Segura - 2016 DISCURSO NARRATIVO
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Hugo Segura
Universidad Santo Tomás (Talca)
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ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Hugo Segura1
RESUMEN
ABSTRACT
_____________________________________________________
1
Fonoaudiólogo, profesor asistente de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Autónoma de Chile, sede Talca. E-Mail:
[email protected]
Segura H. Discurso narrativo para niños con TEL
and later, the intervention efficiency. The present work presents the early efficacy of an
intervention program for narrative discourse for preschool and school age children. A to-
tal of 20 children with diagnosis of Specific Language Impairment that atended to special
language schools of Talca city received intervention with the program in small groups (up
to 3 participants). Their narrative skills were assessed before the treatment and after the in-
tervention ended. The intervention lasted for 45 minutes and was administered weekly for
8 weeks. Initial and final narrative assessment was done through retelling of Frog, where
are you and Frog on his own. Results are presente don narrative microstructure, narrative
quality and narrative complexity indexes. Results and projections for speech and language
practice are discussed.
Keywords: Narrative discourse, narrative episode, narrative quality and complexity, SLI.
INTRODUCCIÓN
Las ciencias de la salud, así como las de educación, y dentro de ellas la fonoaudiología están adscri-
biendo cada vez más fuertemente al concepto de Práctica Basada en Evidencia (Dollaghan, 2007). Esta es
concebida como el uso racional y juicioso de la evidencia de tres fuentes de información para tomar decisio-
nes sobre la intervención de un cliente (Dollaghan, 2007; Sackett, Rosemberg, Gray, Haynes y Richardson,
1996; Spencer, Dietrich y Slocum, 2012). Las fuentes de la evidencia son: la derivada de investigaciones
rigurosas sobre las evaluaciones e intervenciones que se pueden efectuar con distintas poblaciones, la obte-
nida a partir de las preferencias de un cliente plenamente informado, y las derivadas de la propia práctica del
profesional (Dollaghan, 2007; Slocum, Spencer, y Dietrich, 2012).
Para calificar como evidencia de buena calidad, una intervención debe haber sido publicada y eva-
luada en múltiples etapas. Fey y Finestack (2009) proponen un modelo de cinco etapas para el desarrollo de
una intervención: Se comenzaría con la etapa de pre-ensayo, en la que se establecen los modelos de inter-
vención, los diseños y los principios elementales. Los estudios de esta etapa son normalmente de tipo ob-
servacional y/o correlacional. En segundo lugar, se encuentran los estudios de factibilidad, cuyo objetivo es
determinar si las principales estrategias adoptadas por la intervención sirven, es decir, si son aplicables a una
población específica. Buscan determinar si la intervención tal como está diseñada logra cambios medibles en
los participantes, si los participantes toleran la dosis de intervención, qué aspecto es mejor aceptado por los
participantes, etc. La tercera etapa es conocida como estudios de eficacia temprana, cuyo foco es determinar
el efecto de un conjunto de técnicas y procedimientos sobre algunos objetivos establecidos. Este tipo de es-
tudios se fortalecen mediante cuatro aspectos a los que se debe cuidar: 1) descripción de la intervención; 2)
medición de la fidelidad del tratamiento; 3) confiabilidad de las mediciones; y 4) validez interna. En cuarto
lugar, están los estudios de eficacia tardía, en la que se evalúa el efecto de un tratamiento comparado con
otro, o a una condición de no-tratamiento. En estos estudios debería haber una clara evidencia del efecto del
tratamiento bajo condiciones ideales de laboratorio. Finalmente, una intervención debería pasar por estudios
de efectividad, los que buscan determinar el efecto de la intervención bajo contextos típicos clínicos. Se
prueba la intervención con diferentes grupos en estudio para determinar, por ejemplo, cómo se compara la
intervención en estudio con otras (en significancia estadística de los cambios y más importante, en términos
de tamaño de efecto), qué ocurre cuando hay atrición de los participantes, qué diferencia en términos de
costo-beneficio hay entre las intervenciones.
Narración
El discurso narrativo es el relato de una sucesión de eventos que están vinculados temporal y cau-
salmente (Ochs, 1997). Se encuentra en todas las culturas (Bruner, 1991), y abarca prácticamente todo el
ciclo vital, desde el nacimiento hasta la tercera edad (Mar, 2004). Constituye un género discursivo que se
considera en un punto intermedio entre el conversacional y el expositivo, en términos de dificultad para el
hablante (Petersen, 2011). A lo anterior, se agrega el hecho de estar probado como un importante predictor
temprano de las habilidades lingüísticas posteriores, del desarrollo de la lectoescritura (Griffin, Hemphill,
Camp y Palmer Wolf, 2004; Wellman, et al., 2011; Gardner-Neblett y Iruka, 2015), del desarrollo de las habi-
lidades matemáticas (O’Neill, Pearce y Pick, 2004), e incluso del éxito académico posterior del niño (Muñoz,
Gillam, Peña y Gulley-Fahenle, 2003).
La narración puede ser vista desde varios puntos de análisis. Tradicionalmente se estudia desde el
punto de vista de su macroestructura (Stein y Glenn, 1979), concepto que se refiere a las características genera-
les de la historia, y se estructura en torno a los elementos conocidos como los componentes de la gramática de
la historia. Entre estos elementos se encuentran los personajes, los eventos iniciales que dan origen a la histo-
ria en sí, las acciones que los personajes realizan, las consecuencias derivadas de esas acciones, entre otras.
Una narración para ser considerada de buena calidad no basta con solo contener los elementos. Estos
deben estar incluidos dentro de una organización estructurada que los relacione. A esto se le llama episodio.
Stein y Glenn (1979) definieron el episodio como el resultado de la unión de cinco componentes: el evento
inicial, la respuesta interna, la acción, la consecuencia y la reacción. Si, por ejemplo, la consecuencia no está
vinculada con el evento inicial, el episodio queda abierto o inconcluso, lo que es típico de relatos de niños
pequeños, o de niños con dificultades en el desarrollo del lenguaje (Acosta, Moreno, Axpe y Lorenzo, 2010).
Se entenderá por calidad episódica el episodio que cuenta con todas sus partes constituyentes y es-
pecialmente, que la consecuencia tenga directa relación con el evento inicial. Por otro lado, la completitud
episódica tiene que ver con el número de elementos que aparecen en el episodio, pudiendo aparecer más de
un personaje, o ambiente en el que se desarrolle la acción.
El otro punto de análisis del discurso narrativo es el microestructural. Hay varias perspectivas en torno
a lo que se considera la microestructura del relato (cfr. Justice, Bowles, Kaderavek, Eisenberg, y Gillam, 2006;
Petersen, Laing y Gillam, 2008), pero para efectos prácticos se entenderá la miscroestructura como el con-
junto de los siguientes elementos: frases nominales elaboradas, verbos mentales, conjunciones coordinantes
y subordinantes y adverbios. Se considera una frase nominal como elaborada cuando un sustantivo contiene
más de un determinante. Los determinantes pueden ser artículos, adjetivos, demostrativos, etc. (Justice et al.,
2006). Los verbos mentales pueden ser de tres tipos: los referidos a motivaciones o intenciones (e.g. querer,
tener que, poder); los referidos a la experiencia en forma de emociones (e.g. estar feliz, triste, etc.), de re-
acciones psicológicas (e.g. estar cansado, hambriento, etc.), o de percepciones (e.g. mirar, escuchar, darse
cuenta, etc.); finalmente están los verbos que se refieren a estados cognitivos (e.g. saber, conocer, olvidar,
etc.) (Fusté-Herrmann, Silliman, Bahr, Fasnacht y Federico, 2006).
Otro nivel de análisis del discurso narrativo es el del episodio. Múltiples autores concuerdan en que
el episodio está compuesto por, al menos un personaje, al que algo le ocurre (evento inicial), lo que hace que
haga algo (acción) para lograr una meta y se produzca un resultado o final (cfr. Peterson y McCabe, 1983;
Trabasso y Nickels, 1992; Schneider y Dubé, 2005). A esta forma básica, pero que se considera completa, se
le pueden agregar otros elementos que le agregan complejidad, por ejemplo, cuando el narrador explicita
los estados internos de los personajes (motivaciones, reacciones), o los objetivos que se proponen lograr los
personajes, también llamado meta (Olsewski, 2013).
Los niños con TEL son descritos como niños que presentan un desarrollo lento y distinto del curso
típico del lenguaje en ausencia de dificultades sensoriales, motoras, cognitivas y sociales que expliquen el
cuadro (Botting y Conti Ramsden, 2004). Esta dificultad del desarrollo se ha investigado profusamente en
relación con las características del discurso narrativo (cfr. Acosta, Moreno y Axpe, 2013). Este trastorno puede
afectar la vertiente comprensiva y/o expresiva del lenguaje oral, en sus aspectos fonológico, morfológico, sin-
táctico, semántico y/o pragmático, con relativa preservación de las habilidades no verbales del niño (Acosta,
Ramírez y Hernández, 2013; Petersen y Gardner, 2011).
Los niños con TEL pueden presentar una expresión ausente de errores superficialmente. Esto puede
llevar a error y creer que han superado su dificultad, pero en realidad continúa existiendo déficit en el de-
sarrollo de su lenguaje. Estas dificultades, si bien no son evidentes, reflejan una alteración subyacente que
se manifiesta en tareas que requieren de habilidades comunicativas y lingüísticas más complejas que las
interacciones cotidianas (Swanson, Fey, Mills y Hood, 2005; Colozzo, Gillam, Wood, Schnell y Johnston,
2011). Esto presenta varias implicancias: que la evaluación (y por lo tanto la intervención) debe enfocarse
en aspectos que trasciendan los aspectos superficiales del lenguaje; por otra parte, las pruebas que evalúan
formalmente el lenguaje deberían ser complementadas con tareas más demandantes que el discurso conver-
sacional, como la narración (Botting, 2002).
Existen relativamente pocos programas de intervención para el discurso narrativo (crf. Petersen, 2011),
y en español aún menos. En Chile, se cuenta con el programa terapéutico de estimulación del discurso narra-
tivo (EDEN, Maggiolo, Pavez y Coloma, 2003), que está orientado al desarrollo de habilidades de cohesión,
relaciones de contenido (e.g. causales, temporales y de finalidad); y categorías formales del discurso (e.g.
Personaje, presentación de problema, meta, acción, obstáculo y resultado). Este programa ha demostrado
tener efectos positivos en el desarrollo discursivo de niños con TEL (e.g. Maggiolo, Coloma y Pavez, 2009). El
programa EDEN consiste de varias sesiones que comprenden actividades lúdicas para estimular el desarrollo
narrativo, tanto en su forma como en su contenido. Es considerado la primera iniciativa destinada a la esti-
mulación de la narración en nuestro medio.
En el presente artículo se presenta un nuevo programa, que consiste en intervención modular del
discurso narrativo, el que ha sido desarrollado en forma iterativa desde hace dos años y que busca abordar
el discurso desde su unidad más básica: el episodio.
Utiliza apoyos gráficos, lo que ha sido documentado previamente en la literatura como un recurso
de gran valor en la intervención para niños con TEL (cfr. Finestack, 2012). Otra característica, es que está or-
ganizada en forma concéntrica, expandiendo las habilidades desarrolladas previamente y tiene la estructura
de un juego colaborativo, lo que disminuye la posibilidad de frustración que normalmente se asocia a tareas
de tipo competitivo. Se compone de dos módulos independientes, de ocho sesiones de trabajo cada uno. En
el primer módulo se trabaja la estructura del episodio, con énfasis en los elementos macroestructurales de la
narración. En las ocho sesiones del segundo módulo, se trabaja centrado el foco en los elementos microes-
tructurales de la historia. En cada sesión se aborda cada uno de los elementos (adjetivos, verbos mentales
según la clasificación de Hall y Nagy, 1987; Frases, nominales elaboradas, adverbios, etc.). En la estructura
de cada sesión de trabajo, el terapeuta sigue un guion de trabajo haciendo que los niños tomen turnos para
participar, lo que permite que la intervención pueda ser medida en cuanto a los aspectos de dosificación de
la intensidad del tratamiento, lo que incrementa la replicabilidad de los logros que se obtengan (Baker, 2012;
Warren, Fey y Yoder, 2007).
H1: El programa de intervención produce cambios en la calidad episódica de las narraciones de los
niños.
H2: El programa de intervención produce cambios en la complejidad episódica de las narraciones de
los niños.
H3: El programa de intervención produce cambios en los aspectos microestructurales de las narracio-
nes de los niños.
MÉTODOS
El presente estudio es de tipo cuasi experimental, dado que no hubo asignación de participantes de
manera aleatoria; es pre- post y cuantitativo (Montero y León, 2002).
Variables Dependientes:
Calidad episódica: definida como la completitud de los episodios primario y secundarios de la narración.
Aspectos microestructurales: Compuestos por: frases nominales complejas, verbos mentales, verbos
físicos, conjunciones coordinantes y conjunciones subordinantes.
Participantes: los participantes fueron 13 niños y 7 niñas que asistían a dos escuelas de lenguaje de
la ciudad de Talca. La selección se realizó por conveniencia. El diagnóstico de TEL expresivo fue realizado
por la fonoaudióloga del establecimiento usando las pruebas indicadas en el decreto que rige el funciona-
miento de las escuelas especiales de lenguaje en Chile. La selección se realizó después de que el estudio
fuera aprobado por el comité de Ética de la Universidad Autónoma de Chile. Los padres de los participantes
fueron informados tanto verbalmente como por escrito del propósito de la investigación, así como de los
procedimientos de evaluación e intervención, después de lo cual firmaron el consentimiento informado que
autorizaba a su pupilo a participar de la investigación. El diagnóstico de TEL, normalmente se realiza aplican-
do instrumentos que están indicados por el decreto que rige el funcionamiento de las escuelas de lenguaje,
pero no es exigido por dicho decreto que los niños sean evaluados formalmente en relación con su nivel
auditivo (solo es estimado por los fonoaudiólogos). Lo mismo ocurre con los aspectos cognitivos no verbales
(Decreto N° 1300, 2002).
Las evaluaciones de selección de los participantes incluyeron una estimación de la cognición no ver-
bal usando el test TONI-2 (Brown, Sherbenou y Johnsen, 2009) para descartar que la dificultad de lenguaje
estuviera asociada a problemas cognitivos más generales. También se aplicó una prueba de screening audi-
tivo para descartar hipoacusia, que ya ha sido validada previamente (Masalski y Krecicki, 2013). El objetivo
era contar con la muestra más representativa posible de los participantes.
Una vez obtenida la muestra, todas las pautas de evaluación aplicadas fueron desidentificadas, asig-
nando un código a cada participante.
Tabla 1.
Procedimientos
Los discursos narrativos fueron obtenidos usando el método de recontado, mostrando en formato de
video digital las imágenes de las historias de la serie de Rana, de Marcer Meyer: Rana, dónde estás? (Mayer,
1969), para la evaluación inicial; y La rana solitaria (Mayer, 1973) para la evaluación final. La presentación
en video es acompañada por un audio en el que se relata de forma normal, clara y con un volumen cómodo
para el participante. Las historias tienen elementos microestructurales, así como macroestructurales que no
difieren significativamente, por lo que son comparables entre sí en tareas de recontado (Olszewski, Segura y
Gillam, 2011).
Una vez terminada la presentación de la historia, se mostró una presentación digital que contenía solo
las imágenes y se le pidió al participante que contara el cuento, el que fue grabado digitalmente y guardado
con un código de identificación para el nombre del archivo.
La intervención constó de sesiones en las que se introdujo un elemento nuclear de la actividad (e.g. el
evento inicial de la narración, los verbos mentales, etc.), y trabajando por turnos, los participantes debieron
construir colectivamente una historia que incluya el elemento introducido, así como los elementos que han
sido trabajados en sesiones previas. En cada relato se enfatizó el aspecto cíclico del episodio como unidad
central de la narración. Se hizo uso de organizadores gráficos que permitran a los participantes recordar cada
elemento que ha aparecido en la historia, lo que se ha demostrado como un principio facilitador de la narra-
ción en diversas poblaciones (Westerveld y Gillon, 2008; Finestack, 2012). El organizador gráfico señalaba
los elementos macroestructurales en la historia y su orden. Cada elemento macroestructural se obtuvo al
azar, lo que aumenta la variabilidad de la experiencia de los participantes y hace la intervención más lúdica
y hasta cierto punto, desafiante para los niños, porque los elementos que aparecen al azar según el diseño del
programa de intervención, son personaje, ambiente, evento inicial, pero son los niños los que deben concluir
el episodio, y muchas veces esto resulta difícil para ellos.
Durante las sesiones, el terapeuta aplicaba estrategias de abordaje de objetivos: vertical, horizontal o
cíclica (cfr. McCauley y Fey, 2006; Fey y Finestack, 2009), así como también técnicas de facilitación del len-
guaje de acuerdo con las necesidades que demuestran los participantes, entre las que se cuentan: modelado,
expansión, extensión, reformulación y andamiaje, entre otras (cfr. Petersen et al., 2008; Puyuelo, Torres, San-
tana, Segarra y Villalta, 2002). Las estrategias están indicadas por un guion que los terapeutas debían seguir.
Una vez terminada la construcción colaborativa de la historia, el terapeuta hacía que un títere contara
completa la historia que habían creado, y cada niño se turnaba para hacer lo mismo. Finalizaba la sesión
con una actividad de cierre, que podía ser el dibujo de la historia por parte de los niños, o un juego que les
permitiera recordar los elementos que trabajaron ese día.
La intervención se extendió por 8 sesiones, con una frecuencia de una sesión por semana, y con una
duración de aproximadamente 45 minutos cada una. Al finalizar las sesiones se seleccionó al azar el 20%
de las sesiones para determinar la fidelidad de la intervención utilizando una pauta de cotejo creada para tal
efecto tomando los elementos centrales de cada sesión y revisando los archivos de audio. Esta alcanzó entre
el 96 y 98% entre las duplas de terapeutas.
RESULTADOS
Las transcripciones fueron analizadas en primer lugar para determinar su nivel de confiabilidad, de
acuerdo con las propuestas de Heilman et al., (2008). Posteriormente, las narraciones fueron analizadas de
acuerdo con la completitud episódica y la complejidad episódica (Olszewki, 2013). Finalmente, se analizó la
confiabilidad de las narraciones en relación con los aspectos microestructurales de estas. Las comparaciones
de las muestras pre y post fueron hechas calculando el estadístico t de Student usando el programa SPSS 21
(IBM Corp, 2012).
Tabla 2
Se puede ver en la tabla 2 los niveles de confiabilidad de las transcripciones al que llegaron los
asistentes de investigación, así como la confiabilidad alcanzada en los análisis de calidad, complejidad y el
análisis a nivel microestructural de las narraciones.
Tabla 3
Diferencias relacionadas
media Desviación Error Tipico 95% IC t gl Sig (bilateral)
estándar
inferior superior
Calidad -,081 ,134 ,0291 -.141 -,0196 -2,758 20 ,012
Com-
-,076 ,131 ,0287 -,136 -,0158 -2,634 20 ,016
plejidad
Nota: Se aplicó la prueba t de student para muestras pareadas.
Como se puede ver en la tabla 3, tanto la calidad como la complejidad mostraron diferencias estadís-
ticamente significativas entre la evaluación inicial y la final.
Tabla 4
Diferencias emparejadas
95% IC
Media Desviación Media de error inferior superior t gl Sig. (bilate-
estándar ral)
estándar
VF -12,85 14,35 3,21 -19,568 -6,132 -4,004 19 ,001
VM -4,15 2,39 ,53 -5,269 -3,031 -7,765 19 ,001
FNC -2,65 3,66 ,818 -4,363 -,937 -3,238 19 ,004
CC -4,95 14,78 3,30 -11,868 1,968 -1,498 19 ,151
CS -2,25 2,49 ,557 -3,415 -1,085 -4,042 19 ,001
Nota: VF= Verbos Físicos; VM= Verbos Mentales; FNC= Frases Nominales Complejas; CC= Conjunciones Coordinantes; CS= Conjun-
ciones Subordinantes
La tabla 4 muestra que se registran cambios significativos en casi todas las variables, a excepción de
las conjunciones coordinantes.
Tabla 5
Variable d de Cohen
Calidad .57
Complejidad .68
Nota: Los tamaños de efecto reportados en la tabla 5 fueron calculados usando la fórmula estándar d=M1-M2/Spooled donde spoole-
d
=√[(s12+s22)/2].
Se observa que el mayor tamaño de efecto se registra en los verbos mentales, siendo considerada
como grande, mientras que la menor se observa en conjunciones coordinantes y en los índices de compleji-
dad y calidad episódica.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
Los datos permiten concluir que el programa de intervención aplicado presenta aceptables caracterís-
ticas de eficacia. Los logros de los grupos en estudio difieren significativamente entre la evaluación previa a
la intervención y la posterior. Los principales logros se encuentran a nivel de estructura narrativa, demostran-
do historias que tienen mayor completitud y complejidad en los episodios y no solamente se tratan de una
acumulación numérica de elementos macroestructurales. Esto significa que las historias presentan episodios
más completos, indicando que quedan menos episodios inconclusos, como normalmente ocurre con niños
diagnosticados con TEL (Acosta et al., 2013).
Junto con lo anterior, también se demuestran incrementos en índices de los aspectos microestructura-
les de las historias relatadas por los participantes.
Los aspectos microestructurales que mayor cambio presentaron fueron los verbos mentales, mientras
que los que menos cambiaron fueron las conjunciones coordinantes. Esto se puede deber a que hubo una
enseñanza explícita de los verbos mentales, mientras que las conjunciones coordinantes no recibieron un
abordaje similar. Es llamativa la gran diferencia que se puede ver entre los tamaños de efecto de los dos tipos
de conjunciones. Esto puede deberse al factor mencionado previamente (falta de enseñanza explícita), pero,
además, como ya fue mencionado, la narración es una secuencia de enunciados que están vinculados tem-
poral y lógicamente. Para lo primero, se podrían usar solamente conectores de tipo coordinante (e.g. El niño
buscó la rana y salió al parque), mientras que, para dar una vinculación causal, es más probable necesitar
recursos de tipo subordinante (e.g. El niño se asustó porque el perro se había caído).
la intervención narrativa de niños con TEL. Los pasos siguientes deberían implicar, por ejemplo, comparar la
eficacia del programa presentado con lo que ya existe disponible en el medio (Maggiolo et al., 2009); incluir
grupos controles, para limitar las posibles amenazas a la validez interna; estudiar su aplicabilidad a otros
grupos de interés clínico; o analizando los posibles efectos de la intervención en aspectos no abordados en
el presente trabajo.
Otro posible estudio resultaría de analizar los efectos de la presente intervención con otra forma de
elicitación, por ejemplo, con narración usando un formato de creación de historia, pero no en una tarea de
recontado, lo que disminuiría los efectos de memoria y quizás apuntaría a las capacidades narrativas más
específicas de los participantes.
CONCLUSIONES
A partir de los hallazgos, se confirman las tres hipótesis planteadas. Los niños a los que se les aplicó el
programa de intervención demuestran cambios en sus narraciones en relación con la completitud episódica,
con la complejidad de los episodios que utilizan en sus narraciones y también en los aspectos microestruc-
turales de sus relatos.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco en primer lugar a la doctora Abbie Olszewski CCC-SLP por permitirme usar la rúbrica de análisis
de complejidad y calidad episódica. Agradezco a Bárbara Canales, Pía Ramírez, Bárbara Díaz, Francisca
González, Jean Pierre Bravo, Camila López, Andrea Ried, Fernanda González, Daniela Quitral, Valeska Ma-
rabolí, Natalia Ramírez, Mabel Opazo, Josefina Valderrama, Alexsandra Rojas y Sofía Retamal, los estudian-
tes de pregrado que trabajaron durante dos años consecutivos para lograr obtener los datos que se presentan.
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APÉNDICE
Ejemplo de narración previa a la intervención
- Un niño con su perro tenían una ranita y se durmieron y la ranita se salió del jarro.
- Y luego el niño busco en su bota y el perro bu> busco ene le tarro pero se le taX la cabeza.
- Y X afuera la ranita pero como el tarro era muy pesado el perro se cayó.
- Y el niño bus> busco e> en un hoyo y (y) el perro por mientras le estaba ladrando a unas abejas.
- X niño estaba buscando Xn niño en el (en el) árbol X grande y (y) el perro (el perro) estaba est> le
rompió la (la) (la) colmena.
- Y luego salió un búho en el árbol y luego el perro corrió con toda sus (con toda) su fuerza y luego
EH X niño estaba tratando de escapar y se sujetó en una rama pero no era una rama real eran unos y
eran unos cuernos de un (de un) EH como se llama eso? no me X como se llamaba.
- EH el los dos el perro X corrió al lado del reno y X había un estanque ene y lueX los dos se cayeron.
- Luego el niño vio un troco y ahí dijo a su perro que guardara silencio sie se sumammo ahí y encon-
traron un una su rana pero con una rana (una rana) mamá y tenia muchos hijitos y ahí uno salto sobr>
uno X a el y entonces se sibio llevarlo y luego (y luego) le dijo a su rana (le dijo a su rana) que adiós
y tammien al la familia.
La rana en el parque.
- había una vez una rana que vi> que estaba en un (en un) mar con una tortuga.
- Y (y) metió su lengua en la flor encontró un objeto muy grande muy delicioso para comer y lo metió
en su boca y se dio cuenta que era una abeja.
- Y la rana sal> se metió la mujer estaba buscando algo que comer entonces como se metió encontró
la sacó su mano y encontró la rana.
- Y y la rana dijo puedo puedo puedo nadar qu> puedo navegar el barco y saltó y se hundió.
- Y dijo y el gato tratando de atraparlo a este a esa rana el ratón la mamá sosteniendo a su bebé y el
gato tratando de atraparlo.
- Y luego y luego se> hasta que se desmayó y su perro di> ladró y decía el niño deja a mi rana en paz.
- Y luego fueron paseando hasta que la rana se cansó de sus aventuras y tuvo que ir se acostó en la X
de nuevo.
- Colorin colorado este cuento se ha acabado zapatito roto mañana te cuento otro.