El Impacto de La Pandemia de La COVID-19 en Los Derechos Humanos de Las Personas Con Discapacidad
El Impacto de La Pandemia de La COVID-19 en Los Derechos Humanos de Las Personas Con Discapacidad
El Impacto de La Pandemia de La COVID-19 en Los Derechos Humanos de Las Personas Con Discapacidad
THE IMPACT OF THE COVID19 PANDEMIC ON THE HUMAN RIGHTS OF PEOPLE WITH
DISABILITIES
Resumen
Abstract
The International Convention on the Rights of Persons with Disabilities is a legal imperative
in the Spanish State, a treaty that has been practically suspended due to the management of the
COVID-19 pandemic by the states. This crisis has questioned the discourse of human rights and it
has collided with the mandates of that Convention, coming to the surface of the disregarding
model as a response to people with disabilities. This article analyzes the impacts of the pandemic
on the articles of the Convention following the Spanish case. Likewise, the article tries to
demonstrate the value of this treaty as guarantor of the integrity and security of this collective in
emergency situations.
Palabras clave: Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad; COVID-19, emergencias.
Key words: International Convention on the Rights of Persons with Disabilities; COVID-19,
emergencies.
1. INTRODUCCION
La pandemia global desencadenada por la COVID-19 es una prueba para las sociedades,
las personas, las familias, los gobiernos y las organizaciones supranacionales e internacionales;
es un desafío para el mundo y para toda la humanidad sin distinciones. Se trata de una crisis sin
precedentes que ha sometido a una tensión extrema los principios inspiradores del discurso de
los derechos humanos.
En efecto, la humanidad está ante un punto de inflexión en la historia reciente que hace
tambalear aquello que parecía inamovible: el estado de bienestar de los llamados países
“desarrollados”2; pero lo más grave de esta crisis es que se están cuestionado y por tanto
poniendo en riesgo los derechos humanos de las personas en situación de vulnerabilidad 3
Hace más de una década que veía la luz la Convención Internacional sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad (en adelante Convención), como el gran hecho internacional
sobre la discapacidad y el elemento de más valor que ha producido la comunidad mundial en
relación con este grupo humano. 5
Este nuevo instrumento supone importantes consecuencias para las personas con
discapacidad, y entre las principales se destaca la “visibilidad” de este grupo ciudadano dentro del
sistema de protección de derechos humanos de Naciones Unidas, la asunción indubitada del
fenómeno de la discapacidad como una cuestión de derechos humanos, y el contar con una
herramienta jurídica vinculante a la hora de hacer valer los derechos de estas personas.
Este artículo trata de demostrar, a través de la experiencia española, uno de los países
más afectados por la pandemia, cuál ha sido el impacto de esta crisis en los mandatos de la
Convención y cómo ésta trasciende la pura emergencia sanitaria para considerarse también como
una emergencia humanitaria y de derechos a escala nacional e internacional.
Asimismo, este artículo tratará demostrar que los derechos humanos deben estar en núcleo
de cualquier acción de los Estados, porque solo de esta manera se asegurará que la dignidad, la
igualdad y la libertad queden indemnes en momentos críticos como conflictos bélicos y o de
emergencias climáticas o sanitarias.
6 Soriano, R., Alarcón, C. y Mora, J. (2000). Diccionario Crítico de los Derechos Humanos I. Sevilla: Universidad
Internacional de Andalucía.
7 Comité de los derechos de las personas con discapacidad (2018). Observación general núm. 6 sobre la igualdad y
la no discriminación.
La accesibilidad es el elemento que permite que las personas con discapacidad puedan
vivir en igualdad, en libertad, de forma independiente y participar, plenamente, en todos los
aspectos de la vida. Pero también es parte del contenido esencial de los derechos, es decir, todo
lo que tiene que tener un derecho para existir. Esto implica que la accesibilidad supera los
ámbitos en los que tradicionalmente se ubica (urbanística, transportes, audiovisual, etc.),
proyectándose en todos los derechos. Si se consideran los derechos humanos como
instrumentos que protegen o facilitan bienes para el desarrollo de una vida humana digna, parece
estar fuera de toda duda que un requisito imprescindible para la satisfacción de ese derecho es
que ese bien sea accesible. Sin accesibilidad no hay satisfacción del derecho. 8
Sin embargo, en los primeros momentos de la crisis, ninguna de las comparecencias de las
y los portavoces de salud pública fue accesible para las personas sordas y con discapacidad
auditiva. Situación que tuvieron que suplir las propias organizaciones de la discapacidad
difundiendo vídeos accesibles en sus redes sociales. Al tiempo que reclamaron la incorporación
de subtitulado y lengua de signos en dichas comunicaciones oficiales. Superado este primer
escollo que afectaba fundamentalmente a personas sordas y sordociegas, siguen sin adoptase
medidas de accesibilidad cognitiva para que estos comunicados lleguen, en condiciones de
igualdad, a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo; en este caso han vuelto a
ser las entidades representativas de estos colectivos las están asumiendo una función que le
corresponde al Estado.
8 De Asís, R. (2016). “El Eje de la accesibilidad y sus límites”. Anales de derecho y discapacidad, nº 1.51-68.
actividades que en él se llevan a cabo sin ningún tipo de discriminación 9. Sin embargo a la
sociedad le cuesta comprender que las funciones cognitivas deben ser tratadas de la misma
forma que el resto. Se entiende y acepta, aunque todavía no en toda su extensión, que si la
persona no puede andar debe llevar un bastón, una prótesis o una silla de ruedas o contar con
asistente y, aunque ha costado, se entiende también que debe haber rampas o ascensores o,
pero se sigue sin entender que si la persona tiene dificultades para memorizar o para razonar
deben aportársele entornos, productos, etc. comprensibles y, también, los productos y el personal
de apoyo que precise.
Todo ello también provoca una violación de la libertad de expresión, opinión y acceso a la
información recogida en el artículo 21 de la Convención “Facilitar a las personas con discapacidad
información dirigida al público en general, de manera oportuna y sin costo adicional, en formatos
accesibles y con las tecnologías adecuadas a los diferentes tipos de discapacidad”. Porque, sin
acceso a la información y la comunicación, el disfrute de la libertad de pensamiento y de
expresión y de muchos otros derechos y libertades fundamentales puede verse gravemente
menoscabado y restringido. 10
El derecho a la vida aparece como indiscutible a lo largo de toda la historia de los derechos
humanos, e íntimamente vinculado a la idea de dignidad. Sin embargo, esta afirmación colisiona
con la idea de que en la misma medida en que no todos los seres humanos han sido
considerados igualmente dignos, no todas las vidas eran igualmente valiosas 11
9 Contenidos del curso online Accesibilidad cognitiva 2019. Recuperado el 15 de abril de 2029 de:
http.//www.plenainclusión.org.
10 Comité de los derechos de las personas con discapacidad. (2014). Observación general Nº 2 Accesibilidad.
11 Barranco, MC. (1998). “El derecho a la vida”. Historia de los derechos fundamentales. PECES-BARBA, G y
Esta segunda parte del artículo 10 de la Convención, resulta más que pertinente ante un
escenario desconocido que está sometiendo a una tensión extrema a los sistemas sanitarios, con
recursos finitos y tasados. Un escenario impredecible que ha dado lugar a la generación de
tentativas para no asignar estos recursos a ciertos colectivos, en base a una premisa perniciosa
de vidas ya amortizadas como puede ser las personas mayores o vidas menos útiles, en el caso
de las personas con discapacidad.
12 Palacios, A. Y Bariffi, F. (2007). La discapacidad como una cuestión de derechos humanos, una aproximación a la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Madrid: Cinca.
13 Recomendaciones éticas para la toma de decisiones en la situación excepcional de la crisis por la pandemia del
Afortunadamente el Comité de Bioética de España publicaba una resolución 15, que será
comentada también en el apartado relativo al derecho a la salud, para que las autoridades estén
vigilantes a prácticas que pueden resultar eugenésicas y para que se garantice la atención
sanitaria equitativa y sin discriminaciones en situaciones extraordinarias de emergencia
pandémica que deje acreditados los criterios oficiales, que deben estar presididos por la
protección del derecho humano a la vida sin excepciones, que han de seguirse en estas
situaciones, sin que se impongan textos sin valor oficial como los de dichas sociedades científicas
que en ningún caso son Derecho aplicable ni pueden considerarse vinculantes. Una posición que
avalaba también el propio Ministerio Sanidad en un informe 16
Los Estados, a través de sus gobiernos, han puesto en marcha medidas inéditas en una
democracia con el objeto de combatir y mitigar los efectos de la pandemia de la COVID19.
15 Informe del Comité de Bioética de España sobre los aspectos bioéticos de la priorización de recursos sanitarios en
el contexto de la crisis del coronavirus. Recuperado el 20 de abril de:
http://assets.comitedebioetica.es/files/documentacion/CBE_Declaracion_sobre_acompanamiento_COVID19.pdf
16 Informe del Ministerio de Sanidad sobre los aspectos éticos en situaciones de pandemia: El SARS-CoV-2.
En esta crisis de salud pública mundial y con las restricciones que conlleva el estado de
alarma también se incrementan los riesgos para las personas con discapacidad, que han visto
mermados los derechos hasta ahora conquistados. Sin embargo, esta alteración política y social
debería contemplar de forma singular esas vidas más frágiles que requieren de un cuidado atento
y vigoroso para que la crisis no las devaste.
Los Estados partes deben prestar servicios de apoyo a las personas con discapacidad en
todas las actividades de gestión de desastres y velar por que no se las deje atrás ni se las olvide.
También es importante que no se reconstruyan las barreras tras las situaciones de conflicto
armado, las emergencias humanitarias o los desastres naturales. Los procesos de reconstrucción
deben garantizar la plena accesibilidad de las personas con discapacidad a la vida independiente
en la comunidad. 17
17 Comité de los derechos de las personas con discapacidad. (2017). Observación general núm. 5 sobre el derecho a
periódicos segundo y tercero combinados de España. probadas por el Comité en su 21er período de sesiones.
Esta recomendación nace por la elevada tasa de personas con discapacidad que viven al
margen de la vida en comunidad y por la falta de despliegue de dispositivos para la inclusión
como la asistencia personal. Estos espacios de vida colectiva están propiciando la expansión del
virus entre las y los residentes y las y los profesionales.
Esta situación empeora por la escasez de equipos de protección o por la demora para
desinfectar estos espacios residenciales. Tampoco se ha considerado a las y los profesionales
que trabajan para garantizar la vida independiente de las personas con discapacidad, como
asistentes personales, mediadoras y mediadores, guías intérpretes e intérpretes de lengua de
signos. De igual forma, el estado de alarma también ha dejado en una situación muy precaria los
dispositivos de autonomía personal, imprescindibles para la inclusión y calidad de vida de las
personas con discapacidad y ha sido de nuevo el tejido asociativo de la discapacidad 20 quien se
ha hecho cargo de estas intervenciones sociales, muchas veces teniendo cancelada la
financiación por parte de las administraciones.
El Decreto del estado de alarma lleva consigo restricciones en la movilidad personal sin
embargo, determinadas personas no pueden, por razones perentorias asociadas a su
discapacidad, permanecer indefinidamente en sus domicilios, confinadas, y necesitan
ineludiblemente acceder a la vía pública para evitar episodios de colapso personal con grave
afectación de su conducta, de sus condiciones de salud y de bienestar psicofísico y emocional;
como las personas con discapacidad intelectual, del desarrollo, el trastorno del espectro del
autismo, el asperger, la psicosocial o enfermedad mental, y otras de efectos análogos.
Inicialmente el Decreto no recogía estas situaciones, llegando incluso las fuerzas y cuerpos
de seguridad del estado a denunciar a estas personas con discapacidad y sus familias, que por
necesidades puramente terapéuticas salían a la calle. Una discriminación que se solventó
20En España la función esencial del movimiento asociativo de la discapacidad es “política o reivindicativa” sin
embargo, sobrevenidamente, y por naturaleza de los hechos, la que la que se denominaría como presencial o
gestora. No por voluntad deliberada, sino por pura y simple necesidad de los albores de las primeras organizaciones
sociales genuinas de personas con discapacidad y sus familias, resultó imperioso afrontar y contestar la orfandad de
apoyos, de todo tipo de condición, a la que se enfrentaban en su vida diaria las personas con discapacidad.
posteriormente y con la publicación de una instrucción por parte del Gobierno 21 para establecer
que se entiende como situación de necesidad la de aquellas personas con discapacidad o con
enfermedades que por razones perentorias asociadas a estas situaciones precisen abandonar su
domicilio diariamente por un tiempo y acceder a la vía pública, como indicación terapéutica y de
tratamiento de su discapacidad o condición de salud.
Solucionado el tema legal administrativo, queda pendiente el tema cívico, ya que estas
personas o sus acompañantes son increpadas e insultadas por algunas personas cuando las ven
en la calle por razones estrictamente terapéuticas que además tendría una incidencia
desfavorable en el derecho a la movilidad recogido en el artículo 20 de la Convención.
El goce, disfrute y acceso al más alto nivel de salud es un derecho humano incontestable,
y lo es también para las personas con discapacidad, como relata en el artículo 25 de la
Convención: “los Estados Partes reconocen que las personas con discapacidad tienen derecho a
gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación por motivos de discapacidad. Los
Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con
discapacidad a servicios de salud que tengan en cuenta las cuestiones de género, incluida la
rehabilitación relacionada con la salud”.
El objetivo de la declaración del estado de alarma era frenar la expansión de los contagios
y evitar el bloqueo de los sistemas sanitarios. Este clima de pánico mundial, ha traído consigo el
desabastecimiento de equipos de protección (EPIs) una nueva planificación de la atención
primaria modificando las consultas presenciales por telefónicas y virtuales, sin prever la
accesibilidad de estos servicios aplazando consultas y pruebas, cerrándose algunos centros de
salud y estableciéndose nuevos protocolos que dejan en una situación crítica a las y los pacientes
crónicos que precisan de seguimiento clínico permanente, o de tratamientos habilitadores y
rehabilitadores que son mandatos de este tratado tal y como se indica en el artículo 26.
Una de las grandes conquistas de las sociedad española es que la asistencia sanitaria es
universal, gratuita e igualitaria, principios que colisionarían con dosificar la atención sanitaria, en
función de la edad o la discapacidad.
Estaría fuera de la ley, como recoge la Convención “impedir que se nieguen, de manera
discriminatoria, servicios de salud o de atención de la salud por motivos de discapacidad”, y, por
tanto, no se podrán establecer categorías de pacientes conforme a parámetros utilitaristas,
funcionales o capitalistas, y que dichos criterios sean los que rijan el triaje de estos grupos a una
unidad de cuidados intensivos o el traslado a un hospital, en lugar de hacer una valoración
individual.
22 Informe del Comité de Bioética de España sobre los aspectos bioéticos de la priorización de recursos sanitarios en
el contexto de la crisis del coronavirus. Recuperado el 20 de abril de 2020 de:
http://assets.comitedebioetica.es/files/documentacion/Informe%20CBE-
%20Priorizacion%20de%20recursos%20sanitarios-coronavirus%20CBE.pdf
Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido
de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social; normas
que constituyen un imperativo jurídico y que son de obligado cumplimiento para el Estado
español.
La discapacidad, por razones intrínsecas al concepto, muestra más fragilidad ante los
vaivenes de las políticas sanitarias. La falta de ingresos o el copago sanitario, por un lado, y el
débil dinamismo del Sistema de Dependencia 25 impactan directamente en la discapacidad, dando
como resultado que las bolsas de exclusión social en la dimensión Salud se nutran más de la
discapacidad.
23 Vivas, I. (2020). “Las personas con discapacidad y sus familias ante las crisis sanitarias”. Las respuestas del
Derecho a las crisis de salud pública. ATIENZA, E. y RODRÍGUEZ, J. F. (directores). Dykinson, Madrid, 2020.
24 Albor, F. (2019). “Discapacidad: la exclusión social no es solo cosa de pobres”. Documento de trabajo 3.11. para el
Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia y responde a una
acción coordinada y cooperativa de la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas, que
contemplará medidas en todas las áreas que afectan a las personas en situación de dependencia, con la
participación, en su caso, de las Entidades Locales.
En definitiva, esta crisis ha destapado cuestiones que se creían superadas, como esa
visión asistencialista de la discapacidad y que se sigue manejando una idea de dignidad humana
consecuencia de un modelo humano capacitista una de cuyas dimensiones tiene que ver con el
aporte o contribución social de las personas 27.
En una lectura del Artículo 24 de la Convención se indica que “los Estados Partes
asegurarán que las personas con discapacidad tengan acceso general a la educación superior, la
26 Asís, R. De (2018). “Accesibilidad y ajustes razonables como ejes de los derechos de las personas con
discapacidad”. Nuevos horizontes en derecho de la discapacidad: hacia un derecho inclusivo. MARTÍNEZ PUJALTE,
A.L. (Director). Madrid: Thomson Reuters Aranzadi. 56-89.
27 Idem.
formación profesional, la educación para adultos y el aprendizaje durante toda la vida sin
discriminación y en igualdad de condiciones con las demás. A tal fin, los Estados Partes
asegurarán que se realicen ajustes razonables para las personas con discapacidad”.
Asimismo, en la Observación general nº 4 del Comité de los Derechos de las Personas con
Discapacidad 28 se dice que las situaciones de conflicto armado, las emergencias humanitarias y
los desastres naturales tienen un efecto desproporcionado en el derecho a la educación inclusiva.
En este sentido, indica la Observación que “Los Estados partes deben adoptar estrategias
inclusivas de reducción del riesgo de desastres para la seguridad general de las escuelas en las
situaciones de emergencia en las que los alumnos con discapacidad puedan verse especialmente
afectados. Los entornos educativos provisionales en esos contextos deben garantizar el derecho
de las personas con discapacidad, en particular los niños con discapacidad, a la educación en
condiciones de igualdad con los demás. Deben disponer de materiales educativos, instalaciones
escolares y asesoramiento accesibles y ofrecer acceso a la formación en la lengua de señas local
para los alumnos sordos. De conformidad con el artículo 11 de la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad, y habida cuenta de que existe un mayor riesgo de violencia
sexual en esas situaciones, se deben adoptar medidas para garantizar que los entornos
educativos sean seguros y accesibles para las mujeres y las niñas con discapacidad. No se debe
privar a los alumnos con discapacidad de acceso a los establecimientos educativos sobre la base
de que su evacuación en situaciones de emergencia sería imposible, y se deben realizar los
ajustes razonables”.
Prueba de ello, son los contenidos lectivos del Ministerio de Educación y Formación
Profesional que se emiten a través de un canal infantil de la Televisión Pública que no han
respetado la realidad de la infancia con discapacidad, especialmente de aquellos niños y niñas
con discapacidad sensorial o con discapacidad intelectual o del desarrollo, ya que carecen de
medidas como la audiodescripción, lengua de signos o lectura fácil.
28 Comité de los derechos de las personas con discapacidad.(2016). Observación general núm. 4 sobre el derecho a
la educación inclusiva.
Para las personas con discapacidad esta pandemia trasciende la emergencia sanitaria y
debe considerarse también y sobre todo como una emergencia social que va a generar una
desaceleración económica sin precedentes a escala planetaria que afectará en primer orden a las
personas con discapacidad, con menos oportunidades ante el empleo y con contratos más
precarios.
Los efectos de la recesión de 2008 siguen sin revertirse y las políticas de austeridad
provocaron una merma en los derechos de hombres, mujeres y niños y niñas en situación de
vulnerabilidad y un menoscabo de sus condiciones de vida.
Esta situación destruirá empleo de las personas con discapacidad, acortará sus
oportunidades para acceder a la vida laboral y se proyectará sobre los espacios de empleo
protegido como son los centros especiales de empleo, afectados por expedientes de regulación
de empleo y con menos demanda de producción.
3. LA INTERSERCIONALIDAD EN LA PANDEMIA
Las personas mayores, incluidas las que tienen una discapacidad, están sufriendo esta
pandemia en carne propia de forma muy virulenta y cuyos derechos humanos se están no solo
cuestionando sino negando del modo más despiadado, a favor de una pretendida eficiencia del
sistema. 31
29 La interseccionalidad es un enfoque que subraya que el género, la etnia, la clase u orientación sexual, como otras
categorías sociales, lejos de ser “naturales” o “biológicas”, son construidas y están interrelacionadas. La teoría
sugiere y examina cómo varias categorías biológicas, sociales y culturales como el género, la etnia, la clase, la
discapacidad, la orientación sexual, la religión, la casta, la edad, la nacionalidad y otros ejes de identidad
interaccionan en múltiples y a menudo simultáneos niveles. Este marco puede usarse para comprender cómo ocurre
la injusticia sistemática y la desigualdad social desde una base multidimensional.
30 Pérez, L.C. (2017). “Comparecencia del presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno en el Senano de España.
Este escenario desolador empeora con otra variable, que también ha afectado a las
personas con discapacidad, como antes se mencionó, cuando se cuestiona o niega su traslado a
hospitales o a unidades de cuidados intensivos.
La buena noticia es que la COVID19 apenas tiene incidencia en la infancia, pero una vez
más solo se piensa en aquellas y aquellos niñas y niños “sanos” o “estándar”. ¿Qué pasa con las
niñas o niños con discapacidades intensas, muchos de ellos con una salud precaria, o en
aquellas que precisan de servicios diarios de habilitación y rehabilitación que han quedado en
suspenso tras declararse en estado de alarma?
También hay que incorporar aquí la dimensión de pobreza. El 30% de las personas con
discapacidad están en situación de exclusión social en España, por cada persona sin
discapacidad en exclusión social hay casi dos personas con discapacidad en la misma situación
de exclusión (ratio 1/1,6) y se estima que dentro del colectivo de la discapacidad la pobreza
relativa afecta a 734.800 personas. 32 Estos datos son hogares que no disponen de recursos para
contratar internet, un elemento clave para la socialización, aprendizaje y rehabilitación de las
niñas y los niños con discapacidad durante el confinamiento.
Pero la pobreza, trasciende a la propia infancia e impacta de forma nociva en ese 30% ya
que además muchas de estas personas carecen de una vivienda. En una alarma que precisa del
aislamiento, provoca una mayor exposición motivada por el sinhogarismo 33 y la falta de medidas y
recursos de higiene personal y saneamiento.
Esta crisis sigue sin asegurar el enfoque de género en la respuesta que se está ofreciendo
a las personas con discapacidad. La respuesta debe considerar de manera diferenciada las
necesidades particulares de las mujeres y niñas a nivel general, pero también las diferentes
necesidades que pueden plantear dentro de una misma discapacidad 34.No se trata de prestarles
a ellas mayor apoyo, sino de garantizar que todas las personas con discapacidad que lo precisen
sean beneficiadas por la asistencia sin discriminación por género.
Según el Informe sobre violencia de género hacia las mujeres con discapacidad elaborado
por la Fundación CERMI Mujeres 35, el 31% de las encuestadas declararon haber sufrido algún
32 Idem.
33 Sinhogarismo es un neologismo válido que significa ‘condición de la persona sin hogar’
34 SERRA, M.L. (2017). Mujeres con discapacidad: sobre la discriminación y opresión interseccional.Madrid.Dykinson.
35 Fundación CERMI Mujeres (2015). Informe sobre violencia de género hacia las mujeres con discapacidad a partir
tipo de violencia (ya sea física, sexual o psicológica, cualquiera de las violencias: o una sola o
varias a la vez) de su pareja actual o anterior pareja. El 27% de las 55 mujeres asesinadas en
2019 por sus parejas o exparejas contaba con una discapacidad. Las mujeres con discapacidad
tienen un 8% más de probabilidades de sufrir violencia machista (física, sexual o psicológica) que
las mujeres sin ellas.
En un periodo de reclusión impuesta hay que poner toda la vigilancia y los recursos, en
clave de inclusión, para que las mujeres con discapacidad se sientan protegidas y sobre todo
vivas a pesar del confinamiento.
Desde un planteamiento feminista también hay que mirar a las madres y cuidadoras,
responsables en gran medida de la atención de las personas con discapacidad, para las que no
se han contemplado acciones que las protejan y las cuiden en un momento tan crítico.
4. CONCLUSIONES
La importancia de contar con una sociedad civil fuerte y articulada, ha contribuido a mitigar,
a través de actuaciones de denuncia, toma de conciencia, los efectos más duros de esta crisis en
las personas con discapacidad.
Los derechos humanos son, en términos clínicos, la mejor vacuna para mitigar los efectos
de esta pandemia en las personas con discapacidad y son también un escudo infranqueable para
proteger su integridad e indemnidad ante las consecuencias sociales, educativas, laborales,
sociosanitarias y económicas de esta epidemia.
El diálogo civil es instrumento para una nueva gobernanza perfeccionada, donde la toma
de decisiones se comparte y se hace corresponsable; por tanto todas las políticas públicas
sociales, de igualdad o de inclusión y vinculadas a la Convención han de estar presididas y
permeadas por este principio y participadas por la sociedad civil de la discapacidad 36.
36 Comité de los derechos de las personas con discapacidad (2018). Observación general núm. 7 sobre la
participación de las personas con discapacidad, incluidos los niños y las niñas con discapacidad, a través de las
organizaciones que las representan, en la aplicación y el seguimiento de la Convención.