Lectura Matutina

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Lectura Matutina

El inicio.

Cada mañana nos levantamos con ganas de disfrutar cada una de las experiencias que

nos da el día a día, llegamos a la escuela, un lugar donde se siente el frío de la montaña,

pero poco a poco la calidez del espacio pedagógico nos permite   adentrarnos en la vida

cotidiana de cada uno de los niños que llegan a la Escuela inicial. Ellos desean

experimentar nuevas cosas en este espacio que es distinto a la escuela de cemento, de la

norma y de la uniformidad. 

Los niños suben a la cancha   a correr, a saltar, bailar y a jugar ... a compartir con los

otros; a entrar en calor para lo que van a vivir ese día. Pasados esos primeros 30 minutos

del día, Alicia y Sebastian los esperan allí, ellos en lugar de recibirlos, se sienten

acogidos por los niños, estos cuelgan en sus piernas, los abrazan y se preparan para esa

aventura fantástica de la lectura matutina.

Los maestros y los niños organizan el espacio, ya sea con sillas, sentados en el piso o

acostados en colchonetas.  Cambian su disposición a la escucha, a la palabra y al mundo

mágico que encontrarán en la historia que se compartirá este día.

Sebastian comienza la historia cambiando la tonalidad de su voz, para llamar la

atención, mientras tanto Alicia pregunta sobre lo qué está pasando en el cuento, ¿De qué

se tratará? Señalando la portada del cuento, lo que lleva a los niños a relacionar el titulo

con lo que puede suceder en la historia que se va a compartir.

Teniendo en cuenta esto, lo que se busca es propiciar una experiencia en la cual los

niños generen un gusto por la literatura, donde encuentren elementos que enriquezcan

su oralidad y se alejen de los métodos de escritura y lectura tradicionales. Asimismo,

brinda pautas distintas a los maestros que proponen el ejercicio ya que lo que narran

pasa por lo emocional, lo gestual y lo vivencial. 


De igual manera, el niño se dispone de distinta manera a la experiencia que va a vivir,

puesto que, no se condicionan a seguir unas directrices establecidas, sino que, se

preparan y se organizan de tal manera que puedan experimentar de una manera distinta

la actividad.

La emisora de la EPE

Cuando se inició el confinamiento, fue todo tan sorpresivo que no alcanzamos a

imaginar qué pasaría con los niños y nosotros. Lo cierto es que; Nico, Cata, Sebas y

Alice nos imaginamos, soñamos con las ideas y todo lo que nos llegaba a la mente,

como siempre, lo conectábamos. ¿Qué íbamos a enviar a los niños?

Claro, una lectura a través de la radio de la escuela.

Decidimos leer “El renacuajo paseador”1 de Rafael Pombo. Le dimos una leída para

ubicarnos en el texto. Luego fuimos eligiendo qué personaje acogería cada uno de

nosotros y así llegamos al espacio de la emisora.

Todo era nuevo en nuestro hacer alrededor de la lectura: usar micrófonos, audífonos,

atender a los tiempos para que se escuchara bien y así lo disfrutaran los niños.

De esta emocionante práctica, nos enteramos de que los niños sonreían cuando lo

escucharon e identificaban las voces de cada uno de nosotros. Ello nos llevó a ratificar

que, si bien es cierto la alegría que a nosotros nos produjo la planeación de la lectura,

como el ejercicio mismo, los niños lo vivieron también con alegría y a su manera.

La experiencia de gozar como maestros una actividad de lectura para los pequeños, sin

duda transmite esa pasión que es justo lo que deseamos fomentar en los niños.

Este ejercicio nos permitió revisar de qué manera se elegían los textos, los referentes

que se encontraron fueron: ¿Qué producía en los maestros después de leer?, ¿Qué le

significa el texto que se va a leer?,¿Por qué es importante abordar ese texto y no otros?

1
https://drive.google.com/file/d/1jpT5lFEb9qBX4gmrZqjvLZXuYyA3sm_6/view?usp=drivesdk
¿CÓMO PLANEAMOS LA LECTURA?

Nos convoca el placer y el entusiasmo que nos une como maestros que deseamos

compartir con los niños de E.I historias, adivinanzas, cuentos, retahílas… Ello nos lleva

a escoger la lectura, planear las estrategias, ubicar el espacio y la organización de este.

En una oportunidad propusimos representar La pobre viejecita de Rafael Pombo.

Para ello, requeríamos de la participación de los 8 maestros que conformaban el

colectivo de E.I, lo que hizo que algunos tuvieran que pedir apoyo para sus clases, y la

disposición para asumir la presentación fue inminente.

Elegimos los personajes con varios días de anticipación, cada uno buscaba su vestuario,

¡claro nos apoyábamos todos en ello¡: alguno ofrecía traer una prenda o accesorio que

necesitara el compañero, buscamos en la escuela dentro del material de danzas,

preguntábamos a los otros compañeros de acuerdo con la necesidad para así tener en lo

posible el atuendo de cada personaje. Hicimos el listado de lo que requería la

escenografía y entre todos aportamos los elementos requeridos.

Acordamos el día, la hora y conversamos sobre la forma en que se haría la presentación:

Alicia haría la narración y los personajes se irían ubicando de acuerdo con el momento

de la historia.

Ya era el día acordado, mientras los niños estaban en su actividad física matutina, el

grupo de maestros de E.I nos dispusimos con alborozo a organizar el espacio incluyendo

las sillas para que cada uno al sentarse, pudiera ver bien la puesta en escena. En la

conversación y en las acciones que íbamos desarrollando, era evidente como surgían

propuestas y necesidades de buscar algún elemento o acondicionar de una u otra manera

los espacios de acuerdo con las sugerencias.


Llegaron los niños, miraron con asombro lo que aparecía frente a sus ojos, se fueron

ubicando y una maestra les contó lo que se iba a hacer: vamos a escuchar y a observar la

narración de un poema, al final podemos conversar si lo desean.

Termino la presentación y los niños se pararon, unos abordaban a los personajes,

sonriendo, diciéndoles: ¡tú eres Martha! (la profe de educación física), otros querían

ponerse los zapatos de la pobre viejecita, husmear los espacios de la escenografía.

¿Qué nos habíamos propuesto? Representar la obra para los niños como parte de la

formación lectora que estamos convencidos, debe propiciarse en la escuela que inicia.

El trabajo colectivo.

En la anterior experiencia hemos querido evidenciar el trabajo en grupo desde los

maestros, lo cual se refleja en la formación de los niños.

Trabajar en colectivos es posibilitar el camino hacia la formación de la autonomía en

cada uno de los individuos al permitir la toma de decisiones y llegar a acuerdos en

beneficio de todos, es decir pensando y actuando, reconociendo la existencia de cada

uno, sus aportes y manifestaciones que enriquecen las apuestas.

Formar colectivos implica una manera de convivir con los otros donde se evidencian

conflictos, necesidades, preguntas que dan paso a la conversación, a la búsqueda de

caminos que recogen diversas posturas en tanto se da el reconocimiento del otro y se

logra llegar, a acciones que se requieren de acuerdo con las necesidades del colectivo.

Por otra parte, emergen las emociones que se suscitan cuando se va conformando de

manera grata una propuesta que recoge ideas, saberes y experiencias dada la

heterogeneidad y las interacciones, que enriquecen y genera la construcción de


conocimientos. Se reconoce entonces, que todo aprendizaje está atravesado por la

emoción, el goce y el desafío para dar paso a diversas experiencias.

El maestro de la EPE en su ejercicio cotidiano reconoce la importancia de conversar con

sus pares como una forma de compartir sus inquietudes, sus ideas o sus conflictos. Estas

conversaciones también se dan en espacios organizados como lo son las asesorías

de área y de ciclo cuyo propósito es orientar los procesos académicos y sociales que se

han de llevar a los diferentes niveles o cursos como propuesta de trabajo. Otra evidencia

del trabajo en colectivo es la asamblea de maestros en la que cual se propone una

organización de temas, de acuerdo con las necesidades como lo es preparar el carnaval,

resolver conflictos entre los estudiantes, recoger inquietudes y propuestas frente a la

organización del horario o la participación en un evento académico, lo que nos deja

expresarnos, escucharnos y llegar a acuerdos, aunque no siempre sea así.

Esta dinámica de trabajo en colectivo nos ha permitido la escritura reflexiva de las

actividades con los estudiantes para compartir en diversos eventos nacionales e

internacionales con otros maestros.

Al hablar de la experiencia con los niños, nuestra intención sigue siendo orientar y

contribuir para que ellos identifiquen una forma de organización como lo es en

colectivo. Por ejemplo, los invitamos a acordar como arreglar el salón para una

actividad o compartir los colores que se ponen en un recipiente sobre la mesa de trabajo

en la cual pueden haber 6 pequeños y deben acordar como comparten los colores. Esto

son inicios de lo que va constituyéndose en trabajo colectivo.


En la EPE “entendemos por colectivo a un grupo de personas que se convocan por un

problema común (teórico, práctico o ambos) en el cual cada uno aporta desde sus

posibilidades, generándose una interacción que permite el conocimiento y el

reconocimiento”. Saavedra, De la Rosa (2002, p. 17).

Lectura del Estofado del Lobo.

Nos hemos dispuesto en un salón de los compañeros grandes a disfrutar de la lectura.

El espacio es grande y las sillas también, las hemos dispuesto de tal manera que todos

puedan ver la proyección, porque este cuento lo veremos en diapositivas que no tienen

letras, no hay palabras, sólo imágenes con las que haremos preguntas desde las

estrategias lectoras y la narratología.

Han llegado todos, la algarabía se percibe por el espacio no conocido como un lugar

cercano a ellos. Corren a sentarse y algunos a curiosear algunos elementos que hay en el

salón y nosotros, llamamos su atención orientándolos como ubicarse, les preguntamos

¿por qué estamos ahí?, la necesidad de escuchar para disfrutar la historia, cómo van a

responder a las preguntas que nosotros haremos para que todos las oigamos, entre otros.

Vamos a escuchar "El estofado de Lobo" de la autora Keiko Kazsa

A lo largo de la narración, se hicieron algunas preguntas, como:

¿Qué les hace pensar ese nombre?

¿De dónde será ese nombre?

¿Qué elementos componen la imagen de la portada?

¿Qué oficio tiene el lobo?

¿Quién más usa ese gorro?

¿En que trabajan los papás?


¿Cómo es la expresión de la gallina?

¿Cuáles son las características del lobo de la naturaleza?

…pero apenas se asomó a espiar por el ojo de la cerradura… ¿Qué ocurre?

Abordamos entonces, las Estrategias Lectoras: Muestreo, Predicción, Inferencias,

propuestas por Margarita Gómez Palacio2 y Emilia Ferreiro3y el enfoque que aborda la

Narratología propuesto por Tzvetan Todorov.

Dentro del ejercicio lector del Estofado de Lobo se presentaron solo las imágenes,

dejando de lado nuestro interés por el texto escrito y centrándonos en la imagen visual

La primera pregunta, los niños respondieron que la Autora era de Japón, y que este país

se encontraba muy lejos, que las personas que habitan allí son diferentes, que su forma

de relacionarse y de comer es diferente. Allí encontramos dos factores importantes, por

un lado, el niño pone de plano todo el conocimiento previo que tiene, teniendo en

cuenta las características culturales tanto propias, como las que ha aprendido en su

desarrollo cognitivo y por otra parte el papel que juegan los medios de comunicación en

el acercamiento a las diferentes culturas puede notarse cuando Juana Martina señala que

los japoneses son parecidos a las personas que aparecen en la película de Mulán. Dentro

de esta primera parte nosotros como profesores creemos que los niños hacen

reconocimiento de distintos contextos y lugares.

2
Palacio, M., Villareal, M., Gonzalez, L., López, M., & Jarillo, R. (1995). El niño y sus

primeros en la escuela (2.a ed.). Secretaria de Educación Pública.

https://drive.google.com/file/d/1aYU_YFi_KL_86ph9fL44WLXrarsu-xZr/view?

usp=sharing

3
Ferreiro, E., & Teberosky, A. (1991). Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Siglo
XXI.
Por otra parte, dentro del ejercicio desarrollado, los niños al encontrarse que en el

cuento aparece un lobo y es el protagonista, lo relacionaron con otros textos literarios

como: Caperucita roja, los tres cerditos, y por otro lado con la ronda infantil “Juguemos

en el bosque”.

En este aspecto notamos que los niños generar intertextualidad ya que relacionan el

personaje con otros que son similares al del cuento que se está leyendo.

Finalmente encontramos la compresión de la noción de tiempo, ya que en el cuento los

niños señalan el cambio del día a la noche y el cambio que tiene la luna a lo largo del

cuento.

Sobre las estrategias lectoras.

Comprendemos y compartimos que las estrategias que se utilizan para leer permiten al

lector o a quien escucha una lectura, relacionarse con el mundo que esta propone. Estas

habilidades lo llevan a comprender mejor el texto, a obtener información y utilizarla a

partir de las preguntas, relaciones y conversaciones que se gestan, posibilitando la

formación de lectores críticos, curiosos, pensantes, soñadores… que interpretan y en

especial disfrutan lo que leen.

Estas estrategias son:

1- Inferencias: Es leer entre líneas, extraer una información que no es explicita en

un texto o en una conversación o en una imagen.

2- Anticipación: se refiere a la formulación de hipótesis acerca de lo que ha de

venir en el texto.
3- Predicción: Se refiere a la destreza para elaborar hipótesis acerca de la

información que puede encontrarse en el texto.

Por otra parte, el lector acoge y hace evidente los conocimientos previos a través de una

interacción comunicativa, sus ideas, sus opiniones se perciben en el lenguaje que

expresa, así como de forma precisa evoca elementos de otros cuentos o de la vida

cotidiana.

Aquí se vuelve indudable la relación con la vida diaria de cada niño en tanto las

historias permiten, desde una concepción de lectura, la interacción entre esos dos

mundos.

Otro enfoque de interpretación lectora es la Narratología, enfoque que pusimos en

práctica en esta lectura.

La Narratología hace referencia al estudio estructural de los elementos de la narración y

los diferentes significados que se generan.

Dichos elementos son: el narrador, los actores, el tiempo y el espacio.

El Narrador describe el curso de hechos que se dan en un tiempo y en un espacio,

elementos estos que conforman la historia. El tiempo refiere la duración y de qué

manera van organizados los hechos en el cuento. El espacio hace referencia a los

lugares donde acontecen los diferentes momentos del escrito.

Lectura en casa y la magia de la palabra

La pandemia nos hizo cambiar la forma de realizar el ejercicio de la lectura matutina

donde valiéndonos de diferentes medios de comunicación masiva como lo es

WhatsApp, donde día tras día se envió la lectura matutina. El colectivo de maestros nos

reunimos y organizamos como sería el ejercicio, si bien esta estrategia  rindió sus
frutos , ya que , los niños participaron  compartiendo sus  ideas, sus respuestas y sus

ideas de la lectura desarrollada, a Sebastián le pareció pertinente incluir en este ejercicio

a las familias que hacían parte del grupo de Escuela Inicial del año 2020 , en cual cada

día una a una compartía sus historias, allí apareció: Guapa  realizada por la familia de

Zoé, el hombre de jengibre realizada por la familia de Matthew  entre muchas otras.

Emilia y su familia compartieron la historia de He perdido a mi mami ¿Where is my

mom? de Julia Donaldson, en la cual madre e hija se valían de herramientas antes

trabajadas por los maestros como lo son: el cambio de entonación de las palabras, la

reproducción de onomatopeyas de los animales que aparecen en el cuento y el uso de

sonidos e imágenes para acompañar el ejercicio de lectura en voz alta.

Leer en voz alta, es una actividad que nos permite aprender a escuchar, imaginar con las

palabras y encontrarnos con los otros en la construcción de diálogos en los que se ha de

evidenciar, entre otros, cómo el niño aprende a recoger lo que el compañero ha dicho

para construir la conversación, de tal suerte que lo que se escucha no sólo recobra

sentido por lo que significa para cada uno, sino que da paso a establecer una relación

con el otro al intercambiar ideas, expresar emociones, refutar o argumentar lo que se

dice.

Pero no solo escucharse entre sí los enriquece, el tono de la voz, los gestos, la

entonación, darle voz a cada personaje y la emoción con que el maestro realiza la

actividad son acciones que aportan a forjar ese agrado por la lectura en cada uno de los

niños. 

Por otra parte, las lecturas también están orientadas hacia la comprensión lectora para lo

cual utilizamos estrategias como el muestreo, la anticipación, la inferencia o la


predicción que posibilitan una relación con el texto de manera activa dado que quien

escucha conversa con el texto más allá de lo que oye. 

Creemos, además, que la interacción con la lectura no se queda sólo en la comprensión

y la verificación de la escucha. La intención de la lectura y de las preguntas que surgen

de ella están encaminadas hacia la posibilidad de expresión del niño entorno a la

relación que identifica en lo que se relata con sus experiencias de vida y su contexto. En

la lectura de “Las vacas que dan leche con sabor”, escrita por Esteban Cabezas, Zoé,

una pequeña de escuela inicial, manifestaba de forma indignada su posición frente a la

experimentación que hacía el profesor Hans Fritz Chucrut con vacas, diciendo que: “no

es justo que lo hagan siempre con las vacas y en cambio podríamos buscar alternativas

para crear leche con harina o agua”.  

De acuerdo con lo anteriormente expuesto, deseamos formar lectores felices, que

disfruten a partir del encuentro con la poesía, la rima, el cuento, las adivinanzas, una

noticia… en un diálogo orientado por las preguntas del maestro que llevan al niño a

ubicar una información no explícita en el texto, predecir completando enunciados de la

lectura, anticipar de qué tratará la lectura conociendo el título, evocar recuerdos o la

intertextualidad que se refleja en la relación con otras lecturas realizadas.

Asimismo, se busca que los niños generen un reconocimiento por las palabras que

encuentran en los textos que nos comparten a través del grupo creado, al igual que, esto

le permite encontrarse con nuevas formas escriturales, por les llama la atención

reconocer los elementos que se presentan allí (Palabras), lo cual, les causa curiosidad

saber que son esos símbolos o que representan.

Por otra parte, el trabajo que realizaron las familias nos permitió fortalecer los procesos

de aprendizaje de los niños, puesto que, el acompañamiento en este espacio permitió


dialogar en torno al proceso de lectura y los elementos que van tomando los estudiantes

para desarrollar la experiencia. Esto es importante ya que en la EPE la familia

representa la contraparte del quehacer pedagógico.

El cuento sin nada 

 Una de las gratas experiencias que se ha desarrollado en el espacio de lectura matutina

fue utilizar un cuento latinoamericano que nos invitó a construir multiplicidad de

historias a partir de la narrativa que este maneja. Este es "El cuento vacío” de Rocío

Sanz el cual se encuentra en una recopilación de cuentos recogida por la secretaría de

cultura de Ecuador, este nos narra que en esta historia no había personajes, lugares.

Asimismo, este no tenía un inicio, un nudo o un desenlace lo cual permitió que los niños

construyeran personajes y lugares para poder construir una historia.

Primero anotamos cada uno de los personajes que iban a aparecer, recuerdo que había

ninjas, robots, sirenas, unicornios, piratas y pokemones.

De la misma manera, había muchos lugares donde iban a acontecer la historia (El mar,

la luna, un castillo, entre otros). Teniendo todo lo anterior como maestros nos dimos a la

tarea de buscar una estrategia que permitiera construir una historia y elegimos que las

preguntas orientarán el ejercicio permitiendo así que la multiplicidad de diálogos se

entretejiese y tuvieran un sentido para ellos y para los demás. Asimismo, se utilizan

elementos de la narratología, para la descripción de personajes, lugares, tiempo y

desarrollo de la historia (inicio, conflicto y desenlace.

Teniendo en cuenta cada uno de los elementos señalados comenzamos con erase una

vez, había una vez, en lugar muy lejano…Posteriormente, se ubica el lugar donde se

desarrollará la acción y dónde estarán los personajes y se inicia la historia, cada niño va

diciendo cuál es su personaje y qué acciones desarrolla en el espacio, es en este


momento donde las preguntas orientarán la continuación de la historia y le permitirán al

niño construir colectivamente con los otros.

Lo que se enuncia anteriormente, nos ha permitido encontrar distintas secuencias de la

historia (Se inicia la idea, se desarrolla y se culmina), (Se inicia, se propone otra idea y

se culmina), (Se inicia, se cambia de idea y no se culmina), lo cual nos abre múltiples y

diversas posibilidades dentro del ejercicio propuesto valiéndose de imaginación, la

creatividad y la orientación que se le dé.

Literatura vs español

Si bien existen algunos presupuestos teóricos sobre la enseñanza de la lectura y

la escritura, en la EPE se busca trabajar de forma distinta, ya que creemos

importante primero que los niños se acerquen a la palabra escrita y hablada por

medio de la literatura, puesto que esto ayudará a enriquecer su vocabulario,

reconocer los grafemas y los fonemas, para ir desarrollando el proceso escrito a

través de las hipótesis escriturales (Kaufman, Ferreiro y Teberosky) y lo oral a

través de las estrategias lectoras (Margarita Gómez Palacios). Al igual que como

lo señala Martha Nussbaum cuando escribe que “la imaginación narrativa sirve

como el cultivo de la compasión de la capacidad de pensar y de ponerse en los

zapatos de las otras personas”. Nussbaum, M. (2012)

Finalmente, queremos invitar a todos los maestros que han decidido acompañar el

crecimiento de los niños de Escuela Inicial, a encontrar el goce que la lectura nos deja

experimentar y que es una grata opción para compartir con los pequeños, siempre que

nos dejemos permear por ella. 

Bibliografía
Ferreiro, E., & Teberosky, A. (1991). Los sistemas de escritura en el desarrollo del

niño. Siglo XXI.

Nussbaum, M. (2012). Imaginación Narrativa. En El cultivo de la humanidad. (págs.

117-143). Paidós.

Palacio, M., Villareal, M., Gonzalez, L., López, M., & Jarillo, R. (1995). El niño y sus

primeros en la escuela (2.a ed.). Secretaria de Educación Pública.

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REVISTA: NODOS Y NUDOS (2002) Edición especial Colectivos y redes

pedagógicas en Iberoamérica. Volumen 2. N. 12 enero-Julio 2002 Bogotá

Sebastián Cruz

Alicia Tarquino 

Maestros E.I

Marzo 21 de marzo de 2021

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