Tobas (Final Seminario)
Tobas (Final Seminario)
Tobas (Final Seminario)
Nuestro Silencio (voces del pueblo toba que gritan por su identidad)
Es la voz de los mismos pueblos originarios que nos hablan para que todos
escuchemos. Es la voz, la memoria de un pueblo silenciado, plasmada en un libro
bilingüe, para que tanto nosotros los blancos, como ellos, podamos siempre recordar.
Para no repetir, para no perpetuar. Para cambiar.
Hay una historia oficial respecto del exterminio al cual se somete aún hoy a los
pueblos originarios. Y hay otra historia, que se abre camino a gritos, con decisión, con
una firme determinación de que, de una vez por todas, la verdad oculta salga a la luz.
Hasta tanto no reconozcamos, que los pueblos originarios de nuestro país han
existido, existen, han tenido y tienen derechos negados, no podremos continuar en
una construcción real de nuestra sociedad. Nos convertimos en un país que excluye,
margina, discrimina y extermina. “Los descendientes de las víctimas dijeron que vivirán
un eterno Napalpí. Un Napalpí actualizado, un Napalpí vigente. “La masacre de todos
los días “, Cita Pedro Jorge Solans en “Crímenes en sangre”.
Hoy más que nunca necesitamos que devele, que se cree conciencias, que se
denuncie, pero sobre que se haga.
Por eso, apoyar los libros que nos cuentan su historia, significa apoyarlos. Multiplicar
sus voces. Hacerlas un arma pacífica, una herramienta de poder, para que cese el
exterminio. Quizás desde el reconocimiento de la cultura, se logre un mayor
reconocimiento en otras áreas, donde es poco lo hecho y donde tanto falta por lograr.
Quizás porque hasta ahora, lo que se hizo para ellos, desde la visión del blanco no
sirve. Quizás porque necesitemos que sean ellos quienes nos digan qué están
necesitando.
El pueblo toba, cuyo etnónimo es Qom, conforma uno de los pueblos originarios con
mayor presencia actual en el territorio argentino.
Los pueblos originarios del Gran Chaco, se mantuvieron por lo general independientes
hasta muy avanzado el siglo XIX. En Argentina costó décadas, desde los años
ochenta de dicha centuria, la conquista del territorio y el sometimiento de sus gentes.
Conquistar y someter lo hicieron más bien haciendas y empresas, viendo las mismas a
continuación y sin ningún problema reconocidos y defendidos por Argentina unos
títulos sobre la tierra extensibles al dominio sobre comunidades y personas
literalmente cautivas en su propio territorio. En la segunda mitad del siglo XX, cuando
dejaron de servir como mano de obra agraria, se produjo la expulsión masiva. Así
arrancó y así ha venido progresando el genocidio que sufre el pueblo toba.
El otro gran problema es que la asistencia social y la educación entre los pueblos
originarios han estado siempre, directa o indirectamente, explícita o implícitamente,
dirigida hacia la aculturación. Esto tiene que ver con la historia de un país, en donde la
masa de la población desciende de inmigrantes de los más diversos orígenes, en
donde los pueblos originarios son considerados, en el mejor de los casos, como un
extranjero más. El objetivo del Estado fue, desde los inicios, el de integrar a esa
diversidad en una identidad nacional nueva. La diversidad cultural se aceptaba en el
extranjero recién llegado, pero no en sus hijos nacidos en el país. La misión de
aculturarlos, estaba a cargo de las instituciones del. Estado, sobre todo el sistema
educativo y las Fuerzas Armadas, a través del Servicio Militar Obligatorio. Estas
instituciones también proporcionaban un control médico y sanitario y asistencia
alimentaria en casos de necesidad. Por fortuna, el Servicio Militar ya no existe, pero el
sistema educativo mantiene en gran medida sus características originales. Como
consecuencia, los pueblos originarios argentinos no pueden acceder a una educación
en su lengua materna. Esto implica una dificultad tremenda para los niños que inician
su educación primaria a los cinco o seis años. Esta diversidad provoca, en el mejor de
los casos, un retraso escolar y, muy frecuentemente, el abandono de todo intento de
escolarización. En los últimos años, el único avance que se ha logrado es la
introducción de maestros bilingües en las escuelas con mucha cantidad de niños
pertenecientes a los pueblos originarios.
Enlaces:
Sitios de Internet:
Raíces Tobas
http://argentina.indymedia.org
www.granchaco.com
www.indigenas.bioetica.org
http://www.elgranchaco.com/index.php?SeccionId=9&PagId=&Id=37&menup=28&menuh=37
Contexto Histórico
Originalmente habitaban una extensa región del Norte argentino: la zona conocida
como " Gran Chaco", término que en lengua aymará quiere decir "lugar de cacería".
Además de la provincia que lleva ese nombre, la región chaqueña abarca total o
parcialmente otras cuatro provincias argentinas (Santa Fe, Santiago del Estero, Salta y
Formosa), y se extiende hacia el vecino Paraguay. En los orígenes, el Chaco estaba
cubierto por inmensos bosques de especies vegetales muy valiosas, como el
"quebracho".
Los tobas eran un grupo nómade, que como tal vivía de la caza, la pesca y la
recolección; si bien, por irradiación desde la región andina, habían adoptado algunos
elementos culturales más avanzados, tales como la cerámica, el tejido con fibras
vegetales y la cestería.
Como muchos pueblos que reunieron estas características, la vida cotidiana estaba
regida fuertemente por pautas místicas, en las que el chamán (o piogonak) cumplía
una función decisiva al interior de la comunidad, ya que centralizaba profundos
conocimientos que le permitían interpretar las fuerzas naturales y brindar las
necesarias soluciones a los desequilibrios sociales e individuales.
Sitios en Internet:
Toqoit contiene la raíz toba toq- ‘colorado’ y hace referencia al hábito de pintarse el
rostro, en diversas ocasiones, con una tintura extraída de la planta Bixa Orellana,
también denominada urucú por otros pueblos amerindios. También se la considera la
denominación dada por grupos mocovíes a grupos tobas.
Los tobas se denominan a sí mismos Qom, que en su propio idioma, significa gente.
Pero la palabra qom no sólo designa a los integrantes de su propio pueblo, sino que
también, nombra a toda persona que forma parte de un pueblo originario.
Sitios de Internet
http://tiempo.elargentino.com/notas/qom-lugar-de-toba
Según la ECPI, en Argentina viven 69.462 personas que se autodefinen como tobas o
descienden de ellos en primera generación: 47.591 viven en las provincias de Chaco, Formosa y
Santa Fe, 14.466 en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires y 7.395 en el resto del país
(incluye la provincia de Salta); 68,6% de la población total autoidentificada como toba vive en
zonas urbanas.
Del total de la población toba encuestada, 46,2% considera que su lengua materna es indígena:
así lo declara 65,0% de los tobas que viven en las provincias de Chaco,
Formosa y Santa Fe, y sólo 4,0% de los tobas que viven en la Ciudad de Buenos Aires y los 24
partidos del Gran Buenos Aires. Con respecto a las cifras de la población de más de cinco años
que habla lenguas indígenas en el hogar, 63,3% lo hace en las provincias de Chaco, Formosa y
Santa Fe, mientras que no hay datos significativos para la Ciudad de Buenos Aires y partidos
del Gran Buenos Aires (que incluyen 13.181 tobas). El porcentaje total de tobas que habla y/o
entiende lenguas indígenas en el hogar es de 58%, concentrándose 78% en hogares de más de
cinco años en las provincias de Chaco, Formosa y Santa Fe, y 12% en los hogares de la Ciudad
de Buenos Aires y partidos del Gran Buenos Aires. Estas cifras indican un fuerte
desplazamiento de la lengua en zonas urbanas.
Sitios de Internet:
http://www.maestriaenlinguistica.uson.mx/work/resources/LocalContent/73876/4/Tesis%20Belen
%20Carpio.pdf
Educación
Hay que destacar que el reclamo histórico por parte de las comunidades indígenas de
que los Maestros responsables de las clases deban cumplir con el requisito de
conocimiento de la cultura e idioma de la etnia de la escuela dio su fruto en la
provincia de Chaco. Es en esta provincia donde se crea el Centro de investigación y
Formación para la Modalidad Indígena (C.I.F.M.A.) que trabaja desde 1995 con las
comunidades toba qom, wichí y mocoví siendo uno de los pocos institutos terciarios
del país que otorga el título de profesor Intercultural Bilingüe.
Intentando sostener la cultura y la lengua qom a la vez que transmitir los saberes escolares de la
sociedad global trabaja dentro de la modalidad "Intercultural Bilingüe", aprobada (luego de más de 13
años de reclamos) por el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. Las
clases de lengua y artesanía qom son dictadas por maestros aborígenes idóneos seleccionados por el
Consejo de Ancianos de la Escuela (representantes aborígenes de la comunidad)
cuyo funcionamiento constituye, junto con los de las Escuelas Nº 1333 de Rosario (toba) y Nº 1338 de
Recreo (Mocoví), una experiencia única en nuestro país.
Sitios de Internet:
http://culturatoba.org.ar/nosotros/tag/qom/
http://www.revistabermejo.blogspot.com/
http://www.encuentro.gov.ar/nota-615-Diversidad-y-riqueza.html
Tras la llegada del conquistador español ocurrida en el siglo XVI, los tobas unificaron
sus fuerzas en defensa de su libertad y ejercitaron una tenaz y prolongada resistencia
al avance colonizador. Mientras numerosos pueblos originarios de América Latina
fueron diezmados, sometidos y reducidos a una condición de servidumbre para
realizar trabajos forzados en favor de los conquistadores, los tobas se mantuvieron en
pie de guerra durante más de cuatrocientos años en defensa de su propia gente y el
territorio que habitaban. Adoptaron el uso del caballo y se hicieron de armas que les
permitieron ganar movilidad en su desplazamiento y adquirir efectividad en el combate,
determinando de gran manera la expansión de la frontera española en el actual
Nordeste Argentino, restringiendo la distribución y el crecimiento de las ciudades
coloniales, y amenazando las rutas de comercio de la época.
Sólo hacia mediados de la década de 1880 pudo ser doblegada la resistencia armada
de las comunidades. El extenso desgaste por los continuos enfrentamientos, las
constantes incursiones de los ejércitos conquistadores, con el permanente
financiamiento y refuerzo de tropas, las enfermedades que devastaban las
poblaciones originarias (como tuberculosis y viruela, cólera y hepatitis), la superioridad
en armas y la consolidación nacional del Estado argentino, con su rígida política de
combatir las poblaciones originarias que aún resistían, finalmente lograron reducir las
fuerzas de los nativos.
Una sola empresa, con directorio en Londres, "La Forestal", llegó a acaparar más de
dos millones de hectáreas sólo en una provincia de la región chaqueña. La producción
de tanino o extracto de quebracho, durmientes para los ferrocarriles y postes para
cercos, convirtió en pocas décadas el inmenso bosque en un inmenso páramo. Un
árbol de quebracho tarda cien años en crecer, y a nadie le interesaba esperar tanto
tiempo... Con grandes dificultades, los tobas se adaptaron a una nueva situación
mucho más opresiva. Muy pocos trabajaron en la industria maderera: en su
cosmovisión los árboles de quebracho eran sagrados, y gran parte de sus discordias
con el blanco tuvieren en su origen la depredación del bosque. Pudieron continuar
pescando en el río Bermejito, que atraviesa la región de la provincia del Chaco, en
donde se asentaron en su mayoría. Eventualmente, podían vender sus artesanías,
pero no es mucho el turismo en esa región que pueda comprarlas; y también realizar
tareas rurales o domésticas, en el caso de las mujeres, al servicio de los colonizadores
blancos. Pero, sobre todo, fue a partir de la orientación de la región chaqueña, hacia la
producción algodonera, cuando tuvieron mejores posibilidades de subsistencia. Una
vez al año, participaban masivamente en la cosecha de algodón, lo que les permitía
hacerse con una buena suma de dinero en efectivo. Administrado por las mujeres, ese
dinero podía alcanzar para cubrir las necesidades más imperiosas, hasta la próxima
cosecha.
Masacre de Napalpí
A la mañana del 19 de julio, 130 policías y algunos civiles partieron desde la localidad
de Quitilipi hasta Napalpí. Después de 45 minutos de disparar los Winchester y
Mauser a todo lo que se movía, sólo quedó el silencio y la humareda de los fusiles.
Los heridos –fueran hombres, mujeres o niños– fueron asesinados a machetazos. El
periódico Heraldo del Norte recordó el hecho a finales de la década del ’20: "Como a
las nueve, y sin que los inocentes indígenas realizaran un solo disparo, hicieron
repetidas descargas cerradas y enseguida, en medio del pánico de los indios (más
mujeres y niños que hombres), atacaron. Se produjo entonces la más cobarde y feroz
carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad".
"Crímenes en sangre" es un relato que desnuda en forma de novela los trasfondos de un episodio
aberrante que sucedió en el Territorio Nacional del Chaco el 19 de julio de 1924, cuando fueron
asesinados centenares de peones rurales aborígenes.
Se abordan las nefastas consecuencias de aquella trágica matanza y se alerta sobre "el actual genocidio
de los pueblos originarios, que ocurre a silencio, sigilosamente, a fuego lento, en forma casi desapercibida
para la opinión pública". Se pone de relieve, cómo los episodios actuales ratifican la vigencia de los
sucesos trágicos de Napalpí y, a través de distintos testimonios, se revelan los intereses ocultos que hay
detrás de la desaparición de los aborígenes. El libro, finalmente, se convierte en una reflexión acerca de
la deuda que existe con los pueblos originarios.
Pedro J. Solans, cuyo abuelo fue uno de los civiles que participaron del ataque a los "sublevados", es
oriundo de Quitilipi pero larga radicación y trayectoria en el campo del periodismo y de la literatura
cordobesa. Fundó y dirige actualmente "El Diario Cordobés" y "El Diario de Carlos Paz", respectivamente.
Su última publicación fue "Agua, Tierra y Aire", un libro de investigaciones periodísticas. Es miembro del
Instituto de Historia y Letras de Villa Carlos Paz. Trabajó y colaboró en medios periodísticos televisivos,
gráficos y radiales regionales, provinciales, nacionales e internacionales.
En el libro “Napalpí, la herida abierta”, el periodista Vidal Mario detalla: "El ataque
terminó en una matanza, en la más horrenda masacre que recuerda la historia de las
culturas indígenas en el presente siglo. Los atacantes sólo cesaron de disparar cuando
advirtieron que en los toldos no quedaba un indio que no estuviera muerto o herido.
Los heridos fueron degollados,algunos colgados. Entre hombres, mujeres y niños
fueron muertos alrededor de doscientos aborígenes y algunos campesinos blancos
que también se habían plegado al movimiento huelguista".
La Reducción de Napalpí (palabra toba que significa lugar de los muertos) había sido
fundada en 1911, en el corazón del Territorio Nacional del Chaco. Las primeras
familias que se instalaron eran de las etnias Pilagá, Abipón, Toba, Charrúa y Mocoví.
El corresponsal del diario La Razón, Federico Gutiérrez, escribió en julio de 1924:
"Muchas hectáreas de tierra en flor están en poder de los pobres indios; quitarles esas
tierras es la ilusión que muchos desean en secreto".
En enero de 2008, el gobierno de la Provincia del Chaco pidió disculpas públicas y oficiales por la
masacre y rindió homenaje a la única sobreviviente, Melitona Enrique, que cumplía 107 años ese día y
que fallecería el 13 de Noviembre de 2008.
Melitona Enrique, en el día de su cumpleaños número 107, no debe haber entendido mucho. El mismo
Estado al que en su juventud vio asesinar, empalar y mutilar a su familia y a cientos de tobas más, le
pedía perdón y le rendía un homenaje. Fue un acto en el que el Gobierno chaqueño pidió disculpas
públicas y oficiales por la masacre de Napalpí, una brutal matanza de unos 400 aborígenes ejecutada en
1924.
Melitona, que entonces tenía 23 años, se salvó escondiéndose en el monte durante varios días, sin
comida ni agua. Era la única sobreviviente que continuaba viva. En dialecto qom, aún recordaba
aquello. "Los cuervos estuvieron una semana sin volar, porque seguían comiendo los cadáveres", relató.
Ella y otros miraban, escondidos entre los árboles de un monte próximo, porque los policías seguían
rondando.
El acto de reconocimiento a Melitona se hizo en Machagai, su ciudad. A quince kilómetros de allí fue la
masacre. "Todavía se le caían lágrimas; ahí vio morir a los abuelos, los tíos, mucha gente", dice Sabino
Yrigoyen, hijo suyo. La anciana recibió también una casa nueva, y todo el pueblo le cantó una
canción en la plaza por su cumpleaños. El gobernador, cantando el feliz cumpleaños, entregó las llevas
de la nueva vivienda a la única sobreviviente de la Masacre de Napalpí. En silla de ruedas, Melitona
Enrique participó junto a su familia, con emoción, de su casa propia, ya que hasta el momento no contaba
con una unidad habitacional para compartir con los suyos. Además, una calle de la ciudad lleva desde ese
momento su nombre, como así también otra arteria lleva el nombre de Rosa Chará, otra de las
sobrevivientes de la masacre que falleció en 2006.
El padecimiento de Napalpí amasó silencio de víctimas, y más silencio de victimarios. Años y años en
silencio. Años y años de crónicas distorsionadas. De lechuzas malagüeras, de quitilipis heridos. Napalpí
sigue siendo impunidad, miedo, resignación.
La vida siguió dura, durísima, cruel para los aborígenes. A tal extremo que no parece vida para ellos. Los
descendientes de las víctimas dicen que vivirán un eterno Napalpí. Un Napalpí actualizado, un Napalpí
vigente. La masacre de todos los días.
Sitios de Internet: masacre, napalpí, pueblos originarios, sangre, sobrevivir, tobas, tonolec, voces
Durante mucho tiempo no fue rentable para los terratenientes el uso de cosechadoras
mecánicas. Las que existían, además de ser mucho más caras que la mano de obra
toba, no eran apropiadas para las variedades de algodón que se cultivan en el Chaco.
Las políticas neoliberales aplicadas a la economía y la integración del MERCOSUR,
posibilitaron la importación de maquinarias y de tecnología, desde Brasil, a muy bajo
precio. Para mediados de la década toda la recolección estuvo mecanizada.
Para las comunidades originarias, esto significó el Holocausto. Sería una tarea
interminable la de describir todas las violencias, atropellos y engaños que utilizaron los
terratenientes que gobiernan el Chaco a fin de "sacarse de encima" a los tobas, cuyas
tierras usurpaban y que hasta entonces los habían enriquecido. Todo esto, por
supuesto, justificado ideológicamente en el más crudo e inconfesado racismo.
Pero si a la violencia lisa y llana siempre se puede oponer algún tipo de resistencia (y
los indios llevan muchos siglos resistiendo), es muy difícil resistir el hambre. Y es más
difícil aún que los hambrientos puedan, por sí solos, salir del marasmo. Las
comunidades tobas fueron cercadas por el hambre, y la única salida que se les ofreció
fue la de la emigración. Los años que van de 1990 a 1995 pueden ser llamados los del
"Gran Éxodo" hacia el Sur.
Sitios de Internet:
http://www.asociacion-toba.com.ar/institucional.htm
La invisibilización
La consolidación del Estado argentino (hacia 1880) se inscribe entre los períodos más
violentos de la historia del país. En esta fase, el Estado y la oligarquía latifundista
instrumentan enormes matanzas y consuman violentos atropellos contra las últimas
comunidades originarias que resistían libres, tierra adentro, la entrada del colonizador.
Este imaginario, implementado en América a partir del siglo XVI con la llegada de los
españoles al continente, fue utilizado en nuestro país a fines del siglo XIX por los
ideólogos de las matanzas de pueblos originarios que el Estado argentino necesitaba
realizar para arrebatar y conquistar los territorios que codiciaba ganar para el proyecto
nacional latifundista y agro-exportador. En este marco, el racismo es utilizado como
herramienta de poder, como coartada de los atropellos, y como forma de naturalizar el
orden que es necesario instrumentar para consolidar el dominio.
Esta fórmula impuesta por el orden conservador fue continuada y agravada por las
numerosas dictaduras que asolaron al país durante el siglo XX, siempre al servicio de
los intereses políticos y económicos de las grandes potencias (Inglaterra primero,
Estados Unidos después). En esta planificada maquinaria de servidumbre
internacional, las clases privilegiadas se fortalecieron entregando el país a los
intereses de las potencias mundiales, impidiendo y trabando los procesos históricos y
sociales que favorecían la movilización social y la construcción de la identidad
argentina. El racismo y la discriminación actualmente imperantes son consecuencia de
la absorción social de este imaginario impuesto por los sectores dominantes a través
de la educación, las políticas públicas y los medios de comunicación.
El desarraigo
Tras el proceso de conquista, el pueblo toba fue despojado de sus tierras ancestrales
y se vio forzado a adoptar un estilo de vida que le era ajeno, con el consecuente y
violento descalabro de su cosmogonía, y el trastrocamiento de sus costumbres,
tradiciones y organización social.
El Estado y las primeras iglesias delinearon entre los nativos nuevas creencias y
rasgos de conducta. Sus prácticas religiosas y de salud fueron condenadas. Sus mitos
y rituales fueron censurados, sus actividades de caza y pesca fueron prohibidas; y se
les impuso una conversión de su economía cazadora recolectora (y por lo tanto
trashumante) a un modo de organización sedentaria (que conlleva principalmente la
cría de animales y la práctica de la agricultura de subsistencia en un lugar establecido)
con el fin de reclutarlos para las cosechas de los principales cultivos regionales.
Mientras los pueblos originarios eran vistos como símbolos del atraso y la barbarie,
los colonos ocupaban la región de acuerdo a las pautas estatales de poblamiento:
recibían tierras y facilidades del Estado, desarrollaban actividades productivas y
comerciales, y ejercían cargos administrativos y de gobierno, atribuyéndose la función
mesiánica del progreso regional, en nombre del trabajo, el desarrollo y la civilización.
Tras la usurpación de sus territorios y el despojo de sus recursos, muchos tobas se
transformaron en peones rurales. Trabajaron en los ingenios, en los obrajes, en las
compañías forestales y en la cosecha del algodón, siempre subsistiendo en
infrahumanas condiciones de explotación, sin acceso a los servicios básicos,
realizando las actividades más insalubres, percibiendo bajísimos salarios, en jornadas
interminables, durmiendo hacinados en cuartos precarios, siempre en beneficio de los
emprendimientos productivos establecidos por el blanco, sufriendo matanzas y
persecuciones si se manifestaban en rebeldía o expresaban su descontento.
Los niños que iban a la escuela recibían instrucción en un idioma que no les era propio
y en las clases se les relataba una historia donde a sus ancestros sólo les cabía el
papel de salvajes.
A lo largo del siglo XX, las comunidades tobas fueron cayendo en un grado de
postergación tal que gran parte de su población fue presa de la desnutrición, la
tuberculosis y el chagas, con el terrible agravante de una sistemática falta de
asistencia por parte del Estado. Los sucesivos gobiernos les han negado
sistemáticamente el acceso a la salud, al trabajo, a la vivienda, les han usurpado los
recursos, y ante la muerte de los aborígenes, el Estado se desentiende de toda
responsabilidad: "Yo no los maté", dice, mientras desatiende sus propias obligaciones
y viola las propias leyes que lo determinan como representante oficial de todos los
ciudadanos del territorio argentino.
Localidades del chaco que ocupan en la actualidad
Sitios de Internet:
http://www.chaco.gov.ar/gobierno/CFI/AborigenesDelChaco/temas_aborigenes_litoral.htm
http://www.chaco.gov.ar/MinisterioDeGobierno/PueblosOriginarios/principal/MapaEtnico.htm
El desierto verde
Numerosas familias han sido desplazadas de los campos que habitaban. Muchas de
ellas producían algodón, pero con el avance de la patria sojera este cultivo ha
disminuido considerablemente (de 700.000 a 100.000 hectáreas), afectado además
por su baja cotización internacional, inundaciones y sequías.
Muchos hogares viven de los ingresos que otorga la artesanía. Hacen piezas de barro
o en hoja de palma y los venden al costado de la ruta o en los principales pueblos y
ciudades. Confeccionan sombreros y canastos de palma, o máscaras, rosarios,
mulitas y lechuzas de barro. Las palmas son cada vez más difíciles de conseguir,
porque desaparecen con los desmontes y quemazones o son inaccesibles por los
alambrados que circundan las enormes propiedades latifundistas. Los trabajos en
palma requieren un refinado y exhaustivo trabajo artesanal que lleva alrededor de tres
o más días. Por ellos le dan a lo sumo 10 pesos. Diez pesos por tres o más días de
trabajo. "Son vagos. No quieren trabajar", dicen algunos.
Sitio en Internet:
http://www.ambiente.gov.ar/
Sitios de Internet:
http://www.rel-uita.org/agricultura/ambiente/argentina_deforestacion.htm
http://www.psicofxp.com/forums/politica-economia-sociologia.146/608095-cultivo-extensivo-de-
soja-terribles-consecuencias.html
http://www.agro.uba.ar/apuntes/no_4/expansion.htm
Migraciones
Territorios que actualmente ocupan los tobas en las provincias de Chaco, Formosa,
Santa Fe y Buenos Aires (resaltados en color verde)
Mapas:
http://3.bp.blogspot.com/_RtBVbufDcoQ/SeXSKRn6XYI/AAAAAAAAASY/VEdYFAyNB8o/s400/mapa
-pueblos.jpg
http://www.desarrollosocial.gov.ar/INAI/site/estadistica/estadistica.asp
En Rosario
El hecho de que los tobas eligieran a la ciudad de Rosario, como uno de los
principales lugares de asentamiento, se debe principalmente a dos razones: En
principio, se trata de la gran ciudad más cercana a la región chaqueña, y posee una
estructura social lo suficientemente abierta como para no rechazar frontalmente a los
recién llegados. En otros pueblos y ciudades no se les permitió asentarse o,
directamente, se los expulsó embarcándolos de nuevo hacia el Chaco. En Rosario,
donde el 100% de la población desciende de inmigrantes de diversos orígenes,
llegados en épocas relativamente recientes, los tobas no serán bien recibidos, pero
tampoco son expulsados. Por otra parte, existía ya un antecedente de población toba
asentada aquí desde bastante antes. En las décadas del 50 y 60 un núcleo importante
de tobas chaqueños, llegó a Rosario atraído por la prosperidad industrial que la ciudad
tenía en ese entonces. Se ubicaron en el barrio "San Francisquito", en los márgenes
de la ciudad. Si bien este grupo logró en gran medida integrarse al resto de la
población, no por eso perdió su identidad étnica, ni su relación con el lugar de origen.
Como es sabido, los lazos de parentesco son muy firmes entre las poblaciones
originarias. Esto se debe a que originariamente, en las sociedades sin estado, todo el
sistema político de control social y de redistribución económica tenía como base la
estructura parental. Las redes familiares entre los tobas de Rosario y los del Chaco
permanecieron vigentes y, en los momentos de catástrofe económica, actuaron como
redes de solidaridad social elemental. Los recién llegados pudieron así contar con un
mínimo de ayuda de parte de los afincados en Rosario 30 o 40 años antes.
Como consecuencia de todo lo anterior, Rosario resultó ser uno de los lugares
preferidos para la nueva radicación, luego del Gran Éxodo de los años 90, la difusión
de la mecanización agrícola en el Chaco hizo que, en muy poco tiempo, surgieran en
Rosario grandes campamentos de emigrantes. Es difícil estimar el número exacto de
tobas que llegaron en total, ya que muchos se separaron de sus comunidades y
optaron por vías individuales para la subsistencia. En estos casos es frecuente que se
niegue la propia condición de indios, como si se tratara de un estigma vergonzoso.
Como fuere, podemos estimar en por lo menos 10.000 los tobas que, viviendo en
comunidad, hoy están radicados en Rosario. Número significativo en una ciudad de
algo más de un millón de habitantes.
Estrategias de supervivencia en el nuevo hábitat
En las décadas del 80 y del 90, Rosario está bien lejos de ser el gran centro industrial
y comercial de veinte años antes. Las políticas neoliberales y conservadoras, vigentes
en Argentina desde hace tanto tiempo, han transformado a esta ciudad en algo muy
distinto. Las poco confiables estadísticas oficiales nos dan casi un 24% de
desocupados. Si a ello agregamos un número similar de subocupados y trabajadores
temporarios, la consecuencia es que al menos un 50% de la población tiene grandes
dificultades a la hora de satisfacer sus necesidades más elementales. En este
contexto, los tobas recién llegados no tuvieron muchas alternativas económicas
disponibles. Los primeros en llegar, recurrieron en alguna medida a la mendicidad. El
hecho de haber emigrado como consecuencia de las inundaciones, favoreció su
acceso a cierto grado de simpatía y solidaridad por parte del resto de la población.
Pero esto duró lo que duró el fenómeno meteorológico, y los recién llegados, si
querían permanecer, se vieron obligados a buscar nuevas alternativas. Es de notar
que solamente algunas mujeres terminaron en una mendicidad crónica, y siempre es
el caso de individuos sin demasiada relación con el grueso de la comunidad.
En el largo plazo, el recurso fundamental terminó siendo la basura. Por un lado, en los
desechos domiciliarios los tobas van a encontrar sobras y restos de alimentos que a
veces se convierten en la principal comida diaria. Todas las noches puede verse el
triste espectáculo de familias enteras que recorren el centro de la ciudad, comiendo allí
donde encuentran restos de comida. Por otro lado, la basura también los va a proveer
de vestimenta, calzado y de un ingreso monetario regular. En efecto, los cartones y
envases de vidrio y aluminio, recolectados pacientemente y vendidos a precio vil para
su reciclado, posibilitan un aporte económico que reemplaza al que antiguamente
proveía la cosecha de algodón. El problema aquí, además de la explotación de los
revendedores, va a estar en la dura competencia en torno a la apropiación de la
basura. El empobrecimiento de los últimos años ha hecho que la basura sea para
muchos un objeto precioso. En torno a ella han surgido "mafias" que se disputan feroz
mente su recolección y comercialización. Los tobas, con su carácter pacífico y
resignado, llevan las de perder en esta lucha, frecuentemente deben conformarse con
los residuos menos "ricos" y aprovechables.
Sitios de Internet:
http://argentina.indymedia.org/news/2007/02/485213.php
http://noticiasdelacomunidadtobarosario.blogspot.com/2008/06/ocastaf-y-una-referente-qom-
ruperta.html
Desde la comunidad Qom, si bien reconocen que aún llegan algunas familias desde
Chaco, destacan que no hay una afluencia masiva como ocurrió hace diez o veinte
años.
“Lamentablemente no hay trabajos serios, y esto hay que decirlo, ocurre con todas las
comunidades originarias del país. Al no haber datos reales también se niegan los
problemas o se los reduce. Es imposible que como dice el Indec haya sólo 47 mil
tobas entre el Chaco, Santa Fe y Formosa). Pero claro, son encuestas que se hacen
por muestreo y no reflejan la realidad, y además el pueblo toba que tiene un
crecimiento proporcional muy importante”, agregó Ofelia.
Por su parte, Victoriano Arce, uno de los primeros tobas en llegar a la ciudad a fines
de los años 60, recordó que los terrenos del barrio toba municipal de Roullión al fondo
fueron donados en los años 80 a la comunidad y que constaban de 23 hectáreas, de
las cuáles sólo se ocuparon unas 16. “El resto nos fue arrebatado en la práctica por
remodelaciones y nuevos barrios, por lo que seguimos reclamando ya que esto estaba
pensado para el futuro de nuestros hijos y de hecho hoy lo sufrimos: nuestros hijos
crecieron, formaron familia y tuvieron que volver a hacerse un rancho en una villa, o
aquí atrás en asentamientos precarios porque no hay más lugar en este barrio”,
sostuvo don Arce.
Duración: 59 minutos
El video documental “El Camino de los Tobas, del Chaco a Rosario”, se basa en los relatos de los
propios integrantes de la comunidad aborigen local sobre su llegada y adaptación a la ciudad. Se
destacan los problemas de discriminación que aún sufren, el esfuerzo por no perder su idioma y el
mantenimiento de sus creencias religiosas (a partir de mediados del siglo XX adoptaron en forma
mayoritaria el culto evangelista). Fue grabado en rosario entre 2002 y 2005, en los asentamientos Barrio
Municipal Toba, Villa Cariñito, Las Tacuaritas. Los Pumitas, Almafuerte y Travesía, y Granadero Baigorria.
En la provincia del Chaco: Tres Isletas, Castelli, Miraflores y Pampa del Indio.
http://elcaminodelostobas.blogspot.com/
Iniciativas en Rosario
Luego del lanzamiento del plan de urbanización, los funcionarios recorrieron las obras
de ampliación de carriles en la avenida circunvalación que realiza el Estado nacional,
con un presupuesto superior a los 860 millones de pesos.
Sitios de Internet:
www.lacapital.com.ar/contenidos/2010/.../noticia_0003.html
http://www.rosario.gov.ar/sitio/lugaresVisual/verLugar.do?id=1096
Presentación: Punto Qom
Sitios de Internet:
http://puntoqom.wordpress.com/2010/04/
http://www.facebook.com/?ref=home#!/pages/punto-qom/208259812601
Festejos 11 de octubre
Con un festival de rock, folklore y danzas indígenas, los miembros de esta comunidad
de la zona norte de Rosario celebraron al 11 de octubre como el último día de libertad
de los Pueblos Originarios. La movida fue organizada por un grupo de jóvenes tobas y
contó con la participación de la murga El Naranjazo y las bandas La Pocilga, Isabel
Puebla, I-Cohue, Osmosis y Aleph.
Sitios en Internet:
http://culturatoba.org.ar/noticias/?origen=Cultura%20Toba
http://ahoraeducacion.com/2010/11/10/la-supervivencia-de-los-tobas/
El resurgimiento
Hasta la década del 1980, la realidad de los pueblos originarios no era tomada en
cuenta como política de Estado a la hora de instrumentar planes y brindar soluciones a
las diferentes problemáticas sociales existentes. Tampoco era un asunto tratado por
los medios, ni tema académico de relevancia, ni comentario social destacado. La
Antropología misma estudiaba a las sociedades originarias como relictos del hombre
primitivo americano, y las investigaba con el propósito de conocer su cosmogonía y su
universo simbólico.
Pero a partir de 1992, cuando se cumplieron los 500 años de la llegada de los
españoles al continente americano, numerosas voces se alzaron contra la intención de
recordar aquella fecha como un día que debiera festejarse. Por el contrario, gran
diversidad de voces, emergentes desde las propias comunidades, universidades,
escuelas y organizaciones sociales, propusieron instaurar un nuevo debate y abrir
espacios de reflexión en torno al 12 de octubre de 1492, ya que a partir de aquel día
los pueblos americanos cayeron en un tormento infinito de explotación y matanzas a
manos de un sistema impuesto para la usurpación de sus territorios y el saqueo de sus
recursos. La polémica ganó lugar en numerosos ámbitos y los pueblos originarios de
América emergieron de su aparente olvido e invisibilidad, y durante la década de 1990
comenzaron a tener mayor protagonismo en los procesos históricos y sociales del
continente. Los Estados debieron comenzar a tenerlos en cuenta.
El pueblo qom no se resigna a ser víctima pasiva de la realidad que sufre. A pesar de
las dificultades, y en un contexto por completo adverso, los tobas --al igual que otras
comunidades de América-- no han perdido la capacidad de resistencia y siguen
apostando al rescate de sus saberes, la recuperación de su memoria histórica y el
desarrollo de las prácticas comunitarias venidas de la misma raíz de su pueblo.
La lengua se mantiene viva e intacta. Todos los miembros del pueblo qom saben
hablarla y representa un importante grado de vitalidad de la cultura y un importante
modo de interpretar el universo.
Muchos son los qom que se nuclean en diferentes organizaciones (institutos
provinciales, asociaciones civiles, redes y federaciones) que trabajan por la
reconstrucción de su identidad, la reivindicación de su cultura y el mejoramiento de las
condiciones de vida de las comunidades. Han creado la Red de Comunicación
Indígena, que a través de diversas publicaciones y programas de radio les permite
difundir información e ideas, debatir las problemáticas que los aquejan y hacer conocer
las soluciones propuestas y los saberes que circulan entre los integrantes de las
comunidades. Sus actividades no se estancan en un romántico deseo de volver a la
situación en que vivían hace 200 ó 300 años, ni sus conocimientos se agotan en su
propia cultura. Ellos también trabajan críticamente sobre el orden establecido, generan
actividades e intentan adquirir herramientas y conocimientos que les permitan obtener
mayor inserción laboral y mejorar sus condiciones de vida, en un contexto de exclusión
y discriminación donde la desigualdad de oportunidades agrava el ya existente
desempleo estructural.
Otros hechos importantes son las diversas publicaciones que han aparecido en los
últimos años, que rescatan los mitos y relatos tradicionales, y que tratan de infundir
conciencia acerca de la importancia de escuchar la voz de los antiguos y la
revalorización cultural de los pueblos originarios.
* Adjudicación en de las 150.000 hectáreas en la zona del interfluvio (situada entre los
ríos Teuco y Bermejito), como territorio exclusivamente indígena. La región quedó a
cargo de la Asociación Meguesoxochí.
A la hora de asumir una actitud ante el conflicto, gran parte de la sociedad escoge la
indiferencia o el desprecio, ya que de asumir las reivindicaciones de los pueblos
originarios deberían trastocarse numerosas concepciones que alterarían
drásticamente la dinámica del modelo político y económico que impera en la
actualidad.
Pero la reparación histórica que pide el pueblo toba ante el genocidio de su gente y la
usurpación de sus tierras no está vinculada puramente a una realidad económica,
porque los qom no se reivindican como pobres sino como pueblo. Piden que se
respete su espiritualidad, su lengua, sus territorios, sus prácticas medicinales, sus
tradiciones de caza y pesca, sus costumbres alimentarias... y en definitiva, su cultura.
El pueblo toba pide una real y efectiva calidad de vida digna que posibilite a todos sus
integrantes la satisfacción de sus necesidades básicas y garantice -sostenidamente y
largo plazo- el derecho a la vida, a la salud, a la asistencia médico-social, a la
alimentación, al agua potable, a la educación, a una vivienda digna, al bienestar
general, al trabajo, a la inclusión social, a la posibilidad de acceder a los cargos
públicos... derechos que deberían ser resguardados por cualquier nación que se
precie de tal y que en el presente no están garantizados por el Estado, a pesar de las
obligaciones que le son propias y que emanan de las leyes vigentes en la Constitución
Nacional, en la Constitución Provincial del Chaco, en los Tratados Internacionales y en
el Convenio de los Pueblos Indígenas.
El pueblo toba ansía participar de una sociedad integradora y sin paternalismos, donde
impere la interculturalidad, el plurietnicismo, y donde la diversidad, o el hecho de ser
Otro, no sea motivo de marginación o vergüenza. El pueblo toba pide que la estructura
educacional de nuestro país respete su lengua y el idioma qom pueda ser reconocida
como idioma co-oficial de la provincia del Chaco, para que se establezcan escuelas
bilingües en las regiones habitadas por ellos.
Bibliografía
-Lenton, Liana; Slavsky, Leonor; Bigot, Margot; Rodríguez, Graciela B.; Vázquez,
Héctor; Tamagno, Liliana; Fraguas, Mimí; Radovich, Juan Carlos; Problemática
indígena: estudios antropológicos sobre pueblos indígenas de la Argentina;
Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1992