Los Senoi
Los Senoi
En cierto modo, cada integrante del pueblo de los Senoi es un brujo sabio y
respetado, y al mismo tiempo un artista creativo. Si un adolescente aún no lo
es, es un aprendiz de ello.
Una actitud que debe mantenerse siempre durante un sueño -así lo indica el
chamán- es confrontar y superar el peligro. Jamás se debe ser víctima, rol que
en nuestras sociedades, con cierto masoquismo, muchos gustan jugar. Si, por
ejemplo, un niño se ve atacado por una bestia y ha llegado a ser víctima, se le
indica que la próxima vez que se vea en sueños en tal situación, deberá
enfrentar a la bestia para domarla o matarla. Si no es capaz, deberá pedir
ayuda, lo que acentuará su espíritu solidario. Si el soñante mata a la bestia, el
espíritu de ésta se convierte en su aliado, que lo ayudará a vencer otros
peligros en otros sueños. De este modo, desde pequeño el ser humano es
educado hacia la integración positiva en su personalidad de lo naturalmente
violento.
Hay muchos otros aspectos en la educación de los sueños de los Senoi. Así, lo
negativo de un sueño deberá ser transformado en positivo. Si una persona
sueña con una caída vertiginosa, ésta deberá ser convertida en vuelo. Si se
muere en el sueño, deberá aprovecharse la ocasión para tener una buena
reencarnación. Si se sueña que alguien ha sido hostil en su comportamiento
hacia uno, se le comunicará y el otro deberá hacer un obsequio para mostrar
su disposición a la reconciliación. Si se sueña que un conocido enfrenta un
peligro, se deberá indicárselo y prometer ir en su ayuda si el peligro se hace
realidad. En definitiva, la educación consiste en llegar a dominar y a dirigir los
propios sueños, lo que implica que el inconsciente aflore hacia la conciencia y,
de este modo, vivir en forma despierta, lo que en concreto desemboca en una
cultura pacífica y espiritual.