BOURDIEU La Accion Del Tiempo

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204 Una invitación a la sociología reflexiva

Lejos de ser el producto automático de un proceso mecá- Aun así, no me satisface mucho esta respuesta, porque soy
nico, la reproducción del orden social se realiza sólo a través conciente de que, a pesar de las salvedades que verbal y men-
de estrategias y prácticas mediante las cuales los agentes se talmente'he adosado al concepto (nadie escucha estas últimas,
temporalizan a sí mismos y hacen el tiempo del mundo (situa- pero un buen o una buena lectora, que se tomara el cuidado
ción que no les impide experimentarlo frecuentemente co- de aplicar el "principio de caridad", podría recomponerlas),
mo una realidad trascendente sobre la cual no tienen ningún me sigo viendo inclinado o llevado a simplificaciones que, me
control, como ocurre con la espera, la impaciencia, la incer- temo, son la contraparte ineludible de la "charla teórica". A
tidumbre, etc.). Por ejemplo, sabemos que colectivos sociales decir verdad, la respuesta más adecuada a todas las pregun-
como las burocracias tienden constitu~ivamente a perpetuar tas queme plante'a n sobre esta cuestión, particularmente so-
su ser, tendencia a veces emparentada con la memoria o la bre la lógica de la reproducción social, está contenida en las
lealtad que no es sino la "suma" de rutinas y conductas de los quinientas páginas de La noblesse d'État (1989a), vale decir,
agentes que, confiados en su know-how (métier) , su habitus, en- en el conjunto completo de análisis empíricos y teóricos que
gendran (dentro de los límites de las coerciones inscriptas en son los únicos que pueden articular en su plena complejidad
las relaciones de fuerza constitutivas del campo del que for- el sistema de relaciones entre estructuras mentales y estruc-
man parte y de las luchas que los oponen) líneas de acción turas sociales, habitus y campos, y desentrañar su dinámica
adaptadas a la situación tal como sus habitus los inclinan a inmanente.
percibirla, que vienen como anillo al dedo (sin estar diseña- ~í
das como tal) para la reproducción de la estructura de la cual ~
su habitus es producto. 5. Lenguaje. género y violencia simbólica
La tendencia á la autorreproducción de la estructura sólo
se realiza cuando logra la colaboración de ágentes que han in- En Language and Symbolic Power (Bourdieu 1982b, 1991e),94
temalizado su necesidad específica bajo la forma de habitus y usted hace una crítica arrasadora de la lingüística estructural, o lo que
que son productores activos, aun si consciente o inconsciente- podríamos llamar el estudio, ''puro'' del lenguaje. Propone un modelo
mente contribuyen a la reproducción. Habiendo internalizado alternativo que, para simPlificar, hace del lenguaje un instrumen.to
la ley inmanente de la estructura bajo la forma de habitus, rea- o medio de las relaciones de poder, en -lugar de un miro vehículo de
-,~------..,....~--
lizan su necesidad en el movimiento espontáneo mismo de su
existencia. Pero lo que es necesario para reproducir la estruc- 94 Así como Esquisse d'une théorie de la pratique y Outline of a Theory of
tura sigue siendo una acción histórica, realizada por verdade- Practice difieren sustancialmente en contenido y organización, Language
ros agentes. En suma, la teoría del habitus apunta a excluir los and Symbolic Power [es decir, "Lenguaje y poder simbólico"] (Bourdieu
1991 e) y Ce que parler veut dire ("What Speaking Means", Bourdieu 1982b)
"sujetos" (que siempre son posibles como especie de caso ideal
-Qué significa hablar, como efectivamente se lo tradujo al español [T.]-
limitador), tan caros a la tradición de las filosofías de la con- son prácticamente libros diferentes, aun -cuando el primero sea, formal-
ciencia, sin aniquilar a los agentes en beneficio de una estruc- mente, la traducción del último. El libro en inglés, tal como ha sido cons-
tura hipotética, aun cuando estos agentes sean el producto de truido por John B. Thompson, incluye varios ensayos adicionales que ha-
cen explícita la íntima conexión entre la lingüística sociológica de
dicha estructura y hagan y rehagan continuamente esa estructu- Bourdieu y su teoría del campo político y de la política de la formación
ra, pudiendo llegar incluso a transformarla radicalmente bajo de grupos. Todas las citas en esta sección son traducción mía del libro
determinadas condiciones estructurales. ~ francés.
206 Una invitación a la sociología reflexiva
El propósito de a sociología reflexiva 207

comunicación, que debe ser estudiado dentro de los contextos !nte:ac-


cionales y estructurales de su producción y circulación. ¿Podna smte- le~I2~.,s!~_§J!.J!§9._~º-dal abre la. puerta ~ ~odas, l~s con-
siguientes teorías que proceden como SI el dommlO teonco del
tizar lo fundamental de esa crítica? . ,
.código bastara para conferir el dominio práctico de los usos so-
Lo que caracteriza a la lingüística "pura" es la pn~aCla
cialmente apropiados.
que otorga a una ~ectiva <!Ú~ói}t<=~ es~ru,ct.ural o I~ter­
( ni<lellenguaje soore sps _determmac~es hIston~a:: s~Cl~les
~Q..l!.Ó.!!!icas. He buscado, sobre todo en El sentzdo practzco y ¿ Con esto qfirma usted, contra las pretensiones de la lingüís-
tica es tru ctur~~l s~i fi cE.É!L.1.f!.i.a s P!!!p"osicio!!:f!!J..~"!fi!:!!Ji­
' Qué signifi~ablar (Bourdieu 1990a: pp. 30-41, Y 1982b: ?p.
13-98, respectivamente), llamar la atención sobre la relaClon cas no puede derivarse, ni deducirse, del ~n:q,!i~i,s.AfL~'!!;_!!EL'll;.E!!:-r.a
for-mar?'-------·-----."'~~-_·-.---,-~

con el objeto y la teoría d e la práctica implíCiESerre'sta-P1'! rs-


-S'í,y,para decirlo más enérgicamente, que la gramaticali-
pectIva.-Erpuúto -de vi s f;i'-sáiissureañü~es-eraeT "espec:ad?r
dad no es la condición necesaria y suficiente de la producción
imp arcial" que busca el ent~ndimiento c~mo ~~ fin e~, SI mIs-
de significado, como Chomsky (1967) nos llevaría a creer p a-
mo, situación que lo lleva a Imputar la mIsma m!~? ~~r­
sando por alto el hecho de.que el lenguaje está hecho no para
menéutica" a los agentes sociales, a~¡;igirla como ~wmClplO
el análisis lingüístico sino para ser hablado y para ser hablado
d e-srrs-r actlcas. AdopJ~1w:>0sturi e gra~ti€€) bUyo pro-
B--Ósit0\ e-;~stud~í0~~~ellengu~e, en ~posici,?~l
apropos. (Los sofistas solían decir que lo importante al apren-
~ad~que ?~~ca a~~~~r_:~ y s~~~:, e! m.:~.~d? traves del po-
.a r der un idioma es aprender el momento apropiado, kairos, de
\I
I I der performatlvo de la palabra. Aquellos que lo tratan como
, decir lo apropiado.).Iodos los presupuestos y.dificultades con-
XI u~eto a e -a-, }áIlsfseñ1ügar ae usarlo para pensar y hablar se sigúlentes d e los estructuralismos -y esto es CIerto tanto en an-
,~ ven lle;;aaos a erigir al lenguaje como un lagos, en oposición tropología como en sociología- derivan de esta subyacentefilo- _
sofía intelectualista de la acción humana; están contenidas ya en su \. ,
a una praxis, como "letra muer ~~,~in E~op~~o, sin
más simple expresión en esta operación inicial que reduce el :/
otro prop'ósito que el de ser interpretado , a la manera ae la
ob;; de~rt;:---_·_--"~-,----),..,,",==;;::;:~-,,-j habla a un acto de mera ejecución. En esta distinción primor- '-"
dial entre la lengua (langue) y su realización en el habla (Paro-
Tal oposición típicamente académica es un producto de la
le), es decir su realización en la práctica y en la historia, se en-
apercepción y situación académicas (es decir, otra instancia de
cuentra la raíz de la incapacidad del estructuralismo para
la falacia académica que antes encontrár-ª!!!.()1') ' Esta puesta en-
pensar la relación entre dos entidades que no sean el modelo
tr!!-paréQ~gs neutraliza las funci~n '.K..i~, lí~s'en ~l.~so ha- y su ejecución, esencia y existencia, y que equivale a poner al
bitual del lenguaje. La lingüística saussureana la tradlClOn her-
científico, guardián del modelo, en la posición de un Dios
~éutica tratan al lenguaje como un instrumento de
leibniziano p ara quien el significado objetivo de las prácticas
intelección y un objeto de análisis, una lengua muerta (esc~ita
es algo dado.
y extranjera, como señala Bajtín) , ue stema auto~onte do
Al desafiar esta postura, intento superar también los erro-
completamente escindido de su uso real y de..s.~s
res tanto del análisis económico como del puramente lingüís-
fUI2~igE<3§' P-K;ictL~~~icas (como e~ la semántic~,s puras de
tico, para destruir la oposición habitual entre materialismo
Fodor y Katz). La ilusión de autonomIa del orden puramen-
y culturalismo. ¿Qué es lo que ambos olvidan? Básicamente,
te" lingüístico, afirmada por el privilegio que se ~~ncede a .la
para resumir una larga y difícil demostración en una sola fra-
lógica interna del lenguaje a expensas d~
se, que las relac.ia.1'!:!§.JingiHJJi@!.. son siempre relaciones del poder
.r--- ---_____,- - - - - - ' _____________-

UL-~____:__~~~.....-_--..____~=-------------
208 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito d · a sociología reflexiva 209

simbólico a través de las cuales las relaciones de fuerza entre monos ahora hacia la situación, que es de hecho la más fre-
alr Ilos hablantes y sus respectivos grupos se actualizan de forma cuente, e~ que se obliga al dominado a adoptar la lengua del
! ~~ transfigurada. En consecuencia, es imposible aclarar cual- dominante (la relación entre el inglés estándar, blanco, yel
quier acto de comunicación con el análisis lingüístico como idioma vernáculo del negro norteamericano proporciona un
única brújula. 95 Incluso el más simple intercambio lingüísti:- buen ejemplo). En este caso, el dominado habla una leng;ua
co pone en juego una red compleja y ramificada de relacio- rota, como ha demostrado William Labov (1973), Y su capi-
nes de poder históricas entre el hablante, dotado de una au- tal lingüístico se ve devaluado más o menos completamente,
toridad social específica, y una audiencia o público que , ya sea en la escuela, en el trabajo o en sus encuentros socia-
reconoce dicha autoridad en diversos grados, como también - les con el dominante. Lo que el análisis conversacional deja
ocurre entre los grupos a los que pertenecen respectivamen- afuera con demasiada facilidad, en este caso, es que toda in-
e . Lo que he intentado demostrar es que una parte muy im- teracción lingüística entre blancos y negros está constreñida
portante de cuanto ocurre en las comunicaciones verbales,
incluso el contenido mismo del mensaje, permanece ininte- \ por la relación estructural entre sus respectivas apropiacio-
nes del inglés y el desequilibrio de poder que la sustenta y
ligible en tanto no se tome en cuenta la totalidad de la es- otorga a la arbitraria imposición del inglés de clase media,
tructura de relaciones de poder presente, aunque invisible, "blanco", su aire de naturalidad.
en el intercambio. Para llevar este análisis más allá, uno necesitaría introdu-
clr- toda cl-ª,se_d é-c0ordena a.s _pps!..~~~n~s, ~~<?.iª~.~~ g é::... ,
¿Podría darnos un ejemplo de esto? nero, nivel educ.a! ivo., orígenes de clase, residencia, etc. To-
Déjenme tomar el ejemplo de la comunicación entre co- ~""- "..... -"
""' ..... --- .,..... ""
-" - ---~-, --~~------
das estas variables intervienen ' e ñ todo momento en la
lonos y nativos en un contexto colonial o poscolonial. La pri- determi'lliiciillrlletaestrücturi ---------~~.~~~~
objetiva de la "accióri comu-
mera pregunta que surge es: ¿qué lenguaje utilizarán?
~.~y. la <~<?~~~ªdQPt:cla:-I!9.r.Jj.JpltrF.¿CíOñ1iñ~uíStic~
¿Adoptará el dominante la lengua del dominado como sig- ;'!i ~nde~ ~ustancialmente de esta ~s t~~, que es mcons-
nó de su preocupación por la igualdad? Si lo hace, e~ muy cienléy tra aja casiporcoiñplet07.a espaldas" de los hablan-
probable que esto sea hecho por medio de lo que llamo una tes. En suma, si un francés habla con un argelino, o un ne-
estrategia de .cQ!@5!~ce-~a (Bourdieu 1984a: pp. 472- gro norteamericano con un WASP, no son ellos quienes
73) : al abdicar temporaria pero ostentosamente a su posi- hablan, uno al otro, sino, a través de e~ histori~~~~
ción dominante y "rebajarse" hasta su interlocutor, el domi- e~c,Qn::iuntQ, o ~oria ~f!1eti!ll~~~econó-
nante se beneficia de su relación de dominación , que mico, ~y c2} t~re!.2~§...!l~gros en E~ta.º,oLUnidQ.~o·-"
'1 continúa existiendo, negándola. Denegación simbg lic.a (en de las mujeres, los t~abajadores, las minorías, etc.) . Esto
) ,es a-e crr,
. ------
--
1:I el sentido freudIano
. de Tr.·
verneznung~ puesta entre
:: paréntesis .fi.ctLcia de la~c..iÓ.n_de poder, que exp10·t-a-€-Sta
1' , - ' ~'- ~
IV relación de poder C.üILel fin de pro~uc~~ el reco.noctmi"eut:?
muestra, por cierto, que !.a "fÜe9.ón...aJ.in~.arrlj.e ntos decigidª-
mente visibles" (Sharrock y Anderson 1986: p. 113) de los et-
ñ(iÍnetod~go.s_c..omo así también la preocupación por man-
i de la relaci,..ó n de poder que la abdIcaCIQR.de.s.p.l.e r.taSolva- te~r el análisis tan P~le <~~lIda9mQ.~~:COiñOséa
p6sible-d·eCiñ!líslis..Q.!iV~~cional (por ejemplo, Sacks y
95 Vé ase Bourdieu y Boltanski 1975, Bourdie u 1975a, 1977c, 1983b, y Schegloff 1979) YJ'!JI!!~QciÓI),,,5ñicrQ§~lógica", puede em-
Bourdieu 1980b: pp. 95-112,121-142 para otros desarrollos.
:------ _._- _
pujarno~_ajgnorar enteramente una "realidaa"'que escapa a
. ... ... _-----_ ........- ... --"- - - -' _.
El propósito e la sociología reflexhfa 211
210 Una invitación a la sociología reflexiva

in~:~~~il!.s.Ji]tg;4~~~iSo.~(C!!!!19 1ª:sz;I.l!!:..!!!!!.nu.~_a '~ ~a~::V~~~ci6r:-'


.. - \
la in!~ció~j!lrn.~diªJa.:. P.9E.q~~"T~~i~~_~ n,~ructuras que tras- enlre zntzmos o las Jormas de hablar mundanas, tal como las analz-
cienden la interacción a la que dan forma:~l'6------------- za Gof¡;;;;;;;[1981]) ;;;n y;¡'sea ÓriogonaliS omenirre[iiJiiñ tés-paridas 1 k~
-- --- -
, -,",~,--. ~-.~._ ..

Usted sostiene que toda proposición lingüística es un acto de poder,


estructuras de-k deszguaJ¡iad, y donde el comportamiento verbal no esté J
atravesado por relaCiones deao"'!..z,!!:qi:ón? -
si bien uno encubierto. ¿Pero no hay dominios de la práctica donde los Todo intercaml:5ió 1inguíst.ic~5.9ntie~]a potenci~d de un
acto de B~der;-masa-irn- cu;ndo involucra a ageñ tes qüeOCii-
96 "En contra de todas las formas de ilusión ocasionalista que conducen a pañ p¿;;i~~s asi~étr{~as:-_eIlla_<i[stnbu<:!onCl.el-~J9l:::rele­
relacion~<:l.jE~St:flIDentdas.prácticª§..co~J2E()pi~~~~ ~?scriptas en la sitl1i- van te. Esta potencia lidad puede ser "puesta entre paréntesis",
ción, es preciso recordar que las rel4ciones
___ 'interp' etsoñaTeS'sóI(renáhari~n-
". ,,' '1""
c~ocurre a menudo en la familia y dentro de las relaciones
c'ason relaci0I!~.<i_<;"'E.~s~.!la2- persona y qtTi laver'""dá.a 'ae lá- inreracbóñ no
resideñUñ cipor completo en la mteraccWn' EBqlJrdi~9'9 a:-p.-2~1len s- de Philia en el sentido aristotélico del término, donde la violen'}-)
pañol: p.10l, n~-~lTrGi)reseñtaCíóñteorica más cIa;a de la distinción entre
niveles y modos de análisis estructurales y de interacción se encuentra en la
cia se suspende en una especie de pacto de no a~resió~ simbó- J
lica. No obstante, incluso en estoS casos, l~.(l_~tlva a eJe!~ el
exégesis crítica hecha por Bourdieu de la sociología de la religión de Weber
(1971 b, 1971 e: especialmente el diagrama en las páginas 5-6, 1987h) . Bourdieu do inio puede seJ~p_ar!~ de una estrª~gi-a ~;c"Q"líai".§!=en..den~c;~:"
reformula en términos de estructura las relaciones entre agentes religiosos des- cia o una~ér~ de llevar l áVfolencia a un grado más alto \
criptas por We ber en términos de interacción, disolviendo de ese modo una de negación y disimulo, un modo de reforzar el efecto del no
cantidad de dificultades que Weber no pudo resolver. Esta distinción entre el
I;livel de análisis estructural y el de la interacción es ilustrada de manera com-
reconocimiento y por ende de violencia simbólica.
<f plementaria por su estudio de las estrategias discursivas que los vendedores y
! compradores de viviendas individuales despliegan en la fase de información y Usted denuncia también la "ilusión del comunismo lingüístico"
I, convenio de compraventa de su encuentro. Esto lo lleva a mostrar que "al bus- (Bourdieu y Boltanski 1975), según la cual la competencia [o idonei-
~ carlas sólo en el discurso, 'el análisis de discurso' se impide a sí mismo encon-
trar las leyes de construcción del discurso que yacen en las leyes de construc- dad] social para hablar le es dada a todos por igual.
ción del espacio social de la producción del discurso" (Bourdieu y Christin Cualquier acto de habla o cualquier discurso es una coyun- .
\ 1990: p. 79). Enfatiza la misma distinción en su análisis de los debates televisi- tura, el producto del encuentro entre, por un lado, un habitus
\ vos postelectorales, más adelante, en la parte 3, sección 5.
I Esta "fal~~siona.fu.~es ilustrada por la notable etnografia de la co-
lingüístico-es decir un conjunto de disposiciones socialmente
' municación de M,arjºrie.I:le!'Q!:.Ss-Go0d~ entre niños negros en el ambien- constituidas que implican una propensión a hablar de ciertas
natural de su b'arrio en Philadelphia. No hay nada malo en tratar a los "ni- maneras ya declarar determinadas cosas (un interés expresi-
I - o~ cor:;o act~Tes ::c~ment:Jnv. .tu . _'" la creación ~e sus mundos vo), como así también una competencia definida tanto como
~I SOCIales a t¡¡ay.@ s·delmeaIO ae los Juegos ImgUlStICOS oodwm 1990: p. 284)
!/ en la medida en que uno advierta que la estructura de esos mundos ya está la capacidad lingüística de engendrar una batería infinita de
yedefinida por las relaciones generales de raza, de género y de clase. Sólo discursos conformes a la gramática y la capacidad social de uti-

¡
dentro del estrecho marco de la inmediata situación cara a cara puede uno lizar adecuadamente esta competencia en una situación dada-
sostener que "los acontecimientos del habla pueden disponer e llos mismos la
organización social, formando alineamientos y las identidades sociales de los
y, por otro lado, un mercado lingüístico, es decir un sistema de re-
participantes". Además, lo hacen de acuerdo con reglas y oposiciones que no laciones de fuerza que se impone como sistema de sanciones
.. están coiuenidas dentro de la situación (en esta caso, la oposición entre ne- específicas y censura específica, colaborando por tanto a con-
gros y blancos, que están ausentes del "ambiente natural", o entre la escuela
formar la producción lingüística mediante la determinación del
Ia calle). Sólo ignorando la construcción macrosociopolítica del "marco"
(en el sentido de Goodwin) de la interacción lingüística puede uno afirmar "precio" de los productos lingüísticos. En tanto la anticipación
"la primacía de los materiales conversacionales en las elucidaciones antropo- práctica del precio que ha de alcanzar mi discurso contribuye a
\; lógicas del modo en que la gente estructura sus vidas" (Goodwin 1990: 287).
212 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito R la sociología reflexiva 213

determinar su forma y contenidos,97 tal encuentro será más o


.
de haber hecho explícita la idea de un "tesoro universal" implí-
menos "tenso", más o menos censurado, a'veces al punto de su cita en la tradición saussureana), es la ilusión d <:_que todo ~l
anulación (como el silencio que provoca la intimidación). munk~ticipa del lenguaje de igual modo qU)::9is ~n del
Cuanto más oficial o "tenso" es el mercado lingüístico, cuanto sol,~_~ire ~a-(eIí~una palaora, q ue e1]~éngu~et~o es
más se ajuste en la práctica a las normas del lenguaje dominan- un bIen mfrecuente). Lo CIerto es que el acceso 'al-len:gúaJe le-
te (piensen en todas las ceremonias de la política oficial: inau- gmiilOei~9nás desigual, y que la compeleñCíafeOrlca-
guraciones, discursos, debates públicos), mayor es la censura y menré'U-~iversal, 'ioeralffiéñfe atribuida a todos por los lingüis-
más dominado está el mercado por los dominantes, los posee- tas,estrmonopólizada en la realidad por pocos. Ciertas clases
dores de la competencia lingüística legítima. de 10cutores~tán d~;pojacÍis"dela capaodaa Cle hablar en de-
La competencia lingüística no es una simple capacidad técnica, si- terminadas situaciones, y suelen reconocer esta privación a la
no una capacidad estatutaria. Esto significa que no todas las pro- manera del granjero que explicaba que él nunca hubiera pen-
posiciones lingüísticas son igualmente aceptables, y no todos sado en postularse para alcalde de su pequeño distrito dicien-
los locutores iguales. 98 Saussure, tomando una metáfora antes do: "¡Pero si no sé cómo hablar!"
utilizada por Auguste Comte, dice que el lenguaje es un "teso- Las desigualdades de competencia lingüística se exponen
il
. ro", y describe la re~ón_~~_l~~ i!1:.9t~i~~~~.~~~aje co-
mo una suerte de partici aci9J1~IJ1jstica en un tesoro co mún,
,-constantemente a sí mismas en el mercado de las interacciones
¡ diarias, es decir en la charla entre dos personas, en una reu-
\ u~::S~J_~ifór~~~esj!??!:~~9~ l~s "s~}etos q~e
~pet!.en.!.S~~,.e)~~ill!,s,m<;_S9~~2~d~.d . La IluslOn del comums-
m olingüístico", presente en toda la lingüística (debe conceder-
l nión pública, un seminario, una entrevista de trabajo y en la ra-
dio o televisión. La competencia efectivamente funciona de ma-
nera diferencial, y hay monopolios en el mercado de los bienes
se a la teoría de la competencia de Chomsky al menos el mérito lingüísticos, así como los hay en el mercado de los bienes eco-
nómicos. Esto quizá sea más visible en la política, donde los vo-
ceros, a quienes se asegura el monopolio sobre la legítima ex-
97 Para que esta frase no vaya a entenderse como una recaída en un sim-
presión política de la voluntad de un colectivo, hablan no sólo
ple modelo racionalista, económico del lenguaje, debe enfatizarse que "esta
anticipación, que no tiene nada que ver con un cálculo consciente, es c?I?-se- en favor de aquéllos a quienes representan sino también, y muy
cuencia de un habitus lingüístico que, en tanto que producto de una pnmor- a menudo, en lugar de ellos.99
dial y prolongada relación con las leyes de un cierto mercado, tiende a f~n­
cionar como un sentido de la aceptabilidad y valor probables de sus propias
Esta capacidad de los voceros de dar forma a la realidad proyectan-
producciones lingüísticas y de las de los demás en los diferentes mercados.
Es este sentido de la aceptabilidad, y no ninguna forma de cálculo racional do una determinada representación de ella (esquemas clasificatorios,
orientado hacia la maximización de los beneficios simbólicos lo que, al inci- conceptos, definiciones, etc.), plantea la pregunta por el poder de las
tar a que se tome en cuenta el valor probable del discurso en la producción,
determina a su vez las correcciones y todas las otras formas de autocensura;
concesiones que se concede a un universo social por el hecho de hacerse 99 Esto es lo que Bourdieu (1985b; también 1981a) llama el "efecto
acepta,ble para él" (Bourdieu 1982b: pp. 75-76 [en español: pp. 50-51]). oráculo": el "ardid legítimo", cuya posibilidad está inscripta en la lógica mis-
98 "Debido a que la competencia no puede reducirse a la capacidad espe- ma de la representación, por la cual e! vocero hace pasar sus palabras, y por
cíficamente lingüística de generar un cierto tipo de discurso sino que involucra ende su mundo, como las de la gente a quien representa, imponiendo su pro-
a todas las propiedades constitutivas de la personalidad social de! hablante [ ... ] pia definición de su situación, condición e intereses. Maresca (1983) ofrece
las mismas producciones lingüísticas pueden obtener beneficios radicalmente un estudio ejemplar de este efecto entre el campesinado francés. Véase
distintos dependiendo de! transmisor" (Bourdieu 1977c: p. 654). Wacquant 1987 para un análisis extendido.
214 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito ele la sociología reflexiva 215

palabras: ¿dPJ1.1! resiJ~ ~'l! eJic~!!!...cial? Aquí, }!sted discute una ,vez
.
mundo., no. resicjJ;..eJl ". iS~Inas--si.ffibé.I.ic;;os': bajo. la fo.rma de
m_á s el modelo "comunicacional" pur;;;ejJresentado por Austin, y espe- cieJ=t;"fuerza ilo.cuto.ria". Es definido. e~12QL~~je­
c.nte pO~f:rmas, s eg¡in el cual la su!!..c!:.~ lingÜística de(!!:.is-
te~a ~e P!.2.du,~~S!~j~ucia,..evJ<lJ~g,giIUÜ:lad.deJas-.l?~la­
curso exPlica sus efectos.
bras y de fa perso.na que las ew.ite, y sólo. o.pera en la medida
< ---------

- 'U "é'l'5eíñbTestar ágradecido.s a lo.s filóso.fo.s del lenguaje, y ~---.... ----~ ........, .
en que aquello.s que lo. expenmentan reco.no.cen a qUIenes lo.
particularmente a Austin (1962), po.r haberse preguntado. có- ejercen. (Esto. es claramente visible en la decadencia repenti-
mo. es que po.demo.s "hacer co.sas co.n palabras", cómo. es po.si- na de la fuerza del lenguaje religio.so. que aco.mpaña al deterio.-
ble que las pro.po.sicio.nes produzcan efecto.s. ¿Po.r qué si digo. ro del mundo. de relacio.nes so.ciales que lo. co.nstituyen.) To.do.
a alguien "¡Abre la ventana!" bajo. ciertas co.ndicio.nes esa per- ello. significa que para explicar esta acción a distancia, esta
so.na la abre? (Pudiendo. bastarme, si so.y un viejo. lo.rd inglés le- transfo.rmación real efectuada sin co.ntacto. físico., co.mo. según
yendo. su periódico. de fin de semana, reco.stado. en su co.nfo.r- Marcel Mauss (1950a) o.curre co.n la magia, de em9_U~~­
table sillón, co.n decir: 'jo.hn, ¿no. cree usted que se está truir la to.talidad del espacio. so.cial en el que so.n en~~as
po.niendo. un po.quito. fresco.?" para que Jo.hn cierre la venta- las disposréiüñesy- cre·eñciáS:guellaá~ñ:II"ó.s~~ª,-ci~de.Ja
na.) Cuando. no.s detenemo.s a pensarlo., esta capacidad de ha- ----~~---<,
ma~llenguaje.
. . . ,. . . .
~.. ·~~· 1"oI""-~""""'~ . ~,,-~-..,--
cer que sucedan co.sas co.n las palabras, este po.der de dar órde-
nes y po.ner o.rden po.r medio. de palabras es realmente mágico.. Su análisis del lenguaje, entonces, no es una "incursión" accidental
( Intentar co.mprender lingüísticamente ~Q~r de la~ e~­ en el dominio de la lingüística sino más men la extensión, en un nuevo
I presio.nes lingüísticas, intentar fundar en .~~~ el pn~cl­ dominio empírico, el lenguaje y el habla o las prácticas discursivas en un
( ~io. y lo.s mecanismo.s de su eficacia, es o.lvid~r qu.e ~autonda:} sentido más general (incluyendo las de los lingüistas), del método de aná-
\ ie viene al lenguaje desde afuera, co.mo. Benvemste (1969: pp. 30- lisis que usted ha aplicado a otros productos culturales. 102
37) no.s lo. recuerda en su análisis del skeptron alcanzado., según Sí. Me he pasado. to.da la vida co.mbatiendo. fronteras arbi-

cutso. ~ ----
Ho.mero., al o.rado.r que está a punto. de to.mar la palabra. L~
cacia del habla no. yace en "ez p esio.nes ilo.cuto.rias" ni en el dis-
~s . 0., co.mo. sugiere Austin,_pues no. es ~r!.So.~e el
pod~~e~ '~ara ser jlisto.s,el propio. .A:üs:-
trarias que so.n el resultado. de la reproducción académica y que

respeten o no cie rtos "procedimientos convencionales". De este modo el fi-


lósofo inglés sugie re claramente que la eficacia simbólica depende de condi-
ti~gar central a as institucio.nes en su análisis del ciones institucionales pero, en lugar de analizar el carácter social de esas con-
lenguaje, pero sus co.mentaristas, en especial Récanati [1982], diciones (el agente, el tiempo, e! lugar, la autoridad, etc.), se repliega en una
generalmente han hecho. virar su teo.ría de lo. perfo.rmativo. ha- distinción lingüística entre actos locutorios, p e rlocutorios e ilocutorios (véa-
se Thompson 1984: pp. 47-48 para una discusión de este punto). Fomel
cia una indagación de pro.piedades intrínsecas.) 100 El po.der (1983) ofrece un examen teórico más de tallado de la noción de Austin de
simbólico., el po.der de co.nstituir lo-ºp..d~aseverarlo., de ac- "fortuna" desde el punto de vista de una pragmática lingüística inspirada por
- ---..... ...-..- - - - - - - - - ---------=. . .
----------
tuar so.bre--d --m unaQ-AC1Uand0- so.bXe la representaClo.n del
.-".,.~-
la economía política del lenguaje de Bourdieu.
101 El "Esbozo de una teoría general de la magia" de Mauss (1950a) ori-
ginalmente publicado en 1902-3 en Anée Sociologique es también la inspiración
directa de! estudio de Bourdieu y Delsaut (1975) de la magia social de la grif
100 En su teoría de los actos de habla, Austin (1962) analiza una clase de
fe (la firma del diseñador) en el campo de la moda y la alta costura.
proposiciones (por ejemplo, "Bautizo este barco QueenElizabeth") denomina- 102 John Thompson (1991) debate esta cuestión de modo muy similar.
das por él "realizativas" o "perfomativas", de las que no puede decirse si son También se la discute en el ensayo de Snook (1990) sobre la influencia de
verdaderas o falsas sino únicamente afortunadas o desafortunadas, según Nietzsche y Wittgenstein sobre la concepción del lenguaje de Bourdieu.
~I propósito de la sociología reflexiva 217
216 Una invitación a la sociología reflexiva
"
figura, como así también que tomemos por objeto la relación
no tienen ningún fundamento epistemológico entre la socio- queune a los sistemas estructurados de las diferencias lingüís-
logía y la antropología, la sociología y la hist?ria, ~a sociología ticas sociológicamente pertinentes con los sistemas similarmente
y la lingüística, la sociología del arte y la. sOCl~logla de la ,e~u­ estructurados de diferencias sociales. 104
cación, la sociología del deporte y la sOClologla de la pohtlCa.
Aquí una vez más tenemos una situación en la ~~e la transgre- permítame tratar de resumir lo que usted está diciendo. Sólo es
sión de las fronteras disciplinarias es prerreqmslto del avance posible dej erminar f}1.§if!:!!..ijjf!!:!!:o 1.!...a...!!1icacia social ~ un -1!!:!!!!!!!i!.
científico. dentro de un ca'l'fil!.o daj o (el periodismo o la filosofía, por ejemplo),
Yo pienso que no se puede entender completamente ~l ilñTdado él mismo en una redde relaciones jerárquicas con otros cam-
lenguaje sin colocar las prácticas lingüísticas dentro del Ulll- ~-------- ~------->
p!!!-Jin una5pmp"'~ de la estruClü'ia7omptéta 4!....!!!:.§.J!Jaciq-
verso total de las prácticas compatibles: los hábitos de comer fies ab.j(ftiJlaS qy:"e definen las posiciones dentro del campo, de las for-
y beber, los consumos culturales, el gusto en materia de ar-
tes, deportes, vestido, amoblamiento, política, etc. Pues es el
rn;; específicas'-de-'"ce7z's~;;q~;--cada'uná-impo;;;: y sin un
co'nócírriient;;(¡-; l-;;s lráyectónas y -diSposiciónes-Üñf:üísticas de aqué-
habitus total de clase, esto es, la posición sincrónica y diacró- llos que ocupan esas posiciones, es imposible explicar plenamente ~os'-""-\
nica que se ocupa en la estructura social, 10,.s~~ex;p,re1!a ~ proc~s~e_fl!!."!!.'l!.:,!jcación: por ~ dZCeo..!!l!.-a_gf,- quifuj{Ul kl2._ I
través del habitus lingüístico que no es sin~p-! de sus dI- qué'jjgnijica,_quü!¿~n!i!.ryky, lo que e! ,!,!!ás importante, qué efect:!s I
mensiones. Elle;;g;;ajé-es uñaTécniCá del cuerpo,103 y la comp~­ sociales tiene. - " - - - - - - - - _,!,
t~~ Ímgüística (especialmente la fonológica) eS,un~ dI- ---ESi.()que Íntenté demostrar en mi estudio La ontología po-
mensión de la hexis corporal en que se expresa a SI mIsma lítica de Martin Heidegger (Bourdieu 1975c y 1988b) .105 De he-
toda la relación con el mundo social. Todo sugiere, por ejem- cho, es la lógica de mi investigación sobre el lenguaje y sobre
plo, que el esquema corporal característico de una clase so- la noción de campo la que me llevó a interesarme en Heideg-
cial determina el sistema de rasgos fonológicos que caracte- ger. La obra de Heidegger (con la que me familiaricé íntima-
riza una pronunciación de clase, por medio de lo que Pierre Olente desde una época muy temprana, en un momento de mi
Guiraud (1965) llama el "estilo articulatorio". Este estilo ar- juventud en que me encontraba preparando un libro sobre la
ticulatorio es parte de un estilo de vida que se ha incorpora- fenomenología de la vida afectiva y la experiencia temporal)
do, fait corps, y se encuentra en estrecha relación con los uso.s se me presentó como un terreno particularmente propicio
del cuerpo y del tiempo que definen propiamente a es~e ~Stl­
lo de vida. (No es casualidad si la distinción burguesa lllV1ste
su relación con el lenguaje de la misma intención de distancia ~983) proporciona una ilustración empírica detallada de la co-
que pone enjuego en su relación con el cuerpo.) ' (eSPOndencia

~
sistemática entre las prácticas sociales y las prácticas lingüísti-
U na socio lo ía adecuada, al mismo tie!!!po estructural y ge- cas eIl el seno de un grupo de adolescentes de un suburbio parisino por me-
dio de una construcción minuciosa de su habitus individual de clase.
nética,'clel'le;guaje presupone que fundamentemos teónca- 105 Este estudio, que Bourdieu escribió en Alemania durante una estadía
rllénteyreS§i~írtCaffieñte la Ulll aad-e : ácticas en el Max Plank Institut für Sozialforschung fue publicado primero en ale-

"'-'--~~ -_
.. __ .. _---~~,-- ---
hu~de las cuales las prácticas lingüísticas no son SlllO una
---
------"-.....,..,.....-.-.~-~ - ..
rJlán por Syndicat Verlag de Frankfurt en 1976 y en francés como artículo en
ftctes de la recherche en sciences sociales, en 1975. Posteriormente fue revisado y
publicado como libro en francés en 1988 (el mismo año de su publicación
103 La noción de "la técnica del cuerpo" está tomada del ensayo seminal en español [T.])
de Mauss (1950b) que lleva el mismo título,
218 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva

para verificar mi hipótesis sobre el efecto de la censura ejer- referencia externa y rechazar también la reducción directa
cida por los campos de producción cultural. Heidegger es un - del texto a los co ntextos más generales de su producción Y
maestro -me siento inclinado a decir el maestro- del doble . circulación. 106
discurso o, si se quiere, del discurso polifónico. Se las apaña
para hablar simultáneamente en dos claves, la del lenguaje Esta doble negativa es también el princiPio rector detrás de su so-
filosófico académico y la del lenguaje ordinario. Esto es par- ciología de la literatura, de la pintura, de la religión y de la ley (véase,
ticularmente visible en el caso del concepto aparentemente respectivamente, Bourdieu 1988d, 1983d; 1987i; 1971 b, Y en prepa-
"puro" de Fürsorge que juega un papel central en la teoría hei- ración (a), 1987g). En cada caso, usted propone relacionar las obras
deggeriana del tiempo y que, en la expresión soziales Fürsor- culturales con su campo de producción especializada, y rechaza tq}!to
ge, asistencia social, se refiere al contexto político y a la re-
pulsa del Estado de bienestar, de las vacaciones pagas, de los
----
las lecturas
.......
_~~-
internas como la reducción.. a -los factores exterños.- -- -
~-_._--

Así eS. Al tomar en cuenta el campo de producción especl -


/

seguros de salud, etc. Pero Heidegger me interesó además fica y su autonomía, producto de la historia propia del campO,
como encarnación ejemplar del "filósofo puro" y quise mos- irreductible ella misma a la historia "general", se evitan doS
trar, en lo que parece ser el caso más desfavorable para la so- errores complementarios que funcionan como suplementos Y
ciología de las obras culturales tal como yo la concibo, que coartadas mutuos: el de tratar a las obras como r~.alidade_s..a:tl:
el método de análisis que propongo puede no sólo explicar tosuficie n tes y el. de r~<!~sirji~ &r~~t-IB~r!;.; l~; c.~:md..~~~~~s
sino también llevar a una mejor comprensión de la obra en social~.~1-'e~ó~.!~~~_ás g~~1l1~,:<.~:Así, por ejemplo, loS
sí, es decir, en este caso, del impulso central de la filosofía q ue-aiscuten la cuestión del nazismo en Heidegger siempre
heideggeriana, en otras palabras, de la ontologización del conceden a su discurso filosófico demasiada o escasa autonO-
historicismo. mía: es un hecho indiscutido que Heidegger fue miembro del
El valor de Heidegger como paradigma del pensador "pu- partido Nazi, pero ni el primer Heidegger ni el Heidegger m~
ro", ahistórico, que prohíbe y rechaza explícitamente que se duro fueron ideólogos nazis como lo fue el rector Krieck. La
relacione al pensamiento con el pensador, con su biografía y, interpretación externa, iconoclasta, y la interna, celebratori<:t,
menos aún, con las con..d!siones sociales y económicas de su
tiempo (y que siempre ha sido leído de una manera profun-
damente deshistorizada), reside en forzarnos a repensar los 106 "podemos reconocer [la] independencia [del discurso filosófico] pe-

vínculos entre la filosofía y la política. Esto es lo que quise de- ro sólo a condición de que veamos claramente que no es otra cosa que otrO
nombre para su dependencia de las leyes de funcionamiento específicas d~l
cir con el título que di a mi estudio: la ontología es política y campo filosófico . No pode mos reconocerle independencia sino en la m e d~­
la política se vuelve ontológica. Pero, en este caso tal vez más da en que tomemos en cuenta las transformaciones sistemáticas que exper l '
que en ningún otro, la relación inteligible que existe entre el mentan suS efectos debido al hecho de que esta dependencia opera únicr
mente por medio de mecanismos específicos del campo filosófico" (Bourdie v
"führer filosófico" y la política y la sociedad alemanas, lejos
1988b: p. 10).
de ser directa, sólo pudo establecerse mediante la estructura 107 Sostener, como hace Bürger (1990: p . 23), que "Bourdieu adopta unil
del microcosmos filosófico. Un análisis adecuado del discur- posición radical: la perspectiva externa " en su análisis del arte y otras prácti'
so de Heidegger debe fundarse, entonces, en una doble ne- cas culturales implica un m ala comprensión fundamental de su teoría, pues
equivale a borrar la noción de campo de la producción simbólica, tal comO
gativa: rechazar tanto la pretensión de autonomía absoluta se la ve claramente a partir de sus primeros textos (por eje mplo, el artículO
del texto filosófico como su correspondiente rechazo de la de 1966 sobre "El proyecto creativo", Bourdieu 1971a: p. 185)
220 Una invitación a la sociología reflexiva
El propósito de la sociología reflexiva 221

ti'
tienen en común su ignorancia del efecto de estilización filo- que alguien pudiera producir sobre la base de otras posiciones
sófica (mise en forme): desconocen la posibilidad de que la fil~ en el campo filosófico.
sofía de Heidegger pueda haber sido sólo la sublimación filosófi-
ca, impuesta por la censura específica del campo de la Usted deriva el pensamiento político de Heidegger no tanto del es-
producción filosófica, de los mismos principios políticos y éti- tudio de su contexto sino de la lectura del texto mismo y la elucidación
cos que determinaron su adhesión al nazismo. Para ver esto es de los múltiPles marcos semánticos en que funciona.
necesario deponer la oposición entre lectura política y lectura Es la lectura de la obra misma en su doble clave, de sus do-
filosófica y someter a una doble lectura, inseparablemente filosó- bles significados y su doble entendre, la que reveló algunas de las
fica y política, unos escritos que se definen fundamentalmente implicancias polítit as más imprevisibles de la filosofía heideg-
por su ambigüedad, esto es, por su constante referencia simultá- geriana: el rechazo del Estado de bienestar escondido en el co-
nea a dos espacios sociales a los que corresponden dos espacios razón de la teoría de la temporalidad, el antisemitismo subli-
mentales. mado como una condenación de la "errancia", la negativa a
Así, para captar el pensamiento de Heidegger uno tiene reconocer su antiguo apoyo a los nazis inscripto en las tortuo-
que entender no sólo todas las "ideas aceptadas" de su tiem- sas alusiones al diálogo conJunger, etc. Todo esto podía encon-
po (tal como fueron expresadas en editoriales de periódicos, trarse fácilmente en los textos mismos, como demostré en 1975,
discursos académicos, prefacios a libros filosóficos y conver- pero se mantuvo más allá del alcance de los guardianes de la or-
saciones entre profesores, etc.) sino también la lógica espe- todoxia de la lectura filosófica quienes, como aristócratas descla-
cífica del campo filosófico en que los grandes especialistas, sados, reaccionaron contra la amenaza que el progreso de las
es decir los neokantianos, los fenomenólogos, los neotomis- ciencias esquivo a ellos planteaba a sus diferencias aferrándose
tas, etc., entraban en disputa. Para efectuar la "revolución a la sagrada frontera entre la ontología y la antropología. El aná-
conservadora" que Heidegger operó en la filosofía, tuvo que lisis puramente lógico y el puramente político son igualmente
hacerse de una extraordinaria capacidad de invención técni- incapaces de explicar el doble discurso cuya verdad reside en la
ca, esto es, un capital filosófico excepcional (véase el virtuo- relación entre el sistema manifiesto y el sistema reprimido.
sismo que exhibe en el tratamiento de Kant y el problema de la Al contrario de lo que suele pensarse, la adecuada com-
metafísica) y una capacidad igualmente excepcional para dar prensión de una filosofía no requiere de su deshistorización
a sus posiciones una forma filosóficamente aceptable, que a mediante la eternalización efectuada por la lectura atempo-
su vez presuponía un dominio práctico de la totalidad de las ral de textos canónicos construidos como philosophia perennis
posiciones del campo, un formidable sentido del juego f:lo __ o, peor aún, por su interminable reforma para que se ajuste
sófico. En contraste con meros panfletarios políticos como a los asuntos y debates del día, a veces al costo de contorcio-
Spengler, Junger o Niekisch, Heidegger integra realmente nes y distorsiones francamente increíbles. (Cuando oigo que
posturas filosóficas percibidas hasta entonces como incom- "Heidegger nos ayuda a comprender el Holocausto" tengo
patibles en una posición filosófica nueva. Este dominio del que creer que estoy soñando jO pudiera ser que yo no sea lo
espacio de los posibles puede verse más claramente en el se- bastante "posmoderno"!) Surge, más bien, de una genuina
gundo Heidegger, que constantemente se define a sí mismo historización que nos permite descubrir el principio subya-
relacionalmente, incluyendo por anticipación o por nega- cente a la obra mediante la reconstrucción de la problemá-
ción las representaciones de sus posturas pasadas y presentes tica, el espacio de los posibles en relación con los cuales fue
El propósito de la sociología reflexiva 223
222 Una invitación a la sociología reflexiva

que nunca su profunda ir~sponsabi1idad política, para resal-


construida y el efecto específico de campo que le dio la forma es- ,
tar las implicancias políticamente ambiguas de una cierta ma-
pecífica que ha tomado. 108
nera de concebir la filosofía que se ha difundido en Francia
desde los años sesenta: una visión de la filosofía, especialmen-
La publicación en francés de La ontología política d~ H~!d~g:
te a través de la exaltación de las obras de Nietzsche o de Hei-
ger en forma de libro, más de una década después de su publzcacwn lnZ-
degger, que conduce a un esteticismo de la transgresión, a una
cial en alemán, fue además una oportunidad de plantear de manera muy
forma de "chic radical', como dicen algunos de mis amigos es-
clara la cuestión de la ceguera política de la filosofía, o al menos de los
tadounidenses, que es extremadamente ambiguo, tanto en lo
usos políticos de la filosofía por parte de algunos de sus practicantes.
intelectual como en lo político.
Utilicé la controversia que hizo erupción alrededor de la
Desde este ángulo, mi obra -pienso en particular en L'a-
obra de Heidegger,109 y en la que ciertos filósofos (particular-
mour de l'art (Bourdieu, Darbel y Schnapper 1966) 110 o La dis-
mente Lacoue-Labarthe y Lyotard) desplegaron más claramente
tinción- se presenta como la antítesis misma del papel filosófi-
co que, a partir de Sartre, ha acarreado siempre una dimensión
108 Bourdieu (1988a: p. 118) sintetiza este punto del siguiente modo: "El estética: la crítica no de la cultura sino de los usos sociales de la cul-
pensamiento de Heidegger [ .. . ] es un equivalente estructu:al, en el orden tura como capital e instrumento de dominación es incompatible con
'filosófico' de la 'revolución conservadora' de la que el naZismo fue otra fi-
gura prod~cida de acuerdo con otras leyes de formación, y por lo tanto real-
la consideración estética escondida a menudo tras una facha-
men~e inaceptable para aquéllos que no podrían y no puede? ~econo~erla da científica, como en Barthes o en Tel Quel (por no mencio-
bajo ninguna otra forma que la forma sublimada que la alqUimia filosofica nar a Baudrillard), cara a esos filósofos franceses que han lle-
le da." Del mismo modo, sólo historizando completamente a Flaubert, esto
vado la estetización de la filosofía a un grado hasta entonces
es, reconstruyendo su práctica literaria como el producto del e?c~entro en-
tre el campo y su habitus en tanto que medi~do ~~r su trayect~na, podemos inigualado. Al respecto, Derrida es sin duda el más hábil y más
comprender cómo se desligó de la estricta hlstonCIdad de destinos menos he- ambiguo en tanto consigue dar la apariencia de una ruptura
roicos" (Bourdieu 1988d: p. 557). . radical a unos análisis que se detienen siempre poco antes del
109 La publicación del estudio de Farías (1987, trad. mgle~~ 1989). que
documenta el apoyo y el compromiso de Helde??er con la pohtIca nazI sus-
punto en el que caerían en la ''vulgaridad'', como he demostra-
citó una acalorada controversia intelectual polItIcamente ~argada a la que do en el postscriptum de La distinción (1984: pp. 485-500 [en
se vieron arrastrados todos los "peso pesados". del campo I~telectual fr~n­ español: pp. 495-512]): situándose tanto dentro como fuera del
cés. Fue ocasión de un apasionado intercambio entre Dernda y Bourdleu
juego, en el campo y en sus adyacencias, juega con fuego al
en las páginas del diario izquierdista Libér~tion y d,e m~ch~s ~~bates a:n~r­
gos, tanto públicos como privados: A partir de"allI ~I affaire se t~,rno I,n- rozar una crítica genuina de la institución filosófica pero sin
ternacional (y parcialmente complIcado con el aff~lre P~ul de Man ) y aun quemarse.
hoy despierta enconos. Casi semanalmente se pubhc~n lIbros que aseguran Así que el "affaire Heidegger" fue para mí una oportunidad
probar o refutar las acusaciones elevadas contra Heidegger, y argumentan
acerca de las repercusiones que tendrían en su filo~ofia. Para una muestra
de mostrar que el esteticismo filosófico tiene sus raíces en un aris-
de este debate en Francia y Alemania, véanse los articulo s de G~damer, Ha- tocratismo social que está a su vez en la base de un desdén por las
bermas, Derrida, Blanchot, Lacoue-Labarthe y Levinas en Davldson 1989, ciencias sociales, desdén que difícilmente pueda facilitar una vi-
Margolis y Brunell 1990, y el número de invierno d~ 1989 de la New German sión realista del mundo social y que, sin determinar necesaria-
Critique. Como Rudolf Augstein, el editor de ?er ~p¡egel que obtuvo la far.no:
sa entrevista "póstuma" de Heidegger, resalto (Citado por Rober~ MagglOn
en su reseña del libro en Libération, ellO de marzo de 1988, p. VI), el estu, 110 Sobre los determinantes y usos sociales del arte, véase también Bour-
dio de Bourdieu sobre los vínculos entre Heidegger y el naZismo precede dieu y otros 1965, y Bourdieu 1968a, 1971c, 1974c, 1985d, 1987d.
al "affaire" por una década.
224 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva 225

mente "errores" políticos tan monstruosos como el grosseDumm- a las ciencias sociales, contra la psicología y la sociología en par-
heit de Heidegger, tienen implicancias muy serias para la vida in- ticular, y a través de ellas contra c alquier forma de pensamien-
telectual e, indirectamente, para la vida política. No es casuali- to que esté explícita e inmediatamente dirigido a las realidades
dad que los filósofos franceses de los años sesenta, cuyo proyecto "vulgares" del mundo social. La negativa a desmerecerse por
filosófico se formó en una relación fundamentalmente ambiva- estudiar objetos considerados inferiores o por aplicar métodos
lente con las "ciencias humanas", y que nunca repudiaron plena- "impuros", ya sea el examen estadístico o el simple análisis his-
mente los privilegios de casta asociados con el estatuto de filóso- toriográfico de documentos, impugnado una y otra vez por los
fo, hayan dado nueva vida, en ~odo el mundo pero especialmente filósofos como "reduccionista", "positivista", etc., va de la ma-
en Estados Unidos, a la vieja crítica filosófica de las ciencias so- no de la negativa a zambullirse eri la fugaz contingencia de las
ciales y alimentado, bajo la fachada de la "deconstrucción" y de cosas históricas que mueve a esos filósofos más interesados en
la crítica de los "textos", una forma ligeramente velada de irra- su dignidad estatuaria a retornar siempre (a veces por las vías
cionalismo a la que a veces se ha etiquetado, sin que sepamos más inesperadas, como testifica hoy Habermas) a los pensa-
mucho por qué, de "posmoderna" o "posmodernista". mientos más "universales" y "eternos".1l2
Un buen número de las características específicas de la fi-
Su análisis de Heidegger, y en un sentido más amplio de la produc- losofía francesa a partir de los años sesenta puede explicarse
ción y funcionamiento social del discurso filosófico, 111 presupone y exi- por el hecho de que, como demuestro en Homo academicus, la
ge, por ende, un análisis de la posición objetiva de la sociología con universidad y el campo intelectual llegaron por primera vez a
relación a la filosofía.' . ser dominados por especialistas en las ciencias humanas (enca-
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la filosofía eu- bezados por Lévi-Strauss, Dumézil, Braudel, etc.). El foco cen-
ropea se ha definido constantemente a sí misma en oposición tral de todas las discusiones de la época giró hacia la lingüísti-
ca, que se erigió como el paradigma de todas las ciencias
humanas, e incluso de empresas filosóficas como la de Foucault.
111 Aparte de la ontología de Heidegger, Bourdieu ha analizado el dis-
Éste es el origen de lo que yo he llamado el efecto "-logía" para
curso y la institución de la filosofía como el caso ideal típico de una práctica
intelectual que se proclama "libre", mistificándose a sí misma y a las demás, designar los esfuerzos de los filósofos por tomar los métodos, y
negándose a enfrentar su determinación histórica (Bourdieu 1983a y 1985e). por remedar la cientificidad de las ciencias sociales sin deponer
Entre otras cuestiones, el sociólogo francés ha examinado críticamente la re- el estatuto privilegiado de los "pensadores libres": así la semiolo-
tórica del marxismo althusseriano, la invención de Sartre de la figura del "in-
gía literaria de Barthes, la arqueología de Foucault, la grama-
telectual total", los "mitos académicos" de Montesquieu y el significado de la
vocación de filósofo en la universidad francesa de los años cincuenta (véase tología de Derrida o el intento de los althusserianos por ha-
Bourdieu 1975b, 1980e, 1980fy 1991a respectivamente). Los análisis sustan- cer pasar la lectura "científica" de Marx como una ciencia
tivos del campo de la filosofia por sus estudiantes y colaboradores incluyen
el de Boschetti (1988) sobre Sartre, Fabiani (1989) sobre los filósofos de la
Tercera República, y Pinto (1987) sobre la filosofia contemporánea. 11 2 De acuerdo con Bourdieu (1983c), la filosofia padece una incapaci-
Parecería que para Bourdieu (1983c), lejos de disolverse en las ciencias dad para resolver la antinomia de historicidad y verdad por otros medios que
soCiales, la filosofía sólo puede realizarse a sí misma ejerciendo la clase de re- las lecturas exegéticas que actualizan obras pasadas de tal manera que nie-
flexividad que él propone, situando socialmente su problemática, categorías gan más o menos la historicidad. Las soluciones a esta antinomia propuestas
y prácticas, y reconociendo las leyes sociales que regulan su propio funciona- por Hegel (la dialéctica que preserva y trasciende) , Kant (la construcción re-
miento interno, aunque sólo fuera porque esto la ayudaría a trascender las trospectiva de las filosofias pasadas) y Heidegger (la develación de la revela-
limitaciones inscriptas en su fundamento histórico. ción originaria) convergen en su rechazo de la historia.
226 Una invitación a la sociología reflexiva
227
El propósito de la sociología reflexiva

autosuficiente, contenida en sí misma y medida de toda cien-


cia (Bourdieu 1975b; véase Kauppi 1991 y su libro en prepara- - tanto a re apropiarse del aspecto ocial no pensado de su pen-
ción por un análisis más completo del efecto "-logía" en el cam- samiento.
po intelectual francés de los años sesenta y setenta). Si las ciencias sociales históricas plantean una amenaza p~­
., d domI-
ra la filosofia, tiene menos que ver con su captaCIOn e
Esto suena como un llamado al fin de la filosofía. ¿Hay una mi- nios hasta el momento monopolizados por la filosofia que C?~
sión específica, un espacio epistemológico significativo que quede para
.. , d 1 actlVl-
el hecho de que tienden a imponer una defilllClon e a . .
la filosofía, sitiada como está desde todos los flancos por las diversas dad intelectual cuya filosofia explícita o implícita (hi~tO~I~ISt~
ciencias sociales? ¿Está la sociología destinada a destronar a la reina y aun así racionalista) está en desacuerdo con esa obJetl:'Ida 1
de las disciplinas ya volverla obsoleta? ¿Están los tiempos maduros pa- inscripta en el puesto y 1a postura d e 1 fil ' ofo profeslona
1 oS
ra la idea de una ''filosofía sociológica" (Collins 1988-89; véase un ar- (Bourdieu 1983a y 1983c) . De manera que puedo entender por
gumento similar desde el lado filosófico en Addelson 1990) o es esto úl- qué los filósofos, supuestos o reales, tienden a aferrarse, como
timo un oxímoron? . ,
anstocratas cm'dos, a l
os '
sIgnos ex ternos d e su amenazada gran-
Invocar las condiciones en las cuales se realiza el pensa- deza con tanta vehemencia, en particular en Francia.
miento filosófico, ya sea la situación académica de skholé, la
clausura en sí mismo del mundo académico, con su mercado ¿Pero diría usted que su obra pertenece a la filosofía? ,
protegido y sus clientelas seguras o, de modo más general, su Es una pregunta que no me preocupa demasiado, Y se rnuY
distancia respecto de las necesidades y urgencias de cualquier '
bien cuál sería la respuesta de los filosol.oS e
mas "
m teresados
. en
._
clase, no tiene nada de una denuncia polémica dirigida a rela- . . S'1 qUlSlera
defender su terntono. ., d ar una VISI . .ón algo IdealIza
tivizar todo conocimiento y todo pensamiento. Lejos de con- da de mi carrera intelectual, podría decir que es una empresa
ducir a su destrucción, un genuino análisis sociológico de la fi- que me ha permitido realizar, a mis propios ojOS, la idea ~ue yo
losofia que vuelva a colocarla en el campo de la producción tenía de la filosofia (que no es smo . otra maner a de deCIr que
cultural y en el espacio social histórico es el único medio de , t se lla-
no todos y no siempre aquellos a quienes cornunmen e . '
comprender las filosofias y sus sucesoras, y por lo tanto de libe- .
ma filósofos se ajustan .
a tal Idea) . Sena , una VISI . .ón algo fictiCIa
.
rar a los filósofos de lo no pensado inscripto en su herencia. 1I3 Los ha- orque hay un enorme componente de suerte en cualqUIer
P , d las co-
bilitaría para descubrir todo lo que sus instrumentos de pensa- biografia: no he elegido verdaderamente la rnayona e
miento más comunes, conceptos, problemas, taxonomías, sas que he hecho. Al mismo tiempo, habría una semilla de v~­
deben a las condiciones sociales de su (re) producción y a las dad en la respuesta porque yo creo que, dado el desarroll~ e
determinaciones inscriptas en la filosofia social inherente a la .
las ciencias SOCIales, se vuelve cada vez mas ' lOS
. ostenible prIvar-
función yal funcionamiento de la institución filosófica. Y por .
se de los logros y las técnicas de estas CIenCIas, . s'1 bien ello nO
parece inquietar a la mayoría de los filósofos. Yo pienso que he
sido muy afortunado al escapar a 1a 1'1 uSlOn ., de la "página . en
-11 3 "E d' ., d . . , 1 ' tratado reCIente
. ~ a con ICI?n e correr el nesgo de poner en cuestión y en peligro blanco y la laplCera' . Me basta con leer a g u n . de
el propio Juego fi~osofico, al que su existencia como filósofos está ligada, que
de filosofia política para imaginar lo que hubiese sIdo cap~Z
los filosofos podnan aprovechar la libertad de todo aquello que los autoriza
deCIr. SI. mI.unlco
, . eqUIpamIento
. . . 1ectua1 hubiera sido mI for-
Inte
y los fundamenta para pensarse y presentarse como filósofos" (Bourdieu
1983c: p. 52; véase también Bourdieu 1990e). mación filosófica lo que no obstante, ha SI'do ab solutamente cru-
cial. Dificilmente' pasa un día sin que lea o relea obras filosóficas,
22M
Una In v /t ció"
reflexiva 229

especialmente de autores ing leses y al Ol:ll H' • el 1" I 1 I


Constantemente estoy trabajando con 1 (j 1(¡,~()l n / 1 111 1'lI t IJI\I 'h as razones, 1os f u ndamentos . antropoló-
, de la
los a trab<0 a r. La diferencia, para mí, es gu ' l:t,~ 1, \11 , " ,,1
11
1 \) ¡as te ncas . de mi' trabaJO :.J (la teona
losóficas -esto puede resultar un tan to d sa J'; I! i1.1' d 11/ 1,ti I PI I 01I a d la aCCIOn ., q ue la funda) pasaron total-
exactamente al mismo nivel que las técnicas 1)) : 1/( ' 11\ l. 1 . s en Francia; particularmente porque
veo una diferencia ontológica entre un conc P(o d(. 1" !Ir ti, '1 I 1 1b'.id haber estad o m as' en sintonía con ellos,.
de Kant y el análisis factorial. 11 1 '/ Il po( rr ¿tU , 'n porque dl-
' quisieron verlos, y mas au
\ 1 1. , I I j os, no 'an oscureCI'dos p or lo que se percibía
sse ve~
IlIlId lIJ ' lJt ., l'tl'ca crítica e incluso po-
Ya que estamos discutiendo "teoría ': permítame traer (1, 1'01111 11111 I
enigma. Con frecuencia se lo considera, y por cierto se lo lel', 11111111 1
1.1.,
111
.
un~ .
In
dlmensIOn po I
.. b' diSCUSIOnes tlplCam
,.
, .
ente académicas, VtUCU-
l'
IIIt.l 1',1 (.<un. 10, .. d l d bate intelectual, sobre la 1-
"teórico social" (y, como bien sabe usted, en Estados Unido.\' ,1'1' 111/111 I
I 1I I ti)} 'st do p:r~mldo so~reeel relativismo y otros tristes
un tipo muy dtifinido en la galeria de los personajes sociológ¡('fI\ /1/' I I I 1.11 1 '1 determllllsmo, perpetuadas en parte por
bles). No obstante, no deja de impactarme cuán rara vez, en ,\' /1, 11/1/ 1, 1 1 1 1 ' d de entreguerras,
'
1 1/1/ \ (. • peno
'
d o hos.mtelectuales a 1marxismo y por la iner-
hace declaraciones o argumentaciones puramente "teóricas ". 11'1/ ((/1/1
1I jlIJ\ I 11 e mu:. démica se transmitieron en las cla-
bio, hace riferencia una y otra vez a problemas particulares de in /1'111 I I el • la problematlca aca ' e s que lo que a mis ojos
gación y dilemas encontrados mientras reunía, COdificaba o analizlI/m - fi L .mportante, creo, 1
JI hloso la. o l . logía general sobre a
datos, o pensaba un asunto concreto. En su seminario de investigru ir 1/ . d nstrmr una antropo ,
I ji Iln llltento eco . , . d e las propiedades espeCificas
en la École des hautes études en sciences sociales de París (véase 111(11 1" ( lHl. 'a de un anaT ISis hlstonco ' f u e l'nterpretado como un
1/ las SOCIe a ~s co~ .
abajo, parte 3), usted advierte repetidamente al público que tiene 1'1/ . d d temporaneas
frente que no han de obtener de este curso "presentaciones límpidas so o njunto de tests pohtlcas, so b re el sistema escolar o sobre la
bre el habitus y el campo". Es muy renuente también a discutir los con-
( 1l1tura en particular. . . t de mis intenciones debe algo
Sin duda este oscureCImle~ o, producir un discurso gene-
ceptos que ha acuñado y que usa en su obra aisladamente de sus apoyos
empíricos. ¿Puede explicar el lugar que la teoría ocupa en su trabajo? d ca me resigne a .
al hecho e que dnun .al y menos aun, , un metadiscurso umver-
No necesito recordarle que la percepción de una obra de-
ral sobre el mun o. SOCI . to de , d 1C' hundo
om . De hecho, sostengo
pende de la tradición intelectual e incluso del contexto políti- sal sobre el conoclmlen , . . tl'fica es francamente desas-
co en que sus lectores están situados (Bourdieu 1990j). La es- q . b la practlCa CIen
ue el discurso so re , . 'entl'fica Pues una ver-
tructura del campo de recepción se erige entre el autor (o el Il r de la practlca CI .
troso cuando toma e uga l' y se diluye a sí misma en
texto) y sus lectores, mediante las estructuras mentales que im- ' 'lla que se rea Iza
dadera teona es ague d d oducir. No tengo mucha
pone a todo lo que le pertenece, yen particular a través de las . 'fi que ha ayu a o a pr .
el trabeyo CIentl ICO 'misma que se exhl-
oposiciones estructurantes que organizan los debates corrien- . , 1
P redileccIOn por a teona g ' u e se muestra a SI , .
d Yvista o como deCImos
tes (por ejemplo, hoy, la reproducción versus la resistencia en ' h h para ser mostra a , .
be, por la teona ec a '1 . 'stosa. Soy conSCIente
Gran Bretaña, y 10 micro y lo macro en Estados Unidos). El re- . 't' 'l la teona 1 amativa, VI
en FranCia, tape a Oel, . d f ecuente en estos días.
sultado de esto es toda una serie de distorsiones, a menudo muy sto demasla o r .
de que no es un guhas veces una I'd ea de la reflexión eplstemo- ,
SOrprendentes y a veces un tanto penosas. En mi caso, el resulta-
Tenemos muc . 1 ' o la epistemologla co-
do más impactante de este proceso de filtrado es la discrepan_
cia entre la recepción de mi obra en Francia y en los países
lógica que nos eva a
11
:0
. d discurso vaCIO o va
,
nceblr a teona , .
go sobre una practica
.
mo una especie e
científica ausente. Para mi, la re , flexión teórica sólo se malll-
El propósito de la sociología reflexiva 231
230 Una invitación a la sociología reflexiva

El hilo que va de una de mis obras a la siguiente es la lógica


fiesta disimulándose bajo la práctica científica a la que da forma. de la investigación, que a mis o· s es inseparablemente emPírica y teó-
Y aquí yo podría invocar al personaje de Hipias, el sofista. En el rica. En mi práctica, encontré las ideas teóricas que considero
Ripias menor de Platón, Hipias aparece como una especie de ton- más importantes al llevar adelante una entrevista o codifican-
to, incapaz de elevarse por encima del caso particular. Interro- do un cuestionario de examen. Por ejemplo, la crítica de las ta-
gado sobre la esencia de lo Bello, obstinadamente responde enu- xonomías sociales que me condujo a repensar el problema de
merando casos específicos: un bello caldero, una bella niña, etc. las clases sociales de arriba abajo (Bourdieu y Boltanski 1981,
De hecho, como demostró Dupréel (1978), Hipias obedece a la Bourdieu 1984a, 1985a, 1987b) nació de reflexiones sobre las
intención explícita de negarse a la generalización y a la reifica- dificultades concretas que encontré al clasificar las ocupacio-
ción de la abstracción que ella favorece. Yo no comparto la filo- nes de los interpelados. Esto me permitió escapar la vaga y ver-
sofía de Hipias (aunque temo a la reificación de la abstracción, borrágica generalización sobre las clases que reactualiza el
que ocurre con mayor frecuencia en las ciencias sociales que en eterno y ficticio enfrentamiento entre Marx y Weber.
ninguna otra parte) pero pienso que uno no puede pensar
bien excepto en y a través de casos empíricos teóricamente ¿ Cuál es la diferencia entre la "teoría teoricista" y la teoría tal co-
construidos. mo la concibe usted?
Para mí, la teoría no es una especie de discurso profético
No obstante no puede negar que hay una teoría en su obra o, pa- o programático, que se origina por disección o por amalgama
ra ser más preciso, un conjunto de "herramientas de pensamiento ': pa- de otras teorías dado el mero propósito de confrontarse con
ra usar una noción de Wittgenstein, de amplia -si no universal- otras "teorías teoricistas" puras (de las que el mejor ejemplo
aPlicabilidad. sigue siendo, una década después de su muerte, el esquema
No, pero estas herramientas sólo son visibles a través de los re- AGIL de Parsons, que hoy algunos están tratando de resuci-
sultados que arrojan, y no están construidas como tales. El fun- tar) .115 Al contrario, la teoría científica tal como yo la concibo
damento para estas herramientas -la noción de capital cultu- emerge como un programa de percepción y acción -un ha-
ral, 114 por ejemplo, que propuse a comienzos de los sesenta para bitus científico, si se quiere- que sólo se devela en el trabajo
explicar el hecho de que, después de verificar su posición econó- empírico que la actualiza. Es una construcción temporal que toma
mica y origen social, los estudiantes de las familias más cultas no forma por y para el trabajo emPírico. 116 En consecuencia, tiene más
sólo tienen las tasas más altas de éxito académico sino que exhi-
ben distintas modalidades y patrones de consumo y expresión cul-
11 5 Para Bourdieu (Bourdieu, Chamboredon y Passeron 1973: pp. 44-47
tural en una amplia gama de dominios--- yace en la investigación, [en español: pp. 44-48]), la representación tradi c ~onal de la teoría como. la
en los problemas y dilemas prácticos encontrados y generados en compilación, clasificación o elaboración acumulativa de conceptos (que Vin-
el esfuerzo de construir un conjunto fenoménicamente distinto cula los trabajos d e Talcott Parsons y Ge orges Gurvitch con los de los cano-
nistas medievales) es un componente del "sentido común académico" con el
de objetos de manera tal que puedan ser tratados, pensados,
que la sociología debe romper decididamente so pena de reintroducir en su
comparativamente. práctica una filosofía continuista y positivi~ta de la cien,~ia que está en ~~n­
tradicción con lo que Bachelard caractenza como el verdadero esplntu
científico moderno".
114 Véase Bourdieu 1979a sobre las "tres formas " (encarnada, objetivada 116 Algunas elaboraciones de este tema véanse e n Bourdieu y Hahn 1970;
e institucionalizada ) de capital cultural y Bourdieu 1986b sobre las relaciones Bourdieu, Chamboredon y Passeron 1973, primera parte y lo sucesivo.
entre capital cultural, social, económico y simbólico.
. . .. la sociología reflexiva
232 Una InVltaclon a El propósito de la sociología reflexiva 233

. e envolviéndose en
por ganar confrontando nuevos objetoS qu práctico, entre la investigación (en particular pienso aquí en
, e alimeO tar un me-
P olémicas teóricas que hacen poco
.
mas qu . d f
demasla a recuen-
esa "ciencia sin científico"'cuyo epítome es la investigación de
tadiscurso perpetuo, autoafirmatlvo Ycon t' la opinión pública y ese absurdo científico llamado "metodolo_
e se trata como o-
cia vacuo alrededor del conceptoS a lOS qu gía") y la "teoría sin objeto" de los teóricos puros, que hoy ejem-
tems intelectuales. . plifica la tormentosa discusión muy de moda en torno del así
I'a y estruc
Tratar la teoría como un modus operandz que gU d - llamado "vínculo micro-macro" (Alexander y otros 1987, por
. . te que 1.lno epone
tura la práctica científica imphca obVIamen 1 "teo' ricos" ejemplo). Esta oposición entre la teoría pura del lector devoto
"' . e . hista que as
la relacIOn de complacenCia algo J.etlc del culto hermenéutico de las escrituras de los padres funda-
ta razón que yo nun-
usualmente establecen con ella. Es por es d 1 dores (si no de sus propios escritos), por un lado, y la investi-
ealogía e os con-
ca he sentido la urgencia de rastrear 1a geo 1 h b' t 1 gación y metodología de estudio por el otro, es una oposición
10 son e a l us, e
ceptos que he acuñado o reactivado, como d enteramente sociaL Está inscripta en las estructuras institucio_
. d nacido e una par-
campo o el capital simbólico. No hablen o h nales y mentales de la profesión, arraigada en la distribución
oan muc o con ser
tenogénesis teórica estos conceptos na ga ., académica de recursos, posiciones y competencias, como cuan-
, . S constr1.lCCIOn Y uso
reposicionados frente a sus usos preViOS. u. . ., do escuelas enteras (el análisis conversacional o las investiga-
de mvesugacIOn , y es
emergieron en lo práctico de la empresa ., d 1 ciones de logro de estatus, por ejemplo) se basan casi por com-
d s La fuo clon e os
en este contexto donde deben ser evaIua o . d pleto en un método en particular.
. t s que na a apuntar
conceptos que yo empleo consIste en an e d
. . . , en una suerte e ta-
dentro del procedimiento de mvesugaclO n , ., Entonces, tal vez la mejor manera de hacerle explicar su concepción
. . ' .o de eleccIOn meto-
quigrafia, una posición teónca, un pnnCIpl . ', . del "trabajo teórico" sea preguntarle por el modo concreto en que, en su
. . L istemauzacIOn Viene
dológica negativa tanto como pOSItIVa. a S • práctica científica, usted inserta la construcción teórica en el proceso de
, 'd oco a pOco comlen-
necesariamente a posteriori, a medl a que P . d d investigación, reflexionando sobre un objeto particular en el que ha tra-
d'd que las prople a es
zan a surgir analogías fructíferas, a me la , . t 117 bajado durante cierto Período de tiempo. Ahora estay pensando en un
"1 d 1 . lementan y prueban con eXI o. artículo que publicó recientemente, en un Periódico algo oscuro, Étu-
uu es e concepto se lmp . investi ación sin te~
Podría parafrasear a Kant y deCir que la g_c des rurales, sobre el celibato entre los campesinos del Beame, su región
. . ., t' vacía Des<uortuna-
ría está cieua y la teoría sin znvestzg actOn es a . . 1 ' natal, bajo el título de "Reproducción prohibida. La dimensión simbó-
b ' . ote de la SOCIO ogla
damente el modelo socialmente domma d" lica de la dominación económica" (1989b). Lo que me resultó más in-
, .'1 ecisa y un IvorcIO
aún hoy predica una distincIOn c ara y pr , teresante de este artículo es que usted retoma en él al mismo tema que
estudió tres décadas antes en un extenso texto titulado "Celibato y COn-
.. . ón de "capital social" du- dición campesina" (Bourdieu 1962b), publicadQ en el mismo Periódi-
117Por ejemplo, sólo después de utlh.zar l~ nd~~ de situaciones empíricas, co, para esbozar una teoría general de la contribución de la violen-
rante una cantidad de años y en una ampha vane . hasta las estrategias sim-
cia simbólica a la dominación económica sobre la base de un caso
desde l.as relaciones matrimoniales
. de los
. campesdmods
" es e los d ~
' e';adores
,. de alta
bólicas de los fundamentos de la mvestlgaclOn, o las de elite (véase res- particular.
. . 1 d las escu e '
costura hasta las asoCIacIOnes de a umno S e 1981 b' Bourdieu Y Delsaut El punto de partida de esta investigación es una experiencia
pectivamente, Bourdieu 1977b,.1980a, ~980bd 19u~as de sus caracterís- muy personal que yo narré en el artículo, pero en forma velada,
1975), Bourdieu escribió un articulO delmean o a .• pírica que trata
' lustraClon em
ticas genéricas (Bourdieu 1980c) . P a~a una I ' 1980 y 1985. porque en aquella época me sentía forzado a "desaparecer". Me
sobre la nobleza francesa, véase de Samt Martl n las ingeniaba para usar oraciones impersonales de manera de no
234 El propós ito de la sociolo gía reflexiv a
Una invitac ión a la sociolo gía reflexiv a 235

escribi r nunca "yo" y describ ía de la maner a más neutra l posible matrim onio en el sistem a de estrate gias de reprod ucción "1l8
la escena inicial: un baile de pueblo al anoch ecer de un sábado donde traté de descub rir ti) que me parecí a la filosof ia implíc i-
en las vísperas de Navida d, en una tabern a rural adond e un ami- ta de lo que había hecho . Traté de sustitu ir el model o de las
go mío me había llevado treinta años atrás. Allí fui testigo de una teorías del parent esco que era domin ante por aquel entonc es,
escena muy impac tan te: hombr es y mujere s jóvene s de la ciudad es decir la teoría estruct uralist a, por una maner a de consid erar
vecina bailaba n en el centro de la sala mientr as otro grupo de jó- los interca mbios matrim oniale s que desde entonc es se ha vuel-
venes algo mayore s, como de mi edad por aquel entonc es, todos to más bien trivial, especi almen te entre histori adores de la fa-
aún soltero s, perma necía sin hacer nada, de pie contra las pare- milia, y que consist ía en conceb ir a los matrim onios como com-
des. En lugar de bailar, observ aban aplica damen te el baile y, sin plejas estrate gias de reprod ucción 1l9 (Medic k y Warre n 1984,
darse cuenta , avanza ban de maner a tal que progre sivame nte re- Crow 1989, Morga n 1989, Harev en 1990, Woolf 1991) que in-
ducían el espacio utiliza do por los danzan tes. Vi este escena ini- volucr an un cierto númer o de parám etros, desde la extens ión
cial como una especi e de desafio : por entonc es tenía en mente de la hereda d y la tasa de nacim ientos hasta la residen cia, edad
la idea de tomar como objeto de análisis un univer so con el cual o pro~peridad diferen ciales entre potenc iales esposo s, etc. Fue
tuviese una familia ridad. Habie ndo trabaja do en la Cabilia , un una prime ra revisió n de la que podem os extrae r la siguie nte
univer so extrañ o, y pensé que sería interes ante hacer una espe- enseña nza, particu larmen te para aquéll os a quiene s les gusta .
cie de Tristes trópicos (Lévi-Strauss 1970) pero al revés (ese libro hablar de "ruptu ra": la ruptura científica no se efectúa de inmedia-
era uno de los grande s model os intelec tuales que todos tenía- to, no es una especi e de acto origina rio como en las filosofias
mos en mente por entonc es): observ ar los efectos que la objeti- iniciat orias (y el marxis mo althuss eriano ). Puede tomar trein-
vación de mi mundo nativo produc iría en mí. De modo que te- ta años. De allí el hecho de que en ocasio nes tengam os que re-
nía un peque ño propós ito teórico y la escena del salón de baile gresar diez veces al mismo objeto , incluso a riesgo de que los
me plante ó interro gantes . Me embar qué en un intento de ir más crítico s se quejen de que estamo s repitie ndo lo mismo una y
allá de las explica ciones habitu ales que aún son materi a corrien - otra vez.
te entre los nativos y los period istas. Cada año, por la época de Así hice una prime ra revisió n que, creo yo, tornó un cier-
las "ferias de los soltero s" que entonc es tenían lugar en una can- to númer o de propos icione s conten idas en el análisi s inicial
tidad de pueblo s, se decía que "las mucha chas ya no quiere n per- mucho más explíci tas y sugirió un giro hacia una forma de aná-
manec er en el campo " y así es. Así escuch é a person as que expe- lisis más dinám ica, "estrat égica". Lo que ademá s podría hacer-
riment aban como algo profun damen te escand aloso el hecho de nos pensar sobre la noción de "intuic ión". Cuand o se dice que
que mucha chos mayore s, es decir aquello s que están legitim ados
118 El título exacto de este artículo terminó
para reprod ucirse a sí mismo s, ya no pudier an casarse. Reuní es- siendo "Las estrateg ias ma-
trimonia les como estrateg ias de reprodu cción social" (Bourdi eu
tadístic as y constr uí cocien tes de solterí a de acuerd o con una 1977b), que
pierde la idea original de que las estrateg ias form an u~ sistema
sui !fe~eris:
cantid ad de variables. Los detalle s se encue ntran en ese largo ar- porque a los editores del periódic o de historia Ar:nales: Economz
es, Soczet~s, cz-
tículo que escribí en 1960 (Bourd ieu 1962b) . vilisatio nsno les gustó su timbre estilístic o (Bourdl eu 1987a: p.
85). Las diver-
sas estrateg ias de reproducc~ón y sus interrel aciones son explora
Entonc es, a media dos de los setenta , un editor inglés me pi- fundida d en La noblesse de l'Etal (Bourdi eu 1989a: pp. 386-427 )
das en pro-
dió que revisar a ese artícul o para un libro. Pensé que el análi- .
119 Bourdie u (1986a) discute el giro paradig
mático "de las reglas a la es-
sis ya no estaba actuali zado, así que lo retraba jé entera mente . tra tegia" y sus implica ncias para la teoría social y las operaci ones
práctica s de
De esta revisió n salió otro artícul o titulad o "Las estrate gias de investig ación (qué tipo de datos reúnen, cómo los codifica n, etcétera
).
237
236 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva

si fue-
un sociólogo es muy "intuitivo", rara vez se quiere expresar 'a11 coma
citar a Polanyi). Los solteros ~ue perma~e.Cl as del reeI1lpla-
con ello un elogio. No obstante puedo decirles que he pasa- sen alhelíes* alrededor de la pista eran VlctlI1l do ode ca-
to
do casi veinte años tratando de entender por qué elegí ese zo de un mercado cerrado por un mercado a bier te plJe d e
baile de pueblo ... Incluso creo -esto es algo que no me hu- , . call1en .
da uno se las debe arreglar por sí solo y unl . 1 siJllbóhco:
biese atrevido a decir ni siquiera diez años atrás- que el sen- .. . ap1ta
contar con sus propIOS actIvos, su propIO c , I1lisJll o , con-
timiento de simpatía (en el sentido más fuerte del término) su habilidad para vestir, bailar, presenta:s.~ a ~e un régi~en
que experimenté entonces y el sentido del pathos que exuda- versar con las muchachas, etc. Esta transICIOn . 1 de "lIbre
ba la escena sin duda estuvieron en la raíz de mi interés por . oOla ..
matrimonial protegido a un régimen matnI1l t baO dlS tn -
el objeto. . eS a
intercambio" dejó víctimas, y esas víctu~nas ~o estadísticas pa-
buidas al azar. En ese momento, retorne a mIS a difer en-
No obstante, el artículo de 1989 al mismo tiempo extiende sus pri- d I1lao er .'"
ra mostrar cómo afectaba a los hombres e . d.nl.zaclon,
meros análisis y rompe con ellos ... , .. d "CIta l
te de acuerdo con su reSIstenCIa, grado. e tículo que re-
En este artículo, como indica el subtítulo, traté de repensar educación, etc. Yahora puedo citar el pasaje del ar rdie tJ 1989b:
este caso como un caso de una teoría general-siempre vacilo sume el significado de lo que había atestiguado (BOlJ
en utilizar semejantes palabras- de la violencia simbólica. Pa- pp. 29-30):
ra entender qué le ocurre a los solteros -a los primogénitos ara ca-
de las familias terratenientes (pequeños campesinos, la mayo- las arreglaO p o
Las estadísticas establecen que, cuando se o. de carllpesl-
ría de los cuales posee una docena de acres como mucho [unas h~as
sarse, los hijos de los campesinos se casan CO O ;;" frecuen-
4,85 hectáreas (T.)]), que en un estado previo del sistema fue- o casan m_
nos mientras que las hijas de campesmos se 0srll 0 ' estas
ron privilegiados y ahora son víctimas de sus propios privilegios, . o antagom .
temente con no campesinos o Por su mlsm n el hecll o de q~e
destinados a la soltería y a quienes "la reproducción está veda- estrategias matrimoniales divergentes expresa 00 1 que qUle-
da" porque no pueden perder casta, rebajarse y adaptarse a o st.lS hijas o 0_
[los miembros del] grupo no qUieren para o.., a st.lS hl
nuevas reglas matrimoniales - , para entender este fenómeno, o qUiere>'
ren para sus hijos o, peor, que en el fondo o h 00aS para sus
debo construir cosas que estaban implícitas, ocultas en la esce- de sus ~
jos para sus hijas, aun si quieren a algunas t.lestaS, se-
na del baile. 0, para ser más preciso, las cosas que esta escena . o !roeote op o
hijos. Recurriendo a estrategias dlametra oo mpes mas
develaba y velaba, revelaba y oscurecía al mismo tiempo: el bai- o famlhas ca , o
g ún se trate de dar o de recibir mUJeres, las . .a sirll boh-
le es una encarnación concreta del mercado matrimonial, así la ViolencJ o
revelan el hecho de que, bajo el efecto de o ...... 0 objeto,
como un mercado concreto (digamos el mercado de flores de t.lJetO COl>'
ca violencia de la que tanto se puede ser s la endoga-
, nWq~
Amsterdam) es una encarnación concreta del mercado de la todos están divididos contra sí mismos oEn ta 1 ación y de
economía neoclásica, aunque una que tiene poco en común . o de eva u
mia daba cuenta de la unicidad de cntenO s IOd d de las es-
con esta última. ' . la dt.l a I a
allí el acuerdo del grupo consigo mismo,
Lo que había visto era el mercado matrimonial en un es- la palapra
tado práctico, el locus de una forma de intercambio nueva, otid o de t.le no
* Walljlowers, dice Bourdieu, explotando el dobl~ se la perso q a fal- oa
emergente, la realización concreta del "mercado abierto" n la lengua inglesa, donde en forma figurada se aph:a ~a debido a u~aolar
que hacía sólo pocos años había reemplazado al mercado se integra por completo a una actividad social det~rmma nadie saca a I
ta de confianza o aceptación, en especial una mUjer que e). [T.]
protegido del pasado, controlado por la familia (aquí podría ("planchadora", en el léxico del habla popular rioplaten S
238
o logla reflexiva 239

trategias matrimoniales trae a la luz la d ualid ll<l di ' 1III I


el grupo utiliza para sopesar el valor de un ¡nd vldllll ,"111 11 111 , la violencia simbólica puede hacer el mismo
de su propio valor como clase de individu os. 1, h 1.. 11 'ia 1olítica y policial, de manera más eficien-
l. 111 ll\ay res deJjflidades de la tradición marxista
Esta es la formulación más o menos coh er 'nl (' d l¡ I11 ' 1' .1. 1" 111 ('¡jI acio para estas formas "suaves" de violen-
tenté demostrar. 120 Vemos cuán lejos hemos ido a p 11 ¡II ti 1 111 1li'l u , n el dominio económico.)
percepción intuitiva originaria de la escena del :¡a l 111 , \ 1, 1111111 " , d :i
mne leerles una nota al pie que escribí,
Este estudio de caso de la soltería es inter 'sa 111 1'" I 1II 111 ,e III la última página, para quienes no pueden
conecta con un fenómeno económico extremadal I 11 ' 11 1 It 1111111 1M llamadas teóricas de este texto (¿pero
tante: Francia ha eliminado una amplia porció ll d,' II I If "J.I " ' 1nn te oría" en un texto sobre la soltería
nado en tres décadas sin ninguna violencia de EHt If 1I1 1 11 ""/lIMos rurales?):
la de reprimir manifestaciones), mientras que la lJ 11 1111
ca debió emplear los medios más brutales para 11111 1 1 ""'11 1 110 1]1 ' g usta mucho el ejercicio típicamente académi-
campesinos. (Esto es esquemático, pero si leen e l 1\1 t 1111 , ti, l' V ,h ll' todas las teorías rivales a fin de distinguir la propia
que he dicho eso mismo de una manera m ás mal iZlld 1 \ 1 111111 11 11 1< sea porque puede llevar a algunos a creer que es-
ble.) En otras palabras, bajo determinadas condi 111 111 I NP ¡dría n o te ner otro principio que la búsqueda de
I 11111 11111 m >g ustaría subrayar todo lo que separa a la teoría
120 Bourdieu (1989b: pp. 30-33, la traducción es mra) 1'11111 11111' 11 ,111111 lUí :16n d e FoucauIt como disciplina o "penetración"
ocurre como si el grupo simbólicamente dominado conspil' " 1\ , 11111' 11 11 11 11 tlf'(! n de cosas, la metáfora de la red abierta y capilar,
mo. Actuando como si su mano derecha ignorara lo qU l' It 11 1 " " 1111 11111"( pt como el de campo.
quierda, colabora en la instauración de las condiciones PII I' \ I 11 11
los herederos y el éxodo rural, al que justamente dep lora I ' CIjlll I 111 1
ción social. Al entregar a sus muchachas, a las que ant S NlIlt 1 1 1 " 10 esfuerzo por no decirlo -excepto en
criterio de ascensión social, a los habitantes de la ciudad, r<Nll h '1" Jrr' tres veces antes de dejarla finalmen-
te o inconscientemente, adopta como suya la represe nt;lcllll \11 ¡. \1'
nantes cuestiones teóricas pueden estar
lar real y esperado de los campesinos. Siempre present , alll lll" 1 I
la imagen urbana del campesino se impone incluso en la COIlI I 11 1, t m pírico más humilde.
pesino. El desmoronamiento de la certeza de sí que tellr:lIl lilA I ji'
para preservarse a través y contra todas las formas d e asa lt o ~ I IIII III I I I Itl, 11,I l/Jft invoca la noción de violencia simbólica. Es-
yendo las del impulso integrador de la escolaridad, exaC(' I'h I 1,,_ I
cuestionamiento que lo suscita. [oo.] La derrota in terio r s ' 111 ti 11 1" "
//1 /In jJapel teórico central en su análisis de la do-
dividuo, que se encuentra en la raíz de estas traiciones, I kv l lfll ~ 1 \ " "ti (/.I' /'od sostiene que es indispensable para explicar
el manto de la anónima soledad del mercado, conduc ' a mll ll 11 11\1 ,¡/, III/J/ I,/' f) tan diferentes como la dominación de clase
lectivo indeseado, la fuga de las mujeres y el celibato d l (l ~ 11111111" " 1, tlllrl¡I,I' avanzadas, las relaciones de dominación en-
te mismo mecanismo el que subyace a la conversión de la 11(" 11,,1 .1 I
pesinos hacia el sistema escolar. [oo .] Estos me canism o ~ IIt l ll t 11 1\ "111 ,11 /Ji i?/'I/perialismo o el colonialismo), y, más aún, la
efecto de separar al campesino de su medio de reprodu tt' lllll lhlh., "/11'1 1(1 ti, cir de manera más precisa a qué se refiere con
cial; tienden también a estimular la emergencia, en la COlld l'll l 11 ¡I I 1" II/mlo O'jJera ?121
pesinos, de una imagen catastrófica de su futuro coleclivo , V 1,1 pi
nocrática que proclama la desaparición de los camp '~i , Hl H Ilt l l' 1
reforzar esta representación." l' d. 11111"'di 11sobre la religión, las leyes, la política y los
, 11" I 1110 á ng ulos del mismo fenómeno básico. Trata la
240 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva 241

La violencia simbólica, para explicarla de manera tan llana y fluencia. La que opera aquí no es una lógica de la "interacción
simple como sea posible, es la violencia que se ejerce sobre un agente conunicativa" en la que algunos hacen propaganda destinada
social con su comPlicidad. Ahora bien, la expresión es peligrosa por- a otros. Es mucho más ~derosa e insidiosa que eso: habiendo
que abre la puerta a discusiones académicas acerca de si el po- nacido en un mundo social, aceptamos una amplia gama de
derviene "de abajo" o por qué el agente "desea" la condición im- postulados y axiomas no dichos que no requieren ser inculca-
puesta a él, etc. Para decirlo más rigurosamente: los agentes dos. 123 Es por esta razón que el análisis de la aceptación dóxi-
sociales son agentes cognoscentes que, aun cuando estén some- ca del mundo, debida al acuerdo inmediato de las estructuras
tidos a determinismos, contribuyen a producir la eficacia de objetivas y cognitivas, es el verdadero fundamento de una teoría
aquello que los determina en la medida en que lo estructuran. realista de la opresión y de la política. De todas las formas de "per-
y casi siempre es en el "ajuste" entre los determinantes y las ca- suasión oculta", la más implacable es la ejercida, simplemente,
tegorías de percepción que los constituyen como tales que sur- por el orden de las cosas.
gé el efecto de dominación. (Esto muestra, de paso, que inten-
tando pensar la opresión en términos de la alternativa académica Al respecto, uno podría preguntarse si algunos de los malentendi-
entre libertad y determinismo, elección y coacción, no se llega a dos más frecuentes de los que ha sido objeto su trabajo en Inglaterra y
ninguna parte.) 122 Yo llamo desconocimiento al hecho de recono- en Estados Unidos (mucho más que en Alemania u otros países conti-
cer una violencia que se ejerce precisamente en la medida en nentales, por ejemplo) no se originan en la tendencia de la mente aca-
que uno no la percibe como tal. démica a universalizar inconscientemente sus estructuras particulares,
Lo que designo con el término de "reconocimiento", en- esto es, su tradición universitaria nacional, tanto en términos de están-
tonces, es el conjunto de supuestos fundamentales, prerrefle- dares de teoría (como aquellos que lo comparan a usted con Parsons)
xivos, con los que el agente se compromete en el simple hecho como de método, pero también en términos de estilo.
de dar al mundo por sentado, de aceptar el mundo como es y Algunas reseñas son maravillosas lecciones de esta clase de
encontrarlo natural porque sus mentes están construidas de acuer- etnocentrismo tan triunfal como atrapado en la jaula de hierro
do con estructuras cognitivas salidas de las estructuras mismas del de su engreimiento. Pienso en particular en un reciente ensayo
mundo. Lo que entiendo por desconocimiento ciertamente no sobre Homo academicus (Jenkins 1989), cuyo autor me invita a re-
cae bajo la categoría de la i!lfluencia, yo nunca hablo de in- gresar a la universidad --en un college inglés, por supuesto- pa-
,
ra que aprenda a escribir ("¿Alguien puede alcanzarle al profe-
ley, por ejemplo, como "la forma por excelencia del poder simbólico de nom-
brar y clasificar que crea las cosas nombradas, y particularmente los grupos;
confiere a las realidades que emergen de sus operaciones de clasificación to- 123 Ésta es una de las principales diferencias entre la teoría de la violen-
da la permanencia, la de las cosas, que una institución histórica es capaz de cia simbólica de Bourdieu y la teoría de la hegemonía de Gramsci (1971): la
conceder a las instituciones históricas" (Bourdieu 1987g: pp. 233-34, traduc- primera no requiere nada de la "fabricación" activa, del trabajo de "persua-
ción modificada). sión" que implica la segunda. Bourdieu (198ge: p. 21) deja esto en claro en
122 "Sobre todo de parte de quienes la sufren, toda dominación simbóli- el siguiente pasaje: "La legitimación del orden social no es [ ... ] el producto
ca implica una forma de complicidad que no es ni sumisión pasiva a una coer- de una acción de propaganda o imposición simbólica deliberada e intencio-
ción exterior, ni adhesión libre a valores [ ... ] . Lo propio de la [violencia] sim- nal; resulta, más bien, del hecho de que los agentes aplican a las estructuras
bólica consiste precisamente en que, por parte de quien la sufre, implica una objetivas del mundo social estructuras de percepción y de apreciación sali-
actitud que desafía la alternativa corriente, de libertad-coacción" (Bourdieu das de esas mismas estructuras y que tienden a representar el mundo como
1982b: p. 36 [en español: p . 25]) ~ evidente".
El propósito de la sociología reflexiva 243
242 Una invitación a la sociología reflexiva

las cancioncitas infantiles), no está asociado a otra tradición


sor Bourdieu una copia de Plain Wordsde Gower?").* ¿Escribiría académica, la suya, instituida así como la medida absoluta de
esto Mr. RichardJenkins sobre Giddens o Parsons, por no men- cualquier posible desempe - o estilístico. Y si hubiese entendi-
cionar a Garfinkel? Al reprocharme mi supuesta adhesión a lo do la verdadera intención de Hamo academicus habría encon-
que él toma equivocadamente por una tradición francesa ("está trado en su desconcierto, en lugar de disgusto ante mi escri-
jugando con una larga y exitosa tradició~ d~ la ~da acadé.~ica tura, una oportunidad de cuestionar la arbitrariedad de las
francesa"), el señor Jenkins traiciona su mdlscutlda adheslOn a tradiciones estilísticas impuestas e inculcadas por diversos sis-
una tradición escrita que a su vez no puede ser separada de la do- temas educativos nacionales; esto es, una oportunidad para
xa-pues ésa es la palabra- que, mejor que ningún juramento, preguntarse a sí mismo si las exigencias que las universidades
mantiene unido a un cuerpo académico. Así, por ejemplo, cuan- británicas imponen en materia de lenguaje no constituyen
do llega al extremo de desollarme por una expresión como "la una censura, por lo demás formidable ya que puede mantener-
modalidad dóxica de las afirmaciones", revela no sólo su igno- se casi tácita, a través de la cual operan ciertas limitaciones y
rancia ("modalidad dóxica" es una expresión de Husserl que no mutilaciones ignoradas que los sistemas escolares nos infligen
ha sido apropiada por los etnometodólogos) sino también y más a todos nosotros.1 24
significativamente su ignorancia de su propia ignorancia y de las Advertimos aquí la función del concepto de armtrario cultural
condiciones históricas y sociales que la hacen posible. (un concepto que a menudo ha sido cuestionado por mis críti-
Si adoptando el modo de pensar sugerido en Hamo academi- cos) , vale decir, servir como instrumento de ruptura con la do-
cus, el señor Jenkins hubiese echado una mirada reflexiva a su xa intelectualocéntrica. 125 Con frecuencia los intelectuales se
propia crítica, habría descubierto las disposi~iones prof~nda­ cuentan entre aquellos en posición menos favorable para des-
mente antiintelectuales que se esconden de tras de su elOglO de cubrir o volverse conscientes de la violencia simbólica, especial-
la simplicidad, y no habría expuesto en una opinión tan sencilla mente la ejercida por el sistema escolar, dado que han sido so-
los prejuicios ingenuamente etnocéntricos que se encuentran en metidos a él más intensamente que el promedio de las personas
la base de su denuncia de mi particularismo estilístico (que en y siguen contribuyendo a su funcionamiento.
cualquier caso es más alemán que francés). Antes de arrojarse a
una de esas falsas objetivaciones polémicas contra las que he ad-
vertido y tratado de protegerme minuciosamente a mí mismo en
124 Para Pierre Bourdieu, uno de los obstáculos para el "libre comercio"
Hamo academicus ("Lo que realmente está siendo comunicado es
de las ideas a través de los países es el hecho de que las obras extranjeras son
la distinción del gran hombre"), debería haberse preguntado si in terpretadas mediante esquemas domésticos de comprensión de los que el
el culto de las "palabras sencillas", del estilo sencillo, del inglés importador puede ser completamente inconsciente. Es por ello imperativo
sencillo o de la exposición mesurada (que puede llevar a los vir- q ue los académicos se libere n d e los sesgos conceptuales y de juicio implica-
d os por las tradiciones académicas nacionales, pues la "internacionalización
tuosos de esta retórica de la antirretórica, como Austin, a emu-
(o "desnacionalización") de las categorías de pensamiento es una condición
lar en el título de sus libros o artículos la ingenua simplicidad de lel universalismo intelectual" (Bourdieu 1990j: p. 10)
125 Este concepto se discute extensamente en La reproducción (Bourdieu
y Passeron 1977). Otro instrumento d e ruptura con la doxa académica es la
* The Complete Plain Words ["Palabras sencilla~"] de Sir E:nest Gower e,~ el historia social de las herramientas intelectuales y especialmente la sociología
manual de la escritura en inglés por a ntonomaSia, de uso nguroso en la re- l' la génesis y usos sociales de "Las categorías del juicio profesional" (Bour-
producción" de la retórica académica británica, bajo los ideales de "claridad, di u 1988a: pp. 194-225, YBou~dieu 1989a: parte 1).
fluidez y precisión". [T.]
244 Una invitación a la sociología reflexiva El propósito de la sociología reflexiva 245

Recientemente, usted ha elaborado un poco más este concepto de la justificación: se impone a sí mismo como autoevidente, univer-
violencia simbólica en un ensayo sobre el género (Bourdieu 1990i) don- sal (el hombre; vir, es ese ser particular que se experimenta a sí
de efectúa una inusual combinación de fuentes -sus materiales etno- mismo como universal, que mantiene un monopolio sobre lo hu-
gráficos sobre la sociedad argelina tradicional, la visión literaria de Vir- mano, homo). Tiende a darse por sentado en virtud del acuerdo
ginia Woolf y los así llamados grandes textos de la filosofta (de Kant a cuasiperfecto e inmediato que prevalece entre, por un lado, es-
Sartre) tratados como "documentos antropológicos"- para mostrar la tructuras sociales como las que se expresan en la organización so-
especificidad teórica e histórica de la dominación masculina. cial del espacio y el tiempo y la división sexual del trabajo, y por
Para tratar de desenmarañar la lógica de la dominación de el otro, las estructuras cognitivas inscriptas en los cuerpos y
género, que me parece la forma paradigmática de violencia en las mentes. En efecto, los dominados, es decir, las mujeres,
simbólica, elegí fundar mi análisis en mi investigación etnográ- aplican a todos los objetos del mundo (natural y social) yen par-
fica sobre los cabila de Argelia, por dos motivos. Primero, que- ticular a la relación de opresión de la que son cautivas, así como
ría evitar la especulación vacía del discurso teórico y sus clichés a las personas a través de las cuales se realiza esta relación, esque-
y eslóganes acerca de género y poder que hasta aquí han he- mas impensados de pensamiento que son el producto de una en-
cho más por enturbiar el asunto que por clarificarlo. Segundo, carnación de esta relación de poder en pares conceptuales (al-
empleo este dispositivo para sortear la dificultad crítica que to/bajo, grande/pequeño, aden tro/afuera, recto/curvo, etc.) ,
plantea el análisis de género: tratamos en este caso con una ins- llevándolas por tanto a construir esta relación desde el punto de
titución que ha estado inscripta durante miles de años en la ob- vista del dominante, es decir como natural.
jetividad de las estructuras sociales y en la subjetividad de las El caso de la dominación de género muestra mejor que nin-
estructuras mentales, de manera tal que el analista tiene todas gún otro que la violencia simbólica se realiza a través de un acto de
las chances de utilizar como instrumentos de conocimiento ca- conocimiento y de desconocimiento que yace más allá -o por debajo--
tegorías de percepción y de pensamiento qu e debería trata~ co- de los controles de la conciencia y de la voluntad, en las tinieblas de
mo objetos de conocimiento. Esta sociedad de montaña de Afri- los esquemas del habitus que son al mismo tiempo genéricos y
ca del Norte es particularmente interesante porque se trata de generadores ["gendered and gendering', es decir, producto y pro-
un auténtico depósito cultural que mantuvo vivo, por medio de ductores de género (T.)] .126 Y demuestra que no podemos
sus prácticas rituales, su poesía y sus tradiciones orales, un sis- omprender la violencia y la práctica simbólica sin abandonar
tema de representaciones o, mejor dicho, un sistema de prin- por completo la oposición académica entre coerción y consen-
cipios de visión y di-visión común a las civilizaciones de todo el timiento, imposición externa e impulsó interno. (Tras doscien-
Mediterráneo, y que sobrevive hasta hoy en nuestras estructu- lOS años de penetrante platonismo, es difícil para nosotros ima-
ras mentales y, eh parte, en nuestras estructuras sociales. Así, Kinar que el cuerpo pueda "pensarse" por medio de una lógica
trato el caso cabila como una especie de "cuad ro ampliado" so-
bre el cual podemos descifrar con mayor facilidad las estructu- 126 El acuerdo inmediato de un habitus genérico con un mundo social cu-
ras fundamentales de la visión masculina del mundo: la cosmo- rto de asimetñas sexuales explica cómo las mujeres pueden entrar en con-
logía "falonarcisística" de la que ellos dan una (re)presentación 11 V n cia con -y eventualmente defender y justificar activamente- formas de
Ilfll 'sió n que las victimizan, como la violación. Lynn Chancer (1987) proporcio-
colectiva y pública asedia nuestro propio inconsciente. 111\ una demostración vívida de este proceso en su estudio de caso de las reac-
La lectura muestra, antes que nada, que el orden masculino I nn s negativas de las mujeres portuguesas a la muy difundida violación gru-

está tan profundamente arraigado que no precisa de ninguna · l' 1I de otra mujer portuguesa en Bedford, Massachusetts, en marzo de 1983. Los
246 Una invitación a la sociología reflexiva
El propósito de la sociología reflexiva

distinta de la de la reflexión teórica.) En este sentido, podemos .,1-


· iJacio Cv
decir que la dominación de género consiste en lo que en fran- H a b len do demostrado esto, voy de un extremo del e S¡- . / tl
. ." xeluSIO
cés llamamos una contrainte par corps, un aprisionamiento efec- tural a otro para explorar esta relación originaria de e / %-
· .
d esd e e 1 punto d e VIsta de los dommados, tal com
o esta e
tuado por medio del cuerpo. El trabajo de socialización tiende 00-
C
a producir una somatización progresiva de las relaciones de do- presado en la novela de Virginia Woolf (1987) Aljaro. En ers_
te
minación de género a través de una doble operación: por me- tramos en esta novela un análisis extraordinariam etl. p.l ó tl
· d d' ., d AllnaC. ' 5-
dio de la construcción social de la visión del sexo biológico que Plcaz e una ImenSlOn paradójica de la OP'
. b'o l'lca, una casi siempre descuidada por la crític~ feml tll
Slm if~-
sirve como fundamento, por su parte, de las visiones míticas oa m I-
del mundo, y a través de la inculcación de una hexis corporal ta: la de dominante dominado por su dominación, v
e . quecU~
d a J.emenma al esfuerzo desesperado y algo patético. (a
que constituye una verdadera política encarnada. En otras pala- . h b . ' oa pa
bras, la sociodicea masculina debe su eficacia específica al he- qUler om re debe hacer, en su tnunfal inconsCle(l , d e -
cho de que legitima una relación de dominación inscribiéndo- tratar de encarnar la idea dominante de hombre. po.r lo ~r
, V' . . W pgnor
la en una biológica, que es a su vez una construcción social mas, lrgmla oolf nos permite entender cómo, ~ leS
centr~
biologizada. 1a z'11uszo.
que lleva a uno a participar de los juegos . ve
Este doble trabajo de inculcación, al mismo tiempo sexual- de la sociedad, las mujeres escapan a la libido domi'fi
andz
~iS­
mente diferenciado y diferenciador, impone a hombres y muje- dicha participación trae consigo, y por tanto tienen u(la p:c l. oa
.. , . 1 " ., te luc
res diferentes conjuntos de disposiciones con respecto a los jue- poslclon SOCIa que les permIte una VIslon relativame(l . ' tl
' . ~rtIClr~
gos que se suponen cruciales para la sociedad, como los juegos d e 1os Juegos m ascuhnos, de los que habitualmente P
de honor y de guerra (adecuados para el despliegue de masculi- ólo por proximidad .
flZ-
nidad, de virilidad) o, en las sociedades avanzadas, todos los jue- 'r.d 'fil ' . . gcasi tl.ó
.1 o avza a ta explzcar el enzgma del estatuto injertor q1t n
gos más valorados como la política, los negocios, la ciencia, etc. . la" f} solu,cz
La masculinización de los cuerpos masculinos y la feminización versa1men te se aszgna a s mUJeres. Aquz usted propone u'fi (por
r:ongruente con algunas respuestas feministas, si bien algo diferente
de los femeninos produce una somatización de lo arbitrario
(Ijemplo, O'Brien 1981). ·~l
cultural que es la construcción perdurable del inconsciente. 127 ' , . l'ón soCl
Para exphcar que se le asIgne a la mujer una pOSIC e-
t: • es n ec
l Ihenor en la mayor parte de las sociedades conocidaS ~-
siguientes comentarios de dos mujeres que marchaban en defensa de los seis ario tomar en cuenta la asimetría de estatutos adsc(Íp~a a ~li-
violadores acusados revelan la naturaleza profundamente arraigada de los su- da género sexual en la economía de los intercambioS slmb ·~s
·
puestos acerca de la masculinidad y la femineidad socialmente definidos por es-
~ comunidad: "Yo soy portuguesa y estoy orgullosa de serlo. También soy mu-
I f) . M len tras que los hombres son los sujetos de eS
. . 1 '
rratet:p
(lten ef
°
Jer, pero usted no ve que me estén violando. Si le tira un hueso a un perro, el lIIatnmoma es a traves de las cuales trabajan para m~ d~s
perro lo va a agarrar; si anda por ahí desnuda, los hombres van a tirársele enci- I ,ara incrementar su capital simbólico, las mujeres so(l t:ata l~tl
ma." "Ellos no le hicieron nada. Sus derechos son estar en casa con sus dos hi- 'mp re como ob'Ijetos d e estos mtercamblOs,
. . en los qu e ClrcV '0-
jos y ser una buena madre. Una mujer portuguesa debería estar con sus niños , b 1 tanda 1
y eso es todo." (Chancer 1987: p. 251). I ,nno Slm o os adecuados para alianzas llamativas. Es . ~-
• 127 He~ley (1977) muestra cómo se enseña a las mujeres a ocupar el es- 'I'''"Cl'dasas'd f i ' " b'l'
l e una unclOn slm o lca, las muieres so. (lobl1g ' li-
paCiO, cammar y adoptar p.o sturas apropiadas para su papel en la división se-
. :J SImbO
I I. IS a tra b ajar constantemente para preservar su valor '(la
xual del trabajo, esto es, cómo la organización social forma profundamente . 'd
'l ', ~ustan ose a una ce meo1 sí
'Idea masculina de la virtud J-'
nuestro soma de una manera de género específica. ~ 'd , . d . / dose a
I
"'11m a en termmos e castIdad y candor, proveyeO
248 Ito de la sociología reflexiva

mismas de todos los atributos corporales y ~1I1 I 11 una Realpolitik de la razón


de incrementar su valor y atractivo físico . Es te l ' I 11 11 I
jeto atribuido a las mujeres se ve mejor en el 11 1).1 \1 '11\ In artículo publicado ~1967 en Social Research (Bourdieu
ma mítico-ritual cabila otorga a su contribuci )1I , 1\ l' 1 //, 1 ~67: p. 212), usted expresó la esperanza de que "así como
ción. Este sistema niega paradójicamente las lahOl l' tll m tzempo la sociología norteamericana, por su rigor empíri-
propiamente femeninas (así como niega las c IT( ' 1" 11 11 ' jJaz d e actuar como la mala conciencia científica de la socio-
bores del suelo en el ciclo agrario) en benefi ' jo d. 11 ti I Cesa ': la sociología francesa pudiese "por su severidad teóri-
ción masculina en el acto sexual, d el mismo 111 ull, . tirse "en ~ mala conciencia filosófica de la sociología
nuestras sociedades el papel privilegiado q ue 111 11 111 I Ca na . Veznte años después, ¿ qué ha pasado con este deseo?
gan en la producción propiamente simbó li C':i, I 1111 1 rd nos enseña que la epistemología es siempre co-
del hogar como fuera de él, se ve siemp r d('v 11111 , sus proposiciones y su impulso están determinados
desdeñado (por ejemplo, de Saint Martin 10 1111, n ipal am~naza del momento. Hoy el mayorpeligro que
mujeres escritoras). (1.\' es la creczente separación entre la teona y la investigación
De manera que la dominación masculina se ji""t! I " p or todas partes, y que alimenta el concomitante
de la economía de los intercambios simbólicos, e n 111 , 111' I de la perversión metodológica y la especulación
damental entre el hombre y la muj er instilll d 1 11 I m odo tal que hoy creo que es la distinción misma
trucción social del parentesco y del matrim( 11 11 1 e investigación implícita en tal afirmación la que
entre sujeto y objeto, agente e instrume n to. 1 afiada, y desafiada prácticamente, no retóricamen-
mía rela tiva de la economía del capital simb ,J \11 1 • logía francesa ha de convertirse alguna vez en la
plica cómo la dominación masculina pued P<'II' I n cia científica de la sociología estadounidense (o
sar de las transformaciones del modo d e pI' d lIf I :l tonces primero debe lograr superar esta separa-
se sigue que la liberación de las mujeres sólo pll I 11\ : lndo una nueva forma de práctica científica funda-
de una acción colectiva dirigida hacia una IlIf 11 I • \ iempo en una mayor exigencia teórica y un mayor
capaz de desafiar prácticamente el acu erdo Ilill 1 lO .
las estructuras encarnadas y objetivas, es <k, 1, l'
ción sistemática que cuestione los fun daml'llIfI 111 '('n tido se puede hablar entonces de progreso científico?
la producción y reproducción del capital si lll ll ti " ''/0 la sociología en las últimas décadas o seguimos bata-
ticular, la d ialéctica de pretensión y distin i 111 11' ~. ~ s m~smos demonios de la "gran teona" y el "emPiris-
raíz de la producción y el consumo d e bien' IlIltll' , ,de ntificados por C. Wright Mills (1959) a finales de
signos de distinción. 128

no es nunca otra cosa que el destino naturalizado de los


128 "De hecho, todo nos inclina a pensar que la lil! 11 11 It 111 ( las ~ujeres, los pobres, los colonizados, las minorías estig-
tiene como prerrequisito un auté ntico dominio col ' CI Iv,I ,1 I
e sta claro que, aun cuando no están siempre y completa-
sociales de dominación que nos impiden co n ce bir la '°111'111 , ,, 1 I c on u~a naturaleza que sirve de complemento a todos los
sis y la sublimación en ya través de la cual la huma n id.ld I 11 1I I I 1, ) ~s mUjeres entran en la dialéctica de la pretensión y la dis-
m a, de manera que no sea una relación social de di,I'II /l 1 11/1 I 11 e ,bJ e tos que como sujetos" (Bourdieu 1990i: p . 20).

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