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Lo que cada niño debe saber

LO QUE CADA
NIÑO
DEBE SABER
CINCO LECCIONES
DOCTRINALES
PARA NIÑOS
Publicado por:

LA ALIANZA PRO-EDUCACIÓN ESPIRITUAL DEL NIÑO

Autor: Roy Harrison


Artista: Didi Hegnauer

¡POR FAVOR NOTAR!


Las ayudas visuales para esta se pueden comprar en la mayoría de las oficinas de APEEN
y tiendas en línea. Para tener una lista de las oficinas de APEEN y tiendas online en Europa,
visita www.teachkids.eu/es y pica en "Direcciones”.

ALIANZA PRO-EDUCACIÓN ESPIRITUAL DEL NIÑO


C. Córcega 568, 1º2ª
08025 BARCELONA, España.

Copyright © 2008 Child Evangelism Fellowship® of Europe.


Todos los derechos reservados. Utilizado por el permiso.
Se puede reproducir solo para uso personal y no lucrativo.
Visita www.teachkids.eu/es para ver detalles del permiso.

1
Lo que cada niño debe saber

CONTENIDO
Lección Página

Resumen de unos pasos básicos para aconsejar al niño que tiene 3


inquietudes de conocer a Cristo como su Salvador personal.

Prólogo 4

Lección 1 ¿Quién es Dios? 5



Lección 2 ¿Qué es el pecado? 7

Lección 3 ¿Quién es el Señor Jesucristo? 11

Lección 4 ¿Qué hizo el Señor Jesucristo? 15

Lección 5 ¿Qué es la Biblia? 17

2
Lo que cada niño debe saber

RESUMEN DE UNOS PASOS BÁSICOS PARA ACONSEJAR AL NIÑO QUE TIENE


INQUIETUDES DE CONOCER A CRISTO COMO SU SALVADOR PERSONAL.
Asegúrate de que el niño comprenda las siguientes verdades:
Dios: ¿Quién es Dios?
Dios nos hizo. Nos habla por medio de la Biblia.
Dios es Santo y Puro. Nos ama.
El pecado: ¿Qué es el pecado?
El pecado es desobedecer los mandamientos de Dios. Es estar contra Dios.
Da ejemplos de pecados concretos.
El niño es pecador por naturaleza y práctica.
El pecado merece castigo.
El Salvador: ¿Quién es el único que puede quitarte el pecado?
¿Por qué puede sólo Él quitar tu pecado?
Dios el Hijo murió en la cruz por los pecadores.
El Señor Jesucristo resucitó de los muertos. Es el Señor.

Explica cómo ser salvo.


Explica lo que Señor quiere que haga el niño, y lo que hará Cristo.
1. Usa un versículo bíblico (Juan 1:12, 3:16, Hechos 16:31, Romanos 6:23, 10:13).
2. ¿Qué quiere el Señor que tú hagas?
3. Que hará el Señor?

Avisa en cuanto a dificultades en la vida como creyente.


Pregunta: ¿Quieres confiar en Cristo ahora, o prefieres pensar mas en esto?
Anima al niño a orar en voz alta (si está preparado) pidiendo al Señor que le salve.

Háblale de la seguridad de la salvación.


1. Vuelve al versículo bíblico que utilizaste antes.
2. Explica al niño que su vida ha de cambiar.
3. Explícale algunas de las grandes verdades que se aplican a la vida de un creyente: es hijo de Dios, ha sido
perdonado, Dios es su Padre, va al cielo.

Mas tarde, da unos consejos en cuanto a la vida espiritual.


Lee y obedece la Biblia. Habla con Dios, tu Padre celestial. Cuenta a otros lo que el Señor ha hecho por ti. Pide
al Señor que te perdone cuando peques. Reúnete con otros creyentes. Recuerda lo que Cristo promete: “No te
dejaré”.

3
Lo que cada niño debe saber
PRÓLOGO
Se han escrito estas lecciones porque encontramos que la mayoría de los niños no conocen ni siquiera las
doctrinas bíblicas más elementales. Hemos procurado presentar unas lecciones sencillas, cortas y prácticas.
Es mejor no usarlas solas, sino combinadas con otras lecciones bíblicas que pueden añadir las verdades que se
dan en éstas.
LECCIÓN 1: ¿Quién es Dios? Va con la lección bíblica ‘’Noé y el arca”.
LECCIÓN 2: ¿Qué es el pecado? Va con la lección bíblica “La moneda perdida”.
LECCIÓN 3: ¿Quién es Jesucristo? Va con la lección bíblica “David y Mefiboset”.
LECCIÓN 4: ¿Qué hizo el Señor Jesucristo? Va con la lección bíblica “La conversión de Saulo”.
LECCIÓN 5: ¿Qué es la Biblia? Va con la lección bíblica “Onésimo”.
Esta serie de lecciones de doctrinas básicas es especialmente útil para clases al aire libre en días seguidos, dón-
de se está enseñando a niños que tienen poco conocimiento de estas verdades básicas. Sin embargo, también
se pueden usar en Clases de Buenas Nuevas; Escuelas Dominicales y aún por padres creyentes que enseñan a
sus propios hijos en el hogar. Cualquiera que sea la situación, es mejor dar la lección sencillamente como se
explica en este texto y no ampliarla y hacerla más larga y complicada. La idea es que cada lección dure unos
ocho minutos.
La artista Didi Greiner y un servidor nos sentimos muy incapaces para presentar adecuadamente estas verda-
des maravillosas. Sin embargo, confiamos que por el ministerio del Espíritu Santo, estas doctrinas te bendigan
a ti y por medio de ti a los niños. Nuestra oración es que a través de esta presentación, niños lleguen a conocer
a Jesucristo como Señor y Salvador, y a crecer en Él.
“Que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la
fe que es en Cristo Jesús”. 2ª Timotco 3:15.

Roy Harrison
Obrero de APEEN en Europa

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Lo que cada niño debe saber
LECCIÓN 1
¿QUIÉN ES DIOS?
LECTURA BÍBLICA: Génesis 1; Isaías 6; Juan 12:41.
LECCIÓN
Lámina 1-1
Hoy vamos a pensar por unos minutos en la pregunta importante, ¿Quién es
Dios? ¿Podéis decirme quién es Dios?
Hay muchas ideas diferentes en cuanto a Dios. Algunas personas aman mu-
cho a Dios, mientras que otras no le aman nada e incluso usan su nombre
para jurar.
¿Cómo podemos saber quién es Dios? Es por medio de la Biblia que pode-
mos conocer a Dios en verdad. La Biblia es la Palabra de Dios y nos muestra quién es Dios y cómo es.
Lámina 1-2
La Biblia nos enseña que Dios es el Creador, (eso quiere decir que Él hizo to-
das las cosas y a todas las personas). La Biblia dice: “En el principio creó Dios
los cielos y la tierra” y que “creó Dios al hombre” (Gen. 1:1,27).
¿De qué hizo Dios este mundo? !De la nada! Sólo Dios podía hacer eso. ¿Al-
guna vez has mirado las estrellas, los árboles, el mar, algún animal o tal vez
un niño y te has preguntado: ¿De dónde vinieron?, ¿Quién los hizo? La res-
puesta es Dios.
Si, todas las cosas fueron hechas por Él. A veces oímos el trueno y vemos los relámpagos. Tu y yo no podemos
hacer que truene ni que relampaguee. No podemos hacer las nubes ni la lluvia. No podemos hacer que el vien-
to sople, ni que se pare. Dios hace el trueno, el relámpago, el viento, la lluvia, las flores y los pájaros. Cuando
pensamos en nuestras manos, nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra mente, nos damos cuenta que estamos
creados de una forma maravillosa. Ningún hombre podría hacerlo, sólo Dios. Dios hizo todas las cosas. Es más
fuerte y potente de lo que podemos imaginar.
Lámina 1-3
Quizás tú te estés preguntando: ¿pero quién hizo a Dios? ¿Cuándo comenzó
Dios? La respuesta es: “Dios siempre ha estado y siempre estará”. Dios siem-
pre ha existido y siempre existirá. Dios no tiene principio ni fin. Antes de
que hubiera un mundo, la gente o animales, Dios ya estaba y Dios siempre
estará. ¿Verdad que es muy difícil de comprender? Claro que sí, porque to-
dos nosotros nacimos un día, tuvimos un principio. Pero Dios nunca nació
y nunca morirá. Aún si no podemos comprenderlo, sin embargo podemos
creerlo porque la Biblia lo dice.
Lámina 1-4
Hemos estado pensando en cuanto a la persona de Dios, que Él hizo todas
las cosas y que no tiene principio ni fin. ¿Pero sabes que hay una cosa que
Dios no puede hacer? (Dales tiempo a los niños para que piensen).
Dios no puede pecar. No puede hacer ninguna cosa mala. Es perfecto y
puro. La Biblia dice que Dios es Santo. Isaías fue uno de los mensajeros de
Dios acerca de quien leemos en la Biblia. Un día Dios habló a Isaías por me-
dio de una visión. Una visión es algo así como un sueño. En esa visión Isaías
vio a Dios sentado sobre un trono.
5
Lo que cada niño debe saber

Junto a Él estaban dos ángeles especiales, cada uno tenía seis alas: con dos alas se cubrían la cara y con dos se
cubrían los pies y usaban dos para volar. En la visión, estos dos ángeles maravillosos decían de Dios en alta voz:
“Santo, santo, santo... toda la tierra está llena de su gloria”. Cuando Isaías vio esta visión, se dio cuenta de cuán
pecador y malo era, porque la visión demostraba que Dios es Santo. Dios es totalmente puro. Ama a todo lo que
es bueno y nunca peca. Dios siempre hace lo que es justo. ¿Te has dado cuenta tú, como lo hizo Isaías, de que
Dios es puro y perfecto? Esta lámina nos recuerda que Dios está totalmente separado del pecado.
Lámina 1-5
Otra cosa que la Biblia nos enseña acerca de Dios es que lo sabe todo y
conoce a cada persona. Dios conoce el nombre de cada niño aquí y Él sabe
todo lo que pasa en tu vida. La Biblia dice: “Aún nuestros cabellos están todos
contados” (Mateo 10:30).
Dios sabe todo lo que las personas hacen y piensan. Sabe todo lo que pasa
en la naturaleza, incluso la muerte de un gorrión.
Lámina 1-6
La Biblia dice que la tierra está llena de la misericordia de Dios. (Salmo
23:5). Sí, Dios es bueno y misericordioso. Todas las cosas que ha hecho en el
mundo muestran su bondad.
Cuando el sol comienza a salir por las nubes algún día de frío, decimos:
“¡Qué bien se está en el sol!”. Sin el sol, nada podría vivir. Cuando hace calor
y las nubes cubren el sol, la lluvia baja para refrescar la tierra, entonces de-
cimos: “¡Qué bien que llueve!”. Dios envía el sol y la lluvia.
Por su bondad tenemos comida, amigos con quien jugar, hogares en los cuales vivir y muchas otras cosas bue-
nas.
Lámina 1-7
Hemos estado pensando:
- Que Dios es el Creador.
- Que no tiene principio ni fin.
- Es perfecto y puro.
- Sabe todas las cosas.
- Es bueno.
Pero además de todo esto, Dios te ama a ti y a mí. ¡Qué maravilloso es pensar en esto! La Biblia dice: “De tal
manera amó Dios al mundo (esto incluye a ti y a mí), que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que
en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16.

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Lo que cada niño debe saber

LECCIÓN 2
¿QUÉ ES EL PECADO?
LECTURA BÍBLICA: Levítico 13:45-46; Isaías 1:16-18; Lucas 5:12-15.
LECCIÓN
Lámina 2-1
Cuando Dios hizo el mundo, lo hizo todo bueno y hermoso. Las primeras
personas eran muy felices. Pero hoy día muchas cosas no son ni buenas ni
hermosas y hay tristeza en muchos corazones. Por todas partes vemos el sufri-
miento, el egoísmo, riñas y peleas, enfermedad y lágrimas.¿Qué pasa? ¿Qué ha
ocurrido para estropear este mundo hermoso y causar tanta tristeza?
El pecado ha entrado y ha estropeado el mundo hermoso que Dios creó. Hoy
vamos a pensar por unos minutos en el pecado.
Lámina 2-2
Pecado es desobedecer los mandamientos de Dios (1ª Juan 3:4). Dios, que
creó este mundo y a la gente que vive en él, les dijo en la Biblia cómo debían
de vivir. Les dio los diez mandamientos que vemos aquí. (Maestro, no leas la
lista de los diez mandamientos para comentarlos, porque ocuparía demasiado
tiempo).
Dios ha dicho: “No tendrás dioses ajenos delante de mi”, pero sin embargo po-
nemos a otras personas y cosas en el lugar de Dios. Dios ha dicho: “Ama a tu
padre y madre”, y hemos desobedecido a nuestros padres. Dios ha dicho: ‘’No hurtarás”, y hemos robado. Dios
ha dicho: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”, y hemos mentido. La Biblia dice que si hubiéramos
desobedecido sólo un mandamiento de Dios, somos culpables de todos (Santiago 2:10). Hemos desobedecido
a Dios, todos hemos pecado.
Un día el Señor Jesucristo resumió en unas pocas palabras las enseñanzas de los mandamientos. Dijo: “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” y “amarás
a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:30-31).
¿Siempre hemos amado a Dios y a los demás de esta forma?
Lámina 2-3
El pecado es faltar o no llegar a ser lo que Dios quiere que seamos. La Biblia
dice que no hay ni uno que llegue al nivel que Dios pide de nosotros.
¿Qué significa esto? Aquí podemos ver un gran precipicio. Vamos a llamar a
este lado, donde están los niños “nuestras vidas”, y al otro lado “la perfección
de Dios”. Procuramos ser perfectos y puros haciendo cosas buenas, pero no
llegamos. Podemos llegar a ser bastante buenos, podemos asistir a la iglesia,
dar dinero para ayudar a los pobres y hambrientos, pero todavía rompemos
un mandamiento de Dios y no llegamos a la perfección de Dios.
Una vez un señor preguntó a una chica: “¿Sabes como llegar al cielo?”.
La niña contestó: “Siendo buena”.
Si, “¿Pero cómo de bien se tiene uno que portar?”, dijo el señor.
“Pues muy bien, muy bien” contestó la niña.
“¿Así te portas tú?”.

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Lo que cada niño debe saber
“Oh no”, contestó la niña.
“Yo tampoco soy tan bueno como para ir al cielo”, contestó el señor.
Sorprendida, los ojos de Mari se abrieron muy grandes; si este hombre que predicaba de la Biblia en su iglesia,
no era tan bueno como para ir al cielo ¿quién podría ir?
El señor siguió explicando que sólo es por medio del Señor Jesús que una persona puede tener sus pecados
perdonados y estar preparada para ir al cielo. A todos nos falta para llegar a la perfección de Dios.
Lámina 2-4
¿Qué nos pasa como consecuencia de nuestro pecado? El pecado estropea
nuestras vidas de manera que no sentimos el gozo y la paz que debemos te-
ner; el pecado daña a otros; y sobre todo el pecado nos separa de Dios. Dios
es santo y odia el pecado. Dios y el pecado no pueden estar juntos. Cada vez
que pecamos estamos desobedeciendo a Dios y esto es grave. Nuestro pecado
merece un castigo. El pecado es como una enfermedad terrible, va de mal en
peor y llega a destruir toda la vida. No podemos dejar de pecar, aunque nos esforcemos mucho. Aún cuando
no queremos hacerlas, sin embargo hacemos las cosas que son malas. Al llegar a ser mayores, nuestras vidas no
llegan a ser mejores sino peores. Con el pecado en nuestra vida no podemos acercamos a Dios porque estamos
sucios. De hecho merecemos que Dios nos aparte de Él para siempre.
Lámina 2-5
No sólo cometemos pecado o sea hacemos cosas malas, sino que somos pe-
cadores. Esto quiere decir que nacemos con una naturaleza en nosotros que
desea hacer los malo y no lo bueno.
La Biblia dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso” (Jere-
mías 17:9). Las cosas malas que hacemos salen de dentro de nuestros corazo-
nes perversos. ¿Alguna vez te has preguntado cómo un niño pequeño aprende
a desobedecer a su mamá y a su papá, a decir mentiras, a gritar y a decir palabrotas? No hace falta que vaya al
colegio para aprender esas cosas. El pecado está en su corazón y se muestra en su vida.
Lámina 2-6
No podemos dejar de hacer esas cosas malas que nos dan vergüenza delante
de Dios. No tenemos el poder para cambiarnos a nosotros mismos. Dios es
el único que puede hacer esto. Nos peleamos con otros, algunas veces inten-
tamos herirles con las palabras que decimos e incluso con nuestros puños y
patadas. Robamos y cogemos cosas que no son nuestras. Hacemos trampas en
el colegio intentando engañar al maestro para que él piense que hemos hecho
todo el trabajo nosotros. También hay otras cosas malas como el odio, los ce-
los, el egoísmo, las palabrotas y palabras sucias. Todas esas cosas malas las hacemos contra Dios. ¿Pero sabes
cuál es el pecado más grande? Es no amar al Señor Jesús. Dios nos amó tanto que envió a su Hijo, el Señor Jesús,
a morir por nosotros. Murió en la cruz, llevando nuestros pecados. Dio su vida y fue castigado por nosotros.
¿Alguna vez le has pedido que sea tu Salvador? ¿Amas al Señor Jesús como debes amarle? Como he dicho, el
pecado peor es no amarlo.

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Lo que cada niño debe saber
Lámina 2-7
¿Qué debemos hacer entonces cuando nos damos cuenta de que somos pe-
cadores? Debemos volver la espalda al pecado y dirigimos a Dios. Debe de
haber un deseo en nosotros de abandonar el pecado. La Biblia nos cuenta la
historia de un hombre leproso que vino a Jesús. La lepra es una enfermedad
terrible, que al final causa la muerte. Jesús estaba enseñando en un pueblo
cuando este hombre vino y se arrodilló delante de Él. “Señor, si quieres, puedes
limpiarme”, clamó. Generalmente no se le permitía a este hombre entrar en el
pueblo porque era leproso, pero vino a Jesús porque él sabía que Él podía sanarlo de su terrible enfermedad.
¿Cómo vino el leproso? Vino tal como era, lleno de lepra. No intentó esconderse porque era leproso.
¿Cómo debemos venir a Jesús? Debemos venir tal como somos, explicándole que somos pecadores y que ne-
cesitarnos su ayuda para que nos limpie de nuestro pecado .
La Biblia dice que cuando vino el leproso, Jesucristo extendió la mano y le tocó, diciendo: “Quiero, sé limpio”.
Y al instante la lepra se fue de él (Lucas 5:13).
¿Quieres tú venir a Jesucristo y decirle: “Señor, soy pecador, pero Tú puedes limpiarme”? El Señor Jesucristo
dice: “Al que a mí viene no le hecho fuera” (Juan 6:37). No te rechazará, si tú te vuelves de tu pecado y le pides
que te salve. Es maravilloso cuando Él te salva de tus pecados; aún más maravilloso que ser sanado de la lepra.
Si tú quieres pedir al Señor Jesús que te salve hoy de tu pecado, pero no sabes como hacerlo, ven a hablarme
después. Yo estaré aquí (maestro, indica el sitio). Si tú vienes, sabré que tú quieres ser salvo de tu pecado y yo
hablaré contigo para ayudarte.

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Lo que cada niño debe saber

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Lo que cada niño debe saber
LECCIÓN 3
¿QUIÉN ES EL SEÑOR JESUCRISTO?
LECTURA BÍBLlCA: Mateo 17:1-9; Juan 1:1-12; Apocalipsis 1:9-18.
LECCIÓN
Lámina 3-1
¿Sabéis quién es la persona más importante que jamás vivió? ¿Quién fue el
único que fue diferente a todos los demás hombres? Sí, el Señor Jesucristo.
Nadie nació como Él, vivió como Él, murió como Él, ni resucitó como Él. Por
eso es tan importante que tomemos unos minutos para pensar en quién es
Jesucristo.
Cuando Jesucristo estuvo aquí en el mundo, fue conocido por mucha gente, y lo que vieron y oyeron de sus
labios fue guardado en un libro muy especial: la Biblia. ¿Cuáles son algunas de las cosas que la Biblia nos dice
acerca del Señor Jesucristo?
Lámina 3-2
En primer lugar, aprendemos que Jesús es el Hijo de Dios y es Dios. La Biblia,
la Palabra de Dios, dice: “Todas las cosas por Él fueron hechas” (Juan 1:3); que
Él es el creador. La Biblia dice: “Él es antes de todas las cosas” (Colosenses
1:17); que siempre ha sido y siempre será. No tiene principio ni fin.
La Biblia también dice que es perfecto y puro (Hebreos 7:26).
La Biblia dice que es Todopoderoso (Filipenses 3:21).
La Biblia dice que es Emanuel: Dios con nosotros (Mateo 1:23).
Que es Dios (Hebreos 1:8). Jesús mismo dijo que Él era Dios (Juan 10:30-33).
Por eso Cristo es diferente de cualquier hombre.
Un día, cuando Cristo estaba aquí en el mundo, mostró su gloria a tres de sus amigos más íntimos. Cristo llevó
a Pedro, Juan y Jacobo a una montaña. Allí arriba se arrodilló para orar y los discípulos también oraron. Luego
algo maravilloso ocurrió: la cara de Jesús comenzó a brillar como el sol y también su ropa resplandeció de tal
forma que Pedro, Juan y Jacobo no podían mirarle.
Mientras que estaba allí en la montaña, Dios el Padre habló desde el cielo y dijo: “Este es mi Hijo amado... a Él
oid”.
Los discípulos nunca olvidaron lo que había ocurrido. Muchos años más tarde, Pedro escribió: “habiendo visto
con nuestros propios ojos su majestad” (2ª Pedro 1:16). Pedro recordaba como había visto al Señor tan glorioso
y majestuoso.
Lámina 3-3
¡Qué maravilla que el Hijo de Dios llegara a ser hombre! Por un milagro de
Dios, preparó un cuerpo para Jesús y nació como un bebé en Belén.
El Señor Jesús tenía una madre, como la de cualquier otro niño, como sabéis
fue la bienaventurada virgen María. Pero no tenía un padre humano. Su padre
era Dios.
¡Qué contraste para el Señor! Dejar su hogar maravilloso en los cielos y venir a
nuestro mundo, lleno de pecado. Dejó toda la gloria y las riquezas de su palacio celestial para nacer en un esta-
blo sucio. Bajó a este mundo para mostramos cómo es Dios y para libramos del pecado. Con razón los ángeles
cantaron la noche que nació Jesús, alabando a Dios por el grandioso milagro que había hecho. Jesús, verdadero
Dios, se había hecho verdadero hombre.
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Lo que cada niño debe saber

Lámina 3-4
Pero Jesús, no permaneció como un bebé. Creció y vivió una vida perfecta y
maravillosa.
Un día, durante una tempestad, el Señor calmó el mar y los vientos; alimentó a
cinco mil personas con sólo cinco panecillos y dos peces; sanó a los enfermos
y resucitó a los muertos; venció a Satanás, el enemigo de Dios; tuvo poder para
perdonar pecados; fue el maestro más sublime que jamás vivió. Algunos que le
escuchaban, dijeron un día “nunca ha hablado hombre así como éste” (Juan 6:46).
Y como el Señor Jesucristo vivió como hombre en este mundo, nos comprende perfectamente. Entiende lo
que significa ser tentado a hacer algo malo; ser odiado; tener hambre y sed; ser burlado y herido por hombres
malvados.
Pero en toda su vida, Jesucristo nunca pecó, ni siquiera una sola vez, en palabra, pensamiento o acción. Él solo
obedeció perfectamente todos los mandamientos de Dios. Vivió una vida perfecta.
Lámina 3-5
Pero Cristo, vino sobretodo para ser nuestro Salvador, para libramos de todo
el pecado y la maldad en nuestra vida.
Él fue el único que podía salvamos y llevamos al cielo, porque fue el único que
nunca pecó. Siglos antes de que viniera Jesús al mundo, Dios dijo a su pueblo
que trajeran un cordero y lo sacrificaran por sus pecados. ¿Por qué les pidió
eso? Porque la Biblia dice que sin derramamiento de sangre no se puede con-
seguir perdón de pecados (Hebreos 9:22), era necesario que se derramara la sangre.
Cuando un cordero moría por los pecados de alguna persona, era sencillamente una ilustración, mostrando
que aquellos animales no podían quitar el pecado. Pero en la Biblia, Cristo se llama el “Cordero de Dios”. Dios
el Padre tomó todos nuestros pecados y los puso sobre su Hijo y Cristo murió llevando el castigo por nuestra
maldad; pero el Señor no quedó muerto. Resucitó y es un Salvador que vive para siempre; es el único Salvador,
el único que puede salvamos del castigo que merecemos por nuestros pecados.
Lámina 3-6
El Señor Jesús es Rey de reyes. Ya hemos visto como Cristo se hizo hombre
y vivió aquí en el mundo, murió en la cruz por nuestra maldad. Pero Dios le
resucitó de la tumba para que viviera para siempre. Ahora es el Señor de todo,
el Rey de todo el universo.
El autor del último libro de la Biblia, un hombre que se llamaba Juan, nos
explica como vio a Cristo en una visión especial: “Sus ojos eran como llama
de fuego, y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como un horno, y su voz como ruido de muchas aguas; y su
rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza” (Apocalipsis 1:14-16).
Cuando Juan vio a este Cristo glorioso y todopoderoso, cayó como muerto a sus pies. Así es el Señor Jesucristo
hoy en día: Rey de reyes y Señor de señores.

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Lo que cada niño debe saber

Lámina 3-7
La Biblia dice: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31) ¿Qué
significa cree en el Señor Jesucristo?
Lo explicaré usando la ilustración de un reloj averiado. ¿A quién hay que llevar
un reloj que se ha averiado? ¿Al panadero o al carnicero? Claro que no. Hay
que llevarlo al relojero. ¿Y qué harías al llegar a la relojería? ¿Guardas el reloj en
tu muñeca? No, coges tu reloj y lo entregarás al relojero pidiéndole que lo arre-
gle. De la misma manera nuestra vida está estropeada por el pecado. ¿Quién es el único que puede arreglarla?
Yo no puedo hacerlo, ni tú puedes hacerlo. El Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es el único que puede arreglar
nuestra vida. En otras palabras, le entregamos nuestra vida y le pedimos que Él la arregle. Cuando confiamos
en el Señor Jesucristo de esta manera, Él nos perdona los pecados; Dios nos acepta como sus hijos; Él nos ve
vestidos de la bondad del Señor Jesucristo; nos da nueva vida; viene a vivir en nosotros por el Espíritu Santo.
¿Quieres que el Señor Jesucristo te salve a ti? La Biblia dice: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo”.

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Lo que cada niño debe saber

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Lo que cada niño debe saber

LECCIÓN 4
¿QUÉ HIZO EL SEÑOR JESUCRISTO?
LECTURA BÍBLICA: Juan 19:20; Hechos 1:8-11.
LECCIÓN
Lámina 4-1
Se cuenta que una vez había una gallina que tenía diez pollitos que se abriga-
ban bajo sus alas. De repente un día comenzó un fuego en la hierba seca del
campo y muy pronto fue rodeada por las llamas. Al día siguiente el dueño de
la granja volvió y en el patio encontró el cuerpo de la gallina muerta. Pero al
tocarlo con su pie, salieron de debajo de las alas quemadas diez pollitos llenos
de vida. La gallina había muerto pero sus pollitos se habían salvado.
Hubiera sido posible que la gallina se escapara volando, pero se quedó para proteger a sus polluelos y dar su
vida para que no fueran quemados.
Esta historia me recuerda lo que por nosotros hizo el Señor Jesucristo; murió para salvamos de nuestros peca-
dos, para que nosotros no tuviéramos que ser castigados.
Lámina 4-2
La Biblia dice: “Cristo murió por nuestros pecados” (1ª Corintios 15:3).
Cuando celebramos la “Semana Santa” recordarnos la muerte y resurrección
del Señor Jesucristo. ¿Recuerdas lo que ocurrió? Los enemigos del Señor le
cogieron, le golpearon y le azotaron cruelmente aunque no podían encontrar
ninguna cosa mala que hubiera cometido. Después, los soldados lo llevaron a
un monte fuera de la ciudad de Jerusalén. Allí lo clavaron a una cruz, pasando
los clavos por sus pies y sus manos. El Señor quedó agonizando por seis horas en la cruz, desde las nueve de la
mañana hasta las tres de la tarde. A mediodía hubo una oscuridad tremenda. ¿Sabéis por qué? Porque Dios el
Padre estaba cargando sobre Cristo el pecado de todos nosotros.
Es como si Dios hubiera cogido en una mano todos los pecados de los que habían confiado en Él antes de que
Cristo viniera al mundo; en la otra mano cogía los pecados de todos los que creerían en Él después de la muerte
de su Hijo, y juntando las manos sobre la cabeza de Cristo en la cruz, puso sobre Él todos nuestros pecados y
toda nuestra maldad.
El Señor Jesucristo murió en la cruz, tomando el castigo de nuestros pecados. La Biblia dice: “La sangre de
Jesucristo su Hijo, nos limpia de todo pecado” (1ª Juan 1:7). Cuando Cristo moría clamó: “Consumado es” (Juan
19:30) y “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). Entonces murió. Nadie le quitó la vida. Le
hubiera sido posible bajar de la cruz, pero no quería. Quería entregar su vida porque había venido al mundo
con el propósito de morir para conseguir nuestra salvación.
Lámina 4-3
Unos amigos de Cristo tomaron el cuerpo del Señor y lo pusieron en una tum-
ba, una cueva en la roca. Una piedra grande fue colocada delante de la entrada
a la tumba. Pero Jesucristo no quedó allí muerto. No está muerto ahora. Dios
le levantó de los muertos y ahora vive para siempre. ¡Que milagro tan grande,
que Jesucristo resucitara!
Después de su resurrección se mostró a sus discípulos y a muchos otros en
varias ocasiones. Una vez, quinientas personas juntas le vieron. Los discípulos
vieron al Señor, le tocaron, hablaron con Él.

15
Lo que cada niño debe saber
Porque Cristo resucitó de los muertos, sabemos que es el Hijo de Dios, y todo lo que dijo es verdad. Porque
Cristo resucitó sabemos que su obra de rescatamos del pecado, fue completamente terminada.
Lámina 4-4
Cuarenta días después de haber resucitado de los muertos, el Señor Jesucristo
llevó a sus discípulos a un monte y, mientras que les hablaba, comenzó a su-
bir hacia el cielo. Subió más y más alto hasta que una nube le cubrió y ya no
podían verle. El Señor había dejado este mundo para volver al cielo, al hogar
de su Padre. El Señor Jesucristo en su cuerpo glorioso está ahora en los cielos.

Lámina 4-5
Cuando Jesucristo volvió al cielo, Dios el Padre le dio el lugar de supremo ho-
nor. Jesús es Rey de reyes; Señor de señores. Vive para siempre. Porque vive,
sabe todo lo que pasa en nuestras vidas y ora a su Padre por todos los que le
conocemos y le amamos. Porque Cristo vive, nos puede ayudar siempre en
todas nuestras necesidades. (Hebreos 2:18; 4:15; 7:25).

Lámina 4-6
Nos preguntamos a menudo lo que pasará en el futuro. ¿Sabes cuál es la cosa
más importante que sucederá? Jesucristo volverá al mundo, no como un niño
sino con gran poder y gloria. No sabemos cuando volverá, podría ser hoy.
Pero sí sabemos que volverá, porque Él prometió: “Vendré otra vez y os tomaré
a mi mismo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3). Jesús
vendrá otra vez por dos razones, primero llevar al cielo a los que le pertene-
cen, pero en segundo lugar para juzgar a los que no le hayan recibido como su
Salvador y para reinar como Soberano.
Lámina 4-7
¿Estás tú preparado si el Señor vuelve hoy? ¿Irías tú a estar con Él para siempre
en su hogar celestial, porque tú le perteneces? ¿O algún día oirás las terribles
palabras que Él te dirá: “Nunca os conocí, apartaos de mí” (Mateo 7:23).
¿Cómo podemos estar preparados para encontrar al Señor Jesús? Debemos
creer que Él es el Hijo de Dios y que llevó el castigo por nuestros pecados
cuando murió en la cruz. Debemos desear de todo nuestro corazón aban-
donar nuestro pecado y confiar en Cristo, pidiéndole que perdone nuestros
pecados, que nos salve y que nos ayude a vivir como Él quiere.
No es suficiente creer que Jesús nació en Belén, que vivió una vida perfecta, que murió en el calvario y que resu-
citó y volvió al cielo. En realidad, no has creído en Él hasta que hayas confiado en Él como tu propio Salvador,
pidiéndole que te salve de tus pecados. Si deseas que Cristo te salve puedes decirle algo como esto: “Querido
Señor Jesús, soy pecador. Gracias por haber muerto en la cruz por mí. Pido ahora que tú me salves de mis pe-
cados”.
La Biblia dice: “Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13).

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Lo que cada niño debe saber
LECCIÓN 5
¿QUÉ ES LA BIBLIA?
LECTURA BÍBLICA: 2ª Timoteo 3:14-17; 2ª Pedro 19-20.
LECCIÓN
Lámina 5-1
Si vuestros padres estuvieran en un país lejano, no podrían hablaros cada día
¿verdad? No podríais verles. Sin embargo hay una manera por la cual podríais
recibir noticias de ellos y saber lo que les estaba pasando. ¿Sabéis cómo? Sí,
podrían escribiros cartas.
Dios también quería hablar con nosotros, pero no podíamos verle porque es
Espíritu (Juan 4:24) y su gloria es tan grande que quedaríamos cegados por Él.
Pero Dios también tiene un medio por el cual puede hablamos. ¿Sabéis cual es? Nos ha enviado una carta larga
para que podamos leerla y saber lo que Él desea que sepamos y hagamos. Su carta es “la Biblia”. Sí, la Biblia es
una carta que nos ha escrito (instructor, muestra una Biblia a los niños).
Lámina 5-2
Dios no escribió la carta con una pluma o bolígrafo, como nosotros lo haría-
mos. En vez de eso, escogió unos cuarenta hombres, que en diferentes siglos
escribieron.
Dios guió a estos hombres que le amaban para que escribieran los libros de
la Biblia (2ª’ Pedro 1:21). La primera parte de la Biblia fue escrita hace unos
3.400 años. Los últimos libros fueron escritos 1.500 años más tarde. La Biblia
fue terminada hace muchos siglos. Dios guió en todo lo que se escribió, in-
cluso guió a los autores en escoger cada palabra (2ª Timoteo 3:16). Dios también cuidó lo que fue escrito para
que no se perdiera y por fin llegara como la Biblia entera a nuestras manos. La Biblia es en verdad la Palabra
de Dios.
Si Dios nos hablara hoy con una voz de trueno desde los cielos, sus palabras no tendrían más poder que lo que
ya nos ha dado en su Libro. La Biblia en todas sus partes es la Palabra de Dios. Por esa razón es diferente de
cualquier libro del mundo.
Lámina 5-3
Los hombres que escribieron la Biblia ¿hicieron algunas faltas? ¿Qué opináis?
No, Dios les guardó para que no hicieran ningún error. Toda la Biblia es ver-
dad. Pero, ¿cómo sabemos que la Biblia es verdad? Lo sabemos en primer
lugar porque Cristo lo dijo y todo lo que Él dijo es verdad. Por ejemplo, ha-
blando con su Padre en los cielos dijo: “Tu Palabra es verdad” (Juan 17:17).
También sabemos que la Biblia es verdad porque habla de muchas cosas que
pasarían en el futuro y estas cosas llegaron a pasar. Por ejemplo, siglos antes de
que viniera Jesucristo al mundo, más de treinta cosas especiales que iban a ocurrir fueron escritas en la Biblia.
Todas estas cosas pasaron exactamente como en la Biblia estaba escrito.
Además, sabemos que la Biblia es verdad porque tiene poder para cambiar la vida humana. Cada persona que
cree el mensaje de la Biblia, reconoce que es pecador y cree en Cristo, recibe nueva vida, sus pecados son bo-
rrados y su vida es cambiada. Es otra prueba de que la Biblia es verdad.

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Lo que cada niño debe saber
Lámina 5-4
¿Alguna vez alguien te ha prometido algo y no lo ha cumplido? A veces la
gente dice cosas, pero no sabes si es verdad o no. Pero la Biblia, la Palabra de
Dios, es diferente. La Palabra de Dios nunca cambia, es para siempre. Aún si
todos fallaran y no cumplieran sus promesas, recuerda lo que Jesús dijo: “Mis
palabras no pasarán” (Mateo 24:35).
La Palabra de Dios es para siempre. Se han hecho muchos esfuerzos por im-
pedir la publicación de la Biblia. Hace más de cien años, un hombre llamado
Voltaire dijo: “dentro de cien años nadie leerá la Biblia”. Pero hoy, la Biblia se lee por más personas y se imprime
en más idiomas que cualquier otro libro. La Biblia es un libro muy amado ¡es la Palabra de Dios y podemos
confiar totalmente en ella! Es para siempre.
Lámina 5-5
La Biblia es completa, es un libro acabado. Dios nos ha avisado para que nadie
piense en añadir algo o quitar algo de la Biblia. (Apocalipsis 22:18-19).
Dentro de este gran libro, la Biblia, hay 66 libros. Cada una tiene un título
distinto. Dios guió a los autores de este libro para que escribieran TODO lo
que Él quería decirnos. La Biblia nos habla de “la fe que ha sido una vez dada”
(Judas 3). Dios nos ha mostrado una vez y para siempre lo que hemos de saber
y lo que hemos de hacer. La Biblia es la única carta que Dios nos ha escrito.
Hay muchos otros libros buenos y se han pronunciado muchos discursos estupendos, pero no hay nada en el
mundo que iguale la CARTA DE DIOS.
Lámina 5-6
Este libro maravilloso, la Biblia, puede cambiar nuestras vidas. Es Palabra po-
derosa que puede mostramos nuestro pecado, darnos nueva vida por el Señor
Jesucristo y concedernos poder para vivir como debemos. La Biblia es “poder
de Dios para salvación” (Romanos 1:16).
El propósito principal de la Biblia es guiamos para que confiemos en Cristo
como nuestro Salvador (Juan 20:31). La Biblia nos cuenta la historia de un
muchacho llamado Timoteo. Su madre y su abuela le habían leído mucho la
Biblia cuando era niño. Más tarde Timoteo confió en el Señor Jesucristo como su propio Salvador y, el Señor, le
salvó del castigo de sus pecados. Unos años más tarde llegó a ser misionero y fue a muchos lugares para enseñar
a mucha gente acerca de Jesucristo. La vida de Timoteo llegó a ser un ejemplo de lo que puede hacer Dios en
la vida de un joven.
¿Deseas que Dios cambie tu vida? Entonces, haz lo que Timoteo y muchos otros han hecho. Yo también lo he
hecho. Cree lo que la Biblia dice, pide al Señor que te perdone de tus pecados e invítale a entrar en tu vida. La
Biblia dice, “a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios”. Si quieres hablar conmigo
sobre cómo recibir al Señor en tu vida, ven a verme después de la clase y con mucho gusto te ayudaré.
Lámina 5-7
Pues, ¿qué debemos hacer con la Biblia? Primero debemos leerla, o escuchar
cuando alguien nos la lee.
¿Cómo te sentirías si escribieras una carta a un amigo y él no se molestara ni
siquiera en abrirla? De la misma manera, Dios quiere que leamos la carta que
Él nos ha escrito, la Biblia. Si es posible, que leamos un poco cada día.

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Lo que cada niño debe saber
También debemos creer la Biblia. No entendemos todo lo que está escrito en la Biblia, pero debemos creer lo
que Dios mismo ha dicho. Siempre habrá algunos que querrán que dudemos sobre la Biblia, pero no les haga-
mos caso. ¡Que quede bien grabado en nuestra mente, la Biblia es la Palabra de Dios! Son los enemigos de Dios
que quieren que dudemos de la Biblia.
Debemos aprender de memoria algunos versículos de la Biblia. Es bueno llevar la Biblia en la mano cuando
podamos, pero no siempre podemos hacerlo. Pero si aprendemos de memoria algunos versículos, podemos
llevar la Palabra de Dios en nuestro corazón y Dios quiere que hagamos eso.
Debemos obedecer la Biblia. Cuando lees la Biblia, o escuchas su lectura, ten cuidado de hacer lo que Dios dice.
Espero que puedas decir con sinceridad: “He guardado tus mandamientos” (Salmo 119:168).

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