Títeres - Wikipedia, La Enciclopedia Libre
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Títeres
Títeres o títere, en un amplio sentido, puede referirse a cualquier
objeto que cumpla estos dos requisitos:nota 1 1
Índice
Los títeres en España
Las categorías de Alfonso X el Sabio
El títere como esencia de la
La definición de Sebastián de Covarrubias
sencillez, en esta puesta en escena
Retablos y «tutilimundi» del colectivo titiritero sueco
Títeres cervantinos "Dockteaterverkstan".
Títeres en Cuaresma
Una opinión de Jovellanos
La Tía Norica y «Els Quatre Gats»
Benavente, Valle-Inclán, Lorca y Grau
El Teatro Guiñol de las Misiones Pedagógicas
Técnicas de manipulación
Otros tipos de títeres
La clasificación de Mane Bernardo
Títeres en iberoamérica
Museos
Teatros
Festivales
Expresiones
Véase también
Notas
https://es.wikipedia.org/wiki/Títeres 1/10
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Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Bernal Díaz del Castillo, en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, fue uno de los
primeros en dejar referencia escrita de la palabra "títere", al mencionar a un hombre de la comitiva de
Hernán Cortés en su expedición a Honduras que "jugaba de manos y hazía títeres".5
Retablos y «tutilimundi»
Los primeros teatritos mecánicos que se mencionan, en 1539 según Varey, son los llamados retablos (por
su parecido con las tablas pintadas o en relieve).6 El término, de origen religioso, se aplicó poco después
a los títeres manuales.nota 5 Más tarde llegarían a diferenciarse ambos teatrillos, quedando el término
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retablo para los manuales, y los mecánicos empezaron a conocerse como Tutilimundi (tutilimondi o
titirimundi), mondinovi o mundinuevo. Covarrubias, en su definición, aclara que el mencionado retablo
era la "caxa" (armazón del teatrillo) y no los títeres.7
Títeres cervantinos
Cervantes se refiere a esta forma teatral en varias de sus obras, El licenciado Vidriera, el Coloquio de los
perros y con especial intensidad en "dos momentos importantes de su obra";8 en El retablo de las
maravillas, entremés de 1615, y en los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de Don Quijote de la
Mancha, publicada aquel mismo año.9 Casi como un homenaje cervantino, Manuel de Falla compuso en
1923 El retablo de Maese Pedro (con títeres y escenografía de Hermenegildo Lanz y la colaboración de
Manuel Ángeles Ortiz); además de otras colaboraciones con los títeres gaditanos de la Tía Norica (una de
las más valiosas colecciones de títeres de cuerda de España. Poco después, y en esa misma línea abierta
por Cervantes, Federico García Lorca escribió el Retablillo de Don Cristóbal en 1930, culminando sus
trabajos para los populares títeres de cachiporra.10
"Y, diciendo y haciendo, desenvainó la espada y de un brinco se puso junto al retablo, y con
acelerada y nunca vista furia comenzó a llover cuchilladas sobre la titerera morisma,
derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a este, destrozando a aquel, y, entre
otros muchos, tiró un altibajo tal, que si maese Pedro no se abaja, se encoge y agazapa, le
cercenara la cabeza con más facilidad que si fuera hecha de masa de mazapán."
Miguel de Cervantes. Capítulo XXVII de la Segunda Parte del Quijote: El ingenioso caballero
don Quijote de la Mancha.
Títeres en Cuaresma
Durante el Siglo de Oro Español y el inicio del periodo ilustrado era tradicional que durante el periodo de
la Cuaresma, los espectáculos de títeres ocupasen los escenarios que la temporada teatral se había visto
obligada a abandonar por prescripción real y siguiendo los preceptos de la religión católica. Así, durante
cuarenta días los titiriteros, acróbatas y volatineros, y las comedias de muñecos, entretenimiento
considerado infantil, tomaban plazas, calles y corrales para diversión de grandes y chicos. La afición al
espectáculo teatral, más allá del contenido -ya fuera dramático o cómico-, llenaba los tablados como se
puede leer en la comedia de Juan Ruiz de Alarcón Mudarse por mejorarse, donde le dice un personaje a
otro:11
"...Acudir verías
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Gaspar Melchor de Jovellanos, uno de los más sensibles ilustrados españoles del siglo XVIII, dejó escrita
en su Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas, su opinión sobre los
títeres:12
"Acaso fuera mejor desterrar enteramente de nuestra escena un género expuesto de suyo a la
corrupción y a la bajeza, e incapaz de instruir y elevar el ánimo de los ciudadanos. Acaso
deberían desaparecer los títeres y matachines, los payasos, arlequines y graciosos del baile
de cuerda, las linternas mágicas y totilimundis y otras invenciones que, aunque inocentes en
sí, están depravadas y corrompidas por sus torpes accidentes. Porque ¿de qué serviría que en
el teatro se oigan sólo ejemplos y documentos de virtud y honestidad, si entre tanto,
levantando su púlpito en medio de una plaza, predica don Cristóbal de Polichinilea su lúbrica
doctrina a un pueblo entero, que, con la boca abierta, oye sus indecentes groserías? Mas si
pareciese duro privar al pueblo de estos entretenimientos, que por baratos y sencillos son
peculiarmente suyos, púrguense a lo menos de cuanto puede dañarlo y abatirlo."
Jovellanos, 11 de junio de 1796
Más allá de las censuras del ilustrado Jovellanos, los títeres, que casi siempre estuvieron en manos de
artistas extranjeros, sobre todo italianos, decayeron a finales del siglo XVIII, superados en popularidad
por nuevas distracciones como la famosa linterna mágica. Habría que hacer una excepción con las
marionetas de la Tía Norica, que con el horizonte de las Cortes de Cádiz y un variado repertorio mantuvo
viva en Andalucía la tradición titiritera. También en Cataluña se desarrolló una importante cultura del
títere, a partir de la introducción por artistas italianos de las sombras chinescas al comienzo del siglo
XIX; este espectáculo de origen mágico, generador en Oriente de varios ejemplos de teatro de sombras,
sedujo con su poética a personajes como Pere Romeu, Santiago Rusiñol y Miquel Utrillo, impulsores de
inolvidables veladas titiriteras en el café de «Els Quatre Gats» en la Barcelona del cambio del siglo XIX al
XX.8 13
La reunión en Madrid de artistas e intelectuales de toda España rescató del olvido el arte titiritera
durante las primeras décadas del siglo XX.14 Se considera como uno de los estimulantes de esa
renovación del género la experiencia propuesta por Jacinto Benavente y su teatro para niños (Teatro
fantástico), en cuyo marco se estrenó en 1910 la Farsa infantil de la cabeza del dragón de Ramón del
Valle Inclán, y más tarde el "Teatro Pinocho" dirigido por Magda Donato y Salvador Bartolozzi, y
llegando desde Granada el don Cristóbal, bruto poético, par de otros "títeres de cachiporra" como Punch,
Guiñol o los primitivos polichinelas.15 En la década de 1920, la literatura del títere español alcanzaría su
momento más brillante de la mano del gallego Valle-Inclán y el catalán Jacinto Grau; el primero con su
Tablado de marionetas para la educación de príncipes (1926) y los "dramas para marionetas" incluidos
en su Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, y Grau El señor de Pigmalión (1921).8
El panorama literario-titiritero en España puede completarse con los trabajos de Augusto Martínez
Olmedilla (Teatro de marionetas, 1920);16 Tomás Borrás (Fantochines, 1923); Eduardo Blanco Amor
(Farsa para títeres, publicadas ya en el exilio, en 1953); César Muñoz Arconada (Tres farsas para
títeres, 1935); y Rafael Alberti (La pájara pinta y Bazar de la providencia, de 1926 y 1934,
respectivamente).17
Hay que resaltar la producción de Rafael Dieste como uno de los directores del Teatro Guiñol de las
Misiones Pedagógicas impulsadas por Manuel Bartolomé Cossío desde la Institución Libre de
Enseñanza. Dieste escribió para aquel mágico guiñol ambulante piezas como Farsa infantil de la fiera
risueña (1933), El falso faquir (1933), Curiosa muerte burlada (1933), La doncella guerrera (1933) y
Simbiosis (1934).17 18
Técnicas de manipulación
Hay cuatro técnicas mayores en la manipulación de títeres:
Además de los cuatro tipos más conocidos, de guante, de varilla, de sombra y marioneta (títere
articulado movido por cuerdas o hilos), hay otras variedades que pueden funcionar de modo
independiente o integrándose en los ya mencionados, como recursos del titiritero.20
Títere bufón o marotte, quizá inspirado en el cetro de los bufones medievales; sencillo, primitivo e
infantil: una cabeza atada a un palo cubierto por un largo faldón. Su máxima expresión, por tamaño
y dificultad de manejo, sería la Marotte a la cintura.
Títeres digitales (el títere dedal para Mane Bernardo), solo recomendable en espacios reducidos
pero de un gran juego pedagógico.
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Títeres en iberoamérica
El panorama es amplísimo; entre los titiriteros y creadores pioneros, y las
compañías que continúan activas se podrían citar: Mané Bernardo, la familia Marioneta (títere
Cueto, Wilberth Herrera, Javier Villafañe, Roberto Lago, Frederik Vanmelle, articulado movido
Silvina Reinaudi, Fredy Reyna, los hermanos Rosete Aranda, Eduardo Di Mauro y por cuerdas o hilos).
un largo etcétera.
Museos
Algunos museos dedicados al títere son:
Teatros
Algunos teatros de títeres con gran tradición son:
Festivales
De la larga lista de festivales de títeres y marionetas, pueden mencionarse aquí:
Expresiones
El concepto del títere, definido por Artiles como "creación humana casi tan antigua como el hombre" ha
generado una rica colección de expresiones, dichos, consejos, adagios, máximas y moralejas.22 Entre,
ellas, quizá las más populares sean:23
No dejar títere con cabeza, criticar o desacreditar públicamente a un grupo de personas o entidades;
hacer una auténtica escabechina en cualquier contexto no bélico;
Títeres en Cuaresma , para denominar espectáculos o sucesos de segunda fila;
Echar los títeres a rodar, romper con brusquedad con una o más personas;
No ser títere de nadie, principio de independencia e identidad;
Véase también
Unión Internacional de la Marioneta
https://es.wikipedia.org/wiki/Títeres 7/10
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Notas
1. Esta entrada desarrolla en esencia una de la 6 acepciones que la voz «títere» tiene en el DRAE, la
referida a los títeres en el medio teatral y artesanal.
2. Así lo definió el dramaturgo y titiritero argentino Ariel Bufano en "El hombre y su sombra", artículo en
la revista Teatro, año 4, nº 13, 1983, p. 10 (citado por Artiles, ver sección de bibliografía).
3. Los romanos usaban las voces 'pupa - pupae' para denominar a los objetos que ideológicamente
podían tratarse como muñecos. Y así, en lenguas de la familia del latín, como el italiano y el rumano,
los títeres se nombran con palabras de raíz latina: "pupo" (títeres italianos) y "pupazzo" (títeres
rumanos). Curiosamente, lenguas lejanas del latín como el inglés y el alemán también usan esa raíz
latina: "puppet" (títeres ingleses) y "puppen" (títeres alemanes).
4. Para esta entrada se han consultado las del Diccionario de la RAE, la del Diccionario ideológico de
la lengua española de Julio Casares y la del Diccionario de teatro de Manuel Gómez García (ver
bibliografía).
5. Un ejemplo muy posterior del término es el Retablillo de Don Cristóbal, escrito por Federico García
Lorca en 1930, para títeres de cachiporra.
6. El término marioneta, del francés «marionnette», pudo tener su origen, en la Francia medieval, en
María (madre de Jesús), por su posible relación con unas figuritas articuladas usadas en
festividades religiosas que representaban a la Virgen, las «petites Maries» o «Marion», que se
convirtieron en «Mariottes» y finalmente en "marionnettes". Artiles da la referencia del artículo "Idea
general", publicado en Cuadernillos de Teatro Infantil y de la juventud, editado en La Habana, CNC,
1965, p. 13 (ver bibliografía).
Referencias
9. Análisis de los capítulos XXV y XXVI en el
1. Real Academia Española y Asociación de CVC. (http://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/
Academias de la Lengua Española (2014).
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edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. 10. García Lorca, Federico (1963). Obras
completas. Madrid, Aguilar S.A. p. 723.
2. Bil Baird en The Art of the Puppet, New York,
Macmilla, 1965, p. 13 (citado por Artiles). 11. D P , José (1988). También se
divierte el pueblo. Alianza Editorial. pp. 263-
3. Artiles, 1998, p. 28-29. 264. ISBN 8420603511.
4. Definición de Covarrubias. (http://fondosdigitale 12. Jovellanos, Gaspar Melchor (1997). Memoria
s.us.es/media/books/765/765_258756_1332.jp sobre espectáculos y diversiones públicas.
eg) Consultado el 27 de septiembre de 2013 Madrid, Cátedra. p. p. 203. ISBN 9788437615561.
5. J.E. Varey en el artículo "Historia de los títeres 13. AMADES, JOAN. Titelles i ombres xineses,
en España", aparecido en 1957 en la Revista Barcelona, Biblioteca de tradicions populars,
de Occidente, p. 93 (citado por Artiles). 1933.
6. Historia de los títeres en España: Desde sus 14. FRÍAS, María José. Introducción a la historia de
orígenes hasta mediados del Siglo XVIII; los títeres en Madrid, Madrid, UNIMA, 1997.
Madrid: Revista de Occidente, 1957.
15. . «Homenaje granadino a los títeres de
7. John E. Varey, "Historia de los títeres en cachiporra» (http://www.titeresante.es/2012/11/
España", pp. 83 - 87 18/titeres-de-cachiporra-en-granada/).
8. Huerta, 2005, p. 692. Consultado el marzo de 2015.
https://es.wikipedia.org/wiki/Títeres 8/10
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Bibliografía
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Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre títere.
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