Shah Magia Oriental
Shah Magia Oriental
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Magia oriental
Ediciones Lidiun
¿I
Magia Oriental
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Magia Oriental
Ediciones Lidiun
BUENOS AIRES
Titulo do la olwa original: "Oriental Magic .
Publicada por Oclagon Press, London.
Copyright © 1956 por Idrles Shah.
■ Traducción de Lydla Chaml.
Distribuidor exclusivo:
Librería "El Atoneo" Editorial.
ÍNDICE
PróloRo ......................................................................................................................... IX
Prefacio
I-i difusión de la magia ........................................................................................... XI
Capítulo I
1.a magia «-s international ....................................................................................... 1
Capitulo 2
Magia judia................................................................................................................. 10
Capitulo 3
Salomón: Rey y mago................................................................................................. 10
Capitulo 4
El Ocultismo en Babilonia ........................................................................................ 23
Capítulo 5
Magia egipcia.............................................................................................................. 32
Capitulo 6
La rima de los dos Nilos............................................................................................ 47
Capítulo 7
1 fakires y sus doctrinas ....................................................................................... 55
Capitulo 8
Lu contribución ¿rabo ............................................................................................... 71
Capítulo 9
Leyenda* de lo* hechicero* ....................................................................................... 70
vii
Invocando a los espíritus ........................................................................................ m
Capítulo 11
La magia irania .......................................................................................................... "
Capítulo 12
Los ritos mágicos del Atharva Veda ....................................................................... IM
Capitulo 13
India: los rílos do los sacerdotes-magos ................................................................. 113
Capítulo 14
La alquimia india en la actualidad........................................................................... '
Capítulo IS
¿Una nueva fuerza mental? ...................................................................................... 1^0
f*
Capítulo 16
Magia erótica.........................'...................................................................................
Capítulo 17
Las artes ocultas en China ....................................................................................... MI
Capítulo 18
Los magos del Tibet ..................................................................................................
Capítulo 19
Las artes mágicas en Japón ......................................................................................
llibtiografia
Las fuentes escritas de magia oriental y comentario* ........................................... 181
viii
PROLOGO
Por el Dr. LOUIS MARIN *
Fue sólo a partir tie la era víctoriann que la ciencia arqueológica es-
tableció el hecho notable de que los principios mágicos do Asia Mayor
ejercieron gran influencia sobre comunidades de casi todo el mundo. Cons-
tituye una historia fascinante, también, el desplazamiento hacia el oeste
de los acadios prehistóricos, los pueblos turanios que Introdujeron las
costumbres asiáticas en los pueblos mediterráneos, fundando las civili-
zaciones de Asiriu y Itahilonia. Muchos de los asombrosos ritos tauma-
túrgicos de los imgos durante el desarrollo de la ¿poca presemita m
1
* se
encuentra en las Tablillas Maqlu ("Ardientes") y en la vasta biblioteca
del Bey* Asurbanipal
La "magia-medicina" (shamanismo) practicada por tribus turanias
relacionadas entre sí echó raices en el Este, en China y Japón. Estos ri-
tuales incluyen los fenómenos psíquicos familiares a los mediums occi-
dentales, y tienen analogía, nuevamente a través de la inspiración turanio-
mongol \ entre los fineses, los la pones e incluso los indios tanto de
America del Norte como de América del Sur. Naturalmente, no existe evi-
dencia documentada de la migración hacia Occidente de estos pueblos.
Cuidadosas deducciones llevadas a cabo dentro de los confines de una
cantidad de ciencias, han estublecido que es muy probnblo que tales mi-
graciones da bocho hayan tenido lugar.
Sin embargo, no fueron sólo los pueblos de origen tiiranlo los quo
practicaron las artes mágicas de sus mayores. Como lo demostraron el
Dr. Schiitte y otros investigadores en una de las más sorprendentes deduc-
ciones científicas *, los escandinavos prehistóricos, por ejemplo, here-
daron un conocimiento considerable de estos pueblos. Otro factor impor-
tante es el descubrimiento de que la comunicación prehistórica entre los
pueblos era mis fluida de lo que generalmente se supone. Es corriente
imaginar que las sociedades primitivas eran más o menos independientes
y se desarrollaban separadas entre si: algunas en montarías remotas, de-
siertos y planicies, otras en ciudades y villas. No es demasiado conocido
el hecho de que. además del comercio, el intercambio tanto intelectual
como social entre pueblos muy separados entre sí por factores culturales,
el lenguaje y la distancia, era considerable. La diferencia entre este con-
IDIUK SHAH
Xiii
CAPITULO 1
LA MAGIA ES INTERNACIONAL
1
ti lugar donde lo encontraron, tal como es costumbre desde China hasta
Marrueco*.
Aproximadamente en la misma época, en la frontera indo-china, una
bruja famosa que parecía salida de Macbeth, prosperó como hechicera
y autora de toda suerte de milagros. Causó muchos y violentos disgus-
tas a la gente del lugar, ya que se decía que lo sabia todo acerca de las
vidas privadas de las personas, fueran o no de su predilección. Su mayor
placer, sin embargo, consistía en castigar a quienes hubieran causado
infelicidad a los demás, y por esta razón muchos la veneraban como una
santi. Esta Sita afirmaba tener más de ciento cincuenta años, afirmación
que -se decía— corroboraba también la vecina más anciana del lugar,
lai centenaria contaba que. hasta donde podía recordar, la imagen que
conservaba de Sita siempre había sido la de un ser decrépito y arrugado,
tal como aparecía un siglo mas tarde.
El método para convocar a la bruja era el siguiente: la gente con
problemas, los maridos sometidos por sus mujeres, las esposas cuyos ma-
ricos eran cmcles, los enfermos y los necesitados, se dirigían al techo de
sus propias casas, y pronunciaban tres veces el nombre de Sita. I MS
lechuzas locales, que actuaban como sus espíritus familiares, !■■ llevaban
el mensaje rápidamente. A la mañana siguiente, el ofensor caería enfer-
mo con fuertes dolores de cabeza. Simultáneamente, algún golpe de
but na suerte aparecería en el camino del invocante. 'Cuantío llegué a su
choza, rodeada de matorrales, provisto del pastel de frutas que pan-rta
s^r su mayor pasión, me pareció muy poco diferente de cualquier otra
anciana de aquella región del mundo. 1.a mayor parte <lcl tieni |Hi ella
h-bl6. bastante libremente, sobre el valioso trabajo que realizaba al ad-
vertir a las muchachas jóvenes sobre el verdadero carácter tie sus com-
pineros. Sí bien parecía tener mucha edad, sus ojni eran «-tiranamente
claros. En lugar de las espaldas encorvadas y las mejillas hundidas de
l.i bruja clásica, ella se conservaba erguitla y se movfa con mu agilidad
sorprendente. Parte de su monólogo, sin embargo, resultaba un lanío con-
fuso y cuando 1c preguntó acerca del modo con que óblenla efectos 10*
breniturales, me miró como a un niño Iruvicso y dijo que yo nunca podría
comprender.
Parecía no existir duda alguna de que Sita, como la mayoría de los
magos, creía realmente en sus poderes. Negaba que sus éxitos pudieran
ser atribuidos a la autosugestión por porte de sus clientes, si bien reco-
nocía que éste era un fenómeno bien conocido. También afirmaba que
había recibido todos sus conocimientos de su madre, y renegaba de los
libros ocultistas y de toda religión formal por tratarse de fraudes. Yo no
puedo decir que su personalidad fuera magnética, o dominante, o que
mostrara ninguna de las características extrañas que suelen percibir los
simples mortales en presencia del poder oculto. Lo único que en verdad
me impresionó de ella fue el hecho de que describió cosas que iban a
pas irme en el futuro, y que estas cosas posteriormente ocurrieron"*.
Que bien pudiera existir una continuidad de ciencia oculta trasmi-
tida entre los mongoles es algo aceptado por más de una autoridad en la
materia. Las prácticas shamanístas de los magos de China, Japón y otras
regiones del Lejano Oriente poseen un paralelismo claro con los ritos
de los esquimales y algunas tribus mongoloides americanas: un ejemplo
válido de esto lo constituye el estado de trance mediúmnico previo a la
profecía y la clarividencia que es común a todos ellos. India, México y
el antiguo Egipto rinden culto a la serpiente. La serpiente, de hecho, ci
uno de los símbolos más importantes, compartidos por la ciencia esoté-
rica más elevada del Viejo y Nuevo Mundo, lo cual fue utilizado como
argumento para sustentar la teoría de la Atlántida.
El dios-serpiente mejicano exigía no sólo el sacrificio humano, sino
también que se bebiera la sangre de la víctima. Cuando se capturaba
una serpiente salvaje y joven, ésta no se convertía en deidad hasta tanto
no se cclebroran seis sacrificios humanos en su nombre y presencia. Iji
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los espíritus y las palabras mágicas, familiares aún para los lectores jó-
venes de cuentos de hadas, está igualmente difundido, si no más aún,
Las "Palabras del Poder" 11 medíante las cuales Salomón convocaba a los
djinn #, formaban parte importante de la enseñanza en el antiguo Egipto.
La difusión de las imágenes de cera para realizar maleficios es tan
amplia como la de cualquier otra hechicería. Aún hoy se las emplea: yo
mismo lo he visto. Un ejemplo antiguo lo constituye un encantamiento
que figura en la tablilla bilingüe de Asurbanipal, originario de Acadia y
probablemente derivado de los ritos de las tribus mongoles de Asia Cen-
tral. Esta tablilla, proveniente del palacio real de Nínive, contiene veinti-
ocho conjuros e incluso en el año 700 A.C. se la consideraba como per-
petuadora de ritos extremadamente antiguos. Parte del encantamiento
dice lo siguiente:
Aquel que forja imágenes, aquel que embruja.
La figuro malévola, el ojo maligno.
21
La l"x« malévola. U lengua maligna.
El labio malévolo, la ItechiceiEa mil bábd,
I Espíritu de los cielos, conjúralosl
i Espíritu de la tierra, contúialos!
22
los teólogos católicos hicieron frente a la brujería ("No dejaras a una
bruja con vida**. Ex. xxii, 18) lo cual convirtió al tema en digno de inves-
tigación, si no de estudio. Esta actitud con respecto a las ciencias ocul-
tas continúa en dicha Iglesia de una forma bastante similar a la del tiem-
po de la Inquisición española. De acuerdo con la Enciclopedia Católi-
ca la brujería existe definitivamente, como un hecho probado por la
Biblia.
Muchos de los manuscritos sobre la magia judía y salomónica que
se conservan actualmente en traducciones latinas y francesas, presentan
huellas evidentes de interpolaciones cristianas. Varios de los ritos de la
Clavícula de Salomón, por ejemplo, están "cristianizados" (casi segura-
mente por parte de sacerdotes) para brindar la impresión de que a tra-
vés de ellos es posible lograr resultados taumatúrgicos, con los agrega-
dos cristianos.
Entro los musulmanes y otras grandes religiones de Oriente, una
componenda dio lugar a la teoría de la división de la magia entre "per-
mitida" y "prohibida", división de alguna manera análoga a aquella de
magia "blanca" y magia "negra" de los occidentales.
No obstante, la magia fue, y aun es, algo que las religiones organi-
zadas no han ni absorbido ni destruido efectivamente. Como la religión,
su liase es sobrenatural: la apelación a una fuerza superior al hombre.
Do la fu en esta fuerza deriva el deseo de protección, seguido por el pe-
dido explícito de mayor poder sobre otros hombres, sobre los elementos
naturales, sobro "el destino" mismo.
I.as religiones y La magia comparten también las expresiones exter-
nas: los instrumentos del arte, los ropajes y las vestiduras. las fumigacio-
nes y la repetición de palabras, frases y plegarias. A partir de la fe en la
existencia del poder sobrenatural, aparece el deseo de entrar en relacio-
nes contractuales con dicho poder; de allí proviene el "Pacto". Existe un
contrato entro el hombre y Dios, entre el hombre y el espíritu. Los teólo-
gos do la Edad Media y posteriores se complacían en quejarse de que
los libros mágicos imitaban los ritos de la Iglesia; que buscaban realizar
pactos con el Demonio tal como Dios realiza pactos con los hombres.
Las investigaciones más recientes han demostrado 13 quo el elemento de
"contrato" de la magia es al menos tan antiguo como la magia misma y
por 1» tanto anterior a muchas de las grandes religiones organizadas quo
han llegado a nuestros días. Incluso hasta en el lugar consagrado dondo
so practican, la magia y la religión operan de manera análoga.
9
CAIMTULO 2
MAGIA JUDIA
Según U tradición árabe, los judíos fueron los mas grandes magos
de todos los tiempos. También en Europa, durante la Edad Media, tanto
los judíos como los cristianos entre quienes vivían, se dirigían a algún
hechicero reputado de origen hebreo, seguros de que podía realizar mi-
lagros. I.os judíos, por su parte, frecuentemente describieron a Jesús como
un mago1*: pero esto no es relevante.
SI la magia hebrea es un producto original de este pueblo semita
sería casi imposible establecerlo sin conocer qué parte de su herencia
mágica era de origen foráneo. No existen dudas de que la practica de
la magia estaba muy difundida entre los judíos '•. Con justicia o sin
ella, literalmente miles de textos mágicos atribuyen sus raíces a origina-
les hebreos; Moisés mismo fue un mago en -cierto sentido de la palabra.
Do acuerdo con los samaritanos. toda la enseñanza de la magia
deriva de un libro: el Libro de los Signos, que Adán trajo consigo del
Paraíso para que le permitiera ejercer poder sobre los elementos y Us
cosas invisibles. Como el Libro de Razicl, este trabajo aún existe, si es
que se trata, por cierto, del mismo libro.
Se supone que Razícl, que significa "Secreto de Dios", fue el verda-
dero trasmisor do secretos. Su Libro afirma provenir tie Adán; en otra
parte se informa al lector que fue confiado a Noé, antes de entrar en el
.Arca. Como muchos otros libros mágicos, remonta su historia a Salomón,
hijo de David, gigante entre los hacedores de milagros. I ais investigacio-
nes bibliográficas han logrado bastante poco, hasta ahora, con respecto
a la reconstrucción de la historia del Libro de Razie!. Contiene numerosas
figuras y signos mágicos ■■ instrucciones para hacer talismanes y afirma
haber sido originalmente grabado en una tablilla de zafiro, si bien
en U actualidad sólo se dispone para su estudio de copias relativamente
recientes.
10
ccnüicnte intelectual de Salomón y de Moisés. Como en otros campos
de la investigación histórica, parecen existir pocas dudas acerca de que
algunos de los libros de los que se consideran típicos textos mágicos judíos
han sido, en el mejor de los casos, gravemente Interpolados. En otras opor-
tunidades, es posible que hayan existido sustituciones. Muchos investiga-
dores creen que gran parte del ritual mágico judío contenido en antiguos
manuscritos se ha perdido. Sucede que los hechiceros hebreos no sólo
debían enfrentarse con la hostilidad de los rabinos sino también con
la furia de los habitantes de los países en los cuales vivían, frecuente-
mente como una minoría de su raza. Es posible que los moros o los po-
lacos solicitaran una y otra vez su ayuda como propiciadores de lluvia;
pero bastaba con que algo anduviera mal para que fuesen culpados.
Entonces la ley de trasmisión, por la cual solo unos pocos podían ser
iniciados en los misterios, debe de haber evitado que se pusiera por es-
crito gran parte de la sabiduría mágica.
El Libro de Enoch " presenta la siguiente leyenda como explicación
de cómo llegó la magia al pueblo judío:
Dos ángeles (Uzzá y Azael —uno do ellos posteriormente adoptado
por los paganos árabes como dios y el otro como ángel—) fueron envia-
dos por Dios para tentar a los mortales, como prueba de la debilidad
humana.
Habiéndose enamorado ellos mismos de una mujer, fueron con-
denados al castigo divino. Uno de ellos cuelga de los ciclos, cabeza
al>ajo; el otro permanece encadenado, más allá de las Montañas Oscu-
ras; ¡éste fue, incidentalmcnte, quien enseñó a las mujeres a pintarse el
rostro!
Los Libros de Ilermes " —algunos dicen que constan de cuarenta y
dos volúmenes— fueron atribuidos al dios egipcio Thot; los magos judíos
sin duda los conocieron, tal como lo demuestran numerosas referencias. El
dios Thot es llamado Theuth por Platón, quien afirma que se trataba de
un hombre muy sabio que vivia en Egipto. Es sobre sus trabajos, nos han
dicho, que los antiguos egipcios basaron su religión y las prácticas mági-
cas ampliamente difundidas.
¿Quién era Thot o Theuth, y cuáles fueron sus descubrimientos mági-
cos? Cicerón recoge la historia y nos dice que fue un "legislador" teba-
no. I.as enseñanzas de los libros de Hermes (cuarenta y dos o 36.525,
según vuestra fuente de información) parecen, a primera vista, confusas,
místicas, contradictorias y mágicas. ¿Son egipcios? Esto ha presentado
serias dudas. Es posible que los libros de Thot hayan sido, como era cos-
tumbre, trascriptos, editados y trasmitidos de manera más o menos alte-
rada. Resulta obvio que en la actualidad contienen huellas del pensa-
miento cristiano, musulmán y gnóstico. Sin embargo, yo he conocido
sustentadores activos de la tesis de que se trata de escritos proféticos, y
algunos sostienen que su verdadero significado está envuelto en un sim-
bolismo esotérico. Si éste es el caso, se necesitaría toda una vida para
descifrarlos, sin contar con algún tipo de iniciación. De este modo. Thot
sigue siendo un libro casi cerrado.
25
de demonios y espíritus, infiernos y diablos, gano gran popularidad
en Europa durante el siglo xiv. Quizá sea este trabajo, y la escuela
cabalística que contribuyó a crear, lo (pie puede considerarse como el
mayor sostén de la fama de los judíos como magos en Occidente.
Es en las fuentes judías, o en los textos que se dicen de inspira-
ción judía, donde debemos buscar las raices de la mayoría de los ritos
propiciatorios y de sacrificio de lo que actualmente llamamos Gran Ma-
gia. Las fumigaciones y el incienso, los candelabros y los cuchillos, la
estrella de cinco puntas, incluso la mayoría de las palabras que se
emplean en las ceremonias, tienen su paralelo en los procedimientos
religiosos hebreos de manera similar a la parodia de la misa cristiana
por parte de los cultores de la Magia Negra.
El Libro de Magia Sagrada de Abramelin el Sabio es uno de los
muchos trabajos dudosos". Pese a su reputación de haber sido escrito
por un Abraham, hijo de Simón, y recién aparecido en 1458, podría
haber sido escrito por un cristiano. Aun así, su deuda para con la
tradición mágica hebrea resulta clara. Probablemente se trate, enton-
ces, de iin.1 mezcla: el trabajo du un cristiano iniciado en las artes
mágicas orientales. Sin brindar una traducción completa aquí, resulta
difícil ofrecer detalles precisos acerca de la naturaleza y el alcance de
este notable libro negro. Afirma que el original fue escrito en hebreo
y que se trata, tal como lo señala el titulo, de magia "sagrada" y no
"profana". De acuerdo con las creencias de la Gran Magia, el autor
declara que, mediante este libro, los ángeles y los demonios pueden ser
utilizados para bien o para mal porque, ¿no se trata del mismo libro
que fue entregado a Moisés, Salomón y otros? Sus procedimientos M U Í
similares n aquellos que encontramos en la mayoría de los libros de
magia: brinda instrucciones para formular encantamiento, para conjurar a
los (spíritus, para recobrar objetos perdidos, para producir amor u odio.
La tradición que comprometía a todo iniciado en este tipo de magia
a no comunicar a nadie parte alguna del libro trajo aparejado el con-
vencimiento de que quien llegaba a conocerlo "estaba listo para dio""*.
También a Salomón se atribuye el muy apetecido Crimoirum Ve-
rum, que tiene parte del material de la Clavicula de SalomónM, obra
que será analizada a su debido tiempo. Este pequeño volumen no solo
contiene "los verdaderos y auténticos secretos del Rey Salomón", ¡sino
que fue realmente descubierto en su tumbal Por medio de él, el hechi-
cero puede prepararse para el arduo ejercicio del Arte, puede cons-
truir diversos instrumentos que resultan esenciales para el arte verda-
deramente difícil de conjurar a los espíritus y puede convocar y des-
pedir a una gran variedad de seres poderosos. Si bien la carátula dice
que el trabajo fue recopilado y publicado por "Alibeck el Egipcio" en
1517 (en Menfis). es más probable que date del siglo xvni. y que haya
sido hnprtfO a partir de un manuscrito mucho más antiguo. No se co-
noce ninguna versión completa de este libro, si bien partes que no
figuran en esta edición aparecen claramente en textos italianos más
irodcrnos.
26
preuauos tic touo necmcero mcüicval era el titulado Magia ivegra Ver-
dadera, el cual, también, era imputado a fuentes hebreas. Deriva, de
hecho, de I M Clavicula de Salomón. Célebre porque se concentra sobre
encantamientos de muerte y obras de odio, puede haber sido copiado
de un mansucrito análogo a aquel del cual provienen todas las ver-
siones más recientes de la Clavíctda. De esta obra se conoce solo una
edición, y es muy rara: la edición de 1750. Como sucede con todos
los textos de hechicería, las copias pueden adquirirse únicamente u co-
leccionistas y solo de vez en cuando se las encuentra en alguna biblio-
teca. Hasta tanto estos textos sobre magia no sean más accesibles, a los
estudiosos del ocultismo no les será sencillo comparar la intcrrelación
entre cultura y mito que residía tie las prácticas mágicas tanto en
Europa como en Oriente.
Dos grandes fuerzas, además de los propios magos profesionales
fueron responsables de la difusión del estudio oculto de la magia orien-
tal en Occidente. En primer lugar, los investigadores árabes que, obe-
deciendo literalmente el mandato del Profeta que decía "Busca el co-
nocimiento, incluso tan lejos como en China", estudiaron y tradujeron
bibliotecas completas de libros hebreos y permitieron su lectura en
ándie. latín y griego a través de sus afamadas universidades en Espa-
ña. Eruditas occidentales portaron este conocimiento al norte de Euro-
pa, donde los estudios sobre ocultismo se arraigaron tanto como los
estudios «obre ciencias más terrenales.
Bien lejos de las narraciones sobre magia y sobre magos, enterrada
en trabajos poco conocidos sobre la vida y las costumbres de los he-
breos, existe otra fuente de la cual se puede obtener una gran cantidad
de datos: la Biblia. Durante los tiempos bíblicos, la magia judía reco-
nocía diversos tipos de agentes: adivinos, que veían visiones, observando
superficies pulidas, con la mirada fija (Cén. xiv, 5); gente quo pedía con-
sejo a ciertas imágenes —otro tipo tic adivino, como en Ezcq. xxl, 21—
madianítas (Num. xxii, 7), y adivinos entre los filisteos, como lo vemos
en 1 Sam. vi, 2.
Todo esto tiene su contraparte entre otras naciones orientales; en
gran medida su herencia mágica parece provenir de los mongoles tura-
mos que precedieron a los asirios en esa zona. Un adivino, según el rabino
Akiba, es una persona que decide sobre la buena o la mala suerte en
viajes, siembras y otras cosas similares. Diversas autoridades judias
sostienen que tas artes mágicas fueron aprendidas durante el cautiverio
27
xviii, 11 pareciera responder a esa definición. Sin embargo en Isa. ii,
6, xlvií. 13 y en otras partes, aparece una referencia a adivinos y pro-
bablemente astrólogos, lo cual demuestra que en el cuerpo principal de
magos existía una subdivisión. Los "grabadores" eran los especialistas
en hacer talismanes, con los cuales Europa se familiarizó mas tarde.
Cran parte de algunos textos occidentales sobre magia cstalw dedicada
a estos tal smanes y a su confección.
Hechizos, antihechizos, posesión por parte de los demonios y con-
flictos sobrenaturales: éstos son los ingredientes del mundo mágico de
los semitas. Mucha gente reconocerá ciertas prácticas como la lectura
intentada de la "escritura sobre el muro" o la interpretación de sig-
nos como evidencias de la actividad ocultista. Quizá menos obvios re-
sulten los antecedentes de la famosa batalla mágica entre Moisés
y Aaron y los sacerdotes-magos egipcios". Convertir bastones en ser-
pientes era un truco muy conocido entre los magos de aquellos tiempos
y aún se practica en el Egipto contemporáneo. Lo que realmente ocu-
rre es lo siguiente: presionando la cabeza del reptil, se lo somete a un
estado de rigidez cataléptica, de modo tal que parece una vara. Cuando
luego se lo arroja al suelo, el golpe lo despierta y rompe el estado
hipnótico. Esto fue lo que hicieron los egipcios. Como éste no es un
libro apologético, no es nuestro propósito analizar la cuestión de si el
Itastón de Aarón (que podría haber sido una serpiente similar) real-
mente devoró o no a la vara del oponente. Otras referencias a este
punto interesante pueden obtenerse de los trabajos de Maury, I<anc y
Thompson **.
La dcmonología judia, conformada por los demonios y los espíritus
malignos de todas las civilizaciones heredadas por Israel, constituye
una lectura impresionante. El rabino Mena jen sabía que los demo-
nios son tan numerosos quo si el ojo desnudo los hiciera visibles, harían
Imposible la vida del hombre. No todas las personas son igualmente
susceptibles a sus ataques; sin embargo, es a los rabinos a quienes
persiguen, para atormentarlos. La razón principal por la cual los rabi-
nos usan mantos es para mantener alejados a los demonios. Es posible
que las capas que todos los brujos han adoptado tuvieran cite carácter
protector en su origen.
El peor momento para ponerse en contacto con los espíritus es
durante la noche, cuando Igcret vuela en compañía de cientos de miles
de demonios inferiores excitados, todos dispuestos a hacer daño, y a
comprobar que este daño seu efectivo.
Durante la noche, continúa diciendo esta autoridad, nadie debiera
dormir solo, para no permitir que Lilít entre en acción. Lflit, por su-
puesto, es el Súcubo bíblico, que seduce a los hombres. En la Erudición
rabínica existe una variada literatura acerca de cómo este espíritu adop-
tó forma femenina y sedujo a Adán. Ella es un demonio de origen
acadio —Celal o Kiel-Gelal- y su nombre en hebreo y en inglés deriva
del a sirio Lil.
Una creencia entre los cabalistas judíos era que el esquivo Nombre
. .... >u .. " i . . . moa magia pouu realizarse, fero, igual que en el Libro
de Thot. este nombre sólo podía ser utilizado por los iniciados, so pe-
na de terribles castigos sobrenaturales. Escritores hebreos posteriores llegan
a afirmar que ese era el mismo Nombre que Jesús pronunciaba para
realizar sus milagros.
Allí donde se creía que abundaban los demonios, los magos y los he-
chiceros trabajaban constantemente. Parece posible que muchos de aque-
llos reputados como brujos fueran meramente excéntricos. A esta dis-
tancia, resulta difícil saber por dónde empezar para separar a los unos
de los otros. Tomemos por ejemplo, del vigésimo segundo capítulo del
Éxodo, la famosa línea "No dejaras que viva ninguna hechicera". ¿Qué
clase de hechicera es éslo del versículo 18? Algunos dicen que la palabra
hebreo kaalishefá utilizada allí significa solo "envenenadora", lo cual cam-
bia el significado ¡ K i r comphlo. Es similar a lo palabra veneficus, como
está traducida en I. i versión latina de la Septuaginta. I.a verdad pro-
dablemente la encontraremos al di terminar si una bruja era considerada
también una envenenadora, tanto en un sentido simbólico como reul.
I ' n i . n i l - - el siglo xvi se conocían varios casos de brujas que habían recu-
rrido al envenenamiento de la victima cuando fracasaban los métodos
mágicos. Uno de estos casos es el del asesinato de Sir Thomas Over-
bury.
Como liemos visto, la hechicería contaba con la desaprobación ex-
plícita de ia autoridad establecida de los hebreos. Pero, tal como muchas
otras cosas prohibidas, de lodos modos afectó la vida humana durante
ese periodo. Aquellos que no suscribían a las Escrituras, proveían adep-
tos para el culto. Incluso entre los creyentes, la historia demuestra
qui* los |)críodus de angustia y de duda vol cu ban a las personas devotas
lucia la brujería. Lo% teólogos reconocen este vínculo entre la reduc-
ción de 11 fe y d volverse hacia las artes "ocultas" (por ejemplo, la
magia) Y, por supuesto, la virtud de Job fin- probada mediante una
sucesión de desastres.
El IVuteronomio (xviü. 10) dice: "No ha de hallarse en ti quien
luga paiar a su hijo o su hija por el fuego, ni autor de adivinaciones, ni
agorero por las nubes, ni adivino, ni mago, ni encantador, ni consultor
de espectros o adivinos, ni evocador de muertos".
MUIIIM ' S según II Reyes xxi. hizo que su hijo pasase a través del
luego. En lo actualidad, los árabes a veces pasan sobre una llama, pan
alejar a cualquier espíritu maligno (pie pudiera seguirlos. El mismo rey
de Judá "observaba los tiempos, y utilizaba encantamientos, y trataba
con espíritus familiares y brujas**, realmente lodo un rey-mago.
Saúl. Rey de Israel. desalentado por el curso de los aconteci-
mientos y desilusionado ante la conducta de sus vasallos, había aban-
donado I t esperanza de recibir respuestas de Dios, y fue llevado a
consultar a la adivina de En-Dor. Sumido en sus problemas, había olvi-
dado que - 1 mismo a menudo liabia perseguido y matado a los magos.
La mujer le dijo que había visto a un anciano que usaba un manto
(no liay materialización real aquí, parece) cuya descripción fue reco-
13
nocida por el rey. Cayendo de rodillas, Saúl escuchó lo que parecía
haber sido la voz de Samuel —a quien oyó pero no pudo ver— que le
contaba acerca de su propia derrota y muerte. Este retorno a la prác-
tica tradicional de los reyes, de consultar — e incluso de mantener— a
magos y hechiceros, quizá sea muy censurable a la luz de las normas
monoteístas. Pero no puede decirse que carezca de precedentes. Desde
tiempos inmemoriales los magos, asi como también los practicantes de
otras artes, contaron con el patronazgo benigno de los monarcas. A
menudo nos encontramos con referencias que apuntan no solo al poder
que detentaban los magos, sino también a las grandes recompensas que
recibían. Quizás una de las mayores sumas pagadas a un adivino fue
la que recibió Elias —cuarenta camellos cargados de mercancías— cuan-
do lo consultó Bcnhadad. rey tie Damasco, para saber si la enfermedad
que padecía era o no fatal.
La gran corriente de la magia judia se extiende, en su forma mo-
derna, hasta mucho más allá de las orillas mediterráneas orientales. Un
descendiente de aquellos adivinos bíblicos fue el sorprendente Nostra-
damus, quien sigue siendo un enigma aun hoy. Tan poco increíbles
resultaban sus extrañas profecías que recientemente se realizó un filme
que demostraba que varias de ellas se habían cumplido.
Nacido en Provenza a comienzos del siglo xvi, se decía descendien-
te por su madre de un médico-astrólogo de hi corlo del rey Rene. Desdo
sus primeros años mostró aptitudes para la magia: "a la edad de die/,
años daba lecciones sobre temas ocultos a personas que lo doblaban
en edad" ... pese a la desaprobación de su padre, quien quería que
estudiase medicina.
Sea como fuere, Nostradamus M se convirtió en un hombre de apa-
riencia agradable, que lucía una barba, y en el oño 1525. cuando él
tenía veintidós, la ciudad fue asolada por la plaga y el hambre. Las
médicos eran escasos y él comenzó a poner en práctica una cura que
había creado. El resultado fue una sucesión do recuperaciones espec-
taculares. Nostradamus no quiso —o no pudo— explicar a los médicos
la base de la medicación, pero ellos sabían solo que poseía un polvo
secreto y que este polvo servía. Se le otorgó entonces un doctorado ho-
norario en medicina, y continuó con sus estudios sobre lo oculto.
Otra cosa extraña en él era que parecía haber desarrollado poderes
do presciencia. No existen indicaciones sobre cómo actuaban estos po-
deres. Naturalmente, era sospechoso de tener una alianza con Satanás;
durante las acusaciones, a las cuales no se dignó contestar, sobrevino
otra plaga, y Nostradamus fue acusado de haberla causado. Pero él salló
de ello, y llevó su polvo a lugares donde todos los médicos afamados
habían fracasado. Los ciudadanos, agradecidos, le acordaron una pensión.
Luego de haber combatido otra plaga en I.yon. de haber sido nue-
vamente acusado de brujería y de haber realizado numerosas predic-
ciones, Nostradamus fue llamado a lo corte del rey Enrique y nombrado
médico real. I JI única pista que poseemos para establecer los antece-
dentes posibles de sus estudios es el dibujo del horóscopo del rey y la
30
atirmacion ele que sus estudios se reterían principalmente n )u cabala,
aquella filosofía esotérica de los judíos.
La cabala fue estudiada —y sus resultados practicados— en secreto.
Su literatura, tal como la de los Sufis y otros filósofos de los dominios
do la así llamada "Gran Tradición", estaba profusamente adornada con
simbolismos, junto con la alquimia es ln materia más difícil de com-
prender para lus no iniciados, incluso por su terminología.
El poder, sostenían, se escondía de la publicidad, y debía ser obte-
nido en secreto y a través del secreto. Del mismo modo, su uso debía
ser secreto. Incluso las mismas enseñanzas se veían debilitadas cuando
eran impartidas a personas incrédulas: "conocimiento es poder; conoci-
miento compartido es poder perdido". Silencio, discreción, fidelidad,
esos eran los sellos distintivos de los estudiosos de la cabala.
Todo el bien emanaba de un punto, ni que los cabalistas llamaban
Dios. Igualmente, todo poder benéfico era alcanzado y ejercido solo a
través de este punto. El poder y las características de Dios estaban
divididos en diez categorías, las Sefirot.
Estos secretos esotéricos eran similares, y algunas veces iguales, a
los de otros sistemas, judíos y no judíos, durante el apogeo oriental y
occidental de las practicas ocultistas. Los gnósticos empleaban gemas
y cifras para ocultar aquello q u i - consideraban grandes verdades; algu-
nos grupos de "nuestros" enseñabau a sus discípulos que el simbolismo
de sus ritos les Itabía sido revelado en sueños por la divinidad, otros que
ellos eran» meros receptáculos de la quintaesencia del Saber, cristalización
de cones de sabiduría e iluminación. Como los judíos y otras culturas,
conocían multitudes de ángeles, buenos y malos; los sueños y los por-
tentos tenían su propio lugar, adecuado e inadecuado, según el caso.
Los platónicos creían en los "ángeles cuidos"; había tantos ángeles
en el mundo inferior como en el superior. Estos son los prototipos de
las apariciones y de los espíritus familiares. Existe la venganza de los
malvados y de los impíos; espíritus malignos deseosos y ansiosos por
causar daño y temor. Los gobiernan cuatro reyes dañinos que habitan
en lugares cercanos o la tierra, pero dentro do In tierra misma.
Otros dividen u estos espíritus malignos en nueve grados: los pri-
meros son dioses falsos que logran ser adorados y que requieren sacri-
ficios. Uno de ellos, decían, fue el que habló con Jesús y le mostró
todos los reinos del mundo. Una historia similar se cuenta acerca de
Mahoma y el espíritu maligno que trató de pervertir su misión. En se-
gundo lugar se encuentran los espíritus de la mentira, tales como los
que salieron de ln boca de Ahnb. En tercer lugar están los espíritus
de la iniquidad: el Génesis relata que Jacob dijo: "Los espíritus de la
iniquidad están en sus moradas; que mi alma no entra en su consejo" V
En cuarto término, según el pensamiento judco-cristiano más recien-
te, siguen los vengadores del mol. quicni s imitan milagros y sirven a las
31
brujas y los hechiceros: dicen que uno de ellos fue el que habló con
Eva. Su principe es Satanás, quien "seduce al mundo entero, hace gran-
des signos, y logra que el fuego descienda del cíelo a la vista del hombre".
Luego vienen aquellos espíritus que se unen al trueno y al relámpago,
corrompen el aire y provocan las pestes y otros males: los espíritus
que, pensaban, hablan ayudado a Nostradamus. Tienen poder sobre la
tierra y el mar, y controlan los cuatro vientos. Su príncipe es Mcrírim,
un demonio bullente y furioso llamado el "príncipe del poder del aire".
Francis Barrett —el último de los grandes magos confesos— escribió
a principios del siglo xix acerca de estos poderes y de las diversas for-
mas en que se revelun a los humanos; también escribió sobre profecías,
símbolos y signos y toda la gama de la magia occidental, casi totalmente
heredada de fuentes judías:
"El alma", dice el Magom, "puede recibir verdaderos oráculos e.
indudablemente, en menos nos cede profecías reales: allí aparecen luga-
res y hombres desconocidos, tanto vivos como muertos. Lo que va m
suceder nos es anticipado. Sin embargo, existen personas cuyo intelecto,
agobiado por los excesos del comercio carnal, está adormecido o su
imaginación es tan pobro que no puede recibir las formas y las repre-
sentaciones que fluyen del intelecto superior, lo cual significa, digo, que
esto hombre está totalmente incapacitado pañi recibir sueños y profetizar
por ellos "
Los sueños, entonces, son considerados por Barrett —como por mu-
chos de sus predecesores y cofrades de todo el mundo— como medios
validos para la trasmisión del conocimiento oculto. Algunos de los psico-
antropólogos más rnodernos incluso sugieren que es en el sueno donde
debemos buscar el origen mismo de la creencia humana en lo sobre-
natural. Los sueños bien pueden haber sido lo primero que llevó al
hombre a sospechar la existencia de otros mundos y seres con los cua-
les comunicarse. En los trabajos sobre magia de los judíos y otros pue-
blos figuran numerosos procedimientos para la "obtención do sueños",
y han desempeñodo un papel significativo en el ocultismo.
32
CAPITULO 3
SALOMON: REY Y MAGO
IV
ciclismo:., y especialmente sobre ios genios (djan) derivaba de la pose-
sión de un anillo mágico, confeccionado con las joyas de los ángeles
gobernantes de los cuatro elementos. También se dice que dentro del
anillo liabi.i un trozo de una raíz maravillosa. Textos sobre magia publi-
cados bajo el nombre de Salomón que circulan aún boy brindan ins-
trucciones para confeccionar anillos semejantes. El Corán recoge la his-
toria (Sura xxi, 81, 82):
"Y enseñamos a Salomón el uso de los vientos que se movían a
su orden, hacia la tierra sobre la cual habíamos dc)>ositado nuestras
bendiciones... y sometimos a él algunos de los seres malignos, que
se sumergieron para él e hicieron otras cosas además". Una de sus es-
posas era hija de Faraón, rey de la Tierra de la Magia, y algunos comen-
taristas sostienen que fue a través de ella que le fueron revelados los
secretos.
A menudo se menciona la abubilla como el pájaro quo Salomón
utilizaba como mensajero; algunos manuscritos árabes contemporáneos
brindnn instrucciones para el empleo de los huesos y la "piedra de los
nidos" de esta ove, idénticas a las que se encuentran en grimorios
publicados durante la Edad Media, bajo el nombre de Salomón.
Me he encontrado con una antigua referencia a un pasaje oscuro
de la Biblia, que puede estar relacionada con la abubilla. En I Reyes
ÍI, 22, se nos dice que "Hadad" rogaba al Faraón que lo enviara lejos,
"para poder llegar a mi propia tierra". Los estudiosos ámbes afirman
que este Hadad es el mismo que el pájaro mágico lludud, al que se
refiere el Corán como mensajero de Salomón, que por cierto no era un
hombre, y que le trajo noticias de la Reina de Saba M.
Mb Secreto de Salomón, .1.1 Ummeíon.
34
migas? Dirigios a vuestras moradas y no dejéis que Salomón os aplaste sin
saberlo.'"»
Este pasaje, leído en su versión árabe original, muestra a Salomón
como conocedor del lenguaje de las aves, una ¡dea que está muy gene-
ralizada. El versículo agrega que Salomón oyó las palabras de la
hormiga y se rió, demostrando en consecuencia su capacidad para
oír y comprender lo que decían las hormigas.
La magia salomónica se relaciona también con ciertas facetas muy
importantes de observancia rituales comunes a casi todos los sistemas
mágicos. Mucha gente está familiarizada con el Sello de Salomón, la
figura por medio de la cual él podía atraer, amarrar y encerrar a los
espíritus. Mediante este sello el Genio de las Mil y Una Noches fue
confinado a una botella durante diez mil años. Hubo alguna confu-
sión entre la Estrella (sello) de cinco puntas de Salomón y la Estrella
o Escudo de seis puntas de David, considerada también como un talis-
mán poderoso contra el mal, y empleada como protección do la misma
manera que la Cruz. Ambas Estrellas se utilizan en diversos rituales
mágicos de origen árabe y judío.
lai antigua teoría egipcia del "Supremo Nombre de Dios" —una
Palabra de Poder— que es tan potente que no puede ser ni pronunciada
ni tan siquiera pensada, aparece en la magia salomónica. De hecho,
algunos escritores afirman que gran parte de los poderes del rey deri-
vaban de un anillo que tenía grabado el Nombre Supremo. Los escri-
tores árrabes y los judíos coinciden en esto; los primeros agregan que
el anillo estaba hecho de bronce y hierro.
El Tesfomenro de Salomón M, que se le atribuye pero cuya autoría
es imposible de probar, narra que él apeló al ángel Miguel para que
lo ayudara a subyugar a los demonios. El ángel le entregó un anillo mágico,
con un sello grabado. Armado de esta manera, Salomón podía conjurar
a todos los espíritus del mal y obtener de ellos información valiosa.
Esto se lograba "amarrando" al demonio con frases mágicas y obligán-
dolo a atraer a otro espíritu, que a su vez traería a otro, etcétera, hasta
que se hacía presente toda la multitud infernal. De esta manera Salo-
món podía preguntar o cada demonio su nombre y signo, y el nombro
con el cual debía ser convocado. Esta información conforma la mayor
parte do la Clavicula de Salomón, que también so lo atribuyo: obra
que apareció y reapareció en numerosos idiomas o través do los siglos.
Se trato, quizás, del grimorio más conocido.
En hebreo esta Clavícula se llami Maftéah Shrlomóh, mientras que
las versiones latinas generalmente se titulan Clavículae Salomon!*. La
obra se divide en dos partes, y abarca invocaciones, encantamientos y la
confección y el empleo de diversos tipos de talismanes en forma de es-
trellas de cinco puntas (pentáculos).
Un texto áral>c sobro magia, titulado Kitab al-'Uhud, es probable-
mente el mismo Libro de Asmodeo, que se menciona en el Zohar judío
cabalístico como el que fue entregado al rey Salomón por el espíritu
Asmodeo, y que contenía fórmulas para lograr la subordinación de los
demonios". Se eslabona con la Clavícula de Salomón, y ha tenido
35
una influencia considerable sobre los tratados de magia del Medio
Oriente.
Una gran cantidad de obras atribuidas a Salomón o bien existen
o bien son mencionadas en otros textos sobre magia. Una de ellas, de
importancia, es La Obra Divina, de la cual se dice que fue dictada
por ángeles, un libro de medicina y alquimia, que influyó enormemente
sobre los estudios árabes acerca de las Artes ocultas. Otros tratados,
que se han perdido, estaban referidos a temas diversos más filosóficos.
Otro, que dio lugar al nombre de Almadel que se emplea en muchos tex-
tos sobre magia, es el Séfer ha-Almadil hebreo, que trata sobre el circulo
mágico, esa figura indispensable dentro de la cual todos los magos se
refugian de la malignidad de los espíritus. La confección del círculo,
su ubicación y los signos que deben ser escritos dentro de sus anillos
concéntricos, constituyen una parte importante de la magia salomónica
y, por cierto, de la mayoría de los ritos mágicos de todo el mundo.
Existe la teoría de que el nombre del libro proviene del árabe Al-Mán-
dal ("El Círculo"). Es interesante señalar que algunos de los signos
que se emplean en la magia salomónica —círculos o sellos— poseen un
parecido más que superficial con símbolos análogos empicados en la
magia y la astrología chinas. Uno de los ejemplos más evidente de esta
analogía puede observarse en el simbolismo que se emplea paro marcar
constelaciones y estrellas tanto en el sistema judío como en el chino.
No tengo noticias de que este hecho haya sido observado o señalado
con anterioridad.
CAPITULO 4
EL OCULTISMO EN BABILONIA
37
LM tablillas son un tesoro de erudición mágica, dado que el rey
parecía tener la inania de coleccionar libros. Todo lo «pie se escribía
—y esto era en su mayoría temas sobre magia y ciencias ocultas- debía
ser copiado y llevado ante el rey. Existen incluso cartas (también ta-
blillas), en las cuales se solicita que cualquier texto de cualquier tipo
fuera copiado en arcilla y enviado al rey desde todos los rincones del
reino.
Asurbanipal mismo maldice n cualquiera que borre su nombre de
una tablilla: "que Asur y Bilit lo derriben con cólera y con furia y
destruyan su nombre y los de sus descendientes"**.
Algunas de las tablillas, es verdad, contienen plegarias y conjuros
dirigidos solo a un dios; pero la mayoría contiene los nombres de una
gran cantidad de espíritus-dioses individuales que son los antepasados
de nuestros espíritus del mal, como los que reconoce la Iglesia y que
fueron tan diligentemente perseguidos por los eclesiásticos.
Muchas de las tablillas se refieren a las influencias malignas extran-
jeras, y presentan oraciones y súplicas para contrarrestarlas. Se llevaban
a cabo ritos mágicos, y se hace mención especifica de los instrumentos
del arte, entre los cuales no faltan el incienso y ciertos tipos especiales
de madera utilizados para la ignición. El ofrecimiento de miel, dátiles
y granos constituye una parte importante del ritual, y es aquí donde en-
contramos la forma más antigua del círculo mágico, (pie se emplea en
todo el mundo para salvaguardar al mago y a sus ayudantes.
Algunas de las tablillas rtconuendan ciertas invocaciones, conjuros
y ofrecimientos para la curación de enfermedades. Como en los ritos
árabes y de otros pueblos semitas, ataban un nudo en una cuerda, y
luego lo aflojaban, para lograr «pie el enfermo recuperase la salud.
!,os babilonios tenían la fortuna de contar con ciertos procesos (pie
les permitían vencer a los eclipses; de otro modo las sombras permane-
cerían para siempre: para lograr esto, los sacerdotes repetían lo si-
guiente:
"Oh, Sibziana. En los Ciclos, ellos se inclinan ante ti; ltamman
el príncipe del Cielo y de la tierra, a tu orden la humanidad fue nom-
brada. |Da tú la palabra, y haz que el gran dios esté contigo! Da
tú mi juicio, toma mis decisiones. Yo. tu servidor Asurbanipal, el hijo
do su dios; cuyo Dios es Asur, cuya diosa es Asuritu. En el mal del
eclipse (pie ha ocurrido. En el mal de los poderes, de los portentos, mal,
no bien; que están en mi palacio y en mi tierra. ¡A causa del espectro
maligno que está ligado a mí, te he pedido y te he glorificado! |Accpta
que eleve mi mano! [Atiende a mi plegaria libre de mi maleficio!
[Desata mi pecado! Haz n un lado todo el mal que amenace mi vida.
I Haz que el Sidu favorable permanezca siempre junto a mi cabeza y
que, por tu voluntad, me permita vivir!"*4.
Sobre el origen y las funciones de los dioses y los espíritus de la
Mesopotamia, cuna de la civilización, se ha llevado a cabo una gran
cantidad de investigaciones serias. Pero resulta interesante señalar que
las funciones de los dioses como ayudantes de los magos han sido pasa-
das por alto en gran medida por los ocultistas. Sin embargo, el sistema
2-i
babilonio se basaba sobre el carácter sobrenatural y mágico de los
dioses y las relaciones de los humanos con ellos.
Codo victorio sobre un enemigo era registrada, junto con el díos-<s-
piritu con cuya ayuda hablan contado. Los dioses a menudo poseían
forma humana juntamente con facultades y sabiduría sobrehumanas.
Por otra parte, vivieron en el mundo; amaron y murieron como los
demás mortales. Se casaban, y representaban o las estrellas y los ele-
mentos, como los demonios y los espíritus de h verdadera hechicería.
Al morir, sus poderes se volvían absolutos. Cuando un discípulo les
elevaba una plegaria, podían expresar Palabras mágicas de Poder y tejer
conjuros de extraño misterio. Tormentas, inundaciones, terremotos y pes-
tes cron obra do los dioses iracundos: cuando estos cataclismos se hacían
sentir, los dioses debían ser apaciguados. No existía otro camino haciu
la seguridad y el rescate.
Enlil, el dios de la Tierra, era adorado en Nippur; Ea era el dios
de las profundidades. Uru-lci era el dios de la luna, Udu el dios del
sol. Marduk, el dios de la misma Babilonia, recibía toda lo reverencia
posible. Entro otros espíritus-dioses importantes se encontraba Eshidam,
en la ciudad de Cuthah, dios de aquellos que morían en el campo de
batalla.
Es menos lo que sabemos acerca do las diosas. Sus hijos se con-
vertían en dioses gracias a sus padres. La más importante do todas ollas
era Ishtar, la diosa semita de Lis Ixttallas, y deidad local de la ciudad
de Sippar. fin otros lugares era conocida como diosa del amor. Fue
Ishtar (piicn luego se convirtió en la Afrodita de los griegos y la Venus
de los romanos. Yo he visitado su santuario en Chipre, que una vez
fuera el principal lugar de peregrinaje del mundo antiguo. Allí, aun en
nuestros días, existen supersticiones mágicas referidas a ese enorme
lugar en ruinas cercano o la población local griego.
El centro do lo tierra era considerado como el dominio do los muer-
tos: la caverna so llamaba Arallu, Este lugar (que era algo asi como
un infierno a donde iba toda lo humanidad, buenos y malos) estaba
rodeado por muros muy altos y vigilado por demonios. No creían dema-
siado en la reencarnación, ya que el lugar so llamaba Mát lá tari ("lugar
de donde no so regreso"). Los muertos vivían en la oscuridad más com-
pleta y se alimentaban de polvo. Y a este lugar concurrían todos: no
existían ni recompensa ni castigo para los hechos de este mundo en el
más allá babilonio.
Los demonios eran criaturas horribles, en parte humanas y en parte
¿miníales, que probablemente fueron los prototipos de la demonología
occidental. Resulta interesante destacar que muchos de los demonios
esculpidos en el Lejano Oriente se parecen o estos del Cercano Oriente,
y probablemente tengan un origen similar, on la imaginación de las
tribus nómades de Asia Central. Estos Nedu (guardianes) poseían listas
de aquellos que debían ser llevados al infierno; sus "dientes [eran]
largos como colmillos, sus ojos grandes bolas centelleantes, sus garras
largas y afiladas". Tan pronto como una persona moría, los demonios del
Mát lá fííri se presentaban y se hacían cargo del cuerpo luego del funeral,
escoltándolo hacin la morada de la diosa Allatu (llamada AI-Lát por los
árabes; fue una de las imágenes destrozadas por el mismo Mahoma en La
Meca). El aspecto de Allatu era aterrador: tenia cabeza de león y
sostenía una serpiente en cada mano. El entierro del muerto debía
realizarse con gran cuidado, para evitar el peligro de quo el ánima (es-
kimmer) fuese capturada por un hechicero y empleada para embrujar
a los parientes vivos.
Esto panorama de la atmósfera de la vida babilonia resulta indis-
pensable para quienes intentan comprender los ritos y encantamientos,
a menudo complicados, que en aquellos días eran considerados como
esenciales para la humanidad.
Ritos do exorcismo
40
k Malerui Prima
de Ul Profundidades; Dion del Mar Primordial:
Al'SO (Ahí). TIAMAT (Tavlhe)
Lai aguas:
MAM I (Mummul. I.AKMO (Lakhamu).
EI mundo Inteligible
DIOSES-ESPÍRITUS ACADIO-
AS1IUOS
(Sar-lúsar)
ASSUR, Eiposa de Sctn.il
MULCE. Jmtl
' Bclit cia.
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Cumplidora des.i.,..-.
Deseos*.
Diosa de las Brujas
I--------------------1
Jupiter:
TISKIIU (bhlar).
Tainmuz I — m — DU7.I
(Adonis).
-tMARDUK
(masc.)
/7.uiunit (fern.)
Cc—nanhh con
Silik-mulu-klii,
y ,uiJ logo al
I '#. ■ ,/; ; DE
Zona tiro.
r
NWUCM.
'St-nora DE ios Infirmas'.
42
mismo significado de "verdad" o "así sea". Algunas veces ampliaban la
fórmula de las Palabras de Poder para apelar también a otros espíritus.
El contenido real del conjuro no parcela tener tanta importancia. De
iito modo, tenemos aquí el final de un conjuro de una persona que
desea protegerse de la brujería y que trata de ahuyentar al mal:
43
Aquí tenemos una analogía marcada con muchos sistemas místicos,
incluyendo el de los guru de la India y el principio suit de los árabes
ul ármeos.
30
45
I < >s genios o rsplrítus incluían a los siguientes, que tenían analogías
con tos de los semitas y otros pueblos: los ALU. destructores, cuyo do-
minio era el pecho del hombre; los EKIM. quienes trabajaban en los
intestinos y que poseían un Número Secreto (hasta ahora indescifra-
do) de cuarenta sexagésimos; los TELAL, o guerreros, que estaban
conectados de cierto modo con la mano y cuyo número místico perma-
nece ignorado aún **. los Staskim, los "Emboscadores", con la fracción de
cincuenta sexagésimos; los Utuq, antiguamente demonios malignos en
general. Además de éstos, se encontraban los ARDAT, o pesadillas; los
Súbucos (Lilith, Elil), los Uruku, duendes y gigantes Llamados Lommo.
Estos eran de alguna manera similares, pareciera, a los genios buenos
y malos de tos árabes. Muchos do los genios eran benéficos o malignos,
según cómo se los empleara. Esta forma de pensamiento parece conti-
nuarse, desde aqui hasta la magia occidental, con procesos para la
evocación de espíritus "que harán lo que tú desees". Los espectros, los
fantasmas y los vampiros pertenecen a la clase de Labartu. hija del dios
Ami. el Cielo.
CAPITULO 5
MAGIA EGIPCIA
Que las prácticas mágicas de los judíos y los egipcios estaban rela-
cionadas, es un hecho demostrado a través de las numerosas referencias
a este tema que aparecen en libros sobre literatura y religión. Ademas
de este testimonio, también sabemos que los semitas —como los griegos,
los romanos y otros pueblos de la antigüedad— estaban firmemente
convencidos de la superioridad de la magia egipcia con respecto a la
taumaturgia de otras tierras.
Como nos lo revelan la Biblia y el Corán *', Moisés era uno de los
mejores discípulos extranjeros de los egipcios en la práctica del Arte.
Como ellos, usaba un báculo o cayado; como ellos, logró que se abrie-
ran las aguas. Incluso conocía algunas de las "palabras de poder" de
los sacerdotes faraónicos.
Cuando Moisés libró su famoso duelo mágico con los hechiceros
del Nilo, la magia era ya una parte integral y floreciente de la religión
egipcia. La realeza, los sacerdotes y el pueblo se hallaban inseparable-
mente ligados por la magia. ¿No fue el hijo mago de Ramsés II quien
desafió a Moisés con sus artes en el año t.100 A.C.? " líoscienlos años
antes, nos dice el Papiro de Westcar, el Sumo Sacerdote de la época
llevó n cabo un milagro idéntico al de la "partición de las aguas" de
Moisés.
Tan floreciente era la práctica de la magia en el Egipto del año
3000 AC. que el mismo nombre del pafs pasó a nuestra lengua como
un sinónimo de ella. Asi como la antigua palabra semita imga dio lugar
al término occidental magia, uno de los más arcaicos nombres con
que se designaba a Egipto (kemt, oscuní, negra) dio lugar a la ex-
presión Magia Negra, como traducción do Magia Egipcia. Egipto, por
supuesto, no fue llamado "Negro" por el carácter diabólico de su ma-
gia, sino por el color de su tierra después de las inundaciones cau-
sadns por los aguas del Nilo*1. Otro término, alquimia (en árabe al-
kimlyya) también deriva de este mismo nombre. En otras palabras.
47
los términos "Alquimia" y "Magia Negra" derivan del significado origi-
nal de "Arte de Egipto .
Con la posible excepción de la controversia sobre la Atlántida, se-
guramente no existe ningún pais sobre cuya historia antigua y activida-
des ocultistas se haya escrito tanto, y desde puntos de vistas tan diver-
sos. Según versiones incompletas sobre rituales que se llevaban a cabo
en el Valle de los Reyes y que fueron llevadas de regreso al desierto
por los beduinos árabes y adornadas desde entonces a través de todo
el Cercano Oriente, Egipto era implícitamente considerado como un
país poblado por una raza de hechiceros. Durante la Edad Medía,
esta idea, reforzada por las citas bíblicas y por los magos semitns, se
arraigó con firmeza en las mentes de los hombres. Aun durante el pe-
ríodo de las investigaciones científicas sobre las Pirámides y otros mo-
numentos faraónicos, los ocultistas occidentales rivalizaban entre sí para
descubrir misterios en to<lo lo que fuera egipcio. Naturalmente, esto
produjo una reacción. Un grupo de observadores, muchos de ellos con
un conocimiento real no mucho mayor que el de la escuela empirista,
denunciaron que la magia egipcia no constituía una realidad concreta.
La única "magia" de los egipcios, dijeron, era su religión.
I-a verdad, como do costumbre, se encuentra en el justo medio.
Sallemos que en el antiguo Egipto, magia y religión se hallaban ligadas
íntimamente. También sabemos, a esc respecto, que la mayoría do las
formas ¿le la magia tienen afinidad con los sistemas religiosos. Los pa-
piros y las inscripciones do las tumbas nos proporcionan numerosas
indicaí MIIH - S de que los ritos que resultan familiares a los estudiosos de
lo oculto eran conocidos en el antiguo Egipto, y probablemente origi-
narios de allí. Y esto sin mencionar eJ testimonio de los casi infinitos
volúmenes provenientes tic fuentes secundarias -los informes griegos,
.11. tin i y hebreos— que contienen procedimientos que muy posiblemente
incluyen algunos de aquellos practicados por los sacerdotes de Isis.
Amulrto del Alma
31
a MÍO * vemos a los homines de Trim y a toa del Norte.. . cuando el cuerno
.11 MIMA que el Nilo ha crecido, le caul amo* con el arpa y latiendo I» pilmas.
51
o Diseño
magim
milite rl
féretro
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Sacerdot
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24.703)
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método
para
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y mujer.
Final
mente,
un
procedi
miento
mediant
e el cual
una
persona
puede
ser
privada
del
sueño
hasta su
muerte,
como lo
iluvli.1
una
figura de
un dios
egipcio.
Se
cree que
el autor
puede
haber
sido uno
de los
sacerdot
es de
Isis, n
quien
Porfirio revelar
critica: los
"Qu misterio
e s de Isis,
absurdo o los
es", dice, secretos
"que un ocultos
sujeto, en
entre Abydos,
todas las o con
flaqueza detener
s el bote
humana sagrado,
s, pueda o con
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53
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judia. El
tono del
bien se dice que proviene del antiguo Egipto, resultara familiar a algu-
nos lectores:
"Para operar con ayuda de un nifio. con una lampara, un cuenco
y un hoyo, te invoco a ti, oh Zeus. Helios, Mithra, Serapi*. invenci-
ble, poseedor de la miel, pidre de la miel_____________ Permite que el Dios a
quien invoco venga a mí y no lo dejes partir hasta que yo lo despida..."
Luego prosigue el ritual: "... llena un vaso de latón con aceite, y unta
tu ojo derecho con el agua lomada de un bote que haya naufragado."
A pesar de los numerosos rituales mágicos registrados en trabajos
tales como el Libro de los Muertos y otros papiros, parece proteinic
que muchos de los que se empleaban en el antiguo Egipto sobreviven
solo como parte de ritos híbridos copiados por escritos áralK's, he-
breos y otros. Una razón es que algunos de los milagros presuntamente
realizados por magos egipcios no están catalogados entre sus propios
libros de conjuros. Asimismo es posible que muchos de los procedi-
mientos mágicos hayan perecido debido a la Ley de la Trasmisión, que
prohibía que fueran confiados a nadie que no fuera un adepto apro-
piado, y aun así, a pocos de ellos.
Gran parte de las prácticas mágico-religiosas egipcias se destacó
por el empleo de amuletos. El más familiar para la mayoría de las per-
sonas es el escarabajo sagrado: una figura, a menudo do arcilla o de
piedra, de uno de los tipos de escarabajos originarios de Egipto. Además
de ser un símbolo del dios del Sol (y por lo tanto, de la vida), el esca-
rabajo sagrado, ubicado sobro una tumba, adquiría el |xtdcr de devol-
ver la vida al difunto. Para resucitar a un muerto, todo lo que se nece-
sitaba además del escarabajo sagrado, era conocer las palatini* de poder
y recitarlas junto al cadáver.
El culto del escarabajo pasó a Grecia, de donde recibimos instruc-
ciones para recargar de poder al escarabajo antes de que éste lo pierda:
Toma la figura del escarabajo, colócala sobre una mesa de papiro.
Debajo de la mesa debe haber un trozo de tela de lino puro. Deteijo
de este lugar, un poco de midera de olivo, y colocada en el medio de
In mesa una pequeña naveta dentro de la cual ofrecerás mirra y ktjplii.
Y* ten a mano una pequeña vasija de crisólito dentro de la cual pondrás
ungüento de lirios, o de mirra, o do canela. Y toma el anillo y colócalo
dentro del ungüento, limpio y purificado, y ofrécelo, elevándolo, en la
naveta con mirra y kijplü.
"Deja allí el anillo durante tres días; luego sácalo, y ponió en lugar
seguro. Durante la celebración, ten a mano algunas hogazas de pan y
frutas de la estación. Luego de realizar otro sacrificio sobre ni mas de
vid. durante el sacrificio saca el anillo de dentro del ungüento, y úntate
con él. Debes hacerlo por la mañana temprano, y volviéndote hacia el
Este pronuncia las palabras escritas más abajo. El escarabajo debe estar
tallado sobre una esmeralda; perfóralo y pasa un alambre de oro a
través de él, y debajo del e$carat>ajo talla la imagen de la sagrada Isis,
y habiéndolo consagrado de este modo, úsalo."
Las palabras mencionadas eran: "Yo soy Thot, inventor y fundador
de la medicina y de las letras; ven a mí, tú que estas bajo la tierra.
55
Anulas. Dio» He los Mucrtus
56
tatoríal con respecto a las deidades, no obstante poderosas. No había
objeción alguna con relación a la cantidad y a la potencia de los dioses
que podían ser "sometidos" u obligados a actuar bajo las órdenes del
' mago. En algunos casos, de hecho, el mago se identificaba tan intensa-
mente con los poderes del dios invocado, que asumía su nombre y
daba órdenes de su parte. Los estudiosos de la magia medieval europea
reconocerán este rasgo en algunos de los procedimientos de las ver-
siones occidentales de la Clavicula de Salomón, en los cuales el agente se
. comunica con el espíritu no con su propio nombre sino como el mismo
Salomón
Es posible suponer que las "Palabras de Poder" tienen afinidad con
la teoría semita del Supremo Nombre de Dios, el cual no puede ser
pronunciado ni siquiera por los iniciados. Se piensa que los egipcios
compartían con otros pueblos la creencia de que el nombre —tanto el
de una persona como el de un dios— estaba vitalmente conectado con
los poderes, los atributos y los elementos espirituales del nombrado.
¿Es solo por una cuestión de modestia que las mujeres de muchos pueblos
no dan su nombre a los extraños? Ellas son "la hija de fulano de tal"
o "la esposa de tal o cual hombre". Los antropólogos han estudiado
ciertas costumbres de amplia difusión, según las cuales algunas tribus
adoptan precauciones extraordinarias para evitar que el nombre real de
una persona sea conocido fuera do su familia inmediata. En algunos
casos, los nombres se cambian con frecuencia. Ya se ha escrito en abun-
dancia sobre este tema, y no puedo aventurarme a agregar más.
El nombre o la palabra mágica puede o no ser comprendido por
aquel que lo pronuncia, pero aun así posee su poder primitivo. Quizás
los egipcios no hayan dado origen u esta creencia, pero por cierto era
corriente entre ellos, como entre magos posteriores de diversas partes
del mundo.
En el musco del Louvre hay un papiro funerario mágico (pie data
de los tiempos de Ramsés II, en el cual palabras bárbaras aparecen
como nombres: "¡Oh Ualbpaga. Oh Kcmmaral jOh Kamalol ¡Oh Aama-
gooa! [El Uaná! ¡El Rcmul..."
Dado que palabras y frases similares aparecen en la mayoría de
los demás textos mágicos antiguos, es probable que ellas no significaran
para los sacerdotes más de lo que significan para nosotros. Siguiendo
esta línea de investigación, y suponiendo que algunas de las Palabras
de Poder provenían de tierras vecinas, el Vizconde de Rouge recopiló,
durante el siglo pasado, una lista de palabras -desafortunadamente iné-
dita— que parecía demostrar ciertas afinidades con dialectos hablados
por los nubios y otros pueblos.
En el papiro mágico du Harris figura un procedimiento mediante
el cual el invocante, utilizando ciertos nombres, asume realmente la
forma del dios Amsu. Aquí puede liaber un indicio.- Se podría argüir
que la identificación del mago con un espíritu o dios en palabras y
oraciones podría haber estado destinada a lograr que él se convirtiera
en dicho dios o espíritu. Cuando menos, él puede haber creído (pie podía
"pedir prestados" todos los atributos y poderes de la deidad nombra-
Osiris
(Ver pig. 35)
da, aunque fuera por un corto periodo. El ritual tiene por objeto pro-
teger a un navegante de cualquier monstruo o animal hostil que pudiera
aproximarse.
Tomando un "huevo duro" en una mano, el nombre dice: "Oh
Huevo del agua que se ha desparramado sobre la tierra M. esencia do
los monos divinos, grande arriba en los cielos y abajo en la tierra: que
dibit.is en los nidos que se encuentran en las aguas, he venido desda
ti y desdo el agua he estado contigo en tu nido, yo soy Amsu de Cop*
tos, yo soy Amsu, Señor de Kebu .
58
0
dad de trabajos sobre estos temas, en los cuales autoridades tales como
Flinders Petric y Wallis Budge describieron en detalle los ritos de
embalsamamiento y sus propósitos. Para decirlo brevemente, la razón para
preservar los despojos mortales era la creencia de que cierto contacto, si
bien muy tenue, ligaba al alma, al yo ( k a ) y al cuerpo después de la
muerte. Lenormant sostiene que existía la creencia fundamental de que el
cuerpo resucitaría algún día con su forma anterior, aunque purificada. Sín
embargo, está más difundida la opinión de que la momia era preservada
para alojar al Ka. De nuevo, los ritos simbólicos que se realizaban con la
momia -como por ejemplo, la ceremonia de "la apertura de la boca"—
parecían estar destinados a reflejar los hechos que se suponía le estaban
ocurriendo al alma en otro mundo. Se trataba en efecto, de un cierto
tipo de duplicación mágica de la vida futura del alma, según las líneas
conocidas de la magia simpática. Existe la posibilidad, también, de que
creyeran que ciertos órganos del cuerpo continuaban funcionando, aun-
que de manera diferente
Se han publicado diversos libros y opúsculos en un ¡nlento por
probar que las pirámides representan simbólicamente a la vez el Libro
de los Muertos y el supuesto Libro de Thot. Parece no haber dudas
de que las dimensiones de algunas de las pirámides, y su estructura
y planeamiento internos, están asociados con los conceptos místicos y
mágicos de la religión dinástica. Si constituyen o no la clave es un
tema que aún está sujeto a discusión. Todos los observadores conven-
cionales se inclinan a considerar el simbolismo de las pirámides como
proyecciones naturales de las creencias y la teología egipcias, antes bien
que como signos situados allí con algún propósito particular diferente
del de preservar al cuerpo de la profanación. En el estado actual del
conocimiento sobre las ciencias ocultas del antiguo Egipto, asumir cual-
quier otra actitud al respecto equivaldría a dar por sentado que los
sacerdotes-magos o sus reyes tenían la intención de trasmitir la sabi-
duría oculta a las generaciones futuras. Sin embargo, dado que no
existe indicación alguna sobre el deseo de hacer conocer su ciencia a
otros, ni mucho menos, la sospecha de que la dinastía faraónica pudiera
terminarse alguna vez, podemos preguntarnos sobre qué premisas so
asentaría tal suposición.
De acuerdo con lo dicho arriba, excluyo esas "revelaciones" sobre-
naturales tal como me fueron informadas por un ferviente estudioso del
ocultismo. A él le habla sido revelado en un sueño —y parcialmente
a través de un medium espiritista— que su "misión" consistía en ir a
Egipto y acampar a la sombra de las pirámides; en ese momento ellas
le harían conocer su poder y sus intenciones ocultas. Como en aquel
entonces gozaba de bienestar económico y estaba dispuesto a la aven-
tura hizo exactamente lo que se le había ordenado. El único resultado
obtenido fue que, como consecuencia de los gastos del viaje, perdió
toda su fortuna. Desgraciadamente, tampoco recibió revelación alguna.
Cuando regresó a Inglaterra, se encontró con que su negocio había que-
brado. No se puede negar, sin embargo, que la experiencia tuvo un
gran efecto sobre él.
60
Lat aranas que cantan
o 9
10
AMULETOS EGIPCIOS
1) El Ttth 10. Amuleto del Buitre
1) U Hebilla 11. El Collar de Oro
4. El <V de Horas 12. El Cetro de Papiro
5. La Escalen
5) El amuleto de Nefec
0) El amuleto del Shen
7) El ■muleto de U Protección
6. Amuleto de U Vida
7. Amuleto del Corazón
8. Amuleto de Lt Almohada
9. Amuleto del Eacaraba|o
61
eran las voces de los espíritus, epic decían a la humanidad qué es lo
que debía y lo que no debía hacer. De todos modos, el efecto sobre
el visitante, aun en este siglo, es sobrecogedor.
Historias similares se narran acerca de los sacerdotes egipcios, que
escuchaban a los oráculos de las Arenas que Cantan. Estas arenas aún
"cantan", y probablemente en un tiempo existió un sistema organizado
para interpretar sus sonidos. Esta idea nos ofrece un indicio acerca de
que algunas de las creencias mágicas de Egipto provienen original
mente del otro lado del Mar Rojo, así como sabemos que ciertos ritos
derivan de Africa Central. Eos habitantes del desierto tienen muchas
supersticiones relacionadas con las arenas quo cuntan, que pueden ser
tan antiguas como las egipcias. Si, por ejemplo, oímos el canto antes de la
luna nueva, la señal es buena para la tribu; si lo oímos después, la
señal es mala. Otra superstición se refiere a los viajes; si se prepara
uno, es necesario consultar a las arenas sobre el tiempo y sobre los
lugares que se han de visitar. Precisamente después de la guerra, mucha
gente me contó en Egipto, que un derviche libanes había predicho la
guerra en 1937 y que había advertido a los Senussi que se preparasen
para las campañas del Desierto Occidental.
Estas campañas conducirían, había dicho, a una cierta liberación
del yugo italiano. Todo esto —y mucho más- lo había oído de las
Arenas que Cantan.
Cerca del Kom el Hettam, el montículo de tierra arenisca que
marca el lugar donde una vez estuvieron los famosos palacios y tem-
plos de Amenofis III, hay dos colosos sentados. Al amanecer, uno de
ellos parece cantar. Algunos dicen que el sonido se asemeja más al de
una cuerda de arpa al romperse Por supuesto, existen numerosas expli-
caciones para este extraño sonido: una de ellas es que el coloso fue
construido por Memnon, quien tenía poderes maravillosos. Curaba mila-
grosamente a los enfermos, resucitaba a los muertos, y todos los días,
al amanecer, los vientos se aseguraban de que ciertas palabras fueran
repetidas por el coloso, en forma de saludo ( s a l á m a t ) . E incluso se
decía que cuando Memnon y algunos de sus Sumos Sacerdotes regre-
sen a Egipto, primero vendrán o conversar con esta Voz...
En oposición a esta historia decorativa y romántica, el difunto Sir
Gardiner Wilkinson explicó que había descubierto una piedra sobre el
regazo del coloso en cuestión. Ansioso por realizar una prueba por sí
mismo, trepó a la figura y golpeó la piedra con un pequeño martillo.
Sonó como cuando golpeamos sobre bronce. En consecuencia. Sir Car-
diner afirma que la estatua parece hablar .solo debido n ciertos golpes
sobre la piedra.
Sonidos metálicos similares pueden obtenerse golpeando partea di'
las rocas en Turnbridge Wells, especialmente la Bell Rock (Roca de la
Campana). Estos fenómenos conocidos en muchos países, son muy pro-
bablemente causados por factores puramente naturales, o bien se trata
de dispositivos colocados por ciertas personas como complemento de
ritos mágicos. En general, no se considera probable que exista ninguna
explicación cxtraflsica directa.
62
Mi - de Turn, comenzando .1 partir del 29 de agosto .'
(1° de Toth es 29 de agosto).
•
8» B B \l 3
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B
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B
B
B
B
B
24
23
21
30. B 11 11 27
«3
Napoleón, redujo toda la cuestión a una diferencia de temperatura en
cierta parte del túnel.
Los magos egipcios prestaron una atención muy particular a los
momentos y las fechas mas apropiados para llevar a cabo operaciones
ocultas. La tabla anterior indica los días de buena o mala suerte, de
acuerdo con el calendario ritual del antiguo Egipto. Los días están
divididos en tercios; "B" significa que el período indicado es de buena
suerte; "M" señala los momentos que no se hallan bajo influencias
benéfica».
CAPITULO 6
LA TIERRA DE LOS DOS NILOS
■65
Lei dije a los jefes nuba que yo era un tipo do viajero diferente.
Mi trabajo, les expliqué, consistía en escribir libros para que aquellos
que vinieran después de mí pudieran conocer la historia y las costum-
bres de su pueblo; y aquí, en forma sorprendente, me encontré con una
audiencia bien dispuesta. La razón se debía, tal vez, no tanto a mis
poderes de persuasión, como al hecho de que actualmente muchos de
los adultos de las tribus de Sudán sienten que la atracción de las ciuda-
des afecta de modo profundo a los jóvenes. Cuando regresan, los mu-
chachos de la tribu parecen haber perdido el interés por las costumbres
locales, como si al madurar se alejaran de su gente. La sofisticación
recién encontrada a menudo les hace despreciar incluso esas cualidades
nobles que los mismos occidentales notan en la sociedad africana.
Una vez que encontré el modo de hacerles comprender estos pun-
tos, los Nubas, los Shilluks, los Nyam-Nyams y los Iladendoas se mos-
traron nnsiosos por explicar sus costumbres.
En el cinturón del Sur, no hay duda que la magia tiene la natu-
raleza de una creencia organizada. Con sus propios templos, ritos, socie-
dades secretas, órdenes y grados el médico hechicero parece poseer un
conjuro para cada ocasión y para cada emoción humana,
Entro los Nyam-Nyams, cuyo territorio está atravesado por zonas
administradas por franceses y belgas, algunos de los magos reciben su
rango hereditariamente. Inclusive, en muchos casos, candidatos jóvenes
presentan su solicitud de admisión en un círculo mágico, y luego del
aprendizaje son considerados aptos para ejercer como magos ampliamen-
te capacitados, con la posibilidad de practicar por su propia cuenta.
Hombres gallardos, robustos y erguidos, los habitantes negros del
Sur tienen algo de enigmático, al menos en lo que concierne a su estruc-
tura mental. Los encontramos muy adaptables a lo moderno: conducen
automóviles, aprenden inglés, adoptan el cristianismo. Sin embargo, en
la zona de las tribus, aun el nativo más modernizado muestra una
mezcla tal de costumbres occidentales y africanas, que algunas veces
no logramos determinar cuáles son sus sentimientos.
Una cosa, sin embargo, es evidente: la mayoría de ellos aún creo
en su propia forma de la magia.
Siempre que un aspirante se presenta ante un mago-médico para
entrenarse, se lo interroga minuciosa menta acerca do los motivos quo
to impulsan. Si las respuestas satisfacen al maestro —o al consejo mágico,
como puede ocurrir— será aceptado y deberá abonar una cuota regular.
Este pago es considerado como de gran importancia, no solo por la
cantidad de dinero en sí misma, la cual generalmente es pequeña (el
equivalente de un penique, más o menos), sino fundament díñenle a
causa del primer principio de la Nagua o hechicería.
La razón es que el "genio principal" de la Nagua —de quien emana
todo poder— exige sacrificios en forma de dinero, hojitas de afeitar
u otros pequeños regalos. Esto resulta extrañamente similar a la tradi-
ción occidental de los rituales mágicos medievales, en los cuales el
invocante ofrece sacrificios regulares o sus equivalentes. Del mismo
modo, cuando el mago-médico ( i r r a h ) lanza un conjuro o ejerce
66
su poder de cualquier modo a pedido de un cliente, 1c solicita a éste
una moneda; así también, las gitanas piden que se haga una cruz con
una moneda de plata en la palma de su mano para que su poder comien-
ce a actuar.
Una vez que logré convencerlos de que no intentaba utilizar la
magia en su territorio, pocos magos-médicos se mostraron reacios a
enseñar su ciencia n un extranjero. Varios de ellos estipularon que yo
no debería practicar el "arte" durante un período de cien días, a lo cual
accedí de inmediato. Tan seriamente trataban esta cuestión, incluso
cuando ya me habían enseñado los conjuros, que resultaba difícil creer
que quienes la practicaban pudieran no creer en la magia.
I. i iniciación comienza cuando el maestro conduce a su alumno a
un río y lo insta a bañarse B*. Juntos entran en una cueva o se retiran
a una pendiente, para ayudar al espíritu de la magia a entrar en sus
corazones. Esto apunta hacia alguna asociación tradicional con una
deidad acuática, hoy en día probablemente olvidada. Cuando pregunté
cuál era la razón para este rito, dijeron que no la sabían, pero todos
insistieron en que era fundamental.
Luego recogen una flor parecida a nuestra vellorita común, y se
la presentan al neófito. Después de enseñarle algunos conjuros simples,
el tutor lleva a su discípulo a una reunión de magos, para que observe
los rituales del arte,
Un coujuro típico para lograr la victoria es el siguiente: "Yo soy
un Mago, todopoderoso en el conocimiento de conjuros. Lo que yo digo
se convierte en verdad. Yo digo: "Trae la victoria a fulano de tal El
triunfara en todas las cosas.'" Entonces el mago pasa a detallar el
tipo de éxito deseado, embelleciendo en gran medida lis hazañas que
pronto v i n T i incidcadas al guerrero o al cazador.
El mago repite esto siete veces, sentado en cuclillas sobre la tierra
desnuda. Ante él hervía una marmita llena de agua; en su mano sostenía
el silbato sagrado.
"Al decir esto", explicaba el irrah al enseñarme el conjuro, "coloca
un silbato de madera en tu boca; luego sóplalo tres veces en dirección
a los puntos cardinales".
Uno de mis informantes, acuciado por el deseo de lograr que otro
hombre le temiese, mo llevó consigo a una expedición en busca do
ciertas plantas. Encontramos cuatro tipos diferentes do hojas; además,
el hombre recogió un puñado de nueces. Puso todo esto a hervir, junto
con grasa y con dos pequeñas varas descortezadas, dentro de una olla
sobre fuego de leña. Tan pronto como la mezcla hirvió el hombre co-
menzó a murmurar entre dientes constantemente: "Estas son hierbas,
tienen poder: las nueces amedrentarán a mi enemigo. Por el poder de
Nagua, las varas son fuertes, y golpearán a las nueces; el agua hiervo,
hierve como mi ira. Mi ira contra las nueces, mi ¡ra contra mi enemigo."
Dos días después, el hombre me informó que su enemigo le había
pedido perdón y solicitado que le quitara el hechizo. "¿Y cómo se hace?",
pregunté. "Untando el camino con las hierbas, que estaban enterradas.
por supuesto", fue la respuesta. "De otro modo, el se hubiese sentido
más que aterrado, porque mi ira era grande. Ahora ha prometido inclu-
so cazar para mí. y ayudarme con la tierra."
Entre este pueblo tan afecto a la magia, los hechizos amorosos
son muy solicitados. Un mago, que se ofreció a enseñarme a hacer uno,
me preguntó si estos hechizos también eran requeridos en mi país. La
mejor respuesta que pude darle fue que lo habían sido en otros tiempos.
"Si yo fuera allá, ¿podría ayudar a la gente con ellos?", preguntó curioso.
Yo me estremecí ante la sola imagen de este mago -si bien encantador
en su propia tierra— con una taza hecha con cuernos de gacela, faldón
de piel de reptil y collares de huesos, en medio de una metrópoli oc-
cidental.
El estaba por realizar uno, de todos modos, y me invitó a presen-
ciarlo, con toda la cortesía de un profesional hacia otro. Sería un proceso
realmente elaborado: primero dibujó un círculo en un lugar abierto,
luego puso a hervir la consabida olla suspendida por tres palos. Aden-
tro arrojó maníes pulverizados, carbón y arena. Mientras tanto, el mé-
dico-mago daba vueltas en torno de la olla, cuidando de no salirse del
circulo y sin apartar la vista de la mezcla. Cuando hubo (Lado alrede-
dor de diez vueltas, arrojó doce plumas de gallina sobre la superficie
burbujeante, una por una; completando la receta con cerca de un cuarto
litro de aceite. Tomando un pequeño tambor cubierto de piel, comenzó
a golpearlo con suavidad, alternativamente con la mano derecha y la
izquierda. Entonces llegó el conjuro. "Yo soy un mago, job. olla, tú con-
tienes las medicinas del amor, el conjuro del amor, de la pasión! Mi
corazón palpita como el tambor, mi sangre hierve como el agua." Hepitió
estas frases tres veces y luego, mirando fijamente la cocción, entonó:
"Cumple mi deseo, mi nombre es fulano de tal, y mi deseo es aquella
a quien amo."
Con la mayor solemnidad, me aseguró que si repelía este conjuro
tres noches seguidas, la bienamada se "ligaría" a él. Y esto IK> era lodo.
"Si hierves el agua hasta que no quede nada, y llevas contigo dos pizcas
del residuo envueltas en una lio ja, atraerás al sexo opuesto cada vez
que lo saques y lo tiendas ante tí".
Le pregunté si esto no produciría un efecto demasiado amplio.
"No", replicó, "porque no se sentirán atraídas hasta que completes el
conjuro: debes mirarlas, apretar ambos puños y juntarlos, mirar hacia
otro lado y cenar lentamente los ojos cuatro veces. Cada vez que lo
haces, resulta más efectivo."
Rara vez los legos practican estos conjuros. En primer lugar, por-
que no se les enseña el conjuro completo; en segundo lugar so
necesita un entrenamiento bastante largo para que estos hechizos den
buenos resultados. Los aspirantes al respetado rango de mago perseve-
ran en la observancia de tabúes y dictas por no menos de cuarenta a
sesenta días antes de recitar un conjuro.
Mientras dura el período de estudios, ningún discípulo piedc mirar
a una persona del sexo opuesto durante más de unos pocos segundos,
excepto después de las siete de la tarde. Come ciertas cosas de las
cuales se cree que confieren poderes mágicos, especialmente vegetales
de hoja verde, p.ivi.i de maní y, algunas veces, pequeñas aves. Usa un
sombrero de paja por las noches y a veces dos omamcnlos de plata,
semejantes a monedas perforadas, media piastra egipcia.
Con estos distintivos colocados del lado derecho de la cabeza o
del cuerpo, entra a una casa o camina por una senda dando un paso
largo y otro corto. Durante todo ese período, dedica media hora des-
pués de la caída del sol a tocar suavemente un tambor pequeño. Justo
antes del atardecer, contempla el ciclo durante cinco minutos por lo
menos. Cuando está en compañía, cierra los ojos y se muerde con fre-
cuencia el labio inferior. Se supone que debe hablar poco, cicepto con
aquellos a quienes ve actuar del mismo modo (pie él.
Las mujeres no practican la magia tanto como los hombres. De
acuerdo con las costumbres de la tribu, esto no se d i 1> a que ellas
sean menos adeptas, sino a que los hombres se resisten u ensenarles:
existe el temor firmemente arraigado de que. sí se aumenta el poder
de las mujeres, la posición superior de los hombres se vería amenazada.
Los tres cordeles —dos rojos y uno blanco— que usan los médicos
magos, no son usados por las mujeres, por miedo a ser detectadas
como brujas. En otros tiempos, me dijeron, muchas mujeres usab.m esa
insignia que se consideraba como un encanto poderoso. El aumento del
poder de sus hombrea, y las medidas adoptadas |>or los gobiernos euro-
peos contri la brujería, h in puesto fuera de uso a estas costumbres.
Curiosamenlc. si bien tienen la reputación de poseer, gracias a sus
secretos, la capacidad para destruir la vida, hasta donde pude inves-
tigar, las .11 i i v ni.n l i \ actuales de los ju-ju de Africa Central parecen
rst.tr dirigidas fundamentalmente a la "Mugía Blanca". La mayoría de
los magos sostiene que ttxla muerte se debe a la magia ejercida contra
el difunto desde alguna parte. No obstante, a pocos de ellos se los llega
a conocer jamás como conectados con la muerte.
Uno de los mejores métodos conocidos para obtener poderes má-
gicos según los hombres del Sur. es el "tabú del pescado". El aspirante
a mago pide a su CS|M>SU. a un pariente cercano o a alguna otra persona
(en ese orden de preferencia) que coloque un pescado ante él. Enton-
ces él parpade.i tres veces lentamente 'como si hubiera polvo en sus
ojos", frunce el ceno y ordena que el pescado sea retirado. O bien puede
simplemente tocarlo y no probarlo. 1.a razón para ello es que "los espí-
ritus que me impiden eonveitirme en mago son atraídos por el pescado,
se esconden dentro de él y penetran en mi cuerpo cuando lo como;
cuando rehuso comerlo, los espíritus se alejan".
Los orígenes de estas costumbres indudablemente pueden ser ras-
treados a través de la historia; sin embargo, esto significaría una gran
cantidad de investigaciones sobre la historia y las costumbres tribales
a través de un vasto territorio de África Central, tarca que sobrepasa
los alcances de cualquier hombre.
Ellos creen que cualquiera puede convertirse cn mago, pero que
ciertos individuos son más adecuados que otros. El hechicero ideal me
69
----------—« wniuNf uc eitaiura mediana, de tez mis bien ciara
uc oscura (posiblemente a causa de que parte de su magia proviene
• los abisinios coptos, cuya piel es mis clara) y de una edad qtir
oscila entre los treinta y los cincuenta años o los veintidós y los vein-
tiséis años. También prefieren a quienes tienen labios gruesos y rojos.
Yo estoy convencido de que en estas artes migicas a menudo existe
un elemento de autohipnosis. Sentado con sus ojos fijos sobre la super-
ficie de una olla con agua, la mirada del mago casi siempre parece quedarse
vacia, como si se encontrara en trance. Luego, mientras murmura con-
juros repetí da mi nte al son del tambor y camina en círculos balanceando
su cuerpo de un lado al otro, existe una atmósfera de vacuidad y aun
también de persistencia, que es muy compatible con el estado hipnoide.
Gran parte de la ciencia oculta de los etíopes se ha filtrado hacia
los sureños de la ribera. Un anciano me descubrió el aspecto y las con-
diciones de un "mago nato", lo que se aproximaba en mucho a ciertas
leyendas de Etiopía.
El mago, me dijo, puede o no saber que posee el poder. En cual-
quier caso debe ser mirado y observado, porque ha triunfado en la
vida y con un esfuerzo mínimo se puede convertir en un gran mago.
La leyenda dice que siempre lo encontrarás como un extraño; nunca
es un miembro de tu propia tribu, ni de tu propia familia, porque de
ser así, su magia no tendría utilidad alguna. El (o ella) es del sexo
opuesto: alto, delgado, juvenil, con las cejas muy marcadas y con "una
mirada fija".
Cuando uno ve a este hombre, debe aproximarse o hablarle con
algún pretexto "y de ello provendrán grandes ventajas". Aquí parece
haber cierta similitud con aquella figura extraña y legendaria del Medio
Oriente y de Asia Central: Khidhr, Elias o Enoch, contó se lo llama
a veces.
Cuando lleva a cabo su tarea, el mago típico rara vez usa nada
más (pie un taparrabo. Sin embargo, para todos los días se considera
necesario el uso de un sombrero de paja, con flechas en la parte anterior.
Para obtener el poder mágico, este hombre camina sobre una sepul-
tura, lleva cuernos perforados para trazar el circulo mágico y persevera
en la dieta y la concentración hasta que, un día, "Mungo" venga a él
y "esté listo". Este es el entrenamiento y el esfuerzo necesarios para
convertirse en un buen médico-mago en Africa.
IIungo es algo así como un ectoplasma. que se cree aparecerá en
algún lugar dentro del mago, tan pronto como la magia haya madurado
en él. Su posesión no es conocida por nadie excepto él mismo* -. Pa-
rece que este oonociniitnlo llega intuit iva mente acompiñado por un "sen-
timiento de pérdida del temor, una iluminación .
Pura resumir, un día. después de la dieta y el IUIIIIMHÍICO. de
contemplar ti cielo y de fruncir el ceño, una vez observados todos los
ritos, el aspirante percibe que está "listo para actuar". Estas ideas bá-
sicas aparecen en la migia nilota entre los Nyam-N'vam. los Sbillulcs
y otras tribus de Africa Central.
En contraste, las operaciones mágicas de los nubas de Kordofan
70
—cu el lejano oeste sudanés— y de los. pueblos que bordean a Egipto,
se asemejan más a las formas egipcias del arte oculto.
En Kordofan, tambres y mujeres practican danzas rituales cuyo
proposito puede ser descrito como mágico. Igual que los hombres del
Sur, se aplican sobie el cuerpo un polvo blanco o cenizas de hueso.
En Taloda. las rahezas afeitadas y los latiguillos de rola de caballo
desempeñan un papel importante en las danzas rituales, que aquí llevan
a cabo en conjunto grupos de nombres de La tribu.
SI bien las creencias ocultas que datan de los tiempos dinásti-
cos aún se esconden en el Egipto moderno -y particularmente entre los
coplos-, es en las zonas fronterizas del norte de Sudán donde pueden
encontrarse las supersticiones y las prácticas de hace cuatro mil años.
Ninguna persona, hombre o mujer, puede ser vista sin el amuleto
tradicional de la fuerza, el Ilijab, o « I amuleto contra el Ojo del Diablo.
El polvo de las momias es muy preciado: bu ruinas de templos,
tales como las de Semita, cerca del Nilo. son lugares donde se supone
que se llevan a calm curas miliigrosas. l.os conjuros que emplean las
tribus nómades paro en pertenecer u una lengua que bien pudiera ser
la de los faraones. No existen dudas de que ellos mismos atribuyen la
eficacia de su magia a orígenes faraónicos.
En la zona de las antiguas minas de oro que una vez fueron traba-
jadas por los antiguos egipcios, los romanos, los griegos y los árabes,
se narran'numerosas historias sobre ciertos individuos de la tribu Hu-
dendoa. de quienes se dice que aprendieron las artes ocultas gracias
a una permanencia prolongada entre millares de murciélagos que vivían
en las minas aluminadas K1 .
Queda aún muclio por investigar antes de poder evaluar los efectos
do la magia africana; mientras tanto, todo lo que podemos ofrecer son
notas como éstas. ¿Produce milagros la magia de Africa Central? ¿Cum-
ple alguna función social útil? Yo no puedo (Lar una respuesta mejor
que la que me dio un oficial francés con treinta años de experiencia
ecuatorial "¿Qué puedo decirle, monsieur? Cuando se ha lonvivido con
algo, se lo ha visto diariamente durante toda la vida, esto provoca una
aceptación irritante de muchas cosas en las (pie nosotros mismos no
) > < > i l , n u. llegar u creer en Occidente."
71
características principales de la magia de poblaciones afriean.it «pie se
encuentran aún más al sur que los sudaneses.
Los Kafires (del árabe Kafir, "infiel") poseen un rico bagaje de co-
nocimientos y creencias relacionadas con lo oculto. Como otros sistemas
mágicos, poseen ritos de adivinación, diagnóstico y cura de enferme-
dades y comunicación con los espíritus. Agreguemos a esto su fe en
amuletos y talismanes, más la práctica taumatúrgica, y obtendremos un
panorama de los supuestos poderes de los sha manes, magos-médicos —o
como quiera que se los desee llamar— de cualquier parte del mundo.
El retrato de un hombre, su efigie o inclusive su sombra, pueden
ser "trabajados" mediante la magia, dicen los Kafires, en concordancia
con los japoneses, los brujos británicos, los caldeos o los egipcios. Como
en el caso de las creencias semitas primitivas (y aun posteriores) las
enfermedades pueden ser trasmitidas a los animales; también se ofrecen
victimas propiciatorias en sacrificio. I.os hechiceros, como Teta y otros,
pueden revivir a los muertos, incluso desde sus tumbas. 1.a magia puede
brindar bienestar económico, pero el obstáculo aquí es «pie un hombre
que se enriquece rápidamente usando medios preternaturales se puede
ver envuelto en problemas, como los brujos de España o «le Inglaterra
en otros tiempos. Sus juicios, como los de aquéllos, tienen forma de
ordalías mediante el fuego o el agua, y a veces mediante el veneno,
como en Grecia. Los hechiceros Kafires, como en la época medieval,
creen que las brujas apetecen bebés humanos. Todas estas semejanzas,
y muchas más, están aquí para ser analizadas.
Si bien resultaría difícil establecer si estas y otras prácticas se ori-
ginaron en Africa o sí llegaron de otros continentes, no obstante yo
creo que los hechos interesantes son los siguientes: (i) que aquí pode-
mos observar rituales que aún se practican, aun cuando en otras partes
ya han desaparecido; (¡i) como la magia de otros países, también parece
haberse desarrollado independientemente y haber madurado en forma
paralela a la de otras tierras. Los magos-médicos usan distintivos espe-
ciales. Preparan brebajes de manera parecida a la de los magos orien-
tales y occidentales. Practican la adivinación a través de huesos y tic la
bola de cristal amazulu; el exorcismo y otros procedimientos |mra
desterrar a los demonios del cuerpo son comunes. ¿Itcsulla pmhihtc
que todos estos hechos sean mera coincidencia? Si lo es, el hecho es
suficientemente notable. Si no, resulta más que merecedor de una
atención profunda. Y esta atención deberá ser estimulante, no importa
si nos aproximamos al tema desde un punto de vista ocultista, cscéptico,
científico o místico. Pero eso será material para otro libro.
CAPITULO 7
LOS FAKIRES Y SUS DOCTRINAS
50
Lo que ha (lacio a los Sufis —en su papel de fakires o derviches-
ese halo de ¡nvulncrabilidad. infalibilidad y superioridad, es la aplica-
ción de esta doctrina. No existen dudas de que la concentración mental
que logran los Sufis es la causa de lo que podría ser clasificado como
verdaderas manifestaciones sobrenaturales. Existen ejemplos, registrados
con toda la precisión histórica que se puede esperar, del extraño poder
de algunos de estos hombres. Para abordar la cuestión lo más científi-
camente posible, se advertirá que muchos fueron los casos de falsos Sufis
que sólo jugaban con la credulidad de las masas. Por otro lado, decenas
de miles de personas imparcialcs están convencidas de que el Tasawwuf
puede otorgar un poder inusitado a algunos de quienes lo practican.
Aquí resulta necesario señalar, como en otras partes de este libro,
que tales manifestaciones, si existen, pueden ser solo la aplicación de
secretos cuya naturaleza aún no pudo llegar a comprender la ciencia
ortodoxa.
¿Cuáles son los milagros y los poderes que se atribuyen a los santos
Sufis? Si bien casi no existe fenómeno taumatúrgico quo alguna au-
toridad no haya atribuido a los derviches, algunos milagros" son
más característicos del culto que otros. El primero do ellos (en con-
formidad con la creencia de que el tiempo no existe) es la aniquilación
del tiempo convencional. Muchas y variadas historias, algunas de ellas
con el aval de historiadores meticulosos y precisos, se refieren a este
fenómeno.
Quizá la más famosa sea el caso del Sheik Shahab-cd-Din. El era
capaz de inducir, se dice, la apariencia de frutas, personas y objetos
a su absoluta vpluntacl. Narra la historia que una vez pidió al Sultán
de Egipto que colocara su cabeza dentro de una vasija con agua. Al ins-
tante, el Sultán se vio a sí mismo convertido en un marinero náufrago,
perdido en una tierra totalmente desconocida.
Fue rescatado por leñadores, se dirigió a la ciudad más cercana
(jurando venganza contra el Slieik cuya magia lo había colocado en
eso apuro), y comenzó o trabajar como esclavo. Luego de varios años,
obtuvo la libertad, abrió un comercio, se casó y se estableció. Empo-
brecido nuevamente, se vio obligado n trabajar como mozo do cordel
para mantener a su esposa y sus sido hijos.
Un día que se hulluba casualmente a la orilla del mar, decidió to-
mar un baño.
De inmediato, se encontró a sí mismo de regreso en el palacio
de El Cairo, nuevamente Rey, rodeado de cortesanos, con el rostro serio
del Sheik ante sus ojos. Toda la experiencia, que 1c pareció haber du-
rado años, habla tomado solo unos segundos.
Esta aplicación de la doctrina de que "el tiempo no significa nada
para los Sufis" se ve reflejada con un ejemplo famoso de la vida de Maho-
111,1. Cuenta el relato que el Profeta, al realizar su milagroso "Viaje
Nocturno", fue llevado por el ángel Gabriel al Ciclo, al Infierno y a
Jerusalem. Luego de cuatro discusiones y diez conferencias con Dios,
volvió a la tierra justo a tiempo para sostener una marmita con agua
eme se había volcado cuando el ángel se lo llevó.
75
Además de la no existencia del tiempo, el espacio desempeña un
papel poco importante para impedir que los Su Ib viajen a ilonde desean.
Se dice que un hecho corriente era b trasportación de muchos de los
maestros Sufis mis famosos. Los Sufis fueron vistos al mismo tiempo
en lugares distantes a miles de kilómetros. Kl Sheik Abdul Oudir Oclani
—uno de los más célebres hombres santos del Sufismo- decía haber
viajado miles ile kilómetros "en un instante" para poder estar presente
en el f i n " i ' nO un adepto.
Otras maravillas que se atribuyen a los iniciados son caminar sobre
el agua, y \olar distancias enormes a la visti de quienes qnedabm en
(ierra.
Ellos creen que los milagros, tomo (ales, tolo son povhli \ jura los
profetas, l'ero las maravillas (karámát) pueden ser i atizadas p<r una
gran cantidad de Sufis. Las actividades de los magos que g nendmentc
son algún tipo de engaño destinado a los crédulos, se denominan ívfií/-
ráf, es decir los trucos simples de encantamiento y los trabajos de
prestídigitación. La magia propiamente dithi. con lo cual se designa
a la taumaturgia mediante la ayuda de los espíritus, es u n í runa total-
mente diferente de la ciencia oculta ■>,
•
La jerarquía invisible del Sufismo
El sendero Sufi
81
do que su mucrlc labia sido certificada tres días antes. I I hombre santo
afirmaba que ella estaba viva. Fue solo cuando el cuerpo comenzó a
dar señales de descomposición (cosa que, dado el clima de la India,
se produce enseguida) que ¿1 simplemente la llamó por su nombre...
y la niña se sentó de inmediato, de acuerdo con lo que te afirma.
Sobre Rabia al-Adawiya, la mas conocida de las mujeres Sufi, que
vivió en el siglo octavo, nos han llegado informes de numerosos mi-
lagros.
Según lo expuesto, a los pocos que llegaron a conocerla bien, su
enseñanza principal consistía en que la oración y la recitación de las
formulas' sagradas eran el Acervo al Conocimiento y. e n e m i s e í l u -ncia.
al poder. Ella no se inclinaba a concentrarse en el uso generalmente
aceptado de la plegaria como un medio para obtener el perdón y la
salvación.
Se dice que, mediante la fórmula Lá-Máháitta-alláh ("No liay otro
Dios salvo Alá, el Único), ella podía encender fuego sin leños, obtener
alimentos sin salir de su casa y proveerse de suficientes cantidades de
oro como para cubrir sus necesidades por medios sobrenaturales.
Cuando era muy joven fue vendida como esclava. Un día, su amo
le dijo que había visto una lámpara que parecía suspendida sobre ella,
sin que nada la sostuviera. Esta experiencia lo preocupó tanto que
inmediatamente le dio la libertad, sin decir nada a nadie.
Los Sufi. además de observar las plegarias y las abluciones ritua-
les, emplean diversos dhikr que inducen la concentración mental para
producir fenómenos ocultos de casi todo tipo. Entro éstos se encuen-
tran la capacidad de aliviar el dolor y combatir la enfermedad, la tras-
portación a cualquier parte en un abrir y cerrar de ojos, el conocimiento
de los hechos futuros y también de los pensamientos de las personas,
aun si éstas no se encuentran presentes.
83
■iKiiKir el éxtasis; algunas órdenes afirman que sus miembros entran en
trance al mirar fijamente los ojos de su Sheik. Los llamados Derviches Dan-
/.ür' > llevan a cabo el fenómeno del trance y el éxtasis a través de
deambulaciones monótonas; esto es mas notorio en la Orden Maula vi,
muy popular en Turquía. En estado de éxtasis se cree que los Sufis
son capaces de superar todas las barreras del tiempo, el espacio y el pen-
samiento. Pueden provocar hechos aparentemente impoublc* solamente
a causa de que ya no se encuentran confinados por las barreras que
existen para las personas comunes. Es cierto que, en el estado actual
del conocimiento, algunas de sus actividades sobrenaturales son difí-
ciles de creer. Se observará (pie los principios generales que se encuen-
tran en muchos sistemas religiosos y prácticas ocultistas son extraña-
mente similares. I.os principios de liderazgo, discipulado y disciplina,
contemplación y concentración, pueden encontrarse en los ritos secretos
y en los no tan secretos de casi todos los pueblos.
Si intentamos analizar de una manera realmente científica los mila-
gros de los Sufi, los guru de la India, los magos-médicos africanos
y los hechiceros del Amazonas, la cuestión esencial no sera creer o no creer.
IVb'/remos admitir que no hemos demostrado fchacienlemcnle la inexis-
tencia del conocimiento esotérico secreto. Tampoco podemos explicar
las semejanzas en base a lu psicología, es decir, (pie estos ritos solo
simlxtlizan la lucha limitada y natural de los hombres \»>t alcanzar la
superioridad. La esfera apta para la investigación es extraordinariamente
amplia.
yo SOY
De la H t m l ni llegue a la infinitud:
En verdad, nada raíste que yo no lea.
Caracteristicaí de todas las Oíd mes Sufi son lai Itegbs establecidas por ti
fundador —y algunas veces completadas por sus lucesoreí— que rigen la conducta
y t i concentración de Los Buscadores. Estas son bs Reglas indispensables de la
OÍ dm N«|shrnndi:
13......< imcíencta de U Reoperation. La menta debe estar entrenada para estar **-
errtarnente consciente de lalo, incluso la respiración. Al mismo tiempo. U
■Mi delie btir ntmicanwntr con pensamientos sobre el Infinito (esencia y
i...... divinas).
14. Ventar en Nuestra Propia Tierra. Debe recordaría con frecuencia que el Sufi
ea un *via(ero" a lo brgo del Sendero Sufi.
15. i >lw ' i . . r loe Píe». Guando camina, el Muscador delie concentrar la vista sobre
■us pasos. El significado secreto de esto es que debe tener conciencia de
adórale se dirige, en un sentido metafórico.
16. Solttlod en Compañía. mente « 1 - 1 — - estar tan concentrada corno para que,
incluso en compañía de otros y en medio do distracciones, el Sufi pueda
conservar sus pensamientos punto* en su tarea.
17.................................... /lecori/ocirín. El Sufi i drl«e olvidar que es una
persona consagrada.
(I. I.m leí K\lo se lefteie a pk'.IW leeves que se emplean para puntuar laa
.. I - i , - de los dhikr
18. Ceau■<-«.< I.; La mente delie tener conciencia de que etisten numerosas
distrac-
ctortet. Estas deben ser combatidas.
19. fletogi miento. La concentra cuín debe lograrse mediante el pensamiento en
esta
i■ ■ i ■ 1 . r ■. y . i i . [u la taras.
0. Pauta del Tiempo. Durante bs pausas en su pensamiento, el Sufi debe reca-
pitular sus acciones y csnminiirlns.
20. Pausa de los Números. Conciencia de «pío so luí completado el número requerido
da repeticiones del dhikr.
21. Pauta del Corazón. Durante esta pausa, b mente se entrena para visualiiar el
coraron del Buscador como portador del Nombre de Atbh.
REPRESENTACIÓN ESQUEMÁTICA DEL SENDEHO SUFI
(TARIQA-SUFTYYA)
WAJD
(Estasis')
l)IIIKB-M)AH
( Ksmscsus dc Hrtp.rac.or. y Cartxrirt ración)
I HI IK II i-JAI.l
(Dhikr «i voz alta).
DIIIK.ll i-KIIAFI
Santidad Esotérica.
O O O O
Los Cuatro Awatad (_ Pilares"*),
correspondientes a los cuatro pun-
tos cardinales.
O O O O O O O
Los Siete A Mal - delegados de los Awtad y respon*.iMr*
de los asuntos de los Siete Continentes.
O O O O O
Cinco Ami (Asistentes), que jyudan a los Alnl.il.
SctciiU NolJ.-».
M-i. representan a loa
Laicos y afiliados.
CAPITULO 8
LA CONTRIBUCIÓN ÁRABE
Es poco In que sabemos sobre las prácticas mágicas árabes con ante-
rioridad al advcninúciito del Islam en el siglo séptimo de esta era. De
acuerdo con la tradición árabe, Salomón dejó una gran herencia de con-
juros y p>HÍcres a ciertos iniciados, quienes guardaron los secretos en
(«sis apartados. Otros magos, arm idus con palabras mágicas, talismanes
y conjuros, ocuparon grandes cavernas llenas de tesoros y ejercieron
su poder contó una especie de círculo cerrado oculto, a través de todo
el mundo.
Antes del advenimiento del Islam, las tradiciones semitas compar-
tidas por los árabes, los judíos, los asirlos y otros, estaban sintetizadas
en los rituales y los simbolismos de la idolatría del Templo de La Meca:
la mística Kuibu. a lu (pie Malioma purificó y rededicó al monoteísmo
luego del éxito de su misión. Entre los trescientos sesenta dioses-espíritus
exaltados allí se encontraban Al-Lat. Manat. 'IV/. i y Hoba!': demonios
y dioses que "hrindultan oráculos y decidían sobre las costumbres de los
hombres". Sus sacerdotes provenían exclusivamente de la tribu de Quraish.
el clan real. Poseemos suficientes conocimientos acerca de los hechi-
ceros árabes preistámicos como para saber que sus métodos eran muy
semejantes a los de otras naciones semitas. Cuando la contribución árabe
se vuelve interesante es a partir del período posterior a que los clanes
conquistadores barrieran el desierto, y cuando la época de asimilación
con otros sistemas pasó a primer plano.
La historia de la magia árabe-islámica sigue el modelo de la civili-
zación árabe. Rajo el gobierno de los primeros califas de Siria. España
y Egipto, la elimine masa de material escrito proveniente de la heren-
cia de Roma. Grecia y las demás naciones conquistadas fue traducida
al árabe. Iaas eruditos, generalmente a expensas del Estado, sistema-
tizaron las enseñanzas de Aristóteles y otros escritores griegos, resu-
mieron historias antiguas, organizaron los códigos de leyes, religiones
89
y ética. En las florecientes universidades de Kaiiu.ni. el-Azhur, Córdulu y
Bagdad, los médicos realizaron trabajos dc medicina, magia y alqui-
mia. Las creencias mágicas dc los judíos y los caldeos fueron "conden-
sa das" y estudiadas.
¿Cuál era la actitud árube-musulmana con respecto a la magia?
Guiándose, como siempre, por el Corán, los sabios aceptaron la teoría
de que la magia, en una u otra forma, era una fuerza definida. Algu-
nos de los tratados sobre magia más interesantes del mundo provienen
de escritores árabes-musulmanes quo vivieron entre los siglos xn y xvi,
y fue en parte a través dc su trabajo conjunto con estudiosos judíos
en las universidades árabes de España que gran parte de lu sabiduría
oriental llegó a Europa.
Eajr-ed-Dín cl-Kazi (Hhazcs) dio lugar a uno de los primeros sis-
temas árabes dc magia. Según él, la magia (Sinr) se divide en tres
naw' o categorías:
En primer lugar, la magia caldea, que para él era en gran medida
un culto a las estrellas, incluía la astrología, y los espíritus atribuidos a
fuerzas provenientes de las estrellas.
En segundo lugar, prosigue, viene la verdadera magia de los espí-
ritus, que puede ser una forma de espiritismo en conjunto con la hipno-
sis. También se refería a la interacción del alma humana con su hués-
ped, el cuerpo, y los cuerpos do los demás. Los contactos con otros
espíritus humanos y su aplicación también forman parte dc esta sec-
ción. Finalmente, están los milagros, reservados solo a los profetas, dc
acuerdo con la fe musulmana.
Dice la leyenda que hubo una vez dos ángeles, Ilárut y Márut, que
aprendieron la magia y trasmitieron su conocimiento a la humanidad;
esta tesis es básica dc toda la magia árabe. También existen seres tales
como los djinn (genios), que pueden ser en parte espíritus y en parte
alguna otra cosa. Tanto los ángeles como los genios son mencionados
más de una vez en el Corán. Otra forma dc la magia tratada por los
árabes es el masj, el arte dc trasformar a los hombres en animales,
que en Occidente se conoto como lícantropía.
Los libros clásicos de investigadores árabes sobre mucltas materias
no ocultas registran creencias y procedimientos mágicos.
Autoridades tales como el historiador Tabari. hablan sobre magia.
92
fidelidad conyugal. Sadalabra. junio con otros talismanes hostiles, es
útil para las venganzas, destruye a los enemigos y también provoca
divorcios. Alfarz, por el contrario, ayuda a encontrar una pareja y trac
buena suerte en general. Albolhan, gobernado por la fuerza de Piscis,
brinda seguridad en lugares extraños: es uno de los talismanes protec-
tores que emplean los magos mientras realizan su tarca. Promueve la
armonía y hace feliz a las parejas casadas.
La magia árabe es altamente simbólica. Muchos de los signos tra-
dicionales dc los brujos —el pentagrama, el Sello dc Salomón, el Es-
cudo de David, el Ojo de lloros y la Mano del dios de la Luna— son
de uso corriente por parte de los hechiceros árabes-islámicos.
Una creencia curiosa merece nuestra atención aquí. En el caso
de la svástica —símbolo del sol y dc la vida desde tiempos inmemo-
riales- los áiaba han decidido que su sola forma posee una virtud
especial, Si esta forma es vinculada a un significado que se le asigna
mediante la fuerza mental, entonces la fuerza se duplica. Si el signi-
ficado se triplica, así lo hace la fuerza, que se encuentra bajo las órde-
nes del mago a través del propio simbolismo dc la svástica u otro
elemento mágico. En un trabajo árabe del siglo xvn, Tilism wa'l Qutowa
("El Poder y los Talismanes -)*", encontramos una ampliación dc esta
teoría. Los cristianos, dice el autor anónimo, adoptaron como emblema
el signo de la Cruz. Ahora sabemos que desde tiempos remotos la Cruz
fue usada en la magia para representar al Sol y también que "contiene
dentro df sí virtudes dc una naturaleza incierta". Ya era poderosa antes de
Jesús. Después dc la Crucifixión fue adoptada y en consecuencia tiene
doble función y potencia. "lx> mismo ocurre con la Svástica"**.
Sud Árabe:
Síntesis Rusia Afganistán
Arabia
Améric Turkestan ,--- -s> China Nor-
a BABILONIA:
SEMITAS
EGIPCIOS
t occklentnl
Malasia
CRECÍA y Canea so
ROMA
t
Turquía
_L_
Cii
Norte Europa
y Occidental
Balcanes
España ^
Africa del-
Norte
Africa
Central
93
Esquema que ilustra la rcdifiMiotí araba «le las artel mágicas heredodus de las
civilizaciones del Cercano Oriente: siglo* viu ul XV D.C.
94
Se desconoce dónde se originó la Svástica. En China todavía es muy
corriente (con el nombre de toan) y se cree que fue adoptada bajo el
Budismo, lo cual posiblemente apunta hacia una fuente hindú: "la
acumulación de signos de la buena suerte poseedores de diez mil vir-
tudes es una de las sesenta y cinco figuras místicas de las que se cree
que se originaron en cada una de las famosas huellas de Boda" Tam-
bién es corriente en otras tierras que tienen tradiciones budistas. "Ha
sido identificada con el Martillo de Thor" —de donde posiblemente la
adoptaron los nazis alemanes como un símbolo "ario"— "el Zeus o Tro-
nador de los escandinavos."
El nombre que le damos actualmente deriva de dos palabras del
sánscrito: su ("bien") y asíí ("está"), lo cual significa "está bien".
Existen muchas variedades de la cruz svástica; entre ellas se en-
cuentra el emblema de la Isla de Man.
Los árabes han hecho diversas adaptaciones del símbolo de la svás-
tica a poderes, invocaciones y nombres. En una de ellas se observa la
fraso Ya Mi ("|Ob, Alíl"), Invocación ul Cuarto Califa y Compañero
de Mahoma. Esto es corriente entre los seguidores del rito shU, quie-
nes reverencian a este personaje. También, en Persia, el símbolo en
empleado para incluir la invocación persa a los Cuatro Califas: Ya Cha-
har Yar (~¡Oh, Cuatro Amlgost"). En este caso, como en el anterior, los
brazos (o piernas) de la figura dan la impresión de rotar en el sentido
de las agujas del reloj. Un calígrafo que conocía el significado de la
frase Chahar Ver preparó una versión de mi nombre pañi un sello, en
el cual había dos svásticas rotando en direcciones diferentes, (ai última
contenía mi título: Sayal Shah.
Esto en cuanto al aspecto talismán co de la contribución árabe.
Característica drl empico de los demonios y los espíritus -en oposi-
ción a la teoría de los talismanes o "segunda fuerza" de Ibn Jaluún—
es la complicada cuestión del hechizo del nudo.
En el Corán1" encontramos una referencia importante al empleo
de los nudos como vehículo para Us mildiciones:
El Amanecer:
Dices tú: 'Me refugio junto at Señor del Amanecer
Del mal de todo lo que El hs hecho,
Y del mal de lo oscuro cuando se difunde
Y del mal de aquellos que soplan sobre malos.
Y del mal del envidioso tonudo envidia.
76
CAPITULO 9
LEYENDAS DE LOS HECHICEROS
Vimos con nuestros propios ojos a uno de ellos hacer una imagen cíe una
persona para embrujarla. .. un demonio sale de su loca descienden
muchos espíritus malignos y la víctima es atacada por el mal especificado.
11*1 Jaklún: Muiiáddama (siglo *iv>.
■
El misterio de El-Arab
78
Us novedades. Se observaba entonces un poco de humo, un chasquido agu-
do y la luz emitía un relampagueo desde la tinaja. Entonces el abría
otra tinaja ("a la cual la luz volvía más veloz que un rayo") y allí
dentro se vela una incandescencia verde. El-Arab Interpretaba todo
esto, y brindaba la información deseada, la cual siempre resultó ser
verdadera".
En su vida cotidiana no se observaba nada extraño. Y lo más curioso
era que los viajeros acostumbraban n seguir la luz cuando se perdían
en el desierto, y llegaban al poblado sanos y salvos.
Cuando murió, se decía que había vivido en el lugar durante cerca
de doscientos cincuenta años. Cosa insólita, generaciones y generaciones
crecieron a su lado sin encontrarlo demasiado extraordinario, con luces
y todo. Cuando murió, el golpe fue rudo para todos. Tal como es cos-
tumbre cuando muere un hombre respetado, su cuerpo fue enterrado
en el lugar, bajo las arenas del desierto, en una duna cercana al aljibe
del poblado. Cuando los dolientes regresaron a la villa, [vieron (pie la
cnsa de El-Arab huitín desaparecido! Las gentes del lugar no solo no
habían visto jamás nada parecido, sino que tampoco hablan oído hablar
de un fenómeno semejante. Y todavía hablan del asunto. Como me dijo
cierto hombre: "Puede parecer extraño, pero aun así. solo ha existido
an El-Arab. Dc haber habido tíos, es probable que el segundo hubiera
partido de la misma manera"
Desde un punto de vista científico, varías cosas llaman la atención
al estudioso de los cuentos orientales sobre magos. En primer lugar, lo
asombra el hecho de notar el escaso esfuerzo realizado por examinar la
ciencia mágica dc Oriente con el objeto de separar, hasta donde fuera
txisible, los hechos reales dc la fantasía. En muchos casos, en estas
historias parece haber un estrato subyacente dc verdad, particularmente
en aquellas que se refieren a magJS individuales. Esto no significa que
estas historias sean totalmente verdaderas: significa que aún hay mucho
por aprender dc la magia oriental. A troves dc la lectura dc los hechos
de hechiceros famosos y dc la conversación con las personas entre quie-
nes vivieron, llegamos a la conclusión de que, en general, los orientales
no son más fácilmente engañados que las personas dc otras tierras. En
el cuento que relatamos arriba, por ejemplo, los árah'.'s que lo repiten
no se conforman con maravillarse ante los milagros aparentes dc El-
Arab. La historia ha demostrado que se trata dc una raza esencialmente
práctica; de allí, tal como podría esperarse, están más interesados en
cómo obtuvo esc poder, y en la posibilidad dc repetirlo. Como se obser-
vará, ésta es la esencia de la actitud científica, más bien que la filosófica.
Naturalmente, los árabes de esa zona carecen incluso del conocimiento
científico básico para desarrollar una especulación más allá del alcance
semimedicval. Es su actitud, sin embargo, lo que cuenta.
A los fines de su estudio, en consecuencia, resulta interesante reunir
estos mismos cuentos dc brujería.
99
Sactoma de Bagdad
101
mirando la devastación, se oyó una risa burlona que provenía del techo
La historia concluye melancólicamente: el esposo enloqueció, y lo mis-
mo ocurrió con la princesa tiempo después. Y cuando ambos murieron,
con una diferencia de meses, se descubrió que faltaban los corazones
de los dos cadáveres. Es por este motivo que en Teherán aún existe
una casa llamada la Mansión de los Tres Corazones Robados.
Los magos —especialmente cuando son estafadores ambulantes— a
menudo ponen el ojo sobre los asuntos locales, y desempeñan su papel
ayudando a aajaeloa que sufren de enfermedades y ambiciones tradi-
cionales. Durante la última época de hambre en la India, un brujo poco
conocido de Bombay —cuya teoría principal consistía en que la desnu-
de/ era afín con la santidad se hizo rico de la noche .1 la mañana.
Ciertos brebajes preparados por él con "polvo de leopardo del Hi-
malaya" —al menos, asi lo afirmaba— aseguraban a su poseedor pro-
tección contra el hambre y la enfermedad. De hecho, millares de
personas murieron, pero no el mago, quien pudo comprar arroz en el
mercado negro. Tampoco murió una mujer, quien informó sobre los
poderes del mago a cierto Maharaja. El principe declaró que nada se
podría hacer en su Estado hasta que le trajeran al mago.
Luego de prolongados intentos por persuadirlo, el hechicero fue
llevado ante Su Alteza, quien se encontraba reunido con iu corte. Cada
palabra que pronunció el mago fue aceptada como indudable. Cargado
de honorus y posesiones, perseveró hasta el fin en su prédica contra el
uso de ropas. La última vez que se supo de él, su autoestima habla
crecido tanto, que solo aceptaba hablar dos veces por día. Toda pala-
bra que pronunciaba era registrada con una pluma de oro.
California no es el único lugar donde pueden prosperar los cultos
extraños. Si el lector opina que Gran Bretaña también es inmune, le
sugiero leer los cacareos de aquellos que afirman ensenar la ciencia
esotérica "oriental" y que pueden o no saber algo al respecto.
Esta historia constituye material de primera clase para futuros mi-
tos y leyendas. A menos que el mago sea desacreditado, es probable que
sus proezas se hagan famosas.
Yo he podido reunir material sobre una leyenda de vampiros en
formación, que resulta inusualmente interesante.
En la India existen numerosas historias acerca de cierta "Mujer-
Vampiro Británica" de quien se dice que comía carne cruda y bebía
sangre humana toda vez que le fuera posible. ¿Es cierta esta historia?
¿O so trata solo do otro de esos cuentos sangrientos difundidos por los
agitadores antibritánicos (como el "terror do los bebés belgas" durante
la Primera Guerra Mundial)? La verdad se rncuentra en alguna parte
en medio de todas estas posibilidades. Lo cierto es que se trata de uno
de los ejemplos más clasicos del desarrollo de una leyenda que he
podido encontrar jamas.
Una viuda inglesa, cuyo esposo habla sido muerto en 1016, vivía
en Bombay y pasaba la temporada calurosa en las montañas. Se dico
que su aspecto exterior era bastante corriente Lo único destacable en
su actitud frente a la vida era que se consideraba irresistible para el
sexo opuesto. Pero incluso esto no es extraño.
Un Maharaja que se encontraba de vacuciunes en el misino lugar
montañoso, tenia la costumbre de ofrecer magnificas fiestas. Una noche,
luego de una de ellas, esta mujer ("Sra. W. ) y una amiga ("Sra. S")
volvían a casa en un ricksha". El ricksha que iba adelante de ellas
se estrello contra unas rocas, por haber tomado una curva a alta velo-
cidad. Hubo varios heridos. Las dos mujeres detuvieron su vehículo
y fueron a ver si podían prestar alguna ayuda. Ninguna de ellas, nótese
bien, se vio envuelta en el accidente ni sufrió herida alguna.
De regreso en el hotel, la Sra. S. notó que la boca dc su amiga
estaba cubiertu dc sangre. Mas tarde circuló la historia de que la
Sra. \V. había chupado la sangre dc una de las victimas: era una mujer-
vampiro. Ella murió unos meses mis tarde, y por lo tanto U leyenda lia
crecido, y probablemente continuara creciendo.
Sin embargo, por casualidad pude conocer a la Sra. S. y pregun-
tarle acerca de lo que sabía sobre todo el asunto. Esta es su historia:
"Esa misma noche preguntó n la Sra. W. por que* había sangro
en su rostro. En un primer momento ella me dijo que provenía dc una
de las víctimas y que le había manchado la cara por accidente.
Tres días mis tarde, sin embargo, cuando comenzó a circular el
rumor de que ella era una mujer-vampiro -repelido por los sobrevivientes
del accidente, no por mí-, se me acercó pam hacer una "confesión", y
dijo que pensaba regresar a Inglaterra para iniciar un tratamiento.
Le preguntó si era una mujer-vampiro, y me respondió que no. I i
verdad era quo, cuando niña, habla sufrido una enfermedad que la
obligó a comer emparedados de carne cruda. Se volvió tan afecta a este
tipo de alimentación, que nunca pudo comer carne cocida. Su módico
lo consideró como una costumbre mis o menos inofensiva, y lo atribu-
yó fundamentalmente a un estado psicológico. Así fue que continuó con
esta dieta. Cuando viajó a la India, notó que era muy difícil obtener
carne cruda, pese a que tenía gran necesidad de ella. Finalmente se
las arregló para abastecerse, pero en forma muy moderada y se acos-
tumbró a "racionar" tas porciones todo lo posible. Ella me dijo que no
había podido conseguir carne cruda desde hacia varias semanas; par
eso la noche del accidente, al inclinarse sobre uno de los heridos, la
vista dc la sangre fue demasiado para ella, y aproximó su rostro al de
él. como si fuera a besarlo. Un hindú que se encontralia presente y que
pudo haber conocido su afición por la carne roja, comenzó a liacer
circular el rumor."
En consecuencia, el vampirismo humano —sí es que alguna vez
existió— puede ser atribuido a una psicosis o a un apetito engendrado
a través del condicionamiento a la carne cruda. Que los hombres han
comido carne cruda es un hecho sabido. Un resurgimiento rebtivamentc
reciente dc esta práctica aparece en los relatos sobre el famoso rscocés
devorador de carne humana, Sawney Beane y su familia.
Es posible que la magia entrañe ciertos principios lundamenhdes;
pero entre los magos no existe unanimidad total con respecto a los
motivos para el empleo de palabras, elementos y escritos simbólicos.
I'ioh.ihlemcntc aún esté vivo y continúe desarrullando negocios pro-
ductivos cierto santón tibetano —él repudiaba el título do "lama"
con algo de desprecio— que vendía, por el equivalente de cinco chelines
un "Hollo para la Purificación del Alma". Este, decía, es esencial
para convertirse en un ser humano pleno, sin mencionar que gracias a él
podra estudiar o apreciar las maravillas de la magia. Célebre como he-
chicero, rehusaba hablar sobre sus conjuros, y negaba tener trescientos
cinco años de edad. "No escuches lo que la gente dice de mi", me
dijo, "porque no solo no tengo más de cien años: (yo aún no he na-
cido!"
El rollo, del cual poseo un ejemplar, consistía en hojas en blan-
co, que debían llevarse encima durante varios días antes de que el brujo
escribiera sobre elbs. Esto aseguraba la penetración del aura en el rollo, y
guiaba su mano. Yo debí permanecer parado detrás de él durante cer-
ca de quimc minutos antes de que mi rollo estuviese completo. Du-
rante todo este tiempo él mantuvo una conversación ininterrumpida
con alguien "que era habitante de un lugar a cuatro días de murcha
desde aquí, y de alguna manera confusa debido sin duda a los altos
vientos". El trabajo terminado fue envuelto con un trozo de piel seca
y atado con una tripa. Cuando regresó con el rollo a Inglaterra, me
fue muy útü como barómetro, ya que la tripa invariablemente se
humedecía* unas cuatro horas antes de que lloviera.
El santón me dijo que las vestimentas y los adornos de los ma-
gos -especialmente aquellos que predecían el futuro— eran en gran
medida "escaparates" destinado* 4 impresionar a quienes necesitan de
esc tipo de cosas, y he oído que en Occidente ocurre lo mismo".
Me aseguró que la única vestimenta genuína para un mago era la que
él usaba, y me rogó que me la probara para que pudiera sentir la
influencia benéfica que desde esc momento guiaría mi vida.
Sobre su cabeza lucía un sombrero en forma de panqueque, de
piel do leopardo nevado —pero ya no tan nevado— y on sus orejas gran-
des trozos de ámisar sin pulir. Un collar largo y pesado de esos mismos
trozos de ámbar alternados con piezas de jade en bruto rodeaba su
cuello, sobro una chaqueta muy sucia de color amarillo que le llegaba
hasta los tobillos. De su cintura colgaba un gran bolso de piel verde,
bordada en el mismo color, y salpicada con cuentas de vidrio rojo; del
borde colgaban flecos espesos de cuero. En los pies llevaba un par de
babuchas bordadas con las puntas levantadas y atadas con tiento. I-as
botas tic invierno colgaban de su cuello.
Se rehusó a desprenderse de los anillos de jade y ámbar que llevaba
en los dedos. Ellos, dijo, eran su "suerte" y destruían cosas tales como
los demonios de las montañas, diversos tipos de enemigos y los hom-
bres-lobos que atacaban a los viajeros.
I. . i s últimas palabras que me dijo fueron para advertirme contra
el lavado del cuerpo. "Puedes lavarte las manos, pero el cuerpo, jnmás."
En esto, al menos, parecía ser un devoto de su propia doctrina.
104
Én Egipto se narran numerosas historias sobre magos de la Edad
Media y sus intentos por encontrar el Elixir dc la Vida o la Piedra Filo-
sofal. Una de las más interesantes me fue relatada en El Cairo, y me
llamó la atención no tanto por su trama, sino por ciertos elementos que
contiene.
Diseminadas entre los escritos árabes y persas sobre alquimia y
magia, aparecen alusiones o la "cabeza de oro", pero en ninguno dc esos
trabajos aparece indicación alguna acerca de sus características. Aquí
encontré por fin una referencia definida a ella.
El Chirby, un famoso hechicero dc El Cairo, se dedicaba funda-
mentalmente a buscar tesoros ocultos. Con este fin, y gracias al consejo
de un anciano, aprendió a convertir arcilla en oro. Sin embargo,
esto solo se podía hacer una vez. Una vez convertida en oro, la cabeza
de arcilla se volvía oráculo, o era poseída por un espíritu. Uno dc sus
poderes consistía en señalar el lugar donde se encontraban los tesoros
escondidos.
Parece ser que El Chirby ya había utilizado la cabeza para reali-
zar predicciones comunes, y que ésta había proporcionado oráculos
sobre numerosas y extrañas cosas. En efecto, una vez convertida en oro,
la cabeza comenzó a hablar, "si bien sus ojos y sus labios permanecieron
inmóviles", y le dio al mago instrucciones precisas acerca de dónde buscar
el primer tesoro. De vuelta con él. El Chirby consultó a su oráculo.
Según el testamento del mago, la Cabeza so negó a revelarle más de
un tesoro por mes, El mago se dispuso a esperar. Pero nuevamente la
Cabeza lo engañó: le habló sobre el tesoro más enorme que ningún
hombre podría imaginar, |pero que estaba enterrado a doscientos cua-
renta metros en el fondo del mar! En el curso del altercado que siguió,
el Oráculo le arrojó una jarra a la cabeza del mago, quien cayó en
medio de la calle, atrayendo lo atención do los vecinos.
Este incidente terminó sin problemas, pero las peleas entre el espí-
ritu de la Cabeza y el mago se hicieron cada vez más frecuentes. En
Ea ciudad la gente pensaba que el hombre estaba loco. Un día, cuando
acertaba pasar por allí un joyero inofensivo, una jarra particularmente
pesada voló a través de la ventana dc la casa de El Chirby, y fue a dar
contra el cuello del joyero. El asunto llegó o los tribunales.
En su defensa, el mago rechazó el cargo dc agresión y habló sobre
la Cabeza. De todos modos fue sentenciado a seis meses de cárcel.
Cuando volvió a su casa, la Cabezo parecía haber adquirido mejores
modales. Le aconsejó hacer el Elixir de la Vida e incluso le brindó
detalles sobre los ingredientes y el método que debía emplear. Tiempo
después, este hecho llegó a oídos del magistrado que había sentenciado
al mago. Como hombre de ya más de setenta años, el juez no podía
permitirso ignorar un descubrimiento tal. A cambio de un perdón am-
plio y de un documento que declaraba que El Chirby estaba cuerdo
y era totalmente inocente, el mago le entregó un frasco de la preciada
medicina. Aquella misma noche, la Cabezo se dirigió al mago dc este
modo:
"Acabo tic saber que el magistrado ha tomado la poción. Esto sig-
nifica que tendrá, al menos, sesenta años mis de vida. Pero olvidé
decirte: ¡que se trata dc tus años! Tú morirás en la manan», tan pronto
como el Elixir del magistrado comience a actuar." Se dice que El Chir-
by apenas tuvo tiempo para escribir una confesión de todo el asunto
y de arrojar b Cabeza al Nilo, antes de caer muerto.
106
CAPITULO 10
INVOCANDO A LOS ESPÍRITUS
1 Abeljiid, llawwnc, lluui, llutti. ven lú. Espíritu: porque toy Salomón,
hijo de David, el que rnandi tobte los Genios y los Hombre»! |Ven, o te
aprisionare dnUro de una botella de metal'
A bu IMub. CaWarto de lot Ctmkn.
oa
cicntcs mezclada con miel, leerte y perfumes, y suponen que esto hace
que el alma retome a la tierra. Asi como en Egipto las ceremonial de
los espíritus se llevaban a cabo en sitios destinados a enterrar a los
muertos dentro de las pirámides, en todas partes los cementerios y los
lugares donde la muerte haya adquirido una forma violenta son consi-
derados como lugares especialmente aptos para este tipo dc exorcismos.
Otros espíritus, aparte de los de los muertos, pueden ser convoca-
dos de manera similar. I-a siguiente consagración cristianizada de un
círculo es típica de los ritos caldeo-semitas. Una vez trazado el circulo,
el invocante entona:
Wmnni . w- i ii ■
Salla 4 Athar
Sadedah 5 Metho
n
ihanitu G
Outer 7 Netos
Thamie 8 Tafrao
Nerón 9 Satsiir
Jayón 10 Agle
Abai 11 Caler
va
Natalon 12 S.dam
H
Estos nombres son memorizados, y el apropiado se inscribe dentro
del circulo concéntrico exterior, junto con las palabras de poder, el
nombre de la Estación y el nombre del Arcángel de la hora. Los nom-
bres de las Estaciones son equivalentes a los nombres de los ángeles
de las estaciones: Primavera (Giracasa) equivale a Core, Amatiel y
Commissoros. Verano equivale a Cargatel, Tariel y Carie). Dos ángeles
gobiernan el Otoño: Tarquain y Guabarel. Invierno completa el ciclo con
Anabael y el ángel Cetatari.
¿La evocación será realizada en primavera? Si es así, el Signo de la
Primavera debe ser incluido en el círculo y en las invocaciones y también
el nombre de la tierra en primavera y los nombres del Sol y la Luna
en dicha estación. Ahora necesitamos cuatro grupos de informaciones
adicionales:
'it
personales, el poder es dc ese modo rechazado. Solo aquellos que pue-
den tocar las alturas saben esto."
En la nigromancia encontramos que el Circulo Mágico y las pala-
bras dc poder aún están en uso. El método es a próxima da mentó el
mismo en ambos tipos de procedimientos. Cuando el hechicero asiático
Clu'nncungi y su hermana, la bruja Ñápala, conjuraron a los espíritus
malignos, ordenaron a Bokim que apareciera y les prestara su ayuda
infernal. Ellos cubrieron de negro una caverna profunda y luego traza-
ron el circulo, con Siete Tronos e igual cantidad de planetas dibujados
adentro. Incluso a estos hechiceros notables les llevó varios meses lograr
que Bokim apareciera. Cuando lo hizo, les garantizó ciento cincuenta
y cinco años de vida extra, y muchos otros dones más. Como la teoría
dc la "venta del alma" no es tan corriente en el Oriente, la única pena-
lidad que se suponía que debían sufrir los brujos era servir al demonio
durante ese período. Durante su trabajo, como en la mayoría do los
conjuros dc invocación, hicieron libre uso dc perfumes y otras fumi-
gaciones.
Cuando se invocaba a Saturno (es decir, cuando la operación tenía
lugar en la hora o el día de Saturno), el perfume que se arrojaba al
brasero era pimienta, con almizcle e incienso. Al quemarse, se veían espí-
ritus con forma de gatos o de lobos. Júpiter requería ofrendas dc plu-
mas dc pavo real, una golondrina y un trozo de lapislázuli. A las cenizas
se agregajw entonces la sangre de una cigüeña. Los espíritus de Júpiter
tenían la apariencia dc reyes, precedidos por pregoneros. Bajo la invo-
cación dc Marte, el fuego era alimentado con goma aromática, madera
do sándalo, incienso, mirra y la sangre de un gato negro. Para el Sol,
almizcle, ámbar, incienso, mirra, azafrán, clavo do olor, laurel y canela,
mezclados con el cerebro de un águila y la sangre de un gallo blanco •;
con esta mezcla se formaban bollos que eran colocados sobre las llamas.
Los espíritus invocados bajo la égida dc Venus requerían esperma de
ballena, rosas, coral y áloes mezclados con el cerebro y la sangre de una
paloma blanca. Se observará que muchos dc los puntos nombrados arriba
son análogos en diversas prácticas ocultas.
Para Mercurio se necesitaba incienso mezclado con el cerebro do
un zorro. Los fuegos debían encenderse "lejos de las habitaciones do los
hombres". Los espíritus de la Luna eran considerados como los más difí-
ciles dc propiciar. Aparecían como fantasmas dc rostros pálidos y lumi-
nosos, con ropas transparentes que los cubrían. Para invocarlos, el fuego
requería semillas de amapolas, ranas secas, alcanfor, incienso y ojos de
toro mezclados con sangre.
98
Método para invocar a Luridán
* "Luridán", nos dice otro testo, "dijo que él es un espíritu astral que resi-
dís en ) . ¡ t : . A ; i i ga I , tirmpm del Key S .iUmtón".
115
CAPITULO 1 1
LA MAGIA IRANIA
98
magia. La evidencia de esto figura en un manuscrito que me permitió
examinar un adepto sui generis. Juzgando según su caligrafía y su
fraseología, llegué a la conclusión de que este manuscrito de alrededor
Je cuatrocientas paginas debía tener aproximadamente doscientos años
Je antigüedad. Se titulaba Océano de los Misterios, no contenía ilustracio-
nes y, a diferencia de muchos escritos mágicos, mostraba signos de cierto
tipo de investigación.
Esta obra esta dividida en treinta capítulos y parece haber sido
adaptada de otro trabajo do naturaleza similar; el ejemplar analizado
tenia anotaciones de algún propietario anterior. Probablemente con el
objeto de evitar la censura de los maestros religiosos musulmanes, el
Prefacio contiene la advertencia de que "nada se puede hacer mediante
la Magia sin el consentimiento de Dios; y este consentimiento sólo
alcanza .1 quienes llegan a |i vnind mediante frf'rfflftl I niiM.li-iablrs
de la voluntad y del cuerpo".
Aparentemente, el primer capítulo está destinado a colocar al estu-
diante dentro de un marco mental de referencia apropiado con respec-
to a la magia. Las practicas sobrenaturales son consideradas como me-
dios para que aquellos que posean un entrenamiento especial puedan
realizar "en el trascurso de una sola vida, el trabajo de dos", un ejemplo
inusual de ahorro de tiempo que viene a demostrar, entre otras cosas,
que los orientales no son tan pacientes como se podría suponer.
El libro advierte que nadie podrá tener éxito en su trato con los
espíritus que guardan los secretos de la magia hasta haber dedicado
treinta días a la meditación, comiendo solo lo indispensable para man-
tenerse con vida. Tanto como sea posible, "la vista debe mantenerse
fija en el suelo", y si no se observan los cinco lavados rituales de manos,
pies, rostro, ojos y oídos, el castigo será el fracaso completo como mago.
Durante los primeros treinta días de dedicación, el invocante debe
pasar cierto tiempo "solo en una habitación a la cual no tengan acceso
las mujeres", para memorizar los nombres de los ángeles que guardan
los secretos mágicos. Durante esto tiempo, también, deberá preparar
ciertos amuletos. El primero es una mano que sostiene una luna en
cuarto creciente, hecho de plata y envuelto en algodón y seda. El sc-
undo, que no deberá mirar hasta pasados los treinta días, estará heclto
e arcilla y contendrá tres trozos cíe algodón de colores, cada uno "del
largo de tu dedo meñique". El tercer amuleto consiste en dos cuadrados
entrelazados, dibujados sobre papel blanco con tinta y pluma negras.
Estos son los amuletos que preservarán al mago del peligro. Mues-
tran cierta similitud con los antiguos amuletos caldeos, y los cuadrados
entrelazados pueden ser relacionados con el "Sello do Salomón",
Debe prepararse un manto realizado con retazos de telas, en el cual
predominen los colores amarillo-azafrán, el blanco y el azul. Para que
tenga el olor requerido, se lo perfuma con agua de rosas, y el mago se
lo pone antes de cualquier ceremonia mágica mientras pronuncia las
palabras. "RASHAN, ARSHAN, NABASH", las cuales, basta donde yo
sé, no se emplean en ningún otro ritual importante de Oriente.
El escritor del texto nos dice que es esencial que, durante los
rituales, la cabeza [>crmanczca cubierta y los pies desnudos. "No dejes
crecer tu barita inás allá del largo proscripto . Esta instrucción proba-
blemente esto conectada con la enseñanza islámica corricnto en Persia
de que la barba no deberá ser más larga que un puño cerrado.
Continúa el sabio: "Si deseas acelerar la iluminación que te llegará,
asegúrate dc usar este manto mientras meditas y también trata de sen-
tarte sobre una alfombra de pieles especialmente confeccionada".
El entrenamiento completo dura cien días: "treinta de abstinencia,
treinta do recuperación y treinta de ayuno desde el amanecer hasta el
crepúsculo, comiendo solo por la noche. Luego vendrán diez días du-
rante los cuales sentirás que el poder está llegando a ti".
Durante el período de ayuno, el mago deberá consagrarse. Esto
significa que debe decidir cuáles son sus metas y asegurarse con exac-
titud de lo que desea de su primera experiencia mágica. Aquí es impor-
tante scñulur que "si se permite a los perros acercarse al estudiante
durante los Cien Días, éstos destruirán su barakat (poder) do tal ma-
nera, que deberá comenzar dc nuevo, luego do unu inmersión completa,
y al comienzo do la Luna Nueva*.
Vestido, ayunado y preparado dc esta manera, el futuro hechicero
debe entonces escribir (en negro, sobre papel blanco, etcétera) lo que
desea hacer en forma do conjuros. Estos son conocidos como los "Kutub"
(libros) y él debe mirarlos por lo menos una vez al día, y preferente-
mente por la mañana y por la tarde.
Una tez preparado dc este modo, el mago se dirige a un lugar
donde no será molestado. Es el lugar del primer rito el que lo con-
vert uá en mago. Coloca siete piedras en el piso, "una sobre otra", y
comienza a caminar en círculo en torno dc ellas, repitiendo para si mismo
los nombres de los ángeles.
Tres cosas deberá traer a continuación nuestro héroe: arcilla fresca,
mezclada ton pasto y dos pequeñas vasijas, una con miel, la otra con
lamí dc cabra. Deberá mezclar todo esto en el medio del círculo, y
entonar la siguiente plegaria luego dc la undécima vuelta circular:
■■¡Nulir. I i ! jYo IDO uno a til iTo ordeno que vengas a mí, en el gran
nombre (pie conocía Salomón, el hijo de David, el gran mago, en cuyo
nombre hnblol"
Entonces el invocuntc ("sin buscar a Nulush") pronunciu la fór-
mula dc exorcismo:
"AsMuulu inna la íllaha illa Allah" (la repite dos veces) y luego
¡AudubiUahi min ash-Sluiitan cr-RajímT La última es para evitar que el
Demonio interrumpa los rituales.
El espíritu invocado acudirá, pero "no aparecerá bajo forma huma-
na a menos que se lo ordenes". Es de suponer que aquellos que no se
sienten capaces de enfrentarse con la verdadera forma encarnada del
espíritu, le ordenan realizar lo que desean, y luego regresan a casa.
Pero si el espíritu se materia liza, se le puede pedir que venga en
determinados momentos ¡ t a r a recibir las órdenes. Incluso so lo puede
inducir a penetrar en una botella (reminiscencia de las M i l y una
noches) y permanecer allí, mediante el siguiente procedimiento:
Toma la cola de un galo y colócala dentro de una pequeña botella
de metal junto con varías gotas de tintura de anil; la botella no debe
ser d« ningún material excepto bronce. Siendo de bronce, se conju-
rarán peligros. Quita la cola de g¿to, pero deja el añil dentro de la
botella.
Tan pronto como hayas repetido treinta y tres veces las palabras:
'En el nombre de Salomón, hijo de David, príncipe de los magos, yo
ordeno al Espíritu del Poder (nombra al espíritu) entrar en esta bote-
lla', el espíritu aparecerá y te rogará que le permitas regresar a su hogar
en paz. Di 'La Paz sea contigo y aprende Espíritu, «pie tu hogar es
ahora esta botella y que yo soy tu Amo, y que todo lo que yo diga
o haga será de tu interés y me prestarás tu ayuda*. Entonces el espíritu
entrará a la botella, en forma de una nubecita blanca.
Debes asegurarte de que la botella tenga un tapón bien ajustado,
que deberá ser de piorno y de ningún otro material. Pondrás el tapón
en el cuello de la botella dejando un espacio; dentro de éste verterás
brea hirvientc mezclada con savia de cedro.
Cuando desees hablar con el espíritu, llámalo y trátalo como a un
amigo. Entonces lo verás, a través do la botella, y él tendrá una cara
pequeña, como la de un ser humano, pero redonda".
Al espíritu se le debe liablar una vez por día y debe "permitírsele
realizar pequeños favores, como a un esclavo, porque éste es el modo
de hacerlo feliz; le agrada saber que es útil a su amo". Cuando el espí-
ritu ve que algún daño se aproxima a su dueño, lo llamara ("y sonará
como un grítito enfrente de ti") por el nombre de Salomón, hijo de
David. Si puedes, le permitirás regresar a su hogar cada iloee años. El
siempre volverá a ti si le quitas la pequeña tableta turquesa que tiene
escritos su nombre y sus funciones "y con la cual fueron investidos todos
los Ceñios por Salomón, y sin la cual no son libres_________".
Para memorízar el contenido entero de un libro, se le ordenará al
genio proyectarlo dentro de la mente del mago, y éste lo aprenderá mien-
tras duerme. Hay un catálogo completo do conjuros, encantamientos
y otros procesos que se pueden realizar con la ayuda de cualquier genio,
a menos que contradigan su naturaleza. Por "naturaleza" de los genios
se entiende que algunos poseen el Dominio del Fuego, otros del Aire,
etcétera.
Como es natural en una sociedad en la cual tales actividades eran
muy frecuentes, otros magos podrían tratar de dañar al hechicero. El
espíritu evitará esto, llamando cuando percibe que alguien teje un con-
juro contra su amo. También le dirá cómo contrarrestar esta magia:
mediante la confección de una imagen de arcilla o cera que se colocará
dentro de un bote en un pequeño estanque artificial; luego se hundo
el bote y se recitan ciertas imprecaciones mientras naufraga.
"En cuestiones del corazón", observa el autor, "es necesario actuar
con gran discreción, ya que existen ciertas cosas que son posibles y al
mismo tiempo reprobables; llevar a cabo tales tareas repugnará el honor
del espíritu, quien puede tratar de escapar antes de cumplir órdenes que
no le están permitidas". También podemos encontrar tesoros escondidos
119
on los lugares mas remotos de la tierra, nos dicen, "pero seguramente no
lo desearás, y verás que existen muchas otras cosas que querrás hacer
por medio de este genio, que contribuirán al bienestar de la humanidad
y que te sorprenderán, aun si antes has sido un hombre de hábitos
ejemplares y descoso de hacer el bien".
Las recreaciones de un hechicero persa, de todos modos, son deli-
ciosas. "Para volar: pronuncia tres veces el nombre del espíritu, dicien-
do: 'Deseo volar al Yemen', y te encontrarás allí en pocos instantes.
Si no escondes la botella bajo tu cuerpo, no podras regresar*'.
Parece ser que los magos deseaban vivir en bellos jardines, y la
técnica para ser trasportados a ellos es materia de varios pasajes Im-
portantes. Existen jardines hindúes y mongoles y aquellos Jardines des-
conocidos para la mayoría de la gente, pero reales para deleitar a los
pocos que encuentran la manera de llegar a ellos.
Es posible desatar tormentas, empobrecer a los ricos, ayudar a los
pobres viajeros a llegar a los oasis, convertir en hermosos a los feos
y viceversa; tocios los sueños de la vida pueden ser cumplidos . . . una
vez que posees un espíritu dentro de una botella.
l-os magos comunes, no obstante, no pueden mantener indefinida-
mente sus poderes mágicos si no los refuerzan. De allí la advertencia:
"El estudiante debe asegurarse de repetir sus ritos una vez al ano. o su
poder se debilitará. Si nota que el espíritu no se encuentra a gusto, debe
volver a un lugar solitario y repetir las palabras mágicas, usando sus
vestidos y del mismo modo que lo hizo la primera vez; luego volverá
donde se encuentra el espíritu y le preguntará: "¿Qué es To que te
aflige?"
Otro requisito indispensable es el secreto. "Bajo ninguna circuns-
tancia podrás revelar a nadie que eres capaz de gobernar a los espíritus.
Kvto no es solo a causa de que tales cosas no son bien vistas, sino
■torque de cu* modo perderías tu poder y no tendrías oportunidad para
volver a desarrollarlo hasta pasados veinte años."
Cualquiera que se embarque en un período de entrenamiento má-
gico jura llegar a un fin mezquino o indigno, se convertirá en indigno
para la sociedad humana o bien se purificará. "No esperes que el ejer-
cicio de la magia te deje inmutable; tus motivos y tus pensamientos,
a menos que los frenes; se profundizarán y cambiarán. No es un ritual
apto para los débiles de corazón y los faltos de coraje.*"
Este libro posee un aire agradable, casi festivo, que dista bastante
de los trabajos orientales tradicionales sobre el tema. Todo el ritual,
si os que asi podemos llamarlo, está simplificado y expuesto de manera
directa; si bien existen advertencias serias contra ciertas actitudes y
prácticas, éstas no son nada comparadas con las de trabajos posteriores
y los escritos mágico-religiosm de los antiguos semitas y ucadios.
I.os escritores modernos sobre temas ocultistas lo llamarían un
"ritual híbrido", por sus características semitas, hindúes y sumerias.
la cuestión de si es "espurio" o no. naturalmente depende del punto
de vista del critico. Sin embargo, esto se puede decir: muy probable-
mente no s.- trata de un trabajo original, y no representa un libro de
120
hechicería trasmitido que date de una gran antigüedad. Las
anotaciones
que aparecen en los márgenes indican que es posible que se trate
de un
texto usado por un grupo de magos independientes hace más de un
siglo.
S¡ bien nunca he visto otro ejemplar —ni he oído acerca de que
exis-
ta— estas notas marginales cuestionan ciertos pasajes y en cierto
lu-
gar, por ejemplo, el comentarista anónimo escribió "El jazmín es
mejor
que el pelo de cabra".
Un capítulo curioso contiene una serie de argumentos en
contra
dc la alquimia y llega al punto de afirmar que "jamás debe
intentarse
porque es un engaño, e incluso si no lo es, es algo que
originalmente
tenía el propósito de ser otra cosa, y esto desagrada por igual a los
espíritus y a Dios". Si bien la tesis de que los escritos sobre
alquimia
son alegóricos y se refieren a la depuración del alma humana es
familiar
para quienes conocen a fondo la filosofía árabe, sin embargo es
inusual
encontrar un libro mágico que condene el arte.
La magia persa, tal como se la conoce en la actualidad, contiene
elementos de los ritos de los mongoles, los chinos, los hindúes y
los ára-
bes, además de las creencias y las prácticas nativas. Una dc las
carac-
terísticas de un hechicero persa de la antigüedad era su creencia en
el
pájaro Huma que nunca bajaba a tierra, pero que volaba muy lejos y
traía noticias a los iniciados acerca do lo que ocurría en todos los
paí-
ses. El Huma, parece, no habla ninguna lengua humana. Como
Salomón,
es necesario aprender el idioma de los pájaros para poder
comprender
sus mensajes.
Se dice que un ejemplar dc uno de estos pájaros fue
encontrado
suspendido sobre el trono del Sultán Tipu en 1799. El Huma vuela
sobre
los vientos y recoge parte de su información dc los dio o espíritus
quo
se encuentran en todas partes.
Las casas más importantes de Persia tienen torres que atrapan
el
viento para enfriar las habitaciones del piso bajo cuando el clima
es
caluroso. Si el día es propicio, los dio bondadosos harán que los
vien-
tos soplen, a menos que los necesite el Huma durante uno dc sus
trán-
sitos periódicos a través del cielo.
Por ser tan viajero, y también por su edad incalculable, el
Huma
conoce la ubicación de la Fuente de la Vida, vigilada por magos y
protegida por innumerables genios y dio. Muchos creen que la
Fuente
121
está situada en las montañas persas. No hay duda de que a través
de los tiempos la gente realmente se ha abocado a la búsqueda de
la
Fuente. De aquellos que no regresaron se dice que la encontraron y
que
fueron muertos antes de poder probar una sola de las preciosas
gotas,
o bien que bebieron de ella y se trasformaron en seres puros que
no
desean volver a sus hogares.
Las montañas, tanto en Persia como en cualquier otra parte,
tienen
muchas asociaciones mágicas. El Kohi-Gabr (La Montaña de los Ado-
radores del Fuego) se alza empinadamente a una altura
considerable.
En la cima hay una ruina, de la que se dice que es todo lo que
quedó
de un antiguo templo del fuego. Allí persiste la esencia
concentrada de la
magia y mora una legión de genios especialmente dotados. El
"poder",
122
afirman, hace retroceder a quienes se aproximan. Hay algo casi
físico
en esto. Se narran historias de algunas personas que escalaron el
Koh
y regresaron dementes, lisiados o consumidos. Es posible que estas
le-
yendas sobrevivan desde los tiempos preislámicos, cuando los
segui-
dores dc Zoroastro probablemente hicieron circular tales rumores
para
poder practicar sus artes allí sin ser observados.
Sin embargo, no todos los que se acercan a las ruinas sufren
daños
o destrucción. Las jóvenes novias consideran como prueba suprema
de
amor que sus esposos trepen a las alturas y les traigan una piedra
de
tas ruinas.
No lejos de este lugar famoso hay otras montañas igualmente
ob-
jeto de creencias mágicas. Allí los magos que adoraban el fuego
acos-
tumbraban a colocar ofrendas de frutas para propiciar ciertos
espíritus
y ponerlos en cautiverio para que cumplieran sus mandatos.
Quienes
querían ver cumplido un deseo acostumbraban a escribirlo y
colocar
el mensaje en una fuente con frutas, para que los Magos los
llevaran
a las alturas. En la cima de una dc estas montañas crecía el Tobo, el
árbol dc la felicidad eterna. De él se dice que es semejante al del
Pa-
raíso, que se encuentra a la diestra dc Alá. Las grandes penas y
temo-
res son llevados por las hadas bondadosas a este punto, donde se
los
lavan y así los que sufren se liberan de la infelicidad.
123
St?*
CAPITULO 12
LOS RITOS MÁGICOS DEL ATHARVA VEDA
Una maldición con mil ojos se acerca, veloz, y buten a Quien me lia
maldecido: como un lobo busca la morada del pastor de ovcjai... abate
a quien me maldice, ¡Oh, Maldición!... ¡A él condeno a U muerte!
Veda IV. 6: 37.
ltW
CONjvmo PABA LA INMORTALIDAD
Este conjuro, como los demos del Veda, son entonados por el Brah-
mán ante el hombre que desea la inmortalidad. El siguiente es empleado
cuando el Brahmán desea prolongar sus propios días
"Recibe este conjuro que lleva a la inmortalidad, ¡que no se corte
tu vida hasta la ancianidad! Te traigo aliento y vida nuevos: no te vayas
a la niebla y la oscuridad, ¡no te pierdas!
Ven hacia acá a la luz del viviente: te rescato hacia una vida de
cien otoños. Aflojando las ataduras de la muerte y la imprecación, te
confiero larga vida hasla muy lejos.
Del Viento, tu aliento he obtenido; del sol, tu ojo; tu alma afianzo
en ti; ¡quédate junto a tus miembros, habla articulando con tu lengua!
Con el aliento de las criaturas de dos y de cuatro patas soplo
sobre ti, como sobre Agni cuando nace. He reverenciado, ¡oh Muerte!
a tus ojos; he reverenciado tu aliento.
Esta persona vivirá y no morirá. ¡Lo suscitamos a la vida! Yo hago
un remedio para él. [Oh Muerte, no mates a este hombre!
A la planta 'animadora', la sin-daño-en-verdad, la victoriosa planta
salvadora invoco, para que él quede exento de di ños.
125
Ampáralo, no lo captures, déjalo ir; aunque él siempre será muy
tuyo, déjalo ]>crmancccr aquí con fuerza sin igual. |Oh Bhava y Sarva,
tened piedad, otorgad protección; alejad la desgracia y conferid la vida)
Ampáralo. Muerte, apiádate de él; déjalo incorporarse sin ayuda.
Hasta la ancianidad, durante más de cien anos, déjalo estar bien."
100
padecen de ictericia so curan mediante la invocación a hojas ama-
rillas, etcétera.
Una vez que se ha obtenido el número adecuado de hojas y raices,
ya pueden ser nombradas, como en este ejemplo de una panacea para
todas las enfermedades:
|Son estas plantas, cslns mismai dotadas de poder, las que liberarán
al sufriente! [En verdad yo se, Ub Hierbas, que vuestro señor es Somu y que
vuestro creador no es otro que Hnhaspatl! |UI sombra «pie está sobre noso-
tros, la que nos amedrenta, será superada!
Solicitamos ser libelados de las eidermed.ules. De las maldiciones y lai
asechanzas de Va runa pedimos libertad. ¡De las cadenas de Yama y de lu
corueciiencias de nuestros pecados contra los espíritus!
Hemos pecado contra los Dioses con el pensamiento o con la palabra:
|borrad de nosotros loa rateados, hacednos libres de toda enfermedad!
El Talismán de la Fuerza
127
coinciden rn esto Quienes me alxjurn ferio rrpcMo* y Ij m-snu fuerza
que emplean recaerá sobre eDos: (por U fuerza de rste talismán!
El Cielo. U Tierra, el Sol. los Sabios, lodos eMarán entre mi p>-rsoua
V. y el enemigo. Su fuerza recaerá sobre ellos: ipor la furria de este talismán'
Este talismán es para mi y para quienes lo usen como una arrrudur,i
poderosa. Asciende a las rsferai corno el Sol. se eleva en tos Celo», drs-
truye toda magia que me acecha. (Es una turna potente, y los Rakiha
caerán ante él!
Indra. Vnhnu. Sa vitar. Rudra. Agni. Praiapatf. Paiamrshllun, Vlra|.
Vayshvanara, todos ellos, los espíritus poderosos, catarán detrás del aaasslrto,
que está unido a) que lo usa corno una armadura poderosa.
Oh. árbol poderoso, potente como un rey de bs fieras, tú errs in*
guardián y mi ayuda, ail como la necesité, asi In obtuve. Y yo, al u».'r
este amuleto, soy como un tigre, como un toro, como un Iron: nada purdi*
tocarme, si uso este talismán. Aquel que lo use puede gobernaar a todos, y
ser su soberano. •
Confeccionado y hecho por Káshyapa, usado por Indra en rus batallas,
con certeza es Invencible. Por el poder de los espíritus rste amuleto mule-
plica su potencia mil veces más. ,<>!. Indra, tu látigo de cien relámpago-,
abátelo sobre quienes traten de abatirme, por virtud de este talismán!
Y esta grande y podrroao ulismán conduce a b victoria cada vez qui-
te lo usa. |Produce nidos, fecundidad, seguridad. Inicua fortuna!
(A todoi aquellos que nos amenacen desde <•! norte, el sur, ol est-'
y el oeste, alélalos. Oh, Indra!
Mi protección, como un escudo, ton el sol. rl día y b noche, los cielos
y b tierra. Mi protección ra Indra, y es Agni. Dhalar me dará tu protección
Todot lot espíritus que ciistcn no pueden superar bs defensas de In.l«»
y do Agm: ésta es b fuerza que está entre mi persona y rl enemigo. |Oh,
espíritus! (Dejadme envejrcrr y no me arrebatéis b vida en mi juventud!
Nada puede ocurrir a quien usa este talismán. ¡El es rl talismán dr b
in vul ñera ht 1 mI od I
■
* Este ritual tiene una analogía cercana en b magia semita. Los baUlonioa
también realizaban una ceremonia de destrucción de símbolos guerreros como rito
de victoria; incluso también ofrecían manteca, invocando a Iih'ar, Shamadi y
Nergal (Zimmem, fíltualtofcln. 173).
10*
Coniuro contra las úlceras
•
Conjuro contra toilo nuil
100
del aliento de lot cielot y U tierra, a través de todo el espacio, el poder
de este conjuro.
Carutamanl. ti aguda, bebtd rl veneno: pero no tuvo electo contra
éL De la misma manera, yo he desviado el poder del veneno, como se
desvia una flecha.
Oh, flecha, tu punta y t u veneno no tienen poder: igualmente, a todot
los que hacen y usan este veneno también los he vuelto impotentes. Hasta
los riscos sobre loi cuales crecen lai plantas venenosas te han vuelto impo-
tentes ante mi. Todo lo rrlativo a este veneno ha tido anulado iVmeno,
lu poder se ha idol
130
para servir al hechicero actúan meramente como intermediarios o agen-
tes del poder mediante cuyo mandato se ejerce la magia.
¿Que es este poder superior? Puede o no referirse al subconsciente
anhelo de unidad propio del hombre. Esto da lugar a discusiones teológi-
cas, pero podría ser un campo fértil para el estudio, si solo los ocultistas
e incluso los antropólogos se aventuraran más allá dc la senda conocida;
es decir, si dejaran de contentarse con la mera catalogación de las
observaciones ajenas.
En un análisis final, debemos señalar que los encantamientos y los
conjuros no siempre son en si mismos efectivos para lograr resultados
positivos, Esto explica por qué en los textos mágicos figuran diversos
conjuros pura obtener los mismos rcsulludos,
En eso caso, si un conjuro no surte efecto, ¿se prueba con otro
y otro, hasta lograr la curación? Yo le hice esta pregunta al sacerdote
brahmán que me guió en el estudio de los códices mágicos del hin-
duismo El me respondió que este era un método occidental, empírico
y carente de lógica. De acuerdo con el punto de vista establecido, la
curación no solo es posible, sino cierta. Puede ocurrir, sin embargo, quo
ciertas influencias planetarias sean más adecuadas para un tipo de con-
juro que para otro. O pudiera ser que una clase de demonio provoque
una cierta enfermedad y otro demonio provoque una diferente. Estos
hechos debieran ser conocidos por tocios los practicantes de la medicina
oculta.
De .ifl¡ la gran variedad do conjuros y amuletos que se emplean
en las diversas circunstancias. Esto sacerdote citó entonces la siguiento
alternativa para exorcizar una enfermedad:
131
El agua es curat rva. d agua ahuyenta a la enl-inied.vl. Las agua» cuan tralm
los males, estas aguas te curaran a ti.
132
CAPITULO 13
INDIA: LOS RITOS DE LOS
SACERDOTES-MAGOS
133
seres pueden ser las almas de los difuntos o bien simples entidades
incorpóreas bajo cuya supervisión se encuentran las leyes de la naturaleza.
Sí, por ejemplo, deseamos interferir con la ley de la gravedad, debemos
invocar al espíritu guardián de dicha ley y rogarle que nos ayude. Este
tipo do experimento se encuentra entre los más elementales; tan asom-
brosos son los resultados que logran estos sadhu, que yo casi he llegado
a la conclusión de que debe existir alguna ley natural aún no descu-
bierta por los occidentales, que permite a quienes han adecuado su
mente a ella, llevar a cabo milagros aparentes.
Aquí tenemos un caso: yo induje a un mago hindú de considerable
importancia a que me mostrara ciertos trucos. El vino una noche a mi
cabana; vestía un pequeño taparrabo y no llevaba nada más que un
pequeño bastón con siete anillos, que es el distintivo de los ocultistas
de la India. Realicé varias pruebas. En primer lugar, después do ase-
gurarme de que no había ningún ayudante ni aparato cerca, le pre-
gunté si podía hacer que una silla se elevase del sucio y quedase suspen-
dida en el espacio. Frunciendo las cejas en un esfuerzo por concentrarse,
cerró los ojos y extendió sus dos manos en dirección a la silla más
voluminosa dc la habitación. En diez segundos —controlados con un
cronómetro— la silla se elevó en el aire y, moviéndose apenas, flotó
realmente en el espacio, a una altura de aproximadamente un metro
y medio del suelo. Yo me acerqué o la silla y tiré de las patos. Lo
silla bajó al suelo; pero tan pronto la solté, volvió a elevarse. Lo pre-
gunté al hombre si yo mismo podría elevarme junto con la silla. El
asintió con la cabeza. Tirando hacia abajo dc las patas de la silla —que
a esta altura dc las cosas parecía tener vida propia— me senté tj me
elevé en el aire junto con ella. Convencido de que detrás de todo esto
había algún tipo de hipnosis, le pedí que elevara por el aire todo el
mobiliario do lo habitación. Luego le pedí que trajera flores do un
jardín vecino y éstos aparecieron do inmediato.
En esc momento yo no tenía una cámara con flash. Dc hal>crlo
tenido, ésa hubiera sido la oportunidad para comprobar el fenómeno
de una vez por todas. Sin embargo, yo no podía creer que la hipnosis,
tal como la conocemos, estuviera detrás de todo este asunto. En primer
lugar, la inducción del estado hipnótico debió haber sido increíble-
mente rápida; en segundo término, incluso en el momento en quo so
producían los fenómenos, yo no podía resolverme a creer que eran
genuinos. Do ninguna manera yo parecía estar "en rapport" con el ma-
go, porque podía referirme con facilidad a la lista dc fenómenos que
yo había preparado de antemano y pedirle que los produjera. Pero lo
que finalmente acabó con mi sospecha de que el mago empleaba la hip-
nosis que nosotros conocemos, fue lo siguiente: le pedí que describiera
el contenido dc las próximas dos cartas que yo iba a recibir, y lo hizo
correctamente. Más adelante, lo pedí que me trajera de inmediato un
rifle que yo sabía que pertenecía a un vecino y que estaba en una
casa que se encontraba a unos seis kilómetros de distancia. Y el arma
apareció. A la mañana siguiente, mientras me desayunaba, el dueño
del rifle vino a buscarlo. Para esc entonces yo estaba demasiado con-
134
fundido como para pensar. El afirmó que la noche anterior habla
soñado que yo le había pedido el arma prestada. Dos años más tarde,
en Inglaterra, cuando ya seguramente se habían desvanecido los efectos
de la hipnosis, volvimos a comparar notas, y mi amigo confirmó que
el hecho realmente había sucedido. ¿Qué podía yo pensar? El mago
jamás me pidió pago ni recompensu alguoa, y yo nunca le di nada.
El vino, como dijo, "para demostrar los poderes que puede alcanzar
un hombre que sigue genuinamente el sendero de la virtud". Si esto
es hipnosis, seguramente se trata de una hipnosis de alto grado, que
incorpora algún tipo de hipnosis a distancia, telepatía, inducción de
sueños, hipnosis de un extraño en diez segundos y alguna precognición
del contenido futuro de una carta *•
Esta experiencia es representativa de una gran cantidad de expe-
rimentos que yo y varios otros estudiosos de la ciencia oculta hindú
llevamos a cal» durante un período de aproximadamente tres meses.
De este estudio surgieron amplios perfiles sobre la práctica mágica en-
tre los sadhu.
En primer lugar, parece ser posible —si no probable— que nume-
rosos magos hindúes están en condiciones ríales de producir fenómenos
<pio podrían ser clasificados como sobrenaturales. ¿Cuál es la natu-
raleza de sus poderes, y de dónde provienen? En común con varios
investigadores occidentales, tuve que llegar a la conclusión de que
debemos concebir la existencia de algún principio cuya utilización so
vuelve posible a través de las disciplinas de los sacerdotes-magos de la
India. Oculto quizá, dado que todo lo que no se comprende puede
ser denominado oculto, aunque es mucho más probable que se trate
do ciertas fuerzas relacionadas acaso con el magnetismo o la electrici-
dad, o con formas de éstos, cuyas funciones aún no comprendemos.
Después de todo, es muy poco lo que sabemos sobre la naturaleza
de la electricidad o del magnetismo, aun hoy. Sabemos cómo usar di-
chas fuerzas, y sabemos lo que ellas pueden hacer. Sín embargo, estas
fuerzas eran conocidas siglos antes de que se las comenzara a utilizar.
Lo que sitúa a esta "fuerza oculta" en una categoría ligeramente dife-
rente es el hecho aparente de su uso a través del control mental.
Por otra parte, bien pudiera ser que un día se desarrollen máqui-
nas que puedan controlar esto extraño poder o fuerza. Desde mi observa-
• El lector noturA que aquí parecen coexistir tres tipos de fenómenos "má-
gicos". Es posible que hubiera una foima de hipnosis instantánea y que ¿sin
pudiera ser inducida en cuestión de segúralo* o de minutos, a voluntad del mago.
En escasos momentos (es decir, cuando el mago nos libera) uno se sentina nue-
vamente normal, tal como ocurt.'A En segundo lugar, el conocimiento previo del
contenido de las cartas. Esto es difícil de explicar, pero no es una facultad desco-
nocida; solo, sospecho, una facultad no reconocida. Luego viene el problema de la
"proyección de la materia": cuando el rifle fue acarreado a través del espado, en
circunstancias misteriosas y mediante un poder desconocido. Es de Interés adicional
rl hecho de que el dueño del rifle parecía tener la impresión de que yo se lo
habla pedido prestado. Otros ejemplos de la magia hindú figuran en la Bibliogra-
fía. N» 75.
135
MWU u IK'I i IUUU Ue trance tic los practican!rs. mi propia opi-
nión es que rl mayor impedimento para el estudio objetivo de este
poder es la carencia de científicos dispuestos a someterse al riguroso
entrenamiento necesario para convertirse en adepto.
Es verdad que los sadhu afirman que su poder proviene exclusi-
vamente de los espíritus; que ellos, dentro de sí mismos, no poseen
capacidades especiales, excepto la de la concentración. Un hombre
puede, al mismo tiempo, creer que el fuego es un espíritu, y aun ser
capaz de utilizarlo a voluntad. Esto pareciera apuntar hacia la posibili-
dad real de la existencia de algún principio o fuerza cuya naturaleza no
comprendemos totalmente, y que es empleado por los magos hindúes.
Cualquiera que fuese la verdad subyacente de estos fenómenos,
los párrafos siguientes ofrecen detalles sobre la iniciación v la disciplina
de los sacerdotes Brahmanes según el tratado mágico Agruiiuidiifxiríkslmy.
na
t I <l,llM' 141 t ........
/inrkVícicífi al Sol
m |Tú eres el Sol) ¡Tú eres el Oso dr Brahma, el Ofo de Vishnu, el Ojo
da Shiva: por la mañana, por La tarde y por la noche! Mas precioso que nada
tú eres mu Joya entre la* Joyas, vigilante inapreciable de todo, suspendido
en el rielo. Estos son tus poderes: íertilixador de la vida, medida del Tiem-
[-................... de Un días, de Las M K i i r s . . ! . - l i t « « m m - i . , ! , ■ I , * a i - * , de las
estacione*, del tiempo todo.
Da los pLanecas eres el regente, el mas grande de todos. Destructor de la
oscuridad, |-.l.r «pie se eUterale sobre ÚKontal4rs mdlones de m lias, carrosa
dorada del universo, lácenla mi odoración!
137
Con esto concluye la Ceremonia del Árbol, después de lu cual se
visten ropas limpias, y se inicia un período de meditación y consa-
gración al sacrificio que el mago esta por realizar.
138
¡Oh poderoso espíritu de los ptíri! |Oh Tú, grande y noblel jYo te be
invocado y tú apareciste! Te he provisto de un cuerpo para tí, un cuerpo
formado de mi propio cuerpo. ¿Estas aquí? Veo. mandicstate en este humo;
¡participa de esto que he ofrecido en sacrificio para til
110
aspectos diferentes del akaslia, que es el principio del cual se componen
ambas. Las investigaciones recientes han confirmado esta opinión.
En un estado, el akasha da origen :i la vida animal; en otro, deter-
mina el movimiento de los planetas. Una forma o estado del akasha
puede trasformarse en otro. En consecuencia, anular la fuerza de la
gravedad es simplemente cuestión de cargar al objeto con una forma
más ligera del akasha. Si deseamos levantar una carga de diez toneladas,
es preciso cambiar el tipo de akasha que está presente en la carga. Si las
ۆcz toneladas son de acero, deberemos desviar el "akasha del acero" a
alguna otra parte.
La ciencia moderna, con la teoría atómica admite que toda materia
está compuesta del mismo material primario: la electricidad, Pero don-
de esta teoría oriental difiere de la ciencia occidental es en el punto
en el que los hindúes afirman que este material primario —akasha—
puede ser modificado mediante la mente, y no por métodos mecánicos.
Incidental men te, muy similar es el argumento filosófico árabe sobre la
trasmutación de los metales. El oro, sostenían los alquimistas árabes,
sólo se obtiene por la concentración de un intelecto místico adecuada-
mente preparado. Podía fabricarse con cualquier cosa, pero fabricar
un metal a partir de otro era más simple qua, digamos, hacer oro a
partir de madera.
140
CAPITULO 14
LA ALQUIMIA INDIA EN LA ACTUALIDAD
lOfo! Al que rl Sol le dio su matiz maravilloso; al que los que te pre-
cedieron, con abundante progenie, buscaron desde siempre: i que este
oro le rodee con su brillo! ¡Aquel que usa oro vivirá por siempre!T*
"Introducción
En primer lugar, es preciso comprender que el oro solo puede ser
fabricado por los puros de espíritu y de cuerpo. En consecuencia, cuida
de que cada vez que lleves a cabo estos experimentos, estés en un
estado de completa pureza. Además, debes asegurarte de que haya luna
141
llena, y do que lo planta de Soma * que recojas sea fresca; debes cor-
tarla en el momento en que la luna se eleva, y la luz de la luna debe
brillar directamente sobre la planta. En ningún caso debes soslayar la
invocación al soma; debes cuidar también de guardar el jugo del soma
en completa limpieza dentro de tubos de ensayo esterilizados.
En la fabricación de oro debe evitarse la oxidación. Los diversos
procesos que daré a continuación tienen por objeto evitar pérdida de
metal y el diño del oro por esa causa. El mis común de todos es
cubrir los metales con carbono, el cual no solo quita el aire del homo,
sino que tiende a absorber el oxígeno liberado por los metales durante
la fusión. La unión entre los componentes de estos oros se logra revol-
viendo los contenidos con una varilla de carbono, lo cual permite la
mixtura sin el agregado de ninguna sustancia que pudiera contaminar
la composición química y modificar sus propiedades.
Para realizar pruebas experimentales, un pequeño horno, semejante
al que emplean en los laboratorios metalúrgicos, un par de guantes
gruesos y un yunque serán auxiliares sumamente útiles para quien es-
pera adoptar este Arte."
* An U o Cyanchum Viminalc.
142
Los ingredientes necesarios para esta receta figuran en un Indico
conciso.
Aquí está:
12-\
otros cinco minuto» Entonce* rl metal rita l-rto púa ser usado, como oto.
Cuida de derretir separadamente a C antea de egresarlo a la masa.
C Oro puro 25
I > \Ugnesia 8
1 Sal amoniaco 60 ■
P. Piedra caliza 20
C. Crémor tártaro 10
VI',
derritan; luego la masa M cubre con carbón durante más o menos 35 minutos.
Finalmente, se agrega el elemento C. y cuando también se baya fundido con
el resto es cubierto por encima, y luego de cinco minutes está listo para
usar. Debe cuidarse de derretir C separadamente antes de agregarlo a la masa.
Fórmula N* 6
El alquimista
Itñ
Aquil se alzó de hombros y movió los labios: "haga tu gusto". El pri-
mer requisito fue tomar un baño y ponerse ropas limpias. El segundo, ti es
quo el ejemplo de Aquil constituía una indicación, era el silencio.
Ahmed y yo permanecimos fuera do la cueva hasta que Aquil apareció.
En silencio nos alcanzó una botella ordinaria a cada uno y comenzó a andar
n grandes trancos. Nosotros cerrábamos la marcha. Era un día caluroso, y nos
sentimos agradecidos cuando Aquil se Internó en la sombra de b selva, Ha-
Iliamos caminado ya unos tres kilómetros, cruzado una valla y las vías del
ferrocarril, y nos hablamos zambullido nuevamente dentro del bosque.
Después
de recorrer otros tres kilómetros, Aquil se detuvo.
Allí había algunas plantas, parecidas a dientes de león. Observarnos al
alquimista cortar los tallos y colocar dentro de su botella las goütas de Jugo
lechoso que logralia extraer de ellas, l-'uo un trabajo lento, pero pronto com-
prendimos que él esperaba que nosotros lo imitáramos. Durante las siguientes
dos horas vagabundeamos recogiendo el espeso jugo, con las manos pegajosas
y las gargantas resecas.
Nosotros dos hablamos juntado para ese entonces cerca de diez cm*
de jugo. Aquil se nos acercó, tomó nuestras botellas y agregó su contenido
a la de él. Entonces comenzamos el regreso.
Nada se dijo acerca de la sed. Cuando nos lavamos en el manantial cer-
cano a la cueva, yo traté dc beber un sorlio de agua. Aquil sacudió la calieza
violentamente. Sin duda él era un liombrc de hábitos por demás espartanos.
Sin emltargo. esto parecía ser parte del ritual. Como no nos decía nada, nos
sentimos obligados a observar y a aprender, ¡nosotros que pronto estaríamos
en condiciones de comprar lodo Londres!
Luego de permanecer sentado durante algunos minutos, aparentemente
en contemplación, Aquil nos indicó por señas que nos fuéramos n casa. A i ........ I
me dijo que él había oído que los alquimistas no hablan durante su trabajo,
porquo los espíritus guardianes del oro no deben saber que alguien lo está
fabricando. AI día siguiente al amanecer nos dirigimos a la cueva. El not
estala esperando, y nos condujo afuera, en dirección opuesta a la que
habíamos tomado el día anterior. Tres horas de marcha por la jungla nos
llevaron a un claro por el que corría un pequeño arroyo de agua helada. La
tierra do amlw» márgenes cstnlxi húmeda y tenía el color de la mosrazii.
Aquil
comenzó a recoger barro justamente debajo dc la superficie del agua; allí
el barro era de color amarillo crema. Nosotros juntamos cerca de un
kilogramo
cada uno, y luego lo unimos todo en una gran bola redonda, y la llevamos
de vuelta dentro de una tela anudada. Durante todo este tiempo. Aquil no
pronunció palabra alguna, ni hubo de su parte ningún signo audible de
expresiones mágicas.
De regreso en la cueva, vimos a Aquil hacer dos cuencos profundos
con el barro amarillo, cada uno do un diámetro aproximado do 15 cm. Luego
l> u s i i .1 auilrOS i i i t > . ' i sobre una tabla, y nuevamente fuimos despedidos.
Al día siguiente buho una larga caminata para juntar leña, pese a que
habla grandes cantidades cerca de la cueva. Noté que toda b madera era
dura y de color marrón oscuro, aunque provenía dc diferentes árboles.
El próximo ilLi debimos visitar una cantera de piedras, y recoger cierta
cantidad de ellas que debían ser grises, casi cuadradas y del tamaño de una
pelota de cricket.
Llegó otro día. Aquil nos Indicó por señas que prendiéramos un fuego
cerca de b cueva. Hicimos m i muro lemicircubr. cavamos un pequeño foso
y preparamos el fuego: primero pusimos papeles en los cuales habla
dibujados
147
unos cuadrados, luego la madera especial, luego carbón, y finalmente la sangre
seca de un chivo blanco.
La sangre debía ser pulverizada y mezclada con nuez moscada en polvo,
canela e incienso indio. Por una vez Aquil habló. El fuego, dijo, debía per-
manecer encendido sin cesar durante cuatro días. Si se apagaba, deberíamos
repetir todo el trabajo. Incluso el fuego mismo no podía ser encendido
hasta la primera noche de luna nueva. Ciertas cosas no debían ocurrir: una
era el grito del chacal; otra el chistido de un buho. Nos turnamos para
pasar la noche y atizar el fuego.
Se trazaron nuestros horóscopos, para aseguramos de que no exis-
tía ninguna conjunción poco auspiciosa que pudiera interferir. Aquil trabajó
mucho tiempo en esto. No obstante, parecía que todo iba bien. Entonces tomó
los dos cuencos y los colocó sobro un trozo de tela de lino de alrededor do
dos metros cuadrados, que estaba tendida en el suelo. Luego tomó cuarenta
metros de algodón y los cortó en tiras de tres centímetros de ancho, y las
colocó sobre el lino.
Mezcló el resto del barro con agua del arroyo (acarreada varios kilómetros
en una jarra nueva), hasta obtener una consistencia de crema espesa. Un
trozo de piedra del tamaño de un durazno grande fue colocado en uno
de los cuencos, junto con un trozo de plata del tamaño de un terrón de azúcar.
Sobre esto esparció dos cucharaditas de la "leche" que hablamos juntadb.
Todo el tiempo el alquimista miraba a los estrellas, ininterrumpidamente,
como un hombro que controla su reloj. Luego colocó el otro cuenco sobre
el que contenia In piedra, la plata y el jugo, y formó una especie de círculo
con los dos.
Todo ello fue envuelto cuidadosamente con ras largas tiras de algodón
empapadas en barro y duras como sí tuvieran cola do pegar.
Esto continuó hasta terminar con el algodón; la masa se liabía agrandado
mucho. Por último tomo torro común y lo puso alrededor del paquete, que
colocó en el centro del fuego. Sobre esto desparramó carbón encendido, y
comenzó la vigilia.
El "cuenco" debía permanecer al calor durante siete días y siete noches.
Afortunadamente no era necesario quedarse ante el fuego todo el tiempo, pero
debíamos mantener una vigilancia compartida constante. Esto se debía a que
"Satanás no puede fabricar oro, y si dejamos a este oro en preparación sin
vigilancia alguna, él podría venir y robarlo en su estado actual, y descubrir el
secreto". Incluso Ahmed y yo —los no iniciados— a esa altura liablamos adqui-
rido el hábito de observar ansiosamente a las estrellas. Mi excitación iba en
aumento. Aquil acabó con ella; todo experimento de este tipo debe llevarse
a cabo como una cosa natural: sin charla, sin risas, sin optimismo, sin dudas.
¡Y nada de comida ni de bebida durante el trabnjol
Los fatigosos días y noches pasaron. Aquil quitó la lióla roja del fuego,
y la colocó a un lado sobre una pila do arena, para enfriarla. Lograr el
grado adecuado de enfriamiento llevó doce horas. Cuando Aquil comenzó a
desenvolver el paquete, advertimos que no todo el algodón se liabía quemado,
debido al barro.
Una vez que los cuencos quedaron a la vista, vimos dentro de ellos un
trozo de metal amarillo. Aquil me lo dio y me dijo: "Lléveselo a un joyero
y vea si es oro".
Yo vacilé, pensando que debía haber algún truco, entonces él volvió
a entrar en la cueva, y trajo una bolsa grande de algodón. De ella extrajo
alrededor de otras cincuenta pepitas iguales a la que yo tenía en la mano.
"Estas son algunas, hay muchas más."
148
"Yo dude alguna vez, cotilo usted duda ahora. Me llevó treinta años
aprender esto. Treinta anos. . . dc agua y nueces, de bayas y hambre, de con-
templación y experimentación. Tuve (pie aprender a leer en los cielos, a
domesticar animales, a reconocer las señales. Todo lo (pie tenia cuando comencé
era una fórmula fragmentada, y tuve que completarla. En cuanto al descubri-
miento de los lugares donde se encuentran los ingredientes apropiados, eso
me llevó artos."
Le pregunté qué desealia hacer ahora. "¿Ahora? Han pasado cinco años
desde que perfeccioné el sistema y he estado haciendo oro desde entonces. No
puedo hacer ninguna otra cosa, ni tampoco lo deseo. ¿Pero cuál es la utilidad
de todo esto? Hice caso omiso dc todo aquello contra lo que me advirt.ó
mi viejo Maestro. Se convierte en una olveston. Mi felicidad consiste en
saber que puedo hacer algo que nadie, excepto unos pocos, han lo¡n.<lu.
Y no deseo otra cosa.
"¿Cuál es el lieneficio del oro? ¿Puede acaso devolver la vida? Yo soy
su esclavo. No puedo apartarme dc él. Esta es, amiga mía. mi historia. La
fascinación me tiene en sus garras. No puedo desprenderme del oro, y DO
lo haré¿ tampoco lo venderé ni dejaré que nadie más lo tenga. Tampoco sé
por qué esto es asf."
Llevé el mu ii un joyero, quien quisu comprarlo. Pero no era mió, nsi
quo se lo llevé dc vuelta a Aquil. El lo arrojó al fondo de La cueva como
si fuera un Iroso de carbón. "Regrese a Londres", me dijo. Hasta el momento
no tengo manera de saber cuál es la respuesta a todo esto.
149
CAPITULO 15
¿UNA NUEVA FUERZA MENTAL?
AKASHA Y MAGNETISMO
•
150
deficiencia dc electricidad subcutánea (el así llamado escudo eléctrico
protector):
"El cuerpo humano se asemeja a un maravilloso generador eléctri-
co, productor, acumulador, receptor y trasmísor, cuyo centro es el cere-
bro. El fluido positivo se descarga a través del sistema nervioso, po-
niendo en funcionamiento todo el sistema.. .*
¿Cómo se convierte una persona en curandera? Houcous sostiene
que tos curanderos "naturales" parecen ser aquellos que tienen una piel
anormalmente seca, lo cual estimula la acumulación de electricidad
subcutánea, la carga negativa, En las personas normales, esta carga se
elimina constantemente; la electricidad excesiva que el sistema ner-
vioso no necesita, simplemente "se escurre".
Los lectores, notarán de inmediato un reflejo de la tesis del akasha
de los yogin, quienes afirman que el fluido vital se almacena en el
cuerpo y en la mente, y es descargado sobre un objeto con el fin de
influir sobre él. l.os experimentos de Houcous, dc los que se afirma
fueron llevados a cabo bajo condiciones científicamente controladas,
parecen ser análogos a las actividades del akasha de los faquires.
No obstante, para establecer un fenómeno de ese tipo dentro de
limites científicos, es esencial la creación de experimentos fácilmente
controlables y que sean susceptibles dc ser repetidos con resultados in-
variables.
Según los partidarios dc Houcous. éste es uno do ellos; este expe-
rimento lio demuestra que el cuerpo humano emite una carga de elec-
tricidad negativa, pero se afirma que demuestra «pie algo aparente-
mente físico inlcractúa entre cuerpos humanos:
| M5)
»
Amuleto solar en forma de sváfltka. "que debe ser escrito 120.000 veces y arrojado
a un rio". Se dice que garantiza la realización de cualquier deseo.
De lndtr ¡olí
151
El sufrió se sienta ra una silla, mientras otras cinco o seis perso-
nas colocan sus manos, unas sobre otras, sobre su cabeza. El objetivo es
cargar al sujeto con electricidad negativa a través del "escurrimiento"
de la electricidad provista por las otras "baterías humanas". Pasados
varios minutos, es posible probar que el efecto dc la gravedad se ha
reducido. Dos de las personas, utilizando solo dos dedos, son capaces
de levantar al sujeto, con silla y todo.
Sin embargo, bajo estas condiciones el efecto no dura mucho. La
carga estática se escurre hacia tierra. Por tanto, la elevación del sujeto
debe tener lugar de inmediato.
La analogía con la levitaeión resulta inlcrcsanlc. ¿Por qué los faquires
se especializan en detener ciertas funciones corporales, tales como la
respiración? Esta teoría afirma que de este modo se ahorra electricidad
y se genera un acumulador, ya sea para producir efectos sobrenaturales
o mis frecuentemente, para "elevar" el funcionamiento cerebral a un
nivel superior al normal.
Los hipnotizadores, también, están familiarizados con ciertos fenó-
menos que permanecen inexplicados. Entre ellos se encuentra el si-
guiente, una prueba de susceptibilidad hipnótica:
El sujeto se para mirando hacia el Norte, de espaldas al hipnoti-
zador. Este extiende sus manos, con las palmas paralelas, hacia la esjul-
da del sujeto sin. por supuesto, tocarlo. El sujeto no puede ver lo que
ocurre. Lentamente las manos del hipnotizador se mueven paralelas
como si "frotaran" hacia abajo la espina dorsal del sujeto, y a una
distancia dc tres centímetros de él. I,os sujetos más susceptibles inva-
riablemente se tambalean hacia atrás durante este experimento.
Es importante destacar aquí que, si bien la mayoría de los hipno-
tizadores acompañan esta operación con sugestiones verbales de sueno
y do tambaleo hacia atrás, éstas no son necesarias, tal como yo mismo
lu l>e comprobado; las palabras simplemente íncrcntcnlan el efecto.
Houcous afirma que este fenómeno deriva del postulado de la "elec-
tricidad estática" y que el "aura" que se dice que rodea a los mediums
sensitivos es sólo la descarga constante de electricidad estática de la piel.
El trance hipnótico, entonces, concentra el cerebro, cargándolo con
electricidad corporal y puede cortar el abastecimiento del complejo
nervioso que sirve a los miembros y a los órganos.
Las investigaciones recientes del Profesor J. B. Rhine" de la Uni-
versidad dc Duke, que se relacionan con el supuesto efecto de la mente
sobre los objetos inanimados, pueden ajustarse a la teoría mencionada
arriba. Entre otras cosas se emplearon dados on miles de experimentos
controlados y se hicieron intentos por influir sobre MI caída simplemen-
te mediante un esfuerzo dc la voluntad. En términos de la teoría de
Roucous. el Dr. Rhine entrenaba a sus sujetos para que proyectaran su
electricidad cerebral hacia la interrupción dc la fuerza dc la gravedad.
En sus últimas investigaciones publicadas el profesor Rhine —cuya
integridad como investigador científico es incuestionable— demuestra
que tal influencia sobre objetos materiales a través de medios claramen-
te mentales es una posibilidad que no puede ser descartada.
152
Un campo de investigación totalmente nuevo se abre ahora: ¿cómo
establecer la naturaleza y el alcance dr esta fuerza, cómo instrurnentarla,
teniendo en cuenta su ubicación en el mas dificultoso de todos los me-
dios, ti cerebro humano?
Las investigaciones tpie Houcous lleva a cabo en París preanuncian
el primer paso: la construcción de una máquina electrocstática para
medir la naturaleza y el alcance de la electricidad humana y, particu-
larmente, la forma en que ésta se engendra y se descarga.
El obstáculo principal para este tipo dc investigación es que la gran
mayoría de los ocultistas se dividen en dos grupos: los "conversos", que
creen en las cosas porque desean creer —como una forma dc satisfac-
ción dc deseos— y los demasiado entusiastas, que permiten que su
entusiasmo los arrastre. Son estos últimos quienes a menudo se sienten
llamados a explicar sus "descubrimientos" a audiencias tan lamentable-
m< nte ansiosas por conocer maravillas que se sienten casi decepcionadas
si no se las premia con afirmaciones exageradas.
Por ejemplo: Louis dc Wohl labia brevemente sobre este proble-
ma en un libro reciente de artrologia. "Dibuja una carta, haz unos pocos
cálculos apresurados, y di tu discurso en una voz sugestiva y lenta. Y
ellos harán lo que les digas. Tú. tú mismo, dirigirás sus vidas. Con un
puñado de conocimiento y dos puñados dc actuación."¿Cuál es el remedio a esta
situación? A mi lurccer, no lo hay, como
no lo hay» tampoco para la projxig ición de la educación indiscriminada
sin una base tie cultura y sin el desarrollo del sentido común.
El único camino posible para tos estudiosos de lo oculto es operar
est riela mi nte sobre una base científica. ¿Y la ciencia moderna, que a
menudo lucha contra los estudios ocultistas (cuando se digna tomarlos
en cuenta), no debiera ser considerada como un enemigo? El solo hecho
de la existencia tic dc|>ósÍtos sin igual <le conocimiento acumulado por
la misma ciencia imnlerna significa que los estudiosos serios sobre lo
oculto dispotten de material suficiente para sus investigaciones.
¿Cómo encaja todo esto con el akasha. el magnetismo y lo demás?
Torneemos un ejemplo: durante la ilécud.i dc 1930 en la Universidad
tie Harvard (Estados Unidos), se llevaron a cabo una serie de extraños
experimentos I . 1 . facultades de Economía y Astronomía descubrieron
(pie parecía hal>er una correlación positiva entre ciertos fenómenos te-
rrestres y sobres Más precisamente, el Comité dc Investigaciones en
Ciencias Sociales de la Universidad financió un estudio que pretendía
demostrar que ciertas manchas solares estaban relacionadas con los
ciclos económicos. Por medio de estadíslicos, los gráficos most ru ron quo
la actividad de las manchas solares afectaba al mundo financiero. Las
condiciones económicas parecían reaccionar de ucuerdo con la cantidad
de rayos ultravioletas que traspasaban la barrera estratosférica.
Por lo que yo sé. con esto concluía la investigación. Los astrólogos
inmediatamente afirmaron que este hecho "validaba a la astrología'**.
l-o que parece haber comprobado en realidad es que el sol afecta a las
cosas de la tierra de maneras que el hombre en general no conoce a
fondo. Cómo y por (pié no se supo, y es difícil que se llegue a demostrar
153
a través de investigaciones futuras. En lo que se refiere a teorías como
la del akasha, esto indica que aún existen fuerzas que todavía no com-
prendemos por completo. ¿Quiénes realizarán esas investigaciones futu-
ras? Los ocultistas y los astrólogos, porque, con escasas excepciones, los
científicos ortodoxos por el momento no se encuentran demasiado inte-
resados en el tema. Sin embargo, ¿cuántos astrólogos realmente se preo-
cupan por estos problemas y otros similares? Probablemente sea lícito
decir que no muchos de ellos. Por cierto yo no estoy en contra de la
astrología como tal: de hecho yo escribo bastante sobre la materia. Pero
pienso que muchos astrólogos pretenden nadar entre dos aguas: mien-
tras que su tema de interés se basa en muchos aspectos en los mismos
principios empíricos que las demás ciencias durante ta Edad Media, por
otro lado luchan por obtener el reconocimiento entre las ciencias más
evolucionadas y que son capaces de brindar pruebas materiales más
seguras. Ahora, la cuestión es sí la astrología y otros estudios scmiocul-
tos afines se encuentran en condiciones o no de colocarse en pie de
igualdad con, digamos, la química. Si la respuesta es afirmativa, enton-
ces debieran estar organizados de manera similar en cuanto al pensa-
miento y la práctica, o al menos, debieran ser menos empíricos. Sí es
negativa, ¿se trata quizás de que los astrólogos están sacudiendo el
árbol equivocado?
A mí me parece posible que las artes semíocultas encuentren su
propio nivel sobre una base ligeramente diferente de la de la ciencia
materialista. Bien pudiera ser l.i extrema susceptibilidad de los astró-
logos y otros lo que los convierte en blancos tan atractivos para el
ataque de sus oponentes. Como lo saben todos los que han ido a la
escuela, no hay diversión alguna en fastidiar a quienes no se muestran
afectados. Aunque parezca fanfarronería, el mecanismo es el mismo.
Cualquiera que fuese la actitud correcta, persiste el hecho de que
fenómenos del tipo del akasha, o las manchas solares, o cualquier otra
cosa que parezca apuntar hacia fuerzas aún no comprendidas plena-
mente, merecen un análisis atento. Las personas que quieren creer que estos
fenómenos podrían tener un significado potencial vasto y una utilidad
posible son aquellos de entre quienes deben emerger los estudiosos c
investigadores serios.
154
CAPITULO 16
MAGIA ERÓTICA
155
IIrehízo pata despertar la pasión en un hombre
Estoy poseída de •mor ardiente por eite hombre: y «te amor viene a
mi de A piara, ta siempre victoriosa.
iQoc el liombre me anhele, me drice, qne 10 deseo arda por mí! One
cite amor provenga del espíritu y penetre en él.
i Que me desee como nunca deseo nada antes! Yo lo amo, lo quiero: él
dclie sentir por mí el mismo deseo.
Oh, vosotros, los Marut, que él se llene de amor; Oh. Espíritu del Aire, llé-
nalo de amor; (Oh. Agni, haz que arda de amor por mil
El poder de esta mujer, lu buena suerte, sus ventaja*, han pasado todos
a mi. Ella ya no lo* tiene. Como las montanas, ella se sentará rn la casa
de sus padres (es decir, no te casará).
Oh, Yanu. gran Rey, esta mujer será para ti. y para nadie más. (Tendrá
que permanecer en U casa de tu madre, de tu padre o de tu hermano!
Ella atenderá la casa solo pan ti. Rey Yama: a ti te la he presentado,
i Ella pennaneteii con tu familia hasta que se quede un cabellos!
Oh, mujer, tu fortuna he cubierto y he escóndalo, como dentro de una
157
profunda caja. Ello lo hago en nombre de Asila y de Káshyapa, y de Cayo,
lY pennaneceri escondida!
IAsi como la Tierra produce seres vivos, asi nacerá con ésito un niño!
|Tu embrión, como los de las montañas, será protegido, y el niAo nacerá
sin peligrosl
'-
Hechizo para volver estéril a una mujer
158
Cuando el esposo trae a casa una nueva mujer, sus rivales en el
harén repiten este hechizo:
¡Oh, Jatavedas, impide que nazcan tos que están por nacer! |Tu vientre,
oh mujer, medíanle estas artes mágicas be hechizado, y está seco, y no
producirá erial iTú eres estéril, esta piedra tomo y ella representa tu este-
rilidad!
Estos celos que sientes por mi, este sentimiento yo lo destruyo en este
momento. Yo logro que el fuego de los celos se apague, como el viento apaga
el fuego. |Tnn cierto como la muerte, tan cierto como quo los muertos están
muertos, asi esc odio también lia muerto! i He exprimido los celos de tu
corazón, como su esprime el agua de una vejigal
Himnos de ¡a virilidad
159
dues-- "¡lú tres un loro, pleno de fuerza lujuriosa; y para un toro así
hoy te desentierro!"
Para desenterrar la planta —que puede ser cualquiera de las dos
mencionadas— se emplea una reja de arado de hierro. A menudo se
recogen ambos lipos de plantas al mismo tiempo. So las machaca y se
las deja en agua, y la infusión obtenida se mezcla con un poco
Ce Lene. Sentado sobre una estaca, el paciente bebe la infusión, mien-
tras repite este conjuro de la Virilidad:
T» eres lu planta que Vuruna recogió pnrn si por Oandliarv.i, tú. hierba
pot rule y lujuriosa, que hemos desenterrado
Ushas. Suryj. hija pat i. todos están conmigo, (todos me darán la fuerza
poderosa que busco! Oh Indra. dame rite poj. r material que ttenc rl calor
del fuego Como el antílope, oh Hierba, tú nenrs toda la fuerza que cslstc,
como el l.i ■]!..■ o del gran s n i
160
CAPITULO 17
LAS ARTES OCULTAS EN CHINA
161
mero viene la Inteligencia Suprema; por debajo dc illa están las Inte-
ligencias Angélicas (Celestiales); luego vienen los Espíritus de los Pla-
netas. Después los espíritus de los difuntos a quienes se les profesa
culto; se. los invoca en ritos mágicos con el objeto dc que cooperen
con las Inteligencias superiores, o dioses.
Confucio apareció en escena cuando el pueblo de China comen-
zaba a scntfr que esta forma de religión —animismo— tenía cierta nece-
sidad dc reajuste. Sus principios eran casi por entero especulativos y
filosóficos y fue contemporáneo de Lao Tze, pese a la diferencia en edad.
Lao Tze, por otra parte, trabajó por la reconstrucción de la filo-
sofía chin.; a través del misticismo, más bien que de la lógica. Como
bibliotecario imperial, tenía acceso a los libros de "filosofía antigua", que
parecen hiber ejercido una gran influencia sobre él, ya que los cita
- a menudo. Sus seguidores continuaron este vínculo con el pasado hasta
un punto en que los ritos mágicos y la taumaturgia constituían una
parte importante del sistema "antiguo" (Shinto).
En la filosofía china encontramos cuatro influencias fundamentales.
El Shinto, con sus deidades y sus ritos abiertamente mágicos, batalló
contra la negatividad del Budismo, importado de h India. Ninguna
de las dos filosofías obtuvo una victoria absoluta. Confucio, como Pla-
tón y Aristóteles, era un político destacado y un pensador ético, pero
sus preceptos no ejercieron una influencia suficientemente poderosa
como para superar a los cultos más antiguos. El sistema de Lao Tze,
basado en cierta medida en el Shinto, y que contiene todos los elemen-
tos para convertirse en un culto mágico, dejó de ser una reforma,
y sirvió como vehículo para las operaciones mágicas tradicionales dc
un Shinto ya muerto. Así es hoy.
En su libro sobre el Tao, Lao Tze se refiere con frecuencia al "Poder
del Tao" y a los "Secretos que contiene"; estas y otras frases igualmente
oscuras dieron lugar al desarrollo de las prácticas ocultas.
Si bien Confucio y Lao Tze se conocieron, y las crónicas registran
que se agradaron mutuamente, la rivalidad subsecuente entre las dos
escuelas creció hasta alcanzar las proporciones de una hostilidad casi
abierta, que en la actualidad resulta evidente.
Los confucianos no tienen nada que ver con las enseñanzas y las
prácticas del Taoísmo; repudian por igual las doctrinas místicas y los
ritos ocultistas. Los budistas, por otro lado, tienen sus propios sistemas
mágicos y místicos, que no se diferencian radicalmente de los del Tao,
al menos en apariencia.
Estás páginas se dedican fundamentalmente a los fenómenos ocul-
tos que practican y defienden los chinos de la escuela del Tao.
Notable para el estudio dc las prácticas mágicas es el hecho de que
muchas de las operaciones que figuran en los "Libros Negros" europeos
y dc las que se sobe que eran practicadas por hechiceros occidentales,
son análogas a las dc la magia china.
En el caso de la magia hindú, por ejemplo, no es posible encontrar
muchos vínculos con la hechicería europea. Sin embargo, un brujo chino
162
de la Edad Media y su equivalente occidental liien podría haber com-
prendido los motivos mutuos y asimismo ciertos rituales también.
Las varas de madera de sauce, las prácticas del zahori, los hechi-
zos realizados a través de imágenes de cera, las supersticiones relacio-
nadas con los constructores, y muchos otros puntos de contacto vienen a
la memoria inmediatamente. Aquí puede existir cierta conexión semita, ya
que la mayor parte de los ritos mágicos europeos provienen de libros
tales como la Clavicula de Salomón, la Espada de Moisés o los dos
Albertos, de todos los cuales se sabe que se originaron en los sistemas
judco-asirio-caldcos.
Es posible que algunos de los ritos hayan llegado a Europa a tra-
vés del impacto árabe en España e Italia. Por cierto, los hechiceros
ingleses y otros concurrieron a las famosas "escuelas de artes ocultas"
de España, para estudiar el sistema árabe. Y el antiguo contacto de
los árabes con China es bien conocido. Aún hoy, ciertas supersticio-
nes referidas a la no destrucción del papel (que fue introducido en
Europa por los árabes) son compartidas por árabes y chinos, pero
por ningún otro pueblo.
163
los demonios; debemos recordar que estos espíritus se encuentran en la
base dc casi todas las cosas. Solo se puede asegurar la protección con-
tra el mal. la muerte y la enfermedad si se combaten los demonios que
rigen estos fenómenos. El éxito, las riquezas y la victoria —las lla-
madas Ventajas Positivas— igualmente pueden ser logradas mediante la
cooperación de los espectros que las gobiernan.
El uso dc los espejos mágicos era doble: en ellos se reflejaba la
verdadera forma del demonio *, la cual solo se revelaba por compulsión.
Una vez que se lo podía ver, sus poderes se reducían y cesaban los
ataques al poseedor del espejo. La felicidad celestial también acompa-
ñaba al dueño dc uno de estos objetos inapreciables: como nos lo re-
fiere el Si-Kink Tsa-ki, con su ayuda un hombre podía convertirse en
Emperador.
Wang Tu, de la Dinastía Sui, publicó un raro folleto en el cual
describe las virtudes y la importancia del Espejo Mágico, ilustrado con
su propio espejo que recibió del mismo gran Hcu Shcng. "Cada vez
que lo tengas en tu mano", dice este sabio, "cientos de demonios hui-
rán". Decorado con un unicornio, animales de los cuatro confines del
Universo y otros símbolos místicos, tenía dibujada una representación
del Orden del Mundo según los taoístas. "Cada vez que el sol brilla
sobre el espejo, la tinta de estas inscripciones impregna las imágenes que
refleja, de modo que no puedan mostrar ninguna forma falsa."
Fue en el segundo año del periodo Ta-Yeh (600 D.C.) que Wang
Tu se dirigió a la tierra Chang-ngan para probar las virtudes dc este
objeto sorprendente.
El autor nos dice que la oportunidad se presentó pronto. Mientras
descansaba en una posada, supo que una joven misteriosa vivía allí, y
el posadero deseaba saber algo acerca de ella. Tomando el espejo, vio
un espectro reflejado en él, que no era sino la joven del misterio. Ella
lo rogó que no la matara por medio del espejo. Luego de confesar que
tenía mil años dc edad, admitió haber sido arrojada fuera por un demo-
nio que era su dueño, y que luego de varias aventuras había llegado
a esc lugar •*.
Decidida a morir, bebió algo dc vino, adquirió su verdadera forma
dc vulpeja, y expiró.
¿Cómo se fabrica un espejo mágico? Ningún libro chino de ninguna
época brinda la fórmula. Pero Shi Chen nos da una clave: cualquier
espejo suficientemente antiguo y dc gran tamaño, nos dice, al ser col-
gado de la pared de una casa, es capaz dc detectar a los espíritus. El
espejo debe permanecer cubierto hasta que se lo necesite y no debe
ser usado para ningún otro fin.
En China circulan innumerables historias acerca de las virtudes
dc estos espejos.
164
Amúlelos y encanlamientos
165
* Pura ti empico occideiit.il de las varillas mágicas (avellano de
los brujos,
madera de nogal, etcétera), ver Scot. Discovcic, 1665. y El Gran Crimorlo; para
la
"Fabricación de la Pluma del Arte", ver Museo Británico,
manuscrito N* 36674.
•* Para alfabetos occidentales y cabalísticos, cf. De occulta philosophia,
libro
IV (atribuido a Cornelio Agripa) y el ¡leptameron de Pedro de Abano,
1665.
••• Ibid.
J166
Las campanas son consideradas como amuletos poderosos, y tam-
bién se las emplea en los rituales mágicos que practican los brujos
chinos. Se cree que esta creencia en los poderes de las campanas pro-
viene de la India; por cierto estaba muy difundida en Arabia cuando
M ahorna prohibió el toque supersticioso de campanas, que había sido
importado dc Bizancio, y es aún conocido entre los yczidics o adoradores
del demonio en Kurdistán.
Provocar truenos por medio dc amuletos constituye una parte im-
portante del sistema mágico taoísta. Dichos amuletos deben contener
por escrito la representación dc los caracteres Trueno" y "Relámpago".
La intención aquí parece ser destruir a los espíritus que causan pro-
blemas o simplemente provocar truenos y tormentas para castigar a
alguien que lo merezca. Un ejemplo de la multivalencia dc los amuletos
del trueno aparece en una historia de Shun-yu Chi, en el siglo cuarto
D. C, tal como figura en el libro Historia dc la dinastía de Tsin °.
Km» Píng ej un lugar en Shensi donde Llu Jcu. mlentrní dormía una
noche, fue moid ido por una rata en el dedo mediano do IU mano izquierda.
Acudió a consultar a Shun-yu Chi, quien le dijo: "Esta bestia deseaba ma-
tarte, pero no tuvo éxito; yo ahora la mataré en represalia".
Y, luego de dibujar en tomo de su muñeca una linea ro|a y a tres pul-
gadas de ella el signo |=|3. de una pulgada cuadrada y dos décimos (este
signo
es el componente de los caracteres chinos que espresan trueno y relámpago)
le
ordenó dejar su mano al descubierto mientras dormía. A la manan.»
siguiente,
una gran reta yacía muerta junto a su cama.
167
El Sello "todopoderoso" de Lao Tze,
empleado en la magia laoista, "portador
de buena fortuna". Usado por los me-
diums psíquicos.
(Ver pags. HG y 147.)
J168
ner los caracteres shen o ting. La teoría subyacente es la de la "con-
currencia", ya que creen que el amontonamiento de muclias personas pro-
duce por sí mismo un cierto poder. Este poder concentrado es más fuer-
te que el de personas o espectros solitarios. Ya que no siempre el brujo
puede reunir una cantidad de personas para concentrarse sobre un
efecto deseado, puede lograr resultados similares si pone este deseo por
escrito. De nlll el empleo del carácter hiao o uxio, que significa "gri-
tado por mucins voces".
Para la fabricación de amuletos, es preciso observar otros requi-
sitos, además de escribirlos con pluma de madera de duraznero sobre
papel de color amarillo imperial. El primero de ellos es la recitación de
conjuros poderosos.
Al mismo ti mpo. el mago se concentra sobre un dios particular-
mente poderoso, por lo común una deidad del trueno. Un conjuro con-
siderado como muy efectivo si se lo repite siete veces mientras se fa-
fríca el amuleto, es el siguiente:
Coran 11) del Cielo, ojos del Cielo, núcleo de la luz Celestial, anula la
luz de li tierra, del sol y la luna; produce tu luz; pronto, pronto, haz que
espiritual mente poderosa la Ley y las órdenes de los Cinco Emperadores
sean
obedecidas.
MS
pez dc mar. Mientras lo cocinaban, Su Majestad se quejó dc que no
hubiera jengibre dc Szchewan para comer con el pescado.
Inmediatamente, continúa el cronista, Kiai Siang escribió un amú-
lelo, que encerró en una vara dc bambú verde, y se la tendió a uno
de los correos del rey, a quien se le había ordenado cerrar los ojos y
partir enseguida. Tan pronto lo hizo, el mensajero "sintió que se encon-
traba en una tierra lejana; compró el jengibre, y volvió a cerrar los
ojos". En un instante se encontraba de regreso en la corte, justamente
cuando el pescado estaba a punto *s.
No es demasiado sorprendente que, respaldados por una enorme
cantidad dc historias similares —que en casi todas partes son creídas
implícitamente— decenas de millares dc amuletos estón en uso entre
los chinos.
Espiritismo
14»
ubicación exacta de la casa, junto con el nombro de la persona que
hará las preguntas, con el objeto de que el espectro pueda llegar
sin
ninguna dificultad.
Esta tarjeta, junto con una cantidad de papel dorado, es llevada
entonces a un santuario dedicado a esa deidad, y quemada allí.
Una
vez de regreso en la casa, el propietario debe escribir su nombre y
su
dirección con claridad sobre otra tarjeta, que se fija a la puerta.
Cuando cae la noche, varios de los participantes se dirigen
hacia
la puerta, queman papel dorado y hacen varias reverencias para
dar la
bienvenida al espíritu con la debida ceremonia.
En ese momento se ejecuta una corta pantomima. El espíritu
invi-
sible es conducido al salón, se encienden velas e incienso en su
honor,
y se aproxima una silla a una de las mesas, para que tome asiento.
Mientras se lleva a cabo esta ceremonia, el medium se acerca a
la
mesa cubierta de arena. El largo de la ramita se sostiene entre am-
bas manos, mientras que la punta toca la superficie de la arena.
Sigue
la súplica al espíritu, más o menos de esta forma "Gran Espíritu, si
ya has
llegado, por favor escribe 'estoy aquí' sobre la arena de esta mesa".
Inmediatamente después de que el medium termina de hablar,
el
pincel traza en la arena el signo solicitado. Entonces todos los
partici-
pantes piden al espíritu que permanezca sentado, y también se le
ofrece
una silla a la Deidad que se supone que lo trajo. Todos se ínalinan
ante las sillas vacías, y ofrecen un sorbo de vino y trozos de papel
dorado.
El ritual propiamente dicho siempre comienza de la misma
manera.
El medium invoca al espíritu con las palabras: "Gran Espíritu,
¿cuál
era tu augusto apellido, cuál era tu honorable nombre, qué oficios
des-
empeñaste, y bajo qué dinastía viviste sobre la tierra?"
■
Amúlelo médico, revelado en una sesión china.
{Ver págs. 149-153)
171
respuestas tie-
nen forma poética. Si los participantes no comprenden algún
mensaje,
el pincel lo vuelve a escribir sobre la mesa, hasta que es descifrado.
Cuando alguien lee correctamente el mensaje en voz alta, el pincel
escribe
"Está bien". Después de cada respuesta, se alisa la arena
preparándola
para la próxima.
172
Durante todo este procedí miento, se observan las más estrictas
reglas del decoro; si alguien muestra cualquier signo, por pequeño que
fuera, de irrcvcrancia o de impaciencia, el pincel rápidamente escribe una
reprimenda.
Dado que el medium mantiene el pincel en equilibrio entre sus
dos palmas vueltas hacía arriba y parece no ejercer ningún control sobre
él, la explicación de este fenómeno por medio del razonamiento ordi-
nario parece dificultosa. Todos los observadores occidentales que han
estado presentes en sesiones de este tipo no aciertan a comprender có-
mo es que el pincel escribe, particularmente porque, de la manera en
que lo sostiene, le sería muy difícil al medium manipularlo.
Se considera de la mayor importancia que, mientras se prepara
y alisa la arena para la próxima respuesta, todos los participantes agra-
dezcan humildemente al espíritu por su gentileza y por su ayuda. Tam-
bién se elogia su capacidad poética. Con verdadera modestia, el pincel
responde a estos cumplidos escribiendo palabras tales como "absurdo"
y otras fórmulas corteses de agradecimiento.
Pasada la medianoche, el espíritu comienza a escribir frases en las
cuales solicita permiso para retirarse. Invariablemente se le pide que
se quede "un ra ti to más". Su respuesta es que debo "retirarse cuanto
antes". También agradece al grupo por su gentileza y hospitalidad.
Cuapdo resulta evidente que ya no se quedará, los participantes
dicen a coro: "Sí hubo alguna falta de respeto o de atención, Gran
Espíritu, te rogamos que nos perdones por este pecado". Entonces lo
"conducen" a la puerta, acompañado por más cantidad de papeles do-
rados incinerados y se lo despide con zalemas y reverencias.
Se dice que el mejor de todos los Ki (pincel mágico) es el que
se corta de la parte oriental o sudoricntal del árbol. Es preciso ordenar
a la rama que brinde informaciones claras y concisas. A veces tiene una
punta bifurcada, como las varas de los zahoríes; estos pinceles están
pintados de rojo y miden aproximadamente cuarenta y cinco centímetros
de largo. Ciertas variaciones del ritual permiten reemplazar la arena
roja por cenizas de incienso o de afrecho. Algunas veces, cuando la
rama es bifurcada, el medium sostiene uno de los brazos mientras otro
participante sostiene el otro. Cuando no se lo emplea, el pincel es guar-
dado con gran ceremonia envuelto en seda u otro material similar,
siempre de color rojo. Existen muchos finamente tallados. El sentimien-
to general es que un instrumento capaz de trasmitir información acerca
de los respetados espíritus del otro mundo, debe ser tratado con la
dignidad que obviamente merece.
La "vida" sorprendente que parece adquirir el pincel una vez que
el espíritu asume su control, solo es comparable a los movimientos de
las varas de madera de sauce o de avellano en manos de un zahori
experimentado.
El motivo de la averiguación del verdadero nombre y el oficio
del espíritu es que pudiera suceder que un espectro o un demonio
indeseables asiera el pincel y escribiera mensajes engañosos; pero
173
estos espíritus son incapaces dc "personifictr" a un espíritu lxmdudoso
y pueden ser identificados por su firma.
Cuando tiene lugar un fraude de esc tipo, rara vez dura mis que
unos pocos momentos, ya que el espíritu verdadero expulsa espontá-
neamente al demorúo.
En sesiones como éstas se registran muchos acontecí micntus est ra-
nos. En algunos casos aparece una deidad poderosa que declara su
presencia c indica que tiene necesidad dc ciertos sacrificios ante su al-
tar. Grandes hombres del pasado se comunicaron de este modo y se
obtuvieron su firma y sus mensajes por medio de pinceladas de tinta
roja sobre una hoja dc papel. Para este proposito se llegó a emplear
un pincel ordinario, cuando el "poder'' del espíritu visitante era muy
fuerte.
Si se desea consultar con un dios en particular, se introduce su
imagen en la casa donde se llevará a cabo la sesión, y se lo honra con
ofrendas durante unos días antes de la fecha fijada para la interroga-
ción. Se considera mucho más difícil conjurar a los dioses por medio
del pincel que a los espíritus de los humanos difuntos, que están, de
alguna manera, más conectados con la tierra.
T-hirnan contra U plagi. "rrvcUIo por los espíritus'.
174
gico. Pero los interpret es de las escrituras sobre arena o papel son muy
estimados. Debido a la naturaleza complicada de la caligrafía china,
relativamente pocas personas están en condiciones de interpretar con
exactitud los garabatos apresurados del pincel. Se cree que este arte
data de tiempos muy remotos y existen registros de una gran cantidad
de predicciones logradas por este medio.
Una de ellas figura cn un pequeño libro de la época Tang y su
autor es Li Síun*5. Su titulo —Sobre hechos extraños recopilados y es-
critos— está ampliamente justificado en este extracto:
Cuando el gran Ministro de Estado y príncipe feudal tie Weí era solo un
oficial secundario en Ping-cheu. de improviso un hombre del lugar, llamado
Wang, se presentó cortésmenlc ante la puerta de su mansion para solicitar
una entrevista.
El principe lo invitó a sentarse y él le dijo que era un hombre que
podía descubrir cosas del mundo invisible. Como el príncipe no demostrara
gran Interés, el visitante lo invitó a colocar una mesa en la habitación prin-
cipal de la casa, con unas hojas de papel, un pincel, Incienso y agua. Entonces
le pidió que bajara la cortina de estera que colgaki solwc la puerta y que
prestara atención, cn silencio, a lo que iba a suceder.
Después de un rato, Wang dijo "Ahora veamos", y encontraron ocho
grandes caracteres sobre el papel, con una explicación en escritura ordinaria,
que decía lo siguiente: "Tu rango sera el del Ministro mas importante; vivirás
Imt.fcl.i sesenta y cuatro años'.
Entonces Wang pidió permiso para retirarse y jamás se averiguó a
dónde
fue. Durante el Período Hwichang (8-»1-847 D.C). el príncipe aparece regis-
trado tres veces como un noble del más alto rango oficial. Murió en llai-iun.
exactamente a la edad que Wang le hibia pronosticado.
1.5
3
a sí mismos deliberadamente a un estado de frenesí con el
propósito de
realizar adivinación.
La danza misma se asemeja al estado inducido por los Obeah
do las Indias Occidentales, o los Nyam-Nyams del sur del Sudán.
Si una familia china considera que la solución de un determinado
pro-
blema necesita ayuda o información sobrenaturales, llama a los
baila-
rines del demonio profesionales.
Como en las demás costumbres chinas, es indispensable llevar
a cabo
el ritual correcto. Se prepara un gran banquete, que los bailarines
consumen en primer lugar, mientras se quema incienso y todos los
pre-
sentes se ajustan a un estado mental conducente a la concentración
sobre
la pregunta que será formulada.
Durante la comida el dueño dc casa brinda al bailarín
principal
toda la información relevante sobre el caso. Puede tratarse dc que
esté
indeciso acerca del tipo de esposo que debe buscar para su hija, a
que
desee saber dónde se encuentra escondido un tesoro. En otras
oportu-
nidades, puede tratarse dc una persecución por parle dc fantasmas,
a la que los amuletos no pudieron poner fin.
Acompañando a los bailarines hay un conjunto de músicos
equi-
pados con tambores, campanas, címbalos y otros instrumentos.
Estos
comienzan a tocar, al principio muy lentamente; luego el ritmo
comien-
za a acelerarse en forma constante, y así las volteretas dc los
bailarines
se tornan más rápidas: describen pasos y giros complicados, y se
en-
ciende más incienso. Las contorsiones de los bailarines llegan a un
final repentino y dramático, cuando el bailarín principal cae
pesada-
mente al suelo.
Durante esta ceremonia, que puede durar entre veinte y
cincuenta
minutos, nadie pronuncia una palabra. Como en el caso de los
"dervi-
ches danzantes" de la Orden Mevlcvi, el bailarín se incorpora
después
de unos minutos de completo silencio. En este momento ya puede
reci-
bir las preguntas, que le son formuladas dc a una por vez. Como
las
respuestas algunas veces son extremadamente rápidas, es habitual
tener
un escriba a mano para registrarlas, en especial cuando se refieren
a
medicinas para enfermedades, en las cuales la lista puede ser larga
y detallada.
Los diferentes grupos de bailarines tienen sus propios
métodos para
inducir el estado de trance. Algunos exigen determinados
alimentos,
como por ejemplo, un lechón completo que es ingerido
directamente de
176
la olla por el bailarín, mientras dos niños pequeños le sostienen
ambas
manos. Otros son tan prósperos que no acuden a las casas dc sus
clien-
tes, sino que deben ser visitados en su propio domicilio y
propiciados
con regalos muy costosos. Sus métodos y sus rituales varían de
una pro-
vincia a otra.
Los bailarines del demonio dc Manchuria, tanto hombres
como
mujeres, son particularmente temidos y respetados. "Al solicitar su
ayuda", dice una autoridad en el tema, "el interesado lleva consigo
obsequios dc incienso y papel moneda para honrar a los demonios,
ade-
más de valiosos presentes de pan, ropas rojas y sedas del mismo
color.
Estos "bailarines'' ni danzan n¡ hacen sonar tambores ni campanas, sino
que se sientan y comienzan a moverse lentamente, como si tuvieran esca-
lofríos. Cuando llegan al paroxismo, le dicen a su paciente que vuelva
o su casa y que coloque una taza del lado exterior dc una ventana,
donde el espíritu dejará la medicina adecuada. Al mismo tiempo el supli-
cante debe comprometerse a venerar al demonio particular cuyo poder
e intervención ha sido invocado, y también a contribuir en la construc-
ción de algún templo en los alrededores".
iniciación y las prácticas del sacerdocio mágico taoísta se basan
sobre grados de especialización, es decir, los Wu (magos) se dividen
entre los que se dedican a la adivinación, el exorcismo, la tcúrgia o el
sacrificio. En este sacerdocio se admiten tanto hombres como mujeres,
si bien es costumbre que el oficio sea hereditario. Pocos de ellos publí-
citan sus poderes: los clientes acuden, por así decirlo, por recomenda-
ción, y tratan a los magos con gran respeto, llamándolos "honorable
señor", "Maestro Mago" u otros títulos igualmente, honoríficos.
La abrumadora mayoría dc los candidatos a la orden mágica sacer-
dotal han estado asociados durante años con sus padres en las prácticas
ocultistas, de modo que la ordenación final los encuentra en posesión de
conocimientos considerables. Solo resta llevar a cabo la iniciación, y
ésta es confiada a cualquier mago respetado, antes que u un pariente.
Durante los siete días que preceden al rito, el candidato debe
aislarse ep una celda, y abstenerse de comer pescado, carne, cebolla,
puerro y ajo, y dc beber alcohol. Durante este período, permanece en
un estado de pureza y limpieza, y repite conjuros y encantamientos. To-
do el proceso está descrito minuciosamente en uno de los libros del Li Ki.
178
1 I J 4
V vi/
179
espada se emplea fundamenulrnenle en el exorcismo de los espíritus
del mal. sin embargo, como en otros sistemas, las espadas mágicas de-
ben ser sometidas a un tratamiento especial y también pueden desem-
peñar una gran variedad de funciones en el ritual.
Las dagas dc madera de duraznero y los kien de doble filo se
encuentran entre las armas mis valiosas para destruir a los demonios.
También la espada que una vez perteneciera a un famoso guerrero es
consideriuta muy eficaz. En su defecto, se consagra la hoja de hierro
o dc madera en nombre de la espada celebre a la cual se supone que
representa. Frecuentemente se envuelve la empuñadura con una tela
de color rojo. Cuando no se encuentra en uso, se la guarda en telas
de seda, con la debida ceremonia. A menudo se usa como amuleto una
pequeña figura de una espada, confeccionada con madera de sauce,
que recuerda a la imagen árabe de la Espada maravillosa do All que
usan los aáyid (descendientes de M a liorna) en el Yemen. Cuando se
emplea madera de sauce, ésta debe ser cortada el quinto día del quinto
mes. cuando el sol se encuentra en su apogeo. Los arboles dañados
por rayos gozan dc favor especial parn todo tipo de propósitos mágicos.
Para asegurarse la protección contra todo mal, estas espadas se
cuelgan de la puerta, se las lleva en el pecho o en el cinturón, y se las
decora con borlas o redecillas rojas. También se emplea la madera
dc morera; en Chchkiang el poder dc estas espadas se considera tan
grande <juo puede matar a un mago perverso, sí se lo golpea con ella.
l-is espadas 1 techas con monedas son muy potentes para todos
los fines mágicos. Se han realizado muchas especulaciones acerca de
la razón de esto, hasta donde es posible dar razones para algunas
prácticas mágicas. I-a moneda circular china, con un agujero cuadrado
en el centro, se dice que so ttsemeja a las guarniciones do ciertas espa-
das. Dc allí que varias monedas, conformando una espada, posean un
gran poder de protección.
monedas (preferentemente todas deben ser del mismo reinado)
se fijan sobre una vara dc hierro que termina en una empuñadura con-
vencional. Veinte ¡i veinticinco monedas se ensartan y sujetan a lu vara con
un hilo, de modo que sus bordes se superpongan. Se hacen dos hileras, para
formar las dos "caras des filo". La empuñadura puede estar compuesta por
una pila de rnonedas, asi como también la guarnición y el pomo. Las
monedas se sujetan con un cordón dc seda roja. A veces se decora la
espada con borlas, cordones y redecillas (estas últimas para atrapar
a los demonios). La potencia atribuida a estas armas es tal, que el sim-
ple hecho dc blandirías es suficiente para lograr el efecto deseado.
Tal como podría esperarse, la ciencia de las espadas tiene muchas
variaciones. Algunas dc ellas llevan grabados sobre su hoja conjuros
poderosos que uumentan su poder, como por ejemplo el siguiente:
Km puño esta Eran capada del Ciclo para destruir a los espectros en sus
cinco formas; un golpe de esta divina hoja dispersa a una mulada de estos
•aets.
Ella la fórmula atribuida a Fu lli, el primero de los solwranos
legendarios de los cinco que establecieron el orden humano. Otro con-
juro, escrito sobre la hoja de madera de sauce de una espada o una
daga es el que sigue:
Poder sobre le* lot U n espír.tm. i»*l«-r para hacer que lid.» I»« cms
ni. rilan, el mas grande de ludas los poderes.
ir.s
181
do amplias mangas y cierra en la parlo delantera por medio do cintas
colgantes. Bordados sobre ¿1 están los dragones, los octógonos y las
tortugas místicos, tradicionalmente asociados con la magia taoísta.
Todos los magos de la escuela taoísta usan el mismo tipo de adorno
en la cabeza. Cuando ofician un rito, el cabello está recogido en lo
alto de la cabeza (en recuerdo de la moda imperante antes de que la
trenza fuera obligatoria), y por encima llevan un gorro redondo. Sobre
éste se coloca una representación en metal dc los rayos del sol, la "Cús-
pide Áurea" del gorro negro. Existen muchas variaciones dc las ropas
sacerdotales en uso, pero los ortodoxos sostienen que solo las vestiduras
aceptadas ¡ « i r tradición son lo sutu icntrmente ¡xxlcrosus como p ú a
concentrar el verdadero poder mágico en favor del Wu genuino.
183
dicina y la adivinación, y juega a las damas lan bien como el mejor
jugador del reino*.
¿Cómo se invoca a este espíritu? Dfl acuerdo con las costumbres
tradicionales, puede acudir a travos de un medium o bien puede ser
conjurado en forma dc una pequeña muñeca y pedírsele que conteste
preguntas.
La última operación se realiza dc la siguiente manera:
El decimoquinto día del primer mes —a veces también cualquier
otro día en que se desee consultar con el oráculo— la mujer toma una
espumadera dc las que se emplean para cocinar y también un amuleto
del tipo de los que se cuelgan en las puertas. Este es pegado a la espu-
madera, y sobre él se dibuja una cara humana. Se cortan ramas de
sauce para formar los brazos y las piernas dc la muñeca. Luego se
viste a la figura con ciertas ropas.
Todas las mujeres -o solo una— llaman a la Señora Tzse. y hacen
una ofrenda dc alimentos c incienso ante la figura. Pasados unos pocos
minutos, en la mayoría dc los casos se dice que la muñeca se vuelve
más pesada: el espíritu ha penetrado en ella. Entonces se formulan
preguntas, que la Señora contesta. Esta costumbre tiene sus análogas en
muchas partes dc China, bajo diferentes denominaciones: se consultan
escobas, bandejas y otros artículos domésticos para solicitar consejo al
espíritu conjurado a través de ellos.
Quienes desean proyectar su espíritu hacia la tierra dc los muertos,
lo intentan mediante la repetición dc las siguientes frases: ■Hermana
San-ku, Señora Sze-ku. por favor guíame hacia la tierra del Yin. ¿Qué
es lo (pie deseo dc allí de la tierra del Yin? Deseo encontrar a un pa-
riente cercano. Cuando lo haya encontrado, deseo liablar con él unas
pocas palabras: luego tráeme de regreso pronto, a la región del Yang".
La repetición incesante de esta fórmula se cree que asegura que la
invocante sea trasportada a la tierra de los difuntos, donde puede en-
contrar a su pariente, y luego traída dc regreso sin problemas M.
Hechizos de muerte
185
Por supuesto, si el sentenciado se entera de que su nombre ha sido
colocado ante el espíritu, cn muchos casos morirá de puro miedo. Este
es un caso interesante de analogía con la magia simpática y los meca-
nismos de la maldición de todo c) mundo.
Propiciación de lluvia
Inmortalidad
i
Como todos los demos pueblos, los chinos siempre se han intere-
sado en grado sumo por la posibilidad de asegurarse la vida perpetua.
Muchos creen que lo lograran mediante el siguiente procedimiento, pero
éste no siempre funciona satisfactoriamente:
Se captura un insecto de color plateado —el lepisma (o lepisma
Saccturina)— y se le hace comer un trozo de papel sobre el cual se
lian escrito los caractrres Shen-Htien. Esta fórmula, que significa "es-
píritu ilo la inmortalidad", so cree que hará que el cuerpo del in-
secto adquiera matices multicolores. Cualquiera que coma el lepis-
ma preparado de este modo estará protegido contra la muerto para
siempre. Los magos que recomiendan esto método advierten que "puede
llevar varios meses encontrar el insecto apropiado, cuyo cuerpo reac-
cione correctamente y que adquiera diversos colores".
184
CAPITULO 18
LOS MAGOS DEL TIBET
El Tibet, mis que ninguna otra región del mundo, ba sufrido tal
inundación de tergiversaciones, distorsiones c invenciones por parte de
la literatura occidental, que no tiene parangón en ningún otro tiempo
y lugar. Cuando leemos en los relatos de los supuestos viajes de auto-
res de sillón, los extraños cuentos sobre magia, misterio y milagros
espirituales que parecen conformar la vida ti beta na, no podemos dejar
de recordar los mapas fantasiosos de los antiguos cartógrafos: cuando
no conocían con certera las características de algún lugar, llenaban el
espacio con leyendas tales como "Esta es la Tierra de los Dragones".
El Tibet, es cierto, es uno de los últimos paises donde el Budismo
florece sin demasiadas interferencias foráneas. Su historia budista, sin em-
bargo, demuestra que, cn cuanto a su desarrollo cultural, se encuentra
muy por detrás de lugares tales como Bamlyan, en Afganistán, donde
(antes de ser reemplazado por el Islam) tuvo lugar gran parte del desa-
rrollo del arte y la teología budista fuera de la India. El Tibet no
es impenetrable. Es' mucho más fácil entrar y ganar la confianza de
loj Lamas que penetrar cn la Meca —como yo lo sé por experiencia—
o tomar fotografías de la Tumba del Mahdi cn Sudán. Docenas de occi-
dentales no-budistas han viajado por el Tibet: pero ningún no-musul-
mán tuvo acceso a la Meca.
La segunda característica que debernos recordar acerca del Tibet
es su extensión. Los occidentales que han estado allí, en casi todos
los casos, han pasado la mayor parte del tiempo en Lhasa o cn lugares
que los ti beta nos llaman "de fácil acceso" desde dicha ciudad. Han via-
C
do desde la India, Bhutan, Nepal y China. Algunos han entrado por
ruta de Kashmr. Pero muy ¡tocos —si es que ha habido alguno- atrave-
saron las zonas del esto y el nordeste hacia Turkestan Orientol y Mon-
golia. Sin embargo, es cn esos mismos lugares donde prevalecen los
aspectos más importantes de la magia de los Lamas y los Bou.
El Budismo es una importación relativamente reciente en el Tibet.
Existen, es verdad, monasterios enormes y ricamente dotados, y millo-
nes de devotos. En el territorio occidental del país, se dice que una
de «-ida ocho panMM BJ un monje, una monja o un acolito de la Joya
187
del Loto. Esta parte dc la población ha sido profundamente afectada
por las ideas religiosas a través de la propaganda budista durante los
quinientos y tantos anos desde que la religión vino de la India y desde
que la cantidad de religiosos se vio aumentada por las migraciones de
monjes afganos durante y después de la conquista musulmana de Afga-
nistán.
'Sin embargo, si bien el Tibet es llamado "El País Más Religioso
del Mundo", ésta es en cierta forma, una expresión inadecuada. Desdo
un punto de vista puramente antropológico, el país está lejos do cons-
tituir una unidad. En primer lugar, existe lucha constante entro los tres
elementos de la congregación budista: los "Budistas Puros", que cons-
tituyen el clero establecido, el público laico y el tantrismo, que en los
últimos treinta anos ha aumenta tío considerablemente su poder.
La religión budista esublccida, aquí como en todos los países que
profesan esta fe. tiene poco dc magia y de taumaturgo sobrenatural.
Se dedica la vida a la contemplación y al perfeccionamiento del alma
como prerrequisito para la reencarnación. No hay atajos en el camino
del Nirvana y las ambiciones de este mundo no están hechas para los
budistas devotos ortodoxos. ¿Por quó razón, entonces, recurrirían a la
magia? Por el contrario, la magia en todas sus formas no solo cuenta
con la desaprobación del clero tíhctano establecido, sino quo además,
está expresamente prohibida. Y los verdaderos budistas toman muy en
serio su religión. Este es el motivo por el cual el lector debe desestimar
dc inmediato cualquier historia supuesta acerca dc los milagros de los
lernas que profesan la fe budista en el Tibet.
A su vez, los laicos aún se encuentran afectados en alguna medida
por creencia* que, en parte, derivan del animismo primitivo prebudista
(el fio») y en purtc, dc la forma tántricu del lamaísmo, una runa del
rito ortodnu» I .o n [..unas, de cualquier escuela, tienden u su!>cstimar
a los no iniciados y los dejan seguir las prácticas mágicas que figuran
en los JUICOS libros de los cuales disponen, El acceso a los libros do
conocimiento más elevado y de significados esotéricos os limitado, no
solo por su escasez sino también por las dificultades de su comprensión.
Prolsalilemente con mucho la nuiyor purtc de la población se en-
cuentra lujo la conducción "espiritual" del Lamaísmo no ortodoxo y en
particular del Bon. Dc éste puede decirse que se parece mucho a
la religión taoísta y shamanista que fue tratada en el capitulo sobre
China. Con sus creencias en la posibilidad de convocar a los demonios,
en los poderes del mal y del bien, en la importancia de las palabras
dc poder y los poderes sobrenaturales de sus sacerdotes, el Bon es
quiza el culto mágico mejor organizado del mundo. Como los budistas
contra (pílenos despliegan batallos físicas y psicológicas, los bon tienen
sus propios Grandes Lamas, sus ejércitos y sus templos,
Muchos de sus lugares para el culto, sus monasterios y palacios,
están emlicllecidos con un lujo que liaría parecer ordinario el palacio
del Dalai lama. A diferencia de los budistas, ellos repiten el credo
(Om A/oni padme hum) al revés: ¡Sltihem-padmi-mo! De nuevo, a dife-
rencia de sus vecinos. eBos creen en el acto tic quitar la vida, y desde
184
Amúlelo pan atraer el
bienestar económico
pa-
ra quien lo uso.
11K¿
los matan ... Una vez congregados, los hechiceros convocan a los dio-
ses del ciclo y de la tierra, a los ríos y montañas, al Sol, a la Luna, a las
estrellas y a los planetas..."™.
Con la enorme presión de este tipo de propiciación demoniaca
corriente a lo largo de gran parte del territorio, el budismo común
devoto oficial se encuentra rodeado por los ritos tántricos y mági-
cos. Se han realizado diversos intentos por combatir esta amenaza
a la que se dice, dio comienzo Asanga durante el siglo vi y que
está sintetizada en el muy difundido trabajo Yogacluira Bhumi Shastra.
Los demonios y los dioses menores de los ciclos han sido invocados
y adaptados del Budismo ortodoxo para servir como genios de los tan-
tras. La reencarnación, tal como la conciben los devotos pero iletrados
laicos del Tibet budista, muy frecuentemente se encuentra lejos del
ideal que imaginan sus seguidores cn Occidente. Con frecuencia nos
encontraremos con una persona de nuestro conocimiento que lleva a cabo
una acción hostil (por lo tanto, prohibida) contra otra persona, com-
pletamente firme cn su creencia de que el jamás hubiera tenido tal
pensamiento poco caritativo si esa otra persona no le hubiera causado
daño en una vida anterior.
La contribución budista ortodoxa a la magia oriental cn tanto y en
cuanto afecta a nuestro estudio, es mucho mas filosófica que los ritos
familiares de pensamiento mágico de Oriente, con excepción del Sufis-
mo. Para comenzar, la consagración es un hecho común al Budismo
tibetano y a los ocultistas, considerada esencial para lograr la concen-
tración mental que todos desean. Como otros pensadores de lo sobro-
natural, los libélanos dan gran significación a la higiene mental (aun-
que no ocurre otro tanto con la higiene física)*.
lar mente debe purificarse hasta que pueda recibir impresiones que
le permitan ser más adecuada para la absorción eventual en el Nir-
vana, o aniquilación dentro del Espíritu del Todo. ¿De dónde pro-
viene este poder? En parte, de esc pequeño trozo de fuerza psfquica
de la misteriosa "estación inalámbrica" que está en ciertas montañas
lejanas, a la cual todos los espíritus deben regresar, y de la cual están
destinadas a reemanar, efl fnnn.i H MM m i c .mudos, MStl que- se
compltte el proceso de purificación; el Nirvana perpetuo es el premio.
Estas vibraciones, que guiarán al anacoreta, son perceptibles en
todo el mundo. Ellas guían al iniciado, pero dejan al ignorante cn su
ignorancia. La difusión de esta doctrina no forma parto de las funcio-
nes del hombre consagrado, a menos que su posición en la vida sea
tal que lo convierta en algo necesario.
Aquellos que han logrado la casi-pcrfccción reciben un anillo de
los Lamas de alta jerarquía, los Doctores del Budismo. Ellos no deben
creer, sin embargo, que alcanzarán la perfección total en una sola vida:
* El Mim I R siempre debe purificarte antes de llevar a cabo cualquier
operación r ■ ■ - > \', • % veces debe asegurarse de que incluso sus sirvienles
hayan hecho lo mismo. A veces la purificación dura nueve días, e incluye la
prohibición del conlado con mujeres y la abslinencia de comer pescado y carne
de venado (Kef. N» 90).
190
eso solo ocurrió cn el caso tic] propio Gautama. En esta etapa es posi-
ble solicitar el relevo de l.t dura vida monástica, con el objeto de
viajar por todas partes, para adquirir méritos que pesen más que los
pecados.
Sin embargo antes de abandonar el monasterio, por lo general se
le advierte que seguramente volverá, imperfecto y angustiado, a rc-
¡iprcndcr mucho de lo que perderá a través del contacto con los morta-
les comunes. Aquí, la filosofía esotérica del Lamaísmo difiere radical
mente del Sufismo, si bien los orientalistas superficiales se deleitan
en aseverar que eiiste una identidad total do pensamiento entre ambos
sistemas.
En el momento de 'regresar desde una vida de perfección a la vida de
la imperfección", el mentor retira dos piedras drl anillo, Li primera repre-
senta la pérdida que sufrirá, como ya se dijo; la segunda a causa de que
se supone que "dudó del consejo recibido" acerca de (icrinaneccr cn
el monasterio. Una vea aprendida la lección, cuando el monje regresa
a la congregación, bu piedras vuelven a su sitio, y entonces el anillo
permanece en el dedo para siempre, "incluso en el fuego de la cre-
mación".
Sin embargo, si el Lama llega al grado máximo de ixrrfccción, se lo
embalsama y su cuerpo es pintado de color dorado; luego se lo sitúa
para siempre detrás de un biombo enrejado; en esc caso, se coloca
el anillo encima de él. Entonces, "lodos los «pie miren esos restos glo-
riosos, y especialmente el anillo, bajarán la cabeza avergonzados y
humillados ante tal poder y tal grandeza, y murmurarán una plegaria
para (pie el alma pueda continuar teniendo aquello (pie logró tan
penosa y lentamente cn éste, el más torturante de todos los mundos,
comparado con el cual los primeros doce anos de vida monástica son
livianos corno una pluma".
En la explicación sobre el Sendero de los Grandes Maestros existe
más de una indicación de lu elusiva idea de un sacerdocio secreto univer-
sal; esta explicación fue trascripta por la Señora Morag Murray Abdullah
de un original ti bet a no que se encontraba en un monasterio femenino que
visitó, y que gentilmente me prestó para citarlo aquí *'.
Los nursKos «le los poderos místicos, quienes eligieron apartarse del
mundo, pueden asistir par medio de la contempUctón, ■ personal que so hillan
191
muy Irtoi Mientras que loi que regresaron como muaonerus y fracasaron, pot
cualquier ratón, y aii volvieron a la fuente de todo conocimiento terreno,
a menudo están incapacitados para seguir asistiendo al mundo. No hay más
que olvido para ellos. Y están contentos, deben contentarse, con las incon-
sistcncias del inundo. Una vea transitado con éxito el Sendero del Olvido, lo cual
puede llevar anos, el viajero es capaz de ver a todo el mundo tendido bajo él Po-
drá ver lo que llegara a ler terremoto, guerra, hambre, y puede comentar por
adelantado a mitigar, mediante sus pensamientos, «■! SUFNRRMCNLN hum'no
engendrado por ello...
192
Vadme Hum." Cuando les hablé de la guerra, me dijeron que solo
van a la guerra aquellos que son de desgraciado espíritu y que por lo
tanto lo merecen, y es algo predestinado para ellos. "Si nosotros, que
tenemos tan poco, podemos hacer lo poco que hacemos, seguramente
ustedes, las personas allende los mares, que poseen todo lo material, como
usted dice, pueden crear belleza".
Desde el punto de vista mágico, una de las cosas más interesantes
de las prácticos tibetanas es, indudablemente, el rito del paso sobre
el fuego. La capacidad para caminar sobro carbones encendidos aparece
en la India, Polinesia y otros puntos del Lejano Oriente. Pero dado
que mí única experiencia personal dc una demostración de este tipo
se limita a los tibetanos, solo comentaré este hecho y remitiré a los
lectores que deseen material para corroborarlo, a los textos de quienes
han registrado su propia experiencia.
Tanto los del Bon (animistas y propiciadores del demonio) como los
Lamas, consideran el caminar sobre fuego como una parte importante
dc sus rituales. ¿Por qué motivo esta actividad figura en los circuios
budistas, donde no se alienta la práctica de la magia? Porque implica
demostrar los niveles de autodisciplina que pueden alcanzar los inicia-
dos. Un hombre que puede superar sus desventajas naturales tanto
como para poder pisar carbones encendidos es, obviamente, alguien
que ha logrado que su mente domine a la materia. La teoría del
Bon —si no la práctica— es muy diferente. Caminar sobre el fuego
constituye, fundamentalmente, una ceremonia de propiciación que so
lleva a cabo porque el dios de! fuego exige un homenaje. En agradeci-
miento por éste, otorga a quienes creen en él el poder resistir el calor.
En ambos casos es posible que se induzca algún tipo dc disociación
mental afín con la hipnosis; sin embargo, parece existir algún otro
factor: porque mientras que una persona hipnotizada por la vía normal
quizás fuera capaz de resistir el dolor producido por el fuego, debemos
considerar la cuestión del daño físico real. Ninguno dc los lamas y
sacerdotes bon o quienes vi caminar sobre fuego mostraron signo al-
guno dc dolor o de herida, lo que nos deja solo la posibilidad dc la
hipnosis colectiva, de la cual hemos oído mucho aunque podamos pro-
bar muy poco, como en e! caso del truco hindú de la cuerda.
Durante uno de los rituales bon, además de los sacerdotes, nu-
merosos candidatos a la ordenación fueron conducidos a través de un
camino de fuego. Ninguno de ellos resultó lastimado; podría ser que
existiera algún truco para llevar a cabo todo esto, En común con
ritos análogos de otras partes, esta ceremonia tiene un significado de
prueba para los aspirantes que desean llegar al sacerdocio, como una
forma de ordalía.
Otro pequeño factor que puede resultar interesante destacar aquí,
es que se ha dicho que en muchos casos los que caminan sobre fuego
presentan las manos y los cabellos chamuscados, pero ninguna marca
en la planta de los pies.
La experiencia que yo presencié tuvo lugar en un gran claro. El
fuego i s (a ha en un foso de un metro de profundidad por un metro de
ancho y tres de largo. En el foso se habían colocado piedras lisas y una
gran cantidad dc madera y ramas apiladas en la parte superior; luego
se encendió el fuego, que permaneció ardiendo por cerca cíe seis horas.
Entonces desparramaron carbón por encima, y alisaron la superficie.
Talismán par* la victoria.
194
En fihi india, mientras el hechicero cntonnba un cántico con voz
nasal, los hombres cruzaron la masa ardiente, y al llegar al final del
camino, pisaron dentro de un pequeño cuenco con agua.
Entonces el anciano sacerdote comenzó a danzar cn medio del foso.
Cuando terminó, se dirigió a la gente -los no iniciados— para invitar-
los a tomar parte del rito, nombrando todos y cada uno de los grandes
poderes que conferia el Dios Sol por este acto dc devoción.
Solo tres hombres y dos mujeres aceptaron el desafío; uno de cada
sexo poseía rasgos evidentes de raza india, más bien que mongólica.
Otra vez la misma ceremonia de correr alrededor del fuego, las
mismas salutaciones y elevación de las manos, los conjuros, y esta vez
los primeros diez hombres sumaron su canto al del hechicero. Encabe-
zados por las dos mujeres, que eran prácticamente cmjnijadas por el
hechicero, los cinco transitaron el camino de fuego sin contratiempos.
Notó que sus rostros estaban bañados do sudor y que jwirccfan estar
mortalmrnte asustados. Cuando llegaron al final del camino, examiné sus
pies; difícilmente podía dejar de hacerlo, ya que loS mostraban a todos,
y su alivio era tal, que resultaba conmovedor.
No habla señales de quemaduras, ni en sus pies ni cn ninguna
parte dc sus trajes de algodón o de piel dc yak.
No pudo obtener ninguna otra información acerca do cómo se
hacía esto. Otra persona, que presenció un ritual similar llevado a cabo
en una provincia india y en el cual tomaron parte cuatro británicos, es-
cribió:
Los cuatro británicos (un escocés, dos irlandeses y un infles) continua-
ban mostrando sus pies ■ los demás huespedes varios días después de La
ceremonia... Rogaron al anciano que les revelara el secreto, y yo me uní
■ Sus ruegos. Ni siquiera quiso aceptar las 500 libras que le ofrecimos por
el secreto, pero dijo que n los cuatro deseaban acompañado a su templo el
les ensenarla todo... ninguno de ellos pudo ir. Lo único que el anciano les
confió lúe que solo las personas que poseían un poder psíquico desarrollado
podían salir ilesos do La crperi encía. Este poder era algo que "ustedes'' acep-
tarían algún dia naturalmente, "aun cuando desearan en el fondo de nu cora-
iones no ser obligados a ello". Este poder era prácticamente desconocido en La
mayoría de los lugares (especialmente en la "India materialista"', como la
llamó)
debido a la carencia de fe verdadera, en oposición a la hipocresía.
Dijo que era posible entregar a aquclloi que no poseían el poder talis-
manes y amuletos que los capacitarían para caminar solire el fuego y para
muchas otras cosas; pero ¿por qué habrían de tenerle*, si con ello no Iwne-
ficiarian a su alma?
196
CAPITULO 19
LAS ARTES MÁGICAS EN JAPÓN
197
"espíritu vital' tic lus hindúes que, digamos, con la dcmonnlogía cristiana
organizada.
Esto no significa que no exista la brujería. La hechicería, y el
hecho de causar mal a los demás, está tanto reconocida como conde-
nada por decreto imperial. Al mismo tiempo, hay una creencia signifi-
cativa en que aquel que practica la brujería puede morir por ella;
esto se parece a la ansiedad desplegada por las brujas occidentales de la
antigüedad y su preocupación por idear métodos para impedir que
los demonios las dañaran.
Uno de los procedimientos corrientes de los textos mágicos japo-
neses contiene un ejemplo interesante sobre lo que podría llamarse
"concentración de la emoción". Un perro hambriento (se cree que los pe-
rros tienen alguna significación oculta especial) es atado ante un plato
con comida, lux emoción del hambre es llevada a un grado más alto
cuando se cambia la comida por otra más apetitosa. Cuando su sen-
timiento se ha "concentrado" de esta manera, el perro es decapitado.
En ese momento se piensa que la cabeza contiene la esencia de la
conce ni ración, Resulta interesante destacar dos cosas: primero, que
durante miles de años el hombre practicó el ayuno como medio para
aclarar y agudizar la mente. Quienes han ayunado con regularidad
—por cualquier motivo— invariablemente afirmaron que de veras se
produce una sensación de concentración de poder. Esta puede ser la
razón de este rito mencionado. Por otra parte, excluyendo la posibilidad
de que el procedimiento sea simplemente sádico, parece estar relacio-
nado con la teoría (corriente cn la India, entre otros lugares) de que
existe una fuerza relacionada con el cerebro que es capaz de ser con-
centrada. Algunos pueblos intentan cultivarla mediante la plegaria o los
encantamientos. Quizá los japoneses piensan que por este método puede
ser engendrada y conservada, cn combinación con la decapitación del
animal.
Talismán chino para
atraer al dinero
(-plata").
198
mismn savia, el espíritu sale. Esta es la oportunidad del mago. Vestido
de blanco, repite al espíritu una solicitud de que "persiga y fastidie
a fulano de tal", o cualquier otro conjuro que desee. Se lia dicho que
la razón por la cual el mago se viste de blanco es para lograr una iden-
tificación simbólica con el espíritu. Si bien esto es muy posible, también
puede indicar un estado de consagración por parte del mago, y la pureza
ritual que se supone debe ser el estado de todos los que desean entrar
cn comunicación con el mundo de los espíritus.
¿Cuáles son los objetivos principales de la magia japonesa? No difie-
ren mucho de los que encontramos en casi todos los rituales mágicos
de cualquier parte del mundo. Existen ritos para propiciar a los demo-
nios hostiles, para superar la magia de hechiceros rivales (tanto cn
beneficio propio como en el do los clientes), amuletos y conjuros para
excitar el amor y el odio, para curar enfermedades y para provocar la
preñez, para fertilizar las tierras, para asegurar riquezas, venganzas, in-
visibílidad y poder.
Muchos de los procedimientos pueden ser colocados cn la categoría
de "magia simpática". El siguiente es un caso típico, para la restaura-
ción de la virilidad:
Sobre un papel se dibujan ciertos órganos. Luego se realiza la
siguiente mezcla: vinagre, sake (licor de arroz), porotos de soja, aceite,
tintura negra para los dientes, agua y tuétano. Se hierven los siete ele-
mentos y se le agrega el dibujo. Una vez que toda la mezcla haya
hervido durante cierto tiempo, se obtendrán los resultados deseados. Es-
te hechizo se recomienda a las mujeres que desean que sus maridos se
vuelvan más constantes. Se emplean muchos otros hechizos, medíante los
cuales se busca la ayuda do Shoki, el espectro devorador do demonios.
Shoki, la versión japonesa del Chung-Khwei chino, interviene cn los
casos de posesión demoníaca, así como también para ayudar a las per-
sonas a quienes los demonios han vuelto indiferentes a sus cónyuges.
El más poderoso de los hechizos eróticos japoneses se hace con
tritones, quemados y reducidos a cenizas. Estas se pulverizan y se las
divide en dos porciones. Una de ellas permanece con el mago y la otra
se esconde entre las posesiones personales de la bienamada o se espar-
ce sobre su cabello.
El uso de restos de reptiles cn las prácticas de magia erótica
y hostil está muy difundido. En Europa Central existía una creencia
común de que los huesos calcinados y pulverizados de las ranas produ-
cían efectos similares a los descriptos. Los hechiceros árabes —que comple-
tarán este panorama aquí— consideran que si los huesos servirán para
el amor o para el odio depende de si se hunden o flotan cuando se los
arroja al agua. Si se hunden, serán poderosos en la magia hostil; si
flotan, se los empleará para realizar hechizos eróticos.
La difusión de otro tipo de hechizo erótico demuestra que el
japonés no se conforma con amar o ser amado a la distancia: el objeto
de su amor debe aparecer de inmediato ante él. Para ello recurre a un
poema especial, "Esperando a orillas del Matsuo .
El invocante puede proceder de diversas maneras. Puede escribir
199
la mitad de la oda en un trozo de papel y fijarlo sobre el lado norte
de algún objeto. ¿Por qué el norte? Esto puede estar relacionado con las
tesis hindúes y otras del mana-akasha, que dicen que el norte es magnéti-
camente poderoso y que el magnetismo no es simplemente un fenómeno
físico, sino una manifestación del mana o fuerza mental mediante la
cual actúa toda magia.
Volviendo a nuestro amante: a los tres días de fijado el papel con
la mitad del poema mirando hacia el norte, la persona deseada se verá
obligada a venir a buscarlo. El hechizo se completa (y la bienamada
presumiblemente queda "ligada") cuando se escribe el resto del poema
después de su llegada. Los versos son los siguientes:
200
201
Drtcrivciontt
intlivklualti
A) Amuleto pant
asegurar la protección
II) Amuleto para
asegurar la felicidad
30. Talismán para
la vida prolongada
31. Talismán para
el ¿Uto
C
D
DESCRIPCIÓN
GENERAL:
AMULETOS EN
CALICRAFlA
CHINA
202
magia producida mediante ritos que han sido revelados al hombre por
espíritus y dioses. La sandalia es un objeto que realmente posee poder
mágico, y éste es el punto dc vista 'oficial'. Los magos se cuidan bien
de distinguir entre ambas fuentes, porque el margen de error posible con
relación a la magia dc origen humano es más alto, y ellos no desean
perder su reputación".
El amuleto del perro es otro objeto poderoso. Las geishas, entre
otras personas, propician este método, y se lo encuentra cn todas las
islas como objeto dc uso diario.
So enrollan en forma dc cuerda dos trozos de papel muy fino, y con
esto se forma una figura lo más parecida posible a un perro, retorciendo
y anudando la "cuerda". No existe una forma tipo, por lo que depende
do la habilidad dc quien lo hace que el objeto terminado se parezca
o no a un perro. El resultado muy frecuentemente se asemeja a esos
conejos ipie los occidentales hacen con pañuelos para divertir a los
niños.
Sin embargo, existen dos convenciones artísticas (o mágicas) para
el modelado: una pata debe estar alzada, y la cola debe ser larga.
Una vez situado sobre una pequeña repisa (el kamidaná) destinada
al uso sobrenatural, una de las patas posteriores dc la figura es atrave-
sada con una aguja. Tan pronto como hace esto, la mujer se dirige al
perro, prometiéndole que lo aliviará de su "tortura" cuando llegue el
amado. Afjcmás, le dará comida y vino (dc arroz) Resulta innecesario
decir que. si el hechizo surte efecto, es preciso cumplir las promesas.
Ln figura cid perro tiene aún otro uso, mediante el cual se con-
vierto en aliado en relación con los invitados. El invitado so encuentra
en una habitación próxima. La joven (la anfitriona) se dirige hacia la
puerta, donde está el perro, y le pregunta si la persona piensa que-
darse mucho tiempo o no. "El invitado que tiene la intención de partir,
lo hace dc inmediato; el (pie desea quedarse expresa su intención al
momento." **.
En japón, la magia hostil —tan frecuentemente ligada a la magia
erótica, dado que amor por una persona puede significar odio por
otra— tiene una manifestación interesante cn el amuleto enterrado. Si
una persona camina sobre uno de ellos, será afectada por él. Esta es,
brevemento, la teoría, la que tal vez esté relacionada con la creencia
de quo el pic que toque la tierra bajo la cual está escondido el amuleto
es especialmente sensible a las fuerzas mágicas.
203
cía! —un vínculo— con la victima. Como resultado de ello, el mago lo
desentierra durante la noche y lo somete a tortura, que la víctima sen-
tirá cn su propio cuerpo.
Este, sin embargo, no es el método normal, si es que podemos utili-
zar este término cuando hablamos de magia. Es más probable que aquí
se haya producido una confusión con el tipo de hechizo de la figura de
cera. De existir alguna relación entre ambos, es posible que el método
del amuleto enterrado sea un derivado de la maldición mediante la
imagen de cera. Leemos que, una vez cuando se sospechó acerca de la
presencia de una maldición enterrada,
204
BIBLIOGRAFÍA
Las fuentes escritas de magia
oriental y comentarios
Grimorios
CALI* a
Ld siguientes "Libros Negros" do los hechiceros contienen indicios do los
nln-ilri mágicos ra Id ros o procedimientos a los que se atribuye or if en caldeo:
Séftr RgtUl (El Libro de Razie!) Museo Britinko. N*
Ciimorto .ml.....|.. al Papa llonooo II. Paris: 1700 y 1800
SOniu'iN
Egipto:
Como en el caso de la magia caldea, los rituales egipcios parecen haber influi-
do cn gran medida sobre la magia de Occidente y de Medio Oriente. Al mismo
tiempo, hay muy pocos trabajos existentes que afirman tan siquiera inspiración
egipcia directa en su totalidad. Los trábalos de los egiptólogos Wallis Budge
y Flinders Petrie contienen referencias a los papiros e inscripciones mágico-reli-
giosas.
Los antiguamente bien conocidos y muy usados grimorios que citamos a con-
tinuación contienen rastros de influencia egipcia, o bien afirman ser originales
egipcios:
El sabio de las pirámides.
El l'bro de Honorio.
El Arbatel de la Magia.
Hebreos:
Los fuentes europeas y árabes abundan cn libros que contienen una inspira-
ción hebrea real o atribuida. En algunos de ellos —como en varios de los ante-
riores— se citan como autoridades a los magos caldeos, salomónicos y otros. Por
esta razón, debe necesariamente haber cierta duplicación en cualquier bibliografía.
Generalmente hay coincidencia en que los grimorios más empicados cn Europa
tienen contenidos que los señalan como derivados u originales de los judíos. Los
textos de inspiración gnóstico, egipcia, caldea y árabe posiblemente se filtraron
a través de la España dominada por los árabes, a las partes más occidentales de
Europa, donde en general, primero se los conoció en su versión latina.
La siguiente lista comprende los principales trábalas sobre magia negra y
blanca conocidos colectivamente como los Libros de los Magos. Uno o más
de estos volúmenes formaba parle esencial del repertorio de todos los brujos y
brujas. En casi todos los casos se trata de trabajos clandestinos. Los ejemplares
que conocemos se encuentran principalmente en bibliotecas tales como el Museo
Británico, la Biblioteca Nacional de París y la Biblioteca del Arsenal, de la
misma ciudad.
Las escasas reediciones y las ediciones francesas son extraordinariamente difí-
ciles de conseguir, y los precios son elevad ísimos.
El Arbatel de la Magia.
Enchiridion del Popa León 1IL
Arte Paulina.
El Almadel.
The Book of Sacred Magic of Abramclin the Mage. (Mathers, Londres, 1898.)
Crimorium Verum (Plaingicre, Paris, '1517').
Gran Grimoire (El Dragón Rojo). París, 1822.
206
Heplameron do Pedro de Abano.
Los Cuatro Libros dc b Oculta Filosofía (atribuido a Comelfo Agripa) tr. ingl
Londres, 1783. *
Sufismo:
Los siguientes son los trabajos más importantes sobre el Sufismo, y su versión
completa solo existe en áralw o en persa Esta lista abarca las obras clasicas funda-
mentales de los hombres santos Sufi:
\
32. Ihya Ulum ed-Din.
Sheik Abu-Hamid Mohammed 33. Al-Munqidh min ad-Dalal.
AL-C1IA/XAI.1: (c. 1056-1111)
} 34.
35.
Ibtida el-Hidaya.
Kimiyya cS-Saadat.
}
Sheik Farid-ed-Din
ATTAR: (1140-1234) 1, Tadkhirat cl-Awliya.
2. Mantiq ut-Tuyur.
Maularía Djalal-ed-Din
RUMI: (1207-1273)
} 41. Mathnavl-l-Maanavi.
}
Abu el-Muwahih 42. Dlwan-i-Mawlana-Rum.
ash-Shadhili
Qawaiün Hikam el-Ishraq.
}
Sheik Maslihuddín
SAADI, de Shiraz: (1184-1201)
43. Gulistan.
44. Bostan.
45. Risa'iL
Í207
Sheik Mohammed SHABISTARI: Cubhan-i-Rax.
(Siglos xiii-nv)
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210
NOTAS
1
Lenormant. C. "Chaldean Magic", Set. Occ. cn Asie, Ed. Inglesa. Londres,
1877, p«g. 380.
- Tablillas Maqlu ("Ardientes"), en: Tallquist. K.. Die Assyr. Beschworungsse-
rie "Maqlu", Leipzig. 1895.
1
"Hemos comparado los datos del sistema de estos libros con el pasado
preiranio, ln magia de los medos y la mitología finesa, y asi hemos llegado a com-
probar la existencia de una familia independiente dc religiones que deben ser
denominadas turanias. religiones que no tienen mas culto que la magia, y que
proceden de la antigua reserva del naturalismo demonológico."' Lenormant, op. dt.,
loe. cít.
* Schütte, C, ap., Scot. Geogr. Mag, XXXVI. 4, págs. 244 y sígs.
6
Stewart Blacker, L. V.: tesis inédita sobre los orígenes de los arios, con-
sultada por ct autor, 1953.
Y Lea. II. C, Hlti. of the Intjuisit. in the Middle Ages. 1887-88 (3 vols.).
Y "Key of Solomon" (Lei Clavicules), anón.. París, 1817.
8
WincMcr, M.. Die Gesetze Ilammurabis, Leipzig, 1902, pig. 10.
0
Manuscrito inédito, cortesía de la Sra. M. M. Abdullah.
>*» El último "adepto" que dejó su libro mágico testamentarlo fue Francis
Barrel!: The Magus, Londres. 1801.
>> Hekau (Palabras de Poder), es el Cap. 24 del Libro de lot Muertos (Book
of Ote Death, traducido y editado por Wnllis Budge, Londres, 1895 y 1902). Cf. Tal-
mud: ZERAIM, Bcrakholh, 19A, 56A.
Catholic Encyclopaedia, Vol. XV, págs. 674 y sigs. (1907-1912).
IS
Por ejemplo. Investigaciones llevadas a cabo n partir de quo el estudio
de la magia en Europa dejó dc estar cn manos dc La Iglesia exclusivamente.
M En el Talmud y en otros textos. Cf. SAN., 106B, SOTAH, 47B.
i * Jewish Encyclopaedia, s. v. Magic, New York. I901-L906.
> 8 Book of Enoch (Apócrifo), traducido y editado por Odenburg. H.. Cam-
bridge, 1928. Ver también ídem, editado por Charles. Oxford. 1012.
' T En el siglo i de la era cristiana, un rabino realmente capturó n ochenta
brujos que practicaban la magia en Ascalona, y los (rundo ahorcar a. todos en el
mismo día.
Ibid., fx, 7.
M» Ménard, I... Hermes Trismégiste, París. 1866.
to fhg 7,ohar, traducido como Le Llore de la Splendeur por J. de Pauly, Pa-
rís. 1906-1911.
"l The Book of Sacred Magic of Abramelin the Mage, traducido y editado
por MacCregor Mathers. S. L., Londres, 1898.
Cf. Scfer Haziel: Museo Británico. Manuscrito No 3826 Sloane; y Bloch,
History of the Development of the Kabala, Treves, 1894.
211
« Anónimo Us ventables Clavicules (Cnmorium Vetum). LLM (?Roma).
"15I7-.
" mtm va. 12.
m Thompson, C J. S . SesmMic Magic. Londres. 1908 Matsry. La Uegie et
CAstTxAoeie, Pans, 1880. Lana. Mamar* and Customs. Londres. 1836 (2 Volt.).
** Noatradame. Michel de, Lea V rayar Centuries de M. M. Non rod anua.
Rouen. 1049.
■I Danelt. F.. The Maguí o Ceíertiul Inlellegencar, Londres, 1801.
Coren, Sura 27, verso 15.
» IWd.. 27:22.
»• Fleck, F.. WisamrcM'i Reisa, II, 3. 1822.
Safra de-Ashmttiai, frrcucntemente citado en el Zohar (q. v.) nano "The
Book of Atrnodeus. given to King SolotnorT (III. 1MB y T7A), The Magic Book
of Asxnodeus" (III. 43A) y bato otros títulos similares, por ejemplo. Ibid.. II.
128A. III. I9.V
« Crawley. E, Oath. Curse end Bletttng. Londres. 1934.
■I La biblioteca, que contenía mjlares de libra, fue desenterrad* en Ku-
yunjik, Nlnlve.
■* Tablillas de Asiur-banl-rnd, en Smith, S. A.. Die KeUtchri/ttexte Asurbani-
pals. 1887.
» Lenormant. La Magia Ches les Cluddéens. París. 1874. págs. 254-5.
" Ibid
»* ibid.
— Kalcvola de los fiíUandeaes. I. 12.
a
* l-.i mayoría de los espíritus-dioses tienen una naturaleza dual y sr los
conoce como masculinos lujo un nombre y como femeninos luto otro.
•" Se piensa que estos números ineiplicables están relacionad o* con la Cáhab.
« Coren, sunt 20. ven. 43-40.
4>
En 1903 un tal Sharp llevó una estatua de este mago al Museo Bri-
tánico. Fue Identificado en 1903.
41
En el sistema mágico-religioso egipcio, asi como también en el tornero
y en el caldeo, la idea de pecado y de castigo en una vida futura no CSMIM muy
desarrollada. La magia se dividía en forma social más bien que cipirtliul. I . .
magia legitima formaba parte de la religión; la ilegitima constituía un crimen y el
castigo era la muerte mediante el suicidio obligatorio.
M Máipero. C, lint Anc. des PeupUs de l'Orient. Parí*. 1875, pág. 39.
** Elliot Smith (ver Hef. N» 47. más abafo), al analizar esta cuestión OtM
un asiatomista. coincide con otras autoridades en que rustió una migración étnica
continua desde el interior de Africa hacia el antiguo Egipto.
En este extracto de las obras de otro egiptólogo (Reí. N« 48. más abajo) es
posible encontrar otras evidrnciai de la vasta difusión de idear puramente africa-
rvii "... hacia fines de b Era Paleolítica es posible que migraciones étnicas simi-
lares. hava'< Invadido el Norte de Africa. Favorecidos por condiciones cUmitkas
diferente! de las actuales, sentaron las bises de un nut rato pr oto-etiope que llegaba
desdo el Mar Rojo hasta el Atlántico y todos esos pulses donde dejaron sus burdos
Instrumentos a lo largo de grandes cursos de agua que ahora se encuentran secos."
*• La Pirámide de Keops fue construida alrededor del ano 3733 A. C.
«T Elliot Smith. C. Anc. Egyptians and their influence upon the Civilization
of Europa. Londres, 1911. pág. 113.
" Ciuffrída-Ruggen. Prof. V, en Mass, 1915, N> 32
** Capart, C. Lessons mm Egyptian Art. paga. 300 y sags.
- Pbrf.no. apud Eusebia. Praep Evang. V, 7.
212
*> Cf. "IUo del Lucífugo'. VerilúbU CUvinde du Boi Saloman
** Clubs*. F. J.. U Papyrus Magique ItaerU. Paris. I860.
M Musco Brrtaiueo. Pa poo N* 10.474. frrsum.bierner*e aqui 11. U." ngnt-
'•que "muy desafortunado".
w
Chalas. F. J.. U Coumdrier, pig. 24 y sigi. donde este dU figura corno
~L". como en «! Papyrus Sail let, IV.
"'■ En lot palles arnbcs y scmil.ii de Mrdiu Orienle se cree que el agua
destruye a la magia, especialmente si se trata de agua fluyente.
M
Akbar Jan, Tasawwuf-l-Azim, manmerilo itetta, siglo xvti.
aT
Do estas minas le dice que son las verdaderas Minas del Key Salomón,
construidas por los <f/inn (genios) y cuyos pudeies mágicos aún persisten allí. Yo
examiné algunos de estos trabajos, y record* Us palabras del Corán: "Y a Salomón
Le enseñamos el empleo de los vientos... y sonicf irnos a ¿1 algunos de los mal g-
nos. quienes se sumergieron por tí e btcieron otras cosas ademas." (Caté*. Laa
Hormigas, sal. 81-83).
Un inleiesanle trabajo pionero sobre rale teaaa es el que realiso H Pet-
u/ i " , ' , .-i. una obra poco cooooda que trata sobre los rituales áfrica not en Cet-
deña (/ai Rct.gtone Primitiva in Sardegno, 1012),
** Esta palabra se emplea, incorrectamente por supuesto, para designar a
los prestidigitad mes errantes de la India. Otra vulgarización similar es la de la
jialahra "mago", que se emplea generalmente para designar a prest id igitadoreí o
tltisionlitns.
M
Místicos y hacedores de milagros de este tipo eran conocidos en Arabía
incluso antes de Mahorru. 1.a mayoría de los Sufis sostiene que el culto proviene
del mismo Ad>n y que es realmente la Única "tradición secreta" verdadera del ocul-
tismo mayor.
* Akbar Jan. op , .t
" Shedch Shahabuddin Suharawardi. Atoar!/ dUemtf y Chayath el Lugkat
« Ver Cap. 8. s. v. S.hr.
" Farid-ud-Dui Atlar. Tmdklilrmt el-AM Uym
« Estos son algunos "dhikr- típicos: La flauta toa ta Qúxowata lUa-Bdláhm
(No hay Poder ni Justicia rrt.ii .pie en Alá); "Afflgh/Iru'Un" (En Al* busco mi
lleftigio); "AllalfthAklmr" (Alá es más Cmndo ipiu Todo lo demás).
00
La VUla de Ihn Sina [ Avlcena ) os una «le las principales obras má-
gicas de ese |>erlodu que aún se conservan.
" En I» Argentina me encontró con un ejemplo iutcrrsanle del alcance de la
difusión de las fórmulas mágicas o dliikr árabes. En Buenos Aires vi un pequeño
relicario sobre rl cual había grabadas bs siguientes paUbras:
OJALA
OJAL
OJA
OJ
O
Esta es una versión clara de un "abracadabra'*, ya que me fue deacrkpto
como un amuleto que usan las jóvenes que desean conseguir un esposo, Cuando
los árabe! estuvieron en España, como lodos saltemos, la palabra ojalá (del árabe
inshalláh, "quo Alá all lo quiera") pasó al idioma español. Aún se ln emplea
mucho; por ejemplo. "Ojalá que suceda tal y tal cusa". Sin embargo, en España
no la he oído empleada como hechizo o confino l > mayoría de los españoles
y btinoa roer «canos ignoran el orinen filológico de La palabra "oíala"
«■ Anónimo: Tálusn tos7 OttapsM ("Los Talismanes y el Poder"), manus-
crito sin fecha que se encuentra en la Biblioteca Turca de Nicosia.
I VI
■• Por supuesto, generalmente M comidera a la svástica como un timbólo
rolar.
*• Corán, Sura. 113.
" Ver Shah, Occultüm. Raler. 1050, s.v. Arabian Magic, uno de esos proce-
sos en detalle.
•» Kenyon, Sir F. C. Palaeography of Greek Papyrus, Londres, 1889. pig. 123.
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traducido por Bloomfíeld, Londres, 1892, Vol. XVII.
" Slinh. Golden East, Londres, 1931, págs. 185 y sigí.
Atharva-Veda, op. cit.. XIX, 25.
n
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de la menfe].
Louis de Word, Stars of War and Peace, Rider, 1952, pig. 232.
E. C. Bennet, S. K . Astrology, vidornia, 1045. Cap. 14. pigs. 127 y sigs.
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pa/Ágrafos 29 y sigs.
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Shen, Sien Ch'iuen, Cap. 0.
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•* Khu i Shwoh. Discourses upon the Dissipation of Doubt.
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« Aston, W. C, en Folklore, Vol. XXIII, pág. 191.
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