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TOPOLOGÍA II

Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]

TEMA 0: Preliminares

En este tema introductorio repasaremos algunos conceptos básicos de la teorı́a de


grupos algebráicos, ası́ como algunos resultados elementales de topologı́a básica.

1. Teorı́a de grupos algebráicos


La definición fundamental es la siguiente.

Definición 1.1 Un grupo algebráico es un par (G, ·), donde G es un conjunto no vacı́o
y · es una aplicación
·: G × G → G
satisfaciendo las siguiente propiedades (escribiremos g1 · g2 en vez de ·(g1 , g2 ) para cua-
lesquiera g1 , g2 ∈ G):

(g1 · g2 ) · g3 = g1 · (g2 · g3 ) para cualesquiera g1 , g2 , g3 ∈ G.

Existe e ∈ G tal que g · e = e · g = g para cualquiera g ∈ G. Este elemento es


único y es conocido como elemento neutro del grupo.

Para todo g ∈ G existe g −1 ∈ G tal que g · g −1 = g −1 · g = e. El elemento g −1


satisfaciendo esta propiedad es único (dependiendo de g) y es conocido como el
elemento inverso o simétrico de g en el grupo.

Si adicionalmente

g1 · g2 = g2 · g1 para cualesquiera g1 , g2 ∈ G,

el grupo (G, ·) se dirá abeliano o conmutativo.

Son muchos los ejemplos de grupos conocidos. Recordaremos algunos de los más signi-
ficativos.

(Cn , +), (Rn , +), (Qn , +), (Zn , +), n ∈ N.

(Zk , +), k ∈ N (enteros módulo k).

(C \ {0}, ·), (R \ {0}, ·), (Q \ {0}, ·).

1
(Gln (C), ·), (Gln (R), ·), n ∈ N.

F(X), ◦ , donde X 6= ∅ es un conjunto, F(X) := {f : X → X : f biyectiva} y
” ◦ ” es la composición de aplicaciones.

A continuación presentaremos una herramienta muy versátil para la construcción de


nuevos grupos.

1.1. Producto libre de grupos


Sea {Gα : α ∈ Λ} una familia disjunta de grupos, descritos con notación multipli-
cativa. Una palabra construida sobre esa familia es una expresión x1 x2 , . . . xn donde
xi ∈ Gα para algún α ∈ Λ. Dicha palabra se llama reducida si ningún xi es el Elemento
Neutro del grupo que lo contiene, y xi ’s adyacentes estan en grupos Gα ’s diferentes. La
palabra vacı́a se denotará por 1.

Definición 1.2 El conjunto de las palabras reducidas construidas sobre {Gα : α ∈ Λ}


será denotado por
•α∈Λ Gα .

En general dos palabras (no necesariamente reducidas) pueden multiplicarse por


yuxtaposición, esto es

(x1 x2 . . . xn ) · (y1 y2 . . . ym ) = x1 . . . xn y1 . . . ym ,

Igualmente dos palabras reducidas pueden también multiplicarse por yuxtaposición y


después convertirse en reducidas, esto es, si xn e y1 están en el mismo grupo entonces
xn y1 se sustituye por xn ·y1 si ese producto no es el neutro. En caso de serlo se omite xn y1 .
Se procede ası́ sucesivamente cuando sean posibles más reducciones. Esta multiplicación
en •α∈Λ Gα , denotada también por ·, le dota de estructura de grupo. En efecto, el
elemento neutro de ese grupo será la palabra vacı́a 1. El inverso de la palabra reducida
−1
x1 . . . xn es la palabra reducida x−1 n . . . , x1 . La propiedad asociativa no es difı́cil de
probar.

Definición 1.3 Al grupo (•α∈Λ Gα , ·) se le llamará el producto libre de los grupos


{Gα : α ∈ Λ}.

Es claro que si el cardinal de Λ es al menos dos y los grupos no son triviales, el producto
libre no es conmutativo, ya que si x2 ∈ Gα e y2 ∈ Gβ no son el neutro y α 6= β, entonces
las palabras reducidas xy e yx son diferentes.

Definición 1.4 El grupo libre con un generador {x} es el conjunto

F (x) = {. . . , x−2 , x−1 , 1, x, x2 . . .}

dotado del producto usual: xn · xm = xn+m .


El grupo libre generado por un conjunto S es

F (S) = •x∈S F (x).

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1.2. Teorı́a de subgrupos
En lo que sigue (G, ·) será un grupo arbitrario.

Definición 1.5 Un subconjunto H ⊂ G se dirá un subgrupo de G si es estable para la


operación de G, esto es, si h1 · h2 ∈ H y h−1
1 ∈ H para cualesquiera h1 , h2 ∈ H. En ese
caso se escribirá H ≤ G.

Es obvio que todo subgrupo de G es a su vez un grupo con la operación inducida, en


particular con el mismo elemento neutro de G. Además la intersección de subgrupos es
un subgrupo. Llamaremos

Sub(G) = {H ⊂ G : H ≤ G}

a la familia formada por todos los subgrupos de G. Por ejemplo, el centro de G, que se
define como
Z(G) := {h ∈ G : h · g = g · h ∀g ∈ G},
es un subgrupo de G.
Dado un subconjunto A ⊂ G, el conjunto
k
n
Y
H(A) := { aj j : a1 , . . . , ak ∈ A, n1 , . . . , nk ∈ Z, k ∈ N}
j=1

es el menor subgrupo de G conteniendo a A, también llamado el subgrupo de G generado


por A. Es fácil comprobar que H(A) coincide con la intersección de todos los subgrupos
de G que contienen a A. Un conjunto A ⊂ G se dirá un sistema de generadores de G si
H(A) = G.

Definición 1.6 Dado H ≤ G y g ∈ G, denotaremos por g −1 ·H ·g := {g −1 ·h·g : h ∈ H}


al subgrupo conjugado de H según g. Dos subgrupos H1 , H2 ≤ G se dirán conjugados,
y se escribirá H1 ∼c H2 , si existe g ∈ G tal que g −1 · H1 · g = H2 . La relación de
conjugación en Sub(G) es de equivalencia, y el correspondiente cociente se denotará
por
Sc (G) := Sub(G)/∼c

Definición 1.7 Un subgrupo H ≤ G se dirá normal si g −1 · h · g ∈ H para todo h ∈ H


y g ∈ G, esto es, si su clase de conjugación [H] = {H}. En ese caso se escribe H E G.

Si H ≤ G, la relación de equivalencia
def
g1 Rdcha g2 ⇐⇒ ∃ h ∈ H : g2 = h · g1

determina las clases laterales derecha


 H · g := {h · g : h ∈ H} de H en G. El cociente
asociado será denotado G/H dcha .
Análogamente la relación de equivalencia
def
g1 Rizqda g2 ⇐⇒ ∃ h ∈ H : g2 = g1 · h

determina las clases laterales izquierda


 g · H := {g · h : h ∈ H} de H en G. El cociente
asociado será denotado G/H izqda .

3
Definición 1.8 Si H E G, entonces R := Rdcha = Rizqda , y la clase de equivalencia de
g ∈ G asociada a la relación R se denota indistintamente g · H = H · g. La operación
del grupo G puede ser inducida en el cociente G/H de forma natural:

(g1 · H) · (g2 · H) = (g1 · g2 ) · H,

dotando al cociente (G/H, ·) de estructura de grupo (conocido como el grupo cociente


de G sobre el subgrupo normal H).

Definición 1.9 Si A un subconjunto de G:


n
N (A) := { kj=1 gj−1 · aj j · gj : (aj , gj , nj ) ∈ A × G × Z, j = 1, . . . , k, k ∈ N}
Q
es el menor subgrupo normal de G conteniendo a A, también llamado el subgru-
po normal de G generado por A. Es fácil comprobar que N (A) coincide con la
intersección de todos los subgrupos normales de G que contienen a A.

Si A ≤ G, N0 (A) := {g ∈ G : g −1 · A · g = A} es el mayor subgrupo de G que


contiene a A como subgrupo normal, también llamado el normalizador de A en
G. Es claro que A E N0 (A) ≤ G y N0 (A) = G si y solo si A E G.

Proposición 1.10 Sea G un grupo, A ⊂ G y denotemos por σ : G → G/N (A) al


epimorfismo proyección. Sea B ⊂ G otro subconjunto. Entonces
 
G/N (A ∪ B) ∼

= G/N (A) /N σ(B) .

Demostración :Si σ0 : G → G/N (A ∪ B) es la proyección, existe un único epimorfismo



Φ : G/N (A) → G/N (A ∪ B) satisfaciendo Φ ◦ σ = σ0 (éste viene dado por Φ gN (A) :=
gN (A ∪ B) para cada gN (A) ∈ G/N (A)). No es difı́cil comprobar que Ker(Φ) =
{hN (A) : h ∈ B} = σ(B), de donde el resultado se sigue por el primer teorema de
isomorfia.

Dado un grupo G y dos elementos g1 , g2 ∈ G, llamaremos conmutador de g1 y g2 al


elemento de G dado por la expresión

[g1 , g2 ] := g1 g2 g1−1 g2−1 .

Denotaremos por Gc al subgrupo normal de G generado por todos los conmutadores:



Gc = N {[g1 , g2 ] : g1 , g2 ∈ G} .

Definición 1.11 Dado un grupo G, el grupo cociente cociente

A(G) := G/Gc

es conocido como grupo abelianizado de G.


Es inmediato comprobar que A(G) es un grupo abeliano.

Ejercicio 1.12 A F ({a1 , . . . , ak }) ∼



= Zk .

El homomorfismo de grupos Φ : F ({a1 , . . . , ak }) → Zk unı́vocamente


Demostración :
determinado por
Φ([aj ]) := (δi,j )i=1,...,k , j = 1, . . . , k,
es un epimorfismo con núcleo F ({a1 , . . . , ak })c (aquı́ δi,j representa a la delta de Krönec-
ker). El resultado se sigue del primer teorema de isomorfia.

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1.3. Producto amalgamado de grupos
Acabaremos esta sección con la siguiente definición, que como veremos más adelante
jugará un papel crucial en el enunciado del Teorema de Seifert-Van Kampen (Tema 1).

Definición 1.13 Consideremos tres grupos A, G1 y G2 y homomorfismos Φ1 : A → G1


y Φ2 : A → G2 . Se define el producto libre amalgamado G1 •A G2 como el grupo cociente
(G1 • G2 )/N (R), siendo R = {Φ1 (a)Φ2 (a)−1 : a ∈ A}.

La nomenclatura usada puede confundir ya que omitimos referencia a los homomor-


fismos Φi , i = 1, 2. Nótese que las clases en el grupo cociente G1 •A G2 de los elementos
Φ1 (a) y Φ2 (a) son iguales para todo a ∈ A. De una forma más precisa, si denotamos
por ij : Gj → G1 • G2 , j = 1, 2, a las inclusiones naturales y π : G1 • G2 → G1 •A G2 a
la proyección al cociente,
π ◦ i1 ◦ Φ1 = π ◦ i2 ◦ Φ2 .

El producto amalgamado satisface la siguiente propiedad universal.


Proposición 1.14 Tres homomorfismos

Ψ1 : G1 → H, Ψ2 : G2 → H y Ψ0 : A → H

tales que
Ψ0 = Ψ1 ◦ Φ1 = Ψ2 ◦ Φ2
inducen un homomorfismo Ψ : G1 •A G2 → H tal que

Ψj = Ψ ◦ (π ◦ ij ) y Ψ ◦ (π ◦ ij ◦ Φj ) = Ψ0 , j = 1, 2.

En otras palabras, el siguiente diagrama es conmutativo:

Demostración : Consideremos el único homomorfismo Λ : G1 • G2 → H extensión de


los homomorfismos Ψ1 y Ψ2 . Como Ψ0 = Ψ1 ◦ Φ1 = Ψ2 ◦ Φ2 , el homomorfismo Λ
contiene a {Φ1 (a)Φ2 (a)−1 : a ∈ A} en su núcleo, se proyecta al cociente G1 •A G2 e
induce canónicamente un único homomorfismo Ψ : G1 •A G2 → H tal que Ψ ◦ π = Λ.
Obviamente Ψ resuelve la proposición.

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2. Topologı́a básica
A lo largo de este curso (X, τ ) denotará un espacio topológico. Usualmente, y en
ausencia de ambigüedad, omitiremos la referencia a la topologı́a τ y escribiremos sim-
plemente X.

2.1. Arcos en un espacio topológico


Por definición, un arco en un espacio topológico X es una aplicación continua

α : [0, 1] → X,

donde el intervalo unidad [0, 1] se entiende dotado de la topologı́a euclidiana usual. A


los puntos α(0) y α(1) se les llama puntos inicial y final del arco α respectivamente (y se
dirá que α une o conecta los puntos α(0) y α(1)); también se dice que {α(0), α(1)} son
los extremos del arco α. El subespacio topológico de X dado por α([0, 1]) será referido
como traza del arco α, y escrito Tr(α). En ocasiones, y si ello no implica ambigüedad,
identificaremos un arco con su traza.

El arco más simple que podemos construir sobre un espacio topológico es el cons-
tante, que para cada p ∈ X viene definido por

p : [0, 1] → X, p (t) = p para todo t ∈ [0, 1].

También es posible generar nuevos arcos a partir de unos dados de forma sencilla.
Definición 2.1 Dados arcos α, β : [0, 1] → X con α(1) = β(0) se definen
α : [0, 1] → X, α(t) := α(1 − t).

α(2t) si t ∈ [0, 1/2]
α ? β : [0, 1] → X, α ? β(t) =
β(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]

Obsérvese que Tr(α) = Tr(α), y los puntos inicial y final de α son α(1) y α(0).
Análogamente, Tr(α ? β) = Tr(α) ∪ Tr(β) y los puntos inicial y final de α ? β son α(0)
y β(1).

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Definición 2.2 Un espacio topológico X se dice arcoconexo si para cualesquiera p,
q ∈ X existe un arco α : [0, 1] → X conectando p y q.
Un espacio topológico X se dice localmente arcoconexo si todo punto admite una
base de entornos arcoconexos (con la topologı́a inducida).

Los ejemplos más simples de espacios arcoconexos son los subconjuntos convexos (o
estrellados desde un punto) de un espacio euclidiano. Trivialmente la imagen por una
aplicación continua de un espacio arcoconexo es un espacio arcoconexo.
Es fácil ver que si X = A ∪ B, con A y B subespacios arcoconexos no disjuntos,
entonces X es arcoconexo. En efecto, fijado x ∈ A ∩ B, para cualquiera p ∈ X existe un
arco αp : [0, 1] → X con αp (0) = x y αp (1) = p. Por tanto para cualesquiera p, q ∈ X el
arco αp ? αq conecta p con q, de donde X es arcoconexo.
Dado un punto p ∈ X, la arcocomponente de p en X, que denotaremos por Cp , se
define como el mayor subespacio arcoconexo de X conteniendo a p. En otras palabras,
Cp es la unión de todos los subespacios arcoconexos de X que contienen a p. Como {p}
es un subespacio arcoconexo que contiene a p, p ∈ Cp . Como la traza de un arco es
arcoconexa, la identidad

Cp = {q ∈ X : existe un arco en X con uniendo p y q}

es evidente. Obviamente Cp , dotado con la topologı́a inducida, es arcoconexo para todo


p ∈ X. Además X es la unión disjunta de sus arcocomponentes.

Proposición 2.3 Los siguientes enunciados son ciertos y se dejarán como ejercicio.

(i) Todo espacio arcoconexo es conexo.

(ii) Las arcocomponentes de un espacio localmente arcoconexo son abiertas (y por


tanto también cerradas).

(iii) Todo espacio conexo y localmente arcoconexo es arcoconexo.

(iv) Todo abierto conexo (dominio) de un espacio euclidiano es arcoconexo.

Demostración : Para probar (i) supongamos que X es un espacio arcoconexo y fijemos


x ∈ X. Como arriba, para cada p ∈ X existe un arco αp : [0, 1] → X con αp (0) = x
y αp (1) = p. Como la traza de un arco es conexa (imagen continua de un conexo),
X = ∪p∈X Tr(αp ) es unión de conexos con intersección no vacı́a, y por tanto es conexo.
Para probar (ii) asumamos que X es localmente arcoconexo. Sea C una arcocompo-
nente de X y tomemos un punto arbitrario p ∈ C. Por arcoconexión local existe una
base de entornos arcoconexos de p. Elijamos un entorno arcoconexo V de p, y obser-
vemos que V ⊂ Cp = C. Esto prueba que p es un punto interior de C, y por tanto que
C es abierto. Como X es la unión disjunta de sus arcocomponentes, el complementario
de una arcocomponente de X es la unión del resto de arcocomponentes de X, luego un
subconjunto abierto. Esto prueba que cada arcocomponente es cerrada en X.
Para probar (iii) supongamos que X es conexo y localmente arcoconexo. Sea C una
arcocomponente de X, de la que sabemos es no vacı́a y abierta por el item (ii). Veamos
que C es también cerrada. En efecto, sea p ∈ C y como antes consideremos un entorno
arcoconexo V de p. Claramente V ∩ C = 6 ∅ por ser p un punto de la clausura de C.
El conjunto C ∪ V es pués unión de dos arcoconexos con intersección no vacı́a, luego
arcoconexo. Por la maximalidad de C deducimos que V ⊂ C y que p es un punto interior
a C, eso es, p ∈ C ya que este conjunto es abierto. Concluimos que C = C y por tanto

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que C es abierto y cerrado. De la conexión de X inferimos que C = X. Ası́ pues X tiene
sólo una arcocomponente, y por lo tanto es arcoconexo.
El item (iv) es corolario del (iii). Téngase en cuenta que un abierto de un espacio
localmente arcoconexo es localmente arcoconexo, y por tanto los abiertos euclidianos
son localmente arcoconexos.

Observación 2.4 Al igual que pasaba con la conexión topológica, existen espacios ar-
coconexos que no localmente arcoconexos. También se conocen espacios conexos que no
son arcoconexos.

2.2. Identificaciones y cocientes topológicos


Repasaremos brevemente el concepto de identificación topológica y topologı́a cocien-
te, presentando algunos ejemplos. Recordemos que dada una aplicación sobreyectiva
f : X → Y , un conjunto A ⊂ X se dice f -saturado si f −1 (f (A)) = A.

Definición 2.5 Sea (X, τ ) un espacio topológico, Y un conjunto y f : X → Y una


aplicación sobreyectiva.

La topologı́a final en Y para la aplicación f se define como

τ (f ) := {O0 ⊂ Y : f −1 (O0 ) ∈ τ } = {f (O) : O ∈ τ y f -saturado}.

El espacio (Y, τ (f )) es conocido como espacio identificación de (X, τ ) vı́a f .

Si τ 0 es una topologı́a en Y , una aplicación f : (X, τ ) → (Y, τ 0 ) se dirá una iden-


tificación topológica si τ 0 = τ (f ).

La comprobación de que efectivamente τ (f ) es una topologı́a en Y es elemental.

Observación 2.6 Supongamos que (X, τ ) es un espacio topológico y f : X → Y una


aplicación sobreyectiva. Es inmediato comprobar que:

(a) τ (f ) es la mayor topologı́a en Y que hace a f continua, esto es, si τ 0 es una topologı́a
en Y y f : (X, τ ) → (Y, τ 0 ) es continua entonces τ 0 ⊂ τ (f ). En particular, reparemos
en que f : (X, τ ) → (Y, τ (f )) es continua.

(b) Un conjunto F 0 ⊂ Y es cerrado en (Y, τ (f )) si y sólo si f −1 (F 0 ) es cerrado en τ .

8
(c) F 0 ⊂ Y es cerrado en (Y, τ (f )) si y sólo si existe F ⊂ X cerrado y f -saturado con
f (F ) = F 0 .
(d) (Y, τ (f )) es Hausdorff si y sólo si para cualesquiera y1 , y2 ∈ Y , y1 6= y2 , existen
abiertos f -saturados disjuntos O1 , O2 ∈ τ tales que f −1 (yj ) ⊂ Oj , j = 1, 2.
(e) (Y, τ (f )) es II-Axioma de Numerabilidad si y sólo si existe una familia B de abiertos
f -saturados en X satisfaciendo las siguientes propiedades:
B es numerable.
Todo abierto f -saturado de X es unión de abiertos de B.
(f) Si (X, τ ) es conexo (arcoconexo, compacto) entonces (Y, τ (f )) es conexo (arcocone-
xo, compacto).

La siguiente proposición establece un criterio muy útil para el estudio de la continuidad


de aplicaciones con dominio (Y, τ (f )).
Proposición 2.7 Sea (X, τ ) un espacio topológico y f : X → Y una aplicación sobre-
yectiva. Sea (Z, τ 0 ) un espacio topológico y h : Y → Z una aplicación. Entonces
h : (Y, τ (f )) → (Z, τ 0 ) es continua ⇐⇒ h ◦ f : (X, τ ) → (Z, τ 0 ) es continua.

Demostración : La implicación =⇒) es trivial ya que la composición de continuas es


continua.
Para probar ⇐=) tomemos un abierto arbitrario O0 ⊂ Z. La continuidad de h ◦ f
implica que f −1 (h−1 (O)) ∈ τ , de donde h−1 (O) ∈ τ (f ). Esto prueba que h es continua.

Existe una ı́ntima relación entre la topologı́a final y la topologı́a cociente. Explique-
mos los detalles.
Sea (X, τ ) un espacio topológico. Consideremos una relación de equivalencia R en
X y construyamos el espacio cociente X/R. Denotemos por π : X → X/R a la corres-
pondiente proyección.
Definición 2.8 La topologı́a final τ (π) en X/R para π : X → X/R es conocida como la
topologı́a cociente inducida por la relación R en X/R. El espacio topológico (X, τ (π))
es referido como el espacio topológico cociente de (X, τ ) por la relación R.
En realidad el concepto de topologı́a cociente no es sino una formulación equivalente
del de identificación topológica. Para comprobarlo introduzcamos alguna notación.
Dada una aplicación sobreyectiva f : X → Y , induciremos en X la siguiente relación
de equivalencia:
p ∼f q ⇐⇒ f (p) = f (q).
Si denotamos por [p] a la clase de equivalencia de p ∈ X por ∼f , y por πf : X → X/∼f ,
πf (p) = [p], a la correspondiente proyección al cociente, existe una única biyección
fˆ: X/∼f → Y tal que fˆ ◦ πf = f . Para ser más precisos,

fˆ: X/∼f → Y, fˆ([p]) := f (p).

Proposición 2.9 Sea Sea (X, τ ) un espacio topológico y f : X → Y una aplicación


sobreyectiva. Entonces
fˆ: X/∼f , τ (πf ) → Y, τ (f )
 

es un homeomorfismo.

9
Esta proposición expresa el hecho de que, salvo un homeomorfismo canónico, todo
espacio identificación es un cociente topológico.
Demostración : La biyectividad de fˆ es trivial.
Como fˆ◦πf : (X, τ ) → (Y, τ (f )) coindice con la aplicación continua f , la Proposición
2.7 garantiza que fˆ: X/∼f , τ (πf ) → Y, τ (f ) es continua. Recı́procamente, como
 

fˆ−1 ◦ f : (X, τ ) → (X/∼f , τ (πf )) coincide con la aplicación continua πf , la Proposición


2.7 garantiza que fˆ−1 : Y, τ (f ) → X/∼f , τ (πf ) es continua.
 

Otro resultado interesante es el siguiente:


Corolario 2.10 Sea (Xj , τj ) un espacio topológico, Rj una relación de equivalencia en
Xj y πj : Xj → Xj /Rj la proyección al cociente, j = 1, 2. Si f : (X1 , τ1 ) → (X2 , τ2 ) es
una continua satisfaciendo pR1 q =⇒ f (p)R2 f (q), entonces la única aplicación

fˆ: X1 /R1 , τ (π1 ) → X2 /R2 , τ (π2 )


 

tal que fˆ ◦ π1 = π2 ◦ f es continua.


Es interesante tener criterios manejables que simplifiquen el reconocimiento de las
identificaciones topológicas, y por tanto, la comprensión de la naturaleza de algunos
cocientes topológicos. A ese fı́n responde la siguiente proposición.

Proposición 2.11 Una aplicación f : (X, τ ) → (Y, τ 0 ) es una identificación topológica


si satisface alguna de las siguientes condiciones:
(a) f es continua, sobreyectiva y abierta.

(b) f es continua sobreyectiva y cerrada.

(c) f es continua y sobreyectiva, (X, τ ) es compacto e (Y, τ 0 ) es Hausdorff.

(d) Existe h : (Y, τ 0 ) → (X, τ ) continua tal que f ◦h = IdY (f tiene una inversa continua
a la derecha).

Demostración : Probemos (a). Supongamos que f es continua, sobreyectiva y abierta y


veamos que es una identificación topológica, esto es, que τ 0 = τ (f ). Como f es continua
y sobreyectiva τ 0 ⊂ τ (f ), ya que la topologı́a final es la más grande topologı́a en Y
haciendo continua a f . Tomemos ahora O0 ∈ τ (f ). Por definición de la topologı́a final
para f tenemos f −1 (O0 ) ⊂ τ , y como f es abierta y sobre que O0 = f (f −1 (O0 )) ∈ τ 0 .
Esto prueba que τ (f ) ⊂ τ 0 y por tanto que τ 0 = τ (f ).
Item (b) es totalmente análogo al (a) por un argumento dual. Item (c) se sigue de
(b) y del hecho de que toda aplicación continua de un compacto en un Hausdorff es
cerrada.
Para probar (d) tomemos O0 ∈ τ (f ), esto es, satisfaciendo O0 ⊂ Y y f −1 (O0 ) ∈ τ .
Usando las hipótesis y la continuidad de h inferimos que O0 = h−1 (f −1 (O0 )) ∈ τ 0 . Esto
prueba que τ (f ) ⊂ τ 0 , y como la otra inclusión siempre es cierta que τ (f ) = τ 0 .

10
Estudiemos, como aplicación práctiva del Corolario 2.10 y la Proposición 2.11, los
tres modelos topológicos estandar del espacio proyectivo.

Definición 2.12 Por definición, el espacio proyectivo RPn , n ∈ N, es el espacio co-


ciente de la esfera euclidiana (Sn , τu ) por la relación p ∼ q ⇐⇒ p = ±q:

RPn := (Sn /∼, τu /∼).

De la Observación 2.6 se infiere que RPn es un espacio arcoconexo, compacto, Haus-


dorff y II-Axioma de Numerabilidad.

Proposición 2.13 Los siguientes espacios cocientes son homeomorfos al espacio pro-
yectivo RPn , n ∈ N:

(i) El espacio cociente (Rn+1 \ {0})/∼1 , τu /∼1 ), n ∈ N, por la relación p ∼1 q ⇐⇒
∃λ ∈ R \ {0} : p = λq.
n 
(ii) El espacio cociente B (0, 1)/∼2 , τu /∼2 ), n ∈ N, por la relación p ∼2 q ⇐⇒
n
kp − qk ∈ {0, 2}. Aquı́ B (0, 1) = {q ∈ Rn : kqk ≤ 1}.

Demostración : La aplicación continua f : Rn+1 \ {0} → Sn , f (p) := p/kpk, es com-


patible con las relaciones de equivalencia en Rn+1 \ {0} y Sn explicitadas en Proposi-
ción 2.13-(i) y Definición 2.2, respectivamente. Por tanto podemos utilizar el Corolario
2.10 e inducir una aplicación continua fˆ: (Rn+1 \ {0})/∼1 → RPn entre los espacios


topológicos cocientes. De igual forma la aplicación inclusión i : Sn → Rn+1 \ {0},  ob-


n n+1
viamente continua, induce otra aplicación continua î : RP → (R \ {0})/∼1 entre
ˆ
ambos cocientes, que claramente es la inversa de f . Por tanto R n+1
\ {0}/∼1 y RPn son
homeomorfos, lo que prueba (i).
Comprobemos ahora (ii). Llamemos Sn+ := Sn ∩ {xn+1 ≥ 0} y ∼0 la relación de
equivalencia en Sn+ dada por p ∼0 q ⇐⇒ p = ±q. p
n
La aplicación h : B (0, 1) → Sn+ , h(x) := (x, + 1 − kxk2 ), es un homeomorfismo
n
compatible con las relaciones de equivalencia ∼2 en B (0, 1) y ∼0 en Sn+ , por lo que
n
el Corolario 2.10 induce un homeomorfismo ĥ : B (0, 1)/∼2 → S+n /∼0 . Para acabar,
obsérvese que la aplicación j : S+n → RPn , j(q) := [q], es una identificación topológica ya
que es continua, sobreyectiva y va de un compacto en un Hausdorff; úsese Proposición
2.11-(c). Como ∼j =∼0 , el cociente S+n /∼0 es homeomorfo a RPn , probando (ii).

Ejercicio 2.14 Las siguientes aplicaciones entre espacios euclidianos son identifica-
ciones topológicas:

(i) R → S1 , t 7→ e2πıt = (cos(2πt), sen(2πt)); utilı́cese Proposición 2.11-(a).


Como consecuencia,

R/∼ ∼
= S1 , con t ∼ s ⇐⇒ t − s ∈ Z.

(ii) [0, 1] → S1 , t 7→ e2πıt = (cos(2πt), sen(2πt)); utilı́cese Proposición 2.11-(b).


Como consecuencia,

[0, 1]/∼ ∼
= S1 , con t ∼ s ⇐⇒ |t − s| ∈ {0, 1}.

11
(iii) R2 → S1 × S1 , (t1 .t2 ) 7→ (e2πıt1 , e2πıt2 ); utilı́cese Proposición 2.11-(a).
Como consecuencia,

R2 /∼ ∼
= S1 × S1 , con (t1 , t2 ) ∼ (s1 , s2 ) ⇐⇒ tj − sj ∈ Z, j = 1, 2.

(iv) [0, 1]2 → S1 × S1 , (t1 .t2 ) 7→ (e2πıt1 , e2πıt2 ); utilı́cese Proposición 2.11-(b).
Como consecuencia,

[0, 1]2 /∼ ∼
= S1 × S1 , con (t1 , t2 ) ∼ (s1 , s2 ) ⇐⇒ |tj − sj | ∈ {0, 1}, j = 1, 2.

(v) Rn+1 \ {0} → Sn , p 7→ p/kpk, n ∈ N; utilı́cese Proposición 2.11-(d).


Como consecuencia,

Rn+1 \ {0}/∼ ∼
= Sn , n ∈ N, con p ∼ q ⇐⇒ p/kpk = q/kqk.

3. Espacios cociente de discos topológicos


En esta sección vamos a presentar algunas construcciones sobre discos topológicos
que serán de gran utilidad a lo largo del curso. Comnencemos fijando alguna notación.
En lo que sigue X será un espacio topológico.

Definición 3.1 Por definición, un subespacio topológico C ⊂ X es una curva de Jor-


dan en X si es homeomorfo a S1 . Análogmente, un subespacio topológico γ ⊂ X es un
arco de Jordan en X si es homeomorfo a [0,1]. Un arco de Jordan abierto en X es un
subespacio topológico γ ⊂ X homeomorfo a ]0,1[.

Si γ ⊂ X es un arco de Jordan y α : [0, 1] → γ es un homeomorfismo, a los puntos


α(0) y α(1), que no dependen del homeomorfismo α utilizado, se les llama extremos
del arco. Denotaremos por V (γ) := {α(0), α(1)} al conjunto formado por los extremos
del arco, e Int(γ) al arco de Jordan abierto γ \ V (γ). Por definición, una orientación de
γ es una ordenación de sus extremos. Obviamente γ admite dos orientaciones, a saber
(α(0), α(1)) y (α(1), α(0)).

Definición 3.2 Dado un arco de Jordan γ en la circunferencia unidad S1 ⊂ R2 de


extremos {p1 , p2 }, la orientación (p1 , p2 ) se dirá positiva si al recorrer γ de p1 a p2 se
sigue el sentido contrario a las agujas del reloj, esto es, creciente en el argumento. En
otro caso se dirá negativa.

12
Definición 3.3 Sea C una curva de Jordan en X. Sean γ1 y γ2 dos arcos de Jor-
dan orientados en C, y denotemos por (p1 , p2 ) y (q1 , q2 ) las orientaciones de γ1 y γ2 ,
respectivamente (con esta notación V (γ1 ) = {p1 , p2 } y V (γ2 ) = {q1 , q2 }).
Los arcos γ1 y γ2 se dirán compatiblemente orientados si existe un homeomorfismo
f : C → S1 tal que las orientaciones (f (p1 ), f (p2 )) de f (γ1 ) y (f (q1 ), f (q2 )) de f (γ2 )
tienen el mismo carácter (esto es, ambas son positivas o negativas).
La compatibilidad o no compatibilidad de orientaciones no depende del homeomor-
fismo f : C → S1 utilizado. En efecto, si h : C → S1 es otro homeomorfismo entonces
f ◦ h−1 : S1 → S1 es monótono en el argumento.

Vamos a definir el concepto de disco topológico. Algunos matices requerirán del


Teorema de Invarianza del Dominio, que enunciamos sin demostración a continuación.

Teorema 3.4 (Invarianza del Dominio) Si O ⊂ R2 es un subespacio topológico ho-


meomorfo a un abierto de R2 , entonces O es un abierto de R2 .

Definición 3.5 Un disco topológico compacto es un espacio topológico homeomorfo


al disco unidad cerrado D = {(x, y) ∈ R2 : x2 + y 2 ≤ 1} en R2 . De igual forma, un
disco topológico abierto es un espacio topológico homeomorfo al disco unidad abierto
D = {(x, y) ∈ R2 : x2 + y 2 < 1} ⊂ R2 .
Si X es un disco topológico compacto y f : D → X es un homeomorfismo, el Teo-
rema de Invarianza del Dominio garantiza que los subconjuntos f (S1 ) y f (D) de X no
dependen de f ; en efecto, si h : D → X es otro homeomorfismo entonces (h−1 ◦ f )(D)
y (f −1 ◦ h)(D) han de ser abiertos de R2 contenidos en D, y por tanto contenidos en
D (no pueden intersecar a S1 ). De aquı́ que (h−1 ◦ f )(D) = (f −1 ◦ h)(D) = D, esto es,
f (D) = h(D) y f (S1 ) = h(S1 ).
En lo que sigue denotaremos por Bd(X) := f (S1 ) y lo referiremos como la curva de
Jordan borde de X. También diremos que C bordea el disco X o que X está bordeado por
C. Análogamente escribiremos Int(X) := X \ Bd(X) y lo referiremos como el interior
de X.

El siguiente resultado técnico será de bastante utilidad.

Corolario 3.6 Si X1 y X2 son discos topolóticos compactos y f : Bd(X1 ) → Bd(X2 ) es


un homeomorfismo, entonces existe F : X1 → X2 homeomorfismo tal que F |Bd(X1 ) = f .

Demostración : Sea Fj : Xj → D un homeomorfismo cualquiera, j = 1, 2. Claramente

h := (F2 |Bd(X2 ) ) ◦ f ◦ (F1−1 |S1 ) : S1 → S1

13
es un homeomorfismo. Construyamos
p
 
kpkh kpk si p 6= 0
H : D → D, H(p) = ,
0 si p = 0

y observemos que H un homeomorfismo en D con H|S1 = h. Para acabar basta con


definir F := F2−1 ◦ H ◦ F1 .

3.1. Discos topológicos planos


La mayorı́a de los discos topológicos compactos con los que vamos a trabajar serán
subespacios topológicos de R2 . Introduciremos la siguiente:

Definición 3.7 Los subconjuntos X ⊂ R2 que con la topologı́a euclidiana inducida sean
discos topológicos compactos (respectivamente, abiertos) serán llamados discos planos
compactos (respectivamente, abiertos).

Observación 3.8 Sea X ⊂ R2 un disco plano compacto. Entonces X \ Bd(X) es una


componente conexa acotada de R2 \ Bd(X) con frontera Bd(X).

Demostración : Por el Teorema de Invarianza del Dominio el conexo Int(X) es abierto


en R2 \ Bd(X). Como Int(X) = X es compacto (luego cerrado y acotado) en R2 ,
deducimos que Int(X) es cerrado en R2 \ Bd(X). Esto garantiza que Int(X) es una
componente conexa acotada de R2 \ Bd(X). Claramente Fr(Int(X))) = X \ Int(X) =
Bd(X).

Surge aquı́ una pregunta aparentemente inocente pero de gran calado topológico:

¿Qué subespacios topológicos del plano son discos planos compactos?

El Teorema de Jordan-Schóenflies clásico, cuya prueba está fuera de las posibilidades


de este curso, da la respuesta completa a esta cuestión.

Teorema 3.9 (Jordan-Schöenflies) Si C1 y C2 son dos curvas de Jordan en R2 y


f : C1 → C2 un homeomorfismo, existe F : R2 → R2 homeomorfismo tal que F |C1 = f .

Éste resultado implica que cualquier curva de Jordan C en R2 es frontera de (ó bordea)
un disco topológico compacto en R2 , y que cualquier disco topológico compacto X
de R2 surge de esta forma. En efecto, basta con aplicarlo a cualquier homeomorfismo
f : C → S1 y observar que X := F −1 (D) es un disco plano compacto con Bd(X) = C.
Téngase también en cuenta que el borde Bd(X) de cualquier disco plano compacto
X ⊂ R2 es una curva de Jordan.
Es evidente que S1 parte R2 en dos componentes conexas con borde S1 , una el disco
abierto unidad y otra el exterior del disco cerrado unidad. Como corolario del Teorema
de Jordan-Schóenflies el complemento de una curva de Jordan arbitraria C en el plano
R2 tiene dos componentes conexas, una acotada llamada interior de C y otra no acotada
llamada exterior de C, ambas con frontera la curva C. Este resultado es conocido en la
literatura como Teorema de la Curva de Jordan.

14
3.2. Pegado de discos topológicos por el borde
Sean X1 y X2 dos discos topológicos compactos disjuntos. Consideremos arcos de
Jordan γj ⊂ Cj := Bd(Xj ), j = 1, 2, y un homeomorfismo h : γ1 → γ2 . Consideremos
en X := X1 ∪ X2 la topologı́a suma, a saber, la que tiene por abiertos las uniones de
abiertos de X1 y X2 .
Vamos explicar una operación topológica elemental, que referiremos como el pegado
de los discos X1 y X2 por los arcos γ1 y γ2 vı́a el homomorfismo h. La clave es generar
un nuevo espacio topológico X̂ a partir de X1 , X2 y h : γ1 → γ2 . Para ello definiremos
la siguiente relación de equivalencia en X:

p ∼ q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h(r)} para algún r ∈ γ1 ,

que materializará la identificación deseada. Escribiremos X̂ := X/∼ al espacio co-


ciente resultante y π : X → X̂ la correspondiente proyección. Es fácil comprobar que
π|Xj : Xj → X̂ es un embebimiento topológico, j = 1, 2.

Por otra parte, es claro que Cj \ Int(γj ) es un arco de Jordan


 en Xj , luego
 en X,
j = 1, 2. En la unión de arcos de Jordan C := C1 \ Int(γ1 ) ∪ C2 \ Int(γ2 ) podemos
def
definir la relación de equivalencia restringida p ∼0 q ⇐⇒ p ∼ q. Escribamos Ĉ := C/∼0
y π0 : C → Ĉ a la correspondiente proyección topológica al cociente. Por la naturaleza
de ∼0 , es inmediato comprobar que el espacio Ĉ es una circunferencia topológica, esto
es, es homeomorfo a S1 . Hágase como ejercicio.
Si i : C → X denota la inclusión, el Corolario 2.10 nos proporciona una aplicación
continua î : Ĉ → X̂ satisfaciendo î ◦ π0 = π ◦ i. Por la naturaleza de las relaciones
î : Ĉ → X̂ es un embebimiento topológico.
El siguiente resultado describe la naturaleza topológica del resultado de pegar nues-
tros discos. En particular, prueba que el espacio X̂ obtenido no depende de los discos
topológicos compactos considerados, de los arcos de Jordan elegidos en su borde, ni del
homeomorfismo entre ellos considerado.

Proposición 3.10 El espacio X̂ es un disco topológico compacto con Bd(X̂) = î(Ĉ).

Demostración : Llamemos

D1 := D ∩ {(x, y) ∈ R2 : y ≥ 0} y D2 := D ∩ {(x, y) ∈ R2 : y ≤ 0}.

La proposición 3.22 (o el Teorema 3.9) garantiza que D1 y D2 son discos topológicos


compactos, por lo que existen homeomorfismos F1 : X1 → D1 y F2 : X2 → D2 .
Llamnemos s al segmento [−1, 1] × {0}. Componiendo con un conveniente homeo-
morfismo G : D1 → D1 , no supone pérdida de generalidad asumir que F1 (γ1 ) = s (un
tal G : D1 → D1 se genera tras extender vı́a el Corolario 3.6 cualquier homeomorfismo
g : Bd(D1 ) → Bd(D1 ) que aplique F1 (γ1 ) en s). Análogamente no supone restricción
asumir F2 (γ2 ) = s.

15
Recuperemos el homeomorfismo h : γ1 → γ2 sobre el que se construyó la relación
de equivalencia ∼ en X que dió lugar al cociente X̂. Llamemos {p1 , p2 } ⊂ X1 a los
extremos de γ1 , y observemos que {h(p1 ), h(p2 )} ⊂ X2 son los extremos de γ2 .
Veamos que el Corolario 3.6 nos permite modificar F2 para que F1 (p) = F2 (h(p))
para todo p ∈ γ1 . En efecto:

Salvo permutar ı́ndices y cambiar F2 por S ◦ F2 , donde S : D2 → D2 es la simetrı́a


(x, y) 7→ (−x, y), podemos asumir sin pérdida de fuerza que F1 (p1 ) = F2 (h(p1 )) =
(−1, 0) ∈ s y F1 (p2 ) = F2 (h(p2 )) = (1, 0) ∈ s.

Cambiando F2 por J ◦ F2 , donde J : D2 → D2 es un homeomorfismo satisfaciendo

J|s = (F1 |γ1 ) ◦ h−1 ◦ (F2−1 |s ), J|Bd(D2 )\s = IdBd(D2 )\s ,

(constrúyase con ayuda del Corolario 3.6), logramos que F1 (p) = F2 (h(p)) para
todo p ∈ γ1 .

La aplicación
F : X → D, F |X1 := F1 , F |X2 = F2 ,
está bien definida y es continua y sobreyectiva de un compacto en un Hausdorff, de donde
es una identificación. Como la relación que induce ∼F coincide con ∼, la Proposición 2.9
garantiza que la única aplicación F̂ : X̂ → D tal que F̂ ◦ π = F es un homeomorfismo.
Esto prueba que X̂ es un disco topológico cerrado.
Como Bd(X̂) = F̂ −1 (S1 ) = π(F −1 (S1 )) = π(C) = î(Ĉ), la proposición se sigue.
φj
Observación 3.11 La Proposición 3.10 se generaliza al caso Xj ∼ = {(x, y) ∈ R2 : y ≥
0, x2 + y 2 < 1} y γj := φ−1
j (] − 1, 1[), j = 1, 2. En este caso, si h : γ1 → γ2 es un
homeomorfismo y ∼ es la relación asociada en X = X1 ∪ X2 dada por

p ∼ q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h(r)} para algún r ∈ γ1 ,

el cociente topológico X̂ := X/∼ es un disco topológico abierto.

Ejercicio 3.12 Es un ejercicio ilustrativo probar que dados dos discos topológicos com-
pactos y disjuntos X1 y X2 y un homeomorfismo h : Bd(X1 ) → Bd(X2 ), el cociente
topológico X1 ∪ X2 /∼, donde ∼ denota la relación de equivalencia en X1 ∪ X2 definida
por
p ∼ q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h(r)} para algún r ∈ Bd(X1 ),
es homeomorfo a la esfera S2 .

Dejamos también como ejercicio el siguiente enunciado.

Ejercicio 3.13 Sea X es un disco topológico compacto y sean γ1,j , γ2,j ⊂ Bd(X),
j = 1, . . . , k, arcos de Jordan tales que γ1,j ∩ γ2,j = Pj ∈ Bd(X), j = 1, . . . , k, y
(γ1,j ∪ γ2,j ) ∩ (γ1,i ∪ γ2,i ) = ∅, i 6= j. Sea hj : γ1,j → γ2,j un homeomorfismo tal que
h(Pj ) = Pj , j = 1, . . . , k. Definamos la relación en X

p ∼ q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, hj (r)} para algún r ∈ γ1,j y j ∈ {1, . . . , k}.

Entonces X̂ := X/∼ es un disco topológico compacto.

16
3.3. Discos topológicos con borde identificado
Sea X un disco topológico compacto. Escribamos por simplicidad C = Bd(X) su
circunferencia topológica borde. Sea R0 una relación de equivalencia en C, y definamos
la siguiente relación de equivalencia en X:
 
pRq ⇐⇒ p = q ∨ {p, q} ⊂ C ∧ pR0 q .

Llamemos S al espacio topológico cociente X/R, y denotemos por σ : X → S a la


correspondiente proyección al cociente.
Observemos que:
La inclusión natural i : X \ C → X induce un embebimiento i0 : X \ C → S dado
por i0 (p) := (σ ◦ i)(p) = σ(p) ∈ S.

la inclusión j : C → X induce un embebimiento topológico j0 : C/R0 → S deter-


minado por la identidad σ ◦ j = j0 ◦ σ0 , donde σ0 : C → C/R0 es la proyección al
cociente.
Por tanto, salvo componer con i0 podemos identificar el disco topológico abierto X \ C
con σ(X \ C) ⊂ S, siendo la topologı́a inducida por S sobre X \ C la euclidiana usual.
Análogamente, salvo componer con j0 podemos identificar topológicamente C/R0 con
el subespacio topológico σ(C) ⊂ S. Nótese que tanto S como σ(C) son arcoconexos al
ser cocientes de espacios arcoconexos.
Vamos a estudiar algunos cocientes de discos topológicos compactos especiales con
gran importancia para la teorı́a, como veremos en el Tema 3. Necesitamos introducir
alguna notación.
Fijemos un conjunto infinito numerable U de sı́mbolos, que jugará un papel tácito
o auxiliar en lo que sigue. Construyamos el conjunto U × {−1, 1} y denotemos por

π : U × {1, −1} → U

a la primera proyección. Por sencillez, identificaremos cada par (b, ) ∈ U × {−1, 1} con
la sı́laba o carácter b .

Definición 3.14 Un esquema (sobre U) es una aplicación

ω : {1, . . . , k} → U × {1, −1}, k ≥ 2.

El número k ∈ N se referirá como la longitud de ω, y escribiremos Long(ω) = k.


(j) (1) (k)
Si ω(j) = bj , j = 1, . . . , k, ω se identificará con la expresión b1 . . . bk . Al
conjunto sop(ω) := {b1 , . . . , bk } se le llamará soporte
 de ω.
−1
Un esquema ω se dirá binario si ] (π ◦ ω) (b) ≤ 2 para todo b ∈ U. Un esquema
binario se dirá:

17
binario puro si ] (π ◦ ω)−1 (b) ∈ {0, 2} para todo b ∈ U.


binario mixto ] (π ◦ ω)−1 (b) = 1 para algún b ∈ U.




orientable si ω es inyectiva, y no-orientable en caso contrario.

Por simplicidad, las sı́labas b1 se escribirán simplemente b, para cada b ∈ U. Por


ejemplo, si b1 , b2 y b3 ∈ U entonces b1 b1 b−1 −1
1 b2 b2 b3 es un esquema de longitud 6 sobre
U. El esquema b1 b1 b2 b2 b3 es binario mixto no orientable, mientras que b1 b2 b−1
−1 −1 −1
1 b2 es
binario puro orientable.
(1) (k)
Definición 3.15 Dado un esquema ω = b1 . . . bk , una representación r de ω en un
disco topológico compacto X es un par (a, h) donde
(I) a := {γj : j = 1, . . . , k} es una colección recubridora de arcos de Jordan orienta-
dos y consecutivos en C := Bd(X), donde cada γj está ligado unı́vocamente a la

silaba o carácter bjj de ω para cada j. Para ser más precisos:
γ1 , . . . , γk son dos a dos compatiblemente orientados en C,
Int(γi ) ∩ Int(γj ) = ∅, i 6= j,
γj ∩ γj+1 6= ∅, j = 1 . . . , k − 1, y γk ∩ γ1 6= ∅, y
∪kj=1 γj = C.
(II) h es una familia {hi,j : γi → γj : (i, j) ∈ Iω } de homeomorfismos, donde Iω :=
{(i, j) : 1 ≤ i, j ≤ k, bi = bj }, satisfaciendo:
hi,j respeta las orientaciones de γi y γj si i = j , y las revierte si i j = −1.
hj,m ◦ hi,j = hi,m (en particular, hi,i = Idγi y hi,j = h−1
j,i ).

Toda representación r de ω en X induce de forma natural una relación de equivalencia


en X. Basta considerar la relación de equivalencia ∼0,r en C:
p ∼0,r q ⇐⇒ {p, q} = {r, hi,j (r)}, r ∈ γi , (i, j) ∈ Iω .
y extenderla de forma trivial a X:
 
p ∼r q ⇐⇒ p = q ∨ {p, q} ⊂ C ∧ p ∼0,r q .

Denotaremos por Sr y Γr , respectivamente, a los cocientes topológicos X/ ∼r y C/∼0,r


determinados por la representación r de ω en X. Análogamente escribiremos σr : X → Sr
y σ0,r : C → Γr a las correspondientes proyecciones.
La información topológica sobre el espacio Sr está esencialmente concentrada en el
subespacio Γr . En este punto es aconsejable introducir la siguiente:

18
Definición 3.16 Un espacio topológico Γ se dice un grafo conexo si existe una exahus-
ción ∅ = Γ0 ⊂ Γ1 ⊂ . . . ⊂ Γn = Γ por subespacios topológicos conexos de Γ, de forma
que para cada j ∈ {1, . . . , n} existe un arco αj : [0, 1] → Γ tal que

αj |[0,1] es inyectiva (arco de Jordan) o αj |[0,1[ es inyectiva y αj (0) = αj (1) (curva


de Jordan).

Γj = Γj−1 ∪ αj ([0, 1]).

αj |]0,1[ ∩ Γj−1 = ∅ y Γj−1 ∩ {αj (0), αj (1)} =


6 ∅.

Si existe una circunferencia topológica (curva de Jordan) γj ⊂ ∪ji=1 Γi con αj ([0, 1]) ⊂
γj , diremos que αj añade un ciclo a Γ, j = 1, . . . , n. Si Γj añade un ciclo para todo
j = 1, . . . , n entonces Γ se dirá un n-ciclo.
A los extremos de los αj se les llamará vértices de Γ, y se denotará por V (Γ) =
n
∪j=1 {αj (0), αj (1)} al conjunto de todos ellos. A las componentes conexas de Γ \ V (Γ)
las llamaremos lados de Γ, y denotamos E(Γ) al conjunto de todos ellos. El número
entero
χ(Γ) := −]E(Γ) + ]V (Γ),
que coincide con 1 − k donde k es el número total de ciclos añadidos en la exahusción
∅ = Γ0 ⊂ Γ1 ⊂ . . . ⊂ Γn = Γ, se llamará caracteristica de Euler de Γ.


Observación 3.17 Claramente  Γr es un grafo conexo con vértices V (Γr ) = ∪ki=1 σr V (γi )
y lados E(Γr ) = {σr Int(γi ) : i = 1, . . . , k}. Para determinar de forma correcta los car-
dinales de V (Γr ) y E(Γr ), y por tanto χ(Γr ), hay que tener en cuenta las identificaciones
inducidas por σr .

Definición 3.18 Si ω es un esquema y r una representación suya en un disco topológico


compacto X, el espacio topológico Sr se dirá una realización de ω. También diremos
que σr : X → Sr es la identificación asociada a la realización Sr .
El subespacio Γr de Sr será referido como el grafo conexo borde de Sr .

Un mismo esquema puede admitir distintas realizaciones, pero parece natural pensar
que éstas son identificables topológicamente. La clave para comprenderlo está de nuevo
en el Corolario 3.6, y nos la da la siguiente proposición.

Proposición 3.19 Sean r1 y r2 dos representaciones del mismo esquema w en discos


topológicos compactos X1 y X2 , respectivamente. Entonces existe un homeomorfismo
F : X1 → X2 compatible con ∼r1 y ∼r2 , induciendo un homeomorfismo F̂ : Sr1 → Sr2
tal que σr2 ◦ F = F̂ ◦ σr1 (en particular, F̂ (Γr1 ) = Γr2 ). El homeomorfismo F̂ entre Sr1
y Sr2 ası́ obtenido se dirá adaptado al esquema ω.

19
(1) (k)
Demostración : Pongamos ω = b1 . . . bk . Llamemos γl,1 , . . . , γl,k a los arcos de Jor-
(l)
dan orientados en Cl := Bd(Xl ) asociados a rl y denotemos por hi,j : γl,i → γl.j a los
homeomorfismos asociados a rl , (i, j) ∈ Iω , l = 1, 2.
Como los arcos los arcos γl,1 , . . . , γl,k están dispuestos de forma que engarzan final de
γl,j con principio de γl,j+1 , e igualmente con γl,k y γl,1 , l = 1, 2, existe un homeomorfismo

f : C1 → C2 tal que f (γ1,j ) = γ2,j para j = 1, . . . , k.

Es más,

la compatibilidad de las orientaciones de los arcos γl,1 , . . . , γl,k , l = 1, 2,

y el hecho de que
(1) (2)
los homeomorfismos hi,j : γ1,i → γ1,j y hi,j : γ2,i → γ2,j preservan o revierten
ambos la orientabilidad para todo (i, j) ∈ Iω ,

nos permite elegir f para que además


(1) (2)
hi,j = (f |γ2,j )−1 ◦ hi,j ◦ (f |γ1,i ) ∀(i, j) ∈ Iω .

En efecto, para cada {(i, j), (j, i)} ∈ Iω2 , i 6= j, basta fijar primero un ı́ndice (tomare-
mos por ejemplo i), tomar cualquier homeomorfismo f |γ1,i : γ1,i → γ2,i preservando la
orientación fijada en los arcos de Jordan, y finalmente definir
(2) (1)
f |γ2,j = hi,j ◦ (f |γ1,i ) ◦ (hi,j )−1 : γ1,j → γ2,j .

Por el Corolario 3.6 existe un homeomorfismo F : Int(C1 ) → Int(C2 ) tal que F |C1 = f .
Claramente
p ∼r1 q ⇐⇒ F (p) ∼r2 F (q),
por lo que F induce un homeomorfismo F̂ : Sr1 → Sr2 tal que F̂ ◦ σr1 = σr2 ◦ F . Esto
concluye la prueba.

Como consecuencia podemos establecer la siguiente definición.


(1) (k)
Definición 3.20 Si ω = b1 . . . bk es un esquema, su realización en cualquiera disco
X auxiliar (única salvo homeomorfismos) será denotada por Sω . Análogamente escri-
biremos por σω : X → Sω la identificación asociada. A veces es común identificar la
expresión formal ω con su realización Sω . De forma similar el grafo conexo borde Γω
está unı́vocamente determinado salvo homeomorfismos adaptados a ω.
En ocasiones es aconsejable utilizar realizaciones sencillas de ω desde un punto de
vista geométrico. Por ejemplo, la realización de ω asociada a su representación canónica
r0 = (a0 , h0 ) en D (unı́vocamente determinada salvo isometrı́as lineales del plano) en
la que:

Todos los arcos de a0 en S1 tienen igual longitud euclidiana.

Los homeomorfismos h0 son transformaciones lineales del argumento en S1 , o


equivalentemente, restricción de isometrı́as lineales euclidianas.

Las propiedades topológicas básicas de las realizaciones de esquemas están recogidas en


la siguiente propocición.

20
Proposición 3.21 Dado un esquema ω, el espacio Sω es arcoconexo, compacto, Haus-
dorff y II-Axioma de Numerabilidad.

Demostración : Por conveniencia utilicemos la realización Sω ≡ Sr0 de ω comentada en


la Observación 2.6.
La arcoconexión y la compacidad de Sω se siguen de la arcoconexión y compacidad
de D junto con Observación 2.6-(f).
Dado p ∈ Sω , llamemos Up () := {x ∈ D : dist(x, σω−1 (p)) < }. Por la simetrı́a de
la representación canónica es claro que Up () es un abierto σω -saturado  en D. Es más,
como D está dotado de la topologı́a euclidiana, la familia {σω Up () : p ∈ Sω ,  > 0}
es una base de la topologı́a cociente en Sω .
Si p1 y p2 son puntos distinos en Sω , los conjuntos σω1 (p1 ) y σω−1 (p2 ) son disjuntos y
por tanto existe  > 0 sufientemente pequeño tal que Up1 ()∩Up2 () = ∅. De Observación
2.6-(d) se sigue que Sω es Hausdorff.
Por último, para probar que Sω es II-Axioma de Numerabilidad obsérvese que la
familia de abiertos σω -saturados de D

B := {Up () : p ∈ σω (D ∩ Q2 ),  ∈ Q} ∪ {Uσω (eıθ ) () : θ ∈ [0, 2π] ∩ Q,  ∈ Q}

satisface Observación 2.6-(e).

3.4. Ampliación: El Teorema de Jordan-Schöenflies para poli-


gonales
Como complemento a lo visto es las anteriores secciones probaremos una versión
suave del Teorema de la curva de Jordan para el caso particular de curvas poligonales.
Comenzaremos con el siguiente resultado para curvas de Jordan convexas, que obviando
el Teorema de Jordan-Schöenflies afirma que éstas siempre bordean un disco topológico
plano (ver también el Teorema 3.23).

Proposición 3.22 Toda curva de Jordan convexa C en R2 bordea un disco topológico


compacto en R2 .

Recordemos que una curva de Jordan C en R2 se dice convexa si para cualquiera lı́nea
recta L en R2 el conjunto L ∩ C es
conexo (puede que vacı́o) y C está en un semiplano cerrado con borde L, ó

contiene exactamente dos puntos distintos y C tiene puntos en los dos semiplanos
abiertos determinados por L.

Demostración : Hemos de demostrar que existe un disco topológico compacto X ⊂ R2


de forma que C = Bd(X). Como C contiene a lo más una cantidad numerable de
segmentos no triviales y no puede estar contenida en una recta (en ese caso serı́a un
intervalo compacto, ya que es conexa y compacta, y no podrı́a ser homeomorfa a S1 ),
existe una recta L en R2 cortando C en dos puntos distintos p y q. En particular,
cualquiera recta R conteniendo un segmento no trivial en C (de haberlo) corta a L a
lo más en un punto. Como hay una cantidad numerable de tales R’s, existe un punto
x0 ∈]p, q[ tal que Lθ := {x0 + sθ : s ∈ R} no contiene segmentos no triviales en C para
todo θ ∈ S1 . Veamos que Lθ corta a C en exactamente dos puntos distintos para todo
p−q
θ ∈ S1 . En efecto, si θ = ± kp−qk eso es evidente ya que p, q ∈ L p−q = L q−p , y si
kp−qk kp−qk

21
p−q
θ 6= ± kp−qk entonces los puntos p y q de C están contenidos en distintos semiplanos
2
de R \ Lθ , por lo que de la conexión de C implica que Lθ ∩ C 6= ∅. La convexidad
de C y el hecho de que Lθ ∩ C no contiene segmentos no triviales obliga a que Lθ ∩ C
contenga exactamente dos puntos, uno a la izquierda de x0 y otro a la derecha de x0 en
Lθ , para todo θ ∈ S1 . Por tanto la semirecta L+θ := {x0 + sθ : s ≥ 0} interseca a C en
un único punto qθ , para cada θ ∈ S1 . Escribamos [x0 , qθ ] = {x0 + sqθ : s ∈ [0, kqθ − x0 k]}
y definamos X := ∪θ∈S1 [x0 , qθ ]. Como S1 → C, θ 7→ qθ , es un homeomorfismo, la
aplicación
H : X → D, H(x0 + sqθ ) = sθ,
es continua y biyectiva, y al ir de un compacto en un Hausdorff, es un homeomorfismo.
Esto prueba que X es un disco topológico compacto con borde Bd(X) = H −1 (S1 ) = C,
lo que concluye la demostración.

A continuación probamos el Teorema de la curva de Jordan-Schöenflies para poli-


gonales.

Teorema 3.23 Toda curva de Jordan poligonal C en R2 parte el plano en dos compo-
nentes conexas con frontera común C. Una de ellas es acotada y llamada interior de C,
y la otra es no acotada y llamada exterior de C. Serán denotadas respectivamente por
Int(C) y Ext(C).
Además Int(C) ≡ Int(C) ∪ C, con la topologı́a euclidiana inducida, es un disco
topológico compacto con borde C e interior Int(C).

Demostración : Sabemos que C es la unión de una cantidad finita de segmentos de


longitud ecuclidiana positiva: C = ∪kj=1 sj . Tomemos una recta L con dirección distinta
a la de las rectas conteniendo a los segmentos sj para todo j = 1, . . . , k. Elijamos un
vector director u ∈ R2 \ {0} de L.
Lo primero que vamos a ver es que R2 \ C tiene dos componentes conexas con
frontera común C. En efecto, para cada p ∈ R2 \ C llamemos Lp := {p + su : s ∈ R} y
L+p := {p + su : s ≥ 0}. Consideremos la función

m : R2 \ C → N ∪ {0}, m(p) := ](L+


p ∩ C),

donde ](·) significa cardinal. En el cálculo de ](L+


p ∩ C), convenimos que los puntos
+
q ∈ Lp ∩ C que sean vértices de C han de contarse dos veces cuando los dos segmentos
de C transversos incidentes en q estén contenidos en un mismo semiplano cerrado con
frontera Lp . Finalmente consideramos la aplicación

f : R2 \ C → {1, −1}, f (p) := (−1)mp .

No es difı́cil ver que f es localmente constante, luego continua. Además f es sobreyectiva


ya que si elegimos p ∈ R2 tal que L+ p corte transversalmente el interior de un segmento

22
sj , la función m|L+p \C cambia de paridad al al atravesar sj . Por tanto R2 \ C es la
unión disjunta de los abiertos euclidianos Int(C) := f −1 (−1) 6= ∅ (interior de C) y
Ext(C) := f −1 (1) 6= ∅ (exterior de C). Nótese que nuestro argumento también garantiza
que C = Fr(Int(C)) = Fr(Ext(C)).
Veamos que Int(C) es conexo (análogamente se probarı́a la conexión de Ext(C)).
Tomemos p1 , p2 ∈ Int(C) puntos arbitrarios y comprobemos que están en la misma
componente conexa de Int(C). Para t suficientemente pequeño, la geometrı́a combina-
torio elemental nos garantiza que Ct := {p ∈ R2 : dist(x, C) = t} es unión de dos curvas
de Jordan polı́gonales próximas y paralelas a C, una de ellas Ct− ⊂ Int(C) y la otra
Ct+ ⊂ Ext(C). Es fácil concluir de aquı́ que, si  > 0 es suficientemente pequeño, el
entorno tubular N (C, ) := ∪|t|< Ct de C es un dominio arcoconexo conteniendo a C y
con frontera C− ∪ C+ . La arcoconexión de N − (C, ) := ∪−<t<0 Ct− ⊂ Int(C) es también
clara ya que es homeomorfo de forma natural a ] − , 0[×C. Como L+ pj corta a C ya que
+ −
pj ∈ Int(C), Lpj ha de intersecar también a N (C, ), luego a N (C, ). Por tanto pj
está en la misma arcocomponente de Int(C) que N − (C, ), j = 1, 2. Esto garantiza que
p1 y p2 están en la misma componente conexa de Int(C) como querı́amos demostrar.
Finalmente veamos que Int(C) es acotado y Ext(C) no es acotado. En efecto, si B
es una bola euclidiana conteniendo a C en su interior, el conexo R2 \ B ha de estar
en alguna de las dos componentes de R2 \ C( a saber, Int(C) o Ext(C)). Pero R2 \ B
contiene lı́neas rectas paralelas al vector u, por tanto totalmente contenidas en Ext(C).
Esto fuerza a que R2 \ B ⊂ Ext(C), y en consecuencia a que Int(C) ⊂ B.
Para acabar el teorema probemos que Int(C) es un disco topológico, esto es, que
Int(C) ∼ = D. Recordemos que habı́amos escrito C = ∪kj=1 sj como unión de segmentos no
triviales, y llamemos Lj a la única recta de R2 conteniendo al segmento sj , j = 1 . . . , k.
Observemos que
R2 \ (∪kj=1 Lj ) = ∪ai=1 Ωi ,
donde cada Ωi es un dominio convexo con frontera una curva de Jordan polı́gonal,
i = 1, . . . , a. Este hecho, que se puede probar fácilmente por inducción en k, se basa en

la propiedad elemental de que una lı́nea recta que atraviesa un convexo lo parte en dos
trozos convexos. Como cada Ωi está en una componente conexa de R2 \ C, sin perdida
de generalidad podemos suponer que que Ω1 , . . . , Ωb , 1 ≤ b < a, son las componentes
conexas de R2 \ (∪kj=1 Lj ) contenidas en Int(C) y escribir Int(C) = ∪bi=1 Ωj como unión
de regiones convexas compactas bordeadas por curvas de Jordan poligonales. Por la
Proposición 3.22, cada región Ωj es un disco topológico compacto con frontera una
curva de Jordan poligonal contenida en ∪kj=1 Lj , i = 1, . . . , b.
Nuestro objetivo va a ser comprobar de forma inductiva que, salvo reordenación,
Xj := ∪ji=1 Ωi con la topologı́a euclidiana inducida es un disco topológico compacto con
frontera euclidiana la poligonal borde Bd(Xj ) ⊂ ∪kj=1 Lj para todo j = 1, . . . , b. Este
resultado implicará que Int(C) = Xb es un disco topológico compacto satisfaciendo las
condiciones explicitadas en el enunciado del teorema, acabando la demostración.

23
En efecto, podemos suponer sin pérdida de fuerza que X1 = Ω1 contiene al menos
uno de los segmentos que definen C. Notemos que el disco X1 satisface las condiciones
anteriores gracias a la Proposición 3.22, por lo que la base de la inducción está ga-
rantizada. Admitamos que nuestra afirmación es cierta para Xj , j < b. Para cerrar la
inducción, es importante obsevar que C * Bd(Xj ). En efecto, en otro caso C = Bd(Xj )
ya que la circunferencia topológica Bd(Xj ) ∼ = S1 no contiene subespacio propios ho-
1
meomorfos a S . Como j < b, el conexo Ωb no corta a Bd(Xj ) = C, y por la primera
parte de la demostración debe estar contenido en una de las dos componentes conexas
de R2 \ Bd(Xj ) = R2 \ C. Como Ωb ∩ Xj = ∅ y Int(C) = Int(Bd(Xj )), deducimos que
Ωb ⊂ Ext(C), una contradicción. Por tanto, existe una región en la lista {Ωj+1 , . . . , Ωb },
que salvo reordenación podemos suponer es Ωj+1 , que corta a C y es contigua a Xj en
el sentido de que Ωj+1 ∩ Xj es un arco de Jordan. La Proposición 3.10 garantiza que
Xj+1 := Xj ∪ Ωj+1 es un disco topológico compacto con borde una curva de Jordan
poligonal contenida en ∪kj=1 Lj . Esto cierra la inducción y concluye la demostración.

Observación 3.24 El mismo argumento del teorema anterior funciona sin grandes
modificaciones cuando la curva de Jordan poligonal C se sustituye por una curva po-
ligonal P propiamente embebida en R2 con una cantidad finita de segmentos (dos de
ellos lógicamente semirectas infinitas). En este caso la conclusión es que R2 \ P tiene
dos componentes conexas no acotadas con frontera común P .

24
TEMA 1: Grupo Fundamental
Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]

En este tema introduciremos el primer invariante topológico de naturaleza algebraica


conocido históricamente, que motivó el nacimiento de la Topologı́a Algebraica moderna.
Nos referimos al grupo fundamental de un espacio topológico o grupo de Pincaré.

4. Homotopı́a de arcos: Grupo Fundamental


Sea X un espacio topológico.
En este tema trataremos de forma recurrente con arcos en X, esto es, con aplica-
ciones contı́nuas α : [0, 1] → X. La idea crucial para entender todo lo que sigue es la de
deformación topológica de arcos, también conocida en la literatura como homotopı́a de
arcos.
Definición 4.1 Sean X espacio topológico y α, β : [0, 1] → X arcos en X. Una homo-
topı́a de α en β es una aplicación continua H : [0, 1] × [0, 1] → X satisfaciendo
H(t, 0) = α(t), H(t, 1) = β(t) para todo t ∈ [0, 1].
Aquı́ se entiende [0, 1] × [0, 1] dotado con la topologı́a euclidiana inducida por R2 .
En caso de que α(0) = β(0) y α(1) = β(1), una homotopı́a H : [0, 1] × [0, 1] → X de
α en β se dirá con extremos fijos si además
H(0, s) = α(0) = β(0) y H(1, s) = α(1) = β(1) para todo s ∈ [0, 1].

Observación 4.2 Salvo mención explı́cita de lo contrario, en lo que sigue todas las
homotopı́as de arcos consideradas serán con extremos fijos.
Observación 4.3 Sea α : [0, 1] → X un arco. Si h : [0, 1] → [0, 1] es un homeomorfismo
tal que h(0) = 0 y h(1) = 1, el arco α◦h se dirá una reparametrización de α preservando
la orientación.
Todo arco α : [0, 1] → X es homotópico con extremos fijos a cualquiera repara-
metrización suya α ◦ h : [0, 1] → X preservando la orientación. Basta con definir la
homotopı́a:
H : [0, 1]2 → X, H(t, s) = α (1 − s)t + sh(t) .


25
La homotopı́a de arcos tiene unas propiedades agradables que vamos a describir a
continuación.

Definición 4.4 Dados p y q puntos en un espacio topológico X, denotemos

Ωp,q (X) = {α : [0, 1] → X / α es un arco con α(0) = p y α(1) = q}.

Dos arcos α, β ∈ Ωp,q (X) se dirán homotópicos, y se escribirá α ' β, si existe una
homotopı́a H de α en β.

Proposición 4.5 La relación binaria ' es de equivalencia en Ωp,q (X).

Demostración : Hemos de comprobar que es reflexiva, simétrica y transitiva.


Reflexividad: Dado α ∈ Ωp,q (X), la homotopı́a

H : [0, 1]2 → X, H(t, s) := α(t)

prueba que α'α.


Simetrı́a: Sean α, β ∈ Ωp,q (X). Supongamos que α'β y sea H : [0, 1]2 → X una
homotopı́a de α en β. La aplicación
e : [0, 1]2 → X,
H e s) := H(t, 1 − s)
H(t,

prueba que β'α.


Transitividad: Sean α, β, γ ∈ Ωp,q (X) y supongamos que α'β y β'γ. Consideremos
H1 : [0, 1]2 → X y H2 : [0, 1]2 → X homotopı́as de α en β y de β en γ, respectivamente.
La aplicación H : [0, 1]2 → X dada por

H1 (t, 2s) si s ∈ [0, 1/2]
H(t, s) :=
H2 (t, 2s − 1) si s ∈ [1/2, 1]

prueba que α'γ.

El caso p = q es especialmente interesante y motiva la siguiente

Definición 4.6 (Espacio de lazos) Dados X espacio topológico y p ∈ X, escribire-


mos Ωp (X) := Ωp,p (X) y llamaremos lazos con base el punto p a los arcos de Ωp (X).
Denotaremos Π1 (X, p) al espacio cociente Ωp (X)/'. Si α ∈ Ωp (X) su clase en
Π1 (X, p) se denotada por [α], y a los elementos de Π1 (X, p) les llamaremos clases de
homotopı́a de lazos en X con base el punto p.

Como conjunto de elementos, Π1 (X, p) será el grupo fundamental de X en p. Sin em-


bargo, para dotar a Π1 (X, p) de la estructura algebraica de grupo hace falta un esfuerzo
mayor que pasará por introducir una ley de composición interna apropiada. La clave
para poder hacerlo está en el producto de arcos introducido en la Definición 2.1, tal y
como se explica en las siguientes proposiciones.

Proposición 4.7 Sean X un espacio topológico y puntos p, q, r ∈ X. Sean α, α0 ∈


Ωp,q (X) y β, β 0 ∈ Ωq,r (X) arcos tales que α'α0 y β'β 0 .
Entonces α ? β'α0 ? β 0 .

26
Demostración : Sean H1 : [0, 1]2 → X y H2 : [0, 1]2 → X homotopı́as de α en α0 y de β
0
en β , respectivamente. La aplicación H : [0, 1]2 → X dada por

H1 (2t, s) si t ∈ [0, 1/2]
H(t, s) :=
H2 (2t − 1, s) si t ∈ [1/2, 1]

es una homotopı́a de α ? β en α0 ? β 0 .

Proposición 4.8 Sean X espacio topológico, p, q, r y s ∈ X, y α ∈ Ωp,q (X), β ∈


Ωq,r (X), y γ ∈ Ωr,s (X). Las siguientes propiedades son ciertas:
(i) α ? (β ? γ)'(α ? β) ? γ.

(ii) p ? α'α ? q 'α.

(iii) α ? α'p .
4t
si t ∈ [0, 2−s

 α( 2−s ) 4
]
2−s 3−s
Demostración : La homotopı́a H : [0, 1]2 → X, H(t, s) = β(4t + s − 2) si t ∈ [ 4 , 4 ]
γ( 4t+s−3 ) si t ∈ [ 3−s , 1]

s+1 4
prueba que α ? (β ? γ)'(α ? β) ? γ, luego (I).

2t
) si t ∈ [0, s+1

2 α( s+1 2
]
La homotopı́a H : [0, 1] → X, H(t, s) = s+1
q si t ∈ [ 2 , 1]

prueba que α ? q 'α. Análogamente se demuestra que p ? α'α, de aquı́ (II).

27

 α(2t) si t ∈ [0, 1−s
2
]
2 1−s 1+s
Por último, la homotopı́a H : [0, 1] → X, H(t, s) = α(1 − s) = α(s) si t ∈ [ 2 , 2 ]
α(2t − 1) si t ∈ [ 1+s , 1]

2
1−s
prueba que α ? α'p , luego (III). Nótese que {α(2t) : t ∈ [1, 2 ]} parametriza el sur-

barco α|[0,1−s] de α, mientras que {α(2t − 1) : t ∈ [ 1+s


2
, 1]} parametriza el surbarco α|[s,1]
de α. Ambos subarcos tienen la misma traza aunque se recorren en sentido contrario,
y degeneran en el punto p cuando s → 1.
Como consecuencia tenemos el siguiente teorema, que es el resultado central de este
tema.
Teorema 4.9 Sea X un espacio topológico y p ∈ X un punto arbitrario. La ley de
composición interna
? : Π1 (X, p) × Π1 (X, p) → Π1 (X, p), [α] ? [β] := [α ? β]
está bien definida y dota al conjunto Π1 (X, p) de estructura de grupo algebráico.
Demostración : La Proposición 4.7 muestra que la operación ? está bien definida en cla-
ses de equivalencia (no depende del representante elegido), mientras que la Proposición
4.8 garantiza que (Π1 (X, p), ?) es un grupo.

Definición 4.10 El grupo Π1 (X, p), ? es conocido como Grupo Fundamental o de
Poincaré del espacio X en el punto p.
Aunque la definición del grupo fundamental no ha requerido arcoconexión, esa propie-
dad topológica resulta bastante natural para que la construcción sea canónica desde un
punto de vista global. Ése es el mensaje de fondo de la siguiente proposición.
Proposición 4.11 Sean p y q puntos en la misma arcocomponente de un espacio to-
pológico X, y tomemos un arco f : [0, 1] → X conectando p con q, esto es, con f (0) = p
y f (1) = q. Consideremos
Uf : Π1 (X, p) → Π1 (X, q), Uf ([α]) = [f ? α ? f ].
Entonces Uf está bien definido y es un isomorfismo entre los grupos fundamentales
(Π1 (X, p), ?) y (Π1 (X, q), ?).
Además, si g : [0, 1] → X es otro arco conectando p y q se tiene que
Uf = Ug ⇐⇒ g ? f ∈ Z(Π1 (X, p)),
donde Z(Π1 (X, p)) representa el centro del grupo Π1 (X, p). En particular Uf no depende
de f cuando Π1 (X, p) es abeliano.

28
Demostración : La Proposición 4.7 garantiza que Uf está bien definida y la Proposición
4.8 que Uf es un isomorfismo de grupos con inverso Uf .
Por otra parte, de las anteriores proposiciones también es claro que

Uf ([α]) = Ug ([α]) ⇐⇒ [f ? α ? f ] = [g ? α ? g] ⇐⇒ [g ? f ] ? [α] = [α] ? [g ? f ]

para todo [α] ∈ Π1 [X, p), por lo que Uf = Ug ⇐⇒ g ? f ∈ Z(Π1 (X, p)).

Corolario 4.12 El grupo fundamental Π1 (X, p) está unı́vocamente determinado salvo


isomorfismos por la arcocomponente Cp del punto p.
En particular, si X es arcoconexo entonces la clase de isomorfı́a de Π1 (X, p) no de-
pende del punto p ∈ X. En este caso podemos relajar la notación y escribir simplemente
Π1 (X) sin enfatizar el punto base.

La importancia del grupo fundamental radica en que es un invariante topológico.


Este hecho se deducirá fácilmente de la siguiente proposición.

Proposición 4.13 Sean X e Y espacios topológicos y ϕ : X → Y una aplicación con-


tinua. Consideremos α, β ∈ Ωp,q (X) y los correspondientes ϕ ◦ α, ϕ ◦ β ∈ Ωϕ(p),ϕ(q) (Y ).
Se tiene que
α'β =⇒ ϕ ◦ α'ϕ ◦ β.
En particular:

La aplicación

ϕ∗ : Π1 (X, p) → Π1 (Y, f (p)), ϕ∗ ([α]) := [ϕ ◦ α]

está bien definida y es un homomorfismo de grupos.

Si ψ : Y → Z es otra aplicación continua y consideramos los homomorfismos de


grupos ψ∗ : Π1 (Y, ϕ(p)) → Π1 Z, ψ(ϕ(p)) y (ψ ◦ϕ)∗ : Π1 (X, p) → Π1 Z, ψ(ϕ(p)) ,
entonces se tiene que (ψ ◦ ϕ)∗ = ψ∗ ◦ ϕ∗ .

Demostración :Para la primera parte de la proposición tomemos H : [0, 1]2 → X una


homotopı́a de α en β, y observemos que ϕ ◦ H : [0, 1]2 → Y es una homotopı́a de ϕ ◦ α
en ϕ ◦ β.
Por tanto ϕ∗ : Π1 (X, p) → Π1 (Y, f (p)) está bien definida. Para comprobar que ϕ∗ es
un morfismo de grupos tómense [α], [β] ∈ Π1 (X, p) y observese que

ϕ∗ ([α] ? [β]) = ϕ∗ ([α ? β]) = [ϕ ◦ (α ? β)] = [(ϕ ◦ α) ? (ϕ ◦ β)] = ϕ∗ ([α]) ? ϕ∗ ([β]).

El comportamiento funtorial respecto a la composición es obvio de las definiciones.

Corolario 4.14 (Invarianza topológica del Grupo Fundamental) Si ϕ : X → Y


es un homeomorfismo de espacios topológicos entonces ϕ∗ : Π1 (X, p) → Π1 (Y, f (p)) es
un isomorfismo de grupos.

Este corolario tiene gran utilidad. Pensemos que, como consecuencia del mismo, dos es-
pacios topológicos con grupos fundamentales no isomorfos no pueden ser homeomorfos.
Este hecho tendrá implicaciones profundas como veremos más adelante.

29
5. Cálculo del grupo fundamental: ejemplos básicos
En este tema abordaremos algoritmos complejos para el cálculo del grupo funda-
mental. Estudiemos ahora algunos ejemplos sencillos que son de bastante utilidad.

Ejercicio 5.1 El grupo fundamental de un subconjunto estrellado de Rn es trivial. En


particular, todo subconjunto convexo de Rn (luego el propio Rn ) tiene grupo fundamental
trivial.

Demostración : Consideremos A ⊂ Rn estrellado con centro x0 ∈ A, esto es, tal que


[x0 , x] ⊂ A para todo x ∈ A. Por supuesto A se entiende dotado de la topologı́a
euclidiana inducida.
Dado un lazo α ∈ Ωx0 (A), la aplicación bien definida

H : [0, 1]2 → A, H(t, s) := (1 − s)α(t) + sx0

prueba que α'x0 , y por tanto que Π1 (A, x0 ) = {[x0 ]} ≡ {0}.

La siguiente proposición prueba que el grupo fundamental es productivo.

Proposición 5.2 Sean X1 e X2 espacios topológicos, X1 × X2 el espacio topológico


producto y πj : X1 × X2 → Xj , j = 1, 2, las proyecciones.
Entonces, para cualesquiera p ∈ X1 y q ∈ X2 la aplicación

(π1∗ , π2∗ ) : Π1 X1 × X2 , (p, q) → Π1 (X1 , p) × Π1 (X2 , q),

es un isomorfismo de grupos.

Demostración : Por la definición de la topologı́a producto, las proyecciones son aplica-


ciones continuas. Consideremos el homomorfismo de grupos (ver Proposición 4.13)

Λ := (π1∗ , π2∗ ) : Π1 X1 × X2 , (p, q)) → Π1 (X1 , p) × Π1 (X2 , q).


Será suficiente con probar que es un isomorfismo, y para ello bastará con garantizar que
tiene una inversa. Para ello consideramos la aplicación

Θ : Π1 (X1 , p) × Π1 (X2 , q) → Π1 X1 × X2 ), Θ([α1 ], [α2 ]) := [(α1 , α2 )].

No es difı́cil demostrar que Θ está bien definida. En efecto, si αj 'αj0 vı́a una homotopı́a
Hj : [0, 1]2 → Xj , j = 1, 2, entonces (α1 , α2 )'(α10 , α20 ) via la homotopı́a (H1 , H2 ) : [0, 1]2 →
X1 × X2 . Esto demuestra que Θ no depende del representante elegido para la definición.
El hecho de que Λ y Θ son uno inverso del otro es un ejercicio trivial.

Otra familia de espacios topológicos para la que es posible deducir información sobre
su grupo fundamental es la de los grupos topológicos.

Definición 5.3 Un grupo topológico es un par (G, ·) donde:

G es un espacio topológico

· : G × G → G es una ley de composición interna en G que le dota de estructura


de grupo algebráico.

30
La aplicación G × G → G, (a, b) 7→ a · b−1 , es continua, o equivalentemente,

· : G × G → G, (a, b) 7→ a · b, y ( )−1 : G → G, a 7→ a−1 ,

son continuas.

Teorema 5.4 Si (G, ·) es un grupo topológico y e ∈ G es su Elemento Neutro, entonces


Π1 (G, e) es abeliano.

Demostración : Introduzcamos en Π1 (G, e) una nueva ley de composición interna, dis-


tinta a ?, asociada a la estructura de grupo topológico. Para ello definimos:

· : Π1 (G, e) × Π1 (G, e) → Π1 (G, e), [α] · [β] = [α · β],

donde α · β : [0, 1] → G viene dado por (α · β)(t) := α(t) · β(t) para todo t ∈ [0, 1].
Como siempre, hay que garantizar que · está bien definida en clases. Para ello con-
sideremos αj 'αj0 en Ωe (G) via una homotopı́a Hj : [0, 1]2 → G, j = 1, 2, y observemos
que H1 · H2 : [0, 1]2 → G (definida de forma natural) es una homopia de α1 · α2 en α10 · α20 .
A continuación hagamos el siguiente cálculo:
 
α(2t) si t ∈ [0, 1/2] α(2t) · e si t ∈ [0, 1/2]
α ? β(t) = = = (α ? e ) · (e ? β).
β(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1] e · β(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]

Análogamente,

e · α(2t) si t ∈ [0, 1/2]
α ? β(t) = = (e ? β) · (α ? e ).
β(2t − 1) · e si t ∈ [1/2, 1]

Pero (α ? e ) · (e ? β)'α · β y (e ? β) · (α ? e )'β · α, de donde α ? β'α · β'β · α, y


simétricamente β ? α'α · β'β · α. Esto prueba que [α] ? [β] = [β] ? [α] y el teorema.

6. El Grupo Fundamental de S1
Nuestro objetivo inmediato será calcular explı́citamente el grupo fundamental de la
circunferencia S1 . En lo que sigue identificaremos S1 ≡ {z ∈ C : |z| = 1} ⊂ C. Como S1
es un grupo topológico con el producto de números complejos, a priori sabemos por el
Teorema 5.4 que Π1 (S1 , 1) ha de ser abeliano.
Un ingrediente fundamental para nuestro estudio serán las propiedades topológicas
de la aplicación exponencial

ρ : R → S1 , ρ(t) := e2πıt = cos(2πt), sen(2πt) ,



(1)

que recordamos a continuación:

(a) ρ : R → S1 es continua, abierta y sobreyectiva.

(b) ρ es un homomorfismo entre los grupos (R, +) y (S1 , ·): ρ(t + s) = ρ(t) · ρ(s).

(c) ρ es periódica con periodo fundamental 1: ρ(t + 1) = ρ(t).

(d) Si t0 ∈ ρ−1 (z), z ∈ S1 , entonces ρ−1 (z) = t0 + Z. En particular ρ−1 (1) = Z.

(e) Para todo t0 ∈ R, ρ|[t0 ,t0 +1[ : [t0 , t0 + 1[→ S1 es biyectiva.

31
(f) Para todo z ∈ S1 existe un abierto U ⊂ S1 tal que:

z ∈ U.
Si V es una arcocomponente de ρ−1 (U ) entonces ρ|V : V → U es un homeo-
morfismo.

Todos las propiedades anteriores son bien conocidas. Quizá merezca un mı́nimo co-
mentario la prueba del item (f). En efecto, sea z ∈ S1 y definamos U = S1 \ {−z} y
nótese que z ∈ U . Dado t0 ∈ ρ−1 (−z) es claro que ρ−1 (U ) = ∪m∈Z ]t0 + m, t0 + m + 1[,
donde los conjuntos ]t0 + m, t0 + m + 1[, m ∈ Z, son las arcocomponentes de ρ−1 (U ).
Si V =]t0 + m, t0 + m + 1[ es una arcocomponente cualquiera de ρ−1 (U ), el item (e)
garantiza que ρ|V : V → U es un homeomorfismo.
Necesitaremos el siguiente resultado de levantamiento.

Lema 6.1 Dada H : [0,1]2 → S1 continua con H(0, 0) = 1, existe una única aplicación
e : [0,1]2 → R continua tal que ρ ◦ H
H e = H y H(0,
e 0) = 0.

Demostración : La unicidad de H e es evidente. En efecto, admitamos que existen dos


aplicaciones H
e y He 0 satisfaciendo la tesis del Lema. Como ρ ◦ (H e −H e 0 ) constante e
igual a 1 ∈ S1 ⊂ C, la aplicación continua He −H e 0 : [0, 1]2 → R ha de tener su imagen
2
contenida en Z. Al ser [0, 1] conexo lo mismo ocurre con (H e −H e 0 )([0, 1]2 ), de donde
concluimos que He −H e 0 ha de ser constante e igual a (H e −He 0 )(0, 0) = 0, esto es, que
He =H e 0.
Probemos ahora la existencia de H.e
Consideremos el recubrimiento por abiertos de S1 dado por

U = U1 := S1 \ {−1}, U2 := S1 \ {1} .


Como C = [0, 1]2 es un espacio métrico compacto (con la distancia euclidiana in-
ducida), existe el llamado número de Lebesgue  > 0 para el recubrimiento abierto
H −1 (U) := {H −1 (U1 ), H −1 (U2 )} de C. Esto significa que cualquier subconjunto A ⊂ C
con diámetro euclidiano <  satisface A ⊂ H −1 (Uj ) para algún j ∈ {1, 2}. De aquı́ que
podamos elegir una partición 0 = t1 < . . . < tk < tk+1 = 1 de [0, 1] tal que

H([ti , ti+1 ] × [th , th+1 ]) ⊂ Uj para algún j ∈ {1, 2}, i, h = 1, . . . , k (2)

(bastará con garantizar que |tj+1 − tj | < √2 ).


Numeremos C1 , . . . , CN , N = k 2 , la familia de cuadrados {[ti , ti+1 ]×[th , th+1 ] : i, h =
1, . . . , k} de acuerdo al siguiente criterio:

C1 = [t1 , t2 ] × [t1 , t2 ].

Kj := ∪i≤j Ci es conexo, j = 1, . . . , N .

Lj := Kj ∩ Cj+1 es conexo y consiste en uno o dos lados borde comunes a las


regiones poliédricas Kj y Cj+1 .

La construcción de H
e se hará por un procedimiento inductivo. Llamemos

Hj = H|Kj : Kj → S1 , j = 1, . . . , N.

32
Observemos que H1 (C1 ) ⊂ U1 y sea V1 la arcocomponente de ρ−1 (U1 ) ⊂ R conteniendo
a 0 (ver la propiedad (f) de la proyección ρ : R → S1 ). Recordemos que ρ|V1 : V1 → U1
es un homeomorfismo que aplica 0 ∈ V1 en 1 ∈ S1 . La aplicación
e 1 := (ρ|V1 )−1 ◦ H1 : K1 ≡ C1 → R
H

es obviamente continua y satisface ρ ◦ H e 1 = H1 y H


e 1 (0, 0) = 0.
Supongamos construida H e j : Kj → R continua tal que ρ ◦ H e j = Hj y H
e j (0, 0) = 0,
1 ≤ j < N.
Procedamos a cerrar el proceso inductivo construyendo una aplicación continua
Hj+1 : Kj+1 → R satisfaciendo ρ ◦ H
e e j+1 = Hj+1 y H e j+1 (0, 0) = 0. En efecto, primero
observemos que Hj+1 (Cj+1 ) = H(Cj+1 ) ⊂ Uj+1 para algún j +1 ∈ {1, 2}; ver la ecuación
(2). Como

Hj (Lj ) ⊂ Hj+1 (Cj+1 ) ⊂ Uj+1 ,

Hj (Lj ) es arcoconexo y

ρ(H
e j (Lj )) = Hj (Lj ),

por la propiedad (f) de ρ existe una arcocomponente Vj+1 de ρ−1 (Uj+1 ) ⊂ R conteniendo
aHe j (Lj ) tal que ρ|V : Vj+1 → Uj+1 un homeomorfismo. La aplicación
j+1


H
ej sobre Kj
H
e j+1 :=
−1
(ρ|Vj+1 ) ◦ (Hj+1 |Cj+1 ) sobre Cj+1

está bien definida, es continua, y satisface ρ ◦ H


e j+1 = Hj+1 y He j+1 (0, 0) = 0, cerrando
la inducción.
Para acabar la prueba del Lema basta con elegir H e =HeN .

Como consecuencia tenemos la siguiente propiedad de levantamiento de arco.

Corolario 6.2 (Propiedad del levantamiento de arco) Sea α : [0,1] → S1 un arco


e : [0,1] → R tal que ρ ◦ α
con α(0) = 1. Entonces existe un único arco α e=αyα
e(0) = 0.

Demostración :
La unicidad es obvia razonando como en la prueba del Lema 6.1.
Procedamos a probar la existencia de α
e. Para ello basta con definir

H : [0, 1]2 → S1 , H(t, s) := α(t),

que claramente satisface las hipótesis del Lema 6.1, y considerar la aplicación H
e dada
e : [0,1] → R, α
en él. Obviamente el arco α e(t) := H(t,
e 0), resuelve el corolario.

Corolario 6.3 (Propiedad del levantamiento de homotopı́as) Sean α y β arcos


en S1 con α(0) = β(0) = 1 y α(1) = β(1). Supongamos que existe una homotopı́a H de
α en β. Entonces:

Los arcos α
e y βe dados por el Corolario 6.2 tienen los mismos extremos.

La aplicación H
e dada por el Lema 6.1 es una homotopı́a (con extremos fijos) de
α
e en β.
e

33
Demostración : Consideremos la aplicación H
e dada en el Lema 6.1 y los levantamientos
α
e y β dados en el Corolario 6.2.
e
Por la unicidad del Corolario 6.2, αe = H(·,
e 0).
e ·) : [0, 1] → R es un arco con punto inicial 0 que se proyecta en el arco
Como H(0,
constante 1 en S1 , por la unicidad del levantamiento de arcos concluimos que H(0,e ·)
es el arco constante 0 en R. De aquı́ que, de nuevo por el Corolario 6.2, βe = H(·,
e 1).
e ·) : [0, 1] → R es un arco que se proyecta en el arco constante
Finalmente, como H(1,
1 e ·) es el arco
α(1) en S , por la unicidad del levantamiento de arcos concluimos que H(1,
constante H(1,0)
e en R.
Uniendo toda esa información concluimos que H e es una homotopı́a de α e en β.
e

Este último corolario será trascendental, en lenguaje sencillo expresa que arcos ho-
motópicos en S1 se levantan a arcos homotópicos en R por la aplicación ρ : R → S1 .
La construcción del levantamiento α e a partir de α en el Corolario 6.2 es en cierto
sentido implı́cita. En el caso de que α sea diferencible es posible establecer una fórmula
directa para este cálculo.
Ejercicio 6.4 Si α ≡ (α1 , α2 ) : [0, 1] → S1 ⊂ R2 es un arco de clase C 1 con α(0) =
(1, 0), entonces su levantamiento vı́a ρ a R viene dado por:
Z t
1
α1 (s)α20 (s) − α10 (s)α2 (s) ds

αe(t) =
2π 0
De forma explı́cita, y para cada n ∈ Z, el lazo αn : [0, 1] → S1 ⊂ C, αn (t) := e2nπıt ,
se levanta con condición inicial α en : [0, 1] → R, α
en (0) = 0 al arco α en (t) := nt.
El concepto de grado de un lazo en S1 será el ingrediente algebráico necesario para
interpretar el grupo fundamental de la circunferencia.
Definición 6.5 Dado un lazo α : [0, 1] → S1 con base el punto 1 ∈ S1 , definimos el
grado de α como
deg(α) = αe(1) ∈ Z,
e : [0, 1] → R representa el levantamiento de α con condición inicial α
donde α e(0) = 0.
Nótese que la condición ρ ◦ α
e = α implica ρ ◦ α
e(1) = α(1) = 1, por lo que efectivamente
deg(α) ∈ Z como se enfatiza en la definición. El grado es interesante para la topo-
logı́a porque tiene un buen comportamiento respecto a la homotopı́a, como muestra la
siguiente
Proposición 6.6 Dados α, β : [0, 1] → S1 dos lazos con base el punto 1 ∈ S1 , se tiene
que
α'β ⇐⇒ deg(α) = deg(β).
Demostración : Supongamos que α'β. Por el Corolario 6.3, los correspondientes levan-
tamientos αe y β con condición inicial 0 son también homotópicos: α
e e'β.
e Esto implica
que deg(α) = α e(1) = β(1)
e = deg(β).
Recı́procamente, supongamos que deg(α) = deg(β). Consideremos los correspon-
dientes levantamientos α e y βe con condición inicial 0. Al ser deg(α) = α
e(1) = β(1)
e =
deg(β), la aplicación continua
e : [0, 1]2 → R,
H e s) := (1 − s)e
H(t, α(t) + sβ(t)
e

es una homotopı́a con extremos fijos que garantiza α e'β.e Al ser ρ continua, α = ρ ◦
e'ρ ◦ βe = β vı́a la homotopı́a ρ ◦ H,
α e lo que concluye la proposición.

34
Como consecuencia de este análisis podemos enunciar el teorema central de esta sección
que materializa el cálculo del grupo fundamental de la circunferencia.

Teorema 6.7 La aplicación

deg : (Π1 (S1 , 1), ?) → (Z, +), deg([α]) := deg(α),

está bien definida y es un isomorfismo de grupos.

Demostración : La Proposición 6.6 garantiza que deg : (Π1 (S1 , 1), ?) → (Z, +) está bien
definida en clases de homotopı́a.
La inyectividad es consecuencia también de la Proposición 6.6. En cuanto a la so-
breyectividad sı́mplemente téngase en cuenta que deg([αn ]) = n para cada n ∈ Z; ver
Ejercicio 6.4.
Para concluir solo resta probar que deg es un homomorfismo de grupos. En efecto,
tomemos [α], [β] ∈ Π1 (S1 , 1). Tenemos que

deg([α] ? [β]) = deg([α ? β]) = deg(α ? β) = α]


? β(1).

Pero por unicidad del levantamiento es inmediato comprobar que



α
e(2t) si t ∈ [0, 1/2]
α] ? β(t) := e − 1) si t ∈ [1/2, 1]
α
e(1) + β(2t

por lo que deg([α] ? [β]) = α]


? β(1) = α
e(1) + β(1)
e = deg([α]) + deg([β]).
Esto acaba la demostración.

6.1. Π1 (S1 ) = Z: consecuencias


En esta sección recopilaremos algunas consecuencias topológicas del cálculo del gru-
po fundamental de S1 .
Comenzaremos con esta proposición.

Proposición 6.8 Si D denota el disco unidad cerrado {(x, y) ∈ R2 : x2 + y 2 ≤ 1}, no


existe ninguna aplicación continua f : D → S1 tal que f |S1 = IdS1 .

Demostración : Razonemos por reducción al absurdo y admitamos existe una tal f .


1
Llamemos i : S → D a la aplicación inclusión, obviamente continua, y observemos que
f ◦ i : S1 → S1 es la aplicación IdS1 .
Si denotamos i∗ : Z ≡ Π1 (S1 , 1) → Π1 (D, 1) y f∗ : Π1 (D, 1) → Π1 (S, 1) ≡ Z a los
correspondientes homomorfismos entre grupos fundamentales, la Proposición 4.13 nos
garantiza que
f∗ ◦ i∗ = (IdS1 )∗ = IdZ .
Del Ejercicio 5.1 deducimos que Π1 (D, 1) = {[]1 } ≡ {0}. De aquı́ que f∗ , y por tanto
f∗ ◦ i∗ , sea el homomorfismo nulo, una contradicción.

Como consecuencia podemos demostrar el siguiente teorema del punto fijo en dimensión
dos, cuya generalización a dimensión arbitraria es cierta aunque requiere de otro tipo
de herramientas para su demostración.

Teorema 6.9 (Punto fijo de Brower) Sea f : D → D una aplicación continua. En-
tonces existe p0 ∈ D tal que f (p0 ) = p0 .

35
Demostración : Razonemos por reducción al absurdo y admitamos que existe f : D → D
sin puntos fijos. La contradicción se generará probando que entonces existe una aplica-
ción continua r : D → S1 satisfaciendo r|S1 = IdS1 , lo que es contrario a la Proposición
6.8.
Tomemos p ∈ D. Como p 6= f (p), la convexidad estricta de D garantiza que la
semirecta
Lp := {p + λ(p − f (p)) : λ ≥ 0}
corta S1 en un único punto

r(p) := Lp ∩ S1 ,
y que además r(p) = p cuando p ∈ S1 .

Este hecho es evidente por consideraciones geométricas, pero no obstante admite


una demostración formal analı́tica. En efecto, es inmediato que

kp + λ(p − f (p))k2 = 1 ⇐⇒ λ2 kf (p) − pk2 + 2λhp, p − f (p)i + (kpk2 − 1) = 0.

Un análisis sencillo de esta ecuación nos dice:

El discriminante

4 hp, p − f (p)i2 + kf (p) − pk2 (1 − kpk2 ) ≥ 4 hp, p − f (p)i2 + kf (p) − pk2 ≥


 

≥ 4 kf (p) − pk2 − kpk2 kp − f (p)k2 = 4kf (p) − pk2 (1 − kpk2 ) ≥ 0




ya que kpk ≤ 1, por lo que la ecuación en λ tiene dos raices reales.

Como p 6= f (p) y son de norma ≤ 1, hp, p − f (p)i > 0 y existe una raiz λ− (p) < 0:
1 p 
λ− (p) = 2
− hp, p − f (p)i − hp, p − f (p)i2 + kp − f (p)k2 (1 − kpk2 )
kp − f (p)k

Como el t. i. es kpk2 − 1 ≤ 0 y el coeficiente lı́der kf (p) − pk2 > 0, la otra raı́z


λ+ (p) ha de ser ≥ 0:
1 p 
λ+ (p) = 2
− hp, p − f (p)i + hp, p − f (p)i2 + kp − f (p)k2 (1 − kpk2 )
kp − f (p)k

Por tanto, r(p) está unı́vocamente determinado y viene dado por la expresión

r(p) = p + λ+ (p)(p − f (p)).

Esto demuestra que r : D → S1 es continua, y como λ+ (p) = 0 cuando p ∈ S1 , que


r|S1 = IdS1 , lo que concluye la prueba.

36
Una de las consecuencias más sorprendentes del hecho de que Π1 (S1 , 1) = Z es el
Teorema Fundamental del Álgebra, originalmente demostrado por Gauss.
Teorema 6.10 (Teorema Fundamental del Álgebra) Sea P : C → C una función
polinómica de la forma

P (z) = a0 + . . . + an−1 z n−1 + z n , (3)

donde n ≥ 1.
Entonces existe z0 ∈ C tal que P (z0 ) = 0.

Demostración : Razonemos por reducción al absurdo y supongamos que P (z) 6= 0 para


todo z ∈ C.
En ese caso podemos definir
s s
P ( 1−s e2πıt ) |P ( 1−s )|
H : [0, 1] × [0, 1[→ S1 , H(t, s) := s 2πıt s .
|P ( 1−s e )| P ( 1−s )

Esta aplicación es claramente continua en su dominio. Nuestro objetivo es probar que


admite una extensión continua a [0, 1]2 , esto es, que puede ser definida con continuidad
en los puntos (t, 1), t ∈ [0, 1]. Esto es consecuencia de la siguiente observación.
Consideremos una sucesión {(tk , sk )}k∈N ⊂ [0, 1] × [0, 1[ convergiendo a (t, 1), donde
t ∈ [0, 1]. Se tiene que
sk sk
P ( 1−s e2πıtk ) |P ( 1−s )|
lı́m H(tk , sk ) = lı́m s
k
sk
k
= e2πınt = αn (t),
k→∞ k→∞ |P ( k e2πıtk )| P ( 1−s )
1−sk k

sk
donde simplemente se ha tenido en cuenta que { 1−s k
}k∈N → +∞, {tk }k∈N → t, la
expresión de P (z) en (3), y el álgebra básica de lı́mites.
Por tanto, extendiendo H a [0, 1] × {1} por la expresión

H(t, 1) = e2πınt , t ∈ [0, 1],

construimos una aplicación continua H : [0, 1]2 → S1 .


Una comprobación estándar nos dice que H(t, 0) = H(0, s) = H(1, s) = 1, por lo que
H es una homotopı́a en S1 de 1 en αn . Esto contradice que n = deg(αn ) 6= 0 = deg(1 )
(ver Teorema ??), concluyendo la prueba.

7. Equivalencias homotópicas
Como bien sabemos dos espacios homeomorfos tienen el mismo grupo fundamental,
salvo isomorfismos. Sin embargo existen condiciones topológicas más débiles que el
homeomorfismo que nos permiten extraer la misma conclusión. En esta sección las
estudiaremos con detalle.

Definición 7.1 Sea X un espacio topológico y A ⊂ X un subespacio topológico. Una


retracción de X en A es una aplicación continua r : X → A satisfaciendo r|A = IdA , o
equivalentemente, r ◦ i = IdA donde i : A → X es la aplicación inclusión. En este caso
se dice que A es un retracto de X.

Proposición 7.2 Si r : X → A es una retracción, i : A → X es la aplicación inclusión


y a ∈ A, entonces

37
r∗ : Π1 (X, a) → Π1 (A, a) es un epimorfismo y
i∗ : Π1 (A, a) → Π1 (X, a) es un monomorfismo.
Demostración : Como r ◦ i = IdA deducimos que (r ◦ i)∗ = r∗ ◦ i∗ = (IdA )∗ = IdΠ1 (A,a) .
La proposición se sigue trivialmente.
El ejemplo más simple de retracción es la aplicación constante r : X → {p} para
cada p ∈ X. En otras palabras, todo punto es un retracto del espacio que lo contiene.
Ejercicio 7.3 Las siguientes aplicaciones entre espacios euclidianos son retracciones:
q
n : Rn+1 \ {0} → Sn , n(q) = kqk
.

n|B(0,1)\{0} : B(0, 1) \ {0} → Sn , donde B(0, 1) = {p ∈ Rn : kpk ≤ 1}.

p : S1 × R → S1 × {0} ≡ S1 , p(x, y, z) := (x, y, 0).


1

f : R3 \ {x = y = 0} → S1 × R, f (x, y, z) := k(x,y)k
(x, y), z .

7.1. Retractos de deformación


Una situación particularmente interesante es cuando un espacio puede ser deformado
en un retracto suyo de forma continua. El concepto que da sentido a esta idea se trata
en la siguiente definición.
Definición 7.4 Dado un espacio topológico X y un subespacio suyo A ⊂ X, se dice
que A es un retracto de deformación de X si existen una retracción r : X → A y una
aplicación continua H : X × [0, 1] → X satisfaciendo:
H(x, 0) = x para todo x ∈ X.
H(x, 1) = r(x) para todo x ∈ X.
Si adicionalmente
H(a, s) = a para todo (a, s) ∈ A × [0, 1],
entonces se dice que A es un retracto fuerte de deformación de X.
A las aplicaciones H y r se les llamará una deformación y retracción asociadas al
retracto (fuerte) de deformación A de X, respectivamente.

Si el parámetro s en la anterior definición se interpreta como medida del tiempo trans-


currido, las aplicaciones {Hs := H(·, s) : s ∈ [0, 1]} materializan una deformación entre
la aplicación identidad en X (instante s = 0) y la retracción r : X → A (instante
s = 1). En otras palabras, si denotamos por Xs := Hs (X), s ∈ [0, 1], los subespacios
{Xs : s ∈ [0, 1]} reflejan una deformación continua del espacio total X (s = 0) en el
subespacio (retracto) A ⊂ X (s = 1).

38
Ejercicio 7.5 Las siguientes aplicaciones realizan retractos fuertes de deformación:
El centro p0 de un conjunto estrellado A (en un espacio euclidiano Rn ) es un
retracto fuerte de deformación de A:
H : A × [0, 1] → A, H(q, s) := (1 − s)q + sp0 .

Sn es un retracto fuerte de deformación de Rn+1 \ {0}:


H : Rn+1 \ {0} → Rn+1 \ {0}, h(q, s) := (1 − s)q + sn(q),
q
donde n : Rn+1 \ {0} → Sn , n(q) = kqk
.

Sn es un retracto fuerte de deformación de B(0, 1) \ {0}:


H : B(0, 1) \ {0} → B(0, 1) \ {0}, h(q, s) := (1 − s)q + s(n|B(0,1)\{0} )(q).

S1 es un retracto fuerte de deformación de S1 × R:


H : S1 × R → S1 × R, H q, s = (1 − s)q + sp(q),


donde p : S1 × R → S1 × {0} ≡ S1 , p(x, y, z) := (x, y, 0).


S1 × R es un retracto fuerte de deformación de R3 \ {x = y = 0}:
H : R3 \ {x = y = 0} → R3 \ {x = y = 0}, H q, s = (1 − s)q + sf (q),


1

donde f : R3 \ {x = y = 0} → S1 × R, f (x, y, z) := k(x,y)k (x, y), z .
Observación 7.6 Si A es un retracto de deformación de X, {Cα : α ∈ Λ} son las
arcocomponentes de A y Ĉα es la arcocomponente de X conteniendo a Cα para cada
α ∈ Λ, entonces:
r(Ĉα ) = Cα para todo α ∈ Λ, y por tanto Ĉα 6= Ĉβ , α 6= β.

{Ĉα : α ∈ Λ} con las arcocomponentes de X.


Si H : X × [0, 1] → X y r : X → A son una deformación y retracción asociadas
a A como retracto de deformación de X, entonces H|Ĉα ×[0,1] : Ĉα × [0, 1] → Ĉα y
r|Ĉα : Ĉα → Cα son una deformación y retracción asociadas a Cα como retracto
de deformación de Ĉα .
Demostración : Tomemos r : X → A y H : X ×[0, 1] → X una retracción y deformación
asociadas a A como retracto de deformación de X.
Si p ∈ X, la curva H(p, s) conecta p y r(p) ∈ A, de donde se deduce que la arco-
componente de p en X está en la familia {Ĉα : α ∈ Λ}. Esto prueba que {Ĉα : α ∈ Λ}
son las arcocomponentes de X.
Por otra parte, sean p y q ∈ A ∩ Ĉα para algún α ∈ Λ, y sea c : [0, 1] → X un arco
en X conectándolos, con traza necesariamente en Ĉα . Entonces r(c(t)) es un arco en A
conectando p = r(p) y q = r(q), por lo que p y q están en la misma arcocomponente de
A (a saber, Cα ). Esto prueba que r(Ĉα ) = Cα para todo α, y por tanto que Ĉα 6= Ĉβ ,
α 6= β.
Como Ĉα ×[0, 1] es arcoconexo y H es continua, H(Ĉα ×[0, 1]) está contenido en una
arcocomponente de X. De otro lado H(Ĉα × {1}) = r(Ĉα ) = Cα , de donde inferimos
que H(Ĉα ×[0, 1]) está contenido en la arcocomponente de X que contiene a Cα , a saber
Ĉα . De aquı́ que H|Ĉα ×[0,1] : Ĉα × [0, 1] → Ĉα sea una deformación que realiza Cα como
retracto de deformación de Ĉα , con retracción asociada r|Ĉα : Ĉα → Cα .

39
A veces es útil el siguiente resultado.

Proposición 7.7 Sea F : X → Y un homeomorfismo. Si A es un retracto (fuerte) de


deformación de Y entonces F −1 (A) es un retracto (fuerte) de deformación de X.

Demostración :Si H : Y ×[0, 1] → Y y r : Y → A son una deformación y retracción aso-


ciadas a A como retracto (fuerte) de deformación de Y , basta observar que la aplicación
continua
Ĥ : X × [0, 1] → X, Ĥ(x, s) := (F −1 ◦ H) (F (x), s) ,


realiza a F −1 (A) como retracto (fuerte) de deformación de X.

Ejercicio 7.8 Denotemos por B(p, ) a la bola euclidiana {q ∈ Rn : kq − pk < } para


cada p ∈ Rn y  > 0, y sean 0 < 1 < 2 .
Entonces B(p, 1 ) \ {p} es un retracto fuerte de deformación de B(p, 2 ) \ {p}.

Demostración : Recordemos que B(p, ) = {q ∈ Rn : kq − pk < } para cada p ∈ Rn y


 > 0. La aplicación

q si q ∈ B(p, 1 )
r : B(p, 2 ) \ {p} → B(p, 1 ) \ {p}, r(q) = q−p ,
1 kq−pk + p si q ∈ B(p, 2 ) \ B(p, 1 )

es una retracción de B(p, 2 ) \ {p} en B(p, 1 ) \ {p}, mientras que la deformación



H : B(p, 2 ) \ {p} × [0, 1] → B(p, 2 ) \ {p}, H(q, s) = (1 − s)q + sr(q),

prueba que B(p, 1 ) \ {p} es un retracto fuerte de deformación de B(p, 2 ) \ {p} con
retracción asociada r.

Teorema 7.9 Sea X un espacio topológico, y sea A ⊂ X un retracto fuerte de defor-


mación con r : X → A una retracción asociada. Entonces dado a ∈ A se tiene que:

r∗ : Π1 (X, a) → Π1 (A, a) e i∗ : Π1 (A, a) → Π1 (X, a) son isomorfismos,

uno inverso del otro.

Demostración : Para evitar ambigüedades, si un lazo α basado en a tiene traza conteni-


da en A, denotaremos por [α]A ∈ Π1 (A, a) su clase de homotopı́a en A, y análogamente
por [α]X ∈ Π1 (X, a) su clase de homotopı́a en X.
Siguiendo la demostración de la Proposición 7.2, es suficiente con garantizar que
r∗ : Π1 (X, a) → Π1 (A, a) es un monomorfismo de grupos. Para ello tomemos [α]X ∈
Π1 (X, a) y supongamos que r∗ ([α]X ) = [a ]A . Hemos de probar que [α]X = [a ]X .
Consideremos una deformación H : X ×[0, 1] → X asociada a A como retracto fuerte
de X, con r : X → A como retracción asociada. Es fácil comprobar que la aplicación
continua
Ĥ : [0, 1]2 → X, Ĥ(t, s) = H(α(t), s)
es una homotopı́a con extremos fijos (aquı́ se usa que H(a, s) = a para todo a ∈ A)
entre los lazos H(·, 0) = α y H(·, 1) = r ◦ α en el espacio X, y por tanto [α]X = [r ◦ α]X .
Pero por ser r∗ ([α]X ) = [a ]A , el lazo r ◦ α (que está contenido en A) se deforma
homotópicamente en el espacio A (¡luego en en el espacio X!) en el lazo a . Esto implica
que [r ◦ α]X = [a ]X , de donde [α]X = [a ]X como querı́amos demostrar.

40
Definición 7.10 Un espacio topológico X se dice contráctil si admite como retracto
de deformación a un punto {p0 } ⊂ X. En caso de que {p0 } sea retracto fuerte de
deformación de X diremos que el espacio es fuertemente contráctil.

Todo espacio contráctil es arcoconexo por la Observación 7.6. Como comentamos en el


Ejercicio 7.5, todo estrellado (luego todo convexo) en Rn es fueertemente contráctil. En
particular el propio Rn .

Definición 7.11 Un espacio topológico X se dice simplemente conexo si es arcoconexo


y Π1 (X, p) = {[p ]} para algún p ∈ X (luego para todo p ∈ X).

Como consecuencia del Teorema 7.9 tenemos el siguiente:

Corolario 7.12 Todo espacio topológico fuertemente contráctil es simplemente conexo.

Veremos más adelante (ver Corolario 7.21) que este enunciado es cierto para espacios
contráctiles.

Ejercicio 7.13 Como consecuencia del Ejercicio 7.5 y del Teorema 7.9:

Todo subconjunto estrellado de Rn es simplemente conexo. Esto se aplica a sub-


conjuntos A ⊂ Rn convexos (estrellados desde cualquiera de sus puntos) , y por
tanto al propio Rn .

Si p ∈ Sn entonces Π1 (Rn+1 \ {0}, p) es isomorfo a Π1 (Sn , p).

Si p ∈ S1 entonces Π1 S1 × R, (p, 0) es isomorfo a Π1 (S1 , p) ∼



= Z.
Si p ∈ S1 × R entonces Π1 (R3 \ {x = y = 0}, p) es isomorfo a Π1 (S1 × R, p) ∼
= Z.

Ejercicio 7.14 El grupo fundamental de la Cinta de Möbius es isomorfo a Z.

Demostración : Recordemos que la cinta de Möbius compacta M se define como el


cociente topológico del cuadrado euclidiano [−1, 1]2 bajo la relación de equivalencia
 
(x, y)R(x0 , y 0 ) ⇐⇒ (x, y) = (x0 , y 0 ) ∨ {x, x0 } = {−1, 1} ∧ y = −y 0 .

Normalmente se escribe M = [0, 1]2 /R. La cinta de Móbius no compacta M0 se genera


a partir de la misma relación de equivalencia pero sobre la banda vertical [−1, 1] × R:
M0 := ([−1, 1] × R)/R. Por brevedad sólo trataremos el caso de la compacta, aunque
el de M0 es totalmente análogo y se llega a la misma conclusión.
Si llamamos π : [−1, 1]2 → M a la proyección al cociente, el subespacio topológico
S := π([−1, 1]×{0}) ⊂ M es homeomorfo a S1 . La clave es observar que S es un retracto
fuerte de deformación de M y usar el Teorema ??. En efecto, la retracción viene dada
por la única aplicación r : M → S tal que r ◦ π = π ◦ r0 , donde r0 : [0, 1]2 → [0, 1] × {0},
r0 (x, y) = (x, 0), mientras que la deformación H : M × [0, 1] → M viene dada por la
expresión H(π(x, y), s) := π (1 − s)(x, y) + s(x, 0) . Ambas aplicaciones están bien
definidas y son continuas por la teorı́a básica de identificaciones.

El siguiente Teorema tendrá muchas aplicaciones prácticas.

Teorema 7.15 Sea X un espacio topológico conexo y localmente arcoconexo.


Supongamos que la topologia de X admite una base B satisfaciendo

41
(i) B es numerable (luego X es II-Axioma de Numerabilidad).
(ii) B es simplemente conexo para todo B ∈ B.
Entonces Π1 (X, x) es numerable para todo x ∈ X.
La condición de simple-conexión en el item (ii) se puede relajar por la de semilocal
simple conexión (ver Definición 14.5), sin que ello afecte a la tesis del teorema.
Demostración : Dado un par B, B 0 ∈ B (puede ser B = B 0 ), nuestras hipótesis implican
que cada arcocomponente de B ∩ B 0 es un abierto de X, y por tanto contiene un abierto
de B. Como la familia CB,B 0 de arcocomponentes de B ∩ B 0 está formada por conjuntos
disjuntos dos a dos y B es numerable, deducimos que CB,B 0 ha de ser numerable. Por
tanto, [
CB := CB,B 0
(B,B 0 )∈B2

es igualmente numerable. Para cada C ⊂ CB elijamos xC ∈ C y formemos el conjunto


claramente numerable
Ξ := {xC : C ∈ CB }.
B B
Para cada B ∈ B y puntos x, y ∈ B ∩ Ξ, fijemos un arco γx,y : [0, 1] → B con γx,y (0) = x
B
y γx,y (1) = y. Nuevamente la familia de arcos
B
Γ := {γx,y : B ∈ B, x, y ∈ B ∩ Ξ}
es numerable.
Fijemos x0 ∈ Ξ. Nuestro objetivo va a ser demostrar que Π1 (X, x0 ) es numera-
ble. Introduzcamos una familia numerable de lazos en X con base x0 , que llamaremos
especiales. Un lazo γ : [0, 1] → X se dirá especial si γ = γ1 ? . . . ? γk con:
Bj
γj = γyj−1 ,yj ∈ Γ, donde yj−1 , yj ∈ Bj ∩ Ξ para 2 ≤ j ≤ k − 1.

γ1 = γxB01,y1 y γk = γyBkk,x0 , donde x0 , y1 ∈ B1 ∩ Ξ e yk , x0 ∈ Bk ∩ Ξ.


La clave de la demostración se centra en garantizar que para todo [α] ∈ Π1 (X, x0 ) existe
γ ∈ [α] tal que γ es especial. Esto probarı́a que Π1 (X, x0 ) está descrito por las clases
de homotopı́a de los lazos especiales, y por tanto es numerable.
Tomemos un lazo α : [0, 1] → X con base x0 arbitrario, y consideremos el recu-
brimiento abierto {α−1 (B) : B ∈ B} del compacto [0, 1]. La existencia de número
de Lebesgue para este recubrimiento y un razonamiento tı́pico nos permite encon-
trar 0 = t0 < t1 . . . < tk = 1 tales que α([tj−1 , tj ]) ⊂ Bj ∈ B, j = 1, . . . , k.
Definamos αj : [0, 1] → Bj ⊂ X, αj (s) = α((1 − s)tj−1 + stj ), j = 1, . . . , k, y ob-
servemos que α = α1 ? . . . ? αk . Sea Cj la arcocomponente de Bj ∩ Bj+1 contenien-
do a αj (1) = αj+1 (0) = α(tj ), y llamemos yj = xCj ∈ Ξ, 1 ≤ j ≤ k − 1. Sea
σj : [0, 1] → Cj ⊂ Bj ∩ Bj+1 un arco con σj (0) = yj y σj (1) = α(tj ), j = 1, . . . , k − 1.
Bj
Obsérvese que αj 'σ j−1 ? γyj−1 ,yj ? σj ya que ambos lazos están contenidos en el
simplemente conexo Bj y conectan los puntos α(tj−1 ) y α(tj ), 2 ≤ j ≤ k − 1. Por un
razonaiento similar α1 'γxB01,y1 ? σ1 y αk 'σ k−1 ? γyBk−1
k
,x0 .
Por tanto
α'(γxB01,y1 ? σ1 ) ? . . . (σ j−1 ? γyBj−1
j Bk
,yj ? σj ) ? . . . ? (σ k−1 ? γyk−1 ,x0 ),

esto es,
α'γxB01,y1 ? . . . γyBk−1
k
,x0 .

Esto prueba que α es homotópico a un lazo especial y concluye la demostración.

42
7.2. Homotopı́a de aplicaciones: tipo de homotopı́a
La siguiente definición trata sobre la idea de deformación en el contexto más general
posible.

Definición 7.16 Dados dos espacios topológicos X e Y , dos aplicaciones continuas ϕ1 ,


ϕ2 : X → Y se dicen homotópicas, y lo escribiremos ϕ1 l ϕ2 , si existe una aplicación
continua H : X × [0, 1] → Y satisfaciendo:

H(x, 0) = ϕ1 (x) ∀x ∈ X ∧ H(x, 1) = ϕ2 (x) ∀x ∈ X.

Si A ⊂ X, las aplicaciones continuas ϕ1 , ϕ2 : X → Y se dirán homotópicas relativas


a A, y escribiremos ϕ1 lA ϕ2 , si existe H : X × [0, 1] → Y como arriba satisfaciendo
además:
H(a, s) = ϕ1 (a) = ϕ2 (a) para todo a ∈ A.

Por ejemplo, si A ⊂ X es un retracto de deformación vı́a H con una retracción asociada


r, es inmediato que IdX l r. Si A es un retracto fuerte de deformación de X se tiene
IdX lA r.
Cuando X = [0, 1] la aplicaciones ϕj , j = 1, 2, son arcos y la relación l se corres-
ponde con la homotopı́a libre (sin extremos fijos) de arcos. La relación l{0,1} no es sino
la homotopı́a de extremos fijos ' que sirvió para construir el grupo fundamental.
El siguiente resultado establece que cualesquiera aplicaciones homotópicas inducen
los mismos homomorfismos entre grupos fundamentales, salvo isomorfismos naturales.

Teorema 7.17 Sean X e Y espacios topológicos y sean ϕ1 , ϕ2 : X → Y aplicaciones


continuas. Supongamos que ϕ1 l ϕ2 vı́a H : X × [0, 1] → Y , fijemos x0 ∈ X y llamemos
γ : [0, 1] → Y al arco uniendo ϕ1 (x0 ) y ϕ2 (x0 ) definido por γ(s) := H(x0 , s).
Dados los homomorfismos de grupos

(ϕ1 )∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (Y, ϕ1 (x0 )), (ϕ2 )∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (Y, ϕ2 (x0 ))

y el isomorfismo Uγ : Π1 (Y, ϕ1 (x0 )) → Π1 (Y, ϕ2 (x0 )) (ver Proposición 4.11), se tiene


que
Uγ ◦ (ϕ1 )∗ = (ϕ2 )∗ .
En particular los homomorfismos (ϕ1 )∗ y (ϕ2 )∗ son iguales salvo isomorfismos.

Demostración : Llamemos C = [0, 1]2 y Bd(C) = L1 ∪ L2 ∪ L3 ∪ L4 , donde

L1 = {1} × [0, 1], L2 = [0, 1] × {1}, L3 = {0} × [0, 1], L4 = [0, 1] × {0}.

Consideremos arcos de Jordan (esto es, embebimientos) αj : [0, 1] → C, j = 1, 2, 3, 4,


parametrizados para que:

αj ([0, 1]) = Lj , j = 1, 2, 3, 4, y

α := α1 ? α2 ? α3 ? α4 está bien definido.

Obsérvese que α es un lazo en C con base (1, 0) y traza Bd(C). Además α es uno a uno
excepto por los puntos inicial y final que coinciden con (1, 0).
Tomemos [β] ∈ Π1 (X, x0 ) y definamos la aplicación continua G : C → Y, G(t, s) =
H(β(t), s). Como α es un lazo con base (1, 0) en C, el arco G ◦ α es un lazo con base

43

G (1, 0) = ϕ1 (x0 ) en Y . Teniendo en cuenta que H(·, j) = ϕj+1 , j ∈ {0, 1}, y la
Observación 4.3, deducimos que

G ◦ α1 'γ, G ◦ α2 'ϕ2 ◦ β, G ◦ α3 'γ, G ◦ α4 'ϕ1 ◦ β,

donde todas las homotopı́as son con extremos fijos. Por tanto

G ◦ α'γ ? (ϕ2 ◦ β) ? γ ? (ϕ1 ◦ β).

Al ser C simplemente conexo (de hecho es convexo), [α] = [(1,0) ] en Π1 (C, (1, 0)).
De aquı́ deducimos que

[G ◦ α] = G∗ ([α]) = G∗ ([(0,1) ]) = [ϕ1 (x0 ) ] ∈ Π1 (Y, ϕ1 (x0 )),

esto es,
γ ? (ϕ2 ◦ β) ? γ ? (ϕ1 ◦ β)'ϕ1 (x0 ) ,
o equivalentemente, Uγ ([ϕ1 ◦β]) = [ϕ2 ◦β]. En otras palabras, Uγ ◦(ϕ1 )∗ y (ϕ2 )∗ coinciden
sobre cualquiera [β] ∈ Π1 (X, x0 ), lo que concluye la prueba.

Corolario 7.18 Sean ϕ1 , ϕ2 : X → Y aplicaciones continuas y x0 ∈ X. Supongamos


que ϕ1 l{x0 } ϕ2 y llamemos y0 = ϕ1 (x0 ) = ϕ2 (x0 ).
Entonces (ϕ1 )∗ = (ϕ2 )∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (Y, y0 ).

Demostración : Sea H : X × [0, 1] → Y una deformación que materialice el hecho


ϕ1 l{x0 } ϕ2 . El Teorema 7.17 nos dice que Uγ ◦ (ϕ1 )∗ = (ϕ2 )∗ . Bajo nuestras hipótesis
γ = y0 , por lo que Uγ = IdΠ1 (Y,y0 ) y el corolario se sigue.

Definición 7.19 (Equivalencia homotópica) Sean X e Y dos espacios topológicos.


Una aplicación continua f : X → Y se dirá una equivalencia homotópica si existe
g : Y → X continua tal que

g ◦ f l IdX y f ◦ g l IdY .

En ese caso se dirán que f y g son inversas homotópicas.


Dos espacios X e Y se dicen del mismo tipo de homotopı́a si existe una equivalencia
homotópica entre ellos.

44
Obviamente todo homeomorfismo es una equivalencia homotópica, pero lo recı́proco
no es cierto. Un espacio contráctil nos proporcionará fácilmente un contraejemplo. Sin
embargo, la equivalencia homotópica es suficiente para garantizar isomorfismo entre
grupos fundamentales.

Teorema 7.20 Sean X e Y espacios topológicos, y sea f : X → Y una equivalencia


homotópica con inversa homotópica g : Y → X. Fijemos x0 ∈ X.
Entonces f∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (Y, f (x0 )) es un isomorfismo de grupos.

Demostración : Sabemos que g ◦ f l IdX vı́a una deformación H1 : X × [0, 1] → Y con


H1 (·, 0) = g ◦ f y H1 (·, 1) = IdX . Llamemos γ1 : [0, 1] → X al arco γ1 (·) = H1 (x0 , ·),
consideremos el isomorfismo Uγ1 : Π1 (X, g(f (x0 )) → Π1 (X, x0 ), y recordemos que por
el Teorema 7.17 se tiene que

Uγ1 ◦ (g ◦ f )∗ = (IdX )∗ = IdΠ1 (X,x0 ) ,

donde (g ◦ f )∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (X, g(f (x0 )). Inferimos que (g ◦ f )∗ = g∗ ◦ f∗ es un


isomorfismo, donde

f∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (Y, f (x0 )) y g∗ : Π1 (Y, f (x0 )) → Π1 (X, g(f (x0 ))),

y por tanto que g∗ es un epimorfismo (y f∗ es un monomorfismo).


De forma paralela, f ◦ g l IdY vı́a H2 : Y × [0, 1] → Y con H2 (·, 0) = f ◦ g
y H2 (·, 1) = IdY . Como antes, si llamamos γ2 (·) = H2 (f (x0 ), ·) y consideramos el
isomorfismo Uγ2 : Π1 Y, f (g(f (x0 )) → Π1 (Y, f (x0 )), tenemos que

Uγ2 ◦ (f ◦ g)∗ = (IdY )∗ = IdΠ1 (Y,f (x0 )) ,



donde ahora (f ◦ g)∗ : Π1 (Y, f (x0 )) → Π1 X, f (g(f (x0 )) .
Como arriba (f ◦ g)∗ = fˆ∗ ◦ g∗ es un isomorfismo, donde ahora

g∗ : Π1 (Y, f (x0 )) → Π1 (X, g(f (x0 ))) y fˆ∗ : Π1 X, g(f (x0 )) → Π1 Y, f (g(f (x0 ))) .
 

Por tanto g∗ es un monomorfismo (y fˆ∗ un epimorfismo).


Como consecuencia g∗ : Π1 (Y, f (x0 )) → Π1 (X, g(f (x0 ))) es un isomorfismo. Juntan-
do este hecho con la información anterior, f∗ : Π1 (X, x0 ) → Π1 (Y, f (x0 )) es también un
isomorfismo. Esto concluye la prueba.

A modo de ejemplo, si A ⊂ X es un retracto de deformación con una retracción


asociada r : X → A, e i : A → X denota la aplicación inclusión, entonces r e i son
equivalencias homotópicas una inversa de la otra. Como consecuencia trivial es válido
el siguiente resultado, ya probado anteriormente en el Teorema 7.9 para retractos fuertes
de deformación.

Corolario 7.21 Sean A ⊂ X un retracto de deformación de X, r : X → A una retrac-


ción asociada e i : A → X la aplicación inclusión.
Entonces para cada a ∈ A las aplicaciones

r∗ : Π1 (X, a) → Π1 (A, a) e i∗ : Π1 (A, a) → Π1 (X, a)

son isomorfismos de grupos.


En particular, todo espacio topológico contráctil es simplemente conexo.

45
8. El Grupo Fundamental de las Esferas
En esta sección calcularemos el grupo fundamental de las esferas Sn , n ≥ 2.
Para abordarlo probaremos un caso particular del Teorema de Seifert-Van Kampen,
que se estudiará más adelante, cuya demostración es además bastante inspiradora.

Proposición 8.1 Sea X un espacio topológico, y sean U , V ⊂ X suconjuntos satisfa-


ciendo:
U y V son abiertos simplemente conexos (con la topologı́a inducida).
U ∩ V es arcoconexo y no vacı́o.
U ∪ V = X.
Entonces X es simplemente conexo.

Demostración : Como U y V son arcoconexos, U ∩ V 6= ∅ y X = U ∪ V , es inmediato


concluir que X es arcoconexo. Resta demostrar que X tiene grupo fundamental trivial
en algún punto (luego en todo punto por ser arcoconexo).
Fijemos x0 ∈ U ∩ V , tomemos [α] ∈ Π1 (X, x0 ) y probemos que [α] = [x0 ].
Sea  > 0 un número de Lebesgue para el recubrimiento abierto {α−1 (U ), α−1 (V )}
de [0, 1], y fijemos una partición
0 = t0 < t1 < . . . < tk = 1
de [0, 1] con |tj+1 − tj | <  para todo j = 0, . . . , k − 1.
Definamos αj : [0, 1] → X, αj (t) = α((1−t)tj +t tj+1 ), j = 0, . . . , k −1, y observemos
que αj ([0, 1]) ⊂ U ó αj ([0, 1]) ⊂ V .
Aprovechando la arcoconexión de U , V y U ∩V , es posible encontrar arcos ρj : [0, 1] →
X para j = 1, . . . , k − 1 de acuerdo al siguiente criterio:
ρj (0) = x0 y ρj (1) = α(tj ).
Si αj−1 ([0, 1]) ∪ αj ([0, 1]) = α([tj−1 , tj ]) ∪ α([tj , tj+1 ]) ⊂ U (respectivamente, V )
entonces ρj ([0, 1]) ⊂ U (respectivamente, V ).
Si αj−1 ([0, 1]) y αj ([0, 1]) (o equivalentemente, α([tj−1 , tj ]) y α([tj , tj+1 ]) están
contenidos uno en U y otro en V , entonces ρj ([0, 1]) ⊂ U ∩ V .
Teniendo en cuenta nuestras definiciones se observa que
(α0 ? ρ1 )([0, 1]) ⊂ U ó V,
(ρj ? αj ? ρj+1 )([0, 1]) ⊂ U ó V, j = 1, . . . , k − 2, y
(ρk−1 ? αk−1 )([0, 1]) ⊂ U ó V.
Com U y V son simplemente conexos, los lazos en U ó en V con base x0
α0 ? ρ1 , ρj ? αj ? ρj+1 , j = 1, . . . , k − 2, y ρk−1 ? αk−1
se pueden deformar homotópicamente en U ó en V , luego en X, al lazo constante x0 .
Por tanto,
α0 ? . . . αk−1 '(α0 ? ρ1 ) ? (ρ1 ? α1 ? ρ2 ) ? . . . ? (ρk−2 ? αk−2 ? ρk−1 ) ? (ρk−1 ? αk−1 )'x0
y [α] = [α0 ? . . . αk−1 ] = [0 ], como querı́amos demostrar.

46
Corolario 8.2 La esfera Sn es simplemente conexa para todo n ≥ 2.

Demostración : Fijado p ∈ Sn , los abiertos U := Sn \ {−p} y V := Sn \ {p} son


homeomorfos a Rn vı́a las correspondientes proyecciones estereográficas, y por tanto
simplemente conexos. Como U ∩ V 6= ∅ y es arcoconexo, el resultado se sigue de la la
Proposición 8.1.

8.1. Algunas consecuencias


A continuación vamos a desglosar algunas de las consecuencias topológicas más
relevantes del cálculo del grupo fundamental de las esferas.

8.1.1. El Teorema de Invarianza de la Dimensión


Recordemos que, usando la conexión topológica como herramienta, es fácil demostrar
que un abierto de R no puede ser homeomorfo a un abierto de Rn , n > 1. Vamos a
extender ese resultado a su versión dos dimensional.

Teorema 8.3 (Invarianza de la Dimensión) Si Ω2 ⊂ R2 y Ωn ⊂ Rn , n 6= 2, son


dos abiertos conexos, entonces Ω2 no es homeomorfo a Ωn .

Demostración : Como ya hemos comentado antes, el resultado es conocido para abiertos


n
de R y R , n > 1. En particular Ω2 no es homeomorfo a un abierto de R. A tı́tulo infor-
mativo comentaremos que el resultado es cierto para dimensiones arbitrarias, esto es,
dos abiertos conexos de espacios euclidianos de distinta dimensión no son homeomorfos.
Sin embargo su prueba se escapa de las posibilidades de este curso.
Tomemos Ω2 ⊂ R2 y Ωn ⊂ Rn , n > 2, y demostremos que no son homeomorfos.
Razonemos por reducción al absurdo y supongamos que existen abiertos como en el
enunciado tales que Ω2 ∼ = Ωn , n > 2.
Sea F : Ωn → Ω2 un homeomorfismo, y fijemos un punto p ∈ Ω2 y tomemos una
bola euclidiana 2-dimensional B2 (p, 2 ) ⊂ Ω2 . Como F es continua, F −1 (B2 (p, 2 )) es un
abierto en Ωn conteniendo al punto q := F −1 (p), por lo que existe una bola euclidiana
n-dimensional Bn (q, ) tal que Bn (q, ) ⊂ F −1 (B2 (p, 2 )). Al ser F un homeomorfismo,
F (Bn (q, )) es un abierto de B2 (p, 2 ) con F (Bn (q, )) ⊂ B2 (p, 2 ). Por tanto existe una
bola cerrada euclidiana 2-dimensional B 2 (p, 1 ) ⊂ F (Bn (q, )), 2 > 0.
Consideremos la siguiente secuencia de inclusiones
i1 i2
B 2 (p, 1 ) \ {p} ⊂ F (Bn (q, )) \ {p} ⊂ B2 (p, 2 ) \ {p},

y llamemos
i = i2 ◦ i1 : B 2 (p, 1 ) \ {p} → B2 (p, 2 ) \ {p}.
Fijado p0 ∈ B 2 (p, 1 ) \ {p}, a nivel de grupos fundamentales tenemos que
 
i∗ = (i2 )∗ ◦ (i1 )∗ : Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p}, p0 → Π1 B2 (p, 2 ) \ {p}, p0 ,
donde  
(i1 )∗ : Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p}, p0 → Π1 F (Bn (q, )) \ {p}, p0 e
 
(i2 )∗ : Π1 F (Bn (q, )) \ {p}, p0 → Π1 B2 (p, 2 ) \ {p}, p0 .
Es claro que B 2 (p, 1 )\{p} es homeomorfo a B 2 (0, 1)\{0}. Por tanto
 la Proposicion 7.7,
el Ejercicio 7.5 y el Teorema 7.9 garantizan que Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p} es isomorfo al grupo

47

fundamental de S1 , esto es, a Z. Análogamente Π1 B2 (p, 2 ) \ {p} es homeomorfo a Z,
ya que B2 (p, 2 ) − {p} ∼= B2 (0, 2 ) − {p} ∼
= S1 ×]0, 2 [.
Un razonamiento similar nos dirı́a que Π1 Bn (q, ) \ {q}, q0 , q0 := F −1 (x0 ), es


isomorfo al grupo fundamental de Sn−1 , luego es el grupo trivial  {[q0 ]} ya que n−1 ≥ 2.
La misma
 consecuencia se extrae para  Π1 F (Bn (q, ))\{p}, p0 ya que F∗ : Π1 Bn (q, ))\
{q}, q0 → Π1 F (Bn (q, )) \ {p}, p0 es un isomorfismo.
Pero el Ejercicio 7.8 nos dice que
 
i∗ : Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p}, p0 ≡ Z → Π1 B2 (p, 2 ) \ {p}, p0 ≡ Z

es un isomorfismo, lo que es absurdo ya que al ser i∗ = (i2 )∗ ◦(i1 )∗ esa aplicación factoriza
por el homomorfismo trivial. Esto completa la prueba.

8.1.2. El Teorema de Borsuk-Ulam: Consecuencias


Continuaremos con el Teorema de Borsuk-Ulam, que es válido en cualquiera dimen-
sión aunque sólo abordaremos su prueba para dimensión dos.
Necesitamos el siguiente lema técnico.

Lema 8.4 Sea f : S1 → S1 continua e impar (esto es, satisfaciendo f (−p) = −f (p),
p ∈ S1 ) con f (1) = 1, y sea β el lazo en S1 basado en 1 dado por β := f ◦α1 : [0, 1] → S1 ,
donde α1 = ρ|[0,1] (recordemos que ρ : R → S1 es la aplicación t 7→ e2πıt ).
Entonces deg(β) es impar.

Demostración : Sea γ : [0, 1] → S1 el arco en S1 dado por γ(t) = β(t/2), t ∈ [0, 1].
Como f es impar inferimos que γ(1) = −γ(0) = −1. Sea γ e el único levantamiento de γ
a R con condición inicial γ̃(0) = 0, y observemos que por ser ρ ◦ γ̃ = γ necesariamente
e(1) = k + 1/2, k ∈ Z. Definamos
γ

γ
e(2t) si t ∈ [0, 1/2]
c(t) =
γ e(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]
e(1) + γ

Claramente c : [0, 1] → R es continua y c(0) = 0. Además

 
γ(2t) si t ∈ [0, 1/2] γ(2t) si t ∈ [0, 1/2]
(ρ ◦ c)(t) = 2πıe
γ (1) = =
e γ(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1] −γ(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]

β(t) si t ∈ [0, 1/2]
= = β(t),
−β(t − 1/2) si t ∈ [1/2, 1]
donde en la última igualdad hemos usado que β(t − 1/2) = −β(t) para t ∈ [1/2, 1] como
consecuencia de que f es impar.
Como consecuencia c : [0, 1] → R es el levantamiento a S1 de β con condición inicial
c(0) = 0, esto es, c = β,
e y por tanto deg(β) = c(1) = 2e
γ (1) = 2k + 1 es impar.

Lema 8.5 No existe ninguna aplicación F : S2 → S1 continua e impar.

Demostración : Asumamos que existe F : S2 → S1 continua satisfaciendo F (−p) =


−F (p), p ∈ S2 . Sin pérdida de generalidad podemos suponer que F (1, 0, 0) = 1, sin más
1
que sustituir F por la aplicación F (1,0,0) F (se usa notación compleja), tambien continua
e impar.

48
Consideremos f : S1 → S1 , f (p) := F (p, 0). Claramente f satisface las hipótesis del
Lema 8.4, por lo que deg(β) es impar para β = f ◦ α1 .
Por otro lado, como Π1 (S2 , 1) = {[1 ]} inferimos que F∗ (Π1 (S2 , 1)) = {[1 ]} ⊂
Π1 (S1 , 1). En particular [β] = [f ◦ α1 ] = [F ◦ (α1 , 0)] = F∗ ([(α1 , 0)]) = [1 ], lo que
contradice que deg(β) es impar.

Teorema 8.6 (Borsuk-Ulam) Si f : S2 → R2 es continua, entonces existe x0 ∈ S2


tal que f (x0 ) = f (−x0 ).

Demostración :Razonemos por reducción al absurdo y supongamos que f (x) 6= f (−x)


2
para todo x ∈ S . Consideremos la aplicación

f (x) − f (−x)
F : S2 → S1 , F (x) := ,
|f (x) − f (−x)|

bien definida y obviamente continua. Como F (x) = −F (−x), esta aplicación es impar
contradiciendo el Lema 8.5.

Veamos algunas consecuencias sencillas del Teorema de Borsuk-Ulam.

Corolario 8.7 Si identificamos S2 con la superficie de la Tierra y f , g : S2 → R son


dos magnitudes fı́sicas que se distribuyen de forma continua sobre dicha superfice (por
ejemplo, la presión y la temperatura), existen puntos antı́podas p0 , −p0 ∈ S2 tales que
(f, g)(p0 ) = (f, g)(−p0 ).

Corolario 8.8 Si S2 es la unión de tres subconjuntos cerrados A1 , A2 y A3 , entonces


alguno de ellos contiene dos puntos antı́podas.

Demostración : Definamos f : S2 → R2 , f (x) = (d1 (x), d2 (x)), donde di : S2 → R es


la función distancia euclidiana di (x) = dist(x, Ai ), i = 1, 2. Como f es continua debe
existir xo ∈ S2 tal que f (x0 ) = f (−x0 ), esto es, δ1 := d1 (x0 ) = d1 (−x0 ) y δ2 := d2 (x0 ) =
d2 (−x0 ). Si δi = 0 para algún i ∈ {1, 2} entonces x0 , −x0 ∈ Ai ya que Ai es cerrado y
habrı́amos acabado. En caso de que δ1 δ2 > 0 deducimos que {x0 − x0 } ∩ (A1 ∪ A2 ) = ∅,
y por tanto que x0 , −x0 ∈ A3 .

La misma idea se puede utilizar para probar que si S2 es unión de dos cerrados entonces
alguno de ellos contiene dos puntos antı́podas.
Es evidente que un compacto del plano se puede dividir en dos mitades de igual área
por un argumento de barrida por rectas de separación paralelas y continuidad. Pero no
lo es tanto cuando se trata de dos compactos.

Corolario 8.9 (Teorema de las dos tortitas) Dados dos compactos A1 , A2 ⊂ R2 ,


existe una recta combinatorio de R2 que los subdivide a ambos en trozos de igual área.

Demostración : Sin pérdida de generalidad supondremos que Area(Ai ) > 0 para algún
i ∈ {1, 2}, en otro caso el resultado es trivial.
Identifiquemos R2 con su copia topológica en R3 correspondiente al plano P :=
{(x1 , x2 , x3 ) ∈ R3 : x3 = 1}. Para cada x ∈ S2 = {p ∈ R3 : kpk = 1}, denotemos por
Px := {y ∈ R3 : hy, xi = 0} y escribamos R3 \ Px = Px+ ∪ Px+ , donde Px+ := {y ∈

R3 : hy, xi > 0} y Px− := {y ∈ R3 : hy, xi < 0}. Es claro que Px+ = P−x para todo
x ∈ S . Observemos también que Lx := Px ∩ P es una recta combinatorio en P ⊂ R3
2

salvo cuando x = (0, 0, ±1), en cuyo caso Lx = ∅. Definamos la función ai : S2 → R,

49
ai (x) = Area(Ai ∩ Px+ ), i = 1, 2. Por el Teorema de la convergencia dominada es fácil
demostrar que ai es continua, i = 1, 2. Por el Teorema de Borsuk-Ulam aplicado a
f = (a1 , a2 ) : S2 → R2 existe x0 ∈ S2 tal que ai (x0 ) = ai (−x0 ), i = 1, 2. En otras
palabras,
Area(A1 ∩ Px0 ) = Area(A1 ∩ P−x0 ) y Area(A2 ∩ Px0 ) = Area(A2 ∩ P−x0 ),
lo que concluye el teorema. (Nótese que x0 6= (0, 0, ±1) pues en ese caso {ai (x0 ), ai (−x0 )} =
{0, Area(Ai )}, i = 1, 2, lo cual es imposible).

En análogo tridimensional es cierto y es conocido como el teorema del sándwich o


bocadillo de jamón.
Corolario 8.10 (Teorema del bocadillo de jamón) Dados tres compactos A1 , A2
y A3 ⊂ R3 , es posible encontrar un plano combinatorio de R3 que los subdivida a los
tres en trozos de igual volumen.

Demostración : Dado x ∈ S2 y t ∈ R definimos Px (t) = {y ∈ R3 : hy, xi = t}. Ob-


servemos que R3 \ Px (t) = Px+ (t) ∪ Px− (t) donde Px+ (t) = {y ∈ R3 : hy, xi > t} y
Px− (t) = {y ∈ R3 : hy, xi < t}. Es claro que
+
P−x (−t) = Px (t) y P−x (−t) = Px− (t) para todo x ∈ S2 y t ∈ R. (4)
Sea φx : R → R la función φx (t) := Vol(A3 ∩ Px+ (t)), donde Vol representa volumen

en R3 . Como Φx es continua, monótona creciente, Φx (−∞) = Vol(A3 ) y Φx (+∞) = 0,


el Teorema de valores intermedios garantiza que Ix := {t ∈ R : φx (t) = Vol(A3 )/2}
es un intervalo compacto no vacı́o. Llamemos tx al punto medio de Ix , x ∈ S2 . Como
Ix = −I−x , es inmediato que t−x = −tx para cada x ∈ S2 . Definamos
f : S2 → R2 , f (x) = Vol(A1 ∩ Px+ (tx )), Vol(A2 ∩ Px+ (tx )) .


Por el Teorema de Borsuk-Ulam existe x0 ∈ S2 tal que f (x0 ) = f (−x0 ), esto es,
Vol(Ai ∩ Px+0 (tx0 )) = Vol(Ai ∩ P−x
+
0
(t−x0 )), i = 1, 2.

50
+ +
Como P−x0
(t−x0 ) = P−x 0
(−tx0 ) = Px−0 (tx0 ) inferimos que

Vol(Ai ∩ Px+0 (tx0 )) = Vol(Ai ∩ Px−0 (tx0 )), i = 1, 2,

lo que concluye la prueba.

9. El Teorema de Seifert-Van Kampen


En esta sección probaremos la herramienta más potente conocida para el cálculo
explı́cito del grupo fundamental de un espacio topológico.: el Teorema de Seifert-Van
Kampen. Este teorema tiene un trasfondo algebráico muy importante y requerirá del
lenguaje desarrollado en la sección de grupos del Tema 0. Es muy conveniente tener
presente la Definición 1.13.

Teorema 9.1 (Seifert-Van Kampen) Sea X un espacio topológico y sean U, V ⊂ X


subconjuntos tales que:

U ∩ V 6= ∅ y U ∪ V = X.

U , V y U ∩ V son abiertos arcoconexos.

Llamemos i : U ∩V → U y j : U ∩V → V a las aplicaciones inclusión, fijemos x0 ∈ U ∩V


y consideremos i∗ : Π1 (U ∩ V, x0 ) → Π1 (U, x0 ) y j∗ : Π1 (U ∩ V, x0 ) → Π1 (V, x0 ) los
correspondientes homomorfismos inducidos.
Entonces
Π1 (X, x0 ) ∼
= Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ),
donde el producto amalgamado es el relativo a los homomorfismos i∗ y j∗ .

Demostración : Llamemos î : U → X, ĵ : V → X y k : U ∩ V → X a las aplicacio-


nes inclusión, y consideremos î∗ : Π1 (U, x0 ) → Π1 (X, x0 ), ĵ∗ : Π1 (V, x0 ) → Π1 (X, x0 ) y
k∗ : Π1 (U ∩ V, x0 ) → Π1 (X, x0 ) los correspondientes homomorfismos inducidos. Llame-
mos
π : : Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) → Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 )
a la proyección al cociente amalgamado según i∗ y j∗ , y denotemos por

π1 : Π1 (U, x0 ) → Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ),

π2 : Π1 (V, x0 ) → Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ) y


π0 : Π1 (U ∩ V, x0 ) → Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 )
a los homomorfismos π1 := π|Π1 (U,x0 ) , π2 := π|Π1 (V,x0 ) y π0 := π ◦ i∗ = π ◦ j∗ .
Por la propiedad universal de la Proposición 1.14, existe un homomorfismo de grupos

Θ : Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ) → Π1 (X, x0 )

a través del cual factorizan las aplicaciones î∗ , ĵ∗ y k∗ . Ésto quiere decir que Θ ◦ π1 = î∗ ,
Θ ◦ π2 = ĵ∗ y Θ ◦ πo = k∗ . Analicemos con detalle y de forma explı́cita la definición de
Θ. Para ello estableceremos el convenio notacional

{W1 , W2 } = {U, V }.

51
Una palabra genérica en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) ≡ Π1 (W1 , x0 ) • Π1 (W2 , x0 ) viene dada por
la expresión w = [α1 ]Wi1 . . . [αm ]Wim , ij ∈ {1, 2} para todo j, donde el sibı́ndice indica
el espacio de la clase de homotopı́a. Con esta notación,

Θ(π(w)) = [α1 ]X ? . . . ? [αm ]X .

Como arriba, el subı́ndice X indica ahora clase de homotopı́a en Π1 (X, x0 ).


En particular,

π {i∗ ([α]U ∩V ) · j∗ ([α]U ∩V )−1 : [α]U ∩V ∈ Π1 (U ∩ V, x0 )} ⊂ Ker(Θ).




La prueba del teorema consistirá en demostrar que Θ es un isomorfismo. Para ver que
es sobre, tomemos un lazo α : [0, 1] → X con base el punto x0 ∈ U ∩ V . Por el Lema
de Lebesgue, existe n ∈ N tal que α([i/n, (i + 1)/n]) está contenido en U ó en V para
todo i = 0, . . . , n − 1. Llamemos αi : [0, 1] → X, t 7→ α((1 − t)i/n + t(i + 1)/n).
Si αi ([0, 1]) ⊂ U y αi+1 ([0, 1]) ∈ V (ó viceversa), el punto αi (1) = αi+1 (0) está
contenido en U ∩ V y eligiremos un arco ρi en U ∩ V con punto inicial x0 y final αi (1).
Cuando αi ([0, 1]) ∪ αi+1 ([0, 1]) ⊂ U (ó V ) se procede igual, sólo que ahora el arco ρi
descansa en U (ó V ). Finalmente

α ' (α0 ? ρ0 ) ? . . . ? (ρi−1 ? αi ? ρi+1 ) ? . . . ? (ρn−2 ? αn−1 ),

por lo que [α]X es el producto [α0 ? ρ0 ]X ? . . . ? [ρi−1 ? αi ? ρi+1 ]X ? . . . ? [ρn−2 ? αn−1 ]X


en Π1 (X, x0 ). Por construcción y con el convenio anterior,

α0 ? ρ0 ⊂ Wl0 , . . . , ρi−1 ? αi ? ρi+1 ⊂ Wli , . . . , ρn−2 ? αn−1 ⊂ Wln−2 ,

para ciertos li ∈ {1, 2}, i = 0, . . . , n − 2. Por tanto la palabra

w := [α0 ? ρ0 ]Wl0 ? . . . ? [ρi−1 ? αi ? ρi+1 ]Wli ? . . . ? [ρn−2 ? αn−1 ]Wln−2

de Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) satisface Θ(π(w)) = [α]X y de aquı́ la sobreyectividad de Θ.


Resta por tanto probar que Θ es inyectivo.
Supongamos que tenemos una palabra w = a1 . . . am en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) tal
que, salvo componer con π : : Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) → Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ), se
aplica por Θ en [x0 ]. Llamemos αi : [0, 1] → Wli ∈ {U, V } al lazo tal que ai = [αi ]Wli
para todo i. De nuestras hipótesis existe una homotopı́a H : [0, 1]2 → X con extremos
fijos tal que H(·, 0) = α1 ? . . . ? αm y H(·, 1) = x0 . De nuevo el Lema de Lebesgue nos
garantiza la existencia de n ∈ N tal que todo cuadrado de lado 1/n es aplicado por H
en U ó V . Sin pérdida de generalidad asumiremos que

52
α1 ? . . . ? αm está parametrizada de forma que la traza de αi se recorre sobre el
intervalo [(i − 1)/m, i/m].
n es múltiplo de m, y por tanto, cada subintervalo [(i − 1)/m, i/m] contiene una
cantidad entera de intervalos de longitud 1/n.
Lo que hemos de demostrar es que la palabra w, pensada como un elemento de Π1 (U, x0 )•
Π1 (V, x0 ), puede ser alterada por relaciones de amalgamado en {i∗ (a) · j∗ (a)−1 : a ∈
Π1 (U ∩ V, x0 )} (pasando elementos de Π1 (U ∩ V, x0 ) en una sı́laba a la siguiente) de
forma que al final nos quede la palabra trivial. El procedimiento consistirá, a grosso
modo y salvo algún trabajo previo que hay que explicar, en probar que podemos pasar
de la palabra en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) asociada a la curva H(t, i/n) a la asociada a
H(t, (i + 1)/n). Como la palabra asociada a H(t, 1) es la trivial habremos conluido la
prueba.
Comencemos con los detalles. Como primera etapa, observemos que salvo modificar
nuestra homotopı́a sin alterar la palabra ω de una forma no permitida, podemos asumir
que para todo (s, i) ∈ [0, 1] × {0, 1, . . . , n} la curva horizontal H(·, s) es constante para
valores de t en un entorno de i/n. Todo ello sin alterar la propiedad de que los cuadrados
con lado de longitud 1/n tienen imagen por H dentro de U o V . En efecto, para ello
basta con reparametrizar convenientemente, y con dependencia continua en s, las curvas
H(·, s). Omitimos los detalles. Un razonamiento análogo nos permite también suponer,
adicionalmente y sin pérdida de generalidad, que para todo (t, i) ∈ [0, 1] × {0, 1, . . . , n}
la curva vertical H(t, ·) es constante para valores de s en un entorno de i/n.
Como consecuencia, H coincide con una aplicación constante ci,j ∈ U ∪ V en un
pequeño disco euclidiano Di,j centrado en (i/n, j/n) para todo (i, j) ∈ {0, 1, . . . , n}2 .
En este punto usaremos curvas en U , V ó U ∩V , con preferencia en el último conjunto y
dependiendo de si ci,j ∈ U , V ó U ∩ V (tal y como explicamos arriba cuando probamos
la sobreyectividad de Θ), para alterar H en los Di,j por una función radial (esto es,
constante sobre las circunferencias centradas en (i/n, j/n)) de forma que H(i/n, j/n) =
x0 . Para ser más precisos, si Di,j tiene radio i,j y ρi,j : [0, i,j ] → U , V ó U ∩ V , es una
curva con punto inicial x0 y final ci,j , definiremos
H (i/n, j/n) + rθ = ρi,j (r), r ∈ [0, i,j ], θ ∈ S1 .


En este punto ya queda claro que cada curva H(t, i/n) es producto de lazos con base x0 y
contenidos en U o V (aquellos que se corresponden con las imágenes de los subintervalos
[j/n, (j +1)/n], j = 0, 1, . . . , n−1), por lo que de forma canónica se le puede asociar una
palabra en el producto libre Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ). Expliquemos ahora como pasar de la
palabra asociada a H(t, i/n) en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) a la que representa H(t, (i + 1)/n).
Fijemos i ∈ {0, 1, . . . , n − 1} y llamemos βj al lazo con base x0 en U ó V dado por

t 7→ H (1 − t)j/n + t(j + 1)/n, i/n , j = 0, . . . , n − 1.
De esta forma H(·, i/n) ' β0 ? . . . , ?βn−1 . Atendiendo a nuestros convenios, si Wlj
denota al abierto conteniendo a βj , j = 0, . . . , n − 1, entonces [β0 ]Wl0 ? . . . ? [βn−1 ]Wln−1
serı́a la palabra asociada a H(·, i/n) en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ).
Para i + 1 y de forma análoga llamemos βj0 al lazo con base x0 en U ó V dado por

t 7→ H (1 − t)j/n + t(j + 1)/n, (i + 1)/n , j = 0, . . . , n − 1.
Igual que antes, [γ0 ]Wl0 ? . . . ? [γn−1 ]Wln−1 serı́a la palabra asociada a H(·, (i + 1)/n) en
Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ). Finalmente llamemos ρj al lazo en Wlj−1 ∩ Wlj basado en x0 dado
por 
s 7→ H j/n, (1 − s)i/n + s(i + 1)/n , j = 0, . . . , n,

53
donde hemos hecho el convenio Wl−1 = Wln = X (nótese que ρ0 = ρn = x0 ya que H
es homotopı́a con extremos fijos).
Como cada cuadrado [j/n, (j + 1)/n] × [i/n, (i + 1)/n] es simplemente conexo, de-
ducimos que (en homotopı́a y como palabras en Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 )) que

[β0 ]Wl0 ? . . . ? [βn−1 ]Wln−1 =

= [ρ0 ]Wl0 ?[γ0 ]Wl0 ?[ρ1 ]−1 −1 −1


  
Wl ?. . .? [ρj ]Wlj ?[γj ]Wlj ?[ρj+1 ]Wl ?. . .? [ρn−1 ]Wln−1 ?[γn−1 ]Wln−1 ?[ρn ]Wl
0 j n−1
.

Tras el amalgamado de ρj en Π1 (Wlj−1 ∩ Wlj , x0 ) cuando Wlj−1 6= Wlj , inferimos que

[β0 ]Wl0 ?. . .?[βn−1 ]Wln−1 = [ρ0 ]Wl0 ?[γ0 ]Wl0 ?. . .?[γj ]Wlj ?. . .? [γn−1 ]Wln−1 ?[ρn ]−1
 
Wl =
n−1

= [γ0 ]Wl0 ? . . . ? [γj ]Wlj ? . . . ? [γn−1 ]Wln−1


en Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ).
Por tanto las palabras asociadas a H(t, i/n) y H(t, (i + 1)/n) en Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 )
Π1 (V, x0 ) se proyectan en el mismo elemento de Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 ). Por un
procedimiento inductivo, concluimos que la proyección a Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 )
de la palabra asociada en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) a H(·, 0), esto es, de w = a1 . . . am ,
coincide con la correspondiente proyección de la palabra asociada en Π1 (U, x0 )•Π1 (V, x0 )
a H(t, 1) = x0 , esto es, con la proyección de la palabra trivial. Esto concluye la prueba.

Corolario 9.2 Bajo las mismas hipóteis del Teorema de Seifert-Van Kampen, si U ∩V
es simplemente conexo entonces Π1 (X.x0 ) ∼
= Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ).

Corolario 9.3 Bajo las mismas hipóteis del Teorema de Seifert-Van Kampen, si V es


simplemente conexo entonces Π1 (X.x0 ) = Π1 (U, x0 )/N i∗ (Π1 (U ∩ V, x0 )) .

Ejercicio 9.4 Si X es un n-ciclo (ver Definición 3.16) entonces Π1 (X, x0 ) es isomorfo


al grupo libre F (a1 , . . . , an ).

Como caso particular,

Ejercicio 9.5 Sea X un espacio topológico tal que X = ∪nj=1 aj , donde

Cada aj es homeomorfo a S1 con la topologı́a inducida por X.

Existe x0 ∈ X tal que aj ∩ ai = {x0 } para todo i 6= j.

Entonces Π1 (X, x0 ) es isomorfo al grupo libre F (a1 , . . . , an ).

9.1. Aplicaciones y ejemplos


Veamos algunas aplicaciones sencillas del Teorema de Seifert-Van Kampen.

54
9.1.1. Espacios libro
Consideramos el semiplano Π1 := {(x1 , x2 , x3 ) ⊂ R3 : x1 = 0, x2 ≥ 0} y sus girados
respecto del eje x3

Πj := {(e2π(j−1)ı/k z, x3 ) : (z, x3 ) ∈ Π1 ⊂ C × R ≡ R3 }, j = 1, . . . , k.

Por definición Lk := ∪kj=1 Πj , k ∈ N, es el espacio libro de k hojas. Nótese que desde


el punto de vista topológico (o salvo homeomorfismos), el hecho de que la distribución
de semiplanos sea equiangular es irrelevante. También es evidente que el espacio L2 es
homeomorfo a R2 .
Proposición 9.6 Los espacios Lk y Ls no son homeomorfos, k, s ∈ N, k 6= s.

Demostración : Supongamos que k 6= 2 y Lk ∼ = Ls , s 6= k. Tomemos F : Lk → Ls un


homeomorfismo. Sea X := Lk \ {0} e Y := F (X) = Ls \ {F (0)}, donde 0 ≡ (0, 0, 0).
La aplicación H : X × [0, 1] → X, H(p, s) := (1 − s)p + sp/kpk, deforma X en la
unión de curvas S2 ∩ Lk , con retracción asociada r : X → S2 ∩ Lk , r(p) := p/kpk. Por el

Ejercicio 9.4, el grupo fundamental de X es libe con k − 1 generadores (si k = 1 es el


grupo trivial). Pero por razonamientos similares el grupo fundamental de Y es
libre con un generador si F (0) ∈
/ {x1 = x2 = 0}, ó

libre con s − 1 generadores si F (0) ∈ {x1 = x2 = 0}.


Como k − 1 6= 1, s − 1, esto genera la contradicción buscada.

Corolario 9.7 Si O ⊂ R3 es un abierto conteniendo al origen, entonces O ∩ Lk no


puede ser homeomorfo a un abieto de R2 para todo k 6= 2.

Demostración : Supongamos que existen abiertos 0 ≡ (0, 0, 0) ∈ O ⊂ R3 y U ⊂ R2 , y


un homeomorfismo F : O ∩ Lk → U .
Discutamos primero el caso k > 2.
Sea B2 ⊂ O una bola euclidiana abierta centrada en el origen, D ⊂ F (B2 ∩ Lk ) ⊂ U
un disco abierto centrado en F (0), y B1 una bola eclidiana abiera centrada en el origen
con B1 ∩ Lk ⊂ F −1 (D).
Las inclusiones i1 : (B1 ∩Lk )\{0} → F −1 (D)\{0} e i2 : F −1 (D)\{0} → (B2 ∩Lk )\{0}
−1
 
inducen homomorfismos de grupos (i1 )∗ : Π1 (B 1 ∩ L k ) \ {0} → Π1 F (D) \ {0} e
(i2 )∗ : Π1 F −1 (D) \ {0} → Π1 (B2 ∩ Lk ) \ {0} .


De lademostración de la Proposición 9.6 se sigue que Π1 (B1 ∩Lk )\{0} y Π1 (B2 ∩
Lk )\{0} son grupos libres con k−1 6= 1 generadores. Por otro lado, Π1 F −1 (D)\{0} ∼ =
Π1 D \ {F (0} ∼

= Z es un grupo libre con un generador.
Como i∗ = (i2 )∗ ◦ (i1 )∗ , donde i : (B1∩ Lk ) \ {0} → (B2 ∩ Lk ) \ {0} es la inclusión,
deducirı́amos que i∗ Π1 ((B1 ∩ Lk ) \ {0}) tendrı́a que ser un grupo cı́clico. Pero i es una

55
equivalencia
 homotópica (compruébese como ejercicio), por lo que i∗ Π1 ((B1 ∩ Lk ) \
{0}) = Π1 ((B2 ∩ Lk ) \ {0}) es un grupo libre con k − 1 6= 1 generadores, generando
una contradicción.
El caso k = 1 es análogo. Ahora se toman B2 ⊂ U una bola euclidiana abierta
centrada en F (0), D ⊂ F −1 (B2 ) ⊂ O ∩ L1 un semidisco abierto centrado en 0, y
B1 ⊂ F (D) una bola eclidiana abiera centrada en F (0). Se razona formalmente como
arriba, revirtiendo el sentido de las inclusiones, y generando una contradicción similar.
Omitimos los detalles.

9.1.2. El grupo fundamental de un esquema


Para lo que sigue, es conveniente tener presentes las construcciones y notación in-
troducidas en la Sección 3.
Consideremos una relación de equivalencia R0 en S1 = {p ∈ R2 : kpk = 1} y ex-
tendámosla a la relación R
 
pRq ⇐⇒ p = q ∨ {p, q} ⊂ S1 ∧ pR0 q

en el disco unidad cerrado D = {p ∈ R2 : kpk ≤ 1}. Denotemos por σ : D → S := D/R


a la correspondiente proyección. Como siempre D := D \ S1 es el disco unidad abierto.
Tenemos la siguiente:
Proposición 9.8 Si z0 := σ((1, 0)) ∈ σ(S1 ) y [α̂1 ] ∈ Π1 (σ(S1 ), z0 ) es la clase determi-
nada por α̂1 : [0, 1] → σ(S1 ), α̂1 (t) := σ(e2πıt ), entonces
Π1 (S) ∼
= Π1 (σ(S1 ), z0 )/N ([α̂1 ]).
Demostración : Tomemos t0 ∈]0, 1[. Basta con demostrar que
Π1 (S, σ(t0 )) ∼
= Π1 (σ(S1 ), z0 )/N ([α̂1 ]).
Llamemos U = S \ {σ(0)} y V = σ(D) ⊂ S. Es claro que U , V y U ∩ V =
σ(D) \ {σ(0)} son abiertos arcoconexos y no vacı́os de S, siendo S = U ∪ V . Por tanto
están en las condiciones del Teorema de Seifert-Van Kampen.
Estudiemos Π1 (U, σ(t0 )), para lo cual será crucial observar que σ(S1 ) es retracto
fuerte de deformación de U . Con tal fin consideremos la retracción
p
r : D \ {0} → S1 , r(p) =
kpk
y la deformación
H : (D \ {0}) × [0, 1] → D \ {0}, H(p, s) = (1 − s)p + sr(p)
que realizan S1 como retracto fuerte de deformación de D \ {0}.
Tanto la retracción r como la deformación H pueden ser inducidas al cociente,
dando lugar respectivamente a una retracción r̂ : U → σ(S1 ) y a una deformación
Ĥ : U × [0, 1] → U satisfaciendo

(σ|S1 ) ◦ r = r̂ ◦ (σ|D\{0} ) y (σ|D\{0} ) ◦ H = Ĥ ◦ (σ|D\{0} ) × Id[0,1] ,

y que prueban que σ(S1 ) es retracto fuerte de deformación de U . Como consecuencia


del Teorema 7.9, y teniendo en cuenta que r̂(σ(t0 )) = σ(r(t0 )) = σ((1, 0)) = z0 ,
r̂∗ : Π1 (U, σ(t0 )) → Π1 (σ(S1 ), z0 ), es un isomorfismo de grupos.

56
Es claro que V = σ(D) ∼ = D es simplemente conexo, por lo que el Corolario 9.3 garantiza
que
Π1 (S, σ(t0 )) ∼

= Π1 (U, σ(t0 ))/N i∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ,
donde i∗ : Π1 (U ∩ V, σ(x0 )) → Π1 (U, σ(x0 )) es el morfismo inducido por i : U ∩ V → U .
Usando que r̂∗ : Π1 (U, σ(t0 )) → Π1 σ(S1 ), z0 es un isomorfismo,
 
Π1 (U, σ(t0 ))/N i∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ∼
 

= ∗ 1 Π (U, σ(t0 )) /N (r̂∗ ◦ i∗ )(Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ,

esto es,

Π1 (U, σ(t0 ))/N i∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ∼= Π1 (σ(S1 ), σ(1, 0))/N (r̂ ◦ i)∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) .
 

Por otra parte Π1 (U ∩ V, σ(t0 )) es el grupo libre F ([γ]), donde γ : [0, 1] → U ∩ V,


γ(t) = σ(t0 e2πıt ). Además, (r̂ ◦ i)∗ ([γ]) = [α̂1 ] ∈ Π1 (σ(S1 ), z0 ). Deducimos pues que
 
r̂∗ Π1 (U, σ(t0 )) /N (r̂ ◦ i)∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) = Π1 (σ(S1 ), z0 )/N ([α̂1 ]),


lo que concluye la prueba.

El siguiente corolario, consecuencia inmediata de la Proposición 9.8, nos calcula el


grupo fundamental del espacio asociado a un esquema. Es conveniente consultar las
Definiciones 3.18 y 3.20 para la notación implı́cita.

Corolario 9.9 Sea ω un esquema, sea Sω su realización canónica, σω : D → Sω la


identificación asociada a Sω y Γω = σ(S1 ) su grafo conexo borde.
Si z0 := σω ((1, 0)) ∈ Γω y α̂1 : [0, 1] → Γω , α̂1 (t) := σω (e2πıt ), entonces

Π1 (Sω ) ∼
= Π1 (Γω , z0 )/N ([α̂1 ]).

Como Γω es un grafo conexo, Π1 (Γω , z0 ) es un grupo libre con una cantidad finita de
generadores (ver Observación 3.17).

Definición 9.10 (Esquemas binarios puros normales) Presentamos una lista bási-
ca de esquemas binarios puros, que llamaremos normales, y sus correspondientes reali-
zaciones (téngase en cuenta el Corolario 9.9).

El espacio S0 asociado al esquema binario puro w0 := aa−1 es homeomorfo a la


esfera S2 y tiene grupo fundamental trivial {0}.

El espacio Sn asociado al esquema binario puro wn := nj=1 aj cj a−1 −1


Q
j cj , n ∈ N,
tiene grupo fundamental isomorfo a
n
Y
F (a1 , c1 , . . . , an , cn )/N ({ aj cj a−1 −1
j cj }).
j=1

Qn
El espacio Sn∗ asociado al esquema binario puro w∗n := j=1 aj aj , n ∈ N, tiene
grupo fundamental isomorfo a
n
Y
F (a1 , . . . , an )/N ({ a2j }).
j=1

57
Corolario 9.11 (Realizaciones de esquemas binarios puros normales) La fami-
lia de realizaciones de los esquemas binarios puros normales

{Sn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {Sn∗ : n ∈ N}

no contiene dos espacios homeomorfos entre sı́.

Demostración : Basta observar que

A(Π1 (Sn )) ∼ ∗
= Z2n , A(Π1 (Sn+1 )) ∼
= Z2 × Zn , n ∈ N ∪ {0}

(para n = 0 entiendase Z0 ≡ {0}).


Por tanto la correspondiente lista de abelianizados no contiene dos de ellos homeo-
morfos entre sı́, de donde se sigue el resultado.

Definición 9.12 (Esquemas binarios mixtos normales) Fijado k ∈ N, la siguien-


te lista de esquemas binarios mixtos, que llamaremos normales, y sus correspondientes
realizaciones (téngase en cuenta el Corolario 9.9) jugarán un papel relevante más ade-
lante:

Para cada n ∈ N ∪ {0}, denotaremos por Sn,k a la realización del esquema binario
n
Y k
 Y 
wn,k := aj cj a−1 −1
j cj dj bj d−1
j
j=1 j=1

que tiene grupo fundamental isomorfo a


 n n
Y  Y 
F (a1 , c1 , . . . , an , cn , e1 , . . . , ek )/N { aj cj a−1 −1
j cj ej } ,
j=1 j=1

donde ej ≡ dj bj d−1
j para todo j.

Para cada n ∈ N, denotaremos por Sn,k a la realización del esquema binario

n
Y k
 Y 
w∗n,k := aj aj cj bj c−1
j
j=1 j=1

que tiene grupo fundamental isomorfo a


 n k
Y  Y  
F (a1 , . . . , an , e1 , . . . , ek )/N { a2j ej } ,
j=1 j=1

donde ej ≡ cj bj c−1
j para todo j.

Ejercicio 9.13 Fijemos n ∈ N ∪ {0} y k ∈ N, y sea σ : X → Sn,k la identificación


asociada a una realización de wn,k en un disco topológico X. Llamemos lbj ⊂ Bd(X)
al arco de Jordan correspondiente con el carácter bj ∈ sop(wn,k ) en la representación
asociada, y con el mismo nombre bj a la curva de Jordan σ(lbj ) en Γn,k := σ(Bd(X)),
j = 1, . . . , k. Sean X1 , . . . , Xk k discos topológicos compactos disjuntos dos a dos y
disjuntos con Sn,k y X, y sea h := {hj : Bd(Xj ) → bj , j = 1, . . . , k} una familia de

58
homeomorfismos. Dotemos a Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk ) de la topologı́a suma, e introduzcamos la
siguiente relación de equivalencia en Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk )

p ∼h q ⇐⇒ p = q {p, q} = {r, hj (r)} para algún r ∈ Bd(Xj ) y j ∈ {1, . . . , k}.



 
Entonces el espacio cociente Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk ) /∼h es homeomorfo a Sn .

El enunciado análogo para Sn,k , n, k ∈ N, también es cierto, probándose que
 

Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk ) /∼h es homeomorfo a Sn∗ .

En particular, Sn,k no es homeomorfo a Sn∗0 ,k0 para cualesquiera n ∈ N ∪ {0}, k ∈ N y


n0 , k 0 ∈ N.

Demostración : Tomemos como modelo de Xj la realización Sωj del esquema ωj :=


mj b0j m−1
j .Escribamos como σj : Yj → Sωj ≡ Xj la identificación asociada, denotemos
por lbj ⊂ Bd(Yj ) al arco de Jordan correpondiente con el carácter b0j en ωj , j = 1, . . . , k.
0

Denotemos por
Y0 := X ∪ (∪kj=1 Yj )
con la topologı́a suma, y sea h0 := {h0j : lb0j → lbj , j = 1, . . . , k} una familia de homeo-
morfismos. Introduzcamos en Y0 la relación

p ∼h0 q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h0j (r)} para algún r ∈ lb0j y j ∈ {1, . . . , k}.

No es difı́cil comprobar que Y := Y0 /∼h0 es un disco topológico compacto; téngase en


cuenta la Proposición 3.10. Llamemos

σ0 : Y0 → Y

a la correspondiente proyección. Consideremos ahora los arcos lmj , lm−1


j
en Bd(Yj ) co-
rrespondientes a los caracteres mj y m−1 j de ωj y el homeomorfismo gj : lmj → lm−1 j
que da lugar a la identificación σj : Yj → Sωj . Análogamente, sean ldj , ld−1
j
los ar-
cos en Bd(X) correspondientes a los caracteres dj y d−1 j de wn.k y el homeomorfismo
fj : ldj → ld−1
j
que da lugar al espacio identificación Sn,k . Estos arcos y homeomorfismos
se proyectan vı́a σ0 a arcos en Bd(Y ) y homeomorfismos entre ellos. Si se pegan los ci-
tados arcos de Bd(Y ) siguiendo las leyes que definen esos homeomorfismos, generamos
una identificación
σ1 : Y → Y1
que materializa Y1 como realización del esquema ω0 := a( kj=1 mj dj d−1 −1
Q
j mj ). Por el
Ejercicio 3.13, Y1 es de nuevo un disco topológico compacto.
Por otra parte, escribamos

S := Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk ),

y definamos
σ̂ : Y0 → S, σ̂|X = σ, σ̂|Yj = σj , j = 1, . . . , k.
Sea π : S → S/ ∼h la proyección al cociente. La única aplicación

f : Y1 → S/∼h tal que f ◦ (σ1 ◦ σ0 ) = π ◦ σ̂

59
es una identificación que materializa S/∼h como realización del esquema wn en el disco
Y , justo lo que querı́amos demostrar.
Finalmente, si existiese F : Sn,k → Sn∗0 ,k0 homeomorfismo deducirı́amos que k =
k , porque un tal F habrı́a de aplicar las k curvas de Jordan bj ’s de Sn,k en las k 0
0

correspondientes de Sn∗0 ,k0 ; téngase en cuenta que un entorno básicos alrededor de un


punto en esas curvas es un semidisco, no un disco como ocurre en el resto de puntos
del espacio, y utilı́cese el Corolario 9.7. Pero Sn,k y Sn∗0 ,k no pueden ser homeomorfos ya
que los espacios que resultan al pegarles k discos, a saber Sn y Sn∗ respectivamente, no
son homeomorfos por el Corolario 9.11.

Corolario 9.14 (Realizaciones de esquemas binarios mixtos normales) Para ca-


da k ∈ N, la familia de realizaciones de los esquemas binarios mixtos normales

{Sn,k : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {Sn,k : n ∈ N}

no contiene dos espacios homeomorfos entre sı́.

Demostración : Basta discriminar espacios usando la lista de abelianizados

A(Sn,k ) ∼ ∗
= Z2n+k−1 , A(Sn+1,k )∼
= Zn+k , n ∈ N ∪ {0}
(para n = k − 1 = 0 entiendase Z0 ≡ {0}) y el Ejercicio 9.13.

9.1.3. El grupo fundamental de los espacios proyectivos


Recordemos que un modelo topológico básico para el espacio proyectivo RPn , n ∈ N,
es el cociente de la esfera Sn por la relación de equivalencia inducida por la aplicación
antı́poda:
pRq ⇐⇒ p = ±q.
Para n = 1 es inmediato que RP1 ∼ = S1 , y por tanto
Π1 (RP1 ) ∼
= Z.
Para n = 2, RP2 es homeomorfo al espacio definido por la palabra simple aa, por lo
que teniendo en cuenta la Definición 9.10

Π1 (RP2 ) ∼
= F (a)/N ({a2 }) ∼
= Z2 .
Probaremos el siguiente
Teorema 9.15 Π1 (RPn ) ∼
= Z2 , n ≥ 2.

Demostración : Bastará con demostrar que

Π1 (RPn+1 ) ∼
= Π1 (RPn ), n ≥ 2.

El teorema se seguirá por un proceso inductivo elemental, usando el hecho de que


Π1 (RP2 ) ∼
= Z2 .
Escribamos π : Sn+1 → RPn+1 ≡ Sn+1 /R la proyección natural, donde R es la re-
lación de equivalencia inducida por la antı́poda. Denotemos por en+2 = (0, . . . , 0, 1) ∈
Rn+2 . Es fácil comprobar que

U := π({p ∈ Sn+1 : hp, en+2 i > 0}) y V := π({p ∈ Sn+1 : |hp, en+2 i| < 1})

60
son abiertos arcoconexos de RPn+1 tales que RPn+1 = U ∪ V . Igualmente

U ∩ V = π({p ∈ Sn+1 : 0 < hp, en+2 i < 1})

es un abierto arcoconexo. Nuestra intención es aplicar el Teorema de Seifert-Van Kam-


pen a la pareja U , V en RPn+1 .
Probemos que U es simplemente conexo. En efecto, basta tener en cuenta que
n+1
S+ := {p ∈ Sn+1 : hp, en+2 i > 0} es homeomorfo a la bola unidad cerrada B n (0, 1) ⊂
Rn+1 vı́a la proyección ortogonal sobre {xn+2 = 0} ≡ Rn+1 , y que π|S+n+1 : Sn+1
+ → U es
un homeomorfismo.
Calculemos ahora el grupo fundamental de V .
Para ello, observemos que es posible identificar topológicamente Sn ≡ Sn × {0} =
(Sn+1 ∩ {xn+2 = 0}), y escribamos W = {p ∈ Sn+1 : 0 < |hp, en+2 i| < 1}. La aplicación

p − hp, en+2 ien+2


r : W → Sn , r(p) :=
kp − hp, en+2 ien+2 k

es la retracción asociada a la deformación


(1 − s)p + sr(p)
H : W × [0, 1] → W, H(p, s) :=
k(1 − s)p + sr(p)k

que materializa Sn como retracto fuerte de deformación de W .


Si A : Sn+1 → Sn+1 es la aplicación antı́poda, es inmediato comprobar que

r◦A=A◦r y H ◦ (A × Id[0,1] ) = A ◦ H.

Por tanto existe una única retracción y deformación

r̂ : V → π(Sn ), Ĥ : V × [0, 1] → V

satisfaciendo que

r̂ ◦ (π|W ) = (π|Sn ) ◦ r y Ĥ ◦ (π|W ) × Id[0,1] = (π|W ) ◦ H,

lo que prueba que π(Sn ) es un retracto fuerte de deformación de V . En otras pala-


bras, RPn es un retracto fuerte de deformación de V ya que π(Sn ) es naturalmente
homeomorfo a RPn ≡ Sn /R0 , donde R0 es la relación inducı́da por la antı́poda en Sn .
Por último, comprobemos que U ∩ V es simplemente conexo. En efecto, si llamamos
Y := {p ∈ Sn+1 : 0 < hp, en+2 i < 1}, la aplicación π|Y : Y → U ∩ V es un homeomorfis-
mo. Igualmente
Φ : Y → Sn ×]0, 1[, φ(p) = r(p), hp, en+2 i ,


es un homeomorfismo. Inferimos que U ∩ V es homeomorfo al espacio simplemente


conexo Sn × [0, 1] (téngase en cuenta que n ≥ 2), y por tanto igualmente simplemente
conexo.
El Corolario 9.2 garantiza que

Π1 (RPn+1 ) ∼
= Π1 (U ) • Π1 (V ) ∼
= {0} • Π1 (RPn ) ∼
= Π1 (RPn ),

lo que concluye la prueba.

61
Ejercicios del Tema 1

1. Sea f : X → Y una aplicación continua entre espacios topológicos. Tomamos


dos puntos x1 y x2 en X. Denotamos por (f∗ )1 y por (f∗ )2 a los homomorfismos
inducidos por f en los puntos x1 y x2 . Dado γ ∈ Ωx1 ,x2 (X), demostrar que (f∗ )2 ◦
Uγ = Uf ◦γ ◦ (f∗ )1 .

2. Probar que son grupos topológicos:

a) Rn con la suma y la topologı́a usuales.


b) R∗ = R − {0} y C∗ = C − {0} con los productos y las topologı́as usuales.
c) S1 ⊂ C con el producto de números complejos y la topologı́a usual.
d ) El grupo lineal general GL(n), el grupo ortogonal O(n) y el grupo especial
ortogonal SO(n) con el producto de matrices y la topologı́a inducida por
2
Mn (R) ≡ Rn .

3. (Conjuntos estrellados). Sea X ⊆ Rn y x0 ∈ X. Se dice que X es estrellado


respecto de x0 si [x0 , x] ⊆ X, para cada x ∈ X. Se pide lo siguiente:

a) Sean α, β ∈ Ωx0 (X). Demostrar que α'β, construyendo una homotopı́a de


forma explı́cita. Concluir que X es simplemente conexo.
b) Sean f, g : Y → X dos aplicaciones continuas, donde Y es cualquier espacio
topológico. Demostrar que f l g.

4. Toda aplicación continua f : S1 → S1 admite una extensión F : D → D, donde


D es el disco unidad cerrado.

5. Sea X un espacio topológico y f, g : X → Sn aplicaciones continuas con g(x) 6=


−f (x), para cada x ∈ X. Demostrar que f l g. Deducir que:

a) si f : Sn → Sn es continua y no tiene puntos fijos, entonces f l −ISn ,


b) si f : Sn → Sn es continua y f (x) 6= −x, para cada x ∈ Sn , entonces f l ISn .

6. Demostrar que IS2n−1 l −IS2n−1 para cada n ∈ N. A partir de este hecho y del
ejercicio anterior deducir que si f : S1 → S1 es continua y nulhomótopa, entonces
existen x1 , x2 ∈ S1 tales que f (x1 ) = x1 y f (x2 ) = −x2 .

7. Para cada espacio X probar que la sección ecuatorial A = X×{0} es un retracto de


deformación de X ×[−1, 1]. Deducir el tipo de homotopı́a de la banda Rn ×[−1, 1],
el cilindro Sn × [−1, 1] y el cubo [−1, 1]n+1 . Discutir qué ocurre si sustituimos
[−1, 1] por R.

8. Encontrar un retracto de deformación de X = Sn − {N, S} y otro de X = Rn+1 −


B(0, 1), donde B(0, 1) es la bola unidad cerrada.

9. Sean x1 , x2 ∈ R2 con x1 6= x2 . Definimos A = C1 ∪C2 , donde Ci es la circunferencia


de centro xi y radio kx1 − x2 k/2. Demostrar gráficamente que A es un retracto
de deformación de R2 − {x1 , x2 }. Calcular explı́citamente la retracción cuando
x1 = (−1, 0) y x2 = (1, 0).

62
10. Sea α ∈ Ω(S1 , 1) un lazo de clase C 1 . Demostrar que:
Z 1
1
0
deg(α) = α (u), J(α(u)) du,
2π 0

donde J : R2 → R2 es el giro de ángulo π/2 dado por J(x, y) = (−y, x).

11. ¿Es cierto el teorema de Borsuk-Ulam si cambiamos S2 por el toro T = S1 × S1 ?

12. Probar que el teorema de Borsuk-Ulam es equivalente a los siguientes enunciados:

a) Si f : S2 → R2 es continua e impar, entonces existe x0 ∈ S2 tal que f (x0 ) = 0.


b) Si g1 , g2 : S2 → R son continuas e impares, existe x0 ∈ S2 tal que g1 (x0 ) =
g2 (x0 ) = 0.

13. Sea f : R → R+ una función continua . Definimos el conjunto:

Sf = {(x, y, z) ∈ R3 / x2 + y 2 = f (z)2 }.

a) Estudiar el conjunto Sf ∩ {z = z0 } con z0 ∈ R. Esbozar un dibujo de Sf .


b) Demostrar que cualesquiera dos conjuntos Sf son homeomorfos entre sı́.
c) Calcular el grupo fundamental de Sf .

14. Encontrar un retracto de deformación de R3 − L, donde L es el eje z. Obtener


Π1 (R3 − R), siendo R cualquier recta combinatorio (intenta utilizar que hay una
retracción de R2∗ en S1 ).

15. Sea S un subespacio combinatorio de dimensión k ≤ n−2 en Rn . Calcular Π1 (Rn −


S) encontrando para ello un retracto de deformación.

16. Demostrar que un abierto de R2 no puede ser homeomorfo a un abierto de Rn si


n 6= 2.

17. Demostrar que el sistema de ecuaciones:

x − arctg(x2 − y 3 ) = 5,
2 1
cos(x) + sen(xy 3 ) + ex + ey + = −3.
y

tiene al menos una solución en R2 .

18. Sea A un retracto de un disco cerrado en R2 . Demostrar que toda aplicación


continua f : A → A tiene al menos un punto fijo. Deducir que toda aplicación
continua f : X → X con X = B((−1, 0), 1) ∪ B((1, 0), 1) tiene al menos un punto
fijo.

19. Sea f : D → D un homeomorfismo. Demostrar que f conserva el interior y la


frontera de D.

20. Calcular Π1 (X) en estos casos:

a) X = S2 ∪ [N, S], donde N y S son el polo Norte y el polo Sur de S2 .

63
b) X = S2 ∪ {(x, y, 0) ∈ R3 / x2 + y 2 ≤ 1},
c) X = S2 ∪ C1 ∪ C2 , donde C1 y C2 son circunferencias tangentes a S2 en los
puntos N y S, respectivamente.
d ) X es la unión de una esfera y de un toro tangentes en un único punto.
e) X es la unión de dos toros tangentes en un único punto.

21. Calcular Π1 (X), donde X es el espacio que se obtiene al identificar los n lados de
un polı́gono regular plano siguiendo los esquemas E siguientes:

a) n = 3, E = aaa. ¿Es X contráctil?


b) n = 6, E = aa−1 ba−1 a−1 b−1 ,
c) n = 6, E = ab−1 bccc,
d ) n = 7, E = abaaab−1 a−1 . Es Π1 (X) el producto libre de dos grupos cı́clicos?
e) n = 7, E = abcb−1 a−1 cc.

22. Sea X el espacio resultante al identificar los 8 lados de un polı́gono regular plano
siguiendo el esquema acadbcb−1 d. Calcular el abelianizado del grupo fundamental
de X.

23. Sea X el espacio obtenido a partir de una corona circular plana cuando se iden-
tifican puntos antı́podas en las dos circunferencias del borde. Calcular Π1 (X).

24. Sea X el cociente de una corona circular donde el cı́rculo exterior se divide en seis
lados identificados por el esquema abca−1 a−1 c−1 y el cı́rculo exterior se divide en
tres lados identificados según el esquema ddd. Calcular su grupo fundamental.

25. Resolver de forma razonada las siguientes cuestiones:

a) Sea f : A → Y una aplicación continua con A ⊆ X y X simplemente


conexo. Supongamos que existe F : X → Y continua con F|A = f . Probar
que el homomorfismo inducido f∗ : Π1 (A, x0 ) → Π1 (Y, f (x0 )) es trivial, con
independencia de x0 ∈ A.
b) Sean f, g : X → Y aplicaciones continuas con f (x0 ) = g(x0 ) = y0 . Suponga-
mos que f ∼ g por una homotopı́a H : X × [0, 1] → Y tal que H(x0 , s) = y0 ,
para cada s ∈ [0, 1]. Demostrar que los homomorfismos inducidos f∗ y g∗ en
x0 son iguales.
c) Discutir si la bola unidad cerrada es un retracto de deformación de Rn+1 .
d ) Sea X simplemente conexo y A ⊆ X un retracto de X. ¿Es A simplemente
conexo?
e) Sea X ⊂ Rn un convexo compacto con interior no vacı́o. Dado un punto
x0 del interior de X, demostrar que la frontera Fr(X) es un retracto de
deformación de X − {x0 }.
f ) Discutir si S1 admite algún retracto de deformación A 6= S1 .
g) Sea f : S1 → S1 la aplicación dada por f (z) = z n . Calcular el homomorfismo
inducido f∗ en x0 = 1.
h) Sea X un espacio topológico y A ⊆ X. ¿Es (iA )∗ un monomorfismo? ¿Y si
A es un retracto de X?

64
i ) Supongamos que f : X → Y es continua y sobreyectiva con f (x0 ) = y0 . ¿Es
cierto que f∗ : π(X, x0 ) → Π1 (Y, y0 ) es un epimorfismo?
j ) ¿Es todo retracto de un espacio X un retracto de deformación de X?
k ) Discutir si existe algún homeomorfismo de R2 que intercambie las dos com-
ponentes conexas de R2 − S1 .

65
TEMA 2: Espacios Recubridores
Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]

En este tema vamos a tratar el concepto de espacio recubridor, una de las herramien-
tas más útiles en Topologı́a y Geometrı́a. Esta teorı́a está ı́ntimamente ligada con la del
grupo fundamental como iremos descubriendo más adelante. A nivel intuitivo, la idea
básica para construir un espacio recubridor consiste en desenrollar una cantidad finita
o infinita de veces lazos homotópicamente no triviales de un espacio base, para de esta
forma generar otro de menor complejidad topológica (a nivel de grupo fundamental).

A lo largo de este tema, todos los espacios topológicos considerados


serán conexos y localmente arcoconexos (luego arcoconexos).

10. Definición y ejemplos. Nociones básicas


Definición 10.1 Sea X un espacio topológico. Un (espacio) recubridor de X es un par
(X,
e π), donde:

X
e es un espacio topológico.

e → X es una aplicación continua y sobreyectiva.


π: X

Todo punto p ∈ X admite un entorno abierto y arcoconexo U en X tal que


e de π −1 (U ).
e → U es un homeomorfismo para toda arcocomponente U
π|Ue : U

Al abierto U se le llamará entorno fundamental o distinguido para el recubridor (X,


e π)
(alrededor de p ∈ U , luego alrededor de cualquiera otro punto de U ).

Algunos comentarios y notaciones al hilo de la Definición 10.1:


A la aplicación π la llamaremos aplicación recubridora, al espacio X base del
recubridor (X,
e π), y al espacio X
e espacio recubridor (de X vı́a π).

66
Dado p ∈ X, al conjunto π −1 (p) ⊂ X e le llamaremos fibra del punto p para el
recubridor (X,
e π). Un recubridor se dirá finito ( y la aplicación recubridora finita)
cuando la fibra π −1 (p) sea finita para todo p ∈ X. Más adelante comprobaremos
que el cardinal de π −1 (p) no depende del punto p ∈ X; ver el Corolario 11.5 y la
Definición 11.6.

La familia U := {U ⊂ X : U es entorno distinguido para (X, e π)} es una base


de la topologı́a de X. En efecto, si X ∈ X y O ⊂ X es un abierto cualquiera
conteniendo a x, consideremos un entorno distinguido U para π alrededor de x y
la arcocomponente V de x en U ∩ O. Claramente V ⊂ U y x ∈ V ⊂ U ∩ O ⊂ O.

Cada arcocoponente U e de π −1 (U ) es un subconjunto abierto de X:


e téngase en
cuenta π −1 (U ) es un abierto de Xe y que este espacio es localmente arcoconexo.
Por tanto toda aplicación recubridora es un homeomorfismo local.

π es un homeomorfismo local, luego una aplicación abierta.

El conjunto de arcocomponentes de Π−1 (U ) está en correspondencia uno a uno


con la fibra de p. En otras palabras, si U
epe representa la única arcocomponente de
−1 −1
π (U ) conteniendo a pe ∈ π (p), el conjunto
epe : pe ∈ π −1 (p)}
{U

describe unı́vocamente todas las arcocomponentes de π −1 (U ), copias homeomórfi-


cas de U , y por tanto [
π −1 (U ) = U
epe.
pe∈π −1 (p)

No todo homeomorfismo local sobreyectivo es una aplicación recubridora. Sirva como


contraejemplo ρ|]0,2[ : ]0, 2[→ S1 , donde ρ : R → S1 es la exponencial ρ(t) = e2πıt . En
este caso el punto (1, 0) ∈ S1 no admite ningún entorno distinguido. En relación a este
punto es recomendable consultar la Proposición 10.3.
Destaquemos algunos ejemplos sencillos de recubridores.
Ejercicio 10.2 Las siquientes aplicaciones son recubridoras:
La aplicación exponencial ρ : R → S1 definida en (1).

La aplicación πn : S1 → S1 , πn (z) := z n (notación compleja).

π1 × π2 : X1 × X2 → Y1 × Y2 , donde πj : Xj → Yj es recubridora, j = 1, 2.

ρ × ρ : R2 → S1 × S1 .

ρ × IdR : R2 → S1 × R.

πn × πm : S1 × S1 → S1 × S1 , m, n ∈ N.

πn × IdR : S1 × R → S1 × R, n ∈ N.

La proyección canónica π : Sn → RPn , n ∈ N.

Un homeomorfismo f : X → Y .
Es natural preguntarse bajo qué condiciones topológicas una aplicación es recubridora.
La proposición siguiente es un ejemplo de ello.

67
Proposición 10.3 Si f : Y → X es un homeomorfismo local sobreyectivo y propio
entre espacios Hausdorff localmente compactos, entonces f es una aplicación recubridora
finita.

Demostración : Sea x ∈ X y consideremos el conjunto f −1 (x). Como f es un homeo-


morfismo local el conjunto f −1 (x) es discreto. En efecto, para cada y ∈ f −1 (X) existe
un entorno V de y en Y tal que f (V ) es un entorno de x en X y f |V : V → f (V ) es un
homeomorfismo. De aquı́ que V contiene sólo una preimagen por f de x y f −1 (x) sea
discreto. Pero además f −1 (x) es compacto al ser la imagen inversa por una aplicación
propia de un compacto. Inferimos pues que f −1 (x) es finito, y escribamos:

f −1 (x) = {y1 , . . . , yn }.

Como Y es Hausdorff podemos encontrar entornos abiertos Vj de yj , j = 1, . . . , n,


disjuntos dos a dos. Salvo refinarlos podemos garantizar que, además, f |Vj : Vj → f (Vj )
es un homeomorfismo, donde f (Vj ) es un entorno abierto de x, j = 1, . . . , n. De aquı́
que ∩nj=1 f (Vj ) es un entorno abierto de x. Como X es localmente compacto y Hausdorff,
es posible encontrar un abierto W en X tal que x ∈ W , W (cierre en X) es compacto
y W ⊂ ∩nj=1 f (Vj ).
Veamos que
U := W \ f f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj )


es el entorno distinguido buscado alrededor de x.

U es abierto: Como f es propia f −1 (W ) es compacto, de donde f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj )


es igualmente
 compacto al ser un cerrado dentro de f −1 (W ). Por tanto f f −1 (W )\
(∪nj=1 Vj ) es compacto, luego cerrado en X ya que este espacio es Hausdorff. De
aquı́ que U sea abierto.

x ∈ U : Como f −1 (x) ⊂ ∪nj=1 Vj inferimos que f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj ) es disjunto de


f −1 (x). Por tanto x ∈
/ f f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj ) , y como x ∈ W finalmente x ∈ U .


f −1 (U ) consiste de n abiertos disjuntos dos a dos homeomorfos vı́a f a U : Como


 
f −1 (U ) = f −1 (W ) \ f −1 f f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj ) ⊂

⊂ f −1 (W ) \ f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj ) = ∪nj=1 Vj ,


deducimos que f −1 (U ) es la unión disjunta de los abiertos f −1 (U )∩Vi , i = 1, . . . , n,


todos ellos homeomorfos a U vı́a f ya que f |Vi : Vi → f (Vi ) es un homeomorfismo
y U ⊂ ∩nj=1 f (Vj ) ⊂ f (Vi ) para todo i = 1, . . . , n.

Corolario 10.4 Supongamos que X e Y son espacios Hausdorff, Y compacto. Todo


homeomorfismo local f : Y → X una aplicación recubridora.

Demostración : Como f es un homeomorfismo local es una aplicación abierta. También


es cerrada por ir de un compacto en un Hausdorff. Por tanto f es sobreyectiva. En par-
ticular X es compacto al ser la imagen continua de un compacto. Como todo compacto
Hausdorff es localmente compacto, el resultado se sigue de la Proposición 10.3.

68
Otra cuestión de interés es saber si la composición de aplicaciones recubridoras es
una aplicación recubridora. Existen contraejemplos que demuestran la falsedad de esa
afirmación en general. Pero hay una situación muy particular en la que es cierta.
Proposición 10.5 Sean π1 : Y → Z y π2 : Z → X aplicaciones recubridoras. Si π2 es
finita entonces π2 ◦ π1 : Y → X es recubridora.
Demostración : Sea x ∈ X un punto arbitrario, y consideremos un entorno distinguido
U en X para π2 alrededor de x. Llamemos π2−1 (x) = {z1 , . . . , zn } (téngase en cuanta
que π2 es finito) y escribamos
π2−1 (U ) = ∪nj=1 Vj ,
donde π2 |Vj : Vj → U es un homeomorfismo, j = 1, . . . , n.
Consideremos un entorno distinguido Wj en Z alrededor de zj para el recubridor
π1 , j = 1, . . . , n. Obsérvese que la arcocomponente U0 de ∩nj=1 π2 (Wj ∩ Vj ) conteniendo
a x es un entorno distinguido para π2 . Para ello téngase en cuenta que
U0 ⊂ ∩nj=1 π2 (Wj ∩ Vj ) ⊂ U
y recuérdese que U era un entorno distinguido para π2 . Por tanto, si Uj := Vj ∩ π2−1 (U0 ),
j = 1, . . . , n, entonces
π2−1 (U0 ) = ∪nj=1 Uj con π2 |Uj : Uj → U0 un homeomorfismo, j = 1, . . . , n.
Por otra parte, al ser Uj = Vj ∩ π2−1 (U0 ) = (π2 |Vj )−1 (U0 ) ⊂ Wj ∩ Vj ⊂ Wj para cada j,
es claro que
π1−1 (Uj ) = ∪p∈π1−1 (zj ) Uj,p , con π1 |Uj,p : Uj,p → Uj homeomorfismo, p ∈ π1−1 (zj ),
j = 1, . . . , n.
Como conclusión,
(π2 ◦ π1 )−1 (U0 ) = π1−1 π2−1 (U0 ) = π1−1 ∪nj=1 Uj ) =
 

= ∪nj=1 π1−1 (Uj ) = ∪nj=1 ∪p∈Π−1



1 (z j ) Uj,p ,
con (π2 ◦π1 )|Uj,p = (π2 |Uj )◦(π1 |Uj,p ) : Uj,p → U0 un homeomorfismo para todo p ∈ π1−1 (zj )
y j = 1, . . . , n. Esto prueba que U0 es un entorno distinguido para π2 ◦ π1 alrededor de
x y concluye la proposición.
Uno de los instrumentos más útiles para la construcción de recubrimientos son las
acciones de grupos de homeomorfismos sobre un espacio, que determinan de forma
natural cocientes topológicos llamados espacios de órbitas. Precisemos el lenguaje.
Dado un espacio topológico X, denotaremos por
Hom(X) := {f : X → X homeomorfismo}
al grupo (con la composición) de los homeomorfismos de X
Definición 10.6 Sea X un espacio topológico, y sea G ⊂ Hom(X) un subgrupo. Con-
sideremos la acción canónica de G sobre X:
µ : G × X → X, µ(g, x) := g(x).
Es habitual escribir g · x en vez de µ(g, x) para todo g ∈ G y x ∈ X. La relación binaria
en X
x ∼ q ⇐⇒ ∃g ∈ G tal que g · x = y
es de equivalencia. El espacio topológico cociente X/∼ se denotará por X/G y será
referido como el espacio de órbitas asociado a la acción µ inducida por G.

69
Definición 10.7 Sea X un espacio topológico, y sea G ⊂ Hom(X) un subgrupo.
El subgrupo G se dirá que actúa de forma propia y discontı́nua sobre X (y la acción
µ : G × X → X inducida se dirá propia y discontinua) si para todo x ∈ X existe un
entorno abierto U de x en X tal que (g · U ) ∩ U = ∅ para todo g ∈ G \ {IdX } (aquı́ g · U
denota el conjunto g(U )). Al entorno U se le llamará entorno distinguido (alrededor de
x) para la acción.

La conexión con la teorı́a de recubridores la da el siguiente teorema.


Teorema 10.8 Sea X un espacio topológico, y sea G ⊂ Hom(X) un subgrupo actuando
de forma propia y discontinua sobre X.
Entonces la proyección al espacio de órbitas π : X → X/G es recubridora.

Demostración : Para cada x ∈ X denotemos por G · x = {g · x : g ∈ G} a la órbita de


x. La continuidad y sobreyectividad de π : X → X/G, π(x) := G · x, es bien conocida.
También es obvio que π es abierta, obsérvese que si O ⊂ X es un subconjunto abierto
entonces π −1 (π(O)) = ∪g∈G g · O es abierto por ser unión de abiertos. Por la definición
de la topologı́a cociente se sigue que π(O) es abierto.
Sea G · x ∈ X/G una órbita arbitraria. Consideremos el único entorno abierto U de
x ∈ X tal que (g · U ) ∩ U = ∅ para todo g ∈ G \ {IdX }. Comprobemos que π(U ) es un
entorno distinguido de G · x para π.
Como π(U ) es un abierto conteniendo a G · x y π −1 (π(U )) = ∪g∈G g · U , siendo esta
unión disjunta (téngase en cuenta que U es un entorno distinguido para la acción de G
sobre X), es suficiente con garantizar que la aplicación:
π|g·U : g · U → π(U )
es un homeomorfismo para todo g ∈ G.
En efecto, esta aplicación es continua y abierta ya que es la restricción de la aplica-
ción continua y abierta π al abierto g · U de X. Bastará con demostrar que es biyectiva.
En efecto, si x, y ∈ U son tales que π(g · x) = G · (g · x) = G · (g · y) = π(g · y)
entonces existe h ∈ G tal que h · (g · x) = g · y, esto es, tal que (g −1 ◦ h ◦ g) · x = y.
Esto implicarı́a que U 3 y ∈ (g −1 ◦ h ◦ g) · U . Al ser U un entorno distinguido para
la acción µ, deducirı́amos que g −1 ◦ h ◦ g = IdX , esto es, h ◦ g = g. De la identidad
(h ◦ g)(x) = g(y) se conluye que x = y y la biyectividad de π|g·U : g · U → π(U ).

Obsérvese que los entornos distinguidos para la aplicación recubridora π : X → X/G


coinciden con los distinguidos para la acción propia y discontinua inducida por G.
Ejercicio 10.9 Ejemplos de acciones propias y discontinuas:
Si denotamos por τ : R → R, τt (r) = r +1, el grupo de traslaciones G := {τ n : n ∈
Z} actúa de forma propia y discontinua sobre R.
En este caso el espacio de órbitas R/G ∼
= S1 .
Si denotamos por θ : R2 → R2 , θ(x, y) = (x + 1, y), el grupo de traslaciones
G := {θn : n ∈ Z} actúa de forma propia y discontinua sobre R2 .
En este caso el espacio de órbitas R2 /G ∼
= S1 × R.
Si denotamos por θ0 : R2 → R2 , θ0 (x, y) = (x + 1/2, −y), el grupo de traslaciones
G := {θ0n : n ∈ Z} actúa de forma propia y discontinua sobre R2 .
En este caso el espacio de órbitas R2 /G es conocido como la cinta de Möbius
infinita.

70
Si denotamos por τm,n : R2 → R2 , τm,n (x, y) = (x + m, y + n), el grupo de trasla-
ciones G := {τm,n : m, n ∈ Z} actúa de forma propia y discontinua sobre R2 .
En este caso el espacio de órbitas R2 /G ∼
= S1 × S1 (el toro).
Si denotamos por θm,n : R2 → R2 , θm,n (x, y) = (x + n, (−1)n y + m) el grupo de
traslaciones G := {θm,n : m, n ∈ Z} actúa de forma propia y discontinua sobre
R2 .
En este caso el espacio de órbitas R2 /G es conocido como la botella de Klein.
Proposición 10.10 Si X es un espacio topológico Hausdorff y G es un grupo finito
de homomorfismos de X sin puntos fijos (esto es, tal que φ(x) 6= x para todo x ∈ X y
φ ∈ G \ {IdX }), entonces G actúa de forma propia y discontinua sobre X.
Demostración : Escribamos G = {φ1 = IdX , φ2 , . . . , φk }, elijamos x1 ∈ X y denotemos
xj = φj (x1 ) para cada j = 1, . . . , k. De nuestras hipótesis xi 6= xj , i 6= j. Como X
es Hausdorff podemos tomar Uj entorno abierto de xj , j = 1, . . . , k, de forma que
Uj ∩ Ui = ∅, i 6= j. Finalmente definamos U = ∩kj=1 φ−1 j (Uj ). Por construcción U es un
abierto que contiene a x1 y satisface U ∩ φj (U ) ⊂ U ∩ Uj = ∅ para todo j > 1, esto es,
U es un entorno distinguido para la acción de G sobre X.

11. Levantamiento de aplicaciones al recubridor


La teorı́a de recubridores se apoya de forma esencial sobre la noción de grupo fun-
damental. El ingrediente técnico para comprender ese hecho son las propiedades de
levantamiento de aplicaciones, en especial las de arcos y homotopı́as, que vamos a estu-
diar a continuación. Comenzaremos con la siguiente proposición, que expresa una idea
recurrente en la teorı́a de recubridores: fijada una condición inicial, los levantamientos
de aplicaciones a un recubridor de existir son únicos.
Proposición 11.1 Sea (X, e π) un recubridor de X, sea Y un espacio topológico conexo
y sean f1 ,f2 : Y → Xe dos aplicaciones continuas satisfaciendo π ◦ f1 = π ◦ f2 .
Si A := {y ∈ Y : f1 (y) = f2 (y)} =
6 ∅ entonces f1 = f2 .
Demostración : Por la conexión de Y bastará con ver que A es abierto y cerrado en Y .
Comprobemos que A es abierto. Sea y0 ∈ A y consideremos un entorno distinguido
U en X alrededor de x0 := π(f1 (y0 )) = π(f2 (y0 )). Llamemos U e a la arcocomponente de
e0 := f1 (y) = f2 (y) ∈ π −1 (x0 ). Como fj es continua, Vj := fj−1 (U
π −1 (U ) conteniendo a x e)
es un abierto en Y conteniendo a y0 , j = 1, 2. Llamemos V := V1 ∩ V2 , también abierto
en Y conteniendo a y0 . Claramente fj (V ) ⊂ U e , j = 1, 2, y

(π|Ue ) ◦ (f1 |V ) = (π ◦ f1 )|V = (π ◦ f2 )|V = (π|Ue ) ◦ (f2 |V ).


Como π|Ue : U e → U es un homeomorfismo, f1 |V = f2 |V y V ⊂ A. Esto prueba que y0 es
interior a A, y por tanto que A es abierto en Y .
Para acabar veamos que A es cerrado, esto es, que Y \ A es abierto. Sea y0 ∈ Y \ A y
consideremos un entorno distinguido U en X alrededor de x0 := π(f1 (y0 )) = π(f2 (y0 )).
Como x e1 := f1 (y) 6= xe2 := f2 (y) ∈ π −1 (x0 ), las arcocomponentes U e2 de π −1 (U ) tales
e1 , U
ej ∈ U
que x ej , j = 1, 2, son distintas (luego disjuntas). Como fj es continua, Vj := f −1 (U ej )
j
es un abierto en Y conteniendo a y0 , j = 1, 2. Llamemos V := V1 ∩V2 , también abierto en
Y conteniendo a y0 . Claramente fj (V ) ⊂ U e1 ∩ U
ej , j = 1, 2, y como U e2 = ∅, f1 (y) 6= f2 (y)
para todo y ∈ V . Por tanto V ⊂ Y \ A e y0 es interior a Y \ A. De aquı́ que Y \ A sea
abierto, o equivalentemente, A es cerrado.

71
El siguiente lema de existencia de levantamientos será fundamental para lo que sigue,
como veremos más adelante. Es una generalización del ya probado en el Tema 1 para
el recubridor (R, ρ) de S1 , ver Lema 6.1.

Lema 11.2 Sea (X, e π) un recubridor de X, y sean x0 ∈ X y x e0 ∈ π −1 (x0 ). Dada


H : [0,1]2 → X continua con H(0, 0) = x0 , existe una única aplicación H
e : [0,1]2 → X
e
continua tal que π ◦ H
e = H y H(0,
e 0) = x e0 .

Demostración : La unicidad de He es evidente de la Proposición 11.1. Probemos la


existencia de H.
e
Para cada x ∈ X consideremos un entorno (abierto) distinguido Ux ⊂ X para el
recubridor (X,
e π). Construyamos el recubrimiento por abiertos de X dado por

U = Ux : x ∈ X .

Como C = [0, 1]2 es un espacio métrico compacto (con la distancia euclidiana in-
ducida), existe el número de Lebesgue  > 0 para el recubrimiento abierto H −1 (U) :=
{H −1 (Ux ) : x ∈ X} de C. Esto significa que cualquier subconjunto A ⊂ C con diámetro
euclidiano <  satisface A ⊂ H −1 (Ux ) para algún x ∈ X. De aquı́ que podamos elegir
una partición 0 = t1 < . . . < tk < tk+1 = 1 de [0, 1] tal que

H([ti , ti+1 ] × [th , th+1 ]) ⊂ Uj,h para algún Ui,h ∈ U, i, h = 1, . . . , k (5)

Bastará con garantizar que |tj+1 − tj | < √2 .


Ordenemos C1 , . . . , CN la familia de N = k 2 cuadrados {[ti , ti+1 ] × [th , th+1 ] : i, h =
1, . . . , k} de acuerdo al siguiente criterio:
C1 = [t1 , t2 ] × [t1 , t2 ].

Kj := ∪i≤j Ci es conexo, j = 1, . . . , N .

Lj := Kj ∩ Cj+1 es arcoconexo y consiste en uno o dos lados borde comunes a las


regiones poliédricas Kj y Cj+1 .

La construcción de H
e se hará por un procedimiento inductivo. Llamemos

Hj = H|Kj : Kj → X, j = 1, . . . , N.

Sabemos que H1 (C1 ) ⊂ U1 para algún U1 ∈ U, y sea V1 la arcocomponente de π −1 (U1 ) ⊂


X
e conteniendo a xe0 . Recordemos que π|V1 : V1 → U1 es un homeomorfismo que aplica
e0 ∈ V1 en x0 ∈ X. La aplicación
x
e 1 := (π|V1 )−1 ◦ H1 : K1 ≡ C1 → X
H e

es obviamente continua y satisface π ◦ H e 1 = H1 y H


e 1 (0, 0) = x0 .
Supongamos construida H e j : Kj → X e continua tal que π ◦ H e j = Hj y H e j (0, 0) = x
e0 ,
1 ≤ j < N.
Procedamos a cerrar el proceso inductivo construyendo una aplicación continua
He j+1 : Kj+1 → X
e satisfaciendo π ◦ H e j+1 = Hj+1 y He j+1 (0, 0) = x e0 . En efecto, primero
observemos que Hj+1 (Cj+1 ) = H(Cj+1 ) ⊂ Uj+1 para algún Uj+1 ∈ U; ver la ecuación
(5). Como Hj (Lj ) es arcoconexo y

e j (Lj )) = Hj (Lj ) ⊂ Hj+1 (Cj+1 ) ⊂ Uj+1 ,


π(H

72
existe una arcocomponente Vj+1 de π −1 (Uj+1 ) ⊂ X e conteniendo a H
e j (Lj ) tal que
π|Vj+1 : Vj+1 → Uj+1 un homeomorfismo. La aplicación

H
ej sobre Kj
H
e j+1 :=
−1
(π|Vj+1 ) ◦ (Hj+1 |Cj+1 ) sobre Cj+1

está bien definida, es continua, y satisface π ◦ H


e j+1 = Hj+1 y H
e j+1 (0, 0) = x
e0 , cerrando
la inducción.
Para acabar la prueba del Lema basta con elegir H e =H eN .

Como consecuencia tenemos la siguiente propiedad de levantamiento de arco.


Corolario 11.3 (Propiedad del levantamiento de arco) Sea (X, e π) un recubridor
−1
de X, tomemos x0 ∈ X y x e0 ∈ π (x0 ), y consideremos un arco α : [0,1] → X con
e : [0,1] → X
α(0) = x0 . Entonces existe un único arco α e tal que π ◦ α
e=αyα e(0) = xe0 .
Aα e le llamaremos el levantamiento de α vı́a π con condición inicial α
e(0) = x
e.

Demostración :
La unicidad es obvia de la Proposición 11.1.
Procedamos a probar la existencia de α
e. Para ello basta con definir

H : [0, 1]2 → X, H(t, s) := α(t),

que claramente satisface las hipótesis del Lema 11.2, y considerar la aplicación H
e dada
e : [0,1] → X,
en él. Obviamente el arco α e αe(t) := H(t,
e 0), resuelve el corolario.

Definición 11.4 Dado un recubridor (X, e π) de X, un arco α : [0,1] → X con punto


−1
e ∈ π (x), denotaremos por α
inicial x := α(0) y un punto x exe : [0,1] → X e al único levan-
tamiento de α vı́a π con condición inicial x
e. Cuando sea preciso enfatizar la aplicación
recubridora con la que se ejecuta el levantamiento escribiremos α exπe .

Ahora estamos en condiciones de demostrar que el cardinal de la fibra de un punto


no depende del punto elegido en la base del recubridor.
Corolario 11.5 Sea (X,e π) un recubridor de X, x, y ∈ X y α : [0, 1] → X cualquier
arco con α(0) = x y α(1) = y. Consideremos la aplicación

ηα : π −1 (x) → π −1 (y), ηα (e
x) := α
exe(1).

Entonces ηα es biyectiva, y en particular π −1 (x) y π −1 (y) tienen el mismo cardinal.

73
Demostración : Dados arcos β : [0, 1] → X y βe : [0, 1] → X
e con π ◦ βe = β, la unicidad
del levantamiento en el Lema 11.3 implica que

βe = β
e .
β(1)
e

Por tanto, la aplicación


ηα : π −1 (y) → π −1 (x)
es la inversa de ηα .

El hecho de que el cardinal de π −1 (x) no dependa del punto x ∈ X motiva la siguiente


definición.
Definición 11.6 (Número de hojas de un recubridor) Dado un recubridor (X, e π)
de un espacio topológico X, llamaremos número de hojas del recubridor al cardinal de
π −1 (x), donde x es un punto arbitrario de X.
Al igual que la propiedad del levantamiento de arcos motivó el concepto de número
de hojas de un recubridor, la del levantamiento de homotopı́as nos ayudará a com-
prender la interacción entre el grupo fundamental de un recubridor y el de su espacio
base.
Corolario 11.7 (Propiedad del levantamiento de homotopı́as) Sea (X, e π) un re-
−1
cubridor de X, y sean x0 ∈ X y x
e0 ∈ π (x0 ). Sean α y β arcos en X con α(0) = β(0) =
x0 y α(1) = β(1). Supongamos que existe una homotopı́a H de α en β (con extremos
fijos). Entonces:
Los arcos α
exe0 y βexe0 dados en el Corolario 11.3 tienen los mismos extremos.

La aplicación H
e dada en el Lema 11.2 es una homotopı́a de α
e en βe (con extremos
fijos).

Demostración : Consideremos la aplicación H


e dada en el Lema 11.2 y los levantamientos
αexe0 y βexe0 dados en el Corolario 11.3. Por la unicidad del Corolario 11.3, α exe0 = H(·,
e 0).
Como H(0, e ·) : [0, 1] → Xe es un arco con punto inicial 0 que se proyecta en el arco
constante x0 en X, por la unicidad del levantamiento de arcos concluimos que H(0, e ·)
es el arco constante xe0 en X. e Por tanto, la unicidad del Corolario 11.3 garantiza que
βexe0 = H(·,
e 1). Finalmente, como H(1, e ·) : [0, 1] → X e es un arco que se proyecta en α(1) ,
la unicidad del levantamiento de arcos implica que H(1, e ·) = αe(1) en X. e Uniendo toda
esa información concluimos que H e es una homotopı́a de α exe0 en βexe0 con extremos fijos.

74
El último corolario expresa que arcos homotópicos en X se levantan a arcos homotópi-
cos en X e por la aplicación recubridora π. Este enunciado es la clave del Teorema de
Monodromı́a, un resultado central para la teorı́a, que refleja el hecho de que el grupo
fundamental del espacio recubridor se inyecta a través del homomorfismo inducido por
la aplicación recubridora en el grupo fundamental del espacio base, siendo el subgrupo
imagen único salvo conjugación.
Corolario 11.8 (Teorema de Monodromı́a) Si (X, e π) un recubridor de X, x ∈ X
−1
e ∈ π (x), entonces π∗ : Π1 (X,
yx e xe) → Π1 (X, x) es un monomorfismo de grupos.

Demostración : Sea xe ∈ π −1 (x) y α


e un lazo en X
e con base x α]) = [π ◦ α
e. Si π∗ ([e e] = [x ],
esto es, si π ◦ αe'x , entonces por el Corolario 11.7 inferimos que α e'xe. Esto implica
que [e
α] = [xe], y por tanto que π∗ no tiene núcleo.

Corolario 11.9 Sea (X, e π) un recubridor de X y sea x ∈ X. Sean x e2 ∈ π −1 (x) y


e1 , x
e : [0, 1] → X
α e es un arco con α
e(0) = xe1 y α
e(1) = x
e2 . Entonces

e2 ) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
 
π∗ Π1 (X,
e x e x
e1 ) ? [α],

donde α es el lazo π ◦ α
e (con base x). Como consecuencia

e ∈ π −1 (x)

π∗ (Π1 (X,
e xe)) : x

es una clase de conjugación de subgrupos en Π1 (X, x); ver Definición 1.6.

Demostración : Por la Proposicion 4.11 la aplicación

Uαe : Π1 (X,
e x1 ) → Π1 (X,
e x2 ), Uαe ([β]) α]−1 ? [β]
e := [e e ? [e
α]

es un isomorfismo de grupos. Por tanto

α]−1 ? Π1 (X, α] = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,


  
π∗ Π1 (X, e x
e2 ) = π∗ [e e xe1 ) ? [e e xe1 ) ? [α].
 
De aquı́ que π∗ Π1 (X, e xe2 ) y π∗ Π1 (X, e xe1 ) sean subgrupos conjugados de Π1 (X, x)
para todo xe1 , xe2 ∈ π −1 (x). Por último, si [α] ∈ Π1 (X, x) es una clase de  homotopı́a ar-
−1
bitraria, hemos probado que el subgrupo conjugado [α] π∗ Π1 (X, x e e1 ) [α] coincide con
−1
 
π∗ Π1 (X, α
e exe1 (1)) . Por tanto π∗ (Π1 (X, xe e ∈ π (x) es una clase de conjugación
e)) : x
de subgrupos en Π1 (X, x) como querı́amos demostrar.

Como consecuencia de este corolario tiene sentido la siguiente


Definición 11.10 Denotemos por Rec(X) el conjunto de todos los recubridores de X,
esto es,
Rec(X) := {(X,
e π) : (X,
e π) es recubridor de X}.
Fijemos x ∈ X y consideremos el conjunto Sc (Π1 (X, x)) de las clases de conjugación
de subgrupos de Π1 (X, x); ver Definición 1.6. Definiremos:

e ∈ π −1 (x) .

∆x : Rec(X) → Sc (Π1 (X, x)), ∆x (X, e π) := π∗ (Π1 (X,
e x
e)) : x

Ahora estamos en condiciones de enunciar el teorema más general de existencia y


unicidad de levantamientos de aplicaciones a un espacio recubridor, que contendrá como
casos particulares a todos los hasta ahora vistos.

75
Teorema 11.11 (Levantamiento de aplicaciones) Sea π : X e → X una aplicación
recubridora, sea f : Y → X una aplicación continua, y sean y0 ∈ Y , x0 := f (y0 ) ∈ X y
e0 ∈ π −1 (x0 ). Los siguientes enunciados son equivalentes:
x

(a) Existe fe: Y → X e continua tal que π ◦ fe = f y fe(y0 ) = x


e0 (la unicidad de una tal
f está garantizada por la Propocición 11.1 toda vez que todos nuestros espacios se
e
suponen siempre conexos y localmente arcoconexos).
 
(b) f∗ Π1 (Y, y0 ) ⊂ π∗ Π1 (X,
e x
e0 ) .

Demostración : La implicación (a) =⇒ (b) es consecuencia inmediata de la identidad


π◦f = f y las propiedades de funtorialidad de los morfismos entre grupos fundamentales
e
inducidos por aplicaciones continuas; ver Proposición 4.13.
Probemos que (b) =⇒ (a).
Definamos fe: Y → X e de la siguiente forma:
Por la arcoconexión de Y (ya que es conexo y localmente arcoconexo), para cada
y ∈ Y existe un arco γy : [0, 1] → Y con γy (0) = y0 y γy (1) = y. Consideremos el
arco f ◦ γy : [0, 1] → X, obviamente con (f ◦ γy )(0) = x0 y (f ◦ γy )(1) = f (y), y su
levantamiento (f ^ ◦ γy )xe0 : [0, 1] → X
e a X.
e Por definición,

◦ γy (1).
fe(y) := f^

Naturalmente esta definción plantea algunos problemas. El más inmediato es comprobar


que fe(y) no depende del arco γy utilizado. Para ello consideremos cualquiera otro arco
βy : [0, 1] → Y con βy (0) = y0 y βy (1) = y y comprobemos que

(f^
◦ γy )xe0 (1) = (f^
◦ βy )xe0 (1).

En efecto, γy ? βy es un lazo en Y con base el punto y0 , y su clase de homotopı́a


[γy ? βy ] ∈ Π1 (Y, y0 ). Por tanto f ◦ (γy ? βy ) = (f ◦ γy ) ? (f ◦ βy ) es un lazo en X con
base x0 y
 
[f ◦ (γy ? βy )] = f∗ ([(γy ? βy ]) = [(f ◦ γy ) ? (f ◦ βy )] ∈ f∗ Π1 (Y, y0 ) ⊆ π∗ Π1 (X,
e xe0 ) ,

donde para la última inclusión hemos tenido en cuenta nuestras hipótesis.


Del Corolario 11.7 deducimos que
∼
(f ◦ γy ) ? (f ◦ βy ) x
e0

ha de ser un lazo con base x e0 . Por la unicidad del levantamiento de arcos (ver Coro-
lario 11.3), esto fuerza a que (f^ ◦ γy )xe0 y (f^
◦ βy )xe0 tengan los mismos extremos, y en
particular (f^ ◦ γy ) (1) = (f^
x
e0 ◦ βy ) (1) como querı́amos ver.
x
e0
e está bien definida. Es claro que fe(y0 ) = (f^
Ası́ pues fe: Y → X ◦ y0 )xe0 (1) = xe0 (1) =
x
e0 , por lo que para acabar resta probar que f es continua.
e
En efecto, tomemos y ∈ Y y comprobemos la continuidad de fe en y. Consideremos
un entorno arbitrario W f alrededor de fe(y) en X, e y comprobemos que fe−1 (W f ) es un
entorno de y en Y . Como π es una aplicación recubridora, siempre podremos encontrar
un abierto arcoconexo U e⊂W f tal que

fe(y) ⊂ U
e y

76
e → U := π(U
π|Ue : U e ) es un homeomorfismo.

Al ser f : Y → X continua en y y U es un entorno de f (y), f −1 (U ) es un entorno


de y. En consecuencia existe un abierto arcoconexo V ⊂ Y conteniendo a y tal que
V ⊂ f −1 (U ).
Para concluir bastará con probar que
V ⊂ fe−1 (W ), o equivalentemente, fe(V ) ⊂ W
f.

Para ello consideramos z ∈ V , un arco γ : [0, 1] → V con γ(0) = y, γ(1) = z, y un arco


γ0 : [0, 1] → Y con γ0 (0) = y0 , γ0 (1) = y. Por definición
∼  
fe(z) = (f ◦ γ0 ) ? (f ◦ γ) xe0 (1) = (f^ ^
◦ γ0 )xe0 ? (f ^
◦ γ)fe(y) (1) = (f ◦ γ)fe(y) (1).

Como la traza de f ◦ γ está contenida en f (V ) ⊂ U , la unicidad del levantamiento


con condición inicial fe(y) nos dice que
^
(f ◦ γ)fe(y) = (π|Ue )−1 ◦ (f ◦ γ),

ya que (π|Ue )−1 ◦(f ◦γ) es un levantamiento de f ◦γ con condición inicial (π|Ue )−1 f (γ(1)) =


(π|Ue )−1 f (y) = fe(y). Esto nos permite concluir que




fe(z) = (π|Ue )−1 f (γ(1)) = (π|Ue )−1 f (z) ∈ U


 
e.

Como esto es válido para todo z ∈ V , fe(V ) ⊂ U


e⊂W
f como querı́amos demostrar.

Corolario 11.12 Sea (Y, π) un recubridor de X, sea A ⊂ X un subespacio topológi-


co arcoconexo y denotemos por i : A → X a la aplicación inclusión. Supongamos que
i∗ (Π1 (A, x)) ⊂ π∗ (Π1 (Y, y)) para algunos x ∈ A e y ∈ π −1 (x).
Entonces π|Ae : Ae → A es un homeomorfismo, donde A e es la arcocomponente de
−1
π (A) que contiene a y.

Demostración : Llamemos i : A → X a la aplicación inclusión. Por el Teorema 11.11


existe una única aplicación continua ei : A → Y tal que π ◦ei = i e ei(x) = y. Si denotamos
Ae = ei(A) e igualmente ei : A → A e a la restricción al codominio de ei, inferimos que
ei : A → A e y π| e : A e → A son biyectivas: téngase en cuenta que (π| e) ◦ ei = IdA . La
A A
Proposición 2.11-(d) implica que π|Ae es una identificación, luego un homeomorfismo.
Esto también implica que ei : A → A e es un homeomorfismo (o de forma global, que
ei : A → Y es un embebimiento topológico).
Para acabar bastará con ver que A e (obviamente un arcoconexo conteniendo a y) es
la arcocomponente de π (A) que contiene a y. En efecto, sea z ∈ π −1 (A) un punto tal
−1

que existe αe : [0, 1] → π −1 (A) con α


e(0) = y y α e(1) = z. El arco α := π ◦ α
e en X une los
−1
puntos α(0) = x y α(1) = π(z) ∈ π(π (A)) = A, y i ◦ α es el levantamiento de α vı́a
e
π con condición inicial y, esto es, ei ◦ α = αey . Por unicidad del levantamiento inferimos
que i ◦ α = α
e e, y que en particular z = α e(1) = ei(α(1)) ∈ ei(A) = A.
e

El Teorema 11.11 tiene una interesante aplicación a la teorı́a de Grupos Topológicos.


Proposición 11.13 Sea (G, ·) un grupo topológico con elemento neutro e ∈ G, sea
π: Ge → G una aplicación recubridora y elijamos ẽ ∈ π −1 (e). Entonces G
e admite una
estructura de grupo topológico con elementro neutro ẽ que convierte a π en un homo-
morfismo de grupos.

77
Demostración : Por ser (G, ·) un grupo topológico, las aplicaciones

µ : G × G → G, µ(g, h) = g · h, y λ : G → G, λ(g) = g −1 ,

son continuas. Consideremos


e×G
µ̂ : G e → G, µ̂(e
g, e g ) · π(e
h) = π(e h), e → G,
y λ̂ : G λ̂(e g )−1 .
g ) = π(e

Es claro que µ̂ = µ ◦ (π × π) y λ̂ = λ ◦ π. Por tanto µ̂ y λ̂ son continuas.


Teniendo en cuenta los isomorfismos naturales

Π1 (G e (ẽ, ẽ)) ∼
e × G, e ẽ) × Π1 (G,
= Π1 (G, e ẽ), Π1 (G × G, (e, e)) ∼
= Π1 (G, e) × Π1 (G, e),

es claro que
  
e × G,
µ̂∗ Π1 G e (ẽ, ẽ) = µ∗ (π × π)∗ (Π1 G
e × G,
e (ẽ, ẽ) ) =
 
µ∗ (π∗ × π∗ ) Π1 (G,
e ẽ) × Π1 (G,
e ẽ) =
   
= µ∗ π∗ Π1 (G, e ẽ) = {[α · β] : [α], [β] ∈ π∗ Π1 (G,
e ẽ) , π∗ Π1 (G, e ẽ) }.

Al ser (G, ·) un grupo topológico, α · β'α ? β para cualesquiera lazos α y β basados


en e ∈ G, y por tanto [α · β] = [α ? β] (ver la prueba del Teorema 5.4). Finalmente
deducimos que
   
µ̂∗ Π1 G × G, (ẽ, ẽ) = {[α ? β] : [α], [β] ∈ π∗ Π1 (G,
e e e ẽ) } = π∗ Π1 (G,
e ẽ) ,


donde para la última igualdad se ha tenido en cuenta que π∗ Π1 (G,
e ẽ) es un subgrupo
de Π1 (G, e).
Análogamente se probarı́a que
  
λ̂∗ Π1 G,
e ẽ = π∗ Π1 (G,e ẽ) .

Como µ̂(ẽ, ẽ) = e y λ̂(ẽ) = e, el Teorema 11.11 proporciona aplicaciones continuas

µ e×G
e: G e→G
e tal que π ◦ µ
e = µ̂ y µ
e(e
e, ee) = ee, y

λ e→G
e: G e tal que π ◦ λ
e = λ̂ y λ(e
e e) = ee.

Denotemos por p1 : G e×G e→G e×G


e y p2 : G e→G e a la primera y segunda proyec-
ciones, respectivamente.
De la unicidad en el Teorema 11.11 es fácil comprobar que:
e → G
Si cẽ : G e representa la aplicación constante ẽ, µ e ◦ (IdGe × cẽ ) = p1 y µ
e◦
(cẽ × IdGe ) = p2 , esto es, µe(e e(ẽ, ge) = ge para todo ge ∈ G. En efecto,
g , ẽ) = µ e
estas aplicaciones aplican ẽ 7→ ẽ y satisfacen π ◦ µ e ◦ (IdGe × cẽ ) = π ◦ p1 ,
π◦ µ e ◦ (cẽ × IdGe ) = π ◦ p2 .
e×G
Si ĉẽ : G e→G e representa la aplicación constante ẽ, µ e ◦ (IdGe × λ)
e =µ e ◦ (λe×
IdGe ) = ĉẽ , esto es, µ
e(e
g , λ(e
e g )) = µ e g ), ge) = ẽ para todo ge ∈ G.
e(λ(e e En efecto, estas
 
aplicaciones aplican ẽ 7→ ẽ y satisfacen π ◦ µ e ◦ (IdGe × λ)
e =π µ e × Id e ) =
e ◦ (λ G
ĉe = π ◦ ĉẽ , donde ce : G
e×G e → G denota la aplicación constante e.

78
 
µ
e ge1 , µ
e(e
g2 , ge3 ) = µ e µ e(eg1 , ge2 ), ge3 para cualesquiera ge1 , ge2 , ge3 ∈ G. e En efecto, la

aplicación f1 : G e3 → G, e f1 (e g1 , ge2 , ge3 ) := µ e µe(e
g1 , ge2 ), ge3 , es continua y satisface

(π ◦ f1 )(eg1 , ge2 , ge3 ) = π(e g1 ) · π(e g2 ) · π(e g3 ), y análogamente la aplicación f2 : G e3 →

G,
e f2 (e g1 , ge2 , ge3 ) := µ  ge1 , µ
e e(e g2 , ge3 ) , es continua y satisface (π ◦ f2 )(e g1 , ge2 , ge3 ) =
g1 ) · π(e
π(e g2 ) · π(e g3 ) . Como f1 (ẽ, ẽ, ẽ) = f2 (ẽ, ẽ, ẽ) = ẽ se concluye que f1 = f2 .
Por lo anterior se deduce que µe es una ley de composición interna en G e que lo dota
de estructura de grupo algebráico, siendo ẽ su elemento neutro y λ la aplicación que
e
lleva cada elemento a su inverso en el grupo. Además la identidad π ◦ µ
e = µ̂ convierte
a π: Ge → G en un homomorfismo de grupos. Esto concluye la prueba.

12. La acción del grupo fundamental sobre la fibra


Vamos a comprobar que la fibra de un punto en un recubridor puede interpretarse
como un cociente de grupos, y en ese sentido, naturalmente identificable con un espacio
homogéneo. Expiquemos los detalles.
e π) un espacio recubridor de X, y fijemos x ∈ X. La aplicación
Teorema 12.1 Sea (X,
· : π −1 (x) × Π1 (X, x) → π −1 (x), y · [α] := α
ey (1)
es una acción transitiva por la derecha del grupo Π1 (X, x) sobre la fibra π −1 (x) de x.
Además, para cada y ∈ π −1 (x) el subgrupo de isotropı́a asociado a la acción en
el punto y, que se define por Hy := {[α] ∈ Π1 (X, x) : y · [α] = y}, coincide con

π∗ (Π1 X,
e y) .

Demostración : Lo primero que hemos de observar es que la acción está bien definida,
esto es, que si β ∈ [α] entonces βey (1) = α ey (1). Esto es consecuencia inmediata, por
ejemplo, del Corolario 11.7.
Por definición, · es una acción si satisface:
(a) y · [x ] = y para todo y ∈ Π1 (X, x).
(b) y · ([α] ? [β]) = (y · [α]) · [β] para cualesquiera [α], [β] ∈ Π1 (X, x).
La transividad de la acción hace referencia a la siguiente propiedad:
(c) Para cualesquiera y1 , y2 ∈ π −1 (X) existe [α] ∈ Π1 (X, x) tal que y1 · [α] = y2 .
En efecto, la propiedad (a) es consecuencia trivial del hecho (ex )y = y (unicidad del
levantamiento de arcos). Para probar (b), observemos que α ey ? βeαey (1) es un arco en X e
con punto inicial y que se proyecta vı́a π en α ? β. Por unicidad del levantamiento,
ey ? βeαey (1) = α]
α ? β y , y por tanto

y · ([α] ? [β]) = (α] ? β)y (1) = α ey (1) · [β] = (y · [α]) · [β].
ey ? βeαey (1) (1) = βeαey (1) (1) = α
Finalmente, para probar (c) tomemos y1 , y2 ∈ π −1 (X). Consideremos un arco cualquiera
e : [0, 1] → X
α e con αe(0) = y1 y α e(1) = y2 . Si α := π ◦ αe, es claro que α es un lazo en
X con base el punto x y que y1 · [α] = α e(1) = y2 . Esto concluye la primera parte de la
prueba.
Para la segunda parte, tomemos y ∈ π −1 (x) y [α] ∈ Π1 (X, x). Se tiene que [α] ∈ Hy si
y sólo si α
ey (1) = y, esto es si y sólo si α
ey es un lazo en X
e con base el punto y (y por tanto

αy ] ∈ Π1 (X,
[e e y)). En consecuencia, [α] ∈ Hy si y sólo si [α] = π∗ ([e αy ]) ∈ π∗ (Π1 X,
e y) .

Esto pueba que Hy = π∗ (Π1 X, e y) y concluye el teorema.

79
Como consecuencia trivial del Teorema 12.1 tenemos el siguiente
e π) un espacio recubridor de X, y fijemos x ∈ X.
Corolario 12.2 Sea (X,
Entonces para cada y ∈ π −1 (x) la aplicación
 
→ π −1 (x), π∗ Π1 (X,

Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X, y)
e e y) ? [α] 7→ α
ey (1),
dcha

es biyectiva.

Es interesante conocer la interacción del concepto de recubridor con distintos inva-


riantes topológicos como compacidad, axiomas de separación, axiomas de numerabili-
dad... Para nuestros intereses será suficiente con los siguientes resultados elementales.

Corolario 12.3 Sea (X,


e π) un recubridor de X. Los siguientes enunciados son ciertos:

(a) Si X
e es compacto entonces (X,
e π) tiene un número finito de hojas.

e es simplemente conexo entonces Π1 (X, x) es biyectivo con la fibra π −1 (x) para


(b) Si X
cualquiera x ∈ X. Si además X
e es compacto entonces Π1 (X, x) es finito.

(c) Si X es compacto y (X,


e π) tiene un número finito de hojas entonces X
e es compacto.

Demostración : Para probar (a) consideremos un recubrimiento abierto U de X for-


mado por entornos distinguidos para π, y denotemos por π −1 (U) al recubrimiento
por abiertos de X e definido por todas las arcocomponentes de π −1 (U ) para todos los
U ∈ U. La compacidad de X e garantiza la existencia de una cantidad finita de abier-
−1

en ∈ π (U) tales que X e = ∪n U n
tos U j=1 j . Como X = π(X) = π ∪j=1 Uj =
e1 , . . . , U e e e
∪nj=1 π(Uej ) y π| e : U
Uj
ej → π(Uej ) es biyectiva para todo j, cada punto x ∈ X tiene a lo
más n preimágenes por π. Esto prueba (a).
Para demostrar (b), observemos que la simpleconexión de X e y el Corolario 12.2
−1
garantizan que Π1 (X, x) → π (x), [α] 7→ α ey (1), es biyectiva. La segunda parte del
item (b) se sigue trivialmente de (a).
Por último probemos (c). Llamemos k al número de hojas de (X, e π), y denotemos
por U a la familia de los entornos distinguidos en X para π (obviamente una base de la
topologı́a de X). Sea V un recubrimiento por abiertos arbitrario de X. e Por ser π recubri-
dora con k hojas, para cada x ∈ X existen V1x , . . . , Vkx ∈ V tales que π −1 (x) ⊂ ∪kj=1 Vjx
y x ∈ ∩ki=1 π(Vix ). Elijamos Ux ∈ U tal que Ux ⊂ ∩ki=1 π(Vix ) y π −1 (Ux ) ⊂ ∪kj=1 Vjx .
Como X es compacto y {Ux : x ∈ X} es un recubrimiento abierto Ss de X (recorde-
mos que π es abierta), existen x1 , . . . , xm ∈ X tales que X = j=1 Uxj . Por tanto
e = Sm ∪k V xi , lo que prueba que V admite un subrecubrimiento finito y la

X i=1 j=1 j
compacidad de X. e

Proposición 12.4 Sea (X,


e π) un recubridor de X. Entonces:

(i) X Hausdorff =⇒ X
e Hausdorff.

(ii) X
e II-Axioma de Numerabilidad =⇒ X II-Axioma de Numerabilidad.

(iii) Si (X,
e π) tiene una cantidad numerable de hojas,

X II-Axioma de Numerabilidad =⇒ X
e II-Axioma de Numerabilidad.

80
Demostración : Probemos (i). Tomemos y1 , y2 ∈ X, e y1 6= y2 , y llamemos xj = π(yj ),
j = 1,2. Si x := x1 = x2 , tomemos un entorno distinguido U para π que contenga a
x, y observemos que las arcocomponentes U ey2 de π −1 (U ) que continen a y1 e y2 ,
ey1 y U
respectivamente, son abiertos disjuntos que separan y1 e y2 . En caso de que x1 6= x2 ,
como X es Hausdorff podemos tomar entornos distinguidos disjuntos U1 y U2 para π
de x1 y x2 , respectivamente. En este caso las arcocomponentes U ey1 de de π −1 (U1 ) y U
ey2
−1
de π (U2 ) que continen a y1 e y2 , respectivamente, son abiertos disjuntos que separan
y1 e y2 .
Probemos (ii). Supongamos que X e es II-Axioma de Numerabilidad y fijemos una
base numerable Be de la topologı́a de X.
e Como π es abierta, π(B) e es abierto de X para
todo Be ∈ B.e Definamos
B := {π(B)e :B e ∈ B}.
e

Claramente B es una familia numerable de abiertos de X. Para acabar basta probar


que B es una base de la topologı́a de X. En efecto, sea x ∈ X y O un abierto arbitrario
en X conteniendo a x. Recordemos que la familia

U = {U : U es entorno distinguido para π}

es una base de la topologı́a en X, por lo que podemos tomar U ∈ U tal que x ∈ U ⊂ O.


Elijamos y ∈ π −1 (x) y consideremos la arcocomponente U e en π −1 (U ) que contiene a y.
Como Be es base de la topologı́a en X,e existe Be ∈ Be tal que y ∈ B e⊂U e , y por tanto
x ∈ π(B)
e ⊂ U ⊂ O. Esto prueba que B es base de la topologı́a en X.
Finalmente probemos (iii). Supongamos ahora que X es II-Axioma de Numerabili-
dad y tomemos una base numerable B de la topologı́a de X. Como U es una base de la
topologı́a en X, por lo que trivialmente

B0 = {B ∈ B : B es entorno distinguido para π}

es una base numerable de la topologı́a de X. Para cada B ∈ B0 elijamos un punto


auxiliar xB ∈ B y escribamos π −1 (B) como unión disjunta y numerable de sus arco-
componentes de la siguiente forma π −1 (B) = ∪y∈π−1 (xB ) Bey ; téngase en cuenta que por
−1
hipótesis el conjunto π (xB ) es numerable. Definamos la familia de abiertos en X e
[
Be0 := ey : y ∈ π −1 (xB )},
{B
B∈B0

y observemos que Be0 es numerable.


Para acabar demostremos que Be0 es una base de la topologı́a de X. e En efecto,
tomemos x e ∈ X y un abierto arbitrario O en X conteniendo a x
e e e e. Llamemos x =
π(ex) y consideremos un entorno distinguido U para π tal que x ∈ U . Denotemos por
W la arcocomponente de π −1 (U ) ∩ O e conteniendo a x
e, obviamente un subconjunto
abierto de X.e Como π es un homeomorfismo local, π(W ) es un abierto arcoconexo
en X conteniendo a x, y como además U ∈ U es claro que π(W ) ∈ U. Por tanto
π|W : W → π(W ) es un homeomorfismo. Elijamos B ∈ B0 con x ∈ B ⊂ π(W ). Si
Be ∈ {B ey : y ∈ π −1 (xB )} ⊂ B0 es la arcocomponente de π −1 (B) que contiene a x
e,
−1
inferimos que B = (π|W ) (B) ⊂ W ⊂ O. Esto prueba que B0 es base de la topologı́a
e e e
de Xe y concluye la prueba.

Como consecuencia:

81
Corolario 12.5 Sea X un espacio topológico II-Axioma de Numerabilidad y con grupo
fundamental numerable.
Entonces todo recubridor de X es II-Axioma de Numerabilidad.

Demostración : e π) un recubridor de X. Fijados x ∈ X e y ∈ π −1 (x), la aplica-


Sea (X,
ción
  
Π1 (X, x) → Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X,
e y) , [α] 7→ π∗ Π1 (X,
e y) ? [α],
dcha

es
 sobreyectiva. La numerabilidad de Π1 (X, x) implica por tanto la numerabilidad de

Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X,
e y) es numerable. Pero por el Corolario 12.2
dcha
 
→ π −1 (x),

Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X, y)
e e y) ? [α] 7→ α
π∗ Π1 (X, ey (1),
dcha

es biyectiva, de donde (X,


e π) tiene una cantidad numerable de hojas. El resultado se
sigue de Proposición 12.4-(iii).

13. Transformaciones de recubridores


Como ocurre en cualquiera categorı́a matemática, es interesante establecer cuales
son las transformaciones naturales para el concepto de recubridor. Esto nos llevará
de forma natural al concepto de homomorfismo de recubridores, y por tanto, al de
isomorfismo. Con este lenguaje podremos abordar de forma correcta el problema de
clasificación de recubridores.
A modo de guión, los dos puntos centrales de esta sección serán:

El estudio de los automorfismos de un recubridor, y como consecuencia, el de los


recubridores regulares.

Abordar el problema de clasificación de recubridores de un espacio topológico.

Comenzaremos con la siguiente definición fundamental.

Definición 13.1 Sean (X


ej , πj ), j = 1, 2, dos espacios recubridores de X.

Un homomorfismo de recubridores Φ de (X e1 , π1 ) en (X
e2 , π2 ) es una aplicación
e1 → X
continua Φ : X e2 satisfaciendo π2 ◦ Φ = π1 .

Un homomorfismo de recubridores Φ de (Xe1 , π1 ) en (X


e2 , π2 ) se dirá un isomorfis-
mo de recubridores si Φ es un homeomorfismo.

Si (X,
e π) es un recubridor de X, a los isomorfismos de (X,
e π) en (X,
e π) les
llamaremos automorfismos de (X, π).
e

Dados recubridores (X e1 , π1 ) → (X
ej , πj ), j = 1, 2, de X, la expresión Φ : (X e2 , π2 ) indicará
que Φ es un homomorfismo de recubridores entre ambos.

Observación 13.2 Dado un espacio topológico X:

La composición de dos homomorfismos entre recubridores de X es un homomor-


fismo de recubridores de X.

82
El inverso de un isomorfismo entre dos recubridores de X es un isomorfismo de
recubridores de X.

Si (X,
e π) es un recubridor de X entonces Id e es un automorfismo de (X,
X
e π).

e π) es un recubridor de X, denotaremos por A(X,


Definición 13.3 Si (X, e π) al grupo
(respecto de la composición) de los automorfismos de (X,
e π).

Es natural preguntarse por las propiedades básicas de los homomorfismos de recu-


bridores y abordar el problema de existencia. Los siguientes corolarios, consecuencia
inmediata del Teorema 11.11, dan una cumplida respuesta a estas cuestiones.

Corolario 13.4 Sean (X e1 , π1 ) y (X


e2 , π2 ) dos recubridores de X.
e1 , π1 ) → (X
Si Φ, Ψ : (X e2 , π2 ) son homomorfismos de recubridores distintos, entonces
Φ(y) 6= Ψ(y) para todo y ∈ X e1 .
Como consecuencia, si (X, e π) es un recubridor de X y Φ ∈ A(X, e π) es distinto de
Id e , entonces Φ(y) 6= y para todo y ∈ X.
X
e

Corolario 13.5 Sean (X e2 , π2 ) dos recubridores de X, y sean x ∈ X e yj ∈


e1 , π1 ), (X
−1
πj (x), j = 1, 2.

(i) Existe un homomorfismo Φ : (Xe1 , π1 ) → (X


e2 , π2 ) con Φ(y1 ) = y2 si y sólo si
 
e1 , y1 ) ⊆ (π2 )∗ Π1 (X
(π1 )∗ Π1 (X e2 , y2 ) .

(ii) Existe un isomomorfismo e1 , π1 ) → (X


Φ : (X e2 , π2 ) con Φ(y1 ) = y2 si y sólo si
 
(π1 )∗ Π1 (X
e1 , y1 ) = (π2 )∗ Π1 (X
e2 , y2 ) .

Una propiedad interesante a tener en cuenta es que cualquier homomorfismo de recu-


bridores es una aplicación recubridora.

Proposición 13.6 Si (X e1 , π1 ) →
ej , πj ), j = 1, 2, son espacios recubridores de X y Φ : (X
(X
e2 , π2 ) un homomorfismo, entonces (X e1 , Φ) es un recubridor de X
e2 .

Demostración : Veamos que Φ es sobre. Para ello fijemos y ∈ X e1 y tomemos z ∈ X e2


arbitrario. Consideremos un arco α e2 : [0, 1] → X e2 con α e2 (0) = Φ(y) y α e2 (1) = z,
y llamemos α := π2 ◦ α e2 . Obsérvese que por ser Φ homomorfismo de recubridores
α(0) = π1 (y) = π2 (Φ(y)) ∈ X. Denotemos por α e1 : [0, 1] → X e1 al levantamiento de α
vı́a π1 con condición inicial α
e1 (0) = y. Por ser Φ un homomorfismo de recubridores,
Φ◦α e1 es un levantamiento de α vı́a π2 con condicion inicial Φ(y). Por la unicidad del
levantamiento (ver Corolario 11.3), Φ ◦ α e1 = αe2 . En particular Φ(e α1 (1)) = α
e2 (1) = z,
probando la sobreyectividad de Φ.
Sólo resta garantizar la existencia de entornos distinguidos para Φ. Primero llama-
remos la atención sobre varios hechos

Φ es un homeomorfismo local: téngase en cuenta que π2 ◦ Φ = π1 y de que π1 y


π2 son homeomorfismos locales.
e2 , Φ−1 (z) ⊂ π1−1 (π2 (z)): evidente por ser π2 ◦ Φ = π1 .
Para todo z ∈ X

83
Consideremos un punto arbitrario z ∈ X e2 , y llamemos x := π2 (z). Por ser (X
ej , πj ) un
espacio recubridor de X, j = 1, 2, podemos encontrar un entorno (abierto) U de x en
X distinguido para ambas aplicaciones recubridoras π1 y π2 . Como siempre escribamos

π1−1 (U ) = ∪y∈π1−1 (x) Vy ,

donde {Vy : y ∈ π1−1 (x)} son las arcocomponentes de π1−1 (U ) y π1 |Vy : Vy → U es un


homeomorfismo para todo y ∈ π1−1 (x).
Como (π2 |Φ(Vy ) ) ◦ (Φ|Vy ) = π1 |Vy : Vy → U inferimos que Φ|Vy : Vy → Φ(Vy ) es in-
yectiva. Además como Φ(Vy ) es un arcoconexo (imagen continua de un arcoconexo)
contenido en π2−1 (U ) que se proyecta vı́a π2 sobre U , Φ(Vy ) ha de ser una arcocompo-
nente de π2−1 (U ) sobre la que π2 es un homeomorfismo. En resumen:

Φ(Vy ) es una arcocomponente de π2−1 (U ),


e2 , Φ|Vy : Vy → Φ(Vy ) es un homeomorfismo y
X

π2 |Φ(Vy ) : Φ(Vy ) → U es un homeomorfismo

para todo y ∈ π1−1 (x).


Recordemos que π1 = π2 ◦ Φ implica que Φ−1 (z) ⊂ π1−1 (x), y comprobemos que

W := Φ(Vy1 ) = Φ(Vy2 ) para cualesquiera y1 , y2 ∈ Φ−1 (z).

En efecto, téngase en cuenta que Φ(Vy1 ) y Φ(Vy2 ) son dos arcoconexos en X


e2 con inter-
sección no vacı́a (comparten el punto z) proyectándose homeomórficamente vı́a π2 en un
abierto distinguido para π2 (a saber U ), y por tanto han de ser iguales. Un argumento
similar nos garantiza Φ(Vy ) ∩ W = ∅ para todo y ∈ π1−1 (x) \ Φ−1 (z).
De todo lo anterior se deduce que

Φ−1 (W ) = ∪y∈Φ−1 (z) Vy ,

siendo Φ|Vy : Vy → W un homeomorfismo para todo y ∈ Φ−1 (z). Por tanto W es un


entorno distinguido alrededor de z para Φ, lo que concluye la prueba.

Como consecuencia se tiene el siguiente

Corolario 13.7 Sean (X e2 , π2 ) recubridores de un espacio X, y sean x ∈ X e


e1 , π1 ), (X
−1
yj ∈ πj (x), j = 1, 2.
 
e1 , y1 ) ⊆ (π2 )∗ Π1 (X
Si (π1 )∗ Π1 (X e2 , y2 ) entonces X
e1 recubre a X
e2 .

Demostración : Por Corolario 13.5 existe un homomorfismo Φ : (X e1 , π1 ) → (X


e2 , π2 ) con
Φ(y1 ) = y2 , y la Proposición 13.6 garantiza que (X1 , Φ) es un recubridor de X
e e2 . Esto
concluye el corolario.

13.1. El grupo de automorfismos. Recubridores regulares


En esta sección vamos a estudiar la acción natural del grupo de automorfismos de
un recubridor sobre sobre el espacio recubridor. Haremos especial énfasis en la familia
de los recubridores regulares, esto es, aquellos para los que tal acción es transitiva.
Los detalles están contenidos en la siguiente

84
Proposición 13.8 Sea (X,
e π) un recubridor de X. Entonces la acción

e π) × X
µ : Aut(X, e → X,
e (Φ, y) 7→ Φ · y := Φ(y),

es propia y discontinua.

Demostración : Sea y0 ∈ Xe un punto arbitrario y llamemos x = π(y0 ). Sea U ⊂ X un


entorno distinguido de x para π, y como siempre escribamos π −1 (U ) como unión de sus
arcocomponentes: [
π −1 (U ) = Uey ,
y∈π −1 (x)

donde Uey1 ∩ U
ey2 = ∅, y1 6= y2 , y π| e : Uey → U es un homeomorfismo, y ∈ π −1 (x).
Uy
Comprobemos que la condición de propia y discontinua para µ se satisface alrededor
de y0 con entorno distinguido U ey0 .
Para cada Φ ∈ Aut(X, e π), Φ(U ey0 ) es un abierto arcoconexo en X
e homeomorfo vı́a
−1
π con U , luego una arcocomponente de π (U ):

Φ(U ey : y ∈ π −1 (x)} para todo Φ ∈ Aut(X,


ey0 ) ∈ {U e π).

Para acabar bastarı́a con ver que si Φ1 , Φ2 ∈ Aut(X, e π) son distintos, entonces Φ1 (U ey0 )∩
ey0 ) = ∅. En efecto, de otra forma las arcocomponentes Φ1 (U
Φ2 (U ey0 ) de π −1 (U )
ey0 ) y Φ2 (U
compartirı́an un punto, luego Φ1 (U ey0 ) = Φ2 (U
ey0 ) = Uey para algún y ∈ π −1 (x), y por
tanto
Φ1 |Uey = Φ2 |Uey = (π|U−1
e ) ◦ (π|U
ey )
0 0 y 0

ya que se trata de automorfismos. De aquı́ que Φ1 = Φ2 , lo que acaba la proposición.

Una consecuencia interesante de esta proposición nos la proporciona el Teorema 10.8.


Em el siguiente corolorario vamos a introducir una herramienta fundamental para la
construcción de recubridores a partir de subgrupos del grupo de los automorfismos. En
efecto, sea G ≤ Aut(X, e π) un subgrupo arbitrario, que obviamente actuará de forma
propia y discontı́nua sobre X
e por restricción de la acción µ en la Proposición 13.8.

Corolario 13.9 (Construcción de recubridores) Sea (X, e π) un recubridor de X,


G ≤ Aut(X,
e π) un subgrupo y (X,
e π0 ) el recubridor asociado al espacio de órbitas X/G:
e

e → X/G,
π0 : X e y 7→ G · y.

Entonces la única aplicación π̂ : X/G


e → X tal que π̂ ◦ π0 = π, esto es, definida por

π̂ G · y := π(y) para todo G · y ∈ X/G,e

es recubridora.

Demostración : Claramente π̂ es sobreyectiva al ser π sobreyectiva. También es continua


ya que la composición π̂ ◦ π0 es continua y X/G
e está dotado de la topologı́a cociente
para π0 . Restarı́a comprobar la existencia de entornos distinguidos para π̂.
Consideremos x ∈ X y tomemos un entorno distinguido U alrededor de x para el
recubridor (X,
e π). Veamos que U también es un entorno distinguido alrededor de x para
el recubridor (X/G,
e π̂) y habremos acabado.

85
Escribamos π −1 (U ) como unión de sus arcocomponentes:
[
π −1 (U ) = U
ey ,
y∈π −1 (x)

ey1 ∩ U
donde U ey → U es un homeomorfismo, y ∈ π −1 (x).
ey2 = ∅, y1 6= y2 , y π| e : U
Uy
ey un entorno distinguido para la acción G × X
Por ser U e → X,e y ∈ π −1 (x) (ver la
−1 −1 −1

prueba de la Proposición 13.8), y π (U ) = π0 π̂ (U ) :

Vπ0 (y) := π0 (U
ey ) es abierto en X/G
e y π0 |Uey : U
ey → Vπ (y) es un homeomorfismo
0

para todo y ∈ π −1 (x).

Vπ0 (y1 ) ∩ Vπ0 (y2 ) = ∅ ⇐⇒ π0 (y1 ) 6= π0 (y2 ), y1 , y2 ∈ π −1 (x).

π̂ −1 (U ) = ∪y∈π−1 (x) Vπ0 (y) ⊂ X/G.


e

En particular, {Vπ0 (y) : y ∈ π −1 (x)} puede parametrizarse 1-1 como {Vz : z ∈ π̂ −1 (x)}.
Como π̂ −1 (U ) = ∪z∈π̂−1 (x) Vz se ha expresado como unión de abiertos arcoconexos disjun-
tos dos a dos, sólo resta garantizar que π̂|Vz : Vz → U es un homeomorfismo. Eligiendo
cualquiera y ∈ π0−1 (z), observamos que π̂|Vz = (π|Uey ) ◦ (π0 |−1
ey ) es composición de dos
U
homeomorfismos, lo que acaba la prueba.

13.1.1. Recubridores regulares


Existe una relación ı́ntima entre el grupo de automorfismos de un recubridor (X,
e π)
de un espacio X y el normalizador del subgrupo π∗ (Π1 (X,e y)) en Π1 (X, x), donde x ∈ X
−1
e y ∈ π (x) son arbitrarios; ver la Definición 1.9. Este hecho motivará el concepto
de recubridor regular, y será la clave para el correcto tratamiento del problema de
existencia de recubridores de X como veremos más adelante.
Obviamente, si Φ es un automorfismo de un recubridor (X, e π) de un espacio X
entonces Φ respeta las fibras de los puntos, esto es, Φ(π (x)) = π −1 (x) para todo x ∈
−1

X. La siguiente proposición da una condición necesaria y suficiente para la existencia


de un automorfismo conectando dos puntos de la fibra de un punto.

Proposición 13.10 Sea X un espacio topológico, sea (X, e π) un recubridor de X y


fijemos x ∈ X e y1 , y2 ∈ π −1 (x). Tomemos αe cualquier arco en X
e con αe(0) = y1 y
e(1) = y2 , y llamemos α = π ◦ α
α e. Entonces
 
∃ Φ ∈ Aut(X, π) con Φ(y1 ) = y2 ⇐⇒ [α] ∈ N0 π∗ Π1 (X, y1 ) .
e e

Demostración : Por el Corolario 11.9,


e y2 ) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
 
π∗ Π1 (X, e y1 ) ? [α].

Por otro lado, el Corolario  que existe Φ ∈ Aut(X, π) con Φ(y1 ) = y2 si y


13.5 nos dice e

sólo si π∗ Π1 (X,
e y1 ) = π∗ Π1 (X,
e y2 ) . Por tanto

e y1 ) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
 
∃ Φ ∈ Aut(X, e π) con Φ(y1 ) = y2 ⇐⇒ π∗ Π1 (X, e y1 ) ? [α],
  
esto es, si y sólo sı́ [α] pertenece al normalizador N0 π∗ Π1 (X,
e y1 ) de π∗ Π1 (X, e y1 )
en Π1 (X, x).

86
 
Definición 13.11 Fijados y ∈ π −1 (x) y [α] ∈ N0 π∗ Π1 (X,
e y) , la Proposición 13.10
garantiza que existe un automorfismo Φy ([α]) de (X,
e π) con Φy ([α])(y) = α
ey (1), que
además es único por el Corolario 13.4. Denotaremos Υ a la aplicación
 
e y) → Aut(X,
Υ : N0 π∗ Π1 (X, e π), Υ([α]) := Φy ([α]).

El siguiente teorema explica con detalle la naturaleza de Υ, y como consecuencia nos


permite interpretar el grupo Aut(X,e π) en función de los grupos fundamentales del
recubridor y la base.
e π) un recubridor de X, x ∈ X e
Teorema 13.12 Sean X un espacio topológico, (X,
−1
y ∈ π (x). Entonces la aplicación
 
e y) → Aut(X,
Υ : N0 π∗ Π1 (X, e π), [α] 7→ Φy ([α]),

es un epimorfismo de grupos con Ker(Υ) = π∗ Π1 (X, e y) .
En particular, por el primer teorema de isomorfı́a para grupos
 
e y) ∼

N0 π∗ Π1 (X,e y) /π∗ Π1 (X, = Aut(X,e π).

Demostración :Probemos primero que Υ es un homomorfismo de grupos. Hemos de



ver que para cualesquiera [α], [β] ∈ N0 π∗ Π1 (X, y) ,
e

Φy ([α] ? [β]) = Φy ([α]) ◦ Φy ([β]).

Para ello consideremos el arco α ey ? (Φy ([α]) ◦ βey ) en X,


e bien definido ya que α ey (1) =
Φy ([α])(y) = Φy ([α])(βy (0)). Como
e
 
π◦ α ey ? (Φy ([α]) ◦ βey ) = (π ◦ αey ) ? π ◦ (Φy ([α]) ◦ βey ) = (π ◦ α
ey ) ? (π ◦ βey ) = α ? β

y α ey ? (Φy ([α]) ◦ βey ) (0) = α
ey (0) = y, inferimos que (α] ey ? (Φy ([α]) ◦ βey ). De
? β)y = α
aquı́ que

Φy ([α]?[β])(y) = (α]
? β)y (1) = Φy ([α])(βey (1)) = Φy ([α])(Φy ([β])(y)) = (Φy ([α])◦Φy ([β]))(y),
y por tanto Φy ([α] ? [β]) = Φy ([α]) ◦ Φy ([β]) por el Corolario 13.4.
Para acabar, veamos quer Υ es sobre. En efecto, sea Φ ∈ Aut(X, e y) un automorfismo
arbitrario. Consideremos α e : [0, 1] → Xe un arco con α e(0) = y y α e(1) = Φ(y). Por los
Corolarios 13.5 y 11.9,
e Φ(y)) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
  
π∗ Π1 (X,
e y) = π∗ Π1 (X, e y) ? [α],
 
donde α es el lazo π ◦ αe (con base x ∈ X). Esto prueba que [α] ∈ N0 π∗ Π1 (X, e y) ,
y como claramente Υ([α]) = Φ, que Υ es sobreyectiva.

Observación 13.13 Con la misma notación del Teorema 13.12, si y1 , y2 ∈ π −1 (x) y


[α] ∈ Π1 (X, x) es tal que α̃y1 (1) = y2 , entonces
   
N0 π∗ Π1 (X, e y2 ) = [α]−1 ? N0 π∗ Π1 (X,
e y1 ) ? [α].

Ambos subgrupos conjugados de Π1 (X, x) son


 isomorfos a Aut(X, π). Téngase en cuenta
e
−1
que π∗ Π1 (X,
e y2 ) = [α] ? π∗ Π1 (X,e y1 ) ? [α].

87
Un caso paticular
 especialmente interesante es cuando, con la notación anterior,

el normalizador N0 π∗ Π1 (X, y) coincide con Π1 (X, x). En otras palabras, cuando
e

π∗ Π1 (X,
e y) es un subgrupo normal de Π1 (X, x). Esto nos llevará de forma natural al
concepto de recubridor regular.
e π) de un espacio X se dirá regular si existe x ∈ X
Definición 13.14 Un recubridor (X,
tal que la acción
e π) × π −1 (x) → π −1 (x),
µx : Aut(X, (Φ, y) 7→ Φ · y := Φ(y).

es transitiva.

Observación 13.15 µx es transitiva para algún x ∈ X si y sólo si µx es transitiva para


todo x ∈ X. Por tanto (X,
e π) es regular si y solo si µx es transitiva para todo x ∈ X.

Demostración : Si x1 , x2 ∈ X y α : [0, 1] → X es un arco con α(0) = x1 y α(1) = x2 , el


Corolario 11.5 proporcionaba la biyección ηα : π −1 (x1 ) → π −1 (x2 ), ηα (y) := α
ey (1). Como
las fibras son invariantes por automorfismos y ηα ◦ Φ = Φ ◦ ηα para todo automorfismo
Φ de (X,e π), la transitividad de µx1 es equivalente a la transitividad de µx2 .

Proposición 13.16 Sea (X,


e π) un recubridor de X. Son equivalentes:

(a) (X,
e π) es regular.

(b) Para todo x ∈ X e y ∈ π −1 (x), π∗ Π1 (X,



e y) es un subgrupo normal de Π1 (X, x).

(c) Existen x ∈ X e y ∈ π −1 (x) tales que π∗ Π1 (X,



e y) es un subgrupo normal de
Π1 (X, x).

Demostración : (a) =⇒ (b). Supongamos que (X, e π) es regular y tomemos x ∈ X


−1
e y ∈ π (x). Sea [α] ∈ Π1 (X, x) y llamemos z := α ey (1). Por la transitividad de
la acción
 µx sabemos que existe Φ ∈ Aut(X, π) tal que Φ(y)
e
 = z, y por tanto [α] ∈
 
N0 π∗ Π1 (X, e y) ; ver Proposición 13.10. Esto prueba que N0 π∗ Π1 (X, e y) = Π1 (X, x),
esto es, (b).
(b) =⇒ (c) es trivial.
(c) =⇒ (a). Tomemos x ∈ X e y ∈ π −1 (x) tales que π∗ Π1 (X,

e y) es un subgrupo

normal de Π1 (X, x). Observemos que entonces π∗ Π1 (X, e z) es un subgrupo normal de
Π1 (X, x) para todo z ∈ π −1 (x) (ver el Corolario 11.9 o la Observación 13.13).
Tomemos dos puntos y1 , y2 ∈ π −1 (x) y un arco α e : [0, 1] → Xe con α e(0) = y1
y αe(1) = y2 . Si denotamos α := π ◦ αe y tenemos en cuenta que [α] ∈ Π1 (X, x) =

N0 π∗ Π1 (X, y1 ) , la Proposición 13.10 de nuevo nos dice que existe Φ ∈ Aut(X,
e e π)
tal que Φ(y1 ) = y2 . Esto prueba que µx es transitiva y por tanto (a).

Observación 13.17 Si (X, e π) es un recubridor regular de X y x ∈ X es un punto


e y)) de Π1 (X, x) no depende del punto y ∈ π −1 (X).
arbitrario, el subgrupo π∗ (Π1 (X,
En efecto, nótese que de la Proposición 13.16 el subgrupo π∗ (Π1 (X,
e y) de Π1 (X, x)
−1
es normal para cualquier y ∈ π (X), y que cuando cambiamos de punto en la fibra de
x este subgrupo cambia por conjugación (luego permanece invariante).

88
Corolario 13.18 Si (X, e π) es un recubridor regular de X, x ∈ X e y ∈ π −1 (x), en-
tonces:
 
e y) → Aut(X,
(i) Υ̂ : Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X, e π), π∗ Π1 (X,e y) ? [α] 7→ Φy ([α]), es un
isomorfismo de grupos.
e → X/Aut(
(ii) Si π0 : X e X,
e π) es la proyección al espacio de órbitas X/Aut(
e X,
e π),
existe un homeomorfismo π̂ : X/Aut(
e e π) → X tal que π̂ ◦ π0 = π.
X,

Demostraci
 ón :Por la Proposición 13.16 y la regularidad de (X,
e π), el normalizador

N0 π∗ Π1 (X,
e y) coincide con Π1 (X, x). Item (i) se sigue del Teorema 13.12.
Para el item (ii), basta con probar que la aplicación

π̂ : X/Aut(
e e π) → X,
X, e π) · y 7→ π(y),
Aut(X,
es un homeomorfismo. La identidad π̂ ◦ π0 = π serı́a evidente. En efecto, π̂ es recu-
bridora por el Corolario 13.9, y la transitividad de la acción µx para todo x ∈ X
e π) · y = π −1 (π(y)) . Por tanto π̂ es biyectiva, y en consecuencia un
implica que Aut(X,
homeomorfismo.
Es interesante comparar el Corolario 13.9 y el Corolario 13.18.
A modo de resumen, los recubridores regulares se caracterizan por ser los asociados
a los espacios de órbitas, siendo el grupo de automorfismos de los mismos identificable
al grupo de homeomorfismos que define la acción. Ese es el contenido del suguiente:
Corolario 13.19 Si G es un grupo de homeomorfismos que actúa de forma propia y
discontı́nua sobre un espacio X y π : X → X/G es la proyección al espacio de órbitas,
entonces (X, π) es un recubridor regular y Aut(X, π) = G.
Recı́procamente, si (X,
e π) es un recubrido regular de X entonces X es homeomorfo
al espacio de órbitas X/Aut(
e X,
e π), y salvo ese homeomorfismo la proyección recubridora
e → X/Aut(
π no es sino la proyección al espacio de órbitas X e X,
e π).

13.2. No todo recubridor es regular


Ciertamente los recubridores regulares permiten un tratamiento y comprensión más
agradable. Sin embargo no todo recubridor es regular. En este apartado vamos a explicar
como la variable compleja nos proporciona una familia muy amplia de recubridores
genéricamente no regulares, lo que nos ayudará a comprender que la regularidad no
deja de ser una excepcionalidad.
En lo que sigue Ĉ = C ∪ {∞} denotará la esfera de Riemann (compactificación
de Alexandrov del plano complejo C), topológicamente equivalente a la esfera S2 vı́a
la proyección estereográfica. Sea P : Ĉ → Ĉ una función polinómica de grado k ≥ 1,
llamemos A al conjunto de puntos z ∈ Ĉ donde P presenta una ramificación (esto es,
donde P no es localmente invertible). Obviamente A = ∅ si k = 1, y si k ≥ 2 entonces
A coincide con {z ∈ C : P 0 (z) = 0} ∪ {∞}.
Denotemos por X := Ĉ \ P (A) ⊂ C, y análogamente Y := Ĉ \ P −1 (P (A)) ⊂ C al
complemento en Ĉ de la P -saturación de A. Definamos
π : Y → X, π(z) := P (z).
El hecho de que π sea un homeomorfismo local (de hecho biholomorfismo local) y el
Teorema Fundamental del Álgebra implican trivialmente que (Y, π) es un recubridor de
k hojas de X.

89
Proposición 13.20 Si Φ ∈ Aut(Y, π) entonces Φ es (la restricción a Y de) una trans-
formación de Möbius.

Demostración : Tomemos Φ ∈ Aut(Y, π). Como φ ◦ Φ = φ y φ es un biholomorfismo


local (esto es, una aplicación holomorfa Y → X con derivada no nula en todo punto),
inferimos que φ : Y → Y es un biholomorfismo global. En particular el Teorema de
Weierstrass-Casorati nos dice que Φ no presenta singularidades esenciales en los puntos
de P −1 (P (A)), y por tanto por el Teorema de las singularidades evitables de Riemann
extiende holomorficamente a los puntos de P −1 (P (A)). Nótese que este análisis se ex-
tiende al comportamiento local de Φ alrededor de ∞, donde igualmente Φ no presenta
una singularidad esencial. Por tanto Φ es la restricción a Y de una función racional
Ĉ → Ĉ (cociente de polinomios), y como genéricamente es 1-1 ya que es un automor-
fismo de Y , inferimos que Φ ha de ser (la restricción de) una transformación de Möbius
(de hecho de la forma z 7→ λz + µ, λ 6= 0, ya que fija ∞). Esto prueba el resultado.

Corolario 13.21 Existen polinomios P para los que el recubridor (Y, π) no es regular.

Demostración :Recordemos que una transformación de Móbius está determinada uni-


vocamente por la imagen de tres puntos, y en particular, tiene a lo más 3 puntos fijos.
Elijamos P para que:
A conste de al menos 3 puntos.
Las ramificaciones de P en los puntos de A sean distintas dos a dos.
Es fácil encontrar polinomios satisfaciendo estas condiciones, por ejemplo P (z) = 3z 4 −
4z 3 o cualquier otra primitiva del polinomio z 2 (z − 1).
Veamos que bajo estas dos condiciones Aut(Y, π) = {IdY }, y por tanto, que (Y, π)
no es regular (su grupo de automorfismos no actúa de forma transitiva en la fibra de los
puntos!!) En efecto, consideremos un automorfismo Φ de (Y, φ) arbitrario. La condición
π ◦ Φ = π implica que P ◦ Φ = P , y por tanto que Φ aplica puntos de ramificación de
P en puntos de ramificación de P con la misma multiplicidad. Bajo nuestras hipótesis
Φ ha de fijar todos los puntos de A. Como Φ es una transformación de Móbius (ver la
Proposición 13.20) y el cardinal ]A ≥ 3. deducimos que Φ = IdY .

14. Existencia y clasificación de recubridores


Como consecuencia de los resultados anteriores podemos abordar el problema de
existencia y clasificación de los recubridores de un espacio topológico. Para su correcto
tratamiento se requiere fijar alguna notación.
En el conjunto Rec(X) de todos los recubridores de X consideremos la relación
de equivalencia ser isomorfo, que escribiremos por ∼ =, y escribamos el correspondiente
conjunto cociente por
R(X) := Rec(X)/ ∼ =.
Aquı́ es conveniente tener in mente la notación de la Definición 11.10. En particular,
recordar que dado un punto x ∈ X se introdujo la aplicación

∆x : Rec(X) → Sc (Π1 (X, x)), ∆x (X, e π) := [π∗ Π1 (X, e y) ],

e y) : y ∈ π −1 (x)} es la clase de conjugación del


 
donde [π∗ Π1 (X,e y) ] := {π∗ Π1 (X,
e y) en Π1 (X, x), y ∈ π −1 (x). Como observamos en el Corolario

subgrupo π∗ Π1 (X,
11.9, esta clase no dependı́a del punto elegido y ∈ π −1 (x).

90
El siguiente teorema prueba que ∆x puede ser inducida al cociente, y por tanto que
la familia R(X) está estrechamente determinada por Sc (Π1 (X, x)).

Teorema 14.1 Sean (X


e1 , π1 ) y (X
e2 , π2 ) dos recubridores de X. Son equivalentes:

e1 , π1 ) ∼
(i) (X = (X
e2 , π2 ).

(ii) ∆x (X e2 , π2 ) para todo x ∈ X.


e1 , π1 ) = ∆x (X

(iii) ∆x (X e2 , π2 ) para algún x ∈ X.


e1 , π1 ) = ∆x (X

En particular, para todo x ∈ X la aplicación


ˆ x : R(X) → Sc (Π1 (X, x)), ˆ x [X,

∆ ∆ e π)] := ∆x (X,
e π),

inducida por ∆x en el cociente R(X) es inyectiva.

Demostración : (i) =⇒ (ii). Supongamos que (X e1 , π1 ) y (X e2 , π2 ) son isomorfos y sea


Φ : (Xe1 , π1 ) → (X e2 , π2 ) un isomorfismo de recubridores. sea x ∈ X arbitrario, tomemos
−1
y1 ∈ π1 (x) y consideremos  y2 := Φ(y1 ) ∈ π2−1 (x). Por el Corolario 13.5-(ii) inferimos
que (π1 )∗ Π1 (X e1 , y1 ) = (π2 )∗ Π1 (X e2 , y2 ) , de donde ∆x (X e1 , π1 ) = ∆x (Xe2 , π2 ).
(ii) =⇒ (iii). Trivial.
(iii) =⇒ (i). Supongamos que ∆x (X e1 , π1 ) = ∆x (X e2 , π2 ) para algún x ∈ X. Es-
to quiere decir que, dados cualesquiera  z1 ∈ π1−1 (x) e y2 ∈ π2−1 (x), los subgrupos
(π1 )∗ Π1 (X e1 , z1 ) y (π2 )∗ Π1 (X e2 , y2 ) son conjugados en Π1 (X.x). Por tanto existe
[α] ∈ Π1 (X.x) tal que

e2 , y2 ) = [α]−1 ? (π1 )∗ Π1 (X
 
(π2 )∗ Π1 (X e1 , z1 ) ? [α].

ezπ11 (1), el Corolario 11.9 garantiza que


Si llamamos y1 := α

e1 , y1 ) = [α]−1 ? (π1 )∗ Π1 (X

(π1 )∗ Π1 (X e1 , z1 ) ? [α],

y por tanto 
(π1 )∗ Π1 (X
e1 , y1 ) = (π2 )∗ Π1 (X
e2 , y2 ) .
e1 , π1 ) →
De nuevo el Corolario 13.5-(ii) nos permite concluir que existe un isomorfismo Φ : (X
(X
e2 , π2 ) con Φ(y1 ) = y2 , como querı́amos demostrar.

El problema general de existencia de recubridores para un espacio X  pasa por es-


tablecer bajo que condiciones la aplicación ∆ ˆ x : R(X) → Sc Π1 (X, x) es biyectiva,
donde x ∈ X es un punto arbitrario. Nuestro principal objetivo será demostrar que
tal biyectividad dependerá en exclusiva de la existencia de un recubridor simplemente
conexo, esto es, de que la imagen ∆x (R(X)) contenga la clase del neutro {[x ]}. La
definición central de esta sección es la siguiente:

Definición 14.2 Un recubridor (Y, π) de X se dirá universal si Π1 (Y ) ∼


= {0}, o equi-
ˆ x [(Y, π)] = {[x ]} para algún (luego para todo) x ∈ X.

valentemente, si ∆

Como consecuencia del Teorema 14.1, el recubridor universal de X, de existir, está


unı́vocamente determinado salvo isomorfismos. El siguiente corolario recopila algunas de
las propiedades básicas del recubridor universal, entre ellas el porqué de este calificativo
(ver item (a)).

91
Corolario 14.3 Si X admite recubridor universal (Y, π0 ), entonces:

(a) Y recubre a X
e para cualquier recubridor (X,
e π) de X.

(b) (Y, π0 ) es un recubridor regular.

(c) Si x ∈ X e y ∈ π0−1 (x), la aplicación Υ̂ : Π1 (X, x) → Aut(Y, π0 ), [α] 7→ Φy ([α]),


dada en el Corolario 13.18 es un isomorfismo de grupos.

Demostración :Probemos (a). Si (Y, π0 ) es recubridor universal de X, (X,


e π) un recu-
−1 −1
bridor de X, x ∈ X, x
e ∈ π (x) e y ∈ π0 (x), la condición

(π0 )∗ (Π1 (Y, y)) = (π0 )∗ ({[y ]}) = {[x ]} ⊂ π∗ (Π1 (X,
e xe)),

requerida en Corolario 13.7 es inmediata, por lo que el resultado se sigue trivialmente.



Item (b) se sigue trivialmente de la Proposición 13.16, ya que (π0 )∗ Π1 (Y, y) =
{[x ]} es un subgrupo normal de Π1 (X, x) para cualesquiera x ∈ X e y ∈ π0−1 (x).
El item (c) se sigue igualmente del Corolario 13.18.

Podemos ahora demostrar uno de los resultados centrales de este tema.

Teorema 14.4 Si un espacio topológico X admite recubridor universal sı́ y sólo sı́ la
ˆ x : R(X) → Sc (Π1 (X, x)) es biyectiva para algún (luego para cualquier)
aplicación ∆
x ∈ X.

Demostración : Por el Teorema 14.1, la aplicación ∆x es inyectiva para todo x ∈ X.


Si existe x ∈ X tal que ∆x es bijectiva entonces la clase del neutro {[x ]} ∈
∆x (R(X)), y por tanto existe un recubridor universal (Y, π) de X. En particular,
{[z ]} ∈ ∆z (R(X)) para todo z ∈ X.
Bastará con demostrar que si existe x ∈ X tal que {[x ]} ∈ ∆x (R(X)) entonces
∆x es sobreyectiva (y por tanto biyectiva). En efecto, llamemos (Y, π) al recubridor
universal de X y fijemos y ∈ π −1 (x). Por el Corolario 14.3

Υ̂ : Π1 (X, x) → Aut(Y, π), [α] 7→ Φy ([α]),

es un isomorfismo de grupos.
Tomemos un subgrupo arbitrario H ≤ Π1 (X, x) y su clase de conjugación [H] ∈
Sc Π1 (X, x) . Consideremos el grupo de automorfismos G := Υ̂(H) ≤ Aut(Y, π), la
proyección al espacio de órbitas π0 : Y → X̂ := Y /G y el recubrimiento π̂ : X̂ → X
satisfaciendo π̂ ◦ π0 = π; ver Corolario 13.9.
Nuestro objetivo es probar que ∆ ˆ x (X̂, π̂) = [H], para lo que será suficiente con
demostrar que 
π̂∗ Π1 (X̂, π0 (y)) = H.
Usando que Υ̂ es un isomorfismo y que G = Υ̂(H),

eπy (1) = Φ(y) para algún Φ ∈ G ⇐⇒


[α] ∈ H ⇐⇒ Φy ([α]) ∈ G ⇐⇒ α

eπy = α
⇐⇒ π0 ◦ α eπ̂π0 (y) es lazo con base π0 (y) en X̂ ⇐⇒ [e απ̂π0 (y) ] ∈ Π1 (X̂, π0 (y)) ⇐⇒
eπ̂π0 (y) ] = π̂∗ [e
απ̂π0 (y) ] ∈ π̂∗ Π1 (X̂, π0 (y)) .
 
⇐⇒ [α] = [π̂ ◦ α
Esto concluye la demostración.

92
14.1. Existencia de recubridor universal
Una cuestión trascendental es conocer qué condiciones topológicas garantizan la
existencia del recubridor universal. Este será el contenido del teorema que abordaremos
a continuación. Necesitamos introducir alguna notación.
Definición 14.5 Un abierto arcoconexo U de un espacio topológico X se dice que sa-
tisface la propiedad de semilocal simple conexión si el homomorfismo

i∗ : Π1 (U, x) → Π1 (X, x)

inducido por la inclusión i : U → X es trivial (esto es, constante [x ] ∈ Π1 (X, x)).
Un espacio topológico X se dirá semilocalmente simplemente conexo si todo punto
admite un entorno abierto arcoconexo y semilocalmente simplemente conexo.
Claramente un subconjunto abierto y arcoconexo dentro de un abierto semilocalmente
simplemente conexo es semilocalmente simplemente conexo. Por tanto,
Observación 14.6 Si X es semilocalmente simplemente conexo entonces la familia de
abiertos semilocalmente simplemente conexos en X son una base de la topologı́a de X.
Obsérvese también que si todo punto de un espacio admite un entorno abierto
simplemente conexo, entonces el espacio es semilocalmente simplemente conexo. Esto
ocurre, por ejemplo, para las variedades topológicas que introduciremos en el Tema 3.
Ejercicio 14.7 Hay espacios arcoconexos y localmente arcoconexos que no son semi-
localmente simplemente conexos. El ejemplo más sencillo es el siguiente subespacio
topológico del plano euclidiano:
[
X= Cn , donde Cn = {(x, y) ∈ R2 : (x − 1/n)2 + y 2 = 1/n2 },
n∈N

para el que falla la semilocal-simple-conexión en el punto (0, 0).

Teorema 14.8 Un espacio topológico X admite recubridor universal si y sólo si es


semilocamente simplemente conexo.

Demostración :Supongamos que X admite recubridor universal (Y, π). Dado x ∈ X,


consideremos un entorno distinguido U de x en X y la inclusión i : U → X para π.
Tomemos una arcocomponente U e de π −1 (U ), y recordemos que π| e : U
e → U es un
U
homeomorfismo. Llamemos j : Ue → Y a la aplicación inclusión y

f := j ◦ (π|Ue )−1 : U → Y.

Claramente f es continua y π ◦f = i, por lo que i∗ = π∗ ◦f∗ : Π1 (U, x) → Π(X, x). Como


Π1 (Y ) ∼= {0}, f∗ es el homomorfismo trivial y lo mismo ocurre con i∗ . Esto prueba que
X es semilocalmente simplemente conexo.
Supongamos ahora que X es semilocalmente simplemente conexo y construyamos
su recubridor universal.
Fijemos x0 ∈ X, y para cada x ∈ X consideremos la familia Ωx0 ,x (X) de los arcos
γ : [0, 1] → X con γ(0) = x0 y γ(1) = x (ver Tema 1). Denotaremos también por ' la
relación de equivalencia en Ωx0 ,x (X) ser homotópico en X (siempre con extremos fijos).
Construyamos el espacio cociente Ωx0 ,x /' para cada x ∈ X, y definamos
[
Y := Ωx0 ,x /'.
x∈X

93
Definamos también la aplicación proyección

π : Y → X, π([γ]) := γ(1),

obviamente sobreyectiva ya que X es arcoconexo.


Nuestro objetivo es construir una topologı́a en Y que haga de π una aplicación
recubridora. Lo haremos presentando una base B de la misma.
Como X es semilocalmente simplemente conexo, sabemos que la familia U de los
abiertos semilocalmente simplemente conexos en X es una base de la topologı́a de X.
Para cada U ∈ U y [γ] ∈ Y con γ(1) ∈ U , pongamos

([γ], U ) = {[γ ? σ] : σ : [0, 1] → U arco con σ(0) = γ(1)}

y definamos
B := {([γ], U ) : [γ] ∈ Y, U ∈ U, γ(1) ∈ U }.
Veamos que B es base de una (única) topologı́a en Y . En efecto, la condición

Y = ∪([γ],U )∈B ([γ], U )

es trivial toda vez que


[γ] = [γ ? γ(1) ] ∈ ([γ], U )
para cualquier abierto semilocalmente simplemente conexo U conteniendo a γ(1). Por
otra parte, si [γ] ∈ ([γ1 ], U1 ) ∩ ([γ2 ], U2 ) entonces γ(1) ∈ U1 ∩ U2 . Denotando por U la ar-
cocomponente (obviamente abierta) de U1 ∩U2 que contiene a γ(1), U es semilocalmente
simplemente conexo en X. Por tanto bastará con probar la inclusión

([γ], U ) ⊂ ([γ1 ], U1 ) ∩ ([γ2 ], U2 ).

Para ello póngase [γ] = [γj ?σj ] ∈ ([γj ], Uj ), y nótese que para cualquier [γ ?σ] ∈ ([γ], U )
se tiene [γ ? σ] = [γj ? (σj ? σ)] ∈ ([γj ], Uj ), j = 1, 2.
Por tanto existe una única topologı́a en Y admitiendo a B como base (en lo que
sigue, Y se entenderá dotado de la misma).
A continuación veamos que π : Y → X es recubridora.
Ya sabemos que π es sobreyectiva, probemos ahora su continuidad. Como U y B son
bases de las topologı́as en X e Y , respectivamente, para ello bastará con garantizar la
siguiente identidad: [
π −1 (U ) = ([γ], U ), (6)
([γ],U )∈BU

donde BU := {([γ], U ) : γ(1) ∈ U } ⊂ B. La inclusión ([γ],U )∈BU ([γ], U ) ⊆ π −1 (U ) es


S

trivial por definición de π; en efecto, si [γ ? σ] ∈ ([γ], U ) entonces π([γ ? σ]) = σ(1) ∈ U .


−1
Supongamos ahora que [γS 0 ] ∈ π (U ), esto es, que γ0 (1) ∈ U . Entonces ([γ0 ], U ) ∈ BU ,
y como [γ0 ] ∈ ([γ0 ], U ) ⊂ ([γ],U )∈BU ([γ], U ) la otra inclusión se sigue. Esto prueba que
π es continua.
Nuestro siguiente objetivo será probar que π satisface la condición de recubrimiento.
Para ello será importante comprobar la identidad

π(([γ], U )) = U para cualquier ([γ], U ) ∈ B

(que en particular implica que π es abierta). Para hacerlo, tomemos z ∈ U y un arco σ


en U conectando γ(1) y z. Claramente [γ ? σ] ∈ ([γ], U ) y en consecuencia π([γ ? σ]) =

94
σ(1) = z ∈ π(([γ], U )). Esto prueba que U ⊂ π(([γ], U )), y como la otra inclusión es
trivial la igualdad buscada.
Teniendo en cuenta (6), π es recubridora si y sólo si

π|([γ],U ) : ([γ], U ) → U es un homeomorfismo para todo ([γ], U ) ∈ BU .

Al ser esta aplicación continua, abierta y sobre, bastará con garantizar la inyectividad.
Supongamos que [γ ? σj ] ∈ ([γ], U ), j = 1, 2, y σ1 (1) = π([γ ? σ1 ]) = π([γ ? σ2 ]) = σ2 (1).
Como σ1 (0) = σ2 (0) = γ(1) y σ1 ([0, 1]), σ2 ([0, 1]) ⊂ U , la semilocal simpleconexión de
U garantiza que σ := σ1 ? σ 2 'γ(1) en X, y por tanto que

γ ? σ2 'γ ? σ ? σ2 'γ ? σ1 .

Esto implica que [γ ? σ1 ] = [γ ? σ2 ] como querı́amos ver, y que π es recubridora.


Para finalizar el teorema resta demostrar que Y es simplemente conexo. Nuestra
estrategia será probar que

π∗ Π1 (Y, [x0 ]) = {[x0 ]},

y concluir usando el Teorema de Monodromı́a (Corolario 11.8).


Con este objetivo consideremos un arco γ : [0, 1] → X con γ(0) = x0 , y definamos
γt : [0, 1] → X, γt (s) = γ(ts), para cada t ∈ [0, 1]. Comprobemos que el arco

c : [0, 1] → Y, c(t) := [γt ],

es el levantamiento γe[x0 ] vı́a π.


Como c(0) = [γ0 ] = [x0 ] y π ◦ c = γ, basta con probar la continuidad de c. Para
ello tomemos t0 ∈ [0, 1] y comprobermos que c es continua en t0 . Teniendo en cuenta la
definición de la topologı́a en Y , es fácil comprobar que

βc(t0 ) := {(c(t0 ), U ) : U semilocalmente simplemente conexo, γt0 (1) = γ(t0 ) ∈ U }

es una base de entornos de c(t0 ) en Y . Por tanto la continuidad de c en t0 pasa por


garantizar que c−1 (c(t0 ), U ) es un entorno de t0 en [0, 1] para todo (c(t0 ), U ) ∈ βc(t0 ) .
En efecto, como γ es continua en t0 existe δ > 0 tal que γ(]t0 −δ, t0 +δ[∩[0, 1]) ⊂ U . Para
cada t ∈]t0 − δ, t0 + δ[∩[0, 1], denotemos por σt : [0, 1] → X, σt (s) := γ((1 − s)t0 + st),
y observemos que γt 'γt0 ? σt . Por tanto,

c(t) = [γt ] = [γt0 ? σt ] ∈ ([γt0 ], U ) = (c(t0 ), U ) para todo t ∈]t0 − δ, t0 + δ[∩[0, 1]

y c es continua en t0 . Ası́ pues c : [0, 1] → Y es continua y c = γ


e[x0 ] .
Para acabar, tomemos un lazo arbitrario c en Y con base el punto [x0 ] y denotemos
por γ := π ◦ c. Como c es el levantamiento de γ con condición inicial [x0 ], por lo que
acabamos de demostrar
c(1) = [γ1 ] = [γ].
Pero c(1) = [x0 ] ya que c es un lazo en Y con base [x0 ]. Esto prueba que π∗ ([c]) =
[π ◦ c] = [γ] = [x0 ] para cualquiera [c] ∈ Π1 (Y, [x0 ]), y por el Teorema de Monodromı́a,
que Y es simplemente conexo como querı́amos demostrar.

95
Ejercicios del Tema 2
1. Consideremos la aplicación recubridora ρ : R → S1 dada por ρ(t) = e2π ti . De-
mostrar que ρ|(0,2) : (0, 2) → S1 es continua, abierta y sobreyectiva pero no es
recubridora. ¿Existe alguna otra aplicación recubridora ψ : (0, 2) → S1 ?

2. Sean ρ : Xe → X y ψ : X → Y aplicaciones recubridoras. Demostrar que si todas


las fibras de ψ son finitas, entonces ψ ◦ ρ : X
e → Y es una aplicación recubridora.

e → X, donde:
3. Construir explı́citamente una aplicación recubridora ρ : X
e = {(x, y, z) ∈ R3 / z = x2 + y 2 } y X = {(x, y, z) ∈ R3 / x2 + y 2 − z 2 = 1}.
X

¿Existe una aplicación recubridora ψ : X → X?


e

4. Sea X un espacio topológico conexo y G ≤ Homeo(X). Demostrar que si la


proyección al cociente p : X → X/G es recubridora, entonces G es propiamente
discontinuo.

5. Un ovaloide es una superficie compacta y conexa S ⊂ R3 con curvatura de Gauss


positiva en cada punto. Demostrar que si S es un ovaloide y N : S → S2 es una
aplicación de Gauss de S, entonces N es un difeomorfismo. En particular S ∼
= S2
(esto nos indica que cierto comportamiento de la curvatura de Gauss implica una
restricción topológica).

6. Construir una aplicación recubridora de dos hojas ρ : T → K, donde T es el toro


y K es la botella de Klein. Deducir que R2 es el recubridor universal de K.

7. Construir una aplicación recubridora de dos hojas ρ : C → M , donde C es el


cilindro y M es la cinta de Moebius infinita. Deducir que R2 es el recubridor
universal de M .

e0 ∈ ρ−1 (x0 ). Supongamos


e → X una aplicación recubridora, x0 ∈ X y x
8. Sea ρ : X
que Xe es arco-conexo. Demostrar que:
a) Si Π1 (X, x0 ) es finito, entonces el número de hojas es finito.
b) Si X
e es compacto y simplemente conexo entonces Π1 (X, x0 ) es finito.

9. Sea ρ : X e → X una aplicación recubridora donde X e es arcoconexo. Dados puntos


−1
x0 ∈ X y x e0 ∈ ρ (x0 ), probar que ρ∗ : Π1 (X,
e xe0 ) → Π1 (X, x0 ) es un isomorfismo
si y sólo si ρ es un homeomorfismo.

10. (Acciones de grupos sobre conjuntos). Sea Y un conjunto no vacı́o y G un grupo.


Se dice que G actúa sobre Y por la derecha si existe una aplicación · : Y × G → Y
tal que:

a) y · e = y, para cada y ∈ Y ,
b) y · (g · h) = (y · g) · h, para cada y ∈ Y y cada g, h ∈ G.

Definimos en Y la siguiente relación: y1 ∼ y2 si y sólo si existe g ∈ G tal que


y2 = y1 · g. Demostrar que ∼ es una relación de equivalencia en Y y describir las
clases de equivalencia. Denotamos por Y /G al conjunto cociente.

96
Diremos que la acción es transitiva si para cada y1 , y2 ∈ Y existe g ∈ G tal que
y2 = y1 · g. Esto equivale a que Y /G contiene una única clase de equivalencia.
Dado y ∈ Y , se define Gy = {g ∈ G / y · g = y}. Demostrar que Gy ≤ G (el
llamado subgrupo de isotropı́a en y).
Fijado y0 ∈ Y , definimos la aplicación Ψ : G → Y dada por Ψ(g) = y0 · g.
Demostrar que, si la acción es transitiva, entonces Ψ induce una biyección Ψ :
G/Gy0 → Y .
e → X una aplicación recubridora y f : Y → X continua, siendo Y
11. Sea ρ : X
conexo y localmente arco-conexo. ¿Existen siempre levantamientos de f si X es
simplemente conexo? ¿Y si Xe es simplemente conexo?

12. Sea ρn : S1 → S1 la aplicación recubridora dada por ρn (z) = z n con n ∈ Z y


n 6= 0. Demostrar que hay levantamientos de ρm mediante ρn si y sólo si m = nk
para algún k ∈ Z. En tal caso, se cumple que ρem = ρk , donde ρem es el único
levantamiento de ρm con ρem (1) = 1.

13. Sea X un espacio conexo y localmente arcoconexo con Π1 (X) finito. Sean f, g :
X → R funciones continuas tales que f (x)2 + g(x)2 = 1, para cada x ∈ X.
Demostrar que existe una función continua h : X → R tal que cos(h(x)) = f (x)
y sen(h(x)) = g(x), para cada x ∈ X. ¿Hasta qué punto es h única?

14. (El grupo fundamental de K). Para cada n, m ∈ Z se define fn,m : R2 → R2 como:

fn,m (x, y) = (x, (−1)n y) + (n, m).

Denotemos G = {fn,m / n, m ∈ Z}. Se pide lo siguiente:

a) Demostrar que cada aplicación fn,m es una traslación o una simetrı́a desli-
zante.
b) Probar que G ≤ Homeo(R2 ) y que G es propiamente discontinuo.
c) Deducir la existencia de una aplicación recubridora p : R2 → K, donde K es
la botella de Klein. Concluir que Π1 (K) ∼= G.

15. (Un espacio con grupo fundamental Zn ). Sea n ∈ N con n ≥ 2. Para cada k =
0, . . . , n − 1 definimos el número θk = (2πk)/n y la aplicación fk : S3 → S3 dada
por:
fk (z, w) = (eθk i z, eθk i w).
Denotemos Gn = {fk / k = 0, . . . , n − 1}. Se pide lo siguiente:

a) Demostrar que Gn es un grupo isomorfo a Zn .


b) Probar que Gn ≤ Homeo(S3 ) y que G es propiamente discontinuo.
c) Construir una aplicación recubridora p : S3 → S3 /Gn y concluir que Π1 (S3 /Gn ) ∼
=
Zn .

16. Resolver de forma razonada las siguientes cuestiones:

a) ¿Es toda equivalencia homotópica una aplicación recubridora? ¿Y recı́proca-


mente?
b) ¿Es recubridora la aplicación ρ : S1 → S1 dada por ρ(x, y) = (x2 − y 2 , 2xy)?

97
e → X una aplicación recubridora y α ∈ Ω(X, x0 ). ¿Es necesaria-
c) Sea ρ : X
mente alguno de los levantamientos de α un lazo en X?
e
d ) ¿Existe una aplicación continua f : S1 → R tal que e2πf (z)i = z, para cada
z ∈ S1 ?
e) ¿Existen aplicaciones recubridoras ρ : S1 → S2 o ρ : S2 → S1 ?
f ) ¿Existen aplicaciones recubridoras ρ : RP2 → S1 o ρ : S1 → RP2 ?
g) ¿Existe G ≤ Homeo(T ) propiamente discontinuo tal que T /G ∼ = RP2 ?
h) Demostrar que si f : S2 → S2 es una aplicación continua e inyectiva, entonces
es un homeomorfismo.
i ) Sea X un espacio arco-conexo con Π1 (X) finito. Demostrar que toda aplica-
ción recubridora ρ : X → X es un homeomorfismo.
j ) Demostrar que toda aplicación continua f : Sn → S1 con n ≥ 2 es nul-
homótopa.

17. Determina el recubridor universal de D \ {0} y de {p ∈ R2 : 1/2 ≤ kpk ≤ 2}.

18. Determina todos los recubridores de S1 y S1 × R.

19. Determina todos los recubridores de la cinta de Möbius infinita.

20. Determina el grupo de automorfismos para los siguientes recubridores:

a) ρ : R → S1 , ρ(t) = e2πıt .
b) ρ × IdR : R × R → S1 × R.
c) πn : S1 → S1 , πn (z) = z n , n ∈ N.
d ) πn × πm : S1 × S1 → S1 × S1 , n, m ∈ N.
e) ρ × πn : R × S1 → S1 × S1 , n ∈ N.
f ) ρ × ρ : R × R → S1 × S1 .

98
TEMA 3: Superficies topológicas
Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]

El último tema del curso se dedicará a estudiar en profundidad una familia impor-
tante de espacios topológicos: las superficies topológicas. Nuestro objetivo principal será
presentar el teorema de clasificación para superficies topológicas compactas. Este resul-
tado descansa sobre algunos de los pilares fundamentales de la topologı́a en dimensión
2, como el Teorema de Invarianza del Dominio ó el Teorema de Radó de existencia de
triangulaciones sobre superficie topológicas. Además, requerirá de conceptos trascen-
dentales para la topologı́a algebraica como el de orientabilidad ó el de caracterı́stica de
Euler.

15. Variedades topológicas: Ejemplos


El concepto central de este tema es el de variedad topológica. Aunque nosotros nos
centraremos en dimensión dos, formularemos la definición con toda generalidad.

Definición 15.1 Un espacio topológico X se dirá una variedad topológica de dimen-


sión n ∈ N si:
X es conexo, Hausdorff y II-Axioma de numerabilidad.
Para todo x ∈ X existe un abierto U ⊂ X conteniendo a x homeomorfo a un
abierto O ⊂ Rn o a un abierto de Rn+ := {(x1 , . . . , xn ) : xn ≥ 0}.
Si X es una variedad topológica n-dimensional, a los pares (U, Φ) formados por un
abierto U de X y un homeomorfismo Φ : U → O sobre un abierto euclidiano O ⊂ Rn ó
Rn+ , se le llamará cartas o parametrizaciones en X.

Hay que hacer algunos comentarios y matizaciones a la anterior definición. Supongamos


que X es una variedad topológica n-dimensional.
Algunos autores no exigen conexión en la definición de variedad topológica. No
obstante, salvo reducirnos a componentes conexas la formulación es equivalente.
Existen espacios topológicos que satisfacen todas las propiedades explicitadas en
la Definición 15.1, excepto el II-Axioma de Numerabilidad. No serán considerados
variedades topológicas.
Una carta (U, Φ) alrededor de un punto x ∈ X se dirá centrada si Φ(x) = 0 ∈ Rn .
La restricción de una carta a un abierto de su dominio es también una carta. Por
tanto, los dominios de las cartas son una base de la topologı́a de X.
Todo punto x ∈ X admite una carta (U, Φ) de forma que Φ(U ) es una bola
B euclidiana de Rn o una semibola abierta B ∩ Rn+ de Rn+ . Salvo componer con
traslaciones y homotecias, podemos asumir que Φ(U ) es la bola unidad B n (0, 1) ⊂
Rn o la semibola B n (0, 1) ∩ Rn+ .

99
X es localmente arcoconexa, localmente compacta y localmente simplemente co-
nexa (luego semilocalmente simplemente conexa), ya que ası́ es la topologı́a eu-
clidiana.

Toda variedad topológica admite recubridor universal; Teorema 14.8.

El grupo fundamental de una variedad topológica es numerable; Teorema 7.15.

Existen dos resultados avanzados de Topologı́a Algebraica que nos ayudan a comprender
las profundas implicaciones topológicas de la Definición 15.1. Nos referimos al Teorema
de Invarianza de la Dimensión y al Teorema de Invarianza del Dominio. Los enuncia-
remos a tı́tulo informativo, ya que su prueba general está fuera del alcance de este
curso.

Teorema 15.2 (Invarianza de la dimension) Sean U ⊂ Rn y V ⊂ Rm dos abiertos


euclidianos no vacı́os. Si U es homeomorfo a V entonces n = m. El mismo enunciado
es válido para abiertos U ⊂ Rn+ y V ⊂ Rm
+.

El mensaje de este teorema es que los codominios euclidianos de las cartas en una
variedad topológica han de ser todos ellos abiertos del mismo espacio euclidiano. Por
tanto, en la Definición 15.1 no hay necesidad de exigir que todas las cartas vayan al
mismo Rn , ya que este hecho está garantizado. Redordemos que el Teorema 8.3 del
Tema 2 demuestra este resultado en el caso particular n = 1 o 2.

Teorema 15.3 (Invarianza del dominio) Sean X una variedad topológica n-dimensional
y U ⊂ X un subespacio topológico de X. Si U es homeomorfo a un abierto euclidiano
O ⊂ Rn entonces U es un abierto de X.
Como consecuencia, si (U, Φ) es una carta en X y p ∈ U un punto tal que

Φ : U → Φ(U ) = O ⊂ Rn+ y Φ(p) ∈∈ Bd(Rn+ ) := {xn = 0},

entonces para toda carta (V, Ψ) en X con p ∈ V se tiene que

Ψ(V ) ⊂ Rn+ y Ψ(p) ∈ Bd(Rn+ ).

Este teorema expresa que todo subconjunto de una variedad topológica n-dimensional
homeomorfo a un abierto euclidiano de Rn ha de ser abierto en la variedad. En particu-
lar, la nada trivial propiedad de que que los subespacios euclidianos de Rn homeomorfos
a abiertos de Rn han de ser abiertos de Rn . La principal y crucial consecuencia del Teo-
rema de Invarianza del Dominio es que tiene sentido definir el borde de una variedad.
Para entenderlo enunciemos el siguiente corolario.

Corolario 15.4 Sea X una variedad topológica n-dimensional y p ∈ X. Admitamos


que existe una carta (U, Φ) en X de forma que

Φ : U → Φ(U ) = O ⊂ Rn+ y Φ(p) ∈ Bd(Rn+ ).

Entonces para cualquiera carta (V, ψ) de x en X se tiene ψ(V ) = O ⊂ Rn+ y ψ(p) ∈


Bd(Rn+ ). En ese caso p se dirá un punto borde de X.

Observación 15.5 Para dimensión n = 2, el Corolario 15.4 es también consecuencia


del Corolario 9.7.

100
Definición 15.6 Si Xes una variedad topológica n-dimensional, denotaremos por Bd(X) ⊂
X al subconjunto cerrado formado por los puntos borde de X. También diremos que
Int(X) := X \ Bd(X) es el conjunto de los puntos interiores de X.
La siguiente proposición es muy útil.
Proposición 15.7 Sea f : X → Y un homeomorfismo local sobreyectivo. Entonces
X es variedad topológica n-dimensional ⇐⇒ Y es variedad topológica n-dimensional.
En particular, la tesis es válida si f : X → Y es un recubridor.
Demostración : Sean y ∈ Y y x ∈ f −1 (y). Siempre podemos encontrar entornos abiertos
U de x y V de y de forma que f |U : U → V es un homeomorfismo. Teniendo en cuenta
que los dominios de las cartas en una varidedad son una base de la topologı́a, no implica
pérdida de generalidad suponer que U ó V es homeomorfo a un abierto de Rn ó Rn+ ,
depeniendo de que sea X una variedad topológica ó lo sea Y . Por tanto ambos abiertos
son homeomorfos a un abierto de Rn , lo que concluye la prueba.
Ejercicio 15.8 Los siguientes espacios son variedades topológicas:
Un abierto de una variedad topológica n-dimensional es una variedad topológica
n-dimensional: basta restringir cartas a la intersección con el abierto.
Rn , n ∈ N, es una variedad topológica n-dimensional recubierta por una sola
carta: la aplicación IdRn : Rn → Rn .
Rn+ es una variedad topológica n-dimensional con borde {xn = 0} recubierta por
una sola carta: la aplicación IdRn+ .

El disco unidad cerrado D := {p ∈ R2 : kpk ≤ 1} es una variedad topológica


2-dimensional con borde S1 .
S1 × [0, 1] es una variedad topológica 2-dimensional con borde S1 × {0, 1}.
Sn , n ∈ N, es una variedad topológica n-dimensional recubierta por dos cartas:
las proyecciones estereográficas desde el polo Norte y el polo Sur.
RPn , n ∈ N, es una variedad topológica n-dimensional. Téngase en cuenta que
Sn recubre a RPn .
El producto X × Y de variedades topológicas X e Y de dimensiones n y m, res-
pectivamente, es una variedad topológica de dimensión n + m con borde (Bd(X) ×
Y )∪(X ×Bd(Y )): el producto de cartas de los factores es una carta en la variedad
producto.
Todas las superficies regulares en R3 son variedades topológicas 2-dimensionales.
El estudio de las variedade topológicas es uno de los ejes centrales de la Topologı́a y
la Geometrı́a. Los resultados más ambiciosos en este contexto son los de clasificación, en
general de bastante sofisticación. Sólo en dimensiones uno y dos las respuestas obtenidas
están a nuestro alcance. En este curso nos centraremos el el caso 2-dimensional bajo la
hipótesis de compacidad.
La clasificación de las variedades topológicas 1-dimensionales no requiere de gran
aparato matemático. Por falta de tiempo omitiremos los detalles de la misma y simple-
mente enunciaremos el siguiente:
Teorema 15.9 Salvo homeomorfismos, las únicas variedades topológicas 1-dimensionales
son S1 , R, R+ = [0, +∞[ y [0, 1].

101
16. Superficies topológicas
Los objetos que van a centrar nuestro estudio se presentan en la siguiente definición.

Definición 16.1 Una superficie topológica es una variedad topológica 2-dimensional.

Ejemplos de superficies topológicas son R2 , S2 , el Toro, el cilindro, la botella de Klein,


la cinta de Móbius, todas las superficies regulares en R3 ,...

Observación 16.2 Dada una superficie topológica S:

Bd(S) es cerrado en S, y en consecuencia el Int(S) es abierto en S.

Cada componente conexa de Bd(S) es una variedad topológica 1-dimensional sin


borde, luego homeomorfa a S1 o R.

Si S es compacta entonces Bd(S) es compacto y consiste en una colección finita


de curvas de Jordan en S disjuntas dos a dos.

Los homeomorfismos respetan el borde de las superficies. En particular, si dos


superficies son homeomorfas sus bordes son homeomorfos por restricción del ho-
meomorfismo global.

La compacidad es una propiedad topológica que hace mucho más manejable la fa-
milia de las superficies. Nuestra intención es presentar una familia lo más vasta posible
de ejemplos de superficies topológicas compactas. La siguiente proposición es una he-
rramienta bastante útil para este objetivo. Vamos a trabajar con esquemas binarios
sobre un conjunto de ı́ndices U infinito numerable. Es conveniente tener presentes las
construcciones de la Sección 3.3.
(1) (k)
Proposición 16.3 La realización canónica Sω de un esquema binario ω = b1 . . . bk
es una superficie topológica compacta con Bd(Sω ) = σω (Υ), donde σω : D → Sω es la
identificación asociada a la representación canónica de ω (ver Definición 3.20) y Υ ⊂ S1
es el cierre topológico de {p ∈ S1 : ]σω−1 (σω (p)) = 1}. En particular,

Bd(Sω ) 6= ∅ ⇐⇒ ω es un esquema binario mixto.

Demostración :De la Proposición 3.21 se sigue que Sω es Hausdorff y II-Axioma de


Numerabilidad. Resta comprobar que Sω es localmente euclidiano.
Sea p ∈ Sω , y llamemos Up () al bierto σω -saturado de D dado por

{x ∈ D : dist(x, σω−1 (p)) < }.

Llamemos Cp () := {x ∈ D : dist(x, σω−1 (p)) = } y Υp () := Υ ∩ Up ().


La simetrı́a de la representación canónica y el hecho de que ω sea binario implican,
para  suficientemente pequeño, que:

(a) Si p ∈ σω (D) entonces Up () es un disco abierto y σω |Up () : Up () → σω (Up ()) es
un homeomorfismo.

(b) Si p ∈ σω (S1 \ Υ) entonces Up () = ∪kj=1 Xj , k > 1, donde X1 , . . . , Xk son discos


topológicos compactos disjuntos dos a dos en D con:

∪kj=1 Bd(Xj ) = Cp () ∪ (Up () ∩ S1 ) y ∪kj=1 Xj ∩ Υ = ∅.

102
σω |Xj : Xj → σω (Xj ) es un homeomorfismo, j = 1, . . . , k.
Salvo reordenación,
   
∪ji=1 σω (Xi ) = Bd σω (Xj+1 ) ∩ Bd ∪ji=1 σω (Xi )

γj := σω (Xj+1 ) ∩

es un arco de Jordan que contiene a p para todo j = 1, . . . , k − 1, siendo


además p interior a γk−1 .

Por tanto, la identificación σω |Up () : Up () → σω Up () realiza el pegado cı́clico de
los k discos X1 , . . . , Xk por los 2k − 2 arcos de Jordan borde ∪k−1 −1
j=1 σω (γj ). De la

Proposición 3.10 se infiere que: σω Up () es un disco topológico abierto.

(c) Si p ∈ σω (Υ) entonces Up () = ∪kj=1 Xj , donde X1 , . . . , Xk son discos topológicos


compactos disjuntos dos a dos en D con:

∪kj=1 Bd(Xj ) = Cp () ∪ (Up () ∩ S1 ) y ∪kj=1 Xj ∩ Υ = Υp ().
σω |Xj : Xj → σω (Xj ) es un homeomorfismo, j = 1, . . . , k.
Salvo reordenación:
• Xj ∩ Υ = {p}, j 6= 1, k.
• γ := X1 ∩ Υ = Bd(X1 ) ∩ Υ y γ 0 := Xk ∩ Υ = Bd(Xk ) ∩ Υ son arcos de
Jordan que se cortan en p como extremo común, siendo Υp () = γ ∪ γ 0 .
• γj := σω (Xj+1 ) ∩ ∪ji=1 σω (Xi ) = Bd σω (Xj+1 ) ∩ Bd ∪ji=1 σω (Xi ) es
  

un arco de Jordan que tiene a p como extremo y único punto en común


con γ ∪ γ 0 , para todo j = 1, . . . , k − 1.

En este caso la identificación σω |Up () : Up () → σω Up () realiza el pegado de
los k discos X1 , . . . , Xk por los arcos de Jordan borde ∪k−1 −1
j=1 σω (γj ) y existe un

homeomorfismo σω Up () → D ∩ R2+ que aplica σω (Υp ()) en ] − 1, 1[×{0}.
Esto prueba que Sω es localmente euclidiano, y por tanto, una superficie topológica.
Sólo cuando Υ 6= ∅, esto es, sólo cuando ω sea mixto, puede darse la opción (c) y la
surperficie Sω tiene por borde σω (Υ). Esto concluye la proposición.

Como consecuencia del Corolarios 9.11 y 9.14 (ver las Definiciones 9.10 y 9.12), la
Proposición 16.3, y el hecho de que el número de componentes conexas del borde de
una superficie es un invariante topológico, tenemos el siguiente:

Corolario 16.4 Las superficies compactas en la siguiente lista son dos a dos no ho-
meomorfas:

{Sn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {Sn∗ : n ∈ N} ∪ {Sn,k : (n, k) ∈ (N ∪ {0}) × N} ∪ {Sn,k



: (n, k) ∈ N2 }

16.1. Triangulaciones de superficies


Una vez conocida una familia amplia de ejemplos, es natural preguntarse por resul-
tados de clasificación de superficies topológicas compactas. La respuesta a este problema
no es sencilla y requiere de cierta preparación y lenguaje.

Definición 16.5 Un triangulo topológico es un par formado por un disco topológico


compacto T y tres puntos distintos {v1 , v2 , v3 } destacados en la curva de Jordan Bd(T ).
Si (T, {v1 , v2 , v3 }) es un triángulo topológico:

103
Los puntos vj , j = 1, 2, 3 se llamarán vértices de T .

Si {i, j, h} = {1, 2, 3} y h ∈ {1, 2, 3}, el arco de Jordan lh en Bd(T ) uniendo los


vértices vi , vj y no incidente con vh será referido como el lado de T determinado
por vi y vj . Obviamente T tiene tres lados {l1 , l2 , l3 }.
Si no hay ambigüedad en la determinación de los vértices, T indicará indistintamente
tanto al triángulo (T, {v1 , v2 , v3 }) como al disco topológico compacto subyacente.
Si T es un trı́angulo y l ⊂ T (v ∈ T ), la expresión l ≤ T (v ≤ T ) indicará que l
es un lado de T (v es un vértice de T ). Análogamente, si l es un lado de T y v ∈ l, la
expresión v ≤ l indicará que v es un vértice de T en l.
Denotaremos por
F (T ) := {X} al conjunto formado por la única cara de T ,

E(T ) = {l1 , l2 , l3 } al conjunto formado por los lados de T , y

V (T ) = {v1 , v2 , v3 } al conjunto formado por los vértices de T .

Definición 16.6 (Orientacion en un triángulo topológico) Dado un triángulo to-


pológico (T, {v1 , v2 , v3 }), una orientación de T es una ordenación cı́clica de sus vértices.
Hay dos orientaciones posibles, a saber:

v1 → v2 → v3 → v1 , que se representará por (v1 , v2 , v3 ) ≡ (v2 , v3 , v1 ) ≡ (v3 , v1 , v2 )

v2 → v1 → v3 → v2 , que se representará por (v2 , v1 , v3 ) ≡ (v1 , v3 , v2 ) ≡ (v3 , v2 , v1 ).

Un triángulo orientado es el par formado por un triángulo (T, {v1 , v2 , v3 }) junto con
una orientación (vi , vj .vh ) del mismo, y se denotará (T, (vi , vj .vh )).
También podemos orientar los lados de T fijando una ordenación de sus vértices o
extremos, este concepto ya se introdujo en la Definición 3.3.
Una orientación (vi , vj .vh ) de T induce de forma narual orientaciones en los lados
de T de acuerdo con el siguiente criterio:

(vj , vh ) en li , (vh , vi ) en lj , (vi , vj ) en lh .

Estas orientaciones explicitadas de los lados de T se dirán compatibles con la orienta-


ción global (vi , vj .vh ) de T y viceversa.
Dos triángulos orientados intersecándose en un lado común l se dirán compatible-
mente orientados si inducen orientaciones opuestas sobre l.

Existe una alternativa topológica, que en algún momento nos dará ventaja, a la defini-
ción combinatoria de orientación para un triángulo.
En efecto, consideremos un disco topológico compacto arbitrario X y fijemos un
punto p0 ∈ Bd(X), que para lo que sigue jugará un papel meramente auxiliar. Para
cada p ∈ Int(X), el grupo fundamental Π1 (X \ {p}) ≡ Π1 (X \ {p}), p0 ) es cı́clico infinito
y por tanto tiene dos generadores, que con notación adivitiva denotaremos ap y −ap :

Π1 (X \ {p}) = Z(ap ) = Z(−ap ).

Podemos elegir como representante de la clase de homotopı́a ap un lazo αp : [0, 1] → X


basado en p0 tal que:

104
αp ([0, 1]) = Bd(X).

αp |[0,1[ es inyectiva.
Si el subı́ndice indica el espacio donde se toma la clase de homotopı́a, con este lenguaje
ap = [αp ]X\{p} y [αp ]X\{p} = −ap . Si tomamos otro punto q ∈ Int(X), es claro que
αq = αp ya que [αp ]X\{q} genera igualmente Π1 (X \ {q}) ≡ Π1 (X \ {q}, p0 ). En otras
palabras, existe un lazo (con base p0 )

αX : [0, 1] → Bd(X) ⊂ X

tal que [αX ]X\{q} genera Π1 (X \ {q}) para todo q ∈ Int(X), y lo mismo ocurre con αX .

Definición 16.7 Por definición,

[αX ] := {[αX ]X\{q} : q ∈ Int(X)} y − [αX ] := {−[αX ]X\{q} : q ∈ Int(X)}

se dirán lo generadores universales de la familia de grupos fundamentales

Π1 (X ∗ ) := {Π1 (X \ {q}) : q ∈ Int(X)}.

Supongamos ahora que X es un triángulo topológico T y elijamos un generador universal


[α] de Π1 (T ∗ ). Si V (T ) = {α(tj ) : j = 1, 2, 3} con
 0 ≤ t1 < t2 < t3 < 1, convenimos que
[α] determina la orientación α(t1 ), α(t2 ), α(t3 ) . Recı́procamente, una orientación de T
determina unı́vocamente un sentido de recorrido de Bd(T ) de acuerdo a ese criterio, y
por tanto un generador universal de la familia Π1 (T ∗ ).

Definición 16.8 Dado un triángulo topológico T , una orientación en T es un genera-


dor universal [α] de Π1 (T ∗ ).

Redundando con estas ideas, es evidente que una orientación de un subarco de


Jordan γ dentro de un arco de Jordan γ 0 induce de forma canónica una orientación en
γ 0 compatible. Basta observar que γ 0 es homeomorfo a [0, 1] y entender esta idea sobre
el intervalo [0, 1], donde la orientación (ordenación de extremos) se interpreta como un
sentido de recorrido del intervalo vı́a una parametrización. Por tanto, para orientar un
lado l de un triángulo topológico T basta con orientar cualquier subarco de Jordan γ
de l. La única orientación en T compatible con esta orientación inducida en l se dirá
la inducida por el subarco orientado γ en T , y recı́procamente una orientación en T
induce otra en cualquier subarco de Jordan de sus lados por ese criterio.

Definición 16.9 Un triángulo geométrico en R2 es la envolvente convexa de tres puntos


afinmente independientes. Si v1 , v2 , v3 son los vértices de un triángulo geométrico T en
R2 , la orientación (v1 , v2 , v3 ) se dirá positiva o contraria al sentido de recorrido de las
agujas del rejoj si
det(v2 − v1 , v3 − v1 ) > 0.
En otro caso se dirá negativa o a favor de las agujas del rejoj.

Si T1 , T2 ⊂ R2 son dos triángulos geométricos orientados positivamente e incidentes en


un lado l, el álgebra lineal nos dice que T1 y T2 inducen orientaciones opuestas en l, y
por tanto, que T1 y T2 están compatiblemente orientados.

Definición 16.10 Dada una superficie topológica compacta S, una triangulación T de


S es una familia finita de triángulos topológicos satisfaciendo:

105
(i) T es un subespacio topológico de S para todo T ∈ T .

(ii) Si T1 , T2 ∈ T son triángulos distintos, entonces T1 ∩ T2 es el vacı́o, un vértice


común o un lado común.

(iii) ∪T ∈T T = S.
Dos triángulos distintos de una triangulación de S que compartan sólo un vértice se
dirán incidentes en ese vértice. De igual forma, si comparten un lado se dirán contiguos
o incidentes en ese lado.
Un par (S, T ) formado por una superficie compacta S y una triangulación suya T
se le referirá como una superficie (compacta) triangulada.

Si (S, T )es una superficie compacta triangulada, llamaremos:


F (T ) := ∪T ∈T F (T ) al conjunto de todos las caras de T ,

E(T ) := ∪T ∈T E(T ) al conjunto de todos los lados de T , y

V (T ) := ∪T ∈T V (T ) al conjunto de todos los vértices de T .

Las triangulaciones se comportan bien respecto a los homeomorfismos, en el sentido de


que si H : S1 → S2 es un homeomorfismo entre superficies topológicas compactas y T
es una triangulación de S1 , entonces

H(T ) := {H(T ) : T ∈ T }

es una triangulación de S2 . Ha de entenderse que los vértices de H(T ) son las imágenes
por H de los vértices de T para todo T ∈ T , esto es, que H aplica unı́vocamente los
lados y vértices de T en los lados y vértices de H(T ).
El enunciado de la siguiente proposición es muy natural, aunque su prueba no es en
absoluto trivial.

106
Proposición 16.11 Si (S, T ) es una superficie compacta triangulada entonces:
(a) T \ Bd(T ) es un abierto de S para todo T ∈ T .

(b) Para todo l ∈ E(T ), existen a lo más dos triángulos de T incidentes con l. Si sólo
hay uno entonces l ⊂ Bd(S), y si hay dos entonces Int(l) ⊂ Int(S).

(c) Si v ∈ V (T ), la estrella de v, definida como el conjunto Est(v) := ∪v≤T ∈T T ,


es un disco topológico compacto (cuando sea necesario enfatizar la triangulación
escribiremos EstT (v)). Además, si lv (T ) denota al único lado de T no incidente
con v para cada T ∈ T contenido en Est(v), entonces:

Est∗ (v) := ∪kj=1 Tj \ lv (Tj ) es un abierto en S conteniendo a v.




v ∈ Int(S) si y sólo sı́ todo lado l ∈ E(T ) con v ≤ l es incidente con dos
triángulos distintos de Est(v).

Demostración : Como T \ Bd(T ) es homeomorfo al disco abierto D, item (a) es conse-


cuencia inmediata del Teorema de Invarianza del Dominio; ver Teorema 15.3.
Para probar (b), tomemos l ∈ E(T ) y consideremos la familia {T1 , . . . , Tk } de todos
los triángulos de T incidentes con l. Hemos de comprobar que k ≤ 2.
Primero observemos que
 
A := Int(l) ∪ ∪kj=1 Tj \ Bd(Tj )

es un abierto en S. En efecto, como por (a) el conjunto ∪kj=1 Tj \ Bd(Tj ) es abierto
en S, basta comprobar que cada punto de Int(l) es interior a A en S. De no ser ası́,
como S es II-Axioma de Numerabilidad podrı́amos encontrar una sucesión de puntos
{p
S n }n∈N ⊂ S \A convergiendo a un punto de p0 ∈ Int(l). Teniendo en cuenta que S \A =
/ 1 ,...,Tk } T es compacto, luego cerrado en S por ser ésta Hausdorff, inferirı́amos que
T ∈{T
x0 ∈ S \ A. Esto implicarı́a que p0 ∈ T para algún T ∈ / {T1 , . . . , Tk }, y como T1 , . . . , Tk
son todos los triángulos de T conteniendo a l, que p0 ∈ / Int(l), una contradicción.
Por otra parte, si consideramos el triángulo ∆1 con vértices (0, 0, 1), (0, 0, −1),
(0, 1, 0) en R3 y sus girados respecto del eje x3

∆j := {(e2π(j−1)ı/k z, x3 ) : (z, x3 ) ∈ ∆ ⊂ C × R ≡ R3 }, j = 1, . . . , k,

es fácil ver que A = ∪kj=1 Tj ∼


= ∆ := ∪kj=1 ∆j ; basta construir homeomorfismos Tj → ∆j
vı́a el Corolario 3.6, j = 1, . . . , k, que coincidan sobre l, y fusionarlos topológicamente
de forma natural para construir un homeomorfismo
 global entre  A y ∆.
Concluimos que A ∼

= ∆0 := Int(l0 )∪ ∪kj=1 |∆j |\Bd(|∆j |) , donde l0 := {(0, 0)}×
[−1, 1]. Como A es un abierto de una superficie topológica, ∆0 dotado de la topologı́a
euclidiana ha de ser una superficie topológica. El Corolario 9.7 implica que k ≤ 2,
l ⊂ Bd(S) si k = 1 e Int(l) ⊂ Int(S) si k = 2. Esto prueba (b).

107
Para acabar demostremos (c). Consideremos v ∈ V (T ) y elijamos un triángulo
T1 ∈ E(T ) incidente con v. Inductivamente elijamos Tj ∈ T de Est(v) y lj−1 ∈ E(Tj )
j−1

tal que v ≤ lj−1 y lj−1 ∈ ∪i=1 E(Ti ) \ {l1 , . . . , lj−1 }. Tras un proceso necesariamente
finito generamos una secuencia maximal de triángulos T1 , . . . , Tk1 y lados l1 , . . . , lk1 −1
satisfaciendo
(i) Tj está en Est(v) para todo j.

(ii) v ≤ lj ∈ E(T ) y lj ⊂ Tj+1 ∩ ∪ji=1 Ti , j = 1, . . . , k1 − 1.




Por la Proposición 3.10, C1 := ∪kj=1 1


Tj es un disco topológico compacto. Si cada l ∈
k1
∪j=1 E(Tj ) tal que v ≤ l es incidente con exactamente dos triángulos de la lista {T1 , . . . , Tk1 },
entonces v ∈ C1∗ := C1 \Bd(C1 ). En caso contrario existirán dos triángulos en {T1 , . . . , Tk1 },
que salvo reindexación podemos suponer son T1 y Tk1 , de forma que los lados v ≤ l0 ≤ T1
y v ≤ lk1 ≤ Tk1 distintos de l1 y lk1 −1 , respectivamente, no son incidentes a ningún otro
triángulo de la lista, y por tanto están contenidos en Bd(S) por el item (b). En este
caso definiremos

C1∗ := C1 \ Bd(C1 ) ∪ (Int(l0 ) ∪ Int(lk1 )) ∪ {v}.




Si hubiese un triángulo T12 ∈ T \{T1 , . . . , Tk1 } incidente con v, repetirı́amos formalmente


el argumento anterior. Teniendo en cuenta (b), podrı́amos generar una nueva secuencia
maximal de triángulos T12 , . . . , Tk22 ∈ T \ {T1 , . . . , Tk1 } satisfaciendo (i) y (ii), de forma
que C2 := ∪kj=1 2
Tj2 es un disco topológico compacto, y definir C2∗ como antes. Este
proceso se repite cuantas veces sea necesario hasta agotar todos los triángulos incidentes
con v y completar Est(v). La descripción final serı́a Est(v) = ∪rj=1 Cr , donde cada
Cj es un disco topológico compacto unión de trı́angulos de T incidentes con v con
Cj ∩ Ci = {v}, i 6= j. Razonando como en la prueba del item (b), E0 := ∪rj=1 Cj∗ es
un abierto de S conteniendo a v como punto interior. Omitimos los detalles. Si r > 1
llegarı́amos a contradicción ya que E0 es una superficie topológica que se desconecta
localmente al eliminar un punto, a saber v, algo imposible al ser localmente euclidiana.
Por tanto r = 1, Est(v) = C1 es un disco topológico y C1∗ es un abierto en S
conteniendo a v. Además, si cada l ∈ ∪kj=1 1
E(Tj ) con v ≤ l es incidente con exactamente
dos triángulos de la lista {T1 , . . . , Tk1 }, entonces v ∈ Int(S) ya que v ∈ C1∗ = C1 \Bd(C1 )
es un disco abierto. En caso contrario, y con la notación de arriba, (Int(l0 ) ∪ Int(lk1 )) ∪
{v} ⊂ Bd(S) por el item (b). Esto prueba (c) y la proposición.

Definición 16.12 Dadas dos triangulaciones T y T 0 de una superficie compacta S, se


dirá que T 0 es una subdivisión de T , y se escribirá T 0 ≺ T , si para todo T 0 ∈ T 0 existe
T ∈ T tal que T 0 ⊂ T .

La siguiente proposición muestra que no es difı́cil construir subdivisiones de una


triangulación.
Proposición 16.13 Sea (S, T ) una superficie compacta triangulada, sea V un recubri-
miento por abiertos de S y sea A ⊂ S un conjunto finito de puntos.
Entonces existe T0 ≺ T tal que
A ⊂ V (T0 ) y

para todo v ∈ V (T0 ) existe V ∈ V tal que EstT0 (v) ⊂ V ,


donde EstT0 (·) expresa estrella según T0 .

108
Demostración : Tomemos T ∈ T , y reparemos en que como T ∼ = D, podemos encontrar
un homeomorfismo FT : T → ∆ := {(x, y) ∈ [0, 1]2 : x + y ≤ 1} que aplique los vértices
de T en los vértices del triángulo geométrico ∆; téngase en cuenta el Corolario 3.6 y la
Proposición 3.22.
Nuestro primer objetivo es construir una triangulación T1 de S tal que

T1 ≺ T ,

para todo v ∈ V (T1 ) existe V ∈ V tal que EstT1 (v) ⊂ V y

] A \ V (T1 )) ≤ ]A − 1.

La construcción se hará en dos etapas.


En la primera consiste en subdividir cada T ∈ T . Para ello realizamos una triangu-
lación ∆T de ∆ por triángulos geométricos planos de forma que cada vértice v ∈ V (∆T )
tenga su estrella Est∆T (v) según ∆T contenida en FT (V ∩ T ) para algún V ∈ V. Esto
se puede hacer por razonamientos geométricos elementales como las subdivisiones ba-
ricéntricas sucesivas, hasta logar que los triángulos de ∆T tengan diámetro menor que
/2 con  el número de Lebesgue del recubrimiento abierto {FT (V ∩ T ) : V ∈ V} de ∆.
La subdivisión buscada de T no es sino FT−1 (∆T ).
A continuación llamemos T 0 a la colección de triángulos topológicos ∪T ∈T FT−1 (ΘT )
en S, que no es necesariamente una triangulación de S.
En la segunda etapa, para cada triángulo T ∈ T 0 elijamos un punto vT ∈ Int(T ) ∩ A
ó cualquier vT ∈ Int(T ) si Int(T )∩A = ∅. Como antes, consideremos un homeomorfismo
FT : T → ∆ respetando vértices, y tracemos segmentos dentro de ∆ que unan FT (vT )
con los puntos en V (∆) ∪ FT (A ∪ V (T 0 )) ∩ Bd(T ) . Esta configuración

0
 determina una
triangulaciónS ∆T de ∆ con vértices V (∆) ∪ FT (A ∪ V (T )) ∩ Bd(T ) ∪ {FT (vT )}. Defi-
namos T1 := T ∈T 0 FT−1 (∆T ), que es una triangulación de S de acuerdo a la Definición
16.10. Claramente T1 ≺ T , todo triángulo de T1 está contenido en un abierto de V y
] A \ V (T1 )) ≤ ]A − 1.
Si A \ V (T1 ) 6= ∅ reiteramos el procedimiento para construir una subdivisión T2 ≺ T1
tal que todo triángulo de T2 está contenido en un abierto de V y ] A \ V (T2 )) ≤ ]A − 2.
Tras un número finito de pasos llegarı́amos a una subdivisión T0 ≺ T satisfaciendo las
propiedades deseadas.

Definición 16.14 (Caracterı́stica de Euler de una triangulación) Sea T una trian-


gulación de una superficie topológica S. Al número entero

χT (S) := ]F (T ) − ]E(T ) + ]V (T )

se le llamará la caracterı́stica de Euler de la triangulación T de S.

Reparemos en que cada punto v ∈ V (T ) puede ser vértice de varios triángulos de T , y


análogamente cada arco de Jordan l ∈ E(T ) puede ser lado de más de un trı́angulo de
T . El cálculo correcto de χT (S) no ha de tener en cuenta esas multiplicidades, y tanto
cada vértice v ∈ V (T ) como cada lado l ∈ E(T ) han de contarse una sola vez.

Definición 16.15 (Orientabilidad de una triangulación) Una triangulación T de


una superficie S se dice orientable si es posible elegir una orientación en cada uno de
sus triángulos de forma que cada para de ellos contiguos (con un lado común) estén
compatiblemente orientados, esto es, induzcan en su lado común orientaciones opues-
tas. Si T es orientable, una orientación global en T será una elección de orientaciones

109
en todos y cada uno de sus triángulos de T de forma que cada dos contiguos satisfagan
la anterior condición de compatibilidad. En ese caso también diremos que es posible
elegir una orientación global compatible de los triángulos de T . Obviamente si T es
orientable entonces admite dos orientaciones globales.
En caso de que no sea posible elegir una orientación global compatible de los triángu-
los de T se dirá que T es no orientable.

Como veremos más adelante cualquier superficie compacta admite una triangula-
ción. Serı́a deseable que dos triangulaciones distintas de una misma superficie compacta
compartiesen caracterı́stica de Euler y carácter de orientabilidad. No obstante, la prue-
ba de este hecho requerirá de bastante reflexión. Sólo después de superar este obstáculo
podremos definir con propiedad la caracteristica de Euler y el concepto de orientabili-
dad de una superficie topológica compacta como la de cualquiera de sus triangulaciones.
Para discos topológicos sı́ que podemos probar el siguiente resultado:

Lema 16.16 Todo disco topológico compacto es triangulable. Si X es un disco to-


pológico compacto y T = {T1 , . . . , Tk } cualquiera triangulación de X, entonces exis-
te una colección de triángulos geométricos {∆1 , . . . , ∆k } en R2 y un homeomorfismo
F : X → ∆ := ∪kj=1 ∆j tal que F (Tj ) = ∆j para todo j = 1, . . . , k.
En particular, T es orientable y χT (X) = 1.

Demostración : Un disco topológico compacto es homeomorfo a D, luego a cualquiera


triángulo por la Proposición 3.22 o el Teorema 3.23. Por tanto es triangulable.
Consideremos un disco topológico compacto X y una triangulación T de X. Proba-
remos el resultado por inducción en el número k de triángulos en T .
Si k = 1 el resultado es trivial ya que, elejido un triángulo geométrico ∆1 en R2 ,
siempre existe un homeomorfismo F : X = T1 → ∆1 con F (V (T1 )) = V (∆1 ), ver Pro-
posición 3.22 y el Corolario 3.6. Supongamos que el resultado es cierto para cualquiera
triangulación de un disco topológico compacto con una cantidad de triángulos menor o
igual que k − 1, k > 1.
Consideremos un disco topológico compacto X y una triangulación T de X con
k > 1 triángulos. Veamos que podemos ordenar la triangulación T = {T1 , . . . , Tk } de
forma que

(i) Xj := ∪ji=1 Ti es un disco topológico compacto y

(ii) lj−1 := Tj ∩ Xj−1 es un arco de Jordan

para todo j = 1, . . . , k − 1 (item (ii) es vacı́o para j = 1). En efecto, tomemos T1 un


triángulo cualquiera con un lado en Bd(X). Supongamos que hemos elegido T1 , . . . , Tj
satisfaciendo (i) y (ii), j < k. Observemos que Bd(X) * Xj . En efecto, como Xj ⊂ X
el Teorema de Invarianza del Dominio (ver Teorema 15.3) implica que Bd(X) ∩ Xj ⊂
Bd(Xj ). Por tanto, si Bd(X) ⊆ Xj entonces Bd(X) serı́a un subconjunto abierto y
cerrado en Bd(Xj ) ∼ = S1 , luego Bd(Xj ) = Bd(X). Teniendo en cuenta de nuevo el
Teorema 15.3 deducirı́amos que Int(Xj ) es igualmente abierto y cerrado en Int(X), y
por tanto que Xj = X, una contradicción.
Ası́ pues Bd(X) * Xj y existe un triángulo Tj+1 ∈ T distinto de los Ti , i ≤ j, con
algún lado en Bd(X) y que comparte con Xj un arco de Jordan lj , ya sea un lado o la
unión de dos lados. La Proposición 3.10 garantiza que Xj+1 = Xj ∪ Tj+1 es un disco
topológico, lo que concluye el proceso.

110
Usando esta ordenación {T1 , . . . , Tk } de los triángulos de T , construyamos de forma
inductiva una secuencia

{Fj : Xj → ∪ji=1 ∆i : j = 1, . . . , k}

de aplicaciones satisfaciendo

∆1 , . . . , ∆j son triángulos geométricos en R2 ,

Fj : Xj → ∪ji=1 ∆i es un homeomorfismo,

Fj (Ti ) = ∆i y Fj (V (Ti )) = V (∆i ), i = 1, . . . , j,

Fj |Xj−1 = Fj−1 ,

para todo j = 1, . . . , k (la última condición es vacı́a para j = 1).


En efecto, elijamos un triángulo geométrico ∆1 en R2 , y construyamos vı́a la Pro-
posición 3.22 y el Corolario 3.6 un homeomorfismo F1 : T1 → ∆1 F1 (V (T1 )) = V (∆1 ).
Supongamos construidos {Fh : Xh → ∪hi=1 ∆i : h = 1, . . . j}, j < k, satisfaciendo
las anteriores condiciones. Hemos de encontrar un nuevo triángulo geométrico ∆j+1 y
un homeomorfismo Fj+1 : : Xj+1 → ∪j+1 i=1 ∆i extensión de Fj tal que Fj+1 (Ti ) = ∆i y
Fj+1 (V (Ti )) = V (∆i ), i = 1, . . . , j + 1.
Si lj = Tj+1 ∩ Xj es un lado de Tj+1 , tomemos cualquier triángulo geométrico ∆j+1
en R2 con ∆j+1 ∩ (∪ji=1 ∆i ) = Fj (lj ) y cualquier homeomorfismo

H : Tj+1 → ∆j+1 con H|lj = Fj |lj y H(V (Tj+1 )) = V (∆j+1 )

construido vı́a la Proposición 3.22 y el Corolario 3.6. Para cerrar la inducción, pongamos
Fj+1 : Xj+1 → ∪j+1 i=1 ∆j como la única extensión de Fj satisfaciendo Fj+1 |Tj+1 = H.
El caso en que lj sea la unión de dos lados lj1 y lj2 de Tj+1 es más sutil. Llamemos Ri al
único triángulo en {T1 , . . . , Tj } tal que lli ≤ Ri , i = 1, 2. Vamos a necesitar que el ángulo
que forman Fj (lj1 ) y Fj (lj2 ) en el vértice Fj (lj1 ∩lj2 ) externo a Fj (Xj ) (esto es, el que abarca
la región angular disjunta localmente con Fj (Xj )) sea menor que π. En principio esa
propiedad no ha de ser cierta, pero se puede garantizar modificando de forma apropiada
los homeomorfismos Fj |Ri , i = 1, 2, para ensanchar los triángulos Fj (R1 ) y F (R2 ). Una
vez superado ese obstáculo, es claro que el único triángulo geométrico ∆j+1 conteniendo
a Fj (lj1 ) y Fj (lj2 ) como lados es disjunto de ∪ji=1 ∆j . Como antes, para cerrar la inducción
basta con construir un homeomorfismo H : Tj+1 → ∆j+1 con H|lji = Fj |lji , i = 1, 2, y
definir Fj+1 como la extensión de Fj a Xj+1 satisfaciendo Fj+1 |Tj+1 = H.
El homeomorfismo F := Fk : X → ∆ := ∪ki=1 ∆j resuelve la primera parte de la
proposición.
La orientabilidad de T es trivial, basta con inducir vı́a F las orientaciones positivas
de los triángulos geométricos ∆1 , . . . , ∆k para generar una orientación global compati-
ble. En relación con la caracterı́stica de Euler, se puede probar que χT (X) = 1 también
por inducción en k. Si k = 1 es trivial. Supongamos que χT (X) = 1 cuando la triangu-
lación del disco tenga k − 1 triángulos, k > 1. Tomemos un disco X y una triangulación
T en el mismo con k triángulos. Construyamos la ordenación {T1 , . . . , Tk } de T y el
homeomorfismo F : X → ∆ := ∪ki=1 ∆i de la primera parte de la proposición, y recorde-
mos que Xk−1 := ∪k−1 j=1 Tj es un disco topológico compacto y Tk−1 := {T1 , . . . , Tk−1 } una
triangulación suya con k − 1 triángulos. Por la hipótexis de inducción, χT (Xk−1 ) = 1.
Pero para el cálculo de χT (X) es claro que:

111
Si Tk ∩ Xk−1 es un lado de Tk ,

](F (T )) = ](F (Tk−1 )) + 1, ](E(T )) = ](E(Tk−1 )) + 2 y ](V (T )) = ](V (Tk−1 )) + 1

Si Tk ∩ Xk−1 es la unión de dos lados de Tk :

](F (T )) = ](F (Tk−1 )) + 1, ](E(T )) = ](E(Tk−1 )) + 1 y ](V (T )) = ](V (Tk−1 )).

Por tanto χT (X) = χT (Xk−1 ) = 1, lo que cierra la inducción y acaba la demostración.

Corolario 16.17 (Caracterı́stica de Euler del disco abierto) Sea X un disco to-
pológico compacto y T una triangulación suya. Denotemos por

E0 (T ) := {l ∈ E(T ) : l * Bd(X)} y V0 (T ) := {v ∈ V (T ) : v ∈
/ Bd(X)}.

Entonces χT (Int(X)) := ]F (T ) − ]E0 (T ) + ]V0 (T ) = χT (X) = 1.

Demostración : Como Bd(X) es un ciclo, contiene la misma cantidad de lados que de


vertices de T . El resultado se sigue trivialmente de Lema 16.16.

Definición 16.18 Dos superficies compactas trianguladas (Sj , Tj ), j = 1, 2, se dirán


combinatoriamente equivalentes si existen dos subdivisiones Tj0 ≺ Tj , j = 1, 2, y un
homeomorfismo F : S1 → S2 tales que F (T10 ) = T20 . En particular,

F E(T1 ) = E(T2 ) (esto es, F (l1 ) ∈ E(T2 ) para todo l1 ∈ E(T1 )) y

F V (T1 ) = V (T2 ).

En ese caso se dirá que F : (S1 , T1 ) → (S2 , T2 ) es un homeomorfismo combinatorio


entre (S1 , T1 ) y (S2 , T2 ).

Una consecuencia interesante de los anteriores resultados es la siguiente:

Proposición 16.19 Si (Sj , Tj ), j = 1, 2, son dos superficies compactas trianguladas


combinatoriamente equivalentes entonces:

T1 es orientable ⇐⇒ T2 es orientable.

χT1 (S1 ) = χT2 (S2 ).

Demostración : Sea F : (S1 , T1 ) → (S2 , T2 ) combinatorio, y sean Tj0 ≺ Tj , j = 1, 2,


subdivisiones de forma que F (T10 ) = T20 . Trivialmente T10 es orientable si y sólo sı́ T20 es
orientable y χT 0 (S) = χT 0 (S).
1 2
Por tanto, es suficiente con probar que dada una superficie compacta triangulada
(S, T ) y T 0 ≺ T ,

(a) T 0 es orientable ⇐⇒ T es orientable.

(b) χT 0 (S) = χT (S).

112
Supongamos que T es orientable y fijemos una orientación global compatible en
todos los triángulos de T . Cada triángulo T ∈ T es un disco topológico, luego cualquier
triangulación suya es orientable por el Lema 16.16. Los triángulos de T 0 en T ∈ T
determinan una triangulación T 0 T de T , que puede por tanto orientarse globalmente de
forma compatible. Elijamos la orientación global en T 0 T para que aquellos triángulos
de T 0 T que tengan un lado en Bd(T ) induzcan sobre ese lado la misma orientación que
induce la orientación (ya fijada) de T . De esta forma se genera una orientación global
compatible en T 0 .
Recı́procamente, si T 0 es orientable se fija una orientación global compatible de sus
triángulos, y cada triángulo de T se orienta de forma compatible con los triángulos
orientados de T 0 T tal y como hemos explicado arriba. De esta forma se genera una
orientación global compatible en T .
En relación al cálculo de las caracterı́sticas de Euler razonamos de la siguiente
manera. Cada triángulo T ∈ T aporta un +1 en la suma ]F (T ), el mismo valor numérico
que χT 0 (Int(T )) por el Corolario 16.17. Análogamente, cada lado l ∈ E(T ) aporta un
T
−1 en el cálculo −]E(T ), lo mismo que la diferencia entre el número de lados y vértices
de T 0 en Int(l), que denotaremos por χT 0 (l). Se deduce pués que
X   X 
χT 0 (S) = χT 0 (Int(T )) + χT 0 (l) + ]V (T ) =
T
T ∈T l∈E(T )

= ]F (T ) − ]E(T ) + ]V (T ) = χT (S).

Estudiemos la orientabilidad y la caracterı́stica de Euler para ciertas triangulaciones,


que llamaremos adaptadas, de representaciones binarias.
(1) (k)
Definición 16.20 Sea ω = b1 . . . bk un esquema binario, sea (a = (γ1 , . . . , γk ), h)
una representación suya en cualquiera disco topológico compacto X, y sea σω : X → Sω
la identificación asociada. Una triangulación T de Sω se dirá adaptada a ω si todo
γj ∈ a es unión de una cantidad finita de lados de E(T ), ó equivalentemente, si

Γω ⊂ ∪l∈E(T ) l,

donde como siempre Γω es el grafo conexo asociado a ω.

Proposición 16.21 Dado un esquema binario ω, la superficie Sω admite triangulacio-


nes adaptadas a ω. Además, si T es una triangulación adaptada a ω se tiene que:

113
(a) χT (Sω ) = 1 + χ(Γω ), donde Γω es el grafo conexo borde de ω (ver Definición 3.18).

(b) ω es orientable si y sólo si T es orientable.

Demostración : Sea (a = (γ1 , . . . , γk ), h) la representación canónica de ω en el disco


unidad D (ver Definición 3.20), y σω : D → Sω la identificación asociada. Por el Lema
16.16 podemos elegir una triangulación T 0 de D. Tras subdividir convenientemente T 0
de ser necesario y sin pérdida de generalidad, podemos asumir que:

σω |T : T → σω (T ) es un homeomorfismo para todo T ∈ T 0 .

σω (T 0 ) := {σω (T ) : T ∈ T 0 } es una triangulación de Sω .

Todo arco γj ∈ a es unión de lados de E(T 0 ).

La triangulación T := σω (T 0 ) de Sω es adaptada a ω, lo que prueba la primera parte


de la proposición.
Sea ahora T una triangulación adaptada a ω.
Para probar (a), observemos que el Corolario 16.17 y la Definición 3.16 dan sentido
al siguiente cálculo:

χT (Sω ) = χT (Int(Sω )) + χ(Γω ) = 1 + χ(Γω ).

Probemos (b). Sea T 0 la única triangulación de D tal que σω (T 0 ) = T , esto es, tal que
σω (T 0 ) ∈ T y σω |T 0 : : T 0 → σω (T 0 ) es un homeomorfismo para todo T 0 ∈ T 0 . Por el
Lema 16.16 es posible elegir una orientación global compatible en T 0 . Traslademos estas
orientaciones a los triángulos de T vı́a σω , generando ası́ una orientación en todos y
cada uno de los triángulos de T . Obviamente T será orientable si y solo si estas orienta-
ciones determinan una orientación global compatible en T , lo que es equivalente a decir
que cada dos triángulos σω (T1 ) y σω (T2 ) contiguos a un lado l ∈ E(T ), l ⊂ Γω , están
compatiblemente orientados. Llamemos lj := (σω |Tj )−1 (l) ∈ E(Tj ), lj ⊂ S1 , j = 1, 2.
Es claro que las orientaciones compatibles de los triángulos de T 0 inducen en los lados
que descansan en S1 orientaciones compatibles. Por tanto, σω (T1 ) y σω (T2 ) inducirán
orientaciones opuestas en su lado común l (y estarán compatiblemente orientados como
triángulos orientados) si y solo si el homeomorfismo (σω |l2 )−1 ◦ (σω |l1 ) revierte las orien-
taciones de los arcos de Jordan l1 y l2 en S1 . Como lj ⊂ σω−1 (γij ) para algún γij ∈ a,
j = 1, 2, σω (T1 ) y σω (T2 ) estarán compatiblemente orientados si y sólo si el homeo-
morfismo (σω |γi2 )−1 ◦ (σω |γi1 ) ∈ h revierte las orientaciones de los arcos de Jordan γi1
y γi2 en S1 . En definitiva, concluimos que T es orientable si y sólo si el esquema ω es
orientable, probando (b).

16.2. El Teorema de Radó: Representación poligonal


El ingrediente fundamental para la clasificiación de las superficies topológicas com-
pactas es el siguiente teorema clásico, que enunciaremos sin demostración.

Teorema 16.22 (Teorema de Radó) Toda superficie topológica compacta admite una
triangulación.

Este teorema tiene interesantes consecuencias. La más relevante se enuncia en el


siguiente:

114
Teorema 16.23 (Representación poligonal) Sea S una superficie toplógica com-
pacta, y sea T una triangulación cualquiera suya dada por el Teorema 16.22.
Entonces existe un esquema binario ωT , una triangulación T 0 de su realización SωT
adaptada a ωT y un homeomorfismo F : S → SωT tal que F (T ) = T 0 (en particular,
(S, T ) y (SωT , T 0 ) son combinatoriamente equivalentes).

Demostración : Nuestro programa de trabajo consistirá en probar que existe un disco


topológico compacto ∆ ⊂ R2 con borde poligonal, una triangulación geométrica T0 de
∆ y una identificación topológica H : ∆ → S tal que

H(T0 ) ∈ T y H|T0 : T0 → H(T0 ) es un homeomorfismo para todo T0 ∈ T0 .

Una vez superada esta primera etapa tendremos que S ∼ = ∆/ ∼H , donde ∼H es la


relación inducida por H en ∆. En la segunda parte del argumento, llamaremos
a := {s1 , . . . , su } a la secuencia cı́clica orientada de lados de T0 en Bd(∆),
h := {hi,j : si → sj : i, j = 1, . . . u} a la familia de homeomorfismos definida por
hi,j := (H|sj )−1 ◦ (H|si ) para todo i, j, y
(1) (u) (j)
ωT = b1 . . . bu al esquema binario inducido por la biyección bj ←→ sj ,
j = 1, . . . , u, con el criterio

(i)(j) = 1 ⇐⇒ bi = bj y hi,j preserva la orientación.

La relación ∼H coincidirá con la inducida por la representación (a, h) de ωT en ∆ y S


será homeomorfa a la realización SωT ≡ ∆/∼H de ωT en ∆ asociada a (a, h). Además,
si σωT : ∆ → SωT es la proyección y Ĥ : SωT → S el único homeomorfismo satisfaciendo
Ĥ ◦ σωT = H, la triangulación T 0 := Ĥ −1 (T ) de SωT será adaptada a ωT . Definiendo
F := Ĥ : (S, T ) → (SωT , T 0 ) acabaremos el teorema.
Para comenzar con el plan  de trabajo, ordenemos {T1 , . . . , Tk } los triángulos de T
de forma que Tj+1 ∩ ∪ji=1 Ti contenga al menos un lado Tj+1 , j = 1, . . . , k −1. Elijamos
un lado lj ⊂ Tj+1 ∩ ∪ji=1 Ti ∈ E(Tj+1 ), j = 1, . . . , k − 1.


Elijamos una colección de triángulos geométricos {∆1 , . . . , ∆k } en R2 con la propie-


dad:
lj0 := ∆j+1 ∩ ∪ji=1 ∆i ∈ E(∆j+1 ), j = 1, . . . , k − 1.


Usando inductivamente la Proposición 3.22, es posible construir una sucesión de ho-


meomorfismos {Fj : Tj → ∆j : j = 1, . . . k} tales que:

Si l := Ti ∩ Th ∈ {l1 , . . . , lk−1 } =⇒ Fi |l = Fh |l , i, h ∈ {1, . . . , k}.

Teniendo en cuenta la Proposición 3.10, es fácil comprobar que la región ∆ := ∪ki=1 ∆j


es un disco topológico compacto en R2 bordeado por una curva de Jordan poligonal y

T0 := {∆1 , . . . , ∆k }

una triangulación geométrica suya. Definamos

H : ∆ → S, H|∆j := Fj−1 para todo j ∈ {1, . . . , k},

Es claro que H es una identificación (continua y sobre de un compacto en un Hausdorff,


ver Proposicion 2.11) que lleva homeomórficamente triángulos de T0 en triángulos de
T , lo que prueba la primera parte de nuestro plan.

115
Por la Proposición 2.9,

Ĥ : ∆/∼H → S, Ĥ([p]) := H(p),

es un homeomorfismo, donde ∼H es la relación de equivalencia

p ∼H q ⇐⇒ H(p) = H(q).

Para completar la segunda parte del programa de trabajo, conectemos este cociente con
la realización de un esquema binario.
Definamos
E0 := E(T ) \ {l1 , . . . , lk−1 }.
Por la definición de H, si p 6= q y H(p) = H(q) entonces han de existir un lado e ∈ E0
y un punto x ∈ e tales que, si Ti(e) Th(e) son los dos triángulos de T con e := Ti(e) ∩ Th(e) ,
entonces p = Fi(e) (x) ∈ Fi(e) (e) ⊂ Bd(∆) y q = Fh(e) (x) ∈ Fh(e) (e) ⊂ Bd(∆). Además
en este caso

H −1 (H(Fi(e) (e))) = H −1 (H(Fh(e) (e))) = Fi(e) (e) ∪ Fh(e) (e),

por lo que ∼H identifica los puntos de los lados Fi(e) (e) y Fh(e) (e) ∈ E(T0 ) vı́a el homeo-
−1
morfismo Fh(e) ◦ Fi(e) . Nótese que puede haber lados en Bd(∆) con interior H-saturado,
justo aquellos que se apliquen por H en un lado del borde de S (ver Proposición 16.11-
(b)). En definitiva, ∼H realiza el pagado de parejas de segmentos de Bd(∆) vı́a homeo-
morfismos, siendo trivial en el resto del disco topológico ∆.
Generemos el esquema binario asociado a este cociente. Para ello escribamos Bd(∆) =
u
∪j=1 sj como unión cı́clica de lados orientados en E(T0 ) y llamemos a = {s1 , . . . , su }.
Siendo más precisos, esto quiere decir que:
sj es lado de algún triángulo en {∆1 , . . . , ∆k } para todo j = 1, . . . , u.

sj ∩ sj+1 es un vértice común a sj y sj+1 para todo j = 1, . . . , u, donde hemos


hecho el convenio su+1 = s1 .

Los lados sj están orientados de forma compatible con la orientación positiva de


los triángulos gométricos de T0 incidentes con ellos.
Recuperemos el conjunto auxiliar U sobre el que se construı́an nuestros esquemas y cons-
truyamos cualquiera representación inyectiva E0 → U, l 7→ a[l], del conjunto E0 en U.
En la expresión formal s1 . . . su sustituyamos de forma ordenada en sentido creciente del
ı́ndice cada sj por el sı́mbolo a[ej ], donde ej := H(sj ) ∈ E0 . En el momento en que alcan-
cemos un segmento sm tal que H(sm ) = H(sj ) = ej con j < m (sólo puede haber uno a
−1
lo más), sustituyamos sm por a[em ] := a[ej ] si hi,j := Fh(ej ) ◦ Fi(e j)
respeta la orientación
−1
de los arcos de Jordan Fi(ej ) (ej ) y Fh(ej ) (ej ), o por a[ej ] si la revierte. De esta forma
generamos la familia de homeomorfismos h := {hi,j : i, j = 1, . . . , u}, donde hi,i = Idsi
para todo i. De acuerdoQa nuestras convenciones, asociamos a la sucesión s1 . . . su el
(j)
esquema binario ωT = uj=1 bj (donde sop(ωT ) = {b1 , . . . , bu } = {a[e1 ], . . . , a[eu ]}).
Claramente la relación de equivalencia inducida en ∆ por la representación (a, h) coin-
cide con ∼H , por lo que la realización SωT ≡ ∆/∼H en ∆ de ωT es homeomorfa a S.
Por construcción, σω (T0 ) ≡ Ĥ −1 (T ) es una triangulación de Sω adaptada a ω, donde
σωT : ∆ → SωT es la proyección al conciente y Ĥ : SωT → S el único homeomorfismo
satisfaciendo Ĥ ◦ σωT = H. Esto concluye la segunda parte del programa, y por tanto
el teorema para F := Ĥ.

116
Observación 16.24 No sólo el enunciado del Teorema 16.23 es informativo, sino tam-
bién su prueba. Si (S, T ) es una superficie compacta triangulada y X ⊂ S un disco
topológico compacto unión de triángulos de T , el Lema 16.16 (y su demostración) se
puede incorporar a la prueba del Teorema 16.23 para lograr que F (Int(X)) ∩ ΓωT = ∅.

17. Clasificación de las superficies compactas


En esta sección vamos a clasificar salvo equivalencias las realizaciones de esquemas
binarios, y como consecuencia de la representación poligonal de superficies del Teorema
16.23, todas las superficies topológicas compactas.

Definición 17.1 Llamaremos K al conjunto de los pares (ω, T ), donde ω es un esque-


ma binario y T una triangulación de Sω adaptada a ω.
Dos parejas (ω1 , T1 ), (ω2 , T2 ) ∈ K, se dirán equivalentes si existe un homeomorfismo
combinatorio H : (Sω1 , T1 ) → (Sω2 , T2 ). En ese caso escribiremos (ω1 , T1 ) ∼ (ω2 , T2 ) ó
H
(ω1 , T1 ) ∼ (ω2 , T2 ) si queremos enfatizar el homeomorfismo combinatorio.

Precisamos de algún lenguaje.


(1) (k)
Si ω = b1 . . . bk es un esquema escribiremos
−(k) −(k)
ω −1 = bk . . . b1 .
(1) (k)
Si ω = b1 . . . bk es binario, (a = (γ1 , . . . , γk ), h) una representación suya en un disco
topológico compacto X, y σω : X → Sω la identificación asociada, por definición diremos
que
Vω := {σω (p) : p ∈ ∪ki=1 V (γi )} ⊂ Γω
es el conjunto de los vértices de ω (aquı́ V (γj ) refiere a los extremos del arco de Jordan
orientado γj en Bd(X) para cada j). La expresión
Q
(j) ∧j (j+1)
bj bj+1

indicará que Qj = σω (pj ) ∈ Vω , con pj := γj ∩ γj+1 ∈ ∪ki=1 V (γi ), j = 1, . . . , k (hacemos


(k+1) (1)
el convenio bk+1 = b1 y γk+1 = γ1 ). También escribiremos
Qk−1 Qk−1
(1) Q∧1 (k) Q∧k Q∧k (1) Q∧1 (k)
ω = b1 ... ∧ bk ≡ b1 ... ∧ bk

para enfatizar la lista de vértices de ω. Nóterse que el cardinal ]Vω es menor o igual que
k = Long(ω). En caso de que T sea una triangulación de Sω adaptada a ω, es claro que
Vω ⊂ V (T ) ∩ Γω .
Para cada Q ∈ Vω el conjunto σω−1 (Q) contiene aquellos extremos de arcos en a que
se proyectan por σω en Q. Al número natural mω (Q) := ]σω−1 (Q) lo referiremos como
la multiplicidad de Q en ω (o en Sω ). Es claro que
X
mω (Q) = Long(ω).
Q∈Vω

Por último necesitaremos la siguiente:

117
(1) (k) (i) (j)
Definición 17.2 Sea ω = b1 . . . bk un esquema, y sea {bi , bj } un par de sı́labas
(i) (j)
en ω con i 6= j y bi = bj . El par {bi , bj } se dirá de primera especie si (i)(j) = −1,
y de segunda especie si (i)(j) = 1.
Como consecuencia, un esquema binario es orientable si y sólo si todos sus pares
son de primera especie, y no orientable si tiene al menos un par de segunda especie.

El siguiente lema establece unas reglas básicas de transformación por equivalencias


para esquemas binarios.

Lema 17.3 (Reglas de transformación) Sean νj , j = 1, . . . , 4, esquemas tales que


/ ∪4j=1 sop(νj ).
ν1 ν2 ν3 ν4 es un esquema binario, y sean a, b ∈

(a) Para los esquemas binarios ω1 y ω2 de la siguiente lista:

(i) ω1 = ν1 ν2 y ω2 := ν2 ν1 ,
(ii) ω1 = ν1 y ω2 := ν1−1 ,
(iii) ω1 := ν1 ν2 aν3 ν4 a−1 y ω2 := ν2 ν1 bν4 ν3 b−1 , y
(iv) ω1 := ν1 ν2 aν3 ν4 a y ω2 := ν3−1 ν1 bν4 ν2−1 b,

el siguiente enunciado es cierto:

Si T1 es adaptada a ω1 y Z ⊂ Sω1 \ Γω1 es un compacto (eventualmen-


te vacı́o), existe T2 adaptada a ω2 y un homeomorfismo combinatorio
F : (Sω1 , T1 ) → (Sω2 , T2 ) tal que F (Vω1 ) = Vω2 y F (Z) ⊂ Sω2 \ Γω2 .
Q
(b) Si (ω1 := a ∧ a−1 ν1 , T1 ) ∈ K (y por tanto mω1 (Q) = 1), Z ⊂ Sω1 \Γω1 es un compacto
(eventualmente vacı́o) y ω2 := ν1 6= 1, entonces existe T2 adaptada a ω2 y un
homeomorfismo combinatorio F : (Sω1 , T1 ) → (Sω2 , T2 ) tal que F (Vω1 \ {Q}) = Vω2
y F (Z) ⊂ Sω2 \ Γω2 .

Además, en todos los casos ω1 y ω2 tienen el mismo caracter de orientabilidad y sólo


en (b) el homeomorfismo altera el número de vértices del esquema en el el grafo borde
reduciendolo en una unidad.

Observación 17.4 La versión del Lemma 17.3 con Z = ∅ será suficiente para la cla-
sificación de las superficies compactas sin borde.

Demostración : (del Lemma 17.3) Items (a)-(i) y (a)-(ii) son triviales ya que Sω1 y Sω2
son el mismo espacio.
Para probar (b), tomemos un disco compacto X y la identificación σω : X → Sω1
asociada a ω1 . Nótese que como ω1 es binario necesariamente mω1 (Q) = 1. Pongamos
Q
ω1 = a ∧ a−1 ν1 , y (a, h) a la representación de ω1 en X. Sean γa y γa−1 ∈ a los
arcos de Jordan en Bd(X) asociados a los caracteres a y a−1 de ω1 , y h : γa → γa−1 el
correspondiente homeomorfismo en h. Llamemos Y al disco topológico compacto X/ ∼h
(ver el Ejercicio 3.13) y σ0 : X → Y a la proyección al cociente. La única identificación
σ : Y → Sω1 tal que σ ◦ σ0 = σω1 expresa Y / ∼σ como realización Sω2 de ω2 en Y .
Si llamamos σ̂ : Y / ∼σ ≡ Sω2 → Sω1 al homeomorfismo inducido por la identificación
σ, T2 := σ̂ −1 (T1 ) es una triangulación de Sω2 adaptada a ω2 y Vω2 = σ̂ −1 Vω1 \ {Q} .


Eligiendo F = σ̂ se sigue (b).

118
Q1 Q2
Probemos (a)-(iii). Escribamos ω1 = ν1 ∧ ν2 aν3 ∧ ν4 a−1 y consideremos una
representación (a, h) de ω1 en un disco topológico compacto X. Denotemos por aj ⊂ a la
secuencia ordenada de lados orientados en Bd(X) correspondientes a νj , j = 1, 2, 3, 4,
y γa , γa−1 los lados orientados en a asociados a a y a−1 , respectivamente. Con esta
notación,
a = a1 ∪ a2 ∪ {γa } ∪ a3 ∪ a4 ∪ {γa−1 }
reproduce la secuencia ordenada cı́clica de lados de a.

Salvo tomar una subdivisión suficientemente fina de T1 , podemos suponer que la


arcocomponente de Sω1 \ (Γω1 ∪ Z) que contiene a Γω1 en su frontera topológica contiene
un arco de Jordan b ⊂ Sω1 con extremos Q1 y Q2 , contenido en ∪l∈E(T1 ) l, con interior
disjunto de Γω1 ∪ Z, y que es proyección vı́a σω1 de un arco de Jordan en X que
parte el disco X en dos componentes conexas X+ y X− . Por conveniencia llamemos
b+ ⊂ Bd(X+ ) al arco en Bd(X+ ) proyectándose por σω1 en b, y análogamente para
b− ⊂ Bd(X− ) (como subconjuntos de X, b+ = b− ).
Fijemos en b+ la orientación compatible con los arcos orientados de a2 ∪ {γa } ∪ a3 de
Bd(X+ ), y hagamos lo propio en b− respecto de los arcos orientados de a4 ∪ {γa−1 } ∪ a1
en Bd(X− ). Consideremos las secuencias cı́clicas ordenadas de arcos orientados

a2 ∪ {γa } ∪ a3 ∪ b+ en Bd(X+ ) y a4 ∪ {γa−1 } ∪ a1 ∪ b− de en Bd(X− ).

Podemos pegar X + y X − por los arcos de Jordan borde γa y γa−1 con ayuda del
homeomorfismo h : γa → γa−1 ∈ h tal que (σω1 |γa−1 ) ◦ h = σω1 |γa . De esta forma genera-
mos un disco topológico compacto X̂ = (X + ∪ X − )/∼h ≡ X/∼h , ver Proposición 3.10.
Si g : X → X̂ denota la proyección al cociente, la única aplicación

σ : X̂ → Sω1 con σ ◦ g = σω1

es una identificación, por lo que X̂/∼σ ∼ = Sω1 . Si llamamos σ̂ : X̂/∼σ → Sω1 al homeo-
morfismo inducido por σ, la definición de ∼σ implica que X̂/∼σ ≡ Sω2 es un realización
de ω2 := ν2 ν1 bν4 ν3 b−1, que T2 := σ̂ −1 (T1 ) es una triangulación de Sω2 adaptada a ω2 ,
y que Vω2 = σ̂ −1 Vω1 . De nuestra construcción también σ̂(Z) ⊂ Sω2 \ Γω2 . Eligiendo
F = σ̂ se sigue (a)-(iii).

119
Q1 Q2
Finalmente probemos (a)-(iv). Como antes pongamos ω1 = ν1 ∧ ν2 aν3 ∧ ν4 a,
consideremos una representación (a, h) de ω1 en un disco topológico compacto X, y
escribamos
a = a1 ∪ a2 ∪ {γa } ∪ a3 ∪ a4 ∪ {γa0 }
con los mismos convenios anteriores; aquı́ γa y γa0 representan los dos arcos en Bd(X)
correspondientes al caracter a duplicado en ω1 .

Razonando como en el caso anterior, podemos suponer que existe un arco de Jordan
b ⊂ Sω1 con extremos Q1 y Q2 , contenido en ∪l∈E(T1 ) l, con interior disjunto de Γω1 ∪ Z,
y que sea la proyección vı́a σω1 de un arco de Jordan en X que parte el disco X
en dos componentes conexas X+ y X− . Llamemos b+ ⊂ Bd(X+ ) al arco en Bd(X+ )
proyectándose por σω1 en b, y análogamente para b− ⊂ Bd(X− ), y orientemos estos arcos
compatiblemente con los arcos orientados en a2 ∪ {γa } ∪ a3 de Bd(X+ ) y a4 ∪ {la0 } ∪ a1
de Bd(X− ), respectivamente. Consideremos las secuencias cı́clicas ordenadas de arcos
orientados

a2 ∪ {γa } ∪ a3 ∪ b+ en Bd(X+ ) y a4 ∪ {la0 } ∪ a1 ∪ b− de en Bd(X− ).

Llamemos X+∗ = {p∗ : p ∈ X+ } a una copia topológica de X+ y s : X+∗ → X+ al


homeomorfismo p∗ 7→ p. Consideremos el homeomorfismo F : X+ → D que aplica los
lados orientados de a2 ∪ {γa } ∪ a3 en arcos positivamente orientados en S1 , y llamemos
F ∗ : X+∗ → D a la composición e ◦ F ◦ s, donde e : D → D es la simetrı́a especular
e(x, y) = (x, −y). Traslademos vı́a (F ∗ )−1 ◦ F la secuencia de arcos orientados a2 ∪
{γa } ∪ a3 ∪ b+ en Bd(X+ ) para generar una secuencia (con ordenación revertida) de
arcos orientados:
b∗+ ∪ a∗3 ∪ {γa∗ } ∪ a∗2 en Bd(X+∗ ).

Podemos pegar X + y X − por los arcos de Jordan borde γa∗ y γa0 con ayuda del ho-
meomorfismo h∗ = h ◦ (F −1 ◦ F ∗ ) : γa∗ → γa0 , donde h : γa → γa0 es el homeomorfismo

en h. De esta forma generamos un disco topológico compacto X̂ = (X + ∪ X − )/∼h∗ ,

ver Proposición 3.10. Si g : X + ∪ X − → X̂ denota la proyección al cociente, la única
aplicación

σ : X̂ → Sω1 con (σ ◦ g)|X − = σω1 |X − , (σ ◦ g)|X ∗+ = σω1 ◦ (F −1 ◦ F ∗ )|X ∗+




es una identificación, por lo que X̂/∼σ ∼ = Sω1 . Si llamamos σ̂ : X̂/∼σ → Sω1 al homeo-
morfismo inducido por σ, la definición de ∼σ implica que X̂/∼σ ≡ Sω2 es un realización
de ω2 = ν3−1 ν1 bν4 ν2−1 b, que T2 := σ̂ −1 (T1 ) es una triangulación de Sω2 adaptada a ω2 y
que Vω2 = σ̂ −1 Vω1 . Como antes σ̂(Z) ⊂ Sω2 \ Γω2 . Eligiendo F = σ̂ se sigue (a)-(iv),


concluyendo la demostración.

120
17.1. Clasificación de las superficies compactas sin borde
Para los siguientes resultados es conveniente tener presente el Corolario 16.4 y la
notación implı́cita en él.

Lema 17.5 Dado (ω, T ) ∈ K con ω binario puro, existe un esquema (ω0 , T0 ) ∈ K tal
que:

]Vω0 = 1 ó ω0 = w0 , donde w0 es el esquema canónico aa−1 .


F
(ω, T ) ∼ (ω0 , T0 ).

Además, si Z ⊂ Sω \ Γω es un compacto, el homeomorfismo combinatorio F se puede


lograr para que F (Z) ⊂ Sw0 \ Γw0 .

Demostración : Si ω = aa−1 = w0 basta con elegir F = IdSω . El caso ω = aa = w1


también es trivial con F = IdSω , ya que en este caso Vω solo tiene un vértice.
Como ω tiene un número par de caracteres, podemos suponer que Long(ω) ≥ 4. Lo
primero que haremos es usar la regla Lema 17.3-(b) tantas veces cuantas sea posible
para encontrar una pareja en K equivalente a (ω, T ) sin pares adyacentes de primera
especie. En este camino lógicamente perdemos vértices (uno cada vez que se aplique
la regla), se reduce la longitud de ω y no se altera el carácter de orientabilidad del
esquema. Este proceso nos podrı́a dirigir de nuevo al caso del esquema de longitud 2 ya
discutido, en cuyo caso habrı́amos acabado.
Por tanto, no supone pérdida de generalidad admitir que ω no contiene pares ad-
yacentes de primera especie, que Long(ω) ≥ 4 y que Vω tiene al menos dos vértices
adyacentes distintos. Elijamos un vértice P ∈ Vω .
Vamos a demostrar que existe (µ1 , T1 ) ∈ K tal que (ω, T ) ∼ (µ1 , T1 ) y ]Vµ1 ≤ ]Vω −1.
En efecto, consideremos una realización Sω de ω en un disco X y la identificación
σω : X → Sω asociada. Como hay al menos dos vértices distintos, existe un carácter o
sı́laba b ,  ∈ {1, −1}, en la secuencia que define a ω (salvo la reversión global Lema
17.3-(a)-(ii), supondremos  = 1) de forma que el arco de Jordan σω (γb ) ⊂ Γω tiene por
extremos a puntos P y Q ∈ Vω \ {P }, donde γb ⊂ Bd(X) es el arco asociado a b en la
representación de ω sobre X. El esquema ω puede adoptar las siguientes cuatro formas:
P Q P P P Q P P Q P Q P
ζ1 a ∧ ζ2 ∧ b ∧ a−1 , ζ1 ∧ aζ2 a−1 ∧ b ∧, ζ1 a ∧ ζ2 a ∧ b ∧, ζ1 ∧ aζ2 ∧ b ∧ a.
P Q P
Pensemos en el caso ω = ζ1 a ∧ ζ2 ∧ b ∧ a−1 (los otros son análogos).
Aplicando el Lema 17.3-(a)-(iii) para ζ1 = ζ1 , ζ2 = 1, ζ3 = ζ2 y ζ4 = b, inferimos que
F
(ω, T ) ∼1 (ω1 , T10 ) donde
Q1 P1 Q1
ω1 = ζ1 c ∧ b ∧ ζ2 ∧ c−1 ,
donde Q1 = F1 (Q) y P1 = F1 (P ). Claramente Long(ω1 ) = Long(ω) y

mω1 (P1 ) = mω (P ) − 1,

esto es, reducimos en una unidad entera la cantidad de puntos en σω−1 1


(P1 ) respecto a
−1
la de σω (P ). A continuación sometemos a ω1 a la regla Lema 17.3-(b) tantas veces
cuantas sea posible para encontrar una pareja equivalente en K, que abusando del
lenguaje llamaremos también (ω1 , T10 ) sin pares adyacentes de primera especie. En este
proceso eventualmente se podrı́an perder vértices y reducir la longitud de ω1 .

121
De persistir el (heredero del) vértice P1 tras estas reducciones y haber más de un
vértice en Vω1 , reiteramos el proceso anterior de forma inductiva. Ası́ construimos
F F Fj−1 Fj
(ω0 , T00 ) = (ω, T ) ∼1 (ω1 , T10 ) ∼2 . . . ∼ (ωj−1 , Tj−1
0
) ∼ (ωj , Tj0 ),

de forma que Long(ωi ) ≤ Long(ωi−1 ), ]Vωi ≤ ]Vωi−1 y mωi (Pi ) = mωi−1 (Pi−1 ) − 1, donde
Pi = Fi (Pi−1 ), para todo 1 ≤ i ≤ j (hemos hecho el convenio F0 = IdSω y P0 = P ).
En general, cuando ocurre la multiplicidad 1 para un vértice de un esquema esto
significa que éste es incidente a un par de lados adyacentes de primera especie. Por
tanto en caso de persistencia y tras dar a lo más m1 := mω (P ) − 1 pasos, este proceso
nos dirigirı́a a un esquema en el que el vértice Pmω (P )−1 se desvanece al aplicar la regla
Lema 17.3-(b) para llegar a ωm1 , de donde necesariamente ]Vωm1 ≤ Vω − 1. Basta pues
elegir (µ1 , T1 ) := (ωm1 , Tm0 1 ).
Si µ1 6= w0 y tiene dos o más vértices, reiteramos el proceso anteriormente seguido
para ω y construimos (µ2 , T2 ) ∈ K) tal que (µ1 , T1 ) ∼ (µ2 , T2 ) y ]Vµ2 ≤ ]Vµ1 − 1, y ası́
sucesivamente. Tras una cantidad finita de pasos alcanzaremos una pareja (ω0 , T0 ) ∼
(ω, T ) con ω0 = w0 ó ]Vω0 = 1, lo que concluye la prueba.
La información extra en relación al compacto Z en el enunciado se sigue del uso
apropiado del Lema 17.3 dentro de la demostración.

Teorema 17.6 (Representaciones binarias puras no orientables) Sea (ω, T ) ∈


K, donde ω es binario puro y no orientable. Entonces existe n ∈ N y T0 triangulación
F
de Sn∗ adaptada a w∗n tal que (ω, T ) ∼ (w∗n , T0 ).
Además, si Z ⊂ Sω \ Γω es un compacto el homeomorfismo combinatorio F se puede
elegir para que F (Z) ⊂ Sw∗n \ Γw∗n .

Demostración : Por el Lema 17.5 podemos suponer sin perdida de generalidad que
]Vω = 1, y en particular, que ω no tiene pares adyacentes de primera especie.
Como ω es no orientable ha de tener pares de segunda especie. Veamos que podemos
encontrar (µ1 , T1 ) ∈ K equivalente a (ω, T ) con Long(µ1 ) = Long(ω), con ]Vµ1 = 1 y
con todos los pares de segunda especie adyacentes.
En efecto, supongamos que hay un par de segunda especie no adyacente en ω con
sı́mbolo a1 , y escribamos ω = ω1 ω2 a1 ω3 ω4 a1 donde ω1 , ω3 6= 1 y ω2 = ω4 = 1. Aplicando
la regla Lema 17.3-(a)-(iv),

(ω, T ) ∼ (ω3−1 ω1 b1 b1 , T 0 ).

De esta forma sustituimos el par de segunda especie asociado a a1 en ω por el adya-


cente con sı́mbolo b1 en el nuevo esquema ω 0 := ω3−1 ω1 b1 b1 , manteniendo la longitud
del esquema y el hecho de que ]Vω0 sea unitario. Obsérvese que de haber un par de
segunda especie adyacente en ω, obviamente con sı́mbolo distinto a a1 , éste ha de estar

122
necesariamente incluido en ω1 ó en ω3 , por lo que nuestro procedimiento traduce ese
par adyacente en otro de igual naturaleza en ω 0 . Por tanto el procedimiento aplicado
es acumulativo y no deshace el trabajo previo. Si ω 0 presentase pares de segunda es-
pecie no adyacentes, se reiterarı́a el procedimiento anterior hasta llegar a una pareja
(µ1 , T1 ) ∈ K satisfaciendo las propiedades deseadas.
Supongamos que µ1 tiene un par de primera especie, obviamente no adyacente.
Veamos que entonces podemos encontrar (µ2 , T2 ) ∈ K equivalente a (µ1 , T1 ), luego a
(ω, T ), con Long(µ2 ) = Long(µ1 ), con ]Vµ2 = 1 y con más pares de segunda especie que
µ1 , todos ellos adyacentes. En efecto, supongamos que existe un par de primera especie
en µ1 con sı́laba c1 . Podemos escribir µ1 = ν1 c1 ν2 c−1
1 ν3 a1 a1 para ciertos subesquemas νj ,
j = 1, 2, 3, y para cierto a1 . Aplicando la regla (a)-(iv) del Lema 17.3 para las elecciones
ν1 ; ν1 c1 , ν2 ; ν2 c−1
1 ν3 , ν3 = ν4 ; 1, obtendrı́amos que

(µ, T1 ) ∼ (ν1 c1 b1 ν3−1 c1 ν2−1 b1 , T10 ).

Como cada par de segunda especie de µ1 , distinto del determinado por a1 , está contenido
en νj para algún j = 1, 2, 3, inferimos que el esquema µ01 := ν1 c1 b1 ν3−1 c1 ν2−1 b1 tiene
un par de segunda especie más que µ1 , su misma longitud y ](Vµ01 ) = 1. La pareja
(µ01 , T10 ) ∈ K puede ser sometida al primer procedimiento aplicado a (ω, T ), lo que nos
llevarı́a a un par (µ2 , T2 ) ∈ K satisfaciendo lo deseado.
Si µ2 tuviese de nuevo un par de primera especie, someterı́amos a (µ2 , T2 ) al mismo
procedimiento que acabamos de explicar para (µ1 , T1 ), y ası́ sucesivamente. Tras una
cantidad finita de pasos llegaremos a un par (µ, T0 ) ∈ K equivalente a (ω, T ), con
n := Long(µ) = Long(ω), con todos los pares de segunda especie adyacentes, sin pares
de primera especie y con ](Vµ ) = 1. Necesariamente µ = w∗n , lo que completa la prueba.
La información extra en relación al compacto Z en el enunciado es consecuencia
inmediata del uso del Lema 17.3 dentro de la demostración.

Teorema 17.7 (Representaciones binarias puras orientables) Sea (ω, T ) ∈ K,


donde ω es binario puro y orientable. Entonces existe n ∈ N ∪ {0} y T0 triangulación
F
de Sn adaptada a wn tal que (ω, T ) ∼ (wn , T0 ).
Además, si Z ⊂ Sω \Γω es un compacto, el homeomorfismo combinatorio F se puede
lograr para que F (Z) ⊂ Swn \ Γwn .

Demostración :Como ω es orientable todos sus pares son de primera especie. Por el
Lema 17.5 podemos reducirnos al caso en que Vω contiene un sólo vértice.
Introduzcamos el siguiente lenguaje. Dos pares de primera especie en ω, que repre-
sentaremos con los sı́mbolos a y b, se dirán en posición enlazada si su disposición en la
secuencia que define ω es la siguiente:

ω = ν1 aν2 bν3 a−1 ν4 b−1 ν5 .

Si adicionalmente ν2 = ν3 = ν4 = 1, esto es, si ω = ν1 aba−1 b−1 ν5 , entonces se dirá que


la pareja de pares enlazados representada por a y b es adyacente.
Primero observemos que toda pareja de primera especie en ω está en posición en-
lazada con alguna otra pareja de primera especie en ω. En efecto, en otro caso existe
un par de primera especie en ω, representado por la letra a1 , que no está enlazado
con ningún otro par de primera especie en ω. Tengamos presente que las parejas aa−1
no ocurren en ω por nuestro trabajo previo (sólo hay un vértice en Vω ), y por tanto
ω = a1 ν1 a−1 0 0
1 ν1 , donde ν1 , ν1 6= 1. Por nuestra suposición, para cualquiera b ∈ sop(ν1 )
necesariamente b ∈ sop(ν1 ), y análogamente con ν10 . Por tanto el conjunto de vértices
−1

123
de Vω aportados por la secuencia ν1 ha de ser disjunto del asociado a la secuencia ν10 ,
generando una contradicción.
Vamos a explicar un procedimiento que generará una pareja adyacente de pares
de primera especie enlazados extra a partir de una pareja no adyacente de pares de
primera especie enlazados en ω. Este método será acumulativo, en el sentido de que si
ω contuviese k parejas adyacentes de pares enlazados, el resultado final serı́a un esquema
con k + 1 parejas adyacentes de pares enlazados. Además preservará la propiedad de
que el cojunto de vértices del esquema es unitario. Vayamos a los detalles.
Supongamos que ω contiene k ≥ 0 parejas adyacentes de pares enlazados y que
Long(ω) > 4k. Veamos que existe un esquema binario µ1 y una triangulación T1 de Sµ1
adaptada a µ1 tales que:

(µ1 , T1 ) es equivalente a (ω, T ).

Long(µ1 ) = Long(ω).

Vµ1 contiene un único vértice.

µ1 tiene k + 1 parejas adyacentes de pares enlazados.

Como ω tiene una pareja de primera especie no adyacente de pares enlazados, po-
demos escribir ω = ν1 a1 ν2 a2 ν3 a−1 −1
1 ν4 a2 para ciertos sı́mbolos a1 y a2 . Por la regla Lema
17.3-(a)-(iii) aplicada para las elecciones ν1 ; ν1 a1 , ν2 ; ν2 , a ; a2 , ν3 ; ν3 y
ν4 ; a−1
1 ν4 , obtenemos que

(ω, T ) ∼ (ω 0 , T 0 ), ω 0 = ν2 ν1 a1 b1 a−1 −1 −1 −1
1 ν 4 ν 3 b 1 ≡ ν 4 ν 3 b 1 ν 2 ν 1 a1 b 1 a1 .

Por Lema 17.3-(a)-(iii) de nuevo aplicado en ω 0 para ν1 ; ν4 ν3 b−1


1 , ν 2 ; ν 2 ν 1 , a ; a1 ,
ν3 ; b1 y ν4 ; 1, obtenemos que

(ω 0 , T 0 ) ∼ (ω 00 , T 00 ), ω 00 = ν2 ν1 ν4 ν3 b−1 −1 −1 −1
1 d1 b1 d1 ≡ b1 d1 b1 d1 ν2 ν1 ν4 ν3 .

Notemos que por la naturaleza de la regla Lema 17.3-(a)-(iii) no se ha destruido ninguna


pareja adyacente de pares enlazados prexistente en ω. De igual modo el conjunto de
vértices tanto de ω 0 como de ω 00 es unitario. Por conveniencia cambiaremos el sı́mbolo
b1 por c−1 −1
1 , y por tanto b1 por c1 . Llamemos ω1 = ν2 ν1 ν4 ν3 y definamos la pareja

(µ1 := c1 d1 c−1 −1 00
1 d1 ω1 , T1 := T ) ∈ K,

obviamente equivalente a (ω, T ). Por su generación, es claro también que µ1 es puro,


orientable y con Long(µ1 ) = Long(ω). Por tanto la pareja (µ1 , T1 ) satisface las propie-
dades deseadas.
Si µ1 6= wn para algún n, ha de contener alguna pareja no adyacente de pares
de primera especie enlazados y podemos reiterar el procedimiento anterior. Tras una
cantidad finita de pasos llegaremos a una pareja (µ, T0 ) equivalente a (ω, T ) de forma
que µ = wn para algún n, probando el resultado.
La información extra en relación al compacto Z en el enunciado es consecuencia
inmediata del uso del Lema 17.3 dentro de la demostración.

Estamos en condiciones de probar el siguiente

124
Corolario 17.8 (Clasificación de las superficies compactas sin borde) Si S es
una superficie topológica compacta sin borde, entonces S es homeomorfa a una superficie
de la lista
S := {Sn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {Sn∗ : n ∈ N} =
n o
= Sw : w ∈ {wn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {w∗n : n ∈ N} ,
en la que ningún par de superficies es homeomorfo entre sı́. Al número n en ambos
casos se le llama género de la superficie.
En particular, si T1 y T2 son dos triangulaciones de S entonces:
χT1 (S) = χT2 (S).
T1 y T2 tienen el mismo carácter de orientabilidad.

Demostración : Recordemos que el Corolario 16.4 garantiza que en la lista de superficies


S no hay dos espacios homeomorfos.
Por el Teorema de Radó S admite una triangulación T . Por el Teorema 16.23, existe
un esquema ωT binario, una triangulación T 0 de SωT adaptada a ωT y un homeomor-
fismo combinatorio F : (S, T ) → (SωT , T 0 ). Por la Proposición 16.19, T y T 0 reflejan el
mismo valor para la caracterı́stica de Euler y tienen el mismo caracter de orientabilidad.
Por los Teoremas 17.6 y 17.7, (SωT , T 0 ) ∼ (Sw , T0 ) ∈ K para un único esquema canónico
w ∈ {wn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {w∗n : n ∈ N}. Esto prueba la primera parte del teorema.
Por otra parte, de las Proposiciones 16.21 y 16.19 deducimos que para cualquier
triangulación T de S:
χT (S) = χωT (SωT ) = χT0 (Sw ) = 1 + χ(Γw ).
T y T0 tienen el mismo carácter de orientabilidad, a saber, el de Sw (ó w).
Por tanto la caracterı́stica de Euler y el carácter de orientabilidad no dependen de la
triangulación T de S elegida, sólo de la única superficie en la lista S a la que S es
homeomorfa. Esto concluye el Corolario.

Como consecuencia, la siguiente definición es consistente.


Definición 17.9 Sea S una superficie topológica compacta sin borde.
Definiremos la caracterı́stica de Euler de S como el número entero

χ(S) := χT (S), T cualquiera triangulación de S.

De igual forma, S se dirá orientable (no orientable) si T es orientable (no orientable),


donde T es cualquiera triangulación de S.

Corolario 17.10 Sean S1 y S2 dos superficies topológicas compactas sin borde.


(I) S1 ∼
= S2 ⇐⇒ χ(S1 ) = χ(S2 ) y tienen ambas el mismo carácter de orientabilidad.
(II) S1 ∼
= S2 ⇐⇒ Π1 (S1 ) ∼
= Π1 (S2 ).

Demostración : Por cálculo directo

χ(Swn ) = 1 + χ(Γwn ) = 2 − 2n y χ(Sw∗n ) = 1 + χ(Γw∗n ) = 2 − n.

Por tanto la caracterı́stica de Euler y el caracter de orientabilidad discriminan todos


los objetos de la lista canónica de superficies S del Corolario 17.8. El item (I) se sigue
de forma trivial. Item (II) es consecuencia de la Definición 9.10 y el Corolario 9.11.

125
17.2. Clasificación de las superficies compactas con borde
La siguiente proposición jugará un papel fundamental.

Proposición 17.11 Sea (Sj , Tj ) una superficie compacta triangulada con Bd(Sj ) 6= ∅,
j = 1, 2 con S1 ∩ S2 = ∅. Fijemos una componente conexa γj ⊂ Bd(Sj ), j = 1, 2, y un
homeomorfismo h : γ1 → γ2 . Consideremos en el espacio topológico suma X = S1 ∪ S2
la relación de equivalencia:

p ∼h q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h(r)} para algún r ∈ γ1 .

Entonces S := X/∼h es una superficie topológica compacta y γj es homeomorfa vı́a σ


a γ := σ(γ1 ) = σ(γ2 ) ⊂ Int(S), j = 1, 2, donde σ : X → S es la proyección. Además
existen Tj0 ≺ Tj , j = 1, 2, tales que σ|T : T → σ(T ) es un homeomorfismo para todo
T ∈ Tj0 , j = 1, 2, y T := {σ(T ) : T ∈ T10 ∪ T20 } es una triangulación de S. En particular,

(a) χT (S) = χT1 (S1 ) + χT2 (S2 ).

(b) T es orientable ⇐⇒ Tj es orientable, j = 1, 2.

Demostración : No es difı́cil comprobar de la Observación 2.6 que S es Hausdorff y


II-Axioma de Numerabilidad. Por tanto, para comprobar que S es superficie topológica
bastará con garantizar que S es localmente euclidiana alrededor de los puntos en γ. En
efecto, tomemos p ∈ γ arbitrario y llamemos pj := σ −1 (p) ∩ Sj ∈ γj ⊂ Bd(Sj ), j = 1, 2.
Elijamos un abierto Dj ⊂ Sj conteniendo a pj y un homeomorfismo

Fj : Dj → D+ := {(x, y) ∈ R2 : x2 + y 2 < 1, y ≥ 0} con Fj (pj ) = (0, 0), j = 1, 2.

Obsérvese que βj := Dj ∩Bd(Sj ) = Fj−1 (]−1, 1[×{0}) es un arco de Jordan abierto en γj


conteniendo pj , y sin pérdida de generalidad supongamos que h(β1 ) = β2 . Claramente
D1 ∪ D2 es un abierto σ-saturado de X, por lo que D̂ := σ(D1 ∪ D2 ) es abierto en
S y la aplicación σ|D1 ∪D2 : D1 ∪ D2 → D̂ es una identificación (continua, sobreyectiva
y abierta). Si escribimos σ0 := σ|D1 ∪D2 , la relación de equivalencia ∼σ0 no es sino la
que corresponde al pegado de los semidiscos abiertos D1 y D2 por el homeomorfismo
h|β1 : β1 → β2 , por lo que (D1 ∪ D2 )/∼σ0 ∼= D̂ es homeomorfo al disco unidad abierto. Se
deduce que p ∈ S admite un abierto (a saber D̂) homeomorfo a un disco abierto plano.
Esto prueba que S es una superficie y γ ⊂ Int(S). Claramente γj ∼ = γ vı́a σ, j = 1, 2.
Usando las ideas en la prueba de la Proposición 16.13, es fácil construir subdivisiones
Tj0 ≺ Tj , j = 1, 2, compatibles a lo largo de γ, esto es, con σ(V (T10 )) ∩ γ = σ(V (T20 )) ∩ γ.
De hecho, ésto se puede llevar a cabo de forma elemental subdividiendo exclusivamente
los triángulos de Tj con algún lado en γj de forma que V (Tj0 )∩Int(Sj ) = V (Tj )∩Int(Sj ).
Una vez hecho esto, la familia de triángulos

T := {σ(T ) : T ∈ T10 ∪ T20 }

determina la triangulación deseada de S.


Como los lados y vértices de Tj0 que descansan en la curva de Jordan γj aportan 0
al cálculo de χT 0 (Sj ), j = 1, 2, de la Proposición 16.19 inferimos que
j

χT (S) = χT 0 (S1 ) + χT 0 (S2 ) = χT1 (S1 ) + χT2 (S2 ).


1 2

Esto prueba (a).

126
Probemos (b). Por la Proposición 16.19 sabemos que la orientabilidad de Tj es
equivalente a la orientabilidad de Tj0 . La implicación =⇒) es trivial sin más que levantar
a Tj0 vı́a σ las orientaciónes de los triángulos compatiblemente orientados de T , j = 1, 2.
Para la recı́proca, supongamos que Tj0 es orientable, j = 1, 2, y elijamos una orientación
global compatible en los triángulos de Tj0 , j = 1, 2. La orientación de los triángulos de
Tj0 con un lado en Bd(Sj ) induce una orientación de ese lado contenido en Bd(Sj ), que
globalmente contemplada determina un sentido de recorrido de cada curva de Jordan
en Bd(Sj ), j = 1, 2. Si las orientaciones inducidas sobre los lados en γ1 y γ2 por T10 y
T20 respectivamente fuesen coincidentes, cambiarı́amos la orientación global de T10 a su
opuesta para lograr que sean opuestas. Una vez hecho esto, orientamos cada triángulo
de T proyectando vı́a σ las orientaciones de los triángulos de T10 ∪ T20 , generando ası́
una orientación global compatible en T y probando que esta triangulación de S es
orientable.

Lema 17.12 Sea S una superficie, sea X1 , . . . , Xk , k ≥ 1, una colección de discos


topológicos compactos disjuntos dos a dos en Int(S), y sea γ1 , . . . , γk−1 una colección de
arcos de Jordan disjuntos dos a dos en Int(S). Admitamos que γj tiene punto inicial en
Bd(Xj ) y punto final en Bd(Xj+1 ) e Int(γj )∩ (∪ki=1 Xi )∪(∪i6=j γi ) = ∅, j = 1, . . . , k −1.
Supongamos que existe una triangulación T de S de forma los discos Xj y los arcos
γi sean uniones de triángulos de F (T ) y lados de E(T ), respectivamente.
Entonces, para todo abierto U ⊂ Int(S) conteniendo a X := ∪k−1 j=1 (Xj ∪ γj ∪ Xj+1 )
0
existen T ≺ T y un disco topológico compacto Y0 en S tales que:

Y0 es unión de triángulos de T 0 .

X ⊂ Int(Y0 ) ⊂ Y0 ⊂ U .

Demostración : Por conveniencia pongamos Bd(X) = ∪k−1


j=1 (Bd(Xj ) ∪ γj ∪ Bd(Xj+1 )) y
k
X0 := ∪j=1 Xk . Llamemos

TX = {T ∈ T : T ∩ Bd(X) 6= ∅, T * X}.

Salvo previamente realizar una apropiada subdivisión de T (por ejemplo, asociada a


una nube suficientemente densa de puntos y un recubrimiento abierto V suficientemente
fino de S; usar la Proposición 16.13), podemos suponer que T ∩ Bd(X) consiste en un
lado o un vértice de T para todo T ∈ TX y que

∪T ∈TX T ⊂ U.

Para cada T ∈ TX elijamos un punto vT ∈ Int(T ) y dos puntos xl1 ,T ∈ Int(l1 ), xl2 ,T ∈
Int(l2 ), donde l1 y l2 son los dos lados de T no contenidos en Bd(X). Escribamos
AT = {vT , xl1 ,T , xl2 ,T }. Hagamos estas elecciones de forma que si T1 y T2 ∈ TX comparten
un lado l entonces xl,T1 = xl,T2 .
Llamemos A = ∪T ∈TX AT y consideremos, vı́a la Proposición 16.13, una subdivisión
T 0 ≺ T tal que A ⊂ V (T 0 ). Tracemos dentro de cada triángulo T ∈ TX un arco de
Jordan pasando por los tres puntos de AT , contenido en ∪l∈E(T 0 ) l y con Int(γT ) ⊂ Int(T )
(luego disjunto de X). Como la configuración de triángulos de T 0 en T admite una
realización por triángulos geométricos en el plano, el Teorema 3.23 nos permite concluir
que γT parte T en dos componentes conexas que son discos topológicos compactos, uno
de ellos, que llamaremos DT , satisfaciendo DT ∩ X = T ∩ X y el otro disjunto de X. A
modo de resumen, por construcción:

127
Bd(DT ) ⊂ ∪l∈E(T 0 ) l, por lo que DT es unión de triángulos de T 0 .

DT1 ∩DT2 6= ∅ si y sólo si T1 ∩T2 comparten un lado l no contenido en X e incidente


con un vértice v ∈ V (T ) ∩ Bd(X), y en este caso DT1 ∩ DT2 = Bd(DT1 ) ∩ Bd(DT2 )
es un arco de Jordan en l con punto inicial v ∈ Bd(X).

DT ∩ X ⊂ Bd(X) y consiste o en un vértice de V (T ) o un lado de E(T ).

DT corta exactamente a dos discos de la familia {DT 0 : T 0 ∈ TX \ {T }}.


 S 
Bd(DT ) \ X ∪ 0
T ∈TX \{T } DT 0 6= ∅ es un arco de Jordan abierto.

Llamemos  [ 
Yj = Xj ∪ DT , j = 1, . . . , k.
{T ∈TX , T ∩Xj 6=∅}

Usando la Proposición 3.10 es fácil ver que Yj es un disco topológico compacto conte-
niendo a Xj en su interior. En efecto, ordenemos cı́clicamente {D1 , . . . , Dm } los discos
de la familia {DT : T ∈ TX T ∩ Xj 6= ∅} de forma que:

Dj ∩ Dj+1 6= ∅ es un arco de Jordan en el borde común a ambos discos, j =


1, . . . , m, donde Dm+1 = D1 , y por tanto

Dj ∩ Di 6= ∅ si y sólo si i = j − 1, j, j + 1, j = 1, . . . , m, donde D0 = Dm y
Dm+1 = D1 .

Como Xj y D1 comparten un arco de Jordan β1 borde común, Xj ∪ D1 es un disco.


Por un proceso inductivo, como βi+1 := Di+1 ∩ (Xj ∪ (∪ia=1 Di )) es un arco de Jordan
borde común a los discos Di+1 y Xj ∪ (∪ia=1 Di ), se concluye que Xj ∪ (∪i+1 a=1 Di ) es un
m
disco, i = 1 . . . , m − 1. Finalmente Yj = Xj ∪ (∪a=1 Di ) es un disco. La Proposición 3.10
también garantiza durante el proceso inductivo que Bd(Xj ) está contenido en Int(Yj ),
por lo que Xj ⊂ Int(Yj ).
Por un procedimiento similar, el conjunto
[
Zj = DT
{T ∈TX , T ∩X0 =∅, T ∩γj 6=∅}

es un disco topológico conteniendo a Int(γj ) en su interior, j = 1, . . . , k − 1. En efecto,


la familia {T ∈ TX , T ∩ X0 = ∅, T ∩ γj 6= ∅} se puede poner como unión ordenada de
dos familias de discos {Di+ : i = 1, . . . , s} y {Di− : i = 1, . . . , s}, de forma que

Dj+ ∩ Dj+1 +
6= ∅ es un arco de Jordan en el borde común a ambos discos, j =
1, . . . , s,

DT ∩ X ⊂ γj y consiste o en un vértice de V (T ) o un lado de E(T ).

Dj+ ∩ Di+ 6= ∅ si y sólo si i y j son enteros consecutivos,

y análogamente con los discos {Di− : i = 1, . . . , s}. Razonando como arriba, ∪sj=1 Dj+ y
∪sj=1 Dj− son discos topológicos. Como

(∪sj=1 Dj+ ) ∩ (∪sj=1 Dj− ) = γj \ Est∗T (vj ) ∪ Est∗T (vj+1 ) ,




donde donde vj := Xj ∩ γj y vj+1 := Xj ∩ γj , la Proposición 3.10 garantiza que Zj =


(∪sj=1 Dj+ ) ∪ (∪sj=1 Dj− ) es un disco topológico, j = 1, . . . k − 1.

128
Por construcción, Yj ∩ Zj es un arco de Jordan en Bd(EstT (vj )), y de forma similar
Zj ∩ Yj+1 es un arco de Jordan en Bd(EstT (vj+1 )), j = 1, . . . k − 1. Como Zj ∩ Zi = ∅,
Yj ∩ Yi = ∅, i 6= j, y Zi ∩ Yj 6= ∅ si y sólo si i y j son consecutivos, un razonamiento
cı́clico ordenado usando la Proposición 3.10 nos permite concluir que
k−1
Y0 := ∪j=1 (Yj ∪ Zj ∪ Yj+1 )
es un disco topológico. Obviamente X ⊂ Int(Y0 ), Y0 es unión de triángulos de T 0 e
Y0 ⊂ U , lo que concluye la proposición.
Ahora podemos afrontar los teoremas centrales de esta sección.
Corolario 17.13 (Clasificación de las superficies compactas con borde) Si S es
una superficie topológica compacta con borde, entonces S es homeomorfa a una super-
ficie de la lista
S∗ := {Sn,k : n ∈ N ∪ {0}, k ∈ N} ∪ {Sn,k

: n, k ∈ N} =

= Sw : w ∈ {wn,k : n ∈ N ∪ {0}, k ∈ N} ∪ {w∗n,k : n, k ∈ N} ,




donde ningún par de superficies es homeomorfo entre sı́. Al número n en ambos casos
se le llama género de la superficie.
En particular, para toda triangulación T de S:
χT (S) = 2 − 2n − k si S ∼
= Sn,k y χT (S) = 2 − n − k si S ∼ ∗
= Sn,k .
T es orientable si S ∼
= Sn,k y no orientable si S ∼ ∗
= Sn,k .
Demostración : Recordemos que el Corolario 16.4 garantiza que en la lista de superficies
S∗ no hay dos espacios homeomorfos.
Por el Teorema de Radó S es triangulable. Tomemos una triangulación T de S
y escribamos Bd(S) = ∪kj=1 γj , donde γj son curvas de Jordan disjuntas dos a dos.
Elijamos X1 , . . . , Xk discos topológicos compactos disjuntos dos a dos. Construyamos
una triangulación Tj de Xj con la misma cantidad de lados en Bd(Xj ) que T en γj ,
y a continuación un homeomorfismo hj : γj → Bd(Xj ) que lleve lados de T en lados
de Tj , j = 1, . . . , k. Aplicando inductivamente la Proposición 17.11, podemos pegar los
discos Xj a S usando los homeomorfismos hj , j = 1, . . . , k, para construir una superficie
topológica compacta Ŝ sin borde que salvo identificaciones canónicas contenga a S y a
Xj para todo j. Análogamente, T̂ := T ∪ (∪kj=1 Tj ) es una triangulación de Ŝ.
Del Lema 17.12, salvo tomar una subdivisión de T̂ , podemos suponer que existe un
disco Y0 unión de triángulos de T̂ de forma que ∪kj=1 Xj ⊂ Y0 .
Por el Teorema 16.23 y la Observación 16.24, existe un esquema binario puro ω, una
triangulación T1 de Sω adaptada a ω, y un homeomorfismo combinatorio G : (Ŝ, T̂ ) →
(Sω , T1 ) de forma que G(Int(Y0 )) ⊂ Sω \ Γω , y en particular ∪nj=1 G(Xj ) ⊂ Sω \ Γω . Sin
pérdida de generalidad (salvo tomar subdivisiones) suponderemos que G(T̂ ) = T1 .
Por los Teoremas 17.6 y 17.7,
k
 existe H : (Sω , T1 ) → (Sw , T0 ) homeomorfismo com-
binatorio tal que ∪j=1 H G(Xj ) ⊂ Sw \ Γw para algún w ∈ {wn,k : n ∈ N ∪ {0}, k ∈
N} ∪ {w∗n,k : n, k ∈ N}. No supone pérdida de fuerza admitir que H(T1 ) = T0 , sal-
vo tomar subdivisiones. Por simplicidad, en lo que sigue escribiremos Yj = H(G(Xj )),
j = 1, . . . , k. Consideremos una región poligonal ∆ en R2 , una triangulación por triángu-
los geométricos T ∗ de ∆, y una identificación σ : ∆ → Sw tal que σ(T ∗ ) = T0 y
σ(Bd(∆)) = Γw . La existencia de esta identificación está encerrada en el Lema 16.16
y la Proposición 16.21. Fijado P0 ∈ σ −1 (Vw ) y salvo subdividir convenientemente T ∗ ,
existen arcos de Jordan γ1 , . . . , γk en ∆ tales que:

129
γj tiene punto inicial P0 , extremos en σ −1 (Vw ) y γj ⊂ ∪l∈E(T ∗ ) l para todo j.

Int(γj ) ∩ Int(γi ) = ∅, i 6= j, e Int(γj ) ⊂ Int(∆) para todo j.

γj ∩ σ −1 (Yi ) = ∅, i 6= j, y γj ∩ σ −1 (Yj ) es un arco de Jordan para todo j.

Por el Teorema 3.23, es fácil ver que las curvas ∪kj=1 γj parten ∆ \ (∪kj=1 σ −1 (Yj )) en k + 1
componentes conexas, cuyos cierres son discos topológicos compactos que denotaremos
por ∆1 , . . . , ∆k+1 . Sea βj la componente conexa (subarco de Jordan) de γj \Int(σ −1 (Yj ))
que no contiene a P0 para todo j, y observemos que βj descansa en el borde de dos
discos de la anterior lista. Salvo añadirles una etiqueta que los distinga, podremos tratar

los ∆j ’s como disjuntos dos a dos. De esa forma, si β ∈ {βj : j = 1, . . . , k} y ∆+ β y ∆β
son los dos discos en {∆j : j = 1, . . . , k + 1} incidentes en β (llamaremos β + ⊂ ∆+ β
y β − ⊂ ∆− β a las dos copias de β en cada uno de ellos), la aplicación hβ : β +
→ β −
,
hβ := (σ|β − )−1 ◦ (σ|β + ) es un homeomorfismo. Usando la Proposición 3.10 para pegar
todos los discos ∆1 , . . . , ∆k+1 vı́a los homeomorfismos h := {hβ1 , . . . , hβk }, generamos
un nuevo disco topológico ∆∗ = (∪k+1 k+1
j=1 ∆j )/∼h ). Si llamamos ρ : ∪j=1 ∆j → ∆ a la

correspondiente proyección, la única aplicación

σ0 : ∆∗ → Sw \ (∪kj=1 Yj ), σ0 ◦ ρ = σ,

es una identificación. Analizando la relación ∼σ0 , esta identificación materializa la su-


perficie Sw \ (∪kj=1 Yj ) como realización en ∆∗ del esquema w0 := wn,k si w = wn , o del
esquema w0 := w∗n,k si w = w∗n . Al ser F0 := (H ◦ G)|S : S → Sw \ (∪kj=1 Yj ) un homeo-
morfismo, concluimos que S es homeomorfa a una superficie de la lista S∗ . Llamando
T 0 = {T ∈ T̂ : T ⊂ S}, que tras los procesos anteriores es una subdivisión de T , de
nuestra construcción se sigue que T00 := F0 (T 0 ) es una triangulación de Sw0 adaptada a
w0 . Por las Proposiciones 16.19 y 16.21,

T es orientable ⇐⇒ T 0 es orientable ⇐⇒ Sw es orientable.

χT (S) = χT 0 (S) = χT 0 (Sw0 ) = 1 + χ(Γw0 ) = 1 + χ(Γw ) − k = χ(Sw ) − k.


0

Finalmente, como las superficies en la lista S∗ no son homeomorfas dos a dos, cada
par de triangulaciones distintas T1 y T2 de S nos han de dirigir por el proceso anterior a
homeomorfismos sobre la misma realización canónica Sw0 , de forma que salvo subdivi-
siones ambas triangulaciones se aplican vı́a estos homeomorfismos en triangulaciones de
Sw0 adaptadas a w0 . En consecuencia T1 y T2 han de tener el mismo carácter de orien-
tabilidad (a saber el de Sw0 ) y la misma caraterı́stica de Euler (a saber, 1 + χ(Γw0 )).
Esto concluye la demostración.

Como consecuencia, la siguiente definición es consistente.

Definición 17.14 Sea S una superficie topológica compacta con borde.


Definiremos la caracterı́stica de Euler de S como el número entero

χ(S) := χT (S), T cualquier triangulación de S.

De igual forma, S se dirá orientable (no orientable) si T es orientable (no orientable),


donde T es cualquiera triangulación de S.

Corolario 17.15 Sean S1 y S2 dos superficies topológicas compactas con borde.

130
(I) S1 ∼
= S2 ⇐⇒ χ(S1 ) = χ(S2 ), S1 y S2 tienen el mismo carácter de orientabilidad
y S1 y S2 tienen la misma cantidad de componentes conexas en el borde.

(II) S1 ∼
= S2 ⇐⇒ Π1 (S1 ) ∼= Π1 (S2 ) y S1 y S2 tienen la misma cantidad de componen-
tes conexas en el borde.

Demostración : Probemos item (I).


⇒) Sea H : S1 → S2 un homeomorfismo, y sea T1 una triangulación de S1 . La trian-
gulación T2 := H(T1 ) de S2 tiene el mismo carácter de orientabilidad y caracterı́stica
de Euler que T1 , por lo que S1 y S2 tienen el mismo carácter de orientabilidad y ca-
racterı́stica de Euler. Como el número de componentes en el borde es un invariante
topológico, S1 y S2 tienen la misma cantidad de componentes en el borde.

⇐) La Proposición 16.21 garantiza que Sn,k y Sn,k admiten triangulaciones adap-

tadas a wn,k y wn,k , que puede ser utilizadas para calcular la caracterı́stica de Euler y
determinar el carácter de orirentabilidad. Por tanto, Sn,k es una superficie orientable
con k componentes en el borde y

χ(Sn,k ) = 1 + χ(Γn,k ) = 1 + χ(Γn ) − k = χ(Sn ) − k = 2 − 2n − k.



Análogamente Sn,k es una superficie no orientable con k componentes en el borde y

χ(Sn,k ) = χ(Sn∗ ) − k = 2 − n − k.

Por tanto, la caracterı́stica de Euler, el caracter de orientabilidad y el número de com-


ponentes en el borde discriminan las superficies de S∗ . Esto prueba (I).
El item (II) es análogo, ya que si dos superficies tienen el mismo caracter de orien-
tabilidad y el mismo número k de componentes en el borde, por el Corolario 17.13
han de estar en la lista {Sn,k : n ∈ N ∪ {0}} si son orientables o en la lista la lista

{Sn,k : n ∈ N ∪ {0}} si no lo son. La Definción 9.12 implica que son homeomorfas si y
sólo tienen el mismo grupo fundamental.

17.3. Suma conexa de superficies


Consideremos dos superficies topológicas compactas y disjuntas S1 y S2 , y tomemos
discos topológicos compactos Kj ⊂ Int(Sj ) satisfaciendo la siguiente condición
Sj0 := Sj \ Int(Kj ) es una superficie y Bd(Sj0 ) = Bd(Sj ) ∪ Bd(Kj ), j = 1, 2.

Observación 17.16 La condición anterior es equivalente a la existencia de una trian-


gulación Tj de Sj de forma que Kj es unión de triángulos de Tj . No obstante, esta
hipótesis es innecesaria y siempre se cumple como consecuencia del Teorema de Jordan-
Schöenflies, que está más allá de las posibilidades de este curso.

Sea h : Bd(K1 ) → Bd(K2 ) un homeomorfismo, y ∼h la relación de equivalencia de


pegado inducida en S10 ∪ S20 . Como consecuencia de la Proposición 17.11, (S10 ∪ S20 )/ ∼h
es una superficie. Como la caracterı́stica de Euler y el carácter de orientabilidad de
(S10 ∪ S20 )/ ∼h están determinados por los de S1 y S2 (ver los Corolarios 17.10 y 17.15),
la superficie cociente (S10 ∪ S20 )/ ∼h no depende de h.

Definición 17.17 La superficie (S10 ∪ S20 )/ ∼h es conocida como la suma conexa de S1


y S2 , y denotada por S1 ]S2 .

De la Proposición 17.11,

131
χ(S1 ]S2 ) = χ(S1 ) + χ(S2 ) − 2.

S1 ]S2 es orientable ⇐⇒ Sj es orientable, j = 1, 2.

El Corolario 17.10 implica que una superficie topológica orientable sin borde distinta
de S2 es suma conexa de una cantidad finita de toros, cantidad que coincide con el
género de la superficie. Basta observar que haciendo sumas conexas de toros generamos
superficies compactas orientables sin borde que barren todas las caracterı́sticas de Euler
posibles para esa familia de superficies:

Sn es suma conexa de n toros.

Análogamente, una superficie compacta no orientable sin borde es suma conexa de una
cantidad (que coincide con el género de la superficie) de planos proyectivos:

Sn∗ es suma conexa de n proyectivos.

Es posible hacer una discusión similar para superficies con borde.

18. Superficies topológicas y recubridores


La Proposición 15.7 expresa que la teorı́a de recubridores es interna en la familia de
superficies. El siguiente lema de levantamiento tendrá aplicaciones prácticas a la teorı́a
de superficies.

Lema 18.1 Sea (Y, π) un recubridor de X, y sea A ⊂ X un subespacio topológico


simplemente conexo.
e de π −1 (A).
e → A es un homeomorfismo para toda arcocomponente A
Entonces π|Ae : A

Demostración : Si llamamos i : A → X a la aplicación inclusión, es evidente que i∗ (Π1 (A, x)) =


{0} ⊂ π∗ (Π1 (Y, y)) para cualesquiera x ∈ A e y ∈ π −1 (x). El Lema es consecuencia in-
mediata del Corolario 11.12.

El siguiente teorema enuncia algunos hechos básicos.

Teorema 18.2 Sea (Y, π) un recubrimiento de X, donde X e Y son superficies to-


pológicas. Entonces:

(a) π(Bd(Y )) = Bd(X). Además, si γ es una arcocomponente de Bd(X) y γ e es una


−1
e → γ es recubridora.
arcocomponente de π (γ) en Bd(Y ), entonces π|γe : γ

(b) Si Y es compacta entonces X es compacta y χ(Y ) = nχ(X), donde n es el número


de hojas de (Y, π).

132
(c) X orientable =⇒ Y orientable (el recı́proco no es cierto).

Demostración : Para probar item (a), primero observemos que π(Bd(Y )) = Bd(X)
como consecuencia de que π es un homeomorfismo local. Consideremos ahora una ar-
cocomponente γ de Bd(X), que como bien sabemos es homeomorfa a R ó S1 . Si γ ∼ =R
−1
cualquiera arcocomponente de π (γ) es homeomorfa a γ por el Lema 18.1.
Supongamos que γ ∼ = S1 . Fijemos puntos x ∈ γ e y ∈ π −1 (x). Sea α : [0, 1] → γ una
parametrización de γ con α(0) = α(1) = x y α|[0,1[ inyectiva. Llamemos α1 : [0, 1] →
Y al levantamiento de α con condición inicial α1 (0) = y. Inductivamente, definamos
αj : [0, 1] → Y como el levantamiento de α con condición inicial αj (0) = αj−1 (1), j ∈ N,
donde por convenio α0 (1) = y. La secuencia de arcos {αj }j∈N puede ser infinita y (si
αj (1) 6= y para todo j) o contener sólo una cantidad finita de k arcos (probar como
ejercicio que k es divisor de n := número de hojas de π) si k es el primer natural para el
que αk (1) = y. En cualquier caso γ e := ∪j∈N αj ([0, 1]) es una arcocomponente de Bd(Y ),
e → γ es recubridora. Esto prueba (a).
y por construcción π|γe : γ
Para el item (b), consideremos una triangulación T de X (Teorema de Radó). Si
T ∈ T y Te es una arcocomponente de π −1 (T ), el Lema 18.1 garantiza que π|Te : Te → T
es un homeomorfismo. Si definimos

Te := {Te ⊂ Y : existe T ∈ T tal que π|Te : Te → T es un homeomorfismo},

entonces Te determina una triangulación de Y y χ(Y ) = χTe (Y ) = nχT (X) = nχ(X),


donde n es el número de hojas de (Y, π).
Por último, para probar (c) consideremos una triangulación T de X globalmente
orientada de forma compatible, y construyamos como antes la única triangulación Te
de Y tal que π(Te) = T . La orientaciones de los triángulos T ∈ T se pueden levantar
vı́a π de forma natural a orientaciones de los triángulos Te ∈ Te , y la compatibilidad de
las orientaciones de los primeros garantiza la compatibilidad de las orientaciones de los
segundos.
Recordemos que el plano proyectivo RP2 = Sw1 es recubierto por S2 = Sw0 , por lo
que el recı́proco de (c) no es cierto.

Para acabar, probaremos este interesante resultado.

Teorema 18.3 (Recubridor de dos hojas orientable) Sea X una superficie topológi-
ca compacta no orientable.
Entonces existe un unı́co (salvo isomorfismos) recubridor (X0 , π0 ) de X satisfacien-
do:
X0 es una superficie orientable.

(X0 , π0 ) tiene dos hojas.


Además, si Bd(X) tiene k componentes entonces Bd(X0 ) tiene 2k componentes.

Demostración :Nótese que de existir un recubridor de dos hojas orientable (X0 , π0 ) de


X, X0 ha de ser compacta el Corolario 12.3.
Probemos primero el teorema en el caso Bd(X) = ∅.
Llamemos U a la familia de parejas (U, [α]), donde
U es un disco topológico compacto en X.

[α] es un generador universal de Π1 (U ∗ ); ver Definicion 16.7.

133
Para cada p ∈ X llamemos Up := {(U, [α]) ∈ U : p ∈ Int(U )} (reparemos en que
Int(U ) = U \ Bd(U ) coincide con el interior topológico de U en X por el Teorema de
Invarianza del Dominio, ver Teorema 15.3).
Sean (U1 , [α1 ]), (U2 , [α2 ]) ∈ Up , y tomemos U0 ∈ Up tal que U0 ⊂ U1 ∩ U2 . Fijemos
[α0 ] generador universal de Π1 (U0∗ ), y observemos que [αj ] = (ij )∗ (j [α0 ]) para cierto
j ∈ {1, −1}, donde ij : U0 \ {p} → Uj \ {p} es la inclusión (equivalencia homotópica).
Las parejas (U1 , [α1 ]), (U2 , [α2 ]) ∈ Up se dirán copatiblemente orientadas, y escri-
biremos (U1 , [α1 ]) ∼p (U2 , [α2 ]), si 1 2 = 1. Obviamente, si (U, [α]) ∈ Up entonces
(U, −[α]) ∈ Up y (U, [α]) p Up (U, −[α]). La relación ∼p es de equivalencia en Up , y de
lo anterior es elemental el comprobar que el cociente Up / ∼p tiene sólo dos clases de

equivalencia, que llamaremos o+ p y op . Denotemos por


op : Up → {o+
p , op }

a la correspondiente proyección. Consideremos el conjunto



X0 := ∪p∈X {o+
p , op }.

Para dotar a X0 de topologı́a, tomemos cualquier (U, [α]) ∈ U y definamos



[(U, [α])] := {oq (U, [α]) : q ∈ Int(U )} ⊂ X0 .

Dotemos a X0 de la única topologı́a que contiene a


[
[(U, [α])]
(U,[α])∈U

como base.
De la definición es inmediato comprobar que X0 es T2 y II-Axioma de numerabilidad
(ya que X lo es). Además π0 es un homeomorfismo local, por lo que X0 es localmente
euclidiano (ya que X lo es). Si X0 fuese arcoconexo, serı́a una superficie topológica y

π0 : X0 → X, π0 (o+
p ) = π0 (op ) := p,

un recubridor de dos hojas.


Para comprobar la arcoconexión de X0 , probemos primero que existe p ∈ X de

forma que o+ p y op se pueden conectar por un arco en X0 . En efecto, elijamos una
triangulación T de X. Como X es no orientable, T es no orientable. Por tanto debe
existir una subsecuencia {T1 , . . . , Ta } ⊂ T de forma que Tj y Tj+1 compartan un lado
y estén compatiblemente orientados, j = 1, . . . , a − 1, y T1 y Ta compartan un lado l y
no estén compatiblemente orientados.
Llamemos Uj := Tj ∪ Tj+1 , j = 0, . . . , a, donde hemos hecho el convenio T0 = Ta y
Ta+1 = T1 . En consecuencia,
U0 = Ua = T1 ∪ Ta .
Denotemos por [αj ] el generador universal de Π1 (Uj∗ ) inducido por la orientación com-
patible entre Tj y Tj+1 , para todo j = 1, . . . , a − 1. Por la compatibilidad de las orien-
taciones de los triángulos Tj y Tj+1 , j = 1, . . . , a − 1, oq ((Uj , [αj ])) = oq ((Uj+1 , [αj+1 ]))
para todo q ∈ Int(Uj ∩ Uj+1 ), j = 1, . . . , a − 2.
Llamemos [α0 ] el generador universal de Π1 (U0∗ ) tal que oq ((U0 , [α0 ])) = oq ((U1 , [α1 ]))
para todo q ∈ Int(U0 ∩U1 ), y análogamente [αa ] al generador universal de Π1 (Ua∗ ) tal que
oq ((Ua , [αa ])) = oq ((Ua−1 , [αa−1 ])) para todo q ∈ Int(Ua ∩ Ua−1 ). Como las orientaciones
de T1 y Ta no son compatibles, de nuestra construcción [α0 ] = −[αa ]. Por tanto, el

134
abierto conexo (luego arcoconexo) de X0 dado por V := aj=0 [(Uj , [αj ])] contiene a los
S

 
puntos {o+ q , oq : q ∈ Int(U0 ) = Int(Ua )} = {oq (U0 , [α0 ]) , oq (Ua , [αa ]) : q ∈ Int(U0 ) =
Int(Ua )} ⊂ V , y en particular cualesquiera dos de ellos se pueden conectar por un arco
en X0 .

Ahora podemos probar la arcoconexión de X0 . Fijemos p ∈ X0 tal que o+ p y op se
puedan conectar por un arco en X0 . Sin pérdida de generalidad podemos suponer que
p pertenece al interior de algún triángulo de T . Vamos a probar que cualquier punto

q̂ ∈ X0 se conecta con alguno de los puntos o+ p , op . Es suficiente con demostrar este
hecho para puntos q̂ ∈ X0 de forma que q := π0 (q̂) esté contenido en el interior de un
triángulo de T . Por la conexión de X existe una sucesión de triángulos T1 , . . . , Ta ⊂ T
de forma que Tj ∩Tj+1 consiste en un lado común, j = 1, . . . , a, (hemos hecho el convenio
Ta+1 = T1 ) p ∈ Int(T1 ) y q ∈ Int(Ta ). Llamando Uj := Tj ∪ Tj+1 , j = 1, . . . , a − 1 y
por un argumento similar al anterior, podemos construir una secuencia {(Uj , [αj ]) : j =
1, . . . , a − 1} ⊂ U S de forma que [(Uj , [αj ])] ∩ [(Uj+1 , [αj+1 ])] 6= ∅, j = 1, . . . , a − 2.
Como antes W := a−1 j=1 [(Uj , [αj ])] es un abierto arcoconexo que contiene algún punto
+ − − ∗
Sa−1
de {op , op } y algún punto de {o+ q , oq }. De igual forma, W := j=1 [(Uj , −[αj ])] es un
abierto conexo que contiene los puntos complementarios a los anteriormente señalados
− + − −
en {o+ +
p , op } y {oq , oq }. Teniendo en cuenta que op y op se pueden conectar por un arco
en X0 , se concluye.
Ası́ pues X0 es una superficie topológica.
Resta garantizar que X0 es orientable. Para ello consideremos una triangulación T
de X y su levantada T̂ a X0 vı́a el recubridor de dos hojas π0 : X0 → X; ver la prueba
del Teorema 18.2.
Para cada triángulo T̂ ∈ T̂ elijamos un punto p̂T̂ ∈ Int(T̂ ), y consideremos en
T := π0 (T̂ ) ∈ T el generador universal [α] de Π1 (T ∗ ) tal que p̂T̂ = opT (T, [α]), donde
pT = π0 (p̂T̂ ). La orientación de Bd(T ) inducida por [α] determina unı́vocamente una
ordenación de los vértices de V (T ) de forma natural, y esta ordenación de vértices se
puede levantar vı́a π0 a una ordenación de los vértices en V (T̂ ) que orienta T̂ . De esta
forma orientamos todos y cada uno de los triángulos de T̂ .
Veamos que esta orientación global de T̂ es compatible. Para ello consideremos dos
triángulos T̂1 , T̂2 ∈ T̂ con un lado ˆl en común. Sabemos que K̂ := T̂1 ∪ T̂2 es un disco to-
pológico compacto que se proyecta vı́a π0 en el disco topológico compacto K = T1 ∪ T2 ,
donde Tj = π0 (T̂j ). Si elegimos p̂ ∈ ˆl, como antes p̂ induce un sentido de recorrido
de Bd(K) que ha de coincidir con el sentido de recorrido de Bd(Tj ) inducido por p̂Tj
sobre el arco de Jordan Bd(K) ∩ Bd(Tj ), j = 1, 2. Por tanto, los triángulos T1 y T2 ,
con las orientaciones inducidas por pT̂ y pT̂ respectivamente, están compatiblemen-
1 2

te orientados. Por la definición de las orientaciones en T̂1 y T̂2 , éstos están también
compatiblemente orientados. Esto prueba que T̂ es orientable, luego X0 es orientable.
Para acabar el teorema (en el caso Bd(X) = ∅), resta demostrar que (X0 , π0 ) es el
único recubridor de dos hojas orientable de X. En efecto, consideremos otro recubridor
de dos hojas (Y, π) de X tal que Y sea una superficie orientable.
Tomemos una triangulación T de X y llamemos T 0 a su levantada vı́a π a Y . Sea
p ∈ X un punto arbitrario en el interior de un lado de E(T ), y sea α un lazo en X con
base p. Por conexión existe una secuencia de triángulos T1 , . . . , Tk en T de forma que:
Tj ∩ Tj+1 conparten un lado. j = 1, . . . , j, donde Tk+1 = T1 , y p ∈ T1 ∩ Tk .
La traza de α esté contenida en ∪kj=1 Tj .
Llamamos la atención sobre el hecho de que podrı́a haber triángulos de T repetidos en
la secuencia. Elijamos orientaciones en T1 , . . . , Tk de forma que Tj y Tj+1 estén compa-

135
tiblemente orientados para todo j = 1, . . . , k − 1. Fijemos q ∈ π −1 (p) y la correspon-
diente secuencia de triángulos levantados T10 , . . . , Tk0 en T 0 que satisface αeqπ ⊂ ∪kj=1 Tj0 .
Levantemos la orientación de Tj a Tj0 para todo j, y observemos que Tj0 y Tj+1 0
están
0 0
compatiblemente orientados para todo j = 1, . . . , k − 1. Es claro que Tk ∩ T1 6= ∅ si y
eqπ es un lazo en Y , y como Y es orientable, si y sólo si Tk0 y T10 son triángu-
sólo si α
los con un lado en común y compatiblemente orientados. Pero esto es equivalente a
decir que α eqπ00 es un lazo en X0 , donde q0 ∈ π0−1 (p) es un punto arbitrario. Por tanto
π∗ (Π1 (Y, q)) = (π0 )∗ (Π1 (X0 , q0 )), lo que por el Corolario 13.5 implica que existe un iso-
morfismo de recubridores Φ : (Y, π) → (X0 , π0 ) con Φ(q0 ) = q. Esto concluye la prueba
del teorema para el caso Bd(X) = ∅.
Supongamos que Bd(X) 6= ∅ y X tiene k ∈ N componentes en el borde. Tal y
como explicamos en la prueba del Corolario 17.13, la Proposición 17.11 nos permite
pegar a X por su borde k discos topológicos X1 , . . . , Xk para generar una superficie sin
borde X 0 . La superficie X 0 admite recubridor orientable de dos hojas (X00 , π00 ) por lo
ya demostrado. Además, como cada disco Xj ⊂ X 0 es simplemente conexo, (π00 )−1 (Xj )
es la unión disjunta de dos discos Xj+ y Xj− , ambos copias homeomórficas de Xj vı́a
π00 . Definiendo X0 := X00 \ kj=1 (Int(Xj+ ) ∪ Int(Xj− )) y π0 := π00 |X0 : X0 → X, el par
S
(X0 , π0 ) es un recubridor de dos hojas orientable de X. Además resulta evidente que
X0 tiene 2k componentes en el borde. La unicidad de este tipo de recubridor se prueba
como arriba.

Corolario 18.4 El espacio recubridor de dos hojas orientable de Sn,k es Sn−1,2k , n ∈ N,
k ∈ N ∪ {0}.

Demostración : Por el Teorema 18.2, el recubridor de dos hojas orientable X0 de Sn,k

es una superficie compacta orientable con χ(X0 ) = 2χ(Sn,k ) = 2(2 − n − k). Además el
Teorema 18.3 nos dice que X0 tiene 2k componentes en el borde.
Como X0 es orientable, ha de coincidir con Sn0 ,2k para algún n0 ∈ N ∪ {0}, ver
Corolarios 17.8 y 17.13. Pero χ(Sn0 ,2k ) = 2 − 2n0 − 2k, por lo que n0 = n − 1.

136
Ejercicios del Tema 3
1. Sea X = S2 ∪ {x0 }, donde x0 ∈ R3 − S2 . En X se considera la topologı́a tal
que los entornos de los puntos de S2 son los usuales, y los de x0 son de la forma
(V − {N }) ∪ {x0 }, donde N = (0, 0, 1) y V es un entorno de N en S2 . Demostrar
que cada punto de X tiene un entorno homeomorfo a un abierto de R2 pero X
no es T2 .

2. Consideremos el espacio producto X = R2 × R, donde en R2 se considera la


topologı́a usual y en R la topologı́a discreta. Demostrar que cada punto de X
tiene un entorno homeomorfo a un abierto de R2 pero X no es IIAN.

3. Demostrar que los siguientes espacios topológicos no son superficies:


a) S = {(x, y, z) ∈ R3 / x2 + y 2 − z 2 = 0}.
b) Rn con n 6= 2.
c) S = {(x, y) ∈ R2 / y ≥ 0}.
¿Es la unión o intersección de dos superficies en R3 una superficie?

4. Sea ρ : Se → S recubridora. Probar que Se es una superficie si y sólo si lo es S.

5. Sea S una superficie y f : S → R una función continua. Definimos el grafo de f


como:
G(f ) = {(x, t) ∈ S × R / t = f (x)}
con la topologı́a inducida por la topologı́a producto en S × R. Probar que G(f )
es una superficie, que además es compacta si y sólo si lo es S.

6. Encontrar un atlas de RP2 , esto es, una familia de sistemas de coordenadas en


RP2 cuyos entornos coordenados recubran RP2 .

7. Encontrar una triangulación de la botella de Klein K.

8. En cada uno de los siguientes casos clasificar la superficie S con presentación


poligonal Q/ ∼E , donde Q es un polı́gono cerrado de n lados identificados mediante
el esquema E:

a) n = 6, E = abacb−1 c−1 ,
b) n = 6, E = abca−1 b−1 c−1 ,
c) n = 8, E = abcdca−1 bd−1 ,
d ) n = 10, E = aba−1 cdb−1 c−1 ed−1 e−1 ,
e) n = 12, E = abcadb−1 ef ce−1 df −1 .

Clasificar la suma conexa de las superficies representadas en los apartados a) y


b).

9. ¿Qué superficie está representada por la unión de 4 triángulos disjuntos cuyas


aristas se etiquetan e identifican según el esquema E = abc, bde, c−1 df, e−1 f a?

10. ¿Qué superficie se obtiene cuando identificamos las aristas de un polı́gono cerrado
de 2n lados con n ≥ 2 mediante el esquema E = a1 a2 a3 · · · an a−1 −1 −1 −1
1 a2 a3 · · · an ?
¿Y si cambiamos la última etiqueta por an ?

137
11. Demostrar que toda superficie compacta y conexa es homeomorfa a una y sólo
una de las siguientes superficies:

S2 , Tn , RP2 , K, Tn # RP2 , Tn # K.

12. Identificar, salvo homeomorfismos, las superficies compactas y conexas con carac-
terı́stica de Euler igual a −2.

13. Sea S una superficie compacta y conexa. Probar que χ(S) ≥ −2 si y sólo si S
tiene una presentación poligonal Q/ ∼E donde Q es un octógono.

14. Discutir de forma razonada si cada par de las siguientes superficies compactas y
conexas son o no homeomorfas entre sı́:
a) S1 ∼
= Q/∼E , donde Q es un octógono y E = abcdad−1 cb−1 ,
b) S2 cumple χ(S2 ) ≥ 0 y Π1 (S2 ) no es abeliano,
c) S3 cumple que Π1 (S3 ) ∼
= hA, B, C; ACBCBA−1 i.
Obtener también la presentación poligonal canónica de S1 efectuando para ello
las transformaciones que sean necesarias.

15. Sea S la superficie compacta y conexa que admite una presentación poligonal
obtenida identificando los lados de un decágono mediante el esquema:
E = ab−1 c − da−1 ebc−1 −,
donde cada guión − está ocupado por una única etiqueta. Completar el esquema
para que S sea homeomorfa a:
a) T2 = T # T ,
b) RP24 = RP2 # RP2 # RP2 # RP2 ,
c) la superficie modelo con primer grupo de homologı́a isomorfo a Z2 × Z4 .

16. Un poliedro regular en R3 es un subconjunto P ⊂ R3 dado por la unión de una


cantidad finita de polı́gonos cerrados regulares (llamados caras de P ) tal que:
a) todas las caras tienen el mismo número de lados,
b) a cada vértice llegan el mismo número de aristas,
c) P ∼= S2 .
Probar la fórmula de Euler dada por V − A + F = 2, donde V es el número de
vértices del poliedro, A es el número de aristas y F el número de caras. A partir
de aquı́, deducir que hay solamente 5 poliedros regulares: tetraedros, octaedros,
icosaedros, cubos y dodecaedros.

17. Se divide un balón de fútbol en piezas homeomorfas a pentágonos o hexágonos


(no todas las piezas han de ser homeomorfas al mismo tipo de polı́gono) de modo
que:
a) cada arista es compartida por exactamente dos piezas,
b) a cada vértice llegan exactamente tres aristas.

Demostrar que el número de piezas pentagonales es 12.

138
18. Resolver de forma razonada las siguientes cuestiones:
a) Sea S una superficie. Demostrar que S # S2 ∼
= S.
b) Si S1 y S2 son superficies compactas y conexas, ¿se cumple necesariamente
que Π1 (S1 # S2 ) ∼
= Π1 (S1 )∗Π1 (S2 )? ¿Y que H1 (S1 # S2 ) ∼
= H1 (S1 )×H1 (S2 )?
c) ¿Es cierto que RP = RP # T ∼
2 ∼
3
2 2
= RP # K?
d ) ¿Existe S superficie compacta y conexa con χ(S) ≤ −7 y H1 (S) ∼
= Z2 × Z7 ?
e) Sea Q una unión finita de polı́gonos cerrados disjuntos con el mismo número
de lados. Describir todas las posibles configuraciones de Q a partir de las que
se puede obtener una presentación poligonal con un único vértice del 2-toro
T2 = T # T .

19. Determina los espacios topológicos compactos Y para los que existe una aplicación
recubridora π : Y → X en cada uno de los siguientes casos:

a) X = S2 .
b) X = RP2 .
c) X = RP2 ]RP2 .
d ) X = T, donde T := S 1 × S1 .

20. Determina los espacios topológicos X para los que existe una aplicación recubri-
dora π : Y → X en cada uno de los siguientes casos:

a) Y = RP2 .
b) Y = RP2 ]RP2 .
c) Y = T, donde T := S 1 × S1 .
d ) Y = T]T.

21. Explicita el recubridor universal de

a) D \ {0}.

b) S2 ∪ {(0, 0)} × [−1, 1] . Pista: observar que este espacio es homeomorfo a
S2 ∪ c, donde c es un arco de Jordan en el exterior de la bola unidad de R3
conectando los dos polos de la esfera.

139

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