La Mecánica de La Lectura

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 19

LA MECÁNICA DE LA LECTURA

La lectura es un proceso complejo que consiste en un movimiento


adecuado de los ojos, para percibir el material impreso y, posteriormente,
un proceso mental que transforme los símbolos en significado.

A continuación, analizamos cada uno de los elementos que intervienen en la


lectura convencional.

MOVIMIENTO DE OJOS
El buen movimiento de ojos es esencial para una lectura eficaz. Los ojos
pueden ser entrenados para mejorar la eficiencia de la lectura, como los
dedos pueden ser entrenados para mejorar el tipeado. Cuando se lee, los
ojos no se desplazan suave y firmemente a través de la página. Se
mueven dando saltos. Los ojos hacen una pausa, se mueven velozmente,
hacen otra pausa y vuelven a desplazarse velozmente. Durante las pausas
es cuando uno ve las palabras. Un buen lector ve muchas palabras en
cada pausa. Un mal lector ve una sola.

Obviamente, a mayor cantidad  de palabras que un lector ve, disminuye


la cantidad de pausas y aumenta la velocidad de lectura. El ejercicio de
movimiento de ojos favorece el entrenamiento para moverlos
correctamente a través de las líneas : leer un grupo de palabras, hacer una
pausa ; moverlos rápidamente a otro grupo de palabras. Si los detenemos
más de una vez por grupo de palabras, incrementa levemente la
velocidad de los ojos. Esto obliga a fijar la vista una sola vez por grupo
de palabras.

Continúa practicando estos movimientos y estarás en camino de


convertirte en un lector eficiente.

La Visión Periférica
El primer paso para un buen movimiento de ojos es el desarrollo y
utilización de una buena VISIÓN PERIFÉRICA. La mayoría de la gente
la usa en todas las actividades excepto en la lectura. Sin embargo, es tan
importante en la lectura como lo es en otras actividades.

Usar la visión periférica permite ver muchas palabras al mismo tiempo.


A mayor cantidad de palabras que se vean por fijación, más rápido se
leerá.

Usarla también mejora la comprensión del texto. Las palabras tienen más
significado cuando son leídas en asociación con otras. Es como un
rompecabezas. Una sola pieza no da mucha idea del cuadro total, sin
embargo, muchas piezas juntas dan una mejor idea de lo que será el
resultado final. Lo mismo ocurre con la lectura. Una sola palabra no
contribuirá a la comprensión de lo leído. Pero un grupo de palabras dará
una mayor idea y conducirá hacia una rápida y mejor comprensión del
texto.

Entonces, es conveniente usar la visión periférica cuando se lee. A mayor


cantidad de palabras que vean los ojos, más rápido se leerá y con mejor
comprensión del mensaje del autor.

La Comprensión en la Lectura Veloz


Es importante destacar un concepto clave de las técnicas que aquí se
presentan:: lo que importa es comprender rápido, no meramente leer
rápido.

Y aunque nuestra primera sensación no sea esa, la investigación y las


estadísticas han demostrado una y otra vez que cuanto más rápido se lee
–por supuesto, hasta cierto límite- mejor es la comprensión.

Para comprobarlo tú mismo/a, lee la siguiente afirmación tal cual está,


registrándola ‘lenta y cuidadosamente’ y procurando el máximo de
comprensión:

La lec tu  rá pi da es me jor pa ra la com pren sión que


la lec tu ra len ta.

¿Difícil? ¡Por supuesto! Porque el cerebro no está diseñado para leer a


una velocidad tan lenta. Leer lenta y cuidadosamente alienta al cerebro a
leer más y más lento, con menos comprensión y mayor fatiga.

Mira ahora la próxima frase, pero esta vez lee las palabras tal cual están
agrupadas:

Se ha descubierto      que el cerebro humano       con la ayuda

de los ojos        asimila información       más rápidamente cuando

la información     está convenientemente reunida       en grupos

con significado.

El cerebro trabaja de manera mucho más cómoda a velocidades de 400


palabras por minuto y más.

El aumento de la velocidad conduce, por lo tanto, a un incremento


automático de la comprensión, porque la información se organiza en
grupos con significado y el cerebro comprende así de inmediato.

Por lo tanto, para mejorar la comprensión es necesario que nos


ejercitemos en leer ideas, no palabras. Tenemos que captar las ideas, la
estructura y el sentido del texto, y no las palabras. El proceso que siguen
los niños en la lectura es: ver - pronunciar - oír - comprender. La lectura
de un adulto debe consistir en ver y comprender. 

A buen entendedor...

Aplicando el mism conc pto a la lect ra, se per ibe que no se

nece i an to as las letr s p ra id ntificar  as pal bras en un t xto.

Y si quieres un desafío mayor,


presta atención a esto que sigue.

Si consigue leer las primeras palabras, tu cerebro descifrará el resto

C13R70 D14 D3 V3R4N0 3574B4 3N L4 PL4Y4 0853RV4ND0


D05 CH1C45 8R1NC4ND0 3N 14 4R3N4,

357484N 7R484J484ND0 MUCH0 C0N57RUY3ND0 UN


C4571LL0 D3 4R3N4 C0N 70RR35, P454D1Z05 0CUL705 Y
PU3N735.

CU4ND0 357484N 4C484ND0 V1N0 UN4 0L4


D357RUY3ND0 70D0 R3DUC13ND0 3L C4571LL0 4 UN
M0N70N D3 4R3N4 Y 35PUM4

P3N53 9U3 D35PU35 DE 74N70 35FU3RZ0 L45 CH1C45


C0M3NZ4R14N 4 L10R4R, P3R0 3N V3Z D3 350,
C0RR13R0N P0R L4 P14Y4 R13ND0 Y JU64ND0 Y
C0M3NZ4R0N 4 C0N57RU1R 07R0 C4571LL0

C0MPR3ND1 9U3 H4814 4PR3ND1D0 UN4 6R4N L3CC10N;

64574M05 MUCH0 713MP0 D3 NU357R4 V1D4


C0N57RUY3ND0 4L6UN4 C054 P3R0 CU4ND0 M45 74RD3
UN4 0L4 L1364 4 D357RU1R 70D0,

 S010 P3RM4N3C3 L4 4M1574D, 3L 4M0R Y 3L C4R1Ñ0, Y


L45 M4N05 D3 49U3LL05 9U3 50N C4P4C35 D3 H4C3RN05
50NRR31R.
SALTOS Y FIJACIONES

La lectura no es una actividad continua. Los ojos deben detenerse para leer.

Los experimentos realizados sobre la percepción visual, por medio de


aparatos perfeccionados, han demostrado que los movimientos del ojo son
discontinuos, es decir, que el ojo, para leer, recorre la línea realizando una
serie de saltos y pausas. La lectura sólo se produce durante las pausas.
Estas pausas son irregulares en cuanto a su número y duración. Varían según
los individuos y también según el objetivo de la lectura.

A estas pausas las denominaremos ‘Descanso de Ojo’.

Otra característica derivada de la anterior, es que el avance en la lectura se


produce a saltos que oscilan de izquierda a derecha. Denominaremos este
salto: ‘Salto de Ojo’. Y aquel lugar donde la vista se detiene para leer lo
llamaremos ‘Punto de Fijación’.

Si quieres verificar estos saltos personalmente, pídele a una persona que


tome un libro o un escrito cualquiera y que coloque la parte superior de
la página a nivel de sus ojos, a una distancia normal. A medida que la
persona lee, observemos sus pupilas, y veremos que éstas hacen
pequeñas pausas, ligeros movimientos hacia atrás, el movimiento no es
continuo, hacia adelante. Estas son las fijaciones que el todo lector hace.

Si el número de fijaciones es mayor, la lectura será lenta. Debemos


acostumbrarnos a fijarnos en grupos de palabras, y no palabra por palabra.

Cada       día     leo     más     y     mejor.

    1            2        3        4        5        6

Leer palabra por palabra equivale a hacer una fijación por cada una. La
velocidad de lectura no pasará de 150 palabras por minuto.

Cada día     leo más     y mejor.

       1              2                3

Ahora se han hecho tan sólo tres fijaciones. El lector alcanzará una
velocidad de 350-400 palabras por minuto.

Cada día leo             más y mejor.

         1                              2
Leído el renglón en dos fijaciones, alcanzará una velocidad de 500 palabras
por minuto.

MOVIMIENTOS DE RETORNO
Al terminar el renglón, la vista debe realizar un retroceso para comenzar con
el siguiente. Definiremos este movimiento como: ‘Movimiento de
Retorno’.

Es decir, que la vista se fija en cada palabra del principio al fin de la línea, y
luego realiza un movimiento rápido de regresión para retomar la línea
inmediata inferior, y así sucesivamente.

REGRESIONES
Un hábito común es el de volver atrás para leer, hábito que titularemos
‘Regresión’.

Además de los movimientos atrás, que se hacen para retornar a la línea


inmediata inferior, existen otros, también hacia atrás, que demuestran que la
persona ‘relee’ ciertas partes o palabras. Este hábito o costumbre se nos ha
quedado desde los primeros años escolares. Hay necesidad de superarlo si
de verdad queremos progresar en la lectura.

Existen algunas causas por las cuales solemos hacer regresiones:

     EL VOCABULARIO: Las palabras pueden ser conocidas,


desconocidas o dudosas. Estas últimas son las principal causa de las
regresiones. No es correcto que asimilemos las palabras dudosas a las que
ya conocemos. Se pueden correr riesgos. En todos los casos, es preferible
consultar el diccionario, recurso imprescindible en el trabajo intelectual y
el estudio.

     CONFUSIÓN DE PALABRAS: En la lectura es frecuente confundir


palabras más o menos parecidas o letras también parecidas: ‘pradillo’ por
‘ladrillo’, ‘milla’ por ‘silla’, o viceversa ; ‘p’ por ‘b’, ‘p’ por ‘q’, ‘d’ por
‘b’, ‘m’ por ‘n’, etc.
 

Las regresiones y las fijaciones


Cuando leemos, nuestros ojos efectúan saltos. Se fijan sobre una
parte de la escritura, dan un salto, hacen una pausa breve, vuelven  a
saltar, y así sucesivamente. La pausa durante la cual los ojos se
detienen se llama fijación. Durante el proceso de lectura éste es el
único momento en que se registra la visión útil. Durante el rápido
movimiento que se produce entre las fijaciones no hay registro visual
útil.
Por lo tanto, los ojos deben funcionar como una cámara cinematográfica.
Poseer la capacidad de producir una serie de imágenes con regularidad y
velocidad, para realizar una compresión visual continuada que dé lugar a
una imagen total del pensamiento.

Para ello, y como base de una correcta técnica de lectura, es necesario


destacar dos elementos: la amplitud de la fijación y el tiempo empleado
para efectuarla; es decir debemos considerar qué cantidad de elementos
estamos viendo en cada fijación, y cuánto nos demora esa fijación.

No conocer un amplio vocabulario es un freno para la velocidad. El lector


regresa para comprender el sentido de la frase, aun desconociendo la
palabra y vuelve a regresar en otra lectura. En este caso se recomendable el
uso del diccionario y la confección de listas de palabras que aclaran
significados del vocablo nuevo y sus derivados y sinónimos.

No ha de considerarse una pérdida de tiempo el comprender a fondo una


expresión: ‘el lector veloz’ viene a continuación de un ‘lector lento’, que ha
sabido solucionar los problemas que determinaban su lentitud.

En una lectura cualquiera, las palabras pueden ser:


 
a) conocidas,
b) desconocidas,
c) dudosas.

En el primer caso no se presentan problemas puesto que si sabemos bien lo


que una palabra significa la captarnos inmediatamente. Con las palabras que
nos resultan desconocidas no tenemos dificultad porque estamos seguros de
no entenderlas.

En cambio con las palabras que nos resultan dudosas sí tenemos problemas
porque no sabemos si significan una cosa u otra y es entonces que releemos
el texto para estar seguros de su significad o. La solución para esto, sin hacer
regresiones, es utilizar e diccionario, que si bien constituye una pérdida de
tiempo, no se transforma en un hábito que pueda ser perjudicial para nuestro
nivel de comprensión. 

En los casos de una redacción muy compleja la regresión muy comprensible


y se justifica plenamente, ya que ayuda a entender un texto completamente.
En este caso, se llama regresión controlada.

Las palabras cuyo significado es dudoso, porque no se tiene presente


exactamente lo que quieren decir, son las que más nos fuerzan a regresar.
Esto se debe a que, al encontrarlas, no creemos necesario buscar la
definición en un diccionario, sino que tratamos de comprenderlas
incluyéndolas en el contexto (de acuerdo con el sentido de éste). Pero como
subsiste la duda, se vuelve sobre el texto anteriormente leído, a fin de
procurar un verdadero acierto.

Cuando la palabra es conocida, los ojos ya están habituados a verla y captar


su contenido, es un proceso mucho más rápido con lo que se evita un vicio
muy común, como es el la regresión. Al no comprender la palabra cada
frase es leída una y varias veces para captar su contenido, con la
consecuente pérdida de tiempo que esa actitud lleva implícita. La clave de
leer rápido radica en poder captar muchas palabras en una sola fijación
(para lo cual debe hacerse una serie de ejercicios adecuados).
 
La regresión y el salto atrás son problemas similares. La primera es una
vuelta consciente a palabras, párrafos o frases que uno cree que se ha
perdido o que no ha comprendido bien. Muchos se ven obligados a regresar
a esos puntos a fin de comprender el texto. El salto atrás es una especie de
tic visual, un regreso inconsciente y brusco a palabras o frases que
acabamos de leer. Por lo general, el lector casi nunca es consciente de lo
que le sucede.

El salto atrás y la regresión aumentan el número de fijaciones por líneas,


haciendo más lento el proceso de lectura. Ambos hábitos son, por regla
general, innecesarios. Los estudios realizados sobre la relectura consciente
del material indican que los lectores que estaban seguros de que necesitaban
regresar a ciertas palabras o partes del texto para comprenderlas arrojaban
cambios mínimos de comprensión cuando no se les permitía hacerlo. Más
que una cuestión de comprensión, se trata de tener confianza en la
capacidad del cerebro.

El método para eliminar o reducir estos hábitos tiene una doble vertiente.

En primer lugar, es necesario forzarse a no releer las partes que uno cree
no haber comprendido.

En segundo, se debe aumentar gradualmente la velocidad para


mantener un ritmo uniforme de los movimientos oculares. Tanto la
velocidad como el ritmo dificultan el salto atrás y la regresión y, aunque
resulte paradójico, mejoran la comprensión.

Estos cuatro problemas -vocalización, subvocalización, regresión y


campo visual reducido- pueden ahora dejar de considerarse los principales
obstáculos en que tanta gente los ha convertido, pues no son otra cosa que
vicios que pueden corregirse con la ejercitación que te proponemos aquí.

Los principios para ir controlando el número de tus fijaciones son los


siguientes:
 
a) No comiences nunca las líneas por la primera letra de la
primera palabra, porque de este modo desperdiciará gran parte de
su capacidad perceptiva. Todo lo que se encuentra a la izquierda del
punto de fijación permanece en blanco (las líneas verticales indican el
lugar del renglón donde deben realizarse las fijaciones). Volver atrás en
la lectura constituye uno de los frenos característicos que impiden leer
con rapidez. El buen lector debe aprender a evitar las regresiones.
 
b) No realices nunca la fijación final de la línea en las últimas
letras de la última palabra, porque tampoco aprovechará todo el campo
visual a la derecha de su punto de fijación.
 
c) Posees ya dos fijaciones establecidas: en una página existe un
margen izquierdo y otro derecho. Tu representación mental deberá correr
dichos márgenes -por lo menos un centímetro-, hacia la derecha el
margen izquierdo y hacia la izquierda el margen derecho. Entre dichos
límites no te resultará difícil proponerse el número aproximado de
fijaciones. Por ejemplo: tres al principio, para luego reducirlas a dos y a
una, sucesivamente. Contando las otras dos fijaciones establecidas, se
obtendrá un resultado de cinco, cuatro y tres, respectivamente.

La distensión es el estado ideal de relajamiento físico y mental que nos


permitirá una total concentración en el tema que leamos. Es conveniente no
estar sujeto a tensiones físicas ni psicológicas; es decir, debemos estar
despiertos, pero serenos, listos para recibir toda la información que puedan
transmitir nuestros sentidos.

La tranquilidad es el conjunto de circunstancias que hacen que el ambiente


en que estamos nos resulte agradable. Es preferible que la habitación nos
resulte familiar para evitar que cualquier novedad distraiga nuestra atención.
También es importante que la comodidad ambiental no sea excesiva porque
nos produce somnolencia.

Si el texto que leemos nos interesa es obvio que pondremos mucha atención
al leerlo. Este es un fenómeno corriente, puesto que el interés es el más
fuerte incentivo para despertar nuestra atención.
EL CAMPO VISUAL

Otro concepto importante es el de ‘Campo Visual’. Puede definirse como


todo aquello que logra observarse al detener la mirada en un Punto de
Fijación. Nuestros ojos poseen dos tipos de visión: una central y otra lateral
o periférica.

La visión central es limitada, corta; en cambio, la visión periférica tiene una


amplitud angular más grande; casi 180°. En la lectura debemos aprovechar
al máximo los dos tipos de visión.

En realidad, el foco central sólo precisa del 20% del sistema ojo/cerebro,
mientras que el foco periférico utiliza nada menos que el 80%.

¿Por qué un porcentaje tan alto? La razón es que casi todos los hechos que
tienen lugar en el universo ocurren alrededor de nuestro foco central, y es
vital para nuestra supervivencia que el cerebro esté al corriente de todos los
cambios que se producen en nuestro entorno para dirigirnos hacia lo que
necesitamos y apartarnos del peligro.

Experimenta por ti mismo/a qué es el campo de percepción visual.

Extiende tus brazos hacia los costados, a la altura de los hombros, tratando
de que formen una línea recta perpendicular con tu cuerpo. En esta posición,
rota ligeramente tus muñecas dando movimiento a tus manos. Habrás notado
entonces que este movimiento puede ser captado por tu vista, aun con tus
ojos fijos hacia el frente. Son precisamente los 180° de visión periférica
que tienen nuestros ojos los que nos dan esta posibilidad.

Este campo visual puede ser integrado progresivamente a la lectura. Una


ejercitación adecuada permite ampliar el foco de visión central y utilizar
también fructíferamente el campo de visión periférica para obtener una
mayor velocidad de lectura comprensiva.

También nos es posible ampliar nuestro campo de lectura para percibir


grupos de palabras.

Cuando nos ejercitamos en ampliar nuestro campo visual, utilizando la


visión periférica, podemos entonces afianzar nuestra habilidad para realizar
fijaciones más amplias, como se explicó anteriormente.

Para una línea de texto de ocho o diez palabras, no deben hacerse más de
tres, quizá cuatro fijaciones. Un mal lector tiene que efectuar hasta siete u
ocho. En la línea estrecha de una columna de periódico, una o dos fijaciones
deben ser suficientes, aunque para una obra técnica son recomendables ocho
o nueve fijaciones (y más breve su duración), más rápida es la lectura y más
fácil también la tarea de extraer el sentido de las frases completas.
Agreguemos a eso que los músculos de los ojos se fatigan menos.

Los métodos tradicionales de enseñanza de lectura se concentran sólo en el


foco central, por lo cual se usa menos del 20% de la capacidad visual
disponible, y además de forma inadecuada.

El uso de la percepción periférica se puede ampliar, en principio,


sosteniendo el material de lectura a una distancia mayor de la normal. Al
hacerlo, permitimos que la visión periférica vea con mayor claridad la
totalidad de la página mientras leemos.

Una ventaja adicional de este procedimiento es que son necesarias menos


fijaciones musculares. Por lo tanto, los ojos se cansan muchísimo menos y
estamos en condiciones de leer durante períodos muy largos. Son muchas las
personas que descubren, usando este método, cómo desaparecen los dolores
de cabeza y las contracturas cervicales, problemas tan comunes para
numerosos lectores.

Las técnicas de Lectura Dinámica no sólo desarrollarán tus posibilidades de


aumento del campo visual, sino que también dotarán de mayor velocidad
a tus saltos de ojo, y reducirán al mínimo tus tiempos de detención.

Tu actual velocidad promedio de lectura comprensiva puede desde


triplicarse hasta decuplicarse luego de haber asimilado y practicado las
técnicas de Lectura Dinámica.

Esta enorme diferencia te será dada por un mejor aprovechamiento de tu


campo de visión central y periférica -menos pausas por línea, mayor
cantidad de palabras abarcadas en un solo golpe de vista- y por la
eliminación de los movimientos regresivos (volver sobre lo leído).

La fundamental diferencia que lograrás en tu ritmo de lectura será


apuntalada principalmente por la supresión de los vicios de articulación
sonora (que veremos a continuación), como la vocalización y la
subvocalización, que imponen los frenos limitantes de la velocidad del
habla, siempre muy inferior a las posibilidades de la aceleración visual.
VOCALIZACIÓN Y SUBVOCALIZACIÓN

Es conocido el hecho de que los niños lean en voz alta. Esto es bien
comprensible ya que lo hacen porque están aprendiendo a leer. En cambio
los adultos, salvo en casos especiales, casi nunca leen en voz alta. Y, cuando
tienen que hacerlo, es frecuente que se sientan incómodos.

El único caso en el que saber leer correctamente en voz alta se convierte en


una necesidad, es cuando esto tiene un sentido profesional: locutor de radio
o de televisión, conferenciante, político, etc.

La velocidad de lectura de una persona habituada a leer en voz alta es


de 150 P.P.M. De esto se deduce claramente que si leemos de este modo
estamos desperdiciando nuestras posibilidades de aumentar nuestra
velocidad; o, más sencillamente, estamos reduciendo nuestra capacidad
normal de lectura.

Este. proceso sé llama Vocalización y puede ser de dos clases: consciente o


inconsciente.

La vocalización consciente es un fenómeno muy común. Todos hemos visto


a alguien que lee moviendo los labios. Si nos acercamos, podremos oír como
un susurro: rada palabra leída es repetida a media voz.

La vocalización inconsciente es también usual, y es el caso de las personas


que no articulan los sonidos sino que utilizan la laringe: hacen vibrar
involuntariamente las cuerdas vocales. Este acto reflejo se puede descubrir
aplicando los dedos sobre la nuez de Adán, o sea, el cartílago tiroides. Si al
leer se percibe cualquier vibración, podemos estar seguros de que asta
corresponde a una vocalización inconsciente.

Estos dos tipos de vocalización son muy usados, sin embargo, por una gran
cantidad de personas que no emiten sonidos al leer pero los ‘‘sien ten” como
si hablaran mentalmente. Este fenómeno se llama subvocalización.

La subvocalización consiste en repetir mentalmente lo que se lee. No se


produce ninguna vibración, es decir, no hay ningún sonido; sin embargo, el
lector “oye” como una voz dentro suyo.

En el siguiente gráfico veremos ejemplificados los tres procesos:


 
En realidad, la palabra impresa representa un sonido, puesto que
originariamente el lenguaje era hablado. Por lo tanto, se puede decir que la
palabra impresa es un símbolo, simboliza un sonido el cual, a su vez,
simboliza una idea. Como nuestro cerebro ya conoce las palabras y sabe
identificarlas con sus significados, es posible suprimir la representación
sonora, ahorrando de este modo mucho tiempo.

Para corregir la subvocalización se han creado varias técnicas, dado que es


un defecto difícil de corregir. Se ha comprobado que la elección de la
técnica más conveniente es un problema personal, es decir, que el lector
debe elegir el sistema que más le conviene. Si al comenzar te parece que tu
nivel de comprensión ha bajado, no debes alarmarse: éste es un fenómeno
natural que le ocurre al 99% de los estudiantes. Luego esta primera etapa,
completamente natural, se supera y la capacidad de comprensión llega a
triplicarse.

Cómo corregir la Subvocalización:

Para suprimir la subvocalización pueden intentarse algunos de estos tres


recursos, mientras vayas realizando los ejercicios aquí propuestas, y
mientras leas en general:

a) Tararear, o silbar en voz baja.

b) Escuchar música. Es preferible no escuchar radio sino discos, porque


de otro modo las voces pueden perturbar la lectura.

c) Repetir mentalmente palabras sin significado corno, por ejemplo,


“dunga-tica” o “Juúylamy” o de cualquier palabra que carezca de
sentido, porque la función de esto es “tapar” la repetición mental de lo
que se lee con un elemento bien diferenciado.

Subvocalizacibn elaborativa
Todos los métodos que hemos visto consisten en reemplazar la repetición de
un sonido (el que se lee) por otro distinto. En realidad, estos métodos no son
muy recomendables porque no atacan la raíz del problema. Para eliminar la
subvocalización es menester transformarla. La subvocalización normal se
llama de repetición y no es de ninguna utilidad para el lector.

La subvocalización elaborativa, también llamada método de autopreguntas o


de conversación interna, consiste en formularse preguntas acerca de lo que
se va leyendo. Esto es posible porque la velocidad del pensamiento es muy
superior a la de los ojos o de la palabra. Con este sistema, en vez de repetir
mecánicamente lo que se lee, se realiza un “dialogo” con el autor que
implica un proceso de elaboración y, por lo tanto, una mayor comprensión
de lo que se lee. Esto, al principio, puede costar mucho trabajo. Pero con la
práctica estas dificultades se van superando y se consigue eliminar la
subvocalización

GUIAR A LOS OJOS: UNA FORMA EFICAZ


PARA ESTIMULAR LA LECTURA VELOZ

Cuando un niño aprende a leer comienza poniendo el dedo en la página.


maestros y padres lo desalientan porque piensan que eso reduce la
velocidad de lectura. Quizá en esa etapa lo haga, pero de todos modos la
pregunta es: ¿por qué, instintivamente, el niño coloca el dedo en la página?

Y la respuesta es obvia: eso mantiene la vista en foco y ayuda a la


concentración.

A pesar de que como adultos tenemos la creencia de que leer siendo guiados
por el dedo no es conveniente, podemos hacernos estas preguntas: ¿no
usamos acaso el dedo, un lápiz o una lapicera cuando buscamos una palabra
en el diccionario, o un número en la guía telefónica, o cuando sumamos una
columna de números, o bien cuando señalamos un pasaje de un texto al que
deseamos que alguien preste atención?

¿No es curioso, entonces, que en distintas situaciones usemos guía cuando


leemos, excepto en la lectura normal?

Está demostrado que cuando los ojos siguen una guía, su trabajo es más
cómodo y se vuelve más eficaz.

Puedes hacer un ejercicio muy simple que te demostrará el efecto de lo que


estamos comentando.

Pídele a una persona que imagine un círculo más o menos de su tamaño, y


que luego de imaginárselo lo recorra con la vista. Presta atención cuando
haga esto último, observando muy cuidadosamente sus movimientos
oculares.

Luego, pídele que siga a tu dedo índice, el cual harás que trace un círculo
bien amplio. Es muy probable que veas algo así como lo que muestran
estas imágenes:
Utilizar una guía, pues, facilita los movimientos oculares, dotando a
éstos de mayor precisión y rapidez.

Lo mejor que puedes usar como guía es un objeto largo y delgado, como un
lápiz o una lapicera o un palillo. De esta manera, la guía no bloquea la
visión de la página porque se puede ver fácilmente alrededor de ella.

¿Para qué utilizar el movimiento de una guía? Podemos observar cuatro


funciones básicas:

Reduce al mínimo la cantidad de trabajo que recae sobre


            el ojo.

Ayuda a dirigir el ritmo veloz de la lectura.

Aumenta la concentración. Si nos distraemos por un


            momento, sólo recorreremos la página con sus dedos y
            al darnos cuenta de ello volverá enseguida a la realidad.

Previene la regresión, es decir, repasar lo que ya ha


            leído.

Poner en práctica este hábito de lectura le llevará muy poco tiempo, y


mejorará tus habilidades por el resto de tu vida.
Las distintas velocidades de lectura
Un buen lector no tiene una única velocidad de lectura, sino que adapta la
velocidad al objetivo que persigue y a las dificultades del texto. Por
ejemplo, si se quiere estudiar Matemáticas o Gramática, la velocidad no
debería superar las 90 palabras por minuto.

Las velocidades varían entonces de acuerdo a si el tema es fácil o difícil,


conocido o desconocido, si se estudia, se investiga o se repasa, si uno quiere
distraerse o debe hacer un estudio crítico.

Resumiendo, podemos decir que para leer bien es preciso tener varias
marchas o varias velocidades de lectura. Lo mismo que los automóviles
que tienen la 1ra, 2da y 3ra ,de acuerdo a la velocidad que se desee desarrollar
y el tipo de camino que se va a recorrer. Si estamos en un camino de
montaña no podemos ir a 200 km. por hora, aunque vayamos en el auto más
nuevo y veloz. Si vamos por una súper carretera, nos llevarán por delante si
se nos ocurre ir a 20 km. por hora.

Si quieres llegar a ser un lector realmente eficiente, deberás dar a cada tipo
de lectura, y en cada circunstancia, una velocidad diferente.

LA LECTURA ESPACIAL

La Lectura Espacial es una nueva manera de leer.

CONSISTE EN FIJAR LA VISTA ARRIBA DE LA PALABRA. La


diferencia con la lectura tradicional es que en este caso la vista se fija
encima de la palabra, restando potencial al campo visual.

Además de posar la mirada arriba de la palabra (en la entrelínea) debe fijarse


en el centro geométrico de la misma.

Los objetivos de la Lectura Espacial son :

a) Eliminar la dependencia o esclavitud de las palabras. El lector ineficiente


vive normalmente dominado por las mismas (las debe deletrear, pasar por
ellas lentamente, etc.).

b) Para ampliar el campo visual, ya que fijar por arriba ayudará el trabajo de
nuestra visión periférica.

Ejemplo:

Lectura Lenta  con fijaciones muy cortas:                       


Cada       día      leo      más      y      mejor.

    1            2         3         4          5         6

Leer palabra por palabra equivale a hacer una fijación por cada una. La
velocidad de lectura no pasará de 150 palabras por minuto.

 
Lectura Lenta  con fijaciones un poco más lartas:                       

Cada día        leo más        y mejor.

       1                    2                    3

Ahora se han hecho tan sólo tres fijaciones. El lector alcanzará una
velocidad de 350-400 palabras por minuto.

Lectura Espacial con fijaciones óptimas

           x                               x


Cada día leo             más y mejor.

Como habrás percibido, la lectura en el espacio elimina la costumbre de


comenzar a leer desde la primera letra, y a leer una palabra por vez,
realizando fijaciones amplias y eficientes, lo que se logra enfocando en la
parte superior de la palabra.

YA NO DEBES VOLVER AL SISTEMA DE LECTURA ANTERIOR


Es importante advertir que durante la primera semana de lectura en el
espacio causa dificultades por la falta de costumbre, pero hay que practicar
hasta adquirirla.

La Lectura Espacial tiene su fundamento en que el reconocimiento de las


palabras, y sobre todo de las letras latinas, se realiza por su parte superior, lo
que se demuestra en el siguiente ejemplo: 

EJERCITACIÓN

A partir de ahora, y luego de haber conocido los fundamentos de la


Lectura Dinámica, comenzaremos con la ejercitación destinada a
desarrollar:

a) Lectura Espacial
b) Ampliación del Campo de Visión

c) Eliminación (parcial o total) de la Vocalización y Subvocalización. No


mover los labios mientras se lee, ni mover la lengua o los órganos de
fonación.

d) Agilización de la percepción y reconocimiento de palabras.

e) Evitar sistemáticamente el regreso cada dos o tres renglones.

COMPRENSIÓN CONTRA VELOCIDAD


La velocidad debe ser la primera cosa en la que se centre el desarrollo de la
aptitud de Lectura Dinámica. La comprensión sufrirá al principio, y eso es lo
que cabe esperar. De hecho, si te sientes DEMASIADO cómodo/a con tu
comprensión, será señal de que vas demasiado despacio.

Para sacara tus ojos de las viejas pautas de comportamiento, debes hacer que
ellos avancen a velocidad que impidan una comprensión óptima. Esto no
quiere decir que la comprensión tenga que quedar completamente
desatendida.

La mayor parte de los ejercicios ofrecidos aquí están destinados, en última


instancia, y como ya se señaló, a que mejores tu nivel de lectura
comprensiva, pero primero debes desentenderte de la comprensión (hasta
cierto punto) para dedicarte a desarrollar nuevas habilidades físicas
(oculares). Al desarrollar estas habilidades, lograrás darle mayor agilidad a
tus ojos e impedir que continúe el hábito de la vocalización y la
subvocalización, que sólo puede eliminarse al ir aumentando
progresivamente la velocidad de la lectura, al principio a expensas de una
comprensión total.

Si realizas bien los ejercicios, y los repites asiduamente, en pocas semanas


conseguirás un gran incremento en tu velocidad de lectura/comprensión.

Si has realizado ya el Test de Lectura Inicial, guarda los resultados


obtenidos. Si no lo has hecho, te conviene, antes de comenzar la ejercitación,
realizar ese Test.

Cuando consideres que has practicado al menos tres semanas y sientas que
tus capacidades de lectura son diferentes (es imposible marcar un límite
exacto en esto, pues varía para cada persona), podrás recurrir al Test de
Lectura Intermedio, para verificar si aumentaste tu Velocidad y
Comprensión de Lectura, y cuando hayas completado todos los ejercicios,
puedes recurrir al Test Final de Lectura, cotejando tu punto inicial.

También podría gustarte