Reforma Constitucional en Materia de Derechos Humanos-III DERECHO

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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

Filial Chanchamayo
SISTEMA DE TUTORÍA UNIVERSITARIA

REFORMA CONSTITUCIONAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS


1. El Contenido Esencial De La Reforma Constitucional De Derechos Humanos
La reforma en materia de derechos humanos introduce múltiples adecuaciones al texto
constitucional. Imprudente analiza sin referencia a otras reformas constitucionales más o menos
recientes, como la penal, la de acciones colectivas, la de amparo, o incluso las publicadas, sin
embargo en esta oportunidad se habrán de centrar las reflexiones de forma preponderante en las
modificaciones relativas al artículo primero constitucional. Cada párrafo nuevo del artículo
primero constitucional con lleva implicaciones que hoy todavía permanecen inconmensurables
gozan de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales
de los que el Estado peruano sea parte, a la par que de las garantías para su protección, así como
que en conjunto su ejercicio no puede restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las
condiciones que se fijen en el propio texto de la Ley Fundamental ya que con esto Continuaría
el segundo párrafo afirmando que las normas concernientes a los derechos humanos deben
interpretarse de conformidad con la Constitución y con los tratados internacionales de la
materia, siempre a favor de que a las personas se conceda la mayor protección. Cierra este
marco el tercer párrafo, que ordena a todas las autoridades, acorde a sus competencias, respetar,
proteger, promover y garantizar los derechos humanos a la luz de los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad que los informan, a la vez que
les impone obligaciones de prevenir, investigar, sancionar y reparar lo que se trata es de
observar si alguna disposición constitucional condiciona más que otras la manera en que se
desenvuelve la labor jurisdiccional consistente en interpretar y aplicar Con ese planteamiento
clarificado, Concediendo la mayor protección a las personas se instituye como una norma guía y
de apertura para interpretar todos los enunciados normativos que contiene nuestra Constitución
y en esa medida, desde esta perspectiva, puede afirmarse como la esencia de la reforma.
Ciertamente de coincidir en que conceder la mayor protección a las personas es el fin primordial
de nuestro ordenamiento jurídico, o más la esencia del derecho, el impacto de este
posicionamiento trasciende por mucho la labor jurisdiccional mencionando que sus
implicaciones deberán informar la teoría con la que entendemos y explicamos el derecho en la
práctica, ya que la indicada norma guía debe condicionar el actuar de toda autoridad y
particular, obviamente desarrollar.

2. El Primer Párrafo Del Artículo Primero Constitucional


No más garantías individuales, sino que ahora se acoge la expresión derechos humanos. Gran
cantidad de líneas se han escrito acerca de las diversas implicaciones de emplear una u otra
denominación y no tiene caso reiterarlas aquí. Solamente resaltar dos puntos. Primero, se busca
homologar el lenguaje del texto constitucional con el de los principales cuerpos normativos de
fuente internacional, aunque en el interior todavía no se lo uniforme. Segundo, se acepta la
figura de derechos humanos como una de derecho, positivo. Por bastante tiempo se ha intentado
demeritar la expresión identificándola como un término perteneciente más al ámbito de la moral
o la política que al campo del derecho. En demasiadas ocasiones se ha querido reducir a los
derechos humanos como pretensiones sociales basadas en una idea de justicia pero sin sustento
jurídico, Hoy apelar a los derechos humanos como fundamento de exigencias sociales, con una
argumentación adecuada encontrará el máximo soporte dentro del sistema jurídico, con fuerza
normativa constitucional, el siguiente aspecto se vincula con lo anterior, pues, además del
cambio lingüístico y del cambio teórico jurídico indicados, en el primer párrafo del artículo
primero constitucional se sustituye la concepción de que los derechos se otorgan a las personas.

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Para Postular que los derechos humanos se les reconocen por el ordenamiento jurídico. Ello solo
supone que el fundamento de los derechos no puede hallarse dentro del derecho, pero de
ninguna forma debe pretextarse para sostener que los derechos humanos no son derechos
positivos. No cambia la naturaleza jurídica de los derechos, en palabras simples lo que implica
esta transformación en el modo de concebir los derechos, desde un punto de vista, es que las
personas no le deben, reverencia, acatamiento, sumisión, sometimiento u obediencia alguna al
Estado porque les concede graciosamente sus derechos, sino que se sirven de las instituciones
estatales y del derecho que las crea, organiza y norma, para que se les reconozcan los derechos
por los que históricamente han luchado. Visto así, ese cambio de concepción puede contribuir al
más ambicioso cambio cultural de compromiso democrático que se persigue con la reforma
constitucional. El tercer aspecto relevante es distinguir entre los derechos humanos y sus
garantías. Tradicionalmente, tanto en el plano teórico como sobre todo en la práctica
jurisdiccional, se asoció tan estrechamente a los derechos con sus garantías que se instituyó
como creencia generalizada que en ausencia de las segundas no se contaba con los primeros. No
existía en realidad un derecho si a la par no se establecía una disposición que incorporara por
expreso obligaciones correlativas atribuidas a sujetos bien identificados, y más aún si ante el
eventual incumplimiento de aquellas se regulaban mecanismos para revertir su infracción. Solo
si las personas tenían a la mano dispositivos para exigir que se sancionara y reparara la
inobservancia de las obligaciones aparejadas a sus derechos podía hablarse con propiedad de
que eran titulares de tales derechos. Por supuesto, una visión como la descrita dejaba
tambaleante la fuerza normativa de nuestra Constitución Política así como la de los tratados
internacionales que reconocían derechos. Ello era así, aunque por lo general se guardaba
silencio al respecto, por cuanto únicamente se necesitaba de la comisión de legislación ordinaria
que desarrollara dichas obligaciones y garantías para hacer de papel a los derechos.
Exactamente eso fue lo que les sucedió a los derechos sociales por décadas. Cuando las
personas volteaban al texto constitucional y ahí leían que gozaban del derecho a un salario
digno, del derecho a la vivienda, del derecho a la salud o del derecho a un medio ambiente
adecuado, al demandar su respeto ante las autoridades encontraban como respuesta a sus
exigencias que en realidad esos derechos no eran tal cosa.

3. El Segundo Párrafo Del Artículo Primero Constitucional


En esta oportunidad, cuatro son las interrogantes que interesa responder a partir del análisis del
segundo párrafo del artículo primero de nuestra Constitución. Una, identificar cuáles son las
normas relativas a derechos humanos que deben interpretarse conforme al texto constitucional y
al de los tratados internacionales en la materia. Dos, ubicar cuáles son esos tratados de derechos
humanos. Tres, precisar los alcances y formas de operar del mandato de interpretación
conforme. Cuatro, determinar la interrelación de este mandato con el expresado en la norma
guía y de apertura consistente en “conceder la mayor protección a las personas”. En ese orden,
nuevamente bastaría recordar que a quienes interpretan un texto normativo no se les permite
distinguir ahí donde no hay diferenciación alguna para de ese modo concluir una aparente
obviedad: todas las disposiciones normativas en nuestro sistema jurídico deben interpretarse
conforme a la Constitución y los tratados internacionales sobre derechos humanos. Sin
embargo, esta cuestión no es así de simple. De hacerse explícito que las normas son el
contenido de los enunciados normativos que pueden desprenderse de las disposiciones
normativas surge una pregunta por cuáles son las normas relativas a los derechos humanos,
artículo primero constitucional. De lo contrario, no faltará quien niegue tal posibilidad por la
ausencia de tales normas, observado de esa manera se transparenta la complejidad de este
asunto,

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el cual por supuesto no se pretende Resolver en este breve espacio. No obstante, tampoco existe
impedimento para aventurar una alternativa de solución bastante sencilla. La propuesta consiste
en enfocar el problema desde su otro extremo. Si se repara en que también esa porción
normativa del artículo primero constitucional instituye como parámetros de validez al texto
constitucional junto con los textos de los tratados internacionales sobre derechos humanos,
haciendo explícita su máxima fuerza normativa, entonces se facilita una respuesta al dilema
esbozado. Se simplifica esta cuestión en tanto hoy no hay duda de que todas las disposiciones
normativas en nuestro sistema jurídico deben ajustarse a la Constitución y los tratados sobre
derechos humanos para conservar su validez.

4. El Tercer Párrafo Del Artículo Primero Constitucional


Tres cuartetos fundamentales se han establecido en el párrafo tercero del artículo primero de
nuestra Constitución. El cuarteto de obligaciones correlativas a los derechos humanos, el
cuarteto de principios que rigen esta materia y el cuarteto de deberes para disminuir sus
violaciones. Los tres cuartetos están vinculados, como es fácil de apreciar a partir de la forma en
que se redactó esta disposición. La manera en que se atienden dichas obligaciones está
condicionada a la luz de los principios, lo que a su vez repercute en el modo de encarar aquellos
deberes. Ello con dos aparentes matices: el ámbito competencial y una remisión a la ley. Una
vez más, no existe pretensión de referir todo lo escrito en torno a estos cuartetos, sino que lo que
se busca es simplemente esbozar algunas reflexiones para introducirlas a los debates públicos
que seguramente se darán en los años por venir sobre estos aspectos. De las tipologías de
obligaciones correlativas a los derechos de inicio vale la pena destacar que en unos ámbitos se
reducen a su respeto y garantía, mientras que en otras propuestas se añade su satisfacción, sin
dejar de mencionar que en diversas ocasiones se asocian unas con otras para fundirse en una
sola obligación. Se preferirá en este tema al texto constitucional. Respetar derechos impone no
obstaculizar su ejercicio ni inmiscuirse en su disfrute. Normalmente se ha asociado esa
obligación cuando se entroniza frente a las demás, con una visión extrajurídica
desequilibradamente liberal. Como sea, este deber de respeto también se ha completado con el
aseguramiento de las condiciones mínimas requeridas para que el goce de los derechos sea
efectivo. Siendo así, la extensión que es debido darle a esta obligación será la que maximice el
efecto útil de las disposiciones normativas sobre, mencionando que los derechos humanos y que
mejor balance dé entre ellos, para el mayor beneficio de sus titulares. Proteger derechos añade
una variable. ¿Frente a quiénes se protege un derecho? Si se protegen los derechos frente a las
autoridades, entonces pierde sentido la distinción entre esta obligación con las de respeto y
garantía. Para que no se diluyan sus fronteras, proteger derechos debe de añadir algo. La
respuesta a este dilema es simple, pero con consecuencias que revolucionarán nuestro sistema
de garantías por el que hasta la fecha ha transitado el control de constitucionalidad. Se protegen
derechos frente a particulares. Ello conlleva aceptar que los particulares pueden violar derechos
y que así es porque antes tienen el deber de respetarlos. Promover derechos es igual de
interesante. Promover es impulsar y procurar por iniciativa propia que se dé un logro, que se
alcance una meta. Tratándose de derechos humanos, se aterriza en adoptar acciones para
favorecer su realización en los hechos, para hacer realidad su efectivo disfrute en la vida diaria
de las personas. Vista así, esta obligación podría fundamentarse en el marco de lo que se ha
denominado Estado social de derecho, lo cual no es extraño en un texto constitucional como el
nuestro, se garantizan derechos cuando se satisfacen las necesidades que subyacen a ellos.
Interpretadas con esta amplitud, el cuarteto de obligaciones recién visto no conviene encasillarlo
en otras de las tipologías clásicas para las obligaciones.

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Las que las dividen en negativas y positivas, de no hacer y de hacer. Respetar derechos
asegurando las condiciones mínimas para su disfrute efectivo no se contenta con no intervenir o
no interferir. Promover derechos impone abstenerse de establecer políticas públicas regresivas.
Proteger derechos frente a particulares implica no desentenderse de su respeto y garantía
escondiendo algunas de sus violaciones en ámbitos privados como si no fuera de interés público
combatirlas. Aquí vale la pena hacer un paréntesis, una de las inmediatas repercusiones de
entender este alcance de la incorporación de la obligación de proteger derechos frente a
particulares en el párrafo tercero del artículo primero constitucional consiste en quitar el velo,
en dejar de visibilizar la escandalosa violación,

Ejemplo
Del derecho a una vida libre de violencia, así como del derecho a no sufrir discriminación
alguna, a la par que los menos nuevos derechos laborales. Pero los ejemplos pueden
multiplicarse fácilmente, en cuanto a la defensa del derecho al medio ambiente o la del derecho
a recibir ideas e informaciones de toda índole. Dicho eso, inclusive la obligación de garantizar
no se conforma exclusivamente de obligaciones positivas o de hacer. Garantizar derechos, hoy
más que antes se requiere.

6. Algunas Implicaciones Para La Labor Jurisdiccional


Habrá quienes de inmediato recuerden que la jurisprudencia en realidad tiene una naturaleza
diversa a la de las fuentes de derecho de origen legislativo, que a ella no se aplica la regla de
prohibición de aplicación retroactiva y demás, pero lo cierto e irrefutable es que en el texto del
artículo noveno transitorio de la reforma constitucional de derechos humanos no se repara en
distinciones. Así las cosas, cabe en el término disposiciones, que se presuponen de tipo
normativo, tanto las de creación jurisdiccional como las legislativas. Esa es la situación real de
nuestro sistema jurídico, por supuesto el detalle estará en definir qué contraría la reforma. Pero
aunque se necesite que en algún momento, durante cierto procedimiento, se pronuncie una
declaración de que tal o cual disposición normativa contraviene los contenidos de la reforma
constitucional de derechos humanos, esta determinación detonará que la disposición en cuestión
carezca de efectos jurídicos, no desde que se la encuentre contraria a la reforma, sino desde que
esta entró en vigor. Y en caso de que esa disposición sea de fuente jurisdiccional. Otra
implicación para la labor jurisdiccional que desata la reforma constitucional de derechos
humanos será facilitar la aceptación de la existencia de un bloque constitucional que aumenta
las pautas de validez para juzgar actos de autoridad y relaciones entre particulares. Según los
últimos precedentes sobre la jerarquía o prevalencia de los tratados internacionales, incluidos
por supuesto los relativos a derechos humanos, en la práctica la lógica consecuencia ya habría
podido ser que estas fuentes preponderan sobre las demás, empezando por las leyes, pero el
cambio es que ahora eso debe ser un tema de constitucionalidad. Hoy por lo que hace a la
materia de derechos humanos, será común sostener que nuestro texto constitucional ha crecido
cuantitativamente, que ha aumentado en igual cantidad que la de los preceptos que reconozcan
tales derechos y cuya fuente sea de origen internacional. Es de esperar que se hable de la
apertura de la Constitución mexicana en ese sentido. Por lo mismo no faltará un
cuestionamiento que alerte que el procedimiento para reformar nuestra Ley Fundamental
previsto en su artículo siendo desatendido, tal vez el tema sea menos complejo, quizá solo falte
coincidir en la igual fuerza normativa que facilita la idea del bloque.

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Un Ejemplo Del Cambio Potencial Que Suponen Las Reformas


El ejercicio de la defensa de los derechos se puede realizar integrando las diferentes reformas;
por ejemplo, la de amparo y la de derechos humanos. Esto permitirá cambiar los términos de la
exigibilidad y justiciabilidad de algunos derechos en particular de los económicos, sociales,
culturales y ambientales ósea tales derechos e incluso también algunos derechos civiles han sido
desestimados entre otras razones, porque los quejosos no lograron acreditar el requisito de
ostentar su interés jurídico, ese requisito hasta la entrada en vigor de la nueva ley de amparo que
fue fundamental para la procedencia.

Derechos Humanos
Vale la pena recuperar algunos de los elementos clave de la reforma constitucional en materia
de derechos humanos, tomando en cuenta que va más allá del artículo 1º constitucional
1. Todas las personas son titulares de los derechos humanos contenidos en la Constitución y en
los tratados internacionales de los que México sea parte. Las autoridades jurisdiccionales tienen
la obligación de aplicar las normas que impliquen una mayor protección para la persona.
2. Todas las autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales, locales y federales tienen la
obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
3. Se constitucionaliza el derecho de asilo.
4. A ninguna persona, en situación alguna, se le podrá suspender el ejercicio de los derechos a la
no discriminación, al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la integridad
personal, a la protección a la familia, al nombre, a la nacionalidad. Tampoco podrán restringirse
ni suspenderse los derechos de la niñez; los derechos políticos; las libertades de pensamiento,
conciencia y de profesar creencia religiosa alguna; el principio de legalidad y retroactividad; la
prohibición de la pena de muerte; la prohibición de la esclavitud y la servidumbre; la
prohibición de la desaparición forzada y la tortura, ni las garantías judiciales indispensables para
la protección de tales derechos.
5. Se reconoce el derecho de audiencia para las personas extranjeras en caso de expulsión del
territorio nacional por parte del presidente de la República.
6. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal y las comisiones respectivas de los estados están en posibilidad de proteger los
derechos laborales.

CONCLUSION
algunos de los puntos que contiene más que contribuir al fortalecimiento de la vigencia de los
derechos humanos y de los organismos públicos encargados de su promoción y protección,
pueden ser ocasión para debilitarlos ósea sin embargo esto no deben dejarse de lado los grandes
aciertos que sí tiene la reforma, por ejemplo en lo relativo a dar jerarquía constitucional a los
derechos humanos incorporados a nuestro sistema jurídico, por medio de la suscripción de
tratados internacionales, aunque de momento se deje de lado el problema de la jerarquía de los
tratados internacionales en el orden jurídico nacional, igualmente es un acierto de las
eliminaciones de la facultad de investigaciones por violencias totalmente graves sobre los

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Derechos humanos, además de que de ninguna manera es una atribución propia de un tribunal
constitucional, como pretendemos que sea nuestra Suprema Corte de Justicia, en fin, aunque
todo parece indicar que el proyecto de reforma que comentamos está destinado a sufrir el frío de
la congeladora en la Cámara de Diputados, lo más deseable, ya que tanto ha dilatado esa
reforma, sería que se replanteara retomando sus indiscutibles aciertos y eliminando sus defectos.
Y si nos vamos a la situación ideal, lo mejor sería una reforma integral al capítulo primero del
título primero de nuestro texto constitucional.

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