Topologia II PDF
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Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]
TEMA 0: Preliminares
Definición 1.1 Un grupo algebráico es un par (G, ·), donde G es un conjunto no vacı́o
y · es una aplicación
·: G × G → G
satisfaciendo las siguiente propiedades (escribiremos g1 · g2 en vez de ·(g1 , g2 ) para cua-
lesquiera g1 , g2 ∈ G):
Si adicionalmente
g1 · g2 = g2 · g1 para cualesquiera g1 , g2 ∈ G,
Son muchos los ejemplos de grupos conocidos. Recordaremos algunos de los más signi-
ficativos.
1
(Gln (C), ·), (Gln (R), ·), n ∈ N.
F(X), ◦ , donde X 6= ∅ es un conjunto, F(X) := {f : X → X : f biyectiva} y
” ◦ ” es la composición de aplicaciones.
(x1 x2 . . . xn ) · (y1 y2 . . . ym ) = x1 . . . xn y1 . . . ym ,
Es claro que si el cardinal de Λ es al menos dos y los grupos no son triviales, el producto
libre no es conmutativo, ya que si x2 ∈ Gα e y2 ∈ Gβ no son el neutro y α 6= β, entonces
las palabras reducidas xy e yx son diferentes.
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1.2. Teorı́a de subgrupos
En lo que sigue (G, ·) será un grupo arbitrario.
Sub(G) = {H ⊂ G : H ≤ G}
a la familia formada por todos los subgrupos de G. Por ejemplo, el centro de G, que se
define como
Z(G) := {h ∈ G : h · g = g · h ∀g ∈ G},
es un subgrupo de G.
Dado un subconjunto A ⊂ G, el conjunto
k
n
Y
H(A) := { aj j : a1 , . . . , ak ∈ A, n1 , . . . , nk ∈ Z, k ∈ N}
j=1
Si H ≤ G, la relación de equivalencia
def
g1 Rdcha g2 ⇐⇒ ∃ h ∈ H : g2 = h · g1
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Definición 1.8 Si H E G, entonces R := Rdcha = Rizqda , y la clase de equivalencia de
g ∈ G asociada a la relación R se denota indistintamente g · H = H · g. La operación
del grupo G puede ser inducida en el cociente G/H de forma natural:
A(G) := G/Gc
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1.3. Producto amalgamado de grupos
Acabaremos esta sección con la siguiente definición, que como veremos más adelante
jugará un papel crucial en el enunciado del Teorema de Seifert-Van Kampen (Tema 1).
Ψ1 : G1 → H, Ψ2 : G2 → H y Ψ0 : A → H
tales que
Ψ0 = Ψ1 ◦ Φ1 = Ψ2 ◦ Φ2
inducen un homomorfismo Ψ : G1 •A G2 → H tal que
Ψj = Ψ ◦ (π ◦ ij ) y Ψ ◦ (π ◦ ij ◦ Φj ) = Ψ0 , j = 1, 2.
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2. Topologı́a básica
A lo largo de este curso (X, τ ) denotará un espacio topológico. Usualmente, y en
ausencia de ambigüedad, omitiremos la referencia a la topologı́a τ y escribiremos sim-
plemente X.
α : [0, 1] → X,
El arco más simple que podemos construir sobre un espacio topológico es el cons-
tante, que para cada p ∈ X viene definido por
También es posible generar nuevos arcos a partir de unos dados de forma sencilla.
Definición 2.1 Dados arcos α, β : [0, 1] → X con α(1) = β(0) se definen
α : [0, 1] → X, α(t) := α(1 − t).
α(2t) si t ∈ [0, 1/2]
α ? β : [0, 1] → X, α ? β(t) =
β(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]
Obsérvese que Tr(α) = Tr(α), y los puntos inicial y final de α son α(1) y α(0).
Análogamente, Tr(α ? β) = Tr(α) ∪ Tr(β) y los puntos inicial y final de α ? β son α(0)
y β(1).
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Definición 2.2 Un espacio topológico X se dice arcoconexo si para cualesquiera p,
q ∈ X existe un arco α : [0, 1] → X conectando p y q.
Un espacio topológico X se dice localmente arcoconexo si todo punto admite una
base de entornos arcoconexos (con la topologı́a inducida).
Los ejemplos más simples de espacios arcoconexos son los subconjuntos convexos (o
estrellados desde un punto) de un espacio euclidiano. Trivialmente la imagen por una
aplicación continua de un espacio arcoconexo es un espacio arcoconexo.
Es fácil ver que si X = A ∪ B, con A y B subespacios arcoconexos no disjuntos,
entonces X es arcoconexo. En efecto, fijado x ∈ A ∩ B, para cualquiera p ∈ X existe un
arco αp : [0, 1] → X con αp (0) = x y αp (1) = p. Por tanto para cualesquiera p, q ∈ X el
arco αp ? αq conecta p con q, de donde X es arcoconexo.
Dado un punto p ∈ X, la arcocomponente de p en X, que denotaremos por Cp , se
define como el mayor subespacio arcoconexo de X conteniendo a p. En otras palabras,
Cp es la unión de todos los subespacios arcoconexos de X que contienen a p. Como {p}
es un subespacio arcoconexo que contiene a p, p ∈ Cp . Como la traza de un arco es
arcoconexa, la identidad
Proposición 2.3 Los siguientes enunciados son ciertos y se dejarán como ejercicio.
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que C es abierto y cerrado. De la conexión de X inferimos que C = X. Ası́ pues X tiene
sólo una arcocomponente, y por lo tanto es arcoconexo.
El item (iv) es corolario del (iii). Téngase en cuenta que un abierto de un espacio
localmente arcoconexo es localmente arcoconexo, y por tanto los abiertos euclidianos
son localmente arcoconexos.
Observación 2.4 Al igual que pasaba con la conexión topológica, existen espacios ar-
coconexos que no localmente arcoconexos. También se conocen espacios conexos que no
son arcoconexos.
(a) τ (f ) es la mayor topologı́a en Y que hace a f continua, esto es, si τ 0 es una topologı́a
en Y y f : (X, τ ) → (Y, τ 0 ) es continua entonces τ 0 ⊂ τ (f ). En particular, reparemos
en que f : (X, τ ) → (Y, τ (f )) es continua.
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(c) F 0 ⊂ Y es cerrado en (Y, τ (f )) si y sólo si existe F ⊂ X cerrado y f -saturado con
f (F ) = F 0 .
(d) (Y, τ (f )) es Hausdorff si y sólo si para cualesquiera y1 , y2 ∈ Y , y1 6= y2 , existen
abiertos f -saturados disjuntos O1 , O2 ∈ τ tales que f −1 (yj ) ⊂ Oj , j = 1, 2.
(e) (Y, τ (f )) es II-Axioma de Numerabilidad si y sólo si existe una familia B de abiertos
f -saturados en X satisfaciendo las siguientes propiedades:
B es numerable.
Todo abierto f -saturado de X es unión de abiertos de B.
(f) Si (X, τ ) es conexo (arcoconexo, compacto) entonces (Y, τ (f )) es conexo (arcocone-
xo, compacto).
Existe una ı́ntima relación entre la topologı́a final y la topologı́a cociente. Explique-
mos los detalles.
Sea (X, τ ) un espacio topológico. Consideremos una relación de equivalencia R en
X y construyamos el espacio cociente X/R. Denotemos por π : X → X/R a la corres-
pondiente proyección.
Definición 2.8 La topologı́a final τ (π) en X/R para π : X → X/R es conocida como la
topologı́a cociente inducida por la relación R en X/R. El espacio topológico (X, τ (π))
es referido como el espacio topológico cociente de (X, τ ) por la relación R.
En realidad el concepto de topologı́a cociente no es sino una formulación equivalente
del de identificación topológica. Para comprobarlo introduzcamos alguna notación.
Dada una aplicación sobreyectiva f : X → Y , induciremos en X la siguiente relación
de equivalencia:
p ∼f q ⇐⇒ f (p) = f (q).
Si denotamos por [p] a la clase de equivalencia de p ∈ X por ∼f , y por πf : X → X/∼f ,
πf (p) = [p], a la correspondiente proyección al cociente, existe una única biyección
fˆ: X/∼f → Y tal que fˆ ◦ πf = f . Para ser más precisos,
es un homeomorfismo.
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Esta proposición expresa el hecho de que, salvo un homeomorfismo canónico, todo
espacio identificación es un cociente topológico.
Demostración : La biyectividad de fˆ es trivial.
Como fˆ◦πf : (X, τ ) → (Y, τ (f )) coindice con la aplicación continua f , la Proposición
2.7 garantiza que fˆ: X/∼f , τ (πf ) → Y, τ (f ) es continua. Recı́procamente, como
(d) Existe h : (Y, τ 0 ) → (X, τ ) continua tal que f ◦h = IdY (f tiene una inversa continua
a la derecha).
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Estudiemos, como aplicación práctiva del Corolario 2.10 y la Proposición 2.11, los
tres modelos topológicos estandar del espacio proyectivo.
Proposición 2.13 Los siguientes espacios cocientes son homeomorfos al espacio pro-
yectivo RPn , n ∈ N:
(i) El espacio cociente (Rn+1 \ {0})/∼1 , τu /∼1 ), n ∈ N, por la relación p ∼1 q ⇐⇒
∃λ ∈ R \ {0} : p = λq.
n
(ii) El espacio cociente B (0, 1)/∼2 , τu /∼2 ), n ∈ N, por la relación p ∼2 q ⇐⇒
n
kp − qk ∈ {0, 2}. Aquı́ B (0, 1) = {q ∈ Rn : kqk ≤ 1}.
Ejercicio 2.14 Las siguientes aplicaciones entre espacios euclidianos son identifica-
ciones topológicas:
R/∼ ∼
= S1 , con t ∼ s ⇐⇒ t − s ∈ Z.
[0, 1]/∼ ∼
= S1 , con t ∼ s ⇐⇒ |t − s| ∈ {0, 1}.
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(iii) R2 → S1 × S1 , (t1 .t2 ) 7→ (e2πıt1 , e2πıt2 ); utilı́cese Proposición 2.11-(a).
Como consecuencia,
R2 /∼ ∼
= S1 × S1 , con (t1 , t2 ) ∼ (s1 , s2 ) ⇐⇒ tj − sj ∈ Z, j = 1, 2.
(iv) [0, 1]2 → S1 × S1 , (t1 .t2 ) 7→ (e2πıt1 , e2πıt2 ); utilı́cese Proposición 2.11-(b).
Como consecuencia,
[0, 1]2 /∼ ∼
= S1 × S1 , con (t1 , t2 ) ∼ (s1 , s2 ) ⇐⇒ |tj − sj | ∈ {0, 1}, j = 1, 2.
Rn+1 \ {0}/∼ ∼
= Sn , n ∈ N, con p ∼ q ⇐⇒ p/kpk = q/kqk.
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Definición 3.3 Sea C una curva de Jordan en X. Sean γ1 y γ2 dos arcos de Jor-
dan orientados en C, y denotemos por (p1 , p2 ) y (q1 , q2 ) las orientaciones de γ1 y γ2 ,
respectivamente (con esta notación V (γ1 ) = {p1 , p2 } y V (γ2 ) = {q1 , q2 }).
Los arcos γ1 y γ2 se dirán compatiblemente orientados si existe un homeomorfismo
f : C → S1 tal que las orientaciones (f (p1 ), f (p2 )) de f (γ1 ) y (f (q1 ), f (q2 )) de f (γ2 )
tienen el mismo carácter (esto es, ambas son positivas o negativas).
La compatibilidad o no compatibilidad de orientaciones no depende del homeomor-
fismo f : C → S1 utilizado. En efecto, si h : C → S1 es otro homeomorfismo entonces
f ◦ h−1 : S1 → S1 es monótono en el argumento.
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es un homeomorfismo. Construyamos
p
kpkh kpk si p 6= 0
H : D → D, H(p) = ,
0 si p = 0
Definición 3.7 Los subconjuntos X ⊂ R2 que con la topologı́a euclidiana inducida sean
discos topológicos compactos (respectivamente, abiertos) serán llamados discos planos
compactos (respectivamente, abiertos).
Surge aquı́ una pregunta aparentemente inocente pero de gran calado topológico:
Éste resultado implica que cualquier curva de Jordan C en R2 es frontera de (ó bordea)
un disco topológico compacto en R2 , y que cualquier disco topológico compacto X
de R2 surge de esta forma. En efecto, basta con aplicarlo a cualquier homeomorfismo
f : C → S1 y observar que X := F −1 (D) es un disco plano compacto con Bd(X) = C.
Téngase también en cuenta que el borde Bd(X) de cualquier disco plano compacto
X ⊂ R2 es una curva de Jordan.
Es evidente que S1 parte R2 en dos componentes conexas con borde S1 , una el disco
abierto unidad y otra el exterior del disco cerrado unidad. Como corolario del Teorema
de Jordan-Schóenflies el complemento de una curva de Jordan arbitraria C en el plano
R2 tiene dos componentes conexas, una acotada llamada interior de C y otra no acotada
llamada exterior de C, ambas con frontera la curva C. Este resultado es conocido en la
literatura como Teorema de la Curva de Jordan.
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3.2. Pegado de discos topológicos por el borde
Sean X1 y X2 dos discos topológicos compactos disjuntos. Consideremos arcos de
Jordan γj ⊂ Cj := Bd(Xj ), j = 1, 2, y un homeomorfismo h : γ1 → γ2 . Consideremos
en X := X1 ∪ X2 la topologı́a suma, a saber, la que tiene por abiertos las uniones de
abiertos de X1 y X2 .
Vamos explicar una operación topológica elemental, que referiremos como el pegado
de los discos X1 y X2 por los arcos γ1 y γ2 vı́a el homomorfismo h. La clave es generar
un nuevo espacio topológico X̂ a partir de X1 , X2 y h : γ1 → γ2 . Para ello definiremos
la siguiente relación de equivalencia en X:
Demostración : Llamemos
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Recuperemos el homeomorfismo h : γ1 → γ2 sobre el que se construyó la relación
de equivalencia ∼ en X que dió lugar al cociente X̂. Llamemos {p1 , p2 } ⊂ X1 a los
extremos de γ1 , y observemos que {h(p1 ), h(p2 )} ⊂ X2 son los extremos de γ2 .
Veamos que el Corolario 3.6 nos permite modificar F2 para que F1 (p) = F2 (h(p))
para todo p ∈ γ1 . En efecto:
(constrúyase con ayuda del Corolario 3.6), logramos que F1 (p) = F2 (h(p)) para
todo p ∈ γ1 .
La aplicación
F : X → D, F |X1 := F1 , F |X2 = F2 ,
está bien definida y es continua y sobreyectiva de un compacto en un Hausdorff, de donde
es una identificación. Como la relación que induce ∼F coincide con ∼, la Proposición 2.9
garantiza que la única aplicación F̂ : X̂ → D tal que F̂ ◦ π = F es un homeomorfismo.
Esto prueba que X̂ es un disco topológico cerrado.
Como Bd(X̂) = F̂ −1 (S1 ) = π(F −1 (S1 )) = π(C) = î(Ĉ), la proposición se sigue.
φj
Observación 3.11 La Proposición 3.10 se generaliza al caso Xj ∼ = {(x, y) ∈ R2 : y ≥
0, x2 + y 2 < 1} y γj := φ−1
j (] − 1, 1[), j = 1, 2. En este caso, si h : γ1 → γ2 es un
homeomorfismo y ∼ es la relación asociada en X = X1 ∪ X2 dada por
Ejercicio 3.12 Es un ejercicio ilustrativo probar que dados dos discos topológicos com-
pactos y disjuntos X1 y X2 y un homeomorfismo h : Bd(X1 ) → Bd(X2 ), el cociente
topológico X1 ∪ X2 /∼, donde ∼ denota la relación de equivalencia en X1 ∪ X2 definida
por
p ∼ q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h(r)} para algún r ∈ Bd(X1 ),
es homeomorfo a la esfera S2 .
Ejercicio 3.13 Sea X es un disco topológico compacto y sean γ1,j , γ2,j ⊂ Bd(X),
j = 1, . . . , k, arcos de Jordan tales que γ1,j ∩ γ2,j = Pj ∈ Bd(X), j = 1, . . . , k, y
(γ1,j ∪ γ2,j ) ∩ (γ1,i ∪ γ2,i ) = ∅, i 6= j. Sea hj : γ1,j → γ2,j un homeomorfismo tal que
h(Pj ) = Pj , j = 1, . . . , k. Definamos la relación en X
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3.3. Discos topológicos con borde identificado
Sea X un disco topológico compacto. Escribamos por simplicidad C = Bd(X) su
circunferencia topológica borde. Sea R0 una relación de equivalencia en C, y definamos
la siguiente relación de equivalencia en X:
pRq ⇐⇒ p = q ∨ {p, q} ⊂ C ∧ pR0 q .
π : U × {1, −1} → U
a la primera proyección. Por sencillez, identificaremos cada par (b, ) ∈ U × {−1, 1} con
la sı́laba o carácter b .
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binario puro si ] (π ◦ ω)−1 (b) ∈ {0, 2} para todo b ∈ U.
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Definición 3.16 Un espacio topológico Γ se dice un grafo conexo si existe una exahus-
ción ∅ = Γ0 ⊂ Γ1 ⊂ . . . ⊂ Γn = Γ por subespacios topológicos conexos de Γ, de forma
que para cada j ∈ {1, . . . , n} existe un arco αj : [0, 1] → Γ tal que
Si existe una circunferencia topológica (curva de Jordan) γj ⊂ ∪ji=1 Γi con αj ([0, 1]) ⊂
γj , diremos que αj añade un ciclo a Γ, j = 1, . . . , n. Si Γj añade un ciclo para todo
j = 1, . . . , n entonces Γ se dirá un n-ciclo.
A los extremos de los αj se les llamará vértices de Γ, y se denotará por V (Γ) =
n
∪j=1 {αj (0), αj (1)} al conjunto de todos ellos. A las componentes conexas de Γ \ V (Γ)
las llamaremos lados de Γ, y denotamos E(Γ) al conjunto de todos ellos. El número
entero
χ(Γ) := −]E(Γ) + ]V (Γ),
que coincide con 1 − k donde k es el número total de ciclos añadidos en la exahusción
∅ = Γ0 ⊂ Γ1 ⊂ . . . ⊂ Γn = Γ, se llamará caracteristica de Euler de Γ.
Observación 3.17 Claramente Γr es un grafo conexo con vértices V (Γr ) = ∪ki=1 σr V (γi )
y lados E(Γr ) = {σr Int(γi ) : i = 1, . . . , k}. Para determinar de forma correcta los car-
dinales de V (Γr ) y E(Γr ), y por tanto χ(Γr ), hay que tener en cuenta las identificaciones
inducidas por σr .
Un mismo esquema puede admitir distintas realizaciones, pero parece natural pensar
que éstas son identificables topológicamente. La clave para comprenderlo está de nuevo
en el Corolario 3.6, y nos la da la siguiente proposición.
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(1) (k)
Demostración : Pongamos ω = b1 . . . bk . Llamemos γl,1 , . . . , γl,k a los arcos de Jor-
(l)
dan orientados en Cl := Bd(Xl ) asociados a rl y denotemos por hi,j : γl,i → γl.j a los
homeomorfismos asociados a rl , (i, j) ∈ Iω , l = 1, 2.
Como los arcos los arcos γl,1 , . . . , γl,k están dispuestos de forma que engarzan final de
γl,j con principio de γl,j+1 , e igualmente con γl,k y γl,1 , l = 1, 2, existe un homeomorfismo
Es más,
y el hecho de que
(1) (2)
los homeomorfismos hi,j : γ1,i → γ1,j y hi,j : γ2,i → γ2,j preservan o revierten
ambos la orientabilidad para todo (i, j) ∈ Iω ,
En efecto, para cada {(i, j), (j, i)} ∈ Iω2 , i 6= j, basta fijar primero un ı́ndice (tomare-
mos por ejemplo i), tomar cualquier homeomorfismo f |γ1,i : γ1,i → γ2,i preservando la
orientación fijada en los arcos de Jordan, y finalmente definir
(2) (1)
f |γ2,j = hi,j ◦ (f |γ1,i ) ◦ (hi,j )−1 : γ1,j → γ2,j .
Por el Corolario 3.6 existe un homeomorfismo F : Int(C1 ) → Int(C2 ) tal que F |C1 = f .
Claramente
p ∼r1 q ⇐⇒ F (p) ∼r2 F (q),
por lo que F induce un homeomorfismo F̂ : Sr1 → Sr2 tal que F̂ ◦ σr1 = σr2 ◦ F . Esto
concluye la prueba.
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Proposición 3.21 Dado un esquema ω, el espacio Sω es arcoconexo, compacto, Haus-
dorff y II-Axioma de Numerabilidad.
Recordemos que una curva de Jordan C en R2 se dice convexa si para cualquiera lı́nea
recta L en R2 el conjunto L ∩ C es
conexo (puede que vacı́o) y C está en un semiplano cerrado con borde L, ó
contiene exactamente dos puntos distintos y C tiene puntos en los dos semiplanos
abiertos determinados por L.
21
p−q
θ 6= ± kp−qk entonces los puntos p y q de C están contenidos en distintos semiplanos
2
de R \ Lθ , por lo que de la conexión de C implica que Lθ ∩ C 6= ∅. La convexidad
de C y el hecho de que Lθ ∩ C no contiene segmentos no triviales obliga a que Lθ ∩ C
contenga exactamente dos puntos, uno a la izquierda de x0 y otro a la derecha de x0 en
Lθ , para todo θ ∈ S1 . Por tanto la semirecta L+θ := {x0 + sθ : s ≥ 0} interseca a C en
un único punto qθ , para cada θ ∈ S1 . Escribamos [x0 , qθ ] = {x0 + sqθ : s ∈ [0, kqθ − x0 k]}
y definamos X := ∪θ∈S1 [x0 , qθ ]. Como S1 → C, θ 7→ qθ , es un homeomorfismo, la
aplicación
H : X → D, H(x0 + sqθ ) = sθ,
es continua y biyectiva, y al ir de un compacto en un Hausdorff, es un homeomorfismo.
Esto prueba que X es un disco topológico compacto con borde Bd(X) = H −1 (S1 ) = C,
lo que concluye la demostración.
Teorema 3.23 Toda curva de Jordan poligonal C en R2 parte el plano en dos compo-
nentes conexas con frontera común C. Una de ellas es acotada y llamada interior de C,
y la otra es no acotada y llamada exterior de C. Serán denotadas respectivamente por
Int(C) y Ext(C).
Además Int(C) ≡ Int(C) ∪ C, con la topologı́a euclidiana inducida, es un disco
topológico compacto con borde C e interior Int(C).
22
sj , la función m|L+p \C cambia de paridad al al atravesar sj . Por tanto R2 \ C es la
unión disjunta de los abiertos euclidianos Int(C) := f −1 (−1) 6= ∅ (interior de C) y
Ext(C) := f −1 (1) 6= ∅ (exterior de C). Nótese que nuestro argumento también garantiza
que C = Fr(Int(C)) = Fr(Ext(C)).
Veamos que Int(C) es conexo (análogamente se probarı́a la conexión de Ext(C)).
Tomemos p1 , p2 ∈ Int(C) puntos arbitrarios y comprobemos que están en la misma
componente conexa de Int(C). Para t suficientemente pequeño, la geometrı́a combina-
torio elemental nos garantiza que Ct := {p ∈ R2 : dist(x, C) = t} es unión de dos curvas
de Jordan polı́gonales próximas y paralelas a C, una de ellas Ct− ⊂ Int(C) y la otra
Ct+ ⊂ Ext(C). Es fácil concluir de aquı́ que, si > 0 es suficientemente pequeño, el
entorno tubular N (C, ) := ∪|t|< Ct de C es un dominio arcoconexo conteniendo a C y
con frontera C− ∪ C+ . La arcoconexión de N − (C, ) := ∪−<t<0 Ct− ⊂ Int(C) es también
clara ya que es homeomorfo de forma natural a ] − , 0[×C. Como L+ pj corta a C ya que
+ −
pj ∈ Int(C), Lpj ha de intersecar también a N (C, ), luego a N (C, ). Por tanto pj
está en la misma arcocomponente de Int(C) que N − (C, ), j = 1, 2. Esto garantiza que
p1 y p2 están en la misma componente conexa de Int(C) como querı́amos demostrar.
Finalmente veamos que Int(C) es acotado y Ext(C) no es acotado. En efecto, si B
es una bola euclidiana conteniendo a C en su interior, el conexo R2 \ B ha de estar
en alguna de las dos componentes de R2 \ C( a saber, Int(C) o Ext(C)). Pero R2 \ B
contiene lı́neas rectas paralelas al vector u, por tanto totalmente contenidas en Ext(C).
Esto fuerza a que R2 \ B ⊂ Ext(C), y en consecuencia a que Int(C) ⊂ B.
Para acabar el teorema probemos que Int(C) es un disco topológico, esto es, que
Int(C) ∼ = D. Recordemos que habı́amos escrito C = ∪kj=1 sj como unión de segmentos no
triviales, y llamemos Lj a la única recta de R2 conteniendo al segmento sj , j = 1 . . . , k.
Observemos que
R2 \ (∪kj=1 Lj ) = ∪ai=1 Ωi ,
donde cada Ωi es un dominio convexo con frontera una curva de Jordan polı́gonal,
i = 1, . . . , a. Este hecho, que se puede probar fácilmente por inducción en k, se basa en
la propiedad elemental de que una lı́nea recta que atraviesa un convexo lo parte en dos
trozos convexos. Como cada Ωi está en una componente conexa de R2 \ C, sin perdida
de generalidad podemos suponer que que Ω1 , . . . , Ωb , 1 ≤ b < a, son las componentes
conexas de R2 \ (∪kj=1 Lj ) contenidas en Int(C) y escribir Int(C) = ∪bi=1 Ωj como unión
de regiones convexas compactas bordeadas por curvas de Jordan poligonales. Por la
Proposición 3.22, cada región Ωj es un disco topológico compacto con frontera una
curva de Jordan poligonal contenida en ∪kj=1 Lj , i = 1, . . . , b.
Nuestro objetivo va a ser comprobar de forma inductiva que, salvo reordenación,
Xj := ∪ji=1 Ωi con la topologı́a euclidiana inducida es un disco topológico compacto con
frontera euclidiana la poligonal borde Bd(Xj ) ⊂ ∪kj=1 Lj para todo j = 1, . . . , b. Este
resultado implicará que Int(C) = Xb es un disco topológico compacto satisfaciendo las
condiciones explicitadas en el enunciado del teorema, acabando la demostración.
23
En efecto, podemos suponer sin pérdida de fuerza que X1 = Ω1 contiene al menos
uno de los segmentos que definen C. Notemos que el disco X1 satisface las condiciones
anteriores gracias a la Proposición 3.22, por lo que la base de la inducción está ga-
rantizada. Admitamos que nuestra afirmación es cierta para Xj , j < b. Para cerrar la
inducción, es importante obsevar que C * Bd(Xj ). En efecto, en otro caso C = Bd(Xj )
ya que la circunferencia topológica Bd(Xj ) ∼ = S1 no contiene subespacio propios ho-
1
meomorfos a S . Como j < b, el conexo Ωb no corta a Bd(Xj ) = C, y por la primera
parte de la demostración debe estar contenido en una de las dos componentes conexas
de R2 \ Bd(Xj ) = R2 \ C. Como Ωb ∩ Xj = ∅ y Int(C) = Int(Bd(Xj )), deducimos que
Ωb ⊂ Ext(C), una contradicción. Por tanto, existe una región en la lista {Ωj+1 , . . . , Ωb },
que salvo reordenación podemos suponer es Ωj+1 , que corta a C y es contigua a Xj en
el sentido de que Ωj+1 ∩ Xj es un arco de Jordan. La Proposición 3.10 garantiza que
Xj+1 := Xj ∪ Ωj+1 es un disco topológico compacto con borde una curva de Jordan
poligonal contenida en ∪kj=1 Lj . Esto cierra la inducción y concluye la demostración.
Observación 3.24 El mismo argumento del teorema anterior funciona sin grandes
modificaciones cuando la curva de Jordan poligonal C se sustituye por una curva po-
ligonal P propiamente embebida en R2 con una cantidad finita de segmentos (dos de
ellos lógicamente semirectas infinitas). En este caso la conclusión es que R2 \ P tiene
dos componentes conexas no acotadas con frontera común P .
24
TEMA 1: Grupo Fundamental
Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]
Observación 4.2 Salvo mención explı́cita de lo contrario, en lo que sigue todas las
homotopı́as de arcos consideradas serán con extremos fijos.
Observación 4.3 Sea α : [0, 1] → X un arco. Si h : [0, 1] → [0, 1] es un homeomorfismo
tal que h(0) = 0 y h(1) = 1, el arco α◦h se dirá una reparametrización de α preservando
la orientación.
Todo arco α : [0, 1] → X es homotópico con extremos fijos a cualquiera repara-
metrización suya α ◦ h : [0, 1] → X preservando la orientación. Basta con definir la
homotopı́a:
H : [0, 1]2 → X, H(t, s) = α (1 − s)t + sh(t) .
25
La homotopı́a de arcos tiene unas propiedades agradables que vamos a describir a
continuación.
Dos arcos α, β ∈ Ωp,q (X) se dirán homotópicos, y se escribirá α ' β, si existe una
homotopı́a H de α en β.
26
Demostración : Sean H1 : [0, 1]2 → X y H2 : [0, 1]2 → X homotopı́as de α en α0 y de β
0
en β , respectivamente. La aplicación H : [0, 1]2 → X dada por
H1 (2t, s) si t ∈ [0, 1/2]
H(t, s) :=
H2 (2t − 1, s) si t ∈ [1/2, 1]
es una homotopı́a de α ? β en α0 ? β 0 .
(iii) α ? α'p .
4t
si t ∈ [0, 2−s
α( 2−s ) 4
]
2−s 3−s
Demostración : La homotopı́a H : [0, 1]2 → X, H(t, s) = β(4t + s − 2) si t ∈ [ 4 , 4 ]
γ( 4t+s−3 ) si t ∈ [ 3−s , 1]
s+1 4
prueba que α ? (β ? γ)'(α ? β) ? γ, luego (I).
2t
) si t ∈ [0, s+1
2 α( s+1 2
]
La homotopı́a H : [0, 1] → X, H(t, s) = s+1
q si t ∈ [ 2 , 1]
27
α(2t) si t ∈ [0, 1−s
2
]
2 1−s 1+s
Por último, la homotopı́a H : [0, 1] → X, H(t, s) = α(1 − s) = α(s) si t ∈ [ 2 , 2 ]
α(2t − 1) si t ∈ [ 1+s , 1]
2
1−s
prueba que α ? α'p , luego (III). Nótese que {α(2t) : t ∈ [1, 2 ]} parametriza el sur-
28
Demostración : La Proposición 4.7 garantiza que Uf está bien definida y la Proposición
4.8 que Uf es un isomorfismo de grupos con inverso Uf .
Por otra parte, de las anteriores proposiciones también es claro que
para todo [α] ∈ Π1 [X, p), por lo que Uf = Ug ⇐⇒ g ? f ∈ Z(Π1 (X, p)).
La aplicación
Este corolario tiene gran utilidad. Pensemos que, como consecuencia del mismo, dos es-
pacios topológicos con grupos fundamentales no isomorfos no pueden ser homeomorfos.
Este hecho tendrá implicaciones profundas como veremos más adelante.
29
5. Cálculo del grupo fundamental: ejemplos básicos
En este tema abordaremos algoritmos complejos para el cálculo del grupo funda-
mental. Estudiemos ahora algunos ejemplos sencillos que son de bastante utilidad.
es un isomorfismo de grupos.
No es difı́cil demostrar que Θ está bien definida. En efecto, si αj 'αj0 vı́a una homotopı́a
Hj : [0, 1]2 → Xj , j = 1, 2, entonces (α1 , α2 )'(α10 , α20 ) via la homotopı́a (H1 , H2 ) : [0, 1]2 →
X1 × X2 . Esto demuestra que Θ no depende del representante elegido para la definición.
El hecho de que Λ y Θ son uno inverso del otro es un ejercicio trivial.
Otra familia de espacios topológicos para la que es posible deducir información sobre
su grupo fundamental es la de los grupos topológicos.
G es un espacio topológico
30
La aplicación G × G → G, (a, b) 7→ a · b−1 , es continua, o equivalentemente,
son continuas.
donde α · β : [0, 1] → G viene dado por (α · β)(t) := α(t) · β(t) para todo t ∈ [0, 1].
Como siempre, hay que garantizar que · está bien definida en clases. Para ello con-
sideremos αj 'αj0 en Ωe (G) via una homotopı́a Hj : [0, 1]2 → G, j = 1, 2, y observemos
que H1 · H2 : [0, 1]2 → G (definida de forma natural) es una homopia de α1 · α2 en α10 · α20 .
A continuación hagamos el siguiente cálculo:
α(2t) si t ∈ [0, 1/2] α(2t) · e si t ∈ [0, 1/2]
α ? β(t) = = = (α ? e ) · (e ? β).
β(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1] e · β(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]
Análogamente,
e · α(2t) si t ∈ [0, 1/2]
α ? β(t) = = (e ? β) · (α ? e ).
β(2t − 1) · e si t ∈ [1/2, 1]
6. El Grupo Fundamental de S1
Nuestro objetivo inmediato será calcular explı́citamente el grupo fundamental de la
circunferencia S1 . En lo que sigue identificaremos S1 ≡ {z ∈ C : |z| = 1} ⊂ C. Como S1
es un grupo topológico con el producto de números complejos, a priori sabemos por el
Teorema 5.4 que Π1 (S1 , 1) ha de ser abeliano.
Un ingrediente fundamental para nuestro estudio serán las propiedades topológicas
de la aplicación exponencial
(b) ρ es un homomorfismo entre los grupos (R, +) y (S1 , ·): ρ(t + s) = ρ(t) · ρ(s).
31
(f) Para todo z ∈ S1 existe un abierto U ⊂ S1 tal que:
z ∈ U.
Si V es una arcocomponente de ρ−1 (U ) entonces ρ|V : V → U es un homeo-
morfismo.
Todos las propiedades anteriores son bien conocidas. Quizá merezca un mı́nimo co-
mentario la prueba del item (f). En efecto, sea z ∈ S1 y definamos U = S1 \ {−z} y
nótese que z ∈ U . Dado t0 ∈ ρ−1 (−z) es claro que ρ−1 (U ) = ∪m∈Z ]t0 + m, t0 + m + 1[,
donde los conjuntos ]t0 + m, t0 + m + 1[, m ∈ Z, son las arcocomponentes de ρ−1 (U ).
Si V =]t0 + m, t0 + m + 1[ es una arcocomponente cualquiera de ρ−1 (U ), el item (e)
garantiza que ρ|V : V → U es un homeomorfismo.
Necesitaremos el siguiente resultado de levantamiento.
Lema 6.1 Dada H : [0,1]2 → S1 continua con H(0, 0) = 1, existe una única aplicación
e : [0,1]2 → R continua tal que ρ ◦ H
H e = H y H(0,
e 0) = 0.
U = U1 := S1 \ {−1}, U2 := S1 \ {1} .
Como C = [0, 1]2 es un espacio métrico compacto (con la distancia euclidiana in-
ducida), existe el llamado número de Lebesgue > 0 para el recubrimiento abierto
H −1 (U) := {H −1 (U1 ), H −1 (U2 )} de C. Esto significa que cualquier subconjunto A ⊂ C
con diámetro euclidiano < satisface A ⊂ H −1 (Uj ) para algún j ∈ {1, 2}. De aquı́ que
podamos elegir una partición 0 = t1 < . . . < tk < tk+1 = 1 de [0, 1] tal que
C1 = [t1 , t2 ] × [t1 , t2 ].
Kj := ∪i≤j Ci es conexo, j = 1, . . . , N .
La construcción de H
e se hará por un procedimiento inductivo. Llamemos
Hj = H|Kj : Kj → S1 , j = 1, . . . , N.
32
Observemos que H1 (C1 ) ⊂ U1 y sea V1 la arcocomponente de ρ−1 (U1 ) ⊂ R conteniendo
a 0 (ver la propiedad (f) de la proyección ρ : R → S1 ). Recordemos que ρ|V1 : V1 → U1
es un homeomorfismo que aplica 0 ∈ V1 en 1 ∈ S1 . La aplicación
e 1 := (ρ|V1 )−1 ◦ H1 : K1 ≡ C1 → R
H
Hj (Lj ) es arcoconexo y
ρ(H
e j (Lj )) = Hj (Lj ),
por la propiedad (f) de ρ existe una arcocomponente Vj+1 de ρ−1 (Uj+1 ) ⊂ R conteniendo
aHe j (Lj ) tal que ρ|V : Vj+1 → Uj+1 un homeomorfismo. La aplicación
j+1
H
ej sobre Kj
H
e j+1 :=
−1
(ρ|Vj+1 ) ◦ (Hj+1 |Cj+1 ) sobre Cj+1
Demostración :
La unicidad es obvia razonando como en la prueba del Lema 6.1.
Procedamos a probar la existencia de α
e. Para ello basta con definir
que claramente satisface las hipótesis del Lema 6.1, y considerar la aplicación H
e dada
e : [0,1] → R, α
en él. Obviamente el arco α e(t) := H(t,
e 0), resuelve el corolario.
Los arcos α
e y βe dados por el Corolario 6.2 tienen los mismos extremos.
La aplicación H
e dada por el Lema 6.1 es una homotopı́a (con extremos fijos) de
α
e en β.
e
33
Demostración : Consideremos la aplicación H
e dada en el Lema 6.1 y los levantamientos
α
e y β dados en el Corolario 6.2.
e
Por la unicidad del Corolario 6.2, αe = H(·,
e 0).
e ·) : [0, 1] → R es un arco con punto inicial 0 que se proyecta en el arco
Como H(0,
constante 1 en S1 , por la unicidad del levantamiento de arcos concluimos que H(0,e ·)
es el arco constante 0 en R. De aquı́ que, de nuevo por el Corolario 6.2, βe = H(·,
e 1).
e ·) : [0, 1] → R es un arco que se proyecta en el arco constante
Finalmente, como H(1,
1 e ·) es el arco
α(1) en S , por la unicidad del levantamiento de arcos concluimos que H(1,
constante H(1,0)
e en R.
Uniendo toda esa información concluimos que H e es una homotopı́a de α e en β.
e
Este último corolario será trascendental, en lenguaje sencillo expresa que arcos ho-
motópicos en S1 se levantan a arcos homotópicos en R por la aplicación ρ : R → S1 .
La construcción del levantamiento α e a partir de α en el Corolario 6.2 es en cierto
sentido implı́cita. En el caso de que α sea diferencible es posible establecer una fórmula
directa para este cálculo.
Ejercicio 6.4 Si α ≡ (α1 , α2 ) : [0, 1] → S1 ⊂ R2 es un arco de clase C 1 con α(0) =
(1, 0), entonces su levantamiento vı́a ρ a R viene dado por:
Z t
1
α1 (s)α20 (s) − α10 (s)α2 (s) ds
αe(t) =
2π 0
De forma explı́cita, y para cada n ∈ Z, el lazo αn : [0, 1] → S1 ⊂ C, αn (t) := e2nπıt ,
se levanta con condición inicial α en : [0, 1] → R, α
en (0) = 0 al arco α en (t) := nt.
El concepto de grado de un lazo en S1 será el ingrediente algebráico necesario para
interpretar el grupo fundamental de la circunferencia.
Definición 6.5 Dado un lazo α : [0, 1] → S1 con base el punto 1 ∈ S1 , definimos el
grado de α como
deg(α) = αe(1) ∈ Z,
e : [0, 1] → R representa el levantamiento de α con condición inicial α
donde α e(0) = 0.
Nótese que la condición ρ ◦ α
e = α implica ρ ◦ α
e(1) = α(1) = 1, por lo que efectivamente
deg(α) ∈ Z como se enfatiza en la definición. El grado es interesante para la topo-
logı́a porque tiene un buen comportamiento respecto a la homotopı́a, como muestra la
siguiente
Proposición 6.6 Dados α, β : [0, 1] → S1 dos lazos con base el punto 1 ∈ S1 , se tiene
que
α'β ⇐⇒ deg(α) = deg(β).
Demostración : Supongamos que α'β. Por el Corolario 6.3, los correspondientes levan-
tamientos αe y β con condición inicial 0 son también homotópicos: α
e e'β.
e Esto implica
que deg(α) = α e(1) = β(1)
e = deg(β).
Recı́procamente, supongamos que deg(α) = deg(β). Consideremos los correspon-
dientes levantamientos α e y βe con condición inicial 0. Al ser deg(α) = α
e(1) = β(1)
e =
deg(β), la aplicación continua
e : [0, 1]2 → R,
H e s) := (1 − s)e
H(t, α(t) + sβ(t)
e
es una homotopı́a con extremos fijos que garantiza α e'β.e Al ser ρ continua, α = ρ ◦
e'ρ ◦ βe = β vı́a la homotopı́a ρ ◦ H,
α e lo que concluye la proposición.
34
Como consecuencia de este análisis podemos enunciar el teorema central de esta sección
que materializa el cálculo del grupo fundamental de la circunferencia.
Demostración : La Proposición 6.6 garantiza que deg : (Π1 (S1 , 1), ?) → (Z, +) está bien
definida en clases de homotopı́a.
La inyectividad es consecuencia también de la Proposición 6.6. En cuanto a la so-
breyectividad sı́mplemente téngase en cuenta que deg([αn ]) = n para cada n ∈ Z; ver
Ejercicio 6.4.
Para concluir solo resta probar que deg es un homomorfismo de grupos. En efecto,
tomemos [α], [β] ∈ Π1 (S1 , 1). Tenemos que
Como consecuencia podemos demostrar el siguiente teorema del punto fijo en dimensión
dos, cuya generalización a dimensión arbitraria es cierta aunque requiere de otro tipo
de herramientas para su demostración.
Teorema 6.9 (Punto fijo de Brower) Sea f : D → D una aplicación continua. En-
tonces existe p0 ∈ D tal que f (p0 ) = p0 .
35
Demostración : Razonemos por reducción al absurdo y admitamos que existe f : D → D
sin puntos fijos. La contradicción se generará probando que entonces existe una aplica-
ción continua r : D → S1 satisfaciendo r|S1 = IdS1 , lo que es contrario a la Proposición
6.8.
Tomemos p ∈ D. Como p 6= f (p), la convexidad estricta de D garantiza que la
semirecta
Lp := {p + λ(p − f (p)) : λ ≥ 0}
corta S1 en un único punto
r(p) := Lp ∩ S1 ,
y que además r(p) = p cuando p ∈ S1 .
El discriminante
Como p 6= f (p) y son de norma ≤ 1, hp, p − f (p)i > 0 y existe una raiz λ− (p) < 0:
1 p
λ− (p) = 2
− hp, p − f (p)i − hp, p − f (p)i2 + kp − f (p)k2 (1 − kpk2 )
kp − f (p)k
Por tanto, r(p) está unı́vocamente determinado y viene dado por la expresión
36
Una de las consecuencias más sorprendentes del hecho de que Π1 (S1 , 1) = Z es el
Teorema Fundamental del Álgebra, originalmente demostrado por Gauss.
Teorema 6.10 (Teorema Fundamental del Álgebra) Sea P : C → C una función
polinómica de la forma
donde n ≥ 1.
Entonces existe z0 ∈ C tal que P (z0 ) = 0.
sk
donde simplemente se ha tenido en cuenta que { 1−s k
}k∈N → +∞, {tk }k∈N → t, la
expresión de P (z) en (3), y el álgebra básica de lı́mites.
Por tanto, extendiendo H a [0, 1] × {1} por la expresión
7. Equivalencias homotópicas
Como bien sabemos dos espacios homeomorfos tienen el mismo grupo fundamental,
salvo isomorfismos. Sin embargo existen condiciones topológicas más débiles que el
homeomorfismo que nos permiten extraer la misma conclusión. En esta sección las
estudiaremos con detalle.
37
r∗ : Π1 (X, a) → Π1 (A, a) es un epimorfismo y
i∗ : Π1 (A, a) → Π1 (X, a) es un monomorfismo.
Demostración : Como r ◦ i = IdA deducimos que (r ◦ i)∗ = r∗ ◦ i∗ = (IdA )∗ = IdΠ1 (A,a) .
La proposición se sigue trivialmente.
El ejemplo más simple de retracción es la aplicación constante r : X → {p} para
cada p ∈ X. En otras palabras, todo punto es un retracto del espacio que lo contiene.
Ejercicio 7.3 Las siguientes aplicaciones entre espacios euclidianos son retracciones:
q
n : Rn+1 \ {0} → Sn , n(q) = kqk
.
38
Ejercicio 7.5 Las siguientes aplicaciones realizan retractos fuertes de deformación:
El centro p0 de un conjunto estrellado A (en un espacio euclidiano Rn ) es un
retracto fuerte de deformación de A:
H : A × [0, 1] → A, H(q, s) := (1 − s)q + sp0 .
1
donde f : R3 \ {x = y = 0} → S1 × R, f (x, y, z) := k(x,y)k (x, y), z .
Observación 7.6 Si A es un retracto de deformación de X, {Cα : α ∈ Λ} son las
arcocomponentes de A y Ĉα es la arcocomponente de X conteniendo a Cα para cada
α ∈ Λ, entonces:
r(Ĉα ) = Cα para todo α ∈ Λ, y por tanto Ĉα 6= Ĉβ , α 6= β.
39
A veces es útil el siguiente resultado.
prueba que B(p, 1 ) \ {p} es un retracto fuerte de deformación de B(p, 2 ) \ {p} con
retracción asociada r.
40
Definición 7.10 Un espacio topológico X se dice contráctil si admite como retracto
de deformación a un punto {p0 } ⊂ X. En caso de que {p0 } sea retracto fuerte de
deformación de X diremos que el espacio es fuertemente contráctil.
Veremos más adelante (ver Corolario 7.21) que este enunciado es cierto para espacios
contráctiles.
Ejercicio 7.13 Como consecuencia del Ejercicio 7.5 y del Teorema 7.9:
41
(i) B es numerable (luego X es II-Axioma de Numerabilidad).
(ii) B es simplemente conexo para todo B ∈ B.
Entonces Π1 (X, x) es numerable para todo x ∈ X.
La condición de simple-conexión en el item (ii) se puede relajar por la de semilocal
simple conexión (ver Definición 14.5), sin que ello afecte a la tesis del teorema.
Demostración : Dado un par B, B 0 ∈ B (puede ser B = B 0 ), nuestras hipótesis implican
que cada arcocomponente de B ∩ B 0 es un abierto de X, y por tanto contiene un abierto
de B. Como la familia CB,B 0 de arcocomponentes de B ∩ B 0 está formada por conjuntos
disjuntos dos a dos y B es numerable, deducimos que CB,B 0 ha de ser numerable. Por
tanto, [
CB := CB,B 0
(B,B 0 )∈B2
esto es,
α'γxB01,y1 ? . . . γyBk−1
k
,x0 .
42
7.2. Homotopı́a de aplicaciones: tipo de homotopı́a
La siguiente definición trata sobre la idea de deformación en el contexto más general
posible.
L1 = {1} × [0, 1], L2 = [0, 1] × {1}, L3 = {0} × [0, 1], L4 = [0, 1] × {0}.
αj ([0, 1]) = Lj , j = 1, 2, 3, 4, y
Obsérvese que α es un lazo en C con base (1, 0) y traza Bd(C). Además α es uno a uno
excepto por los puntos inicial y final que coinciden con (1, 0).
Tomemos [β] ∈ Π1 (X, x0 ) y definamos la aplicación continua G : C → Y, G(t, s) =
H(β(t), s). Como α es un lazo con base (1, 0) en C, el arco G ◦ α es un lazo con base
43
G (1, 0) = ϕ1 (x0 ) en Y . Teniendo en cuenta que H(·, j) = ϕj+1 , j ∈ {0, 1}, y la
Observación 4.3, deducimos que
donde todas las homotopı́as son con extremos fijos. Por tanto
Al ser C simplemente conexo (de hecho es convexo), [α] = [(1,0) ] en Π1 (C, (1, 0)).
De aquı́ deducimos que
esto es,
γ ? (ϕ2 ◦ β) ? γ ? (ϕ1 ◦ β)'ϕ1 (x0 ) ,
o equivalentemente, Uγ ([ϕ1 ◦β]) = [ϕ2 ◦β]. En otras palabras, Uγ ◦(ϕ1 )∗ y (ϕ2 )∗ coinciden
sobre cualquiera [β] ∈ Π1 (X, x0 ), lo que concluye la prueba.
g ◦ f l IdX y f ◦ g l IdY .
44
Obviamente todo homeomorfismo es una equivalencia homotópica, pero lo recı́proco
no es cierto. Un espacio contráctil nos proporcionará fácilmente un contraejemplo. Sin
embargo, la equivalencia homotópica es suficiente para garantizar isomorfismo entre
grupos fundamentales.
g∗ : Π1 (Y, f (x0 )) → Π1 (X, g(f (x0 ))) y fˆ∗ : Π1 X, g(f (x0 )) → Π1 Y, f (g(f (x0 ))) .
45
8. El Grupo Fundamental de las Esferas
En esta sección calcularemos el grupo fundamental de las esferas Sn , n ≥ 2.
Para abordarlo probaremos un caso particular del Teorema de Seifert-Van Kampen,
que se estudiará más adelante, cuya demostración es además bastante inspiradora.
46
Corolario 8.2 La esfera Sn es simplemente conexa para todo n ≥ 2.
y llamemos
i = i2 ◦ i1 : B 2 (p, 1 ) \ {p} → B2 (p, 2 ) \ {p}.
Fijado p0 ∈ B 2 (p, 1 ) \ {p}, a nivel de grupos fundamentales tenemos que
i∗ = (i2 )∗ ◦ (i1 )∗ : Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p}, p0 → Π1 B2 (p, 2 ) \ {p}, p0 ,
donde
(i1 )∗ : Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p}, p0 → Π1 F (Bn (q, )) \ {p}, p0 e
(i2 )∗ : Π1 F (Bn (q, )) \ {p}, p0 → Π1 B2 (p, 2 ) \ {p}, p0 .
Es claro que B 2 (p, 1 )\{p} es homeomorfo a B 2 (0, 1)\{0}. Por tanto
la Proposicion 7.7,
el Ejercicio 7.5 y el Teorema 7.9 garantizan que Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p} es isomorfo al grupo
47
fundamental de S1 , esto es, a Z. Análogamente Π1 B2 (p, 2 ) \ {p} es homeomorfo a Z,
ya que B2 (p, 2 ) − {p} ∼= B2 (0, 2 ) − {p} ∼
= S1 ×]0, 2 [.
Un razonamiento similar nos dirı́a que Π1 Bn (q, ) \ {q}, q0 , q0 := F −1 (x0 ), es
isomorfo al grupo fundamental de Sn−1 , luego es el grupo trivial {[q0 ]} ya que n−1 ≥ 2.
La misma
consecuencia se extrae para Π1 F (Bn (q, ))\{p}, p0 ya que F∗ : Π1 Bn (q, ))\
{q}, q0 → Π1 F (Bn (q, )) \ {p}, p0 es un isomorfismo.
Pero el Ejercicio 7.8 nos dice que
i∗ : Π1 B 2 (p, 1 ) \ {p}, p0 ≡ Z → Π1 B2 (p, 2 ) \ {p}, p0 ≡ Z
es un isomorfismo, lo que es absurdo ya que al ser i∗ = (i2 )∗ ◦(i1 )∗ esa aplicación factoriza
por el homomorfismo trivial. Esto completa la prueba.
Lema 8.4 Sea f : S1 → S1 continua e impar (esto es, satisfaciendo f (−p) = −f (p),
p ∈ S1 ) con f (1) = 1, y sea β el lazo en S1 basado en 1 dado por β := f ◦α1 : [0, 1] → S1 ,
donde α1 = ρ|[0,1] (recordemos que ρ : R → S1 es la aplicación t 7→ e2πıt ).
Entonces deg(β) es impar.
Demostración : Sea γ : [0, 1] → S1 el arco en S1 dado por γ(t) = β(t/2), t ∈ [0, 1].
Como f es impar inferimos que γ(1) = −γ(0) = −1. Sea γ e el único levantamiento de γ
a R con condición inicial γ̃(0) = 0, y observemos que por ser ρ ◦ γ̃ = γ necesariamente
e(1) = k + 1/2, k ∈ Z. Definamos
γ
γ
e(2t) si t ∈ [0, 1/2]
c(t) =
γ e(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]
e(1) + γ
γ(2t) si t ∈ [0, 1/2] γ(2t) si t ∈ [0, 1/2]
(ρ ◦ c)(t) = 2πıe
γ (1) = =
e γ(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1] −γ(2t − 1) si t ∈ [1/2, 1]
β(t) si t ∈ [0, 1/2]
= = β(t),
−β(t − 1/2) si t ∈ [1/2, 1]
donde en la última igualdad hemos usado que β(t − 1/2) = −β(t) para t ∈ [1/2, 1] como
consecuencia de que f es impar.
Como consecuencia c : [0, 1] → R es el levantamiento a S1 de β con condición inicial
c(0) = 0, esto es, c = β,
e y por tanto deg(β) = c(1) = 2e
γ (1) = 2k + 1 es impar.
48
Consideremos f : S1 → S1 , f (p) := F (p, 0). Claramente f satisface las hipótesis del
Lema 8.4, por lo que deg(β) es impar para β = f ◦ α1 .
Por otro lado, como Π1 (S2 , 1) = {[1 ]} inferimos que F∗ (Π1 (S2 , 1)) = {[1 ]} ⊂
Π1 (S1 , 1). En particular [β] = [f ◦ α1 ] = [F ◦ (α1 , 0)] = F∗ ([(α1 , 0)]) = [1 ], lo que
contradice que deg(β) es impar.
f (x) − f (−x)
F : S2 → S1 , F (x) := ,
|f (x) − f (−x)|
bien definida y obviamente continua. Como F (x) = −F (−x), esta aplicación es impar
contradiciendo el Lema 8.5.
La misma idea se puede utilizar para probar que si S2 es unión de dos cerrados entonces
alguno de ellos contiene dos puntos antı́podas.
Es evidente que un compacto del plano se puede dividir en dos mitades de igual área
por un argumento de barrida por rectas de separación paralelas y continuidad. Pero no
lo es tanto cuando se trata de dos compactos.
Demostración : Sin pérdida de generalidad supondremos que Area(Ai ) > 0 para algún
i ∈ {1, 2}, en otro caso el resultado es trivial.
Identifiquemos R2 con su copia topológica en R3 correspondiente al plano P :=
{(x1 , x2 , x3 ) ∈ R3 : x3 = 1}. Para cada x ∈ S2 = {p ∈ R3 : kpk = 1}, denotemos por
Px := {y ∈ R3 : hy, xi = 0} y escribamos R3 \ Px = Px+ ∪ Px+ , donde Px+ := {y ∈
−
R3 : hy, xi > 0} y Px− := {y ∈ R3 : hy, xi < 0}. Es claro que Px+ = P−x para todo
x ∈ S . Observemos también que Lx := Px ∩ P es una recta combinatorio en P ⊂ R3
2
49
ai (x) = Area(Ai ∩ Px+ ), i = 1, 2. Por el Teorema de la convergencia dominada es fácil
demostrar que ai es continua, i = 1, 2. Por el Teorema de Borsuk-Ulam aplicado a
f = (a1 , a2 ) : S2 → R2 existe x0 ∈ S2 tal que ai (x0 ) = ai (−x0 ), i = 1, 2. En otras
palabras,
Area(A1 ∩ Px0 ) = Area(A1 ∩ P−x0 ) y Area(A2 ∩ Px0 ) = Area(A2 ∩ P−x0 ),
lo que concluye el teorema. (Nótese que x0 6= (0, 0, ±1) pues en ese caso {ai (x0 ), ai (−x0 )} =
{0, Area(Ai )}, i = 1, 2, lo cual es imposible).
Por el Teorema de Borsuk-Ulam existe x0 ∈ S2 tal que f (x0 ) = f (−x0 ), esto es,
Vol(Ai ∩ Px+0 (tx0 )) = Vol(Ai ∩ P−x
+
0
(t−x0 )), i = 1, 2.
50
+ +
Como P−x0
(t−x0 ) = P−x 0
(−tx0 ) = Px−0 (tx0 ) inferimos que
U ∩ V 6= ∅ y U ∪ V = X.
a través del cual factorizan las aplicaciones î∗ , ĵ∗ y k∗ . Ésto quiere decir que Θ ◦ π1 = î∗ ,
Θ ◦ π2 = ĵ∗ y Θ ◦ πo = k∗ . Analicemos con detalle y de forma explı́cita la definición de
Θ. Para ello estableceremos el convenio notacional
{W1 , W2 } = {U, V }.
51
Una palabra genérica en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) ≡ Π1 (W1 , x0 ) • Π1 (W2 , x0 ) viene dada por
la expresión w = [α1 ]Wi1 . . . [αm ]Wim , ij ∈ {1, 2} para todo j, donde el sibı́ndice indica
el espacio de la clase de homotopı́a. Con esta notación,
La prueba del teorema consistirá en demostrar que Θ es un isomorfismo. Para ver que
es sobre, tomemos un lazo α : [0, 1] → X con base el punto x0 ∈ U ∩ V . Por el Lema
de Lebesgue, existe n ∈ N tal que α([i/n, (i + 1)/n]) está contenido en U ó en V para
todo i = 0, . . . , n − 1. Llamemos αi : [0, 1] → X, t 7→ α((1 − t)i/n + t(i + 1)/n).
Si αi ([0, 1]) ⊂ U y αi+1 ([0, 1]) ∈ V (ó viceversa), el punto αi (1) = αi+1 (0) está
contenido en U ∩ V y eligiremos un arco ρi en U ∩ V con punto inicial x0 y final αi (1).
Cuando αi ([0, 1]) ∪ αi+1 ([0, 1]) ⊂ U (ó V ) se procede igual, sólo que ahora el arco ρi
descansa en U (ó V ). Finalmente
52
α1 ? . . . ? αm está parametrizada de forma que la traza de αi se recorre sobre el
intervalo [(i − 1)/m, i/m].
n es múltiplo de m, y por tanto, cada subintervalo [(i − 1)/m, i/m] contiene una
cantidad entera de intervalos de longitud 1/n.
Lo que hemos de demostrar es que la palabra w, pensada como un elemento de Π1 (U, x0 )•
Π1 (V, x0 ), puede ser alterada por relaciones de amalgamado en {i∗ (a) · j∗ (a)−1 : a ∈
Π1 (U ∩ V, x0 )} (pasando elementos de Π1 (U ∩ V, x0 ) en una sı́laba a la siguiente) de
forma que al final nos quede la palabra trivial. El procedimiento consistirá, a grosso
modo y salvo algún trabajo previo que hay que explicar, en probar que podemos pasar
de la palabra en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) asociada a la curva H(t, i/n) a la asociada a
H(t, (i + 1)/n). Como la palabra asociada a H(t, 1) es la trivial habremos conluido la
prueba.
Comencemos con los detalles. Como primera etapa, observemos que salvo modificar
nuestra homotopı́a sin alterar la palabra ω de una forma no permitida, podemos asumir
que para todo (s, i) ∈ [0, 1] × {0, 1, . . . , n} la curva horizontal H(·, s) es constante para
valores de t en un entorno de i/n. Todo ello sin alterar la propiedad de que los cuadrados
con lado de longitud 1/n tienen imagen por H dentro de U o V . En efecto, para ello
basta con reparametrizar convenientemente, y con dependencia continua en s, las curvas
H(·, s). Omitimos los detalles. Un razonamiento análogo nos permite también suponer,
adicionalmente y sin pérdida de generalidad, que para todo (t, i) ∈ [0, 1] × {0, 1, . . . , n}
la curva vertical H(t, ·) es constante para valores de s en un entorno de i/n.
Como consecuencia, H coincide con una aplicación constante ci,j ∈ U ∪ V en un
pequeño disco euclidiano Di,j centrado en (i/n, j/n) para todo (i, j) ∈ {0, 1, . . . , n}2 .
En este punto usaremos curvas en U , V ó U ∩V , con preferencia en el último conjunto y
dependiendo de si ci,j ∈ U , V ó U ∩ V (tal y como explicamos arriba cuando probamos
la sobreyectividad de Θ), para alterar H en los Di,j por una función radial (esto es,
constante sobre las circunferencias centradas en (i/n, j/n)) de forma que H(i/n, j/n) =
x0 . Para ser más precisos, si Di,j tiene radio i,j y ρi,j : [0, i,j ] → U , V ó U ∩ V , es una
curva con punto inicial x0 y final ci,j , definiremos
H (i/n, j/n) + rθ = ρi,j (r), r ∈ [0, i,j ], θ ∈ S1 .
En este punto ya queda claro que cada curva H(t, i/n) es producto de lazos con base x0 y
contenidos en U o V (aquellos que se corresponden con las imágenes de los subintervalos
[j/n, (j +1)/n], j = 0, 1, . . . , n−1), por lo que de forma canónica se le puede asociar una
palabra en el producto libre Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ). Expliquemos ahora como pasar de la
palabra asociada a H(t, i/n) en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ) a la que representa H(t, (i + 1)/n).
Fijemos i ∈ {0, 1, . . . , n − 1} y llamemos βj al lazo con base x0 en U ó V dado por
t 7→ H (1 − t)j/n + t(j + 1)/n, i/n , j = 0, . . . , n − 1.
De esta forma H(·, i/n) ' β0 ? . . . , ?βn−1 . Atendiendo a nuestros convenios, si Wlj
denota al abierto conteniendo a βj , j = 0, . . . , n − 1, entonces [β0 ]Wl0 ? . . . ? [βn−1 ]Wln−1
serı́a la palabra asociada a H(·, i/n) en Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ).
Para i + 1 y de forma análoga llamemos βj0 al lazo con base x0 en U ó V dado por
t 7→ H (1 − t)j/n + t(j + 1)/n, (i + 1)/n , j = 0, . . . , n − 1.
Igual que antes, [γ0 ]Wl0 ? . . . ? [γn−1 ]Wln−1 serı́a la palabra asociada a H(·, (i + 1)/n) en
Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ). Finalmente llamemos ρj al lazo en Wlj−1 ∩ Wlj basado en x0 dado
por
s 7→ H j/n, (1 − s)i/n + s(i + 1)/n , j = 0, . . . , n,
53
donde hemos hecho el convenio Wl−1 = Wln = X (nótese que ρ0 = ρn = x0 ya que H
es homotopı́a con extremos fijos).
Como cada cuadrado [j/n, (j + 1)/n] × [i/n, (i + 1)/n] es simplemente conexo, de-
ducimos que (en homotopı́a y como palabras en Π1 (U, x0 ) •Π1 (U ∩V,x0 ) Π1 (V, x0 )) que
[β0 ]Wl0 ?. . .?[βn−1 ]Wln−1 = [ρ0 ]Wl0 ?[γ0 ]Wl0 ?. . .?[γj ]Wlj ?. . .? [γn−1 ]Wln−1 ?[ρn ]−1
Wl =
n−1
Corolario 9.2 Bajo las mismas hipóteis del Teorema de Seifert-Van Kampen, si U ∩V
es simplemente conexo entonces Π1 (X.x0 ) ∼
= Π1 (U, x0 ) • Π1 (V, x0 ).
Corolario 9.3 Bajo las mismas hipóteis del Teorema de Seifert-Van Kampen, si V es
∼
simplemente conexo entonces Π1 (X.x0 ) = Π1 (U, x0 )/N i∗ (Π1 (U ∩ V, x0 )) .
54
9.1.1. Espacios libro
Consideramos el semiplano Π1 := {(x1 , x2 , x3 ) ⊂ R3 : x1 = 0, x2 ≥ 0} y sus girados
respecto del eje x3
Πj := {(e2π(j−1)ı/k z, x3 ) : (z, x3 ) ∈ Π1 ⊂ C × R ≡ R3 }, j = 1, . . . , k.
55
equivalencia
homotópica (compruébese como ejercicio), por lo que i∗ Π1 ((B1 ∩ Lk ) \
{0}) = Π1 ((B2 ∩ Lk ) \ {0}) es un grupo libre con k − 1 6= 1 generadores, generando
una contradicción.
El caso k = 1 es análogo. Ahora se toman B2 ⊂ U una bola euclidiana abierta
centrada en F (0), D ⊂ F −1 (B2 ) ⊂ O ∩ L1 un semidisco abierto centrado en 0, y
B1 ⊂ F (D) una bola eclidiana abiera centrada en F (0). Se razona formalmente como
arriba, revirtiendo el sentido de las inclusiones, y generando una contradicción similar.
Omitimos los detalles.
56
Es claro que V = σ(D) ∼ = D es simplemente conexo, por lo que el Corolario 9.3 garantiza
que
Π1 (S, σ(t0 )) ∼
= Π1 (U, σ(t0 ))/N i∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ,
donde i∗ : Π1 (U ∩ V, σ(x0 )) → Π1 (U, σ(x0 )) es el morfismo inducido por i : U ∩ V → U .
Usando que r̂∗ : Π1 (U, σ(t0 )) → Π1 σ(S1 ), z0 es un isomorfismo,
Π1 (U, σ(t0 ))/N i∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ∼
r̂
= ∗ 1 Π (U, σ(t0 )) /N (r̂∗ ◦ i∗ )(Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ,
esto es,
Π1 (U, σ(t0 ))/N i∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) ∼= Π1 (σ(S1 ), σ(1, 0))/N (r̂ ◦ i)∗ (Π1 (U ∩ V, σ(t0 ))) .
Π1 (Sω ) ∼
= Π1 (Γω , z0 )/N ([α̂1 ]).
Como Γω es un grafo conexo, Π1 (Γω , z0 ) es un grupo libre con una cantidad finita de
generadores (ver Observación 3.17).
Definición 9.10 (Esquemas binarios puros normales) Presentamos una lista bási-
ca de esquemas binarios puros, que llamaremos normales, y sus correspondientes reali-
zaciones (téngase en cuenta el Corolario 9.9).
Qn
El espacio Sn∗ asociado al esquema binario puro w∗n := j=1 aj aj , n ∈ N, tiene
grupo fundamental isomorfo a
n
Y
F (a1 , . . . , an )/N ({ a2j }).
j=1
57
Corolario 9.11 (Realizaciones de esquemas binarios puros normales) La fami-
lia de realizaciones de los esquemas binarios puros normales
A(Π1 (Sn )) ∼ ∗
= Z2n , A(Π1 (Sn+1 )) ∼
= Z2 × Zn , n ∈ N ∪ {0}
Para cada n ∈ N ∪ {0}, denotaremos por Sn,k a la realización del esquema binario
n
Y k
Y
wn,k := aj cj a−1 −1
j cj dj bj d−1
j
j=1 j=1
donde ej ≡ dj bj d−1
j para todo j.
∗
Para cada n ∈ N, denotaremos por Sn,k a la realización del esquema binario
n
Y k
Y
w∗n,k := aj aj cj bj c−1
j
j=1 j=1
donde ej ≡ cj bj c−1
j para todo j.
58
homeomorfismos. Dotemos a Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk ) de la topologı́a suma, e introduzcamos la
siguiente relación de equivalencia en Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk )
Denotemos por
Y0 := X ∪ (∪kj=1 Yj )
con la topologı́a suma, y sea h0 := {h0j : lb0j → lbj , j = 1, . . . , k} una familia de homeo-
morfismos. Introduzcamos en Y0 la relación
p ∼h0 q ⇐⇒ p = q ó {p, q} = {r, h0j (r)} para algún r ∈ lb0j y j ∈ {1, . . . , k}.
σ0 : Y0 → Y
S := Sn,k ∪ (∪kj=1 Xk ),
y definamos
σ̂ : Y0 → S, σ̂|X = σ, σ̂|Yj = σj , j = 1, . . . , k.
Sea π : S → S/ ∼h la proyección al cociente. La única aplicación
59
es una identificación que materializa S/∼h como realización del esquema wn en el disco
Y , justo lo que querı́amos demostrar.
Finalmente, si existiese F : Sn,k → Sn∗0 ,k0 homeomorfismo deducirı́amos que k =
k , porque un tal F habrı́a de aplicar las k curvas de Jordan bj ’s de Sn,k en las k 0
0
A(Sn,k ) ∼ ∗
= Z2n+k−1 , A(Sn+1,k )∼
= Zn+k , n ∈ N ∪ {0}
(para n = k − 1 = 0 entiendase Z0 ≡ {0}) y el Ejercicio 9.13.
Π1 (RP2 ) ∼
= F (a)/N ({a2 }) ∼
= Z2 .
Probaremos el siguiente
Teorema 9.15 Π1 (RPn ) ∼
= Z2 , n ≥ 2.
Π1 (RPn+1 ) ∼
= Π1 (RPn ), n ≥ 2.
U := π({p ∈ Sn+1 : hp, en+2 i > 0}) y V := π({p ∈ Sn+1 : |hp, en+2 i| < 1})
60
son abiertos arcoconexos de RPn+1 tales que RPn+1 = U ∪ V . Igualmente
r◦A=A◦r y H ◦ (A × Id[0,1] ) = A ◦ H.
r̂ : V → π(Sn ), Ĥ : V × [0, 1] → V
satisfaciendo que
r̂ ◦ (π|W ) = (π|Sn ) ◦ r y Ĥ ◦ (π|W ) × Id[0,1] = (π|W ) ◦ H,
Π1 (RPn+1 ) ∼
= Π1 (U ) • Π1 (V ) ∼
= {0} • Π1 (RPn ) ∼
= Π1 (RPn ),
61
Ejercicios del Tema 1
6. Demostrar que IS2n−1 l −IS2n−1 para cada n ∈ N. A partir de este hecho y del
ejercicio anterior deducir que si f : S1 → S1 es continua y nulhomótopa, entonces
existen x1 , x2 ∈ S1 tales que f (x1 ) = x1 y f (x2 ) = −x2 .
62
10. Sea α ∈ Ω(S1 , 1) un lazo de clase C 1 . Demostrar que:
Z 1
1
0
deg(α) = α (u), J(α(u)) du,
2π 0
Sf = {(x, y, z) ∈ R3 / x2 + y 2 = f (z)2 }.
x − arctg(x2 − y 3 ) = 5,
2 1
cos(x) + sen(xy 3 ) + ex + ey + = −3.
y
63
b) X = S2 ∪ {(x, y, 0) ∈ R3 / x2 + y 2 ≤ 1},
c) X = S2 ∪ C1 ∪ C2 , donde C1 y C2 son circunferencias tangentes a S2 en los
puntos N y S, respectivamente.
d ) X es la unión de una esfera y de un toro tangentes en un único punto.
e) X es la unión de dos toros tangentes en un único punto.
21. Calcular Π1 (X), donde X es el espacio que se obtiene al identificar los n lados de
un polı́gono regular plano siguiendo los esquemas E siguientes:
22. Sea X el espacio resultante al identificar los 8 lados de un polı́gono regular plano
siguiendo el esquema acadbcb−1 d. Calcular el abelianizado del grupo fundamental
de X.
23. Sea X el espacio obtenido a partir de una corona circular plana cuando se iden-
tifican puntos antı́podas en las dos circunferencias del borde. Calcular Π1 (X).
24. Sea X el cociente de una corona circular donde el cı́rculo exterior se divide en seis
lados identificados por el esquema abca−1 a−1 c−1 y el cı́rculo exterior se divide en
tres lados identificados según el esquema ddd. Calcular su grupo fundamental.
64
i ) Supongamos que f : X → Y es continua y sobreyectiva con f (x0 ) = y0 . ¿Es
cierto que f∗ : π(X, x0 ) → Π1 (Y, y0 ) es un epimorfismo?
j ) ¿Es todo retracto de un espacio X un retracto de deformación de X?
k ) Discutir si existe algún homeomorfismo de R2 que intercambie las dos com-
ponentes conexas de R2 − S1 .
65
TEMA 2: Espacios Recubridores
Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]
En este tema vamos a tratar el concepto de espacio recubridor, una de las herramien-
tas más útiles en Topologı́a y Geometrı́a. Esta teorı́a está ı́ntimamente ligada con la del
grupo fundamental como iremos descubriendo más adelante. A nivel intuitivo, la idea
básica para construir un espacio recubridor consiste en desenrollar una cantidad finita
o infinita de veces lazos homotópicamente no triviales de un espacio base, para de esta
forma generar otro de menor complejidad topológica (a nivel de grupo fundamental).
X
e es un espacio topológico.
66
Dado p ∈ X, al conjunto π −1 (p) ⊂ X e le llamaremos fibra del punto p para el
recubridor (X,
e π). Un recubridor se dirá finito ( y la aplicación recubridora finita)
cuando la fibra π −1 (p) sea finita para todo p ∈ X. Más adelante comprobaremos
que el cardinal de π −1 (p) no depende del punto p ∈ X; ver el Corolario 11.5 y la
Definición 11.6.
π1 × π2 : X1 × X2 → Y1 × Y2 , donde πj : Xj → Yj es recubridora, j = 1, 2.
ρ × ρ : R2 → S1 × S1 .
ρ × IdR : R2 → S1 × R.
πn × πm : S1 × S1 → S1 × S1 , m, n ∈ N.
πn × IdR : S1 × R → S1 × R, n ∈ N.
Un homeomorfismo f : X → Y .
Es natural preguntarse bajo qué condiciones topológicas una aplicación es recubridora.
La proposición siguiente es un ejemplo de ello.
67
Proposición 10.3 Si f : Y → X es un homeomorfismo local sobreyectivo y propio
entre espacios Hausdorff localmente compactos, entonces f es una aplicación recubridora
finita.
f −1 (x) = {y1 , . . . , yn }.
⊂ f −1 (W ) \ f −1 (W ) \ (∪nj=1 Vj ) = ∪nj=1 Vj ,
68
Otra cuestión de interés es saber si la composición de aplicaciones recubridoras es
una aplicación recubridora. Existen contraejemplos que demuestran la falsedad de esa
afirmación en general. Pero hay una situación muy particular en la que es cierta.
Proposición 10.5 Sean π1 : Y → Z y π2 : Z → X aplicaciones recubridoras. Si π2 es
finita entonces π2 ◦ π1 : Y → X es recubridora.
Demostración : Sea x ∈ X un punto arbitrario, y consideremos un entorno distinguido
U en X para π2 alrededor de x. Llamemos π2−1 (x) = {z1 , . . . , zn } (téngase en cuanta
que π2 es finito) y escribamos
π2−1 (U ) = ∪nj=1 Vj ,
donde π2 |Vj : Vj → U es un homeomorfismo, j = 1, . . . , n.
Consideremos un entorno distinguido Wj en Z alrededor de zj para el recubridor
π1 , j = 1, . . . , n. Obsérvese que la arcocomponente U0 de ∩nj=1 π2 (Wj ∩ Vj ) conteniendo
a x es un entorno distinguido para π2 . Para ello téngase en cuenta que
U0 ⊂ ∩nj=1 π2 (Wj ∩ Vj ) ⊂ U
y recuérdese que U era un entorno distinguido para π2 . Por tanto, si Uj := Vj ∩ π2−1 (U0 ),
j = 1, . . . , n, entonces
π2−1 (U0 ) = ∪nj=1 Uj con π2 |Uj : Uj → U0 un homeomorfismo, j = 1, . . . , n.
Por otra parte, al ser Uj = Vj ∩ π2−1 (U0 ) = (π2 |Vj )−1 (U0 ) ⊂ Wj ∩ Vj ⊂ Wj para cada j,
es claro que
π1−1 (Uj ) = ∪p∈π1−1 (zj ) Uj,p , con π1 |Uj,p : Uj,p → Uj homeomorfismo, p ∈ π1−1 (zj ),
j = 1, . . . , n.
Como conclusión,
(π2 ◦ π1 )−1 (U0 ) = π1−1 π2−1 (U0 ) = π1−1 ∪nj=1 Uj ) =
69
Definición 10.7 Sea X un espacio topológico, y sea G ⊂ Hom(X) un subgrupo.
El subgrupo G se dirá que actúa de forma propia y discontı́nua sobre X (y la acción
µ : G × X → X inducida se dirá propia y discontinua) si para todo x ∈ X existe un
entorno abierto U de x en X tal que (g · U ) ∩ U = ∅ para todo g ∈ G \ {IdX } (aquı́ g · U
denota el conjunto g(U )). Al entorno U se le llamará entorno distinguido (alrededor de
x) para la acción.
70
Si denotamos por τm,n : R2 → R2 , τm,n (x, y) = (x + m, y + n), el grupo de trasla-
ciones G := {τm,n : m, n ∈ Z} actúa de forma propia y discontinua sobre R2 .
En este caso el espacio de órbitas R2 /G ∼
= S1 × S1 (el toro).
Si denotamos por θm,n : R2 → R2 , θm,n (x, y) = (x + n, (−1)n y + m) el grupo de
traslaciones G := {θm,n : m, n ∈ Z} actúa de forma propia y discontinua sobre
R2 .
En este caso el espacio de órbitas R2 /G es conocido como la botella de Klein.
Proposición 10.10 Si X es un espacio topológico Hausdorff y G es un grupo finito
de homomorfismos de X sin puntos fijos (esto es, tal que φ(x) 6= x para todo x ∈ X y
φ ∈ G \ {IdX }), entonces G actúa de forma propia y discontinua sobre X.
Demostración : Escribamos G = {φ1 = IdX , φ2 , . . . , φk }, elijamos x1 ∈ X y denotemos
xj = φj (x1 ) para cada j = 1, . . . , k. De nuestras hipótesis xi 6= xj , i 6= j. Como X
es Hausdorff podemos tomar Uj entorno abierto de xj , j = 1, . . . , k, de forma que
Uj ∩ Ui = ∅, i 6= j. Finalmente definamos U = ∩kj=1 φ−1 j (Uj ). Por construcción U es un
abierto que contiene a x1 y satisface U ∩ φj (U ) ⊂ U ∩ Uj = ∅ para todo j > 1, esto es,
U es un entorno distinguido para la acción de G sobre X.
71
El siguiente lema de existencia de levantamientos será fundamental para lo que sigue,
como veremos más adelante. Es una generalización del ya probado en el Tema 1 para
el recubridor (R, ρ) de S1 , ver Lema 6.1.
Como C = [0, 1]2 es un espacio métrico compacto (con la distancia euclidiana in-
ducida), existe el número de Lebesgue > 0 para el recubrimiento abierto H −1 (U) :=
{H −1 (Ux ) : x ∈ X} de C. Esto significa que cualquier subconjunto A ⊂ C con diámetro
euclidiano < satisface A ⊂ H −1 (Ux ) para algún x ∈ X. De aquı́ que podamos elegir
una partición 0 = t1 < . . . < tk < tk+1 = 1 de [0, 1] tal que
Kj := ∪i≤j Ci es conexo, j = 1, . . . , N .
La construcción de H
e se hará por un procedimiento inductivo. Llamemos
Hj = H|Kj : Kj → X, j = 1, . . . , N.
72
existe una arcocomponente Vj+1 de π −1 (Uj+1 ) ⊂ X e conteniendo a H
e j (Lj ) tal que
π|Vj+1 : Vj+1 → Uj+1 un homeomorfismo. La aplicación
H
ej sobre Kj
H
e j+1 :=
−1
(π|Vj+1 ) ◦ (Hj+1 |Cj+1 ) sobre Cj+1
Demostración :
La unicidad es obvia de la Proposición 11.1.
Procedamos a probar la existencia de α
e. Para ello basta con definir
que claramente satisface las hipótesis del Lema 11.2, y considerar la aplicación H
e dada
e : [0,1] → X,
en él. Obviamente el arco α e αe(t) := H(t,
e 0), resuelve el corolario.
ηα : π −1 (x) → π −1 (y), ηα (e
x) := α
exe(1).
73
Demostración : Dados arcos β : [0, 1] → X y βe : [0, 1] → X
e con π ◦ βe = β, la unicidad
del levantamiento en el Lema 11.3 implica que
βe = β
e .
β(1)
e
La aplicación H
e dada en el Lema 11.2 es una homotopı́a de α
e en βe (con extremos
fijos).
74
El último corolario expresa que arcos homotópicos en X se levantan a arcos homotópi-
cos en X e por la aplicación recubridora π. Este enunciado es la clave del Teorema de
Monodromı́a, un resultado central para la teorı́a, que refleja el hecho de que el grupo
fundamental del espacio recubridor se inyecta a través del homomorfismo inducido por
la aplicación recubridora en el grupo fundamental del espacio base, siendo el subgrupo
imagen único salvo conjugación.
Corolario 11.8 (Teorema de Monodromı́a) Si (X, e π) un recubridor de X, x ∈ X
−1
e ∈ π (x), entonces π∗ : Π1 (X,
yx e xe) → Π1 (X, x) es un monomorfismo de grupos.
e2 ) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
π∗ Π1 (X,
e x e x
e1 ) ? [α],
donde α es el lazo π ◦ α
e (con base x). Como consecuencia
e ∈ π −1 (x)
π∗ (Π1 (X,
e xe)) : x
Uαe : Π1 (X,
e x1 ) → Π1 (X,
e x2 ), Uαe ([β]) α]−1 ? [β]
e := [e e ? [e
α]
e ∈ π −1 (x) .
∆x : Rec(X) → Sc (Π1 (X, x)), ∆x (X, e π) := π∗ (Π1 (X,
e x
e)) : x
75
Teorema 11.11 (Levantamiento de aplicaciones) Sea π : X e → X una aplicación
recubridora, sea f : Y → X una aplicación continua, y sean y0 ∈ Y , x0 := f (y0 ) ∈ X y
e0 ∈ π −1 (x0 ). Los siguientes enunciados son equivalentes:
x
◦ γy (1).
fe(y) := f^
(f^
◦ γy )xe0 (1) = (f^
◦ βy )xe0 (1).
ha de ser un lazo con base x e0 . Por la unicidad del levantamiento de arcos (ver Coro-
lario 11.3), esto fuerza a que (f^ ◦ γy )xe0 y (f^
◦ βy )xe0 tengan los mismos extremos, y en
particular (f^ ◦ γy ) (1) = (f^
x
e0 ◦ βy ) (1) como querı́amos ver.
x
e0
e está bien definida. Es claro que fe(y0 ) = (f^
Ası́ pues fe: Y → X ◦ y0 )xe0 (1) = xe0 (1) =
x
e0 , por lo que para acabar resta probar que f es continua.
e
En efecto, tomemos y ∈ Y y comprobemos la continuidad de fe en y. Consideremos
un entorno arbitrario W f alrededor de fe(y) en X, e y comprobemos que fe−1 (W f ) es un
entorno de y en Y . Como π es una aplicación recubridora, siempre podremos encontrar
un abierto arcoconexo U e⊂W f tal que
fe(y) ⊂ U
e y
76
e → U := π(U
π|Ue : U e ) es un homeomorfismo.
ya que (π|Ue )−1 ◦(f ◦γ) es un levantamiento de f ◦γ con condición inicial (π|Ue )−1 f (γ(1)) =
77
Demostración : Por ser (G, ·) un grupo topológico, las aplicaciones
µ : G × G → G, µ(g, h) = g · h, y λ : G → G, λ(g) = g −1 ,
Π1 (G e (ẽ, ẽ)) ∼
e × G, e ẽ) × Π1 (G,
= Π1 (G, e ẽ), Π1 (G × G, (e, e)) ∼
= Π1 (G, e) × Π1 (G, e),
es claro que
e × G,
µ̂∗ Π1 G e (ẽ, ẽ) = µ∗ (π × π)∗ (Π1 G
e × G,
e (ẽ, ẽ) ) =
µ∗ (π∗ × π∗ ) Π1 (G,
e ẽ) × Π1 (G,
e ẽ) =
= µ∗ π∗ Π1 (G, e ẽ) = {[α · β] : [α], [β] ∈ π∗ Π1 (G,
e ẽ) , π∗ Π1 (G, e ẽ) }.
donde para la última igualdad se ha tenido en cuenta que π∗ Π1 (G,
e ẽ) es un subgrupo
de Π1 (G, e).
Análogamente se probarı́a que
λ̂∗ Π1 G,
e ẽ = π∗ Π1 (G,e ẽ) .
µ e×G
e: G e→G
e tal que π ◦ µ
e = µ̂ y µ
e(e
e, ee) = ee, y
λ e→G
e: G e tal que π ◦ λ
e = λ̂ y λ(e
e e) = ee.
78
µ
e ge1 , µ
e(e
g2 , ge3 ) = µ e µ e(eg1 , ge2 ), ge3 para cualesquiera ge1 , ge2 , ge3 ∈ G. e En efecto, la
aplicación f1 : G e3 → G, e f1 (e g1 , ge2 , ge3 ) := µ e µe(e
g1 , ge2 ), ge3 , es continua y satisface
(π ◦ f1 )(eg1 , ge2 , ge3 ) = π(e g1 ) · π(e g2 ) · π(e g3 ), y análogamente la aplicación f2 : G e3 →
G,
e f2 (e g1 , ge2 , ge3 ) := µ ge1 , µ
e e(e g2 , ge3 ) , es continua y satisface (π ◦ f2 )(e g1 , ge2 , ge3 ) =
g1 ) · π(e
π(e g2 ) · π(e g3 ) . Como f1 (ẽ, ẽ, ẽ) = f2 (ẽ, ẽ, ẽ) = ẽ se concluye que f1 = f2 .
Por lo anterior se deduce que µe es una ley de composición interna en G e que lo dota
de estructura de grupo algebráico, siendo ẽ su elemento neutro y λ la aplicación que
e
lleva cada elemento a su inverso en el grupo. Además la identidad π ◦ µ
e = µ̂ convierte
a π: Ge → G en un homomorfismo de grupos. Esto concluye la prueba.
Demostración : Lo primero que hemos de observar es que la acción está bien definida,
esto es, que si β ∈ [α] entonces βey (1) = α ey (1). Esto es consecuencia inmediata, por
ejemplo, del Corolario 11.7.
Por definición, · es una acción si satisface:
(a) y · [x ] = y para todo y ∈ Π1 (X, x).
(b) y · ([α] ? [β]) = (y · [α]) · [β] para cualesquiera [α], [β] ∈ Π1 (X, x).
La transividad de la acción hace referencia a la siguiente propiedad:
(c) Para cualesquiera y1 , y2 ∈ π −1 (X) existe [α] ∈ Π1 (X, x) tal que y1 · [α] = y2 .
En efecto, la propiedad (a) es consecuencia trivial del hecho (ex )y = y (unicidad del
levantamiento de arcos). Para probar (b), observemos que α ey ? βeαey (1) es un arco en X e
con punto inicial y que se proyecta vı́a π en α ? β. Por unicidad del levantamiento,
ey ? βeαey (1) = α]
α ? β y , y por tanto
y · ([α] ? [β]) = (α] ? β)y (1) = α ey (1) · [β] = (y · [α]) · [β].
ey ? βeαey (1) (1) = βeαey (1) (1) = α
Finalmente, para probar (c) tomemos y1 , y2 ∈ π −1 (X). Consideremos un arco cualquiera
e : [0, 1] → X
α e con αe(0) = y1 y α e(1) = y2 . Si α := π ◦ αe, es claro que α es un lazo en
X con base el punto x y que y1 · [α] = α e(1) = y2 . Esto concluye la primera parte de la
prueba.
Para la segunda parte, tomemos y ∈ π −1 (x) y [α] ∈ Π1 (X, x). Se tiene que [α] ∈ Hy si
y sólo si α
ey (1) = y, esto es si y sólo si α
ey es un lazo en X
e con base el punto y (y por tanto
αy ] ∈ Π1 (X,
[e e y)). En consecuencia, [α] ∈ Hy si y sólo si [α] = π∗ ([e αy ]) ∈ π∗ (Π1 X,
e y) .
Esto pueba que Hy = π∗ (Π1 X, e y) y concluye el teorema.
79
Como consecuencia trivial del Teorema 12.1 tenemos el siguiente
e π) un espacio recubridor de X, y fijemos x ∈ X.
Corolario 12.2 Sea (X,
Entonces para cada y ∈ π −1 (x) la aplicación
→ π −1 (x), π∗ Π1 (X,
Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X, y)
e e y) ? [α] 7→ α
ey (1),
dcha
es biyectiva.
(a) Si X
e es compacto entonces (X,
e π) tiene un número finito de hojas.
(i) X Hausdorff =⇒ X
e Hausdorff.
(ii) X
e II-Axioma de Numerabilidad =⇒ X II-Axioma de Numerabilidad.
(iii) Si (X,
e π) tiene una cantidad numerable de hojas,
X II-Axioma de Numerabilidad =⇒ X
e II-Axioma de Numerabilidad.
80
Demostración : Probemos (i). Tomemos y1 , y2 ∈ X, e y1 6= y2 , y llamemos xj = π(yj ),
j = 1,2. Si x := x1 = x2 , tomemos un entorno distinguido U para π que contenga a
x, y observemos que las arcocomponentes U ey2 de π −1 (U ) que continen a y1 e y2 ,
ey1 y U
respectivamente, son abiertos disjuntos que separan y1 e y2 . En caso de que x1 6= x2 ,
como X es Hausdorff podemos tomar entornos distinguidos disjuntos U1 y U2 para π
de x1 y x2 , respectivamente. En este caso las arcocomponentes U ey1 de de π −1 (U1 ) y U
ey2
−1
de π (U2 ) que continen a y1 e y2 , respectivamente, son abiertos disjuntos que separan
y1 e y2 .
Probemos (ii). Supongamos que X e es II-Axioma de Numerabilidad y fijemos una
base numerable Be de la topologı́a de X.
e Como π es abierta, π(B) e es abierto de X para
todo Be ∈ B.e Definamos
B := {π(B)e :B e ∈ B}.
e
Como consecuencia:
81
Corolario 12.5 Sea X un espacio topológico II-Axioma de Numerabilidad y con grupo
fundamental numerable.
Entonces todo recubridor de X es II-Axioma de Numerabilidad.
es
sobreyectiva. La numerabilidad de Π1 (X, x) implica por tanto la numerabilidad de
Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X,
e y) es numerable. Pero por el Corolario 12.2
dcha
→ π −1 (x),
Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X, y)
e e y) ? [α] 7→ α
π∗ Π1 (X, ey (1),
dcha
Un homomorfismo de recubridores Φ de (X e1 , π1 ) en (X
e2 , π2 ) es una aplicación
e1 → X
continua Φ : X e2 satisfaciendo π2 ◦ Φ = π1 .
Si (X,
e π) es un recubridor de X, a los isomorfismos de (X,
e π) en (X,
e π) les
llamaremos automorfismos de (X, π).
e
Dados recubridores (X e1 , π1 ) → (X
ej , πj ), j = 1, 2, de X, la expresión Φ : (X e2 , π2 ) indicará
que Φ es un homomorfismo de recubridores entre ambos.
82
El inverso de un isomorfismo entre dos recubridores de X es un isomorfismo de
recubridores de X.
Si (X,
e π) es un recubridor de X entonces Id e es un automorfismo de (X,
X
e π).
Proposición 13.6 Si (X e1 , π1 ) →
ej , πj ), j = 1, 2, son espacios recubridores de X y Φ : (X
(X
e2 , π2 ) un homomorfismo, entonces (X e1 , Φ) es un recubridor de X
e2 .
83
Consideremos un punto arbitrario z ∈ X e2 , y llamemos x := π2 (z). Por ser (X
ej , πj ) un
espacio recubridor de X, j = 1, 2, podemos encontrar un entorno (abierto) U de x en
X distinguido para ambas aplicaciones recubridoras π1 y π2 . Como siempre escribamos
84
Proposición 13.8 Sea (X,
e π) un recubridor de X. Entonces la acción
e π) × X
µ : Aut(X, e → X,
e (Φ, y) 7→ Φ · y := Φ(y),
es propia y discontinua.
donde Uey1 ∩ U
ey2 = ∅, y1 6= y2 , y π| e : Uey → U es un homeomorfismo, y ∈ π −1 (x).
Uy
Comprobemos que la condición de propia y discontinua para µ se satisface alrededor
de y0 con entorno distinguido U ey0 .
Para cada Φ ∈ Aut(X, e π), Φ(U ey0 ) es un abierto arcoconexo en X
e homeomorfo vı́a
−1
π con U , luego una arcocomponente de π (U ):
Para acabar bastarı́a con ver que si Φ1 , Φ2 ∈ Aut(X, e π) son distintos, entonces Φ1 (U ey0 )∩
ey0 ) = ∅. En efecto, de otra forma las arcocomponentes Φ1 (U
Φ2 (U ey0 ) de π −1 (U )
ey0 ) y Φ2 (U
compartirı́an un punto, luego Φ1 (U ey0 ) = Φ2 (U
ey0 ) = Uey para algún y ∈ π −1 (x), y por
tanto
Φ1 |Uey = Φ2 |Uey = (π|U−1
e ) ◦ (π|U
ey )
0 0 y 0
e → X/G,
π0 : X e y 7→ G · y.
es recubridora.
85
Escribamos π −1 (U ) como unión de sus arcocomponentes:
[
π −1 (U ) = U
ey ,
y∈π −1 (x)
ey1 ∩ U
donde U ey → U es un homeomorfismo, y ∈ π −1 (x).
ey2 = ∅, y1 6= y2 , y π| e : U
Uy
ey un entorno distinguido para la acción G × X
Por ser U e → X,e y ∈ π −1 (x) (ver la
−1 −1 −1
prueba de la Proposición 13.8), y π (U ) = π0 π̂ (U ) :
Vπ0 (y) := π0 (U
ey ) es abierto en X/G
e y π0 |Uey : U
ey → Vπ (y) es un homeomorfismo
0
En particular, {Vπ0 (y) : y ∈ π −1 (x)} puede parametrizarse 1-1 como {Vz : z ∈ π̂ −1 (x)}.
Como π̂ −1 (U ) = ∪z∈π̂−1 (x) Vz se ha expresado como unión de abiertos arcoconexos disjun-
tos dos a dos, sólo resta garantizar que π̂|Vz : Vz → U es un homeomorfismo. Eligiendo
cualquiera y ∈ π0−1 (z), observamos que π̂|Vz = (π|Uey ) ◦ (π0 |−1
ey ) es composición de dos
U
homeomorfismos, lo que acaba la prueba.
e y1 ) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
∃ Φ ∈ Aut(X, e π) con Φ(y1 ) = y2 ⇐⇒ π∗ Π1 (X, e y1 ) ? [α],
esto es, si y sólo sı́ [α] pertenece al normalizador N0 π∗ Π1 (X,
e y1 ) de π∗ Π1 (X, e y1 )
en Π1 (X, x).
86
Definición 13.11 Fijados y ∈ π −1 (x) y [α] ∈ N0 π∗ Π1 (X,
e y) , la Proposición 13.10
garantiza que existe un automorfismo Φy ([α]) de (X,
e π) con Φy ([α])(y) = α
ey (1), que
además es único por el Corolario 13.4. Denotaremos Υ a la aplicación
e y) → Aut(X,
Υ : N0 π∗ Π1 (X, e π), Υ([α]) := Φy ([α]).
Φy ([α]?[β])(y) = (α]
? β)y (1) = Φy ([α])(βey (1)) = Φy ([α])(Φy ([β])(y)) = (Φy ([α])◦Φy ([β]))(y),
y por tanto Φy ([α] ? [β]) = Φy ([α]) ◦ Φy ([β]) por el Corolario 13.4.
Para acabar, veamos quer Υ es sobre. En efecto, sea Φ ∈ Aut(X, e y) un automorfismo
arbitrario. Consideremos α e : [0, 1] → Xe un arco con α e(0) = y y α e(1) = Φ(y). Por los
Corolarios 13.5 y 11.9,
e Φ(y)) = [α]−1 ? π∗ Π1 (X,
π∗ Π1 (X,
e y) = π∗ Π1 (X, e y) ? [α],
donde α es el lazo π ◦ αe (con base x ∈ X). Esto prueba que [α] ∈ N0 π∗ Π1 (X, e y) ,
y como claramente Υ([α]) = Φ, que Υ es sobreyectiva.
87
Un caso paticular
especialmente interesante es cuando, con la notación anterior,
el normalizador N0 π∗ Π1 (X, y) coincide con Π1 (X, x). En otras palabras, cuando
e
π∗ Π1 (X,
e y) es un subgrupo normal de Π1 (X, x). Esto nos llevará de forma natural al
concepto de recubridor regular.
e π) de un espacio X se dirá regular si existe x ∈ X
Definición 13.14 Un recubridor (X,
tal que la acción
e π) × π −1 (x) → π −1 (x),
µx : Aut(X, (Φ, y) 7→ Φ · y := Φ(y).
es transitiva.
(a) (X,
e π) es regular.
88
Corolario 13.18 Si (X, e π) es un recubridor regular de X, x ∈ X e y ∈ π −1 (x), en-
tonces:
e y) → Aut(X,
(i) Υ̂ : Π1 (X, x)/π∗ Π1 (X, e π), π∗ Π1 (X,e y) ? [α] 7→ Φy ([α]), es un
isomorfismo de grupos.
e → X/Aut(
(ii) Si π0 : X e X,
e π) es la proyección al espacio de órbitas X/Aut(
e X,
e π),
existe un homeomorfismo π̂ : X/Aut(
e e π) → X tal que π̂ ◦ π0 = π.
X,
Demostraci
ón :Por la Proposición 13.16 y la regularidad de (X,
e π), el normalizador
N0 π∗ Π1 (X,
e y) coincide con Π1 (X, x). Item (i) se sigue del Teorema 13.12.
Para el item (ii), basta con probar que la aplicación
π̂ : X/Aut(
e e π) → X,
X, e π) · y 7→ π(y),
Aut(X,
es un homeomorfismo. La identidad π̂ ◦ π0 = π serı́a evidente. En efecto, π̂ es recu-
bridora por el Corolario 13.9, y la transitividad de la acción µx para todo x ∈ X
e π) · y = π −1 (π(y)) . Por tanto π̂ es biyectiva, y en consecuencia un
implica que Aut(X,
homeomorfismo.
Es interesante comparar el Corolario 13.9 y el Corolario 13.18.
A modo de resumen, los recubridores regulares se caracterizan por ser los asociados
a los espacios de órbitas, siendo el grupo de automorfismos de los mismos identificable
al grupo de homeomorfismos que define la acción. Ese es el contenido del suguiente:
Corolario 13.19 Si G es un grupo de homeomorfismos que actúa de forma propia y
discontı́nua sobre un espacio X y π : X → X/G es la proyección al espacio de órbitas,
entonces (X, π) es un recubridor regular y Aut(X, π) = G.
Recı́procamente, si (X,
e π) es un recubrido regular de X entonces X es homeomorfo
al espacio de órbitas X/Aut(
e X,
e π), y salvo ese homeomorfismo la proyección recubridora
e → X/Aut(
π no es sino la proyección al espacio de órbitas X e X,
e π).
89
Proposición 13.20 Si Φ ∈ Aut(Y, π) entonces Φ es (la restricción a Y de) una trans-
formación de Möbius.
Corolario 13.21 Existen polinomios P para los que el recubridor (Y, π) no es regular.
90
El siguiente teorema prueba que ∆x puede ser inducida al cociente, y por tanto que
la familia R(X) está estrechamente determinada por Sc (Π1 (X, x)).
e1 , π1 ) ∼
(i) (X = (X
e2 , π2 ).
e2 , y2 ) = [α]−1 ? (π1 )∗ Π1 (X
(π2 )∗ Π1 (X e1 , z1 ) ? [α].
e1 , y1 ) = [α]−1 ? (π1 )∗ Π1 (X
(π1 )∗ Π1 (X e1 , z1 ) ? [α],
y por tanto
(π1 )∗ Π1 (X
e1 , y1 ) = (π2 )∗ Π1 (X
e2 , y2 ) .
e1 , π1 ) →
De nuevo el Corolario 13.5-(ii) nos permite concluir que existe un isomorfismo Φ : (X
(X
e2 , π2 ) con Φ(y1 ) = y2 , como querı́amos demostrar.
91
Corolario 14.3 Si X admite recubridor universal (Y, π0 ), entonces:
(a) Y recubre a X
e para cualquier recubridor (X,
e π) de X.
(π0 )∗ (Π1 (Y, y)) = (π0 )∗ ({[y ]}) = {[x ]} ⊂ π∗ (Π1 (X,
e xe)),
Teorema 14.4 Si un espacio topológico X admite recubridor universal sı́ y sólo sı́ la
ˆ x : R(X) → Sc (Π1 (X, x)) es biyectiva para algún (luego para cualquier)
aplicación ∆
x ∈ X.
es un isomorfismo de grupos.
Tomemos un subgrupo arbitrario H ≤ Π1 (X, x) y su clase de conjugación [H] ∈
Sc Π1 (X, x) . Consideremos el grupo de automorfismos G := Υ̂(H) ≤ Aut(Y, π), la
proyección al espacio de órbitas π0 : Y → X̂ := Y /G y el recubrimiento π̂ : X̂ → X
satisfaciendo π̂ ◦ π0 = π; ver Corolario 13.9.
Nuestro objetivo es probar que ∆ ˆ x (X̂, π̂) = [H], para lo que será suficiente con
demostrar que
π̂∗ Π1 (X̂, π0 (y)) = H.
Usando que Υ̂ es un isomorfismo y que G = Υ̂(H),
eπy = α
⇐⇒ π0 ◦ α eπ̂π0 (y) es lazo con base π0 (y) en X̂ ⇐⇒ [e απ̂π0 (y) ] ∈ Π1 (X̂, π0 (y)) ⇐⇒
eπ̂π0 (y) ] = π̂∗ [e
απ̂π0 (y) ] ∈ π̂∗ Π1 (X̂, π0 (y)) .
⇐⇒ [α] = [π̂ ◦ α
Esto concluye la demostración.
92
14.1. Existencia de recubridor universal
Una cuestión trascendental es conocer qué condiciones topológicas garantizan la
existencia del recubridor universal. Este será el contenido del teorema que abordaremos
a continuación. Necesitamos introducir alguna notación.
Definición 14.5 Un abierto arcoconexo U de un espacio topológico X se dice que sa-
tisface la propiedad de semilocal simple conexión si el homomorfismo
i∗ : Π1 (U, x) → Π1 (X, x)
inducido por la inclusión i : U → X es trivial (esto es, constante [x ] ∈ Π1 (X, x)).
Un espacio topológico X se dirá semilocalmente simplemente conexo si todo punto
admite un entorno abierto arcoconexo y semilocalmente simplemente conexo.
Claramente un subconjunto abierto y arcoconexo dentro de un abierto semilocalmente
simplemente conexo es semilocalmente simplemente conexo. Por tanto,
Observación 14.6 Si X es semilocalmente simplemente conexo entonces la familia de
abiertos semilocalmente simplemente conexos en X son una base de la topologı́a de X.
Obsérvese también que si todo punto de un espacio admite un entorno abierto
simplemente conexo, entonces el espacio es semilocalmente simplemente conexo. Esto
ocurre, por ejemplo, para las variedades topológicas que introduciremos en el Tema 3.
Ejercicio 14.7 Hay espacios arcoconexos y localmente arcoconexos que no son semi-
localmente simplemente conexos. El ejemplo más sencillo es el siguiente subespacio
topológico del plano euclidiano:
[
X= Cn , donde Cn = {(x, y) ∈ R2 : (x − 1/n)2 + y 2 = 1/n2 },
n∈N
f := j ◦ (π|Ue )−1 : U → Y.
93
Definamos también la aplicación proyección
π : Y → X, π([γ]) := γ(1),
y definamos
B := {([γ], U ) : [γ] ∈ Y, U ∈ U, γ(1) ∈ U }.
Veamos que B es base de una (única) topologı́a en Y . En efecto, la condición
Para ello póngase [γ] = [γj ?σj ] ∈ ([γj ], Uj ), y nótese que para cualquier [γ ?σ] ∈ ([γ], U )
se tiene [γ ? σ] = [γj ? (σj ? σ)] ∈ ([γj ], Uj ), j = 1, 2.
Por tanto existe una única topologı́a en Y admitiendo a B como base (en lo que
sigue, Y se entenderá dotado de la misma).
A continuación veamos que π : Y → X es recubridora.
Ya sabemos que π es sobreyectiva, probemos ahora su continuidad. Como U y B son
bases de las topologı́as en X e Y , respectivamente, para ello bastará con garantizar la
siguiente identidad: [
π −1 (U ) = ([γ], U ), (6)
([γ],U )∈BU
94
σ(1) = z ∈ π(([γ], U )). Esto prueba que U ⊂ π(([γ], U )), y como la otra inclusión es
trivial la igualdad buscada.
Teniendo en cuenta (6), π es recubridora si y sólo si
Al ser esta aplicación continua, abierta y sobre, bastará con garantizar la inyectividad.
Supongamos que [γ ? σj ] ∈ ([γ], U ), j = 1, 2, y σ1 (1) = π([γ ? σ1 ]) = π([γ ? σ2 ]) = σ2 (1).
Como σ1 (0) = σ2 (0) = γ(1) y σ1 ([0, 1]), σ2 ([0, 1]) ⊂ U , la semilocal simpleconexión de
U garantiza que σ := σ1 ? σ 2 'γ(1) en X, y por tanto que
γ ? σ2 'γ ? σ ? σ2 'γ ? σ1 .
95
Ejercicios del Tema 2
1. Consideremos la aplicación recubridora ρ : R → S1 dada por ρ(t) = e2π ti . De-
mostrar que ρ|(0,2) : (0, 2) → S1 es continua, abierta y sobreyectiva pero no es
recubridora. ¿Existe alguna otra aplicación recubridora ψ : (0, 2) → S1 ?
e → X, donde:
3. Construir explı́citamente una aplicación recubridora ρ : X
e = {(x, y, z) ∈ R3 / z = x2 + y 2 } y X = {(x, y, z) ∈ R3 / x2 + y 2 − z 2 = 1}.
X
a) y · e = y, para cada y ∈ Y ,
b) y · (g · h) = (y · g) · h, para cada y ∈ Y y cada g, h ∈ G.
96
Diremos que la acción es transitiva si para cada y1 , y2 ∈ Y existe g ∈ G tal que
y2 = y1 · g. Esto equivale a que Y /G contiene una única clase de equivalencia.
Dado y ∈ Y , se define Gy = {g ∈ G / y · g = y}. Demostrar que Gy ≤ G (el
llamado subgrupo de isotropı́a en y).
Fijado y0 ∈ Y , definimos la aplicación Ψ : G → Y dada por Ψ(g) = y0 · g.
Demostrar que, si la acción es transitiva, entonces Ψ induce una biyección Ψ :
G/Gy0 → Y .
e → X una aplicación recubridora y f : Y → X continua, siendo Y
11. Sea ρ : X
conexo y localmente arco-conexo. ¿Existen siempre levantamientos de f si X es
simplemente conexo? ¿Y si Xe es simplemente conexo?
13. Sea X un espacio conexo y localmente arcoconexo con Π1 (X) finito. Sean f, g :
X → R funciones continuas tales que f (x)2 + g(x)2 = 1, para cada x ∈ X.
Demostrar que existe una función continua h : X → R tal que cos(h(x)) = f (x)
y sen(h(x)) = g(x), para cada x ∈ X. ¿Hasta qué punto es h única?
14. (El grupo fundamental de K). Para cada n, m ∈ Z se define fn,m : R2 → R2 como:
a) Demostrar que cada aplicación fn,m es una traslación o una simetrı́a desli-
zante.
b) Probar que G ≤ Homeo(R2 ) y que G es propiamente discontinuo.
c) Deducir la existencia de una aplicación recubridora p : R2 → K, donde K es
la botella de Klein. Concluir que Π1 (K) ∼= G.
15. (Un espacio con grupo fundamental Zn ). Sea n ∈ N con n ≥ 2. Para cada k =
0, . . . , n − 1 definimos el número θk = (2πk)/n y la aplicación fk : S3 → S3 dada
por:
fk (z, w) = (eθk i z, eθk i w).
Denotemos Gn = {fk / k = 0, . . . , n − 1}. Se pide lo siguiente:
97
e → X una aplicación recubridora y α ∈ Ω(X, x0 ). ¿Es necesaria-
c) Sea ρ : X
mente alguno de los levantamientos de α un lazo en X?
e
d ) ¿Existe una aplicación continua f : S1 → R tal que e2πf (z)i = z, para cada
z ∈ S1 ?
e) ¿Existen aplicaciones recubridoras ρ : S1 → S2 o ρ : S2 → S1 ?
f ) ¿Existen aplicaciones recubridoras ρ : RP2 → S1 o ρ : S1 → RP2 ?
g) ¿Existe G ≤ Homeo(T ) propiamente discontinuo tal que T /G ∼ = RP2 ?
h) Demostrar que si f : S2 → S2 es una aplicación continua e inyectiva, entonces
es un homeomorfismo.
i ) Sea X un espacio arco-conexo con Π1 (X) finito. Demostrar que toda aplica-
ción recubridora ρ : X → X es un homeomorfismo.
j ) Demostrar que toda aplicación continua f : Sn → S1 con n ≥ 2 es nul-
homótopa.
a) ρ : R → S1 , ρ(t) = e2πıt .
b) ρ × IdR : R × R → S1 × R.
c) πn : S1 → S1 , πn (z) = z n , n ∈ N.
d ) πn × πm : S1 × S1 → S1 × S1 , n, m ∈ N.
e) ρ × πn : R × S1 → S1 × S1 , n ∈ N.
f ) ρ × ρ : R × R → S1 × S1 .
98
TEMA 3: Superficies topológicas
Francisco J. López
Departamento de Geometrı́a y Topologı́a
Universidad de Granada
[email protected]
El último tema del curso se dedicará a estudiar en profundidad una familia impor-
tante de espacios topológicos: las superficies topológicas. Nuestro objetivo principal será
presentar el teorema de clasificación para superficies topológicas compactas. Este resul-
tado descansa sobre algunos de los pilares fundamentales de la topologı́a en dimensión
2, como el Teorema de Invarianza del Dominio ó el Teorema de Radó de existencia de
triangulaciones sobre superficie topológicas. Además, requerirá de conceptos trascen-
dentales para la topologı́a algebraica como el de orientabilidad ó el de caracterı́stica de
Euler.
99
X es localmente arcoconexa, localmente compacta y localmente simplemente co-
nexa (luego semilocalmente simplemente conexa), ya que ası́ es la topologı́a eu-
clidiana.
Existen dos resultados avanzados de Topologı́a Algebraica que nos ayudan a comprender
las profundas implicaciones topológicas de la Definición 15.1. Nos referimos al Teorema
de Invarianza de la Dimensión y al Teorema de Invarianza del Dominio. Los enuncia-
remos a tı́tulo informativo, ya que su prueba general está fuera del alcance de este
curso.
El mensaje de este teorema es que los codominios euclidianos de las cartas en una
variedad topológica han de ser todos ellos abiertos del mismo espacio euclidiano. Por
tanto, en la Definición 15.1 no hay necesidad de exigir que todas las cartas vayan al
mismo Rn , ya que este hecho está garantizado. Redordemos que el Teorema 8.3 del
Tema 2 demuestra este resultado en el caso particular n = 1 o 2.
Teorema 15.3 (Invarianza del dominio) Sean X una variedad topológica n-dimensional
y U ⊂ X un subespacio topológico de X. Si U es homeomorfo a un abierto euclidiano
O ⊂ Rn entonces U es un abierto de X.
Como consecuencia, si (U, Φ) es una carta en X y p ∈ U un punto tal que
Este teorema expresa que todo subconjunto de una variedad topológica n-dimensional
homeomorfo a un abierto euclidiano de Rn ha de ser abierto en la variedad. En particu-
lar, la nada trivial propiedad de que que los subespacios euclidianos de Rn homeomorfos
a abiertos de Rn han de ser abiertos de Rn . La principal y crucial consecuencia del Teo-
rema de Invarianza del Dominio es que tiene sentido definir el borde de una variedad.
Para entenderlo enunciemos el siguiente corolario.
100
Definición 15.6 Si Xes una variedad topológica n-dimensional, denotaremos por Bd(X) ⊂
X al subconjunto cerrado formado por los puntos borde de X. También diremos que
Int(X) := X \ Bd(X) es el conjunto de los puntos interiores de X.
La siguiente proposición es muy útil.
Proposición 15.7 Sea f : X → Y un homeomorfismo local sobreyectivo. Entonces
X es variedad topológica n-dimensional ⇐⇒ Y es variedad topológica n-dimensional.
En particular, la tesis es válida si f : X → Y es un recubridor.
Demostración : Sean y ∈ Y y x ∈ f −1 (y). Siempre podemos encontrar entornos abiertos
U de x y V de y de forma que f |U : U → V es un homeomorfismo. Teniendo en cuenta
que los dominios de las cartas en una varidedad son una base de la topologı́a, no implica
pérdida de generalidad suponer que U ó V es homeomorfo a un abierto de Rn ó Rn+ ,
depeniendo de que sea X una variedad topológica ó lo sea Y . Por tanto ambos abiertos
son homeomorfos a un abierto de Rn , lo que concluye la prueba.
Ejercicio 15.8 Los siguientes espacios son variedades topológicas:
Un abierto de una variedad topológica n-dimensional es una variedad topológica
n-dimensional: basta restringir cartas a la intersección con el abierto.
Rn , n ∈ N, es una variedad topológica n-dimensional recubierta por una sola
carta: la aplicación IdRn : Rn → Rn .
Rn+ es una variedad topológica n-dimensional con borde {xn = 0} recubierta por
una sola carta: la aplicación IdRn+ .
101
16. Superficies topológicas
Los objetos que van a centrar nuestro estudio se presentan en la siguiente definición.
La compacidad es una propiedad topológica que hace mucho más manejable la fa-
milia de las superficies. Nuestra intención es presentar una familia lo más vasta posible
de ejemplos de superficies topológicas compactas. La siguiente proposición es una he-
rramienta bastante útil para este objetivo. Vamos a trabajar con esquemas binarios
sobre un conjunto de ı́ndices U infinito numerable. Es conveniente tener presentes las
construcciones de la Sección 3.3.
(1) (k)
Proposición 16.3 La realización canónica Sω de un esquema binario ω = b1 . . . bk
es una superficie topológica compacta con Bd(Sω ) = σω (Υ), donde σω : D → Sω es la
identificación asociada a la representación canónica de ω (ver Definición 3.20) y Υ ⊂ S1
es el cierre topológico de {p ∈ S1 : ]σω−1 (σω (p)) = 1}. En particular,
(a) Si p ∈ σω (D) entonces Up () es un disco abierto y σω |Up () : Up () → σω (Up ()) es
un homeomorfismo.
102
σω |Xj : Xj → σω (Xj ) es un homeomorfismo, j = 1, . . . , k.
Salvo reordenación,
∪ji=1 σω (Xi ) = Bd σω (Xj+1 ) ∩ Bd ∪ji=1 σω (Xi )
γj := σω (Xj+1 ) ∩
Como consecuencia del Corolarios 9.11 y 9.14 (ver las Definiciones 9.10 y 9.12), la
Proposición 16.3, y el hecho de que el número de componentes conexas del borde de
una superficie es un invariante topológico, tenemos el siguiente:
Corolario 16.4 Las superficies compactas en la siguiente lista son dos a dos no ho-
meomorfas:
103
Los puntos vj , j = 1, 2, 3 se llamarán vértices de T .
Un triángulo orientado es el par formado por un triángulo (T, {v1 , v2 , v3 }) junto con
una orientación (vi , vj .vh ) del mismo, y se denotará (T, (vi , vj .vh )).
También podemos orientar los lados de T fijando una ordenación de sus vértices o
extremos, este concepto ya se introdujo en la Definición 3.3.
Una orientación (vi , vj .vh ) de T induce de forma narual orientaciones en los lados
de T de acuerdo con el siguiente criterio:
Existe una alternativa topológica, que en algún momento nos dará ventaja, a la defini-
ción combinatoria de orientación para un triángulo.
En efecto, consideremos un disco topológico compacto arbitrario X y fijemos un
punto p0 ∈ Bd(X), que para lo que sigue jugará un papel meramente auxiliar. Para
cada p ∈ Int(X), el grupo fundamental Π1 (X \ {p}) ≡ Π1 (X \ {p}), p0 ) es cı́clico infinito
y por tanto tiene dos generadores, que con notación adivitiva denotaremos ap y −ap :
104
αp ([0, 1]) = Bd(X).
αp |[0,1[ es inyectiva.
Si el subı́ndice indica el espacio donde se toma la clase de homotopı́a, con este lenguaje
ap = [αp ]X\{p} y [αp ]X\{p} = −ap . Si tomamos otro punto q ∈ Int(X), es claro que
αq = αp ya que [αp ]X\{q} genera igualmente Π1 (X \ {q}) ≡ Π1 (X \ {q}, p0 ). En otras
palabras, existe un lazo (con base p0 )
αX : [0, 1] → Bd(X) ⊂ X
tal que [αX ]X\{q} genera Π1 (X \ {q}) para todo q ∈ Int(X), y lo mismo ocurre con αX .
105
(i) T es un subespacio topológico de S para todo T ∈ T .
(iii) ∪T ∈T T = S.
Dos triángulos distintos de una triangulación de S que compartan sólo un vértice se
dirán incidentes en ese vértice. De igual forma, si comparten un lado se dirán contiguos
o incidentes en ese lado.
Un par (S, T ) formado por una superficie compacta S y una triangulación suya T
se le referirá como una superficie (compacta) triangulada.
H(T ) := {H(T ) : T ∈ T }
es una triangulación de S2 . Ha de entenderse que los vértices de H(T ) son las imágenes
por H de los vértices de T para todo T ∈ T , esto es, que H aplica unı́vocamente los
lados y vértices de T en los lados y vértices de H(T ).
El enunciado de la siguiente proposición es muy natural, aunque su prueba no es en
absoluto trivial.
106
Proposición 16.11 Si (S, T ) es una superficie compacta triangulada entonces:
(a) T \ Bd(T ) es un abierto de S para todo T ∈ T .
(b) Para todo l ∈ E(T ), existen a lo más dos triángulos de T incidentes con l. Si sólo
hay uno entonces l ⊂ Bd(S), y si hay dos entonces Int(l) ⊂ Int(S).
v ∈ Int(S) si y sólo sı́ todo lado l ∈ E(T ) con v ≤ l es incidente con dos
triángulos distintos de Est(v).
∆j := {(e2π(j−1)ı/k z, x3 ) : (z, x3 ) ∈ ∆ ⊂ C × R ≡ R3 }, j = 1, . . . , k,
107
Para acabar demostremos (c). Consideremos v ∈ V (T ) y elijamos un triángulo
T1 ∈ E(T ) incidente con v. Inductivamente elijamos Tj ∈ T de Est(v) y lj−1 ∈ E(Tj )
j−1
tal que v ≤ lj−1 y lj−1 ∈ ∪i=1 E(Ti ) \ {l1 , . . . , lj−1 }. Tras un proceso necesariamente
finito generamos una secuencia maximal de triángulos T1 , . . . , Tk1 y lados l1 , . . . , lk1 −1
satisfaciendo
(i) Tj está en Est(v) para todo j.
108
Demostración : Tomemos T ∈ T , y reparemos en que como T ∼ = D, podemos encontrar
un homeomorfismo FT : T → ∆ := {(x, y) ∈ [0, 1]2 : x + y ≤ 1} que aplique los vértices
de T en los vértices del triángulo geométrico ∆; téngase en cuenta el Corolario 3.6 y la
Proposición 3.22.
Nuestro primer objetivo es construir una triangulación T1 de S tal que
T1 ≺ T ,
] A \ V (T1 )) ≤ ]A − 1.
χT (S) := ]F (T ) − ]E(T ) + ]V (T )
109
en todos y cada uno de sus triángulos de T de forma que cada dos contiguos satisfagan
la anterior condición de compatibilidad. En ese caso también diremos que es posible
elegir una orientación global compatible de los triángulos de T . Obviamente si T es
orientable entonces admite dos orientaciones globales.
En caso de que no sea posible elegir una orientación global compatible de los triángu-
los de T se dirá que T es no orientable.
Como veremos más adelante cualquier superficie compacta admite una triangula-
ción. Serı́a deseable que dos triangulaciones distintas de una misma superficie compacta
compartiesen caracterı́stica de Euler y carácter de orientabilidad. No obstante, la prue-
ba de este hecho requerirá de bastante reflexión. Sólo después de superar este obstáculo
podremos definir con propiedad la caracteristica de Euler y el concepto de orientabili-
dad de una superficie topológica compacta como la de cualquiera de sus triangulaciones.
Para discos topológicos sı́ que podemos probar el siguiente resultado:
110
Usando esta ordenación {T1 , . . . , Tk } de los triángulos de T , construyamos de forma
inductiva una secuencia
{Fj : Xj → ∪ji=1 ∆i : j = 1, . . . , k}
de aplicaciones satisfaciendo
Fj : Xj → ∪ji=1 ∆i es un homeomorfismo,
Fj |Xj−1 = Fj−1 ,
construido vı́a la Proposición 3.22 y el Corolario 3.6. Para cerrar la inducción, pongamos
Fj+1 : Xj+1 → ∪j+1 i=1 ∆j como la única extensión de Fj satisfaciendo Fj+1 |Tj+1 = H.
El caso en que lj sea la unión de dos lados lj1 y lj2 de Tj+1 es más sutil. Llamemos Ri al
único triángulo en {T1 , . . . , Tj } tal que lli ≤ Ri , i = 1, 2. Vamos a necesitar que el ángulo
que forman Fj (lj1 ) y Fj (lj2 ) en el vértice Fj (lj1 ∩lj2 ) externo a Fj (Xj ) (esto es, el que abarca
la región angular disjunta localmente con Fj (Xj )) sea menor que π. En principio esa
propiedad no ha de ser cierta, pero se puede garantizar modificando de forma apropiada
los homeomorfismos Fj |Ri , i = 1, 2, para ensanchar los triángulos Fj (R1 ) y F (R2 ). Una
vez superado ese obstáculo, es claro que el único triángulo geométrico ∆j+1 conteniendo
a Fj (lj1 ) y Fj (lj2 ) como lados es disjunto de ∪ji=1 ∆j . Como antes, para cerrar la inducción
basta con construir un homeomorfismo H : Tj+1 → ∆j+1 con H|lji = Fj |lji , i = 1, 2, y
definir Fj+1 como la extensión de Fj a Xj+1 satisfaciendo Fj+1 |Tj+1 = H.
El homeomorfismo F := Fk : X → ∆ := ∪ki=1 ∆j resuelve la primera parte de la
proposición.
La orientabilidad de T es trivial, basta con inducir vı́a F las orientaciones positivas
de los triángulos geométricos ∆1 , . . . , ∆k para generar una orientación global compati-
ble. En relación con la caracterı́stica de Euler, se puede probar que χT (X) = 1 también
por inducción en k. Si k = 1 es trivial. Supongamos que χT (X) = 1 cuando la triangu-
lación del disco tenga k − 1 triángulos, k > 1. Tomemos un disco X y una triangulación
T en el mismo con k triángulos. Construyamos la ordenación {T1 , . . . , Tk } de T y el
homeomorfismo F : X → ∆ := ∪ki=1 ∆i de la primera parte de la proposición, y recorde-
mos que Xk−1 := ∪k−1 j=1 Tj es un disco topológico compacto y Tk−1 := {T1 , . . . , Tk−1 } una
triangulación suya con k − 1 triángulos. Por la hipótexis de inducción, χT (Xk−1 ) = 1.
Pero para el cálculo de χT (X) es claro que:
111
Si Tk ∩ Xk−1 es un lado de Tk ,
Corolario 16.17 (Caracterı́stica de Euler del disco abierto) Sea X un disco to-
pológico compacto y T una triangulación suya. Denotemos por
E0 (T ) := {l ∈ E(T ) : l * Bd(X)} y V0 (T ) := {v ∈ V (T ) : v ∈
/ Bd(X)}.
T1 es orientable ⇐⇒ T2 es orientable.
112
Supongamos que T es orientable y fijemos una orientación global compatible en
todos los triángulos de T . Cada triángulo T ∈ T es un disco topológico, luego cualquier
triangulación suya es orientable por el Lema 16.16. Los triángulos de T 0 en T ∈ T
determinan una triangulación T 0 T de T , que puede por tanto orientarse globalmente de
forma compatible. Elijamos la orientación global en T 0 T para que aquellos triángulos
de T 0 T que tengan un lado en Bd(T ) induzcan sobre ese lado la misma orientación que
induce la orientación (ya fijada) de T . De esta forma se genera una orientación global
compatible en T 0 .
Recı́procamente, si T 0 es orientable se fija una orientación global compatible de sus
triángulos, y cada triángulo de T se orienta de forma compatible con los triángulos
orientados de T 0 T tal y como hemos explicado arriba. De esta forma se genera una
orientación global compatible en T .
En relación al cálculo de las caracterı́sticas de Euler razonamos de la siguiente
manera. Cada triángulo T ∈ T aporta un +1 en la suma ]F (T ), el mismo valor numérico
que χT 0 (Int(T )) por el Corolario 16.17. Análogamente, cada lado l ∈ E(T ) aporta un
T
−1 en el cálculo −]E(T ), lo mismo que la diferencia entre el número de lados y vértices
de T 0 en Int(l), que denotaremos por χT 0 (l). Se deduce pués que
X X
χT 0 (S) = χT 0 (Int(T )) + χT 0 (l) + ]V (T ) =
T
T ∈T l∈E(T )
= ]F (T ) − ]E(T ) + ]V (T ) = χT (S).
Γω ⊂ ∪l∈E(T ) l,
113
(a) χT (Sω ) = 1 + χ(Γω ), donde Γω es el grafo conexo borde de ω (ver Definición 3.18).
Probemos (b). Sea T 0 la única triangulación de D tal que σω (T 0 ) = T , esto es, tal que
σω (T 0 ) ∈ T y σω |T 0 : : T 0 → σω (T 0 ) es un homeomorfismo para todo T 0 ∈ T 0 . Por el
Lema 16.16 es posible elegir una orientación global compatible en T 0 . Traslademos estas
orientaciones a los triángulos de T vı́a σω , generando ası́ una orientación en todos y
cada uno de los triángulos de T . Obviamente T será orientable si y solo si estas orienta-
ciones determinan una orientación global compatible en T , lo que es equivalente a decir
que cada dos triángulos σω (T1 ) y σω (T2 ) contiguos a un lado l ∈ E(T ), l ⊂ Γω , están
compatiblemente orientados. Llamemos lj := (σω |Tj )−1 (l) ∈ E(Tj ), lj ⊂ S1 , j = 1, 2.
Es claro que las orientaciones compatibles de los triángulos de T 0 inducen en los lados
que descansan en S1 orientaciones compatibles. Por tanto, σω (T1 ) y σω (T2 ) inducirán
orientaciones opuestas en su lado común l (y estarán compatiblemente orientados como
triángulos orientados) si y solo si el homeomorfismo (σω |l2 )−1 ◦ (σω |l1 ) revierte las orien-
taciones de los arcos de Jordan l1 y l2 en S1 . Como lj ⊂ σω−1 (γij ) para algún γij ∈ a,
j = 1, 2, σω (T1 ) y σω (T2 ) estarán compatiblemente orientados si y sólo si el homeo-
morfismo (σω |γi2 )−1 ◦ (σω |γi1 ) ∈ h revierte las orientaciones de los arcos de Jordan γi1
y γi2 en S1 . En definitiva, concluimos que T es orientable si y sólo si el esquema ω es
orientable, probando (b).
Teorema 16.22 (Teorema de Radó) Toda superficie topológica compacta admite una
triangulación.
114
Teorema 16.23 (Representación poligonal) Sea S una superficie toplógica com-
pacta, y sea T una triangulación cualquiera suya dada por el Teorema 16.22.
Entonces existe un esquema binario ωT , una triangulación T 0 de su realización SωT
adaptada a ωT y un homeomorfismo F : S → SωT tal que F (T ) = T 0 (en particular,
(S, T ) y (SωT , T 0 ) son combinatoriamente equivalentes).
T0 := {∆1 , . . . , ∆k }
115
Por la Proposición 2.9,
p ∼H q ⇐⇒ H(p) = H(q).
Para completar la segunda parte del programa de trabajo, conectemos este cociente con
la realización de un esquema binario.
Definamos
E0 := E(T ) \ {l1 , . . . , lk−1 }.
Por la definición de H, si p 6= q y H(p) = H(q) entonces han de existir un lado e ∈ E0
y un punto x ∈ e tales que, si Ti(e) Th(e) son los dos triángulos de T con e := Ti(e) ∩ Th(e) ,
entonces p = Fi(e) (x) ∈ Fi(e) (e) ⊂ Bd(∆) y q = Fh(e) (x) ∈ Fh(e) (e) ⊂ Bd(∆). Además
en este caso
por lo que ∼H identifica los puntos de los lados Fi(e) (e) y Fh(e) (e) ∈ E(T0 ) vı́a el homeo-
−1
morfismo Fh(e) ◦ Fi(e) . Nótese que puede haber lados en Bd(∆) con interior H-saturado,
justo aquellos que se apliquen por H en un lado del borde de S (ver Proposición 16.11-
(b)). En definitiva, ∼H realiza el pagado de parejas de segmentos de Bd(∆) vı́a homeo-
morfismos, siendo trivial en el resto del disco topológico ∆.
Generemos el esquema binario asociado a este cociente. Para ello escribamos Bd(∆) =
u
∪j=1 sj como unión cı́clica de lados orientados en E(T0 ) y llamemos a = {s1 , . . . , su }.
Siendo más precisos, esto quiere decir que:
sj es lado de algún triángulo en {∆1 , . . . , ∆k } para todo j = 1, . . . , u.
116
Observación 16.24 No sólo el enunciado del Teorema 16.23 es informativo, sino tam-
bién su prueba. Si (S, T ) es una superficie compacta triangulada y X ⊂ S un disco
topológico compacto unión de triángulos de T , el Lema 16.16 (y su demostración) se
puede incorporar a la prueba del Teorema 16.23 para lograr que F (Int(X)) ∩ ΓωT = ∅.
para enfatizar la lista de vértices de ω. Nóterse que el cardinal ]Vω es menor o igual que
k = Long(ω). En caso de que T sea una triangulación de Sω adaptada a ω, es claro que
Vω ⊂ V (T ) ∩ Γω .
Para cada Q ∈ Vω el conjunto σω−1 (Q) contiene aquellos extremos de arcos en a que
se proyectan por σω en Q. Al número natural mω (Q) := ]σω−1 (Q) lo referiremos como
la multiplicidad de Q en ω (o en Sω ). Es claro que
X
mω (Q) = Long(ω).
Q∈Vω
117
(1) (k) (i) (j)
Definición 17.2 Sea ω = b1 . . . bk un esquema, y sea {bi , bj } un par de sı́labas
(i) (j)
en ω con i 6= j y bi = bj . El par {bi , bj } se dirá de primera especie si (i)(j) = −1,
y de segunda especie si (i)(j) = 1.
Como consecuencia, un esquema binario es orientable si y sólo si todos sus pares
son de primera especie, y no orientable si tiene al menos un par de segunda especie.
(i) ω1 = ν1 ν2 y ω2 := ν2 ν1 ,
(ii) ω1 = ν1 y ω2 := ν1−1 ,
(iii) ω1 := ν1 ν2 aν3 ν4 a−1 y ω2 := ν2 ν1 bν4 ν3 b−1 , y
(iv) ω1 := ν1 ν2 aν3 ν4 a y ω2 := ν3−1 ν1 bν4 ν2−1 b,
Observación 17.4 La versión del Lemma 17.3 con Z = ∅ será suficiente para la cla-
sificación de las superficies compactas sin borde.
Demostración : (del Lemma 17.3) Items (a)-(i) y (a)-(ii) son triviales ya que Sω1 y Sω2
son el mismo espacio.
Para probar (b), tomemos un disco compacto X y la identificación σω : X → Sω1
asociada a ω1 . Nótese que como ω1 es binario necesariamente mω1 (Q) = 1. Pongamos
Q
ω1 = a ∧ a−1 ν1 , y (a, h) a la representación de ω1 en X. Sean γa y γa−1 ∈ a los
arcos de Jordan en Bd(X) asociados a los caracteres a y a−1 de ω1 , y h : γa → γa−1 el
correspondiente homeomorfismo en h. Llamemos Y al disco topológico compacto X/ ∼h
(ver el Ejercicio 3.13) y σ0 : X → Y a la proyección al cociente. La única identificación
σ : Y → Sω1 tal que σ ◦ σ0 = σω1 expresa Y / ∼σ como realización Sω2 de ω2 en Y .
Si llamamos σ̂ : Y / ∼σ ≡ Sω2 → Sω1 al homeomorfismo inducido por la identificación
σ, T2 := σ̂ −1 (T1 ) es una triangulación de Sω2 adaptada a ω2 y Vω2 = σ̂ −1 Vω1 \ {Q} .
118
Q1 Q2
Probemos (a)-(iii). Escribamos ω1 = ν1 ∧ ν2 aν3 ∧ ν4 a−1 y consideremos una
representación (a, h) de ω1 en un disco topológico compacto X. Denotemos por aj ⊂ a la
secuencia ordenada de lados orientados en Bd(X) correspondientes a νj , j = 1, 2, 3, 4,
y γa , γa−1 los lados orientados en a asociados a a y a−1 , respectivamente. Con esta
notación,
a = a1 ∪ a2 ∪ {γa } ∪ a3 ∪ a4 ∪ {γa−1 }
reproduce la secuencia ordenada cı́clica de lados de a.
Podemos pegar X + y X − por los arcos de Jordan borde γa y γa−1 con ayuda del
homeomorfismo h : γa → γa−1 ∈ h tal que (σω1 |γa−1 ) ◦ h = σω1 |γa . De esta forma genera-
mos un disco topológico compacto X̂ = (X + ∪ X − )/∼h ≡ X/∼h , ver Proposición 3.10.
Si g : X → X̂ denota la proyección al cociente, la única aplicación
es una identificación, por lo que X̂/∼σ ∼ = Sω1 . Si llamamos σ̂ : X̂/∼σ → Sω1 al homeo-
morfismo inducido por σ, la definición de ∼σ implica que X̂/∼σ ≡ Sω2 es un realización
de ω2 := ν2 ν1 bν4 ν3 b−1, que T2 := σ̂ −1 (T1 ) es una triangulación de Sω2 adaptada a ω2 ,
y que Vω2 = σ̂ −1 Vω1 . De nuestra construcción también σ̂(Z) ⊂ Sω2 \ Γω2 . Eligiendo
F = σ̂ se sigue (a)-(iii).
119
Q1 Q2
Finalmente probemos (a)-(iv). Como antes pongamos ω1 = ν1 ∧ ν2 aν3 ∧ ν4 a,
consideremos una representación (a, h) de ω1 en un disco topológico compacto X, y
escribamos
a = a1 ∪ a2 ∪ {γa } ∪ a3 ∪ a4 ∪ {γa0 }
con los mismos convenios anteriores; aquı́ γa y γa0 representan los dos arcos en Bd(X)
correspondientes al caracter a duplicado en ω1 .
Razonando como en el caso anterior, podemos suponer que existe un arco de Jordan
b ⊂ Sω1 con extremos Q1 y Q2 , contenido en ∪l∈E(T1 ) l, con interior disjunto de Γω1 ∪ Z,
y que sea la proyección vı́a σω1 de un arco de Jordan en X que parte el disco X
en dos componentes conexas X+ y X− . Llamemos b+ ⊂ Bd(X+ ) al arco en Bd(X+ )
proyectándose por σω1 en b, y análogamente para b− ⊂ Bd(X− ), y orientemos estos arcos
compatiblemente con los arcos orientados en a2 ∪ {γa } ∪ a3 de Bd(X+ ) y a4 ∪ {la0 } ∪ a1
de Bd(X− ), respectivamente. Consideremos las secuencias cı́clicas ordenadas de arcos
orientados
es una identificación, por lo que X̂/∼σ ∼ = Sω1 . Si llamamos σ̂ : X̂/∼σ → Sω1 al homeo-
morfismo inducido por σ, la definición de ∼σ implica que X̂/∼σ ≡ Sω2 es un realización
de ω2 = ν3−1 ν1 bν4 ν2−1 b, que T2 := σ̂ −1 (T1 ) es una triangulación de Sω2 adaptada a ω2 y
que Vω2 = σ̂ −1 Vω1 . Como antes σ̂(Z) ⊂ Sω2 \ Γω2 . Eligiendo F = σ̂ se sigue (a)-(iv),
concluyendo la demostración.
120
17.1. Clasificación de las superficies compactas sin borde
Para los siguientes resultados es conveniente tener presente el Corolario 16.4 y la
notación implı́cita en él.
Lema 17.5 Dado (ω, T ) ∈ K con ω binario puro, existe un esquema (ω0 , T0 ) ∈ K tal
que:
mω1 (P1 ) = mω (P ) − 1,
121
De persistir el (heredero del) vértice P1 tras estas reducciones y haber más de un
vértice en Vω1 , reiteramos el proceso anterior de forma inductiva. Ası́ construimos
F F Fj−1 Fj
(ω0 , T00 ) = (ω, T ) ∼1 (ω1 , T10 ) ∼2 . . . ∼ (ωj−1 , Tj−1
0
) ∼ (ωj , Tj0 ),
de forma que Long(ωi ) ≤ Long(ωi−1 ), ]Vωi ≤ ]Vωi−1 y mωi (Pi ) = mωi−1 (Pi−1 ) − 1, donde
Pi = Fi (Pi−1 ), para todo 1 ≤ i ≤ j (hemos hecho el convenio F0 = IdSω y P0 = P ).
En general, cuando ocurre la multiplicidad 1 para un vértice de un esquema esto
significa que éste es incidente a un par de lados adyacentes de primera especie. Por
tanto en caso de persistencia y tras dar a lo más m1 := mω (P ) − 1 pasos, este proceso
nos dirigirı́a a un esquema en el que el vértice Pmω (P )−1 se desvanece al aplicar la regla
Lema 17.3-(b) para llegar a ωm1 , de donde necesariamente ]Vωm1 ≤ Vω − 1. Basta pues
elegir (µ1 , T1 ) := (ωm1 , Tm0 1 ).
Si µ1 6= w0 y tiene dos o más vértices, reiteramos el proceso anteriormente seguido
para ω y construimos (µ2 , T2 ) ∈ K) tal que (µ1 , T1 ) ∼ (µ2 , T2 ) y ]Vµ2 ≤ ]Vµ1 − 1, y ası́
sucesivamente. Tras una cantidad finita de pasos alcanzaremos una pareja (ω0 , T0 ) ∼
(ω, T ) con ω0 = w0 ó ]Vω0 = 1, lo que concluye la prueba.
La información extra en relación al compacto Z en el enunciado se sigue del uso
apropiado del Lema 17.3 dentro de la demostración.
Demostración : Por el Lema 17.5 podemos suponer sin perdida de generalidad que
]Vω = 1, y en particular, que ω no tiene pares adyacentes de primera especie.
Como ω es no orientable ha de tener pares de segunda especie. Veamos que podemos
encontrar (µ1 , T1 ) ∈ K equivalente a (ω, T ) con Long(µ1 ) = Long(ω), con ]Vµ1 = 1 y
con todos los pares de segunda especie adyacentes.
En efecto, supongamos que hay un par de segunda especie no adyacente en ω con
sı́mbolo a1 , y escribamos ω = ω1 ω2 a1 ω3 ω4 a1 donde ω1 , ω3 6= 1 y ω2 = ω4 = 1. Aplicando
la regla Lema 17.3-(a)-(iv),
(ω, T ) ∼ (ω3−1 ω1 b1 b1 , T 0 ).
122
necesariamente incluido en ω1 ó en ω3 , por lo que nuestro procedimiento traduce ese
par adyacente en otro de igual naturaleza en ω 0 . Por tanto el procedimiento aplicado
es acumulativo y no deshace el trabajo previo. Si ω 0 presentase pares de segunda es-
pecie no adyacentes, se reiterarı́a el procedimiento anterior hasta llegar a una pareja
(µ1 , T1 ) ∈ K satisfaciendo las propiedades deseadas.
Supongamos que µ1 tiene un par de primera especie, obviamente no adyacente.
Veamos que entonces podemos encontrar (µ2 , T2 ) ∈ K equivalente a (µ1 , T1 ), luego a
(ω, T ), con Long(µ2 ) = Long(µ1 ), con ]Vµ2 = 1 y con más pares de segunda especie que
µ1 , todos ellos adyacentes. En efecto, supongamos que existe un par de primera especie
en µ1 con sı́laba c1 . Podemos escribir µ1 = ν1 c1 ν2 c−1
1 ν3 a1 a1 para ciertos subesquemas νj ,
j = 1, 2, 3, y para cierto a1 . Aplicando la regla (a)-(iv) del Lema 17.3 para las elecciones
ν1 ; ν1 c1 , ν2 ; ν2 c−1
1 ν3 , ν3 = ν4 ; 1, obtendrı́amos que
Como cada par de segunda especie de µ1 , distinto del determinado por a1 , está contenido
en νj para algún j = 1, 2, 3, inferimos que el esquema µ01 := ν1 c1 b1 ν3−1 c1 ν2−1 b1 tiene
un par de segunda especie más que µ1 , su misma longitud y ](Vµ01 ) = 1. La pareja
(µ01 , T10 ) ∈ K puede ser sometida al primer procedimiento aplicado a (ω, T ), lo que nos
llevarı́a a un par (µ2 , T2 ) ∈ K satisfaciendo lo deseado.
Si µ2 tuviese de nuevo un par de primera especie, someterı́amos a (µ2 , T2 ) al mismo
procedimiento que acabamos de explicar para (µ1 , T1 ), y ası́ sucesivamente. Tras una
cantidad finita de pasos llegaremos a un par (µ, T0 ) ∈ K equivalente a (ω, T ), con
n := Long(µ) = Long(ω), con todos los pares de segunda especie adyacentes, sin pares
de primera especie y con ](Vµ ) = 1. Necesariamente µ = w∗n , lo que completa la prueba.
La información extra en relación al compacto Z en el enunciado es consecuencia
inmediata del uso del Lema 17.3 dentro de la demostración.
Demostración :Como ω es orientable todos sus pares son de primera especie. Por el
Lema 17.5 podemos reducirnos al caso en que Vω contiene un sólo vértice.
Introduzcamos el siguiente lenguaje. Dos pares de primera especie en ω, que repre-
sentaremos con los sı́mbolos a y b, se dirán en posición enlazada si su disposición en la
secuencia que define ω es la siguiente:
123
de Vω aportados por la secuencia ν1 ha de ser disjunto del asociado a la secuencia ν10 ,
generando una contradicción.
Vamos a explicar un procedimiento que generará una pareja adyacente de pares
de primera especie enlazados extra a partir de una pareja no adyacente de pares de
primera especie enlazados en ω. Este método será acumulativo, en el sentido de que si
ω contuviese k parejas adyacentes de pares enlazados, el resultado final serı́a un esquema
con k + 1 parejas adyacentes de pares enlazados. Además preservará la propiedad de
que el cojunto de vértices del esquema es unitario. Vayamos a los detalles.
Supongamos que ω contiene k ≥ 0 parejas adyacentes de pares enlazados y que
Long(ω) > 4k. Veamos que existe un esquema binario µ1 y una triangulación T1 de Sµ1
adaptada a µ1 tales que:
Long(µ1 ) = Long(ω).
Como ω tiene una pareja de primera especie no adyacente de pares enlazados, po-
demos escribir ω = ν1 a1 ν2 a2 ν3 a−1 −1
1 ν4 a2 para ciertos sı́mbolos a1 y a2 . Por la regla Lema
17.3-(a)-(iii) aplicada para las elecciones ν1 ; ν1 a1 , ν2 ; ν2 , a ; a2 , ν3 ; ν3 y
ν4 ; a−1
1 ν4 , obtenemos que
(ω, T ) ∼ (ω 0 , T 0 ), ω 0 = ν2 ν1 a1 b1 a−1 −1 −1 −1
1 ν 4 ν 3 b 1 ≡ ν 4 ν 3 b 1 ν 2 ν 1 a1 b 1 a1 .
(ω 0 , T 0 ) ∼ (ω 00 , T 00 ), ω 00 = ν2 ν1 ν4 ν3 b−1 −1 −1 −1
1 d1 b1 d1 ≡ b1 d1 b1 d1 ν2 ν1 ν4 ν3 .
(µ1 := c1 d1 c−1 −1 00
1 d1 ω1 , T1 := T ) ∈ K,
124
Corolario 17.8 (Clasificación de las superficies compactas sin borde) Si S es
una superficie topológica compacta sin borde, entonces S es homeomorfa a una superficie
de la lista
S := {Sn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {Sn∗ : n ∈ N} =
n o
= Sw : w ∈ {wn : n ∈ N ∪ {0}} ∪ {w∗n : n ∈ N} ,
en la que ningún par de superficies es homeomorfo entre sı́. Al número n en ambos
casos se le llama género de la superficie.
En particular, si T1 y T2 son dos triangulaciones de S entonces:
χT1 (S) = χT2 (S).
T1 y T2 tienen el mismo carácter de orientabilidad.
125
17.2. Clasificación de las superficies compactas con borde
La siguiente proposición jugará un papel fundamental.
Proposición 17.11 Sea (Sj , Tj ) una superficie compacta triangulada con Bd(Sj ) 6= ∅,
j = 1, 2 con S1 ∩ S2 = ∅. Fijemos una componente conexa γj ⊂ Bd(Sj ), j = 1, 2, y un
homeomorfismo h : γ1 → γ2 . Consideremos en el espacio topológico suma X = S1 ∪ S2
la relación de equivalencia:
126
Probemos (b). Por la Proposición 16.19 sabemos que la orientabilidad de Tj es
equivalente a la orientabilidad de Tj0 . La implicación =⇒) es trivial sin más que levantar
a Tj0 vı́a σ las orientaciónes de los triángulos compatiblemente orientados de T , j = 1, 2.
Para la recı́proca, supongamos que Tj0 es orientable, j = 1, 2, y elijamos una orientación
global compatible en los triángulos de Tj0 , j = 1, 2. La orientación de los triángulos de
Tj0 con un lado en Bd(Sj ) induce una orientación de ese lado contenido en Bd(Sj ), que
globalmente contemplada determina un sentido de recorrido de cada curva de Jordan
en Bd(Sj ), j = 1, 2. Si las orientaciones inducidas sobre los lados en γ1 y γ2 por T10 y
T20 respectivamente fuesen coincidentes, cambiarı́amos la orientación global de T10 a su
opuesta para lograr que sean opuestas. Una vez hecho esto, orientamos cada triángulo
de T proyectando vı́a σ las orientaciones de los triángulos de T10 ∪ T20 , generando ası́
una orientación global compatible en T y probando que esta triangulación de S es
orientable.
Y0 es unión de triángulos de T 0 .
X ⊂ Int(Y0 ) ⊂ Y0 ⊂ U .
TX = {T ∈ T : T ∩ Bd(X) 6= ∅, T * X}.
∪T ∈TX T ⊂ U.
Para cada T ∈ TX elijamos un punto vT ∈ Int(T ) y dos puntos xl1 ,T ∈ Int(l1 ), xl2 ,T ∈
Int(l2 ), donde l1 y l2 son los dos lados de T no contenidos en Bd(X). Escribamos
AT = {vT , xl1 ,T , xl2 ,T }. Hagamos estas elecciones de forma que si T1 y T2 ∈ TX comparten
un lado l entonces xl,T1 = xl,T2 .
Llamemos A = ∪T ∈TX AT y consideremos, vı́a la Proposición 16.13, una subdivisión
T 0 ≺ T tal que A ⊂ V (T 0 ). Tracemos dentro de cada triángulo T ∈ TX un arco de
Jordan pasando por los tres puntos de AT , contenido en ∪l∈E(T 0 ) l y con Int(γT ) ⊂ Int(T )
(luego disjunto de X). Como la configuración de triángulos de T 0 en T admite una
realización por triángulos geométricos en el plano, el Teorema 3.23 nos permite concluir
que γT parte T en dos componentes conexas que son discos topológicos compactos, uno
de ellos, que llamaremos DT , satisfaciendo DT ∩ X = T ∩ X y el otro disjunto de X. A
modo de resumen, por construcción:
127
Bd(DT ) ⊂ ∪l∈E(T 0 ) l, por lo que DT es unión de triángulos de T 0 .
Llamemos [
Yj = Xj ∪ DT , j = 1, . . . , k.
{T ∈TX , T ∩Xj 6=∅}
Usando la Proposición 3.10 es fácil ver que Yj es un disco topológico compacto conte-
niendo a Xj en su interior. En efecto, ordenemos cı́clicamente {D1 , . . . , Dm } los discos
de la familia {DT : T ∈ TX T ∩ Xj 6= ∅} de forma que:
Dj ∩ Di 6= ∅ si y sólo si i = j − 1, j, j + 1, j = 1, . . . , m, donde D0 = Dm y
Dm+1 = D1 .
Dj+ ∩ Dj+1 +
6= ∅ es un arco de Jordan en el borde común a ambos discos, j =
1, . . . , s,
y análogamente con los discos {Di− : i = 1, . . . , s}. Razonando como arriba, ∪sj=1 Dj+ y
∪sj=1 Dj− son discos topológicos. Como
128
Por construcción, Yj ∩ Zj es un arco de Jordan en Bd(EstT (vj )), y de forma similar
Zj ∩ Yj+1 es un arco de Jordan en Bd(EstT (vj+1 )), j = 1, . . . k − 1. Como Zj ∩ Zi = ∅,
Yj ∩ Yi = ∅, i 6= j, y Zi ∩ Yj 6= ∅ si y sólo si i y j son consecutivos, un razonamiento
cı́clico ordenado usando la Proposición 3.10 nos permite concluir que
k−1
Y0 := ∪j=1 (Yj ∪ Zj ∪ Yj+1 )
es un disco topológico. Obviamente X ⊂ Int(Y0 ), Y0 es unión de triángulos de T 0 e
Y0 ⊂ U , lo que concluye la proposición.
Ahora podemos afrontar los teoremas centrales de esta sección.
Corolario 17.13 (Clasificación de las superficies compactas con borde) Si S es
una superficie topológica compacta con borde, entonces S es homeomorfa a una super-
ficie de la lista
S∗ := {Sn,k : n ∈ N ∪ {0}, k ∈ N} ∪ {Sn,k
∗
: n, k ∈ N} =
donde ningún par de superficies es homeomorfo entre sı́. Al número n en ambos casos
se le llama género de la superficie.
En particular, para toda triangulación T de S:
χT (S) = 2 − 2n − k si S ∼
= Sn,k y χT (S) = 2 − n − k si S ∼ ∗
= Sn,k .
T es orientable si S ∼
= Sn,k y no orientable si S ∼ ∗
= Sn,k .
Demostración : Recordemos que el Corolario 16.4 garantiza que en la lista de superficies
S∗ no hay dos espacios homeomorfos.
Por el Teorema de Radó S es triangulable. Tomemos una triangulación T de S
y escribamos Bd(S) = ∪kj=1 γj , donde γj son curvas de Jordan disjuntas dos a dos.
Elijamos X1 , . . . , Xk discos topológicos compactos disjuntos dos a dos. Construyamos
una triangulación Tj de Xj con la misma cantidad de lados en Bd(Xj ) que T en γj ,
y a continuación un homeomorfismo hj : γj → Bd(Xj ) que lleve lados de T en lados
de Tj , j = 1, . . . , k. Aplicando inductivamente la Proposición 17.11, podemos pegar los
discos Xj a S usando los homeomorfismos hj , j = 1, . . . , k, para construir una superficie
topológica compacta Ŝ sin borde que salvo identificaciones canónicas contenga a S y a
Xj para todo j. Análogamente, T̂ := T ∪ (∪kj=1 Tj ) es una triangulación de Ŝ.
Del Lema 17.12, salvo tomar una subdivisión de T̂ , podemos suponer que existe un
disco Y0 unión de triángulos de T̂ de forma que ∪kj=1 Xj ⊂ Y0 .
Por el Teorema 16.23 y la Observación 16.24, existe un esquema binario puro ω, una
triangulación T1 de Sω adaptada a ω, y un homeomorfismo combinatorio G : (Ŝ, T̂ ) →
(Sω , T1 ) de forma que G(Int(Y0 )) ⊂ Sω \ Γω , y en particular ∪nj=1 G(Xj ) ⊂ Sω \ Γω . Sin
pérdida de generalidad (salvo tomar subdivisiones) suponderemos que G(T̂ ) = T1 .
Por los Teoremas 17.6 y 17.7,
k
existe H : (Sω , T1 ) → (Sw , T0 ) homeomorfismo com-
binatorio tal que ∪j=1 H G(Xj ) ⊂ Sw \ Γw para algún w ∈ {wn,k : n ∈ N ∪ {0}, k ∈
N} ∪ {w∗n,k : n, k ∈ N}. No supone pérdida de fuerza admitir que H(T1 ) = T0 , sal-
vo tomar subdivisiones. Por simplicidad, en lo que sigue escribiremos Yj = H(G(Xj )),
j = 1, . . . , k. Consideremos una región poligonal ∆ en R2 , una triangulación por triángu-
los geométricos T ∗ de ∆, y una identificación σ : ∆ → Sw tal que σ(T ∗ ) = T0 y
σ(Bd(∆)) = Γw . La existencia de esta identificación está encerrada en el Lema 16.16
y la Proposición 16.21. Fijado P0 ∈ σ −1 (Vw ) y salvo subdividir convenientemente T ∗ ,
existen arcos de Jordan γ1 , . . . , γk en ∆ tales que:
129
γj tiene punto inicial P0 , extremos en σ −1 (Vw ) y γj ⊂ ∪l∈E(T ∗ ) l para todo j.
Por el Teorema 3.23, es fácil ver que las curvas ∪kj=1 γj parten ∆ \ (∪kj=1 σ −1 (Yj )) en k + 1
componentes conexas, cuyos cierres son discos topológicos compactos que denotaremos
por ∆1 , . . . , ∆k+1 . Sea βj la componente conexa (subarco de Jordan) de γj \Int(σ −1 (Yj ))
que no contiene a P0 para todo j, y observemos que βj descansa en el borde de dos
discos de la anterior lista. Salvo añadirles una etiqueta que los distinga, podremos tratar
−
los ∆j ’s como disjuntos dos a dos. De esa forma, si β ∈ {βj : j = 1, . . . , k} y ∆+ β y ∆β
son los dos discos en {∆j : j = 1, . . . , k + 1} incidentes en β (llamaremos β + ⊂ ∆+ β
y β − ⊂ ∆− β a las dos copias de β en cada uno de ellos), la aplicación hβ : β +
→ β −
,
hβ := (σ|β − )−1 ◦ (σ|β + ) es un homeomorfismo. Usando la Proposición 3.10 para pegar
todos los discos ∆1 , . . . , ∆k+1 vı́a los homeomorfismos h := {hβ1 , . . . , hβk }, generamos
un nuevo disco topológico ∆∗ = (∪k+1 k+1
j=1 ∆j )/∼h ). Si llamamos ρ : ∪j=1 ∆j → ∆ a la
∗
σ0 : ∆∗ → Sw \ (∪kj=1 Yj ), σ0 ◦ ρ = σ,
Finalmente, como las superficies en la lista S∗ no son homeomorfas dos a dos, cada
par de triangulaciones distintas T1 y T2 de S nos han de dirigir por el proceso anterior a
homeomorfismos sobre la misma realización canónica Sw0 , de forma que salvo subdivi-
siones ambas triangulaciones se aplican vı́a estos homeomorfismos en triangulaciones de
Sw0 adaptadas a w0 . En consecuencia T1 y T2 han de tener el mismo carácter de orien-
tabilidad (a saber el de Sw0 ) y la misma caraterı́stica de Euler (a saber, 1 + χ(Γw0 )).
Esto concluye la demostración.
130
(I) S1 ∼
= S2 ⇐⇒ χ(S1 ) = χ(S2 ), S1 y S2 tienen el mismo carácter de orientabilidad
y S1 y S2 tienen la misma cantidad de componentes conexas en el borde.
(II) S1 ∼
= S2 ⇐⇒ Π1 (S1 ) ∼= Π1 (S2 ) y S1 y S2 tienen la misma cantidad de componen-
tes conexas en el borde.
De la Proposición 17.11,
131
χ(S1 ]S2 ) = χ(S1 ) + χ(S2 ) − 2.
El Corolario 17.10 implica que una superficie topológica orientable sin borde distinta
de S2 es suma conexa de una cantidad finita de toros, cantidad que coincide con el
género de la superficie. Basta observar que haciendo sumas conexas de toros generamos
superficies compactas orientables sin borde que barren todas las caracterı́sticas de Euler
posibles para esa familia de superficies:
Análogamente, una superficie compacta no orientable sin borde es suma conexa de una
cantidad (que coincide con el género de la superficie) de planos proyectivos:
132
(c) X orientable =⇒ Y orientable (el recı́proco no es cierto).
Demostración : Para probar item (a), primero observemos que π(Bd(Y )) = Bd(X)
como consecuencia de que π es un homeomorfismo local. Consideremos ahora una ar-
cocomponente γ de Bd(X), que como bien sabemos es homeomorfa a R ó S1 . Si γ ∼ =R
−1
cualquiera arcocomponente de π (γ) es homeomorfa a γ por el Lema 18.1.
Supongamos que γ ∼ = S1 . Fijemos puntos x ∈ γ e y ∈ π −1 (x). Sea α : [0, 1] → γ una
parametrización de γ con α(0) = α(1) = x y α|[0,1[ inyectiva. Llamemos α1 : [0, 1] →
Y al levantamiento de α con condición inicial α1 (0) = y. Inductivamente, definamos
αj : [0, 1] → Y como el levantamiento de α con condición inicial αj (0) = αj−1 (1), j ∈ N,
donde por convenio α0 (1) = y. La secuencia de arcos {αj }j∈N puede ser infinita y (si
αj (1) 6= y para todo j) o contener sólo una cantidad finita de k arcos (probar como
ejercicio que k es divisor de n := número de hojas de π) si k es el primer natural para el
que αk (1) = y. En cualquier caso γ e := ∪j∈N αj ([0, 1]) es una arcocomponente de Bd(Y ),
e → γ es recubridora. Esto prueba (a).
y por construcción π|γe : γ
Para el item (b), consideremos una triangulación T de X (Teorema de Radó). Si
T ∈ T y Te es una arcocomponente de π −1 (T ), el Lema 18.1 garantiza que π|Te : Te → T
es un homeomorfismo. Si definimos
Teorema 18.3 (Recubridor de dos hojas orientable) Sea X una superficie topológi-
ca compacta no orientable.
Entonces existe un unı́co (salvo isomorfismos) recubridor (X0 , π0 ) de X satisfacien-
do:
X0 es una superficie orientable.
133
Para cada p ∈ X llamemos Up := {(U, [α]) ∈ U : p ∈ Int(U )} (reparemos en que
Int(U ) = U \ Bd(U ) coincide con el interior topológico de U en X por el Teorema de
Invarianza del Dominio, ver Teorema 15.3).
Sean (U1 , [α1 ]), (U2 , [α2 ]) ∈ Up , y tomemos U0 ∈ Up tal que U0 ⊂ U1 ∩ U2 . Fijemos
[α0 ] generador universal de Π1 (U0∗ ), y observemos que [αj ] = (ij )∗ (j [α0 ]) para cierto
j ∈ {1, −1}, donde ij : U0 \ {p} → Uj \ {p} es la inclusión (equivalencia homotópica).
Las parejas (U1 , [α1 ]), (U2 , [α2 ]) ∈ Up se dirán copatiblemente orientadas, y escri-
biremos (U1 , [α1 ]) ∼p (U2 , [α2 ]), si 1 2 = 1. Obviamente, si (U, [α]) ∈ Up entonces
(U, −[α]) ∈ Up y (U, [α]) p Up (U, −[α]). La relación ∼p es de equivalencia en Up , y de
lo anterior es elemental el comprobar que el cociente Up / ∼p tiene sólo dos clases de
−
equivalencia, que llamaremos o+ p y op . Denotemos por
−
op : Up → {o+
p , op }
como base.
De la definición es inmediato comprobar que X0 es T2 y II-Axioma de numerabilidad
(ya que X lo es). Además π0 es un homeomorfismo local, por lo que X0 es localmente
euclidiano (ya que X lo es). Si X0 fuese arcoconexo, serı́a una superficie topológica y
−
π0 : X0 → X, π0 (o+
p ) = π0 (op ) := p,
134
abierto conexo (luego arcoconexo) de X0 dado por V := aj=0 [(Uj , [αj ])] contiene a los
S
−
puntos {o+ q , oq : q ∈ Int(U0 ) = Int(Ua )} = {oq (U0 , [α0 ]) , oq (Ua , [αa ]) : q ∈ Int(U0 ) =
Int(Ua )} ⊂ V , y en particular cualesquiera dos de ellos se pueden conectar por un arco
en X0 .
−
Ahora podemos probar la arcoconexión de X0 . Fijemos p ∈ X0 tal que o+ p y op se
puedan conectar por un arco en X0 . Sin pérdida de generalidad podemos suponer que
p pertenece al interior de algún triángulo de T . Vamos a probar que cualquier punto
−
q̂ ∈ X0 se conecta con alguno de los puntos o+ p , op . Es suficiente con demostrar este
hecho para puntos q̂ ∈ X0 de forma que q := π0 (q̂) esté contenido en el interior de un
triángulo de T . Por la conexión de X existe una sucesión de triángulos T1 , . . . , Ta ⊂ T
de forma que Tj ∩Tj+1 consiste en un lado común, j = 1, . . . , a, (hemos hecho el convenio
Ta+1 = T1 ) p ∈ Int(T1 ) y q ∈ Int(Ta ). Llamando Uj := Tj ∪ Tj+1 , j = 1, . . . , a − 1 y
por un argumento similar al anterior, podemos construir una secuencia {(Uj , [αj ]) : j =
1, . . . , a − 1} ⊂ U S de forma que [(Uj , [αj ])] ∩ [(Uj+1 , [αj+1 ])] 6= ∅, j = 1, . . . , a − 2.
Como antes W := a−1 j=1 [(Uj , [αj ])] es un abierto arcoconexo que contiene algún punto
+ − − ∗
Sa−1
de {op , op } y algún punto de {o+ q , oq }. De igual forma, W := j=1 [(Uj , −[αj ])] es un
abierto conexo que contiene los puntos complementarios a los anteriormente señalados
− + − −
en {o+ +
p , op } y {oq , oq }. Teniendo en cuenta que op y op se pueden conectar por un arco
en X0 , se concluye.
Ası́ pues X0 es una superficie topológica.
Resta garantizar que X0 es orientable. Para ello consideremos una triangulación T
de X y su levantada T̂ a X0 vı́a el recubridor de dos hojas π0 : X0 → X; ver la prueba
del Teorema 18.2.
Para cada triángulo T̂ ∈ T̂ elijamos un punto p̂T̂ ∈ Int(T̂ ), y consideremos en
T := π0 (T̂ ) ∈ T el generador universal [α] de Π1 (T ∗ ) tal que p̂T̂ = opT (T, [α]), donde
pT = π0 (p̂T̂ ). La orientación de Bd(T ) inducida por [α] determina unı́vocamente una
ordenación de los vértices de V (T ) de forma natural, y esta ordenación de vértices se
puede levantar vı́a π0 a una ordenación de los vértices en V (T̂ ) que orienta T̂ . De esta
forma orientamos todos y cada uno de los triángulos de T̂ .
Veamos que esta orientación global de T̂ es compatible. Para ello consideremos dos
triángulos T̂1 , T̂2 ∈ T̂ con un lado ˆl en común. Sabemos que K̂ := T̂1 ∪ T̂2 es un disco to-
pológico compacto que se proyecta vı́a π0 en el disco topológico compacto K = T1 ∪ T2 ,
donde Tj = π0 (T̂j ). Si elegimos p̂ ∈ ˆl, como antes p̂ induce un sentido de recorrido
de Bd(K) que ha de coincidir con el sentido de recorrido de Bd(Tj ) inducido por p̂Tj
sobre el arco de Jordan Bd(K) ∩ Bd(Tj ), j = 1, 2. Por tanto, los triángulos T1 y T2 ,
con las orientaciones inducidas por pT̂ y pT̂ respectivamente, están compatiblemen-
1 2
te orientados. Por la definición de las orientaciones en T̂1 y T̂2 , éstos están también
compatiblemente orientados. Esto prueba que T̂ es orientable, luego X0 es orientable.
Para acabar el teorema (en el caso Bd(X) = ∅), resta demostrar que (X0 , π0 ) es el
único recubridor de dos hojas orientable de X. En efecto, consideremos otro recubridor
de dos hojas (Y, π) de X tal que Y sea una superficie orientable.
Tomemos una triangulación T de X y llamemos T 0 a su levantada vı́a π a Y . Sea
p ∈ X un punto arbitrario en el interior de un lado de E(T ), y sea α un lazo en X con
base p. Por conexión existe una secuencia de triángulos T1 , . . . , Tk en T de forma que:
Tj ∩ Tj+1 conparten un lado. j = 1, . . . , j, donde Tk+1 = T1 , y p ∈ T1 ∩ Tk .
La traza de α esté contenida en ∪kj=1 Tj .
Llamamos la atención sobre el hecho de que podrı́a haber triángulos de T repetidos en
la secuencia. Elijamos orientaciones en T1 , . . . , Tk de forma que Tj y Tj+1 estén compa-
135
tiblemente orientados para todo j = 1, . . . , k − 1. Fijemos q ∈ π −1 (p) y la correspon-
diente secuencia de triángulos levantados T10 , . . . , Tk0 en T 0 que satisface αeqπ ⊂ ∪kj=1 Tj0 .
Levantemos la orientación de Tj a Tj0 para todo j, y observemos que Tj0 y Tj+1 0
están
0 0
compatiblemente orientados para todo j = 1, . . . , k − 1. Es claro que Tk ∩ T1 6= ∅ si y
eqπ es un lazo en Y , y como Y es orientable, si y sólo si Tk0 y T10 son triángu-
sólo si α
los con un lado en común y compatiblemente orientados. Pero esto es equivalente a
decir que α eqπ00 es un lazo en X0 , donde q0 ∈ π0−1 (p) es un punto arbitrario. Por tanto
π∗ (Π1 (Y, q)) = (π0 )∗ (Π1 (X0 , q0 )), lo que por el Corolario 13.5 implica que existe un iso-
morfismo de recubridores Φ : (Y, π) → (X0 , π0 ) con Φ(q0 ) = q. Esto concluye la prueba
del teorema para el caso Bd(X) = ∅.
Supongamos que Bd(X) 6= ∅ y X tiene k ∈ N componentes en el borde. Tal y
como explicamos en la prueba del Corolario 17.13, la Proposición 17.11 nos permite
pegar a X por su borde k discos topológicos X1 , . . . , Xk para generar una superficie sin
borde X 0 . La superficie X 0 admite recubridor orientable de dos hojas (X00 , π00 ) por lo
ya demostrado. Además, como cada disco Xj ⊂ X 0 es simplemente conexo, (π00 )−1 (Xj )
es la unión disjunta de dos discos Xj+ y Xj− , ambos copias homeomórficas de Xj vı́a
π00 . Definiendo X0 := X00 \ kj=1 (Int(Xj+ ) ∪ Int(Xj− )) y π0 := π00 |X0 : X0 → X, el par
S
(X0 , π0 ) es un recubridor de dos hojas orientable de X. Además resulta evidente que
X0 tiene 2k componentes en el borde. La unicidad de este tipo de recubridor se prueba
como arriba.
∗
Corolario 18.4 El espacio recubridor de dos hojas orientable de Sn,k es Sn−1,2k , n ∈ N,
k ∈ N ∪ {0}.
∗
Demostración : Por el Teorema 18.2, el recubridor de dos hojas orientable X0 de Sn,k
∗
es una superficie compacta orientable con χ(X0 ) = 2χ(Sn,k ) = 2(2 − n − k). Además el
Teorema 18.3 nos dice que X0 tiene 2k componentes en el borde.
Como X0 es orientable, ha de coincidir con Sn0 ,2k para algún n0 ∈ N ∪ {0}, ver
Corolarios 17.8 y 17.13. Pero χ(Sn0 ,2k ) = 2 − 2n0 − 2k, por lo que n0 = n − 1.
136
Ejercicios del Tema 3
1. Sea X = S2 ∪ {x0 }, donde x0 ∈ R3 − S2 . En X se considera la topologı́a tal
que los entornos de los puntos de S2 son los usuales, y los de x0 son de la forma
(V − {N }) ∪ {x0 }, donde N = (0, 0, 1) y V es un entorno de N en S2 . Demostrar
que cada punto de X tiene un entorno homeomorfo a un abierto de R2 pero X
no es T2 .
a) n = 6, E = abacb−1 c−1 ,
b) n = 6, E = abca−1 b−1 c−1 ,
c) n = 8, E = abcdca−1 bd−1 ,
d ) n = 10, E = aba−1 cdb−1 c−1 ed−1 e−1 ,
e) n = 12, E = abcadb−1 ef ce−1 df −1 .
10. ¿Qué superficie se obtiene cuando identificamos las aristas de un polı́gono cerrado
de 2n lados con n ≥ 2 mediante el esquema E = a1 a2 a3 · · · an a−1 −1 −1 −1
1 a2 a3 · · · an ?
¿Y si cambiamos la última etiqueta por an ?
137
11. Demostrar que toda superficie compacta y conexa es homeomorfa a una y sólo
una de las siguientes superficies:
S2 , Tn , RP2 , K, Tn # RP2 , Tn # K.
12. Identificar, salvo homeomorfismos, las superficies compactas y conexas con carac-
terı́stica de Euler igual a −2.
13. Sea S una superficie compacta y conexa. Probar que χ(S) ≥ −2 si y sólo si S
tiene una presentación poligonal Q/ ∼E donde Q es un octógono.
14. Discutir de forma razonada si cada par de las siguientes superficies compactas y
conexas son o no homeomorfas entre sı́:
a) S1 ∼
= Q/∼E , donde Q es un octógono y E = abcdad−1 cb−1 ,
b) S2 cumple χ(S2 ) ≥ 0 y Π1 (S2 ) no es abeliano,
c) S3 cumple que Π1 (S3 ) ∼
= hA, B, C; ACBCBA−1 i.
Obtener también la presentación poligonal canónica de S1 efectuando para ello
las transformaciones que sean necesarias.
15. Sea S la superficie compacta y conexa que admite una presentación poligonal
obtenida identificando los lados de un decágono mediante el esquema:
E = ab−1 c − da−1 ebc−1 −,
donde cada guión − está ocupado por una única etiqueta. Completar el esquema
para que S sea homeomorfa a:
a) T2 = T # T ,
b) RP24 = RP2 # RP2 # RP2 # RP2 ,
c) la superficie modelo con primer grupo de homologı́a isomorfo a Z2 × Z4 .
138
18. Resolver de forma razonada las siguientes cuestiones:
a) Sea S una superficie. Demostrar que S # S2 ∼
= S.
b) Si S1 y S2 son superficies compactas y conexas, ¿se cumple necesariamente
que Π1 (S1 # S2 ) ∼
= Π1 (S1 )∗Π1 (S2 )? ¿Y que H1 (S1 # S2 ) ∼
= H1 (S1 )×H1 (S2 )?
c) ¿Es cierto que RP = RP # T ∼
2 ∼
3
2 2
= RP # K?
d ) ¿Existe S superficie compacta y conexa con χ(S) ≤ −7 y H1 (S) ∼
= Z2 × Z7 ?
e) Sea Q una unión finita de polı́gonos cerrados disjuntos con el mismo número
de lados. Describir todas las posibles configuraciones de Q a partir de las que
se puede obtener una presentación poligonal con un único vértice del 2-toro
T2 = T # T .
19. Determina los espacios topológicos compactos Y para los que existe una aplicación
recubridora π : Y → X en cada uno de los siguientes casos:
a) X = S2 .
b) X = RP2 .
c) X = RP2 ]RP2 .
d ) X = T, donde T := S 1 × S1 .
20. Determina los espacios topológicos X para los que existe una aplicación recubri-
dora π : Y → X en cada uno de los siguientes casos:
a) Y = RP2 .
b) Y = RP2 ]RP2 .
c) Y = T, donde T := S 1 × S1 .
d ) Y = T]T.
a) D \ {0}.
b) S2 ∪ {(0, 0)} × [−1, 1] . Pista: observar que este espacio es homeomorfo a
S2 ∪ c, donde c es un arco de Jordan en el exterior de la bola unidad de R3
conectando los dos polos de la esfera.
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