El Fin Del Estado Nacion Kenichi Ohmae

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 15

Libro: El fin del Estado- Nación

Autor: Kenichi Ohmae

Los irreversibles efectos de la tecnología –en particular, la moderna tecnología de


la información- sobre los procesos operativos de las empresas y las valoraciones,
juicios y preferencias de los ciudadanos y consumidores de todos los rincones del
mundo. Contra ese tipo de corriente, ninguna estrategia tradicional, ninguna línea
de política que nos resulte familiar y ninguna forma atrincherada de organización
pude permanecer indemne o inalterada. Como grupo, los directivos empresariales
han reaccionado relativamente deprisa para asumir y acomodar, e incluso
aprovechar este torrente de información. Los líderes políticos, sin embargo, los
hombres y mujeres responsables de los asuntos de los modernos estados han
mostrado una reacción muy diferente.

Pág. 11

Se han mantenido seguros de que las entidades no serían afectadas en lo


fundamental. Nunca han albergado duda alguna de que las} transición que nos
lleva hacia una economía sin fronteras va a poner en cuestión la relevancia de los
estados como unidades significativas de actividades económicas. Tampoco va a
plantear un reto para la integridad de los propios estados. Se equivocan las fuerzas
que están operando han planteado problemáticas acerca de la relevancia –y
eficacia- de los estados como formas de agrupación significativas sobre la actividad
económica.

Muchos de los valores que servían de fundamento a un orden mundial de estado


independientes y soberanos –la democracia liberal por ejemplo, e incluso la noción
de soberanía política- han mostrado que necesitan una profunda definición o, tal
vez, una sustitución a medida que las cuatro “íes” –industria, inversión, individuos
e información- fluyen atravesando las fronteras nacionales, los conceptos básicos
han dejado de ser válidos. En la mayoría de los gobiernos hay un diferencial de
más de un siglo entre las realidades y la estructura de ideas y los principios
empleados para interpretarlas. Esto no puede sorprendernos. Las viejas ideas, las
viejas explicaciones, se resisten a desaparecer.

Pág. 12 y 13

En el competitivo mundo presente, los estados ya no poseen recursos han de


ayudar en la economía mundial y han de realizar los cambios necesarios para que
esa economía acepte su invitación.

Pág. 15
Si son inteligentes, interrumpirán su búsqueda para responder a unas cuantas
preguntas ¿Son estos estados los actores más importantes de la economía mundial
actual? En un mundo en que las fronteras económicas se desvanecen ¿son sus
fronteras genuinamente significativas? Si la respuesta es no, ¿qué tipo de fronteras
tendrían sentido?

Los mercados de capital de la mayoría de los países desarrollados están saturados


de fondos para invertir.

Pág. 16

El problema es que las oportunidades adecuadas no suelen frecuentemente en los


mismos lugares en los que se encuentran el dinero. Por esta causa, los mercados
de capital han desarrollado una amplia gama de mecanismos para transferirlo a
través de las fronteras nacionales. Por lo tanto, la inversión –la primera “I”- ya no
está sometida a limitaciones geográficas. La segunda “I” -industria- las ayudas
financiadas por los gobiernos.

Pág. 17

Están perdiendo la importancia las empresas que se están desplazando lo hacen


por que allí está el futuro, no porque el gobierno del país anfitrión haya agitado de
repente una zanahoria delante de su nariz. El movimiento tanto de inversores
como de industrias se ha visto facilitado por la tercera “I” –tecnología de
información- que hace posible que una empresa pueda operar en diferentes partes
del mundo sin tener que construir un sistema empresarial completo en cada uno
de los países los que tiene presencia.

Pág. 18

Los obstáculos a la participación y las alianzas estratégicas transfronterizas se han


reducido, ya no hay que trasladar a un ejército de expertos. La capacidad puede
estar en la red y se puede poner a disposición de quien la necesite en cualquier
lugar que haga falta. Los individuos consumidores –la cuarta “I”- también han
adoptado una orientación mundial. Gracias al mejor acceso a la información sobre
los estilos de vida de todo el mundo, son mucho menos proclives a comprar
productos americanos, japoneses o franceses por el mero hecho de sus relaciones
nacionales. Desean más productos mejores y más baratos, vengan de donde
vengan.

En conjunto las unidades económicas viables ya no tienen que limitarse a recurrir a


los conjuntos de recursos cercanos a su país. Tampoco tienen que limitarse a
depender de los esfuerzos de los gobiernos para atraer recursos de otros lugares.
Esto hace que la función tradicional de “intermediación” de los estados sea
innecesaria en buena medida. Como los mercados funcionan por su cuenta, los
estados ya no tienen que desempeñar el papel de creadores de mercado. De
hecho lo que suelen hacer más frecuentemente es estorbar. Si el libre movimiento
hace que el papel de intermediario de los estados quede anticuado, las
calificaciones necesarias para sentarse en la mesa mundial y empiezan a responder
no a las artificiales fronteras políticas de los países, sino a las más centradas
unidades geográficas.

Pág. 19

Denomino a estas unidades “estados-región”, lo que define a esos estados-región


no es la ubicación de sus fronteras políticas, sino el hecho de que tiene el tamaño
y la escala adecuados para ser verdaderas unidades operativas en la economía
mundial actual.

Pág. 20

Con el final de la Guerra Fría, el viejo y familiar modelo de alianzas y oposiciones


entre los países industrializados se ha fracturado.

Pág. 21

A los aficionados a la literatura les gustaría citar a Matthew Arnold: “vagamos


entre dos mundos,/ uno muerto, el otro incapaz de nacer”.

Pág. 24

Samuel según Huntington, las líneas de quiebre no surgen de la política o la


ideología, sino de la cultura. Huntington pasa por alto que incluso dentro de la
misma civilización, las personas han luchado entre sí con mucha frecuencia. Las
personas normalmente luchan cuando sus líderes políticos y militares dilatan unas
diferencias diminutas para poder agitar un odio latente, no cuando las
“civilizaciones” chocan.

Pág. 25

No son las civilizaciones las que generan los enfrentamientos. Los enfrentamientos
ocurren cuando líderes retrógrados buscan maneras retrógradas de resolver los
problemas. El aglutinamiento que unían intereses políticos que giraban torno a las
naciones se ha empezado a desgastar. Los que está emergiendo en su lugar, sin
embargo, no es un conjunto de nuevos canales basados en la cultura en vez de las
naciones. Tampoco es una reordenación de los anteriores flujos de comercio o de
inversión que giraban en torno de las naciones.
Lo que realmente está en juego no es qué partido o qué agenda política domina el
aparato del gobierno. Tampoco el número de nuevas unidades independientes en
las que es probable que se vaya a descomponer ese viejo centro. Tampoco las
líneas de rupturas populares.

Pág. 26

La incómoda verdad es que en términos de la economía mundial, los estados han


pasado a ser poco más que figurantes. En la medida en que la mecánica de los
mercados verdaderamente mundiales de capital reduce casi a la nada su capacidad
para controlar los tipos de cambio o para proteger su divisa, los estados-nación
han pasado a ser vulnerables a la disciplina impuesta por las elecciones
económicas tomadas en otros lugares por personas e instituciones sobre las que
no tienen un control práctico.

Pág. 27

Teniendo en cuenta este declive de la importancia de los estados-nación como


unidades de actividad económica, no es difícil comprender por qué observadores
como Huntington han entendido que los sentimientos culturales, religiosos, étnicos
o incluso tribales con la única barrera que se puede oponer a las fuerzas
centrífugas desatadas.

Pág. 29

A falta de visión y teniendo en cuenta el pánico que poco a poco se va adueñando


de la escena, las únicas agrupaciones que aparentemente van a tener importancia
son las que se basan en las civilizaciones, no en las naciones.

Pág. 30

La disolución de la disciplina bipolar está teniendo lugar en un mundo cuyos


habitantes, al margen de los distantes que puedan estar en lo geográfico o lo
diferentes que puedan ser en lo cultural, están vinculados por las mismas fuerzas
básicas de información mundial. La inmediatez y exhaustividad de su acceso a esa
información variaría, puede que los gobiernos traten de imponer restricción. El
hecho de la vinculación a los flujos mundiales de información es el hecho central y
distintivo, de nuestro momento histórico. Sea cual sea la civilización a la que un
grupo determinado de personas pertenezca, este grupo podrá enterarse del modo
de vida de otros grupos, del tipo de producto que compran, de los cambios de sus
gustos y preferencias como consumidores, y de los estilos de vida que anhelan.
En la actualidad, el proceso de convergencia es más rápido y más profundo. No se
limita a afectar sólo al gusto, sino que profundiza hasta la más fundamental
dimensión de la concepción del mundo, la forma de pensar.

Pág. 31

Cuando un fabricante estadounidense de chips vende sus productos a Osaka, las


ventas podrán reflejarse en el 20 por ciento del mercado atribuido a las empresas
estadounidenses, pero si los chips se han fabricado –como ocurrirá, con toda
probabilidad- en Malasia, no aparecerán en las estadísticas estadounidense de
exportación. Las estadísticas son poco fiables.

Pág. 34

El comercio, sin embargo, es sólo la más viables de las áreas en las que las
estadísticas oficiales, basadas en la nación, han puesto de manifiesto su inutilidad.
Algunos países, por ejemplo, clasifican los seguros de vida como ahorros; en otros,
es un gasto. Algunos tratan las pensiones financiadas por los gobiernos como
ingresos personales; otros como una obligación pública. Algunos conciben las
inversiones hipotecarias en una residencia como consumo; para otros, es una
forma de ahorro. Algunos clasifican artículos como los hornos de microondas como
electrodomésticos de línea blanca; para otros son electrónica de consumo, o
incluso mobiliario. Por lo tanto, hasta en el nivel más básico es difícil hacer
comparaciones significativas.

Estas diferencias importan.

Pág. 35

En estados Unidos, si se compra una casa de 200.000 dólares y se invierte la


misma cantidad en su renovación, el gobierno contabiliza los primeros doscientos
mil dólares como ahorro y los segundos como consumo. A la hora de vender la
casa, por supuesto, se aspirará a percibir, por lo menos, 400.00 dólares por ella.
En Japón, las renovaciones no suelen ser apreciadas y sólo se atribuye verdadero
valor al suelo, el equivalente de los 200.00 dólares gastados en la renovación
serían verdaderamente tenidos por consumo.

Los estadounidenses suelen comprar a crédito; en Japón, a causa del bajo


valor de reventa “ahorra para comprar”. Los japoneses compran más tarde, por lo
que tienen dinero en el banco en este momento. Los estadounidenses compran
ahora y pagan después, por lo que se endeudan a cuenta de sus fondos futuros.
Además, para las compras importantes, como las casas, los bancos japoneses
requieren una entrada muy superior a la exigida por los bancos estadounidenses.
Pág. 36
Por lo tanto, no es la cultura la que produce las diferencias estadísticas
entre Japón y Estados Unidos. Son las diferencias de sus sistemas –impositivos o
bancarios, las que, colectivamente, hacen que los dos pueblos se comporten de
maneras tan diferentes. Por cierto, los Japoneses no son por naturaleza más
trabajadores o más propensos a ahorrar que los estadounidenses.

Las pruebas son tan exhaustivas como incómodas: en una economía sin
fronteras, los mapas centrados en las naciones que habitualmente utilizamos para
interpretar la actividad económica son por desgracia desorientadores.

Pág. 37

En el nivel equivalente a los tres mil dólares per cápita de PNB, se da un intenso y
constante aumento del deseo de alcanzar una participación más activa en la
economía mundial. En Japón, este deseo se tradujo en la rápida expansión de la
demanda de consumo de refrigeradores, televisores en color y automóviles
económicos. Por debajo de este nivel –entre, por ejemplo, los mil quinientos y los
tres mil dólares per cápita-, el interés se centra en las motocicletas (como pasa en
la actualidad en Tailandia); por debajo de los mil quinientos dólares, el máximo
interés se pone en las bicicletas (como sucede en Shanghai y Vietnam). En el
umbral de los tres mil dólares, por lo tanto, resulta conveniente empezar un
programa de construcción de autopistas de transporte por ferrocarril en las áreas
urbanas más importantes, y de infraestructura básica agua potable, energía
eléctrica, comunicaciones y finanzas como apoyo para un nivel mayor de comercio
internacional.

Pág. 39

En el umbral de los cinco mil dólares se vuelve a experimentar un cambio. La


intensidad del deseo de formar parte del sistema económico mundial aumenta
rápidamente. Cuando se alcanzan los diez mil dólares, el símbolo del éxito logrado
consiste en pasar a formar parte de la OCDE. En el punto intermedio de los cinco
mil el símbolo de distinción consiste en ser anfitrión de unos Juegos Olímpicos, las
Olimpiadas de México de 1968 tuvieron lugar justo en el momento en que el país
habia superado el nivel de los tres mil dólares, Japón superó el indicador de los
cinco mil dólares en 1965, un año después de que se celebrase las Olimpiadas en
Tokio. Las Olimpiadas de Seúl de 1988 señalaron que Corea del Sur acababa de
cruzar el umbral de los cinco mil dólares.

En esta etapa se desarrollo, la demanda de automóviles de calidad aumenta al


igual que la necesidad de aeropuertos internacionales modernos y de un sistema
de trenes de alta velocidad.

Pág. 40
En el nivel de los cinco mil aunque los vínculos con la economía mundial se
amplían (la divisa, o la banca y las telecomunicaciones) no se abren. El control de
gobierno y las reglamentaciones intervensionistas se mantienen con firmeza.

Pág. 41

En un mundo en el que los costes medios de logística para desplazar un producto


de un extremo del mundo al otro son inferiores al 10 por ciento de su precio final
(en el caso de los televisores, por ejemplo, es del 7 por ciento, y en el de los
automóviles, de menos del 5 por ciento), la distancia geográfica ha perdido toda
relevancia económica.

Pág. 44

En los viejos mapas económicos, los rasgos cartográficos más relevantes tenían
que ver con cuestiones como la ubicación de los depósitos de materias primas, de
las fuentes de energía, de los ríos navegables, de los puertos de gran calado, las
líneas de ferrocarril las carreteras asfaltadas... y las fronteras nacionales en los
mapas actuales, las características más destacadas con las áreas abarcadas por los
satélites de televisión, la cobertura de la señal de radio y el alcance geográfico de
los periódicos y revistas.

Pág. 46

Las experiencias multimedia, que la nueva tecnología pone al alcance de más y


más personas, tienen consecuencias que van mucho más allá de las superficiales
cuestiones del gusto (y de sus consecuencias para la cultura) que llegan a afectar
a dimensiones fundamentales del ser, como el proceso de reflexión y la disposición
mental. En las sociedades abiertas a la experiencia multimedia. Los niños y los
adolescentes están alcanzando, en los sustratos de la sensibilidad y la concepción
del mundo, una gran similitud con su coetáneos de otras sociedades, sometimos a
las mismas influencias, similitud que es mucho mayor que la que guardan con las
generaciones más maduras de sus propias culturas. La continuidad entre las
generaciones, de la que necesariamente dependen todas las sociedades para
garantizar su integridad y su supervivencia, ha empezado a quebrarse.

Pág. 49

Entre esta generación y la que la precede, el nexo de la continuidad social se hace


más frágil que entre cualquier otro par de generaciones que se hayan expuesto
hasta el momento. La familia, los padres, la escuela, la comunidad y el país con
distracciones mal acogidas que apartan a los protagonistas de los pequeños
placeres de la vida. Son frecuentes no bienvenidas –y evitables- de autoridad
entrometida. Es mucho mejor, por lo tanto, desentenderse de ellos, rechazar el
sistema de valores que representan e ir a su aire con los amigos.

Pág. 55

Entre esta generación y la de los que tienen entre los 15 y 25 años de edad, el
tejido de conexión se ha estirado tanto y tanto que puede acabar rompiéndose. No
se trata sólo de grado, sino de cambios de naturaleza, y van más allá de las
cuestiones superficiales para afectar a las realidades subyacentes de la disposición
mental y el proceso de reflexión. El surgimiento de la primera generación de niños
del Nintendo. La profunda visión cultural que representan estos niños deriva
directamente de la prolongada experiencia que han tenido utilizando juegos
interactivos. El contacto con estos juegos les ha concebido una relación directa con
el desempeño de múltiples roles en el mismo contexto, les ha concebido la
posibilidad de preguntarse “qué pasaría si de tomar diferentes decisiones
complejas de compromisos entre varias posibilidades y ser capaces de apreciar los
posibles resultados diferentes y poder revisar las “reglas del juego” e incluso
modificarlas.

El mensaje que va implícito en todo ello es que es posible asumir el control de la


situación o las circunstancias personales y, por lo tanto, cambiar el destino que nos
espera. No hay por qué aceptar nada como inalterable. Nadie esta en la obligación
de someterse pasivamente a los dictados de la autoridad externa. Todo se puede
reprogramar.

Pág. 56

Piense por ejemplo, en los estudiantes del campus experimental de la Universidad


de Keio. Como todos están en línea, pueden ofrecer reacciones inmediatas y
aportaciones a la estructura de sus programas de estudios, al contenido de sus
cursos y a la calidad de sus instructores. Si necesitan información para
complementar un texto que están leyendo o un informe que están redactando,
pueden localizarla a través de Internet. Si quieren consultar con un experto en
cualquier lugar del mundo, pueden entrar en contacto con él de la misma manera.
Lo que dice el profesor en clase ya no tiene que recibir el tratamiento de dogma de
fe.

Han dejado de ser consumidores pasivos de experiencias educativas definida, la


tecnología ha hecho posible, de la forma menos japonesa que quepa, que sean
ellos mismos los que se encarguen de definir. Se trata de una forma de pensar
radicalmente nueva. Representa una profunda ruptura entre generaciones, no es
un elemento común a todas ellas. Acaba cortando vínculos entre grupos de edad
como las relaciones de autoridad que tradicionalmente habían mantenido unida a
la sociedad japonesa. En su lugar, teje nuevas conexiones no con las generaciones
mayores sino con las decenas de millones de niños de otros lugares del mundo
que han aprendido a jugar los mismos juegos. Las hebras del tejido cultural solían
ser las historias que los niños oían sentados en las rodillas del abuelo. En las
familias cada vez más reducidas de la actualidad, esas hebras provienen de las
experiencias del niño con los multimedia interactivos. El aglutinamiento social del
conocimiento íntimo y de la experiencia común antiguamente sólo provenía de la
participación en y con la familia.

Pág. 57

Ahora proviene de la observación de la manera en que un niño de otra cultura , al


que nunca se había visto anteriormente pone de manifiesto su carácter y su
disposición mental mediante su estilo de programación. La cosa no se queda ahí,
los niños de cualquier lugar del mundo que dominan un entorno que se dirige con
un joystick, pueden pasar, a una velocidad increíble, a tener un dominio similar del
teclado alfanumérico del PC. La experiencia de los niños del Nintendo es una
prueba manifiesta de que los gustos, las preferencias e incluso la disposición
mental de las personas de diferentes lugares del mundo están empezando a
atravesar un filtro que desemboca en el crisol de la economía sin fronteras.

Pág. 58

Esta oleada de inmigración y convergencia está impulsada, en la superficie, pro el


desarrollo de marcas mundiales y de la cultura popular y, en un nivel mucho más
profundo, por la difusión de las tecnologías relacionadas con la información. Los
países que estas personas están abandonando, cada uno por su cuenta, son los
estados-nación tradicionales, definidos en términos políticos. El país hacia el que
todos se dirigen –ayudados por el contacto común con el idioma inglés, la
Internet, la Fox TV, la BBC, la CNN y la MTV y por los instrumentos de
comunicación interactivos –es la economía mundial del mundo sin fronteras.

Pág. 59

Empleando un teléfono, un aparato de fax o un ordenador personal conectado a


Internet, por ejemplo, un consumidor de Sapporo podría hacer un pedido de ropa
a Land’s End, de Wisconsin, hacer que le entregasen la mercancía mediante UPS o
Yamato y que cargasen la compra a su tarjeta American Express, Visa o
Mastercard. Podría acceder a servicios informáticos de asistencia o reparación
remota de ordenadores, prestados por una empresa radicada en Singapur o Kuala
Lumpur, que dependiese de ingenieros indios residentes en Bombay y de un
servicio de mantenimiento de base de datos ejecutado desde China. Además el
mismo consumidor podría entrar en contacto con Fax Direct, de Gran Bretaña o
con cualquier número de una institución financiera de Estados Unidos, durante las
veinticuatro horas del día, transferir fondos de un lugar a cualquier otro del mundo
y, de este modo, evitar los artificialmente bajos tipos de interés impuestos por el
gobierno para proteger a los bancos nacionales, debilitados por el estallido de la
economía burbuja. Para los niños del Nintendo, esto será una tarea habitual.
Regateando a los sistemas empresariales tradicionales ahorrarán dinero,
aumentarán la flexibilidad y multiplicarán sus posibilidades de elección. También
conseguirán que una parte creciente de sus transacciones económicas sea invisible
para los gobiernos.

Pág. 60 y 61

De este modo a medida que crece el número de individuos que atraviesan el filtro
brutal que separa las geografías a la antigua usanza de la economía mundial, el
poder sobre la actividad económica ser} trasladará, inevitablemente, desde los
gobiernos centrales hacia la red sin fronteras de las innumerables decisiones
individuales, basadas en el mercado.

Pág. 61

En términos políticos, el cambio que va desde el “seamos un poco más justos en el


reparto de la carga” hasta el “¿y a quién le hacen falta esos grupos marginales?”
es dolorosamente corto. Por su parte, estos grupos marginales creen que reciben,
en todo caso, muy poco. Después de todo, sus necesidades son mayores y las
penalidades de la vida que llevan más acusadas. ¿Por qué se les va a tratar como
si fuesen ciudadanos de segunda?

Pág. 77

El constante crecimiento de la parte del mínimo socialmente garantizado que se


exige al gobierno en forma de programas sociales generalizados: prestaciones
sociales, indemnizaciones por desempleo, educación pública, pensiones de
jubilación, servicios de salud y similares. Estas prestaciones sociales, al margen de
las tremendas dificultades financieras que ocasionan, son un reflejo de la aún más
problemática esquizofrenia que afecta a la mente pública. Los grupos influyentes
de electores no quieren que estos beneficios se reduzcan, y sin embargo, como
contribuyentes, no quieren pagarlos.

En Alemania, por ejemplo, los costes de estos programas ya suponen casi el 33


por ciento del PNB. Para el año 2030, si se mantiene la tendencia actual,
representarán casi el 50 por ciento. Esto precipitaría un desastre fiscal. Si Alemania
optase por financiar estos servicios mediante la emisión de deuda, los pagos de los
intereses serían abrumadores. Si optasen por financiarlos mediante impuestos, los
tipos fiscales confiscatorios harían que las empresas competitivas huyesen hacia
otros países o que sustituyesen más empleados por capital. Esto, sin duda, haría
que el desempleo creciese otro grado más, con lo que los costes sociales sufrirían
un aumento de la presión fiscal, y así sucesivamente.

Pág. 81 y 82

En “interés nacional” se utiliza como defensa instintiva de los intereses


particulares, no de los intereses de todo el pueblo.

Pág. 88

Los gobiernos han perdido el poder para mantener a raya a los mercados
mundiales de capitales. No obstante, siguen conservando, aunque lo vayan
perdiendo gradualmente, el poder de mantener sus mercados internos cerrados.
Es previsible que se vayan a producir presiones.

Pág. 104

Para los estados-nación el interés fundamental sigue siendo la protección: del


territorio, de los recursos, de los puestos de trabajo, de la industria, incluso de la
ideología.

Pág. 109

Los estados-región acogen positivamente la inversión extranjera, acogen


favorablemente la propiedad extranjera. Acogen favorablemente los productos
extranjeros. En realidad, acogen bien cualquier cosa que les ayude a emplear
provechosamente a sus ciudadanos, que les ayude a mejorar su nivel de vida y
que dé acceso a los mejores y más baratos productos de cualquier lugar del
mundo. Sus líderes no recorren el mundo tratando de atraer fábricas e inversiones
para luego aparecer en las pantallas de la televisión nacional prometiendo proteger
a las empresas locales a cualquier precio.

Pág. 126

Fomentar un internacionalismo de miras que desactiva buena parte de las


tensiones sociales habituales.

Pág. 129

Tenemos que convencer a los inversionistas extranjeros de que somos más


atractivos que otras regiones como receptores de sus energías. No tienen ninguna
obligación de traer su dinero, o su tecnología, o sus conocimientos. Se los pueden
llevar con toda facilidad a otros lugares.
Pág. 133
Los gobiernos nacionales tienden a ver las desigualdades de las tasas o los
modelos de crecimiento de las regiones como problemas desestabilizadores que se
han de solucionar, en vez de cómo oportunidades que se han de aprovechar.

Pág. 146

Si un cliente francés puede conseguir un mejor precio aprovisionándose a través


de un distribuidor en el Reino Unido, usted como director de Francia no está de
suerte.

Según la teoría convencional, la función de ventas, es de naturaleza local. Sin


embargo si tiene acceso a información acerca de clientes potenciales de todo el
mundo, posible crear una organización de ventas que entre en contacto con ellos
y que casi no tenga presencia local. Puede imprimir catálogos y listas de precios
prácticamente en donde quiera, y puede ponerlas a disposición de quien la quiera
por correo, teléfono, fax o mediante ordenador personal (a través de Internet).

Pág. 155

Sus clientes pueden hacer sus pedido –por teléfono, fax, correo u ordenador
personal- cargarlo a su tarjeta de crédito y hacer que la mercancía se entregue
mediante un sistema mundial de reparto, como Federal Express o UPS. El
resultado, un servicio local equidistante, pero sin presencia local. Se puede decir lo
mismo de la fabricación. Gracias a la utilización compartida de programas
informáticos para trabajar en grupo. No es necesario que los centros de
producción de una empresa estén ubicados cerca de su centro de ingeniería. La
información pertinente se puede transferir, instantáneamente, de un rincón del
mundo a otro.

Pág. 156

Varias empresas domiciliadas en Colorado que ofrecen servicios que desvían las
conferencias internacionales a redes de menor coste, con lo que las llamadas
acaban costando la mitad de la tarifa establecida. Los deseos que tiene los
consumidores japoneses de evitar la estructura determinación de precios. El coste
de los billetes de avión. En la actualidad más de la mitad de los billetes
internacionales utilizados por ciudadanos japoneses se compran en el extranjero o
mediante la red en dólares. El gobierno, sin embargo, tiene normas para evitar
que se compren billetes, por ejemplo, de Los Ángeles a Seúl con escala en Tokio –
que son mucho más baratos que el billete Tokio/Los Ángeles- y se deje sin usar la
continuación hasta Seúl.

Pág. 178
La demanda de servicios prestados en forma local será succionada hacia el
exterior, inevitablemente. Sin embargo, en una economía sin fronteras, la oferta
también será succionada hacia el exterior. En términos económicos, es una
insensatez ineficaz, costosa y poco competitiva: las empresas de nacionalidad
japonesa tienen una base de costes, por pasajero y milla, que duplica la de sus
principales competidores. No es sorprendente que su participación en el mercado
internacional esté descendiendo y que sean simplemente incapaces de ofrecer la
gama de servicios que de sean sus clientes.

Pág. 179

Aún peor, para aliviar el dolor causado por esa lastimosa cojera. el gobierno ha
decidido subvencionar las pérdidas cuesta más hacer un viaje de ida y vuelta
entre Tokio Okinawa que entre Tokio y Los Ángeles o Chicago. Esto significa, por
descontado que serán muchos menos los turistas que vayan a Okinawa, que la
economía de la isla sufrirá y que el gobierno central tendrá que destinar aún
más dinero para financiar el mínimo socialmente garantizado. No es que no tenga
sentido; esa que es una estupidez supina. Todo el mundo sale perdiendo: los
ciudadanos, los consumidores. los viajeros, los empresarios, los inversionistas, los
contribuyentes, los potenciales participantes y las propias líneas aéreas
establecidas. Más sensato sería relajar el control. Lo mismo puede decirse de los
servicios financieros. Legalmente, un ciudadano japonés no puede tener una
cuenta bancaria en el extranjero, salvo que esté viviendo temporalmente fuera del
país.

Pág. 180

La reglamentación producto por producto tiene poco sentido en un mundo en el


que el dinero se transforma de manera instantánea. Considere otro ejemplo: el
servicio postal, también es una reliquia no competitiva.

Pág. 181

Por lo tanto, para una empresa de márketing directo de Japón es mucho más
económico hacer envíos aéreos en masa desde Estados Unidos que desde la
acera de enfrente en Tokio. Esto es algo que supera la estupidez; es una
auténtica locura. A menos que sus gobiernos comieran cera a liberalizar ya los
sectores de servicios, para que los protegidos participantes nacionales puedan
empezar a endurecerse ante el contacto con una competencia más intensa,
estas actividades se desplazarán fuera de sus fronteras en bravísimo tiempo.

Pág. 182
En el siglo XIX, la principal fuente de migración transfronteriza fue el movimiento
de grandes cantidades de personas de un país a otro. A finales del siglo XX, el
desplazamiento de empresas en busca de lugares en los que producir a bájo
coste. A principios del siglo XXI, será el movimiento de servicios a través de redes
digitales mundiales. A diferencia del movimiento de personas o incluso de
producción, que son procesos lentos la migración de estos servicios puede
ocurrir, literalmente, de un día para otro.

Pág. 183

¿Se están resintiendo los ingresos agrícolas en Arkansas o Lousiana? ¿Por qué no
se agrupan con las otras áreas de cultivos húmedos de los estados adyacentes,
invitan al capital japonés e inician empresas conjuntas de cultivo de arroz con los
agricultores japoneses? Si los estados y las localidades compiten entre sí e busca de
inversiones, los extranjeros podrán jugar en contra de todos. Sin embargo, si
actúan en nombre de sus intereses regionales comunes todos saldrán beneficiados.

En Canadá la política nacional se está deshaciendo por las líneas regionales. La


estrecha zona que se extiende hasta unos ciento cincuenta kilómetros de la
frontera de Estados Unidos mira hacia el sur, hacia el NAFTA. Quebec, por supuesto
mira hacia el este, hacia Francia.

Pág. 185

Ontario es, para todos los efectos prácticos, parte del Medio Oeste
estadounidense. El oeste dirige su mirada hacia la zona de Asia-Pacífico. ¿Qué hace
que Canadá siga siendo un solo país? Si no tiene la misión de catalizar estas
economías regionales, ¿qué misión tiene? Australia es otro caso delicado posee
una prolongada tradición de autonomía regional en forma de estado federal.
Existe una genuina rivalidad entre Sidney y Melbourne.

Pág. 186

No son cuestiones fundamentales de ideología que sólo se puedan resolver


imponiendo una respuesta ideológica -democracia liberal, economía de mercado
o socialista, comunismo o lo que sea- lo que se pretende no es legitimar tal o cual
organización política o disposición de poder. Lo que se persigue es mejorar la
calidad de vida de las personas, de la gente corriente, como usted y como yo,
vivan donde vivan. Lo primero fueron las personas, las fronteras llegaron después.
Ya va siendo hora de que la economía política recuerde este simple dato.

Pág. 200
La negociación de divisas, junto con los futuros y las opcio nes, se creó para
aumentar la fluidez de las operaciones internacionales como el comercio y la
inversión, el mercado de divisas ha dejado claro que puede:
 Empequeñecer la intervención del gobierno.
 No reflejar el poder adquisitivo.
 Ofrecer unos rendimientos mucho mejores que los de cualquier otro
instrumento financiero disponible en el mundo real.

El mercado de divisas se ha convertido, en uno de los mayores


instrumentos, de inversión, y que además es intercambiable con otros
instrumentos.

Pág. 204, 205 y 207

También podría gustarte