Trabajo 1 Macroeconomia

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MACROECONOMIA INGENIERIA CIVIL INDUSTRIAL

08 DE AGOSTO DE 2020 PROFESOR YERKO CORTES

TRABAJO PRACTICO MACROECONOMIA INSTRUCIONES


Elaborar un informe escrito para la película American Factory en el contexto de la
asignatura de Macroeconomía.
NOTA: Puede apoyar su análisis con lo visto en la asignatura o algún otro conocimiento
referencial que tenga o considere relevante para sus respuestas.
En relación con lo observado, responda las siguientes preguntas:
1.- La película plantea una problemática basada en reformular un negocio de un país a otro.
(China -EE. UU). Desde su perspectiva… ¿Cómo influye la globalización en este tipo de
situaciones? (enfoque esto desde el punto vista económico)

R: La globalización sobre todo la globalización económica, es un fenómeno la integración de los


mercados de los países, sus mecanismos, procesos y productos a una red económica de orden
mundial. Implica un fenómeno gradual y constante de creación de mecanismos y estructuras que
facilitan la creación de un mercado único mundial.

Es en este sentido que este fenómeno influye de manera significativa en las empresas que desean
convertirse en transnacionales puesto que cada país tiene diferentes políticas laborales y
económicas que deben ser consideras al memento de invertir en determinados países.

2. La Macroeconomía como disciplina establece aspectos relativos que afectan a la


economía como un todo. Refiérase a 3 aspectos económicos que le llaman la atención de la
Cultura Oriental (china) y Cultura Occidental (EE. UU.) que se ven reflejados en esta película

R:

N° Aspecto Cultura oriental (China) Cultura occidental (USA) Comentario


1 Condiciones Por lo que se puede ver Por lo que se ve en la Se evidencia que
laborales en la película, las película, en la cultura La condiciones
(condición condiciones laborales son occidental, se protege la laborales varían
sociocultural) extremas, donde los salud física y emocional de de acuerdo al
trabajadores casi no los trabajadores, donde aspecto
cuentan con descansos estos trabajan solo 8 hrs sociocultural,
en el mes y trabajan 12 diarias, cuentan con donde se puede
hrs diarias, y cuentan con descansos los fines de ver que la cultura
muy poca vida familiar semana, y la vida familiar occidental,
es muy considerada. protege de mejor
manera la salud
física y
psicológica de los
trabajadores, en
pos de la
producción.
2 Salarios Por lo que se logra ver, Los salarios de los Las diferencias
los salarios en China son estadunidenses son salariales
bajos en comparación a bastante altos, logrando a hicieron que los
la cantidad de horas de ganar 2240 dolares trabajadores
trabajo, y por lo general mensuales (dato chinos decidieran
debido a la cantidad de entregado por la película), traer a sus
horas trabajadas, estos sin embargo varias familias desde
no pueden optar a otro personas necesitan más de China, con el fin
trabajo. un trabajo para lograr de tener una
tener un buen vivir. mejor vida con
buenos salarios y
vida familiar.
3 Recesión Los chinos normalmente La película inicia con el Las recesiones
económica no se ven afectados por cierre de una fábrica de son un problema
las recesiones mundiales, GM debido a la recesión económico
debido a sus modelos económica del 2015, es global, que
económicos y laborales, aquí donde se evidencia afectan sobre
los cuales aseguran una que el modelo de trabajo todo a los países
producción y consumo de USA tiene sus fallas sub desarrollados
interno independiente de debido a la globalización. o en vías de
lo que suceda a nivel desarrollo,
mundial. donde sus
producciones se
ven afectadas
por la baja en la
demanda de
parte del
mercado
mundial.

3. Sabemos que las empresas muestran desempeños distintos si comparamos a diversos


países y la forma de desarrollar los trabajos. ¿Como cree usted que eso influye en la economía
cuando se trata de llevar a cabo en negocio en otro país? ¿Es importante que sea una mezcla de
trabajadores para adaptar las diversas culturas?

R: Las diferentes realidades de cada país resultan en un factor a considerar al momento de decidir
instalar una empresa en un país extranjero, la cultura del trabajo de cada país, los sindicatos, la
cultura del pago, etc pueden ser totalmente diferentes a lo que se está acostumbrado en el país
de origen, algo que se vio reflejado en la película, es aquí donde las políticas de cada empresa en
su país de origen pueden repercutir en el desempeño de los trabajadores de un país extranjero.
Cuando se inicia un negocio en un país extranjero, es recomendable tener una mezcla de
trabajadores en diversas áreas no solo a nivel de ejecutivos, esto para que los trabajadores locales
integren la cultura de la empresa a través de la socialización.

4. En base a o que plantea la película y lo que se puede inferir. ¿Considera Ud. que es más
fácil la adaptación a una cultura oriental a un mercado como el americano o viceversa? ¿Cree
usted que eso explica el desempeño de las compañías occidentales o las orientales en la
actualidad? ¿O existen otros factores que no se aprecian en la película?

R: De acuerdo a lo visto en la película y a lo controversial que ha sido esta misma en el país


asiático, es que se evidencia que la adaptación de las culturas es muy difícil, sobre todo por sus
modelos económicos, seguridad laboral, bienestar laboral, se puede ver que estos factores
siempre representaron un tope para la empresa china, llegando finalmente a adoptar la medida de
automatizar procesos para evitar la “lentitud” del trabajador estadounidense, de acuerdo a los
comentarios entregados por los trabajadores chinos, las jornadas laborales en China son largas y
extenuantes lo que lleva a los trabajadores a permanecer lejos de sus familias. En América se está
acostumbrado a las jornadas de 8 horas, de acuerdo a la forma y costumbre de trabajar de los
chinos, resulta beneficioso para las empresas norteamericanas que desean posicionarse en algún
país asiático. Otro factor importante en el proceso de adaptación es el idioma, si bien el inglés y el
chino son los idiomas predominantes en el mundo, siempre será difícil interiorizar los principios de
las empresas cuando el idioma nativo de está no es el mismo que el de los trabajadores.

5. La inversión extranjera siempre es un tema debatible en la economía de los países…, en


base a ello, ¿considera relevante que exista la inversión extranjera? Indique un aspecto
relevante desde el punto de vista macroeconómico (Nivel de Empleo-Precios-Crecimiento u
otro)

R: La inversión extranjera es un factor a considerar dentro de las economías de los países, en el


contexto de un mundo globalizado es cada vez más normal ver empresas extranjeras trabajando
en otro país, un ejemplo claro en Chile son las empresas mineras, casi la mayoría de capitales
extranjeros, el muchos países se fomenta la participación económica, puesto que al abrir el
mercado damos posibilidades de crear nuevos puestos de trabajo, generando así mejores
remuneraciones, y aumentando el crecimiento económico del país anfitrión.

6. Reflexionando lo que sucede en la película … ¿Considera Ud. que a las empresas chilenas
les cuesta la adaptación o expandirse a mercados externos?

R: Para las empresas chilenas que buscan expandir su mercado dentro del merco sur, no
presentan mayor problema porque la mayor limitante que es el idioma, es común en casi toda
america del sur, ahora, cuando a cuestiones socio culturales se refiere si chocan, la cultura del
trabajo es distinta en cada país, pero al compartir el mismo idioma se hace más fácil que los
trabajadores comprendan el mensaje de la empresa. Otro factor que pueda dificultar o impedir la
presencia de empresas chilenas en el extranjero es si son estateles o no, por ejemplo Codelco
hasta hace un tiempo tenia problemas para invertir en minas en el extranjero por la ley reservada
del cobre, el problema recaía en que los países anfitriones no permitirían que las ganancias
generadas por explotar minas en su país, tengan como destino fortalecer el poder militar de otra
nación.

FECHA ENTREGA 13-08-2020


Sobre el papel, American  Factory tenía todos los números para convertirse en una de las
producciones de Netflix menos atractivas. ¿Un documental de dos horas de duración
sobre una fábrica de parabrisas de Ohio? ¿El drama cotidiano de un grupo de trabajadores
industriales con sobrepeso y redecillas en el pelo cuya rutina consiste en extenuarse
durante horas realizando tareas repetitivas?
Incluso The Commuter, la enésima película de acción protagonizada por Liam Neeson en
su sempiterno papel de justiciero con canas, nos parecía a priori más interesante. Sin
embargo, el algoritmo de Netflix me la recomendaba una y otra vez, con una obstinación
encomiable. Y sé por experiencia que el dichoso algoritmo meconoce mejor que mi
madre y muy rara vez se equivoca a la hora de identificar para mí cosas que pueden
interesarme.
El caso es que American Factory es el primer estreno de Higher Ground Productions, la
compañía audiovisual que acaban de crear Barack y Michelle Obama (en cooperación con
Netflix, por supuesto) con intención de, según dicen, “dar visibilidad a nuevos talentos
cuya creatividad se orienta hacia las historias personales de concordia, cooperación y
empatía entre seres humanos”. Historias, en consecuencia, impregnadas de una cierta
vocación de realismo social y con una implícita ideología progresista.

El documental aborda un capítulo insólito de la historia de la globalización posmoderna, el


día en que una gran empresa china (Fuyao Glass Industry Group Co. Ltd) cambió las reglas
del juego al construir su propia fábrica en el corazón de la América industrial. En concreto,
Fuyao se estableció en la localidad de Dayton, Ohio, uno de esas poblaciones que el
proceso de desindustrialización inaugurado en los años 80 y acelerado en la última década
está convirtiendo en poco menos que un erial posapocalíptico. La decisión de establecerse
allí no fue en absoluto casual: al recuperar unas instalaciones abandonadas en su día por
la General Motors, Fuyao quería transmitir un firme compromiso con la reconstrucción del
llamado ‘cinturón del óxido’, el vetusto y decadente corazón industrial de los Estados
Unidos.
 
Diálogo de sordos
Lo que sigue es una electrizante historia de desencuentros culturales. Dos países, dos
tradiciones y dos sistemas económicos condenados a compartir una misma fábrica y una
misma sala de juntas. A cada paso, se constata lo diametralmente opuestas y casi
irreconciliables que resultan las visiones china y estadounidense de lo que se puede
considerar una rutina laboral aceptable, qué medidas de seguridad son adecuadas o cómo
debe organizarse un equipo de trabajo en un contexto de producción en cadena. La
convivencia entre estos dos mundos no resulta sencilla y muy pronto afloran tensiones y
malentendidos.

Algunas situaciones, como el curso acelerado de “usos y costumbres estadounidenses” a


que se someten con entusiasmo los trabajadores y supervisores chinos, se acercan
bastante al humor costumbrista y un tanto chusco de realities como El aprendiz. Muchos
de los participantes parecen sentirse francamente cómodos ante la cámara, lo que
contribuye a que el documental resulte ágil, dinámico e incluso divertido. Sin embargo,
nadie llega al nivel de ese auténtico animal televisivo que es el señor Cao, el excéntrico y
todopoderoso fundador y líder de Fuyao, uno de aquellos personajes que solo encontrarás
en la realidad, porque ni la más imaginativa de las ficciones es capaz de producirlos.
Para Cao, montar una fábrica en pleno territorio del gran adversario de China en la pugna
por la supremacía mundiales es la oportunidad de aprender a hacer las cosas de una
manera diferente, con mayor ambición y mayor orgullo. Como buen nacionalista chino,
Cao no quiere que el suyo sea un país de regaderas de plástico solo válidas para un todo a
cien. Su reto es dar un salto tecnológico y en términos de calidad que permita a los
productos de la República Popular competir con los de cualquier otro en cualquier sitio.

Desde nuestro primer encuentro con “el camarada Presidente” en su jet privado hasta esa
escena final en que reflexiona sobre la esencia del capitalismo mientras pasea junto a su
piscina de lujo, es la presencia de Cao, ese pensador indómito y poco convencional, ese
desconcertante espíritu libre, lo que mejor explica el curioso encanto de American
Factory. Cao tiene opiniones sobre todo, desde el lugar en que están situadas las alarmas
de incendio en su nueva fábrica (spoiler: no le gusta un pelo) a la ‘absurda’ tendencia de
los trabajadores industriales a sindicarse.
A veces, nos preguntamos si alguno de sus comentarios más incisivos y maliciosos no se
pierde en la traducción. Eso ocurre, sobre todo, en las escenas que muestran el conflicto
central de la película: el sordo pulso entre la parte más comprometida de los trabajadores,
que reclaman unas condiciones laborales dignas, y los jefes chinos, que alternan la
predisposición al diálogo con una marcada tendencia a ejercer la extorsión y el juego
sucio.
 
Conflicto sindical
Aunque no se profundice demasiado en ello, la película muestra lo irónico que resulta que
sea precisamente una empresa comunista la que reprima la solidaridad de clase entre un
grupo de trabajadores del ‘mundo libre’. Unos trabajadores, dicho sea de paso, que no
utilizan en ningún momento una retórica obrerista, pero que sí aspiran a organizarse para
preservar su modelo de relaciones laborales al verse amenazados por lo que vendría a ser
el capitalismo industrial al estilo chino. Otro interrogante que sobrevuela la película es
hasta qué punto los empleados chinos, con su laboriosidad, predisposición al sacrificio y
falta de preocupación por la autonomía personal, son mejores trabajadores que los
estadounidenses.

En realidad, es probable que al menos una parte de los estadounidenses que vean la
película en lugares como Dayton se identifique con el punto de vista abnegado y sumiso
de los chinos y rechace la actitud beligerante y poco dócil de los trabajadores locales.
Después de todo, el trabajo duro forma parte de los supuestos valores tradicionales de
Estados Unidos. Se supone que participar del sueño americano no es un derecho, sino un
privilegio que se conquista a base de constancia y esfuerzo. Pero American Factory deja
claro que es difícil trabajar más duro que esos empleados chinos que ven el éxito de la
fábrica como una responsabilidad colectiva y están dispuestos a trabajar siete días por
semana, a pasar años alejados de sus familias e incluso a asumir riesgos físicos poco
razonables por lealtad a sus jefes y por el bien de la fábrica.
Por suerte, no todo en el documental es una exhibición de triste miseria victoriana.
También asistimos a momentos de concordia y fértil colaboración multicultural en los que
estadounidenses y chinos hacen lo posible para que la fábrica sea un éxito (o al menos
para que el vidrio que fabriquen no explote con tanta frecuencia), como la visita al campo
de tiro en la que el amable veterano de guerra sirve de anfitrión a sus colegas chinos. Otro
de esos raros y esperanzadores instantes de armonía es la escena en que un joven
supervisor chino demuestra con elocuencia su simpatía por el hip hop norteamericano,
aunque no se muestre tan receptivo con la petición de sus subordinados de conseguir un
seguro dental.
El documental no resulta complaciente. Esto es la vida real y no un cuento de hadas.
Incluso el amable veterano acaba perdiendo su puesto de trabajo, porque su escaso
dominio de la informática hace que resulte demasiado lento en sus tareas. Es más, tanto la
guerra comercial contra China en que Donald Trump está embarcando a su país como el
proceso irreversible de robotización de las tareas industriales hacen que se le intuya a la
fábrica un futuro más bien oscuro.
Desde luego, no se trata de un relato idílico y no es muy probable que los que lo vean
sientan el menor interés en trabajar para la fábrica de Fuyao. Pero plantea un interesante
debate sobre cuál es el presente y cuál puede ser el futuro inmediaro de la clase
trabajadora industrial en un país desarrollado y terciarizado como los Estados Unidos del
primer tercio del siglo XXI. ¿Es de verdad deseable atraer inversiones como esta, para
crear puestos de trabajo en última estancia poco compatibles con las condiciones
laborales habituales en Estados Unidos?
Resulta evidente que este documental se estrena en un determinado contexto, el de la
inminente campaña electoral en la que un Donald Trump que prometió “volver a crear
puestos de trabajo en la industria estadounidense” se jugará la reelección. American
Factory plantea hasta qué punto fue la suya una promesa pertinente y sensata. Y es muy
probable que contribuir a ese debate con argumentos tan elocuentes como cargados de
combustible ideológico fuese desde el principio la intención del matrimonio Obama.

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