Estudio de Tora
Estudio de Tora
Estudio de Tora
SEPHER BERESHIT 1.1: En el principio Dios (Elohim) creo los cielos y la tierra.
Ya que el libro se llama Torá, esto es, instrucción, Rashí opina que este no debió haber
empezado por aquí sino en la exposición del primer precepto: “Este mes será para
ustedes el primero de los meses…” (Deut 12:2). Ya que ahí principian los
mandamientos (la instrucción) para Israel (el de la circuncisión y el no comer del nervio
ciático). Entonces, ¿por qué la Torá empieza con este relato? Continúa Rashí:
“Pues si las naciones del mundo dicen a Israel: ustedes son asaltantes porque han
conquistado las tierras de los siete pueblos de Kenaán, los israelitas les podrán
replicar: Toda la tierra es del Santo –bendito es-; El la creó y la entregó a quien le
pareció recto a sus ojos. Por su voluntad la entregó a ellos, los siete pueblos kenaanim,
y por su voluntad la tomó de ellos y la entregó a nosotros.”
Es decir, según Rashí, el relato del Bereshit (el comienzo) es una justificación de la
posesión de Canaán (¡Vaya estratagema política!). De esta opinión se desprende que el
relato de la creación solo sería necesario en un sentido político, pero aquí Nahmánides
(el Rambán) objeta que el relato de la creación constituye el fundamento de la Torá ya
que, contra las religiones paganas, la Torá afirma el principio mismo del mundo en
Dios.
Es importante tener en cuenta esta duda: se dice “Va ruaj elohim marajepet al panei
tehom”, y se traduce por “el Espíritu de Dios sobrevolaba la faz del abismo”, pero en
hebreo la palabra Ruaj quiere decir aliento (el aliento es una cosa inmaterial y se asocia
con el espíritu) y este caso viene a ser muy similar al de “creó los cielos y la tierra”:
¿Por qué la biblia dice que Dios creó los cielos y la tierra, es decir, el todo? Porque no
tenía una palabra para sintetizar “el todo”, carecía del concepto… (los griegos hubiesen
escrito “cosmos”). Así mismo, el contexto lingüístico hebreo carecía de una palabra
para “espíritu” pues esta cultura no había alcanzado la síntesis de conceptos y por tanto
las palabras de orden abstracto, es por eso que todas sus palabras se refieren a elementos
materiales para significar quizá otros de índole distinta, y es por ello que los exégetas
rabínicos (Maimónides, Rashí, etc) se esforzaron tanto en “desmaterializar” tales
términos, en espiritualizarlos. Luego el hebreo se desarrolla y ya tiene una palabra para
el alma como tal (Nefesh o Neshamá), ¿por qué entonces no usa alguna de estas
palabras para referir a Dios y sí en cambio la más material y dudosa Ruaj? La duda es:
¿Podía una cultura sin los elementos filológicos suficientes alcanzar la noción
monoteísta plena, o más bien tenía cierta idea de unidad divina que en muy poco se
parecía al monoteísmo posterior (yo diría incluso helénico) una vez que la cultura judía
entró ya en contacto con la cultura griega, cultura que había desarrollado ya los
elementos lingüísticos y conceptuales para una síntesis superior que desembocaba
lógicamente en un monoteísmo filosófico más pleno (piénsese en el monismo de Platón
o en la causalidad de Aristóteles)? Es solo una duda: ¿Será que el monoteísmo solo
comenzó a existir plenamente cuando los elementos monoteístas de la cultura hebrea
entraron en colusión con el monismo filosófico de la cultura griega, es decir, en una
época mucho más tardía de lo que los judíos y otros monoteístas quisieran reconocer?
De ahí vendría naturalmente el esfuerzo posterior de Maimónides de despojar de todo
antropomorfismo a Dios, fruto, como vimos, de la limitación filológica de la Biblia para
alcanzar el monoteísmo pleno.
SEFER BERESHIT 1; 26: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza
Con respecto a Demut deriva del verbo DAMAH, “ser semejante a” (Eze 31;8). En este
versículo en especial (Eze) se usa para comparar la belleza, es decir, una relación
abstracta y no necesariamente física, de donde se deduce que el Demut con que el
hombre es creado con respecto a D`os no es de orden físico.
Al respecto vemos que Rashí sostiene que el verbo “Hagamos” refiere al consejo que
tomó D`os con sus ángeles para la creación del hombre, y que con ellos se asesoró para
crear su forma, aunque estos no participaron activamente en la creación de la misma
sino solo como consejeros de D`os. Al respecto Rashí se apoya en lo que dice el profeta
Daniel sobre los consejeros de D`os (Dan 4;14): “El asunto es por decreto de los
guardianes celestiales, y la sentencia por la palabra de los ángeles santos”. Según Rashí,
D`os les dijo a sus consejeros: “Entre los seres superiores en el Cielo hay seres
semejantes a Mí —los ángeles—; si entre los seres inferiores en la tierra no hay
semejantes a Mí, entonces habrá envidia en la obra de la Creación”. Ahora bien, el
“aconsejarse” con su corte significa que D`os toma en cuenta al conjunto de su creación
en el momento de hacer una intervención trascendental que afectará el orden mismo de
esta, y la creación del hombre es una intervención de esta índole. La “envidia” debe
entenderse en el sentido de que si entre los seres inferiores el ser humano no existiera
hubiese habido un desequilibrio en la Creación.
Rashí sostiene que el verbo “hagamos” en lugar de dar razón a los herejes para sostener
sus creencias en la pluralidad del creador, nos muestra las buenas maneras en las que el
superior pide consejo y permiso al inferior como una muestra de humildad y respeto,
además que la respuesta está escrita a continuación pues se dice que D´os “creó” al
hombre, es decir, se conjuga el verbo en singular, la misma razón aducida por Rabí
Johanán en Sanhedrín 38b. Esto lo concerniente a la palabra “Hagamos”.
En cuanto a la frase “a nuestra imagen”, Rashí la entiende como “con nuestra imagen”.
Y sostiene: “Es decir, con nuestro molde”. Como aquí D´os habla a los ángeles, se pudo
haber entendido en el sentido de “a imagen de los ángeles”, pero como en el versículo
27 se dice que el hombre fue creado a imagen de D´os, ello indica que la imagen de los
ángeles no fue utilizada para crearlo y sí solo la imagen divina. Por eso Rashí enfatiza
que tal imagen era el molde que D`os, con el consejo de los ángeles, había preparado
especialmente para formar al hombre. Esa es la razón de que aquí el prefijo ב de la
palabra ( בצלמנוimagen) deba entenderse “con”, “por medio de”, es decir: “Hagamos al
Hombre por medio de nuestra imagen (Selem)”, a pesar de que la Biblia de Israel
traduzca tal prefijo como “a”. Algunos opinan que esta Selem son las cualidades
abstractas del hombre (por ejemplo, Maimónides); otros en cambio piensan que se trata
de las características físicas del hombre, pero no en tanto que la forma del hombre sea
similar a la de D`os, sino a que este había formado, con consejo de sus ángeles, una
forma, un molde para crear al hombre. Lo mismo ocurre con “a nuestra semejanza”.
Mientras que el anterior prefijo בresultaba ser proposicional, el prefijo כde la palabra
כדמותנו (semejanza) resulta un prefijo comparativo pues implica que hay algo
compartido, un “como”. Rashí dice: “Conforme a nuestra semejanza, es decir, para
comprender y esclarecerse.” Esto quiere decir que tanto D`os como los ángeles y los
hombres comparten la cualidad de comprender y esclarecerse, pero en el hombre tal
cualidad solo puede ser entendida como potencia, como capacidad que D`os implantó
en el hombre, pero su actualización depende del libre ejercicio de la voluntad.
BERESHIT 1; 29,30: Y dijo Dios: “He aquí que os he dado toda planta que da
semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da
semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los
cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta,
toda planta verde les será para comer. Y fue así.
Según Rashí, este versículo pone al ser humano en el mismo nivel que los animales con
respecto al comer: todos serían vegetarianos. Solo fue después que a los hijos de Noé se
les permitió comer carne, como dice: “Todo lo que se mueve y vive será alimento para
ustedes” (Bereshit 9; 3).
También es poesía esto: Rabí Judah dijo lo siguiente: “El primer hombre alcanzaba de
un lugar del mundo al otro, como está escrito, desde el día que D`os creó al hombre
sobre la tierra, incluso desde un extremo a otro del cielo (Deut 4;32). Pero cuando pecó,
el Santo Bendito Sea, puso su mano sobre él y lo disminuyó.” Aquí puede haber una
conexión con la interpretación que Maimónides hace de la “caída” del hombre, pues la
estatura de Adam hasta los cielos puede ser entendida como una metáfora de su gran
sabiduría y estatura espiritual, y cuando el Santo pone su mano sobre él es el momento
en que Adam pierde su facultad intelectiva para caer en el orden de lo probable.
Rashí agrega: “Incluso un ciego sabe cuando está desnudo; entonces ¿qué significa la
frase “y se dieron cuenta de que estaban desnudos”? Significa que se dieron cuenta de
que habían tenido en sus manos un solo mandamiento y se habían “desnudado” de él al
violarlo”. Además podríamos agregar: se habían desnudado del entendimiento, el
mismo con que Adam había “nombrado” a los animales, el mismo que había hecho
acreedor al hombre de recibir mandamientos pues, como ya vimos, estos solo le son
dados a los seres con entendimiento.
Al respecto, vemos que Adám y Java podían comer de todo árbol menos del árbol de la
ciencia del bien y el mal. Ahora bien, D`os había dicho a Adam que de todo árbol podía
comer, incluido del árbol de la vida (él nunca lo prohíbe); este árbol de la vida
simboliza la Torá, de la que se dice en Berajot 32b: “Ella es un árbol de vida para
aquellos que la tienen” (sin embargo, tal frase se basa en Proverbios 3,18, que dice “Ella
es árbol de vida…”. El asunto es que aquí, el árbol de vida no hace referencia a la Tora
sino a la sabiduría y la inteligencia, ya que en el versículo 13, el sujeto del que se
desprende todo el predicado es “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría
(jojmá), y obtiene la inteligencia (tebuná)”. Ahora bien, en el contexto judío, estas dos
categorías bien pueden adscribirse solo al que sigue y tiene Torá, y por tanto, a manera
de sinécdoque o antonomasia, se puede también decir que el árbol de vida es la
sabiduría que no es más que adquirir Torá. De todos modos esto hace pensar otra cosa:
¿Por qué usar un libro que no es de la Torá para interpretar la Torá? Sin el apoyo de
Proverbios, considerar la Torá el árbol de la vida carece de piso, y por ende, toda la
presente interpretación del pasaje de Bereshit también).
Sea como sea, y siguiendo con el hilo argumentativo anterior, sostienen algunos que el
error del hombre fue haber tomado del árbol del conocimiento del bien y el mal sin
haber tomado primero del árbol de la vida, es decir, de la Torá (la ley de D`os). ¿Por
qué? Dice la Escritura que Adam, después de ser expulsado del paraíso, “conoció”, iadá,
a Java, es decir, que tuvo intimidad con ella. Ahora bien, este “conocer” implica algún
tipo de “experiencia”, y el árbol del bien y el mal les hizo “conocer” que estaban
desnudos, es decir, este árbol era un árbol de experiencias: Adam se dirigió a las
experiencias sin Torá. Si Adam hubiese obedecido a D´os, él hubiese tomado primero
de la Torá y luego sí se hubiese dirigido a las experiencias (quizá entonces ya D`os
hubiese levantado la prohibición de tomar de este árbol). La intención de D`os era dotar
al hombre con Torá antes de enfrentarlo a las experiencias. El pecado original sería
pues, un asunto de sintáxis.
BERESHIT 2;19,20: Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda
ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y
todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán
nombres a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para
Adán no se halló ayuda idónea para él.
En el versículo 1, 21, al referirse a la creación de los peces y las aves, la Torá utiliza el
verbo ויברא “creó", y en el versículo 1, 25, al referirse a la creación de los animales
terrestres, la Torá utilizó el verbo ויעש “hizo”. Aquí en cambio el verbo “formó”
aparece como ויצר . La raíz יצר “dar forma”, está estrechamente relacionada con
צור que significa sitiar, someter. Rashí dice pues que al usarse este verbo en la
creación de toda bestia antes de que Adán las nombre inmediatamente después, indica
que toda bestia y ave estaban sometidas a él. Este vínculo entre las palabras “dar forma”
y “someter” parte de la visión que tiene la cultura hebrea de que dar forma a algo
implica delimitarlo, restringirlo: someterlo. LO MISMO SE PODRÍA DECIR DE
“DEFINIR” O NOMBRAR ALGO: TAMBIÉN ES SITIARLO, SOMETERLO UN
POCO. POR ESO ADÁM NOMBRA.
Bereshit 3; 2-3: Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del
huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto
dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
Y no lo tocarán: según Rashí, Eva agregó esto al sentido exacto del mandamiento, el
cual solo implicaba que “no lo comerían” y, de esta forma, al agregar demasiado, le
quitó al mandamiento, pues finalmente cayó en él. Lo que ocurrió fue que la serpiente le
dice: tócalo, y verás que no mueres. Eva, al tocarlo, no murió, entonces la serpiente le
dijo: si lo has tocado y no has muerto, tampoco morirás al comerlo; la serpiente se
aprovecha de la exageración de Eva para llevarla a pecar (relato de los Midrashim,
también en Sanhedrín 29a, donde Rabí Hezekiah dijo: “De dónde sabemos que aquel
que adiciona a la palabra de D`os, la disminuye? Del verso, D`os ha dicho: no debéis
comer de él y tampoco tocarlo).
A propósito en Sanhedrín 29a se dice que no debemos intervenir por alguien que incita
a la idolatría (y la serpiente lo hizo ya que incitar a Eva a ser como D`os implica la
idolatría de sí mismo) ya que, según R. Samuel Ben Nahman en nombre de R. Jonathan:
“De dónde conocemos que no intervenimos a favor de un Mesith (incitador a idolatría)?
De la historia de la antigua serpiente. Porque R. Simlai dijo: la serpiente tuvo muchas
réplicas a su favor pero no las esgrimió. Entonces por qué el Santo, bendito sea, no las
consideró? –Cuando las palabras del maestro y las del pupilo son contradictorias, ¿a
quién deberá escucharse? Seguramente al maestro.” Es decir, el hecho de que aún
teniendo defensa, la serpiente fue castigada, implica que cualquier incitación a la
idolatría carece de cualquier justificación.
Finalmente D`os expulsa al hombre y a la mujer del jardín del Edén por causa de su
desobediencia, y para evitar que comiesen del árbol de la vida y ahora viviesen para
siempre:
Según Rashí, lo que ocurre aquí es lo siguiente: <<Y si el ser humano viviese
eternamente, sería proclive a hacer errar tras de sí a las demás criaturas y estas dirían:
“él también es una deidad”>>. Es decir: si el ser humano comió primero del árbol del
conocimiento con la intención de hacerse “como Dios”, de ser Dios mismo (cayendo así
en la idolatría de sí mismo), pues al vivir para siempre no solo tendría el conocimiento
del bien y el mal, un conocimiento que lo haría único en la creación pues solo lo
compartiría con Dios, sino también tendría vida eterna, lo cual haría que todo el
universo pensase que aparte de Dios habría otro dios, es decir, llevando al universo
entero a la idolatría, lo cual podría generar el caos total si cada criatura quisiera hacerse
“como Dios”. Además, con el inmenso conocimiento de Adán, él podría muy bien
presentar algunos inconvenientes complicados si se rebela, así que lo mejor sería sacarlo
del Edén, reducirlo, hacerlo caer en un estado inferior de conocimiento. Se puede
colegir que D´os no tendría ningún problema en permitir que el hombre sea eterno,
siempre y cuando no vaya a perturbar el funcionamiento normal del universo. Pero si
Adán había caído por sí mismo del estado de conocimiento necesario al probable, ya no
sería necesario que Dios lo expulsase del paraíso, en tanto el paraíso no sería tanto un
lugar como un estado del ser o del conocimiento. ¿Por qué interviene pues Dios?
Bereshit 4,1. “Y el hombre había conocido a Eva, su mujer; ella había concebido
y había dado a luz a Caín, y había dicho: he adquirido un varón a la par con el
Eterno”
Usualmente las traducciones al castellano dicen: “Y conoció Adán a Eva…” —en el que
el verbo “conocer” claramente alude al encuentro sexual entre ambas partes— como si
esto solo hubiera ocurrido una vez abandonado el jardín del Edén, una traducción
canónica como la Reina Valera así lo demuestra (incluso la Biblia inglesa del rey James
utiliza la palabra “knew” que es la conjugación en pasado simple de “conocer”) y claro,
el término “conoció” en pasado simple se debe sobre todo a la Vulgata que traduce
“cognovit”. Tales traducciones acuden en apoyo de ciertas posturas cristianas frente a la
moral sexual: Adán y Eva no tuvieron relaciones en el jardín, solo después (y quizá su
mismo pecado estaba relacionado con lo sexual). En rigor, dicha traducción no es
errónea, en tanto el hebreo carece de la conjugación verbal en participio pasado, así que
bien se podría traducir el verbo “iadá” como “conoció” o como “había conocido”. ¿Por
qué entonces optar por esta última traducción? Pues porque “conoció”, como ya vimos,
indicaría que apenas salidos del jardín del Edén, Adán y Eva tuvieron relaciones
sexuales, mientras que “había conocido” implicaría que, incluso antes de salir del
Jardín, la primera pareja ya habría tenido intercambio amoroso. Esta última posibilidad
es congruente con la tradición rabínica, la que afirma que Adán y Eva ya habían tenido
relaciones sexuales antes de salir del jardín del Edén. La siguiente cita bíblica (Gén 2:
22-23):
“Y el Eterno Dios construyó el costado que había tomado del hombre en una mujer, y
la trajo al hombre. El hombre dijo: “Esta vez es hueso de mis huesos y carne de mi
carne; esta será llamada Mujer, pues del Varón ella fue tomada”” es interpretada por
Rashí en este sentido:
“Esto enseña que Adam tuvo relaciones con todos los animales y bestias salvajes en
busca de su pareja, y su mente solo se tranquilizó cuando se llegó a Javá”
Interpretando el pasaje “Esta vez” como indicador de que “las otras veces” los seres
creados no habían sido “carne de su carne”, y que si Adán se sintió solo fue porque la
cópula con el resto de las criaturas no había sido satisfactoria (a pesar de lo chocante
que esto pueda sonar a oídos cristianos, se trata de una clara prohibición del bestialismo
en tanto Adán no habría completado su verdadera naturaleza con ninguna criatura y sí
solo con aquella que, en el orden natural de las cosas, habría de ser la correcta compañía
según su naturaleza-también es un indicio muy poderoso, y quizá perturbador, frente al
hecho de que en el Gan Eden, no había nada bueno y nada malo-). Aquí Rashí se apoya
en Yebamot 63a: “El R. Eleazar dijo: “Qué quiere decir la Escritura en Esta vez es
hueso de mis huesos, y carne de mi carne? Esto enseña que Adán tuvo relaciones con
cada bestia y animal pero no encontró satisfacción hasta que cohabitó con Eva”
Al respecto cabe recordar que a pie seguido (Gén 2: 24) D`os da el mandamiento por el
cual el hombre y la mujer habrían de unirse y procrear (una sola carne) según Rashí:
En este capítulo de Bereshit encontramos algo bien particular: notamos que se hacen
dos enumeraciones paralelas de distintos personajes en la acción de procrear y morir. En
el sentido de procrear siempre en cada caso se dice simplemente “Vivió Seth ciento
cinco años, y engendró a Enós”, es decir, se dice directamente el nombre del hijo
procreado. Y luego, en la acción de morir, dice: “Y fueron todos los días de Set
novecientos doce años; y murió”, o sea, se refiere directamente la acción de morir.
Ahora bien, hay dos excepciones en cada uno de estos casos.
Se trata primero de Enoc (Janosh), de quien se dice, en lugar del “y murió” usual: “Y
fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con
Dios, y desapareció, porque le llevó Dios (Dios le había tomado)”. Según Rashí, la
expresión “tomar” significa morir antes de tiempo, y al respecto cita a Ezequiel
(Yejezkel) 24:16: “Voy a tomar de ti la delicia de tus ojos por medio de una plaga”.
Tanto en Bereshit como en Yejezkel la palabra usada para “tomar” es לקח. Rashí
afirma que, dado que Enoc “caminó con Dios”, esto es, era justo, fue tomado antes de
tiempo pues tenía tendencias peligrosas, y Dios, en su misericordia, prefirió acortar sus
días antes que Enoc se desviara del camino como una forma de recompensa por su
rectitud.
Lo segundo refiere a la procreación. Como vimos antes, en cada caso relacionado con la
procreación se refiere el nombre del hijo procreado de manera directa, no así en el caso
de Noaj: “Y vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; y llamó su
nombre Noé.” En este caso no se dice simplemente “Y engendró a Noé”, en cambio se
construye la formulación “engendró un hijo; y llamó su nombre…”. Según Rashí de
este hijo fue construido el mundo, ¿por qué? Porque la palabra hebrea para hijo es בן,
que procede de la misma raíz בנה construir, edificar. Así que el hecho de mencionar
que engendró un hijo en lugar de hacer lo que venía haciendo y decir directamente que
“engendró a Noaj” como en los demás casos, alude al hecho de que el mundo sería
construido a partir de él.
Ahora bien, ¿qué nos indica este método exegético? Que cuando en la Torá se hace una
enumeración específica y algún elemento de la serie enumerada cambia su formulación,
es porque se trata de una excepción significativa que quiere dar a entender algo de
manera alusiva según sea el término empleado.
“Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la
tierra que el Eterno maldijo”.
Según Rashí, antes de que Noaj llegara, el hombre carecía de herramientas para la
labranza y él las fabricó. La tierra solo producía zarzas y abrojos cuando sembraban
trigo debido a la maldición de Adam, pero cuando Noaj llegó la tierra descansó.
Para terminar con el capítulo, tenemos el pasuj sobre la procreación de Noaj que, a
diferencia del resto, solo ocurre hasta los 500 años, de acuerdo con Rashí, el Rabí
Yudán se pregunta por qué:
“Rabí Yudán dijo: ¿Por qué todas las otras generaciones procrearon aproximadamente
a los cien años de edad y esta generación –es decir, Noaj mismo- solamente procreó a
los quinientos años? La respuesta es que el Santo –bendito es- dijo: “Si los hijos de
Noaj son malvados, perecerán en el agua y será malo para este justo; y si son justos, lo
molestaré al hacer muchas arcas”. Por consiguiente, Dios retuvo la capacidad de
procrear de Noaj y este solamente procreó hasta los quinientos años de edad, con el
propósito de que Yefet, el más grande de sus hijos, no llegara a la edad de hacerse
acreedor al castigo divino antes del diluvio, como se declara: “Pues el más joven
morirá de cien años”( Isaías 65:20), lo cual quiere decir que en el futuro, después de
la llegada del Mesías, solo a partir de esa edad el ser humano se hará acreedor al
castigo. Y así también fue antes de la entrega de la Torá”.
Según Rashí pues, a semejanza de los tiempos mesiánicos, la edad a partir de la cual el
individuo se hacía responsable del pecado era los cien años. Desde entonces la edad
para ser acreedor al castigo del cielo es los 20 años de acuerdo a Shabat 89b apoyándose
en Núm 14:29:
“En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados
de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.”
En donde Dios decide castigar a aquellos que están murmurando contra él, pero excluye
a los que estén por debajo de veinte años, indicando con ello que no son responsables de
pecado.
Según Rashí, en este contexto se entiende “los hijos de los poderosos” pues la frase
usada es בני האלהיםque, como vimos antes, refiere a los jueces o poderosos de la
tierra. El mismo Rashí refiere que otra interpretación nos muestra que estos “Hijos de
Elohim” también pueden referir a “Hijos de Dios” haciendo referencia a los ángeles que
se entrometieron con las mujeres.
Luego tenemos la frase “cuando eran bellas”, esto se traduce así ya que la interpretación
טבת כיla palabra que se usa para bella es
de Rabí Yudán muestra que en la frase
טבתen lugar del adjetivo plural טובתque tiene connotaciones de “arregladas”.
Como esta palabra está escrita de forma defectiva, se toma homiléticamente como si se
tratase de un verbo pretérito pluscuamperfecto implicando así que ahora estaban
arregladas pero hubo un momento en que no lo estuvieron; por esto este verbo unido al
vocablo כי (que aquí tendría la acepción de “cuando”) nos indica un cambio de
condición del momento en que no eran “bellas” al momento en que sí (¿Regla rabínica:
palabras escritas de forma defectiva implican algo?). Rashí entiende que este estar
bellas cuando antes no lo estaban obedece al hecho de haber sido “arregladas”, ¿y para
qué o cuándo era una mujer arreglada, embellecida? Para el momento de entrar a la jupá
(tálamo). Esto querría decir entonces que los nobles tomaban a las mujeres antes que sus
prometidos legítimos, cuando las encontraban “bellas”. Estaríamos hablando pues, del
derecho de pernada como uno de los pecados básicos en la época de Noaj: la injusticia.
La Reina Valera traduce aquí: “Tomáronse mujeres, escogiendo entre todas”. Pero
Rashí le da el sentido de que no hicieron mujeres de todas las que escogieron, sino que
hicieron mujeres de todo lo que escogieran, ya mujeres casadas, hombres, e incluso
animales domésticos. Ahora bien, resulta un poco contradictorio en el contexto del que
se está hablando sostener semejante cosa: claramente los “beni Elohim” se percatan de
las mujeres “cuando son arregladas” y toman para sí el derecho de pernada, cometiendo
así una violación al matrimonio y al derecho particular en virtud de su poder; incluir de
repente que los bene elohim también pernoctaban con hombres, mujeres casadas o
animales dejaría por fuera el hecho de que “estuvieran arreglados”, haciendo así espurio
tanto el pasuj como el comentario.
BERESHIT 6:3: “Entonces el Eterno dijo: “No contenderá mi espíritu por el
hombre por mucho tiempo, puesto que también él es carne, por lo que sus días
serán ciento veinte años”
Aquí Dios dice que no va a soportar al hombre y sus iniquidades durante mucho tiempo,
y le fija un término para sus andanzas: ciento veinte años. Rashí sostiene que, a partir de
ese momento, Dios le dará al hombre ciento veinte años antes de enviar el diluvio.
Ahora bien, antes vimos que Yafet, el mayor de los hijos de Noaj, apenas tendría cien
años en el momento del diluvio para no cargar culpas, si Dios le da ciento veinte años a
la humanidad, aquella explicación carecería de base (y no tendría sentido que Noaj
procrease tan tarde); pero aquí Rashí sostiene (y se apoya en el Seder Olam) que la Torá
no sigue un orden cronológico estricto sino más bien uno temático, y que la
consideración de Dios ocurrió, en efecto, veinte años antes de que Yafet naciera
(¿Cómo es que Yafet es el mayor?). Este es un principio cardinal en el estudio y
entendimiento de la Torá según la tradición rabínica. Rashí lo expresa así: “No hay
antes ni después en la Torá”. Lo mismo refleja (y en esto se apoya Rashí) el libro Seder
Olam (libro del segundo siglo D.C, recopilación rabínica de la cronología bíblica desde
la creación hasta el reinado de Alejandro Magno).
Si es el hombre quien peca, ¿por qué destruir a todas las demás criaturas? Para esto
Rashí tiene dos respuestas: una es que los animales están en la tierra para servir al
hombre y si se elimina este ¿para qué las demás criaturas? La otra implica que toda
carne se había corrompido y hasta las distintas especies animales copulaban entre sí de
manera antinatural, todo ello provocado por la corrupción a que los había sometido el
hombre al poseerlos carnalmente, como se ve en BERESHIT 6:12: Y miró Dios la
tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino
sobre la tierra.
A propósito Sanhedrín 108a dice: “Y toda substancia viviente fue borrada de la faz de
la tierra (tanto el hombre como el ganado). Si el hombre pecó, ¿cómo pecaron las
bestias? –A. Tanna enseñaba, con la autoridad de R. Joshua B. Karha: se puede
comparar con un hombre que preparaba una celebración matrimonial para su hijo, y
prepara un banquete con toda variedad de comida. De repente su hijo murió, por ende
el hombre se levanta y termina la fiesta diciendo: “¿He preparado todo esto por
alguien más que por mi hijo? Ahora que él ha muerto, ¿qué necesidad tengo de tamaño
banquete?” Así el Santo, Bendito Sea, también dijo: “¿No creé los animales y las
bestias por otra razón que el hombre? Ahora que el hombre ha pecado, ¿qué necesidad
tengo de los animales y las bestias?”
Pero es curioso esto: ¿Por qué va a destruir el mundo por “corromperse” si hasta ese
momento el hombre no ha recibido ningún mandamiento, ninguna advertencia sobre lo
que es bueno y malo? ¿Y por qué Nóaj halla gracia a sus ojos? ¿Qué lo hace tan bueno
si no había ninguna especificación o mandamiento que constituyera la virtud?
En el jardín del Edén la desobediencia de Adán y Eva fue cuestión de sintáxis: comer
del árbol del “conocimiento” (experiencias) antes que del árbol de vida (la Ley), ya que
las experiencias sin Ley conducen a la muerte pues habría una clara violación de las
leyes del universo; por tanto, esto supondría que ese árbol de vida (Ley) nunca
desapareció, y que los hombres eran condenados por llevar a cabo experiencias sin tener
en cuenta la Ley, y que Nóaj sería de los pocos que en cambio sí respetaban aquello.
Pero esto es hilar demasiado fino: en ninguna parte se vuelven a nombrar los tales
árboles, además: si el árbol de vida solo estaba en el jardín de Edén, y a este era
imposible regresar, pues entonces la humanidad no tenía ninguna Ley cierta, o por lo
menos cognoscible. Entonces podríamos decir que le Ley no era algo escrito, sino
inscrito en el corazón del hombre, algo que el sentido natural y racional dictaría (no
copular con otras especies, por ejemplo); por lo tanto, si hablamos de una ley del
corazón estamos más cerca del cristianismo que del judaísmo normativo.
BERESHIT 6,9: Estas son las generaciones de Nóaj: Nóaj era un varón justo, íntegro en
su generación; con Dios marchó Nóaj.
Rashí refiere que, según los sabios, la frase “en su generación (en sus generaciones)” indica que
si Nóaj era justo entre tanto mal, con mucha más razón lo hubiese sido en una generación de
justos (tzadikim), es decir, que dicha frase es un elogio para Nóaj. Otros en cambio interpretan
que Nóaj solo era tzadik en una generación corrupta, y que si en cambio hubiese vivido por
ejemplo en la generación de Abraham no hubiese destacado mucho.
Así, Sanhedrín 108a dice: “Rabbí Johanan dijo: en sus generaciones, pero no en otras
generaciones. Resh Lakish sostenía: (Aún) en sus generaciones –cuánto más en otras
generaciones.”
Luego tenemos la frase “Con Dios marchó Nóaj”. Rashí establece que en cambio, con
referencia a Abraham, se dice (Bereshit 17,1): “Marcha delante de mí (Dios)”. Según Rashí,
este contraste implica que Nóaj precisaba de ayuda divina para caminar, mientras que Abraham
era capaz de caminar con su propia fuerza. Se notan dos cosas en relación con Nóaj (que
posteriormente se pueden referir a los beni Nóaj):
1) Que Nóaj pudo no ser tan justo (tzadik) como Abraham.
2) Que Nóaj no era tan fuerte como Abraham.
Según la tradición judía, Nóaj se dedicó a profundizar su relación con Dios, pero no buscó
llevar el conocimiento a otras gentes sino que lo conservó para sí, mientras que Abraham sí se
encargó de intervenir activamente por los otros (como cuando disputa a Dios la destrucción de
Sodoma y Gomorra por la existencia de dos justos). Esto lleva a cierta posición de
supremacismo moral en tanto el pueblo judío es el descendiente de Abraham y en cambio las
naciones son descendientes de Nóaj. También implica la elaboración del concepto de pueblo, en
el que ningún miembro de la Alianza puede dejar a un lado a alguien perteneciente a su propio
pacto (y es por esto el concepto de salvación colectiva en Israel).
BERESHIT 6; 13: Entonces dijo Dios a Noaj: “El fin de todo ser de carne ha
llegado ante mí, pues la tierra se ha llenado de extorsión ( ) חמםa causa de ellos;
y he aquí que Yo los destruiré de la tierra”
Según Rashí esto indica que la sentencia del género humano únicamente fue sellada a
causa del robo, es decir, que aunque la humanidad se hallaba perdida en la inmoralidad
sexual y la idolatría, fue solamente a causa del robo que se la destruyó. Al respecto Rabí
Johanan dijo en Sanedrín 108a: “Vengan y vean cuán grande es el poder del robo, ea
pues, a pesar de que la generación del diluvio transgredió todas las leyes, el decreto del
castigo se selló solo porque ellos alargaron sus manos para robar”. Es decir que Dios es
más compasivo con los pecados cometidos contra él, que con los pecados cometidos
contra el hombre mismo. Es de notar que aquí la palabra “robo” tiene una implicación
de “violencia”, y que es esta violencia la que acarrearía un castigo del Creador. Al
respecto cabe anotar que la palabra usada aquí para “extorsión” es חמםque quiere
decir propiamente “arrebatar” o quitar violentamente, es decir, tiene unas connotaciones
de violencia que no tiene la palabra גצלesto es, hurtar, propiamente hablando, pero a
escondidas, sin violencia.
Aquí cabe preguntarse: ¿Y no sería luego también חמםlo que los israelitas hicieron
con los cananitas? ¿No lo sería solo en virtud del mandamiento divino? O sea: el חמם
no existe en sí mismo sino solo en relación con el mandamiento de Dios, es decir, ¿nada
es en sí mismo malo ni bueno sino simplemente dependiendo del propósito que se tenga
y si el propósito es divino, pues entonces está justificada la acción (algo muy parecido al
fin justifica los medios)? Pero entonces ¿quién puede saber verdaderamente qué cosas
se ajustan al propósito de Dios y no al simple capricho humano? ¿Quién puede decir
cuándo estaríamos cometiendo חמםy cuándo en cambio estaríamos haciendo la
voluntad divina? ¿Quiénes son los intérpretes de Dios?
Si Dios tiene tantas maneras de salvar a alguien, ¿para qué abrumó a Noé con la
construcción de un arca? La misma pregunta se hace Rashí y responde: para que la
gente de la generación del diluvio lo vieran y le preguntaran ¿qué estás haciendo? Y él
respondiera: un Arca pues Dios trae el diluvio, y así ellos se arrepintieran y se salvaran.
En esto Rashí se apoya en Sanedrín 108b. La otra pregunta es: ¿Por qué de madera de
Gofer? Rashí responde: porque con esto se hace alusión al sulfuro ( )גפריחcon que se
había decretado que fuesen destruidos. Aquí se apoya en Sanedrín 108b que dice:
R. Hisda dijo: con ardiente pasión pecaron, y con ardiente agua fueron castigados.
Pues está escrito: y el agua se enfrió…
Y ACORDOSE Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que
estaban con él en el arca; é hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y
disminuyeron las aguas.
Ahora bien, este “disminuyeron las aguas” en la Vulgata lo pone como “inminutae”, que
quiere decir “aliviado”. La traducción de los LXX la traduce como “εκοπασεν”, que
viene a ser lo mismo; este término viene del hebreo שכו, que para la tradición
talmúdica cuenta como “enfriarse”.
Según Rashí, aquí se refiere a los animales que en un futuro serían puros para Israel,
pero ¿cómo podría Noaj saber de cuáles se trataban? La deducción de Rashí es que Noaj
debió estudiar Torá.
En Bereshit 6, 18, vemos lo siguiente:
Según Rashí: “De aquí se infiere que los hombres deberían permanecer de un lado y las
mujeres del otro. De aquí se aprende que les prohibieron las relaciones íntimas”. Se
podría esgrimir como prueba de que el orden en que están nombrados los sujetos no es
accidental el pasaje de Bereshit 8, 16 que dice:
Sal del arca tú y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
“¿Y de dónde sabemos que ellas (las esposas) estaban prohibidas? – Del verso: Y
entrarás en el arca tú, y tus hijos, y tu esposa y las esposas de tus hijos contigo;
mientras que luego está escrito: Sal del arca tu y tu esposa, y tus hijos y sus esposas
contigo. Por lo que R. Johanan señaló: de esto deducimos que la cohabitación había
sido prohibida.”
BERESHIT 7,7: Noaj y sus hijos, y su mujer y las mujeres de sus hijos con él,
entraron en el arca a causa de las aguas del diluvio.
Según Rashí: “Esto indica que los hombres debían permanecer de un lado y las mujeres
de otro, ya que tenían prohibidas las relaciones íntimas debido a que el mundo se
hallaba inmerso en el dolor”. Siguiendo claro la línea de pensamiento que ya ha
establecido. No hay que olvidar que en el judaísmo la sintaxis es muy importante. Aquí
encontramos algo interesante en Sanedrín 108b.
“De él (Ham) desciende Cush (los negros) que tienen la piel negra”.
Es decir que Ham recibe laceraciones como castigo por haber cohabitado con su mujer
en el arca cuando estaba prohibido, y así su descendencia resulta ser negra, o sea que los
negros son el resultado de una TRANSGRESIÓN y un CASTIGO.
¿O sea que la piel negra es considerada una maldición en la tradición judía según el
talmud? Tal parece ser que así es. A propósito no dejan de ser reveladoras las
consideraciones de Maimónides al respecto. En su “Guía a los Perplejos” libro III
capítulo LIII dice:
Así, los Turcos que van errantes por el Norte, y los Kuchitas que viven en el sur, y los
que moran entre nosotros y son semejantes a ellos. Yo los considero como seres
irracionales, y no como hombres; están por debajo de la humanidad, aunque por
encima de los monos, pues que tienen forma y figura del hombre y ciertas facultades
mentales superiores a las de los simios.
O sea que los descendientes de Cush (los negros) son inferiores a los hombres, son
menos que hombres, y dicha consideración tiene sustento en su propia tradición. Queda
la pregunta: ¿Por qué se dice que Ham cohabitó mientras estaba en el arca?
Por el hombre su sangre será vertida. Rashí entiende por esto que el bet din (corte de
justicia) verterá la sangre del asesino (pena de muerte) y el por qué de esto se responde
a continuación al referir la dignidad del hombre por estar hecho a imagen de Dios.
Y ustedes fructifiquen y multiplíquense. También entiende de esta última frase lo
siguiente:
Según el sentido simple, estas palabras fueron enunciadas aquí porque la primera vez
que fueron dichas al ser humano meramente implicaban una bendición, pero en este
versículo fueron dichas como mandato. Pero según la exégesis midráshica, fueron
enunciadas aquí con el propósito de comparar a quien no se dedica a procrear con
quien derrama sangre.
Hay quienes dicen que Jam castró a Noaj, y otros que sostienen que lo sodomizó. Al
respecto Sanedrín 70A.
Rab y Samiel (difieren), uno mantiene que Jam castró a Noaj, mientras el otro sostiene
que abusó de él sexualmente. Quien sostiene que Jam castró a su padre razona así: ya
que Noaj lo maldijo por su cuarto hijo (Bereshit 9;25), Jam debió impedirlo con
respecto a un cuarto hijo. Pero quien sostiene que lo abusó sexualmente, esgrime una
analogía entre “y él vio” escrita dos veces. Aquí está escrito “Y Jam, el padre de
Kenaán, vio la desnudez de su padre”; mientras que en otra parte está escrito: “Y
cuando Sichem el hijo de Jamor la vio, la tomó y yació con ella y la deshonró”
(Bereshit 34;2). En lo que tiene que ver con la castración, tiene sentido que Noaj lo
maldijese en su cuarto hijo; pero en lo que respecta a que lo abusó, ¿por qué maldijo a
su cuarto hijo; debió haberlo maldecido a sí mismo? – Ambas iniquidades fueron
perpetradas.
BERESHIT 9;27: Que Dios ensanche a Yefet y resida en las tiendas de Shem, y
que sea Kenaán siervo de ellos.
Rashí sostiene:
La frase quiere decir que Dios hará que su presencia divina (shejiná) resida en el
pueblo de Israel, descendiente de Shem. Pero según una exégesis midráshica de los
Sabios, el nexo entre Shem y Yéfet aludido aquí significa que aunque Dios ensanchará
a Yéfet –pues el rey Córesh (Ciro) que era descendiente de Yéfet construyó el segundo
Templo- no residió allí la presencia divina. ¿Y dónde sí residió? Solamente en el
primer Templo, el cual había sido construido por el rey Shelomó, descendiente de
Shem.
Es interesante esta idea de que la shejiná ya no residió más en el Segundo Templo pues
esto tiene que ver con las manifestaciones de Dios al pueblo de Israel, las que dejaron
de ser desde la construcción del Segundo Templo, cuando la presencia de Dios se volvió
textual pues cesaron los milagros (excepto quizá los de los profetas).
Estos “pelishtim” son los filisteos, naturales enemigos de los israelitas. Es interesante lo
que Rashí dice sobre ellos:
De ambos pueblos salieron los pelishtim (filisteos) pues los patrusim y los caslujim
intercambiaban sus mujeres entre ellos para tener relaciones sexuales con ellas y de
tales uniones promiscuas salieron los pelishtim.
Llama la atención porque, según las genealogías de los distintos pueblos establecida por
los rabinos, todos los pueblos que rodeaban a Israel o que eran sus enemigos, parecían
tener el más despreciable origen: los kanaanitas eran seres malditos por ser hijos de
quien violó a Noaj, el único justo de su generación. Los cusitas son los negros malditos
porque Jam tuvo sexo en el arca y se laceró su piel. Los filisteos son hijos de pueblos
promiscuos e inmorales. Los moabitas y amonitas serían los descendientes del sucio
comercio incestuoso entre Lot y sus hijas.
BERESHIT 11;1: En toda la tierra había una sola lengua y un mismo propósito.
Según Rashí, los hombres pensaron subir al cielo y construir un gran dique o soporte
pues el diluvio había ocurrido 1656 años después de Adám y esto les hacía creer que
cada 1656 años ocurriría otro diluvio. Es decir, olvidaron la historia y la promesa y
confundieron designios providenciales y singulares con accidentes naturales y cíclicos,
es decir, se mantuvieron en una interpretación mítica de la historia quitando
responsabilidad a los actos humanos. Cabe notar lo que el editor de Rashí señala al
respecto: que muchas culturas tenían un pensamiento similar y que por ejemplo los
aztecas creían que cada 52 años el sol dejaría de dar su luz al mundo y por ello
realizaban sacrificios humanos cada cierto tiempo para que tal catástrofe nunca
sucediera. En este sentido, los pueblos llevarían a cabo injusticias para manipular los
elementos del mundo cuando en realidad sería necesaria la piedad y el reconocimiento
de la autoridad divina.
Rashí anota: ¿Hijos de quién si no? ¿Tal vez hijos de asnos o camellos? En realidad,
esta frase debe ser entendida en el sentido de “los descendientes de Adam”, el primer
hombre, quien renegó de lo bueno que Dios le había dado y dijo: “La mujer que me
diste para estar conmigo, ella me dio del árbol y comí”. De igual modo también estos
descendientes de Adam renegaron del bien recibido al rebelarse contra Aquel que los
había beneficiado y los había salvado del diluvio”. Al respecto el editor comenta que
“la frase en hebreo no dice בני אדם, “hijos de hombre” –es decir “seres humanos”-
sino בני האדם, “hijos del (primer) hombre”. La letra הal principio de la palabra האדם
actúa como artículo determinado, por lo que la frase alude específicamente a Adam, el
primer hombre.”
BERESHIT 11, 9: pues allí el Eterno confundió las lenguas de toda la tierra, y
de allí los dispersó…
Según Rashí, Abram habría “hecho” almas (Nefesh) ya que los había convertido al
monoteísmo. Aunque en un sentido literal la palabra “hecho” (que la Reina Valera
traduce “ganado”) indica amasar o conseguir, como en la acepción española “hacer
dinero”.
BERESHIT 12, 6: Abram pasó por la tierra hasta el sitio de Shejem, hasta la
planicie de Moré. Y en ese entonces el Kenaní estaba en la tierra.
Los cuales están de la otra parte del Jordán, tras el camino del occidente en la tierra del
Cananeo, que habita en la campiña delante de Gilgal, junto á los llanos de Moreh.
Según Rashí:
Según la tradición judía este Melkizedek (melki: rey. Tzedek: justicia. Esto es, Rey
Justo) era Shem, a quien se había asignado el sacerdocio supremo de la tierra (Nedarim
32b).
BERESHIT 12, 11: Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a
Sara su mujer: he aquí, ahora conozco que eres mujer hermosa de vista.
BERESHIT 13, 11: Entonces Lot escogió para sí todo el valle del Yardén; y Lot
se desplazó desde el este, y cada uno se separó del otro.
Según Rashí:
Exactamente en Horayot 10b. en donde se hace una analogía entre “Lot alzó sus ojos”
(Bereshit 13, 10) y “la esposa de su señor alzó sus ojos” (39,7). Dicha con respecto al
deseo lujurioso que la esposa de Potifar sintió por Yosef. Así como allí se refiere a
deseos lujuriosos lo mismo aplica aquí. Sin embargo es claro que Lot alza sus ojos y ve
la llanura de riego, lo cual era muy provechoso para sus intereses, y esa es la razón por
la que decide instalarse en aquella región, una simple analogía de frases no parece
suficiente para elaborar semejante interpretación. Pero también podría decirse que
prefirió las riquezas materiales a las espirituales ya que no encontró reparo en
establecerse en una región perversa siempre y cuando le reportara fortuna.
BERESHIT 13, 12: Abram se asentó en la tierra de Canaán, y Lot asentó en las
ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.
BERESHIT 13, 13: Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores para
con Dios en gran manera.
Rashí sostiene:
Tiene sentido entonces que Lot, demostrando una marcada tendencia al Ietzer hará
(inclinación al mal) se desviara de Abram y su posición monoteísta para acercarse a los
habitantes de Sedom en su pecado y lujuria.
Rashí sostiene que la reiteración “malos y pecadores” refiere a que eran “malos” con sus
cuerpos y “pecadores” con sus bienes. Rashí se basa en Sanedrín 109a. que dice:
THE MEN OF SODOM HAVE NO PORTION IN THE WORLD TO COME etc. Our
Rabbis taught: The men of Sodom have no portion in the future world, as it is
written, But the men of Sodom were wicked and sinners before the Lord
exceedingly: wicked — in this world, and sinners — in respect of the world
11
to come. Rab Judah said: [They were] wicked — with their bodies [i.e.,
12
that they intentionally sinned. A Tanna taught: Wicked — with their money;
and sinners — with their bodies 'Wicked — with their. money,' as it is
written, And thine eye be wicked against thy poor brother; 'and sinners —
15
with their bodies,' as it is written, and I will sin against God. Before the Lord
16