07811-2005-AA. Secreto Profesional
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En Lima, a los 22 días del mes de noviembre del 2005, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, con la asistencia de los señores magistrados Alva Orlandini, García Toma y
Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
ANTECEDENTES
Asimismo, aduce que el instructor PNP Silvio Sánchez Peña le manifestó que no
p')día asumir la defensa de la señora Aquino, a pesar de que no había ningún indicio que
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stificara la separación del patrocinio. Señala que por tal motivo lo citaron para que
prestara su declaración policial, donde, según alega, se le preguntó sobre hechos confiados
en su calidad de profesional. Añade que a través del ardid preparado por los investigadores
del delito, se ha vulnerado su derecho al secreto profesional, toda vez que al incluirlo COrno
parte investigada, los investigadores tuvieron como objetivo hacerlo declarar sobre asuntos
que se le habían confiado en su calidad de abogado.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Con fecha 5 de enero del 2005, la Procuraduría Pública del Ministerio del Interior a
cargo de los asuntos judiciales de la PNP propone la excepción de incompetencia y,
contestando la demanda, alega que el derecho invocado no se encuentra protegido por el
proceso de amparo de acuerdo con el artículo 37 del Código Procesal Constitucional; y que,
en el supuesto negado de que se haya vulnerado su derecho constitucional, este debería
estar encuadrado dentro de la libertad personal, de conformidad con el artículo 25 del
Código Procesal Constitucional. Arguye, además; que la manifestación se ha tomado en uso
de las facultades conferidas a la PNP por las normas vigentes; que el daño debe ser real,
efectivo, concreto e ineludible; excluyéndose de tal manera "los perjuicios imaginarios o
aquellos que escapan de una percepción objetiva" . Agrega que deben agotarse las vías
previas y que, de conformidad con el artículo 37 del Código Procesal Constitucional, el
derecho al secreto profesional no se encuentra en el ámbito de protección del proceso de
amparo.
FUNDAMENTOS
1. Pese a la ambigüedad con que ha sido planteada la demanda, lo que al parecer pretende
el recurrente mediante el presente proceso es que se le excluya del atestado policial en
calidad de testigo y se deje sin efecto las declaraciones prestadas en el marco de una
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investigación policial por el delito contra el patrimonio -hurto agravado y usurpación-
en agravio del Instituto Superior Pedagógico de Cañete, el mismo que se viene
realizando contra su patrocinada Amelia Aquino Munares. Según manifiesta, en dicha
investigación preliminar, se le ha incorporado citándolo bajo apercibimiento de ley para
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
ser interrogado sobre hechos que ha conocido a raíz de su ejercicio como abogado de la
referida investigada. Solicita, asimismo, el cese de todo tipo de amenaza de violación de
su derecho al secreto profesional, "por parte de las autoridades que en su oportunidad
verán el caso justiciable [... ] en todos sus instancias que amerite ser investigado [... ]".
2. Antes de avanzar sobre las cuestiones de fondo, resulta necesario advertir que en el
trámite judicial del presente caso la primera instancia judicial ha sugerido que el Juez
competente sería el Juez Penal competente para conocer del Hábeas Corpus. Del mismo
parecer ha sido el Procurador Público encargado de los Asuntos Judiciales de la Policía
Nacional del Perú, quien ha sostenido que
1 Escrito de proposición de excepciones y contestación de la demanda, de fecha 5 de enero del 2005, obrante a
fojas 22 ss.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
profesión u oficio, de modo que ninguna autoridad o poder público, en general, pueda
obligar a entregar dicha información reservada para usos propios de la profesión (STC
0134-2003-HD/TC, Fundamento Jurídico N.O 3)
6. Esta garantía resulta fundamental cuando la profesión u oficio guarda estrecha relación
con el ejercicio de otras libertades públicas, como es el caso de los periodistas respecto
de la libertad de información y expresión, o de los abogados con relación al ejercicio
del derecho de defensa. En estos supuestos, se trata de preservar y garantizar el ejercicio
libre de las profesiones, de los periodistas, médicos o abogados con relación a sus
fuentes de información, sus pacientes y patrocinados respectivamente, de modo que
estos profesionales no puedan ser objeto de ningún tipo de presión de parte de sus
empleadores o de las autoridades y funcionarios con relación a hechos u observaciones
vinculadas al ejercicio de una determinada profesión u oficio.
En cuanto garantía, el secreto profesional impone un deber especial de parte del Estado
a efectos de preservar su eficaz cumplimiento. Dichas acciones de parte del Estado
deben concretarse en una adecuada legislación, así como en la promoción de una
cultura de respeto al ejercicio de las profesiones en general y, en especial, de aquellas
que tienen directa implicancia con la promoción de los derechos y libertades públicas,
como es el caso de la profesión del periodismo y la promoción del derecho a la libre
expresión e información; la abogacía y el ejercicio del derecho de defensa; la profesión
médica y la promoción de la salud, así como las profesiones que inciden en la
promoción de las libertades económicas en el marco del Estado Social y Democrático
de Derecho.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
10. Así planteado el caso, el Tribunal observa que la supuesta afectación del derecho
invocado se habría producido a nivel policial, en el marco de la investigación de un
delito cuyo trámite judicial aún no ha concluido, y donde el recurrente ha prestado
declaración sin ningún tipo de coacción y en presencia del representante del Ministerio
Público, tal como se desprende de las citaciones policiales obrantes a fojas 3, 4 Y 5,
mediante las que se cita al demandante a rendir la manifestación correspondiente a los
hechos, así como a presenciar el video de fecha 27 de agosto del 2004.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
12. Con relación al derecho al secreto profesional invocado por el recurrente, conforme ha
quedado establecido supra, tal derecho también obliga al propio profesional (en este
caso el abogado recurrente) a guardar celosa reserva de los secretos confiados por su
patrocinada en el marco de la defensa que esta le confía. En consecuencia, en el
presente caso, si tal como manifiesta el propio abogado recurrente, este ha faltado a
dicho deber ante la autoridad policial al revelar secretos sin ningún tipo de coacción, la
violación del secreto profesional no la habría cometido la autoridad policial emplazada,
sino, en todo caso, el propio recurrente en agravio de su patrocinada.
13. Sin embargo, en el presente caso tal situación de agravio para los derechos de la
persona que confió los "secretos" al abogado recurrente tampoco se ha acreditado, por
lo que no podríamos aventurar una defensa oficiosa a favor de la presunta agraviada con
tales actos.
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese.
SS.
GARCÍATOMA
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LANDA RRO~--~~~~--~~1r--~