Trabajo Practico Nº2 La Etica y La Moral PDF

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ESCUELA SECUNDARIA “MIGUEL CANÈ”

Periodo de Diagnóstico
ESPACIO: Ciudadanía y política económica
MODALIDAD: Economía y administración
CURSO: 5º Año T.M
POFESORA: Sanchez, Elisa

OBJETIVOS:
• Que los alumnos puedan identificar la necesidad de ser un buen
ciudadano, mediante la convivencia.
• Que los alumnos comprendan la responsabilidad que tenemos en cada
decisión tomada.

ETICA Y MORAL
Se utilizan con mucha frecuencia los términos “ética” y “moral”. Se dice por
ejemplo” no es ético hablar de alguien en su ausencia”; “los jueces deben ser
intachables desde el punto de vista moral y ético”; “es inmoral que un asesino
sea entrevistado por un periodista y que sus palabras sean difundidas por
televisión”; “la corrupción ataca nuestros valores éticos y morales”, etc. Desde
el punto de vista etimológico, “ética” y “moral” tiene un mismo significado.
“Ética” proviene de la palabra griega “ethos” y significa “costumbre, hábito”.
“Moral” proviene de la palabra latina “mos” y también significa “costumbre,
hábito|”.
Sin embargo, se suele hacer una distinción entre ambos términos. La moral es
el conjunto de normas que consideramos justas y obligatorias. Estas normas
regulan nuestra conducta y pueden ser diferentes según la cultura y la época a
la que pertenezcamos. Por ejemplo, los diez mandamientos son un conjunto de
normas que conforman parte de la moral judeo cristiana. Cuando juzgamos la
conducta de los demás o cuando decidimos que hacer en una situación
determinada, tenemos en cuenta estas normas. La moral que rige en nuestra
sociedad no ha sido inventada por nosotros, pero somos nosotros quienes las
aplicamos.
Conviene hacer una diferencia entre las normas morales y las jurídicas. Estas
últimas son establecidas por el Estado con carácter de obligatorias y es el
Estado el que establece las sanciones para quienes no las cumplan. Los
individuos están obligados a cumplir las normas jurídicas, aunque no estén de
acuerdo con ellas. Las normas morales, en cambio, no están escritas en un
código, ni contienen sanciones concretas. Las sanciones a las que nos
sometemos cuando incumplimos normas morales están relacionadas con el
rechazo o desaprobación de nuestros semejantes, repudio, menosprecio,
desconfianza, etc. Otra diferencia respecto de las normas jurídicas es que las
morales obligan a quienes las consideran justas, la persona que actúa “bien” lo
hace porque está convencida de que esa es la forma correcta de actuar.
La ética es la reflexión sobre por qué esas normas nos parecen justas y
obligatorias: la ética es una reflexión sobre la moral. Nuestra moral dice que no
se debe mentir. La ética se pregunta ¿por qué no se debe mentir? La ética trata
de explicar la conducta moral. Estudia las diferentes morales y sus cambios a
lo largo del tiempo, tratando de discriminar a qué llamamos “bondad” y
“maldad”. Trata de definir qué es lo bueno; se interesa por dar las razones de
cómo debería ser.
La ética pues, no es un conjunto de normas, es una reflexión sobre ellas.
Existen diferentes morales, los caníbales, por ejemplo, no consideran malo
comer carne humana. La ética estudia las diferentes morales y se pregunta:
¿existe una mejor que otra? ¿es posible plantear criterios universales para
determinar si una conducta es correcta? ¿se puede afirmar que existe progreso
moral?
En la mayoría de las situaciones en que se nos plantea un problema moral, lo
resolvemos acudiendo a las normas que consideramos obligatorias sin
preguntarnos por qué. Pero a veces nos surge la pregunta: ¿qué debo hacer en
esta ocasión? Y sentimos que la respuesta no es clara, que no consiste en
acatar mecánicamente una regla. Es en estas ocasiones cuando nos hacemos
una pregunta de tipo ético.
Las normas morales, si bien regulan nuestra conducta y nos permiten saber
cómo actuar y como juzgar la conducta de los demás, no son de aplicación
automática. Si lo fueran no surgiría la necesidad de reflexionar sobre ellas.

PROBLEMAS ETICOS.
¿Cuándo nos enfrentamos a un problema ético? Veamos algunas situaciones:
(1) Soy un soldado. Estamos en guerra. Un jefe militar me ordena matar a una
persona desarmada, indefensa. ¿Debo cumplir esa orden?
(2) Soy testigo en un juicio. Mi testimonio es importante. Vi como unos hombres
vestidos con camperas negras mataban a golpes a otro hombre. Hoy es el día
en que debo declarar. Recibo un llamado telefónico. Una voz gruesa que me
amenaza: “si decís la verdad te liquidamos” ¿Qué hago? ¿Debo mentir?
(3) Me fue mal en un examen de matemática. Estudié, pero es una materia que
me resulta muy difícil. No la entiendo. Mi mamá se preocupa mucho cuando me
desaprueban. No quiero darle un disgusto. ¿Qué hago? ¿Debo decirle la
verdad a mi madre, aunque la haga sufrir?
(4) En la escuela la mayoría de mis compañeros se burlan de un alumno nuevo
porque es extranjero y habla mal el castellano. No me gusta que lo traten así,
pero son mis amigos y no quiero pelearme con ellos. ¿Debo hacer lo que hace
la mayoría? ¿Debo burlarme yo también?
¿Qué tienen en común estas situaciones?
En todas ellas se plantean problemas que involucran a otras personas. La
solución de las misma no me afecta solo a mí, sino que también a otras
personas que sufrirán las consecuencias de mis decisiones y de mis acciones.
Todos en ciertas circunstancias, nos planteamos problemas de este tipo.
Los problemas éticos son problemas cuya solución tienen efectos en otras
personas.
Cuando tomamos este tipo de decisiones y actuamos en consecuencia
estamos realizando una conducta moral. Una conducta de este tipo puede ser
calificada como “buena” o “mala” por nosotros mismos y por los demás.
Atribuimos valor moral a un acto que tiene consecuencias que afectan a otros
individuos. Los actos que no tienen consecuencias para los demás, no son
objeto de una calificación moral.
Cuando nos planteamos un problema ético, no encontramos respuestas en las
órdenes que nos dan nuestros mayores o nuestros jefes, tampoco las
encontramos en las costumbres o en lo que opina la mayoría ni en las reglas
de conducta que nos han enseñado. Todas estas pautas pueden orientarnos
en nuestras decisiones, pero no pueden darnos “la solución”. Es lo que puede
verse en las situaciones planteadas como ejemplos: sé que debo ayudar a los
demás cuando se encuentran en apuros, pero ¿debo ayudar a alguien que no
quiero y que considero mi enemigo por los daños que me causó en el pasado?;
sé que debo cumplir mis promesas, pero ¿debo cumplirlas cuando hacerlo me
perjudica en algún sentido?; sé que debo cumplir las órdenes de mis
superiores, pero ¿debo hacerlo cuando son inmorales?; sé que debo cuidar a
mis amistades, pero ¿debo hacer lo que mis amigos hacen, aunque sepa que
está mal, para conseguir su aprobación?
LA ETICA POLÍTICA.
Si la política es el arte de gobernar a los pueblos, la ética es el arte de
gobernarse a sí mismos. La ética es una disciplina filosófica que fundamenta
los criterios para actuar con relación a uno mismo y con los demás. Buena
parte de las discusiones sobre la ética teórica también se presenta en las
decisiones cotidianas, cuando una persona tiene que escoger como orientarse
y tomar decisiones en la vida.
Ahora bien ¿cómo se relaciona la ética personal con la ética pública?
Para los antiguos griegos, el campo de la política se vinculaba directamente
con la reflexión ética, pues la vida pública tenía dimensiones mucho más
amplias que hoy, en tanto el individuo no se había recluido en el ámbito de su
vida privada. La felicidad de cada ciudadano estaba asociada a la felicidad de
la polis, y, por eso, en el pensamiento de Aristóteles, la ética desembocaba en
la política y se subordinaba a ella, en la medida en que la voluntad individual
tenía que subordinarse a la voluntad de toda una comunidad.
Al mismo tiempo la política permitía que el Estado educara a los hombres e las
diferentes virtudes y, particularmente en la justicia. En este sentido la
educación de los gobernantes resultaba imprescindibles para evitar que se
cometieran actos indebidos. Esta conducta no se lograría solo a través de
controles externos en la función pública, sino que se fomentaría principalmente
a través de la sensibilización y el desarrollo de la conciencia, es decir, de
principios éticos asumidos conscientemente por las personas que se ocupan de
los asuntos públicos.
Esta relación estrecha entre ética y política se continuo durante el período del
medioevo durante el cual el pensamiento cristiano deducía los mandatos
morales de la fé religiosa y subordinaba la política a esos mandatos.
En el siglo XVI, Nicolás Maquiavelo planteó un pensamiento provocador al
proponer una diferencia tajante entre la política y la moral. Desarrolló su
pensamiento en el contexto de un proceso histórico en el que las metas
religiosas iban perdiendo centralidad en la vida de cada hombre y eran
reemplazadas por la búsqueda de progresos materiales. De este modo los
desafíos de la sociedad se volvaban cada vez más a alcanzar la riqueza, gloria,
poder y conocimiento.
En su obra “El Príncipe”, Maquiavelo valora la fuerza y la astucia como virtudes
principales de un gobernante que conoce la naturaleza competitiva e
interesada de quiénes lo rodean. Maquiavelo deja de lado la pureza y la
bondad que pregonaba la moral cristiana, y considera que es preferible ser
temido a ser amado, ya que ser bueno políticamente es saber escoger cuando
conviene apegarse a las normas éticas y cuando alejarse de ellas. En
consecuencia, Maquiavelo considera que un buen fin, una intención valiosa,
podría justificar la adopción de medios éticamente reprochables: robar para
hacer justicia, mentir para lograr la libertad; matar para garantizar la paz, etc.

LA ETICA DE LOS GOBERNANTES Y DE LOS CIUDADANOS.


Las reflexiones de Aristóteles y Maquiavelo establecieron algunas
orientaciones que pueden ser utilizadas para ver las relaciones actuales entre
la ética y la política. A veces la eficiencia de los dirigentes políticos puede
entrar en conflicto con su entereza moral. ¿Qué rasgos son preferibles?
Cuando escuchamos comentarios de la gente que valora a un gonbernante
porque “roba, pero hace” o que afirma que “corrupción hubo siempre”,
observamos la renuncia a exigir ética pública. En el otro extremo encontramos
que hay sociedades en las que se evalúa también la ética de los gobernantes y
se espera que no haya mentiras o falsedades en su vida cotidiana.
Esta mirada sobre la ética de los gobernantes requiere pensar también la ética
de los ciudadanos, pues hay modalidades de corrupción en todos los estratos.
Cuando una persona antepone su interés al de todos los demás, cuando se
apropia de lo que es público, cuando soborna a una autoridad, o miente ante
los representantes de la ley, también puede ser cuestionada éticamente.
Las responsabilidades de los gobernantes son mayores, porque sus decisiones
afectan a toda la sociedad y acceden a información que no tienen derecho a
usar en beneficio propio. Por eso la ética de los líderes políticos es una
cuestión relevante a la hora de depositar la confianza en ellos. Sin embargo, es
conveniente advertir que muchos dirigentes expresan, en sus actos y
opiniones, la moral media de la sociedad que integran. En consecuencia,
promover actitudes justas y solidarias en la sociedad es también una formad y
mejorar la ética de los gobernantes.

¿siempre es bueno se bueno?


El buen gobernante
Nicolás Maquiavelo “El Príncipe” Fragmento
“Hay tanta distancia entre saber cómo viven los hombres y cómo debieran
vivir, que el que para gobernarlos aprende el estudio de lo que se hace
para deducir lo que sería más noble y más justo hacer, aprende más a
crear su ruina que a preservarse de ella, puesto que un príncipe que a toda
costa quiere ser bueno, cuando de hecho está rodeado de gente que no lo
son, no puede menos que caminar a un desastre. Por ende, es necesario
que un príncipe que desee mantenerse en su reino, aprenda a no ser bueno
en ciertos casos, y a servirse o no de su bondad, según lo que las
circunstancias le exijan.”

Aristóteles “Política” Fragmento.


“Decimos, en efecto, que el buen gobernante es hombre bueno y prudente
(…) El buen ciudadano debe tener el conocimiento y la capacidad tanto de
obedecer como de mandar. Esta es pues la virtud del ciudadano: ser
entendido en el gobierno de los hombres libres en uno y otro respecto.
Ahora bien, ambas virtudes son propias del hombre bueno, por más que la
templanza y la justicia del gobernante sean específicamente diferentes de
la de los gobernados, no obstante ser estos hombres libres.”

ACTIVIDADES:
1) Elaborar una definición de “Moral” y de “Ética”.
2) ¿En qué casos puede hablarse de un “problema ético”? Dar 2 ejemplos
3) ¿Qué relación puede establecerse entre cultura y moral?
4) Explica la diferencia entre una norma moral y una norma jurídica. Dar 2
ejemplos de cada una.
5) Explica con tus palabras los fragmentos de Maquiavelo y de Aristóteles en
cuanto a la ética
política de los gobernantes. Indica cual sería la diferencia principal entre
ambas.
6) ¿Qué relación puede establecerse entre la ética de los gobernantes y la de
los ciudadanos?
7) Elaborar un texto de opinión sobre las relaciones de la ética y la política que
comience con la frase: “En alguna medida, por acción u omisión todos somos
políticos y hacemos política, porque...”.
¿Es posible evitar la corrupción de los gobernantes? ¿Es legítimo valorar a un
dirigente porque realiza obras beneficiosas para la población? ¿Cuánto del
ciudadano común hay en la clase dirigente?

NOTA:
El presente trabajo deberá desarrollarse en la carpeta o enviar al correo
sanchezelisa1(arroba no puedo ponerlo por eso les escribo asi)hotmail.com
Se tendrá en cuenta para nota:
• El cumplimento del trabajo asignado para el hogar.
• La participación activa en clase a través de la ponencia y defensa de su
trabajo al
regresar al espacio áulico.
• El razonamiento crítico.
• La tolerancia y respeto por sus compañeros.
-El control del mismo se realizará a través de la devolución de la tarea por pdf.
A este whats
App 3834970796
-Cualquier consulta con respeto al trabajo hacerlo por el WhatsApp establecido
para tal fin.

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