Teoriadecuerpos
Teoriadecuerpos
Teoriadecuerpos
Volumen II
2a Edición
Temas de teorı́a de cuerpos,
teorı́a de anillos y números
algebraicos
Volumen II
2a Edición
Departamento de Matemáticas
Facultad de Ciencias
Universidad Nacional de Colombia
2a Edición, 2008
Bogotá, Colombia
ISBN 978-958-719-042-7
vii
viii PRÓLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN
nes por regla y compás (Tomo III). A cada uno de estos tomos haremos una
breve introducción. Por ahora, baste comentar dos aspectos sobresalientes
de la obra en general.
Recomendamos especialmente el estudio de los contraejemplos y casos pa-
tológicos que ha reunido el profesor Castro, entre otras cosas para llamar
la atención del lector sobre las peculiaridades de los anillos y cuerpos dife-
rentes de los usuales, o sea de los enteros, los fraccionarios, los reales y los
complejos.
También nos parece importante recomendar el cuidadoso recorrido de los
apéndices que acompañan a algunos de los capı́tulos y los volúmenes; algu-
nos de estos apéndices son independientes del texto mismo, y constituyen
por sı́ mismos viñetas valiosı́simas para profundizar en temas históricos,
curiosidades matemáticas o resultados de reciente publicación.
Estamos seguros que el acopio de información aquı́ reunida hará de esta
publicación una contribución muy importante a la expansión de la cultura
matemática de nuestro paı́s.
Oswaldo Lezama
Gilma Rodriguez de Villamarı́n
Carlos Eduardo Vasco.
Departamento de Matemáticas y Estadı́stica
Universidad Nacional de Colombia
Sede Bogotá
Introducción al tomo II
xi
xii INTRODUCCIÓN AL TOMO II
cuerpo es cero, sino que va más allá, estudiando qué sucede cuando la
caracterı́stica es finita.
Capı́tulo 7: aquı́ se construyen los Polinomios ciclotómicos, se estudian sus
propiedades más relevantes y se muestran algunas de sus aplicaciones tanto
en la teorı́a de números como a la de anillos. Muchas de estas propiedades
encuentran su soporte teórico en el Apéndice B, destinado al estudio de las
funciones ϕ de Euler y µ de Möbius.
Capı́tulo 8: en él se estudian rigurosamente las extensiones normales, para
concluir en el teorema fundamental de la Teorı́a de Galois. Este capı́tulo
se complementa con el Apéndice D, en donde se presenta, además de una
biografı́a de Galois, su principal memoria sobre solubilidad por radicales y
el acta de la Academia de Ciencias de Parı́s del 4 de julio de 1831, en la
que rechazan dicho trabajo.
De esta forma se busca que el lector sepa no solo deducir los resultados más
importantes de la Teorı́a de Galois, sino también que conozca sus orı́genes
para que pueda adquirir una sólida cultura sobre el tema.
xiii
Lista de algunos sı́mbolos usados
A−B {a ∈ A | a 6∈ B}.
xv
xvi SÍMBOLOS
a|b a divide a b.
a∼b a es asociado a b.
(D; +, ·) Un anillo.
A≃B A es isomorfo a B.
In {1, 2, . . . , n}.
Sn {σ | σ es permutación de In }.
F [x] hf (x)i
{g(x) + hf (x)i | g(x) ∈ F [x]}.
SÍMBOLOS xvii
√ √
Q[ m] {a + b m | a, b ∈ Q}.
√ √ √
H[ m] {α ∈ Q[ m] | α es un entero de Q[ m]}.
S′ S ∩ {b ∈ D|∃a ∈ D y a + bD ⊆ S}.
Z {z ∈ D zx = xz ∀x ∈ D}.
IK (G) {α ∈ K σ(α) = α, ∀σ ∈ G}.
5. Extensiones algebraicas 69
5.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
5.2. Cuerpos de extensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
5.3. Cuerpos algebraicamente cerrados . . . . . . . . . . . . . . 95
xix
xx ÍNDICE GENERAL
Bibliografı́a 385
xxii ÍNDICE GENERAL
4
Enteros de los cuerpos
cuadráticos
4.1. Introducción
1
2 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
(1822–1902), cumpliéndose una vez más aquella apreciación que hacı́a Ga-
lois alrededor de los años 30 del siglo XIX, cuando afirmaba que: “en todas
las ciencias cada época tiene en cierto modo sus problemas del momento.
Hay problemas vivos que atraen a su vez a los espı́ritus más esclarecidos,
aun a pesar de ellos. Resulta a menudo que las mismas ideas se les ocurren
a varios como una revelación. Si buscamos la causa es fácil encontrarla
en las obras de quienes nos han precedido, en las cuales esas ideas están
presentes en germen, aun cuando sus autores lo ignoren”. Eisenstein fue el
primero en demostrar que la suma y el producto de enteros algebraicos es
un entero algebraico, pero quien logró finalmente sistematizar esta teorı́a
para presentarla en una forma moderna fue el matemático alemán Richard
Dedekind (1831–1916), quien le prestó un especial interés al estudio de los
primos en los cuerpos cuadráticos.
El atribuirle a estos anillos las mismas propiedades de los enteros racionales
puede llevarnos a conclusiones erróneas; un ejemplo de ello lo vemos cuan-
do el matemático francés Augustin-Louis Cauchy (1789–1857) supuso que
para los enteros algebraicos es válida la propiedad de factorización única
(error que reconoce más adelante); dicha premisa le permitió “demostrar”
el último teorema de Fermat de la manera más natural, descomponiendo
xn + y n en factores irreducibles.
√ √
4.1 Definición. Un elemento α ∈ Q[ m] es un entero de Q[ m] si
existen a0 , a1 , . . . , an−1 en Z, tales que α es raı́z del polinomio f (x) =
xn + an−1 xn−1 + . . . + a1 x + a0 .
√ √ √
Notación: Notaremos H[ m] = {α ∈ Q[ m] | α es un entero de Q[ m]}.
√ √ √
= Z[ m]
4.2 Lema. Si m 6≡ 1 mod 4, H[ m] ={a + b m | a, b ∈ Z} ysi
√ √ 1 1 √
m ≡ 1 mod 4, H[ m] = Z[ m] ∪ a+ + b+ m a, b ∈ Z .
2 2
√ √
Demostración. En primer lugar, todo elemento α = a + b m ∈ Z[ m] es
entero de Q[m], ya que satisface la ecuación
(x − a)2 − mb2 = 0.
√
√ p+q m
Sea ahora β ∈ H[ m], entonces β = en donde p, q, r ∈ Z, r 6= 0
r √
y (p, q, r) ∼ 1. Si q = 0, entonces β ∈ Z ⊆ Z[ m], ya que r = ±1. Si q 6= 0,
β es raı́z del polinomio
√ √
p+q m p−q m
f (x) = x − x−
r r
1 2 2
= 2 r x − 2prx + p2 − q 2 m
r
y por lo tanto, el polinomio g (x) = r 2 x2 − 2prx + p2 − q 2 m ∈ Z[x]. Pero
√
por ser β un entero de Q[ m], el conjunto
T = w (x) ∈ Z[x] existen a0 , a1 , . . . , an−1 en Z,
n−1
X
n k
con w (x) = x + ak x y w (β) = 0
k=0
es no vacı́o.
Sea u (x) ∈ T un polinomio de menor grado satisfecho por β.
Es evidente que u (x) es irreducible sobre Z.
Por el algoritmo de la división, tenemos que existen h (x) , v (x) ∈ Q[x],
tales que u (x) = h (x) g (x) + v (x), con v (x) = 0, ó ∂v < ∂g = 2. Si
v (x) 6= 0, entonces ∂v = 1 y como u (β) = g (β) = 0, entonces v (β) = 0.
√
De lo anterior se desprende que β ∈ Q, y por lo tanto m ∈ Q, lo cual es
una contradicción.
4 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
Entonces v (x) = 0, lo cual implica que u (x) = h (x) g (x). Pero como u (x)
es irreducible sobre Z por el lema 3.10, tenemos que u (x) es irreducible
n
sobre Q, de donde existen n, s ∈ Z primos relativos tales que h (x) = .
s
n 1
Luego su (x) = ng (x), entonces s = nr 2 y, por lo tanto = 2 , lo cual
s r
2p p2 − q 2 m
implica que u (x) = f (x), y por consiguiente, y son enteros.
r r2
Si (r, p) ≁ 1, entonces existe c primo tal que c|r y c|p. Pero como r 2 |p2 −
q 2 m, entonces c2 |p2 − q 2 m. De lo anterior se desprende que c2 |mq 2 = p2 −
p2 − q 2 m .
X
que es un polinomio con coeficientes enteros, ya que 4|1 − m.
√ √
4.3 Lema. H[ m] es un subanillo de Q[ m].
√ √ √
1 1
Demostración. Sean x = a + b m, y = c + d m, u = f + + g+ m
2 2
1 √
1
y v = h+ + j+ m, con a, b, c, d, f, g, h, j ∈ Z.
2 2
4.2. PROPIEDADES GENERALES DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS 5
Y
2 √
1 1√
1 m−1 m
+ m = + +
2 2 2 2 2
1 √
1
= 2α + + 0+ m
2 2
√
el cuál también está en H[ m].
√
De donde por 1), 2a) y 2d) tenemos que uv ∈ H[ m].
X
√
4.4 Lema. H[ m] es un dominio entero con unidad.
√ √
Demostración. Si H[ m] tuviera divisores de cero, entonces Q[ m] tendrı́a
divisores de cero, lo cual es absurdo por ser un cuerpo.
√ √
Por otra parte, 1 = 1 + 0 m ∈ H[ m]. X
6 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√
4.3. Unidades de H[ m]
√
Al estudiar las unidades de H[ m], probaremos que si m < 0, existen muy
pocas y salvo m = −1 ó m = −3, ellas se reducen solo a ±1.
Para m > 0 veremos que por el contrario existen infinitos.
4.5 Definición.
√ √
1. Si z = a + b m ∈ Q[ m], se denomina el conjugado de z y se nota
√
z̄ al elemento a − b m.
2. La aplicación
√
N : Q[ m] −→ Q
7−→ N (z) = zz̄
z
√
se denomina la norma asociada a Q[ m].
√
4.6 Observación. Si z = a + b m, entonces N (z) = a2 − mb2 .
X
Demostración. Ejercicio, queda a cargo del lector.
√
4.8 Lema. N (z) ∈ Z, ∀z ∈ H[ m].
Demostración.
√
1. Si z = a + b m, en donde a, b ∈ Z, N (z) = a2 − mb2 ∈ Z.
1 √
1
2. Si z = a + + b+ m, en donde a, b ∈ Z, entonces
2 2
m ≡ 1 mod 4.
1 2 1 2
N (z) = a + −m b+
2 2
1−m
= a2 − mb2 + a − mb + ,
4
1−m
pero ∈ Z ya que 4|1 − m. Luego N (z) ∈ Z.
4
X
√
4.3. UNIDADES DE H[ M ] 7
4.9 Lema. La norma de una unidad es ±1, y cualquier número con norma
±1 es una unidad.
√ √
Demostración. Si z ∈ H[ m] es una unidad, entonces existe u ∈ H[ m]
tal que zu = 1.
Pero 1 = N (1) = N (z) N (u), entonces N (z) = ±1 ya que N (z) y N (u)
son enteros.
√
Por otra parte, si w ∈ H[ m] es tal que N (w) = ±1, entonces ww̄ = ±1.
√
Como w̄ también pertenece a H[ m], entonces w|1, y por lo tanto es una
X
unidad.
√
4.10 Lema. Las unidades de H[ −m] en donde m > 0 son:
1. ±1 si m 6= 1, 3.
2. ±1 y ±i si m = 1.
√ √
1 ± i 3 −1 ± i 3
3. ±1, y si m = 3.
2 2
√
Demostración. Sea z ∈ H[ −m] una unidad. Entonces N (z) = zz̄ = ±1
(por el lema 4.9). Pero por ser −m < 0, zz̄ es no negativo, entonces N (z) 6=
−1, y por lo tanto N (z) = 1.
√
Si z = a + b −m con a, b ∈ Z, entonces N (z) = a2 + mb2 . Aquı́ hay dos
posibilidades:
√
1. Que m = 1; en este caso las únicas soluciones son z = 1 + 0 −m,
√ √ √
z = −1 + 0 −m, z = 0 + 1 −m y z = 0 − 1 −m.
√
2. Que m > 1, y en este caso las únicas soluciones son z = 1 + 0 −m y
√
z = −1 + 0 −m.
1 √
1
Si −m ≡ 1 mod 4 y z = a + + b+ −m, con a, b ∈ Z, entonces
2 2
2 2
1 1
1= a+ +m b + . Aquı́ también se presentan dos posibilidades:
2 2
a b z
√
1 3
0 0 +i
2 √2
1 3
−1 −1 − −i
2 √2
1 3
0 −1 −i
2 √2
1 3
−1 0 − +i
2 2
1 2
7
2. Que m 6= 3, entonces m ≥ 7 y m b + ≥ > 1, lo cual es una
2 4
contradicción.
X
√
4.11 Lema. Existe un número infinito de unidades de H[ m], si m > 0.
√ √
Reemplazando en (4.1) se tiene 1 < 1 + y 2 < 1 + 2, lo cual implica que
0 < y < 1, y esto es una contradicción.
√
Por lo tanto, es falso que exista ξ unidad de H[ 2] tal que 1 < ξ < w.
√
Sea entonces ξ una unidad de H[ 2], ξ 6= wn , ∀n ∈ Z.
Existe m ∈ N tal que wm < ξ < wm+1 ó −wm+1 < ξ < −wm .
√ √
Como w−m es una unidad de H[ 2], ±ξw−m son unidades de H[ 2];
multiplicando wm < ξ < wm+1 por w−m obtenemos 1 < ξw−m < w, y
−wm+1 < ξ < −wm por −w−m , obtenemos 1 < −ξw−m < w, lo cual es
X
una contradicción.
√
4.14 Observación. Para encontrar unidades en Z[ m] distintas de las
triviales se aconseja tomar las ecuaciones en a y b
a2 = b2 m + 1 y a2 = b2 m − 1
√ √
(las cuales se deducen de N (a + b m) = 1 y N (a + b m) = −1) y dar
en ambos casos valores enteros no nulos a la variable b, hasta encontrar
cuadrados perfectos. De esta forma halları́amos los a correspondientes.
4.15 Observación. Hasta ahora solo hemos podido afirmar que para
√
m > 0, H[ m] tiene infinitas unidades, pero en ningún momento se ha
dicho claramente cuáles son. Intentemos, a continuación, avanzar un poco
más en la solución de este interrogante.
Gracias a lo hecho en la demostración del lema 4.11 podemos afirmar que
√
existe β ∈ Z∗ [ m] (m > 0 y exento de factores cuadráticos), β distinto de
uno y menos uno. Además N (β) = 1 o N (β) = −1.
√
Definamos γ ∈ Z[ m] de la siguiente manera:
β si N (β) = 1
γ=
β 2 si N (β) = −1.
= −N (µ)
= −1.
Por lo tanto −1 > µ, lo cual es una contradicción.
12 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
1. x ≤ a, si y sólo si, y ≤ b,
2. x ≤ a, si y sólo si, µ ≤ λ.
si, y ≤ b.
2. Si x ≤ a, entonces y ≤ b. Luego µ ≤ λ.
√ √
Sea µ ≤ λ. Si x > a, entonces y ≥ b. Luego x + y m > a + b m,
lo cual es una contradicción.
X
√
4.20 Lema. Existe α ∈ Z[ m] tal que α = mı́n M .
√
Demostración. Sea T = x ∈ Z+ Existe y ∈ Z+ y x + y m ∈ M .
T 6= ∅ ya que M 6= ∅. De donde existe x ∈ Z+ tal que x = mı́n T .
√
Para este x, existe un y ∈ Z+ tal que x + y m ∈ M .
Veamos que este y es único. En efecto, si existiera u ∈ Z+ tal que
√
x + u m ∈ M , entonces x2 − y 2 m = x2 − u2 m = 1. Luego y 2 = u2 .
Por lo tanto (y − u) (y + u) = 0. De donde y = u.
√
Si α = x + y m, entonces por el lema 4.19, 1 < α ≤ λ, ∀λ ∈ M .
X
De donde α = mı́n M .
4.21 Teorema.
√
1. Si no existe β ∈ Z[ m] tal que β 2 = α, entonces
√
Z∗ [ m] = ±αn n ∈ Z .
√
4.3. UNIDADES DE H[ M ] 13
√
2. Si existe β ∈ Z[ m] tal que β 2 = α, entonces
√ √ n
Z∗ [ m] = ± α n ∈ Z .
(−1) (−1) = 1.
2
nλ ∈
Además
2
/ {±1} y, por lo visto en 1), tenemos que
λ ∈ ±α n ∈ Z .
Como λ2 > 0, entonces existe n ∈ Z tal que λ2 = αn .
√
4.23 Definición. Diremos que β ∈ Z[ m] es el elemento invertible
√
fundamental de Z[ m], si β = α para el primer caso del teorema anterior,
√
ó, β = α para el segundo caso.
Diagrama de flujo
M=?
B=1
L=SQR((B∗∗2)∗ M+1)
B=B+1
SI
SI
[L]6=L S=SQR((B∗∗2)∗ M-1) [S]6=S
NO NO
IMPRIMA IMPRIMA
“ALFA=”, L, “+” “RAÍZ DE ALFA=”, S,
B, “SQ( ”, M, ”)” “+”, B, “SQ( ”, M, ”)”
√
4.3. UNIDADES DE H[ M ] 15
√
Algunos invertibles fundamentales de Z[ m]
√
m α α
√
2 √ 1+ 2
3 2+ 3 √
5 √ 2+ 5
6 5 + 2√6
7 8+3 7 √
10 √ 3+ 10
11 10 + 3 11 √
13 √ 18 + 5 13
14 15 + √
4 14
15 4 + 15 √
17 √ 4+ 17
19 170 + 39√ 19
21 55 + 12 √21
22 197 + 42√ 22
23 24 + 5 23 √
26 5+ √ 26
29 √ 70 + 13 29
30 11 + 2 30
√
31 1520 + 273
√ 31
33 23 + 4√33
34 35 + √
6 34
35 6 + 35 √
37 √ 6+ 37
38 37 + 6√38
39 25 + 4 39 √
41 √ 32 + 5 41
42 13 + 2 42
√
43 3482 + 531 √43
46 24335 + 3588
√ 46
47 48 + 7√47
51 50 + 7 51
16 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√
m α α
√
53 √ 182 + 25 53
55 89 + 12 √55
57 151 + 20 57 √
58 √ 99 + 13 58
59 530 + 69 59 √
61 √ 29718 + 3805 61
62 63 + 8 62 √
65 √ 8+ 65
66 65 + 8 66√
67 48842 + 5967 67 √
69 √ 7775 + 936 69
70 251 + 30 √70
71 3480 + 431 71 √
73 1068 + 125
√ 73
74 √ 43 + 5 74
77 351 + 40
√ 77
78 53 + 6√78
79 80 + 9 79 √
82 √ 9+ 82
83 82 + 9 83 √
85 √ 378 + 41 85
86 10405 + 1122
√ 86
87 28 + 3 87 √
89 √ 500 + 53 89
91 1574 + 165 √91
93 12151 + 1260 93
√
94 2143295 + 221064
√ 94
95 39 + 4 95 √
97 5604 + √
569 97
101 √ 10 + 101
102 101 + 10 102
√
103 227528 + 22419
√ 103
105 41 + 4 105
√
4.3. UNIDADES DE H[ M ] 17
√
m α α
√
106 √ 4005 + 389 106
107 962 + 93 107 √
109 √ 8890182 + 851525 109
110 21 + 2 √110
111 295 + 28 111 √
113 √ 776 + 73 113
114 1025 + 96 √114
115 1126 + 105 115
√
118 306917 + 28254
√ 118
119 120 + 11 119 √
122 √ 11 + 122
123 122 + 11 123√
127 4730624 + 419775
√ 127
129 16855 + 1484 129 √
130 √ 57 + 5 130
131 10610 + 927 131
√
133 2588599 + 224460
√ 133
134 145925 + 12606 134 √
137 √ 1744 + 149 137
138 47 + 4 138 √
139 77563250 + 6578829
√ 139
141 95 + 8 √141
142 143 + 12
√ 142
143 12 + 1 143 √
145 √ 12 + 1 145
146 145 + 2 146 √
149 √ 113582 + 9305 149
151 1728148040 + 140634693 151 √
154 √ 21295 + 1716 154
155 249 + 20 155 √
157 √ 4832118 + 385645 157
158 7743 + 616√158
159 1324 + 105 159
18 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√
m α α
√
161 11775 + 928 161√
163 64080026 + 5019135
√ 163
165 1079 + 84 165 √
166 1700902565 + 132015692
√ 166
167 168 + 13 167 √
170 13 + 170
√
173 √ 1118 + 85 173
174 1451 + 110 √174
177 62423 + 4692
√ 177
178 1601+120 178 √
179 4190210 + 313191 179 √
181 √ 1111225770 + 82596761 181
182 27 + 2 √182
183 487 + 36 183 √
185 √ 68 + 5 185
186 7501 + 550 186 √
187 √ 1682 + 123 187
190 52021 + 3774 190
√
191 8994000 + 650783 191 √
193 √ 1764132 + 126985 193
194 195 + 14
√ 194
195 14 + 195 √
197 √ 14 + 197
199 16266196520 + 1153080099 199
n √ x y√
4.24 Lema. Sea m ≡ 1 mod 4. Si S = µ ∈ H[ m] µ = + m, con
o 2 2
x, y pares positivos, ó x, y impares positivos y N (µ) = 1 .
√
Entonces S = µ ∈ H[ m] µ > 1 y N (µ) = 1
X
Demostración. Análoga a la demostración del lema 4.18.
x y√ a b√
4.25 Lema. Sean µ = + myλ= + m elementos de S. Entonces:
2 2 2 2
1. x ≤ a, si y sólo si, y ≤ b,
2. x ≤ a, si y sólo si, µ ≤ λ.
√
4.3. UNIDADES DE H[ M ] 19
X
Demostración. Análoga a la demostración del lema 4.19.
√
4.26 Lema. Sea m ≡ 1 mod 4. Existe α ∈ H[ m] tal que α = mı́n S.
X
Demostración. Análoga a la demostración del lema 4.20.
√
2. Si existe β ∈ H[ m] tal que β 2 = α, entonces
√ √
H ∗ [ m] = ±( α)n n ∈ Z .
Demostración.
√ √
1. Si m 6≡ 1 mod 4, H[ m] = Z[ m], y por lo tanto este teorema se
reduce al teorema 4.21, el cual ya fue demostrado.
X
SI SI
A = [A]? H = B2 M + 4 H 6= [H]
NO NO
Diagrama de flujo
L= B2 M + 1 A1 = (H − B)/2 B =B+1
SI
IMPRIMA NO NO
ALFA = L 6= [L] A1 = [A1] R= B2 M − 4 R 6= [R]
√
L+B M
SI SI NO
A2 = (R − B)/2
IMPRIMA
L= B2 M − 1 INVER FUNDAL =
√
✁
✂
✁
✂
H
2
+ B2
M NO
A2 = [A2]
SI SI
S 6= [S] B =B+1
NO
IMPRIMA
RAÍZ INVER FUNDAL =
√
✁
✂
✁
✂
R
+ B
√
2 2
M
IMPRIMA
RAÍZ DE ALFA
√ =
S+B M
√
4.3. UNIDADES DE H[ M ] 21
√
Algunos invertibles fundamentales de H[ m]
m Invertible fundamental
√
2 1 + √2
3 2+ 3
3 1√
5 + 5
2 2√
6 5 + 2√6
7 8+√ 3 7
10 3 + 10
3 1√
13 + 13
2 2√
17 4 + 17
5 1√
21 + 21
2 2√
5 1
29 + 29
2 2√
33 23 + √4 33
37 6 + √37
41 32 + 5 41
7 1√
53 + 53
2 2 √
57 151 + 20 57
39 5 √
61 + 61
2 2
√
65 8 + 65
25 3 √
69 + 69
2 2 √
73 1068 + 125 73
9 1√
77 + 77
2 2√
9 1
85 + 85
2 2 √
89 500 + 53 89
29 3 √
93 + 93
2 2
4757 483 √
97 + 97
2 √2
101 10 + √101
105 41 + 4 105
261 25 √
109 + 109
2 2√
113 776 + 73 113
6031 531 √
129 + 129
2 2√
173 15
133 + 133
2 2
22 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
m Invertible fundamental
√
137 1744 + 149 √ 137
141 95 + 8√ 141
145 12 + 145
61 5 √
149 + 149
2 2 √
213 17
157 + 157
2 2
19883 1567 √
161 + 161
2 2
√
13 1
165 + 165
2 2
13 1 √
173 + 173
2 2 √
1305 97
181 + 181
2 2
√
185 68 + 5 185 √
193 1764132 + 126985
√ 193
197 14 + 197
√
4.4. Irreducibles de H[ m]
√ √
Demostración. Sea γ ∈ H[ m] − (H ∗ [ m] ∪ {0}). Si γ no es irreducible,
√
existen α1 , β1 ∈ H[ m], α1 | γ y β1 | γ tales que γ = α1 β1 .
√
4.4. IRREDUCIBLES DE H[ M ] 23
2n ≤ |N (γ)|, ∀n ∈ N,
√
Demostración. Supongamos α = βγ, con β, γ ∈ H[ m]. Entonces, N (α) =
N (β)N (γ). Pero como N (α) = ±p, entonces N (β) = ±p, ó N (γ) = ±p.
√
Si N (β) = ±p, entonces N (γ) = ±1, y por lo tanto γ ∈ H ∗ [ m].
√
Si N (γ) = ±p, entonces N (β) = ±1, y por lo tanto β ∈ H ∗ [ m].
X
De lo anterior se deduce que α es irreducible.
√
4.5. Irreducibles en el caso H[ m] gaussiano
Hemos visto que en los dominios gaussianos todo irreducible es primo. Apro-
vechando este hecho, vamos a tratar de encontrar los irreducibles de algunos
enteros cuadráticos gaussianos.
√
4.33 Lema. Si H[ m] es gaussiano, entonces para todo irreducible
√
α ∈ H[ m] existe un único p ∈ N primo tal que α|p.
Demostración. α| ± N (α). Luego el conjunto M = a ∈ Z a > 0 y α|a
es no vacı́o. Por lo tanto, existe p ∈ M tal que p = mı́n M . Supongamos
p = mn con m > 1 y n > 1. Como α es primo y α|mn, entonces α|m o α|n,
lo cual es absurdo, ya que 1 < m < p y 1 < n < p. De donde p es primo.
Veamos que p es único. En efecto, supongamos que existe q > 0, q 6= p
primo entero, tal que, α|q. (p, q) ∼ 1; entonces existen a, b ∈ Z tales que
ap + bq = 1.
Como α|p y α|q, entonces α|ap+bq. Luego α|1, lo cual es una contradicción.
X
√
4.34 Lema. Si H[ m] es gaussiano, cualquier primo p entero, o es un
√ √
irreducible de H[ m], o es el producto de dos irreducibles de H[ m].
√
Demostración. Sea p ∈ Z primo. Si p no es un irreducible de H[ m],
√
entonces existen α, β ∈ H[ m] α y β factores propios de p tales que αβ = p.
√
4.5. IRREDUCIBLES EN EL CASO H[ M ] GAUSSIANO 25
Demostración. Por el lema 4.33 tenemos que existe un único entero primo
p > 0 tal que α|p.
√
Luego, existe β ∈ H[ m] tal que αβ = p.
√
Si β ∈ H ∗ [ m], entonces α ∼ p.
√
/ H ∗ [ m], entonces N (β) 6= −1.
Si β ∈
Como N (α)N (β) = p2 , entonces N (α) = N (β) = ±p, de donde, por el
√
X
lema 4.29, tenemos que en particular β es un irreducible de H[ m].
√
4.36 Corolario. Si H[ m] es gaussiano, la totalidad de los irreducibles
√
de H[ m] está formada por:
√
1. Aquellos elementos de H[ m] que son asociados a los primos de Z,
√
que también son primos de H[ m].
√ √
2. Los elementos α, β ∈ H[ m] − H ∗ [ m], cuyo producto es un primo
de Z.
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas 4.34 y 4.35.
√
4.37 Lema. Si α ∈ H[ m] es irreducible, entonces ᾱ también lo es.
√ √
/ H ∗ [ m]
Demostración. Si ᾱ fuese reducible, existirı́an β, γ ∈ H[ m], β, γ ∈
tales que ᾱ = βγ.
Luego α = β̄γ̄. Como N (β̄) = N (β) 6= ±1 y N (γ̄) = N (γ) 6= ±1, entonces
√
/ H ∗ [ m], y por lo tanto α es reducible, lo cual es una contradicción.
β̄, γ̄ ∈
X
√
4.39 Lema. Sean p > 0 entero primo impar y H[ m] gaussiano. Si
√
(p, m) ∼ 1, entonces p es un producto de dos irreducibles de H[ m], si
y sólo si, m es un resto cuadrático módulo p.
Demostración.
√
⇒ Sean α y β irreducibles de H[ m] tales que αβ = p. Entonces
N (α) = N (β) = ±p.
√
α = a + b m, con 2a, 2b ∈ Z (Puede suceder que m ≡ 1 mod 4, en
este caso a y b no necesariamente son enteros, pero sı́ lo son 2a y 2b).
4N (α) = ±4p, luego (2a)2 − (2b)2 m = ±4p.
Si p|2a, entonces p|(2b)2 m pero como (p, m) ∼ 1, entonces p|(2b)2 , y
por lo tanto p|2b.
De lo anterior se desprende que p2 |(2a)2 − (2b)2 m = ±4p. Luego p|4,
lo cual es imposible, ya que p es impar.
Este hecho nos lleva a concluir que p ∤ 2a, y por lo tanto (2a, p) ∼ 1.
Luego existen λ, µ ∈ Z tales que 2aλ + µp = 1 entonces (2aλ) ≡ 1
mod p, y por lo tanto (2aλ)2 ≡ 1 mod p.
Pero (2aλ)2 ≡ (2bλ)2 m mod p, lo cual implica que (2aλ)2 m ≡ (2bλm)2
mod p, pero (2aλ)2 m ≡ m mod p, de donde (2bλm)2 ≡ m mod p, y
por lo tanto existe x ∈ Z tal que x2 ≡ m mod p; es decir, m es un
resto cuadrático módulo p.
X
4.6. IRREDUCIBLES EN EL ANILLO DE LOS ENTEROS GAUSSIANOS 27
(1881-1966)
Andrew John Wiles
(1953–)
√
Los enteros de Q[ −1] son denominados los enteros gaussianos porque
fue precisamente Gauss quien por primera vez los utilizó. Esto sucedió en
1825, cuando se vio en la necesidad de crear una nueva clase de números
enteros, debido a que los enteros racionales no se adaptaban a la ley de
reciprocidad bicuadrática. Este descubrimiento, considerado como uno de
los puntos de partida de la teorı́a de números algebraicos, fue publicado en
la memoria titulada “Theoria residuorum bicuadraticorum”.
Vamos entonces a encontrar los irreducibles del anillo de los enteros gaus-
√
sianos Z[ −1]
Demostración. Supongamos que no. Esto es, solo existe un número finito de
primos de la forma 4n+3. Sean estos p1 , p2 , . . . , pm . Sea b = 4p1 p2 · · · pm −1.
Es claro que ninguno de los pi divide a b, ya que en caso contrario 1 tendrı́a
divisores primos, lo cual es absurdo; de donde los factores primos de b son
2 ó los primos de la forma 4n + 1.
Es evidente que 2 ∤ b, ya que en caso contrario 2|4p1 · · · pm − b = 1, lo cual
es absurdo.
Por lo tanto, todos los factores primos de b son de la forma 4n + 1. Como
(4k + 1)(4n + 1) = 4s + 1, entonces b es de la forma 4h + 1 para algún h ∈ Z,
luego b ≡ 1 mod 4; pero como b = 4p1 · · · pm − 1, entonces b ≡ −1 mod 4,
lo cual nos conduce a una contradicción. X
el año 1770. Este teorema tiene ese nombre porque fue John Wilson, amigo
de Waring, quien lo descubrió, pero su demostración se debe a Joseph Louis
de Lagrange (1736–1813) en el mismo año en que fue propuesto, época en
la que ocupaba el cargo dejado por el gran Euler en la Academia de Berlı́n.
4.45 Teorema (de Wilson). Sea p > 0 primo. Entonces
(p − 1)! ≡ −1 mod p.
p−1 p−1
Demostración. = 2n. Sea x = 1 · 2 · · · .
2 2
Como p − k ≡ −k mod p, ∀k ∈ Z, entonces
p−1 p−1
(p − 1)(p − 2) · · · p − ≡ (−1)(−2) · · · − mod p
2 2
≡x mod p;
√
4.48 Lema. Si p > 0 es un primo de la forma 4n+1 y π = x+iy ∈ Z[ −1]
√
es tal que x2 + y 2 = p, entonces π es irreducible en Z[ −1].
√
4.49 Teorema. Los irreducibles de Z[ −1] son:
2. 1 − i y 1 + i.
√
3. Todos los elementos π = x + iy ∈ Z[ −1] tales que x2 + y 2 = p en donde
p > 0 es un entero primo de la forma 4n + 1.
X
Demostración. Se desprende de los lemas 4.42, 4.43, 4.47 4.48 y 4.37.
4.7. CUERPOS CUADRÁTICOS EUCLIDIANOS 31
Waclaw Sierpinski
(1882–1969)
4.50 Definición. Sea m un entero distinto de 1 y exento de factores cua-
√
dráticos no triviales. Diremos que el cuerpo cuadrático Q[ m] es euclidiano,
√ √
si el anillo H[ m] de los enteros de Q[ m] es un anillo euclidiano.
√
El problema de determinar para qué valores de m es Q[ m] euclidiano no
ha sido resuelto aún en su totalidad, aunque sı́ se ha podido determinar
en forma precisa cuáles son los enteros m tales, que el valor absoluto de la
√
norma es un algoritmo euclidiano asociado a H[ m].
Esta prueba no es elemental, y por el contrario, en ella participaron hacien-
do importantes aportes durante más de medio siglo muchos matemáticos,
cuya lista parcial, ası́ como también los trabajos por ellos desarrollados se
mencionan al finalizar el parágrafo 4.8.
√
En el presente parágrafo se demostrará que para m < 0, H[ m] es un
dominio euclidiano, si y sólo si, m = −11, −7, −3, −2 y −1, siendo esta una
solución general del problema para valores negativos de m.
√
4.51 Lema. Si m = −3, −7 ó −11; H[ m] es un dominio euclidiano.
√
En efecto, αβ −1 = u + v m, en donde u, v ∈ Q.
1
Tomemos R ∈ Z tal que |2v + R| ≤ .
2
Como [2u] ≤ 2u < [2u] + 1, tomamos S ∈ {[2u], [2u] + 1} tal que tenga la
misma paridad que R. Luego
α − qβ = αβ −1 − q β
√
√
S+R m
= u+v m− β
2
β √
= (2u − S) + (2v − R) m .
2
Luego
|N (β)| 2
2
|N (α − qβ)| = (2u − S) − m (2v − R)
4
|N (β)| m
≤ 1−
4 4
|N (β)| 11
≤ 1+
4 4
15 |N (β)|
≤
16
< |N (β)| .
X
que es lo que querı́amos demostrar.
√
4.52 Lema. Si m = −1 ó −2, entonces H[ m] es un dominio euclidiano.
En efecto
√
αβ −1 = u + v m, en donde u, v ∈ Q.
Tomemos x, y ∈ Z tales que
1 1
|u − x| ≤ y |v − y| ≤ .
2 2
Si R = u − x y S = v − y, entonces
√
αβ −1 = (R + x) + (S + y) m.
Luego
√ √ √
β R + S m = α − β x + y m ∈ H[ m].
√
Si r = β (R + S m), entonces |N (r)| = |N (β)| R2 − mS 2 .
1 2 3
Pero R2 − mS 2 ≤ + ≤ .
4 4 4
3
De donde |N (r)| ≤ |N (β)| < |N (β)|, lo cual completa la demostración.
4
X
Vamos a apoyarnos en este hecho para poder cumplir con el objetivo que
nos hemos propuesto.
Veamos el siguiente lema, en donde se da una definición alternativa de
conjunto derivado.
4.54 Lema.
S ′ = b ∈ S ∃a ∈ D,
∀c ∈ D − S, a+c∈
/ hbi .
34 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
Demostración. Sea T = b ∈ S ∃a ∈ D, ∀c ∈ D − S, a+c∈
/ hbi .
X
(γ − τ ) b = e e′ .
X
Pero e e′ ∈ D ∗ , entonces b ∈ D ∗ , lo cual es una contradicción.
4.60 Lema. Si b ∈
/ D2 , entonces hbi es un ideal maximal.
Demostración.
√
⇒ Si ±2 y ±3 son irreducibles en H[ −m], entonces:
36 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
⇐
√
I) Supongamos que 2 es reducible en H[ −m] para algún
m 6= 1, 2, 3, 7 y 11 entonces −2 también lo es.
√
Luego existen z, w ∈ H[ −m], ninguno de los dos unidades,
tales que 2 = zw. Entonces N (2) = N (z)N (w). De donde 4 =
N (z)N (w).
Como N (z) 6= 1 y N (w) 6= 1 por no ser unidades, entonces
N (z) = 2.
Se presentan las siguientes posibilidades:
√
1. Que z = a + bi m con a, b ∈ Z.
En este caso la ecuación N (z) = 2 se transforma en
a2 + b2 m = 2.
a. Si b = 0, entonces a2 = 2, lo cual implica que x2 − 2 es
reducible sobre Q, pero este hecho contradice el criterio
de Eisenstein para p = 2.
b. Si b 6= 0, entonces b2 m ≥ 5, y por lo tanto a2 + b2 m > 2,
lo cual también
es una contradicción.
1 √
1
2. Que z = a + + b+ mi, con a, b ∈ Z.
2 2
En este caso la ecuación N (z) = 2 se transforma en
1 2 1 2
a+ + b+ m = 2 y además −m ≡ 1 mod 4.
2 2
Como en particular m 6= 3, 7 y 11, entonces m > 11.
4.7. CUERPOS CUADRÁTICOS EUCLIDIANOS 37
1 2 1 2
11
Luego b + m ≥ b+ 11 ≥ > 2. Lo cual nos
2 2 4
conduce a una contradicción.
√
II) Supongamos que 3 es reducible en H[ −m] para algún
m 6= 1, 2, 3, 7 y 11, entonces −3 también lo es.
√
Luego existen z, w ∈ H[ −m], ninguna de los dos unidades,
tales que 3 = zw.
Entonces N (3) = N (z)N (w). De donde 9 = N (z)N (w).
Como N (z) 6= 1 y N (w) 6= 1, entonces N (z) = 3.
Se presentan las siguientes posibilidades:
√
1. Que z = a + bi m, con a, b ∈ Z.
En este caso la ecuación N (z) = 3 se transforma en
a2 + b2 m = 3.
a.) Si b = 0, entonces a2 = 3, lo cual implica que x2 − 3 es
reducible sobre Q, pero este hecho contradice el criterio
de Eisenstein para p = 3.
b.) Si b 6= 0, entonces b2 m ≥ 5, y por lo tanto a2 + b2 m > 3,
lo cual también
es
una contradicción.
1 √
1
2. Que z = a + + b+ i m, con a, b ∈ Z.
2 2
En este caso, la ecuación N (z) = 3 se transforma en
1 2 1 2
a+ + b+ m=3
2 2
y además −m ≡ 1 mod 4. Como m 6= 3, 7 y 11, entonces
1 2 1 2
15
m ≥ 15. Luego b + m ≥ b+ 15 ≥ > 3, lo
2 2 14
cual nos conduce a una contradicción.
X
√
4.63 Lema. Los únicos divisores de lado de 2 en H[ −m] (m > 0),
m 6= 1, 2, 3, 7 y 11 son ±2 y ±3
√
Demostración. ±2|2 + 0 y ±3|2 + 1. Además si b ∈ H[ −m] − {0, ±1} es
tal que b|2 + e para algún e ∈ {0, 1, −1} y b 6= ±2, ±3, entonces existe
√
α ∈ H[ −m] tal que αb = 2 + e. Se presentan las siguientes posibilidades:
√
1. Que e = 0. Entonces αb = 2, y por lo tanto 2 es reducible en H[ −m],
lo cual contradice el Lema 4.62.
38 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√
2. Si e = 1. Entonces αb = 3, y por lo tanto 3 es reducible en H[ −m],
lo cual también contradice el lema 4.62.
√
3. Si e = −1. Entonces αb = 1, luego b es una unidad de H[ −m], pero
√
para m > 0, m 6= 1, 3 las unidades de H[ −m] son 1 y −1 (ver lema
4.10), lo cual también es contradictorio.
X
√ √
Demostración. Si 3|i m + e para algún e ∈ {0, 1, −1}, existe α ∈ H[ −m]
√ √
tal que 3α = i m + e. α = a + bi m, con a, b ∈ Z, entonces 3a = e y
X
3b = 1, lo cual es absurdo.
1 i √
Demostración. Supongamos que 3 + m + e para algún e ∈ {0, 1, −1},
2 2
√ 1 i√
existe α ∈ H[ −m] tal que 3α = + e + m.
2 2
1 √
1
α debe ser de la forma a + + b+ i m para algunos a, b ∈ Z.
2 2
3 1 3 1 X
Luego 3a + = + e y 3b + = , lo cual es absurdo.
2 2 2 2
√
4.68 Lema. Si m ∈ {1, 2, 3, 7, 11}, H[ −m] no tiene divisores universales
de lado.
√
Demostración. Si α fuese un divisor universal de lado de H[ −m], entonces
α serı́a en particular divisor de lado de 2.
√
Pero los únicos divisores de lado de 2 en H[ −m] son ±2 y ±3 (lema 4.63).
De los lemas 4.64, 4.65, 4.66 y 4.67 se desprende que ±2 y ±3 no son
√
divisores universales de lado de H[ −m], para m 6= 1, 2, 3, 7, y 11. Luego
√
H[ −m] no tiene divisores universales de lado para estos valores de m. X
√
4.69 Lema. Si m > 0, m 6= 1, 2, 3, 7 y 11, H[ −m] no es un dominio
euclidiano.
√
Demostración. H[ −m] no es un cuerpo y tampoco tiene divisores univer-
sales de lado (lema 4.68), por lo tanto no es un dominio euclidiano (lema
X
4.61).
√
4.70 Teorema. H[ m] para m < 0 es un dominio euclidiano, si y sólo si,
m = −1, −2, −3, −7 y −11.
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas 4.51, 4.52, y 4.69.
40 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
Demostración.
√
√ a+b m
⇒ Sea ξ ∈ Q[ m], existe a, b, c ∈ Z con c 6= 0 tales que ξ = .
c
Como el valor absoluto de la norma es un algoritmo euclidiano, enton-
√ √
ces para los elementos de H[ m], a + b m y c tenemos que existen
√
h, r ∈ H[ m] tales que
√
a + b m = hc + r, con |N (r)| < |N (c)|.
√
Como r = a + b m − hc, entonces
√
|N (a + b m − hc)| < |N (c)|.
Luego |N (cξ − hc)| < |N (c)|.
Por lo tanto
|N (c)| |N (ξ − h)| < |N (c)|.
De donde
|N (ξ − h)| < 1,
ya que |N (c)| > 0.
4.8. MÁS SOBRE CUERPOS CUADRÁTICOS EUCLIDIANOS 41
√ α √
⇐ Sean α, β ∈ H[ m] con β 6= 0. Entonces ∈ Q[ m], luego existe
β
√
α
n ∈ H[ m] tal que N − n < 1.
β
α
Como |N (β)| > 0, entonces |N (β)| N
− n < |N (β)|.
β
α
Luego N β − n < |N (β)|. De donde |N (α − βn)| < |N (β)|.
β
Por lo tanto si r = α − βn, entonces
X
√ √
4.72 Observación. Si ξ ∈ Q[ m] y k ∈ H[ m], entonces
|N (ξ − k)| < 1, si y sólo si, (ξ − k) ξ − k < 1
√
ξ = r + s m; r, s ∈ Q.
1. Que m 6≡ 1 mod 4.
√
En este caso k = a + b m con a, b ∈ Z.
Luego, el teorema anterior quedarı́a de la siguiente manera: “El valor
√
absoluto de la norma es un algoritmo euclidiano asociado a H[ m],
si y sólo si, dados r, s ∈ Q, existen a, b ∈ Z tales que
2 2
(r − a) − m (s − b) < 1”.
2. Que m ≡ 1 mod 4.
√ 1 √
1
En este caso k = a + b m, ó k = a+ + b+ m, con
2 2
a, b ∈ Z.
El teorema anterior quedarı́a de la siguiente forma: “El valor absoluto
√
de la norma es un algoritmo euclidiano asociado a H[ m], si y sólo
si, dados r, s ∈ Q, existen a, b ∈ Z tales que
1 2 1 2
2 2
(r − a) − m (s − b) < 1, ó r − a − −m s−b− < 1”.
2 2
42 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
Demostración.
(α − x)2 = (r − a)2 ;
en donde a = x − [α]. Si r = r2
en donde a = [α] + 1 − x.
Por los motivos anteriormente expuestos, podemos afirmar también
1
que existe s ∈ Q, 0 ≤ s ≤ , tal que (β − y)2 = (s − b)2 ; en donde
2
b = k ± y, con k ∈ Z.
Por lo tanto, la inecuación
2 2
(α − x) − m (β − y) ≥ 1, ∀x, y ∈ Z,
es equivalente a
2 2
(r − a) − m (s − b) ≥ 1, ∀a, b ∈ Z.
4.8. MÁS SOBRE CUERPOS CUADRÁTICOS EUCLIDIANOS 43
⇐ Evidente.
X
√
4.74 Lema. H[ m] es un dominio euclidiano para m ∈ {2, 3, 6, 7}.
1
1. Que r 6= 0, entonces 0 < r 2 ≤ pero como 1 + ms2 ≥ 1 en este caso
4
P (0, 0) serı́a falso, y por lo tanto M (0, 0) es verdadero.
P (1, 0) es falso ya que 0 < (r − 1)2 < 1 y 1 + ms2 ≥ 1. Luego M (1, 0)
es verdadero.
Si P(-1,0) fuese verdadero, entonces se cumplirán las siguientes dos
inecuaciones: P (−1, 0) y M (1, 0).
(r + 1)2 ≥ 1 + ms2
ms2 ≥ 1 + (r − 1)2 .
1 1
Pero como 0 < r ≤ , entonces r = .
2 2
9
Reemplazando en P (−1, 0), obtenemos: ≥ 1 + ms2 .
4
5
De donde ms2 ≤ .
4
1 5
Pero ms2 ≥ 1 + (r − 1)2 , entonces ms2 ≥ 1 + , luego ms2 ≥ .
4 4
5
De las observaciones anteriores se desprende que ms2 = y, por lo
r 4
5
tanto, ∈ Q, lo cual es una contradicción.
m
De lo anterior deducimos que P (−1, 0) es falso, y por lo tanto M (−1, 0)
es verdadero.
Luego ms2 ≥ 1 + (r + 1)2 ≥ 2.
1 1 m
Pero 0 ≤ s ≤ , entonces 0 ≤ s2 ≤ , y por lo tanto, ≥ ms2 ≥ 2;
2 4 4
entonces m ≥ 8, lo cual es una contradicción.
2. Que r = 0.
X
y
2u + 1 2 2u + 1 2
r−x− −m s− ≥ 1; ∀u, x ∈ Z
2 2
la cual a su vez es equivalente a
2 2
(r − a) − m (s − u) ≥ 1, ∀a, u ∈ Z
y
1 2 1 2
r−a− −m s−u− ≥ 1; ∀a, u ∈ Z.
2 2
X
Demostración.
1
Por otra parte, también tenemos que existen λ ∈ Q ∩ 0, yv∈Z
2
tales que β = ξ2 λ + v para algún ξ2 ∈ {1, −1}.
Si sustituimos z por z −v, w por w+2v y 2β por 2ξ2 λ+2v, la ecuación
(4.10) se transforma en
2
w + 2v m
2
r1 − (z − v) − − (ξ2 2λ + 2v − (w + 2v)) ≥ 1, ∀z, w ∈ Z,
2 4
la cual es equivalente a
w 2 m
2
r1 − z − − (µ − w) ≥ 1, ∀z, w ∈ Z. (4.11)
2 4
la cual es equivalente a
r − x − y − m (s − y)2 ≥ 1,
2
∀x, y ∈ Z,
2 4
1
con 0 ≤ r, s≤ y r, s ∈ Q.
2
⇐ Es consecuencia inmediata del lema 4.75.
X
√
4.77 Lema. H[ m] es un dominio euclidiano para m = 5, 13, 17, 21, 29.
√
Demostración. Supongamos que exista m ∈ {5, 13, 17, 21, 29} tal que H[ m]
no sea un dominio euclidiano.
Como m ≡ 1 mod 4, entonces,
gracias al lema 4.76, podemos afirmar que
1
existen r, s ∈ Q ∩ 0, tales que ∀x, y ∈ Z,
2
r − x − y − m (s − y)2 ≥ 1.
2
2 4
lo cual es equivalente a
m m 2
r 2 ≥ s2 + 1, ó, r 2 ≤ s −1
4 4
m m
(r − 1)2 ≥ s2 + 1, ó, (r − 1)2 ≤ s2 − 1
4 4
m m 2
(r + 1)2 ≥ s2 + 1, ó, 2
(r + 1) ≤ s − 1
4 4
48 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
1. Que r = 0
m 2
Si s 6= 0 en P (−1, 0), tenemos 1 ≥ s + 1, lo cual es una contradic-
4
m 1
ción, de donde Q(−1, 0) es verdadera, esto es 2 ≤ s2 ; pero s2 ≤ ,
4 4
m
entonces 2 ≤ , de donde m ≥ 32; lo cual también es una contradic-
16
ción. Luego, se debe tener que s = 0, pero esto no es posible, ya que
tanto P (0, 0) (0 ≥ 1) como Q(0, 0) (0 ≤ −1) son falsas.
2. Que r 6= 0
La demostración de la imposibilidad de este suceso es idéntica a la
m
dada en el primer caso del lema 4.74, pero sustituyendo m por .
4
Comentarios finales
Para m = 11, 19, 33, 37, 41, 57 y 73 las demostraciones requieren de desarro-
llos extensos en donde se utilizan recursos de otras ramas de la matemáti-
ca. Ellas fueron obtenidas por los matemáticos O. Perrom [“Quadratische
Zahlkörper mit Euklidischen Algorithmus”, Math. Ann. Vol. 107 (1932)
pp. 489–495], R. Remark [“Über den Euklidischen Algorithmus in
4.8. MÁS SOBRE CUERPOS CUADRÁTICOS EUCLIDIANOS 49
p ≡ q ≡ 3 mod 8, ó p ≡ q ≡ 7 mod 8.
primos √
congruentes√ con 1 módulo 8. Similarmente, podemos suponer
que H[ 33] y H[ 57] son dominios euclidianos, porque 33 = 3(11),
57 = 3(19), 3 ≡ 11 mod 8 y 3 ≡ 19 mod 8.
7. De e) y f) podemos concluir que solo queda el caso b), pero Rédei de-
mostró que el valor absoluto de la norma no es un algoritmo euclidiano
√
asociado a H[ m] para m primo de la forma 24n + 17 y m ≥ 41.
Para terminar, vale la pena recordar que la prueba de este resultado para
valores negativos también puede hacerse utilizando el criterio presentado
en el teorema 4.71 [Ver: Hardy and Wright, “An Introduction to the theory
of numbers”, Fifth edition. Oxford Science Publications. pp. 212–213].
dominio euclidiano, si y solo si, m = 2, 3, 5, 6, 7, 11, 13, 17, 19, 21, 29, 33, 37,
41, 57 y 73; pero como todo dominio euclidiano es un dominio gaussiano,
√
entonces H[ m] es un dominio gaussiano para los valores de m antes men-
cionados.
Se ha logrado demostrar que para m < 0, además de −1, −2, −3, −7 y −11,
√
H[ m] es un dominio gaussiano si m es igual a −19, −43, −67 y −163 [Ver:
H. Pollard. “The Theory of algebraic number”, The Carus Mathematical
Monographs. Number 9. Capı́tulo IX]. Esta prueba no la presentamos, ya
que requiere de la introducción y desarrollo de una serie de conceptos que
nos desviarı́an del propósito de este parágrafo. Aunque se han obtenido
√
algunos avances en la determinación de los valores de m tales que H[ m]
es no gaussiano, el problema no ha podido resolverse en su totalidad.
El propósito de este parágrafo es presentar algunos anillos de enteros de
cuerpos cuadráticos que no son dominios gaussianos, ası́ como también
mostrar los resultados más conocidos sobre el tema.
√
4.78 Lema. H[ −5] no es gaussiano.
Demostración. En efecto,
√ √ √ √
9 = (3 + 0i 5)(3 − 0i 5) y 9 = (2 + i 5)(2 − i 5).
√
Veamos que si a ∈ 3, 2 ± i 5 , entonces a es irreducible.
√
Supongamos que a es reducible. Entonces existen β y γ en H[ −5], ninguno
de los dos unidades, tales que a = βγ.
Como 9 = N (a) = N (β)N (γ), entonces N (β) = N (γ) = 3.
√
Sea β = a + b −5 con a, b ∈ Z, entonces a2 + 5b2 = 3.
Si b 6= 0, entonces 5b2 ≥ 5, y por lo tanto a2 + 5b2 ≥ 5, lo cual es una
contradicción.
Si b = 0, entonces a2 = 3, lo cual contradice el criterio de Eisenstein para
p = 3.
De lo anterior se desprende que a es irreducible.
√ √
Por otra parte, 3 no es asociado de 2 + i 5 y tampoco de 2 − i 5 ya que
√
las unidades de H[ −5] son 1 y −1.
De donde podemos afirmar que 9 tiene dos factorizaciones no asociadas
√
como producto de irreducibles en H[ −5] y, por lo tanto, este anillo no es
X
gaussiano.
52 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√
4.79 Lema. H[ 10] no es gaussiano.
Demostración. En efecto,
√ √ √ √
6 = (2 + 0 10)(3 + 0 10) y 6 = (4 − 10)(4 + 10).
√ √
Demostración. (m − m)(m + m) = m(m − 1).
√ √
Como m(m − 1) es un número par, 2|(m − m)(m + m).
√
Si Z[ m] fuera gaussiano, entonces todo irreducible en él es primo. En
√ √
particular, 2 serı́a primo, y por lo tanto 2|m − m ó 2|m + m.
√ √ √ √ √
Si 2|m − m, existe a + b m ∈ Z[ m] tal que 2(a + b m) = m − m.
Luego 2a = m y 2b = −1, lo cual es absurdo.
√
X
De la misma forma se verifica que 2 ∤ m + m.
√
4.81 Lema. Z[ −m] no es gaussiano para m ≥ 3.
4 = N (α)N (β).
1 2 1 2
a+ + b+ 3 = 2.
2 2
2
1
Si b 6= 0 y b 6= −1, entonces b+ 3 > 2, lo cual es una contradicción.
2
Si b = 0 ó b = −1, entonces (2a + 1)2 = 5, pero esto contradice el criterio
de Eisenstein para p = 5.
En forma similar se demuestra que 2 es irreducible en los dominios gaus-
√ √
sianos H[ −11] y H[ −7]. De lo anterior se desprende que el resultado
54 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√
obtenido en el lema 4.81 no puede ser extendido al dominio H[ −m] para
−m ≡ 1 mod 4 y m ≥ 3.
4.83 Corolario. Si m es un entero distinto de 1 y exento de factores
cuadrados no triviales y m ≡
6 1 mod 4, entonces:
√
1. H[ m] no es gaussiano para m ≤ −3.
√ √
2. Si 2 es irreducible en H[ m], entonces H[ m] no es gaussiano.
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas 4.81 y 4.80.
√
4.84 Lema (Dedekind). Si m ≡ 1 mod 4, entonces Z[ m]
no es gaussiano.
√
Demostración. Veamos que 2 es irreducible en Z[ m].
√ √
En efecto, si 2 fuera reducible en Z[ m], existirı́an α y β en Z[ m], ninguno
de los dos unidades, tales que 2 = αβ, entonces N (α) = N (β) = 2 ó
N (α) = N (β) = −2.
√
Si α = x + y m, entonces x2 − y 2 m = 2 ó x2 − y 2 m = −2.
Como m ≡ 1 mod 4, existe n ∈ Z tal que m = 4n + 1.
Luego x2 − y 2 = 4ny 2 + 2 ó x2 − y 2 = 4ny 2 − 2.
De donde x2 − y 2 ≡ 2 mod 4 (recuerde que 2 ≡ −2 mod 4).
Pero
H = k̄2 k̄ ∈ Z4 = {0̄, 1̄} .
√
4.10. Cálculo de irreducibles de H[ m] en el
caso gaussiano
Irving Kaplansky
(1917–2006)
A partir de los resultados obtenidos en los parágrafos 4.4 y 4.5 y de la Ley
Gaussiana de la reprocidad cuadrática, es posible encontrar los irreducibles
√
de H[ m], en aquellos casos en que este anillo es gaussiano. Por tal razón,
se recomienda al lector el estudio del Apéndice C antes de enfrentarse a
este parágrafo.
√
4.86 Lema. Los irreducibles de H[ 2] son:
Demostración.
√ √ √
1. 2 es un irreducible en H[ 2] ya que N ( 2) = −2 y 2 es un número
primo racional.
√ √ √
2. Sea α ∈ H[ 2] irreducible α 6= 2. Como H[ 2] es gaussiano, existe
p ∈√Z primo tal que p ∼ α ó p = αβ, en donde β es otro irreducible de
H[ 2] (lema 4.35).
X
√
4.87 Lema. Los irreducibles de H[ −2] son:
Demostración.
√ √ √
1. i 2 es un irreducible en H[ −2], ya que N (i 2) = 2 (ver lema 4.30).
√ √ √
2. Sea α ∈ H[ −2] irreducible, α 6= i 2. Como H[ −2] es gaussiano,
existe p ∈ Z primo tal que p ∼ α ó p = αβ, en donde β es otro
√
irreducible de H[ −2] (lema 4.35).
√
4.10. CÁLCULO DE IRREDUCIBLES DE H[ M ] EN EL CASO GAUSSIANO 57
X
√
4.88 Lema. Los irreducibles de H[ 3] son:
Demostración.
√ √ √
a) 3 es un irreducible de H[ 3] ya que N ( 3) = −3 (ver lema 4.30).
√ √ √
b) 3√− 1 y 3
√ + 1 son irreducibles de H[ 3], ya que
N ( 3 − 1) = N ( 3 + 1) = −2 (ver lema 4.30).
√ √ √ √
c) Sea α ∈ H[ 3] irreducible α 6= 3, α 6= 3 − 1 y α 6= 3 + 1.
√
Como H[ 3] es gaussiano, existe p ∈ √ Z primo tal que p ∼ α ó p = αβ,
en donde β es otro irreducible de H[ 3].
X
√ √ √
4.89 Observación. 3 − 1 y 3 + 1 son asociados en H[ 3], ya que
√ √ √
3−1 2+ 3 = 3+1
√ √
y 2+ 3 ∈ H ∗ [ 3].
√
4.90 Lema. Los irreducibles de H[ −3] son:
Demostración.
√ √ √
1. i 3 es un irreducible en H[ −3], ya que N (i 3) = 3 (ver lema 4.30).
√
2. Si 2 fuera reducible, existirı́an λ y θ en H[ −3], ninguno de los dos
unidades, tales que 2 = λθ. Como N (2) = N (λθ) = N (λ)N (θ), en-
tonces 4 = N (λ)N (θ), de donde N (λ) = N (θ) = 2.
a b√
λ= + −3, para algunos a, b ∈ Z, en donde a y b tienen la misma
2 2
a2 3 2
paridad. Luego + b = 2.
4 4
a2 3
Si |b| ≥ 2, entonces + b2 ≥ 3, lo cual es absurdo.
4 4
a2 3
Si |b| = 1, a no puede ser igual a 1. Luego a ≥ 3, entonces + b2 ≥ 3,
4 4
lo cual es una contradicción.
√
4.10. CÁLCULO DE IRREDUCIBLES DE H[ M ] EN EL CASO GAUSSIANO 59
X
√
4.91 Lema. Los irreducibles de H[ 5] son:
Demostración.
5 1√ 5 1√
1. N + 5 = 5. Como 5 es primo, entonces + 5 es irreducible
2 2 2 2
(lema 4.30).
2. El resto se demuestra en forma similar a como lo hicimos en los ejer-
cicios anteriores, apoyándonos en el ejemplo C.24, el lema 4.35 y el
lema 4.39.
X
5 1√ 5 1√
4.92 Observación. Vale la pena recordar que 5 = + 5 − 5 ,
√ √ √ √ 2 2 2 2
también 5 = 5 5, y 5 = 5 + 2 5 5 − 2 5 .
Lo anterior no quiere decir que 5 se puede descomponer de varias formas
distintas como producto de irreducibles, ya que
√ √ √
2+ 5 5 = 5 + 2 5,
√ √ √
−2 + 5 5 = 5 − 2 5,
3 1√ 5 1√ √
+ 5 + 5 = 5 + 2 5,
2 2 2 2
3 1√ 5 1√ √
− 5 − 5 = 5 − 2 5,
2 2 2 2
60 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
√ √ 3 1√ 3 1√ √
y 2+ 5, −2 + 5, + 5y − 5 son unidades de H[ 5]
2 2 2 2
√
4.93 Lema. Los irreducibles de H[ 7] son:
√
2. Todos los elementos π ∈ H[ 7] tales que N (π) = p, en donde p es
un primo racional de la forma 28n ± 1, 28n ± 3 y 28n ± 9.
√ √
3. 7 y 3− 7.
Demostración.
√ √
1. N
√ 7 =√−7 y N 3 − 7 = 2. Como √ 7 y 2 son primos, entonces
7 y 3 − 7 son irreducibles de H[ 7] (lema 4.30).
X
Philip Hall
(1904–1982)
√
Para encontrar el máximo común divisor de dos enteros α, β ∈ H[ m], en
√
donde H[ m] es gaussiano, se puede proceder de la siguiente manera:
√
a) Si H[ m] es euclidiano, se utiliza el algoritmo de la división.
√
b) Si H[ m] no es euclidiano, se descompone tanto α como β en factores
irreducibles y se toma el producto de los factores comunes, o asociados,
elevados al menor exponente.
Demostración.
1o método
2 + 29i 39 143 1 1
= +i = 1+ +i 5+
5+i 26 26 2 2
1 i
= (1 + 5i) + +
2 2
De donde
1 i
2 + 29i = (1 + 5i)(5 + i) + (5 + i) +
2 2
2 + 29i = (1 + 5i)(5 + i) + (2 + 3i),
62 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
con
N (2 + 3i) = 13 < N (5 + i) = 26.
Ahora
5+i
= 1 − i.
2 + 3i
Luego 5 + i = (2 + 3i)(1 − i) + 0.
De lo anterior se desprende que (2 + 29i, 5 + i) ∼ 2 + 3i.
2o método
N (2 + 29i) = 845 = 5(13)2 , además
5 = (2 − i)(2 + i) y 13 = (2 + 3i)(2 − 3i).
X
√ √ √
4.96 Ejemplo. Calcule 5 − 2, 1 + 3 2 en H[ 2].
Demostración. √ √ √
5− 2 5− 2 1−3 2
√ =
1+3 2 −17
11 16 √
=− + 2
17 17
1 √
6
= −1 + + 1− 2.
17 17
4.11. M.C.D PARA ENTEROS DE CUERPOS CUADRÁTICOS GAUSSIANOS 63
Luego,
√ !
√ √ √ 6 2 √
5− 2 = −1 + 2 1 + 3 2 + − 1+3 2 .
17 17
Por lo tanto,
√ √ √ √
5− 2 = −1 + 2 1 + 3 2 + 2,
con √ √
( 2) = 2 < (1 + 3 2) = 17.
N N
√ √ √ √
Como 1 + 3 2 = 3 + 0 2 2 + 1 + 0 2 , entonces
√ √
5 − 2, 1 + 3 2 ∼ 1.
X
√ √ √
4.97 Ejemplo. Calcule 2 − 6 3i, 35 − 7 3i en H[ −3].
Demostración. √ √ √
35 − 7 3i 35 − 7 3i 2 + 6 3i
√ =
2 − 6 3i 112
196 196 √
= + i 3
112 112
1 √
1
= 2− + 2− i 3
4 4
√ 1 √
= 2 + 2i 3 − 1+i 3 .
4
De donde
√ √ √ √
35 − 7 3i = 2 + 2i 3 2 − 6 3i + −5 + 3i
√ √
con N (−5 + 3i) = 28 < N (2 − 6 3i) = 112.
√ √
Al efectuar la división de 2 − 6 3i por −5 + 3i obtenemos
√ √ √
2 − 6 3i 2 − 6 3i −5 − 3i
√ =
−5 + 3i 28
√
= −1 + 3i.
Luego
√ √ √
2 − 6 3i = −5 + 3i −1 + 3i .
√ √ √
X
De lo anterior se desprende que 2 − 6 3i, 35 − 7 3i ∼ −5 + 3i.
64 CAPÍTULO 4. ENTEROS DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS
a2 = p + b2 m = p + p2 α2 m = p 1 + pα2 m
p2 β 2 = p + p2 α2 m.
4.12. UNA APLICACIÓN DE LOS CUERPOS CUADRÁTICOS EUCLIDIANOS 65
y
√
N pa − pb m = p2 a2 − b2 m = ±p3 .
√
Si pa+pb m fuera reducible en Dp , entonces existirı́an λ y γ en Dp , ninguna
de las dos unidades, tales que
√
pa + pb m = λγ.
√
Luego N (pa + pb m) = N (λγ).
De donde ±p3 = N (λ) N (γ), pero como N (λ) 6= ±1 y N (γ) 6= ±1, en-
tonces N (λ) = ±p ó N (γ) = ±p, lo cual contradice lo visto en el lema
4.99.
√
En forma similar se demuestra que pa − pb m es irreducible en Dp .
Por otra parte, p es irreducible en Dp , ya que si p = ξθ, con ξ, θ ∈ Dp y
ninguna de las dos unidades, entonces
X
4.13. Ejercicios
20. Concluya la demostración del lema 4.93 usando el ejemplo C.23 y los
lemas 4.37 y 4.41.
“Yo no sé”.
J. L. Lagrange
5.1. Introducción
69
70 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
T
Demostración. Sea T = F . Si a y b pertenecen a T , entonces a y b
F ∈M
pertenecen a F , ∀F ∈ M .
Luego a − b ∈ F , ∀F ∈ M , por lo tanto a − b ∈ T .
X
Si b 6= 0, entonces ab−1 ∈ F , ∀F ∈ M . Luego ab−1 ∈ T .
F (C) = F (a1 , . . . , an ) .
F (C ∪ D) = (F (C)) (D) .
Demostración.
B = {v1 , . . . , vn } y C = {w1 , . . . , wm }
Por consiguiente,
n X
X m
v= µij vi wj .
i=1 j=1
Si llamamos
m
X
βi = αij wj , ∀i ∈ In ,
j=1
5.2. CUERPOS DE EXTENSIÓN 75
X
Demostración. Como
z5 z3
z 4 − z 3 − az 2 + a = z 4 − z 3 − +
z+1 z+1
= 0.
X
Entonces, z satisface el polinomio g(x) = x4 − x3 − ax2 + a sobre F (a).
2. F (c) ∼
= F [c].
3. F (c) = F [x] /hf (x)i .
5.2. CUERPOS DE EXTENSIÓN 77
A = 1, c, . . . , cn−1 .
5. [F (c) : F ] = n.
Demostración.
1. Sea m(x) un polinomio mı́nimo para c. Por el Lema 1.61 tenemos que
f (x) ∈ hm(x)i. Luego, existe h(x) ∈ F [x] tal que f (x) = h(x)m(x).
Pero como tanto f (x) como m(x) son irreducibles, entonces h(x) es
una constante no nula de F . De donde f (x) es un polinomio mı́nimo
para c.
y
n−1
( )
X
i
M= α0 + αi c αi ∈ F, ∀i = 0, . . . , n − 1 .
i=1
Como c satisface este polinomio, entonces
el cual pertenece a M .
Por lo tanto cn+k ∈ M , ∀k ∈ N. Este hecho nos permite concluir, que
M es cerrado para el producto; además M es cerrado para la resta,
78 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
X
sobre F serı́a
par, lo cual es una contradicción. De donde f (x) es reducible
2 2
sobre F a . Por lo tanto a ∈ F a .
De esto se desprende que F (a) ⊆ F a2 . Pero como F a2 ⊆ F (a), en-
tonces F (a) = F a2 . X
Demostración.
⇒ Evidente.
n
⇐ Sea β ∈ L. Existe f (x) = xn + ai xn−i ∈ K[x] tal que f (β) = 0.
P
i=1
Como β es algebraico sobre F (a1 , . . . , an ), entonces
Pero
F F (β) F (a1 , . . . , an ) (β) .
X
1. a tiene grado n sobre F (b), si y sólo si, b tiene grado m sobre F (a).
Demostración.
Por otra parte, el polinomio mı́nimo para a sobre F (b) es de grado menor
o igual que el del polinomio mı́nimo para a sobre F ; de donde
X
1. f (x) es irreducible sobre F (b), si y sólo si, g(x) es irreducible sobre F (a).
X
Demostración. Consecuencia inmediata del lema 5.27.
Como vi es algebraico sobre F , entonces con más razón lo será sobre Fi−1 .
Por lo tanto, para cada i ∈ In existe ri ∈ Z+ , tal que [Fi : Fi−1 ] = ri .
Luego, [Fn : F ] = r1 · · · rn ; esto es, Fn es una extensión finita de F , y por lo
tanto existe m ∈ Z+ tal que [F (γ) : F ] = m, ya que F F (γ) Fn . Como
el conjunto {1, γ, . . . , γ m } es linealmente dependiente sobre F , entonces γ
es algebraico sobre F .
Finalmente, si B es finito, podemos suponer sin pérdida de generalidad que
X
B = {v1 , . . . , vn }, luego K = Fn , y por lo tanto [K : F ] < +∞.
F L K F (α) (5.13)
[F (α) : L] = h. (5.14)
5.32 Observación. Hasta ahora solo hemos estudiado algunas de las pro-
piedades de los cuerpos de ruptura, pero no hemos cuestionado acerca de
la existencia o no de dichos cuerpos, para cualquier polinomio irreducible
sobre un cuerpo dado. El siguiente teorema nos va a permitir resolver este
interrogante.
Como x+hf (x)i está en F [x]/hf (x)i, existe c ∈ F tal que ϕ̄(c) = x+hf (x)i.
!
X
j
ϕ̄(g(c)) = ϕ̄ aj c
X
= ϕ̄(aj )ϕ̄(c)j
84 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
= g(x) + hf (x)i.
De lo anterior se desprende que ϕ̄(f (c)) = f (x)+hf (x)i = hf (x)i, pero como
hf (x)i es el cero del cuerpo F [x]/hf (x)i y ϕ̄ es un isomorfismo, entonces
f (c) = 0. Por lo tanto c es una raı́z de f (x); de donde, F (c) F.
Veamos que F (c) = F . En efecto, si α ∈ F , ϕ̄(α) ∈ F [x]/hf (x)i.
Luego, existe h(x) ∈ F [x] tal que ϕ̄(α) = h(x) + hf (x)i.
Como ϕ̄(h(c)) = h(x) + hf (x)i, entonces ϕ̄(α) = ϕ̄(h(c)).
Por lo tanto, α = h(c). De donde α ∈ F [c], esto es, F ⊆ F [c]. Lo anterior
X
nos permite inferir que F = F [c].
y
[K(c) : F ] = [K(c) : F (c)] [F (c) : F ] = n [K(c) : F (c)] ,
n divide a m [K(c) : K]; pero como (n, m) ∼ 1, entonces n divide a [K(c) : K].
Por lo tanto,
n ≤ [K(c) : K] . (5.15)
[K(c) : K] ≤ ∂f = n. (5.16)
[K(c) : K] = n.
Φ5 (x) = x4 + x3 + x2 + 1.
Como
(4,7) ∼ 1, entonces g(x) es irreducible
√
7
√
7
sobre Q(θ); por lo tanto
Q θ, 2 : Q(θ) = 7. De donde Q θ, 2 : Q = 28.
De la misma forma, el polinomio f (x) = x5 − 3 es irreducible sobre Q, por
el criterio de Eisenstein para
√
7
p = 3. Pero como (28, 5) ∼ 1, entonces, f (x)
es irreducible sobre Q θ, 2 ; luego
h √ √ i
7 5
Q θ, 2, 3 : Q = 140.
86 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
ψ|F = µ y ψ(c) = d.
Demostración.
g(x) ḡ(y)
σc σd
ψ
F (c) F (d)
g(c) ḡ(d)
µ
F F
Esto es, si g(c) ∈ F (c), existe g(x) ∈ F [x] tal que σc (g(x)) = g(c), luego
ψ|F = σd ◦ µ̄|F = σd ◦ µ = µ.
X
[KL : F ] = [K : F ][L : F ].
Demostración.
L′ K′
F′
Sea [K : F ] = n. Como n > 1, existe u ∈ K − F ; luego
[F (u) : F ] > 1.
Por otra parte, como F es subcuerpo de L, entonces u también
es algebraico sobre L; por lo tanto [L(u) : L] ≤ [F (u) : F ]. De
donde
[L(u) : L][L : F ]
[L(u) : F (u)] = < +∞. (5.17)
[F (u) : F ]
Además,
[K : F ] n
[K : F (u)] = = < n. (5.18)
[F (u) : F ] [F (u) : F ]
KL(u)
L(u) K
F (u)
Por hipótesis de inducción tenemos que [KL(u) : F (u)] < +∞
y
[KL(u) : F (u)] ≤ [L(u) : F (u)][K : F (u)]. (5.19)
90 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
[K : F ]
[KL(u) : F (u)][F (u) : F ] ≤ [L(u) : L][L : F ] .
[F (u) : F ]
Por lo tanto
n
Y
[L(v1 ) : L] [L (v1 , . . . , vj ) : L (v1 , . . . , vj−1 )] ≤
j=2
n
Y
[F (v1 ) : F ] [F (v1 , . . . , vj ) : F (v1 , . . . , vj−1 )] .
j=2
esto es,
[L (v1 , . . . , vn ) : L] ≤ [F (v1 , . . . , vn ) : F ]
[KL : F ] = [K : F ][L : F ].
X
2. Si [L : F ] = 2, ó [K : F ] = 2 y L ∩ K = F , entonces
[LK : F ] = [L : F ][K : F ].
[LK : F ] = [L : F ][K : F ].
92 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
Demostración.
1.
[KL : F ] = [K : F ][L : F ]
= [K : K ∩ L][K ∩ L : F ][L : K ∩ L][K ∩ L : F ]
= [K : K ∩ L][L : K ∩ L][K ∩ L : F ]2 .
√
3
√ √
2 ∩Q θ 32 3
Como Q Q Q 2 , entonces
√ √ √ √ √
3 3 3 3 3
Q 2 ∩ Q θ 2 = Q, ó Q 2 ∩Q θ 2 =Q 2 .
√
3
√
La segunda posibilidad no se puede tener, ya que /Q θ32 .
2∈
√
3
Resumiendo,
√
3
hemos encontrado
√
3
cuatro cuerpos F = Q, K = Q 2 ,
L = Q θ 2 y KL = Q 2, θ tales que
X
contiene a K ∪ L; luego KL T.
Es claro que D ⊆ KL, entonces T ⊆ KL; por lo tanto T = KL.
Demostración.
N = F (a1 , . . . , an , b1 , . . . , bn , d1 , . . . , dm , q1 , . . . , qm )
X
o
√ p
a1 + a2 n
p + a3 n p2 + · · · ,
nitz demostrara que todo cuerpo F está contenido en otro K, que satisface
la condición de que todo polinomio no constante sobre K tiene todas sus
raı́ces en K.
En el presente parágrafo vamos a desarrollar este último resultado y da-
remos además dos demostraciones del Teorema Fundamental del Álgebra;
la primera desde el punto de vista de la variable compleja, siguiendo las
ideas de la prueba presentada por Liouville, y la segunda con un enfoque
algebraico, en el cual recogemos en lo fundamental, el espı́ritu de la segunda
demostración dada por Gauss.
5.50 Observación. En el parágrafo 1.3 estudiamos el anillo de los poli-
nomios en n indeterminadas. Es posible extender este concepto al caso de
cualquier familia de indeterminadas de la siguiente manera:
Sean M una familia
de indeterminadas y D un anillo conmutativo con
unidad. Si T = A A ⊆ M, A 6= ∅ y #A < +∞ , notaremos
[
D[M ] = D[A].
A∈T
Si J es el ideal generado por el conjunto A = f (yf ) f (x) ∈ F [x] , enton-
ces J 6= h1i = F [M ], ya que si esto no fuera cierto, existirı́an polinomios
f1 (x), . . . , fm (x) en F [x], g1 (yf1 , . . . , yfm ), . . . , gm (yf1 , . . . , yfm ) en F [M ] y
n ∈ Im , tales que
n
X
gi (yf1 , . . . , yfm )fi (yfi ) = 1. (5.28)
i=1
entonces
X
f (z) = ψ (βi ) z i
X
= σ̄ (βi ) z i
X
= σ (βi ) z i
X
= (βi + P ) z i .
5.3. CUERPOS ALGEBRAICAMENTE CERRADOS 99
Luego
1. F0 = F .
2. Fi ⊆ Fi+1 ∀i ∈ N.
∞
S
Sea L = Fi . Si a y b están en L, entonces existe i ∈ N, tal que a y b
i=0
estén en Fi .
100 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
X
pero f (aj ) = 1, ∀j = 0, . . . , n. Luego F no es algebraicamente cerrado.
Pero
a
1 an |a1 | |an |
+ · · · + ≤ + ··· +
z zn r r
1 1
≤ −
2 2r
1
< .
2
De donde,
rn
|f (z)| > , ∀z ∈ C − N r (0),
2
lo cual nos permite inferir que
2
|g(z)| < , ∀z ∈ C − N r (0).
rn
2
Si δ ≥ máx r, n , entonces
r
|g(z)| < δ, ∀z ∈ C.
5.69 Ejercicio. Sean F un cuerpo e i una raı́z del polinomio f (x) = x2 +1.
Demuestre que F (i) no es un cuerpo ordenado.
i ∈ T, ó −i∈T
X
luego F no es formalmente real, lo cual es una contradicción.
104 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
Por lo tanto,
n
X n
X
−1 = a2j + a b2j (5.30)
j=1 j=1
y
n
X
0= aj bj .
j=1
n
X n
X
2
c =1+ a2j y d = 2
b2j .
j=1 j=1
c 2
−a = ,
d
luego −a es un cuadrado en F .
Esto es, se ha probado que si a no es un cuadrado de un elemento de F ,
entonces −a es un cuadrado en F .
Veamos ahora que si b es el cuadrado de un elemento de F , entonces −b no
puede ser el cuadrado de un elemento de F .
2 2
En efecto, si existieran u y v en F tales que b = u y −b = v , entonces
u 2
−1 = v , luego F no es formalmente real, lo cual es una contradicción.
Sea T = {a ∈ F − {0} existe b ∈ F y a = b2 }. T satisface las propiedades
5.76 Lema. En todo cuerpo cerrado real F , todo polinomio de grado impar
en F [x], tiene por lo menos una raı́z en F .
106 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
Demostración.
s
(gj (x))2 + 1, sobre F , entonces t(c) = 0,
P
Sea el polinomio t(x) =
j=1
luego t(x) es múltiplo del polinomio mı́nimo para cada c sobre F ; es
decir, existe h(x) ∈ F [x] tal que
t(x) = f (x)h(x).
Luego
s
(gj (x))2 = f (x)h(x) − 1.
X
(5.31)
j=1
j=1
X
Pero [F (i) : F ] < +∞, entonces [F (i, c) : F ] < +∞; luego [F (c) : F ] < +∞.
Sea m(x) ∈ F [x] el polinomio mı́nimo para c; al ser irreducible sobre
F , tenemos por hipótesis que existe d ∈ F (i) tal que m(d) = 0. Como
F F (d) F (i) y [F (i) : F ] ≤ 2, entonces [F (d) : F ] ≤ 2, y por consi-
guiente el ∂m ≤ 2; pero c y d son raı́ces de m(x), con c 6= d, entonces
∂m = 2.
Al restar x − d y m(x) en F (i)[x], tenemos que existen a 6= 0 y e en F (i),
tales que
m(x) = (x − d)(ax − e).
e X
Luego c = ∈ F (i), lo cual es una contradicción.
a
5.78 Lema. Sean F un cuerpo ordenado y F (i) el cuerpo obtenido por la
adjunción a F de una raı́z i del polinomio x2 + 1. Si todo elemento positivo
de F es el cuadrado de un elemento de F , entonces toda ecuación cuadrática
sobre F (i) es soluble.
De donde
a + bi = β 2 − γ 2 + 2βγi = (β + γi)2 .
Por lo tanto, todo elemento de F (i) tiene una raı́z cuadrada en F (i); esto
X
es, toda ecuación cuadrática en F (i) es soluble.
das sus raı́ces simples posee una raı́z en F (i), obviamente todo polinomio
irreducible sobre F tendrá por lo menos una raı́z en F (i). Veámoslo.
Sea M = {m ∈ N cualquier polinomio f (x) sobre F , que tenga todas sus
raı́ces simples, y además ∂f = 2m r, con r impar, posee por lo menos una
raı́z en F (i)}.
1. 0 ∈ M , por hipótesis.
El conjunto
H = gjk (x) = αj αk + x(αj + αk ) 1 ≤ j < k ≤ n (5.32)
n(n − 1)
tiene exactamente p = elementos, ya que si 1 ≤ j < k ≤ n,
2
1 ≤ u < v ≤ n y {αj , αk } =
6 {αu , αv }, pero gjk (x) = guv (x), entonces
αj αk = αu αv y αj + αk = αu + αv ,
= xp − b1 xp−1 + · · · + (−1)p bp .
entonces
por lo tanto, si
entonces
sobre F [x1 , . . . , xn ].
Como
n
Y
f (x) = ζ (x − αj )
j=1
= ζ xn − d1 xn−1 + · · · + (−1)n dn ,
tj (α1 , . . . , αn ) ∈ F [d1 , . . . , dn ] = F.
5.3. CUERPOS ALGEBRAICAMENTE CERRADOS 111
tj (α1 , . . . , αn ) = bj , ∀j ∈ In .
y
αj αk + c2 (αj + αk ) ∈ F (i). (5.37)
αj + αk ∈ F (i); (5.38)
también,
Luego
(αj − αk )2 = (αj + αk )2 − 4α2j α2k ∈ F (i).
αj − αk ∈ F (i). (5.39)
Demostración.
X
∂f = [F (α) : F ] ≤ [F (i) : F ] = 2.
De donde ∂f = 1 ó ∂f = 2.
Si ∂f = 1, entonces f (x) es un polinomio lineal.
Si ∂f = 2, f (x) es de la forma ax2 + bx + c, con a 6= 0.
Si b2 − 4ac ≥ 0, existe w ∈ F tal que w2 = b2 − 4ac. Luego
−b + w −b − w
f (x) = a x − x− ,
2a 2a
Israel Herstein
(1923–1988)
El propósito de este parágrafo es estudiar los cuerpos de descomposición
de polinomios, ya que su conocimiento nos provee de una valiosa informa-
ción fundamental para su aplicación a la solución de problemas, no solo de
álgebra, sino también de geometrı́a y teorı́a de números.
f (x) = a(x − c1 ) · · · (x − cn ).
Demostración.
X
116 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
5.92 Lema. Todo polinomio no constante sobre algún cuerpo tiene por lo
menos un c.d.d sobre este cuerpo.
Demostración. Sea S = {m ∈ Z+ Si g(x) es un polinomio de grado m
sobre un cuerpo. Entonces, existe por lo menos un c.d.d de g(x) sobre este
cuerpo}.
a) Que f (x) sea irreducible sobre F . Por el teorema 5.33 sabemos que
existe c raı́z de f (x) en un cuerpo extensión de F ; por lo tan-
to, existe un polinomio h(x) sobre F (c) con ∂h = n − 1, tal que
f (x) = (x − c)h(x) en (F (c))[x]. La hipótesis de inducción garantiza
la existencia de un c.d.d L de h(x); si c2 , . . . , cn son las raı́ces de
h(x), entonces F (c, c2 , . . . , cn ) es un c.d.d de f (x) sobre F .
b) Que f (x) sea reducible sobre F ; entonces existen h(x) y t(x) en F [x],
con 1 ≤ ∂h < n y 1 ≤ ∂t < n, tales que f (x) = h(x)t(x).
Por hipótesis de inducción tenemos que existe un c.d.d M de h(x) so-
bre F . Si c1 , . . . , cm son raı́ces de h(x) en M , entonces
M = F (c1 , . . . , cm ).
Considerando a t(x) como un polinomio sobre M , aplicamos nue-
vamente la hipótesis de inducción, la cual nos permite afirmar que
existe un c.d.d K de t(x) sobre M . Si cm+1 , . . . , cn son las raı́ces
de t(x) en K, entonces K = M (cm+1 , . . . , cn ) = F (c1 , . . . , cn ) es un
c.d.d de f (x) sobre F .
X
f (x) = (x − c1 ) · · · (x − cm )h(x).
Sea t(x) un factor irreducible de h(x) sobre L. Existe cm+1 raı́z de t(x), y
por consiguiente de f (x), tal que L(cm+1 ) es un c.d.r de t(x) sobre L, luego
f (x) se factoriza sobre L(cm+1 ) de la siguiente manera:
Además,
f (x) = a(x − c1 ) · · · (x − cn )
X
Demostración.
f (x) = β(x − c1 ) · · · (x − cn ).
Definamos
F si j = 0
Fj =
Fj−1 (cj ) si j ∈ In
isomorfismo
y S = {j ∈ In ∪ {0} existe σj : Fj −−−−−−−→ K̄, tal que σj |F = µ}.
n
X
σ̄m (f (x)) = σm (aj )y j
j=0
Xn
= µ(aj )y j
j=0
= f¯(y);
5.4. CUERPOS DE DESCOMPOSICIÓN 119
σm+1 :Fm+1 −→ K̄
b 7−→ σm+1 (b) = τ (b)
n
X n
X
τ (f (c)) = τ (aj )τ (c)j = µ(aj )τ (c)j
j=0 j=0
= f¯(τ (c)).
Por lo tanto, τ (c) es raı́z de f¯(y), si y sólo si, τ (f (c)) = 0, si y sólo si,
f (c) = 0, si y sólo si, c es raı́z de f (x).
3. Sea M = {m ∈ In ∪ {0} el número de isomorfismos de Fm en K̄ que
extienden a µ es [Fm : F ]}.
Probemos que M = In ∪ {0}. Haremos la demostración por inducción.
a) 0 ∈ M . Es evidente.
b) Supongamos que m ∈ M , (m < n); veamos que m + 1 ∈ M .
Cada isomorfismo τ de Fm en K̄ que extiende a µ, es extendido a un
isomorfismo de Fm+1 en K̄ de la siguiente manera:
Sea g(x) un factor irreducible de f (x) sobre Fm que tenga a cm+1
como una de sus raı́ces. Si τ̄ es el isomorfismo inducido por τ del
120 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
X
µ :F −→ F̄
a 7−→ µ(a) = a + hx2 + 1i = ā
X
Demostración. Consecuencia inmediata del teorema 5.95.
X
Demostración. Consecuencia inmediata del corolario 5.97.
122 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
X
Demostración. Trivial, queda a cargo del lector.
2. [K : Q].
4. G(K; Q).
Demostración.
1. Las raı́ces de f (x) en C son:
ρ3 ρ3 √
c1 = (1 + i), c2 = (1 − i), c3 = −c1 y c4 = −c2 , llamando ρ = 4 2.
2 2
c1
Un c.d.d de f (x) sobre Q es K = Q(c1 , c2 ), pero como i = y
c2
√4 4c1 i √
2 = 2 2 , entonces i y 4 2 están en K. Por lo tanto,
√ (1 + i)(c1 − c2 )
4
Q(i, 2) K.
√
Por otra parte, es obvio que K Q(i, 4 2), por consiguiente
√
4
K = Q(i, 2).
√
3. Una base de Q( 4 2) sobre Q es {1, ρ, ρ2 , ρ3 }.
√ √
Una base de Q( 4 2, i) sobre Q( 4 2) es {1, i}. Por lo tanto, una base de
K sobre Q es:
{1, ρ, ρ2 , ρ3 , i, iρ, iρ2 , iρ3 }.
Automorfismo de G(K; Q)
Acción σ0 σ1 σ2 σ3 τ1 µ1 = τ1 σ1 µ2 = τ1 σ2 µ3 = τ1 σ3
ρ es enviado en ρ iρ −ρ −iρ ρ −iρ −ρ iρ
i es enviado en i i i i −i −i −i −i
◦ σ0 σ1 σ2 σ3 τ1 µ1 µ2 µ3
σ0 σ0 σ1 σ2 σ3 τ1 µ1 µ2 µ3
σ1 σ1 σ2 σ3 σ0 µ3 τ1 µ1 µ2
σ2 σ2 σ3 σ0 σ1 µ2 µ3 τ1 µ1
σ3 σ3 σ0 σ1 σ2 µ1 µ2 µ3 τ1
τ1 τ1 µ1 µ2 µ3 σ0 σ1 σ2 σ3
µ1 µ1 µ2 µ3 τ1 σ3 σ0 σ1 σ2
µ2 µ2 µ3 τ1 µ1 σ2 σ3 σ0 σ1
µ3 µ3 τ1 µ1 µ2 σ1 σ2 σ3 σ0
X
124 CAPÍTULO 5. EXTENSIONES ALGEBRAICAS
2. [K : Q].
4. G(K; Q).
Demostración.
Lo anterior nos permite afirmar que v(x) es irreducible sobre Q(δ, θ),
y por consiguiente
[K; Q(δ, θ)] = 2. (5.42)
[K; Q] = 12.
Automorfismo
ACCIÓN σ0 σ1 σ2 σ3
δ es enviado en δ δ δ δ
θ es enviado en θ θ θ2 θ2
iρ es enviado en iρ −iρ iρ −iρ
Automorfismo
ACCIÓN τ1 τ2 τ3 τ4 τ5 τ6 τ7 τ8
δ es enviado en δθ δθ2 δθ δθ2 δθ δθ2 δθ δθ2
θ es enviado en θ θ θ θ θ2 θ2 θ2 θ2
iρ es enviado en iρ iρ −iρ −iρ iρ iρ −iρ −iρ
G(K; Q) = {σ0 , σ1 , σ2 , σ3 , τ1 , τ2 , τ3 , τ4 , τ5 , τ6 , τ7 , τ8 }.
◦ σ0 σ1 σ2 σ3 τ1 τ2 τ3 τ4 τ5 τ6 τ7 τ8
σ0 σ0 σ1 σ2 σ3 τ1 τ2 τ3 τ4 τ5 τ6 τ7 τ8
σ1 σ1 σ0 σ3 σ2 τ3 τ4 τ1 τ2 τ7 τ8 τ5 τ6
σ2 σ2 σ3 σ0 σ1 τ6 τ5 τ8 τ7 τ2 τ1 τ4 τ3
σ3 σ3 σ2 σ1 σ0 τ8 τ7 τ6 τ5 τ4 τ3 τ2 τ1
τ1 τ1 τ3 τ5 τ7 τ2 σ0 τ4 σ1 τ6 σ2 τ8 σ3
τ2 τ2 τ4 τ6 τ8 σ0 τ1 σ1 τ3 σ2 τ5 σ3 τ7
τ3 τ3 τ1 τ7 τ5 τ4 σ1 τ2 σ0 τ8 σ3 τ4 σ2
τ4 τ4 τ2 τ8 τ6 σ1 τ3 σ0 τ1 σ3 τ7 σ2 τ5
τ5 τ5 τ7 τ1 τ3 σ2 τ6 σ3 τ8 σ0 τ2 σ1 τ4
τ6 τ6 τ8 τ2 τ4 τ5 σ2 τ7 σ3 τ1 σ6 τ3 σ1
τ7 τ7 τ5 τ3 τ1 σ3 τ8 σ2 τ6 σ1 τ4 σ0 τ2
τ8 τ8 τ6 τ4 τ2 τ7 σ3 τ5 σ2 τ3 σ1 τ1 σ0
X
5.4. CUERPOS DE DESCOMPOSICIÓN 127
2. [K; Q].
4. G(K; Q).
Demostración.
√
1. Sea ρ = 5 13. Las raı́ces de f (x) en C son: cj = ρθ j , ∀j = 0, . . . , 4,
2πi
siendo θ = e 5 .
Por lo tanto K = Q(ρ, θ).
[K : Q] = 20.
{ρs θ j s = 0, 1, 2, 3, 4
y j = 0, 1, 2, 3}.
G(K; Q) ACCIÓN
a ρ lo envı́a en a θ lo envı́a en
σ1 ρ θ
σ2 ρ θ2
σ3 ρ θ3
σ4 ρ θ4
σ5 ρθ θ
2
σ6 ρθ θ
3
σ7 ρθ θ
σ8 ρθ4 θ
2
σ9 ρθ θ2
σ10 ρθ4 θ2
σ11 ρθ θ2
σ12 ρθ3 θ2
3
σ13 ρθ θ3
σ14 ρθ θ3
σ15 ρθ4 θ3
σ16 ρθ2 θ3
4
σ17 ρθ θ4
σ18 ρθ3 θ4
σ19 ρθ2 θ4
σ20 ρθ θ4
5.4. CUERPOS DE DESCOMPOSICIÓN 129
X
Demostración. Consecuencia inmediata del lema 3.47 y del lema que aca-
X
bamos de demostrar.
5.109 Observación. Hemos demostrado que los únicos cuerpos finitos son
n
los conjuntos de todas las raı́ces de los polinomios f (x) = xp − x sobre Zp ,
para cualquier primo p > 0 y cualquier n ∈ Z+ .
5.5. Ejercicios
10. Sea p un número primo. Demuestre que todos los cuerpos de orden
pn para algún n entero positivo son isomorfos.
a) f (r) = 0 ∀r ∈ K.
b) a0 = a1 = . . . = an = 0.
6.1. Introducción
135
136 CAPÍTULO 6. EXTENSIONES SIMPLES Y SEPARABLES
Demostración.
por consiguiente,
F (β1 , α3 ) = F (β1 + c2 α3 ).
es decir,
F (α1 , α2 , α3 ) = F (α1 + cα2 + c2 α3 ).
X
u2 (x, y) v 2 (x, y)
y= + x,
w2 (x, y) s2 (x, y)
luego
(w(x, y) s(x, y))2 y = (u(x, y) s(x, y))2 + (v(x, y) w(x, y))2 x. (6.3)
[F (α, β) : F (α)] = 2.
µ : F [v] −→ F [w]
f (v) f (v) ψ(f (v))
7−→ µ = .
g(v) g(v) ψ(g(v))
Es fácil verificar que µ satisface las condiciones exigidas; dejamos este ejer-
cicio al lector. X
X
Demostración. Consecuencia inmediata del lema 3.59.
X
entonces m(y) no tiene raı́ces múltiples. Luego α es separable sobre F .
De donde
[F (a0 , . . . , an )(α) : F ] < +∞.
Luego
[F (α) : F ] < +∞,
lo cual implica que α es algebraico sobre F .
Como F es perfecto, el polinomio mı́nimo m(x) de α sobre F tiene todas
sus raı́ces simples; pero como g(x) divide a m(x), entonces g(x) también
tiene todas sus raı́ces simples.
X
De donde, α es separable sobre K, y por lo tanto K es perfecto.
σ(F ) = ap a ∈ F
p
n n
βjp xpj =
X X
m(x) = βj xj .
j=0 j=0
X
De donde, m(x) es reducible sobre F , lo cual es una contradicción.
f (x) = xp − cp = (x − c)p .
Pero como g(x) divide a f (x), existe m > 1 tal que g(x) = (x − c)m .
Por lo tanto, c es una raı́z múltiple del polinomio irreducible g(x), luego F
no es separable, lo cual es una contradicción. X
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas 6.18, 6.23, y 6.24.
6.4. EXTENSIONES SEPARABLES Y PURAMENTE INSEPARABLES 143
es irreducible sobre F .
sobre L.
Si g(x) es un factor irreducible de fn (x) sobre F , entonces g(x) también es
una potencia de x − b, luego g(b) = 0; por lo tanto, g(x) ∼ m(x). De esto
se infiere que existe l ∈ Z+ , tal que
fn (x) ∼ (m(x))l .
144 CAPÍTULO 6. EXTENSIONES SIMPLES Y SEPARABLES
fn (x) = m(x),
X
lo cual implica que fn (x) es irreducible sobre F .
1) [K : F ] < +∞.
n s n
Como f (x) ∈ F [x], en particular −sap = −ap ∈ F .
s−1
Por otra parte, existen α y β en Z tales que αs + βp = 1.
Luego
n n n
ap = (αs + βp) ap = −α −sap
∈ F.
n n
X
De donde, el polinomio xp − ap ∈ F [x], y por lo tanto s = 1.
m m−1
g(x) = xp − ap = xp − bp = (x − b)p , y por lo tanto b = ap , lo cual
contradice la escogencia que hicimos de m.
m m m
Aplicando el lema 6.26, tenemos que f (x) = xp − ap = (x − a)p es
irreducible F , y por consiguiente f (x) es el polinomio mı́nimo para a sobre
F , de donde, a es puramente inseparable sobre F . X
De donde,
K p ⊆ T. (6.5)
Es claro que N es cerrado para la resta; además, como epj epl ∈ K p , ∀j, l ∈ In ,
entonces N es cerrado para el producto. Si N tuviera divisores de cero, K
también tendrı́a divisores de cero, ya que N está algebraicamente contenido
en K; luego, N es un dominio entero. Pero como también T está algebrai-
camente contenido en N , entonces, por el ejercicio 5.26, tenemos que N es
un cuerpo.
Veamos que N = F (ep1 , . . . , epn ).
En efecto; sabemos que epj ∈ N , luego existe β ∈ N tal que epj β = 1. Pero
como ∀α ∈ F , αepj ∈ N , entonces (αepj )β ∈ N , esto es, α ∈ N . De lo anterior
se desprende que F N . Al estar epj en N , ∀j ∈ In , podemos concluir que
F (ep1 , . . . , epn ) N.
148 CAPÍTULO 6. EXTENSIONES SIMPLES Y SEPARABLES
N = F (ep1 , . . . , epn ).
F Kp F (ep1 , . . . , epn ) K.
K = F (ep1 , . . . , epn ).
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas 6.37 y 6.39.
6.4. EXTENSIONES SEPARABLES Y PURAMENTE INSEPARABLES 149
Demostración.
X
entonces
m
X
(F (b))p = βj bpj βj ∈ F p , ∀j ∈ Im
j=1
= F p (bp ).
Por lo tanto
F (F (b))p = F F p (bp ) = F (bp ) = F (b),
lo cual implica,, según el lema 6.39, que F (b) es una extensión separable de
F. X
Nathan Jacobson
(1910–1999)
En este parágrafo pretendemos caracterizar las extensiones finitas y simples
de un cuerpo, aprovechando la información que ya tenemos de las extensio-
nes separables. También presentaremos un algoritmo que nos va a permitir
encontrar elementos simples de una extensión de este tipo.
X
De (6.8) y (6.10) obtenemos F (c) = F (a, b).
X
√ √
Demostración. Los polinomios mı́nimos para 2 y 3 sobre Q son:
f (x) = x2 − 2 y g(x) = x2 − 3.
ai − a1
Sean λi = √ para i = 1, 2, y H = {λ1 , λ2 }. Como 1 ∈ Q − H, entonces
2 3
√ √ √ √
Q( 2 + 3) = Q( 2, 3).
√
√ √sencillo√demostrar que f (x) es√irreducible sobre Q( 3), luego
Resulta
[Q( 2, 3) : Q( 3)] = 2; pero como [Q( 3) : Q] = 2, entonces
√ √
[Q( 2 + 3) : Q] = 4.
154 CAPÍTULO 6. EXTENSIONES SIMPLES Y SEPARABLES
√ √
Por otra parte, d = 2 + 3 es la raı́z del polinomio h(x) = x4 − 10x2 + 1,
el cual tiene que ser el polinomio mı́nimo para d en Q[x]. Las raı́ces de h(x)
en C son:
√ √ √ √ √ √ √ √
d1 = 2 + 3, d2 = 2 − 3, d3 = − 2 + 3 y d4 = − 2 − 3.
√
El polinomio mı́nimo para 3 5 sobre Q es q(x) = x3 − 5, sus raı́ces en C
son:
√ √ √ 2πi
s1 = 5, s2 = θ 5 y s3 = θ 2 5, siendo θ = e 5 .
3 3 3
s1 − si
Sean αij = , con j 6= 1, y T = {αij i ∈ I3 y j = 2, 3, 4}.
dj − d1
√ √ √ √ √ √
Como 1 ∈ Q − T , entonces Q( 2 + 3, 3 5) = Q( 2 + 3 + 3 5).
Luego √ √ √ √ √ √
3 3
Q( 2, 3, 5) = Q( 2 + 3 + 5).
X
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los corolarios 6.48 y 6.53.
[F (b) : F ] = pn ∂g.
6.58 Observación.
m
r r r
λpi bpi .
X
dp =
i=1
r
Pero como bpi ∈ SF (K), ∀i ∈ Im y F SF (K), entonces dp ∈
r
[K : F ] = pm [SF (K) : F ].
Demostración.
n≥m (6.11)
luego
s
pm m m j
λpj
X
b = vp ∈ SF (K),
j=0
[K : F ] = [K : SF (K)][SF (K) : F ]
= ∂t[SF (K) : F ]
= pn [SF (K) : F ],
n
Llamemos u = dp ; como u ∈ / (SF (K))p pero u ∈ SF (K), entonces,
por el lema 6.26, tenemos que
n
f (x) = xp − u
Luego
[SF (K)(d) : F ] = [K : F ]
lo cual implica que K = SF (K)(d), ya que SF (K)(d) es un subcuerpo
de K. Por lo tanto, K = F (v, d). Pero como v es separable y d es
algebraico sobre el cuerpo F , entonces, por el lema 6.46, tenemos que
K es una extensión simple de F .
X
6.6. Ejercicios
Leopold Kronecker
(1823–1891)
7.1. Introducción
161
162 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
Notación: Notaremos
Vn = ξ ∈ K ξ es una raı́z n–ésima de la unidad .
X
Demostración. Trivial.
Demostración.
Las raı́ces n–ésimas de la unidad en C son
θk+1
θ k de la forma θ k , ∀k = 0, . . . , n−1; en donde
2π
θ = e n i.
= |θ − 1| , ∀ k = 0, . . . , n − 1.
Notación: Notaremos
Tn = {ξ ∈ Vn ξ es una raı́z n–ésima primitiva de la unidad}.
Demostración.
φ4 (z) = (z − i)(z + i) = z 2 + 1.
X
sobre K.
Sξ = {k ∈ In ξ k = 1}.
n = qd + r con 0 ≤ r ≤ d,
luego
1 = ξ n = ξ qd+r = (ξ d )q ξ r = 1ξ r = ξ r
si r 6= 0, entonces d 6= mı́n Sξ , lo cual es una contradicción.
Luego n = qd, y por lo tanto d|n.
Lo que hemos hecho nos permite afirmar que
[
Vn ⊆ Td . (7.1)
d|n
7.2. LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS, PROPIEDADES 165
αn = (αd )b = 1.
Pero como Y
zn − 1 = (z − ξ).
ξ∈Vn
Entonces
Y Y
zn − 1 = (z − ξ)
d|n ξ∈Td
Y
= φd (z).
d|n
X
φp (z) = z p−1 + · · · + z + 1.
Demostración. Como
Y
zp − 1 = φd (z) = φ1 (z)φp (z)
d|p
y φ1 (z) = z − 1, entonces
zp − 1
φp (z) = = z p−1 + · · · + z + 1.
z−1
X
166 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
Demostración.
z6 − 1
φ6 (z) =
(z 3 − 1)(z + 1)
z3 + 1
=
z+1
= z 2 − z + 1.
z 10 − 1
φ10 (z) =
(z 5 − 1)(z + 1)
= z 4 − z 3 + z 2 − z + 1.
X
Demostración.
n
Y Y n−1
zp − 1 = φd (z) = φd (z) φpn (z) = z p − 1 φpn (z).
d|pn d|pn−1
Luego n−1 p
zp −1 n−1
φpn (z) = n−1 = φp z p .
zp −1
X
p n
−kpn−1
7.14 Observación. De lo anterior se desprende que φpn (z) = zp .
P
k=1
1. Si n = 1,
φp (z)φ1 (z) = z p − 1
= φ1 (z p ).
2. Sea n > 1 un entero primo relativo con p y supongamos que ∀d, tal
que 1 ≤ d < n y (d, p) ∼ 1, se tenga que
Por otra parte ps|pn, para todo entero positivo s que divida a n.
Como
Y Y
φd (z) = z pn − 1 y φd (z) = z n − 1. (7.4)
d|pn d|n
Pero
Y Y
φpl (z)
φpl (z)
φpn (z). (7.6)
l|n l|n
(l<n)
z pn−1 φn (z)
z pn − 1 = (z n − 1) φpn (z).
z n − 1 φn (z p )
De donde
φn (z p )
φpn (z) = .
φn (z)
Que era lo que querı́amos demostrar.
X
Demostración.
φ4 (z 3 ) z6 + 1
1. φ12 (z) = = 2 = z 4 − z 2 + 1.
φ4 (z) z +1
φ2 (z 7 ) z7 + 1
2. φ14 (z) = = = z 6 − z 5 + z 4 − z 3 + z 2 − z + 1.
φ2 (z) z+1
φ3 (z 5 ) z 10 + z 5 + 1
3. φ15 (z) = = 2 = z 8 − z 7 + z 5 − z 4 + z 3 − z + 1.
φ3 (z) z +z+1
X
1. Si n = 3,
φ2n (z) = φ6 (z) = z 2 − z + 1 = φ3 (−z).
7.2. LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS, PROPIEDADES 169
Y
z 2n − 1 = (z n − 1)
φ2m (z)
φ2 (z)φ2n (z)
m|n
(1<m<n)
Y
= (z n − 1)
φm (−z)
φ2 (z)φ2n (z)
m|n
(1<m<n)
Y φ2 (z)φ2n (z)
= (z n − 1) φm (−z)
φ1 (−z)φn (−z)
m|n
(z + 1)φ2n (z)
= (z n − 1)((−z)n − 1) .
(−z − 1)φn (−z)
X
7.18 Ejemplo. Calcule φ30 (z) y φ2p (z), en donde p > 1 es un primo impar.
Demostración.
X
m−1
Demostración. Sea y = z p , entonces por el lema 7.15 tenemos que
φp (y q ) m−1
= φpq (y) = φpq z p . (7.8)
φp (y)
m−1
Pero φp (y q ) = φp (z q )p = φpm (z q ) por el lema 7.15.
φp (y q ) φpm (z q )
= = φqpm (z). (7.9)
φp (y) φpm (z)
m−1
De (7.8) y (7.9) se deduce que φqpm (z) = φqp z p X
.
Demostración.
1. φ18 (z) = φ6 (z 3 ) = z 6 − z 3 + 1.
3. φ24 (z) = φ6 (z 4 ) = z 8 − z 4 + 1.
X
2. Supongamos que
m−1
φp1 p2 ...pm
n−1
(z) = φp 1 p 2 ···p n−1 z pn−1 , ∀m ∈ Z+ y ∀p1 , p2 , . . . , pn−1
φp2 ···pmn
(z p1 )
φp1 p2 ...pn−1 pm
n
(z) = , por el lema 7.15
φp2 ···pmn
(z)
m−1
φp2 ···pn z p1 pn
= m−1 , por hipótesis de inducción
φp2 ···pn z pn
m−1
= φp1 p2 ···pn z pn , por el lema 7.15.
X
φ6 (z 10 ) z 20 − z 10 + 1
Demostración. φ60 (z) = φ30 (z 2 ) = = .
φ6 (z 2 ) z4 − z2 + 1
X
φ60 (z) = z 16 + z 14 − z 10 − z 8 − z 6 + z 2 + 1.
Luego
φn (z)g(z) = h(z)g(z) + r(z).
Entonces
(φn (z) − h(z)) g(z) = r(z).
Si r(z) 6= 0,
∂r = ∂g + ∂(φn − h) < ∂g,
lo cual es una contradicción. Por consiguiente r(z) = 0, pero como
g(z) 6= 0, entonces φn (z) − h(z) = 0. De donde
φn (z) = h(z).
X
Entonces
Y
z n−1 + · · · + z + 1 =
φd (z)
φn (z). (7.10)
d|n
(1<d<n)
X
7.2. LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS, PROPIEDADES 173
1. Si n = 1,
φ1 (z) = z − 1.
2. Si n > 1. Sea z ∈ R+ .
entonces X
ln(z n − 1) = ln φd (z).
d|n
Por lo tanto
Y µ( n )
d
ln φn (z) = ln zd − 1 .
d|n
De donde
Y µ( n )
d
φn (z) = zd − 1 .
d|n
b) Si 0 < z < 1, entonces 1 − z d > 0, −φ1 (z) > 0 y φd (z) > 0, ∀d > 1.
Definamos
−φ1 (z) si d = 1
pd (z) =
φd (z) si d > 1.
Entonces Y
1 − zn = pd (z).
d|n
174 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
Luego X
ln(1 − z n ) = ln pd (z).
d|n
Luego
Y µ( n )
d
ln pn (z) = ln 1 − zd .
d|n
De donde
Y µ( n )
d
pn (z) = 1 − zd .
d|n
X
Demostración.
Luego
(z − 1)(z 21 − 1)
φ21 (z) =
(z 7 − 1)(z 3 − 1)
= z 12 − z 11 + z 9 − z 8 + z 6 − z 4 + z 3 − z + 1.
7.2. LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS, PROPIEDADES 175
Luego
(z 2 − 1)(z 28 − 1)
φ28 (z) =
(z 4 − 1)(z 14 − 1)
z 14 + 1
= 2
z +1
= z 12 − z 10 + z 8 − z 6 + z 4 − z 2 + 1.
X
φn (z) ∈ F [z].
1. Si n = 1,
φ1 (z) = z − 1 ∈ F [z].
z n − 1 = φn (z)g(z),
X
σy : Z[z] −→ Zp [y]
Como
Y
y n − 1̄ = φ̄d (y) (7.11)
d|n
y
Y
zn − 1 = φd (z).
d|n
Entonces
Y
σy (z n − 1) = σy φd (z) .
d|n
Luego
Y
y n − 1̄ = σy (φd (z))
d|n
Y
=
φ̄d (y)
σy (φn (z)). (7.12)
d|n
(d<n)
Y Y
φ̄d (y)
φ̄n (y) =
φ̄d (y)
σy (φn (z)). (7.13)
d|n d|n
(d<n) (d<n)
X
178 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
S S
Es claro que ∀ξ ∈ G, ξ ∈ Hd ; es decir, G ⊆ Hd , pero como Hd ⊆ G,
d|n d|n
∀d|n, entonces [
G= Hd ;
d|n
X
De (7.14) y (7.15) se deduce que n < n, lo cual es una contradicción.
X
Demostración. Consecuencia inmediata del lema anterior.
X
180 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
Pero como Y
φn (z) = (z − ξ).
ξ∈Tn
X
Entonces X
n= ∂φd (z) + ∂φn (z).
d|n
(d<n)
Luego
∂φn (z) = ϕ(n).
X
7.38 Lema. Sea g(z) un factor irreducible de φn (z) sobre Z, entonces para
toda raı́z ξ de g(z) y para todo primo p que no divida a n, ξ p también es
raı́z de g(z).
g(z)h(z) = z n − 1.
Sean p > 0 un primo impar, tal que p ∤ n y ξ una raı́z de g(z). Entonces
ξ m también es raı́z de z n − 1, ∀m ∈ Z. En particular ξ p es raı́z de z n − 1, y
182 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
Sea el epimorfismo
σ : Z −→ Zp
a 7−→ σ(a) = ā,
en donde ā = {b ∈ Z b ≡ a mod p}.
Si σ̄ es el epimorfismo inducido por σ, del anillo Z[z] sobre el anillo Zp [y] y
m
aj z j , entonces
P
h(z) =
j=0
p
m
(σ̄(h(z)))p = σ̄
X
aj z j
j=0
p
m
X
= āj y j
j=0
m
āpj y pj ,
X
= por el ejercicio B.60
j=0
Xm
= āj y pj , por el pequeño teorema de Fermat
j=0
= σ̄(h(z p ))
= σ̄(u(z))σ̄(g(z)).
Luego
(σ̄(g(z))) (σ̄(h(z)))p .
R̄(y)σ̄(h(z)).
Por lo tanto
2
R̄(y) σ̄(g(z))σ̄(h(z)).
7.2. LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS, PROPIEDADES 183
ξi = ξ p1 ···pi
es raı́z de g(z).
Como pi+1 no divide a n, entonces, por el lema anterior, tenemos que
p
ξi+1 = ξi i+1 = ξ p1 ···pi pi+1
es raı́z de g(z).
De lo anterior se desprende que ξi es raı́z de g(z), ∀i ∈ Im .
En particular, ξn = θ es raı́z de g(z), que era lo que querı́amos demostrar.
X
rb + sn = 1.
X
De donde #Hn = ϕ(n).
2. G(F ; K) ∼
= M , con M un subgrupo de Hn .
3. Si d = #G(F ; K), entonces dϕ(n).
7.2. LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS, PROPIEDADES 185
Demostración.
2. Sea σ ∈ G(F ; K), entonces σ|K = id. Por otra parte 0 = σ(0) =
σ(ξ n − 1) = (σ(ξ))n − 1.
Entonces σ(ξ) = ξ j para algún j ∈ Z+ .
Como σ −1 ∈ G(F ; K), existe l ∈ Z+ tal que σ −1 (ξ) = ξ l . Luego
ξ = (σ ◦ σ −1 )(ξ) = ξ lj .
X
G(F ; Q) ∼
= Hn .
Demostración.
σ1 σ2 σ3 σ4 σ5 σ6
ξ ξ5 ξ7 ξ 11 ξ 13 ξ 17
X
William Burnside
(1852–1927)
En este parágrafo vamos a estudiar una aplicación de los polinomios ci-
clotómicos a la teorı́a de números.
Gustavo Pedro Lejeune–Dirichlet (1805–1859) demostró que si a y b son en-
teros positivos primos relativos, existen infinitos primos de la forma an + b
con n ∈ Z+ . La prueba de este resultado no es evidente y en ella se recu-
rrió por primera vez al análisis matemático para la solución de problemas
de la teorı́a de números. Muchos matemáticos han intentado demostrar este
resultado sin utilizar el análisis, pero hasta la fecha han fracasado. Por esta
razón no deja de ser interesante la prueba que vamos a presentar de este
teorema para el caso b = 1, ya que en ella no se emplea el análisis.
188 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
Y
z n − 1 = hn (z)φn (z), con hn (z) = φd (z).
d|n
(d<n)
cn − 1 (y + 1)d − 1
=
ck − 1 y
d d−2 d
= y d−1 + y + ··· + y + d.
1 d−2
Por lo tanto
cn − 1
d = ay + .
ck − 1
cn − 1
n = ka(ck − 1) + k . (7.18)
ck − 1
n −1 n −1
Si m ∼ ck − 1, cck −1 , entonces mck − 1 y m cck −1
.
X
Luego, de (7.18) se desprende que m|n.
Demostración. Como p|hn (c), existe k ∈ In−1 tal que k|n y p|φk (c). Pero
φk (c)|ck − 1, entonces
p|ck − 1. (7.19)
7.3. UNA APLICACIÓN DE LOS POLINOMIOS CICLOTÓMICOS A LA TEORÍA DE
NÚMEROS 189
Luego
Y cn − 1
φd (c) = .
ck − 1
d|n
d∤k
Por lo tanto n
c − 1
φn (c) k .
c −1
X
De donde, por lo visto en el lema 7.45, tenemos que p|n.
Sea y ∈ Z, tal que φn (ny) 6= ±1. Existe p > 1 primo tal que p|φn (ny).
Si p|hn (ny), entonces, según el lema 7.46, tenemos que p|n, pero de la
ecuación (7.22) se desprende que p|1, lo cual es una contradicción. Luego
p ∤ hn (ny), y por lo tanto p ∤ φd (ny), ∀d < n.
Q
En particular, si k|n y k < n, entonces p ∤ φd (ny).
d|k
Por otra parte, como p|φn (ny), entonces p|(ny)n − 1, ya que φn (ny)|(ny)n −
1, luego
(ny)n ≡ 1 mod p. (7.24)
Si p|y, entonces p|φn (ny)hn (ny) − (ny)n , pero esto implica según (7.21)
que p| − 1, lo cual es imposible. Como tampoco p divide a n, entonces
(p, ny) ∼ 1. De donde, por el pequeño teorema de Fermat, tenemos que
(ny)p−1 ≡ 1 mod p,
y por lo tanto
(ny)t(p−1) ≡ 1 mod p. (7.27)
7.4. UNA APLICACIÓN A LA TEORÍA DE ANILLOS 191
(ny)k ≡ 1 mod p.
Joseph H. Maclagan
Wedderburn
(1882–1948)
192 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
b = xax−1 .
X
Demostración. Trivial, queda a cargo del lector.
Notación: Si a ∈ G, notaremos
C(a) = {x ∈ G x es conjugado de a}
#G
#C(a) = ,
#N (a)
En donde N (a) = {x ∈ G xa = ax}.
Demostración. Sea H = {xN (a) x ∈ G}. Como N (a) es un subgrupo de
G, entonces
#G
#H =
#N (a)
Luego, para demostrar este lema será suficiente probar que existe una co-
rrespondencia biyectiva entre H y C(a).
En efecto. Sea y ∈ xN (a). Entonces y = xn para algún n ∈ N (a).
7.4. UNA APLICACIÓN A LA TEORÍA DE ANILLOS 193
ψ: H −→ C(a)
xN (a) 7−→ ψ(xN (a)) = bx .
se denomina el centro de D.
X
Demostración. Trivial, queda a cargo del lector.
X
Demostración. Trivial, queda a cargo del lector.
B = {v1 , . . . , vn }
n
P
una base de D sobre Z. Los elementos de D son de la forma λi vi , con
i=1
λi ∈ Z, ∀i ∈ In .
Para escoger λi (i ≤ n) hay q posibilidades. Luego, el número de elementos
X
de D es q · · · q = q n .
∗
7.57 Lema. Sean
′ ∗
D un anillo y a ∈ D. Si D = D − {0} y
N (a) = {x ∈ D xa = ax}, entonces:
1. Z ⊆ N ′ (a) ∪ {0}.
Demostración.
Ası́
q n − 1 = q pm+r − 1
= q r ((q m )p − 1) + q r − 1. (7.28)
X
Demostración.
Y
zn − 1 = φl (z)
l|n
Y Y
= φl (z)
φl (z)
l|d l|n
(l∤d)
Y
= (z d − 1)
.
φl (z)
l|n
(l∤d)
Como n ∤ d, entonces
Y
φn (z) φl (z).
l|n
(l∤d)
De donde
zn − 1
φn (z) d ,
z − 1
196 CAPÍTULO 7. POLINOMIOS CICLOTÓMICOS
y por lo tanto
zn − 1
φn (q) lı́m d , ∀q ∈ Z.
z→q z − 1
X
Luego
Y
|φn (q)| = |q − θ|
θ∈Tn
De donde
qn − 1
#C(a) = .
qm − 1
H = {C(a1 ), . . . , C(as )}
C(ai ) ∩ Z ∗ 6= ∅, ∀i ∈ Ir (r ≤ s)
y
C(ai ) ∩ Z ∗ = ∅ si r < i ≤ s.
Luego
r
[
∗
Z ⊆ C(ai ).
i=1
C(a) ∩ Z ∗ = {a}.
y
s
X
#D ∗ = #Z ∗ + #C(ai ),
i=r+1
lo cual significa
s
n
X qn − 1
q −1=q−1+ (7.33)
q mi − 1
i=r+1
con mi |n, ∀i = r + 1, . . . , s.
Si alguno de estos mi es igual a n, entonces N ′ (ai ) = D∗ , y por lo tanto
ai ∈ Z ∗ , lo cual es una contradicción. De donde mi < n, ∀i = r + 1, . . . , s;
aplicando el lema 7.58 tenemos que
qn − 1
φn (q) m ∀i = r + 1, . . . , s. (7.34)
q i − 1
Como también
φn (q)q n − 1.
(7.35)
n n
!
X X
qi C= q i Qi .
i=1 i=1
B D
A C
B
C
A
D
7.5. Ejercicios
6. ¿Es φ18 (x) irreducible sobre (a) Z23 , (b) Z43 , (c) Z73 ?
13. Demuestre que φ12 (x) es reducible sobre cualquier cuerpo finito.
2πh
ϕ(n)
15. Si n > 2 y (h, n) = 1, demuestre que [Q cos n : Q] = 2 .
Joseph Liouville
(1809–1882)
8.1. Introducción
205
206 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
Richard Dedekind
(1831–1916)
La idea de extensión normal surge en los escritos matemáticos de Evariste
Galois aparejada con la de los hoy denominados subgrupos normales. En
este parágrafo vamos a estudiar este tipo de extensiones, cuya caracterı́stica
fundamental radica en que siempre que contengan un c.d.r de un polinomio,
también contienen un c.d.d de dicho polinomio.
luego
n
X
ai σi (t)σi (u) = 0, ∀u ∈ K. (8.2)
i=1
Notación:
Si K es un cuerpo y G ⊆ Aut(K), se notará hGi = {τ ∈
Aut(K) existen n ∈ Z+ , σ1 , . . . , σn elementos de G y α1 , . . . , αn ∈ Z tales
que τ = σ1α1 ◦ · · · ◦ σnαn }.
a + bi = τ (a + bi) = a − bi.
IC (G(C; R)) ⊆ R.
Como además
R ⊆ IC (G(C; R)),
entonces
R = IC (G(C; R)).
X
8.2. EXTENSIONES NORMALES 211
α = σ(α) = a + bθ 4 + cθ 3 + dθ 2 .
α = (a − b) − bθ + (d − b)θ 2 + (c − b)θ 3 .
De donde a − b = a, −b = b, d − b = c y c − b = d.
Por lo tanto b = 0 y d = c.
De lo anterior se desprende que α = a + c(θ 2 + θ 3 ).
Por otra parte, θ 2 + θ 3 es raı́z del polinomio u(x) = x2 + x − 1, que es
irreducible sobre Q. Luego
( √ √ )
2 3 −1 + 5 −1 − 5
θ +θ ∈ , .
2 2
√
X
De donde, L = Q( 5).
IK (G(K; F )) = F.
IK (G(K; F )) F.
Pero como
F IK (G(K; F )),
entonces
F = IK (G(K; F )).
X
#(G(K; F )) ≤ [K : F ].
Luego
n+1
X n
X n+1
X
aj σj (u) = λi aj σj (ui ) = 0,
j=1 i=1 j=1
X
lo cual contradice el teorema de Dedekind.
De donde
1
F (x) F . (8.5)
1−x
Del corolario 1.31 se infiere que existe un único automorfismo σ1 en G(F (x); F ),
1
tal que σ1 (x) = .
1−x
En forma similar podemos ver que
1 x 1
F (x) = F =F =F 1− = F (1 − x),
x 1−x x
1. L = IK (H).
2. [K : L].
214 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
(x2 − x + 1)3
Demostración. Sea g(x) = . Es un sencillo ejercicio el demos-
x2 (x − 1)2
trar que σi (g(x)) = g(x), ∀i = 0, . . . , 5. Por lo tanto, g(x) ∈ L; pero como
también F L F (x), entonces
Luego
[F (x) : F (g(x))] ≤ ∂h = 6. (8.7)
Por lo tanto
[K : L] ≤ 6. (8.8)
[K : L] = 6. (8.11)
X
De (8.6), (8.7) y (8.11) concluimos que L = F (g(x)).
Demostración. Sea f (x) un polinomio irreducible sobre F que tiene una raı́z
a ∈ K. Por hipótesis tenemos que existe un cuerpo T , tal que F T K
y a ∈ T . Luego f (x) se descompone en T [x] y con más razón en K[x]. Por
lo tanto, F K. X
β2 = ψ(β)
= ψ(m(α1 , . . . , αn ))
= m(ψ(α1 ), . . . , ψ(αn )). (8.13)
Demostración.
√ No necesariamente.
√ √ Tomemos por ejemplo F = Q, L =
Q( 3 2) y K = Q( 3 2, i 3). F K, ya que K es c.d.d del polinomio
f (x) = x3 − 2. En forma similar a como lo hicimos en el ejercicio ante-
X
rior se prueba que L no es una extensión normal de F .
8.21 Observación. Existe una tendencia a creer que toda extensión nor-
mal de un cuerpo es finita. Este hecho es falso; para poder presentar ejem-
plos que corroboren dicha afirmación, vamos a tener que aceptar el siguiente
resultado, cuya prueba se dará en el parágrafo 1 del capı́tulo 10, ya que ese
es el sitio más adecuado para presentarla, mientras que al hacerlo en este
parágrafo, corremos el riesgo de desviarnos del objetivo central que preten-
demos cumplir. El asunto en cuestión es el siguiente:
Si F K y AKF = {a ∈ K a es algebraico sobre F }, entonces F AKF K .
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas 8.14 y 8.24.
8.26 Observación. El corolario 8.25 exige que K sea una extensión finita
de F ; vamos a estudiar a continuación una generalización de este interesante
resultado, para el caso en el que K sea una extensión algebraica de F .
8.27 Definición. Sea S un conjunto de polinomios no constantes sobre el
cuerpo F . Un cuerpo K extensión de F se denomina cuerpo de descom-
posición sobre F del conjunto S, si
K = F (A), en donde A es el conjunto de raı́ces de los polinomios de S, en
una extensión algebraicamente cerrada de F .
Demostración.
X
Demostración.
X
220 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
1. Si F LyF M , entonces F LM .
3. Si F L, entonces M M L.
Demostración.
X
1. F K.
Demostración.
1. ⇒ 2. Sean L un cuerpo extensión de K, T un subcuerpo de K tal que
F T y σ un isomorfismo de T en L tal que σ|F = id.
K K
σ
T
F F
N (D) = (F (N ))(D).
= (F (D))(N ).
= K(N ).
[K : F ] = [K(N ) : F ],
K F (d)
σ
F (c)
F F
X
X
Demostración. Consecuencia inmediata del lema 8.33.
X
Demostración. Consecuencia inmediata del corolario 8.35.
Demostración.
[K(c) : F ] = [K(d) : F ],
pero
[K(c) : F ] = [K(c) : K][K : F ]
y
[K(d) : F ] = [K(d) : K][K : F ],
224 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
X
1. F K.
Demostración. Consecuencia del corolario 8.25, del lema 8.33 y del lema
X
8.37.
Demostración.
X
Demostración.
X
Demostración.
r ≤ ∂m. (8.14)
Entonces, el polinomio
r−1
!
X
i
u(x) = λi x −θ
i=0
X
Entonces IM (G(M ; F )) = F .
1. IK (G(K; F )) = F .
Entonces, IM (G(M ; F )) = F .
Demostración.
con ui 6= uj , ∀i 6= j.
De la misma forma como lo hicimos en la demostración del lema 8.42,
es posible probar que
r
Y
m(x) ∼ (x − ui ).
i=1
⇐ Si u ∈ IK (G(K; F )) y u ∈
/ F , existe σ ∈ G(K; F ) tal que σ(u) 6= u,
lo cual es una contradicción, ya que τ (u) = u, ∀τ ∈ G(K; F ). Luego
u ∈ F . De donde IK (G(K; F )) = F .
X
230 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
1. IK (G(K; F )) = F .
X
Demostración. Consecuencia de los lemas 8.41, 8.42 y 8.45.
1. IK (G(K; F )) = F .
1. Si f (x) tiene una raı́z en F , todas sus otras raı́ces también están en
F.
8.2. EXTENSIONES NORMALES 231
Demostración.
f (α + 1) = (α + 1)p − (α + 1) − a
= αp + 1 − α − 1 − a
= f (α).
α + 1, α + (2)1, . . . , α + (p − 1)1.
n
X n
X
l
al (x + j1) = al xl .
l=0 l=0
X
f (x) = xp − x − a ∈ F [x].
Demostración.
p = #G(K; F ) ≤ [K : F ],
entonces [K : F ] = p.
Definamos
p−1
X
qi = βli , ∀i ∈ Ip−1 .
l=0
Como
βl+1 si 0 ≤ l ≤ p − 2
σ(βl ) =
β0 si l = p − 1,
entonces
σ(qi ) = qi , ∀i ∈ Ip−1 .
De donde, qi ∈ F , ∀i ∈ Ip−1 .
Sea
1 β0 · · · β0p−1
1 β1 . . . β1p−1
M =
.. .. .. ..
. . . .
p−1
1 βp−1 . . . βp−1
8.2. EXTENSIONES NORMALES 233
luego det M 6= 0.
Sumando todas las filas de la matriz M a la primera, obtenemos una
matriz M ′ , cuyo determinante es igual al de M ; además, la primera
fila de M ′ es
[p1 q1 . . . qp−1 ] = [0 q1 · · · qp−1 ].
p−1
X
−1
µ= −qm jβjm .
j=1
= µ + 1,
luego µ ∈
/ IK (G(K; F )) = F .
Por otra parte,
σ(µp − µ) = (µ + 1)p − (µ + 1)
= µp − µ,
de donde a = µp − µ ∈ F .
El polinomio f (x) = xp − x − a ∈ F [x] no tiene raı́ces de F , ya que
si tuviera por lo menos una, entonces todas sus raı́ces estarı́an en F ,
lo cual es imposible porque µ ∈ / F . Aplicando el ejercicio anterior,
tenemos que f (x) es irreducible sobre F , además [F (µ) : F ] = p, pero
como F F (µ) K, entonces K = F (µ).
234 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
X
1. [K : IK (H)] = #(H).
2. G(K; IK (H)) = H.
[K : L] ≤ ∂f = #H. (8.17)
X
Por lo tanto H = G(K; IK (H)).
8.2. EXTENSIONES NORMALES 235
X
Como
f (x)
gi (x) = , ∀i ∈ In ,
(x − αi )f ′ (αi )
entonces
gi (αj ) = 0 si i 6= j, pero gi (αi ) = 1.
Por lo tanto
f (x) divide a gi (x)gj (x) si i 6= j. (8.19)
Sea la matriz M (x) = (σ̄(gi (x)))n×n . Entonces M T (x)M (x) = (eij )n×n ,
con
Xn
eij = σ̄l (gi (x)gj (x)).
l=1
n
X n
X
σ̄j (gi (x)) = gi (x) = 1,
j=1 i=1
por (8.20). Luego f (x) divide a eii − 1; de donde, para cada i ∈ In existe
mi (x) ∈ F [x] tal que eii = f (x)mi (x) + 1.
Al calcular el det (M T (x)M (x)), uno de sus sumandos es el producto de los
elementos de la diagonal, mientras que cada uno de los otros tiene por lo
menos un factor eij , con i 6= j. Luego, existe t(x) ∈ F [x], tal que
Luego
det ((σi (σj (θ)))) 6= 0. (8.22)
E1
E2
..
.
En
Por otra parte, siempre que σ y τ (elementos de G(K; F )) sean tales que σ 6=
τ , entonces πσ 6= πτ , por lo tanto σ|K 6= τ |K . De lo anterior se desprende
que
µ : G(KL; L) −→ G(K; F )
σ 7−→ µ(σ) = σ|K
es un isomorfismo.
238 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
K ∩ L = IK (µ(G(KL; L))).
Luego
X
1. IK (G(K; F )) = F .
Demostración.
1⇒2
i) Veamos que K es una extensión separable de F .
En efecto, sean u ∈ K y q(x) su polinomio mı́nimo sobre F .
En forma similar a como lo hicimos en el lema 8.42, es posible
demostrar que todas las raı́ces de q(x) son simples y además
están en K. Por lo tanto, K es una extensión separable de F .
ii) Sea A una base de K sobre F . Para cada u ∈ A, su polinomio
mı́nimo qu (x) sobre F tiene todas las raı́ces simples y además
están en K.
Si S = {qu (x)|u ∈ A}, entonces K es el c.d.d de S sobre F , pero
por el lema 8.31 tenemos que K es una extensión normal de F .
hE1 , N1 , τ1 i ≤ hE2 , N2 , τ2 i
si
E1 E2 , N1 N2 , y τ2 |E1 = τ1 .
y
P = {N existen E y τ tales que hE, N, τ i ∈ D},
notaremos [ [
Ē = E y N̄ = N.
E∈H N ∈P
Es claro que L Ē K yL N̄ K.
Definamos la aplicación µ de Ē en N̄ de la siguiente manera:
Sea b ∈ Ē. Existe E ∈ H tal que b ∈ E; si N y τ son tales que
hE, N, τ i ∈ D, entonces µ(b) = τ (b). Es sencillo verificar que µ es un
isomorfismo que extiende a σ. Por otra parte,
X
1. IK (G(K; F )) = F .
1. F L.
Demostración.
X
Demostración. Llamemos
M = {hE, N, τ i F E K1 , F N K2 y τ es un isomorfismo de E en
N tal que τ |F = id}.
Tomamos hE1 , N1 , τ1 i y hE2 , N2 , τ2 i en M. Diremos que hE1 , N1 , τ1 i es me-
nor que hE2 , N2 , τ2 i y notaremos
hE1 , N1 , τ1 i ≤ hE2 , N2 , τ2 i
si
E1 E2 , N1 N2 y τ2 |E1 = τ1 .
En forma similar a como lo hicimos en el lema 8.56, podemos ver que existe
un elemento hE0 , N0 , τ0 i en M que es maximal.
Si E0 6= K1 , existe un polinomio f (x) ∈ S, tal que f (x) no se descom-
pone sobre E0 . Si T K1 es un c.d.d de f (x) sobre E0 y L K2 es un
c.d.d de f (x) sobre τ0 (E0 ), por el teorema 5.95, tenemos que existe un
isomorfismo µ de T sobre L, tal que µ|E0 = τ0 . Luego µ es un isomorfis-
mo de T en LN0 tal que µ|F = id. De donde hE0 , N0 , τ0 i ≤ hT, LN0 , µi,
pero hE0 , N0 , τ0 i =
6 hT, LN0 , µi, lo cual es una contradicción. Por lo tanto
E0 = K1 .
En forma similar se demuestra que N0 = K2 .
8.2. EXTENSIONES NORMALES 243
Por otra parte, f (x) se descompone sobre τ0 (K1 ); pero como τ0 (K1 ) K2 ,
entonces τ0 (K1 ) = K2 . Hemos pues encontrado un isomorfismo de K1 sobre
X
K2 que restringido a F es la aplicación idéntica.
1. F T yF M.
Serge Lang
(1927–2005)
En este parágrafo vamos a presentar el teorema que relaciona los subgrupos
del grupo de Galois de un polinomio separable sobre un cuerpo F , con los
subcuerpos del c.d.d que contienen a F .
8.63 Definición. Sea K el c.d.d de un polinomio f (x) sobre el cuerpo F .
Se denomina el grupo de Galois de f (x) sobre F a G(K; F ).
8.64 Lema. Sea K el c.d.d de un polinomio f (x) sobre el cuerpo finito F .
Entonces, el grupo de Galois de f (x) sobre F es cı́clico de orden m = [K :
F ] e isomorfo a (Zm ; +).
Finalmente, la aplicación
µ : G(K; F ) −→ Zm
σj 7−→ µ(σ j ) = j̄
X
es claramente un isomorfismo de (G(K; F ); ◦) sobre (Zm ; +).
Demostración.
2. La aplicación
µ : G(K; Zp ) −→ Z30
σj 7−→ µ(σ j ) = j̄
es un isomorfismo del (G(K; Zp ); ◦) sobre (Z30 ; +).
En teorı́a de grupos se demuestra que si (H; ·) es un grupo cı́clico
finito, para cada divisor q de #H existe exactamente un subgrupo de
orden q de H, el cual también es cı́clico. Por consiguiente, hay tantos
subgrupos de H como divisores positivos de #H.
De lo anterior se desprende que los subgrupos de (Z30 ; +) son de orden
1, 2, 3, 5, 6, 10, 15 y 30. Estos subgrupos serán:
h0i, h15i, h10i, h6i, h5i, h3i, h2i y h1i
[K : IK (Gj )] = #Gj , ∀j = 1, . . . , 8.
Luego
30
[IK (Gj ) : Zp ] = , ∀j = 1, . . . , 8. (8.26)
#Gj
X
e
I = {T F T K}.
1. T = IK (µ(T )), ∀T ∈ I.
2. H = µ(IK (H)), ∀H ∈ A.
3. [K : T ] = #µ(T ), ∀T ∈ I.
#µ(F )
4. [T : F ] = , ∀T ∈ I.
#µ(T )
8.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DE GALOIS 247
G(T ; F ) ∼
= µ(F ) µ(T ).
T1 = IK (G(K; T1 )) = IK (G(K; T2 )) = T2 .
#µ(F )
[T : F ] = .
#µ(T )
Im ψ = G(K; F ) N (ψ).
Im ψ = G(K; F ) G(K; T ).
(8.27)
#Im ψ = [T : F ].
[T : F ] = #G(T ; F ).
Por consiguiente,
#Im ψ = #G(T ; F ).
Pero como Im ψ ⊆ G(T ; F ), entonces
Im ψ = G(T ; F ). (8.28)
8.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DE GALOIS 249
X
que era lo que pretendı́amos demostrar.
8.68 Ejercicio. Encontrar los subgrupos del grupo de Galois del polinomio
f (x) = x4 + 2 sobre Q y los subcuerpos de su c.d.d.
Demostración. En el ejercicio
√ 5.102 vimos que el c.d.d de f (x) sobre Q es
4
K = Q(i, ρ), siendo ρ = 2; además se probó que
Sabemos que los únicos grupos de orden 4 que existen son el cı́clico y el
grupo cuatro de Klein (Ver: Baumslag–Chandler. Teorı́a de Grupos. Mc–
Graw Hill. Capı́tulo 5).
Como σ1 y σ3 son los únicos elementos de G(K; Q) que no tienen orden
uno o dos, y como G(K; Q) no es cı́clico, entonces σ2 y σ3 son de orden 4.
Pero hσ1 i = hσ3 i, entonces solo existe un subgrupo cı́clico de G(K; Q) de
orden cuatro. Llamemos G6 = hσ1 i.
Por otra parte, los posibles grupos cuatro de Klein son de la forma
H = {σ0 , λ1 , λ2 , λ3 }, con λl 6= λj , ∀l 6= j, y λl ∈ {σ2 , τ1 , µ1 , µ2 , µ3 },
∀l = 1, 2, 3.
Por inspección directa podemos observar que de estos diez conjuntos, solo
son grupos G7 = {σ0 , σ2 , τ1 , µ2 } y G8 = {σ0 , σ2 , µ1 , µ3 }.
Vamos a notar G0 = {σ0 } y G9 = G(K; Q).
La siguiente gráfica nos permite ver más claramente la relación de conte-
nencia entre dichos subgrupos.
250 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
G9
G7 G6 G8
G4 G2 G1 G3 G5
G0
8
[IK (Gl ) : Q] = , ∀l = 0, . . . , 9.
#Gl
Por lo tanto:
IK (G2 ) = Q(ρ).
IK (G4 ) = Q(iρ).
8.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DE GALOIS 251
IK (G6 ) = Q(i).
IK (G8 ) = Q(iρ2 ).
10. IK (G9 ) = Q .
√
Q(iρ) Q( 2 + i) Q(ρ(1 − i)) Q(ρ(1 + i))
Q(ρ)
Q(i, ρ)
8.69 Observación.
X
8.70 Ejercicio. Encuentre los subgrupos del grupo de Galois del polinomio
f (x) = (x2 + 2)(x3 − 7) sobre Q y los subcuerpos de su c.d.d.
G(K; Q) = {σ0 , σ1 , σ2 , σ3 , τ1 , τ2 , τ3 , τ4 , τ5 , τ6 , τ7 , τ8 },
G8 = {σ0 , τ1 , τ2 } = hτ1 i.
Como todo grupo de orden tres es cı́clico, para determinar si existen más
subgrupos de G(K; Q) basta tan solo con observar en la tabla si además de
τ1 y τ2 existen otros automorfismos que sean de orden tres, lo cual no sucede.
Aplicando nuevamente el primer teorema de Sylow, tenemos que existe por
lo menos un subgrupo de G15 = G(K; Q) de orden cuatro. Por otra parte,
el número n2 de distintos 2–subgrupos de Sylow de G15 es congruente con 1
mod 2 y además divide al #G15 . Luego n2 ∈ {1, 3}. Por inspección directa
podemos observar que existen tres subgrupos de orden cuatro de G15 ; estos
son:
Si tiene tres, por exhaución podemos observar que los otros subgrupos de
orden seis de G15 son:
G15
G10
G9 G11
G8
G2 G3 G1 G5 G7 G4 G6
G0
Figura 8.1. Relación de contenencia entre los subgrupos del grupo de Galois del polinomio
f (x) = (x2 + 2)(x3 − 7) sobre Q.
8.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DE GALOIS 255
Por lo tanto:
1. IK (G0 ) = K.
2. [IK (G1 ) : Q] = 6.
Como σ1 (δ) = δ y h(x) = x3 − 7 es irreducible sobre Q, entonces
[Q(δ) : Q] = 3.
g(x) = x2 + x + 1 es irreducible sobre Q(δ) y θ es una raı́z de este
polinomio. Entonces [Q(δ, θ) : Q(δ)] = 2. Luego [Q(δ, θ) : Q] = 6, pero
Q Q(δ, θ) IK (G1 ), de donde
3. [IK (G2 ) : Q] = 6.
Sabemos que σ2 (δ) = δ y σ2 (iρ) = iρ. Además m(x) = x2 + 2 es irredu-
cible sobre Q(δ), luego [Q(δ, iρ) : Q(δ)] = 2.
Por lo tanto [Q(δ, iρ) : Q] = 6. De donde
4. [IK (G3 ) : Q] = 6. √ √
Sabemos que θ 2 − θ = −i 3,√luego iρ(θ 2 − θ) = 6. Como σ3 (iρ(θ 2 −
θ)) = iρ(θ 2 − θ), entonces Q( 6) IK (G3 ).
√
Por otra parte√σ3 (δ) = δ, pero como h(x) √ es irreducible sobre Q( 6),
entonces [Q(δ, 6) : Q(δ)] = 3. Luego [Q(δ, 6) : Q] = 6; de donde
√
IK (G3 ) = Q(δ, 6).
5. [IK (G4 ) : Q] = 6.
Sabemos que τ5 (δθ 2 ) = δθ 2 y τ5 (iρ) = iρ. Como δθ 2 es raı́z de h(x) y este
polinomio es irreducible sobre Q(iρ), entonces [Q(δθ 2 , iρ) : Q(iρ)] = 3.
Por otra parte, [Q(iρ) : Q] = 2. Por lo tanto [Q(δθ 2 , iρ) : Q] = 6; de
donde
IK (G4 ) = Q(δθ 2 , iρ).
256 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
6. [IK (G5 ) : Q] = 6.
Sabemos que τ6 (iρ) = iρ y τ6 (δθ) = δθ. Procediendo en forma similar a
como lo hicimos en 5), tenemos que
7. [IK (G6 ) : Q] = 6.
Sabemos que τ7 (iρ(θ 2 − θ)) = iρ(θ 2 − θ) y τ7 (δθ 2 ) = δθ 2 .
En forma similar a como lo hicimos en 4) tenemos que
√
IK (G6 ) = Q(δθ 2 , 6).
8. [IK (G7 ) : Q] = 6.
Sabemos que τ8 (iρ(θ 2 − θ)) = iρ(θ 2 − θ) y τ8 (δθ) = δθ.
En forma similar a como se hizo en 4) puede verse que
√
IK (G7 ) = Q(δθ, 6).
9. [IK (G8 ) : Q] = 4.
Como τ1 (θ) = θ, τ1 (iρ) = iρ y [Q(iρ, θ) : Q(θ)] = 2, entonces [Q(iρ, θ) :
Q] = 4, luego
IK (G8 ) = Q(iρ, θ).
IK (G9 ) = Q(δ).
IK (G10 ) = Q(δθ).
IK (G11 ) = Q(δθ 2 ).
IK (G12 ) = Q(θ).
8.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DE GALOIS 257
IK (G13 ) = Q(iρ).
IK (G15 ) = Q.
X
8.71 Ejercicio. Encuentre los subgrupos del grupo de Galois del polinomio
f (x) = x5 − 13 sobre Q y los subcuerpos de su c.d.d.
√
Q(iρ) Q(θ) Q( 6)
Q(δθ)
Q(δ) Q(δθ 2 )
Q(iρ, θ)
√ √ √
Q(iρ, δ) Q(δ, 6) Q(δ, θ) Q(δθ, iρ) Q(δθ, 6) Q(δθ 2 , iρ) Q(δθ 2 , 6)
Q(ρi, δ, θ)
Figura 8.2. Relación de contenencia entre los subcuerpos del c.d.d del polinomio
f (x) = (x2 + 2)(x3 − 7) sobre Q.
G13
G12
G11
G6 G8 G10 G7 G9
G1 G2 G3 G4 G5
G0
Figura 8.3. Relación de contenencia entre los subgrupos del grupo de Galois del polinomio
f (x) = x5 − 13 sobre Q.
260 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
1. Como σ4 (θ 2 +θ 3 ) = θ 2√
+θ 3 y θ√
2 +θ 3 es raı́z del polinomio h(x) = x2 +x−1
sobre Q, entonces σ4 ( 5) = 5.
√ √
Por otra parte, σ4 (ρ) = ρ; luego, Q(ρ, 5) IK (G1 ). Pero como [Q(ρ, 5) :
Q] = 10, entonces √
IK (G1 ) = Q(ρ, 5).
8.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DE GALOIS 261
3. Semejante a como se hizo en los dos casos anteriores, puede verse que
√ √
IK (G3 ) = Q(θ 4 ρ, 5), IK (G4 ) = Q(θρ, 5) y
√
IK (G5 ) = Q(θ 3 ρ, 5).
IK (G6 ) = Q(ρ).
8. IK (G13 ) = Q.
√
Q( 5)
Q(θ)
Q(ρθ 4 )
√ √ √ √ √
Q(ρ, 5) Q(ρθ 2 , 5) Q(ρθ 4 , 5) Q(ρθ, 5) Q(ρθ 3 , 5)
Q(ρ, θ)
Figura 8.4. Relación de contenencia entre los subcuerpos del c.d.d del polinomio
f (x) = x5 − 13 sobre Q.
X
8.4. EJERCICIOS 263
8.4. Ejercicios
* 1 -1 i -i j -j k -k
1 1 -1 i -i j -j k -k
-1 -1 1 -i i -j j -k k
i i -i -1 1 k -k -j j
-i -i i 1 -1 -k k j -j
j j -j -k k -1 1 i -i
-j -j j k -k 1 -1 -i i
k k -k j -j -i i -1 1
-k -k k -j j i -i 1 -1
√
3. Demuestre que si K = Q( 8 2, i), entonces G(K; Q(i)) ≃ Z8 .
√ √
4. Demuestre que si K = Q( 8 2, i), entonces G(K; Q(i 2)) ≃ G.
5. Para cada uno de los polinomios f (x) sobre Q que se dan a continua-
ción, encuentre los subgrupos del grupo de Galois y los subcuerpos
del cuerpo de descomposición, establezca los gráficos de la relación
de contenencia entre estos subgrupos, ası́ como también entre los res-
pectivos subcuerpos.
a) f (x) = x3 − 3x + 1.
b) f (x) = x4 − x2 − 6.
c) f (x) = x4 − 5.
d) f (x) = x4 − x2 − 6.
e) f (x) = x4 − 4x2 + 2.
f ) f (x) = x5 − 1.
a) Z3 .
b) Z7 .
264 CAPÍTULO 8. TEORÍA DE GALOIS
a) Z3 .
b) Z7 .
c) NK/Q (i).
√
d) NK/Q (i 2).
√
14. Si K = Q(i, 4 2), calcule:
√
a) TK/Q ( 4 2).
√
b) TK/Q ( 2).
c) TK/Q (i).
√
d) TK/Q (i 2).
24. Sea A el conjunto de los números complejos que son raı́ces de polino-
mios con coeficientes en Q. Demuestre que A es un cuerpo.
a) Q ⊂ K ⊂ A.
b) Todo σ ∈ G(K; Q) puede extenderse a un automorfismo de A.
sug: usando el lema de Zorn, considere una extensión maximal de
un automorfismo de K, muestre que el dominio de esa extensión
debe ser A.
c) Demuestre que existen infinitos automorfismos de A.
d) ¿Es A una extensión normal de Q?
Leonhard Euler
(1707–1783)
En matemáticas existen funciones que se destacan frecuentemente por su
gran cantidad de aplicaciones. Este es el caso de las funciones µ de Möbius
y ϕ de Euler.
Leonhard Euler fue quien inicialmente en sus trabajos de 1748 empezó a
utilizar implı́citamente la función µ de Möbius; pero el primero en investigar
sus propiedades en forma sistemática fue el propio Möbius en el año 1832.
La función ϕ de Euler fue introducida por este gran matemático suizo cuan-
do generalizó en 1736 el denominado Pequeño Teorema de Fermat. Es-
tas funciones tienen muchas aplicaciones en álgebra moderna, geometrı́a y
teorı́a de números. Nos proponemos en este apéndice estudiarlas, centrando
la atención en sus propiedades más importantes.
267
268 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
2. Completamente multiplicativa, si
Demostración.
1. Sean n, m ∈ Z+ (n, m) ∼ 1.
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 269
a) Si n = 1, entonces
µ(nm) = µ(m)
= 1µ(m)
= µ(1)µ(m)
= µ(n)µ(m).
b) Si m = 1, análogo.
c) Si existe p primo tal que p2 |n, entonces p2 |nm. Luego
µ(nm) = 0
= 0µ(m)
= µ(n)µ(m).
µ(nm) = (−1)s+r
= (−1)s (−1)r
= µ(n)µ(m).
µ(p)µ(p) = (−1)(−1) = 1.
X
X
Cancelando f (n) obtenemos f (1) = 1.
270 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
n m
Sean u, v ∈ Z+ tales que u|n y v|m. Entonces, (u, v) ∼ 1 y , ∼ 1,
u v
por lo tanto
f (uv) = f (u)f (v)
y n m n m
g , =g g .
u v u v
Luego,
XX n m
F (nm) = g
f (u)f (v)g
u v
u|n v|m
X n X m
= f (u)g f (v)g
u v
u|n v|m
= F (n) F (m).
X
es multiplicativa.
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 271
X
entonces, por el lema B.9, tenemos que F es multiplicativa.
es multiplicativa.
Demostración.
m
σλ (pαi i ) ,
Y
σλ (n) =
i=1
pero
σλ (pαi i ) =
X
dλ
α
d|pi i
αi
λ
pji
X
=
j=0
λ(α +1)
1 − pi i
= ,
1 − pλi
de donde
m λ(α +1)
Y 1−p i i
σλ (n) = .
i=1
1 − pλi
X
272 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
= θ(1) − θ(pi )
= 1 − θ(pi )
Entonces
m
Y
F (n) = (1 − θ(pi )).
i=1
X
B.14 Corolario.
1 si n = 1
X µ(d)
= m si n = pα1 1 · · · pαmm , en donde los pi son
d Q 1
1−
d|n
primos distintos y αi ∈ Z+ , ∀i ∈ Im .
i=1 pi
Demostración. Si n = 1, evidente.
1
Si n > 1, tomamos en el lema B.13 la función θ tal que θ(m) = , ∀m ∈ Z+ .
m
X
B.15 Corolario.
X 1 si n = 1
µ(d) =
0 si n > 1.
d|n
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 273
Demostración. Si n = 1, evidente.
X
Si n > 1, tomamos en el lema B.13 la función θ = h1 .
µ(d)σ(d) = (−1)m p1 · · · pm .
P
2.
d|n
P
Demostración. 1. Sabemos que τ (m) = 1, ∀m ∈ Z+. Como τ es una
d|m
función multiplicativa, aplicamos el lema B.13 para ası́ obtener
X m
Y
µ(d)τ (d) = (1 − τ (pi ))
d|n i=1
m
Y
= (1 − 2)
i=1
= (−1)m .
P
2. Hemos visto que σ(m) = d, ∀m ∈ Z+ . σ también es multiplicativa.
d|m
Gracias al lema B.13 podemos afirmar que
X m
Y
µ(d)σ(d) = (1 − σ(pi ))
d|n i=1
m
Y
= (1 − 1 − pi )
i=1
= (−1)m p1 · · · pm .
X
= 0, porque ϕ(2) = 1.
X
B.18 Lema. Si n = pα1 1 · · · pαmm , en donde los pi son primos distintos y los
αi ∈ Z+ , ∀i ∈ Im , entonces
X
|µ(d)| = 2m
d|n
Luego
X m
X X
|µ(d)| =|µ(1)| + |µ(pi )| + |µ(pi pj )| + · · · +
d|n i=1 i<j
X
+ |µ(pi1 · · · pik )| + · · · + |µ(p1 · · · pm )|
i1 <···<ik
m m m m
=1 + + + ··· + + ··· +
1 2 k m
=(1 + 1)m = 2m .
X
n = 4q + r, con 0≤r<4
X
Entonces, X n
f (n) = µ(d)F , ∀n ∈ Z+ .
d
d|n
Demostración.
X n X X
µ(d)F = µ(d) f (c)
d
d|n d|n c n
d
XX n
= µ(d)f (c)h1
dc
d|n c| n
d
X
= µ(α)f (β)h1 (γ)
αβγ=n
X X
= f (β) µ(α) ,
β|n α| n
β
Luego X n
µ(d)F = f (n).
d
d|n
X
276 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
Entonces X
F (n) = f (d), ∀n ∈ Z+ .
d|n
Demostración.
X XX d
f (d) = µ(c)F
c
d|n d|n c|d
XX d n
= µ(c)F h1
c d
d|n c|d
X
= µ(α)F (β)h1 (γ)
αβγ=n
X X
= F (β) µ(α)
β|n α| n
β
= F (n).
X
P
B.22 Lema. ∀n ∈ Z+ , ϕ(d) = n.
d|n
Luego X
#Hd = n.
d|n
De donde X n
ϕ = n;
d
d|n
por lo tanto X
ϕ (d) = n.
d|n
X
P n
B.23 Lema. ∀n ∈ Z+ , ϕ(n) = µ (d) .
d|n d
de donde X n
ϕ(n) = µ(d) , ∀n ∈ Z+ .
d
d|n
X
2. Si m = 1, análogo.
= ϕ(n)ϕ(m).
X
m
Q 1
Pero en el corolario B.24 se vio que ϕ(n) = n 1− , luego
i=1 pi
m
Y (−1)m
(1 − pi ) = p1 · · · pm ϕ(n). (B.2)
n
i=1
Demostración. 1. Sean d|n (d ∈ In ) y Hd = {k ∈ In (k, n) ∼ d}.
S
Como Hd = In , entonces
d|n
n
X X X
k2 = k2 ,
k=1 d|n k∈Hd
pero
X X k 2 X n
2 2
k =d = d2 j 2 = d2 s .
d d
k∈Hd k∈Hd j∈I n
d
(j, nd )∼1
2. Como
n
X n
k2 = (n + 1)(2n + 1).
6
k=1
ϕ(n)
s(n) = (2n2 + (−1)m p1 · · · pm ).
6
X
P n
3. ϕ(e)f = τ (n)f (n).
e|n e
n
P µ(d)d2 f
d
4. = σ(n)f (n).
d|n ϕ(d)
c
Entonces, n−1 + f (pn ) = |f (pn )|. De esto se deduce f (pn ) < 0, ya
2
que en caso contrario f seria nula. De lo anterior se desprende que
c
f (pn ) = − n .
2
c si k = 1
f (k) =
☎✄
(−c)s si k = pα1 1 · · · pαs s , en donde los pi son pri-
✆
s
mos distintos y αi ∈ Z+ , ∀i ∈ Is .
αi
2 i=1
De donde
pα − 1
f (pα ) = f (pα−1 ).
α
Podemos aplicar esta fórmula repetidamente para ası́ obtener
(pα − 1) (p(α − 1) − 1) (p2 − 1) (p − 1)
f (pα ) = ··· f (1)
α (α − 1) 2 1
α
c Y
= (pj − 1)
α!
j=1
pα+1 − 1
σ(n) = . (B.8)
p−1
Como
X µ(d)d2 f d α
µ(pi )p2i f pα−i
X
n
=
ϕ(d) ϕ(pi )
d|n i=0
p2 f (pα−1 )
= f (pα) − . (B.9)
p−1
pα
f (pα ) = α c;
− pj )
Q
(1
j=1
X
y por lo tanto 0 < ϕ(m)ϕ(n) < ϕ(mn).
Demostración.
⇒ i) Supongamos que n 6= 2.
Si (m, n) ∼ 1, entonces ϕ(mn) = ϕ(m)ϕ(n).
Pero como ϕ(mn) = ϕ(m), se tiene ϕ(m)ϕ(n) = ϕ(m), y por lo
tanto ϕ(n) = 1, luego n = 1 ó n = 2, lo cual es absurdo.
Si (m, n) ≁ 1, entonces, de acuerdo con lo visto en el ejercicio
B.31, tenemos que 0 < ϕ(m)ϕ(n) < ϕ(mn).
Luego 0 < ϕ(m)ϕ(n) < ϕ(m), por lo tanto 0 < ϕ(n) < 1, lo cual
es una contradicción.
De lo anterior se desprende que n = 2.
ii) Si m es par, entonces m = 2β con β ≥ 1, ó m = 2β q1β1 · · · qsβs , en
donde los qi son primos impares distintos y β, βi ∈ Z+ , ∀i ∈ Is .
Si m = 2β , entonces ϕ(2m) = 2β y ϕ(m) = 2β−1 lo cual es una
contradicción.
Si m = 2β q1β1 · · · qsβs , entonces ϕ(2m) = 2β ϕ(q1β1 · · · qsβs ) y ϕ(m) =
2β−1 ϕ(q1β1 · · · qsβs ), pero esto implica que ϕ(2m) > ϕ(m), lo cual
es una contradicción.
Por lo tanto m debe ser impar.
286 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
X
ϕ(a)
ϕ(mn) = ϕ(m)ϕ(n).
a
Demostración.
2) Si (m, n) ≁ 1, entonces
α
m = pα1 1 · · · pξ ξ q1β1 · · · qθβθ
y
γ
n = pγ11 · · · pξ ξ hλ1 1 · · · hλς ς
en donde los pi son primos diferentes, los qi son primos diferentes, los hδ
son primos diferentes y además ∀i y ∀j, (pi , qj ) ∼ (pi , hj ) ∼ (qi , hj ) ∼ 1.
Tanto los αi , como los βj , como los γv y los λδ son enteros positivos.
En el ejercicio B.31 vimos que
ξ
Y 1
ϕ(m)ϕ(n) = ϕ(mn) 1− . (B.10)
pi
i=1
ξ
ϕ(a) Y 1
= 1− . (B.11)
a pi
i=1
ϕ(a)
ϕ(m)ϕ(n) = ϕ(mn) .
a
X
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 287
ϕ(a)
ϕ(m) d = ϕ(ma) = ϕ(n). (B.12)
ϕ(d)
ϕ(a)
∈ Z+ . (B.13)
ϕ(d)
X
ϕ(m)
ϕ(mm) = ϕ(m)ϕ(m).
m
X
Cancelando ϕ(m), obtenemos ϕ(m2 ) = mϕ(m).
Demostración.
P ϕ(2)
1. Si n = 2 entonces d=1=2 .
(d,2)∼1 2
0<d<2
288 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
X
Demostración.
Luego
(4α + 2)ϕ(22+n )ϕ(β) = ϕ(23+n )ϕ(β(2α + 1)),
ası́
(4α + 2)2n+1 ϕ(β) = 2n+2 ϕ(β(2α + 1)),
entonces
(2α + 1)ϕ(β) = ϕ(β(2α + 1)).
y por lo tanto
Luego
2α + 1 = ϕ(2α + 1),
pero ϕ(2α + 1) es par (ver ejercicio B.29), por lo tanto hemos llegado
a una contradicción. Luego p 6≡ 1 mod 4.
c) Si p ≡ −1 mod 4, entonces existe α ∈ Z tal que p = 4α + 3; reem-
plazando en la ecuación de la hipótesis obtenemos
Luego
4(α + 1)ϕ(2(2α + 1)) = ϕ((2α + 1)(8(α + 1))).
por lo tanto
de donde
ϕ(8(α + 1)) = 4(α + 1). (B.14)
Por lo tanto
ϕ(α + 1) = α + 1.
Pero como α es par, α + 1 es impar y por el ejercicio B.29 tenemos
que ϕ(α + 1) es par, lo cual es una contradicción.
290 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
Luego
Cancelando obtenemos
Si α es impar, entonces
luego
2α − 1 = 2ϕ(α),
lo cual es absurdo.
Si α es par, entonces existe m, β ∈ Z+ tales que α = 2m β, con β
impar.
Luego 8α = 2m+3 β. De donde ϕ(8α) = 2m+2 ϕ(β). Reemplazando en
(B.17) obtenemos
2α − 1 = 2m+1 ϕ(β),
lo cual es absurdo.
c) Si p ≡ 1 mod 4, entonces existe γ ∈ Z+ tal que p = 4γ + 1. Reem-
plazando en la ecuación (p − 1)ϕ(p − 1) = ϕ(p2 − 1), obtenemos
Luego,
ϕ(2γ + 1) = 2γ.
Entonces 2γ + 1 es un primo, y por lo tanto p = 2h − 1 para algún
h primo impar.
X
B.38 Ejercicio. Si d|n y 0 < d < n, probar que n − ϕ(n) > d − ϕ(d).
Demostración.
X X
ϕ(a) = ϕ(a) + ϕ(d) + · · · + ϕ(n).
a|n a|d
a<d
Pero como X X
ϕ(a) = n y ϕ(a) = d,
a|n a|d
entonces
n = (d − ϕ(d)) + ϕ(d) + · · · + ϕ(n),
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 293
luego
n > (d − ϕ(d)) + ϕ(n).
Por lo tanto
n − ϕ(n) > d − ϕ(d).
X
X
Como pi es impar, entonces 2|pi − 1, ∀i ∈ Im . Luego 2m |ϕ(n).
4. H = {d ∈ Z+ | existe i ∈ In y d|δi }.
Si X X
S= f y Sd = f,
f ∈A f ∈Td
entonces X
S= µ(d)Sd .
d∈H
X
n
P hni
B.41 Ejercicio. Demuestre que µ(d) = 1.
d=1 d
0 d 2d ··· (α − 1)d αd n
n m
Luego =α+ .
d d
m hni hni
Pero como 0 ≤ < 1, entonces α = , y por lo tanto Sd = .
d d d
Por otra parte, si d ∈ H, entonces d ∈ In y también tenemos que si d ∈ In ,
entonces d|δd . Luego H = In .
Ası́ pues, la ecuación X
S= µ(d)Sd
d∈H
X
n
P hni n(n + 1)
B.42 Ejercicio. Demuestre que ϕ(d) = .
d=1 d 2
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 295
Luego
n
X X n(n + 1)
ϕ(d) = . (B.19)
2
k=1 d|k
X
km . Demuestre que
P
B.43 Ejercicio. Sean m, n ∈ Z+ y Sm (n) =
k∈In
(k,n)∼1
X sm (d) 1m + 2m + · · · + nm
= .
dm nm
d|n
n
X X X
km = km ,
k=1 d|n k∈Hd
296 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
pero
X X k m X n
m m
k =d = dm j m = dm Sm .
d d
k∈Hd k∈Hd j∈I n
d
n
( d
,j )∼1
X
la cual a su vez nos conduce a la fórmula pedida.
S3 (d) X (n + d)2
= µ(d)
n3 4nd
d|n
n X µ(d) 1 X 1 X
= + µ(d) + dµ(d)
4 d 2 4n
d|n d|n d|n
1 1 1 X
= ϕ(n) + (0) + dµ(d).
4 2 4n
d|n
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 297
X
x = pα1 1 · · · pαs s 2m .
1. Que m ≥ 3.
Como ϕ(2m ) = 2m−1 y 22 |2m−1 , entonces 22 |ϕ(n) = 4n + 2; luego,
2|2n + 1, lo cual es una contradicción.
3. Si m ≤ 1.
Como 2s |ϕ(n), entonces 2s−1 |2n+1; pero esto solo se tiene cuando s = 1.
Luego n = pα1 1 ó x = 2pα1 1 .
Como p1 es primo, se presentan dos posibilidades:
a) Que p1 = 4a + 1, entonces
Pero como ϕ(pα1 1 )|ϕ(n), entonces pα1 1 −1 4a|4n + 1, lo cual es una con-
tradicción.
298 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
X
ϕ(abk)ϕ(k) = ϕ(ak)ϕ(bk).
Demostración.
ϕ(abk)ϕ(k) = ϕ(a)ϕ(bk)ϕ(k)
= ϕ(ak)ϕ(bk).
a = p1α1 · · · pαnn ,
b = q1β1 · · · qm
βm
,
k = p1γ1 · · · pγs s q1λ1 · · · qrλr hµ1 1 · · · hµl l (B.20)
ó
k = pγ11 · · · pγs s q1λ1 · · · qrλr . (B.21)
n m
Y l
Y
Y 1 1 1
ϕ(akb)ϕ(k) = abk 1− 1− 1−
pi qj hu
i=1 j=1 u=1
s r
Y l
Y
Y 1 1 1
k 1− 1− 1−
pv qt hξ
v=1 t=1 ξ=1
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 299
y
n r
Y l
Y
Y 1 1 1
ϕ(ak)ϕ(bk) = ak 1− 1− 1−
pi qj hu
i=1 j=1 u=1
s m
Y l
Y
Y 1 1 1
bk 1− 1− 1− .
pv qj hξ
v=1 j=1 ξ=1
Luego
ϕ(abk)ϕ(k) = ϕ(ak)ϕ(bk).
X
Demostración. Sean k ∈ Z+ ,
Hk = {ha, b, ki a, b ∈ Z+ , (a, b) ∼ 1 y abk|m}
y
Tk = {hak, bki a, b ∈ Z+ , (a, b) ∼ 1, ak|m y bk|m}.
σk : Hk −→ Tk
ha, b, ki 7−→ σk ha, b, ki = hak, bki
= m m
2
=m .
X
n X µ2 (d)
= , ∀n ∈ Z+
ϕ(n) ϕ(d)
d|n
Demostración.
Si n = 1, el resultado se tiene.
X
De donde n µ(d)
Y
ln f (n) = ln F ,
d
d|n
y por lo tanto
Y n µ(d)
f (n) = F .
d
d|n
X
302 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
n
Por otra parte, si d|n, existe α ∈ Z+ tal que α|n y d = . Luego
α
Y Y λ Y Y λ
=
n
d
(λ, n )∼1 α
d|n (λ,d)∼1 α|n
d
λ≤d n
λ≤ α
Y Y λα
=
n
α|n (λα,n)∼α
λα≤n
Y Y β
=
n
α|n (β,n)∼α
0<β≤n
n!
= .
nn
Q λ n!
Llamando f (d) = y F (n) = n y aplicando el ejercicio B.27
(α,d)∼1 d n
1≤λ≤d
obtenemos
n
F (d)µ( d ) .
Y
f (n) =
d|n
Por lo tanto
µ( n )
Y λ Y d! d
= . (B.22)
n dd
(λ,n)∼1 d|n
1≤λ≤n
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 303
Pero
Q
λ
(α,n)∼1
Y λ 1≤λ≤n
=
n nϕ(n)
(λ,n)∼1
1≤λ≤n
w(n)
= . (B.23)
nϕ(n)
X
En efecto:
pero
1 ∼ (b, n) ∼ (nq + r, n) ∼ (r, n),
de donde se puede concluir que b̄ = r̄, con (r, n) ∼ 1, y por lo tanto
Lo anterior implica que el orden de Z∗n (#Z∗n ) es ϕ(n). Pero como (Z∗n ; ·)
es un grupo y ā ∈ Z∗n , entonces āϕ(n) = 1̄.
Por consiguiente aϕ(n) ≡ 1 mod n.
X
ap ≡ a mod p.
aϕ(p) ≡ 1 mod p.
De donde
ap−1 ≡ 1 mod p.
ap ≡ a mod p.
X
Demostración. Como
(an−1 )a + (−1)(an − 1) = 1,
entonces
(a, an − 1) ∼ 1,
luego
ā ∈ Z∗an −1 ,
por otra parte
ān = 1̄,
ya que an ≡ 1 mod (an − 1).
Supongamos que exista k ∈ In−1 tal que āk = 1̄. Entonces, an − 1|ak − 1.
Pero como an − 1 > 0 y ak − 1 > 0, se tiene que an − 1 ≤ ak − 1.
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 305
13|n37 − n. (B.24)
5
3. n37 − n = n(n6 − 1) n6j . Luego n7 − n|n37 − n. De donde
P
j=0
7|n37 − n.
17
4. n37 − n = n(n2 − 1) n2j . Luego n3 − n|n37 − n. Por lo tanto
P
j=0
3|n37 − n.
35
5. n37 − n = n(n − 1) nj . Entonces n2 − n|n37 − n. De esto se deduce
P
j=0
que
2|n37 − n.
Como 19|n37 −n, existe α ∈ Z tal que 19α = n37 −n. De (B.24) se desprende
que 13|19α, pero como (13, 19) ∼ 1, entonces 13|α. De donde
(19)(13)|n37 − n.
306 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
(7)(19)(13)|n37 − n.
(3)(7)(19)(13)|n37 − n.
(2)(3)(7)(19)(13)|n37 − n.
y
(2)(3)(7)(19)(13)(37)|n37 − n.
Por lo tanto
383838|n37 − n.
X
De donde
Por lo tanto
91|n12 − a12 .
X
1 1 7
B.56 Ejercicio. Demuestre que n5 + n3 + n es un entero para todo
5 3 15
entero n.
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 307
5|n5 − n y 3|n3 − n.
X
que es un número entero.
Luego
78 ≡ 1 mod 24.
Pero como
78 − 1|(78 )125 − 1
24|71000 − 1.
Por lo tanto,
71000 ≡ 1 mod 24,
X
es decir, el residuo al dividir 71000 por 24 es 1.
y
210 − 1|2170 − 1,
308 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
entonces
210 − 1|2340 − 1.
Pero 210 − 1 = 1023 = 3(341). Luego 341|210 − 1, y por lo tanto 341|2340 − 1.
De lo anterior se deduce que
X
(a + b)p ≡ ap + bp mod p.
Podemos extender este resultado por inducción, para ası́ obtener que
np ≡ n mod p. (B.27)
De donde
(−1)p np ≡ (−1)n mod p.
np ≡ n mod p.
Si p ∤ a, construimos el conjunto
Ha = {ak k ∈ Ip−1 }
Pero
p−1
Y p−1
Y
ak = ap−1 k. (B.29)
k=1 k=1
ap−1 = 1̄.
ap = a,
X
Luego
β−1 (p−1)
ap ≡1 mod pβ . (B.31)
n = pβ1 1 · · · pβmm .
Pero
ϕ ✝pk k ✞
β
− 1aϕ(n) − 1,
a ∀k ∈ Im ,
m
ϕ pβk k . Luego
Q
porque ϕ(n) =
k=1
pβk k aϕ(n) − 1,
∀k ∈ Im .
β
Pero como pβk k , pj j ∼ 1 si k 6= j, entonces
aϕ(n) ≡ 1 mod n.
X
#Z∗n = ϕ(n).
y
h[a]n , [b]m i · h[c]n , [d]m i = h[a]n [c]n , [b]m [d]m i
para cualquiera que sean [a]n , [c]n ∈ Zn y [b]m , [d]m ∈ Zm , es un anillo
conmutativo con unidad. Definamos la siguiente aplicación
σ : Z −→ Zn × Zm
;
a 7−→ σ(a) = h[a]n , [a]m i
N (σ) = mnZ.
Zn × Zm = Z N (σ).
Zn × Zm = Zmn .
Por otra parte, es fácil ver que el grupo de unidades de Zn × Zm es Z∗n × Z∗m .
Sabemos además que si τ es un isomorfismo de Zn ×Zm sobre Znm , entonces
τ (Z∗n × Z∗m ) = Z∗nm . Luego
Pero
# (Z∗n × Z∗m ) = # (Z∗n ) # (Z∗m ) . (B.33)
ϕ(n)ϕ(m) = ϕ(nm),
X
que era lo que tenı́amos que demostrar.
an ≡ an−ϕ(n) mod n.
Demostración.
n|aϕ(n) − 1.
Luego
n|an−ϕ(n) aϕ(n) − 1 .
De donde
n|an − an−ϕ(n) .
Por lo tanto
an ≡ an−ϕ(n) mod n.
pi |a, ∀i ∈ Is , y (qj , a) ∼ 1, ∀j ∈ Im ,
además
αi , βj ∈ Z+ , ∀i ∈ Is , y ∀j ∈ Im .
τ aϕ(τ ) − 1.
(B.34)
314 APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER
Pero como τ |n, por el ejercicio B.34, podemos afirmar que ϕ(τ )|ϕ(n).
Por lo tanto
aϕ(τ ) − 1aϕ(n) − 1.
(B.35)
τ aϕ(n) − 1.
(B.36)
γi , ∈ Z+ , ∀i ∈ Is , λ∈Z y (λ, pi ) ∼ 1.
Como
s m
Y
1
Y 1
n − ϕ(n) = n − n 1− 1−
pi qj
i=1 j=1
1
≥n−n 1−
pi
1
≥n
pi
αi −1
≥ pi , ∀i ∈ Is .
Pero
pαi i −1 ≥ αi , ∀i ∈ Is .
Entonces
n − ϕ(n) ≥ αi , ∀i ∈ Is
y con más razón
γi (n − ϕ(n)) ≥ αi , ∀i ∈ Is .
De donde γ (n−ϕ(n))
pαi i pi i , ∀i ∈ Is .
Pero como
γ (n−ϕ(n)) n−ϕ(n)
pi i a , ∀i ∈ Is ,
entonces
pαi i an−ϕ(n) ,
∀i ∈ Is .
APÉNDICE B. LAS FUNCIONES µ DE MÖBIUS Y ϕ DE EULER 315
Luego
pα1 1 · · · pαs s an−ϕ(n)
α
por ser pαi i , pj j ∼ 1, ∀i 6= j.
De lo anterior se deduce que
µan−ϕ(n) .
(B.37)
Luego
nan − an−ϕ(n) ,
an ≡ an−ϕ(n) mod n.
X
317
318 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
Lema de Eisenstein
Demostración.
y
q p q
h , i
2 2 2
II q x
p
y=
I
0 x
v p
2
X
C.1 Teorema. Sean f (x) = xn +an−1 xn−1 +· · ·+a0 ∈ Z[x] y p > 0 primo.
Entonces, la congruencia
k
Q
Como p|f (xk+1 ) y p|bi , ∀0 ≤ i ≤ k − 1, entonces pbk (xk+1 − xi ).
i=1
Luego p|bk , ó p|xk+1 − xi para algún i ∈ {1, . . . , k}.
Pero p ∤ xk+1 − xi ya que xk+1 y xi son incongruentes módulo p. Por lo
tanto p|bk .
De lo anterior se desprende que p|bi , ∀i = 0, . . . , n − 1 y como p también
n
Q
divide a f (xn+1 ), entonces p (xn+1 − xi ), de donde existe i ∈ In tal que
i=1
p|xn+1 − xi .
Lo anterior significa que xn+1 y xi son congruentes módulo p, lo cual es
X
una contradicción.
Pero (c, p) ∼ 1, ya que en caso contrario p|c, y por lo tanto p|a, lo cual es
una contradicción.
Del Pequeño Teorema de Fermat, se deduce que
p−1
De (C.5) y (C.6) se desprende que a 2 X
≡ 1 mod p.
p−1 p−1
pa 2 − 1 ó pa 2 + 1.
322 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
X
pero no ambos.
p−1
C.8 Lema. Sea p > 2 primo. Existe exactamente restos cuadráticos
2
módulo p.
p−1 S p+1
Demostración. Zp − {0} = 1, . . . , ,...,p − 1 .
2 2
p−1
Como p − k = −k, para todo k ∈ Z; en particular para k ∈ 1, . . . , ,
2
luego
p+1 p−1
, . . . , p − 1 = −1, . . . , − ,
2 2
de donde
[
p−1 p−1
Zp − {0} = 1, . . . , −1, . . . , − .
2 2
l, −l, j, −j.
Del lema C.6 se deduce que no existen más restos cuadráticos módulo p,
que soluciones incongruentes de la ecuación
p−1
x 2 ≡ 1 mod p,
pero gracias al teorema C.1 podemos decir que esta ecuación no tiene más
p−1
de soluciones incongruentes.
2
Combinando este resultado con el que se vio inicialmente, podemos afirmar
que los únicos restos cuadráticos módulo p son los que se tienen en (C.7).
p−1 X
De donde, existen exactamente restos cuadráticos mod p.
2
C.9 Lema. Sean a ∈ Z y p > 2 primo, tal que p ∤ a.
Si a no es un resto cuadrático módulo p, entonces
p−1
a 2 6≡ 1 mod p.
p−1
Demostración. Supongamos que a 2 ≡ 1 mod p; de los lemas C.6 y C.8
se desprende que la ecuación
p−1
x 2 ≡ 1 mod p
p−1 p−1
tiene + 1 soluciones incongruentes módulo p (los restos cuadrá-
2 2
X
ticos módulo p, y a), pero esto contradice el teorema C.1.
X
Demostración. Consecuencia inmediata de los lemas C.7 y C.9.
Por lo tanto
a
ak = p k + rk , con rk = pδk y 0 < rk < p;
p
Lema de Gauss
Luego
n
Y n
Y
p − rj ≡ −rj mod p,
j=1 j=1
326 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
de donde
m n
n
Y Y p−1
(−1) sk rj ≡ ! mod p.
2
k=1 j=1
Como
p−1
m
Y n
Y 2
Y
sk rj ≡ la mod p.
k=1 j=1 l=1
Entonces
p−1 p−1 p−1
(−1)n a 2 !≡ ! mod p.
2 2
p−1
Pero como p ∤ 2 !, entonces
p−1
a 2 ≡ (−1)n mod p. (C.8)
a
= (−1)n .
p
X
1
C.17 Lema. 2
p = (−1)[ 4 (p+1)] .
X
p+1
2. Si p ≡ 3 mod 8, entonces p = 8r + 3 para algún r ∈ Z. Luego =
4
2
2r + 1, de donde = (−1)2r+1 = −1, lo cual equivale a afirmar que
p
2 no es residuo cuadrático de los primos de la forma 8r + 3.
X
Demostración.
a b p−1 p−1 p−1
ab
1. = a 2 b 2 = ab 2 = , debido al criterio de Euler.
p p p
a b ab
Luego p − .
p p p
a b ab
Pero − ∈ {0, 2, −2}.
p p p
Se descartan 2 y −2, ya que p > 2 y primo.
APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA 329
a b ab a b ab
Luego − = 0, de donde = .
p p p p p p
p−1 p−1
2. Si a ≡ b mod p, entonces a = b, y por lo tanto
a 2 =b
2
; peropor
p−1 a p−1 b
el criterio de Euler tenemos que a 2 ≡ mod p y b 2 ≡
p p
mod p.
a b
Luego ≡ mod p.
p p
a b
Pero − ∈ {0, 2, −2} y ±2 se descartan ya que p > 2,
p p
a b a b
entonces − = 0, y por lo tanto = .
p p p p
2
a a a
3. = 1, luego = 1.
p p p
p−1 −1
4. Por el criterio de Euler tenemos que (−1) 2 ≡ mod p.
p
p−1 −1
Pero (−1) 2 − ∈ {0, 2, −2}, como ±2 se descartan, entonces
p
p−1 −1
(−1) 2 = .
p
X
Luego
−2
2 −1
1 si p ≡ 1 mod 8, ó p ≡ 3 mod 8
= =
p p p −1 si p ≡ −1 mod 8, ó p ≡ −3 mod 8.
X
Entonces
p−1
m
X n
X 2
X
sk + (p − rh ) = l.
k=1 h=1 l=1
Luego
p−1
m
X n
X 2
X
sk + np − rh = l.
k=1 h=1 l=1
m n m n
!
X X X X
sk + np − rh ≡ sk − np + rh mod 2.
k=1 h=1 k=1 h=1
APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA 331
Por lo tanto,
p−1
m n
!
2
X X X
l≡ sk − np + rh mod 2.
l=1 k=1 h=1
Por otra parte, de acuerdo a la forma como se encontró cada uno de los rh
p−1
sabemos que existe j entre 1 y tal que rh es el menor residuo positivo
2
que se obtiene al dividir jq por p.
Esto es,
jq p
jq = p + rh , con < rh ≤ p − 1. (C.12)
p 2
p−1
De la misma forma, para cada sk existe u entre 1 y tal que
2
uq p
uq = p + sk , con 1 ≤ sk < . (C.13)
p 2
Cancelando p se obtiene
p−1
2
X lq
n≡ mod 2.
p
l=1
De donde
✄
p−1
✟ ✠.
2
lq
n p
(−1) = (−1) l=1
p
Por el Lema de Gauss tenemos que (−1)n = . Luego
q
✄
p−1
✟ ✠.
2
lq
p p
= (−1) l=1
q
✄
p−1
✟ ✠.
2
lp
q q
= (−1) l=1
p
Por lo tanto,
✄
p−1
✄
p−1
✟✠ ✟ ✠,
2 2
lq lp
p q p
+ q
= (−1) l=1 l=1
q p
lo cual, de acuerdo al Lema de Eisenstein, se transforma en
p q p−1 q−1
= (−1) 2 2 ,
q p
X
que era lo que querı́amos demostrar.
3 p p−1 3−1 p−1
Demostración. Como = (−1) 2 2 = (−1) 2 .
p 3
3 p−1
p
Luego = (−1) 2 .
p 3
p
Pero como x2 ≡ 1 mod 3 es soluble, entonces es 1 si p ≡ 1 mod 3.
3
p
x2 ≡ 2 mod 3 no es soluble. Luego es −1 si p ≡ 2 mod 3.
3
Resumiendo, tenemos que
(
p 1 si p ≡ 1 mod 3
=
3 −1 si p ≡ 2 mod 3.
Sabemos que:
5 −5
C.24 Ejemplo. Calcule y para todo primo p > 2, p 6= 5.
p p
5 p p−1 5−1
Demostración. 1. = (−1) 2 2 = (−1)p−1 = 1 ya que p es
p 5
impar.
5 p
Luego = .
p 5
Como las congruencias x2 ≡ 1 mod 5 y x2 ≡ −1 mod 5 tienen solu-
ción en Z5 y las congruencias x2 ≡ 2 mod 5 y x2 ≡ −2 mod 5 no la
tienen, entonces
(
p 1 si p ≡ ±1 mod 5
=
5 −1 si p ≡ ±2 mod 5.
Luego
( 1 si p ≡ ±1 mod 5
5
=
p −1 si p ≡ ±2 mod 5.
(
−1 p−1 1 si p ≡ 1 mod 4
2. = (−1) 2 =
p −1 si p ≡ −1 mod 4.
Luego
1 si (p ≡ 1 mod 4 y p ≡ 1 mod 5), ó
(p ≡ 1 mod 4 y p ≡ −1 mod 5), ó
(p ≡ −2 mod 5 y p ≡ −1 mod 4), ó
−5
(p ≡ 2 mod 5 y p ≡ −1 mod 4)
=
p
−1 si (p ≡ 1 mod 4 y p ≡ 2 mod 5), ó
(p ≡ 1 mod 4 y p ≡ −2 mod 5), ó
(p ≡ −1 mod 4 y p ≡ 1 mod 5), ó
(p ≡ −1 mod 4 y p ≡ −1 mod 5).
Entonces,
1 si p ≡ 1 mod 20, ó p ≡ −11 mod 20, ó
−5
p≡3 mod 20, ó p ≡ −13 mod 20
=
p
−1 si p ≡ −3 mod 20, ó p ≡ −7 mod 20, ó
p ≡ −9 mod 20, ó p ≡ −1 mod 20.
X
336 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
Demostración.
Sea
m
X
x= ai bi xi .
i=1
x ≡ ak mod pk .
X
10
C.26 Ejemplo. Calcule para todo primo p > 2, p 6= 5.
p
10 2 5
Demostración. = , como
p p p
( 1 si p ≡ ±1 mod 8 ( 1 si p ≡ ±1 mod 5
2 5
= y =
p −1 si p ≡ ±3 mod 8. p −1 si p ≡ ±3 mod 5.
Luego,
1 si (p ≡ 1 mod 8 y p ≡ 1 mod 5),
ó, (p ≡ 1 mod 8 y p ≡ −1 mod 5),
ó, (p ≡ −1 mod 8 y p ≡ 1 mod 5),
ó, (p ≡ −1 mod 8 y p ≡ −1 mod 5),
ó, (p ≡ 3 mod 8 y p ≡ 3 mod 5),
ó, (p ≡ 3 mod 8 y p ≡ −3 mod 5),
ó, (p ≡ −3 mod 8 y p ≡ 3 mod 5),
10
ó, (p ≡ −3 mod 8 y p ≡ −3 mod 5)
=
p
−1 si (p ≡ 1 mod 8 y p ≡ 3 mod 5),
ó, (p ≡ 1 mod 8 y p ≡ −3 mod 5),
ó, (p ≡ −1 mod 8 y p ≡ 3 mod 5),
ó, (p ≡ −1 mod 8 y p ≡ −3 mod 5),
ó, (p ≡ 3 mod 8 y p ≡ 1 mod 5),
ó, (p ≡ 3 mod 8 y p ≡ −1 mod 5),
ó, (p ≡ −3 mod 8 y p ≡ 1 mod 5),
ó, (p ≡ −3 mod 8 y p ≡ −1 mod 5).
5x1 + 8z1 = 1.
338 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
p ≡ x mod p1 p2 ,
en donde x = a1 b1 x1 + a2 b2 x2 = −15 + 16 = 1.
Por lo tanto los primos p que satisfacen las congruencias p ≡ 1 mod 8 y
p ≡ 1 mod 5 son precisamente aquellos que satisfacen
339
340 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
X
7
C.27 Ejemplo. Calcule para todo p > 2 primo p 6= 7.
p
7 p 7−1 p−1 3
Demostración. = (−1) 2 2 = (−1) 2 (p−1) .
p 7
7 p 3
Luego = (−1) 2 (p−1) .
p 7
Pero (
3
(p−1)
1 si p ≡ 1 mod 4
(−1) 2 =
−1 si p ≡ −1 mod 4.
(
p 1 si p ≡ 1 mod 7 ó p ≡ 2 mod 7 ó p≡4 mod 7
=
7 −1 si p ≡ 3 mod 7 ó p ≡ 5 mod 7 ó p≡6 mod 7.
1 si (p ≡ 1 mod 7 y p ≡ 1 mod 4),
ó, (p ≡ 2 mod 7 y p ≡ 1 mod 4),
ó, (p ≡ 4 mod 7 y p ≡ 1 mod 4),
ó, (p ≡ 3 mod 7 y p ≡ −1 mod 4),
ó, (p ≡ 5 mod 7 y p ≡ −1 mod 4),
ó, (p ≡ 6 mod 7 y p ≡ −1 mod 4)
7
=
p
−1 si (p ≡ 3 mod 7 y p ≡ 1 mod 4),
ó, (p ≡ 5 mod 7 y p ≡ 1 mod 4),
ó, (p ≡ 6 mod 7 y p ≡ 1 mod 4),
ó, (p ≡ 1 mod 7 y p ≡ −1 mod 4),
ó, (p ≡ 2 mod 7 y p ≡ −1 mod 4),
ó, (p ≡ 4 mod 7 y p ≡ −1 mod 4).
341
342 APÉNDICE C. LEY GAUSSIANA DE LA RECIPROCIDAD CUADRÁTICA
Comentario final
Evariste Galois
(1811–1832)
343
344 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
Su evaluador el señor Dinet, solicitó que le dijera todo lo que sabı́a sobre la
teorı́a de los logaritmos. Galois se limitó a escribir en el tablero las siguientes
sucesiones:
1, a, a2 , a3 , . . .
0, 1, 2, 3, . . .
pobre señor Guigniault, no recordaba que él era quien habı́a solicitado la
expulsión de Galois!
Después de esta sanción, Galois se enlistó en la tercera baterı́a de la Guardia
Nacional de Artillerı́a, la cual estaba integrada por un buen número de
republicanos; pero su permanencia allı́ fue muy corta, debido a que Luis
Felipe la disolvió por la participación que tuvo en los disturbios del 21 de
diciembre de 1830.
Deseoso de difundir sus teorı́as algebraicas, resolvió dictar un curso en
enero de 1831. El anuncio por el cual se invitaba a asistir decı́a: “El curso
está compuesto de teorı́as, algunas de las cuales son nuevas y ninguna de
ellas ha sido publicada o expuesta en público. Aquı́ mencionaremos solo
una nueva teorı́a de las cantidades imaginarias, la teorı́a de las ecuaciones
solubles por radicales, la teorı́a de los números y las funciones elı́pticas
tratadas por el álgebra pura”.
A la primera clase asistieron unos 40 alumnos, la semana siguiente asistieron
diez y la tercera solo cuatro. Posiblemente esto se debió al hecho de que
a menudo el genio no es consciente de las limitaciones cognoscitivas que
tenemos los demás hombres. Finalmente, el curso se suspendió por razones
obvias.
Nuevamente su fiel amigo Chevalier, conocedor de la importancia de la
memoria sobre las condiciones de solubilidad de ecuaciones por medio de
radicales, insistió para que Galois la presentara por tercera vez a la Acade-
mia; este accedió ilusionado por la promesa que le habı́a hecho Poisson, en
el sentido que esta vez tendrı́a especial cuidado para que no se perdiera. La
monografı́a fue enviada el 16 de enero de 1831. François Arago, secretario
de la Academia, nombró como evaluadores a Lacroix y Poisson.
Los acontecimientos de diciembre de 1830 trajeron como consecuencia la
detención de diecinueve miembros de la disuelta Guardia Nacional de Arti-
llerı́a, Galois no estaba entre ellos. Después de un juicio, salieron absueltos;
por tal motivo, el 9 de mayo de 1831, los republicanos organizaron un ban-
quete en honor de estos diecinueve jóvenes. Durante este homenaje, Galois
ofreció un brindis por Luis Felipe, portando en la mano izquierda una copa
de vino y en la derecha un puñal que apuntaba hacia la superficie del vino,
lo cual significaba una amenaza a la vida del rey. Al dı́a siguiente fue dete-
nido y más tarde lo trasladaron a la cárcel Sainte–Pélagie. El 15 de junio
se le sometió a un juicio en el que enfrentó con valor las acusaciones que se
le hicieron y convirtió la silla de los acusados en una tribuna de denuncia
352 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
escribir a los veinte años. A nadie le digo que debo algo que haya de valor
en mi obra, a su consejo o aliento. Y no lo digo porque serı́a una mentira.
Juro que nada tengo que agradecer a los importantes del mundo o de la
ciencia”.
“Les debo a los hombres importantes de la ciencia el que la primera de las
dos monografı́as contenidas en esta obra aparezca muy tarde. Les debo a
los hombres importantes del mundo el que todo esto lo escribı́ en la prisión,
una morada difı́cilmente adecuada para la meditación y donde a menudo
me sentı́ pasmado por mi propia indiferencia, que me llevaba a permanecer
con la boca cerrada frente a mis crı́ticos estúpidos, ignorantes, desdeñosos.
La causa de mi estadı́a en la prisión nada tiene que ver con el tema que
ahora trato. (El autor es republicano y miembro de la Sociedad de Amigos
del Pueblo. Mostró con un gesto que el regicidio puede ser deseable). Pero
debo decir cómo los manuscritos se extravı́an muy frecuentemente en los
portafolios de los caballeros del Instituto, si bien apenas puedo concebir tal
distracción en quienes ya tienen la muerte de Abel sobre su conciencia. Me
bastará, ya que no debo compararme con este célebre matemático, decir que
mi monografı́a sobre la teorı́a de las ecuaciones fue enviada a la Academia
en febrero de 1830 (en forma menos completa en 1829), que nada supe luego
de esos manuscritos, y que me fue imposible recobrarlos. Quizá haya dicho
demasiado, pero deseaba explicar al lector por qué me era absolutamente
imposible embellecer o desfigurar mi obra con una dedicatoria”.
“En segundo lugar, los dos tratados son breves. Hay por lo menos en ellos
tanta álgebra como francés. De estas acusaciones me confieso culpable. Pu-
de haber aumentado el número de ecuaciones sustituyendo sucesivamente
todas las letras del alfabeto en cada ecuación, numerándolas en orden”.
“Esto habrı́a multiplicado indefinidamente el número de ecuaciones, si se
reflexiona que después del alfabeto latino está también el alfabeto griego
y, si éstos se agotan, nada nos impide utilizar letras arábigas y, en caso
necesario, ¡chinas!. Habrı́a sido extremadamente fácil cambiar cada frase
diez veces, teniendo la precaución de preceder cada cambio por una pala-
bra solemne: teorema; llegar a resultados mediante nuestro análisis al viejo
modo de Euclides; hacer preceder y seguir cada proposición por una serie
formidable de ejemplos especiales. ¡Y decir que, de tantos métodos, no he
sido capaz de elegir ni uno solo! ”.
“En tercer lugar. Debe admitirse que el ojo de un maestro vio la primera
de las dos monografı́as impresas aquı́. Un extracto enviado a la Academia
en 1831 fue sometido al examen de M. Poisson, que dijo no entender nada
APÉNDICE D. EVARISTE GALOIS 355
Cegado por la ira, Galois la ofendió de palabra, situación que resultó per-
fecta para que el amante de Eva, Pécheux d’Herbinville, y un primo de esta,
Mauricie Lauvergnat, aprovechando la fogosidad e inexperiencia del joven
genio en estos campos, lo condujeran hábilmente hacia un duelo de honor.
En una carta que dirigió a dos amigos les decı́a: “Quiero que sepa que me
bato en contra de mi voluntad, después de haber agotado todos los medios
de reconciliación”.
El mismo “amigo” que le habı́a presentado a Eva prontamente apareció ofre-
ciéndose como testigo, y mostrando una especial diligencia, se apresuró a
conseguir el otro testigo, el cual era absolutamente desconocido para Galois.
El duelo fue concertado para el 30 de mayo de 1832.
Consciente del poco tiempo de vida que le quedaba, resolvió dedicar la
noche del 29 de mayo a escribir algunas cartas en donde dejaba plasmados
los últimos resultados a los que habı́a llegado, ası́ como también explicaba
el motivo de su muerte y se despedı́a de los republicanos. Los documentos
que escribió fueron los siguientes:
Nada se sabe sobre lo que ocurrió la mañana del 30 de mayo. Las noticias
de prensa informaban que Galois fue encontrado herido, alrededor de medio
dı́a por un campesino, quien lo trasladó al hospital Chochin. Su hermano
Alfred fue la única persona conocida con la cual pudo hablar Evariste Galois
antes de su deceso ocurrido el Jueves 31 de mayo a las 10 a.m.
Sus exequias fueron muy concurridas; a ellas asistieron de dosmil a tres-
mil personas. El cadáver fue enterrado en una fosa común. Existen ciertos
factores que han hecho pensar a los historiadores de la matemática que el
mencionado “duelo de honor” que segó la vida de Evariste Galois no fue
sino una trampa que se le tendió por parte de la temible policı́a del rey.
Es un hecho indiscutible, que después de los acontecimientos del banquete
del 9 de mayo de 1831, Galois fue objeto de una implacable persecución.
Sus padecimientos en la cárcel son una prueba palpable de esto. Era de es-
perarse que después de haber manifestado simbólicamente que el regicidio
era posible, no le iban a permitir que al finalizar su condena, continuara
libremente sus actividades en la Sociedad de Amigos del Pueblo. Durante
la revolución de 1848 se encontraron en los archivos de la policı́a algunos
documentos que comprometı́an a ciertos republicanos como espı́as del go-
bierno. En 1849 se empieza a poner en duda en una nota aparecida en
Nouvelles annales de mathématiques la versión oficial que existı́a so-
bre su muerte, cuando se afirma que: “Galois fue asesinado el 31 de mayo
de 1832 en un ası́ llamado duelo de honor. . . ”.
Por otra parte, el prefecto de policı́a sabı́a todo lo relativo a la muerte
de Galois, y tenı́a preparada la policı́a para prevenir disturbios durante
el sepelio. Decı́a, por ejemplo, que Galois lo mató un amigo; afirmación
realmente extraña, porque no se conocieron testigos de este crimen.
358 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
Obra de
Evariste Galois
Esta memoria es un sumario1 de una obra que he tenido el honor de pre-
sentar a la Academia hace un año. Como esta obra no fue comprendida y
las proposiciones que contenı́a fueron indudablemente rechazadas, me con-
tentaré por dar aquı́ en forma sintética los principios generales, y solo una
aplicación de mi teorı́a. Ruego a los árbitros que lean por lo menos estas
pocas páginas con atención.
Se encontrará aquı́ una condición general que deben satisfacer todas las
ecuaciones solubles por medio de radicales, y que recı́procamente asegura
su solubilidad. Se hace solo una aplicación a ecuaciones cuyo grado es un
número primo. He aquı́ el teorema propuesto por nuestro análisis:
Para que una ecuación de grado primo que no tiene divisores racionales
sea soluble por radicales, es necesario y suficiente que todas sus raı́ces sean
funciones racionales de dos cualesquiera de ellas.
Otras aplicaciones de la teorı́a son teorı́as particulares en sı́ mismas. Requie-
ren, además, el empleo y la teorı́a de números y de un algoritmo particular:
la reservaremos para otra ocasión. En parte, están relacionadas con las
ecuaciones modulares de la teorı́a de funciones elı́pticas que, como demos-
traremos no pueden resolverse por radicales.
E. Galois
16 de enero de 1831.
360 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
Principios
xn − 1
=0
x−1
APÉNDICE D. EVARISTE GALOIS 361
donde n es primo, una raı́z de una de las ecuaciones auxiliares del Sr. Gauss,
esta ecuación se descompone en factores y se torna, por lo tanto, reducible.
Las sustituciones son el paso de una permutación a otra.
La permutación de donde se parte para indicar las sustituciones es total-
mente arbitraria cuando tratamos con funciones, porque no hay ninguna
razón para que, en una función de varias letras, una letra ocupe una posi-
ción primero que otra.
Sin embargo, como no se puede crear la idea de una sustitución sin origi-
nar una permutación, hacemos en el lenguaje un empleo frecuente de las
permutaciones, y consideramos las sustituciones únicamente como el paso
de una permutación a otra.
Cuando deseamos agrupar sustituciones, las hacemos proceder de la misma
permutación.
Como construiremos siempre permutaciones donde la disposición primitiva
de letras no influye en nada en el grupo que consideramos, se deberá realizar
la misma sustitución que se hizo en la permutación de donde se partió.
Luego, si en un grupo están las sustituciones S y T , se está seguro de tener
la sustitución ST .
Estas son las definiciones que pensamos debı́amos recalcar.
D.1 Lema. Una ecuación irreducible no puede tener una raı́z en común
con una ecuación racional sin dividirla.
V = Aa + Bb + Cc + · · · ,
En efecto2 , sea
V = ϕ(a, b, c, d, . . . ),
o bien
V − ϕ(a, b, c, d, . . . ) = 0.
F (V, a) = 0.
F (V, b) = 0,
D.5 Proposición.
abcd · · · k,
bcd · · · ka,
cd · · · kab,
········· ,
kabc · · · i;
ϕV = ϕV ′ = ϕV ′′ = · · · = ϕV (n−1) .
ϕV = ϕV ′ = ϕV ′′ = · · · = ϕV (n−1) ,
D.6 Proposición.
Demostración.
2o Hemos visto más arriba que todos los valores de V eran funciones ra-
cionales los unos de los otros. En vista de esto, supongamos que V sea
366 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
Luego (lema 1)
ϕµ F (V ) = ϕu (V ),
ϕµ F (V ′ ) = ϕu (V ′ ).
X
Demostración. Se encuentra la demostración.14 , 15
D.8 Proposición.
D.9 Proposición.
Problema. ¿En qué caso una ecuación es soluble por radicales simples?
será invariante bajo todas las permutaciones del grupo total, y por consi-
guiente, será ahora conocida.
Si se extrae la raı́z p–ésima de esta función, y se le adjunta a la ecuación,
entonces por la proposición D.8, el grupo de la ecuación no contendrá más
sustituciones que aquellas de los grupos parciales.
Ası́, para que sea posible reducir el grupo de una ecuación mediante la
extracción de una raı́z simple, la condición antes enunciada es necesaria y
suficiente.
Adjuntemos a la ecuación el radical en cuestión; podemos ahora razonar
con respecto al nuevo grupo como con respecto al precedente y debe ser
posible también descomponerlo en la forma indicada, y ası́ sucesivamente,
hasta lograr un grupo que contenga únicamente una permutación.17
APÉNDICE D. EVARISTE GALOIS 369
Ahora este grupo se divide ası́ mismo en tres grupos, como se indica en los
teoremas D.6, D.7. Ası́, por la extracción de un solo radical de tercer grado,
se tiene simplemente el grupo
abcd
badc
cdab
dcba
y este grupo de nuevo se divide en dos grupos:
abcd cdab
badc dcba.
abcd
badc
el cual será resuelto finalmente por una simple extracción de una raı́z cua-
drada.
Se obtiene de este modo, o bien la solución de Descartes, o bien la de
Euler; porque después de la solución de la ecuación auxiliar de tercer grado
se extraen por último tres raı́ces cuadradas; se sabe que es suficiente con
dos, ya que la tercera se deduce racionalmente.
A continuación vamos a aplicar esta condición a las ecuaciones irreducibles
de grado primo.
D.10 Proposición.
Lema. Una ecuación irreducible de grado primo no puede llegar a ser re-
ducible por la adjunción de una radical cuyo ı́ndice sea diferente al grado
de la ecuación.18
todos del mismo grado, lo cual es imposible, a menos que f (x, r) sea de
primer grado en x.
Ası́, una ecuación irreducible de grado primo no puede llegar a ser reducible,
a menos que su grupo se reduzca a una única permutación.
D.11 Proposición.
Problema. ¿Cuál es el grupo de una ecuación irreducible de grado primo
n si es soluble por radicales?
xn+1 = x1 , . . . , es claro que cada una de las sustituciones del grupo (G) pue-
de ser obtenida por la sustitución de xk+c en lugar de xk desde el principio
hasta el final, siendo c una constante).
Consideremos uno cualquiera de los grupos semejantes al grupo (G). De
acuerdo con el teorema D.6, puede ser obtenido aplicándole la misma susti-
tución desde el principio hasta el final; por ejemplo, sustituyendo en todas
partes en el grupo (G), xk por xf (k) , siendo f una cierta función.
Como las sustituciones de este nuevo grupo deberán ser las mismas que
aquellas del grupo (G), se tendrá
f (k + c) = f (k) + c,
siendo c independiente de k.
Luego:
f (k + 2c) = f (k) + 2c
f (k + mc) = f (k) + mc.
Si c = 1 k = 0, se encuentra
f (m) = am + b,
o bien
f (k) = ak + b,
siendo a y b constantes.
Ası́, el grupo que precede inmediatamente al grupo (G) no puede contener
cualquier sustitución además de aquellas de la forma
xk , xak+b
D.12 Proposición.
Teorema. Para que una ecuación irreducible de grado primo sea soluble por
radicales, es necesario y suficiente que siendo conocidas dos cualesquiera de
sus raı́ces, las otras se deduzcan racionalmente de estas.
APÉNDICE D. EVARISTE GALOIS 373
xk , xak+b
nunca deja dos letras en el mismo lugar; es claro que adjuntando dos raı́ces
de la ecuación, por la proposición D.8, su grupo deberá reducirse a una sola
permutación.
En segundo lugar, es suficiente porque en este caso ninguna sustitución del
grupo puede dejar dos letras en el mismo lugar. Por consiguiente, el grupo
contendrá a lo más (n − 1) permutaciones. Luego, él no contendrá más
que una sola sustitución cı́clica (si no tendrı́a al menos n2 permutaciones).
Entonces, cada sustitución del grupo xk , xf (k) debe satisfacer la condición
f (k + c) = f (k) + c,
entonces, etc.
El teorema está ası́ demostrado.20
E. Galois.
a b c d e
b c d e a
c d e a b
d e a b c
e a b c d
a c e b d
c e b d a
e b d a c
b d a c e
d a c e b
a e d c b
e d c b a
d c b a e
c b a e d
b a e d c
374 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
a d b e c
d b e c a
b e c a d
e c a d b
c a d b e
(4) NHE Esto parece ser una referencia al § del capı́tulo 2 de “Memoria
sobre una propiedad general de una clase muy extensa de funciones
trascendentes” de Abel. Por otra parte, Galois dice “Serı́a fácil pa-
ra mı́ probar que yo no conocı́a aún el nombre de Abel cuando pre-
senté mis primeras investigaciones sobre la teorı́a de ecuaciones al
Instituto y que la solución de Abel no podı́a haber aparecido antes que
la mı́a”.
que tiene como raı́ces todos los diferentes valores que V toma cuando
se permutan las raı́ces. Por el lema D.5, g(x) divide a G(x), y por
tanto, todas las raı́ces de g se obtienen “por intercambio de letras en
V ”.
(17) NAM Galois parte del hecho de que las hipótesis actuales, las p per-
mutaciones 1, β, γ, . . . , de la nota (12) son de la forma 1, β, β 2 , . . . , β p−1 .
380 APÉNDICE D. LA HERENCIA MATEMÁTICA QUE NOS DEJO GALOIS
Evariste Galois
(1811–1832)
Los señores Lacroix y Poisson hacen la siguiente relación sobre la memoria
del Sr. Galois relativa a las condiciones de solubilidad por radicales.
“El objetivo que el autor se ha propuesto en esta memoria es demostrar un
teorema que se enuncia ası́:
Para que una ecuación irreducible de grado primo sea soluble por radicales
es necesario y suficiente que, conocidas dos cualesquiera de sus raı́ces, las
otras se deduzcan racionalmente.
APÉNDICE D. EVARISTE GALOIS 383
[6] Apóstol, Tom M., Calculus, Tomo I, segunda edición, Editorial Re-
verté S.A., Barcelona, 1980.
385
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sey, 1971.
393
394 ÍNDICE DE MATERIAS
unidades, 34
valuación euclidiana, 65
Vandermonde, Alexandre–Theóphile,
69
Veronese, Giuseppe, 71
Vieta, Francisco, 95
Wallis, John, 8
Waring, Edward, 29
Whitehead, Alfred North, 95