Mera y García 2005. Alero Marifilo 1. Ocupación Holoceno Temprana en La Costa Del Lago Calafquén (X Región, Chile)
Mera y García 2005. Alero Marifilo 1. Ocupación Holoceno Temprana en La Costa Del Lago Calafquén (X Región, Chile)
Mera y García 2005. Alero Marifilo 1. Ocupación Holoceno Temprana en La Costa Del Lago Calafquén (X Región, Chile)
Arqueologa de Patagonia
ALEROMARIFILO-1.OCUPACINHOLOCENOTEMPRANA ENLACOSTADELLAGOCALAFQUN(XREGIN-CHILE)1
C. Rodrigo Mera M. * Christian Garca P. *
INTRODUCCIN ANTECEDENTES
Marifilo-1 corresponde a un alero emplazado en la costa norte del lago Calafqun, localidad de Pucura (X Regin-Chile). Presenta reiteradas ocupaciones humanas a lo largo de una secuencia que va desde el Holoceno Temprano (ca. 10.200 A.P) hasta momentos alfareros tardos (ca. 1.400 d.C.). Los resultados de las investigaciones permiten, a grandes rasgos, plantear una secuencia cultural, evidenciada por una serie de ocupaciones humanas, intercaladas por eventos volcnicos de alcance local e incluso regional. Este trabajo tiene por objetivo presentar la investigacin realizada en el sitio, la metodologa implementada y los resultados alcanzados hasta ahora, en especial, aquellos relacionados con las ocupaciones precermicas. Particularmente, nos interesa enfatizar estos hallazgos en el marco del poblamiento del sector septentrional de Patagonia, para lo cual planteamos algunas reflexiones en torno a la dinmica del poblamiento y la movilidad de las sociedades cazadoras recolectoras.
Trabajo inserto en el marco del Proyecto Fondecyt 1010200 Tradicin arqueolgica de bosques templados en el centro-sur de Chile. Poblaciones arcaicas y formativas adaptadas a los sistemas lacustres andinos (Lago Calafqun, IX y X Regin). Fondecyt 1010200
El sitio Alero Marifilo-1 (39 30 30- 72 03 26), se ubica en la costa norte del lago Calafqun2, comuna de Panguipulli, Provincia de Valdivia, X Regin de Los Lagos, sur de Chile. El alero se encuentra inserto en la regin de los bosques templados (Armesto et al. 1996), con la particularidad de la presencia de un sistema lacustre y volcnico. El Lago Calafqun ha sido incluido por los especialistas entre los Lagos Araucanos (Soto y Campos 1996). Como ocurre con la mayor parte de los lagos del sur de Chile, de origen glacial o tectnico glacial, ellos alcanzaron sus niveles y morfologa actual entre 10.000 y 12.000 aos A.P. (Mercer 1972). Desde nuestra perspectiva, asumimos como nuestra rea de estudio a la Regin del Calafqun, es decir ...la zona en torno al lago Calafqun, ubicada en la precordillera, en el lmite nordeste de la provincia de Valdivia, abarcando parte del extremo sureste de la provincia de Cautn, hasta el borde meridional del lago Villarrica, por el norte y llegando al borde septentrional del lago Panguipulli por el sur... (Berdichewsky y Calvo 1972-1973: 529). La regin de estudio se emplaza en un sistema de lagos cordilleranos andinos, tales como el Calafqun, Panguipulli y Pellaifa, donde predominan cordones montaosos de altitudes mo2
El sitio se encuentra a 280 m.s.n.m., mientras el lago esta a 205 m.s.n.m. La distancia entre el alero y la costa del lago es de alrededor de 1.250 m.
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Figura 1. Ubicacin del rea de estudio deradas, que fluctan entre los 600 y 800 m (Figura 1). El lago Calafqun se encuentra a una altura de 203 m.s.n.m, presenta una superficie de 121 km2 y una profundidad mxima de 212 m (Subiabre y Rojas 1994: 41). Corresponde a la hoya hidrogrfica del ro Valdivia que agrupa a los lagos Lacar (en el lado argentino), Pirehueico, Pellaifa,Calafqun,Panguipulli yRiihue. Otro importante hito geogrfico es el volcn Villarrica que, con una forma cnica casi perfecta, cubre una superficie de aproximadamente 400 km2, alcanzado los 2.847 m.s.n.m. La cima del cono principal y el interior de la caldera estn cubiertos por un glaciar que se extiende sobre una superficie de 40 km2.
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Aspectos de la geologa local y del ambiente fisiogrfico El sitio corresponde a un alero natural, resultado de la erosin de antiguos cuellos volcnicos, pertenecientes al sistema del volcn Villarrica. Se habra formado, producto de la infiltracin del agua y del concurso de un pequeo estero que habra erosionado la base del alero, permitiendo as la posibilidad de abrigo bajo techo, que define estos asentamientos. Las dimensiones del alero son de 15.5 m de largo y cerca de 3 m de profundidad. El alero se ubica en un pequeo valle formado por un estrecho pero profundo estero. El valle mira hacia la costa del lago Calafqun y se asimila a una pequea rinconada, formada en las laderas de antiguas terrazas lacustres (Figura 2). Es probable que a fines del Pleistoceno, la cota del lago haya estado a mayor altura y cercana por tanto al alero. Posteriormente, estas terrazas habran sido cortadas por los cursos fluviales que se habran formado al cambiar la dinmica geomorfolgica, producto del descenso del nivel del lago y la subida del
desarrollado a lo largo de tres aos, durante diferentes temporadas de terreno. Para cada una de stas, los objetivos y estrategias a desarrollar han sido distintas, de acuerdo a la evolucin que han tenido las investigaciones. Inicialmente3, durante la etapa de prospeccin fue descubierto el sitio, procedindose a efectuar 2 restringidos pozos de sondeo en distintos sectores del interior del alero. Ms tarde, durante la etapa de sondeos, se practicaron ampliaciones en uno de estos pozos, de manera de intentar determinar la potencia y la eventual presencia de rasgos significativos en el depsito. Una segunda etapa de la investigacin4 tuvo la finalidad de realizar excavaciones extensivas en el lugar, de manera de alcanzar un conocimiento ms acabado de las caractersticas espaciales y materiales de las diferentes ocupaciones discriminadas en la etapa anterior. Se planific abordar tanto el sector interior como el exterior del alero, y poner en prctica una estrategia de recuperacin de los restos que permitiera extremar la posibilidad de obtener in-
Figura 2. Ubicacin del alero en las suaves laderas de las terrazas lacustres nivel de base de los cursos fluviales. El proceso sera complementado con la constante modificacin sobre la topografa producto de la cada y arrastre de depsitos piroclsticos, asociados a la peridica actividad volcnica del Villarrica.
METODOLOGA
3
Trabajos incluidos en el marco del Proyecto Fondecyt 1970105 Poblaciones agroalfareras tempranas en el mbito lacustre precordillerano: el caso del Lago Calafqun. Trabajos realizados en el marco del Proyecto Fondecyt 1010200 Tradicin arqueolgica de los bosques templados en el centro-sur de Chile. Poblaciones arcaicas y formativas adaptadas a los sistemas lacustres andinos (Lago Calafqun, IX y X Regin).
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formacin del registro (Solari y Adn, en este volumen). Una ltima temporada fue llevada a cabo, con el objeto de recuperar el hallazgo de un contexto funerario asociado a los restos esqueletales de un individuo. Este, resultaba especialmente importante para los objetivos del proyecto, ya que por primera vez exista la posibilidad de recuperar restos bioantropolgicos para momentos arcaicos en el sector cordillerano de la regin Centro-Sur de Chile. La asociacin estratigrfica observada, permita suponer la relacin del individuo a los niveles asociados a una fecha cercana a 5.500 aos A.P. En el caso de la primera etapa, ya que se intentaba tener un diagnstico del depsito, se asumi una metodologa de excavacin por niveles artificiales, harneo (mallas de 4 y 6 mm) y seleccin de restos arte y ecofactuales, la observacin de los rasgos principales y el registro estratigrfico. En la segunda etapa, en que se intentaba abordar aspectos ms puntuales del sitio, as como obtener restos que pudieran servir de bio-indicadores, los sedimentos fueron colados en mallas ms finas (2 y 3 mm) y se lav la fraccin restante usando agua, la que fue bombeada desde el estero que pasa a pocos metros del alero. De esta manera, todos los restos fueron ms fciles de distinguir, especialmente las espculas de carbn, los restos seos y los carporrestos, que eventualmente serviran de bio-indicadores. Se realiz adems la extraccin de un rea de 25 cm x 25 cm en el vrtice norte de cada unidad de excavacin (1 m x 1 m), estos sedimentos fueron embolsados y ms tarde, flotados en el laboratorio. Estas columnas, cuyo porcentaje del volumen total corresponde a 6.25%, permitieron recuperar prcticamente todos aquellos restos observables macroscpicamente. Pensamos que la planificacin de estas actividades y su ejecucin permitirn a futuro establecer comparaciones, metodolgicamente vlidas, entre diferentes tcnicas de recuperacin y optar por aquellas opciones metodolgicasqueresulten mseficientes(Cf. Solari y Adn, en este volumen). En esta segunda etapa, se intent un acercamiento hacia aspectos espaciales y distribucionales del depsito, para lo cual se realiz una unidad fuera de la lnea de goteo del alero, con el objetivo de constatar diferencias entre dentro y fuera del mismo. Producto del escaso registro de restos lticos
El alero fue excavado en cuatro temporadas de terreno, durante 3 aos, abrindose una superficie aproximada de ocho m2. Los volmenes de sedimentos obtenidos de cada unidad de excavacin se desglosan en la tabla siguiente: Tabla 1. Unidades excavadas y volmenes extrados
Unidades Volumen del depsito cultural (m3) 1 0,9 1 1,2 2,1 2,1 2,1 1,2 11,6 m3 Volumen total excavado (m3) 1 0,9 1 1,2 3,8 2,3 2,1 1,2 13,5 m2
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polgicos en un sector asociado a una comunidad mapuche. A continuacin, se presentan los resultados sistematizando los temas que pudieron ser abordados independientemente, centrndonos en las ocupaciones precermicas. a) En relacin con la estratigrafa Se registr un total de 10 fogones, de diferentes tamaos y densidades, tres de ellos asociados al perodo Alfarero (ca. 1.400 d.C), los siete restantes al Arcaico, documentando una larga e intermitente secuencia de ocupacin durante ms de 6.000 aos (ca. 10.200 ca. 4.900 A.P.). Se distinguieron siete estratos, los seis primeros culturales, mientras el ltimo ms profundo corresponde a una capa estril, asociado a un evento volcnico de grandes proporciones, denominado Flujo Piroclstico 1 (FP-1)5. En la figura 4 puede ob5
Figura 3. Plan de excavacin del sitio El sitio Alero Marifilo-1 origin una serie de resultados no esperados en un primer momento, lo que result en que cada temporada fuera abordada casi de manera independiente en su metodologa y objetivos, siguiendo en todo caso un lineamiento general. Si en un momento inicial, el desafo estaba dado por conocer la profundidad que alcanzaba el depsito, al final ste era cmo abordar el complejo tema de recuperar restos bioantro-
Un flujo piroclstico corresponde a un fluido compuesto de una mezcla turbulenta de gases calien-
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servarse la estratigrafa definida para el sitio, cuyos componentes detallamos a continuacin. Estrato 1 (E1: 0 - 45 cm.) Se trata de una capa cultural. La matriz es limo-arenosa, con leve aporte de ceniza, color caf oscuro, textura suelta a semicompacta. Presenta raicillas, carbones, discretas manchas de ceniza y rasgos culturales, correspondientes a tres fogones, distinguibles por el rasgo de tierra quemada y que corresponde a la base de stos. Se registraron, adems, restos culturales tales como fragmentos de cermica, algunos con decoracin Vergel; lticos, entre ellos un pulidor sobre basalto y restos seos de mamferos. Asociado a los fogones, se registraron cuentas de collar elaboradas a partir de valvas (malacolgicas) y semillas carbonizadas de poroto (Phaseolus sp.). Hacia el sector de las unidades B-17 y B-16 se distingui un bolsn, tambin asignable a momentos alfareros (denominado como Estrato 1-A: E.1A, en la lmina), el cual afecta parte del depsito subyacente. Estrato 2 (E2: 35 - 60 cm.) Desde el punto de vista cultural correspondera a una capa estril, producto de su origen natural (corresponde a FP-3) se trata de ceniza volcnica gruesa, de color gris. Sin embargo, presenta un considerable nmero de restos arte y ecofactuales, producto de la ocupacin por parte de los grupos alfareros, relacionados al estrato superior. La capa de ceniza se encuentra notablemente intervenida: se desplazan sedimentos, se entierran postes, se excava para instalar la base de fogones, es cortado por bolsones que cuelgan desde el Estrato 1, entre otras modificaciones. Estrato 3 (E3: 50 - 97 cm.) Corresponde a una capa cultural. Matriz limo-arenosa, con aportes de ceniza volcnica y piroclastos retrabajados; color caf levemente rojizo, textura suelta a semi-compacta. Presenta races, raicillas y rasgos culturales. Se registra un gran fogn, cuyo centro se instala
tes y material piroclstico mal clasificado (fragmentos volcnicos, cristales, ceniza, pmez y fragmentos de vidrio volcnico) que pueden moverse a una alta velocidad (80 a 130 km/h). El trmino tambin se refiere a los depsitos as formados.
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mferos) y vegetales carbonizados. Destaca la presencia de un artefacto seo elaborado sobre la porcin medial de un fmur de pud (Pudu puda) formando un cilindro con fracturas longitudinales que convergen dejando un pequeo segmento de unin. Estrato 7 (E7: 213 346 cm) Corresponde a los niveles estriles del depsito cultural, se asocia a un gran evento volcnico (FP-1), tefra de color blanco, aunque en el sector superior presenta gradaciones del gris al naranja, probablemente producto de la oxidacin de la ceniza. Un curioso rasgo se registr en las unidades B-15 y C-15, desde los 300 a los 346 cm, se trataba de una impronta sub-circular de entre 16 y 10 cm de dimetro y color caf oscuro, la que contrastaba notablemente con la matriz de tefra. Pensamos que podra tratarse de una impronta de un hoyo de poste, cuya asignacin cultural desconocemos. b) En relacin con los restos materiales recuperados i) El material ltico Se recuperaron cerca de 5000 restos descartados (Becerra 2003) (ms del 85% del total), lo que muestra la dificultad que gener la discriminacin entre el lascado natural, producto del clivaje de la roca y el astillamiento derivado de la talla. El hecho de que las paredes del alero sean de basalto y que ste resultara una eficiente materia prima para las tareas cotidianas que se realizaron en el alero, probablemente incidi en que prcticamente resultase la nica materia prima utilizada. Los artefactos recuperados son un total de 982 piezas (Becerra 2003), que se desglosan en la siguiente tabla. Tabla 2. Frecuencia de categoras tecnolgicas
categoras artefactos sobre guijarro instrumentos ncleos puntas derivados y desechos totales frecuencia porcentaje 3 9 34 1 931 978 0,31 0,92 3,47 0,10 95,2 100
Del total de restos, slo seis corresponden a materias primas alctonas al sitio (0,6%): obsidiana, granito, calcedonia y un guijarro de basalto. Una sntesis del material analizado informa lo siguiente: Los instrumentos corresponden a tres raspadores, dos tajadores, dos cuchillo-cepillo, un serrucho, un cepillo y un fragmento de punta (Becerra 2003). Los artefactos sobre guijarro son tres, un pulidor de cermica, sobre basalto y las dos ofrendas funerarias. De stos, que podemos considerar como los artefactos formatizados del depsito, slo 3 se asocian a los niveles alfareros (1 raspador, 1 pulidor y el fragmento de punta), el resto a los precermicos: 1 raspador, 1 cepillo, 1 tajador, 1 cuchillo-cepillo y 1 serrucho al Estrato 4 (Figura 5); 1 raspador al Estrato 5 y, finalmente 1 tajador y 1 cuchillo-cepillo al Estrato 6. Todos estos instrumentos, a excepcin de la punta, fueron elaborados sobre lascas secundarias y ncleos de basalto y andesita de grano grueso, provenientes del mismo alero, generndose bordes activos sobre 40, con filos retocados o filos vivos, en bordes amplios ubicados en forma distal o lateral de la pieza. Todas las piezas pre-
Figura 6. Punta de calcedonia. Unidad C-15. Estrato 1 (la pieza no est orientada)
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sentan huellas de uso, dadas por microastillamiento y trituramiento del borde, lo que podra indicar su uso sobre materiales duros (Becerra 2003). La punta, como decamos est elaborada sobre calcedonia, recuperndose slo el sector medial de la pieza (Figura 6). Los ncleos (34) se distribuyen homogneamente en el depsito. Todos corresponden a la roca que forma el alero. Dos de ellos presentan modificaciones funcionales, uno como tajador y otro como cepillo (Becerra 2003). En relacin con los derivados y desechos, estos presentan cierta diferencia en su distribucin a lo largo del depsito. Los estratos 3 y 4 son los que presentan mayor cantidad de material cultural (Becerra 2003: 81), asociado a los fogones y al rasgo entierro. El material se presenta similar al Estrato 1 (alfarero), excepto por el hecho de que no hay manejo, o uso de materias primas alctonas, como la obsidiana y la calcedonia. El estrato 6 presenta una disminucin notable del material ltico, lo que junto a la nula formatizacin de las piezas, nos indica que se trata de una industria oportunstica en lo tecnolgico. Las diferencias en todo caso, entre las diferentes ocupaciones definidas, no resultan significativas y ms bien se puede hablar de pequeas variaciones. Respecto de las materias primas utilizadas, existe una preeminencia absoluta de aquellas obtenidas localmente (99.23% del total). Hacia el sector adyacente a la pared del alero, fundamentalmente la unidad B-15, se concentra el material ltico. En 1 m2 se concentra cerca del 50% de los materiales recuperados en todas las unidades. Debemos recordar que a medida que bajamos los niveles, aumentaba el rea de esta unidad, bajo los 40 cm, el rea era similar al resto de las unidades (1m2). El hecho de que no se estn elaborando instrumentos formatizados en los niveles arcaicos (puntas, raederas, cuchillos) que en general se asocian con la actividad de caza y consumo de mamferos, creemos que apoya la idea de que estos grupos estn practicando otras tcnicas de apropiacin para estos recursos asociados al bosque. Apoyamos la idea de que podran estar usando trampas (Cf. Velsquez y Adn, en este volumen). Por otro lado, esta situacin apunta hacia una estrategia expeditiva (Binford 1979), con relacin a que el instrumental ltico estara sien-
Figura 7. Ofrenda ltica junto a las manos del nio, guijarro desgastado ii) Los restos bio-antropolgicos Se recuperaron los restos de un infante de 6 2 aos, ubicado principalmente en las unidades B-16 y B-17 (Figura 8). El cuerpo se encontraba en posicin decbito lateral derecho, con su rostro en direccin hacia el sur, que en este caso coincide con parte de la costa del lago. La posicin del cuerpo sigue una norma perpendicular al alero, con el crneo ms cercano a la pared (se distancia unos 30 cm).
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de la difisis del fmur derecho de un infante (ca. 5 meses6) y en el segundo de un pequeo fragmento de parietal, ennegrecido por la accin del fuego, no fue posible determinar sexo ni edad (Reyes 2003). En ambos casos, probablemente corresponden a entierros que fueron disturbados producto de la ocupacin de este sector por parte de los grupos alfareros. Desconocemos mayores asociaciones de estos hallazgos. iii) Los restos zoo-arqueolgicos Los restos seos de fauna se distribuyen a lo largo de toda la secuencia. En trminos generales, se observan huellas de corte, termoalteraciones y fracturas, las que dan cuenta de su consumo y de la utilizacin de restos seos como parte del instrumental necesario para sus actividades. A modo de ejemplo, se puede mencionar que se registra un 31,6% de los restos seos afectado por termoalteraciones, lo que sugiere que la mayora de los taxa fue sometido a fuego en forma directa (Velsquez y Adn en este volumen). Las especies ms representadas son el pud (Pudu puda), y el zorro chilla (Pseudalopex griseus). El primero, con un 57.2% sobre el total, se distribuye en toda la secuencia hasta los 210 cm de profundidad (Estrato 6); el segundo, con un 31.7%, slo es registrado hasta el Estrato 4 y 5, donde es la especie ms representada. Otros restos presentes, aunque de menor frecuencia, corresponden a huemul (Hippocamelus bisulcus), los que se distribuyen slo hasta el Estrato 3. Se observa la utilizacin de los restos seos como materia prima para la elaboracin de instrumentos, lo cual da cuenta del conocimiento de las propiedades mecnicas y tecnolgicas de los huesos. En ese sentido, se observa que en todos los estratos definidos se trabajan y elaboran herramientas con esta materia prima, registrndose tambin esquirlas seas y huellas de lascado en algunos artefactos. Destaca la presencia en el estrato 3, de 2 punzones (horadadores) elaborados sobre las ulnas de un zorro chilla (Pseudalopex griseus), adems de los fragmentos de varios otros a lo largo de la secuencia (Figura 9).
6
Figura 8. Individuo 1. Unidades B-16 y B-17 Se observ la presencia de una quema sobre el cuerpo, en el sector pectoral, que carboniz parte de las costillas y del crneo del infante, lo cual podra ser parte del rito funerario. Sobre el fogn, se registraron abundantes restos de ceniza y valvas de chorito de lago (Diplodon sp.). Sobre el crneo, se ubic adems, el mencionado guijarro de granito, alctono al sitio, pero posible de encontrar en la costa del lago. Su color, forma y tamao contrastaba totalmente con el resto de la matriz, por lo que resulta probable su uso como sealizador del entierro. La nica ofrenda asociada directamente al cuerpo, consista en un guijarro pulido, elaborado sobre basalto. En el fogn ubicado junto al rasgo, en la unidad B16 y C-16, aunque no en directa ni evidente asociacin, se registraron abundantes restos de pud y carporrestos carbonizados, estos ltimos corresponden a Persea lingue (Solari y Adn en este volumen). Se determin una fecha para este rasgo de 5.940 40 A.P. (Beta-164474), a partir de un fragmento del parietal. Tanto el patrn de depositacin del cuerpo, como algunos rasgos asociados al ritual funerario y el fechado obtenido, permite relacionar este hallazgo con el de Chan-Chan, en la localidad homnima ubicada en la costa de Valdivia, fechado entre el 5.000 70 y el 5.320 150 A.P. (Navarro y Pino 1999: 73-74). Ambos se presentan decbito lateral derecho, en posicin flectada y con ofrendas lticas asociadas, aunque el individuo de Chan Chan corresponda a un adulto. Por otra parte, en la unidad B-17, nivel 0 10 cm, tambin se registr la presencia de restos bioantropolgicos, as como tambin en la B-15, nivel 40 cm. En el primer caso se trata
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Figura 9. Horadadores seos. Unidad C-15. Sobre ulna de zorro chilla Resulta sugerente el hecho de que dentro de la variedad de especies que se est consumiendo, haya algunas que presentan hbitos crepusculares (Velsquez y Adn en este volumen); tambin resulta importante la presencia
Estndar
4.870 40
5.940 - 5.658
Beta 138918
AMS
5.940 40
6.850 6.670
Beta 164474
AMS
7.000 40
7.930 7.720
Beta-164476
AMS
8.420 40
9.526 9.303
Beta-138919
Estndar
10.190 120
12.640 11.280
Beta-164475
Estndar
10.410 70
12.780 11.970
Beta-164473
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La muestra UCTL-1278 corresponde a un fragmento de cermica gris caf pulida recuperado en el Estrato 1, de la unidad C-15, sobre el evento volcnico (FP-3). Este primer estrato documenta los niveles alfareros de la ocupacin del alero. Un rasgo diagnstico de estos niveles fue la presencia de cermica Vergel, que muestra pintura roja sobre engobe blanco, caracterstica del alfarero tardo de la regin. Se fech el fogn del Estrato 3 (4.870 40 A.P. Beta-138918), cuya muestra fue obtenida de la unidad C-14, nivel 60-70 cm, cercana a la base del fogn. Estos niveles, presentan diferencias significativas con la serie de fogones asociados al Estrato 4 (que lo preceden temporalmente), las que se grafican no slo en el nmero y tamao de los fogones, sino especialmente en los restos arte y ecofactuales rescatados. El segundo fechado (5.940 40 A.P. Beta164474) se obtuvo del fragmento de un parietal humano extrado como hemos dicho de la sepultura del infante de las unidades B-16 y B17, la cual ha sido asignada al sector superior del Estrato 4. Esta capa es la que registra el mayor nmero de fogones y la que menos tiempo representa comparativamente, puesto que la siguiente fecha proviene del fogn presente en la unidad C-15, nivel 130 140 cm, del mismo estrato, (7.000 40 A.P. Beta-164476). Los ltimos fechados corresponden a los fogones ms profundos de la secuencia. Nivel 190-200 cm de la unidad C-14 (8.420 40 A.P. Beta-138919) y el nivel 200 210 cm, de la unidad C-15 (10.190 120 A.P. Beta-164475), correspondiente al Estrato 6. Esta capa se ubica bajo el segundo depsito piroclstico (FP2, Estrato 5) y sobre el primero (FP-1), por lo que subsecuentemente se ubicara temporalmente entre ambos eventos naturales. Finalmente, en una columna estratigrfica realizada en las cercanas del alero, se obtuvo una fecha radiocarbnica para una muestra de carbn asociada a un paleosuelo (10.410 70 A.P.) y que representa por el momento la fecha ms antigua para el sector de Marifilo. Es probable que ste se haya carbonizado por efecto de la alta temperatura del evento volcnico que sirvi de sustrato para la formacin del suelo. Se observa una clara concordancia entre la secuencia estratigrfica y los fechados obtenidos. Esto reafirma lo observado durante la etapa de excavacin en relacin con el hecho
de que los niveles asociados a las erupciones volcnicas estaran sellando los depsitos subyacentes y estaran sirviendo perfectamente como capas-gua. La importancia de este hecho sera la posibilidad de establecer comparaciones a una extensin areal mayor. Un resultado indirecto obtenido es la posibilidad de poder establecer un rango para los estratos intermedios, no fechados por datacin absoluta y que justamente corresponden a los depsitos asociados a los eventos volcnicos (flujos piroclsticos). As para el Estrato 5 (FP-2), se tiene que al considerar las fechas que limitan los rangos de los estratos superior e inferior (4 y 6), se obtiene un nuevo rango que se mueve entre los 8.380 y los 7.040 A.P. En este lapso se habra producido la erupcin que depositara los sedimentos asociados al flujo 2. Asignamos, entonces, una fecha convencional intermedia de ca. 7.700 A.P. Puesto que los depsitos piroclsticos son discretos en el tiempo, no existe una mayor certeza en este rango de tiempo y la fecha planteada corresponde al promedio de los dos extremos de los intervalos. Del mismo modo, para el caso del Estrato 7 (FP-1), se tiene, al considerar los extremos de los intervalos y considerando las sigmas, que el rango en elque semueve con mayor probabilidad el evento volcnico estara entre los 10.310 y los 10.340 A.P. Asignamos, entonces, una fecha convencional de ca. 10.300 A.P., para este evento volcnico.
DISCUSIN
A partir de la informacin descrita sobre las ocupaciones registradas en el alero Marifilo1, nos interesa ahora plantear su relevancia en torno a la dinmica del poblamiento de este sector cordillerano de la Patagonia septentrional de Chile. Para esto, nos centraremos en aspectos de la movilidad de grupos cazadores recolectores, su relacin a la dinmica del poblamiento regional y lo observado en el registro arqueolgico de Marifilo-1. Partamos por plantear que todas las sociedades humanas deben satisfacer las necesidades somticas y reproductivas de los individuos que las componen, para la sobrevivencia de las mismas en el tiempo y el espacio (MacDonald y Hewlett 1999). Entre las sociedades con un modo de produccin forrajero (Lee 1981), la satisfaccin de estas necesidades
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implica una organizacin social y espacial particular. Debido a que el modo de produccin forrajero se sustenta en la movilidad de los individuos y los grupos, la satisfaccin de las necesidades debe ser organizada espacialmente. La movilidad puede responder a varios factores, pero, en general, se reconoce que la necesidad de mantener un equilibrio entre los recursos disponibles en un medio ambiente en un punto del ciclo anual y los gastos energticos producidos por su bsqueda y procesamiento, puede llevar a los grupos a moverse a travs del territorio (Binford 1980, 1982; Kelly 1983). De acuerdo a esto, la sociedad forrajera organiza espacialmente sus relaciones sociales para la satisfaccin de las necesidades de los individuos a travs de la movilidad. El reconocimiento de distintos niveles de organizacin social en el espacio (Binford 1982; Wobst 1974), puede ser relacionado a diferentes etapas del proceso de asentamiento regional (Borrero 1989-90), ya que esto influye directamente en la densidad de la poblacin y la forma de ocupar y modificar econmicamente el espacio a travs de la movilidad (Binford 1982). Las primeras etapas de poblamiento de una regin se vinculan a densidades bajas y una alta movilidad residencial, ya que se desconoce la distribucin y estructura de los recursos. Igualmente, la necesidad de que los individuos se reproduzcan en sociedades que regulan la obtencin de pareja, implica el establecimiento de desplazamientos que, cuando la densidad de la poblacin en un territorio es baja, son necesariamente de mayor alcance. El establecimiento de estos patrones de movilidad, conlleva una ocupacin del espacio muy dispersa, probablemente de corto plazo, haciendo uso de vas naturales de comunicacin entre diferentes reas de un territorio (como los ros, los valles, las montaas, los bosques y lagos) y de paraderos en refugios naturales como cuevas y abrigos rocosos. El registro arqueolgico puede ser menos visible, particularmente en medio ambientes de bosques (Borrero y Muoz 1999), y estar afectado en alguna medida por los procesos post-depositacionales. Por ende, su resolucin puede ser baja. En este sentido, es difcil tratar de distinguir las motivaciones de la movilidad y si sta realmente consegua satisfacer las necesidades bsicas. Sin embargo, algo es posible postular para lo registrado en el alero Marifilo-1. A fines del Pleistoceno, la regin sur de
Ka = 103 A.P.
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y movilidad de los grupos forrajeros. Es probable, adems, que los distintos eventos volcnicos (especialmente FP-1) ocurridos alrededor de las fechas ms tempranas de ocupacin de Marifilo-1 hayan modificado notablemente el paisaje, influyendo de esta forma las decisiones de movilidad y asentamiento de los grupos forrajeros. Esta puede ser la razn para que las primeras ocupaciones del alero, si bien son recurrentes, lo sean aparentemente, en menor medida que en los perodos posteriores. Durante el Holoceno medio, se ha documentado el descenso de las temperaturas, un aumento en las precipitaciones y cambios en la composicin del bosque (Moreno 2001). Estas condiciones pudieron haber reforzado una movilidad humana entre la costa, el valle interior y los sectores cordilleranos, mediante la cual se llev a cabo verdaderamente la colonizacin de esta regin del sur de Chile. La satisfaccin de las necesidades somticas y reproductivas de los individuos, debieron satisfacerse mediante la explotacin complementaria y estacional de diversos nichos ecolgicos. Asimismo, esta complementariedad de los recursos debi hacerse gracias a la transmisin de los conocimientos acerca del medio a travs de las generaciones. Probablemente, la necesidad de recoger informacin acerca de las condiciones ms all de los limites territoriales conocidos, debieron ayudar al establecimiento de relaciones con grupos lejanos, con los cuales podan producirse reuniones en determinados momentos del ciclo anual para la explotacin conjunta de ciertos recursos en zonas costeras, as como en ecotonos y bordes de bosques del interior. Tambin es probable que los cambios paleoambientales, hayan mermado la productividad de muchos nichos, provocando el establecimiento de territorios de explotacin exclusivos o, el establecimiento de alianzas que permitieran el libre acceso a los recursos de distintas zonas ecolgicas donde se asentaban diferentes grupos de cazadores recolectores. El registro material recuperado en el alero Marifilo-1, concuerda en cierta forma con lo que esperamos encontrar durante esta fase de colonizacin del medio. Las condiciones paleoambientales habran llevado a que las poblaciones se centraran en la explotacin de espacios ms especficos y complementarios a travs del ciclo anual. Esta situacin, en trminos arqueolgicos aparece reflejada en
Marifilo-1 en forma de ocupaciones ms recurrentes, aunque de similares dimensiones y caractersticas que las anteriores. Sin embargo, la sepultura de un infante es relevante para dimensionar la importancia y recurrencia de la movilidad hacia el sector cordillerano. Con ambientes de lagos, bosques y volcanes, es probable que la reiterada ocupacin del alero se relacione no slo con aspectos de subsistencia, sino tambin con algunos elementos del sistema de creencias de las poblaciones cazadoras recolectoras del sur de Chile. Finalmente, hacia el Holoceno tardo, las condiciones climticas similares a las actuales permiten la formacin del tipo de bosque que domina estas latitudes en el presente (Moreno 2001). Aunque arqueolgicamente no lo hemos podido detectar an, la ocupacin humana durante estos momentos debi haber hecho uso de los distintos medios ambientes en toda su complejidad y extensin. Seguramente, la poblacin pudo haber alcanzado mayor densidad, haciendo aparecer la competencia por territorios de alta productividad o el establecimiento de alianzas que permitieran la explotacin de los mismos, por parte de varios grupos. Igualmente, los constantes contactos entre grupos de distintos lugares, debieron haber creado alianzas ms firmes y duraderas, tanto para la explotacin y probablemente la defensa del territorio, as como para la obtencin de parejas y el intercambio de informacin, materias primas y experiencias. De esta forma, esperamos para este perodo un registro arqueolgico de mayor visibilidad que para los tiempos anteriores, pero de menor resolucin, por cuanto la mayor densidad debi llevar a la superposicin de rangos de subsistencia, tanto a nivel de las bandas como de las poblaciones regionales.
AGRADECIMIENTOS
A toda la banda del Calafqun, quienes han compartido su trabajo, conocimiento y amistad. Un especial reconocimiento a don Ernesto Marifilo, a su familia (Lucy, Mara, Nandito) y a Braulio.
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