Este documento analiza el problema epistemológico del origen del conocimiento humano y los diferentes supuestos filosóficos utilizados para intentar resolverlo, como el racionalismo, el empirismo y el intelectualismo. Según el documento, estos supuestos sustituyen la certeza en ausencia de una solución definitiva y dependen de las facultades cognitivas del sujeto y sus intereses ontológicos. Finalmente, el documento concluye que ningún supuesto es mejor, sino que sólo son conjeturas que dependen de factores individual
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Este documento analiza el problema epistemológico del origen del conocimiento humano y los diferentes supuestos filosóficos utilizados para intentar resolverlo, como el racionalismo, el empirismo y el intelectualismo. Según el documento, estos supuestos sustituyen la certeza en ausencia de una solución definitiva y dependen de las facultades cognitivas del sujeto y sus intereses ontológicos. Finalmente, el documento concluye que ningún supuesto es mejor, sino que sólo son conjeturas que dependen de factores individual
Este documento analiza el problema epistemológico del origen del conocimiento humano y los diferentes supuestos filosóficos utilizados para intentar resolverlo, como el racionalismo, el empirismo y el intelectualismo. Según el documento, estos supuestos sustituyen la certeza en ausencia de una solución definitiva y dependen de las facultades cognitivas del sujeto y sus intereses ontológicos. Finalmente, el documento concluye que ningún supuesto es mejor, sino que sólo son conjeturas que dependen de factores individual
Este documento analiza el problema epistemológico del origen del conocimiento humano y los diferentes supuestos filosóficos utilizados para intentar resolverlo, como el racionalismo, el empirismo y el intelectualismo. Según el documento, estos supuestos sustituyen la certeza en ausencia de una solución definitiva y dependen de las facultades cognitivas del sujeto y sus intereses ontológicos. Finalmente, el documento concluye que ningún supuesto es mejor, sino que sólo son conjeturas que dependen de factores individual
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ANÁLISIS
Según mi análisis respecto a la lectura, el inconveniente o contrariedad sobre el
origen del conocimiento humano es un problema epistemológico que puede tener más de una intención de solución, ya que dicho inconveniente se procura remediar o enmendar con conocimiento o desconocimiento del hecho, utilizando distintos supuestos filosóficos (racionalismo, empirismo, intelectualismo o apriorismo). La principal característica de un supuesto filosófico, a partir de su definición etimológica, es que solo se trata de un término o una idea, El supuesto sustituye a la certeza del conocimiento”. A partir de los supuestos, sepámoslo o no, comienza nuestro “conocimiento” de la realidad. La pregunta importante al respecto sería: ¿cuál es la necesidad que satisface un supuesto que se utiliza para resolver un problema filosófico del conocimiento? Respuesta: sustituir la certeza que se tendría, si los problemas filosóficos del conocimiento ya hubiesen sido solucionados de manera definitiva, por una opinión, conjetura, suposición, estimación o presunción, de cómo se podrían solucionar los mismos. Dichos supuestos, estimaciones o conjeturas epistemológicas dependen, a su vez, de la facultad o facultades (la razón y/o los sentidos) que el sujeto cognoscente ponga en práctica cuando pretenda conocer determinado fenómeno. La facultad o facultades que el sujeto ponga en juego, cuando pretenda problematizar un objeto de estudio, dependerá o dependerán, a su vez, de los intereses ontológicos del investigador. Dichos intereses, haberes o beneficios se refieren en el ámbito ontológico, existente o real - a pretender poner orden en el contexto, situación o entorno (racionalismo), caos (empirismo) o a estados intermitentes entre el orden y el caos (intelectualismo o apriorismo).
Nos planteamos una interrogante, ¿Cuál es la fuente del conocimiento
humano? Muchos filósofos se han formulado esta pregunta y la han resuelto en diferentes sentidos, para algunos pensadores el conocimiento humano brota de la razón (Descartes,1981, Leibniz, 1991); otros dicen que se origina en los sentidos (Locke, 1994, Hume, 1992) y; los más, opinan que en la elaboración de los saberes intervienen tanto la razón, conciencia o pensamiento como los sentidos con la salvedad de que primero sentimos, apreciamos o concebimos y luego pensamos, cavilamos o especulamos (Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, ) o que primero pensamos y luego sentimos (Kant, 1996). De esta manera muchos de nuestros filósofos han podido dar a conocer su hipótesis sobre el conocimiento humano, llegando a formular más interrogantes.
Finalizamos con una última interrogante, ¿Cuál de todos los supuestos
filosóficos con los que se pretende resolver el problema sobre el origen del conocimiento es el mejor? ninguno. En términos epistemológicos sólo son conjeturas, opiniones derivadas de la razón, los sentidos o de ambos y, ontológicamente, la elección dependerá de los intereses existenciales de la persona o grupo de personas que los utilicen. Se puede estimar que los seres humanos no venimos a este mundo con las facultades necesarias para conocer la esencia de la realidad y que, por lo mismo, lo único que podemos hacer, en términos cognitivos, es elaborar un mapeo de la misma (definición, características, función, finalidad, clasificación, elementos, etc.) utilizando para ello nuestras facultades (razón y/o sentidos) con las que elaboramos ciertos supuestos con los que intentamos resolver los problemas del conocimiento dependiendo de nuestros intereses ontológicos. Existe una relación entre los supuestos que se utilizan para intentar resolver el problema del origen del conocimiento, las facultades cognitivas de todo sujeto cognoscente y los intereses ontológicos del mismo.