Ensayo Sobre El Análisis El Otro Kelsen

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
EJE JOSÉ FELIX RIBAS-ARAGUA
MARACAY-EDO. ARAGUA
P.F.G: ESTUDIOS JURIDICOS
U.C: ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DEL DERECHO Y DEL PENSAMIENTO
JURÍDICO
SEGUNDO SEMESTRE

ENSAYO SOBRE EL ANALISIS DEL OTRO KELSEN DEL AUTOR OSCAR


CORREAS

ESTUDIANTE: ORLANDO J. CARVALLO S.


C.I: 10.111.881

Maracay, 21 de Noviembre de 2020


EL OTRO KELSEN

Hans Kelsen, considerado el jurista más importante del mundo moderno por
su trabajo de la “Teoría Pura del Derecho”, de lo político a lo filosófico, de este
modo afirma su teoría de que “el derecho” es una ciencia, con el objeto de investir
de pureza al derecho y separarlo de la política, con ello del poder que tiene este
último. Por otra parte, la crítica de Correas al pensamiento y de la denominada
teoría “pura” del derecho de Kelsen, es contradictoria, en su libro se enuncia una
teoría “pura”, en su lugar se distingue una amplia descripción de una filosofía
política, así lo afirma el autor.

Por otra parte, Kelsen considera que el hombre “...posee “una naturaleza
humana” inmutable o “mutable” pero en un futuro incierto...”, son característica que
comparten todos los hombres, este pensamiento es propio de los filósofos
occidentales, “iusnaturalista” y “metafísico”. Si de naturaleza se trata, algunos
afirman, podría decirse que el hombre es “bueno” pero la sociedad lo corrompe,
para Kelsen, Hobbs, entre otros el hombre es “malo”, pero que la sociedad, la
represión, le permite subsistir, éste no puede vivir aislado y apartado del conflicto;
por el contrario la línea de Rousseau, Marx y el cristianismo, perciben al hombre
como pacífico, ingenuo, amigable, de espíritu comunitario y libre. En cuanto al
cristianismo el hombre pasó al estadío donde impera la maldad, la guerra y la
corrupción. Otro aspecto, muy notorio en Kelsen, es su pesimismo y la negativa a
la desaparición de la normatividad, ya que considera que la intervención del
Estado es nociva, y que a la larga se convertirá en una dictadura y desaparecerá
el Estado y con ello la libertad, para el hombre es egoísta, conflictivo y
anticomunista, pero que puede ser educado, reprimido y controlado socialmente,
para coexistir en sociedad a través del derecho. Su mayor valor es la democracia,
el hombre ha de ser libre, y es a partir de la tolerancia democrática que se puede
lograr, se opone a poder absoluto, sin embargo, el gobierno democrático no
escapa de las injusticias del capitalismo, la violencia y el egoísmo.
Kelsen fue el mejor ejemplo de que no hay filosofía política que no sea
antropología, ni antropología que no sea política. En este sentido, Kelsen en la
búsqueda del hombre originario se sintió fuertemente atraído por esa visión de los
pueblos primitivos, y buscó la respuesta a una pregunta fundamental, analizando
las diferencias entre la imputación y la causalidad y entre la naturaleza y la
sociedad; he ahí la respuesta sobre la evolución histórica de la sociedad,
partiendo de ese hombre originario.

Libertad e Igualdad: Kelsen expresa en su teoría que la libertad e igualdad


solo es posible en una democracia, pero a su vez son reacciones ínsitas de una
sociedad. El deseo de libertad es natural desde el hombre originario, y es el orden
social que ejerce un peso sobre la voluntad ajena, en tanto más abrumador es,
más intenso la manifestación del hombre a la conciencia del propio, eso no es más
que el temor a ser dominado y aún más por quien ejerce ese dominio.

La filosofía política kelsiana, fundamentada en los sentimientos, instintos,


temores y deseos, forman parte de la imperfección humana, y esa imperfección
humana da lugar a un sentido positivista, y es desde ese momento que surge la
necesidad de crear un sistema de gobierno que propenda la libertad y la igualdad,
pero solo en democracia. Sin embargo, también impera un punto de vista
controvertido, ya que contraría a la visión utópica del hombre bueno; es en este
punto, donde Kelsen en una visible crítica a la utopía Marxista de la desaparición
del Estado, muestra el lado negativo de la naturaleza humana.

La imperfección del hombre: la maldad. Más allá del análisis del hombre
como ser social, es la dicotomía existente entre un sistema capitalista y el
marxista, como lo afirma Kelsen; “el hombre es malo, y requiere ser controlado a
través de la norma”, además de considerar que el capitalismo, es propio de la
naturaleza humana y evidencia la explotación del hombre por el hombre, muy por
el contrario, el socialismo encierra al hombre en la visión de la solidaridad y del
bien común, se extrae de las afirmaciones, la visión política kelsiana de la
necesidad de la normatividad como medio de control social, además de lo
coercitivo. En este orden de ideas, es cuando queda demostrado que el progreso
se basa en la lucha y en la limitación de la emotividad del ser humano, lo que se
logra a través de la creación de un ordenamiento jurídico constructivo.

La búsqueda de la felicidad. La felicidad va más allá del sentido


individualista, por lo cual, la idea del hombre ser bueno o malo, pasa a otro plano
que es el del control social, a través del Estado, es decir, la facultad de tomar
medidas coercitivas para caso extremo, para asegurar la convivencia ciudadana; a
partir de esto, entonces, la felicidad es vista colectivamente.

La Democracia: Kelsen expresa como dato natural, que la felicidad, solo


puede alcanzarse socialmente y que esta fórmula se encuentra en los textos de
democracia y para seguir siendo libres e iguales es necesario un Estado. Este
dominio que ejerce el hombre por el hombre debe concebir ciertas características
para catalogarlo de naturaleza humana y pueda coincidir con el anhelo de felicidad
que solo se alcanza en sociedad y a su vez, estrechamente ligado al inmenso
deseo de libertad. Esta idea kelsiana se funda en lo expresado en el texto
“Esencia y valor de la democracia" con ciertas evocaciones hegelianas y
marxistas, constituye uno de los más bellos y contundentes preceptos de la
democracia moderna.

En sus pensamientos filosóficos, Kelsen hace aparecer la diferencia entre


“Naturaleza y Sociedad”. Hans Kelsen en su teoría Pura del Derecho expone:

“A la ley de causalidad se contrapone la norma. Desde el punto de vista de


la Naturaleza, y en un sentido primitivo, libertad significa la negación de las
leyes sociales, y desde el punto de vista de la sociedad, la negación de las
Leyes naturales. El "retorno a la naturaleza" (o la “libertad natural”) solo
significa ruptura de los vínculos sociales, mientras que el acceso a la
Sociedad (o sea a la libertad social) significa ruptura con las leyes
naturales” (p.17).

Este pensamiento filosófico enmarca dentro de un plano socialmente


democrático, toda idea de libertad social y democrática, sin vinculación alguna con
las leyes naturales que es propiamente primitivo del ser humano. Además, en lo
que se refiere a la transición de lo natural a lo social, lo denomina
“desnaturalización” y considera que es solo un primer peldaño, el inicio a una
transformación de la conciencia humana desde el estado de naturaleza al estado
de orden político coactivo.

En esta perspectiva la democracia se empeña en ser la participación del


dominio en la dominación, el Estado asume una personalidad inmaterial, solo para
ocultar el hecho del dominio del hombre por el hombre; el Estado siempre ha
prevalecido sobre la voluntad del individuo, aun en democracia y a su vez se ha
hecho compatible con la aniquilación de las libertades individuales.

A pesar de que Kelsen defiende su teoría de Estado, es profundamente


inevitable el resultado de que la democracia es una “desnaturalización” y de este
modo se ha convertido en un mal necesario para la convivencia humana;
pareciera que esta transición busca sin duda alguna, a un final generalizado de la
idea de libertad, al asegurar en su obra que "el lugar de la libertad del individuo es
ocupado por la soberanía del pueblo" (p, 27).

En el mismo orden de ideas, si el pueblo ya ha ocupado el lugar de la


libertad, entonces tampoco existe como unidad y el Estado nunca puede hablar
por el pueblo, porque este solo existe como conjunto de individuos, pero son todos
los miembros del pueblo los que participan en la formación de la voluntad estatal.

Lo anteriormente descrito da paso para entrar en el tema de los partidos


políticos y el principio de la mayoría: Kelsen pensaba en el Parlamento como una
técnica social, formado por diputados de los diferentes partidos y estos a su vez
son portavoces de la voluntad del pueblo. Sin embargo, es de hacer notar que esa
representación es lo más cercano a la idea de participación de los gobernados, en
una democracia capitalista que solo ha obedecido a los intereses particulares,
dejando un margen muy estrecho entre la libertad y lo que hoy llamamos justicia
social; desde mi punto de vista, todo el modelo kelsiano, está formado con una
visión plausible solo a quienes les favorece, esto no quiere decir que no se
reconocen las bases teóricas del modelo de su teoría pero la visión de la
contemporaneidad obedece a requerimientos evolutivos que han venido
concientizando nuestros pueblos en la búsqueda de esa mayor suma de felicidad
posible.

En el sistema democrático imperante, existe una monarquía parlamentaria,


que pretende justificar su permanencia con la excusa de que son los
representantes de las mayorías que expresan su voluntad por medio de la
participación en el sufragio, pero cave la pregunta ¿realmente son representantes
de los intereses de un pueblo? ¿O simplemente obedecen a intereses particulares
que sirven a sus propios propósitos? Kelsen ha llegado aún más lejos en su
defensa a la democracia palpando en lo más recóndito del alma del ser humano
aunque algunos kelsenistas solo quieran oírlo hablar de la norma jurídica. En esta
búsqueda de explicar y combatir el totalitarismo, se encuentran textos ciertamente
extremos.

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