Inteligencia Emocional

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INTELIGENCIA EMOCIONAL

La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de una persona para utilizar la


emoción de manera proactiva, tanto sus propias emociones como las de los
demás a su alrededor, y tanto a nivel consciente como subconsciente, como una
herramienta para mejorar el razonamiento y la toma de decisiones.

Goleman identifica cinco aspectos principales de la inteligencia emocional:


autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidad social.

Auto-conciencia
La autoconciencia es la capacidad para identificar las propias fortalezas y
debilidades, y de comportarse en el lugar de trabajo de manera de capitalizar las
primeras y minimizar las segundas. Franqueza acerca de las áreas de debilidad,
comodidad con uno mismo y "un sentido fuerte y positivo de autoestima"
caracterizan a las personas que son conscientes de sí mismas. Parte de la
autoestima es la voluntad de escucharse a uno mismo antes que nadie. De
acuerdo a las observaciones de Goleman y Malcolm Gladwell, la conciencia de sí
mismo va más allá de la auto-evaluación conciente de un individuo, y más
profundamente involucra la capacidad innata de una persona para la toma de
decisiones, influyendo así en todos los aspectos del desempeño

Autorregulación
La autorregulación se relaciona con la conciencia de sí mismo, pero describe más
específicamente la capacidad de controlar las emociones, ya sean negativas o
positivas, con el fin de mantener un comportamiento más adecuado a la práctica
profesional y la actividad. Goleman escribe acerca de la auto-regulación no sólo
como un enfoque reaccionario ante escenarios que pueden empujar, movilizar y
distraer, sino también como el impacto constante y deliberado de un ejecutivo en
la cultura organizacional

¿Por qué la autorregulación es tan importante para los líderes? Las personas que
tienen control de sus sentimientos e impulsos -es decir, las personas que son
razonables - son capaces de crear un ambiente de confianza y equidad. En tal
ambiente, la política y las luchas internas se reducen drásticamente. Las personas
con talento fluyen hacia la organización. Menos mal humor en la parte superior
significa menos en toda la organización.
Motivación
El principio de la motivación representa la voluntad de logro - entusiasmo, empuje,
ambición - independientemente de los obstáculos, y es otro tema constantemente
reforzado por los líderes analizados. Los líderes motivados son competitivos - con
ellos mismos y con sus pares por igual. Se fijan metas y emplean métodos de
medición para cuantificar qué tan bien se han cumplido esos objetivos, si se ha
hecho. No cuesta imaginar lo fácil que este rasgo, si no se controla o no está lo
suficientemente equilibrado con otras características como la auto-conciencia y la
autorregulación, puede socavar un perfil de liderazgo. Sin embargo, Goleman
sostiene que un líder potencial no se materializará en uno real sin una motivación
suficiente: "Si hay un rasgo que casi todos los líderes tienen, es la motivación". El
líder más fuerte ve oportunidades donde otros no pueden y asume que todos los
problemas se pueden resolver, y, más importante, está motivado para aprovechar
esas oportunidades y buscar la resolución.

Empatía
La empatía es el cuarto pilar de Goleman de la inteligencia emocional y es quizás
el más propenso a la mal interpretación. Pero la empatía tiene un propósito
profesional, claro y concreto, y según Goleman "no significa adoptar las
emociones de otras personas como propias y tratar de complacer a todo el
mundo". Describe la comprensión intuitiva del líder de las necesidades no-
técnicas del personal y la capacidad de comunicar esa comprensión efectiva.
Como se indica más adelante, la importancia de la satisfacción del personal,
sintiéndose respetado y escuchado, no puede ser subestimada. La moral del
personal y la satisfacción en el trabajo tienen un impacto enorme en cómo los
demás en la organización se sienten acerca de sus trabajos y cómo la totalidad de
la organización se desempeña.

Observa Goleman: "La empatía es un antídoto. Las personas que la tienen están
en sintonía con sutilezas en el lenguaje corporal; pueden escuchar el mensaje
detrás de las palabras que se pronuncian. Más allá de eso, tienen una profunda
comprensión de la existencia e importancia de las diferencias culturales y étnicas".
La empatía también mejora la capacidad del líder para hacer que el personal se
sienta respetado, por lo que este puede, a su vez, respetar a otros, fortaleciendo
los esfuerzos constantes hacia la retención. Este tipo de líder puede por lo tanto
desarrollar equipos fuertes que trabajan juntos de manera efectiva para animarse
recíprocamente y realizar con éxito la misión de la organización.
Habilidad social
Habilidad social, el quinto componente de la inteligencia emocional, es, como la
empatía, el reflejo de la interacción de un líder con el mundo, en contraste con los
tres primeros factores, que ponen de relieve características más internas. Es la
capacidad de un líder de aprovechar las relaciones para promover sus ideas, a
través de la simpatía, confianza y respeto. Pero así como la línea no es clara entre
la auto-conciencia, la autorregulación, la motivación y la empatía, la habilidad
social representa también matices de los otros cuatro. Sin habilidades sociales, los
otros cuatro componentes de la inteligencia emocional pueden caer por el piso.

Goleman señala también que, debido a que la habilidad social se basa en


relaciones positivas, los líderes más exitosos pueden "parecer no estar trabajando
cuando están en el trabajo" y, por tanto, la habilidad social puede ser el área más
difícil de cuantificar. Goleman reconoce, de hecho, que la inteligencia emocional
en general no siempre es propicia para la medición.

Tomar riesgos inteligentes, buenas decisiones y mostrar iniciativa son las


conductas ejemplificadas por los líderes más exitosos y emprendedores. Los
principios de la autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y
habilidades sociales permiten la claridad y la capacidad para llevar a cabo estos
comportamientos, especialmente en las industrias vulnerables sin fines de lucro,
donde son cada vez más críticos para la estrategia organizacional.

El punto de vista de Goleman (1995) probablemente sea el que se haya difundido


más. Recogiendo las aportaciones de Salovey y Mayer (1990), considera que la
inteligencia emocional es:

1) Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates «conócete a ti


mismo» nos habla de esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener
conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el
momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a
merced de las emociones incontroladas.

2) Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios


sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta
en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para
suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las
relaciones interpersonales.

3) Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar una acción. Por


eso las emociones y la motivación están íntimamente interrelacionados.
Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de
objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y
realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar
gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el
logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades
tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que
emprenden.

4) Reconocer las emociones de los demás: El don de gentes fundamental


es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones.
La empatía es el fundamento del altruismo. Las personas empáticas
sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás
necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la
ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos,
psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.).

5) Establecer relaciones: El arte de establecer buenas relaciones con los


demás es, en gran medida, la habilidad de manejar sus emociones. La
competencia social y las habilidades que conlleva son la base del liderazgo,
popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas
habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva
con los demás.

Inteligencia emocioanla: habilidades personales, en como te manejas a ti


mismo y en las relaciones

1) Conciencia de uno mismo : decir saber lo que sientes , porque lo sientes ,


consecuencias, lo que puedes hacer bien o mal.

2) Gestinarse a uno mismo: ser capaz de cumplir las metas, ser positivo ante los
contra tiempos,cntrolar las emociones perturbadoras para que no nos
destrozen la vida que impiden hacer lo que quieras hacer

3) Empatia, entender como se sienten los demas, las personas no siempre lo


dicen con palabras, sino con el tono de voz, el lenguaje no verbal, etc.
Entender el punto de vista del otro y utilizando esto, saber que le pasa a la
otra persona

4) Manejar bien las relaciones, colaborar, ser bueno en un equipo, resolver


conflictos, influenciar a la gente, persuadir, comunicarse, escuchar todas esas
habilidades.

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