Formas de Agradar A Dios

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AGRADAR A DIOS OBJETO DEL CREYENTE

Encontrar un regalo que le agrade a Dios puede parecernos todo un desafío. Pero
afortunadamente, la Biblia nos dice no sólo lo que Dios odia (tal como en Proverbios
6:16-19), sino también lo que le complace.

Colosenses 1:9 Desde el momento en que supimos todo eso, no hemos dejado de
orar por ustedes. Y siempre le pedimos a Dios que puedan conocer su voluntad, y
que tengan toda la sabiduría y la inteligencia que da el Espíritu Santo.
Colosenses 1:10 Así podrán vivir de acuerdo con lo que el Señor quiere, y le
agradarán al hacer toda clase de buenas acciones y al aumentar su conocimiento de
Dios;
2 corintios 5:9 Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle
agradables.
Efesios 6:6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo,
de corazón haciendo la voluntad de Dios;
Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres?
Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Y lo mejor de todo es que lo que complace a Dios también nos hará los más felices y
satisfechos. Finalmente, estaremos realizados cuando cumplamos el propósito que
Dios tiene para nuestra vida —porque Él nos ama y quiere lo mejor para nosotros
siempre.

Veamos ahora formas en que podemos agradar a Dios, según lo que la Biblia nos dice.

1. Tener fe en Dios.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

Este pasaje identifica la fe —creencia en Dios y creer que Él hará lo que Él ha dicho que
hará— como un prerrequisito para agradar a Dios. También nos da un ejemplo de esta
clase de fe: Enoc (v. 5). Enoc vivió en un mundo cada vez más perverso antes del
diluvio, pero él no se dejó arrastrar por la maldad de ellos. En lugar de esto, “caminó
con Dios” y “agradó a Dios” (Génesis 5:24; Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le
llevó Dios. ASI LA IGLESIA hebreos 11:5). Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue
hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

Enoc no sólo creyó en el Dios Creador, él creyó que Dios volvería a la Tierra “con sus
santas decenas de millares” (Judas 14-15), e hizo todo bien. Enoc sabía que los hechos
impíos traerían malos resultados y debían ser reemplazados por buenas acciones —
caminando en los caminos de Dios— para que este mundo pudiera experimentar paz
verdadera y gozo.
Cuando creemos en Dios y creemos lo que Él dice, también le estamos agradando a Él.

2. Ocuparse del Espíritu.

“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a
la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a
Dios” (Romanos 8:6-8).

La Biblia contrasta dos clases de mentes: la normal, humana (la mente carnal, terrenal)
y la mente guiada por el Espíritu de Dios (la mente espiritual, v. 9). Por lo tanto, tener
el Espíritu de Dios morando en nosotros y guiándonos es otro prerrequisito para
agradar a Dios.

NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO En Hechos 2:38 el


apóstol Pedro resumió el proceso que Dios ha diseñado para que nosotros sigamos y
recibamos su Espíritu: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Antes del pasaje en Romanos 8, el apóstol Pablo explicó su propia experiencia con estas
dos actitudes mentales. Tan desafiante como nos pueda parecer el proceso del cambio
en Romanos 7, deja claro que Jesucristo nos va a liberar (v. 25), y que como resultado
del cambio nos convertiremos en los amados “hijos de Dios” (8:16-17). ¿Esto complace
a Dios? ¡Sí! Jesús dijo que hay “gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente”
(Lucas 15:7). A Dios le agrada agregar a alguien a su Familia.

3. Temor a Dios.

“Se complace Jehová en los que le temen,


Y en los que esperan en su misericordia. =Se complace el Eterno en los que le temen, Y
en los que esperan en su misericordia” (Salmo 147:11).

El Salmo 147 describe a Dios como aquel que “sana a los quebrantados de corazón, y
venda sus heridas” (v. 3). Este pasaje alaba a Dios por su misericordia, su conocimiento
y su poder para salvar al humilde (vv. 4-6). La Biblia nos dice que debemos temer a
Dios porque es bueno que reconozcamos acertadamente que Él es más poderoso que
cualquier otra cosa. Al reconocer esto le demostramos un respeto profundo por Él.

El temor apropiado y el respeto por Dios nos motivará a evitar el pecado (Éxodo
20:20). Nos recuerda que Dios nos va a hacer responsables de nuestras acciones.

Temer a Dios nos permite confiar en Él y reverenciarlo —lo que puede aumentar
nuestro amor por el Todopoderoso Dios a quien le importamos tanto que puede
inclinarse y liberar a un ser humano tan insignificante como nosotros.

4. Estudiar y seguir el ejemplo de Cristo.


“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (Mateo 17:5). Mientras
Pedro hablaba, una nube brillante vino y se detuvo sobre ellos. Desde la nube se oyó una voz que decía: «Este
es mi Hijo, yo lo amo mucho y estoy muy contento con él. Ustedes deben obedecerlo.»

Durante una visión del futuro Reino de Dios, conocida como la transfiguración, Dios
les mostró a Pedro, Santiago y Juan la preeminencia de Jesucristo. Jesús era realmente
el Hijo de Dios, y ¡no hay nadie que lo haya complacido más! Debemos escucharlo y
seguir su ejemplo.

Jesús dijo: “yo hago siempre lo que le agrada” Mi Padre nunca me ha abandonado, pues yo
siempre hago lo que a él le agrada. (Juan 8:29)

Juan 13:15 Yo les he dado el ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo. EJEMPLO OS HE DADO

1 Timoteo 2:1-3, colosenses 3:20, 1 Tesalonicenses 4:1, romanos 12:1,

5. Obedecer a Dios.

Pero Samuel le dijo: «A Dios le agrada más que lo obedezcan, y no que le traigan
ofrendas. Es mejor obedecerlo que ofrecerle los mejores animales.
Rebelarse contra Dios es tan malo como consultar a brujos y adivinos. No está bien
adorar a dioses falsos, ni tampoco desobedecer a Dios. Como tú no quieres nada con
él, Dios tampoco quiere nada contigo». ” (1 Samuel 15:22-23).

En este pasaje, el profeta Samuel expresó el desagrado de Dios con el primer rey de
Israel, Saúl. Saúl había desobedecido la orden directa de Dios con la excusa de que el
pueblo quería “ofrecer” lo que debería haber sido destruido según Dios. Pero Dios no
quiere nuestros regalos físicos, si hemos de quebrantar las leyes que Él nos ha dado.

Nuevamente, Dios no nos ordena obedecer sólo porque es algo bueno para Él, sino
porque es bueno para nosotros (Deuteronomio 10:13). que guardes los mandamientos de
Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? Sus leyes y mandamientos
son benéficos; y como resultado de obedecerlos, crecemos en carácter santo, justo —
¡nos convertimos más cómo Él!

El hecho de que obedecer a Dios es algo que lo complace, está expresado de varias
formas en la Biblia. A Dios “la rectitud le agrada”; Él va a bendecir a aquellos que
“guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero” y “os apartéis de fornicación” y
eviten quebrantar cualquiera de los mandamientos de Dios,

(1 Crónicas 29:17= Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso
yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu
pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente.
Isaías 56:3-5 3 »Si un extranjero me adora, no tiene por qué decir: “Dios me apartará de su pueblo”. El
hombre que no puede tener hijos tampoco debe decir: “Yo parezco un árbol seco”.
4 Porque si estos hombres respetan el día de descanso, si me obedecen y son fieles a mi pacto,

5 yo les daré algo mejor que tener hijos e hijas: haré que el nombre de ellos quede grabado para siempre en los
muros de mi templo. Les daré un nombre eterno que nunca será borrado.

1 Tesalonicenses 4:1-3).

6. Hacer la voluntad de Dios.

“Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en
vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los
siglos de los siglos.” (Hebreos 13:21).

¿Cuál es la voluntad de Dios? Lo que Dios desea, sus mandamientos, y sus planes están
expresados en la Biblia. La Biblia nos fue dada para mostrarnos su voluntad. Estudiar
la Biblia, meditar en ella y orar acerca de ella, son claves para obtener un mayor
entendimiento de su voluntad.

La voluntad de Dios para nosotros va más allá de sólo conocer lo que Él quiere.
También involucra hacer “toda buena obra” —trabajando para madurar
espiritualmente y convertirnos en alguien más parecido a Dios (Mateo 5:48). Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto

Jesucristo dio el máximo ejemplo de hacer la voluntad de Dios al enfrentar la


crucifixión por nuestros pecados y sin embargo orar de esta manera: “Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). diciendo:
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya . Él estaba dispuesto a
darse por entero para hacer la voluntad de su Padre.

7. Hacer los sacrificios que Dios quiere.

“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir,
fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os
olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Hebreos 13:15-16).

Anteriormente vimos que Dios rechazaba los sacrificios que eran hechos en
desobediencia. Pero hay sacrificios que a Él le “complacen”, cuando incluyen el dar
alabanza y gracias a Él y al compartir con otros. Esto refleja su enseñanza del amor
expresado en dos grandes mandamientos que resumen el resto de su ley:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas” (Mateo 22:37-40).
La complacencia de Dios

No importa cuánto le demos a Dios, nunca podremos acercarnos a la superficie de lo


que Él ha hecho por nosotros —mucho menos lo que Él quiere hacer por nosotros. En
esta vida, Él nos ofrece unos beneficios increíbles, tales como:

“Cuando los caminos del hombre son agradables al Eterno, aun a sus enemigos hace
estar en paz con él” (Proverbios 16:7).

Y en el futuro, Él tiene un regalo increíble guardado para su manada fiel: “No temáis,
manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32).

Una de las más vibrantes descripciones de la utopía del Reino de Dios, fue escrita por el
rey David, un hombre según el corazón de Dios: “Me mostrarás la senda de la vida; en
tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:11).

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