6 - El Teatro de 1939 Hasta La Actualidad

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 2

Tema 6. El teatro de 1939 hasta la actualidad. Tendencias autores y obras principales.

El teatro de la segunda mitad del siglo XX está condicionado y sometido a la situación política, social
y económica del país, de manera muy especial a la censura franquista, del mismo modo que ocurrió
con las demás manifestaciones literarias y artísticas de la época.
Durante los ​ años cuarenta la situación del país favorece la continuidad de un teatro poco innovador.
Las razones principales son: que muchos autores renovadores habían muerto durante la guerra o se
exiliaron, lo que provoca una importante carencia de fuerza creativa; la actuación de la censura
limitaba de manera directa o indirecta (a través de la autocensura) la libertad creadora; por último, la
crisis económica favorecía el teatro comercial, que aseguraba a los productores recuperar la
inversión realizada durante la puesta en marcha de las obras.
Por todo lo anterior, en esa época se genera sobre todo un teatro de entretenimiento, siguiendo la
fórmula benaventina. De esta manera, se representan las costumbres y problemas de la clase media,
con una crítica amable que se centra únicamente en las costumbres y no en problemas de fondo.
Además, se defienden los valores del régimen: la familia tradicional, el patriotismo, la unidad de
España, el catolicismo, la entrega en el trabajo, etc.
Entre los autores más destacados del teatro de posguerra se puede nombrar a ​Enrique Jardiel
Poncela​, un autor que, pese a la situación, logró realizar innovaciones en el humor, creando el teatro
de lo inverosímil, con diálogos brillantes e ingeniosos y con personajes excéntricos. Una de sus obras
teatrales más importantes fue Eloísa está debajo de un almendro (1940). Alejandro Casona vivió
toda su vida en el exilio, sus obras persiguen la perfección formal y combina lo sobrenatural con lo
costumbrista, escribió ​La dama del alba (1944). Por último, Edgar Neville desarrolló sobre todo la
comedia burguesa, donde daba una visión amable de la burguesía, con personajes de clase media o
alta arquetípicos (el marido aburrido, la gran dama, el amante,etc.), a los que no les afectan los
problemas sociales y que se movían en interiores ricos madrileños. Sus temas favoritos fueron el
amor y la infidelidad, tratados con humor e ironía. Neville es autor de ​El baile (​ 1952).
Durante los años cincuenta la situación del país va cambiando, se experimenta una mejoría
económica y la presión de la censura empieza a relajarse ligeramente. Esta situación da lugar al
teatro social, donde se producen una obras más profundas, de contenido existencial y social, con un
enfoque realista. Muchas de estas obras se representaban solo en círculos universitarios o
compañías de aficionados, por lo que se denomina teatro soterrado.
En este periodo destaca ​Antonio Buero Vallejo​, cuya obra dramática se organiza en torno a la
tragedia del hombre (en su entorno social, ético y moral). En la primera etapa escribe su obra más
conocida, ​Historia de una escalera ​(1949), una obra de carácter trágico, en la que el autor denuncia
las condiciones en las que viven algunas clases sociales, concretamente, tres familias madrileñas. La
obra produjo un gran impacto social. Otra obra importante de este periodo es ​En la ardiente
​ ue simboliza a través de la ceguera las limitaciones de los hombres. Más adelante
oscuridad (1950)​, q
Buero Vallejo escribe una serie de obras en las que el autor parte de hechos históricos para
reflexionar sobre ellos, como en Un soñador para un pueblo (​ 1958)​. ​Sus últimas obras más
representativas son ​La fundación y​ ​La doble historia del doctor Valm. Cabe destacar el tratamiento
que Buero Vallejo hace de sus personajes. Casi siempre presentan un problema físico o psíquico y
suelen ser personajes complejos que van sufriendo un proceso de transformación a lo largo de la
obra. Unos son egoístas y sin escrúpulos; otros, frustrados y angustiados.
En los años sesenta el teatro continuará avanzando con la línea de protesta y denuncia de la
injusticia social y el descontento político de corte realista. Por otra parte, las obras también siguen
avanzando en la innovación de temas, enfoques y técnicas teatrales. Entre los autores más
destacados cabe citar a ​Fernando Arrabal​, que creó un teatro muy revolucionario, planteando
situaciones que los personajes no entienden y en las que no se pueden comunicar. Fundó, junto con
otros, el teatro pánico, donde concilia lo absurdo, lo cruel y lo irónico. Con él se rebela contra la
sinrazón, presentando una realidad incoherente. Algunas de sus obras más importantes de esta
época son ​El cementerio de automóviles (1959) y El arquitecto y el emperador de Asiria ​(1966).
También, Francisco Nieva​, aborda la imposibilidad de desarrollo humano pleno por causa de la
represión social y espiritual. Sus obras tienen una gran fuerza plástica y visual. Su otra puede
dividirse en tres bloques atendiendo a su tono y temática: el teatro furioso, donde destaca La carroza
de plomo candente​ (1972); teatro de farsa y calamidad; y el teatro de crónica y estampa.
En los años setenta​, con el fin de la dictadura, y ​hasta los años noventa el teatro se abre
completamente a la innovación temática y técnica y, en general, se pierde la crítica sociopolítica.
Algunos hechos afectan a la cultura teatral del país, como el hecho de que el propio Estado apoya
económicamente al teatro, se crea la Compañía Nacional de Teatro Clásico (1986), se consolidan las
compañías de teatro independiente, y también proliferan compañías y festivales de aficionados. Por
otra parte, prolifera el teatro de calle, se recuperan obras censuradas de Lorca, Valle-Inclán, Arrabal,
Alberti y el teatro musical experimenta un gran auge.
Entre los autores más relevantes de esta época, destaca José Sanchis Sinisterra​, que es además
de dramaturgo y director de escena, investigador teatral. Sobresale por su capacidad de involucrar al
espectador en la obra y por la reflexión que sus piezas proponen en torno al propio teatro. Usa el
teatro como metáfora del mundo y crea obras a partir de textos de otros dramaturgos. Entre su
producción teatral cabe mencionar ¡Ay, Carmela! (1986). Otros dos autores importantes de este
periodo son Fernando Fernán Gómez​, con una obra muy heterogénea fruto de su búsqueda de un
estilo propio, donde destaca Las bicicletas son para el verano (​ 1978); y ​Antonio Gala​, poeta y
novelista, además de dramaturgo. Gala tiene un extraordinario dominio de los recursos lingüísticos y
sus obras desarrollan el tema de la justicia y la esperanza. Entre sus obras de teatro está ​¿Por qué
corres, Ulises?​ (1975).
Por último, en este periodo también surgen los grupos de teatro independiente, cuya actividad se
desarrolla al margen de los circuitos culturales establecidos. Algunos grupos muy destacados fueron:
Els Comediants, Els Joglars, La cuadra, La Fura Dels Baus. Estas compañías destacan por grandes
innovaciones escénicas, donde todo el grupo aporta ideas y se emplea la improvisación, hay un gran
peso para la expresión corporal, la danza y la música, adoptan enfoques críticos, no solo dedicados a
lo político y social, y trasladan el escenario al patio de butacas, buscando la participación del
espectador.
Para terminar, el teatro actual tiene una base realista, aborda problemas íntimos (como la soledad,
la dificultad para comunicarse, la inseguridad, etc.). El ritmo es ágil, predominan el dinamismo, el
humor, la ironía y la agresividad. Los personajes son actuales: urbanitas, con dificultad para arraigar
y tener relaciones estables. Se usan diferentes lenguajes escénicos, entremezclando la palabra con
la música y los recursos audiovisuales, en diferentes espacios escénicos (como cafés, salones de
centros culturales, etc). Otra característica del teatro actual es la influencia de series de televisión y
del cine anglosajón.
Uno de los autores españoles actuales más relevantes es ​Juan Mayorga​. Este dramaturgo recurre a
personajes de la historia reciente para entender el presente, propone una reflexión sobre la
construcción de la identidad y no aporta interpretaciones cerradas, sino las perspectivas de los
diferentes personajes. Entre sus obras cabe destacar El chico de la última fila (2006) y Cartas de
amor a Stalin ​(1997).

También podría gustarte