Filosofía y Ciencia en La Geografía PDF
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Horacio Capel*
Resumen. Se presentan en este artículo algunos aspectos reformulados a partir de los años cincuenta, y que permi-
generales del programa de investigación que se inició en ten elaborar teorías sobre la localización, la distribución de
los años setenta sobre teoría e historia de la geografía, y su fenómenos y sus asociaciones en la supericie terrestre. Ello
desarrollo posterior. Se aborda primero el problema de las es especialmente importante hoy, cuando la cantidad de
relaciones entre geografía, ciencia y ilosofía a partir del datos disponibles es inmensa y crece continuamente. En esta
Renacimiento y hasta ines del siglo XVIII. En segundo lugar, situación conviene reairmar la importancia de la tradición
la evolución de la geografía en los siglos XIX-XX, y se justiica positivista y cuantitativa en la geografía, sin perder por ello
el marco teórico adoptado para su análisis. Finalmente se las aportaciones críticas que ha tenido la disciplina en el últi-
alude brevemente a las nuevas vías que se abren hoy a partir mo medio siglo, y las que se han hecho en diversas ramas de
de los desarrollos de las nuevas tecnologías de la información la geografía humana, desde la geografía histórica a la cultural.
y la comunicación.
La geografía puede aportar su manejo de conceptos Palabras clave: Historia de la geografía, teoría geográica,
espaciales, los cuales fueron ampliamente incorporados y positivismo en geografía, historicismo en geografía.
* Departamento de Geografía Humana, Facultad de Geografía e Historia, Universidad de Barcelona, Calle Montalegre,
6, 08001, Barcelona, España. E-mail: [email protected]
Cómo citar:
Capel, H. (2016), “Filosofía y Ciencia en la Geografía, siglos XVI-XXI”, Investigaciones Geográicas, Boletín, núm. 89,
Instituto de Geografía, UNAM, México, pp. 5-22, dx.doi.org/10.14350/rig.51371
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Horacio Capel
hasta ines del siglo XVIII. En tercer lugar, hablaré la ciencia matemática mixta que explica las pro-
de la evolución de la geografía en los siglos XIX-XX, piedades de la Tierra y de sus partes relativas a la
y justiicaré el marco teórico adoptado en la obra cantidad, esto, es la igura, situación, dimensiones,
citada, y en los trabajos complementarios que he movimientos, fenómenos celestes y otras propie-
realizado. Para inalizar, aludiré brevemente a las dades generales.4
nuevas vías que se abren hoy a partir de los desarrollos
de las nuevas tecnologías de la información y la Las matemáticas mixtas eran, como escribía
comunicación, especialmente de la aparición de el padre Tomás Vicente Tosca en su Compendio
Internet y, luego, de la Web 2.0. Matemático (1727), las que consideraban la can-
tidad “vestida, y acompañada de algún accidente
o afección sensible”, y que por ello mismo eran
ALGUNAS CUESTIONES GENERALES consideradas también ciencias físico-matemáticas.
En esa misma obra Varenio dividía la geografía
En Filosofía y ciencia en la geografía contemporánea en General y Especial, o en Universal y Particular,
centré la atención, como su título indica, en la la primera considerando la Tierra en su conjunto, y la
geografía de los siglos XIX y XX. Pero ese libro segunda cada una de sus regiones, con dos ramas,
formaba parte de un programa de investigación a su vez: la corografía, para las descripciones de las
más amplio sobre historia y teoría de la geogra- áreas extensas, y la topografía, para la descripción
fía, que fui desarrollando desde mediados de los detallada de las más reducidas. La división entre
años setenta. general y regional fue característica de esta ciencia
Las razones por las que me decidí a investigar so- hasta el siglo XX, aunque adquiría matices diversos
bre historia y teoría de la geografía tuvieron que ver, según las épocas y los autores.
como he señalado otras veces, con necesidades que Una división habitual de la parte general, que se
sentía como docente y como investigador. Como consolidó en el siglo XVIII, era la que consideraba
docente, por la obligación de contestar a los alum- la Tierra en sus dimensiones astronómica, física y
nos sobre el desarrollo de la geografía; como investi- política, lo que la llevó a relaciones con otras ramas
gador, por los problemas de la elección de métodos cientíicas que estudiaban estas cuestiones, y a la
y estrategias para abordar los temas de trabajo. reformulación de sus problemas clave.
La geografía es una ciencia que tiene desde La larga evolución, y los cambios que experi-
hace dos milenios y medio una doble dimensión, mentó la geografía durante el siglo XX, han hecho
matemática e histórica. Podríamos añadir: una en de ésta una ciencia muy compleja. Hasta el punto
la línea de Ptolomeo, y otra en el sentido griego de que son muchos los que, considerando la geo-
de historia, es decir, como “narración” o “investi- grafía actual, se preguntan por la coherencia de
gación”, tal como aparece ya desde época griega una disciplina que incluye en su interior desde la
en la Historia de Herodoto y en la Geografía del geomorfología y la climatología a la percepción
romano Estrabón. del espacio, la geografía urbana y la ordenación del
En su largo desarrollo, la geografía ha tenido territorio, y en cuya historia conviven Ptolomeo y
una evolución compleja, aunque durante mucho Estrabón, Ferdinand von Richthofen y Paul Vidal
tiempo ha seguido vinculada a las matemáticas de la Blache o, en época contemporánea, Torsten
como una ciencia matemática mixta, y, por otra Hägerstrand y Richard Peet. Es normal que se
parte, ha sido una descripción de las características
de la supericie del planeta y de los pueblos que
4 Varenio (1974), Geografía General, en la que se explican las
habitaban sus diferentes regiones. La deinición de
Bernhard Varenio en su Geographia Generalis, propiedades generales de la Tierra (traducción del latín por
José María Requejo; edición y estudio introductorio
de 1650, alude precisamente a la primera dimen- por Horacio Capel), (Colección Pensamiento y Método
sión: considera la geografía como Geográicos), Universitat de Barcelona, Barcelona, 146 p.
(cita en p. 134), [http://books.google.es/].
Horacio Capel
puedan tener dudas sobre una disciplina tan hete- tegias de la comunidad cientíica de los geógrafos,5
rogénea, y de que autores tan diversos, y las obras y fue objeto luego de varias publicaciones.
que ellos han escrito, puedan pertenecer a la misma El programa de investigación adquirió ensegui-
disciplina cientíica. da nuevas dimensiones, y se extendió al estudio de
Todos estas obras y autores tienen cabida en la continuidad y el cambio de las teorías cientíicas,
una ciencia que en la época contemporánea se ha los modelos de profesionalización e institucio-
autodeinido, generalmente, en relación con el nalización, la perspectiva internalista (en especial,
estudio de dos problemas clave: la diferenciación las teorías sobre la estructura física de la Tierra, la
del espacio en la supericie terrestre; y el de las historia de las ideas medioambientales, y las teorías
relaciones entre el hombre y el medio ambiente, de las ciencias sociales). También a la enseñanza de
particularmente los ajustes del hombre a las con- la ciencia y la difusión de las ideas cientíicas, así
diciones cambiantes del medio natural, así como la como a las relaciones entre ideología y ciencia;6
repercusión de las acciones humanas sobre dicho todo ello, con referencia al mundo europeo y
medio, un problema clave que se incorporó o refor- americano. Tal vez valga la pena volver ahora sobre
muló en el siglo XIX, por inluencia de la biología dicho programa.
y de la ecología.
A partir de los años setenta, y en relación con
cuestiones como las citadas, decidí iniciar un
periodo de relexión sobre historia y teoría de la 5 Trabajo que fue presentado en el XVIIth International Con-
geografía; pretendía que fuera corto, pero rápida- gress of the History of Science (Edinburgh, 11-19 de agosto
mente se fue convirtiendo en un amplio programa 1977), y publicado en: Stoddart, D. (ed.; 1981), Geography,
de investigación sobre teoría, historia y sociología de ideology and social concern, Basil Blackwell, Cambridge, pp.
la geografía, al que dediqué intensamente más 37-69, con el título Institutionalization of Geography and
de dos décadas. strategies of change; el trabajo ha sido reproducido en varias
publicaciones británicas y norteamericanas, entre otras en
En esa relexión me di cuenta de la conveniencia Agnew, John, David R. Livingstone and Alisdair Rogers
de no estudiar las disciplinas cientíicas aisladamen- (1996), Human Geography. An essential Anthology, Basil
te, sino en relación con el desarrollo de otras; lo Blakwell Pub., Oxford, pp. 66-94.
que me obligó a interesarme luego por diferentes Versión española en Capel, Horacio (1977), “Institu-
cionalización de la geografía y estrategias de la comunidad
ciencias sociales o naturales. Muchas airmaciones cientíica de los geógrafos”, Geo Crítica. Cuadernos Críticos
y desarrollos que parecen especíicos de una disci- de Geografía Humana, Universidad de Barcelona, nº 8-9,
plina aparecen simultáneamente en otras. Solo que pp. 1-58 [http://www.ub.es/geocrit/geo8.htm; y http://
a veces no se hacen esfuerzos para relacionarlas y www.ub.es/geocrit/geo9.htm].
estudiarlas de forma paralela. 6 Un primer balance de los resultados del programa –que
El análisis temporal de la evolución de las fue apoyado por dos de las ayudas de la Comisión Innter-
ministerial de Ciencia y Tecnología (CICYT– puede verse en
disciplinas cientíicas muestra que éstas se han el trabajo: Capel, Horacio (1989), “Historia de las ciencias
desarrollado históricamente como estructuras e historia de las disciplinas cientíicas. Objetivos y bifurca-
socialmente coniguradas, y que ha habido un ciones de un programa de investigación sobre historia de la
proceso de especialización creciente y la aparición geografía”, Geo Crítica, Universidad de Barcelona, núm. 84,
de nuevas disciplinas durante los siglos XIX y XX. diciembre, 68 p. [http://www.ub.es/geocrit/geo84.htm]. Re-
producción parcial en Anthropos. Revista de Documentacion
También parece necesario relacionar el desarrollo Cientíica de la Cultura, Barcelona, nº 11 (nueva edición),
de las disciplinas cientíicas individuales con marcos pp. 12-23 (1989; versión inglesa disponible también en Geo
generales de pensamiento, y con la relexión teórica Crítica [http://www.ub.es/geocrit/geo84.htm]).
que se denomina habitualmente como ilosofía. Una valoración de dicho programa por parte de diversos
La primera formulación explícita del programa historiadores de la ciencia españoles y extranjeros (J. M.
López Piñero, homas Glick, José Luis Peset y otros) puede
de investigación fue elaborada en 1976 y se refería verse en el número dedicado a Horacio Capel por la revista
a la institucionalización de la geografía y las estra- Anthropos. Revista de Documentación Cientíica de la Cultura,
nº 11, nueva edición, 1993).
truir una nueva imagen cartográica y descriptiva moderna, o sea de las crónicas medievales a las crónicas de
de la Tierra, que, en lo que se reiere a la primera Indias pasando por Plinio y el descubrimiento de las tierras
nuevas (Comunicación al Coloquio sobre “Intercambios
dimensión, aparece en las obras de Mercator, Or- cientíicos y culturales en la Era de los Descubrimientos:
telius y otros. lujo y relujo entre España y América”, organizado por la
El descubrimiento de América tuvo, como es Comisaría General de la EXPO 92, Sevilla, l990). Repro-
sabido, profundas repercusiones en el pensamiento ducido en Suplementos. Materiales de Trabajo Intelectual,
europeo, además de en la economía y las relaciones Editorial Anthropos, Barcelona, nº 43, abril, 1994 (número
especial sobre “La Geografía”), pp. 42-51. Edición completa
geopolíticas.8 El desafío de América al pensamiento (con notas) con el título “Naturaleza y cultura. América
cientíico fue muy grande y variado.9 Pero, además y el nacimiento de la geografía moderna”, en Ana María
Alfonso-Godfarb y Carlos A. Maia (orgs.; 1995), História da
7 Ciencia. O mapa do Conhecimiento, Expresâo e Cultura/Sâo
Sobre la difusión de la Geografía de Ptolomeo véase el
Paulo, Universidade de Sâo Paulo, EdUsp, Rio de Janeiro,
cap. 1 del excelente libro de Reguera Rodríguez, Antonio
pp. 247-306.
(2010), Los geógrafos del Rey, Universidad de León, León,
Capel, Horacio (2007), “A América e o nascimento da
558 p.
Geograia moderna” (resumen, realizado por Marcia Siqueira
8 El historiador John Elliot (1972) trató de ello en El Viejo
de Carvalho, a partir de un trabajo anterior), Maquinaçôes.
Mundo y el Nuevo, 1492-1650, Alianza Editorial, Madrid, Ideias para o Ensino das Ciências, Universidade Estadual de
157 p. Londrina, vol. 1, nº 1, Setembro, pp. 48-51.
9 Capel, Horacio (1989), “El desafío de América al pen- Al género de las historias naturales y morales ha dedicado
samiento cientíico”, Revista Universitaria, Universidad numerosos trabajos Fermín del Pino, y otros historiadores
Católica de Chile, Santiago de Chile, nº 27, pp. 29-38; re- del CSIC en Madrid; entre ellos:
producido en Suplementos. Materiales de Trabajo Intelectual, Pino, Fermín del, “Las historias naturales y morales
Anthropos, Barcelona, abril, 1994, nº 43 (número especial de las Indias como género: orden y génesis literaria de la
sobre “La Geografía Hoy. Textos, Historia y Documenta- obra de Acosta”, en José A. Mazzotti (ed.), Primera reunión
ción”), pp. 148-158. de Peruanistas en el extranjero; también en revista de la
Capel, Horacio (1987), “España, América y la historia de PUCP, Histórica, Revista de la PUCP, Lima, 2000, XXIV, 2,
la ciencia (Sugerencias para un debate)”, Coloquio “En los pp. 295-326.
umbrales de los Grandes Descubrimientos”, Expoforum 92, Pino, Fermín del, “Los contornos de un género cientí-
Documentos 4, Comisaría General de la Expo 92, Sevilla, ico: la historia natural y moral de las Indias”, en Leoncio
pp. 81-91; reedición, Sevilla 1990; reproducido en Revista López-Ocón, Fermín del Pino y Rafael Chabrán (orgs.),
Mexicana de Cultura, México, 1990; reedición en Anthropos. Actas XXI Congreso Internacional de Historia de las Ciencias,
Revista de Documentación Cientíica de la Cultura, Barcelona, vol. 39, Simposio “El género americano de las “Historias
nº 11 (nueva edición), 1993, pp. 86-90. Naturales y Morales”, 2001, México, pp. 3023-3035 (CD).
Horacio Capel
quienes observaron la naturaleza del nuevo mundo a un verdadero desarrollo cientíico en las grandes
que ellos eran superiores a los antiguos. Funcio- capitales como México y Lima;13 la misma cons-
narios de la Corona (como Gonzalo Fernández trucción de más de un centenar de ciudades está
de Oviedo) convertidos en observadores y analis- ligada a los desarrollos más avanzados de la ciencia
tas de la naturaleza americana, con ayuda de las del Renacimiento. En el siglo XVIII, la América
obras de Aristóteles o de Plinio, comprobaron hispana estaría plenamente integrada en la eco-
que los autores clásicos no habían conocido nada nomía, la cultura y la ciencia europea, aunque
de lo que ellos observaban, y se dieron cuenta de con especiididades propias.14 Los programas de
que los superaban. observaciones diseñados para conocer la naturaleza
Pronto se pusieron en marcha programas de del Nuevo Mundo inluyeron también en las que se
investigación cientíica para conocer la naturaleza hicieron en el Viejo. Puede decirse, concretamente,
americana. Tuvieron que reformularse o comple- de los interrogatorios sobre Indias, convertidos
tarse muchas ideas hasta entonces aceptadas, y que luego en un modelo para los que se aplicaron en
servían de guía a las relexiones que se realizaban la metrópoli. Tras la emancipación, muchos pro-
sobre el Nuevo Mundo. Así sucedía con las relacio- yectos territoriales en los países independientes de
nes entre hombre y naturaleza y el ambientalismo América fueron continuación de las iniciativas que
clásico, que eran el punto de partida de cientíicos se pusieron en marcha en Indias durante la época
y funcionarios civiles y eclesiásticos, como Fran- de la Ilustración.15
cisco Hernández y el Padre Las Casas11 y que, en Hechos decisivos en el comienzo de la Edad
parte, hubieron de ser modiicadas. Se plantearon Moderna fueron la Reforma y la Contrarreforma.
también nuevos problemas en relación con la Afectaron, como es sabido, a la ciencia en dife-
población americana, su origen y su composición, rentes dimensiones. Entre ellas, el debate entre
que fueron debatidos a partir de presupuestos copernicanismo y anticopernicanismo, que se dejó
ideológicos concretos.12 sentir, lógicamente en geografía. A pesar de que
Hubo que dar respuesta a múltiples problemas Copérnico era católico, y el De Revolutionibus Orbis
cientíicos en las Provincias americanas, desde la Coelestium había sido dedicado al papa Paulo III,
organización del territorio, inventario de recursos, la condena de Galileo hizo difícil la aceptación del
problemas técnicos, lo que dio lugar tempranamen- universo heliocéntrico en el mundo católico. Pero
te a una valoración de la ciencia para resolverlos, y como las teorías copernicanas eran maniiestamente
superiores para toda una serie de cálculos, se en-
11 Capel, Horacio (1992), “El conocimiento del Nuevo contró la argucia de aceptarlo como hipótesis, en
Mundo en la obra del dominico Las Casas y la reformulación
del ambientalismo clásico, y Las Relaciones Geográicas del
13 Sala Catalá, José (1994), Ciencia y técnica en la metro-
siglo XVI, un modelo corográico y un programa de inves-
tigación cientíica para la América hispana”, en América polización de América, presentación de Horacio Capel,
92, Raizes e Trajetorias, Programa e Caderno de Resumos, CS.I.C./Doce Calles, Madrid (presentación, pp. 7-21);
Universidade de Sâo Paulo, pp. 74-75. reproducida en Scripta Vetera, nº 8 [http://www.ub.edu/
Capel, Horacio (1993), “Ambientalismo e Historia. El geocrit/sv-8.htm].
padre Las Casas como geógrafo”, en Aportaciones en homenaje 14 Capel, Horacio, “Sobre ciencia hispana, ciencia criolla
al Profesor Luis Miguel Albentosa, Diputació de Tarragona, y otras ciencias europeas (A manera de síntesis del Colo-
pp. 246-270. Reproducido en Suplementos. Materiales de quio)”, conferencia de clausura en el Coloquio “La Ciencia
Trabajo Intelectual, nº 43, abril 1994 (número especial sobre y la Técnica en América, siglo XVIII”, Casa de Velázquez y
“La Geografía Hoy. Textos, Historia y Documentación”), CSIC, Marid, Asclepio. Revista de Historia de la Medicina
Anthropos, Barcelona, pp. 51-59. y de la Ciencia, vol. XXXIX, nº 2, 1987, CSIC, Madrid,
12 Capel, Horacio (1989), “Ideología y ciencia en los de- pp. 317-336.
bates sobre la población americana durante el siglo XVI”, 15 Capel, Horacio (1994), “he Imperial Dream. Geography
Geo Crítica, núm. 79-80, Universidad de Barcelona, 107 and the Spanish Empire in the Nineteenh Century”, en
p. También en Anais do 2º Congresso Latinoamericano da Anne Godlewska y Neil Smith (eds.), Geography and Empire.
Historia da Ciencia e da Técnica, Edit. Nova Stella, 1989, Critical Studies in the History of Geography, Basil Blackwell,
São Paulo, Brasil, pp. 241-260. Oxford, pp. 58-73.
lo que los matemáticos jesuitas tuvieron un papel mostrado el peso del relato bíblico sobre la historia
fundamental.16 de la Tierra durante toda la Edad Moderna y su per-
En el mundo de la Reforma hubo menos diicul- sistencia incluso durante una parte del XIX, así como
tades, y en los Países Bajos independientes la obra las diicultades para la racionalización del mismo.
de Bernhard Varenius aceptaba ya abiertamente la A pesar de la existencia de numerosos datos
concepción heliocéntrica,17 que en la Europa de empíricos sobre la existencia de procesos erosivos,
la Contrarreforma tardó más en ser deinitivamen- éstos eran irrelevantes porque no podían insertarse
te admitida. en un marco teórico que aceptaba sin discusión el
Por encima de esa división, en toda Europa las relato bíblico y una historia de la Tierra que no
creencias religiosas afectaron profundamente a superaba los 7 000 años desde la Creación.
las teorías cientíicas durante los siglos XVI y XVII. La persistencia de las ideas antiguas, de origen
El Plan Divino de la Creación era aceptado en griego y romano, fue muy fuerte todavía durante el
toda la Cristiandad, y la narración de la Biblia era siglo XVIII. Ideas de raíz aristotélica y senequista fue-
el relato de la formación e historia del mundo; una ron utilizadas para la interpretación de los terremo-
historia en la que el Diluvio era el hecho geológico tos y volcanes, en una concepción organicista que
más destacable. El estudio de las creencias religiosas tuvo todavía una gran fuerza durante ese periodo.19
y las diicultades para la constitución de la geología En un mundo creado por Dios todo era diseña-
ha constituido un aspecto destacado del programa do según su plan perfecto. Algunas interpretaciones
de investigación desarrollada.18 Esos trabajos han de la literatura hexameral (dedicada a interpretar los
seis días de la Creación) aceptaban que el Creador
había dejado su plan incompleto para permitir
16 Capel, Horacio (1980), “La Geografía como ciencia
al hombre que contribuyera a su perfección. Eso
matemática mixta. La aportación del círculo jesuítico ma-
drileño en el siglo XVII”, Geo Crítica, nº 30, Universidad de
explica que pudieran aceptarse en el mundo cris-
Barcelona, pp. 1-35 [http://www.ub.es/geocrit/geo30.htm]. tiano las antiguas concepciones aristotélicas que
17 Capel, Horacio, “La personalidad geográica de Varenio”, airmaban que el arte podía mejorar la naturale-
en Bernhard Varenio, Geografía General, op. cit. en nota 4, za. Concepciones que serían reformuladas en el
Barcelona, pp. 10-84 [http://books.google.es/]. Renacimiento por autores como Alberti, y que se
18 Capel, Horacio (1985), La Física Sagrada. Creencias re- enriquecerían con nuevas aportaciones en los dos
ligiosas y teorías cientíicas en los orígenes de la geomorfología
española, Ediciones del Serbal, Barcelona, 224 p.
Capel, Horacio, “Religious beliefs, philosophy and Capel, Horacio (1982), “Gabriel Kramer y la ciencia
scientiic theory in the origins of Spanish Geomorphology. ginebrina del siglo XVIII”, introducción a la “Teoría física
XVII-XVIII centuries”, Organon, 1984-1985, nº 20-21, de la Tierra”. Una tesis en la Ginebra del siglo XVIII”, Geo
Academia de Ciencias, Varsovia, pp. 219-229; resumen en Crítica, nº 39, Universidad de Barcelona, pp. 5-18 [http://
Actas, XVIIth International Congress of History of Science, www.ub.es/geocrit/geo39.htm].
vol. II, Berkeley, 1985, pp. 15-4. Capel, Horacio (1982), “Ideas sobre la Tierra en la
Capel, Horacio (coord.; 1987), Naturalesa i cultura en el España del siglo XVIII”, Mundo cientíico, nº 22, Editorial
pensament espanyol, Fundació Caixa de Pensions, Barcelona, Fontalba, Barcelona, pp. 148-154.
143 p. Introducció (pp. 7-11) y capítulo sobre “Natu- Sobre el nacimiento y transformación de la idea de un
ralesa i cultura en els origens de la geomorfologia española”, plan o designio en la creación de la Tierra, y los debates
pp. 13-42. sobre ello en el siglo XVIII, es esencial el libro de Glacken,
Capel, Horacio (1987), “Naturaleza y cultura en los Clarence C. (1996), Huellas en la playa de Rodas. Naturaleza
orígenes de la geología española”, en Antonio Lafuente y cultura en el pensamiento occidental, desde la Antigüedad
y Juan José Saldaña, Nuevas Tendencias en Historia de la al siglo XVIII (presentación de Horacio Capel, traducción
Ciencia, Consejo Superior de Investigaciones cientíicas, de J. C. García-Borrón, Ediciones del Serbal, Barcelona.
(Colección Nuevas Tendencias), Madrid, pp. 167-193. Presentación reproducida en Scripta Vetera [http://www.
Capel, Horacio (2006), “Natureza e cultura nas origens ub.es/geocrit/glacken.htm].
da geologia española”, traduçâo de Andre Geraldo Beruzuk e 19 Capel, Horacio (1980), “Organicismo, fuego interior y
Jorge Ulises Guerra Villalobos, GEOUSP. Espaço e Tempo, nº terremotos en la España del siglo XVIII”, Geo Crítica, nº 27-
19, Universidade de Sâo Paulo, pp. 9-31 [http://www.geogra- 28, mayo-julio, Universidad de Barcelona, pp. 1-95 [http://
ia.lch.usp.br/publicacoes/Geousp/Geousp19/index.html]. www.ub.es/geocrit/geo27-28.htm].
Horacio Capel
siglos siguientes. Lo que explica que en la Academia afectada por este movimiento intelectual, que se
de Matemáticas de Barcelona, para la formación de releja en la elaboración de grandes diccionarios
los ingenieros militares, el plan de estudios enseñara geográicos durante la Ilustración.23
a los ingenieros a “remediar con el arte los defectos Entre Galileo y Newton se desarrolló la Revo-
de la naturaleza”.20 lución Cientíica, que culmina en la obra de este
autor. En el marco de este cambio fundamental se
tuvo ocasión de poner en marcha experimentos
DESCRIBIR E INTERPRETAR UN para determinar con exactitud la dimensión y la
MUNDO CAMBIANTE forma de la Tierra. Las expediciones a Laponia y a
Ecuador permitieron determinarla con precisión,
La necesidad de describir un mundo que había confirmando las deducciones newtonianas. 24
cambiado profundamente con los nuevos descubri- Al mismo tiempo se pudieron cartograiar con
mientos hizo que una de las aportaciones esenciales gran precisión y exactitud las diferentes regiones
de los geógrafos durante la Edad Moderna fueran terrestres, y disminuyó la extensión de las ‘Tierras
las obras descriptivas a escala mundial, como Incógnitas’. Eso daría lugar a una nueva geogra-
geografías universales, y regionales. Entre las que fía, de la que son exponentes la de Pierre Louis
hemos estudiado se encuentran las elaboradas por Maupertius, en Francia (1742), o la de Manuel de
los geógrafos de los Países Bajos españoles.21 Aguirre (1782) en España.25
La erudición y la sistematización del saber se hizo Una parte del desarrollo cientíico durante el
imprescindible desde el Renacimiento, primero para siglo XVIII tuvo que ver con el estudio de la Tierra.
todo el saber procedente de la antigüedad y, luego, La geografía y otras ciencias se vieron profunda-
de todo el acumulado también en la época moderna, mente afectadas en su desarrollo por estos estudios
una taxonomía de los conocimientos que permitiera de la supericie y de la estructura terrestre. Como
recuperar todo lo que se había dicho sobre las cosas y la geografía consideraba, ya lo hemos visto, las
avanzar a partir de ello. Grandes eruditos abordaron dimensiones matemáticas, físicas y humanas de la
también la sistematización de las biografías y de la Tierra, eso le llevó a tener relaciones con numerosas
bibliografía. Como hizo en España Antonio de León disciplinas, algunas de las cuales se fueron conigu-
Pinelo con referencia a esta última sobre América rando durante el Setecientos.
hispana, en su Epítome de la Biblioteca Oriental y Oc- Por eso resulta interesante estudiar las relacio-
cidental, Náutica y Geográica (1629). La continuidad nes de la geografía con las matemáticas durante el
de esas iniciativas en el siglo XVIII permitió el paso
al enciclopedismo.22 La geografía se vio también
20 Capel, Horacio (1991), “Remediar con el arte los defec- Biblioteca Oriental y Occidental Náutica y Geo”gráica (1737),
tos de la naturaleza. La capacitación técnica del Cuerpo de edición de H. Capel, Universitat de Barcelona, Barcelona,
Ingenieros Militares y su intervención en Obras Públicas”, vol. I y II.
citado en nota 53. 23 Capel, Horacio (1981), “Los Diccionarios geográicos de
21 Capel, Horacio (1981), “Geógrafos españoles en los Países la Ilustración española”, Geo Crítica, nº 31, Universidad
Bajos a ines del siglo XVII”, Tarraco. Revista de Geografía, de Barcelona, pp. 1-51 [http://www.ub.es/geocrit/geo43.htm]
nº 2, Tarragona, pp. 7-34. 24 Lafuente, Antonio (1983), “Los elementos de un de-
Lemoine-Isabeau, M. (1985), Cartographie belge dans bate cientíico durante la primera mitad del siglo XVIII: la
les collections espagnoles du XVIème au XVIIIème siècles, publié cuestión de la igura de la Tierra”, Geo Crítica. Cuadernos
sous la direction scientiique de__, avec la collaboration de Críticos de Geografía Humana, nº 46, agosto, Universidad
P. Braggard, H. Capel, L. Danckaert et J. de Graeve, 1er de Barcelona.
octobre-17 novembre 1985, Europalia 85 España, Bruxelles: 25 Capel, Horacio (ed.; 1981), “Manuel de Aguirre y la
Museée Royal de l’Armée e d’Histoire Militaire, 112 p. nueva geografía española del siglo XVIII”, introducción a
22 Capel, Horacio (1982), “El Epítome de León Pinelo y Aguirre, M., Indagaciones y reflexiones sobre geografía (1782),
el problema de la continuidad de la ciencia española en el Universitat de Barcelona, Barcelona, pp. 1-78 [http://books.
siglo XVIII, introducción a León Pinelo, A., Epítome de la google.es/].
siglo XVIII.26 También las ideas sobre la geografía escribió Herder, una “inmensa cadena, desciende
física que se mantuvieron durante el siglo XVIII, desde el creador hasta un minúsculo grano de
así como las relaciones con las disciplinas que es- arena”. Al mismo tiempo, había naturalistas que
tudiaban la estructura de la Tierra durante dicho consideraban que la matematización del universo,
siglo.27 Finalmente, las relaciones de la geografía que había triunfado con Newton, era muy difícil
con las ciencias humanas y sociales que también se en la historia natural. Así lo defendió Buffon,
iban conigurando. La igura de algunos geógrafos, frente a Linneo, cuando airmó que las verdades
como Isidoro de Antillón, merece en este sentido matemáticas no son las únicas válidas en el estudio
particular atención.28 de la naturaleza, y que el verdadero método de la
Durante la Edad Moderna, y especialmente en ciencia natural consiste en “la completa descripción
el XVIII, ilosofía y ciencia estuvieron profunda- o historia puntual de cada cosa en particular”.
mente imbricadas en los estudios sobre la natura- Con Kant se produce una revolución coperni-
leza y el territorio.29 Algunos debates cientíicos cana en ilosofía, el primado de la razón práctica.
fundamentales implicaban problemas ilosóicos Kant se enfrentó a las concepciones teleológicas de
de gran importancia, como los que se reieren a la naturaleza, defendiendo que los ines auténticos
los métodos de clasiicación de los tres reinos de se encuentran únicamente en los proyectos huma-
la naturaleza, y al papel de las matemáticas y de la nos, lo que implicaba rechazar la idea de que la
descripción en el estudio de ésta. La aceptación de naturaleza tenía un designio y una inalidad. Kant
la gran cadena del ser planteaba diicultades para la puede ser considerado también un geógrafo, ya
separación de los géneros y especies, ya que como que impartió clases de esta materia y redactó una
Geografía Física, que fue publicada en 1802. En
26 Capel, Horacio (1982), Geografía y matemáticas en la su concepción, la clasiicación de las percepciones
España del siglo XVIII, Oikos-Tau, Barcelona, 389 p. empíricas podía organizarse lógicamente, según
Capel, Horacio (1981), “La geografía en los exámenes conceptos, o físicamente, según el tiempo y el
públicos y el proceso de diferenciación entre geografía y espacio en el que se encuentran realmente: por la
matemáticas en la enseñanza durante el siglo XVIII”, Áreas. primera se obtiene un sistema de la naturaleza, y
Revista de Ciencias Sociales, nº 1, Murcia, pp. 89-112
[http://digitum.um.es/xmlui/bitstream/10201/2519/1/ por la segunda una descripción de la naturaleza.
A1(1981)%20p%2091-111.pdf ]. Y concluye:
27 Capel, H. y Luis Urteaga (1983), José Cornide y su Des-
cripción Física de España, Ediciones de la Universidad de La historia y la geografía podrían ser denominadas,
Barcelona, Barcelona, 141 p. [http://books.google.es/books por así decir, una descripción, con la diferencia de
?id=Bg04vUMFLZ0C&printsec=frontcover&hl=es&source= que la primera es una descripción según el tiempo
gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false].
28 Capel, Horacio (1986), “Isidoro de Antillón”, Boletín
y la segunda una descripción según el espacio. De
Informativo de la Fundación Juan March, nº 166, Madrid,
aquí que la historia y la geografía aumenten nuestro
pp. 3-18. Reproducido en Suplementos. Materiales de Tra- conocimiento respecto al tiempo y al espacio.
bajo Intelectual, nº 43, abril, 1994 (número especial sobre La historia, por consiguiente, diiere de la geo-
“La Geografía Hoy. Textos, Historia y Documentación”), grafía sólo respecto al tiempo y al espacio. La pri-
Anthropos, Barcelona, pp. 59-66. mera es, como se ha señalado, una relación de
Capel, Horacio, “Isidoro de Antillón en la geografía
española de los siglos XVIII y XIX”, en Jaime Lorén, José acontecimientos que se suceden en el tiempo la
María de (ed.), Isidoro de Antillón y Marzo (1778-1814). II otra una relación de hechos que se dan unos junto
Centenario de su muerte, (Simposio Santa Eulalia del Cam- a otros en el espacio. La historia es una narración,
po, Teruel, 28 y 29 de junio de 2014), Calamocha/Teruel: la geografía una descripción.
Centro de Estudios del Jiloca, 2015. Geografía es el nombre para la descripción de la
29 Capel, Horacio (1995[1997]), “Filosofía y ciencia en
naturaleza y del conjunto del mundo. La geografía
los debates sobre el territorio en la España del siglo XVIII”,
Cuadernos de Estudios del siglo XVIII, 2ª época, nº 5, Instituto y la historia juntas llenan el área entera de nuestra
Feijóo de Estudios del siglo XVIII, Universidad de Oviedo,
España, pp. 59-100.
Horacio Capel
Durante el siglo XVIII aumentó la difusión de de los libros de texto se convierte en una cuestión
la ciencia a través de la edición de obras, de revis- fundamental.41
tas periódicas, así como por la presencia de obras Se fue deiniendo un verdadero programa de
cientíicas en las bibliotecas públicas y privadas. investigación sobre estos aspectos históricos de la
Lo mismo se produce con la geografía.38 Para historia de la enseñanza de la geografía, que se ex-
el pensamiento ilustrado la ciencia debería estar tendió al estudio de instituciones de formación de
presente en todos los niveles, y aparece incluso en profesores, y en particular la Escuela Normal,42
los programas ilustrados de educación popular.39 la enseñanza de la geografía y de la historia en el
La geografía estuvo permanentemente pre- bachillerato,43 las nuevas tendencias en la enseñanza
sente en la escuela primaria y en el nivel secunda-
rio. Una parte importante de los conocimientos
Colección “Cuadernos del ICE”, nº 14), pp. 7-11 [http://
del mundo que tuvo la población se difundieron
www.ub.es/geocrit/melcon.htm].
a través de la geografía. Por eso es grande el in- Capel, Horacio (1976), “La enseñanza de la geografía en
terés del estudio de la enseñanza de esta ciencia España a principios del siglo XX”, Instituto Express, Homenaje
en la Edad Moderna y Contemporánea. A través a la Profesora Carmen Rey, Instituto Nacional de Enseñanza
de la geografía se impartieron enseñanzas sobre Media, Lorca, pp. 17-20.
41 Capel, Horacio, Luis Urteaga y J. Solé (1988), El libro
el propio país y sobre el mundo.40 El estudio
de Geografía en España, CSIC y Ediciones de la Universidad
de Barcelona, Barcelona, 214 p.
Capel, Horacio, Luis Urteaga y J. Solé, “Análisis biblio-
en la Université de Paris-Nanterre, Biblio 3W. Revista gráico de los textos de Geografía usados en la enseñanza
Bibliográica de Geografía y Ciencias Sociales, nº 264, 18 de española” (comunicación al Coloquio sobre “La ciencia
diciembre, Universidad de Barcelona [http://www.ub.es/ española e iberoamericana”, CSIC, noviembre, 1987), CSIC,
geocrit/b3w-264.htm]. en Peset, J. L. (coord.; 1989), Ciencia, vida y espacio en
Véase también Capel, Horacio (1995), “Historia de Iberoamérica, CSIC, vol. III, Madrid, pp. 293-328.
la geografía y del pensamiento geográico en los países 42 Estudiada por Julia Melcón, en su tesis doctoral, que dio
iberoamericanos e ibéricos, siglos XVI-XX”, Resúmenes. IV
lugar a varias publicaciones, y por Isabel Cárdenas:
Congreso Latinoamericano de Historia de las Ciencias y la
Melcón, Julia (1989), La enseñanza de la Geografía y el
Tecnología, Universidad del Valle, enero 24-27, SLAHCT/
profesorado de las Escuelas Normales (1882-1915), Edicions
Univalle, Cali, p. 23.
i Publicacions (Colección “Geo Crítica Textos de apoyo”
38 Capel, Horacio (1990), “El público y la circulación de
10), Universidad de Barcelona y CSIC, Barcelona, 124 p.
obras de geografía en el siglo XVIII”, en J. Oordoñezy A. [http://books.google.es/].
Eelena (comps.), La ciencia y su público. Perspectivas históri- Melcón, Julia (1989), “La Geografía y la formación de
cas, CSIC, Madrid, pp. 225-310. maestros en España, 1836-1914)”, Geo Crítica. Cuadernos
39 Capel, Horacio (1997), “Física, historia natural y geo- Críticos de Geografía Humana, septiembre, nº 83, Universidad
grafía en un programa ilustrado de educación popular”, en de Barcelona, 58 p. [http://www.ub.edu/geocrit/geo83.htm].
Homenaje a Luis Alfonso González Polledo, Universidad de Melcón, Julia (1992), La formación del profesorado en
León, España, pp. 13-23. España (1837-1914), Ministerio de Educación y Ciencia,
40 Capel, H. et al. (1983), Ciencia para la burguesía. Re- Madrid, 496 p.
novación pedagógica y enseñanza de la geografía durante la Melcón, Julia (1995), Pedagogía y Geografía, Prólogo de
Revolución liberal (1814-1857), Ediciones Universidad Horacio Capel, Ediciones de la Universidad Autónoma
de Barcelona (Colección “Geocrítica. Textos de Apoyo”), de Madrid/Instituto de Ciencias de la Educación, Colección
Barcelona, 356 p. [http://books.google.es/books?id=Bg04vU “Cuadernos del ICE”, nº 14), Madrid, pp. 7-11 [http://www.
MFLZ0C&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_sum- ub.es/geocrit/melcon.htm].
mary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false]. Cárdenas Olivares, M. Isabel (1987), La geografía y la
Capel, Horacio et al. (1985), Geografía para todos. La geo- formación de maestros en España: su evolución en la Escuela
grafía en la enseñanza española durante la segunda mitad del siglo Normal de Murcia, 1914-1976, Universidad de Murcia,
XIX (trabajo colectivo dirigido por H. C. y dentro de él, Capel, España, 358 p. [http://books.google.es/].
Horacio, La Sociedad Geográica de Madrid y la enseñanza de la 43 Estudiadas respectivamente por Alberto Luis Gómez y
geografía), Los Libros de la Frontera, Barcelona, 236 p. por Joaquín García Puchol en sus tesis doctorales:
Capel, Horacio (1995), Prólogo al libro Pedagogía y Gómez, Luis Alberto (1985), La Geografía en el bachille-
Geografía, de Julia Melcón, Ediciones de la Universidad rato español, 1936- 1975, Ediciones de la Universidad (Colec-
Autónoma de Madrid/Instituto de Ciencias de la Educación ción ‘Geo Crítica. Textos de Apoyo’ nº 5), Barcelona, 350 p.
Horacio Capel
International Congress of History of Science, Zaragoza a Minerva. La formación cientíica y la estructura institucional
(Spain) 21-29 August 1993, Zaragoza: International Union de los ingenieros militares en el siglo XVIII, CSIC y Ediciones
of History and Philosophy of Sciences, pp. 111-122. el Serbal, Barcelona, 390 p.
Capel, Horacio (1993), “Technological innovation in the Capel, Horacio (1987), “Cursos manuscritos y textos
19th century city”, en Dhombres, Jean, Mariano Hormigón impresos en la enseñanza cientíica de los ingenieros milita-
y Elena Ausejo, Symposia Survey Papers-Plenary Lectures, res” (comunicación al Coloquio “La Ciencia y la Técnica en
XIXth International Congress of History of Science, Zarago- América, siglo XVIII)”, Casa de Velázquez y CSIC, Madrid;
za (Spain) 21-29 August 1993, Zaragoza: International Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia,
Union of History and Philosophy of Sciences, pp. 217-220. CSIC, vol. XXXIX, nº 2, Madrid, pp. 161-169.
Horacio Capel
Matemático de Pedro de Lucuce, que se impartió La labor cientíico técnica de los ingenieros
a partir de 1739 y durante varias décadas en la españoles fue muy variada y profunda en campos
Academia de Matemáticas de Barcelona.49 diversos. Ante todo, en su función más especí-
La obra de los miembros de esa corporación no ica, relacionada con el sistema defensivo de la
puede entenderse solamente como resultado de su Monarquía.52 Pero su actuación se extiende a
personalidad individual (aunque sea tan destaca- la construcción de canales, creación de ciudades,
da como la de algunos miembros del Cuerpo de sistemas de carreteras, puertos y todos los aspectos
Ingenieros Militares) sino que debe insertarse en a que llegaba la política de fomento del gobierno.53
la estructura comunitaria, los programas de estu-
dios que siguieron, las normas sobre confección rica”, en Actas de las Jornadas sobre La Ingeniería militar y la
de mapas, las instrucciones para la realización de Cultura Artística Española, 13-15 noviembre 1989, UNED/
descripciones territoriales y otros conocimientos Fundación Rafael Alberti (en publicación), Cádiz. Repro-
teóricos y prácticos que adquirieron. ducido en Suplementos. Materiales de Trabajo Intelectual,
nº 43, abril, 1994 (número especial sobre “La Geografía
Finalmente, la investigación continúa con el Hoy. Textos, Historia y Documentación”), Anthropos,
estudio de su labor corporativa, y el papel de los Barcelona, pp. 98-115.
cuerpos profesionales científico-técnicos en la Capel, Horacio (2002), “Los estudios sobre el territorio”,
construcción del Estado durante la Edad Moderna, en José Luis Peset Reig (dir.), Historia de la ciencia y de la
técnica en la Corona de Castilla. Siglo XVIII, vol. IV, Junta de
especialmente, durante el siglo XVIII.50 Fue espe-
Castilla y León, Salamanca, pp. 465-498.
cialmente destacada su labor en el estudio y en la Capl, Horacio y Vicente Casals Costa (2002), “Los
organización territorial.51 ingenieros o el matrimonio de la ciencia con las artes útiles”,
en José Luis Peset Reig (dir.), Historia de la ciencia y de la
Capel, Horacio (2007), “L’Acadèmia de Matemàtiques técnica en la Corona de Castilla. Siglo XVIII, vol. IV, Junta de
de Barcelona i els enginyers militars a Catalunya”, en Vernet, Castilla y León, Salamanca, pp. 567-602.
Joan i Ramon Parés (dirs.), La Ciència en la Història dels Casals, Vicente y Horacio Capel (2002), “La ingeniería
Paisos Catalans. II, Del neixement de la Ciència Moderna a y la ciencia a la conquista del territorio”, en Bonet, Antonio
la Il·lustració, Institut d’Estudis Catalans i Universitat de (coord.), Un reinado bajo el signo de la paz. Fernando VI y
València, València, pp. 681-708. Bárbara de Braganza. 1746-1759, Real Academia de Bellas
Capel, Horacio (1988), “Geografía y cartografía” y Artes de San Fernando/Ministerio de Educación y Ciencia,
“Las Academias de Ingenieros”, en Selles, M., J. L. Peset Madrid, pp. 309-340.
y A. Lafuente, Carlos III y la ciencia de la Ilustración, Alian- 52 Capel, Horacio (2006), “Los ingenieros militares y el
za Editorial, Madrid, pp. 99-126 y 187-204. sistema de fortiicación en el siglo XVIII”, en Cámara, Alicia
49 Lucuce, Pedro de (2000), Tratado de Cosmografía del Curso (coord.), Los ingenieros militares y la Monarquía Hispánica
Matemático para la Instrucción de los Militares, 1739-1779. en los siglos XVII y XVIII, Ministerio de Defensa/Asociación
Según un manuscrito anónimo de 1776 (transcripción y de Amigos de los Castillos/Centro de Estudios Europa
estudio por Rafael Alcaide y Horacio Capel), Edicions i Pu- Hispánica, Madrid.
blicacions (Geocrítica Textos Electrónicos, nº 1), Barcelona Capel, Horacio (2001), “Los ingenieros militares y
[estudio introductorio: El Curso de Cosmografía de Lucuce su actuación en Canarias”, en Actuación de los Ingenieros
en las Academias de Matemáticas Militares: el problema de Militares en Canarias, siglos XVI al XX, Centro de Historia y
los textos cientíicos y el desarrollo de la ciencia española Cultura de la Zona Militar de Canarias/Universidad de La
en el siglo XVIII], [http://www.ub.es/geocrit/tcestin.htm]. Laguna, Santa Cruz de Tenerife, pp. 13-54.
50 Capel, Horacio (2005), “Construcción del Estado y Capel, Horacio (2004), “Las defensas del Reino de
creación de cuerpos profesionales cientíico-técnicos: los Granada: historia y patrimonio histórico” (prólogo al libro
ingenieros de la Monarquía Española en el siglo XVIII”, en de Antonio Gil Albarracín), prólogo de Horacio Capel,
Cámara Muñoz, Alicia y Fernando Cobos Guerra (eds.), Documentos sobre la defensa de la costa del Reino de Granada,
Fortiicación y Frontera Marítima. Actas del Seminario Inter- GBGeditora, Barcelona/Almería, pp. 17-21.
nacional celebrado en Ibiza durante los días 24 al 26 de octubre 53 Capel, Horacio (1988), “Remediar con el arte los defectos
de 2003, Ajuntament d’Eivissa, Eivissa (CD). Reproducido de la naturaleza. La capacitación técnica del Cuerpo de In-
en Scripta Vetera. Edición Electrónica de Trabajos Publicados genieros Militares y su intervención en Obras Públicas”, en
de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona Antiguas Obras Hidráulicas en América, Actas del Seminario
[http://www.ub.es/geocrit/sv-85.htm]. de México, Centro de Estudios Históricos y de Urbanismo
51 Capel, Horacio (1989), “La invención del territorio. (CEHOPU), Ministerio de Obras Públicas y Transportes,
Ingenieros y arquitectos de la Ilustración en España y Amé- México, 1991, pp. 507-542.
Eso permite entender la labor cientíica de los Los ingenieros militares realizaron numerosas
miembros concretos del cuerpo, cuya actuación descripciones geográicas. Entre las que yo mismo
se inserta en las normas que han aprendido en el he estudiado se encuentran descripciones de las Is-
cuerpo, pero que también se enriquece con su per- las Canarias y de Murcia,58 pero en la revista Biblio
sonalidad individual. La labor más importante de 3W se pueden encontrar otras muchas de diferentes
los ingenieros concretos tuvo que ver con tareas autores.59 Algunos ingenieros se convirtieron en
de fortiicación.54 Pero al mismo tiempo, como grandes científicos. Especialmente importante
técnicos de la Corona para todo lo que se refería a fue la igura de Félix de Azara, convertido en un
las obras públicas y al fomento, realizaron proyectos naturalista y geógrafo destacado.60
y dirección de obras de canales55 y relexionaron Desde hace casi dos décadas hemos dedicado
sobre el transporte y el regadío.56 Su papel fue, varios libros y numerosos artículos a esta corpora-
especialmente, muy importante en América, como ción, y he dirigido varias tesis doctorales y trabajos
técnicos de la Corona.57 en universidades españolas e iberoamericanas. El
estudio se ha extendido a los ingenieros militares
Capel, Horacio (2005), “Ciencia, técnica e ingeniería del siglo XIX, realizado por otros colegas.61
en la actividad del Cuerpo de Ingenieros Militares. Su con-
tribución a la morfología urbana de las ciudades españolas
y americanas”, en Silva, Manuel (ed.), Técnica e Ingeniería Capel, Horacio y María del C. Navarro Abrines (1997),
en España. Vol. II, El Siglo de las Luces. De la ingeniería a la “Carlos de Beranger: un ingeniero militar en el virreinato del
nueva navegación, Real Academia de Ingeniería/Institución Perú”, Biblio 3W. Revista Bibliográica de Geografía y Cien-
Fernando el Católico/Prensas Universitarias de Zaragoza, cias Sociales, nº 12, 3 de marzo, Universidad de Barcelona
pp. 333-382. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-12.htm].
58 Capel, Horacio (1998), J. Tous Melià: Descripción geo-
Capel, Horacio (2011), “L’activitat dels enginyers
militars i el patrimoni històric: el patrimoni construït i el gráica de las Islas Canarias (1740-1743) de D. Antonio
bibliográic, cartogràic i documental”, en Giráldez, Pilar i Riviere y su equipo de ingenieros militares”, Biblio 3W.
Marius Vendrell (coords.), Materials i projecte arquitectònic: Revista Bibliográica de Geografía y Ciencias Sociales, nº 71,
del Barroc al Neoclasicisme (segles XVII-XIX), Patrimoni Edi- 27 febrero, Universidad de Barcelona [http://www.ub.es/
cions, Barcelona, pp. 89-112. geocrit/b3w-71.htm].
54 Capel, Horacio (2001), “El castillo de Lorca en un infor- Capel, Horacio (2001), “Las Islas Canarias en 1770,
me del ingeniero Ricaud”, Biblio 3W. Revista Bibliográica de según un informe del ingeniero militar Francisco Gozar”,
Geografía y Ciencias Sociales, nº 288, 2 de abril, Universidad Biblio 3W. Revista Bibliográica de Geografía y Ciencias So-
de Barcelona [http://www.ub.es/geocrit/b3w-288.htm]. ciales, nº 291, 2 de mayo, Universidad de Barcelona [http://
www.ub.es/geocrit/b3w-291.htm].
55 Capel, Horacio (2001), “Los proyectos del ingeniero Se-
Capel, Horacio (2004), La “Descripción ortográica del
bastián Feringán (1741) y de Francisco Boizot (1774) para Reino de Murcia del ingeniero militar Manuel Caballero,
el trasvase de los ríos Castril y Guardal”, Biblio 3W. Revista 1801”, Biblio 3W. Revista Bibliográica de Geografía y Ciencias
Bibliográica de Geografía y Ciencias Sociales, nº 310, 7 de Sociales, vol. IX, nº 536, 25 de septiembre, Universidad de
septiembre, Universidad de Barcelona [http://www.ub.es/ Barcelona [http://www.ub.es/geocrit/b3w-536.htm].
geocrit/b3w-310.htm]. 59 Pueden verse en Biblio 3W (en la sección índice de temas,
Capel, Horacio (1997), “Los ingenieros militares y los ca- “ingenieros militares”) una treintena de artículos dedicados
nales en España y América durante el setecientos”, Biblio 3W. a descripciones y mapas realizadas por estos técnicos, en
Revista Bibliográica de Geografía y Ciencias Sociales, nº 35, España y América.
24 de junio, Universidad de Barcelona [http://www.ub.es/ 60 Capel, Horacio (2005), “El ingeniero militar Félix de
geocrit/b3w-35.htm].
Azara y la frontera americana como reto para la ciencia
56 Capel, Horacio (2002), “El discurso político sobre el re-
española”, en Tras las huellas de Félix de Azara (1742-1821).
gadío del ingeniero militar Fernando de Ulloa, 1767”, Biblio Jornadas sobre la vida y la obra del naturalista español Don Fé-
3W. Revista Bibliográica de Geografía y Ciencias Sociales, vol. lix de Azara (Fundación Biodiversidad, 19-22 de octubre de
VI, nº 348, 15 de febrero, Universidad de Barcelona [http:// 2005, Madrid), Diputación de Huesca, Huesca, pp. 83-132.
www.ub.es/geocrit/b3w-348.htm]. Reproducido en Scripta Vetera, Universidad de Barcelona,
57 Capel, Horacio (1994), “Miguel Constanzó y la Ilus- nº 97 [http://www.ub.es/geocrit/sv-97.htm].
tración novohispana, prólogo al libro de Omar Moncada, 61 Por ejemplo, Muro, Ignacio (1993), El pensamiento militar
El ingeniero Miguel Constanzó. Un militar ilustrado en la sobre el territorio en la España contemporánea (prólogo de
Nueva España del siglo XVIII, Instituto de Geografía, UNAM, Horacio Capel), Ministerio de Defensa, Secretaría General
México, pp. 11-21. Técnica, Madrid (2 vols. 579 + 351 p.).
Horacio Capel
Además de los ingenieros militares, el estudio de plinas cientíicas como resultado de problemas que
las diversas comunidades cientíicas que estudian exigen nuevas aproximaciones intelectuales y de las
la supericie terrestre, y de las corporaciones profe- estrategias sociales de grupos de cientíicos de una o
sionales que intervienen en ella, se convirtió así en varias comunidades ya existentes; los trabajos sobre
una línea de investigación relevante desde inales la aparición de subdisciplinas en el campo de la
de los años setenta, para ver como se aproximan geografía y la creación de la edafología pueden ser
al mismo objetivo –el espacio terrestre− a partir también ejemplos de esta línea de investigación.64
de sus propias teorías y métodos adquiridos en el
proceso de socialización académica, y para analizar
la forma como inluye la estructura comunitaria e FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA
institucional en la elaboración de los conceptos. En GEOGRAFÍA DE LOS SIGLOS XIX Y XX
ese sentido se han realizado algunas aportaciones en
el Departamento de Geografía de la Universidad de Al acometer el estudio de la evolución de la geo-
Barcelona, sobre el trabajo de los geógrafos, sociólo- grafía en la época contemporánea, y necesitar un
gos y edafólogos. Especial atención se ha dedicado marco teórico para ello, deseché el uso del concepto
a los diferentes cuerpos de ingenieros, con estudios de paradigma y de revoluciones cientíicas por las
personales y tesis doctorales dirigidas acerca de los críticas que se estaban haciendo en aquellos mo-
ingenieros de montes e ingenieros agrónomos.62 mentos al esquema khuniano. No podía utilizar
También estamos atentos a los desarrollos que se tampoco la concepción foucaultiana expuesta en
realizan en otros campos próximos.63 Las palabras y las cosas, ya que en ella se identiican
La metodología del estudio parte siempre de la tres epistemes dominantes desde el Renacimiento,
elaboración de un inventario lo más amplio posible y la última, que se iniciaba a comienzos del XIX, se
del conjunto de la comunidad (que, en varias de las extiende por todo ese siglo y el siguiente, ocupando
que se han estudiado tienen, en cada caso, aproxima- todo el periodo que yo había de estudiar. En esa
damente un millar de miembros), continúa con el tesitura, decidí utilizar la contraposición entre
estudio de la estructura institucional y la formación positivismo e historicismo, adelantada por Ernst
cientíica o profesional que reciben, la prosopografía Cassirer y desarrollada luego por otros autores.
y, inalmente, el análisis de la producción intelectual Los rasgos básicos de la concepción positivista
del conjunto de los miembros. El programa de inves- serían: el monismo metodológico; la consideración
tigación se extiende asimismo al estudio de la de que las ciencias naturales exactas establecen el
aparición y reconocimiento institucional de disci- canon ideal o metodológico de todas las ciencias,
inclusive las humanas o sociales; y la explicación
62
causal, que consiste en “la subsunción de casos
Entre ellas, especialmente, las de: Casals Costa, Vicente
(1997), Los Ingenieros de Montes en la España contemporánea,
individuales bajo leyes generales hipotéticas de la
Ediciones del Serbal, Barcelona, 432 p. Y, Cartañá Pinen, naturaleza”. Por el contrario, el historicismo es en
Jordi (2005), Agronomía e ingenieos agrónomos en la España realidad un antipositivismo, que supone un rechazo
del siglo XIX, Ediciones del Serbal (Colección “La Estrella de monismo; una airmación del contraste entre
Polar”), Barcelona, 320 p. las ciencias que aspiran a generalizaciones sobre
63 Capel, Horacio (2001), “Josep Suriol Castellví. Els en-
fenómenos reproducibles y predecibles y las que lugar a una nueva geografía, que encontraría su base
buscan comprender las peculiaridades individua- teórica en las concepciones neokantianas, que se di-
les y únicas de sus objetos; y la distinción entre fundieron en ese momento. En los años cincuenta
explicación y comprensión. Esta contraposición y sesenta, la expansión del neopositivismo estuvo
que, como he dicho antes, tiene varios precedentes, en la base de otra nueva geografía, la geografía teo-
fue desarrollada, de manera general, por Georg H. rética o cuantitativa. Y en los años setenta la nueva
von Wright y, en geografía, por Fred K. Schaefer, reacción antipositivista tuvo consecuencias también
y aplicada luego por otros autores. en la geografía con un movimiento calificado
Aunque el citado dualismo tiene validez con como radical, humanista, o postmoderna. En esas
referencia a las ciencias humanas, en algunos as- tendencias se integró fácilmente el descubrimiento
pectos puede extenderse también a las ciencias de la de la dimensión subjetiva, y el desarrollo de una
naturaleza. Es lo que traté de explorar en el trabajo geografía de la percepción y el comportamiento.67
sobre positivismo y antipositivismo en geografía En el libro Filosofía y ciencia en la geografía
física.65 Apliqué también ese mismo esquema al contemporánea, tras presentar ese panorama de la
análisis de la evolución de la obra de determinados evolución de la geografía, y la oscilación entre esas
geógrafos (como Joaquín Bosque Maurel y Bernard dos concepciones, concluía que el debate entre
Kayser).66 positivismo e historicismo seguía abierto, y difícil-
La oscilación entre concepciones positivistas e mente se iba a cerrar en los años siguientes, ya que
historicistas permite entender la aparición de varias tenía en su base importantes problemas ilosóicos
nuevas geografías en los siglos XIX y XX. y de concepción cientíica.
A partir de mediados del Ochocientos, el positi- Pero ante la necesidad de concluir la obra, me
vismo daría nuevas perspectivas al estudio cientíico atreví a hacerlo citando a Ernest Cassirer, que en
en esta y en otras disciplinas. A inales del XIX el su obra sobre El problema del conocimiento, había
historicismo, como reacción al positivismo, dio examinado la contraposición entre los dos grandes
ideales del conocimiento que se enfrentaron en el
65 Capel, Horacio (1983), “Sobre clasiicaciones, paradig- siglo XIX, el ideal de las ciencias matemáticas de la
mas y cambios conceptuales en Geografía”, Relexiones naturaleza y el ideal que proclama la primacía del
introductorias a la ponencia del Pensamiento Geográico, conocimiento histórico; este ilósofo concluía que
II Coloquio Ibérico de Geografía, Lisboa 13-17 de octubre
1980), en Actas del II Coloquio Ibérico de Geografía, vol. II,
“la ilosofía crítica en vez de pronunciar un fallo
Lisboa, pp. 133-151. Publicado también en El Basilis- favorable a uno de los litigantes, tiene que conten-
co, nº 11, Oviedo, 1981 [http://www.fgbueno.es/bas/ tarse con comprender y defender los intereses de
bas11101.htm]. ambos”, ya que
Capel, Horacio (1982), “Positivismo y antipositivismo
en la ciencia geográica. El ejemplo de la geomorfología”, I
Congreso de Teoría y Metodología de las Ciencias, Universidad
si bien las dos posiciones se excluyen entre si en
de Oviedo, 12-16 abril), en Actas del Congreso de Teoría y cuanto dogmas, consideradas como principios y
Metodología de las ciencias, Pentalfa, Oviedo, pp. 255-303. orientaciones del conocimiento no sólo pueden
Coloquio tras la conferencia de Horacio Capel (con la coexistir, sino que se complementan mutuamente.
intervención de Gustavo Bueno, Mario Bunge, Rafael Pla
y otros), pp. 304-313. Reproducido en Geo Crítica, Uni-
versidad de Barcelona, nº 43, 1983, pp. 1-56 [http://www. 67 Capel, Horacio (1973), “Percepción del medio y com-
ub.edu/geocrit/geo43.htm]. portamiento geográico”, Revista de Geografía, vol. VII, nº 1,
66 Capel, Horacio (1988), “El pensamiento y la obra cien- Universidad de Barcelona, pp. 58-150 [http://www.raco.
tíica del Profesor Joaquín Bosque Maurel”, Estudio intro- cat/index.php/RevistaGeograia/article/view/45873/56665].
ductorio a la reedición de la obra de Joaquín Bosque Maurel, Capel, Horacio (1975), “Image de la ville et compor-
Geografía urbana de Granada, Ediciones de la Universidad tement spatial des citadins”, L’Espace Géographique, Paris,
de Granada, Colección Archivium, Granada, XXXIV p. pp. 73-80. Existe también otra versión castellana: “Imagen
Capel, Horacio (1990), “La continuité et le change- de la ciudad y comportamiento espacial de los ciudadanos”,
ment”, en Kayser, B. et al., Gèographie entre space et dèveloppe- Cuadernos de Documentación Visual, Industrias Gráicas
ment, Presses Universitaires du Mirail, Toulouse, pp. 27-36. Casamajor, Barcelona.
Horacio Capel
Tras de lo cual añadía yo: Pero como he dicho en alguna otra ocasión, esa
interpretación, como cualquier otra cientíica, ‘sirve
Es probable que sea ésta la actitud más adecuada par mientras sirve’. Si los problemas que no quedan
aquellos que al examinar las polémicas de la geo- bien interpretados por este marco son numerosos,
grafía contemporánea reconocen, a la vez, la validez si las incongruencias o insuiciencias son muchas,
de los argumentos de unos y otros contendiente. entonces es evidente que hay que buscar otro marco
Para los que, en cambio, se inserten decididamen- teórico más comprensivo. Así ha avanzado siempre
te en una de las concepciones en liza, el examen la ciencia. Y es evidente que corresponde a los más
atento de la racionalidad de la parte contraria le jóvenes buscar sus propios marcos de interpretación.
permitirá rectiicar las propias convicciones y acep- Los cambos en las TIC y en las tecnologías
tar la parte de razón en las críticas que les dirijan de información geográica han representado una
los contrarios. transformación importante en la geografía y en
la ciencia en general. Ha habido un aumento del
La ciencia se va haciendo, y las teorías y las conocimiento geográico entre el público en gene-
interpretaciones que se hacen tienen un carácter ral. Nunca se ha dispuesto de tanta información
provisional. No se pueden tener posiciones dog- geográica y espacial como hoy.68
máticas o inalterables en ella. Tras la publicación La geografía puede aportar su manejo de
de Filosofía y ciencia en la geografía contemporánea, conceptos espaciales, que fueron ampliamente
siempre he tenido interés en presentar las diversas incorporados y reformulados a partir de los años
posibilidades que habían existido para organizar cincuenta, y que permiten elaborar teorías sobre
dicho libro, y que el marco interpretativo que uti- la localización, la distribución de fenómenos y sus
lizó en él se debe entender en un contexto concreto asociaciones en la supericie terrestre. Especialmen-
en que el mismo se escribió. Si lo hubiera escrito te es importante hoy, cuando la cantidad de datos
algunos años antes, es posible que hubiera utili- disponibles es inmensa y crece continuamente. En
zado los conceptos de paradigma y de revolución esta situación conviene reairmar hoy la importan-
cientíica que había presentado Tomas Khun en su cia de la tradición positivista y cuantitativa en la
libro La estructura de las revoluciones cientíicas, de geografía. Sobre todo por la importancia de tratar
1962, y que había tenido una gran importancia en y dar coherencia a una cantidad ininita de datos,
numerosas disciplinas, incluida la geografía. Pero lo que solo puede hacerse con la ayuda de métodos
en 1980 ese marco teórico era muy debatido, y no matemáticos. Sin perder por ello las aportaciones
me decidió a usarlo, por lo que tuve que buscar críticas que ha tenido la disciplina en el último
otro. Foucault era una alternativa, y es probable medio siglo, y las que se han hecho en diversas
que si mi libro hubiera tratado de la evolución del ramas de la geografía humana, desde la geografía
pensamiento geográico desde el Renacimiento al histórica a la cultural.
siglo XX, lo hubiera usado. Concretamente su libro
Las palabras y las cosas, donde presenta las sucesivas
epistemes que se han sucedido desde el XVI: la
renacentista, la clásica y la moderna. Pero como
mi libro trataba del pensamiento geográico en los
siglos XIX y XX, el esquema foucaultiano no me
servía, ya que toda la época contemporánea queda
dentro de lo que llama la epistema moderna. En
68 Véase sobre ello Capel, Horacio (2010), “Geografía en
esa situación la contraposición entre positivismo e
historicismo, planteada por Ernst Cassirer, y más red a comienzos del Tercer Milenio. Por una ciencia solida-
ria y en colaboración”, Scripta Nova. Revista Electrónica de
tarde por Georg H. Von Wright me pareció de Geografía y Ciencias Sociales, 1 de febrero, vol. XIV, nº 313,
gran utilidad. Universidad de Barcelona, Barcelona [http://www.ub.es/
geocrit/sn/sn-313.htm].