Alfareria Domestica y Funeraria de La Region Del Calafquen
Alfareria Domestica y Funeraria de La Region Del Calafquen
Alfareria Domestica y Funeraria de La Region Del Calafquen
RESUMEN
INTRODUCCION
La alfarería ha constituido, sin lugar a dudas, el material cultural privilegiado para abordar
la historia cultural de las sociedades formativas del Centro-Sur de Chile. La cerámica de
funebria que sirvió para caracterizar los complejos y estilos definidos para estos períodos:
Pitrén, Vergel, Valdivia, Tringlo, recibió por décadas descripciones generales que tenían un
particular interés en el establecimiento de relaciones interregionales (Cfr. Latcham 1928;
Bullock 1950; Menghin 1962; Berdichewsky y Calvo 1972-73; Aldunate 1989; Dillehay
1990). Los trabajos de Gordon (1985) en Huimpil, que por lo demás aportaron la primera
datación absoluta para el “Pitrenense”, constituyen uno de los pocos esfuerzos sistemáticos
por estudiar este singular dominio de la cultura material de las poblaciones alfareras,
caracterizando inclusive un sub-estilo Pitrén-Huimpil que sería referido en trabajos
posteriores (p.e. Sánchez et al. 1981-82).
Con los anteriores antecedentes iniciamos estudios a nivel de localidad (3) acotándonos en
uno de los lagos cordilleranos que aunaba valiosos trabajos previos, el lago Calafquén,
donde se ubica el sitio tipo del Complejo Pitrén (Menghin 1962; Calvo 1964;
Berdichewsky y Calvo 1972-73). Nos interesaba definir con mayor precisión la forma en
que las poblaciones ocupaban este espacio ecológico, lo que significó el estudio de
diferentes clases de asentamientos, entre los que se incluyeron sitios habitacionales abiertos
y aleros, además de un pequeño cementerio (Adán et al. 2001; Adán y Reyes 2000).
En este contexto, el estudio cerámico que ahora presentamos se inició en una evaluación de
la escasa utilidad de los estudios de fragmentería cerámica en el Centro-Sur de Chile de
diversas investigaciones incluidas las nuestras. Ello contrastaba con el valioso aporte de los
trabajos sobre colecciones que realizáramos años atrás, que se convirtieron en un
importante referente cronológico-cultural para el estudio de los períodos alfareros de la
zona. Más que resolver problemas específicos, los estudios cerámicos sobre fragmentería
en la zona parecían realizarse para cumplir ciertos estándares de lo que debiera incluir una
investigación arqueológica de los períodos alfareros. La estrategia que desarrollamos ahora
espera obtener resultados a largo plazo, centrando los esfuerzos en una propuesta
metodológica, que consulta la experiencia de la zona central, posible de ser usada en
diferentes sitios de la región (Sanhueza 1997a; 1997b).
En efecto y como hemos señalado en otra oportunidad (Adán et al. 2001), un rasgo
distintivo de la ocupación Pitrén en los lagos cordilleranos, particularmente lo que hemos
registrado en el Calafquén, es su importante profundidad temporal con fechas entre los años
300 d.C. y 1.200 d.C., mientras en los valles septentrionales, al norte del Toltén, comienzan
a aparecer poblaciones adscribibles al Complejo El Vergel, hacia el año 1.100 d.C.
Adicionalmente, debe considerarse que en la cordillera lacustre hay una importante
profusión de fechas tardías lo que hace pensar en una revaloración de este tipo de
ambientes por poblaciones alfareras tempranas que comenzarían a "replegarse" a estos
espacios, los cuales serían marginales para poblaciones de orientación agrícola. Esta tesis
toma como base lo sugerido por Aldunate (1989) en torno a que en los espacios
cordilleranos lacustres, en sus ambas vertientes, se desarrollaría una contraparte a la fase
oriental y tardía del Complejo Pitrén. La permanencia de las poblaciones en estos
ambientes tiene relación con la vigencia de un modo de vida en que la caza y la recolección
3
La región del lago Calafquén (Calvo 1964; Berdichewsky y Calvo 1972-73: 529)
comprende la zona circumlacustre y áreas vecinas, las que se extienden por el norte hasta el
borde meridional del lago Villarrica y por el sur hasta el límite septentrional del lago
Panguipulli, 39° S y 72º W, regiones IXa y Xa, Chile. Es en esta área donde se localizan las
distintas clases de asentamiento que hemos trabajado. Ellos corresponden a cementerios,
aleros y sitios habitacionales abiertos (Lámina 1).
Entre los cementerios estudiados dos de ellos se ubican en los faldeos surorientales del
Cerro Challupén, en la sección norte del lago. El más conocido corresponde a Challupén-2
excavado por Mayo Calvo y Bernardo Berdichewsky (1972-73). De este sitio se
recuperaron 36 vasijas agrupadas en conjuntos de dos y tres cántaros. También se
encontraron vasijas aisladas y en dos unidades de excavación se rescataron doce y cinco
cántaros. En la publicación respectiva no se menciona la forma en que se agrupaban las
piezas. Para este cementerio se obtuvo una fecha de 635 +/- 110 años d.C. (Cuadro 1). El
segundo cementerio, Los Chilcos, fue excavado en 1999 (Adán y Reyes 2000). Se ubica a 2
km de distancia de la orilla norte del lago Calafquén, a 200 m del sitio Challupén-2, en su
misma cota. Se identificaron a lo menos tres unidades de entierro distribuidas en un área de
25 m². Se recuperaron 12 vasijas cerámicas completas, restos dentales y carporrestos en el
interior de las piezas de alfarería. Información cronológica sitúa al yacimiento en
momentos tempranos del alfarero, 350 +/- 170 años d.C. (Cuadro 1).
También en esta área se localiza el sitio habitacional abierto Antilef-1. Éste se ubica
cercano a los cementerios Challupén-2 y Los Chilcos y fue trabajado con el propósito de
registrar un espacio habitacional asociado a estas áreas mortuorias. El depósito excavado,
de 1 m² aportó material cerámico y algunos restos óseos de animales. Cerámica monocroma
del nivel 60-70 cm fue fechada por termoluminiscencia en 1.080 +/- 90 años d.C. (Adán et
al. 2001) y posteriormente fueron obtenidos otros fechados coherentes con los anteriores,
en 990 +/- 100 años d.C. y 1.030 +/- 100 años d.C. (Cuadro 1). Estas dataciones provenían
de fragmentos de vasijas manufacturadas con arcillas compuestas de áridos de las familias
granítica y moscovita, y dentro de la primera se cuentan decorados con engobe blanco.
Continuando por la porción norte del lago, en la localidad de Pucura se excavó el alero
Ñilfe-1. Éste se ubica a 3 km de la costa del lago, en la denominada Rinconada de Pucura
Alto y corresponde a un alero cuya entrada alcanza los 17 m, tiene una profundidad de 3.7
m y una altura de 3.3 m en el sector medio. Se practicaron 4 pozos de sondeo desde donde
se recuperaron cerámica, restos óseos animales, artefactos y desechos líticos y ejemplares
de Diplodon sp y Chilina sp. Se obtuvieron dataciones que sitúan el depósito entre los años
580 +/- 140 d.C y 1.560 +/- 40 d.C (Cuadro 1). Los fragmentos que se fecharon eran de
vasijas manufacturadas con arcillas compuestas de áridos tanto de la familia granítica como
de la familia moscovita, arrojando la primera de éstas la fecha temprana y la segunda la
datación tardía.
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Los sitios Loncoñanco-2 y 3, aguas arriba del primero, corresponden a aleros formados por
erosión fluvial sobre una formación de basalto. Se han practicado sondeos de exploración
comprometiendo 2 m² en cada uno de ellos. Los depósitos presentan contextos similares a
Marifilo-1. De estos sitios se fecharon dos fragmentos de pasta moscovita obteniéndose
para ambos sitios fechas de 1.280 +/- 70 años d.C. (Loncoñanco-2) y de 1.350 +/- 60 años
d.C. (Loncoñanco-3).
En el sector Pullingue, costa sur del Calafquén, se ubican los sitios habitacionales abiertos
Musma-1 y Musma-2. Se trata de pequeñas explanadas entre colinas limitadas al sur por
una pequeña laguna llamada Musma. En Musma-1 se practicaron 5 unidades de excavación
correspondientes a 4 m² (Adán et al. 2001). Ellas proporcionaron materiales líticos y
cerámicos. Se obtuvo un fechado sobre cerámica fragmentada color gris café, que informó
una fecha de 1.080 +/- 90 años d.C. (Cuadro 1). Posteriormente, fue fechado un fragmento
de pasta granítica en 1.475 +/- 40 años d.C. El sitio Musma-2, ubicado unos 200 m al este
del primero, fue objeto de un pozo de sondeo de 1 m² desde donde se recuperaron
materiales líticos y cerámicos, aquí se fechó un fragmento pasta moscovita con decoración
roja sobre blanco que aportó una fecha de 1.655 +/- 30 años d.C.
Siguiendo en el lado sur del lago, el cementerio Pitrén fue excavado por Menghin a fines de
1958 a instancias del investigador amateur y coleccionista Hans Mollenaüer, en terrenos del
hermano de este último. El sitio se localiza en la localidad de Calafquén, en los faldeos
noroeste de los Cerros de Pitrén, a una altura de 300 m.s.n.m. y con una importante
visibilidad hacia el lago y el volcán; características que además, comparten los otros
cementerios arriba mencionados. Del sitio se recuperaron 29 piezas distribuidas en
conjuntos de dos a tres vasijas, distanciados entre sí por 80 a 100 cm. Se informó de
escasos restos óseos humanos cuya recuperación no fue posible por razones de
conservación. El sitio fue agotado, situación que comprobamos en nuestros posteriores
sondeos y que corrobora la tesis de pequeños cementerios para los sectores lacustres (Cfr.
Aldunate 1989).
Los antecedentes del sitio obtenidos por Menghin (1962) fueron incluidos en la primera
cronología regional sistemática y en la definición del “Pitrenense” en base al criterio de
5
sitio tipo. Posteriormente, obtuvimos un fechado por termoluminiscencia de 1.000 +/- 100
años d.C. (Cuadro 1), que sitúa este panteón hacia los momentos tardíos del primer milenio
del Complejo Pitrén (Adán y Mera 1997a; Adán 1997).
Por último, se excavó el alero Rilul-1 que se emplaza fuera de la región el Calafquén, en el
valle del Cañadón Rilul, sector cordillerano de Curarrehue, aproximadamente a 1.050
m.s.n.m. Este alero se ubica a 1.5 km. en línea recta del lago Hualalafquén y a igual
distancia del paso cordillerano Rilul I. Además, se encuentra a unos 200 metros de un
bosque de araucarias. Se trata de un afloramiento de una brecha volcánica (toba), que está
conformado por tres recintos naturales; dentro de uno de ellos se practicaron dos pozos de
sondeo de 80 x 80 cm. Se rescataron restos líticos, entre éstos una punta de proyectil
triangular de obsidiana, fragmentos de cerámica y restos malacológicos de lago (Diplodon
sp.). La fecha obtenida para este asentamiento fue de 1.320 +/- 60 años d.C. (Cuadro 1).
En síntesis, los sitios que integran el universo de estudio se ubican tanto en la porción norte
como en el borde sur del lago, así como también en el área cordillerana de Curarrehue. Los
asentamientos del lado norte corresponden a dos cementerios, Los Chilcos y Challupén-2,
cuyas fechas los sitúan en torno a los años 350 y 635 d.C, respectivamente. Por su parte,
entre los asentamientos habitacionales de este lado figuran Antilef-1, Ñilfe-1, Marifilo-1 y
Loncoñanco-2 y 3. A excepción de los dos primeros asentamientos habitacionales, que
dentro de sus fechados presentan dos dataciones tempranas, una del año 520 d.C y la otra
del año 580 d.C, todos los demás sitios domésticos dan cuenta del período alfarero tardío,
con depósitos entre los años 890 y el 1.410 d.C. En la costa sur del lago se ubica el
cementerio Pitrén, fechado en el año 1.000 d.C. La contrapartida habitacional de este
cementerio corresponde a los sitios Musma-1 y 2, cuyas fechas son 1.080 y 1.655 d.C.,
respectivamente. La muestra de sitios habitaciones también cuenta con un asentamiento
cordillerano, Rilul-1, con fecha de 1.320 d.C. Finalmente, podemos enfatizar que la amplia
distribución geográfica que abarcan estos yacimientos, sumado a su diversidad funcional y
en algunos casos también temporal, constituye una oportunidad privilegiada para obtener
una visión detallada de lo que fueron las manifestaciones alfareras del complejo Pitrén en
esta área lacustre.
2. METODOLOGIA
distinguió para cada tipo su variante de decoración, tanto en técnica negativa como en
modelado, y en algunas escasas piezas por grabado/raspado. La decoración, a su vez, se
clasificó y sistematizó separadamente por su alto valor diagnóstico.
Tras este análisis, las tres principales familias de pastas identificadas dentro de la muestra
en estudio fueron la granítica, la moscovita y la volcánico-granítica (Cuadro 2).
Los sitios con funebria del área del lago Calafquén de los que se han rescatado piezas
cerámicas completas son tres: Los Chilcos, Challupén-2 y Pitrén. Los Chilcos representa el
momento más temprano, con un fechado de 350 +/-170 años d.C., Challupén-2 representa
un momento intermedio con un fechado de 635 +/- 110 años d.C. Por último, Pitrén
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representa un momento más tardío como lo demuestra el fechado obtenido de 1.000 +/- 100
años d.C. (Cuadro 1). Esta amplitud temporal nos ofrece una buena oportunidad para
examinar las diferencias y similitudes que pueden presentar los conjuntos de vasijas, a lo
largo de un eje cronológico de 700 años, y explorar así, la tradicionalidad en la producción
de vasijas cerámicas en la zona.
Como se puede observar, el número de vasijas con que contamos de cada contexto genera
un problema muestreal bastante grande, ya que tanto el conjunto más temprano como el
más tardío son notoriamente menores que el de Challupén-2. Además, no podemos estar
seguros de la ausencia de ciertos tipos cerámicos o de ciertos atributos de ellos en el sitio
Pitrén, al no contar con toda la colección. Teniendo en cuenta estas limitaciones se realizó
una comparación de los tres cementerios.
Los tipos escudilla (Figura 7, lámina 2) y cuenco sin asa (tipos 9 y 11), si bien no las
registramos entre las 10 vasijas que quedan de la colección original de Pitrén, sabemos que
se encuentran presentes ya que Menghin las registra como parte de este contexto (1962:32,
fig.9). La vasija modelada antropomorfa (tipo 17) presente en Challupén-2 (Figura 8,
lámina 2) no se encuentra en Pitrén; pero este tipo de vasijas aparece tan escasamente en el
primer sitio que su ausencia en el contexto más tardío no parece tener real significado. Lo
único notoriamente ausente del conjunto más tardío son las tazas (tipo 13) (Figura 9, lámina
2), que no fueron registradas.
8
Morfología: en términos de las formas específicas que adoptan las distintas partes de los
cuerpos de las vasijas no se observan diferencias notables. La forma del cuerpo en los tres
conjuntos es preferentemente esférica o elipsoide horizontal. En Challupen-2 y Pitrén
encontramos además la forma ovoide invertida y en Challupén-2 la forma ovoide. El mayor
número de vasijas que componen el conjunto de Challupén-2 pueden responder por la
mayor variedad formal observada en este sitio. En Los Chilcos se encuentra un ejemplar
con forma bitroncocónica. Esta forma no se encuentra en Challupén-2, pero en el sitio
Pitrén hay por lo menos una vasija dibujada que sugiere una forma de cuerpo
bitroncocónica (Menghin 1962:32, fig.8). La forma del cuello es hiperboloide o cilíndrica
mayoritariamente en los tres casos. En Challupén-2 y Pitrén ésta puede también ser cónico
invertida, aunque en mucho menor frecuencia. En términos del perfil de las piezas en los
tres conjuntos de vasijas se encuentran perfiles simples, inflectados, compuestos y
complejos (correspondientes a las vasijas asimétricas y antropomorfas). Las vasijas simples
son más frecuentes en los dos contextos más tempranos por la presencia de escudillas y
tazas. Como ya hemos visto, Menghin (1962) no registró tazas en Pitrén pero sí escudillas.
Por último y como rasgos aislado, cabe destacar la presencia de un borde reforzado y un asa
con inserción cuerpo-cuerpo en Challupén-2, y pese a que se trata de casos únicos en este
sitio, igualmente son rasgos registrados en otras vasijas del complejo Pitrén.
Medidas: este parámetro es el único en que hemos detectado algunas diferencias que
podrían ser significativas. En las medidas de diámetro del borde se observa una tendencia a
que las piezas del conjunto más temprano se concentren en los valores menores dentro del
rango de variación que éstas presentan en su conjunto (Gráfico 1). En las medidas de altura
máxima de las vasijas el contexto que presenta mayores diferencias es Challupén-2, ya que
presenta una serie de vasijas con altos que varían entre los 28 y los 97 mm. Estos, sin
embargo, pertenecen a las categorías escudilla y tazas y en dos casos a jarros. El rango de
variación de medidas más frecuente en los tres sitios es entre los 110 y los 169 mm. En los
tres sitios se presentan algunos casos aislados que presentan medidas mayores que
corresponden a jarros (Gráfico 2). Respecto al diámetro máximo de las vasijas, si bien es el
sitio Challupén-2 el que presenta el mayor rango de variación, se observa una tendencia a
que las vasijas del contexto más temprano se sitúen en el rango inferior de variación y que
por el contrario, las vasijas del conjunto tardío se sitúen en el rango mayor de ésta (Gráfico
3). Por otra parte, el espesor de paredes es un aspecto que coincide en los tres sitios. El
rango en los conjuntos de Los Chilcos y Challupén-2 se mueve entre 3 mm y 9 mm, con la
mayor frecuencia concentrada entre los 5 mm y 6 mm. Las vasijas del sitio Pitrén, por su
parte, se enmarcan dentro de esta variación, con una mayor frecuencia en los 6 mm.
una mucho mayor variedad de decoraciones con un ejemplar con engobe rojo y modelado
ornitomorfo, un ejemplar con pintura negativa y un modelado antropomorfo. En el conjunto
Pitrén las improntas de hojas predominan notoriamente sobre otra decoración. Se registra
también un modelado zoomorfo y, de acuerdo a las ilustraciones de Menghin, al menos un
jarro con decoración negativa (1962:31, fig. 8).
Pastas: el análisis de pastas se vio dificultado por la misma naturaleza completa de las
piezas, que muchas veces imposibilitó el acceso a una fractura fresca lo suficientemente
grande como para poder realizar la observación. No obstante lo anterior, podemos afirmar
que las vasijas del sitio Los Chilcos en su mayoría presentan pasta con áridos graníticos,
donde el tamaño de los áridos varía entre pequeño y mediano. En un solo caso
identificamos una pasta notoriamente distinta, de matriz muy fina, pocos áridos y
moscovita muy fina. En el sitio Challupén-2 las características de las pastas son muy
similares: 18 de las vasijas revisadas presentaban pastas graníticas con áridos que variaban
de tamaños entre pequeños y grandes, tres presentaban inclusiones rojas blandas y solo una
presentaba áridos de origen volcánico. En el resto de las vasijas no se pudo observar la
pasta con claridad, aunque en dos casos ésta era claramente más fina y con menos cantidad
de áridos. En el sitio Pitrén solo se pudieron revisar cuatro de las diez piezas, y éstas
evidencian pastas que también tienen áridos graníticos, junto con eventuales áridos de
origen volcánico.
Es importante hacer notar que a pesar de que no se pudo revisar las secciones mediante un
corte fresco en todas las piezas, podemos afirmar que la familia de pastas con moscovita
grande y densa no se encuentra presente en las vasijas completas. La moscovita como
antiplástico es identificable incluso en las superficies de las vasijas.
En síntesis, los tres conjuntos de vasijas completas (Los Chilcos, Challupén-2 y Pitrén), que
representan un lapso de cerca de 700 años de la secuencia temporal del Complejo Pitrén en
el área del Calafquén, demuestran en términos generales una gran homogeneidad. Es así
como no se ven mayores variaciones en los aspectos tipológicos, formales, decorativos y de
manufactura entre los conjuntos. Dentro de esta homogeneidad uno de los pocos aspectos
que parece mostrar ciertas diferencias es el métrico. En este sentido hay una tendencia a
que las vasijas de Los Chilcos se concentren en los rangos inferiores de variación y las de
Pitrén, por el contrario, en los rangos superiores. Hay que hacer notar, sin embargo, que
esta variación de tamaño se da dentro de un rango que podemos considerar bastante
limitado y siempre son tamaños más pequeños que los observados a partir de la
fragmentería de los sitios habitacionales de la misma área. Otro aspecto que también
manifiesta leves diferencias entre los cementerios es la presencia de decoración por
modelado y por técnica negativa, las que están completamente ausentes en el contexto más
temprano, Los Chilcos. La configuración del conjunto cerámico de Los Chilcos, con
presencia casi exclusiva de piezas monocromas, concuerda con lo planteado en trabajos
anteriores en los que se reconoció que en los inicios del alfarero temprano existiría una
clase de asociación de tipos cerámicos que se caracteriza básicamente por piezas
monocromas y ausencia de modelados, apareciendo exclusivamente los jarros asa mango o
zoomorfos (Adán y Mera 1997a; Adán y Mera 1999).
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Otro de los tipos de cuellos identificados fueron los directos (n = 16) e indeterminados (n =
79). Entre los fragmentos-formas también se registraron bordes, los que fueron clasificados
en: directos evertidos, directos y evertidos. Entre los primeros se reconocieron dos, uno con
labio convexo y el otro con labio recto. Además, se observaron siete bordes evertidos, de
los cuales solo uno posee labio convexo, asociándose el resto con labios rectos. Entre los
bordes directos se reconocieron 20, de los cuales 12 presentan labios rectos y ocho labios
convexos. Se identificaron seis bordes con reborde, tres con labios convexos y tres con
labios rectos. De estos últimos, cuatro provienen de Marifilo-1 (Figuras 4 y 5, lámina 3),
uno de Antilef-1 (Figura 6, lámina 3) y el último de Musma-1. Las asas y uniones del asa
con el cuerpo o con el cuello alcanzan un total de 14. De ellas, siete son del tipo en arco de
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correa (Figura 7, lámina 3) y tres en arco lisas (Figura 8, lámina 3), el resto corresponden a
uniones del asa con otras partes del cuerpo de las vasijas.
Medidas: el tamaño de las vasijas fue el único aspectos métrico considerado en el proceso
de reconstrucción de las piezas completas. Este atributo fue consignado porque cada tipo
formal de las vasijas completas Pitrén presenta tendencias en sus relaciones de tamaño. La
medición de este atributo se realizó a través del establecimiento de los diámetros de los
bordes, cuellos, uniones del cuello con el cuerpo y bases. Se definieron los siguientes
rangos de tamaños del diámetro: pequeño, mediano y grueso (8). A partir de este análisis se
observó que las familias de pastas se presentan bastante homogéneas respecto de los
tamaños de las vasijas, lo mismo sucede al comparar los sitios. Es decir, no existe una
tendencia preferencial entre un determinado tipo de pasta con un tamaño particular de
vasija, así como tampoco, una distribución diferencial de tamaños de vasijas por sitio,
siendo los diámetros medianos y grandes los más frecuentes en todos ellos (Cuadro 5). El
único sitio que presenta una diferencia en este sentido es Marifilo-1, en donde la proporción
de diámetros de tamaño grande y mediano por sobre los pequeños es mayor que en el resto
de los sitios, aunque en general la muestra es bastante pequeña como para establecer
relaciones significativas.
Otro de los atributos registrados fue el espesor de las paredes (9). Los rangos de tamaño de
las paredes más frecuentes en los sitios habitacionales en orden decreciente son: el
mediano-grueso, grueso y mediano. Particularmente, los fragmentos de pastas graníticas en
su mayoría se presentan con espesores mediano y mediano-grueso, por su parte, los
fragmentos con pastas moscovitas se asocian con mayor frecuencia con paredes gruesas y
mediano-gruesas. Finalmente, en la familia de pastas volcánica-graníticas los rangos
mediano y mediano-grueso son los más comunes (Cuadro 6). Pese a esta tendencia general
de la relación entre familias de pastas y los espesores de paredes, en algunos sitios como
Ñilfe-1 y Musma-1, por ejemplo, la familia de pastas graníticas se asocia principalmente
con paredes del rango mediano mientras que en los sitios Marifilo-1 y Antilef-1 se observa
con paredes gruesas. Algo similar ocurre con la familia de pastas moscovita que en Ñilfe-1
se asocia preferentemente con espesores gruesos, en Loncoñanco-2 y 3 lo hace con el rango
mediano-grueso, mientras que en Antilef-1 con el rango delgado-mediano.
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Decoración: la decoración presente en los sitios habitacionales es del tipo engobe rojo,
blanco, café y sus diferentes tonalidades, en asociación a las familias de pastas graníticas y
moscovita. También se registraron fragmentos bícromos rojo sobre blanco (estilos
decorativos Vergel ó Valdivia). Estos últimos aparecen en prácticamente todos los sitios
estudiados, a excepción de Loncoñanco-2 y Loncoñanco-3, y corresponden al 5.4% del
total de la fragmentería analizada. Entre los diseños se constataron: triángulos en oposición
arriba-abajo, zig-zag múltiples y superposición de zig-zag múltiples (Adán y Mera 1997b).
Los fragmentos que presentan decoración engobe blanco en una o ambas caras y bicromía
roja sobre blanco, fueron manufacturados con pastas de la familia granítica,
específicamente con el patrón denominado matriz blanca, y también en menor medida con
la familia de pastas moscovita.
En el sitio Antilef-1, con fecha de 990 +-100 d.C, se registraron fragmentos decorados con
engobe blanco manufacturados con pastas de la familia granítica (patrón matriz blanca). Es
posible que éstos hayan tenido en su superficie original decoración roja sobre dicho engobe,
encontrándose actualmente completamente erosionada. Por su parte, algunos fragmentos
bícromos asociados con pastas de la familia moscovita fueron datados directamente, dando
fechas cercanas al año 1.650 d.C.
De acuerdo a un estudio petrográfico (10) realizado sobre algunos de los patrones de pastas
definidos, los áridos que componen la masa fundamental de las tres familias definidas,
serían de origen autóctono, denotando un uso de materias primas y producción local. Esto a
excepción del patrón esquisto que no ha sido integrado dentro de ninguna de las familias
antes mencionadas, y que solo se presenta en Antilef-1 y Marifilo-1 con una frecuencia
inferior al 1%. El esquisto podría provenir de las rocas metamórficas del sector de Lanco,
unos 60 km al oeste de la región del Calafquén (11).
A modo de conclusión podemos decir que los sitios habitacionales se comportan bastante
homogéneos en cuanto a los tipos morfológicos de vasijas. Es común en todos ellos la
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Una de las pocas divergencias entre los sitios habitacionales respecto de los rasgos
morfológicos se refiere a los tipos de bordes. Por un lado, en Marifilo-1 se observó mayor
frecuencia de bordes reforzados que en los otros sitios. Estos bordes se asocian con pasta
granítica, vidrio volcánico negro y pasta moscovita. Por su parte, en el alero Ñilfe-1 es
especialmente peculiar la aparición de un borde engrosado hacia el exterior (Figura 9,
lámina 3), que no ha sido observado ni en los otros sitios habitacionales como tampoco en
los contextos mortuorios Pitrén. La disturbación que presenta el depósito de Ñilfe-1 hace
imposible precisar la temporalidad de este rasgo más allá de situarlo entre los años 580 d.C.
y 1.460 d.C. (Cuadro 1). Al igual que en Ñilfe-1, la disturbación estratigráfica del depósito
de Marifilo-1 impidió precisar dentro del rango cronológico del sitio, que va entre los años
520 d.C. y 1.410 d.C. (Cuadro 1), la ubicación temporal de los bordes con rebordes.
Los sitios habitacionales tampoco presentan diferencias significativas en cuanto a los tipos
decorativos observados, los que corresponden a fragmentos decorados con engobes de
diferentes colores y con bicromía roja sobre blanco. Estos decorados se asocian tanto a
pastas con áridos de origen granítico como con moscovita. En Antilef-1 los fragmentos
engobe blanco también aparecen asociados con elementos de clara tradición temprana,
como es la presencia de improntas de hojas con técnica negativa, las que al parecer no
estarían formando parte de una decoración sino más bien serían resultado del proceso de
manufactura (cocción).
tardío), mientras que las pastas con moscovitas solo hacen su aparición desde el año 890
d.C., como está documentado en los niveles superiores del alero Ñilfe-1.
5. CONCLUSIONES
El análisis comparativo realizado sobre los conjuntos alfareros de los dos tipos de sitios
estudiados, cementerios y habitacionales, del complejo Pitrén del lago Calafquén, indica
que si bien hay algunos elementos que son compartidos, como el tratamiento de superficie
y algunas categorías morfológicas, la mayor parte de los atributos analizados informan que
entre estas clases de contextos existen diferencias. Es el caso de las notorias divergencias
observadas en relación a las pastas de las vasijas, además de algunos atributos morfológicos
y los tipos de decoración. Cabe mencionar que las comparaciones entre los conjuntos
alfareros de ambas categorías de asentamientos fueron realizadas, en lo posible, a partir de
los mismos ejes de análisis con que fueron descritas previamente las piezas enteras y los
fragmentos.
Con respecto a las semejanzas entre las vasijas mortuorias y domésticas, podemos
mencionar que la alfarería de estos dos ámbitos posee básicamente tratamiento de
superficie pulido. En relación a las categorías morfológicas también existen algunas
coincidencias; es el caso de ciertos tipos de cuellos y perfiles observados. En los dos
contextos se registran cuellos hiperboloides y cilíndricos. En relación a los perfiles, en
ambos se observan vasijas de perfil simple, inflectado y compuesto, siendo las vasijas de
perfil compuesto e inflectado más abundantes que las de perfil simple, y las vasijas
compuestas las más frecuentes.
Pese a estas semejanzas existen una variedad de aspectos que presentan diferencias, los que
se refieren, como arriba se mencionó, al ámbito morfológico, tecnológico y decorativo de
las vasijas.
En relación a las categorías morfológicas se pudo apreciar que en el ámbito doméstico hay
ausencia de piezas complejas, las que sí están presentes en los cementerios. A nivel de la
fragmentería no se detectaron uniones u otros rasgos indicativos de este tipo de vasijas.
Los tipos de bordes y asas son otros de los aspectos morfológicos que también presentan
diferencias. En general en el ámbito mortuorio, a excepción de un ejemplar del cementerio
Challupén-2, no se observan bordes reforzados, mientras que en los sitios habitacionales
éstos aparecen con mayor frecuencia. En relación a las asas, llama la atención su baja
frecuencia entre la fragmentería, sobre todo considerando que todas las categorías de
vasijas observadas en los contextos funerarios presentan una o dos de ellas. Siguiendo con
las divergencias, destaca la presencia en los sitios domésticos de tres asas de sección
circular. Esta variedad no se registra entre las vasijas completas, ya que en ellas siempre
las asas son del tipo en arco de correa. En relación al emplazamiento de las asas, entre las
vasijas del ámbito habitacional se detectaron asas con inserción cuello-cuerpo y ninguna del
tipo cuerpo-cuerpo. Como antes se indicó, un ejemplar de este último tipo está presente en
Challupén-2.
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En cuanto a las características métricas tamaño de las vasijas y espesor de las paredes se
observó que, mientras en las vasijas completas de los cementerios el rango de variación de
los diámetros del borde oscila entre los 40 y los 129 mm, en la fragmentería los diámetros
más frecuentes son considerablemente más amplios, van entre los 150 y 200 mm y otros
son superiores a 200 mm. En el caso de los espesores, las vasijas completas presentan
mayoritariamente rangos medianos (5 - 6 mm), a diferencia de la fragmentería en la cual los
espesores de paredes más frecuentes se enmarcan dentro de los rangos mediano-grueso (6.2
- 7.1 mm) y grueso (más de 7.2 mm), sin desconocer la importante presencia de los
fragmentos medianos (5.1 - 6.1 mm).
Entre las divergencias observadas a nivel de la decoración se constató que los contextos
funerarios presentan decoración modelada y el uso de la pintura negativa como parte de las
técnicas más importantes de decoración, mientras en la fragmentería, estos tipos
decorativos prácticamente no se encuentran. En los sitios habitacionales se agregan además,
las variedades decorativas engobe blanco (que bien pudiese corresponder a fragmentos
bícromos erosionados) y bicromía roja sobre engobe blanco, las cuales sin embargo, no
estarían representadas en los contextos fúnebres, ni siquiera en los más tardíos del alfarero.
En síntesis, podemos observar que el complejo Pitrén del lago Calafquén presenta para el
ámbito funerario cierta selectividad en la producción y uso de algunas categorías de vasijas
cerámicas. Nos referimos por un lado, al hecho de que las piezas asimétricas y complejas
son exclusivas para este tipo de contextos y por otra parte, a que éstos se componen
mayoritariamente de vasijas de menor tamaño. Además, en los cementerios aparecen
modalidades decorativas que son muy escasas en los espacios domésticos, como la pintura
negativa y los modelados. En términos tecnológicos las vasijas funerarias presentan una
selectividad en los tipos de pastas graníticas usadas, ya que en general, poseen áridos más
pequeños que aquellas de los asentamientos habitacionales.
Finalmente, podemos señalar que una de las conclusiones surgidas a partir de este estudio
comparativo y que además, constituye un interesante tema relacionado con la manufactura
alfarera temprana del Centro-Sur de Chile, se refiere al tradicionalismo que observamos en
el aspecto tecnológico de la producción cerámica Pitrén del Calafquén. Nos referimos al
uso reiterado por cerca de 1.500 años de las formaciones graníticas como materias primas
de las pastas. Es así que, encontramos pastas graníticas en fragmentos del ámbito doméstico
y en vasijas mortuorias (sitios Ñilfe-1 y Marifilo-1 y Los Chilcos y Challupén-2,
respectivamente), con fechas tanto del alfarero temprano como del tardío. Luego a partir
del año 1.000 d.C., el registro con el que contamos, nos indica que en los sitios
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habitacionales se adiciona un nueva familia de pastas que incorpora áridos tipo moscovita
(pizarra), mientras en los cementerios sigue el uso exclusivo de pastas graníticas. Esta
selectividad normada y transmitida, nos remite a una producción local, avalando la tesis de
cierto conservadurismo en el modo de vida que hace innecesarios cambios más sustantivos.
El uso reiterado de estos recursos es igualmente indicación de estabilidad en el acceso a los
mismos y del funcionamiento de una organización productiva al interior de la unidad
doméstica que hace posible la mantención de estos hábitos (Rice 1984; Nicklin 1971).
Notas
1 Fondecyt 1010200.
2 Fondecyt 1950823.
3 Fondecyt 1970105 y 1010200.
4 Veáse p.e. en Adán y Reyes la caracterización de los restos dentales de los individuos enterrados en el
Cementerio Los Chilcos.
5 Los sitios habitacionales Pitrén registrados en el Calafquén se caracterizan por depósitos débiles que acusan
una importante movilidad, mientras que los cementerios son igualmente pequeños comparado con los sitios
excepcionales del by-pass de Temuco (Ocampo et al. 2000).
6 El concepto básico de tradición al que aluden estos estudios se basa generalmente en una de las primeras
sistematizaciones que desarrollaran Willey y Philips (1958) en el marco de sus unidades básicas de análisis.
Los ejemplos que los autores proporcionan, en efecto, se refieren a su aplicación en los andes peruanos para
demostrar la constancia en aspectos técnicos y decorativos de la cerámica. "Our first definition is accordingly
amended to read: an archaeological tradition is a (primarily) temporal continuity represented by persistent
configurations in single techonologies or other systems of related forms. The lack of specification in respect
to the spatial dimension may be supplied by the use of qualifying terms, as in "regional tradition", "areal
tradition", and so on". (Willey y Philips 1958: 37)
7 Entre las vasijas del sitio Pitrén que se conservan en la Universidad de Chile no se encontraron vasijas
incisas. Sin embargo, de acuerdo a las ilustraciones de Menghin (1962:31-32, figs. 8 y 9) habrían por lo
menos 2 vasijas con incisiones anulares en la base del cuello o, alternativamente, con un abultamiento anular
en la base de éste.
8 Estos tres rangos de diámetros abarcan las siguientes medidas: pequeño: < 100 mm, mediano: entre 100 y
200 mm y grande: > 200 mm.
9 Para el atributo espesor de paredes también se establecieron rangos de tamaños. Delgado (d): menor o igual
a 4 mm, delgado-mediano (dm): 4.1 - 5.1 mm, mediano (m): 5.2 - 6.1 mm, mediano-grueso (mg): 6.2 - 7.1
mm y grueso (g): > 7.1 mm.
10 Efectuado en Valdivia por el geólogo Mario Pino Q.
11 Comunicación personal del geólogo Mario Pino Q.
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