Bloque 4. La Era de Las Revoluciones Liberales

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BLOQUE 4.

LA ERA DE LAS REVOLUCIONES LIBERALES


1. Las revoluciones burguesas en el siglo XVIII. La crisis del Antiguo Régimen.
1.1. De la crisis del Antiguo Régimen a la nueva sociedad liberal.
Durante el siglo XVIII, justo en el momento en que la monarquía absoluta parece
imponerse y controlar todo, se inicia el principio del final del Antiguo Régimen. El
desarrollo social (pujanza de la burguesía, deseo de la mayoría de la población de
cambios hacia una mayor igualdad y libertad), económico (sociedades más
desarrolladas y tecnologizadas en Europa) y las nuevas ideas liberadoras procedentes
de la Ilustración llevarán a grandes cambios que se mostrarán en las grandes
revoluciones de la época y, aunque encontraron gran resistencia por los partidarios del
viejo sistema con continuos conflictos, terminarán por crear una nueva sociedad, que
se la llamará liberal.
Puede recogerse el lema de la Revolución Francesa: “Liberté, Egalité, Fraternité”
(“Libertad, Igualdad, Fraternidad”) como propio y típico del Liberalismo. En la ideología
liberal se recogerán las ideas de cambio revolucionario, pero sobre todo las de la
burguesía, que será el principal dirigente y beneficiario de la nueva situación, dejando
al resto del Tercer Estado tan sólo beneficiario de una supuesta igualdad jurídica sin
resolverles la cuestión económica ni social.
Consecuencias del Liberalismo:
Como resultado final de las revoluciones liberales al final de su proceso revolucionario
(en 1850 había triunfado en la mayor parte de Europa), y, a la vez muestra de sus
principales ideas, tenemos:
. Política: Se cambia en que una persona sea el súbdito sin derechos políticos de un
monarca a ser un ciudadano de un sistema democrático. Se pasa de la Monarquía
Absoluta a la Monarquía Constitucional y Parlamentaria con Soberanía Nacional,
separación de los tres poderes estatales (ejecutivo, legislativo y judicial), derechos
consolidados para los ciudadanos y cierta separación del Estado con la Iglesia
(laicismo)
. Social: Se pasa de la antigua sociedad estamental con desigualdad jurídica a una
nueva sociedad de clases sociales con teórica igualdad de todas las personas ante la ley
pero que está determinada por el nivel económico. Para compensar existe la movilidad
social, dependiendo del éxito económico.
.Economía: Aquí se pasa de una economía agraria y artesanal muy reglamentada por la
monarquía a otra economía de Mercado Libre o Capitalismo, en la cual hay predominio
de actividades industriales y comerciales, poco regulada por el Estado, con el objetivo
de permitir negocios que lleven a grandes beneficios económicos (para la burguesía
triunfadora de las revoluciones).
Liberalismo Económico.
Esta es la vertiente del Liberalismo a la que al final se le va a dar en esa ideología más
importancia. Su lema es “Laissez faire, laissez paser”, “Dejar hacer, dejar pasar”,
indicando la importancia del libre mercado sin trabas estatales. Sus ideas las darán una
serie de economistas liberales clásicos entre los que destacarán sobre todo Adam
Smith y David Ricardo.

Esquema del desarrollo del Capitalismo:


. Capitalismo comercial.
Existieron embriones de este tipo de capitalismo en la Edad Antigua, basado en el
trabajo de los esclavos, en el sistema esclavista por ejemplo de Roma, Grecia o Fenicia,
que permitían producir para un comercio internacional.
Después en la Baja Edad Media destacan las ciudades comerciales europeas como
Hamburgo, Brujas, Venecia, Génova, etc.
Por último, los imperios coloniales europeos mercantilistas de la Edad Moderna, como
los de España, Gran Bretaña, Francia, Portugal y Holanda, entre otros. Es el “Comercio
Triangular” entre Europa, África y América.
. Capitalismo Industrial.
Se producirá a partir de finales del siglo XVIII hasta el siglo XX. Son las revoluciones
industriales que triunfaron inicialmente en Europa Occidental y Norteamérica.
. Capitalismo Financiero.
Va incrementando el Capitalismo poco a poco su parte financiera hasta que se hace
mayoritaria desde finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Su ejemplo es el
enorme poder que tienen hoy en día los mercados financieros (grandes Bolsas
mundiales) y las empresas multinacionales, muchas de ellas puramente financieras
(grandes fondos de inversión).
2.- LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
2.1. Los precedentes: Las revoluciones políticas del siglo XVII-XIX.
2.1.1.- La Revolución Inglesa del siglo XVII ( 1642-1688)
En 1642 se inicia un proceso de revoluciones políticas en Gran Bretaña en la cual el
Parlamento se impondrá a la Monarquía Absoluta que intenta implantarse en
Inglaterra. Para entonces el rey Carlos I Estuardo (Stuart) intenta hacerlo, siguiendo el
ejemplo de las monarquías del resto de Europa, pero es derrotado y ejecutado por el
Parlamento comandado por Oliver Cromwell (y con John Locke como principal
teórico) que por un tiempo impondrá una república (en ella aparecieron los primeros
socialistas y comunistas modernos: “niveladores-levellers” y “cavadores-diggers”, pero
no pudieron imponerse a la burguesía inglesa) y luego buscará que la monarquía
acepte compartir el poder con el Parlamento (nuevo rey Carlos II Estuardo). El proceso
continuará a favor del Parlamento, después de la extinción de la rama protestante de
los Estuardo (reina Ana) opuesta a la rebelde jacobita (partidarios de Jacobo Estuardo,
católicos y absolutistas, apoyados por Escocia e Irlanda, pero que fueron derrotados), y
culminará con una Monarquía Parlamentaria aceptada por la dinastía de los Hannover
(Windsor en el siglo XX), asumiendo la Declaración de Derechos (“Bill of Rights”) de
1689, que suponía la supremacía del Parlamento sobre el rey, cierta separación de
poderes y determinados derechos para los súbditos. El nuevo Parlamento tendrá dos
cámaras: la de los Lores, donde está la aristocracia y la de los Comunes, donde se
asienta la burguesía. Será un modelo que con el tiempo será copiado por la mayoría de
los países occidentales.

Así el proceso culmina en 1707 con la creación del Reino Unido de la Gran Bretaña e
Irlanda, unión de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda. La nueva monarquía
parlamentaria permitirá a los británicos avanzar hacia las libertades democráticas y en
modernizar el país con una economía capitalista comercial que irá hacia el inicio de
una revolución industrial. Así se sentarán las bases para la gran potencia política y
económica que sería el Reino Unido en el siglo XIX.
2.1.2- La independencia de los Estados Unidos (1776-1783).
A mediados del siglo XVIII, existían 13 colonias británicas en el Este de Norteamérica
como Nueva York, Virginia, Georgia, Pennsylvania, las Carolinas, etc. Incluso con
grandes ciudades como Nueva York, Boston o Filadelfia. Eran muy prósperas y estaban
muy pobladas (con una parte importante de la población que ya no son británicos:
alemanes, holandeses, etc.) e, imbuidas por las ideas de la Ilustración y del
parlamentarismo británico, deseaban tener más autonomía en la Corona británica.
Sin embargo, el rey Jorge III de Gran Bretaña no les consintió más autonomía política,
pues además les exigía el pago de más impuestos (como el del té o el timbre), impedía
más colonizaciones en los territorios indios más al Oeste que habían sido
monopolizados por el rey, y les obligaba a participar en las guerras coloniales contra
Francia y España (como la de los “7 años” 1756-1763 que se había librado poco antes
en el Canadá y el Caribe contra los franceses de Luis XV y los españoles de Carlos III).
Ante la rígida postura británica, los colonos se enervaron y radicalizan sus posturas de
rebeldía, en 1773 se produce en Boston el “ Motín del té” (Tea Party, un grupo de
colonos radicales disfrazados de indígenas tiraron al mar las sacas de té que venían en
los barcos del rey), se insiste en el principio de “No hay impuestos sin representación
política” (“No taxation without representation”) y se reúnen en el Congreso de
Filadelfia en 1774 para decidir la política ante el rey británico, para posteriormente
sacar en 1776 la Declaración de Derechos ( un nuevo “Bill of Rights” donde se dotan de
derechos a sí mismos ya que el rey se negaba a dárselos) y la Declaración de la
Independencia. Destaca como lema la frase “ Life, liberty and the pursuit of hapiness”.
Pronto empieza la guerra que duraría hasta 1783. Los colonos consiguieron el apoyo
directo de Francia y el indirecto de España y consiguieron vencer la guerra destacando
los papeles del militar George Washington, el político Thomas Jefferson y el
diplomático Benjamin Franklin.
En 1787, los recién creados Estados Unidos, redactan la primera constitución
democrática del mundo, que configura a una república democrática federal con
soberanía nacional (comienza diciendo“ We, the people…”), basada en las ideas luego
llamadas liberales y de la Ilustración. La constitución se mantiene actualmente con 17
enmiendas posteriores (como las de la abolición de la esclavitud o el voto femenino).
Los Estados Unidos se consolidarán como país e iniciarán un proceso de gran
expansión hacia el Oeste ocupando, a lo largo del siglo XIX, territorios de los indígenas,
de España y de Méjico, convirtiéndose en un país muy poderoso, una de las primeras
potencias mundiales; además de ser un modelo político importante que influiría
fuertemente en Latinoamérica y Europa.

2.2- La Revolución Francesa ( 1789-1815)


2.2.1.- Causas:
En 1789 gobierna Luis XVI en Francia y debe enfrentarse a una fuerte situación de
crisis económica, que en el fondo supone la crisis definitiva del Antiguo Régimen, por
lo que es también una crisis política y social. Económicamente la Corona francesa
estaba arruinada por los gastos de la Corte de Versalles y la continua situación de
guerras coloniales contra Gran Bretaña (especialmente por apoyar a la independencia
de los Estados Unidos), además llevaban años de malas cosechas en el campo, que
producían alzas de precios del pan, en una población empobrecida. A la vez, el Pueblo
Llano o Tercer Estado, especialmente la burguesía, deseaba cambiar los privilegios
políticos y sociales estamentales del Antiguo Régimen para la Aristocracia y el Clero y
sustituir la monarquía absoluta por un régimen democrático y constitucional,
animados también por el ejemplo de los Estados Unidos.
Los ministros del rey piden que los privilegiados paguen impuestos como solución a la
crisis económica. Para ello se convoca en mayo de 1789 el parlamento estamental o
Estados Generales. En ella se vota por estamentos y los privilegiados esperan
mantener sus privilegios, pero el Tercer Estado exige cambios, empezando por el voto
por persona, lo que les daría mayoría.
En junio queda patente el desacuerdo, pues los estamentos privilegiados se niegan a
pagar impuestos y a recortarse los privilegios. Ante ello, los diputados del Tercer
Estado entran en rebeldía, abandonando la asamblea estamental y retirándose a otra
sala para instituirse como Asamblea Nacional Constituyente, que asumen la soberanía
nacional del pueblo francés y se preparan para crear una constitución democrática.
Cuando el rey está a punto de decidir la supresión de dicha asamblea con sus tropas, el
pueblo de París, los llamados “sans culottes”, asaltan la Bastilla o Cárcel Real el 14 de
julio, en apoyo de sus diputados. París es ocupado por ellos y se crea un gobierno
revolucionario, ejemplo que será seguido por muchas ciudades francesas. Mientras en
el campo los campesinos asaltan los castillos de los señores, ocupando sus tierras e
implantando también la revolución. El rey debe admitir la creación de una monarquía
constitucional y compartir el trono con sus súbditos, ahora ciudadanos con derechos.

2.2.2.- Monarquía Constitucional (1789-1792)


Se redacta la Constitución de 1791, que asegura la monarquía constitucional, en la cual
la soberanía nacional es compartida entre el parlamento y el rey; acompañándose de
una “Declaración de derechos del hombre y el ciudadano”, que asegure para siempre
los derechos de los ciudadanos y la igualdad social. Se van desmantelando los
privilegios del Antiguo Régimen y asegurando la igualdad jurídica de todos los
ciudadanos. Se nacionalizan los bienes del clero, pasando al estado y luego vendidos
entre la burguesía, mientras los sacerdotes son obligados a jurar fidelidad a la
constitución y son mantenidos por el nuevo estado.
Aparecerán distintos partidos políticos, destacando dos: los girondinos, apoyados por
la Alta burguesía, que deseaban el sufragio censitario y garantizar el derecho de la
propiedad; y los jacobinos, apoyados por la pequeña burguesía y los sans culottes, que
buscaban el sufragio universal y amplias medidas sociales. Con el tiempo a los
girondinos, por la posición en la asamblea, se dirá que son de derechas,
conservadores, y los jacobinos, de izquierdas, progresistas. De los primeros destacan
las figuras de Brissot y Roland; y de los segundos, Robespierre, Marat y Danton.
Las medidas revolucionarias suscitan mucha oposición: la nobleza, el clero, los
católicos y tradicionalistas franceses, las potencias absolutistas extranjeras e incluso el
propio rey, que intenta huir para unirse a las tropas austriacas que amenazaban a la
revolución. Es capturado y pierde todo su prestigio. Finalmente será juzgado y
ejecutado en 1793.
Esa situación lleva a la primera república francesa.
2.2.3.- República Francesa o Convención Nacional.(1793-1799)
1793-1795 Convención Jacobina.
Si bien al principio gobernaron los girondinos, la grave situación provocada por la
rebelión de los absolutistas dentro de Francia y por el ataque de las potencias
extranjeras llevó al poder a los más radicales, los jacobinos de Robespierre, con el
apoyo de los sans culottes. Impusieron la llamada “Dictadura del Terror” para salvar a
la revolución, levantando un ejército masivo de ciudadanos, con su nuevo himno, “La
marsellesa”, dirigidos con nuevos generales que se mostraron muy capaces como
Napoleón Bonaparte. Con gran represión interna y victorias militares en el exterior, los
jacobinos consiguieron controlar la situación, pero la excesiva violencia, con un
número exagerado de ejecutados en la guillotina, les restó muchos apoyos y llevó a un
golpe de estado en su contra, el de Termidor, que derribó y ejecutó a Robespierre,
poniendo en el gobierno a los girondinos, más moderados y cercanos a los intereses de
la burguesía.
1799-1799 Convención girondina o termidoriana.
La nueva república es muy moderada y favorece a la alta burguesía, siendo un
gobierno muy débil, llamado el “Directorio” ( ejecutivo de cinco miembros elegido de
forma indirecta tras un sufragio censitario), con poco apoyo social, y con enemigos a
la derecha, los absolutistas, y a la izquierda, los jacobinos. Por ello, debe apoyarse en el
ejército, sobre todo en Napoleón Bonaparte, que cada vez tiene más poder por sus
espectaculares triunfos que permiten vencer a las potencias europeas y formar un
imperio continental para la nueva república francesa.
2.2.4.- La etapa napoleónica 1799-1815.
Napoleón da un golpe de estado en 1799 y sustituye el Directorio por el Consulado, en
el cual él es el primero de tres cónsules, es decir una especie de presidente de la
república. Seguirá acumulando poder y consiguiendo éxitos en política exterior, pasará
a ser cónsul vitalicio y en 1804 se atreve a proclamarse emperador de los franceses, un
particular emperador revolucionario que con sus ejércitos domina la mayor parte de
Europa, donde impone las ideas liberales recogidas en el Código Civil de Napoléon (que
recoge avanzados derechos para la época como los de la igualdad de todos ante la ley,
el derecho a la propiedad, el matrimonio civil, divorcio, etc.). Su exceso de ambición
(intentó dominar toda Europa, invadiéndola desde España a Rusia) y autoritarismo, su
explotación de los países ocupados para el interés egoísta de Francia, y la imposibilidad
de doblegar a Gran Bretaña por no vencer a su flota (pese a que la sometió a un fuerte
bloqueo continental), junto con una serie de fuertes derrotas finales en Rusia y España,
le llevarían al fracaso, y a su primera rendición en 1814, donde abdica y se exilia en la
isla de Elba.Muy efímeramente, pues en 1815, en “los cien días” vuelve a intentar
recuperar el imperio, hasta que es derrotado definitivamente en Waterloo (Bélgica) y
exiliado hasta su muerte en la isla de Santa Elena.
3. LAS REVOLUCIONES LIBERALES DEL SIGLO XIX EN EUROPA Y AMÉRICA: PROCESOS
UNIFICADORES E INDEPENDENTISTAS. LOS NACIONALISMOS.
3.1.- La Restauración y las oleadas revolucionarias en Europa y América (1815-1848)
En 1815, el canciller austriaco Metternich convoca a las potencias europeas en el
Congreso de Viena para determinar cómo iba a ser la nueva Europa posnapoleónica. Se
restaura a la monarquía absolutista de los borbones en Francia ( Luis XVIII que
concede un Estatuto con libertades limitadas) y se realizan cambios territoriales
favorables a Austria, Prusia y Rusia en el continente, mientras que Gran Bretaña
prefiere abstenerse de esta reacción absolutista continental para ocuparse de su
imperio colonial y de su desarrollo industrial, manteniéndose como el único país
liberal. Las tres potencias absolutistas citadas fundan la Santa Alianza con el propósito
de restaurar al Antiguo Régimen, creyéndose elegidas en un destino divino. Es la
Europa reaccionaria, defensora del Trono y el Altar, comprometiéndose a sofocar
cualquier movimiento revolucionario liberal. A estos no les queda más remedio que
pasar a la clandestinidad, formando grupos secretos como los masones, los
carbonarios italianos y los comuneros españoles, que conspiran para recuperar las
libertades perdidas. Se producirán tres oleadas revolucionarias principales.
1.- La oleada de los años de 1820: Comenzó con la revuelta de los liberales españoles
contra Fernando VII, es el Trienio Liberal, y repercute en Portugal y el sur de Italia,
pero serán sofocados por la intervención de la Santa Alianza ( los “Cien Mil hijos de San
Luis” en España). También fracasará un intento en Rusia en 1825. En Grecia se inicia la
guerra de independencia contra los otomanos, apoyada por toda Europa (por defender
a un país cristiano y cuna de la civilización occidental, todo ello en pleno movimiento
del Romanticismo) y que se conseguirá en 1829. Además se produce la independencia
de los países del Imperio español, que se culmina hacía 1825.
2.- La oleada de los años de 1830: Los franceses se levantan ante el exacerbado
absolutismo de Carlos X que pretendía acabar con las pocas libertades que les
quedaban de la revolución y definitivamente expulsan a los borbones, llevando al
trono a un rey constitucional, el liberal Luis Felipe de Orleans. También es el momento
en que Bélgica se levanta contra Holanda, con una revuelta a la vez liberal y
nacionalista, y consigue la independencia. Habrá también entonces una sublevación
fracasada en Polonia contra Rusia. En Gran Bretaña se produce una revuelta social que
logra el aumento de derechos políticos para los ciudadanos y en España con Isabel II y
venciendo a sus enemigos absolutistas en la Primera Guerra Carlista (1833-1840) se
impone el liberalismo. Toda Europa Occidental ya es liberal, mientras que el
absolutismo se mantiene fuerte en el centro y este de Europa por la acción represiva
de Austria, Rusia y Prusia.
3.- La oleada de los años de 1848: En ese año hay una revolución contra la monarquía
conservadora de Luis Felipe en Francia, que se había corrompido, y se crea una nueva
República (II República Francesa) en la cual los trabajadores, ya socialistas, intentan
lograr mayores conquistas sociales, pero serán sofocados y la república luego será
controlada por los conservadores, que llevarán a proclamar más tarde a Napoleón III
( sobrino de Napoleón I) como un emperador liberal conservador. En esos momentos
se generalizan rebeliones no sólo liberales, sino también nacionalistas, democrátas y
socialistas en toda Europa. En Prusia y Austria los gobiernos absolutistas son
derrotados por primera vez y se imponen constituciones liberales, aunque muy
moderadas, y deben contener el nacionalismo de sus pueblos (rebeliones fracasadas
de húngaros e italianos, sobre todo). Esta situación final supone el fin de la Santa
Alianza y para 1850 solo Rusia y el Imperio Otomano quedan como imperios
autocráticos residuales que están fuera de la norma de una Europa llena de regímenes
liberales.

3.2- El nacionalismo y los movimientos nacionalistas en Europa.


3.2.1 La teoría sobre el Nacionalismo.
Estado: Conjunto de instituciones políticas, jurídicas y administrativas que tienen
soberanía sobre un territorio concreto. Puede agrupar a varias naciones en su interior.
Nación: Conjunto de personas que tienen conciencia de sus lazos comunes y
diferenciales como la raza, la lengua, la religión, la cultura o la historia.
En esta época las libertades que trajo la revolución liberal provocará un despertar de la
identidad de los pueblos, especialmente en la época napoleónica cuando se vieron
dominados por el imperio francés y posteriormente por grandes imperios absolutistas
reaccionarios. Muchos pueblos se sublevan para no ser dominados por una potencia
extranjera (como los españoles o alemanes ante la invasión de Napoléon al principio,
luego aquellos pueblos que se sentían oprimidos como los polacos o los griegos).
A la vez, el nacionalismo será un recurso de la burguesía liberal en el poder, pues
sustituyen la identificación de las personas como súbditos de una monarquía por la de
ciudadanos de un estado con una identidad nacional homogénea, así se garantizaban
su fidelidad, a veces deseada por motivos principalmente económicos, para conseguir
mercados para esa burguesia.
Se puede hablar de tres tipos de Nacionalismo:
1.- Centrifugo: Es el nacionalismo que tienen aquellos pueblos que no se sienten bien
integrados en la nación o estado en que están y desean separarse para formar otro
estado. Ejemplos de esta época son Irlanda frente a Gran Bretaña, Polonia respecto a
Rusia, Bulgaria respecto al Imperio Otomano o Chequia frente al imperio austro-
húngaro.
2.- Centrípeto: Es el tipo de nacionalismo que tienen aquellos pueblos que están
separados y desean unirse para formar un estado. En esa época destacaron los casos
de Italia y Alemania.
3.- Imperialista: Es un nacionalismo derivado de los anteriores, que cree en la
superioridad de unos pueblos sobre otros, y de que aquellos considerados superiores
pueden dominar a otros supuestamente inferiores. Un ejemplo importante es el
colonialismo del siglo XIX.
3.2.2 Los procesos de unificación italiano y alemán
A) Alemania
En la Edad Media tuvo un imperio, el I Reich, compuesto por multitud de estados,
grandes y pequeños que el emperador, el káiser, no logró unificar pese a sus
esforzados intentos, como fue el caso de Carlos V. Posteriormente, los estados
alemanes se van consolidando y tras la época napoleónica, en la que se produjo una
concentración territorial, aún siguen existiendo 30 divisiones políticas, siendo algunos
muy importantes como Austria, que tiene su propio imperio, la emergente Prusia, y las
más débiles Baviera y Sajonia. El nacionalismo unificador alemán intentará
configurarse en torno a las dos primeras potencias señaladas. Pero Austria tiene la
dificultad de integrar a su imperio multicultural de pueblos no alemanes (húngaros,
italianos, polacos, checos, rumanos, ucranianos y yugoslavos) y prefiere mantener
simplemente una fuerte influencia en la zona, y Prusia aún no se veía capaz de
oponérsele, a pesar de que tenía grandes apoyos dentro de los nacionalistas del resto
de Alemania.
Pero el crecimiento económico y militar de Prusia, y la aparición de dirigentes muy
capaces como Otto von Bismarck, canciller de Guillermo I, va a facilitar el proceso de
unificación en torno a Prusia.

En 1834 crea la “Zollverein” la unión aduanera de Alemania del Norte donde con su
gran desarrollo industrial, el más importante de Europa junto con el británico,
consigue atraerse a los estados del norte. Al tiempo va preparando un poderoso
ejército, con todas las ventajas de la nueva industrialización, para enfrentarse a las
potencias que le pueden estorbar en la hegemonía en Alemania. Bismarck realiza una
labor diplomática adecuada y va ganando apoyos para la causa prusiana. Provocará
tres guerras casi consecutivas y victoriosas para sus armas entre 1864 y 1871: primero,
en 1864 la de toda Alemania contra Dinamarca por la recuperación de los ducados
alemanes ocupados por ella, donde posteriormente, Bismarck provocará
intencionadamente el desentendimiento con Austria que llevará a la guerra contra ella
en 1866 (dirimida en la batalla de Sadowa). Ello permitió a Prusia la anexión de toda la
Alemania del Norte. Para conseguir la unión de los estados alemanes del sur, Bismarck
provocó una guerra patriótica contra el Segundo Imperio francés de Napoleón III que
es derrotado estrepitosamente en la batalla decisiva de Sedán.
En 1871, se crea, tras estos triunfos, el II Reich alemán, con Guillermo I como káiser y
Bismarck como su canciller. Apareciendo así un nuevo país muy poderoso, con una
economía muy potente, que pronto será la más poderosa de Europa y que entrará en
una dura rivalidad con las otras potencias europeas para intentar convertirse en la
primera mundial.

B) Italia.
Desde la época del imperio romano, Italia había permanecido separada en distintos
estados y dominada frecuentemente por la influencia de potencias extranjeras (el
imperio alemán, Francia, España…). A mediados del siglo XIX, Italia está dividida en 7
estados y la potencia dominante es Austria; ésta tiene ocupada directamente los
reinos lombardo y véneto; e influye muy directamente sobre los ducados centrales de
Toscana, Parma y Módena. Además está el Estado Papal, la monarquía borbónica de
las 2 Sicilias, y, por último, el reino liberal y constitucional del Piamonte.
A los nacionalistas italianos se les presentaban tres posibilidades: una; la de la unión
en torno al Papa, algo grato a los católicos, pero no a los liberales. La segunda era la
opción republicana, preconizada por Giussepe Mazzini, poco deseada por los
tradicionalistas italianos. Por último, la monarquía constitucional del Piamonte. Esta
última será quien realice el proceso unificador con su rey Victor Manuel II de Saboya,
su primer ministro Camilo Cavour, y el líder revolucionario Giusseppe Garibaldi.

Camilo Cavour inicia el proceso ( 1859-1871) logrando la alianza de la Francia de


Napoleón III. En 1859 se enfrentan a Austria, consiguiendo el reino lombardo (tras
sangrientas batallas como la de Solferino, allí emergió la figura filantrópica de Henri
Dunant, el fundador de la Cruz Roja, para solucionar el grave problema de los heridos
en la guerra), mientras que Garibaldi desembarca en las 2 Sicilias y la toma. Con la
conquista por ambos de los ducados centrales y parte de los estados papales, se crea
el reino de Italia con Víctor Manuel II de Saboya como rey y capital en Florencia en
1861. El nuevo reino italiano esperará su oportunidad para conquistar Venecia y Roma.
Así, en 1866 apoyando a Prusia contra Austria, logran recibir el reino véneto.
Finalmente, la retirada de las tropas francesas para ir a la guerra contra Prusia,
permitió la conquista de Roma y su conversión en la capital italiana en 1870, pese a la
inicial oposición del Papa y de los católicos.

Se crea una Italia unida aunque con grandes diferencias económicas entre el Norte y el
Sur. Intentará competir por ser una potencia mundial con muy poco éxito.
4. EL SIGLO XIX EN ESPAÑA. EL REINADO DE FERNANDO VII. LA GUERRA DE LA
INDEPENDENCIA. LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ DE 1812. LA ESPAÑA LIBERAL. LA
RESTAURACIÓN.
4.1. La crisis del Antiguo Régimen en España: Carlos IV ( 1788-1808)
Al final del Reinado de Carlos III, España tiene unas perspectivas positivas para el
futuro, debido a dos razones:
1ª - Es una gran potencia mundial y tiene el imperio colonial más grande, que le
asegura muchos recursos.
2ª - Se han realizado reformas en la órbita del Despotismo Ilustrado que han
modernizado el país.
Con todo esto se preveía que España estuviese entre las potencias de la primera línea
mundial, junto en un momento en que está a punto de empezar la 1ª Revolución
Industrial. Sin embargo esto no ocurrirá por los problemas políticos que vendrán en el
Reinado de Carlos IV por enfrentarse a la difícil situación provocada por la Revolución
Francesa, incluyendo un fracasado intento militar de vencerla junto con las otras
potencias absolutistas europeas (derrotas en las fronteras catalana y vasca). Carlos IV,
decide confiar en un nuevo ministro muy controvertido para que saque adelante la
situación, Manuel Godoy, quien acepta una alianza con la Francia revolucionaria, lo
cual terminará por ser perjudicial pues llevará a una guerra con Gran Bretaña que
traerá en 1805 la derrota naval de Trafalgar. Con esta derrota se pierde una flota que
era necesaria para la defensa de las colonias Americanas que, por primera vez desde
su colonización, se quedan sin control y facilitará el inicio allí del movimiento
independentista contra España.

A esto se le une un conflicto familiar pues el príncipe Fernando VII conspira contra su
padre y contra Godoy, consiguiendo triunfar, aprovechando el descontento ante la
mala situación política y económica en marzo de 1808, al provocar el Motín de
Aranjuez, en el cual logra deponer a su padre Carlos IV, proclamándose rey de forma
ilegítima, aunque con el apoyo popular.
4.2. El reinado de Fernando VII (1808-1833)
4.2.1 La Guerra de la Independencia y la Constitución de Cádiz de 1812.
En abril 1808 Napoleón convoca en Bayona (FR) a Carlos IV y Fernando VII para
supuestamente resolver el conflicto dinástico familiar. Sin embargo, sorpresivamente
Napoleón los destituye ilegítimamente a los reyes de España y le da la corona española
a su hermano José I Bonaparte, y de esta manera incorpora de forma indirecta a
España y Portugal a su imperio europeo.

Pero el 2 de mayo 1808 se produce un Alzamiento popular de Madrid, pues dándose


cuenta de las verdaderas intenciones de los franceses de ocupar el país para los
Bonaparte, el pueblo madrileño se levanta contra los franceses y aunque la rebelión
madrileña es aplastada (morirán celebres paisanos como Manuela Malasaña y
militares como los capitanes Daoiz y Velarde) esto llevará a la rebelión de todo el país
en cadena, iniciándose la guerra de la Independencia.

Guerra de Independencia (1808 – 1814)


Se caracteriza por dos cosas:
1. La tenaz resistencia armada del pueblo español que cuando se vio derrotado por el
casi invencible gran ejército de Napoleón en los campos convencionales de batalla (a
pesar de algunos triunfos como la batalla de Bailén) recurrió a la guerrilla. Nunca hubo
una rendición total del país y se mantuvo el estado de guerra todo el tiempo con casi
total apoyo popular (excepto de los pocos afrancesados, reformistas partidarios de los
Bonaparte) y alta moral de combate, pese al elevado número de bajas. Después recibió
el apoyo de tropas británicas del duque de Wellington desde Portugal, que realizaron
el contrataque final en 1813-14 que permitió expulsar a los franceses.
2. la creación de un gobierno provisional fiel a Fernando VII que en 1812 saca en Cádiz
(una de las pocas ciudades libres de la invasión francesa y donde se había improvisado
este gobierno y unas Cortes) una constitución llamada ``La Pepa’’ (porque fue sacada
el día de San José). Es la primera constitución liberal de España y una de las más
avanzadas de su tiempo.

En 1814, los franceses son expulsados de España después de enormes destrozos


económicos y humanos (en torno a medio millón de muertos en un país de 11 millones
de habitantes). El rey Fernando VII vuelve a España después de haber estado retenido
en Francia por Napoleón.
4.2.2. la vuelta de Fernando VII (1814-1833)
Después de la vuelta de Fernando VII a España se producirán dos importantes
conflictos que el rey, empecinado en un rancio absolutismo, no supo resolver: no fue
capaz de conseguir la conciliación con sus súbditos liberales ni americanos. Llamado “El
deseado” al principio, destruyó las esperanzas de gran parte de sus súbditos, que le
llamaron “El rey felón”.
Fernando VII desplazará a los liberales constitucionalistas del gobierno e impondrá una
Monarquía Absolutista que perseguirá a los liberales, recuperando incluso a la
Inquisición para ello, y pondrá al país en una situación de casi Guerra Civil.
Sólo entre 1820 y 1823 los liberales tras el pronunciamiento militar del coronel Rafael
de Riego logran el poder en el llamado Trienio Liberal, pero su división política, la
conspiración constante del rey y sus partidarios absolutistas contra ellos y la
intervención final de la Santa Alianza a favor del absolutismo con un ejército francés
llamado los “100.000 hijos de San Luis”, terminaron con esta única etapa de gobierno
liberal en este reinado. Fernando VII retornó al absolutismo, persiguiendo a los
liberales de nuevo y paralizando la posibilidad de cambios positivos para el país.
En América los distintos virreinatos demandaban autonomía al rey, e incluso algunos
ya empiezan a apostar por el separatismo. Va haber una división entre los llamados
“patriotas” partidarios de la independencia, normalmente de ideología liberal, y los
“realistas” partidarios de Fernando VII. Este estropeará cualquier tipo de acuerdo al
tratar a los rebeldes como traidores que había que sofocar. Se inicia el proceso de
Independencia de las colonias Españolas en América entre 1810 – 1825, en una
sucesión de guerras durísimas que terminarán por vencer los independentistas. Así, se
irán formando las nuevas repúblicas independientes:
- ARGENTINA 1816 Independencia
Líder – José De San Martín
- GRAN COLOMBIA 1811 – 1819
Ecuador
Colombia
Venezuela
Líder – Simón Bolívar
- PERU 1824.- Independencia por San Martín y Simón Bolívar
- MEXICO 1821.- Miguel Hidalgo y Agustín de Iturbide

En 1825 el proceso de independencia de las colonias españolas concluye con la


creación de una veintena de repúblicas liberales muy débiles con fuertes conflictos
internos y que van a estar en la órbita de Gran Bretaña primero y Estados Unidos
después. No cuaja el proyecto de unidad de Bolívar por los intereses egoístas de los
líderes de la independencia. España solo mantiene Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Al final de su reinado Fernando VII modera su gobierno absolutista para intentar
mejorar la crítica situación, económica y política del país. Además necesitará a los
liberales para darle el trono a su hija Isabel II (1833 – 1868).
4.3. La España Liberal (1833-1875)
4.3.1. Isabel II (1833-1868)
El reinado de Isabel II se inicia con el grave problema de la rebelión carlista (partidarios
de su tío Carlos María Isidro que se apoyó en la vieja ley Sálica para reclamar el trono a
la vez que conseguía el apoyo de la mitad absolutista del país, especialmente
presentes en el norte de España: Navarra, País Vasco y Cataluña especialmente) que
llevará una guerra civil (Primera Guerra Carlista, 1833-1840) que le va a costar mucho
vencer. Para ello la reina recibe el apoyo de los liberales que empiezan a cambiar el
sistema político y social tradicional: se crea una monarquía constitucional con partidos
políticos liberales.

2 Partidos Principales Liberales:


- Partido liberal progresista – Apoyado por la baja burguesía,
Quieren más libertades y progreso
Líderes: Baldomero Espartero y J.A. Mendizábal.
- Partido liberal Moderado – Apoyado por la alta burguesía
Sufragio restringido, pocas libertades, clericalismo
Líder: Ramón María Narváez.
A mitad de camino ideológico más tarde aparecería Leopoldo O´Donnell con su Unión
Liberal (centrista) y del partido progresista el líder pasaría a ser el general Juan Prim.

Para ganar la guerra los liberales necesitan medios económicos y a la vez realizar
reformas sociales para ello recurren a la Desamortización, la venta de tierras
expropiadas de la Iglesia, y luego de los municipios, para poder obtener dinero.
Los liberales se van a apoyar en los generales del ejército para vencer a los carlistas
(Espartero y Narváez los más importantes, cabezas del progresismo y moderantismo y
varias veces jefes de gobierno, sobre todo el segundo, aunque el primero fue mucho
más popular) y por la poca fuerza civil que tenían. Esto va a iniciar una etapa de
intromisión del ejército en la política, con golpes de estado o pronunciamientos.
Con Isabel II gobernaron principalmente los liberales moderados que realizan muy
pocas reformas y entran en un alto grado de corrupción, favoreciendo a los intereses
de la alta burguesía, la aristocracia y la Iglesia. Se industrializa una pequeña parte del
parte país, sobre todo Cataluña con su fuerte sector textil, pero España tendría un
retraso considerable respecto al resto de Europa y la población campesina y
trabajadora era muy pobre y estaba muy explotada. Entre ellos se empiezan a difundir
las ideas socialistas y anarquistas.
Dada la corrupción del régimen y del desprestigio de la reina en 1868 los Generales
Prim y Serrano, pertenecientes al partido progresista, con el apoyo popular se
sublevan y expulsan a la reina en una revolución que buscaba traer una democracia de
verdad para España para ponerla al nivel de los países más avanzados.
4.3.2. El Sexenio revolucionario (1868 – 1874)
Los sublevados en la revolución del 1868 (Progresistas Prim y Serrano, los Demócratas
y los Republicanos) tenían el propósito de conseguir un país lo más democrático y
avanzado posible, sin embargo no lograron estabilidad política y social para
conseguirlo.
Prim y Serrano crean un gobierno provisional para organizar una monarquía
constitucional moderna, con la decisión clara de excluir a los Borbones. Se elige al
candidato propuesto por Prim, el italiano Amadeo I de Saboya, un príncipe con
ideología liberal progresista.
1ª Etapa. (1868 – 1872) MONARQUIA CONSTITUCIONAL: Amadeo I de Saboya.

Amadeo I de Saboya intentará reinar pero no tendrá casi ningún apoyo empezando
por la pérdida de su principal valedor Juan Prim, que es asesinado, y por las
conspiraciones de las clases altas de la sociedad que deseaban la vuelta de los
Borbones.
Además se le sublevan los carlistas de nuevo y los cubanos. También los republicanos
agitan contra la monarquía. Amadeo I terminará dimitiendo y se va de España.
2ª Etapa.(1872 – 1874) I REPUBLICA ESPAÑOLA.
Los diputados republicanos aprovechan la dimisión de Amadeo y proclaman la
1ª república. Habrá 4 presidentes que no supieron reconducir la situación hacía una
república avanzada y estable como ellos deseaban.
PRESIDENTES Federales - Francisco Pi y Margall
Estanislao Figueras
PRESIDENTES Unitarios - Nicolás Salmerón
Emilio Castelar

La I República sufrirá una situación de gran inestabilidad. Continúan los conflictos con
los carlistas y los cubanos. También habrá una conspiración monárquica, conservadora
y borbónica, y una inesperada rebelión cantonalista de republicanos radicales que
buscan crear comunas independientes (cantones) en las provincias, sin esperar a que
la República pudiese realizar las reformas progresistas y federales que había
prometido, puesto que gran parte de sus componentes eran partidarios de una
revolución, siguiendo líneas cercanas al anarquismo. La república debe apoyarse en los
generales (Serrano, Martínez Campos, etc.) del ejército para aplastar las rebeliones,
pero estos son monárquicos en su mayoría, y darán un golpe de estado contra la I
República, dejándose convencer para la vuelta de los Borbones e instaurar de nuevo
una monarquía conservadora y favorecen la llegada del hijo de Isabel II, Alfonso XII
que es proclamado rey.

4.4. La Restauración borbónica (1875 – 1903) (1931).


Retornarán los Borbones en la figura de Alfonso XII hijo de Isabel II.
-1875 – 1885 Alfonso XII
-1885 – 1903 Regencia de Mª Cristina de Hamburgo
-1903 – 1923 (1931) Alfonso XIII

4.4.1 El reinado de Alfonso XIII (1875-1885)


El reinado de Alfonso XII, supone una operación de retorno a los borbones y del poder
para la oligarquía tradicional. El proyecto lo realiza Cánovas del Castillo que crea una
democracia de apariencia moderna, una monarquía constitucional avanzada pero en
realidad controlada de forma fraudulenta a través de los caciques. Concibe un sistema
bipartidista en el que los dos partidos se turnan en el gobierno sin dar la posibilidad de
dar el poder a otros partidos:
- Partido conservador: Antonio Cánovas del Castillo, muy conservador y clerical
- Partido liberal: Práxedes Mateo Sagasta, más progresista y laico.
Las clases altas (alta burguesía en alianza con la aristocracia y la Iglesia) son las
beneficiarias de este sistema que cada vez tiene más problemas por su corrupción y
por no integrar o excluir al resto de la población, a las clases medias de las ciudades,
que solían ser republicanas: a los campesinos, muchos de ellos anarquistas
revolucionarios como los jornaleros del sur; obreros industriales, muchos de ellos
socialistas y anarquistas. También existían campesinos católicos del norte que seguían
siendo carlistas y aparece el nacionalismo regional entre la rica burguesía catalana y
vasca.
4.4.2. la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885 – 1903).

El rey Alfonso XII fallece muy joven y es su viuda María Cristina de Habsburgo quien
lleva un gobierno de regencia por la minoría de edad de su hijo Alfonso XIII (hijo
póstumo de su padre) colaborando con los gobiernos de Cánovas del Castillo y Sagasta.
Es una época con más avances en las libertades y más desarrollo moderno. La Segunda
Revolución Industrial empieza poco a poco a cuajar en España.
Incluso aunque el sistema político y social sigue siendo el mismo, el país va avanzando
poco a poco. Aparecen algunas potentes zonas industriales: Cataluña con su industria
textil, el País Vasco, con industria siderúrgica, Asturias, con su minería del carbón.
Madrid, con su industria ligera y su gran centro financiero.
En consonancia con está industrialización aumenta el número de trabajadores
industriales y se refuerza el movimiento obrero:
- Marxistas:
Pablo Iglesias, fundo el PSOE 1879, y UGT 1888. Dirigió el socialismo español hacia las
directrices de la 2ª Internacional. Poco a poco, fue creciendo entre los trabajadores
madrileños, vascos y asturianos.
- Anarquistas:
Tuvieron un primer representante en Anselmo Lorenzo, partidario de Bakunin. Eran
mayoría entre los trabajadores españoles, especialmente entre los jornaleros del sur y
los obreros catalanes, y fundaron el sindicato CNT, 1910. Fueron duramente
perseguidos y como respuesta recurrieron a continuos atentados terroristas (acabaron
con la vida de políticos como Cánovas del Castillo e intentaron acabar con la propia
vida del rey Alfonso XIII el mismo día de su boda).
- LA CRISIS DE CUBA. Cuba llevaba 20 años con sublevaciones independentistas contra
España, usando una táctica de guerrilla con los llamados “mambises” y siendo su
principal líder José Martí. El ejército español, con bastante dificultad, consigue sofocar
estas rebeliones al principio, pero cada vez cuentan con más apoyo popular entre los
cubanos, tardándose demasiado en darles la autonomía por parte del gobierno
español. En frente, están los intereses imperialistas de los Estados Unidos que
intentaron quedarse con Cuba, pero España se negó a venderles la isla ni a tener
ningún trato en ese sentido con ellos. En 1898, cuando se ha recrudecido de nuevo la
rebelión cubana, el buque de guerra norteamericano Maine explota en el puerto de La
Habana y Estados Unidos declara la guerra a España. España intenta resistir pero
pronto su flota queda destruida ante la superioridad naval norteamericana (batallas
navales de Santiago de Cuba y Cavite en Filipinas) y se ve obligada a ceder Puerto Rico
y Filipinas a los Estados Unidos, y dan la independencia a Cuba, bajo
la tutela norteamericana. Todo esto supuso una gran humillación internacional para
España y provocó una profunda crisis económica y moral, justo un poco antes de que
empezara el reinado efectivo de Alfonso XIII.

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