Tema 2. de Los Robos y de La Extorsion

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De los robos y de la extorsión

Los delitos de robo: planteamiento general


El art. 237 CP establece que son reos del delito de robo "los que,
con ánimo de lucro, se apoderen de las cosas muebles ajenas
empleando fuerza en las cosas para acceder o abandonar el lugar
donde éstas se encuentran o violencia o intimidación en las personas,
sea al cometer el delito, para proteger la huida, o sobre los que
acudiesen en auxilio de la víctima o que le persiguieren".

El robo con fuerza en las cosas


A) Aspecto objetivo: El robo con fuerza en las cosas es un delito de
apoderamiento, de reforzada potencialidad lesiva, cuya descripción
típica se realiza en el art. 238 CP. La configuración legal muestra
que el concepto "fuerza en las cosas", que caracteriza esta
modalidad del delito de robo, no se utiliza en el CP vigente con
finalidad descriptiva, sino normativa. Ello quiere decir que no
integra este concepto cualquier uso de la fuerza sobre las cosas,
sino tan sólo aquellas conductas que en el CP se reconocen
formalmente como tales.
El carácter normativo de este concepto se refleja en otras dos
características: primera, que sólo es fuerza en las cosas, la que se
ejerce de manera instrumental para la ejecución o consumación del
delito, aplicándose esta figura tanto si la fuerza se despliega antes,
como después de sustraído el objeto del delito; y segunda, que sólo
conforma esta modalidad del delito de robo la fuerza que se emplea
para superar o abatir las defensas que el propietario o poseedor de
la cosa utiliza para preservar ese bien de cualquier ataque contra el
mismo, de tal manera que no puede estimarse que sea fuerza en las
cosas típicas del delito de robo la que cualquier persona tendría que
desplegar para hacerse con la cosa de manera legítima.
Con estas precisiones previas, procede entrar a analizar el
significado y contenido de cada una de las expresiones que
conforman este concepto normativo de fuerza en las cosas
Medios de fuerza típicos:
a) Escalamiento es, la entrada al lugar en que tenga lugar el robo,
por cualquier vía no específicamente destinada a este efecto.
b) La rotura de la pared, el techo o el suelo, o la fractura de la
puerta o la ventana son modalidades de acceso a un lugar cerrado,
desplegando una energía criminal relevante, por constitutiva de
delito de daños.
c) La fractura de armarios, arcas u otra clase de muebles u
objetos cerrados o sellados, y el forzamiento de sus cerraduras, o
el descubrimiento de sus claves, para sustraer su contenido, sea
en el lugar del robo o fuera del mismo, son igualmente
modalidades de acceso a la cosa protegida, quebrando los sistemas
empleados específicamente para su protección.
d) El uso de llaves falsas es también un concepto normativo, cuyo
contenido, no sólo no coincide con el significado gramatical de la
expresión, sino que incluso puede llegar a ser contradictorio con
él. Se consideran llaves falsas:
◦ Las ganzúas u otros instrumentos análogos;
◦ Las llaves legítimas perdidas por el propietario u obtenidas por
un medio que constituya infracción penal.
◦ Cualesquiera otras que no sean las destinadas por el propietario
para abrir la cerradura violentada por el reo.
◦ Con la misma finalidad interpretativa, añade: "A los efectos del
presente artículo, se consideran llaves las tarjetas, magnéticas o
perforadas, y los mandos o instrumentos de apertura a distancia y
cualquier otro instrumento tecnológico de eficacia similar".
e) Y la previsión de la "inutilización de sistemas específicos de
alarma o guarda" reconoce la gravedad añadida del
comportamiento del sujeto que, para realizar con más seguridad o
tranquilidad el apoderamiento de los objetos que persigue, emplea
una energía suplementaria en hacer inefectivos los sistemas
técnicos de protección puestos específicamente por el propietario o
poseedor legítimo de aquellas cosas, para evitar su sustracción o
daño.
B) Aspecto subjetivo
El robo con fuerza en las cosas es un delito exclusivamente doloso,
en el que el dolo del autor debe abarcar también la circunstancia que
cualifica la conducta como robo. De no ser así, no podría calificarse la
conducta como robo, sino tan sólo como hurto.
Antijuridicidad, autoría y participación y formas de
ejecución
Es aplicable a este delito lo dicho al respecto con ocasión de la
exposición del delito de hurto. La única diferencia consiste en que
por expresa disposición del art. 269 CP, en los delitos de robo con
fuerza en las cosas son punibles la provocación, conspiración y
proposición, formas de ejecución que se sancionan con la pena
inferior en uno o dos grados a la correspondiente a esta figura
delictiva.
D)Circunstancias modificativas
Como sucedía en el delito de hurto, la regulación legal del robo con
fuerza en las cosas incorpora un conjunto de conductas que, por el
mayor desvalor que comportan, se configuran como subtipos
agravados. En ese caso, el legislador establece a tal fin dos grupos de
situaciones, que son las siguientes:
• Por un lado, la concurrencia de "alguna de las circunstancias
previstas en el art. 235", que se trasladan plenamente al ámbito
del delito de robo con fuerza en las cosas.
• Y por otro, la comisión del hecho en casa habitada, edificio o
local abiertos al público o en cualquiera de sus dependencias, o
establecimiento abierto al público, o cualquiera de sus
dependencias, fuera de las horas de apertura.
E) Pena y concursos
La penalidad de esta infracción arranca con la prevista para el tipo
básico en el art. 240.1 CP, que impone la pena de prisión de uno a
tres años. Si concurre alguna de las circunstancias del art. 235, la
sanción se convierte en prisión de dos a cinco años. Esta misma
pena se impone en los casos de robo en casa habitada, edificio o
local abiertos al público, o en cualquiera de sus dependencias, fuera
de las horas de apertura. En cualquiera de estos casos, si concurre
alguna de las circunstancias de agravación del art. 241.4, la pena pasa
a ser de prisión de dos a seis años. Respecto de los concursos, se
aplican las mismas previsiones legales que han quedado expuestas en
los epígrafes correspondientes de la exposición del delito de hurto, a
cuyo contenido me remito ahora. No obstante, debe añadirse que, por
su peculiar estructura típica, el delito de robo con fuerza en las
cosas absorbe, por lo común, la punición de los actos que, integrados
en su ejecución, serían en otro caso constitutivos de punición
autónoma como delitos de daños o de allanamiento de morada. Por
ello, en los supuestos de desistimiento voluntario de la ejecución de
este delito, pueden devenir aplicables, si se hubieran realizado todos
sus actos ejecutivos, y como titulo autónomo de punición, los
preceptos correspondientes a estos delitos de daños y allanamiento de
morada.
El robo con violencia o intimidación en las personas
Concepto: la primera equivale a la fuerza física, a la que se quiere
equiparar el utilizar un medio químico, narcótico o gas y la segunda hace
referencia a la moral( es un anuncio de un mal inmediato, grave, personal y
posible que despierte en el ofendido un sentimiento de miedo, angustia o
desasosiego ya que la actitud es concluyente.tanto la violencia como la
intimidación han de concurrir para obtener la disponibilidad de la cosa de
modo que una vez consumado el delito contra la propiedad no variará su
calificación.
A) Aspecto objetivo
El CP de 1995 efectuó una transformación radical de la
regulación legal tradicional de este delito, y castigando, en su art.
242.1, al culpable de robo con violencia o intimidación en las
personas, con la pena de prisión de dos a cinco años, "sin
perjuicio de la que pudiera corresponder a los actos de violencia
física que realizase". De este modo, la nueva concepción de este
delito lo configura como una sustracción realizada mediante el
ejercicio instrumental de actos concretos de violencia o
intimidación sobre las personas, constitutivos en sí mismos de
infracciones penales autónomas y específicas protectoras de la
vida, la salud y la integridad corporal, y la seguridad personal.
Sólo conforman el delito de robo, en esta modalidad delictiva, la
violencia o la intimidación que se emplean para superar o abatir
la defensa que el propietario o poseedor legítimo de la cosa
utiliza para impedir su sustracción, así como la desarrollada para
proteger la huida, sobre los que acudiesen en auxilio de la
víctima, o sobre los que persiguiesen al autor del hecho. Además
de su carácter instrumental para la sustracción, la violencia y la
intimidación típicas de este delito han de ser relevantes, pues, en
otro caso, la conducta se mantiene en el ámbito del delito de
hurto. Y, respecto de la distinta trascendencia estructural, respecto
del delito de robo, que tienen ambas conductas, indica esta misma
resolución que la violencia "se desarrolla para lesionar la
capacidad de actuación del sujeto pasivo, en defensa del bien
jurídico mueble bajo su ámbito de dominio", en tanto que la
intimidación "se desarrolla para lesionar la capacidad de decisión
del sujeto pasivo de actuar en defensa del bien mueble que se
pretende sustraer". Y, respecto de la intimidación, el mismo TS ha
entendido que se caracteriza "por el anuncio o comunicación de
un mal inmediato, grave, personal y posible, que despierta o
inspira en la víctima sentimientos de miedo, angustia o
desasosiego ante la contingencia de un daño real o imaginario,
una inquietud anímica apremiante por aprensión racional o recelo
más o menos justificado", pudiendo producirse tanto por el
empleo de medios físicos o uso de armas, como mediante
palabras o actitudes conminatorias o amenazantes, cuando por las
circunstancias concretas "haya que reconocerles idoneidad para la
consecución del efecto inhibitorio pretendido".
Clases de robo violento o intimidatorio
La entidad de la violencia o intimidación ejercida en la dinámica de
la sustracción, y la peligrosidad de la acción, son los dos criterios
valorativos esenciales con los que el Legislador ha distinguido una
forma atenuada, y dos agravadas, del mismo delito de robo.
Estas modalidades son las siguientes:
a) Un tipo atenuado, tipificado en el cuarto apartado del art. 242 CP,
que se aplica, respecto de cualquiera de las conductas reprochadas en
los apartados anteriores a él, "en atención a la menor entidad de la
violencia o intimidación ejercidas y valorando además las restantes
circunstancias del hecho".
b) Un primer tipo agravado, que concurre "cuando el robo se cometa
en casa habitada, edificio o local abiertos al público o en cualquiera
de sus dependencias".
c) Y un segundo tipo agravado, que concurre "cuando el delincuente
hiciere uso de las armas u otros medios igualmente peligrosos, sea al
cometer el delito o para proteger la huida y cuando atacare a los que
acudiesen en auxilio de la víctima o a los que le persiguieren".
C) Aspecto subjetivo, antijuridicidad, autoría y
participación
Es aplicable a este delito lo dicho al respecto con ocasión de la
exposición del robo con fuerza en las cosas, en consecuencia, ahora.
Con independencia de ello, como problema específico del delito de
robo con violencia e intimidación en las personas, que la
circunstancia cualificante del art. 242.3 CP se comunica a los
partícipes en el momento en que conozcan su concurrencia, en los
términos del art. 65.2 de este texto, al ser aquélla de naturaleza
objetiva.
D) Formas de ejecución
El delito de robo con violencia o intimidación se consuma cuando el
sujeto activo obtiene la disponibilidad sobre la cosa que su autor ha
podido sustraer mediante el ejercicio de esa violencia o intimidación
típicas. Son dos, las conductas que deben concurrir, perfectamente
realizadas, para que este delito quede consumado: la que se refiere al
apoderamiento y disponibilidad del objeto, y la que versa sobre el
ejercicio instrumental de la violencia o la intimidación.
De este modo, una acción dirigida a la sustracción de un bien, en
la que se produce, dirigida a ese fin, la lesión efectiva de la vida, la
integridad o la salud, o la seguridad personal, pero en la que el autor
huye sin llegar a apoderarse de aquel objeto, es un delito de robo en
grado de tentativa inacabada, porque su autor no ha llegado a
acceder a la cosa protegida.
Y constituye tentativa acabada la situación en la que el autor huye
con el objeto robado, tras el ejercicio efectivo de la violencia o la
intimidación, y es detenido sin llegar a conseguir la situación de
disponibilidad sobre el mismo.
Por otra parte, el art. 269 CP sanciona expresamente, con la pena
inferior en uno o dos grados a la del delito consumado, la
provocación, la conspiración y la proposición al delito de robo con
violencia o intimidación en las personas.

E) Circunstancias modificativas
Las circunstancias específicas tipificadas en el art. 235 CP, que
agravan también, el robo con fuerza en las cosas, no se aplican, sin
embargo, al robo con violencia o intimidación en las personas. Las
circunstancias modificativas genéricas se aplican, con muy escasas
limitaciones, planteando problemas tan sólo las agravantes de alevosía,
que para un sector doctrinal y jurisprudencial es aplicable a este
delito aunque no sea formalmente un "delito contra las personas"; y
el abuso de superioridad, que es incompatible con la existencia típica
de la violencia o la intimidación.
La circunstancia de parentesco resulta también aplicable al no regir
en este delito la cláusula de exención de responsabilidad por
parentesco del art. 268 CP.
F) Pena y concursos
El delito base, del primer apartado del art. 242 CP, tiene así una
penalidad dual: cuando el hecho se ha cometido con intimidación en
las personas, se impone tan sólo la pena de prisión de dos a cinco
años; pero, cuando en el hecho ha intervenido la violencia en las
personas, a esa misma pena de prisión de dos a cinco años debe
añadirse, en concurso de delitos, la sanción que corresponda por los
actos concretos de violencia física que se hayan realizado a tal fin.
El cuarto apartado del art. 242 posibilita la aplicación de la pena
inferior en grado a la prevista en su apartado primero cuando la
violencia o la intimidación ejercidas sean de "menor entidad", y esta
disminución no resulte injustificada por "las restantes circunstancias
del hecho". Esta previsión supone la posibilidad de aplicación de un
marco punitivo de uno a dos años, que permite la suspensión de la
ejecución de la pena que se imponga. Finalmente, la pena prevista en
el primer apartado de este artículo se impone en su mitad superior
cuando concurren las circunstancias agravatorias específicas de sus
apartados segundo y tercero, subiendo hasta la prisión de cuatro años
y tres meses a cinco años si se dieran ambas circunstancias de
agravación específica. En estos tres últimos casos, los marcos
punitivos que resultan de la disminución de grado, o de la imposición
de la mitad superior de la pena, respectivamente, se convierten, en la
base de referencia para la determinación de la pena en concreto. Y,
respecto de los concursos, los problemas más frecuentes son:
• La realización de varios delitos de robo violento o intimidatorio, con
unidad de propósito u ocasión por el autor, se resuelve aplicando el
concurso real, y no el delito continuado, por la lesión que en esta
figura delictiva se provoca a bienes jurídicos personalísimos, que
están excluidos de dicha continuidad delictiva.
• Y la eventual concurrencia, en el delito de robo violento, de una
detención ilegal la jurisprudencia determina que es concurso de leyes
en los casos de mínima extensión temporal de la acción, en los que
la afectación a la libertad deambulatoria se produce en el curso de la
propia actividad de apoderamiento, y de manera que resulta limitada
al tiempo estrictamente necesario para llevarla a cabo, ya que en
estos supuestos la privación de libertad es un instrumento necesario y
proporcionado para obtener el apoderamiento de la cosa. Pero hay
concurso de delitos cuando la detención es medio necesario para
cometer el robo y se produce durante su ejecución, pero la privación
de libertad por sí misma tiene una relevancia tal que rompe la
estricta relación de funcionalidad, afectando de manera autónoma al
bien jurídico tutelado por el delito de detención ilegal, que, por ello,
resultaría desprotegido con la sola aplicación del delito contra la
propiedad. Y el concurso es real cuando la privación de libertad
tiene lugar después de consumado el robo, o se prolonga de manera
gratuita desde el punto de vista de la necesidad de asegurar el fin
perseguido.
Responsabilidad civil
Se aplican las mismas previsiones legales que han quedado expuestas
en el epígrafe correspondiente de la exposición del delito de hurto, a
cuyo contenido me remito ahora.
La extorsión

a)Aspecto objetivo
Concebido como un delito fronterizo entre las coacciones y el robo
con violencia o intimidación en las personas, la extorsión se tipifica,
en el art. 243 CP, como un delito de resultado, para cuya
consumación se precisa de la confluencia de dos comportamientos
distintos: por un lado, el ejercicio, por parte del autor del hecho, de
actos de compulsión personal sobre la víctima, con los que se
persigue obligar a ésta a "realizar u omitir un acto o negocio
jurídico"; y, por otro, la acción u omisión de la víctima, que
constituye la finalidad de aquella actuación del sujeto activo.
La naturaleza patrimonial de este delito viene determinada por el
contenido y trascendencia del acto o negocio jurídico que se obliga a
la víctima a realizar u omitir, porque el tipo exige expresamente que
el otorgamiento u omisión de aquel acto o negocio provoque un
perjuicio patrimonial, para la propia víctima, o para un tercero.
b) Aspecto subjetivo
La descripción legal del delito de extorsión ha incorporado dos
expresiones propias del ámbito subjetivo del comportamiento típico.
En primer lugar, la mención expresa al "ánimo de lucro" que ha de
guiar al autor de los hechos, y con la que el Legislador concreta la
naturaleza patrimonial de la infracción. En segundo lugar, el art. 243
utiliza la expresión "en perjuicio", que es la misma que se emplea
en los delitos de estafa y apropiación indebida.
c)Antijuridicidad y autoría y participación
Es aplicable a este delito todo lo dicho al respecto con ocasión de
la exposición del delito de hurto, por lo que remito a ese lugar el
análisis de estos apartados.
d) Formas de ejecución
La consumación exige, el ejercicio, por parte del autor del hecho, de
los actos (violentos o intimidatorios) de compulsión personal sobre la
víctima; y, por parte de ésta, la realización de la acción u omisión
que constituye la finalidad de la actuación del sujeto activo. En
ningún caso se precisa, para la consumación del delito, que se
produzca efectivamente el perjuicio patrimonial de la víctima, o del
tercero, y menos aún que el culpable obtenga algún tipo de
enriquecimiento, aspectos ambos que integran la fase de agotamiento
del delito, sin trascendencia punitiva específica, ni diversa de la fase
de consumación. Como delito de resultado que es, en la extorsión se
distinguen la tentativa acabada y la inacabada. Ésta concurre cuando
la fase ejecutiva se interrumpe sin que el sujeto activo haya
realizado todos "los actos que objetivamente deberían provocar el
resultado", esto es, sin que haya finalizado de desplegar la violencia
o la intimidación precisas para doblegar la voluntad de la víctima. Y
la tentativa acabada, se produce cuando, realizados todos aquellos de
compulsión personal, la víctima no llega a realizar la acción u
omisión perseguidas por el sujeto activo. Además, por la expresa
previsión del art. 269 CP, son punibles también en este delito la
provocación, la conspiración y la proposición.
e) Circunstancias modificativas
Son de aplicación al delito de extorsión las mismas consideraciones
efectuadas, a este respecto, con ocasión de la exposición del delito de
robo con violencia o intimidación en las personas, a cuya explicación
me remito igualmente.
f) Pena y concursos
El delito de extorsión se castiga con la pena de prisión de uno a
cinco años, "sin perjuicio de las quepudieran imponerse por los actos
de violencia física realizados". Esto significa que, la sanción efectiva
del delito de extorsión se construye mediante un concurso de delitos,
que se resuelve poniendo en relación, las sanciones previstas para
este mismo delito y para la infracción concreta cometida, de manera
instrumental, contra la vida, la integridad o la salud de la víctima.
g) Responsabilidad civil
Se aplican, a este respecto, los mismos criterios expuestos con
ocasión de la explicación del delito de hurto, a cuyo contenido, por
ello, también me remito.

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