Conceptualizaciones Acerca de La Entrevista Psicológica en El Marco de La Consulta PDF
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5.347.874-7
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RESUMEN:
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Índice pág
1. Introducción…………………………………………………………………………3
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1-INTRODUCCIÓN
También se trata de abordar la ansiedad desde el encuentro analizando cuáles son los
aspectos que más generan ansiedad en un entrevistado.
Además, se intenta estudiar el encuadre de la consulta como lo fijo y estable que plantea
el psicólogo y de algún modo poder interrogase si es posible crear un encuadre para
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cada consulta, teniendo en cuenta siempre la singularidad de cada consultante. Se
introduce el encuadre interno propuesto por Miriam Alizade como otro aporte
enriquecedor a la temática de la entrevista.
Dada las interrogantes se intenta desarrollar un paneo del estado del arte sobre el tema
con la intención de ir respondiendo con lo planteado por los distintos autores.
Al decir de Muniz (2005), intervenir supone por lo menos dos sujetos que
inauguran una novedosa forma de encuentro, cada uno con su subjetividad enfrentados
a una situación nueva. Cada uno de ellos trae ciertas interrogantes y se espera que otro
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actúe para encontrar, la, o las respuestas. La novedad del encuentro significa según
Muniz (2005) poder pensar desde una óptica diferente, es decir, lo que se “des-cubre
con otro” y a la vez “pensar con otro”, pudiendo lograr con la intervención el efecto de
producir un nuevo sentido al sufrimiento que impulsó al sujeto a consultar.
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la búsqueda de caminos que lo conduzcan a la resolución de la
problemática planteada. Dichos objetivos serán más o menos viables,
dependiendo de la característica del consultante y de la consulta en sí.
(p.38).
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3- ENTREVISTA PSICOLÓGICA Y ANAMNESIS
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comportamiento en el curso de la relación. Queriendo significar con esto, que el
entrevistador forma parte del campo: observando al sujeto y participando al mismo
tiempo. El clínico necesita de la comprensión de la situación y del entrevistado para
poder tomar decisiones y elaborar estrategias de acción. De modo que resulta
importante en los primeros encuentros poder conocer al entrevistado, siendo el técnico
competente en su mirada, escucha y observancia de todo lo que acontece, incluyéndose
su autobservación.
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consultante. Las habilidades en la comunicación, la escucha, los silencios y las
intervenciones pertinentes dan como resultado una entrevista eficiente. La creación de
una atmósfera permisiva y una actitud comprometida con el campo también son
elementos competentes a la hora de entrevistar.
Por otra parte Bleger (1964) señala que: ‘’Tanto el método clínico, como la
técnica de la entrevista procede del campo de la medicina, pero la práctica médica
incluye procedimientos similares que sin embargo no deben ser confundidos ni
superpuestos con la entrevista psicológica’’ (p. 11). Refiere a diferenciar la entrevista de
la anamnesis, ya que esta última es la que eventualmente hacen los médicos con el fin
de realizar un cuestionario, y una cierta recopilación de datos que sinteticen la situación
presente y la historia del sujeto, su salud y enfermedad. Bleger (1964) señala:
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En la anamnesis la preocupación y finalidad residen en la recopilación
de datos, y el paciente queda reducido a un mediador entre su
enfermedad, su vida y sus datos, por un lado, y el medico por otro; si el
paciente no ofrece los datos, hay que extraerlos de él. Más allá de los
datos que el médico tiene previstos como necesarios, toda aportación del
paciente es considerada como una perturbación de la anamnesis que con
frecuencia es tolerada por cortesía, pero considerada como superflua o
innecesaria. (p.12)
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necesario que sea capaz de expresar con palabras los pensamientos, fantasías y
sentimientos de que el sujeto no tiene cabal conciencia y presentárselos de modo que
sean útiles para la comprensión de su conflicto y motivo de consulta.
Lo que hemos aprendido de Freud es, justamente que nadie puede dar
una información fidedigna de sí mismo. Si pudiera estaría de más la
entrevista. el interrogatorio parte del supuesto de que el entrevistado
sabe o, si queremos ser más ecuánimes, el interrogatorio quiere
averiguar lo que el entrevistado sabe, lo que le es consciente. (p.59).
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abiertas de amplio espectro promoviendo que el entrevistado hable y exponga sus
interrogantes (Magnato, Saez.2003).
Por otro lado, la entrevista abierta se diferencia de una de tipo cerrada debido a
que en esta última “…las preguntas han sido establecidas con anterioridad, así como el
orden y la manera de plantearlas” (Albajari. 2007a. p.37). En este tipo de entrevista la
participación del entrevistador es más activa y directa con respecto a las preguntas.
Tiene como propósito recolectar datos de la vida del sujeto a modo de preguntas
cerradas sin lugar a libre expresión. Se considera como ejemplo de entrevista cerrada
a los interrogatorios y las anamnesis donde la finalidad es recolectar información sobre
la vida personal del entrevistado para obtener una mayor sistematización posible.
Muchas veces este tipo de entrevistas se realizan por cuestiones administrativas y
generalmente las llevan a cabo el personal administrativo de una institución.
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posible. Se torna imprescindible algunas veces señalar situaciones de bloqueo o
paralización debido al incremento de la angustia, así como algunas lagunas en la
información, ambigüedades, contradicciones y verbalizaciones oscuras.
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también quién realiza el pedido ya que no es lo mismo si el entrevistado va por su cuenta
a si es enviado o llevado. Esto permite observar la consistencia o no entre las
características del consultante (edad, estado civil) y la persona que se hace cargo de la
consulta, advirtiendo acerca de la gravedad de la perturbación y/o dependencia del
sujeto. La calidad del pedido refiere a la modalidad del requerimiento, pudiendo ser este
desconfiado, urgente o indiferente. Resulta tarea del clínico poder observar a lo largo de
los encuentros si dichas modalidades se mantienen o se modifican (Albajari, 2007a).
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como forma de evadir o distanciarse del entrevistador con el malhumor o la rabia por
ejemplo. La relación que el entrevistado establece con el clínico en un primer encuentro
también debe estar bajo observación. Si es sumiso, pasivo, autoritario, dominante,
desconfiado, desconectado afectivamente, sobreinvolucrado emocionalmente con el
psicólogo o confiado. Puede presentarse desafiante, atemorizado, suspicaz,
desbordante en su discurso, idealizante, exhibicionista (Bleichmar ,1997).
Por otra parte, el sujeto puede incluir en sus verbalizaciones los tres tiempos de
su vida: presente, pasado y futuro, de modo que es importante no restringirse a
cualquiera de esos tiempos vitales. Esto resulta de gran utilidad para apreciar la
capacidad de insight del entrevistado con respecto de unir su pasado con su presente y
su porvenir. Aquí se está de acuerdo con Bleichmar (1997), cuando agrega que la
secuencia de los distintos temas que el entrevistado elige para hablar pueden indicar,
que dos episodios, dos personajes o dos concepciones estén relacionados
inconscientemente. Puede suceder también que algo del presente que está contando
se encuentre conectado con algo del pasado que recuerda precisamente en ese
momento y no en otro. La finalidad es apreciar la plasticidad con la que cuenta el sujeto
para entrar y salir de cada secuencia temporal sin angustiarse demasiado. Tal actitud
ya de por sí da cuenta de una buena capacidad de integración y como tal de buen
pronóstico (Ocampo, et a,1980).
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El relato del sujeto se puede visualizar como un proceso en que las distintas
partes resultan ser consecuencia de cómo va reaccionando, principalmente a lo que
piensa que será la reacción del entrevistador. El entrevistado habla y a la vez se escucha
hablando, su discurso es un dialogo en que rechaza, acepta, se disculpa, se escapa y
se entusiasma con lo que el mismo va diciendo (Bleichmar,1997)
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existir una nube de confusión. Las palabras de Martínez Ferraro (2006) son elocuentes
a estas ideas:
Finalmente, Ulloa (1985), citado por Albajari (2007a) propone como cuarto y
quinto momento el cierre y la post-entrevista. El cierre “…está condicionado a como se
haya logrado el objetivo propuesto, se trata de producir situaciones abiertas, en las que
se instalen esclarecimientos prospectivamente operantes...” (Albajari, 2007, p 35). En
esto, Muniz (2005) está de acuerdo cuando menciona al diagnóstico como un punto de
partida, es decir, como una llave que abre y no cierra un proceso. Deja espacio para
futuras intervenciones en otros tiempos para re-pensar algunos aspectos de la
personalidad del sujeto.
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“...La post-entrevista es el momento de elaboración del material obtenido durante
la entrevista, prestando atención no solo al registro escrito, sino al registro emocional de
la experiencia con el entrevistado...” (Albajari, 2007, p 35). De modo que se tiene en
cuenta no solo los datos que dicen algo, sino también lo que se necesita averiguar en
posibles futuras entrevistas.
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último puede estar referido a posicionarse de un nuevo modo con respecto al motivo
que impulsó a consultar, y en tal posición es fundamental la participación del clínico.
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sujeto. Así se insiste nuevamente pensar a la entrevista como herramienta de la consulta
en una intervención en sí misma, generadora de cambios en el entrevistado a partir del
encuentro con el clínico donde se produce un vínculo en un tiempo acotado.
La entrevista como encuentro tiene como objeto, poder ofrecer al sujeto otra
perspectiva acerca del conflicto que lo llevó a consultar, ayudándolo a posicionarse de
otro modo con el mismo y confrontando las diferencias en una mutua interacción;
Además de poder descubrir lo novedoso del material clínico que surge en la situación
de consulta. Los planteos de Delgado, Pou y Valazza (2007) ilustran estas ideas:
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Es por lo anterior que juega un papel importante la mirada clínica, manejar la
empatía y sintonizar con el estilo comunicacional del entrevistado. Es decir, en un primer
momento, el clínico va adquiriendo una actitud clínica, esto es, “meter el cuerpo en la
situación” (Ulloa,1974), mirar y ser mirado siendo parte del campo. Se trata de escuchar
lo que el entrevistado dice a través de las palabras que busca esconder sus dolencias:
develar, correr el velo. Entonces escuchar lo que habla atrás de lo que calla, es lo que
define al psicólogo en una actitud clínica como entrevistador teniendo como eje su
escucha, (Guerrero y Fernandez, 1989).
Por lo tanto, parece ser que la elaboración de una estrategia clínica, sostenida
en primer lugar por una actitud clínica fundada en la mirada-escucha tiene como desafío
tolerar la incertidumbre que cada encuentro promueve (Muniz,2005). Es decir que, la
aplicación de programas predeterminados de acción ya no funciona para el sujeto de
hoy en día, porque empobrece la perspectiva clínica y simplifica una realidad compleja
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que exige soluciones novedosas para cada consultante (Muniz, 2005). Esto invita a
poder reflexionar acerca de qué pensamiento es eficaz para encarar la clínica en
tiempos de complejidad en un encuentro con el entrevistado. Morín (1997) dice que el
verdadero pensamiento es el que enfrenta el desorden y la incertidumbre; justamente la
realidad exige que cada encuentro sea único y para esto es necesario poder tolerar la
incertidumbre de no saber cómo será, de tener que crear las herramientas acordes para
cada sujeto de la clínica contando en primer lugar con una mirada-escucha sin otra
intención que comprender a quien se tiene enfrente.
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El entrevistador debe de ser capaz de dejar al sujeto libre para expresar el
motivo de consulta mediante el discurso y todos los elementos que posibiliten la
comunicación. Es regla de la entrevista poder dejar hablar al sujeto permitiéndole
ordenar sus pensamientos y que sea él mismo quien decida por dónde dar inicio a la
entrevista. El campo está determinado por las características y modalidades de la
personalidad del entrevistado. El psicólogo se limita a controlar la entrevista porque
como técnico debe saber qué está sucediendo en ella y poder dar respuesta a la
situación clínica que se le plantea. Pero más allá de todo eso quien la dirige es el sujeto
consultante.
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sin otra intención que la de llevar adelante su tarea dejando que el sujeto se exprese
libremente, solo actuando cuando el caso lo amerita
La importancia de que el psicólogo sea parte del campo, radica en que las
cualidades de los objetos son siempre relacionales. Es decir, que derivan de las
condiciones y relaciones con las cuales se halla cada objeto en determinado momento
(Bleger,1964). La entrevista siendo una relación humana y profesional donde las
manifestaciones del objeto que observamos y estudiamos dependen básicamente de
esa relación, los fenómenos que aparecen están condicionados por la interacción
establecida entre los participantes. Siguiendo estos planteos Bleger (1964) señala, que
las conductas siempre se dan en un contexto de vínculos y relaciones humanas, de
modo que la entrevista no es una distorsión de pretendidas condiciones, sino todo lo
contrario; la entrevista es la situación ideal donde se presenta el fenómeno que
justamente le interesa estudiar al clínico: el fenómeno psicológico.
Como se dijo, el entrevistador es, un observador participante y está
comprometido en el campo al igual que el entrevistado. Solo que difieren en que el
psicólogo interviene con una modalidad llamada disociación instrumental. Esto es así
ya que en la relación interpersonal el psicólogo es él mismo su instrumento de trabajo y
el objeto de estudio es otro ser humano. Al investigar en la vida de otro se encuentra
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implicada la revisión y examen de su propia vida, conflictos, frustraciones (Bleger. 1964).
Por tanto, si guarda ese impacto su tarea en la entrevista se hace imposible: “..obtiene
mucha ansiedad y entonces no puede actuar, o bien, bloquea la ansiedad y su tarea es
estéril…” (Bleger,1964, p.28).
Entonces el entrevistador debe operar disociado: “…en parte actuando con la
identificación del paciente, y en parte permaneciendo fuera de esta identificación,
observando y controlando lo que ocurre de manera de graduar así el impacto emocional
y la desorganización ansiosa...” (Bleger,1964, p.28). La disociación es funcional y
dinámica debido a que actúa permanentemente la proyección y la introyección y deben
ser lo suficientemente porosa para que se pueda permanecer en los límites de una
actitud profesional (Bleger,1964). El control de la disociación es de importancia debido
a que refiere, además, a lo competente y profesional que es el psicólogo en el momento
de realizar entrevistas sin desarrollar conductas fóbicas. La mala disociación puede
llevar a que el clínico evite el contacto personal y por consecuencia interponga
instrumentos como test o interrogatorios cerrados que difieren de lo que es una
entrevista psicológica, (Bleger,1964).
9- TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA
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entrevistador como emergentes del campo psicológico que se configura en la situación
de entrevista. Significa la respuesta que el psicólogo tiene en relación a las
manifestaciones del sujeto entrevistado, es decir, el efecto que tienen sobre él.
Tales efectos muchas veces tienen que ver con su propia historia personal. La
aparición de los fenómenos contratransferenciales en algún momento de la entrevista
está dando cuenta de que ciertos factores operan para que así sea, lo cual requiere de
cierta observancia. En este sentido es un gran indicio de valor para orientar al
entrevistador en su labor. La experiencia, formación, y la propia terapia personal del
psicólogo dan cuenta de su buen manejo funcionando no como obstáculo sino como
instrumento para detectar qué está sucediendo en el entrevistado Bleger (1964). En
algún tiempo se creyó que la contratransferencia era un obstáculo o un perturbador de
la entrevista, sin embargo, actualmente es tarea del clínico registrar su aparición como
emergente de la situación presente, producto de la reacción que provoca el consultante.
De modo que además de la observación continua hacia el sujeto se suma la
autobservación.
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re vivenciada en la transferencia y allí es donde debe ser resulta. De modo que el sujeto
propende a repetir en lugar de recordar, y la repetición se muestra siempre como una
resistencia en relación con la función de la memoria, Greenson (1976). La resistencia
en este sentido quiere decir que ciertas fuerzas se oponen dentro del sujeto a la labor
analítica, Greenson (1976), y se torna preciso poder identificar dichas resistencias para
poder trabajarlas con los fines de conocer el padecer del sujeto. No significa que en la
instancia de consulta se haga un estudio exhaustivo del tema sino tomarlos como
herramientas para el mejor conocimiento del entrevistado.
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de la situación, considerados elementos diagnósticos para pensar al sujeto, de modo
que la articulación de lo nuevo y lo viejo que se repite, le da a cada consulta un sesgo
particular. Y en este sentido también se considera la singularidad del consultante y de
la situación en si, por tanto, pensar en situación se torna como indispensable (Antar y
Gurman, 2002). Sin embargo, estos autores mencionados difieren en pensar el pasado
debido a que plantean que ha dejado de ser una clave para entender el presente y que
con frecuencia es pensado como un obstáculo para pensar la clínica (Antar y
Gurman,2002). Sin intención de agotar la temática queda abierta la interrogante de si,
¿es posible una articulación de lo histórico que se repite en los fenómenos
transferenciales con lo nuevo que cada situación entreteje como emergente?
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motor de la relación interpersonal, puede quedar perturbada e incontrolada si sobrepasa
cierto nivel. Sucede que frente a la ansiedad del entrevistado el psicólogo no debe
recurrir a ningún procedimiento que lo disimule o lo reprima como puede llegar a ser el
apoyo directo o el consejo(Bleger,1964). Al respecto Bleger, (1964) subraya:
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y referentes que soportan al clínico. Siendo que la consulta es un proceso acotado en
el tiempo con unos objetivos definidos, es que el encuadre de una primera entrevista en
el marco de la consulta está marcado por ciertos objetivos, es decir, recoger información
del entrevistado para decidir si necesita tratamiento y cuál es el de elección además de
poder resolver la consulta en términos de dar respuesta a la problemática planteada. Al
decir de, De Souza y Vázquez (1990):
Para Bleger (1964) la aclaración de los roles “..implica que en ningún caso el
entrevistador debe permitir el ser presentado como un amigo en un encuentro fortuito”
(p.35). El entrevistador además tiene que evitar sus propias reacciones hacia el
entrevistado, así como no entrar con el relato de su propia vida. También es de
sugerencia abstenerse a desarrollar relaciones comerciales o de amistad y no permitir
ningún beneficio de la entrevista que no sean los honorarios y su interés científico y
profesional, (Bleger,1964). El rol técnico del entrevistador se limita en lo posible para
beneficiar al entrevistado, evitando curiosidades que no ayuden en el proceso y dejando
de lado toda gratificación narcicistica.
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Los lugares donde se realizan las entrevistas es otra variable a tener en cuenta
en la aclaración de un encuadre. Refiere al espacio, marco, o el terreno ambiental en
el cual se realiza la entrevista, (Bleger,1964). Estos varían dependiendo siempre de la
singularidad de cada consultante y de la particularidad de la situación clínica. Si se
reflexiona en poder adecuar cada consulta y entrevista a cada sujeto respetando su
singularidad, el encuadre es un concepto de relevancia a ser también adecuado a cada
situación. En este sentido (Ocampo, et al. 1980 a ) esbozan una posible respuesta a esa
inquietud diciendo que en los primeros encuentros no se puede definir al encuadre con
una mayor precisión debido a que el contenido y el modo de su formulación dependen
de las características del sujeto. Es por eso que en un principio se aclaran los elementos
imprescindibles, dejando para otros encuentros o para el final de la primera entrevista
los restantes. De modo que percibir cuál es el encuadre justo para cada caso y
mantenerlo es un elemento tan importante como difícil de aprender en la tarea
diagnostica (Ocampo, et al. 1980 a).
Los horarios y duración del proceso, refieren a fijar los encuentros en un orden
coherente de días y horarios en donde se desarrolla la entrevista y también su límite en
la extensión, (Ocampo, et al.1980). Las autoras sugieren, tratar de no plantear una
duración ni muy corta ni muy prolongada. Muchas veces estas variables son llevadas a
un acuerdo entre los participantes, pero una vez marcadas como fijas es de
responsabilidad de ambos respetarlas, en donde cualquier modificación debe ser
informada. La otra variable refiere a lo que son los honorarios, el cual va a variar
dependiendo si se trata de una consulta privada o de una institución paga, y también de
cada entrevistado en particular.
Resulta recomendable tener una actitud abierta con respecto a las necesidades
del consultante como a las del psicólogo, para que no se establezcan condiciones que
luego resulten insostenibles. Esto tiene que ver con falta de límites o limites muy rígidos,
alargamiento del proceso, así como algún planteo confuso con respecto a las tareas, los
cuales perjudican principalmente al entrevistado, (Ocampo, et al .1980).
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otro sitio del habitual, esa modificación debe estar sujeta a observación tanto como lo
es el mismo entrevistado.
Por otro lado, para Bohoslavsky (1979b) “…todo encuadre implica cierto artificio
técnico” (p118), queriendo significar con esto un marco de referencia que posibilita leer
los significados de la conducta del entrevistado. Muchas veces el objetivo de este
artificio técnico en el marco de una consulta psicológica es poder llegar a un diagnóstico
del sujeto. Si bien el clínico entrevistador fija ciertas líneas estables, y de algún modo
rígidas que son las que conforman el encuadre y que al decir de Bohoslavsky (1979b)
operan a modo de “carriles” de la entrevista, el acontecer de la misma corre por cuenta
del entrevistado. Es así que las conductas que acontecen en la situación de entrevista
pueden considerarse como emergentes de un campo grupal. Bohoslavsky (1979b) dice
que un emergente significa “…todo acontecimiento en el proceso de entrevista que,
aunque nuevo y sorprendente en apariencia integra y sintetiza factores ya presentes en
el campo psicológico…” (p120). En este sentido son de importancia la relación e
interacción entre los participantes que conforman la entrevista ya que todo emergente
es producto de tal interacción. Por lo tanto, toda conducta sea ésta latente o manifiesta,
concreta o simbólica por parte del entrevistador o del entrevistado conforman un
emergente de la situación. Sin embargo, (Delgado, Pou y Valazza.2007) señalan al
respecto:
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Por otro lado, desde un punto de vista estrictamente psicoanalítico, los
estudios de Miriam Alizade (2002), agregan además del encuadre externo, elementos
internos del psicólogo. No se pretende realizar un estudio exhaustivo del encuadre
interno ya que no es el objetivo del presente trabajo. Sino tomarlo como un elemento
más presente en todo psicólogo que practica la teoría psicoanalítica en un encuentro
con el entrevistado en el marco de la consulta. “El encuadre es el marco que permite
la marcha de la cura y consta de elementos externos (lugar, hora, decoración del
consultorio, características físicas del analista, etc.) y de elementos internos.”
(Alizade,2002. p.112).
Resulta evidente que es más fácil definir un encuadre externo que uno interno, ya
que las reglas pautadas por el externo son accesibles a la observación y el paciente de
algún modo puede cuestionar sus reglas. El encuadre interno al depender de factores
intrapsiquicos y comunicacionales es más difícil de mensurar y es por ello que adquiere
un cierto grado de abstracción.
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Poseer un encuadre interno, es favorable en las primeras entrevistas en donde
se prioriza la escucha clínica y una estrategia que se va armando con el consultante a
lo largo de los encuentros. La creatividad y la entrenada mirada-escucha del clínico
adquirida gracias a su experiencia y formación teórica le dan a cada situación su
particularidad y a cada sujeto su singularidad. El encuadre interno también comprende
el desarrollo de una capacidad empática y un despliegue de cierta creatividad, los cuales
se transforman en habilidades y cualidades que es importante que estén presente en
todo entrevistador principalmente en los primeros encuentros.
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inconsciente y al del paciente, la atención flotante, la asociación libre del analista,
observancia de las reglas de juego interactivas, y la transmisión entre inconscientes.
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rellenando los espacios con habla sino construir con el entrevistado una posibilidad de
decir” (Brigida,.2005, p.32).
Exploración
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profundización, luego que se sitúo en el tema o área a explorar, Por ejemplo: cuánto le
limita lo que le ocurre, o cómo vive el entrevistado ciertos acontecimientos.
Señalamiento
Confrontación
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explicito para el yo consciente del paciente. Por ejemplo, antes de poder
interpretar la razón que pueda tener un paciente para evitar cierto tema
en la hora de consulta tengo que ponerlo frente al hecho de que está
evitando algo. A veces el mismo paciente reconocerá el hecho y me
evitará ese trabajo. Pero antes de pasar a otra cosa debe quedar
asentado que el paciente discierne dentro de si el fenómeno psíquico que
estamos tratando de analizar. (p.51)
Aclaración
Interpretación
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desinteresada. Si el interés de dar conocimiento no está presente, entonces no se está
estrictamente interpretando sino haciendo sugestiones, apoyando, persuadiendo,
manipulando etc. Además de veraz y desinteresada la interpretación es también una
información pertinente, es decir, que es dada en un contexto, donde pueda ser
operativa, utilizable, (Etchegoyen ,1986d)
13-CONCLUSIONES
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su tarea también radica en el escuchar, observar y vivenciar la situación de la cual el
mismo participa. Entonces se destacan como elementos fundamentales para poder
comprender al consultante a las habilidades comunicacionales, la calidad de la empatía,
la escucha activa, el empleo de los silencios y las intervenciones pertinentes. Se
encuentra que, en la entrevista psicológica no se trata de obtener datos completos de
la vida total del entrevistado, sino poder recoger los datos de su comportamiento total
en el curso de esa relación que se da de forma interpersonal.
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las estrategias que diseña ocasionan efectos en el entrevistado. Sucede lo mismo con
los distintos momentos y objetivos que se plantea la entrevista. La creatividad del clínico
se juega en poder construir junto con el entrevistado a lo largo de los encuentros los
momentos que se esperan de una entrevista de modo ue, no se transforme en un
interrogatorio y respetar el tiempo de cada sujeto para alcanzar los objetivos.
Las Herramientas técnicas del psicólogo también son pasibles de ser pensadas
en las entrevistas, ya que su manejo le permite al clínico poder recabar información con
el fin de conocer más el padecer del entrevistado. Se trabajaron los instrumentos
verbales como: la exploración, señalamiento, confrontación, esclarecimiento, aclaración
e interpretación. La importancia del manejo de cada uno de ellos es que el psicólogo
pueda interrogarse en cada encuentro, cuándo usarlas, cuál será el momento oportuno,
y cuál de ellas poner en práctica. Además de poder pensar en qué se dirá y por qué se
dirá debiendo atender que cada intervención genera efectos en el entrevistado.
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de ser una clave para entender el presente, pero queda plasmada la interrogante para
seguir investigando, acerca de si es posible articular lo histórico que se repite y lo nuevo
que se genera en la situación clínica.
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14-REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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