Trabajo Social y Teoría Sociológica - Ensayo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO


CURSO: TEORÍA SOCIOLÓGICA II
PROFESOR: CLAUDIA BERMUDEZ
ESTUDIANTE: YEIMY ALEJANDRA ARANDA 1524022

RELACIÓN DEL TRABAJO SOCIAL Y LA TEORÍA SOCIOLÓGICA

Iniciaré con una frase de Marshall Berman “los intelectuales deben reconocer las
profundidades de su propia dependencia del mundo burgués que desprecian. Jamás
podremos superar sus contradicciones a menos que nos enfrentemos directa y abiertamente
a ellas”. (Berman, 1998, pág. 117) En palabras de Marx, se deben despojar las aureolas, lo
que implica una necesidad de aceptar que estamos inmersos dentro de un sistema político
capitalista y un modelo económico neoliberal, que indudablemente ha permeado nuestras
vidas, nuestro quehacer profesional, nuestro “objeto y sujeto” de conocimiento y de
intervención, nuestra manera de ver las cosas; a la vez implica comprender que nuestro
contexto actual tiene nuevas maneras de reproducir el modelo político y económico que se
nos ha impuesto, que trae consigo unas contradicciones, y unas nuevas cuestiones que
debemos hacer visibles para poder enfrentarlas; y supone, teniendo en cuenta lo anterior,
conocer y reconocer que desde el Trabajo social existen unas tensiones, unos desafíos frente
a la cuestión social, que están ligadas a un contexto, a una sociedad dinámica.

Desde esta perspectiva se hace necesario visibilizar la importancia de la teoría sociológica en


el Trabajo Social; ya que esta permite comprender, reflexionar y confrontar las problemáticas
sociales que la misma sociedad va agenciando y que de alguna manera el Trabajo Social debe
intervenir, buscando un cambio o transformación social. Además, hay que poner de
manifiesto que nuestra profesión disciplina siempre ha tenido la intención de mantenerse
actualizada con las demandas del contexto social y esto no es posible, si no hay una reflexión
de la sociedad misma, de sus problemáticas y de su “funcionamiento”.

1
Manifestado lo anterior, es pertinente presentar los planteamientos de algunos de los autores
de la teoría sociológica moderna que son relevantes para nuestro ejercicio profesional y que
como ya se ha mencionado nos permiten comprender la realidad colombiana en la cual nos
encontramos inmersos. Primeramente, se retomarán algunas ideas de Bajoit Guy y Marshall
Berman sobre el cambio social y la relación de la acción social con la sociedad “moderna” y
cómo esto está estrechamente ligado a la realidad colombiana y a nuestros “objetos y sujetos
de intervención”; en segunda instancia, se retomará a Sztompka, para incluir algunas
consideraciones sobre la concepción de progreso y desarrollo en relación con nuestro
contexto y nuestro quehacer profesional; y finalmente, se realizará un reflexión en torno a lo
expresado por Jeffrey Alexander en “las teorías sociológicas desde la segunda guerra
mundial”.

Bajoit Guy (2003) en el capítulo seis del Cambio social, realiza un análisis de las formas de
acción colectiva en las sociedades contemporáneas1. Manifiesta que generalmente desde la
sociología se tiende a tener una mirada pesimista de la sociedad, que se está desintegrando,
que solo hay intereses individuales; pero señala que esto es solo un proceso de “mutación”,
de continuidad que se enlaza con relaciones políticas, como el neoliberalismo. Siguiendo sus
planteamientos señala que los actores sociales agencian luchas que son dispersas y ambiguas
pues no hay causas comunes, hay una debilidad de cada grupo considerado separadamente;
los modos de organización cambiaron, pero esto no significa que no existan movimientos de
acción colectiva, pues a través de la historia se pueden visibilizar diferentes movimientos o
grupos que han trabajado colectivamente para satisfacer sus necesidades (LGTBI, sindicatos,
animalistas, ambientalistas, resguardos indígenas, feministas. Etc.)

Considero que lo anterior era necesario destacarlo porque en nuestra realidad colombiana se
ve esa “mutación de sociedad”, estamos en función del modelo neoliberal, de la acumulación
del capital, de los intereses individuales, de generar competitividad; y si bien algunos se
resisten y protestan (comunidades indígenas, movimientos sociales. Etc.), otros se adhieren
o simplemente se resignan, y en el marco de nuestra profesión lo que se busca es crear
comunidad, generar tejido social, cambiar la competitividad por la solidaridad y

1
Bajoit, Guy (2003). Todo Cambia: Análisis sociológico del cambio social en las sociedades contemporáneas.
Buenos Aires. Editores Independientes.

2
cooperativismo; ver esta realidad nos deja aceptar que estamos inmersos en la diferencia, y
que existen diversas posturas e identidades. Es por ello, que nuestra intervención debe estar
orientada a preservar y a fortalecer esas formas de vida heterogéneas que se han constituido,
y desde el Trabajo social se debe comprender que la diferencia hace parte de los procesos
que se han dado a nivel “estructural”, pero esa diferencia no es un impedimento para lograr
construir, crear comunidad, pues, aunque existan diferencias, hay objetivos e intereses que le
competen a todo el pueblo.

Por otro lado, Marshall Berman (1989) nos dice que todo lo sólido se desvanece en el aire;
esta afirmación lleva explícito el cambio, las tensiones que existen entre la burguesía y el
proletariado y la relación con el mundo moderno. El autor basándose desde una perspectiva
marxista, nos muestra como la sociedad moderna tiene:

“una incesante e insaciable presión en favor del crecimiento y el progreso; su expansión de


los deseos humanos más allá de los límites locales, nacionales y morales; sus exigencias de que las
personas no solo exploten a sus semejantes, sino a también a sí mismas; la infinita metamorfosis y el
carácter volátil de todos sus valores en la vorágine del mercado mundial, su despiadada destrucción
de todo y todos los que no puede utilizar y su capacidad de explotar la crisis y el caos como trampolín
para un desarrollo todavía mayor, de alimentarse de su propia destrucción.” (Berman, 1998, pág.
119)

Aunque no considero que estemos en la modernidad, nuestra sociedad colombiana tiene todas
estas características mencionadas, utilización de técnicas de extracción de minerales e
hidrocarburos, privatización (por la idea de que la administración privada resulta más eficaz
que lo público), la presencia del No en el plebiscito de los acuerdos de paz en el año 2016, la
venta de bonos de carbón en los páramos y venta de la hidroeléctrica Isagen; construcción de
mega-obras que resultan dañinas para el ambiente y para las dinámicas sociales que se
gestaban en esos lugares (la presa de hidrituango, carretera Loboguerrero – Mulaló y otras).

Esto pone de manifiesto una tensión en el quehacer del Trabajo social, ya que este ha estado
generalmente determinado por las directrices internacionales, con el único fin de
implementar programas y adaptar a las personas a los cambios que ellos promueven, es
pertinente aclarar que muchos de esos programas están en función de la acumulación del
capital, de un progreso y desarrollo ligado al crecimiento económico. Es aquí donde surge la
tensión, ya que desde nuestra historia se visibiliza un compromiso con las comunidades, con

3
los sectores populares, con aquellos que permanecen al margen de la sociedad en condiciones
de exclusión, por lo cual el trabajo social que se realice, debería ser en función de estos
sectores populares, de sus necesidades, no de las necesidades e intereses de las instituciones.
Sin embargo, es inevitable aceptar que nuestras principales fuentes de trabajo se dan en las
instituciones estatales y no estatales, que tienen y agencian intereses distintos que pueden o
no estar ligados al neoliberalismo, ese es uno de nuestros desafíos como Trabajadores
sociales, ser mediadores entre los sectores populares y las instituciones, y lograr articular las
necesidades e intereses, buscando trabajar desde la acción colectiva, la construcción de
subjetividades y la participación horizontal, logrando así procesos de transformación con las
familias, grupos o comunidades.

Ahora bien, de acuerdo a lo que se ha manifestado, es necesario incluir a Sztompka Piotr


(1995) para retomar algunas consideraciones sobre la concepción de progreso, y como estas,
se encuentran estrechamente relacionadas con la visión de progreso y desarrollo que nuestra
sociedad tiene actualmente. Al hablar de progreso se hace referencia a

“una noción de tiempo irreversible. Que proporciona continuidad del pasado, presente y futuro, también por
definición, es la diferencia positivamente evaluada entre el pasado y presente, o presente y futuro… También
está la idea de progreso acumulativo que opera de forma gradual, paso a paso y la idea del progreso ligada al
mejoramiento, al avance” (Sztompka, 1995, pág. 51)

El autor al darnos esta concepción, manifiesta que lo que constituye progreso para unos,
puede no ser progreso para otros; desde esta perspectiva ejemplifica que, así como la
industrialización, urbanización y modernización es sinónimo de progreso para algunos, para
otros no lo es, ya que trae consigo daños colaterales, agotamiento de recursos naturales,
sobrepoblación, desigualdad, etc. Y aunque se habla de un declive de este concepto, debido
acontecimientos como: el holocausto, las guerras mundiales, dictaduras, conflictos,
catástrofes ambientales, “crisis económica”, es claro que actualmente la idea de progreso
ligada al crecimiento económico está vigente, aún se diferencian los países por “desarrollados
y subdesarrollados”, las campañas políticas siguen hablando del progreso (aunque se han
empezado a marcar nuevas ideas de progreso).

4
Estos conceptos que se encuentran explícitos en el cambio social2, son vitales en la
intervención, pues el Trabajo social como profesión- disciplina, ha encontrado en la
intervención, la posibilidad de acceder y adentrarse en el mundo de la cotidianidad social, y
establecer con ellos un relacionamiento progresivo que de alguna manera está destinado a
producir cambios en la manera como las personas se ven y quieren proyectarse en su vida
futura3; desde ese punto de vista se visibiliza una gran responsabilidad por parte del
profesional que acompaña procesos; ya que es un orientador y acompañante destinado a
producir cambios, cambios que dependen del modelo de desarrollo desde el cual se
fundamente. Para Latouche (2007) el concepto de desarrollo4, ha estado en función del
capitalismo, el neoliberalismo, el imperialismo y la globalización; y por ello propone el
surgimiento o transformación del concepto, darle una alternativa al desarrollo, lo que
implicara una transformación en la concepción de progreso, vida, riqueza, tiempo, espacio y
de las relaciones establecidas. el cambio de esa concepción llevará a construir un nuevo modo
de vida, de organización, interrelación social, un reconocimiento y respeto de las diferentes
identidades, una participación horizontal; en la cual se articulen o integren todos los ámbitos
de la vida.

Al iniciar el presente escrito, se planteó la necesidad de hacer explícito la importancia de la


teoría sociológica en el Trabajo social, a través de este, se han abordado diferentes
perspectivas de autores, como: Bajoit Guy, Marshall Berman, Sztompka, con la intención de
relacionar nuestra realidad colombiana y nuestro quehacer profesional a sus planteamientos.
Sin embargo, si vamos a hablar de la importancia de la teoría sociológica en el trabajo social,
es vital retomar a Jeffrey Alexander5, pues finalmente es el que permite asociarlas, y es que
tal como lo menciona, la sociología estudia la sociedad y las teorías son una abstracción de
la sociedad que son escritas por personas (como los autores que hemos traído a colación); La
teoría sociología se ha preocupado por comprender y explicar el mundo social, los problemas

2
Sztompka, Piotr (1995). Conceptos fundamentales en el estudio del cambio social en Sociología del Cambio
Social. Madrid. Alianza Editorial. Pág. 25 – 80.
3
Hernandez, E. G. (2008). Geopolítica del Desarrollo Comunitario : Reflexiones para el Trabajo Social. Ra Ximhai , 4(3),
519-542.
4
Latouche. Serge (2007). Sobrevivir al desarrollo. De la Descolonización del imaginario económico la
construcción de una sociedad alternativa. Barcelona, Icaria. Editorial.
5
Alexander, Jeffrey. (1997). ¿qué es la teoría? En: Las Teorías Sociológicas desde la Segunda Guerra
Mundial. Madrid. Editorial Gedisa.

5
sociales, ha buscado en algunas ocasiones soluciones a estas cuestiones sociales. Creo que
allí radica la importancia de las teorías sociológicas en el Trabajo social, pues nosotros
debemos intervenir dentro de una sociedad, y aunque se interviene en realidades micro, estas
están en una relación dialéctica con lo macro social, es decir, ni las familias, ni los grupos, y
comunidades se encuentran en el aire, están inmersas dentro de (como lo diría Parsons) un
sistema social, cultural, de la personalidad. Además, de acuerdo a todo lo expuesto en el
presente texto, las problemáticas sociales, o cuestiones sociales no nacen solas, tienen un
origen que está conectado con la política, la economía, la cultura, en sí, con la sociedad.
Teniendo en cuenta que la intervención en Trabajo social, tiene un proceso metodológico
(investigación, inserción, “diagnóstico”, planeación, evaluación y ejecución), creo que no es
posible lograr un buen proceso de intervención sino se comprende la sociedad en la que está
inmerso el sujeto, su contexto, sus intereses, motivaciones, sus símbolos, sus concepciones,
sus creencias, las interacciones que surgen. Por ello creo que es necesaria la teoría sociológica
en nuestra profesión pues nos da herramientas para comprender, entender, reflexionar y
plantearnos alternativas en relación con nuestra intervención desde el trabajo social.

BIBLIOGRAFÍA

Alexander, Jeffrey. (1997). ¿qué es la teoría? En: Las Teorías Sociológicas desde la Segunda Guerra
Mundial. Madrid. Editorial Gedisa.

Bajoit, Guy (2003). Todo Cambia: Análisis sociológico del cambio social en las sociedades
contemporáneas. Buenos Aires. Editores Independientes.

Berman, M. (1998). Todo lo sólido desvanece en el aire: Marx, el modernismo y la modernización .


En M. Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad
(págs. 116-117). Siglo XXI de españa editores. SA.

Hernandez, E. G. (2008). Geopolítica del Desarrollo Comunitario : Reflexiones para el Trabajo


Social. Ra Ximhai , 4(3), 519-542.

Latouche. Serge (2007). Sobrevivir al desarrollo. De la Descolonización del imaginario económico la


de una sociedad alternativa. Barcelona, Icaria. Editorial.

Sztompka, P. (1995). vicisitudes de la idea de progreso . En P. Sztompka, Sociología del Cambio


Social (pág. 51). Madrid : Alianza Editorial.

También podría gustarte