Retiro de Adviento 2020

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sábado, 19 de diciembre de 2020

Retiro comunitario Sábado III Adviento


Introducción
Cualquier cosa da un fruto sabroso, venenoso, raquítico o estacionalmente tierno.

Digo esto y me acuerdo de los árboles, pero también de algunas piedras, de los
animales, pero también de la luna bajo la que se cría el mar de las ballenas.

¿Qué le sucede a la mujer sin fruto, que se acaricia y dice: «soy un árbol, hembra
me llamo y sin embargo vuelvo más pobre del amor cada mañana»?

Ay, hijo mío, ay, hijo mío, ay, hijo mío, canta mientras reúne su vientre como trigo, y
oye bajar la sangre que debiera aquietarse por no arrastrar consigo la mañana del
hijo.

Isabel ha cumplido todos los años de la desesperanza.

Sabe que no es verdad que hay sol acumulado dentro de las entrañas, que no se
llama otoño lo que no guarda frutos entre el heno segado del verano.

Ay, hijo mío, canta tras la puerta y la veantana cerradas ante las cuales Israel se
agolpa y esgrime salmos y otras escrituras que señalan a la que no da hijos.

Por eso cuando él vino, Zacarías, el padre, guardó un silencio como si se dispusiera
a reescribir la Biblia.

Digo esto y lo escribo sentado a la puerta de esta casa sobre la que vuelan fábulas
y palomas , donde María canta lo que ya estaba escrito y el niño Juan Bautista pide
miel y langostas al desierto para criarse como el mayor de los profetas.

Blanco Vega

El texto
Evangelio: Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista.
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del
turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y
leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad
avanzada.

Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la
costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor
a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la
ofrenda del incienso.

Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al
verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.

Pero el ángel le dijo:

«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un
hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se

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alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino
ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos
hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de
Elías, “para convertir los corazones de los padres hacía los hijos”, y a los
desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien
dispuesto».

Zacarías replicó al ángel:

«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad


avanzada».

Respondiendo el ángel le dijo: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he
sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás
mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a
mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno».

El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto


en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido
una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.

Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después


concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo:

«Esto es lo que ha hecho por mí el Señor cuando se ha fijado en mi para quitar mi


oprobio ante la gente».

Lucas 1, 5-25

Pasos de la contemplación… que os sabéis de memoria


• Preparar la oración

• Serenarse

• A dónde voy y a qué… presencia de Dios

• La oración sólita…

• La historia

• Composición viendo lugar / el Templo - Ein Karem

• Demandar lo que quiero

• Ver las personas… Oír lo que hablan… Mirar lo que hacen… reflectir para sacar
provecho

• Coloquio

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Puntos para la oración… por si ayudan
- El tiempo que nos toca vivir, Herodes el Grande, final del adviento con pandemia
y restricciones por la COVID

- Zacarías… un sacerdote anciano / Isabel una anciana, afrentada (justos)

- ¿Se me ha pasado el arroz? El momento del templo

- Los nombres… orar a la comunidad

• Zacarías (Dios se acuerda, el recordado de Dios)

• Isabel (“Elisheva” Juramento de Dios o promesa de Dios)

• Gabriel (fuerza de Dios, Dios es mi fortaleza)… el que camina en la presencia


del Señor

• Juan, Yavéh hizo gracia o favor, con su nacimiento se pasa de la situación


desgraciada a la situación con gracia

• Luzio, el luminoso, el nacido al amanecer, el que brilla

• Vicente, el vencedor

• Francisco, el francés

• Ramón, protegido por el consejo divino

• Manuel, Dios con nosotros

• Jorge, el que trabaja la tierra, el agricultor

• Amador, el que ama

• José, ha quitado Dios mi afrenta, ha borrado… (José el hijo de Raquel y Jacob,


ha borrado Dios mi afrenta y me ha dado un hijo)

• Higinio, el sano, el vigoroso, el que tiene salud

• Bartolomé, el hijo de Tolomeo, el hijo del poderoso en la batalla

- El encuentro, temor, alegría, plegarias…

- Cómo será el niño… un consagrado, ser grande

- La misión

- El miedo y la mudez ¿Cómo estaré seguro?

- Las promesas de Dios se cumplen

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- Epílogo I… el Benedictus

- Epílogo II… y dos villancicos de Blanco Vega

La noche en la que nuestra madre Eva fue al portal de Belén

– Cúbrete, mujer, que nieva .

– Si soy más vieja que el frío...;

no llevará el viejo río

más hielos de los que lleva.

Déjalo nevar, soy Eva

y el frío no me abandona.

– ¿Y a dónde ca tu persona,

madre de la raza humana?

– Llevo al niño una manzana

para ver si me perdona.

Villancico de la compasión

La oveja coja también, que el niño llora por ella.

Le importa poco la estrella

si hay ojos que no la ven.

Que ya Belén no es Belén,

sino total paradoja;

da el sol al que más se moja

y es pobre el que más tenía,

anda de reina María

vendando a la oveja coja.

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