Cultura Innovadora
Cultura Innovadora
Cultura Innovadora
FACULTAD: INGENIERÍA
TEMA: CREATIVIDAD
CICLO: VIII
AÑO: 2020
Chimbote-Perú
INTRODUCCION
Todas las organizaciones disponen una cultura, unas las tienen porque se fomentan
naturalmente de forma positiva o negativa y otras porque fueron tramitadas de acuerdo a
fines y objetivos de la organización. Esta es la razón por lo cual existen culturas
organizacionales diferentes, no obstante, existe una cultura que todas las empresas deberían
poseer si desean destacar sobresalir y perdurar, en un entorno competitivo y emprendedor
donde lo atónito te quiebra, esta es la cultura innovadora.
Cultura innovadora
Una manera de pensar y de actuar que origina, desarrolla y establece valores y actitudes en
la organización, expuesto a promover, asumir e incitar ideas y cambios que conlleven
mejoras en el funcionamiento y eficacia de la misma, aunque ello implique una ruptura con
lo usual o convencional.
Entiende el esfuerzo permanente de crear valor para los clientes por medio del impulso de
nuevos productos o servicios encapsuladas en soluciones efectivas.
Se escuchan las propuestas de mejora que vienen del exterior (usuarios, clientes…), a
través de diferentes canales (redes sociales, atención al cliente, call center, plataforma
de innovación abierta…), y se integran estas propuestas en el canal interno de
innovación o mejora continua.
La experiencia de las empresas altamente innovadoras sugiere que el principal motor del
cambio de mentalidad va asociado a la forma de dirigir. La actuación de los altos directivos
es una pieza clave, ya que con su práctica diaria y su ejemplo muestran cuánto valoran y
qué esperan de sus colaboradores.
Fuente de inspiración
¿Qué impulsa a los directivos a perseguir la innovación? ¿Qué tienen en común los
ejecutivos de las empresas altamente innovadoras?
A muchos de ellos les impulsa perseguir un sueño. Si este reto es tangible y suficientemente
atractivo, también servirá para ilusionar a los trabajadores. Y esto puede ser más poderoso
que los factores de motivación extrínsecos, como una remuneración variable.
Por ejemplo, en los años 50, a Masaru Ibuka, uno de los fundadores de Sony, se preocupaba
por que crear una nueva grabadora fuera un reto suficientemente motivador para sus
ingenieros y explotaran al máximo sus habilidades. Tiempo después, este ahínco se tradujo
en lanzamientos exitosos, como el walkman.
Los directivos que persiguen un sueño aglutinan los esfuerzos de la organización en torno a
ideales que comportan una contribución social y que, a su vez, animan a la gente a aportar.
Cuando los ejecutivos sienten una gran pasión por la misión que da sentido a la empresa y
la innovación, su claridad de propósito y energía contagian entusiasmo.
El marco adecuado
En las empresas innovadoras la dirección tiene una mentalidad abierta y está dispuesta a
explorar de forma proactiva distintas alternativas de avance. Starbucks plantea a sus
colaboradores: Cuando estéis frente a la queja de un cliente, es preciso que reconozcáis que
estáis ante una oportunidad de estrechar esa relación. Como los empleados ven que la
dirección se preocupa por la opinión del cliente, es más fácil que ellos mismos la valoren.
Los altos ejecutivos de las compañías innovadoras también son perseverantes y muestran su
apoyo a una iniciativa, aunque los primeros resultados sean desalentadores. Carlos
Sumarroca, por ejemplo, no cedió ante las sugerencias reiteradas de abandono de un equipo
científico-técnico durante casi dos años, y esto ha permitido a Agromillora Catalana ser hoy
líder mundial en la producción de árboles.
En las compañías altamente innovadoras, los primeros ejecutivos no solo tienen una gran
confianza en sí mismos, también dan muestras evidentes de confiar en el trabajo de los
emprendedores.
Por ejemplo, desde hace muchos años en 3M, y en Google más recientemente, el fomento
del espíritu emprendedor se ve respaldado por el principio fundamental de libertad en el
lugar de trabajo para perseguir ideas rompedoras. Así, los investigadores pueden destinar
una parte de su tiempo a proyectos de su propia elección, sin interferencias de la dirección.
Fue en este contexto en el que Art Fry creó el famoso Post-it en 3M en 1973.
1. Funcionalidad (Performability).
Cuando queremos desarrollar una innovación debemos definir cuáles son los objetivos que
debe cumplir. Es decir, de qué funcionalidades vamos a dotarla para conseguir que sea un
“objeto de deseo” por parte de los clientes.
Estas preguntas lo que hacen es indicarnos que es lo mínimo que nuestra innovación debe
tener y qué es lo que hace que de más de lo que los clientes se esperan. Con lo mínimo
estamos definiendo lo que hará que nuestro producto no sea, de entrada, un fracaso; aunque
esto no nos garantiza que sea un éxito. Cuando describimos lo que consideramos es mucho
más de lo que espera el mercado, lo que hacemos es incorporar a nuestra innovación unas
funcionalidades que nos aportan opciones de que alcance el éxito, ciertamente no son una
garantía, pero suponen un elemento diferencial.
2. Asequibilidad (Affordability).
Una innovación ha de tener un precio que sea relativo al valor que recibe el cliente, aunque
ese valor puede ser el que el defina o el que el perciba. Es importante tener esto en cuenta
porque si vendemos una innovación que entregue mucho más valor del que el cliente quiere
por ese precio, podríamos estar ganando menos; o lo que es peor, perdiendo dinero. Si
dotamos al producto de características que nadie quiere, excepto el que las crea, podemos
hacer que tenga mayor coste del necesario, pero sobre todo podemos retrasar su llegada al
mercado. Pero también podríamos hacer que el precio de venta tuviera que ser mayor con lo
que quizás no sería aceptado por el cliente.
3. Características (Featurability).
Cada característica que incorpora una innovación supone tanto costes en su desarrollo como
costes en el producto o servicio resultante. A menudo es habitual que cuando se define una
innovación se incorporen en el documento de requisitos iniciales numerosas características,
porque así el cliente ve que “lleva muchas cosas”. Esto lo que nos debe provocar es que
analicemos cuales de estas características podemos quitar de la lista sin que se produzca
una desvalorización sustancial del producto.
Un aspecto colateral es que podemos considerar que estas características pueden añadirse
en sucesivas versiones, o se pueden definir como “extras” que el cliente pagará a mayor
precio que si vinieran de serie.
4. Entrega. (Deliverability).
¿Podremos entregar al cliente cuando lo necesita? ¿Cómo debe ser la cadena de logística
que asegure la fiabilidad de las entregas a cliente? ¿Qué ventajas competitivas podemos
tener?
5. Usabilidad (Useability).
Este valor es el que se aporta cuando el producto o servicio es fácil de utilizar por parte de
los clientes o de los usuarios, cuando la curva de aprendizaje es corta o no existe. Es
aquella innovación en la que la experiencia de usuario se ha de considerado como
consustancial y se ha trabajado desde el principio. Este es uno de los aspectos que si no se
tiene en cuenta provoca sonados fracasos en interesantes innovaciones. Uno de los errores
habituales es que los que testean la usabilidad de los productos son los mismos que los han
desarrollado; para evitarlo es oportuno o bien hacer que lo prueben clientes de confianza o
si se quiere proteger de filtraciones que lo hagan empleados de la empresa que no hayan
tenido ninguna experiencia previa.
6. Mantenibilidad (Maintainability).
El mantenimiento es uno de los valores que no es tenido en cuenta por los clientes hasta
que es necesario realizarlo. En algunos productos el mantenimiento es necesario para
alargar su vida, pero en otros es una fuente de negocio para el fabricante. Como que es un
coste oculto es lo que puede provocar que un producto a largo plazo pueda ser un éxito. Así
un producto que no necesite mantenimiento en toda su vida útil tendrá una mejor
percepción por el cliente, siempre y cuando esto sea conocido por él. Hay que tener en
cuenta que necesitar un servicio de mantenimiento es un coste que deberemos asumir si
prevemos que este será consustancial a nuestros productos.
7. Durabilidad (Durability).
La imagen de una innovación es lo que le da el aurea que la acerca al éxito. Esto hace que
sea importante la marca sobre la que se apoya o que lo que se difunde pueda aportar a esta
imagen. La imagen es quizás el factor que genera más valor en una innovación y, la pérdida
de imagen provoca indefectiblemente una pérdida de valor.
Por ello hemos de saber qué imagen estamos transmitiendo, porque en base a esto debemos
preguntarnos: ¿Es la imagen que queremos?, ¿debemos cambiarla?, ¿podemos cambiarla?