Clase 13

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Clase 13

Características y tendencias musicales


de la generación romántica
5ta parte

Las corrientes nacionalistas en Europa

El nacionalismo musical

Mientras los músicos alemanes y austríacos respondieron de


modos diferentes a la herencia musical que tenían en común
alineándose en diversas tendencias, como fue el caso de Wagner
que aspiraba a la integración de todas las artes mientras Brahms
se enfocaba en la música pura; los músicos de otras naciones se
apoyaron tanto en la tradición alemana como en la de su propia
cultura.
Aunque no fue en todos los casos, la mayoría buscaron afirmar
un estilo específicamente nacional, así como individual.
En cada país hubo una respuesta distinta y con sus propias
características.
La música académica fue uno de los terrenos en donde se
enfrentó al internacionalismo hegemónico de la música alemana,
también la música de entretenimiento, la canción popular de
cada país, la música utilitaria y la folclórica; fueron parte de un
abanico divergente que en cada región colaboró con el
desarrollo del crecimiento cultural en el ámbito de la música.
En parte debido a fuerza políticas, el nacionalismo se hizo
importante en la música en la segunda y la tercera etapa del
romanticismo (segunda mitad del XIX). Muchos compositores
utilizaron estilos melódicos y armónicos o eligieron asuntos que
llevaban implícitas asociaciones con su grupo étnico. En
ocasiones ello llevó al uso de canciones y danzas folklóricas o a la
imitación de sus rasgos en la música académica. Aunque los
compositores crearon “estilos nacionales” introduciendo sonidos
novedosos o rechazando deliberadamente las convenciones del
lenguaje musical internacional; no lo hicieron con un fin de
generar un lenguaje autóctono, sino de encontrar la novedad
mediante la originalidad para competir con el repertorio
internacionalmente aceptado.
Francia
París era el centro de mayor difusión musical de Francia, tanto
para la ópera como la música instrumental. Las instituciones que
organizaban conciertos equilibraban el gusto por la música
alemana con el interés por la difusión de la música de los
compositores franceses.
La música francesa seguía teniendo una vinculación íntima con
la política, característica que se arrastraba desde el siglo XVII
donde el rey tenía control sobre la actividad musical. Tanto las
series de conciertos como los estilos musicales solían asociarse
con movimientos políticos. Un ejemplo muy notable fue cuando
la guerra entre Francia y Prusia entre 1870 y 1871, desató un
ferviente interés nacionalista en favor de los compositores
franceses, sobre todo cuando el gobierno y la élite parisina
buscaron reafirmar la vitalidad de la música francesa tras una
vergonzosa derrota. Es así que surge la Societé Nationale de
Musique, fundada en 1871 con la intención de difundir obras de
compositores franceses y también resurgiendo la música del
pasado, editando e interpretando obras de Rameau, Gluck y
compositores del siglo XVI.
El crecimiento de la actividad de conciertos, la proliferación de
nuevas academias de música, el resurgimiento de la música del
pasado y la difusión de la nueva música, generó que París
volviera a ocupar un lugar central en el liderazgo musical
europeo.
Es así que la música francesa tuvo dos corrientes musicales
características previas al surgimiento del impresionismo: La
tradición cosmopolita transmitida por César Frank y una música
de tradición específicamente francesa encarnada por Gabriel
Fauré.

El internacionalismo de Cesar Franck


Cesar Franck

César Franck (1822-1890) nació en Bélgica y se trasladó a París


con la finalidad de estudiar en el conservatorio. Comenzó a
trabajar en la ciudad como profesor de órgano en 1871. Trabajó
principalmente en géneros instrumentales y en el oratorio. Se
caracterizó por alcanzar un estilo personal basado en el
contrapunto tradicional y las formas clásicas con la
transformación temática de Liszt y la armonía de Wagner;
utilizando la idea romántica de la unificación cíclica mediante el
retorno de los temas.
Su mayor producción se orientó hacia la música de cámara, es así
que a Franck se lo reconoció como el fundador de la moderna
música de cámara francesa.
La tradición francesa de Gabriel Fauré
La otra tendencia de la música francesa se apoyó
principalmente en compositores franceses anteriores desde
Couperin a Gounod y consideró la música más una forma sonora
que una expresión.
El orden musical y la contención son fundamentales. En lugar de
la exhibición emocional o la música descriptiva característica del
estilo alemán, predominan los esquemas sutiles de tonos, ritmos
y timbres. La música es más lírica y danzarina en contraste con la
épica y dramática de la música alemana.
La música de Fauré (1845-1924) encarna todas esas
características que fueron trasmitidas a sus estudiantes. Fauré
estudio con Camile Saint Säens y ocupó varios puestos como
organista. Fue el fundador de la Société Nationale, marcando así
el inicio de la nueva escuela de música francesa.

Rusia
Al igual que en Francia la disidencia entre el internacionalismo y
el nacionalismo musical se dio en Rusia, siendo uno de los
ejemplos más explícitos de la divergencia generada por la
influencia del repertorio alemán-austríaco y los estilos
nacionales.
Cuando el Zar Alejandro II emancipó a los Siervos en 1861, lo
hizo con el fin de iniciar un proceso de modernización en Rusia y
ponerla al nivel de Europa Occidental, generando dos
tendencias, por un lado, estaban los nacionalistas que
idealizaban la cultura rusa y por el otro los internacionalistas u
occidentalistas que buscaban adoptar la tecnología y educación
de occidente.
Esta disidencia se reflejó en la música de la misma manera, por
un lado, estaban los compositores internacionalistas que se
agruparon entorno al conservatorio de San Petersburgo como
fue el caso de su fundador Anton Rubinestein y su estudiante
Piotr Tchaikovsky y por otro lado representando a los ideales
nacionalistas, estaban Glinka y el llamado grupo de los cinco
integrado por Rimsky- Korsakov, Borodin, Balakiev, Cui y
Mussorgsky.

Tchaikovsky

Piotr Tchaikovsky (1840-1893) fue el principal referente de la


escuela de San Petersburgo.
Nació en la provincia de Votiusk y falleció en San Petersburgo,
hijo de un padre minero y aficionado a la música, inicialmente su
educación se orientó para ser formado como funcionario
público, pero su afición a la música lo llevó a inscribirse en el
conservatorio de San Petersburgo teniendo como maestros a
Nikolai Zarembra y al fundador del conservatorio, Anton
Rubinstein. Fue uno de los primeros alumnos en recibirse en el
conservatorio.
Allí aprendió contrapunto, armonía, orquestación y
composición.
En ese período Tchaikovsky no abandonó su carrera como
funcionario hasta no tener la seguridad de si realmente su
destino era la música.
También enseñó en el conservatorio de Moscú hasta 1878.
Desde allí en adelante se ganó la vida solo como compositor en
gran medida, gracias a una generosa pensión de una admiradora
a quien jamás conoció, la viuda Nadezhda von Meck.
La influencia occidental de Anton Rubinstein sobre Tchaikovsky
en un comienzo lo confrontó con los compositores nacionalistas,
de quienes recibía bastantes críticas. Cuando Rubistein
abandonó la escena musical de San Petersburgo, Tchaikovsky
inició una relación laboral con Mili Balakiev, líder del grupo de los
cinco de donde surgió la fantasía-obertura Romeo y Julieta, su
primera obra maestra, presentada en 1869 (y revisada en 1880).
Tchaikovsky intentó conciliar las tendencias internacionalistas
con las nacionalistas. En su música prima los modelos de
Beethoven, Schubert, Schumann y otros compositores
occientales, aunque también incluyó estilos musicales propios
del folklore ruso. En su música de Ballet, el equilibrio entre las
formas clásicas, la música popular y el folklore ruso se hace muy
visible esta intención conciliadora.
Tchaikovsky fue por diferencia, el compositor ruso más exitoso.
Trascendió con obras de gran importancia en el repertorio
romántico el cual permanece vigente hasta la actualidad. Sus
Ballets, el Lago de los Cisnes (1876), La bella durmiente (1889) y
el Cascanueces (1892), actualmente son los más representados
del género y también obtuvieron un gran éxito durante la vida
del compositor. Además de sus seis Ballets compuso ocho óperas
siendo Eugen Oneguin la más famosa. Dentro del repertorio
instrumental, se encuentra un concierto para violín (1878), sus
seis sinfonías, dos conciertos para piano, poemas sinfónicos y
oberturas incluidas Romeo y Julieta y 1812. Junto a una gran
cantidad de música de cámara y canciones; las obras mas
conocidas de su producción, actualmente ocupan un lugar
privilegiado en el repertorio permanente de la música
académica.
Más allá de su éxito como compositor, su vida estuvo nublada
por una gran depresión, en gran medida ésta se debía a su
homosexualidad no asumida, intentando escapar mediante un
matrimonio fracasado. La voluminosa correspondencia con la
viuda von Meck permitió tener un gran registro del pensamiento
de Tchaikovsky y también de su personalidad. Su muerte
repentina en 1893 por una breve e inexplicable enfermedad (se
le atribuye al cólera) generó una serie de conjeturas acerca de un
posible suicidio. De hecho, muchas personas especulan que sus
últimas obras como la sinfonía n° 6 “Patética” y anunciaban la
muerte del compositor.

El grupo de los cinco

Si bien Tchaikovsky es el compositor ruso más reconocido de su


época, otros lograron un lugar dentro del repertorio habitual en
las salas de conciertos.
Los compositores rusos conocidos como el grupo de los cinco,
integraron un frente nacionalista que adquirió tanta fuerza que
lograron ser el gran referente de esta tendencia musical, tanto
en Europa como en el resto del mundo durante el romanticismo
tardío.
Este grupo de compositores estaban integrados por Mily
Balakiev (1837-1910), Alexander Borodin (1833-1887), Modest
Mussorsky (1839-1881),César Cui (1835-1918) Y Nikolai Rimsky
Korsakov (1844-1908).
Mijaíl Glinka (1804-1857) quien había sido el primer compositor
ruso en ser reconocido en todo Europa, estimuló a los
compositores a que se agruparan con la intensión de desarrollar
un estilo musical ruso (tarea que él ya había emprendido).
La intención del grupo de los cinco fue la imposición de la
música autóctona rusa como fuente de inspiración para sus
composiciones. La finalidad era confrontar la infiltración de las
corrientes musicales internacionalistas de Europa occidental que
encontraron su punto de anclaje en el Conservatorio de San
Petersburgo.
Es así que ésta confrontación no era solo de índole cultural, sino
que también se oponían filosóficamente a la profesionalidad del
conservatorio. El grupo de los cinco también era denominado
como el puñado poderoso, ya que desde su posición filosófica
apoyada en el nacionalismo y en una actitud artística
revolucionaria, trabajan en unión. Se mofaban de la instrucción
musical y los premios que otorgaban las instituciones. Si bien
eran grandes admiradores de la música occidental; la estudiaron
a su modo fuera del ámbito académico, sin embargo, esta
condición no los puso en un nivel amateur.
Debido a su entusiasmo por compositores progresistas como
Schumann, Chopin, Liszt y Berlioz; intentaron una formulación
novedosa de su propia música. Para lograrlo se inspiraron en
aspectos de la canción folclórica rusa, escalas modales y exóticas,
la polifonía folclórica; aunque también ampliaron los rasgos de
los compositores occidentales que más admiraban.
El único de los compositores de los cinco que tuvo una
formación tradicional fue Balakirev, siendo el líder de éste círculo
de compositores y profesor informal de los demás.
Algo característico del grupo de los cinco es que ninguno ejerció
la profesión de músicos en forma exclusiva. Balakirev era
químico, Rimsky Korsakov marinero, Mussorgsky funcionario
público, César Cui militar y Alexander Borodín profesor de
química.
El único de los compositores de éste grupo que llegó a ganarse la
vida exclusivamente como músico fue Rismky Korsakov.
Rismky Korsakov había estudiado con profesores privados y
luego de manera informal con Balakirev mientras hacía su
carrera en la armada rusa.
En 1871 fue convocado para dictar clases en el conservatorio de
San Petesburgo por su director buscando renovación en la
enseñanza de las asignaturas. Como Rimsky Korsakov era muy
consciente de sus limitaciones en su formación musical, por lo
cual pidió consejo a Tchaikovsky. Para mantenerse delante del
nivel de sus estudiantes, se tomó tres años sabáticos en la
composición y se dedicó a estudiar. El mismo Rismky Korsakov se
definió a sí mismo uno de los mejores alumnos del
conservatorio.
En éste período Rismky Korsakov abandonó su afiliación con el
grupo de los cinco y su relación con Balakirev. Tras su interés por
el aprendizaje académico llegó a ser un excelente maestro y un
gran defensor de la enseñanza tradicional.
Paradójicamente, la profesionalidad académica adquirida por
Rimsky Korsakov garantizó la continuidad de una escuela
específicamente rusa. Publicó, editó y completó obras de Glinka,
Mussorgsky y Borodin, lo que ayudó a que ese repertorio se
conservara y difundiera. Como director de orquesta consagrado,
defendió la música rusa. Escribió el texto de armonía mas
utilizado en Rusia y un manual de orquestación que sigue
publicándose en la actualidad como uno de los mas importantes.
Además de formar a los nuevos compositores de la generación
siguiente como Glazunov y Stravinsky.
En 1873 fue nombrado inspector de banda por la armada, con lo
cual este cargo le permitió tener e permiso para abandonar sus
deberes militares y dedicarse exclusivamente a la música. El
cargo de inspector de banda le permitió ejercer un trabajo de
observación minuciosa sobre la construcción e interpretación de
los instrumentos de viento, esto no solo acrecentó su capacidad
como orquestador, sino que fue el germen de su célebre tratado
de orquestación.
Entre sus obras mas importantes se encuentran tres sinfonías,
la suite sinfónica Scherezade, Capricho español, La obertura de
la gran pascua rusa, la ópera el cuento del Zar Saltán (interludio
del vuelo del moscardón) y la canción napolitana.
Mily Balakirev quien asistió a la formación musical del grupo de
los cinco publicó dos colecciones de canciones folklóricas rusas
con arreglos propios en 1866 y 1869, que se convirtieron en la
fuente de inspiración de muchos compositores posteriores
César Cui Compuso catorce óperas, incluidas cuatro para niños
pero ninguna se representa en el repertorio permanente.
Alexander Borodin debido a su profesión de químico, no tenía
mucho tiempo para la composición con lo cual dejó muchas
obras incompletas como por ejemplo la ópera El príncipe Igor
que fue terminada por Rimsky Korsakov y Glazunov,
estrenándose en 1890. Como obras orquestales las mas
reconocidas son su sinfonía n°2 y su cuadro sinfónico En las
estepas del Asia central. Gran parte de su obra estuvo orientada
a la música de cámara. Si bien en su música no hay citas de
melodías folklóricas, sus melodías reflejan el espíritu de ellas.
Modest Mussorgsky Es considerado el más original del grupo de
los cinco, recibió la mayor parte de su formación con Balakiev y
fue muy asistido por Rismky Korsakov para orquestar sus
composiciones. Compuso la ópera Boris Godunov y
Khovanshchina (concluida por Rimsky Korsakov). Las obras
orquestales más conocidas son el poema sinfónico Una noche en
el monte calvo (orquestado por Rimsky Korsakov) y Cuadros de
una exposición, originalmente para piano; hubieron varios
intentos de orquestarla, el primero fue por Rismky Korsakov
quien llegó a orquestar dos números pero la obra fue presentada
completa para orquesta por Maurice Ravel en 1822.

Checoslovaquia (Bohemia)

Bedrich Smetana (1824-1884) y Antonín Dvorak (1841-1904)


fueron los principales referentes del nacionalismo musical que
representaron a la República Checa compitiendo con la tradición
musical austríaca-alemana.
Al igual que los rusos, se hicieron más conocidos
internacionalmente por su música instrumental que por las
óperas debido a que la música instrumental no presenta la
barrera del idioma. Ambos fueron influenciados por las
innovaciones de la nueva escuela romántica alemana (la segunda
generación de románticos); Smetana particularmente por Liszt, y
Dvorák por Wagner.
Smetana procuró crear una música nacional en su cuarteto de
cuerda N°1 “De mi vida” (1876), así como el ciclo de sus seis
poemas sinfónicos que llevan el título común Má vlast (Mi patria
1879) El más conocido de estos poemas sinfónicos fue “El
Moldava” que describe al río que atraviesa el paisaje checo en su
camino a Praga.
Dvorák compuso nueve sinfonías, cuatro conciertos incluido su
famoso concierto para violonchelo en Si menor (1895),
numerosas danzas y otras piezas orquestales; también compuso
obras de cámara, cuartetos de cuerda, piezas para piano,
canciones y obras corales. Muchas de ellas en un estilo
internacional.
Si bien Dvorák ocupa un lugar en la tradición sinfónica vienesa,
junto a Beethoven y Brahms ya que sus sinfonías (sobre todo la
novena) están entre las más interpretadas dentro del repertorio
permanente de la música académica; también logró imponer un
estilo nacional con obras orquestales como las danzas eslavas
para orquesta (1878-1887) y en el trío para piano Dumky (1891)
utilizó elementos de la música tradicional checa.
Dvorák entre 1892 y 1895 fue convocado para dirigir el
conservatorio de Nueva York en Estados Unidos. Durante ese
período compuso su novena sinfonía (1893). Dvorak había sido
contratado en el conservatorio de Nueva York con la expectativa
de que un compositor con estilo nacionalista, mostrara como
crear un nuevo estilo nacional de música académica en Estados
Unidos. Creyendo que un estilo nacional solo podía derivarse de
tradiciones folclóricas, observó la música de las tribus originarias
y de la cultura afroamericana. Estos sonidos además de inspirar
su sinfonía más conocida “Del nuevo mundo” también lo impulsó
a componer su cuarteto de cuerda N°12 (Americano).
Si bien, los norteamericanos difieren en sus juicios a la hora de
apreciar la concepción de Dvorák en cuanto a si su música es
representativa de un estilo nacional estadounidense o si la
apreciación de la música autóctona de es correcta o no, fue la
inspiración para crear una de las sinfonías más famosas de la
historia.
Noruega

Edvard Grieg (1843-1907) compuso una serie de canciones,


piezas breves para piano y suites orquestales con una identidad
nacional al mismo tiempo que el grupo de los cinco forjaban un
idioma distintivo ruso. Las melodías y armonías modales, así
como los ritmos de danza de Noruega fue su sello distintivo. El
carácter étnico surgió de manera mas clara en sus canciones con
textos noruegos, en su Suite Peer Gynt (1875), y especialmente
en Slatter, danzas noruegas que Grieg arregló para piano, a partir
de la fiel interpretación de la música de las zonas rurales.

Gran Bretaña

Edward Elgar (1857-1934) fue el compositor inglés que después


de más de doscientos años disfrutó de un amplio reconocimiento
internacional.
Los compositores ingleses de la segunda mitad del siglo XIX no
se preocuparon por buscar un estilo nacional y prefirieron utilizar
el lenguaje internacional clásico. En consecuencia, Elgar no fue
permeable a la música folklórica si no que derivó su estilo
armónico de Brahms y de Wagner, extrayendo de éste último el
recurso del leitmotiv que empleó en sus oratorios. Su producción
sinfónica comprende dos sinfonías y las variaciones enigma
(1899).

Clase 14

Características y tendencias musicales


de la generación romántica
6ta parte
Las olas del nacionalismo musical en Argentina
Argentina es uno de los países americanos más influenciados por el
nacionalismo musical europeo en la segunda mitad del siglo XIX.
Durante el romanticismo tardío, emergió una nueva música académica
argentina que definió un estilo nacional con características autóctonas
diferenciándola de la música proveniente de Europa.
A lo largo del tiempo, el nacionalismo musical en Argentina, al igual que
en otros países, brindó la posibilidad de ofrecer una música académica,
que por su novedad, al utilizar elementos autóctonos característicos, logró
imponerse como un estilo alternativo al europeo.
Por más que el nacionalismo, dentro de la música académica fue una
tendencia que surgió en Europa y los compositores locales la importaron,
colaboró a forjar una música distintiva que reflejó (y refleja) una identidad
musical nacional.
Argentina al tratarse de una nación joven que aspiró a forjar su propia
identidad y autonomía cultural durante el todo el siglo XIX; halló una
estética musical de influencia europea que se acomodó a la necesidad de
definir un estilo propio. Es así que las obras de los compositores
argentinos en estilo nacional compartían el espacio junto al repertorio del
viejo continente que también se cultivaba y apreciaba en el país, siendo
culturalmente tan familiar como la música nativa.
Es importante destacar que desde las políticas de inmigración en la
segunda mitad del siglo XIX hasta finalizada la segunda guerra mundial a
mediados del siglo XX, Argentina fue uno de los principales países
americanos en albergar inmigrantes europeos que llegaron en busca de un
mejor porvenir.
Escapando de la miseria que se vivía en Europa en tiempos de post
guerra, los conflictos políticos y las crisis económicas, los inmigrantes
europeos trajeron consigo una tradición cultural cuyo interés por la
música de origen europeo reforzó y acrecentó aquella que ya se venía
interpretando en Argentina. Es así que en el gusto musical del público
local era el mismo que el del público europeo.
Todos aquellos compositores que se alinearon con el nacionalismo musical
no se comprometieron en su totalidad con esta tendencia, lo hicieron en
forma parcial. Sus producciones podían orientarse hacia un espíritu
nacionalista, pero al mismo tiempo también componían música dentro de
un estilo completamente europeo. O sea que no eran músicos
nacionalistas, sino que componían música nacionalista.
La parcialidad de los compositores argentinos en cuanto a su dedicación
en una producción musical nacionalista, tal vez se deba a que en Argentina
hubo un espíritu distinto al que pudo haber en Rusia y otros países que
buscaron hacer un frente musical que compitiera con la influencia
centroeuropea.
En este caso todos los compositores argentinos podían componer obras
nacionalistas a la par que lo hacían en estilo italiano o francés; o sea
dentro de lo que se puede denominar el internacionalismo musical, sin
que estas obras dejaran de ser argentinas. Esto se debía a que el estilo
musical de distintos lugares de Europa y sus tendencias musicales
formaban parte del lenguaje propio de los compositores. Es así que si
componían una música que respondía al estilo italiano o alemán, no lo
hacían con la intención de situarse en Francia o Alemania, lo hacían de esa
manera pues ya tenían incorporado el estilo de la música del lugar donde
se habían formado profesionalmente.
Por ello los compositores argentinos que componían dentro de la línea del
nacionalismo musical, lo hacían por influencia de las tendencias
nacionalistas provenientes de Europa y no por una reacción ideológica de
proteccionismo y defensa de la cultura autóctona como sucedió en Rusia y
otros países.

Las olas del Nacionalismo Musical Argentino

La tendencia del nacionalismo musical en Argentina se puede clasificar en


tres etapas, en donde el historiador Juan María Veniard las define como
las tres olas del nacionalismo musical “….esta escuela [el nacionalismo
musical argentino] se desarrolló en tres momentos diferentes. En ellos
percibimos un movimiento de acrecentamiento y disminución en el orden
cronológico, tal como llegan las olas a la playa donde la nueva ola que
viene ha de hallar el terreno húmedo...”
Esta imagen análoga de las olas que hacen referencia al nacionalismo
musical en Argentina, representa el emerger de una promoción de
músicos que se interesó en esta tendencia que alcanzó su apogeo para
luego retroceder dejando un camino trazado que sería continuado por una
próxima promoción de músicos.
Por ello los compositores argentinos que componían dentro de la línea del
nacionalismo musical, lo hacían por influencia de las tendencias
nacionalistas provenientes de Europa y no por una reacción ideológica de
proteccionismo y defensa de la cultura autóctona como sucedió en Rusia y
otros países.

Las olas del nacionalismo musical las podemos clasificar en tres


momentos con sus respectivas promociones de compositores.

La primera ola del nacionalismo musical


La primera ola de nacionalismo musical en Argentina tuvo su origen en
1876. Los historiadores han determinado este año como inicio del
movimiento debido a la acción de un músico extranjero radicado en el
País, Eduardo Torrens Boqué”, quien publicó su “Álbum musical
hispanoamericano”. La intención del autor era dar a conocer “aires
populares” o sea evocar a la música autóctona pero sin que
específicamente se tratase de ella en su lenguaje mas puro; característica
propia de los compositores enrolados en el nacionalismo musical.
Algo que es para destacar nuevamente, es que las composiciones
enmarcadas dentro del nacionalismo musical, tanto argentino como
europeo, no se trató de música folklórica, así como tampoco estuvo la
intención de los compositores académicos en producir obras dentro los
géneros autóctonos.
Las obras del nacionalismo musical por definición, utilizaron algunos
elementos que identificaron a la música autóctona con la intención de
recordarla o representarla en forma explícita o implícita, siempre dentro
del marco de un discurso musical académico europeo, pero es importante
destacar que no se trata de música folclórica, no solo porque se desarrolle
dentro de un lenguaje de música académica sino que tampoco está en la
intensión de los compositores de esta tendencia hacer música autóctona,
sino más bien evocarla con el fin de utilizar elementos de la música
regional para desarrollar un discurso musical auténtico en su originalidad
con el fin de captar la atención del público con elementos novedosos que
lo diferencien del repertorio universal.
Además, también es importante mencionar que dentro del nacionalismo
musical hay muchas obras que se incluyen en esta tendencia solo por
contenidos extra musicales ya que no siempre las obras contienen aires
autóctonos. También estas obras aluden a imágenes o ideas fuera del
mundo sonoro que conectan al público con las características de una
región o una cultura. Siendo así que mucha música del nacionalismo
musical, en especial la instrumental, si no fuese por el título, los nombres
de los movimientos o un programa que desarrolle una historia relacionada
con las costumbres y mitos característicos de una región; podría tratarse
de una composición en estilo europeo sin conexión alguna con la música
autóctona.

Durante los años de la publicación de Torres Boqué, la actividad musical


en Buenos Aires fue muy intensa y variada. Por aquel entonces existieron
muchas sociedades musicales que apoyaban al desarrollo de la producción
musical subvencionando a las agrupaciones orquestales y camarísticas, así
como también a las sociedades corales. Estas sociedades filarmónicas
generaron espacios de difusión musical mediante la gestión de conciertos
y en algunos casos también contaban con salas propias. En muchos casos
los eventos que se desarrollaron en estas sociedades no tuvieron carácter
popular y generalmente estaban orientadas a la música instrumental. Sin
embargo, algunas sociedades musicales nacieron como agrupaciones de
música popular y más adelante devinieron en el género dramático
musical, un ejemplo de ello fue el de las primeras comparsas de Buenos
Aires.
Una de las comparsas mas conocidas fue la Sociedad Dramático Musical
“Los negros”. Se le atribuye el reconocimiento histórico de ser la primera
comparsa de Buenos Aires (hasta donde se sabe).
Nació como una comparsa carnavalesca de estudiantes que se llamó
“Comparsa de los negros” alrededor de 1865 y en para ella compuso
Miguel Rojas mostrando en público sus primeras producciones. Como
toda comparsa tenía sus músicos y su música característica. Es importante
observar que en aquella época estaba muy de moda la “negritud” pero en
este caso no se trató de una manifestación representativa a los escasos y
sin identidad descendientes de los esclavos río platenses, sino que nació
por influencia norteamericana al conocerse en Argentina unos mistrels
negros que causaron sensación. Una vez que ésta comparsa se convirtió
en una sociedad musical Rojas estrena dos Zarzuelas “Los padres (1867) y
El pasaporte (1869)”siendo estas las dos primeras Zarzuelas escritas por
un compositor argentino.
Es así que podemos observar como algunas asociaciones de músicos que
tienen su origen en la música popular se transforman en agrupaciones
dramático musicales, sobre todo cultivando los géneros de música
escénica, particularmente de ópera cómica como el caso de la zarzuela o
la ópera criolla que fueron géneros populares por aquel entonces.
El ejemplo de la comparsa “Los Negros” no fue aisllado, otras sociedades
sociedades musicales, también nacieron como comparsas y se
transformaron en agrupaciones dramático musical como fueron las
agrupaciones La Marina y La Africana. Estas agrupaciones estuvieron
activas en 1870 mientras no hay registros de que lo estuviera “Los Negros”
con lo cual da a entender que ésta última ya estaba disuelta.
Además de las sociedades filarmónicas de aquella época también surgen
las primeras academias musicales oficiales formando a muchos jóvenes,
nutriendo a la ciudad de Buenos Aires con músicos formado
profesionalmente.
El apogeo de la primera ola del nacionalismo musical en Argentina tuvo un
lugar y una fecha precisa. Fue en la noche del 4 de abril de 1878 en el
primer teatro Colón.
Las composiciones argentinas pertenecían a una nueva promoción de
músicos nativos que habían accedido a estudios musicales superiores y se
lanzaron a la composición de todos los géneros de la música académica.
Los compositores en cuestión eran Saturnino Berón, Miguel Rojas y Luis
Bernasconi. Sus obras en esa noche del 4 de abril compartieron escenario
con composiciones de Gounod, Verdi y otros compositores europeos de
renombre.
De las obras argentinas las más importantes fueron las de Saturnino
Berón. Él era un músico militar nacido en Paraná, Entre Ríos y que había
hecho campaña en la guerra del Paraguay. Había logrado conseguir una
beca del gobierno nacional para profundizar sus estudios musicales en
Europa. En aquella época eran muy escasas las posibilidades las recibir
una pensión del gobierno para viajar al exterior sobre todo para los
músicos.
A través del perfil de Saturnino Berón, podemos observar análogamente
una referencia que se reiteró en la mayoría de los compositores
académicos románticos y post románticos en La República Argentina. Por
aquel entonces hasta bastante adentrado el siglo XX, los músicos
argentinos que se formaron en el país, adquirieron su status profesional
cuando fueron a realizar sus estudios superiores a Europa. Muchos de
ellos ejercieron como profesionales en el viejo continente, con mucho
éxito lo hicieron a la par de los grandes referentes europeos. Otros, tras
finalizar su formación, regresaron a la Argentina y en muchos casos ya
habían estrenado composiciones en Europa, obteniendo allí un prestigio
que se reforzaría al regresar al país; trayendo con ellos las nuevas las
tendencias musicales vigentes, entre ellas el nacionalismo musical.
La primera obra del nacionalismo musical, hasta donde se sabe, fue el
poema sinfónico “La Pampa” de Saturnino Berón estrenado aquella noche
del 4 de abril de 1878. Actualmente su partitura está perdida y solo
quedan las crónicas de la época “…un murmullo de aprobación” se hizo
escuchar cuando la orquesta hacía sonar las primeras notas de un pericón,
contradanza criolla que había perdido vigencia en las tiendas de campaña
por aquel entonces. La obra en cuestión era el mencionado poema
sinfónico manifestando la influencia del nacionalismo musical que Berón
había asimilado en su período en Europa y estaba poniendo en práctica en
su país natal.
Es así que Berón recurre a tres elementos característicos de las
tendencias nacionalistas. Primero elije un elemento extra musical “La
Pampa” que conecta al público con una imagen característica que es
propia de La Argentina y de ningún otro lugar, por otro lado, lo incluye en
un género musical emblemático de la música académica europea, el
poema sinfónico; finalmente recurre a una fuente musical autóctona, el
pericón. Con estos tres elementos la composición adquiere todo el perfil
de una música académica exclusivamente argentina.
Argentinaxxxxxxxxxxxxxxxxxx

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NACIONALISMO LA MÚSICA POPULAR

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