El documento presenta varios pasajes bíblicos del libro de Tobías y del Evangelio según Mateo que enseñan sobre la limosna, el amor al prójimo, la oración y la justicia. Algunos pasajes destacan la importancia de honrar a los padres, practicar la limosna con humildad, amar incluso a los enemigos, y orar en privado en lugar de buscar atención pública. El documento ofrece instrucciones morales y espirituales basadas en las Escrituras.
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El documento presenta varios pasajes bíblicos del libro de Tobías y del Evangelio según Mateo que enseñan sobre la limosna, el amor al prójimo, la oración y la justicia. Algunos pasajes destacan la importancia de honrar a los padres, practicar la limosna con humildad, amar incluso a los enemigos, y orar en privado en lugar de buscar atención pública. El documento ofrece instrucciones morales y espirituales basadas en las Escrituras.
El documento presenta varios pasajes bíblicos del libro de Tobías y del Evangelio según Mateo que enseñan sobre la limosna, el amor al prójimo, la oración y la justicia. Algunos pasajes destacan la importancia de honrar a los padres, practicar la limosna con humildad, amar incluso a los enemigos, y orar en privado en lugar de buscar atención pública. El documento ofrece instrucciones morales y espirituales basadas en las Escrituras.
El documento presenta varios pasajes bíblicos del libro de Tobías y del Evangelio según Mateo que enseñan sobre la limosna, el amor al prójimo, la oración y la justicia. Algunos pasajes destacan la importancia de honrar a los padres, practicar la limosna con humildad, amar incluso a los enemigos, y orar en privado en lugar de buscar atención pública. El documento ofrece instrucciones morales y espirituales basadas en las Escrituras.
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XXIV.
DEL LIBRO DE TOBÍAS
"Honrarás a tu madre todos los días de tu vida. Deberás recordar cuáles y cuán grandes peligros sufrió por ti cuando te llevaba en su seno" 616. Dos versículos después: "En todos los días de tu vida ten presente a Dios, y ten cuidado en consentir en el pecado en ninguna ocasión, y de no pasar por alto los mandamientos de tu Dios. Practica la limosna con tus bienes y no vuelvas la mirada ante ningún pobre. Hazlo así para que tampoco el Señor aparte de ti su mirada. En la medida de tus posibilidades, muéstrate misericordioso. Si posees mucho, ayuda en abundancia; si posees poco, esfuérzate por ayudar magnánimamente, aunque sea poco, pues así es como atesoras un buen premio para ti para el día de la necesidad, porque la limosna libera de todo pecado y de la muerte, y no permite que el alma se precipite en las tinieblas. Aval importante a los ojos del Dios supremo es la limosna para todos aquellos que la practican. Guárdate, hijo mío, de toda fornicación, y no consientas nunca en cometer delito semejante contra tu mujer. No permitas nunca que la soberbia domine tus sentimientos o tus palabras: toda perdición toma en ella su origen. A cualquiera que te haya hecho un trabajo, dale inmediatamente su salario: que la paga del asalariado no quede en absoluto retenida entre tus manos. Lo que odias que otro te haga a ti, procura no hacérselo jamás a otro. Come tu pan con los necesitados hambrientos, y cubre con tus vestidos a los desnudos" 617. Dos versículos después: "Busca siempre el consejo del sabio. Bendice a Dios en todo momento, y pídele que dirija todos tus caminos, y que todas tus decisiones permanezcan en Él" 618. Seis versículos después: "No temas, hijo mío, llevamos verdaderamente una vida pobre, pero poseemos abundantes bienes; si nos mantenemos temerosos de Dios, nos conservamos lejos de todo pecado y practicamos el bien" 619. Mucho más adelante: "Entonces Rafael les dijo en particular: Bendecid al Dios del cielo y confesadle ante todos los vivientes, porque practicó con vosotros su misericordia. Bueno es guardar el secreto del rey, pero honroso es revelar y. confesar las obras de Dios. Buena es la oración acompañada del ayuno; pero la limosna es mejor que almacenar tesoros de oro. Porque la limosna libera de la muerte: ella es la que purga los pecados y hace encontrar la vida eterna. En cambio, quienes practican el pecado y la iniquidad, son enemigos de su alma" 620. Un poco después: "Escuchad, pues, a vuestro padre, hijos míos, servid al Señor en la verdad y procurad hacer lo que le complace; encargad a vuestros hijos que practiquen la justicia y la limosna, para que se acuerden de Dios y lo bendigan en todo momento en la verdad y en toda su fuerza" 621. Ahora que ya todos los libros canónicos y antiguos nos han proporcionado las citas oportunas para nuestra obra (y los que nos las han proporcionado no convenía que nos las facilitaran de todos sus pasajes, sino sólo de aquellos en que hemos encontrado preceptos claros de buenas costumbres, ya sea por ordenar cosas útiles o por prohibir las que no lo son), vamos a pasar a las obras sagradas, evangélicas y apostólicas. En el canon del Nuevo Testamento la cabeza la ocupan los cuatro conocidísimos y preclarísimos evangelios. En el primero de ellos -"Según Mateo"-, éstas son las Ideas que consideramos oportunas para la obra que hemos emprendido. XXV. DEL EVANGELIO SEGÚN MATEO "Cuando el Señor se dio cuenta de la muchedumbre, subió a un monte. Habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos. Él, tomando la palabra, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los apacibles, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos se verán hartos. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos se harán dignos de la misericordia. Bienaventurados los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando os maldijeren y os denigraren echándoos dolosamente en cara todo tipo de acusaciones por causa mía: alegraos y saltad de gozo, porque vuestra recompensa en los cielos será abundante; porque as: es como persiguieron a los profetas antes que a vosotros" 622. " Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal pierde sus propiedades, ¿con qué se salará? No servirá ya para nada, sino para tirarla a la calle y que la pise la gente. Vosotros, sois la luz del mundo. No puede camuflarse una ciudad levantada sobre un monte. Nadie enciende una lámpara y coloca debajo de un cubo, sino que la cuelga de un candelabro para que dé luz a cuantos se hallan dentro de casa. Así ilumine vuestra luz delante de los hombres, para que todos vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" 623. "No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas. No he venido a abolirla, sino a cumplirla. En verdad os digo que mientras perduren el cielo y la tierra, ni una yota ni una tilde será suprimida de la ley, hasta que todo se haya cumplido De manera que quien dejare de observar el más mínimo de esos mandamientos y enseñare a hacer lo mismo a los demás, será considerado como el más pequeño en el reino de los cielos. En cambio, aquel que los observare y enseñare a observarlos, ése será considerado grande en el reino de los cielos. Pues os aseguro que si vuestra justicia no superase a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos" 624. "Habéis oído que se ha dicho a los antiguos: No matarás, pues el que mate se hará reo de juicio 625. Pero yo os digo que todo aquel que se encoleriza contra su hermano se hará reo de juicio; y quien a su hermano llamare racha se hará reo ante la asamblea; y quien le calificare de "loco" se hará reo del fuego del infierno. Si en el momento de ir a presentar tu ofrenda sobre el altar recordaras que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo, ante el altar, y vete antes de nada a reconciliarte con tu hermano, y luego regresa y presenta tu ofrenda. Muéstrate inmediatamente conciliador con tu adversario mientras vas con él por el camino, no vaya a suceder que tu adversario te entregue al juez, el juez te entregue al alguacil y seas arrojado a la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo" 626. "Habéis oído que se ha dicho a los antiguos: No cometerás adulterio 627. Pero yo os digo que todo el que mirare a una mujer codiciándola, ya ha cometido adulterio en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te sirve como motivo de escándalo, arráncatelo y arrójalo lejos de ti. Más provechoso te será que perezca uno de tus miembros que tu cuerpo entero sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es motivo de escándalo, córtatela y arrójala lejos de ti. Más provechoso te será que perezca uno de tus miembros que tu cuerpo entero acabe en el infierno. También se ha dicho: Quienquiera que repudiare a su esposa, entréguele el certificado del divorcio 628. Sin embargo, yo os digo que todo el que repudiare a su esposa -a no ser que el motivo sea la fornicación- la empuja al adulterio. Y quien se case con mujer repudiada, comete adulterio" 629. "Asimismo habéis oído que se ha dicho a los antiguos No perjurarás, antes bien, cumplirás los juramentos que le has formulado al Señor 630. Sin embargo, yo os digo: no juréis en modo alguno, ni por el cielo -porque es el trono de Dios-, ni por la tierra -porque es el escabel de sus pies-, ni por Jerusalén -porque es la ciudad del gran Rey-. No jures tampoco por tu cabeza porque no tienes poder para convertir uno solo de tus cabellos en blanco o en negro. Que vuestra forma de hablar sea "sí, sí", "no, no". Cuanto se añada de más a eso, del mal procede" 631. "Habéis oído que se ha dicho: Ojo por ojo y diente por diente 632. En cambio, yo os digo: no presentéis resistencia al malvado; antes bien, si alguien te abofetea en la mejilla derecha, preséntale también la otra; y al que quiera litigar contigo y tomarte la ropa, entrégale también el manto. Y si uno te obliga a cargar con él durante una milla, vete con él otras dos. Dale a quien te pida; y no rechaces a quien te solicita un préstamo" 633. "Habéis oído que se ha dicho: Amarás a tu prójimo, y odiarás a tu enemigo En cambio, yo os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, orad por los que os persiguen y os calumnian, para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos, que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía su lluvia sobre justos e injustos. Pues si amáis a quienes os aman, ¿a qué recompensa os haréis acreedores? ¿No hacen también eso los publicanos? Y si solamente saludáis a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también eso los gentiles? Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial" 634. "Procurad que no cumpláis vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos. De lo contrario, no os haréis merecedores de la recompensa de vuestro Padre, que está en los cielos. Cuando des limosna no toques la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. En cambio, cuando des limosna, que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha, para que tu limosna pase inadvertida. Y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará" 635. "Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, quienes gustan de orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. En cambio, tú, cuando ores, entra en tu habitación y, con la puerta cerrada, ora en secreto a tu Padre; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.. Ahora bien, cuando hagáis oración, no seáis habladores como los gentiles, que piensan que van a ser escuchados por su verborrea. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de que formuléis vuestra petición. Por tanto, orad así: Padre nuestro, que estás en el cielo; santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Pues si perdonarais a los hombres sus ofensas, así también vuestro Padre celestial os perdonará vuestros delitos; ahora bien, si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras faltas" 636. "Cuando ayunéis, no os mostréis tristes, como hacen los hipócritas, que desencajan su rostro para que la gente se dé cuenta de que están ayunando. En verdad os digo que ésos han recibido ya su recompensa. En cambio, tú, cuando practiques el ayuno, unge tu cabeza y lávate la cara para que la gente no se entere de que estás ayunando, sino sólo tu Padre, que está en el secreto; y tu Padre, que ve lo oculto, te recompensará" 637. "No atesoréis tesoros en la tierra, donde los ataca el orín y la polilla, y donde los ladrones pueden abrir un boquete y robarlo. Atesorad tesoros en el cielo, donde ni el orín ni la polilla los ataca, y donde los ladrones no pueden abrir un boquete y robarlo. Pues donde esté tu tesoro, allí está también tu corazón. Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo: si tu ojo fuera perfecto, todo tu cuerpo sería luminoso; pero si tu ojo estuviera defectuoso, tu cuerpo todo estaría envuelto en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¿hasta qué punto resultará tenebrosa la oscuridad?" 638. "Nadie puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará al otro, o apoyará a uno y combatirá al otro. No podéis servir a Dios y a Mammon. Por eso os digo: no andéis preocupados por vuestra vida, por lo que comeréis o con qué recubriréis vuestro cuerpo. ¿No importa acaso el alma más que la comida y el cuerpo más que el vestido? Daos cuenta de las aves del cielo, cómo no siembran, ni cosechan, ni recolectan en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿Y no sois vosotros más importantes que ellas? ¿Quién de vosotros, a fuerza de meditar, es capaz de añadir un simple codo a su estatura? Y del vestido, ¿por qué vais a preocuparos? Considerad cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan, ni hilan; y yo os digo que, sin embargo, ni Salomón con toda su gloria estuvo vestido como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy existe y mañana es arrojada al horno, ¿cuánto más os vestirá a vosotros, hombres de poca fe? Así que no os preocupéis diciendo: ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos? o ¿con qué nos vestiremos? Los gentiles se afanan por todo eso; pero vuestro Padre sabe que de todo ello tenéis necesidad. Buscad, por tanto, primero el reino de Dios y su justicia, y todo aquello otro se os dará por añadidura. No os preocupéis, pues, por el día de mañana; el día de mañana tendrá sus propias preocupaciones: bástele a cada día su problema" 639. "No juzguéis para que no seáis juzgados, pues con el criterio que juzguéis seréis juzgados, y con la medida que midiereis seréis medidos. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo? O ¿ cómo le dices a tu hermano: deja que te saque la paja de tu ojo, cuando en el tuyo propio hay una viga? ¡Hipócrita! Sácate antes la viga de tu ojo, y ya intentarás luego sacar la paja del ojo de tu hermano. No arrojéis nada santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos, para que no las pisoteen con sus patas y, volviéndose contra vosotros, os despedacen" 640. "Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Pues todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de vosotros, si su hijo le pidiera pan, él le entregaría una piedra? Y si le pidiera un pez, ¿le ofrecería acaso una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis darles a vuestros hijos cosas buenas, ¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará buenas cosas a quienes se las piden!" 641. "Todo aquello que deseáis que los hombres os hagan a vosotros, hacédselo también vosotros a ellos, porque ésa es la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha, pues ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la perdición; y muchos son los que por él caminan. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y cuán pocos son los que lo encuentran!" 642. "Precaveos de los falsos profetas que se acercan a vosotros vestidos de ovejas y, sin embargo, por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se vendimian las uvas en los espinos y los higos se cogen de los abrojos? Todo árbol bueno proporciona buenos frutos; mientras que el árbol malo son malos frutos lo que proporciona. Un árbol bueno no puede producir malos frutos, ni un árbol malo producirlos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, arránquesele y arrójesele al fuego. Por sus frutos, pues, los conoceréis" 643. "No todo el que dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos: ése entrará en el reino de los cielos. Muchos me dirán aquel día: Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu nombre; en tu nombre arrojamos los demonios, y fueron muchos los milagros que en tu nombre hicimos? Y entonces les responderé: Nunca os he conocido; apartaos de mí, porque vosotros practicabais la iniquidad. Todo el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica será comparado a un hombre prudente que edificó su casa encima de roca; y cayó la lluvia, y vinieron las torrenteras y soplaron los vientos y arremetieron contra su casa; pero ésta no se derrumbó porque estaba cimentada sobre roca. Pero todo el que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica será equiparado a un estúpido que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, y vinieron las tormentas y soplaron los vientos y arremetieron contra su casa; y ésta se derrumbó, y su ruina fue enorme" 644. Y un poco más adelante: "Gratis lo habéis recibido; dadlo gratis. No guardéis ni oro, ni plata, ni dinero alguno en vuestras faltriqueras. No os procuréis alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón, porque el obrero se hace acreedor de su sustento. Cuando entréis en cualquier ciudad o plaza fuerte, preguntad quién hay en ella que sea persona digna, y permaneced allí hasta que partáis. Entrando en la casa, saludad la. Si aquella casa fuera digna, descienda sobre ella vuestra paz; pero si no lo fuera, que vuestra paz retorne a vosotros. Si no hubiera nadie que os recibiese y escuchase vuestras palabras, en el momento de abandonar la casa o la ciudad sacudíos el polvo de vuestros pies. En verdad os digo que, en el día del juicio, la tierra de Sodoma y de Gomorra correrá una suerte más llevadera que aquella ciudad" 645. "Daos cuenta de que os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, precavidos como serpientes y sencillos como palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os flagelarán en las sinagogas. Os conducirán ante sus gobernantes y sus reyes por causa mía, para ofrecerles vuestro testimonio a ellos y a los gentiles. Ahora bien, cuando os entreguen, no andéis meditando cómo y qué hablaréis, porque ya se os proporcionará qué habéis de decir en aquel momento. No seréis vosotros quienes habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre será el que hable en vosotros. El hermano entregará al hermano a la muerte, y el padre al hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y les causarán la muerte. Para todos seréis motivo de odio a causa de mi nombre. Sin embargo, el que perseverare hasta el final, ése estará salvo. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. En verdad os digo que no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre. No está el discípulo por encima del maestro ni el siervo por encima de su señor. Bástele al discípulo llegar a ser como su maestro y al siervo como su señor. Si al cabeza de familia lo calificaron de Beelzebub, ¡cuánto más a los miembros de su casa! No los temáis, pues, porque nada hay tan oculto que no sea descubierto, ni tan secreto que no acabe por conocerse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo a la luz; lo que os susurre al oído, predicadlo desde los tejados. No temáis a quienes matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed mas bien a quienes pueden hacer perecer alma y cuerpo en los infiernos. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Y, sin embargo, ninguno de ellos cae a tierra sin que vuestro Padre lo sepa. Todos y cada uno de los cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, pues: vosotros valéis más que muchos pajarillos. Todo el que se manifieste defensor mío ante los hombres, yo también lo defenderé ante mi Padre que está en los cielos. Al que me niegue delante de los hombres, también yo lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos. No creáis que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la espada, pues he venido a separar al hombre frente a su padre, a la hija frente a su madre y a la nuera frente a su suegra: los enemigos del hombre serán sus propios familiares. Quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; quien ama a su hijo o a su hija por encima de mí no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. Quien encuentra su vida, la perderá; el que perdiera su vida por mi causa, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien a mí me recibe, recibe a Aquel que me envió. Quien recibe a un profeta por su condición de profeta, tendrá recompensa del profeta; quien recibe a un justo por su condición de justo, tendrá recompensa del justo; cualquiera que diere de beber a uno solo de estos pequeños un simple vaso de agua fría por el hecho de ser mi discípulo, en verdad os digo que no quedará sin su recompensa" 646. Y un poco después: "¿Con quién compararé la generación actual? Se asemeja a niños sentados en la plaza y que, gritándoles a sus camaradas, dicen: Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado; hemos entonado lamentos y no habéis llorado. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: Está endemoniado. Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tenéis a un hombre tragón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero su sabiduría es puesta de manifiesto por sus hijos" 647. Algo más adelante: "Acudid a mí cuando estáis fatigados y llenos de cargas, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy pacífico y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana" 648. Un poco más adelante: "Si supierais qué significa "misericordia quiero y no sacrificio", nunca condenaríais a inocentes" 649. Algo después: "Quien no está conmigo, está contra mí; quien conmigo no recoge, desparrama. Por eso os digo: al hombre se le perdonará cualquier pecado y blasfemia; pero la blasfemia contra el Espíritu no le será perdonada. Quien hablara contra el Hijo del hombre podrá ser perdonado; pero quien hablara contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero. Plantad un árbol bueno, y bueno será su fruto; plantad un árbol malo, y malo será su fruto, porque por su fruto se conoce al árbol. ¡Raza de víboras! ¿ Cómo podéis decir cosas buenas cuando sois malvados? De la abundancia del corazón habla la lengua. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas; el hombre malvado, de su malvado tesoro saca cosas malas. Yo os digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra inútil que hubieren pronunciado. Pues por tus palabras serás declarado inocente y por tus palabras serás condenado" 650. Un poco después: "Escuchad y comprended. Lo que mancilla al hombre no es lo que entra por su boca; lo que procede de su boca, eso es lo que al hombre mancilla" 651. Algo más adelante: "Pedro, respondiendo, le dijo: Explícanos esa palabra. Pero Él dijo: ¿También vosotros carecéis aún de entendimiento? ¿No os dais cuenta de que todo lo que entra por la boca va al vientre y evacua en el retrete? En cambio, lo que sale de la boca procede del corazón; y es eso lo que mancilla al hombre. Porque del corazón emanan los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Todo eso es lo que mancilla al hombre; en cambio, el comer sin lavarse las manos no mancilla al hombre" 652. Asimismo, un poco más adelante: "Entonces les dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y venga tras de mí. Pues quien quiera salvar su vida, la perderá; en cambio, quien perdiere su vida por mi causa, la encontrará. ¿Qué le aprovecha al hombre ganar el mundo entero si ello redunda en perjuicio de su alma? ¿Qué podrá dar el hombre a cambio de su alma? Pues el Hijo del hombre vendrá en medio de la gloria de su Padre en compañía de sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno de acuerdo con sus obras" 653. Algo después: "En verdad os digo que si no os volvierais como niños y os comportarais como ellos, no entraréis en el reino de los cielos. Pues cualquiera que se hiciere humilde con este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que acogiera a un pequeñuelo como éste en atención a mí, es a mí a quien acoge. En cambio, el que causare escándalo a uno de estos pequeños que creen en mí, más cuenta le tendría que le colgasen al cuello una piedra de molino 164 y lo tirasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por causa de los escándalos! Porque, si bien necesariamente se producirán escándalos, ¡ay, sin embargo, del hombre por el que aquel escándalo se produce! Si tu mano o tu pie es motivo de escándalo, córtatelo y arrójalo de ti. Más te vale entrar en la vida mutilado que ser arrojado al fuego eterno conservando tus dos manos o tus dos pies. Y si tu ojo te es motivo de escándalo, arráncatelo y arrójalo de ti. Más te vale entrar en la vida con un solo ojo que ser arrojado al fuego del infierno conservando tus dos ojos. Guardaos de menospreciar a uno solo de estos pequeñuelos, porque yo os digo que sus ángeles en el cielo están siempre contemplando la faz de mi Padre, que está en los cielos. Pues el Hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido" 654. Y un poco más adelante: "Si tu hermano te ofendiera, ve y repréndele encontrándote a. solas con él. Si te presta oídos, habrás ganado a tu hermano; si, por el contrario, no te escucha, llévate contigo a una o dos personas, para que todo el pleito se apoye en el testimonio de dos o tres testigos. Si a éstos no se les hace caso, dirígete a la asamblea. Y si tampoco la asamblea te atiende, considera a tu hermano como gentil o publicano. En verdad os digo que cuanto atareis en la tierra será atado en el cielo; y que cuando desatareis en la tierra, desatado será también en el cielo. Y aún os digo algo más: que si dos de vosotros estuvieran perfectamente de acuerdo en algo aquí, en la tierra, cualquier cosa que pidieran, mi Padre, que está en los cielos, se la concedería. Pues cuando dos o tres personas os reunís en mi nombre, allí, en medio de vosotros, estoy yo" 655. "Entonces, acercándosele Pedro, le dijo: Señor, ¿cuántas veces puede ofenderme mi hermano y yo perdonarle? ¿ Hasta siete veces? Y Jesús le responde: No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso pedirles cuentas a sus siervos. Cuando había comenzado a pedirlas se le presentó uno que le debía diez mil talentos. Como no tuviera con qué pagarle, el señor ordenó que fueran vendidos él, su esposa y sus hijos, y todo cuanto poseía, y con ello se saldase la deuda. Entonces el siervo, postrándose de rodillas ante él, le dice: Ten un poco de paciencia conmigo, y te pagaré todo lo que te debo. Compadeciéndose el señor de su siervo, lo dejó marchar y le perdonó la deuda. Pero el siervo, apenas marcharse, se encontró con uno de sus compañeros de servidumbre que le adeudaba cien denarios, agarrándolo, intentaba ahogarlo mientras le decía: Págame lo que me debes. Su compañero, hincándose de hinojos, le suplicaba diciendo: Ten un poco de paciencia, y te pagaré todo lo que te debo. Pero el otro se negó a escucharlo, y lo envió a la cárcel hasta que le abonara la deuda. Viendo sus compañeros lo que sucedía, se sintieron profundamente apenados y acudieron a su señor, y le contaron lo que había acontecido. Entonces el señor lo llamó a su presencia y le dijo: Siervo infame, yo te perdoné toda tu deuda porque me suplicaste. ¿No era, pues, oportuno que tú te apiadases de tu compañero, lo mismo que yo me apiadé de ti? E irritado su señor lo entregó a los verdugos hasta que abonase toda su deuda. Del mismo modo actuará mi Padre celestial con vosotros si cada uno no perdonara a su hermano de todo corazón" 656. Y un poco más adelante: "Se acercaron a Él unos fariseos con la intención de tentarle y le preguntaron: ¿ Le es lícito ¿ un hombre repudiar a su esposa por cualquier motivo? Él, respondiéndoles, les dijo: ¿No habéis leído que en un principio el Hacedor los hizo varón y hembra 657 y dijo: por esto el hombre abandonará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y serán dos en una sola carne? 658. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Así que. lo que Dios unió, no lo separe el hombre. Le replican ellos: Entonces, ¿por qué Moisés ordenó dar libelo de repudio yo enviarla a su casa? 659. Y Él les responde: Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres por la dureza de vuestro corazón; pero en un principio no fue así. Sin embargo, yo os digo que cualquiera que repudiare a su esposa (excepto en caso de adulterio) y se casase con otra, está cometiendo adulterio; y quien se casase con la repudiada, también está cometiendo adulterio" 660. "Y le dicen sus discípulos: Si ésas son las condiciones del hombre respecto a la esposa, no conviene casarse. Y Él les respondió: No todos son capaces de entender esto, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay eunucos que han nacido del vientre de su madre con semejante condición; hay eunucos convertidos en tal por obra de los hombres, y hay eunucos con vistas al reino de los cielos. El que pueda entender, que entienda" 661. "Entonces le presentaron unos pequeñuelos para que impusiera las manos sobre ellos y orase; pero los discípulos les reñían. Entonces Jesús les dijo: Dejad a los niños y no impidáis que se acerquen a mí, pues de quienes son como ellos es el reino de los cielos. Y después de imponerles las manos, se alejó de allí" 662. "He aquí que acercándosele uno le dijo: Maestro bueno, ¿qué buena obra debo realizar para poseer la vida eterna? Él le respondió: ¿Por qué me preguntas sobre lo bueno? Uno solo es bueno: Dios. Ahora bien, si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos. Y el otro le pregunta: ¿Cuáles? A su vez, Jesús le contesta: No matarás; no cometerás adulterio; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo 663. Y el joven le replica: Todos esos mandamientos los he observado. ¿Qué me queda todavía? Jesús le dice: Si quieres ser perfecto, vende cuanto posees y dáselo a los pobres; luego, ven y sígueme. Al escuchar el joven semejante respuesta se marchó triste, porque poseía abundantes bienes. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo, ¡qué difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos! Y os lo repito: le resultará más sencillo a un camello penetrar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos. Al escucharlo, sus discípulos se quedaron sobremanera consternados, comentando: ¿Quién podrá entonces salvarse? Jesús, dándose cuenta de ello, les dice: Para los hombres ello es imposible, pero para Dios todo es posible" 664. "Tomando entonces Pedro la palabra, le dijo: Date cuenta de que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Cuál va a ser, por ello, nuestra recompensa? Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros, los que me habéis seguido, el día de la resurrección, cuando el Hijo del hombre se siente en el trono de su majestad, también vosotros os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que por mi nombre abandone su casa, a sus hermanos o hermanas, a su padre o a su madre, a su esposa, a sus hijos y sus campos, recibirá el céntuplo y poseerá la vida eterna. Muchos que son los primeros, pasarán a ser los últimos, y los últimos serán los primeros" 665. Y un poco más adelante: "Del mismo modo que el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida para la redención de muchos" 666. Algo después: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" 667. Yen otro pasaje: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante mandato, y el primero de todos. Y el segundo, semejante a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos mandamientos se resume toda la ley y los profetas" 668. Y unos versículos más adelante: "Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a sus discípulos en estos términos: Sobre la silla de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Por tanto, observad y cumplid cuanto os digan, pero no hagáis lo mismo que ellos hacen: pues ellos predican, pero no ponen en práctica. Ellos preparan pesados fardos y cargas, y las colocan sobre las espaldas de los hombres, pero no quieren emplear ni un solo dedo para moverlas. Todas las obras que practican tienen por finalidad el que los hombres los vean. Ensanchan sus filacterias y alargan las orlas de sus vestidos 669; les gustan los primeros asientos en los banquetes y las primeras sillas en las sinagogas; el que se les salude en la plaza; y que los hombres se dirijan a ellos llamándoles rabbi (maestro). Vosotros, en cambio, no deseéis que os llamen rabbi, porque uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Tampoco llaméis "padre" a nadie en la tierra, pues uno solo es vuestro Padre, que está en los cielos. Ni os hagáis llamar "maestros", porque vuestro Maestro sólo es uno, Cristo. Aquel de vosotros que sea el más grande, conviértase en vuestro servidor. Pues el que se ensalzare será humillado, y el que se humillare será ensalzado" 670. Y un poco después: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que contabilizáis el diezmo hasta la menta, el anís y el comino, y dejáis en cambio de lado lo que es fundamental en la ley: la justicia, la misericordia y la lealtad! Convenía atender a aquello, pero sin omitir esto otro. Guías ciegos, que coláis el mosquito y, sin embargo os tragáis el camello. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas que limpiáis el exterior de la copa y del plato, mientras que en el interior estáis llenos de rapiña y de toda clase de inmundicia! Fariseo ciego: limpia primero el interior de tu copa y de tu plato para que también el exterior esté limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a sepulcros blanqueados, que por de fuera se muestran hermosos a la gente, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de todo tipo de porquería! Así también vosotros, por fuera les parecéis justos la gente pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que levantáis sepulcros a los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decía: Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no hubiéramos sido cómplices suyos en la muerte de los profetas! Y con semejante afirmación os confesáis hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Colmad vosotros la medida de vuestros padres! Serpientes, raza de víboras, ¿cómo podréis escapar al castigo del infierno? Por eso os envío yo profetas, sabios y escribas, y a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los flagelaréis en vuestras sinagogas, y los perseguiréis de ciudad en ciudad: para que caiga sobre vosotros la sangre inocente que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el templo y el altar. En verdad os digo que todo esto descargará sobre esta generación" 671. Algo después: "Y por la abundancia de maldad se enfriará el amor de muchos; pero aquel que se mantenga fiel hasta el final, ése se salvará" 672. Y un poquito después: "Estad preparados, porque no sabéis a qué hora va a venir el Hijo del hombre. ¿Quién consideras que es el siervo fiel y prudente a quien su señor colocó al frente de la servidumbre para que les reparta la comida en el momento oportuno? Dichoso el siervo a quien el amo, al presentarse, lo encuentra cumpliendo así con su deber. En verdad os digo que lo colocará al frente de toda su hacienda. En cambio, si el mal siervo se dijera para sus adentros: mi amo se retrasa en regresar, y comenzara a vapulear a sus compañeros de servidumbre, y a comer y beber con borrachos, el amo se presentará en el momento más inesperado y a una hora que él no sabe, y lo apartará de su cargo, colocándolo al lado de los hipócritas: y allí habrá llanto y chirriar de dientes" 673. Un poquito más adelante: "Estad, pues, vigilantes, porque no sabéis ni el día ni la hora" 674. Y algo después: "Cuando venga el Hijo del hombre en toda su majestad y acompañado de sus ángeles, se sentará en el trono de su gloria, y todos los pueblos se reunirán ante su presencia, y comenzará a separar a unos de otros, del mismo modo que ci pastor separa a las ovejas de los cabritos, y colocará a las ovejas a su derecha, y a los cabritos a su izquierda. Y entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, y tomad posesión del reino que, desde la creación del mundo, estaba destinado para vosotros. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era peregrino, y me acogisteis en vuestra casa; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me curasteis; en la cárcel, y acudisteis a mi lado. Entonces los justos replicarán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te alimentamos; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos peregrino, y te acogimos en casa; o desnudo, y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a visitarte? Y el Rey, respondiéndoles, les dirá: En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos hermanos míos pequeñuelos, conmigo lo hicisteis. Y luego les dirá a los que están colocados a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, que fue dispuesto para el diablo y para sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; era peregrino, y no me acogisteis en vuestra casa; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis. También ellos le replicarán entonces diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, peregrino, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te prestamos atención? Y Él les responderá diciendo: En verdad os digo que cada vez que no lo hicisteis con uno de estos pequeñuelos, tampoco conmigo lo hicisteis. E irán al suplicio eterno, mientras que los justos amarán en la vida eterna" 675. Y un poco después: "Velad y orad para no caer en la tentación" 676.