El Drama de La Tierra en Mex-494-595 PDF
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240 Rafael Mateos Escobedo, La crisis política .y jurídica del federalismo, Editorial Veracruzana, Vera-
cruz, 1944.
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tintas épocas, es la forma como cada gobierno ha ejecutado los lineamientos del
derecho agrario.
En este punto surge esta pregunta: ¿puede el Estado poseer una ideología?
Si consideramos que las nociones de Estado y derecho se implican mutuamente
y que uno no puede existir sin el otro, la respuesta es negativa. El Estado en sí
no tiene, sino la ideología que pueda tener el derecho. Pero debemos aclarar
que una cosa es el Estado y otra el gobierno. Este último es la encarnación de
Estado, la personificación de él, o sea el Estado en acción y esa acción, a pesar
de estar prevista en la ley, debe planearse y ejecutarse por personas.
Recordemos que la norma jurídica para pasar al campo de la realidad ha
menester de la interpretación de los hombres encargados de su aplicación. Es aquí
en donde surge el programa de gobierno o sean los planes que se traza el gober-
nante para ejecutar las leyes que rigen la convivencia o, también, para proponer su
modificación a la vista de las realidades. En donde el derecho manda repartir
tierras señalando el procedimiento a seguir. el gobernante, respaldado por su
propia ideología y ante las circunstancias, pondrá énfasis y prontitud en la entre-
ga o, por el contrario, dejará al complicado mecanismo burocrático la acción. Por
esto cada gobierno, a pesar de que existan las mismas leyes, tendrá su particu-
lar manera de gobernar y su especial forma de agrarismo.
No debemos olvidar que así como el gobierno posee una determinada
ideología, en muchos casos la correlación de fuerzas sociales, políticas y econó-
micas lo hacen actuar en sentido inverso a sus ideas. Por esto, tan importante
y trascendental es el derecho, como la ideología de cada gobernante. El ser es
uno; pero el modo como se es, no depende por entero del gobernante, sino de
la especial manera como se conjugan las fuerzas políticas y sociales. De ahí que
surja la importancia del respaldo efectivo, decidido y entusiasta de las mayorías
a un gobierno que con su acción las favorece. Pero entiéndase bien, un respaldo
entusiasta y no simple mascarada de partido. En el mismo sentido actúa la
opinión pública.
Este empirismo que notamos en la evolución de nuestras instituciones
agrarias nos permite afirmar que la propiedad ejidal y su expresión: el ejido, no
fue concebido en la forma en que está actualmente por ninguna persona en
particular, sino que la realidad social y económica lo ha ido modelando. Al
mismo tiempo se va acercando cada vez más, en su expresión, a la idea de pro-
veer a los sectores rurales mayoritarios del país de un instrumento para el res-
guardo de su libertad e independencia, así como para su mejoramiento social y
económico. No podríamos decir que tal y como está el ejido así será en el fu-
turo. Creemos indispensable que la forma se perfeccione, que la organización se
mejore, que la conciencia ejidal se integre; pero nunca retrocediendo, pues sería
muy grave volver a sistemas que con mucho sacrificio ya hemos superado. Así
sucedió en 1992 cuando Salinas de Gortari modificó el artículo 27 constitucional.
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 503
Ideología agraria
N adie puede poner en duda su sentido de justicia social para realizar el repar-
to de la tierra en favor de los campesinos; pero su forma de realizarlo entraba
a un esquema mental de orden, disciplina y paciencia; paciencia para quienes
habían esperado 400 años para obtenerla; generación tras generación sin obte-
ner nada y al triunfo de la Revolución y al costo de su sangre, les pedían docili-
dad, conformidad y estoicismo, olvidándose de 400 años de esclavitud. Emiliano
Zapata fue más radical: si por las leyes y el orden jurídico debemos esperar
resignadamente la devolución de nuestras tierras, itomémoslas por las armas!
Por eso Carranza no comprendió a Zapata, ni a Villa, siendo los tres, caudillos
de la Revolución reivindicadora de los derechos de la masa campesina ilo mismo
le pasó a otro norteño que fue "mártir de la democracia": Francisco 1. Madero.
Ya hemos dicho que las ideologías agrarias eran diferentes entre los del norte
de la República y los del sur.
Carranza concibió los problemas sociales desde una óptica individualista y
liberal al estilo de la Constitución de 1857. Eso sí, fue nacionalista convencido,
defensor de nuestra independencia y de la soberanía de la nación, aún frente
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Que si bien la suspensión del trabajo es el medio que los operarios tienen para
obligar a un empresario a mejorar los salarios cuando éstos se consideran bajos
en relación con los beneficios que aquél obtiene, tal medio se convierte en ilí-
cito desde el momento que se emplea no sólo para servir de presión sobre el
industrial, sino para perjudicar directa e indirectamente a la sociedad, sobre
todo, cuando se deja ésta sin la satisfacción de necesidades imperiosas, como
sucede con la suspensión actual, la que si bien daña a las empresas a que per-
tenecen los obreros del sindicato, daña aún más a la población entera, a la que
se tiene sin luz, sin agua y sin medios de transporte, originando así males de
muchísima consideración;
Que por otra parte, la exigencia del sindicato obrero al decretar la suspensión
del trabajo, no va propiamente encaminada contra las industrias particulares de
los empresarios, sino que afecta de una manera principal y directa al Gobierno
ya los intereses de la nación, supuesto que tiene por objeto sancionar el despres-
tigio del papel constitucionalista, único recurso de que se puede disponer por
ahora como medio de cambio y para hacer todos los gastos del Servicio Público,
entretanto se puede restituir la circulación de especies metálicas; pues que cla-
ramente se propone en la resolución de la Comisión que ha declarado la suspen-
sión, que no se acepte dicho papel por el valor que le ha fijado la ley, sino por el
que le fijen con relación al oro nacional las operaciones que se hacen con especu-
lación de mala fe verificada contra las expresas prevenciones de aquélla;
Que la conducta del sindicato obrero es en el presente caso tanto más antipatrió-
tica y por tanto más criminal, cuanto que está determinada por las maniobras
de los enemigos del Gobierno, que queriendo aprovechar las dificultades que
ha traído la cuestión internacional con los Estados U nidos de América, y la
imposibilidad, o al menos la gran dificultad de obtener municiones fuera del
país, quieren privarlo del medio de proporcionárselas con su propia fabricación
en los establecimientos de la nación, quitándole al efecto la corriente eléctrica
indispensable para el movimiento de la maquinaria;
Que en vista de esto, hay que dictar sin demora las medidas que la situación
reclama, ya que además de ser intolerable que la población del Distrito Federal
siga careciendo de agua, luz y transportes y de que sigan paralizados todos los
servicios públicos, hay el peligro de que a su ejemplo se generalicen los trastor-
nos de la paz en otras partes de la República;
Que la conducta del sindicato obrero constituye, a no dudarlo, en el presente
caso, un ataque a la paz pública, tanto por el fin que con ella se persigue, toda
vez que, según se ha expresado, procede de los enemigos del Gobierno y está
encaminada a poner al mismo en la imposibilidad de servirse de sus propios
recursos para atender a las necesidades de la pacificación y el restablecimiento del
orden en la nación, y a desprestigiar el papel moneda coristitucionalista priván-
dolo del valor que la ley le ha fijado; pero como pudieran no estar comprendidos
en la Ley de 25 de enero de 1862 otros casos y otras personas además de los prin-
cipales promotores de la suspensión actual, se hace indispensable ampliar las
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Estos fueron sus razonamientos que manifiestan su sentir ante las masas de
obreros; estructura mental y sentimental frente al acoso de grandes mayorías.
Su decisión para encauzar peticiones dentro del orden, disciplina y la supuesta
legalidad -estábamos en etapa preconstitucional-lo hicieron decretar (caso por
caso) lo siguiente:
241 Este decreto fue publicado por Rosendo Salazar y José Escobedo en su libro Las pugnas de la
gleba 1907-1922, Editorial Avante, México, 1923. Citado por Silva Herzog en Breve historia de la Revolu-
ción mexicana, op. cit., t. n, pp. 248-251.
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 509
Acción legislativa
La acción legislativa del gobierno del presidente Carranza, se concretó en lo
siguiente:
1917 (24 de julio), Circular número 27.- Dando instrucciones a los gobiernos
locales sobre los procedimientos en la sustanciación de las solicitudes sobre
restitución y dotación de ejidos, fijando los elementos esenciales para que pro-
cedan (Pastor Rouaix).
1917 (13 de agosto), Circular número 28.- Instruyendo a las comisiones loca-
les agrarias para cuando se les promueva juicio de amparo (Pastor Rouaix).
1917 (27 de agosto), Circular número 29.- Ordenándoles a las comisiones
locales agrarias que no consulten a la Comisión Nacional Agraria sobre casos
particulares, debiendo resolver las solicitudes conforme a su criterio sobre la
ley aplicable, resolución que revisará en su oportunidad la Comisión Nacional
Agraria (Pastor Rouaix).
1917 (3 de octubre), Circular número 30.- Previniéndoles a las comisiones
locales agrarias que, durante la tramitación de expedientes sobre restitución o
dotación de ejidos, pueden admitir alegatos y pruebas de los dueños de los
terrenos (Pastor Rouaix).
1917 (8 de octubre), Circular número 31. - Declarando vigente el decreto de
19 de septiembre de 1916, estableciendo las teorías de que al elevarse la ley
de 6 de enero de 1915 al rango de ley constitucional por el artículo 27 de la
Constitución de 5 de febrero de 1917, lo fue con todas sus adiciones y refor-
mas, tal como estaba vigente (Pastor Rouaix).
1917 (31 de octubre), Circular número 32 bis. Previniendo que en casos de
posesiones provisionales, o cuando se hayan dado tierras para evitar que per-
manecieran improductivas, los frutos son de quienes hubiesen sembrado y
cultivado las tierras (Pastor Rouaix).
1917 (30 de mayo), Circular número 32.- Ordenando a las comisiones locales
agrarias que los planos de los terrenos que deben obrar en los expedientes, sean
formados por ingenieros técnicos, y de acuerdo con la Circular número 15
(Amado Aguirre).
1918 (24 de enero), Acuerdo que reforma los de 19 de enero de 1916 y 27 de
abril de 1917 (Venustiano Carranza).
1918 (22 de noviembre), Circular número 33.- Sobre posesiones provisionales
(Pastor Rouaix).
1919 (31 de enero), Circular número 34.- Previniendo a las comisiones locales
agrarias recaben constancias de los vecinos en que manifiesten si están confor-
mes en pagar a la nación el valor de los terrenos (Pastor Rouaix).
1919 (10 de junio), Circular número 35.- Estableciendo procedimiento para la
tramitación de los expedientes sobre dotación o restitución de ejidos (Pastor
Rouaix).
1919 (11 de julio), Circular número 36.- Sobre el cobro de impuestos munici-
pales por los terrenos ejidales, aclarando que no pueden los municipios admi-
nistrar los ejidos (Pastor Rouaix).
1919 (8 de agosto), Circular número 37.- Relativa al pago de contribuciones de
los terrenos expropiados (Pastor Rouaix).
1919 (31 de octubre), Circular número 38.- Dictando disposiciones que deben
observarse en los casos en que se doten o restituyan tierras a un pueblo cuando
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tera, exceproando los agostaderos y pastos en servicio y las tierras de plantas (sic)
vivaces y de bosques que deban conservarse (art. 30.).
Los ayuntamientos tenían facultad de darlas en aparcería o en arrendamien-
to, prefiriéndose a los vecinos del municipio (art. 40.). Se ordenaba que las
legislaroras de los estados dentro de un plazo de un mes -a partir de la promul-
gación- fijarán para cada región "las fechas en que terminen para los propietarios
o poseedores, los periodos de preparación y de siembra" (art. 50.). Esta ley
rovo escasa aplicación por la lentirod de los congresos locales en publicar las fe-
chas en que las tierras quedaban a disposición de los ayuntamientos, perdién-
dose el ciclo agrícola.
Ideología agraria
Aunque la gestión administrativa del Presidente sustituto Adolfo de la Huer-
ta duró menos de un año, alcanzó a pronunciar en el Congreso de la Unión su
informe de gobierno y al tratar el tema agrario expresó:
tado fuera erigida en pueblo esta colonia, con el nombre de "Francisco Javier
Mina", dejó de pertenecer a la Secretaría.
En la colonia "Fernández Leal de Janos", del Estado de Chihuahua, se expidie-
ron 9 títulos, con una superficie de 294 hectáreas y 88 áreas. En la colonia de
"Los Lirios", del Estado de Veracruz, se ha practicado el fraccionamiento y
deslinde de los lotes, los cuales se hallan en estado de poder ser enajenados.
Por no poderse enajenar los terrenos baldíos o nacionales mientras no se deslin-
den los primeros y se rectifique el deslinde los segundos, se decidió el ejecutivo
a arrendar dichos terrenos en plazos variables entre uno a diez años, habiéndose
obtenido por este concepto un ingreso de $13,675.00 por las 25,480 hectá-
reas, que suman los contratos de referencia...
Algo interesante: Con objeto de dejar cumplimentado el artículo 27 constitu-
cional, se formó la estadística de las propiedades extranjeras dentro de la zona
prohibida en los litorales y en las fronteras, propiedades que alcanzan aproxi-
madamente una superficie de 22'000,000 de hectáreas; la referida estadística
presenta también un carácter de auxiliar para la formación de un proyecto de
ley, por el que se compromete el crédito de la Nación por la cantidad necesaria
para indemnizar a los propietarios respectivos.
El Ejecutivo estimó de justicia reconocer derechos de propiedad sobre terrenos
comprendidos en concesiones que hubieran sido declaradas caducas, por ha-
berse comprobado que fueron personas de buena fe las que adquirieron dichos
terrenos, los cuales tienen una superficie de 281,936 hectáreas.
Comisión Nacional Agraria: La Comisión Nacional Agraria, que se ha concre-
tado a conocer de restituciones y dotaciones de tierras a los pueblos conforme
a la Ley Agraria relativa y a las disposiciones de carácter reglamentario y econó-
mico que han estado en vigor, ha venido funcionando con lentitud.
Esto puede apreciarse comparando su labor realizada con las grandes necesida-
des que ha debido atender en 10 que se refiere a las solicitudes pendientes de
resolución presentadas ya por los distintos pueblos de la República...
caudillo y se sabía que, como brazo armado de Venustiano Carranza, sus victo-
rias militares habían determinado el triunfo de la Revolución constitucionalista.
Diversos autores califican a Álvaro Obregón como uno de los principales
caudillos de la Revolución. Al ser asesinados los otros tres no quedó duda algu-
na. El primero en perder la vida fue Emiliano Zapata, el Caudillo del Sur, quien
cayó en Chinameca, Morelos, ella de abril de 1919; el segundo fue Venustiano
Carranza, caudillo de la Revolución constitucionalista y primer jefe de este mo-
vimiento, quien fue abatido por balas asesinas en Tlaxcalaltongo, Puebla, el 21
de mayo de 1920 y el tercero, el caudillo del norte, Francisco Villa quien murió
en una celada que le pusieron en Hidalgo del Parral, Chihuahua, el 20 de julio de
1923.
Arnaldo Córdoba elabora una teoría sobre el "caudillo revolucionario"
señalando lo siguiente:
Arnaldo Córdoba reproduce una cita de pie de página muy interesante que
a letra dice:
Al triunfo de Obregón sobre Villa, en el centro del país en 1915, se sabe que
Palavicini vaticinó a Carranza: "En Celaya muere el villismo; pero surge un
nuevo caudillo y con él una nueva facción: el obregonismo. Hay, pues, que tomar
providencias contra éste" (R. García, "Álvaro Obregón", en M. Meléndez,
Historia de la Rcvolucwn mexicana, Ed. Águilas, t. 11, México, 1940, p. 80).
Por otra parte -continúa diciendo Córdoba-, la relación de los caudillos y las
masas como fórmula política denominante iba a consolidar un estilo autoritario
de gobierno que de seguro Carranza jamás se imaginó. No sólo se habría de
fundar en el respeto al derecho establecido (si no se olvida la función que juga-
ban los artículos 27 y 123 de la Constitución), sino que comenzaría a tener una
base mucho más sólida que cualquier principio jurídico en el apoyo y en el
consentimiento activo de las masas populares. Es verdad que cada jefe militar era
un prospecto de caudillo en la arena política mexicana de los años 1915-1920
y que en apariencia su gran número amenazaba al país con los peligros de un
militarismo disolvente. Sin embargo, aquellos jefes militares no constituían
ninguna casta en formación, sino que habían surgido en medio de una revolu-
ción que movilizó a todos los elementos de la sociedad. Su misma relación con
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las masas los jerarquizaba entre sí, independientemente del número de efectivos
que tuvieran bajo su mando, sin contar con el hecho de que sus hazañas guerre-
ras los diferenciaban a ojos de todo el mundo. Desde la época de la lucha contra
Villa el nombre del general Obregón se impuso sobre los de los demás jefes
militares y sobre el del mismo Carranza. En el triunfador de Celaya se dieron
todas las condiciones para desarrollar las tareas que al caudillo reservaba la
organización del nuevo sistema. Su prestigio en el ejército era indiscutible y
cuando ya en el poder, otros caudillos pretendieron disputarle el mando de la
nación o el mismo ejército se le rebeló, Obregón apareció como el flagelo y el
exterminador implacable de todos los enemigos del nuevo régimen y, sobre
todo, de los demás caudillos; prácticamente, cuando Obregón murió en 1928,
no había en toda la extensión de la República nadie más que pudiera merecer el
calificativo de caudillo. Las grandes figuras guerreras, prospectos de caudillos, como
Murguía, Diéguez, Alvarado, Blanco, Hill, Flores, Serrano y muchos más,
habían desaparecido desde años antes. El prestigio de las personalidades que
sucedían al gran caudillo de Sonora era puramente político, incluidos, desde
luego, los generales Calles y Cárdenas -señala este autor. 242
242 Arnaldo Córdoba, La ideología de la Revolución mexicana, Ediciones Era, 19a. reimp., México,
tación; y los mismos poblados, cuando soliciten tierras por restitución, deberán
probar su derecho a ella, del modo que se expresará, y ante quien se determine
en la presente ley.
Artículo 30. Los pueblos probarán su carácter de tales con cualquier documen-
to oficial que demuestre que el núcleo de población fue erigido en pueblo, o
que con tal categoría es o ha sido considerado por las autoridades políticas
superiores, en las relaciones oficiales. Pero, de no existir ningún documento ofi-
cial, bastará para que un núcleo de población sea considerado como poblado
agrícola, para los efectos de esta ley, un censo oficial en el que se anoten más
de 50 vecinos, jefes de familia. No será obstáculo para conceder los beneficios de
esta ley a un núcleo de población, el que éste sea conocido oficialmente con
la denominación de villa, ciudad u otra cualquiera, si reúne los requisitos de
esta misma ley exige sobre censo de población, arraigo de ésta y necesidad de las
tierras.
Artículo 40. Las rancherías, congregaciones y comunidades prueban la persona-
lidad política correspondiente a su respectiva designación, con una información
relativa del Ayuntamiento a que pertenezcan.
Artículo 50. La necesidad que tiene un pueblo, ranchería, congregación o comu-
nidad de obtener tierras por dotación, se dará por suficientemente probada
ante la Comisión Local Agraria respectiva, con cualquiera de las siguientes
circunstancias: 1. Cuando los habitantes, jefes de familia, de una población ca-
rezcan de terreno que rinda una utilidad diaria mayor al duplo del jornal diario
de la localidad; 11. Cuando se compruebe suficientemente por un informe de
la autoridad municipal del lugar, que la población de que se trata está enclavada
en un latifundio o rodeada por latifundios que linden inmediatamente con el
fundo legal del poblado; 111. Cuando la mayor parte de la población se vea
compelida al trabajo agrícola por cese definitivo de alguna industria, cambio de
una ruta comercial, etcétera, que anteriormente sostuviera el núcleo principal
de la población de que se trata; IV. También queda suficientemente probada la
necesidad de un pueblo, rancherías, congregación o comunidad para obtener
tierras por dotación comprobando el poblado de que se trate que disfrutó de tierras
comunales hasta antes del 25 de junio de 1856, pero que no procede la resti-
tución por cualquiera causa.
Artículo 60. La conveniencia de que un pueblo, ranchería, congregación o
comunidad obtenga tierras por dotación, se comprobará ante la Comisión
Local Agraria respectiva: 1. Por la circunstancia, debidamente fundada, de que
el núcleo de población de que se trate, es de formación posterior al año de 1856,
y que la dotación de tierras comunales podrá contribuir al arraigo y a la conso-
lidación económica del poblado; 11. Por la presunción, debidamente fundada,
de que un núcleo de población subordinado en la actualidad a alguna industria
agrícola, fabril, minera, etcétera, pudiera, mediante una dotación de tierras,
recobrar su autonomía económica y constituirse en agregado político indepen-
diente del capitalismo.
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Artículo 13. La tierra dotada a los pueblos se denominará ejido, y tendrá una
extensión suficiente, de acuerdo con las necesidades de la población, la calidad
agrícola del suelo, la topografía del lugar, etcétera. El mínimo de tierras de una
dotación será tal, que pueda producir a cada jefe de familia una utilidad diaria
equivalente al duplo del jornal medio en la localidad. De esta forma se inde-
pendizó del ejido colonial de dos leguas.
Artículo 14. El ejido se trazará en las tierras inmediatamente colindantes con
los pueblos interesados, teniendo en cuenta las siguientes disposiciones:
1. Si el ejido ha de rodear a la población, el punto de partida para mediciones,
será el centro de la plaza principal, o en su defecto, la casa consistorial; y el ejido
afectará la forma de un cuadrado de superficie igual a la suma de hectáreas de
tierra que corresponden al poblado;
n. Si por imposibilidad topográfica, o por notoria inconveniencia para los fines
de la presente ley, no puede darse al ejido la forma regular de un cuadrado, o
trazarse rodeando al pueblo, según el informe técnico respectivo, a juicio de la
comisión Local Agraria, en cada caso, el ejido se trazará en el sitio más adecua-
do, y con la forma a que obligue la topografía del lugar, pero, en todo caso,
limitando por algún rumbo con el poblado.
Si algún pueblo estuviese rodeado de tierras estériles o pantanosas, o no pudiese
trazarse su ejido por cualquiera otra causa grave, de acuerdo con lo establecido
anteriormente, se ampliará su radio, procurándose afectar a todos los demás
predios inmediatamente colindantes, cuyas tierras sean propias para la agricultu-
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 521
ra, y sin que en ningún caso deje de asignárseles las que necesitare conforme a
lo dispuesto en el párrafo 111 de la fracción VII del artículo 27 constitucional.
111. La dotación de tierras a un pueblo no comprende las construcciones de
ranchos, fábricas, acueductos y demás obras artificiales del poseedor del terre-
no afectado por la dotación, sino que tales propiedades serán respetadas con la
zona necesaria para el aprovechamiento de las construcciones, según su uso
natural y su comunicación con las vías próximas; pero la superficie exenta será
reintegrada al pueblo que obtuvo la dotación, sea tomándola del mismo latifun-
dio, sea tomándola de otras tierras. En todo caso se restarán las tierras que
hubieren sido tituladas y los repartimientos hechos a virtud de la Ley de 25
de junio de 1856, o poseídas en nombre propio, a título de dominio, por más de
diez años, cuando su superficie no exceda de cincuenta hectáreas. 243
243 El texto completo de las leyes, reglamentos y circulares que en esta obra se citan, pueden consul-
Esta ley tuvo una vigencia de 11 meses habiendo sido abrogada por inicia-
tiva del propio Obregón aprobada por el Congreso y promulgada ellO de abril
de 1921. Este decreto declara que:
sión Nacional Agraria las consignaciones respectivas, yen particular las de los
Gobernadores de los Estados, a la Cámara de Diputados del Congreso de
la Unión, de acuerdo con lo dispuesto en el párrafo II del artículo 108 de la
Constitución Federal.
19. Al hacer la distribución de las parcelas se entregará a cada uno de los que deban
entrar en el reparto, la que le corresponda, con la salvedad de lo que dispone
la regla 15 respecto a los cultivos transitorios que en ellas se encuentren; pero
el que reciba una parcela en que haya edificios, construcciones, instalaciones,
árboles frutales o industriales, o plantas de cultivo mutable, quedará entendido
de que deberá pagar dichas plantas, árboles, construcciones, instalaciones o
edificios, por separado, al Gobierno Federal, en el plazo de quince años, y por
anualidades vencidas, haciendo una a los enteros que conforme a la regla 26
deberá hacer a la oficina recaudadora más próxima de la Federación, pudiendo
aprovechar la forma de pago que indica la regla 27.
20. Las parcelas de cultivo desnudas de edificios, construcciones, instalaciones,
árboles frutales e industriales y plantas de cultivo mutable que en ellas pueda
haber, una vez entregadas a los jefes o cabezas de familia que las deban recibir, se
considerarán adjudicadas a éstos, en usufructo, en censo o renta que se cancelará
al cinco por ciento anual, sobre el valor de la valorización que les resulte, de
acuerdo con la regla 14; las superficies de pastos y las de monte o arbolado, se
considerarán adjudicadas en común para todos los jefes o cabezas de familia
del pueblo, con arreglo al patrón respectivo, también en usufructo y a censo o
renta, que se calculará al cinco por ciento anual sobre el valor que resulte de la
valorización que se haga, de acuerdo con la regla 16; los lotes de las escuelas
no serán adjudicadas a persona alguna, quedando en todo tiempo bajo el domi-
nio directo de la N ación y a cargo del Gobierno Federal.
En tal virtud, los pueblos por medio de sus Comités Particulares Administrati-
vos, comprarán con los fondos comunes los tractores y demás máquinas nece-
sarias para la siembra, la siega, la trilla y el desgrane,. Comprarán también con
los fondos comunes, y al por mayor, las semillas, bueyes, caballos, carros, arados,
palas, etcétera. Harán, igualmente, con los fondos comunes las obras hidráuli-
cas de carácter general y administrarán los trapiches, molinos, etcétera, y demás
empresas comunes que establezcan los mismos pueblos, para evitar las enormes
desventajas de las operaciones de venta individuales, procurarán hacer al por
mayor la venta de los productos de todos. Finalmente, con la responsabilidad
colectiva de sus miembros, los propios pueblos tomarán el mayor empeño en con-
seguir el crédito refaccionario que necesiten.
Tal vez el Presidente pensó como propietario rural de acuerdo con sus
ahorros personales. Los fondos comunes no se juntaban por las perentorias ne-
cesidades económicas de los beneficiados y el crédito refaccionario en esos años
si existía, era insuficiente. Pero en esta misma regla se comenzó a dar instruccio-
nes para organizar a los beneficiados con tierras al disponer (confusamente) la
formación de sindicatos. Los párrafos primero y tercero (regla 42) señalaron:
42. Será potestativa, pero de suma importancia para los intereses de los trabaja-
dores del campo y para el desarrollo de la agricultura, la organización sindical de
los miembros, de los jefes o cabezas de farnilia de los pueblos, y para la explotación
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largo "para que los ganados de estos no se confundan" con los pertenecientes
a los españoles que gozaban de la dehesa que tenía grandes extensiones. El ejido
actual es producto de la evolución de la legislación agraria. Por eso Luis Cabre-
ra estaba equivocado al pedir la reconstitución de ejidos como solución al
problema de la tierra.
La etapa del agrarismo periférico debió de ser angustiante por cuatro moti-
vos: a) chocaban el compromiso revolucionario de entregar rápidamente la
tierra y la improvisada legislación que deseaba ajustar el reparto de la misma al
estado de derecho posrevolucionario; b) las presiones internacionales para de-
fender sus intereses; e) las presiones militares políticas para arribar al poder; las
argucias legales, defensas jurídicas y presiones de los terratenientes para defender
sus propiedades y d) la personal ideología agraria de los jefes de gobierno.
El reglamento agrario expedido por Obregón el 17 de abril de 1922 -cuyo
antecedente es el decreto de 22 de noviembre de 1921- viene a resumir dife-
rentes disposiciones de circulares, decretos y de la propia Ley de Ejidos de 1920
perfeccionándolas, corrigiéndolas o agregándoles las nuevas experiencias que
iban surgiendo en la aplicación de la legislación. Por esto y por el deseo de hacer
concordar el reparto de las tierras con la realidad social y económica, así como con
las disposiciones del artículo 27 constitucional, el derecho agrario mexicano se
mantuvo en constante evolución.
En su artículo lo. capacitó colectivamente para recibir tierras por las vías de
restitución o dotación a: 1. Los pueblos; lI. Las rancherías; IlI. Las congregacio-
nes; IV: Los condueñazgos; v: Las comunidades; VI. Los núcleos de población
existentes en las haciendas que hayan sido abandonadas por sus propietarios y
que tuvieren necesidad de cultivar los terrenos de las inmediaciones a fin de
poder subsistir; y VII. Las ciudades y villas cuya población haya disminuido
considerablemente o hayan perdido la mayor parte de sus fuentes de riqueza,
así como su carácter de centros industriales, comerciales o mineros.
Agregó en su artículo 30. a los peones acasillados al señalar de nuevo:
Si se compara el artículo lo. de la Ley de Ejidos (véase supra) con este artícu-
lo, se comprenderá la voluntad de repartir la tierra.
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Artículo 16. En todos los casos en que se tomen terrenos para dotación de
ejidos, se respetará al propietario de la finca afectada la superficie que señalan
las fracciones 1, 11, Y 111 del artículo 14, sujeta dicha superficie a las modifica-
ciones que establece el artículo 17 (art. 15).
Artículo 17. En el caso de que en las inmediaciones de algún núcleo de población
que tenga derecho a solicitar ejidos no existan sino propiedades de las com-
prendidas en los incisos, 1, 11 Y 111 del artículo 14, las extensiones respectivas
deberán reducirse a la mitad.
Una de las formas de resolver el problema agrario es, sin duda, el fomento de la
pequeña agricultura. Yo soy partidario de que la pequeña agricultura se desarro-
lle, porque soy partidario de que se le dé ayuda a todo aquél que haga esfuerzos
por salir de su medio estrecho y mezquino, y que a todo aquel que tenga empe-
ño por lograr su mejoramiento se le tienda la mano; pero no creo de ninguna
manera que se deba recurrir al fraccionamiento de propiedades para dotar de
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 533
ellas a los pequeños agricultores, antes de que se haya logrado el desarrollo evo-
lutivo de la pequeña agricultura. No opino tampoco que para el desarrollo de
esa pequeña agricultura se use de la violencia y del despojo. Yo creo que la
manera de fomentarla no consiste en desmembrar una gran propiedad y divi-
dirla en fracciones de las cuales corresponderían (los) terrenos a un individuo, el
manantial de la hacienda, si lo tiene, a otro, las casas al de más allá, etcétera. En
esta forma se destruye sin obtener provecho alguno. Yo creo que la pequeña agri-
cultura debe desarrollarse, fomentarse y contar con el apoyo del gobierno, y de
esa manera México sería uno de los países más productores de la tierra y entonces
podríamos lograr nuestra independencia económica sin que gravitaran enor-
mes impuestos sobre un reducido número de contribuyentes. No creo que este
trascendental problema pueda resolverse mediante un ligero estudio ni con la
repartición de unos cuantos terrenos.
Vamos a darle terrenos a todo el que lo solicite -decía a los diputados-, pero va-
mos a hacerlo gradualmente; vamos a destruir la gran propiedad cuando esté
sustituida con la pequeña propiedad. Vamos a ir a este reparto de tierras contra
todos los latifundistas que actualmente siguen usando los sistemas rutinarios,
porque ésos jamás estarán en condiciones de mejorar a sus jornaleros, los pro-
cedimientos que usan están en pugna con todo principio económico, porque
les resultan los productos más malos y más caros, y esto no podrá permitirles
proporcionar una mejoría a sus jornaleros. Vamos entonces preferentemente a
utilizar los latifundios que usen esos procedimientos y a dar tierras a todo el que
las necesite, a todo el que esté capacitado para conservarlas, y vamos a dar una
tregua a los que estén usando procedimientos modernos para que se vean estimu-
lados, para que evolucione rápidamente nuestra agricultura y podamos llegar
a alcanzar en un periodo próximo un desarrollo máximo: que no tengamos que
pedir aranceles proteccionistas contra los granos que vienen de fuera y que ten-
gan que atemorizarse los centros productores de otros países porque nosotros
invadamos sus mercados.
El agricultor -decía Obregón- ha sido siempre la base de las riquezas nacionales
en los países esencialmente agrícolas como el nuestro; pero el agricultor, como
todas las demás fuentes de riqueza que han servido para el progreso de la huma-
nidad, alcanzó en los últimos tiempos una evolución admirable, una evolución
que ha permitido que en otros países, combinado el capital, la inteligencia y el
trabajo, hagan producir a la tierra su máximo con un costo mínimo, y permita
a los agricultores pagar jornales muy altos y vender cereales a muy bajos pre-
cios. Y la consecuencia de esto directamente favorece el bienestar de los traba-
jadores. En nuestro país, desgraciadamente, una mayoría de los terratenientes
han permanecido absolutamente ajenos a la evolución de la agricultura; han se-
guido sus procedimientos rutinarios, a tal grado que no han podido competir
con los productos similares de otros países del mundo y siempre piden derechos
arancelarios proteccionistas para poder obtener un precio que les permita ven-
der sus productos. 244
La cuestión internacional
La política agraria de Obregón se mantuvo firme; pero cautelosa tanto en lo
interno, como en lo internacional, sobre todo con los Estados Unidos de Améri-
ca que intervinieron para defender los intereses de los inversionistas de aquel
país. La fuerza social desencadenada por la Revolución mantuvo expectantes a
los inversionistas extranjeros quienes habían permanecido unidos a los hacen-
dados porfiristas y ayudado al usurpador Victoriano Huerta a liquidar todo
vestigio democrático maderista. Ante la amenaza que significaba la nueva Cons-
titución de 1917 y especialmente el artículo 27 constitucional, constantemente
acudían al gobierno norteamericano para alertarlo sobre los peligros del movi-
miento revolucionario.
En la revolución constitucionalista, jefaturada por Venustiano Carranza, la
participación de Francisco Villa con sus victorias sobre el ejército federal, fue
decisiva para el triunfo contra Victoriano Huerta; pero cuando el gobierno de
Venustiano Carranza fue reconocido por Estados Unidos, el centauro del nor-
te anunció públicamente que tomaría venganza y así lo hizo asesinando a 18
norteamericanos en Santa Isabel, Chihuahua, que viajaban en un tren (10 de
enero de 1916) y el9 de marzo del mismo año asaltó con 300 hombres la po-
blación fronteriza de Columbus, Nuevo México (Estados Unidos). Sólo fueron
tres horas de ocupación pero que desencadenaron la intervención militar extran-
jera para perseguir a Villa y capturarlo, denominando esta intervención militar
como la expedición punitiva. Al saberlo Venustiano Carranza ordenó la salida
de 2,500 soldados bajo las órdenes del general Luis Gutiérrez con el mismo
objetivo. Los "vecinos" venían comandados por el general John Joseph Per-
shing, con 3,000 soldados. La expedición punitiva duró del 14 de marzo de
1916, al 15 de febrero de 1917. Su búsqueda resultó infructuosa; pero la inva-
sión militar norteamericana estuvo presente, curiosamente o si se quiere "inte-
resadamente", durante las deliberaciones del Congreso Constituyente de
Querétaro. En efecto, Venustiano Carranza se dirigió a los constituyentes pre-
sentando su proyecto de reformas a la Constitución de 1857, ello. de diciembre
de 1916 (ya estaba el ejército de Estados Unidos) y las deliberaciones del Con-
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 535
Obregón se vio obligado a aceptar todas y cada una de las exigencias que
le plantearon los capitalistas extranjeros que tenían intereses en México, y en
especial los petroleros y los banqueros; cada concesión en este sentido significó
siempre una abrogación de hecho de los principios de la Revolución, aunque en
menor grado, por sus efectos, de lo que generalmente se supone ...
que las fuerzas del nacionalismo lo acusaran de doblegarse a las presiones impe-
rialistas que Carranza había podido resistir en condiciones más difíciles ...
La estrategia mexicana de debilitar la resistencia de las cancillerías extranjeras
al reconocimiento incondicional por la vía de los hechos, marchó por tres gran-
des avenidas. En primer lugar, Obregón invitó a los representantes de varias
cámaras de comercio norteamericanas a visitar México y sugirió que el intercam-
bio entre los dos países aumentaría a partir del momento en que Washington
decidiera normalizar las relaciones diplomáticas con México (México había
adquirido en 1921, productos norteamericanos por 267 millones de dólares).
La segunda vía consistió en negociar con los banqueros representantes de los
tenedores de la deuda externa mexicana la reanudación del pago. En septiembre
de 1921, Thomas Lamont, representante del Comité Internacional de Banque-
ros, viajó a México para negociar la reanudación del pago, pero la negociación
se topó con un obstáculo: la negativa de Lamont a que México alentara a los
petroleros a comprar los bonos de la deuda en el mercado abierto, por estar
devaluados. El banquero pretendía el pago al precio nominal. Sin embargo, las
puertas para continuar la negociación no se cerraron, y en mayo de 1922, De
la Huerta viajó a Nueva York para reanudar las pláticas. Esta vez sí se llegó a un
arreglo, pero sus términos fueron bastante costosos para México. No obstante
ciertas resistencias en el gabinete, Obregón finalmente dio su aceptación a los
términos acordados entre De la Huerta y Lamont. El Acuerdo del 16 de junio
reconocía una deuda que incluía la ferrocarrilera y los intereses no pagados
desde 1914; el monto total era de 508'830,321 dólares, que serían pagados en
un periodo de 40 años a partir de 1923 yen anualidades mínimas de 15 millo-
nes de dólares; estos recursos provendrían básicamente, de los impuestos pe-
troleros. El acuerdo fue muy criticado en México por haber aceptado los bonos
devaluados a su valor nominal, pero con el respaldo de Obregón, el Congreso
lo ratificó el 29 de septiembre de 1922.
La tercera vía fue la búsqueda de un acuerdo con los petroleros. En este campo,
el Gobierno de Obregón alentó a la Suprema Corte para que diera cinco resolu-
ciones en relación a otros tantos amparos que habían sido interpuestos por las
empresas petroleras extranjeras en contra de los decretos de Carranza. El primer
fallo -que señaló el camino que pronto siguieron otros cuatro-, se dio el 30 de
agosto de 1921. Según los términos del fallo, el Artículo 14 de la Constitución
impedía la aplicación retroactiva de la ley y por tanto los decretos de Carranza
basados en la nueva legislación constitucional (Artículo 27), eran nulos en la me-
dida en que afectaban derechos adquiridos. Sin embargo, para que esos dere-
chos provenientes del pasado prerrevolucionario fueran considerados reales
después de 1917, era necesario que las empresas petroleras demostraran que
habían efectivamente iniciado sus actividades petroleras en los terrenos que de-
seaban amparar, antes de que la nueva Constitución hubiera entrado en vigor
(a esto se le llamó la doctrina del "acto positivo"). En la práctica, todos los
terrenos en algún proceso de exploración o explotación (entre el 80 Y 90 por
ciento del total), quedaban protegidos de la nacionalización; de esta manera la
540 VíCTOR MANZANILLA-SCHAFFER
246 Lorenzo Meyer, México y el mundo. Historia de sus relaciones exteriores, publicación del Senado de
Así pues, las tres cuestiones que principalmente importan a los derechos de los
extranjeros en México, o sea, la reanudación del servicio de la deuda pública,
la reparación equitativa de los daños causados por la Revolución, mediante
fallos imparciales de comisiones mixtas y la interpretación no retroactiva del
artículo 27 constitucional, pueden considerarse ya resueltas por la simple ejecu-
ción voluntaria del programa sano del Gobierno de México y resulta, por lo tanto
-como lo expuse antes-, no solamente innecesario consignarlas en un tratado
con un Gobierno extranjero, sino también indecoroso, ya que, por un lado, las
relaciones diplomáticas están en suspenso y que, por el otro, un Tratado interna-
cional quitaría a los referidos actos de nuestro gobierno su indiscutible carácter
de espontaneidad.
que habían dividido a los gobiernos de los dos países por más de un decenio
-petróleo, expropiaciones agrarias, reclamaciones-, se celebraron en la casa
número 85 de la calle de Bucareli en la ciudad de México, a partir del 14 de
mayo de 1923 y concluyeron en agosto de ese año...
248 Lorenzo Meyer, México.y el mundo ... , op. cit., pp. 52-56.
'··Gastón García Cantú, Idea de México, t. 1, Los Estados Unidos, Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes, Fondo de Cultura Económica, México, 1991, pp. 548 Y ss.
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 547
Después de esto el Gobierno del general Obregón fue reconocido por los Es-
tados Unidos. 250
250 Félix F. Palavicini, México. Historia de su evolución constrnctiva, Distribuidora Editorial Libro, t. N,
pp. 611-613.
548 VíCTOR MANZANILLA-SCHAFFER
Ideología agraria
cuenta; tales resoluciones abarcan más de ciento doce mil hectáreas de terreno,
que benefician a más de ciento cincuenta y cuatro mil habitantes.
y a fin de constituir a los trabajadores del campo en agricultores autónomos,
aun cuando fuese en pequeña escala, en junio de 1922 se creó la Dirección de
Cooperación Agrícola, para propagar entre los beneficiarios del ejido y los miem-
bros de las comunidades, ideas de asociación; para proporcionarles los elementos
necesarios para el cultivo de las tierras, utilizando al efecto la maquinaria y los imple-
mentos que pertenecían a la Agencia Comercial de la Secretaría de Agricultura
y Fomento y que le fueron traspasadas en el mes de noviembre último, y para
refaccionar a los agricultores pobres. En esta labor de refacción se han propor-
cionado a treinta y una comunidades, en forma de maquinaria e implementos
agrícolas, noventa y dos mil pesos, aparte de noventa y cinco mil pesos facili-
tados en dinero y maquinaria a una cooperativa agrícola formada en la comar-
ca lagunera. En las agencias refaccionarias establecidas en esta capital, en León,
Guadalajara, Villahermosa, Torreón y Arriaga, han ingresado en implementos
más de novecientos mil pesos, de los cuales se han traspasado a los campesinos,
en ventas al contado y a plazos, como cuatrocientos mil.
La Comisión Nacional Agraria, por conducto de su Departamento de Aprove-
chamiento de Ejidos, ha organizado el equitativo y ordenado usufructo de
éstos y dado instrucciones útiles y prácticas a los beneficiarios.
Entre las disposiciones de mayor alcance económico que se han dictado, de
acuerdo con las tendencias antes expuestas, debe figurar el decreto de 2 de agosto
del presente año, que faculta a todo mexicano mayor de dieciocho años, que ca-
rezca de tierras, para tomarlas de las nacionales, hasta la cantidad de veinticinco
hectáreas en terreno laborable; de cien, en temporal de segunda; doscientas, en
temporal de tercera y quinientas, en terrenos pastales. Este decreto, que podría
llamarse de la tierra libre, es un auxiliar poderoso en la solución del problema agra-
rio, y ayudará indefentiblemente a la formación de la pequeña propiedad agrícola.
Acción legislativa
Leyes y Disposiciones Reglamentarias o Administrativas del Sector Agrario
en breve plazo se hubiera traspasado el valor íntegro de nuestra tierra a los ban-
queros americanos. Los grupos progresistas apoyaron la idea de que sólo se
expidieran bonos por la cantidad que específicamente se reservara en el presu-
puesto para ese objeto. Finalmente se optó soslayar el pago de las expropiaciones
en materia agraria.
El general Plutarco Elías Calles tomó posesión de su cargo en 1924 y su
régimen terminó en 1928. En su primer informe de gobierno estableció los
principios fundamentales de una reforma agraria de carácter integral, al señalar
lo siguiente:
tirá ni que los pueblos se salgan del camino de la ley, hostilizando los intereses
legítimos de los propietarios por medios violentos, ni que los terratenientes hosti-
licen por la fuerza la posesión que legalmente hayan conseguido los pueblos.
En cumplimiento de la misma ley, el Ejecutivo de mi cargo ha proveído lo
necesario para el pago de las indemnizaciones correspondientes por las tierras
expropiadas, expidiendo al efecto disposiciones que establecen la forma de dicho
pago, y si anteriormente los terratenientes, por distintas causas, no acudían a
hacer efectivos sus derechos a la indemnización, es de esperarse que ahora lo hagan,
venciendo su resistencia para recibir los bonos de la Deuda Agraria, cuando se
cercioren de que los bonos serán fielmente pagados.
Considerando necesario definir claramente la situación de los ejidatarios con
respecto de la tierra, sin lo cual no se logra la buena explotación de ella, y para
dar al campesino el arraigo necesario a su parcela y el incentivo en su trabajo, de
que gozará del producto íntegro del mismo, se ha estudiado y redactado la Ley
de Fraccionamiento de los Ejidos y la Creación del Patrimonio de Familia, que
se someterá a la consideración de las honorables Cámaras legislativas en el pe-
riodo que hoy se inicia.
En otro decreto (23 de abril de 1925) señaló qué autoridades deben certificar
la categoría política de los pueblos, rancherías y demás núcleos de población exis-
tente en las haciendas abandonadas, para probar su capacidad de solicitar tierras. Se
insistía en ir perfeccionando los procedimientos y las leyes dictadas con anterio-
ridad para hacerlos más congruentes con las necesidades agrarias. En el mismo
propósito se encontraron las comunidades indígenas y el disfrute en común de sus
tierras. Calles dictó los reglamentos de la Comisión Nacional Agraria, de Extran-
jería, de las autoridades agrarias, etcétera. La Ley de Dotaciones y Restituciones
de Tierras y Aguas, reglamentaria del artículo 27 constitucional (19 de mayo de
1927) representa un avance indiscutible en la evolución de nuestro derecho
agrario, también se le conoce como la Ley Bassols, pues Narciso Bassols la
proyectó. Previamente se había promulgado y publicado la Ley Reglamentaria
sobre Repartición de Tierras Ejidales y Constitución del Patrimonio Parcelario
Ejidal (19 de diciembre de 1925), la cual aportó varias novedades como fueron
establecer el carácter de inalienables, imprescriptibles, inembargables e inajenables
las tierras del ejido, es decir, sacándolas del comercio; se crearon los comisaria-
dos ejidales para sustituir a los comités particulares administrativos asignándo-
les el carácter de administradores y apoderados legales del ejido.
La Ley Bassols señaló los requisitos individuales para tener capacidad de
solicitar tierras y ser tomados en cuenta en el censo respectivo. Éstos fueron: ser
agricultores, mexicanos, mayores de 18 años, mujeres solteras o viudas con fa-
milia a su cargo, vecinos del pueblo solicitante y no tener bienes cuyo valor llegue
a mil pesos. La capacidad colectiva, además de los requisitos individuales reque-
ría que el grupo solicitante tuviese 25 personas como mínimo. Se reconoció la
1. Las capitales de la Federación y de los Estados. II. Las poblaciones que ten-
gan más de diez mil habitantes, según el último censo nacional, si en ellas el
censo agrario formado como lo establece la Ley, no arroja por lo menos un
total de 200 individuos con derecho a tierras conforme a! artículo 97. III. Los
puertos de mar dedicados al tráfico de altura. IV Los poblados no comprendi-
dos en el inciso II de este artículo y en los que no habiten, a lo menos, vein-
ticinco individuos con derecho a recibir tierras por dotación, de conformidad
con el artículo 97 citado. V Los centros de población que se formen dentro de
tierras objeto de contrato de colonizaóón ya perfeccionado. VI. Los grupos de peo-
nes, acasillados alrededor de la fincas de campo en explotación. Artículo 30.
Toda corporación de población que hubiere sido privada de sus tierras, bosques
o aguas por alguno de los procedimientos a que se refiere el párrafo noveno
del artículo 27 de la Constitución Federal, tiene derecho a que se le restituyan
esos bienes mediante los procedimientos que enseguida se determinan.
Ideología agraria
Mientras como sofistas profesionales, los abogados discuten sobre si los jueces
del país pueden ser revolucionarios o no y sobre si es posible que un abogado sea
en verdad revolucionario, tiene interés ponerles enfrente a todos, una cuestión
concreta que es de primera importancia en materia social y que servirá justamen-
te de reactivo para que el cobre revolucionario de muchos se descubra, y para
que por otro lado, abiertamente se distancien y se pongan en contra, aquellos
individuos que sólo por la tibieza y la desorientación ideológica que reinan, han
llegado a creerse ellos mismos revolucionarios, cuando no son sino burgueses
reaccionarios perfectamente definidos.
Esa cuestión concreta es la referente al problema de la distribución de la tierra
en México. Alrededor de ella han girado las actitudes y las tendencias sociales
de nuestros cabecillas, de nuestros políticos y de nuestros pocos teorizantes desde
1912 ha..<¡ta hoy, y alrededor de ella seguirá moviéndose la vida pública de Méxi-
co por quién sabe cuántos años todavía. Es fundamental, pues, que con respecto
a ella definan las gentes su actitud y sus tendencias. Para clasificar a un hombre
desde el punto de vista social hay que preguntarle: ¿qué piensa usted sobre el
problema agrario de nosotros? Su respuesta lo encasillará, automáticamente. Si
tiene ideas, por ellas; si no las tiene, por carecer de ellas también.
Tendría interés agrupar los principales tipos de actitudes y de ideas que se
tienen a estas horas, y de esa suerte analizar con mayor claridad cada tendencia
agraria y cada solución propuesta. Pero semejante esfuerzo no cabe en este
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 563
antes de que Calles entregara el poder a Emilio Portes Gil, como consecuencia
del asesinato del general Obregón, Presidente electo.
Acción legislativa
1924 (9 de diciembre), Acuerdo derogando los de 19 de enero de 1916, de 27
de abril de 1917 y de 24 de enero de 1918, y designación de la Secretaría de
Fomento para que nombre a los nueve miembros de la Comisión Nacional
Agraria (Plutarco Elías Calles).
1925, Departamento de Indemnizaciones.
1925 (26 de marzo), Acuerdo sobre intervención de las fuerzas federales (Plu-
tarco Elías Calles).
1925 (23 de abril), Decreto determinando en qué forma se comprobará la
categoría política de los pueblos, rancherías y demás núcleos de población
existentes en las haciendas abandonadas (Plutarco Elías Calles).
1925 (23 de abril), Decreto reformando los artículos 11 y 27 del Reglamento
Agrario de 10 de abril de 1922, en lo relativo a la repartición de tierras en las
regiones áridas o cerriles, y a la tramitación de los expedientes sobre dotación
o restitución (Plutarco Elías Calles).
1925 (28 de mayo), Decreto derogando el de 23 de abril de 1925, por el cual
se reformaron los artículos lo. y 20. del Reglamento Agrario que determinan
las personas que pueden solicitar y obtener tierras por concepto de dotación o
restitución de ejidos (Plutarco Elías Calles).
1925 (16 de julio), Decreto determinando en qué consiste la capacidad jurídica
de las corporaciones de población para disfrutar en común las tierras y aguas que
les pertenezcan, y manera de ejercitar los derechos relativos (Plutarco Elías Calles).
1925 (8 de octubre), Decreto reformando los artículos 22 y 28 del Reglamen-
to Agrario de 10 de abril de 1922, relativos a la formación y comprobación de
los censos agrarios (Plutarco Elías Calles).
1925 (31 de diciembre), Ley de Extranjería (Plutarco Elías Calles).
1925 (19 de diciembre), Ley Reglamentaria sobre Repartición de Tierras Eji-
dales y Constitución del Patrimonio Parcelario Ejidal.
1926 (26 de febrero), Reglamento interior de la Comisión Nacional Agraria
(Luis L. León).
Reglamento de la expedición y amortización de los Bonos de la Deuda Pública
Agraria (Diario Oficial del 9 de marzo 1926).
Bancos Agrícolas Ejidales, 1926.
1926 (22 de marzo), Reglamento de la Ley de Extranjería (Plutarco Elías Calles).
1926 (8 de abril), Decreto reglamentando el funcionamiento de las autorida-
des agrarias en materia de restituciones y dotaciones de aguas (Plutarco Elías Calles).
1927 (23 de abril), Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas Regla-
mentaria del Artículo 27 de la Constitución (Plutarco Elías Calles).
1927 (19 de mayo), Decreto que reforma los artículos 193 y 194 de la Ley
sobre Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas de 23 de abril de 1927
(Plutarco Elías Calles).
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 565
1927 (11 de agosto), Ley que reforma las Dotaciones y Restituciones de Tierras
y Aguas, reglamentaria del artículo 27 constitucional, de 23 de abril de 1927
(Plutarco Elías Calles).
1927 (14 de septiembre), Aclaración a la publicación de la Ley que reforma la
de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas de 23 de abril de 1927.
1927 (25 de agosto), Ley de Reforma Ejidal.
1926, Banco Nacional de Crédito Agrícola, S.A. de c.v.
1926, Comisión Nacional de Irrigación.
1927, Cuerpo Técnico Forestal.
1927, Oficina Federal para la Defensa Agrícola.
Resoluciones presidenciales agrarias dictadas
Publicadas: 1,622
Superticie (ha): 3'186,294
Beneficiados: 2'549,372
Ejecutadas: 1,573
Superficie entregada (ha.) 2'972,876
Los reglamentos dictados han dado oportunidad también para que se organicen
asociaciones de usuarios que han tomado la dirección de sus trabajos, la ejecu-
ción de las reparaciones y conservaciones indispensables, y todo lo concerniente
al mejor régimen de los aprovechamientos dentro de las prácticas modernas de
cooperación. Para facilitar el aprovechamiento de nuestros recursos hidráulicos,
se han tramitado con toda actividad las solicitudes de concesión y de confirma-
ción presentadas. en el año de que se informa se han perfeccionado 21 contratos
para riego que ampararon 41 millones de metros cúbicos anuales; 14 contratos para
generar corriente hidroeléctrica, que ampararon 5,292 millones de metros cú-
bicos; 19 contratos para utilización industrial que ampararon 39 millones de
metros cúbicos y un contrato para usos públicos que amparó 189,000 metros
cúbicos anuales. Se confirmaron también 23 títulos de riego amparando 34
millones de metros cúbicos, un título para fuerza hidroeléctrica, amparando
800,000 metros cúbicos, tres títulos para usos industriales amparando 117 millo-
nes de metros cúbicos y un título para usos públicos amparando un millón de
metros cúbicos.
Se tramitaron también 449 solicitudes de concesiones de aguas, 90 solicitudes
de concesiones de aguas, 90 solicitudes de confirmación, 13 declaraciones de
caducidad y 135 permisos provisionales.
Para la defensa de nuestra riqueza forestal, se ha considerado indispensable po-
ner coto al abuso de los grandes concesionarios, y suprimir el comercio que se
hacía con las concesiones. Para ellos, por acuerdo presidencial, se ha fijado que
las adjudicaciones deberán hacerse precisamente por remate en subasta pública,
y a la Dirección Forestal se le ha reservado un pequeño margen para que las
adjudicaciones no puedan hacerse invariablemente a los precios de tarifa.
Considerándose que de las concesiones las más apetecibles son las que amparan
la extracción de la resina del chico-zapote, y teniendo en cuenta que los bos-
ques del sureste de México producen del 70 al 80 por ciento del volumen total
de chicle consumido, se tiene en proyecto un sistema general de financiamien-
to que nos permita refaccionar a nuestros chicleros, librándolos de las grandes
Compañías, y regular el precio de venta, salvando intermediarios y llevando
nuestros productos hasta los centros de consumo.
Para la mejor utilización de nuestra riqueza maderera, en todos los permisos
otorgados para extraer madera o leña, se ha cuidado de que se cumpla con la
Ley Forestal.
Ideología agraria
Acción legislativa
1928 (24 de abril), Reglamento del Registro Agrario Nacional (José G. Parrés).
1929 (17 de enero), Decreto por el cual se adiciona y reforma la Ley de Dota-
ciones y Restituciones de Tierras y Aguas, de 11 de agosto de 1927 (Emilio Portes
Gil).
1929 (21 de marzo), Ley que refunde en la de Dotaciones y Restituciones de
tierras y Aguas las reformas y adiciones de la misma, contenidas en el decreto
de 17 de enero de 1929 (Emilio Portes Gil).
1929, Programa para el Establecimiento de Escuelas Centrales Agrícolas.
Resoluciones presidenciales agrarias dictadas
Publicadas: 1,350
Superficie (ha): 2'438,511
Beneficiados: 713,998
Ejecutadas: 1,156
Superficie entregada (ha) 1'707,757
Artículo 14...
Fracción VI. Los peones acasillados en haciendas de explotación.
Se consideran peones acasillados para los efectos de esta Ley aquellos indivi-
duos que viven gratuitamente en casa construida dentro de los límites de la
hacienda y, previo contrato que determine su condición, hagan depender habi-
tualmente sus medios de subsistencia del jornal o salario que reciban en trabajos
relativos al cultivo de la tierra.
El carácter de peón acasillado se acreditará por medio del contrato a que se
refiere el párrafo anterior:
Artículo 130. Todo pueblo que haya recibido tierras por concepto de dotación
o restitución, podrá iniciar un expediente sobre ampliación, con los requisitos
siguientes: 1. Que las tierras se destinen a formar nuevas parcelas y no a ampliar
las ya existentes; II. Que hayan transcurrido diez anos desde la fecha de la re-
solución presidencial; In. Que en el censo agrario no figuren los individuos
que ya han sido considerados en algún expediente anterior, ni aquellos que
hayan sucedido a éstos, en el derecho de las parcelas, de acuerdo con las leyes
respectivas. IV. Que el pueblo interesado demuestre haber logrado un aprove-
chamiento eficiente del ejido; V. Que se ajuste el expediente de ampliación, en
lo conducente, a todas las prevenciones de esta Ley.
Artículo 131. Las tierras a que se refiere el presente capítulo, serán expropiadas,
previo pago, por el Gobierno Federal, a cuyo efecto, en los presupuestos de la
Secretaría de Agricultura y Fomento se establecerá cada ano la partida corres-
pondiente.
255 Víctor Manzanilla Schaffer, La refOrma agraria mexicana, Editorial Porrúa, 2a. ed., México, 1977,
Ideología agraria
Acción legislativa
1930 (26 de diciembre), Decreto por el cual se modifica la Ley sobre Dotaciones
y Restituciones de Tierras y Aguas de 21 de marzo de 1929 (Pascual Ortiz Rubio).
1930 (26 de diciembre), Decreto por el cual se modifica la Ley Reglamentaria
sobre Repartición de Tierras Ejidales y Constitución del Patrimonio Parcelario
Ejidal (Pascual Ortiz Rubio).
1931 (23 de diciembre), Decreto que reforma el artículo 10 de la ley agraria de
6 de enero de 1915 (Pascual Ortiz Rubio).
Ley sobre Cámaras Agrícolas (Asociaciones Agrícolas) (Diario Oficial del 27
de agosto 1932).
Comisión de Colonización y Fraccionamiento de Predios Rústicos Nacionales
1931, Comisión Técnica del Parque Agrícola de la Ciudad de México.
1931, Consejo Nacional de Agricultura.
Instituto Mexicano de Investigaciones Forestales (Diario Oficial) del 9 de julio
de 1932).
Resoluciones presidenciales agrarias dictadas
Publicadas: 540
Superficie (ha): 1'225,752
Ejecutadas: 852
Superficie entregada (ha): 944,538
Artículo 50. Todos los expedientes que se encuentren en poder de las Comi-
siones Locales Agrarias de los Gobiernos Locales y de las Delegaciones de la
Comisión Nacional Agraria y para los cuales hayan transcurrido ya los plaws
que marca la ley vigente, se considerarán comprendidos dentro de las disposi-
ciones de este Decreto y recogidos por la autoridad Agraria Federal para su
resolución definitiva conforma a lo dispuesto por la presente ley.
256Todos estos dccretos, leyes y códigos agrarios, pueden ser consultados en Manuel Fabila, op. cit.,
por fechas dc publicación o promulgación.
257Departamcnto de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC).
586 VíCTOR MANZANILLA-SCHAFFER
petidas disposiciones y ante ellas se tramitarán con estricto apego a a ley, las
nuevas solicitudes presentadas.
En lo tocante a colonización, se ha preparado el terreno para poder desarrollar
en lo sucesivo una acción más eficaz y enérgica, mediante la racionalización del
proceso colonizador sobre bases científicas y estables. A este efecto, ya se tiene
el proyecto de una nueva ley de la materia con las siguientes características
fundamentales, creación de un instituto fmanciero que haga factible el fomento
de los trabajos de colonización, establecimiento del seguro oficial que represen-
tará la garantía financiera para los colonizadores, y creación de instituciones de
control científico de la población de las colonias y de la distribución de la misma.
En este capítulo el programa formulado por el gobierno federal, y en parte
realizado ya, comprende los siguientes puntos que me limitaré a enunciar en
esta exposición preliminar:
a) Tramitación rápida, y con estricto apego a las disposiciones legales, de los
casos de colonización pendientes.
b) Programa de colonización a base de elementos nacionales repatriados, procu-
rando su mejor acomodamiento e instalación, con el fin de secundar la labor
que hasta ahora ha venido llevando a cabo la Secretaría de Gobernación y que
la de Agricultura y Fomento deberá tomar por su cuenta e intensificar.
e) Reivindicación necesaria por el Gobierno Federal de tierras pertenecientes a
la Nación, que habían sido enajenadas en condiciones irregulares o inconvenien-
tes, dentro de las zonas prohibidas y que propiamente constituían desmembra-
ciones tan peligrosas como absurdas del Territorio Nacional.
Estas tierras se han destinado a fines de colonización, para crear y arraigar en
ellas intereses exclusivamente mexicanos.
d) Descongestión de tierras ejidales en las que por especiales circunstancias
demográficas la población campesina es excesiva y distribución de los excedentes
de población ejidal en otras tierras que, por hallarse en la situación precisamen-
te opuesta, requieran un refuerzo de brazos.
e) Estudio detenido, que se traducirá en las disposiciones legales necesarias,
para provocar y fomentar una corriente de colonización extranjera provechosa
y asimilable.
Por otra parte, y como complemento de la política total que en materia de
tierras yaguas me he impuesto llevar adelante, he encomendado a la Secretaría
de Agricultura y Fomento una revisión de la Ley de Aguas vigente, con el pro-
pósito de facilitar la acción del Estado para lograr la socialización de la energía
hidroeléctrica, que será una de las bases en que descanse la estructura económica
del futuro (Los presidentes... , t. IlI, op. cit., pp. 1193-1194).
das sin ejecutar 1,581 resoluciones con una superficie de 2'060,228 hectáreas
como se verá más adelante.
Ideología agraria
El general Abelardo L. Rodríguez antes de incorporarse a la revolución
constitucionalista dirigida por su jefe Venustiano Carranza, trabajó en diferentes
y modestas ocupaciones, tanto en México como en Estados Unidos de América
para ganarse el sustento. Fue un autodidacta empeñoso en superarse. Su carrera
militar la inició con el grado de teniente (1913) en las filas constitucionalistas;
fue ascendido a teniente coronel y después a general brigadier. Le encomenda-
ron varias zonas militares en el país y fue subsecretario de Guerra; gobernador
de Baja California Norte (1923-1924) y de 1943 a 1947, Gobernador de su
estado natal, Sonora. También secretario de Industria, Comercio y Trabajo.
Amigo cercano de Plutarco Elías Calles, el "jefe máximo", quien lo hizo, como
a los anteriores -salvo Obregón- presidente Sustituto de la República por dos
años; cuando renunció el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez
tenía vocación empresarial.
En cuanto a su ideología agraria podemos afirmar que fue una mezcla de
nacionalismo, sentido de organización económica de los campesinos y cierto
desprecio a los reclamos agrarios, para recibir tierras. Su labor legislativa en la
consolidación institucional de la reforma agraria fue considerable, culminando
en la promulgación del primer Código Agrario (1934). Su inclinación funda-
mental fue la colonización interior del territorio nacional, por lo que recuperó
importantes superficies de terrenos nacionales para dedicarles a este objetivo. Su
carácter disciplinado hacia sus superiores, producto de su experiencia militar,
lo hizo proclive al orden en la sociedad y disciplina ante el Estado. Para apreciar su
personal convicción sobre el agrarismo resaltaremos un importante párrafo de
su Primer Informe de Gobierno:
...el centro de gravedad de la lucha ha pasado del campo social al campo eco-
nómico; la lucha ha cambiado de naturaleza y objetivo... por lo tanto es en el
terreno económico en donde deberá concentrar todo su dinamismo y todo su
poder de organización, porque de lo contrario, la misma complicación del proble-
ma acarrearía tal anarquía en (sic) las ideas y tal caos entre las fuerzas económi-
cas (?), que se pondrían en peligro no solo las conquistas ya consagradas, sino
la misma estabilidad del orden social actual.
años (de 1915 a 1934) por siete presidentes revolucionarios fue de 11'023,397
hectáreas, para beneficio de 983,000 campesinos, aproximadamente, en toda
la extensión del país. Además, por virtud del agrarismo periférico que repartía
tierras de mala y regular calidad por no entrar a las mejores de la hacienda y
expropiar las de cultivo en poder de los terratenientes, la lucha social hacia la
producción económica de la agricultura era una aberración. Por otra parte,
Abelardo L. Rodríguez pensaba así porque no tomaba en cuenta las condicio-
nes de pobreza en que encontraban los campesinos, las grandes deficiencias de
infraestructura del país y la mala calidad de las tierras que entregaban. La agri-
cultura productiva y de buenos rendimientos económicos se obtiene con tierras
fértiles, maquinaria agrícola, fertilizantes, plagicidas, grandes superfIcies, agua,
irrigación, buena organización, técnicas apropiadas que sólo la extensión y calidad
de tierras agrícolas y la agronomía, podían proporcionar.
Para su época, Abelardo L. Rodríguez mantuvo una ideología agraria qui-
mérica, irreal para la situación que vivían más de 10 millones de peones sin
tierra. Para ser benévolos diremos que se adelantó a su tiempo, pues al correr de
los años los gobiernos, poco a poco, fueron dándole al agrarismo un contenido
integral, productivo y económico.
Acción legislativa
Dispone la protección y medios de fortalecimiento al desarrollo de la peque-
ña propiedad agrícola en explotación. Incluye el concepto de núcleos de pobla-
ción para comprender pueblos, y comunidades (párrafo tercero), del artículo 27
constitucional. Además se deroga la disposición por la que se confirma dotacio-
nes de terrenos efectuadas por apego al decreto 6 de enero de 1915; sustituye
el término "fosfatos susceptibles de ser utilizados como fertilizantes" por el de
"yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles".
Faculta a las instituciones de beneficencia, sociedades comerciales y bancos
para adquirir bienes raíces indispensables para su objeto, así como para la adminis-
tración, tenencia y adquisición de capitales impuestos sobre aquellos (fracc. III).
Reestructura la declaratoria de nulidad para las resoluciones y operaciones
por las que se haya privado total o parcialmente a los núcleos de población de
sus tierras o aguas (fracc. VIII).
Capacidad de los núcleos de población que guarden estado comunal para
tener en propiedad administrativa por sí bienes raíces o capitales (fracc. VI).
Establece la nulidad de la división o reparto que adolezca de error o vicio,
cuando así lo soliciten los vecinos poseedores de parte de los terrenos materia de
la división (fracc. IX).
Dotación de tierras a los núcleos de población para la confirmación de eji-
dos (fraccs. X y XI).
LA SEGUNDA REFORMA AGRARIA 593
Durante este periodo cuhninó una polémica que se gestó alrededor del tipo de
explotación ejidal. Para unos, el colectivismo agrario era la salvación, no sólo
de la organización del ejido, sino de la producción. Para otros, precisamente lo con-
trario, es decir, el parcelamiento de las tierras de cultivo daría al ejidatario ma-
yor aliciente para mejorar sus tierras y hacerlas producir. Esta polémica, tiempo
después volvió a presentarse en el tapete de las discusiones agrarias. En realidad
se trataba de probar que los sistemas de explotación estaban más cercanos o
más lejanos del socialismo soviético; pero lo cierto fue, que siguiendo esa línea
de progresiva evolución de nuestra justicia agraria y el propio empirismo, que
señalaba posibilidades a talo cual medida, la forma de explotación se escogió
atendiendo a necesidades económicas, con independencia de consideraciones
ideológicas.
258 Lucio Mendieta y Núñez, "La reforma agraria y los gobiernos de la Revolución", Estudios Agrarios,
año n, núm. 5, Centro de Investigaciones Agrarias, México, enero-abril de 1963, pp. 24-28.
598 VJCTOR MANZANILLA-SCHAFFER
259 Vicente Fuentes Díaz, LOJ partidos políticos en México, Editorial Altiplano, 2a. ed., México, 1969,
El genio político del general Calles concibió la idea de crear un solo partido
nacional, pues eran demasiados los que existían en la República, entre ellos el
Partido Liberal Independiente de Sonora (1918), el Socialista del Sureste, el So-
cialista Agrario de Campeche (1919), el Laborista del Estado de México, el
Socialista del Trabajo de Veracruz, el Socialista Michoacano (1919), el Liberal
Jaliscience, la Confederación de Partidos Guanajuatenses (1923), el Socialista
Fronterizo de Tamaulipas (1924) Yotros más, además, se mantenían algunos de
ellos con independencia para tomar decisiones electorales en sus respectivas
jurisdicciones lo cual producía falta de control y cierta anarquía política, a pesar
de ser todos revolucionarios. Ello. de diciembre de 1928, bajo la dirección del
propio Calles se constituyó el comité organizador siendo su presidente el propio
general quien el día anterior (30 de noviembre) había entregado el poder al
licencado Emilio Portes Gil, como consecuencia del asesinato de Obregón,
quien ya era Presidente electo. En su primer manifiesto el comité expresó como
tesis el cambio de caudillos que con sus cualidades personales conquistaban a las
masas, por partidos permanentes y de principios para continuar la obra de la Re-
volución y que sean apoyo constante a los gobiernos emanados de ese movimien-
to, teniendo libertad para criticar al gobierno cuando se aparte del programa
que tiene prometido, acabando así con quienes aplauden por sistema (al gobier-
no) y con quienes lo atacan por despecho. "El nuevo partido aspira a agrupar a
todos los revolucionarios del país." Tienen razón quienes afirman que el Partido
Nacional Revolucionario (PNR) se organizó de arriba a abajo.
En un segundo manifiesto (8 de diciembre de 1928) dirigido a la opinión
pública del país se hizo un vigoroso llamado a la unión de los hombres progre-
sistas invocando la paz pública y los objetivos de la naciente organización. En
este documento se informaba que los generales Calles y Aarón Sáenz quedaban
fuera del comité organizador. 262 El Partido Nacional Revolucionario sostuvo su
programa agrario -avanzado para esa época (1929) y apoyó a los Presidentes
de la República en todo.