Delito de Robo

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Prof. Dr.

Ignacio Comes Raga

DELITO DE ROBO

1. PARTE TEÓRICA

1.1 Ubicación sistemática y bien jurídico

El delito de robo, como conducta punible, se encuentra regulado


en el Título XIII, Capítulo II, sección referida a los delitos contra
el patrimonio y el orden socioeconómico. Contamos con dos
clases de robo en la legislación penal española: el primero, el robo
con fuerza en las cosas; el segundo, el robo con violencia e
intimidación en las personas. Los tipos penales referidos al robo
se localizan en los arts. 237 a 241 del CP.

Concepto de robo (art. 237 del CP):

- Robo con fuerza contempla no solo los supuestos en los


que la fuerza se emplea para acceder al lugar donde se
encuentra el objeto, sino también cuando se usa para
abandonarlo.

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- El delito de robo con violencia que incluye además de los
supuestos en que ésta se utiliza para cometer el delito,
también aquellos otros en los que se emplea para proteger la
huida del autor o bien se ejerce sobre aquellos que acudiesen en
auxilio de la víctima o le persiguieren.

En este caso, el bien jurídico que se pretende proteger es la


propiedad en el sentido ya expuesto en el delito de hurto si bien,
en el caso del robo con violencia e intimidación, también se ven
afectados otros objetos de tutela como la libertad, la seguridad, la
salud o la integridad física. En el análisis del robo, como delito
contra el patrimonio, abordaremos dos modalidades:

- Robo con fuerza en las cosas.


- Robo con violencia e intimidación en las personas.

1.2 Elementos del tipo objetivo

1.2. 1 Robo con fuerza en las cosas

En la modalidad del delito de robo con fuerza en las cosas,


exigimos determinar el empleo de “fuerza en las cosas” a la hora de
apoderarse del objeto. La expresión “fuerza en las cosas” debe
atenderse en el marco de un concepto normativo: dicha acepción
no coincide –necesariamente- con el uso del lenguaje profano1. Al
menos, básicos deben tenerse presentes a la hora de atender el

1
Por ejemplo, quien arranca una placa en el portal de su vecino, Médico Cirujano, no
comete un delito de robo sino, en todo caso, de hurto.

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concepto normativo de “fuerza en las cosas”. El primero, que la
fuerza debe practicarse para acceder o abandonar el lugar donde se
encuentre la cosa. El segundo, que solo podremos considerar como
fuerza ejercida –para acceder o para abandonar el lugar donde se
encuentre la cosa- las modalidades previstas en el art. 238 del CP.

La fuerza debe ser el medio para realizar los hechos, debiendo


existir una relación causal entre la fuerza empleada y el resultado
de apoderamiento del bien.

Recordemos que tras la reforma del año 2015 será constitutivo


de robo con fuerza en las cosas tanto el caso en que la fuerza se
emplee para acceder al lugar donde se encuentran las cosas como
para abandonarlo.

Ejemplo: Acceder al lugar donde se encuentra la cosa que se


va a sustraer por la puerta abierta, pero salir por la ventana
abierta, constituye tras la reforma del año 2105 un delito de robo
con fuerza en las cosas.

El precepto contenido en el art. 238 señala –con cierta


precisión los supuestos de robo con fuerza en las cosas2:

Son reos del delito de robo con fuerza en las cosas los que ejecuten el
hecho cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:

1.º Escalamiento.
2
Respecto a las modalidades de robo, el precepto contenido en el art. 239 del CP explica el
uso de llave falsa esto es, una de las modalidades descritas en el art. 238 del CP.

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2.º Rompimiento de pared, techo o suelo, o fractura de puerta o ventana.

3.º Fractura de armarios, arcas u otra clase de muebles u objetos


cerrados o sellados, o forzamiento de sus cerraduras o descubrimiento de sus
claves para sustraer su contenido, sea en el lugar del robo o fuera del mismo.

4.º Uso de llaves falsas.

5.º Inutilización de sistemas específicos de alarma o guarda.

Como puede verse, estamos ante un tipo mixto alternativo,


puesto que varias acciones pueden dar lugar a la realización del
delito. Es suficiente con la concurrencia de al menos una de las
modalidades descritas en el precepto contenido en el art. 238 del
CP. En el caso de que concurran varias modalidades,
escalamiento con fractura de puerta y uso de llave falsa, se
apreciará un único delito de robo con fuerza en las cosas y no
tres. La gravedad del delito de robo con fuerza en las cosas se
fundamenta en la peligrosidad objetiva que despliega la acción.
En el marco de los delitos contra el patrimonio y contra el orden
socioeconómico, el injusto material del robo supera al del hurto
y además, su daño o nocividad social también es superior en el
robo que en el hurto.

Supuestos del robo con fuerza en las cosas:

1º.- Escalamiento

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Escalar significa subir por un determinado lugar o
determinada zona; sin embargo, como ya ha quedado dicho, el
escalamiento debe ajustarse a su concepto normativo, y este
puede sobrepasar, incluso, el significado literal de la propia
expresión. En la actualidad se sigue una pauta básica: “la entrada
en el lugar del robo por una vía que no es la destinada al efecto”.
Esta valoración es acertada, pues en sentido contrario, será difícil
determinar el grado de nocividad propio del delito de robo, pues
en el robo, la energía delictiva desplegada por el autor debe
superar –cuanto menos- a la del injusto material de una simple
sustracción de la cosa.

Valoraciones efectuadas por los Tribunales:

“Actualmente se restringe el concepto de escalamiento a aquellos


supuestos, más acordes con los principios de legalidad y proporcionalidad, en
los que la entrada o la salida por lugar no destinado al efecto haya
exigido "una destreza o un esfuerzo de cierta importancia, destreza o
esfuerzo presentes en la noción estricta de escalamiento" (trepar o ascender a
un lugar determinado), que es el punto de referencia legal del que dispone el
intérprete. Y el hecho de tener que salvar esa altura (unos tres metros y
medio) supone una especial "energía criminal", suficiente para ser
equiparable a una fuerza física en sentido estricto” (STS 595/2016, 6 de Julio de
2016)

No es escalamiento entrar por una ventana cuando la ventana


está bien abierta y al nivel de calle ni cuando se entra por una

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ventana en la planta baja, sin que se describa la necesidad de
algún esfuerzo; ni saltar un muro de un metro; En cambio, sí es
escalamiento cuando la ventana está abierta y a un metro y medio
de altura para acceder al interior de las instalaciones o trepar por
encima de una valla de hormigón coronada por una valla metálica
que ascendía hasta el cuello del sujeto.

2º.- Rompimiento de pared, techo o suelo, o fractura de


puerta o ventana

Todos los rompimientos y fracturaciones descritas en el


precepto implican la determinación de una “fuerza física
externa”. Dicha fuerza debe producir la ruptura o fracturación de
los objetos señalados en la norma (pared o puerta…) y tras la
ruptura o la fractura de éstas, el sujeto debe –con ánimo de lucro-
apropiarse de la cosa. El rompimiento de pared, techo o suelo o
fractura de puerta o ventana, puede apreciarse tanto en objetos
muebles como en inmuebles (el sujeto rompe la ventanilla trasera
de la furgoneta con el propósito de robar el equipaje; el autor del
robo revienta el candado de la puerta para acceder al inmueble y
tomar el botín).

Concepto de fractura:

“Por fractura ha de entenderse romper o quebrantar con


esfuerzo el mecanismo de cierre de puertas o ventanas. El empleo

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de utensilios que actúan a modo de palanca para multiplicar la
eficacia del esfuerzo humano, facilitando así la superación del
mecanismo de cierre de una puerta o ventana, integra claramente
la fuerza típica prevenida en el tipo, pues en definitiva se trata de
un supuesto de aplicación de fuerza para violentar el
funcionamiento ordinario del sistema de cerramiento, aún
cuando no se ocasionen desperfectos definitivos (STS, Sala 2ª,
núm. 143/2001, de 7 de febrero).

Finalmente, respecto al rompimiento, es importante mantener


una interpretación restrictiva de este verbo; en esa dirección,
debería delimitarse a un corte o una ruptura de algo
materialmente compacto y resistente3.

3º.- Fractura de armarios, arcas u otra clase de muebles u


objetos cerrados o sellados, o forzamiento de sus cerraduras o
descubrimiento de sus claves para sustraer su contenido, sea
en el lugar del robo o fuera del mismo.

Esta modalidad de fuerza en las cosas implica fracturar o


quebrar los elementos de seguridad fijados por el propietario de
la cosa para protegerla de terceros no autorizados. En tal sentido:
quien rompe o quiebra el candado que sirve como sistema de
cierre de la puerta de un trastero, para sustraer una bicicleta,
emplea fuerza típica de fractura.

3
Una interpretación restrictiva dejaría fuera de su aplicación acciones como destrozar los
sistemas de vigilancia de las prendas de ropa para hacerse con ellas; tampoco entraría la
descolocación de cristales de una vitrina –sin quebrarlos- para apropiarse de los objetos.

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4º.- Uso de llaves falsas

Esta modalidad aparece descrita en el precepto contenido en


el art. 239 del CP. Por llave falsa podemos entender cualquier
instrumento o cualquier mecanismo que sirva para abrir o cerrar
el lugar donde reposa la cosa objeto de sustracción; siempre que
no produzca ruptura a la hora de utilizarse la llave, pues esta
debería facilitar la comisión del delito de robo.

La jurisprudencia entiende por llave falsa “el empleo de


cualquier instrumento distinto de la llave legítima, que resulte
idóneo para cubrir una puerta cerrada, se constituye en medio de
fuerza que convierte en delito de robo la sustracción de la cosa
mueble ajena (….) La jurisprudencia ulterior incide en que el
concepto de llaves falsas no se corresponde con el significado
vulgar y usual de la misma, sino que es eminentemente funcional
(STS, Sala 2ª, núm. 15/2020, de 28 de enero).

Problemas que se platean con las tarjetas emitidas por


entidades financieras tarjetas magnéticas que
incorporan una banda magnética. Las dudas surgen en el caso
de que con ellas se extraiga dinero en cajeros automáticos por
terceros no autorizados. Históricamente la jurisprudencia ha
considerado estos casos como robo con fuerza en las cosas si bien
desde la modificación del CP por la LO 5/2010 la extracción de
dinero de un cajero automático usando para ello una tarjeta
magnética, mediante la introducción de un PIN (código de

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identificación) constituye una operación (entrega de dinero) en
perjuicio del titular de la misma. Ello implicaría la aplicación del
tipo contenido en el artículo 248.2 c) del CP (estafa).

Las últimas resoluciones jurisprudenciales afirman que a


efectos de configurar el delito de robo con fuerza mediante llave
falsa, no resulta suficiente con entender que la tarjeta es llave,
sino que es necesario que ésta haya sido empleada para acceder al
lugar donde se encuentran las cosas y a este respecto, el dinero de
los cajeros automáticos se encuentra en un cajetín en el interior
del mismo al que no se accede en ningún momento; por tanto,
estos supuestos de extracción de dinero de un cajero automático
mediante una tarjeta y su PIN serían un supuesto de estafa.

5º.- Inutilización de sistema específicos de alarma

Los sistemas de alarma son todas aquellas herramientas o


equipos instalados por el propietario del inmueble que dan aviso
de un imperioso robo. Los sistemas de notificación pueden
producirse mediante alarma de sonido, a través de señalización
de humo o por medio de aviso telefónico a la policía. Para
producirse esta modalidad el sujeto debe neutralizar la alarma
(cualquier sistema) impidiendo que el método de protección
cumpla su función (alertar, alarmar).

Nuestros Tribunales sostienen que “(…) la fractura,


desprendimiento o cualquier medio de evitar el normal funcionamiento de los

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dispositivos de seguridad incorporados a los objetos puestos a la venta en
determinados establecimientos comerciales, realizados con el fin de evitar la
activación de la alarma situada en los controles de salida, integran el
supuesto prevenido en el párrafo quinto del art. 238, por lo que en abstracto,
constituye fuerza típica” (SAP de Vizcaya, Sección 2ª, núm.
90377/2014 de 17 de octubre).

Tipos cualificados concepto de CASA


HABITADA.- Todo albergue que constituya la morada de una o
más personas, aunque accidentalmente se encuentren ausentes
de ella, incluyendo los patios, garajes y demás departamentos o
sitios cerrados y contiguos al edificio, en comunicación interior
con él y con el que formen una unidad física.

Ejemplo: viviendas, autocaravanas o el garaje anexo a la


vivienda.

Acuerdo del Pleno no jurisdiccional de la Sala Segunda del


Tribunal Supremo de 15 de diciembre de 2016 ha entendido que
también tiene la consideración de casa habitada los trasteros y
garajes comunes sitos en edificios de propiedad horizontal donde
también se integran viviendas, siempre que reúnan las
características de contigüidad, cerramiento, comunicabilidad
interior entre la casa habitada y al dependencia (esto es, que haya
puerta, pasillo, ascensor o pasadizo que una la dependencia con
el resto del edificio).

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El TS extiende este concepto a residencias veraniegas o
segundas residencias, considerando que puede existir una
posibilidad real de que el morador se presente en cualquier
momento.

La aplicación del tipo cualificado consume el delito de


allanamiento de morada por cuanto el desvalor de éste ya se
encuentra recogido en el de aquél.

1.2.2 Robo con violencia e intimidación en las personas

Esta clase de robo suele confundirse con el delito de hurto,


especialmente por los profanos en la materia. Es la modalidad
que reviste más gravedad frente a buena parte de los delitos
contra el patrimonio en el CP por su naturaleza pluriofensivo.
Como el sentido literal indica, se requiere la violencia o
intimidación en las personas a la hora de apoderarse del objeto
RELACIÓN DE MEDIO A FIN ENTRE EL MEDIO COMISIVO
Y EL ACTO DE APODERAMIENTO.

Cuando la violencia sea previa y sin conexión causal con el


apoderamiento, al no constituir ésta el medio para obtener la
cosa, debería tratarse como un concurso real entre la figura
delictiva que hubiese ocasionado la violencia y el hurto
subsiguiente. Acuerdo de Pleno no jurisdiccional del Tribunal
Supremo de 24 de abril de 2018 señala que en los casos que

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aprovechando la comisión de un ilícito penal en que se haya
empleado violencia, y en la misma relación de inmediatez y
unidad espacio temporal se realiza un apoderamiento de cosas
muebles ajenas, se entenderá que se comete un delito de robo con
violencia dado que no existe ruptura temporal y la violencia
empleada facilita el apoderamiento.

Ejemplo: un sujeto agrede a una peregrina que realizaba el


camino de Santiago, propinándole un golpe seco en la cabeza que
la mata en el acto, tras lo cual procede a apoderarse del dinero
que llevaba. Concurso real entre asesinato y robo con violencia.

Si el apoderamiento ya se ha consumadom teniendo el sujeto


la disponibilidad sobre la cosa, y se produce la violencia, habrña
de apreciarse un concurso real entre un delito de hurto y el
correspondiente delito que haya ocasionado el resultado lesivo
(lesiones, homicidio…)

Ejemplo: impedir con violencia que el sujeto recupere la


cazadora que le habían sustraído tiempo atrás.

El tipo legal contenido en el art. 242 del CP señala con cierta


precisión la modalidad de robo con violencia o intimidación en
las personas:

“El culpable de robo con violencia o intimidación en las personas será


castigado con la pena de prisión de dos a cinco años, sin perjuicio de la que
pudiera corresponder a los actos de violencia física que realizase”.

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Como puede apreciarse, nos encontramos ante un tipo mixto
alternativo, pues el tipo puede realizarse bien ejerciendo
violencia o bien empleando intimidación sobre el sujeto pasivo.
Tanto la violencia como la intimidación deben constituirse como
instrumentos necesarios para facilitar la adquisición de la cosa.
Es posible equiparar la violencia y la intimidación con los
componentes del delito de amenaza o coacciones se trata, en
definitiva, de bloquear la capacidad de obrar por parte del sujeto
pasivo. Ahora bien, es necesario diferenciar ambos conceptos. La
violencia pretende afectar la capacidad de obrar en la víctima al
momento de defender su propiedad (objeto material); mientras
que la intimidación pretende afectar la capacidad de decidir en
el sujeto (la bolsa o la vida). Como ha quedado dicho respecto al
delito de robo con fuerza en las cosas, ante la concurrencia, en
este tipo de robo, de violencia e intimidación, solo será posible
determinar un delito de robo con violencia. No, por tanto sendos
delitos de robo con violencia e intimidación pues ello laminaría el
principio de proporcionalidad y de legalidad.

La jurisprudencia afirma que: “La sustracción de cosas muebles


ajenas se califica legalmente como robo con violencia o intimidación en las
personas cuando el apoderamiento se obtiene por medio del empleo de
violencia física o de intimidación. Entre las formas de violencia es indudable
que se han de incluir los empujones realizados contra la persona a quien se
pretende despojar de un bien mueble y con esa finalidad, por lo que, en el
presente caso, en el que la narración fáctica de la sentencia recurrida, en la

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que de manera expresa se dice que el acusado conminó a una persona
mediante empujones como medio de apoderamiento de una cartera que
contenía dinero” (STS, Sala de lo Penal, núm. 1592/2002 de 4 de
octubre).

El delito de con violencia e intimidación en las personas


queda consumado cuando el autor del tipo quiebra la esfera de
custodia del titular del objeto, resultando imposible recuperar lo
sustraído. En este sentido, el sujeto activo debe tener en su poder
la cosa, es decir, debe determinarse la plena disponibilidad del
objeto sustraído. Si el sujeto activo no cuenta con la
disponibilidad de la cosa no puede hablarse de un robo
consumado sino al menos, y según las circunstancias, de un
delito de tentativa, aunque se haya ejercido violencia o
intimidación en la persona.

1.3 Elementos del tipo subjetivo

El delito de robo en las modalidades descritas –fuerza en las


cosas y violencia e intimidación en las personas- exige un
elemento adicional al dolo, esto es, el ánimo de lucro. La acción,
para revestir tipicidad, debe realizarse con un propósito
lucrativo, sin éste resultaría la acción atípica aunque en realidad
las características objetivas del robo ya de suyo revisten una
connotación lucrativa (apoderamiento drástico de la cosa). Este
ánimo se intuye cuando el sujeto se apodera de un objeto cuyo

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valor es relevante en términos objetivos. Ahora bien, los términos
provecho o ventaja económicos abarcan además la posesión del
objeto o de los objetos robados con un propósito contemplativo,
de ulterior aprovechamiento que solo pueden provenirle al sujeto
mediante la sustracción. A todo esto, es posible afirmar que el
elemento subjetivo en el robo sea homologable al del hurto; al
igual que en el hurto, en el robo, el sujeto activo debe actuar con
el propósito de apropiarse de la cosa, de disponer de ella.

1.4 Otros elementos

Es posible determinar en ambos delitos la imperfecta


realización, esto es, el delito de tentativa.

También se castigan los actos preparatorios punibles


(provocación, conspiración y proposición para delinquir) por
mandato expreso del art. 269 del CP.

En lo referente a la pena, se aplicará una pena de prisión de


uno a tres años para el delito de robo con fuerza y de dos a cinco
años para el delito de robo con violencia, sin perjuicio de la que
pudiera corresponder a los actos de violencia física que realizase.

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