Tema 3 Pleno Nulidad Reincorporación
Tema 3 Pleno Nulidad Reincorporación
Tema 3 Pleno Nulidad Reincorporación
TEMA N° 3
Pregunta Problematizadora
Primera Ponencia:
Segunda Ponencia:
de la administración.
000306
JURISPRUDENCIA
Pleno Jurisdiccional
Nacional Constitucional
“Exp. N° 729-2009 ”
Pleno Jurisdiccional
Nacional Constitucional
“Exp. N° 4159-2009 ”
Pleno Jurisdiccional
Nacional Constitucional
En Lima (Arequipa), a los 28 días del mes de noviembre de 2011, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Beaumont Callirgos y
Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Eduardo Erasmo Granda Monroy
contra la resolución expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, de
fojas 387, su fecha 2 de noviembre de 2010, que declaró fundada la excepción de
incompetencia por razón de la materia, nulo todo lo actuado y concluido el proceso de amparo
de autos.
ANTECEDENTES
Refiere que la resolución cuestionada ordena su pase a la situación militar de retiro por
renovación sin contener una motivación ni fundamento que la sustente debidamente. Expresa,
además, que cuando se decidió su pase a la situación de retiro, aún no tenía la condición de
“renovable”, pues no cumplía con la condición referida a los años de antigüedad en el cargo de
Coronel.
El Primer Juzgado Civil de Tacna, con fecha 5 de agosto de 2010, declara fundada la
excepción de incompetencia por razón de la materia, ordenando que se remitan los actuados al
Juzgado Laboral de Tacna para que se adecue la demanda al proceso contencioso-
administrativo, pues considera que se trata de una controversia que atañe al régimen laboral
público.
FUNDAMENTOS
Cuestión previa
oficiales de la Policía Nacional del Perú y de las Fuerzas Armadas, y de servicios de los
grados de mayor a teniente general, de acuerdo con las necesidades que determine la
Policía Nacional.
4. Sin embargo, y como ha sido establecido por este Tribunal en la sentencia recaída en el
Expediente N.º 0090-2004-AA/TC (Caso Callegari, fundamento 5), todas las
resoluciones y las sentencias emitidas con posterioridad a ella, respecto del pase de
personal de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú de la situación de
actividad a la de retiro por causal de renovación, deberán sujetarse a los criterios allí
establecidos, debido a que dichas resoluciones no pueden quedar exentas del control
constitucional realizado por este Colegiado.
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese.
SS.
ÁLVAREZ MIRANDA
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
000325
Pleno Jurisdiccional
Nacional Constitucional
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Juan Carlos Callegari Herazo contra la
sentencia expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
283, su fecha 25 de julio de 2003, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS
§1. Petitorio
§3. El tema del pase a la situación de retiro por causal de renovación en las Fuerzas
Armadas y Policía Nacional
Precisamente, en base a ello, este Tribunal anuncia que con posterioridad a la publicación
de esta sentencia, los nuevos casos en que la administración resuelva pasar a oficiales de las
Fuerzas Armadas y Policía Nacional de la situación de actividad a la situación de retiro por
renovación de cuadros, quedarán sujetos a los criterios que a continuación se exponen.
Alcances del artículo 167.º de la Constitución Política y del artículo 58.º del Decreto
Legislativo N.º 752
La discrecionalidad
La discrecionalidad normativa
Consiste en el arbitrio para ejercer la potestad de reglamentar las leyes sin transgredirlas ni
desnaturalizarlas.
La discrecionalidad planificadora
La discrecionalidad política
Es el arbitrio de la determinación de la dirección y marcha del Estado. Por ende, tiene que
ver con las funciones relacionadas con el curso de la acción política, los objetivos de
gobierno y la dinámica del poder gubernamental. Para tal efecto, define las prioridades en
lo relativo a políticas gubernamentales y al ejercicio de las competencias de naturaleza
política.
La discrecionalidad técnica
Se define como el arbitrio para valorar o seleccionar, dentro de una pluralidad de opciones,
un juicio perito o un procedimiento científico o tecnológico.
10. La doctrina acepta la existencia de conceptos con contenido y extensión variable; esto es,
reconoce la presencia jurídica de conceptos determinables por medio del razonamiento
jurídico que, empero, varían de contenido y extensión según el contexto en que se
encuentren o vayan a ser utilizados.
Los conceptos jurídicos poseen un contenido, en tanto éste implica el conjunto de notas o
señas esenciales y particulares que dicha representación intelectual encierra, y una
extensión, que determina la cantidad de objetos o situaciones adheridas al concepto.
En ese orden de ideas, el derecho concede un margen de apreciación a una autoridad para
determinar el contenido y extensión del concepto aplicable a una situación particular y
concreta, siempre que dicha decisión no sea manifiestamente irrazonable o
desproporcionada con las circunstancias en donde será utilizada.
11. El interés público tiene que ver con aquéllo que beneficia a todos; por ende, es sinónimo
y equivalente al interés general de la comunidad. Su satisfacción constituye uno de los
fines del Estado y justifica la existencia de la organización administrativa.
El interés se expresa confluyentemente como el valor que una cosa posee en sí misma y
como la consecuencia de la inclinación colectiva hacia algo que resulta atractivo,
000333
Dicho interés es tan relevante que el Estado lo titulariza, incluyéndolo entre los fines que
debe perseguir necesaria y permanentemente.
Como bien refiere Fernando Sainz Moreno (vide supra), en sí misma, la noción de “interés
público” se distingue, aunque no se opone, a la noción de “interés privado”. Dicha
distinción radica en que, por su capital importancia para la vida coexistencial, el interés
público no puede ser objeto de disposición como si fuese privado.
Es así que el interés público, como concepto indeterminado, se construye sobre la base de
la motivación de las decisiones, como requisito sine qua non de la potestad discrecional de
la Administración, quedando excluida toda posibilidad de arbitrariedad. En ese sentido, la
potestad discrecional de la Administración, en el caso del pase a retiro por renovación de
cuadros de los oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, debe tener como
sustento la debida motivación de las decisiones, las cuales, asimismo, tienen que estar
ligadas a la consecución de un interés público que, en el caso de autos, está directamente
vinculado a la finalidad fundamental de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional:
garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República, y garantizar,
mantener y restablecer el orden interno, respectivamente, entre otras funciones que la
Constitución y la ley le asignen, y al cumplimiento óptimo de sus fines institucionales en
beneficio de todos y cada uno de los ciudadanos, mediante la renovación constante de los
cuadros de oficiales, realizada en forma objetiva, técnica, razonada y motivada,
excluyendo toda posibilidad de arbitrariedad.
La arbitrariedad
De allí que desde el principio del Estado de Derecho, surgiese el principio de interdicción
de la arbitrariedad, el cual tiene un doble significado:
En consecuencia, lo arbitrario será todo aquello carente de vínculo natural con la realidad.
“La administración puede elegir ciertamente el trazado de la nueva carretera que mejor le
parezca: el más barato y el más sencillo técnicamente, el que cause un menor impacto
ecológico, el que produzca un trastorno menor de la vida social, el más corto, el que más
rentabilice la inversión por su mayor capacidad de absorber un tráfico más abundante, el
que redima del aislamiento a mayor número de núcleos de población, etc. Optar por uno o
por otro es su derecho, pero razonar el por qué de su elección es su deber, su inexcusable
deber. El mero «porque sí» está constitucionalmente excluido, como lo está la nada
infrecuente apelación al carácter discrecional de la elección y, con mayor motivo todavía,
el simple silencio al respecto.”
motivación, es decir, una razón de la elección, ésta debe ser plausible, congruente con los
hechos, en los que necesariamente ha de sustentarse, sostenible en la realidad de las cosas
y susceptible de ser comprendida por los ciudadanos, aunque no sea compartida por todos
ellos. No basta, como es obvio, cualquier explicación que la Administración convenga en
dar en el momento de la obligada rendición de cuentas; éstas han de ser, en todo caso,
debidamente justificadas.
15. En buena cuenta, la discrecionalidad queda sujeta a las siguientes limitaciones: a) en los
casos de los grados de discrecionalidad mayor la intervención jurisdiccional se orienta a
corroborar la existencia, el tiempo de ejercicio permitido, la extensión espacial y material,
así como la forma de manifestación jurídica constitucional o legal de dicha prerrogativa de
la libre decisión y el cumplimiento de las formalidades procesales; b) en los casos de los
grados de discrecionalidad intermedia y menor aparecen adicionalmente los elementos de
razonabilidad y proporcionalidad.
Es por ello que la prescripción de que los actos discrecionales de la Administración del
Estado sean arbitrarios exige que éstos sean motivados; es decir, que se basen
contradecir los hechos relevantes de la decisión. Más aún, entre ellas y la decisión
16. Estos fundamentos también han sido asumidos, por ejemplo, por el Tribunal
Constitucional español en la Sentencia N.º 353/1993 en la que determina que “la
“presunción de razonabilidad” o “de certeza” de la actuación administrativa, apoyada en la
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Por otro lado, Eduardo García de Enterría [en Trillo-Figueroa M.-Conde, Federico,
“Discrecionalidad Militar y Jurisdicción Contenciosa”, Revista española de Derecho
Administrativo, disco compacto, Madrid, Civitas Ediciones, Revista N.º 020, enero -
marzo de 1979] expresa que «es evidente que no puede consagrarse a favor de la
administración militar una libertad omnímoda y sin control (...) no hay para ello ninguna
exigencia política ni ninguna justificación práctica, y si hubiese sido necesario ya lo
hubieran dicho expresamente las normas que organizan y estructuran el Ejército
configurando las correspondientes facultades discrecionales.
razonabilidad con que se ejercen tales facultades el principio que otorga validez a los actos
de los órganos del Estado y que permite a los jueces, ante planteos concretos de parte
interesada, verificar el cumplimiento de dicha exigencia» (Conf. C.S 13-V-1986 «in re»
D'argenio, Inés, D. c/Tribunal de Cuentas de la Nación», revista «La Ley», t. 1986-D, pág.
770)”.
17. Así también lo entiende la Defensoría del Pueblo en su Informe Defensorial N.º 56
elaborado por la Defensoría Especializada en Asuntos Constitucionales de la citada
Institución, de diciembre de 2000, al señalar que “Las citadas normas –se refiere a los
Decretos Legislativos N.os 745 y 752, así como al Decreto Supremo N.º 83-92-DE/SG, que
aprueba el Reglamento del artículo 58.º del último decreto legislativo citado–, para ser
conformes a la Constitución, requieren que los poderes públicos, en especial las
administraciones policiales y militares, así como los órganos jurisdiccionales, las
interpreten adoptando criterios objetivos y razonables. De otro modo se estaría admitiendo
la posibilidad de decisiones arbitrarias lo cual está vedado en un Estado de Derecho, donde
no deben quedar zonas exentas de control . En efecto, “los principios de soberanía del
pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno”,
mencionados en el artículo 3.º de la Constitución, respaldan el derecho de todo ser humano
a exigir un uso razonable de los poderes públicos, derecho que se refuerza con la sujeción
de todo el Estado al principio de distribución, por el que su poder siempre está limitado
por la Constitución y las leyes, como proclama el artículo 45.º del texto constitucional.”.
18. Queda claro, entonces, que las resoluciones mediante las cuales se dispone el pase a
retiro por renovación de cuadros a los Oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía
Nacional deben fundamentarse debidamente, con argumentos de derecho y de hecho.
Tales decisiones deben sustentarse en procedimientos e indicadores objetivos, como por
ejemplo, el número de vacantes consideradas en el proceso anual de ascenso y los
resultados del mismo, que implica que las invitaciones para pase a retiro por renovación
deben darse después de conocer dichos resultados; los respectivos planes anuales de
asignación de personal; la relación de oficiales que indefectiblemente han de pasar a retiro
por alguna de las causales contempladas en el artículo 55.º del Decreto Legislativo N.º 752
y el artículo 50.º del Decreto Legislativo N.º 745; determinación de un mínimo de años de
servicios prestados a la institución y de permanencia en el grado; así como por el estudio
detallado del historial de servicios del Oficial.
§6 Derechos constitucionales a los que están sujetos los miembros de la Policía Nacional del
Perú
19. Este Colegiado ha dejado claramente establecido que la lesión de los derechos
fundamentales de la persona constituye, per se, un acto inconstitucional, cuya validez no
es en modo alguno permitida por nuestro ordenamiento. En ese contexto, y, al amparo de
la Norma Fundamental, el Tribunal Constitucional tiene la obligación de disponer a favor
000339
del agraviado la tutela más amplia, efectiva y rápida posible, restituyéndole en el goce
integral y en el ejercicio pleno de su derecho amenazado o vulnerado, lo que se conseguirá
mediante la cesación del acto lesivo y la privación del efecto legal que por arbitrariedad la
Administración, en casos como el de autos, quisiese consumar.
21. Por ello, corresponde a este Colegiado pronunciarse sobre la violación de derechos
fundamentales de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú en el
caso de pase a la situación de retiro por renovación.
§7. Los derechos fundamentales de la persona y el pase a la situación de retiro por causal
de renovación de cuadros en las Fuerzas Armadas
El debido proceso
dimensión, por así decirlo, "judicial", sino también una "administrativa" y, en general,
como la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha sostenido, se extiende a
"cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente
jurisdiccional, (la que) tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías
del debido proceso legal, en los términos del artículo 8° de la Convención Americana."
(Caso Tribunal Constitucional del Perú, párrafo 71). Es así como también la Corte
Interamericana sostiene –en doctrina que ha hecho suya este Colegiado en la sentencia
correspondiente al Exp. N.º 2050-2002-AA/TC– que "si bien el artículo 8° de la
Convención Americana se titula ´Garantías Judiciales´, su aplicación no se limita a los
recursos judiciales en sentido estricto, sino al conjunto de requisitos que deben observarse
en las instancias procesales, a efectos de que las personas puedan defenderse
adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus
derechos."(párrafo 69). "(...) Cuando la Convención se refiere al derecho de toda persona a
ser oída por un „juez o tribunal competente‟ para la „determinación de sus derechos‟, esta
expresión se refiere a cualquier autoridad pública, sea administrativa, legislativa o judicial,
que a través de sus resoluciones determine derechos y obligaciones de las personas.
(Párrafo 71) [La Corte ha insistido en estos postulados en los Casos Baena Ricardo, del 2
de febrero de 2001 (Párrafos 124-127), e Ivcher Bronstein, del 6 de febrero de 2001
(Párrafo 105)]”.
24. En efecto, el debido proceso está concebido como el cumplimiento de todas las
garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias
procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que las
personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier
acto del Estado que pueda afectarlos. Vale decir que cualquier actuación u omisión de los
órganos estatales dentro de un proceso, sea éste administrativo –como en el caso de autos–
, o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal.
El derecho de defensa
26. El artículo 58° del Decreto Legislativo N.° 752 –Ley de Situación Militar de los Oficiales
del Ejército, Marina de Guerra y Fuerza Aérea– prescribe la figura del pase a la situación
de retiro por renovación; es decir, la cesación en la actividad funcional de algún oficial
militar, en servicio, de los Grados de Mayor y Capitán de Corbeta hasta General de
División, Vicealmirante y Teniente General, de acuerdo a las necesidades que determine
cada Instituto. Para decidir tales efectos, la Administración castrense tendrá en cuenta
aquello que considera indispensable, esencial y preciso para la correcta marcha
institucional.
28. Desde luego, ese no es el caso del proceso de pase a retiro por renovación de cuadros de
los Oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, dado que dicho proceso de
“ratificación” no tiene por finalidad pronunciarse sobre actos u omisiones antijurídicas que
pudiera haber cometido el oficial y, en esa medida, la validez de la decisión final no
depende del respeto del derecho de defensa. En tal sentido, la decisión de pasar a retiro a
un oficial por la causal antes invocada no debería constituir una sanción disciplinaria. La
sanción, por su propia naturaleza, comprende la afectación de un derecho o interés
derivado de la comisión de una conducta disvaliosa para el ordenamiento jurídico.
29. Por ello, este Tribunal considera que el derecho de defensa que le asiste a una persona en
el marco de un proceso sancionatorio en el que el Estado hace uso de su ius puniendi, ya
sea mediante el derecho penal o administrativo sancionador, no es aplicable al caso sui
géneris del acto de pase a retiro por renovación de cuadros de los Oficiales de las Fuerzas
Armadas y de la Policía Nacional del Perú, ya que éste no constituye una sanción ni, el
proceso respectivo, un procedimiento administrativo sancionador.
30. El inciso 1.2) del artículo IV del Título Preliminar de la Ley N.º 27444, del
Procedimiento Administrativo General, establece que forma parte del debido
000342
32. Es en ese sentido que la Defensoría del Pueblo, en su Informe Defensorial N.º 56, señala
“(...) que con la práctica de pasar a retiro por renovación sin una adecuada motivación se
estaría truncando la carrera militar o policial de numerosos oficiales, lo que podría
ocasionar distorsiones en la adecuación de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional a los
valores que sustentan la democracia (...)”.
000343
33. La motivación es, pues, uno de los requisitos esenciales del acto administrativo. Su
omisión es sancionada con la invalidez del acto, según lo prescribe el inciso 4) del artículo
3.º de la mencionada Ley N.º 27444.
En concordancia con ello, el inciso 2) del artículo 10.º de la norma invocada preceptúa que
el defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez –como lo es la falta de
motivación– es un vicio del acto administrativo, que causa su nulidad de pleno derecho.
34. Es por ello que este Tribunal Constitucional reitera que un acto administrativo dictado al
amparo de una potestad discrecional legalmente establecida resulta arbitrario cuando sólo
expresa la apreciación individual de quien ejerce la competencia administrativa, o cuando
el órgano administrativo, al adoptar la decisión, no motiva o expresa las razones que lo
han conducido a adoptar tal decisión. De modo que, como ya se ha dicho, motivar una
decisión no sólo significa expresar únicamente al amparo de qué norma legal se expide el
acto administrativo, sino, fundamentalmente exponer las razones de hecho y el sustento
jurídico que justifican la decisión tomada.
Por otro lado, la razonabilidad puede ser analizada desde una doble perspectiva:
cuantitativa y cualitativa.
El acto estatal debe acreditar la necesaria disposición o correspondencia entre la causa que
lo origina y el efecto buscado. Existe, entonces, la necesidad de acreditar coherencia y
equilibrio entre el antecedente que origina el acto estatal y la consecuencia derivada de
aquél.
Ahora bien, más allá de la convención doctrinaria que admite su autonomía como
concepto, en puridad, la proporcionalidad es una modalidad más de la razonabilidad
(razonabilidad instrumental).
36. Es por ello que este Colegiado concluye en que el control de constitucionalidad de los
actos dictados al amparo de una facultad discrecional no debe ni puede limitarse a
constatar que el acto administrativo tenga una motivación más o menos explícita, pues
constituye, además, una exigencia constitucional evaluar si la decisión finalmente
adoptada observa los principios de razonabilidad y proporcionalidad con relación a la
motivación de hechos, ya que una incoherencia sustancial entre lo considerado relevante
para que se adopte la medida y la decisión tomada, convierte a esta última también en una
manifestación de arbitrariedad. Por lo tanto, es exigible, en el caso del pase a la situación
de retiro de oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, que las diferenciaciones
para efectos del pase a retiro por renovación, estén efectivamente justificadas con las
condiciones profesionales de los oficiales y los intereses y necesidades del instituto
armado correspondiente.
000345
Derecho al trabajo
37. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22.º de la Constitución Política
vigente. Este Tribunal estima que el contenido esencial de este derecho constitucional
implica dos aspectos: el primero, acceder a un puesto de trabajo, y el segundo, de no ser
despedido sino por causa justa. Respecto al primero, el derecho al trabajo supone la
adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un
puesto de trabajo; mientras que el segundo es el que resulta relevante para resolver la
causa: se trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido, salvo
por causa justa.
38. Por ello, el principio de razonabilidad, implícitamente derivado del principio de igualdad,
y expresamente formulado en el artículo 200.° de la Constitución, no tolera ni protege que
se realicen o expidan actos o normas arbitrarias. Razonabilidad, en su sentido mínimo, es
lo opuesto a la arbitrariedad y a un elemental sentido de justicia.
40. El principio de igualdad, mediante el cual se reconoce que todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos –artículo 1.º de la Declaración Universal de los
Derecho Humanos–, exige que los tratamientos diferenciados estén plenamente justificados
de modo objetivo y razonable, más aún cuando los responsables de realizarlo lo efectúen
en el ejercicio de funciones públicas.
41. Este derecho fundamental, reconocido por el numeral 2) del artículo 2.º de la
Constitución, resulta vulnerado con las resoluciones que disponen el pase al retiro por
renovación de Oficiales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional insuficientemente
motivadas, por cuanto impiden saber si se está ante una diferenciación razonable y, por
ende, admisible por el Derecho.
42. Igualmente, en la relación laboral, este principio está acogido por el numeral 1) del
artículo 26.º de la Carta Magna, el cual prescribe la igualdad de oportunidades sin
discriminación.
43. La discriminación es, en conclusión, el trato diferenciado que se da a una persona por
determinadas cuestiones, lo que imposibilita su acceso a oportunidades esenciales a las que
otros, en su misma condición tienen derecho. Pues si bien, la aplicación de la causal de
000346
44. Otro de los derechos fundamentales protegidos por la Declaración Universal de Derechos
Humanos, y reconocido por nuestra Norma Suprema, es el derecho al honor y a la buena
reputación que tiene todo ser humano, derecho que también se ve afectado con el mal uso
de la facultad discrecional de la Administración de pasar al retiro por renovación a
oficiales de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas mediante resoluciones no motivadas y
arbitrarias, exponiéndose el honor del administrado, pues las causas de su cese quedarán
sujetas a la interpretación individual y subjetiva de cada individuo.
45. Al respecto, la falta de motivación en las resoluciones de pase a retiro por renovación de
cuadros implica un desconocimiento de la dignidad de los oficiales afectados, pues no
tuvieron siquiera la oportunidad de conocer por qué se truncaba intempestivamente su
carrera, la cual podría ser el resultado de un proyecto de vida en el ámbito laboral. En torno
a ello, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido en el caso Loayza
Tamayo [sentencia de reparaciones del 27 de noviembre de 1998:
http://www.corteidh.or.cr/serie_c/Serie_c_42_esp.doc] que “el „proyecto de vida‟ se asocia
al concepto de realización personal, que a su vez se sustenta en las opciones que el sujeto
puede tener para conducir su vida y alcanzar el destino que se propone. (...) Esas opciones
poseen, en sí mismas, un alto valor existencial. Por lo tanto, su cancelación o menoscabo
implican la reducción objetiva de la libertad y la pérdida de un valor que no puede ser
ajeno a la observación de esta Corte. (...) no se trata de un resultado seguro, que haya de
presentarse necesariamente, sino de una situación probable (...) dentro del natural y
previsible desenvolvimiento del sujeto, que resulta interrumpido y contrariado por hechos
violatorios de sus derechos humanos. Esos hechos cambian drásticamente el curso de la
vida, imponen circunstancias nuevas y adversas y modifican los planes y proyectos que
una persona formula a la luz de las condiciones ordinarias en que se desenvuelve su
existencia y de sus propias aptitudes para llevarlos a cabo con probabilidades de éxito”.
46. Otro principio vulnerado por la administración militar en el proceso de pase a retiro de
sus oficiales por la casual de renovación es el de publicidad de las normas. Al respecto, el
artículo 51.º de la Constitución prescribe que la publicadad es esencial para la vigencia de
toda norma del Estado. En ese sentido, los institutos armados violan dicho precepto al no
haber publicado el Reglamento del artículo 58.º del Decreto Legislativo N.º 752, Ley de
Situación Militar de los Oficiales del Ejército, Marina de Guerra y Fuerza Aérea –que
reglamenta el pase a retiro por causal de renovación– aprobado mediante el Decreto
Supremo N.º 83-92-DE/SG, pues, como bien lo señala el Informe Defensorial N.º 56 de la
Defensoría del Pueblo, “(...) aún cuando pudiera admitirse que pueden emitirse normas
000347
secretas por razones de seguridad nacional, estas deberían regular exclusivamente aspectos
cuyo conocimiento público pueda poner en riesgo la integridad territorial o la soberanía
popular, pero de ninguna manera normas ordinarias sobre el pase a retiro del personal
militar, más aún en ausencia de hipótesis de guerra como en la actualidad. Por los que las
mencionadas normas también estarían formalmente afectadas de un vicio de nulidad, que
no se convalida con su puesta en conocimiento por el personal militar (...)”.
47. Este Colegiado subraya que los criterios precedentemente vertidos deberán ser observados
por las futuras resoluciones mediante las cuales la administración pase a la situación de
retiro por la causal de renovación a oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional;
los cuales deberán ser retomados por este Supremo Tribunal cuando requiera cambiar su
actual criterio, en concordancia con lo expresado en el Fundamento N.º 5., supra.
FALLO
Ha resuelto
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
000348