Tesis D Padilla

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UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 1

UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE DE SEVILLA


DEPARTAMENTO DE DERECHO PÚBLICO

PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

GARANTÍAS Y DESAFÍOS EN LA APLICACIÓN DEL MARCO


JURÍDICO COLOMBIANO RESPECTO DE LOS DERECHOS DE LAS
COMUNIDADES NEGRAS, AFROCOLOMBIANAS COMO SUJETOS
DE ESPECIAL PROTECCIÓN PERIODO 1991 – 2016

TESIS DOCTORAL

Daniel Garcés Carabalí


Investigador

Sevilla, Andalucía, España


2017
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 2

GARANTÍAS Y DESAFÍOS EN LA APLICACIÓN DEL MARCO


JURÍDICO COLOMBIANO RESPECTO DE LOS DERECHOS DE LAS
COMUNIDADES NEGRAS, AFROCOLOMBIANAS COMO SUJETOS
DE ESPECIAL PROTECCIÓN PERIODO 1991 – 2016

Daniel Garcés Carabalí


Investigador

Tesis doctoral presentada como requisito para optar al título de


Doctor en Ciencias Jurídicas y Políticas
en el Programa de Postgrado en Ciencias Jurídicas y Políticas de la
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

DIRECTOR DE TESIS
DOCTOR: JEFFERSON APARECIDO DIAS

TUTOR DE TESIS
DOCTOR: FRANCISCO JOSE INFANTE RUIZ

Sevilla, Andalucía, España


2017
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 3

Universidad Pablo De Olavide-Upo


Departamento de Derecho Público
Programa de doctorado en Ciencias Jurídicas y Políticas

La Comisión examinadora que abajo firma, aprueba la tesis de


Doctorado

Garantías y desafíos en la aplicación del marco jurídico colombiano


respecto de los derechos de las comunidades afrocolombianas
como sujetos de especial protección periodo 1991 – 2016

Elaborada por:
Daniel Garcés Carabalí

Como requisito para la obtención del título de Doctor en Ciencias


Jurídicas y Políticas

COMISIÓN EXAMINADORA

Prof(a) Dr(a)……………………………………………

Prof(a) Dr(a)……………………………………………

Prof(a) Dr(a)………………………………………..….

Prof(a) Dr(a)……………………………………….….

Sevilla, Andalucía, España


2017
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Dedicatoria

Esta investigación está dedicado a la existencia de:

Juan Daniel Garcés Niño y Martín Garcés Niño

Mis renacientes

El primero, mayor y quien llegó a mi vida cuando apenas iniciaba las primeras escrituras de
este documento. El segundo, quien llegó en una etapa en la que asumir con profundidad el
camino era la única opción, su tamaño pequeño era mi aliento y salvación cuando llegaba a
casa cansado de profundos debates buscando las mejores soluciones a la implementación de
los derechos del Pueblo Afrocolombiano en el marco del movimiento social negro,
afrocolombiano en Colombia, este fue el año del I Congreso Nacional del Pueblo Negro,
Afrocolombiano, Palenquero y Raizal.

También dedico este trabajo a la memoria de tres seres humanos maravillosos que aunque
ya no están físicamente, están presente siempre en cada una de mis realizaciones a Ciriaca
Aragón de Garcés, Carlos Aragón Sinisterra y Hugo Alberto Zúñiga López.
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Homenaje

A la memoria de Rosario Valpuesta y Joaquín Herrera Flores, dos académicos militantes,


inspiradores de procesos de lucha, transformación y cambio; esta investigación y resultados,
también son su inspiración.
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Agradecimientos

A Beatriz Josefina Niño Endara, mi compañera, apoyo y aliento en estos años que se
sobrevinieron, a Daniel Garcés Aragón, mi padre, el académico que con sus revisiones y
correcciones impulsó la finalización de este documento, a Rudy Amanda Hurtado Garcés, su
apoyo en momentos de crisis y angustias fueron importantes en estas elaboraciones. Sin lugar
a dudas a Ciriaca Aragón de Garcés qepd., Libia Garcés Aragón, Lucina Garcés Aragón y
Doris María Canchimbo Carabalí, las madres impulsoras, dadoras de vida, quienes con su
cariño y paciencia forjaron el hombre que soy.

De igual manera agradezco al cualificado cuerpo docente del programa de Doctorado,


especialmente a los Doctores Jefferson Aparecido Díaz, Francisco Jose Infante, Carol Proner,
Jesús Carmelo Abellan, Edileny Tome da Mata, quienes siempre estuvieron dispuestos a
colaborar y orientar el proceso de investigación y los trámites en la universidad.
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RESUMEN
Programa de Doctorado en Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

Garantías y desafíos en la aplicación del marco jurídico colombiano respecto de los derechos
de las comunidades negras/afrocolombianas como sujetos de especial protección periodo
1991 – 2016

Autoría: DANIEL GARCÉS CARABALÍ


Director: Dr. Jefferson Aparecido Días
Tutor: Dr. Francisco José Infante

La tesis que se desarrolla a través de la investigación que aquí se presenta, pretende visibilizar e
incorporar los estudios del marco jurídico a partir del garantismo en su aplicación o no, insertar
entonces, los estudios del marco jurídico de los derechos reconocidos e instituidos al pueblo
afrocolombiano, como un nuevo campo de análisis global, a las ciencias jurídicas y políticas, a partir de
la revisión y valoración de un amplio marco teórico, que da soporte a las nuevas construcciones en este
campo. De esta manera se orienta a poner en contexto, las gestiones de las organizaciones articuladas
en el movimiento social afrocolombiano, su campo de acción social y geográfico, sus énfasis de
movilización comunitaria y perspectivas, lo cual posibilitó el reconocimiento constitucional y legal de la
diversidad étnica y cultural de la nación colombiana y con ello, a las comunidades afrocolombianas
unos derechos, territoriales, a la identidad cultural, a la protección del ambiente y la naturaleza, al
desarrollo en el marco de sus propias aspiraciones.

En efecto la incorporación de dichos derechos al marco constitucional y legal colombiano, evidencia,


que visto de otra manera, la construcción de derechos, son entre otros contextos, producto de procesos
de lucha, sin embargo, la constatación por medio de la presente investigación del bajo desarrollo e
implementación de su entramado, o sea, la inexistencia de políticas públicas efectivas conducentes al
mejoramiento de la calidad de vida de estos pueblos ligado a los derechos reconocidos como
territorialidad y desarrollo productivo, identidad cultural y políticas contra el racismo y la discriminación
racial, la afectación ambiental de sus territorios y el desarrollo económico y social entendido para ellos
como bienestar colectivo; denota una baja adecuación institucional del Estado colombiano para el
cumplimiento de su función en relación a la materialización de los derechos del pueblo afrocolombiano.

Esta situación permite concluir que se evidencia la existencia de un estado de cosas inconstitucional
en relación con la implementación del marco legal y constitucional de los derechos del pueblo
afrocolombiano. Situación ésta cuyas consecuencias presentes, se corresponde con una profunda y
sistemática violación de los derechos humanos del pueblo afrocolombiano en diversos contextos.

Estos argumentos constatados a lo largo del capitulado de la investigación, permiten inferir que el
fortalecimiento de la democracia y paz en Colombia, pasan entre otros aspectos, por una incorporación
real y efectiva, así como, dinámica, de los pueblos afrocolombianos a las políticas de desarrollo del
Estado colombiano, en el entendido de que esa visión de desarrollo debe incorporar las visiones de
estos pueblos, para dar cumplimiento a preceptos constitucional y legales; así como, la construcción
de una democracia real, que de soporte a los nuevos tiempos en la construcción de una sociedad
moderna, con justicia social, lo cual de paso a la construcción de la verdadera paz estable, duradera y
con dignidad para todos los ciudadanos.

Palabras clave: Marco jurídico, pueblo afrocolombiano, Comunidades negras, Derechos humanos,
Constitución política, Territorio, Teoría critica, Bienestar colectivo, Consulta previa, Participación,
Estado, Políticas públicas, Territorio región del Pacífico.
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ABSTRACT

The thesis that developed through the research presented here, aims to incorporate the studies of the
legal framework from the application of the guarantor or not, insert the studies of the legal framework of
the rights recognized and instituted for the Afro-Colombian people of Colombia, as a new field of global
analysis to the legal and political sciences, from the review and assessment of a broad theoretical
network, which supports new constructions in this field. In this way it is oriented to put in context, the
actions of organizations articulated in the Afro-Colombian social movement, its field of social and
geographical action, its emphasis on community mobilization and perspectives, which made possible
the constitutional and legal recognition of the ethnic and cultural diversity of The Colombian nation with
the Afro-Colombian communities, a territorial rights, cultural identity, protection of the environment and
nature, development within the framework of their own aspirations.

In effect, the incorporation of these rights to the constitutional and legal framework Colombian, evidence,
that seen in another way, the construction of rights are among other contexts, product of struggle
process, however, the verification through of the present investigation of the low development and
implementation of its network, the lack of effective public policies to improve the quality of life of these
peoples linked to the rights recognized as territorial and productive development, cultural identity and
politics against racism and racial discrimination, the environmental impact of their territories and the
economic and social development understood for them as collective well-being; demonstrate a low
institutional adaptation of the Colombian State for the fulfillment of its function in relation to the protection
of the rights of the Afro-Colombian people.

This situation leads to the conclusion the evidence of an unconstitutional state of affairs, in relation to
the implementation of the legal and constitutional network of the rights of the Afro-Colombian people.
This situation, present consequences that correspond to a deep and systematic violation of the human
rights of the Afro-Colombian people in diverse contexts.

These arguments found throughout of this investigation, allow to infer that the strengthening of
democracy and peace in Colombia, among others aspects, by a real and effective incorporation, as well
as, dynamically, of Afro-Colombian peoples to the development policies of the Colombian State in the
understanding that this vision of development must incorporate the visions of these peoples, to comply
with constitutional and legal precepts. Likewise, as the construction of a real democracy, which supports
the new times in the building of a modern society, with social justice, which in turn leads to the creation
of a true stable, lasting and dignified peace for all citizens.

Key words: Legal framework, Afro-Colombian people, Black communities, Human rights, Political
constitution, Territory, Critical theory, Collective welfare, Prior consultation, Participation, State, Public
policies, Territory, Pacific region.
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LISTA DE CUADROS

Pág.

Cuadro 1. Planes de desarrollo para las comunidades negras afrocolombianas. .............. 110

Cuadro 2. Algunos líderes de las comunidades asesinados.............................................. 111

Cuadro 3. Proyectos de inversión infraestructurales y pecuarios que afectan la región. ... 112

Cuadro 4. Relación de documentos CONPES ................................................................. 293

Cuadro 5. Actores y Roles. .............................................................................................. 311


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LISTA DE FOTOS

Pág.

Foto 1. Movilización de mujeres por el cuidado de la vida y los territorios ancestrales. Fotos
Francia Elena Márquez Mina. Archivo. ................................................................................ 98

Foto 2. Formulación del Plan de Manejo Ambiental Consejo Comunitario Negros en Acción.
Daniel Garcés. ................................................................................................................... 108

Foto 3. Formulacion Plan de Manejo Ambiental Timbiqui. Fotos Daniel Garces Jr y Jader
Estupiñan........................................................................................................................... 114

Foto 4.Acciones de incidencia para la participación étnica en el proceso .......................... 342

Foto 5. Lanzamiento Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos


Territoriales. 8 de marzo de 2016. Foto: archivo Comisión Étnica para la paz. .................. 346

Foto 6. Richard Moreno y Diana Martínez delegados del CONPA y la CE. a la audiencia con
grupos étnicos en la Habana. Foto: archivo Comisión Étnica de paz. ................................ 348

Foto 7. Acuerdo para la incorporación del Capítulo Étnico. Foto: archivo Comisión Étnica.
.......................................................................................................................................... 352

Foto 8. Avances en la incorporación técnica del Capítulo étnico al Acuerdo Final de Paz.
Foto: archivo Comisión Étnica. .......................................................................................... 353

Foto 9. Incorporación técnica del Capítulo étnico al Acuerdo Final de Paz. Foto: archivo
Comisión Étnica. ................................................................................................................ 353

Foto 10. Delegados de la Comisión Étnica en la Habana, Cuba. ..................................... 354


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LISTA DE ILUSTRACIONES

Pág.

Ilustración 1. Línea de tiempo del marco constitucional y legal de los derechos reconocidos
a la población afrocolombiana. .......................................................................................... 173

Ilustración 2. Logo CONPA y de paz. ............................................................................... 341

Ilustración 3. Logo. Comisión Étnica de Paz. ................................................................... 344


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ÍNDICE

Pág.

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................... 17
EL ABORDAJE TEMÁTICO, METODOLÓGICO Y SUS DESARROLLOS EN EL CAPITULADO ....................... 17
EL ABORDAJE METODOLÓGICO ............................................................................................................ 32
CAPÍTULO I ............................................................................................................................................ 35
1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL ................................................................................................. 35
1.1 Estado del arte sobre la investigación................................................................................... 67
CAPÍTULO II ........................................................................................................................................... 75
2. CONFIGURACIONES DEL MOVIMIENTO SOCIAL AFROCOLOMBIANO A PARTIR DE LA DÉCADA
DE 1990 ................................................................................................................................................. 75
2.1 Contexto organizativo del Pacífico y los valles interandinos como eje en la construcción de
los derechos de los afrocolombianos. ........................................................................................... 91
2.2 Afrocolombianos, territorios, ambiente y bienestar en el Pacífico colombiano. .............. 107
Autonomía, Organización y Participación. .................................................................. 113
Gobernabilidad en los territorios ancestrales. ............................................................ 115
Bienestar Colectivo y Buen Vivir. ................................................................................ 117
Recursos naturales y sustentabilidad ambiental. ....................................................... 119
2.3 Balance, desafíos y perspectivas del movimiento social afrocolombiano: veintidós años
de la Ley 70 de 1993 .................................................................................................................... 123
Los temas trabajados, los debates y los desafíos del movimiento social
afrocolombiano ........................................................................................................................... 137
CAPÍTULO III ........................................................................................................................................ 146
3. ESTADO DE COSAS DEL MARCO LEGAL DE LOS DERECHOS DE LAS COMUNIDADES
AFROCOLOMBIANAS EN COLOMBIA ................................................................................................... 146
3.1 Reconocimiento jurídico del Pueblo Afrocolombiano ........................................................ 146
3.2 El marco legal y su estado actual, análisis y desafíos. ......................................................... 148
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3.3 Línea de tiempo del marco constitucional y legal de los derechos reconocidos a la
población afrocolombiana........................................................................................................... 170
CAPÍTULO IV ........................................................................................................................................ 174
4. EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA CONSULTA PREVIA, CONTEXTO JURÍDICO, JURISPRUDENCIAL Y
DESAFIOS ............................................................................................................................................. 174
4.1 El derecho a la participación de los pueblos afrocolombianos en la administración y
gestión de las áreas protegidas. Análisis prospectivo. Desafíos y retos. ................................... 217
CAPÍTULO V ......................................................................................................................................... 261
5. LINEAMIENTOS PARA UNA POLÍTICA PÚBLICA DE TIERRAS Y DESARROLLO RURAL PARA EL
PUEBLO AFROCOLOMBIANO............................................................................................................... 261
5.1 Política de tierras para las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y
Raizales. ....................................................................................................................................... 261
Contexto Internacional ................................................................................................ 262
Contexto Nacional ....................................................................................................... 264
Contexto Regional ....................................................................................................... 269
5.2 Las comunidades Negras, Afrocolombianas Palenqueras y Raizales y sus asentamientos
ancestrales. Situaciones organizativas y de participación .......................................................... 271
Las Comunidades Raizales ........................................................................................... 271
Las Comunidades Palenqueras .................................................................................... 273
5.3 Marco general y principios orientadores de la política pública. ......................................... 274
Principios para la formulación de la política. ............................................................. 275
5.3.1.1 Principio de Compensación. .................................................................................... 275
5.3.1.2 Principio de Equidad................................................................................................ 275
5.3.1.3 Principio de Dominio. .............................................................................................. 276
5.3.1.4 Principio de Autodeterminación. ............................................................................ 276
5.3.1.5 Principio de Afirmación del ser. .............................................................................. 276
5.3.1.6 Principio de Sostenibilidad. ..................................................................................... 276
5.3.1.7 Principio de Solidaridad........................................................................................... 277
5.4 Marco normativo y de política. ........................................................................................... 277
Marco Normativo ........................................................................................................ 280
Derechos políticos garantizados por el derecho al territorio. .................................... 288
5.4.2.1 Conocimiento Ancestral. ......................................................................................... 288
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5.4.2.2 Conservación. .......................................................................................................... 288


5.4.2.3 Autonomía. .............................................................................................................. 290
5.4.2.4 Autogobierno. ......................................................................................................... 291
5.4.2.5 Etnoeducación. ........................................................................................................ 291
5.4.2.6 Conservación de sus tradiciones. ............................................................................ 292
Marco de Política......................................................................................................... 293
Articulación con otras políticas públicas. .................................................................... 295
5.4.4.1 El Derecho a las tierras y el territorio y el Convenio 169 de la OIT. ........................ 296
5.4.4.2 El Derecho a las tierras y el territorio y el Convenio de Diversidad Biológica. ....... 297
5.4.4.3 El Derecho a las tierras y el territorio y el Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014, “Prosperidad para todos”. ................................................................................... 299
5.4.4.4 El ordenamiento territorial y las comunidades Negras, Afrocolombianas,
Palenqueras y Raizales. ........................................................................................................... 301
5.5 Ejes estructurantes de la política pública............................................................................ 304
Eje de Cultura e Identidad. .......................................................................................... 304
Eje de Participación y Autodeterminación. ................................................................. 306
Eje de Desarrollo Económico y Generación de Ingresos. ............................................ 307
Eje de Protección y Desarrollo Integral: ...................................................................... 307
5.6 Lineamientos de política pública de tierras; territorios y desarrollo rural para las
Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales. .............................................. 308
Tierras y Territorio. ...................................................................................................... 308
Desarrollo Productivo.................................................................................................. 309
Alcances....................................................................................................................... 310
Actores y Roles. ........................................................................................................... 311
Objetivo. ...................................................................................................................... 314
Estrategias Generales .................................................................................................. 314
5.6.6.1 Titulación Colectiva dentro y fuera del Pacífico. ..................................................... 314
5.6.6.2 Adquisición de Predios ............................................................................................ 314
5.6.6.3 Restitución de Tierras .............................................................................................. 315
5.6.6.4 Ampliación y Saneamiento de Títulos Colectivos.................................................... 317
5.6.6.5 Etnodesarrollo. ........................................................................................................ 318
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5.6.6.6 Desarrollo de proyectos productivos y de etnodesarrollo...................................... 319


Ruta metodológica para la gestión de los Lineamientos de Política. .......................... 321
5.6.7.1 Contextualización. ................................................................................................... 321
5.6.7.2 Definición de la Política. .......................................................................................... 322
5.6.7.3. implementación. ................................................................................................. 323
5.6.7.4 Estabilización. .......................................................................................................... 323
5.6.7.5 Seguimiento y Evaluación. ...................................................................................... 324
5.6.7.6 Mejoramiento Continuo. ......................................................................................... 324
CAPÍTULO VI ........................................................................................................................................ 326
6. PUEBLOS ÉTNICOS Y ACUERDOS DE PAZ EN COLOMBIA: DE LA LEY DE VÍCTIMAS A LOS
ACUERDOS DE PAZ, UN DESAFÍO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN ...................................... 326
6.1 «La paz de Colombia» Sin la participación de las principales víctimas del conflicto
armado interno: las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y Palenqueras. ............. 327
Reparación colectiva. .................................................................................................. 328
La participación y sus desafíos. ................................................................................... 330
6.2 El capítulo étnico y su inserción en el Acuerdo Final de Paz entre la guerrilla de las
FARC y el Gobierno Colombiano. ................................................................................................ 341
6.3 El capítulo étnico una propuesta integral para la defensa de los derechos de los pueblos en
el marco de la terminación del conflicto y para una paz estable y duradera en Colombia. ....... 355
Consideraciones .......................................................................................................... 355
Objeto.......................................................................................................................... 358
Principios. .................................................................................................................... 358
6.3.3.1. Autodeterminación, unidad y gobierno propio de los pueblos étnicos. ............. 358
6.3.3.2. No regresividad ni vulnerabilidad a los derechos colectivos étnicos. ................. 359
6.3.3.3. Integridad cultural, identidad, espiritualidad y afirmación del ser. .................... 359
6.3.3.4. Territorio y territorialidad: .................................................................................. 359
6.3.3.5. Verdad, justicia, reparación y no repetición. ...................................................... 360
6.3.3.6. La participación de los pueblos en las decisiones que les afecta a sí mismos
y al País. ............................................................................................................................. 360
6.3.3.7. Perspectiva Étnica y Cultural. .............................................................................. 360
6.3.3.8. La paridad, dualidad y complementariedad........................................................ 361
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6.3.3.9. Integralidad. ........................................................................................................ 361


Salvaguardas y garantías. ............................................................................................ 362
6.3.4.1 Salvaguardas substanciales: ................................................................................. 362
6.3.4.2. Salvaguardas y garantías sobre desarrollo agrario integral en los territorios
étnicos. ............................................................................................................................. 363
6.3.4.3. Salvaguardas y garantías para la participación política: apertura democrática
para construir la paz. ............................................................................................................... 368
6.3.4.4. Salvaguardas y garantías para la solución del problema de drogas de uso
ilícito. ............................................................................................................................. 372
6.3.4.4.1. El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de uso ilícito deberá
garantizar. ............................................................................................................................. 373
6.3.4.4.2. Estrategia de erradicación autónoma de cultivos de uso ilícito en territorios
ancestrales de los pueblos negros e indígenas. ...................................................................... 374
6.3.4.5. Salvaguardas y garantías para el tema acuerdo sobre las víctimas del conflicto:
“sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición”, incluyendo la jurisdicción
especial para la paz; y compromiso sobre derechos humanos............................................... 378
Implementación y verificación. ................................................................................... 386
CONCLUSIONES ................................................................................................................................... 390
FUENTES DE INVESTIGACIÓN .............................................................................................................. 409
FUENTES NO IMPRESAS………………………………………………………………………………………………………………….404

FUENTES ORALES……………………………………………………………………………………………………………………………408

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………………………………………………………409
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INTRODUCCIÓN
EL ABORDAJE TEMÁTICO, METODOLÓGICO Y SUS DESARROLLOS EN EL
CAPITULADO

La realización de este trabajo de investigación es producto de diferentes reflexiones,


debates y discusiones planteadas a lo largo de varios años de trabajo con las
comunidades afrocolombianas a lo largo del país Colombia, en el territorio región del
Pacífico, principalmente en el sur de la región, en la Región Caribe, los Valles
Interandinos de los ríos Cauca y Magdalena, en diversas reuniones de planificación,
análisis y acciones desarrolladas por varias organizaciones del movimiento social
afrocolombiano, en el seno del Proceso de Comunidades Negras PCN y otras
organizaciones de derechos humanos aliadas en el trabajo conjunto y la acción
política.

De esta manera la realización de esta investigación es también producto de la


intencionalidad de contribuir desde lo académico, a la construcción y consolidación de
una cientificidad que a partir del análisis jurídico, sus impactos, desarrollos, y balances
impulse nuevos escenarios de acción en los campos, de movilización social y
organizacional de las comunidades afrocolombianas y el movimiento de derechos
humanos en Colombia, así como, evidenciar el estado de cosas que han generado un
lugar común de inacción institucional, el cual requiere una nueva visión, unos nuevos
abordajes que posibiliten la construcción de nuevos marcos de políticas institucionales
y políticas publicas conducentes a la aplicación del marco constitucional, legal y con
esto el fortalecimiento de la democracia, el mejoramiento de las condiciones de vida
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 18

del pueblo afrocolombiano, y en efecto la interculturalidad como un valor constitucional


de la nación.

Algunos de los aspectos que nos llevaron a definir esta ruta de trabajo, tiene que ver,
con la profunda crisis que se presenta en el desarrollo de los derechos ya reconocidos
al pueblo afrocolombiano, así como, una crisis en las dinámicas organizativas que
buscan salida a los problemas que se presentan desde diversos enfoques, situación
que hace más problemático el abordaje frente a la gravedad de la situación.

Así las cosas, las bases teóricas y metodológicas sembradas en el transcurrir del
curso académico, la alegría de compartir experiencias teóricas, conceptuales y de
vida, en luchas concretas por la dignidad humana, fueron orientando la toma de
posición de un escrito que pretende servir de referencia para los diversos escenarios
de construcción que crean las organizaciones de comunidades afrocolombianas en
Colombia, por tanto algunos de los capítulos y artículos de este escrito han sido
socializados en diversos escenarios, que posibilite también la acción política, y
publicados en algunas revistas de investigación a nivel de Colombia.

En ese marco de referencia, nos auto invitamos a construir en perspectiva de la


construcción del comunismo, un comunismo no basado en la ideología, más, sí como,
la construcción de lo común, lo común, como una forma de articular las luchas de los
pueblos y así alcanzar las dignidades presupuesto de su accionar político, esta es
parte de las tareas inmediatas del proceso organizativo de las comunidades
afrocolombianas.

Así las cosas, la articulación de teoría y práctica en el accionar de los actores sujetos,
hacia la búsqueda de espacios comunes de reivindicación, es parte de la guía
inevitable de trabajo, por tanto, ver los derechos humanos como productos culturales,
en la medida que dichos productos, posibilita nuevos enfoques, la construcción de
nuevas prácticas, la relación de la cultura con los desarrollos y marcos referenciales
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en tanto la construcción de un nuevo sujeto político que construye sus propios


derechos y moviliza los mismos y le da sentido a nuevos horizontes de acción política,
cultural, ambiental y territorial.

Este trabajo comprende entonces variados y diversos elementos que nos posibilitan ir
avanzando en la ruta planteada, y en dirección de la conquista de esos espacios
comunes en una lucha efectiva por la dignidad.

La presente investigación, se basó en la búsqueda de un marco de análisis sobre los


derechos de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales
reconocidas como pueblo en Colombia a partir de la Constitución Política de 1991, su
enfoque, basado en la teoría critica de los derechos humanos como campo de análisis,
de construcción y deconstrucción teórica, así como, su base metodológica a partir de
las vivencias y experiencias que se experimentan en la acción social, política, militante
al seno de las luchas y escenarios reales con las comunidades, en los ríos, en los
barrios, en lo rural y urbano.

Mas también estuvo orientado, no solo, en la recopilación, análisis y procesamiento


de información primaria y secundaria combinando el método cualitativo versus el
método etnográfico en una investigación de tipo jurídico; sino, que permite construir
recomendaciones específicas a las instituciones del Estado colombiano y orienta la
observancia de organismos multilaterales, de cooperación internacional y de derechos
humanos, sobre la aplicabilidad de los desarrollos normativos que a favor de los
pueblos y comunidades afrocolombianas, se han construido en Colombia.

De igual manera, los desafíos que en materia de su puesta en marcha, por parte de
la institucionalidad del Estado colombiano, representa el abordaje de estos asuntos
en la dirección de superar el estado de cosas inconstitucionales que deviene de
examinar la baja implementación de los derechos de estas poblaciones, la deficiente
funcionalidad institucional, así como, la falta de efectividad de las propias
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organizaciones, dirigentes, activistas y académicos que trabajan estos temas dentro y


fuera del movimiento social afrocolombiano.

De esta manera el trabajo de investigación en cuestión, desarrolla una estrategia


metodológica que combina diversos escenarios de la investigación científica para
establecer los elementos necesarios que permitan identificar los cuellos de botella en
la aplicación de la normativa a favor de las comunidades afrocolombianas, y así,
establece líneas de acción tanto institucionales como desde la sociedad civil hacia la
efectiva implementación de los derechos de estos pueblos instituidos constitucional y
legalmente.

La investigación analiza los diversos ámbitos de aplicación de la normatividad a favor


de los afrocolombianos, desde 1991, año en que surge la constitución vigente hasta
el año 2016, a partir del análisis de hechos y acontecimientos, así como, los momentos
de mayor auge en su aplicación y los factores que han contribuido a su estancamiento.

De esta manera, la investigación constituye un gran aporte académico en la


construcción de nuevas políticas públicas viables hacia la materialización efectiva del
marco constitucional y legal que reconoce los derechos de las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

El Problema de investigación planteado se especificó de la siguiente manera: existe


en Colombia un marco jurídico que reconoce a las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, como sujetos de derecho y de
especial protección como pueblo diferenciado y favorece la formulación de
políticas públicas, en la dirección de promover acciones de desarrollo
económico y social en dichas comunidades; sin embargo, el bajo nivel de
aplicación del marco jurídico en mención, ha generado que las Comunidades
afrocolombianas a pesar del mismo, mantengan las condiciones de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 21

marginalidad, exclusión y pobreza, el cual se pretendía atender con los


desarrollos normativos.

En ese sentido el proceso de investigación se planteó como interrogantes tres


preguntas que no solo guiaron la investigación más también, el hallazgo de sus
respuestas están trazadas en el horizonte de la necesidad de una adecuación
institucional del Estado Colombiano que posibilite su efectivización; las preguntas
fueron las siguientes: ¿Por qué el marco normativo existente sobre los derechos
de las comunidades afrocolombianas es suficiente para que en su
implementación garantice los derechos consagrados en la Ley 70 de 1993 y sus
desarrollos como grupo étnico?, ¿Cuáles son las principales dificultades en la
implementación del marco jurídico, que favorece el ejercicio de los derechos
conquistados por las Comunidades afrocolombianas?, ¿Por qué la aplicación o
no del marco jurídico respecto de las comunidades negras, afrocolombianos
constituye una situación de derechos humanos?

En esa dirección la investigación se planteó como objetivos el analizar la aplicación


efectiva del marco jurídico colombiano respecto de los derechos reconocidos a las
Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales como sujetos de
especial protección en su condición de grupo étnico, en el período comprendido entre
1991 y 2016. Analizar el marco normativo existente sobre los derechos de las
Comunidades Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, a la luz de su realidad actual,
para garantizar sus derechos fundamentales, identificar las principales dificultades en
la implementación del marco jurídico que favorece el ejercicio de los derechos
conquistados por las Comunidades Afrocolombianas. Establecer la forma en que la
aplicación o no del marco jurídico en favor de derechos para las Comunidades
Afrocolombianas constituye violación de Derechos Humanos en estas comunidades y
proponer mecanismos efectivos de aplicación del marco normativo existente, que
posibilite en su interacción con las dinámicas institucionales la efectividad del precepto
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 22

constitucional de pluriétnicidad y multiculturalidad, hacia la construcción de un país


intercultural.

De esta manera se planteó la hipótesis de investigación, buscando la integralidad y


coherencia entre el marco constitucional y legal, comparado con la acción
gubernamental institucional. “Existe un marco constitucional y jurídico que
favorece la protección de la integridad cultural, el etnodesarrollo del pueblo
afrocolombiano y promueve las garantías institucionales para su aplicación
como sujetos de derechos y de especial protección constitucional en tanto
grupo étnico y la existencia práctica de un Estado pluriétnico y multicultural;
que desde la institucionalidad facilite el ejercicio y goce de los derechos
conquistados por los pueblos afrocolombianos”.

El espacio muestral se determinó por los escenarios territoriales, regionales y


nacionales de aplicación de los derechos de las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, así como, la relación institucional e
interinstitucional, desde lo nacional a lo regional y local y viceversa. En esa dirección
el análisis en términos territoriales se desarrolló en el territorio región del Pacífico, la
Costa Caribe, los valles interandinos, así como, mediante el análisis de instituciones
del nivel nacional con responsabilidades en el desarrollo y aplicación del marco
jurídico a favor de estos pueblos.

En ese sentido se puede referenciar que a partir de las construcciones históricas,


primero, las luchas por la libertad, la constitución de palenques como espacios de vida
y libertad, el cimarronaje como esquema de movilización social, más recientemente
luchas por la igualdad basada en la gestión de derechos que reconozcan su diferencia
a partir de su identidad cultural y superen el racismo estructural institucional y social,
así como, las luchas contra la discriminación racial y el combate al racismo, este, como
instrumento de negación, exclusión, marginalidad y pobreza.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 23

Los afrocolombianos vienen demandando desde finales de las décadas de los ochenta
y noventa, el reconocimiento, representación en la vida política, institucional, cultural
y económica del país, enfocados en el respeto a la construcción de un modelo de
desarrollo integral que incorpore de manera efectiva el respeto por el principio
constitucional de reconocimiento a la diversidad étnica y cultural de la nación en
perspectiva de una integración desde la interculturalidad y así, el desarrollo de sus
derechos como pueblos diferenciados y reconocidos en la normatividad nacional e
internacional, la Ley 21 de 1991, la Ley 70 de 1993, y diversos fallos de la Corte
Constitucional que se incorporan a la jurisprudencia constitucional colombiana
ampliando la visión y el rango de los derechos conquistados por los afrocolombianos.

En efecto la investigación pone en contexto los antecedentes en el marco del periodo


abordado, o sea, las acciones previas y los desarrollos que se insertaron en el
activismo y las luchas por derechos de los pueblos afrodescendientes en Colombia en
la coyuntura de la pre constituyente y la Asamblea Nacional Constituyente de 1991,
que devino en el desarrollo constitucional y normativo en la década de 1990, los
influjos en la década del 2000 y lo que se podría llamar una época en transición en la
que se requieren emprender nuevas agendas, un activismo más político en el sentido
de la participación política y la incidencia en la institucionalidad desde la perspectiva
de derechos, cambios que se evidencian en la necesidad de reactivar la gestión de
derechos a un nivel que supere su captación por actores institucionales, político
electorales, e intereses muy limitados de sus propios activistas y dirigentes.

El año 2016, con la firma del acuerdo final para la construcción de una paz estable y
duradera, entre el gobierno nacional colombiano y la guerrilla de las FARC, marca un
nuevo derrotero y la necesidad de pensar un movimiento social afrocolombiano, más
proactivo, más anclado en los derechos e intereses del pueblo afrocolombiano y
colombiano y menos enredado en las luchas cortoplacistas por el control de las
migajas del sistema político y económico del país respecto de las comunidades
afrocolombianas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 24

Este trabajo de investigación denominado: “GARANTÍAS Y DESAFÍOS EN LA


APLICACIÓN DEL MARCO JURÍDICO COLOMBIANO RESPECTO DE LOS
DERECHOS DE LAS COMUNIDADES NEGRAS, AFROCOLOMBIANAS COMO
SUJETOS DE ESPECIAL PROTECCIÓN PERÍODO 1991 – 2016” está dividido en
seis capítulos: el primero de ellos, aborda las cuestiones relativas con el marco teórico
y conceptual, así como, el estado del arte sobre los cuales navega la investigación y
como punto de partida ideológico de la misma.

Es así, como la investigación en su segundo capítulo denominado Configuraciones


del movimiento social afrocolombiano a partir de la década de 1990, realiza un análisis
de las principales organizaciones y comunidades que intervinieron en lo que se puede
denominar como los inicios del movimiento social de comunidades negras, ley
setentista; de este proceso, de la Asamblea Nacional Constituyente surgen los
enunciados derechos de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y
Raizales, incorporados a la constitución colombiana por la vía del reconocimiento a la
diversidad étnica y cultural de la nación, el multiculturalismo como aspecto declarativo
en una nación que requiere de acciones de Estado e institucionales más profundas
para superar las desigualdades e impulsar al país al desarrollo, valorando las
cosmovisiones o visiones de mundo de los diversos pueblos; en otras palabras un
Estado intercultural.

El capítulo dos, pone en contexto, los actores relevantes que impulsaron en


escenarios concretos la lucha por la dignidad humana de las comunidades
afrocolombianas, sus apuestas territoriales y políticas, sus articulaciones y
proyecciones, así como, el impulso a nuevos procesos de lucha a nivel regional, que
derivaron en alianzas estratégicas continentales, impulsando la visibilidad y realidad
de los pueblos afrodescendientes en la región de las américas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 25

De esta manera se busca una ubicación contextual de sujetos y actores, los sujetos
que impulsaron el reconocimiento de los derechos instituidos, versus, los actores
actuales en los espacios de representación y participación de las comunidades, invita
a pensar en los nuevos desafíos en materia de organización y participación de las
Comunidades, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales de Colombia, así como, el
desafío de nuevas alianzas, que dé un reimpulso al movimiento social afrocolombiano
para el Siglo XXI y en el marco del decenio internacional de los afrodescendientes.

El tercer capítulo, Estado de cosas del marco legal de los derechos de las
comunidades afrocolombianas en Colombia. Reconocimiento jurídico del
pueblo afrocolombiano. En éste, se realiza un análisis del marco constitucional,
jurisprudencial y legal existente y sus desafíos en materia de aplicación.

Se evidencia que la falta de reglamentación de la Ley 70 de 1993, la poca aplicación


de los marcos normativos que de allí se desprendieron, generó vacíos, que facilitaron
la vulneración de los derechos ya reconocidos a los afrocolombianos y en
consecuencia, un estado de agravación de sus condiciones de vida, en el contexto del
conflicto armado interno.

La falta de reglamentación de la ley, el difícil acceso institucional de los


afrocolombianos, la falta de instrumentos efectivos para aplicar sus derechos en un
enfoque claro de dimensión étnico-racial del conflicto colombiano sobre las
comunidades afrocolombianas fue reseñado de la siguiente manea por el relator
especial de Naciones Unidas para la Discriminación Racial Sr. Doudou Diéne en su
informe de visita a Colombia del año 2004 después de valorar los relatos de los
delegados de las organizaciones PCN, AFRODES, CNA, entre otras.

“No solo es un grave atentado contra los derechos humanos, civiles y


políticos, sino que ante todo incrementa la pobreza y la vulnerabilidad de la
gente al destruir sus estructuras sociales y su capital humano. La autonomía
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 26

de las comunidades y la representatividad de sus autoridades tradicionales


se ven considerablemente afectadas por el conflicto. Habiendo perdido sus
recursos económicos, a menudo los desplazados viven como personas
desarraigadas y suelen terminar en la pobreza extrema o la indigencia”1.

En ese mismo sentido, en el informe sobre Colombia expresó la señora Gay


MacDugall relatora especial de Naciones Unidas contra la discriminación racial
ubicada en el contexto de falta de garantías en la aplicación normativa lo cual agudiza
las condiciones de marginalidad, exclusión y pobreza de los afrocolombianos, lo cual
los hizo más vulnerables a los contextos de violencia y vulneración de los derechos
humanos que vive en el país producto del conflicto social, económico, político y
armado que aún no se supera.

“Muchos afrocolombianos viven en la pobreza en la periferia de los centros


urbanos a causa de la violencia y del desplazamiento forzado de las zonas
rurales. Las comunidades rurales desplazadas, en particular las mujeres y los
niños, tienen pocos recursos y no están bien preparadas para las zonas
urbanas hostiles en las que tienen pocas opciones de generar ingresos. Hasta
el 80% de los afrocolombianos desplazados viven en las zonas más pobres
y peligrosas de las principales ciudades2.

En ese sentido el capítulo tercero de la investigación, muestra el marco normativo, su


falta de reglamentación y los impactos desproporcionados que esto tiene sobre las
poblaciones afrocolombianas, así como, la falta de interés por parte de los gobiernos
por su aplicación efectiva.

1 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS; COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS. El racismo,


la discriminación racial, la xenofobia y todas las formas de discriminación: informe del señor Doudou
Diene, relator especial sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia,
y formas conexas de intolerancia. Ginebra: ONU, Misión a Colombia E/CN.4/2004/18/Add.3, 2004. P.
16.
2 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS; COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS. Promoción

y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
incluido el derecho al desarrollo: informe de la experta independiente sobre cuestiones de las minorías
relativo a su misión a Colombia (1º a 12 de febrero de 2010), Sra. Gay McDougall. Ginebra: ONU, 2010.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 27

El cuarto capítulo sobre El derecho fundamental a la consulta previa, contexto


jurídico, jurisprudencial y desafíos, es un análisis, recopilación de información y
proyección sobre este derecho clave en la construcción de perspectivas de desarrollo
económico y social en el país, la aplicación del derecho a la consulta previa con los
pueblos étnicos en Colombia, ha puesto en crisis la aplicación de los postulados
constitucionales y legales respecto del derecho a la igualdad en la diferencia, respecto
del modelo de desarrollo imperante que pone en permanente inmanencia las
perspectivas de vida, una confrontación permanente entre la cosmovisión de los
afrocolombianos en el que la naturaleza es parte integral de su cultura y su vida, o
sea, la naturaleza como parte de la vida de estos pueblos, versus la visión desarrollista
a raja tabla, de quienes ostentan el poder del Estado, las instituciones y de los gremios
económicos.

La aplicación del derecho a la consulta previa en Colombia, ha sido uno de los temas
más complejos y que ha denotado la existencia de diversos conflictos asociados, al
igual que en materia de la agenda de derechos de los pueblos afrocolombianos e
indígenas ha suscitado diversas confrontaciones de tipo político y jurídico entre las
comunidades, el gobierno y las empresas. En la actual coyuntura de paz del país, uno
de los asuntos que está en confrontación entre el gobierno con los grupos étnicos en
especial con los pueblos afrocolombianos, es el de la garantía de la aplicación del
derecho a la consulta previa en un escenario en el que también el mecanismo ha sido
contaminado por múltiples intereses y que desde el gobierno se ha promovido su
deslegitimación.

Sin embargo ha correspondido a la Corte Constitucional colombiana afirmar cada vez,


sobre los derechos de los pueblos a ser consultados sobre las medidas legislativas y
administrativas y, los proyectos infraestructurales y de desarrollo que impacten
positiva o negativamente sobre sus territorios, su integridad cultural y sus vidas; al
respecto como se muestra en el capítulo, la Corte se ha pronunciado en diversos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 28

momentos sobre la importancia de garantizar la aplicación de este derecho


fundamental más allá de un mero trámite como en ocasiones también se pretende
presentar. Al respecto la Corte Constitucional se ha expresado de la siguiente manera:

“La Consulta Previa es un derecho fundamental, que se convierte en un


trámite obligatorio que debe ejecutarse de acuerdo con los usos y costumbres
de cada etnia, cada vez que se pretendan tomar decisiones que afecten a las
comunidades, las cuales pueden ser: a) Medidas administrativas como la
expedición de una licencia ambiental para la explotación de recursos
naturales. b) Medidas legislativas como la expedición de normas que
involucren o afecten a estos pueblos. 3

Existen pues un número importante de pronunciamientos de la Corte Constitucional


especialmente en Sentencias Constitucionales y de Tutela sobre el derecho a la
Consulta Previa en particular, resalta el valor que tiene esta para la democracia en el
país y como relevancia en la aplicación de los valores y principios constitucionales en
la protección de la integridad étnica y cultural de la nación. Sin embargo el gobierno y
el congreso, corren un riesgo alto desde el punto de vista del precedente constitucional
al negar la aplicación del derecho a la consulta previa guardando los estándares
constitucionales en el marco de las leyes que se viene tramitando para el desarrollo
del proceso de paz en el Fast Track. De todo esto, este capítulo revierte una
importancia relevante toda vez que se puede ver como un punto de inflexión en el
horizonte de lo que será la relación institucional con este derecho y la posición que
asumirán los pueblos respecto de su falta de aplicación por consiguiente de
efectividad para garantizar la protección de la integridad cultural de los pueblos tal
como lo señala el Convenio 169 de la OIT.

3
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-382 de 2006. Bogotá: El Autor, 2006.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 29

El quinto capítulo corresponde a una visión sobre el capítulo tercero de la Ley 70 de


1993, 24 años después, y una propuesta sobre la territorialidad y el desarrollo de
dichos espacios; Lineamentos para una política pública de tierras y desarrollo
rural para el pueblo afrocolombiano. Política de Tierras para las Comunidades
Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales. Si bien en materia de
reglamentación y desarrollo de la Ley 70 de 1993, lo que mayormente avanzó fue la
titulación colectiva de tierras, la falta de una política integral que junto con el derecho
de propiedad de las tierras que se le otorgó a las comunidades afrocolombianas,
avanzará en una estrategia sólida de desarrollo rural, productivo y con nuevos
emprendimientos a partir de las potencialidades en materia de biodiversidad, ecología,
ambiental y conocimientos ancestrales de dichos territorios; en esta investigación
después de analizar de primera mano el estado actual de avance de este derecho, se
propone una estrategia que haga avanzar la perspectiva de mero título colectivo a una
proyección de desarrollo rural integral que se establece como política pública.

La investigación identificó que si bien hubo un avance importante en materia de


titulación colectiva de tierras, que aseguró el derecho de propiedad de las tierras
ancestrales de las comunidades afrocolombianas en el territorio región del Pacífico
colombiano; en otros contextos como los valles interandinos del río Cauca y
Magdalena, como de la Costa Caribe, estas comunidades fueron sometidas a
procesos acelerados de pérdida de sus territorios ancestrales y desplazamientos que
en algunos casos dieron paso a proyectos infraestructurales, viales, portuarios y
agrícolas. En ese enfoque se propone acelerar los procesos administrativos de
titulación colectiva en algunos casos y en otros la adquisición de tierras productivas a
ser entregadas en propiedad colectiva a dichas comunidades. El caso de San Andrés
y Providencia, constituye un caso emblemático de lo que puede ser una política de
resarcimiento del territorio ancestral raizal, afianzamiento de la cultura de estos
pueblos desde el punto de vista de la recuperación y entrega de bienes confiscados
que pueden ser parte de la política de desarrollo económico y social para dicho pueblo.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 30

De la mano con la materialización de la política de tierras, se requiere el desarrollo de


los incentivos financieros, crediticios y de emprendimientos auspiciados por la
institucionalidad, que posibilite el impulso del etnodesarrollo a partir de las iniciativas
productivas de las Comunidades Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

El sexto capítulo está relacionado con la incidencia realizada por la Comisión Étnica
Para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, plataforma conformada por las
organizaciones nacionales afrocolombianas, Proceso de Comunidades Negras PCN,
Asociación de Afrocolombianos Desplazados AFRODES, Foro Interétnico Solidaridad
Chocó FISCH, Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas CNOA, Red
Nacional de Mujeres Afrocolombianas CAMBIRI, entre otras, articuladas al Consejo
Nacional de Paz Afrocolombiano CONPA y las organizaciones nacionales indígenas
Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC y Autoridades Tradicionales
Indígenas de Colombia-Gobierno Mayor.

El capítulo étnico incorporado en el acuerdo final de paz “Acuerdo Final para la


Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera en
Colombia”, es parte de una historia de incidencia, lucha y elaboración técnica por parte
de los dirigentes de las organizaciones mencionadas, se incorpora a esta
investigación debido a que no solo ocupó buena parte de mi tiempo en estos últimos
años, sino, que es también el punto de inflexión en la mesa de paz de la Habana y el
horizonte de lo que será el proceso de implementación del proceso de paz en
Colombia, desafío importantísimo para el avance o retroceso de los derechos de los
grupos étnicos en el país.

En este capítulo el cual hubo que sintetizar al máximo para ser incorporado en el
acuerdo final de paz, se incorpora la visión de los pueblos afrocolombianos e
indígenas sobre el proceso de paz, los desafíos en materia de protección y avance de
los derechos previamente reconocidos a estos y un campo de acción en materia de
adecuación institucional que serviría para traer al país a la modernidad desde el punto
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 31

de vista de la participación efectiva de los pueblos en la construcción del horizonte del


futuro de la nación.

En efecto la investigación busca a partir del análisis de diversos ámbitos en materia


de derechos de los pueblos, como son, la organización y su movilidad social en la
construcción de derechos de otro modo, de derechos como productos culturales, la
institucionalización de esos derechos conquistados, codificados en la constitución y la
ley, las perspectivas de nuevas luchas para la conquista de nuevos derechos y la
proyección de los mismos en el bienestar de dichos pueblos, incorporar a partir de
dichos análisis, los estudios del marco jurídico a partir del garantismo en su aplicación
o no, insertar entonces los estudios del marco jurídico de los derechos instituidos al
pueblo afrocolombiano como un nuevo campo de análisis global a las ciencias
jurídicas y políticas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 32

EL ABORDAJE METODOLÓGICO

La investigación se fundamentó en una metodología multimodal o multidimensional


que implica la combinación de métodos lo cual tiene impactos en la forma de abordar
las apuestas por resolver las preguntas trazadas en la investigación; sin embargo, el
énfasis metodológico se basó en la investigación etnográfica, la investigación acción
participativa IAP, toda vez que el compromiso temático de la investigación implicaba
la inserción y la acción en los contextos y escenarios de trabajo del movimiento social
afrocolombiano, la vinculación institucional que hiciera posible el levantamiento de
información veraz y producida por los actores centrales de la investigación, las
comunidades afrocolombianas y la institucionalidad del Estado Colombiano, en efecto,
elementos de las ciencias políticas se presentan de manera frecuente como
herramientas de interpretación de los acontecimientos que se abordan.

De esta manera, la investigación que se presenta, tuvo como propósito indagar,


hechos, fenómenos y situaciones que tuvieron lugar en la configuración de los
derechos reconocidos al pueblo afrocolombiano en los albores de la Asamblea
Nacional Constituyente de Colombia en 1991, revisar los mismos de manera objetiva,
valorar el recorrido en el periodo de tiempo planteado por la investigación con base
en evidencias documentales de fuentes primarias y secundarias desde una visión
holística.

Se tuvo en cuenta procedimientos que incorporaron conversatorios, entrevistas,


talleres, seminarios, diálogo de saberes y otros eventos en los cuales fue posible
levantar información, entre ellos, algunos de estos escenarios en lo que el investigador
participó activamente, como fue, el proceso preparatorio y desarrollo de la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 33

denominada Primera Conferencia Nacional Afrocolombiana (2002), la coordinación


del Equipo Técnico Interorganizacional que recogió todas las iniciativas de
reglamentación que hasta el año 2008 se habían producido en el país, la ideación y
puesta en escena del Primer Congreso Nacional Autónomo del Pueblo Negro,
Afrocolombiano, Palenquero y Raizal en el 2013, la participación como ponente en
diversos, foros, conversatorios y talleres al interior del Proceso de Comunidades
Negras, y la vinculación institucional como miembro del equipo asesor de la Dirección
de Asuntos Étnicos del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, posibilitaron el
acceso a información de primera mano y de calidad que alimentó el desarrollo
investigativo, así como, la cercanía con diversos líderes del movimiento social y
académicos a nivel local, regional y nacional, lo cual sirvió para alimentar las fuentes
primarias de la investigación. De esta manera se incorporó elementos metodológicos
propios de la investigación etnográfica, dadas las características que rodearon la
investigación.

El trabajo de investigación también se articula a las permanentes discusiones


conceptuales, procedimentales y metodológicas que sobre la acción política y la
construcción del sujeto político, comunidades afrocolombianas, impulsa el Proceso de
Comunidades Negras en Colombia PCN, desde donde el investigador accionó como
dirigente y académico militante. Sin duda este posicionamiento contribuyó sobre
manera a mantener el eje sobre el aporte y la pertinencia de la investigación, en
correlación con los impactos en una pedagogía que posibilite el desarrollo efectivo de
los derechos del pueblo afrocolombiano.

Estas realidades provocaron la ampliación del eje investigativo, llevándolo a pasar por
la exegesis jurídica como el estudio básico del marco normativo, a campos de la
sociología y filosofía jurídica que permitiera comprender de manera integral y
multidimensional el fenómeno de estudio.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 34

De esta manera la investigación acción participativa y la etnografía, se instaló en los


diversos contextos en los que actúan los actores sujetos del movimiento social
afrocolombiano, contextos de comunidad, contextos de organización social, contextos
de diálogo institucional, así como, los contextos de interrelación con actores
institucionales en los niveles Municipal, Departamental y del gobierno nacional incluido
el Presidente de la República.

Junto con lo arriba señalado, se realizó una amplia revisión bibliográfica, que llevó a
establecer el estado del arte a través de la información consultada. Las fuentes
permitieron el establecimiento de las evidencias documentales encaminadas hacia los
resultados de la investigación. Como aspecto básico del trabajo investigativo, se
adelantó el proceso de recolección de información por medio de la identificación y
clasificación de las fuentes y revisión bibliográfica.

De igual manera como estrategia de comunicación y socialización de la investigación,


sus resultados se fueron publicando en diversos medios, la publicación de artículos
en revistas indexadas y libros, entrevistas en medios noticiosos de televisión y
escritos, presentación de ponencias y conferencias en eventos académicos,
comunitarios e institucionales.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 35

CAPÍTULO I

1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

¿Por qué en un escenario donde los derechos alcanzados por los pueblos
afrocolombianos, lo cual constituyen la garantía de la pervivencia como pueblo,
es pertinente el abordaje de las realidades referente al desarrollo de los
derechos conquistados por estos en una perspectiva de derechos humanos y
su integridad cultural desde un análisis crítico de las prácticas sobre las cuales
operan las instituciones colombianas responsables de su garantía?

El abordaje de este trabajo a partir de lo teórico y conceptual, comprende una


aproximación desde el enfoque de la teoría crítica de los derechos humanos, como
forma para aproximarse de otra manera al trabajo por la dignidad y los derechos
humanos de los pueblos afrocolombianos en Colombia. En ese sentido la dimensión
de integridad cultural, entre otros aspectos incorpora la dimensión de territorio que
comprende los seres humanos, hombres y mujeres, y las relaciones que estos han
establecido con la naturaleza, bajo la cual en una relación mágico espiritual procrea y
recrea la cultura y la vida de los pueblos afrocolombianos en Colombia.

Realizar una investigación sobre el campo de las ciencias jurídicas y políticas en


perspectiva de las garantías y desafíos en la aplicación del marco jurídico
colombiano respecto de los derechos de las comunidades afrocolombianas
como sujetos de especial protección periodo 1991 – 2016, lleva a considerar dos
aspectos fundamentales en el marco del concepto de las luchas por derechos y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 36

esencialmente por los derechos humanos en Colombia y en el mundo. Estos aspectos


están relacionados con:

Las teorías convencionales de los derechos humanos que para los pueblos
afrocolombianos marcaron una pauta inmovilizadora toda vez que la consideración de
que se tenían derechos per se, implicada una mirada a un Estado ausente pero que
estaba obligado a proporcionar derechos dados como naturales y en su efecto
concreto una sistemática vulneración a los pueblos afrocolombianos, toda vez que su
práctica correspondía al sometimiento de estos pueblos a la marginalidad y exclusión.
Es decir, una indagación sobre los diferentes mecanismos y marcos filosóficos o
teóricos de los cuales se valió el Estado para desarrollar intervenciones o no en las
regiones habitadas por población afrocolombiana, en materia de las políticas para el
desarrollo económico y social, la educación que se implantó en las poblaciones y
comunidades afrocolombianas, las políticas sobre la salud, etc.

La otra cuestión, está estrictamente ligada a la relación que durante siglos entabló el
Estado colombiano con las regiones y comunidades afrocolombianas, es decir, con el
pueblo afrocolombiano, en una política sistemática de negación histórica y de
desconocimiento que promovida por sectores hegemónicos del desarrollo capitalista
del país, políticas y miradas incrustadas en la institucionalidad del Estado, cuya
esencia ha correspondido a una política de racismo institucional que se manifiestan
hasta nuestros días y que lesiona en la práctica las definiciones de Colombia como
una nación multiétnica y pluricultural como principio del nuevo pacto constitucional de
1991. Si bien se ha negado desde los campos señalados la diversidad étnica y cultural
de la nación, su horizonte ha sido la pretensión de homogeneización cultural,
económica, social y política como forma de concebir el mundo. En ese sentido:

Desde la teoría convencional o clásica de los derechos humanos, los afrocolombianos


se supone tenían derechos per sé, o sea, derechos por el sólo hecho de nacer; no
obstante a esta afirmación y en contravía de los planteamientos de la Declaración
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 37

Universal de los Derechos Humanos4 en su preámbulo, “Considerando que la libertad,


la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia
humana”; más adelante en su artículo 1, la misma declaración plantea “Todos los
seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están
de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” y
siguiendo este lineamiento en su artículo 7 corrobora las afirmaciones anteriores
plantea “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual
protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda
discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal
discriminación”.

A pesar de los planteamientos de esta Declaración Universal de los Derechos


Humanos, históricamente los afrodescendientes en Colombia y más aún en el
conjunto de los territorios de hábitat, han sido discriminados, racializados y
marginados de los procesos de desarrollo del país; la Constitución de 1886 negó
cualquier posibilidad de derecho específico para este grupo humano lo que implicó a
lo largo de los dos siglos siguientes la agudización de una crisis que ya venía del
colonialismo y la constitución de las nuevas naciones.

A finales del Siglo XX y en una profunda crisis del establecimiento, se acuerda la


necesidad de reformar la Constitución de 1986 que traería a Colombia a la modernidad
jurídica y enlace al país a los procesos de desarrollo mundial, a partir del
reconocimiento de su realidad interna. Los afrodescendientes que vienen reclamando,
primero el reconocimiento de su realidad diferente y por consiguiente derechos
específicos que a partir de estos los proyecte como sujetos del mismo y posibilite

4 ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS. Declaración Universal de los Derechos


Humanos. París: El Autor, 1948. Disponible en: http://www.un.org/es/universal-declaration-human-
rights/. Elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes
jurídicos y culturales, la Declaración fue proclamada por la Asamblea en su Resolución 217 A (III), como
un ideal común para todos los pueblos y naciones. La Declaración establece, por primera vez, los
derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 38

nuevos caminos para su desarrollo como pueblo; transitan caminos de organización y


movilización comunitaria, que venidos desde la región Pacífico primero “Negros
campesinos; reivindicaciones gremiales que incluyen el derecho a la tierra, lo que
explica las organizaciones para sí. Trayectoria de la Asociación Campesina del Atrato
–ACIA- en el Chocó”, “Negros desde la identidad cultural: inicios en la pastoral afro-
americana tiene como base el pensamiento social de Valencia Cano que viene de la
década del 60 – 70”5. Estas expresiones de carácter rural generaron una capacidad
de sinergias que encadenaron una gran movilidad nacional de los afrodescendientes
en Colombia, “Reivindicación de lo negro desde la perspectiva de identidad – racial
contra la discriminación: presencia Sowueto-Cimarrón. Enfocados al problema racial,
fuertes en esfera estudiantil y grupos de jóvenes, inspirados en la lucha por derechos
civiles de los negros en Norteamérica6.”

“La expresión clientelista; negros que intermedian con la clase política


dirigente, que a partir del intercambio de favores por votos crean un estatus
de “dirigencia política” para la región absolutamente dependiente y sin
capacidad de decisión como el Cordobismo en el Chocó, o los Escrucerías
en Nariño, usando patrones tradicionales como base de la red clientelista.”7

Este encadenamiento de acciones desde estas visiones ligadas a la necesidad de


conquista de reconocimiento como grupo étnico diferenciado con particularidades
culturales, territoriales y de relacionamiento con los demás grupos humanos del país
y en especial con la naturaleza construyen un nuevo sujeto político, según Grueso C.,
Libia8,

5 GRUESO CASTELBLANCO, Libia Rosario. El Proceso Organizativo de las Comunidades Negras en


el Pacífico Sur Colombiano. Tesis de Máster en Estudios Políticos, Pontificia Universidad Javeriana,
Inédito 2000. Cali: Pontificia Universidad Javeriana, 2000. pág. 11.
6 Ibídem.
7 Ibídem.
8 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 39

Desde la región surge una nueva propuesta en la coyuntura del 91 con la


ANC y con ella la dimensión de Región cultural y Territorio – Región de grupos
étnicos. Se crea por primera vez una interlocución desde la región, desde los
grupos étnicos de negros e indios a través de sus expresiones organizativas
étnico – territoriales con el resto de la sociedad colombiana.

La reivindicación del derecho a la diferencia, y el derecho al territorio marca


una pauta dentro del movimiento social de comunidad negra, significa
también una ruptura con el planteamiento anterior: no basta la igualdad
ciudadana: el derecho a ser negro como expresión cultural como práctica,
como proyecto de vida (derecho a Ser) Propuesta que confronta el modelo
económico (Derecho a perspectiva propia de futuro) Propuesta que confronta
el poder político – económico (derecho al territorio) espacio para Ser en un
contexto geopolítico como el del Pacífico Colombiano.

A partir de esta nueva configuración, la constitución de una nueva dinámica


organizativa y política que en su interacción con el Estado y los sectores políticos,
plantea la constitución especifica de derechos para las comunidades negras en ese
momento, -Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales ahora-. Es de esta manera que
en el marco de la Constitución Política de Colombia de 1991 las Comunidades Negras
conquistan por primera vez derechos específicos, ligados a su condición de grupo
humano diferenciado, lo que les da la categoría de grupo étnico.

En esa dirección y atendiendo a los postulados de la construcción de pueblos


diferenciados, y desde la perspectiva de la protección de la integridad cultural ligada
al territorio, a la identidad cultural, las comunidades negras, afrocolombianas
pretenden avanzar en los siguientes elementos:

Un Proyecto en lo político basado en valores y prácticas culturales, proyecto


conceptualmente radical que en su práctica política combina procesos de
resistencia cultural, demanda de derechos y concertación con el Estado. Se
genera así entre los sectores organizados de la comunidad negra, una cultura
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 40

política que algunos podrían calificar como democracia directa con la


participación, la movilización y la interlocución directa con el Estado alrededor
de la nueva constitución, Artículo Transitorio. 55 y la Ley 70/93.

El reconocimiento del territorio y la reivindicación del Territorio – Región como


territorio de grupos étnicos negros e indígenas, agudiza la disputa por el
territorio. La Ley 70 en particular, acelera esta disputa. La contradicción
central se da entre el Pacífico como área estratégica en la apertura
económica VS territorio Región de Grupos étnicos con su propia visión de
futuro.9

Desde esta perspectiva asumimos la teoría crítica de los Derechos Humanos como la
herramienta teórica y conceptual para la transformación de las realidades que se
suponen fácticas, más sin embargo, desmovilizan la capacidad crítica de los pueblos
para sumergirlos en estados de indefensión; así las cosas, y pensando de otra manera
los derechos humanos, enfocamos siguiendo la línea del Maestro Joaquín Herrara
Flórez, que estos son productos culturales y se van materializando a partir de las
luchas específicas de los pueblos para construir su dignidad. En el caso de los
afrodescendientes y afrocolombianos; desde las luchas por la libertad, hasta las
luchas por la conquista de reconocimiento como grupo humano diferenciado y la
conquista de derechos específicos, ha funcionado la auto-emancipación, la puesta en
escena de un nuevo orden, una nueva actitud colectiva que logra los derechos hoy
reconocidos constitucionalmente a los afrocolombianos y el avance paulatino de
mejoras para el grupo humano y en general para la sociedad, se visionan a partir de
estos, pero también en cada momento que el grupo humano se articula y acciona
colectivamente en el logro de objetivos concretos que avizoran la proyección cultural
como pueblo en ese mismo marco de derechos ya reconocidos, mas también
dinámicos en un conjunto de intereses a favor y en contra de los mismos.

9
Ibídem. Pág. 12.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 41

Los Derechos Humanos como productos culturales, implica una permanente acción y
movilidad de los actores sujetos que posibilite la alteridad de los derechos, o sea los
derechos humanos como parte de la sucesión de hechos constantes que las personas
deben realizar para construir así la dignidad que se persigue en un mundo
complejizado; en ese marco de derechos de facto que se supone están allí, más los
mismos por sí solo no operan hacia esa ruta de dignificar la vida.

De acuerdo con los planteamientos de Herrera Flores10, avanzamos en mirar los


derechos humanos de otro modo, por tanto, en este marco de acción se pretende
avanzar en el estado de inmanencia a una posición y postura de acción para la
generación de sujetos activos críticos de la realidad en dicho escenario de las
tensiones permanentes, lo importante para el tipo de luchas que dan las comunidades
Afrocolombianas en Colombia y en especial en el Pacífico sur, está interrelacionada
con la construcción de sentido, sentido cultural, sentido como pueblo, sentido en la
relación con el resto del país y el mundo. En esa dirección y siguiendo a Herrera
Flórez:

“Lo real, donde se sitúan nuestras reacciones culturales creativas, se da en


un plano de inmanencia; es decir, en un ámbito absolutamente opuesto a los
planos trascendentales, cuya función consiste en diluir las acciones humanas
en un espacio sobre natural e inaccesible. El plano inmanente es, por el
contrario, un marco de consistencia, es decir, un contexto en el que lo que
prima es la producción constante de diferencias, distinciones y disyunciones
creativas y positivas con respecto al mundo que, desde los planos
trascendentales nos quieren imponer como si fueran la única realidad posible

y la única racionalidad real. Vivir en la inmanencia supone asumir el riesgo


que comporta ser un ser humano que vive en el mundo como lugar desde
donde poder producir sentidos y dignificaciones a la realidad. Ni más acá, ni
más allá, sino aquí mismo es donde se construyen las realidades y
racionalidades. Y es aquí mismo donde debemos empoderarnos, evitando en

10
HERRERA FLORES, Joaquín. Los derechos humanos como productos culturales, crítica del
humanismo abstracto. Navarra: Catarata, 2005.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 42

la medida de lo posible caer en las trampas de una trascendencia que, al


separar la verdad de la búsqueda y la praxis humana, nos deja inermes frente
a lo que ocurre a nuestro alrededor.

Lo real no es más que el conjunto de relaciones tensas y conflictivas entre las


acciones humanas y los productos culturales que van surgiendo a partir de
las propias reacciones frente a los particulares entornos de relaciones que
mantenemos con los otros, con nosotros mismos y con la naturaleza. En esta
interrelación tensa y conflictiva entre acciones (sociales, económicas,
políticas o artísticas) y las producciones culturales (es decir, los resultados de
dichas acciones: teorías sociales, económicas, formas de organización
institucional o formas artísticas), es donde surgen los valores y donde se
establecen las jerarquías entre los mismos. Los valores son los productos de
estas relaciones tensas entre la propia praxis humana y los productos
culturales que la simbolizan y condicionan.

Pensar es, pues, primero, una tarea de resistencia frente a las debilidades y
pasividades que marcan los planos de trascendencia (sea Dios, sea la Razón,
sea la Historia, sea el Mercado…) y como tal, una afirmación de nuestra
indignación frente a lo intolerable, frente a la homogeneización del mundo por
la cosificación de lo real (el déficit de sentido) o por la entrega al misterio de
lo desconocido que se oculta bajo mantos trascendentales (el exceso de
sentido). Tanto una actitud como la otra nos conducen, en su mínima
expresión, a la supresión de la diferencia; y en su máxima expresión, a la
destrucción de las condiciones que nos permitan vivir con dignidad”. 11

En referencia al territorio región del Pacífico y en tanto que la misma estuvo durante siglos
aislada del interior del país, dado sus características, una amplia selva húmeda tropical,
agreste que imposibilitaba para agentes foráneos la permanencia. A mediados de la década
del 80 y en un nuevo escenario mundial respecto de la importancia y el respecto por la
biodiversidad y los recursos naturales como fuentes inexorables de vida y riquezas, la región
del Pacífico retoma el lugar de importancia que le corresponde, no obstante esta importancia

11
Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 43

geoestratégica constituye grandes retos para las comunidades afrodescendientes e


indígenas, pobladores tradicionales de la misma.

Grandes proyectos de inversión, fueron concebidos para el Pacífico, sin tener


en cuenta las aspiraciones de los pobladores nativos, lo que puso en
evidencia nuevos escenarios de guerra, esta vez una guerra dirigida a limpiar
la región de sus pobladores tradicionales, pues en 1996 se plantea
nuevamente la posibilidad de construir un canal interoceánico, el Atrato-
Truandó, que comunicaría en un menor tiempo que el canal de Panamá, el
Océano Atlántico con el Pacífico. Un poco antes a esto se privatizan los
Puertos en Colombia, y con ello el puerto de Buenaventura, lo que genera
una gran crisis económica, social, política y cultural en el principal puerto del
país y ubicado en la región del Pacífico Sur; posterior a esto se han planteado
en el puerto grandes proyectos de inversión como son la ampliación del
puerto hacia territorios poblados, la generación del turismo pretendiendo
desalojar importantes volúmenes de la población asentados en la zona de
bajamar, la construcción de un nuevo puerto de aguas profundas en Bahía
Málaga y ligado a los mismos la agudización del conflicto social, político y
armado que vive el país con grandes saldos de personas asesinadas,
desaparecidas y desplazadas.12

Más en el sur la ampliación del mega proyecto palmero a sangre y fuego, lo cual generó la
implantación de más de 50.000 hectáreas en palma de aceite, en una estrategia militar y
paramilitar para despojar a los nativos de sus territorios y tierras, desarrolló una crisis social
de proporciones aún incalculables y que aún no se ha podido contener.

Ya a comienzos de la década del 90 investigadores de corte social y antropológico, como


(Escobar y Pedroza), advertían de situaciones que podrían presentarse en la región del
Pacífico, con importantes efectos, tanto en la vida social y cultural de la región, así como, los
impactos en los recursos naturales y del ambiente, estos análisis que son hoy objeto de
reflexiones servirían de apertura para mayores estudios en la zona, mas no para tomar en

12ASOCIACIÓN DE AFROCOLOMBIANOS DESPLAZADOS -AFRODES, et. al. Política pública con


enfoque diferencial para la población afrocolombiana en situaciones de desplazamiento forzado o
confinamiento: propuesta para la construcción. Bogotá D.C.: AFRODES, 2008.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 44

acciones, políticas que ayudaran a contener los desafíos de la nueva era. De esta manera
expresaban los autores sobre lo que estaba por venir en la región:

“La cuenca del Pacífico ha llegado a ser un tema de moda. Y aunque las
modas pueden destruir, pueden también marcar comienzos, abrir espacios
para la creación o la transformación de una realidad, de un mundo. Es difícil
saber si en el caso del Pacífico colombiano ocurrirá lo uno o lo otro, o un poco
de ambos; pero es innegable que la importancia que hoy ha cobrado la región,
tras un desconocimiento de siglos, refleja un inusitado fenómeno y una
actividad sin precedentes en los aspectos social y biológico.

Por un lado, los movimientos sociales de la región, y las comunidades negras


e indígenas que representan, se han lanzado a la aventura de asumir, contra
viento y marea, no solo la defensa de la región, si no la tarea de su definición
y de su impulso hacia el futuro; por otro lado, los temas biológicos se activan
y se expresan en virtud del papel crucial que juegan en relación con la
biodiversidad mundial, es decir con la permanencia misma de la vida sobre el
planeta. Lo social y lo biológico reverberan a lo largo y ancho de los ríos del
Litoral, en bosques y poblados, en costas, esteros y colinas, produciendo
novedosos hechos políticos y culturales. Desde muchas direcciones se
resignifica al Pacífico colombiano como espacio desarrollable, como territorio
étnico, como fuente inagotable de recursos y cada re significación deviene en
hechos políticos y económicos aún poco entendidos”13.

Estas resignificaciones, expresadas por Escobar y Pedrosa, desde el punto de vista


de los movimientos sociales del Pacífico, como región, geoestratégicamente
importante en el mundo, por sus características en biodiversidad y recursos naturales,
así como, el reconocimiento de ser la primera región del mundo en importancia
ecológica y la segunda región en importancia ambiental, después de la Amazonía,

13ESCOBAR, Arturo y PEDROSA, Álvaro. Pacífico ¿Desarrollo o diversidad? Estado, capital y


movimientos sociales en el Pacífico colombiano. Santa fe de Bogotá: Artes Finales. 1996.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 45

hace que la funcionalidad social y comunitaria, defienda desde el arraigo cultural las
prácticas desarrolladas por los ancestros que le han permitido a este territorio región,
estar entre una de las más atractivas del mundo. En contraposición a estos
planteamientos, las políticas que se impulsan desde el Estado y motivadas por
intereses de grandes capitales nacionales y trasnacionales hacen percibir la región
como lugar meramente explotable y de la cual sus pobladores tradicionales
afrodescendientes e indígenas deben salir para dar paso al mal llamado “Desarrollo”.

“El Territorio Región del Pacífico, es el último caso en que unas tierras de negros o
“antesala del infierno”, son colocadas, por su ubicación estratégica, los recursos
naturales y la biodiversidad, en el centro del interés nacional e internacional. Es a esto
a lo que Naka Mandinga, uno de los más importantes dirigentes afrodescendientes del
Pacífico y del país, llama tener “la desgracia de la buena suerte”.14

“Pasar de ser “antesala del infierno” para convertirse en “las puertas del cielo,
imágenes de nuevos dorados”, tiene un precio y en consecuencia en muchos sitios
del país, larga y dolorosa lista de nombres, los afrodescendientes terminaron
perdiendo el control de sus territorios, recursos naturales y de sus vidas, ante las
presiones ejercidas por los megaproyectos y los poderosos intereses económicos y
políticos. Aunque la relación desplazamiento conflicto armado es a la que más
referencia se hace, es claro y evidente en todo el país, que los afrodescendientes
están siendo desplazados en las áreas de influencia de importantes proyectos
energéticos, viales, mineros, agroindustriales, turísticos y portuarios15.

En concordancia con el planteamiento siguiente, diversas estrategias han sido


trazadas para violentar la vida y cultura de los pobladores del Pacífico y de las

14ROSERO, Carlos. Los afrodescendientes y el conflicto armado en Colombia. La insistencia en lo


propio como alternativa. En: Revista África América, segunda etapa, no. 9. Oct. 2002.

15 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 46

Comunidades Afrocolombianas en el país. Discursos del capital trasnacional y de sus


grupos o empresas de la muerte, paramilitares y militares en Colombia que plantean
que las Comunidades Afrocolombianas no quieren el desarrollo debido a que no dejan
simplemente dejar explotar los territorios en los que han vivido ancestralmente,
amenazan a sus líderes más destacados y reconocidos generando temor en las
comunidades, este discurso del desarrollo expresado así, está en contravía de los
postulados ancestrales y prácticas tradicionales de las comunidades; en
consecuencia, están teniendo muchas limitaciones de orden legal y de la resistencia
comunitaria para ser implementados, no obstante las amenazas, asesinatos,
desapariciones y desplazamientos comunitarios, grupales, familiares e individuales
persisten en estas comunidades.

“Las fronteras de la llamada civilización avanzan en la medida en que la selva


húmeda tropical retrocede. El desarrollo y las lógicas implícitas que lo
soportan y que no se “detendrán ante dos o tres chozas y unas cuantas
ballenitas”, cercenan el paisaje con grandes proyectos viales, portuarios,
hidroeléctricos o turísticos o lo convierten en monocultivos de banano en el
Darién, -hoy conocido como el Urabá, -caña de azúcar en el norte del Cauca
y sur del Valle, palma aceitera o coca en los ríos de la ensenada de Tumaco
y el bajo Atrato”16.

“Una cosa se sabe a ciencia cierta y es que a la noción imperante de


desarrollo y a quienes la instrumentalizan en su beneficio, les importa muy
poco que y como atropellan. El desplazamiento Forzado Interno –entendido
como la mayor agresión que sufren los afrodescendientes en los últimos 150
años –no es una cosa aislada, sino un conjunto de acciones sistemáticas,
abiertas y deliberadas y por lo tanto inscritas y funcionales, no solo a la
dinámica de la guerra, sino también a la concepción de desarrollo. Por ello no
es coincidencia que en diciembre de 1996, pocos días después que se
anunciara el interés gubernamental por reactivar el proyecto de construir un
nuevo canal interoceánico alterno al de Panamá, ocurriera una gigantesca

16 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 47

ofensiva por aire, agua y tierra, realizada conjuntamente por el ejército y los
paramilitares en Riosucio -Chocó, causando el desplazamiento de alrededor
de 20.000 personas, uno de los desplazamientos forzados más grandes del
país”17.

Estas realidades interconectadas de norte a sur y de oriente a occidente, evidencian


la profunda crisis que se vive en la región, así como, la violación a gran escala de los
derechos humanos en la misma y en el país a comunidades y pueblos locales que han
logrado durante siglos conservar recursos para la pervivencia como pueblos y
culturas, así como, legar una gran porción de naturaleza virgen y viva para la
humanidad.

El fenómeno del desplazamiento se intensificó cuando se empezaron a deslindar los


territorios colectivos y a atribuir los títulos correspondientes a las comunidades en las
cuencas de los ríos del Pacífico. De hecho los desplazamientos en la Región del
Pacífico se sitúan en el contexto de una reacción contra las conquistas culturales y
territoriales de las comunidades étnicas en todo el subcontinente latinoamericano,
desde las logradas por el movimiento zapatista hasta la resistencia de los mapuches.
Se podría ampliar este contexto subcontinental a escala mundial y establecer un nexo
entre desplazamientos, guerra y racismo, desde África hasta el Pacífico, pasando por
los Balcanes18.

El terror y los desplazamientos tienen por finalidad desarticular los proyectos de las
comunidades, quebrar su resistencia y, probablemente incluso, lograr su exterminio,
lo cual se ve facilitado por la utilización cada vez mayor de armas de fuego. A este

17 Ibídem.
18
ROSERO, Carlos y GRUESO, Libia. Más allá del Tercer Mundo. EN: ESCOBAR, Arturo.
Globalización y diferencia. Bogotá: IACANH, 2005. pp. 53 y 55.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 48

respecto, la situación se puede caracterizar con la frase atribuida al poeta salvadoreño


Roque Daltón: “La guerra es la continuación de la economía por otros medios”19.

También se puede decir que el objetivo de los desplazamientos, es reestructurar las


relaciones entre las comunidades étnicas y la sociedad colombiana, de manera tal que
se logre borrar toda diferencia cultural. En otras palabras, el proyecto dominante tiende
a reorganizar el territorio y la población, lo cual hace casi impensable, o totalmente
inimaginable, la existencia de una autonomía en el marco del Estado-nación.20

En profundo acuerdo con los teóricos como Foucault y Habermas, más en estructural
desacuerdo con la realidad planteada por la modernidad de la globalización, vista
desde el enfoque del capitalismo que deshumaniza y coloca a los seres humanos solo
como mercancías instrumentos del sistema, la creación de normas en contravía de la
humanidad hace parte de una ética lógica que va por otro lado, ese otro lado del
dominio cultural, del cambio de lugar de los seres humanos en función de esa lógica
que además de ir por otro lado perpetúa las desigualdades y elimina las diferencias,
por tanto rompe el estado de inmanencia.

“La reacción de la modernidad ante la deslocalización, cada vez más


generalizada, ha revestido formas muy diversas: planificación demográfica;
ordenación urbana; y regional; planeamiento del desarrollo; reestructuración
de las ecologías humanas y biofísicas en función de esquemas criterios
jerárquicos específicos (revolución verde, ciudades regularizadas, por

ejemplo); creación de normas y disciplinas destinadas a garantizar un


funcionamiento ordenado del mundo (Foucault); “colonización del mundo-
vida” (Habermas), es decir, apropiación creciente de contextos culturales, de
por si evidentes desde antes, por parte de discursos técnicos vinculados a la
administración del Estado; instauración de una lógica de crecimiento y

19 Ibídem. p. 54
20 Ibídem. p. 54
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 49

progreso perpetuos, así como de constante superación del presente (Vattimo


2000); y desterritorialización y reterritorialización continuas de la vida social
por parte de los aparatos del Estado, del capital y del saber (Deleuze y
Guattari, así como lo que Foucault llamaba “gubernamentalidad”). Lo más
importante es que en estos principios y aparatos se puede ver una lógica
simultánea que crea e impide desplazamientos, o “re-emplaza”. Por su
naturaleza misma la modernidad capitalista desplaza, es decir, hace cambiar
de lugar, a veces físicamente y siempre culturalmente. Asimismo, trata de “re-
emplazar” mediante los mecanismos mencionados anteriormente”21.

En el caso del Territorio Región del Pacífico Sur colombiano, esta modernidad inflexiva
hacia escenarios de violencia, han degenerado en estrategias de cooptación de la
expresión social, organizacional y comunitaria, lo que por consiguiente propicia el
desplazamiento por diferentes vías: la vía más notoria es la relacionada con la
estrategia de violencia ligada a la guerra impulsada por grupos armados de diversas
índoles (Guerrilla idealizada y sub idealizada de izquierda, paramilitares configurando
los planes de la extrema derecha del país, y las fuerzas estatales militares y de policía
en una connivencia y convivencia estructural con estas oscuras fuerzas sobre la
maquinaria de dinero ilícito que genera el narcotráfico); en el fondo existe en este
contexto una gran lucha por el control del territorio y una gran estrategia de
desplazamiento y desterritorialización integral de las comunidades ancestrales allí
asentadas (Afrocolombianos e indígenas).

El abordaje de este trabajo a partir de lo teórico y conceptual, comprende una


aproximación desde el enfoque de la teoría crítica de los derechos humanos, como
forma para aproximarse de otra manera al análisis del estado de los derechos y los
derechos humanos de la Población Negra/Afrocolombiana.

21 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 50

Este encadenamiento de acciones desde estas visiones ligadas a la necesidad de


conquista de reconocimiento como grupo étnico diferenciado con particularidades
culturales, territoriales y de relacionamiento con los demás grupos humanos del país
y en especial con la naturaleza construyen un nuevo sujeto político; una perspectiva
de acción política desde las propias comunidades y desde su modelo de organización
interna.

Desde esta perspectiva asumimos la teoría crítica de los Derechos Humanos como,
la herramienta teórica y conceptual para la transformación de las realidades que se
suponen fácticas más sin embargo desmovilizan la capacidad crítica de los pueblos
para sumergirlos en estados de indefensión; así las cosas, y pensando de otra manera
los derechos humanos, enfocamos siguiendo la línea del Maestro Joaquín Herrera
Flórez, que estos son productos culturales y se van materializando a partir de las
luchas específicas de los pueblos para construir su dignidad. En el caso de los
afrodescendietes y afrocolombianos; desde las luchas por la libertad hasta las luchas
por la conquista de reconocimiento como grupo humano diferenciado y la conquista
de derechos específicos, ha funcionado la auto-emancipación, la puesta en escena
de un nuevo orden, una nueva actitud colectiva que logra los derechos hoy
reconocidos constitucionalmente a los afrocolombianos y el avance paulatino de
mejoras para el grupo humano y en general para la sociedad se visionan a partir de
estos, pero también en cada momento que el grupo humano se articula y acciona
colectivamente en el logro de objetivos concretos que avizoran la proyección cultural
como pueblo en ese mismo marco de derechos ya reconocidos, mas también
dinámicos en un conjunto de intereses a favor y en contra de los mismos.

Los Derechos Humanos como productos culturales, implica una permanente acción y
movilidad de los actores sujetos que posibilite la alteridad de los derechos, o sea, los
derechos humanos como parte de la sucesión de hechos constantes que las personas
deben realizar para construir así la dignidad que se persigue en un mundo
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 51

complejizado; en ese marco de derechos de facto que se supone están allí más los
mismos por sí solo no operan hacia esa ruta de dignificar la vida.

De acuerdo con los planteamientos de Herrera Flórez, avanzamos en mirar los


derechos humanos de otro modo, por tanto, en este marco de acción se pretende
avanzar en el estado de inmanencia a una posición y postura de acción para la
generación de sujetos activos críticos de la realidad en dicho escenario de las
tensiones permanentes, lo importante para el tipo de luchas que dan las comunidades
Afrocolombianas, está interrelacionada con la construcción de sentido, sentido
cultural, sentido como pueblo, sentido en la relación con el resto del mundo.

La visión de derechos humanos refugiada en una universalidad abstracta comprende


nuevos desafíos para el enfoque del derecho como herramienta jurídica a través de
la cual es posible la emancipación de pueblos específicos en contextos culturales,
económicos, políticos y sociales concretos; pues bien el desafío en palabras de Sousa
Santos, “es contribuir en un nuevo sentido común jurídico capaz de devolverle
al derecho su potencial emancipatorio.” Pues para el caso del análisis que nos
ocupa, los derechos estatuidos legalmente para las Comunidades
Negras/Afrcolombianas en Colombia, refleja la inercia del marco establecido en tanto
la falta de aplicación del mismo, constituyendo una grave crisis en el sistema de
derechos del país en tanto la representación de las poblaciones sujeto de beneficiarse
a través de los desarrollos normativos alcanzados.

El debate sobre los fundamentos de la existencia y las implicaciones del ejercicio del
derecho a la autonomía por parte de comunidades culturales minoritarias o
subordinadas dentro de estados multiculturales es fundamental en esta época de
cambio de siglo, en la que numerosas comunidades culturales en diversas latitudes
demandan el reconocimiento de su especificidad y el derecho a controlar su vida
interna de acuerdo con sus propias maneras de ver el mundo. El derecho de las
comunidades culturales a la autonomía significa que tienen la facultad de organizar y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 52

dirigir su vida interna de acuerdo con sus propios valores, instituciones y mecanismos
dentro del marco del estado del cual forman parte. La puesta en práctica de la
autonomía implica el establecimiento de mecanismos institucionales que, fundados en
el respeto y la valoración de la diversidad, doten a las comunidades culturales de las
facultades que permitan y garanticen el ejercicio del derecho en cuestión.

“Grueso y el Proceso de Comunidades Negras (PCN) han sido los más


efectivos a la hora de poner en práctica una visión innovadora y una estrategia
para el desarrollo sostenible basado en la alianza entre la ecología y la
cultura”. “El hecho de que las comunidades negras tengan todavía los
bosques no es un azar del destino, es porque hay una visión cultural profunda
que respeta a la naturaleza.” […] Un sueño por el que luchamos es obtener
derechos, mucho más allá, de lo que la Conferencia Contra el Racismo ha
establecido”.

Según Grueso, con la Ley 70 de 1993, se reconoció ante la sociedad colombiana el


derecho al título colectivo. Al interior de las comunidades, el título colectivo se rige por
los derechos consuetudinarios. La proclamación de la Ley 70 es el reconocimiento a
las comunidades negras que han estado ocupando un territorio por varias
generaciones y una muestra de respeto cultural. Fue la reglamentación de la Ley 70
la que estableció la existencia del Consejo Comunitario como forma de gobierno
propio al interior del territorio colectivo.

Autonomía comunitaria en el sentido que el proceso autonómico de los


afrodescendientes se construye desde abajo, implica generar un poder real en las
comunidades a partir del fortalecimiento de su estructura social y sus procesos y
expresiones organizativas. La autonomía comunitaria se concretiza además en la
valoración de la identidad cultural, la recuperación de los valores tradicionales y de
control social, en la vitalidad de la espiritualidad y en la reconstrucción de las
instituciones tradicionales. Todos estos elementos se consideran claves en la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 53

formulación de un pensamiento afrocolombiano y necesarios para la formación de una


mujer y un hombre nuevo. Autonomía territorial en el sentido del ejercicio de controlar
y dominar sus territorios ancestrales y tradicionales, fortalecer la institucionalidad de
los Consejos Comunitarios, sus reglamentos internos, el ordenamiento territorial, el
manejo sostenible de los recursos naturales, y garantizar la seguridad alimentaria y la
libre y sana reproducción de la vida y la cultura.

En dicho escenario el trabajo debe enfocarse en los aspectos estratégicos; consciente


de que frente a las condiciones predominantes y en un escenario en el que la
desorientación está primando, bajo las revoluciones y dimensiones de la globalización
capitalista, la cual con creces ha demostrado estar en crisis y sin salidas próximas, o
al menos a la vista de quienes han construido la teorización del endemoniado sistema
que asesina millones de seres humanos en el mundo. Pues debemos optar por la
historia y lo ético, posibilitando así, la oportunidad de re-articular en dicha coyuntura
la dispersión de la lucha y canalizar la acción cultural en función de construir nuevos,
o dinamizar los derechos que le dan sentido al movimiento organizativo comunitario.
Pues siguiendo a Mezaro, István Op. Cit., p.79, en Raubel, Isabel:

“…por primera vez en la historia, se hace totalmente inviable la manutención


de la falsa laguna entre metas inmediatas y objetivos estratégicos globales –
que hizo dominante en el movimiento obrero- la ruta que condujo al callejón
sin salida del reformismo. El resultado es que la cuestión de control real de
un orden alternativo del metabolismo social surgió en la agenda histórica, por
más desfavorables que sean sus condiciones de realización a corto plazo”22.

22MÉSZAROS, István, Op Cit., EN: RAUBEL, Isabel. Movimientos sociales y representación política.
Bogotá: Desde Abajo, 2003. p. 79.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 54

Por tanto “el proyecto hace al sujeto en tanto es el sujeto el que –en su articulación y
constitución- va definiendo su proyecto; no se lo puede concebir desde la lógica que
supone un emisor que sabe y decide, y un receptor que –no sabe- recibe y ejecuta”23.

“Existe una relación estrecha entre actores y sujetos sociales: todo sujeto es
un actor social, pero no todos los actores llegaran a constituirse en sujetos.
Los actores tienden a constituirse en sujetos en la medida que inician un
proceso (o se integran a otro ya existente) de reiteradas y continuas
inserciones en la vida social, que implica –a la vez que el desarrollo de sus
luchas y sus niveles y formas de organización-, el desarrollo de su
conciencia”24.

Por tanto,
“el concepto sujeto, en este sentido, en tanto sujeto de la transformación del
todo social, presupone la articulación de los distintos actores comprometidos
en ella (además de las articulaciones que tienen lugar al interior de cada
sector social o movimiento); es, por tanto plural y múltiple. Replantea los
criterios tradicionales entre sus miembros: no jerárquico-subordinantes sino
horizontales; exige el respeto a las diferencias y, todo esto, la profundización
de la democracia sobre la base del protagonismo y participación plena de
cada uno. Por ello lejos de aceptar el divorcio entre lo social y lo político,
afirma su indisoluble nexo constituyéndose como sujeto (y actores)
sociopolítico(s)”25.

En esa dirección y teniendo en cuenta los nuevos procesos que


necesariamente deben darse y abordarse; “estos actores conforman nuevas
identidades y sentidos de pertenencia en la misma medida en que –en lucha

23 RUBEL, Isabel. Movimientos sociales y representación política. Bogotá: Desde Abajo, 2003.
24 Ibídem. P. 64

25 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 55

por la sobrevivencia y transformación de la realidad en que viven-, van


desarrollando un crecimiento de conciencia y organización, es decir en la
medida en que van asumiéndose como protagonistas conscientes de su
historia”26.

Como referente de lo que estamos parlando, el movimiento afrocolombiano en la


región, requiere un nuevo actor sujeto, que identificando la realidad y consciente de
los desafíos, pues mantenga arriba y con ánimo permanente, la agenda política y el
interés de la región, íntimamente ligado a una visión integral entre sujeto hombre,
sujeto naturaleza, y es esto lo que garantiza la pervivencia en dicho contexto, pues
los modos y tiempos culturales, históricamente comprendieron esta relación; hacerlo
a un lado, en este nuevo proceso de resistencia implica quitar el sentido estructural a
la misma.

“La implantación del neoliberalismo suma hoy nuevas fragmentaciones a la


fractura histórica acumulada y estas se erigen como obstáculos ante la
necesidad de constituir bloques unitarios y proyectos consensuados en el
campo del pueblo. Para superarlos, los propios actores sociales y políticos
tienen que dar cuenta de las raíces históricas, políticas, teóricas y culturales
que los han provocado, proponiéndose la constitución –en las actuales
prácticas sociopolíticas-, de una nueva cultura política colectiva y, por esa vía,
una nueva identidad”27.

Entendiendo las realidades expuestas teóricamente, contrastadas con una praxis que
paraliza bajo un proceso de mundialización, globalización que desorienta a las fuerzas
movilizadoras y constructoras de derechos humanos, desde esta perspectiva, desde
el impulso altermundista para dignificar la vida, en consecuencia, permitir que allí, sí
todos los seres humanos podamos “vivir una vida digna de ser vivida”.

26 Ibídem.
27 Ibídem. p. 46
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 56

Es evidente pensar los derechos humanos como productos culturales de momentos y


luchas especificas e históricas, comprende también la identificación de los elementos
que posibilitaron en cada momento, la ebullición de ese movimiento humano, que
conquistó dichos derechos y vistos estos desde una perspectiva integral, pues hacia
delante, en el momento actual y en el ahora, aproximarnos a la complejidad, lo que
implica que tenemos un marco superior de acción, en cuyo caso, permanentemente
los seres humanos recurrimos a nuestro pensamiento complejo, para poder mediar
las diferentes complejidades de nuestra vida y realizaciones; es así, como existe una
tendencia a confundir la representación de la realidad con la realidad propiamente
dicha.

En ese sentido se limita nuestro campo de percepción, principalmente cuando


hablamos de derechos humanos, cuando hablamos de derechos específicos para
grupos específicos de nuestras poblaciones, como en el caso que estamos
trabajando, las comunidades y pueblos ancestrales (Afrocolombianos e Indígenas de
Colombia). La actitud de buscar las limitaciones de los derechos humanos permite
encontrar la verdadera naturaleza de los mismos; pues estas limitaciones, posibilitan
un resurgir de los actores sujetos que dieron origen al stop inicial, de esos mismos
derechos, pues esto legitima las luchas históricas o, a históricas de grupos humanos
específicos, culturales o no, más comprende su articulación para lograr objetivos
trazados.

Es preciso entonces iniciar una forma diferente de pensar, adoptando mecanismos


que permitan la comunicación entre lo que es y lo que debe ser, adoptando un
posicionamiento crítico, donde la práctica se torna en un momento la teoría y la teoría
en un momento la práctica, en una constante tensión metamórfica. Esta tensión y
constante metamorfosis se agregan en un contexto, dando origen a lo que Horkheimer
llama la teoría crítica.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 57

En consecuencia dando un salto cualitativo desde una mirada crítica y postmoderna


a las cuestiones relacionadas con los afrodescendientes en una conexión pasado,
presente y futuro, se insertan los análisis de Achille Mbembe en lo que denomina
“Crítica de la Razón Negra. “Ensayo sobre el racismo contemporáneo””28 una reseña
de lo que podríamos denominar best seller de la cuestión de los afrodescendientes es
pertinente en función de fortalecer el horizonte de futuro en un mundo en permanente
transición.

Para Mbembe, la emergencia y expansión planetaria del capitalismo, el negro fue


inventado para significar exclusión, embrutecimiento y degradación. El negro
representa una de las figuras perturbadoras de nuestra humanidad, persona humana
cuyo nombre fue deshonrado, el poder de descendencia y generación fue perturbado,
el rostro desfigurado y el trabajo expoliado Así en el contexto de la modernidad fue el
único ser humano cuya carne fue transformada en cosa y su espíritu, la cripta viviente
del capital, en mercancía.

En ese sentido, esa experiencia Mbembe la conceptualiza como el devenir-negro del


mundo. Es decir, a la fusión entre capitalismo y el animismo –es la posibilidad de que
los seres humanos sean transformados en cosas animadas, en datos digitales y
código-. Por primera vez la palabra negro no remite solamente a la condición que se
les impuso a las personas de origen africano durante el primer capitalismo-
depredaciones de distintas índoles, desposesiones de todo poder de
autodeterminación y, sobre todo, el futuro y del tiempo, esas dos matrices de lo
posible- su institucionalización como nueva norma de existencia y su propagación al
resto del planeta, lo que llamamos el devenir-negro del mundo29.

28MBEMBE, Achille, Crítica a la razón negra: ensayo sobre el racismo contemporáneo. París: La
Découverte, 2013. Titulo Original en Francés: Critique de la raision négre.

29 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 58

Tres momentos marcan la biografía del devenir-negro del mundo:

• El primer momento, es el despojo llevado a cabo durante la trata atlántica


entre los Siglos XV y XIX, cuando hombres y mujeres originarios de África son
transformados en hombres-objetos, hombres-mercancías y hombres-monedas
de cambio. A partir de ese instante pasan a pertenecer a otros. Víctimas de un
trato hostil, pierden su nombre y su lengua; continúan siendo sujetos activos,
pese a que su vida y su trabajo pertenecen a aquellos con quienes están
condenados a vivir sin poder entablar relaciones humanas30.

• Segundo momento, corresponde al nacimiento de la escritura y comienza


hacia finales del siglo xviii cuando, a través de sus propias huellas, los negros,
estos seres-cooptados-por-otros, comienzan a articular un lenguaje propio y
son capaces de reivindicarse como sujetos plenos en el mundo viviente.
Marcado por innumerables revueltas de esclavos y la independencia de Haití
en 1804, los combates por la abolición de la trata, las descolonizaciones
africanas y las luchas por los derechos civiles.

• El tercer momento, a comienzos del Siglo XXI, es el de la expansión planetaria


de los mercados, la privatización del mundo bajo la égida del neoliberalismo y
la imbricación creciente de la economía financiera, el complejo militar
postimperial y las tecnologías electrónicas y digitales.

Para desarrollar estos argumentos, Mbembe realiza una genealogía sobre la razón
negra. Donde alude que el término razón negra, es ambiguo y polémico lo que se
pretenden es designar varias cuestiones al mismo tiempo: diversas figuras del saber;
un modelo de extracción y de depredación; un paradigma de dependencia y las
modalidades para superarla; y finalmente un complejo psico-onírico. De la raza y el

30 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 59

racismo, llevado a lo profundo, se transforma enseguida en un complejo perverso


generador de miedos y tormentos, de conflictos de pensamientos y de terrores. La
raza es una figura de la neurosis fóbica, obsesiva y, en ocasiones, histéricas. Es eso
lo que se garantiza a través del odio, la manipulación del pavor y la práctica del
altrucidio “asesinato de las posibilidades”. Es lo que se logra al constituir al otro no en
semejante-a-sí-mismo, sino en un objeto amenazador del que mejor protegerse,
deshacerse o al que simplemente habría que destruir para asegurar su dominación
total. Sin embargo, hace un llamado Mbembe a los planteamiento que Franz Fanón
precisaba, al decir, que raza es también el nombre que hay que darle al amargo
resentimiento, al deseo irreprimible de venganza e, inclusive, a la rabia de quienes,
víctimas del sometimiento, con mucha frecuencia se ven obligados a sufrir numerosas
injurias, toda suerte de violaciones y humillaciones, así como innumerables heridas.

La perspectiva, de esa constitución de la razón negra, según Mbembe, obedece a que


el hemisferio occidental se consideraba el centro del globo, el país natal de la razón,
de la vida universal y de la verdad de la humanidad. “barrio más civilizado del mundo”.
Occidente por sí solo vino a promover una idea del ser humano poseedor de derechos
civiles y políticos capaz de desarrollar sus poderes privados y públicos como
personas, como ciudadanos pertenecientes al género humano y, como tal,
comprometido con todo lo humano propiamente dicho. Codificó una gama de hábitos
aceptados por diferentes pueblos que comprendían rituales diplomáticos, leyes de
guerra, derechos de conquista.

Desde este punto de vista, argumenta Mbembe la trasnacionalización de la condición


negra es, entonces, un momento constitutivo de la modernidad, mientras que el
océano Atlántico es su lugar de incubación.

En ese sentido para Mbembe la razón negra, consiste entonces en una suma de
voces, de enunciados y discursos, saberes, comentarios y tonterías, aquellos que, se
diría, constituye su nombre y su verdad –sus atributos y cualidades, su destino y sus
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 60

significaciones como segmento empírico los menos de la Antigüedad. Sus raíces


griegas, árabes o egipcias, inclusive chinas, en lo esencial, de aislar rasgos reales o
comprobados, de tejer historias y constituir imágenes-. La razón negra no únicamente
un sistema de relatos y discursos con pretensiones eruditas. La razón negra designa
un conjunto de discursos y de prácticas. Designa, en suma el trabajo cotidiano que
consistió en inventar, contar y hacer. La razón negra indica el conjunto de
deliberaciones que conciernen a la distinción entre el impulso del animal y la ratio del
hombre. Precisamente, el negro es el testimonio vivo de la imposibilidad misma de tal
distinción. En consecuencia, debatir sobre la razón negra supone retomar el conjunto
de disputas que remiten a las reglas de definición del negro; debatir sobre aquello por
lo que se reconoce al negro. En segundo lugar, la expresión razón negra remite a las
tecnologías –leyes, reglamentos, rituales –que se despliegan, y a los dispositivos que
se instala con el objetivo de someter.

En esa perspectiva, para Mbembe lo propio de la raza o del racismo es que siempre
suscita o engendra un doble, un sustituto, un equivalente, una máscara, un simulacro.
Convoca a la vista de todos, un rostro humano auténtico. El trabajo del racismo
consiste en relegar ese rostro humano auténtico. El trabajo del racismo consiste en
relegar ese rostro al trasfondo o en recubrirlo con un velo. El racismo consiste, en
consecuencia y ante todo, en sustituir por otra realidad aquello que es otra cosa. El
racismo es también una forma de desorden psíquico a raíz de la cual el material
reprimido asciende brutalmente a la superficie. Para el racista, ver a un negro es no
ver que él no está ahí, que no existe y que no es más que el punto de fijación
patológico de una ausencia de relación. La raza, entonces, hay que considerarla a la
vez como una más acá y más allá del ser. Es una operación imaginaria, el punto de
encuentro con la parte de sombra y las regiones oscuras del inconsciente. Por ello,
la raza es un lugar de realidad y verdad –la verdad de las apariencias –no supone
olvidar que es, también, un lugar de desgarramiento, efervescencia y efusión. La
verdad del individuo a quien se le asigna una raza se halla simultáneamente en otra
parte y en las apariencias que le son asignadas. Esa verdad se ubica detrás de las
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 61

apariencias, por debajo de lo que se percibe. Pero está constituida también por el acto
mismo de asignación –por medio del cual se producen e institucionalizan ciertas
formas de infra-vida, se justifican la indiferencia y el abandono, se ultraja, vela u oculta
la parte humana del otro, y se vuelven aceptables ciertas formas de reclusión, inclusive
ciertas formas de dar muerte. Refiriéndose al racismo en particular y a su inscripción
en los mecanismos estatales y de poder ¿acaso no señalaba Michel Foucault que casi
no había funcionamiento moderno del Estado que no pase en cierto momento, en
cierto límite y bajo ciertas condiciones por el racismo? La raza, el racismo, precisaba,
son la condición que hace aceptable dar muerte en una sociedad de normalización. Y
concluye: en la medida en que el Estado funciona en la modalidad del biopoder, su
función mortífera sólo puede ser asegurada por el racismo.

Mbembe retoma un argumento donde Fánon plantea que una de las razones de la
desdicha de su existencia fue habitar esta separación como si fuera su verdadero ser,
fue odiar aquél que era pretender ser aquél que no era. En ese sentido arguye
Mbembe que la crítica a la razón negra es, desde este punto de vista, más que una
mera crítica de separación. En lo que concierne a la escena racial, se trata de un
espacio de estigmatización sistemático. El llamamiento a la raza o, más aún, la
invocación de la raza, en particular en el oprimido, son en cambio el emblema de un
deseo esencialmente oscuro, tenebroso y paradójico: el deseo de comunidad. Deseo
oscuro, tenebroso y paradójico, puesto que se trata de un desdoblamiento habitado
por la melancolía y el duelo y por la nostalgia de un ello arcaico afectado para siempre
por la desaparición. Este deseo es a la vez inquietud y angustia –ligadas a la
posibilidad de extinción-, así como proyecto. Más aún: es también el lenguaje de un
lamento y de un duelo rebelde que se rebela frente a su propio nombre. Se articula un
duelo rebelde que se rebela frente a su propio nombre. Se articula en torno a –y se
crea al otro extremo de un recuerdo espantoso; el recuerdo de un cuerpo, una voz,
una cara, un nombre, si no perdidos por lo menos violados y mancillados, pero que es
necesario salvar rehabilitar a cualquier precio. Así para los negros confrontados a la
realidad de la esclavitud, esta pérdida es un primer lugar de tipo genealógico, en el
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 62

Nuevo Mundo, el esclavo negro esta jurídicamente privado de todo parentesco, es,
por eso mismo, un sin-parientes. La condición sin-parientes es impuesta por la ley y
por la fuerza. Por otra parte, esta evicción del orden del parentesco legal es una
condición heredada. Nacimiento y descendencia no dan derecho a ninguna relación
de pertenencia social en sí misma. Aquella condición incita la invocación de la raza o
el esfuerzo por constituir una comunidad racial apuntan principalmente a construir un
lazo y a hacer surgir un lugar donde mantenerse de pie en respuestas de larga historia
de subyugación y de factura biopolítica.

Otro argumento que retoma Mbembe es la obra de Aimé Cesaire, donde la exaltación
de la raza negra constituye un inmenso grito cuya función es salvar de la decadencia
absoluta lo que había sido condenado a la insignificancia. Este grito -conjura, anuncio
y protesta –expresa la voluntad de esclavos y colonizados de salir de la resignación,
de unirse; de autoproducirse como comunidad libre y soberana, preferiblemente a
través del trabajo y de sus propias obras; o, inclusive, expresa la voluntad de
considerarse a sí mismo como su propio origen, su propia certeza y su propio destino
de mundo. Así, entonces, la invocación de la raza nace de un sentimiento de pérdida;
de la idea según la cual la comunidad ha sido objeto de escisión y está amenazada
por la posibilidad de exterminación; y que es necesario cueste lo que cueste refundar
en ella una línea de continuidad más allá del tiempo, el espacio y la dislocación. Desde
este punto de vista, el llamamiento a la raza –que es diferente a la asignación racial –
es una manera de hacer revivir el cuerpo inmolado, sepultado y privado de lazos de
sangre y de suelo, de instituciones, ritos y símbolos que hacían de él, precisamente,
un cuerpo vivo.

Mbembe concluye, que la raza es una de las materias primas con las que se fabrica
la diferencia y el excedente, es decir, una suerte de vida que puede ser despilfarrada
y consumida sin reservas. La raza es, entonces, aquello que hace posible a la vez dar
nombre al excedente y afectarlo al derroche y al gasto sin reservas. La raza autoriza
a situar en el seno de categorías moralmente y, eventualmente, encerrar o expulsar.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 63

Es el medio por el cual se cosifica y, sobre la base de esa cosificación, se los somete
decidiendo su destino sin tener que dar la más mínima explicación por ello.

Mbembe alude que históricamente, la raza siempre ha sido una forma más o menos
codificada de división y de organización de multiplicidades, de su fijación y distribución
a lo largo de una jerarquía, y de su repartición en espacios, más o menos estancos:
la lógica del cercado. Eso era lo que ocurría bajo los regímenes de la segregación. La
raza, desde esta perspectiva, funciona como un dispositivo de seguridad fundado
sobre la base de lo que se podría denominar el principio de arraigo biológico por medio
de la especie. Es a la vez, ideología y tecnología de gobierno.

Tres acontecimientos han dominado el discurso negro: la esclavitud, la colonización y


el apartheid. Desde la perspectiva de Mbembe, estos tres acontecimientos constituyen
una especie de prisión en la que todavía hoy se debate ese discurso. Eso implicó que
cierto tipo de pensamiento se esforzó en asignar significaciones canónicas. En primer
lugar, la de la separación para consigo. Esta separación habría acarreado una pérdida
de familiaridad para consigo mismo a tal punto que el sujeto, convertido en extranjero
de sí mismo, habría sido relegado a una identidad alienada y casi sin vida. Así, sólo
presenciaría el espectáculo de la escisión y del desmembramiento. La segunda
significación es la desapropiación. Este proceso remitiría, por un lado a
procedimientos de tipo jurídico-económicos que acarrearon expropiación y
desposesión material; y por el otro lado, da cuenta de la experiencia singular de
sujeción caracterizada por la falsificación de sí por los otros, así como por el estado
de exterioridad extremo y por el empobrecimiento ontológico en el que desembocaría.
La tercera significación es el envilecimiento: la condición servil no sólo habría hundido
al sujeto negro en la humillación, la bajeza y el sufrimiento sin límites. En estos tres
casos, funciona supuestamente como centro unificador del deseo del negro de
saberse-a-sí-mismo (el momento de la soberanía) y de sostenerse-por-si-mismo en el
mundo (movimiento de autonomía).
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En su estudio sobre el nacimiento de la biopolítica, Foucault resalta que, en un


comienzo, el liberalismo implica en su esencia una relación de producción/destrucción
con la idea de libertad. De acuerdo a lo expuesto por Foucault, Mbembe plantea que
Foucault olvida precisar que, históricamente, el esclavismo de negros representa el
punto culminante de esta destrucción de libertad. Para Foucault, es preciso por un
lado producir la libertad, pero ese mismo gesto implica que, por otro, se establezcan
limitaciones, controles coerciones, obligaciones apoyadas en amenazas. Esta es para
Foucault la paradoja del liberalismo. A la producción de la libertad tiene en
consecuencia un costo cuyo principio de cálculo es, agrega Foucault, la seguridad y
la protección. La economía del poder que caracteriza al liberalismo y a la democracia
liberal descansa en juego riguroso de la libertad, de la seguridad y de la protección
contra la omnipresencia de la amenaza, del riesgo y del peligro. El liberalismo participa
de un mecanismo en el que tendrá que arbitrar a cada instante la libertad y la
seguridad de los individuos alrededor de la noción de peligro. El esclavo negro
representa el peligro.

Este debate conlleva a entender y comprender, como infiere Mbembe, dos categorías
centrales en la justificación del derecho a la soberanía y a la autodeterminación, así
como, la lucha por acceder al poder. Por un lado, la figura del negro como voluntad
sufriente, y sujeto victimario y lesionado; y por otro, la recuperación y el redespliegue,
a través de los propios negros, de la temática de la diferencia cultural, ocupa el centro
de las teorías coloniales de la inferioridad y la desigualdad. De esta forma, Mbembe,
señala que otro rasgo mayor del discurso negro consiste en recuperar para sí,
internalizar y desplegar en beneficio propio la ideología de la diferencia cultural. Esta
se apoya en tres muletas: la raza, la geografía y la tradición. La mayoría de las teorías
políticas del siglo xix establecen una relación estrecha entre el sujeto humano y el
sujeto racial. En gran medida, leen en primer lugar al sujeto humano a través del
prisma de su raza. Esta denegación de humanidad –o este estatus de inferioridad –
obliga al discurso negro a inscribirse, desde sus comienzos, en la tautología del
nosotros también somos seres humanos o, también, del nosotros tenemos un pasado
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 65

glorioso que da fe de esta humanidad. Es también la razón por la cual el discurso


sobre la identidad negra se encuentra desde un comienzo atrapado en medio de una
tensión de la que aún no puede liberarse del todo.

Así para Mbembe, la reafirmación de una identidad humana negada por el otro
participa del discurso de refutación y de rehabilitación. Pero si el discurso de
rehabilitación pretende confirmar la co-pertenencia a la condición humana y, por otro,
otra iniciativa, particularista, que insiste en la diferencia y la desemejanza. La historia
del pensamiento negro de los últimos dos siglos, la raza han sido el punto de
reconciliación de estos dos objetivos políticos-culturales. La defensa de la humanidad
del negro va casi siempre a la par de la reivindicación del carácter específico de su
raza, sus tradiciones, costumbres y su historia. El lenguaje se despliega a lo largo de
este límite, del cual provienen todas las representaciones de lo negro. Se rebela no
contra la pertenencia del negro a una raza distinta, sino contra el prejuicio de
inferioridad que se vincula a dicha raza. La duda no es con respeto a la especificidad
de la denominada cultura africana; lo que se proclama es la relatividad de las culturas
africanas; lo que se proclama es la relatividad de las culturas en general. En estas
condiciones, el trabajo por lo universal, consiste en enriquecer la razón occidental,
negros del genio particular de la raza negra del que la emoción sería la piedra angular.
En este contexto de creencias comunes se desarrollarán los discursos sobre la
diferencia cultural. A partir del siglo xix, los partidarios de la diferencia negra y de la
idea de una autoctonía africana se esforzarán por encontrar una denominación
general y un lugar en el cual anclar su prosa. Esta iniciativa es retomada por las
corrientes ideológicas que reivindican el progresismo y el radicalismo; consiste en
primer lugar, en establecer una casi equivalencia entre raza y geografía. En segundo
lugar, consiste en hacer surgir la identidad cultural de la relación entre ambos
términos, convirtiendo a la geografía en el lugar electivo. Así el panafricanismo, define
al nativo al ciudadano identificándolo con el negro.
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En conclusión, Mbembe infiere que el nacimiento del sujeto raza –y en consecuencia,


el nacimiento del negro –está vinculado a la historia del capitalismo. Así el capitalismo
es la doble pulsión de violación de cualquier prohibición, y de la abolición de todo tipo
de distinción entre los medios y los fines. El primer sujeto de raza –es el producto de
estas dos pulsiones, el esclavo negro –el primero de los sujetos de raza –es el
producto de estas dos pulsiones, la figura manifiesta de esta posibilidad de una
violencia sin reserva y de una precariedad sin red. El capitalismo siempre tuvo la
necesidad de subsidios raciales para explotar recursos planetarios del planeta. Para
(Mbembe), este proceso ocurrió en el pasado, y ocurre aún hoy cuando, precisamente,
el capitalismo se dispone a recolonizar su propio centro y perspectiva del devenir-
negro del mundo. Esto implica, desde la perspectiva de Mbembe, que las lógicas de
distribución de la violencia no escapa nadie, además de la depredación de fuerzas
productivas. El capitalismo convirtió bajo el signo del negro, hombre-mercancías y del
hombre-moneda de cambio. Así, para constituir ese mundo en común, habrá que
restituir, a aquellos y aquellas que han sufrido un proceso de abstracción y de
cosificación en la historia, la parte de humanidad que les fuera robada. En ese sentido,
esto está articulado plantea Mbembe, al concepto de reparación, además de ser
económica, remite al proceso de re-ensamble de las partes que han sido amputadas,
la reparación de vínculo que han sido destrozados, el relanzamiento del juego de
reciprocidad sin el cual no sería posible tener un crecimiento en humanidad. Por ello,
Mbembe hace explicita, la necesidad de restitución y reparación están, entonces, en
el centro de la posibilidad misma de la construcción de una conciencia común del
mundo, es decir, de la realización de una justicia universal. Esto se requiere arguye
Mbembe, porque la historia ha dejado lesiones, heridas. El proceso histórico ha sido,
para una amplia parte de nuestra humanidad, un proceso de habituación a la muerte
del otro. Por último, cabe mencionar que para (Mbembe 2013), para aquellos cuya
parte de la humanidad ha sido robado en algún momento de la historia, la recuperación
de esta parte de la humanidad para con frecuencia por la proclamación de la
diferencia.
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1.1 Estado del arte sobre la investigación

Si bien sobre los pueblos y comunidades afrocolombianas, en los últimos años se han
escrito una serie de artículos, libros, trabajos de grado entre otros que tratan
principalmente la situación cultural, antropológica, sociológica de las mismas; es muy
poco lo que existe en cuanto a lo relacionado con los análisis desde el punto de vista
jurídico, constitucional, o sea, es muy limitada la información existente en el campo de
la ciencias jurídicas y políticas, limitado lo existente respecto del garantismo jurídico y
su eficacia en remover los obstáculos institucionales que imposibilitan el avance de
los pueblos afrocolombianos; es allí donde esta investigación pretende aportar
elementos sustanciales para el análisis de las distintas situaciones que viven los
pueblos afrocolombianos en este campo de análisis y que sirva para la construcción
de nuevos campos de acción en los contextos institucionales y la creación de políticas
de gobierno y academia, orientadas hacia un cambio positivo en relación con los
nuevos desafíos del país en un contexto de postconflicto.

En esa dirección persiste una situación de exclusión estructural de las Comunidades


Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales en Colombia, que requieren ser
atendidos en su justa dimensión, lo cual contribuya a superar el estado actual, lo que
implica también desde lo académico el diseño de programas de estudio que posibiliten
la inserción de esta perspectiva en las ciencias jurídicas y políticas, lo cual constituya
un aliciente para la investigación en este campo, el diseño de estrategias
consensuadas para la superación de las mencionadas situaciones.

En ese sentido, se han diseñado coyunturalmente programas de gobierno para


visibilizar la situación; algunos análisis situados en temas específicos, como el de la
educación. No se conocen estudios que desde el análisis constitucional, trabaje los
aspectos relacionados con el garantismo jurídico, o las garantías jurídicas y sus
desarrollos constitucionales respecto del marco referencial de derechos de estos
pueblos.
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En ese orden de ideas me referiré a algunos textos producidos sobre la temática y sus
aportes a un estado del arte de los derechos de las Comunidades Negras,
Afrocolombianas en Colombia en algunas materias incluidos el campo de las ciencias
jurídicas y políticas.

Los estudios realizados por el profesor Daniel Garcés Aragón, en la investigación “La
educación afrocolombiana, escenarios históricos y etnoeducativos 1975-2000” es uno
de los textos más importantes en su campo, el de las ciencias educativas, el cual hace
un análisis histórico de los espacios educativos de las comunidades en mención y
aporta una contextualización de la temática trabajada, así como, incorpora los
estudios afrocolombianos a las ciencias de la educación. De esta manera en lo
correspondiente al análisis normativo sitúa su análisis al campo en cuestión, el
educativo.

En la misma línea El Observatorio de Discriminación Racial ODR, de la Universidad


de Los Andes y el Proceso de Comunidades Negras, ha producido lo que se puede
llamar una serie de ensayos o documentos en la línea de informes sobre
discriminación racial y derechos de la población afrocolombiana, que contribuyen a la
visibilización y contextualización de la temática, aunque falta un análisis integral y
profundizador de la cuestión, en una línea histórica y normativa, estos insumos son
un importante aporte para la investigación y la construcción de políticas públicas
eficientes sobre el tema. Aborda entonces el informe del ODR elementos de
discriminación racial, aspectos relacionados con las cifras, aspectos sobre las tierras
y la situación de desplazamiento, el contexto de la salud en los territorios, la situación
de la vivienda, la educación, acceso a la justicia entre otros aspectos de relevancia
informativa los cuales hemos venido trabajando y que necesariamente debo
profundizar en esta investigación a la luz de la constitución y los desarrollos
normativos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 69

Sobre los aspectos territoriales y culturales elemento de fundamental relevancia en


esta investigación, pues tiene que ver, entre otros aspectos con una línea que ha
permitido el desarrollo normativo en relación con la protección de la integridad cultural
de los pueblos afrocolombianos de Colombia como grupo étnico, en efecto, para el
caso del Pacífico colombiano se han realizado una serie de investigaciones de tipo
antropológico, entre las que se encuentran los trabajos iniciales e inspiradores de los
investigadores Sofonías Yacu en su libro "Litoral Recóndito" como una denuncia de
la situación en el Pacífico de primera mitad del Siglo XIX, otros trabajos de Aquiles
Escalante, y ya a finales del Siglo XIX los trabajos de Nina S. de Friedeman y Jaime
Arocha, otros como Ulrich Oslender y Robert West con investigaciones más recientes
han aportado desde lo antropológico elementos de análisis en lo cultural y territorial;
sin embargo dichas investigaciones antropológicas, no han incorporado el análisis
contextual constitucional y legal en efecto son un aporte en lo cultural.

Ahora en materia ambiental, también es de resaltar los estudios de la catedrática


abogada Eugenia Ponce de León, cuando al abordar el estudio de las áreas protegidas
en Colombia, específicamente las de conservación estricta, menciona los derechos
territoriales y de participación al uso y administración de los recursos naturales de las
comunidades afrocolombianas en el ámbito de su territorio colectivo y de sus espacios
de uso del territorio.

Sobre los aspectos Constitucionales y Legales de los derechos de los pueblos


afrocolombianos en Colombia, son casi inexistentes los estudios que se han realizado,
como se puede inferenciar de las líneas anteriores, los estudios afrocolombianos han
estado basados en lo concerniente al análisis cultural desde lo antropológico, lo
sociológico y aspectos someros de la problemática o situación contextual; en ese
sentido la Honorable Corte Constitucional colombiana ha producido una serie de
sentencias principalmente de tutela, que conducen al Estado a la protección y generar
las garantías jurídicas e institucionales para la pervivencia de estos pueblos, sin
embargo, las disposiciones institucionales, los presupuestos siguen siendo muy
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 70

limitados o acciones con intencionalidad para que no se cumplan dichos mandatos de


manera que sirvan para reorientar y mejorar las condiciones de estos pueblos.

En ese sentido la Corte Constitucional produjo la Sentencia T-025 de 2004 y una serie
de Autos de seguimiento a la misma, en la que declara la permanencia de un estado
de cosas inconstitucionales y ordena a una serie de entidades garantizar los derechos
de la población desplazada; en esa dirección en seguimiento a dicha Sentencia, la
Honorable Corte Constitucional, produjo el Auto 005 “Protección de los derechos
fundamentales de la población afrodescendiente víctima del desplazamiento
forzado”,

La Sala Segunda de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


Magistrados Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba Triviño y
Rodrigo Escobar Gil, en ejercicio de sus competencias constitucionales y
legales, ha adoptado la presente providencia con el objeto de proteger los
derechos fundamentales de las comunidades afrocolombianas afectadas por
el desplazamiento forzado interno, en el marco de la superación del estado
de cosas inconstitucional declarado en la Sentencia T-025 de 2004, y
después de haber convocado una sesión de información técnica el día 18 de
octubre de 2007, con la participación de los voceros de las organizaciones y
los líderes de las comunidades afro descendientes desplazadas.31

Si bien la Sentencia aborda la problemática de la población desplazada en general,


incluyendo a la población afrocolombiana, el Auto 005 de 2009, de seguimiento, se
refiere a los derechos de la población afrocolombiana desplazada y establece los
lugares de intervención urgente, los argumentos de la Corte son contundentes en el
sentido de señalar la falta de garantías generales que en el caso de las Comunidades
Afrocolombianas son prácticamente inexistentes para el ejercicio e implementación de

31COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Auto 005 de 2009, de seguimiento a la Sentencia T-025


de 2004, por la cual se ordena la superación de un estado de cosas inconstitucional. Bogotá: El Autor,
2009.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 71

sus derechos consagrados en la Constitución y en la Ley, además indica claramente


que las acciones que haya podido adoptar el Estado a través de sus diferentes
entidades resultan insuficientes para la protección de los derechos de tales
comunidades, en consecuencia, decreta en forma imperiosa la creación de un
programa específico de garantías con participación de casi todas las entidades
gubernamentales.

Sin embargo las acciones institucionales durante años y bajo la “coordinación del
Ministerio del Interior” han sido enfocadas en débiles acciones que para nada han
transformado lo diagnosticado por la Corte Constitucional Colombiana, menos el
cumplimiento efectivo de las órdenes de éstas. Este hecho demuestra una denodada
tradición institucional de burlar las órdenes judiciales y la ley cuando de acciones en
favor de los pueblos afrocolombianos se trata.

En otro sentido Camilo Borrero García al abordar la temática en el Libro “Derechos


Multiculturales (étnicos) en Colombia. Una dogmática ambivalente”32, libro de la serie
Estudios Jurídicos de La Universidad Nacional de Colombia, un título que convoca a
revisar aspectos esenciales en el campo de las ciencias jurídicas, al introducirse en
su lectura, se encuentra una serie de reseñas de otros estudios basados en
perspectivas, sociológicas, antropológicas y otros ensayos que si bien son una buena
referencia para esos campos, deja de centrarse en los aspectos de lo titulado con lo
cual se pierde la perspectiva del enfoque jurídico de lo que podría ser un aporte más
centrado en el campo de los estudios jurídicos en este campo.

En el mismo sentido se realiza lectura del libro “Etnicidad y Nación: el desafío de la


diversidad en Colombia” escrito como tesis doctoral por el profesor Luis Carlos

32BORRERO GARCÍA, Camilo. Derechos Multiculturales (étnicos) en Colombia: una dogmática


ambivalente. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2014. Serie Estudios Jurídicos de la
Universidad Nacional de Colombia.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 72

Castillo33; en el mismo, el capítulo V denominado “Indígenas y Negros bajo el modelo


de nación diversa”, incorpora un artículo sobre los desarrollos legislativos posteriores
a la Asamblea Nacional Constituyente que involucra los derechos de los indígenas y
de las comunidades negras; el capítulo cuando se refiere a “los desarrollos
constitucionales que involucran los derechos de las comunidades negras” hace un
análisis de lo que fue la Comisión Especial de Comunidades Negras CECN, sus
momentos previos y de instalación, el Decreto 1331 de agosto de 1992 que la crea,
hace algunas referencias a la territorialidad en el Pacífico e inicio de la titulación
colectiva por parte del antiguo Instituto Colombiano de la Reforma Agraria INCORA, y
algunas cuestiones relativas al desplazamiento, este estudio aunque enuncia un
análisis sobre los desarrollos jurídicos o de los derechos de los pueblos
afrocolombianos posterior a la Constitución de 1991, se limita a referenciar los
primeros momentos de puesta en marcha para la reglamentación del Artículo
Transitorio 55 de la Constitución dejando de lado el basto marco normativo que se ha
producido a lo largo de estas más de dos décadas de luchas por los derechos de los
pueblos afrocolombianos.

De esta manera se evidencia que en el campo de las ciencias jurídicas y políticas son
pocas las investigaciones que se han desarrollado, aun cuando algunas
investigaciones han pretendido abordar aspectos relacionados con el marco jurídico,
no constituye un aporte estructural en dicho campo, toda vez que la mayoría de ellos
se queda en la enunciación de los influjos de la Constitución Política de Colombia de
1991, y los desarrollos del Artículo Transitorio 55 de la misma Constitución que dio
origen a la Ley 70 de 1993.

Sin embargo sobre los desarrollos normativos que se han dado durante los últimos 25
años, es muy poco lo que se ha trabajado en una visión holística y de línea de tiempo

33CASTILLO, Luis Carlos. Etnicidad y Nación: el desafío de la diversidad en Colombia. Cali:


Universidad del Valle, 2009. Colección Libros de Investigación.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 73

que nos conduzca a argumentaciones concluyentes sobre el garantismo jurídico en la


aplicación de la constitución y la normatividad vigente en favor de los afrocolombianos.

De esta manera, si bien existe una serie de escritos e investigaciones sobre la cuestión
de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, no hay un estudio integrador que
analice la línea normativa en función de realizar unas recomendaciones al Estado en
materia de adecuación institucional y fortalecimiento de los procesos de las
comunidades afrocolombianas, en la dirección de alcanzar las garantías jurídicas y
materiales para el goce efectivo de sus derechos como pueblo. Así las cosas no se
encuentran documentos que de manera integral y en forma orientadora abarque las
diferentes líneas de acción a las que tienen derecho y acceso dichos pueblos.

Es en este campo, en el terreno de la aplicabilidad constitucional y normativa en el


que este trabajo de investigación se centra, abordando desde el proceso de movilidad
social que construye derechos de otra manera, o sea, los derechos como productos
culturales, los derechos como productos de procesos de lucha, en el caso de los
afrocolombianos, se demuestra la inmanencia del proceso de construcción de los
derechos, la inexistencia o inaplicabilidad de la concepción tradicional de los derechos
humanos que parte del hecho de naturaleza, de que se tienen derechos por el hecho
de nacer humano, pues bien, acá al menos 50 años después de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, los afrocolombianos vivían en la absoluta
negación de derechos.

Este trabajo pretende un aporte en la evidencia también de que los procesos de lucha
construyen derechos, sin embargo, solo el estado de inmanencia, de una tensión
permanente entre los derechos ganados al fragor de la lucha, con la exigibilidad
permanente en coherencia hace que su desarrollo sea viable, sea efectivo.

De igual manera a partir de las indagaciones realizadas, la construcción de la


evidencia en tanto no existe una revisión de la línea de tiempo y su aplicación del
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 74

marco constitucional y legal en materia de la aplicabilidad de los derechos de los


pueblos afrocolombianos, la evidente necesidad de insertar en el campo científico de
las ciencias jurídicas y políticas, los derechos de los pueblos afrocolombianos en tanto
campo de investigación académica.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 75

CAPÍTULO II

2. CONFIGURACIONES DEL MOVIMIENTO SOCIAL


AFROCOLOMBIANO A PARTIR DE LA DÉCADA DE 1990

Es innegable que de los ancestros de los pueblos afrocolombianos de hoy, deviene


una organización para la libertad, la ciudadanía y la dignidad humana, esto es, primero
el surgimiento del cimarronaje y la constitución de palenques, generados a principios
del Siglo XVI, en una oposición radical por parte de los africanos secuestrados en
África y sometidos a esclavitud en América.

Como la esclavización no es un proceso aceptado de manera natural, la respuesta


por parte de los sometidos no tardó. No es el propósito de este capítulo hacer un
análisis histórico de los procesos arriba mencionados, sin embargo, es importante su
señalamiento de tal manera que nos contextualicen en que si bien abordaremos el
proceso organizado de movilización social de los pueblos afrodescendientes en
Colombia, para el objeto de estudio sólo es relevante los últimos 25 años.

En efecto, más tarde que las luchas por la libertad en el período colonial, ya en el
período republicano los descendientes de los africanos sometidos a esclavización, no
solo se organizaron a comienzos del Siglo XIX, sino que su organización pretendía
reivindicaciones de largo aliento para el mejoramiento de su vida y para un
relacionamiento en libertad con los otros hombres, en ese sentido:

”…las clases populares, especialmente los afrocolombianos, crearon una


alianza con el Partido Liberal en la región Cauca de Colombia, durante el
Siglo XIX. Los afrocaucanos negociaron con los dirigentes de la élite del
Partido Liberal, intercambiando sus votaciones y su servicio como soldados
en las guerras civiles de la época por una variedad de beneficios sociales,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 76

económicos y políticos, incluyendo la abolición de la esclavitud, acceso a los


ejidos, la reducción de los monopolios de aguardiente y la obtención de la
ciudadanía…34

Desde la década de los 70 del Siglo XX, las comunidades afrocolombianas iniciaron
un proceso profundo de reflexión sobre su realidad en el país, lo que generó que entre
la década de los años 80 y 90 las comunidades “negras” se levantaran del letargo en
el que habían estado sometidas por años, su movilidad emancipadora, libertaria,
política y cultural, permitió que se organizaran actividades de reflexión y constitución
de la organización de comunidades negras para enfrentar los desafíos del momento35.
Relacionados éstos con la inserción y reconocimiento constitucional de las
comunidades negras de Colombia como sujetos de derecho; estos esfuerzos
articulados de la comunidad negra, su emergencia organizacional desde el Pacífico
colombiano, la articulación de una lucha que propendía por el reconocimiento de sus
derechos como pueblo, su presencia histórica y sus aportes al desarrollo del país,
generó la inserción en la Constitución Política de Colombia de 1991 del Artículo
Transitorio 55 que por fuerza de esa misma movilidad y gestión se garantizó su
reglamentación la cual se constituyó dos años más tarde en la Ley 70 de 1993 o Ley
de Comunidades “Negras”. Sobre el enfoque de los procesos organizativos
afrocolombianos, manifiesta Flórez, Julián36:

“…En Colombia, desde la década del setenta han existido movilizaciones


sociales de organizaciones negras. Su trabajo se centró, generalmente, en la

34
SANDERS, James. Ciudadanos de un pueblo libre: liberalismo popular y raza en el suroccidente de
Colombia en el Siglo XIX. Bogotá: Historia Critica, 2009.

35 GARCÉS ARAGÓN, Daniel. La educación afrocolombiana escenarios históricos y etnoeducativos.

Cali: Val Formas, 2008. p. 139 – 150


36
FLOREZ, Julián. Una aproximación a la dimensión del disenso de los movimientos sociales: la
implosión de la identidad étnica en la red “Proceso de Comunidades Negras” de Colombia. Caracas:
Programa Globalización, Cultura y Transformaciones Sociales; CIPOST; FACES; Universidad Central
de Venezuela, 2004. Colección Monografías, no. 12.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 77

reivindicación de la igualdad de la población negra colombiana, tomando


como ejes la denuncia del racismo y la demanda de su integración al resto de
la nación. A principios de los años noventa, sin embargo, hubo importantes
cambios que posibilitaron reivindicaciones desde una perspectiva distinta. La
diferencia cultural de lo negro se convirtió en un eje alrededor del cual se
articularon diversas organizaciones. Lo que estaba en juego, ya no era la
integración a la nación, sino la defensa de la Identidad Negra”... ”.

En efecto la finalización del Siglo XX, trae para Colombia y especialmente para los
afrocolombianos, un nuevo modo de relacionamiento, pues el reconocimiento de la
diversidad étnica y cultural de la nación es parte de la incorporación constitucional del
sujeto de derecho, Comunidades “Negras”, Afrocolombianas y da paso a mejores
desarrollos conceptuales sobre el multiculturalismo en Colombia. Así las cosas,

“Un factor que contribuyó con este giro en el tipo de reivindicación del
movimiento “negro” colombiano fue el cambio constitucional iniciado en 1990
y cuyo propósito, entre otros, era declarar a Colombia una nación pluriétnica
y multicultural que reconociera los derechos de las minorías étnicas. La
población negra colombiana, expoliada a lo largo de la historia del país, se
enfrentaba al difícil reto de convencer a una sociedad tremendamente racista
de que, en su conjunto, era un pueblo étnico y que, por tanto, merecía el
reconocimiento de los derechos garantizados por la nueva constitución”37.

Las incorporaciones constitucionales que reconocieron la diversidad étnica y cultural


de la nación y la incorporación del Artículo Transitorio 55 de la misma Constitución,
como, la Ley 70 de 1993 y su construcción, constituyó un marco de referencia de
avance y reparación para el pueblo afrocolombiano de Colombia, el movimiento de
afrodescendientes a nivel continental, así como, para otros movimientos sociales a
nivel mundial. Esta ley entendida como proceso de reparación estructural de corte

37 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 78

histórico, sirvió para que las demandas de las comunidades avanzaran en aspectos
como la propiedad y tenencia colectiva de la tierra que ancestralmente han poseído,
en regiones como el Pacífico y otras de similares características como es la región
caribe, los valles interandinos de los ríos Cauca y Magdalena.

El proceso organizativo de las comunidades afrocolombianas tiene una fuerte


explosión en la esfera pública en la década de los ochenta. Esta irrupción es realizada
inicialmente por un campesinado afrocolombiano que exige demanda de
reconocimiento jurídico de tenencia y posesión de sus tierras ocupadas
ancestralmente y reivindican la defensa de recursos naturales. En este contexto
organizaciones como la Asociación Campesina Integral del Atrato ACIA emerge en el
marco de este proceso de movilización y organización.

“La ACIA nació de un proceso que duró muchos años y que significó muchos
esfuerzos. La organización campesina se fue consolidando poco a poco: la
búsqueda de alternativas para lograr mejores condiciones de vida, la lucha
por los derechos sobre el territorio y la defensa de los recursos, junto con un
trabajo de formación para enfrentar estas tareas, fueron reuniendo cada vez
a más campesinos a más comunidades alrededor de la construcción de una
asociación”38.

En efecto las acciones organizadas en defensa del territorio no se dejaron esperar,


las intervenciones de las empresas Maderas del Darién, Cartón de Colombia y Pizano
S.A. venían devastando los recursos del Bajo Atrato e incrementaban acciones en el
Medio Atrato, las acciones de la organización fueron efectivas en perspectiva de

38CONSEJO COMUNITARIO MAYOR DE LA ACIA (COCOMACIA). Medio Atrato: territorio de vida.


Quibdó: COCOMACIA, 2002.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 79

proteger los recursos naturales de la zona. Según Restrepo39, ante la inminente


entrega por parte de las entidades estatales de una gran concesión maderera a una
de las empresas que había destruido las existencias de bosques de cativo en el Bajo
Atrato, los campesinos del curso medio del río Atrato con el apoyo de equipos de
misioneros que venían trabajando desde hacía algunos años en la región, consolidan
un movimiento organizativo por defensa de los recursos naturales y por el
reconocimiento de la propiedad de los campesinos sobre sus parcelas y los bosques
que iban a ser entregados en concesión. El proceso en defensa del territorio y de la
identidad de los pueblos negros del río Atrato, es la concreción de una reivindicación
de los pueblos afrocolombianos desde los primeros tiempos de la vida republicana de
Colombia.

Para Myriam Jimeno40, directora del Instituto Colombiano de Antropología e Historia


ICANH en la década de los años 80 y 90 quien participó de los debates pre-
constituyentes como coordinadora de una de las comisiones sobre grupos étnicos,

39RESTREPO, Eduardo. Etnización de la Negridad: la invención de las Comunidades Negras como


Grupo Étnico en Colombia. Popayán: Universidad del Cauca, 2013. pág. 93.

40
JIMENO, Myriam. Acontecimientos de la Asamblea Constituyente de 1991 y la Subcomisión de
Igualdad y carácter étnico. Entrevista: 18 de junio de 2015.

Myriam Jimeno es doctora en antropología de la Fundação Universidade de Brasilia. Se ha


desempeñado como directora del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). En 1995,
junto con su grupo, recibió el Premio Nacional de Ciencias Humanas y Sociales de la Fundación
Alejandro Ángel Escobar por el trabajo Las sombras arbitrarias. Violencia y autoridad en Colombia. En
el año 2006 obtuvo la Mención de Honor en el Premio Iberoamericano del Libro de la Latin American
Studies Association, LASA, por su libro Crimen pasional: contribución a una antropología de las
emociones. En el año 2010 recibió la Fellowship to Assist Research de la John Simón Guggenheim
Memorial Foundation para su investigación sobre mecanismos de recomposición social en
comunidades étnicas víctimas de eventos violentos. Sus intereses investigativos se enmarcan dentro
de las discusiones acerca del conflicto social y la violencia, las relaciones interétnicas y conformación
del Estado.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 80

referencia de la siguiente manera la participación de los afrocolombianos en el


proceso pre y postconstituyente:

“la participación unida en esos desarrollos constitucionales tuvo dos momentos


distintos; el primer momento es cuando yo acababa de salir de la dirección del ICAN
en 1990, luego me designan en la presidencia de César Gaviria quien coordinaba,
como coordinadora de una comisión que era preparatoria de la Asamblea, hay que
recordar que en ese momento se constituyeron un número importante de
subcomisiones, todas con temas distintos, de manera que una de ellas, me llamaron
a mí a coordinarla, obviamente estaba relacionado en que yo acababa de salir de la
dirección del Instituto Colombiano de Antropología, en 1989. El objetivo de la
coordinación era recoger propuestas para llevarlas a la Asamblea Constituyente, es
la etapa previa, donde se instalaron grupos temáticos, tanto nacionales como
regionales; yo coordiné el de asuntos étnicos en Bogotá, en el cual participaron
específicamente las comunidades indígenas, es decir, no hubo en ese momento
participación de organizaciones negras; y las organizaciones indígenas que
participaron principalmente fueron las dos grandes organizaciones del Cauca, la una
de autoridades indígenas , la cual la coordinaba Lorenzo Muelas y el CRIC; y también
estuvieron invitados activistas no indígenas de las organizaciones indígenas, muy
variados, personas desde el profesor Luis Guillermo Vascos hasta Pedro Cortés,
Pablo Tatay y los propios coordinadores indígenas vinieron a Bogotá costeados por la
Subcomisión para discutir qué temas les interesaba a ellos llevar a la Asamblea
Constituyente”.

Puede denotarse que en esta primera etapa no hay una apertura a la participación de
los pueblos afrocolombianos y sus procesos organizativos en el proceso preparatorio
de la Asamblea Nacional Constituyente Colombiana; sin embargo, las luchas que
vinieron, posibilitaron su incorporación a decir de Jimeno, así:
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 81

“Después yo vuelvo al ICAN, en la mitad 1992 y me encuentro con que el ICAN había
sido designado por el Ministerio del Interior, que anteriormente se llamaba Ministerio
de Gobierno, como la Secretaría Étnica para desarrollar un artículo transitorio de la
Constitución, en la Constitución del 91 el tema específicamente de las comunidades
negras no había quedado desarrollado, lo que había quedado era un enunciado
general en el artículo séptimo, donde se reconoce la diversidad cultural y étnica del
país, se le valora y se le da visibilidad, pero no hay desarrollo específico distintos del
indígena. Para las comunidades negras los activistas sobre todo del Chocó de la ASIA
y OBAPO, lograron, a través de Orlando Fals Borda, que quedara un artículo
transitorio que significaba que el Estado tenía la facultad para después de la
Constituyente reglamentar, en este caso el Artículo Transitorio 55, este artículo
transitorio consistía en que se debía trabajar el tema de derechos territoriales de las
comunidades negras de: los habitantes negros de las riveras afluentes del río Atrato
(quedó muy delimitado) la Secretaria Técnica era la encargada de armar una comisión
para desarrollar ese artículo como un proyecto de ley, la idea era que la comisión
trabajara por un año. El ICAN es la Secretaria Técnica y se constituye en 1992 por
integrantes de las comunidades negras de todo el Pacífico y crean una mirada más
amplia, es decir, ya no era solo el Chocó, era todo el Pacífico. Eran cuatro
representantes por departamentos, los cuales eran designados por las comunidades,
asistieron los políticos de las regiones (2 por cada departamento) y también asistieron
instituciones del Estado que ayudaron a reglamentar, en particular el INCODER que
en ese momento se llamaba INCORA, estaba el Instituto Geográfico Agustín Codazzi,
Planeación Nacional y el Ministerio de Ambiente; el ICAN funcionaba como Secretaria
Técnica y coordinador, éramos quienes debíamos llevar las memorias, el proceso de
convocatoria; y además había un pequeño grupo de académicos que eran
conocedores del tema de las comunidades negras, entre esos Jaime Arocha;
trabajamos durante un año, muchas veces todos los días de la semana, pero
trabajamos en pos de vencer la desconfianza que tenían muchos representantes de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 82

las comunidades negras, se trabajó en conjunto y se logró presentar una propuesta


de ley , he ahí la Ley 70 de comunidades negras41.

En una mayor precisión de los debates que emergieron en el contexto de la


Constituyente en función de derechos para los pueblos afrocolombianos y ante el
cuestionamiento de la inserción marginal de los derechos de los afrocolombianos en
el pacto social, político y económico, en fin de poder que es la Constitución Política,
se refiere Jaime Arocha42, uno de los investigadores sobre la cultura afrocolombiana
con mayor trayectoria en el país y quien aportó también el soporte etnográfico y
antropológico para que los derechos de estos fueran incorporados en la Constitución
Política de 1991, a decir de Arocha sobre dicha experiencia:

“Primero, fue casi un milagro que quedara incluido y mi respuesta tendría que ver con
una tesis que yo he sostenido y es que la asimetría étnica es muy poderosa, en ese
período hubo discusiones muy duras con Lorenzo Muelas, con el grupo de
académicos que apoyaba a Lorenzo Muelas con Fals Borda, en el sentido que
argumentaban que los derechos territoriales de la gente negra eran inválidos o
carecían de la validés que si tenían los territorios indígenas, y viene la discusión tan
molesta de los mapas, -si la gente negra está buscando sus derechos, donde están
los mapas- los mapas o eran precarios o no existían por la pequeña razón de que la
gente negra academia era invisible. Yo insistiría en que en todos estos períodos es

41 Ibídem.

42 AROCHA, Jaime. Entrevista: 7 de Julio de 2015

Jaime Arocha es doctor en antropología de Columbia University de la ciudad de Nueva York. Fue
ganador de la Rockefeller Visiting Fellow, University of Florida en 1996. Hace parte del proyecto
UNESCO La Ruta del Esclavo. Sus estudios se enfocan en la transformación y relaciones de los
pueblos afroamericanos; políticas de inclusión étnica nacional; violencia rural, resolución de conflictos
homoétnicos y heteroétnicos e historia y práctica de la antropología. Fue curador invitado de la
exposición temporal Velorios y santos vivos, comunidades negras, afrocolombianas,palenqueras y
raizales, en el Museo Nacional, de la cual nació una exposición itinerante que ha viajado por todo el
país y a su vez fundamenta el proyecto Observatorio de la Memoria de la gente negra, afrcolombiana,
raizal y palenquera como medio para que el Museo Nacional elabore un nuevo guion que incluya a los
afrodescendientes dentro de sus exposiciones permanentes.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 83

fundamental entender que la gente negra aún no es sujeto digno para la academia.
Es muy valioso este trabajo, si yo reviso el libro de Nina de 1971 ahí está contenido el
problema de la territorialidad que ella no la llamaba colectiva, la llamaba comunal, y
pese a que el estudio es muy primitivo la Mina Compañía está localizada cerca a lo
que en esa zona se llama el Monte Bravo, este representa el territorio colectivo. Como
es que los que hicieron parte de ese período constitucional o en la reforma
constitucional no hicieron esa lectura o escogieron ignorarla, y por ese camino ir
desechando la igualdad; los unos son grupos negros y los otros son pueblos
indígenas, parte de la lucha es, si vamos a utilizar la terminología pueblos, los otros
son pueblos afrocolombianos porque estábamos reivindicando el sentido histórico de
la lucha, con las limitaciones que habían, entonces, en ese periodo podemos
encontrar una divergencia muy grande de opiniones: Otilia Dueñas va a decir: si no es
por mí no hay artículo transitorio, Fals Borda decía: si no es por mí no hay artículo
transitorio, todo el mundo, al igual que con la Ley 70 tiene una cantidad de dueños.
Hay un anecdotario que cuenta que hasta las 11:00 pm se quedan discutiendo,
levantan la mano y finalmente logran pasarlo, pero lo que yo le puedo decir es que
hubo un período muy largo de negación del derecho; hay un período de la Asamblea
Preconstituyente donde se reunieron en el centro Jiménez de Quesada, yo ahí tuve
una discusión bastante fuerte con Pedro, por eso le pedía yo que mirara las etnias en
la encrucijada nacional, hacia una nación para los excluidos. En ese momento recogí
la discusión que había en ese momento sobre reformas constitucionales, llamar la
atención sobre la orfandad de la gente negra, y que hacen los indiólogos, protestan.
Decían:- cómo así que esa gente tiene derechos comparables a los nuestros- la
discusión que se habla en El Espectador es muy importante por este factor”.

Los anteriores acontecimientos permitieron que en el marco de la Asamblea Nacional


Constituyente de 1991, surgiera desde el Territorio-Región del Pacífico colombiano y
en perspectiva de articulación nacional, la Coordinadora Nacional de Comunidades
Negras-CNCN. Es importante resaltar que a partir de allí, los procesos organizativos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 84

de las comunidades afrocolombianas, están mediados por la politización de la cultura,


entendida en Cesáire43, como:

“La cultura es el esfuerzo que toda colectividad humana realiza para dotarse
de la riqueza de una personalidad… toda cultura sería especifica. Específica,
como una obra de una voluntad particular, única, al escoger entre distintas
opciones… Toda cultura necesita un marco, una estructura, para
desarrollarse. Ahora bien, es indudable que los elementos que estructuran la
vida cultural del pueblo colonizado desaparecen o se envilecen debido al
régimen colonial… La cultura es ante todo la unidad del estilo artístico en
todas las manifestaciones vitales de un pueblo. Saber muchas cosas o haber
aprendido muchas no es ni una condición necesaria de una cultura ni un sello
de esta cultura, y eventualmente esto se armoniza, en el mejor de los casos,
con lo opuesto a la cultura, la barbarie, que significa la falta de estilo o el
orden caótico de todos los estilos. No se podría hacer una descripción más
precisa de la situación cultural en la cual se encuentra sumergido todo país
colonizado. En todo país colonizado constatamos que la síntesis armoniosa
que constituía la cultura nativa ha sido disuelta y que se le ha superpuesto un
desorden de rasgos culturales de origen diferente que se sobreponen sin
armonía. No se trata necesariamente de la barbarie por falta de cultura. Se
trata de la barbarie por la anarquía cultural… En todas partes donde la
colonización irrumpe, la cultura nativa comienza a marchitarse… Creo que
nuestras culturas particulares encierran en ellas suficiente fuerza, suficiente
vitalidad, suficiente potencia de regeneración para adaptarse a las
condiciones del mundo moderno, cuando se modifiquen las condiciones
objetivas que les son impuestas; entonces, podrán aportar a todos los
problemas, cualesquiera que sean, políticos, sociales, económicos o
culturales, soluciones válidas y originales, válidas por ser originales”

Desde esta perspectiva la cultura incorpora una visión política de carácter étnico, esto
le da fuerza a la autodefinición de Pacífico como Territorio-Región. Es a partir de esta
red compleja de articulación entre cultura y política que las comunidades negras se

43 CESÁIRE, Aimé. Discurso sobre el colonialismo. Madrid: Akal, 2006. pp. 47-60
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 85

autodeterminan como sujetos de derechos. Las acciones sociopolíticas de la


Coordinadora Nacional de Comunidades Negras- CNCN producen las condiciones
necesarias para la incorporación de derechos de los pueblos negros en la Constitución
Política de 1991; además visibilizan a las comunidades afrocolombianas como sujetos
de derechos.

Las anteriores organizaciones articuladas a la Organización de Comunidades Negras


OCN, es un referente en el Territorio-Región en la construcción de una visión integral
del territorio, sus definiciones y la posterior conformación o su conversión a lo que hoy
denominamos Consejos Comunitarios como estrategia de autonomía,
autodeterminación y protección del territorio ancestral de las Comunidades Negras.

El Proceso de Comunidades Negras es producto de los debates y las disidencias de


visiones, distantes de una visión integral de derechos de las comunidades negras
como grupo étnico que parte desde su ascendencia ancestral y cultural para ser
opción de instrumento reivindicador de derechos. La ruptura de la Coordinadora
Nacional de Comunidades Negras en el marco de los debates preasamblearios y
asamblearios entre 1992 y 1993 en Puerto Tejada, Cauca, genera una subdivisión del
movimiento social en dos facciones, las organizaciones del Chocó y las que se
articularon subregionalmente en el denominado Pacífico Sur, Valle, Cauca, Nariño y
las principales organizaciones y dirigentes de la Costa Caribe, especialmente
Cartagena y Palenque San Basilio. En adelante el que se denominaría Proceso de
Comunidades Negras PCN, optó por un conjunto de decisiones, incidencias y
acciones a partir de la declaración y programa de acción de la Asamblea de Puerto
Tejada 199344:

44ASAMBLEA NACIONAL DE COMUNIDADES NEGRAS (3: Puerto Tejada; 1993). Acta de la


Asamblea. Puerto Tejada (Cauca): El Autor, 1993.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 86

“somos un sector del Movimiento social de comunidades negras que agrupa


organizaciones y personas con diferentes experiencias y visiones pero
unificadas en torno a unos principios, criterios y propósitos que nos
diferencian frente a otros sectores del movimiento social de comunidades
negras. Pero así mismo somos una propuesta a la comunidad negra nacional
con la aspiración de constituir un solo movimiento de las comunidades
negras, que recoja sus derechos y aspiraciones”

En efecto el PCN le propone una visión integral al conjunto del proceso organizativo
negro en su momento, ahora integra la perspectiva negra, afrocolombiana, palenquera
y raizal; “consolidar un movimiento social de comunidades “negras” de carácter
nacional que asuma la reconstrucción y la afirmación de la identidad cultural como
base en la construcción de una expresión organizativa autónoma que luche por la
conquista de nuestros derechos culturales, sociales, políticos, económicos,
territoriales, defensa de los recursos naturales y el medio ambiente.”

La identidad cultural en los términos de Hall; las define:

“Permiten particularizar e identificar los diversos grupos, en las relaciones


cotidianas a partir del sentido de la diferencia, pero más que la diferencia –
estas, las identidades – se dan desde un lugar de enunciación,
posicionamiento y reconocimiento que se establece en la memoria y por ende
en el espacio cultural, dando nombre a las diferentes formas de
posicionamiento a través de las enunciaciones de la memoria, es decir, del
pasado en esa relación dinámica que establece frente a los retos que impone
el presente y proyecciones individuales o comunitarias para construir un
mejor futuro.45”

45
HALL, Stuart. Sin garantías: trayectorias y problemáticas en estudios culturales. Popayán:
Universidad Javeriana; Instituto de Estudios Peruano; Universidad Andina Simón Bolívar; Envión, 2010.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 87

Definió una serie de principios que le dan soporte político y ético a su accionar como
organización y a los individuos que hacen parte del mismo; el concepto de derechos
ancestrales y colectivos, ligados al reconocimiento como pueblo, está relacionado con
el conjunto de factores determinantes de la calidad de vida y bienestar colectivo del
pueblo negro, afrocolombiano y con la conservación ecológica y ambiental de los
lugares de asentamiento ancestral, en ese sentido, la noción de organización
determina los siguientes principios como orientadores en la búsqueda de mejores
escenarios de vida para el Pueblo Negro de Colombia:

• Reafirmación del Ser, Identidad Cultural,

“Entendemos el Ser, como NEGROS, desde el punto de vista de nuestra


lógica cultural, de nuestra manera particular de ver el mundo, de nuestra
visión de la vida en todas sus expresiones sociales, económicas y políticas.
Una lógica que está en contradicción y lucha con la lógica de dominación, la
que pretende explotarnos, avasallarnos y anularnos. Nuestra visión cultural
entra en confrontación con un modelo de sociedad al que no le conviene la
diversidad de visiones porque necesita la uniformidad para seguir
imponiéndose; por eso el hecho de ser negros, de tener una visión distinta de
las cosas no puede ser solo para un momento especial, debe mantenerse
para todos los momentos de nuestra vida. En segundo lugar: el reafirmarnos
como negros implica una LUCHA HACIA ADENTRO, hacia nuestras propias
conciencias, no fácilmente nos reafirmamos en nuestro SER”. 46

Este elemento consiste en la pregunta por la necesidad de reconstrucción y


fortalecimiento de la identidad del pueblo afrocolombiano, su conexión pasado,
presente y futuro. La pregunta por la identidad y el ser constituye también la pregunta
por la construcción como pueblo en una perspectiva de individuo y comunidad quienes
se conjugan para la construcción de la visión de pueblo afrocolombiano.

46
ASAMBLEA NACIONAL DE COMUNIDADES NEGRAS (3 Puerto Tejada; 1993). Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 88

• Un espacio para Ser, Territorio, cuyos factores determinantes son los


espacios territoriales y socioculturales de relacionamiento y puesta en escena
de las prácticas culturales del pueblo negro, los espacios de recreación,
esparcimiento, espacios de producción, los bosques, el río, los humedales, las
quebradas, el cementerio, la vivienda, la escuela, etc.

“…el desarrollo y la recreación de nuestra visión cultural, requiere como


espacio vital el territorio. No podremos ser sino tenemos el espacio para vivir
de acuerdo a lo que pensamos y queremos como forma de vida. De ahí que
nuestra visión del territorio sea la visión del HABITAT, el espacio donde el
hombre negro desarrolla su ser en armonía con la naturaleza”. 47

• El ejercicio del Ser, Participación y Autonomía, cuyos factores


determinantes son el sistema de organización propia y autónoma (gobierno
propio) para vivir y defender la vida (los derechos) y gobernar el territorio, se
trata entonces de la minga, la mano cambiada, la mamuncia, el compadrazgo,
el consejo comunitario y la organización étnico territorial.

“Esta autonomía se entiende en relación a la sociedad dominante y frente a


otros grupos étnicos y partidos políticos, partiendo de nuestra lógica cultural,
de lo que somos como pueblo negro. Entendida así, internamente somos
autónomos en lo político y aspiramos ser autónomos en lo económico y lo
social”. 48

• Opción propia de futuro, bienestar colectivo, se trata de


construir/implementar un modelo de desarrollo propio donde prime la vida, la
solidaridad, la naturaleza y no la acumulación de capital a costa de los derechos

47
Ibídem.
48
Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 89

y la naturaleza, entonces a partir del SER, EL ESPACIO PARA SER y EL


EJERCICIO DEL SER del pueblo negro, afrocolombiano desarrolla su proyecto
de vida en relación entre sí y con los otros grupos humanos.

“Se trata de construir una visión propia del desarrollo económico y social
partiendo de nuestra visión cultural, de nuestras formas tradicionales de
producción y de nuestras formas tradicionales de organización social.
Consuetudinariamente esta sociedad nos ha impuesto su visión del desarrollo
que corresponde a otros intereses y visiones. Tenemos derecho a aportarle
a la sociedad ese mundo nuestro tal como lo queremos construir”.

• Somos parte de la lucha del pueblo negro en el mundo, “hoy somos,


porque antes fueron otros, entonces no somos uno, somos todos”.
Solidaridad. Se trata de poner en práctica el espíritu libertario de la diáspora
africana, la cual parte por tener visión de territorio región, mantener las
convergencias y acuerdos entre organizaciones étnico-territoriales, consejos
comunitarios y alianzas con instituciones en función del proyecto colectivo del
pueblo negro.

“Somos parte de la lucha que desarrolla el pueblo negro en el mundo por la


conquista de sus derechos. Al mismo tiempo desde sus particularidades
étnicas el movimiento social de comunidades negras aportará a la lucha
conjunta con los sectores que propenden por la construcción de un proyecto
de vida alternativo.” 49

Sin duda la aplicación de una visión propia del territorio y la conservación ambiental
en un escenario regional y territorial, está atravesado por la construcción de una visión
compartida con los otros grupos humanos y actores con los que se convive en los

49 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 90

espacios territoriales, de esta manera, cobra fuerza la necesidad de profundizar el


diálogo intercultural para poner de presente las experiencias de cada grupo humano
en las estrategias de conservación y mitigación de los daños ambientales.

El denominado Proceso de Comunidades Negras PCN, mantuvo en este eje, si bien


una visión nacional del qué hacer, más también un poderío de su accionar en el
Pacífico y los valles interandinos. Desde allí ha incidido en la conformación de nuevos
procesos organizativos comunitarios, ha impulsado la reglamentación de la Ley 70 de
1993, ha promovido procesos de articulación regional en defensa de los derechos
como pueblo de los afrocolombianos y ha promovido denuncias sobre las sistemáticas
violaciones de derechos humanos cometidas por diversos actores del conflicto armado
que vive el país; en ese sentido importantes dirigentes se han expresado así: El
Territorio Región del Pacífico, es el último caso en que unas tierras de negros o
“antesala del infierno”, son colocadas, por su ubicación estratégica, los recursos
naturales y la biodiversidad, en el centro del interés nacional e internacional. Es a esto
a lo que Naka Mandinga, uno de los más importantes dirigentes afrodescendientes del
Pacífico y del país, llama tener “la desgracia de la buena suerte” 50

A partir del reconocimiento jurídico de derechos desde la década de los noventas, los
territorios que poseen las comunidades negras, al igual que sus líderes han sido
asesinados y amenazados. En una clara estrategia por desmontar los derechos
territoriales las comunidades negras, afrocolombianas, aprovechar para fines distintos
a los del bienestar comunitario y social, la ubicación estratégica de sus territorios y
devastar los recursos naturales y del ambiente presentes en los mismos; los últimos
años en el territorio región del Pacífico y otras zonas pobladas por gente de
comunidades afrocolombianas, se registran fuertes tensiones entre el proyecto de vida
libertario emancipador de las comunidades afrocolombianas y las imposiciones

50
ROSERO, Carlos. Los afrodescendientes y el conflicto armado en Colombia. La insistencia en lo
propio como alternativa. En: Revista Africameríca Caracas, 2002.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 91

gubernamentales, las imposiciones de empresas transnacionales y nacionales de


extracción de recursos y de infraestructura, viales, portuarios y de monocultivos como
el de la Palma de Aceite que impactó la Región al Norte y al Sur del Pacífico
colombiano, así como, de los diferentes actores del conflicto armado interno que vive
el país; centenares de afrocolombianos líderes comunitarios han sido asesinados,
miles de afrocolombianos han sido desplazados de la región, miles de hectáreas del
territorio, han sido ocupadas e impactadas por los proyectos economicistas foráneos
de extracción minera, maderera, palma aceitera y coca, entre otros elementos que
lesionan la vida de nuestras comunidades como las aspersiones aéreas con glifosato.

En este contexto de disputas y profundas violaciones a los derechos humanos es que


los afrodescendientes terminaron perdiendo el control de sus territorios, recursos
naturales y de sus vidas, ante las presiones ejercidas por los megaproyectos y los
poderosos intereses económicos y políticos. Aunque la relación desplazamiento
conflicto armado es a la que más referencia se hace, es claro y evidente en todo el
país, que los afrodescendientes están siendo desplazados en las áreas de influencia
de importantes proyectos energéticos, viales, mineros, agroindustriales, turísticos y
portuarios.

2.1 Contexto organizativo del Pacífico y los valles interandinos como eje en
la construcción de los derechos de los afrocolombianos.

El Proceso de Comunidades Negras PCN y Asociación Campesina Integral del Atrato


hoy COCOMACIA son organizaciones pioneras y se articulan a través del consenso
de la acción política como instrumento para la proyección de la vida, la cultura, la
identidad y la defensa del territorio ancestral de los pueblos negros del Territorio
Región del Pacífico. Es así como estos dos procesos organizativos étnico-territoriales,
han impulsado a nivel regional iniciativas de articulación como La Agenda Común para
la Gobernabilidad en Territorios Ancestrales del Pacífico y los Valles interandinos.
Iniciativa regional que articula una agenda nacional que involucra temas de interés
nacional como es lo relacionado con Cambio Climático y Calentamiento Global y sus
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 92

mecanismos de mitigación en especial la gestión para el desarrollo de los programas


de Reducción de Emisiones por Degradación Evitada REDD+.

En regiones como el Chocó es un referente político organizativo relevante en el


reconocimiento de derechos en la Constitución de 1991. Se observa por ejemplo que
la Asociación Campesina Integral del Atrato -ACIA- y la Organización de Barrios
Populares en Quibdó OBAPO, su conformación tiene orígenes entre otros en apoyos
eclesiales ligados a la izquierda; la Asociación Campesina del San Juan -
ACADESAN- es motivada por la Organización Indígena Regional Embera Wuanan-
OREWA- que a su vez fue conformada por la intervención directa de movimientos
eclesiales; la Asociación Campesina del Baudó - ACABA- influencia del Movimiento
Nacional Cimarrón; la Organización Campesina del Bajo Baudó-OCABA- también con
apoyos de partidos de izquierda especialmente el Partido Comunista de Colombia. De
igual manera en la dinámica han surgido nuevos procesos organizativos zonales, y
organizaciones locales de gran incidencia en el proceso y que se mantienen en el
tiempo: Cocomacia, Ascoba, Asocasan, Acadesan, Corporación de Consejos
Comunitarios Mineros del San Juan. Fosan, Acaba, Fundamojarras, Fisch,
Cocomopoca, El Cedro, Delfines, Riscales. Estas organizaciones se circunscriben a
las cinco zonas que allí se determinan y como se subdivide el Departamento del Chocó
según sus procesos organizativos, el mismo ha sido acogido también por las acciones
institucionales que intervienen en el territorio.

En el Territorio-Región del Pacífico otro enclave político organizativo es Buenaventura


al igual que Quibdó-Chocó fueron en la década del noventa centro de operaciones de
importantes organizaciones de Comunidades Negras. Antes de la constitución de
consejos comunitarios como autoridades en el territorio, las organizaciones de los ríos
y urbanas, denominadas étnico-territoriales impulsaron: el proceso de organización
comunitaria, la estructuración de los consejos comunitarios y una agenda integral de
derechos incorporados posteriormente en la Ley 70 de 1993.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 93

Antecedentes relevantes destacan organizaciones de los ríos como Asociación de


Negros Unidos del Río Yurumangui -APONURY; Organización de Negros Unidos por
los intereses del Río Anchicayá ONUIRA; Organización por la defensa e intereses de
las Comunidades Negras del Río Cajambre ODINCA; Organización por la defensa e
intereses de las Comunidades Negras del Río Naya ODEINCA; Organización Negra,
Campesina por la defensa del territorio de la cuenca baja del río Calima
ONCAPROTECA, es importante resaltar que las organizaciones del Bajo San Juan,
posteriormente denominada Consejo Comunitario General del San Juan -ACADESAN
pertenecientes al Chocó, siempre tuvieron un desarrollo organizativo ligado a la iglesia
pastoral afrocolombiana, además de esto por ubicación mantuvo siempre sus oficinas
en Buenaventura desde donde articulaba con los procesos desarrollados allí, como
en el Chocó.

Buenaventura fue durante muchos años la sede nacional del hoy Proceso de
Comunidades Negras –PCN. La Coordinación Nacional del PCN articula expresiones
organizativas de comunidades negras de todo el país, incluyendo una fuerte presencia
orgánica en el Caribe. El equipo de Coordinación Nacional permitió trazar los
lineamientos necesarios para la reglamentación y avance de la Ley 70/1993. La
Coordinación Nacional del Proceso de Comunidades Negras –PCN construcción de
un discurso desde las comunidades negras en clave de naturaleza y la necesidad de
su protección desde un enfoque ambiental y ecológico que se profundizó en el
territorio región del Pacífico y recorrió la geografía nacional situándose también con
fuerza en la región Caribe y en los valles interandinos principalmente del río Cauca y
la región del Magdalena Medio.

El PCN a través de su instancia de Coordinación Nacional y articulación regional, el


Palenque Regional el Kongal, ha sido durante años el principal instrumento de
referencia en materia organizativa, de derechos humanos, derechos étnico territoriales
y asuntos ambientales en Buenaventura. El Palenque regional el Kongal articula los
Consejos Comunitarios del Río Yurumanguí, el Consejo Comunitario Mayor del Río
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 94

Anchicayá, El Consejo Comunitario del Cajambre, Consejo Comunitario de Raposo,


el Consejo Comunitario del Calima entre otros, al tiempo que mantiene alianzas de
trabajo en los temas más importantes de los derechos de las comunidades con los
Consejos Comunitarios del Naya, La Plata, Bahía Málaga, Puerto España y Miramar
entre otros.

Participan también organizaciones de carácter étnico que nacieron de iniciativas de


jóvenes y que se fueron consolidando con el tiempo, hoy son de las más importantes
e influentes en temas relacionados con lo ambiental, en esto se destaca la Asociación
Juventud 500, quienes en los últimos años han impulsado la agenda ambiental y
humanitaria en lo local, regional y nacional, al igual que son parte de los procesos de
articulación regional tipo La Agenda Común para la Gobernabilidad en los Territorios
Ancestrales del Pacífico y Valles Interandinos.

En ese marco organizativo el Departamento del Cauca siempre mantuvo una fuerte
dinámica organizativa en materia de comunidades negras, pues la Tercera Asamblea
Nacional de Comunidades Negras se llevó a cabo en Puerto Tejada en octubre de
1993, es allí donde surge el hoy Proceso de Comunidades Negras en Colombia PCN,
al tiempo que se realizó en el sur del Cauca, municipio de El Patía el IV Consejo
Nacional de Palenques del PCN; implica entonces que este proceso organizativo ha
tenido en la región una gran influencia desde el punto de vista de la conceptualización
y gestión de los derechos de los pueblos afrocolombianos.

En el Pacífico caucano desde siempre hubo una vinculación al movimiento social


regional y nacional se expresan básicamente tres tendencias, la organización
COCOCAUCA, ASOMANOS NEGRAS estas dos se desarrollan en el municipio de
Guapi y los llamados Comité de Impulso en Timbiquí, liderados básicamente por
docentes. Estas dinámicas participaron activamente en el proceso constituyente, la
incorporación en la Constitución del Artículo Transitorio 55 y su posterior
reglamentación que dio origen a la Ley 70 de 1993.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 95

En cuanto a COCOCAUCA, su dinámica estuvo articulada al Proceso de


Comunidades Negras, sin embargo su relacionamiento en la zona del Pacífico
caucano siempre fue conflictivo con las otras dinámicas debido a prácticas que
generaban malestar en las otras organizaciones; esta situación se agudizó cuando
estos, debido a las mismas circunstancias de falta de transparencia en su accionar,
fueron expulsados del PCN, quedaron regionalmente actuando solos y cada vez más
han perdido ascendencia en la comunidad y en los consejos comunitarios.

Asomanos Negras lideró junto con la visión integral del PCN la conformación de la
mayoría de los Consejos Comunitarios de los Municipios de Guapi y Timbiquí, desde
ese proceso de gestión impulsó la conformación y formación de importantes iniciativas
de mujeres, en la segunda mitad de la década del 90 del siglo XX, el surgimiento en
Timbiquí del Grupo Apoyo a la Mujer y en Guapi el influjo de grupos de mujeres donde
se destaca la fundación Chiyangua, se impulsó la organización de mujeres en los ríos
lo cual constituyó posteriormente la Red Matamba y Guazá, dinámica que posibilitó el
desarrollo de procesos formativos de mujeres, recuperación de procesos culturales
como las semillas, las azoteas y una participación y liderazgo más visible de las
mujeres en sus organizaciones y en los propios consejos comunitarios.

Asomanos Negras ha sido una organización líder en impulsar nuevos procesos


organizativos y en especial ha promovido la organización y el fortalecimiento de los
Consejos Comunitarios en la región. Ésta de la mano con La Corporación
ECOFONDO, la Corporación Ancestros, el PCN, los Consejos Comunitarios de
Timbiquí y Guapi impulsaron dos escenarios importantísimos, quizás los más
importantes en la década del 2000 para los procesos organizativos de la región
denominados los Encuentros Por la Vida y la Autonomía en los que además de las
organizaciones indígenas y los consejos comunitarios de López de Micay, participaron
dinámicamente los gobiernos municipales de Guapi y Timbiquí y las articulaciones
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 96

indígenas Asociación de Cabildos Indígenas Eperara Siapidara del Cauca,


Organización Zona Baja del Saija de Cabildos y Autoridades Indígenas del Cauca.

Los encuentros por la vida y la autonomía son importantes toda vez que es de estos
escenarios que surgen la necesidad de generar en la costa caucana procesos
organizativos más sólidos que articulen a los consejos comunitarios y a las
organizaciones, es de allí que surge la Asociación de Consejos Comunitarios de
Timbiquí, Palenque Mayor el Castigo, una idea de federación de consejos
comunitarios y la recientemente conformada Asociación de Consejos Comunitarios de
Guapi. Dentro de la dinámica organizativa es relevante el Norte del Cauca, articulada
a través del Palenke Regional Alto Cauca, instancia regional de coordinación del
Proceso de Comunidades Negras, la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte
del Cauca, la Asociación Municipal de Mujeres de Buenos Aires. Existen otras
expresiones como La Unión de Organizaciones Afrocaucanas UOAFROC no
articulada dentro del PCN. Estas organizaciones han trabajado en los procesos de
resistencia a la minería ilegal, y por el fortalecimiento organizativo y productivo de las
comunidades negras en el norte del Cauca.

La actividad minera ha estado presente en el territorio desde tiempos de la colonia, en


los años cincuenta hubo establecimientos de minería de las compañías
multinacionales mineras Anglo Gold Ashanti, Asnazú Gold Dredging Limited, entre
otras, que devastaron porciones del territorio dejando para los pobladores los
cementerios de piedra y grandes afectaciones de tipo ambiental para éstos, cuyo eje
productivo es el río Cauca.

La resistencia en el Cauca desde los pueblos afrocolombianos e indígenas, viene del


pasado cuando los macheteros del norte del Cauca peleaban en las guerras
independentistas y posteriormente republicanas, primero por libertad y después por
espacios territoriales que les permitieran rehacer dignamente sus vidas; es un
contexto de profundas vulneraciones a la integridad cultural, territorial y a la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 97

autodeterminación, donde se suscitan las resistencias actuales, indígenas y


afrocolombianos defendiendo el territorio. La reciente movilización de mujeres
“negras” en defensa del territorio y la vida es una remembranza al pasado de lucha
que retrae la memoria para enfrentar los desafíos de vida digna, territorio y autonomía.
(Véase foto 1.)

Desde el punto de vista de la organización de pueblos afrocolombianos, las


comunidades, lideres, ríos y municipios en la costa del Departamento de Nariño,
estuvieron vinculados al proceso constituyente en lo que se denominó Asamblea
Nacional de Comunidades Negras, ANCN, ante la configuración de sectores
organizativos dentro del proceso de movilización social de comunidades
afrocolombianas preconstituyente, constituyente y postconstituyente, las
organizaciones y líderes de Nariño se articulan primero a la denominada Organización
de Comunidades Negras OCN, la misma que dio paso al Proceso de Comunidades
Negras PCN y su estructura de articulación regional Palenque Regional Nariño que
vinculaba a las organizaciones y ríos del norte y sur de la costa nariñense.

Es en este contexto que se realiza en 1992 en Tumaco, la primera Asamblea Nacional


de Comunidades Negras, la cual siembra los pilares para lo que sería la definición de
principios y de un marco de acción común en el movimiento social de comunidades
negras del entonces. Durante la década del 90 el proceso organizativo en Nariño, o
sea, el Palenque Regional Nariño, mantuvo coordinación y fue parte de la estructura
organizativa y funcional del PCN; sin embargo esta dinámica de articulación y
coordinación en la acción se vio afectada por la definición de un escenario de liderazgo
que en su momento se categorizó con los antiguos y los nuevos liderazgos; los
antiguos liderazgos hacían referencia a aquellos hombres y mujeres que jugaron un
papel importante en el marco de la constituyente y sus desarrollos en materia de
Comunidades Negras; los nuevos liderazgos irrupción a partir de la creación de la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 98

Foto 1. Movilización de mujeres por el cuidado de la vida y los territorios ancestrales. Fotos Francia
Elena Márquez Mina. Archivo.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 99

nueva forma organizativa en términos territoriales, esto es, los consejos comunitarios
y también con ellos formas tradicionales de la política presionando el proceso
organizativo, algunos ligados a prácticas que distaban de una agenda especial de
derechos para las Comunidades Negras, la irrupción de nuevos actores, como de
nuevos factores de capital en la zona, genera una confrontación de visiones y se
constituyen nuevos procesos organizativos o más bien, organizaciones de segundo
nivel con visiones tipo ONGs que ligados al desplazamiento violento de los líderes del
Palenque Regional Nariño entre el 2000 y 2003, afectó profundamente la visión
integral sobre los derechos, pasando a una mirada de gestión y desarrollo de
proyectos productivos, que si bien son importantes, sirvieron también para afectar
estructuralmente el proceso organizativo comunitario, toda vez que las recientes
estrategias de tipo económico y de control del territorio, ligados principalmente a la
Palma Aceitera en lo denominado “legal” y el incremento de la coca como estrategia
también de desterritorialización en lo ilegal, que en suma propendía un control integral
del territorio por los actores externos empresarios palmicultores de extracción de
capitales del interior del país, principalmente de Cali en una clara estrategia también
de inserción de capitales no claramente determinado su origen, y en otros casos
capital proveniente del influjo palmero asiático-malayo.

“…No obstante, con respecto a los ‘nuevos líderes’ este no es


necesariamente el caso. Aunque algunos de ellos han tenido que salir a
operar desde la ‘invisibilidad estratégica’ que se acaba de mencionar para los
‘líderes históricos’, existen muchos ‘nuevos líderes’ para los cuales la
irrupción del conflicto ha significado, precisamente, lo contrario: su
posicionamiento. Aunque es muy difícil generalizar, y más aún cuando se
piensa en términos de mediano y largo plazo, es un hecho que muchos líderes
de consejos comunitarios, sobre todo de aquellos ligados a la naciente
RECONPAS (Red de Consejos Comunitarios del Pacífico Sur), han logrado
posicionar su liderazgo en medio de la escalada del conflicto. Dos son los
factores que coadyuvarían a explicar esta aparente paradoja. De un lado,
algunos de estos líderes se han enfocado hacia el desarrollo de proyectos de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 100

producción (sobre todo los de la palma africana o del coco) a través de


organizaciones con fuerte influencia entre los empresarios de la región como
Cordeagropaz o de amplia trayectoria como Coagropacífico. En este sentido
constituyen unos aliados, por lo menos en lo inmediato, con las
intervenciones del capital en la región; diferenciándose en esto claramente
de los ‘líderes históricos’ que eran vistos por muchos empresarios como
‘problemáticos’ y contrarios a sus intereses. De otro lado, otros nuevos líderes
han operado enfocándose localmente en los espacios abiertos por la
institucionalidad que no cuestionan a los actores armados ni a quienes se
relacionan más directamente con ellos, sean personas de la población local
o foráneos. Ante la invisibilización estratégica de los ‘líderes históricos’ se
abren espacios de posicionamiento de estos nuevos líderes…” Restrepo
2010. 51

En efecto La Asociación de Concejos Comunitarios del Pacífico Sur – RECOMPAS,


agrupa a 15 Concejos Comunitarios de los municipios de Tumaco, Francisco Pizarro
y Mosquera y La Asociación de Concejos Comunitarios y Entidades Territoriales del
Pacífico Nariñense – ASOCOETNAR, quienes en un principio integraba a 33 Concejos
Comunitarios de los municipios de Mosquera, Olaya Herrera, La Tola, El Charco,
Santa Bárbara, Barbacoas, Roberto Payán y Magüí, la primera debilitada desde el
punto de vista de la relación organización comunidad, no desde el punto de vista de
la representación; y la última en procesos de fragmentación como efecto de las
intervenciones arriba mencionadas y debido a los nuevos desafíos territoriales y el
impulso de nuevos liderazgos y procesos en las subregiones.

La profundización de la crisis, la necesidad de recuperar el enfoque de trabajo y con


ello un reposicionamiento organizativo bajo los principios originarios del movimiento
social de comunidades negras y especialmente la acción coordinada en relación con

51RESTREPO, Eduardo. Conflicto armado y proceso organizativo en el Pacífico sur colombiano.


Austin: Texas, Programa de Visiting Resource Professor del LLILAS, Universidad de Texas, Febrero
de 2010.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 101

el PCN, promovió durante toda la primer década del 2000, diálogos entre los primeros
liderazgos y los liderazgos emergentes, entre las visiones originarias sobre los
derechos y las visiones emergentes, entre el propio proceso de comunidades negras
PCN y las organizaciones emergentes como RECOMPAS, ASOCOETNAR y
CORDICON; la improductividad de los mismos, impulsaron la acción para la
recomposición del antiguo Palenque Regional Nariño, en lo que se denominaría a
partir de la Asamblea Nacional del PCN en 2007, el Palenque Regional el Kurrulao,
que en su operación impulsó la articulación del liderazgo de procesos de formación
con mujeres, jóvenes y de fortalecimiento organizativo de consejos comunitarios, e
impulsar un proceso afrourbano en Tumaco, como, retomar un flujo de información
para visibilizar la grave crisis humanitaria que atraviesan las Comunidades Negras de
Nariño en cuanto las afectaciones de actores armados a las estructuras organizativas
comunitarias, el amedrantamiento de sus líderes, la explotación de los recursos
naturales, la destrucción del ambiente por minería del oro.

Si bien persisten visiones integrales sobre el proceso reivindicatorio, ha sido evidente


la debilidad para articularse al proceso organizativo nacional y expresar con suficiente
fuerza el grado y gravedad de las afectaciones, especialmente las relacionadas con
la mutación del capital ilegal en nuevas estrategias de extracción de los recursos
naturales, la inserción en la región de cientos de retroexcavadoras que destruyen sin
control el ecosistema más frágil y más importante en diversidad biológica del mundo.
Desde el punto de vista institucional, se presenta históricamente una debilidad
manifiesta en la falta de presencia institucional que posibilite un diálogo permanente
y sistemático para alcanzar objetivos comunes, la atención institucional es más bien
coyuntural y de acción en emergencia lo que imposibilita un encuadre de gestión que
contribuya a superar las barreras existentes.

La falta de presencia estatal e institucional ha sido el caldo de cultivo para que, actores
armados de todos los tonos, propósitos e ideologías controlen la mayor parte del
territorio y a sus gentes. La institución que desde las limitaciones tiene una mayor
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 102

trayectoria de trabajo con los procesos organizativos en la búsqueda de soluciones,


es la gobernación de Nariño; sin embargo en la costa nariñense durante la primera
década del 2000 se presentó una irrupción de organismos de cooperación
internacional cuyo flujo de recursos y acumulados sirvieron para mantener visiones
complejas de nuevos liderazgos y su relación con el proceso organizacional de nivel
regional y nacional al tiempo que debilitó su acción colectiva. El PNUD describió así
la situación:

“…Además de la presencia de los actores armados y la coca, otras dos


razones están provocando el desplazamiento: la débil presencia del Estado y
la presión por la tierra. La falta de institucionalidad estatal hace difícil la vida
en la zona rural, expresa García: “la gente se viene porque a lo largo de los
ríos no encuentra posibilidades. Por ejemplo, no hay educación secundaria,
entonces las familias se tienen que venir para que los jóvenes puedan
continuar sus estudios”.52

Otra de las más importantes causas del desplazamiento es la lucha por el control de
la tierra por parte de grupos armados ilegales (especialmente paramilitares y los
dueños del negocio de la coca) y de actores legales que están desconociendo la Ley
70 de 1993. Esta norma establece que los territorios habitados por comunidades
afrocolombianas son de propiedad colectiva y no se pueden vender ni comprar.

52PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD). En: Garcés Carabalí,
Daniel. Mapeo situacional desde el punto de vista de la integración ecología, ambiente, biodiversidad,
sociedad y cultura en el territorio región del Pacífico. Identificación de actores. Dinámicas Organizativas,
Institucionales y actores armados incidiendo en el territorio región del Pacífico. Proyecto conservación
de la biodiversidad en paisajes impactados por la minería en la Región del Chocó Biogeográfico. Inédito.
2015.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 103


En marzo de 2006, la Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales estableció


que las empresas Palmeiras S.A. y Palmas Oleaginosas Salamanca, “son ocupantes
de mala fe en las tierras del Consejo Comunitario de Alto Mira y Frontera por haber
sido ocupadas después de la entrada en vigencia de la Ley 70 de 1993, que establece
estos como territorios colectivos”53. De esta manera, se dio sentencia a favor de las
comunidades. 
Un informe de Corponariño, publicado en 2007, revela que “en el
municipio de Tumaco en el año 1994 el 91.3% de los predios eran minifundios. En la
actualidad se han reducido a 21.7%, puesto que los predios de minifundios fueron
negociados por los pequeños productores o grandes empresas para la siembra de
palma africana y cría de camarón en cautiverio”54. 
Según investigación realizada por
la Diócesis de Quibdó y la organización no gubernamental Human Rights Everywhere
(HREV),

“el modelo de plantaciones en Tumaco ha supuesto la tala de bosques y el


drenaje de los suelos (para sembrar 456 hectáreas de palma africana se
hicieron 86 kilómetros de drenajes y 11 kilómetros de carreteras); el
desplazamiento de campesinos hacia el área urbana de Tumaco; la utilización
de sicarios para presionar a los campesinos para que vendieran sus tierras,
y una serie de violaciones a los derechos laborales y de asociación”.55

Este tipo de presiones las relata Lidoro Hurtado, líder del Consejo Comunitario Bajo
Mira y Frontera:

53
Ibídem.

54
Ibídem.

55
Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 104

“Hemos visto casos de personas que no han querido vender su tierra, pero
sus vecinos, por voluntad o por amenaza, vendieron a grandes cultivadores.

Cuando van a pasar a su finca, atravesando las de ellos, les ponen obstáculos
y los molestan. La gente aguanta hasta que las vence el miedo y la
dificultad”…” 56

Superado de alguna manera el auge de cooperación, un flujo de recursos económicos


que van a las organizaciones de la región pero sale de la misma vía consultores del
centro del país, con un bajo nivel de apropiación debido a la agilidad de las
intervenciones y que deja también un manto de duda sobre las organizaciones y sus
líderes.

La presencia de las FARC sobre todo en Tumaco data de finales de la década de los
años noventa del siglo XX; esta presencia se da bajo la influencia de la siembra de
hoja de coca y su control, es en esta época que los cultivos de coca y el tráfico y
narcotráfico genera una expansión en piedemonte costero.57 La misma dinámica se
da al norte de Nariño, sobre todo en los municipios de El Charco, Iscuandé entre otros
del norte y centro de la costa nariñense.58 El ELN se mantuvo en la región en
operaciones no ofensivas, una con la Compañía “Mártires de Barbacoas” y “José Toño
Obando”, básicamente en ejercicios de zonas de descanso en el piedemonte
corregimientos El Rosario, Gualajo y Chagüi.59

“…Las guerrillas, además de combatir contra la fuerza pública, bloqueaban la


carretera al mar, sembraban minas antipersonal, cometían extorsiones y

56
Ibídem.
57
Ibídem.
58
Ibídem.
59
Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 105

secuestros extorsivos y políticos, comenzaron a aprovecharse de los recursos


del narcotráfico. Pero fueron precisamente los grupos paramilitares, a través
del luego llamado Bloque Libertadores del Sur, perteneciente al Bloque
Central Bolívar, quienes se expandieron en Nariño y progresivamente en la
Costa Pacífica, a raíz del ostensible debilitamiento del narcotráfico en
Caquetá y Putumayo provocado por los efectos del Plan Colombia.
Básicamente, el paramilitarismo conjugó varias formas de actuación:

a) Castigo a las poblaciones campesinas y grupos étnicos que consideraba


afectos a las guerrillas, b) posicionamiento y control de áreas en asocio,
dentro de la relocalización de la economía ilegal de la coca o, de forma más
eventual, para buscar contrarrestar la expansión guerrillera…”60

Los grupos Paramilitares, denominados AUC (Autodefensas Unidas de


Colombia), llegaron a Tumaco y la costa nariñense desde finales de 1999 y
dos años después ya sembraban el terror principalmente en el territorio
urbano del municipio de Tumaco, allí, intimidaron comunidades, asesinaron
líderes comunitarios y produjeron importantes desplazamientos de población
en general y de líderes de los procesos organizativos de Comunidades
Negras. 61

En cuanto al Departamento de Antioquia, las organizaciones Asociación de Consejos


Comunitarios de Antioquia- ASOCONANT, ANEZA-Asociación de Negritudes de
Zaragoza, Corporación de Antioqueña de Medio Ambiente y Afrourabá; son las
expresiones principales. Vienen trabajando en dichas dinámicas en perspectiva de
construir alternativas socioeconómicas y ambientalmente sostenibles que posibiliten
un desarrollo y el mantenimiento de los territorios ancestrales.

60
Ibídem.
61 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 106

Son organizaciones de reciente creación que impulsan acciones en un contexto difícil


por su carácter histórico, y el surgimiento de manera permanente de grupos de control.

Así La Asociación de Negritudes de Zaragoza “ANEZA”
 basa sus esfuerzos en el


fortalecimiento de los procesos de autodesarrollo y etnoeducación, sensibilizándonos
en conservar tradiciones y costumbres de las comunidades negras, en la conservación
del ecosistema, cuidando de los recursos naturales y haciendo uso sostenible y
adecuado de los mismos, propendiendo mejorar la calidad de vida de las comunidades
asociadas como consejos comunitarios y en el marco de la Ley 70 de 1993. La
Asociación de Consejos Comunitarios de Antioquia es una organización reciente, cuya
configuración comienza en 2013 con el apoyo de la gobernación de Antioquia,
Gerencia de Negritudes, se avizoran a configurar un plan de acción y una agenda
integral que les posibilite una mejor gestión de sus territorios.

Comprender el movimiento social de afrocolombianos, implica necesariamente una


comprensión sobre la fuerza que tiene la región del Pacífico y las dinámicas que allí
se entretejen sobre este. En efecto a continuación una descripción de la situación allí
y los desafíos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 107

2.2 Afrocolombianos, territorios, ambiente y bienestar en el Pacífico


colombiano. 62

El Territorio Región del Pacífico Colombiano, es una región que históricamente ha


sido objeto de múltiples y diversas intervenciones, desde proyectos economicistas,
ambientales y sociales, hasta modelos de intervención íntimamente relacionados
con la guerra, los cultivos de uso ilícito como estrategia de desapropiación regional
por parte de los pobladores, principalmente comunidades afrocolombianas. Estas
intervenciones delimitadas en la mayoría de los casos por políticas impulsadas
desde el centro del país a espaldas de la realidad regional, de la mano con el
poco o casi nulo apoyo por parte de los sucesivos gobiernos, para dinamizar con
políticas públicas pertinentes social, cultural y ambientalmente apropiadas para la
región, ha contribuido de manera significativa al desmejoramiento progresivo de las
condiciones de vida de los pobladores en los diferentes aspectos que comprenden
sus vidas como son: su cultura íntimamente ligada a los recursos naturales en una
relación simbiótica.

La situación de marginalidad y exclusión en que históricamente el Estado colombiano


ha mantenido la Región del Pacífico es una evidencia más del profundo racismo
estructural e institucionalizado que se ejerce contra las poblaciones afrocolombianas
en el país.

62
Garcés Carabalí, Daniel. Este documento amplía la presentación que se realizó como Artículo en el
libro Proceso Afroandino y es también producto de la reunión del Proceso de Comunidades Negras en
Tumaco en el marco de la preparación de la Asamblea de Consejos Comunitarios y Organizaciones
Étnicas de Comunidades Afrocolombianas en el Pacífico Sur Colombiano en agosto de 2008. De igual
manera ha sido presentado en la III Asamblea de la Asociación de Consejos Comunitarios de Timbiquí,
y asumido como documento ruta de acción política. Municipio de Timbiquí 30 de octubre de 2009.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 108

Foto 2. Formulación del Plan de Manejo Ambiental Consejo Comunitario Negros en Acción. Daniel Garcés.

A pesar de que se pretende mostrar que la región es improductiva, la misma presenta


los siguientes aportes a la economía del país y un incuantificable aporte ambiental y
ecológico, pese a la fragilidad de los ecosistemas del Chocó Biogeográfico y gracias
a los gobiernos y a políticas fallidas, esta región ha sido y es considerada como una
despensa de recursos naturales, es así, “…como para 1993 el 60% de la madera
consumida en el país procedía de esta región. Además aportaba con el 82% del
platino, el 18% de oro y el 14% de plata; de igual forma la tala de bosques alcanzaba
100.000 hectáreas por año63.

Desde la década de los años 70 las comunidades negras iniciaron un proceso


profundo de reflexión sobre su realidad en el país, lo que generó que entre la década
de los años 80 y 90 las comunidades negras se levantaran del letargo en el que habían
estado sometidas por años, su movilidad emancipadora, libertaria, política y cultural,
permitió que se organizaran actividades de reflexión y constitución de la organización

63ARBOLEDA MONTAÑO, Nixon. (2008). La Palma Africana en el Pacífico Colombiano: su ilegalidad,


consecuencias y violación a los derechos territoriales. EN: Revista Luna Azul Universidad de Caldas.
2008.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 109

de comunidades negras para enfrentar los desafíos del momento64. Relacionados


éstos con la inserción de las comunidades negras de Colombia como sujetos de
derecho; estos esfuerzos articulados de la comunidad negra y su capacidad de
negociación, generó la inserción del Artículo Transitorio 55 de la Constitución que por
fuerza de esa misma movilidad se constituyó dos años más tarde en la Ley 70 de 1993
o ley de comunidades negras.

Esta lucha y ley que se constituyó en marco de referencia de avance y reparación para
el movimiento afrodescendiente a nivel continental y para otros movimientos sociales
a nivel mundial, convertida en la constitución de las comunidades afrocolombianas;
sirvió para que la lucha de nuestras comunidades avanzara en aspectos como la
propiedad del territorio que ancestralmente han poseído, en regiones como el Pacífico
y otras de similares características, en un marco normativo sobre etnoeducación,
educación propia o educación para el grupo étnico, así como, la formulación hasta el
momento de cuatro planes de desarrollo y un plan de desarrollo integral y de largo
plazo para la Población Negra, Afrocolombiana, Palenquera y Raizal. Lo paradójico
es que en el caso de la etnoeducación y de los planes de desarrollo, los gobiernos no
han generado las condiciones económicas para su materialización efectiva,
violentando de esta manera, la normatividad vigente sobre dichos aspectos.

En el siguiente cuadro se presentan los planes de desarrollo que se han formulado a


partir del reconocimiento de derechos para las comunidades negras, un factor muy
importante es que en estos diferentes planes de desarrollo que se convierten en los
planes de inversión en el país, los planes de desarrollo específicos para las
comunidades Afrocolombianas, se han incorporado en su parte filosófica y teórica,
mas no en la parte presupuestal que tiene que ver con la disponibilidad de los recursos
para su efectivización en materia de inversión.

64 GARCÉS ARAGÓN, Daniel. Op. Cit. Pág. 139 a 150.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 110

Cuadro 1. Planes de desarrollo para las comunidades negras afrocolombianas.

Cuadro 1. PLANES DE DESARROLLO PARA COMUNIDADES NEGRAS AFROCOLOMBIANAS

COORDINACIO
GOBIERNO PRESIDENTE PLAN DE DESARROLLO
N
PLAN DE DESARROLLO PARA LAS
1994- ES EL TIEMPO DE LA ERNESTO SAMPER WILLIAM
COMUNIDADES NEGRAS DE
1998 GENTE PIZANO KLINGER B
COLOMBIA
PLAN NACIONAL DE DESARROLLO
ANDRES PARA LAS COMUNIDADES
1998- CAMBIO PARA ROSA CARLINA
PASTRANA AFROCOLOMBIANAS: HACIA UNA
2002 CONSTRUIR LA PAZ GARCÍA
ARANGO NACIÓN PLURIÉTNICA Y
MULTICULTURAL
PLAN DE DESARROLLO PARA
2002- HACIA UN ESTADO
ALVARO URIBE COMUNIDADES CARLOS RUA
2006 COMUNITARIO
VÉLEZ NEGRAS/AFROCOLOMBIANA
PLAN INTEGRAL Y DE LARGO PLAZO
ESTADO
2006- ALVARO URIBE PARA LA POBLACIÓN LIBIA ROSARIO
COMUNITARIO:
2010 VÉLEZ NEGRA/AFROCOLOMBIANA, GRUESO
Desarrollo para Todos.
PALENQUERA Y RAIZAL

Desde mediados de la década del 90, la ley de comunidades negras, sus derechos y
sus propias comunidades y líderes han sido duramente golpeados. En una clara
estrategia por desmontar los derechos territoriales de nuestras comunidades,
aprovechar para fines distintos a los del bienestar comunitario y social, la ubicación
estratégica de nuestros territorios y devastar los recursos naturales y del ambiente
presentes en los mismos; los últimos años en el territorio región del Pacífico y otras
zonas pobladas por nuestra gente, se registran fuertes tensiones entre el proyecto de
vida libertario emancipador de las comunidades afrocolombianas y las imposiciones
gubernamentales, así como, de los diferentes actores del conflicto armado interno que
vive el país; centenares de afrocolombianos líderes comunitarios han sido asesinados,
miles de Afrocolombianos han sido asesinados y desplazados de la región, miles de
hectáreas del territorio, han sido ocupadas e impactadas por los proyectos
economicistas foráneos de extracción minera, maderera, palma aceitera y coca, entre
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 111

otros elementos que lesionan la vida de nuestras comunidades como las aspersiones
aéreas con glifosato.

Cuadro 2. Algunos líderes de las comunidades asesinados

FUCHA
NOMBRES Y APELLIDOS LUGAR DE ORIGEN
ASESINATO

Rafael Valencia Camacho 1996 Tumaco


Consejo Comunitario Alto Mira y
Francisco Hurtado 1998
Frontera.
Yolanda Cerón Delgado 19/09/2001 Pasto (Diócesis de Tumaco)
José Arístides Rivera 2003 Consejo Comunitario de la Nupa
Luciano Castillo 2004 Roberto Payán (candidato a la alcaldía)
Consejo Comunitario Bajo Mira y
Felipe Landázuri 2008 Frontera.(miembro de la Juta de
gobierno)
Pablo Gutiérrez 2008
Consejo Comunitario Alto Mira y
Armenio Cortez 06/10/2008 Frontera (miembro de la Junta de
gobierno)
mar-06 Pastor de una iglesia cristiana en
Oscar Muñoz Perea Buenaventura

Eduardo Hernández Sitú 18/01/2006 Médico y Candidato a la Alcaldía


Martha Cecilia Obando 2008 Líder Comunal Buenaventura
Yenice Lorena Fundación Rostros y Huellas del Sentir
3/10/2009
García Trueque Humano FUNDEMUJER

Elaborado para este Trabajo65.

65
Información base de informes de derechos humanos del Proceso de Comunidades Negras en Colombia,
Palenque Regional el Kongal. 2009.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 112

Cuadro 3. Proyectos de inversión infraestructurales y pecuarios que afectan la región.

PROYECTO ACCIONES Y ESTADO ACTUAL


Vía al Mar por el Chocó. (Animas - Se elaboró el estudio de impacto ambiental, se realizó la
Nuquí) consulta previa con el colectivo Afrochocó y se otorgó la
licencia ambiental para el primer tramo de la carretera entre
Nuquí y Cupirijó
Proyecto Puerto en Tribugá Sigue como alternativa portuaria, se constituyó la Sociedad
(Alternativo). Promotora Arquímedes S.A. la cual solicitó la concesión del
Puerto de Tribugá.
Canal Arrastradero (Atrato – San La Universidad Tecnológica del Chocó realiza los estudios de
Juan). pre factibilidad para este canal y toda la propuesta de
corredor Atrato-San Juan. Esto se realiza con el apoyo de
Holanda y la interventoría de la Universidad del Norte
Terminación vía Itsmina-Pepé- Ya se terminó en condición de afirmado
Puerto Meluk en el Chocó (Salida
intermodal al mar Pacífico).
Puerto de Buenaventura (Proyecto Se eligió como alternativa complementaria al puerto de
Agua Dulce). Buenaventura. Se está en proceso de negociación con un
país asiático para su operación. Se aprobó la licencia
ambiental para la vía de acceso.
Proyecto Puerto en Málaga Se descartó como alternativa portuaria. Actualmente avanza
(Alternativo). la propuesta para convertir esta zona en un área protegida de
conservación.
Acuapista región sur del Pacífico Esta propuesta sigue adelante. Se asignaron recursos por
once mil millones de pesos para estudios y ejecución de
obras. En 1986 la CVC realizó un estudio de canalización y
adecuación de esteros entre Buenaventura y Tumaco, en
1998 FONADE con recursos del BID-Plan Pacífico contrató
la actualización de los anteriores estudios y actualmente
existe un convenio entre el Ministerio de Transporte, los
municipios del Pacífico sur, la Federación de Municipios del
Pacífico, la Asociación de Municipios del Pacífico sur, La
Universidad del Pacífico y la Sociedad Portuaria Aguadulce
para avanzar en la propuesta.
Inserción del Cultivo de Palma de En desarrollo a pesar de que todos los estudios demuestran
Aceite en la Costa Caucana su inviabilidad económica y ambiental
Municipio de Guapi (15000 Has)

(Tomado de Informe de la situación de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario


en Buenaventura. PCN 2009)
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 113

A pesar de las imposiciones y la subordinación a la que permanentemente se ve


sometida la región, las comunidades Afrocolombianas en el territorio región del
Pacífico sur, insisten en un proyecto emancipador que les proporcione autonomía y
autodeterminación en su espacio vital, así este constituye un proyecto libertario de
bienestar colectivo que nos garantice la pervivencia como pueblo, correlacionado con
nuestra cultura y los recursos naturales del medio.

La grave situación actual y proyectada por los aires desarrollistas, guerreristas,


ilegales y de libre comercio, coloca varios desafíos a las comunidades
afrocolombianas en la región que deben ser discutidos, planificados y accionados por
las mismas, con carácter de urgencia.

Autonomía, Organización y Participación.

El territorio región del Pacífico fue durante siglos, la región de comunidades


afrocolombianas, autonómica y en paz por excelencia, el aislamiento y desconexión
en que fue mantenida durante siglos, la adaptación cultural que realizaron los
afrocolombianos, posibilitó que la región se sostuviera equilibrada en correlación con
los recursos del entorno y las comunidades allí asentadas. No obstante las relaciones
sostenidas con el Estado se dieron a través del control institucional con las
autoridades, la iglesia, la escuela, la inversión que determinó el atraso que hoy se
vive. La relación de lucha por la liberad y su aclimatación generó otras situaciones que
impedían el logro de mejores objetivos en materia de bienestar para los pobladores.

En la actualidad con profundos cambios aconteciéndose en la región; nuevos


procesos de colonialismo, invasión y posesión territorial de mala fe, en la mayoría de
los casos con la complacencia de las diferentes autoridades del Estado, trastocan la
organización social y cultural de las comunidades, insertando modelos de
relacionamiento agresivos y violentos no solo con los recursos del medio, conservados
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 114

durante siglos por nuestros pueblos, sino que amenazan permanentemente de


manera violenta la integridad, vida y cultura de los mismos.

No se concibe el territorio sin una organización y participación activa de la gente que


construya la autonomía que se requiere para avanzar en el proyecto de bienestar
practicado históricamente por nuestros pueblos. En ese sentido se plantea el reto de
evaluar el sistema organizativo, decantarlo y proyectarlo de tal manera que atienda de
manera más efectiva a los propósitos; pues actualmente las condiciones antes
mencionadas han debilitado la organización comunitaria, eliminado el sistema de
participación, reducido a una participación de representantes.

Foto 3. Formulacion Plan de Manejo Ambiental Timbiqui. Fotos Daniel Garces Jr y Jader Estupiñan.

Se requiere entonces dejar planteado aquí la necesidad de avanzar de manera


colectiva en la planificación de las acciones que conlleven al pueblo afrocolombiano
en esta región, a un mejor vivir, pues las actuales circunstancias son superiores a los
intereses particulares de cada individuo, de cada familia, de cada organización de
cada comunidad, por eso es urgente y necesario el desarrollo de acciones que
conduzcan a beneficiar exclusivamente a las comunidades y dichos intereses.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 115

Gobernabilidad en los territorios ancestrales.

En los antecedentes, las comunidades y mayores controlaron con el conocimiento


ancestral todos los elementos correspondientes al territorio, desde el control y
autocontrol social, comunitario, hasta los asuntos relacionados con los recursos allí
presentes. La espiritualidad, sus oraciones, la solidaridad, y el conocimiento del
funcionamiento de la naturaleza, las lunas, las menguantes, el ciclo solar y así como,
el dominio de los espacios territoriales y relaciones entre los pobladores constituyeron
y siguen constituyendo elementos centrales en la conservación y control territorial;
hacer remembranza a estos elementos culturales de las comunidades, implica dar una
vuelta al pasado inmediato, volver a la raíz de la cultura de las mismas, para generar
las reflexiones que conduzcan al diseño de mejores estrategias de control en la región.

El territorio región del Pacífico, deberá avanzar en elementos de autonomía para lo


cual se requiere generar gobernabilidad hacia la consolidación del proyecto regional
consistente en un territorio, autonomía y autodeterminación, gobierno propio; así las
cosas, es necesario fortalecer la proyección territorial en términos de la construcción
desde las bases, de algo que se ha trabajado en las elites políticas, tanto del
movimiento social, como del movimiento político electorero, el departamento del
Pacífico, paso importante hacia la consolidación de la organización, participación,
autonomía y gobierno propio.

La Ley 70 de 1993, en su Capítulo III, desarrollado a través del Decreto 1745 de 1995,
abrió las puertas a un marco legal para el ejercicio de la autoridad en los territorios de
comunidades afrocolombianas, el conflicto armado interno, la guerra, el narcotráfico
como se evidencia anteriormente y con ella, la estrategia económica, desarrollista, de
la mano con el poco o casi nulo apoyo ofrecido por los diferentes gobiernos, han
imposibilitado que las comunidades avancen en esta materia. Por ello avanzar en
recuperar y materializar este elemento que en el pasado las comunidades
afrocolombianas tuvieron, implica hacer profundas reflexiones hacia adentro para
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 116

avanzar desde una perspectiva autonómica de la comunidad afrocolombiana en


concretar esos sueños de libertad.

Desde esa perspectiva, se define abordar una estrategia de protección, uso y manejo
del territorio en la medida que este es considerado como el espacio para la vida y
garante de la viabilidad política, económica y cultural del proyecto étnico en la región.
Proyecto que fundamentalmente busca fortalecer y mantener viva la identidad cultural
del pueblo afrocolombiano en la región, en un espacio territorial propio, usado y
manejado con autonomía en perspectiva de construir un modelo de bienestar
colectivo, teniendo como referente la construcción de Región y mejoramiento de la
calidad de vida de los pobladores.

Las comunidades y sus organizaciones le dan al territorio dimensión de derecho


ancestral, de carácter y uso colectivo. Sustentado en la construcción histórica, cultural,
política, y económica que sobre este se ha realizado, el territorio contiene el conjunto
de satisfactores para suplir las necesidades humanas fundamentales, es el escenario
expedito para crear y recrear la cultura, en el espacio para instrumentalizar la idea de
gobiernos propios cimentados en la lógica cultural como factores que facilitan la ruta
para hablar de gobernabilidad étnica en estos Territorios Ancestrales.

Tener, usar y controlar el territorio desde esa perspectiva representa la esperanza


para llegar al propósito político de autonomía territorial de las comunidades
afrocolombianas en la región.

La concepción de territorio como derecho ancestral colectivo del grupo étnico, nos
impone la tarea de construir mecanismos, herramientas, y procesos que den cuenta
de la diferenciada lógica de usar, manejar y administrar el territorio y así garantizar
recursos naturales en cantidad y calidad para estas y las futuras generaciones. De
allí, la importancia política y estratégica de los procesos de planificación territorial tales
como Planes de Uso, Manejo y Ordenamiento Territorial y Planes de Bienestar y de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 117

la construcción y fortalecimiento de instrumentos para ejercer gobierno propio como


son la construcción y puesta en acción de los Reglamentos Internos, Códigos
Comunitarios, entre otros.

Bienestar Colectivo y Buen Vivir.

…El «Régimen de Desarrollo es el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los


sistemas económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garantizan la
realización del buen vivir; el buen vivir requiere que las personas, comunidades, pueblos
y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos y libertades, y ejerzan
responsabilidades en el marco del respeto a sus diversidades y la convivencia armónica
con la naturaleza»66. En esa perspectiva el enfoque de Buen vivir y bienestar colectivo
práctica centenaria de las comunidades negreas/Afrocolombianas en el Pacífico
colombiano y desde la visión del proceso de comunidades negras en Colombia,
comprende elementos, los cuales ante la realidad de hoy son objetos de reapropiación:
El proyecto de vida de la comunidad afrocolombiana desde la perspectiva étnico
territorial; el territorio como espacio que sustenta el proyecto de vida y como unidad de
planeación en el marco de la Ley 70 de 199367; y, la dinámica organizativa en torno a la
apropiación y control social del territorio, base de la seguridad alimentaria, el auto
sustento y la autonomía68. En ese sentido, el buen vivir y desarrollo de la comunidad
afrocolombiana está íntimamente ligado a sus prácticas tradicionales y con ella la
sustentabilidad ambiental del territorio.

En un marco ancestral comunitario, íntimamente relacionado con la conservación


ecológica de los recursos naturales, los satisfactores han sido y deben seguir siendo

66 BENALCÁZAR, Patricio Carpio, El buen vivir, más allá del desarrollo: la nueva perspectiva
constitucional. EN: Revista electrónica ALAI, América Latina en Movimiento. 2008-06-11, Disponible
en: http://alainet.org/active/24609&lang=es.
67PROCESO DE COMUNIDADES NEGRAS (PCN)-Solsticio. Construyendo buen vivir, en las
Comunidades Negras del Río Yurumanguí y en Pilamo –Cauca. Buenaventura: PCN, 2003.
68 Ibídem. Pág. 38.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 118

la brújula del bienestar colectivo comunitario. Durante los últimos 20 años profundos
debates se han insertado en el Territorio Región del Pacífico, intentando por diferentes
medios un cambio de paradigma en la concepción de las comunidades al respecto de
la temática; hablar de Necesidades Básicas Insatisfechas y no de calidad de vida a
partir de los satisfactores, es un elemento nuevo para nuestras comunidades que va
de la mano con los propósitos desarrollistas que sólo pretenden la usurpación de los
recursos de la región.

Así las cosas, la articulación de un discurso regional que cohesione la aspiración


regional en términos de este debate y no caer en el juego del desarrollo planteado
desde otras visiones, es uno de los principales desafíos que se tiene como pueblo en
estos momentos.

Lograr que los líderes desaprendan lógicas politiqueras y economicistas heredadas


de la primera mundialización que dejó nuestros mayores esclavizados y a los
afrodescendietes como las víctimas modernas del racismo, lógicas sustentadas en
ideas utilitaristas, en armonía con la relación social del capital y depredadoras de los
recursos naturales y del ambiente. En ese contexto de la globalidad del capital y de
las nuevas formas de sometimiento, desde fuera se ve al Pacífico como alcancía
natural donde empresas nacionales y transnacionales pueden extraer y menoscabar
sus recursos para fortalecer sus capitales privados sin importar los planteamientos de
las comunidades quienes han garantizado la sustentabilidad de los recursos que allí
se encuentran hoy. Avanzar en bienestar colectivo implica sostener una postura
revolucionaria, emancipadora frente a las decisiones que al respecto viene asumiendo
el Estado colombiano a través de sus diferentes gobiernos e instituciones, la
resistencia a la imposición y a la violencia es el camino que debemos seguir, con una
conciencia plena de recuperar el control de nuestro destino a partir de lo que
pretendemos como pueblo.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 119

Recursos naturales y sustentabilidad ambiental.

“Esta región es caracterizada por su mega biodiversidad y complejidad ecosistémica


manifiesta en una heterogeneidad ecológica de formaciones como el matorral, las
selvas pluviales más húmedas del planeta hasta la variedad de ecosistemas de las
vertientes y cumbres andinas, encontrándose allí una de las mayores concentraciones
de diversidad de especies; según los registros realizados por Biopacífico69
(Walschburger, en 1998) para 36 familias, en la región del Pacífico biogeográfico se
encuentra el 15% del total de las especies descritas a nivel mundial para las mismas
familias. Desde esta perspectiva subregional, la mayor riqueza conocida de especies
está en el departamento del Chocó, seguido del Valle del Cauca, Nariño y Cauca.
Gentry (1986) estima que aquí están las comunidades de plantas más ricas en
especies del mundo. Igualmente se registra en esta región uno de los mayores índices
de endemismo continental de plantas, o sea, especies exclusivas de una región
terrestre”.

Abordar la realidad que afrontan las comunidades afrocolombianas en el Territorio


Región del Pacífico, implica ubicar que, ésta, es la región con mayor diversidad
biológica por metro cuadrado en el mundo, según lo establecido en la descripción que
antecede a esa parte; pues, después de la amazonia, el Territorio Región del Pacífico
es la segunda zona en importancia ambiental y ecológica a nivel global. Desde esa
perspectiva las comunidades afrocolombianas asentadas allí ancestralmente, han
convivido en armonía con la naturaleza, protegido los recursos naturales y garantizado
su sustentabilidad.

69 INFORME BIOPACÍFICO. apud DIAZ CAÑADAS, Gonzalo. Pacífico: Territorio y biodiversidad en


disputa. Serie Pacífico: Ambiente y Culturas Amenazadas. Bogotá, 1998.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 120

Hoy en tiempos de calentamiento global70 y cambio climático71, las comunidades


afrocolombianas y sus líderes, diseñaron estrategias de titulación colectiva de tierras,
la cual contribuyó en parte a la protección de los recursos naturales y del ambiente. A
pesar de las casi seis millones de hectáreas tituladas (6.000.000 has) en la región del
Pacífico, de la elaboración de varios planes de uso, manejo ambiental y ordenamiento

70 El calentamiento global es el incremento progresivo de la temperatura media del planeta propiciado


hoy, fundamentalmente, por el incremento acelerado de los gases de efecto invernadero en la
atmosfera, producto de las crecientes emisiones por parte de las actividades desarrolladas por la
humanidad, sobre todo en lo que atañe a la industria, el desperdicio de recursos naturales y el cambio
en los usos de la tierra.
Según el último informe del IPCC, el aumento total de la temperatura desde 1850 hasta 2005 es de
0.76 grados Celsius, dato que es congruente con el aumento del contenido de vapor de agua (el gas
de efecto invernadero más significativo y más potente como acumulador de calor) en la atmosfera, al
menos desde el decenio de 1980, tanto en tierra como en los océanos, así como en la troposfera
superior. Igualmente con las desviaciones que muestran que la temperatura media de los océanos ha
aumentado hasta profundidades de más de 3000 metros, que los glaciares de montaña y la cubierta de
nieve han disminuido como promedio en ambos hemisferios, que el nivel medio del mar se elevó a un
ritmo medio de 1.8 milímetros anual desde 1961 a 2003 entre otros. Esta información es coherente con
el comportamiento evidenciado y medido del nivel de gases de efecto invernadero, especialmente el
Dióxido de carbono (CO2), presentes en la atmosfera. Nelson Vásquez Castellar´s 25-Marzo de 2009.
Disponible en: http://www.cambioclimatico.com/contenido/clima-tiempo-y-calentamiento-global.

71 Cambio climático es un concepto mucho más amplio, se concibe como el resultado ultimo de un
proceso acumulativo, ya sea de calentamiento o enfriamiento, y que se sustenta en el cambio sostenido
de los promedios de las variables climáticas durante un período de tiempo significativo. Se habla de
cambio climático cuando más allá de las anomalías que caracterizan la variabilidad climática secuencial
y periódica que ya se conoce, cambian las condiciones que caracterizan el sistema climático para dar
paso a otras con fenómenos diferentes en clases, intensidades o frecuencias. Si mirásemos la
clasificación climática mundial según Kôppen, podríamos conocer los aspectos que caracterizan cada
clase de clima, y desde este punto cabría considerar que a nivel regional un cambio climático ocurriría
cuando se pase de un tipo a otro.
Cuando se hace referencia a los cambios climáticos del pasado remoto, se entiende la sucesión de
eventos cataclísticos que generaron cambios radicales en el planeta, desde su constitución morfológica
hasta los componentes químicos de su atmósfera, pasando de etapas de excesivo calentamiento a
glaciaciones por espacio de millones de años e incluso de miles de millones. En el período actual, el
cambio climático que se prevé está influenciado por el calentamiento global del sistema atmosférico,
sustentado en una serie de evidencias que indican que si continúa la tendencia actual llegaremos a un
punto en donde habría condiciones climáticas radicalmente diferentes a las actuales en todo el planeta.
Los próximos cuatro años son cruciales, se cumplirán 35 años de calentamiento global sostenido, el
más largo período cálido desde la edad media (900 a 100 DC), tiempo en que se produjo el llamado
“Pequeño Óptimo Climático”, que llevó a lo que se conoce como la “Pequeña Glaciación”, lo que nos
pone de manifiesto la alternancia periódica entre ciclos de calentamiento y enfriamiento, con una gran
diferencia en el momento actual: el hombre y su capacidad de incidir en la dinámica del sistema
climático a través de su modelo de desarrollo. Nelson Vásquez Castellar´s 25-Marzo de 2009.
Disponible en: http://www.cambioclimatico.com/contenido/clima-tiempo-y-calentamiento-global.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 121

territorial, elaboración de planes de bienestar o étnodesarrollo72, de manera paralela


y estructuralmente en contravía de los postulados comunitarios, el gobierno
colombiano insiste en una estrategia de devastación ambiental y desplazamiento de
los pobladores, a través de la extracción de los recursos naturales poco planificada, y
donde las comunidades que han protegido por siglos, se les niega el derecho a decidir
el futuro que quieren para ellos y para los recursos que han conservado.

La inserción de cultivos de uso ilícito, junto con las fumigaciones de los mismos, en
una clara estrategia de desplazamiento de los pobladores nativos y de violación de
sus derechos, ha aportado además de un gran conflicto social y cultural, importantes
daños en materia ambiental, difícilmente evaluables dado la magnitud y dispersión del
problema en el territorio.

Así como los cultivos de uso ilícito, el monocultivo de la palma aceitera también
constituye una grave amenaza para la región.

“…Y esa cosa tributaria la despejamos, pero anímense porque el marco tributario de
la palma hoy es bueno, tiene uno estímulos muy importantes y quisiera proponerles
una meta: que en los cuatro años que empiezan, el país agregará 400.000 hectáreas
más de palma, 100.000 por año…”

…Y les propongo algo adicional: en zonas como Tumaco, Guapi, el Pacífico, que el
gobierno sea socio de ustedes, con recursos de capital de riesgo para proyectos de
palma y de biodiesel. Que el gobierno sea socio de ustedes. La verdad es ésta: los
pueblos tienen que aprender de experiencias, uno no puede pretender que un Estado

72 PLAN DE ÉTNODESARROLLO REGIONAL 2007-2010 Costa Pacífica Caucana. Timbiquí:


Asociación de Consejos Comunitarios de Timbiquí, Asómanos Negra y otros Consejos Comunitarios,
febrero de 2007.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 122

que sea el único empresario ni tampoco puede aceptar el paradigma neoliberal. Ni lo


uno ni lo otro…”73

“…Y eso nos obliga, ministro, a acelerar lo siguiente: que tiene que dedicarse el
Ministerio, pero con perseverancia. Rogaría que haga una cuarentena de los
empresarios de Tumaco y los compatriotas afro-descendientes y no los deje levantar
de la oficina, donde los encierre, hasta que lleguen a un acuerdo. Tiene que ser así,
esto si no es con perseverancia no… Enciérrelos allí y entonces propóngales como
case, que el Estado aporta, que lleguen ellos a unos acuerdos sobre uso de esas
tierras y el gobierno aporta recursos de capital de riesgo. Y propóngales una fecha y
les dice: ‘señores, nos declaramos en cónclave y de aquí no salimos hasta que
tengamos un acuerdo’.

Porque aquí hay que reconocer lo bueno y lo malo, en este Meta y en el Casanare y
en lo que empieza a dar en el Guaviare, unos crecimientos formidables de palma, en
Tumaco no. Y Tumaco que tiene la carretera, váyanse un poquito al norte, esa área
del Guapi, El Charco, con excelentes condiciones y sin una mata de palma y llena de
coca que tenemos que erradicar. Sería mi sugerencia muy respetuosa…”74

En tiempos de cambio climático y calentamiento global, proyectar talar trescientas mil


hectáreas (300.000has) de bosque y en éstas cientos de miles de hectáreas de
bosque húmedo tropical, incluido el manglar y el natal, como lo pretende el gobierno
colombiano para implementar el monocultivo de la palma aceitera en la primera zona
en biodiversidad en el mundo y segunda zona estratégica ambientalmente hablando,
a nivel global, no es sólo una amenaza para las comunidades afrocolombianas locales
que han protegido este ecosistema, sino que también es una amenaza para la
seguridad mundial, en términos ambientales y ecológicamente hablando.

73 Ibídem. Pág. 7
74 Ibídem. Pág. 8
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 123

Así las cosas, las comunidades tienen el desafío de realizar mayores esfuerzos para
conectar su lucha por la vida en el Territorio Región del Pacífico, con las luchas que
mundialmente se vienen dando para garantizar la vida con dignidad en el planeta,
pues este asunto, tiene que ver radicalmente con proteger los recursos naturales y del
ambiente para garantizar la vida de los seres humanos y de todas las especies.

2.3 Balance, desafíos y perspectivas del movimiento social afrocolombiano:


veintidós años de la Ley 70 de 1993

Como iniciativas del Proceso de Comunidades Negras PCN desde el punto de vista
de acciones profundas y concretas en defensa del territorio, a mediados de la década
del 2000, los cultivos de uso ilícito habían transformado parte del paisaje del territorio
región del Pacífico, inicialmente en reuniones de la Coordinación Nacional del PCN se
insta la organización comunitaria para llevar a cabo procesos de erradicación
autónoma y manual de los cultivos de uso ilícito, es así como la Estrategia de
Erradicación Autónoma de la coca ERA, se implementa inicialmente en el Consejo
Comunitario del Río Yurumanguí y posteriormente es aplicada en otros consejos
comunitarios del sur.

Como iniciativas del Proceso de Comunidades Negras PCN desde el punto de vista
de acciones profundas y concretas en defensa del territorio, a mediados de la década
del 2000, los cultivos de uso ilícito habían transformado parte del paisaje del territorio
región del pacifico, inicialmente en reuniones de la coordinación nacional del PCN se
insta la organización comunitaria para llevar a cabo procesos de erradicación
autónoma y manual de los cultivos de uso ilícito, es así como la estrategia de
erradicación autónoma de la coca ERA, se implementa inicialmente en el Consejo
Comunitario del Río Yurumanguí y posteriormente es aplicada en otros consejos
comunitarios del sur.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 124

“…en una Asamblea del Consejo Comunitario del Río Yurumangui,


la comunidad declaró que ese sería un territorio libre de coca y
monocultivos. Siguiendo este mandato y ante el crecimiento de los
cultivos de coca y el aumento de las fumigaciones en distintas zonas
del Pacífico como Nariño y Cauca, el Proceso de Comunidades
Negras en Colombia PCN, sus instancias y Consejos Comunitarios,
iniciaron un trabajo de consulta y concientización en otras
comunidades sobre la necesidad de impulsar una estrategia propia de
erradicación o saneamiento de los territorios ancestrales; en
noviembre del 2007, el Consejo comunitario del Río Yurumangui
convocó una actividad comunitaria denominada (Minga) para erradicar
autónomamente los cultivos de coca que habían sido sembrados en
su territorio, “soy Yurumanguireño de respeto y por esto no siembro ni
cultivo Coca” en esta iniciativa se logró erradicar 25 hectáreas, poco
después los Consejos Comunitarios de los ríos Calima y Anchicayá,
en una modalidad distinta de actuación, establecieron con los dueños
de los cultivos acuerdos para que abandonarán y sanearán los
territorios…”75

En un nuevo auge minero las formas de explotación, la mecanización, la militarización


del territorio y los armados ilegales o ejércitos privados, el PCN en Buenaventura
levanta las banderas contra la explotación del oro y su consecuente deterioro
ambiental del territorio, esa situación propone un nuevo terreno de resistencia,
algunos consejos comunitarios asumen las banderas y otros son llevados a presiones
de actores armados e intereses económicos que les lleva al conflicto la relación con
la instancia regional, de tal manera, hacer más fácil la incorporación de
retroexcavadoras a los territorios. Los riesgos y los grandes impactos posibilitan que
a pesar de las situaciones difíciles y las tensiones, se mantenga la nucleación en la

75CONVERSATORIO CON LÍDERES del Proceso de Comunidades Negras PCN. Bogotá: Oficina
PCN, Agosto 2012..
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 125

instancia regional como soporte a los nuevos vestigios de resistencias en algunos


consejos comunitarios.

El Consejo Comunitario del Río Yurumanguí quien eleva los puños y en asamblea
general determina que no entrarán retroexcavadoras al territorio, lo que supone ya un
gran desafío para los pobladores y para los miembros de la Junta del Consejo
Comunitario debido a las presiones existentes en el territorio.

Asamblea de Consejos Comunitarios de Buenaventura es un espacio de confluencia,


si bien no es una organización en particular, genera dinámicas de articulación y
acuerdos de trabajo en temas como los humanitarios, ambientales, consulta previa y
movilización social.

Es una estructura nueva que se articula a las originarias y posibilitan nuevas formas
de hacer, nuevas dinámicas de diálogo en el territorio al tiempo que oxigena la
movilización social para afianzar las originales perspectivas de lucha de las
comunidades en el territorio región. Como la asamblea emerge también en
circunstancia la articulación Minga Norte, que se trata de espacios de trabajo de los
consejos comunitarios de la Bahía Málaga el Consejo Comunitario de La Plata Bahía
Málaga, el Consejo Comunitario de Puerto España y Miramar, El Consejo Comunitario
La Barra, Juanchaco y Ladrilleros, la particularidad de los mismos con excepción de
La Plata han tenido largos procesos de gestión de sus títulos colectivos debido a su
ubicación en espacios de Ley 55 de 1966, sin embargo la titulación de Puerto España
y Miramar ha sido esperanzador para los demás consejos y vienen avanzado en dicha
dinámica.

Estos bajo el liderazgo del Consejo Comunitario de La Plata Bahía Málaga,


gestionaron la realización en la zona del Parque Nacional Natural, marino, Uramba
Bahía Málaga en una estrategia de lucha contra el establecimiento de un Puerto en la
zona y buscando la protección del ecosistema para las Ballenas Yubartas. El Parque
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 126

Nacional Natural se oficializó en 2010 y desde entonces vienen trabajando en los


procesos de planificación del mismo.

Un aspecto de especial relevancia en Buenaventura y una ruptura con la visión


originaria de la reivindicación de derechos étnico-territoriales corresponde a la
desviación de la filosofía de protección del territorio por cuencas, responde al
surgimiento de nuevos actores que bajo el paraguas de los derechos ya conquistados,
irrumpieron en el proceso organizativo con la consecuencia de su particular
desdibujamiento. Se refiere a la Federación de Consejos Comunitarios Veredales
FECOVA y su lideresa Rosa Emilia Solís, primero fue el rompimiento de la filosofía y
espíritu de la Ley 70 del 93 en cuanto a titulación colectiva se refiere; se pasó de titular
las cuencas como estrategia de protección integral a los territorios, a la titulación de
Corregimientos, Veredas y grupos pequeños de familias que en ocasiones no
constituían comunidad y con ello una mercantilización de procesos organizativos y
comunitarios; es a través de esta estrategia que Rosa Emilia Solís, se hace
representante de las Comunidades Negras del Valle del Cauca ante la Comisión
Consultiva de Alto Nivel e inicia dinámicas de incidencia negativas en procesos de
Consulta Previa del nivel local regional y nacional, lo cual le ha acarreado una serie
de titulares de prensa, mas también en convivencia con funcionarios institucionales
logró procesos de capitalización económica que le han servido de base para todo tipo
de componendas que afectaron de manera radical el proceso organizativo
afrocolombiano, no solo en Buenaventura y el Pacífico colombiano, sino también a
nivel nacional.

Si bien entre los años 2011 y 2012 se ha presentado un nuevo auge en materia de
titulación colectiva, ochenta y tres mil, setecientos noventa y cuatro punto noventa y
un hectáreas (83.794,9145 Has); se hace necesario profundizar los esfuerzos en este
sentido, cosa que haga efectiva la titulación en escenarios por fuera del Pacífico,
donde existen solicitudes de titulación colectiva y solicitudes de acompañamiento y
capacitación, como es el caso de la Costa Caribe y los valles interandinos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 127

Si bien se denota avances importantes en materia de titulación colectiva de tierras;


cinco millones trescientas un mil, ochocientas diecinueve punto sesenta y cuatro
hectáreas (5.301.819,6423); la propiedad contrasta con el bajo apoyo institucional y
el poco avance en materia de desarrollo productivo que le de sustento a la propiedad
en la dirección de garantizar el desarrollo económico y social de la población,
guardando su integridad cultural.76

Otro aspecto en el que se ha presentado desarrollo en materia normativa, tiene que


ver con el Capítulo VI de la Ley 70 de 1993, frente a “mecanismos para la protección
y desarrollo de los derechos y de la identidad cultural”; si bien existe un marco
normativo sobre la materia, su aplicación sigue siendo tímida y aun no alcanza niveles
satisfactorios en relación con la concreción de las garantías para dicho grupo étnico,
en los últimos años se ha reglado un concurso de docentes etnoeducadores, que en
teoría apoyaría el fortalecimiento de los procesos identitarios de los niños y jóvenes
en edades tempranas o escolares; sin embargo la realidad tiene que ver con que la
formación de base de estos docentes no tiene este enfoque de etnopedagogía, no
incorpora elementos de la cultura afrocolombiana y a esto se suma que no existen
procesos de formación apoyados y financiados por el propio Ministerio de Educación
sobre la etnoeducación y mucho menos procesos continuos de seguimiento al
desarrollo de los planes curriculares planteados como etnoeducativos.

Sobre la etnoeducación y sus desafíos para el fortalecimiento de la identidad cultural,


existen trabajos investigativos de gran trascendencia que lo abordan en profundidad,
por ello no nos detendremos en el análisis de ésta cuestión; sin embargo a pesar de
la normatividad vigente, la misma no se han implementado de manera efectiva.

76
INSTITUTO COLOMBIANO DE DESARROLLO RURAL (INCODER), Subgerencia de Promoción y
Asuntos Étnicos; Dirección Técnica de Asuntos Étnicos. Bogotá D.C.: INCODER, octubre de 2012.
Análisis realizado a partir de la indagación y cruce de datos de información tomada del Instituto
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 128

Por otra parte desde la promulgación de la Ley 70 de 1993, diversas organizaciones


afrocolombianas, han construido propuestas conducentes a la reglamentación del
Capítulo IV de la misma, atendiendo que la cultura y la identidad en dichos espacios
territoriales, se encuentra íntimamente ligada a la permanencia de los recursos
naturales y del ambiente presente en los territorios. Decididamente durante los años
2007 y 2008, se conformó con apoyo de la Dirección de Asuntos para Comunidades
Negras del Ministerio del Interior77, un grupo técnico interdisciplinario que logró discutir
sobre el momento, y la importancia de que en dicha coyuntura se formulara un
proyecto de Decreto que reglamentara de manera integral el acceso a los recursos
mineros abordando en dicho proceso el Capítulo V de la ley, de igual manera, se
planteó la incorporación del Capítulo VII, relativo al desarrollo económico y social de
la población afrocolombiana.

En efecto, durante estos dos años el equipo en mención estructuró una propuesta de
reglamentación integral de los capítulos cuarto, quinto y séptimo de la Ley 70 de 1993,
relativos a los recursos naturales y del ambiente, recursos mineros y desarrollo
económico y social respectivamente. La propuesta fue consensuada entre las
organizaciones afrocolombianas del país y presentada al gobierno en desarrollo de la
Asamblea Nacional de Organizaciones Étnicas y Consejos Comunitarios realizada en
el municipio de Tumaco, entre el 19 y 22 de diciembre de 2008; como producto de
esta reunión, se acordó entre otros aspectos, que debido a la existencia de la
propuesta de reglamentación integral, se realizaría en marzo de 2009 una Comisión
Consultiva de Alto Nivel, ampliada a los Consejos Comunitarios y Organizaciones,
pues este espacio de participación responde al seguimiento de aspectos relacionados
con la reglamentación de la Ley 70 de 1993; de tal manera que en concertación con
el gobierno nacional se expidiera el nuevo Decreto que reglamentaría integralmente
los capítulos pendientes de la Ley 70 de 1993.

77
COLOMBIA. MINISTERIO DEL INTERIOR. DIRECCIÓN DE ASUNTOS PARA COMUNIDADES
NEGRAS. Antecedentes del Decreto para la Reglamentación Integral de la Ley 70 de 1993. Bogotá:
El Autor, 2007.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 129

Estos acuerdos, denominados por los participantes y el gobierno nacional como


Acuerdos de Tumaco con Comunidades Afrocolombianas, posteriormente fueron
incumplidos por el Ministerio de Agricultura, Ministerio del Interior y Vicepresidencia
de la República.

De esta manera, en lo correspondiente a la protección de los derechos de las


poblaciones afrocolombianas en materia de recursos naturales, mineros y lo que
podría contribuir en su desarrollo económico y social, se ha dejado de lado la
reglamentación de estos aspectos consagrados en la Ley 70 que podría tomarse
como base para su avance y pasar de un estado de cosas inconstitucionales a
generación de instrumentos normativos y de política que propendan por una inclusión
y avance de los derechos de los afros en la institucionalidad del Estado colombiano.

Ahora, si bien no hubo reglamentación de la normatividad a favor de los


afrocolombianos por la vía de la Ley 70 de 1993; por el contrario, sí se ha avanzado
en reglamentaciones por el camino de otras iniciativas normativas, las cuales van en
detrimento de los derechos reconocidos a estas poblaciones; es el caso del actual
Código de Minas, en esta materia el gobierno nacional ha avanzado en una serie de
regulaciones, las cuales flexibilizan el acceso a concesiones mineras a terceros en los
territorios ancestrales de estas poblaciones, sin que se aplique en la mayoría de casos
la normatividad mínima que les protege y garantiza derechos.

Téngase en cuenta, que de conformidad con el Decreto 1745 de 1995, para otorgar
concesiones mineras, licencias ambientales, obras etc., en territorios susceptibles de
ordena la solicitud de concepto previo a la Comisión Técnica de Ley 70 de 1993; sin
embargo, este trámite necesario no se cumple y por ende dicha regulación no es
aplicada.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 130

En consecuencia, la falta de aplicación de las regulaciones previstas en la


normatividad, en el sentido de proteger la integridad cultural de las comunidades y de
la nación, como para fomentar el desarrollo económico y social en las comunidades
afrodescendientes, han agravado la situación de éstas en los últimos años. Es en este
contexto en el que la Corte Constitucional Colombiana en Sentencia T-025 de 2004,
declara un estado de cosas inconstitucionales debido a las profundas violaciones a
los derechos de las comunidades afrocolombianas con la anuencia del Estado.

Dicha sentencia orienta una serie de órdenes de inmediato cumplimiento a


las instituciones del Estado; las cuales a febrero del año 2009, cinco años
después de proferida la sentencia, su implementación fue nula o casi nula en
la medida que la situación descrita por la Corte Constitucional mostraba
evidencias de agravamiento; en este marco la Corte Constitucional produce
el Auto de seguimiento 005 de 2009, en el cual conmina al gobierno a
implementar medidas urgentes que superen el estado de cosas
inconstitucionales y a que la situación de las comunidades afrodescendientes
sea resuelta78.

Lo que demuestra la inoperancia de las instituciones del Estado, cuando de


abordar de manera estructural las situaciones de las comunidades
afrodescendientes se trata, es la evidencia de que transcurridos ocho años
de la Sentencia T-025 de 2004 y cuatro años del Auto 005 de 2009, las
situaciones en estas poblaciones no han mejorado, por el contrario, continua
agravándose en algunos contextos, como la costa caucana municipios de

78COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-025 de 2004.


La necesidad de un enfoque diferencial que reconozca la diversidad de los desplazados
afrodescendientes 1. En la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional declaró la existencia de
un estado de cosas inconstitucional en materia de desplazamiento forzado interno en el país, e impartió
varias órdenes complejas encaminadas a asegurar su superación y a avanzar en la garantía del goce
efectivo de los derechos de los desplazados. 2. Al resaltar las falencias de la política para proteger los
derechos de la población desplazada en la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional señaló,
entre otros factores, que no habían sido “reglamentadas las políticas que faciliten el acceso a la oferta
institucional a los grupos desplazados en situación de mayor debilidad, tales como (...) los grupos
étnicos (...).” Igualmente destacó que “los sistemas de registro no son sensibles a la identificación de
necesidades específicas de los desplazados que pertenecen a grupos bajo un mayor nivel de
vulnerabilidad, tales como (...) los grupos étnicos.”
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 131

Timbiquí, Guapi y López de Micay, el norte del Cauca, entre otros, al igual
que a pesar de los múltiples informes presentados por las instituciones, no se
advierten medidas específicas que superen el estado de cosas lesivas79.

De otro lado las instituciones de gobierno responsables de la implementación


de las acciones ordenadas por la Corte Constitucional; “coordinadas” por el
Ministerio del Interior, envían informes periódicos de cumplimiento a la Corte,
sin que esta situación se encuentre modificando de manera sustancial las
realidades en que se desenvuelven estas comunidades y es el fondo de lo
que la Corte ha ordenado subsanar.80

De otro lado la agudización del estado de cosas inconstitucional, se ve agravado en


la reiterada violación al derecho fundamental que tienen las comunidades
afrocolombianas a la Consulta Previa y al Consentimiento, Previo, Libre e Informado
sobre los destinos de sus territorios ancestrales, su cultura, su vida y opciones de
desarrollo en el marco de sus aspiraciones como Pueblos.

De conformidad con el Artículo 6 de la Ley 21 de 1991, se tiene que los Estados deben
establecer los medios a través de los cuales, los pueblos interesados puedan
participar libremente, por lo menos en la misma medida que otros sectores de la
población, y a todos los niveles en la adopción de decisiones en instituciones electivas
y organismos administrativos y de otra índole responsables de políticas y programas
que les conciernan. Este que se concibe como el derecho general a la participación
se debe garantizar en las políticas y programas que de alguna manera les concierne
y su objetivo es que se garanticen a los pueblos interesados unas oportunidades de
participación que sean, al menos, equivalentes a las que están a disposición de otros
sectores de la población.

79 DIRECCIÓN DE ASUNTOS PARA COMUNIDADES NEGRAS, AFROCOLOMBIANAS,


PALENQUERAS Y RAIZALES. Informe preparado para la Corte Constitucional. Bogotá: La Dirección,
7 de julio de 2012.
80 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 132

Como puede observarse el derecho a la participación de los grupos étnicos,


corresponde a la responsabilidad que tienen los estados de garantizar que todos sus
ciudadanos participen de manera igual en el proceso de toma de decisiones en
diversas materias correspondientes a la administración. Este derecho a la
participación es diferente al derecho fundamental que tienen éstos a la Consulta
Previa y al Consentimiento; veamos.

En ese orden de ideas, el Artículo 6 prevé el derecho a la consulta previa,


para aquellas medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectar
directamente a comunidades indígenas y negras y se constituye como un
derecho de carácter fundamental y es obligatorio cuando las medidas tengan
una afectación directa, que se da cuando la ley altera el estatus de la persona
o de la comunidad, bien sea porque le impone restricciones o gravámenes, o,
por el contrario, le confiere beneficios81.

La Consulta previa es un derecho constitucional que tienen los pueblos negros,


afrocolombianos, a ser consultados sobre medidas administrativas, legislativas o
proyectos de infraestructura que puedan afectar sus comunidades y constituye un
excelente escenario para proteger la integridad cultural, social y económica de estos
grupos humanos.

Responde entre otros aspectos, a la ponderación de los valores superiores de nuestra


sociedad, a la superación de un estado de violencia permanente a la que son
sometidas estas poblaciones, degradando el sentido de lo que llamamos democracia
participativa, inclusiva y respetuosa de la igualdad en la diferencia; de esta manera, la
aplicación efectiva de la Consulta Previa y el Consentimiento Previo, Libre e Informado
sería una gran contribución al funcionamiento incuestionable de lo que hemos definido
constitucionalmente como estado social de derecho.

81
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C - 030 de 2008.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 133

Pues bien, este derecho fundamental que es la consulta previa para los grupos étnicos
en Colombia, ha sido puesto en escena en varias oportunidades; su función al ser mal
interpretada por funcionarios de gobierno, al ser demandas y examinadas por la Corte
Constitucional, la misma dejó sin vigencia El Estatuto de Desarrollo Rural, La Ley
Forestal, condicionó la aplicación del Plan de Desarrollo Nacional 2006-2010 y produjo
una sentencia modulada sobre el voraz código de minas aprobado por el Congreso
en el periodo de gobierno pasado82.

De esta manera, la actitud y las actuaciones de funcionarios con altos cargos en el


gobierno, ponen este derecho en permanente tensión, pues la creación de una
Dirección de Consulta Previa al interior del Ministerio del Interior con el propósito de
una aplicación efectiva de este derecho fundamental, por el contrario ha agudizado su
pésima interpretación al respecto, pues la misma con frecuencia viene conceptuando
en contra de la aplicación de este justo derecho; negando a las comunidades ser
consultadas como lo ordena la Constitución y la ley.

Durante el segundo semestre de 2013, se llevó a cabo el III Censo Nacional


Agropecuario en Colombia; en efecto levantar la información en Comunidades
Afrocolombianas e Indígenas, requiere más que de un proceso de participación, un
proceso de Consulta Previa en la que estos grupos étnicos no solo participen, sino
que también acuerden con La Dirección Nacional de Estadísticas DANE, los
procedimientos y el uso de la información a levantar en sus territorios; de esta manera
el DANE le solicita al Ministerio del Interior a través de la Dirección de Consulta Previa
DCP, certifique la necesidad de que dicho proceso sea consultado y en efecto inicie
los trámites conducentes a garantizar dicho derecho; sin embargo y para sorpresa de
los procesos organizativos de éstas comunidades, la DCP certifico al DANE que para
el desarrollo de dicho CENSO, no es necesario desarrollar consulta con los grupos
étnicos.

82
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-175 de 2009 Constitucionalidad de la Ley 1152 de 2007
Estatuto de Desarrollo Rural. C-461 de 2008 Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010. C-030 de 2008 Ley General
Forestal.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 134

En respuesta a dicha afrenta, los procesos organizativos de Comunidades


Afrocolombianas e Indígenas, producen un comunicado a la opinión pública
denominado “comunicado de los pueblos indígenas y comunidades negras al
gobierno de Colombia y a la opinión pública nacional e internacional”. Éste,
fechado julio 14 de 2012, entre los aspectos que solicita y pone en cuestión entre otros
aspectos con “Cambio del Dr. Rafael Torres de la Dirección de Consulta Previa del
Ministerio del Interior.”83

Entre otros conceptos de la recién creada Dirección de Consulta Previa, negando la


aplicación del derecho fundamental a la consulta previa y al consentimiento previo
para los grupos étnicos en general y comunidades afrocolombianas en particular, se
encuentran:

Concepto de la DCP a la Sub Directora del Departamento Nacional de Planeación


respecto de la aplicación de la Consulta Previa en el marco del Sistema General de
Regalías de fecha 2 de octubre de 2012. Concepto sobre la formulación de un Plan
de Desarrollo Sostenible en el Archipiélago del Rosario y San Bernardo, en el marco
de Sentencia del Consejo de Estado de noviembre de 2011. Entre otros.

La situación del derecho fundamental a la Consulta Previa, se ve agravada cuando


por iniciativa gubernamental a través del Ministerio del Interior, se pretende presentar
al Congreso de la Republica un proyecto de ley que reglamente la Consulta Previa,
“proyecto de ley estatutaria no….. de 2012 Por la cual se desarrolla la Consulta
Previa para Grupos Étnicos y se dictan otras disposiciones” el mismo que ha
circulado por varias instituciones como documento de trabajo para formulación de
observaciones, no ha sido consultado con las comunidades titulares de dicho derecho
ni mucho menos presentado como intención a las mismas.

83
COMUNICADO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y COMUNIDADES NEGRAS al gobierno de
Colombia y a la opinión pública nacional e internacional. Bogotá D.C., julio 14 de 2012. Consultado en
www.renacientes.org, en fecha 21 de oct. de 2012.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 135

De esta manera se puede constatar que el Ministerio del Interior, a través de la recién
creada Dirección de Consulta Previa, viene reiteradamente violentando dicho derecho
fundamental, sin que exista intervención por órgano de control alguno, lo que hace
inferir una connivencia de aquellos con la situación expresa.

Recientemente el gobierno ha presentado al congreso el 27 de septiembre de 2012,


el proyecto de ley denominado “Por el cual se establece la Ley de participación y
representación para las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y
Palenqueras”; el mismo que tiene vicios de procedimiento, pues a la luz de la
Constitución, la ley y la jurisprudencia de la honorable Corte Constitucional
colombiana, no surtió el proceso de Consulta Previa y Consentimiento Previo Libre e
Informado.

El proceso de Consulta Previa de éste proyecto, se realizó en el marco de la Comisión


Consultiva de Alto Nivel, y además de violentar los estándares internacionales y los
de la Corte Constitucional; estuvo mediada por una fuerte oposición de un conjunto
de organizaciones y comunidades, las cuales no fueron consultadas sobre el
particular.

El escenario de ésta ley es contradictorio, pues aspectos esenciales de la misma, se


encuentran incorporados como lineamientos y políticas en el “Plan Nacional de
Desarrollo 2010 – 2014 “Prosperidad para Todos””. En esa dirección no sería
necesario una nueva ley para aplicarlos, sino que por el contrario se requiere de la
decisión institucional para implementarlos a través de programas específicos. Entre
otros aspectos, el Plan Nacional de Desarrollo incorpora y sustenta lo relacionado con
la igualdad de oportunidades para superar las condiciones de marginalidad, exclusión
y pobreza en que viven las comunidades afrocolombianas en el país.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 136

De otra manera el precitado proyecto de Ley, aborda elementos sustanciales de la


Ley 70 de 1993, la cual en su capitulado incorpora aspectos relacionados con los
mecanismos para el desarrollo económico y social de las Comunidades
Afrocolombianas; sin embargo tal como mencionamos arriba, ésta no ha sido
reglamentada en dichos aspectos; en efecto ¿cuál sería la pertinencia de una nueva
ley que aborde estos asuntos si ya existe una y se encuentra sin reglamentar?, ¿Por
qué no reglamentar mediante decreto los aspectos de la Ley 70 de 1993, en cuyo caso
existen propuestas consensuadas por las Comunidades a través de sus procesos
organizativos y técnicos? ¿Por qué someter al Congreso a un desgaste relacionado
con esta ley, cuando el gobierno podría reglamentar los aspectos más importantes
mediante Decreto o el diseño de programas específicos en implementación del Plan
Nacional de Desarrollo?; son sólo algunas de las preguntas que surgen en un
escenario de incertidumbre con la participación de las Comunidades Negras,
afrocolombianas en las decisiones que les afecte y al país, tal como planteado por la
Ley 70 de 1993 son reglamentar.

En consecuencia el proyecto de ley mal llamado de Igualdad de Oportunidades, no


aporta elementos nuevos en relación con la necesidad de diseñar políticas públicas e
implementar el marco normativo en función del etnodesarrollo de los afrocolombianos;
sino que por el contrario el proyecto en mención, constituye un nuevo factor que
distrae a la luz de la urgente necesidad que tienen éstas comunidades que se apliquen
y desarrollen la normatividad ya existente.

Del presente análisis, se infiere que en materia de la aplicación del marco normativo
en favor de las Comunidades Afrocolombianas, y los desafíos en materia de
reglamentación integral, los esfuerzos realizados no se corresponden con las
necesidades y requerimientos, y en su efecto se halla una sistemática violación a la
ley y la Constitución.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 137

Así las cosas, se hace necesario construir un nuevo marco de coherencia institucional
respecto de los abordajes de las problemáticas presentes en esta población debido a
la falta de garantías en la aplicación de sus derechos, lo cual incrementa el nivel de
vulnerabilidad a factores externos que tienen impactos desproporcionados en sus
vidas.

En concordancia con lo planteado se hace necesario la reglamentación integral de los


Capítulos IV, V y VII de la Ley 70 de 1993, en vez de tramitar ante el Congreso una
“Ley de oportunidades para los afrocolombianos” que amerita un mayor desgaste
institucional y de fondos del Estado, aun teniendo en cuenta que dicho proyecto de
ley no ha sido consultado con las comunidades.

Uno de los esfuerzos más importantes y significativos en la gestión de la articulación


política del proceso organizativo de los afrocolombianos lo constituyó el denominado
Primer Congreso Nacional del Pueblo Negro, Afrocolombiano, Palenquero y Raizal
llevado a cabo en la ciudad de Quibdó, Chocó del 23 al 278 de agosto de 2013, en
dicho Congreso que se preparó con tensiones en materia de representación y
liderazgo, se abordaron diversos debates y temáticas que se presentan a
continuación.

Los temas trabajados, los debates y los desafíos del movimiento social
afrocolombiano84

El Proceso del Congreso Nacional Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,


Palenquero y Raizal, se llevó a cabo entre el 10 de enero y el 27 de agosto del año
2013. Bajo la filosofía del Ubuntú lema del Congreso, desde la concepción de una
dinámica de trabajo que vinculara a todos los sectores organizativos, espirituales y
académicos del movimiento social afrocolombiano, que afrontara los debates,

84
El presente título y artículo corresponde al documento que el autor preparó como introducción al libro
Memorias del Primer Congreso Nacional del Pueblo Negro, Afrocolombiano Palenquero y Raizal.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 138

posiciones y concretara una agenda común y un espacio autónomo de interlocución


plural, que permita la el desarrollo del marco referencial de derechos de los pueblos
negros, afrocolombianos, palenqueros y raizales. Esta iniciativa constituye una de las
acciones más importantes llevadas a cabo por el movimiento social afrocolombiano
durante los últimos 20 años.

Este trabajo muestra los resultados del proceso del Congreso Nacional Autónomo del
Pueblo Negro, Afrocolombiano, Palenquero y Raizal, desde la propuesta de
estructuración del Congreso, la cual contempló los diversos sujetos-actores del
movimiento social, como los temas de la agenda común acordados y a gestionar.

El Congreso se llevó a cabo con un proceso de preparación intenso a través de más


de 15 reuniones del equipo ejecutivo y político; una reunión que sienta los acuerdos
realizados con el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural doctor Juan Camilo
Restrepo, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural-INCODER doctora Miriam
Villegas Villegas y el Viceministro para la Participación y la Igualdad de Oportunidades,
del Ministerio del Interior y del Derecho doctor Aníbal Fernández de Soto quien por
sus funciones misionales asume la concertación del proceso.

La fase operativa de los acuerdos de dicha reunión hacia la realización del Congreso
Nacional, se dio a través del desarrollo de 35 Congresos departamentales y
sectoriales, como el Palenquero y el Raizal, lo cual garantizó la participación de unas
ocho mil (8000) personas Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales en todo
el país.

Los temas abordados corresponden a la agenda pendiente y retrasada por más de 20


años, en primera instancia lo concerniente a la reglamentación integral de la Ley 70
de 1993, y sus capítulos IV, relativo a los recursos naturales y del ambiente; V sobre
recursos mineros; VI de los mecanismos para la protección y desarrollo de los
derechos y de la identidad cultural; VII respecto del desarrollo económico y social. Una
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 139

ley que instituyó unos derechos a los Pueblos Negros, Afrocolombianos y que lleva 21
años sin reglamentar, demuestra la existencia de altos niveles de exclusión y
discriminación en la institucionalidad del Estado colombiano, con los más de 10
millones de afrocolombianos que habitan el territorio nacional.

El documento base del proceso de reglamentación, corresponde a la sistematización


de todos y cada uno de los documentos que desde 1993 se produjeron como
propuestas de los pueblos negros, afrocolombianos y sus organizaciones
representativas, para la reglamentación de la Ley 70 de 1993. El proceso de
sistematización por parte de un equipo técnico de las organizaciones, de comunidades
negras, afrocolombianas, coordinado por quien escribe esta introducción, se llevó a
cabo durante los años 2007 y 2008, lo cual finalizó con la Asamblea Nacional de
Consejos Comunitarios y Organizaciones Étnicas, llevado a cabo en Tumaco - Nariño
del 17 al 22 de diciembre de 2008 y cuyo compromiso de reglamentar dicha norma
fue asumido por el Gobierno del entonces al más alto nivel (Vicepresidente de la
República, Ministro de Agricultura y Viceministra del Interior), acuerdo incumplido por
parte del Gobierno, quien no sólo imposibilitó la reglamentación de la Ley 70 de 1993,
sino también la implementación del Auto 005 de 2009.

Las propuestas para la reglamentación de la Ley 70 fueron trabajadas en los


congresos departamentales, recogidas y reforzadas en las mesas del Congreso
Nacional Afrocolombiano en Quibdó - Chocó. Ante esta situación, el Señor Juan
Manuel Santos-Presidente de la República de Colombia, hizo el compromiso de que
antes de terminado el año 2013, se habría reglamentado la Ley 70 de 1993; pero los
cambios en el Ministerio del Interior y la actitud asumida por el nuevo Ministro, su
Viceministra y su Directora de Asuntos para Comunidades Negras, Afrocolombianas,
Palenqueras y Raizales, han imposibilitado el cumplimiento de los acuerdos
establecidos por el propio Presidente de la República en la instalación del Congreso
Nacional.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 140

El libro está dividido en cinco partes, más los anexos. La primera incorpora los
antecedentes del Congreso, la propuesta con los objetivos y las metas que se
propusieron alcanzar en desarrollo del Congreso. La segunda parte presenta el
proyecto de decreto de reglamentación integral de la Ley 70 de 1993, que aún será
objeto de actualización, ajustes y la relatoría de las mesas de trabajo sobre cada uno
de los capítulos, así: capítulo IV, relativo a los recursos naturales y del ambiente, el
capítulo V, correspondiente a recursos mineros, capítulo VI, sobre los mecanismos
para la protección y desarrollo de los derechos y de la identidad cultural y el capítulo
VII, respecto del desarrollo económico y social.

Con el proyecto de decreto existente, los insumos de los Congresos departamentales


y sectoriales, como de las mesas de trabajo del Congreso Nacional Afrocolombiano,
quedan los insumos para la realización de mesas técnicas, socialización zonal y
regional, para cerrar por parte de las comunidades el proyecto o los proyectos de
decretos que se concertarán con el Gobierno nacional. Esto dará lugar a la
concertación de los contenidos finales del decreto reglamentario y las concepciones
políticas que se derivarán de esos contenidos con el Gobierno nacional de Colombia.

La tercera parte responde a espacios claves y necesarios para una mejor interlocución
del Pueblo Negro, Afrocolombiano, Palenquero y Raizal, con la institucionalidad del
Estado colombiano; en efecto, el protocolo de Consulta Previa, recoge los
planteamientos que durante años se han realizado desde varios sectores del
movimiento social étnico en Colombia, para que este instrumento sea efectivo, tanto
en la participación de los pueblos y la garantía de sus derechos, como en la
construcción de consensos proactivos y respetuosos entre éstos, las instituciones del
Estado colombiano y la inversión privada.

Si bien el tema de la Comisión Consultiva de Alto Nivel, no se incorporó como un texto


en esta publicación debido al método utilizado por la mesa de trabajo, el papel y el
comportamiento de este órgano de interlocución entre los Pueblos Negros,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 141

Afrocolombianos, Palenqueros y Raizales, fue objeto de apuntes y profundas


reflexiones en todas las mesas de trabajo. Existe un nuevo borrador de
reglamentación de dicho espacio, el mismo que se alimentará con los insumos
recogidos a lo largo de los congresos departamentales y los aportes de las mesas de
trabajo en el Congreso Nacional.

La necesidad de un Espacio Autónomo de los Pueblos, Negros, Afrocolombianos,


Palenqueros y Raizales, como un espacio plural donde se tramiten las propuestas,
métodos, y se permita el avance de la agenda propia de los afrocolombianos, fue una
constante a lo largo del proceso del Congreso; en efecto el surgimiento de la Autoridad
Nacional Autónoma Afrocolombiana ANAFRO y su papel en la gestión e
implementación de los Derechos de los Pueblos Afrodescendientes en Colombia, es
uno de los desafíos más importantes surgidos del Congreso Nacional Afrocolombiano.

Un aspecto en el que en principio parecía haber acuerdo entre el equipo ejecutivo y


político del Congreso con el Gobierno, era el tema de elaborar un documento conjunto
sobre las Lecciones Aprendidas a lo largo de estos 20 años en la interlocución entre
el Gobierno y los Pueblos Negros, Afrocolombianos Palenqueros y Raizales, éste que
sigue siendo uno de los puntos más neurálgicos e importantes del proceso, pues su
elaboración atraviesa el compromiso de identificar claramente las malas prácticas
llevadas a cabo por el Gobierno a través del Ministerio del Interior y los delegados de
las comunidades, especialmente en la “Comisión Consultiva de Alto Nivel” y la
garantía de no repetición; cuando se precisó su elaboración conjunta no se halló
respuesta por parte del Ministerio del Interior, las comunidades avanzaron en la tarea,
sin embargo el trabajo conjunto sobre este aspecto, sigue siendo una urgencia y una
necesidad imperante para garantizar la transparencia hacia el futuro inmediato de las
relaciones Gobierno-Pueblo Negro, Afrocolombiano.

La cuarta parte del libro, contiene la recopilación de documentos sobre, Crisis


Humanitaria, Víctimas y Reparación, ha sido un aspecto clave que durante los
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 142

últimos años, ha ocupado la agenda de varias de las organizaciones más influyentes


en el movimiento social afrocolombiano. La mesa trabajó aspectos relativos a los
vacíos existentes en esa materia, sin embargo en los próximos años el movimiento
social afrocolombiano, tendrá que profundizar sus reflexiones y debates sobre dicho
tema, pues las víctimas actuales del conflicto armado interno que vive el país, están
conectadas con las víctimas del pasado, con la marginalidad y la exclusión que a lo
largo de años se ha sometido a los afrocolombianos; por ello si bien la mesa centra
su accionar en las víctimas del conflicto armado, el movimiento tendrá que proyectar
este debate hacia los afrocolombianos como víctimas históricas del secuestro y
esclavización.

En efecto, la reparación a las víctimas afrocolombianas deberá ir en dos sentidos, en


el sentido de repararlos como víctimas actuales del conflicto armado interno, mas
también, repararlos como víctimas del peor crimen cometido contra la humanidad, que
ha sido la esclavitud y la trata trasatlántica de seres humanos del África hacia América.

Uno de los aspectos más importantes del debate actual en el movimiento social
afrocolombiano es la participación de los Afro-Urbanos, si bien el desarrollo de los
derechos instituidos a los afrocolombianos ha tenido una notoriedad en el área rural
en términos de territorio, constitución de Consejos Comunitarios y titulación colectiva,
en esta etapa cobra fuerza la visión de los afro-urbanos. Pues a pesar de que
culturalmente la vinculación campo-poblado se ha mantenido comunitariamente, una
peligrosa afirmación ha surgido por parte de sectores reaccionarios de las
comunidades “los espacios de participación son solo de los Consejos Comunitarios”.
Esta afirmación dista bastante de la realidad, sin embargo, ha sido impulsada por
algunas instituciones como el Ministerio del Interior en el 2011, cuando el espacio de
interlocución entre el Estado colombiano y las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales denominado “Comisión Consultiva de Alto
Nivel” llegó a su máximo nivel de crisis. Estos sectores de la mano del Ministerio del
Interior, concretaron dicha tesis en lo que fue la Resolución 0121 de 2012, en la cual
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 143

sólo podrían ser representantes del Pueblo Afrocolombiano, Representantes Legales


de Consejos Comunitarios titulados colectivamente por el Instituto Colombiano de
Desarrollo Rural- INCODER, la durabilidad del espacio denominado de los 21
delegados de comunidades negras, fue fugaz en tanto la Corte Constitucional lo
desmontó, tan pronto llegó a ese honorable tribunal una sentencia de tutela
interpuesta por sectores organizativos de comunidades negras del Departamento del
Valle del Cauca en cuya sentencia T-823 de 2012, ordenó reorganizar la participación
de los afrocolombianos vinculando a sus diversos contextos sociales y organizativos.
La Corte también ordenó mediante Auto del 4 de diciembre de 2012, suspender todas
las acciones que el Gobierno venía adelantando con la conformada Comisión
Consultiva.

La Resolución 0121 muestra la visión de quienes la instrumentalizaron, la exclusión


de la mayoría de los sujetos actores organizativos afrocolombianos, que no se
encuentran habitando el campo, sino en la ciudad. Incluso de quienes siendo
campesinos afros, han tenido que dejar sus territorios debido a la profunda violencia
que en ellos se ha dado, dejándolos como víctimas y desplazados.

En esta parte del libro también se encuentran los trabajos llevados a cabo en
perspectiva Mujer y Género, jóvenes y aspectos relativos a los censos y las
estadísticas, el proceso organizativo que las mujeres negras, afrocolombianas, viene
impulsando con nuevas transformaciones y prácticas al interior del movimiento social
afrocolombiano, su visión de mundo, generadora de vida ha contribuido a la
concreción de los derechos existentes y será clave en lo que pueda ser el avance de
las reivindicaciones de los Pueblos Negros, Afrocolombiano, Palenquero y Raizal en
nuestro país.

Un reconocimiento especial a los jóvenes hombres y mujeres negros,


afrocolombianos, quienes además de llevar a cabo un excelente trabajo propositivo
en la mesa correspondiente, dejaron de lado sus diferencias conceptuales y se
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 144

constituyeron en el pilar para salvar el Congreso en el momento más crítico, la


constitución de la Guardia Cimarrona, imposibilitó a quienes en busca de mantener el
Estatu Quo, quienes veían el Congreso y ahora sus resultados, como una amenaza
a sus intereses particulares, pretendieron tomárselo para imposibilitar su
direccionalidad hacia los resultados propuestos.

La mesa de censos y estadísticas, reflexionó sobre dichas materias, instando al


movimiento social afrocolombiano a actuar y prepararse para la socialización y
concertación del Tercer Censo Nacional Agropecuario, y del Censo Nacional de
Población y Vivienda. Manifestó aspectos de fondo como la invisibilidad estadística de
los afrocolombianos instando a mejores actuaciones, tanto al movimiento social
afrocolombiano, como al Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -
DANE.

La quinta parte del libro la conforman dos aspectos esenciales para llevar a cabo los
mandatos del Primer Congreso Nacional Autónomo del Pueblo Negro,
Afrocolombiano, Palenquero y Raizal; la Propuesta de estructuración y agenda
interna de la Autoridad Nacional Afrocolombiana y el Proyecto de
Fortalecimiento de la Autoridad Nacional Afrocolombiana -ANAFRO-. La
propuesta de estructuración de la ANAFRO fue producto de la concertación realizada
por el equipo organizador del Congreso con los delegados del Gobierno nacional,
pues el tamaño de la Autoridad constituye un punto neurálgico para su operatividad,
sin embargo su estructuración funcional posibilita de una manera proactiva, el
tratamiento de los temas y el abordaje del trabajo. De igual manera se ha formulado
un proyecto para el fortalecimiento que permita la gestión política, técnica y económica
de la Autoridad, al igual que su independencia y autonomía en la toma de decisiones.

La sexta parte del libro corresponde a los anexos, en este aparte se evidencian
aspectos y documentos, los cuales, aunque no eran parte de la agenda oficial del
Congreso, se dieron en su desarrollo, así las cosas, se inserta el documento que salió
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 145

del espacio que liderado por FECOVA, RECOMPAS Y COCOCAUCA, intentaron


destruir el Congreso y en su lugar llevar a cabo una Asamblea de Consejos
Comunitarios, esta pretensión no se pudo materializar, debido a la firmeza y
convicción de los Consejos Comunitarios del Chocó, liderados por COCOMACIA,
ACADESAN y ACABA, de igual manera, los Consejos Comunitarios de Buenaventura
articulados al PCN, la Asociación de Consejos Comunitarios de Timbiquí y un grupo
de Consejos Comunitarios del Caribe, ponderaron el valor superior de la unidad y la
supremacía de los derechos conquistados para todos los afrocolombianos, contra la
mezquindad de los pocos arriba mencionados.

Con este repertorio, se entrega este instrumento a los procesos organizativos


afrocolombianos, a los líderes y dirigentes, a la academia y la institucionalidad, para
el análisis, estudio y para que sirva de testigo sobre lo que fue el Congreso Nacional
Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano, Palenquero y Raizal y lo que deberá
ser el devenir del movimiento social afrocolombiano.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 146

CAPÍTULO III

3. ESTADO DE COSAS DEL MARCO LEGAL DE LOS DERECHOS


DE LAS COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS EN COLOMBIA

3.1 Reconocimiento jurídico del Pueblo Afrocolombiano

Existe un reconocimiento legal de los derechos de las comunidades afrocolombianas


como grupo étnico, el mismo, fue incorporado en la Constitución Política de Colombia
de 1991 a través de diversos artículos que reconocen y protegen la diversidad étnica
y cultural de la nación colombiana, sin embargo el Artículo Transitorio 55 en adelante
AT 55, desarrollado por la Ley 70 de 1993 y sus decretos reglamentarios, es el que
en la Constitución de 1991, hace una referencia específica a las Comunidades
afrocolombianas, su identidad y en especial al derecho que sobre las tierras que han
habitado históricamente tienen. El derecho a la titulación colectiva de dichas tierras.

Las situaciones contextuales, exigen grandes desafíos, estos representados en la


urgente necesidad primero de su reglamentación integral, lo cual posibilite proteger
constitucional y legalmente a estas comunidades y en segundo lugar una aplicación
efectiva de preceptos constitucionales que como principios de acuerdos sociales,
fueron incorporados en la Constitución Política de 1991, así como, la orientación en la
aplicabilidad y desarrollo de los capítulos de la Ley 70 de 1993, como reparación
histórica y colectiva para estos pueblos.

De esta manera, se requiere la realización de esfuerzos concretos institucionales que


garanticen la materialización de las aspiraciones de bienestar de las comunidades
afrocolombianas, vía la aplicación efectiva de la normatividad vigente y la necesidad
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 147

de reglamentar integralmente el marco normativo favorable a dichos pueblos. Ello


implica pasar de la retórica institucional de la inclusión a ejercicios concretos de
Estado y de gobierno que potencialicen e incorporen a los afrocolombianos como
sujetos de derechos y de especial protección, tal como, lo ha indicado la Corte
Constitucional Colombiana, cuyos aspectos ampliaré más adelante.

Uno de los aspectos relevantes lo constituye la recuperación para las comunidades


de los espacios de participación e interlocución con la institucionalidad del Estado, a
través de liderazgos genuinos o como bien lo ha acuñado funcionarios consientes del
Ministerio del Interior, liderazgos representativos por su territorio, capacidad
propositiva y organizaciones reales. Lo anterior debe posibilitar el flujo de la
información y una comunicación fluida entre líderes, espacios de participación y
comunidades con el Estado, hacia un diálogo garantista de los derechos de estas
poblaciones que entre otras cosas, logre la coherencia en la acción institucional en las
realizaciones que desde las mismas deben implementarse en favor de estas
poblaciones y comunidades.

En el presente capítulo se analizará y propondrán aspectos sobre el marco normativo


a favor de los afrocolombianos, nuevos escenarios que posibiliten su aplicabilidad y
vigencia en el marco del Estado Social de Derecho. Busca reflexionar en función de
la profunda crisis del momento y que de no abordarse puede ser duradera respecto
de las profundas violaciones a los más elementales derechos constitucionales y los
derechos humanos de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y
Raizales como grupo étnico.

Se abordan los avances y desafíos respecto de la normatividad a favor de los


afrocolombianos; aspectos de la Ley 70 de 1993 y los desafíos del momento, histórico
respecto a los derechos colectivos y su vinculación con lo que se podría llamar una
democracia radical, que posibilite la ampliación de las esferas de justicia.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 148

En ese sentido se reflexiona sobre el quehacer de las actuaciones institucionales que


imposibilitan una perspectiva garantista en materia de aplicación del marco normativo
y con ello, la imposibilidad de materializar de manera progresiva los derechos
constitucionales del pueblo afrocolombiano.

3.2 El marco legal y su estado actual, análisis y desafíos.

La Asamblea Nacional Constituyente de 1991, en un proceso de modernización del


Estado colombiano, reconoció el valor cultural y de la diversidad étnica en el país;
define en la Constitución Política de Colombia, que es una Nación pluriétnica y
multicultural85; sin embargo, en materia de la construcción de políticas públicas,
legislación y formas de actuación por parte de la institucionalidad, existe una profunda
debilidad, la cual puede comprobarse no sólo por la ausencia de instrumentos de
políticas públicas, sino también, por la existencia de un marco normativo inaplicado,
lo cual dificulta la materialización de los derechos de estas comunidades.

Esta situación, ha generado que para el caso de las Comunidades Afrocolombianas,


exista un estado de cosas inconstitucional; o sea, que la falta de desarrollo de
acciones y medidas efectivas y de mayor rigurosidad por parte de los gobiernos y las
instituciones estatales de seguimiento y control, respecto de la materialización de los
derechos de éstas poblaciones, los han colocado en un estado de vulnerabilidad
desproporcionada.

La Corte Constitucional colombiana, al examinar el Convenio 169 de la OIT86, expresó


que las comunidades afrocolombianas de que trata la Ley 70 de 1993, también son
acreedoras de los derechos consagrados en dicho convenio, en razón de que son un

85 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA DE 1991. Artículo.7. El Estado reconoce y protege la


diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana.
86
COLOMBIA. CORTE CONSTIITUCIONAL. Sentencia C-169 de 2001. Mag. Ponente. Carlos Gaviria
Díaz
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 149

grupo étnico especial, definido por dicha ley que se inscribe dentro del ámbito del
convenio en mención, ya que este se aplica a los pueblos indígenas, a los pueblos
tribales cuyas condiciones sociales, culturales y económicas los distinguen de otros
sectores de la colectividad nacional, y que están regidos por sus propias costumbres
o tradiciones o por una legislación especial (Art. 1, Ley 21 de 1991). En este sentido,
todos los desarrollos jurispridenciales y legales de dicho convenio resultarán también
de aplicación para las comunidades afrocolombianas.

Lo anterior reafirma en materia de afrocolombianos, el estado de cosas


inconstitucional, pues al no aplicarse las disposiciones constitucionales, al evadir la
reglamentación de sus derechos, el Estado colombiano no solo viola su Constitución,
sino también, disposiciones de convenios y tratados internacionales.

El Artículo 55 Transitorio de la Constitución Política de Colombia de manera específica


permitió la formulación de la Ley 70 de 1993, la cual incorpora elementos esenciales
en la vida de los afrocolombianos, reconociendo el derecho que tienen las
Comunidades afrodescendientes de Colombia a la titularidad y propiedad de los
territorios que ancestralmente han venido ocupando y de la comunidad
afrocolombiana como sujeto de derechos en razón a su condición de grupo étnico.

De manera específica, la norma en mención, abre en VIII capítulos y 68 artículos, las


posibilidades para que las comunidades afrocolombianas, construyan un nuevo
escenario, y el país avance de manera concreta y efectiva en garantizar la igualdad
material de los ciudadanos que lo integran.

La misma reconoce el derecho que tienen éstas comunidades a la propiedad colectiva


de sus tierras y territorios Capítulo III, el uso de la tierra y la protección de los recursos
naturales y del ambiente Capítulo IV, sobre los recursos mineros Capítulo V,
Mecanismos para la protección y desarrollo de los derechos y de la identidad cultural,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 150

Capítulo VI, y lo atinente al desarrollo económico y social plasmado en el Capítulo VII


de la misma ley.

En relación con dichas órdenes constitucionales y legales a la institucionalidad del


Estado colombiano, transcurridos 25 años de la Constitución Política de 1991 y 23
años de expedida la Ley 70 de 1993, los avances en materia de dichas garantías
legales son más bien deficientes. Se ha reglamentado el Decreto 1745 de 1995,
correspondiente al Capítulo III sobre el reconocimiento del derecho a la propiedad
colectiva de las tierras y territorios, del cual se pueden encontrar los mayores avances
en el Territorio Región del Pacífico en la cual se ha titulado aproximadamente seis
millones de hectáreas de tierras (6.000.000 has) para éstas comunidades; hallándose
un débil avance en ésta materia en otras zonas del país con similares características87.

Es de resaltar que en materia de titulación colectiva de tierras a comunidades


afrocolombianas durante los años 1996 y 2006, el promedio de titulación anual en
hectáreas correspondió al número de quinientas diecinueve mil ciento cincuenta y
siete punto quinientas diecinueve hectáreas (519.157,519 Has); en contraste, entre
los años 2006 y 2012 correspondiente a la mitad del período antes señalado, sólo se
tituló, ciento veintidós mil, ciento sesenta y nueva punto cincuenta y un hectáreas
(122.169,51 Has). Precisando que en el período más largo de los años, comprendidos
entre 2006 y 2010, sólo se llegó a treinta y ocho mil trescientos setenta y cuatro punto
cincuenta y nueve hectáreas (38.374,59 Has).

La situación antes descrita, tiene que ver con que las evidencias muestran que las
cuestiones institucionales de la población afrocolombiana avanzan en la medida que
su gerencia está a cargo de personal profesional y técnico que tiene una vinculación
directa con dichas reivindicaciones, cuando se entrega la gerencia institucional de los

87
Sobre las cuestiones de tierras no profundizaré en este capítulo, toda vez que se debatirá en un
capítulo específico relativo a la política de tierras.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 151

asuntos relacionados con los afrocolombianos a agentes institucionales sin interés


concreto en dichos temas, las agendas de desarrollo de dichos derechos se frena, es
a esto a lo que Silvio Garcés, el afrocolombiano en la institucionalidad más efectivo
en la implementación de la agenda de tierras y desarrollo rural, llama como la agenda
afrocolombiana necesita dolientes concretos institucionales que posibilite la gestión e
y aplicación efectiva de sus derechos88.

Si bien entre los años 2011 y 2012 se presentó un nuevo auge en materia de titulación
colectiva, ochenta y tres mil, setecientos noventa y cuatro punto noventa y un
hectáreas (83.794,9145 Has); se hace necesario profundizar los esfuerzos en este
sentido, cosa que haga efectiva la titulación en escenarios por fuera del Pacífico,
donde existen solicitudes de titulación colectiva y solicitudes de acompañamiento y
capacitación, como es el caso de la costa Caribe y los valles interandinos de los ríos
Cauca y Magdalena.

De esta manera, se denota avances importantes en materia de titulación colectiva de


tierras; seis millones de hectáreas (6.000.000); la propiedad contrasta con el bajo
apoyo institucional y el poco avance en materia de desarrollo productivo que le de
sustento a la propiedad de las tierras en la dirección de garantizar el desarrollo
económico y social de la población, guardando su integridad cultural, o sea un
desarrollo ligado a las propias aspiraciones de dichos pueblos.89

88 GARCÉS MOSQUERA, Silvio Emiliano. Entrevista, agosto de 2014.


Silvio Emiliano Garcés Mosquera: Abogado, poeta y declamador oriundo de Ístmina (Chocó). Es uno
de los hombres que más conocimiento posee sobre la ley de comunidades negras en Colombia (Ley
70 de 1993) y de los procesos reivindicativos de las mismas en especial de los procesos de constitución
de consejos comunitarios y titulación colectiva de tierras. Conferencista, experto y defensor de los
derechos integrales de Afrocolombianos donde ha participado en la reglamentación de ley 70 de 1993
y de los planes de desarrollo de comunidades negras que hasta la fecha se han elaborado en Colombia.
89 Análisis realizado a partir de la indagación y cruce de datos de información tomada del Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural, Subgerencia de Promoción y Asuntos Étnicos-Dirección Técnica de
Asuntos Étnicos. Bogotá D.C. octubre de 2012. Información de número de hectáreas actualizado a
diciembre de 2015.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 152

En tal sentido, falta una política pública que garantice la ejecución de proyectos
productivos en estas tierras, que por la forma de titulación tienen características
diferentes a las de propiedad privada en las relaciones comerciales con los bancos
que realizan los préstamos para los procesos productivos.

Otro aspecto en el que se ha presentado desarrollo en materia normativa, tiene que


ver con el Capítulo VI de la Ley 70 de 1993, frente a “Mecanismos para la protección
y desarrollo de los derechos y de la identidad cultural”; si bien existe un marco
normativo sobre la materia, suaplicación sigue siendo tímida y aun no alcanza niveles
satisfactorios en relación con la concreción de las garantías para dicho grupo étnico.
Es de resaltar que la Corte Constitucional colombiana ha señalado que EL DERECHO
A LA IDENTIDAD ÉTNICA Y CULTURAL ES UN DERECHO FUNDAMENTAL PARA
LAS COMUNIDADES NEGRAS, AFROCOLOMBIANAS, PALENQUERAS Y
RAIZALES; como tal, este derecho debe reglamentarse para lograr instrumentos
efectivos conducentes a garantizar el fortalecimiento de la integridad cultural del
pueblo afrocolombiano y así, alcanzar mejores condiciones para la participación
efectiva y con identidad dentro de la estructura y entramado institucional del Estado
colombiano.

Ligado a este Capítulo, Artículos 32, 34, 35,36, 42 de Ley 70 de 1993. En los últimos
años se ha reglado un concurso de docentes etnoeducadores, que en teoría apoyaría
el fortalecimiento de los procesos identitarios de los niños y jóvenes en edades
tempranas o escolares; sin embargo, la realidad tiene que ver con que la formación
de base de estos docentes no tiene este enfoque de etnopedagogía, no incorpora
elementos de la cultura afrocolombiana y a esto se suma que no existen procesos de
formación apoyados y financiados por el propio Ministerio de Educación sobre la
etnoeducación y mucho menos procesos continuos de seguimiento a los planes
curriculares planteados como etnoeducativos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 153

Sobre la etnoeducación y sus desafíos para el fortalecimiento de la identidad cultural,


existen trabajos investigativos de gran trascendencia que lo abordan en profundidad,
por ello no nos detendremos en el análisis de ésta cuestión en particular; sin embargo,
a pesar de la normatividad vigente, la misma no se ha implementado de manera
efectiva en el sentido de que cumpla el papel orientador de la política educativa para
las comunidades afrocolombianas. Un elemento que confirma esto, lo constituye el
hecho que no se ha universalizado en el País, ni la implementación de la
etnoeducación afrocolombiana, ni la aplicación de la Cátedra de Estudios
Afrocolombianos.

Por otra parte desde la promulgación de la Ley 70 de 1993, diversas organizaciones


afrocolombianas en especial las organizaciones de corte rural y territoriales en el
territorio región del Pacífico, han construido propuestas conducentes a la
reglamentación del Capítulo IV, este relativo a “USOS DE LA TIERRA Y
PROTECCIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES Y DEL AMBIENTE”, este
capítulo especialmente ligado a que la cultura y la identidad en dichos pueblos y
espacios territoriales, se encuentra íntimamente ligada a la permanencia de los
recursos naturales presente en los territorios históricos y ancestrales, ha constituido
una línea de profundo debate entre las comunidades, las instituciones y estrategias
privadas y externas de explotación indiscriminada de los recursos naturales, el cual
ligado a los temas de desarrollo económico y social, ha sido la línea de debate más
duradera de las comunidades afrocolombianas especialmente en la región del
Pacífico, debate que ha servido de soporte a las luchas de estas comunidades en los
valles interandinos y el caribe.

En efecto las comunidades afrocolombianas pretenden en su reglamentación orientar,

“Que la protección del medio ambiente debe hacerse atendiendo a las


relaciones establecidas por las comunidades negras con la naturaleza y que
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 154

las prácticas tradicionales de producción de estas comunidades deben


preservarse como parte de una estrategia de conservación ambiental; que
por lo tanto se reconoce y garantiza el derecho preferencial de uso; manejo;
administración y aprovechamiento de los recursos naturales en tierras de
comunidades negras”. 90

Como se mencionó anteriormente, uno de los aspectos esenciales de las


reivindicaciones de los afrocolombianos, corresponde a la protección de sus territorios
y el ordenamiento del mismo para garantizar el bienestar a partir de su uso racional.

El Capítulo V de la Ley 70 de 1993 hace referencia a los “RECURSOS MINEROS”,


este asunto, ha sido uno de los de mayor complejidad en su abordaje, no porque los
otros sean menores, sino, por los grandes impactos que ha tenido la aplicación de la
minería en los territorios ancestrales de las comunidades afrocolombianas, un primer
abordaje va sobre los títulos mineros y el segundo sobre las licencias ambientales
para la exploración y explotación de los recursos mineros en dichos territorios, a esto
se suma el auge que durante los años 2000 a 2016 ha tenido la minería ilegal
controlada por actores armados y de capital ilegal especialmente en la región del
Pacífico y en los valles interandinos, territorios titulados o ancestrales de las
comunidades afrocolombianas en toda la región del Pacífico y el Norte del Cauca han
sido devastados por los mineros ilegales.

El Código de Minas, que se relaciona con el capítulo V de la Ley 70 de 1993, sobre


los derechos de las Comunidades Negras a los recursos mineros, fue demandado en

90
GARCÉS CARABALÍ, DANIEL, et. al., 2014. Memorias del Primer Congreso Nacional Autónomo del
Pueblo Negro, Afrocolombiano Palenquero y Raizal, Mesa de Trabajo sobre el Capítulo VII de la Ley
70 de 1993.
Proyecto de Decreto de Reglamentación Integral de la Ley 70 de 1993, Capitulo IV, sobre uso de la
tierra y protección de los recursos naturales. el Autor, diciembre de 2008.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 155

el 2000 por violar el derecho a la Consulta previa, libre e informada. En el 2010 el


gobierno presentó otra propuesta de reforma que también fue demandada y la Corte
Constitucional colombiana, le dio hasta mayo de 2013, para presentar su propuesta
de reforma sometida a Consulta Previa, el gobierno tampoco cumplió, o sea, que a
pesar de la existencia de una Sentencia constitucional, aún no se conoce formalmente
el proyecto de ley que reformará el actual Código de Minas que rige al país, por lo
tanto los vacíos persisten.

A la luz de los antecedentes, sin consulta y sin participación de las comunidades, se


prevé que el Código propuesto por el gobierno sea extremadamente inconveniente
para los intereses y derechos de las comunidades afrocolombianas, por ello es
importante y es de interés de las comunidades, avanzar en una ruta a pesar de que la
propuesta de reformulación del gobierno no está. Lo importante es garantizar la
protección de las comunidades afrocolombianas que viven históricamente de la
minería como práctica sustentable en los territorios ancestrales.

La falta de una política pública coherente frente a la explotación minera en Colombia,


no ha permitido avanzar en la discusión y reglamentación del Capítulo V de la Ley 70
de 1993 para favorecer a las comunidades y proteger los territorios ancestrales. Sin
embargo, el mismo Capítulo permite a las comunidades alegar el derecho de prelación
sobre el uso, exploración y explotación de los recursos mineros en territorios
ancestrales. Sin embargo, dicha prelación no constituye una real protección de sus
derechos toda vez que desde el punto de vista impositivo lo único que garantiza es un
derecho aparentemente preferente al derecho minero en estos territorios, mientras
que las comunidades al recibir el título comienza la carga de impuestos que hace
inviable e insostenible la tenencia de dichos títulos; este y otros aspectos hace que
sea necesario desde el punto de vista del cambio de la política minera global del país
y en particular la necesidad de adecuar, a política minera a la protección de los
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 156

pueblos étnicos, y en general de un ambiente sano para los colombianos y la


humanidad.

En efecto la minería ilegal que se ha superpuesto a los títulos otorgados legalmente,


establece un indicador que muestra la crisis ambiental y humanitaria que se ha
sobrevenido a las regiones afrocolombianas.

El debate sobre el desarrollo se incorpora en el Capítulo VII de la Ley 70, esta cuestión
tiene un basamento en dos dimensiones, la primera corresponde a la superación de
la pobreza y la exclusión histórica a la cual ha sido sometida la población
afrocolombiana a lo largo de la historia; la segunda, la construcción de una opción
propia de futuro, en ese sentido el Congreso Nacional Autónomo del Pueblo Negro,
Afrocolombiano, Palenquero y Raizal ratificó principios sobre los cuales navega la
propuesta de bienestar de las comunidades, algunos de estos son los siguientes:

“Compensación: consiste en la reparación del desbalance histórico a que


han sido sometidos las comunidades negras en Colombia, el cual se traduce
en la invisibilidad cultural, social, política y económica.

Equidad: entendido en un doble sentido, por una parte, busca garantizar a la


población Negra el acceso equitativo a oportunidades de educación, salud,
vivienda digna, transporte, empleo y de promoción en general; y por otra,
busca asegurar que entre las regiones y comunidades afrocolombianas del
país se distribuyan en forma equitativa los recursos del Estado, para
inversión social, productiva y de desarrollo de las comunidades, teniendo en
cuenta las necesidades y características de las regiones, así como el atraso
a que han estado sometidas por siglos y la necesidad de acercarlas cada vez
más al nivel de vida promedio del resto del país.

Autodeterminación: es el derecho de las comunidades negras a decidir


libremente su futuro político, y a incidir en la planeación, ejecución y control
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 157

de los procesos de desarrollo que se adelanten en su territorio, teniendo como


base fundamental la identidad étnico-cultural”91.

Atendiendo lo anterior, el enfoque del etnodesarrollo para las comunidades


afrocolombianas propende por que el Estado colombiano adopte las medidas para
garantizar el derecho a desarrollarse económica y socialmente, atendiendo los
elementos de su cultura autónoma y en la dirección de alcanzar la igualdad material y
la justicia étnica colectiva.

Decididamente durante los años 2007 y 2008, se conformó bajo la autogestión de las
principales organizaciones de comunidades afrocolombianas del Pacífico y
posteriormente con apoyo de la Dirección de Asuntos para Comunidades Negras del
Ministerio del Interior92, un equipo técnico interdisciplinario que logró formular un
proyecto de Decreto que reglamentara de manera integral la protección de la
naturaleza, el acceso a los recursos mineros, los mecanismos para el fortalecimiento
de la identidad cultural y el desarrollo económico y social para las Comunidades
Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales. Este documento extenso por
cierto, se introdujo de la siguiente manera en la última etapa de retoma en el marco
del “Primer Congreso Nacional Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,
Palenquero y Raizal”, proceso llevado a cabo durante el año 2013 y materializado en
Quibdó, Chocó, del 23 al 27 de agosto de 2013:

“Este documento borrador pretende recoger las formulaciones que desde


1996 las comunidades negras han venido haciendo en torno a la
reglamentación de los Capítulos IV, V y VII de la Ley 70 de 1993.

91 GARCÉS CARABALÍ, DANIEL, et. al., 2014. Op. Cit.


92 Hoy Dirección de Asuntos para Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 158

La reglamentación integral de estos tres capítulos responde a varios


compromisos realizados por diversos gobiernos desde finales de la década
del 90 del siglo XX, y ratificado por el presidente de la república JUAN
MANUEL SANTOS en su intervención del día 23 de agosto de 2013 en el
marco de la apertura del Primer Congreso Nacional Autónomo del Pueblo
Negro, Afrocolombiano Palenquero y Raizal, el mismo realizado también en
referencia a los 20 años de la Ley 70 de 1993.

Es de advertir que la intención inicial era avanzar en una formulación conjunta


con el gobierno, por ello, muchos aspectos de la propuesta cuentan con estas
características, pero en el desarrollo de la misma, el énfasis se hizo por parte
de las Comunidades Negras, Afrocolombianas Palenqueras y Raizales, por
tal razón, este documento constituye un enfoque desde el punto de vista
comunitario.

En los dos momentos de consolidación del trabajo respecto del proceso de


reglamentación se ha debatido la pertinencia o no de la reglamentación
integral, debate que no se ha saldado, si mantener esta estrategia o en su
defecto reglamentar cada capítulo de manera independiente. Debido a que
no se ha tomado una decisión al respecto, mantenemos esta estructura que
puede dividirse en el momento que se acuerde.”93

En efecto el proceso desarrollado entre los años 2007 y 2008, sirvió de base para la
construcción del proyecto de decreto que ha posibilitado su retroalimentación durante
los procesos subsiguientes, el Congreso ya referenciado, la división del capitulado
para tener proyectos de decretos temáticos que reglamentarán cada capítulo y que da
paso a una definición tacita que es abordar los temas de manera independiente y con
las instituciones responsables de cada uno de ellos, para que de esta manera, se
pueda avanzar separadamente hacia su expedición.

93
GARCÉS CARABALÍ, Daniel. Op. cit.,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 159

Después de la reglamentación del Capítulo III de la ley 70, parte de la apuesta política
del movimiento social afrocolombiano, giró alrededor de la reglamentación de los
Capítulos IV, V y VII, como materias complementarias directas de la reglamentación y
definición territorial. Sin embargo, pese a contar con propuestas reglamentarias desde
1995, la debilidad organizativa del movimiento social afrocolombiano y los intereses
de los gremios económicos representados en el Estado colombiano, han impedido
que se avance en la concreción o expedición de los decretos reglamentarios.

Durante los años 2007 y 2008, el equipo técnico interorganizacional, estructuró una
propuesta de reglamentación integral de los Capítulos cuarto, quinto y séptimo de la
Ley 70 de 1993. La propuesta fue consensuada entre las organizaciones
afrocolombianas del país y presentada al gobierno en desarrollo de la Asamblea
Nacional de Organizaciones Étnicas y Consejos Comunitarios realizada en el
Municipio de Tumaco, entre el 19 y 22 de diciembre de 2008.

Como producto de esta reunión, se acordó entre otros aspectos, que debido a la
existencia de la propuesta de reglamentación integral, se realizaría en marzo de 2009
una Comisión Consultiva de Alto Nivel, ampliada a los Consejos Comunitarios y
Organizaciones del país, pues este espacio de participación responde al seguimiento
de aspectos relacionados con la reglamentación de la Ley 70 de 1993; de tal manera,
que en concertación con el gobierno nacional se expidiera el nuevo decreto que
reglamentaría integralmente los capítulos pendientes de la Ley 70 de 1993.

Estos acuerdos, denominados por los participantes y el gobierno nacional como


“Acuerdos de Tumaco con Comunidades Afrocolombianas”, posteriormente fueron
incumplidos por el Ministerio de Agricultura, Ministerio del Interior y Vicepresidencia
de la República, así como, por los delegados del entonces a la Comisión Consultiva
de Alto Nivel, estos últimos se opusieron denodadamente a que dicho acuerdo se
implementara, cosa que hizo más difícil la exigibilidad del cumplimiento de dichos
acuerdos. De esta manera, en lo correspondiente a la protección de los derechos de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 160

las poblaciones afrocolombianas en materia de recursos naturales, mineros y lo que


podría contribuir en su desarrollo económico y social, como al fortalecimiento de la
identidad cultural, se ha dejado de lado la reglamentación de estos aspectos
consagrados en la Ley 70 que podría tomarse como base para su avance y pasar de
un estado de cosas inconstitucionales a generación de instrumentos normativos y de
política que propendan por una inclusión de los derechos de los afrocolombianos en
la institucionalidad y estructura del Estado colombiano.

Ahora, si bien no hubo reglamentación de la normatividad a favor de los


afrocolombianos por la vía de la Ley 70 de 1993; por el contrario, sí, se ha avanzado
en reglamentaciones por el camino de otras iniciativas normativas, las cuales van en
detrimento de los derechos reconocidos a estas poblaciones; es el caso del actual
Código de Minas, en esta materia; el gobierno nacional ha avanzado en una serie de
regulaciones, las cuales flexibilizan el acceso a concesiones mineras a terceros en los
territorios ancestrales de estas poblaciones, sin que se aplique en la mayoría de casos
la normatividad mínima que les protege y garantiza derechos.

Téngase en cuenta, que de conformidad con el Decreto 1745 de 1995, para otorgar
concesiones mineras, licencias ambientales, obras etc., en territorios susceptibles de
ser titulados colectivamente a Comunidades Afrocolombianas, previo a estos permisos,
se ordena la solicitud de Concepto Previo a la Comisión Técnica de Ley 70 de 1993;
sin embargo, este trámite necesario no se cumple y por ende dicha regulación no es
aplicada.

En consecuencia, la falta de aplicación de las regulaciones previstas en la


normatividad, en el sentido de proteger la integridad cultural de las comunidades y de
la nación, como para fomentar el desarrollo económico y social en las comunidades
afrodescendientes, han agravado la situación de éstas en los últimos años. Es en este
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 161

contexto en el que la Corte Constitucional Colombiana en Sentencia T-025 de 2004,


declara un estado de cosas inconstitucionales debido a las profundas violaciones a
los derechos de la población desplazada entre las que incorpora a las comunidades
afrocolombianas desplazadas con la anuencia del Estado, incluso, mediante procesos
administrativos del tipo de las licencias de exploración y explotación minera, como el
licenciamiento ambiental sin consultar los intereses de las comunidades a la luz de la
Constitución y la legislación vigente.

Dicha sentencia orienta una serie de órdenes de inmediato cumplimiento a las


instituciones del Estado; las cuales a febrero del año 2009, cinco años después de
proferida la Sentencia, su ejecución fue nula o casi nula, en la medida que la situación
descrita por la Corte Constitucional mostraba evidencias de agravamiento; en este
marco, la Corte Constitucional produce el Auto de Seguimiento 005 de 2009, en el
cual conmina al gobierno a implementar medidas urgentes que superen el estado de
cosas inconstitucionales y a que la situación de las comunidades afrodescendientes
sea resuelta94.

Esta situación muestra la inoperancia de las instituciones del Estado, cuando de


abordar de manera estructural las situaciones de las comunidades afrodescendientes
se trata, es la evidencia de que transcurridos ocho años de la Sentencia T-025 de
2004 y cuatro años del Auto 005 de 2009, las situaciones en estas poblaciones no

94 La necesidad de un enfoque diferencial que reconozca la diversidad de los desplazados

afrodescendientes 1. En la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional declaró la existencia de


un estado de cosas inconstitucional en materia de desplazamiento forzado interno en el país, e impartió
varias órdenes complejas encaminadas a asegurar su superación y a avanzar en la garantía del goce
efectivo de los derechos de los desplazados. 2. Al resaltar las falencias de la política para proteger los
derechos de la población desplazada en la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional señaló,
entre otros factores, que no habían sido “reglamentadas las políticas que faciliten el acceso a la oferta
institucional a los grupos desplazados en situación de mayor debilidad, tales como (...) los grupos
étnicos (...).” Igualmente destacó que “los sistemas de registro no son sensibles a la identificación de
necesidades específicas de los desplazados que pertenecen a grupos bajo un mayor nivel de
vulnerabilidad, tales como (...) los grupos étnicos.”
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 162

mejoraron, por el contrario, continuó agravándose en algunos contextos, como lo es,


la costa caucana, municipios de Timbiquí, Guapi y López de Micay, el Norte del
departamento del Cauca, entre otros contextos de asentamientos históricos
afrocolombianos, al igual que a pesar de los múltiples informes presentados por las
instituciones, no se advierten medidas específicas que superen el estado de cosas
lesivas95.

De otro lado las instituciones del gobierno responsables de la aplicación o desarrollo


de las acciones ordenadas por la Corte Constitucional; “coordinadas” por el Ministerio
del Interior, envían informes periódicos de cumplimiento a la Corte, sin que esta
situación se encuentre modificando de manera sustancial, las realidades en que se
desenvuelven estas comunidades y es el fondo de lo que la Corte ha ordenado
subsanar.96

Así las cosas, la existencia de un estado de cosas inconstitucional, no solo se


materializa en lo que la corte llamó en su momento la falta de institucionalidad para
atender la problemática de los desplazados y en especial los desplazados
afrocolombianos; sino que la situación del estado de cosas inconstitucional se traslada
a la generalidad de aspectos constitucionales y legales que tienen que ver con la
puesta en marcha de los derechos de las comunidades afrocolombianas, situación
ésta que se agrava en la reiterada violación al derecho fundamental que tienen las
comunidades afrocolombianas a la participación y a la consulta previa y al
consentimiento, previo, libre e informado, sobre los destinos de sus territorios
ancestrales, su cultura, su vida y la opción de desarrollo en el marco de sus
aspiraciones como Pueblos.

95 DIRECCIÓN DE ASUNTOS PARA COMUNIDADES NEGRAS, AFROCOLOMBIANAS,


PALENQUERAS Y RAIZALES. Op. Cit.
96 Ibíd.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 163

De conformidad con el Artículo 6 de la Ley 21 de 1991, se tiene que los estados deben
establecer los medios a través de los cuales, los pueblos interesados puedan
participar libremente, por lo menos en la misma medida que otros sectores de la
población, y a todos los niveles en la adopción de decisiones en instituciones electivas
y organismos administrativos y de otra índole responsables de políticas y programas
que les conciernan. Este que se concibe como el derecho general a la participación,
se debe garantizar en las políticas y programas que de alguna manera les conciernan
y su objetivo es que se garanticen a los pueblos interesados unas oportunidades de
participación que sean, al menos, equivalentes a las que están a disposición de otros
sectores de la población97.

Como puede observarse el derecho a la participación de los grupos étnicos,


corresponde a la responsabilidad que tienen los Estados de garantizar que todos sus
ciudadanos participen de manera igual en el proceso de toma de decisiones en
diversas materias correspondientes a la administración. Este derecho a la
participación es diferente al derecho fundamental que tienen éstos a la Consulta
Previa y al Consentimiento; veamos:

En ese orden de ideas, el Artículo 6 prevé el derecho a la Consulta Previa, para


aquellas medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectar directamente
a comunidades indígenas y afrocolombianos y se constituye como un derecho de
carácter fundamental y es obligatorio cuando las medidas tengan una afectación
directa, que se da cuando la ley altera el estatus de la persona o de la comunidad,

97
Sobre la participación y la consulta previa, se tiene un capítulo específico, sin embargo es necesario
conectar aquí algunos aspectos que fortalecen la demostración sobre el estado de cosas del marco
legal respecto de este tema.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 164

bien sea porque le impone restricciones o gravámenes, o, por el contrario, le confiere


beneficios98.

La Consulta Previa es un derecho constitucional que tienen los pueblos negros,


afrocolombianos a ser consultados sobre medidas administrativas, legislativas o
proyectos de infraestructura que puedan afectar sus comunidades; y constituye un
excelente escenario para proteger la integridad cultural, social y económica de estos
grupos humanos.

Responde entre otros aspectos, a la ponderación de los valores superiores de nuestra


sociedad, a la superación de un estado de violencia permanente a la que son
sometidas estas poblaciones, degradando el sentido de lo que llamamos democracia
participativa, inclusiva y respetuosa de la igualdad en la diferencia; de esta manera, la
aplicación efectiva de la Consulta Previa y el Consentimiento Previo, Libre e Informado
sería una gran contribución al funcionamiento incuestionable de lo que hemos definido
constitucionalmente como estado social de derecho.

Pues bien, este derecho fundamental que es la Consulta Previa para los grupos
étnicos en Colombia, ha sido puesto en escena en varias oportunidades; su función al
ser mal interpretada por funcionarios de gobierno, al ser demandada y examinada por
la Corte Constitucional, la misma dejó sin vigencia El Estatuto de Desarrollo Rural, La
Ley Forestal, condicionó la implementación del Plan de Desarrollo Nacional 2006-
2010 y produjo una Sentencia modulada sobre el voraz Código de Minas aprobado
por el Congreso en el periodo de gobierno señalado 99.

98
De conformidad con la Sentencia C - 030 de 2008 de la Corte Constitucional.

99Sentencias C-175 de 2009 Constitucionalidad de la Ley 1152 de 2007 Estatuto de Desarrollo Rural.
C-461 de 2008 Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010. C-030 de 2008 Ley General Forestal.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 165

De esta manera, la actitud y las actuaciones de las instituciones del Estado y


funcionarios con altos cargos en el gobierno, ponen este derecho en permanente
tensión, pues la creación de una Dirección de Consulta Previa al interior del Ministerio
del Interior con el propósito de la efectivización de este derecho fundamental, por el
contrario, ha agudizado su pésima interpretación al respecto, pues la misma con
frecuencia viene conceptuando en contra de la aplicación de este justo derecho;
negando a las comunidades ser consultadas como lo ordena la Constitución y la ley.

Durante el segundo semestre de 2014, se llevó a cabo el III Censo Nacional


Agropecuario en Colombia; en efecto levantar la información en Comunidades
Afrocolombianas e Indígenas, requería de un proceso de participación y un proceso
de Consulta Previa en la que estos grupos étnicos no solo participen, sino que también
acordaran con La Dirección Nacional de Estadísticas DANE, los procedimientos y el
uso de la información a levantar en sus territorios; de esta manera el DANE le solicita
al Ministerio del Interior a través de la Dirección de Consulta Previa DCP, certifique la
necesidad de que dicho proceso sea consultado y en efecto inicie los trámites
conducentes a garantizar dicho derecho; sin embargo y para sorpresa de los procesos
organizativos de éstas comunidades, la Dirección de Consulta Previa del Ministerio
del Interior certificó al DANE que para el desarrollo de dicho CENSO, no era necesario
desarrollar consulta con los grupos étnicos.

En respuesta a dicha afrenta, los procesos organizativos de Comunidades


Afrocolombianas e Indígenas, producen un comunicado a la opinión pública
denominado “Comunicado de los pueblos indígenas y comunidades negras al
gobierno de Colombia y a la opinión pública nacional e internacional”. Éste,
fechado julio 14 de 2012, entre los aspectos que solicita y pone en cuestión se
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 166

relaciona entre otros con el “Cambio del Dr. Rafael Torres de la Dirección de Consulta
Previa del Ministro del Interior.”100

Entre otros conceptos de la recién creada Dirección de Consulta Previa, negando la


aplicación del derecho fundamental a la consulta previa y al consentimiento previo
para los grupos étnicos en general y comunidades afrocolombianas en particular, se
encuentran: concepto de la DCP a la Sub Directora del Departamento Nacional de
Planeación respecto de la aplicación de la Consulta Previa en el marco del Sistema
General de Regalías de fecha 2 de octubre de 2012. Concepto sobre la formulación
de un Plan de Desarrollo Sostenible en el Archipiélago del Rosario y San Bernardo,
en el marco de Sentencia del Consejo de Estado de noviembre de 2011, entre otros.

La situación del derecho fundamental a la Consulta Previa, se ve agravada cuando


por iniciativa gubernamental a través del Ministerio del Interior, se pretende presentar
al Congreso de la República un proyecto de ley que reglamente la Consulta Previa,
“proyecto de ley estatutaria no….. de 2012, por la cual se desarrolla la Consulta
Previa para Grupos Étnicos y se dictan otras disposiciones” el mismo que ha
circulado por varias instituciones como documento de trabajo para formulación de
observaciones, no ha sido consultado con las comunidades titulares de dicho derecho
ni mucho menos presentado como intención a las mismas.

De esta manera se puede constatar que el Ministerio del Interior, a través de la recién
creada Dirección de Consulta Previa, viene reiteradamente violentando dicho derecho

100
COMUNICADO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y COMUNIDADES NEGRAS AL GOBIERNO DE
COLOMBIA Y A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL. Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 167

fundamental, sin que exista intervención por órgano de control alguno, lo que hace
inferir una connivencia de aquellos con la situación expresada.

El gobierno presentó al Congreso el 27 de septiembre de 2012, el Proyecto de Ley


denominado “Por el cual se establece la Ley de participación y representación
para las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales”; el
mismo se presentó con vicios de procedimiento y violando la Constitución, pues a la
luz de ésta, de la ley y la Jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana, no
surtió el proceso de Consulta Previa y Consentimiento Previo Libre e Informado.

El proceso de Consulta Previa de este proyecto, se realizó en el marco de la Comisión


Consultiva de Alto Nivel, y además de violentar los estándares internacionales y los
de la Corte Constitucional; estuvo mediada por una fuerte oposición de un conjunto
de organizaciones y comunidades, las cuales no fueron consultadas sobre el
particular. Porque se ha considerado que la Comisión Consultiva de Alto Nivel, no es
instancia de consulta previa, toda vez que sus funciones son taxativas en la Ley 70 de
1993, como espacio para el seguimiento a la implementación de esta misma ley.

El escenario de éste proyecto de ley es contradictorio, pues aspectos esenciales de


la misma, se encontraban incorporados como lineamientos y políticas en el “Plan
Nacional de Desarrollo 2010 – 2014 “Prosperidad para Todos””. En esa dirección no
sería necesario una nueva ley para aplicarlos, sino que por el contrario se requiere de
la decisión institucional para implementarlos a través de programas específicos. Entre
otros aspectos, el Plan Nacional de Desarrollo incorpora y sustenta lo relacionado con
la igualdad de oportunidades para superar las condiciones de marginalidad, exclusión
y pobreza en que viven las comunidades afrocolombianas en el país.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 168

De otra manera el precitado proyecto de ley, aborda elementos sustanciales de la Ley


70 de 1993, la cual en su capitulado incorpora aspectos relacionados con los
mecanismos para el desarrollo económico y social de las Comunidades
afrocolombianas; sin embargo tal como mencionamos antes, ésta no ha sido
reglamentada en dichos aspectos; en efecto ¿cuál sería la pertinencia de una nueva
ley que aborde estos asuntos si ya existe una y se encuentra sin reglamentar?, ¿por
qué no reglamentar mediante decreto los aspectos pendientes de la Ley 70 de 1993,
en cuyo caso existen propuestas consensuadas por las comunidades a través de sus
procesos organizativos y técnicos? ¿Por qué someter al Congreso a un desgaste
relacionado con esta ley, cuando el gobierno podría reglamentar los aspectos más
importantes mediante decreto o el diseño de programas específicos en
implementación del Plan Nacional de Desarrollo?; son solo algunas de las preguntas
que surgen en un escenario de incertidumbre con la participación de las Comunidades
Negras, afrocolombianas en las decisiones que les afecte y al país, tal como se ha
planteado por la Ley 70 de 1993 sin reglamentar.

En consecuencia el proyecto de ley mal llamado de igualdad de oportunidades, no


aporta elementos nuevos en relación con la necesidad de diseñar políticas públicas e
implementar el marco normativo en función del etnodesarrollo de los afrocolombianos;
sino que por el contrario, el proyecto en mención, constituía un nuevo factor que
distrae a la luz de la urgente necesidad que tienen éstas comunidades de que se
apliquen y desarrollen la normatividad ya existente.

Se resalta que por la vía de la incidencia de diversas organizaciones que se pueden


denominar como históricas del movimiento social afrocolombiano, el proyecto de ley
fue archivado por el Congreso de la República, sin embargo sus impulsores han
realizado varios intentos de retomarlo en contravía de escuchar los planteamientos y
argumentos de éstas organizaciones y comunidades, quienes son responsables a
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 169

partir de su trabajo y movilización social de la existencia del marco referencial de


derechos existente, los derechos como productos culturales, los derechos como
resultado de procesos de lucha.

Del presente análisis, se infiere que en materia de la aplicación del marco normativo
en favor de las comunidades afrocolombianas, y los desafíos en materia de
reglamentación integral, los esfuerzos realizados no se corresponden con las
necesidades y requerimientos, y en su efecto se halla una sistemática violación a la
ley y la Constitución.

Así las cosas, se hace necesario construir un nuevo marco de coherencia institucional
respecto de los abordajes de las problemáticas presentes en esta población debido a
la falta de garantías en la aplicación de sus derechos, lo cual incrementa el nivel de
vulnerabilidad a factores externos que tienen impactos desproporcionados en sus
vidas.

En concordancia con lo planteado se hace necesario la reglamentación integral de los


Capítulos IV, V, VI y VII de la Ley 70 de 1993, en vez de tramitar ante el Congreso
nuevos proyectos de ley que pretenda sustituirla.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 170

3.3 Línea de tiempo del marco constitucional y legal de los derechos


reconocidos a la población afrocolombiana.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 171
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 172
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 173

Ilustración 1. Línea de tiempo del marco constitucional y legal de los derechos reconocidos a la
población afrocolombiana. Elaborado para este trabajo. El Autor.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 174

CAPÍTULO IV

4. EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA CONSULTA PREVIA,


CONTEXTO JURÍDICO, JURISPRUDENCIAL Y DESAFIOS

Colombia es un Estado social de derecho, democrático y participativo, su garantismo


legal está orientado y determinado por la Constitución Política de Colombia de 1991,
instrumento de obligatorio cumplimiento, para garantizar los derechos y obligaciones
de todos los habitantes de la nación. En el clausulado constitucional se encuentra
previsto el derecho a la participación. En efecto, el Artículo 2 consagra como un fin
esencial del Estado colombiano el “…facilitar la participación de todos en las
decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural
de la nación”101.

La Constitución Política Colombiana consagra un Estado colombiano como una


democracia participativa, pluralista, que promueve la participación de todos en los
asuntos que los afectan y ampara la garantía general de igualdad de los colombianos.
La Honorable Corte Constitucional Colombiana en relación al derecho general de
participación de grupos tribales ha señalado que:

“incluidos los pueblos indígenas y tribales, en igualdad de condiciones, tienen


derecho, al tenor de lo dispuesto en el artículo 40 de la Carta, a participar en
la conformación, ejercicio y control del poder político y tienen a su disposición
los instrumentos de participación que se han previsto en el artículo 103 del
mismo ordenamiento, no sólo los que corresponden a los mecanismos de

101
COLOMBIA. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA 1991. Op. cit,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 175

participación del pueblo en ejercicio de su soberanía –el voto, el plebiscito, el


referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la
revocatoria del mandato- sino también los que surgen de la posibilidad,
prevista en el inciso segundo del artículo 103, de articularse libremente, con
el apoyo del Estado, para la promoción de sus intereses, en asociaciones que
tengan por objeto constituir mecanismos democráticos de representación en
las diferentes instancias de participación, concertación, control y vigilancia de
la gestión pública que se establezcan.102

En Colombia, los mecanismos de participación democrática permiten asegurar la


interacción efectiva entre los ciudadanos y la actividad del Estado, a efectos que las
decisiones que se adopten sean legítimas por estar precedidas de un proceso
deliberativo, con espacios concretos y efectivos de participación. Ahora, para las
comunidades afrocolombianas el derecho de participación es consecuencia directa
del principio constitucional del reconocimiento de la diversidad étnica y cultural y se
garantiza a través de espacios concretos de participación adicionales a los que tienen
acceso el resto de habitantes del Estado. Tratándose de pueblos o Comunidades
Negras, Afrocolombianas, Palenquearas y Raizales tal mandato constitucional debe
“partir de espacios autónomos locales y regionales que posibilite a dichas
comunidades reflexionar a partir de sus derechos étnico culturales y sus opciones de
desarrollo de acuerdo a sus aspiraciones como pueblo”103.

102
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-030-08. MP. Rodrigo Escobar Gil.

103 MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL AUTÓNOMO DEL PUEBLO NEGRO,

AFROCOLOMBIANO, PALENQUERO Y RAIZAL. Agosto de 2014. Ed. Garcés Carabalí Daniel.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 176

Resulta importante mencionar los mecanismos de participación a los que se hace


referencia en la i) Convención de Espoo de febrero 25 de 1991, Artículo 2-1104,
precursora105 en destacar la importancia de la participación pública en los procesos de
declaratoria de áreas protegidas; en el ii) Convenio de Diversidad Biológica, artículo
14-1 a), que referenció directamente el derecho a la participación durante los procesos
en materia ambiental106; en la iii) Convención sobre el Acceso a la Información y la
Participación Ciudadana en la Toma de Decisiones y en el Acceso a la Justicia
Ambiental (Aarhus, Dinamarca, junio 25 de 1998), sobre las herramientas para el
manejo de la información en forma no excluyente y los mecanismos de participación
en actividades específicas relacionadas con el ambiente; y en el iv) Convenio 169 de
1989 de la OIT, acerca de la participación en comunidades étnicas107.

En materia de comunidades afrocolombianas, el derecho a la participación debe


examinarse detenidamente a la luz del Convenio 169 de 1989 de la Organización
Internacional del Trabajo -OIT-, adoptado en el ordenamiento jurídico colombiano
mediante la Ley 21 de 1991, el cual hace parte integral de la Constitución - bloque
de constitucionalidad -. En efecto, dicho Convenio insta a los gobiernos para que

104 CONVENCIÓN DE ESPOO. Febrero 25 de 1991. Art. 2-1

Esta Convención expresa, al respecto: “Todas las partes adoptarán las medidas legales, administrativas
o de otra índole que sean necesarias para dar efecto al presente Convenio, incluidas… la institución de
un procedimiento de evaluación de impacto medioambiental que permita la participación pública y la
preparación de la documentación para la evaluación del impacto medioambiental que se consigna en
el apéndice II.”
105Ya había surgido una primera iniciativa, en el United Nations Evironmental Programme, UNEP
(1987).

106 “Cada
parte Contratante, en la medida de lo posible y según proceda: a) establecerá procedimientos
apropiados por los que se exija la evaluación del impacto ambiental de sus proyectos propuestos que
puedan tener efectos adversos importantes para la diversidad biológica con miras a evitar o reducir al
mínimo esos efectos y, cuando proceda, permitirá la participación del público en esos procedimientos.”

107 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-500 de 2012.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 177

desarrollen medidas que protejan los derechos de comunidades indígenas y


tribales, y exige la participación de estos pueblos de manera informada, previa y
libre en los procesos de desarrollo y formulación de políticas que los puedan
afectar. Igualmente, este instrumento señala que las comunidades étnicas tienen la
pretensión de asumir el control de sus propias instituciones, formas de vida, desarrollo
económico y a conservar su identidad, lengua y creencias dentro de los Estados en
los que viven, en este sentido establece la obligación de los Estados de desarrollar
con la participación de los pueblos interesados una acción coordinada y sistemática
que logre garantizar y proteger sus derechos y el respeto por su integridad,
consagrando que la participación debe incluir medidas que permitan la igualdad de
derechos y oportunidades que la normativa de cada Estado otorga a los otros
miembros de la población; la garantía efectiva de los derechos respetando sus
costumbres, tradiciones e instituciones; y contribuyendo a eliminar las diferencias
socioeconómicas de manera compatible con las aspiraciones y formas de vida de
estas comunidades108.

Como se puede observar, el Convenio 169 le otorga especial importancia al derecho


de las comunidades indígenas y tribales a la participación en las decisiones que los
puedan afectar, consagrando en el Artículo 6 el compromiso de los gobiernos de
consultar a los pueblos interesados mediante procedimientos apropiados y en
particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se contemplen
medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente. Así
mismo consagra que los pueblos implicados deben tener la oportunidad de participar
libremente en todos los niveles desde la formulación, ejecución y evaluación de
medidas que les afecte directamente.

108
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT). Convenio 169 de 1989. Adoptado en el
ordenamiento jurídico colombiano mediante la Ley 21 de 1991
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 178

Más adelante el Artículo 7º del Convenio en mención, contempla que se le debe


reconocer a las comunidades locales el derecho de decidir sus propias prioridades en
lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de
alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo
económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la
formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional
y regional susceptibles de afectarles directamente.

Los Artículos 14 y 15, disponen que el Estado Colombiano debe tomar las medidas
para salvaguardar el derecho a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas
por ellas, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades
tradicionales y de subsistencia; proteger especialmente los derechos de estos pueblos
a participar en la utilización, administración, y conservación de los recursos naturales
existentes.

La Corte Constitucional Colombiana, ha entendido que de los anteriores artículos se


distinguen dos dimensiones del derecho de participación de las comunidades, en
primer lugar, en la obligación de establecer los medios necesarios a través de los
cuales estos pueblos puedan participar libremente y a todos los niveles en las
decisiones que se toman en las instituciones del Estado responsables de adoptar
políticas y programas que les conciernan, y en segundo lugar en el deber de consulta
previa de las medidas susceptibles de afectarles directamente. Para el Alto Tribunal
constitucional la primera dimensión responde al derecho general de participación de
las comunidades tribales, el cual se debe garantizar en las políticas y programas que
de alguna manera les interesen a estas comunidades. La segunda es la que tiene que
ver con las medidas administrativas y legislativas que los afecten directamente, en
donde se da el deber de Consulta Previa109.

109
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-030-08. Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 179

Téngase en cuenta que el artículo séptimo de la Constitución Política de 1991


consagra como principio fundamental del Estado colombiano el reconocimiento y
protección de la diversidad étnica y cultural de la nación, principio que se ha
establecido como el pilar de la especial protección constitucional a la que son sujetos
los pueblos étnicos que habitan el territorio nacional, en este sentido, la jurisprudencia
constitucional ha sido enfática en establecer como una obligación del Estado, el deber
de reconocer un estatus especial de protección a los pueblos étnicos, bajo la base de
dignidad humana, pluralismo y pertenencia a la nación, siempre propendiendo el
respeto por sus usos y costumbres tradicionales.

En ese orden de ideas, se tiene que uno de los instrumentos principales que
materializan las aspiraciones de los pueblos tradicionales a asumir el control de sus
propias instituciones y formas de vida, es precisamente el ya mencionado derecho a
la Consulta Previa, previéndose su aplicación para cuando existan medidas
administrativas o normativas que puedan afectar en forma directa sus territorios. Este
importante instrumento lo contempla el Convenio 169 de la OIT (aprobado mediante
Ley 21 de 1991) como una forma más de participación en la toma de decisiones que
afectan sus territorios, instituciones y demás formas de vida, que contribuye y
garantiza la protección del patrimonio material e inmaterial de los Estados.

En este sentido, el Artículo 6 del Convenio consagra como deber de los Estados el
consultar a los pueblos tribales, cada vez que existan medidas legislativas o
administrativas que sean susceptibles de afectarles directamente, mediante
procedimientos apropiados, aplicando el principio de buena fe y de acuerdo a cada
circunstancia, con el fin de llegar a un acuerdo o al consentimiento de las medidas
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 180

propuestas110. A su vez, el Artículo 7 consagra el deber de los gobiernos de tomar


medidas en cooperación con los pueblos interesados para proteger y preservar el
medio ambiente de los territorios que habitan111. Las anteriores disposiciones hacen
parte del bloque de constitucionalidad, por lo que la jurisprudencia constitucional ha
entendido que la Consulta Previa es un instrumento que el Estado colombiano se
comprometió a aplicar como medio para garantizar, ante la aplicación de medidas

110 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT). Op. Cit. Artículo 6:

1. Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos deberán:


a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de
sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas
susceptibles de afectarles directamente;
b) establecer los medios a través de los cuales los pueblos interesados puedan participar libremente,
por lo menos en la misma medida que otros sectores de la población, y a todos los niveles en la
adopción de decisiones en instituciones electivas y organismos administrativos y de otra índole
responsables de políticas y programas que les conciernan;
c) establecer los medios para el pleno desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en
los casos apropiados proporcionar los recursos necesarios para este fin.
2. Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este Convenio deberán efectuarse de buena fe y de
una manera apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el
consentimiento acerca de las medidas propuestas”.

111ORGANIZACIÓN INTERNACONAL DEL TRABAJO (OIT). Op. Cit. Artículo .7


1. Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe
al proceso de desarrollo, en la medida en que este afecte a sus vidas, creencias, instituciones y
bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida
de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán
participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional
y regional susceptibles de afectarles directamente.
2. El mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo y del nivel de salud y educación de los
pueblos interesados, con su participación y cooperación, deberá ser prioritario en los planes de
desarrollo económico global de las regiones donde habitan. Los proyectos especiales de desarrollo
para estas regiones deberán también elaborarse de modo que promuevan dicho mejoramiento.
3. Los gobiernos deberán velar porque, siempre que haya lugar, se efectúen estudios, en cooperación
con los pueblos interesados, a fin de evaluar la incidencia social, espiritual y cultural y sobre el medio
ambiente que las actividades de desarrollo previstas puedan tener sobre esos pueblos. Los resultados
de estos estudios deberán ser considerados como criterios fundamentales para la ejecución de las
actividades mencionadas.”
4. Los gobiernos deberán tomar medidas, en cooperación con los pueblos interesados, para proteger
y preservar el medio ambiente de los territorios que habitan.”
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 181

administrativas que puedan afectar los territorios de las comunidades tribales, su


pervivencia social, económica y cultural112.

Para la Corte Constitucional, el deber de consultar las medidas administrativas que


afecten directamente a los pueblos tribales es una consecuencia directa del derecho
que les asiste a estas comunidades a decidir las prioridades en su proceso de
desarrollo y de preservar su cultura, por lo que la consulta previa ha sido introducida
en nuestro ordenamiento jurídico como un derecho de carácter fundamental y de
especial importancia en razón a que es indispensable para la defensa y permanencia
de la identidad y diversidad cultural. Dicho Tribunal Constitucional ha establecido que
la consulta “constituye un instrumento básico para preservar la integridad étnica,
social, económica y cultural de las comunidades (…) y para asegurar, por ende, su
subsistencia como grupo social”.113

Se erige así la consulta previa como una obligación del Estado y no como una medida
potestativa, por cuanto su existencia obedece a la especial protección constitucional
que requieren y merecen los pueblos, en este sentido la Honorable Corte
Constitucional ha señalado que la misma “…es expresión y desarrollo del artículo
primero de la Constitución, que define a Colombia como una democracia participativa,
del artículo 2º, que establece como finalidad del Estado la de facilitar la participación

112 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-030-08. Op. Cit.

“De este modo, es posible apreciar que del marco del Convenio 169 de la OIT surgen dos grandes
conjuntos de compromisos para los Estados signatarios, el primero, referido a las medidas que deben
impulsar para obtener los fines propios del convenio en los distintos aspectos que son objeto del mismo,
que, como se ha dicho, de una manera amplia, se orienta a promover las condiciones que permitan el
desarrollo de los pueblos indígenas y tribales de un modo que respete la diversidad étnica y cultural,
asegure los espacios de autonomía requeridos para ello y se desenvuelva en un marco de igualdad, y
que específicamente se refiere a su relación con las tierras o territorios; a las condiciones de trabajo; a
aspectos relacionados con la formación profesional, la artesanía y las industrias rurales; a salud y
seguridad social; a educación y medios de comunicación y a contactos y cooperación a través de las
fronteras, y el segundo que alude a la manera como deben adoptarse y ponerse en ejecución esas
medidas y que tienen como elemento central la participación y el respeto por la diversidad y la
autonomía”.
113 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-769-09, (M.P. Nilson Pinilla Pinilla).
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 182

de todos en las decisiones que los afectan, del artículo 7º Superior, que reconoce y
protege la diversidad étnica y cultural, del 40-2, que garantiza el derecho de todo
ciudadano a la participación democrática y del artículo 70 que considera la cultura
fundamento de la nacionalidad”114.

Frente a su obligatoriedad, el mismo Tribunal ha precisado que la consulta es


obligatoria en cuanto a su verificación, esto es ante la posibilidad de acudir a los jueces
de la república por medio de la acción de tutela para que se compruebe su realización
y que no se puede confundirse ni remplazarse con otros mecanismos de concertación
o participación, es así como, la misma brinda a los pueblos una protección especial y
salvaguarda sobre las costumbres, la autonomía y el territorio. Desconocer dichas
garantías pondría en peligro la identidad de los pueblos étnicos y llevaría a destruir la
particularidad y cultura que los caracteriza, como un notorio perjuicio para la
conservación y adecuado desarrollo de sus culturas y creencias.

“La identidad cultural la entendemos como un constructo


biopsicosocial que genera una conciencia compartida que permite la
diferenciación positiva con base en las particularidades socioculturales
de un individuo o grupo. Está ligada a la autorrepresentación y
autoevaluación, es una cualidad sociológica independiente de la
voluntad de ese individuo o grupo; cobra más sentido, cuando se
expresa en relación con otros individuos o grupos humanos.”115

Adicionalmente la Corte Constitucional ha manifestado que existe un nexo muy claro


entre la consulta como mecanismo de participación y, la defensa de la integridad
cultural de las comunidades étnicas, así las cosas ha establecido que “…la

114 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-030-08, (M.P. Nilson Pinilla Pinilla). Op. Cit.
115
GARCÉS ARAGÓN, Daniel. En: Cómo contribuye la Educación para Combatir la Discriminación
Racial. Ponencia en Foro de Tumaco. Publicada en internet.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 183

importancia del Convenio 169 de 1989 la OIT y en especial del instrumento de consulta
previa que se prevé en su Artículo 6, radica particularmente no solo en que dicho
proceso consultivo se surta de manera previa cuando quiera que se trate sobre la
explotación de recursos naturales existentes en territorio, sino porque dicha
consulta previa habrá de hacerse extensiva a todas aquellas decisiones
administrativas y legislativas del Estado que afecten o involucren intereses
propios de dichas minorías, aun cuando sean diferentes a lo señalado en el Artículo
330 de la C.P., pues de esta manera se garantiza igualmente el derecho a su
identidad. Así, la consulta previa que señala el Convenio 169 tendrá cabida respecto
de todos aquellos casos que así se requiera y en los que se comprometan los
intereses del pueblo indígena”.116

Es importante destacar que el Convenio 169 se orienta a “obtener que se garanticen


a los pueblos interesados unas oportunidades de participación que sean, al menos,
equivalentes a las que están a disposición de otros sectores de la población, en la
adopción de decisiones en instituciones electivas y organismos administrativos y de
otra índole responsables de políticas y programas que les conciernan”.117

En consecuencia, la Consulta Previa libre e informada “es un derecho fundamental de


los pueblos étnicos que tienen por objeto que los pueblos participen y decidan
previamente sobre medidas administrativas y legislativas” donde se puedan ver
afectados “y cuya finalidad es llegar a un acuerdo a través de un diálogo intercultural y
horizontal entre pueblos étnicos y actores públicos y privados”, estableciéndose como
un “mecanismo de defensa, reconocimiento, protección y respeto del Estado frente a la
integridad étnica y cultural de los pueblos que lo constituyen”118.

116 Ibídem. (negrilla y cursiva fuera del texto)


117COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-461 de mayo 14 de 2008, M. P. Manuel
José Cepeda Espinosa.

118 MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL AUTÓNOMO DEL PUEBLO NEGRO,

AFROCOLOMBIANO, PALENQUERO Y RAIZAL. Op. cit. Pág. 109.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 184

Es importante resaltar que el más alto tribunal de la jurisdicción constitucional en


Colombia, en fallo del año 2001, reconoció que las comunidades negras son acreedoras
de los derechos consagrados en el Convenio 169 de la OIT, en razón de que son un
grupo étnico especial, definido por la Ley 70 de 1993119, que se inscribe dentro del ámbito
del Convenio en mención, ya que este se aplica además de los pueblos indígenas, a los
pueblos tribales cuyas condiciones sociales, culturales y económicas los distingan de
otros sectores de la colectividad nacional, y que estén regidos por sus propias
costumbres o tradiciones o por una legislación especial120.

Para estos efectos, es importante considerar que el Convenio 169 establece el


compromiso de los gobiernos de “respetar la importancia especial que para las
culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las
tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna
otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación”.121 Igualmente
establece que se debe reconocer a los miembros del pueblo afrocolombiano el
derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo,
en la medida en que éste afecte sus vidas, creencias, instituciones y bienestar

119El objeto de esta ley es reconocer a las comunidades negras que han venido ocupando tierras
baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacífico, de acuerdo con sus
prácticas tradicionales de producción, el derecho a la propiedad colectiva. Así mismo, tiene como
propósito establecer mecanismos para la protección de la identidad cultural y de los derechos de las
comunidades negras de Colombia como grupo étnico, y el fomento de su desarrollo económico y social,
con el fin de garantizar que estas comunidades obtengan condiciones reales de igualdad de
oportunidades frente al resto de la sociedad colombiana. De acuerdo con lo previsto en el parágrafo
1o. del artículo transitorio 55 de la Constitución Política de Colombia de 1991, esta ley se aplicará
también en las zonas baldías, rurales y ribereñas que han venido siendo ocupadas por comunidades
negras que tengan prácticas tradicionales de producción en otras zonas del país.

120 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-169 de 2001

121 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT). Op. Cit. Artículo 13.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 185

espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la


medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además,
dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los
planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles
directamente122.

Ahora bien, en Colombia el derecho a la Consulta Previa ha sido progresivamente


reconocido e implementado. En efecto, si bien dicho instrumento ingresó al
ordenamiento jurídico colombiano a partir de la ratificación del Convenio 169 de la OIT
con la expedición de Ley 21 de 1991, lo cierto es que el Estado realmente reconoce su
aplicación con ocasión de la jurisprudencia de la Corte Constitucional que se encargó
de posicionar dicho derecho, sentando precedentes sobre la naturaleza, importancia y
alcance de este derecho.

En efecto, existe nutrida y variada jurisprudencia constitucional que comienza a dar un


verdadero status a la Consulta Previa en Colombia, para lo cual se mencionarán las
más importantes en cuanto a dicho aspecto, abordando en primera medida, las
relacionadas con proyectos, obras o actividades relacionadas con explotación de
recursos naturales en territorios de comunidades étnicas. La primera sentencia en esta
materia de consulta, fue la T-428 de 1992, mediante la cual la Corte estudió el caso
del resguardo indígena de Cristianía, ubicado en el municipio de El Jardín,
departamento de Antioquia, donde se estaba afectando a dicha comunidad en la
ampliación y pavimentación de la carretera que de Remolinos conducía a Jardín en
continuación de la “troncal del café”, la cual fue contratada por el Ministerio de Obras
Públicas de esa época con un consorcio de ingenieros, en donde no se realizó la
consulta previa respectiva por la ampliación de la vía que afectaba a la comunidad.

122 Ibídem. Artículo 7


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 186

En esa oportunidad la Corte Constitucional determinó que no se tuvo en cuenta la


consulta de la máxima autoridad indígena del lugar, es decir, del gobernador del
Cabildo, y por lo tanto resolvió conceder el amparo pedido y ordenó “la suspensión
de las labores de ampliación de la carretera Andes-Jardín en el tramo que
corresponde a la zona afectada, (Km 5+150 a Km 6+200) hasta tanto se hayan hecho
los estudios de impacto ambiental y tomado todas las precauciones necesarias para
no ocasionar perjuicios adicionales a la comunidad”.

Posteriormente en la Sentencia SU-039 de 1997 la Corte revisó el caso del


otorgamiento de una licencia ambiental para la realización de las actividades de
prospección sísmica del bloque Samoré, el cual tenía como fin estudiar la existencia
de yacimientos petroleros en distintos departamentos del país, las cuales incluían
parques naturales y resguardos indígenas. Para la comunidad U´wa la expedición de
la licencia ambiental no era procedente en vista de que no se había efectuado el
proceso de Consulta Previa de conformidad con la Constitución, el Convenio 169 de
la OIT y la ley. El Alto Tribunal consideró que no se realizó la consulta previa, por lo
que ordenó “que con el fin de hacer efectivo el derecho fundamental de participación
de la comunidad U'wa, conforme al numeral 2 del art. 40 de la Constitución, se
proceda en el término de 30 días hábiles, a partir de la notificación de esta Sentencia
a efectuar la consulta a la comunidad U'wa”.

Otra sentencia emblemática para el caso colombiano, es la T- 652 de 1998, en la cual


se estudió el caso de la comunidad Embera-Katío del Alto Sinú, respecto a la licencia
ambiental que autorizaba la construcción de la hidroeléctrica Urrá en el río Sinú y en
la cual se había omitido realizar la consulta previa. Los temas que se abordaron en
dicho fallo: i) el derecho a la integridad territorial y el dominio sobre el resguardo; ii) el
derecho fundamental a la supervivencia del pueblo indígena; iii) la explotación de
recursos naturales en territorios indígenas y la protección que debe el Estado a la
identidad e integridad étnica, cultural, social y económica de las comunidades
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 187

indígenas; iv) la consulta para el llenado y funcionamiento de la represa; v) el derecho


al mínimo vital y cambio forzado de una economía de subsistencia de bajo impacto
ambiental a una agraria de alto impacto y menor productividad. Debido a que la obra
ya se había ejecutado y a las problemáticas derivadas de la misma, la Corte resolvió
ordenar la indemnización a la comunidad, la unificación del resguardo, la concertación
del régimen especial en salud de los afectados, la supervivencia de la comunidad y
el etnodesarrollo de los afectados, entre otras medidas.

Un fallo histórico también resulta ser la sentencia SU-383 de 2003 (sentencia de


unificación) en el cual la Corte Constitucional aborda el pedimento de la Organización
de los Pueblos indígenas de la Amazonía Colombiana (Opiac) que consideró
vulnerados los derechos a la vida, a la salud, al libre desarrollo de la personalidad, a
la integridad cultural, a la participación, al debido proceso y al ambiente sano de los
pueblos indígenas que representan, en razón a que se adelantaban en los territorios
un Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos, sin consultarlos previamente y
ocasionando un daño ambiental considerable. Dicha sentencia abordó, entre otros
temas, la diferencia de la acción de tutela y la acción popular en el ordenamiento
constitucional como mecanismo para la protección de los intereses colectivos al
medio ambiente y a la salubridad pública; el marco jurídico del derecho de los pueblos
indígenas y tribales así como a la consulta previa en el ámbito internacional, interno
y a nivel jurisprudencial. En el caso concreto la Corte ordenó que tenía que ser
consultado “de manera efectiva y eficiente a los pueblos indígenas y tribales de la
amazonia colombiana sobre las decisiones atinentes al Programa de Erradicación de
Cultivos Ilícitos que las entidades mencionadas adelantan en sus territorios, en los
aspectos que a cada una de dichas entidades compete, con la finalidad de llegar a un
acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas, con plena
observancia de los principios y reglas contenidos en el Convenio 169 de la OIT,
aprobado por la Ley 21 de 1991.”
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 188

En materia de pueblos afrocolombianos, se resalta igualmente una sentencia de la


Corte Constitucional, la T-955 de 2003, en la cual se estudió el caso de la Comunidad
Afrocolombiana de la Cuenca del río Cacarica ubicada en la Reserva Forestal del
Pacífico, donde se demandó al Ministerio del Medio Ambiente, entre otros, por permitir
la explotación de madera por parte de terceros en su territorio colectivo, sin ser
consultada la comunidad. Ese fallo desarrolló el tema de derechos reconocidos en la
Constitución Política a las comunidades afrocolombianas y al marco jurídico de su
derecho a los recursos naturales, a la identidad cultural asociada al territorio colectivo
y a las prácticas tradicionales de producción, así como al alcance del derecho de las
comunidades afrocolombianas al territorio colectivo y al disfrute de los recursos
naturales, para concluir que los derechos de las comunidades afrocolombianas de la
Cuenca del Río Cacarica estaban siendo quebrantados y debían restablecerse,
determinando que había ausencia de Consulta Previa en la expedición de las
autorizaciones administrativas para explotar los recursos madereros en dicho
territorio.

Esta sentencia marcó un hito en la jurisprudencia constitucional relativa a la identidad


étnica afrocolombiana, por ser el primer fallo que amparó los derechos étnicos de una
comunidad afrocolombiana, en concreto, los derechos a la diversidad e integridad
étnica y cultural, a la propiedad colectiva, a la participación y a la subsistencia de las
comunidades. Importante destacar que la Corte argumentó que el Convenio 169 y las
disposiciones constitucionales que protegen a los pueblos indígenas y tribales
reivindican con claridad “el derecho de las comunidades afrocolombianas a ser tenidas
como pueblos, atendiendo las condiciones sociales, culturales y económicas que las
distinguen de otros sectores de la colectividad nacional”. Este fallo también destacó el
valor espiritual que tiene para las comunidades negras su relación con sus territorios
y el papel que, en este sentido, representan sus territorios colectivos y las prácticas
tradicionales de producción que desarrollan en ellos frente a la construcción de su
identidad cultural.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 189

Un fallo que no puede dejar de mencionarse y que negó la protección del derecho
fundamental a la Consulta Previa, es el contenido en la sentencia T-154 de 2009; en
el cual la Corte revisó el caso de la acción de tutela interpuesta por los Gobernadores
de los resguardos indígenas Kogui, Kankuano, Arhuaco y Wiwa de la Sierra Nevada
de Santa Marta contra los Ministerios del Interior y de Justicia, del Medio Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural
(INCONDER) y la Corporación Autónoma Regional de la Guajira (Corpoguajira),
porque se omitió el proceso de Consulta Previa al momento de la expedición de la
licencia ambiental para la construcción de la presa del Cercado y el Distrito de riego
del río Ranchería. La Corte denegó la protección del derecho, por falta de inmediatez,
por cuanto la tutela se interpuso dos años después de la ocurrencia del hecho que
daba lugar a adelantar la Consulta Previa.

Sobre el alcance de la Consulta Previa, también la Corte Constitucional se ha


pronunciado; es así como en la Sentencia T-769 de 2009 frente a la tutela interpuesta
por los miembros de la Comunidad Bachidubi, Resguardo Río Murindó, ante la
autorización que se le diera a la Compañía Muriel Mining Corporation para la
exploración y explotación de una mina de cobre, oro y molibdeno en los
departamentos de Antioquia y Chocó, denominado proyecto Mandé Norte, abordó el
aspecto del consentimiento libre previo e informado, encontrando para el caso
concreto que la Consulta Previa no había sido efectuada a pesar de que se habían
iniciado trámites administrativos que habían finalizado con un acta de protocolización,
por cuanto las comunidades étnicas no habían tenido la posibilidad de pronunciarse
de fondo ante la inminencia de la ejecución del proyecto. En ese orden de ideas, el
Alto Tribunal constitucional ordenó suspender las actividades de exploración y
explotación, hasta que no fuera agotada la consulta y se materializara el
consentimiento libre, informado y previo de las comunidades.

Importante también resulta ser la Sentencia T-745 de 2010 que tuvo origen en la tutela
que promovieron los representantes legales de dos organizaciones creadas para la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 190

salvaguarda y promoción de los derechos de las comunidades afrocolombianas que


habitaban en el corregimiento de Pasacaballos, ubicado en Cartagena de Indias. Por
eso, la Corte inició su tarea de revisión analizando la legitimidad de dichas
organizaciones para reclamar el amparo de los derechos fundamentales de las
comunidades negras que decían representar. Se precisó y aclaró que todos los
miembros de las colectividades étnicamente diferenciadas pueden reclamar la
observancia de los intereses que detenta su comunidad como sujeto de derechos;
asimismo que las organizaciones que agrupan a dichos individuos también están
legitimadas para el efecto y, en concreto, para exigir la protección de sus derechos
fundamentales, porque: i) las circunstancias a las que históricamente han sido
sometidos estos grupos poblacionales justifican que las condiciones para el acceso a
sus derechos se flexibilicen; ii) las autoridades deben propender por la conservación
de las poblaciones indígenas y tribales y, finalmente, iii) porque no es aceptable que
el juez constitucional dificulte la concreción de los derechos fundamentales
imponiendo exigencias procedimentales.

Frente al asunto de fondo, el fallo indicó que el proyecto que se estaba ejecutando en
el territorio de las comunidades accionantes –las obras para la construcción y
mejoramiento de la vía transversal de Barú- impactaba gravemente sus
condiciones de vida. Por esa razón, dio por cumplido el requisito de afectación
directa que hacía exigible la consulta previa y ordenó realizarla, siguiendo los criterios
jurisprudenciales previstos para el efecto, con las comunidades asentadas en el área
de influencia del respectivo proyecto.

Así mismo mediante sentencia T-1045A de 2010, la Corte revisó la tutela interpuesta
en representación del Consejo Comunitario del corregimiento La Toma, municipio de
Suárez, Cauca, contra la Alcaldía de Suárez; los Ministerios del Interior y de Justicia;
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; de Minas y Energía; INGEOMINAS; el
Juzgado 1° Administrativo del Circuito de Popayán; el señor Héctor Jesús Sarria; y la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 191

Corporación Autónoma Regional del Cauca (CRC); por cuanto se otorgó al señor
Héctor Jesús Sarria la concesión para la explotación dentro de territorios que les
corresponden, sin que mediara Consulta Previa alguna, en cuanto no se informó ni
consultó a la comunidad directamente afectada. En esa oportunidad la Corte realizó
importantes consideraciones respecto a: i) la protección que debe dar el Estado a la
identidad e integridad étnica, cultural, social y económica de comunidades
afrodescendientes; ii) reiteró la jurisprudencia en materia de consulta previa y también
en relación al consentimiento libre, previo e informado; y iii) sobre la exploración y
explotación de los recursos naturales dentro de los territorios de las comunidades
étnicas, reiteró el derecho de prelación de las comunidades para explotar en sus
propio territorio con ayuda del Estado de manera sostenible y sin menoscabar el
ambiente. Para el caso concreto se ordenó suspender la explotación minera, realizar
la Consulta Previa con la coordinación del Ministerio del Interior y de Justicia; y
tenerse en cuenta el derecho de prelación de las comunidades étnicas.

Otro caso emblemático y a su vez discutido fue el de puerto Brisa. En sentencia T-547
de 2010, el Tribunal Constitucional conoció del caso de los pueblos indígenas pueblos
Kogi, Arhuaco, Kankuamo y Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta contra la
empresa Brisa S. A., en la cual la Corte debía decidir si se ha producido una violación
de los derechos a la integridad étnica y cultural, a la participación en las decisiones
que los afectan y al debido proceso de dichas comunidades indígenas debido al
trámite y a la expedición de la Resolución N° 1298 de 30 de junio de 2006, mediante
la cual el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial otorgó licencia
ambiental a la empresa Brisa S.A. para el proyecto denominado “Construcción y
Operación de la Fase 1 del ‘Puerto Multipropósito de Brisa’, localizado en jurisdicción
del Municipio de Dibulla, Corregimiento de Mingueo, Departamento de la Guajira”, en
área que las comunidades consideran hace parte de su territorio ancestral.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 192

La solicitud de amparo constitucional se presentó en esta ocasión debido a que la


Dirección de Etnias del Ministerio del Interior y de Justicia, negó la presencia de
comunidades indígenas en la zona de influencia del Proyecto de Puerto Multipropósito
de Brisa, y el Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial concedió la
referida licencia ambiental, sin que se hubiese surtido un proceso de Consulta Previa
con las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, a pesar que en
la zona del dicho proyecto existía lugares de pagamento. La Corte en este caso
consideró en relación a los principios de subsidiariedad y de inmediatez que se está
ante la pretensión de una “afectación actual de los derechos de las comunidades
indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta que se produciría, no por la omisión de
la consulta en sí misma, sino por los actos de ejecución que se realizarían al amparo
de la licencia cuya expedición no fue objeto de Consulta Previa”.

De esta manera la Corte Constitucional resolvió amparar el derecho fundamental a la


Consulta Previa, ordenó la suspensión de las obras, indicando que en un término de
60 días hábiles contados a partir de la notificación de la Sentencia, prorrogable, por
solicitud de las partes, por una sola vez, por un periodo de treinta (30) días adicionales,
se realizará la Consulta Previa aclarando que “no ya sobre la licencia ambiental, sino
en relación con tales impactos y la manera de evitarlos o mitigarlos”. Esta orden al
colocar por primera vez términos a la consulta, podría considerarse que desnaturaliza
dicho proceso y los derechos de las comunidades a la diversidad étnica y cultural.

Un fallo que marcó una importante línea jurisprudencial, fue la sentencia T-129 de
2011, en donde la Corte tuvo la oportunidad de estudiar el caso de la comunidad
Embera katio- Chidima y Pescadito, en donde en el territorio de dicha comunidad se
tenía el propósito de realizar una interconexión eléctrica, carretera y explotación
minera y adicionalmente se presentaba un problema de desplazamiento en esa zona.
Los problemas jurídicos que la Corte Constitucional analizó en ese caso fue: i)
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 193

agotamiento de la Consulta Previa frente a las obras de infraestructura y explotación


de recursos naturales en los territorios; ii) importancia de lograr el consentimiento
libre, previo e informado, profundizando con mayor precisión la línea que sobre este
aspecto se adoptó con la expedición de la Sentencia T-769 de 2009.

Resulta importante detenerse en este fallo, como quiera que realizó un profundo
estudio acerca del consentimiento libre, previo e informado como fin de la Consulta
Previa y además porque agrupó lo mencionado en varios fallos de la Corte en relación
a los requisitos que deben orientar todo proceso de Consulta Previa como la
obtención del consentimiento. En efecto, resaltó que “el Estado tiene la obligación de
contar con el consentimiento de las comunidades implicadas antes de adoptar
cualquier tipo de medida que implique el traslado de la comunidad, ya que esto
desconoce al rompe el derecho a la existencia e integridad de las etnias. Así las
cosas, aclaró que cuando se trate de planes de desarrollo o de inversión a gran
escala, que tengan mayor impacto dentro del territorio de afrodescendientes e
indígenas, es deber del Estado no sólo consultar a dichas comunidades, sino también
obtener su consentimiento libre, informado y previo, según sus costumbres y
tradiciones, dado que esas poblaciones, al ejecutarse planes e inversiones de
exploración y explotación en su hábitat, pueden llegar a atravesar cambios sociales y
económicos profundos, como la pérdida de sus tierras tradicionales, el desalojo, la
migración, el agotamiento de recursos necesarios para la subsistencia física y
cultural, la destrucción y contaminación del ambiente tradicional, entre otras
consecuencias; por lo que en estos casos las decisiones de las comunidades pueden
llegar a considerarse vinculantes, debido al grave nivel de afectación que les
acarrea...”

De esta forma, claramente la Corte Constitucional determinó que era necesario, la


consulta previa y el consentimiento informado de las comunidades étnicas en aquellos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 194

proyectos que: “(i) impliquen el traslado o desplazamiento de las comunidades por la


obra o el proyecto; (ii) estén relacionados con el almacenamiento o vertimiento de
desechos tóxicos en las tierras étnicas; y/o (iii) representen un alto impacto social,
cultural y ambiental en una comunidad étnica, que conlleve a poner en riesgo la
existencia de la misma, entre otros”.

Respecto a si el consentimiento libre e informado puede traducirse en un poder de veto


de las comunidades étnicas a los proyectos de intervención, el Alto Tribunal concluye
que todo proceso deberá cualificarse conforme a las características propias de cada
caso concreto, como quiera que lo que está de por medio es “entender y reconocer que
lo que está en juego es el presente y futuro de un pueblo, de un grupo de seres
humanos que tiene derecho a auto-determinarse y defender su existencia física y
cultural, por “absurdas o exóticas” que para algunos puedan parecer sus costumbres y
modos de vida”. De este modo la Corte resalta la necesidad de “que la discusión no
sea planteada en términos de quién veta a quién, sino que ante todo se trata de un
espacio de disertación entre iguales en medio de las diferencias, oportunidad para que
los organismos estatales y concesionarios del Estado puedan explicar de forma
concreta y transparente cuáles son los propósitos de la obra y la comunidad pueda
exponer cuáles son sus necesidades y puntos de vista frente a la misma”.

Resulta importante mencionar que la Corte en este fallo de 2011, consideró en forma
preocupante que la consulta previa no ha sido llevada ni cumplida con el rigor que
merece; puesto que en los casos sometidos a revisión ha sido constante por parte de
las entidades accionadas la asimilación del proceso de consulta a un mero trámite de
reuniones informales sin articulación ni consideración por los derechos que se
encuentran en juego en estos procesos. En esa medida, es imprescindible el proceso
de consulta no se límite sólo a la etapa previa a la intervención en los territorios étnicos,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 195

razón por la que se requiere de fórmulas que permitan equilibrar los fines del Convenio
169 de la OIT y los desarrollos posteriores en la materia.

Frente al veto, concluyó categóricamente que en el evento en que se explore la


alternativa menos lesiva con la participación de las comunidades étnicas en la
construcción de la misma, y de dicho proceso resulte probado que todas son
perjudiciales y que la intervención conllevaría al aniquilamiento o desaparecimiento del
grupo, prevalecerá la protección de los derechos de las comunidades étnicas bajo el
principio de interpretación pro homine.

La Corte Constitucional también aclaró que el consentimiento no sólo se debe buscar


en los casos de planes de desarrollo o de inversión a gran escala, sino que toda medida
administrativa, de infraestructura, de proyecto u obra que intervenga o tenga la
potencialidad de afectar territorios indígenas o étnicos deberá agotar no sólo el trámite
de la consulta previa desde el inicio, sino que se orientará bajo el principio de
participación y reconocimiento en un proceso de diálogo entre iguales que tendrá como
fin el Consentimiento, previo, libre e informado de las comunidades étnicas
implicadas123.

En el mismo sentido se precisó que la Consulta Previa y el Consentimiento no son las


únicas garantías que debe prestar el Estado y los concesionarios al momento de
considerar los planes de “infraestructura o desarrollo”, ya que se debe permitir la
participación y compartir de forma razonable los beneficios del proyecto con el pueblo
o la comunidad étnica que sea directamente afectada.124

123 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONL. Sentencia T- 129 de 2011


124 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 196

Finalmente, la Corte determinó que todo tipo de acto, proyecto, obra, actividad o
iniciativa que pretenda intervenir en territorios de comunidades étnicas, sin importar la
escala de afectación, deberá desde el inicio observar las siguientes reglas:

1. La Consulta Previa es un derecho de naturaleza fundamental y los procesos de


consulta previa de comunidades étnicas se desarrollarán conforme a este criterio
orientador tanto en su proyección como implementación.

2. No se admiten posturas adversariales o de confrontación durante los procesos de


Consulta Previa. Se trata de un diálogo entre iguales en medio de las diferencias.

3. No se admiten procedimientos que no cumplan con los requisitos esenciales de los


procesos de Consulta Previa, es decir, asimilar la Consulta Previa a meros trámites
administrativos, reuniones informativas o actuaciones afines.

4. Es necesario establecer relaciones de comunicación efectiva basadas en el


principio de buena fe, en las que se ponderen las circunstancias específicas de
cada grupo y la importancia para este del territorio y sus recursos.

5. Es obligatorio que no se fije un término único para materializar el proceso de


consulta y la búsqueda del consentimiento, sino que dicho término se adopte bajo
una estrategia de enfoque diferencial conforme a las particularidades del grupo
étnico y sus costumbres. En especial en la etapa de factibilidad o planificación del
proyecto y no en el instante previo a la ejecución del mismo.

6. Es obligatorio definir el procedimiento a seguir en cada proceso de Consulta Previa,


en particular mediante un proceso pre-consultivo y/o post consultivo a realizarse de
común acuerdo con la comunidad afectada y demás grupos participantes. Es decir,
la participación ha de entenderse no sólo a la etapa previa del proceso, sino
conforme a revisiones posteriores a corto, mediano y largo plazo.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 197

7. Es obligatorio realizar un ejercicio mancomunado de ponderación de los intereses


en juego y someter los derechos, alternativas propuestas e intereses de los grupos
étnicos afectados únicamente a aquellas limitaciones constitucionalmente
imperiosas.

8. Es obligatoria la búsqueda del Consentimiento libre, previo e informado. Las


comunidades podrán determinar la alternativa menos lesiva en aquellos casos en
los cuales la intervención: (a) implique el traslado o desplazamiento de las
comunidades por el proceso, la obra o la actividad; (b) esté relacionado con el
almacenamiento o vertimiento de desechos tóxicos en las tierras étnicas; y/o (c)
representen un alto impacto social, cultural y ambiental en una comunidad étnica,
que conlleve a poner en riesgo la existencia de la misma.

9. Es obligatorio el control de las autoridades en materia ambiental y arqueológica, en


el sentido de no expedir las licencias sin la verificación de la Consulta Previa y de
la aprobación de un Plan de Manejo Arqueológico conforme a la ley, so pena de no
poder dar inicio a ningún tipo de obra o en aquellas que se estén ejecutando ordenar
su suspensión.

10. Es obligatorio garantizar que los beneficios que conlleven la ejecución de la obra o
la explotación de los recursos sean compartidos de manera equitativa. Al igual que
el cumplimiento de medidas de mitigación e indemnización por los daños
ocasionados.

11. Es obligatorio que las comunidades étnicas cuenten con el acompañamiento de la


Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación en el proceso de
consulta y búsqueda del consentimiento. Incluso de la posibilidad de contar con el
apoyo de organismos internacionales cuyos mandatos estén orientados a prevenir
y proteger los derechos de las comunidades étnicas de la Nación.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 198

De toda la jurisprudencia mencionada, se deduce que mayoritariamente la Corte, salvo


por razones de inmediatez o ante la circunstancia de encontrar elementos de juicio que
permitan dilucidar que la Consulta previa sí se efectuó, ha ordenado la suspensión de
los proyectos u obras que tienen la potencialidad de afectar o que han afectado
territorios de comunidades étnicas hasta que no se garantice el derecho fundamental
a la Consulta previa y que en los últimos años se ha considerado necesario obtener la
búsqueda del Consentimiento libre, previo e informado y que se ha ordenado
igualmente, adoptar otras medidas como la indemnización y reparación de los pueblos
afectados cuando el daño ha sido ocasionado o cuando se advierte la potencialidad
del mismo.

Una sentencia que no puede dejar de mencionarse es la sentencia T-348 de 2012, en


razón a una tutela promovida por una asociación de pescadores de las playas de
Comfenalco, en Cartagena, que se vieron afectados por la ejecución del proyecto
Anillo Vial Malecón de Crespo. Los pescadores reclamaron la protección de sus
derechos fundamentales al trabajo, a la paz, a la salud mental, a la vida digna, a la
libre escogencia de profesión u oficio y a la Consulta previa. La Corte, sin embargo,
consideró que no eran titulares del derecho a la Consulta previa, porque no hacían
parte de un “grupo culturalmente diferenciado titular de este derecho especial de
participación, como son los indígenas y los afrodescendientes”. Sin embargo se
consideró que el hecho de que los pescadores no hicieran parte de una comunidad
identificada como indígena o afrodescendiente no implicaba que no tuvieran derecho
a ser informados sobre los efectos positivos y negativos del proyecto y sobre las
medidas que se adoptarían para mitigar los daños. Por esa razón, resolvió que se
había vulnerado el derecho a la participación de los accionantes y, por esa vía, sus
derechos fundamentales a la dignidad humana, la libre escogencia de profesión u
oficio, al trabajo y a la alimentación.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 199

En el año 2012 y en relación a comunidades afrocolombianas es relevante la


Sentencia T-376, que protegió el derecho de la comunidad negra de La Boquilla a ser
consultada sobre la concesión de un sector de la playa en el que sus integrantes
pescaban, realizaban sus celebraciones tradicionales y otras actividades asociadas a
la prestación de servicios turísticos. La demanda de tutela inicialmente fue promovida
por una de las habitantes de La Boquilla que ejercía el oficio de carpera en la zona
que fue concesionada. Luego, en el trámite de primera instancia, la comunidad negra
de La Boquilla respaldó la solicitud. Ahora y atendiendo a que los accionados se
opusieron con el argumento de que el Consejo Comunitario de La Boquilla solo se
registró después de la fecha en que se otorgó la concesión, se analizó si la comunidad
accionante “existía” para ese momento y si, en esa medida, podía exigir su derecho a
ser consultada al respecto, para lo cual reiteró que la existencia de una comunidad
indígena o afrodescendiente no depende de un acto expreso de las autoridades
públicas, sino de los hechos constitutivos de su diversidad cultural y el auto
reconocimiento del grupo.

Precisó la Corte que aunque el reconocimiento estatal contribuye a demostrar la


existencia de la comunidad, no puede valorarse como un hecho constitutivo de su
derecho a la identidad cultural, pues sería un contrasentido que el reconocimiento del
Estado creara comunidades originarias que materialmente han habitado su territorio.
Como la existencia de una comunidad étnica es una cuestión material y puramente
fáctica, puede probarse por cualquier medio que resulte adecuado para forjar la
convicción del juez, en virtud del principio de libertad probatoria.

Recientes sentencias del Alto Tribunal Constitucional fueron expedidas durante los
años 2014 y 2015. Debe mencionarse en este sentido la T-969 de 2014, sobre los
Consejos Comunitarios de Tierra Baja y Puerto Rey contra la Empresa Aguas de
Cartagena S.A. E.S.P. En dicho asunto se solicitó la protección de los derechos a la
igualdad, al debido proceso, al respeto a la dignidad humana y a la consulta previa,
como consecuencia de un conjunto de acciones y omisiones de diversas entidades
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 200

que están relacionadas con que no se realizó una Consulta previa del proyecto de
disposición de aguas residuales realizado en Cartagena, conocido como el Emisario
Submarino, cuyo trayecto terrestre pasa por sus territorios y la vulneración de los
derechos por la falta de alcantarillado en dichos territorios.

En relación con la falta de Consulta previa concluyó la Corte que la empresa


demandada solicitó la certificación de presencia de comunidades negras al INCORA
y al Ministerio del Interior sobre la base de las coordenadas del área de influencia del
diseño inicial del proyecto, frente a lo cual, ese Ministerio certificó la presencia de las
comunidades negras de Arroyo de Piedra, Manzanillo del Mar, La Boquilla y Punta
Canoa y la empresa llevó a cabo la consulta con dichas comunidades. Sin embargo,
la Corte señaló que de conformidad con la información que analizó, no es claro si la
falta de certificación se debió a que la empresa posteriormente cambió el trazado del
trayecto terrestre del proyecto y, por consiguiente, se cambiaron las comunidades que
se veían afectadas, pero lo cierto es que no se solicitó una nueva licencia ambiental,
ni una modificación de la existente.

La Corte constató que las comunidades negras demandantes no fueron certificadas


por la entidad competente, ni convocadas específicamente, ni sus representantes
legítimos asistieron a las reuniones de consulta. De esta manera concedió la
protección del derecho a la Consulta de las comunidades negras de Tierra Baja y
Puerto Rey; y ordenó adelantar el respectivo proceso, aclarando que como parte de
dicha consulta, las comunidades podrán solicitar una asesoría para la identificación
de las afectaciones ambientales, de salud, sociales y culturales que se han producido
o se pueden llegar a producir con la construcción y la operación del proyecto, así como
para el diseño de medidas de manejo, de conformidad con los términos establecidos
en la Sentencia. Ordenó igualmente a la Alcaldía de Cartagena iniciar todos los
trámites necesarios para conectar a todos los miembros de las comunidades Tierra
Baja y Puerto Rey al alcantarillado de Cartagena y solicitó a los miembros de la
Comisión Técnica de la Ley 70 de 1993 (INCODER, IGAC y Ministerio de Ambiente)
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 201

presentar un cronograma de los procesos de titulación colectiva en el Distrito de


Cartagena y un informe sobre los avances y obstáculos en estos procesos, hasta su
culminación.

De las cosas más importantes de esta sentencia fue que se pronunció por primera vez
sobre el “Derecho a la Igualdad frente a Patrones de Discriminación Estructural,
enfocándose en “la Insuficiencia del Test Estricto de Igualdad frente a Patrones de
Discriminación Estructural” y “el Racismo Ambiental como forma de Discriminación
Estructural”.

También debe destacarse la Sentencia T-294 de 2014 en la cual se estudió el caso


de un grupo de campesinos e indígenas asentados en el área de influencia de un
proyecto de relleno sanitario, en la vereda Cantagallo, del municipio de Ciénaga de
Oro. Las autoridades indígenas, reclamaron en dicho asunto el derecho a la Consulta
previa y a la afectación ambiental debido a que dicho proyecto generaría impactos de
gran envergadura, especialmente contaminando las fuentes de agua subterráneas. El
fallo amparó entre otros derechos, el de Consulta previa y el reconocimiento y
subsistencia de los pueblos indígenas, al negarse a reconocer y certificar su presencia
en la zona y a efectuar la Consulta previa al otorgamiento de la licencia ambiental y el
inicio de la construcción del relleno sanitario.

Importante cuando la Corte precisa que la efectividad del derecho a la Consulta previa
no puede depender de la previa realización de un estudio etnológico de la comunidad
que la solicita, pues a falta de dicho estudio, “es preciso efectuar una verificación en
campo e implementar un procedimiento de diálogo en el que se garantice la presencia
efectiva de las comunidades cuyo reconocimiento o afectación territorial es objeto de
controversia, a fin de establecer de manera intersubjetiva elementos de juicio que
permitan determinar el área de influencia directa e indirecta del proyecto y la condición
étnica de la población que reclama ser consultada” y aclaró que cuando se lograra
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 202

establecer la presencia de poblaciones locales impactadas por la ejecución del


proyecto, obra o actividad, pero persistían dudas razonables sobre su condición
étnica, ello no obstaba para reconocer su derecho fundamental a la participación.

Importante mencionar la Sentencia T–384 de 2014 en donde la Corte Constitucional


estudia la presunta vulneración del derecho a la Consulta previa de los miembros de
una comunidad indígena ante la declaratoria de una área protegida en su Resguardo.
El accionante representante de una Asociación de Autoridades Tradicionales, expresó
que dicha declaratoria adelantada por el Ministerio de Ambiente y Parques Nacionales
Naturales se dio sin el consentimiento de las comunidades demandantes,
argumentando que existieron irregularidades en la propuesta de declaratoria y en la
protocolización de la Consulta previa, vulnerándose así la autonomía territorial de las
comunidades indígenas y la gobernabilidad de sus autoridades

Para la Corte, por más de que el Parque Nacional, como figura de área protegida, fue
solicitado por la comunidad indígena, esta medida administrativa genera una
afectación directa sobre el territorio del resguardo, lo que hace imperativo la
realización de la consulta, por cuanto delimita las prerrogativas del resguardo y genera
facultades correlativas entre el Estado y la comunidad indígena. En este caso se negó
la protección de los derechos fundamentales, por cuanto concluyó que el proceso de
divulgación y discusión adelantado por el Ministerio del Interior y Parques Nacionales
Naturales, contó con la participación de cada una de las autoridades representativas
y de los habitantes de las comunidades indígenas del área, encontró que la
protocolización se realizó respetando los parámetros de la metodóloga acordada y
que las autoridades tuvieron el espacio de reflexión interna necesario para analizar
las implicaciones del Parque Nacional, tomando de manera categórica la decisión de
respaldar la iniciativa de constitución del área protegida; que si bien de las 19
comunidades solo 3 no estuvieron de acuerdo, de todas maneras estás recordaron
que respetaban y acogían la decisión de las autoridades tradicionales quienes son los
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 203

que toman las decisiones sobre el territorio. Sobre la injerencia de terceros en el


proceso de consulta y la demanda contra el parque advirtió que este tipo de conductas
son violatorias del principio de buena fe, por lo que ordenó a las autoridades valorar
si efectivamente esto sucedió para tomar las acciones legales del caso.

Asimismo reiteró la compatibilidad del Parque Nacional con el Resguardo indígena,


bajo el entendido de que es precisamente la función ecológica de los resguardos,
estipulada legalmente y, con arraigo constitucional, la que permite armonizar las
eventuales tensiones entre la forma de propiedad del Resguardo y las exigencias
medioambientales derivadas de la declaración de un Parque Nacional Natural. Precisó
que en tanto las comunidades indígenas ajusten las actividades en sus territorios a
esa función ecológica y, preserven su rol histórico de conservación del medio
ambiente en los espacios naturales que habitan, resultará posible hacer compatible
entre el Resguardo como propiedad y el Parque Natural como figura tutelar del medio
ambiente; y el derecho de propiedad colectiva queda sujeto a las restricciones que
implican las funciones ecológica y social de la propiedad así como la limitación en el
uso que se impone a través del acto administrativo de constitución del Parque
Nacional Natural.

Trascendental resulta ser la Sentencia de tutela T-485 de 2015 y sobre todo para
comunidades afrocolombianas. En ella se estudió el caso de un grupo de personas
que se identifica como una comunidad afrodescendiente que habitan y ejercen labores
relacionadas con la industria del turismo en el área de Playa Blanca, ubicada en la isla
de Barú, las cuales se han asociado en una asociación de Trabajadores de turismo y
mediante la constitución del Consejo Comunitario de Playa Blanca, conforme con las
formas asociativas de las comunidades negras que prevé la Ley 70 de 1993, el cual
no había sido formalmente reconocido por las autoridades locales y nacionales
respectivas. Estas personas consideraron vulnerado su derecho fundamental a la
Consulta previa, por parte del Ministerio del Interior, el Fondo Financiero de Proyectos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 204

de Desarrollo- FONADE y la sociedad comercial Playa Blanca Barú S.A.S. Frente al


tema del reconocimiento de comunidad negra por parte de entidades del Estado,
aclaró varios aspectos. El primero que si bien la relación de la comunidad étnica, en
este caso afrodescendiente, con el territorio es indicativa de su identidad étnica, no es
un factor determinante para confirmar o excluir su condición de titular de derechos
étnicos. De esta manera, aunque la relación ancestral con el territorio es un factor
usual en la determinación de la naturaleza diferenciada de los pueblos étnicos, al
punto que sea un aspecto clave para su supervivencia, tal vínculo no puede tornarse
en un factor dirimente para el reconocimiento étnico. Esto debido a que podría
configurar un tratamiento discriminatorio en contra de colectivos que, como las
comunidades étnicas, son víctimas de delitos como el desplazamiento forzado, y por
ende, del desarraigo y la imposibilidad de ejercer los derechos de propiedad colectiva
sobre la tierra.

El segundo aspecto que indicó, fue que la concesión o la negativa por parte de las
autoridades del Estado del reconocimiento formal del Consejo Comunitario no puede
constituirse como barrera para el ejercicio del derecho fundamental a la Consulta
previa. Aclaró que la “certificación” de comunidades étnicas que profiere la Dirección
de Consulta del Ministerio del Interior tiene apenas un carácter informativo y que,
incluso, señala expresamente que los datos que provee no exoneran a los interesados
del deber de verificar la existencia de otras comunidades étnicas en el área del
proyecto correspondiente.

Precisó en forma muy oportuna el Alto Tribunal constitucional que tampoco el ejercicio
de actividades comerciales es una condición que descalifique a la comunidad
afrodescendiente en cuanto a su reconocimiento étnico; así las cosas la identificación
de determinados rasgos y actividades productivas que, desde la sociedad mayoritaria
se advierten como deseables dentro de una comunidad étnica, es una interferencia
irrazonable al derecho de auto reconocimiento de esas comunidades y, a su vez, un
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 205

desconocimiento abierto de la posibilidad que sus miembros ejerzan libertades


constitucionalmente protegidas, como la libertad de trabajo y de escogencia de
profesión y oficio. No es admisible, en ese sentido, que el reconocimiento de los
derechos de la comunidad diferenciada dependa que mantengan su carácter exótico
o que cumplan con las condiciones, definidas externamente, acerca de qué debe ser
una comunidad étnica bajo la óptica de los deseos e intereses de la sociedad
mayoritaria.

Y finalmente avanzó este fallo en fijar como línea que es plenamente posible que las
comunidades diferenciadas se construyan a partir de integrantes llegados de
diferentes partes, los cuales se agrupan a partir de unas prácticas comunes y
distinguibles de los de la sociedad mayoritaria, por cuanto la condición racial operaría
como un criterio obligatorio respecto de la aplicación de acciones afirmativas de
carácter individual, pero no como requisito para el reconocimiento colectivo. En ese
sentido, si los individuos se auto reconocen como parte de la comunidad diferenciada,
comparten sus prácticas tradicionales y, a su vez, el pueblo étnico los asume y acoge
como parte de la comunidad, no hay lugar a que, desde la sociedad mayoritaria, o
desde la opinión de otros pueblos étnicos, se le distinga o separe de la condición
étnica.

Con fundamento en los análisis referenciados amparó los derechos fundamentales y


ordenó a la Alcaldía de Cartagena y a la Dirección de Consulta Previa del Ministerio
del Interior, emitir acto administrativo en el cual se reconozca al Consejo Comunitario
de la Vereda Playa Blanca como comunidad afrodescendiente ubicada en el área de
Playa Blanca de la Isla de Barú y adelantar con dicha comunidad el respectivo proceso
de Consulta previa.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 206

Ahora bien, frente a decisiones legislativas, la Corte Constitucional también ha


establecido que aquellas que sean susceptibles de afectar directamente a los pueblos
étnicos deben ser objeto de consulta previa, en la medida en que establecen políticas
generales, definiciones, pautas y criterios que pueden repercutir sobre sus formas de
vida, de acuerdo con el ordenamiento constitucional y, en particular, con el Convenio
169 de la OIT, para buscar aproximaciones sobre la manera de evitar que las mismas
las afecte negativamente125. En ese sentido, también se ha señalado que lo que debe
ser objeto de consulta son aquellas medidas susceptibles de afectar específicamente
a las comunidades indígenas en su calidad de tales y no aquellas disposiciones que se
han previsto de manera uniforme para la generalidad de los colombianos (Sentencia
C-030 de 2008).

Con el fin de aclarar el alcance, a juicio de la Corte Constitucional, el concepto de


medida legislativa cobija los actos legislativos ya que considera que la expresión
“medidas legislativas” no puede ser entendida en un sentido restringido alusivo en
forma estricta a la ley en sentido formal, sino en uno amplio que cobije todo tipo de
medidas normativas no administrativas susceptibles de afectar directamente a dichas
comunidades. Adicionalmente, señala el Tribunal Constitucional que de acuerdo con
una interpretación pro homine126, la exégesis de la expresión “medidas legislativas”
que debe ser escogida, es aquella que permita ampliar el espectro de ejercicio del
derecho fundamental de las comunidades étnicas. Por último, asegura que en el
derecho constitucional colombiano, la palabra ley no tiene un sentido unívoco y, por
lo tanto, el adjetivo legislativo tampoco lo tiene. Es decir, la expresión “medidas
legislativas” no puede entenderse que concierne exclusivamente a las leyes en
sentido formal; a la hora de hacer la exégesis de dicha expresión para determinar el

125
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL Sentencias C-030/08, C- 461/08, C-175/09, C-615/09 y C-
941/10.
126 Este principio significa la necesidad de imponer la aplicación de las normas jurídicas más favorables
al ser humano y sus derechos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 207

alcance del derecho de Consulta previa, es menester escoger la interpretación que


permita hacer realidad el deber estatal de reconocimiento, garantía y promoción de la
diversidad étnica y cultural de la nación colombiana, así como lograr la efectividad del
derecho a la consulta (CCC, C-702/10)127.

También es claro que la consulta previa en materia legislativa, debe cumplir con unos
requisitos: (a) poner en conocimiento el proyecto de ley a las comunidades, por
intermedio de instancias suficientemente representativas; (b) ilustrar a las
comunidades sobre su alcance y sobre la manera como podría afectarlas, (c) darles
oportunidades efectivas para que se pronuncien sobre el proyecto normativo y d)
propiciar espacios y escenarios de discusión que sean apropiados para el
conocimiento de la norma y para la realización de la Consulta previa.128

La Corte Constitucional a través de su nutrida jurisprudencia ha consolidado un gran


precedente en materia de Consulta previa a comunidades indígenas y
afrodescendientes. Vale citar la contenida en la Sentencia C-864 de 2008, que resolvió
una demanda de inconstitucionalidad promovida contra la Ley 691 de 2001, que
reglamentó la participación de los Grupos Étnicos en el Sistema General de Seguridad
Social. Se acusó la Ley por considerar que se vulneraba el derecho a la igualdad de
las comunidades afrodescendientes al haberlas excluido de los beneficios especiales
de acceso y participación al Sistema General de Seguridad Social en Salud que
contempló a favor de los pueblos indígenas. La Corte en dicho fallo por primera vez
señaló de manera explícita, que cualquier colectividad que cumpla con los elementos
objetivo y subjetivo del Convenio 169 de la OIT puede ser considerada como

127RODRÍGUEZ, Gloria Amparo. De la Consulta previa al consentimiento libre, previo e informado a


pueblos indígenas en Colombia. Bogotá: Cooperación Alemana. GIZ; Universidad del Rosario, 2014.

128
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias C-175 de 2009 y C-030 de 2008.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 208

comunidad negra, aunque no se encuentre ubicada en las zonas rurales ribereñas del
Pacífico colombiano. Con base en esa hipótesis, calificó a las comunidades negras de
la Cuenca del Pacífico, a las de otras zonas del país con similares condiciones y a las
comunidades raizales del Archipiélago de San Andrés y Providencia como sujetos de
especial protección constitucional que tienen derecho a contar con servicios de salud
adecuados, organizados y prestados a nivel comunitario bajo su propia
responsabilidad y control, según lo previsto en el instrumento internacional.

No obstante, consideró que la norma demandada no era el escenario para regular el


tema, ya que su propósito era crear un sistema de administración y afiliación a salud
ajustado a la cosmovisión y a la organización política, cultural y social de los pueblos
indígenas, declarándola exequible, pero exhortó al Congreso a regular el acceso de
los grupos étnicos no indígenas del país a servicios de salud adecuados, teniendo en
cuenta sus condiciones económicas, geográficas, sociales y culturales, sus métodos
de prevención, prácticas curativas y medicamentos tradicionales.

Tampoco puede dejar de mencionarse el fallo constitucional129 que determinó la


inexequibilidad de la Ley 1021 de 2006, conocida como la Ley Forestal, al
encontrarse que pese a que existían en la ley previsiones conforme a las cuales se
preservaba la autonomía de las comunidades indígenas y afrocolombianas para los
aprovechamientos forestales en sus territorios, la ley establecía políticas generales,
definiciones, pautas y criterios, que aunque no se aplicasen directamente a los
territorios étnicos, si eran susceptibles de afectar las áreas en las que de manera
general se encuentran asentadas las comunidades, lo que podía repercutir sobre sus
formas de vida; de esta manera y como la adopción de la ley debió haberse
consultado, para buscar aproximaciones sobre la manera de evitar que la misma las
afectara negativamente, la Corte concluyó que la ley debía declararse inexequible,

129
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C- 030 de 2008. Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 209

por cuanto el mismo afectaba profundamente la cosmovisión de las comunidades y


su relación con la tierra.

Está también las decisiones contenidas en la Sentencia C-175 de 2009, que declaró
la inexequibilidad de la Ley 1152 de 2007, conocido como Estatuto de Desarrollo
Rural y la Sentencia C-366 de 2011, que declara en igual forma la inexequibilidad de
la Ley 1382 de 2010, por la cual se modificó la Ley 685 de 2001 Código de Minas,
en donde el alto tribunal constitucional reiteró que debió darse la participación de las
comunidades indígenas y afrodescendientes respecto de las medidas expedidas, a
efectos de que resultaran compatibles con las condiciones propias de su identidad
diferenciada. Precisó que la participación no puede acreditarse de cualquier modo,
sino que debe ajustarse a los requerimientos propios de la Consulta previa, en
condiciones que permitan que la participación de dichos pueblos étnicos se adelante
bajo condiciones de buena fe, información suficiente a las comunidades afectadas,
adecuación cultural y oportunidad. La Corte fue clara al determinar que en los casos
que debiéndose adelantar la Consulta previa, esta es pretermitida, además de
afectarse el derecho de las comunidades étnicas al reconocimiento de su diversidad
étnica y cultural, se pone en riesgo a estos pueblos respecto de sus demás derechos
constitucionales.

Sin embargo y a pesar del gran avance en el reconocimiento del derecho fundamental,
lo cierto es que en fallos recientes, la Corte Constitucional ha cambiado la línea
jurisprudencial, para llegar a precisar, sin realmente una fuente normativa real, que el
deber de consulta no surge frente a toda medida legislativa susceptible de afectar a
las comunidades étnicas, sino sólo frente a aquellas que puedan afectarlas de manera
directa o específica, introduciendo así un nuevo requisito que la Ley 21 de 1991 no
contempla.130

130 COLOMBIA. CORTE CONSITUCIONAL. Sentencias C-196 de 2012 y C-317 de 2012


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 210

En igual sentido y aún más preocupante se encuentra la posición de la Corte en la


Sentencia C- 317 de 2012, cuando al referirse al Acto Legislativo No. 5 de 2011 por el
cual se constituye el Sistema General de Regalías, señala que el deber de Consulta
procederá solo si la medida legislativa surte un impacto directo, específico y particular.
No queda duda que esos nuevos términos que aplica la Corte Constitucional en estas
dos últimas sentencias: “afectación directa o específica” e “impacto directo, específico
y particular” son a todas luces restrictivos del derecho y ponen en riesgo el derecho
fundamental131.

Habiendo ya reseñado los más importantes fallos proferidos por el Alto Tribunal
Constitucional colombiano en relación al derecho a la Consulta previa, resulta
importante indicar las etapas que actualmente en Colombia, debe surtir todo proceso de
consulta previa:

i) Pre-Consulta, debe ser convocada por el órgano que al interior del Estado
coordina dichos procesos, para el caso de Colombia, esta competencia está
asignada a la Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior, quien
mediante escrito deberá convocar: i) a la comunidad étnica; ii) la autoridad que
tiene incidencia en el proyecto; y iii) al Ministerio Público, con el objetivo que
desde el principio se genere un diálogo horizontal en el que se garanticen los
derechos de las partes involucradas. Igualmente, en esta etapa se informa a las
comunidades sobre el proyecto objeto de consulta y se debe132:

• Identificar las comunidades involucradas.

131 RODRÍGUEZ, Gloria Amparo. Op. Cit.,


132 Ibídem, Págs. 131 y 132.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 211

• Definir la metodología de la Consulta en la cual se determine: i) el número de


reuniones; ii) las autoridades que representan a la o las comunidades; iii) los
representantes del Estado que participen dentro del proceso; iv) los espacios
propios de discusión y reflexión de los grupos étnicos; v) los mecanismos de
financiación; vi) los tiempos; y vii) los expertos que participarán como
acompañantes y veedores del proceso.

Después de concertado lo anterior se debe efectuar una pre-acta de compromisos y


acuerdos entre las comunidades étnicas y el Estado, dando posteriormente inicio al
procedimiento de Consulta previa.

ii) Consulta Previa133, esta debe ser considerada como un proceso de participación
activa de las comunidades para proteger su integridad cultural. En esta etapa ya
se debe tener claridad del asunto que va a ser objeto de consulta debido a la
información que fue suministrada en la etapa de pre-consulta, sin embargo en
esta instancia se presentará el proyecto de manera oficial en la reunión de
instalación.

Durante las reuniones que sean pactadas por la partes dentro del proceso de consulta
se debe analizar y discutir los impactos que van a generar el respectivo asunto, los
cuales pueden ser: “i) culturales, ii) ambientales, iii) sociales, y en iv) derechos
humanos”. Por lo cual se debe concertar la estrategia a implementar “para manejar,

133COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencias T-428/92, SU-037/97, T-652/98, T-634/99,


SU-383/03, T-955/03, T-737/05, T-880/06, T-154/09, T-769/09, y T-547/2010, T-1035A/2010 y T-
129/11.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 212

mitigar, compensar, y prevenir” las implicaciones generadas por la implementación de


un determinado proyecto o plan134.

En cada una de las reuniones se debe dejar un acta sobre lo que ocurrió. Dichas actas
deben efectuarse durante la reunión, previa concertación, las cuales estarán a cargo del
Ministerio de Interior, con el acompañamiento de un integrante de la comunidad y uno
de la autoridad que tiene incidencia en el proyecto objeto de consulta y si fuera posible
con la vigilancia del Ministerio Público.

Posteriormente, en la reunión de protocolización se debe: i) leer en público lo que quedó


pactado y concertado dentro del acta, ii) señalar los sujetos responsables de cada una
de las actividades que se determinen; y iii) la composición y determinación del comité de
seguimiento135.

iii) Post-Consulta, en esta etapa se da seguimiento a cada uno de los acuerdos y


tiempos que fueron establecidos durante el proceso de consulta en la cual se
debe dejar acta al respecto. Aquí es de vital importancia que el Ministerio Público
cuando lo considere realice una veeduría de lo pactado.

Así mismo, es esencial que la consulta previa se realice teniendo en cuenta los
siguientes principios136:

134MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO Nacional Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,
Palenquero y Raizal. Op. Cit. Pág. 113
135 Ibídem,
136MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO Nacional Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,
Palenquero y Raizal. Op. Cit. Págs. 108 a 110.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 213

• Buena fe. Las partes que participan en un proceso de Consulta deberán “ajustar
sus comportamientos a una conducta honesta, leal y conforme con las
actuaciones que podrían esperarse de una ‘persona correcta (vir bonus)’. Así
la buena fe presupone la existencia de relaciones reciprocas con trascendencia
jurídica, y se refiere a la “confianza, seguridad y credibilidad que otorga la
palabra dada”137.

• Información. En los procesos de consulta se debe garantizar que la información


sea apropiada, clara, veraz, completa y oportuna, la que debe ser “comprendida
plenamente por los pueblos involucrados”138.

• Consulta cultural adecuada. La consulta previa, libre e informada debe contar


con un procedimiento culturalmente adecuado, en el cual se respete las
costumbres y tradiciones de los pueblos involucrados.

• Carácter previo. La consulta debe realizarse antes de la toma de cualquier


decisión, respecto de una medida legislativa o administrativa de un determinado
proyecto que pueda llegar a afectar a los pueblos étnicos.

• Consentimiento. La consulta busca lograr el consentimiento de las medidas


propuestas.

• Prevalencia del derecho al territorio. Se debe respetar la relación que existe


entre las comunidades y “sus valores espirituales con la tierra y el territorio”139.

137 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. C-1194 de 2008.


138 MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO Nacional Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,

Palenquero y Raizal. Op. Cit. Pág. 109


139 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 214

• Libertad. Se debe garantizar la libertad de los participantes durante todas las


etapas del proceso. Se entiende violado el principio de libertad cuando “cualquier
grupo legal o ilegal que participe o no dentro del proceso presione para que los
pueblos tomen determinada decisión”140.

• Representatividad. El proceso de consulta se deberá hacer “con los pueblos,


representados por las autoridades tradicionales y organizaciones representativas
que los representen legítimamente”141.

• Progresividad. El compromiso que el proceso de consulta se garantice el goce


efectivo de derechos.

• Publicidad. Proceso debe ser abierto, claro, transparente y de carácter público.

• Participación integral del Estado. Garantizar que además del Ministerio del
Interior y la entidad pública o privada interesada en el proyecto, exista el
acompañamiento efectivo del Ministerio Público.

• Unidad, Integralidad e interdependencia. La consulta debe garantizar que se


cubra “la totalidad de los aspectos, objetos, impactos, proyectos y efectos
relacionados con la decisión administrativa o legislativa que pretenda ser
adoptada”142.

140 Ibídem.
141 Ibídem.

142 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 215

• Responsabilidad. Las partes involucradas en la consulta previa “deben asumir


las responsabilidades frente a los compromisos adquiridos” en los acuerdos y
consensos.

• Garantías. El medio físico donde se realice la consulta previa “debe ser favorable
y cómodo para los pueblos involucrada, con el fin de no alterar su nivel de
confianza”.

Resulta también indispensable mencionar como instrumentos de regulación del


derecho fundamental a la Consulta previa, las Directivas Presidenciales expedidas por
el Presidente de la República, fundamentadas en dar cumplimiento a la Constitución
Política colombiana y los convenios internacionales ratificados por Colombia. En este
sentido se encuentra la Directiva Presidencial No. 01 de 2010, la cual reseña los
mecanismos para la aplicación de la Ley 21 de 1991, las acciones que requieren la
garantía del derecho y establece las formas mediante las cuales procede el proceso
de Consulta previa, señalando de manera muy limitada los casos en los cuales debe
darse la Consulta previa y aquellos en que no es obligatoria. En la misma línea se
encuentra la Directiva Presidencial No. 10 de 2013, que contiene una Guía para la
realización de la Consulta previa, la cual debe utilizarse como herramienta de
coordinación interinstitucional, para el logro de la eficiencia administrativa y las
prácticas de buen gobierno en los procesos de Consulta previa a las comunidades
étnicas para el desarrollo de proyectos como obras o actividades.

Estas disposiciones han sido bastantes cuestionadas, por que señalan de una u otra
manera reglamentaciones en relación al derecho fundamental, sin haber sido
consultadas con los grupos étnicos y porque limitan el ejercicio del derecho. Con
referencia al alcance de las Directivas Presidenciales, el Consejo de Estado
Colombiano, manifestó “que si bien una Directiva Presidencial es un pronunciamiento
que debe acatarse como norma de conducta, en ningún caso puede tener el alcance
de una ley, ni mucho menos el de suspender las disposiciones legales o modificarlas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 216

Se trata de orientaciones, de recomendaciones, de consideraciones sobre


determinado aspecto social o político del Gobierno que la expide, pero nunca puede
tener el efecto, de enervar la facultad discrecional de los funcionarios administrativos
si ésta cuenta con suficiente auspicio legal”143

También han sido varios los intentos que el Gobierno Nacional en cabeza del
Ministerio del Interior, ha utilizado, resultando fallidos, con el objeto de reglamentar el
ejercicio del derecho fundamental a la Consulta previa. En efecto, han sido varios los
proyectos de ley, que a espaldas de las comunidades, se han elaborado con
participación de diferentes estamentos de la institucionalidad, pretendiendo establecer
los aspectos objeto de Consulta previa, los tiempos en que la misma debe surtirse y
adelantarse y la consagración legal de que el Estado y particulares podrán seguir
adelante con las medidas aunque no se llegue a concertación alguna. Esto sin lugar
a dudas ha sido inspirado por varios aspectos, entre ellos debe resaltarse que la
consagración de este derecho a favor de las comunidades indígenas y
afrodescendientes se ha visto como un obstáculo para el supuesto desarrollo que se
impulsa en las planeaciones de los diferentes gobiernos de todos los órdenes, y por
ende en contra de la conquista y despojo de las riquezas naturales y de los territorios
de los pueblos étnicos. También hay que decirlo, que en muchas ocasiones, el
contenido del derecho a la Consulta previa se monetizó a grado tal que desdibujó su
alcance y fin, permeándose de esta manera de intereses políticos y económicos de
algunos líderes comunitarios que yendo en contra de la línea comunitaria en las bases
asentadas en los territorios, han utilizado el mismo para obtener beneficios
económicos.

143 Sentencia proferida el 18 de noviembre de 1988, Radicación 2808, la cual ha sido reiterada entre

otras, en sentencia del 5 de agosto de 1993, Radicación 5991.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 217

4.1 El derecho a la participación de los pueblos afrocolombianos en la


administración y gestión de las áreas protegidas. Análisis prospectivo.
Desafíos y retos.

Uno de los aspectos más significativos, que trajo a Colombia, lo que podríamos
denominar una modernidad tardía, fue la Constitución Política de 1991, en la misma,
se definen aspectos esenciales de la vida democrática, social, económica, política y
cultural del Estado colombiano. Asuntos relacionados con el reconocimiento de la
diversidad étnica y cultural de la nación, visibilizó la presencia histórica de millones
de seres humanos, que como los pueblos indígenas y afrocolombianos, fueron
incorporados como real sujetos de derechos en el pacto social más importante de las
democracias que es su Constitución.

En efecto, el reconocimiento y concreción para los pueblos indígenas y


afrocolombianos del derecho a las tierras y territorios que han ocupado
ancestralmente, conservado biológica y ecológicamente, su identidad cultural, y la
participación de ellos en las decisiones que los afecten y al país, constituyó un gran
avance en materia de derechos y en democracia para la nación. En relación con los
pueblos indígenas, sus territorios ya antes reconocidos, fueron elevados a la categoría
de entes territoriales, cosa que les posibilita acceder a los recursos del situado fiscal
y así determinar con autonomía aspectos relacionados con salud y educación básicas
en todo caso.

Sin embargo este reconocimiento formal mediante la Constitución y la Ley, tiene


importantes desafíos respecto de su implementación real y efectiva; en este artículo
nos concentramos en el análisis de la estructura institucional para la conservación de
ecosistemas estratégicos, en lo cual el Territorio Región del Pacífico y la Amazonía
colombiana, tienen un peso específico en materia de biodiversidad y ecología
respectivamente, en fin, de naturaleza, pues las dos regiones son las más importantes
en biodiversidad en el país.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 218

En ese sentido, el artículo aborda la situación actual del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas (SINAP), los desafíos en materia de conservación, participación y consulta
previa efectiva para los pueblos en los procesos de definición, planificación y
administración de las áreas del sistema; así como, propuestas que permitan ampliar
las áreas oficiales para la conservación de ecosistemas de importancia regional,
nacional y global, incorporando al sistema las áreas que autónomamente los pueblos
han determinado en sus territorios legalmente reconocidos, para la conservación y
diversos usos que posibilitan la vida en comunidad, así como, la sustentabilidad
ambiental de sus territorios. Sin embargo la necesidad de un proceso de adecuación
institucional que amplié la frontera de las áreas de conservación, implicará un
reconocimiento de que la existencia de los recursos para la conservación, son
producto de la convivencia armónica entre las culturas de los pueblos, las
comunidades y los recursos naturales en tanto su relación mágico-espiritual.

En consecuencia, la incorporación de áreas definidas por las propias comunidades al


Sistema Nacional, deberá darse guardando el respeto a la autonomía, no solo
territorial, sino también administrativa, lo cual facilite el fortalecimiento de sus procesos
de gobernanza en el territorio, administración y empoderamiento de los procesos
organizativos internos, como sus tejidos sociales y culturales.

El artículo realza la necesidad de cambiar la mirada institucional y especialmente de


actores institucionales sobre estas cuestiones, lo cual permita diseñar mejores
escenarios de consulta, participación y salvaguarda de los derechos de los pueblos y
comunidades en los procesos de definición de áreas protegidas, planificación y
ordenamiento ambiental de los territorios destinados a la conversación; de tal manera
que haya un mejor escenario que garantice dicha conservación de la diversidad
biológica, pero también la diversidad cultural de los mismos pueblos involucrados; trae
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 219

de presente contenidos de conferencias internacionales que han recomendado


efectivizar estos ejercicios, más allá de su mera enunciación, así como, comprometer
a los gobiernos en su realización. De esta manera, el United Nations Evironmental
Programme (UNEP), la Convención de Espoo de febrero 25 de 1991, la Convención
sobre el Acceso a la Información y la Participación Ciudadana en la Toma de
Decisiones y en el Acceso a la Justicia Ambiental (Aarhus, Dinamarca, junio 25 de
1998), Convenio 169 de 1989 de la OIT, entre otros instrumentos y convenciones
internacionales, han instado a los Estados, y en este caso al Estado colombiano ha
ampliar la visión y construir procesos más eficientes y duraderos en la medida que los
sujetos, los pueblos interesados y/o impactados puedan participar de una manera
dinámica, progresiva y con información veraz desde el punto de vista, social, técnico,
económico y jurídico, así como, el establecimiento de acuerdos cumplibles en el corto,
mediano y largo plazo, toda vez que acuerdos de esta naturaleza transforman y en
muchos casos, radicalmente cambian la vida cultural de los pueblos.

De esta manera, este articulo pretende profundizar las reflexiones sobre los contextos
y espacios territoriales para la conservación en el país, las áreas que los pueblos han
destinado para la conservación de la naturaleza y la necesidad de una urgente
vinculación al sistema oficial de áreas protegidas conservando los aspectos
esenciales de autonomía, administración, manejo, participación y consulta, al igual
que desvirtuar argumentos relacionados con la distracción y falta de garantías en
materia de consulta previa de los instrumentos de manejo técnicos y administración
de las áreas protegidas, pretendiendo sobreponer acuerdos incumplibles debido a la
falta de soporte jurídico e institucional para su desarrollo.

Colombia es un Estado social de derecho, democrático y participativo, su estructura


legal está determinada por la Constitución Política de 1991 y los convenios
internacionales que en materia de derechos, el país ha firmado y han sido ratificados
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 220

en su control de constitucionalidad, instrumentos estos de obligatorio cumplimiento


para garantizar los derechos y obligaciones de todos los habitantes de la nación. En
el clausulado constitucional se encuentra previsto el derecho a la participación. En
efecto, el artículo 2 consagra como un fin esencial del Estado colombiano el “…facilitar
la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica,
política, administrativa y cultural de la nación”.

La Constitución Política Colombiana define al Estado como una democracia


participativa, pluralista, que promueve la participación de todos en los asuntos que los
afectan y ampara la garantía general de igualdad de los colombianos. La Honorable
Corte Constitucional Colombiana en relación al derecho general de participación de
grupos tribales ha señalado que: “incluidos los pueblos indígenas y tribales, en
igualdad de condiciones, tienen derecho, al tenor de lo dispuesto en el artículo 40 de
la Carta, a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político, y tienen
a su disposición los instrumentos de participación que se han previsto en el artículo
103 del mismo ordenamiento, no sólo los que corresponden a los mecanismos de
participación del pueblo en ejercicio de su soberanía –el voto, el plebiscito, el
referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria
del mandato-, sino también, los que surgen de la posibilidad prevista en el inciso
segundo del artículo 103, de articularse libremente, con el apoyo del Estado, para la
promoción de sus intereses, en asociaciones que tengan por objeto constituir
mecanismos democráticos de representación en las diferentes instancias de
participación, concertación, control y vigilancia de la gestión pública que se
establezcan. 144.

En Colombia, los mecanismos de participación democrática permiten asegurar la


interacción efectiva entre los ciudadanos y la actividad del Estado, a efectos de que

144
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-030-08. MP. Rodrigo Escobar Gil.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 221

las decisiones que se adopten sean legítimas por estar precedidas de un proceso
deliberativo, con espacios concretos y efectivos de participación. Ahora, para los
pueblos indígenas y afrocolombianos el derecho de participación es consecuencia
directa del principio constitucional del reconocimiento de la diversidad étnica y cultural
y se garantiza a través de espacios concretos de participación adicionales a los que
tienen acceso el resto de habitantes del Estado. Tratándose de pueblos o
comunidades negras, afrocolombianas, palenquearas y raizales tal mandato
constitucional debe “partir de espacios autónomos locales y regionales que posibiliten
a dichas comunidades reflexionar a partir de sus derechos étnico culturales y sus
opciones de desarrollo de acuerdo a sus aspiraciones como pueblo””. 145

Resulta importante mencionar los mecanismos de participación a los que se hace


referencia i) Convención de Espoo de febrero 25 de 1991, artículo 2-1 la misma
expresa, al respecto que: “Todas las partes adoptarán las medidas legales,
administrativas o de otra índole que sean necesarias para dar efecto al presente
Convenio, incluidas… la institución de un procedimiento de evaluación de impacto
medioambiental que permita la participación pública y la preparación de la
documentación para la evaluación del impacto medioambiental que se consigna en el
apéndice II.” precursora en destacar la importancia de la participación pública en los
procesos de declaratoria de áreas protegidas, sin embargo en (1987) ya había surgido
una primera iniciativa, en el United Nations Evironmental Programme, UNEP; ii) el
Convenio de Diversidad Biológica, Artículo 14-1 a), referenció directamente el derecho
a la participación durante los procesos en materia ambiental, así: “Cada parte
Contratante, en la medida de lo posible y según proceda: a) establecerá
procedimientos apropiados por los que se exija la evaluación del impacto ambiental
de sus proyectos propuestos que puedan tener efectos adversos importantes para la
diversidad biológica con miras a evitar o reducir al mínimo esos efectos y, cuando

145MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,
Palenquero y RaizaL. Agosto de 2014. Ed. Garcés Carabalí Daniel.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 222

proceda, permitirá la participación del público en esos procedimientos.”; iii) la


Convención sobre el Acceso a la Información y la Participación Ciudadana en la Toma
de Decisiones y en el Acceso a la Justicia Ambiental (Aarhus, Dinamarca, junio 25 de
1998), sobre las herramientas para el manejo de la información en forma no
excluyente y los mecanismos de participación en actividades específicas relacionadas
con el ambiente; y el iv) Convenio 169 de 1989 de la OIT, acerca de la participación y
consulta previa en pueblos indígenas y tribales.

El derecho a la participación debe examinarse detenidamente a la luz del Convenio


169 de 1989 de la Organización Internacional del Trabajo -OIT-, adoptado en el
ordenamiento jurídico colombiano mediante la Ley 21 de 1991, el cual hace parte
integral de la Constitución - bloque de constitucionalidad-, Convenio que insta a los
Gobiernos para que desarrollen medidas que protejan los derechos de los pueblos
indígenas y tribales entre los cuales se encuentran los pueblos afrocolombianos y
exige la participación de estos, de manera informada, previa y libre en los procesos
de desarrollo y formulación de políticas y proyectos que los puedan afectar.
Igualmente, este instrumento señala que los pueblos tienen la pretensión de asumir el
control de sus propias instituciones, formas de vida, desarrollo económico y a
conservar su identidad, lengua y creencias dentro de los Estados en los que viven, en
este sentido establece la obligación de los Estados de desarrollar con la participación
de los pueblos interesados una acción coordinada y sistemática que logre garantizar
y proteger sus derechos y el respeto por su integridad, consagrando que la
participación debe incluir medidas que permitan la igualdad de derechos y
oportunidades que la normativa de cada Estado otorga a los otros miembros de la
población; la garantía efectiva de los derechos respetando sus costumbres,
tradiciones e instituciones; y contribuyendo a eliminar las diferencias socioeconómicas
de manera compatible con las aspiraciones y formas de vida de estas comunidades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 223

Como se puede observar, el Convenio 169 le otorga especial importancia al derecho


de los pueblos indígenas y afrodescendientes a la participación en las decisiones que
los puedan afectar, consagrando en el artículo 6 el compromiso de los gobiernos de
consultar a los pueblos interesados mediante procedimientos apropiados y en
particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se contemplen
medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente. Así
mismo, consagra que los pueblos implicados deben tener la oportunidad de participar
libremente en todos los niveles desde la formulación, ejecución y evaluación de
medidas que les afecte directamente.

Más adelante el artículo 7º del Convenio en mención, contempla que se le debe


reconocer a las comunidades locales, el derecho a decidir sus propias prioridades en
lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de
alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo
económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la
formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional
y regional susceptibles de afectarles directamente. Con el artículo en mención el
convenio busca la protección de la integridad cultural de los pueblos que no es otra
cosa que su preservación física, al igual que sus prácticas culturales y de
relacionamiento entre ellos y la naturaleza, cuestión está definida por los pueblos
como mágica y espiritual.

Los artículos 14 y 15, disponen que el Estado Colombiano debe tomar las medidas
para salvaguardar el derecho a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas
por ellas, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades
tradicionales y de subsistencia; proteger especialmente los derechos de estos pueblos
a participar en la utilización, administración, y conservación de los recursos naturales
existentes.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 224

La Corte Constitucional Colombiana, ha entendido que de los anteriores artículos se


distinguen dos dimensiones del derecho de participación de los pueblos, en primer
lugar, en la obligación de establecer los medios necesarios a través de los cuales
estos puedan participar libremente y a todos los niveles en las decisiones que se
toman en las instituciones del Estado responsables de adoptar políticas y programas
que les conciernan, y en segundo lugar en el deber de consulta previa de las medidas
susceptibles de afectarles directamente. Para el Alto Tribunal constitucional la primera
dimensión responde al derecho general de participación de las comunidades tribales,
el cual se debe garantizar en las políticas y programas que de alguna manera les
interesen a estas comunidades. La segunda es la que tiene que ver con las medidas
administrativas y legislativas que los afecten directamente, en donde se da el deber
de consulta previa. 146

Sobre este tema téngase en cuenta que el artículo séptimo de la Constitución Política
de 1991, consagra como principio fundamental del Estado colombiano el
reconocimiento y protección de la diversidad étnica y cultural de la nación, principio
que se ha establecido como el pilar de la especial protección constitucional a la que
son sujetos los pueblos étnicos que habitan el territorio nacional, en este sentido, la
jurisprudencia constitucional ha sido enfática en establecer como una obligación del
Estado, el deber de reconocer un estatus especial de protección a los pueblos étnicos,
bajo la base de dignidad humana, pluralismo y pertenencia a la nación, siempre
propendiendo el respeto por sus usos y costumbres tradicionales.

En ese orden de ideas, se tiene que uno de los instrumentos principales que
materializan las aspiraciones de los pueblos tradicionales a asumir el control de sus
propias instituciones y formas de vida, es precisamente el ya mencionado derecho a
la consulta previa, previéndose su aplicación para cuando existan medidas

146
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-030-08. MP. Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 225

administrativas o normativas que puedan afectar en forma directa sus territorios. Este
importante instrumento lo contempla el Convenio 169 de la OIT (aprobado mediante
Ley 21 de 1991) como una forma más de participación en la toma de decisiones que
afectan sus territorios, instituciones y demás formas de vida, que contribuye y
garantiza la protección del patrimonio material e inmaterial de los Estados.

En este sentido, el artículo 6 del Convenio consagra como deber de los Estados el
consultar a los pueblos tribales, cada vez que existan medidas legislativas o
administrativas que sean susceptibles de afectarles directamente, mediante
procedimientos apropiados, aplicando el principio de buena fe y de acuerdo a cada
circunstancia, con el fin de llegar a un acuerdo o al consentimiento de las medidas
propuestas:

“Artículo 6 1. Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos


deberán: a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos
apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez
que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles
directamente; b) establecer los medios a través de los cuales los pueblos interesados
puedan participar libremente, por lo menos en la misma medida que otros sectores
de la población, y a todos los niveles en la adopción de decisiones en instituciones
electivas y organismos administrativos y de otra índole responsables de políticas y
programas que les conciernan; c) establecer los medios para el pleno desarrollo de
las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en los casos apropiados
proporcionar los recursos necesarios para este fin. 2. Las consultas llevadas a cabo
en aplicación de este Convenio deberán efectuarse de buena fe y de una manera
apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el
consentimiento acerca de las medidas propuestas”.

A su vez, el Artículo 7 consagra el deber de los gobiernos de tomar medidas en


cooperación con los pueblos interesados para proteger y preservar el medio ambiente
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 226

de los territorios que habitan. Las anteriores disposiciones hacen parte del bloque de
constitucionalidad, por lo que la jurisprudencia constitucional ha entendido que la
consulta previa es un instrumento que el Estado colombiano se comprometió a aplicar
como medio para garantizar la protección de los pueblos ante la aplicación de medidas
administrativas, legislativas y la construcción de obras civiles que puedan afectar los
territorios de estos, su pervivencia social, económica y cultural. Escobar Gil, Rodrigo
(2008) en Sentencia Constitucional, expresa que: “De este modo, es posible apreciar
que del marco del Convenio 169 de la OIT surgen dos grandes conjuntos de
compromisos para los Estados signatarios, el primero, referido a las medidas que
deben impulsar para obtener los fines propios del convenio en los distintos aspectos
que son objeto del mismo, que, como se ha dicho, de una manera amplia, se orienta
a promover las condiciones que permitan el desarrollo de los pueblos indígenas y
tribales de un modo que respete la diversidad étnica y cultural, asegure los espacios
de autonomía requeridos para ello y se desenvuelva en un marco de igualdad, y que
específicamente se refiere a su relación con las tierras o territorios; a las condiciones
de trabajo; a aspectos relacionados con la formación profesional, la artesanía y las
industrias rurales; a salud y seguridad social; a educación y medios de comunicación
y a contactos y cooperación a través de las fronteras, y el segundo que alude a la
manera como deben adoptarse y ponerse en ejecución esas medidas y que tienen
como elemento central la participación y el respeto por la diversidad y la autonomía”.

Para la Corte Constitucional, el deber de consultar las medidas administrativas que


afecten directamente a los pueblos tribales es una consecuencia directa del derecho
que les asiste a estas comunidades a decidir las prioridades en su proceso de
desarrollo y de preservar su cultura, por lo que la consulta previa ha sido introducida
en nuestro ordenamiento jurídico como un derecho de carácter fundamental y de
especial importancia en razón a que es indispensable para la defensa y permanencia
de la identidad y diversidad cultural. Dicho Tribunal Constitucional ha establecido que
la consulta “constituye un instrumento básico para preservar la integridad étnica,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 227

social, económica y cultural de las comunidades (…) y para asegurar, por ende, su
subsistencia como grupo social147”.

Se erige así la consulta previa como una obligación del Estado y no como una medida
potestativa, por cuanto su existencia obedece a la especial protección constitucional
que requieren y merecen los pueblos, en este sentido, la Honorable Corte
Constitucional, Escobar (2008) Sentencia C-030, ha señalado que la misma “…es
expresión y desarrollo del artículo primero de la Constitución, que define a Colombia
como una democracia participativa, del artículo 2º, que establece como finalidad del
Estado la de facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan, del
artículo 7º Superior, que reconoce y protege la diversidad étnica y cultural, del 40-2,
que garantiza el derecho de todo ciudadano a la participación democrática y del
artículo 70 que considera la cultura fundamento de la nacionalidad”.

Frente a su obligatoriedad, el mismo Tribunal ha precisado que la consulta es


obligatoria en cuanto a su verificación, esto es ante la posibilidad de acudir a los jueces
de la república por medio de la acción de tutela para que se compruebe su realización
y que no se puede confundirse ni remplazarse con otros mecanismos de concertación
o participación, es así como la misma brinda a los pueblos una protección especial y
salvaguarda sobre las costumbres, la autonomía y el territorio. Desconocer dichas
garantías pondría en peligro la identidad de los pueblos étnicos y llevaría a destruir la
particularidad y cultura que los caracteriza, como un notorio perjuicio para la
conservación y adecuado desarrollo de sus culturas y creencias.

Adicionalmente, en la misma sentencia referenciada, la Corte Constitucional


manifestó que existe un nexo muy claro entre la consulta como mecanismo de
participación y, la defensa de la integridad cultural de las comunidades étnicas, así las
cosas, ha establecido que “…la importancia del Convenio 169 de 1989 la OIT y en

147
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. MP. Nilson Pinilla. Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 228

especial del instrumento de consulta previa que se prevé en su artículo 6, radica


particularmente no solo en que dicho proceso consultivo se surta de manera previa
cuando quiera que se trate sobre la explotación de recursos naturales existentes en
territorio, sino porque dicha consulta previa habrá de hacerse extensiva a todas
aquellas decisiones administrativas y legislativas del Estado que afecten o
involucren intereses propios de dichas minorías, aun cuando sean diferentes a lo
señalado en el artículo 330 de la C.P., pues de esta manera se garantiza igualmente
el derecho a su identidad. Así, la consulta previa que señala el Convenio 169 tendrá
cabida respecto de todos aquellos casos que así se requiera y en los que se
comprometan los intereses del pueblo indígena”.

Es importante destacar que el Convenio 169 se orienta, según la Corte, en Sentencia


C-461 de 2008, a “obtener que se garanticen a los pueblos interesados unas
oportunidades de participación que sean, al menos, equivalentes a las que están a
disposición de otros sectores de la población, en la adopción de decisiones en
instituciones electivas y organismos administrativos y de otra índole responsables de
políticas y programas que les conciernan”. En consecuencia, la consulta previa libre e
informada “es un derecho fundamental de los pueblos étnicos que tienen por objeto que
los pueblos participen y decidan previamente sobre medidas administrativas y
legislativas” donde se puedan ver afectados “y cuya finalidad es llegar a un acuerdo a
través de una diálogo intercultural y horizontal entre pueblos étnicos y actores públicos
y privados”, estableciéndose como un “mecanismo de defensa, reconocimiento,
protección y respeto del Estado frente a la integridad étnica y cultural de los pueblos que
lo constituyen148”.

148MEMORIAS DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL Autónomo del Pueblo Negro, Afrocolombiano,
Palenquero y RaizaL. Agosto de 2014. Op. Cit. Pág. 109.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 229

Es importante resaltar que el más alto tribunal de la jurisdicción constitucional en


Colombia, con ponencia del Magistrado Carlos Gaviria Díaz en fallo de
constitucionalidad 169 del año 2001, reconoció que las comunidades negras son
acreedoras de los derechos consagrados en el Convenio 169 de la OIT, en razón de que
son un grupo étnico especial, definido por la Ley 70 de 1993, que se inscribe dentro del
ámbito del Convenio en mención, ya que este se aplica además de los pueblos
indígenas, a los pueblos tribales cuyas condiciones sociales, culturales y económicas los
distingan de otros sectores de la colectividad nacional, y que estén regidos por sus
propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial. Es entonces claro que
para el máximo tribunal constitucional del país, actualmente no existe ningún tipo de
diferenciación en el contenido y alcance de los derechos de participación, consulta,
territorialidad y demás que prevé dicho Convenio entre pueblos indígenas y pueblos
afrocolombianos, como pueblos bien diferenciados y expresión clara de la diversidad
étnica y cultural de la nación, ambos pueblos son sujetos de los mismos derechos
especiales y su concreción al interior de la estructura del Estado colombiano.

Para estos efectos, es importante considerar que el Convenio 169 establece el


compromiso de los gobiernos de “respetar la importancia especial que para las
culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las
tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna u
otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación” 149 (A. Igualmente
establece que se debe reconocer a los miembros de los pueblos el derecho de decidir
sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que
éste afecte sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que
ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su
propio desarrollo económico, social y cultural. Además, los pueblos deberán participar

149 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Op. Cit. Art. 13.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 230

en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo


nacional y regional susceptibles de afectarles directamente. 150 .

Actualmente la declaración de áreas protegidas y la conformación de sistemas de


áreas protegidas se inscribe dentro de la estrategia de conservación in situ, prevista
en el Convenio de Diversidad Biológica -CDB- aprobado por el país mediante Ley 165
de 1994 y en consecuencia, hace parte del ordenamiento jurídico colombiano.

Este convenio, ha sido desarrollado e interpretado mediante decisiones de la


Conferencia de las Partes -COP-, entre la que se encuentra la Decisión VII/28 de la
COP 7 que aprobó el Programa de Áreas Protegidas, que es la guía actual para la
selección, manejo y conservación de estas áreas en Colombia. Esta Decisión
recuerda las obligaciones de las partes hacia las comunidades locales de conformidad
con el Artículo 8 del Convenio, y señala que el establecimiento, gestión y vigilancia de
las áreas protegidas deberá realizarse con la participación plena y efectiva de las
comunidades, respetando plenamente sus derechos de acuerdo con la legislación
nacional y las obligaciones internacionales aplicables.

El Programa consta de cuatro elementos; en el primero se incluye como meta y


actividad realizar con la participación de las comunidades y de los interesados
pertinentes, exámenes nacionales de las formas de conservación, incluyendo modelos
innovadores de gobernabilidad para áreas protegidas, tales como, áreas protegidas
co-administradas, áreas protegidas privadas, áreas conservadas por la comunidad,
entre otras; en el segundo elemento se prevé reconocer y promover amplias formas
de gobernabilidad de las áreas protegidas y desarrollar planes para involucrar
eficazmente a las comunidades, respetando plenamente sus derechos en todos los

150 ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO. Op. Cit. Art. 7.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 231

niveles de la planificación, creación, gobernabilidad y administración de las áreas


protegidas, con énfasis particular en identificar y eliminar las barreras que impiden la
participación adecuada.

“En este segundo elemento también se plantea promover un entorno favorable


(legislación, políticas, capacidades y recursos) para la participación de las
comunidades en la toma de decisiones y el desarrollo de sus capacidades y
oportunidades para establecer y administrar áreas protegidas, incluidas las
conservadas por la comunidad y las privadas” 151

De todo lo anterior, se colige, que atendiendo el especial carácter de autoridades de


los pueblos, la importancia que tiene el territorio para los mismos en razón de su
integridad étnica, debe generarse por parte del Estado, nuevos modelos de
gobernanza, que garantice de manera efectiva la participación en la toma de
decisiones, el respeto del territorio, el fortalecimiento de capacidades locales y avance
indefectiblemente en áreas realmente bajo esquemas de co- gobierno y co-
administración, o áreas gerenciadas y administradas por las propias comunidades en
su autonomía y con medidas de seguimiento y evaluación conducentes no solo a
aumentar la estrategia de conservación, sino a generar a partir de la misma, bienestar
colectivo aplicando los usos racionales que permitan la permanencia de los recursos
presentes en sus territorios.

En el sentido de lo anterior, el CONPES 3680 de 2010 al señalar los lineamientos de


política necesarios para consolidar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP)
de Colombia como un sistema completo, ecológicamente representativo y eficazmente
gestionado, indica entre otros aspectos, que actores fundamentales como los grupos
étnicos de comunidades indígenas y negras, no son hoy en día actores relevantes del

151 PONCE DE LEÓN, Eugenia y ANDRADE, Germán Ignacio. En: Bases técnicas y legales de la

política de participación social en la conservación. Bogotá: Parques Nacionales Naturales, 2005.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 232

SINAP, a pesar de las oportunidades o limitaciones que generan las áreas protegidas
sobre sus territorios, situación entre otras, que hace que el sistema no sea completo,
por lo que señala entre las acciones estratégicas, “rediseñar el Sistema de Categorías
de Áreas Protegidas estandarizado para Colombia”, lo cual deberá contemplar áreas
protegidas con diferentes formas de gobierno donde se respeten los usos, tradiciones
y costumbres de los grupos étnicos reconocidos, conforme la Constitución Nacional y
el marco normativo correspondiente. Igualmente dicho documento de política,
contempla que es necesario “afianzar la estructura de Participación del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas”, para esto último, señala que Parques Nacionales
Naturales, como coordinador del SINAP, deberá coordinar la participación, en esta
estructura, de los grupos étnicos reconocidos y demás actores relevantes para
obtener una gestión eficaz del mismo.

Téngase en cuenta que el sistema de categorías actual reglamentado en el Decreto


2372 de 2010 (Compilado en el Decreto Único 1076 de 2015), sólo contempla
categorías de áreas protegidas públicas y privadas, dejando de lado valiosos
ejercicios de conservación realizado tanto por los pueblos indígenas como por los
pueblos afrocolombianos, de carácter estricto algunos y otros que además de
acciones específicas de preservación contemplan el uso sostenible, desarrollando
ampliamente el concepto de conservación de la diversidad biológica.

En efecto, garantizar la conservación y la sustentabilidad de los recursos naturales en


amplios ecosistemas de biodiversidad en el país, no solo implica una incorporación
dinámica de los pueblos étnicos al sistema, sino también, la concreción de
responsabilidades de coordinación y articulación de sus propias áreas, como
facultades de cogobernar las áreas del sistema con impactos sustantivos en sus
territorios, su vida y su cultura.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 233

Ahora en tratándose de áreas protegidas, en Colombia pueden advertirse diferentes


ejercicios realizados por el Gobierno y más precisamente por las autoridades
ambientales encargadas de la declaración y administración de áreas protegidas, por
propender en la construcción y afianzamiento de alianzas que permitan de una parte,
la identificación de líneas de trabajo comunes a los pueblos étnicos y a las
instituciones y, de otra parte, el desarrollo de rutas que permitan la participación
efectiva de las comunidades en los procesos de ordenamiento, protección y defensa
del territorio como espacio de vida que integra no solo la biodiversidad, sino la cultura
de las mismas ligados a la permanencia de recursos naturales en contextos como las
regiones del Pacífico y el amazonas; en esa dirección las gestiones comunidad -
instituciones, propende por la eficiencia y eficacia en la gestión ambiental de los
territorios, como su protección y, en contextos de áreas protegidas, la construcción de
una visión compartida, situación ésta que la mayoría de las veces tiene una mayor
sensibilidad y lectura de contexto y de desafío por parte de las comunidades que ante
la avalancha de procesos de explotación de recursos naturales, convocan a las
instituciones para la definición de áreas protegidas en busca de mejores condiciones
para la protección de sus territorios ancestrales.

En el año 2001, el entonces Ministerio del Medio Ambiente (hoy de Ambiente y


Desarrollo Sostenible) publicó y adoptó la Política de Participación Social en la
Conservación. Esta política procura entre otras cosas, coordinar funciones y
competencias entre las autoridades de los grupos étnicos y Parques Nacionales
Naturales de Colombia, como mecanismo para la conservación de la biodiversidad de
las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales y la preservación étnica y
cultural de dichos espacios que son los territorios donde habitan, perviven y se
relacionan estos pueblos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 234

La Política de Participación Social en la Conservación promueve el trabajo


mancomunado con las comunidades, bajo principios tales como integridad, trabajo
conjunto entre sociedad e instituciones, función social de la conservación y el
reconocimiento y valores de los diferentes actores. Invita a “revisar la gestión de los
sistemas de conservación, incluso su filosofía política, para promover cambios de
actitud respecto a la relación entre la sociedad y la naturaleza. En este sentido
conceptos como “sostenibilidad” o “interculturalidad” pueden tender puentes
conceptuales y metodológicos para la adecuación institucional a los nuevos
desafíos.”152

En desarrollo de esta política, Parques Nacionales Naturales como administrador de


las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, entendidas estas como una
de las categorías de áreas protegidas públicas integrantes del SINAP (Según Decreto
2372 de 2010 compilado en el Decreto Único 1076 de 2015), comienza a realizar
ejercicios de acercamiento y relacionamiento con líderes y representantes de pueblos
indígenas y afrocolombianos, a efectos de crear, propiciar y afianzar alianzas que
garanticen no sólo la gestión efectiva de éstas áreas, sino consolidar la función pública
de la conservación, en aras de concretar mediante mecanismos de relacionamiento
particulares y diferenciales, los mandatos contenidos tanto en la Ley 21 de 1991, como
en el Convenio de Diversidad Biológica, ya referenciados. Téngase en cuenta que de
las 59 áreas que actualmente integran el Sistema de Parques Nacionales Naturales,
31 presentan algún tipo de superposición ya sea parcial o total con territorio de
comunidades indígenas y afrocolombianas, al igual que su colindancia mediante el
uso regular y/o permanente de estas áreas.

De esta manera en una apuesta por la construcción de un nuevo horizonte en la


relación institucional con los pueblos indígenas y afrodescendientes, el Ministerio del

152
UNIDAD ADMINITRATIVA ESPECIAL DE PARQUES NACIONALES NATURALES (UAESPNN).
Concepto 20141300001333 del 28 de abril de 2014, Oficina Jurídica. Bogotá: UAESPNN, 2014.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 235

Medio Ambiente (hoy de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en virtud del Decreto 3570
de 2011) en junio del año 2001 decide avanzar en el reconocimiento del derecho de
gobernanza del Pueblo Miraña sobre su territorio que ya había sido adjudicado al
mismo mediante la Resolución No. 15 de 1.981 expedida por el INCORA que
constituyó el Resguardo del Miriti Paraná y la Resolución No. 30 de 1.988 que creó el
resguardo del Predio Putumayo y que al tiempo es Parque Nacional Natural Cahuinari
(declarado y reservado mediante Acuerdo 044 de 1986 aprobado mediante
Resolución No 190 de 1987), atendiendo la especial dimensión e importancia que para
su cultura y valores espirituales reviste la relación con su territorio. En ese orden de
ideas suscribe un Convenio Interadministrativo para coordinar la función pública de la
Conservación y garantizar la construcción conjunta con las comunidades indígenas
de un Régimen Especial de Manejo, especial frente el régimen general del Sistema
de Parques Nacionales, que atienda las particularidades culturales y biológicas del
área. 153

El fundamento del Acuerdo de voluntades se basó en que el principio de coordinación


es uno de los criterios que orientan el ejercicio de la función pública dentro del Estado
y que, tal como lo ha señalado por la Corte Constitucional, "no puede identificarse con
el de control o tutela. Coordinación implica participación eficaz en la toma de
decisiones, que es la única forma legítima en un Estado democrático, de llegar a una
regulación entre intereses diversos, así como, la mejor manera de ponderar aquellos
intereses que sean contradictorios" 154

Así las cosas, el objeto del Convenio suscrito consistió en coordinar desde una
perspectiva intercultural, la gestión para el manejo del Parque Nacional Natural

153 Convenio Interadministrativo 09 del 11 de junio de 2001 suscrito entre el Ministerio del Medio

Ambiente y la Asociación de Autoridades Indígenas Tradicionales de las Etnias Miraña - PANI - (Fine
Aiveju Nimue lachimua — Dios del Centro y sus Nietos
154 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL Sentencia C-147. Op. Cit.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 236

Cahuinarí, mediante la construcción de reglas e instancias que contribuyan al


fortalecimiento de la cultura tradicional y la protección de la biodiversidad. De esta
manera se previó que el mismo se desarrollaría en dos (2) fases, la primera que tenía
como objetivo la consolidación y formulación de conceptos, principios y normas
interculturales para el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales del
Parque, la elaboración conjunta de un Plan de Acción para el manejo del área
protegida y la construcción conjunta y puesta en marcha de un programa de formación
intercultural para los miembros que participarían del desarrollo del acuerdo y algo,
muy particular pero a su vez significativo para la intención de co-manejo del área, que
era la gestión por parte de Parques Nacionales de la adecuación de las normas
nacionales relacionadas con el personal encargado de la administración del Parque
Nacional Natural, conforme a los resultados del proceso.

La segunda fase consistiría en la implementación del Plan de Acción para el manejo


del Parque Nacional Natural Cahuinarí, que debería formular y poner en marcha
objetivos, estrategias y métodos de trabajo adecuados para orientar, de manera
planificada, las tareas de defensa, investigación, manejo y aprovechamiento del
Parque, como formalizar la instancia u órgano operativo del mismo.

Igualmente se previó que la intención de vigencia del acuerdo fuera a término


indefinido, la conformación de una instancia directiva que tenía entre sus funciones,
definir en forma conjunta los conceptos, principios y reglas para el manejo e
intervención en el área; tomar las decisiones necesarias para llevar a cabo las
políticas, directrices y principios y ser la instancia a través de la cual se resolverán los
conflictos que surjan en el transcurso de la coordinación, entre otras.

Resulta ser éste uno de los principales acuerdos que la institucionalidad del Estado
Colombiano, a través del ente encargado de la formulación de la política y directrices
ambientales, ha suscrito, con clara intención y voluntad política de implementar
mecanismos efectivos de participación para la gestión de las áreas protegidas,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 237

avanzando en elementos de acciones afirmativas de co-manejo o co-administración.


Ya las decisiones sobre un área protegida que a su vez comporta la figura de territorio
indígena, bajo la figura de resguardo, no se adoptarían solamente atendiendo en
cuenta la visión de administración pública, sino, bajo la interrelación y visión que del
manejo de la misma, tiene la comunidad que habita el territorio desde tiempos
ancestrales desde mucho años antes de la declaratoria de la figura de protección
ambiental, que a su vez representa valores ecosistémicos estratégicos para el
patrimonio ambiental de la Nación.

Posteriormente dicho Convenio Administrativo, fue objeto de una modificación que se


perfeccionó el 25 de febrero de 2008 y mediante la cual se adecuó una de las fases
del acuerdo para dirigir la construcción conjunta de un Régimen Especial de Manejo
(expresión que surge del Artículo 7 del Decreto 622 de 1977 compilado en el Decreto
Único 1076 de 2015) que permita la coordinación, planeación, desarrollo y
seguimiento de acciones entre Parques Nacionales Naturales y la Asociación de
Autoridades Indígenas Tradicionales de las Etnias Miraña - PANI -, se suprimió la
obligación de Parques Nacionales relativa a gestionar la adecuación de las normas
nacionales relacionadas con el personal encargado de la administración del Parque
Nacional Natural y se modificó también la vigencia del convenio. Puede advertirse
entonces que las partes asumieron que el ejercicio de la función pública de la
conservación se concretaba en la construcción conjunta de dicho instrumento, que
permitiría coordinar la gestión para el manejo del territorio frente al cual coincidían
intereses multiculturales. Otra interpretación puede ser que el diseño institucional es
inflexible a la hora de la aplicación de elementos de adecuación para la convivencia
intercultural, aspecto que exige un rediseño que incluya de manera proactiva a los
pueblos; lo contrario sería mantener una visión antagónica, o sea, la plurietnicidad y
diversidad reconocidas constitucionalmente a la hora de la relación instituciones-
comunidad, resultaría un mero formalismo sin aplicación real.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 238

Actualmente y frente a esta área protegida se tiene suscrito desde el año 2010 un
acuerdo por el cual se adoptó el Régimen Especial de Manejo mediante el cual se
“coordinará la función pública de la conservación para el manejo y uso de los recursos
naturales en el área traslapada con el territorio PANI, mediante normas y
procedimientos que articulados entre sí permitan la planeación, formulación e
implementación, seguimiento y evaluación de algunas acciones para el desarrollo del
plan de vida del PANI y el cumplimiento de los objetivos misionales del Parque
Nacional Natural Cahuinari”, que se aplica en la totalidad del área traslapada, que
contiene una zonificación cultural, en la cual se establecen las actividades que pueden
realizarse, como las normas que rigen para cada una de ellas, principios y conceptos
que rigen la relación entre las partes, instancias que permiten la coordinación de
funciones en el área, como criterios que orientan la toma de decisiones, entre los
aspectos más relevantes.

Este instrumento, denominado Régimen Especial de Manejo -REM y los Acuerdos de


Uso y Manejo, son las herramientas que Parques Nacionales Naturales de Colombia,
en el marco de la Política Social de la Conservación, ha diseñado para concertar
estrategias especiales de manejo con grupos étnicos que permitan articular distintas
visiones de territorio, teniendo como ejes principales la cultura, el territorio y la
gobernanza, que propenden por la conservación de la biodiversidad y pervivencia
cultural de las comunidades étnicas asociadas al Sistema. 155

155 UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE PARQUES NACIONALES NATURALES (UAESPNN).


Pan de acción institucional 2011 – 2019. Bogotá: UAESPNN, 2011.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 239

Ahora bien, en igual sentido y para concretar los postulados de la mencionada política,
en septiembre de 2001 Parques Nacionales Naturales y las Organizaciones de
Pueblos Indígenas del Pacífico colombiano suscribieron el denominado “Acuerdo de
Yanaconas” en el cual se establecieron unos principios de relacionamiento y agenda
orientados a adelantar una transformación institucional para atender los retos de la
diversidad étnica y cultural de la Nación, la consolidación territorial indígena y la
conservación de ecosistemas, dentro de los cuales resultan importantes destacar los
siguientes:

• Garantizar la integridad territorial y cultural de los pueblos indígenas;


• Apoyar la jurisdicción especial indígena y su autoridad y gobierno en el
manejo, dominio y administración de sus territorios (pluralismo jurídico
existente en Colombia);
• Garantizar y apoyar la implementación de los Planes de Vida definidos por
los pueblos indígenas del Pacífico;
• Garantizar la diversidad étnica y cultural y
• Garantizar el principio de la Dignidad Humana.

Este acuerdo, fue adoptado por Parques Nacionales mediante acto administrativo
contenido en la Resolución 202 del 2002, donde se estableció que los firmantes
adelantarían conjuntamente la gestión ambiental en los territorios traslapados entre
Parques Nacionales y territorios indígenas, áreas aledañas y zonas de
amortiguamiento, estas dos últimas en coordinación con todas las instancias a que
haya lugar, propiciando el fortalecimiento institucional de las Autoridades indígenas y
la protección del territorio, creándose un comité de seguimiento con participación de
delegados de organizaciones indígenas y de funcionarios del nivel directivo de
Parques, como una Secretaría Técnica conjunta con integración mixta. Hoy la
expresión de zonas aledañas debe entenderse como zonas con función
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 240

amortiguadora, conforme a lo establecido en el Artículo 31 del Decreto 2372 de 2010-


Decreto 1076 de 2015. Debe decirse que hoy, dicho Acuerdo no se materializa en
algún tipo de EJECUCIÓN efectiva.

Relevante también resultan ser los acuerdos que desde marzo del año 2002 se
establecieron entre el Gobierno Nacional y el Consejo Territorial de Cabildos – CTC-
en relación al manejo y gestión de la Sierra Nevada de Santa Marta, territorio
tradicional de los pueblos indígenas Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo, reconociendo
la importancia que para la preservación de su identidad étnica tiene la
interconectividad de sus sitios sagrados, que constituyen la línea negra, reconocida
por el Estado mediante la Resolución 0837 de 1995, expedida por el Ministerio del
Interior.

Sobre este tema, téngase en cuenta que se creó en 1997 un Consejo Ambiental
Regional para la Sierra Nevada de Santa Marta (Reglamentado mediante Decreto
1593 de 1997, como órgano de carácter asesor del Ministerio del Medio Ambiente en
lo relacionado con los procesos de desarrollo sostenible de la región de la Sierra
Nevada de Santa Marta), con participación de todas las entidades que tienen
competencia para la gestión ambiental de ese territorio, cabildo gobernadores de las
4 etnias, representantes de campesinos, entre otros. En el año de 2002, se
alcanzaron unos acuerdos entre el Consejo Territorial de Cabildos, las tres (3)
Corporaciones Autónomas Regionales que tienen jurisdicción en la región
(Corpocesar, Corpamag y Corpogajira), Parques Nacionales, el Departamento
Nacional de Planeación y los Ministerios del Interior y de Ambiente, que fueron
incorporados como lineamientos de planificación y gestión ambiental de todas las
entidades, a través de la Resolución 0621 de 2002 proferida por el entonces Ministerio
de Ambiente. Este acto administrativo también dio como mandato a estas entidades
estatales, procurar y promover el fortalecimiento del Gobierno indígena y el manejo
armónico, integral y sostenible de esa ecorregión, incorporando prácticas
tradicionales.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 241

Luego en octubre de 2003, y con el ánimo de continuar el proceso interinstitucional


de puesta en funcionamiento de esa Resolución 0621 de 2002 y de los acuerdos
suscritos con los pueblos indígenas de la Sierra, se suscribieron otros acuerdos
políticos, relativos a:

• La intervención pública y privada en la Sierra Nevada se debe concertar


bajo el ordenamiento territorial tradicional indígena definido por los pueblos
indígenas asentados en la Sierra y la permanente coordinación
interinstitucional de las autoridades públicas;

• Construir mecanismos de coordinación interinstitucional de las autoridades


públicas nacionales, regionales y locales que apoyen la consolidación del
territorio nacional;

• Articulación de las autoridades públicas en el proceso de toma de


decisiones ambientales;

• Fortalecer y garantizar la supervivencia étnica y cultural de los pueblos


indígenas de la Sierra y,

• Generar y establecer estrategias formales que permitan redireccionar la


concertación y la implementación de proyectos en el marco del proceso de
ordenamiento territorial ancestral de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Podría afirmarse, que en ese momento la línea de las autoridades ambientales fue
promover una política de Estado que además de orientar acciones hacia la
conservación ambiental del territorio, contemplara estrategias que potencialicen a los
pueblos indígenas a tener cada vez más un control efectivo sobre su territorio, lo cual
cobija una participación y concertación de las decisiones que en materia ambiental se
adopten por el Gobierno y sobre todo el reconocimiento de su carácter de autoridades
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 242

públicas especiales y la destinación que en su cosmovisión tienen del territorio


habitado por ellas. Queda para la reflexión preguntarse sobre la real materialización
de dichos acuerdos de carácter político en los territorios ancestrales y revisar si en la
gestión de las autoridades ambientales que se hicieron participes de los mismos,
existen metas, procedimientos e instrumentos que van en la vía de concretar los
mismos.

Igualmente se avanzó con el pueblo afrocolombiano, superando de cierta manera


grandes diferencias originadas en la limitación que representan las áreas del Sistema
de Parques Nacionales para la consolidación territorial, toda vez que conforme al
Artículo 6 de la Ley 70 de 1993, la constitución de tierras de comunidades negras no
puede darse en áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, (lo que podría
fácilmente considerarse en una violación del principio constitucional de igualdad por
cuanto los resguardos indígenas si son legalmente compatibles con estas áreas); de
esta manera los días 26 y 28 de Julio del año 2002, se llegó a un acuerdo con
representantes de las organizaciones étnico-territoriales de comunidades
afrocolombianas colindantes y/o habitantes en Parques Nacionales Naturales del
Pacífico, en el cual se definieron principios de relacionamiento y agendas conjuntas.
Para este caso se consideró que desde las competencias legales y capacidad
operativa de Parques, “el trabajo efectivo entre la autoridad nacional de la
conservación y las organizaciones étnico territoriales potencia los elementos comunes
y el abordaje de las diferencias como soporte fundamental para la conservación
natural y cultural del Territorio - Región del Pacífico colombiano y la construcción
efectiva de procesos de paz”.

La suscripción de ese acuerdo también denominado “Acuerdo de Yanaconas” se


fundamentó en que se coincidía en la preocupación por la situación ambiental del
Pacífico colombiano, el deterioro de las condiciones de vida de la población y el
impacto que sobre el medio ambiente, las comunidades, sus dinámicas organizativas,
territorios y proyectos de vida e identidad cultural, tienen el conflicto armado, los
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 243

megaproyectos, la ampliación de los monocultivos, los cultivos con fines ilícitos y las
fumigaciones. Se identificó conjuntamente, entre otros aspectos, que la Conservación
del Pacífico y la construcción de región desde lo ambiental, requería de procesos,
mecanismos y procedimientos participativos, consultados y que por lo tanto los
diseños de los planes de manejo de las áreas y demás acciones, debían adelantarse
fortaleciendo la participación de los actores locales y su identidad cultural. Asimismo
que las autoridades comunitarias, sus organizaciones e integridad cultural, son
actores y aspectos fundamentales en cualquier estrategia ambiental para el Territorio
- Región del Pacífico, por lo que era necesario adelantar acciones para fortalecer y
apoyar los esfuerzos de las comunidades para diseñar e implementar sus propias
estrategias e instrumentos de conservación.

Bajo estas importantes reflexiones se acordaron unos Principios de Relacionamiento


y Agenda Común. En total se acordaron nueve (9) principios de relacionamiento,
atendiendo que algunos de los puntos de mayor tensión en la relación entre Parques
Nacionales y las comunidades en el Territorio - Región del Pacífico, lo constituyen la
forma como fueron declarados los Parques y por lo tanto la existencia de
comunidades, familias y personas dentro de los mismos y sus derechos a la propiedad
del territorio, al uso de los recursos naturales y a la participación efectiva; así, se
destacan los siguientes:

• El acuerdo debe aportar a la consolidación del Territorio - Región del Pacífico


y a la función pública de la conservación que el Estado debe procurar en bien
de la población;

• La titulación colectiva de los territorios de comunidades negras, como proceso,


es una estrategia que se orienta, entre otros fines, a la conservación de la
biodiversidad;
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 244

• La autonomía y la participación de los grupos étnicos en todas las decisiones


que los afectan;

• A partir del reconocimiento de la historia del poblamiento, de los usos,


costumbres y criterios de manejo y ordenamiento de los territorios de las
comunidades afrocolombianas, se declara la intención de establecer la
compatibilidad para la conservación entre la titulación colectiva y los Parques
Nacionales Naturales;

• La confluencia de intereses construida a partir de las visiones y competencias


de Parques Nacionales, pueblos afrocolombianos, pueblos indígenas y otras
expresiones sociales e institucionales, debe propender por una gobernabilidad
que reconozca y respete la interculturalidad en el Pacífico sin que cada actor
pierda su identidad y autonomía y;

• El acuerdo es imprescindible para impulsar propuestas efectivas de


conservación y ordenamiento ambiental del territorio que conlleven a la
consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

En ese orden de ideas, se acordó desarrollar, entre otras, las siguientes acciones
prioritarias:

• Constituir una Comisión Conjunta que establezca mecanismos, instrumentos y


estrategias jurídico-políticos para tratar la existencia de comunidades
afrocolombianas en los Parques Nacionales Naturales antes de su declaratoria;

• Constituir a nivel local y regional mecanismos que resuelvan el conflicto


relacionado con el acceso, y uso de la biodiversidad en áreas protegidas y;

• Identificar y analizar conjuntamente iniciativas ambientales que se desarrollan


en el Territorio-Región del Pacífico.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 245

El mencionado Acuerdo igualmente creó dos (2) instancias de planificación,


coordinación y seguimiento, un Comité de seguimiento de los acuerdos, compuesto
por representantes del nivel directivo de Parques Nacionales y representantes de las
organizaciones étnico-territoriales de comunidades afrocolombianas. Un Comité
Operativo encargado de dinamizar las acciones del Comité de seguimiento de los
acuerdos, conformado también con integración mixta. Asimismo se previó que
deberían existir en cada parque nacional, mesas locales de concertación, en las
cuales se deberían establecer acuerdos, reglas de juego y de relacionamiento locales,
desarrollar y ejecutar planes de trabajo conjunto, entre otras acciones. Este
denominado Acuerdo de Yanaconas con comunidades afrocolombianas, también fue
adoptado mediante acto administrativo por parte de Parques Nacionales Naturales,
esto es, a través de la Resolución 0243 de 2002.

El Acuerdo suscrito con las organizaciones étnico-territoriales de comunidades


afrocolombianas, se revisó años más tarde, el 17 de septiembre del año 2009, revisión
que dio como resultado la suscripción del “Acuerdo Regional Uramba”, con el objeto
de reafirmar principios y estrategias de relacionamiento, a efectos de construir una
agenda conjunta en función de la gobernabilidad, defensa, conservación y apropiación
del territorio.

Aquí se ratificaron los principios de relacionamiento y agenda común identificados con


la suscripción del “Acuerdo Yanaconas”, modificándose dos de los principios iniciales
y las instancias que se habían previsto para facilitar el desarrollo de las acciones
estratégicas, así las cosas, se acordó establecer:

• Mesas Locales y/o Subregionales en cada parque, como máxima instancia de


planificación y adopción de decisiones;
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 246

• Una Mesa regional, como mecanismo de orientación y seguimiento a la


implementación de los acuerdos y;

• Un Equipo Técnico- Operativo, encargado de generar la articulación entre las


autoridades étnicas territoriales y Parques Nacionales Naturales, hacer una
agenda temática y, el seguimiento a los acuerdos y servir de articulación e
interlocución con otras instancias del nivel nacional. Estas nuevas instancias
son integradas por delegados de los Consejos Comunitarios y las
organizaciones étnicas territoriales que tienen interés en las áreas y,
funcionarios del nivel directivo con competencia directa en las áreas y gestión
de las mismas.

En este Acuerdo se identificaron varios temas de interés para ser abordados, de


carácter jurídico y político así como, económico y productivo, los cuales involucran
reformas a normas reglamentarias de las áreas del Sistema de Parques Nacionales,
como temas relativos a autonomía alimentaria, bienes y servicios ecosistémicos entre
otros. El Acuerdo fue objeto de adopción por Parques Nacionales Naturales mediante
Resolución 093 de 2010, y actualmente su desarrollo tiene importantes desafíos, tales
como, pasar de la retórica del principio de relacionamiento a la implementación y toma
de decisiones efectivas con la conformación y funcionamiento de las instancias
acordadas.

En materia de comunidades afrocolombianas, esquemas particulares de gobernanza


han tratado de implementarse en áreas del Sistema de Parques Nacionales. Parques
como Sanquianga, Uramba- Bahía Málaga y Acandí, Playón y la Playona, han
incursionado en mecanismos denominados “equipo mixto” y “esquemas de manejo
conjunto” respectivamente. La conformación del equipo mixto surge en el Parque
Nacional Natural Sanquianga en el año 2004, como una instancia coordinadora
compuesta por representantes de los Consejos Comunitarios del área protegida y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 247

miembros del equipo del parque, con el objetivo inicial de coordinar las acciones y
generar los insumos para la concertación e implementación del Plan de Manejo, pero
con el afán de avanzar en una construcción colectiva que responda a una participación
plena y a la cogestión del área. 156

La figura de “esquema de manejo conjunto” surge inicialmente como una propuesta


institucional (respondiendo en cierta medida a los compromisos asumidos con líderes
afro en el marco del Acuerdo de Yanaconas) por primera vez en la declaratoria del
Parque Nacional Natural Uramba- Bahía Málaga en el año 2010 y se replica para la
declaratoria del Santuario de Fauna Acandí, Playón y la Playona en el 2013;
propuesta institucional que fue debatida y aceptada en los respectivos procesos de
consulta previa de dichas áreas y que se encuentra en una construcción muy
incipiente, con el gran reto de satisfacer las perspectivas y necesidades de las
respectivas comunidades que con la confianza en el contenido y alcance de dicho
esquema, dieron el sí a la declaratoria de dichas áreas en sus territorios de uso que
también comportan la calidad de territorios ancestrales, pero así mismo con la gran
debilidad que sus presupuestos y alcances no quedaron establecidos en las consultas
previas ni en los actos administrativos de reserva, sólo se acordó un alcance de dicha
expresión que deberá tanto del lado institucional como comunitario garantizar la plena
y efectiva participación en la definición de las funciones, derechos y responsabilidades
de los sujetos de la alianza con respecto a tales territorios y además garantizar porque
se integren al esquema de manejo los diferentes actores con incidencia directa en el
área.

Ahora bien, indistintamente de la denominación de la figura, se busca constituir


órganos directivos de las áreas en los cuales tenga participación miembros de las

156 PARQUE NACIONAL NATURAL SANQUIANGA. Plan de manejo (2005-2009)


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 248

comunidades que habitan, para el caso de Sanquianga, o hacen uso del área, para
los demás casos, en los cuales se “adoptan las decisiones y acciones de manejo del
área”, acompañado el esquema de la vinculación de miembros de la respectiva
comunidad para que desarrollen funciones propias del manejo del área, pero en todo
caso, reservándose la entidad administradora (Parques Nacionales Naturales) el
ejercicio de la autoridad ambiental en todos sus ámbitos y la ejecución presupuestal
de los recursos de funcionamiento y administración asignados para garantizar la
operatividad, en muchos casos, mínima del área protegida. Se busca afianzar dichas
alianzas, propendiendo por posicionar el principio de la corresponsabilidad en la
gestión del parque, como los derechos y deberes que asisten en la conservación de
los recursos naturales, sin embargo, el principio de corresponsabilidad está
desbordado toda vez que las comunidades colocan en dicha alianza una parte
sustancial de su esencia, o sea, su territorio mismo, que viene a ser administrado por
un actor externo, en este caso Parques Nacionales Naturales con todo un soporte y
andamiaje institucional; así en el marco del principio de corresponsabilidad debe
profundizarse en garantizar una verdadera co-administración del área protegida,
donde las comunidades pueden mancomunadamente con el órgano estatal tomar las
decisiones de tipo administrativo, técnico y de gestión para la sustentabilidad del
área.

De lo expuesto se concluye claramente, que es necesario lograr mecanismos de


entendimiento, concertación, respeto y compromiso entre las autoridades encargadas
de la administración de áreas protegidas y las autoridades de los pueblos presentes
en dichos territorios, que permitan, no sólo contribuir a la gestión y conservación de
los ecosistemas ecológicos y de biodiversidad presentes en las áreas, más el
reconocimiento de la importancia que estas representan para el país y la humanidad,
sino también, que su existencia está íntimamente ligada a las prácticas culturales de
los pueblos allí relacionados; sin lugar a dudas su futuro depende de la concreción
de los derechos específicos y especiales establecidos en su favor; en cualquier
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 249

escenario la definición de acciones deberá garantizar la participación, construcción


conjunta y consulta previa respecto de la toma de decisiones de los grupos étnicos,
al igual que avanzar en la administración conjunta de las áreas protegidas, lo cual
permitirá garantizar la diversidad étnica y cultural de nuestro país, la especial relación
para estos pueblos con las tierras que ocupan y utilizan, el derecho a participar en la
utilización, administración, y conservación de los recursos naturales presentes en sus
tierras y el derecho al autogobierno, entendido como el derecho que tienen las
comunidades a gobernarse por autoridades propias, de acuerdo con sus tradiciones
y costumbres, guardando los preceptos constitucionales y legales.

Lo anterior lleva a la formulación de un gran interrogante: ¿Cómo puede entenderse


el concepto de co-manejo o co-administración frente a Áreas Protegidas?

Como ya se ha mencionado, la participación efectiva, como la materialización del


derecho fundamental a la consulta previa de los pueblos no sólo es un imperativo ético
institucional para garantizar una verdadera protección de los ecosistemas, garantizar
el establecimiento y funcionamiento de las categorías de áreas protegidas ya
establecidas en el marco legal, sino también el desafío de cambiar la perspectiva de
administración y gestión de las áreas protegidas de carácter público y la creación de
nuevos modelos o categorías, estas ya definidas propiamente por las comunidades e
incluidas en el sistema desde el punto de vista de su existencia como tal, insertando
recursos económicos para su administración y gerencia, así como, dando autonomía
a los pueblos en su planeación y manejo, estableciendo mecanismos de evaluación y
seguimiento internos-externos y concertados, lo cual permita de manera objetiva
recomendar acciones de mejora, es a esto lo que refiere la Decisión VII/28 de la
COP 7 que aprobó el Programa de Áreas Protegidas en relación a que como meta se
deben adoptar por los Estados modelos innovadores de gobernabilidad que permitan
entre muchas posibilidades, la existencia de áreas protegidas coadministradas y en el
caso colombiano, para ir más allá, el reconocimiento como parte del sistema de áreas
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 250

protegidas, las definidas por los propios pueblos y comunidades en sus estrategias de
planificación, conservación y ordenamiento de sus territorios, cosa que elevaría
significativamente y en millones de hectáreas, las áreas oficiales conservadas con la
especialidad de las decisiones de los pueblos en ese sentido.

Para abordar este tema fundamental, se considera útil mencionar lo que sobre el
concepto de manejo participativo y sus implicaciones se encuentran en el texto de
Borrini Feyerabend157, que como Presidente del Grupo de Trabajo de Gestión de
colaboración de la CEESP, la UICN, Comisión de Medio Ambiente, Política Económica
y Social, ha estudiado en profundidad los temas de efectividad en la conservación.

Antes de entrar al tema en particular es necesario resaltar que la vinculación de


espacios territoriales seleccionados por los pueblos a estrategias de conservación
nacional y regional en perspectiva de autonomía en la definición de áreas y manejo
eficiente de las mismas, es un camino a recorrer establecido como un desafío de ir
más allá de lo inercial, o sea de lo establecido, implica un deslinde de lugares comunes
de lo aceptado generalmente por la tecnocracia sin arraigo y sin prospectiva; ello con
sus mecanismos, ampliaría sin lugar a dudas el panorama de la conservación de la
biodiversidad en el escenario del cambio climático y la necesidad de construir
procesos adaptativos más profundos. Lo anterior corresponde a una visión
radicalmente innovadora que implica el desaprender viejas ideas y el apego sin
cuestión a lo institucional con el fin y entender de una vez por todas que lo institucional
es simplemente un medio para el cumplimiento de los fines esenciales del Estado en
cuanto a los sujetos de derechos en general y especiales, esto es, los ciudadanos y
los pueblos.

157 BORRINI FEYERABEND, Grazia. Manejo participativo de áreas protegidas: Adaptando el método
al contexto. UICN, 1997.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 251

Ante la dificultad que enfrentan los tomadores de decisiones, que se ven enmarcados,
entre otros aspectos, en los límites actuales de la normatividad, las metas
institucionales y en muchos casos el complejo diseño público institucional, es
necesario poner en diálogo las perspectivas anunciadas, a efectos de avanzar en el
verdadero manejo participativo de las áreas de conservación oficialmente declaradas
o lo que algunos pueblos definen como el co-manejo o manejo conjunto.

Se define así el término manejo participativo de áreas protegidas como una alianza
establecida de común acuerdo entre los interesados de un territorio o conjunto de
recursos amparados bajo el estado de protección, “para compartir entre ellos las
funciones de manejo, derechos y responsabilidades, pues en realidad, el uso
meramente formal de la expresión, sin contenidos en la praxis, hacen imposible la
conservación de ecosistemas y porciones del territorio, estratégicos dando lugar a
procesos de reversión.” 158

El manejo participativo es exitoso para áreas protegidas que abarcan residentes


humanos y afectan de manera importante los medios de subsistencia de los habitantes
locales. El término 'manejo participativo' (también denominado como co-manejo,
manejo conjunto, manejo compartido) se usa para describir una situación en la que
algunos o todos los interesados pertinentes a un área protegida están involucrados en
forma substancial con las actividades del manejo. Específicamente, en un proceso de
manejo participativo, el Estado que tiene jurisdicción sobre el área protegida desarrolla
una alianza con otros interesados pertinentes (principalmente habitantes locales y
usuarios de los recursos), que especifica y garantiza sus respectivas funciones,
derechos y responsabilidades con respecto a la misma.

158 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 252

Al generar procesos de “co-manejo” o “manejo participativo” deben identificarse


aspectos como:

• El territorio protegido o el conjunto de recursos sobre el cual se daría el


co-manejo;
• Las comunidades con interés directo en el área protegida;
• Las funciones, deberes y responsabilidades que se asumirían entre
las partes en la medida que la ley lo permita;
• Los beneficios y derechos específicos que se pueden otorgar;
• Un conjunto acordado de prioridades de manejo y un plan de manejo;
• Los procedimientos para tratar los conflictos y negociar las decisiones
colectivas;
• Los procedimientos para que las decisiones tomadas entren en vigor;
• Las reglas específicas para el monitoreo, evaluación y revisión del
acuerdo de alianza, y el plan de manejo relativo, según se necesiten.

Los esquemas de manejo compartido son determinantes cuando la armonización


entre instituciones responsables de la conservación y las comunidades es
indispensable para garantizar la sustentabilidad de los elementos esenciales del
espacio territorial que se pretende conservar, un asunto de mayor atención para lograr
estas alianzas es cuando éstas se encuentran habitadas y cuando el acceso a los
recursos naturales existentes que se encuentran dentro, son vitales para asegurar la
vida de las comunidades y su integridad cultural que pasa por la permanencia en su
territorio ancestral, tenga o no legalidad.

Asimismo es posible inferir una serie de potenciales beneficios en procesos de manejo


mancomunado:

• Compartir de manera eficaz las responsabilidades del manejo de las áreas


protegidas,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 253

• Establecer beneficios específicos negociados para las comunidades


involucradas en el acuerdo, este punto tiene implicaciones importantes, ya que
algunos beneficios negociados pueden ser fundamentales para la
supervivencia de las comunidades;
• Eficacia de manejo incrementada como consecuencia de aprovechar los
conocimientos y habilidades de las comunidades respecto al área protegida
y,
• Mayor probabilidad de integración de los esfuerzos de conservación.

También resulta claro que un régimen de manejo participativo puede presentar


características diferentes, tratándose de un área protegida particular, como quiera que
las condiciones específicas de la misma determinaran los aspectos de manejo que se
compartirán y porque la cohesión y estructura de la comunidad también será un criterio
que determinará las funciones y responsabilidades que se ejercerán por parte de
éstas.

Asimismo el manejo participativo es un proceso que requiere revisiones y mejoras


sobre la marcha, más que la estricta aplicación de un conjunto de reglas establecidas.
Su resultado más importante no es un plan de manejo sino una alianza de manejo,
capaz de responder a las necesidades cambiantes en una forma efectiva.

Deja claro también, que un manejo participativo de áreas protegidas presupone:

• Que existan disposiciones legales que lo permitan;


• Que se establezca claramente qué actividades ejercerán cada una de las
partes;
• Que exista una voluntad política de dar beneficios a las comunidades
participantes del acuerdo;
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 254

• Que se integren al esquema de manejo los diferentes actores con incidencia


directa en el área;
• Que las comunidades estén suficientemente organizadas para defender sus
intereses y contribuir con sus capacidades al manejo del área;
• Que exista la capacidad de ambas partes de cumplir los acuerdos del co-
manejo;
• Que exista un presupuesto suficiente para mantener el proceso del manejo
compartido y ;
• Que el proceso sea apropiado como tal por las comunidades que harán parte
de la alianza de manejo.

Todo lo anterior debe tener en cuenta que la declaración de áreas protegidas debe
responder a un importante objetivo de gestión que se define con las comunidades y
este deberá estar enfocado en promover el mejoramiento de la calidad de vida de las
comunidades que viven no solamente al interior de las áreas protegidas sino en las
zonas de influencia, como estrategia no solo de bajar la presión sobre las áreas, sino
también de garantizar su sustentabilidad.

Lo relativo a los esquemas de manejo conjunto, co-manejo o manejo participativo de


las áreas, son aspectos cada vez más reclamados por las comunidades. En efecto,
en el II Congreso Colombiano de Áreas Protegidas que tuvo lugar en la ciudad de
Bogotá en el mes de julio de 2015, se desarrolló un simposio denominado “Visiones
interculturales del territorio y las áreas protegidas”, el cual estuvo precedido de un
encuentro comunitario, en el cual participaron representantes de pueblos indígenas,
negros, comunidades campesinas y habitantes de áreas urbanas de la Amazonia, el
Pacífico, la Orinoquia, la región Andina y el Caribe, y miembros de instituciones y
organizaciones. Las conclusiones de dicho encuentro fueron presentadas en el citado
Congreso, partiendo del presupuesto de que las políticas públicas, no se han
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 255

articulado de manera clara para contribuir a consolidar las iniciativas de pueblos y


comunidades para proteger sus territorios, sus formas de vida y su cultura y que las
estrategias y formas comunitarias de protección de territorios, naturaleza y cultura, no
están claramente recogidas en las políticas ambientales y, especialmente, en el
sistema nacional de áreas protegidas. Es así como se plantearon como exigencias
en el documento las siguientes:

i) Debe garantizarse la participación plena de los pueblos y comunidades en


todas las instancias de decisión que afectan sus territorios de manera que el
conocimiento tradicional y local sea considerado en la acción de las
instituciones y en los instrumentos de planificación, reconociéndolo en el mismo
nivel del conocimiento científico como elemento fundamental para la toma de
decisiones sobre territorios compartidos.

ii) La protección del territorio debe construirse desde la perspectiva de los sujetos
sociales más que desde el enfoque de “objetos de conservación.

iii) Debe trabajarse en el reconocimiento de las formas propias y de nuevas formas


basadas en el pleno respeto de derechos y que surjan desde referentes
culturales de los pueblos y las comunidades, lo que implica adecuaciones
institucionales, cambios en las políticas públicas y en la normatividad nacional.

iv) Las figuras de protección no deben constituir el fin sino el medio para la
generación de espacios de diálogo intercultural entre los pueblos, las
comunidades y las instituciones del Estado.

v) Debe considerarse que es más efectivo para la conservación de la naturaleza,


consolidar las iniciativas comunitarias de defensa del territorio, la vida y la
cultura, lideradas por las mismas comunidades a través de sus organizaciones
y autoridades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 256

En referencia a lo anterior, se evidencia que existen importantes desafíos para


materializar el estado social de derecho en cuanto a las políticas de consulta previa y
participación en función de hacer realidad los preceptos de pluralidad y diversidad
consagrados como valor superior del Estado colombiano, pues en materia de
conservación, si bien existen algunas experiencias basados en “acuerdos de trabajo
conjunto”, las mismas siguen siendo experiencias que no solo carecen de
generalización, o sea, co-manejo no es una práctica común en la administración de
las áreas del sistema; sino que, su aplicabilidad real es débil y confusa, su
materialización para una prospectiva de la conservación de la naturaleza requiere
superar el coyunturalismo de las crisis y convertir dicha línea de trabajo en una política
institucional para la cual se requieren cambios profundos sobre la visión de la
conservación y el relacionamiento con las comunidades, es claro la existencia y
persistencia de actores institucionales cuyas prácticas han determinado un mal
funcionamiento en la relación sistema nacional de áreas protegidas vs pueblos y
comunidades.

Resulta claro que a pesar de los ejercicios de “participación” que existen actualmente
en nuestro país, especialmente en relación con áreas protegidas integrantes del
Sistema de Parques Nacionales Naturales, algunos más avanzados que otros, y estos
no con enfoque estructural más con contenido político, aún deben propiciarse
espacios que garanticen la construcción de reglas de juego claras, sostenibles y
viables, tanto a nivel institucional como a nivel de comunidades, a efectos de
establecer las actividades de manejo, pero sobre todo funciones y responsabilidades
que se asumirán en desarrollo de la co-administración o co-manejo de las áreas
protegidas públicas, lo cual indudablemente requerirá de propuestas y ajustes
normativos que ofrezcan un marco legal que posibilite la real concreción de estos
ejercicios.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 257

Sin lugar a dudas, Colombia ha avanzado en los últimos años en una línea
jurisprudencial impartida por la Honorable Corte Constitucional, en la progresividad de
los derechos de los pueblos indígenas y afrocolombianos, lo cual deja un panorama
cada vez más claro. Esta línea debe ser la ruta de las instituciones y del gobierno en
el reconocimiento y concreción tanto de los derechos de dichos pueblos, como en
garantizar la sustentabilidad de los recursos a partir de la construcción de una visión
compartida; estos fallos de carácter constitucional que además se constituyen en
precedente legal, deben ser el punto de partida como factor orientador para avanzar
en crear mecanismos, instrumentos y procedimientos que garanticen el derecho
fundamental a la participación en la administración de tales ecosistemas y por ende el
derecho a decidir las prioridades de desarrollo en perspectiva intercultural, dejando
claro que dicho derecho no podrá difuminar la finalidad, contenido y alcance del
derecho a la consulta previa, libre e informada.

Los convenios y conferencias internacionales, sobre los cuales se ha hecho


referencia. han instado a los Estados y gobiernos a promover y dar el salto hacia
mejores instrumentos que garanticen la sustentabilidad ambiental y ecológica al
interior de los países, propendiendo por una participación más decidida de los sujetos
comunitarios en dichos procesos, otorgando a estos responsabilidades de ese nivel,
construyendo acuerdos técnicos sobre los sujetos contextuales y los principios sobre
los cuales se regirán dichas áreas, pues no es pertinente para la conservación y la
sustentabilidad de los recursos, basar su definición en aspectos meramente
coyunturales que tienen que ver más con las metas del momento que con la
prospectiva de la conservación, lo que somete a las comunidades locales a niveles de
presiones altísimos que al final se revierten en las áreas definidas, por el contrario la
definición de áreas debe ser un proceso concertado estructuralmente, transparente
en el concepto técnico y su conducción de administración y gestión debe partir de una
agenda común entre las instituciones de gobierno y los pueblos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 258

De esta manera se debe avanzar en propuestas de ajustes normativos concretos que


deberán ir desde identificar los diferentes instrumentos de manejo participativo, hasta
precisar las funciones, responsabilidades y actividades de manejo que deben y
pueden ser objeto de dicho manejo, los procedimientos que garanticen la solución de
conflictos y la forma de abordarlos y sin lugar a dudas la provisión de recursos, que
garanticen efectivamente que dichos esquemas participativos, de gestión o
administración realmente tengan oportunidades de aportar beneficios no solo a la
conservación de estas áreas sino a las comunidades que están en el respetivo
territorio. Téngase en cuenta que son objeto de dichas alianzas áreas con valores y
ecosistemas únicos y estratégicos, pero también derechos de carácter fundamental
de los cuales son acreedores los grupos étnicos.

Es claro que el territorio, requiere de un ordenamiento ambiental para su


aprovechamiento y conservación, en ese sentido la Constitución Nacional en el
Artículo 79 establece que “Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del
ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la
educación para el logro de estos fines”. Así las cosas le corresponde a los entes
competentes que conforman el aparato estatal planear el territorio, su distribución,
usos, limitaciones, afectaciones, como las acciones estratégicas para la
administración del mismo.

Existe así un gran reto para el Estado colombiano, en avanzar en construir verdaderos
esquemas de co-manejo o co-administración de las áreas protegidas públicas, que se
enmarquen y respondan a los principios y objetivos nacionales de conservación que
orientan y son la razón de ser del Sistema Nacional de Áreas Protegidas- SINAP, y
que resulten integradores de los demás actores que tienen interés e incidencia en el
área protegida, esto sin perder de vista que estas áreas se consideran como
componente esencial del patrimonio ambiental de todos los colombianos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 259

La jurisprudencia de la Corte Constitucional es vasta en manifestar la equiparidad de


derechos existentes entre los grupos étnicos en materia de consulta previa y
participación, sería por lo menos suspicaz, que después de tantas sentencias, algunas
de tutela, otras de constitucionalidad, actores institucionales insistan en manifestar y
mantener acciones que marquen la diferencia entre los pueblos, contrariando la
jurisprudencia constitucional, pues ello confirma la tesis de que a pesar del giro
constitucional de 1991, existen instituciones que aun funcionan en la perspectiva de
la negación de derechos especialmente a los pueblos afrocolombianos, lo que
confirma un profundo racismo institucional. En consecuencia y en función de construir
perspectivas modernas entre las instituciones del SINAP y especialmente Parques
Nacionales Naturales con los pueblos afrocolombianos, requiere cambiar el enfoque
de trabajo y de intervención en sus comunidades, intervenciones que respeten de
igual manera los derechos constitucionales y legales de ellos y que propenda por la
sustentabilidad ambiental de la naturaleza y los territorios que ancestralmente han
habitado.

Debe también llamarse la atención, que a pesar de los avances que en lo local
Parques Nacionales Naturales ha fomentado con comunidades indígenas, frente a
este grupo étnico, no se advierte la existencia de acuerdos regionales fuertes que
propendan por la integración y armonización de principios, contrario a lo que sí ocurre
con las comunidades afrocolombianas, que actualmente tiene en vigencia y operación
un acuerdo regional, el Acuerdo Regional Uramba, que respondido a la identificación
conjunta de perspectivas y necesidades del territorio región del Pacífico, sin embargo
se requiere mantener la coherencia y aplicabilidad de los acuerdos en lo local, regional
y nacional, pues en la mayoría de casos las acciones institucionales hacen que los
acuerdos se tornen débiles y muchas veces inexistentes, lo cual debilita la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 260

construcción de una visión y acción compartida sobre los desafíos en materia de


sustentabilidad ambiental.

También urge en propiciar y crear un marco normativo incluyente que reconozca e


integre al Sistema Nacional Ambiental con autonomía las áreas y los ejercicios de
conservación propios de las comunidades afrocolombianas e indígenas, a efectos que
el Sistema de Áreas Protegidas sea completo y verdaderamente representativo de la
diversidad étnica y cultural de la nación y con ello la diversidad territorial; sin embargo
la previsión legal no podrá solamente prever una denominación de categorías, sino
aspectos esenciales que incluyan el tema de fortalecimiento de capacidades
comunitarias, formación técnica y profesional para la conservación, fuentes de
recursos económicos que garanticen tanto el mantenimiento como gestión de tales
áreas comunitarias, instrumentos de relacionamiento e integración con otras figuras
de ordenamiento territorial y demás categorías de áreas protegidas y de protección y
por qué no, la exclusión de realizar en ellas, proyectos de explotación de recursos e
infraestructura, como la que hoy existen para los Parques Nacionales Naturales.

Todas estas tareas y retos deberán enmarcarse en su construcción y materialización


en generar verdaderos espacios que garanticen no solamente el derecho a la
participación sino también el derecho a la Consulta previa, libre e informada, a efectos
de los mecanismos, instrumentos, procedimientos y formas tengan un verdadero
soporte de legalidad y respondan a los mandatos previstos en la Constitución Política,
en Tratados Internacionales, y precedentes de orden jurisprudencial nacional e
internacional.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 261

CAPÍTULO V

5. LINEAMIENTOS PARA UNA POLÍTICA PÚBLICA DE TIERRAS Y


DESARROLLO RURAL PARA EL PUEBLO AFROCOLOMBIANO

5.1 Política de tierras para las Comunidades Negras, Afrocolombianas,


Palenqueras y Raizales.

La noción de territorio para las comunidades sujetos de esta política de tierra y


desarrollo rural, se remonta a sus orígenes en las diversas culturas y grupos humanos
en el África Subsahariana, la relación de dichos grupos respecto de espacios
territoriales concretos, determinó la diversidad de los mismos en la configuración del
continente africano y su riqueza cultural. Para el caso colombiano las dinámicas
poblaciones de las Comunidades Negras, Afrocolombianas Palenqueras y Raizales,
ha tenido que ver con las dinámicas de resistencia y supervivencia que se dieron
durante el proceso colonial y posteriormente en la constitución de la república. En ese
sentido la noción de tierra y territorio para dichas comunidades es uno de los
elementos relevantes dentro del proceso de afirmación de la identidad cultural, sentido
de pertenencia y equilibrio. Este no solo se constituye en una condición para lograr el
desarrollo y buen vivir, sino también, en un hecho imprescindible del reconocimiento
de derechos fundamentales que coadyuvan a la construcción de la nacionalidad
colombiana.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 262

En esa dirección las gestiones para el etnodesarrollo y buen vivir, adelantadas por las
Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales en los últimos 20
años, han tenido como referencia el derecho a la tierra y el territorio como elemento
fundamental del reconocimiento de la diversidad étnica y cultural de la nación
colombiana, en tal sentido las reclamaciones de protección de la integridad étnica y
cultural de dichos grupos humanos.

Contexto Internacional

De acuerdo con la Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación


Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, se planteó en el programa
de acción, “Insta a los Estados a que protejan la identidad nacional o étnica, cultural,
religiosa y lingüística de las minorías en sus respectivos territorios y a que adopten las
medidas legislativas y de otra índole apropiadas para fomentar condiciones que
permitan promover dicha identidad, a fin de protegerlas de cualquier tipo de racismo,
discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia. En este contexto,
deben tenerse plenamente en cuenta las formas de discriminación múltiples”; visto de
esta manera, el marco de referencia internacional ratifica la integración entre los
territorios ancestrales de los grupos étnicos con su identidad cultural y hace un
llamado a su protección.

La CIDH y la Corte Interamericana, en su elaboración del derecho de propiedad


indígena, consideran relevante e importante la Declaración de Naciones Unidas sobre
los Derechos de los Pueblos Indígenas159. A partir de su adopción por la Asamblea
General de Naciones Unidas en 2007, la Declaración sobre los Derechos de los

159 DECLARACIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS


INDÍGENAS, adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas por medio de la Resolución
A/61/295, 61º período de sesiones (13 de septiembre de 2007).
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 263

Pueblos Indígenas ha comenzado a jugar un papel similar al del Convenio No. 169
como guía para la adopción e implementación de normas y políticas públicas en los
países del sistema interamericano. Sus disposiciones, en conjunción con la
jurisprudencia del sistema, constituyen un corpus iuris aplicable en relación con los
derechos de los pueblos indígenas, y específicamente en relación con el
reconocimiento y protección del derecho de propiedad comunal. La CIDH ha valorado
positivamente, como avance legislativo, la incorporación legal en el ordenamiento
jurídico interno de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, y ha llamado a los Estados a remitir información sobre su
implementación160. La Corte Interamericana ha recurrido a sus disposiciones para
discernir el alcance de derechos específicos161.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha valorado igualmente el


establecimiento de políticas públicas y planes de acción gubernamental para el
reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas, expresando que
“espera que estas iniciativas contribuyan a la demarcación y titulación de tierras y
territorios ancestrales de los pueblos indígenas, y que sus resultados sean
cuantificables en el corto plazo”162. Así mismo, la CIDH ha resaltado en tanto avance
el que se realicen esfuerzos “para priorizar la creación de políticas públicas a favor de
los pueblos indígenas (…) a través de la creación de Ministerios, Vice ministerios y
entidades específicas vinculadas directamente con sus necesidades”163, pero ha

160 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (CIDH). Informe de Seguimiento –

Acceso a la Justicia e Inclusión Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia.


Doc. OEA/Ser/L/V/II.135, Doc. 40, 7 de agosto de 2009, párr. 134.

161 CORTE INTERAMERICANA IDH. Caso del Pueblo Saramaka Vs. Surinam. Excepciones

Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2007. Serie C No. 172,
párr. 131.

162 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (CIDH). Op. Cit. párr. 149.
163 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (CIDH). Acceso a la Justicia e
Inclusión Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. OEA/Ser.L/V/II,
Doc. 34, 28 de junio de 2007, párr. 221.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 264

recordado que la institucionalidad estatal debe proveer “una respuesta efectiva para
el ejercicio, en pie de igualdad, de sus derechos humanos, particularmente los
derechos económicos, sociales y culturales”164.

Contexto Nacional

Para las Comunidades Negras, la tierra y el territorio están íntimamente ligados, por
tanto, el derecho al territorio para dichos grupos humanos comprende dimensiones
asociadas a la vida misma, física, social, cultural y política; en ese sentido, los
derechos territoriales para estas comunidades son inescindibles. De esta manera, el
derecho a la titularidad y propiedad de sus tierras, constituye en estos tiempos el eje
da las garantías de sus derechos a la integridad cultural.

En el proceso de afianzamiento del concepto de territorios, territorialidad y territorio


ancestral, para las comunidades Negras, Afrocolombianas Palenqueras y Raizales,
han sido importantes factores como el reclamo o exigibilidad por parte de las
comunidades, hacia el Estado. Sobre la garantía de este derecho, las reivindicaciones

164 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (CIDH). Acceso a la Justicia e


Inclusión Social: El camino hacia el fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. Doc. OEA/Ser.L/V/II,
Doc. 34, 28 de junio de 2007, párr. 223.
El Relator Especial de la ONU ha llamado a la coordinación de las acciones emprendidas por las
distintas autoridades estatales responsables de proteger los derechos indígenas: “Parte [de la brecha
de la implementación] es la ausencia de una política coordinada y sistemática, con la participación de
los pueblos indígenas, que de manera transversal involucre a los diferentes ministerios y órganos del
Estado relacionados con cuestiones indígenas tales como ministerios de agricultura, energía, minas y
recursos naturales, educación y salud, entre otros, para garantizar los derechos de los pueblos
indígenas. No es suficiente la existencia de comisiones de derechos humanos o de ombudsman si los
ministerios que tienen responsabilidades sobre áreas sensibles para los pueblos indígenas no actúan
de manera coordinada.” ONU – Comisión de Derechos Humanos – Informe del Relator Especial sobre
la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, Sr. Rodolfo
Stavenhagen. Doc. ONU E/CN.4/2006/78, párr. 86.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 265

a la propiedad de los territorios ancestrales, fueron decisivos en la configuración del


marco legal existente.

En la dirección de hacer avanzar la protección de la integridad cultural de dichas


comunidades, y en una coherente interpretación del marco constitucional, la
Honorable Corte Constitucional colombiana, ha proferido una seria de sentencias que
orientan el alcance de dichos derechos y lo que debe ser el relacionamiento
institucional con dichas comunidades.

Las comunidades negras ancestralmente han poblado y se encuentran localizadas en


toda la geografía nacional, concentradas principalmente en los valles interandinos del
Patía, Magdalena y Cauca, en las tierras bajas del Andén Pacífico, en el Eje Cafetero,
en la Costa Caribe, en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina,
en el piedemonte Amazónico, en la Orinoquía, en las diferentes zonas auríferas del
país y en ciudades como Cali, Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, Medellín, y
Bogotá, entre otras165.

El Pacífico colombiano ha sido habitado desde siglos atrás por comunidades negras
e indígenas. A lo largo del siglo XX las comunidades indígenas ya habían logrado el
reconocimiento de derecho a sus territorios ancestrales a través de la asignación de
resguardos, en tanto las comunidades negras eran consideradas ocupantes de
terrenos baldíos de las reservas de Ley 2 de 1959.

165 PLAN NACIONAL DE DESARROLLO DE LA POBLACIÓN AFROCOLOMBIANA “Hacia una nación

pluriétnica y multicultural” 1998-2002. Bogotá: DNP, 1998.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 266

Desde mediados de la década de los ochenta, con apoyo de sectores de la Iglesia,


algunas organizaciones de las comunidades negras de la región jalonaban ya, una
lucha por el reconocimiento de su derecho al territorio que han habitado desde siglos
atrás. Las dinámicas de los procesos organizativos de mayor representatividad en
torno a los derechos colectivos, han surgido tomando en cuenta diversos aspectos;
desde organizaciones que surgen en oposición al avance de las economías
extractivas forestal y minera, principalmente, hasta las que surgen en torno a procesos
eclesiales de base, lideradas por pastorales regionales. Dinámicas que proclamaron
el respeto y la dignidad en la vida de las comunidades negras.

Expresiones de estas dinámicas, fueron, entre otras, las impulsadas por la Asociación
Campesina Integral del Atrato, ACIA en 1987, que demandó la extracción irracional
de madera en los territorios habitados ancestralmente, logrando que Codechocó
formalizara la reserva de 600 mil Has., para la implementación de un plan de manejo
integral de base166. En esta perspectiva, de defensa de la integralidad étnica asociada
a la salvaguarda del territorio, surgieron otras organizaciones como la Organización
de Comunidades Negras OCN, en un nivel más nacional y la misma en el año 1993
se convierte en el Proceso de Comunidades Negras PCN, y quienes avanzaron en
conceptualizaciones a partir de la práctica comunitaria y cultural la cual en materia de
defensa del territorio constituye un avance significativo; en esa dirección convierte la
defensa del territorio en uno de sus principios de acción logrando que en materia de
derechos de las Comunidades Negras y a pesar de las limitaciones en la aplicación
de la Ley 70 de 1993, el derecho al territorio es donde mayormente han avanzado
estas comunidades167.

166 VILLA, William. Ley 70: territorios colectivos y procesos atomizados. En: Etnia, 2001. P.20

167GRUESO, Libia, en GARCÉS CARABALÍ, Daniel. Violación de los Derechos Humanos en el Derecho
al Territorio de las Comunidades Negras Afrocolombianas en el Pacífico Sur Colombiano. Inédito. Tesis
de máster. 2010.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 267

Tales procesos organizativos, a su vez, asumieron la defensa de las formas


tradicionales de uso del territorio, y promovieron el respeto por la visión de las
prácticas culturales de las comunidades negras, al interior de las instituciones que
impulsaban el desarrollo de las regiones.

Como resultados de estas acciones se podrían mencionar:

1. El fortalecimiento del sentido de pertenencia, autonomía y derecho al uso


tradicional del territorio, como el espacio del ser culturalmente distinto de las
comunidades negras.

2. Incorporación de la propuesta del derecho al territorio y el derecho a la


protección de la integridad cultural de las comunidades negras en la Agenda
de la Asamblea Nacional Constituyente- Comisión Segunda; fruto de la alianza
con los constituyentes indígenas, logrando así el reconocimiento del derecho
al territorio en la nueva carta constitucional168.

En ese marco de territorialidad, las comunidades Negras, Afrocolombianas,


Palenqueras y Raizales, en la coyuntura del proceso pre constituyente, constituyente
y pos constituyente, desarrollaron dinámicas de movilización y estrategias de gestión
que les permitió un reconocimiento de rango constitucional, configurando el
reconocimiento de las comunidades Negras de Colombia como grupo étnico
diferenciado del resto de los grupos humanos del país, en efecto se promulgó el
“ARTICULO TRANSITORIO 55. Dentro de los dos años siguientes a la entrada
en vigencia de la presente Constitución, el Congreso expedirá, previo estudio
por parte de una comisión especial que el Gobierno creará para tal efecto, una

168
CONSEJOS COMUNITARIOS Y LA PROTECCIÓN DE LOS TERRITORIOS COLECTIVOS. Guía
de Trabajo. Bogotá: Acción Social, 2010.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 268

ley que les reconozca a las comunidades negras que han venido ocupando
tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del
Pacífico, de acuerdo con sus prácticas tradicionales de producción, el derecho
a la propiedad colectiva sobre las áreas que habrá de demarcar la misma ley.

En la comisión especial de que trata el inciso anterior tendrán participación


en cada caso representantes elegidos por las comunidades involucradas.”
(…)” y el Artículo 310 que reconoce la existencia de la Comunidad Raizal de San
Andrés, Providencia y Santa Catalina.

En desarrollo de dichos preceptos constitucionales se promulgó la Ley 70 de 1993,


“ARTÍCULO 1o. La presente ley tiene por objeto reconocer a las comunidades
negras que han venido ocupando tierras baldías en las zonas rurales ribereñas
de los ríos de la Cuenca del Pacífico, de acuerdo con sus prácticas tradicionales
de producción, el derecho a la propiedad colectiva, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos siguientes. Así mismo tiene como propósito
establecer mecanismos para la protección de la identidad cultural y de los
derechos de las comunidades negras de Colombia como grupo étnico, y el
fomento de su desarrollo económico y social, con el fin de garantizar que estas
comunidades obtengan condiciones reales de igualdad de oportunidades frente
al resto de la sociedad colombiana. De acuerdo con lo previsto en el parágrafo
1o. del Artículo Transitorio 55 de la Constitución Política, esta ley se aplicará
también en las zonas baldías, rurales y ribereñas que han venido siendo
ocupadas por comunidades negras que tengan prácticas tradicionales de
producción en otras zonas del país y cumplan con los requisitos establecidos
en esta ley.(…)” en efecto y para la reglamentación del Capítulo III de dicha norma
el gobierno expidió el Decreto 1745 de 1995, concretando así, el mecanismo para la
titulación colectiva de tierras para las Comunidades Negras. “ARTÍCULO 1o.
PRINCIPIOS. El presente Decreto se fundamenta en los principios y derechos de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 269

que trata la Constitución Política y las leyes 70 de 1993 y 21 de 1991, y dará


aplicación a los principios de eficacia, economía y celeridad, con el objeto de
lograr la oportuna efectividad de los derechos reconocidos en dichas normas.”

De esta manera se configura en el caso colombiano, un marco legal que ha


posibilitado la titulación colectiva de tierras a Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, en sus Territorios Ancestrales. Así las
cosas, en aras de avanzar en la concreción de dichos preceptos legales, se
requieren el delineamiento de una política pública de Tierras y Desarrollo para las
Comunidades en referencia, que de una manera sistemática de cuenta, de los
avances y desafíos en la materialización del marco legal en los diversos espacios
territoriales de las comunidades y se posibilite como política pública un seguimiento
más preciso y evaluable de la misma.

Contexto Regional

En cuanto a lo regional, la ubicación ancestral de las Comunidades Negras,


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, se localizan tal como lo expresado
anteriormente; si bien, existe un avance sustancial en términos de la titulación en
calidad de “Tierras de las Comunidades Negras” en el Pacífico Colombiano, es de
anotar que la Ley 70 de 1993, orienta el proceso de titulación, a otras zonas del país
con asentamiento ancestral y características similares a las del territorio región del
Pacífico, esto último, presenta importantes desafíos en su materialización, pues las
formas de tenencia de la tierra distan de las formas de tenencia en el Pacífico y en
otros casos, como el de los valles interandinos y las islas de San Andrés, Providencia
y Santa Catalina, las Comunidades en referencia, han perdido sus tierras por diversas
vías; la del conflicto armado interno, la del desplazamiento socioeconómico que tiene
en el centro, el desarrollo en dichos territorios de grandes proyectos de producción
agrícola y pecuaria.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 270

En el caso del territorio región del Pacífico, se ha titulado más del 90% del territorio,
cosa que hace que la aplicación del marco normativo en cuanto a titulación en calidad
de “Tierras de las Comunidades Negras” se refiere, estaría cumplida quedando muy
poco por titular; sin embargo, se hace necesario fortalecer dicho proceso de titulación
a la luz de procesos de gobernabilidad, gestión y planificación mucho más efectivos
lo cual genere para dichas comunidades mayor empoderamiento y procesos de
etnodesarrollo, soberanía alimentaria y generación de ingresos.

En cuanto a los procesos de titulación en calidad de “Tierras de las Comunidades


Negras”, en la Costa Caribe, Valles Interandinos de los Ríos Cauca, Magdalena y
Patía, el Putumayo, entre otras, existen solicitudes de titulación colectiva las cuales
se encuentran en proceso de estudios técnicos y jurídicos, para determinar la
pertinencia legal de los mismos y así dar cumplimiento en lo dispuesto en la Ley 70
de 1993 y su Decreto Reglamentario 1745 de 1995. Dado las formas de tenencia de
la tierra, hay varias formas de llevar a cabo dichos procesos de titulación; que existan
en dichos espacios territoriales baldíos de la nación y que los mismos sean de
asentamiento ancestral por parte de éstas comunidades; de igual manera procederá
la titulación colectiva cuando en dichos espacios territoriales, con predios
pertenecientes a miembros de las comunidades en mención, estos acuerden y
destinen dichos territorios a la constitución del Consejo Comunitario y por ende titular
en calidad de “Tierras de las Comunidades Negras” sus territorios; de otra manera
procederá sí disponiendo de los recursos necesarios, el Instituto Colombiano de
Desarrollo Rural INCODER, genera procesos de compra de predios a comunidades
y las mismas constituyen Consejos Comunitarios de Comunidades Negras.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 271

De esta manera, la titulación colectiva en calidad de “Tierras de las Comunidades


Negras” en territorios de éstas por fuera del Pacífico, configura una prioridad para las
instituciones responsables de dichos procesos.

5.2 Las comunidades Negras, Afrocolombianas Palenqueras y Raizales y sus


asentamientos ancestrales. Situaciones organizativas y de participación

Las Comunidades Raizales

El pueblo raizal, asentado históricamente en el Archipiélago de San Andrés,


Providencia y Santa Catalina, se constituye como un grupo étnico, reconocido por el
Estado colombiano, con un territorio y unas tradiciones socio-culturales que le dan
cierta identidad. La abolición de la esclavitud en las islas, trajo consigo una manera
particular de apropiación del espacio, convirtiéndose en el hito que marcó el estado
actual del concepto ancestral de territorialidad de este pueblo. Con la llegada del
puerto libre en el año de 1953, y el arribo masivo de migrantes continentales
colombianos a la isla, se generaron nuevas dinámicas de poblamientos y apropiación
del territorio en contraste con las formas de poblamiento ancestral raizal, generando
un conflicto cuando los raizales pasan a ser la minoría en su propio territorio y tienden
cada vez más a perder la propiedad poniéndose en peligro su supervivencia como
grupo étnico.

Lo que se propone con en este marco, es realizar un diagnóstico que permita


identificar el estado actual de la propiedad territorial del pueblo Raizal para la posible
titulación colectiva de las tierras ancestrales de esta comunidad, usando como
instrumento, entre otras la Ley 70 de 1993. Con el objetivo de preservar la integridad
socio-cultural del pueblo raizal, a partir de la conservación de su territorio y la garantía
de la propiedad para las futuras generaciones.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 272

Según investigaciones recientes con base en el catastro y demás fuentes, en la


actualidad la población Raizal sólo conserva cerca del 48 % del Territorio de la Isla de
San Andrés. Habiendo transcurrido 20 años de la expedición de la Constitución
Política, el Estado colombiano no ha diseñado, adoptado, ni aplicado medidas de
protección para “regular el uso del suelo someter a condiciones especiales la
enajenación de bienes inmuebles con el fin de proteger la identidad cultural de las
comunidades nativas y preservar el ambiente y los recursos naturales del
Archipiélago” (Artículo 310 Constitucional).

Los cambios producidos a lo largo de la historia social de los pobladores del


archipiélago tienen íntima relación con la territorialidad, y se expresa en la ocupación
de los espacios. Para los grupos étnicos y en particular los Afrodescendientes raizales
tienen un sentido más que físico: “está íntimamente ligado a la identidad cultural y
explica la especificidad de las luchas sociales por la tierra y la supervivencia” la
ocupación de los espacios geográficos tienen una dimensión histórica, socio – cultural
y política. En este sentido el territorio es una construcción socio – cultural que parte
de unas condiciones naturales donde se desarrolla la historia de la comunidad169 “las
relaciones entre territorio y sociedad son históricamente dinámicas y responden a los
fines que se proponen los hombres en su acción social sobre el medio, asumiendo la
responsabilidad directa y múltiple que es al mismo tiempo económica”.170

169
COLOMBIA. Ministerio de Educación Nacional. Lineamientos Curriculares Cátedra de Estudios
Afrocolombianos. Bogotá: El Ministerio, 2001.
170BORJA, Miguel. Estado, Sociedad y Ordenamiento Territorial en Colombia. Bogotá: Instituto de
Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, 1996.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 273

Las Comunidades Palenqueras

Hablar de territorio y la significación de este para los palenques, implica develar su


discurrir histórico y cultural, sin lo anterior no es posible interpretar el verdadero
sentido de territorio para estas comunidades. Antes que nada, para contextualizar es
pertinente referenciar el término Palenque, el cual surge en la época de la Colonia y
esclavización impuesta por los Países Europeos, muchos Africanos esclavizados, se
rebelaron contra el régimen, al escaparse de sus amos, recorrían montañas, lugares
inhóspitos, de difícil acceso o se escondían entre un cercado de palos, por lo cual su
denominación, esto como estrategia para evitar ser capturados por los cazadores
de esclavos o ser presa de los animales.

En estas dinámicas por la libertad, los africanos también llamados cimarrones por su
valentía y audacia se dispersaron en toda la Costa Caribe, a través de los distintos
palenques; estos desarrollaron, adaptaron los lugares inhóspitos y de difícil acceso a
sus intereses colectivos, conocieron los secretos de una nueva naturaleza,
aprendieron de sus arroyos y lagunas, de los cerros, interpretaron sus árboles y
plantas, conocieron sus frutos e implantaron otros, su espíritu africano y su alma de
renacientes, en nuevo territorio, hicieron de los palenques territorios invencibles y
jamás volvieron a ser esclavizados.

De la misma manera las manifestaciones culturales que siempre estuvieron presentes,


encontraron un espacio ideal, para desarrollar y fortalecer la memoria colectiva, la
oralidad, los ritos fúnebres, mitos, leyendas, cantos y la música, en fin las expresiones
diezmadas por la esclavitud se revitalizaron en un contexto que lo permitía con toda
libertad y autonomía.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 274

De los palenques que existieron en la Costa Norte de Colombia, el Palenque de San


Basilio, es el más visible reconocido por su resistencia cultural y las manifestaciones
que aún conserva, su organización social basada en Ma Kuagro (grupo de edad), una
lengua propia, rituales religiosos como Lumbalú, la medicina tradicional y los grupos
de danza y música tradicional, que lo hacen referente de la lucha por la libertad, y la
resistencia cultural en el País. Reconocido por la UNESCO como obra del Patrimonio
Oral e Inmaterial de la Humanidad en el 2005.

Es allí, en esa instancia donde el territorio es fundamental, y para los palenques


representan toda una simbología, histórica y cultural, constituyen escenarios de
libertad, vida y resistencia porque en otrora eran inaccesibles, arropados de maleza,
allí se desataron innumerables batallas por la libertad, en donde la resistencia cultural,
se hizo solo con la memoria colectiva y la oralidad y finalmente se le dio sentido a
una nueva vida, como expresión de verdadera relación con el territorio, en esos
diferentes lugares donde se aprovecha la vitualla; para el caso de San Basilio de
Palenque “el bajo, la bonga chambacú criollo”171, en el arroyo de palenque y sus
sectores la piedra, mareka, caballito172 es apenas muestra de la relevancia que tiene
el Territorio para los Palenques.

5.3 Marco general y principios orientadores de la política pública.

El marco general que define el rumbo conceptual y teórico de la Política Pública de


Tierras y Desarrollo Rural para las Comunidades Negras, Afrocolombianas,
Palenqueras y Raizales, es establecido a partir del enfoque de derechos étnicos,
fundamentales, colectivos e individuales de las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, y su aplicación en el escenario nacional.

171 Lugares para el cultivo de yuca, ñame, maíz.


172 Arroyo de San Basilio de Palenque, donde se integra la comunidad y se fortalecen su cultura
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 275

Principios para la formulación de la política. 173

La historia de la población Afrocolombiana y la lógica de su concepción de vida que le


permite vivir en armonía con la naturaleza y el otro, se constituye en la principal
salvaguarda de la riqueza natural y la biodiversidad de sus regiones y por lo tanto, en
uno de los elementos que exige mayor y mejor atención del gobierno colombiano en
contraprestación a la conservación de estos recursos.

La conservación del equilibrio ambiental en las regiones donde se encuentran


asentamientos de Población Afrocolombiana, requiere como condición sine qua non
el planteamiento de posibilidades y opciones alternativas de vida, dado que la presión
sobre los recursos naturales ha aumentado de tal manera, que no se puede seguir
viviendo del medio natural sin afectarlo. Es en este contexto donde se plantean los
principios que a continuación se definen:

5.3.1.1 Principio de Compensación.

Busca reparar el desbalance históricamente producido y acrecentado entre el aporte


significativo de la Población Afrocolombiana a la construcción de la nacionalidad
colombiana y lo que la Nación le ha retribuido en términos de su reconocimiento y
valoración.

5.3.1.2 Principio de Equidad.

Busca la igualdad de condiciones y oportunidades para la Población Afrocolombiana


frente al resto de la Nación, así como también la distribución de los recursos con
criterios de justicia y equidad social.

173Los principios que se incorporan a este documento son parte de la construcción del movimiento
social afrocolombiano y en esta oportunidad se toman del Plan Nacional de Desarrollo para la Población
Afrocolombiana “Hacia Una Nación Pluriétnica y Multicultural” DNP 1998-2002.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 276

5.3.1.3 Principio de Dominio.

Busca fortalecer la relación entre la comunidad y su territorio, así como el dominio del
mismo en el propósito de afianzar su cultura y tradiciones y garantizar su
supervivencia en el tiempo.

5.3.1.4 Principio de Autodeterminación.

Busca la reafirmación del derecho de la Población Afrocolombiana a decidir libremente


su futuro y a participar en los procesos de planificación que se adelanten en su
territorio, teniendo como base fundamental la identidad étnico-cultural.

5.3.1.5 Principio de Afirmación del ser.

Es una afirmación del derecho a la diferencia y busca básicamente el respeto por ella.
Centra el desarrollo en el ser humano y considera posible su fortalecimiento a partir
de elementos tales como el de la solidaridad, el respeto mutuo, la valoración de lo
propio, la igualdad, la conciencia de derechos y deberes, la identidad étnica y cultural
y el sentido de pertenencia al territorio.

5.3.1.6 Principio de Sostenibilidad.

Este principio constituye la lógica de la historia de vida de la Población


Afrocolombiana. Mediante él, las comunidades han mantenido y fortalecido una
cultura propia, han preservado la riqueza natural y la biodiversidad de las regiones
donde conservan su dominio y han vivido en armonía con la naturaleza permitiendo
opciones de supervivencia.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 277

5.3.1.7 Principio de Solidaridad.

Busca corregir las desigualdades existentes entre los diferentes segmentos sociales,
a partir de la interacción entre las comunidades, el estado y la sociedad en general,
en la construcción de un nuevo modelo de relaciones aportante a la consolidación de
proyectos de vida alternativos que garanticen la participación y permitan el respeto a
la diferencia y el derecho a disentir.

5.4 Marco normativo y de política.

Es importante enunciar el significado de algunos términos que se relacionarán a lo


largo del documento, con el fin de entender las razones de una política dirigida a las
comunidades negras.

Políticas públicas. Conjunto de decisiones que se traducen en acciones


estratégicamente seleccionadas dentro de un conjunto de alternativas, conforme a
una jerarquía de valores y preferencia de los interesados174.

Desarrollo Rural. Según Pablo Martínez de Angarita175, el desarrollo rural es un


proceso localizado de cambio social y crecimiento económico sostenible, que tiene
por finalidad el progreso permanente de la comunidad y de cada individuo
integrado en ella.

No en vano en el Plan Estratégico 2010-2014 del INCODER, se manifiesta que:


“El Desarrollo Rural con criterios de integralidad y de equidad social, ha sido una

174. BOGOTÁ. ALCALDIA. Lineamientos de política pública y propuesta de plan de acciones


afirmativas. Bogotá: La Alcaldía, julio de 2010, p. 12.

175. ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DE PROYECTOS.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 278

de las grandes aspiraciones del pueblo colombiano y su aplazamiento, una de las


principales barreras que ha limitado la consolidación de la economía campesina
colombiana y su participación en el desarrollo de grandes proyectos productivos
agropecuarios Haber menospreciado el desarrollo rural como uno de los pilares
del desarrollo social, económico y ambiental del país y por ende de crecimiento y
prosperidad y en su defecto haberlo abandonado a la voluntad de los agentes de
poder y de grupos armados ilegales, ha producido la expulsión de los pequeños
productores rurales hacia las grandes y medianas ciudades…”

Comunidades Negras. Es el conjunto de familias de ascendencia afrocolombiana


que poseen una cultura propia, comparten una historia y tienen sus propias
tradiciones y costumbre dentro de la relación campo-poblado, que revelan y
conservan conciencia de identidad que las distinguen de otros grupos étnicos176.

Consejo Comunitario. Persona jurídica ejerce la máxima autoridad de


administración interna dentro de las Tierras de las Comunidades Negras, de acuerdo
con los mandatos constitucionales y legales que lo rigen y los demás que le asigne
el sistema de derecho propio de cada comunidad177.

Territorio de comunidades negras. Para la Asociación de Consejos


Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato (Ascoba):

“El territorio es y forma parte de nuestra vivencia social y cultural y jamás puede
ser considerado como un inmueble de intercambio comercial. Él es para nosotros,
los dueños y pobladores ancestrales, un espacio que acoge la vida de las

176. COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 70 de 1993. Bogotá: El Congreso, 1970.


Artículo 2, numeral 5. Q1

177. DECRETO 1745 DE 1995, Artículo 3.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 279

Comunidades de manera integral, con pueblos, culturas y organizaciones sociales


propias, y que nos proporciona los recursos naturales para la reproducción de la
vida y la cultura. (…) Este es todo aquello que se puede ver y palpar con facilidad,
es decir, los ríos, las ciénagas, los bosques los animales, la tierra para cultivar, los
minerales, pero también incluye todo aquello que no se puede tocar con las manos
y que hace parte de nuestra espiritualidad como pueblos afrodescendientes, esto
es, las manifestaciones culturales propias, las tradiciones, las costumbres, las
fuerzas sobrenaturales que rigen la naturaleza, los espíritus de nuestros ancestros
que protegen el territorio, las formas propias de relacionarnos con la naturaleza y
nuestro conocimiento ancestral178.

Ocupación Colectiva. Es el asentamiento histórico y ancestral de comunidades


negras en tierras para su uso colectivo, que constituyen su hábitat, y sobre los
cuales desarrollan en la actualidad sus prácticas tradicionales de producción.

Propiedad colectiva. Los territorios de las comunidades negras son titulados de


forma colectiva a nombre del Consejo Comunitario correspondiente. La titulación
de tierras ancestrales no puede hacerse a nombre de un individuo o una familia,
ya que esto significaría poner en riesgo el carácter comunitario de la tierra.
Igualmente, la propiedad implica para las comunidades el cumplimiento de la
función social y ecológica de la misma179.

Prácticas tradicionales de producción. Son las actividades y técnicas agrícolas,


mineras, de extracción forestal, pecuarias, de caza, pesca y recolección de
productos naturales en general, que han utilizado consuetudinariamente las

178.
CORONADO, Sergio Andrés. Territorio: derecho fundamental de las comunidades Afrocolombianas
en Colombia. Bogotá: CINEP, 2010.
179. Ibídem. pág. 67.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 280

comunidades negras para garantizar la conservación de la vida y el desarrollo


autosostenible180.

Marco Normativo

A continuación se pretende hacer un resumen de las principales normas relacionadas


con los derechos territoriales de las comunidades Negras, Afrocolombianas,
Palenqueras y Raizales, las cuales se encuentran enmarcados por tres sistemas
normativos compatibles181 y armónicos entre sí, cuales son:

• Legislación general, normas aplicables a todos los colombianos.


• Legislación especial, normas que establecen derechos especiales aplicables en
beneficios de los grupos étnicos.
• Legislación propia, normas referentes a la tradición cultural de las comunidades.

En la legislación internacional, los derechos territoriales de las comunidades negras


han sido reconocidos por diferentes convenios o tratados especialmente relativos a
derechos humanos. En el documento de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, denominado “Derecho de los Pueblos Indígenas y Tribales sobre sus tierras
ancestrales y Recursos Naturales, Normas y jurisprudencia del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos”, refiriéndose al tema que nos ocupa, ha
manifestado que el sistema interamericano de derechos humanos, se fundamenta
principalmente en: el Artículo XXIII de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre (la Declaración Americana) y, en el Artículo 21 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (la Convención Americana), considerando que
las citadas disposiciones, protegen los derechos de dichos pueblos y sus integrantes,
sobre la tierra, sus recursos naturales y a su vez sobre sus territorios.

180. LEY 70 DE 1993, Artículo 2 numeral 7.


181. VÁSQUEZ, Miguel. Las caras lindas de mi gente negra. Bogotá: Tres Mundos, 1994. pág. 7.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 281

El Convenio 169 de la OIT, sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y Tribales
en países independientes, ratificado por el Estado colombiano mediante la Ley 21 de
1991 (Art. 1, literal a), manifiesta que se aplica entre otros, a los pueblos tribales en
países independientes, cuyas condiciones sociales, culturales y económicas les
distingan de otros sectores de la colectividad nacional, que estén regidos total o
parcialmente por sus propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial.
Dentro de los derechos contemplados encontramos el de consulta a los pueblos
interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus
instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles directamente.

A través de la Sentencia C-169 de 2001 de la Corte Constitucional, se ratifica que las


comunidades negras son acreedores de los derechos que consagra el Convenio 169
de la OIT, ya que constituyen un grupo social que comparte una identidad cultural
distinta a la sociedad dominante.

La Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2007, adoptó la Declaración


sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, la cual ha adquirido gran Importancia
al momento de acoger e implementar normas y políticas públicas en los países del
sistema interamericano. La jurisprudencia de la Corte Interamericana, relacionada con
el derecho de propiedad colectiva, ha dicho, que es aplicable a todos los pueblos
tribales que mantienen sus formas de vida tradicionales basadas en un vínculo
especial con sus tierras y territorios.

El Artículo 93 de la Constitución Política de 1991, ordena la prevalencia en el orden


interno, de los tratados y convenios internacionales que reconocen los derechos
humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción y, que han sido
ratificados por Colombia.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 282

Con la expedición de la Constitución Política de 1991, se declara el país como Nación


pluriétnica y pluricultural, al establecerse en sus Artículos 7 y 8 el reconocimiento por
parte del Estado de la diversidad étnica y cultural e instituyendo como obligación tanto
del Estado, como de todas las personas, proteger las riquezas culturales y naturales
de la Nación. Así mismo, en el Artículo 68, se reconoce el derecho a una formación
que respete y desarrolle su identidad cultural y de las lenguas y dialectos de los grupos
étnicos como idiomas oficiales en sus territorios (Artículo 10).

Por su parte, el Artículo 13 en concordancia con el inciso segundo del Artículo 70


ibídem, reconoce la igualdad de las personas ante la ley y el derecho a recibir la
protección por parte de las autoridades y trato sin discriminación alguna.

El Artículo 55 Transitorio ibídem, estableció el deber de expedir una ley mediante la


cual, se le reconociera a las comunidades negras, el derecho a la propiedad colectiva
sobre las tierras que tradicionalmente han venido ocupando, tierras baldías en las
zonas rurales ribereñas, especialmente de los ríos de la cuenca del Pacífico, así como
a otras zonas del país que presenten similares condiciones.

La propiedad colectiva debe ser ejercida conforme a la función social y ecológica, de


modo que contribuya a la defensa del patrimonio natural, en los términos del Artículo
58 de la Constitución Política de 1991, en concordancia con el Artículo 20 de la Ley
70 de 1993.

Por otra parte, a las tierras comunales de los grupos étnicos, dentro de las cuales
quedan incorporadas las de las comunidades negras, se les otorgó atributos propios
de la propiedad pública, cuales son: la inembargabilidad, inalienabilidad y la
imprescriptibilidad, como se describe en el Art. 63. El Artículo 72 de la Constitución
de 1991, manifestó que los bienes culturales que conforman la identidad nacional,
pertenecen a la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 283

ordenando reglamentar los derechos especiales, que pudieran tener los grupos
étnicos asentados en territorios de riqueza arqueológica.

En desarrollo del citado Artículo 55, se expidió la Ley 70 de 1993, cuyo objetivo
primordial consintió en reconocer el derecho propiedad colectiva a las comunidades
negras, que venían ocupando tierras baldías en zonas ribereñas, principalmente en
los ríos de la cuenca del Pacífico, fundamentándose en la protección del ambiente,
aprovechando las relaciones establecidas por las comunidades con la naturaleza, a
través de sus prácticas tradicionales. Adicionalmente, el Decreto 1745 de 1995182, dio
origen a los Consejos Comunitarios como autoridades administrativas dentro de sus
territorios, responsables de la administración de los territorios colectivos que les han
titulado a las comunidades negras. La Asamblea General como máxima autoridad del
Consejo Comunitario, le corresponde aprobar la delimitación de las tierras de las
comunidades negras, que serán solicitadas en propiedad colectiva, con base en la
propuesta formulada por la Junta del Consejo, así como velar por el aprovechamiento
y conservación de los recursos naturales conforme a la legislación ambiental y
prácticas tradicionales de producción, garantizando el manejo sustentable de los
recursos naturales.

El numeral 10 del Artículo 1º de la Ley 99 de 1993, consagró que la acción para la


protección y recuperación ambientales del país es una tarea conjunta y coordinada
entre el Estado, la comunidad, las organizaciones no gubernamentales y el sector
privado. Así mismo, dentro del esquema de ordenamiento ambiental del territorio,
establecido en la norma (Artículo 7), las cuencas hidrográficas suman un papel
importante en la planificación y uso del territorio, robusteciendo así la función
ambiental de los territorios colectivos.

182.DECRETO 1745 DE 1995. Por el cual se reglamenta el Capítulo III de la Ley 70 de 1993, se adopta el

procedimiento para el reconocimiento del derecho a la propiedad colectiva de las "Tierras de las
Comunidades Negras”.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 284

Sin embargo, el derecho al territorio que poseen las comunidades negras, se puede
ver vulnerado, por fenómenos tales como son la falta de titulación de territorios
ancestralmente habitados o el desplazamiento forzado, entre otros. En Sentencia T-
025 de 2004 y en el Auto de seguimiento 005 de 2009, la Corte Constitucional ha
señalado:

“El punto de partida y el fundamento común de la presente providencia es el


carácter de sujetos de especial protección constitucional que tienen las
comunidades afro descendientes. Esta condición de sujetos de especial protección
impone a las autoridades estatales a todo nivel, respecto de la población afro
colombiana víctima de desplazamiento forzado, especiales deberes de prevención,
atención y salvaguarda de sus derechos individuales y colectivos, a cuyo
cumplimiento deben prestar particular diligencia. Tal carácter de sujetos de
especial protección constitucional justifica, como se indicó en la sentencia T-025
de 2004, la adopción de medidas de diferenciación positiva, que atiendan a sus
condiciones de especial vulnerabilidad e indefensión y propendan, a través de un
trato preferente, por materializar el goce efectivo de sus derechos.” (Lo subrayado
se encuentra fuera del texto)

La Corte ha manifestado que las comunidades afro descendientes, son sujetos de


especial protección por parte del Estado, confirmando así, la necesidad e importancia
en el fortalecimiento de la capacidad de administradores de territorios colectivos de
los Consejos Comunitarios.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 285

La Ley 160 de 1994183, al establecer las funciones del Instituto Colombiano de


Reforma Agraria –INCORA- (hoy Instituto Colombiano de Desarrollo Rural-
INCODER-)184, en el numeral 16 de su Artículo 12, manifestó:

”Delimitar de las tierras de propiedad de la Nación, de las de los particulares. También


podrá adelantar procedimientos de deslinde de las tierras de resguardo y las
pertenecientes a las comunidades negras, para los fines previstos en el Artículo 48 de
la presente Ley.”

En el parágrafo del Artículo 48, se enuncia la potestad que tiene el INCORA (hoy
INCODER), de adelantar los procedimientos de delimitación de las tierras adjudicadas
a comunidades negras, como un mecanismo tendiente a asegurar la protección de los
bienes y derechos, conforme al Artículo 63 de la Constitución Política y la Ley 70 de
1993.

Más adelante dentro de las funciones establecidas a los Procuradores Delegados para
Asuntos Agrarios y los Procuradores Agrarios, se indicó en su numeral 3., la de
intervenir como Ministerio Público en los procedimientos agrarios relativos a
clarificación de la propiedad, la deleitación de las tierras nacionales y el deslinde de
resguardos y tierras de las comunidades negras, según el Artículo 92.

El Decreto 2664 de 1994185, en su Artículo 1, inciso 4, refiriéndose a las tierras baldías


que conforme a la Ley 70 de 1993, pertenecen o deban adjudicarse a las comunidades
negras, contempló la titulación por parte del INCORA (hoy INCODER), con arreglo a

183.COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 160 de 1994. Por la cual se creó el Sistema
Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino. Bogotá: El Congreso, 1994.

184.DECRETO 1292 DE 2003. Mediante el cual se suprime el INCORA y se ordena su liquidación.


Mediante el Decreto 1300 de 2003 se creó el INCODER y se determinó su estructura.
185DECRETO 2664 DE 1994. Reglamentario de la Ley 160 de 1994. Por el cual se dictaron los

procedimientos para la adjudicación de terrenos baldíos y su recuperación.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 286

las normas sustanciales y procedimentales especiales que las rigen; es decir, por lo
establecido en la Ley 70 de 1993 y el procedimiento indicado en el Artículo 17 y
siguientes del Decreto 1745 de 1995.

El 25 de julio del año 2007 entró a regir la Ley 1152 de 2007, más conocida como el
“Estatuto de Desarrollo Rural”, mediante la cual se derogó expresamente la Ley 160
de 1994, sin embargo dicho estatuto fue declarado inexequible por la Corte
Constitucional en Sentencia C-175 de 2009, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, toda vez
que los procesos de acercamiento con las comunidades indígenas y
afrodescendientes, fueron realizados de forma inoportuna, cuando el trámite
legislativo ya se encontraba en curso, circunstancia incompatible con la vigencia del
principio de buena fe en los procesos de Consulta previa, violando así, la Constitución
y el bloque de constitucionalidad que tiene que ver con el Convenio 169 de la OIT. Por
lo antes manifestado, la Ley 160 de 1994 y sus decretos reglamentarios, recobraron
plenamente su vigencia.

En el año 1992, mediante la Ley 6 se efectúo una Reforma Tributaria, en la que la


propiedad colectiva de las comunidades negras quedó exenta del impuesto sobre
renta y complementarios, exención que se mantiene en el actual Estatuto Tributario186.

La Ley 388 de 1997187 manifestó que el ordenamiento del territorio municipal y distrital
deberá atender las condiciones de diversidad étnica y cultural, reconociendo el
pluralismo y el respeto a la diferencia. (Artículo 6), sin embargo una de las críticas que
se le han hecho es que no visualiza la articulación entre el ordenamiento de los
territorios colectivos y los municipales.

186.DECRETO 624 de 1989.


187.COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. LEY 388 DE 1997. Por la cual se modificó la Ley 9
de 1989 y la Ley 8 de 1991.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 287

Con la Ley 507 de 1999188, se obliga a las autoridades municipales y distritales a dar
cumplimiento a las normas legales vigentes relacionadas con los grupos étnicos, al
momento de la elaboración de los planes y esquemas de ordenamiento territorial.

En Sentencia T-955 de 2003189, la Corte Constitucional reconoció a las comunidades


negras como pueblos, con derecho de autonomía y expresiones propias de gobierno,
al establecer:

“A lo anterior debe agregarse la contribución de la comunidad


internacional al proceso de reconocimiento de los grupos
étnicos, como colectividades reconocibles, en especial al
Convenio 169 de la OIT Sobre Pueblos Indígenas y Tribales,
aprobado por la Ley 121 de 1991, en cuanto sus disposiciones
permiten reivindicar con claridad el derecho de las comunidades
afrocolombianas 98 a ser tenidas como “pueblos”, atendiendo
las condiciones sociales, culturales y económicas que las
distinguen de otros sectores de la colectividad nacional, aunado
a que se rigen por sus costumbres y tradiciones, y cuentan con
una legislación propia –Artículo 1°, numeral a)”.

Los derechos territoriales de las Comunidades Negras Afrocolombianas, Palenqueras


y Raizales, más allá de ser un derecho civil o político, debe entenderse como un
derecho cultural, que permite la garantía y generación de condiciones, para el disfrute
de otros derechos fundamentales, tales como la vida, la salud, el desarrollo, la
vivienda, la educación, el medio ambiente, entre otros tantos. Sobre el particular, la
Corte Constitucional en Sentencia T-955/03 M.P. Álvaro Tafur, ha manifestado:

188.
COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPUBLICA. LEY 507 DE 1999. Por la cual se modifica Ley 388
de 1997.

189.COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-955 del 17 de octubre de 2003, M.P. Álvaro

Tafur Galvis.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 288

“…En suma, las entidades accionadas quebrantan el derecho


fundamental de las comunidades negras a las que pertenecen
los accionantes a la propiedad colectiva y ponen en peligro su
subsistencia, conculcando en consecuencia las bases del
Estado social de derecho, dado que toleran, permiten y autorizan
las explotaciones de sus bosques, sin reparar en que éstas
prácticas
Desconocen sus derechos territoriales y entorpecen su proceso
comunitario y sus prácticas tradicionales de producción.”

Derechos políticos garantizados por el derecho al territorio.

5.4.2.1 Conocimiento Ancestral.

Es cualquier conocimiento sobre la conservación, uso, manejo de un recurso genético


o parte de este, transmitido en forma oral o escrita, de tipo colectivo y acumulativo a
través del tiempo. Incluye además cualquier alteración, modificación o mejora, así
como cualquier derivado que utilice el conocimiento de comunidades indígenas o Afro
colombianas en la comercialización de cualquier producto o procesos más sofisticados
como son la extracción, aislamiento o síntesis de principios activos en los extractos o
composiciones usadas por las comunidades negras.

5.4.2.2 Conservación.

El sentido de conservación para las Comunidades Negras, está determinado y


orientado desde la perspectiva de sus derechos, esto quiere decir que la conservación
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 289

para estas comunidades no es una idea instrumental, ni obedece a las coyunturas


conservacionistas de la dinámica local.

• En esa dirección la comunidad negra conserva su Derecho a ser: es decir su


identidad como comunidad negra, como grupo étnico, como pueblo negro.
Identidad que permanentemente se está construyendo por ser la dinámica
social un proceso que no está estático, sino dinámico y sostiene una relación
intrínseca con los bosques y naturaleza en general, desde las prácticas
productivas y sociales que este pueblo ha construido en su proceso histórico
de relacionamiento.
• Con este otro derecho, Derecho a un espacio para ser: aquí se está hablando
del territorio, el cual se constituye en el espacio de y para la vida de las
comunidades, es una herencia ancestral que la comunidad viene construyendo
de generación en generación; donde los recursos naturales se utilizan de
manera colectiva a nivel familiar y comunitario desde el,
• Derecho al ejercicio del ser: que hace alusión a la participación autónoma,
prácticas culturales y formas organizativas para vivir y defender la identidad y
el territorio y los recursos naturales, como soportes fundamentales para
cristalizar el,
• Derecho a una opción propia de futuro: Es decir el buen vivir local o bienestar
colectivo como pueblo negro. El cual está alimentado y soportado por la
identidad propia, que se construye y reconstruye en un territorio a partir de las
decisiones autónomas que adopta el pueblo. Desde esa perspectiva:

Lo que se tiene, se cuida


Lo que está amenazado, se defiende
Lo que se perdió, se recupera
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 290

Luego entonces en los territorios hay que conservar la tranquilidad desde la


cosmovisión de la comunidad negra, la permanencia en el territorio evitando el
desplazamiento forzado por la vía de la guerra, los planes de desarrollo institucionales,
o los macro-proyectos y normas, los conocimientos y prácticas tradicionales y sociales
de producción las formas organizativas y técnicas de trabajo propias de la comunidad,
la medicina tradicional, las expresiones artísticas. Dado que estos son los factores que
garantizan la existencia de los bosques y el conjunto de recursos naturales existentes
en los territorios. Toda esta lógica de conservación la desarrollamos en la práctica en
nuestros territorios para mantenernos y desarrollarnos como Comunidades, por medio
de las prácticas que recrean los conocimientos y formas de vida tradicional
garantizando a futuro la herencia ancestral que ofrezca condiciones de vida digna para
los renacientes.

Pero también para aportar a la solución de los problemas ambientales, sociales y


éticos que actualmente aquejan a la humanidad. Y creemos que desde allí le estamos
aportando a la sociedad global una manera de vida armónica entre el conjunto de la
naturaleza y a partir de allí la construcción del Bienestar Colectivo, es decir, bienestar
para toda la humanidad.

5.4.2.3 Autonomía.

Se refiere a la capacidad de la comunidad de tomar decisiones libres e independientes


en la realización de sus proyectos de desarrollo social, cultural y económico. Esta
autonomía implica también la no intervención de actores externos en los procesos de
concertación al interior de las comunidades190.

190. CORONADO DELGADO, Sergio Andrés. Op. Cit. Pág. 66.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 291

“la PARTICIPACIÓN, no es más que nuestra conciencia movilizada,


es nuestra identidad en movimiento, construyendo, conquistando y
ejerciendo nuestros derechos para concretar los sueños y
aspiraciones de vida y alegría, esperanza y libertad. Podríamos
afirmar que AUTONIMÍA = TERITORIO + IDENTIDAD (Tomado de
Rosero Carlos. 8º Consejo Nacional del Palenques/PCN)

5.4.2.4 Autogobierno.

La forma de organización política de la comunidad dentro de su territorio se realizará


de acuerdo con las prácticas tradicionales de la misma. La organización de los
Consejos Comunitarios facilita la formalización de estas prácticas y permite la
interlocución permanente con las instituciones del Estado. Ni la autonomía, ni el
autogobierno implican un desconocimiento de la soberanía del Estado, en una
situación ideal deberían ser los canales para una relación de armonía entre ambos
poderes. 191

5.4.2.5 Etnoeducación.

Es la respuesta al modelo descontextualizado que caracterizó a la educación oficial,


en manos de la Iglesia y del Estado, impartida en comunidades negras, indígenas,
rurales y urbanas en forma indistinta y que ha tenido como consecuencias fuertes
procesos de aculturación entre la población de los grupos étnicos. Mediante la el
diseño y aplicación de programas propios a partir de su cultura, su lengua, sus
prácticas ancestrales y tradicionales y sus fueros propios y autónomos.

191.Ibídem, pág. 67.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 292

Inicialmente las comunidades exigieron el derecho de contar con profesores


pertenecientes a sus comunidades y conocedores de su cultura, posteriormente se
comenzó a desarrollar programas propios de educación como experiencias piloto que
posteriormente y debido a las luchas de la comunidades organizadas fueron asumida
dichas experiencias como parte de la política del ministerio bajo la denominación de
Etnoeducacion.

La Etnoeducacion solo fue reconocida a partir de la Constitución Política de 1991,


posterior a la cual se reglamenta mediante la Ley General de Educación, Ley 115 de
1994, en la que se establece que “se entiende por educación para grupos étnicos la
que se ofrece a grupos y comunidades que integran la nacionalidad y que poseen una
cultura, una lengua, unas tradiciones y unos fueros propios y autónomos. Esta
educación debe estar ligada al ambiente, al proceso productivo, al proceso social y
cultural, con el debido respeto de sus creencias y tradiciones”

En términos puntuales hablar de Etnoeducacion es hablar de educación adecuada


para el rescate y fortalecimiento de la identidad étnica, histórica y cultural.

5.4.2.6 Conservación de sus tradiciones.

La tradición es el conjunto de prácticas y conocimientos que adquiere, construye o


llegan a la comunidad y que en forma permanente se incorporan a la cotidianidad de
la misma, de manera que en forma directa o indirecta alimentan la ancestralidad. En
ese sentido la tradición posibilita a adecuación de las prácticas ancestrales a las
nuevas condiciones, contextos y realidades.

Sin embargo es indispensable que cada aspecto, costumbre y saber que llegue a la
comunidad sea observado a la luz de la ancestralidad y su nivel de afectación cultural
a la comunidad.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 293

Marco de Política.

No obstante haberse expedido algunos documentos por parte del Consejo Nacional
de Política Económica y Social -CONPES-, como el organismo asesor principal del
Gobierno en todos aquellos aspectos relacionados con el desarrollo económico y
social del país, en los que se señalan ejes estructurales de la política tendiente a
promover la igualdad de oportunidades para la población afrocolombiana, actualmente
no existe una política de tierras, toda vez que no tiene los elementos necesarios para
la misma, cuales son la línea base, control y seguimiento, entre otros.

Algunos de los documentos relacionados con el tema son: (Ver Cuadro No. 4)

Cuadro 4. Relación de documentos CONPES

DOCUMENTO CONPES TEMA


2589 de 1992 Programa BID - Plan Pacífico: Una Nueva Estrategia de
Desarrollo Sostenible para la Costa Pacífica
Colombiana. PND: La Revolución Pacífica.
2892 de 1996 Plan de Desarrollo Integral del Alto Patía. PND: El Salto
Social.
2909 de 1997 Programa de apoyo para el desarrollo y reconocimiento
étnico de las comunidades negras. “Programa de
Apoyo para el Desarrollo y Reconocimiento Étnico de
las Comunidades Negras” (1997).
3058 de 1999 Estrategia del Gobierno nacional para apoyar el
desarrollo del departamento Archipiélago de San
Andrés, Providencia y Santa catalina. PND: Cambio
para Construir la Paz.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 294

3169 de 2002 Política para la población afrocolombiana. PND:


Cambio para Construir la Paz
3180 de 2002 Programa para la reconstrucción y desarrollo
sostenible del Urabá Antioqueño y Chocoano y Bajo y
Medo Atrato. Ampliación del CONPES 3169 “Política
para la población Afrocolombiana. PND: Cambio para
Construir la Paz.
3310 de 2004 Política de acción afirmativa para la población negra o
afrocolombiana.
91 de 2005 Metas y estrategia de COLOMBIA para el logro de los
objetivos de desarrollo del milenio 2015
3410 de 2006 Política de Estado para mejorar las condiciones de vida
de la población de Buenaventura” (2006)
3491 de 2007 Política de Estado para el Pacífico colombiano

3553 de 2008 Política de Promoción Social y Económica para el


Departamento del Chocó Plan Integral de Largo Plazo
para la Población Negra, Afrocolombiana, Palenquera
y Raizal.
3660 de 2010 Política para promover la igualdad de oportunidades
para la Población Negra, Afrocolombiana, Palenquera
y Raizal.
*Fuente www.DNP.gov.co

Dentro de las estrategias presentadas por los documentos CONPES se encuentran


entre otras:

1. Promover la equidad de la población negra/ Afrocolombiana a través de las


siete herramientas del Plan de Reactivación Social:
2. Implementar acciones afirmativas a corto plazo,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 295

3. Dotar de un sistema de información que permita la identificación,


caracterización, cuantificación y registro de la población negra o
Afrocolombiana;
4. Formular el Plan Integral de Largo Plazo para la población negra o
Afrocolombiana en cumplimiento de lo establecido en la Ley 70 de 1993;
5. Seguimiento a las Políticas y Estrategias para la población negra o
Afrocolombiana enmarcadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2002-2006.
6. Ratificación por parte de Colombia de convenios internacionales en Derechos
Humanos e Internacional Humanitario, asuntos ambientales y educativos, tales
como la firma con el Gobierno de los Estados Unidos, de un instrumento de
acción “Joint Action Plan”, con el fin de aunar esfuerzos para el mejoramiento
de las condiciones de vida de la población Afrocolombiana.
7. Necesidad de complementar esfuerzos gubernamentales con el sector privado
y comunitario, en la focalización de las regiones con mayor población
Afrocolombiana y en temas identificados estratégicos con el fin de contribuir a
mejorar las oportunidades para un desarrollo integral de dicha población.
8. Incrementación instrumentos ámbito nacional e internacional, tendientes al
reconocimiento y valoración el aporte de las comunidades afrodescendientes a
la construcción de las naciones, que trasciende un asunto racial para constituir
una reivindicación esencial étnica en la construcción de un proyecto colectivo
de Nación.

Articulación con otras políticas públicas.

La construcción de la Política Pública de Tierras y Desarrollo para las Comunidades


Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, requiere de la articulación con
otras políticas y normas que en su aplicación ordenada y articulada, constituirán la
política en mención.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 296

5.4.4.1 El Derecho a las tierras y el territorio y el Convenio 169 de la OIT.

Sobre la relación de la tierra, el territorio, la conservación ecológica y ambiental y las


comunidades que las habitan y utilizan, es importante referirse al Convenio 169 de
1989 de la OIT, sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes,
aprobado mediante Ley 21 de 1991, el cual señala que se le debe reconocer a las
comunidades locales el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al
proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas, creencias,
instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna
manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico,
social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación,
aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional
susceptibles de afectarles directamente.

En cumplimiento del Artículo 13 ibídem, se debe respetar la importancia especial que


para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación
con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de
alguna u otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación. De
acuerdo con los Artículos 14 y 15 ibídem, el Estado Colombiano debe tomar las
medidas para salvaguardar el derecho a utilizar tierras que no estén exclusivamente
ocupadas por ellas, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus
actividades tradicionales y de subsistencia; proteger especialmente los derechos de
estos pueblos a participar en la utilización, administración, y conservación de los
recursos naturales existentes.

De esta manera es necesario armonizar, ampliar, fortalecer y actualizar los


mecanismos y los marcos jurídicos e institucionales para promover un contexto
propicio para el involucramiento y la participación de actores claves, especialmente
comunidades afrocolombianas, en la toma de decisión y la gestión de las tierras y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 297

territorios que por efectos de los derechos establecidos son poseedores o deben
serles reconocidos.

5.4.4.2 El Derecho a las tierras y el territorio y el Convenio de Diversidad Biológica.

Ahora a través del Convenio de Diversidad Biológica (aprobado mediante la Ley 165
de 1994) se promueve el establecimiento de un sistema de áreas protegidas y el
respeto, preservación y mantenimiento de los conocimientos, innovaciones y prácticas
de las comunidades locales que tienen estilos tradicionales de vida pertinentes para
la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, como estrategias
de conservación in situ.

De esta manera mediante Decisión VII/28, la Conferencia de las Partes del Convenio
de Diversidad Biológica, aprobó el Programa de Trabajo de Áreas Protegidas, el cual
señala que el establecimiento, gestión y vigilancia de las áreas protegidas debe
realizarse con la participación plena y efectiva de las comunidades tribales,
respetando sus derechos de acuerdo con la legislación nacional y las obligaciones
internacionales aplicables. Al mismo tiempo alienta al establecimiento de áreas
protegidas que beneficien a las comunidades locales, respetando, preservando y
manteniendo sus conocimientos tradicionales; el establecimiento de políticas e
instrumentos con la participación de las comunidades locales, para facilitar el
reconocimiento legal y la administración eficaz de las áreas conservadas por las
mismas, de manera que se logre el objetivo de conservar tanto la diversidad biológica,
como los conocimientos, innovaciones y prácticas de dichas comunidades.

El Programa consta de cuatro elementos; en el primero se incluye como meta y


actividad realizar con la participación de las comunidades y de los interesados
pertinentes, exámenes nacionales de las formas de conservación, incluyendo modelos
innovadores de gobernabilidad para áreas protegidas, tales como áreas protegidas
co-administradas, áreas protegidas privadas, áreas conservadas por la comunidad,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 298

entre otras; en el segundo elemento se prevé reconocer y promover amplias formas


de gobernabilidad de las áreas protegidas y desarrollar planes para involucrar
eficazmente a las comunidades, respetando plenamente sus derechos en todos los
niveles de la planificación, creación, gobernabilidad y administración de las áreas
protegidas, con énfasis particular en identificar y eliminar las barreras que impiden la
participación adecuada.

En este segundo elemento también se plantea promover un entorno favorable


(legislación, políticas, capacidades y recursos) para la participación de las
comunidades en la toma de decisiones y el desarrollo de sus capacidades y
oportunidades, para establecer y administrar áreas protegidas, incluidas las
conservadas por la comunidad y las privadas192.

La Estrategia Regional de Biodiversidad para los Países del Trópico Andino, aprobada
mediante la Decisión 523 de 2002 de la Comunidad Andina de Naciones, reconoce
que entre los conocimientos y las prácticas tradicionales, existen relaciones
indisolubles, pues los primeros nacen, se recrean e innovan a partir de las prácticas
cotidianas de aprovechamiento de la biodiversidad, y ambos, son inseparables del
hábitat en que se desarrollan y de la cultura a la que pertenecen. Por ello, dentro del
Objetivo III, esta Estrategia propone proteger y fortalecer los conocimientos,
innovaciones y prácticas de las comunidades afroamericanas y locales con base en
el reconocimiento de sus derechos, entre otras acciones, mediante la consolidación
de sus capacidades para lograr esa protección, revertir el proceso de pérdida de sus
propios conocimientos, y contribuir activamente a la conservación y el uso sostenible
de la diversidad biológica.

192 PONCE DE LEÓN, Eugenia y ANDRADE, Germán Ignacio. Op. Cit.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 299

5.4.4.3 El Derecho a las tierras y el territorio y el Plan Nacional de Desarrollo 2010-


2014, “Prosperidad para todos”.

En ese sentido se articula con el Plan Nacional de Desarrollo, el Plan Estratégico del
Instituto Colombiano de Desarrollo Rural INCODER, en la cual de manera genérica
sobre este aspecto plantea lo siguiente:

• Avanzar en la elaboración del Plan Nacional de Tierras, basado en un estudio


de tenencia y caracterización de las tierras indígenas y de comunidades
negras.
• Lograr que los gobernadores y alcaldes incorporen en sus presupuestos de
inversión las partidas necesarias para contribuir en la solución de las carencias
en las ADR.
• Constitución Zonas de Desarrollo Empresarial.
• Trabajar con el IGAC y Min-Ambiente para identificar los traslapes que se
presentan entre territorios ocupados por comunidades étnicas con áreas del
Sistema Nacional Ambiental.
• Otorgamiento de subsidios para la conformación de empresas básicas
agropecuarias (Atención a población campesina y desplazada).
• Continuar bajo criterios técnicos la titulación, ampliación, saneamiento y
clarificación de la propiedad de las comunidades indígenas, así como, la
titulación colectiva a comunidades negras.
• Prestar asistencia técnica y acompañamiento a la formulación y presentación
de proyectos productivos.
• Fortalecer procesos de transferencia de tecnología y asistencia técnica bajo el
liderazgo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y con la participación
de la Corporación Colombiana de investigación Agropecuaria CORPOICA, el
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 300

Instituto CENIS Colombia y mejorar el acceso a programas de capacitación del


Servicio Nacional de Aprendizaje SENA y Ministerio de Educación
• Los bienes y derechos ubicados en el Departamento Archipiélago en poder de
la DNE: los bienes, los rendimientos y los frutos que generen los mismos,
localizados en el Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y
Santa Catalina, cuya extinción de dominio se haya decretado conforme a la Ley
793 de 2002, deberán destinarse prioritariamente, a programas sociales que
beneficien a la población raizal.
• Entre otros aspectos que comprenden la titulación, dotación y ampliación de
tierras para las comunidades negras como la promoción del desarrollo
económico y social de las mismas.

Así las cosas el documento CONPES 3310 del 20 de septiembre de 2004, tiene entre
sus propósitos, “identificar, incrementar y focalizar el acceso de la población negra o
afrocolombiana a los programas sociales del Estado, de tal manera que se generen
mayores oportunidades para alcanzar los beneficios del desarrollo y mejorar las
condiciones de vida de esta población, a través de la implementación de acciones
afirmativas”193.

Como acciones afirmativas, se establece que el Departamento Nacional de


Planeación y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, “gestionarán
con otras entidades del Gobierno Nacional y con las entidades territoriales la
articulación de sus planes y procesos regionales y locales, de desarrollo,

193 Para efectos del documento CONPES mencionado, “se entiende por acciones afirmativas el
conjunto de directrices, programas y medidas administrativas orientadas a generar condiciones para
mejorar el acceso a las oportunidades de desarrollo económico, social, cultural y promover la
integración de la población negra o afrocolombiana.”
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 301

ordenamiento territorial, planes de etnodesarrollo de las comunidades étnicas,(…) de


tal manera que respondan a las realidades y particularidades de las comunidades
negras o afrocolombianas teniendo en cuenta su participación, propuestas y
prioridades.”

5.4.4.4 El ordenamiento territorial y las comunidades Negras, Afrocolombianas,


Palenqueras y Raizales.

La Constitución Política de Colombia de 1991 en el Artículo 286, establece que las


Entidades territoriales son los departamentos, los distritos, los municipios y los
territorios indígenas, de igual manera, abre el espacio para que las regiones y
provincias puedan adquirir tal carácter. En la misma forma, expresa en el Artículo 287
que las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses,
con los derechos a gobernarse por autoridades propias; ejercer las competencias que
les correspondan, administrar sus recursos y participar en las rentas nacionales. Para
el caso específico de los territorios indígenas, en el Artículo 330 constitucional se
establece que estarán gobernados por consejos conformados y reglamentados
según los usos y costumbres de sus comunidades y ejercerán las funciones de:
Velar por la aplicación de las normas legales sobre usos del suelo y poblamiento de
sus territorios; Diseñar las políticas y los planes y programas de desarrollo económico
y social dentro de su territorio, en armonía con el Plan Nacional de Desarrollo;
Promover las inversiones públicas en sus territorios y velar por su debida ejecución;
Percibir y distribuir sus recursos; Velar por la preservación de los recursos naturales;
Coordinar los programas y proyectos promovidos por las diferentes comunidades en
su territorio; Colaborar con el mantenimiento del orden público dentro de su territorio
de acuerdo con las instrucciones y disposiciones del Gobierno Nacional; Representar
a los territorios ante el Gobierno Nacional y las demás entidades a las cuales se
integren.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 302

Las disposiciones constitucionales reseñadas, expresan un reconocimiento de la


diversidad étnica y cultural de la nación colombiana, conforme al Artículo 7 Superior,
mediante la elevación a la categoría de Entidades Territoriales, a los territorios
indígenas, pero dejando a un lado de la caracterización de Entidades territoriales a los
territorios colectivos de comunidades negras, afrocolombianas y palenqueras, que
sólo van a adquirir un carácter especial y de reconocimiento a sus derechos superiores
consagrados en el Convenio 169 de la OIT, el cual estableció que “Deberá
reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre
las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán
tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar
tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido
tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia”,
mediante el Artículo 55 Transitorio Constitucional y su desarrollo legislativo posterior
(Ley 70, Decreto 1745 de 1995), pero sin alcanzar el estatus de Entidad Territorial.

En la actualidad, las Comunidades Negras, Afrocolombianas y Palenqueras, que


alcanzan a constituirse como territorios colectivos de comunidades negras, están
desprovistas de percibir transferencias, y por lo tanto desarrollar sus propios planes
de Etnodesarrollo de acuerdo a sus propios usos y costumbres y de conformidad con
el derecho a la autodeterminación de los pueblos, traducido en el autogobierno, en el
mismo nivel que las comunidades indígenas, lo que se traduce en una desigualdad
con los anteriores y un franco desconocimiento de los derechos de los pueblos
indígenas y tribales consagrados en el Convenio 169 de la OIT y aprobado mediante
Ley 21 de 1991 por el Estado Colombiano.

El Convenio 169 de la OIT establece en el Artículo 6. I. “Al aplicar las disposiciones


del presente Convenio, los gobiernos deberán: (…) establecer los medios para el
pleno desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en los casos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 303

apropiados proporcionar los recursos necesarios para este fin. Además, el citado
Convenio en su parte VIII, relativa a la Administración del Convenio, numeral I y II. “La
autoridad gubernamental responsable de las cuestiones que abarca el presente
Convenio deberá asegurarse de que existen instituciones u otros mecanismos
apropiados para administrar los programas que afecten a los pueblos
interesados, y de que tales instituciones o mecanismos disponen de los medios
necesarios para el cabal desempeño de sus funciones.” “2. Tales programas deberán
incluir: a) La planificación, coordinación, ejecución y evaluación, en cooperación con
los pueblos interesados, de las medidas previstas en el presente Convenio; b) La
proposición de medidas legislativas y de otra índole a las autoridades competentes y
el control de la aplicación de las medidas adoptadas en cooperación con los pueblos
interesados.”

Sin embargo, la Constitución Política de 1991, consagró en su Artículo 63 que las


tierras comunales de grupos étnicos son inalienables, imprescriptibles e
inembargables, al igual que las tierras de resguardo de Comunidades Indígenas, los
bienes de uso público, los parques naturales, el patrimonio arqueológico de la Nación,
lo que coloca en igualdad de condiciones, a los territorios colectivos de comunidades
negras, respecto a las los resguardos indígenas, con relación al señalamiento como
bienes de vital importancia para la nación, que adquieren el estatus de públicos y por
lo tanto la necesidad de garantizar su permanencia en el tiempo como bienes
colectivos y de uso y goce general y en el caso de los grupos étnicos, como de uso
colectivo de las comunidades.

Dentro de la Ley Orgánica de Ordenamiento territorial 1454 de 2011 se establece


que “el Ordenamiento Territorial es un instrumento de planificación y de gestión de
las entidades territoriales y un proceso de construcción colectiva de país, que se
da de manera progresiva, gradual y flexible, con responsabilidad fiscal, tendiente
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 304

a lograr una adecuada organización político administrativa del Estado en el territorio,


para facilitar el desarrollo institucional, el fortalecimiento de la identidad
cultural y el desarrollo territorial, entendido este como desarrollo económicamente
competitivo, socialmente justo, ambientalmente y fiscalmente sostenible,
regionalmente armónico, culturalmente pertinente, atendiendo a la diversidad
cultural y físico-geográfica de Colombia. (…) propiciará las condiciones para
concertar políticas públicas entre la Nación y las entidades territoriales, con
reconocimiento de la diversidad geográfica, histórica, económica, ambiental, étnica y
cultural e identidad regional y nacional.

En ese sentido es necesario articular a la materialización de dicha Ley, el


reconocimiento de los Territorios Ancestrales de Comunidades Negras como entes
territoriales que promueven su desarrollo autónomo y la conservación ambiental de
los mismos y de la nación.

5.5 Ejes estructurantes de la política pública.

Los Ejes que estructurarán las acciones de Estado para la apropiada atención de esta
población en el futuro constituyen la garantía de la aplicación y desarrollo de sus
derechos para que el Estado Colombiano sea una sociedad incluyente, participativa,
respetuosa y más humana, con líneas de acción, son:

Eje de Cultura e Identidad.

• Reconocimiento, visibilización y fortalecimiento integral de la cultura e identidad


de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, para
garantizar el ejercicio de sus derechos y el mejoramiento de sus condiciones
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 305

de vida, con énfasis en derechos humanos y derechos étnicos; a través de


planes, programas, proyectos, acciones, y recursos para los procesos de
visibilización, afianzamiento y promoción de sus formas de vida, cosmovisión,
usos, costumbres y prácticas culturales.

• Fomento y desarrollo de la cultura de las Comunidades Negras,


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales a través de medidas y estrategias
que garanticen su preservación, protección y transmisión a las diferentes
generaciones, especialmente jóvenes, niñas y niños residentes en la capital.

• Garantía para la consolidación y conservación de los valores éticos y


espirituales de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y
Raizales, conservando la esencia que lo ha caracterizado ancestralmente.

• Promoción del Reconocimiento nacional e internacional del patrimonio tangible


e intangible de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y
Raizales, representado en sus diferentes expresiones, como parte del legado
cultural de este pueblo al patrimonio de la Nación.

• Reconocimiento y valoración del conocimiento tradicional y propiedad


intelectual, biológica y energética de las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

• Garantía para la construcción de relaciones de entendimiento intercultural entre


las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales y el
conjunto de la población Nacional.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 306

Eje de Participación y Autodeterminación.

• Inclusión real y efectiva de representantes de las Comunidades Negras,


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, en las instancias de participación,
planificación, toma de decisiones, seguimiento y control de las materias que los
afecten.

• Garantía de acciones de participación de las mujeres y los hombres de las


Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, como acción
política organizada para su empoderamiento en el ejercicio de su ciudadanía
diferenciada que incida en las decisiones públicas que las/os afecten, relativas
a sus derechos, necesidades e intereses.

• Garantía de la participación de las Comunidades Negras, Afrocolombianas,


Palenqueras y Raizales en las decisiones que afecten su desarrollo cultural,
político, ambiental y económico a través de la Consulta Previa, Libre e
Informada como derecho fundamental para la preservación de la integridad
étnica, social, económica y cultural de estos pueblos.

• Fortalecimiento al proceso organizativo de las Comunidades Negras,


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales para garantizar el ejercicio
ciudadano de participación.

• Garantía de las condiciones y oportunidades de participación, en materia de


información, comunicación, movilización y formación, para el ejercicio efectivo
y el cumplimiento de los derechos reconocidos a todos los ciudadanos y las
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 307

ciudadanas del país, y los derechos especiales reconocidos a las Comunidades


Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

Eje de Desarrollo Económico y Generación de Ingresos.

• Diseño e implementación de programas y proyectos con apoyo técnico y


financiero, para fomentar las actividades productivas y económicas propias de
las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, así como
otras derivadas de los programas nacionales para el fomento de la
empleabilidad, el autoempleo y el emprendimiento, de manera que se mejoren
sus ingresos familiares y sus condiciones de vida.

• Inclusión de la producción artística de las Comunidades Negras,


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales como forma de emprendimiento y
empleabilidad propio de estas comunidades.

• Promoción de la condición multilingüe de los Raizales y Palenqueros para su


inclusión en programas educativos, de turismo y desarrollo económico en el
orden nacional, como un medio de empleabilidad y de productividad.

Eje de Protección y Desarrollo Integral:

• En este eje se incluye la protección de la seguridad alimentaria y nutricional de


las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales acorde a
su cultura y la protección de sus condiciones de subsistencia.

• Incorporar concepciones de desarrollo propio de las Comunidades Negras,


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales a los programas, planes y proyectos
que en el Distrito se adopten y se desarrollen en su beneficio.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 308

• Reconocimiento de la justicia económica con un compromiso público de


garantizar la superación de la desigualdad económica y la exclusión política
para lograr el apropiado desarrollo humano de este grupo étnico.

5.6 Lineamientos de política pública de tierras; territorios y desarrollo rural


para las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

Tierras y Territorio.

• Adelantar los procesos de homologación de los territorios de las Comunidades


Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, como Entidades territoriales
en igualdad de derechos a otros grupos étnicos del país y en concordancia con
los Artículos 1, 7, 13, 63, 93, 286, 287, 310, 330 de la Constitución Política de
Colombia y el Convenio 169 de la OIT, ratificado por Colombia mediante la Ley
21 de 1991.

• En cumplimiento del marco legal respecto de los derechos de las comunidades


negras a titular las tierras que han ocupado ancestralmente y que cumplen con
características similares al Pacífico, priorizar y agilizar las solicitudes de
titulación en calidad de “Tierras de las Comunidades Negras” que dichas
comunidades hayan solicitado y soliciten encontrándose en la condición
señalada.

• Garantizar el reconocimiento de los Derechos Territoriales del Pueblo Raizal, a


través de la titulación colectiva de los territorios ancestrales, la municipalidad
étnica y otros instrumentos jurídicos, los cuales están comprendidos por las
Islas, Islotes, bancos, zonas de manglar, ecosistemas arrecifales, áreas
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 309

marinas y submarinas, comprendidas dentro de la jurisdicción del


Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

• Compatibilizar la titulación colectiva en calidad de “Tierras de las Comunidades


Negras” atendiendo al reconocimiento de la posesión y uso de los territorios de
dichas comunidades, con las Islas, Islotes, bancos, zonas de manglar,
ecosistemas arrecifales, áreas marinas y submarinas, que han venido siendo
asentamiento ancestral de las comunidades en referencia y espacios de uso
por dichas comunidades, de conformidad con lo preceptuado en el Convenio
169 de 1989 y la Ley 21 de 1991.

• Compatibilizar la titulación colectiva en calidad de “Tierras de las Comunidades


Negras” con las Áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas SINAP, en
función de reconocer la función ecológica y ambiental de dichos territorios y la
de equiparar los derechos de los grupos étnicos y garantizar el precepto
constitucional de garantizar la igualdad real.

Desarrollo Productivo.

• Garantizar la gestión de los recursos económicos que permitan la formulación


y desarrollo de los planes de uso, manejo y ordenamiento territorial de los
“Territorios de las Comunidades Negras”.

• Gestionar los Recursos económicos que permitan la implementación de los


Planes de Etnodesarrollo Zonal, Regional y Nacional de los Consejos
Comunitarios y los territorios de asentamiento ancestral de las Comunidades
Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 310

• Articular la gestión de los recursos naturales y biológicos que se encuentran


dentro de los territorios de las Comunidades Negras, Afrocolombianas,
Palenqueras y Raizales con políticas globales, nacionales y regionales
respecto de los mecanismos financieros en Cambio Climático.

• Compatibilizar y articular los Planes de Desarrollo Municipal, los Planes de


Ordenamiento Territorial con los Planes de Etnodesarrollo y los Planes de Uso
Manejo y Ordenamiento Territorial de las Comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

Alcances

El presente documento que contiene los “Lineamientos de Política de Tierra y


Desarrollo para Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales”, se
constituye en un referente para la atención integral en dicha materia a las
comunidades en referencia en tres aspectos fundamentales:

• Apoyo y orientación para el desarrollo de políticas institucionales para la


Titulación, Ampliación y Saneamiento de las Tierras y Territorios Ancestrales
de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, en el
territorio nacional.

• Articulación de acciones al interior del Ministerio de Agricultura y Desarrollo


Rural, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural INCODER, Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Hacienda, Instituto Geográfico
Agustín Codazzi IGAC y con entidades del sector y del nivel intersectorial, así
como con actores de la sociedad civil involucrados.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 311

• Identificación de los incentivos que generen una efectiva aplicación de la


política pública de tierras y desarrollo para las comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales.

Lo que se busca es la formulación de una política de Estado, con garantía y


sostenibilidad que posibilite la transformación positiva y estructural de las situaciones
de inequidad en que se encuentran las comunidades sujetos de dichas acciones y así,
garantizar mejores condiciones de vida para las mismas.

Actores y Roles.

La definición de la Política Pública, implica la vinculación de diferentes actores del


sector, así como, la participación de las comunidades organizadas con quienes se
adelantará un proceso de concertación y diálogo permanente. Para la implementación
de estos lineamientos se requiere de la participación activa de los espacios
comunitarios e institucionales de participación, los cuales en términos de sus
competencias y responsabilidades, son fundamentales para garantizar condiciones de
éxito al proceso. (Véase el Cuadro No. 5)

Cuadro 5. Actores y Roles.

ACTOR ROL
INCODER: Encargado de adelantar el proceso de titulación
colectiva de los consejos comunitarios, y
además de diseñar los proyectos productivos
necesarios para asegurar la supervivencia
mediante ingresos propios de esas
comunidades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 312

Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural
Departamento Nacional de Continuar con los análisis de política sobre
Planeación, DNP: protección de derechos territoriales afro,
negros, palenqueros y raizales con el fin de
apropiar los recursos necesarios y distribuirlos
de la manera más eficiente.
Ministerio del Interior y de
Justicia,
Ministerio de Ambiente: Asistencia Técnica para la Consolidación del
Proceso de Ordenamiento Territorial del
Municipio en relación con el título colectivo.
Planes de agua potable y saneamiento básico.
Ministerio de Vivienda Formulación de proyectos de mejoramiento
integral de barrios, generación de suelo, oferta
de vivienda de interés social y titulación masiva
de predios urbanos.
Instituto Geográfico Agustín
Codazzi, IGAC:
Corporación Autónoma
Regionales
Unidad de Atención y Reparación Planes de retorno a poblaciones desplazadas
de Víctimas: que deseen retornar.
Congreso Nacional: Crear legislación con la respectiva financiación
para subsanar los siguientes puntos,
destinados a extender la Ley 70 más allá de los
territorios del Pacífico y las Islas de San Andrés
y Providencia.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 313

1. La dificultad para titular colectivamente las


tierras que habitan la población Palenquera en
la región Caribe.
2. La imposibilidad de ajustar a los límites de la
Ley 70 las particularidades de territorios
insulares habitados por la comunidad raizal y de
aquellos que son observados como extensión
del territorio continental del Pacífico y
3. La titulación individual que se realiza para
comunidades “afro” en zonas de colonización
en departamentos como Arauca, Guaviare y
Putumayo.

Alcaldías y Gobernaciones: Adecuado los planes de desarrollo local con los


consejos comunitarios, pero en general mostrar
sensibilidad por la protección de los derechos
territoriales negros. Es trascendental que las
acciones tendientes a su protección sean
reconocidas no sólo a nivel local sino nacional.
Organizaciones Representativas
de las Comunidades.
Espacios de Interlocución
Consejos Comunitarios
Asociaciones de Productores
Afrocolombianos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 314

Objetivo.

Articular la normatividad existente, así como, las acciones institucionales e


interinstitucionales para la construcción y puesta en funcionamiento de la política de
tierras, territorio y desarrollo rural para las Comunidades Negras, Afrocolombianas,
Palenqueras y Raizales.

Estrategias Generales

Dentro de las principales estrategias, se plantea a siguiente:

5.6.6.1 Titulación Colectiva dentro y fuera del Pacífico.

Focalizar los procesos de titulación colectiva a Comunidades Negras


Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales en las zonas que con similares
características a las del territorio región del Pacífico, no han sido tituladas o se
encuentran en proceso de titulación. De igual manera dar atención a los procesos que
en el Pacífico se encuentran pendientes por titular.

5.6.6.2 Adquisición de Predios

Las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales han tenido a lo


largo de la historia importantes posesiones de tierras y territorios en los valles
interandinos de los ríos Cauca, Patía y Magdalena, la región del Caribe entre otras
zonas del país, durante años y debido a procesos expansionistas de la agroindustria,
la ampliación de la frontera agrícola para megaproyectos agrícolas, pecuarios y de
infraestructura, esto ligado al conflicto armado interno que vive el país, generó que
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 315

dichas comunidades fueran perdiendo sus tierras; situación que en la actualidad las
tiene en una grave crisis de hábitat, alimentaria, lo cual restringe el goce efectivo de
los derechos enmarcados en nuestra constitución. En la dirección de generar
“prosperidad para todos”, la política de tierras y territorio, debe generar procesos
efectivos y participativos de compra de predios que posibilite a estas comunidades el
desarrollo de proyectos sociales, económicos y culturales que les garantice la
supervivencia como pueblo.

5.6.6.3 Restitución de Tierras

El Estado colombiano ha reconocido que el conflicto armado interno ha dejado cientos


de personas que debido a la violencia se han convertido en víctimas. La Ley 1448 de
2011 reconoce en su Artículo tercero que son víctimas todas aquellas personas que
individual o colectivamente hayan sufrido daños por infracciones al Derecho
Internacional Humanitario o violaciones graves a los Derechos Humanos, con ocasión
del conflicto armado interno.

En relación con los derechos territoriales, el decreto reglamentario de la Ley de


víctimas y restitución de tierras, enmarca claramente la relación entre daño cultural y
afectación de los derechos territoriales, en tanto un menoscabo de los mismos
produciría la “pérdida o deterioro de la capacidad para la reproducción cultural y la
conservación y trasmisión intergeneracional de su identidad o la imposibilidad de
desarrollar y transmitir sus saberes ancestrales.” (Artículo 8, Decreto 5635 de 2011).
El artículo 9, por su parte, describe el daño ambiental y territorial, como aquel que
producto de las acciones victimizantes, afecten los ecosistemas naturales, la
sostenibilidad y sustentabilidad de los territorios de las comunidades y agrega que:
“La restauración del entorno natural y la adopción de medidas para su protección
serán condiciones básicas para garantizar la salvaguarda de la relación indisoluble
entre territorio, naturaleza e identidad cultural.”
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 316

Por su parte, describe las afectaciones territoriales como aquellas que generan
pérdida del acceso o disfrute de los lugares y espacios de uso y aprovechamiento
colectivo e individual por parte de los integrantes de la Comunidad. El confinamiento
es una forma de abandono, ya que limita a la Comunidad y al individuo el uso y el
goce de la totalidad del territorio. (Artículo 110) Seguidamente, y en coherencia con
lo anterior, el Artículo 12 describe el Procedimiento de Restitución de derechos
territoriales como “el trámite judicial que tiene por objeto el reconocimiento de las
afectaciones y daños territoriales, para la recuperación del ejercicio pleno de los
derechos territoriales de las Comunidades vulneradas en el contexto del conflicto
armado interno.”

El Decreto 4536 reafirma la necesidad de la supervivencia cultural para las


comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, en relación estrecha
con la protección y restitución de los derechos territoriales. El Artículo 40, por su parte,
sobre el Derecho al Territorio, indica lo siguiente: La pervivencia de las Comunidades
entraña el ejercicio efectivo del derecho colectivo sobre sus territorios, en virtud de la
estrecha relación cultural que mantienen con los mismos. El territorio es reconocido y
comprendido como la base fundamental de sus culturas, su vida espiritual, su
integridad y su desarrollo autónomo. En los casos en los que la comunidad o algunos
de sus miembros hayan perdido o se encuentren en riesgo de perder el dominio, uso
o acceso territorial por razón del conflicto a que se refiere el Artículo 3 de este Decreto,
el Estado garantizará el pleno disfrute de los mismos en la medida en que las
condiciones de seguridad lo permitan.”

Debe propiciarse, sin embargo, el retorno de las comunidades desplazadas a sus


territorios, lo que puede hacerse en el marco de los Planes de Reparación Integral,
que conduzcan a la titulación de tierras colectivas, en caso de carecer de él, o de ser
necesario, a la ampliación o saneamiento del mismo. Serán susceptibles de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 317

restitución, y no se podrán titular a otro pueblo distinto a los negros, afros, raizales,
palenqueros, los siguientes, en relación con los requerimientos de la Ley 70 de 1991:

• Las tierras de las comunidades


• Las tierras sobre las cuales se adelantan procedimientos administrativos de
titulación o ampliación de tierras de comunidades.
• Las tierras de ocupación histórica o ancestral que las comunidades
conservaban, colectiva o individualmente, el 31 de diciembre de 1990.
• Las tierras comunales de grupos étnicos.
• Las tierras que deben ser objeto de titulación o ampliación de tierras de
comunidades por decisión judicial o administrativa nacional o internacional en
firme.
• Las tierras adquiridas por INCODER en beneficio de comunidades de las que
es titular el Fondo Nacional Agrario.
• Las tierras adquiridas a cualquier título con recursos propios de las
comunidades, por entidades públicas, privadas o con recursos de cooperación
internacional en beneficio de comunidades que deben ser tituladas en calidad
de tierras de las comunidades.

Su reclamación debe regirse por los procedimientos descritos en el Título II y III del
Capítulo V del Decreto 4536 de 2011.

5.6.6.4 Ampliación y Saneamiento de Títulos Colectivos.

Existen Títulos colectivos en calidad de “Tierras de las Comunidades Negras”, los


cuales requieren ser ampliados en algunos casos, dado que los territorios de
asentamiento ancestral y uso de dichas comunidades superan la extensión titulada, y
por efecto de errores a la hora de presentación de la solicitud o errores técnicos en el
proceso georreferenciación los mismos quedaron incompletos y requieren ser
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 318

adjudicados a dichas comunidades vía el proceso de ampliación del título colectivo.


De igual manera se ha titulado Consejos comunitarios, en los cuales ha quedado
importante número de propiedades privadas, las cuales entorpecen la labor
administradora del Consejo comunitario, se requiere estudiar la situación de los
predios que han quedado dentro del área titulada en calidad de propiedad privada,
para establecer la procedencia legal para su saneamiento.

5.6.6.5 Etnodesarrollo.

Desde la práctica de vida de las comunidades, se avanza en la construcción


conceptual de elementos articulados a la dinámica territorial, identitaria y cultural de
las comunidades, a partir del nivel de sus satisfactores, ligados a éstos, se construye
el concepto de etnodesarrollo; de esta manera, el enfoque de etnodesarrollo toma de
la experiencia de las organizaciones étnicas en América Latina. Según Partridge y
Uquillas (1996, pág., 6) en las últimas dos décadas el etnodesarrollo ha sido un tema
fundamental en la agenda de las organizaciones por el reconocimiento de la
necesidad de eliminar todas las formas de discriminación racial, etnocidio y los
remanentes del colonialismo. Según el Banco Mundial, el concepto de etnodesarrollo
se origina por el atraso material de los pueblos étnicos en América Latina, en este
sentido, el desarrollo sólo puede ser alcanzado con la implementación de políticas
públicas que involucre la experiencia de las comunidades y la satisfacción de sus
necesidades desde su diversidad cultural.194

El etnodesarrollo entonces, comprende factores multidimensionales los cuales


caracterizan a un pueblo, una comunidad, en definitiva un grupo humano y su relación
con su entorno, algunos factores trascendentales comprende, el territorio, la

194PARTRIDGE, William L. y UQUILLAS, Jorge E, En: Plan de Desarrollo Integral y de Largo Plazo
para la Población Negra, Afrocolombiana, Palenquera y Raizal. Bogotá: DNP 2006-2019, 1996. Pág.
6.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 319

economía, las relaciones con el entorno, la identidad, la cultura, las relaciones


sociales, ambientales etc; que le dan sentido a un ser culturalmente diferenciado, mas
sin embargo sus condiciones históricas lo mantienen en situaciones de desigualdad.
El etnodesarrollo visto desde esta perspectiva, motiva la institucionalidad de un estado
para elaborar políticas públicas efectivas y eficaces que le permitan a la población
sujeto de la misma, salir de la situación de marginalidad en que se pueda encontrar,
entender y construir las sensibilidades de los actores externos a la realidad del pueblo
o la comunidad es parte de los desafíos de la institucionalidad del Estado.

En ese sentido para el caso de estos lineamientos de política pública de tierras y


desarrollo para comunidades negras, afrocolombianas, Palenqueras y raizales,
algunas de las realizaciones en materia de etnodesarrollo, comprenderá la aplicación
de proyectos productivos, orientados a suplir los requerimientos alimentarios,
nutricionales de las zonas en que la población sujeto se encuentra localizada,
(Autonomía Alimentaria), y la generación de ingresos económicos que les posibiliten
la seguridad social y la adquisición de bienes y servicios para vivir en dignidad y
derechos.

5.6.6.6 Implementación de proyectos productivos y de etnodesarrollo.

En la dirección de que la política pública de tierra, territorio y desarrollo rural para las
comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales avance hacia
generar mejores condiciones de vida para dicha población, las actividades
productivas, deberán enfocarse hacia la articulación y el etnodesarrollo, de allí que;
“el desarrollo debe ser concebido como un proceso multidimensional que
involucra los principales cambios en la estructura social, instituciones
nacionales y actitudes populares; asimismo, la aceleración del crecimiento
económico como la reducción de la inequidad y la erradicación de la pobreza.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 320

El desarrollo, en esencia, debe representar la gama total de cambio por el cual


un sistema social entero cambia a diversas necesidades básicas y deseos de
los individuos y grupos sociales dentro de ese sistema, un cambio de las
condiciones de vida consideradas como poco satisfactorias hacia una mejor
condición material y espiritual.”195

De esta manera se enuncian algunos ejes para la planificación y materialización del


etnodesarrollo y la productividad en los territorios ancestrales de Comunidades
Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales. La generación de ingresos
económicos y la generación de condiciones materiales específicas para la autonomía
alimentaria, la seguridad y permanencia en los territorios, pasa por promover
escenarios como los siguientes:

• Fomento y desarrollo de los planes de uso, manejo y ordenamiento territorial de los


territorios como estrategia de planificación de los mismos.
• Fomento de un modelo de empresa económico y social a partir de las potencialidades
de los territorios en lo ambiental, ecológico y recursos genéticos, incorporados a
mercados verdes y justos.
• Formación del talento humano y programas de compensación e incentivos para el
desarrollo económico y la competitividad.
• Incentivos a la generación productiva, (Capitales Semilla y Fondos Rotatorios) para el
montaje de iniciativas productivas, económicas, sociales, culturales y de
transformación agroindustrial.
• Garantizar el acceso al crédito reduciendo las restricciones y adoptando medidas
especiales para las iniciativas empresariales, productivas y de transformación
industrial de las Comunidades.

195
TODARO, Michel 2000. En Instituciones, desarrollo y regiones: el caso de Colombia, Barranquilla,
Universidad del Norte. 2011. pág. 16.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 321

• Fortalecimiento de su institucionalidad, espacios propios y comunitarios de


organización y gestión, así como, la interlocución con la institucionalidad del Estado y
la Cooperación Internacional.
• Superación de los escenarios conflictivos en los territorios a través del fortalecimiento
y empoderamiento comunitario, como, la intervención organizada, planificada y
concertada por parte del Estado.
• Incentivos al mantenimiento de las estrategias tradicionales de economía como
mecanismo de pervivencia cultural.

Ruta metodológica para la gestión de los Lineamientos de Política.

El diagnóstico derivado del análisis de las condiciones para el acceso, permanencia y


productividad de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales
a las tierras y territorios, sugiere la adopción de una ruta metodológica para la gestión
participativa orientada a garantizar la eficacia y eficiencia de las estrategias
identificadas.

Esta ruta contempla seis momentos en los que la articulación entre el Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural INCODER
y demás actores involucrados, se dan en condiciones diferenciadas, así:

5.6.7.1 Contextualización.

Avanzar en la dirección de la adecuación de la institucionalidad en una perspectiva


del reconocimiento efectivo de la diversidad, la identificación de la necesidad y la
inclusión, responde a múltiples necesidades entre las cuales está la de garantizar los
derechos territoriales de las diferentes poblaciones, equiparar las oportunidades de
las comunidades en referencia, valorar la diversidad cultural de la nación y finalmente,
garantizar el acceso y titularidad, la permanencia y promover el etnodesarrollo a partir
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 322

de actividades productivas estratégicamente relacionadas con su entorno de tal


manera, que las mismas sean eficaces en generar las transformaciones requeridas.

En el mismo sentido, delimitar el campo de acción para dar respuesta eficiente y eficaz
a estos retos, requiere del diálogo permanente entre los actores del sector y las
poblaciones. Por lo tanto, el modelo de gestión de la política de tierras, territorio y
desarrollo para las comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales,
debe generar procesos de planeación estratégica participativa valiéndose de un
liderazgo compartido entre los actores.

5.6.7.2 Definición de la Política.

La promoción de los arreglos institucionales e interinstitucionales necesarios para dar


respuesta a escenarios amplios de requerimientos, necesidades y oportunidades,
debe tener en el centro entre otros la integración de los recursos y capacidades de
todos los agentes implicados para dar cumplimiento a las metas planteadas de manera
eficiente.

De esta manera integrar los recursos institucionales e interinstitucionales y las


capacidades de innovación y gestión de instituciones y comunidades, determinan las
posibilidades para avanzar en la concreción de la política; la política adoptada debe
tener entonces la capacidad de agregar los esfuerzos de actores institucionales,
como, las organizaciones representativas de las comunidades Negras,
Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales, sector productivo e industrial, autoridades
territoriales, incluidas las de los grupos étnicos y la cooperación internacional, quienes
junto con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Instituto Colombiano de
Desarrollo Rural INCODER, compartirán responsabilidades para la implementación de
manera eficaz y eficiente.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 323

5.6.7.3. Implementación.

La adopción de criterios de eficacia, participación, articulación de recursos técnicos y


financieros como elementos sustanciales en la materialización y desarrollo de la
política de tierras, territorio y desarrollo para los pueblos y comunidades étnicas,
conduce a la superación del rezago institucional que tienen en la materia las
Comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales y adecúa las
capacidades del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, como, del Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural en el cumplimiento de metas y compromisos
derivados de sentencias de la Honorable Corte Constitucional, Leyes y el Plan
Nacional de Desarrollo “Prosperidad para Todos”, como de los planes estratégicos del
INCODER y el Mini Agricultura, de igual manera estimula la generación de incentivos
dirigidos al desarrollo económico y social, Etnodesarrollo de las comunidades en
mención.

5.6.7.4 Estabilización.

La gestión planificada y coordinada permitirá identificar los avances en la


implementación de la política, así como, periodos de estabilización verificables a partir
de indicadores de cumplimiento de metas que, agregados, reportan avances en
condiciones fundamentales para el cumplimiento del Plan de Desarrollo “Prosperidad
para Todos” y la normatividad a través de las estrategias emprendidas, la reducción
de la complejidad de las demandas y la generación de condiciones para la ampliación
de los recursos y capacidades institucionales, requeridos para dar respuestas y
atender eficientemente los requerimientos en materia de tierras, territorios y
desarrollo.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 324

5.6.7.5 Seguimiento y Evaluación.

Para medir los avances y desafíos en el desarrollo de la política, se requiere la


creación de un sistema de información de los procesos de titulación de tierras y los
avances en materia de etnodesarrollo, lo cual permita a través de un enfoque regional
identificar las prioridades de atención en cada región o subregión. De esta manera, se
posibilitan el seguimiento y evaluación a las estrategias de tierras, territorio y
desarrollo para comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales. Este
esquema habilitará un sistema de información que le posibilitará a cada uno de los
actores con incidencia directa en la política, emprender acciones de mejoramiento e
implementación desde sus competencias propias.

Para asegurar la pertinencia de las acciones de mejoramiento, es necesario que las


actividades de seguimiento y evaluación cuenten con la participación de todos los
agentes involucrados.

5.6.7.6 Mejoramiento Continuo.

Con la aplicación del Kaizen o el mejoramiento continuo se estimula a las fortalezas


adquiridas a través de las estrategias implementadas y permite maximizar el
aprovechamiento de las oportunidades estratégicas que se presentan en el contexto
de la “Prosperidad para Todos”. Esta metodología denominada Kaizen requiere de
una fuerte disciplina, esa concentración necesaria para mejorar de forma continua,
retando nuevas marcas en materia de calidad, productividad, satisfacción de los
sujetos a atender, tiempos del ciclo y costos del proceso. Así mismo, permite corregir
las debilidades encontradas y valorar los riesgos que se enfrentan en el cumplimiento
de las metas propuestas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 325

El mejoramiento continuo dirige el proceso de gestión hacia la reactivación de la


planeación estratégica participativa, lo que a su vez conduce al reconocimiento de un
contexto favorable, debido al impacto de las acciones adelantas. La continuidad de
los procesos de mejoramiento garantiza que se alcanzan estándares, directrices y
lineamientos cada vez más efectivos y eficaces en la implementación de la política.
Es necesario para monitorear el buen funcionamiento y capacidad de los procesos,
como así también su continuos niveles de mejora, contar con un Cuadro de Mando
Integral que permita no sólo hacer conocer los planes estratégicos y operativos a los
diversos niveles de la organización y etapas de los procesos, sino que además permita
informarse a los diversos niveles acerca de lo que está ocurriendo en el lugar donde
se implementan las acciones.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 326

CAPÍTULO VI

6. PUEBLOS ÉTNICOS Y ACUERDOS DE PAZ EN COLOMBIA: DE


LA LEY DE VÍCTIMAS A LOS ACUERDOS DE PAZ, UN DESAFÍO
PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN

El capítulo sobre los acuerdos de paz en Colombia reviste una particular importancia
en el actual momento, no solo por la coyuntura de la firma de los acuerdos, sino porque
de lo que haga el gobierno en este momento en materia de cumplimiento de acuerdos,
no solo con la guerrilla de las FARC, sino con los pueblos étnicos depende el éxito del
proceso de paz en el corto, mediano y largo plazo; pues en este momento se
pretenden sembrar las bases normativas y adecuaciones institucionales de lo que
puede ser la “construcción de una paz estable y duradera”. Sin embargo la
construcción de una paz estable y duradera pasa obligatoriamente por incluir a los
excluidos, en ese sentido se incorpora como capítulo final, los análisis y documentos
que sirven de soporte a la gestión e incidencia del Consejo Nacional de Paz
Afrocolombiano CONPA, y a la Comisión Étnica para la Paz y la defensa de los
derechos territoriales de los grupos étnicos.

No se podría comprender el contexto del debate sobre la participación o no de los


afrocolombianos e indígenas en el proceso de paz, sin tener el contexto previo que ha
sido la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras y lo que fueron la “Consulta previa”,
la participación y posteriormente la implementación de dicha ley con los grupos
étnicos, especialmente con los afrocolombianos. A continuación se trabajará el
contexto de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras para posteriormente centrarse
en el Proceso de paz y los desafíos en estas materias con los pueblos étnicos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 327

6.1 «La paz de Colombia» Sin la participación de las principales víctimas del
conflicto armado interno: las comunidades negras, afrocolombianas,
raizales y Palenqueras. 196

La cuestión de la participación de los grupos étnicos en las decisiones que les afecte
a ellos y al país, si bien es un derecho consagrado en la Constitución de 1991, y un
valor esencial para la democracia colombiana, presenta evidentes falencias en su
implementación. Al dar una mirada a lo avanzado en materia de reconocimiento de
los derechos consagrados a las víctimas del conflicto armado interno, en el marco de
la Ley 1448 de 2011 y los Decretos Ley 4633 y 4635 del 2011, se puede ver que estas
leyes generaron diversos escenarios de participación de estos grupos. Sin embargo,
después de cinco años de desarrollo, aún la participación efectiva de los pueblos
negros e indígenas sigue siendo un desafío a aplicar por parte de las instituciones del
Estado y los diferentes Gobiernos, en sus niveles local, regional y nacional.

El proceso de paz entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno nacional es una


oportunidad para hablar sobre la defensa de preceptos constitucionales como el del
reconocimiento y protección de la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana.
La prevalencia del interés general (entendido como la defensa de dichos principios
constitucionales y no su lectura a rajatabla, que excluye a importantes grupos
humanos, como son los pueblos afrocolombianos e indígenas) y el derecho
fundamental a la igualdad, son derechos que se han visto vulnerados en el
mencionado proceso. Pues, a la hora de concretarse, son muchas las tesis y
posiciones que desde las instituciones del Gobierno y sus representantes se
esgrimen, cosa que dificulta en gran medida la efectivización de los postulados
constitucionales mencionados.

196 GARCÉS CARABALÍ, Daniel; GRUNER, Sheilla; MONTES LAO, Agustín; GRUESO, Arturo. Et. al.

des/DESDIBUJANDO EL PAIS/aje: aportes para la paz con los pueblos afrodescendientes e indígenas.
territorio, autonomía y buen vivir. Medellín: Poder Negro, Agosto de 2016. Artículo publicado como mi
contribución a este libro.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 328

El presente texto pretende ser una reflexión proactiva y propositiva en cuanto la


participación de los grupos étnicos de apoyo en la actual coyuntura nacional (el
proceso de paz) y en los planes de reparación colectiva para grupos étnicos. Su nivel
de articulación funcional depende de que la reparación colectiva, en perspectiva de
justicia étnica colectiva, pueda tener éxito; y que, por consiguiente, la implementación
de los derechos colectivos de las víctimas de grupos étnicos en Colombia sea una
realidad y no siga siendo una utopía que aviva las luchas de los pueblos.

Por ello, este corto ensayo procura servir de instrumento de reflexión para posibilitar
a los tomadores de decisiones en las instituciones de los niveles local, departamental
y nacional, verificar el estado de estas cuestiones y orientar la toma de decisiones
administrativas y técnicas hacia el cumplimiento de los mandatos constitucionales y
legales establecidos.

El texto aborda un marco de referencia en el que se encuentran abordajes


conceptuales, filosóficos y legales; un análisis básico sobre los desafíos en materia
de participación de las víctimas de grupos étnicos; así como unas reflexiones finales
que, a manera de conclusión, pueden contribuir a un nuevo escenario en materia de
participación de los grupos de apoyo en los planes de reparación colectiva para grupos
étnicos.

Reparación colectiva.

La reparación colectiva de los grupos étnicos en Colombia busca un abordaje integral


de su condición de víctimas individuales y de víctimas colectivas; así como la
reparación integral, en perspectiva de proteger su identidad cultural y recuperar en
otros casos su integridad cultural como derecho fundamental. Además, pretende el
reconocimiento y dignificación de estas comunidades, las cuales han sufrido el rigor
del conflicto armado interno que vive el país, y con ello diversos daños físicos, morales
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 329

y de sus espacios de vida (específicamente, sus territorios como espacio de


recreación de la vida y cultura de estos pueblos).

Con la reparación colectiva se busca la recuperación psicosocial, la inclusión


ciudadana, la reconstrucción del tejido social, la devolución de la confianza
en el Estado, así como la recuperación y el fortalecimiento del Estado social
de derecho, y la aplicación de un enfoque diferencial y transformador. 197

La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, o Ley 1448 de 2011, en su Artículo 205


otorgó funciones extraordinarias al Presidente de la República para expedir, por medio
de decretos con fuerza de ley, los Decretos 4633, 4634 y 4635 del 2011, los cuales
regulan los derechos y garantías de las víctimas pertenecientes a los pueblos
diferenciados étnicamente, tales como los pueblos y comunidades indígenas, negras,
afrocolombianas, raizales, palenqueras y Rom. Con esto buscaba generar el marco
legal de la política pública de atención y reparación integral, y de restitución de tierras
de las víctimas pertenecientes a estos grupos humanos, con resguardo en la
Constitución Política, y los convenios y tratados de derechos humanos incorporados
a la Constitución en virtud del Artículo 93, denominado bloque de constitucionalidad.
Eso, tanto en relación a las leyes y la jurisprudencia como a los principios
internacionales para la resolución pacífica de los conflictos relativos a la verdad, la
justicia, la reparación y las garantías de no repetición, promovidos por las Naciones
Unidas en la construcción de la paz global.

Para alcanzar esos efectos, la participación efectiva de las víctimas constituye uno de
los desafíos más importantes del sistema de reparación colectiva a comunidades y
grupos étnicos, en el marco del conflicto armado interno que ha vivido el país. Para su
superación, el Gobierno ha comprometido sus esfuerzos institucionales. En

197 COLOMBIA. MINISTERIO DEL INTERIOR. “Documento público sobre la reparación colectiva”

Bogotá: El Ministerio, 2016. P. 23.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 330

concordancia con el Artículo 1 de los Decretos Ley 4633 y 4635 del 2011, las víctimas
de los grupos étnicos tienen derecho a obtener las medidas de atención integral,
protección, reparación integral y restitución de derechos territoriales que propendan
por la restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no
repetición. Estas garantías deben realizarse en sus dimensiones individuales,
colectivas, materiales, morales y simbólicas, en tanto la protección de su integridad
cultural como sujetos colectivos, y atendiendo a sus particularidades como individuos-
ciudadanos y como miembros de un pueblo o grupo étnico.

La participación y sus desafíos.

Al abordar la cuestión de la participación de las víctimas étnicas a través de diálogos


proactivos en escenarios de trabajo, formación y desarrollo conjunto de políticas
públicas, lo primero que se advierte en esta experimentación es la falta de
sistematicidad y reglas claras e implementables en la construcción de los espacios
participativos y de incidencia de sus organizaciones. Estos espacios carecen de la
formulación y seguimiento de las estrategias que implementarán las políticas públicas
que les atañen. No obstante esta situación, se pueden advertir diversos espacios
promovidos por autoridades institucionales, de cooperación, y algunos
autogestionados, que promueven la capacidad técnica de incidencia y gestión de las
víctimas, sus líderes y organizaciones, en el afianzamiento y aplicación del marco
normativo.

Lo anterior tiene como antecedentes negativos la falta de participación y consulta


previa con las organizaciones de víctimas, de derechos humanos y de desplazados
afrocolombianos, en lo que a partir del año 2011 constituyó el marco legal que sirve
de referencia para las acciones institucionales sobre las víctimas, en especial las
víctimas de comunidades Negras, Afrocolombianas, Palenqueras y Raizales; esto es,
el Decreto Ley 4635 del 2011.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 331

Este Decreto ley, y su débil desarrollo, requiere de una evaluación independiente, que
haga recomendaciones al Gobierno nacional a través de las instituciones
responsables, la Unidad para la Reparación Integral a las Víctimas, la Unidad de
Restitución de Tierras y el Ministerio del Interior, como instituciones rectoras de la
implementación de las políticas correspondientes a las víctimas de grupos étnicos.

Aspectos como los de una participación efectiva que facilite que las víctimas tengan
la capacidad de gestionar procesos que mejoren su calidad de vida, desde el punto
de vista en que las políticas públicas les generen acceso a los medios y factores de
producción para dignificar sus vidas, en los contextos en que después de los hechos
victimizantes ellos hayan decidido rehacer sus vidas.

Lo anterior implica un mayor compromiso de las autoridades administrativas del orden


local, o sea, las alcaldías; regional, las gobernaciones, y en el orden nacional unas
directrices y presupuestos claros y permanentes sobre la incorporación en los
modelos de desarrollo de la perspectiva de las víctimas de grupos étnicos.

El reciente proceso de formulación de los planes de desarrollo de los nuevos


mandatarios (en los municipios y departamentos), hace pensar en los desafíos que se
tienen en materia de abordaje, seguimiento y construcción de nuevos enfoques de
trabajo que posibiliten clarificar el horizonte en materia de participación efectiva de las
víctimas, y a través de estos, el mejoramiento de sus condiciones de vida en los
contextos donde se encuentren. En especial con las víctimas pertenecientes a grupos
étnicos, se encontró que en dicha formulación se hacía fácil incorporar la generalidad
correspondiente al marco de la Ley 1448 del 2011, más una débil incorporación de
aspectos relativos a las víctimas de grupos étnicos, Decretos Ley 4633 y 4635 del
2011, incluso en departamentos con un gran peso poblacional de grupos étnicos,
como por ejemplo Cauca, Nariño, Chocó, Guajira y Bolívar, entre otros.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 332

El panorama respecto de las víctimas de grupos étnicos es más confuso, cuando se


observa que la coyuntura del proceso de paz con las FARC excluyó del diálogo la
mirada de las principales víctimas del conflicto armado interno: los miembros de los
pueblos afrocolombianos e indígenas, quienes en sus territorios, vida y cultura han
soportado el mayor impacto de la brutalidad de la guerra. Desde el inicio de las
conversaciones instaladas en La Habana, Cuba, las autoridades y organizaciones
históricas y representativas de estos dos pueblos abogaron para que los territorios de
las comunidades negras e indígenas, sometidos a profundas presiones y violencias,
tuvieran un lugar en los diálogos; lugar que esencialmente buscaba que a través de
dichas negociaciones se protegieran los derechos ya conquistados por estos pueblos
mediante luchas pacíficas.

La respuesta permanente, tanto del gobierno como de las FARC, fue que los diálogos
no afectan los derechos conquistados por los grupos étnicos. Sin embargo, la
situación fáctica de los territorios confirman lo contrario, pues en los últimos veinticinco
años, y más especialmente en los últimos dieciséis, el conflicto armado interno se
incorporó de manera radical en los territorios indígenas y afrocolombianos
(especialmente a través de la siembra y comercialización de coca y cocaína), como
territorios de tránsito y corredores estratégicos; y en los últimos tiempos, con la minería
ilegal, que ha cambiado radicalmente el paisaje de estos territorios, sometiendo a
profundas vulneraciones a sus pueblos y comunidades.

Sin embargo, después de más de cuatro años de negociaciones y avances en la


agenda trazada, los pueblos afrocolombianos e indígenas no han logrado tener un
espacio en la Mesa de Conversaciones que posibilite plantear sus puntos de vista y
preocupaciones, y que se les explique de qué manera sus territorios no están siendo
afectados en las negociaciones. Más aun, cuando varias de la zonas previstas para la
concentración del grupo armado concuerdan con territorios de los grupos étnicos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 333

Ante los desafíos que implica para los derechos de los pueblos negros e indígenas el
posconflicto (o sea, el escenario después de la firma de los acuerdos de paz de La
Habana entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC), las organizaciones
históricas afro (PCN, AFRODES, Foro Interétnico «Solidaridad Chocó», CNOA,
Cambiri, entre otras), impulsan el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA).
Más adelante, en alianza con la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC),
confluyen en lo que hoy es la iniciativa interétnica más importante en materia de paz,
denominada Comisión Interétnica, a la que se han vinculado otras organizaciones
nacionales indígenas.

Es inexplicable la posición de la Mesa de Conversaciones respecto a su negativa para


atender oficialmente a la Comisión Interétnica, y al no diálogo con las organizaciones
afrocolombianas e indígenas que tienen una postura consistente respecto de sus
derechos y los desafíos del posconflicto. En un cálculo propio de la politiquería
tradicional, impulsada desde el Ministerio del Interior y con la anuencia de liderazgos
afrocolombianos claramente identificados como corruptos, la mesa convoca una
delegación de afrocolombianos e indígenas en clara contradicción con lo planteado
por la Comisión Interétnica:

Con el objetivo de contribuir a garantizar el enfoque étnico, territorial y


diferencial en la implementación de los acuerdos sobre los diferentes puntos
de la Agenda, y en esa medida afianzar el respeto y protección de la
diversidad étnica y cultural, las delegaciones del Gobierno Nacional y las
FARC-EP nos reuniremos con representantes de los pueblos y comunidades
indígenas, Rom y afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales, para
escuchar sus recomendaciones.

Los próximos 20 y 21 de junio recibiremos en la Mesa de Conversaciones los


aportes y propuestas de estas comunidades, que servirán de insumo en el
marco del punto 6 de la Agenda del Acuerdo General “implementación,
verificación y refrendación”.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 334

Las delegaciones en la Mesa nos encontraremos con 10 miembros de las


comunidades indígenas, cinco personas escogidas por las organizaciones
que hacen parte de la Mesa Permanente de Concertación Indígena y cinco
seleccionadas por la Mesa de Conversaciones; así como con 10
representantes de comunidades afrocolombianas, negras, palenqueras y
raizales, cuatro personas escogidas por las organizaciones que hacen
parte del Espacio Nacional de Consulta Previa de estas comunidades
y seis personas escogidas por la Mesa; y dos miembros del Pueblo
Rom seleccionados por sus representantes en la Comisión Nacional de
Diálogo. 198

Como lo expresa el comunicado de las partes, la composición y forma de selección es


abiertamente arbitraria, y su cálculo esta dado para excluir a las organizaciones
afrocolombianas representativas y con posiciones más críticas frente a este diálogo,
como en el proceso de Consulta previa de la Ley 1448 de 2011 y los Decretos Ley
4635 de 2011. En un cálculo propio de la antidemocracia, la Mesa de Conversaciones
le otorga poder de representación al Espacio Nacional de Consulta Previa, quitando
la interlocución directa a las organizaciones históricas que trabajan verdaderamente
los temas de derechos humanos y paz. Más grave aún es que la Mesa hace de juez
y parte, definiendo también los interlocutores, lo que demuestra un claro desprecio por
la autonomía de los grupos étnicos y sus organizaciones, promoviendo que en dicha
delegación solo estén sectores afines al Gobierno y a las FARC, y no delegaciones
autónomas. Frente a un espacio tan amplio e inverosímil como el Espacio Nacional
de Consulta Previa, con 232 delegados, y ante el entramado histórico y falta de
criterios claros referente a la participación afrocolombiana, no es seguro que las
organizaciones históricas articuladas en el CONPA y en la Comisión Interétnica logren
obtener los cupos para participar en la delegación.

198 COLOMBIA. PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. PROCESO DE PAZ. Mesa de Conversaciones,

2016.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 335

La situación actual, tanto en materia de los diálogos de paz de La Habana como de la


situación de las víctimas de grupos étnicos, nos hace afirmar que hace falta la
interacción entre las organizaciones étnicas, de derechos humanos, de víctimas, y las
instituciones del Gobierno nacional (entre las que se destacan la Unidad para la
Atención y Reparación Integral a las Víctimas, y el Ministerio del Interior, entre otras
con responsabilidades misionales en esta materia) para adecuar las instituciones (de
tal manera que exista coherencia entre los mecanismos, los espacios y las decisiones
que se tomen, así como, en la implementación de las mismas) en función de que las
víctimas (más allá de tal estatus) puedan mejorar sus vidas desde la perspectiva de
la justicia restaurativa (y de manera efectiva en el caso de los grupos étnicos), y la
aplicación del principio de democracia étnicorracial, o justicia étnica colectiva, hacia la
participación y reparación efectiva y colectiva de las víctimas de grupos étnicos (de
sus derechos y territorios).

La justicia étnica colectiva propende por darle fuerza a los principios constitucionales
de diversidad cultural, democracia, igualdad, etc. En efecto, la justicia étnica colectiva
ha sido aplicada en Colombia antes y después de la Constitución del 91.
Esencialmente, se ha aplicado en lo relativo a las titulaciones colectivas en la
constitución de los resguardos indígenas y los consejos comunitarios de comunidades
negras. Este enfoque tiene una pertinencia especial en la actual coyuntura que vive el
país: las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC (ya avanzadas y en
proceso de finalización), y las negociaciones con el ELN, en proceso de instaurarse
oficialmente. La concepción de la paz no puede ser simplemente un cliché, cuando
los pueblos indígenas y afrocolombianos (que según las cifras oficiales del Censo
2005, las Sentencias constitucionales y los correspondientes Autos de seguimiento)
han sido las principales víctimas del conflicto armado interno. De acuerdo a los
subregistros del Censo, «los afrocolombianos son el grupo poblacional más afectado
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 336

por el desplazamiento (un 14,4 % de ellos ha sido desplazado), seguido por los
miembros de pueblos indígenas (1,27 %) y el resto de la población (0,68 %)»199

Estos elementos resaltan la necesidad y urgencia de efectivizar la participación de los


pueblos y comunidades (a través de sus organizaciones) en los escenarios de
construcción de los planes de reparación colectiva, lo cual implicaría el cambio de los
enfoques que se han venido utilizando, o fortalecer la justicia transicional hacia una
justicia étnica colectiva, para poder restaurar y reparar integralmente a las víctimas
entre los grupos étnicos.

Los escenarios tecnológicos en que la condición de víctima ha colocado a estos


ciudadanos, hacen que se requieran mayores esfuerzos comunicacionales con ellos
y entre ellos, de manera masiva y más allá de los enlaces étnicos de la Unidad de
Víctimas o de las gobernaciones y alcaldías. En la mayoría de casos la contratación
no obedece al conocimiento, el manejo conceptual y la normatividad vigente sobre los
temas relativos a las víctimas de grupos étnicos, sino a la necesidad de cubrir espacios
burocráticos; con lo que en muchos casos se vulnera aún más a las organizaciones,
comunidades y personas en esta condición. Es entonces necesario (en los contextos
locales, regionales y nacionales) establecer mejores mecanismos comunicativos y
mejores criterios de selección de los servidores públicos, para lograr que la
información que reciban las víctimas sobre sus derechos llegue a ellas de manera
efectiva, clara, asequible; y que la misma se pueda operar institucionalmente de
manera apropiada y con celeridad.

La necesidad de mejorar las dinámicas de articulación efectiva entre las entidades del
orden nacional, departamental, local e internacional, es un desafío en el proceso de
mejorar las capacidades de autogestión de las organizaciones de víctimas, pues

199
RODRÍGUEZ GARAVITO, César. El desplazamiento afro: tierra, violencia y derechos de las
comunidades negras en Colombia. Bogotá, D.C.: Observatorio de Discriminación Racial (ODR);
Uniandes, 2009.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 337

aunque se hacen esfuerzos importantes, se requiere un mayor compromiso de los


tomadores de decisiones para lograr concretar este propósito. Una articulación
institucional eficiente provee a las víctimas (y a sus organizaciones y comunidades)
mayor accesibilidad, remueve obstáculos que hoy se presentan, promueve la acción
sin daño y efectiviza los trámites necesarios para el sistema de registro, para el acceso
a la atención de emergencia, a la reparación integral y a la justicia étnica comunitaria,
entre otros aspectos.

La participación de los grupos étnicos en las decisiones que los afecten a ellos (y al
país en general), además de propender por guardar la diversidad étnica y cultural de
la nación como un valor constitucional, promueve el respeto a su autonomía y
autodeterminación, en dirección a que las decisiones que institucionalmente se tomen
respecto a ellos permitan que su voz sea escuchada, valorada, consultada e
incorporada en las decisiones a tomar.

La participación efectiva de los miembros de los grupos de apoyo200 en los planes de


reparación colectiva, debe considerar tanto los aspectos señalados anteriormente
como los siguientes:

1. La garantía de no repetición está mediada por una eficiente intervención del


Estado y sus instituciones en la toma de medidas integrales, que van más allá
de la asistencia: implican el apoyo institucional a una agenda más amplia de
derechos, mediada por la propia Constitución Política de Colombia. Más allá de
su condición de víctimas, ellos son ciudadanos colombianos, cuya victimización

200 Grupo de personas, representativo del Sujeto de Reparación Colectiva, responsable de estimular el
proceso y de interlocutar con la Unidad para las Víctimas. Se debe garantizar que los distintos
liderazgos y los sujetos de especial protección encuentren representación en este espacio. Para el caso
de comunidades étnicas se denomina grupo de apoyo o podrá tomar el nombre que la comunidad
prefiera, y contará con la participación de las autoridades tradicionales, representativas y otros líderes
y lideresas de la comunidad. Tomado de: Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas:
Procedimiento de reparación colectiva.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 338

también ha estado dada por la falta de servicios estatales en las regiones y


zonas donde se permitieron los hechos víctimizantes.

2. La necesidad de una estructura institucional que vaya más allá de los enlaces
arriba mencionados, pues se requiere que la institucionalidad (para la atención
y reparación integral a las víctimas de grupos étnicos) esté capacitada en el
dominio de los derechos de estos pueblos. También, la existencia de un
entramado institucional en el cual ellos tengan capacidad de incidencia real en
las determinaciones institucionales, respecto a las políticas y la necesidad de
profundizar la atención y reparación integral a las víctimas.

3. La necesidad de establecer niveles de coordinación efectivos entre las víctimas


(sus comunidades, organizaciones, autoridades étnicas y líderes) y las
instituciones (en los niveles local, regional y nacional).

4. La reparación colectiva y la formulación de estos planes deben considerar los


elementos históricos que gravitan sobre las comunidades, en especial sobre
los grupos étnicos, lo cual permitirá un abordaje realmente diferencial,
orientado a superar la marginación estructural e histórica que ha gravitado
sobre estos pueblos.

5. La aplicación del enfoque diferencial debe profundizarse en su aplicación real.


Más allá del término y sus definiciones, el enfoque diferencial y su aplicación
real está mediado por la participación efectiva de los sujetos diferenciados en
las decisiones que les afecte y en la adopción de medidas concertadas que
posibiliten que el abordaje en el proceso no re-victimice a estos grupos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 339

6. La Consulta previa bien organizada (concertada previamente con las


comunidades) y la debida caracterización de las zonas, deberán ser un
elemento sustantivo a tener en cuenta, toda vez que ello permite que las
decisiones que se tomen estén armonizadas con el marco legal propio y las
prioridades y proyecciones que tengan las comunidades.

Desde el nivel nacional (Ministerio del Interior y Unidad para la Atención y Reparación
Integral a las Víctimas) se han trazado directrices para la incorporación del eje de
víctimas, en especial el enfoque diferencial para víctimas de grupos étnicos. Pero el
proceso de formulación de los planes de desarrollo 2016-2019, muestra que aún
persisten importantes desafíos (principalmente en los espacios institucionales
regionales y locales) en relación a la mirada sobre las víctimas y la institucionalidad
para la atención a las víctimas étnicas; lo cual hace que persista este eje como un
aspecto casi marginal en la planificación del desarrollo local y regional. El despliegue
de una incidencia fuerte por parte de instituciones del nivel nacional y de cooperación,
así como su débil incorporación en dichos planes, lo demuestran.

Es menester que la Presidencia de la República asuma de manera directa la


incorporación de los grupos étnicos en los diálogos de paz, incorporación que en esta
etapa final de los diálogos debe hacerse a través de los principios de interpretación
de los acuerdos, a la luz de los derechos de los pueblos afrocolombianos e indígenas.
La insistencia negativa en su exclusión constituye un grave precedente constitucional,
que agrava y generaliza el estado de cosas inconstitucionales declarado por la
sentencia T-025 de 2004 (a la luz del desplazamiento forzado, entre otros, de los
pueblos negros e indígenas). Esto representó (y sigue representando, según lo
expresado en los autos de seguimiento 004 y 005) una grave crisis humanitaria, que
se ve ahora no solo en el desplazamiento que han sufrido sino también en el
desconocimiento del conjunto de sus derechos por parte de los actores del alto
Gobierno responsables de su protección. Respecto a los derechos del pueblo
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 340

afrocolombiano, el Estado colombiano se encuentra en un estado de cosas


inconstitucional.

Lo anterior implica que las instituciones responsables de llevar a cabo estas políticas
y estrategias (en los niveles local, departamental y nacional) deben llevar a cabo
mayores esfuerzos administrativos, técnicos y presupuestales, con el fin de construir
(de la mano de las comunidades y grupos de apoyo) mejores mecanismos para el
desarrollo de las acciones conducentes a la reparación colectiva, en el marco de la
justicia étnica colectiva.

Esto implica que para efectivizar la participación de los grupos de apoyo en los planes
de reparación colectiva y mover la voluntad institucional en favor de un nuevo
escenario proactivo para las víctimas, es necesario un seguimiento más eficiente,
tanto de los tomadores de decisiones en las instituciones como de los organismos de
control; posibilitando llamar la atención sobre la necesidad de que estos abordajes se
hagan conscientes en términos de la responsabilidad institucional (especialmente del
nivel regional y local).

Las instituciones responsables, y los tomadores de decisiones, deben propender


(junto con las comunidades y sus grupos de apoyo) por la construcción de
mecanismos innovadores y audaces en la promoción de los derechos de estas
comunidades en cuanto a la justicia étnica comunitaria y la reparación colectiva de los
grupos étnicos.

El término acuñado por la Corte Constitucional (en relación al enfoque diferencial para
grupos étnicos), si bien hace referencia a la incorporación de estas perspectivas en
las políticas y decisiones administrativas en los diferentes niveles, deja de ser claro
cuando de tomar acciones específicas y funcionales en favor de estos grupos se trata.
La construcción de un mejor enfoque (que permita la implementación de derechos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 341

concretos) debe observar la actual coyuntura del país, y avocarse y abordarse desde
los marcos de la justicia étnica comunitaria, para posibilitar nuevos escenarios
comunitarios, en el ejercicio de derechos concretos que dignifiquen las vidas y los
territorios.

6.2 El capítulo étnico y su inserción en el Acuerdo Final de Paz entre la


guerrilla de las FARC y el Gobierno Colombiano.

La creación del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano CONPA y la articulación de


organizaciones afrocolombianas e indígenas en lo que posteriormente se denominó
la Comisión Étnica para la defensa de los derechos territoriales y la paz, tuvo como
antecedentes diversas reflexiones esencialmente en la organización Proceso de
Comunidades Negras en Colombia PCN del cual miembros de su equipo de
coordinación nacional impulsaron con un compromiso sincero de visibilizar, proteger
e insertar los derechos de los grupos étnicos en el nuevo contexto de paz y
postconflicto al que entraba el país.

Ilustración 2. Logo CONPA y de paz.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 342

Foto 4.Acciones de incidencia para la participación étnica en el proceso

Al principio se advertía la incoherencia esencialmente por parte del gobierno pero


también por la guerrilla de las FARC, no era solo el vacío de una representación
legítima, o la voz de las principales víctimas del conflicto armado en Colombia, los
pueblos indígenas y afrocolombianos. Sino una realidad contextual, fáctica en los
territorios en cuya presión se seguía poniendo en evidencia el control militar de los
territorios y la presión que estos controles ejercían sobre las vidas de las comunidades
afrocolombianos especialmente al sur del país y del Pacífico.

Es así como en septiembre del año 2012, un mes antes de que se instalara
oficialmente la mesa de negociaciones en Oslo, Noruega, ya el PCN, buscaba un
diálogo entre los grupos étnicos para que la voz de estos fuera escuchada en lo que
sería el proceso o mesa de diálogo que posteriormente se instaló en la Habana, Cuba.

En la jornada de trabajo participaron dirigentes de los pueblos étnicos de nivel regional


y nacional, ex consejeros de paz, periodistas y expertos, analizó los contextos de los
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 343

Pueblos Étnicos en relación con la agenda y el proceso de negociación establecidos


por el Gobierno y las FARC, así como se abordaron los siguientes objetivos. “Dar
conocer a la opinión pública los puntos de vista que tienen los Pueblos Étnicos sobre
los distintos puntos de la agenda pactada entre las partes. Avanzar en el debate y la
construcción desde distintas miradas de los mínimos para humanizar el conflicto y de
derechos humanos de los pueblos desde una perspectiva transicional, que hagan
posible la construcción de una Colombia para la paz. Avanzar en la consolidación de
una plataforma de observación de la participación de los pueblos étnicos en la
construcción de paz”201.

El llamado a conversar sobre las perspectivas y desafíos de los derechos de los


grupos étnicos se planteó de la siguiente manera: “El próximo 17 de octubre, se
instalará en Oslo la Mesa de Negociación en la que se discutirá la agenda con la que
se busca la salida negociada al conflicto armado entre el Gobierno y la FARC. Esta
confrontación de cerca medio siglo, ha significado un sin número de violaciones de
derechos y consecuencias para los pueblos étnicos. Por ello, este escenario, con
todas las limitaciones que desde ya se le reconocen en materia de participación,
puede ser una oportunidad para debatir y avanzar en la construcción democrática que
en la palabra y en la acción respete de verdad los derechos de todos y todas en el
marco de un país diverso en lo étnico, cultural y ambiental”202.

En la misma se habla sobe las iniciativas de paz y las propuestas de los pueblos
étnicos para la finalización del conflicto y la construcción de una democracia real en
la que estos puedan participar de acuerdo a sus visiones.

201
Carta del PCN, convocando a reunión de trabajo a organizaciones afrocolombianas e indígenas de
Colombia y Centroamérica para analizar los escenarios del proceso de paz y la participación de los
afrocolombianos e indígenas en éste.
202 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 344

De la reunión convocada surgen orientaciones y se valoran experiencias que


posteriormente en la evidencia de que solo es posible avanzar en una articulación de
la acción y la gestión política primero en lo afrocolombiano y después con los pueblos
indígenas, se incorporan estos asuntos en la primera creación y en la agenda de
incidencia del CONPA y posteriormente de la Comisión Étnica para la paz.

Ilustración 3. Logo. Comisión Étnica de Paz.

Antes de la creación de estas plataformas, el Proceso de Comunidades Negras PCN,


ya venía realizando una importante gestión diplomática orientada a resultados que
posibilitaran la participación activa de los afrocolombianos en la mesa de
negociaciones, y se disminuyera por parte de las FARC, las presiones que venían
ejerciendo en comunidades y territorios afrocolombianos del sur del país
especialmente en Tumaco y el Norte del Cauca. Es en esta coyuntura que se presenta
el asesinato de un líder importante de los consejos comunitarios de Tumaco, Alto Mira
y Frontera, vinculado a actividades y liderazgo del PCN en la zona y las FARC debió
reconocer públicamente que su asesinato obedeció a un error e identificó a los
responsables quienes terminaron en la cárcel.

La Comisión Étnica Para la Paz después de venir en diálogo interétnico


afrocolombianos e indígenas, decidieron formalizar el surgimiento de dicha comisión
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 345

en el marco de una asamblea de delegados de las organizaciones afrocolombianas


que conforman el CONPA y las organizaciones nacionales indígenas Organización
Nacional Indígena de Colombia ONIC y Autoridades Indígenas de Colombia Gobierno
Mayor. La tarea encomendada por dicha Asamblea de formalización quedó
consignada en el comunicado público No. 002 del 8 de marzo de 2016.

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y el Consejo


Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA), de cara a la participación en el
proceso de negociación de paz en La Habana (Cuba), luego de reflexión
interna del movimiento organizativo realizada el lunes 7 de Marzo en espacio
autónomo, acordamos posicionar una instancia étnica denominada Comisión
Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, conformada por
autoridades de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes, para salvaguardar
los derechos territoriales y colectivos de las poblaciones étnicas en el proceso
de negociación e implementación de estos acuerdos. Que en el marco de la
negociación para la terminación del conflicto armado entre el Gobierno
Nacional y la insurgencia de las FARC y, posible con el ELN, se requerían y
se requieren mecanismos especiales, proporcionales y diferenciales de
participación que dieran cuenta de las realidades de nuestros pueblos203.

De esta formalización se emanaron mandatos que en lo sucesivo fueron


implementados de inmediato y como consecuencia de su incidencia, gestión
diplomática y en medios de comunicación resultó el hoy conocido como el Capítulo
Étnico en el Acuerdo Final de Paz, algunos de los mandatos en el marco de la creación
y puesta en funcionamiento de la Comisión Étnica fueron los siguientes:

203 COMISIÓN ÉTNICA PARA LA PAZ Y LA DEFENSA DE LOS DERECHOS TERRITORIALES.

Comunicado a la opinión pública No.002. Marzo 8 de 2016.


UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 346

Foto 5. Lanzamiento Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales. 8 de
marzo de 2016. Foto: archivo Comisión Étnica para la paz.

Crear e instalar la Comisión Étnica para la Paz y la defensa de los derechos


territoriales, como una instancia nacional, autónoma, plural, decisoria,
participativa y de auto representación de nuestros Pueblos y organizaciones.
2. Esta comisión trabajará por la construcción de la Paz desde nuestros
pueblos en función de nuestros derechos a la identidad, autonomía,
participación, territorialidad, ejercicio del gobierno propio y a la paz de la
nación. 3. La Comisión asume como principios la paridad y la
complementariedad entre hombres y mujeres. 4. La Comisión fortalecerá
todas las estrategias propias de protección y control territorial de las
comunidades, entre ellas la Guardia Indígena y Cimarrona. 5. La Comisión
aportará a la resolución autónoma de los conflictos entre los pueblos, las
comunidades y las organizaciones. 6. La Comisión tendrá un carácter
permanente y sus decisiones serán construidas de abajo hacia arriba, desde
los territorios a lo nacional y de común acuerdo entre nuestros pueblos y
organizaciones. 7. La Comisión trabajará para que existan en el corto plazo
comisiones en lo local y regional que permitan la construcción desde abajo y
en cumplimiento de los objetivos y propósitos para los cuales es creada. 8.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 347

Para hacer posible los sueños de país y de paz que tienen nuestros pueblos,
la Comisión se dotará de acompañantes y/o facilitadores. 9. La Comisión está
abierta a las demás organizaciones nacionales y regionales de nuestros
pueblos, que compartiendo los principios, objetivos, procedimientos y criterios
de la misma, decidan autónomamente solicitar su participación y les sea
aprobada. 10. La Comisión dialogará con los demás espacios de construcción
de paz existentes en el país. 11. La Comisión, autoriza conformar una
delegación de nuestros pueblos para viajar a La Habana y reunirse con las
partes204.

Entre los meses de marzo a septiembre de 2016 la Comisión Étnica Para la Paz y la
Defensa de los Derechos Territoriales desplegó múltiples acciones de incidencia que
abordaron la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos
humanos, el jefe negociador por parte del gobierno nacional señor Humberto de la
Calle, el Presidente de la República Sr. Juan Manuel Santos y los ministros de interior
Juan Fernando Cristo y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos y miembro
del equipo negociador Sergio Jaramillo, así como, el Gobierno de los Estados Unidos
en cabeza de Barack Obama, el delegado de este a la Mesa de Negociación, el
gobierno de Cuba, el gobierno de Chile, el gobierno de Venezuela y el Gobierno de
Noruega al igual que una fuerte presencia en medios de comunicación, incidencia que
logró que la Mesa de Negociación se abriera a, en principio, una audiencia con los
grupos étnicos, audiencia en la que el Ministerio del Interior liderado por el señor Juan
Fernando Cristo y Carmen Inés Vásquez se movieron en la dirección de que las
organizaciones que venían gestionando desde la Comisión Étnica para la Paz, fueran
bloqueadas y no pudieran participar en dicha audiencia a lo que la respuesta de las
FARC fue, que si las mismas no participaban, no habría audiencia.

204
COMISIÓN ÉTNICA PARA LA PAZ Y LA DEFENSA DE LOS DERECHOS TERRITORIALES.
Resolución No. 001 Por la cual se crea la Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos
territoriales. 8 de marzo de 2016.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 348

Al final de esa centena de debates se realizó la audiencia con grupos étnicos en un


escenario maltrecho, por los debates y disputas entre, primero por la selección de las
organizaciones que participaban y segundo por el propio esquema dotado para la
misma.

Posterior a la audiencia y evidenciada la falta de enfoque étnico en los acuerdos de


paz que se avanzaban en la Habana, la Comisión Étnica profundiza su incidencia,
desplaza una comisión de su equipo técnico y político a dialogar con el secretariado
de las FARC en perspectiva de los acuerdos y la patria por construir en el escenario
del postconflicto, sobre los debates y desafíos presentes y venideros, sobre las luchas
sociales y la necesidad de cambios estructurales en las visiones para cambiar el país
y superar las desigualdades, la exclusión y la pobreza que dieron origen al conflicto
armado interno, entre otros aspectos. (Véase foto No. 6)

Foto 6. Richard Moreno y Diana Martínez delegados del CONPA y la CE. a la audiencia con grupos
étnicos en la Habana. Foto: archivo Comisión Étnica de paz.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 349

Dicha jornada de trabajo con los delegados de las FARC, Pablo Catatumbo, Victoria
Sandino, Jesús Santrich, y Pastor Alape en el centro Martin Luther King de la Habana,
también contó con delegados de la Comisión Étnica, Carlos Rosero, Richard Moreno,
María del Rosario Mina-Charo, Marino Córdoba y Daniel Garcés Carabalí por parte
del CONPA y Luis Fernando Arias, Asdruval Palazas, Jerardo Jumi, Juvenal Arrieta,
Nelson Lemos, Rodolfo Adán Torres delegados de las organizaciones indígenas.

En la misma se acordó entre la Comisión Étnica y FARC entregar un primer insumo


para darle enfoque étnico a los acuerdos que contemplaron aspectos como los
siguientes:

Las autoridades y organizaciones de los pueblos étnicos que


autónomamente hemos decidido crear y conformar la Comisión Étnica
para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, valoramos el
reconocimiento de nuestra legitimidad expresado en el marco de la
Mesa de la Habana, la decisión y disposición de las FARC_EP y el
Gobierno de Colombia dada la urgente necesidad expresada por las
partes, incorporar el enfoque étnico, cultural y territorial de los
acuerdos y la voluntad política de crear una comisión de carácter
técnico, político y étnica en el marco de la Mesa, hacemos la presente
propuesta teniendo en cuenta lo siguiente:

Justificación de la Comisión.
Los acuerdos que se han establecido no cuentan con una perspectiva
étnica. Los Pueblos Étnicos tenemos 37.000.000 de hectáreas
tituladas colectivamente y también tierras y territorios tradicionales y
ancestrales que ocupamos y usamos de manera permanente. Los
pueblos étnicos somos más del 30% de la población del país. Los
Pueblos Étnicos somos víctimas colectivas desde los tiempos del
colonialismo, la trata de esclavos y víctimas también del racismo y la
discriminación racial. Los territorios tradicionales, titulados y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 350

ancestrales han sido escenarios de la confrontación armada y han sido


afectados por ésta al igual que los pobladores de los mismos. Los
pueblos étnicos representamos un número significativo de las
víctimas. Como victimas individuales y colectivas hemos sido
afectados por el desplazamiento forzado, desplazamientos,
asesinatos, masacres, violaciones de mujeres y niñas, reclutamiento,
e innumerables hechos de violencia que han sido descritos de manera
puntual en los autos de la Corte Constitucional colombiana, no solo en
las afectaciones directas del conflicto armado sino de los factores
vinculados y subyacentes al mismo. Los Pueblos Étnicos y sus
derechos afectados en medio del conflicto armado interno,
demandamos reparaciones históricas, integrales, colectivas,
individuales, espirituales y culturales. Los pueblos étnicos constituimos
gobiernos autónomos reconocidos por el Estado bajo una perspectiva
de diversidad y pluralismo en nuestros territorios.205

Entre otros aspectos en esta primera propuesta que fue entregada a solicitud de las
FARC-EP, ya se advertían la necesidad de construir un capítulo especial étnico en los
acuerdos que contuviera, unos principios, unas salvaguardas, unas acciones y con un
mecanismo de seguimiento que fue propuesto por la Comisión Étnica y el cual se
delineó así:

“Para los pueblos étnicos, los mecanismos de verificación y


seguimiento, serán realizados por las comunidades y sus Autoridades
Tradicionales en el marco de las Asambleas comunitarias y del
gobierno propio de acuerdo con los usos y costumbres, para lo cual
tendrán el acompañamiento y verificación de la Comisión Étnica para
la paz, las Naciones Unidas, los países garantes, la Defensoría del

205
Propuestas de la Comisión Étnica a la Mesa de Diálogo de Paz en la Habana: insumos para el
Capítulo Étnico. La Habana, Cuba, julio 08 de 2016.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 351

Pueblo, la Iglesia y personalidades escogidas por las partes, quienes


emitirán el Informe respectivo de su acompañamiento y trabajo
desarrollados”206.

En lo sucesivo durante dos meses entre julio y agosto, el Equipo político y técnico de
la Comisión Étnica, se concentró en profundizar la incidencia para participar de los
acuerdos y formular lo que previamente se había denominado como el Capítulo Étnico
de los Acuerdos de paz de la Habana.

Las indagaciones realizadas determinaron que el gobierno nacional de Colombia no


tenía intención alguna de que los asuntos étnicos fueran incorporados en los Acuerdos
y se sobrevenía la firma del Acuerdo Final sin estos. La Revista Semana tituló así el
desafío que implicó para los grupos étnicos y las propias FARC la inserción del
Capítulo Étnico en el Acuerdo Final de Paz de la Habana: “Así se resolvió el tema
étnico, sobre la hora, en el Acuerdo de Paz. A pesar de ser las principales víctimas
del conflicto, los afros e indígenas penaron hasta el último minuto para ser incluidos
en el acuerdo final”207.

“El martes 24 de agosto, mientras la prensa y la mayoría de los


conocedores anunciaban que ya estaba listo el inminente Acuerdo de
Paz con las FARC y que sólo faltaba la firma de los jefes negociadores,
Jesús Santrich –miembro del equipo de las FARC– bombardeó de
mensajes su cuenta de Twitter haciendo un llamado a no cantar
victoria antes de tiempo”208.

206 Ibídem.

207http://www.semana.com/nacion/articulo/proceso-de-paz-pueblos-etnicos-fueron-incluidos-a-ultima-

hora/491318. 2016/08/26 15:09.

208 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 352

“Por favor no ensillen sin traer las bestias”, “estar cerca no es haber
llegado”. El llamado a la cautela tenía una razón: todavía no se había
celebrado el encuentro entre el Gobierno y las FARC con los
representantes de las comunidades étnicas, que fueron en gran
medida ignoradas durante los casi cuatro años de negociaciones”209.

“Creo que tendré que pasar la noche precisando que todavía hay
asuntos delicados por cerrar”, señaló Santrich en su Twitter. Y
después lanzó una seguidilla de mensajes: “Ojo. Acuerdo final debe
incluir Capítulo Étnico. Ese fue un compromiso y debe cumplirse. No
puede haber paz sin inclusión”210.

Foto 7. Acuerdo para la incorporación del Capítulo Étnico. Foto: archivo Comisión Étnica.

209 Ibíd.
210 Ibíd.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 353

Foto 8. Avances en la incorporación técnica del Capítulo étnico al Acuerdo Final de Paz. Foto: archivo
Comisión Étnica.

Foto 9. Incorporación técnica del Capítulo étnico al Acuerdo Final de Paz. Foto: archivo Comisión
Étnica.

“La delegación étnica llegó a La Habana el miércoles 25 hacia el mediodía.


La reunión entre todas las partes comenzó a las 3:30 pm y se extendió por
una hora y media. “El primero que habló, por el Gobierno, fue Sergio
Jaramillo. Dijo que para ellos era muy importante un enfoque étnico pero que
ya estábamos contra el tiempo. Que se iba a crear una Comisión de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 354

Seguimiento para discutir los temas centrales que habíamos propuesto”.


“Luego el turno fue para Santrich. “Dijo que las FARC estaban de acuerdo
con el documento (de 20 páginas) pero había dos cosas que teníamos que
discutir”. Los dos “peros” de las FARC tenían que ver, primero con las zonas
de reserva campesina y segundo con la justicia indígena”211.

Si bien por efectos de las presiones ejercidas por el gobierno nacional en ese
momento solo se lograron sintetizar e incorporar cuatro páginas con los aspectos
considerados como los más importantes en ese momento, la formulación del Capítulo
étnico corresponde a un documento más extenso de 20 páginas y el cual se incorpora
íntegro en esta investigación no solo por la importancia que tiene la integralidad del
documento, sino, porque para el investigador dedicó buena parte del tiempo de esta
tesis en el trabajo, gestión e incidencia para su elaboración e incorporación al Acuerdo
final de paz.

Foto 10. Delegados de la Comisión Étnica en la Habana, Cuba.

211 Ibídem.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 355

Muchos se adjudican hoy la formulación del capítulo étnico, sin embargo, levantamos
estos aspectos en esta investigación, para dejar claro sobre los actores sujetos
concretos que lo formularon e incidieron en su inserción en el Acuerdo Final de Paz.
Las organizaciones históricas de los pueblos indígenas y afrocolombianos de
Colombia quienes en una agenda basada en sus derechos como pueblo han
mantenido la gestión de dichos derechos muy a pesar de otros actores institucionales,
gubernamentales, políticos y militares que a lo largo de la historia han pretendido sacar
del cauce a estas organizaciones.

6.3 El capítulo étnico una propuesta integral para la defensa de los derechos
de los pueblos en el marco de la terminación del conflicto y para una paz
estable y duradera en Colombia.

Consideraciones

El “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz


estable y duradera en Colombia”, firmado el 26 de agosto de 2012 en La Habana,
plantea que la construcción de la Paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que
requiere la participación de todos y todas, sin distinción (...); el respeto de los DDHH,
el desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente; el
desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo las grandes mayorías y que es
importante ampliar la democracia como condición para lograr bases sólidas de paz.

Por otra parte, considerando que, de acuerdo con el principio de bienestar y buen vivir
consagrado en el primero de los acuerdos pactados en torno a la agenda del Acuerdo
Final, uno de los objetivos es la erradicación de la pobreza y la satisfacción plena de
las necesidades de la ciudadanía de las zonas rurales, de manera que se logre en el
menor plazo posible que los campesinos y las comunidades, incluidas las afro
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 356

descendientes e indígenas, ejerzan plenamente sus derechos y se alcance la


convergencia entre la calidad de vida urbana y la calidad de vida rural, respetando el
enfoque territorial, la diversidad étnica, cultural, la autonomía y autodeterminación de
los pueblos étnicos.

Que de acuerdo con el texto en referencia, se entiende que los pueblos étnicos hacen
parte de las comunidades rurales, y que a la luz del principio de priorización pactado
por las partes, que indica que la política de desarrollo agrario integral es universal, su
ejecución prioriza también a la población y los territorios más necesitados y
vulnerables, como a las comunidades más afectadas por la miseria, el abandono y el
conflicto, entre las cuáles están incluidas las poblaciones afrocolombianas e
indígenas.

Que estas comunidades, no solo cumplen con los criterios de priorización, sino que
se encuentran entre las más vulnerables entre los vulnerables, tal como lo reconocen
los autos 004, 005 y 092, emitidos por la Corte Constitucional Colombiana en
seguimiento a la Sentencia T-025 de 2004.

Que es indispensable ampliar la democracia y la participación de toda la sociedad


colombiana, incluidos los pueblos étnicos, así como fortalecer sus autoridades propias
y organizaciones representativas, acabar con las discriminaciones y desigualdades,
con las condiciones estructurales de exclusión, racismo, xenofobia y subordinación,
garantizando el pluralismo, la promoción de la convivencia, la tolerancia y la
consolidación de una sociedad pluralista y multicultural.

Que el Gobierno Nacional y las FARC-EP reconocen que los pueblos étnicos han
contribuido a la construcción de una paz sostenible y duradera, al progreso, al
desarrollo económico y social, pero que han sufrido condiciones históricas de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 357

injusticia, producto del colonialismo, la esclavización, la exclusión y el haber sido


desposeídos de sus tierras, territorios y recursos. Sus vidas han sido afectadas
gravemente, además, por el conflicto armado, lo cual no debe persistir y se deben
propiciar las máximas garantías para que nada impida el ejercicio de su derecho pleno
al desarrollo en el marco de sus propias aspiraciones, intereses y cosmovisiones.

Que atendiendo al clamor y a la realización integral de los derechos de los pueblos


étnicos a vivir en libertad, paz y como pueblos distintos; a su derecho a no ser
sometidos a ningún acto de genocidio, y reconociendo que los pueblos indígenas y
afrocolombianos se están organizando para promover su desarrollo político,
económico, social y cultural que ponga fin a todas las formas de discriminación y
opresión donde quiera que ocurran, y considerando que los pueblos étnicos deben
tener control de los acontecimientos que les afectan a ellos y a sus tierras, territorios
y recursos manteniendo sus instituciones, culturas y tradiciones.

Que la Mesa de conversaciones de la Habana, reconoce la importancia de los aportes


de la mujeres de los pueblos étnicos y su papel histórico para la construcción de paz,
y que por ello se deben incorporar unos principios, garantías y salvaguardas
encaminados al ejercicio pleno de sus derechos sociales, culturales, políticos y
económicos; el propósito esencial es lograr superar las desigualdades y las violencias
que desde la época de la colonización, esclavitud y el conflicto armado interno han
afectado de manera particular a mujeres y jóvenes de los Pueblos étnicos.

Que las delegaciones de paz del Gobierno Nacional y de las FARC-EP, han realizado
un ciclo de conversaciones con las organizaciones representativas de los pueblos
étnicos de Colombia, para desarrollar un Capitulo Étnico de los Acuerdos de paz de
la Habana, en aras de incluir la visión y aspiraciones de dichos pueblos en el Acuerdo
Final, para la protección de su integridad física y cultural.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 358

Objeto

El presente capítulo tiene por objeto incorporar el enfoque étnico en el Acuerdo final
para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera en
Colombia, suscritos entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, y contribuir en la
construcción de los principios, salvaguardas, garantías, políticas y mecanismos
culturalmente pertinentes para su interpretación e implementación en las
comunidades y territorios étnicos, respetando sus derechos fundamentales, en
especial el de la Consulta, el Consentimiento previo, libre e informado, la libre
determinación, la autonomía, la unidad, el gobierno propio y los derechos territoriales
para la protección de su integridad física y cultural.

Principios.

Los principios para la interpretación e implementación de todos los componentes del


Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y
duradera en Colombia, recogen los contemplados en el ordenamiento jurídico del
marco Internacional, Constitucional y Legal, los Decretos 4633 y 4635 de 2011 sobre
víctimas indígenas y afrocolombianas, y además tendrá especialmente en cuenta los
siguientes:

6.3.3.1. Autodeterminación, unidad y gobierno propio de los pueblos étnicos.

El Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable
y duradera se implementará con respeto irrestricto al derecho a la autonomía, la
autodeterminación y unidad de los pueblos étnicos, garantizando el ejercicio de sus
derechos territoriales, sus sistemas de gobierno, justicia y dinámicas organizativas y
culturales propias.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 359

6.3.3.2. No regresividad ni vulnerabilidad a los derechos colectivos étnicos.

En ningún caso el Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de


una paz estable y duradera en Colombia y los compromisos y desarrollos que de éstos
se deriven, podrán ser regresivos, restrictivos ni vulnerarán los derechos territoriales,
individuales y colectivos de los pueblos y comunidades étnicas en el marco de Ley de
Origen, el Derecho Mayor, Derecho Propio y en las normas nacionales e
internacionales.

6.3.3.3. Integridad cultural, identidad, espiritualidad y afirmación del ser.

La cosmovisión, identidad, espiritualidad, conocimiento propio, el sentido y prácticas


de territorialidad colectiva y ancestral, la objeción cultural y espiritual y el
consentimiento de los pueblos étnicos, serán respetados, restablecidos, fortalecidos y
protegidos integralmente como fundamento de un Estado multiétnico, pluricultural y
como elemento esencial en la construcción de la paz.

6.3.3.4. Territorio y territorialidad:

Es la fuente desde donde se explica y comprende la integralidad de la vida de los


diversos seres de la naturaleza, el espacio físico y espiritual, donde se vivencia la Ley
de Origen y el Derecho Mayor. La tierra es la madre, el hábitat, la casa, la maestra, y
está integrada por seres, espíritus y energías que permiten un orden y hacen posible
la vida, de conformidad con las cosmovisiones y tradiciones culturales propias de cada
pueblo. Es a partir de esta relación que los pueblos étnicos construyen y desarrollan
el pensamiento y conocimiento, recrean la cultura, la organización social, política,
sistemas productivos y económicos propios, dándose sentido de pertenencia e
identidad como pueblos. En este sentido la propiedad y posesión territorial en los
pueblos étnicos es concebida como espiritual, ancestral, colectiva e integral y como
un derecho fundamental.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 360

6.3.3.5. Verdad, justicia, reparación y no repetición.

Las comunidades y pueblos étnicos son víctimas históricas de los sistemas de


esclavitud y colonización, y además víctimas colectivas del conflicto armado, el cual
de manera desproporcionada ha afectado la identidad, la cultura y la vida de los
pueblos. En consecuencia, el Acuerdo final para la terminación del conflicto y la
construcción de una paz estable y duradera en Colombia, deben aportar al
fortalecimiento del buen vivir, la autonomía, y la identidad de los pueblos indígenas y
afrocolombianos, así como al derecho a la verdad, justicia, reparación y no repetición.
En relación a las afectaciones por el conflicto armado y factores subyacentes y
vinculados al mismo, decidirán de acuerdo a sus cosmovisiones y dinámicas propias,
la manera como deben ser reparados y restablecida la armonía en sus territorios.

6.3.3.6. La participación de los pueblos en las decisiones que les afecta a sí


mismos y al País.

En ejercicio del derecho a la autodeterminación, los pueblos y comunidades étnicas


tienen derecho a decidir sobre su propio destino, determinar las prioridades para su
desarrollo o buen vivir y sus formas de producir. La participación de los pueblos y
comunidades étnicas en las medidas legislativas, administrativas, políticas y
electorales, entre otras, será decisiva y proporcional a la afectación causada, sin
detrimento del derecho a la consulta y consentimiento previo libre e informado.

6.3.3.7. Perspectiva Étnica y Cultural.

Significa el reconocimiento a la existencia de diferentes cosmovisiones de los pueblos


étnicos en el territorio nacional, las cuales se expresan en formas propias y diversas
de: Espiritualidad, autoridades y gobiernos tradicionales, organización familiar, social
y política, relación con el territorio y ambiente, prácticas de producción y economía
para el buen vivir, visiones propias sobre el desarrollo, relaciones entre hombres y
mujeres desde la paridad y complementariedad y relaciones de hermandad entre
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 361

pueblos. En este sentido los acuerdos deben integrar y acatar este principio, como un
elemento trasversal para la interpretación e implementación de los mismos orientado
a la materialización de la justicia étnica colectiva.

6.3.3.8. La paridad, dualidad y complementariedad.

Las mujeres de los pueblos étnicos son quienes trasmiten y recrean la cultura dentro
de sus comunidades, han sido víctimas históricas del modelo esclavista y colonizador
y han sufrido de manera particular y diferencial las afectaciones del conflicto armado;
pese a ello, han tejido propuestas de paz para sus pueblos y para el país. En este
nuevo contexto de reconciliación y paz gozarán de medidas específicas para fortalecer
su autonomía, organización e identidad, garantizando el respeto a sus derechos
individuales y colectivos y la participación plena, permanente y decisoria en los
procesos de implementación del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la
construcción de una paz estable y duradera en Colombia, en los territorios étnicos,
a fin de fortalecer y restablecer equilibrio y la armonía de sus pueblos.

6.3.3.9. Integralidad.

Los acuerdos del proceso de Paz deberán contribuir a la relación de equilibrio y


armonía constante entre todos los seres de la naturaleza y todos los procesos de los
pueblos étnicos; además deberán incorporar un conjunto de medidas y acciones
transformadoras, justas y adecuadas, dirigidas a fortalecer la autodeterminación y las
autoridades propias, lo cual garantiza el desarrollo de sus planes de vida,
etnodesarrollo y sus equivalentes en los territorios.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 362

Salvaguardas y garantías.

6.3.4.1 Salvaguardas substanciales:

1. El Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz


estable y duradera en Colombia, y los dispositivos que se diseñen para la
implementación de dichos acuerdos, deberán garantizar y contribuir al
fortalecimiento de los derechos colectivos fundamentales para la pervivencia
física y cultural de los pueblos, como son la autonomía, territorio, identidad,
cultura, participación, contenidos en las normas nacionales y en el derecho
internacional. Los principios, salvaguardas y garantías consignadas en el
presente capitulo servirán de parámetros de interpretación para la
implementación de los Acuerdos de Paz en su integridad en los territorios de
los pueblos y comunidades étnicas.

2. En el marco del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción


de una paz estable y duradera en Colombia, el Estado garantizará la protección
de la integridad cultural de los pueblos, para lo cual aplicará el Convenio 169
de la OIT. En consecuencia, la fase de implementación de los acuerdos, en lo
que concierne a los pueblos afro-descendientes e indígenas, se deberá cumplir
garantizando el derecho a la consulta y el consentimiento previo, libre e
informado para lograr, en función de mayores beneficios, la incorporación de la
perspectiva étnica y cultural en cada uno de los puntos de los Acuerdos en lo
que respecta a los temas: 1) política de desarrollo agrario integral: “Hacia un
nuevo campo colombiano”; 2) participación política: “apertura democrática para
alcanzar la paz”; 3) fin del conflicto; 4) solución al problema de las drogas
ilícitas; 5) víctimas: “sistema integral de verdad, justicia, reparación y no
repetición”, incluyendo la jurisdicción especial para la paz y compromiso sobre
derechos humanos”; y 6) implementación, verificación y refrendación.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 363

3. La implementación del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la


construcción de una paz estable y duradera en Colombia, en función de acatar
la perspectiva étnica y diferencial como eje transversal a la implementación de
los acuerdos, se diseñará y desarrollará una política integral con enfoque de
género, mujer, familia y generación, que oriente el diseño y ejecución de las
acciones, políticas, programas y estrategias en todo el desarrollo del proceso
de paz y post-acuerdo, coordinando programas de orientación institucional
sobre la inclusión y manejo del enfoque y asegurando la simplificación de los
procedimientos y requisitos de acceso de las mujeres, jóvenes y niñas a todos
los procesos y beneficios. Su aplicación e implementación se hará a la luz de
la Ley de Origen, el Derecho Mayor y los principios Ancestrales de Vida;
además en concordancia con las recomendaciones de la CEDAW (2013) y
CERD (2015).

4. La interpretación e implementación de los acuerdos mantendrá como un


propósito fundamental superar las actitudes patriarcales y los estereotipos de
género y raciales que refuerzan y promueven la discriminación, exclusión y
condiciones de inequidad contra los pueblos étnicos y en particular contra las
mujeres, niñas y jóvenes de los pueblos étnicos, incluidas aquellas
desmovilizadas que se reintegren a la vida familiar y comunitaria.

6.3.4.2. Salvaguardas y garantías sobre desarrollo agrario integral en los


territorios étnicos.

1. Interpretación e Implementación. En la interpretación e implementación de


los puntos del Acuerdo que tengan componentes territoriales, se observarán
los estándares de protección normativos y jurisprudenciales aplicables a los
derechos de los pueblos y comunidades étnicas. Especialmente, la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 364

normatividad relativa a la propiedad colectiva, los mecanismos para la


protección y seguridad jurídica de las tierras y territorios ocupados o poseídos
ancestralmente y/o tradicionalmente contemplados en el Decreto 2333 de 2014
y el 2164 de 1995, la Ley 70 - 1993 y 1745-1995 y normas complementarias, la
integralidad de la territorialidad y sus dimensiones culturales y espirituales, el
uso ancestral de sus cultivos, los planes de vida y de desarrollo propio, las
instituciones propias, la protección reforzada a los pueblos en riesgo de
extinción, sus planes de salvaguarda y demás normas de Derecho Nacional e
Internacional, Ley de Origen, Derecho Mayor o Derecho Propio.

2. Fondo de Tierras. En relación con el Fondo de Tierras a que hace referencia


el punto 1 sobre Reforma Rural Integral, se priorizarán como beneficiarios, al
igual que a las comunidades campesinas, a los pueblos étnicos, por estar entre
las comunidades rurales, mayormente afectadas por la miseria, el abandono y
el conflicto armado interno. En el caso de estos últimos, la adjudicación de
predios y procedimientos de formalización, se hará con destino a la
constitución, saneamiento, ampliación, titulación, demarcación, restitución y
resolución de conflictos de uso y tenencia de las tierras; en beneficio de los
Resguardos Indígenas y territorios colectivos y ancestrales de comunidades
negras, afrocolombianas, raizales o palanqueras, como territorios colectivos
inembargables, inalienables, inajenable e imprescriptibles. Las tierras
adjudicadas a través del Fondo de Tierras para los pueblos étnicos, tendrán en
cuenta los usos y costumbres de las comunidades, así como sus formas
propias de tenencia, producción y conservación.

3. Sobre baldíos. No podrán hacerse adjudicaciones de baldíos ni constituirse


Zonas de Reserva Campesina donde estén establecidas comunidades
indígenas o afro descendientes, territorios titulados o solicitados para titulación
o ampliación o que constituyan su hábitat, sino únicamente y con destino a la
constitución y ampliación de resguardos indígenas o territorios colectivos de las
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 365

comunidades afro descendientes. En los casos en que aplique, las


comunidades campesinas que se encuentren asentadas en dichos territorios,
tendrán derecho a su reubicación con recursos provenientes del Fondo de
Tierras.

4. Subsidios y créditos. Respecto a los subsidios integrales y créditos a que


hace referencia el Fondo de Tierras, los pueblos étnicos interesados podrán
decidir colectivamente por ser beneficiarios de los mismos. En todo caso en
que los pueblos étnicos accedan a esta modalidad de adquisición de predios,
se garantizará su formalización bajo los derechos adquiridos de propiedad
colectiva.

5. Plan de Formalización Masiva. Respecto a los territorios de los pueblos


étnicos, el plan de formalización masiva diseñará e implementará una línea
especial para la formalización de las tierras de los pueblos étnicos con
participación de sus comunidades y sus organizaciones representativas.

6. Mecanismos de resolución de conflictos de tenencia y uso y de


fortalecimiento de la producción alimentaria. Se garantizará la participación
de los pueblos étnicos en la definición de los mismos, y en los procedimientos,
de acuerdo a sus planes de vida y procesos interétnicos para prevenir y atender
los conflictos territoriales. La creación de la Instancia de Alto Nivel a que hace
referencia el subpunto 1.8 del Acuerdo sobre Desarrollo Agrario, deberá contar
con la participación de las organizaciones representativas de los pueblos
étnicos. En cuanto a la adecuación normativa que contemple la creación de la
Jurisdicción Agraria, esta deberá ser objeto de Consulta y consentimiento
previo, libre e informado.

7. Sistema de Información Catastral y Multipropósito. Para el caso de los


pueblos étnicos, se concertará, el diseño de un catastro alternativo y diferencial,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 366

el cual deberá hacerse sin detrimento de los derechos adquiridos de los


territorios colectivos en materia de impuesto predial.

8. El Plan de Zonificación Ambiental que delimite la frontera agrícola a que


hace referencia el subpunto 1.10 sobre Desarrollo Agrario, previo a su
adecuación normativa o reglamentaria, deberá ser consultado a través de la
consulta previa libre e informada, con los pueblos étnicos teniendo en cuenta
su experiencia ancestral en el uso, protección y conservación del territorio y el
medio ambiente, el buen vivir y su desarrollo propio; dando especial
reconocimiento y valoración a sus intangibles culturales, espirituales y
protegiendo el interés social, comunitario y sus Instituciones propias.

9. Los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), cuya realización


esté proyectada hacerse en territorios de comunidades indígenas y
afrocolombianas, deberán contemplar un mecanismo especial de consulta para
su implementación, con el fin de incorporar la perspectiva étnica y cultural en
el enfoque territorial, de acuerdo con los planes de vida, etnodesarrollo, planes
de manejo ambiental y ordenamiento territorial, o sus equivalentes de los
pueblos étnicos. El Gobierno Nacional destinará los recursos necesarios para
garantizar el diseño y ejecución de los denominados Planes de acción para la
transformación regional en los territorios de los pueblos étnicos. Serán los
resguardos, las asociaciones de cabildos, las autoridades de los territorios
tradicionales a través de sus formas propias de administración y los territorios
indígenas certificados a que hace referencia el Decreto 1953 de 2014, y los
consejos comunitarios, los encargados de la elaboración, diseño y ejecución
de los Planes de acción, de acuerdo con los planes de vida, de etnodesarrollo
o sus equivalentes, garantizando los mecanismos propios de participación de
sus comunidades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 367

10. Para el caso de los pueblos étnicos que se encuentren en situación de riesgo
de exterminio físico y cultural, de confinamiento o desplazamiento a que hacen
referencia los Autos 004 y 005 de 2009, el 092 de 2008 de seguimiento a la
Sentencia T- 025 de 2004, y los pueblos indígenas y afrocolombianos en riesgo
de extinción, que no se encuentren dentro de los planes de desarrollo territorial
(PDET), priorizados en el punto de implementación; se crearan PDET
especiales, con la denominación: Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial
Étnico (PDETE).

11. Los planes Nacionales para la Reforma Rural Integral en materia de


Infraestructura, Desarrollo Social y estímulos a la producción de la agricultura
familiar, deberán formularse con perspectiva étnica, cultural y territorial de
acuerdo con los planes de vida de los pueblos indígenas o de etnodesarrollo,
Buen Vivir o sus equivalentes, de los pueblos afrocolombianos. Se creará una
Instancia especial de concertación con las Organizaciones de los pueblos
étnicos y la Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos
Territoriales, específicamente para incorporar la perspectiva étnica y cultural en
cada uno de los Planes Nacionales, regionales o locales que contempla el
presente acuerdo, que se encargará de la construcción, formulación,
adecuación de la Institucionalidad, ejecución, seguimiento y veeduría.

12. Caracterización, Trabajo y Seguridad Social. El Gobierno Nacional en


cabeza del Ministerio del Trabajo, hará en coordinación con los pueblos étnicos
una caracterización de la situación laboral y de seguridad social de los mismos,
atendiendo sus particularidades y formas tradicionales de trabajo; y garantizará
la inclusión de la perspectiva diferencial en el Plan Progresivo de Protección
Social y garantías de los derechos laborales diferenciales de los pueblos
étnicos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 368

13. Sistema de soberanía alimentaria. Para la implementación del Sistema de


Soberanía Alimentaria en los pueblos étnicos se deberá contar con la
participación directa de los mismos y garantizar un mecanismo especial de
consulta con sus organizaciones representativas. El plan deberá trazarse en
concordancia con los planes de vida, de etnodesarrollo o sus equivalentes. En
todo caso se deberá contar con la representación directa de los pueblos étnicos
en el Consejo Nacional de Alimentación y Nutrición y en los Concejos
Departamentales y Municipales, así como en los programas contra el hambre
y la desnutrición que se adopten. Dada la extrema urgencia por la situación
alimentaria en las comunidades indígenas y afrocolombianas, se creará un plan
de choque integral concertado con las organizaciones de los pueblos étnicos,
para atender de manera inmediata y urgente la situación crónica de
desnutrición de las familias, en especial, la de los niños, las niñas y ancianos
de los pueblos étnicos. Para ello se creará un Fondo de fomento especial.

14. El gobierno Nacional se compromete a adelantar la adecuación normativa


que se requiera para colocar en funcionamiento los territorios colectivos de los
pueblos étnicos como entidades territoriales de carácter especial.

6.3.4.3. Salvaguardas y garantías para la participación política: apertura


democrática para construir la paz.

Reconociendo que los pueblos étnicos tienen formas organizativas, espacios de


decisión y autoridades tradicionales que deben ser tenidas en cuenta para todas las
decisiones que afecten, en cualquier sentido, su supervivencia y la vida como pueblo,
la implementación de los acuerdos de participación en los territorios de comunidades
afrocolombianos e indígenas requieren un modelo que permita la reconstrucción del
tejido social, restablecer el derecho a su representación política y fortalecer el
gobierno propio que el conflicto armado debilitó, para ello se plantea:
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 369

1. Estatuto de oposición y reforma al régimen y organización electoral. Se


garantizará un mecanismo especial de consulta con las organizaciones
representativas de los pueblos étnicos que hacen parte de la Comisión étnica
para la paz y la defensa de los derechos territoriales y la participación de los
partidos políticos que obtuvieron su personería jurídica por circunscripción
especial indígena o afrocolombiana, de los proyectos de ley que creen el nuevo
Estatuto de la Oposición y las demás reformas al régimen y la organización
electoral, al sistema de partidos y demás medidas para promover el acceso al
Sistema Político y la promoción de la participación de las organizaciones
sociales y el derecho a la protesta.

2. Garantías de seguridad. Se garantizará el derecho a la seguridad individual y


colectiva para el ejercicio de la política y para líderes y lideresas de las
organizaciones representativas de los pueblos étnicos y defensores de DDHH
y Derechos Indígenas o Étnicos. El Sistema Integral de Seguridad para el
ejercicio de la política y las garantías para líderes y lideresas, tendrán un
componente diferencial étnico y contará con la participación de sus
organizaciones representativas en todas las Instancias que se adopten en
materia de adecuación normativa, prevención, protección individual y colectiva,
los mecanismos de evaluación y seguimiento.

3. Garantías para la participación ciudadana y el derecho a la protesta. Se


garantizará un mecanismo especial de consulta con las organizaciones
representativas de los pueblos étnicos que hacen parte de la Comisión étnica
para la paz y la defensa de los derechos territoriales para garantizar el enfoque
diferencial del proyecto de ley de garantías y promoción de la participación
ciudadana a que hace referencia el subpunto 2.2.1 del Acuerdo sobre
Participación Política, así como su participación en la Comisión de Diálogo con
las Organizaciones Sociales. De igual forma se concertarán las medidas y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 370

ajustes normativos que se adopten en materia del derecho a la protesta a que


hace referencia el subpunto 2.2.2., garantizando la participación en la Comisión
Especial análoga establecida. En todo tiempo se promoverá el fortalecimiento
organizativo y de Gobierno Propio de los pueblos étnicos.

4. Comunicaciones. Se reconoce a los pueblos étnicos como actores políticos


constructores de paz, y se garantizará su participación directa en los espacios
de radio, televisión y demás medios que se contemplan en el presente Acuerdo,
fortaleciendo una política pública diferencial en materia de comunicaciones.
Dentro de esta perspectiva, el Gobierno Nacional garantizará el fortalecimiento
a las redes y conectividad de medios de los pueblos étnicos.

5. Garantías para la reconciliación y las veedurías ciudadanas y la


planeación. Se garantizará la participación de las organizaciones
representativas de los pueblos étnicos en el Consejo Nacional para la
Reconciliación y la Convivencia, los Consejos para la Reconciliación y la
Convivencia en los niveles territoriales, así como en los planes, programas y
mecanismos que se adopten para el control y las veedurías ciudadanas. Se
fortalecerá la participación de los pueblos étnicos garantizando el derecho a la
Consulta Previa de los Planes de Desarrollo tanto a nivel Nacional, como
Departamental y Municipal.

6. Pluralismo Político. Se creará un mecanismo especial de Consulta con las


organizaciones representativas de los pueblos étnicos que hacen parte de la
Comisión étnica para la paz y la defensa de los derechos territoriales y la
participación de los partidos políticos que obtuvieron su personería jurídica por
circunscripción especial indígena y afrocolombiana con el fin de incorporar el
enfoque étnico en las medidas que se adopten para la promoción del pluralismo
político, promover la igualdad de condiciones en la competencia política, la
participación electoral, la transparencia en los procesos electorales y en la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 371

asignación de la pauta oficial, la promoción de una cultura política democrática


y participativa y la participación política y ciudadana de la mujer de los pueblos
étnicos en el marco del presente Acuerdo; así como la reforma al régimen y la
organización electoral.

7. Circunscripciones Territoriales Especiales de Paz - CTEP y


Representación Política de los Pueblos Étnicos. Se garantizará la
participación de los pueblos étnicos en las Circunscripciones Territoriales
Especiales de Paz - CTEP, por estar entre las poblaciones mayormente
afectadas por el conflicto y el abandono estatal. Para ello, se adoptarán las
siguientes medidas:

a) Por tratarse de una circunscripción especial a Cámara, podrán


avalar listas de candidatos a la circunscripción especial de paz, los partidos
políticos que obtuvieron personería jurídica por circunscripción especial
indígena o afrocolombiano avalado por la Comisión étnica para la paz y la
defensa de los derechos territoriales y que al momento de entrar en vigor las
CTEP no cuenten con representación en la Cámara de Representantes.
b) Los partidos, organizaciones o grupos significativos de
ciudadanos deberán llevar en sus listas a CTEP por lo menos una mujer y un
representante de los pueblos étnicos.
c) Podrán avalar listas de candidatos a las CTEP las Organizaciones
representativas de los pueblos étnicos que hacen parte de la Comisión étnica
para la Paz y la Defensa de los derechos territoriales, con el mismo requisito
que establece la Constitución Política de 1991 para inscribir candidatos a sus
circunscripciones especiales.
d) Se deberá garantizar puestos y Mesas de votación en los
Resguardos y comunidades de los pueblos étnicos, además de realizar
campañas de cedulación en concertación con sus Autoridades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 372

e) Se crearán las circunscripciones especiales a nivel territorial para


pueblos étnicos a Concejo y Asamblea en aquellos Municipios y Departamentos
donde existan Pueblos Indígenas o afrocolombianos. Para ello, se exigirá el
mismo requisito constitucional. Se hará la respectiva adecuación normativa
garantizando un mecanismo especial de consulta.
f) Además de las existentes, se crearán 5 curules especiales a
senado para los afrocolombianos y 5 curules para los pueblos indígenas. Se
ampliará 5 curules especial a Cámara especial para los pueblos indígenas y 5
curules para afrocolombianos; todas las anteriores serán de carácter
permanente.
g) El Estado dará prioritaria atención a la participación en la vida
política y pública en el país a las mujeres de los pueblos étnicos atendiendo sus
reivindicaciones históricas. Para ello tendrá en cuenta las recomendaciones de
la CEDAW sobre la materia, observando el enfoque diferencial de género,
mujer, familia y generaciones.
h) En las elecciones regionales siguientes al proceso de
refrendación de los acuerdos, se llevará a cabo una consulta popular para que
los ciudadanos del Litoral Pacífico, se pronuncien a favor o en contra de la
creación del Departamento del Pacífico. Posterior a la consulta, el gobierno
nacional, hará todas las gestiones necesarias para el cumplimiento de los
resultados de la misma.

6.3.4.4. Salvaguardas y garantías para la solución del problema de drogas de


uso ilícito.

1. El diseño, ejecución y evaluación del Programa Nacional Integral de sustitución


de Cultivos de Uso Ilícito PNIS, los Planes Integrales de Desarrollo y los
Programas de Sustitución y Recuperación Ambiental respecto de los Territorios
de los pueblos indígenas y afrocolombianos se realizarán con participación
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 373

efectiva y consulta de las comunidades y organizaciones representativas de los


pueblos étnicos.

2. Entendiendo que con el Acuerdo sobre cultivos de uso ilícito, el gobierno


nacional y las FARC-EP se orientan a la formulación del Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos de uso Ilícito, el cual tiene como principio la
voluntad de las comunidades, la erradicación voluntaria y la no resiembra en el
marco del plan de atención inmediata, el gobierno nacional y las FARC-EP
acatarán la autonomía y el gobierno propio de los pueblos étnicos, en cuyo caso
respetarán y fortalecerán la administración y control interno de los territorios
ancestrales de los consejos comunitarios de comunidades negras, como de los
resguardos y cabildos indígenas; en ese sentido en ningún caso las partes
impondrán políticas de uso sobre el territorio y los recursos naturales presentes
en ellos. Las intervenciones que en el marco del Acuerdo sobre cultivos de uso
ilícito se realicen en los territorios de los pueblos étnicos, deberán ser siempre
en definición autónoma de los pueblos, quienes en coordinación con la
instancia gubernamental que se cree para dichos efectos la implementarán
orientándose siempre a la materialización del desarrollo en el marco de sus
propias aspiraciones y en la implementación de sus planes de vida, planes de
etnodesarrollo, planes de manejo ambiental y ordenamiento territorial y su
reglamentación interna; propuestas que las comunidades han construido
tradicionalmente.

6.3.4.4.1. El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de uso ilícito


deberá garantizar.

• La coordinación y definición de las iniciativas a implementar en los territorios


étnicos por parte de las autoridades étnicas y sus organizaciones e
instituciones representativas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 374

• Fortalecimiento de iniciativas productivas, de soberanía, seguridad y autonomía


alimentaria, de la economía local y del estar bien comunitario,
• Fortalecimiento de la identidad cultural y de la cohesión social de las
comunidades (recuperación de valores, prácticas, conocimientos y
espiritualidad ancestrales)
• Fortalecimiento de las iniciativas comunitarias para la autoprotección mediante
la formulación e implementación de Planes de gestión de riesgos, Planes de
Contingencia para la Erradicación Autónoma, alertas comunitarias e iniciativas
de visibilización nacional e internacional. En la institucionalidad que se cree
para la protección en el marco del post-acuerdo, la Unidad Nacional de
Protección contemplará, garantizará e implementará de la mano con las
autoridades e instituciones étnicas, las estrategias de protección colectivas que
eviten su revictimización ante la implementación de los programas de
erradicación autónoma de cultivos de uso ilícito.

6.3.4.4.2. Estrategia de erradicación autónoma de cultivos de uso ilícito en


territorios ancestrales de los pueblos negros e indígenas.

Se dará prioridad a las estrategias de erradicación autónoma sobre las cuales han
venido insistiendo los pueblos étnicos por más de una década, con miras a fortalecer
su autonomía y la capacidad de los Consejos Comunitarios, Resguardos y Cabildos
Indígenas para ejercer gobierno en sus territorios.

1. Teniendo en cuenta que el PNIS tiene una cobertura nacional. La priorización


de los territorios étnicos para el desarrollo e implementación de los PNIS tendrá
como criterios los territorios afectados por los cultivos de uso ilícito de los
pueblos étnicos que se encuentren en situación de riesgo de exterminio físico
y cultural a que hacen referencia los Autos 004 y 005 de 2009, el 092 de 2008
en seguimiento a la Sentencia T- 025 de 2004, y los territorios de los pueblos
indígenas en riesgo de extinción, así como, los territorios de los pueblos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 375

afrocolombianos que se encuentran en condiciones de confinamiento o


desplazamiento y que no se encuentren dentro de los planes de desarrollo
territorial PDET priorizados en el punto de Implementación, territorios de los
pueblos étnicos ubicados en zonas priorizadas en el marco de los PDETE y
territorios étnicos con densidad de cultivos de usos ilícitos.

2. Los Planes Integrales Comunitarios y Municipales de Sustitución y


Desarrollo Alternativo PISDA, tendrán un componente étnico, que será
formulado, ejecutado con el seguimiento, la participación y consulta de los
pueblos étnicos. Las Comisiones Municipales de Planeación Participativa y en
los Consejos de Evaluación y Seguimiento de los Planes de Sustitución y
Desarrollo Alternativo, estarán integrados por delegados y delegadas de los
pueblos étnicos de los resguardos, parcialidades, territorio de pueblos
indígenas y consejos comunitarios de los pueblos afrocolombianos.

3. La elaboración de los diagnósticos colectivos, que permitan establecer la


caracterización social, económica y ambiental del territorio; las necesidades de
dotación de la infraestructura física, social e institucional; la priorización de los
proyectos que respondan a estas necesidades; las potencialidades productivas
y la identificación de las áreas con cultivos de uso ilícito y su disposición en el
territorio, estarán a cargo de las autoridades étnicas de los resguardos,
parcialidades, territorios indígenas y consejos comunitarios de los pueblos
afrocolombianos.

4. Para la ejecución de los Planes de Sustitución en los territorios de los


pueblos étnicos se priorizará la contratación directa con los resguardos,
consejos comunitarios, asociaciones de cabildos indígenas, así como sus
organizaciones representativas con reconocida experiencia nacional, regional
y local en el impulso de iniciativas de desarrollo propio, planeación ambiental y
ordenamiento de los territorios étnicos; para lo cual se fortalecerá técnicamente
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 376

a los cabildos y consejos comunitarios en la generación de programas


productivos acorde a sus planes de vida y planes de etnodesarrollo o su
equivalente, en los territorios étnicos de aplicación de los PNIS.

5. En la implementación del Programa Nacional Integral de Sustitución de


Cultivos de Uso Ilícito en Parques Nacionales Naturales que traslapen con
resguardos, territorios ancestrales y/o tradicionales de los pueblos indígenas y
consejos comunitarios y comunidades afrocolombianas, deberá garantizarse la
participación y consulta con los pueblos étnicos en el marco de los acuerdos
con estas comunidades.

6. El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito


respetará y protegerá los usos y consumos culturales de plantas tradicionales
catalogadas de uso ilícito, la generación de alternativas empresariales en el
campo de la medicina y la industria para los cultivos existentes, y el diseño de
la oferta institucional para tratar a los miembros de comunidades consumidores
de estupefacientes. De igual forma, esta política creará espacios nacionales e
internacionales para que productores étnicos y campesinos discutan
periódicamente sobre alternativas productivas a los cultivos de uso ilícito. En
ningún caso se otorgará licencias de producción, transformación y/o
comercialización de cultivos de coca, marihuana y amapola en los territorios
étnicos a empresas distintas a las impulsadas por los propios pueblos y
comunidades étnicas.

7. Los programas de atención en salud para personas afectadas por el uso de


drogas ilícitas de pueblos étnicos en zonas rurales y urbanas, contarán con los
saberes ancestrales de medicina tradicional de los pueblos, asegurando la no
discriminación y estigmatización de las sabedoras, curanderas y sanadoras de
las comunidades, respetando las formas y creencias espirituales de los pueblos
étnicos, tradicionalmente desarrolladas por las mujeres.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 377

8. Acuerdo especial sobre derechos territoriales de pueblos étnicos. Casos


emblemáticos. Como un gesto de voluntad de paz, reparación y humanidad,
el Gobierno Nacional, las FARC-EP y las organizaciones representativas de los
pueblos étnicos en conjunto se comprometen a desarrollar un programa de
asentamiento, retorno, devolución, restitución y armonización de los territorios
del pueblo indígena Nukak, el pueblo Embera Katío del Alto San Jorge
resguardo Cañaveral, así como, del territorio del Consejo comunitario Alto Mira
y Frontera, Curvaradó y Jiguamiandó y La Alsacia, que ponga en marcha a su
vez un plan de recuperación territorial que garantice el pleno disfrute de sus
tierras ancestrales según sus costumbres y cosmovisión.

9. Este programa será concertado y coordinado en su diseño y ejecución con las


autoridades indígenas y negras de estos pueblos, con el apoyo de
organizaciones representativas de los pueblos étnicos, el cual contará con un
fondo especial para su financiación.

10. En la Estrategia de Comunicaciones, para promover los acuerdos de


sustitución en materia étnica, ésta deberá concertarse, diseñarse, ejecutarse y
difundirse con la participación de las organizaciones representativas de los
pueblos étnicos.

11. El Programa de Desminado y Limpieza de las áreas del territorio nacional,


se desarrollará en consulta y participación efectiva con los pueblos étnicos y
sus organizaciones representativas, un plan diferencial de desminado y
limpieza de minas antipersonal (MAP), municiones sin explotar (MUSE), y
artefactos explosivos improvisados (AEI) en los territorios de los pueblos
indígenas y afrocolombianos afectados. Para la realización de las labores de
desminado de zonas con cultivos de uso ilícito en territorios étnicos, se
requerirá de la concertación, planificación, coordinación, verificación y
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 378

acompañamiento de las autoridades tradicionales, sin involucramiento directo


de las comunidades en las labores del desminado.

12. Acuerdo de desescalamiento y generación de confianza. El Gobierno


Nacional y las FARC-EP, informarán a la Comisión Étnica para la Paz y la
Defensa de los Derechos Territoriales de los territorios étnicos, la ubicación
exacta donde existen sembradas minas antipersonas, así como, incluirán
dentro del programa piloto de desminado humanitario en los territorios de los
pueblos étnicos, casos pilotos de especial atención, como son, el pueblo
EMBERA ubicado en el Municipio de Puerto Libertador en Córdoba e Ituango
en Antioquia, además de los territorios del Pueblo JIW ubicado en el municipios
de San José del Guaviare - Departamento del Guaviare, los municipios de
Mapiripán y Puerto Concordia en el Departamento del Meta, Municipio de
Tumaco, Río Chaguí y Pueblo Awá en el Departamento de Nariño, los Consejos
Comunitarios Alto Mira y Frontera y río Chagui y en el Municipios de Buenos
Aires, departamento del Cauca, la Vereda La Alsacia, entre otros.

6.3.4.5. Salvaguardas y garantías para el tema acuerdo sobre las víctimas del
conflicto: “sistema integral de verdad, justicia, reparación y no
repetición”, incluyendo la jurisdicción especial para la paz; y compromiso
sobre derechos humanos.

1. El diseño, ejecución y puesta en marcha del Sistema Integral de verdad,


justicia, reparación y no repetición que hace referencia el punto 5.1 y sus
componentes como: La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la
Convivencia y la No Repetición; la Unidad Especial para la Búsqueda de
Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto; la
Jurisdicción Especial para la Paz y las medidas específicas de reparación
integral para la construcción de la paz y las garantías de No Repetición,
respecto a los pueblos étnicos deberá garantizar la perspectiva étnica y cultural,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 379

así como garantizar el derecho a la participación y consulta, en la definición de


estos mecanismos. Para ello, introducirá explícitamente en los sistemas
estadísticos de hechos y víctimas del conflicto y conexidades, las variables e
indicadores específicos de raza, etnia y género y tendrá en cuenta el enfoque
de género, mujer, familia y generaciones de los pueblos étnicos, para garantizar
un verdadero acceso a la verdad y la justicia y condiciones para la convivencia
y la reparación integral.

2. El Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición


respecto a los Pueblos étnicos deberá garantizar el ejercicio de las funciones
jurisdiccionales de las autoridades tradicionales dentro de su ámbito territorial,
de conformidad con la normatividad nacional e internacional.

3. La Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la No


Repetición, a que hace referencia el subpunto 5.1.1.1 contará con una
delegación de los pueblos y comunidades étnicas, en el grupo de comisionados
o comisionadas encargados de investigar lo sucedido en el marco del conflicto
armado en los territorios Étnicos. Se garantiza la transversalidad de la
perspectiva étnica y cultural, con la creación de un equipo investigativo de los
pueblos étnicos que se encargará de incorporar un capítulo especial sobre la
afectación del conflicto a los Pueblos y comunidades étnicos. La Comisión
Étnica para la Paz y Defensa de los Derechos Territoriales participará en el
proceso de escogencia y la definición de los criterios para la selección de los
comisionados de los pueblos étnicos a dicha Comisión.

4. En el marco de la implementación de los acuerdos, los procesos de


esclarecimiento de la verdad e instrumento de memoria histórica para la
convivencia, se asignarán y ejecutarán los recursos necesarios para que los
Pueblos étnicos desarrollen estudios y análisis sobre los impactos y
afectaciones de la violencia, sexual, económica, ambiental, cultural y emocional
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 380

generada por el conflicto armado interno y situaciones conexas, contra las


mujeres, niñas y jóvenes de los Pueblos étnicos, en áreas rurales y urbanas,
promoviendo y valorando el conocimiento y capacidades de los Pueblos étnicos
para dar cuenta de su propia historia.

5. El Comité de seguimiento y monitoreo a la implementación de las


recomendaciones de la Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la
convivencia y la no repetición que hace referencia el subpunto 5.1.1.1.10,
contará con la participación de delegados de las comunidades y pueblos
étnicos representativos de sus organizaciones. La Comisión Étnica de Paz y
Defensa de los Derechos Territoriales participará en el proceso de escogencia.

6. La Unidad para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el


contexto y en razón del conflicto que hace referencia el subpunto 5.1.1.2.
coordinará con las autoridades tradicionales de los pueblos y comunidades
étnicas el accionar en sus territorios; integrará personal de los pueblos
indígenas y afrocolombianos delegadas por sus organizaciones
representativas de los Pueblos étnicos; como las guardias indígenas y
cimarronas y otras formas organizativas propias, para coordinar acciones
humanitarias respecto a la búsqueda de personas desaparecidas de los
pueblos étnicos en el marco del conflicto armado.

7. La Jurisdicción Especial para la Paz que hace referencia el subpunto 5.1.2


dará énfasis a las necesidades de los pueblos y comunidades étnicas
reconociendo que son sujetos de especial protección, que merecen una
reparación y protección especial, por tanto, adoptaá una perspectiva étnica,
cultural y garantizará su participación activa.

8. En el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz se crearán mecanismos


para la articulación y coordinación con la Jurisdicción Especial Indígena y con
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 381

las autoridades ancestrales afrocolombianas cuando se presenten casos que


comprometan a sus miembros, sus organizaciones y territorios, en tales casos
se respetará las competencias jurisdiccionales de los pueblos étnicos. En
consecuencia, se creará un mecanismo concertado para dirimir los conflictos
que se presenten entre las dos jurisdicciones especiales.

9. En aras de lograr una institucionalidad con enfoque étnico, la nueva


Jurisdicción para la Paz, garantizará la participación sabios, sabias y expertos
indígenas y afros sobre jurisdicción especial indígena y afrocolombianos en
distintas ramas del Derecho, la resolución de conflictos y magistrados de los
pueblos étnicos en el nuevo Tribunal para la Paz. De igual manera los órganos
como la Unidad de Investigación y Acusación, que hace referencia el subtema
de procedimiento, órganos y sanciones del componente de justicia del
SIVJRNR, contará con un equipo de investigación especial para los casos de
violación a los derechos de los Pueblos étnicos. Este equipo estará compuesto
por expertos preferiblemente pertenecientes a los pueblos étnicos en el tema
en derechos de los pueblos étnicos, avalados por las organizaciones indígenas
y afrocolombianas nacionales.

10. Con el propósito de generar condiciones para una paz duradera y sostenible,
que restablezca las afectaciones a los derechos territoriales de los Pueblos
étnicos en el contexto del postconflicto; el gobierno nacional reconocerá y
garantizará las condiciones para la implementación del sistema de justicia de
los pueblos afrocolombianos y garantizará el funcionamiento y financiación de
la jurisdicción especial indígena y la justicia indígena. De igual manera se
creará un equipo étnico de investigación que establecerá la situación de
asistencia legal y humanitaria de los miembros de los Grupos étnicos en las
cárceles del País. Así como estudiar la situación legal que de manera
coordinada entre ambas jurisdicciones puedan ser objeto de excarcelación o
amnistía a miembros de los pueblos étnicos.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 382

11. Salvaguardas y Garantías para el tema de seguridad y lucha contra las


organizaciones criminales. Los sistemas de justicia que se creen en el marco
de las garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales, no
podrán ir en detrimento de los derechos adquiridos por los Pueblos étnicos. El
Gobierno nacional y las FARC-EP garantizarán la participación plena de los
Pueblos étnicos y sus organizaciones representativas en los organismos tales
como, la Comisión Nacional de Garantías de seguridad, La unidad
Especial de Investigación, la Instancia de alto nivel del sistema integral de
seguridad para el ejercicio de la política y demás que se creen en el marco
de las Garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones y que tengan
funciones de decisión e intervención en sus organizaciones, formas
organizativas y sus ámbitos territoriales.

12. Reparación: Medidas de reparación integral para la construcción de paz


que se refiere el punto 5.1.3. En el marco de los actos tempranos de
reconocimiento de responsabilidad colectiva que hace referencia el subpunto
5.1.3.1, el Estado y la FARC–EP, se comprometen a realizar el reconocimiento
de responsabilidad y a pedir perdón públicamente a los pueblos y comunidades
étnicas, acto seguido a la firma definitiva de los acuerdos, en actos coordinados
con la Comisión Étnica, y en los casos escogidos como emblemáticos y
concertados por las organizaciones y autoridades tradicionales étnicas
representativas, dando especial atención a los casos de mujeres, niñas y
jóvenes que éstos prioricen.

13. La Reparación colectiva en el fin del conflicto que hace referencia el punto
5.1.3.3 en relación a los Pueblos Étnicos entenderá la reparación integral,
diferencial y colectiva como el restablecimiento del equilibrio y la armonía de la
vida colectiva, étnica y cultural, material e inmaterial de estos pueblos y sus
territorios, en armonía con los Decretos Ley 4633 y 4635 de 2011, y la
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 383

complementariedad de los Autos 004, 005, del 2009 y 092 del 2008. En este
sentido se priorizará la implementación de los decretos a través de la creación
de un fondo especial con asignación específica para ellos y la adecuación
institucional que garantice la participación directa e incidente de los pueblos
étnicos e inclusión de la perspectiva étnica y cultural y el enfoque de género,
familia y generación, así como la inclusión de la perspectiva de mujer familia y
generación, en todos los procesos de implementación. Para tal efecto se
ampliará la vigencia de esta normatividad para que cobije su apropiada
observación durante el proceso de implementación de los acuerdos.

14. Las Medidas de Reparación Integral para la Construcción de la Paz y la


garantía de no repetición de nuevos hechos de violencia hacia los pueblos
étnicos, debe garantizar el fortalecimiento y puesta en marcha de los planes de
vida y planes de etnodesarrollo o sus equivalentes de los pueblos étnicos.

15. Los planes de reparación colectiva con enfoque territorial que hace
referencia el punto 5.1.3.3.2 así como los planes de desarrollo rural con
enfoque territorial (PDET) que tienen un carácter reparador como lo plantea
el punto 5.1.3.3.1, en relación a los pueblos étnicos contarán con mecanismo
de consulta especial para su implementación.

16. Los Planes nacionales de reparación colectiva que hace referencia el punto
5.1.3.3.3, contarán con la perspectiva étnica y cultural y enfoque de género,
mujer, familia y generación, en este marco el Estado implementará el Programa
de Reparación Étnica, colectiva y diferencial concertado con la Comisión Étnica
de Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales.

17. Las Medidas de recuperación emocional a nivel individual que hace


referencia el punto 5.1.3.4.1 así como el Plan de rehabilitación Psicosocial para
la convivencia y la no repetición que hace referencia el punto 5.1.3.4.2, que se
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 384

realicen en territorios étnicos deberán tener pertinencia cultural y contar con el


consentimiento de los pueblos étnicos.

18. Los Procesos colectivos de retornos de personas en situación de


desplazamiento y reparación de víctimas en el exterior que hace referencia
el punto 5.1.3.5 en relación a los pueblos étnicos garantizarán la articulación
con los planes de vida de los pueblos indígenas y planes de etnodesarrollo o
sus equivalentes para los pueblos Afrocolombianos y serán concertados con
las autoridades tradicionales y de gobierno propio de cada Pueblo.

19. Las Medidas sobre restitución de tierras que se refiere el punto 5.1.3.6 y la
política de restitución de tierras, para los Pueblos étnicos además de garantizar
la articulación entre los procesos de restitución de tierras y los procesos de
reparación colectiva, los programas de desarrollo con enfoque territorial así
como los demás planes y programas que se deriven de la implementación del
Acuerdo Final, articularán y fortalecerán los planes de vida de las comunidades
indígenas y planes de etnodesarrollo de los Pueblos afrocolombianos,
reconocerá y garantizará los derechos territoriales de los Pueblos étnicos.

20. La Adecuación y fortalecimiento participativo de la Política de atención y


reparación integral a víctimas en el marco del fin del conflicto y contribución
a la reparación material de las víctimas que hace referencia el punto 5.1.3.7
contará con la participación efectiva de los Pueblos étnicos y garantizará un
mecanismo especial de consulta. Se deberá considerar que en el Fondo
especial para las víctimas que refiere este punto, existirá una asignación
específica para las víctimas de los pueblos étnicos

21. Se concertará con las organizaciones representativas de los pueblos


étnicos un programa especial de armonización para la reincorporación de las
y los desvinculados pertenecientes a dichos Pueblos, que opten por regresar a
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 385

sus comunidades, lo que permita garantizar el restablecimiento de la armonía


territorial. El Estado coordinará con la Comisión Étnica la construcción de una
estrategia pedagógica y comunicativa de difusión de los principios de no
discriminación racial y étnica de las mujeres, jóvenes y niñas desvinculadas del
conflicto

22. Los mecanismos de protección a los defensores de derechos humanos


que se refiere el punto 5.2.2 para el caso de líderes y lideresas de los Pueblos
Étnicos tendrá una perspectiva diferencial acorde a las dinámicas sociales y
culturales de los pueblos, y deben ser concertados con los mismos.

23. Para el diseño, construcción y establecimiento del Programa de


seguridad y protección para las comunidades y organizaciones en los
territorios se garantizarán el fortalecimiento de los sistemas de seguridad
propios que hoy tienen los pueblos étnicos y que han sido reconocidos a nivel
nacional e internacional, como son la Guardia indígena y la Guardia cimarrona,
además deberán garantizar la participación plena de las organizaciones de los
Pueblos étnicos y/o sus organizaciones representativas y deberá acudirse
siempre a la consulta previa, libre e informada.

24. El Gobierno nacional garantizará que se mantendrán, fortalecerán los


esquemas de seguridad que hoy funcionan y que permiten brindar seguridad
a los líderes y lideresas amenazados en el marco del conflicto armado interno,
además se fortalecerán los sistemas de seguridad colectivos establecidos por
los pueblos étnicos en sus territorios con perspectiva diferencial.

25. En el Marco de la Política pública de derechos humanos que hace


referencia el punto 5.2.3, se formulará un programa nacional para la promoción,
prevención y protección de los derechos humanos de los Pueblos étnicos,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 386

garantizando la participación efectiva de las organizaciones indígenas y


afrocolombianos del país en su formulación, implementación y monitoreo.

26. La pedagogía para la paz en los territorios étnicos será realizada por los
Pueblos y comunidades étnicas, para lo cual se asignarán recursos específicos
para las propuestas presentadas y concertadas con sus organizaciones
representativas. Se realizará una contratación directa con las organizaciones
representativas de los pueblos étnicos.

Implementación y verificación.

1. Para cada uno de los puntos a que hace referencia el presente capítulo que
contemplan un mecanismo especial de consulta, se creará una Instancia
Especial de Alto nivel de concertación con Pueblos Étnicos para la
implementación de los acuerdos, que acordará entre el Gobierno Nacional, las
FARC-EP; y las Organizaciones representativas de los Pueblos Étnicos y la
Comisión étnica para la paz y la defensa de los derechos territoriales; un
Protocolo Especial de Consulta, específica y exclusivamente para la
Implementación, verificación de los acuerdos que contemplen dicho
mecanismo, sin detrimento del derecho a la Consulta previa libre e informada.

2. Se creará un Plan Especial para la Implementación y verificación de los


acuerdos que recoja los distintos elementos contemplados en el capítulo
étnico, y desarrolle una estrategia concertada que garantice la efectividad en
el cumplimiento de los mismos. Dicho plan se diseñará a través de la Instancia
de Alto Nivel de Concertación.

3. Adecuación Institucional. El Gobierno nacional garantizará la participación


directa de los Pueblos étnicos en cada una de los espacios Instituciones,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 387

Comisiones, Fondos, Agencias, Planes, programas y otros, que se concerten


en el marco del punto 6 del Acuerdo General para la terminación del conflicto
de una paz estable y duradera en Colombia. Para ello, se concertará con la
Instancia Especial de Alto nivel de concertación con Pueblos Étnicos para la
implementación de los acuerdos, las garantías de participación en las
Instancias correspondientes que se crearán para que la adecuación
Institucional responda a la Implementación de los acuerdos en los territorios y
comunidades de los Pueblos étnicos.

4. Adecuación Normativa. Las reformas normativas que se requieran para la


implementación del Acuerdo General para la terminación del conflicto de una
paz estable y duradera en Colombia, los mecanismos de consulta que
requieran de un protocolo especial y aquellos que deberán hacerse por el
trámite ordinario respectivo, con respecto a cada uno de las normas o
procedimientos establecidos para la Implementación de los acuerdos se
acordará con Instancia Especial de Alto nivel de concertación con Pueblos
Étnicos para la implementación de los acuerdos.

5. Presupuesto. El Estado colombiano garantizará el presupuesto real, efectivo


y suficiente, en cada uno de los fondos que se contemplen en los diferentes
instrumentos que adecuen la normatividad e institucionalidad respectiva, para
la Implementación, verificación de los acuerdos que contemplen una
perspectiva étnica y cultural.

6. Las fuentes de financiación para la implementación de los Acuerdos no


involucrarán, a aquellos acuerdos en materia presupuestal que ya se hayan
realizado entre el Gobierno Nacional y los Pueblos Indígenas y
afrocolombianos, consignados en el Plan Nacional de Desarrollo vigente y
demás políticas consultadas y concertadas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 388

7. Para la implementación de los acuerdos suscritos entre el Gobierno Nacional


y las FARC EP, deben establecerse específicamente aquellos recursos que
serán invertidos en grupos étnicos, diferenciados entre sí. Para lo anterior se
requiere la consulta y concertación de las actividades y presupuestos
diferenciados, en atención a lo dispuesto en la normatividad y la ley.

8. Dentro de la figura de financiación creado para la paz (Fondo de inversiones


para la paz y otros) será específico e independiente, para cumplir los acuerdos
que se implementen en los territorios étnicos, el cual contará con su propia
estructura, funciones, características y deberá aclarar desde y hacia dónde se
dirigirán las distintas fuentes de financiación.

9. Presupuesto General de la Nación: sin detrimento de los compromisos ya


establecidos con grupos étnicos y que respondan de forma específica al
cumplimiento de los acuerdos. En el marco de la Reforma Tributaria que
establecerá el recaudo de los Ingresos Corrientes de la Nación, ésta deberá
ser consultada y concertada con os Pueblos étnicos en el marco del
reconocimiento de la Constitución Política de Colombia, los Decretos
dispuestos para poner en funcionamiento los territorios indígenas,
afrocolombianos y demás disposiciones.

a. Sistema General de Regalías: Sin detrimento de los recursos destinados


a Pueblos Indígenas y afrocolombianos.
b. Sistema General de Participaciones: Sin detrimento de los recursos
destinados a Resguardos Indígenas.
c. Aportes de Cooperación Internacional y Sector Privado: con respecto al
sector privado, es necesario que se mantenga un respeto por la vida de
los Pueblos Indígenas y afrocolombianos, víctimas de las grandes
empresas que afectan sus territorios, evitando los incentivos tributarios
a estos (en caso de existir denuncias sobre afectaciones a los Pueblos
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 389

Indígenas y afrocolombianos) y salvaguardando la dignidad de los


Pueblos Étnicos.

10. La implementación de los acuerdos garantizará la participación, el incremento


de beneficios sociales, económicos y ambientales de las mujeres, jóvenes,
niños y niñas en sus comunidades y territorios urbanos y rurales, como forma
de prevenir y mitigar los impactos y garantizar las reparaciones y
compensaciones que los procesos de desmovilización puedan generar para
éstas.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 390

CONCLUSIONES

La construcción de un cambio fundamental de paradigma en la concepción del Estado


colombiano, tuvo como escenario central los procesos de movilización social, primero
por la paz a finales de la década de 1980, en uno de los episodios más crueles de la
vida moderna de la nación. En esta coyuntura la violencia narcoterrorista por un lado
y al mismo tiempo la vinculación del Movimiento 19 de abril a la vida social y política
del país reclamaba un cambio de relacionamiento institucional, así como, una nueva
adecuación del Estado colombiano para traer al país a la modernidad, modernidad
institucional, modernidad de la justicia y modernidad social, política y cultural.

Es en este contexto en el que las luchas de las comunidades negras, afrocolombianas


cobran un nuevo influjo, ya entre los años 70 y 80 se erigía un proceso de movilización
social que abogaba por el reconocimiento al legado cultural de dichas poblaciones y
posteriormente por el derecho a la protección de los territorios que ancestralmente
habían habitado.

El proceso pre constituyente en Colombia en 1990 y la Asamblea Nacional


Constituyente de 1991, exigió para las comunidades afrocolombianas, la
estructuración de organizaciones rurales, barriales, de ríos y con ellas regionales y
nacionales, en la perspectiva de estructurar un potente movimiento social que
transformara al actor común y sin presencia política, negro o comunidades negras, en
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 391

sujetos, sujetos políticos, culturales, económicos y sociales, el sujeto comunidad


negra, afrocolombiana en Colombia, no solo constituyó un referente en la manera de
construir derechos en el país, sino que, sirvió de referente a la construcción de
derechos de los descendientes de africanos en la región.

De allí, se erigieron procesos de comunidades negras en Ecuador y se impulsó desde


Colombia con los encuentros binacionales de Colombia y Ecuador en la denominada
gran Comarca, un movimiento más amplio que posteriormente vinculó a Venezuela,
Panamá, Perú y más adelante a Uruguay, Brasil entre otros. Dicha articulación
constituyó la estructura de red de afrodescendientes más importante en la región de
América del Sur, Centro América y el Caribe denominada la Alianza Estratégica de
Afrodescendientes, la cual influyó en el proceso de preparación de la Tercera
Conferencia Mundial contra el racismo, la discriminación racial y las formas conexas
de intolerancia, realizada en Durban, Sudáfrica en el año 2001, conferencia que
produjo el mayor reconocimiento internacional de los afrodescendientes
especialmente en el hemisferio sur.

La diplomacia desplegada por el movimiento de afrodescendientes impulsó el


fortalecimiento de los procesos de reconocimiento de derechos de los
afrodescendientes al interior de las naciones especialmente en Ecuador, Brasil y
Uruguay en los cuales se tomaron diversas medidas legales y administrativas no solo
reconociendo el aporte cultural al desarrollo de estas naciones, sino implementando
acciones para promover su desarrollo económico y social.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 392

Las comunidades afrocolombianas a pesar de las situaciones difíciles en que se


desenvuelven sus vidas en este momento de la historia, mantienen un proceso de
lucha permanente contra las imposiciones y en busca constante de la
autodeterminación como pueblo, en ese sentido y atendiendo los procesos históricos
de negación y lucha por derechos, estas comunidades, han construido derechos
humanos para sí, al tiempo que han contribuido al fortalecimiento del movimiento
ambientalista en la perspectiva de sus reivindicaciones y sus cosmovisiones respecto
de los territorios y la naturaleza.

Visto desde esta perspectiva, estas poblaciones evidencian que los derechos
humanos no están dados de suyo, más estos comprenden procesos de construcción,
procesos de luchas, las cuales son y deben ser duraderos en el tiempo, con dinámicas
de picos altos que comprenden la efusividad que moviliza en un momento específico
de la lucha, la mayoría de sus organizaciones, comunidades, líderes y sistemas de
resistencia, mas este proceso de lucha también tiene bajas donde se desarticula su
sistema organizativo comunitario, en tanto esto genera que las acciones no sean
contundentes y los factores desestabilizadores de poderes externos a los intereses
propios de dichos pueblos penetren y vulneren o paralicen la agenda de
reivindicaciones.

En el caso del proceso organizativo de las comunidades, líderes y lideresas


afrocolombianas en Colombia, la evidencia de que las veces que más se ha avanzado
en logros respecto de sus derechos en el marco de lucha por la dignidad, es cuando
ha habido una corriente movilizadora que a pesar de las dispersiones teóricas y
conceptuales, han hecho converger muchos de esos mismos esfuerzos en acciones
concretas y momentos concretos de la historia.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 393

Los Derechos Humanos como productos culturales, implica una permanente acción y
movilidad de los actores sujetos que posibilite la alteridad de los derechos, o sea, los
derechos humanos como parte de la sucesión de hechos constantes que las personas
deben realizar, para construir así la dignidad que se persigue en un mundo
complejizado; en ese marco de derechos de facto que se supone están allí, más los
mismos por sí solo no operan hacia esa ruta de dignificar la vida.

La construcción del marco referencial de derechos de las comunidades


afrocolombianas en Colombia, instituidas y codificadas en un marco legal como se
evidencia en la investigación impulsados y construidos desde las comunidades,
organizaciones y en el movimiento social afrocolombiano, se convirtieron en
estrategias de afirmación de la presencia histórica, aportes al desarrollo de la sociedad
colombiana y al fortalecimiento de la identidad cultural de los pueblos
afrocolombianos, así como, han facilitado la formulación de lineamientos de políticas
públicas en materia de desarrollo económico, social y cultural para estas comunidades
y ciudadanos que de aplicarse facilitarán su acceso al mejoramiento de las
condiciones de vida de ellos como pueblos y como ciudadanos colombianos.

Estas construcciones constitucionales, normativas, jurídicas y administrativas, han


modificado el marco de referencia de la institucionalidad del Estado colombiano
respecto de las comunidades afrocolombianas que facilitarían la orientación e
integración de sus visiones al marco de referencia para el desarrollo del país en lo
tecnológico, científico, social, cultural y deportivo.

En efecto la falta de aplicabilidad efectiva del marco referencial de los derechos


instituidos a la población afrocolombiana, no solo ha generado una gran dispersión
organizativa, sino que también ha facilitado que recaigan sobre ellas los impactos
desproporcionados del conflicto armado interno que ha vivido el país y en cuyos
efectos ha desestructurado la vida en comunidad, la armonización de sus territorios,
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 394

como, los ha empobrecido toda vez que cambió sus esquemas productivos
tradicionales, los desplazó e insertó en un sistema de capital en el cual todo se compra
y todo se vende, hasta la propia dignidad de dichos actores y sujetos con una identidad
diferenciada y venidos de lógicas culturales más arraigadas al compartir, a la
construcción en comunidad, y en la que la soberanía alimentaria es parte de la vida
cultural y en comunidad de estas poblaciones.

De esta manera al advertir que si bien las comunidades afrocolombianas construyeron


un amplio marco constitucional y legal, un amplio marco normativo que reconoce sus
derechos como pueblo; la falta de implementación y de aplicación efectiva de los
mismos, no solo es contradictorio de los preceptos constitucionales y
jurisprudenciales, sino, que hace que el país, en esta materia, se encuentre en
un estado de cosas inconstitucional dado la amplia, progresiva y sistemática
violación de los derechos ya reconocidos al pueblo afrocolombiano.

Como lo evidencia la investigación la Ley 70 de 1993, o Ley de Comunidades Negras


como se le llamó, no solo es una de las pocas leyes en al país construidas consultando
y por las propias comunidades impactadas, sino que, es de las pocas que no se ha
logrado reglamentar después de más de 24 años de su expedición. La falta de
reglamentación de los capítulos IV, V, VI y VII de la Ley 70 de 1993, no solo ha dejado
el núcleo sustancial de la vida de estos pueblos, los impactos negativos de esta
decidía institucional y de los diversos gobiernos se puede advertir en:

• Los impactos desproporcionados de la minería ilegal en los territorios


ancestrales y titulados colectivamente a dichas comunidades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 395

• Las concesiones mineras que el propio gobierno ha realzado a empresas


multinacionales de amplios territorios que legalmente son propiedad de las
comunidades afrocolombianas.
• El bajo desarrollo económico, tecnológico y científico en las regiones
principalmente pobladas por los afrocolombianos.
• La inexistencia de políticas públicas específicas que garanticen la
empleabilidad de los ciudadanos afrocolombianos.
• La baja disposición de fondos específicos para el emprendimiento, la
investigación y el bienestar de las comunidades afrocolombianas.
• La falta de políticas públicas atinentes a superar el racismo, la discriminación
racial y con ello el fortalecimiento de la identidad cultural de las poblaciones y
ciudadanos afrocolombianos.

En ese sentido se han desarrollado propuestas de reglamentación integral de la Ley


70 de 1993, sin embargo, la misma no se ha logrado reglamentar. Esta situación
mantiene una permanente tensión entre el proyecto hegemónico, práctica histórica
institucional en Colombia, con el proyecto de etnodesarrollo y bienestar que impulsan
los pueblos diferenciados culturalmente, afrocolombianos e indígenas, cuya
trayectoria se orienta en la búsqueda del respeto a su cosmovisión y con ella la
reafirmación de la identidad étnico cultural afrocolombiana en perspectiva de un
modelo de desarrollo y bienestar acorde con sus entornos.

En Colombia durante los últimos veinticinco años finales del siglo XX y principios del
siglo XXI, han surgido dos grandes tendencias en materia de desarrollo económico y
social, una que tiene que ver con el desarrollo a raja tabla, o sea, la implementación
del modelo de capital y de crecimiento económico incluso a costa de la vida misma
de cientos de miles de ciudadanos y en contraposición, el modelo de bienestar que
defienden los pueblos afrocolombianos articulados a los pueblos indígenas y a
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 396

sectores académicos de ambientalistas. La primera desarrollista propende por el


crecimiento económico a costa de la destrucción de la naturaleza, de las culturas y
de la vida de comunidades enteras, la segunda en permanente resistencia al modelo
anterior, buscando el equilibrio y la armonía entre el hombre y la naturaleza,
construyendo el bienestar y buen vivir a partir de dicho equilibrio. Un ejemplo de dicha
tensión lo constituye la Consulta previa y el Consentimiento libre e informado.

La aplicación de la Consulta previa en Colombia se da a través de la puesta en marcha


del Convenio 169 de la OIT, uno de los aspectos de relevancia nacional en el país es
el relacionado con la expedición de leyes y actos administrativos que afectan a los
pueblos afrocolombianos. Aun cuando la Corte Constitucional colombiana en diversas
sentencias de Tutela y Constitucionalidad ha evaluado la aplicación de este derechos
y comparado con un derecho general que es el derecho a la participación, aun los
esfuerzos de los gobiernos son débiles en relación con los estándares que trae el
convenio y que ha orientado la Corte Constitucional que deben tenerse en cuenta a la
hora de implementar el derecho a la Consulta previa. Un aspecto que agrava la
aplicación de este derecho, tiene que ver con que se opta por pagar a líderes que
negocian en nombre de las comunidades dejando de lado el derecho fundamental de
los pueblos a ser consultados, afectando doblemente las comunidades en la
vulneración del derecho y la cooptación de sus líderes generando una situación de
mayor desprotección.

Este derecho que hace referencia a los principios y valores constitucionales de


protección de la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana, de proteger las
formas de vida de los pueblos y evitar que los mismos sean re victimizados como
consecuencia del modelo de desarrollo y de los impactos desproporcionados del
conflicto armado, social, político y económico que vive el país. Fue incorporado como
una prioridad para su aplicación en el proceso de implementación del Acuerdo final de
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 397

paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP, sin embargo, en un ejemplo clásico
de imposición institucional el derecho fundamental a la Consulta previa no viene
siendo aplicado en el marco de las leyes FAST TRACK que sientan las bases no solo
para la implementación del acuerdo de paz, sino, de la institucionalidad y el país que
seremos durante los próximos 50 años. La falta de Consulta previa de estas leyes es
un mensaje directo a que la paz excluye en su aplicación a los grupos étnicos
afrocolombianos e indígenas.

La aplicación y garantías en materia de participación y consulta previa, sigue siendo


un desafío para el estado colombiano y debe guiarse por los principios de buena fe,
libertad, información previa suficiente y adecuada, debido proceso, legitimidad,
oportunidad, pluralismo jurídico, y bilingüismo; la aplicación de estos implica en sí
mismos, una re adecuación institucional, la aplicación de los estándares del convenio
y de la Corte Constitucional, la revisión de métodos, roles, responsabilidades de las
instituciones del Estado y de los espacios de las comunidades enfocándose en
garantizar el estado de derechos y no en la aplicación de meros trámites que terminan
tranzados económicamente en un claro aprovechamiento de las condiciones
preexistentes de exclusión, pobreza, racismo y discriminación racial.

La Consulta previa y la participación como derechos fundamentales en Colombia


instituido para los grupos étnicos, es un derecho que se articula al derecho al
desarrollo inspirado en las propias visiones de los pueblos, en efecto el Estado
colombiano debe garantizar la aplicación de dichos derechos en función de ampliar
esas opciones de desarrollo de estos pueblos que sean reales propiciando la
profundización de sus conocimientos, articulando sus visiones a la construcción de un
modelo de desarrollo integral para la nación y en el cual, el Estado como garante de
derechos durante todas las etapas del proceso y en una perspectiva de futuro antes,
durante y después de los procesos de consulta, no solo para la protección de sus
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 398

derechos, mas también en el fortalecimiento de la propia institucionalidad del Estado,


permitan identificar las condiciones como se desarrollará, las potencialidades y
debilidades para que las comunidades puedan tomar decisiones suficientemente
informadas y en una concepción gana-gana y en efecto libre.

En materia de tierras y territorios, si bien ha habido un desarrollo del Decreto 1745 de


1995 respecto de la titulación colectiva a las comunidades afrocolombianas, esta
política ha tenido su mayor influjo en el territorio región del Pacífico donde se han
titulado aproximadamente seis millones de hectáreas, por el contrario unos débiles
desarrollos y baja implementación en garantizar los mismos derechos territoriales de
las comunidades afrocolombianas asentadas en los valles interandinos de los ríos
Cauca, Magdalena y la región del Caribe donde la aplicación de estos derechos sigue
siendo un desafío para la institucionalidad, toda vez que las condiciones de espacios
territoriales y presión política y económica sobre los mismos es mayor dado la facilidad
de acceso y comunicación a diferencia a la región del Pacífico.

Otro aspecto respecto de la política de tierras y desarrollo rural tiene que ver con que
si bien la Ley 70 y el Decreto 1745 reconocieron derechos territoriales a las
comunidades afrocolombianas en contextos de baldíos de la nación, existe un gran
vacío y desprotección de las comunidades que han ocupado territorios denominados
como ancestrales, y cuyos orígenes de asentamiento data de hace más de 400 años,
en esta dirección se hace necesario, no solo agilizar los procesos administrativos y
técnicos en los contextos en los cuales, la normatividad actual permite garantizar los
derechos de las comunidades, mas también la imperiosa necesidad de garantizar
derechos territoriales en territorios ancestrales del pueblo Negro, Afrocolombiano,
Palenquero y Raizal, un ejemplo de esto como lo demuestra la investigación es el
contexto de derechos territoriales del pueblo raizal en el archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina, que a pesar de sentencias constitucionales sobre sus
derechos territoriales, la actitud institucional sobre su implementación y garantía es
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 399

absolutamente débil. Otro ejemplo importante es la presión que sobre su territorio


ancestral sufren las comunidades afrocolombianas del Norte de Cauca debido al
avance de la agroindustria de la caña, la minería a gran escala y la minería ilegal.

No existe una política de desarrollo económico y social para las comunidades negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras del país que poseen tierras tituladas
ancestrales y colectivamente como las ya señaladas, aspecto que debe incorporarse
en la construcción de un eventual plan de gestión en materia de territorial.

En general en materia de desarrollo económico y social, las condiciones de las


comunidades afrocolombianas siguen siendo las más vulnerables, a la falta de
reglamentación del Capítulo VII de la Ley 70 de 1993 “Planeación y fomento del
desarrollo económico y social”, el cual en sus Artículos 47, 52, 55 y 57
respectivamente reza lo siguiente:

Que el “Estado adoptará medidas para garantizarle a las comunidades


negras de que trata esta ley el derecho a desarrollarse económica y
socialmente atendiendo los elementos de su cultura autónoma”.

“El Gobierno Nacional diseñará mecanismos especiales financieros y


crediticios que permitan a las comunidades negras la creación de
formas asociativas y solidarias de producción para el aprovechamiento
sostenido de sus recursos y para que participen en condiciones de
equidad en las asociaciones empresariales que con particulares
puedan conformar dichas comunidades. Para efectos del estimativo
de este aporte y para garantizar los créditos, se podrá tener en cuenta
el valor de los bienes que se autoriza aprovechar”.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 400

“El Gobierno adecuará los programas de crédito y asistencia técnica a


las particulares condiciones socioeconómicas y ambientales de las
comunidades negras objeto de esta ley.”

“El Gobierno Nacional creará una Comisión de estudios para la


formulación de un plan de desarrollo de las comunidades negras. Esta
comisión comenzará a operar una vez sea elegido el Presidente de la
República y hasta la aprobación del Plan nacional de desarrollo en el
CONPES. Este plan propondrá las políticas de largo plazo y será el
marco de referencia para que las políticas del Plan Nacional de
Desarrollo respeten la diversidad étnica de la Nación y promuevan el
desarrollo sostenible de esas comunidades de acuerdo a la visión que
ellas tengan del mismo. Esta será una comisión técnica con amplio
conocimiento de las realidades de las comunidades negras y para su
conformación se tendrá en cuenta las propuestas de las comunidades
negras. El Departamento Nacional de Planeación será responsable de
financiar los gastos para su cabal funcionamiento.”

Bajo este marco se han formulado desde el año 1994, y en los periodos 1994-1998,
1998-2002, 2002-2006, 2006-2010, 2010-2014 y un plan integral y de largo plazo en
total seis planes de desarrollo para las comunidades negras, afrocolombianas
palenqueras y raizales, sin embargo de dichos planes en el mejor de los casos el
Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Hacienda, han recogido su
parte teórica o filosófica, mas no ha habido en ninguno de ellos su incorporación
presupuestal real en el Plan plurianual de inversiones, lo que constituye una burla al
derecho de estas comunidades desarrollarse en el marco de sus propias aspiraciones
como lo señala la ley.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 401

Otro elemento que se evidencia en esta investigación, son los altos niveles de
afectación ambiental de los territorios ancestrales y titulados colectivamente a las
comunidades afrocolombianas, la falta de reglamentación del Capítulo IV de la Ley 70
sobre uso de la tierra y protección de los recursos naturales y del ambiente, son
un aspecto recurrente en la exigibilidad de garantías a sus derechos que vienen
realizando las comunidades afrocolombianas, impulsado en las organizaciones de
mujeres afrocolombianas en diversos puntos de la geografía nacional, especialmente
en el territorio región del Pacífico y la región del Norte del Cauca. Estos movimientos
de corte ambiental y de protección de los territorios y la vida, que armoniza la cultura
de las comunidades y la naturaleza, cobra fuerza y reposicionamiento a partir de la
movilización de mujeres afrocolombianas por el cuidado de los territorios y la vida
llevada a cabo recientemente.

El aspecto central que realzó la movilización de mujeres ha sido las diversas violencias
que sufren las comunidades y la denuncia sobre la falta de garantías institucionales y
del Estado para el ejercicio de la resistencia a factores como la minería ilegal que
destruye y contamina las tierras y los ríos y con ello, afectaciones incalculables en
ecología, cultura y vidas humanas. Sobre estas cuestiones, recientemente en dos
casos la Corte Constitucional primero sobre el caso de la Toma se ha pronunciado en
Sentencia de Tutela orientando la protección de los derechos del Consejo comunitario
de la Toma en el municipio de Suárez Departamento del Cauca y posteriormente un
juez de restitución de tierras sobre el caso del Consejo comunitario Renacer Negro en
el Municipio de Timbiquí en el Cauca, sin que las medidas ordenadas por dichas
instancias muestren avances sustanciales en el cumplimiento y protección de los
derechos de las comunidades y la seguridad de sus líderes que en algunos casos se
encuentran en condiciones de desplazamiento forzado.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 402

La construcción de una paz estable y duradera que incorpora la visión de los


afrocolombianos es un camino por recorrer, implica no solo la generosidad del
gobierno y las instituciones en perspectiva de futuro, sino una participación efectiva
en el proceso de transformación que debe sufrir el país, en lo social, político,
económico e institucional. El Capítulo Étnico que la Comisión Étnica para la paz y la
defensa de los derechos territoriales logró insertar en el Acuerdo Final de Paz entre el
Gobierno nacional y la guerrilla de las FARC, es una oportunidad para la protección
de los derechos previamente conquistado por los afrocolombianos y para que estos,
como las principales víctimas del conflicto armado interno, sean resarcidas en un
proyecto de nación más amplio que el que hasta ahora se ha venido configurando en
los 218 años de vida republicana que tiene el país.

La construcción constitucional y legal descrita, sus desarrollos y desafíos en su


implementación, pone de presente una corriente filosófica y política de las
organizaciones y sus dirigentes que actuaron en la gestión de los derechos de
las comunidades afrocolombianas, con la firme convicción e interés de
reconstruir el proyecto de nación hegemónico que ha circulado en el país por
más de doscientos años y transformarlo en un proyecto integrador de las
nacionalidades e identidades que desde esa nueva perspectiva, se traiga el país
a la modernidad real y en su efecto lo desarrolle con beneficios en mejoramiento
de la calidad de vida para todos los ciudadanos que lo habita.

La visión hegemónica y la permanencia de un estado de cosas inconstitucional


es una situación que ha impedido el desarrollo e implementación del marco legal,
filosófico y político, de los derechos del pueblo afrocolombiano en las políticas de
desarrollo económico y social del país, como su incorporación como sujetos en
la institucionalidad del Estado en el periodo señalado entre 1991 y el año 2016.
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Un factor decisivo en la limitación del desarrollo e implementación efectiva del marco


legal respecto de los afrocolombianos, ha sido, la cooptación temprana del movimiento
social afrocolombiano por actores que si bien pertenecen al grupo étnico, sus
construcciones y formación académica viene de otras vertientes, por ejemplo el
bipartidismo que gobernó el país hasta finales del siglo XX, en ese sentido las
diferencias internas expresadas entre las vertientes más alternativas del movimiento,
perspectivas más centradas en los derechos y sus avances, en contraposición de
liderazgos personalistas y con intereses marcados en lo personal y grupal y que
impulsadas por gobiernos y partidos políticos en una clara estrategia de evitar el
avance de los derechos reconocidos a las comunidades afrocolombianas en materia
territorial y de afectación institucional, hacen parte de las tensiones que evitan el
ascenso del liderazgo afrocolombiano.

De igual manera, estas tensiones ha llevado a que se debiliten y casi que


desaparezcan los espacios de concertación tipo Comisión Consultiva de Alto Nivel de
comunidades afrocolombianas, Comisión Pedagógica Nacional de Comunidades
afrocolombianas y Comisión para la formulación del plan de desarrollo nacional de
comunidades afrocolombianas concebidas para garantizar la implementación de la
Ley 70 de 1993 y el desarrollo económico y social de estas comunidades.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE 404

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