Sulfatos y Turbiedad en El Agua
Sulfatos y Turbiedad en El Agua
Sulfatos y Turbiedad en El Agua
El sulfato (SO4) se encuentra en casi todas las aguas naturales. La mayor parte de los compuestos
sulfatados se originan a partir de la oxidación de las menas de sulfato, la presencia de esquistos, y
la existencia de residuos industriales. El sulfato es uno de los principales constituyentes disueltos
de la lluvia.
Una alta concentración de sulfato en agua potable tiene un efecto laxativo cuando se combina con
calcio y magnesio, los dos componentes más comunes de la dureza del agua.
Las bacterias, que atacan y reducen los sulfatos, hacen que se forme sulfuro de hidrógeno gas
(H2S).
El nivel máximo de sulfato sugerido por la organización Mundial de la Salud (OMS) en las
Directrices para la Calidad del Agua Potable, establecidas en Génova, 1993, es de 500 mg/l. Las
directrices de la Unión Europea son más recientes, 1998, completas y estrictas que las de la OMS,
sugiriendo un máximo de 250 mg/l de sulfato en el agua destinada al consumo humano.
El origen de los sulfatos se debe fundamentalmente a los procesos de disolución de las tizas,
existentes en el terreno, en el agua subterránea.
Al moverse el agua a través de formaciones rocosas y suelos que contienen minerales sulfatados,
una parte del sulfato se disuelve en las aguas subterráneas.
Algunos minerales que contienen sulfato incluyen el sulfato de magnesio (sal de Epsom), sulfato de
sodio (sal de Glauber), y el sulfato de calcio (yeso).
El aumento de SO 2, además de favorecer la lluvia o neblina ácidas que dañan la vegetación y
las actividades agrícolas, afectan la salud humana, en forma directa (por acidificación en las
mucosas respiratorias) o contribuyen la formación de cristales de sulfato de amonio, nitrato de
amonio y nitrito de amonio, que constituyen material particulado muy fino que a su vez contribuyen
a desencadenar infartos extensos del miocardio y muertes por estos.
Los óxidos de azufre son solubles en agua y al hidratarse dan lugar a la formación de ácidos
sumamente agresivos. Aquéllos se hidratan con la humedad de las mucosas conjuntiva y
respiratoria y constituyen un riesgo por producir irritación e inflamación aguda o crónica y suelen
adsorberse en las partículas suspendidas, lo que da lugar a un riesgo mayor, puesto que su acción
conjunta es sinérgica.
La combinación del bióxido de azufre con partículas suspendidas, en condiciones favorables
para su acumulación y oxidación (la presencia de metales en las partículas favorece la reacción al
catalizar la oxidación), ha sido la responsable de episodios poblacionales, así como del incremento
de la morbilidad y la mortalidad en enfermos crónicos del corazón y de las vías respiratorias.
Los óxidos de azufre penetran en los pulmones y se convierten en un agente irritante al tracto
respiratorio inferior, cuando se absorben en la superficie de las partículas respirables que se
inhalan o al disolverse en las gotas de agua que penetran por la misma vía. Tanto la absorción
como la conversión a sulfatos tiene lugar en la atmósfera. Los aerosoles sulfatados son agentes
irritantes de tres a cuatro veces más potentes que el bióxido de azufre. Estas pequeñas partículas
penetran hasta los pulmones, donde se depositan y si el bióxido de azufre no está ya en forma de
sulfato, el ambiente húmedo de los pulmones proporciona las condiciones apropiadas para su
oxidación.
Los sulfatos constituyen un peligro serio para la salud, habiéndose demostrado que
concentraciones muy bajas de ellos (de 8 a 10 µg/m3) ejercen efectos adversos sobre los
asmáticos, los ancianos y otras personas susceptibles con problemas respiratorios crónicos.
Las altas concentraciones de diversos contaminantes en el aire o las aguas, por ejemplo la del
SO2 (80% de las máximas admisibles) no permitirá la instalación de otras industrias ya que con
esos niveles es imposible que se permita a alguien a emitir más SO 2, porque con las emisiones
provenientes de Alumysa se llegará a las características de zona latente.
¿CUÁLES SON LOS EFECTOS PERJUDICIALES CONOCIDOS DE LOS SULFATOS
PARA LA SALUD DE LAS PERSONAS?
Los sulfatos y otros iones, como el magnesio o los fosfatos, pueden actuar como laxantes cuando
se ingieren en cantidades elevadas que superan la capacidad del intestino para absolverlos.
El agua con concentraciones superiores a 1600 mg/litro de sulfatos produce diarrea en animales
durante la primera semana. Después este efecto desaparece. Estudios con agua de grifo, con
voluntarios humanos indicaban efecto laxante en concentraciones de 1000-1200 mg/l.
Otros estudios, han observado la aparición de diarrea en recién nacidos expuestos bruscamente a
valores superiores a 650 mg/litro de sulfatos. En adultos. En adultos, se pueden sentir efectos
laxantes a partir de los 750 mg/litro.
¿EXISTEN RIESGOS PARA LA SALUD DE LOS HUMANOS QUE BEBEN AGUA QUE
CONTIENE SULFATOS?
Las personas que no están acostumbradas a beber agua con niveles elevados de sulfato pueden
experimentar diarrea y deshidratación. Los niños son a menudo más sensibles al sulfato que los
adultos. Como precaución, aguas con un nivel de sulfatos superior a 400 mg/l no deben ser usadas
en la preparación de alimentos para niños. Niños mayores y adultos se acostumbran a los niveles
altos de sulfato después de unos días.
Se recomienda que los recién nacidos alimentados con lactancia artificial, las personas ancianas y
aquellas personas que abruptamente pasen de beber agua con bajas concentraciones de sulfatos
a agua con elevadas concentraciones de sulfatos, eviten beber agua con concentraciones de
superiores a los 500 mg/litro.
A partir de 500 mg/litro, los responsables del suministro (ayuntamientos o entidades gestoras)
tienen la obligación de comunicarlo a la autoridad sanitaria, la cual instará a la entidad gestora a
poner este incumplimiento en conocimiento de la población.
Podéis conocer los niveles de sulfatos del agua de vuestra zona de suministro consultando al
Ayuntamiento o directamente a la entidad gestora del servicio municipal.
Además de los autocontroles analíticos que han de realizar los ayuntamientos o las entidades
gestoras del suministro de agua para dar cumplimiento al Real Decreto 140/2003, la Dirección
General de Salud Pública y Participación, ejerce la vigilancia sanitaria según las directrices
generales del Programa de Vigilancia de las aguas de consumo humano de las Illes Balears, que
se ha publicado recientemente, y que realiza analíticas de manera periódica.
Actualmente, los resultados de los análisis efectuados en las redes de distribución son remitidos a
las entidades gestoras cuando se detecta algún problema, mediante un informe técnico que insta a
los responsables del suministro a efectuar las actuaciones oportunas, y supervisa la corrección de
esta situación. También se informa de estas actuaciones a los ayuntamientos cuando la gestión del
suministro se realiza de forma indirecta.
¿PUEDE EL SULFATO CAUSAR OTROS PROBLEMAS?
Si el sulfato en el agua supera los 250 mg/l, un sabor amargo o medicinal puede hacer que sea
desagradable beber esa agua.
Los altos niveles de sulfato pueden también corroer tuberías, particularmente las de cobre. En
áreas con altos niveles de sulfato, normalmente se utilizan materiales más resistentes a la
corrosión para las tuberías, tales como tubos de plástico.
http://www.minambiente.gov.co/images/GestionIntegraldelRecursoHidrico/pdf/Legislaci
%C3%B3n_del_agua/Resoluci%C3%B3n_2115.pdf
DETERMINACION DE SULFATOS:
Al igual que los cloruros, el contenido en sulfatos de las aguas naturales es muy variable y
puede ir desde muy pocos miligramos por litro hasta cientos de miligramos por litros.
Los sulfatos pueden tener su origen en que las aguas atraviesen terrenos ricos en yesos o a la
contaminación con aguas residuales industriales.
La determinación del contenido de sulfatos puede hacerse por diferentes métodos. Uno de ello
es el Test rápido de sulfatos.
El Método gravimétrico, mediante precipitación con cloruro de bario, es un método muy preciso
y aplicable a concentraciones superiores a 10 mg/l. Los resultados previamente precipitados
con cloruro bárico, en medio ácido, son secados a 110ºC y calcinados a 600ºC.
El ión sulfato SO42- precipita, en un medio de ácido acético, con ión Ba2+de modo que forma
cristales de sulfato de bario BaSO4 de tamaño uniforme, los que deben mantenerse en
suspensión homogénea durante un periodo de tiempo que resulte suficiente para medir la
absorbancia que la misma produzca. El contenido de SO4= de cada muestra se obtiene a partir
de la curva de calibrado previamente obtenida.
En esta técnica interfieren fundamentalmente el color y la turbidez. Esta puede eliminarse por
filtración o centrifugación. La interferencia del color puede soslayarse utilizando la muestra
coloreada como testigo, a la que o se le agrega reactivo de la disolución precipitante de bario, o
empleando como instrumento de medida un nefelómetro de doble posición de cubeta, con lo
que elimina la influencia del color.
Este método es recomendable para los casos que no se disponga del equipo necesario para
aplicar el método gravimétrico.
https://es.slideshare.net/victorjimenez980/muestreo-y-tcnicas-para-la-determinacin-de-sulfatos