta del mundo y su destino, pero supone que nada se puede
hacer al respecto .
. _ El co?cepto mismo de individuo es producto de la propaga- La identificación o reificación es una fuerza enormemente
cton del Intercambio mercantil y el crecimiento de la sociedad destructiva en la lucha cotidiana. Le ponemos a nuestras protestas
capitalista. Pero el capitalismo no sólo produce el individuo, un nombre, una etiqueta, un límite. Nuestra lucha es la lucha de
rompe el nosotros-hacedor, y rompe el flujo del hacer social. El las mujeres, de los gays, de los trabajadores, de los desempleados,
fluir conjunto de los haceres sociales se convierte en un sustanti- es la lucha por los derechos indígenas, por la alimentación no con-
vo, la sociedad, con sus formas definidas de cohesión social La taminada, por la paz. Puede ser que nosotros seamos conscientes,
soc~edad, entonces, s~ con:pone de una multitud de personas que al menos de forma vaga, de que nuestras luchas son parte de un
estan fragmentadas, 1dent1dades todas ellas limitadas y definidas todo más amplio, quizá hasta del hecho de que son el producto de
en su hacer. la forma en la que el hacer humano está organizado en el mundo,
Las identidades .dan lugar al pensamiento identitario, que es pero, precisamente, debido a que esa forma de organización pare-
la forma de pensar que se basa en la existencia indiscutida de la ce permanente -"es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin
identidad e identidades, y construye sobre la base de ser en lugar del capitalismo"-, encerramos nuestras luchas en límites, en una
del hace<: Comenzar a partir de las identidades significa crear una identidad. Y así tenemos un mundo lleno de protestas, un mundo
base .pos1~va para el pensamiento, mientras que comprender de personaS conscientes de alguna manera de que hay algo funda-
estas 1dent1dades como formas históricas específicas de relaciones mentalmente mal con la forma en que está organizada la sociedad,
sociales coloca el pensamiento inmediatamente en una senda y, sin embargo tantas paredes separando esas luchas, tantos diques
~egativa. ~omenzar a partir de las identidades e.s comenzar a par- impidiendo que fluyan entre sí. Toda'i estas paredes son identifica-
~r de la tdea d~ que somos o ellos son, mujeres, trabajadores, ciones, la gran identificación estru.ctural del capitalismo-que-es-
Irlandeses, mexicanos, gays, judíos, capitalistas, y construir un y-siempre-será, y las identificaciones menores de que "somos
mundo a parúr de ahí. Por otra parte, comprender estas diferen- gays, somos mujeres, somos indígenas, somos vascos, somos zapa-
tes identidades como formas de relaciones sociales, es pensar que tistas, somos anarquistas, somos comunistas". Todas estas identida-
estamos f~rmad?s como mujeres, irlandeses, gays, etcétera, y esto des se convierten fácilmente en la base para el sectarismo, la peren-
de forma tnmedmta nos conduce a ver detrás de esas idenúdades, ne autodestrucción de la izquierda que alivia la vida a la policía.
a preguntar qué es lo que no~ ha constituido como mujeres, gays, Mucho más efectivo que ningún sistema de policía secreta, la iden-
trabajadores y, a parur de ah1, a plantear la insuficiencia de estas tidad es la reproducción del capital en la lucha anticapitalista2.
formas, la posibilidad de ser más. Proclamar una identidad sin al
mismo tiempo develar su insuficiencia, darnos una identidad sin
al mismo tiémpo decir que existimos en<ontra-y-más-allá de ella
es fortalecer las paredes de la prisión capitalista.
El pensamiento identitario adquiere una solidez particular en
el pensamiento estructuralista, la comprensión del mundo en tér-
minos de estructuras que descansan sobre los portadores de esas
edstructuras , personas comprenddi~ sencillamente en términos ; !1:
e sus ro 1es, personas compren tdas como personificaciones de j-
sus funciones sociales. Este enfoque puede ser atractivo en el sen-
tido de ofrecer un complejo retrato de las estructuras de la opre- ·1
' >," 2 Sobre la reificación e identificación en general véase Holloway (2002 y
2006).

. . . . . . . .12_4____________________________________. .____________________________________
12_5______
La abstracción del hacer en trabajo
l ¡_Y Trabajo abstracto: el gran cercamiento

es un proceso de personificación, Esta adecuación a la función social que se nos impone puede
la creación de máscaras, ser vista como personificación3. Venimos a personificar una rela-
ción social. Marx (1983) insiste en ver al capitalista y al trabajador
la formación de la clase obrera como personificaciones del capital y del trabajo. "El capitalista
funciona solamente como capital personificado, capital como una
<tesis 15> persona, así como el trabajador no es más que trabajo personifica-
do. Ese trabajo es para él sólo esfuerzo y tortura, mientras que per-
tenece al capitalista como una sustancia que crea e incrementa la
riqueza". El capitalista puede ser una muy agradable persona y
bueno con sus hijos pero, si no se dedica a cumplir su función
como personificación del capital, maximizando sus ganancias -en
La creación del trabajo es la creación del trabajador. No puede ser última instancia maximizando la plusvalía mediante la explota-
de otra manera: el trabajo no puede ser hecho si no hay un traba- ción del trabajo-, perderá su negocio y cesará de ser capitalista.
i
jador que lo haga. 1 Lo mismo sucede con el trabajador: si no trabaja ni obedece las
Pensemos en los yámana de Tierra del Fuego, quienes, des- 1
órdenes del empleador, pronto perderá su empleo y dejará de ser
pués de realizar algún esfuerzo concentrado fuera de lo común un trabajador. Cualesquiera sean nuestras inclinaciones persona-
descansaban por un largo tiempo sin hacer absolutamente nada. les, estamos forzados a adoptar un rol, representar una personifi-
Ellos no podían desempeñar ningún trabajo porque no eran tra- cación, ponemos una máscara!.
bajadores. Incluso se intentó, a principios del siglo XIX, trasladar No son sólo el trabajador y el capitalista quienes están forza-
un grupo de yámana a Inglaterra para enseñarles a hablar inglés dos a asumir determinados roles. La abstracción del trabajo,
y tomar el té, vestirlos de forma apropiada y, en términos gene- como· hemos visto, es una separdción de actividades de su contex-
rales, civilizarlos. Pero este intento no produjo resultados, senci- to, la ruptura del flujo social del hacer, de modo que cada activi-
llamente, debido a que cuando fueron llevados de regreso a su dad adquiere una identidad particular y cada hacedor tiende a
tierra natal se quitaron sus ropas y volvieron a sus costumbres sal- asumir la correspondiente máscara: como maestro, estudiante,
vajes1. burócrata, trabajador social, guardia de seguridad, lo que sea5 •
El trabajador, así como el trabajo, es el producto de siglos de
lucha. Los hacedores, los salvajes, son forzados por el hambre, por
3 En el camino en el cual el intercambio de mercancías genera una relación
la represión, por la educación, por la disciplina a adoptar ciertas
juridica entre dos poseedores individuales de mercancías, Marx (1983: 103-104)
formas de comportamiento, a aprender a trabajar2. Se convierten afirma: "Aquí las personas sólo existen unas para otras como representantes de la
en trabajadores, personas que trabajan durante ciertas horas del mercancía, y por ende, como pmeeciort>.~ de nunancías. En el curso ulterior de nues-
día, q~e obedecen las órdenes de sus empleadores o sino, cum- tro análisis veremos que las mascaras que en lo econó!llico asumen las personas,
plen lo que exige el mercado. Los seres humanos fueron forzados no son má~ que personificaciones de las relaciones económicas como portadoras
a adecuarse a la función que les fue- impuesta por la nueva forma de \as cuales dichas personas se enfrentan mutuamente"'.
4 Sobre la relación entre el ascenso histórico de la idea de 'Jugar un papeln
de socialización. Quienes no se adecuaron -como los yámana- se y la propagación de la depresión véase Ehrenreich (2007, en especial el capíru-
extinguieron. lo VII). El producto del trabajo abstracto es, por cierto, como ella sugiere, el "yo
ansioso", el "alma atormentada". El término ~máscara n aparece en la edición ale-
1 Sobre la historia dejemmy Buttom véase López (2006). mana de El capita~ pero en las ediciones inglesas, en general, aparece como "per.
~ Federici (2004: 136) escribe: "Los campesinos expropiados no esmv1eron sonajen. Para un reciente debate sobre el significado de la máscara véase Schandl
de acuerdo pacificamenre en trabajar por un salario. Muy a menudo se volvían (2006) v Lohoff (2008).
mendigos, vagabundos o criminales. Exigiría un largo proceso producir una La
S fragmentación del flujo del hacer social en una multitud de trabajo.~ abs-
fuerza de trabajo disciplinada n. Véase también la historia detallada de la discipli- tractos tiene enormes consecuencias para todos nosotros. Somos los productos de
na en Foucault (2005). esta fragmentación. Nuestra subjetividad se transfonna desde una participación

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Trabajo abstracto: el gran cercamiento

Estos roles tienen una fuerza real. No son sólo una cuestión Hay tres respuestas sencillas a este dilema, pero ninguna de ellas
de elección personal, sino que nos los impone la estructura de las es satisfactoria. La primera es un argumento estructuralista. El con-
relaciones sociales. El maestro que no evalúe el rendimiento de cepto estrucruralista del mundo ve a la sociedad como la interacción
sus estudiantes pronto enfrentará problemas. También el guardia de estas máscaras, como el antagonismo estructural de estos porta-
de seguridad que no accione la alarma cuando se roba algo o el dores de relaciones sociales. Los seres humanos son reducidos a lo
funcionario estatal que no participe en el proceso de exclusión que el capitalismo hace de ellos. O más bien, desde la perspectiva
intrínseco al Estado. Las compulsiones que surgen de la estructu- estructuralista, no hay reducción aquí: los seres humanos son aque-
ra de las relaciones sociales a menudo las asumimos como una llo que el capitalismo hace de ellos. Somos los sujetos creados por el
elección personal: queremos ser un capitalista exitoso, un buró- capitalismo. La clase obrera es la cara variable del trabajo abstracto,
crata eficiente, o alguna otra variante. Nos identificamos con el person,Ye generado por las cambiantes formas de la organización
nuestro papel. lo asumimos como una identidad, nos amalgama- capitalista. La única posibilidad de revolución reside, entonces, en
mos a la máscara que. nos hemos puesto en la cara. ¿Tú qué eres? un cambio en la estructura como un todo que conduce a un cambio
Un profesor universitario, un estudiante, un trabajador social. en el significado de las f>=onaesociales. De este modo, una crisis del
Estas personificaciones nos limitan. En tanto que soy un maes- capitalismo puede conducir a un cambio en el carácter de la clase
tro universitario, hago detemúnadas cosas, y no otras. Nuestra obrera que conduciría a un cambio radical. La clase obrera, enton-
identidad es limitada y, también clasificable. Dentro de mis límites ces, podría cumplir su función histórica de derribar el capitalismo.
como profesor universitario caigo en una determinada clase, la La dificultad con este argumento es que, en la medida en que las
clase de los docentes universitarios. El mundo de la personifica- personas son comprendidas como seres definidos por su posición
ción es un mundo ordenado, un mundo que puede ser clasificado, en el capitalismo, sigue siendo difícil ver cómo pueden -mediante
un mundo en que las personas cumplen sus funciones sociales, un su propio movimiento-, romper y liberarse de estas definiciones.
mundo que puede ser comprendido en términos funcionalistas, La segunda respuesta, o sea el argumento leninista clásico
un mundo en el que la revolución no tiene lugar. (véase Lenin, l965b), es mucho más directa. Ésta todavía ve a los
Entonces, tenemos un problema. ¿Cómo podemos, en un trabajadores como seres detenninados por su posición estructural:
mundo en el que las personas son perSonificaciones de su fun- la clase obrera está limitada en su comprensión y en su conciencia,
ción social, pensar en cambiar el mundo de forma radical? Si debido a que, en efecto, está encerrada dentro de la máscara del tra-
estamos atrapados en roles generados por el capitalismo, ¿cómo bajo. En consecuencia, la única manera en que podemos pensar la
podemos pensar en romper el molde de las relaciones sociales, revolución es en términos de la inteiVención de una fuerza exterior,
formados por estos roles? Esto toca en particular las cuestiones de un grupo que, por una razón u otra, no está encerrado dentro de
clase y la naturaleza revolucionaria de la clase obrera. Si pensa- las f>=onae del capitalismo. En otras palabras, necesitamos un parti-
mos en la clase obrera como seres humanos que encajan dentro do revolucionario. Es una solución perfectamente lógica. Si los tra-
de determinada clasificación -como asalariados, como product<r bajadores son la personificación del trabajo abstracto, entonces, la
res de plusvaJía-, entonces, los tratamos como seres intrínseca- única manera posible de pensar en ellos como una fuerza revolucio-
mente limitados, como personificaciones de la posición social que naria es bajo el liderazgo de un grupo que no ha sido sometido a
ocupan, como portadores de ciertas relaciones sociales, relacio- esta personificación6. El problema es, en primer lugar, que no está
nes sociales capitalistas. ¿Cómo pueden los trabajadores, como claro de dónde provienen estos revolucionarios que han roto y se
personificaciones del trabajo, constituir una clase revolucionaria,
una clase que derribará el trabajo? 6 Esta identificación de la clase obrera está construida sobre nociones de
cultura de la clase obrera y la glorificación de una cierta imagen del trabajador.
del flujo del hacer en un protagonismo individual. Nuestra subjetividad social es El concepto identitario de la clase obrera avanza un paso más en las figuras del
reprimida y nos convertimos en los sujetos amados de Hollywood, sujetos indivi- revolucionario profesional, el militante y el héroe, todos conceptos claves en la
duales que tienen una identidad, un nombre, un género. iG; organización revolucionaria del siglo pasado.
~f~
·:1

-------12•8--------------------------------~~~c-------------------------------12-9--~
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway La abstracción del hacer en trabajo
es la creación del trabajador varón
han liberado de las restricciones del trabajo abstracto, y, en segun-
do lugar, que es una concepción intrinsecamente jerárquica de la y la dimorfización de la sexualidad
revolución en la que los trabajadores, -las masas- son comprendi-
dos más como el objeto que como el sujeto de la revolución. La <tesis 16>
experiencia histórica de este tipo de revolución no es alentadora
Una tercera respuesta consiste en, sencillamente, decir que la
clase obrera no es --o ya no lo es más- una clase revolucionaria. La
personificación intrínseca en el trabajo abstracto ha llegado al
punto donde el trabajador se ba convertido en un "hombre unidi-
mensional", de acuerdo con la frase gráfica de Marcuse. El hombre
unidimensional es, en efecto;incapaz de una revolución, de modo
que la única forma de pensar en un agente del cambio social radi- El trabajo está constituido por su separación o abstracción de la
cal es buscar en otro lado, en los márgenes de la sociedad. Esca actividad vital. Esta separación se apoya sobre una subordinación
visión es tal vez más influyente en las recientes luchas antícapicalís- radical de la actividad vital a las exigencias del trabajo. La activi-
cas que la posición leninista, pero el problema es que comparte el dad vital -tener hijos, criarlos, conseguir los alimentos, preparar-
mismo punto de partida, la identificación de los trabajadores con los, y demás- continúa existiendo fuera de la dominación inmedia-
su persona de clase: esto puede conducir de modo fácil al recrude- ta de la producción de valor, pero su subordinación al trabajo está
cimiento de las posiciones elitistas, vanguardistas, aun en grupos asegurada por la dependencia del salario del trabajador (o de la
sólidamente comprometidos con una política antivanguardisca7. venta de otras mercancías producidas).
Mientras que la vasca mayoría de la población sigamos escando for- La constitución del trabajo es la constitución de una nueva
zados a vender nuestra fuerza de trabajo para sobrevivir, toda con- jerarquía entre el trabajo y otras actividadesl. La creación del tra-
cepción de la revolución que nos excluya sobre la base de que bajador es, al mismo tiempo, la creación de una nueva jerarquía
somos unidimensionales resulta altamente problemática. entre él y quienes úenen como responsabilidad primaria cumplir
En todas estas respuestas, se supone de diferentes maneras esas otras acúvidades de reproducción. En otras palabras, la acu-
que hay una identidad entre las personas y la posición estructural mulación primitiva es la creación brutal y sangrienta de una
que ocupan en la sociedad, que los seres humanos, de hecho, están nueva jerarquía entre los hombres y las mujeres.
subsumidos en su máscara. La única salida sería cuestionar la fuer- Esto no quiere decir que el patriarcado no haya existido en las
za de la personificación, tratar de arrancar la máscara de la cara de sociedades precapítalistas, sino que no existía la misma separa-
los que la llevan y ver si hay algo tras ella, ver a quien la llevaba ción entre el trabajo y las otras actividades, ni la misma dependen-
como exisúendo no sólo dentro, sino también en-contra-y-más-allá cia de las otras actividades respecto del salario del trabajador. Así,
de la máscara. La clase obrera, entonces, sólo puede ser considera- sobre la aldea feudal dice Federici (2004: 25):
da como revolucionaria en la medida en que existe no únicamen- Las siervas eran menos dependientes de sus familiares varones,
te dentro, sino también en-contra-y-más-allá de sí misma como menos diferenciadas de ellos física, social y psicológicamente. Y
clase obrera, sólo en la medida en que logra arrojar su máscara, menos serviles a las necesidades de los hombres que lo que las
que lucha contra su propia existencia como clase trabajadora. ..mujeres libres" iban a ser más tarde en la sociedad capitalista
7 Sobre los peligros de un nuevo vanguardismo véase, por ejemplo,
Zadnikar (2007). Un argumento a veces usado para justificar las tácticas violen- 1 Notemos que, como sugiere Massimo De Angelis (2007), entre el trabajo y
tas del denominado Black Block en las gmndes manifestaciones urbanas es que no otras actividades no inmediatamente productivas de capital se establece una rela-
importa lo que piensa el público en general, porque está tan integmdo a la ción jerárquica, una relación de subordinación y no sólo de coexistencia En otras
estructura del capitalismo que no hay posibilidad alguna de que éste sea la fuen- palabras, estas otras actividades -el hacer- existm dentro, en contra y más allá del
te del cambio radical (Holloway y Sergi, 2007). trabajo y no por fuera de él. Hay una relación de ruptura y no de extemalidad.

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto: el gran cercamiento

[ ... ].En la aldea feudal no existía una separación social entre la Esto también fue un cercamiento, no sólo de los cuerpos de
producción de mercancías y la reproducción de la fuerza de tra- las mujeres2, sino de su hacer. La recientemente creada mujer
bajo; 1odo trabajo contribuía al sustento de la familia. Las muje-
ama de casa no tuvo su hacer contenido de forma directa en el
res trabajaban en los campos, además de criar los hijos, cocinar,
lavar, hilar y mantener una huerta; sus actividades domésticas no trabajo asalariado, pero fue contenido en forma igualmente efec-
estaban devaluadas y no comportaban relaciones sociales diferen- tiya dentro de las restricciones del serviCio y la reproducción del
tes de la de los hombres, como después lo sería en una economía trabajo asalariado. La acumulación primitiva significó una doble
monetaria [ ... ].Si también tenemos en cuenta que en la sociedad personificación: la personificación del trabajo y la personificación
medieval las relaciones colectivas prevalecían sobre las familiares, del que ayuda al trabajo. Este doble encerramiento fue -y es- una
y la mayoría de las tareas que las siervas cumplían [ ... ] eran doble mutilación3, la creación de dos personas, de dos identida-
hechas en cooperación con otras mujeres, entonces, nos damos des (que deben ser aceptadas o rechazadas a través de la lucha).
cuenta que la división sexual del trabajo, lejos de ser una fuente La mutilación es jerárquica, la creación del trabajo es la creación
de aislamiento era una fuente de poder y de protección para las del trabajador varón. !:sto se refiere no a la composición sexual de la
mtgeres. fuerza del trabajo, sino al proceso de mutilación comprendido en
la creación del trabajador capitalista. La mujer que entra al mundo
Esto cambia de modo radical en los siglos siguientes. Una del trabajo asalariado entra a un mundo donde, a menudo, es muy
actividad particular -el trabajo- fue separada de las otras y, en difícil distinguir la lógica masculina de la lógica del capital.
general, ubicada en un lugar diferente -la fábrica- y ésta fue con- La mutilación va aún más lejos: no es sólo el establecimiento
siderada como una actividad para hombres. Las mujeres conti- de una jerarquía entre hombres y mujeres, sino la misma creación de
nuaron haciéndose cargo de las actividades de la reproducción, mujeres y hombres. La sexualidad fue central para las cazas de brujas,
pero ya no tuvieron un acceso directo a la tierra para cultivar ni que fueron un elemento tan importante en la transición al capitalis-
a la tierra común para criar animales ni el mismo apoyo colabo- mo. Un elemento de éstos fue la guerra contra el control por las muje-
rativo de otras mujeres. En una economía monetaria, el salario res de sus propios cuerpos y de su propia fertilidad: todo lo que
del hombre definió las condiciones de la familia y el trabajo de tuviera que ver con la contracepción o el aborto, o aun el conoci-
reproducción pasó a ser considerado como poco importante. Las miento de hierbas y sus usos, era suficiente para fundamentar una
mujeres fueron excluidas del salario de diferentes modos: siendo acusación de brujeria. La perversión sexual, también figuró en forma
excluidas del empleo pagado, recibiendo salarios mucho más prominente en las acusaciones contra las brujas4. Se puede ver estas
bajos cuando hacían trabajo asalariado y, aun en muchos casos, acusaciones simplemente como parte del espectáculo y legitimación de
el salario de la mujer era pagado directamente a su marido la tenible matanza de tantas m\!ieres -hombres también, pero, sobre
(Federici, 2004: 98). todo, m~eres-, mas también puede argumentarse que la represión de
La implantación de la nueva jerarquía no se logró de modo
sencillo. Significó una redefinición del rol de las mujeres en la
sociedad e incluso del significado mismo de ser mujer. Tomó 2 Federici (2004: 184) escribe: "Así como en los cercamientos se apropiaron
del campesinado, es decir, le expropiaron la tierra comunal, de la misma fonna,
siglos de lucha, con la promulgación de leyes para restringir los en la caza de brujas se apropiaron de las mujeres, es decir, les expropiaron sus
derechos de las mujeres, la intervención de las iglesias, la insensibi- cuerpos, que fueron entonces liberados de todos los obstáculos que les impedían
lidad, brutalidad y, en el mtjor de los casos, la complicidad de los asa- funcionar como máquinas para la producción de trabajo".
3 Como lo expresan Horkheimer y Adorno: "La humanidad se ha tenido
lariados masculinos -y masculinízados- y, centralmente, la matanza
de más de cien mil mujeres condenadas como brujas, la tortura de que hacer cosas espantosas antes de conseguir crear el sí mismo, el carácter idén-
tico, instrumental, masculino del ser humano, y algo de eso se repite todavía en
muchas otras y el amedrentamiento de millones más. Así es como cada infancia" (citado por el Grupo Krisis, 2002, sección 7).
las m\!ieres fueron reducidas a la invisibilidad, al estado de no per- 4 Federici (20W: 192-198): "La caza de brujas [ ... ] fue el primer paso en la
sonas. El capitalismo fue eonstruido sobre una sangrienta y brutal larga marcha hacia un sexo limpio entre sábanas li.mpias y la transfonnación de
misoginia. la actividad sexual femenh1a en t-rabajo, un servicio a los hombres, y procreación".

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Trabajo abstracto: el gran cercamiento

la perversión sexual fue una parte importante y necesaria de la abs- sexo pasa a ser definido en términos del contacto genital que con-
tracción del hacer en trabajo, de la transición al capitalismo. duce potencialmente a la procreación. La sexualidad pasa de ser
La perversión se refiere a todo lo que es visto como anormal, polimorfa y difundida en todo el cuerpo a concentrarse en los
de modo que la persecución significó al mismo tiempo la consti- genitales. Se logra una "desexualización del cuerpo socialmente
tución por la violencia de una nueva normalidad. Esta normali- necesaria: la libido llega a estar concentrada en una sola parte del
dad se concentra en el sexo como procreación o procreación
'
1
cuerpo, dejando casi todo el resto libre para ser usado como ins-
potencial, de modo que, cualquier otia forma de sexualidad pasa 1 trumento de trabajo" (Marcuse, 1983: 59).
a ser definida como perversión. Federici (2004: 194) afirma: La genitalización de la sexualidad conduce al dimorfismo
sexual5, la idea de que hay dos y sólo dos sexos. Si la sexualidad
Los juicios a las brujas, swninistran una lista instructiva de las for- fuera pensada como -y disfrutada- en términos del placer poli-
mas de sexualidad que estaban prohibidas como no productivas: la
morfo, el toque de la piel con la piel, por ejemplo, no habria razón
homosexualidad, el sexo entre jóvenes y viejos, sexo entre perso-
para pensar a los seres humanos como divididos en dos sexos.
nas de diferentes clases, el coito anal o el coito por detrás, (según
se decía, conducía a relaciones estériles), la desnudez y las dan-·
La interpretación de los cuerpos humanos de acuerdo con exac-
zas. También fue proscripta la sexualidad pública colectiva que
tamente doS categorías, ni más ni menos que dos, es lógicamen-
había prevalecido en la Edad Media, como en los festivales prima-
te el resultado de la reducción de las zonas del cuerpo percibi-
verales de orígenes paganos que, en el siglo XVI, todavía se cele-
das como erógenas a aquellas que sirven para la actividad
braban en toda Europa.
reproductora: la receptividad de las zonas corporales que son
irrelevantes para la reproducción es negada y además convertida
La nueva normalidad sexual ha sido indudablemente relacio- posiblemente en tabú. Del mismo modo, estas zonas corporales
nada con la promoción de la procreación entendida como el sumi- de-sexuadas se vuelven irrelevantes también para la clasificación de
nistro abundante de fuerza de trabajo (Federici, 2004: 85 y ss.), los cuerpos. El concepto de "los dos sexos", el uno y el otro, es, por
pero también fue parte de la creación del trabajador, esa mutilada consiguiente, un efecto de la heterosexualidad como norma
personificación del trabajo abstracto. La creación del trabajador social. Parece que en las sociedades europeas antes de la era
significó la necesaria subordinación del principio del placer al prin- modenta existía una dicotomización menos clara entre heterose-
cipio de la realidad, y no sólo del principio de la realidad que es xualidad y homosexualidad. Se suponía (o más bien se esperaba)
parte de la vida en cualquier contexto social, sino el principio rea- que todos perpetrarían actos homosexuales aparte de los hetero-
firmado de la realidad o "principio de actuación" -así lo denomina sexuales, y que aquéllos serían perseguidos y castigados de mane-
ra más o menos severa. Sin embargo, desde el siglo XIX los actos
Marcuse- que es inseparable de una sociedad basada en el trabajo.
homosexuales pasan a considerarse automáticamente una expre-
"El principio del placer fue destronado no sólo porque militaba con-
sión de la naturaleza homosexual del que toma parte en el acto,
tra el progreso en la civilización, sino también porque militaba quien ya no es un ser humano perpetrando actos pecadores homo-
contra la civilización cuyo progreso perpetúa la dominación y el sexuales (un sodomita), sino un homosexual, es decir, un miembro de
esfuerzo" (Marcuse, 1983: 52). En este contexto, lo que es impor- una especie humana particular. El discurso se traslada de si, o cómo,
tante sobre la perversión sexual, no es el contenido particular de deben ser castigados los actos homosexuales a si los homosexuales
los actos, sino sencillamente que proclamaba al placer como el fin como tales, como una especie diferente, deben ser perseguidos, tra-
del sexo, lo que es incompatible con la creación del trabajador. tados pslquiátricamente o tolerados (Stoetzler, 2007: 174).
"Contra una sociedad que emplea la sexualidad como medio para
un fin útil, las perversiones desarrollan la sexualidad como un fin
5 Aun así, aproximadamente una persona de cada mil nace con genitales que
en sí mismo; así se sitúan a sí mismas fuera del dominio del princi-
no son femeninos ni masculinos de modo neto. En esos casos la definición como
pio de actuación y desafian su misma base" (ibíd.: 60). masculino o femenino está dada, a menudo, por la intervención médica (véase
La normalización del sexo en términos de procreación, de Baird, 2007: 124 y ss.). Más adelante, la misma autora (ibíd.: 133) escribe: "la deno-
modo inevitable, significa la genitalización de la sexualidad. El minada línea biológica entre lo masculino y femenino es francamente muy confusa".
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway •
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La abstracción del hacer en trabajo
es la constitución de la naturaleza
Esto sugiere, entonces, que la mujery el homlm no deben ser con-
siderados como categorías transhistóricas, sino como formas especí-
como objeto
ficamente capitalistas de relaciones sociales, similares al valor o al
dinero o al Estado 6, Hombre y mujer -y de becbo, homosexual y iwte-
<tesis 17>
rosexualr- son idenúficaciones, aspectos de la sociedad de la identi-
dad, parte de la mutilación que conlleva la creatión del tr~bajador,
el actor del trabajo. Una clasificación que debe ser combauda.
El trabajo es una abstracción, una separación del trabajo res-
pecto del mundo del bacer o de la actividad vital. E_sta fragmenta-
ción de nuestra actividad vital es una fragmentacwn de nuestras
vidas en todos los aspectos. La separación de la sexualidad respec- La expulsión de seres humanos de la tierra sentó las bases para la
to del cuerpo como un todo y su concentración en los genitales se creación de un proletariado separado de los medios de produc-
impuso históricainente al mismo tiempo que la abs.~cción del ción y de supervivencia, y con ello facilitó la generalización del
trabajo contribuyó de manera fundamental a la creac10n del cuer- trabajo abstracto y del surgimiento del capitalismo. En el centro
po como una máquina para. ;rabajar y es parte del proc_eso gene- de la discusión de Marx sobre la acumulación primitiva está la
ral de abstracción o separacwn, del proceso de hmitacwn, clasifi- "expulsión violenta a los campesinos de la tierra" y "la usurpación
cación e identificación7. de las tierras comunales" que comenzaron en el último tercio del
Las pautas particulares de la dominación, entonces, no son siglo xv (1983: 898)1. Éste fue -y es-, un proceso-violento. Marx
algo que nos sucede o que ellos -los hombres, los capitalistas, o quien (1983: 913) cita los tristemente famosos despejamientos en Escocia:
sea- nos imponen, sino pautas de dominación que nosotros creamos
a través de nuestra actividad y la forma en la que está organizada. Como un ejemplo de los métodos imperantes en el siglo XIX,
Ésta es la importancia de la crítica <U1 hominem (o <U1 mulierr!m, o <U1 baste mencionar los despejamientos hechos por la duquesa de
humanum): sólo trayendo de nuevo todo a nuestro hacer, nuestro Sutherlaud. Esta dama, versada eu economía política, apenas
poder creativo, es que podremos abrir la cuestión de cómo hace- advino a la dignidad ducal decidió aplicar una cura económica
mos otra cosa. No somos mujeres u hombres, homosexuales o radical y transformar en pasturas de ovejas el condado entero,
heterosexuales: nosotros hacemos las mujeres y los hombres, la cuyos habitantes ya se habían visto reducidos a 15.000 debido a
masculinidad y la feminidad, tal como hacemos la homosexuali- procesos anteriores de índole similar. De 1814 a 1820, esos
dad y la heterosexualidad: no sólo como una elección individual, 15.000 pobladores -aproximadamente 3.000 familias- fueron sis-
temáticamente expulsados y desarraigados. Se destruyeron e
sino como una práctica social. Esta práctica social es parte de un incendiaron todas sus aldeas, todos sus campos se transformaron
complejo tejido de prácticas, una telaraña de abstracciones; pero, en praderas.
a pesar de lo complejo que es, el núcleo fundamental es que
somos nosotros quienes lo hacemos. Creamos el mundo que nos Nosotros -habitantes de las ciudades durante generaciones
está matando, y si lo creamos, entonces, podemos dejar de crear- con toda probabilidad- leemos esto y nos sentimos conmociona-
lo para hacer, en cambio, otra cosa. dos. "Pobre gente, cómo sufrieron", y no entendemos. No enten-
demos que la pobre gente somos nosotros mismos.
6 Eslo no signif1ca que mujeres y hombres no existieran antes del capitalismo,
sino que la fuerza específica de su separación y clasificación es algo peculiar al capi- l Tomás Moro (2009: 30) denuncia los cercamientos a comienzos del sí-
talismo. Así, por ejemplo, la autorrepresentación .de. las mujeres ~o~o hombres glo XVI: "[Las ovejas] tan mansas y tan acostumbradas a alimentarse con sobriedad
sólo llegó a ser considerada un delito con el advemm~~mo del Gif?l~~mo. _ son ahora, segtín dicen, tan voraces y asilvestradas que devoran a los mismos hom·
7 Este proceso puede ser visto como la supres10n de lo d1oms1aco (vease bres, devastando campos y asolando casas y aldeas".
Ehrenreich, 2007).
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136
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercamiento

La separación violenta de los seres humanos respecto de la tie- La expulsión de los seres humanos de la tierra signific~ ~ep.a­
rra, es quizá, el pecado original e irremediable del capitalismo. Es rarlos a la fuerza de su ambiente natural, la ruptura del eqmhbno
un despedazamiento, una violenta separación de los seres huma- necesario para la supervivencia humana. Esto es lo que Marx
nos y las condiciones naturales de su existencia. mencionaba como el "desgarramiento metabólico" 2 entre los
seres humanos y la naturaleza de la que somos parte, el desgarra-
El hombre vive de la naturaleza; esto quiere decir que la natura- miento metabólico que ahora amenaza de forma tan obvia la exis-
leza es su cuerpo, con el que debe permanecer en un proceso con- tencia misma de la humanidad3. Este desgarramiento es insepara-
tinuo a fin de uo perecer. El hecho de que la vida física y espiri- ble de la abstracción del hacer en trabajo. Los antiguos campesinos
tual del hombre depende de la naturaleza, no significa otra cosa, expulsados de sus tierras no tienen otra alternativa que no sea la de
sino que la naturaleza se relaciona consigo misma, ya que el hom- vender su fuerza de trabajo a los propietarios de los medios de pro-
bre es una parte de la naturaleza (Marx, s.f., citado por Foster,
ducción. Se transforma el significado mismo de la actividad huma-
2000: 158).
na: el diálogo cotidiano con la naturaleza se transforma en el
vacío cumplimiento de las instrucciones, el hacer se convierte en
El intercambio constante -o relación metabólica- entre los trabajo. La alieriáción del trabajo es, al mismo tiempo, alienación
seres humanos y la naturaleza es fundamental para la existencia de la naturaleza (Foster, 2000: 72}..
humana. Cuando Marx (1983: 215) se refiere al trabajo útil -el El desgarramiento es un deséncantamiento de la naturaleza4 .
proceso de trabajo en oposición al proceso de valorización- dice La naturaleza se convierte en un objeto para los seres humanos, un
que "el trabajo es, en primer lugar, un proceso entre el hombre y objeto de estudio científico, un objeto de trabajo, separado de la
la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y con- magia y la religión. No fue sólo un vuelco en el pensamiento, sino
trola su metabolismo con la naturaleza". La interacción con la de hecho un proceso largo y violento íntimamente ligado a la
naturaleza es un aspecto central del hacer humano. represión y a la redefinición de las mujeres. La caza de brujas que
En las sociedades precapitalistas la relación con el mundo vivo fue una parte muy importante de la acumulación primitiva, signifi-
y no vivo que nos rodeaba generalmente se basaba en la idea de que có un ataque a la visión mágica del mundo y las prácticas asociadas
era importante mantener algún tipo de equilibrio. Antes de cortar con él (Federici, 2004: 200 y ss.). Esto fue acompañado con el sur-
un árbol, el leñador le pedía perdón. Aunque pueda parecer absur- gimiento de un nuevo racionalismo científico que tenía en su base
do para nosotros, era un reconocimiento de la interdependencia la constitución de la naturaleza como un objeto del todo separado
de las diferentes formas de vida en este planeta. A menudo, esta de los seres humanos, un objeto gobernado por leyes que podían
relación era comprendida en términos mágicos o religiosos. "La
base de la magia era una concepción animista de la naturaleza que 2 Aquí sigo a Foster (2000: 155) que cita la traducción [al inglés} de El ca¡Ji-
no admitía ninguna separación entre la materia y el espíritu, y así tal por Ben Fowkes (Londres, Pengtiin, 1976: 949-950): la gran propiedad terri-
imaginaba el cosmos como un organismo vivo, poblado por fuerzas torial "engendra condiciones que provocan un desgarramiento insanable en la
ocultas donde cada elemento estaba en una relación solidaria con el continuidad del metabolismo social, prescrito por las leyes naturales de la vida".
Sobre la importancia del concepto de desgarramiento metabólico véase también
resto" (Federici, 2004: 142). Éstas eran ciertamente formas de pen-
Wilding (2008). ·
samiento encantadas, -fetichizadas que interponían a los dioses, 3 De modo oportuno, Foster (2000: 1) comienza su libro sobre la &oloiJÍa de
deas y otros espíritus como mediadores en la relación de los seres Marx con una cit.'l reveladora de los Grundrisse (Marx, 2001: vol. 1, 449): "Lo que
humanos con el mundo no humano (y una parte integral de las necesita explicación, o es resultado de un proceso histórico, no es la unidad del
pautas de dominación en esas sociedades). No obstante, estas for- hombre viviente y actuante, [por un lado,} con las condiciones inorgánicas, natu-
mas mágicas o religiosas daban un basamento para un cierto equi- rales, de su metabolismo con la naturaleza, [por el otro,} y, por lo tanto, su apro-
piación de la naturaleza, sino la separadón entre estas condiciones inorgánicas de
librio entre los seres humanos y el mundo que lo rodeaba. El hacer la existencia humana y esta existencia activa, una separación que por primera vez
humano, antes del surgimiento del trabajo capitalista, estaba en es puesta plenamente en la relación en(re trabajo asalariado y capital".
general basado en el respeto por este equilibrio. 4 Véase Horkheimer y Adorno (1987). Para una crítica véase Wilding (2008).

138 139
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercamiento

ser descubiertas por la razón5. Nuestra relación con el mundo que ner la urbanización aun cuando la ..atracción .. de las ciudades está
drásticamente debilitada por la deuda y la depresión económica.
nos rodea, pasó a ser vista como una relación de separación, de dis-
tancia, de conocimiento sobre y de uso o explotación.
Todo esto significa no sólo miseria para los seres humanos
Esto tiene consecuencias profundas, Matx y Engels hablaron
del "idiotismo de la vida rural" resultante (2008: 30), de la separa- partícipes, sino que el desgarramiento metabólico entre los seres
humanos y la naturaleza está creciendo de modo constante.
ción de la población rural de "todo intercambio con el mundo y, en
Al producir y reproducir esta separación entre los seres huma-
consecuencia, con toda cultura" (Matx, 1958). Pero, el problema
nos y el resto de la naturaleza, producimos y reproducimos la des-
más serio es quizá, no tanto las consecuencias que la separación
trucción de nuestras propias condiciones de existencia; en otras
tuvo sobre la población rural, sino las que pesaron sobre la pobla-
palabras, producimos y reproducimos las condiciones de nuestra
ción urbana, a aquellos privados del contacto con la tierra. Esta
propia destrucción. En este proceso los seres humanos comparti-
separación "convierte a unos en limitados animales urbanos y a
mos una responsabilidad parúcular que nos separa de otras for-
otros en lintitados animales rústicos" (ídem, 1958), y es quizá, el limi-
mas de vtda. El desgarramiento metabólico que no sólo amenaza
tado animal de la ciudad el que hace el daño mayor, y sufre la pér-
dida mayor". Ehrenreich (2007: 129 y ss.) habla de una "epidemia nuestra propia existencia, sino la existencia de muchísimas -posi-
blemente, todas- las otras formas de vida, es la consecuencia de la
de melancolia" en la Europa dl;l siglo XVII, a la cual considera un
acción humana y sólo puede ser superada por una transformación
aspecto de la represión del gozo colectivo, pero, no parece invero-
de la manera en la que viven los seres humanos.
símil relacionar la melancolía ampliamente difundida y la re¡)resión
Se ha vuelto muy evidente que nuestra interacción metabóli-
del gow colectivo con la separación de las personas respecto de la
ca con otras formas de vida y nuestro medio ambiente natural
tierra, la pérdida del efecto terapéutico del contacto con otras for-
resulta una condición para la existencia humana y que el futuro
mas de vida y la pérdida de la vitalidad de las comunidades aldeanas.
de la humanidad depende de nuestra capacidad por superar el
El cercantiento de la tierra no sólo suministra una abundante ofer-
desgarra~1ento que hemos creado. Esto no significa, sin embar-
ta de fuerza de trabajo a disposición del capitalismo naciente: crea
go, que seamos lo mismo que otros animales. Se ha hecho muy
un mundo de residentes urbanos deprimidos, empobrecidos e
insensibilizados por su pérdida de contacto con la naturaleza. popular afirmar en que no hay diferencia esencial entre los seres
human~s y otras formas de vida. Me parece que esto eS equivoca-
El cercamiento de la tierra está lejos de ser sólo un episodio
del pasado: en térntinos mundiales, la eliminación de los campe- do y ~ebgroso. Somos nosotros, los humanos -no los cerdos, ni las
sinos respecto de la tierra, nunca ha sido tan torrencial como lo horm1gas- los que estamos destruyendo las perspectivas de vida
en la_ tierra, y est~ refleja el carácter distintivo de nuestro poder
es hoy. Davis (2006: 17) afirma:
creauvo y destrucnvo. El hacer que es central para este libro es dis-
Las fuerzas globales que están "empujando" a los seres hwnanos tlntlvamente el hacer humano, no el hacer animal. Es necesario.
del campo -la mecanización de la agricultura en Java y en la India, reconocer nuestra diferencia con los animales para asumir por
las importaciones de alimentos en M?ico, Haití y Kenya, la guerra completo nuestra particular responsabilidad en la superación del
civil y las sequías a lo largo de toda Afri<a, y en todos lados la con- desgarramiento metabólico: no podemos contar con los cerdos o
solidación de las tenencias pequeñas en tenencias más grn.ndes y la las hormigas para que lo hagan 7.
competencia de los agronegocios a escala industrial- parece soste- No es de extrañar, entonces, que muchos de los movimientos
de los últimos años hayan puesto en el centro de sus luchas la supe-
.'l Sobre el cambio en el significado a<ljudicado a la "nawraleza" véase Wi11iams ración_ de la separación entre los seres humanos y otras formas de
(1976: 187-188). Federici (2004, 203) menciona "la profunda aüenación que la vtda. Esta es la sustancia de muchas de las grietas: el desarrollo
ciencia moderna ha instituido entre los seres humanos y la natUraleza". -mediante la jardinería orgánica, la permacultura, la creación de
Probablemente, seria más exacto decir que la ciencia consolidó más que instit.uyó
esta alienación, que fue parte de la transformación de la actividad humana.
6 Las citas de Marx y Engels en este pámúo fueron tomadas de FQS(Cf' (2000). 7 Véase la excelente critica de Latour realizada porWilding (2010).

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway
La abstracción del hacer en trabajo
jardines botánicos, baños secos, lo que sea- de una fonna de vivir,
es la externalización de nuestro
de hacer, basada en una diferente relación con la naturalezaS. La poder-hacer y la creación
rebelión ~el hacer en contra del trabajo abstracto replica como un
eco el gnto del revolucionario del siglo XVI, Thomas Müntzer:
del ciudadano, la política y el Estado
"todas las criaturas deben ser libres" (citado por Marx, 1965: !3, y
en Foster, 2000: 74). <tesis 18>

La abstracción es un desplazamiento, una extracción, un despojo.


Todo eso y algo aún más terrible: la abstracción es una entrega.
Hago un pastel para mí y mis amigos. Parte del placer de
hacerlo es la sensación de mi poder. Me doy cuenta de que soy
capaz de hacer un pastel delicioso, y que tengo el poder de hacer
algo que disfruto. En la siguiente ocasión, llamo a mis amigos y
hacemos pasteles juntos: nuevamente nos deleitamos en nuestras
capacidades, en nuestro poder-hacer. Percibimos nuestro poder
como un verbo, como un ser-capaces-del. Entonces, como hemos
visto, decido hacer pasteles para venderlos en el mercado.
Después de un tiempo me doy cuenta de que para vivir necesito
producir en determinada forma y a un determinado ritmo. El
mercado evalúa mi preparación de pasteles y esa evaluación reper-
cute sobre mi actividad. Mi hacer, ya lo hemos visto, se ha trans-
formado en trabajo y al mismo tiempo mi poder-hacer se ha
transformado en otra cosa: en un poder impersonal sobre noso-
tros. Ya no ejercemos más el poder sobre nuestra propia activi-
dad. Hemos extemalizado nuestro propio poder y, al hacerlo,
hemos convertido nuestro poder-hacer en su opuesto: el poder-
sobre nosotros. Nuestro poder como verbo, nuestro ser-capaces-
de ha sido transformado en poder como sustantivo, una cosa exte-
rior a nosotros. Cuando vemos lo que hemos hecho, nos quejamos
y rechinamos los dientes, pero lo terrible es que seguimos repro-
duciendo lo hecho, una y otra vez extemalizamos nuestro poder,
convertimos nuestro poder creativo en un poder impersonal,
8
Gran parte de este libro ha sido escrito en el medio del Jardín
Etn?botán~co de Sa? Andrés, Cholula (México), un hermoso lugar creado por
Eloma Pelaez y dedicado a la lucha por una relación diferente entre los seres 1 Sobre la cuestión del poder, véase la entrevista de Marina Sitrin (2005: 195)
humanos Ylas formas no humanas de vida, la lucha contra la constitución de la con Neka del MTD de Solano y Sergio de Lavaca: "Neka: El poder como capacidad
naturaleza como un objeto. Esta tesis y todo el libro provienen de un constante y no como lugar de mando. Sergio: A diferencia de un nombre sustantivo llegar al
diálogo práctico y teórico con Eloína. poder, obtener el poder, como si fuera una cosa y el poder como verbo".

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Trabajo abstracto: el gran cercamiento
'
1

externo a nosotros mismos. Lo hacemos repetidamente porque La sociedad, que está constituida por el trabajo abstracto, es
no vemos otra forma para sobrevivir2. decir, por la repetida transformación de nuestro ser-capaces-de,
La conversión del hacer en trabajo abstracto tiene lugar, en lo en un poder sobre nosotros, es una sociedad antagónica. Se
esencial, mediante la expansión del trabajo asalariado. La exterio- basa en la frustración de nuestro hacer, de nuestro impulso por
rización del poder es lo mismo, pero aún más palpable. Hago un hacer lo que consideramos necesario o deseable. Esta frustración
pastel, disfruto haciéndolo, percibo mi poder-hacer. Esta vez deci- fundamental es al mismo tiempo un antagonismo de clase, un
do que no venderé mis pasteles al mercado de modo directo, sino antagonismo entre quienes son creados por -y se benefician del-
que venderé mi capacidad de hacer pasteles, mi poder de cocinar trabajo abstracto (los capitalistas) y quienes están forzados a cum-
a una gran pastelería, y a cambio recibiré un salario. Esta vez no plir el trabajo abstracto (los trabajadores). La "tediosa compul-
es el mercado, sino mi empleador quien evalúa mi trabajo e impo- sión de las relaciones económicas" (Marx, 1983) nunca es sufi-
ne los ritmos que él considera necesarios para que se puedan ven- ciente para contener este antagonismo: debe ser respaldada por
der los pasteles en el mercado. El poder-sobre tiene una cara per- el uso de la fuerza. La exteriorización de nuestro poder adquiere
sonal, pero el capitalista es sencillamente la personificación de una dimensión adicional. El poder-sob\'e, ese monstruo creado
fuerzas impersonales que él no controla. Otra vez hemos exterio- por la metamorfosis de nuestro poder-hacer se duplica. Llega a
rizado nuestro propio poder y al hacerlo, hemos convertido nues- existir en dos formas distintivas: la económica y la política. Con el
tro poder-hacer en un poder-sobre nosotros. Así lo repetimos, tiempo se desarrolla allí una instancia separada de la sociedad
nuevamente, día tras día: exteriorizamos nuestro poder-hacer y lo que procura asegurar el orden social necesario para el dominio
convertimos en un poder-sobre nosotros, ajeno. ¿Qué otra cosa del trabajo abstracto. Esta instancia es el Estado.
podríamos hacer cuando hemos sido separados de los medios de No siempre fue así. En la sociedad feudal, por ejemplo, no
producción, de los medios de supervivencia? había ni la misma exteriorización de nuestro poder, ni la misma
Después de un tiempo olvidamos el placer del hacer creativo. separación de lo económico y lo político. El siervo estaba forzado,
Hasta olvidamos que nuestro poder-hacer es la sustancia del poder- bajo pena rle castigo, a ejercer sus capacidades en nombre del
sobre, que el poder-.obre del capital depende totalmente de nues- señor, pero no había pérdida de la especificidad de la actividad, y
tro poder-hacer, o sea que somos nosotros quienes creamos el no había una separación entre la explotación y el uso o la amena-
poder que se ejercita sobre nosotros. Nuestro poder-hacer se vuel- za de la fuerza necesaria para mantenerla. La dominación era
ve invisible, el poder se convierte en un sustantivo, sinónimo del directamente personal y abiertamente jerárquica. Una sociedad
poder del poderoso, el poder del capital, el poder del sistema. feudal es una sociedad fragmentada en parcelas, donde la cohe-
La exteriorización repetida y múltiple de nuestro poder -y sión social se establece en la comunidad y bajo la dominación per-
por lo tanto de la metamorfosis del poder-hacer en el poder- sonal y tradicional del señor.
sobre- crea una telaraña compleja de cohesión social: las relacio- Esto cambió cuando los señores expulsaron a los campesinos
nes sociales capitalistas. Esta red de cohesión social es producida para hacer lugar a las ovejas y, a su vez, los campesinos huían de la
y reproducida por la miríada de procesos de abstracción de nues- tiranía de los señores. Los vínculos personales ya no mantuvieron
<'
tro hacer, la exteriorización de nuestro poder-hacer, y pasa a cons- il!¡' unida a la sociedad. La nueva cohesión centrada en la abstracción -
tituir una compleja estnlctura de poder-sobre, una telaraña de
obligaciones, compulsiones y dominación. Ésta es la sociedad ··~.. del hacer en trabajo creó un nuevo sujeto abstracto. Los siervos,
subordinados como comunidad a su señor, se transformaron en
capitalista que se planta contra nosotros, la cohesión o la síntesis
social que se burla de nuestros intentos de hacer otra cosa, nos
,.¡;~ individuos, vendedores de mercancías y, en especial, proveedores
de la mercancía central: la fuerza de traboyo. Como vendedores indi-
; "''$;-
dice que nuestras grietas son las grietas de la locura. ..¡; viduales de mercancías, necesariamente gozaban de derechos igua-

2 Sobre la diferencia entre poder-hacer y poder-sobre véase Holloway (2002,


capítulo 3).
i
.,+if.
les, derechos como propietarios iguales, sin los cuales hubiera sido
imposible el contrato de intercambio. Se transformaron en sujetos
legales (véase Pashukanis, 1976). Se convirtieron -a través de un
:

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercamiento

proceso 1e luchas- en ciudadanos iguales gozando de derechos sigue la voz constantemente diciendo: "es lo político lo que es
iguales. Esta es una igualdad formal, abstracta, que no nos dice importante, olvida el contenido de tu actividad cotidiana, es lo polí-
nada de su situación real en la vida. La ciudadanía es una abstrac- tico lo que importa". Incluso muchos grupos autonomistas han sido
ción, la consolidación de la individualidad abstracta intrínseca en arrastrados a esto: se concentran en la construcción de "otra políti-
la abstracción del hacer en trabajo. Como trabajadores abstractos, ca", sin ver que la "otra política" debe basarse en la crítica de la
somos todos iguales, todos formamos parte de la producción misma separación de la política respecto del resto de nuestra acti-
social de la sociedad mercantil, una sociedad basada en la abstrac- vidad cotidiana, en la superación de la separación de la política
ción, en la indiferencia al significado y a la particularidad. Como respecto del hacer3.
individuos abstractos -y sólo como individuos abstractos- somos El Estado nos arrastra a un falso terreno. Pero eso significa
ciudadanos y podemos ser representados. que la política nos arrastra a un falso terreno: la misma aceptación
El Estado se caracteriza por su separación de la sociedad. No de la política como una esfera distintiva nos conduce por el mal
establece la cohesión social, pero sí actúa como un complemento camino. Retornemos al inicio, volvamos a nuestra actividad, a
necesario para el establecimiento de esa cohesión mediante el nuestro hacer y a la forma en que está organizada, a lo que hace-
proceso de intercambio. Es una forma derivada del trabajo abs- mos cada día. Cuanto más avanzamos en nuestro argumento, con
tracto, constituida por la abstracción del hacer en trabajo. La mayor claridad vemos la importancia de la insistencia de Marx en
constitución del Estado es, al mismo tiempo, la constitución de lo la crítica ad hominem, la comprensión y el cambio del mundo
económico y lo político como esferas separadas. A partir de la sepa- desde la perspectiva de la actividad humana.
ración de estas esferas, la abstracción del hacer en trabajo, es decir, El Estado y, en consecuencia, la política entendida como una
la transformación de nuestro ser-capaces-de en un poder-sobre esfera diferente, es una separación, un desplazamiento, un apartarse
nosotros, desaparece de la vista. de nuestra lucha por un mundo diferente. Pero más que eso, es una
Lo político atrae nuestro fuego, distrae nuestra atención de la creación. es una entrega por nuestra parte. La existencia del Estado
cuestión fundamental de nuestro poder-hacer. El Estado, por su es parte de la exteriorización del poder intrínseca en la abstracción
misma existencia, dice, en efecto: "soy la fuerza de cohesión del hacer en trabajo, parte de la transformación de nuestro poder-
social, soy el centro de la determinación social. Si quieres cambiar hacer en su poder-sobre. Lo creamos y recreamos pagando los
la sociedad debes concentrarte en mí, debes ganar mi control". impuestos, obedeciendo las leyes, votando en las elecciones: pero
Esto no es cierto. El determinante real de la sociedad está oculto también constituyendo una esfera distintiva de lo político separada de
detrás del Estado y de la economía: es la forma en que se organi- la vida cotidiana. El Estado no es nna fuerza exterior sino una fuerza
za nuestra actividad cotidiana, la subordinación de nuestro hacer exteriorizada. Creamos el Estado exteriorizando nuestro poder: su
a los dictados del trabajo abstracto. o sea, del valor, del dinero. de poder sobre nosotros es la transformación de nuestro poder-hacer.
la ganancia. Es esta abstracción la que, después de todo, se erige La crítica del Estado, entonces, es la crítica de la exteriorización de
como la base misma de la existencia del Estado. Si queremos cam- nuestro poder, de nuestra constante creación y recreación del
biar la sociedad debeni.os dejar de subordinar nuestra actividad al Estado como una autoridad que se sitúa por fuera de nosotros, y de
trabajo abstracto, hacer otra cosa. la política como una esfera distintiva separada de nuestras vidas coti-
Sin embargo, el canto de sirena del Estado es enormemente dianas, de nuestro hacer, comer y amar!.
poderoso. Una y otra vez nos llama, nos afirma que si queremos
lograr algo, si queremos cambiar la sociedad, debemos verlo a él. 3 Lo mismo puede decirse de la noción de una "otra economía" que sólo
Desvía nuestros esfuerzos. La existencia del Estado como una ins- tiene sentido en la medida en que se focaliza la superación de la escisión de la
economía respecto de la vida.
tancia separada o particular es una constante seducción, un cons- 4 Hay muchas formas en las que podemos externalizar nuestro poder, o sea,
tante llamamiento que nos convoca a una esfera separada de la dar a otros el poder sobre nosotros, en nuestra relación con los médicos, los alba-
política. Aun si rechazamos el partido como una fonna de organi- ñiles, nuestros afectos, amistades, y demás, pero aquí nos detenemos en la cues-
zación, aun si decimos que no queremos tomar el poder, todavía tión del Estado.

146 147
Trabajo abstracto: el gran cercamiento
La abstracción del hacer en trabajo
es la homogeneización del tiempo Vemos un mundo de gran complejidad y corrupción. Sabemos
que es injusto, violento~ destructivo y queremos que sea diferente.
<tesis 19> Pero suponemos que todavía seguirá así mañana, y pasado maña-
na, siempre.
El reloj sigue haciendo su tic tac, diciéndonos que es así, que
el tiempo es una vida de mañanas, todas repeticiones del hoy. La
vida es así, así son las cosas. Para el reloj no hay pasado que sea
diferente del presente, así como tampoco hay futuro que pueda
ser diferente del presente. El reloj habla de un presente perma-
nente, pero es un presente que es totalmente vacío, porque no
contiene ninguna posibilidad de un mundo diferente. No hay un
Uno de los elementos más sutiles y, sin embargo, más poderosos hacer en el tiempo del reloj, sólo el ser vacío, sólo el es repetido
de la telaraña que tejemos para atraparnos es el mismo tiempo. El al infinito.
trabajo abstracto produce el tiempo abstracto. El trabajo abstrac- El reloj nos habla de duración, de continuidad, de imposibili-
to crea el reloj. dad del cambio radical. La duración entra en nuestras mentes.
El reloj habla de la duración, de la homogeneización del tiem- Asumimos que las cosas conúnúen como son. Sabemos, quizá,
po. Desde la perspectiva del reloj un minuto es lo mismo que el que no es cierto, que hay desastres que se ciernen sobre noso-
siguiente. El reloj camina y camina, cuantificando el tiempo, con- tros sobre los cuales no tenemos ningún control: la guerra y su
tando los minutos de felicidad de la misma forma que los minu- imagen especular, el terror, y desastres naturales y sociales. El reloj
tos de desesperación, proyectando el pasado en el futuro. Para el nos adormece: nos obnubila frente al peligro del desastre, pero nos
reloj mañana será lo mismo que hoy o que ayer. Para el reloj, la obnubila sobre todo frente a la posibilidad de que nosotros mismos
única revolución concebible es la que da vueltas y vueltas, sin cam- podamos cambiar las cosas de modo radical.
biar nada!. . No siempre ha sido así, el reloj no ha dominado desde siem-
Todo sistema de dominación depende de la duración, del pre. Antes del surgimiento del reloj, el hacer estaba en el centro
supuesto de que, por el sólo hecho de que algo existe en un del tiempo, el principal medio de medir el tiempo. Esto, a veces,
momento dado, continuará existiendo en el siguiente. El amo es mencionado como el tiempo medido de acuerdo con las tareas.
supone que, debido a que dominó ayer, continuará dominando Así, Thompson (1967: 58) nos dice:
mañana. El esclavo sueña con un mañana diferente pero, a menu-
do, lo sitúa más allá de la vida y de la muerte, en el cielo. Supone En Madagascar el tiempo podía ser medido por la cocción del
que no hay nada que pueda hacer para cambiar su situación. El arroz (alrededor de media hora) o la fritura de una langosta
poder del hacer está subordinado a lo que se es. Si hoy se es un (un momento). Los nativos de Cross River han sido citados
esclavo, mañana lo seguirá siendo, y pasado mañana también, y como diciendo que ..el hombre murió en menos tiempo que lo
así, por la eternidad. que tarda el maíz en tostarse completamente" (menos de quin-
Miramos a nuestro alrededor. Vemos a los políticos y a los ce minutos) [ ... ].El Oxford English Dictionary nos da ejemplos
capitalistas. Vemos sus grandes edificios y su policía y sus ejércitos. ingleses del tiempo del pater nosl.er wyle, del miseTere whyle (1450)
y (en el New English Dictionary, pero no en el Oxford English
Dictionary) el tiempo de hacer pis, una medida un tanto arbi-
1 Como dice Lukács ( 1970: 117): "El tiempo pierde así su carácter cualitati-
vo, cambiante, fluido: se inmoviliza en un continuum exactamente delimitado,
traria.
cuantirntivamente conmensurable,lleno de 'cosas' cuantitativamente conmensu-
rnbles (1os 'trabajos realizados' por e1 trabajador, cosificados, mecánicamente El tiempo del hacer -u orientado a las tareas- es la forma pre-
objetivados, separados con precisión de1 conjunto de 1a personalidad humana): dominante del tiempo en sociedades en la que el hacer no ha sido
en un espacio". Sobre 1a reificación de1 tiempo véase también Tisch1er (2004). transfonnado en trabajo:

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercamiento

Una comunidad en la que la orientación a las tareas es común, Thompson (1967: 83) nos dice cómo un clérigo del siglo XVIII
parece mostrar la menor delimitación entre "el trabajo" y "la observa con horror que "las iglesias y las calles [están] pobladas
vida". El intercambio social y el trabajo están entremezclados -la con cantidades de espectadores a los casamientos y funerales, quie-
jornada laboral se alarga o se contrae de acuerdo con la tarea- y nes, a pesar de las miserias de sus condiciones hambrientas no tie-
no hay una gran sensación de conflicto entre el trabajo y "el pasar nen escnípulos en perder las mejores horas del día por el sólo
el día" (Thompson, 1967: 60). gusto de mirar". Sin embargo, este mismo autor nota un cambio
gradual en la resistencia al tiempo a medida que los trabajadores
El _surgimiento del reloj acompaña el surgimiento de la abs- comienzan a organizarse contra el capital.
traccu~n del hacer en traba)o. Se trata de un largo proceso que
abarco s¡glos de lucha. La d1fusión de los relojes desde el siglo xw El ao;alto, desde tantas direcciones, sobre los viejos hábitos labo-
en adelante, al principio está relacionada con la expansión del rales de la gente, no dejó, por supuesto, de ser enfrentado. En la
intercambi? mercantil, con un "tiempo de los comerciantes", dife- primera etapa, hallamos simple resistencia, pero, en la siguiente,
rente del Uempo de la iglesia medieval (véase Thompson, ihíd.: mientras se imponía la nueva disciplina del tiempo, los trabaja-
56!. La dif~sión de los relojes y con posterioridad de los relojes dores comenzaron a luchar, no contra el tiempo, sino sobre él
mas p~equenos y _de mayor. precisión (los minuteros se introduje- (ibíd.: 85).
ron solo en el s1glo XVIII)2 estuvo íntimamente asociada con la
imposición d; la disciplina del trabajo, primero en el campo y Los trabajadores comenzaron a luchar. en otras palabras, por
luego en la fabnca. El t1empo orientado a las tareas, o el tiempo una jornada laboral más corta y ya no por el derecho a usar su
del hacer, no resu~~ adecuado cuando el hacer es un hacer para tiempo en mirar pasar el día o a medir su día simplemente en fun-
otro, _u? hacer ~es1st1do. Cuando el hacer se convierte en trabajo, ción de lo que se les antojara hacer. Sin lugar a dudas, éste es el
l~ actlVIda? deVIene externa y se impone al hacedor. Entonces, el comienzo del nacimiento de la lucha del trabajQ abstracto: se
uempo mtsmo se convierte en exterior e impuesto. El tiempo ya at.:eptan las formas y los ritmos de trabajo en las fábricas y en otros
no surge del hacer, sino que debe ser impuesto sobre el hacer lugares de trabajo. La lucha en contra del capital continúa, pero
para asegurar qu_e_ el hacer ~e cumpla. El reloj es el medio para dentro de las reglas fundamentales establecidas por el capital.
lograrlo. La d1fus10n del reloJ es no sólo la expresión de una nece- Thompson (ibíd.: 86) concluye:
s~dad para la s~ncronización ~e tiempos cada vez más complejos,
stno que permtte, de modo stmultáneo, la imposición de la disci- La primera generación de trabajadores fabriles aprendió de sus
plina, tal como insiste Thompson ( ihíd.: 80): "Estamos hablando amos la importancia del tiempo; la segunda generación formó sus
comités para acortar el tiempo de trabajo en el movimiento de las
simultáneamente de la sensación del tiempo en su condiciona-
diez horas; la ·tercera generación luchó por las horas extras o el
miento tecnológico y de la medida del tiempo como un medio de tiempo-y-medio. Ya habían aceptado las categorías de sus emplea-
la explotación del trabajo". dores y aprendieron a reaccionar dentro de ellas. Habían apren-
No se logró imponer con facilidad el tiempo del reloj: exigió dido su lección, que el tiempo es dinero, sólo que la habían
una larga lucha, que comprendió no sólo la afirmación de la disci- aprendido demasiado bien.
plina en el trabajo y el castigo para quienes llegaban tarde al
mis :no, sino también la constante afirmación de la virtud de la pun- El nuevo tiempo es el tiempo del trabajo alienado, abstracto
tuahdad por parte de los moralistas y predicadores y, para coronar (véase Bonefeld, 2010, y Postone, 2006). El tiempo abstracto es
esto e inculcar buenos hábitos desde una temprana edad, la intro- inseparable del trabajo abstracto. Cuando se comparan diferentes
ducció~ de la educación pública. El enemigo a vencer era la pérdi- productos en el mercado se establece una relación cuantitativa
da de Uempo, y el rechazo a aceptar la urgencia del tictac del reloj. entre ellos -el valor de cambio de las mercancías- y esta relación
está determinada por el tiempo de trabajo socialmente necesario
2 Sobre la historia de los relojes véase Mayr (1989). exigido para producir las mercancías. Hablar de la abstracción

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
Trabajo abstracto, el gran cercamiento

del hacer en trabajo es hablar, por fuerza, de la abstracción del


t1empo del hacer en el tiempo de trabajo socialmente necesario, de unidades idénticas, unidades de identidad: unidades autónomas
exterior y desubjetivado. El dominio del tiempo de trabajo separadas entre sí, unidades en las que estamos contenidos3.
socialmente necesano es de modo inevitable el dominio del El tiempo-reloj es el tiempo de la instirucionalización. La insti-
tiempo exterior a nosotros, abstraído de la cualidad de nuestro tucionalización es una extensión de la separación entre existencia y
hacer. Cuando decimos que el trabajo abstracto teje la sociedad constitución. Creamos algo y este algo adquiere una existencia
capttahsta, ~fir~am~s que el tiempo abstracto del reloj es una independiente de nosotros, una vida propia. Constiruimos un par-
parte esencial e mevltable de ese tejido (véase Bonefeld, 2010, y tido político y el partido sigue existiendo, afirmando que nos
Postone, 2006). representa, que todavía tiene la misma relación con nosotros como
Éste es el tiempo de la duración, el tiempo de la separación en el momento de su creación. Creamos un Estado y el Estado
d~l .ue~po de nuestro hacer. Los relojes no sólo representan la existe, in~ependiente de nosotros, con su propio tiempo, historia,
d1S~1phna laboral, no sólo la puntualidad, sino toda una forma de conmemoraciones. Nos casamos y nuestra relación de amor
VIVIr Y ~omprender el mundo. El tiempo del reloj, el tiempo de la adquiere su propia existencia, separada de los sentimientos del
du~~cwn, es el ~empo de separar al sujeto del objeto, a la consti- momento, adquiere una temporalidad medida por aniversarios y
tuCion de la existencia, al hacer de lo hecho. Creamos algo y la ya no por segundos de infinita fragilidad. La prisión es la suprema
cosa que creamos se separa de nosotros. Toma una nueva existen- expresión de la separación del tiempo respecto del significado. Los
cia en l_a que se nieg~ nuestra constitución o creación de la cosa y presos simplemente hacen tiempo, y el tiempo que hacen está fuera
se supnme nuestro tiempo de hacer. Hacemos una silla con amor de su control de modo absoluto.
y de~icación y ~a silla se planta ahí como una mercancía para ser El tiempo-reloj es el tiempo de un mundo que no controlamos,
vendida, ~e olVIda nuestra amorosa crea.tividad, y en su precio se un mundo que no responde a nuestraS pasiones e intensidades. Es
borra el ti~mP?, que gastamos en su creación. Se olvida el tiempo tiempo exterior a nosotros. Es tiempo histórico, pero el tiempo de
~e la constirucwn, toma su lugar el tiempo de la existencia: la silla una htstotja exterior a nosotros, la historia de un mundo que nos
tiene dos años de antigüedad, diez años, den años. Éste es el tiem- es ~eno. Esta es una historia real, la historia real de un mundo que
po de la existencia-separada-de-la-constitución, el tiempo de las realmente no controlamos: una historia medida en años, una his-
c_osas, pa~ las que un día es lo mismo que el anterior o el poste- toria de sucesivas estructuras, una historia dividida en períodos que
nor. La s1~la no ere~, no se enamora, no se enoja ni grita. El tiem- tienen un comienzo y un fin, una historia con una clara división
po de la ~Illa es el tiempo del reloj, el tiempo-cosa, el tiempo-obje- entre pasado, presente y futuro. Éste es el tiempo del progreso, un
to. El tiempo-cosa es la negación del tiempo-persona, el tiempo que corre hacia adelante, a lo largo de carriles predetermi-
tiempo-obJeto es la ne_gación del tiempo-sujeto. El tiempo-reloj es nados. Este es el tiempo real, ésta es la historia real, pero no es
el tiempo de nuestra 1mpotenc1a, de nuestra subordinación a las nuestro tiempo y no es nuestra historia4.
cosas. Es el tiempo no de la vida, sino de la supervivencia, del Éste es el tiempo de la gratificación diferidas. El reloj nos dice
lento transcurrir día tras día, el tiempo del tedio. que ésta no es la hora de pararse en la calle y mirar pasar el día.
El üempo-reloj es el tiempo-en-que vivimos. Vivimos y actuamos
3 Debord ( 1995: capítulo 6, párrafo 147) escribe: "El tiempo de la produc-
en d tiempo. B~~efeld ( tbíd.) escribe: "Del tic al tac, el tiempo del ción, tiempo-mercancía, es una acumulación infinita de intervalos equivalentes.
relOJ mide la actiVIdad humana independientemente de su conteni- Es la abstracción del tiempo irreversible, en que todos los segmentos deben pro-
do específico. En el tiempo del reloj, el gasto de trab;¡jo no ocurre bar sobre el cronómetro su igualdad cuantitativa única. Este tiempo es, en toda
en el tiempo. Sucede en el interior del tiempo". El tiempo contie- su realidad efectiva, lo que es en su carácter intercambiable. En esta dominación
ne nuestras vidas, una estructura sobre la que no tenemos control. social del tiempo-mercancía 'el tiempo lo es todo, el hombre no es nada; a lo
sumo es el esqueleto del tiempo' (Miseria de la filosofía). Es el tiempo desvaloriza~
Con su~rte, _v_iviremos _ochenta o quizá noventa años: ese _rango es do, la inversión complela del tiempo como campo del desanvllo humano".
una esumac10n aprmumada de nuestro tiempo de vida. Este es el 4 Sobre una diferente escritura de la historia véase Tischler (2009).
Uempo de la identidad. El tiempo, separado del hacer, está hecho 5 Sobre el diferimiento de la gratificación y la represión del gozo colectivo
véase Ehrenreich (2007: 100).
152
153
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

Sí trab_ajamos duro durant~ las horas de trabajo, entonces, quizá


d~spues podremos perm1t1mos el placer de mirar pasar el día.
l ,,
.
.

.
La abstracción del hacer en trabajo
es la creación de la totalidad
<tesis 20>
Mtentras tanto, debemos sacrificar nuestros deseos6. Sacrificio
ahora, _gozo después. Pero el reloj es, sobre todo, el tiempo del
sacnficw_ ahora, del trabaJo med1do, del trabajo que no puede ser
nun~a dlSfrutable. ~enCllla~ente porque está controlado por el
reloJ. La_ ~ratificacwn d1fenda está más allá del relc;>j, por encima
del arco1ns. Es un postre para comer en el cielo. Este es el tiem-
po de la rev~lución del futuro: un absurdo lógico porque está fun-
dado en el UempQabstracto del trabajo abstracto.

Toda sociedad depende de algún tipo de interrelación entre las


actividades de los seres humanos: debe de haber algún tipo de
tejido en común. Sohn-Rethel (1980: 14) escribe:

Sus actividades deben estar interrelacionadas para constituir una


sociedad y deben contener un mínimo de homogeneidad para
que la sociedad funcione como un todo. Esta coherencia puede
ser consciente o no, pero debe existir, de lo contrario la sociedad
dejarla de ser viable y los individuos que la componen no podrían
ejercer sus funciones debido a las múltiples interdependencias
que se habrían establecido entre ellos.

En las sociedades precapitalistas este tejido en común se esta-


blece sobre la base de las características concretas de la actividad.
Puede ser sobre la base de la costumbre, mando o decisión comu-
nitaria, y éstas, a su vez, se relacionan con una actividad específica:
el amo le dice al esclavo que construya una pared, la costumbre en
la aldea es que el tallador debe hacer una estatua para la iglesia
cada determinado período. Las actividades se reúnen socialmente
sobre la base de una combinación de aquello que se percibe como
una necesidad social y las capacidades sociales existentes.
Bajo el capitalismo todo esto cambia: ese tejido en común no
se construye a través de la costumbre, del mando o de la decisión
comunitaria, sino mediante el intercambio de productos. Sin
duda, en las empresas capitalistas la coordinación la hace la auto-
ridad interna, pero en la sociedad de conjunto la única autori-
dad es el movimiento incontrolado e inconsciente del dinero,
el medio del intercambio. El hecho de que yo haga pasteles
6
. s.ob~e las _consecuencias fatales de la tradición del sacrificio para la lucha para otros es el resultado no de la costumbre ni del mando o
anucapnahsta vease Vaneigem (1994: capítulo 12). decisión comunitaria, sino sencillamente el resultado de mi per-

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
-
·
,, '~.
Trabajo abstracto, el gran cen:amiento

cepción de que puedo venderlos, o sea, cambiarlos por dinero. Si Podemos subrayar esta diferencia señalando que en el capitalismo
descubro que ya no puedo cambiarlos más por dinero, me veré la cohesión social existe como una síntesis social o una totalídad,
obligado a cambiar de actividad Entonces, el tejido social de las cosa que no sucede en las sociedades no capitalistas.
actividades tiene lugar, no sobre ta base de las características con- El trabajo abstracto constituye una totalidad que es indepen-
cretas de las actividades, sino sobre la base de la abstracción de diente de la determinación consciente. Tiene su propia lógica, sus
estas mismas características, sobre la base de que todas las diferen- propias leyes de desarrollo: la lógica del capital, con sus leyes que
tes actividades son tratadas como trabajo abstracto y homogéneo. operan a espaldas de los productores. Hago pasteles, pero si esto
La cohesión social se logra mediante el tratamiento de todas nues- me ocupa más tiempo que el tiempo de trabajo socialmente nece-
tras actividades, todos nuestros haceres particulares, como trabajo sario exigido para hacerlos, entonces, no podré venderlos (a un
homogéneo, cuantificable, mensurable e intercambiable. La socia- precio que refleje mi trabajo). ¿Cómo sé si he cumplido las exi-
lización del trabajo es, al mismo tiempo. la homogenización del gencias del tiempo de trabajo socialmente necesario? Sólo viendo
trabajo, a diferencia de las sociedades anteriores!. si puedo vender mis pasteles o no: las leyes del trabajo abstracto
Esto tiene consecuencias importantes para el significado de la operan a mis espaldas. La interacción de las actividades de la
cohesión social. Hay una integración mucho más estrecha entre gente está más allá de su control, opera de acuerdo con una lógi-
las actividades particulares de una persona y la sociedad como un ca de interacción propia.
todo. Que yo produzca automóviles o pasteles o no haga nada en Como todos los demás aspectos de la tranSformación del
absoluto, será el resultado del movimiento del dinero -el merca- hacer en trabajo abstracto, la constitución de la totalidad es un
do-- sobre el cual no tengo control en absoluto. Esta ciega cone- proceso histórico y violento en extremo. La constimción del mer-
xión arroja a las mujeres y a los hombres de un tipo de actividad cado mundial no fue -¡ no es- un proceso tranquilo, racional,
a otro: de hacer automóviles a armar computadoras o preparar sino una dinámica que ha condenado a millones de personas a la
hamburguesas. El establecimiento de la cohesión social mediante miseria y a una sensación de redundancia social, un proceso que
la abstracción también significa que las conexiones sociales son ba borrado culturas y pueblos enteros. La totalidad -o sea. la par-
ilimitadas en el espacio y el tiempo. Mientras que en una sociedad ticular cohesión social del capitalismo- es la eliminación de for-
feudal las conexiones sociales son establecidas en un espacio limi- mas alternativas de hacer y formas alternativas de vivir, de todo lo
tado, la mediación del intercambio supone que no hay límites en que no se adapte a las ciegas leyes del trabajo abstracto.
absoluto. Mi pastel-si se lo congela- puede ser consumido en China El trabajo abstracto constituye una totalidad, pero lo hace de
o en Alemania, mañana o dentro de tres semanas. Una reducción una forma que no es obvia. Precisamente, porque la cohesión
del tiempo de trabajo necesario para producir un automóvil en social no es el resultado de ningún proceso consciente, la socie-
China arrojará a la desocupación a un sector obrero de las fábri- dad parece ser una masa de detalles incoherentes, de fenómenos
cas automotrices en los Estados Unidos. no relacionados entre sí. A primera vista, la conexión entre el
La actual cohesión social, entonces, es cualitativamente dife- dimorftsmo sexual -por ejemplo-- y la destrucción de otras for-
rente a la que existía en las sociedades precapitalistas. Cubre todo mas de vida no es obvia. Parecen ser dos fenómenos no relacio-
el planeta, determina los contenidos de la actividad de los seres nados entre sí. Sólo si se comprenden ambos como parte de una
i
humanos de forma mucho más abarcadora y existe como una sociedad confonnada por el trabajo abstracto podemos entender
fuerza exterior independiente de todo control consciente. cómo la lucha contra el dimorfismo sexual está relacionada con
la lucha contra la desiiucción de otras formas de vida y la lucha
por la abolición del trabajo abstracto. Frente a un mundo que se
l Rubin (1985: 196) afirma: "La transformación del rrabajo privado en rraba-
jo social, sólo puede efectuarse mediante la transformación del trabajo conmto en
presenta como una masa de detalles y particularidades, la totali-
trabajo abstracto. [ ... ] El trabajo absuacto no es sólo trabajo socialmente igualado, dad es una categoría fundamental de la critica. Esto es crucial, no
esto es, absrraído de sus propiedades concretas, trabajo impersonal y homogéneo. sólo porque arroja luz sobre las interconexiones de la domina-
Es rrabajo que se hace social sólo como trabajo impersonal y homogéneo". ción capitalista -la conexión, por ejemplo, entre la ayuda para el

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercamiento

desarrollo y la venta de annas- y la unidad-en-la-separación de sólo una lucha contra la fragmentación y la pérdida o falta de con-
nuestras propias luchas. trol social, sino la lucha contra la totalidad como tal. Esto abre
La totalidad, entonces, ha sido una categoría central de la crí- perspectivas muy diferentes, tanto en el corto como en el largo
~ca ~rxista, apuntando a la relación entre fenómenos en apa- plazo. Las grietas de las que hemos hablado no son una luch~ por
nenCia no relaciOnados en la sociedad capitalista. Hay, sin embar- establecer una totalidad alternativa, sino para romper la extsten-
go, un grave peligro aquí: de ser una categoría critica, la totalidad te. Si el trabajo abstracto totaliza, entonces, la lucha en contra,del
puede ser transformada con facilidad en una categoría positiva2. trabajo abstracto es una lucha en contra de la totalización 5 . Este
Esto sucede si la totalidad es comprendida como una categoría es un punto práctico importante, simplemente porque el concep-
transhistórica. to positivo de la totalidad es una objeción que se l"~ta u~a y
Esto es importante porque si convertimos la totalidad en. un otra vez contra los movimientos autonomiStas de los ult1mos anos:
concepto positivo y transhistórico, entonces, tenderemos a verla ¿dónde está tu programa, tu plan nacional, tu estrategia, tu teoría
como algo que debe ser liberado de su fonna capitalista incons- de la transición? Una y otra vez se nos invita a conceptualizar
nente y fragmentada3. Este desplazamiento desde la totalidad nuestras luchas desde la perspectiva de la totalidad comprendida
c_omo concepto critico hacia la totalidad como un concepto posi- de forma positiva, o sea, a incorporarlas justamente en la lógica
tlvo está asociado especialmente con Lukács y su libro Historia y que rechazamos.
conciencia de clase (1970). En dicha obra su autor afinna, en una
frase célebre, que el marxismo es el "punto de vista de la totali-
dad"4. En la medida en que la totalidad es la crítica de la fragmen-
tación y de todos los fenómenos que ocultan el papel central de
la creación humana, esto es muy importante; no obstante, el
mismo Lukács va más allá e interpreta la totalidad con referencia
al proletariado como el sujeto-objeto de la historia. La lucha en
contra del capitalismo se convierte en lucha por la emancipación
de la totalidad de su fragmentación, y esto está asociado de fonna
íntima con la idea del partido -como representativo de la totali-
dad- y de la planificación socialista centralizada. En la actualidad,
la totalidad es fragmentada y anárquica: lo que se necesita es una
totalidad unificada y socialmente controlada. No es de extrañar
que muchos consideren que esa perspectiva es escalofriante.
Sin embargo, si vemos la totalidad como el producto del tra-
bajo abstracto, entonces, la lucha en contra del capitalismo no es

2 Escribe Adorno (citado por Jay, 1984: 26~267): "La totalidad no es una
categoría afirmativa sino una categoría critica. La crítica dialéctica procura res-
catar o ayudar a establecer lo que no obedece a la totalidad, lo que se le opone
o lo que se forma primero como el potencial de una individualización aún no
existente [ ... ] Una humanidad liberada. de ningún modo, sería una totalidad".
3 Para una sólida crítica de la positivización de la totalidad véase T1schler
(2007a).
4 Lukács (1970: 17): "Lo que distingue de modo decisivo al marxismo de la 5 Postone (2006: 222): "La superación del capitalismo supondría la aboli-
ciencia burguesa no es el predominio de las motivaciones económicas en la expli- ción -no la realización- de la sustancia, del papel del trabajo como constituyen-
cación de la historia, sino el punto de vista de la lotalidad". te de una mediación social y, por tanto, la abolición de la totalidad".

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Trabajo abstracto, el gran cercamiento
El trabajo abstracto domina:
la abstracción del hacer en trabajo
El trabajo abstracto domina, por lo tanto.
es la creación de una totalidad Creamos una sociedad que de forma sistemática oculta el
cohesiva regida por leyes sostenidas hecho de que somos nosotros quienes la creamos. Creamos una
sociedad que se mueve de acuerdo con una lógica dinámica que
por la explotación del trabajo ni nosotros ni nadie controla. Creamos una sociedad que está
basada en nuestra explotación. Cada una de estas afirmaciones es
<tesis 21> una fuente de desesperación, una fuente de esperanza. Las toma-
remos de una a una.
En primer lugar, creamos una sociedad que, sistemáticamen-
te, oculta el hecho de que somos nosotros quienes la creamos.
Esto ya lo hemos visto: creamos un mundo fetichizado, reificado,
un mundo de cosas. Nosotros, como sujetos, creamos un mundo
Gran parte de la historia relatada en las secciones previas podría que nos convierte en objetos. Viceversa, este mundo en el que
ser -y ha sid~ analizada de diferentes maneras. La creación de la 'somos tratados como objetos es el producto de nuestra creación
sociedad moderna, con todo lo que esto conlleva, en términos de subjetiva.
trabajo, de pensarnien to racional científico, de sexualidad dimor- En segundo lugar, creamos una sociedad que se mueve de
fa dominada por el varón, la objetivación de la naturaleza, la acuerdo con una lógica dinámica que ni nosotros ni nadie contro-
homogeneización del tiempo, el cercamiento en un sistema la. El mundo reificado que creamos no se mueve de acuerdo con
omniabarcador, y muchos otros más: todo esto puede ser }' ha la voluntad de nadie. Sigue su propia lógica. En la medida en que
sid~ visto simplemente como la modernización, como la crea- las relaciones sociales son realmente transformadas en relaciones
ción de una sociedad industrial moderna. De modo más crítico, entre cosas, sigue sus propias leyes de desarrollo. La totalidad que
puede ser discutido en términos del establecimiento de una socie- creamos es una totalidad regida por leyes. Esto es lo que posihili-
dad disciplinada (véase Foucault, 2005), o en términos de la críti- ta el estudio de la economía, y cualquier otra disciplina que trate
ca al iluminismo (véase Horkheimery Adorno, 1987), o en forma de entender las leyes del desarrollo social. La totalidad social
fascinante, como la "lucha entre Penteo y Dionisia" por la repre- tiene una cierta estructura, una cierta lógica, una determinada
sión del gozo colectivo (véase Ehrenreich, 2007: 248). dinámica, resumida en la exclamación de Marx (1983: 735):
Aquí insistimos en que el establecimiento de la sociedad en la "¡Acumulad, acumulad! ¡He ahí a Moisés y los profetas!". Para
que vivimos debe ser visto como creación del trabajo abstracto (la existir, el capital debe acumular, debe expandirse. El capital que
abstracción del hacer en trabajo). Éste es un intento por poner creamos es valor que se crea a sí mismo, que se expande a sí
nuestra actividad, lo que hacemos en el día a día en el centro del mismo. El capital, aunque es creado por seres humanos, adquiere
análisis. Esto puede ser visto como la crítica ad haminem o, como una fuerza independiente de toda fuerza humana. No es contro-
mero materialismo: de manera muy simple, el materialismo es la lado por los capitalistas: éstos son capitalistas sólo en la medida en
comprensión de· que nosotros, los seres humanos, creamos el que logran obedecer la lógica del capital. El capital, objeto de
mundo en el que vivimos (véase Marx, 1958). No es la cultura, no nuestra creación, es un "sujeto automático" -como lo llamó
es una fuerza exterior la que crea la sociedad que nos está destru- Marx-, el sujeto de la sociedad capitalista (véase Bonefeld, 2007).
yendo: somos nosotros mismos, nuestra actividad particularmen- Es la historia de Frankestein, la historia del aprendiz de hechice-
te deformada, el trabajo abstracto. "Los seres humanos producen, ro. Al construir el capitalismo, creamos un sistema que no contro-
a través de su propio trabajo, una realidad que cada vez los escla- lamos, un sistema con sus propias leyes de desarrollo. Creamos el
viza más" (Horkheimer, 1972, ciL en Werner Bonefeld, 2007: 40). capitalismo y nos arrojarnos a un mundo terrorífico. Nos encerra-
Si somos nosotros quienes creamos esta sociedad, entonces, pode- mos en un "mundo encantado, pervertido, puesto patas arriba"
mos dejar de crearla y hacer en su lugar otra cosa. (Marx, ibíd.: 830) regido por la muerte.

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway Trabajo abstracto: el gran cercamiento

La totalidad constituida por el trabajo abstracto es una totali- do, entonces, hablar de romper o agrietar el capital. No es una
dad sin sentido. Hay una asociación de actividades, pero las acti- lámina de cristal, pero mantiene su rigidez, por más flexible y adap-
vidades mismas son abstraídas de su sentido: el contenido de la table que nos pueda parecer: el capital es un conjunto de leyes que
actividad -sea cocinar o fabricar veneno para ratas- es del todo canalizan el flujo de nuestra actividad. Para romper el capital rom-
indiferente. La cadena de conexiones es una cadena cuantitativa, pemos sus leyes. ¿Cómo las rompemos? Solía haber reglas sobre
establecida mediante el dinero. Toda actividad adquiere significa- cómo hacerlo, pero ellas se han roto, afortunadamente.
do sólo en relación con otra actividad, como un medio para con- En tercer lugar, creamos una sociedad que se basa en nuestra
seguir un fin. Cocinar porque nos gusta, porque es divertido no propia explotación. El mundo que creamos tiene en su centro la
tiene sentido en el mundo del trabajo abstracto. En este mundo explotación del trabajo por el capital. La abstracción del hacer
cocinar tiene sentido sólo como un medio para lograr un fin: en trabajo se generaliza en toda la sociedad sólo cuando la fuer-
hacer dinero. Su fin es un sentido sin sentido, vacío de significa- za de trabajo misma se convierte en una mercancía. En otras
do (de modo que cocinar pasteles puede ser sustituido por fabri- palabras, como hemos visto, es mediante la expansión del trabajo
car veneno, escribir libros, lo que sea). La concatenación de las asalariado que el trabajo abstracto se establece como el principio
actividades es puramente instrumental, pero la instrumentalidad organizador de la sociedad. El trabajo asalariado significa que el
está vacía. Esta serie fonnal, inst.rumen tal de conexiones da lugar obrero vende su fuerza de trabajo a un capitalista a cambio de un
a un razonamiento formal inst.rumentaP. El trabajo abstracto es la salario (el equivalente monetario. del valor de su fuerza de traba-
base de la razón instrumental, la formalización de la razón que jo); el capitalista pone al obrero a trabajar y éste produce más valor
emergió desde el iluminismo para convertirse en la base del pen- que el de su fu_erza de trabajo, esto es, la plusvalía que se apropia
samiento burgués moderno, en el que la verdad tiene significado el capitalista. Este es el proceso de la explotación capitalista. La
sólo como una medida de la efectividad de los medios para llegar generalización del trabajo abstracto es simultáneamente la genera-
a un fin, en el que las mismas personas pasan a ser vistas sencilla~ lización de la explotación capitalista. La explotación existió en las
mente como medios para un fin. En esta totalidad, el único sig- sociedades precapitalistas: en las sociedades feudales, por ejemplo,
nificado es cuantitativo: la tasa de crecimiento económico, la el siervo es obligado a trabajar para proveer no sólo a sus propias
cantidad de puentes construidos, la cantidad de kilómetros de necesidades, sino también a las exigencias de su señor. Con la tran-
autopistas, el número de delincuentes presos; el progreso, en sición al capitalismo -el sangriento proceso de la acumulación pri-
otras palabras2. mitiva-, se reconstituye la explotación sobre la base del trabajo abs-
El capitalismo es una sociedad regida por leyes, una sociedad tracto. La transformación del hacer en trab~o abstracto es una
con sus leyes de desarrollo, y este hecho significa que ésta se carac- precondición de la explotación capitalista. Sin el trabajo abstracto,
teriza por rigideces. No es la sociedad infinitamente flexible que no puede haber producción de capital; sin producción de valor no
a veces parece ser. A veces, parece que es capaz de absorber cual- puede haber producción de plusvalía. La producción de plusvalía
quier cosa que le lancemos, de convertir al Che y a Marcos en y de capital es, a su vez, necesaria para la reproducción del hacer
diseños para camisetas y remeras, de convertir la gran rebelión de como trabajo abstracto, pero la abstracción del hacer en trabajo es,
1968 en un nuevo estilo de dominación. Sin embargo, no es así. lÓgicamente, lo que inicia el proceso.
El capital tiene sus límites, tiene que seguir determinadas leyes, El trabajo abstracto crea, en consecuencia, una sociedad divi-
de las cuales la básica es la de: ¡acumulad, acumulad! Tiene semi- da en clases. El antagonismo de clases, como la explotación, exis-
tía antes del capitalismo, pero es reconstituido sobre la base del
trabajo abstracto. El proceso de la producción de plusvalía crea
1 Así como en el trabajo abstracto, en la "lógica formal, el pensamiento es
indiferente hacia sus objetos", Marcuse (1993: 164). dos clases antagónicas: la clase de quienes con su trabajo crean
2 La crítica de la razón instrumenral es uno de los temas centrales desarro- plusvalía -el proletariado, la clase obrera- y la clase de quienes
llados por los autores vinculados a la Escuela de FrankfurL Véase en especial explotan este trabajo. El antagonismo inherente en el proceso de
Horkheimer (1973), y Marcuse (1993). explotación -el proceso capitalista de producción- estructura al

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercamiento

conjunto de la sociedad y la tiñe con el mismo antagonismo. Esta constituido por la abstracción del hacer en trabajo. Por consi-
división de la sociedad, este proceso de clasificación, es un aspec- guiente, la abstracción del hacer en trabajo puede ser considera-
to de la fetichización/identificación/clasificación de la sociedad da ya como algo dado por sentado y, entonces, ni siquiera hay
que ya hemos visto como uno de los momentos de los procesos de necesidad de hablar del carácter dual del trabajo, puesto que el
abstracción (véase Holloway, 2002: capítulo 8, y 2009). trabajo abstracto es el único trabajo relevante bajo el capitalismo:
El trabajo abstracto, entonces, constituye un sistema de cohe- podemos hablar sólo del trabajo y dejar en el olvido lo que dijo
sión social que es gobernado por leyes objetivas de desarrollo Marx sobre la importancia del carácter dual del trabajo. La acu-
exteriores a nuestro control, y que tiene en su núcleo fundamen- mulación primitiva fue un episodio violento en el pasado, que
tal una relación de explotación: la producción de plusvalía. Esta creó un mundo capitalista en el que hay. un antagonismo central,
relación es de antagonismo entre el trabajo abstracto que está el que existe entre el trabajo y el capital. Es desde aquí que tene-
siendo explotado y el capital que es producido por esa explota- mos que pensar sobre las posibilidades de cambio.
ción: eSte antagonismo se .nos presenta como un antagonismo El segundo enfoque es argumentar que si tomamos al trabajo ,
entre las personificaciones del tJ'aiMYo abstracto (el proletariado) abstracto como algo dado, entonces, nos encerramos en el
y las del capital (los capitalistas). mundo constituido por el trabajo abstracto, y de esta manera, no
Es importante tener ·en cuenta estas dos dimensiones: si hay salida: tanto la lógica como la trágica experiencia histórica
vemos al trabajo abstracto como constituyendo de modo simple nos dice que es así. La alternativa es cuestionar la abstracción del
un sistema de compulsión social regido por leyes, entonces, pode- hacer en trabajo: la acumulación primitiva no debe ser vista como
mos fácilmente perder de vista la dinámica antagónica que está en un proceso cerrado, algo que ha sucedido en el pasado, sino
el centro de este sistema3; si, por el otro lado, nos concentramos como algo que está abierto, un antagonismo vivo.
sólo en la relación de explotación, perdemos de vista la abstrac- El trabajo abstracto domina, pero hay algo más que decir.
ción del hacer en trabajo que es la precondición de todo el siste- Desde el comienzo, el trabajo abstracto anuncia su propia antíte-
ma de explotación. sis. El trabajo abstracto es una cara del "carácter dual del trabajo".
Aquí hay dos antagonismos cruciales. En el capitalismo, este Pero aún no hemos hablado de la otra cara, de la cara oscura, de
mundo creado por el trabajo abstracto, hay un eje central de la cara para la que, en realidad, ni siquiera tenemos un nombre
explotación, el antagonismo entre el trabajo y el capital. Pero el satisfactorio, aunque por el momento nos conformaremos con el
proceso que crea este mundo, la abstracción del hacer en trab,Yo "hacer concreto-creativo".
es también un proceso antagónico, un proceso sangriento y vio- El lado oscuro se cuela entre las grietas. El trabajo abstracto,
lento. La existencia del capitalismo -un sistema social basado en como hemos visto, es una forma constituida de relaciones socia-
la explotación del trabajo y con su propia dinámica antagónica- les<, uha forma constituida de la actividad humana. Siglos de
está basada en una precondición, la conversión antagónica del lucha han conducido a la constitución del trabajo abstracto. Pero
hacer en trabajo abstracto. si eso fuera todo, no podríamos criticarlo, no tendríamos un
Aquí el camino se bifurca en dos formas de pensar el cambio punto de vista desde donde f~ar una mirada críticamente. El
radical. El significado de la acumulación primitiva, largamente hecho de que lo criticamos sugiere que hay algo más que el tra-
tratado como una cuestión marginal por la teoría marxista -inclu- bajo abstracto, que la transformación del hacer en trabajo abs-
so en la presentación de Marx de El capitat- se convierte en una tracto no está cerrada, no es completa. Somos algo más que los
cuestión central. actores deformados del trabajo abstracto. Es este "más que", este
El primer enfoque considera la acumulación primitiva como remanente, esta inadecuación, lo que constituye la fuente de la
un hecho del pasado, como el agua que ya ha pasado bajo el esperanza.
puente. Lo que está hecho está hecho: ahora vivimos en el mundo
4 Sobre la cuestión crucial de la constitución de las formas de relaciones
3 Véase la critica de Bonefeld (2004) a Postone. sociales véase Bonefeld (2007).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
El movimiento obrero es
No podemos hablar de trabajo abstracto sin hablar de aque-
el movimiento del trabajo abstracto
llo que no encaja, de ese hacer concreto-creativo, de eso que
cabe y al mismo tiempo no cabe dentro del trabajo abstracto, eso <tesis 22>
que está contenido y al mismo tiempo desborda al trabajo abs-
tracto. Esto es hacia donde debemos ir, a la otra cara del carácter
dual del trabajo. Pero primero debemos considerar el terrible
control del trabajo abstracto sobre el movimiento anticapitalista.

a) En la tradición marxista, el antagonismo entre el hacer útil


y el trabajo abstracto casi desaparecen

A primera vista, resulta extraordinario que, aunque Marx asigna-


ra tanta importancia al carácter dual del trabajo, la cuestión sea
casi totalmente ignorada por la gran mayoría de la literatura que
toma a El capital como su punto de partida. Rubin hizo el mismo
comentario a principios de la década de 1920: "Cuando vemos la
importancia decisiva que Marx otorgó a la teoría del trabajo abs-
tracto, debemos preguntarnos porqué esta teoría ha recibido tan
poca atención en la literatura marxista" (1985: 185). Sin embar-
go, este comentario suyo no logró cambiar la situación.
Posiblemente, esto tenga algo que ver con el método de Marx.
En su crítica a la economía política, Marx fija su mirada en el
objeto de la crítica: el trabajo abstracto y las categorías de la eco-
nomía política a las que éste dio pie. El considera el mundo a
través de los ojos del hacer concreto o de la actividad vital cons-
ciente que son negados por la abstracción del trabajo. Es obvio,
entonces, que el hacer concreto no cobra relevancia en su crítica:
tiene puesta la atención en el trabajo abstracto que es el objeto de
la crítica. Sin embargo, esto no parece una explicación suficiente,
pues el comentario de Marx (1983: 51) al comienzo del primer
capítulo, es suficientemente obvio: "Este punto es el eje en torno
al cual gira la comprensión de la economía política". Parece difí-
cil pasar por alto una afirmación tan uyante y, sin embargo, esto es
exactamente lo que hace toda la tradición marxista y, en particu-
lar, la tradición de la economía marxista
En los dos tomos de A History of Mancian Economics de Howard
y King (1989 y 1992), justamente, se menciona sólo una vez, al
pasar, la diferencia entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto

166 167
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

o útil, aunque este punto no es desarrollado en absoluto. Parece


r Trabajo abstracto, el gran cercamiento

del primero: "Este concepto [el trabajo útil] no es un concepto


que genere una dificultad particular, por la simple razón de que
ser una reflexión precisa de la obra de quienes han tratado de
lo que describe es el trabajo en su forma natural. Sin embargo, no
desarrollar una economía marxista, en lugar de una crítica de la
se puede decir lo mismo del otro término [trabajo abstracto]." En
~conomía política. Así, por ejemplo, Ernest Mandel, en su muy
forma similar, Michael Heinrich (2005: 45), en su clara e influyen-
mfluyente Tratada de economía marxista, no menciona el contraste
te exposición de la crítica de Marx a la economía política, desta-
en_tre el trabajo abstracto y el trabajo útil: tiene una pequeña sec-
ca la importancia que Marx le otorga a la naturaleza dual del tra-
oon sobre el trabajo libre y trabajo alienado (1969: 160), pero no
bajo, pero lo hace en una sección dedicada al trabajo abstracto
lo relacwna con la abstracción y el tema no juega un papel impor-
que presta muy poca atención al otro aspecto de la naturaleza
tante en su argumento. En forma similar, Paul Mattick (1974 y
dual, al trabajo concreto o útil.
1981), un comunista consejista y crítico permanente del leninis-
. D~jamos de lado algunas de las discusiones más recientes para
mo así como también uno de los economistas marxistas sobresa-
d1scuurlas en el contexto de la crisis del trabajo abstracto, pero
lientes del siglo pasado, tampoco tiene nada que decir sobre la
aun teniéndolas en cuenta, sigue siendo cieno que casi sin
naturaleza dual del trabajo. La tradición de la economía marxista
excepción, la tradición marxista, en contradicción con la clara
es~ dominada por un concepto unitario y transhistórico del tra-
afirmación de Marx en las primeras páginas de El capital trata al
baJo. Esto no es sorprendente, quizá, pues la misma noción de
trabajo como una categoría unitaria. Donde se menciona la natu-
una economía marxista significa la total subordinación del traba-
raleza dual del trabajo, se supone que la relación entre los dos
jo concreto al trabajo abstracto: sólo en la medida en que tiene
aspectos del trabajo es no antagónica y no problemática l.
lugar realmente esta subordinación es posible hablar de una eco-
En la tradición dominante del mai'Xismo ortodoxo, este tra-
nómica regida por leyes. La sola idea de una economía marxista
bajo no problematízado pasa, entonces, a ser considerado como
cierra la categoría del trabajo que había abierto Marx.
una fuerza positiva, la fuente de la esperanza. La lucha en contra
Debemos considerar a quienes han enfatizado la importancia
del capital es considerada como la lucha del trabajo en contra del
~e coinpren~~r la obra de Marx no como una economía política
s~~o como mttca de la economía política, para hallar alguna men-
1 Se puede hallar una excepción en las últimas líneas del artículo ''La teoría
non ~ la naturaleza dual del trabajo. Pero aun aquí sucede algo
extrano: la naturaleza dual del trabajo es tratada como si fuera valor del trabajo" de Diane Elson (1979: 174), donde comienza en la misma
dirección tomada por este volumen: "El capital[ ... ] analiza [ ... ] la determina-
única, no doble, refiriéndose exclusivamente al trabajo abstracto.
Aquf e~te campo está dirigido, como hemos visto, por Rubin, que
pubhco sus Ensayos sobre la terma marxista del valar en la Unión
i ción del trabajo como un proceso histórico de formación de lo que intrínseca-
mente no está formado; argumentando que lo especifico del capitalismo es la
dominación de un aspecto del trabajo, el trabajo abstracto, objetivado como
Soviética a principios de la década de 1920, y luego desapareció 1 valor. Sobre esta base. es posible compn;nder por qué el capital puede parecer
s~r el sujeto dom~~ante, y los in~i~iduos simples portadores de relaciones capita-
en las purgas de Stalin. Isaak Illich Rubin (1985: 185) insiste en 1 ils.tas de producnon; pero tamb¡en es posible establecer por qué esto es sólo la
que "Marx otorgó importancia decisiva a la diferencia entre t.-aba- m1tad de la verdad. Pues el análisis de Marx también reconoce los Lt:mites a la ten-
jo .concreto y trabajo abstracto", y dedica todo un capítulo al tra- dencia a reduci~ ~.los individuos a ~rtadores de formas-valor. Lo hace incorpo-
ba¡o abstracto: el capítulo no está dedicado a la naturaleza dual rando en el anahsts los as~ecto.s subjetivos, conscientes, particulares del trabajo
del trabajo, sino al trabajo abstracto. Él supone que el trabajo con- en los conceptos del trabaJO pnvado y concreto; y el aspecto colectivo del traba~
jo ~n el concepto del trabajo social[ ... ]. De esta manera, el argumento de El capi-
creto está en efecto subordinado al trabajo abstracto pero no
tal mc~rr.ora una ~e material p~ra la acción política. Se reconocen los aspec·
comprende esa relación como antagónica. tos subjet¡vos, conscientes y colectivos de la humanidad. El problema político es
En los últimos años otros autores han seguido el mismo cami- 1 reunir estos aspectos privados, concretos y sociales del trabajo sin la mediación
no que Rubin en enfatizar la doble naturaleza del trabajo y luego de las formas valor, para poder crear una actividad particular, consciente, colec-
concentrarse exclusivamente en el trabajo abstracto. Derek Sayer tiva, dirigida contra la explotación. La teoría de la explotación de Marx contie-
ne esta posibilidad". He aquí un extraordinario fragmento que nada poderosa-
\1979), en su. libro Marx's Method, dedica una sección al trabajo mente contra la corriente del marxismo unilateral.
uul y al trabaJO abstracto, pero tiene muy poco que decir acerca
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168
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstracto, el gran cercarn~ento

capital. El trabajo no sólo es tratado como una categoría unitaria, "eje en torno al cual gira la compren~ión de la economía políti-
sino también como una categoría transhistórica. Desde esta pers- ca", es decir, el conflicto entre el trabaJO abstracto y el ~acer crea-
pectiva, el trabajo es considerado como una actividad mediadora tivo. Éste es un conflicto irreconciliable. El hacer consciente es la
entre los seres humanos y la naturaleza que transforma la mate- negación del trabajo abstracto, mientras.que la abstracción ?el tra-
ria con arreglo a un fin y es una condición de la vida social. El tra- bajo es la subordinación del hacer consCiente a la producc10n para
bajo así entendido es considerado como "una actividad que trans- el mercado: por un lado, el hac_er social.men te autodete~in~~o
forma la materia de cara a un fin y es una condición de toda vida en potencia; por el otro, el trabaJO somendo a una detenmnac10n
social. El trabajo, entendido de este modo, es postulado como la
fuente de la riqueza en todas las sociedades y como aquello que
~=a . . .
Esta abstracción del hacer en trabaJO genera un segundo n1vel
constituye lo verdaderamente universal y social" (Pos tone, 2003: 5). de conflicto, el que se desarrolla .entre el trabajo y el capi~.l. El
El problema del capitalismo no es, entonces, que exista el traba- trabajo abstracto se generaliza como_ un pnnCI_pw de la acOVIda_d
jo, sino que el trabajo ha sido aprisionado y está impedido de social sólo cuando la fuerza de trabaJO se convterte en mercanc1a
alcanzar su completo desarrollo. El objetivo de la revolución es y hay una generalización de la relación s~larial, y en con~ec~encia
liberar el trabajo de sus cadenas. de la explotación. Normalmente, expenmentamos la perd1da de
Podría pensarse que esto es, sencillamente, una cuestión de control sobre nuestra prOpia actividad no como un resultado
palabras, que la intención de la tradición dominante es argumen- directo de la venta de nuestros productos al mercado, sino com?
tar que la revolución emancipará al trabajo útil de su abstracción. resultado del hecho de que tenemos que vender nuestra capaci-
Sin embargo, dado que esa tradición pasa por alto la naturaleza dad de trabajar a cambio de un salario y realizar el trabajo que nos
dual del trabajo, no puede hacer esa diferenciación. En la prácti- asignan. El trabajo abstracto que, en primer lugar, toma la.~orma
ca, es inútil reiterarlo, esto no ha sido hecho: las revoluciones de producción de valor, ahora toma la forma de produccmn de
comunistas no hicieron nada por transformar el trabajo. plusvalía (produciendo una pl_usva~ía_ que nuestro empl?ad?~ rea-
Nos vemos forzados a volver una y otra vez a la misma cuestión: liza como ganancia). _El conflicto IniCial entre el tra_baJO utll -el
¿por qué el carácter dual del trabajo, al que Marx asignó tanta hacer- y el trabajo abstracto es velado por un conflicto en tr~, el
importancia, efectivamente, desapareció de la discusión de El capi- trabajo asalariado y el capital, que está centrado en la explotae10n.
tal y del movimiento comunista? ¿Por qué la categoria del trabajo El interés del capital es explotar a los asalana~os tanto como _sea
útil-o el hacer- ha sido suprimida de hecho? Esto no fue debido a posible: alargando la jornada laboral, reduc¡endo los salanos,
que los autores en cuestión no hubieran leído a Marx con suficien- incrementando la productividad, y otros recursos: La lucha de los
te cuidado ni reflexionado sobre el texto. Para hallar una- explica- asalariados es por subir los salarios, acortar la ~o~ad~ labo~l,
ción debemos considerar el desarrollo de la misma lucha de clases. obten~r mejores condiciones de trabajo y, en uluma mstancia,
también abolir la explotación.
·Estamos hablando aquí de dos niveles diferentes de lucha de
b) La abolición teórica del antagonismo entre el hacer y el trabajo clas~s, o dos diferentes concepciones de la lucha de clases?
es un momento del predominio en la práctica de la lucha del trabajo Hablamos de ambas cosas.
abstracto En realidad, hay dos niveles diferentes de lucha de clases. La
producción capitalista está basada en la abstracción del hacer :n
Para entender la eliminación efectiva de la categoría de trabajo trabajo y en la explotación del trab_ajo abs~cto. Sm la abstraccwn
concreto para describir una actividad a la vez subordinada y anta- del hacer en trabajo, la explotac10n no sena pos1ble; por el otro
gónica al trabajo abstracto es necesario distinguir entre los dos lado, es mediante el proceso de explotación que se impone y
niveles de lucha que ya hemos señalado en las tesis anteriores. reimpone la abstracción del trabajo (o no, según los casos). Las
En primer lugar está el conflicto que hemos subrayado a lo dos fonnas de lucha están íntimamente entrelazadas y, sin embar-
largo de este volumen y al que Marx (1983: 51) describió como el go, son distintas. La diferenciación es importante porque en un

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway Trabajo abstrae!•, el gran cercamiento

caso estamos hablando de la lucha del hacer en contra del trabajo mación del hacer en trabajo no es un capítulo cerrado, sino un
y, en el otro, de la lucha del trabajo en contra del capital2. antagonismo viviente. El sujeto revolucionario es el hacer -la acti-
En efecto, hay dos niveles diferentes de lucha de clases, pero vidad vital consciente- y el enemigo a eliminar es el trabajo abs-
estas dos esferas distintas dan lugar a dos diversas interpretaciones tracto: la lucha del hacer es la lucha de la clase obrera en contra
de la lucha de clases, con consecuencias de largo alcance para la de su propia existencia como clase obrera. Entonces, no es posi-
lucha en contra del capitalismoS. ble definir a la clase obrera, puesto que el antagonismo entre el
La interpretación dominante, sin duda, centra su atención en hacer y el trabajo atraviesa todos los aspectos de nuestra existen-
la relación de explotación, en la lucha del trabajo en contra del cia, y de hecho, porque el proceso de definición es un momento
capital. Con referencia a la lectura de El capita~ analiza la produc- del proceso de abstracción del trabajo (véase Holloway, 2002:
ción de la plusvalía como cuestión central, y tiende a considerar capítulo 4).
la discusión de la mercancía y la naturaleza dual del trabajo -si es En este sentido, los dos enfoques son diametralmente opues-
que la toma en cuenta- como un preludio para la discusión más tos, ya que uno considera el anticapitalismo como la lucha del tra-
importante. Este enfoque evalúa el trabajo como el sujeto revolu- bajo, mientras que para el otro es la lucha en contra del trabaju, sin
cionario y comprende el trabajo como la clase obrera, definida embargo, no deberíamos precipitarnos a trazar líneas nítidas
como quienes producen plusvalía o como quienes venden su fuer- entre ellos: en la práctica, se elude de modo constante esta sepa-
za de trabajo al capital. El término trabajo es usado como un tér- ración, se desborda de manera permanente desde la forma de
mino general, sin hacer diferencia alguna entre trabajo abstracto lucha más restringida a aquélla más amplia.
y trabajo útil. En esta perspectiva, la acumulación primitiva, la La interpretación de la lucha de clases como la lucha del tra-
transformación del hacer en trabajo abstracto es un episodio del bajo contra el capital ha dominado tanto la práctica como la teo-
pasado, una triste historia que está cerrada; de modo que sólo ría de la lucha contra el capital, al menos hasta hace muy poco5.
queda una contradicción: la que hay entre el trabajo y el capital. Esto ha traído enormes consecuencias para la teoria y la práctica
El enfoque alternativo, mucho menos extendido y menos de la lucha. Entre otras cosas, ha conducido al abandono total de
desarrollado, se concentra en el conflicto entre el hacer concreto la "naturaleza dual del trabajo", a suprimir teórica y prácticamen-
y el trabajo abstracto, en la lucha del hacer en contra del trabajo. te el hacer útil, a relegar el antagonismo entre el hacer y el trabajo
Con referencia a la lectura de El capita~ le asigna una gran impor- al pasado histórico, a los días de antaño de la acumulación primiti-
tancia al primer capítulo y ve el análisis posterior de la produc- va. El marxismo de finales del siglo XIX y de casi todo el siglo xx
ción de la plusvalía como un desarrollo fundamental en la lucha ha sido parte de la lucha de clases, pero, de una particular forma
entre el hacer y el trabajo abstracto4. En este enfoque, la transfor- de la lucha de clases en la que el antagonismo entre el hacer y el
trabajo abstracto fue relativamente velado, dando como resulta-
2 Marx (Marx y Engels, 1958) también comprendió el movimiento comunis- do que esta teoría no había percibido la naturaleza bifacética del
ta como un movimiento en contra del trabajo: "La revolución comunista está diri-
gida contra el modo de actividad anterior y acaba con el trabajo". Y de nuevo, "el
problema no es la liberación sino la abolición del trabajo". Marcuse (1999: 286) Entonces, la cuestión es la diferencia crucial entre el análisis del valor y un aná-
transcribe ambas citaciones en la sección "La abolición del trabajo". Véase tam- lisis centrado en la naturaleza dual del trabajo.
bién Arthur (1986: capítulo 1). 5 El Grupo Krisis (2002, sección 6) argumenta: "La izquierda política siem-
3 Postone (2006: 46} también hace una clara distinción "entre dos tipos de ! pre ha rendido honores al trabajo con especial celo. No sólo ha elevado el traba-
análisis críticos radicalmente diferentes: una crítica al capitalismo desde el punto jo a esencia del ser humano, sino que también lo ha mistificado así al supuesto
de vista del trabajo, por un lado, y una crítica del trabajo en el capitalismo, por el principio opuesto al capital. El escándalo no era para ella el trabajo, sino mera-
otro". Lo que Postone no adara es de dónde proviene la crítica del trabajo: en mente su explotación por el capital. Por eso el programa de todos los partidos dt
su análisis falta el otro lado (véase la sección d) de la tesis 25, infra). trabajadores era la lilmución dd trabajo y no libtrars~ del trabajo. La oposición social
4 Es erróneo pensar que las cuestiones analizadas en el primer capítulo de entre capital y trabajo. sin embargo, no es más que una mera oposición de inte-
El capital están necesariamente centradas en la circulación (véase Hanloser y re!les distintos (con podere!l ciertamente también distintos) dentro del fin abso-
Reiuer, 2008) ya que es allí donde !le introduce la naturaleza dual del trabajo. luto capitalistan.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway


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.

. Trabajo abstracto, el gran cercamiento

trabajo. El marxismo tradicional -no sólo el leninismo en todas que la lucha sindical no es suficiente, que la lucha sindical no
sus variantes, sino todo un espectro que va bastante más allá de hace más que defender las condiciones del trabajo asalanado,
éste- se identificó con la teoría de la lucha del trabajo en contra mientras que es necesario luchar por la abolición del trabajo asa-
del capital. lariado y la explotación_ La lucha sindical es una lucha económi-
Esta forma de marxismo ahora está en crisis, sencillamente ca que necesita ser complementada con la lucha política. Esta
porque esta forma de lucha está en crisis. Esto es lo que necesita- lucha política es la lucha por tomar el poder estatal y, así,
mos investigar, la crisis de las formas de lucha de clase nos obliga mediante el poder del Estado, socializar los medios de produc-
a explorar una nueva teoría revolucionaria, un nuevo marxismo: ción y abolir el trabajo asalariado. Éste es el modelo clásico de
la teoría no de la lucha del trabajo contra el capital, sino de la lucha revolución de la Segunda, la Tercera y la Cuarta Internacional. Es
del hacer en contra del trabajo y, en consecuencia, en contra del capital. el modelo no sólo de Lenin, sino de todos los principales revolu-
cionarios de finales del siglo XIX y de la primera parte del siglo lOC
La separación entre lucha sindical o económica por un lado y lucha
e) La dominación del trabajo abstracto es el autoencierro política o revolucionaria por el otro es una piedra angular en la teo-
del movimiento anticapitalista ria de la revolución de Lenin, tal como fue esbozada en el ¿Qué
hacer? de 1902_ Pero no se trata sólo de Len in: Rosa Luxemburg es
El movimiento del trabajo abstracto contra el capital es el acerta- un interesante ejemplo a tomar, no para criticarla en particular,
damente denominado movimiento obrero*. En el movimiento sino, sencillamente, porque ella es quizá -y de forma comprensi-
obrero, la existencia del trabajo abstracto es típicamente dada por ble- la revolucionaria más ampliamente admirada del periodo
sentada, de modo que allí reina un concepto unitario de trabajo. clásico. En 1906 Luxemburg insiste -incluso en su panfleto sobre
La dicotomía entre el hacer útil y el trabajo abstracto es ignorada La huelga de masas (1970)-, en la separación entre la lucha políti-
por completo, tanto en la teoría como en la práctica: la supera- ca y la lucha económica.
ción del trabajo abstracto -si es que se pone en discusión- se pro- En la separación entre la lucha política y la lucha económica
yecta hacia el futuro. la transformación de nuestro hacer en trabajo abstracto ~ue está
Desde los primeros días del capitalismo industrial, los trabaja- en el centro del capitalismo-, simplemente se pierde de vista. No
dores empleados por los capitalistas se han unido para luchar por está presente en la idea de la lucha económica porque la lucha
mejores condiciones, salarios más altos, jornadas laborales más económica trata de mejorar las condiciones del trabajo asalaria-
cortas, y otras reivindicaciones. La forma típica de organización es do. Y no está presente en la lucha política porque la lucha políti-
el sindicato, una forma de organización jerárquica y en general ca da por sentada la lucha económica, como la base de la cons-
burocrática. La lucha del trabajo abstracto es ante todo una lucha trucción de un movimiento revolucionario. En la lucha política el
por el empleo: una lucha por mejores condiciones de empleo, por trabajo abstracto sólo aparece -si es que aparece- como algo a ser
salarios más altos, por más empleo, una lucha contra la desocupa- abolido en el futuro, es decir, luego de la toma del poder, pero no
ción. Estas luchas son importantes y afectan las condiciones de como lucha presente. En la práctica, sin embargo, la toma del
vida de millones de personas en todo el mundo. No obstante, son poder por los movimientos revolucionarios nunca ha conducido
luchas que dan por sentada la reproducción de la dominación a la transformación del proceso laboral, a la emancipación del
capitalista, la subordinación de nuestro hacer al control ajeno, la hacer respecto del trabajo. La misma idea de revolución socialis-
constante abstracción del hacer en trabajo. ta o comunista sencillamente se desvinculó de toda noción de
La lucha sindical no es la única forma de lucha del trabajo en liberar el hacer. El concepto de la naturaleza dual del trabajo
contra del capital. Los revolucionarios siempre han argumentado desaparece no sólo de la teoría, sino también de la práctica. Es
famoso el apoyo de Lenin a la adopción del taylorismo en la
* En inglés ~Labour movement"; en referencia al movimiento del trabajo Unión Soviética, la proclamación abierta de la continuación del
abstracto [NdE]. dominio del tiempo de trabajo socialmente necesario.

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':"! Trabajo abstracto, el gran cercamiento
1
1

Una lucha dividida en luchas económicas y políticas no puede


.1
es tratado como una ciencia positiva, una especie de funcionalismo
11
cuestionar el trabajo abstracto, por la simple razón de que el tra- estructural dedicado al estudio de las estructuras de la sociedad capi-
bajo abstracto es la base de la separación entre lo económico y lo talista y las relaciones funcionales entre ellas6 . Dado que la categoría
político. El trabajo abstracto está ya presupuesto cuando hacemos crucial del trabajo es unidimensional, somos llevados a un marxismo
una diferenciación entre la lucha económica y política, de modo unidimensional que se focaliza en el análisis del capital y de su lógi-
que la complementación de lo económico con la lucha política ca, o las estructuras y movimientos de la dominación capitalista. El
no desafía la existencia del trabajo abstracto, sino que la confir- marxismo, de ser una teoría de la lucha, se convierte en una teoría
ma. No supera los límites del movimiento sindical, sino que los de la dominación. No es que se olvide la lucha, sino que se la ve por
consolida. El trabajo abstracto es la base del fetichismo sobre e 1 fuera de las categorías centrales del marxismo. La acumulación de
que se basa la separación de lo económico y lo político: la misma capital, por ejemplo, es entendida no como una lucha, sino como el
separación de lo económico y lo político es un momento de la contexto en donde tiene lugar la lucha; la crisis capitalista no es
abstracción del trabajo. comprendida como una intensificación de la lucha, sino como un
Considerar el trabajo asalariado --o simplemente el trabajo- momento que proporciona oportunidades para luchar. Las catego-
como la base del movimiento anticapitalista es, de modo sencillo, rías son comprendidas como elementos cerrados en lugar de ser
encerrar ese movimiento dentro del capital. Todos los rasgos del conceptualizaciones de relaciones antagónicas, como relaciones de
trabajo abstracto que fueron señalados en la discusión previa son lucha y, en consecuencia, relaciones abiertas. Todo esto ya se ha
característicos del movimiento obrero: la reificación de las rela- dicho antes, y es más, es central para el argumento del "marxismo
ciones sociales; la reproducción de la jerarquía entre hombres y abierto". Lo que es nuevo para mÍ, quizá, es la consciencia de que la
mujeres y la dimorfización de la sexualidad; la objetivación de la categoría central en este proceso es el trabajo. Un concepto cerrado
naturaleza; la aceptación del concepto capitalista de tiempo, y unitario del trabajo genera una comprensión cerrada de todas las
sobre todo, la orientación hacia el Estado y la idea de influenciar- categorías, mientras que interpretar el trabajo como un antagonis-
lo o de tomar el poder estatal. Podríamos seguir y seguir, pero la mo abierto da lugar a interpretar todas las categorías como anta-
cuestión es clara. En la medida en que el trabajo abstracto sea gonismos abiertos. Si el trabajo es concebido como velando un
tomado como la base indiscutible del movimiento obrero o el antagonismo vivo entre el hacer lo que queremos y el trabajar bajo
movimiento revolucionario, ese movimiento adoptará todos los el dictado del capital, entonces, así todas las categorías deben tam-
conceptos y formas reificadas del comportamiento que surgen de bién ser consideradas como ocultando determinadas luchas: éstos
la abstracción del hacer en trabajo. son los campos de batalla de nuestra vida o muerte.
Entonces, podemos ver que el no reconocimiento del carácter El trabajo abstracto ha encarcelado el movimiento contra el
dual del trabajo es el corazón de un problema mayor en la tradición capitalismo durante ciento cincuenta años. Al decir esto no
marxista Del mismo modo en que el trabajo abstracto crea un menospreciamos las luchas de todos aquellos que han dedicado -y
mundo cerrado de cosas y de leyes de desarrollo, una teoria que da a menudo sacrificado- sus vidas a la lucha por un mundo mejor.
por sentada la abstracción del hacer en trabajo y se basa en un con- Muy por el contrario. Si el sueño de un mundo mejor sigue vivo,
cepto unitario del trabcyo se encierra conceptualmente en ese es gracias a esas luchas: un libro como éste es necesariamente una
mismo mundo. En ese mundo conceptual, los seres humanos se declaración de profunda gratitud y admiración por sus vidas de
convierten en los portadores de relaciones sociales; las clases se con- rebelión 7. La tragedia es que estas rebeliones fueron atrapadas en
vierten en grupos definibles y definidos de personas: el dinero, el
capital, el interés, y otros, se convierten en las categorías clave de
fi Véase una excelente crítica del funcionalismo estructural que caracteriza a
una nueva economía política c:entrada en la comprensión de las un sefmento tan grande de la literat~~ marx~sta recient~ en Cl~rke (1~77 y 1991):
leyes del desarrollo capitalista. Este es el marxismo de la economía Por el hecho de vivir en Amenca Latma, me es imposible olVidar esto m
marxista, de la sociología marxista, de la filosofía marxista, de la siquiera por un instante. En este aspecto, he aprendido mucho de mis amigos y
ciencia política marxista, etcétera. Se olvida la crítica, y el marxismo colegas guatemaltecos Sergio Tischler y Carlos Figueroa.

176 177
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

una estructura organizativa y conceptual levantada sobre la base


del trabajo abstracto.
"
,

Parte VI.
Sin embargo, siempre ha habido un desbordamiento de la
lucha anticapitalista por pane del movimiento obrero, siempre ha
habido "otro movimiento obrero" (Roth, 1974). Las luchas en
La crisis
contra del capitalismo han sido siempre en-contra-y-más-allá del
movimiento obrero, pero en los últimos años el ir en-contra-y-
más-allá se ha vuelto cada vez más importante. A medida que el
del trabajo abstracto
trabajo abstracto es menos capaz de contener la fuerza del hacer
también el movimiento construido sobre el trabajo abstracto, el
movimiento obrero, es menos capaz de contener nuestra· cólera
contra el mundo existente. La crisis del trabajo abstracto es la cri-
sis del movimiento obrero.

178
r
'

~1
La abstracción no es sólo
un proceso del pasado,
sino también del presente
<tesis 23>

'

~~
Estamos encerrados, atrapados. Encerrados por el dinero, por la
violencia, atrapados por la lógica de la cohesión social del capi-
talismo,
1 Somos nosotros quienes creamos la prisión. Es el producto
del trabajo abstracto. El trabajo abstracto es el que realizamos
1 como resultado de "la transición al capitalismo", esos siglos de
l
lucha histórica que trajeron una transformación de la forma en la
. ,! que actúan y piensan los seres humanos .
1
El hecho de que construimos nuestra propia prisión es tanto
í una fuente de esperanza como de profunda depresión. El hecho
'
1 de que hagamos el mundo que nos mantiene atrapados significa
que podemos deshacerlo. Es por ello que fue tan importante para
1 Marx mostrar que los hechos en apariencia eternos de la vida
''
;::,! como el dinero, el capital o el Estado, son formas históricamente
:, l específicas de relaciones sociales, momentos de la forma en que
l se organiza nuestra actividad. Por el otro lado, si. construimos
'' nuestra propia prisión, entonces, es evidente que algo malo nos
sucede. Esta es quizá la causa de que la teoría crítica esté, a veces,
teñida de un profundo pesimismo: estamos tan profundamente
lisiados por el trabajo abstracto y todo lo que esto significa que
parece no haber en absoluto esperanzas de un cambio radical.
El enfoque sobre el trabajo abstracto es un gran salto adelante
comparado con la simple suposición de un trabajo unitario. Nos
permite ver que el enemigo es, en primer lugar, el trabajo abstrac-
to que crea el capital, en lugar de alguna fuerza exterior, y también
nos permite abrir un cuadro mucho más rico de la dominación
capitalista, como hemos visto. Pero la misma riqueza del cuadro nos
encierra: mientras investigamos este proceso de cómo se construye
la prisión, tomamos conciencia de su inmensa complejidad y poder.
El hecho de que nuestra actividad esté organizada de determinada

181
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway la crisis del trabajo abstracto

forma -el hecho de que nosotros llevemos a cabo el trabajo abs- En su núcleo fundamental. la acumulación originaria es un
tracto- crea un tejido complejo de identidad, sexualidad, tiempo- proceso histórico de escisión entre el productor y sus medios de
reloj, destrucción de la naturaleza, etcétera. El cambio de las rela- producción (Marx,l983: 893). Pero esta separación no es un pro-
ciones sociales no puede reducirse a cambiar la propiedad de ceso cerrado. Es algo que se repite cada dfa. Por un lado, existe
los medios de producción: significa una transformación de todos una lucha constante por extender el cercamiento de la propie-
los aspectos de nuestra vida. La complejidad de la dominación dad: pensemos en el agua, en los recursos genéticos, o en la pro-
parece abrumarnos. piedad intelectual, por ejemplo. Pensemos en la expulsión masi-
La única salida para este dilema es embestir contra el tiempo va y acelerada del campesinado de la tierra en todo el mundo, y
mismo. el gran crecimiento de las ciudades en los últimos cincuenta años2.
La historia que hemos narrado hasta ahora es el relato ortodoxo Sin embargo, no es sólo una cuestión de la creación de una nueva
de la acúinulación originaria. La transición histórica del feuda- propiedad privada, y no es que la acumulación originaria sólo sea
lismo al capitalismo creó una nueva organización de la actividad relevant~ en los márgenes del capitalismo3. La antigua propiedad,
humana como el trabajo abstracto, y esto trajo consigo una trans- establecida en el pasado, está también constantemente en cues-
formación del tiempo, de la sexualidad, de la persona, de todos los tión. Incluso la propiedad de la tierra cercada hace trescientos
aspectos de la vida. Este es un proceso del pasado que ha creado años está constituida sólo mediante un proceso de reiteración
una sociedad de identidad, una sociedad unidimensional, una constante, una separación o cercamiento constantemente renova-
sociedad dominada por el reloj. Las formas capitalistas de relacio- dos. La acumulación misma del capital, la acumulación de las
nes sociales no existirán necesariamente para siempre, pero, por ganancias, es un proceso constante de separación de los produc-
el momento, son las que nos gobiernan. tores respecto de su propio producto, y, en consecuencia, de los
Pero, si supusiésemos que no es así, si supusiésemos que el medios .de producci~n. La violencia real y amenazante que exigió
pasado no es el pasado, sino también el presente y que la acumu- produCir y :eproduCir la s~paración de los productores respecto
lación originaria no es sólo un proceso del pasado, sino también de los medios de producción es en la actualidad posiblemente
del presente ... Eso abriría la puerta a una política y a una teoría mucho mayor que lo que hubiera imaginado Marx. El cercamien-
muy diferente. to de la tierra y el respeto por la propiedad privada exige un enor-
La acumulación originaria es considerada comúnmente como me ejérci.to para su a.pl_icación. Si contamos no sólo a los guardias
un proceso pasado de lucha violenta para establecer las bases de segundad, la pohCia y el ejército, sino también a los jueces,
sociales del capitalismo. El mismo Marx (1983: 893) parece haber abogados, trabajadores sociales y maestros -por no mencionar a
pensado de esta forma al hablar de ella como "la prehistoria del l~~ padre~, entonces, una parte muy considerable de la pobla-
capital" y sugiriendo que el establecimiento violento inicial de Cion mundtal se ocupa -de la separación permanentemente reite-
las condiciones capitalistas da lugar luego a la "coerción sorda de rada de los trabajadoresrespecto de los medios de producción. La
"las relaciones económicas", y que ahora "sigue usándose, siempre, frase "coerción sorda de las relaciones económicas" no describe
la violencia directa, [ ... ] pero sólo excepcionalmente" (ibíd.: 922).
Sin embargo, no puede ser así. Hay, es obvio, cambios en la fonna mutación originaria de otra manera que considerándola como una transición, en
de la acumulación, pero parece equivocado sugerir que e·n algún mi opinión, interesa poco. Si de verdad no lo hizo, entonces, evidentemente
momento a la violencia directa de la acumulación originaria la debió haberlo hecho".
2 Sobre las consecuencias de esto véase Davis (2006).
sucede una nueva etapa y que la "coerción sorda de las relaciones
. 3 A veces, se_ ~rgumenta que todavía existe la acumulación originaria, pero
económicas" es suficiente para mantener el orden capitalista l. solo en la expans1on de la acumulación del capital en nuevas áreas, en otras pala-
bras. que en el capitalismo moderno hay una ~oexistencia entre la acumulación
1 Como Wemer Bonefeld (2009a: 77) dice en respuesm al argumento de normal y la acumulación originaria (véase De Angelis, 2007, especialmente el capí-
que Marx haya pensado en la acumulación originaria simplemente como la tran- tulo 10; y, de~de ot~ posición, _Harvey, 2007). Consideramos aquí que no puede
sición al capitalismo en el pasado: "Si Marx, en realidad, nunca se refirió a la acu- hacerse esa diferenCia (en el m1smo sentido véase Bonefeld, 2009b y 2009c).

182 183
.,.,
·¡
.•

Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway


La crisis del trabajo abstracto

de modo apropiado la naturaleza activa y constantemente cuestio- fundamentos del pensamiento fetichizado. Tomar la acumulación
nada de la apropiación capitalista4. originaria simplemente como un hecho histórico pasado es caer en
Lo mismo puede decirse no sólo de la acumulación originaria la visión real pero ilusoria de la historia producida por la misma
en su sentido estricto, sino también de todas las formas de relacio- acumulación originaria. Criticar la acumulación originaria es criti-
nes sociales que son momentos de la abstracción del trabajo.
car la temporalidad que ésta produce, criticar la separación de
Como dice Maree! Stoetzler (2007: 177-178), en un artículo sobre
constitución y existencia, la separación de pasado y presente. La
la creación de la separación entre las mujeres y los hombres: constitución del capitalismo no es un episodio cerrado en el pasa-
Cuando Hegel señaló que la lectura cotidiana de un peúódico
do: el capitalismo existe mediante su reconstitución constante.
específico constituía uno de los actos reiterativos que producen Se puede formular el mismo argumento -la insistencia en este
lo que parece haber estado siempre allí, lo mismo se puede decir punto se debe a que es el eje del libro- diciendo que las formas de
de los "plebiscitos cotidianos" de Renan y de los actos cotidianos las relaciones sociales deben ser comprendidas como formas-proce-
de "reiteración performativa" de Judith Butler que producen la sos. Todas las diferentes formas de relaciones sociales que hemos
(verdadera) ilusión del sexo. mencionado -el dinero, el Estado, el capital, la mercancía, el tiem-
po del reloj, la mujer, el hombre, y otras-- no son sólo formas que
Quizá puede decirse que la acumulación originaria es una rei- se establecieron en la transición al capitalismo, sino procesos de
teración performativa: de la misma forma en que la separación -y formación de relaciones sociales que están constantemente activos
de ese modo la definición- de los muchachos y muchachas es un y permanentemente en cuestión. El dinero no es sólo una forma
producto de una constante repetición, así también la separación establecida, sino un proceso de monetización de relaciones sociales
de las personas respecto de los medios de producción es el resul- que es constantemente repetido y permanentemente impugnado
tado de la reiteración cotidiana que constituye la propiedad pri- (por ejemplo, por quienes se apropian de las mercancías sin pagar
vada como tal. por ellas, sean éstos niños o ladrones). El Estado no está sólo ahí,
La abstracción del hacer en trabajo, entonces, no es sólo un sino que es un proceso permanente de estatificación, de canaliza-
proceso del pasado: es lucha presente, cotidiana, la lucha de la ción del conflicto social en determinadas formas, un proceso en
que depende la existencia del capital. constante cuestionamiento cuando quienes luchan tratan de man-
Lo mismo puede decirse con referencia a la constitución y la tener o desarrollar otras formas (véase Holloway, 1980, 2002 y
existencia. El fetichismo es la separación de constitución y existen- 2006). El hombre no es una forma establecida de las relaciones socia-
cia. Hacemos una mercancía y, una vez hecha, ésta adquiere una les, sino el resultado de prácticas constantem~nte repetidas, que
existencia independiente, niega el proceso de su propia constitu- también están permanentemente bajo ataque: todas las relaciones
ción. La camisa que compramos en una tienda no nos dice nada sociales son campos de batalla activos, antagonismos vivos.
acerca de cómo fue hecha. La separación de constitución y existen- La determinación por las formas, entonces, nunca es total:
cia es el establecimiento de una clara ruptura entre el pasado y el siempre es una lucha. La determinación de nuestras actividades
presente, central para la homogeneización del tiempo. Esto signifi- por las formas de las relaciones capitalistas no está dada, sino que
ca que dar por sentada la separación entre constitución y existen- es una batalla constante. En cualquier situación, la rebelión es siem-
cia es aceptar la homogeneización uel tiempo, es ubicamos en los pre una opción. El maestro siempre se puede rehusar a enseñar lo
que busca imponer el capital. El estudiante siempre puede criticar.
4 Hay un vívido debate sobre la importancia actual de la acumulación ori- El trabajador siempre puede negarse a obedecer. El soldado siem-
ginaria: véase los artículos originalmente publicados en internet en The pre puede rehusarse a matar. Es por eso que el capital invierte tanta
Cammoner, y con posterioridad compilados en Boneft::ld (2009a}, y también energía y recursos en tratar de asegurar que esto no suceda. Sin
Harvey (2007}. Es crucial comprender que la acumulación originaria en el pre- embargo, en definitiva, la decisión, y la responsabilidad, es nuestra:
sente no representa un aspecto marginal del capitalismo, sino simplemente la no como una decisión individual y libre, sino como parte de la
constitución y reconstitución constante del capital.
lucha por el futuro de la humanidad. La rebelión es siempre una
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway la crisis del trabajo abstracto

opción, pero, mucho más que eso, es una parte integral de la vida Elytis (1974: 42) en su poema "Axion Esti" (citado por Memos,
cotidiana. Es por eso que la existencia del capitalismo está basada 2009: 65). De forma similar, se puede decir del futuro posible que
en su constante reconstitución, la constante recreación de sus for- el mundo que todavía no es pero podría ser existe todavía-no
mas de relaciones sociales. co~o anticipación real en las luchas del pasado y del presente
Todas las formas de relaciones sociales son procesos: procesos (vease Bloch, 1980). La frase "las brujas existen" no es pura retó-
de lucha, antagonismos vivos. Nuestro hacer creativo existe en for- nca, smo la fuerza real de la memoria y del futuro posible en el
mas ajenas, formas que niegan su existencia. Como señala presente.
Richard Gunn (2005' 115 ), el decir que algo existe en la forma de El hacer-otro está reprimido pero no extinto. De acuerdo con
otra cosa significa que existe "en el modo de ser negado". la mitología irlandesa, cuando los milesios invadieron Irlanda
Comprender la forma como una forma-proceso es insistir en que los habitantes originarios, los tuatha dé danann, no fueron exter~
lo que existe en el modo de ser negado existe en una rebelión minados en su totalidad, sino que se refugiaron bajo tierra, donde
constan_te contra su propia negación: la relación entre el hacer y continuaron viviendo y haciendo magia. La victoria del trabajo
e 1 traba_] o abstracto es una relación de tensión y rebelión. abstracto no extinguió otras formas de conducta, sino que sim-
La cuestión no es nueva, ya que fue puesta en términos teoló- plemen_te las sepultó bajo tierra, donde siguen viviendo reprimi-
gicos por Juan Escoto Eriúgena, el teólogo heterodoxo del siglo IX das y en rebeldía. Lo que nos interesa es el retorno de lo reprimido,
naodo en Irlanda, quien argumentaba que dios había creado al que, de acuerdo con Marcuse (1983' 31), "da forma a la historia
hombre no sólo al comienzo de la historia humana, sino como un prohibida y subterránea de la civilización": no el pasado reprimi-
proceso constantemente repetido, que crea y recrea al hombre de do, smo lo que es Irredento en el pasado, la potencialidad de un
forma permanente. Esto hace abrir una enorme fragilidad en nues- futuro diferente7.
tras vidas: nuestra existencia, entonces, depende de un momento al Todas estas formulaciones apuntan a la existencia actual de
siguiente del proceso activo de la creación divina5. un otro la~. Si el din?ro es un proceso, entonces, es un proceso
Lo mismo podría reformularse en términos del valor de la de moneuzar algo, as1 como el Estado es un proceso de estatizar
memoria como verdad (Marcuse, 1983). La imposición del traba- algo, así como la acumulación originaria es la transformación
jo abstracto exigió siglos de luchas, a menudo, violentas. Las constantemente reiterada de algo. Detrás del dinero, del Estado,
luchas de las mujeres y los hombres que resistieron se encuentran del hombre, de la mujer, etcétera, hay algo oculto, un lado oscu-
en el pasado, pero también viven en el presente, como memoria. ro, invisible, un algo que está siendo procesado, que está siendo
La fuerza presente o la memoria como verdad, sea del individuo formado, algo que no ha sido -todavía- absorbido en su totalidad
o de la sociedad, "yace en la específica función de la memoria de en las formas capitalistas y no está monetizado en su totalidad ni
~:
preservar promesas y potencialidades que son traicionadas e estatizado ni mercantilizado ni sexualmente dimorfizado. Hay
inclusive proscriptas por el individuo maduro, civilizado, pero al~<:' que no encaja: nosotros mismos. Y el mismo hecho de que
que han sido satisfechas alguna vez en su tenue pasado y nunca enocamos estas formas significa que hay algo que existe más allá
son olvidadas por completo" (ihíd: 33). El psicoanálisis freudiano de ellas. Como escribe Ernst Bloch (1964, II: 113): "La alienación
nos enseña que a través de la memoria el pasado vive en el presen- no podría ser ni siquiera vista, y condenada de robar a los seres
te. En la esfera social ocurre lo mismo: las luchas irredentas del humanos su libertad y de privar al mundo de su alma, si no exis-
pasado, las promesas y potencialidades no cumplidas, son una tiera alguna indicación de su opuesto, de ese posible llegar-a-
fuerza presente6. "Teman a la ira de los muertos", dice Odysseus uno-mismo, ser-con-uno-mismo, contra el cual poder comparar
la alienación".
5 Podría decirse que este libro es doblemente eriugénico.
6 Sobre la fuerza presente y el pasado no redimido véase Benjamin, especial- 7 Sobre la persistente importancia del concepto Ue represión en el contex-
mente sus So/m! el concepto de la hiJtoria. Tesis y JmiJ"U!'ItlOS (2007); sobre la impor- to de los actuales debates, o sea, a pesar de los ataques estructuralistas y poses-
mncia de la memoria véase mmbién Tischler (2005) y Mammoros (2009). tructuralistas a este concepto véase Kastner (2006).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway
El hacer concreto desborda
Este otro lado no es mero potencial o posibilidad. El otro lado
el trabajo abstracto, existe en-contra-
es potencial, es una anticipación del mundo que podría existir, y-más-allá del trabajo abstracto
pero tratarlo como mera posibilidad nos deja peligrosamente flo-
tando en el aire, posterga una vez más la realización de ese poten- <tesis 24>
cial hacia algún futuro vago e indeterminado: Un potencial que
no sea un antagonismo vivo, una lucha viva, no vale nada. Todos
tenemos el potencial de convertimos en jugadores famosos de
básquetbol o en distinguidos neurocirujanos, pero si este poten-
cial no tiene expresión material se convierte en un sueño ilusorio.
Comprender la abstracción como un proceso presente significa
que el objeto de la abstracción existe no sólo como potencial, sino
como fuerza real en el presente. El trab<ljo abstracto domina. Es una forma de conducta y de in-
Es en este lado oscuro que estamos interesados, no sólo como terrelación establecida al comienzo del capitalismo. Es la base de
simple potencial, sino como fuerza .presente. Esto nos trae de un sistema de· cohesión social ind~ndiente de la voluntad hu-
regreso a nuestro punto de partida: el carácter dual del trabajo, mana que, una vez establecido, "adquiere un carácter necesario y
como trabajo abstracto y trabajo útil o concreto o como trabajo sistemático" (Pos tone, 2006: 212).
alienado y actividad vital consciente. A lo largo de este volumen El trabajo abstracto es la forma histórica en la que el hacer con-
nos hemos concentrado en el trabajo abstracto como la fuerza creto existe bajo el capitalismo. Como lo hemos visto, aun por los
que teje la telaraña de la dominación. Ahora es el momento de pocos autores que mencionan el carácter dual del trabajo, la rela-
incursionar en el otro aspecto: el trabajo útil o concreto, la activi- ción entre el trabajo abstracto y el concreto -o el hacer concreto-
dad vital consciente, el hacer concreto. Éste es el punto de infle- es universalmente considerada como no problemática: el trabajo
xión en la discusión. concreto es visto, de modo simple, como contenido al interior de la
forma del trabajo abstracto. El trabajo abstracto y el concreto, se
dice, son sencillamente dos aspectos del mismo proceso!.
Y, sin embargo, no puede ser así. Aunque nos quedemos solos
en nuestro argumento, no puede ser que haya una total subordi-
nación del trabajo concreto al trabajo abstracto. La experiencia y
la reflexión teórica nos dicen que esto no es y no puede ser así.
En lo esencial, la tensión entre el hacer concreto y el trabajo
abstracto es un hecho de la experiencia cotidiana. Si somos maes-
tros, sentimos la tensión entre enseñar bien y estimular la promo-
ción de los alumnos o producir la cantidad predeterminada de

1 Postone (2006: 207) afirma que la distinción "no hace referencia a dos tipos
distintos de trabajo, sino a dos aspectos del mismo trabajo en una sociedad deter~
minada por la mercancía". Con un argumento aún más sólido, Marx (1990: 21)
en los "Resultados del proceso inmediato de producción" dice: "Si consideramos
el proceso de producción desde dos puntos de vista diferentes, 1) como proceso eh
trabajo, 2) como fJTDCI!jo eh valarización, ello implica que aquél es tan sólo un proce~
so de trabajo único, indivisible". Sin embargo, la revolución es, precisamente, la
división de esta unión indivisible, la emancipación del proceso de trabajo respec-
to del proceso de valorización, del hacer respecto del trabajo abstracto.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway la crisis del trabajo abstracto

graduados. Si somos carpinteros, sentimos la tensión entre hacer cías venda su mercancía, debe haberla producido con niveles
una buena mesa y producir una mercancía que se venda. Si somos socialmente establecidos de eficiencia: el valor de la mercancía está
telefonistas en un caU-center, sentimos la tensión entre la posibili- determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario reque-
dad de tener una charla amistosa con alguien y las disciplinas del rido para producirla. Lo que crea al valor es "trabajo indiferencia-
trabajo, si trabajamos ~·n una cadena de montaje, sentimos el do, socialmente necesario, general, trabajo totalmente indiferente res-
impulso a otro-hacer como una frustración insoportable. pecto a todo contenido particular. Por lo cual [ ... ] alcanza una
En la primera parte de este volumen vimos que esta tensión expresión común a todas las mercancías, diferenciable sólo por la
lleva a mucha gente a negarse a subordinar su actividad a las cantidad", tal como lo dice Marx en los "Resultados del proceso
demandas del trabajo abstracto y a hallar formas de liberarse de inmediato de producción" (1990: 23). En otras palabras, la impo-
las demandas del dinero. sición del tiempo de trabajo socialmente necesario y la abstracción
Es verdad que en el capitalismo el hacer concreto existe en la del trabajo son una y la misma cosa. La abstracción, la determina-
forma del trabajo abstracto, pero la relación de la forma y el con- ción del trabajo por el dinero, significa en la práctica la necesidad
tenido no puede ser comprendida como una relación de simple de producir en el tiempo más corto posible. Esto significa una
identidad o contención. Como hemos visto previamente, las for- reestructuración constai). te del proceso de trabajo y un conflicto
mas de las relaciones capitalistas deben ser comprendidas como constante con el trabajo concreto, que no conoce esas restriccio-
formas-procesos: el trabajo abstracto es un proceso activo de con- nes del tiempo. El productor de mercancías individual vivirá este
figurar nuestra actividad, de abstraer el hacer concreto. Eso signi- conflicto como una contradicción entre los requerimientos del
fica que hay necesariamente una relación de no identidad entre mercado y sus hábitos establecidos. Donde los que producen la
ellos, una inadecuación, una tensión, una resistencia, un antago- mercancía son los asalariados, es obvio que el conflicto se conver-
nismo. El trabajo concreto y el trabajo abstracto pueden ser dos tirá en un conflicto abierto entre las exigencias del empleador y la
aspectos del mismo trabajo, pero son aspectos contradictorios y lucha de los trabajadores por hacer las cosas a su propio ritmo.
antagónicos. La abstracción, entonces, es inseparable del conflicto. Donde
El hacer concreto no está, y no puede estar, subordinado de el trabajo abstracto existe como trabajo asalariado, el conflicto
modo total al trab,Yo abstracto. Hay entre ellos una no identidad. toma la forma de un conflicto entre trabajadores y capitalistas.
El hacer no se adecua al trabajo abstracto sin un remanente. Marx ( ibíd.: 20) escribe:
Siempre hay un excedente, un desborde. Siempre hay un impulso
en diferentes direcciones. El impulso de la abstracción es el dine- Se trata del proceso de enajenación de su propio trabajo. Aquí el
ro: lo que importa es la validación social del trabajo mediante el ob~ero está desde un principio en un plano superior al del capi-
dinero. El impulso del trabajo concreto es hacia el hacer bien la tahsta, por cuanto este último ha echado raíces en ese proceso de
actividad, ya sea enseñar o fabricar un automóvil o diseñar una eiiajeuación y encuentra en él su satisfacció~t absoluta mientras
que por el contrariÓ el obrero, en su condición de vÍctima del
página web. Esto conlleva un impulso hacia la autodeterminación.
proceso, se halla de emrada en una situación de rebeldía y lo
El hacer algo bien significa tratar de ejercitar nuestro criterio con siente como un proceso de avasallamiento.
respecto a lo que está bien o está mal hecho. En la medida en que
reconocemos que nuestra actividad, como cualquier actividad, es La lucha es una lucha en contra del trabajo abstracto o alienado,
una actividad social, nuestro impulso hacia la autodeterminación y esta lucha proviene de quienes más sufren esta abstracción o
es en lo esencial un impulso hacia la autodeterminación social. El alienación.
trabajo abstracto significa un impulso hacia la determinación de Si la abstracción es un proceso conflictivo, entonces, su relación
nuestra actividad por el dinero, mientras que el trabajo útil conlle- con el hacer concreto no puede ser comprendida de otro modo
va un impulso hacia la autodeterminación social. que como antagónica. La rebelión contra la abstracción es un: "No,
Podemos pensar en el antagonismo en términos de tiempo de no haremos eso, no lo haremos de esa forma. Lo haremos en la
trabajo socialmente necesario. Para que el productor de mercan- forma que pensamos que es mejor. Haremos lo que queremos
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

hacer, lo que consideramos necesario o deseable". La rebelión en pa o desborda del proceso de abstracción. Cuando hacemos cosas
contra del trabajo abstracto es el hacer concreto en movimiento. que disfrutamos o consideramos importantes, cuando la pasamos
El hacer concreto, entonces, no está del todo subordinado al bien con quienes amamos, cuando nos relajamos y pensamos que
trabajo abstracto, como supone la mayor parte de la literatura. sí, que así debería ser la vida: todos éstos son momentos en que a
Está claro que existe en el trabajo abstracto: el trabajo abstracto es nuestro hacer no se lo abstrae de su cualidad ni del fin que nos
la forma en la que existe el hacer concreto en la sociedad capita- hemos trazado. Hay también muchísima gente en el mundo cuyo
lista. El hacer que está comprendido en cualquier tipo de produc- hacer no es convertido en trabajo abstracto, sea porque sus modos
ción está sometido directa o indirectamente a los requisitos o exi- de vivir establecidos no han sido -aún- trastocados por completo
gencias de tener que producir para el mercado: las exigencias de por la orgauización capitalista o porque simplemente no se ade-
la producción de valor. El aspecto cualitativo del trabajo está cuan a la estructura de la explotación capitalista4. Entre quienes
subordinado al cuantitativo. Lo que importa es que los trabajado- hau sido excluidos, o incluidos sólo de forma ocasional -y preca-
res no gasten más que el tiempo de trabajo socialmente necesario na- en la explotación y abstracción del trabajo, muchos tratan de
para producir las mercaucías. El aspecto cualitativo del trabajo modo reflexivo convertir su exclusión en el desarrollo de activida-
sólo cuenta como productividad, como la habilidad de los traba- des -a menudo, con una práctica colectiva- que consideran dese·
jadores para producir de modo eficiente2. Somos muy conscien- ables o importantes. Una cosa es criticar el sometimiento del
tes de esto, de todo el tiempo que dedicamos a las actividades que hacer útil al trabajo abstracto -como lo hace Marx-, y otra es
no determinamos, sea ajustando un perno en una cadena de suponer que no hay más hacer útil que el que ha sido subsumido
montaje, calificando exámenes o vendiendo hamburguesas. en su propia abstracción.
Pero el hacer existe también en rebelión en contra del tra- Esto no es lo mismo que decir que a todas estas actividades no
bajo abstracto: en cada rechazo de la autotidad ajena, en cada inten- las afecta el trabajo abstracto o que están de alguna mauera por
to por ganar el control sobre el proceso del trabajo, en cada Juera del proceso de abstracción (para una interpretación diferen-
intento por desarrollar actividades valiosas ya sea fuera de las te, cf. De Angelis, 2007). Todas son contradictorias, forman parte
horas de empleo o como una alternativa al empleo, a veces, tam- de una sociedad dominada por el capital. Seguramente es una
bién como explosiones de rechazo: carnavales, disturbios, rebelio- tentación el pensar que nuestros espacios-momentos de hacer-
nes. Hay una tensión constante: el hacer útil no es sólo dominado otro existen por fuera del capital, que cuando nos sentamos con
por su propia abstracción, sino que también está en constante nuestros amigos en el jardín, o bailamos toda la noche con quie-
rebelión contra ella. Esta tensión se manifiesta en las neurosis, en nes amarnos estamos viviendo por fuera del capital. Los espacios
las frustraciones y en las constantes luchas de todo trabajador que de otredad aparecen comQ diferencias más que como contradic-
trata de trabajar de modo creativo, o tan sólo desea hacer las cosas ciones. Sin embargo, esto es peligroso. El capital -el trabajo abs-
bien en contra de las restricciones del tiempo y del dinero3. tracto- es mucho más voraz de lo que podamos pensar, invadien-
El hacer es una figura sutil y sombría, pero existe, y no sólo en do cada aspecto de la mauera en la que actuamos y oensamos.
el trabajo -,bajo la forma del trabajo abstracto-, sino que existe en Nuestros espacios de otredad están siempre amenazado~. siempre
contra del trabajo y también más alÍá del trabajo (en nuestros sue- en peligro de ser eliminados por el movimiento del trabajo abstrac-
ños, en nuestras prácticas alternativas). La abstracción es un proce- to. Seamos conscientes o no, nuestro hacer-otro existe desafiando
so, constantemente repetido, pero mucho de lo que hacemos esca- los reclamos del dinero, en contra de la exigencia de que toda activi-
dad humaua debe convertirse en trabajo abstracto. Nuestros
2 Véase, por ejemplo, Postone (2006: 361.365), quien trata la relación entl-e el
4 Véase la reflexión de Federici (2004: 9) sobre su experiencia en Nigeria:
traba~o abstracto y el trabajo útil en términos de la cuestión de la productividad.
· Una opinión muy diferente es expresada por Negri (2003: 56): "en la sub- "También me di cuenta de lo limitada que es la victoria que ha logrado en este
sunción real totalitaria de la sociedad en el capital, esta relativa independencia planeta la disciplina labornl capitalista, y de cuánta gente aún considera sus vidas
(del valor de uso) ya no es más concebible". en forma totalmente antagónica a las exigencias de la producción capitalista'".

192 193
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
El hacer es la crisis
del trabajo abstracto
momentos o espacios de no subordinación son insubordinaciones,
desafíos. Las diferencias aparentes son contradicciones (véase
Bonnet, 2007). Esto es importante si queremos comprenderla uni-
<tesis 25>
da~ de nuestros abiga;rados deseos de vivir como queremos: la
umdad es negauva, anticapitalista.
~emos caracterizado la relación entre el hacer concreto y el
trabaJO ab~tracw como extática5. El hacer es el éxtasis del trabajo
abstracto: extas1s ~omo ek-stasis, es el estar por fuera del trabajo abs-
tracto al miSmo uempo que se existe en él, el estar afuera como
real y potencialotredad. Es muy cierto decir que el trabajo abs-
tracto y el trabaJo concreto -o el hacer- son aspectos del mismo
proc~~o, pero la relación entre los dos aspectos es extática, una
relacwn de contención-rebelión-y-desborde, una relación de estar Hay una lucha constante del hacer en-<:ontr:l.-y-más-allá del traba-
en-<:ontra-y-más-allá. Debemos tener cuidado de no dar una falsa jo abstracto. La pregunta es si estas luchas son sólo arrebatos
positividad al hacer útil, o de atribuirle un carácter esencial ahis- románticos condenados desde el principio a ser reabsorbidos en
tóric~: Existe como lucha, como la lucha por escapar de su abs- el imparable flujo del valor-trab,Yo-abstracta-<:apital. O si existe
traccion. Sus momentos de libertad son frecuentemente contra- alguna forma en que estas luchas, por más patéticas que puedan
dictorios y efimeros, como los castillos construidos en la arena a parecer a veces, constituyan la crisis del capital y los comienzos de
orillas del mar. La libertad no debería ser pensada en términos de una nueva sociedad.
auton~omías es~bles, sino más bien como la fuerza de lo que es
todaVIa-no, relampagos de un mundo que podria ser. Pero, a
pesar de lo efimeras que puedan ser estas huidas, sean las del tra- a) Hay una tensión constante entre el hacer y el trabajo abstracto
bajador de la cadena de montaje rasgueando su guitarra imagina-
ria, del profesor universitario soñando que puede hacer algo más Dice el refrán inglés que todos jalamos de la correa del amo en un
que formar a los funcionarios del trabajo abstracto o de los indí- intento de autodeterminar nuestro camino. En efecto, todo el
gena~ .de ~hiapas cr~ando y manteniendo por años sus propias úempo queremos desprendemos de la acúvidad ajena, sea tratan-
municipalidades autonomas, es decir, a pesar de lo efímeros que do de escapar de ella -por enfermedad, jubilación, huelgas,
puedan ser estos desbordes del hacer concreta<reativo, digamos ausentismo, y otras- o reconfigurándola en la medida en que
claramente que ahí es donde vivimos, ahí es donde estamos, ése podemos. El hacer es la fragilidad de la abstracción, una amena-
es el punto a partir del cual debemos pensar la posibilidad de za constante a la disciplina del trabajo. En este sentido, podemos
crear un mundo diferente. Estos desbordes son las grietas a partir hablar del hacer como la crisis permanente del capitalismo. La
de las cuales hemos comenzado. frustración es el núcleo fundamental del capitalismo, su contra-
dicción central, explosival.
Normalmente, esta frustración, este impulso del hacer contra
el trabajo es invisible. Es más evidente en las fuerzas que intentan

l La frustración remite a la contradicción entre lo que hacemos y lo que


podríamos hacer, entre nuestra realidad y nuestro potencial. Pero es crucial que se
5 En general, podemos decir, pensando en Marx, que la relación emre interprete esta contradicción como un antagonismo viviente. Divorciar la contra-
forma y contenido es una relación extática: la forma comiene y no contiene al dicción del antagonismo, como hace Postone (2006: 68, por ejemplo) es caer en
contenido. El contenido está por fue~y-más-allá de la forma, la desborda. la lógica del marxismo tradicional que él mismo critica.

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway la crisis del trabajo abstracto

con tenerlo. El conjunto de la administración empresarial está exigido para producir mis mercancías, intensificando el proceso
enfocada en contener la tensión, forzar a la energía del hacer de trabajo y también expulsando trabajo y reemplazándolo por
para que ceda bajo la disciplina del trabajo. La expansión del cré- maquinarias. La abstracción del hacer en trabajo es una constan-
dito en los últimos cincuenta años también contribuye en forma te vuelta de tuerca, una persistente desestabilización de la tensa
importante a mantener la frustración bajo control. También está relación entre el hacer y el trabajo.
la policía, los psiquiatras y psicólogos, los maestros y trabajadores La constante vuelta de tuerca del trabajo socialmente necesa-
sociales, y los padres: todo un mundo que nos dice que no hay rio intensifica la inadecuación social. A medida que el capital
alternativa al trabajo. Cuando terminamos la escuela, no se nos exige más y más, se hace cada vez más dificil adecuarse a sus exi-
indica que podemos elegir, que podemos dedicar nuestras vidas a gencias. La inadecuación intensificada se expresa en una doble
trabajar bajo el dictado del dinero, o bien a alguna actividad que, huida del trabajo. Desde la perspectiva del capital, el impulso
quizá junto a quienes nos rodean, elijamos como más grata o constante a reducir el tiempo de trabajo necesario lleva a la expul-
importante. La elección es invisible: simplemente, se nos dice que sión de lo.s ~bajadores del proceso de trabajo y a su reemplazo
ahora somos adultos y debemos ganarnos la vida trabajando. El por maqumana. Esto conduce a lo que Marx llama el crecimiento
trabajo abstracto se impone a través de la invisibilización del de la_ composición orgánica del capital, el incremento progresivo
hacer. El trab~o domina siendo unitario, presentándose como en la relación entre el gasto en maquinaria y el gasto en fuerza de
trabaj<Hin-altemativa, de modo que hasta hablar del carácter trabajo en el proceso de producción capitalista. El capital depende
dual del trab~o o del antagonismo entre el hacer y el trabajo del trabajo para su producción, pero constantemente huye de esa
sugiere una pizca de locura2. Y, sin embargo, está en el centro de dependencia reemplazando trabajo por maquinaria, reemplazan-
nuestras preocupaciones, todo el tiempo. do trabajo vivo por trabajo muerto. Huye de la dependencia, pero
n.~ escapa de ella, pues todavía depende del trabajo para la produc-
Clon de valor y de gananCia. Para el capital en su conjunto -aunque
b) La tensión entre el hacer y el trabajo es intrfnseca no de modo necesario para el capitalista individual-, la huida del
y crucial mente inestable trab~o conduce a una caída en la tasa general de ganancia, y esto
se traduce para el capitalista individual en una intensificación de la
La abstracción del hacer en trabajo es, como hemos visto, insepa- c.ompetencia y en un intento cada vez más frenético por reducir el
rable de la presión para producir mercancías en el tiempo de tra- Uempo de trab~o necesario a través de la intensificación del proce-
bajo socialmente necesario. Lo que determina que las mercancías so de trabaJO y del reemplazo del trabajo por maquinaria.
sean vendibles en el mercado es la cantidad de tiempo necesario Del otro lado también hay una huida del trab~o, pero, mien-
para producirlas. A través de la competencia se desarrolla una tras que la huida del capital respecto del trabajo es una huida hacia
presión constante para reducir ese tiempo necesario para produ- un vacío vertiginoso -porque no puede existir sin el trabajo--, del
cir mercancías. Si yo, como capitalista, puedo producir la mercan- lado de los trabajadores la huida del trabajo es una huida hacia el
cía más rápido que mi competidor, entonces, tendré mayores ·hacer. Esto puede ser voluntario, cuando los seres humanos tratan
ganancias. Si no me puedo mantener al nivel de mis competido- de escapar de las presiones del proceso de trabajo capitalista, o
res en cuanto al tiempo exigido para producir las mercancías, puede ser involuntario: quienes son expulsados del proceso de tra-
pronto iré a la quiebra. La actividad que producía valor hace cien ba.¡<>, o quien~ nunca son absorbidos en el empleo capitalista en
años, o incluso hace veinte o diez años, resultaría ahora con toda pnmer lugar, Uenen que hallar otras formas de supervivencia. A
probabilidad inútil para el capital, simplemente porque el signifi- menudo, esta lucha por sobrevivir conlleva un sometimiento aún
cado del trabajo abstracto ya no es el mismo. En consecuencia más directo al mercado -por ejemplo, la venta de chicles, globos,
estoy obligado a reducir de modo constante el tiempo de trabajo juguetes bajo los semáforos de las grandes ciudades-, pero también
genera estructuras de apoyo mutuo entre familias, comunidades o
2¡No es de extrañar que la tradición marxista haya preferido olvidar a Marx! grupos de amigos, y, en ese sentido, se transforma en un retirarse

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

del trabajo abstracto y en el crecimiento de un hacer socialmente do. A cambio de ello, los trabajadores reciben sueldos relativa-
autodeterminado. mente altos, son apoyados por políticas de pleno empleo y por el
La constan te intensificación que es inherente al trabajo abs- desarrollo del Estado benefactor, al menos en los países más ricos,
tracto úende a socavar su propia existencia. Hay una expulsión y lo que a su vez incrementa el consum~ y la reproducción de todo
repulsión progresiva: los trabajadores son expulsados y repelidos. el sistema de producción capitalista. Esta es la edad de oro de los
El trabajo -no sólo el capital- pasa a ser visto como enemigo, y las sindicatos, de la aparente reducción del antagonismo entre el tra-
personas, por elección o por necesidad, buscan formas diferentes bajo y el capital a rondas anuales de negociaciones salariales, y
de vivir, formas diferentes de organizar su actividad. El hacer con- de íntimas relaciones entre los sindicatos y los Estados. Es la
tenido en el trabajo, que el trabajo hace invisible, comienza a afir- edad de oro del movimiento obrero y de todo lo que hemos visto
marse. Se escinde el carácter unitario del trabajo. asociado con el trabajo abstracto (el pensamiento positivista, la
La dinámica del capitalismo es una doble huida del trabajo. Por sexualidad dimorfa dominada por el varón, la subordinación
el lado del capital, la huida sólo puede terminar en el trabajo y su indiscutida de la naturaleza al progreso, la interpretación del
intensificación. Por el lado de los trabajadores, la huida del trabajo cambio en términos de una totalidad identificada con el Estado,
abre perspectivas de un mundo diferente organizado sobre la base entre otros). Con el pleno empleo se cierra la jaula, se completa
de un hacer conscientemente díseñado. De ambas partes, la huida el dominio del trabajo abstracto y unitario: la actividad vital es el
del trabajo significa la crisis del capital, pues es el trabajo abstracto empleo, es el trabajo abstracto. No hay alternativas.
el que produce el valor, la sustancia de la ganancia capitalista, y es el Este tejido apretado y tenso se fractura en !9683 cuando una
trabajo abstracto el que suministra la cohesión social que mantiene generación ya no tan domesticada por la experiencia del fascismo
unido al capitalismo. Sin embargo, hay dos salidas de la crisis: la y de la guerra se levantó y dijo "no, no dedicaremos nuestras vidas
solución capitalista -intensificación y expulsión del trabajo- cava al dominio del dinero. No dedicaremos todos los días de nuestras
más hondo el pozo y prepara el camino para una crisis aún más pro- vidas al trabajo abstracto, haremos otra cosa en su lugar". La rebe-
funda la próxima vez, mientras que la solución anticapitalista sepa- lión en contra del capital se expresa abiertamente en lo que siem-
ra al hacer del trabajo abstracto y abre directa e inmediatamente las pre es y debe ser: una rebelión en contra del trabajo. Se evidencia
perspectivas de un mundo muy diferente. que no podemos pensar en la lucha de clases como el trabajo con-
tra el capital porque el trabajo está del mismo lado que el capital,
el trabajo produce el capital. Esto es lo que se expresó en las uni-
e) La crisis del capital es la escisión del carácter unitario del trabajo: versidades, en las fábricas, en las calles en !968. Esto es lo que
ésta es la crisis en la que estamos viviendo imposibilita que el capital aumente la tasa de explotación de tal
forma como para mantener su tasa de ganancia y sostener al for-
El momento culminante del trabajo abstracto fue el momento dismo. Es una rebelión que se dirige en contra de todos los aspec-
culminante del movimiento obrero. El período posterior a la tos de la abstracción del trabajo: no sólo de la alienación del traba-
Segunda Guerra Mundial se caracterizó por una rápida acumula- jO ~n sentido estricto, sino también de la fetichización del sexo, la
ción de capital, posibilitada por la derrota masiva de la clase obre- naturaleza, el tiempo, el espacio, y también en contra de las formas
ra a manos del fascismo y de la guerra, que permitió, a su vez, la de organización estadocéntricas, que son parte de esa fetichiza-
introducción generalizada de nuevos métodos de producción. ción. Hay una liberación, una emancipación: ahora es posible pen-
Éste es el período a menudo conocido como fordismo, caracteri- sar y hacer cosas que antes no eran posibles. La fuerza de la explo-
zado por fábricas masivas y técnicas de producción altamente sión, la fuerza de la lucha escinde y abre la categoría del trabajo
automatizadas en las que los trabajadores se convierten más que -abierta por Marx, pero cerrada en la práctica por la tradición
nunca en simples apéndices de la máquina, en posiciones en la marxista- y con ello todas las otras categorías del pensamiento.
cadena de montaje. Bajo el fordismo la abstracción del hacer es
empujada hasta sus límites: el trabajo es vaciado de todo significa- 3 O sea, alrededor de 1968, en muchas partes del mundo.

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L:
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway la crisis del trabajo abstracto

La escisión de la categoría del trabajo nos arroja a un nuevo central, pero ha cambiado y está cambiando. Ya no es más adecua-
mundo. Esto no es enteramente nuevo, por supuesto: el rechazo do pensar en ella corno en la lucha del trabajo contra el capital
del trabajo es una corriente que ya corria a lo largo de toda la his- (puesto que esta formulación deja el carácter unitario del trabajo
toria de la lucha anticapitalista4. Lo nuevo es la centralidad que intocable). Nos vernos forzados a aprender un nuevo lenguaje de
esto adquiere con la crisis del fordisrno. lucha con una nueva conceptualidad. Estamos, como lo dice
A primera vista, la crisis del trabajo5 parece ser una derrota Sergio Tischler, en la penumbra del umbral, luchando todavía
para nosotros. De modo inevitable, la crisis del trabajo abstracto por discernir con claridad las. nuevas pautas de lucha, por ver
es la crisis del movimiento construido sobre la base del trabajo nuestra senda hacia adelante. Esta es una época de dudas e incer-
abstracto: el movimiento obrero. Que existe una crisis del movi- tidumbres, de posibles aperturas a un nuevo mundo, o de su
miento obrero es algo que se ve claramente: la declinación del imposibilidad o negación. Preguntando es la única forma en la
movimiento sindical en todo el mundo, la erosión catastrófica de que podernos carninar6.
muchas de las conquistas materiales ganadas por el movimiento Los términos generales de la lucha se desprenden del análisis
obrero en el pasado; la desaparición virtual de los partidos social- de la crisis corno la crisis del trabajo abstracto, o sea la crisis de la
demócratas con un compromiso verdadero con una reforma abstracción del hacer en trabajo. Del lado capitalista, la resolución
social radical; el colapso de la Unión Soviética y de otros países de la crisis significa reencauzar el hacer en los parámetros del tra-
comunistas y la integración de China al capitalismo mundial; la bajo abstracto y contenerlo dentro de ellos. En su forma más sim-
derrota de los movimientos de liberación nacional en América ple, significa emplear y mantener la disciplina en el proceso labo-
Latina y en África; la crisis del marxismo en las universidades y, ral, en otras palabras, obligar a los seres humanos a realizar el
sobre todo, su crisis como teoria de lucha. trabajo abstracto. Para quienes no están empleados, esto significa
En general, esto es apreciado corno una derrota histórica para imponer una disciplina social que asegure que su actividad perma-
la clase obrera. Derrota histórica, sin dudas, pero, cabe preguntar- nezca dentro de la estructura general determinada por el trabajo
se: ¿derrota de qué? Una derrota para el movimiento obrero, para abstracto. Para el capital lo importante es sellar nuevamente el
el movimiento basado en el trabajo abstracto. Una derrota para un carácter unitario del trabajo, para mostrar que no hay alternativas
movimiento atrapado en las formas fetichizadas del trabajo abs- a la producción del valor, al trabajo para hacer dinero. No debe
tracto. Una derrota para la lucha del trabajo contra el capital. Y, haber escape del trabajo. En los países con un sistema de Estado
posiblemente, una apertura para la lucha del hacer contra el tra- benefactor, es crucial ajustar las reglas para asegurarse de que no
bajo-y-el-capital. Si éste fuese el caso, entonces, no sería una suministran refugios para quienes podrían querer hacer otra cosa
derrota para la lucha de clases, sino un cambio hacia un estadio co_n_ sus vidas. Lo mismo sucede en las universidades: no debe per-
más profundo de lucha de clases. tnttlrse que se transformen en lugares para relajarse o -incluso
La crisis del trabajo -y, en consecuencia, de la lucha del traba- peor- pensar. Es esencial ajustar el sistema educacional, acelerar el
jo contra el capital- nos precipita a un mundo con diferentes proceso de aprendizaje y, sobre todo, evaluar la productividad de
dimensiones. La lucha de clases continúa siendo central. Todavía los maestros y los estudiantes todo el tiempo, de modo que su acti-
estarnos en el capitalismo, en una sociedad dirigida por la búsque- vidad esté contenida dentro del trabajo abstracto (véase Harvie,
da de la ganancia y basada, en consecuencia, en la lucha constan- 2006; Cunningharne, 2009; De Angelis y HaiVie, 2009). El neolibe-
te por subordinar la actividad humana a las exigencias de la pro- ralismo, el posfordisrno, el posrnodernisrno son nombres dados a
ducción de la ganancia, y en la lucha contraria por liberar a la diferentes aspectos de esta lucha por subordinar el hacer humano
actividad humana de esta determinación. La lucha de clases es b,Yo el dominio del dinero, para restablecer la idea de que no hay
alternativa al trabajo, de que toda posible actividad humana está
4 Un tema particularmente desarrollado por la tradición anarquista.
5 Para una cuidadosa discusión sobre la crisis del trabajo desde diferentes
'*''', comprendida dentro del dominio del trabajo.

punros de vista véase Exner y orros (2005). ~ 6 Este libro aspira a ser parte de este proceso de preguntar.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

Ésta es una lucha prolongada y constante. N o es un nuevo miento del hacer-en-contra-del-trabajo. Algo similar sucede con el
patrón estable de dominación, aunque los términos mencionados desempleo: el crecimiento del desempleo significa enormes difi-
-neoliberalísmo, posfordismo, posmodernismo- puedan presen- cultades para millones y millones de personas; sin embargo, recla-
tarlo como tal. Un factor crucial en la lucha por reimponer al mar una vuelta al pleno empleo, como hace y se ve obligado a
trabajo es la expansión del crédito. El crédito crea un mundo de hacer el movimiento sindical, es reclamar un cerramiento del tra-
ficción, un mundo basado en las expectativas de la plusvalía futu- bajo unitario, proclamar que el empleo -al menos por el momen-
ra. Permite a los capitales individuales evitar que caigan en banca- to- es la única salida para la actividad humana, que el hacer debe
rrota y, en este sentido, suavizan el colapso de la jaula del pleno estar subordinado al trabajo abstracto. La alternativa, como lo
empleo, el trabajo abstracto. El mundo ficticio del crédito, así han hecho grupos radicales de desocupados en la Argentina y
pues, suaviza las asperezas de la disciplina del trabajo abstracto, otros lugares, desbordando la lucha de los desempleados, es plan-
pero también las extiende y las profundiza. La empresa que está tear que no queremos volver al empleo y la explotación que éste
pesadamente endeudada busca con desesperación hacer más efi- significa~ que queremos remodelar nuestra propia actividad de
ciente el trabajo que está bajo sus órdenes. Y la persona endeuda- acuerdo con lo que consideramos deseable o necesario.
da está efectivamente atada a vender su fuerza de trabajo por Es difícil ver la salida, los caminos son difíciles de crear, pero
dinero para pagar la deuda. La expansión de la deuda crea una es evidente que la precariedad del trabajo en todos sus sen ti dos es
imagen de estabilidad, que es, al mismo tiempo y en su esencia, la cuestión crucial, que el futuro del mundo depende de la esci-
una situación inestable porque está basada en una expectativa sión y apertura del carácter unitario del trabajo.
que puede no ser realizada.
Si la lucha, desde el punto de vista del capital, es el intento
por impedir la posibilidad de una organización diferente de la d) la crisis del trabajo abstracto es la crisis de su teorfa
actividad humana, para sellar el carácter unitario del trabajo,
entonces, la lucha en contra del capital debe ser para abrir la esci- Inevitablemente, la crisis del trabajo abstracto es la crisis de la teo-
sión, para romper el cemento que mantiene aprisionada la activi- ría que se basa en la lucha del trabajo contra el capital. El marxis-
dad humana, para hacer todo lo que podamos para materializar mo ortodoxo, es decir, ese marxismo que se basa en un concepto
la posibilidad de un hacer diferente. unitario del trabajo -con todo lo que ello significa-, se ha distan-
En e 1 centro de este proceso está la precariedad del trabajo. ciado cada vez más del movimiento de la lucha anticapitalista y ha
En todo el mundo ha declinado la estabilidad relativa del empleo sido ampliamente criticado no sólo por sus oponentes burgueses
que, para muchos, caracterizó al período fordista. Las concesio- de siempre, sino por quienes cuestionan su relevancia en la lucha
nes ganadas por la lucha sindical han sido desmanteladas en todo contemporánea.
el mundo por una nueva legislación laboral. El empleo se ha vuel- La crisis de la vieja teoria es la apertura de un nuevo y rico fer-
to mucho más precario, es mucho más probable que se base en mento teórico, una multiplicidad de intentos por teorizar nuestras
contratos a corto plazo y horarios variables. Esto significa dificul- luchas y por pensar cómo demonios podemos salir del desastre en
tades materiales y emocionales considerables para millones de el que estamos metidos. Éste no es el lugar para revisar esas teorias,
personas. Y, sin embargo, si nos concentram?s sólo en el su~ri­ pero hay tres corrientes en particular que son importantes y que
miento que conlleva todo esto, perdemos de VISta lo que es obVIo, nos pueden ayudar a clarificar el argumento que estamos desarro-
a saber, que la precariedad del trabajo es precisamente lo que su llando.
nombre sugiere: precariedad del capital, y del trabajo que crea En primer lugar, la crisis del trabajo abstracto y de su teoría se
capital. Los seres humanos son forzados a des.a~ollar otras formas refleja en la creciente influencia del anarquismo y de la teoria
de relaciones sociales y otras formas de actiVIdad como la base anarquista. A esto se lo puede considerar como un unuevo anar-
para la supervivencia. El sufrimiento intrínseco en la precariedad quismo" (Graeber, 2002) en el que la vieja y rígida hostilidad al
puede deslizarse -y se está deslizando- a su opuesto, a un crecí- marxismo ya no juega un papel relevante. Muchas de las formas

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway La crisis del trabajo abstracto

de acción que rompen con las tradiciones del movimiento obrero carácter dual del trabajo. Aquí es donde dejamos el anarquismo
provienen de una vertiente anarquista: "La noción misma de atrás y entramos en debates más relevantes para la tradición marxis-
acción directa, con su rechazo de una políúca que llame a los ta. Sin embargo, nuestro punto de parúda sigue siendo central y
gobiernos a modificar su comportamiento y en favor de una inter- nos hace nadar contra la corriente principal del pensamiento mar-
vención física contra el poder estatal de tal forma que esta acción xista. De modo que, si quisiéramos precisar en dónde encaja nues-
prefigure de suyo una altemaúva: todo ello surge directamente de tro argumento, en cuál de las tradiciones, la respuesta no podria ser
la tradición libertaria" (Graeber, 2002). La tradición anarquista es otra que: es fiel a su sujeto, o sea, no se adecua.
en esencia trascendental para el conjunto de la discusión sobre las Un segundo elemento en el nuevo fermento de la teoria ha sido
grietas, tema especialmente desarrollado en la segunda parte de una renovada conciencia de la cuesúón del carácter dual del trabajo
este volumen, y es probable que muchos de los autores citados en en las d1Scus1ones marxistas de los últimos años. Particularmente
está discusión se consideren como parte de esa tradición. Es más, importante en los debates actuales es el libro de Moishe Postone
podria decirse que mientras el marxismo ortodoxo, parúendo de (2006), Tiempo, trabajo y dominación socia~ en donde adelanta "una
un concepto unitario del trabajo, ha teorizado sobre la base de la reinte'J'retación de la teoría criúca de Marx" que está basada en
lucha del trabajo abstracto, la teoría anarquista se ha concentrado una cnttca del concepto transhistórico y unitario del trabajo que
más claramente en el hacer concreto, al menos en el sentido de carac~ a la tradició~ marxista. Es evidente, entonces, que la pre-
romper aquí y ahora con las restricciones del trabajo abstracto. ocupaclOn central del hbro de Postone está relacionada de forma
Entonces, ¿es el razonamiento presentado aquí un argumento íntima con las cuestiones centrales de la discusión que estamos
anarquista'? No importa, en parte, porque las viejas disúnciones desarrollando aquí. Precisamente, debido a que es un libro impor-
se han denumbado y, en todo caso, el eúquetado se contrapone al tante Y nguroso, es necesario explicar las diferencias en nuestros
pensamientoS. El enca.sillamiento es una expresión burda del pro- argumentos.
ceso de identificación y clasificación que, como hemos visto, es De nuevo, aquí se afirma la importancia central del punto de
generado por el trabajo abstracto. Pero, más en sustancia, el argu~ parúda. La principal diferencia entre el enfoque de Postone y el
mento que se presenta aquí va tanto contra la tradición anarquis- argumento de este libro puede ser vista con respecto a nuestro
ta como contra la marxista. De hecho, la críúca a la tradición punto de parúda9 . Postone (ibíd.: 44) comienza presentando su
anarquista y a la marxista está profundamente grabada en la conceptualización del capitalismo:
estructura de nuestro argumento. Partimos de los rechazos-y-cre-
aciones, de lo que no se adecua al sistema capitalista: ahí es donde en términos de una interdependencia social de carácter imperso-
el marxismo con su énfasis en el análisis de la dominación ha esta- nal Yaparentemente objetivo, históricamente específica. Este tipo
de interdependencia es fruto de las formas históricamente singu-
do débil y el anarquismo ha estado fuerte. No obstante, luego la lares de unas relaciones sociales constituidas por determinadas
reflexión sobre las luchas y sus problemas nos lleva a la cuestión p~cticas sociales y que, sin embargo, devienen cuasiindepen-
de la cohesión social y sus contradicciones: nos lleva al análisis del dl~ntes de la gente implicada en dichas prácticas.

7 A veces, se sugiere (véase Day, 2005: 157) que el argumento en mi Cambiar Comparto esa conceptualización, y, como Postone, veo el tra-
el mundo (2002, y también 2006) es, centralmente, un argumento anarquista que baj~ abstracto consútuyendo esa forma históricamente específica
carece de la delicadeza o la gentileza de citar las fuentes anarquistas. Mi respues- de mter~ependencia. La diferencia reside en el hecho de que
ta es que la etiqueta que se ponga a1 argumento no tiene importancia; al mismo nuestro hbro no comienza por la cuestión de cómo conceptualizar
tiempo, pido disrulpas por la mezquindad en mis referencias. Así como expliqué
en una anterior nota al pie que mis referencias a ejemplos concretos está teñida
9
por el hecho de que vivo en América Latina, mis citaciones sobre referencias teó- Reitter (2004: 16) defiende el mismo punto de vista en su crítica al libro
ricas están teñidas por el hecho de que he estado viviendo en el seno -o quizá de Postone: "Mi principal problema, sin embargo, es que el libro está escrito
en-contra-y-más-allá- de la teoría marxista durante muchos años. desde el punto de vista del denominado saber objetivo, científico, y no desde el
8 Bloch (1980, vol. m: capítulo xu) afirma: "Pensar significa traspasar". punto de vista de la rebelión ...

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway La crisis del trabajo abstracto

el capitalismo, sino por una tosca inadecuación, un grito, una deter- te el significado político de la naturaleza dual del trabajo. En su
minación de romper aquí y ahora con la forma históricamente espe- libro Una lectura política de El capital, dedica un capítulo al tema y
cífica de interdependencia. Esta inadecuación no es un preámbu- abre la cuestión de cómo "interpretar esta dicotomía entre el traba-
lo liviano para introducir una discusión teórica más consistente, jo útil y el trabajo abstracto en sentido político" ( Cleaver, 1985:
sino que ella es el mismo corazón de la teoría. Lo que buscamos 281). Él supone, sin embargo, que el trabajo útil está completamen-
no es comprender la interdependencia social, sino una teoría te subordinado al trabajo abstracto. Escribe Cleaver (ibíd.: 282):
sobre cómo romperla. Partiendo de esa inadecuación, la única
forma en que podemos entender las formas capitalistas de las rela- La eliminación del trabajo capitalista o trabajo abstracto sólo
ciones sociales -y en su centro, el trabajo abstracto- es como for- puede significar la eliminación del trabajo útil concreto, por cuan-
to ésta es una actividad impuesta como una forma de control social.
mas preñadas de su propia negación, formas que no contienen su
[ ... ]El trabajo útil en la industlia, ya sea del período de la manu-
contenido, sino que son constantemente desbordadas por éste. factura o del período de la maquinaria, siempre está moldeado por
Pos tone (2006: 68) distingue de forma neta entre contradicción y las necesidades del capital de controlar la clase. Dado que el tra-
antagonismo, mientras que el punto de partida de nuestro argu- bajo útil es en esta forma el productor de control y del valor de
mento hace imposible esa diferenciación. Para Postone, el trabajo uso, no puede ser "liberado". El trabajo útil debe ser aplastado en
concreto existe como contradicción dentro del trabajo abstracto, sus formas actuales para aplastar al valor mismo.
pero no como antagonismo viviente, mientras que aquí el hacer
concreto se presenta como un estrepitoso antagonismo desde el En un artículo posterior, Cleaver (1992) adjudica a la catego-
mismo comienzolO. Postone no comprende la relación extática ria de autovalorización algunas de las características que han sido
entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto, de modo que una conceptualizadas aquí en términos del movimiento del hacer en
vez más, la naturaleza dual del trabajo, que él con tanta razón contra del trabajo. La autovalorización, de acuerdo con Cleaver
subraya, se reduce en la práctica a un trabajo abstracto de carácter (ibíd.: 17-18), "indica un proceso de valorización que es autóno-
unilateral. En consecuencia, la perspectiva de una forma de activi- mo respecto de la valorización capitalista, un proceso que se auto-
dad más allá del trabajo abstracto se presenta constantemente define, se autodetermina y que va más allá de la mera resistencia a
como posibilidad en lugar de ser presentada como lucha presente. la valorización capitalista hasta un proyecto positivo de autoconsti-
Este último punto tiene importantes consecuencias políticas pues tución". Más adelante, en el mismo artículo (ibúl.: 23} menciona
nos lleva -una vez más- a una teoría del capitalismo divorciada de los numerosos "procesos de autovalorización o autoconstitución
la lucha actual. A pesar de la naturaleza radical de su critica al mar- que escapan al control del capital".
xismo tradicional, Postone reproduce la separación entre el capi- Es evidente que estamos hablando de -y tratando de com-
tal y la lucha de clases, uno de los rasgos característicos de esa tra- prenderlos- más o menos los mismos procesos de rebelión.
dición. Éste es un problema que también encontramos en la Cleaver prefiere conceptualizarlos como procesos de autovalori-
elaboración del Grupo Krisis, asimismo muy importante y con una zación, mientras que yo los considero como expresiones del anta-
perspectiva teórica similar. gonismo entre el hacer concreto y el trabajo abstracto. ¿Dónde
Una tercera corriente que se tiene que considerar en las recien- reside la diferencia? Ésta es una cuestión que concierne al conjun-
tes discusiones se centra en el concepto de autovalorización. El tér- to del argumento de este libro. Cuando ya existe un término esta-
mino ha sido acuñado por Toni Negri, pero es particularmente ins- blecido como el de autovalorización, ¿por qué dejarlo de lado
tructivo analizar la obra de Harry Cleaver ( 1985 y 1992). Es él para reafirmar, en cambio, el carácter dual del trabajo? ¿Por qué
quien, entre todos los comentaristas marxistas, trata explícitamen- insistir -contra todo el peso de la tradición- en que la relación
entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto debe ser conside-
10 Un aspecto del enfoque de Postone es que él comprende la dialéctica rada un antagonismo vivo?
como una interacción, más que como una dialéctica negativa y amagónica de la La cuestión central es la de la exterioridad entre el capital y
inadecuación. la lucha de clases. Hemos visto que el marxismo tradicional se

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

caracteriza por separar el capital y la lucha, y que la misma dife- sión, particularmente intensa, de ese antagonismo que penetra en
renciación -en última instancia, estructuralista- aparece en la todos lados, y del cual se separa por su cuenta y riesgo!<.
crítica de Postone a la tradición marxista. Cleaver -junto con
Negri y la tradición operaísta- enfocan la cuestión desde el otro
lado, debido a que ellos colocan la lucha en primer plano, pero e) La crisis del trabajo abstracto está abierta
las categorías mismas jamás son comprendidas como conceptua-
lizaciones de la luchall, de modo que la exterioridad permane- Hay quienes argumentan que la rebelión contra el trabajo ya se ha
cel2_ En esto, el rechazo de Cleaver a la naturaleza dual del tra- cerrado.
bajo como una relación antagónica y su defensa del concepto La interpretación autonomista u operaísta de las crisis de los
de autovalorización como "un proceso de valorización que es años sesenta y los setenta adjudica una importancia central a la
autónomo respecto a la valorización capitalista" es significativo. Y rebelión de los trabajadores contra el trabajo. Los trabajadores ya
continúa diciendo que "el rechazo del trabajo[ ... ] aparece como no estaban más preparados para aceptar la extrema alienación del
el fundamento necesario de la autovalorización" (1992: 17-18). trabajo que significaba la organización fordista de la producción.
Esta exterioridad importa simplemente porque separa la auto- Entonces el desbordamiento del movimiento obrero, siempre
valorización de la experiencia cotidiana del trabajo. Se convierte presente, se volvió torrencial. Más y más trabajadores tomaron la
en algo especial, más que en la experiencia rutinaria del hacer acción por fuera de los límites de los sindicatos y contra los sindi-
cotidiano en-<:ontra-y-más-allá del trabajo. Quizá el gran atractivo catos. Cada vez más, los o~etivos de las acciones no eran sólo para
y la fuerza y debilidad de la teoría autonomista u operaís ta es que negociar salarios más altos, sino en contra del trabajo como tal: el
es una teoría para activistas, una teoría del activismo, pero de un ausentismo y el sabotaje crecieron de forma significativa. El acti-
activismo separado de la experiencia de la vida cotidiana. vismo en las plantas automotrices de Italia, organizado y prepara-
Queremos llegar más allá de eso y fundamentar nuestra compren- do teóricamente por el operaísmo de los años sesenta y setenta fue
sión de la rebelión en la vida cotidiana Aquí argUJnentamos -con- el pico de un rechazo mucho más profundo no sólo del fordismo,
tra toda tradición- que el eje en torno al cual gira la comprensión sino del trabajo capitalistal5_
no sólo de la economía política, sino del antagonismo social es la Y entonces, ¿qué? Para algunos de los principales autores que
naturaleza dual del trabajo, y que esta naturaleza dual del trabajo se reconocen en el movimiento operaísta -hoy con frecuencia
es el antagonismo intrínseco y constante del hacer y el vivir dia- mencionado como posoperaísta- la crisis del fordismo ha sido
rios. En forma muy simple, la vida es el antagonismo entre el superada y se ha establecido un nuevo patrón posfordista de
hacer y el trabajo abstractol3. Y el activismo es una mera expre- dominación. Así, por ejemplo, Virno (2003: 118) argumenta:

En las décadas de 1960 y 1970 se dio en Occidente una revolución derro-


11 Para una crítica de la tradición autonomista u operaísta véase Holloway tada. La primera revolución no insurrecciona! contra la pobreza y el atra-
(2002 y 2006). La corriente, a menudo, conocida como Marxismo abierto (véase so, más específicamente, contra el modo de producción capitalista, por lo
los dos volúmenes bajo ese título: Bonnet y otros, 2005, y Bonefeld y otros, 2007; tanto, contra el trabajo asalariado[ ... ]. El posfordismo, es decir, el comu-
también los tres volúmenes originales de Bonefeld y otros: 1992a, 1992b y 1995) nismo del capital, es la respuesta a aquella revolución derrotada.
tiene como argumento central la interpretación de categorías como conceptua-
lizacíones de lucha social. Para recientes discwiones críticas sobre el Marxismo
abierto véase Altamira (2006), y Birkner y Foltin (2006).
12 Lo mismo puede decirse en gran parte en relación con la insistencia de 14 El propósito de este párrafo no es trazar líneas infranqueables o pegar eti-
De Angelis (2007) en que esas actividades y relaciones sociales deberían ser con- quetas, sino más bien estimular el debate y explicar por qué es central concen-
¡'
sideradas como estando por Juera del capital. trarse en el carácter dual del trabajo como la clave para repensar la teoría revo-
13 En otras palabras, la vida no debe ser tomada como una categoría trans- lucionaria.
histórica, como se lo hace a menudo. Para una crítica de esta noción como parte 15 Sobre el operaísmo en general véase Wright (2002), y Birkner y Foltin
de una critica más general de la tradición deleuziana véase Bonnet (2007). (2006).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway La crisis del trabajo abstracto

El posfordismo es la "superación de la sociedad del trabajo" tivo de la dominación. De este modo, las características mencio-
(Vimo, 2003: 106) en el capitalismo mismo, una sociedad en nadas por Virno son compatibles con la idea de la ~fábrica social"
donde la riqueza no se produce por el trabajo de los individuos, adelantada por Negri: la idea de que en el cap1tahsmo moderno
sino por la ciencia o el "general intellect" (ibíd.: 106), una socie- la disciplina de la fábrica ha sido extendida efecuvam.ent~ al con-
dad en la que "ya no hay nada que distinga al tiempo de trabajo junto de la sociedad (una idea desarrollada como cap~tahsmo
del resto de las actividades humanas" (ibíd.: 108) y ya no hay dife- mundial integrado" por Guattan y Negn, 199?, y como Imp_e~?
rencia alguna entre el tiempo de trabajo y el tiempo de no traba- en Ja obra de Hardt y Negri, 2001). La atracc10n de estos análisis
jo. En forma similar, "desde el punto de vista de qué cosa se hace y reside en el hecho de que señalan tendencias re~les y subrayan la
del cómo se hace no hay ninguna diferencia sustancial entre ocu- drástica naturaleza del actual desarrollo capitabsta. El problema
pación y desocupación. Podemos decir: la desocupación es traba- es que ellos cierran -o empuj.an a ~os m_árgen~s mismos- las posi-
jo no remunerado; el trabajo, pqr su parte, es desocupación bilidades del cambio revolucwnano. Dicho simplemente, la ten-
remunerada" (ibíd.: 108). La gran ola de insubordinación de los dencia del desarrollo actual es que la humanidad será aniquilada.
años sesenta y setenta ha modificado profundamente al capitalis- Al subrayar las tendencias de la dominación .. hay una c~ausura
mo (tanto que Vimo, ibíd.: 116, habla del posfordismo como "el más que apresu~da de la crisis. Se reconoce la 1mp~rtanc1~ de la
comunismo del capital"). "La obra maestra del capitalismo italia- crisis del fordismo, pero la atención se concentra de 1nmed1ato en
no ha sido haber transformado en recurso productivo precisa- la estructura de los nuevos patrones de la dominación que están
mente los comportamientos que, en un primer momento, se recién emergiendo. Ha colapsado una estructura, así que d7bei?.?s
manifestaban con la semblanza del conflicto radical" (ibíd.: 103). teorizar inmediatamente el nuevo paradigma de la dom1nacwn
La insubordinación, parecería haber sido sofocada; el hacer útil (posfordismo, imperio, posmodemismo, llámese. co';Ilo se quiera).
completamente subordinado al trabajo abstracto (aunque nunca El rey ha muerto, ¡viva el rey! Se enfauza la contmU1dad, la n¡ptu-
se explicita la diferencia en este análisis): la única posibilidad es ra se convierte en una _imposibilidad teórica (o en una pos1b1hdad
la fuga, el éxodo. externa, como siempre ha sido en la teoría leninista ortodoxa). La
Y el análisis, sin dudas, suscita cierto reconocimiento. Es cier- continuidad que se subraya es la continuidad de la estructura: hay
to que la adopción de los horarios flexibles y prácticas más infor- una reestructuración, pero la nueva estructura es tan cerrada
males es una práctica gerencial establecida en muchos lugares de como la anterior. El pensamiento estructuralista, que e~ uno de los
trabajo. Además, los adelantos en la tecnología de la información aspectos de la dominación del trabajo absrra:to, se exuen~e a ~a­
y el uso de los equipos portátiles han hecho que trabajar desde el vés de la crisis del trabajo abstracto para reahnnar la dom1nac10n
hogar sea mucho más común, de modo que la demarcación estric- absoluta del trabajo abstracto. Si "ya no hay nada más que distinga
ta del lugar y el tiempo de trabajo se ha vuelto más borrosa. Sin el trabajo del resto de las actividades humanas", entonces, el hacer
embargo, partir de esa observación para concluir que "ya no hay concreto queda totalmente absorbido dentro del tra_baJo ~bstracto
ninguna diferencia entre el tiempo de trabajo y el de no trabajo" y no hay posibilidad de que se dé un en..::ontra-y-mas-alla. Lo que
es con toda evidencia una exageración. Para la mayoría de la se pierde es la grieta, el éxtasis del hacer ~oncreto, el estar-fuera-y-
gente todavía hay una clara diferencia entre el tiempo de trabajo más-allá del hacer útil respecto del trabaJO abstracto, la apertura.
y el de no trabajo. En forma similar, aunque podría decirse que se Los teóricos posoperaístas y posestructuralistas extie.nden dentro
ha desdibujado la diferenciación entre el trabajo y otras activida- de Ja crisis del trabajo abstracto la prisión del pensamiento que era
des, decir que "ya no hay nada que distinga el trabajo del resto de parte de la dominación del trabajo abstracto. Tan pronto como el
las actividades humanas", sin lugar a dudas, no es cierto. Las afir- mundo se abre, ellos saltan para cerrarlo, no porque apoyen al
maciones podrían ser defendidas con relación a lo que Negri capital, sino porque es lo que se concluye de la interpretación que
llama "el método de la tendencia'', es decir, la idea de que el teóri- hacen del método científico.
co debería trazar tendencias en acontecimientos contemporáneos El método adoptado en nuestro libro es !~talmente diferente.
y trazarlas en un cuadro o paradigma coherente del patrón evolu- Como se explicó en la primera parte, es el metodo de la gneta, el

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

método de la crisis. Lo que se pregunta aquí no es cómo com- vos de racionalización del que se puede reabsorber con la expan-
prender los patrones de la dominación, sino cómo encontramos sión de los mercados. Como consecuencia lógica de la racionali-
la esperanza en la noche negra. ¿Cómo vemos la crisis donde zación, la robótica electrónica sustituye la energía humana y las
parece que no hay crisis? No para caer en un optimismo irreal, nuevas tecnologías de comunicación hacen el trabajo innecesa-
rio. Se arruinan sectores y ámbitos enteros de la constrUcción, la
sino para seguir las líneas de la posibilidad real. Entonces, cuan-
producción, el marketing, el almacenamiento, la distribución e
do partimos de una crisis manifiesta del trabajo como la de los incluso de la gestión. Por primera vez, el ídolo trabajo se somete
años setenta, no preguntamos cuál es el nuevo patrón de domina- involuntariamente a sí mismo a una estricta dieta permanente. Y
ción, sino que, por el contrario, indagamos de qué modo pode- con ella pone las bases de su propia muerte (Grupo Krisis, 2002,
mos seguir las líneas de continuidad de dicha crisis en el presen- sección 11).
te. ¿Cómo podemos desarrollar y completar el antagonismo entre
el hacer y el trabajo que se hizo visible de forma contundente en Como resultado de la crisis, "el capitalismo se está convirtien-
1968? do en un espectáculo global para minorias" ( ibíd., sección 11).
Un enfoque más cercano al que proponemos aquí, al menos En el análisis de este grupo, esta crisis del trabajo -manifesta-
en la parte que insiste sobre la continua centralidad de la crisis del da en el creciente desempleo estructural y también en la crisis de
trabajo, es el del Grupo Krisisl 6 . Ellos también ven la crisis del for- toda la estructura social y política asociada con la sociedad del tra-
dismo como una crisis del trabajo, pero como una crisis perma- bajo- no puede ser superada. La aparente recuperación es una
nente e insuperable: "Con la tercera revolución industrial de la simulación basada en la expansión del crédito: "El ídolo trabajo
microelectrónica, la sociedad del trabajo tropieza con su límite está clínicamente muerto, pero se le mantiene con respiración
histórico absoluto" (2002, sección 11). A esta crisis la consideran artificial gracias a la expansión aparentemente independiente de
el resultado inevitable de una contradicción fundamental: los mercados financieros" (ibíd., sección 13). Esta expansión ficti-
cia no puede ser mantenida para siempre porque está basada en
Era de prever que se llegaría antes o después a ese límite. Porque
el supuesto de una futura explotación que nunca tendrá lugar.
el sistema de producción de mercancías adolece desde su naci-
miento de una contradicción incurable. Por un lado, vive de chu- El análisis del grupo coincide con nuestro argumento sobre el
par energía humana en cantidades masivas mediante la dilapida- énfasis central puesto en concebir el trabajo como un elemento
ción de mano de obra en su maquinaria, cuanta más mejor. Por clave de la dominación capitalista y su insistencia en "la identidad
otro lado, la ley de la competitividad empresarial impone un cre- lógica de capital y trabajo como categorías sociales funcionales de
cimiento constante de la productividad, en la que la fuerza de tra- una forma fetiche común a la sociedad" ( ibíd., sección 15). La
bajo humana se sustituye con capital en forma de conocimientos diferencia reside en la completa ausencia de un análisis del carác-
científicos (Grupo Krisis, ibíd., sección 11). ter dual del trabajo, o sea, en no mencionar .-el hacer concreto
como existiendo en el antagonismo presente en-contra-y-más-allá
Como resultado de la revolución microelectrónica, del trabajo abstracto. El resultado es que la actividad emancipada
aparece sólo como una posibilidad futura vaciada de todo funda-
se desvanece el anterior mecanismo de compensación mediante mento real en la sociedad de hoyl7. Sin una concepción de la acti-
expa11sión. Aunque media11te la microelectró11ica también se aba- vidad emancipada como una lucha del presente, los miembros de
ratan, por supuesto, muchos productos y se crean otros nuevos
la sociedad del trabajo parecen los perros de Pavlov, de los que
(sobre todo en el ámbito de la comunicación); por primera vez,
el riuno de innovación de procesos supera el riuno de innovación sólo nos quedaría la esperanza de que de alguna manera puedan
de productos. Por primera vez, se elimina más trabajo por moti- romper su condicionamiento: "No podemos saber si lograremos
la liberación de esta existencia condicionada. Queda abierto si el
16 Para una presentación clarificadora de la argumentación del Grupo Krisis 17 El mismo problema que vimos en el análisis de Postone en la sección
sobre el trabajo abstracto véase Trenkle (2007). anterior.

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

oc~so del trabajo traerá consigo la superación de la locura del tra- llas se continúan dando en una enorme variedad de fonnas y de
baJO o el final de la civilización" (Grupo Krisis, 2002, sección 17). lugares. Ésta es la sustancia de las grietas en el orden capitalista.
Otra manera de puntualizar nuestra diferencia con el análisis La masiva expansión del crédito y de la deuda luego de los
del Grupo Krisis es evidenciar que ellos ven la crisis del trabajo años setenta creó una apariencia de resolución de la crisis del tra-
co~o un colapso que muestra la necesidad de la revolución, es bajo. Esta expansión del crédito facilita una reimposición real de
deCir, que no la conciben como siendo simultánea e inmediatamen- las disciplinas del trabajo, pero también crea un mundo que des-
te la irrupci?n potencial de una actividad diferente, de un hacer cansa sobre una base muy frágil. La aparente resolución de la cri-
humano _existente no sólo en, sino también en contra y más allá sis descansa sobre una apuesta, sobre la expectativa de la futura
del ~baJO. A pesar de su críti;a al marxismo ortodoxo por ser la producción de plusvalía. El peligro de hablar de esta aparente
teona del trabaJo, s1guen la log1ea de esa tradición al hacer una resolución como un nuevo paradigma de dominación (como lo
separación entre el capital y la lucha de clases, y de ahí, sucede lo hacen Hardt y Negri, 2001) es que le da una falsa solidez a lo que
n;1smo entre la crisis y la lucha. En_ esta lógica, la crisis del capital es una situación frágil y abierta. La fragilidad de la resolución se
sol~ puede presentar una oportunidad para el cambio revoludo- ha hecho evidente con la crisis financiera mundial que explotó en
?ano o apuntar a la necesidad del cambio revolucionario: el 2008. La mediación del crédito ha convertido lo que era abierta-
~n:~ulso por el cambio no es concebido como la sustancia de la mente una crisis del trabajo -en los años setenta- en lo que ahora
~ns1s. Ver el hacer -o el trabajo concreto- como la crisis del traba- aparece como una crisis financiera, pero la base de la crisis sigue
JO abstracto es ver el impulso por el cambio como el núcleo fun- siendo la misma: la debilidad de la abstracción del hacer en traba-
dam~ntal ~~ esa crisi~: la crisis, entonces, no es un colapso, sino jo, la dificultad de contener la actividad humana dentro de los
una 1rrupc1on po tenc1al. confines del trabajo abstracto .
. Frente a estos argumentos, es importante reiterar el razona- El hacer es la crisis del trabajo. Es importante no abandonar
miento que presentamos aquí. esta noción, porque el concepto de crisis como colapso no condu-
Existe un antagonismo permanente entre el trabajo abstracto ce a ningún lado, más allá de una desesperada conjunción de
Y el hacer, es decir, entre la abstracción del hacer en trabajo y el necesidad urgente y posibilidad vacía. Sólo si pensamos en la cri-
Impulso del hacer haCia la autodeterminación: esto es lo que sis como irrupción, como el movimiento del hacer en contra y_
remarca )l¡[arx cuand_o habla del carácter dual del trabajo. Hay más allá del trabajo, es que podemos abrir las perspectivas de un
una relac10n de tens10n constante entre los dos tipos de actividad, mundo diferente.
pero está oculta por la dominación del trabajo abstracto. El traba-
JO abstracto parece ser el único tipo posible de actividad: prevale-
ce un concepto unitario del trabajo. La abstracción del hacer en
trabajo -y el concepto unitario del trabajo- está constantemente
amenazada por la dinámica intrínseca de la abstracción misma, la
vuelta de tu~rca c?nstante que es i~herente al impulso del tiem-
po de trabaJO socialmente necesano. El carácter unitario de la
categoría del trabajo está escindido y abierto a una escala masiva
por las luchas de los años sesenta y setenta: hay un reconocimien-
to de lalu~ha de y por un_hacer alternativo en contra del trabajo.
Esta esc1s1.on de la categona del trabaJO abre toda la configuración
del trabaJo abstracto y todas las categorías que lo componen.
To~~s los fetiches revelan ser batallas entre un proceso de fetichi-
zacwn y un proceso de antifetichización: la sexualidad, el Estado,
la naturaleza, el dinero, la totalidad, el tiempo, y otros. Estas bata-

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. . . . . . . . . ._______________________________________________.. .
~w,_ ~----------------------------
La crisis del trabajo abstracto
La irrupción del hacer en contra
del trabajo nos arroja a un nuevo guerra. En las luchas particulares, siempre hay un exceso, un des-
mundo de lucha bordamiento. No hay nada inusual en la lucha contra el capitalis-
mo: la 1ucha anticapitalista nos rodea por todas partes. En todas
<tesis 26> estas luchas, el potencial del nosotros hacemos es lanzado contra el
statu quo, el mundo del esto es. Todas ellas tienen en común la idea
de que es posible un mundo diferente, y de que podemos detener
la aniquilación de la humanidad. Todas estas luchas son anticapita-
listas al menos en el sentido de que están dirigidas contra aspectos
particulares de la sociedad capitalista, pero la reificación general
de las relaciones sociales, a menudo, hace difícil ver qué es lo que
las une. La rebelión del hacer crea una nueva constelación de
Es evidente que el movimiento del hacer útil contra el trabajo abs- muchas luchas que a menudO no se reconocen entre sí como
tracto no puede ser reducido en ningún sentido estricto a meras parte de la misma constelación (véase Tischler, 2007a; Adorno,
luchas sobre el trabajo. Hemos visto que el trabajo abstracto estruc- 1986; Benjamin, 2007). Al insistir aquí en que el hilo conductor
tura cada aspecto de la sociedad capitalista, teje una prisión elabo- unificador es la abstracción del hacer en trabajo, el propósito no
rada y compleja de fetichismo, identidad, tiempo-reloj, sexualidad es crear una jerarquía de luchas o privilegiar una forma de lucha
dimorfa, separación de la naturaleza, etcétera. El trabajo abstracto sobre otras, sino profundizar las grietas, acercarlas entre sí, con-
nos presenta un mundo de estabilidad, un mundo de puntos de tribuir a su confluencia. Si la losa de hielo que es el capitalismo
referencias fijados en el que el dinero es el dinero, el Estado es el está siendo agrietada desde distintos lados, probablemente tiene
J;:stado, las mujeres son las mujeres y los hombres son los hombres. poco sentido decir "tú estás agrietando en el lugar equivocado;
Este es el mundo en el que vivimos: un mundo violento, opresivo, ven y agrieta aquí". Es mejor decir: "Todas estas grietas están tra-
falso, construido sobre la mentira de la identidad. tando de romper el mismo hielo, veamos si podemos trazar líneas
Atacar al trabajo abstracto es atacar a este mundo estable, es de conexión haciendo y reflexionando sobre nuestro hacer". En
tirar abajo los pilares que mantienen el techo sobre nuestras cabe~ lugar de decirle a todo el mundo por dónde deberían empezar las
zas. Atacar al trabajo abstracto es atacar al mundo del esto es y tra- luchas, es mejor reconocer la miríada de formas de lucha y buscar
tar de liberar el mundo -contenido y no contenido- del nosotros formas de conectarlas (no necesariamente unirlas, sino conectar-
hacemos. Esto significa abarcar un mundo vertigirioso en el que las, ayudar a que resuenen entre ellas)'.
todo está en cuestión, pero en este mundo, como dice Adorno Lo mismo puede decirse con referencia a la crítica. Marx,
(1986: 40), "el vértigo que da es intkx ven". Esto es emocionante y como hemos visto, insistía en la importancia de la critica ad homi-
estremecedor. nem o critica genética: la comprensión de los fenómenos buscan-
El capitalismo es un tejido complejo de dominación que es do qué es lo que los genera, o -lo que es lo mismo- el traer los
generado por la forma en la que está estructurada nuestra activi- fenómenos sociales de nuevo al hombre, o sea, a la organización de
dad como trabajo abstracto. Este tejido de dominación está cons- la actividad humana. De esta manera, él relaciona una y otra vez la
tantemente bajo ataque desde muchos ángulos diferentes. En las critica de la religión y la critica de la economía política: dios y el
fábricas y en las oficinas los trabajadores luchan por horarios más valor son ambos productos del trabajo abstracto, de personas cuya
cortos, por un menor sometimiento de sus vidas a la autoridad del actividad no está bajo su propio control. Lo mismo podria decirse
valor. Los activistas en política sexual no sólo luchan por los dere-
chos de las mujeres o de los gays, sino que cuestionan el conjun- 1 Consideremos la importante conclusión de Zibechi (2007: 53): "a 1a luz de
to conceptual de mujeres y hombres. Otros luchan con pasión para las principales luchas sociales de los últimos 15 años [ ... ] podemos decir que no
crear una diferente relación con las plantas y los animales, algu- sabemos cómo se produce y 5e generaliza un movimiento -1 más adelante agrega- orga--
nos luchan contra la pobreza o la discriminación, otros contra la niwr la rtbeldia es una contradicción".

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway La crisis del trabajo abstracto

del hombre, la mujer, la naturaleza, el tiempo-reloj. En otras pala- única regla de un lenguaje del hacer es romper las reglas. Quizá
bras, en cada caso estamos partiendo de una crítica social formu- sería mejor si pensáramos en una antigramática o, mejor, en rit-
lada en términos generales (no genéticos) -la naturaleza no es una mos o melodías. Aprender las melodías del nuevo lenguaje es un
cosa, el reloj es opresivo- y reformulando estas criticas genéticamen- proceso de explorar, preguntar, provocar, discutir4. Por supuesto,
te ("la naturaleza reificada y el reloj son las creaciones del traba- es el movimiento de la lucha el que crea las melodías, pero preci-
jo abstracto"). De aquí desprendemos estas críticas hacia una samente porque estamos en la penumbra de un umbral tratando
fuerza común generadora que, en efecto, podemos cambiar: la de ver nuestro camino hacia delante, la reflexión teórica tiene un
organización actual de la actividad humana como trabajo abs- papel importante que jugar. La modesta propuesta de este libro
tracto. Aunque sea sólo de modo provisional, trazamos líneas en es que el eje central de estas nuevas melodías de la lucha es la
la losa de hielo mostrando cómo están conectadas las diferentes rebelión del hacer contra el trabajo.
grietas. Gran parte de lo que se propone aquí, en particular la crítica
Hay algo más que una fuerza intelectual detrás de esta crítica. del trabajo abstracto, ya ha sido adelantado por la teoría crítica clá-
Detrás de todas las luchas mencionadas está el impulso contra el sica -la teoría de la Escuela de Frankfurt-, pero su crítica al capi-
trabajo abstracto. El impulso a hacer cosas en una forma diferen- talismo proviene de un punto de vista no explicitado. O más bien,
te, la fuerza de nuestro poder hacer cosas diferentemente. ellos tuvieron dificultades en reconocer su propio punto de vista.
Nuestro poder-hacer está pervertido bajo el capitalismo en un Lejos de ser la voz de intelectuales privilegiados -como decían
poder-sobre, el poder del capitalismo de decirnos qué hacer con Adorno y Horkheimer respecto de su propio trabajo-, el de ellos
nuestras vidas. Sin embargo, existe no sólo como poder-sobre, es la voz del hacer, la voz de la actividad vital consciente que toda-
sino también como impulso en-contr·a-y-más-allá del poder- vía no existe, que existe todavía no, como anticipaciones, en las
sobre (véase Holloway, 2002: en especial el capítulo 3). El impul- grietas5. La teoría crítica es teoría de la crisis: la teoría del hacer
so de nuestro poder-hacer dentro, en contra y más allá del poder- como la crisis del trabajo abstracto.
sobre es el movimiento del hacer dentro, en contra y más allá del En el centro de las nuevas melodías hay una contradicción.
trabajo abstracto. No la contradicción entre el trabajo y el capital, sino el conflicto
Se ha abierto un nuevo mundo de luchas. En su corazón se más profundo -lógica y existencialmente anterior- entre el hacer
halla la lucha en contra del trabajo, del trabajo capitalista, del tra- y el trabajo. Esta contradicción es un antagonismo social vivo,
bajo que produce capital. Escribo este párrafo al final de una palpitante, la lucha constante e inevitable que es la vida misma.
semana de manifestaciones en Grecia, en la que uno de los comu- La contradicción es lucha. Los conceptos son, inevitablemente,
nicados emitidos por los estudiantes decía: "En esta coyuntura his- conceptualizaciones del antagonismo social en el que vivimos y
tórica de crisis, cólera y rechazo a las instituciones en las que nos pensamos. Es por eso que iodos los conceptos tienen que ser
encontramos, lo único que puede convertir la desregulación siste- comprendidos como conceptos abiertos, conceptualizaciones de
mática en una revolución social es el total rechazo al trabajo"2. El un proceso de lucha abierto, no resuelto. La no identidad es la
giro de la lucha anticapitalista en contra del trabajo nos obliga a rebelión del hacer en contra del trabajo abstracto, es la lucha de
repensar las categorías de la lucha. Debemos aprender un nuevo clases.
lenguaje de anticapitalismo.
Es dificil pensar en este nuevo lenguaje como estructurado 4 Para una exploración interesante e imaginativa de las nuevas melodías
por una gramática3 , dado que la gramática conlleva reglas, y la véase Salinari (2007); sobre la epistemología emergente de la Otra campaña
zapalista véase Gómez Carpinteiro (2009).
!'i Una vez que entendemos la teoría crítica como la voz del hacer, y de ahí,
~ Para un análisis de las manifesradone~ en Grecia véase Memos (2009) v el hacer como el eje de la teoría crítica, el antiguo problema de la relación entre
Stavridis (2009). ' la teoría y la práctica -tan angustiosa en el caso de Adorno, por ejemplo-
3 En este aspecto difiero de Virno: véase su Gramática tk la multitud. Para un !-- comienza a resolverse por sí mismo. Sobre esta cuestión véase los ensayos de
análisis de las_fimnas de la vida cuntemparánea (2003). Holloway, Matamoros y Tischler (2007), y también Schwarzbóck (2008).

218 219
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway

Por el momento, trataremos de avanzar en la exploración de


estas nuevas melodías. Todos los elementos que hemos visto como Parte VIl.
dimensiones del trabajo abstracto entran en juego, pero nos con~
centraremos en ellos no de modo individual, sino en el contexto
de tres grandes temas que están íntimamente interrelacionados:
El hacer en contra
la particularidad, la subjeúvidad y el úempo.
del trabajo: las melodfas
de la revolución intersticial

220
• '

El hacer disuelve la totalidad,


la síntesis, el valor
<tesis 27>

a) El hacer fluye hacia afuera desde lo particular, en contra


y más allá

La autodeterminación fluye de nosotros hacia afuera. Preparo un


pastel porque disfruto haciéndolo o porque tengo hambre o por-
que quiero invitar a mis amigos. Les pido a mis hijos y algunos de
mis amigos que participen, y discutimos juntos qué sabor debería
tener el pastel. Decidimos que nos gustaría preparar un pastel con
harina orgánica, y uno de mis amigos afirma que tiene un amigo
que cultiva trigo orgánico y hace su propia harina, de modo que
deci~imos invitarlo para que se una a nosotros.
Este es el impulso hacia afuera del hacer hacia la autodetermi-
nación. No es una autodeterminación completa porque hay tantas
cosas que no controlamos, tantas formas en las que nuestro hacer
depende del hacer de otros de un modo que no determinamos: la
calidad del horno, la mantequilla, la sal, la fruta que usamos, y
demás. Ni siquiera tenemos la libertad para dedicar el tiempo que
deseamos para cocinar el pastel, porque por la mañana tendremos
que ir a trabajar para ganamos la vida. Nuestro impulso choca con-
tra las restricciones que fluyen de la totalidad de las relaciones
sociales, de la forma en que está organizada la sociedad.
Junto a algunos amigos, decido cultivar una huerta para que
podamos sembrar verduras, flores y árboles. Casi de inmediato
nos enfrentaremos con un obstáculo: no somos propietarios de
tierra alguna. Hay un terreno baldío en las cercanías, así que deci-
dimos ocuparlo y transformarlo en una huerta Un poco más
tarde se nos presenta un segundo obstáculo: la policía trata de
expulsarnos por la fuerza del terreno. Sin embargo, ya nos hemos
movilizado buscando el apoyo de nuestros vecinos y toda la comu-
nidad se vuelca a enfrentar a la policía.

223

-------------------------
-..-"'~
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

Disfruto leyendo a Marx, pero encuentro que El capital es un Disfruto leyendo a Hegel, Marx, Bloch y Adorno. Decido estu-
poco difícil de comprender. Junto a algunos amigos formamos diar filosofía en la universidad. Pronto me doy cuenta de que esos
un grupo de lectura y empezamos a leerlo juntos. Somos estudian- autores, generalmente, no están incluidos en los cursos de filosofía,
tes, algunos de economía, otros de filosofía, otros de sociología, y y que, aun cuando lo estén, tengo que leerlos en cierta forma y a un
queremos dedicar todo el tiempo necesario para leer El capitaL cierto ritmo. Mi estudio es evaluado por exámenes, que determi~
Pero enseguida nos encontramos con un obstáculo: Marx no está nan el contenido y la velocidad a la que debo trabajar para poder
incluido en nuestros cursos regulares, y las presiones de los estu- aprobar. Aquí también hay una reversión en el flujo de la determi-
dios nos dejan poco tiempo para otra cosa. nación: la actividad que al principio era parte de mi determinación
Junto a la gente de nuestra ciudad, tomamos el control del se convierte en un trabajo impuesto por una fuerza ajena.
suministro del agua y echamos a la compañía privada que había En el primer caso es claro que el valor se impone. El valor, la sín-
recibido una concesión de parte del Estado. El Estado envía al tesis social peculiar del capitalismo, lo que mantiene unida a la
ejército para reprimir nuestra acción, pero la solidaridad de los sociedad capitalista se impone sobre el cocinero de pasteles a través
habitantes de la ciudad es tan grande que logramos imponemos del mercado. En el segundo caso, el de las actividades no directa-
luego de varios días de enfrentamientos con las tropas. Tomamos mente sometidas al mercado, como estudiar filosofia, la misma sin~
todas nuestras decisiones en asambleas populares que abarcan a tesis social se impone de modo cada vez más directo mediante un
todos los que están participando en la lucha 1• proceso de constantes evaluaciones que imitan las operaciones del
En cada uno de estos casos hay un impulso hacia afuera que mercado. la imposición -directa o indirecta- del trabajo abstracto
va hacia la autodeterminación. En cada caso, el impulso se es apoyada donde sea necesario por la fuerza abierta, como en el
encuentra con obstáculos: falta de dinero, fuerzas armadas, falta caso de la huerta comunitaria o de la provisión de agua en nues-
de control sobre los ingredientes necesarios. Hay un flujo del tros <jemplos anteriores. En todos los ca5os hay una subordinación
hacer hacia la autodeterminación que se enfrenta con distintas --o intento de subordinación- de nuestra actividad a las reglas y rit-
manifestaciones de una totalidad que no controlamos. Tratamos mos de una totalidad social que ni nosotros ni nadie controla.
de encontrar formas de fluir alrededor, o de desplazarnos más Bajo el capitalismo, la abstracción del hacer en trabajo y la
allá de los obstáculos. socialización son indistinguibles. La abstracción es la formación
de una cohesión social o síntesis social de tal forma que el flujo de
la determinación se vuelve contra nosotros. Cuando nuestra acti~
b) El hacer revierte el flujo de la determinación vidad se socializa, perdemos control sobre ella y deviene más fuer-
te la imposición de un control ajeno. La abstracción--socialización
Ya hemos visto lo que la abstracción produce sobre el hacer. es la reversión del flujo de la determinación. la formación de la
Disfruto cocinando pasteles y decido ganarme la vida vendiéndo- totalidad social es, al mismo tiempo, la pérdida de la determina-
los. Pronto me doy cuenta de que el mercado está evaluando mis ción social. Ninguna "estructura formalmente democrática puede
pasteles, determinando el precio al que los puedo vender y, en alterar este hecho.
consecuencia, determinando la velocidad a la que debo trabajar La lucha del hacer es la lucha por mantener el impulso del
para sobrevivir. En algún momento hay un cambio en el flujo de flujo de la determinación.
la determinación. Al principio yo determino mi actividad; des-
pués de algún tiempo, me doy cuenta de que mi propia actividad
está siendo determinada por alguna fuerza ajena sobre la que no e) La totalidad no puede ser tomada desde arriba
tengo control.
El choque del flujo con el contraflujo de la determinación nos
1 Este ejemplo está inspirado en la "Guerra del agua" de 2000 en Cochabamba enfrenta con un dilema. El impulso desde abajo confronta obs-
(Bolivia). táculos que expresan la fuerza de la totalidad social. Esta misma

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

confrontación nos invita a pegar un salto, a tratar de controlar esa las distintas sociedades. Poner el foco sobre ta totalidad conduce a
totalidad. la concepción ilusoria del mundo como si éste estuviera compues-
Éste es el punto de vista del marxismo tradicional. El argu- to por una cantidad de totalidades estatales, cada una de las cuales
mento comunista tradicional presenta la alternativa al capitalismo organiza las relaciones sociales dentro de sus límites. De aquí pro-
no como una ruptura de la síntesis social, sino como la construc- viene la idea de que el mundo puede ser cambiado ganando el con-
ción de una síntesis social alternativa. Un tipo de totalidad debe trol de una totalidad estatal tras otra (un proceso al que, con fre-
ser reemplazada por otro, basado, por supuesto, no en el dinero cuencia, se lo relaciona con la "revolución permanente''). El
y el capital, sino en la planificación popular. La lucha se concen- fracaso inevitable de este método de cambiar el mundo radical-
tra en el derrocamiento de un sistema y su reemplazo por otro. La mente es, entonces, interpretado como una serie de traiciones,
perspectiva del movimiento obrero revolucionario es la de la tota- mientras que el verdadero fundamento del reiterado fracaso en
lidad~( E.o;to significa que el movimiento revolucionario requiere cambiar el mundo a través de la toma del poder es simplemente
de una organización que pueda adoptar el punto de vista de la que la síntesis social no reside donde parece residir. Esto se ha ido
totalidad: el partido. haciendo cada vez más obvio en los últimos años: mientras que
Esto no funciona, no puede funcionar. ¿Por qué? Porque la podría haber sido comprensible considerar al Estado como el cen-
abstracción, el movimiento que constituye la totalidad, proviene tro de la sociedad -¡cada Estado el centro de su sociedad!- un siglo
de ahajo y s?lo puede ser removido desde abajo. El flujo de la atrás, la actual globalización intensificada del capital ha puesto en
determmanon que provtene de la totalidad capitalista de las rela- evidencia que esto no es así. La ilusión de la totalidad-Estado se ha
ciones sociales está constituido por la forma en que nuestros hace- revelado en el movimiento histórico como una ilusión, tanto por las
res se relacionan entre sí. Es el hecho de que mi hacer se relacio- revoluciones fracasadas como por la creación de un tejido cada vez
na con tu hacer mediante el intercambio de nuestros productos más estrecho de las relaciones sociales globales.
como mercancías lo que crea la totalidad que no podemos con- Sin embargo, la perspectiva de la totalidad -junto a todos los
trolar. La totalidad que real y aparentemente se encuentra fuera otros fetiches- se regenera constantemente por la existencia del
de nosotros está constituida por la forma en que nosotros nos uni- trabajo abstracto. El Estado continúa ofreciéndose como el camino
mos con otras personas. Es esta forma en que nos relacionamos la al cambio, un espejismo de esperanza en un desierto de desespera-
que necesita ser cambiada, y esto no puede ser hecho desde el ción. Aun cuando el Estado sea descartado, aparece la nación
punto de vista de la totalidad. Sólo puede ser hecho desde abajo. como una categoría de la totalidad. "Debemos tener un programa
El salto desde el empuje ascendente de la lucha hacia arriba nacional, un plan nacional", se argumenta. Pero lo nacional es una
para llegar al punto de vista de la totalidad configura las formas de totalidad tan falsa como la del Estado, e incluso resulta muy difícil
organización y las formas de pensar. Desde el punto de vista orga- separarlo del Estado. Se puede, en verdad, concebir una lucha de
nizativo, la perspectiva de la totalidad tiende, en la práctica, a que la nación contra el Estado, pero aun así es evidente que las relacio-
nuestro enfoque se centre sobre el Estado. El Estado es, de hecho, nes sociales no están constiruidas en la esfera de la nación, y también
una totalidad falsa, ilusoria. No son los Estados los que constituyen que el concepto de nación está tan profundamente entretejido con
la síntesis social: más bien ellos protegen el proceso por el que se el de Estado que no es realista separarlos políticamente:\. Es mejor,
establece esa síntesis. Su existencia como una instancia distintiva, entonces, aceptar que lo nacional-y lo nacional popular- es irreme-
sin embargo, crea la ilusión de que es el Estado el que mantiene diablemente el terreno del capital, y asumir la crisis del trabajo abs-
unida a la sociedad o son los Estados los que mantienen unidas a tracto como la crisis de todas las totalidades y seudototalidades.
La totalidad está en crisis. La crisis del trabajo abstracto es tam-
bién la crisis de la síntesis social basada en el trabajo abstracto. Cada
:! Todavía, la voz más importante de esa tradición, Lukács (1970: 17) nos
dice: "Lo que distingue de modo decisivo al marxismo de la ciencia burguesa no
es el predominio de las motiv;:~ciones económicas en la explicación de la histo-
~ Véase la discusión sobre la nación y los zapatisms en REDaktion ( 1997).
ria, sino el punto de vista de la totalidad ...

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

vez más, en los últimos años, los moVImlentos anticapitalistas tía en los antiguos países del socialismo rea~ no hizo nada en abso-
están poniendo la cuestión del cambio radical en ~érminos ~e la luto por crear una sociedad autodeterrninada. De igual modo, la
confluencia no estructurada de luchas desde abaJO, el cammar idea de la autodeterminación nacional no tiene sentido: el problema
juntos de las luchas particulares. Este caminar juntos es ~to en tér- de la autodeterminación sólo puede ser comprendido en térmi-
minos de formas organizativas sin estructura formal y habttualmen- nos de la organización de nuestra actividad cotidiana.
te temporales, más que co~o una c_reación f~rmal y permanente de Para desenredar la abstracción del hacer en trabajo debemos
instituciones nacionales o InternaciOnales. Stn embargo, el concep- partir desde abajo. Contra la fuerza de la abstracción unificadora
to de la totalidad o la idea del cambio desde aniba siguen reapare- y opresiva, nos movemos desde muchos y muy diferentes puntos de
ciendo. Un argumento actualmente influyente, propuesto por_ los partida. El hacer concreto se da en una variedad infinita de formas
seguidores criticas de la revolución bolivariana en Venezuela (vease y de tamaños: es la abstracción la que impone su rigidez homoge-
Azzellini, 2010 y 2006), y, por ejemplo, en la Argentina por el Frente neizadora. Esto genera la impresión de que el nuestro es un movi-
Popular Darlo Santillán4, es la opinión ~e que debem~s pensar el miento de una multitud de diferencias, lo que ha conducido a
cambio radical como un proceso stmultaneo desde amba y desde algunos a abandonar toda idea de contradicción y de dialéctica.
abajo. Quienes proponen este razonamiento, por lo común, enfati- Esto es un error, porque lo que une las diferencias es el hecho de
zan la lucha desde abajo y, al mismo tiempo, argumentan que los que son todos movimientos-en-contra, en contra de la rigidez alie-
movimientos desde abajo no son suficientes y que, tal como lo advter- nada y alienante del trabajo abstracto: lo que une las diferencias
te Raúl Zibechi (2006: 26): "falta la ot.m mitad, su capacidad de tener es que son contradicciones, antagonismos (véase Bonnet, 2007).
una estrategia, de ser ejecutivos, de alcanzar el poder estatal para Sin lugar a dudas, el movimiento del hacer concreto es una explo-
realizar su programa"5. Este argumento es superficialmente atracti- sión de diferencias, de muchos diversos colores y de ahí el atrac-
vo debido a que parece unir las diferentes formas de lucha e':' una tivo indudable del concepto de multitud (véase Hardt y Negri,
alianza para cambiar la sociedad. Lo ~ue_ no examma sufict;~te­ 2004; Virno, 2003), pero es un movimiento en contra, un antago-
mente, sin embargo, es la naruraleza tnmnsecamente antagomca nismo vivo.
de la relación entre el desde arriha y el desde abajo. El movimiento En todo esto, el movimiento es decisivo porque toda inmovili-
desde abajo es el impulso desde lo particular hacia la au~determi­ dad, por más radical que pueda parecer ser al comienzo, es fácil-
nación; por el contrario, cualqwer desde arnba, _cualq':ue~ rep:e- mente reabsorbida por las relaciones capitalistas de dominación.
sentación de la totalidad en un mundo todavta capttabsta salo No se trata de argumentar a favor de la adopción de una micropo-
puede ser un impulso que se ~ue:e en ~a dirección opuesta, ur:'- lítica. Las insubordinaciones que se aislan o encierran por propia
contraflujo que, a pesar de lo bten mtencwnado que sea, desmoVI- decisión o por circunstancias ajenas, tienden a frustrarse, y la frus-
liza el impulso hacia la autodeterminación. tración conduce con facilidad al conflicto interno y la desintegra-
ción. Tienden a frustrase porque el hacer se mueve. Nuestro poder-
hacer tiene una dinámica, es un movimiento constante en contra y
d) Nos movemos desde lo particular, pero esto no significa más allá de lo que es. Es por eso que la realización de una utopía
una micropolftica -en el sentido de una comunidad modelo preplanificada- no fun-
cionaría: nuestra autorrealización como hacedores humanos signi-
El cambio desde aniba no puede desenredar la abstracción del fica el cambio creativo. La autodeterminación, aun en una socie-
hacer en trabajo que mantiene todo más allá de nuestro control. dad emancipada, no podria ser estática: no puede ser la
La constitución de un sistema de planificación estatal, como ex1s- determinación repetida infinitamente de "elegimos seguir siendo
los mismos" o, aun si cada día se tomara esa decisión, la autodeter-
4 Para una estimulante presentación de este argumento véase Mazzeo .<2007). minación requeriría que al menos cada día fuese puesta en cuestio-
5 Su argumento, en coincidencia con el que expresamos en este hbro, es namiento. Si el espacio autónomo no se mueve constantemente
contrario a esta opinión. más allá de sí mismo, entonces, se convierte en una prisión, en un

228 229
.,.
.

Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

control sobre el impulso hacia la creación. Nuestro punto de parti- nueva totalidad, sino una cambiante constelación o confedera-
da es la ruptura. Sin embargo, la ruptura no es estable, sino fugaz: ción de particularidades. No un comunismo, sino un comuniz.a,6.
su existencia como ruptura depende de su movimiento. Sin embargo, ¿qué decimos de cuestiones que parecen reque-
El poder del hacer es antisintético. Resiste al encierro, se rir una solución unificada a escala mundial, tales como el cambio
mueve contra el encierro, ya sea el encierro de un pequeño grupo climático o la eliminación de las armas nucleares? La inminencia
con intenciones radicales o el encierro del trabajo abstracto. de la catástrofe parece empujarnos hacia una concepción positi-
Partir de lo particular es eso: el rechazo del encierro. No significa va de la totalidad, alguna idea de que necesitamos un Estado
que nos quedamos en el ámbito de lo particular, más bien encar- mundial. Ciertamente, alguna forma de coordinación global seria
na un constante empujar hacia afuera, un constante impulso con- deseable en una sociedad poscapitalista. Pero las formas de coor-
tra el capital y contra todos los encierros, las rigideces, los fetiches dinación global que existen en el presente están tan ligadas al capi-
que apoyan al régimen del capital y frustran nuestro hacer. El tal y a la búsqueda de ganancia que ofrecen muy poca esperanza
movimiento del hacer es el movimiento crítico y práctico del anti- de solución. Es cada vez más evidente que toda solución al proble-
fetichismo, la recuperación de nuestro poder-hacer, nuestro ser- ma del cambio climático sólo puede provenir de un cambio radi-
capaces-de. Es un movimiento de grietas, no un movimiento de cal de la forma en que vivimos, y que el cambio no puede prove-
autonomías. El cambio no puede provenir de agregar las rebelio- nir de un Estad.o o de algún tipo de organismo mundial, sino sólo
nes separadas, sino sólo de su flujo, su confluencia, del movimien- del rechazo del trabajo abstracto, de asumir nuestra propia res-
to de las grietas que irrumpen con fuerza a lo largo de las venas ponsabilidad por la forma en que vivimos7.
ocultas de la furia. El desafío conceptual y organizacional es poner al mundo al
El impulso de nuestro poder-hacer hacia la autodetermina- revés y trasladar las luchas particulares hacia afuera, contra y más
1
ción no significa un impulso hacia la totalidad en el viejo sentido. 1.
allá: seguir el fh~o del hacer contra y más allá de su rigidizacíón
La totalidad encierra, y no hay razón para pensar el comunismo como trab~o. La lucha en contra del capital es necesariamente la
como el tejido particularmente apretado de relaciones sociales liberación del hacer de las cadenas de la abstracción. Allí donde
con que se lo ha asociado en el pasado. La globalización capitalis- la abstracción impone límites, vinculándonos al valor, el hacer es
ta es un tejido cada vez más apretado de relaciones sociales hecho in-finito, inacabado, un movimiento en contra y más allá de todos
por el trabajo abstracto, pero un mundo más allá del capitalis;no los límites.
no necesita caracterizarse por un tejido similarmente denso. Esta ¿Cómo se mueven las grietas? No lo sabemos. Cuando pensa-
es una de las críticas hechas con razón a los denominados Estados mos en cómo unir o propagar luchas particulares, se reafirma una
socialistas: que asociaron la idea del socialismo a un ~ustado teji- y otra vez la tendencia a totalizar: el impulso a formar una organi-
do de relaciones sociales que dejaba muy poco espacio para la zación regional, nacional o internacional para atraer todas las
determinación desde abajo: en este sentido, eran totalitarios. La luchas particulares y coordinarlas. Sin embargo, aunque esas
misma densidad del tejido de relaciones sociales -producción en organizaciones puedan se.r útiles en suministrar contactos, la
masa, planificación de la organización social detallada hasta u~ experiencia sugiere que no es mediante este tipo de organización
alto grado- es probablemente difícil de conciliar con la determi- como, de hecho, se unen las luchas: para que una lucha desborde
nación social efectiva desde abajo. La mayoría de las luchas anti- en otra o actúe como la chispa que enciende otro fuego, lo que se
capitalistas de los últimos años apunta hacia una integración más necesita es una cierta resonancia, y esas resonancias no siguen
informal de conexiones sociales, un mundo donde quepan muchos líneas formales organizacionales y, a menudo, son difíciles de
mundos, como dice la consigna zapatista. La configuración de este
mundo sólo puede ser el resultado de la lucha, pero hay que supo- !i Para un uso ligeramente diferente de este término véase Cal!, Anónimo
ner que se basaría en unidades de producción f~ndai?entalmen- !~.. (s.d.).
te pequeñas y con un alto grado de autonomta (vease ~steva, 11 7 Sobre el movimiento sobre e! cambio climático y la necesidad de la acción

__________:_:_:_g__).__U_n__m
__u_n_d_o__d---on_d_e__q_u_e_p_a_n__m
__u_c_h_o_s_·_m---un_d_o_s__n_o__s_e_r,_a__u_n_a....... .lll.~....- d.ir.ec-·I_a_v_é~_,_e_S_u_n_,b_'_"_"_(_2_0_0_7_). _______________ 231
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer es el movimiento
de la mu!ier abscondita contra
entender. Una grieta toca alguna falla estructural oculta y, enton-
ces, abre otra grieta y se extiende: esto no puede ser planificado y las máscaras.
comúnmente no puede ser previsto con ninguna exactitud. Es Somos la mulier abscondita
más, en el capitalismo hay una falla estructural central, una falla
que se manifiesta en las líneas contagiosas de la rebelión. La línea
de la falla central no corre a lo largo de líneas territoriales -como
<tesis 28>
pretende la teoría antiimperialista-, ni tampoco a lo largo de la
división entre el capital y el trabajo -como lo propone la teoría
tradicional-, sino a lo largo de la línea del antagonismo entre el
hacer y el trabajo. Pero ésta es una línea de fallas que no es fácil
de visibilizar y que es imposible de institucionalizar: es una línea
que hacemos andando. En el mundo deJ hacer-en-contra-del-tra- a) La latencia es la sustancia de la revolución
bajo no existen las certezas, y, si las hubiese, serían encierros que
habría que quebrar. Vivimos en las sombras, tras una máscara, nuestro hacer--en-con-
tra-y-más-allá-del-trabajo es invisible, no reconocido ni siquiera
por la teoría revolucionaria.
La máscara es la máscara del trabajo abstracto. La abstracción
del trabajo, hemos visto, es la abstracción del sujeto, la imposi-
ción de una máscara, la transformación de las mujeres y los hom-
bres en personificaciones. Los capitalistas se convierten en la per-
sonificación del capital, los trabajadores se convierten en las
personificaciones del trabajo. El ser humano, con toda su imprevi-
sible dimensionalidad, se reduce al hombre unidimensional, al
trabajador con conciencia tradeunionista, al portador de relacio-
nes sociales.
Esta imposición de la máscara es muy real. Es dolorosamente
evidente en el momento en que un presidente o primer ministro,
aunque haya comenzado como trabajador, indígena, negro o
mujer, asume la máscara del político, del estadista. Todos tende-
mos hacia la personificación de nuestros roles en la sociedad: el
profesor radical no menos que cualquier otro.
La máscara es una imagen teatral: el sometimiento de nues-
tro hacer al trabajo abstracto crea un teatro, un escenario en el
que los personajes se mueven en una intensa actividad.
Dirigimos nuestros ojos al escenario y vemos todo un complejo
de conflictos: entre obreros y capitalistas, entre mujeres y hom-
bres, entre gays y heterosexuales, entre otros. Estos conflictos
son reales, y también la compleja interacción de antagonismos
reales entre los diferentes personajes. Analizamos estos conflic-
tos, tratamos de comprenderlos en términos de los intereses
estructurales comprometidos y olvidamos. Olvidamos que lo que

233
232
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del traba10 y la revolución intersticial

estamos viendo es teatro, que estos personajes son sólo eso: per- inquietud interminable de la antiidentidad. En el interior del sal-
sonas obligadas a cu1nplir ciertos papeles. Olvidamos que hay un v~e-convertidcren-trabajador danza el salvaje-en-rebelión2.
conflicto más profundo, el conflicto que ere:;. al teatro, que obli- La posibilidad del cambio radical depende, no de la gente que
ga a las personas a ponerse sus máscaras. Esta es la lucha por asuma sus máscaras ~e que el proletariado asuma su papel revolu-
imponer la abstracción sobre el hacer cotidiano de stUetos activos, cionan~. sino por el contrario, de la distancia extática entre la
la lucha por subordinar el hacer concret? o creativo al trabajo abs- gente y las máscaras que ellas llevan, del hecho de que la gente exis-
tracto (y, en consecuencia, al capital). Esta no es una lucha que te no sólo en, sino también en contra y más allá de sus roles sociales.
haya concluido al amanecer del capitalismo, sino una lucha que se La latencia: ésa es la sustancia de la revolución (véase Bloch,
repite diariamente. La obra teatral no es una construcción del 1980),
siglo XV1II o XIX, sino una construcción de hoy, una muy frágil La latencia es un tema constante en la literatura sobre la revo-
construcción. Por detrás de la lucha sobre el escenario hay una lución y el sujeto revolucionario. Bajo las nociones identitarias del
lucha anterior: la lucha por no salir a escena, por no someter sujeto corre una corriente más oscura y más profunda. Los zapa-
nuestro hacer al trabajo abstracto, el deseo de los actores de listas usan el pasamontañas para llamar la atención sobre su invi-
arrojar sus máscaras aun estando en el escenario: la lucha, no de sibilidad. El de ellos es un movimiento de lo invisible e inaudible,
una identidad, sino contra la identificación. La revolución es de los sin rostro, sin voz. Son "los guardianes de la noche, los vigi-
una batalla no entre los personajes del escenario, sino entre los lantes de la sombra" (Subcomandante Marcos, 10 de abril de
actores y sus máscaras. 20063). La mayor Ana María, en su discurso en la "reunión
En otras palabras, no puede haber una identidad completa Intergaláctica" de 1996, describe al EZLN (1996) como:
entre los seres humanos y la posición estructural que ocupan en la
sociedad, no puede ser que las mujeres y los hombres sean ente- La voz que se arma para hacerse oír. El rostro que se esconde para
ramente subsumidos en sus máscaras. La sola idea del hombre mostrarse. El uombre que se calla para ser nombrado. La roja
unidimensional significa que existe alguien que no es unidimen- estrella que llama al hombre y al mundo para que escuchen, para
sional, alguien que puede criticar la unidimensionalidad. La pre- que vean, parn que nombren. El maii.ana que se cosecha en el
gunta, como siempre, es: ¿dónde está ese crítico? ¿Quién es? ¿Se ayer. Detrás de uuestro rostro negro. Detrá'i de nuestra voz arma-
da. Detrás de nuestro innombrable nombre. Detrás de los noso-
trata del intelectual privilegiado al que se refieren Adorno y
tros que ustedes ven. Detrás estamos ustedes4.
Horkheimerl? ¿O es el sustrato de los parias y los marginados,
como argumenta Marcuse (1993: 285) en El hombre unidimensiona[! También en el movimiento de las mujeres la cuestión de la invi-
La respuesta más sencilla es, seguramente, que somos nosotros sibilidad es central. Una parte importante de la lucha es contra la
mismos los críticos de nuestra propia unidimensionalidad.
~o somos tan unidimensionales como parecemos: detrás de
~Afirma Postone (2006: 230): "Al igual que la mercancía, el individuo cons-
nuestra unidimensionalidad aparece una crítica polifónica, poli- tituido en la sociedad c<tpitalista adquiere un carácter dual".
morfa. Detrás de -o contra-y-más-allá-la personificación del traba- 3 Disponible en: <www.narconews.com/lssue4I/articulol727.html>, [con-
jo abstracto se encuentra el hacedor, el audaz hacedor que baila. sultado el 02/0R/IOJ.
Debajo de la superficie de la dominación está hirviendo la rebe- 4 Otro extracto del mismo discurso nos dice: "Abajo, en las ciudades y en las
haciendas, nosotros no existíamm. Nuestras vidas valían menos que las máquinas
lión, Empujando en contra y más allá de la identidad, está la y los animales. Éramos como piedras, como plantas que hay en los caminos. No
teníamos palabra. No teníamos rostro. No teníamos nombre. No teníamos maña-
na. Nosotros no existíamos. Para el poder. ése que hoy se viste mundialmente
1 Escribe Horkheimer {1972: 237): "Bajo la.~ condiciones del Gtpit.'llismo tar- con el nombre de nenlihPmlismo, nosotros no contábamos, no producíamos, no
dío y la impotencia de los trabajadores ante el aparato opresivo del Esxado auto- compráhamo.~. uo vendíamos. Éramos un número inútil para las cuentas del
ritario, la verdad ha busc<tdo refugio entre pequeños grupos de hombres admi- gran capital". Un rema similar se hace eco en el movimienio de los indocumenta-
rables". Para Adorno (1986: 48), en la .~ociedad moderna "la crítica del privilegio dos de Francia y en los borrados de Eslovenia. Sobre estos últimos y las "políticas
se convierte en privilegio". intersticiales" en diferemes lllg<tres del mundo véase GregorCiC (2008).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

invisibilidad de la mujer; su invisibilidad en el pasado histórico y en ocultan la actividad humana y, sin embargo, son generadas por
la pr.íctica cotidiana del presente o, más aún, su visibilidad sólo como esta misma actividad humana. La crítica es crítica ad hominem,
o !?jetos del deseo de los hombres, pero no como sujeto, no como per- recuperación de la subjetividad creativa escondida de las persÜ"
sona. La rebelión es siempre rebelión contra la invisibilidad: no nas, o, dado que el sujeto al que se refiere la crítica es necesaria-
necesariamente contra la invisibilidad total, sino contra la invisibili- mente un sujeto oculto, deberíamos decir que es una crítica ad
dad como personas, como sujetos, como hacedores. De este modo, hominem absconditum.
hasta las rebeliones en las prisiones, donde los internados son alta- La teoría revolucionaria es parte de la lucha de lo que está
mente visibles, pero sólo como oqjetos, pueden ser vistas como oculto -el hacer- contra su propia invisibilidad. O quizá debería-
rebeliones contra su invisibilidad como personas5 • mos hablar de la latencia más que de una total invisibilidad. El
Marx (1983: 214), en El capita~ introduce la cuestión de la hacer es visible pero como ttabajo abstracto. Es la sustancia ocul-
clase en términos de invisibilidad. Para comprender la relación ta o latente del trabajo abstracto. Los hacedores también son visi-
entre "el poseedor de dinero y el poseedor de la fuerza de traba- bles, pero en la forma en que son visibles los actores sobre un
jo" como una relación antagónica de clase, "abandonamos, por escenario: como máscaras, como roles. El hacer y los hacedores
tanto, esa ruidosa esfera [de la circulación] instalada en la super- existen en la forma de algo diferente, es decir, en el "modo de ser
ficie y accesible a todos los ojos, para dirigirnos siguiéndoles los negados". Lo que vemos es su propia negación, así como en un
pasos hacia la oculta sede de la producción, en cuyo dintel puede actor sobre _ el escenario aparece su propia negación como perso-
leerse: Prohibida la entrada, salvo por negocios". Es a la oculta na, su representación como alguien que no es. Detrás de la más-
esfera de la producción donde debemos irpara "descubrir el mis- cara hay una fuerza latente, una amenaza, un potencial.
terio que envuelve la producción de la plusvalía". La latencia no es ausencia, pero, por supuesto, si algo está ocul-
En este caso, la invisibilidad se refiere al hecho de que lo que to o latente, entonces, no estamos .~bsolutamente seguros de que
sucede en la fábrica está oculto a la vista del público. Tenemos esté ahí. Construir sobre eso que está latente conlleva un elemento
que dejar la superficie de la sociedad para comprender la reali- de riesgo, un grado de incertidumbre inevitable: la rebelión siem-
dad de las relaciones de clase. Pero hay algo más que eso: todo el pre surge de lo invisible pero, precisamente porque es invisible, no
argumento de Marx, con su énfasis sobre la superficie, sobre la podemos ·conocer con seguridad la fuerza de la rebelión y ni
personificación y las máscaras nos señala constantemente un sustra- si quieta si ésta existe. Por el otro lado, insistir en algún tipo de cer-
to oculto. En una sociedad en la que las relaciones entre los hace- tidumbre mensurable simplemente excluiría lo latente de la consi-
dores son establecidas mediante el intercambio de mercancías, las deración y nos condenaría a un falso encierro en lo visible.
relaciones entre las personas se transforman en relaciones entre La latencia no es marginalización. Algunas veces, se supone
las cosas: las relaciones entre los productores existen en la forma que enfatizar la latencia de lo invisible es ver la lucha como si
de relaciones entre sus productos, y los productores mismos se proviniera de los márgenes invisibles de la sociedad6. Nuestro
vuelven invisibles o, más bien, aparecen como intercambiadores argumento es, exactam~nte, lo opuesto: lo invisible es la fuerza
de cosas, como agentes de la circulación, pero no como produc- creativa que está en el mismo centro de la sociedad. Lo latente es
tores y hacedores. Su subjetividad es invisible. Las personas como el hacer que existe en el modo de ser negado, en la forma del tra-
hacedores quedan enterradas bajo todo un edificio de formas bajo abstracto 7.
sociales construido sobre esta negación inicial del sujeto. A esto se
refiere Marx cuando habla de fetichismo.
La teoría, entonces, es el descubrimiento de lo que está ocul- 6 Sobre esta suposición véase, por ejemplo, Zibechi (2006 y 2007), y Palmer
(2000).
to. En otras palabras, la teoría es crítica, crítica de las formas que
7 Lo latente tiene su propio lenguaje: el lenguaje de la alegoría, de lo cifra-
do, el lenguaje de la poesía. Este es el lenguaje del todavía no, el de lo no idénti-
5 Sobre la cuestión de la subjetividad invisible y el movimiento piquetero en co: de ahí proviene frecuentemente la sugerente y dificil belleza de Bloch y
la Argentina véase Dinerstein (2009). Adorno.

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1' /.

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b) Detrás de la máscara se encuentra la mulier abscondita Aquí tenemos un problema con el lenguaje. No existe realmen-
te un nombre para la figura -o figuras- sutil y sombría tras la más-
¿Qué o quién está tras la máscara? ¿Qué o quién es lo que existe cara. Si la denominamos clase obrera esto es confuso, simplemente
en la forma de ser negado, como amenaza, como potencia? porque el ténnino no hace diferencia entre la máscara identitaria
Tras la máscara no hay un sujeto puro, el alma bella. El actor -una clase obrera definible- y la figura sutil y sombría antiidentita-
está dañado por el papel que desempeña. El rostro que ha sido ria en las sombras detrás de ella. Lo mismo podría decirse de cual-
som_endo a la fuerza por una máscara se oculta también porque quier otra máscara que se elija; mujeres, gays, negros u otros.
ha stdo desfigurado: arranca la máscara y hallarás un rostro defor- Nombrar es identificar, y lo que aquí nos concierne es lo que va
mado por la máscara y por su resentimiento hacia la máscaras. No en contra y más allá de la identidad. El movimiento de la antii-
hay un noble salvaje oculto bajo los quinientos años de discrimi- dentidad es, necesariamente, una revolución sin nombre9. Para
nación ~ opresión; no h~y una mujer perfecta en espera de.ser hablar de ella necesitamos algún tipo de nombre, pero tiene que
reconocida cuando se ehmine la dominación masculina, no hay ser un nombre que sugiera su propia inadecuación. Adorno
un hacer pur? oculto bajo el trabajo abstracto. Pero eso no signi- habla del movimiento de la no identidad, Bloch del todavía no:
fica que el Sujeto pueda ser reducido a la máscara. El hacer existe ambos son conceptos negativos, conceptos inquietos que apun-
en la forma del trabajo abstracto, pero existe, en consecuencia, tan en contra-y-más-allá.
como resentimiento-de, como tensión-contra, rebelión-contra el La dificultad de nombrar ha estado siempre presente en la
trabajo ~bstracto, co~o amenaza, como potencia: una figura sutil religión, como lo señala Bloch. Dios, como creador, es incognos-
y sombna, pero cruCial, extáticamente diferente de la forma en la cible y, propiamente, innombrable, un dios oculto, latente, deus
que ~xiste, diferente de la máscara que lleva. absconditus. Si decimos que no hay dios, hay dos posibilidades. O
.. Est~ es el problema ~eórico y práctico: esta figura sutil y som- bien decimos que si no hay dios tampoco hay nada incognoscible
bna, dtferen:e de ~a mascara y desfigurada por ella. El trabaja- ni innombrable y, entonces, todo puede ser identificado, se puede
dor no consnt~ye stmp~emente una posición estructural, un por- dar un nombre a todo. Pero, entonces, rompemos con la creación
tador de relaciOnes sociales, un vendedor de fuerza de trabajo. Si y ponemos en su lugar un mundo positivista, estructuralista y, en
l~ fuera~ la revolución sería impensable (o quizá tan aburrida que última instancia, recursivo. Éste es el mundo medido y finito del
tu valdna la pena pensar en ella). Pero tampoco es el héroe revo- trabajo abstracto, el mundo de las definiciones y clasificaciones.
luc~onario rompie..nd.o las cadenas que ha sido descrito por gene- La alternativa es plantear que si dios no existe, entonces, somos
rac¡?nes de romant1cos "realistas" socialistas. La respuesta de los únicos creadores, nosotros somos los que empujamos todo el
Len1n al problema fue romper el sujeto en dos: por un lado, el tiempo en contra-y-más-allá de lo que es, somos el impulso contra
trabajador limitado a una conciencia estructural tradeunionista· la identidad, la fuerza de la antiidentidad y en consecuencia
por el otro, el revolucionario como héroe portador de la verdade~ incognoscible, innombrable. La antropologiz;ción de la religión:
~_conciencia a los trabajadores. El problema con esta argumenta- el reemplazo de dios por los seres humanos, no significa que deus
cwn es que conlleva una relación autoritaria entre los líderes y las absconditus sea reemplazado. por una persona conocida o identifi-
masas con lo cual, simplemente, desplaza el problema del alma cable, sino más bien que el lugar del dios latente y oculto es toma-
bella hacia los dirigentes. ¿Cómo adquieren los líderes la verdade- do por un ser humano latente y oculto, homo absconditus (véase
ra conciencia?
¿Qué o quién es, entonces, esta figura sutil y sombría? ·Se ~ Vaneigem (1977: 117) escribe: "Transformar el mundo y reinvemar la vida
trata de una umca ' . figura (por ejemplo, la clase obrera) o ' de es la consigna efectiva de los movimientos insurrecciomdes. La reivindicación
que ningtín teórico ha crearlo puesto que es la única que fundamenta la creación
muchas (trabajadores, mujeres, gays, negros, indígenas)? política. La reYolución se realiza todos los días en contra de los revolucionarios
especializados, una revolucirin sin nombre, como todo lo que brota de lo vívido, pre-
!:1 De ahí la caracterización, pergeñada por Adorno, del individuo bajo el parando, en la clandestinidad cotidiana de los gestos y los sueños, su coherencia
capitalismo como "un sistema de cicatrices" (véotse Bonnet, 2007: 57). explosiva~.

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Bloch, 1980: vol. III, capítulo 53). La figura tras la máscara es, por reclama ser atemporalmente correcto, pero al hacerlo oculta un
supuesto, homo ahsconditus, el hombre oculto: oculto porque está verdadero cambio en la composición de género del sujeto. Hay
reprimido, oculto porque es creador, oculto porque está incom- un sentido en que el trabajador realmente es un él y la hacedora
pleto en su devenir. Éste es el hacedor, reprimido, no devenido, realmente es una ella, de este modo, cuando hablamos de la rebe-
in-finito, indefinible. lión del hacer contra el trabajo estamos hablando de un movi-
¿No debería ser la mulier ahscondita, la mujer oculta? Por miento real de ella contra éL Donde sea necesario usar el pronom-
supuesto. Por homose entiende claramente al hombreen sentido de bre, nos referiremos a los trabajadores como ellos y a las hacedoras
ser humano: es un caso en que el hombre abarca a la mujer, el él como ellas. Sin embargo, la misma división de las personas en dos
incluye a la ella. Pero, como todos hemos tomado conciencia en géneros claramente definidos es parte del proceso más general de
los últimos treinta años, ésta es una expresión lingüística de la identificación, un aspecto del mundo del trabajo abstracto. La sus-
supresión social de las mujeres. La subjetividad identitaria es una titución de un género por otro, en consecuencia, no es realmente
subjetividad dominada por los Var-ones; el sujeto identitario es la respuesta. Nuestra figura sutil y sombría, el sujeto antiidentita-
indudablemente un él con muchas de las características asociadas rio, es también un sujeto antigénero, un movimiento en<ontra-y-
a la masculinidad. La crisis del e1y las críticas a la subjetividad mas- más-allá de la división de la sociedad en dos géneros claros.
culina pueden ser consideradas como parte de una crisis más Marge Piercy, en su novela Mujeres en el límite del tiempo (1976).
general de la subjetividad identitaria y. en última instancia, de la usa el término per como un pronombre para representar el suje·
crisis del trabajo abstracto. El hacedor no es del mismo género to sin género, pero esto se refiere a una sociedad imaginaria en
que el trabajador. El hacer conlleva un concepto mucho más rico la que las divisiones de género están realmente superadas! O.
de la actividad humana, la actividad variada y multiforme tradi- Quizá, entonces, deberíamos decir que, simplemente, tras el él de
cionalmente asociada con las mUjeres, antes que la más estrecha la máscara, se encuentra una figura sutil y sombría que es ella,
y monotemática actividad típica de los hombres. Si debemos pero esta ella no es un género diferente, sino la crisis de la eidad
asignarle un género al hacedor, entonces, evidentemente, debe- con un él o una ella antepuestos, la crisis del dimorfismo sexual,
ríamos pensarla como una ella antes que como un él:. es la mulier la rebelión erótica de la perversidad polimórfica (véase Marcuse,
ahscondita. 1983)11.
Esto corresponde a un cambio real en la composición de la
lucha anticapitalista que ha sido señalado a menudo. Mientras
que el mundo tradicional del movimiento obrero, de los sindica- e) Nosotros, los esquizofrénicos y reprimidos, somos el sujeto
tos y de los partidos revolucionarios es evidente que está fuerte- revolucionario
mente dominado por los hombres, las mujeres juegan un papel
mucho más obvio en la nueva ola de luchas anticapitalistas: ya sea La figura sutil y sombría -la mulier abscondita- somos, sencillamen-
las luchas por el agua en las ciudades latinoamericanas, las luchas te, nosotros. Es un nosotros, debido a que el uso de la tercera per-
contra la destrucción de la·naturaleza, las luchas contra la guerra sona, ya sea él, ella o ellos, nos excluye, y escribimos y leemos no
o la luchas de la alterglobalización por otro mundo. Y es imposi- desde afuera del problema de cómo cambiar el mundo, sino
ble pasar por alto el papel del movimiento de las mujeres en la
apertura de una nueva concepción de lo que significa la lucha, las lO Los zapatistas han adoptado el ténnino "compañeroas" como fonna de
formas de organización, el concepto del tiempo y del cambio. tratar esta cuestión.
Pero ¿necesitamos asignar un género a nuestra figura sutil y ll Quizá esto tiene algo en común con el "comunismo gay" propugnado por
Mieli (1980), en el que el sujeto es liberado de las identidades de la heterose-
sombría? Para la exposición, es más fácil hacerlo así: esto no resol- xualidad y la homosexualidad, de la masculinidad y de la femineidad y el "obje-
vería el problema porque estamos hablando de la subjetividad tivo político del comunismo gay es la expansión general de la actitud gay, donde
humana, y él o ella (o el uso cada vez más generalizado de la arro- las palabras regresan a su significado más antiguo y más amplio: la felicidad"
ba) tampoco lo resuelven, porque esto sugiere un pronombre que (Soetzler, 2007, 169).

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

desde dentro de él. La tercera persona identifica, aun si es un ellos ~o somos una masa homogénea, lejos estamos de serlo.
vago, debido a que traza una línea definitoria que nos excluye12. Tampoco somos una multitud de diferencias. Somos más ?;ien la
Nosotros, por el otro lado, es abierto, es una preguntal 3. Nosotros rebelión del hacer contra el trabajo abstracto, la rebehon de
podemos ser un nosotros definitorio, identitario -nosotros los pro- la heterogeneidad contra la homogeneización, la rebelión de la
fesores universitarios, nosotros los irlandeses, nosotros los hom- diferencia contra la contradicción14, la rebelión del más-allá con-
bres-, pero no es necesariamente así: sin una calificación, el noso- tra y más allá del mero estar en contra. La abs~cción d~l hac~r. :n
tros es indefinido y abierto. Decir que nosotros somos el sujeto, la trabajo es su homogeneización: se logra medtante la tmpostcton
figura sutil y son1bría tras la máscara, es también decir que la teo- de la equivalencia sobre actividades no equivalentes. La lucha ~el
ría no puede ser separada de la práctica: el nosotros que leemos hacer contra el trabajo es una rebelión contra esta homogeneiza-
o escribimos este libro no estamos solamente reflexionando sobre ción, una aftrmación de la diferencia de nuestros haceres, un
cambiar el mundo, no estamos teorizando sobre eso como si intento de romper a través del antagonismo binario del capital y
pudiera ser algo separado de nosotros: nos guste o no, somos emancipar nuestros haceres de la abstracción imp~esta me~ia~te
parte del proceso, nuestra lectura o escritura es parte del movi- el dinero. La heterogeneidad no es una caractensttca ontologtca,
tniento. es más bien nuestra lucha contra la abstracción del trabajo y es
En inglés el término nosotros (we) no tiene género; no esta- central a esa lucha.
mos divididos de antemano en dos campos genéricos. El nosotros El heterogéneo empuje hacia el más allá no es un impulso
de la figura sutil y sombría, sin embargo, no es sólo sin género, que lleva de la socialidad al individualismo, no es un impulso m~s
sino antigénero, opuesto a las divisiones genéricas de la máscara. allá del flujo social del hacer, aunque pueda parecerlo. Es, mas
Y dado que el m un do dividido en géneros de la máscara es un bien, un impulso en contra y más allá de una forma particula: de
mundo dominado por uno de esos géneros, quizá lo que necesi- socialidad, en contra y más allá de la síntesis social del capttal,
tamos es un nosotras, con un acento femenino. En las lenguas en hacia una forma diferente de socialidad. Una forma que ya no
que el nosotros tiene una caracterización genérica -como el espa- sería una síntesis social, una socialidad que abriría en vez de
ñol con su nosotros y nosotras-, es evidente que nosotras es una cerrar: no, entonces, un plan central, sino un flujo social de entre-
mejor caracterización de la figura sutil y sombría, una nosotras lazamientos y de hilos sueltos. No hay razón por la que, e??
comprendida quizá no como afirmación de femineidad, sino nuestra capacidad social para suministrarnos los elementos basi-
como rebelión contra la masculinidad. cos para la vida -con el actual desarrollo de las fuerzas prod~~­
N os otros -las nosotras-hacedoras que estamos detrás la másca- tivas, para decirlo en un lenguaje más antiguo-, no podamos VIVIr
ra-del-trabajador- somos plurales: no en el sentido de un grupo muy felices con un entretejido social que tenga muchos elemen-
definido o colectividad, sino en el sentido de un flujo abierto. tos desordenados y terminales libres, actividades heterogéneas
Fluirnos dentro de ustedes (y de ellos): "detrás estamos ustedes", que no conduzcan en f~r~a obvia al~na .a u~ beneficio s~JCial
como lo dicen tan hermosamente los zapatistas. Fluimos unos en reconocible, o donde el umco benefiCio social dtrecto sea la liber-
otros porque nuestro hacer -todos nuestros haceres- forman tad de hacer cada uno lo suyo propio.
parte del flujo social del hacer, ése entretejido de haceres cons- Somos, inevitablemente, un nosotros autodividido, autoanta-
cientes o inconscientes, planificados o no, estrechamente entrela- gónico. Vivimos en una sociedad autoantagó~ic~,; una so~i~~~d
zados o con hilos sueltos, que constituyen nuestra socialidad. dividida en clases. Si considerásemos la contradtccwn o la drvtsiOn
central de esta sociedad como la contradicción entre el trabajo Y
1:::! La tercera per.5ona es, por cieno, una persona masculina cualquiera sea el capital, entonces, sería posible imagi~n~r la sociedad como divi-
s\1 gé11ero aparente, que es seguramente ],1 causa por la que la teoría feminista dida en dos grupos separados y antagomcos: la clase obrera y la
ha reafirmado con t.-1.nto énfasis b. primera persona.
13 Sohre la formación del nosotros véase Lewkowicz (2004: 216 ss. y capítu- 14 No tiene sentido hahlar de diferencia más que como una rebelión contra
lo 11). b contradicción: véase Bonnet (2007).

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

clase capitalista. El antagonismo social, entonces, seria exterior a sutil y sombría existe en ambos casos, pero con una diferente
cada uno de nosotros. Sin embargo, si decimos que el antagonis-- intensidad. La división de clase -el antagonismo entre el hacer y
mo entre el trabajo y el capital es sencillamente la expresión el trabajo abstracto- los atraviesa a ambos, pero de diferente
superficial de un conflicto más profundo, el que existe entre el fonnal5.
hacer concreto y el trabajo abstracto, se evidencia de inmediato De modo similar, se podría decir que, aunque muchos hom-
que el antagonismo social corre a través de cada uno de nosotros. bres se rebelen contra la división de género y la máscara masculi-
Todos y cada uno de nosotros somos, al mismo tiempo, hacedores na, las mujeres tienen más razones para hacerlo. Lo mismo suce-
y trabajadores abstractos (aunque no tengamos una relación de con el racismo: no se necesita ser negro para ser antirracista,
directa de empleo). Somos, todos y cada uno, las máscaras y la pero la intensidad de la reacción contra el racismo es probable-
figura sutil y sombría detrás de la máscara. Somos, todos y cada mente mayor. Así podemos seguir pensando en más casos.
uno, el él-hombre -¿o la ella-mujer?- de la máscara y la ella anti- ¿Significa esto, entonces, que deberíamos concebir a la sociedad
género de la figura sutil y sombría. Cuando decimos que el hacer capitalista como estructurada por todo un espectro de diferentes
existe como resentimiento-de, como tensión-contra, rebelión-en- conflictos, no sólo de clases, sino también todo tipo de conflictos
contra del trabajo abstracto, como amenaza, como potencia, est<r de carácter no clasista? En el nivel superficial -y real- de las más-
mos hablando de nuestro antagonismo interno: existimos como caras, así se da, por cierto, la situación: en esta esfera hay todo tipo
resentimiento-de, tensión-contra, rebelión-contra nosotros mis- de formas en las que se puede comprender el conflicto. Siempre
mos, como amenaza, como potencial. está, sin embargo, la cuestión anterior de qué es lo que genera las
Aquí no se parte del supuesto de que las personas son básica- máscaras, qué produce las diferentes identidades _que entran en
mente buenas: la figura oculta está desfigurada en cualquiera de conflicto, como varón o mujer, blanco o negro. Esto nos trae de
sus formas por la máscara impuesta por el capital. Nuestro argu- vuelta al antagonismo fundamental de la organización de nuestro
mento es más bien que en una sociedad basada en el antagonis- hacer entre el trabajo abstracto y el impulso -sutil y sombrío- hacia
mo de clases, estamos todos impregnados por este antagonismo, un hacer autodetenninado. Es la represión del hacer por el traba-
somos todos autocontradictorios, estarnos internamente partidos jo abstracto lo que genera al varón y la mujer, al blanco y el negro
por la lucha entre la reproducción de las relaciones capitalistas y como identidades, como máscaras conflictivas. No es que el conflic-
el impulso a-rehusar-y-crear. La lucha de clases significa tomar to de género, por ejemplo, deba ser agregado o sumado al con-
posición en este conflicto que existe tanto dentro como fuera de flicto de clase para entender la sociedad: más bien podemos decir
nosotros mismos. que el mismo concepto de una división binaria de gélleros entre
¿Queremos decir que no hay diferencias entre un capitalista y hombres y mujeres es el producto de la abstracción del hacer en
un trabajador? No. Ellos usan máscaras diferentes. ¿Y detrás de las trabajo. En este sentido, el conflicto entre el hacer y el trabajo es
máscaras? Detrás de las máscaras no hay un verdadero ser huma- anterior a otros conflictosl6.
no puro, sino, simplemente, una figura sutil y sombría desfigura- Somos los hacedores-contra-el-trabajo, el verdadero proleta-
da por -y en tensión con- la máscara. Allí donde la máscara sea riado. Somos los hacedores-contra-el-trabajo, las sombras-con-
cómoda, habrá poco incentivo para rebelarse contra ella: esto no tra-las-máscaras. Seamos trabajadores o capitalistas, mujeres u
significa que el dueño del capital se reduzca por entero a su más- hombres, negros o blancos, estamos autodivididos, autoantagóni-
cara, empero es improbable que se rebele con firmeza contra ella. cos, aunque la intensidad y la naturaleza del antagonismo difiere
Ciertamente, Engels, aunque era un capitalista, tomó la posición
de la lucha contra el capital, pero hay relativamente pocos ejem- 15 Véase el importante artículo de Gunn (2004).
plos de esto. Donde la máscara sea incómoda o insoportable, la 16 En este sentido, podemos decir que el conflicto de clase es anterior al de
fuerza de la rebelión contra ella será mucho más fuerte. Por eso género o racial, pero sólo si comprendemos al conflicto de clase como el conflic-
el trabajador tiene muchas más razones para rebelarse contra la to entre el hacer y el1rabajo, el conflicto sobre la clasificación de los hacedores
máscara que el capitalista La tensión entre la máscara y la figura como trabajadores. Véase Holloway (2002 y 2004).

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de acuerdo con el rol que rechazamos o aceptamos, o rechaza- un grito, una pregunta, una crisis, una amenaza, un potencial, un
mos-y-aceptamos. Somos frágiles, inestables, situacional o tempo- nosotros, un flujo. El hacer fluye: cualquier deftnición de éste será
ralmente esquizofrénicos. Adoptamos una personalidad en una una abstracción. La lucha contra las máscaras se mueve más rápi-
situación, otra en una situación diferente. En un momento somos do que el concepto: todo intento por f~arla dándole una defini-
un hacedor en rebelión contra el trabajo, en otro somos un traba- ción contribuye involuntariamente a su recaptura.
jador dócil y obediente. Esta mutabilidad, a menudo vista como Toda institucionalización de la lucha es problemática, simple-
una anormalidad o hasta como una traición al movimiento, en mente porque hay un t1ujo de la lucha que no respeta los lhnites
realidad es muy normal. El antagonismo entre el hacer y el traba- institucionales, aunque puede ser entorpecido por ellos. Esto no
jo está constantemente cambiando. Somos todos autoantagóni- es sólo un problema de organización partidaria. A veces tendemos
c?s, pero e_l ~ntagonismo no es estable en el tiempo: ciertas situa- a pensar que el rechazo al partido como una forma de organiza-
Ciones -la composición de las relaciones sociales que nos rodean- ción resuelve todos los problemas, pero muchos de éstos se repro-
ponen en evidencia uno u otro aspecto de este antagonismo. Así, ducen en la institucionalización de formas de lucha no partidarias.
el entrenamiento militar está diseñado para fortalecer la máscara La institucionalización busca dar un cierto curso a la lucha, pero
y suprimir todo tipo de impulso oculto hacia la humanidad, y el la lucha misma tiene una dinámic'! que no es fácil de canalizar.
ejército es una situación que fortalece este proceso. Lo mismo Tratamos de darle forma como la Otra campaña, por ejemplo, y la
puede decirse de la disciplina fabril y de la fábrica, y, más aún, de lucha surge en otras formas que no se adecuan a nuestros precon-
todo tipo de disciplina institucional y de cualquier institución. El ceptos institucionales. Las formas de la organización necesitan ser
partido también: el partido revolucionario crea situaciones o con- abiertas y flexibles para evitar crear identificaciones que entorpe-
textos en los que adoptamos un cierto rol o máscara y suprimimos cen el movimiento de la lucha. La única forma en que podemos
nuestro impulso hacia el hacer creativo. (Este papel. esta máscara fortalecer la subversión es constantemente subvirtiéndolal8.
del militante o del revolucionario profesional está en crisis Somos reprimidos. La figura sutil y sombría detrás de la másca-
ahora.) ra es una figura reprimida. Nuestro punto de partida, nuestro eje
¿Esto signiftca que toda forma de institucionalización crea un en torno al cual gira la relación entre el hacer útil o concreto y el
rol o una máscara que desfigura y congela? El hacedor-en-rebe- trabajo abstracto, es una relación de represión. Nuestro potencial,
lión, el rebelde, el joven iracundo, la feminista, pueden fácilmen- nuestro poder hacer, nuestra capacidad para determinar social-
te convertirse en un papel, una imagen que se congela y define a mente nuestro hacer son un potencial, un poder y una capacidad
la figura sutil y sombría que se mueve detrás. La lucha contra el rol reprimidos. Existimos en el modo de ser negados, como máscaras.
puede ser considerada como una lucha por la autenticidad, pero Si existimos en el modo de ser negados, no existimos fuera de esa
la autenticidad puede también volverse un rol, una nueva identi- negación, pero no estamos totalmente subsumidos en esa nega-
dad que se congelal7. La sociedad capitalista, una sociedad carac- ción: decir que existimos en el modo de ser negados es decir que
terizada por la abstracción del hacer en trabajo, genera constante- existimos también en el modo de negar esa negación; esta doble
mente estos papeles y los arroja sobre nosotros: ahí va el teórico negación no nos conduce a un nosotros positivo, sino a un noso-
revolucionario, ahí está el militante. Queremos oponemos a ellos tros extático, un nosotros en rebelión.
con autenticidad, con sinceridad, para dar cuerpo a la figura sutil La revolución, entonces, es el retorno de lo reprimido (véase
y sombría al acecho tras esos roles. Pero la figura sutil y sombría en Marcuse, 1983: 31). No sólo de los sectores reprimidos de la
las sombras sigue siendo eso, misteriosa, oscura, negativa, un
rechazo a las máscaras que se les pone a la fuerza: ella/ nosotros no
lH Véase el título del libro de Raquel Gutiérrez AguiJar yJaime lturri Salmón
podemos ser una identidad alternativa. La figura sutil y sombría es ( 1995): Entn~ lwruumo.5: Jmrque r¡ui'TPmns .5egttir .IÍimdo rebeldeJ es nernnria la subvf"r.sión
d, ln .wbtwnión.; sobrf:' un sentido similar de la importancia de la subversión cons·
l 7 Para una crític,, de la autenticidad -y de un concepto idealista de la dig- tatlte véase La ¡mlítim w11W .lubtwrsúín de Mattini (2000), y Subverút'e Theorú de
nidad- véase Adorno ( 1992). Agnoli (1999).

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:· -. )!ii(

Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

población -proletarios, mujeres, indígenas, negros, y otros-, sino ca dialógica en lugar de la política-de-hablar monológica del movi-
de lo que es reprimido dentro de nosotros mismos. Es la rebe- miento revolucionario tradicional. Pero es más que eso, pues un
lión de lo que existe en contra y empuja más allá. Es la rebelión diálogo podría ser un diálogo entre máscaras, y de lo que estamos
del hacer creativo que existe contra la determinación ajena y empu- hablando aquí es de un diálogo en el que cada uno trata de ver, de
ja más allá hacia la autodeterminación social. Pero el hacer creati- oír y tocar las figuras sutiles y sombrías que están detrás de la más-
vo no es sólo la creación de lo que existe fuera de nosotros, sino la cara. Es una cuestión de sentir y de intentar tocar valores ocultos.
autocreación, la creación de nuestra propia sexualidad, nuestra La teoría revolucionaria, entonces, se mezcla con el arte, el teatro,
propia cultura, nuestro propio pensamiento y sentimientos. la música y la poesía: todos, en su mejor momento, son intentos
El retomo de lo reprimido no se refiere sólo a lo reprimido por romper el mundo de las máscaras y dar voz y tocar las pasio-
conscientemente, sino al inconsciente reprimido. La figura sutil y nes y las dignidades que yacen abajo. La práctica revolucionaria
sombría tras la máscara no es sólo invisible e inaudible -sin voz, siempre se ha mezclado con el arte, pero quizá nunca tanto como
sin rostro, como dicen los zapatistas -, sino también, en parte al en los últimos años, donde la expresión artística y teatral ha pasa-
menos, inconsciente. No conocemos nuestro potencial reprimi- do a formar una parte integral de cualquier manifestación de pro-
do. El impulso de la antiidentidad es un movimiento constante testa: los zapatistas o el Ejército Payaso Rebelde Insurgente
más allá del concepto; constantemente va más allá de nuestro Clandestinol9 son sólo dos de los miles de ejemplos que se arre-
conocimiento consciente. molinan en mi mente.
La teoría y la práctica revolucionarias, entonces, no pueden Tocar los nervios escondidos no es una cuestión solamente
ser pensadas en términos de aportar conciencia al pueblo (o a la del proceso racional, un proceso de discusión o aprendizaje racio-
clase obrera). Tampoco tiene sentido pensar en los límites de la nal. Es una búsqueda de lo que ya está presente, un oír los "dis-
acción· política en términos de la conciencia de las personas. cursos ocultos"20. Esto no significa que sea un proceso irracional;
Nuestra conciencia es altamente contradictoria, una multiplici- por el contrario, el núcleo fundamental es una crítica racional.
dad de saberes, de vagas conciencias, de intuiciones y reacciones Vivimos en "un mundo encantado y distorsionado" (Marx, 1981:
contra. La política de aportar conciencia es parte del mundo de 1052) en el que nuestra subjetividad, nuestro poder hacer, está
las máscaras, el mundo de las identidades. El impulso de nuestra oculta por las relaciones reificadas generadas por la organización
figura sutil y sombría -un grito, una pregunta, una crisis, una de nuestro hacer como trabajo abstracto. La crítica racional de
amenaza, un potencial, un nosotros, un flujo- contra la máscara estas formas reificadas es central para el descubrimiento de la
no puede ser comprendida en términos de aportación de la con- figura sutil y sombría, del flujo del hacer que se rebela contra su
ciencia. Es mucho más una cuestión de sacar afuera lo que ya está represión. Pero la reflexión teórica cobra fuerzas sólo como una
presente en forma reprimida y contradictoria. La tarea es como la parte de la lucha general.
del psicoanalista que trata de hacer consciente lo que está incons-
ciente y reprimido. Pero no hay un psicoanalista ubicado fuera
del sujeto: el psicoanálisis sólo puede ser un autoanálisis colecti-
vo. La única terapia posible es la autoterapia.
Esto conlleva una política, no de hablar, sino de escuchar, o
mejor, de hablar-escuchar. El proceso revolucionario es un llegar-
a-la-erupción colectiva de volcanes sofocados. El lenguaje y el pen-
samiento de la revolución no pueden ser una prosa que conside-
re a los volcanes como montañas: es necesariamente una poesía 1 19 Sobre el papel de los payasos en las protestas en ocasión del G-8 en
que concibe a las montañas como volcanes, una imaginación que i: Gleneagles véase los diversos artículos en Harvie Yotros (2007).
alcanza hacia pasiones invisibles, capacidades in~visibles, saberes y 20 Éste es un concepto desarrollado por &ott (2000) en su importante obra
poder-haceres invisibles, dignidades invisibles. Esta es una políti- sobre la rebelión latente.

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El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial
El hacer disuelve
la homogeneización del tiempo Sin embargo, ¿hay algo más que una crisis permanente del
tiempo-reloj?, ¿algo más que lo crónicamente inacabado en el
<tesis 29> sometimiento a los ritmos capitalistas? ¿Podemos decir que hay
ahora una intensificación de la crisis del tiempo-reloj?
Thompson, como hemos visto, muestra cómo la lucha por
establecer el capitalismo significó una larga lucha por imponer un
nuevo concepto del tiempo. La lucha de clases fue la lucha entre
dos tiempos, entre dos conceptos y prácticas del tiempo: uno, cen-
trado en nosotros, nuestro hacer, nuestro vivir, y el otro, un tiem-
po cuantitativo, medido, objetivo, que se abstrae completamente
de nuestras vidas e intereses. Argumenta también que, a medida
que el capitalismo se va estableciendo, al menos en los países más
a) El tiempo-reloj está en crisis desarrollados, existe una generalizada internalización del tiempo
abstracto, que la lucha se enfoca en las cuestiones cuantitativas
El trabaj~ abstracto es inseparable del tiempo abstracto. La crisis del tiempo en lugar de sobre la cualidad del tiempo mismo, Sin
embargo, luego de subrayar el rol del puritanismo en imponer la
d.el trab~JO abstracto :~ también la crisis del tiempo abstracto. A
cierto mvel, es una cns1s permanente: somos la crisis permanente intemalización del tiempo-reloj, Thompson (1967: 95) pregunta:
del tiempo del trabajo abstracto, con nuestros rechazos, nuestras
Si el puritanismo fue la parte necesaria del ethos del trabajo que
pasiones, nuestras intensidades. El tiempo-del-hacer existe en la permitió al mundo industrializado romper con las economías
form.a del tiempo-relqj, pero también existe contra y más allá de asoladas por la pobreza del pasado, ¿la evaluación puritana del
ese tiempo. La tran~fo¡·mación de la lucha contra el tiempo en tiempo comenzará a descomponerse a medida que se alivien las
una lucha sobre el nempo, tal como lo señaló Thompson, nunca presiones de la pobreza? ¿Ya se está descomponienrlo?
fue concluida. Los sindicatos comenzaron la lucha sobre la exten- ¿Comenzarán los hombres a perder esa urgencia incansable, ese
sión de la jornada laboral, pero la lucha sobre la puntualidad y, deseo de consumir el tiempo en función de un fin, que la mayo-
sobre todo, sobre la permeabilidad de la jornada laboral es una ría de las personas llevan puesto como se poue uu reloj eu sus
luc~a que es inseparable de la imposición del trabajo capitalista. muñecas? [... 1 Pe1·o si el registro del uso del tiempo en función
<;2.utenes son pagados para pasar sus días trabajando para otro de un fin pierde su carácter compulsivo, entonces, los hombres
siempre tratan de hallar formas de imponer su propio ritmo, de tendrían que ¡·eapreuder algunas de las artes de vivir perdidas en
la revolución industrial: cómo llenar los intersticios de sus días
crea: esp~cios para soúar. para hablar con sus amigos, para fumar
cou relacioues personales y sociales enriquecidas, más ociosas;
nn ctgarnllo o comer algo, hacer lo que sea. Algo de esto se refle- cómo romper una vez más las barreras entre el trabajo y la vida.
ja en las disputas contractuales -sobre la extensión de las pausas
laborales para el té o el café, por ejemplo-, pero gran parte de esto
~e p~l~~ en un ámbito individual o colectivo que depende de su
¿Existe, entonces, una descomposición del tiempo-reloj? Si así
mVIs~b~hda~ para q~e .sea efectivo. Un aspecto importante de la
fuera, entonces ¿por qué? ¿Se trata de un relajamiento de las pre-
admmtst:acwn capltahsta es cerrar estos momentos creados por siones de la pobreza, como sugiere Thompson? ¿O de alguna otra
los ~rab<lJado_res.' Por supuesto, la crisis permanente del tiempo- razón? ¿Qué significaría una descomposición del tiempo del reloj?
reloJ no se hm1ta al lugar del trabajo. Nuestras vidas, nuestras Este autor sugiere que un elemento central sería la ruptura de las
pasiones, la forma en que nos relacionamos con nuestros amigos: barreras entre el trabajo y la vida. Sin embargo, podríamos verlo de
todo está ligado al tiempo vivido, tiempo-del-hacer, a la silenciosa una manera totalmente diferente, es decir, como la extensión del
lucha cotidiana por otras fonnas de vivir, otras formas de hacer y dominio del tiempo del reloj. En este sentido, Vimo, Hardt y Negri
relacionarse. argumentan que hay una extensión de la disciplina del tiempo de
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

trabajo hacia la totalidad de las 24 horas del día. De esta manera, pendiente, una existencia que para perdurar no depende de la acti-
Virno (2003: 102) dice: "Para la multitud posfordista cada vez hay vidad de su creador. En otra historia, "Las ruinas circulares", de
menos diferencia cualitativa entre tiempo de trabajo y de no-traba- Jorge Luis Borges (2005a: 63-76), un hombre crea otro hombre,
jo". ¿Adónde nos lleva esto? pero no en un laboratorio, sino en sus sueños. El hombre creado
Lo que planteamos en este libro es que estamos atravesando tiene toda la apariencia de un hombre normal, con una existencia
una crisis del trabajo abstracto y que esto transforma el significado independiente y perdurable, pero, en realidad, sólo lo mantiene
de la lucha de clases. En esta transformación de la lucha de clases, vivo la constante actividad creativa, el sueño del primer hombre. En
la cualidad -y no sólo la cantidad- del tiempo se convierte nueva- ninguno de los dos casos, la existencia del ser creado es una ilusión,
mente en un punto central y abierto de conflicto. En la medida en pero en el segundo caso su duración sí es una ilusión: su existencia
que la realidad y el concepto de la lucha de clases estuvieron domi- depende en cada momento de la actividad creativa del soñador.
nados por el conflicto entre el trabajo abstracto y el capital, la Con frecuencia, se toma la historia de Frankenstein como una
cualidad del·tiempo no fue puesta en cuestión. No podía serlo, m~táfo':" del capitalismo. Hemos creado una sociedad que está
simplemente, porque la abstracción del hacer en trabajo es insepa- mas alla de nuestro control y que amenaza destruimos; la única
rable de la abstracción del tiempo. Sólo con la crisis del trabajo abs- forma en que podemos sobrevivir es destruyendo esa sociedad.
tracto es que la cualidad del tiempo pasa al primer plano y nueva- ¿Es posible concebir el capitalismo más bien en los términos del
mente se hace evidente que la lucha de clases puede -y debe- ser cuento de ~orges? Hemos creado una sociedad que parece estar
concebida no sólo como un conflicto cuantitativo sobre el tiempo, completamente por fuera de nuestro control, pero que en reali-
sino como un conflicto cualitativo, o sea, como un conflicto entre dad depende de nuestrO acto de recreación constante. El reto no
dos diferentes conceptos y prácticas del tiempo. Existe su tiempo, es destruir esa sociedad, sino dejar de crearla. El capitalismo exis-
el tiempo del capital: la abstracción del tiempo de nuestras vidas, la te hoy no porque lo hayamos creado hace cien o doscientos años
negación por el tiempo de nuestra humanidad. Y existe nuestro tiem- sino porque lo creamos hoy mismo. Si ~mañana nosotros no lo ere~
po. un tiempo que se desprende de nuestras vidas, no un tiempo-en- amos, no existirá2.
el-que vivimos, sino un tiempo-como-el-que vivimos. Su tiempo con- ~osotros creamos el capitalismo. ¿Podemos decir que su exis-
tra el nuestro; nuestro tiempo contra el de ellos: ése es el conflicto, tencia depende en cada momento de nuestro acto continuo de
y es ahora un conflicto abierto e intenso presente en cada momen- creación?
to de la existencia. Para nosotros, el desafio es romper su tiempo, La crítica es el punto de partida para combatir la duración
disparar contra los relojes!. Pero ¿qué es nuestro tiempo, y cómo do_nde é~ta res.ide, es decir, en la separación entre el sujeto y el
podemos alimentarlo de modo tal que rompa con el tiempo de oqjeto. St la cnatura de Frankenstein tiene una permanencia, es
ellos? Los siguientes puntos tratan de sugerir un camino. porque se ha separado de su hacedor, mientras que la criatura en

2 En un sentido similar, Salman Rushdie (2009: 49), en La seductora de


b) Nuestro tiempo rompe la duración ~cia, cue~ta que la esposa favorita del rey es la creación de su propia imagi-
nacaon. La rema se preocupa sobre las consecuencias de esto en términos teoló-
En la famosa historia de Mary Shelley (2001), el doctor gicos Y personal~s: "Si Dios diera la espalda a su creación, el hombre, ¿dejaría
Frankenstein crea una criatura, y ésta adquiere una existencia inde- éste de existir? Esa era la versión a gran escala de la cuestión, pero eran las ver-
siones egoístas, a pequeña escala las que le preocupaban. ¿Era su voluntad libre
del hombre que había decidido que existiera? ¿Ella existía sólo debido a que él
1 Benjamin, en la tesis XV de sus SDW el concepto de la historia. Tesis y ..fragmen- abandonó su incredulidad en la posibilidad de su existencia?". Ése es el terror
tos (2007: 36), relata un incidente que ocurrió durante la revolución de julio de mortal del capitalista: si quienes creamos al capitalismo damos vuelta la cara en
1830: "Cuando cayó la noche del primer día de combate ocurrió que en muchos contra de nuestra creación, éste cesará de existir. Es este terror lo que es la clave
lugares de Paris, independientemente y al mismo tiempo, hubo disparos contra para comprender la policía, los ejércitos, la violencia del mundo, por no mencio-
los relojes de las torres". nar sus sistemas educativos, sus universidades.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

el cuento de Borges no disfruta de la misma separación del solla- forma de relaciones sociales, decimos, entonces, que es una forma
dar. En ambos casos, el sujeto-creador es negado y olvidado, pero que creamos y recreamos, una forma que depende no ~~lo de
en el último caso la dependencia real del objeto respecto del suje- nuestra creación inicial, sino de nuestra constante recreacwn. Lo
to continúa. En el capitalismo también, el sujeto-creador es nega- mismo puede decirse del Estado o del capital. . .
do y olvidado: la mercancía, para citar el segundo párrafo de El ,:Es un automóvil, entonces, una forma de las relaciOnes soCia-
capital de Marx (1983: 43), "es, en primer lugar, un objeto exte- les que, constantemente, creamos y recreamos? Evidentemente,
dor". El método de la crítica de Marx ataca la autopresentación los automóviles tienen una cierta materialidad, y también el dine-
de la mercancía como independiente de su productor, conside- ro tiene una cierta matedalidad. Sin embargo, el automóvil es asi-
rando que su valor depende del trabajo que la creó. La mercan- mismo una forma en la que nos relacionamos con otras personas;
cía se presenta como independiente de nosotros, nos niega y nos con las personas que lo produjeron, cuando lo con:~ramos: y tam-
olvida, pero, en realidad, es nuestra creación y no existiría si noso- bién con las personas que nos rodean, nuestra fam1ha y amtgos, la
tros, mediante nuestro trabajo, no la hubiéramos creado. La críti- gente en la calle o en la ciudad, cuando lo usamos. Podríamos
ca, para Marx, es una crítica genética, el intento de comprender usarlo como una escultura o para cultivar flores, en cuyo caso ya
los fenómenos en términos del hacer que los produce. La teoría no estaríamos recreando las relaciones sociales indicadas por el
del valor-trabajo es esa crítica. En su núcleo fundamental, la teo- concepto de automóvil.
ría del valor-trabajo nos revela que: "La mercancía niega nuestro Para decirlo en otros términos: la crítica es la recuperación de
hacer, pero nosotros la hicimos". De esta manera, se restaura al los verbos. Nuestra visión del mund~ está dominada por los sustan-
stUeto -nuestro hacer- al centro del cuadro. El objeto afirma ser tivos, por las cosas: dinero, Estado, automóvil, pared, computador,
independiente del sujeto, pero, de hecho, depende del sujeto. alimento, y otras más. El hacer, crear, pintar, cocinar, organizar,
La crítica restaura al sujeto en su centralidad. A través de la poner ladrillos, enseñar, etcétera, son olvidados. Cada sustantivo
critica, los humanos decimos: "Somos los creadores negados, pero significa la supresión de un verbo, al menu.s en tanto q~e concep-
rechazamos esa negación. Todos los fenómenos sociales existen tualiza el resultado de una acción humana. Cada sustantivo da una
porque nosotros los hemos hecho: el dinero o el Estado son pro- apariencia de autonomía al resultado de la acción, separando al
ductos humanos al igual que el automóvil. Dependen de nuestra resultado de la acción respecto de la acción mistna, lo hecho res-
creación para su existencia. Y si nosotros los hemos construido, pecto del hacer. De este modo, el término automóvil oculta al pro-
nosou·os podemos también cambiarlos". ceso que lo produce, como el de lihro oculta lo que estoy hacien-
Sin embargo, todavía existe un interrogante. Hemos creado el do en este momento, la propiedad encubre la apropiación, y el
mundo social que nos rodea, pero ¿estamos cautivados por nues- dinero vela la monetización de la interacción entre las personas.
tras propias creaciones (Frankenstein) o ellas dependen de Una sociedad que conscientemente tuviera nuestro hac~r en su
nuestra constante recreación (Borges)? ¿Tenemos que distinguir centro, es decir, una sociedad autodeterminada o comunista, pro-
entre algunas creaciones (po!" ejemplo, el Estado, el dinero) y otras bablemente poseería un lenguaje en el que los verbos serían lo
(como los automóviles, por ejemplo)? principal: el estar juntos significaría hablar del hacer. Podría argu-
El dinero es una forma de las relaciones sociales, una forma mentarse que la literatura anticapitalista debería abandonar los
en la que nos relacionamos entre nosotros. Cuando compramos sustantivos y sólo usar verbos, pero eso sería muy difícil para escri-
algo y pagamos con dinero, establecemos una cierta forma de bir y probablemente poco fácil de entender. Borges (2005b: 25),
relación con el productor del objeto que compramos. Si robamos en otro cuento en el que imagina el mundo de TlOn, en el que el
la cosa, establecemos un tipo diferente de relación con él, y si la Urspmche o la lengua original no tiene sustantivos, da un ejemplo,
recibimos como un regalo será una relación diferente. El tipo de explicando que la figura de "surgió la luna sobre el río", se expre-
relación que establecemos no depende de la cosa comprada, sa asf: "hacia arriba detrás duradero-fluir luneció". La cuestión, sin
robada o recibida, ni de la materialidad del dinero considerado embargo, es que un mundo de verbos abriría un universo de posi-
(billetes o monedas). Cuando decimos que el dinero es una bilidades: los resultados de nuestros haceres ya no tendrían la

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4%f
' .

Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

misma aparente fijeza, el mundo sería obviamente mucho más frá- práctica, y mañana bien podemos continuar esa pracuca -con
gil, mucho más abierto al cambio y a la creación. Sería un mundo todo lo que significa en términos de contaminación y de peligro
de una intensidad mucho mayor. para otros- o podemos desautomovilizarlo, rehusándonos a relacio-
La crítica, entonces, si la entendemos como crítica genética, narnos con otras personas de esa manera y usándolo, por ejem-
crítica ad hominem, crítica que trata de recobrar el poder y la cen- plo, como un receptáculo para cultivar flores o zanahorias.
tralidad del hacer humano, nos conduce a una crítica general de Hacemos el dinero usando el papel de esa forma y podemos dejar
los sustantivos (al menos en tanto se refieren al resultado de las de hacerlo. Nosotros hacemos el automóvil y nosotros podemos
acciones humanas). La crítica de Marx de la economía política dejar de hacerlo. En forma similar, nosotros hacemos el capitalis-
debería lógicamente conducir a una crítica de los sustantivos: la mo y nosotros podemos dejar de hacerlo.
economía política es sólo una expresión del pensamiento fetichi- Recobrando al sujeto ahogado por el objeto la crítica pone
zado, los sustantivos son una expresión mucho más general del nuestro poder-hacer y nuestro poder-no-hacer en el centro. La
mismo proceso de fetichización. Una crítica de los sustantivos, crítica desafía al sustantivo y recupera al verbo, el hacer que está
por supuesto, no haría desaparecer los sustantivos: evidenciaría -y no está- contenido en el sustantivo, que desborda en contra y
que la supresión o el encierro de los verbos por los sustantivos es más allá del sustantivo. Los verbos son el lenguaje de la no identi-
sólo un aspecto del fetichismo de la mercancía, y que el fetichis- dad, el estallar más allá de lo que es. La identidad establece un
mo surge del hecho de que las relaciones entre los hacedores tiempo continuo, un tiempo de duración, una extendida eseidad,
están mediadas por las cosas a través del intercambio de las mer- pero la fuerza de nuestro hacer dice "no, no hay continuidad, no
cancías. La fuerza de los sustantivos en nuestro lenguaje es una hay duración, cada momento tiene su particularidad, cada
expresión de la dominación real de las cosas en nuestras vidas. En momento es un momento de crear". Nuestro tiempo, tiempo-de-
otras palabras, los sustantivos como va/m; como dinero, como hacer, es el tiempo de abrir cada momento en contra de la fuerza
Estado, son relaciones sociales: el sustantivo, tal como el valor, es de la duración.
"'una relación propia de cosas entre las personas" (Marx, 1983: 89).
O, mejor aún: el sustantivo es un relacionarse entre haceres
expresado como una relación entre cosas. e) Nuestro tiempo abre cada momento
En un mundo de verbos, la duración pierde su fuerza comple-
tamente (como, en efecto, hace la ontología). Si cada cosa -cada La crítica, recuperando el hacer en una sociedad que lo niega, abre
cosa social- es un hecho, un resultado del hacer, y si a la existen- la particularidad distintiva de cada momento. A diferencia del
cia presente de cada hecho se la concibe como un relacionarse tiempo-reloj, en el que cada momento es indistinguible del siguien-
entre hacedores, entonces, cada momento adquiere una particu- te, nuestro tiempo está caracterizado por el-carácter distintivo de
laridad en la que todo está en cuestión. Tenemos en nuestro bol- cada momento. El hacer configura cada momento y lo hace dife-
sillo un pedazo de papel que ha sido monetizado -convertido en rente. Cada momento no está desconectado de otros momentos,
dinero- por la práctica social. No se trata de que es dinero: es un sino que es diferente de ellos. En el tiempo-reloj cada momento es
pedazo de papel monetizado por la práctica. Hemos participado en idéntico; en nuestro tiempo, cada momento es no idéntico.
su monetización, pero la próxima vez que salimos podemos conti- Nuestro tiempo es un tiempo de resistencia, de rebelión. Se
nuar monetizándolo -usándolo como dinero- o podemos decidir rebela en contra del tiempo de duración. La duración cierra cada
desmonetizarlo, rechazando usarlo como un medio en nuestras momento, nos dice que cada momento es una mera continuación
relaciones con otras personas, y usarlo para encender un cigarri- del anterior, y nuestro tiempo se rebela, abre cada momento como
llo. Lo mismo podría decirse de un automóvil: tenemos un peda- un momento de posibilidad, como un momento de posible realiza-
zo de metal que ha sido convertido en un automóvil por la inten- ción, posible desastre. En lugar de una construcción paciente para
ción de sus fabricantes y la práctica de sus usuarios. No se trata de el futuro, tal como se refleja en la no rebelión de los partidos revo-
que es un automóvil; es un pedazo de metal automovilizado por la lucionarios, la nuestra es una rebelión en contra del tiempo mismo

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

que eleva cada momento desde la continuidad de la duración y lo sólo existe si es constantemente creado y recreado, que, más que
da vuelta, hace de él un momento de hacer en vez de un marco cualquier otra experiencia, existe como la herida abierta del tiem-
para el hacer. Carpe diem, como un principio revolucionario, pero po de la niñez en el adulto. Nuestro tiempo, entonces, es un ti~mpo
no el carpe diem que simplemente abstrae a las noches del viernes y antiinstitucional. Las instituciones procuran congelar las relac10nes,
del sábado de disfrute con respecto al tiempo abstracto de la sema- hacer que el tiempo se detenga o que corra por carri_les preestable-
na y no cambia nada, sino un carpe diem que se vuelve contra la abs- cidos, que hoy quede atado a las reglas de ayer, manana a las rua-
tracción y hace aparecer el potencial latente de cada momento3 . nas de hoy. Las instituciones no siempre tienen un nombre o una
Éste es el tiempo del niño, el tiempo en el que cada momen- constitución: la institucionalización es la práctica del tiempo-reloj
to es diferente del anterior, en el que cada momento se colma de que se desliza sobre nosotros y absorbe la pasión de cada momen-
maravilla, de asombro y de posibilidad. Y de horror: vemos el to. El rechazo de la institucionalización no es sólo un principio
exterminio de la gente -por la violencia, por el hambre-, el apa- abstracto, sino una necesidad práctica de la organización revolu-
garse de la gente -por el aburrimiento, por la represión- y cuan- cionaria. Si pensamos, por ejemplo, en la hermosa traducción del
do lo vemos, asombrados exclamamos: "¡no puede ser!". Nos desha- sustantivo de la democracia a la expresión verbal-y oximorónica-
cemos de las anteojeras que nos ayudan a sobrevivir en esta del "mandar obedeciendo" de los zapatistas, está claro que esto
sociedad de horror y abrimos nuestros ojos con la ingenuidad de funcionará sólo si es verdaderamente verbal y antiinstitucional. No
un niño y pensamos: no, esto no puede seguir ni un momento es suficiente que las decisiones difíciles -como el rechazo a todo
más, el cambio debe ser ahora, no en el lejano futuro revolucio- subsidio estatal- hayan sido tomadas democráticamente en el pasa-
nario. "Las jornadas del niño -dice Vaneigem (1977: 233)- esca- do; si no son constantemente renovadas -o cambiadas- es proba-
pan al tiempo de los adultos, constituyen un tiempo hinchado por ble que el apoyo original se erosione. Toda institución que no sea
la subjetividad, por la pasión, por el sueño habitado de lo real." constantemente cuestionada y recreada se vuelve opresiva: sean
Aun luego de que el niño ha aprendido la disciplina escolar, cre- ellas organizaciones revolucionarias o matrimonios.
cido y ha sido hecho prisionero por el tiempo adulto, "llevará la Para recobrar el sujeto negado por la objetividad, para eman-
infancia en el corazón como una herida abierta". La lucha por cipar el poder-hacer metamorfoseado en poder-sobre, hay que
nuestro tiempo, la lucha contra la duración, es el despertar de luchar por abrir cada momento como un momento de postbth-
esta herida abierta, el despertar de un tiempo reprimido, un tiem- dad. En una entrevista (La Jornada, México, 25 de agosto de
po en el que toda la existencia está en cuestión en cada momen- 1996), cuando al Subcomandante Marcos se le pregunta cuál es
to. Lenin tendría razón en caracterizar a este pensamiento revo- su sueño de una sociedad futura, él responde que la sociedad por
lucionario como una enfermedad infanti1 4 . Es infantil, debe ser la que luchan los zapatistas sería como una cartelera de cine en el
infantil y estar orgulloso de serlo 5 . que cada día podrían elegir vivir una película difere_nte, que la
Éste no es el tiempo del matrimonio, sino el del amor. El maui- razón por la que se han rebelado es que durante los ulumos qm-
monio tiende una capa de duración sobre un relacionarse que nientos años, han sido forzados a vivir la misma película una y otra
vez. Nosotros también podríamos decir que en los últimos cien
3 Para una discusión sobre el carpe diem como un principio revolucionario y aiios hemos estado viviendo la misma película, la película del
sus peligros véase Bloch (1980: capítulo 20). capitalismo, y que es un film muy malo, muy aburrido, que deshu-
4 Véase el título de la obra de Len in (1965a): Sobre el infantilismo tU "izquier- maniza a todos lo que la miran. Y ahora debemos vivir una pelícu-
Ws" y el t'spíritu pequeño burgués.
5 Vaneigem·escribe en un arúculo en Lajornadadel2 de enero de 2008: "No
la diferente o, más bien, una multiplicidad de películas que crea-
tengo la pretensión del ¡Vencnnnos!, deseo tan sól~ ~ue cada vez ~ás cobre :uer- remos en el proceso de vivirlas. Hacemos el capitalismo creando
Z..'l. en ~:ada mujer y en cada hombre ese Quetnnos mvlr, que es el gnto espontaneo y recreando las relaciones sociales del capitalismo: debemos dejar
de la infancia. Es de esa infancia que nacerá la infancia del mundo al que aspi- de hacerlo; debemos hacer otra cosa, vivir relaciones sociales dife-
ramos". Más en general, sobre la infancia y la filosofía, véase Kohan (2003) y rentes. La revolución es simplemente eso: dejar de hacer el capi-
Agamben ('<~001).
talismo y hacer otra cosa en su lugar. La lucha no es una lucha por
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la supervivencia -que es la verdade"": lucha del trabajo abstracto-, Según la expresión sucinta de Hegel, "no hay pasado". El pasado
sino una lucha por vivir (véase Vanetgem, 1994). vive "en las profundidades del presente", no en el sentido de que
determina el presente, sino en el sentido de que siempre hay
alguna acción libre y específica que, como su contexto o antece-
dente, hace que aparezca una interpretación particular del pasa-
d) Nuestra lucha es la bOsqueda de la intensidad absoluta. do [ ... ] La acción en el tiempo está determinada por el pasado,
La revolución, más que utópica, es apocal!ptlca mientras que la acción que es tiempo no sabe nada de un pasado
que la determina, sino sólo de un futuro hacia el que se dirige
Tendemos a pensar en la revolución en ~rminos espaci~les, c~~o (Gunn, 1995: 11-12).
la captura y transformación ~e los espactos, y en la ~e.?na tra~lcto­
nal se conciben esos espaciOs como Estados. Qutza, en pnmer La lucha por la autodeterminación es la lucha por el tiempo-
lugar, deberíamo~ pensar en_ la revolución~ más bien como ~ cap-- como-el-que. El tiempo, entonces, salta del reloj, deja atrás al tiem-
tura y la transformación del t:tempo ..Debenamos pensa~ no solo en po-en-que y busca la eternidad. Gunn, recordando el argumento de
tomar un espacio -ya sea Estado, cmdad o c~ntro ~oct.al- Y trans- Lenin según el cual El capital de Marx sólo podría ser comprendi-
formar las relaciones dentro de ese espacto, smo mas b1en -o tam- do leyendo la Lógica de Hegel, sugiere que "Marx y Hegel sólo se
bién- en tomar un tiempo y transformar las relaciones dentro de los puede comprender leyendo El = l o de la filosofia de Boecio".
ese tiempo. Romper con la durad?~ ~ignifica ver ~ada_ ~omento Boecio, un teólogo del siglo N, concebía la eternidad como el nunc
como diferente, como lleno de postbtltdades: la realtzaeton de ~sas stans, el momento de "la posesión perfecta al mismo tiempo de la
posibilidades puede significar dirigir cada momento más alla de vida eterna" (citado en Honderich, 1995: 97), un momento en el
sus límites, más allá de todos los límites, hasta el punto en ~1 cual que "todos los momentos de la historia son presentados contempo-
se desprenda del tiempo mismo y se confunda con la eternt~ad. ráneamente ante la mirada de Dios" (Gunn, ibúl.: 9) 7.
Esto quebraría la instrume~taltdad del ttempo. La teona tra- Es el jetztz.eit o tiempo-ahora de Benjamin, o la constan te bús-
dicional ve cada momento en tenmnos de su uuhdad para la cons- queda por Bloch del momento faustiano de la perfección en el
trucción de un futuro. Los actos de rebelión_ son juzgados en fu_n- que decimos al momento mismo: "quédate un rato, eres tan her-
ción de si contribuyen o no a la construccmn de una revoluc10n mosa". Para Bloch, el impulso revolucionario, el impulso hacia la
perdurable. Pero si rompemos la duración y cada momento es autodeterminación, puede ser rastreado en todos esos momentos
diferente, entonces, no hay necesidad de que los actos de rebe- de creatividad que rompen con lo que es y se abren a un mundo
lión deban presentarse ante el tribunal del tiempo instrumental. que todavía no existe. El tercer tomo de su gran obra, El principio
Cada momento es su propia justificación, cada momento de rebe- esperanza (1980), está dedicado totalmente a la búsqueda del
lión se erige con orgullo en su propia dignidad. _ momento de perfección, el nunc stans, sugiriendo que ésta es la
La revolución entonces, es el impulso de cada momento mas forma en la que deberíamos pensar la revolución y el comunismo.
allá de toda instru~entalidad y más allá de todos los límites. Es apo- Para Benjamin, esta ruptura del tiempo es un relámpago, un des-
calíptica, más que utópica. Las utopías tieqden a definir la ~octedad tello de intenso presente que rompe lo-que-es y abre un presente
perfecta en térmirios espa~ial~s; el pensanu~nto apocahpt:t,co lo diferente, un intenso ahora.
localiza en el tiempo, o, mas bten, el pensanuento apocaltpt:tco se Estos son los "momentos de exceso"8 característicos de los
focaliza en la ruptura y la transfonnación del tiemp~. El tiempo del actos de rebelión. Todo gran acto de rebelión es un momento de
apocalipsis no es un tiempo-en-el-q':'e, smo un t:tempo-como-el-
efi. "El tiempo sólo existe como el ntmo y la estructura de lo que 7 Recordemos que la idea del comunismo como la búsqueda del nunc stanses
decidimos hacer." La autodeterminación significa elevar el momen- una idea central en la filosofía de Bloch (1964: (, 107, y 1980: en espedal vol. 111,
to presente desde el continuum de la historia y abolir el pasado. caplmlo 53).
8 Nombre de un panfleto del Leeds May Day Group (2004), véase también la
6 Aquí, como en muchos otros pasajes, sigo a Richard Gunn. discusión sobre la intensidad de los acontecimientos en Free Association (2005 ).

260 261
El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo- John Holloway

allá de las discontinuidades del exceso, está también la cuestión


exceso en el que se quiebran las inhibiciones y los patrones de con- de crear otras relaciones sociales, de hacer cosas en una forma
du~ta social, un relámpago que nos permite ver la historia y la
diferente, al ritmo de nuestra elección. Probablemente, necesita-
sociedad en una forma diferente, un momento en el que perde- mos pensar en la revolución en función de ambas temporalida-
mos todo sentido del tiempo. Así es como se mueve la rebelión, no des: por un lado, la temporalidad del delirio-y-la-cólera, de la
de acuerdo con el reloj, sino mediante estos momentos de exceso actuación-y-la-danza, y por el otro, la temporalidad de la creación
a menudo imprevistos e imprevisibles, pero a veces planeados paciente, de la jardinería-y-tejeduría. Ésta no es la vieja virtud de
como grandes hechos que pueden -o no- hacerse incendio: como la paciencia revolucionaria, basada en la idea de que debemos
S~:mle, Génova, Gleneagles, Heiligendamm, y otros. La revolu-
esperar hasta que estén maduras las condiciones objetivas. Éste es
cmn, .~~ transformación radical de la sociedad, no es, entonces, una un tipo diferente de paciencia que dice: "no esperemos; empece-
cuesuon de construir el partido, sino una serie de rebeliones, a mos ahora construyendo un mundo diferente. Pero no es algo
veces orquestadas y a veces no, que en el mejor de los casos van que pueda ser creado en una explosión de furia. Necesita, y siem-
acumulando fuerza, pero ninguno de los cuales necesita ser justi- pre t;.ecesitará, un proceso de creación paciente".
ficado por algún desarrollo a largo plazo. Estos momentos de exce- Este es un tiempo más afectivo, un tiempo quizá no tanto de
so son el "espacio-tiempo de los momentos, de la creatividad. del pasión, sino de amor y de amistad. Sugiere un proceso más lento,
placer, del orgasmo" (Vaneige~, 1977: 238). Son en sí como rup- más largo, pero por supuesto no es el tiempo de la duración. Éste
turas del nempo-reloj, como gnetas en el metrónomo de la domi- no es un tiempo que esté separado de nuestro hacer o de las rela-
nación capitalista. Como afirma Vaneigem (ibíd.: 239): "el espacio- ciones s.ociales que estamos creando, es reahnen te un tiempo nues-
uempo unitanamente vivido es el primer foco de guerrilla".
tro, un uempo que creamos y r~creamos, pero que no se separa de
Este es un tiempo de actuación, tiempo de bailar, tiempo con-
n.u~stra creación-recreación. Este también es un "espacio-tiempo
cen.trado en el que el tiempo mismo es totalmente ahsorhirlo por VIVIdo en forma unitaria" del que habla Vaneigem. Es, quizá, tam-
el ntmo de nuestro hacer, en el que el reloj y el calendario pier- bién otra cara del nunc stans, el momento de mezclarse con la
den todo sentido. eternidad, entendido ahora no como un orgasmo, sino como un
momento ocioso de disfrute con amigos, cuando nos sentamos y
e) El tiempo del hacer no es sólo la intensidad de los momentos deseamos que el día transcurra lentamente.
de exceso, también es el tiempo de la creación paciente El levantamiento zapatista comenzó con el grito de ¡Ya basta!
Pero también ellos tienen un dicho que expresa la segunda tem-
Dijimos, c!tando a Gunn. que el tiempo-como-el-que "sólo existe eoralidad: ''caminamos, no corremos, porque vamos muy lejos".
como el nuno y la estructura de lo que elegimos hacer". Pero, a Este es el tiempo de las comunidades zapatistas, de las escuelas, de
men.udo. elegimos hacer cosas en forma tranquila, o sólo seguir las clínicas, las cooperativas, las juntas de Buen Gobierno: la pacien-
el ntrno que parece apropiado a la actividad. No todos los te construcción de otro mundo que es el núcleo fundamental del
moment~~ son momentos de a~t~ación, hay también tiempos de
mo~miento zapatista.
pr:paraCion: y hay muchas acUVJdades que no requieren actua- Este es el tiempo en el que la dignidad se mueve más allá de
Cion, sin~ solo un .paciente pro.c;so de creación. Si la primera ·la rabia, el tiempo de recorrer los caminos que creamos andando.
te~~orahdad es tiempo-actuacmn o tiempo-danza, entonces,
qmza ¡>Ode~os pensar esta ~egunda temporalidad como tiempo-
de:Jardmena o t¡empo-de-tejeduría9. f) El tiempo-del-hacer rompe el progreso y serpentea de modo errático
Crear otra sociedad no puede ser sólo una cuestión de acon-
tecimientos e intensidades. Más allá de romper la duración, más El tiempo-reloj, ya hemos visto, es el tiempo del progreso, del desa-
rrollo entendido en mediciones cuantitativas, en el crecimiento
9 La Free Association (2006), siguiendo a Deleuze y Guallari, se refiere a
porcentual del producto bruto interno. El progreso es una fuerza
esto como el tiempo de abstención.
263
262
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway El hacer en contra del trabajo y la revolución intersticial

exterior: la que impone la necesidad de construir carreteras, aero- mo!" O, como dijo Benjamín (1974: 1232, citado por Wilding,
puertos, servicios turísticos, porque si no, quedaremos rezagados. 2007: 129): "Marx dice que las revoluciones son las locomotoras
El progreso es la tecnología que debemos introducir para que la de la historia universal. Pero, tal vez, sea completamente diferen-
abstracción del hacer en trabajo sea efectiva, para cumplir con las te. Tal vez, las revoluciones sean las personas que se encuentran
exigencias del tiempo de trabajo socialmente necesario. en esos trenes tratando de alcanzar el freno de emergencia".
Es sorprendente que muchas de las luchas anticapitalistas de
los últimos años hayan sido opuestas explícitamente al progreso: a
la construcción de carreteras, de trenes de alta velocidad (por ejem- g) El tiempo-del-hacer es vivir ahora el mundo que existe todavfa no.
plo, el movimiento ~o TAV en Italia), o de aeropuertos (como Así, determinamos los ritmos y nos convertimos en nuestro verdadero sol
.Ateneo en México). Esta es una de las razones por la que los movi-
mientos indígenas han ganado tanta importancia: su oposición a la Nuestro tiempo es el tiempo de vivir nuestro mundo, el mundo
integración de sus diferentes culturas en la corriente dominante que todavía no existe y existe todavía no.
del progreso conmueve las fibras sensibles y despierta la simpatía Viviéndolo, creamos el mundo que todavía no existe.
aun entre personas que nunca han oído hablar de esas culturas. Simplemente, afirmamos nuestrO propio mundo. Los jardineros
El tiempo-del-hacer está inevitablemente opuesto al progreso organtcos del mundo no esperan a la revolución para crear una rela-
en este sentido. A la presión externa de que "debemos avanzar, ción menos agresiva con las plantas: lo hacen ahora. El movimien-
debemos progresar", opone el "?ebemos reunimos y hablar sobre to ~or un sistema de transporte gratuito en Oslo no presiona al
qué camino queremos tomar". Este es el tiempo de "preguntando gobterno por una reducción de tarifas, simplemente organiza a
caminamos" más que aquel de "queremos llegar allá rápidamente". 1~ personas para no pagar. La maestra crítica no espera un cam-
El impulso hacia la autodeterminación probablemente significa que bw en el programa de estudios para introducir un concepto dife-
hagamos cosas a un riuno más suave, simplemente porque tomarnos rente de aprender y de enseñar: simplemente, lo hace. Los ocu-
un tiempo para considerar qué queremos hacer y porque resistimos pantes ilegales no esperan la abolición de la propiedad privada y
a las presiones de la producción del valor, el dominio del tiempo de los alqUileres para hab1tar en casas abandonadas: simplemente, lo
trabajo socialmente necesario. Si esto se generalizara, no hay razón hacen. Muchísimos inmigrantes no esperan la abolición de los
alguna por la que esto debería conducir a una mayor pobreza -o lo controles fronterizos antes de pasar las fronteras de un país a otro·
que sea que signifique eso-, simplemente, porque la gran cantidad ellos, simplemente, lo hacen. '
de personas actualmente empleadas en tareas de supervisión y vigi- Este concepto se opone a la política de exigencias. Una exi-
lancia podría dedicar sus energías a actividades que ellos mismos gencia se dirige a alguien y pide que haga algo en nuestro nom-
consideraran necesarias o deseables. bre en el futuro, mientras que en la política de vivir ahora el
El tiempo-del-hacer serpentea, deambula. No es la marcha mundo que queremos crear -o crear ahora el mundo en el cual
hacia adelante del plan quinquenal. La autodeterminación debe queremos vivir- no hay exigencias. No pedimos permiso a nadie
incluir la posibilidad de cuestionar decisiones que ya hemos toma- ni esperamos nada del futuro; simplemente, rompemos el tiempo
do, poder experimentar y cambiar nuestro curso. El tiempo-del- y afirmamos ahora otro tipo de hacer, otra forma de relaciones
hacer es un tiempo en el que tomamos nuestra tiempo para hacer, sociales. El Estado o el partido dejan de ser un intermediario que
y dado que el mundo que queremos es un mundo de muchos nos separa de lo que queremos lograr: simplemente, asumimos
mundos, el tiempo-del-hacer debe ser un entrelazado informal o nu_estra propia responsabilidad y lo hacemos. La campaña contra
quizá sólo de mutuo respeto, de muchos tiempos. el Impuesto electoral en Gran Bretaña -que, eventualmente, con-
El tiempo-del-hacer no es la marcha hacia adelante de la his- dujo a la caída del gobierno Thatcher- asumió esta forma: no estu-
toria, sino justamente lo opuesto. Es el grito colectivo cada día vo c~ntrada en la exigencia de que el gobierno derogara el impues-
más y más alto: "¡No! ¡Paren! ¡El tren está yendo demasiado rápi- to, stno en el rechazo absoluto a pagar, sin mediación, el vivir de
do, y en la dirección equivocada, se está dirigiendo hacia el abis- un mundo en el que el impuesto no existía.

264 265
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

A este respecto, la experiencia zapatista es interesante. Su origi·


nal ¡Ya basta! de 1994 fue acompañado de una lista de exigencias,
y una serie de diálogos con el Estado mexicano condujo a la firma
Parte VI.
de un acuerdo sobre derechos indígenas. Aunque los zapatistas
comenzaron a construir sus propios municipios, escuela., y clínicas
autónomas desde los primeros días, es sólo después de que el
¿Un tiempo
Estado mexicano -en 2001- no cumplió en absoluto con los acuer-
dos sobre derechos indígenas, que el movimiento zapatista abando-
de nacimiento?
na por completo la política de exigencias y, junto con ello, todo
contacto con el Estado, y, entonces, la creación de su propia vida
comunal se convierte claramente en el corazón del movimiento.
M1rmando nuestro propio mundo, determinamos el rinno, el
calendario de la lucha. Un importante problema de la izquierda,
aun de la izquierda radical, es que sigue el plan impuesto por el
capital. Los movimientos como el movimiento contra la propuesta
Gelmini en Italia, el movimiento contra la guerra en el Iraq, las
movilizaciones contra las cumbres de los países industrializados de
los últimos diez años; todos se movilizan para acabar con las peores
barbaridades del dominio capitalista, pero permiten imponer su
programa al capital. Todos estos movimientos han sido muy impor-
tantes y han sido IIlás que una reacción al capital; más bien, la reac-
ción desborda la causa inmediata. Sigue siendo cieno, sin embargo,
que le permiten al capital imponer el calendario del conflicto. Por
el otro lado, para la emancipación del hacer respecto del trabajo
abstracto es esencial alterar radicalmente la perspectiva. Poner el
hacer en el centro es autoubicamos en el centro del universo. El
joven Marx ( 1965: 10-11) dice de la crítica de la religión: "La críti-
ca de la religión quita al hombre las ilusiones a fin de que piense,
actúe y amolde su realidad como un hombre sin ilusiones que ha
alcanzado la razón, a fin de que se mueva alrededor de sí mismo y,
por consiguiente, alrededor de su verdadero sol". La lucha que
posiciona el hacer en el centro, impone una inversión copemicana
sobre el capital: lo obliga a girar explícitamente en tomo a noso-
trOs. El capital es siempre una reacción a la lucha anticapitalistalO,
pero es importante hacerlo explícito frente al capital y a nosotros
mismos, como precondición de la emancipación. La revolución es
precisamente eso: la afirmación de nosotros mismos como nuestro
verdadero sol. .
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10 Ésta es la gran aportación de la corriente operaísta del marxismo.
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_______________________.________________________
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266
-~·
Somos las fuerzas de producción:
nuestro poder es el poder del hacer
<tesis 30>

Somos el calor que abre grietas en el hielo. Somos las malezas que
rompen el pavimento. ¿Podría ser éste un tiempo de nacimiento
y no sólo un tiempo de muerte y destrucción?
Marx (1983: 953) presenta una potente imagen de la revolu-
1 e
ción como un nuevo mundo que avanza:

El monopolio ejercido par el capital se convierte en traba del modo de pro-


ducción que ha florecido con él y bajo él. La concentración de los
medios de producción y la socialización del trabajo alcanzan un
punto en que son incompatibles con su corteza capitalista. Se la
hace saltar. Suena la hora pnstrera de la propiedad privada capitalista.
Los expropiadores son expropiados.

¿Es esto lo que está sucediendo? ¿Son las grietas el estallido


que hace saltar la corteza capitalista y avanzan hacia la creación de
un nuevo mundo?
El marxismo tradicional presenta esta ruptura de la corteza en
términos de choque entre las fuerzas de producción y las relacio-
nes de producción. Como Marx (1970: 9) lo manifiesta en el pre-
facio a la Contribución a la critica de la economía política:

Al llegar a una detenninada fase de desarrollo, las fuerzas pro-


ductivas materiales de la sociedad entran en contradicción con
las relaciones de producción existentes [ ... ] dentro de las cuales
se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuer-
zas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se
abre así una época de revolución social.

La dificultad con la interpretación tradicional de las fwm.as


pmductivas es que se las presenta como una fuerza exterior -la
fuerza del desarrollo tecnológico-, que tiene una dinámica inde-

269
Agrietar el capitalismo' el hacer contra el trabajo - John Holloway iUn tiempo de nacimiento?

pendiente de las relaciones sociales. Esto se contrapone a dos social". La "fuerza productiva del trabajo social" es la existencia de
puntos que han sido centrales en el argumento de este libro (y en nuestro poder-hacer bajo el capitalismo, nuestro poder hacer en-
el de Marx): en primer lugar, que nosotros los seres humanos contra-y-más-allá del trahajo.
somos la fuerza creativa en la sociedad; y en segundo lugar, que Somos las fuerzas de producción, el desarrollo de nuestra
nuestro fuerza creaúva no se desarrolla en forma independiente fuerza creativa en-contra-y-más-allá-del-capital. La visión orto~o­
de su contexto social, sino más bien en una relación de estar den- xa observa a esta fuerza creativa corno desarrollándose armomo-
tro-en<ontra-y-mas-allá. La relación del contenido y la forma no es sarnente dentro del capital hasta que alcanza cierto nivel de anta-
ni una relación de independencia -como fuerzas autónomas de gonismo, protagonizando así una ruptu~ que at:re _el mundo de la
producción chocando contra las relaciones de producción-, ni creatividad más allá de las relaciones soCiales capaahstas: dentro, en
de total contención -las fuerzas de producción estando completa- contra y más allá están claramente separados, conc_eptualrnen~~ y
mente contenidas en, y determinadas por, las relaciones de pro- en el tiempo. Evidentemente, esto n.o puede se~ as1: la ~stracwn
ducción-, sino siempre una relación extática, una relación de con- es ~lgo constitutiv? ~el_ capital~mo desde el" m1smo ~~m¡_enzo. -~1
tención, antagonismo e impulso hacia el más allá. De esta manera, capaal, desde el pnnop1o, les d1ce a la gent~:- tu creaUVIdad es vali-
el hacer -el trahajo útil- existe dentro-en-contra-y-más-allá del tra- da sólo dentro de los límites de la produccwn de valor; SI no pro-
bajo abstracto; el valor de uso existe den tro-en-contra-y-rnás-allá duces valor, tu creatividad no cuenta para nada." Y desde el prin-
del valor, y las fuerzas de producción existen dentro-en-contra-y- cipio la gente ha obedecido-y-rebelado. La fuerza creativa -y,. en
más-allá de las relaciones de producción. consecuencia, destructiva- del hacer humano se ha expandido
Otra expresión que Marx usa frecuentemente nos aleja de la enormemente en este constante deslizamiento entre la obediencia
interpretación tradicional, de la aparente separación de las fuer- y la rebelión, este antagonismo entre el empuje de la creatividad
zas producción respecto del poder creativo humano: en El capital contra los límites del sistema y la expansión de estos límites para
habla de las "fuerzas productivas del trabajo social" o "fuerzas pro- contener algo -pero no todo--- del impulso creativo dentro de los
ductivas sociales del trabajo". Aquí es evidente que estamos límites de la producción capitalista. A medida que crece la fuerza
hahlando del poder de la creatividad humana, del poder del productiva y destructiva del hacer ~~mano, tambié~- lo hace 1~
hacer, de nuestro poder-hacer, nuestro ser-capaces-de. Bajo el sensación de molestia, el dolor extauco de frustracwn, el seno-
capitalismo, nuestro poder-hacer se separa de nosotros y aparece miento de que el desarrollo progresivo de nuestra fuerza creativa nos
como algo ajeno, como el poder del capital, o como el poder de está llevando en la dirección equivocada. Por supuesto, no quere-
la tecnología capitalista: mos rechazar nuestro creciente poder-hacer, nuestro creciente ser-
capaz-de, pues este ser-capaz-de es también un ser capaz-de-hacer
Al desarrollarse el plusvalor relativo en el propio modo específi-
camente capitalista de producción, con lo cual se desarrollan las las cosas de otra forma. En otras palabras, las capacidades tecnoló-
fuerzas productivas sociales del trab.yo, estas fuerzas productivas gicas que hemos desarrollado en-contra-y-más-allá ~el ~apital s~n
y las conexiones sociales del trabajo aparecen en el proceso labo- también la capacidad real de un hacer-diferente. Aqu1 existe ~o solo
ral directo como desplazadas del trabajo al capital. De esta suer- una posibilidad vacíal, sino el impulso real, expresado en el Impul-
te, el capital ya se vuelve un eute místico en grado sumo, puesto so de muchísima gente a usar sus talentos para llevar al mundo en
que todas las fuerzas productivas sociales del trabajo se presentan
como fuerzas que le pertenecen al capital y no al trabajo en cuan-
to tal, y que retoñan de su propio seno (Marx, 1981: 1052). 1 Véase la cuidadosa discusión de Postone sobre las fuerzas de producción
en el capitulo noveno de su libro (2006: en especial 444), posición que. se debi-
La crítica es la recuperación de las fuerzas productivas socia- lit3 por el hecho de no considerar la relación entre las fuerzas productiVas Ylas
relaciones de producción, entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto como
les para nosotros, la comprensión de las fuerzas productivas
un antagonismo vivo, una relación extátic~_de en-cont~-~~~ás-all~, de sue~te que
sociales como nuestro poder-hacer. Entonces, somos las fuerzas "la transformación posible de la producc¡on y el trabaJO s¡gue Siendo solo eso,
de producción. Nuestras son las "fuerzas productivas del trabajo posible, no fundamentada en las luchas del presente.

270 271
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway ¿Un tiempo de nacimiento'

una dirección diferente, como el desarrollo de tecnologías alter- La irrupción es la de nuestro poder-hacer social, nuestro ser-
nativas, el uso de los conocimientos de computación en una forma capaz-de social, pero lo que está sucediendo no se corresponde
diferente, etcétera. Citando el ejemplo de la permacultura, con el imaginario tradicional socialista de la irrupción de las fuer-
Carlsson (2008: 56-58) argumenta que la "esfera de la ciencia y la zas de producción. No toma la forma de la imposición de una
tecnología es un lugar crucial para la actual batalla entre los valores nueva totalidad; antes bien, es una ruptura múltiple del viejo sis-
humanos y colectivos y los del capital[ ... ] Entre los científicos y tec- tema. Los ataques a la organización existente de la actividad
nólogos disidentes el poder de pensar está reconfigurándose en humana y el impulso hacia un hacer diferente provienen de todos
direcciones que van ntás allá de los estrechos confines del capital". lados: de los millones de seres humanos que se, han proyectado en
Somos las fuerzas de producción, y el desarrollo de nuestra las páginas de este libro y muchísimos otros. Este es el hacer que
fuerza productiva, nuestro poder-hacer, está íntimamente ligado a está en el centro, no un nuevo discurso, no una nueva forma de
su socialización. Cuanto más nos unimos con los otros, mayor es pensar, no una nueva forma de organizarse, no un nuevo ismo: es
nuestra fuerza creativa. El problema, como hemos visto, es que el hacer. Porque es nuestro hacer aquí y ahora que produce el
bajo el capitalismo la socialización existe como abstracción: es capitalismo y la destrucción, o, por el contrario, construye un
mediante la abstracción que se establece la unión social de los mundo adecuado para la vida humana y no humana. La revolu-
diferentes haceres. No es de sorprender, entonces, que la rebelión ción es simplemente eso: el asumir nuestra responsabilidad como
contra el trabajo abstracto tome la forma de una rebelión contra los creadores de la realidad social, la asunción social de nuestro
la socialización: haciendo lo nuestro, expresándonos, creando poder-hacer.
pequeños proyectos. El concepto tradicional del socialismó aquí
parece de poca relevancia pues propone una imagen de la socie-
dad poscapitalista como una sociedad caracterizada por una
mayor socialización de la producción, con unidades de producción
aún más grandes, y reduce la cuestión de la autodeterminación a la
idea totalmente abstracta de un plan, de la planificación, en lugar
de vincularlos con el proceso real del hacer.
El desarrollo de nuestro poder-hacer no debe ser entendido
como un rechazo a la socialización. Más bien, el desafío es cons-
truir mediante las grietas una socialización diferente, una sociali-
zación que esté basada en un tejido más informal que la síntesis
social del capitalismo y en el reconocimiento total de las particula-
ridades de nuestras actividades individuales y colectivas y de su
impulso hacia la autodeterminación. Existen ya muchas iniciativas
en esta dirección. La insistencia del denominado "movimiento anti-
globalización" de que no se opone a la globalización, sino que favo-
rece uil tipo diferente de globalización y que, en consecuencia, es
un movimiento de alterglobalización, explica de forma precisa la
cuestión de que la lucha no tiene como objetivo un retomo
romántico a las unidades aisladas, sino a una especie diferente de
interconexión social. La horizontalidad, la dignidad, la economía
alternativa, los bienes comunes: todos estos términos se relacionan
con exploraciones en la construcción de una forma diferente de
socialización.

272 273
Somos la crisis del capitalismo ¿Un tiempo de nacimiento'

el no caber y el desbordar '


maquinarias. Esto no hace que el capital sea menos exigente: por
de nuestro poder hacer, la irrupción el contrario, el crecimiento relativo en la inversión en maquina-
de otro mundo, quizá rias significa que el capital requiere una tasa siemp~e creciente de
explotación para mantener su tasa de ganancia. Este es el argu-
<tesis 31> mento de Marx en su análisis de la tendencia a la caída de la tasa
de ganancial.
Se mire como se mire, la caída en la tasa de ganancia tiene en
su base una no subordinación, un no poder subordinarnos al
grado que nos exige el capital, un "basta, no puedes presionamos
más, somos humanos y no máquinas, humanos con nuestras vidas
y amores, nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros padres". El
El capital se halla en su más profunda crisis en muchos años Ot simple tratar de ser humano ~e hablar con nuestros amigos, de
vez nos pregun tam d ~ . ra
. ~ os: ¿po na ser que éste sea un tiempo de naci- enamorarnos-, se convierte por la dinámica del capital-esa cons-
~tento_ y ~o solo ?e muerte y destrucción? ¿Podría ser ue la cri- tante vuelta de tuerca- en un acto de insubordinación. Y a la
sdts no stgntfique solo un colapso del capitalismo, sino la 'frrnpció inversa: es este tratar de ser humano lo que constituye nuestra
e otro mundo? n
esperanza revolucionaria, el avance potencial de otro mundo,
.La~ manifestaciones en todo el mundo proclaman ue los otro hacer, otra forma de relacionarnos.
capttahstas son la causa de la crisis. y sin embargo has~ ~ La ley del valor, el dominio del tiempo de trabajo socialmen-
nuestro argum t d' • aqut,
en o nos 1ce que esto no puede ser as· s te necesario, es un ajuste permanente del lecho de Procrusto,
noso:~os, y no los capitalistas, la causa de la crisis. El capi~l e~:~~ una constante redefinición del trabajador que exige el capital. El
relacwn de subordinaci~n; cond~ce a la subordinación de todos problema del capital es el que ha tenido desde su nacimiento:
los as~ecto~ de nuestra VIda a la logica del capital. Si está en crisis transformar al salvaje en trabajador. La redefinición constante del
1~ ~sta debtdo a nuestra insubordinación, debido a que ta ' trabajo -de la producción de valor y lo que esto exige- significa
dtctendo "No, basta ya". es mos
que el capital se enfrenta siempre con la tarea de obligar a los
_E.xiste una dinámica inherente a la relación del capital· 1 seres humanos a adecuarse a sus exigencias. La crisis capitalista es
capital es una vuelta de t e a · e
., u re constante, una constante intensifi- siempre una crisis de adecuación: los salvajes no harán lo que el
CaCio.z: de la subordinación del hacer al trabajo abstracto L b capital exige de ellos (de nosotros). "¡Adáptate o vete al infier-
t~acc10n es la subordinación de nuestro hacer a las exige~ci=s ~:¡ no!", grita el capital. "Si no te adaptas, no nos sirves: estás dema-
hempo ~e tr~b~jo socialmente necesario, y la cantidad de tiem siado viejo, demasiado preñada, demasiado inestable emocional-
de tra?aJo ~xtgtd~ pa~a producir cualquier mercancía está sien~o
0
mente, sabes demasiada filosofía, tus hijos se enferman, hablas
reduc1d~ _dia a dta, minuto a minuto. A cada minuto que asa la con tus vecinos, no hablas inglés, piensas muy poco en el dinero
a?straccwn del hacer en trabajo exige una subordinad! - y demasiado en otras cosas". Cada vez más gente responde: "Sí, es
ajus~d~ de nuestra actividad a los ritmos de la producción~: cierto, no nos adaptamos, no cabemos". La crisis es una explosión
val~r. SI no .se logra esto, el trabajo desarrollado resultará ser de no caber, de no encajar debido a que los seres humanos no
socialmente Innecesario e inútil desde el punto de vista d 1 · encajan en las exigencias de la producción de valor, es la manifes-
. ._ .
tal ' una su b ord Inac10n e cap!-
Inadecuada. tación dramática de este no encajar. "Es cierto -repetimos-, no
La implacable dinámica del tiempo de trabajo socialment encajamos". Sin embargo, en la punta de la lengua tenemos algo
necesano -el Impulso a "producir más - - 'd _ _ e más, queremos agregar algo más. Y de este algo más depende el
. • . y mas rap1 o, mas y mas de
P.~sa - se expresa en la tendencia hacia la crisis. La intensifica-
cton constante de la productividad se logra no sólo con la d"sc· 1·
1 'P l- ! Véase la discusión en los capítulos 13 a 15 de El capital, tomo [1[ (Marx,
na d e l capataz,
· ·
Sino ·
con la mtroducción constante de nuevas 1981 ).
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275
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
Dejemos de hacer el capitalismo
futuro del mundo. Si bajamos la cabeza y decimos: "Sí, es cierto, <tesis 32>
no encajamos, pero nos vamos a esforzar, aprenderemos mejor el
inglés, mejoraremos nuestros conocimientos de computación,
echaremos a la basura nuestros pueriles libros de Marx y de
Bakunin, prohibiremos a nuestros hijos que se enfennen, dejare-
mos de estar demasiado viejos, tantas veces embarazadas, demasia-
do extranjeros, demasiado enamorados, demasiado inestables,
nos adaptaremos ... Si alzamos la cabeza y decimos: "Sí, es cierto,
no encajamos. ¿Y sabes algo? No queremos encajar. No queremos
adecuarnos a este mundo de destrucción. ¿Quieres saber algo
más? Tu crisis es tu incapacidad de contener nuestro poder-hacer,
tu crisis es el avance de nuestra fuerza creativa-productiva. ¡Con qué ganas habría escrito un libro con un final feliz! Poder
Nuestra inadecuación es nuestro deSborde, el desbordamiento de ofrecer en él todas las respuestas. Afinnar que el bien triunfaría
nuestra creatividad, nuestro magnífico ser-capaz-de. Así que vete al sobre el mal. Que podríamos cerrar la dialéctica, terminar con una
basurero de la historia, capital, y déjanos seguir haciendo de síntesis, llegar al hogar. Que podríamos asegurar que la historia está
nuevo el mundo". de nuestro lado. Que, como que dos y dos son cuatro, el comunis-
Ésta es la dicotomía que nos enfrenta, más tajante ahora que mo ocupará el lugar del capitalismo. Que la hora más oscura pre-
nunca. Es la elección entre la lucha del trabajo y la lucha en con- cede inmediatamente al amanecer. Que nuestras grietas, con toda
tra del trabajo, entre la lucha por el empleo y la lucha por un seguridad son las precursoras de una nueva sociedad.
hacer más allá del trabajo abstracto. No es fácil, pero ahí es donde Pero no, no es así. No hay seguridad. La dialéctica es abierta,
estamos, ahí es donde vivimos. negativa, llena de peligros. La hora es oscura, pero puede estar
precediendo a otra más oscura aún, y el amanecer puede no lle-
gar nunca. Y nosotros, los tontos que vivimos en las grietas, pode-
mos ser sólo eso: tontos.
Sin embargo, con lo tontos que somos, pensamos que vemos
emerger algo nuevo. Estamos en la parte oscura de un umbral,
tratando de ver y comprender lo que se está abriendo ante noso-
tros. No lo comprendemos muy bien, pero hemos podido oír
-especialmente en las tesis previas-, fragmentos de nuevas melo-
días de lucha que emergen, entrever los atisbos de una nueva
dirección en el flujo de la rebeldía.
Cuando miramos más allá del umbral y examinamos estos frag-
mentos, miramos a través de una lente que es el centro de la discu-
sión que ofrece este libro. En ese centro está lo que suelo pensar
como un salto mortal eriugénico, aunque una buena amiga lo com-
para más prosaicamente con el dar vuelta o poner al revés un cal-
cetín l. El salto mortal-dejemos de lado el calcetín- consiste en ver
que todas las fonnas de relaciones sociales son fonnas-proceso, que
todas las categorías están preñadas extáticamente por su propia

1 Gracias a Raquel Gutiérrez AguiJar.

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo- John Holloway ¿Un tiempo de nacimiento'

neganon, o simplemente, que cada obediencia es portadora de ción como la destrucción del capitalismo es distanciamos d~ ~oso­
una desobediencia que no puede contener. Ponemos en el centro tras mismos y posponer el futuro. La c~uestió~ de la revolu~o~ n~
un hacer que abre, un hacer que irrumpe a través del trabajo abs- está en el futuro. Está aquí y ahora: ¿como deJamo~ de ~ro ucir e
tracto y su tiempo abstracto. El salto mortal teórico no es una sistema por el cual estamos destruyendo la. ~umamdad. ·emos de
invención académica, sino, simplemente, parte de un cambio en el Refonnular la cuestión de la revolucwn como el _de}
flujo de la lucha anticapitalista: la emergencia y el crecimiento de hacer el capitalismo no nos da las respuestas. Existen prestones ~uy
la lucha en contra del trabajo como la esencia de la lucha en con- reales -la represión, el hambre- que nos impulsan a reprodu~I: ~1
tra del capital. capitalismo cada día. Lo que esta reformulación hace es redtngir
En esta tesis casi final del libro, señalamos algunos de los ele- nuestra atención. En primer lugar, nos hace co~centramos en
mentos emergentes de la nueva poesía de la lucha, como sugeren- nosotros mismos como los creadores y los potenoales no crea?~o­
cias, como provocaciones. -· res del capitalismo. En segundo lugar, atrae nu~stra atenoon
Dejemos de hacer el capitalismo. Éste es el eje fundamental hacia la tensión extática entre el hacer y el ~baJO, que es _una
de nuestro salto mortal, su centro de levedad. El hacer que lanza- cuestión de la experiencia cotidiana y el espaClo en e_l que sigue
mos en contra del trabajo es la lucha por abrir cada momento, atrapada nuestra capacidad de crear otro ~und~: Esta es ~na
afirmar nuestra determinación contra toda predeterminación, especie de burbuja cristalina encantada. St pud1e~os mtrar
contra todas las leyes objetivas del desarrollo. Se nos presenta un desde el exterior podríamos vernos, a través ~e un cnstal, ~ noso-
capitalismo preexistente que dictamina que debemos actuar de tros mismos desarrollando -felices o no- ace1on_es que estan des-
determinadas formas, y a esto respondemos: "No, no hay capita- truyendo la humanidad. Nos vemos a nosotros m1smos en nu:stras
lismo preexistente, sólo hay el capitalismo que hacemos -o no rutinas cotidianas y nuestros ojos se abren _con ..un :stupor Infan-
hacemos- hoy". Y elegimos no hacerlo. Nuestra lucha es por abrir til' queremos golpear sobre el cristal y gntar ¡deJa d~ h~cerl~.:
cada momento y llenarlo con una actividad que no contribuya a deja de destruir la hun 1anidad, deja de hacer el capital_Is~o.
la reproducción del capital. Deja de hacer el capitalismo y haz Empero, no estamos en el exterior, estamos ~entro y _parno~an­
otra cosa, algo con sentido, algo hermoso y disfrutable. Dejemos do en la destrucción de la humanidad, consoentes-o-Inconsci~n­
de crear el sistema que nos está destruyendo. Sólo vivimos una tes de lo que estamos haciendo. ¿Cómo ilu.~inamo_s nu.estros OJOS
vez: ¿por qué usar nuestro tiempo para destruir nuestra propia con el asombro, cómo sacudimos esa semnnconsoenoa, esa _ten-
existencia? Seguramente, podemos hacer algo mejor con nuestras sión esa distancia extática, cómo ta enfocamos claramente, c?mo
vidas. la a:Opliamos, cómo la abrimos, cómo fortalecemos, expandtmos
La revolución no es cuestión de destruir el capitalismo, sino de y multiplicamos todas esas rebeliones en las que un polo de la
rehusar crearlo. Plantear la revolución como la destrucción del relación extática (el hacer) rechaza con todas su~ _fuerzas al otro
capitalismo es reproducir la abstracción del tiempo que es tan cru- olo (el trabajo)? Ésa es la cuestión de la revolucwn.
cial para la reproducción del capitalismo: es derrotamos a noso- p Preguntando canúnamos. El gran problema es que no sabe-
tros mismos. Pensar en destruir el capitalismo es erigir frente a mos las respuestas, no sabemos cómo dejar de hacer el capitalis-
nosotros un gran monstruo, tan aterrador que o bien abandona- mo. En realidad, no sabemos. Históricame~te, nos encontra~os
mos la idea, desesperados, o bien concluimos que la única forma en el umbral de un mundo de lucha y todavta estamos aprendien-
en la que podemos matar al monstruo es construyendo un gran do. No hay recetas para aplicar. .
partido con líderes heroicos que se sacrifican a sí mismos, y a todos No es sólo que históricamente no sabemos, stno que el no saber
los que los rodean, por el bien de la revolución. Nos autoderrota- es un rincipio del conocimiento que es central para el ~uev~
mos otra vez, ahora construyendo una gran fábula de heroísmo, model~ de luchas. El movimiento del hacer en contra-y-mas-alla
liderazgo, sacrificio, disciplina, autoridad y paciencia, una fábula del trabajo es un descongelar, un fluir social que rompe las defi-
habitada por santos: Lenin, Trotsky, Rosa, Mao, Che, Marcos u niciones, un flujo en el que el hacer de una persona se mezcla Y
otros, reproducimos lo que queremos destruir. Plantear la revolu- se confunde en fonna indefinible con el hacer de otras. El saber

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway ¿Un tiempo de nacimiento?

que es parte de este hacer es parte del mismo movimiento: tam- capitalismo. Pueden no tener todos iguales impactos, pe.r?, afor-
bién un deshielo, un flujo social que rompe definiciones, un flujo tunadamente, no tenemos pautas para evaluarlos. ¿Qmen va a
en el que el saber de una persona se mezcla y confunde en forma decir que formar parte del denominado "bloque negro" en una
indefinible con el saber de los otros2. El saber es un proceso de manifestación contra el G-8 es más o menos efecuvo como medto
construcción colectiva -aunque, a veces, se limite a la privacidad de lucha que crear una huerta contra la masacre por parte de los
de nuestros escritorios-, un diálogo más que un monólogo, un humanos de otras formas de vida?
pregun~do-caminamos que no es necesariamente educado, y ' No existe una única respuesta correcta, lo que no significa
en ocasiOnes una provocación, pero siempre una provocación que esta infinidad de luchas estén atomizadas. Hay entre ellas una
que abre, no una que da órdenes y fija leyes. resonancia, un reconocimiento mutuo como partes de un mover
1
Admitir que no sabemos es tanto un principio del saber como 1
contra-y-más-allá, un constante compartir ideas e información3. El
un principio de organización que procura la participación de no compartido por los muchos síes es una conexión práctica, el
todos .en el proceso de determinar nuestro hacer individual y permanente tejido de un nosotros, la configuración de un flujo
colecuvo. El saber conduciría a una estructura organizativa dife.. común de hacer y de rebelión. Esta resonancia compartida no
rente, una estructura de monólogo con líderes establecidos e ins- quiere decir que todos estemos de acuerdo: por el contrario, el
tituciones hechas para sostenerlos. desacuerdo y la discusión son cruciales en la formación de ese
No sabemos, y, sin embargo, hay una desesperación creciente: nosotros resonante.
¿qué ?acemos?, ¿cómo dejamos de hacer el capitalismo?, ¿cómo Para nuestra inmensa fortuna, nunca encontraremos la plena
cambtamos el mundo?, ¿cómo detenemos esta horrible destruc- pureza en estos experimentos. Todos son contradictorios. El revo-
ción que nos rodea?
lucionario dedicado que abandona sus hijos para ir a luchar por la
N o existe una respuesta correcta, sólo millones de experimen- gran causa; la organización indígena que acepta fondos de una
tos. No hay una única respuesta correcta a la desesperada -y iglesia que, a su vez, se dedica a la subordinación y a la misoginia;
ancestral- pregunta del qué hacer. Quizá, la mctior respuesta que el profesor radical que participa en la evaluación cuantitativa del
se pueda dar sea: "Piensa por ti y por vosotros, usad vuestra ima- trabajo de los estudiantes; la cooperativa que vende sus productos
ginación, seguid vuestras inclinaciones y haced lo que consideréis en el mercado; el obrero de la planta automotriz que pasa la mayor
necesario o disfrutable, siempre con el lema de ir en contra-y-más- parte de su tiempo produciendo objetos que matan y contaminan,
allá del capital". Para algunos, esto significará lanzarse a preparar la y luego, por las noches y durante los fines de semana, organiza una
próxima contracumbre con motivo de la reunión del G-8. Para huerta comunitaria; el estudiante que planifica manifestaciones,
otros, significará abrir perspectivas de un mundo diferente para los pero no cuestiona las categorías de la temática que está estudian-
niños a quienes enseñan en la escuela. Otros se unirán a sus veci- do: todos somos autocontradictorios, y estamos comprometidos en
nos para crear una huerta comunitaria, o para participar en las la recreación de ·las relaciones sociales que tratamos de superar.
actividades del centro social del barrio. Algunos dedicarán tod~ No puede ser de otro modo en una sociedad capitalista. El movi-
sus energías para organizar la oposición a la extensión de una miento del hacer no es un movimiento puro, sino un moverse den-
carretera que amenaza la calidad de vida de miles de campesinos, tro-en-contra-y-más-allá del trabajo. Aquí no existe la pureza: trata-
algunos se dedicarán a la permacultura o a crear un software gra- mos de superar las contradicciones, tratamos de rebelamos contra
tuito, otros sólo jugarán con sus hijos y amigos o escribirán un nuestra propia complicidad, tratamos en todas las formas de dejar
libro sobre cómo cambiar el mundo. Todos éstos son gritos de de hacer el capitalismo, tratamos de dirigir el flujo de nuestras
esperanza, proyecciones hacia una forma diferente de vivir, inten·
tos de hacer algo mejor con nuestras vidas que seguir creando
3 Puede no ser una línea correcta, pero es muy títil tener claras sugerencias
2 sobre cómo organizar una huerta comunitaria o montar una emisora de radio
De al1í la violencia del contraarnque capitalista de la propiedad intelectual: alternativa (véase Trapese Collective, 2007, también Carlsson, 2008, y
la desesperada tendencia a separar y definir saberes. Habennann, 2009).

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¿Un tiempo de nacimiento'
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

vid~ tan efectivamente como podemos hacia la creación de una tido culpar a nuestros líderes políticos cuando nos meten en la
so~I~~~d (b~da ~n la dignidad. Somos parte del flujo social de la guerra o promueven el progreso capitalista que está destruyendo
re-~ ¡a vea_se Tischler, 2009), y en este flujo no hay espacio para la vida sobre la tierra: si hay alguien a quien culpar, deberíamos
ngi eces m l~n~~ duras. L~s conceptos de lo correcto y, su com le- culpamos nosotros por pensar que ellos son nuestros líderes o
mben;o. :a traiCIO~, tan arraigados en la cultura de la izquierda, ~on representantes. ¡Que se vayan todos! Somos los únicos que podemos
~ stacu os al fluJO de la rebeldía. Crear rigideces y dogmas como earar la autoaniquilación humana: la responsabilidad es nuestra.
no hablamos con ellos porque son reformistas" o "no te Este ha sido durante mucho tiempo el argumento de los movi-
nada que ver 11 con ellos porque beben Coca-Cola" o " no cooperare- nemos mientos ecologistas radicales, por ejemplo: nos corresponde a
mos con~ os porque son sectarios" es tomar una parte activa en el nosotros vivir de una forma diferente, cambiar nuestras huellas
c~nf,lamiento del Hujo de la rebeldía, reproducir las definiciones ecológicas, desarrollar una relación diferente con las otras for-
e asi Icacwnes y feuches del pensamiento capitalista. ' mas de vida. Seguramente, este empujar-más-allá a una diferente
. Somos gente comun. · s·I pensamos que somos especiales d' forma de vída debe ser comprendido no sólo como una elección
~:t~~ del~ masas que se hallan felizmente integradas en el ;ist: personal, sino como un empujar en contra de la organización capi-
. pitahsta, mmediatamente excluimos la posibilidad del talista de nuestra actividad que está destruyendo el mundo -en
bi~ radie~\. ~o cierto es lo contrario: ser revolucionario es la~~~; otras palabras, como anticapitalista-, pero, el punto central es cru-
masd con.m~ el mundo, es simplemente parte de vivir en la soci cial: el anticapitalismo es asumir nuestraS responsabilidades, rea-
d a cap1 tahs ta. e- propiamos de nuestras vidas, dejar de lado al capital que es la
Todos hacemos, y todos hacemos contra el traba;o O expropiación constante no sólo de nuestros productos, sino de
forma u otra
.d
· :.~ · e una
' empuJamos contra la determinación de nuestras nuestro hacer, pensar, decidir y vivir.
VI as por fuerzas que no controlamos, o al menos soñamos con Detenninemos los ritmos. Que lo hagamos nosotros mismos
~a~~lo, o lamentamos no hacerlo. Si la revolución es la rebelión significa que determinemos los riunos, las pautas. Demasiado a
e ac.er e~ contra del trabajo, entonces, la cuestión no es traer menudo pensamos en el anticapitalismo como tas protestas contra
1a concienCia revolucionaria a las masas, Sino
bilidad . d esarrollar la sensi- las últimas barbaridades del sistema. Marchamos contra la guerra,
para reconocer las rebeliones que existen en todas artes protestamos contra el G-8, manifestamos por la liberación de los pre-
y hallar formas de tocarlas, resonar con ellas, prolongarlas:parti: sos políticos o hacemos piquetes contra la embajada peruana para
Clpar en el deshielo y en la confluencia de lo que está congelad que dejen de asesinar a los indígenas defensores de la selva amazóni-
Nuestr~ fuerza reside en el carácter común y ordinalio :~ ca. Todo esto es muy necesario, pero le permite al capital imponer el
nuestra extstenci~. _Aquellos grupos que piensan que tener un programa para determinar los ritmos. la rebelión del hacer en
dogma puro y quiza ~uenas armas y disciplina militar es la me'or contra del trabajo no sólo es una defensa contra los horrores del
a u todefensa no podnan estar más equivocados. La mejor defe~sa capitalismo, sino que también significa tomar la iniciativa y cons-
-sea ¿~e. seamos un grupo de guerrilleros o un centro social en tnür ahora las anticipaciones de otro mundo. Hagamos que ellos
un e I ICIO ~ct~pa?o- es mezclamos con nuestros vecinos: no sólo corran detrás de nosotros en lugar de nosotros correr detrás de
~omobuna_tactlc~ I~teligente, sino porque la resonancia mutua de ellos. Ocupamos un lote de tierra baldío y creamos un jardín.
~- re eldias_ coUdianas es la única base posible para una revol - Hacemos un centro social como un foco de resistencia anticapita-
Cion comumzante. u lista en nuestro barrio. Insistimos como estudiantes en que la cues-
r- Rd"f';:"''
. lo oosotros mumosl:
· -
Este es quizá el corazón de la rebe- tión de parar la autodestrucción de la humanidad debe ser discuti-
I~~ e ac_er en contra del trabajo. Asumimos nuestra res onsa- da en nuestras clases. Ocupamos seis ciudades y decimos ¡basta!
bihdad aqUI y ahora y lo hacemos nosotros mismos. No tie! sen- Instalamos una emisora de radio comunitaria. ¡Ya basta! No pedi-
mos petmiso y no formulamos exigencias. Hacemos.
" 4 VéaseTla muy practlCa
• · gma · para haced o nosotros mismos en toda clase de Construimos otro mundo. Lo hacemos, aquí y ahora. Aquí hay
ormas, en rapese Collective (2007). ' un cambio de enfoque. Los hechos espectaculares, como aquellos
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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway ¿Un tiempo de nacimiento?

que se organizan contra las cumbres y los foros sociales, son rías, pero cuanto más nos unimos con otros o nos damos cuenta
importantes, pero lo son no por lo que puedan lograr en térmi- de que nuestra rebelión contra el trabajo es parte de un flujo más
nos de cambiar políticas gubernamentales, sino sobre todo como general, más fácil se hace hallar soluciones prácúcas.
puntos de confluencia de los diferentes movimientos: espacios en Haz de forma diferente, haz contra el trabajo. No hay otro
los que aprendemos entre nosotros y nos inspiramos unos de camino hacia delante.
otros. Lo más importante de todo es el movimiento menos visible Rompamos las paredes. Abramos lo encerrado. El mundo del
de rechazo y creación. Ésta no es una cuestión de lo local contra trabajo abstracto es un mundo de cercamientos, un mundo de
lo global o lo micro com.ra lo macro, es más bien una cuestión de paredes físicas y metafóricas. Éstas son las paredes invasoras de la
comprender que la fuerza del flujo social de rebeldía depende metáfora que presentamos al comienzo del libro. Las paredes
finalmente de nuestra capacidad de reapropiarnos del flujo social invasoras están haciendo insoportable la vida para millones y
del hacer o evitar su expropiación. Los grandes eventos son millones de humanos, y las cosas amenazan con empeorar aún
importantes, pero no pueden reemplazar la búsqueda constante más. Pero esto genera una contrafuerza, una tremenda presión
de formas de hacer en contra y más allá del trabajo. contra las paredes, lo que nos da esperanzas de que las paredes se
Hagamos contra el trabajo. Si va a haber un futuro para la' resquebrajen y se desmoronen. ¿Cuántos millones de personas
humanidad, debemos vivir de forma diferente, debemos actuar deberán morir de hambre antes de que ceda la pared de la propie-
de forma diferente, debemos relacionamos unos con otros de dad privada? Ya está siendo quebrada en tantas diferentes formas,
forma diferente y también con las otras formas de vida y el a menudo por robos y violencias que ofrecen pocas perspectivas
ambiente natural que nos rodea. Debemos desarrollar un hacer para el futuro, pero a veces por la ocupación consciente de la tie-
diferente. Entonces, es evidente que la vieja concepción de la rra -como en el gran movimiento de los campesinos sin tierra, el
revolución cenu-ada en la socialización de los medios de produc- MST, en el Brasil- o la ocupación de fábricas o en la generalizada
ción es horriblemente inadecuada. Las revoluciones del siglo xx falta de respeto por los derechos a la propiedad intelectual en la
no fracasaron por haber sido demasiado radicales, sino por no música o el software.
haber sido lo suficientemente radicales. El centro de la revolución El hacer es un torrente conu-a todo cercamiento. Nuestro
anticapitalista es muy simplemente, el hacer. Hacer diferentemen- poder hacer cosas de modo diferente, nuestro poder de crear
te, hacer de modo muy diferente o no habrá futuro para la huma- otro mundo, es una corriente que ejerce una creciente fuerza
nidad. Esto significa hacer contra el trabajo, porque es sobre todo con u-a las paredes que nos rodean, un constante abrir brechas en
la disciplina del trabajo la que obliga a nuestra acúvidad coúdia- esas paredes. El capital corre de un lado a otro reparando estas
na a recorrer un camino que destruye literalmente la humanidad brechas -concediendo refonnas agrarias, redefiniendo las nor-
en todos los senúdos de la palabra. Una revolución que no está mas de la sexualidad, por ejemplo-, pero la corriente de nuestro
fundamentada en la transformación de la acúvidad humana no es poder no será contenido, simplemente porque nuestra vida colec-
en absoluto una revolución. tiva depende de ello.
Sabemos que esto no es fácil. No es fácil porque puede aca- Nos toca romper las paredes, entonces. Romper los cercos de
rrear represión o conducir a la pobreza. Pero tampoco es fácil la tierra, revertir el cercamiento de la tierra que inició el desastre
porque las líneas divisorias no son siempre claras. Podemos dedi- que es el capitalismo, crear las bases para una superación de la
carnos a algo que consideramos una forma importante de protes- separación entre la ciudad y el campo, entre los humanos y otras
ta y luego descubrimos que la forma de protesta se hace popular formas de vida. Romper las paredes que rodean nuestra sexuali-
y se ttansfonna en una fonna de hacer dinero: pensemos en los dad de modo de que podamos disfrutar nuestros cuerpos con ple-
primeros punks y en la primera música rap, por ejemplo. Las líne- nitud. Romper las paredes constituidas por los Estados, que han
as a menudo se hacen borrosas y, sin embargo, la tensión entre el causado la muerte de millones y millones de seres humanos en las
hacer y el trabajo es una preocupación constante en nuestras guerras del úlúmo siglo y la miseria actual de una cifra cada vez
vidas. Nuestras respuestas a esta tensión son siempre contradicto- mayor de emigrantes. Romper las paredes de las prisiones que,

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Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway

encarcelando a tantos, nos encarcela a todos. Romper las paredes


<tesis 33>
de nuestro pensamiento, la rigidez del pensamiento que surge del
trabajo abstracto y es reforzada en las escuelas y universidades.
Romper las paredes por las que los sustantivos encierran la pode-
rosa dinámica de los verbos. Romper las paredes de nuestro hacer
rechazando toda expropiación de los medios de hacer, medios de
producción, medios de vivir. Romper las paredes cada vez que
podamos y donde quiera que podamos. Romper las paredes con
el rechazo a construirlas.
Agrietemos el capitalismo. Luchemos desde lo particular,
luchemos desde donde estamos, aquí y ahora. Crear espacios o
Ésta es la historia de muchísima gente. Es la historia de los millo-
momentos de otredad, espacios o momentos que van en la direc-
nes que han tejido su camino den?"o y f~era de es~ pági~as, en
ción opuesta, que no encajan. Hacer agujeros en nuestra reitera-
forma visible e invisible, audible e maudible, consciente e Inco~s­
da creación del capitalismo. Crear grietas y dejarlas expandir,
cientemente. De los millones que quieren configurar sus propias
dejarlas multiplicar, dejarlas resonar, dejarlas fluir juntas. Crear
vidas. De los millones que quieren poner fin a la miseria, _la po~r~­
dimensiones en las que no seamos más servidores y contemple-
za y la explotación. De los millones que no quieren seguir partici-
mos al tirano capital, "como un gran coloso cuyo pedestal ha sido
pando en la destrucción de la vida humana y no humana. De los
destrozado, caer por su propio peso y partirse en pedazos".
millones que quieren dejar de hacer el cap1tahsmo.
¡Rehusar-y-crear! ¡Rehusar-y-crear! Eso, para nosotros, es
Ésta es la historia de la muchacha en el parque que, cansada
Moisés y los profetas. Salvo que no tenemos ningún Moisés, no
de todas las controversias provocadas por su simple acto de leer
tenemos ningún profeta, sólo nos tenemos a nosotros mismos.
un libro -este libro-, pero emocionada por lo que ha leído, toma
una lapicera y continúa este párrafo con más y más, infinidad de
ejemplos de gente común cu_ro no c~~r es un. desbordar. Y luego
sigue, pues ella sabe que el hbro esta s1n termmar.
Ésta es tu historia y la historia de todos nuestros amables lec-
tores. Quizá seas tú la muchacha del parque;. Desde luego, ya
sabes que estás frente a un libro inconcluso. Dejalo abierto ~hora
y lanza un alarido de alegría rabiosa mientras partes para deJar de
hacer el capitalismo y. preguntando, hacer el mundo de nuevo

r
1
i

286 287
Gracias

Gracias, muchas, muchas gracias porque la escritura de este libro,


como todo hacer, es parte de un flujo social y poco gramatical,
donde el hacer, el vivir y el amar de uno fluye en el hacer, el vivir
y el amar de los demás, un flujo que viene a veces con nombres y
a veces sin ellos, un flujo que para mí tiene un vórtice central en
Eloína Peláez, ya que sin ella no podría haber concebido el tiem-
po tanto como la fragilidad infmita de un segundo y como el
empuje duro y paciente de la creación colectiva; y otros, muchos
otros, como el maravillosamente estimulante de Sergio Tischler,
con quien he compartido un seminario desde hace más de doce
años; y luego Fernando Matamoros, por supuesto y ahora Antonio
Fuentes y Francisco Gómez Carpenteiro que nos acompañan en
la coordinación del seminario, y los muchos estudiantes, profeso-
res y visitantes que han compartido nuestros debates en estos
doce años, y Agusún Grajales, Carlos Figueroa y Nancy Churchill
que han hecho tanto para crear un ambiente de apoyo mutuo en
el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez
Pliego y su Pos grado de Sociólogía, y, por supuesto, Néstor López,
que rompe el capitalismo con su entusiasmo y energía y ha hecho
mucho para abrir la Argentina y América del Sur para este proyec-
to, y a Pipo Cuéllar por su apoyo tranquilo y constante tan impor-
tante desde el principio y a quienes se han unido a Néstor y a Pipo
en la discusión de los borradores de este libro en Buenos Aires:
Luis Menéndez, María Belén Sopransi, Daniel Contartese,
Gabriela Ferreyra, Eric Meyer, Alba Invemizzi y Luciana Ghiotto;
y los otros que me han hecho llegar comentarios por escrito sobre
el borrador del libro, que van desde el muy útil "que es fabuloso"
(justo lo que quería escuchar) a las críticas detalladas y también
muy útiles: Wemer Bonefeld, Dorothea Hárlin, Chris Wright, Ana
Dinerstein, Adrian Wilding, Maree! Stoetzler, Raquel Gutiérrez,

289
Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway lndice analítico
Michael Kasenbacher, Marina Sitrin, Alejandro Merani, Simon
Susen, Paul Chatterton, David-Brian-Keir-and-Nette de la Free
Association, Sabu Kohso, Chris Carlsson y Maggie Sinclair; y
Antonio Ortiz que ha sabido escuchar y comprender mis explica-
ciones, y Hierson Rojas, que me ayuda de modo permanente en
el trato con el mundo universitario, y Virginia Castillo también,
siempre dando su apoyo, y también los estudiantes de doctorado
a quienes aún no he mencionado y he tenido el privilegio de ase-
sorar en el últimos años, especialmente Lars Stubbe, Vittorio
Sergi, Alberto Bonnet, Rafael Sandova!, Manuel Martinez, Mina
Navarro, Nashyeli Figueroa, Dario Azzelini, Mariana Muñoz, 1968, tos acontecimientos de 35, Autodeterminación 25, 26, 45, 47,
Juquila González, y a Chiche Vázquez y todo el equipo de 41,86, 162,199,212 71, 75, 76, 95,121, 171, 190,
Herramienta por su apoyo de siempre; y mis hijos no tan niños, 11 de septiembre de 2001, atenta- 198, 214, 223, 224, 228, 229,
Aidan, Anna-Maeve Holloway y Mariana, que irradian mi vida, y do del 58 230,245,260,261,264,272
Autonomía 1 grupos autónomos
Richard Gunn, que siempre está ahí, incluso cuando no estemos
Abu Ghraib, tortura y abuso de 4, 31. 32, 34, 38, 45, 55, 70, 73,
en contacto directo, mi agradecimiento también a los millones 85,108,147,159,194,229,230,
que son los héroes de este libro y a los miles que han participado prisioneros 7
Actividad vital (consciente) 100, 266
en los debates de la madre de este libro, Camhiar el mundo sin tomar Autovalorizacióu 206, 207, 208
101, !07, !09, 110, 118, 131.
el poder, lo que me sumerge en un mundo de debate teórico y
136,167,173, 188, 199,219
práctico que existe en contra y, cada vez más, más allá de las uni- Activismo /activistas 5, 13, 51, 86, Bieues comunes 1 en-<:omún 33,
versidades, en un mundo de grietas, en los numerosos foros crea~ 87, 208, 216 34, 36, 116
dos por la inquietud del pensamiento rebelde: los foros sociales Acumulación primitiva 1 acumu- Black Block 1 Bloque Negro 281
mundiales y regionales, los eventos zapatistas, los "otros" semina- lación originaria 115, 131. 133, Bolivia 27, 47, 50, 58, 65, 68, 69
rios, la maravillosa semana que hemos pasado construyendo la 137, 139, 163, !64, !65, !73, Brujas 132, 133, 134, 139
palabra común en la comunidad zapatista de Oventic, las reunio- 182, !83, 184, 185, 187 Bush, Georg e W. 57
nes con los piqueteros y los maestros disidentes y grupos autóno- Agua (lucha contra la privatiza-
ción) 5, 20, 24, 25, 32, 34, 48, Calderón, Felipe 57
mos de varias formas y tamaños, y las muchas personas, muchos Campaña contra el impuesto
de los que a sabiendas o sin saberlo, me han inspirado y sin quie- 57, 183, 224, 225, 240
Alienación 1 trabajo alienado 36, directo individual en el Reino
nes este libro sería inconcebible, y los Espirales y los ex Espirales, 51,99, !01, 104,105,109,139, Unido 29
los Solano y los ex Solano y los Jóvenes en Resistencia Activa por !51, 168, !87, !91, !99, 209, Camaval 35, 36, 192
no hablar de los pizzeros de Puebla, y, último pero no por ello 229 Cecosesola, Barquisimeto
menor, mi agradecimiento a ti, querido lector, que has llegado a Amor (relaciones basadas en el) 1 (Venezuela) 74
esta última página, o que tal vez hayas abierto el libro desde atrás, amorosidad 48, 49, 72, 122, 152, Centros sociales 22, 26, 29, 32, 61,
un atrás que es un adelante, un final que es un principio ... 153, 193,258,263,275 64, 72, 89,260,280,282,283
Anarquismo j Anarquistas 39, 47, Chávez, Hugo 69
125,203,204,205 China 86, !56, 200
Apocalipsis 260 Clasificación 41, 55, 128, 136, 164,
Argeutinazo / 19 y 20 de diciem- 204,239,282
bre de 2001 35, 40, 49 Cochabamba 4, 24, 32, 48
Asimetría 45, 46 Cohesión social 55, 58, 60, 61, 64,
¡= Ateneo 33, 264 75, 105, 108, 112, 124, 144, 145,

1i 291
290
í
1

Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway lndice analltico

146, 157, 164, 189, 198,204, Ecuador 70 Gleneaglcs 49, 86, 262 López Obrador, Andrés Manuel
225 Educación 4, 21, 22, 25, 26, 33, 33, Gluckliche Arbeitslose 28 57
Compañerismo, camaradería 47, 64, 117, 126, 150 Granja del Sur Centro en Los Lucha contra el trabajo 118, 169,
48,49 Ejército Payaso Rebelde Ángeles 60 171-174,200, 278
Comuna de París 37, 41, 47 Insurgente Clandestino 36, 249 Grecia, diciembre de 2008 218 Lucha de clases 171-175, 199,200,
Comunismo 14, 30, 40, 45, 48, El Alto (Bolivia) 27, 28 Grietas, su dimensión temporal 206, 208, 214, 219, 244, 251,
101,109,118, 168, 170,175, En-contra-y-más<illá 96, 110, 111, 34-41 252
200,209,226,230,231,255, 124, 130, 178, 189, 194, 195, 208, Guantá.namo 3, 7
261, 277 211, 213, 218, 232-235, 239, 241, Guevara, Che 162, 278 Maestros 4, 5, 20, 22, 25, 40, 111,
Comunización 231, 282 243,248,257,270,271,280 127, 183, 185, 189, 196, 201,
Concepto unitario de trabajo 168, Eriugénico 167, 277 Heiligendamm 86, 262 265
169, 174, 176, 177, 181, 196, Estructuralismo 125, 129, 208, 211, Horizontalidad 47, 50, 72, 272 Maestros de Puebla 4, 20, 25
198,199,200,201,202,203, 239 Huelga minera en el Reino Unido Mandar obedeciendo 50, 259
203,205,214,215,262 Evaluación 1 medición 21, 102, 47 Mao 278
Contradicción 10, 73, 78, 172, 103,117,143,144,149,150,152, Huerta comunitaria 4, 6, 13, 25, Marcos, Subcomandante
189, 193, 195,204,206,219, 154,162,201,224,225,239,251, 34,45,52, 141,223,225,280, Insurgente 40, 62, 235, 259, 278
229, 243, 244, 281 263,281 281 Máscara 127-130, 233-235, 238-
Q-édito 196, 202,213, 215 Explotación 4, 6, 55, 70, 127, 140, Huerta Orgázmika de Caballito 61 240,242,244,245-249
Crisis 10, 11, 31, 60, 90, 94, 129, 145, 150, 160, 161, 163, 164, 171; Identidad 1 no identidad 1 antii- Mayor Ana Maria 235
169, 174,177, 179, 195, 196, 172,175,193,199,203,213,275, dentidad 86, 96, llO, 123-125, Memoria 83, 186, 187
198,200,201,203,209,210, 287 128, 130, 133, 136, 152, 153, Mister Peel 20, 22
215,219,227,240,241,250, Éxtasis 1 ek-stasis 111, 194, 211 182,190,213,216,219,234, Momentos de exceso 261, 262
252,274,275,276 235, 239-242, 245, 246, 248, Morales, Evo 58, 59
Qítica ad horninem 9, 107, 136, 147 Fábricas recuperadas 1 ocupadas 257,280 MST del Brasil 31, 33, 285
5, 20,26,31,59,64, 75, 77, 79, Inadecuación 9, 10, 23, 55, 82, 84, MTD La Matanza 48
Danton 13 82,83 85, 96, llO, 165, 190, 197, 206, MTD Solano 28
Democracia 1 furmas democráticas Feminismo 1 feminista 40, 246 275,276 Müntzer, Thomas 142
47,51,68, 70,96,259 Fetichismo 1 fetichizacióu 1 for- Instituciones 1 institucionaliza- Multitud 229, 252
Desastres 36, 37, 114, 231 mas feticbizadas 121, 176, 184, ción 37, 70, 87, 88, 153, 228,
Desempleo 1 desocupación 27, 28, 199,200,216,230,236,256 232, 246, 247, 259 No servir más 6, 20,118, 286
29,31,40, 156,174,203,210, Financiamiento 65, 78 Invisibilidad 9, 40, 80, 83, 132, No-TAV 33, 264
213 Fordismo 199, 200, 202, 209, 210, 144, 187, 196, 198 Nunc stans 261, 263
Desgarranúeitto metabólico 139, 211
140, 141 Forma-proceso 185, 186, 190, 277 Juntas de Buen Gobierno 73, 263 Oaxaca 7, 11, 31, 33, 56, 63
Desp<;jamientos en Escocia 137 Foro Social 52, 284 Obama, Barack 57
Dialéctica 9, 96, 110, 111, 229,277 Frankenstein 161, 252, 253, 254 Kirchner, Néstor 57, 58 Operaísmo 208, 209
Dignidad 19, 21, 29, 33, 41, 46, 48, Frente Popular Darío Santillán 228 Otra campaña 58, 24 7
50,52,55,56,62,68,81,86, 111, Frustración 3, 7, 145, 190, 192, Leninismo 49, 129, 130, 168, 175
260,263,264,272,281 196, 230, 271 Ley 1 legalidad 33, 61, 62, 64, Partido 47, 69, 87, 88, 129, 146,
Don Quijote 93 Fuerzas de producción 243, 269- 116, 132, 145 153, 158, 226, 246, 247, 262,
Duración/ permanencia 148, 149, 273 Leyes del desarrollo capitalista 58, 265
151, 152, 153, 154, 156, 157, 158, 108, 157, 161-164, 168,177, Personificación 124, 126-130, 133,
159, 260, 262, 263 Gaza3 275, 278 134, 144, 233, 234
Génova 58, 262 Uneas de continuidad 6, 29, 40, Piqueteros 22, 28, 48, 59, 65
Econonúa alternativa (solidaria) 79 Gente común 5, 13, 24, 282, 287 41,83, 84,87 Poder popular 70, 71

292 293
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway
fndice de autores
Poder-hacer 38, 70, 96, 109, 110, Taylorismo 175
141, 143-148, 218, 230, 247, Teatro 4, 24, 39, 52, 89, 233, 234,
248,249,256,257,259, 27~ 249
273,276,285 Teoría crítica 9, 181, 219
Poder-sobre 143-147, 218, 259 Territorialidad 31
Poesía 89, 249 Tiempo de trabajo socialmente
Preguntando caminamos 14, 51, necesario 75, 103, 106, 110,
201,264,279,280 151, 157, 175, 191, 196, 197,
Progreso 153, 263, 264 264, 274, 275
Psicoanálisis 186, 248 Tiempo-en-el-que vivimos 1 tiem-
po-como-el-que-vivimos 152,
Razón instrumental 39, 110, 162, 252,260,261,262
260 Todavía-no 37, 43, 44, 187, 239, ADORNO, Theodor W. 9, 44, 96, BORGES,Jorge Luis 253, 254, 255
Reclaim the Streets (RTS) 51 261, 265 133, 139, 158, 160, 216, 217, BUTI.ER,judith 184
Reconocimiento mutuo 46, 281 Totalidad 59, 72, 106, 108, 155, 219,225,234,236,238,246
Reificación 123, 125, 161, 176, 157,158,159,199,223-231,273 AGA.\IBEN, Giorgio 258 CAFASSI, Emilio 36
217,249 Trabajo alienado (véase AGNOLI,Johannes 9, 247 CARLSSON, Chris 24, 26, 111, 272,
Reiteración perfonnativa 184 Alienación) AIZICZON, Fernando 79 281
Retomo de lo reprimido 187, 247, Trabajo precario 27, 202 ALTAMIRA, César 208 CECEÑA, Ana Esther 32, 48
248 Trotsky 278 ANDREW X 87 CECOSESOl.A 7 4
Reunión cumbre 84, 266, 281, 283 Tuatha Dé Danann 187 ANóNIMO 231 CHATTERTON, Paul 28, 89
Revolución intersticial 12, 71, 72 ARTHUR, Chris 95, 101 CHIAPELI.O, Eve 85
Revolución rusa 47, 68 Uugdomshuset 61 AzzEUNI, Darlo 69, 228 CLW<E, Simon 177
Risa 36 Universidades 4, 5, 32, 64, 118, CLEAVER, Harry 30, 206, 207, 208
Robespierre 13 128, 194, 199,201,225,286 BAIRD, Vanessa 135 COLECTIVO DOCENTE 21
Rosa Parks 43 Utopía 44, 229, 260 BNTíN, Mijaíl Mijáilovich 35 COLECTIVO SITUACIONES 28, 35, 65,
BAKUNIN, Mijaíl AJ.exándrovich 276 81
Sacrificio 154, 278 BARRETO CIPRIANI, Juan 69 CUNINCHA.'vi.E, Patrick 201
Seattle 262 Venezuela 65, 68, 69, 74, 228
BH!IA.\IIN, Walter 186, 217, 252, 265
Selva amazónica 283 VietNam 75
BERGER,john 42 DAVIS, Mike 11, 140, 183
Violencia 3, 4, 7, 40, 48, 60, 61,
Sindicatos 1 lucha sindical 174, BEY, Hakim 38, 39, 41 DAY, RichardJ.F. 204
175,176,199,200,202,209, 63, 64, 116, 133, 137-149, 157,
BIRKNER, Martín 85, 208, 209 DE ANc:Eus, Massimo 24, 49, 74,
250 164, 181, 182, 183, 216, 258, 79, 131, 183, 193, 201, 208
Bt.OCH, Ernst 35, 93, 187, 204,
Síntesis social 56, 58, 60, 72, 74, 285 225, 235, 236, 239, 140, 258, DEBORD, Guy 153
80, 93, 98, 106, 107, 108, 157, 261 DE SouSA SANros, Boaveutura 70
225, 226, 227, 243 Yámaua 116, 117, 126 BoECIO 261 DELEUZE, Gilles 262
Socialismo 12, 47, 76, 93, 175, BóHM, Steffen 24, 85 DINERSTEIN, Aua 24, 85, 236
230, 238, 272 Zanón 79 BóRNF., Ludwig 93 DUNAYEVSKAYA, Raya 20
Stalin 168 Zapatistas 5, 22, 32, 40, 46, 50, 51, BOI.LIER, David 32 DUSSEI., Enrique 67, 70
Surrealismo 42 56, 58, 63, 70, 73, 79, 125, 230, BocrANSKI, Luc 85 DYER-WITHERFORD, Nick 33, 34
Sustantivos 1 verbos 124, 143, 235, 242, 259, 263, 266 BONEFEI.D, Wemer 9, 102, 151, EHRENREICH, Barbara 36, 113, 127,
144,255,256,257,259,286 Zonas autónomas temporales 38, 152, 160, 161, 164, 165, 182, 136, 140, 153
39,41 183, 184, 208 EJERCITO ZAPATlSTA DE LIBERACIÓN
BONNET, Alberto 194, 208, 229, NACIONAL (EZLN) 235
238,243 ELSON, Diane 169

294 295
Agrietar el capitalismo, el hacer contra el trabajo - John Holloway Índice de autores

ELYTIS, Odysseus 187 215, 229, 251 MANeE, Euclides André 80 PoE, Edgar Allan 8
ENGEI.S, Friedrich 75, 94, 140, 172 HARVEY, David 183, 184 MANDEL, Eruest 168 PoSTONE, Moishe 103, 105, 108,
EscoTO ERÍUGF.NA,juan 186 HARVlE, David 36, 87, 201, 249 MARcos, SUBCOMANDANTE 114, 117, 124, 151, !52, 159,
ESTEVA, Gustavo 30, 56, 230 Hegel, G.W.F. 184, 225, 261 INSURGENTE 5, 40, 63, 235, 259 170, 172, 189, 192, 195, 205,
ExARGENTINA 35 HEINRICH, Michael 169 MARcusE, Herhert 130, 134, 135, 206, 213, 235, 271
EXNER, Andreas 200 HoDK.INSON, Stuart 89 162, 186, 187, 234, 247 PSYCHOPEDIS, Kosmas 9
HOLLOWAY, john 9, 40, 62, 66, 68, MARx, Karl9, 20, 47, 95, 98-105,
FANON, Frautz 62 75, 87, 125, 130, 144, 164, 173, 107, 109, 110, 114, 1!5, 118, REBÓN, Julián 28
FEDERICI, Silvia 115, 126, 131, 132, 185, 204, 208, 218, 219, 245 121-124, 127, 137-140, 142, 145, REDAKTION 227
133, 134, 138, !39, 140, 193 HONDERICH, Ted 261 147, 160, 161, 164, 165, 167- REITHOFER, Rohert 43
FF.RNÁNDEZ, Ana Maria 74 HORKHEIMER, Max 39, 133, !39, 170, 172, 181, 182, 183, 189, REITTER, Karl 58, 172, 205
FIGUEROA, Nashyeli 72 160, 162, 234 191, 197, 199, 217, 224, 225, RENAN, Ernest 184
FLORES, Toty 28 HOWARD, Michael Charles 167 1 236, 249, 254, 256, 261, 265, RoTH, Karl Heinz 178
L 266, 269, 270, 275, 276
FOLTIN, Robert 208, 209 RUBIN, lsaak Illich 75, 156, 167,
1
FosTER,john Bellamy 138, 139, INCITE! WoMEN OF CoLOR '' MATAMOROs, Fentando 9, 68, 186, 168
140, 142 1· 219
AGAINSf V!Ol.ENCE 78 1 RUSHDIE, Salman 253
FoUCAULT, Michel 126, 160 ITURRI SAL\IÓN,jaime 247 ' MATTICK, Paul !68
FREE AssoCIATION 43, 48, 62, 89, ]AY, Martin 44 MATTINI, Luis 247 SAHl.INS, Marshall 113, 116
261, 262 jUNE 18 CoLLECTIVE 36 MAYR, Otto 150 SALINARI, Raffaele 219
FREUD, Sigrnund 187 Jurus, Jeffrey S. 88 MAZZEO, Miguel 70, 228 SAI.OM, Gabriel 26
FUENTES DiAZ, Antonio 22 MEMOS, Christos 187, 218 SANDOVAL, Rafael 72, 74
KASINER, Jens 89, 187 MESSINA RAIMONDI, Graciela 21 SAYER, Derek 168
GELDERLOOS, Peter 64 KlNG, john E. 167 MIEI.I, Mario 241 SCHANDL, Franz 127
GHIOTI'O, Luciana 25 KoHAN, Walter O. 258 MoRo, Tomás 137 ScHWARZBÓCK, Silvia 219
GIBSON, Chris 39 KRESE, Marusa 43 MTD DF. SOLANO 28, 65 ScOTT,James C. 66, 249
GóMEZ, Luis 29 KúHBERGER, Leo 43 MuÑoz, Mariana 42 SERGI, Víttorio 40, 62, 63, 87, !30
GóMEZ CARPINTElRO, Francisco 219 SHELLEY, Mary 252
GoNZÁLEZ, Juquila 65 LA BOÉTIE, Étienne 6, 19 NAVARRO TRUJILLO, Mina Lorena 65 SHUKAITIS, Stevphen 36
GoRDON, Natasha 28 LAVAC.A 20 NEGRI, Antonio 14, 30, 96, 192, SiNDICATO NACIONAL DE
Gi!AEBER, David 52, 204 L\TOUR, Bruno 141 206,208,210,211,215,229,251 TRABAJADORES DE lA EDUCACIÓN
GREGORclc, Marta 235 LEE, Richard !13 NICANOFF, Sergio 70 (SNTE) 21
GREY, Sir George 113 LEEOS MAy DAY GROUP 87, 261 NOTES FROM NOWHERE 21 SITRIN, Marina 45, 48, 49, 50, 51,
GRUPO KRis1s 114, 115, 118, 133, LEFEBVRE, Henri 37 NuNES, Rodrigo 51 72, 143
173,212,213,214 LENIN, Vladimir Illich 129, 238, SMITH, Cyril 42
GUATTARI, Félix 211, 262 258 OLIVERA, Osear 32 SOHN-RETHEL, Alfred 58, 75, !55
GUNN, Richard 9, 44, 186, 245, LEWis, Tom 32 ÜUVIÑA, Hernán 73 SoLNIT, David 24
260, 261 LEWKOWICZ, lgnacio 242 SOLNIT, Rebecca 23, 36, 38, 51
GUSINDE, Martin 116 LOHOFF, Emst 127 PALMER, Bryan 236 SPICER, André 24, 85
GUTIÉRREZ AGUILAR, Raquel 3 2, 58, LóPEZ, Néstor 116, 126 PAOLI, Guillaume 28 SPóRR, Elisabeth Bettina 89
68, 247, 277 Lówv, Michael 42 PAPADOPOULOS, Dimitris 13 STAVRIDIS, Stavros 21, 218
LUKÁCS, Georg !48, 158, 226 PASHUKANIS, Evgeuy 145 STOETZLER, Maree! 135, 184, 241
HABERMANN, Friederike 24, 52, 65, LUXE.\IBURG, Rosa 175 PI<X:IOTTO, Sol 75 STEPHENSON, Niamh 13
281 PIECK GoCHlCOA, Enrique 21 SuLLO, Pierluigi 70
HANI.OSER, Gerhard 172 MAcHADO, Antonio 44 PIERCY, Marge 241 SuMBURN, Paul 231
HARDT, Michaell4, 48, 96, 211, MAMAN! RAMIREZ, Pablo 29 PLEYERS, Geoffrey 57 THOMPSON, Edward Palmer 149,

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Agrietar el capitalismo: el hacer contra el trabajo - John Holloway


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V!RNO, Paolo 209, 210, 211, 218,
229, 251, 252

WAINWRIGHT, Hilary 70
-
153, 158, 186,217,219,282 W!LDING, Adrian 104, 139, 141,
TRAPESE COLI.ECTIVE 13, 24, 52, 265
281, 282 W!LLIA.\IS, Raymond 140
TRENKLE, Norbert 212 WRIGHT, Steve 209
TROTT, Ben 87
TSIANOS, Vassilis 13 ZADNIKAR, Darij 130
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