Secreto Profesional

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

INTRODUCCIÓN

Desde hace muchos años, algunos pensadores han reflexionado sobre la


dificultad que supone guardar un secreto o respetar la intimidad de otra persona.
Sócrates afirmaba que es más fácil mantener un carbón ardiente encima de la
lengua que guardar alguna cosa en secreto. Por añadidura, el filósofo I. Kant
enunciaba que “Los hombres tienen afición por los cotilleos y los secretos suelen
servir para amenizar sus conversaciones: toda confidencia se interpreta como una
especie de regalo”. En el ámbito sanitario, desafortunadamente, también es muy
común la revelación de datos sensibles de pacientes, que tendrían que guardarse
bajo sigilo, como bien se recoge en códigos deontológicos, Cartas de derechos y
distintas legislaciones. El antecedente del SP en ámbito sanitario se encuentra en
el juramento Hipocrático, donde se obliga a preservar los secretos del paciente
para que pudiese hablar con libertad de los síntomas, hábitos y actividades .
Entonces, el SP se define como el deber ético, legal y deontológico de reservar
toda la información que obtengamos en el ejercicio de nuestro trabajo profesional,
bien sea por confesión del propio paciente o por necesidad de averiguar más
información para el optimizar la función de cuidar y siempre en relación del bien
interno del paciente. En el caso de no ser así, se produciría la ruptura de la
confianza depositada en los profesionales produciéndose un atentado contra la
dignidad, intimidad, privacidad y libertad del paciente. Además, este concepto se
extiende más allá de la vida, puesto que después de la muerte, nuestro deber
como enfermeras y profesional sanitario (PS) es respetar el recuerdo de nuestro
paciente, su dignidad y la de su familia2,3 . Este concepto se expande a toda
información relacionada con la intimidad del usuario que se haya conocido
ocasionalmente en cualquier prestación sanitaria, en el ingreso del paciente, o por
cualquier otra vía. Como enfermeras, la discreción ha de ser una virtud en la que
obremos por bondad acorde, o conforme a nuestra razón independientemente de
la ley, pero este concepto no sólo se ciñe a nosotras, sino que afecta a todos los
PS y también otros profesionales que deban conocer información del paciente
para colaborar en su asistencia.
SECRETO PROFESIONAL DE ENFERMERIA
SECRETO PROFESIONAL
Se entiende por secreto profesional Es todo aquello que mantiene oculto de los demás y surge de
los ejercicios profesionales por lo cual constituye a una obligación moral para el profesional de
salud guardar las confidencias o secreto conocidas como ejercicio profesional.

SECRETO PROFESIONAL Y ENFERMERIA:


Todos los profesionales de la salud dentro del sistema de salud están obligados por el secreto
profesional. No solo los médicos, también enfermeros, auxiliares, técnicos y en general cualquiera
que tenga contacto con el paciente.

El principio fundamental es que nadie en el sistema de salud está autorizado a divulgar información
sin el consentimiento del paciente. Esto se aplica a cualquier información sobre la enfermedad de
un paciente, el tratamiento, o su situación personal.

La obligación de secreto profesional está regulada por el acceso público a la información, y quien lo
rompa puede enfrentarse a todo tipo de sanciones.

Las leyes indican que ni siquiera los familiares del paciente tienen derecho a saber lo que está
pasando o se dice en el hospital a menos que el paciente quiera que se sepa. Los profesionales de
la salud suelen pedir a los pacientes que les permitan dar información si es necesario.

ORIGEN DEL SECRETO PROFESIONAL EN ENFERMERÍA

El origen del secreto profesional en medicina hay que buscarlo Hipócrates, considerado padre 
fundador de la medicina e inspirador del juramento Hipocrático.  En ese mismo juramento se
pueden leer estas líneas:

Todo lo que habré visto u oído durante la cura o fuera de ella en la vida común, lo callaré y lo
conservaré siempre como secreto, si no me es permitido decirlo. Si mantengo perfecta e intacta fe
en este juramento que me sea concedida una vida afortunada y la futura felicidad en el ejercicio del
acto, de modo que mi fama sea alabada en todos los tiempos; pero si fallara el juramento hubiera
jurado en falso, que ocurra lo contrario.
Sin embargo, fue el Juramento de Florence Nightingale, madre de la enfermería moderna, donde
se hacía referencia al secreto médico en las enfermeras que se dedican al cuidado de enfermos:

Juro solemnemente ante Dios, en presencia de esta asamblea, llevar una vida pura y ejercer mi
profesión con devoción y fidelidad. Me abstendré de todo lo que sea perjudicial o maligno y de
tomar o administrar a sabiendas ninguna droga que pueda ser nociva a la salud. Haré cuanto esté
en mi poder para elevar el buen nombre de la profesión y guardar inviolable el secreto de las
cuestiones que se me confíen y los asuntos de familia que me entere en el desempeño de mi
cometido, con lealtad procuraré auxiliar al facultativo en su obra y me dedicaré al bienestar de los
que están encomendados a mi cuidado.
 

NATURALEZA DEL SECRETO PROFESIONAL:


 El secreto profesional es la obligación ética que tiene el personal de enfermería, de no
permitir que se divulgue o se conozca la información que obtenga durante el ejercicio
profesional sobre la salud y la visa del paciente.
 En la historia clínica hay datos que son íntimos como enfermedades, situaciones para el
paciente es importante.
 Todas las autoridades tienen la obligación de hacer respetar los derechos del paciente en
su intimidad.

JUSTIFICACIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL:


- La primera justificación es la de dar confianza al paciente, que es fundamental en la
relación médico-paciente; éste debe estar seguro que puede confiar su intimidad a una
persona la cual va a revelar lo no conocido.
- La segunda justificación es la de no producir daño al paciente. Al revelarse el secreto
profesional se puede producir daño moral o físico a su persona y familia, puede ocasionar
males económicos y/o sociales fácilmente irreparables.
- La tercera justificación es el derecho que el paciente tiene a su privacidad.

EXISTEN TRES CLASES DE SECRETOS:


1. El secreto natural: Es independiente de todo contrato, se extiende a todo lo que, ya sea
descubierto por casualidad, por investigación personal o por confidencia, y no puede
divulgarse. Aunque el depositario del secreto no haya prometido guardar secreto, ni antes
ni después de habérsele manifestado el hecho o de haberlo descubierto, está obligado a
callar, en virtud del precepto moral que prohíbe perjudicar a los demás sin motivo
razonable.
2. El secreto prometido: Nace de un contrato, de la promesa de guardar silencio después
de haber conocido el hecho, ya sea por casualidad, por investigación personal o por
confidencia espontánea o provocada. Un mismo secreto puede ser a la vez natural y
prometido. Será natural cuando la cosa de suyo requiera sigilo, pero si además va
acompañado de una promesa, también será prometido.
3. El secreto confiado: También dimana de una promesa explícita o tácita hecha antes de
recibir la confidencia de lo que se oculta. Se le comunica que previamente ha prometido,
expresa tácitamente por la razón de su oficio o al menos de las circunstancias, guardar
silencio, y le es participado lo que se mantenía oculto, añadiendo que se le revela confiado
en su promesa bajo el sello del secreto. El secreto pasa entonces a ser estrictamente
confidencial o profesional; confidencial, cuando la confidencia se ha hecho a un hombre
que está obligado por razón de su oficio a prestar ayuda o a dar consejo. Profesional
cuando se ha confiado, ya de palabra, ya en sus acciones, a un hombre a quien su
profesión obliga a asistir a los demás con sus consejos o cuidados, por ejemplo: abogado,
contador, médico, sacerdote, consejeros de oficio.

LÍMITES DEL SECRETO PROFESIONAL


La obligación tiene límites: en el secreto natural, es lícito a veces y aun puede ser moralmente
necesario, manifestar las faltas secretas, los defectos ocultos que constituyen, las más de las
veces, el objeto del secreto natural. Ésta puede ser a veces, no sólo legitimada sino exigida por el
bien público, e incluso por el bien particular. Se está obligado a guardar el secreto a menos que
una causa justa permita descubrirlo. En el secreto prometido los límites de la obligación o las
causas excusantes habrá que buscarlas en la misma naturaleza de la simple promesa, la cual es
gratuita y cuyo objeto debe ser lícito y posible. Si se descubre que el hecho que se prometió
guardar no es lícito, la promesa es nula. O cuando su depositario no puede guardarlo sin
exponerse personalmente a un grave perjuicio. Deja de obligar el secreto prometido e incluso se
convierte en ilícito, cuando su revelación es exigida por el bien común o por el bien de una tercera
persona. Los límites de la obligación son habitualmente los mismos para el secreto natural y el
prometido. La obligación de guardar silencio en el secreto confiado y sobre todo en el profesional
es particularmente rigurosa; sin embargo, desde el punto de vista bioético no son completamente
absolutos. El secreto profesional tiene asignados sus límites por el derecho natural, su obligación
cesa por dispensa del que lo ha confiado, cuando se hace imposible guardarlo sin muy grave
perjuicio para la sociedad entera, para una tercera persona inocente, para el mismo que lo ha
confiado o para el depositario del secreto.

FALTAS CONTRA EL SECRETO PROFESIONAL

Las faltas más comunes de la ética médica son las cometidas contra el secreto profesional debido a
la poca formación humana y ética de los profesionales y a la complejidad de la atención médica, ya
que intervienen muchas personas y esto dificulta el guardar el secreto profesional. Sin embargo,
en ningún momento hay justificación para faltar a principio tan importante en el ejercicio de la
medicina.

a) Averiguación indiscreta. El enfermero puede y debe informarse, por todos los conductos
lícitos y con gran prudencia, de los antecedentes de sus enfermos y especialmente de los que
considera importantes. Sin embargo, puede hacer averiguaciones indiscretas, imprudentes y/o
ilícitas de los antecedentes personales o patológicos del paciente, que descubren a un tercero un
pasado que había que mantener en secreto, o hacen que otros entren en sospecha sin necesidad.

b) Revelación directa. Cuando el profesional, aun sin tener intención de perjudicar sino solamente
la de revelar el caso, da a conocer voluntariamente un hecho de carácter médico cuya revelación
puede ser nociva, puede causar perjuicio moral, material o una justificada molestia a los
interesados.

c) Revelación indirecta. Es cuando no se menciona explícitamente el nombre del enfermo, pero se


le expone a ser identificado, con gran perjuicio o disgusto de su parte, es decir, cuando la
descripción contiene ciertos detalles que permiten reconocerlo.

d) Utilización injustificada del conocimiento adquirido. En la cual se viola el secreto profesional


cuando, sin manifestar el hecho de carácter médico o personal del enfermo, se sirve
indebidamente del conocimiento para ir contra los intereses de su paciente, con buena o mala fe.
El derecho del paciente no sólo implica que el profesional no descubra su secreto, sino que no se
sirva del mismo contra sus intereses.

DEBE TENER EN CUENTA EL PROFESIONAL ENFERMERO:


DISCRECIÓN: En lugares públicos del hospital o al tomar el ascensor, no se debe hablar de los
pacientes, porque la persona que camina a su lado puede ser un familiar del paciente en cuestión;
y lo que es peor, esa persona puede sacar la impresión de que usted habla frívolamente, sin la
necesaria discreción, de sus pacientes en lugares públicos. La relación enfermera-paciente es
privada, implica intimidad, de modo que nunca debe mencionar nombres. Ni siquiera debe
mentarlos delante de su cónyuge y menos aún si son amigos comunes que acuden a uno en
calidad de médico. En definitiva, es mejor no hablar para nada de temas profesionales con los no
entendidos. Es igualmente importante no criticar o quejarse en público de nuestros colegas o del
propio departamento u hospital. Este tipo de comentarios dichos en voz alta en un ascensor lleno
de pacientes antes de una intervención quirúrgica, no añadirán nada a la poca confianza que
puedan tener en el lugar.
CONCEPTO DE CULPA: Es la voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias
posibles y previsibles del propio hecho. En el caso de las enfermeras, es ésta la modalidad que se
puede presentar, porque cuando como consecuencia de un acto de la enfermería se produce una
lesión o la muerte de un paciente, no es porque ella hubiese actuado con esa intención, sino
porque a pesar de que pretendió mejorar su salud, por culpa se produce un resultado dañoso para
éste.

LA CULPA SE GENERA POR CUATRO FACTORES


1. LA IMPRUDENCIA: Se presenta cuando hago algo que no debí realizar, lo cual genera
consecuencias nocivas. Obrar sin cautela. En el caso de la enfermera que da unos
medicamentos al paciente, sin verificar previamente si son los que efectivamente ordenó el
médico y como consecuencia de ello, se produce un daño en la salud del paciente.
2. LA NEGLIGENCIA. Se presenta cuando dejo de hacer algo que tenía la obligación de
realizar y que conlleva la producción de consecuencia nociva. Caso típico de la enfermera
que teniendo la obligación de dar medicamentos a su paciente, no lo hace y producto de
ello se produce su muerte.
3. LA IMPERICIA. Es la falta de conocimiento de una determinada ciencia o arte. En el
sentido estricto se identifica con el Conocimiento Práctico y por lo tanto idóneo y apto para
la realización de los actos
4. INOBSERVANCIA DE REGLAMENTOS: No observar las normas jurídicas de la actividad
(legislación vigente del ejercicio profesional, etc.), así como también las normas éticas
aceptadas por los Colegios y Organizaciones profesionales (código de ética, código
deontológico, etc.), resulta en una inobservancia de los reglamentos acelerados para
calificar si los servicios prestados al usuario han sido los adecuados.

BASES LEGALES EN ENFERMERÍA


Como ya hemos dicho, la intimidad es un derecho fundamental de la persona, ligado a otros
aspectos como son la autonomía y libertad. Puesto que un tema de relevante importancia, el SP se
tiene en cuenta como un bien jurídico inexcusable8 . Desde mediados del siglo XX, el secreto
profesional ha pasado de ser un deber ético en un mandato legal9 . Nos encontramos ante una
amplia secuencia de normas legales, tanto en el ámbito nacional como internacional, en el que la
reglamentación del SP está presente con gran peso en el ámbito legislativo de sanidad. Respecto
al ámbito nacional, algunas de ellas son:

1. Constitución española de 1978

2. Ley Orgánica de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la
propia Imagen (1/1982)

3. Ley General de sanidad (1986).

4. Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (15/1999)

5. Ley Orgánica del Código Penal (10/1995)

6. Ley básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de


información y documentación clínica (41/2002).

7. Real Decreto de protección de datos de carácter personal (1720/2007).

A nivel internacional, destaca la Asamblea General de las Naciones Unidas publicó el 10 de


diciembre de 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hablaremos en este
apartado, sobre todo, de la Ley 41/2002 que tiene su origen en la Ley General de Sanidad, y por
último, de las consecuencias que tiene el incumplimiento del SP, plasmadas en el Código Penal
(CP). En primer lugar, la Ley general de Sanidad pone fin al paternalismo, modelo de la relación
clínica médico-paciente, en el que el paciente es puro receptor de las actividades que el médico
decide ejercer sobre él autoritariamente. Gracias a los postulados en esta ley, el paciente adquiere
el derecho de autonomía e información clínica. Además, tiene un carácter organizativo del sistema
de salud, estableciendo subsistemas con principios y finalidades en común. Por eso, a partir de la
publicación de esta ley, el paciente recupera los derechos y deberes en todas las administraciones
pertenecientes a la salud pública y privada, que participen en sistema público.

El artículo 10 (Art.) de esta ley ampara al SP de la siguiente manera:

- “Todos tienen los siguientes derechos con respecto a las distintas administraciones públicas
sanitarias

- Al respeto a su personalidad, dignidad humana e intimidad, sin que pueda ser discriminado por
su origen racial o étnico, por razón de género y orientación sexual, de discapacidad o de cualquier
otra circunstancia personal o social (Art.10.1).”

- “A la confidencialidad de toda la información relacionada con su proceso y con su estancia en


instituciones sanitarias públicas y privadas que colaboren con el sistema público (Art.10.3)10 .

En segundo lugar, la Ley básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y


obligaciones en materia de información y documentación clínica (41/2002) fortifica la autonomía
del paciente respecto a la Ley General de Sanidad, conservando el derecho incuestionable a salud
de la población, reservándolo junto el respeto máximo de la intimidad y libertad del usuario,
avalando la confidencialidad de toda la información relacionada con las prestaciones sanitarias
que se presentan y sin distinciones de ningún tipo. Las premisas de esta ley tienen como objetivo
clarificar la situación jurídica, derechos y deberes de los ciudadanos, organismos sanitarios y PS.
Formada por cinco capítulos, veintiséis artículos, y nueve disposiciones adicionales relacionados
con el deber de efectuar protocolos, estadísticas, registros y otros documentos relacionados con el
proceso asistencial que se realice, bien administrativo o asistencial.

Por un lado, en el capítulo uno se expone principios básicos en el que en Art. 2.6., en el que se
refleja el deber de conservar la información debida respecto a la información y documentación
clínica a toda la persona que tenga acceso a ella.

Por otro lado, en el capítulo tres dedicado al derecho a la intimidad, se recoge en al Art.7 el
derecho que tiene el paciente de que se proteja los datos de salud relacionados con su salud y la
disposición de los centros sanitarios para garantizar este derecho.

Por último, en cuanto a la parte que nos interesa de esta ley en este trabajo, en el capítulo quinto,
se alude a la Historia Clínica Electrónica (HCI). De esta manera, solo se puede acceder a la HCI del
paciente cuando sea necesario en la realización de las funciones que nos pertenecen para mejorar
la calidad de la asistencia, a la misma vez que respetamos los derechos de nuestros usuarios
guardando en secreto los datos contenidos en ella.
Aun así, el acceso a la historia con fines de investigación o docencia, por motivos judiciales,
epidemiológicos o salud pública, debe respetar el anonimato separando los datos de identificación
personal de los clínicos-asistenciales. Sería una excepción la existencia de la autorización del
propio paciente o supuestos de investigación de justicia. Este punto se rige por la Ley orgánica
15/1999, de Protección de Datos de Carácter Personal y la Ley General de sanidad de 1986.
Algunos de los artículos más importantes relacionados con nuestro trabajo son:

- “Art. 2.7: La persona que elabore o tenga acceso a la información y la documentación clínica está
obligada a guardar la reserva debida.

- “Art. 7.1: Toda persona tiene derecho a que se respete el carácter confidencial de los datos
referentes a su salud, y a que nadie puede acceder a ellos sin previa autorización amparada por la
ley”

- “Art. 16.6: El personal que accede a los datos de la historia clínica en el ejercicio de sus funciones
queda sujeto al deber del secreto”

Ahora, puesto que la divulgación de información relacionada con los datos personales o
información relacionada con la salud se considera vulneración de los derechos individuales del
paciente, tiene consecuencias jurídicas y profesionales.

Por último, la ley Orgánica del Código Penal pretende garantizar la protección de la privacidad de
datos a través de distintos tipos de sanciones, como podemos comprobar en el Art.199.2, que
redacta lo siguiente:

“El profesional que con incumplimiento de sigilo o reserva divulgue los secretos de otra persona
será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, multa de doce a veinticuatro meses e
inhabilitación especial para dicha profesión por tiempo de dos a seis años”

Sin embargo, para aplicar algunas de estas sanciones debe existir previamente una denuncia por
parte del afectado, como bien se señala en el Art.201.1, que se reseña:

“Para proceder por los delitos previstos en este capítulo será necesaria la denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal. Cuando aquélla sea menor de edad, incapaz, o una persona
desvalida también podrá denunciar el Ministerio fiscal”.

Pero, en el caso de existir el perdón del afectado, o bien de su representante legal, se extingue la
acción penal impuesta (Art. 201.3).

El personal de enfermería también nos podemos ver afectados por el contenido del Capítulo 4 del
Título XIX, de la infidelidad en la custodia de documentos y de la violación de secretos,
exactamente en el artículo 417, representado a continuación:

“La autoridad o funcionario público que revelare secretos o informaciones de las que tenga
conocimiento por razón de oficio o cargo y que no deban ser divulgados, incurrirá en la pena de
multa de doce a dieciocho meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo
de uno a tres años. Si de la revelación a la que se refiere el párrafo anterior resultara grave daño
para la causa pública o para tercero, la pena será de prisión de uno a tres años e inhabilitación
especial para empleo o cargo público por tiempo de tres a cinco años” (Art.417.1).
“Si se tratara de secretos de un particular, las penas serán de prisión de uno a dos a cuatro años,
multa de doce a dieciocho meses y suspensión de empleo a cargo público por tiempo de unos a tres
años” (Art.417.2).

SUPUESTOS PRÁCTICOS EN LOS QUE SE PUEDE EXIMIR EL SECRETO


PROFESIONAL
Anteriormente, hemos hablado de las consecuencias que provoca el incumplimiento del SP, pero
siempre existen excepciones que pueden estar justificadas, como vemos en el art. 199.2 del CP.
Las situaciones en las que hay justificación de la violación del secreto son:

- Estado de necesidad: leemos en el Art. 20 del CP:

“el que, en estado de necesidad, para evitar un mal propio o ajeno lesiones un bien jurídico de
otra persona o infrinja un deber, siempre que concurran los siguientes requisitos:

Primero. Que el mal causado no sea mayor que el que se quiera evitar.

Segundo. Que la situación de necesidad no haya sido provocada intencionalmente por el sujeto.

Tercero. Que el necesitado no tenga, por su oficio obligación de sacrificarse”.

- Cumplimiento de un deber: los deberes que nos afectan como sanitarios son del tipo procesal-
penal, en el que tenemos el deber de denunciar un delito, impedirlo y declarar como testigos, y el
deber de comunicar la presencia de enfermedades infecto-contagiosas, o que sin embargo afecten
a la salud pública. Al igual que en el estado de necesitad, se refleja en el art. 20 del CP, en el que se
expone que:

“el que obre en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo”.

El personal de enfermería se encontrará en distintas situaciones en las que se verá obligado a


reflexionar sobre la importancia de la información y la posibilidad de daño que existe, si rompe el
secreto profesional.

Como siempre, existen situaciones en las que no es fácil decidir si romper o no la confidencialidad,
pero si queda claro, que en las situaciones en la que una tercera persona, u otras personas tengan
riesgo de sufrir un grave perjuicio, y lo podamos evitar, estaría totalmente autorizado.

Por ejemplo:

1. Si atendemos a un paciente en el que es evidente la presencia de un maltrato físico,


nuestro deber es denunciarlo, porque el daño que provocamos al violar la confidencialidad
es menor al daño que denunciamos, pues estamos protegiendo de 21 alguna forma la vida
del paciente.
2. Un ejemplo del Estado de Necesidad sería cuando por ejemplo un Enfermo Seropositivo
no quiere decirle a su pareja que padece dicha enfermedad y además realiza prácticas
sexuales sin protección. Si el profesional sanitario le indica que le comunique a su pareja
dicha enfermedad para realizarse estudio y en su caso iniciar pronto tratamiento, pero
finalmente llega a la convicción que la pareja no sabe nada y su salud corre un evidente
riesgo; en este caso se le podría comunicar a la pareja la enfermedad del paciente. Esta
comunicación siempre debe ser tras consenso institucional, pues es una decisión que el
centro ha de asumir como propia.

Conclusión
 El secreto profesional: nosotros como profesionales de salud debemos de manejar lo con
mucho cuidado porque hay personas que nos confían alguna información intima ya sea de
su enfermedad.

 El personal de salud debe de mantener este secreto y no divulgarlo porque estaríamos


rompiendo esa confianza que nos tiene a nosotros como profesionales de salud.

 Los profesionales de salud tenemos que cuidar bien la información del paciente porque es
una información confidencial puesto que si lo divulgamos estaríamos rompiendo lazos de
confianza y es por eso que debemos respetar esa información sobre su vida privada, salud
y familia.

BIBLIOGRAFIA:

https://www.monografias.com/trabajos98/secreto-profesional-enfermeria/secreto-profesional-
enfermeria.shtml

https://clinic-cloud.com/blog/el-secreto-profesional-en-enfermeria-que-es/

http://www.medigraphic.com/pdfs/abc/bc-1999/bc991h.pdf

https://abogadodelasenfermeras.blogspot.com/2013/04/el-secreto-profesional-de-la-
enfermera.html

http://tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/1617/1/TFG_IRENE_MILLA_PEINADO.pdf

También podría gustarte