Reggae Actualidad

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La herencia del reggae en Latinoamérica

Especial. Bandas como Los Cafres, Antidoping y Gondwana han mantenido una popularidad
importante en este género, alejado de la escena comercial, que resguarda los valores de
exponentes como Bob Marley

La música forma parte de nuestras vidas casi desde que nacemos, y para muchos es
considerada el alimento del alma. Existen diferentes tipos de música, y cada persona puede
variar en sus gustos. Los resultados de las investigaciones muestran que la música es una
poderosa forma de expresión social que puede reforzar los estereotipos y favorece la
expresión de la propia identidad.

A lo largo del tiempo han existido diferentes géneros que se han puesto en boga y algunos de
ellos han llegado para quedarse. El rock es uno de los géneros por excelencia, el pop se ha
renovado con el pasar de los años, actualmente la música urbana es un fenómeno mundial, en
México hay un boom sobre la música regional mexicana que, a ritmo de banda sinaloense, se
ha quedado en el gusto de la gente, y qué decir de esta moda actual por fusionar ritmos de
todo tipo.

Más allá de los estándares de popularidad, hay algunos géneros que han evolucionado sin
tantos reflectores pero que se han mantenido en el gusto del público. Como dicen algunas
personas, “de todo hay en la viña del señor” y el caso de la música no es la excepción; dentro
de todos los géneros musicales que abundan en México, existen algunos que resultan
menospreciados, aunque sigue en aumento año tras año el número de sus seguidores: este es
el caso del reggae.

En primer lugar, la difusión principal de esta música se dio por tres principales factores que
permitieron el éxito del reggae a lo ancho y largo del planeta. Primero: el reggae sólo dio la
vuelta al mundo a partir de su difusión a través de las compañías discográficas del norte del
globo, ubicadas principalmente en Estados Unidos y algunos países europeos. Segundo: el
género fue más conocido cuando se empezó a fusionar con otros géneros como el rock.
Tercero: la lengua principal del reggae fue el inglés, lo cual facilitó su globalización.

Resulta imposible no relacionar esta corriente musical con la política. Nació en la isla de
Jamaica a mediados de los años 60 en una época de cambios significativos como la
independencia de este país al Reino Unido, a lo que se sumó la llegada del rock por la
inmigración y las señales radiofónicas provenientes de la costa este de Estados Unidos.
No es casual que los grupos punks más importantes provenientes de Reino Unido, vieran en
el ritmo de Jamaica un digno aliado de su ideología, aunque sus géneros musicales no se
parecieran en lo absoluto, pero sólo basta tomar la frase “If you are the big tree, we are the
small axe, sharpened to cut you down, ready to cut you down” (“si eres el gran árbol,
nosotros somos la pequeña hacha, afilada para derribarte, lista para cortarte”) de la canción
“Small Axe”, de Bob Marley, la leyenda indiscutible del género y el más fiel exponente, para
comprender este parecido en el mensaje que ambos géneros manejaban.

“No me gustaba el reggae, me gustaba el punk: era agresivo y expresivo. Pero con el tiempo
descubrí que el reggae era muy rico, muy sutil. Tiene una sensualidad natural que a veces el
latino no quiere aceptar en sí mismo. Y eso nos ayuda. Nos ayuda a entendernos como
hombres y dejar de ser tan machos”, afirmó en una entrevista a Crónica, Guillermo Bonetto,
vocalista de Los Cafres.

En México se inició la cultura del reggae a través de la comercialización de discos en el


legendario Tianguis del Chopo, en donde los jóvenes compraban e intercambiaban música de
este género y tal fue su impacto que comenzaron a hacer fiestas donde sólo sonaba reggae y
empezaron a surgir DJ’s como Charly Herb, Jabby Ras, Joshua Selecter, Robertino, Skatalite
o Nacho Miller y lugares míticos como la Granja Reggae, el Calabozo Rasta, el Hoyo Rasta,
el Dread Lock’s Hause, el Kingston Club o ahora el icónico Cultural Roots.

El reggae en nuestro país también tiene influencias externas, no sólo es un ritmo cansino y
pegadizo, o que queda en calificable o no de original. Bandas como Rastrillos, Ganja, La
Comuna, Los Yerberos y Antidoping, entre otros, han sabido difundir de una manera más o
menos lograda, la esencia de aquel ritmo jamaiquino. Y así, los fanáticos del Reggae Music
adaptaron sui generis la premisa rastafari del viaje a Etiopía a un sueño de viajar a Jamaica.

“Tratamos de llevar un mensaje de hermandad, paz y tolerancia, estamos viviendo tiempos


caóticos, se ve tanta violencia a diario, tantas cosas feas en el mundo y nosotros a través de
nuestro trabajo musical y el contenido de las letras sembramos una pequeña semilla de
conciencia, que es distraer y divertir a la gente”, mencionó Manolo Apocada, integrante de
Antidoping.

“No todo es violencia en esta vida, nosotros generamos música desde lo más profundo, es un
trabajo de muchos años, no sólo se trata de una celebración, se trata de luchar y sobre todo
alcanzar tus sueños, un trabajo que la gente hace con nosotros al escucharnos, al ir a alguna
presentación, si todos hiciéramos algo así, claro que podríamos cambiar el mundo en muchos
aspectos”, señaló.
En el ámbito latinoamericano también surgen bandas que logran mantener un poco la esencia
del reggae, aunque igualmente crean fusiones con ritmos locales como el candombe, el tango,
la samba o la cumbia, por mencionar algunos, y surgen agrupaciones como Pesadilla en
Panamá, Los Cafres en Argentina, Gondwana en Chile, Cultura Profética en Puerto Rico,
Congo en Uruguay, Lou Kass en Bolivia o Natiruts en Brasil.

“En cada disco que haces, tienes más experiencia, pero también más expectativas, más
presión, más todo. Entonces hay un balance, siempre somos ignorantes porque cada que
entramos al estudio, queremos probar algo nuevo”, dijo Bonetto.

“Pero aun así, la experiencia hace que conozcas tus errores. Nosotros hemos aprendido que
trabajar con alegría es el secreto o la fórmula, si es que le podemos llamar así, para que el arte
fluya mejor. Y de eso se trata, de hacer fluir las ideas”, aseguró, miembro de una de las
bandas más populares del género en los últimos años.

En Centroamérica y el Caribe también surge el reggae, pero rápidamente sufre una


transformación fusionando el reggae con hip hop y rap, cosa que provocaría el nacimiento de
uno de los géneros más populares en la actualidad, el reggaetón, género que desde su
nacimiento ha estado en la polémica, ya sea que guste por su ritmo pegajoso en extremo o
que no guste por sus líricas explícitas y cargadas de connotación sexual. Algo destacable de
este hijo extraño del reggae es que casi en su totalidad es de habla hispana.

El reggae logra una contundente estética y una prodigiosa solidez en el mensaje, basándose
en el rastafarismo. Este movimiento no es precisamente una moda en el cabello ni el consumo
indiscriminado de mariguana. El movimiento rastafari nació en Jamaica como religión y así,
los verdaderos rastas, mantienen sus lógicas culturales, como no consumir carne de cerdo,
son profundamente religiosos y sueñan con el regreso en peregrinación a una Etiopía
emancipada.

Sobre el hablar de las drogas, en otra entrevista Pedro Apodaca, de Antidoping, dijo: “Los
músicos la usan de una manera más religiosa, no tanto como esparcimiento, sino como
medicina. La mariguana la ven como planta, no como algo químico, que los acerca a lo que
ellos creen. Eso tiene que ver con la religión rastafari”.

Muchas de las agrupaciones que están surgiendo actualmente, tienen como una de sus
influencias directas a este género, aunque no se escuche en su música directamente, incluso
los famosos Urban Beats tienen su origen en los ritmos DUB del reggae, artistas consagrados
del pop han realizado fusiones entre el género musical que dominan y la nobleza que irradia
el reggae.
Hoy día encontrar reggae en el más puro estado se vuelve una misión complicada ya que los
predecesores y descendientes del reggae han aportado, adaptado, deteriorado, modificado y
comercializado más de un concepto. De hecho los caminos se fueron bifurcando y creciendo
para mantener pocas cosas en común, el rastafarismo y el reggae ya no van tanto de la mano.

Esta música trae consigo, aparte de sus ritmos que provocan un vaivén a cualquier persona
que la escucha, una lírica rica y repleta de mensajes de amor, paz y protesta.

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