Retiro de Adviento 2020
Retiro de Adviento 2020
Retiro de Adviento 2020
Digo esto y me acuerdo de los árboles, pero también de algunas piedras, de los
animales, pero también de la luna bajo la que se cría el mar de las ballenas.
¿Qué le sucede a la mujer sin fruto, que se acaricia y dice: «soy un árbol, hembra
me llamo y sin embargo vuelvo más pobre del amor cada mañana»?
Ay, hijo mío, ay, hijo mío, ay, hijo mío, canta mientras reúne su vientre como trigo, y
oye bajar la sangre que debiera aquietarse por no arrastrar consigo la mañana del
hijo.
Sabe que no es verdad que hay sol acumulado dentro de las entrañas, que no se
llama otoño lo que no guarda frutos entre el heno segado del verano.
Ay, hijo mío, canta tras la puerta y la veantana cerradas ante las cuales Israel se
agolpa y esgrime salmos y otras escrituras que señalan a la que no da hijos.
Por eso cuando él vino, Zacarías, el padre, guardó un silencio como si se dispusiera
a reescribir la Biblia.
Digo esto y lo escribo sentado a la puerta de esta casa sobre la que vuelan fábulas
y palomas , donde María canta lo que ya estaba escrito y el niño Juan Bautista pide
miel y langostas al desierto para criarse como el mayor de los profetas.
Blanco Vega
El texto
Evangelio: Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista.
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del
turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y
leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad
avanzada.
Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la
costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor
a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la
ofrenda del incienso.
Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al
verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un
hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se
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sábado, 19 de diciembre de 2020
alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino
ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos
hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de
Elías, “para convertir los corazones de los padres hacía los hijos”, y a los
desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien
dispuesto».
Respondiendo el ángel le dijo: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he
sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás
mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a
mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno».
Lucas 1, 5-25
• Serenarse
• La oración sólita…
• La historia
• Ver las personas… Oír lo que hablan… Mirar lo que hacen… reflectir para sacar
provecho
• Coloquio
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sábado, 19 de diciembre de 2020
Puntos para la oración… por si ayudan
- El tiempo que nos toca vivir, Herodes el Grande, final del adviento con pandemia
y restricciones por la COVID
• Vicente, el vencedor
• Francisco, el francés
- La misión
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sábado, 19 de diciembre de 2020
- Epílogo I… el Benedictus
y el frío no me abandona.
– ¿Y a dónde ca tu persona,
Villancico de la compasión