Mentiroso Compulsivo

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Mentiroso compulsivo: El irresistible

impulso de mentir
En la categoría Trastornos Mentales
Índice de Contenidos
 ¿Cuándo se es mentirosa o mentiroso compulsivo? Explicando la mitomanía
 La pseudología fantástica: ¿Por qué creamos y mantenemos una pseudo-
realidad?
 ¿Cuál es el límite para considerarse un mentiroso compulsivo?
 1. Personas que nunca mienten
 2. Mentiras ocasionales o funcionales
 3. Mentiroso compulsivo o patológico
 Test sobre la tendencia a mentir: ¿Cuánto mientes?
 Síntomas que presentan las personas con mitomanía
 Tratamiento de la mitomanía
 ¿Cómo superar la tendencia a mentir compulsivamente?
 Conclusiones
 Autora

 Puntúa y comparte

(Tiempo de lectura 11 minutos)
Si te preguntara… ¿mientes mucho? Tal vez tu respuesta sería: “Bueno depende de qué
es para ti mucho”. En «Big Fish», la magnífica película de Tim Burton, el protagonista
–interpretado por Ewan McGregor– le dice a su padre: “Lo fascinante de los icebergs
es que sólo ves el 10%, el otro 90% está bajo el agua y no lo ves. Y contigo es lo mismo
papá, solo veo de ti el trocito que sobresale por encima del agua”. De eso va esta
película, de ocultar la verdad, de un padre que es un gran mentiroso. Toda su vida es
una falsa historia que a fuerza de contarla tantas veces ha terminado por confundir con
la verdadera realidad. Un hombre convertido en su propia historia, en su propia mentira.
Ahora, vuelve a pensar en mi pregunta, y respóndeme ¿mientes mucho?… En este
artículo voy a hablar de la mitomanía, el nombre que recibe la tendencia a mentir
compulsivamente. ¿Sabes dónde está el límite para considerarte un mentiroso
compulsivo? Sigue leyendo, vamos a descubrir la verdad.
¿Cuándo se es mentirosa o mentiroso compulsivo?
Explicando la mitomanía

Un mentiroso compulsivo es una persona que distorsiona la realidad de manera reiterada


y frecuente. Aunque al principio pueda tratarse de conseguir un beneficio personal
inmediato –demandar atención, afecto, respeto o admiración de los demás, o evitar un
castigo– hay un momento en el que el mentiroso compulsivo –o la mentirosa
compulsiva– miente sin un motivo, lo hace por compulsión, sin ser muy consciente de
por qué lo está haciendo.
Las personas con esta tendencia no se sienten cómodas diciendo la verdad, en cambio si
lo hacen mintiendo.
Se suele utilizar el término “mentiroso patológico” o “mitomanía” (Anton Delbrueck,
1898), incluso algunos autores hablan de la “enfermedad de la mentira”.
Es importante señalar que, la mitomanía o la mentira compulsiva, no se considera una
enfermedad en sí misma –de hecho no está actualmente recogida como trastorno en el
DSM-5, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales–.
En la mentira patológica o mitomanía se pueden identificar:
 Miedo al rechazo o a la crítica, elevada necesidad de aprobación externa.
 Baja autoestima o inseguridad personal.
 Necesidad de admiración por parte de los demás.
 Intolerancia emocional (elevada sensibilidad a emociones displacenteras).
 Impulsividad.
 Consumo o abuso de sustancias.
Frecuentemente la mentira compulsiva forma parte de los síntomas de algunos
trastornos:
 Trastorno Antisocial de Personalidad. En el que se puede utilizar la mentira
como estrategia de manipulación.
 Trastorno Límite de Personalidad. En el que la mentira es una conducta
impulsada por la emoción (conducta impulsiva).
 Trastorno Narcisista de Personalidad. Se miente para conseguir admiración
por parte de lo demás.
Otras patologías o trastornos psicológicos en los que se puede presentar la conducta de
mentir compulsivamente, podrían ser: TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), TCA
(Trastornos de la Conducta Alimentaria) o los Trastornos relacionados con el abuso
de sustancias.

Miedo al rechazo, baja autoestima, necesidad de

admiración, impulsividad… ¿qué factores psicológicos

hay tras la tendencia compulsiva a mentir, a crear un

ficción de nosotros/as frente a los demás CLIC PARA

TUITEAR

La pseudología fantástica: ¿Por qué creamos y


mantenemos una pseudo-realidad?
Al igual que otras dificultades emocionales, la tendencia a mentir o mitomanía, es un
problema si es reiterada y frecuente, si condiciona nuestra vida, nuestras relaciones, si
dificulta o impide tener una percepción ajustada de la realidad, de los acontecimientos
que vivimos; si afecta a nuestras relaciones.
Las personas que mienten compulsivamente crean una realidad alternativa, una
pseudorealidad, de ahí que se utilice el término “pseudología fantástica” –que
etimológicamente viene del griego “pseudo”– para referirse a este comportamiento.
La mentirosa o el mentiroso compulsivo tiene que realizar un gran esfuerzo para
mantener frente a su grupo familiar y social ese “edificio” de mentiras, que puede haber
ido construyendo día a día y manteniendo durante mucho tiempo. De ahí que se
produzca lo que se denomina el “círculo vicioso de la mentira”.
Se empieza por una mentira pequeña, y sobre ella, para justificarla, encubrirla o
sostenerla, se van colocando otras mentiras, una tras otra, de forma que el edificio crece
y cada vez es más difícil desmontarlo… “derruirlo”.
En esa situación, decir la verdad y reconocer la mentira, nos genera tanta vergüenza que
seguimos dentro de este círculo, víctimas de nuestra propia “creación”.
La propensión a mentir se suele manifestar en la infancia, y es en este periodo de
desarrollo donde se afianzan las bases para convertirse en una tendencia que puede
expresarse en la edad adulta de un modo más acusado.
La mitomanía está relacionada con diferentes aspectos de nuestra personalidad,
con ciertas dificultades emocionales. Cuando tenemos una baja autoestima, una
respuesta puede ser mentir sobre nosotros o nosotras, adornarnos, componer una
historia personal y unos logros más llamativos.
Este estilo afecta negativamente a nuestra autoestima, con lo que nuevamente tendemos
a mentir y exagerar, entrando en un bucle problemático.
Te interesará el artículo: «La Buena Autoestima. Quererse si, pero quererse
mejor»
¿Cuál es el límite para considerarse un mentiroso
compulsivo?

Mentir esporádicamente es algo normal. Algunos estudios, como el realizado en


la Universidad de Massachusetts en el 2002, indican que el 60% de las personas
adultas no son capaces de tener 10 minutos de conversación sin decir al menos una
mentira.
En un anterior artículo: «¿Es bueno guardar secretos», hablaba de la conveniencia
de guardar secretos. De igual manera mentir es también una cuestión de grados.
Podríamos decir que hay 3 categorías posibles:
1. Personas que nunca mienten

Este extremo del continuo sería poco realista, ya que la sinceridad absoluta no existe.
No podemos ser sinceros al 100%, podría incluso llegar a causarnos serios problemas.
¿Os imagináis si fuéramos totalmente sinceros con nuestro jefe, con nuestra pareja, con
nuestras amistades?
En la película «Mentiroso Compulsivo» el protagonista –interpretado por Jim Carrey–
se ve obligado a decir la verdad en todo momento y a todas las personas, y podemos ver
las dificultades que ello implica.
2. Mentiras ocasionales o funcionales
La mentira tiene una función clara de escape o evitación a corto plazo, que en ocasiones
puede resultarnos útil o funcional.
Todos mentimos en alguna ocasión. En nuestra infancia y también en nuestra etapa
adulta. Es lo que se denomina “mentira esporádica”.
Mentimos ocasionalmente por diversas razones, algunas podrían ser:
 Evitar un conflicto o un castigo.
 Omitir o no querer dar información personal.
 Elevada deseabilidad social o dar una imagen positiva de uno mismo.
 No herir los sentimientos de otra persona.
 No saber decir “no” o ceder a la presión de la situación.
 No preocupar a la otra persona.
 Evitar o posponer alguna tarea o actividad no apetecible.
En todas estas situaciones, la conducta de decir la verdad es considerada peligrosa,
incómoda, desagradable o innecesaria. Y la mentira, simplemente, nos hace escapar de
esas sensaciones de forma inmediata, no afrontando la realidad. También es útil para
realzar aspectos de nosotros o nosotras, para dar una mejor imagen, destacar logros, etc.
Pero insisto, es la frecuencia, la situación y las consecuencias, las que determinan el
grado e importancia de la mentira.
3. Mentiroso compulsivo o patológico

Cuando la mentira se convierte en algo patológico y recurrente (“adicción” a la


mentira), y causa una gran interferencia en la vida de la persona, estaríamos hablando de
mitomanía, de mentira patológica o compulsiva.
Test sobre la tendencia a mentir: ¿Cuánto mientes?

Este test no es un cuestionario o test clínico de los que usamos en el Centro en consulta.
Es un "recurso" que nos invita a reflexionar sobre nuestra tendencia a mentir, y evalúa en
qué medida está presente en nuestro comportamiento.
Antes de empezar recuerda que, para que este test tenga alguna utilidad para ti, tendrás
que responder con la mayor sinceridad.
¿Tiendes a mentir? ¿En que grado lo haces?
Vamos a comprobarlo…
INICIAR EL TEST

Síntomas que presentan las personas con mitomanía

Clic para ampliar


Podemos identificar los siguientes síntomas:
 Baja autoestima o inseguridad personal. La mentira funciona como proyector
de un “yo” ideal hacia los demás, mostrando una imagen “hinchada” de lo que somos,
para conseguir la aprobación de los demás. La conducta de mentir actuaría como
mecanismo compensatorio de la inseguridad personal.
 La persona va teniendo cada vez menor percepción de control sobre la
mentira, “no puede evitar mentir”, y se convierte en una conducta impulsiva y adictiva.
 Cuando la persona mentirosa compulsiva consigue el refuerzo positivo buscado
(ej. la admiración de los demás al contar que fue el centro de atención en aquella fiesta),
esto le impulsa a volver a repetir dicha conducta una y otra vez, hasta que se acaba
convirtiendo en un hábito poco controlable.
 Tras la adquisición de dicho hábito, la mentirosa o mentiroso compulsivo ya no
necesariamente experimenta un beneficio personal, y aún así actúa mintiendo
repetidamente, ¿por qué? Por que ha creado un hábito problemático y adictivo. Se
convierte en una forma de vida y una forma de relacionarse con los demás. Esto puede
llevarle a situaciones muy incómodas e insostenibles: a sentir el rechazo de los demás
(aislamiento social), problemas de pareja, dificultades de adaptación en el trabajo, etc.
 La persona es consciente de la mentira (no es una conducta delirante o
psicótica). Como cualquier hábito adictivo, la persona es consciente de lo que está
haciendo pero le cuesta controlar sus impulsos.
 El autoengaño: la persona que miente patológicamente entra en un bucle de
mentiras sostenidas en el tiempo cada vez más complejo de mantener, como
consecuencia del miedo a ser descubierto o descubierta. Finalmente, la línea entre la
realidad y la ficción se vuelve muy fina y la persona llega a integrar esa mentira como
cierta (se acostumbra a ella), así se hace más fácil seguir manteniéndola.

Una reciente encuesta indicaba que sólo el 16% de las

personas es completamente honesta en las redes

sociales. ¿Qué nos impulsa a mentir? Analizamos los

aspectos psicosociales de la tendencia compulsiva a

mentir CLIC PARA TUITEAR

Lee el artículo: ¿Por qué nos mentimos? Psicología del Autoengaño


Tratamiento de la mitomanía
En el tratamiento de las mentirosas o los mentirosos compulsivos, va a ser clave la
conciencia de problema que tenga la persona. Es decir, identificar y reconocer las
mentiras y qué función están cumpliendo.
Una persona que miente de forma compulsiva también puede hacerlo en la consulta, lo
que afectaría al curso y avance del proceso terapéutico. Suele ocurrir, que la persona
acude a tratamiento psicológico cuando existe una elevada interferencia del problema en
su vida, es decir, cuando la mentira patológica o compulsiva le ha generado –o le
continúa generando– elevados niveles de angustia.
No olvidemos que la conducta de mentir es una estrategia de evitación o de escape de
una realidad considerada negativa, por lo que estaríamos hablando de miedo. Miedo al
rechazo, a que le vean menos válido, a la soledad…

Te invito a leer mi artículo: ¿Quieres saber cuál es tu principal miedo y aprender


técnicas para comprenderlo y afrontarlo?
Cuando la persona entra en un círculo de mentiras cada vez más difícil de mantener, es
probable que sus niveles de angustia vayan aumentando exponencialmente, lo que le
llevaría finalmente a buscar ayuda psicológica.
¿Cómo superar la tendencia a mentir compulsivamente?
Clic para ampliar
Te propongo 8 estrategias para superar la mitomanía:
1. Aprende a identificar y reconocer tus mentiras y la función que están
cumpliendo.
2. Entrena Habilidades Sociales y de Comunicación, con el objetivo de no
utilizar la mentira como estrategia de relación social, entrenando otras habilidades y
competencias alternativas más funcionales (comunicación asertiva, escucha activa,
desarrollo de empatía, lenguaje no verbal, expresión de afecto, aceptación de críticas…)
3. Exponte progresivamente a las situaciones temidas en las que tiendes a
mentir. Afrontando, poco a poco, los miedos personales y eliminando las conductas
de evitación y escape de la realidad.
4. Cuestiona tus falsas creencias, que te llevan a mentir. Pregúntate, por ejemplo,
¿qué ocurriría si empezases a decir la verdad de manera asertiva? ¿Y si no “adornas” tus
discursos y tus historias? ¿Y si te aceptaran tal y como eres? Es muy probable que esta
nueva actitud, lejos de provocar rechazo, consiga mayor admiración y un vínculo más
sano y auténtico en los demás.
5. Aprende a controlar tus impulsos. Anota diariamente las mentiras, por qué las
utilizas, con quién… Cuando leas lo que has anotado tendrás más información para
reflexionar sobre tu tendencia y empezar a cambiarla.
6. Mejora tu autoestima. Identifica tus fortalezas y refuerza tus logros. Acepta
tus vulnerabilidades y tus errores.
7. Aprende a expresar y compartir tus emociones con tu entorno más cercano.
Busca apoyo y comprensión y también una perspectiva diferente sobre tu problema.
8. Se eficaz en la búsqueda de soluciones. Infórmate, busca asesoramiento
especializado. Las psicólogas y psicólogos tenemos la experiencia y conocemos las
técnicas y los tratamientos más adecuados, que van a permitirte un proceso eficaz y
sobre todo, validado científicamente, para resolver este tipo de dificultades.

¿Cómo superar la tendencia a mentir? Hay 8 estrategias

que van a ayudarte en ese irrefrenable impulso de

mentir y adornar tu realidad CLIC PARA TUITEAR

5 preguntas sobre terapia cognitivo conductual y 5 pasos para elegir tu centro


de Psicología
Conclusiones

Mentir compulsivamente es una tendencia psicológica que puede estar muy arraigada en
algunas personas –quizás en ti–, y que se relaciona con diferentes dificultades
emocionales y aspectos de nuestra personalidad.
Es importante analizar e identificar la “arquitectura” de ese edificio de mentiras que
hemos construido… ¿Cuales son sus cimientos, las primeras piedras que lo formaron?
¿De qué materiales está compuesto? ¿Por qué aún se sostiene? ¿Qué necesidades
satisface?
Te invito a reflexionar sobre estas preguntas. Volviendo a lo que le decía el
protagonista de «Big Fish» a su padre. No permitas que los demás sólo conozcan
el 10% de ti, merece la pena que conozcan mucho, mucho más… descubrirán que
eres una persona valiosa.
Autora
Natalia Franco
Psicóloga Sanitaria. Especialista en intervención clínica. Experta en desórdenes
emocionales.

Estamos a tu disposición para cualquier duda o consulta que desees


hacernos | Psicólogos Madrid Centro de Psicología Área Humana
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¿Por qué nos es tan difícil reconocer los errores que cometemos? ¿Te gustaría
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