La Familia en Colombia A Lo Largo Del Siglo XX

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Familia en Colombia 1

La Familia en Colombia a lo largo del siglo XX

Ximena Pachón C.
Profesor Asociado Tiempo completo
Departamento de Antropología
Universidad Nacional de Colombia

Para comenzar, es necesario reconocer, como lo han hecho otros

investigadores, que el concepto de familia y el seguimiento de sus

trasformaciones, al igual que muchos de los temas relacionados con ella, como

puede ser el de la infancia o la niñez, se enfrentan a una dificultad muy

especifica. No solo es necesario sortear las limitaciones que caracterizan las

series estadísticas y los cambios en la conceptualización de sus categorías

básicas como familia, hogar, unidad domestica, entre otras, que inciden en los

universos de estudio y que hacen muy difícil establecer cuantitativamente las

trasformaciones en el tamaño de la unidades, los índices de fertilidad,

fecundidad, composición familiar, etc., sino que además, nos enfrentamos con

un factor psicológico, que hace relación a la ligazón afectiva asociado a esta

realidad. El concepto de familia trae a la mente situaciones, recuerdos,

imágenes que evocan emociones de diversa índole, situaciones irrepetibles

que se vivieron dentro del núcleo en el cual fue engendrara la persona. Esa

estructura primigenia tiende a ser idealizada, a ser vivida como un mundo

feliz, en donde muchas veces las dificultades, los hechos dramáticos y

crueles que allí se sucedieron tienden a olvidarse. Se sacraliza el concepto,

se construye una imagen ideal en la cual prima la felicidad y la armonía y

donde su devenir y cotidianidad se desarrollan fuera de los conflictos. Este

hecho lo hemos encontrado al entrevistar niños gamines, ancianos o madres,


Familia en Colombia 2

tratando de indagar sobre sus realidades familiares. Pero esta idealización

incide también en los investigadores y puede llegar a afectar la objetividad

del análisis y las recomendaciones de acción que surjan de sus estudios 1.

Hablar de familia en un país marcado por su extrema diversidad geográfica,

cultural y social es realmente difícil, tal como dona Virginia lo planteó hace ya

medio siglo, cuando participaba como delegada del Instituto Colombiano de

Antropología en un seminario de Sociología en Bogotá, donde se expusieron

múltiples conceptos sobre las estructuras familiares del país 2, y donde los

profesionales hablaban con propiedad de la “familia colombiana”, ante lo cual,

ella con sarcasmo pregunto al publico, ¿Cuál familia?, consciente de las

diferencias familiares que existían en el país 3. Desde ese entonces, cuando

ella se hizo esa pregunta y se decidió a emprender la monumental obra de

comprender esas complejas realidades en toda su magnitud, surgió en el país,

además del legado de su obra, una prolífica corriente de investigación sobre

el tema, que ha dejado su huella en el desarrollo de las ciencias sociales

colombianas a lo largo de la ultima mitad del siglo pasado, y de manera muy

especial a partir de 1968, cuando se creó el Instituto Colombino de

Bienestar Familiar con un gran seminario sobre la familia y posteriormente en

1983, cuando se celebró el “Año Interamericano de la Familia” 4.

1
Departamento Administrativo Nacional de Estadística. La Familia Colombiana en el fin de siglo. DANE,
Bogotá, 1998
2
Gutiérrez de Pineda, Virginia. Familia y Cultura en Colombia: Topologías, funciones y dinámica familiar.
Tercer Mundo - Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1964. Pg 11
3
Vila de Pineda. Patricia. 2002. “Virginia Gutiérrez de Pineda. 1922 – 1999”. Maguare. Bogotá. N0. 15-
16, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia.
Pg.244
4
Consultar: Año Interamericano de la Familia, Memorias 1993, Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF), Colombia, 1993
Familia en Colombia 3

Los complejos y profundos procesos vividos por la sociedad colombiana a lo

largo del siglo XX impactaron y trasformaron las estructuras y las dinámicas

familiares que se venían tejiendo lentamente desde la época prehispánica,

colonial y republicana. Los avances médicos, el control de las enfermedades y

epidemias que inexorablemente y de manera sistemática azotaban al país, las

campañas masivas de vacunación, de saneamiento ambiental, de mejoramiento

de aguas y leches, permitieron que la mortalidad de la población en general, y

muy particularmente la mortalidad infantil, disminuyera y se incrementaran

las expectativas de vida de las personas. Posteriormente, los avances en los

métodos y la eficacia de las campañas del control natal lograron reducir el

numero de hijos y permitieron, que en un número muy alto de familias, éstos

llegaran en el momento deseado. Estos hechos, trasformaron las estructuras

demográficas y familiares en el país. Pero también las múltiples violencias,

que a lo largo del siglo fueron cambiando sus denominaciones, pero que de

manera brutal afectaron la familia, al igual que los procesos de colonización y

de concentración urbana, los inesperados desastres naturales, los

desplazamientos poblacionales, la pauperización y la transformación de los

valores inducida por la modernización y el influjo de los medios masivos de

comunicación, afectaron la institución familiar no solo en su estructura y en

su funcionamiento, sino que esta trasformación llegó hasta los mas

recónditos rincones de la cotidianidad familiar y personal.

Si bien, las tipologías familiares detectadas para principios de siglo son

múltiples, tanto los hallazgos de investigadores como las imágenes que

caracterizan a esta familia, concuerdan en señalar a la familia patriarcal,

extensa y prolífica, como el modelo familiar todavía predominante en la


Familia en Colombia 4

época. Mientras que en los sectores populares predominaba la familia

nuclear5, ésta familia extensa y patriarcal era característica de los estrato

medios y altos, tanto urbanos como rurales, y caracterizó especialmente

aquellas regiones donde el influjo español y los valores de la religión católica

lograron permear mas profundamente la sociedad. El ideal era la familia

grande, la familia con muchos hijos, la familia que garantizara, que a pesar

del alto numero de niños que morían, otros los reemplazarían con el fin de

contar con una descendencia que prolongara las familias y los apellidos 6. En

la época, la familia no era concebida sin hijos, se asociaba familia con hijos y

tener familia era tener hijos7. Dentro de esta familia la natalidad era

altamente valorada y la fecundidad, responsabilidad exclusivamente

femenina, era una bendición de Dios. El modelo era el de la familia cristiana y

se esperaba que bajo la imagen de la Sagrada Familia, el padre, la madre y los

hijos encontraran los patrones de comportamiento.

En la familia primaba la autoridad indiscutible del padre y del esposo cuyas

funciones se encontraban bien definidas, su espacio era el extradoméstico, el

mundo de la política, de los negocios, del trabajo, pero era dentro de la

familia, donde desplegaba y ejercía su indiscutible autoridad. La esfera

5
Rodríguez, Pablo. “La familia en Colombia”. La familia en Iberoamérica 1550-1980 . Universidad
Externado de Colombia. Convenio Andrés Bello. Colección Confluencias. Bogotá, 2004. Pg. 277
6
Muñoz Cecilia y Ximena Pachón. La niñez en el siglo XX. Salud, educación, familia, recreación,
maltrato, asistencia y protección. Editorial Planeta, Bogotá, 1991. P. 171
7
Es interesante anotar como a pesar de los dramáticos cambios en la institución familiar ocurridos a
lo largo del siglo, aun hoy en día entre las clases populares y campesinas, se usa una expresión que hace
de la familia sinónimo de niños o de hijos. Cuando una mujer esta embarazada se dice que ella “espera
familia”. Muchas veces al entrevistar a mujeres y hombres casados o viviendo de manera estable con
un/a compañero en estratos bajos de Bogotá y preguntarles sobre su familia, respondían que todavía no
tenían familia, pero que esperaban pronto tener hijos. Es decir, la familia no se concibe aun sin hijos.
Familia en Colombia 5

domestica, era por su parte, el espacio femenino por excelencia y el hogar

era el verdadero “santuario” de la mujer, donde ella debía desplegar todas

las virtudes de la mujer cristiana y sus conocimientos sobre la administración

del hogar que debía ser manejada con austeridad, sencillez, orden y aseo. Su

principal responsabilidad era hacer de su hijo un “buen cristiano” y hacer de

su hogar un “templo domestico” donde se debía fomentar el culto a la iglesia

y a la religión. La mujer era exclusivamente de la familia y su función

primordial era la crianza y el cuidado de sus hijos. El niño era aquel ser al

cual la madre moldeaba y preparaba para lo bueno, lo bello y lo verdadero. En

ella recaía la responsabilidad de la educación moral de los hijos 8.

A lo largo de esta época, las mujeres no tenían muchas opciones de vida: su

futuro era ser esposas, religiosas, o célibes, solteronas caritativas y viatas.

Estaban hechas para encargarse del dolor ajeno, dentro y fuera del hogar;

para ser el apoyo del desvalido, para servir con abnegación a la patria, para

atender a los enfermos, para cuidar a los niños y a los viejos, para ser

abnegadas esposas que les ayudaran a los esposos en momentos de necesidad,

para que desempeñaran la noble tarea de religiosas a cargo de la educación,

la enfermedad, los niños huérfanos y abandonados, los expósitos e inválidos.

Todos aquellos seres en dificultades quedaban a cargo de la mujer y para eso

se las preparaba desde niñas9. De las primeras profesiones que se abrieron

para las mujeres de la época fueron el trabajo social, la enfermería y la

docencia, actividades todas que venían desempeñando desde antes que se


8
Muñoz Cecilia y Ximena Pachón. La niñez en el siglo XX. Salud, educación, familia, recreación,
maltrato, asistencia y protección. Editorial Planeta, Bogotá, 1991. P. 171
9
Muñoz Cecilia y Ximena Pachón. “Las niñas a principios de siglo ”. Las Mujeres en la Historia de
Colombia. Tomo II. Consejería Presidencial para la Política Social. Grupo Editorial Norma, Bogotá,
1995. Pg. 424-454
Familia en Colombia 6

profesionalizaran y que no eran otra cosa que una prolongación de la imagen y

el quehacer tradicional de la mujer cuidadora.

Esta familia extensa y patriarcal parece haber sido el patrón principal que

imperó a principios de siglo no solo en la región andina, sino también, aunque

con algunas variaciones, en otras regiones del país, incluso en la costa Caribe.

La información suministrada por fuentes históricas, el análisis de biografías,

entrevistas e historias de vida, al igual que la literatura de la época,

muestran la presencia de esta estructura familiar en diferentes regiones del

país10. Esta afirmación general puede complementarse posiblemente cuando

los estudios sobre las peculiaridades regionales de las familias a principios de

siglo se amplíen y nos entreguen peculiaridades aun no conocidas.

A mediados de siglo, se esbozaron grandes cambios familiares con la

reducción del tamaño de la familia, la salida de la mujer del hogar domestico,

el comienzo de las separaciones entre esposos y la lucha contra la

ilegitimidad. Sin embargo, persistieron como ideal, viejos conceptos y

continuaron vigentes realidades de épocas anteriores. La familia religiosa,

legalmente constituida y durable hasta “que la muerte los separara”

continuaba siendo un ideal en la mente de amplios sectores sociales. A pesar

de ésto, existían múltiples formas alternas de familias, uniones de hecho,

hijos naturales no reconocidos e innumerables familias deshechas que vivían

bajo el mismo techo. Los primeros casos de parejas separadas fueron

criticadas duramente, se les aplicó el ostracismo social, fueron excomulgadas

10
Rodríguez, Pablo. “La familia en Colombia”. La familia en Iberoamérica 1550-1980 . Universidad
Externado de Colombia. Convenio Andrés Bello. Colección Confluencias. Bogotá, 2004. Pg. 277
Familia en Colombia 7

por la curia, sus hijos fueron expulsados de los colegios y escuelas y no se les

consideraba una buena compañía para los hijos de las familias completas.

El problema de la ilegitimidad de los niños nacidos por fuera de las uniones

religiosas y legalmente constituidas, que fue una inquietud presente desde

comienzos del siglo XX y posiblemente desde mucho antes, adquirió en la

época una vigencia inusitada. Aunque los registros eran bastante deficientes,

se calculaba que para 1934, la ilegitimidad en Bogotá alcanzaba el 50%,

guarismo casi tan alto como el de los departamentos de la costa Atlántica,

donde llegaba a un 60%. Se consideraba que la mayoría de los niños

dedicados a la delincuencia y al libertinaje, eran nacidos al margen de la ley y

que los grandes males de la sociedad provenían de la ilegitimidad 11. Los hijos

naturales, por su condición, solían rechazarse de los centros educativos, del

ejército y del sacerdocio, eran un problema para los padres y se constituían

en una vergüenza para la sociedad. El contacto con ellos era pecaminoso y

vedado para los “hermanos legítimos” y para los “hijos de hogares legalmente

constituidos”12.

Ante los cambios que comenzaban a darse en la familia, la iglesia y otros

sectores conservadores de la sociedad, trataban de mantener y reforzar el

esquema de la familia tradicional. Luchaban porque la mujer no abandonara su

rol de madre dentro del hogar doméstico, porque no utilizara los métodos
11
SIN EMBARGO POCO SE HACIA PARA SOLUCIONAR ESTE PROBLEMA. UNA DE LAS PRIMERAS INICIATIVAS
SOBRE PATERNIDAD ILEGITIMA FUE LA DEL DR. MARCELINO VALENCIA QUIEN PLANTEABA UNA SERIE DE
MEDIDAS DE ORDEN GENERAL QUE TENDÍAN A LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA Y A COLOCAR A COLOMBIA AL LADO
DE OTROS PAÍSES QUE HABÍAN HECHO GRANDES AVANCES AL RESPECTO. SE TRATABA DE UN DOCUMENTO DE
MUCHO VALOR Y PRECURSOR DE LO QUE POSTERIORMENTE SE LLAMARÍA LA “PATERNIDAD RESPONSABLE”.
12
MUÑOZ, CECILIA Y XIMENA PACHÓN. LA AVENTURA INFANTIL A MEDIADOS DE SIGLO. EDITORIAL PLANETA,
BOGOTÁ, 1991. PG. 247-250
Familia en Colombia 8

anticonceptivos y no redujera el numero de hijos mediante su utilización, que

“solo llevarían al libertinaje”. Predicaban que los padres, especialmente la

madre, resistieran con resignación cristiana las desavenencias conyugales. En

muchos artículos de prensa se hacía alusión a los difíciles problemas de las

mujeres viudas y separadas. Mostraban lo difícil que era vivir sin la

protección del hombre, del esposo y del padre. Muchas mujeres debían dejar

sus hijos solos o al cuidado de otros, mientras iban a realizar “trabajo de

hombre” y ganar el sustento para sus familias. Los otros tipos de familias,

aquellas conformadas por madres solteras que, como jefas de hogar, venían

desde tiempos inmemoriales ejerciendo además del rol de madres el de

proveedoras, no eran una preocupación social, no existían socialmente, no se

les mencionaba en la prensa, ni en las revistas, ni en las imágenes de la época.

A pesar de esta resistencia cultural frente al cambio, las nuevas formas

familiares se fueron imponiendo, de manera particular en los estratos medios

y altos de las principales ciudades del país. Las familias de la época ya no

tenían tantos hijos como solía ser frecuente a principios de siglo. Las

campañas de control de la natalidad que tímidamente se habían empezado a

implantar en las principales ciudades, comenzaron a dar sus frutos y los

padres pensaban más en el número de hijos que debían y podían tener. En

1935 se publicó en Cromos un anuncio, posiblemente el primero, sobre el

control de la natalidad, en el cual se promocionaba el RITMO, como un

método científico, aprobado por la Iglesia que brindaba la solución al mas

importante problema del mundo para millares de hogares cristianos cuyas

circunstancias eran adversas. Las parejas jóvenes encontraron un método,

que aunque no siempre eficaz, les permitía reducir la natalidad, y sobretodo,


Familia en Colombia 9

empezar a pensar en esa posibilidad como algo viable. Este método

representó un alivio para las madres de los estratos medios y altos. Las

madres de los estratos bajos, continuaban con altas tasas de natalidad y

arriesgaban sus vidas cuando aterradas ante el futuro incierto de un nuevo

embarazo o ante la deshonra de la posible llegada de un hijo ilegítimo,

recurrían a peligrosos y tradicionales métodos abortivos. Otras veces,

optaban por el infanticidio o el abandono.

En la pagina femenina de los periódicos liberales, se publicaban artículos

sobre la necesidad de controlar el número de hijos, sobre los aspectos que

las madres debían pensar antes de quedar embarazadas, y sobre la

responsabilidad que implicaba la maternidad. Desde la prensa conservadora y

las revistas católicas, como “Presencia”, se combatía esta oleada de

“libertinaje” de las parejas y más específicamente de la mujer. Se decía que

en su actitud estaba implícita la búsqueda de la “vida fácil” y la

“experimentación de los placeres”, con lo cual se alejaban de la resignación

cristiana que debía orientarlas hacia la tolerancia de las dificultades propias

de la vida marital.

En Colombia, la introducción y la efectividad de acciones publicas y privadas

de control natal, junto con el peso de otros factores como el incremento de

la escolaridad, en especial la femenina, y la migración de mujeres jóvenes del

campo, redujo significativamente los niveles de la fecundidad, en especial

entre mediados de los sesenta y los ochenta 13. Durante esta época, si bien la

13
Florez, C.E., Echeverri, R y Bonilla, E. La Transición demográfica en Colombia . Tokio: Universidad de
las Naciones Unidas. Ediciones Uniandes, Bogotá, 1990
Familia en Colombia 10

mujer ganó un lugar claro en el ámbito universitario, profesional, empresarial

y obrero, la resistencia cultural que tuvo que enfrentar fue muy fuerte,

hecho que ha tendido a minimizarse en los estudios históricos. Mientras la

mujer se preparaba para el trabajo, y las realidades económicas familiares

hacían necesario su aporte para el sostenimiento de sus hijos, la sociedad

criticaba duramente el “abandono del hogar” y la “irresponsabilidad” de

aquellas que preferían los “placeres callejeros y la vida fácil fuera del hogar”.

Aquellas mujeres que empezaban a intervenir seriamente en el ámbito

masculino, generaban indignación y sorpresa en amplios círculos sociales, y

admiración y respeto entre los sectores progresistas del país 14.

La lucha desarrollada por las corrientes ideológicas tradicionales en contra

del abandono del rol tradicional de la mujer se expresaba ampliamente en la

sociedad. Los sacerdotes desde los pulpitos de sus iglesias, los profesores

en los colegios religiosos públicos o privados, los editorialistas de ciertos

periódicos. comentaristas en publicaciones destinadas especialmente a las

mujeres15, y hasta la ciencia médica y psicológica alertaban sobre los

nefastos efectos que la ausencia de la madre tenía sobre sus hijos. Con

motivo del IV Centenario de Bogotá, por ejemplo, se celebro la exposición

del Hogar Modelo Obrero, la cual tenia por objeto: “Despertar en la mujer de

nuestro pueblo el interés, amor y aprecio por el trabajo domestico y

mostrarle la importancia de la familia…”. Se buscaba enseñarle a la mujer

todo aquello que pudiera representar una pequeña industria realizable desde

14
Muñoz, Cecilia y Ximena Pachón. La Aventura Infantil a mediados de siglo . Editorial
Planeta, Bogotá, 1991. Pg. 247-250
15
Cromos. Bogotá, julio 30 de 1938. En: Muñoz, Cecilia y Ximena Pachón. La Aventura
Infantil a mediados de siglo. Editorial Planeta, Bogotá, 1991
Familia en Colombia 11

su hogar, en beneficio de sus hijos y que ella no tuviera que desplegar su

actividad fuera de las paredes de su casa. Esta exposición fue visitada por

cientos de familias obreras que acudieron al llamado de campañas

gubernamentales, de la iglesia y de congregaciones cristianas.

Todas las campañas que encontramos a mediados de siglo tendientes a

contrarrestar la transformación de la familia y del rol tradicional femenino,

hacían una exaltación inusitada de la “noble” función de la madre, del valor de

la maternidad y de la labor domestica. Una exaltación que hace pensar en el

temor que la sociedad tradicional tenía de perder el control sobre la mujer

al liberarla de sus funciones en la educación de sus hijos y de su

responsabilidad con la patria de formar “buenos ciudadanos” que acogieran

los valores de la época.

Esta exaltación a la madre ocurría simultáneamente con el proceso de

emancipación de la mujer del hogar domestico y con los comienzos de la

desintegración familiar de mediados de siglo. Desde finales de la década del

30, empezaron a aparecer en las paginas femeninas cartas de mujeres que

exponían sus problemas conyugales y esperaban una respuesta que les

permitiera definir su vida. Aquello que comenzó a plantearse tímidamente,

con el paso de los años, se fue generalizando cada vez mas. Los periódicos

traían artículos en los que se discutía el problema de las desavenencias

conyugales y el estigma que la separación de los padres traía sobre sus hijos.

No era fácil que fueran admitidos en los colegios y con vergüenza ellos les

contaban a sus amigos que sus padres no vivían juntos. La búsqueda de

libertad de los padres, la demanda de su derecho a la felicidad y a la


Familia en Colombia 12

satisfacción de sus propias necesidades, reemplazaban la antigua

responsabilidad, promulgada a principios de siglo, sobre la primacía del

bienestar de los hijos. En los consultorios de psiquiatras y psicólogos se

debatían los problemas familiares y en los periódicos de las principales

ciudades, se incluían artículos que mostraban las difíciles situaciones

psicológicas a las que se enfrentaban los niños cuyos padres habían optado

por la separación o el divorcio como alternativa al conflicto conyugal. La

iglesia daba voces de alerta frente al nuevo fenómeno. Repetía en sus ritos la

frase de “hasta que la muerte os separe” y seguía afirmando que el bienestar

de los hijos era mas importante que el bienestar de la pareja.

Para las familias proletarias, las separaciones y las crisis familiares no eran

un hecho novedoso. La inestabilidad de las relaciones, el madresolterismo, la

ausencia de padres estables se presentaban frecuentemente y de forma

similar a como lo había hecho desde siglos pasados. La pobreza tradicional, el

desempleo, las difíciles condiciones de vivienda y salubridad afectaban a las

familias pobres, con la misma intensidad que a principios de siglo.

El alcohol y la violencia repercutían nefastamente sobre las relaciones

familiares y los niños eran las víctimas directas de esta situación. Los niños

proletarios de muchos centros urbanos del país, pero muy especialmente de

Bogotá, huían y buscaban la calle como refugio contra la violencia familiar. El

“gamín” Bogotáno y su antecesor el “chino de la calle”, no era un hecho nuevo

en la ciudad, pero durante esta época, un numero inusitado de familias pobres

urbanas se veían agobiadas por la “huida” de uno o varios de sus hijos, que

escapaban de los crueles castigos, del frío, del hambre, del padre de turno
Familia en Colombia 13

que llegaba borracho y depositaba toda su frustración en los hijos de su

mujer16.

Para finales del siglo, la familia se convirtió claramente en objeto de estudio

de historiadores, sociólogos, antropólogos, trabajadores sociales y psicólogos

colombianos. El interés en la problemática familiar dio origen a una prolífica

producción de estudios sobre la familia, con una diversidad de perspectivas,

enfoques y problemáticas tratadas 17, a través de los cuales se ha podido

empezar a despejar la compleja realidad social y cultural de la familia en

Colombia.

Se reconoce que la familia extensa y patriarcal perdió vigencia en amplias

zonas del país, debido a la transformación estructural de la sociedad que a lo

largo del siglo XX socavó el andamiaje económico, político y cultural que la

había creado. A nivel ideológico, la pérdida de poder de la iglesia católica y el

debilitamiento de la religión como soporte de los valores éticos, al igual que

los mayores niveles de escolaridad alcanzados por la población, distanciaron a

amplios sectores sociales del tutelaje religioso que le daba basamento a la

autocracia masculina y a su dominio sobre la familia18.


16
Muñoz, Cecilia y Ximena Pachón. La Aventura Infantil a mediados de siglo . Editorial Planeta, Bogotá,
1991. Pg. 243-246
17
En los estudios sobre Familia se han establecido múltiples temáticas que han ido variando a lo largo
de los años. De esta manera se han identificado los estudios sobre la topología familiar, los estudios
sobre lo que se denominó “la descomposición familiar”, los que los que reconocen su función en la
socialización y la supervivencia material y afectiva, entre otros. Ver. Rico de Alonso, Ana. “Formas,
cambios y tendencias en la organización familiar en Colombia”. Las Familias Contemporáneas . Nómadas.
Departamento de Investigaciones Universidad Central. Bogotá, 1999. Ramírez, María Imelda.
“Enfoques y perspectivas de los estudios sociales sobre la familia en Colombia”. Trabajo Social.
Departamento de Trabajo Social. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad nacional de Colombia. No.
1. Bogotá, 1998
18
Gutiérrez de Pineda, Virginia. “Familia ayer y hoy ”. Familia, Genero y Antropología. Desafíos y
Trasformaciones. Instituto Colombiano de Antropología e Historia. ICANH. Bogotá, 2003. Pg. 277
Familia en Colombia 14

El rompimiento de la estructura de poder patriarcal afectó las uniones

familiares y produjo un cambio en las relaciones entre los cónyuges, entre los

hermanos y entre hijos y padres. Los niveles de escolaridad logrados por la

mujer, su inserción en el mercado laboral, la conciencia de sus derechos y

sus potencialidades, la homologación en la edad de los cónyuges condujo a

establecer relaciones mas igualitarias y de mayor cooperación dentro de la

familia, dejando atrás la sumisión impuesta a la mujer por la religión y la

cultura imperantes. La estructura de autoridad vertical emanada del

hombre, y emanada del adulto, se desdibujó al finalizar el siglo XX en

amplios sectores de la población.

La transformación de las relaciones de poder al interior de la familia, fue

más allá de la relación entre los cónyuges. Esta resquebrajó la autoridad de

los mayores que hasta entonces ejercían su poder sobre los menores. La

relación entre los hermanos era ahora diferente. El sometimiento de los

menores a la autoridad, embelecos y arbitrariedades de los hermanos

mayores, se transformó en mas igualitaria y la relación entre padres e hijos

cambió al exigir éstos ser tenidos en cuenta en las decisiones familiares,

imponer sus gustos y preferencias en sus formas de vestir, comer, en sus

practicas recreativas y al pedir explicación ante sanciones cuya justicia no

compartían. El espíritu democrático permeó al finalizar el siglo el interior de

muchos hogares del país.

Concomitante al rompimiento de las estructuras de poder en la familia

encontramos a su interior, una transformación en la división sexual del


Familia en Colombia 15

trabajo. Al convertirse la mujer en proveedora económica, la especialización

detectada a principios de siglo, con un hombre proveedor y una mujer

cuidadora, se transformó en una responsabilidad económica compartida por

los cónyuges y en muchos casos asumida por la mujer, sin que se hubiera

logrado una redistribución de las tareas al interior del hogar. El hombre

perdió obligaciones, la mujer se recargó de funciones y el Estado no logró

garantizar la infraestructura necesaria de apoyo a la familia, con lo cual el

trabajo familiar se convirtió en una sobrecarga para la mujer y en una fuente

de conflicto entre los cónyuges19. Los hijos se convirtieron cada vez mas

temprano en seres institucionales, al margen de la familia quien delegó en

terceros, profesionales capacitados, su cuidado y su desarrollo. El niño

pasaba mucho tiempo con terceros como reemplazo de sus padres

trabajadores que tenían cada vez menos tiempo para dedicarse a sus hijos. El

tiempo de cuidado del niño comenzó a repartirse entre padres, maestros y

terapistas, en las clases altas, y entre padres, hermanos, vecinos y centros

comunitarios en los barrios pobres de la ciudad. Sin embargo, en amplios

sectores de clase media urbana el modelo familiar predominante seguía

siendo aquel en el cual hombre y mujer trabajan, aportan y comparten la

responsabilidad del hogar.

La familia con jefatura femenina fue uno de los aspectos más

característicos de finales de siglo y su fortalecimiento estuvo

indudablemente asociado al desempleo creciente de los cónyuges y a la

19
Rico de Alonso, Ana. “Formas, cambios y tendencias en la organización familiar en Colombia”. Las
Familias Contemporáneas . Nómadas. Departamento de Investigaciones Universidad Central. Bogotá,
1999
Familia en Colombia 16

rotación de compañeros ocasionales. Si bien éste no era un fenómeno nuevo,

su reconocimiento social si lo fue desde la década del setenta, cuando los

estudios de pobreza y los análisis feministas sobre género y desarrollo 20, lo

sacaron a la luz pública. Este concepto de “jefatura femenina” en la familia,

no muy claramente definido aún, tiene un carácter ambiguo que no recoge las

múltiples modalidades fenomenológicas que abarca, como la existencia de

jefatura con o sin presencia del cónyuge, en convivencia permanente u

ocasional, con aporte o sin aporte del o los padres de los hijos por ejemplo 21.

Los estudios censales muestran como las tasas de jefatura femenina

aumentan en todas las edades, en tanto que las masculinas disminuyen a

partir del rango 20 años y más. Esta disminución en la jefatura masculina ha

sido explicada, en parte, por un ligero aumento en las mujeres que se

declaran jefas con el cónyuge ocasional presente y en parte por las

situaciones de precariedad económica, que ha llevado a muchos núcleos

familiares con residencia independiente, a regresar a sus hogares de

orientación en búsqueda de estructuras de parentesco que les sirvan de

apoyo, constituyéndose en núcleos secundarios del hogar principal, que para

efectos censales pasan a ser “otro pariente” del jefe principal 22.

Si bien el madresolterismo en el país no es un fenómeno reciente, ni un

fenómeno asociado a la modernización, la liberación de las costumbres o las

campañas de control natal, como lo pretenden algunos moralistas, sino por el

20
DANE. La familia Colombiana en el fin del siglo . Departamento Administrativo Nacional de
Estadística. Bogotá, 1998. Pg. 30
21
DANE. La Familia Colombiana en el fin del siglo . Departamento Administrativo Nacional de
Estadística. Bogotá, 1998. Pg. 30-32
22
DANE. La Familia Colombiana en el fin del siglo . Departamento Administrativo Nacional de
Estadística. Bogotá, 1998. Pg. 59
Familia en Colombia 17

contrario es un hecho cuyos vestigios encontramos desde la Conquista y la

época Colonial. Las mujeres particularmente afectadas han sido aquellas

pertenecientes a los sectores socioeconómicos mas desprotegidos y mujeres

ligadas a ocupaciones subalternas: la mujer indígena, la mujer negra, la mujer

campesina y la inmigrante del campo a la ciudad. Finalizando el siglo XX, el

país evidenció un creciente y preocupante incremento de este fenómeno, que

se concentra particularmente, en los estratos mas jóvenes y pobres de la

sociedad23. Pero también, en los sectores medios y altos de la sociedad ha

aparecido este fenómeno con una característica diferente. No es el hecho

vergonzoso y ocultable de principios de siglo, característico de los sectores

rurales y los arrabales urbanos, sino una modalidad familiar que surge en un

contexto diferente y relacionado con decisiones autónomas que toman las

mujeres, muchas veces ayudadas por las nuevas tecnologías de gestación.

Como consecuencia de los cambios experimentados en el rol tradicional de la

mujer, en el debilitamiento del tutelaje parental, en las mayores

oportunidades de relaciones sexuales, en el surjimiento de una sexualidad

precoz con el resultado de un embarazo no deseado para muchas de ellas, se

ha experimentado este incremento del madresolterismo. Una socialización

que valora la independencia femenina, la carencia de una verdadera

conciencia de paternidad y maternidad responsables, la escasa conciencia de

la relación entre sexualidad y embarazo, a pesar de las campañas de

educación sexual, la existencia de problemas familiares e individuales,

explican, en parte, por qué solo una minoría de las solteras embarazadas

23
Rico de Alonso, Ana. Madres solteras adolescentes. Editorial Plaza y Janes, Bogotá, 1986. Pg.16
Familia en Colombia 18

contraen matrimonio. La gran mayoría son abandonadas por su compañero,

rechazadas por los padres y desprotegidas por el Estado, con una escolaridad

incompleta y sin recursos económicos para sostenerse con su hijo 24.

De esta manera, madres solteras, o madres que se quedan solas después de

traumáticas rupturas familiares, o madres viudas de la guerra, o madres

desplazadas por las múltiples violencias que se han vivido en el país en los

últimos decenios, se encuentran ante la realidad de ser las únicas

responsables frente a los compromisos que implican el construir y mantener

una familia.

Finalizando el siglo se detectó también un “renacer funcional de la unidad

doméstica extensa”. El proceso de nucleamiento que vivió la familia a lo largo

del siglo, se vio debilitado con el surgimiento en amplias regiones del país de

una familia extensa acogedora, que recibió a las mujeres que por múltiples

causas, se encontraron solas y sin recursos ante la responsabilidad del

hogar, y acudieron a la familia de sus padres, a sus redes de parentesco, en

búsqueda de soporte moral y apoyo en la crianza y cuidado de sus hijos,

mientras ellas conseguían el pan para su supervivencia. Muchos madres y

padres mayores que creían que su misión procreativa había culminado, han

tenido que reacomodar su hogar para recibir a su hija y sus nietos 25, y

también nietas o sobrinas y sus hijos. La familia como red de apoyo ha

24
Rico de Alonso, Ana. Madres solteras adolescentes. Editorial Plaza y Janes, Bogotá, 1986. Pg. 16

25
Gutiérrez de Pineda, Virginia. “Familia ayer y hoy”. Familia, Género y Antropología. Desafíos y
Trasformaciones. Instituto Colombiano de Antropología e Historia. ICANH. Bogotá, 2003. Pg. 284
Familia en Colombia 19

demostrado así su relevancia, al permitir la supervivencia de la madre y sus

hijos y tomar como responsabilidad familiar el cuidado de niños de varias

generaciones.

Otro aspecto que es necesario mencionar al finalizar el siglo, es la

desaparición jurídica de los “hijos naturales”, que tanto avergonzaban a la

sociedad. Con el descenso paulatino de la valoración de la institución

matrimonial y con los espacios conquistados por una ética laica, la sociedad y

la cultura hoy en día no le otorgan mayor importancia al origen de los

individuos, nadie pregunta, ni esto tiene relevancia social o jurídica, si los

padres son o no casados. La cultura y la modernidad banalizaron la antes

sacra unión matrimonial. Este hecho afectó la transmisión de la herencia,

haciendo que todos los hijos habidos, dentro o fuera del matrimonio, tuvieran

el mismo derecho a los bienes del padre. Hoy en día los análisis genéticos, los

indiscutibles estudios de paternidad, son una herramienta con que cuentan

las mujeres e hijos para establecer la verdadera paternidad, antes

dependiente tan solo de la voluntad del padre, generalmente reticente a

hacerlo, u opuesto a aceptar el hecho.

Las trasformaciones vividas por las realidades familiares generaron a su vez

nuevas formas de parentesco, que empezaron a reconocerse y para las cuales

no existían categorías o las existentes (padrastro, madrastra, hijastro,

hermanastro) conllevaban significados negativos. Se requerían nuevas

definiciones que trascendieran las representaciones de maldad, ruptura y

muerte que se les asignaba y que ahora eran producto de las uniones
Familia en Colombia 20

múltiples de los padres, de procesos de adopción y aun de procesos de

gestación y nacimiento a través del alquiler de vientres.

Otro fenómeno que hay que mencionar es la violencia intrafamiliar, la guerra

dentro de la familia26, que en los últimos años del siglo XX adquirió unas

dimensiones alarmantes. Los cambios generados en la situación de la mujer y

su función dentro del hogar, así como la pérdida de importancia del hombre y

su reclamo violento de posición, se han traducido indudablemente en un

incremento de este tipo de violencia. Violencia que existió a lo largo del siglo

en las clases bajas de la población pero que actualmente se ha generalizado a

otros sectores.

Dona Virginia en su articulo sobre “Familias de ayer y hoy”, manifestaba que

no encontraba estudios que le permitieran hacer una comparación entre la

violencia que se presenta a finales del siglo XX en la vida familiar urbana de

los distintos estratos y la que los conmovió en el pasado. Halló documentos

del siglo XVII y XVIII que detallaban esa violencia en forma extrema, que

la hicieron pensar que era semejante a la que se presentaba finalizando el

siglo, solo que ahora era mas visible y la mujer tenía mas herramientas para

defenderse27.

Esta violencia que ha acompañado a la familia asume diferentes expresiones

según los estratos sociales y, posiblemente, según las regiones del país. Se
26
Tovar, Patricia. “La familia en tiempos de guerra y la guerra dentro de la familia”. En: Familia,
Género y Antropología. Desafíos y Trasformaciones . Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
ICANH. Bogotá, 2003.
27
Gutiérrez de Pineda, Virginia. . “Familia ayer y hoy” . Familia, Género y Antropología. Desafíos y
Trasformaciones. Instituto Colombiano de Antropología e Historia. ICANH. Bogotá, 2003. Pg, 289
Familia en Colombia 21

caracteriza por la variedad de modalidades de agresión física, sexual y

psicológica que llegan a producir lesiones permanentes y en casos agravados

la muerte. Violencia que puede ser esporádica, pero que en muchos hogares

se constituye en algo normal, un régimen de terror cotidiano ante el cual

mujeres, niños, ancianos, enfermos y discapacitados, es decir los sectores

más débiles y vulnerables de la sociedad, no logran romper la dependencia con

su agresor, ni el proceso de dominación ejercido mediante la violencia. Este

tipo de violencia tiende a darse a puerta cerrada, dentro de la intimidad

inviolable del hogar, bajo la mirada tolerante de la sociedad 28.

Los estudiosos del tema han resaltado como esta violencia no se encuentra

desconectada de las otras violencias sociales que florecen en el país, han

establecido correlaciones entre la violencia familiar y los patrones de

violencia en la sociedad29 y han mostrado como lo que ocurre dentro de las

familias con respecto al abuso del poder no se puede ver como un fenómeno

aislado de lo que sucede en el conjunto de la sociedad. Las estructuras de

poder social que se manifiestan en el campo público moldean el ámbito

privado, afectando lo que ocurre en el seno de las familias 30. El rápido

debilitamiento de la religión como soporte moral de amplios sectores de la

población en el país, sin que una ética laica haya logrado llenar los vacíos

creados con otros valores sociales y humanos, puede incidir en el fenómeno.

28
Muñoz Cecilia y Ximena Pachón. La niñez en el siglo XX. Salud, educación, familia, recreación,
maltrato, asistencia y protección. Editorial Planeta, Bogotá, 1991. P. 171
29
Jimeno, Myriam e Ismael Roldan. Las Sombras arbitrarias: Violencia y Autoridad en Colombia .
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1996
30
Tovar, Patricia. “La familia en tiempos de guerra y la guerra dentro de la familia”. En: Familia, Género
y Antropología. Desafíos y Trasformaciones . Instituto Colombiano de Antropología e Historia. ICANH.
Bogotá, 2003. Pg. 171
Familia en Colombia 22

Concluyendo, podríamos afirmar que al finalizar el siglo la familia se presenta

como una realidad que a pesar de las múltiples variaciones regionales que

afectan estructuras y producen formas de funcionamiento diversas, se ha

visto afectada con intensidades diferentes en los distintos estratos

sociales. Observando su devenir a largo del siglo, mirando sus

trasformaciones y sus permanencias, constatamos que si bien los cambios se

fueron dando de manera lenta y progresiva, éstos se aceleraron y

adquirieron una mayor profundidad en el último cuarto de siglo XX 31. Muchas

de las trasformaciones experimentadas hacen parte de una dinámica

histórica compartida dentro de la cultura occidental y de manera muy

especifica con los países de América Latina 32, mientras que otros surgen de la

especificidad del desarrollo histórico del país, del impacto de procesos muy

complejos relacionados con problemas característicos de la realidad

colombiana.

31
DANE. La Familia Colombiana en el fin del siglo. Departamento Administrativo Nacional de
Estadística. Bogotá, 1998. Pg. 35
32
Ver el conjunto de trabajos que aparecen en Rodríguez, Pablo (compilador) La familia en
Iberoamérica 1550-1980. Universidad Externado de Colombia –Convenio Andrés Bello, Bogotá, 2004
Familia en Colombia 23

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