BOURDIEU La Accion Del Tiempo
BOURDIEU La Accion Del Tiempo
BOURDIEU La Accion Del Tiempo
Lejos de ser el producto automático de un proceso mecá- Aun así, no me satisface mucho esta respuesta, porque soy
nico, la reproducción del orden social se realiza sólo a través conciente de que, a pesar de las salvedades que verbal y men-
de estrategias y prácticas mediante las cuales los agentes se talmente'he adosado al concepto (nadie escucha estas últimas,
temporalizan a sí mismos y hacen el tiempo del mundo (situa- pero un buen o una buena lectora, que se tomara el cuidado
ción que no les impide experimentarlo frecuentemente co- de aplicar el "principio de caridad", podría recomponerlas),
mo una realidad trascendente sobre la cual no tienen ningún me sigo viendo inclinado o llevado a simplificaciones que, me
control, como ocurre con la espera, la impaciencia, la incer- temo, son la contraparte ineludible de la "charla teórica". A
tidumbre, etc.). Por ejemplo, sabemos que colectivos sociales decir verdad, la respuesta más adecuada a todas las pregun-
como las burocracias tienden constitu~ivamente a perpetuar tas queme plante'a n sobre esta cuestión, particularmente so-
su ser, tendencia a veces emparentada con la memoria o la bre la lógica de la reproducción social, está contenida en las
lealtad que no es sino la "suma" de rutinas y conductas de los quinientas páginas de La noblesse d'État (1989a), vale decir,
agentes que, confiados en su know-how (métier) , su habitus, en- en el conjunto completo de análisis empíricos y teóricos que
gendran (dentro de los límites de las coerciones inscriptas en son los únicos que pueden articular en su plena complejidad
las relaciones de fuerza constitutivas del campo del que for- el sistema de relaciones entre estructuras mentales y estruc-
man parte y de las luchas que los oponen) líneas de acción turas sociales, habitus y campos, y desentrañar su dinámica
adaptadas a la situación tal como sus habitus los inclinan a inmanente.
percibirla, que vienen como anillo al dedo (sin estar diseña- ~í
das como tal) para la reproducción de la estructura de la cual ~
su habitus es producto. 5. Lenguaje. género y violencia simbólica
La tendencia á la autorreproducción de la estructura sólo
se realiza cuando logra la colaboración de ágentes que han in- En Language and Symbolic Power (Bourdieu 1982b, 1991e),94
temalizado su necesidad específica bajo la forma de habitus y usted hace una crítica arrasadora de la lingüística estructural, o lo que
que son productores activos, aun si consciente o inconsciente- podríamos llamar el estudio, ''puro'' del lenguaje. Propone un modelo
mente contribuyen a la reproducción. Habiendo internalizado alternativo que, para simPlificar, hace del lenguaje un instrumen.to
la ley inmanente de la estructura bajo la forma de habitus, rea- o medio de las relaciones de poder, en -lugar de un miro vehículo de
-,~------..,....~--
lizan su necesidad en el movimiento espontáneo mismo de su
existencia. Pero lo que es necesario para reproducir la estruc- 94 Así como Esquisse d'une théorie de la pratique y Outline of a Theory of
tura sigue siendo una acción histórica, realizada por verdade- Practice difieren sustancialmente en contenido y organización, Language
ros agentes. En suma, la teoría del habitus apunta a excluir los and Symbolic Power [es decir, "Lenguaje y poder simbólico"] (Bourdieu
1991 e) y Ce que parler veut dire ("What Speaking Means", Bourdieu 1982b)
"sujetos" (que siempre son posibles como especie de caso ideal
-Qué significa hablar, como efectivamente se lo tradujo al español [T.]-
limitador), tan caros a la tradición de las filosofías de la con- son prácticamente libros diferentes, aun -cuando el primero sea, formal-
ciencia, sin aniquilar a los agentes en beneficio de una estruc- mente, la traducción del último. El libro en inglés, tal como ha sido cons-
tura hipotética, aun cuando estos agentes sean el producto de truido por John B. Thompson, incluye varios ensayos adicionales que ha-
cen explícita la íntima conexión entre la lingüística sociológica de
dicha estructura y hagan y rehagan continuamente esa estructu- Bourdieu y su teoría del campo político y de la política de la formación
ra, pudiendo llegar incluso a transformarla radicalmente bajo de grupos. Todas las citas en esta sección son traducción mía del libro
determinadas condiciones estructurales. ~ francés.
206 Una invitación a la sociología reflexiva
El propósito de a sociología reflexiva 207
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208 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito d · a sociología reflexiva 209
simbólico a través de las cuales las relaciones de fuerza entre monos ahora hacia la situación, que es de hecho la más fre-
alr Ilos hablantes y sus respectivos grupos se actualizan de forma cuente, e~ que se obliga al dominado a adoptar la lengua del
! ~~ transfigurada. En consecuencia, es imposible aclarar cual- dominante (la relación entre el inglés estándar, blanco, yel
quier acto de comunicación con el análisis lingüístico como idioma vernáculo del negro norteamericano proporciona un
única brújula. 95 Incluso el más simple intercambio lingüísti:- buen ejemplo). En este caso, el dominado habla una leng;ua
co pone en juego una red compleja y ramificada de relacio- rota, como ha demostrado William Labov (1973), Y su capi-
nes de poder históricas entre el hablante, dotado de una au- tal lingüístico se ve devaluado más o menos completamente,
toridad social específica, y una audiencia o público que , ya sea en la escuela, en el trabajo o en sus encuentros socia-
reconoce dicha autoridad en diversos grados, como también - les con el dominante. Lo que el análisis conversacional deja
ocurre entre los grupos a los que pertenecen respectivamen- afuera con demasiada facilidad, en este caso, es que toda in-
e . Lo que he intentado demostrar es que una parte muy im- teracción lingüística entre blancos y negros está constreñida
portante de cuanto ocurre en las comunicaciones verbales,
incluso el contenido mismo del mensaje, permanece ininte- \ por la relación estructural entre sus respectivas apropiacio-
nes del inglés y el desequilibrio de poder que la sustenta y
ligible en tanto no se tome en cuenta la totalidad de la es- otorga a la arbitraria imposición del inglés de clase media,
tructura de relaciones de poder presente, aunque invisible, "blanco", su aire de naturalidad.
en el intercambio. Para llevar este análisis más allá, uno necesitaría introdu-
clr- toda cl-ª,se_d é-c0ordena a.s _pps!..~~~n~s, ~~<?.iª~.~~ g é::... ,
¿Podría darnos un ejemplo de esto? nero, nivel educ.a! ivo., orígenes de clase, residencia, etc. To-
Déjenme tomar el ejemplo de la comunicación entre co- ~""- "..... -"
""' ..... --- .,..... ""
-" - ---~-, --~~------
das estas variables intervienen ' e ñ todo momento en la
lonos y nativos en un contexto colonial o poscolonial. La pri- determi'lliiciillrlletaestrücturi ---------~~.~~~~
objetiva de la "accióri comu-
mera pregunta que surge es: ¿qué lenguaje utilizarán?
~.~y. la <~<?~~~ªdQPt:cla:-I!9.r.Jj.JpltrF.¿CíOñ1iñ~uíStic~
¿Adoptará el dominante la lengua del dominado como sig- ;'!i ~nde~ ~ustancialmente de esta ~s t~~, que es mcons-
nó de su preocupación por la igualdad? Si lo hace, e~ muy cienléy tra aja casiporcoiñplet07.a espaldas" de los hablan-
probable que esto sea hecho por medio de lo que llamo una tes. En suma, si un francés habla con un argelino, o un ne-
estrategia de .cQ!@5!~ce-~a (Bourdieu 1984a: pp. 472- gro norteamericano con un WASP, no son ellos quienes
73) : al abdicar temporaria pero ostentosamente a su posi- hablan, uno al otro, sino, a través de e~ histori~~~~
ción dominante y "rebajarse" hasta su interlocutor, el domi- e~c,Qn::iuntQ, o ~oria ~f!1eti!ll~~~econó-
nante se beneficia de su relación de dominación , que mico, ~y c2} t~re!.2~§...!l~gros en E~ta.º,oLUnidQ.~o·-"
'1 continúa existiendo, negándola. Denegación simbg lic.a (en de las mujeres, los t~abajadores, las minorías, etc.) . Esto
) ,es a-e crr,
. ------
--
1:I el sentido freudIano
. de Tr.·
verneznung~ puesta entre
:: paréntesis .fi.ctLcia de la~c..iÓ.n_de poder, que exp10·t-a-€-Sta
1' , - ' ~'- ~
IV relación de poder C.üILel fin de pro~uc~~ el reco.noctmi"eut:?
muestra, por cierto, que !.a "fÜe9.ón...aJ.in~.arrlj.e ntos decigidª-
mente visibles" (Sharrock y Anderson 1986: p. 113) de los et-
ñ(iÍnetod~go.s_c..omo así también la preocupación por man-
i de la relaci,..ó n de poder que la abdIcaCIQR.de.s.p.l.e r.taSolva- te~r el análisis tan P~le <~~lIda9mQ.~~:COiñOséa
p6sible-d·eCiñ!líslis..Q.!iV~~cional (por ejemplo, Sacks y
95 Vé ase Bourdieu y Boltanski 1975, Bourdie u 1975a, 1977c, 1983b, y Schegloff 1979) YJ'!JI!!~QciÓI),,,5ñicrQ§~lógica", puede em-
Bourdieu 1980b: pp. 95-112,121-142 para otros desarrollos.
:------ _._- _
pujarno~_ajgnorar enteramente una "realidaa"'que escapa a
. ... ... _-----_ ........- ... --"- - - -' _.
El propósito e la sociología reflexhfa 211
210 Una invitación a la sociología reflexiva
¡
dentro del estrecho marco de la inmediata situación cara a cara puede uno lizar adecuadamente esta competencia en una situación dada-
sostener que "los acontecimientos del habla pueden disponer e llos mismos la
organización social, formando alineamientos y las identidades sociales de los
y, por otro lado, un mercado lingüístico, es decir un sistema de re-
participantes". Además, lo hacen de acuerdo con reglas y oposiciones que no laciones de fuerza que se impone como sistema de sanciones
.. están coiuenidas dentro de la situación (en esta caso, la oposición entre ne- específicas y censura específica, colaborando por tanto a con-
gros y blancos, que están ausentes del "ambiente natural", o entre la escuela
formar la producción lingüística mediante la determinación del
Ia calle). Sólo ignorando la construcción macrosociopolítica del "marco"
(en el sentido de Goodwin) de la interacción lingüística puede uno afirmar "precio" de los productos lingüísticos. En tanto la anticipación
"la primacía de los materiales conversacionales en las elucidaciones antropo- práctica del precio que ha de alcanzar mi discurso contribuye a
\; lógicas del modo en que la gente estructura sus vidas" (Goodwin 1990: 287).
212 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito R la sociología reflexiva 213
palabras: ¿dPJ1.1! resiJ~ ~'l! eJic~!!!...cial? Aquí, }!sted discute una ,vez
.
mundo., no. resicjJ;..eJl ". iS~Inas--si.ffibé.I.ic;;os': bajo. la fo.rma de
m_á s el modelo "comunicacional" pur;;;ejJresentado por Austin, y espe- cieJ=t;"fuerza ilo.cuto.ria". Es definido. e~12QL~~je
c.nte pO~f:rmas, s eg¡in el cual la su!!..c!:.~ lingÜística de(!!:.is-
te~a ~e P!.2.du,~~S!~j~ucia,..evJ<lJ~g,giIUÜ:lad.deJas-.l?~la
curso exPlica sus efectos.
bras y de fa perso.na que las ew.ite, y sólo. o.pera en la medida
< ---------
- 'U "é'l'5eíñbTestar ágradecido.s a lo.s filóso.fo.s del lenguaje, y ~---.... ----~ ........, .
en que aquello.s que lo. expenmentan reco.no.cen a qUIenes lo.
particularmente a Austin (1962), po.r haberse preguntado. có- ejercen. (Esto. es claramente visible en la decadencia repenti-
mo. es que po.demo.s "hacer co.sas co.n palabras", cómo. es po.si- na de la fuerza del lenguaje religio.so. que aco.mpaña al deterio.-
ble que las pro.po.sicio.nes produzcan efecto.s. ¿Po.r qué si digo. ro del mundo. de relacio.nes so.ciales que lo. co.nstituyen.) To.do.
a alguien "¡Abre la ventana!" bajo. ciertas co.ndicio.nes esa per- ello. significa que para explicar esta acción a distancia, esta
so.na la abre? (Pudiendo. bastarme, si so.y un viejo. lo.rd inglés le- transfo.rmación real efectuada sin co.ntacto. físico., co.mo. según
yendo. su periódico. de fin de semana, reco.stado. en su co.nfo.r- Marcel Mauss (1950a) o.curre co.n la magia, de em9_U~~
table sillón, co.n decir: 'jo.hn, ¿no. cree usted que se está truir la to.talidad del espacio. so.cial en el que so.n en~~as
po.niendo. un po.quito. fresco.?" para que Jo.hn cierre la venta- las disposréiüñesy- cre·eñciáS:guellaá~ñ:II"ó.s~~ª,-ci~de.Ja
na.) Cuando. no.s detenemo.s a pensarlo., esta capacidad de ha- ----~~---<,
ma~llenguaje.
. . . ,. . . .
~.. ·~~· 1"oI""-~""""'~ . ~,,-~-..,--
cer que sucedan co.sas co.n las palabras, este po.der de dar órde-
nes y po.ner o.rden po.r medio. de palabras es realmente mágico.. Su análisis del lenguaje, entonces, no es una "incursión" accidental
( Intentar co.mprender lingüísticamente ~Q~r de la~ e~ en el dominio de la lingüística sino más men la extensión, en un nuevo
I presio.nes lingüísticas, intentar fundar en .~~~ el pn~cl dominio empírico, el lenguaje y el habla o las prácticas discursivas en un
( ~io. y lo.s mecanismo.s de su eficacia, es o.lvid~r qu.e ~autonda:} sentido más general (incluyendo las de los lingüistas), del método de aná-
\ ie viene al lenguaje desde afuera, co.mo. Benvemste (1969: pp. 30- lisis que usted ha aplicado a otros productos culturales. 102
37) no.s lo. recuerda en su análisis del skeptron alcanzado., según Sí. Me he pasado. to.da la vida co.mbatiendo. fronteras arbi-
cutso. ~ ----
Ho.mero., al o.rado.r que está a punto. de to.mar la palabra. L~
cacia del habla no. yace en "ez p esio.nes ilo.cuto.rias" ni en el dis-
~s . 0., co.mo. sugiere Austin,_pues no. es ~r!.So.~e el
pod~~e~ '~ara ser jlisto.s,el propio. .A:üs:-
trarias que so.n el resultado. de la reproducción académica y que
~
sistemática entre las prácticas sociales y las prácticas lingüísti-
U na socio lo ía adecuada, al mismo tie!!!po estructural y ge- cas eIl el seno de un grupo de adolescentes de un suburbio parisino por me-
dio de una construcción minuciosa de su habitus individual de clase.
nética,'clel'le;guaje presupone que fundamentemos teónca- 105 Este estudio, que Bourdieu escribió en Alemania durante una estadía
rllénteyreS§i~írtCaffieñte la Ulll aad-e : ácticas en el Max Plank Institut für Sozialforschung fue publicado primero en ale-
"'-'--~~ -_
.. __ .. _---~~,-- ---
hu~de las cuales las prácticas lingüísticas no son SlllO una
---
------"-.....,..,.....-.-.~-~ - ..
rJlán por Syndicat Verlag de Frankfurt en 1976 y en francés como artículo en
ftctes de la recherche en sciences sociales, en 1975. Posteriormente fue revisado y
publicado como libro en francés en 1988 (el mismo año de su publicación
103 La noción de "la técnica del cuerpo" está tomada del ensayo seminal en español [T.])
de Mauss (1950b) que lleva el mismo título,
218 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva
para verificar mi hipótesis sobre el efecto de la censura ejer- referencia externa y rechazar también la reducción directa
cida por los campos de producción cultural. Heidegger es un - del texto a los co ntextos más generales de su producción Y
maestro -me siento inclinado a decir el maestro- del doble . circulación. 106
discurso o, si se quiere, del discurso polifónico. Se las apaña
para hablar simultáneamente en dos claves, la del lenguaje Esta doble negativa es también el princiPio rector detrás de su so-
filosófico académico y la del lenguaje ordinario. Esto es par- ciología de la literatura, de la pintura, de la religión y de la ley (véase,
ticularmente visible en el caso del concepto aparentemente respectivamente, Bourdieu 1988d, 1983d; 1987i; 1971 b, Y en prepa-
"puro" de Fürsorge que juega un papel central en la teoría hei- ración (a), 1987g). En cada caso, usted propone relacionar las obras
deggeriana del tiempo y que, en la expresión soziales Fürsor- culturales con su campo de producción especializada, y rechaza tq}!to
ge, asistencia social, se refiere al contexto político y a la re-
pulsa del Estado de bienestar, de las vacaciones pagas, de los
----
las lecturas
.......
_~~-
internas como la reducción.. a -los factores exterños.- -- -
~-_._--
seguros de salud, etc. Pero Heidegger me interesó además fica y su autonomía, producto de la historia propia del campO,
como encarnación ejemplar del "filósofo puro" y quise mos- irreductible ella misma a la historia "general", se evitan doS
trar, en lo que parece ser el caso más desfavorable para la so- errores complementarios que funcionan como suplementos Y
ciología de las obras culturales tal como yo la concibo, que coartadas mutuos: el de tratar a las obras como r~.alidade_s..a:tl:
el método de análisis que propongo puede no sólo explicar tosuficie n tes y el. de r~<!~sirji~ &r~~t-IB~r!;.; l~; c.~:md..~~~~~s
sino también llevar a una mejor comprensión de la obra en social~.~1-'e~ó~.!~~~_ás g~~1l1~,:<.~:Así, por ejemplo, loS
sí, es decir, en este caso, del impulso central de la filosofía q ue-aiscuten la cuestión del nazismo en Heidegger siempre
heideggeriana, en otras palabras, de la ontologización del conceden a su discurso filosófico demasiada o escasa autonO-
historicismo. mía: es un hecho indiscutido que Heidegger fue miembro del
El valor de Heidegger como paradigma del pensador "pu- partido Nazi, pero ni el primer Heidegger ni el Heidegger m~
ro", ahistórico, que prohíbe y rechaza explícitamente que se duro fueron ideólogos nazis como lo fue el rector Krieck. La
relacione al pensamiento con el pensador, con su biografía y, interpretación externa, iconoclasta, y la interna, celebratori<:t,
menos aún, con las con..d!siones sociales y económicas de su
tiempo (y que siempre ha sido leído de una manera profun-
damente deshistorizada), reside en forzarnos a repensar los 106 "podemos reconocer [la] independencia [del discurso filosófico] pe-
vínculos entre la filosofía y la política. Esto es lo que quise de- ro sólo a condición de que veamos claramente que no es otra cosa que otrO
nombre para su dependencia de las leyes de funcionamiento específicas d~l
cir con el título que di a mi estudio: la ontología es política y campo filosófico . No pode mos reconocerle independencia sino en la m e d~
la política se vuelve ontológica. Pero, en este caso tal vez más da en que tomemos en cuenta las transformaciones sistemáticas que exper l '
que en ningún otro, la relación inteligible que existe entre el mentan suS efectos debido al hecho de que esta dependencia opera únicr
mente por medio de mecanismos específicos del campo filosófico" (Bourdie v
"führer filosófico" y la política y la sociedad alemanas, lejos
1988b: p. 10).
de ser directa, sólo pudo establecerse mediante la estructura 107 Sostener, como hace Bürger (1990: p . 23), que "Bourdieu adopta unil
del microcosmos filosófico. Un análisis adecuado del discur- posición radical: la perspectiva externa " en su análisis del arte y otras prácti'
so de Heidegger debe fundarse, entonces, en una doble ne- cas culturales implica un m ala comprensión fundamental de su teoría, pues
equivale a borrar la noción de campo de la producción simbólica, tal comO
gativa: rechazar tanto la pretensión de autonomía absoluta se la ve claramente a partir de sus primeros textos (por eje mplo, el artículO
del texto filosófico como su correspondiente rechazo de la de 1966 sobre "El proyecto creativo", Bourdieu 1971a: p. 185)
220 Una invitación a la sociología reflexiva
El propósito de la sociología reflexiva 221
ti'
tienen en común su ignorancia del efecto de estilización filo- que alguien pudiera producir sobre la base de otras posiciones
sófica (mise en forme): desconocen la posibilidad de que la fil~ en el campo filosófico.
sofía de Heidegger pueda haber sido sólo la sublimación filosófi-
ca, impuesta por la censura específica del campo de la Usted deriva el pensamiento político de Heidegger no tanto del es-
producción filosófica, de los mismos principios políticos y éti- tudio de su contexto sino de la lectura del texto mismo y la elucidación
cos que determinaron su adhesión al nazismo. Para ver esto es de los múltiPles marcos semánticos en que funciona.
necesario deponer la oposición entre lectura política y lectura Es la lectura de la obra misma en su doble clave, de sus do-
filosófica y someter a una doble lectura, inseparablemente filosó- bles significados y su doble entendre, la que reveló algunas de las
fica y política, unos escritos que se definen fundamentalmente implicancias polítit as más imprevisibles de la filosofía heideg-
por su ambigüedad, esto es, por su constante referencia simultá- geriana: el rechazo del Estado de bienestar escondido en el co-
nea a dos espacios sociales a los que corresponden dos espacios razón de la teoría de la temporalidad, el antisemitismo subli-
mentales. mado como una condenación de la "errancia", la negativa a
Así, para captar el pensamiento de Heidegger uno tiene reconocer su antiguo apoyo a los nazis inscripto en las tortuo-
que entender no sólo todas las "ideas aceptadas" de su tiem- sas alusiones al diálogo conJunger, etc. Todo esto podía encon-
po (tal como fueron expresadas en editoriales de periódicos, trarse fácilmente en los textos mismos, como demostré en 1975,
discursos académicos, prefacios a libros filosóficos y conver- pero se mantuvo más allá del alcance de los guardianes de la or-
saciones entre profesores, etc.) sino también la lógica espe- todoxia de la lectura filosófica quienes, como aristócratas descla-
cífica del campo filosófico en que los grandes especialistas, sados, reaccionaron contra la amenaza que el progreso de las
es decir los neokantianos, los fenomenólogos, los neotomis- ciencias esquivo a ellos planteaba a sus diferencias aferrándose
tas, etc., entraban en disputa. Para efectuar la "revolución a la sagrada frontera entre la ontología y la antropología. El aná-
conservadora" que Heidegger operó en la filosofía, tuvo que lisis puramente lógico y el puramente político son igualmente
hacerse de una extraordinaria capacidad de invención técni- incapaces de explicar el doble discurso cuya verdad reside en la
ca, esto es, un capital filosófico excepcional (véase el virtuo- relación entre el sistema manifiesto y el sistema reprimido.
sismo que exhibe en el tratamiento de Kant y el problema de la Al contrario de lo que suele pensarse, la adecuada com-
metafísica) y una capacidad igualmente excepcional para dar prensión de una filosofía no requiere de su deshistorización
a sus posiciones una forma filosóficamente aceptable, que a mediante la eternalización efectuada por la lectura atempo-
su vez presuponía un dominio práctico de la totalidad de las ral de textos canónicos construidos como philosophia perennis
posiciones del campo, un formidable sentido del juego f:lo __ o, peor aún, por su interminable reforma para que se ajuste
sófico. En contraste con meros panfletarios políticos como a los asuntos y debates del día, a veces al costo de contorcio-
Spengler, Junger o Niekisch, Heidegger integra realmente nes y distorsiones francamente increíbles. (Cuando oigo que
posturas filosóficas percibidas hasta entonces como incom- "Heidegger nos ayuda a comprender el Holocausto" tengo
patibles en una posición filosófica nueva. Este dominio del que creer que estoy soñando jO pudiera ser que yo no sea lo
espacio de los posibles puede verse más claramente en el se- bastante "posmoderno"!) Surge, más bien, de una genuina
gundo Heidegger, que constantemente se define a sí mismo historización que nos permite descubrir el principio subya-
relacionalmente, incluyendo por anticipación o por nega- cente a la obra mediante la reconstrucción de la problemá-
ción las representaciones de sus posturas pasadas y presentes tica, el espacio de los posibles en relación con los cuales fue
El propósito de la sociología reflexiva 223
222 Una invitación a la sociología reflexiva
mente "errores" políticos tan monstruosos como el grosseDumm- a las ciencias sociales, contra la psicología y la sociología en par-
heit de Heidegger, tienen implicancias muy serias para la vida in- ticular, y a través de ellas contra c alquier forma de pensamien-
telectual e, indirectamente, para la vida política. No es casuali- to que esté explícita e inmediatamente dirigido a las realidades
dad que los filósofos franceses de los años sesenta, cuyo proyecto "vulgares" del mundo social. La negativa a desmerecerse por
filosófico se formó en una relación fundamentalmente ambiva- estudiar objetos considerados inferiores o por aplicar métodos
lente con las "ciencias humanas", y que nunca repudiaron plena- "impuros", ya sea el examen estadístico o el simple análisis his-
mente los privilegios de casta asociados con el estatuto de filóso- toriográfico de documentos, impugnado una y otra vez por los
fo, hayan dado nueva vida, en ~odo el mundo pero especialmente filósofos como "reduccionista", "positivista", etc., va de la ma-
en Estados Unidos, a la vieja crítica filosófica de las ciencias so- no de la negativa a zambullirse eri la fugaz contingencia de las
ciales y alimentado, bajo la fachada de la "deconstrucción" y de cosas históricas que mueve a esos filósofos más interesados en
la crítica de los "textos", una forma ligeramente velada de irra- su dignidad estatuaria a retornar siempre (a veces por las vías
cionalismo a la que a veces se ha etiquetado, sin que sepamos más inesperadas, como testifica hoy Habermas) a los pensa-
mucho por qué, de "posmoderna" o "posmodernista". mientos más "universales" y "eternos".1l2
Un buen número de las características específicas de la fi-
Su análisis de Heidegger, y en un sentido más amplio de la produc- losofía francesa a partir de los años sesenta puede explicarse
ción y funcionamiento social del discurso filosófico, 111 presupone y exi- por el hecho de que, como demuestro en Homo academicus, la
ge, por ende, un análisis de la posición objetiva de la sociología con universidad y el campo intelectual llegaron por primera vez a
relación a la filosofía.' . ser dominados por especialistas en las ciencias humanas (enca-
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la filosofía eu- bezados por Lévi-Strauss, Dumézil, Braudel, etc.). El foco cen-
ropea se ha definido constantemente a sí misma en oposición tral de todas las discusiones de la época giró hacia la lingüísti-
ca, que se erigió como el paradigma de todas las ciencias
humanas, e incluso de empresas filosóficas como la de Foucault.
111 Aparte de la ontología de Heidegger, Bourdieu ha analizado el dis-
Éste es el origen de lo que yo he llamado el efecto "-logía" para
curso y la institución de la filosofía como el caso ideal típico de una práctica
intelectual que se proclama "libre", mistificándose a sí misma y a las demás, designar los esfuerzos de los filósofos por tomar los métodos, y
negándose a enfrentar su determinación histórica (Bourdieu 1983a y 1985e). por remedar la cientificidad de las ciencias sociales sin deponer
Entre otras cuestiones, el sociólogo francés ha examinado críticamente la re- el estatuto privilegiado de los "pensadores libres": así la semiolo-
tórica del marxismo althusseriano, la invención de Sartre de la figura del "in-
gía literaria de Barthes, la arqueología de Foucault, la grama-
telectual total", los "mitos académicos" de Montesquieu y el significado de la
vocación de filósofo en la universidad francesa de los años cincuenta (véase tología de Derrida o el intento de los althusserianos por ha-
Bourdieu 1975b, 1980e, 1980fy 1991a respectivamente). Los análisis sustan- cer pasar la lectura "científica" de Marx como una ciencia
tivos del campo de la filosofia por sus estudiantes y colaboradores incluyen
el de Boschetti (1988) sobre Sartre, Fabiani (1989) sobre los filósofos de la
Tercera República, y Pinto (1987) sobre la filosofia contemporánea. 11 2 De acuerdo con Bourdieu (1983c), la filosofia padece una incapaci-
Parecería que para Bourdieu (1983c), lejos de disolverse en las ciencias dad para resolver la antinomia de historicidad y verdad por otros medios que
soCiales, la filosofía sólo puede realizarse a sí misma ejerciendo la clase de re- las lecturas exegéticas que actualizan obras pasadas de tal manera que nie-
flexividad que él propone, situando socialmente su problemática, categorías gan más o menos la historicidad. Las soluciones a esta antinomia propuestas
y prácticas, y reconociendo las leyes sociales que regulan su propio funciona- por Hegel (la dialéctica que preserva y trasciende) , Kant (la construcción re-
miento interno, aunque sólo fuera porque esto la ayudaría a trascender las trospectiva de las filosofias pasadas) y Heidegger (la develación de la revela-
limitaciones inscriptas en su fundamento histórico. ción originaria) convergen en su rechazo de la historia.
226 Una invitación a la sociología reflexiva
227
El propósito de la sociología reflexiva
. e envolviéndose en
por ganar confrontando nuevos objetoS qu práctico, entre la investigación (en particular pienso aquí en
, e alimeO tar un me-
P olémicas teóricas que hacen poco
.
mas qu . d f
demasla a recuen-
esa "ciencia sin científico"'cuyo epítome es la investigación de
tadiscurso perpetuo, autoafirmatlvo Ycon t' la opinión pública y ese absurdo científico llamado "metodolo_
e se trata como o-
cia vacuo alrededor del conceptoS a lOS qu gía") y la "teoría sin objeto" de los teóricos puros, que hoy ejem-
tems intelectuales. . plifica la tormentosa discusión muy de moda en torno del así
I'a y estruc
Tratar la teoría como un modus operandz que gU d - llamado "vínculo micro-macro" (Alexander y otros 1987, por
. . te que 1.lno epone
tura la práctica científica imphca obVIamen 1 "teo' ricos" ejemplo). Esta oposición entre la teoría pura del lector devoto
"' . e . hista que as
la relacIOn de complacenCia algo J.etlc del culto hermenéutico de las escrituras de los padres funda-
ta razón que yo nun-
usualmente establecen con ella. Es por es d 1 dores (si no de sus propios escritos), por un lado, y la investi-
ealogía e os con-
ca he sentido la urgencia de rastrear 1a geo 1 h b' t 1 gación y metodología de estudio por el otro, es una oposición
10 son e a l us, e
ceptos que he acuñado o reactivado, como d enteramente sociaL Está inscripta en las estructuras institucio_
. d nacido e una par-
campo o el capital simbólico. No hablen o h nales y mentales de la profesión, arraigada en la distribución
oan muc o con ser
tenogénesis teórica estos conceptos na ga ., académica de recursos, posiciones y competencias, como cuan-
, . S constr1.lCCIOn Y uso
reposicionados frente a sus usos preViOS. u. . ., do escuelas enteras (el análisis conversacional o las investiga-
de mvesugacIOn , y es
emergieron en lo práctico de la empresa ., d 1 ciones de logro de estatus, por ejemplo) se basan casi por com-
d s La fuo clon e os
en este contexto donde deben ser evaIua o . d pleto en un método en particular.
. t s que na a apuntar
conceptos que yo empleo consIste en an e d
. . . , en una suerte e ta-
dentro del procedimiento de mvesugaclO n , ., Entonces, tal vez la mejor manera de hacerle explicar su concepción
. . ' .o de eleccIOn meto-
quigrafia, una posición teónca, un pnnCIpl . ', . del "trabajo teórico" sea preguntarle por el modo concreto en que, en su
. . L istemauzacIOn Viene
dológica negativa tanto como pOSItIVa. a S • práctica científica, usted inserta la construcción teórica en el proceso de
, 'd oco a pOco comlen-
necesariamente a posteriori, a medl a que P . d d investigación, reflexionando sobre un objeto particular en el que ha tra-
d'd que las prople a es
zan a surgir analogías fructíferas, a me la , . t 117 bajado durante cierto Período de tiempo. Ahora estay pensando en un
"1 d 1 . lementan y prueban con eXI o. artículo que publicó recientemente, en un Periódico algo oscuro, Étu-
uu es e concepto se lmp . investi ación sin te~
Podría parafrasear a Kant y deCir que la g_c des rurales, sobre el celibato entre los campesinos del Beame, su región
. . ., t' vacía Des<uortuna-
ría está cieua y la teoría sin znvestzg actOn es a . . 1 ' natal, bajo el título de "Reproducción prohibida. La dimensión simbó-
b ' . ote de la SOCIO ogla
damente el modelo socialmente domma d" lica de la dominación económica" (1989b). Lo que me resultó más in-
, .'1 ecisa y un IvorcIO
aún hoy predica una distincIOn c ara y pr , teresante de este artículo es que usted retoma en él al mismo tema que
estudió tres décadas antes en un extenso texto titulado "Celibato y COn-
.. . ón de "capital social" du- dición campesina" (Bourdieu 1962b), publicadQ en el mismo Periódi-
117Por ejemplo, sólo después de utlh.zar l~ nd~~ de situaciones empíricas, co, para esbozar una teoría general de la contribución de la violen-
rante una cantidad de años y en una ampha vane . hasta las estrategias sim-
cia simbólica a la dominación económica sobre la base de un caso
desde l.as relaciones matrimoniales
. de los
. campesdmods
" es e los d ~
' e';adores
,. de alta
bólicas de los fundamentos de la mvestlgaclOn, o las de elite (véase res- particular.
. . 1 d las escu e '
costura hasta las asoCIacIOnes de a umno S e 1981 b' Bourdieu Y Delsaut El punto de partida de esta investigación es una experiencia
pectivamente, Bourdieu 1977b,.1980a, ~980bd 19u~as de sus caracterís- muy personal que yo narré en el artículo, pero en forma velada,
1975), Bourdieu escribió un articulO delmean o a .• pírica que trata
' lustraClon em
ticas genéricas (Bourdieu 1980c) . P a~a una I ' 1980 y 1985. porque en aquella época me sentía forzado a "desaparecer". Me
sobre la nobleza francesa, véase de Samt Martl n las ingeniaba para usar oraciones impersonales de manera de no
234 El propós ito de la sociolo gía reflexiv a
Una invitac ión a la sociolo gía reflexiv a 235
escribi r nunca "yo" y describ ía de la maner a más neutra l posible matrim onio en el sistem a de estrate gias de reprod ucción "1l8
la escena inicial: un baile de pueblo al anoch ecer de un sábado donde traté de descub rir ti) que me parecí a la filosof ia implíc i-
en las vísperas de Navida d, en una tabern a rural adond e un ami- ta de lo que había hecho . Traté de sustitu ir el model o de las
go mío me había llevado treinta años atrás. Allí fui testigo de una teorías del parent esco que era domin ante por aquel entonc es,
escena muy impac tan te: hombr es y mujere s jóvene s de la ciudad es decir la teoría estruct uralist a, por una maner a de consid erar
vecina bailaba n en el centro de la sala mientr as otro grupo de jó- los interca mbios matrim oniale s que desde entonc es se ha vuel-
venes algo mayore s, como de mi edad por aquel entonc es, todos to más bien trivial, especi almen te entre histori adores de la fa-
aún soltero s, perma necía sin hacer nada, de pie contra las pare- milia, y que consist ía en conceb ir a los matrim onios como com-
des. En lugar de bailar, observ aban aplica damen te el baile y, sin plejas estrate gias de reprod ucción 1l9 (Medic k y Warre n 1984,
darse cuenta , avanza ban de maner a tal que progre sivame nte re- Crow 1989, Morga n 1989, Harev en 1990, Woolf 1991) que in-
ducían el espacio utiliza do por los danzan tes. Vi este escena ini- volucr an un cierto númer o de parám etros, desde la extens ión
cial como una especi e de desafio : por entonc es tenía en mente de la hereda d y la tasa de nacim ientos hasta la residen cia, edad
la idea de tomar como objeto de análisis un univer so con el cual o pro~peridad diferen ciales entre potenc iales esposo s, etc. Fue
tuviese una familia ridad. Habie ndo trabaja do en la Cabilia , un una prime ra revisió n de la que podem os extrae r la siguie nte
univer so extrañ o, y pensé que sería interes ante hacer una espe- enseña nza, particu larmen te para aquéll os a quiene s les gusta .
cie de Tristes trópicos (Lévi-Strauss 1970) pero al revés (ese libro hablar de "ruptu ra": la ruptura científica no se efectúa de inmedia-
era uno de los grande s model os intelec tuales que todos tenía- to, no es una especi e de acto origina rio como en las filosofias
mos en mente por entonc es): observ ar los efectos que la objeti- iniciat orias (y el marxis mo althuss eriano ). Puede tomar trein-
vación de mi mundo nativo produc iría en mí. De modo que te- ta años. De allí el hecho de que en ocasio nes tengam os que re-
nía un peque ño propós ito teórico y la escena del salón de baile gresar diez veces al mismo objeto , incluso a riesgo de que los
me plante ó interro gantes . Me embar qué en un intento de ir más crítico s se quejen de que estamo s repitie ndo lo mismo una y
allá de las explica ciones habitu ales que aún son materi a corrien - otra vez.
te entre los nativos y los period istas. Cada año, por la época de Así hice una prime ra revisió n que, creo yo, tornó un cier-
las "ferias de los soltero s" que entonc es tenían lugar en una can- to númer o de propos icione s conten idas en el análisi s inicial
tidad de pueblo s, se decía que "las mucha chas ya no quiere n per- mucho más explíci tas y sugirió un giro hacia una forma de aná-
manec er en el campo " y así es. Así escuch é a person as que expe- lisis más dinám ica, "estrat égica". Lo que ademá s podría hacer-
riment aban como algo profun damen te escand aloso el hecho de nos pensar sobre la noción de "intuic ión". Cuand o se dice que
que mucha chos mayore s, es decir aquello s que están legitim ados
118 El título exacto de este artículo terminó
para reprod ucirse a sí mismo s, ya no pudier an casarse. Reuní es- siendo "Las estrateg ias ma-
trimonia les como estrateg ias de reprodu cción social" (Bourdi eu
tadístic as y constr uí cocien tes de solterí a de acuerd o con una 1977b), que
pierde la idea original de que las estrateg ias form an u~ sistema
sui !fe~eris:
cantid ad de variables. Los detalle s se encue ntran en ese largo ar- porque a los editores del periódic o de historia Ar:nales: Economz
es, Soczet~s, cz-
tículo que escribí en 1960 (Bourd ieu 1962b) . vilisatio nsno les gustó su timbre estilístic o (Bourdl eu 1987a: p.
85). Las diver-
sas estrateg ias de reproducc~ón y sus interrel aciones son explora
Entonc es, a media dos de los setenta , un editor inglés me pi- fundida d en La noblesse de l'Etal (Bourdi eu 1989a: pp. 386-427 )
das en pro-
dió que revisar a ese artícul o para un libro. Pensé que el análi- .
119 Bourdie u (1986a) discute el giro paradig
mático "de las reglas a la es-
sis ya no estaba actuali zado, así que lo retraba jé entera mente . tra tegia" y sus implica ncias para la teoría social y las operaci ones
práctica s de
De esta revisió n salió otro artícul o titulad o "Las estrate gias de investig ación (qué tipo de datos reúnen, cómo los codifica n, etcétera
).
237
236 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva
si fue-
un sociólogo es muy "intuitivo", rara vez se quiere expresar 'a11 coma
citar a Polanyi). Los solteros ~ue perma~e.Cl as del reeI1lpla-
con ello un elogio. No obstante puedo decirles que he pasa- sen alhelíes* alrededor de la pista eran VlctlI1l do ode ca-
to
do casi veinte años tratando de entender por qué elegí ese zo de un mercado cerrado por un mercado a bier te plJe d e
baile de pueblo ... Incluso creo -esto es algo que no me hu- , . call1en .
da uno se las debe arreglar por sí solo y unl . 1 siJllbóhco:
biese atrevido a decir ni siquiera diez años atrás- que el sen- .. . ap1ta
contar con sus propIOS actIvos, su propIO c , I1lisJll o , con-
timiento de simpatía (en el sentido más fuerte del término) su habilidad para vestir, bailar, presenta:s.~ a ~e un régi~en
que experimenté entonces y el sentido del pathos que exuda- versar con las muchachas, etc. Esta transICIOn . 1 de "lIbre
ba la escena sin duda estuvieron en la raíz de mi interés por . oOla ..
matrimonial protegido a un régimen matnI1l t baO dlS tn -
el objeto. . eS a
intercambio" dejó víctimas, y esas víctu~nas ~o estadísticas pa-
buidas al azar. En ese momento, retorne a mIS a difer en-
No obstante, el artículo de 1989 al mismo tiempo extiende sus pri- d I1lao er .'"
ra mostrar cómo afectaba a los hombres e . d.nl.zaclon,
meros análisis y rompe con ellos ... , .. d "CIta l
te de acuerdo con su reSIstenCIa, grado. e tículo que re-
En este artículo, como indica el subtítulo, traté de repensar educación, etc. Yahora puedo citar el pasaje del ar rdie tJ 1989b:
este caso como un caso de una teoría general-siempre vacilo sume el significado de lo que había atestiguado (BOlJ
en utilizar semejantes palabras- de la violencia simbólica. Pa- pp. 29-30):
ra entender qué le ocurre a los solteros -a los primogénitos ara ca-
de las familias terratenientes (pequeños campesinos, la mayo- las arreglaO p o
Las estadísticas establecen que, cuando se o. de carllpesl-
ría de los cuales posee una docena de acres como mucho [unas h~as
sarse, los hijos de los campesinos se casan CO O ;;" frecuen-
4,85 hectáreas (T.)]), que en un estado previo del sistema fue- o casan m_
nos mientras que las hijas de campesmos se 0srll 0 ' estas
ron privilegiados y ahora son víctimas de sus propios privilegios, . o antagom .
temente con no campesinos o Por su mlsm n el hecll o de q~e
destinados a la soltería y a quienes "la reproducción está veda- estrategias matrimoniales divergentes expresa 00 1 que qUle-
da" porque no pueden perder casta, rebajarse y adaptarse a o st.lS hijas o 0_
[los miembros del] grupo no qUieren para o.., a st.lS hl
nuevas reglas matrimoniales - , para entender este fenómeno, o qUiere>'
ren para sus hijos o, peor, que en el fondo o h 00aS para sus
debo construir cosas que estaban implícitas, ocultas en la esce- de sus ~
jos para sus hijas, aun si quieren a algunas t.lestaS, se-
na del baile. 0, para ser más preciso, las cosas que esta escena . o !roeote op o
hijos. Recurriendo a estrategias dlametra oo mpes mas
develaba y velaba, revelaba y oscurecía al mismo tiempo: el bai- o famlhas ca , o
g ún se trate de dar o de recibir mUJeres, las . .a sirll boh-
le es una encarnación concreta del mercado matrimonial, así la ViolencJ o
revelan el hecho de que, bajo el efecto de o ...... 0 objeto,
como un mercado concreto (digamos el mercado de flores de t.lJetO COl>'
ca violencia de la que tanto se puede ser s la endoga-
, nWq~
Amsterdam) es una encarnación concreta del mercado de la todos están divididos contra sí mismos oEn ta 1 ación y de
economía neoclásica, aunque una que tiene poco en común . o de eva u
mia daba cuenta de la unicidad de cntenO s IOd d de las es-
con esta última. ' . la dt.l a I a
allí el acuerdo del grupo consigo mismo,
Lo que había visto era el mercado matrimonial en un es- la palapra
tado práctico, el locus de una forma de intercambio nueva, otid o de t.le no
* Walljlowers, dice Bourdieu, explotando el dobl~ se la perso q a fal- oa
emergente, la realización concreta del "mercado abierto" n la lengua inglesa, donde en forma figurada se aph:a ~a debido a u~aolar
que hacía sólo pocos años había reemplazado al mercado se integra por completo a una actividad social det~rmma nadie saca a I
ta de confianza o aceptación, en especial una mUjer que e). [T.]
protegido del pasado, controlado por la familia (aquí podría ("planchadora", en el léxico del habla popular rioplaten S
238
o logla reflexiva 239
La violencia simbólica, para explicarla de manera tan llana y fluencia. La que opera aquí no es una lógica de la "interacción
simple como sea posible, es la violencia que se ejerce sobre un agente conunicativa" en la que algunos hacen propaganda destinada
social con su comPlicidad. Ahora bien, la expresión es peligrosa por- a otros. Es mucho más ~derosa e insidiosa que eso: habiendo
que abre la puerta a discusiones académicas acerca de si el po- nacido en un mundo social, aceptamos una amplia gama de
derviene "de abajo" o por qué el agente "desea" la condición im- postulados y axiomas no dichos que no requieren ser inculca-
puesta a él, etc. Para decirlo más rigurosamente: los agentes dos. 123 Es por esta razón que el análisis de la aceptación dóxi-
sociales son agentes cognoscentes que, aun cuando estén some- ca del mundo, debida al acuerdo inmediato de las estructuras
tidos a determinismos, contribuyen a producir la eficacia de objetivas y cognitivas, es el verdadero fundamento de una teoría
aquello que los determina en la medida en que lo estructuran. realista de la opresión y de la política. De todas las formas de "per-
y casi siempre es en el "ajuste" entre los determinantes y las ca- suasión oculta", la más implacable es la ejercida, simplemente,
tegorías de percepción que los constituyen como tales que sur- por el orden de las cosas.
gé el efecto de dominación. (Esto muestra, de paso, que inten-
tando pensar la opresión en términos de la alternativa académica Al respecto, uno podría preguntarse si algunos de los malentendi-
entre libertad y determinismo, elección y coacción, no se llega a dos más frecuentes de los que ha sido objeto su trabajo en Inglaterra y
ninguna parte.) 122 Yo llamo desconocimiento al hecho de recono- en Estados Unidos (mucho más que en Alemania u otros países conti-
cer una violencia que se ejerce precisamente en la medida en nentales, por ejemplo) no se originan en la tendencia de la mente aca-
que uno no la percibe como tal. démica a universalizar inconscientemente sus estructuras particulares,
Lo que designo con el término de "reconocimiento", en- esto es, su tradición universitaria nacional, tanto en términos de están-
tonces, es el conjunto de supuestos fundamentales, prerrefle- dares de teoría (como aquellos que lo comparan a usted con Parsons)
xivos, con los que el agente se compromete en el simple hecho como de método, pero también en términos de estilo.
de dar al mundo por sentado, de aceptar el mundo como es y Algunas reseñas son maravillosas lecciones de esta clase de
encontrarlo natural porque sus mentes están construidas de acuer- etnocentrismo tan triunfal como atrapado en la jaula de hierro
do con estructuras cognitivas salidas de las estructuras mismas del de su engreimiento. Pienso en particular en un reciente ensayo
mundo. Lo que entiendo por desconocimiento ciertamente no sobre Homo academicus (Jenkins 1989), cuyo autor me invita a re-
cae bajo la categoría de la i!lfluencia, yo nunca hablo de in- gresar a la universidad --en un college inglés, por supuesto- pa-
,
ra que aprenda a escribir ("¿Alguien puede alcanzarle al profe-
ley, por ejemplo, como "la forma por excelencia del poder simbólico de nom-
brar y clasificar que crea las cosas nombradas, y particularmente los grupos;
confiere a las realidades que emergen de sus operaciones de clasificación to- 123 Ésta es una de las principales diferencias entre la teoría de la violen-
da la permanencia, la de las cosas, que una institución histórica es capaz de cia simbólica de Bourdieu y la teoría de la hegemonía de Gramsci (1971): la
conceder a las instituciones históricas" (Bourdieu 1987g: pp. 233-34, traduc- primera no requiere nada de la "fabricación" activa, del trabajo de "persua-
ción modificada). sión" que implica la segunda. Bourdieu (198ge: p. 21) deja esto en claro en
122 "Sobre todo de parte de quienes la sufren, toda dominación simbóli- el siguiente pasaje: "La legitimación del orden social no es [ ... ] el producto
ca implica una forma de complicidad que no es ni sumisión pasiva a una coer- de una acción de propaganda o imposición simbólica deliberada e intencio-
ción exterior, ni adhesión libre a valores [ ... ] . Lo propio de la [violencia] sim- nal; resulta, más bien, del hecho de que los agentes aplican a las estructuras
bólica consiste precisamente en que, por parte de quien la sufre, implica una objetivas del mundo social estructuras de percepción y de apreciación sali-
actitud que desafía la alternativa corriente, de libertad-coacción" (Bourdieu das de esas mismas estructuras y que tienden a representar el mundo como
1982b: p. 36 [en español: p . 25]) ~ evidente".
El propósito de la sociología reflexiva 243
242 Una invitación a la sociología reflexiva
Recientemente, usted ha elaborado un poco más este concepto de la justificación: se impone a sí mismo como autoevidente, univer-
violencia simbólica en un ensayo sobre el género (Bourdieu 1990i) don- sal (el hombre; vir, es ese ser particular que se experimenta a sí
de efectúa una inusual combinación de fuentes -sus materiales etno- mismo como universal, que mantiene un monopolio sobre lo hu-
gráficos sobre la sociedad argelina tradicional, la visión literaria de Vir- mano, homo). Tiende a darse por sentado en virtud del acuerdo
ginia Woolf y los así llamados grandes textos de la filosofta (de Kant a cuasiperfecto e inmediato que prevalece entre, por un lado, es-
Sartre) tratados como "documentos antropológicos"- para mostrar la tructuras sociales como las que se expresan en la organización so-
especificidad teórica e histórica de la dominación masculina. cial del espacio y el tiempo y la división sexual del trabajo, y por
Para tratar de desenmarañar la lógica de la dominación de el otro, las estructuras cognitivas inscriptas en los cuerpos y
género, que me parece la forma paradigmática de violencia en las mentes. En efecto, los dominados, es decir, las mujeres,
simbólica, elegí fundar mi análisis en mi investigación etnográ- aplican a todos los objetos del mundo (natural y social) yen par-
fica sobre los cabila de Argelia, por dos motivos. Primero, que- ticular a la relación de opresión de la que son cautivas, así como
ría evitar la especulación vacía del discurso teórico y sus clichés a las personas a través de las cuales se realiza esta relación, esque-
y eslóganes acerca de género y poder que hasta aquí han he- mas impensados de pensamiento que son el producto de una en-
cho más por enturbiar el asunto que por clarificarlo. Segundo, carnación de esta relación de poder en pares conceptuales (al-
empleo este dispositivo para sortear la dificultad crítica que to/bajo, grande/pequeño, aden tro/afuera, recto/curvo, etc.) ,
plantea el análisis de género: tratamos en este caso con una ins- llevándolas por tanto a construir esta relación desde el punto de
titución que ha estado inscripta durante miles de años en la ob- vista del dominante, es decir como natural.
jetividad de las estructuras sociales y en la subjetividad de las El caso de la dominación de género muestra mejor que nin-
estructuras mentales, de manera tal que el analista tiene todas gún otro que la violencia simbólica se realiza a través de un acto de
las chances de utilizar como instrumentos de conocimiento ca- conocimiento y de desconocimiento que yace más allá -o por debajo--
tegorías de percepción y de pensamiento qu e debería trata~ co- de los controles de la conciencia y de la voluntad, en las tinieblas de
mo objetos de conocimiento. Esta sociedad de montaña de Afri- los esquemas del habitus que son al mismo tiempo genéricos y
ca del Norte es particularmente interesante porque se trata de generadores ["gendered and gendering', es decir, producto y pro-
un auténtico depósito cultural que mantuvo vivo, por medio de ductores de género (T.)] .126 Y demuestra que no podemos
sus prácticas rituales, su poesía y sus tradiciones orales, un sis- omprender la violencia y la práctica simbólica sin abandonar
tema de representaciones o, mejor dicho, un sistema de prin- por completo la oposición académica entre coerción y consen-
cipios de visión y di-visión común a las civilizaciones de todo el timiento, imposición externa e impulsó interno. (Tras doscien-
Mediterráneo, y que sobrevive hasta hoy en nuestras estructu- lOS años de penetrante platonismo, es difícil para nosotros ima-
ras mentales y, eh parte, en nuestras estructuras sociales. Así, Kinar que el cuerpo pueda "pensarse" por medio de una lógica
trato el caso cabila como una especie de "cuad ro ampliado" so-
bre el cual podemos descifrar con mayor facilidad las estructu- 126 El acuerdo inmediato de un habitus genérico con un mundo social cu-
ras fundamentales de la visión masculina del mundo: la cosmo- rto de asimetñas sexuales explica cómo las mujeres pueden entrar en con-
logía "falonarcisística" de la que ellos dan una (re)presentación 11 V n cia con -y eventualmente defender y justificar activamente- formas de
Ilfll 'sió n que las victimizan, como la violación. Lynn Chancer (1987) proporcio-
colectiva y pública asedia nuestro propio inconsciente. 111\ una demostración vívida de este proceso en su estudio de caso de las reac-
La lectura muestra, antes que nada, que el orden masculino I nn s negativas de las mujeres portuguesas a la muy difundida violación gru-
está tan profundamente arraigado que no precisa de ninguna · l' 1I de otra mujer portuguesa en Bedford, Massachusetts, en marzo de 1983. Los
246 Una invitación a la sociología reflexiva
El propósito de la sociología reflexiva