El Apego de La Familia Monoparental

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1.

Postulados fundamentales de este escrito


2. Desarrollo
3. Referencias

 Postulados fundamentales de este escrito:


 Los hijos de madres solteras no poseen problemas de adaptación  y ni en relacionarse
con otras personas, en su primera experiencia escolar.
 No es importante la presencia de un varón (sean o no padres biológicos) cerca de
la educación del niño y en las diferentes etapas de su evolución.

 Palabras Claves: familias monoparentales, madres solteras, apego y primera experiencia


escolar.
Desarrollo
            Las familias monoparentales son aquellas compuestas por un solo miembro de la pareja
progenitora (varón o mujer) y en las que, de forma prolongada se produce una perdida del
contacto afectivo y lúdico de los hijos no emancipados con uno de los padres (Lasa A. y
González, F., 1996). Existen diferentes tipos de familias monoparentales: los padres
divorciados, madres solteras o el fallecimiento de uno de los progenitores (viudos) (Buitrago y
Vergeles, 1996).
            En un estudio realizado recientemente el porcentaje  más alto se trata de mujeres que
han quedado embarazadas inesperadamente creando ningún vínculo con su compañero o
padre del niño. Muchas de ellas según Buitrago y Vergeles, están en periodo de
la adolescencia o temprana juventud y, a menudo, dependen de la familia de origen (abuelos)
con las que suelen convivir.
Las familias de origen tienen el papel importante a la hora de integrar a la joven madre con su
criatura en su vínculo afectivo. 
Además es más  frecuente la decisión de la mujer, embarazarse y criar su hijo en la soltería de
modo estable. Los niños de estas madres tendrán pocas vivencias de conflictos o maltrato en el
hogar.    
            La ocupación de la mujer puertorriqueña  fuera y dentro del hogar ha seguido un ritmo
acelerado y constante durante los últimos años.  Criar a los niños es una
ardua responsabilidad y aun más si se trata de una madre sola; lo cual ha repercutido en el rol
de las mujeres, como madres y padres a su vez, responsables de los cuidados de los niños.
Existen pensamientos negativos por parte de los especialistas con relación a este tipo
de familia y  crianza: "La mujer no podrá darle a su hijo una familia normal". "Es demasiada la
responsabilidad y difícil la tarea que deberá ejecutar". "La mujer sin un hombre en el hogar no
puede hacer nada". 
            Las mujeres en sus rol de madre posee objetivos primordiales dentro de la sociedad, el
ser madres y responsables de la educación y desarrollo del niño (G. Arenas, 2000). Las madres
en la educación son siempre una voz y reconocida.
Muchos teóricos relacionan esta responsabilidad con  el apego del niño y la madre. Dependerá
de la madre y sus cuidados  el  desarrollo saludable de las áreas cognitivas, social, de
adaptación y el lenguaje. El desarrollo integral el niño se  manifiesta en la conducta del primer
día de clases. 
            En términos generales este enfoque se plantea desde el nacimiento del infante,
desplegándose en su conducta, manifestándose al llorar y al gritar. Se dice que a los seis meses
desarrolla sus actividades motoras y comienza a curiosear. Demuestran sus emociones cuando
ríen, lloran y extrañan a su madre.
            La manera de cómo mamá ofrezca sus cuidados ira moldeando la conducta adaptativa
del niño.
La madre proveerá seguridad en el infante. Mientras que el niño percibirá la figura de mamá
como un apego accesible. Mientras que la falta de los cuidados y de seguridad hará que las
conductas de apego del niño sean respuestas negativas.
Desarrollando insensibilidad o inseguridad en el infante. La calidad de la relación de la madre e
hijo se muestra en la prontitud de las respuestas y de accesibilidad de mamá en satisfacer las
necesidades  del infante.
La calidez, la aceptación y la libertad de expresión de las emociones o de los sentimientos y la
satisfacción que siente el niño por el cariño que deberá ser constante por parte de mamá.
Dependerá de la relación que exista y se cree entre ellos.
            Al no existir ninguna relación con papá o que surja una separación, no se verá afectada la
relación de la madre e hijo.
La conducta de  apego de madre e hijo existirá en todo momento. Inicialmente los teóricos
pensaron que la separación de padre e hijo podían interrumpir el proceso de apego sano con
madre e hijo.
Esto  incapacitaría al niño para formar relaciones futuras, como el cuidador(a), nuevos amigos
o el maestro(a). Sin embargo, en ningún estudio se ha reportado que exista ruptura de
relaciones de apego entre madre e hijo.
Por otro lado, no existirá la dificultad  la formación de lazos de apego con otras personas en
experiencias futuras (M. Acevedo, E. López, M. Fernández y   A. Lara, 1994). Sí se mostrarán
dificultades en la relaciones con su progenitor.
Los niños mostrarán desconfianza e inseguridad hacia sus padres, por no existir entre ellos la
relación de apego accesible, por existir una separación.
            La importancia de este hallazgo se le atribuye a Erickson, para el año 1965. Erickson
presenta en su teoría de las inseguridades de los niños en relaciones con el adulto.
Establece que los niños con inseguridades en su infancia presentarán con más frecuencia
problemas en su primera experiencia escolar.
Estas inseguridades serán manifestadas en conductas inadecuadas. Se relaciona el patrón de
apego del niño, con el comportamiento emitido por el niño en el primer día de clases.
            La preocupación de la madre puertorriqueña tiene su origen en un periodo determinado:
el primer día de clases. Se inicia al llegar a la escuela y detenerse en la puerta del salón.
Ocurre la conducta de apego del niño, manifestada en pataletas o gritos, al niño no desear
entrar al salón o al centro de cuido.
Ante esta experiencia la madre comienza a cuestionarse por el comportamiento del niño. Se
hará preguntas como estas: ¿Cómo se comportará mi hijo?, ¿Cómo será la relación con la
maestra?,  ¿Hará nuevos amiguitos?, ¿Mañana se comportará igual o peor?
La incertidumbre de las relaciones futuras no es una preocupación para el niño. Entonces no lo
deberá ser para la madre. 
El adulto al atravesar por experiencia nuevas puede sentirse inseguro, esto mismo ocurre con
los niños. Todo dependerá de la seguridad que le trasmita el cuidador(a) o el maestro(a) en esta
primera experiencia.
           Existen diferentes tipos de apego según Teresa García y Asunción Lara: El
apego seguro se muestra en niños confiados en la madre y su pronto regreso. La posibilidad de
resolver con éxito las pautas de separación, autorregulándose y sintiendo consuelo.
El apego inseguro por su parte, el niño necesitará el apego de la madre. El niño mostrará
tristeza y temor constante. Se verá amenazado cuando la madre lo abandone y
utilizará medios para controlar la separación de la madre. Logrará relacionarse con su maestro
o cuidador  luego de un tiempo compartiendo y relacionándose.
El apego desorganizado es peculiar en niños ansiosos. Los berrinches involuntarios demuestran
que el niño no puede regular, manejar o verbalizar sus emociones efectivamente. El rol de la
madre será ocupado por el cuidador o el maestro hasta el final del día, satisfaciendo la
necesidad de apego en  el niño.
El maestro ofrecerá consuelo y ayuda  Necesitará constantemente el apego del maestro,
mostrará tristeza e inseguridad con berrinches o pataletas constantemente.
En pocos casos no permitirá que mamá o maestra se aleje de él. Tardar más en desarrollar
relaciones emocionales y desconfianza. Se debe intervenir con esta conducta a tiempo.
Mientras más rápido sea la intervención mas rápido será modificada la conducta.
      Este apego se trasformará en un miedo principalmente en la mañana y empeorara a la hora
de ir a la escuela. La ansiedad que poseen este tipo de niños, la madre soltera puede modificarla
mas rápido.
La madre soltera no tiene que convencer a nadie para introducir cambios en la modificación de
crianza familiar (R. Maso, 2005).  Debemos evitar esta conducta particularmente en las
mañanas. Mas vale llegar tarde a la nueva escuelita que nunca.
      La responsabilidad de la escuelas desarrollar un ambiente de respeto, amabilidad y
de comunicación. Con el propósito de que la madre soltera disfrute de tranquilidad al dejar al
niño, solicítele ayuda al personal docente de la escuela, dialogue sus preocupaciones. Hable con
el niño, explíquele cuán importante es ir a la escuela.
       Las pataletas, berrinches, rabietas y gritos son manifestaciones de la conducta de apego.
Pueden ser modificados. En estos casos no se enoje con su hijo por sus llantos. No lo castigue
con golpes.
Tenga presente que la adaptación de los niños pueden ser  mas lentas de lo esperado. El
superar las manifestaciones de apego puede ser en cada caso diferente. Todos reaccionan
diferentes. Recuerde que en el periodo de adaptación la madre y el cuidador o maestro se
apoyen mutuamente con la comunicación y generen que el niño aprenda saludablemente.
       La escuela mirará a las madres solas como edificadoras de un hogar estable y lleno de
armonía. Muchos hijos crecen, con madurez y buena autoestima gracias a la dedicación de sus
madres abnegadas.
Los hijos recuerdan a sus madres no por las cosas materiales que les proporcionan, si no por
que ellas los educan, los apoyan y le inculcan la comprensión, responsabilidad y realidad.
Diariamente encomiendan el bienestar de sus hijos a la escuela. Como resultado  la madre
depositará su seguridad y confianza,  de que la escuela podrá manejar el apego que existe entre
su hijo y ella.
Referencias:
Buitrago, F. y Vergeles, J.M. (1996).Hijos de familias monoparentales. En red.            
Recuperado en:
 Lara, A., Acevedo, M., López, E.K. Gracia, T. y Fernández, M. (1994).The attachment          
behavior of 5 to 6 year old children: Influence of mother’s participation in the    
labor force outside of the home. Revista latinoamericana de psicología. Vol. 26,            
No. 2, pp. 283-313
 Lasa, A. y  González (1996). El niño en la familia monoparental.  Formación Médica    
Continuada.  Vol.3  pp. 211-221
 Maso, R. (2005). Las mujeres divorciadas o solteras y los problemas de disciplina. En red.
Recuperado en: www.padresehijos.org
Narvantes, Mariana E. (2003). Prevención de los trastornos escolares. Colombia: Lexus.
Sprinthall, N. et al. (1996). Psicología de la Educación. (Sexta ed). España: McGraw Hill         
Interamericana.
 
Dilia I. Martínez Soria
Universidad Interamericana  de Puerto Rico
Recinto de Guayama
Departamento de Educación y Ciencias Sociales
Programa Graduado en Educación
Maestría en Artes de la Educación Elemental
EDUC 6860- Seminario
Dr. S. Febres
Requisito Parcial
 Mayo, 2006
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