Comprensión de Lectura
Comprensión de Lectura
Comprensión de Lectura
COMPRENSIÓN LECTORA
Para ser un buen lector, no basta con leer textos y más textos. Es necesario aprender a
cuestionar el discurso y a obtener información de él.
LA COMPRENSIÓN LECTORA
Hay tres niveles en la comprensión lectora: primero cuando somos capaces de
identificar los elementos centrales del texto de manera literal; segundo, cuando
podemos interpretar lo que hemos leído; y tercero, cuando a partir de la lectura
podemos dar nuestra opinión personal o emitir juicios.
Una lectura que se comprende, se analiza y de la cual surge un punto de vista tendrá
posibilidades de quedarse en la memoria a largo plazo. Y una vez ahí, se le puede
relacionar con otras fuentes de información y llegar a conocimientos nuevos.
¿QUÉ ES LEER?
Leer significa reconocer las letras como palabras y como frases y ser capaz de
enunciarlas. Aunque leer no significa necesariamente comprender. La comprensión de
una lectura solo se puede dar si el lector conoce, en primera instancia, el significado de
la mayoría de las palabras. Así, tenemos que en el proceso de lectura intervienen dos
integrantes: el texto y el lector.
- El conocimiento que el lector posee del significado de las palabras del texto.
- Las ideas, conceptos y la cultura que de cada lector.
- La capacidad para cuestionar y juzgar un texto.
Unidad didáctica: Técnicas de la comunicación
PASO A PASO: LA CLAVE DE LA LECTURA
Para que un niño pueda obtener raíces cuadradas en su curso de matemáticas, debe
saber multiplicar y conocer las ecuaciones básicas. De la misma manera, para que un
niño pueda comprender determinados textos, primero debe tener en su memoria, en su
archivo mental, los esquemas que le permitan explicar un texto nuevo.
Con cada nueva lectura, estos esquemas se actualizan y se amplían. Un niño que ha
leído un número suficiente de cuentos con estructura clásica, podrá deducir con
facilidad el desenlace de un cuento más, sabrá que el personaje principal saldrá
victorioso y que el antagonista recibirá su castigo.
El buen lector no nace, sino se hace. Con esto queremos decir, que la lectura no es
inherente al ser humano, sino que requiere de un proceso de aprendizaje y de práctica.
Para llegar a ser buenos lectores, se debe cultivar el hábito de la lectura
Para poder llegar a este punto, el cerebro no solo debe procesar las palabras que es
capaz de leer, sino que ha de ser capaz de relacionarlas entre sí y encontrar el
significado que encierran.
Muchos textos son claros, directos y concisos, sin embargo, otros encierran más
mensajes de lo que pareciera en un primer momento. El autor puede querer mostrarse
irónico, sarcástico o crítico, sin hacerlo abiertamente, sino usando giros, adjetivos u
otros recursos literarios.
Sin tener una buena comprensión lectora, todos estos matices pueden pasarnos
desapercibidos por lo que, tras haber leído un texto podemos haber perdido el
significado completo del mismo.
La lectura es una habilidad que iniciamos durante la infancia, sin apreciar lo básico y
fundamental que será a lo largo de la vida. Es tan importante aprender a leer y
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comprender correctamente lo leído que, de ello depende el éxito que tengamos en
otros muchos aprendizajes. Y es que, la lectura es la base de todo conocimiento.
- No solo para divertirnos con una lectura y comprender bien lo que el autor quiere
transmitir, sino para estudiar bien y poder incorporar nuevos conocimientos.
- Para poder realizar otros aprendizajes. Incluso para aprender matemáticas
debemos comprender bien lo que leemos.
- Desarrollar el pensamiento crítico.
- Mejorar el vocabulario y la capacidad expresiva de niños y adultos.
- Practicar la habilidad de comprender en general.
Cuando vayas a enfrentarte a un texto, ya sea de una lectura por placer o de los
estudios, asegúrate que no tienes distracciones alrededor. Deja el móvil cuanto más
lejos mejor, para evitar la tentación de mirarlo o responder constantemente a los
mensajes que te llegan. Crea una atmósfera relajada y tranquila, libre de ruidos y otros
elementos que puedan perturbarte y sacarte de tu concentración.
Cuando te des cuenta que no estás comprendiendo bien el sentido del texto, vuelve a
hacer la misma lectura en voz alta. Podrás escucharte a ti mismo, por lo que mejorará la
atención que pones en la lectura. En ocasiones, solo es necesario escuchar un texto
para llegar a comprenderlo ya que puede acabar con ese bloqueo mental momentáneo.
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PASO 3: PÁRATE CUANDO NO COMPRENDAS LO QUE LEES
Cuando te sientas confundido o hayas perdido el hilo, párate e intenta pensar en lo que
has leído hasta el momento. ¿Serías capaz de resumirlo? Hazlo en voz alta. Después
de hacerlo, compara lo que tu has resumido en voz alta con lo que pone en el texto y
comprueba si has extraído lo más importante o se te han escapado puntos relevantes.
Si estás en el segundo caso, es hora de pasar al paso 4.
No tienes por qué leer como lo hacen los demás, ni ser el que más rápido se acaba un
libro. Lo importante es quedarte con la esencia de lo que lees, si no lo has hecho,
vuelve atrás en el texto y retoma el hilo. No sientas pereza o frustración al hacerlo.
Puede ser que solo necesites leer una página o puede ser que tengas que volver muy
atrás para recordar todo lo que has olvidado. Volver a leer estos pasajes te ayudará
a refrescar tu memoria para que puedas entender e interpretar mejor las secciones
posteriores del texto.
En ocasiones, hablar con alguien sobre lo que has leído puede ayudarte a aclarar la
confusión sobre el texto y a mejorar la comprensión lectora. Trata de explicar con tus
propias palabras el sentido del texto y pide ayuda a otra persona sobre lo que no
comprendes. Incluso, si nadie a tu alrededor puede discutir contigo sobre un capítulo o
pasaje del libro, sigue siendo una actividad beneficiosa, ya que te obliga a expresar en
voz alta lo que no entiendes. En ocasiones solo basta eso para que, mientras expones
el problema, encuentres la solución o al menos, veas más claras las ideas que trata de
transmitir la lectura.
CONCLUSIÓN
Mejorar la comprensión lectora requiere esfuerzo, paciencia y tiempo. Pero, una vez que
hayas interiorizado las técnicas para lograr comprender un texto verás que la lectura
será más divertida, didáctica y enriquecedora.
Intenta no frustrarte si crees que progresas lento o si has de poner más esfuerzo que los
demás en comprender un texto. Crea tu propio ritmo y siempre mantén ese equilibrio
entre el placer por leer y leer de forma óptima.
Cuando vayas incorporando más lecturas a tu vida, verás que cada vez mejoras en la
comprensión de lo que lees y, querrás plantearte nuevos retos para seguir explorando y
aprendiendo.