Apuntes Filosoficos - Zygmunt Bauman Sociedad de Consumo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

Zygmunt Bauman: sociedad de consumo

apuntesfilosoficos.cl/sociedad-de-consumo-zygmunt-bauman/

Ver todas las entradas realizadas por L.M.R. June 4, 2017

INICIO

Para Zygmunt Bauman vivimos en una “sociedad de consumo” [1], no una atenta por
cumplir las exigencias básicas e inalienables de nuestro organismo, sino una que
promueve en todos sus miembros integrantes la incesante búsqueda de satisfacción de
deseos que ella misma crea y estimula para mantenerse en funcionamiento. Publicita y
promete una “vida feliz” – satisfacción máxima aquí y ahora de todos los deseos- pero, a la
vez, requiere frustrar sistemáticamente su cumplimiento definitivo para garantizar un
deseo en constante movimiento. Sin embargo, esto aún no es lo más decisivo, “el secreto
mejor guardado de la sociedad de consumidores” es que recompensará a todo individuo
que participe de su lógica consumista con la inclusión social, pero no sin antes hacerle
pagar el mayor costo de todos: transformarlo a él mismo en un atractivo producto de
consumo.

La característica más prominente de la sociedad de consumidores –por cuidadosamente


que haya sido escondida o encubierta- es su capacidad de transformar a los consumidores
en productos consumibles (p. 26).

Sociedad y alienación del deseo

En primer lugar, es necesario comprender el consumismo como un atributo de la sociedad


misma, más que del individuo. Se trata de un mecanismo por medio del cual le es extraída
a éste su querer o deseo en general para transformarlo en una “fuerza externa” que sirva
de impulso para el funcionamiento y las operaciones de la sociedad:

la capacidad esencialmente individual de querer, desear y anhelar debe ser separada


(“alienada”) de los individuos (…) debe ser reciclada/reificada como fuerza externa capaz
de poner en movimiento a la “sociedad de consumidores” y mantener su rumbo en tanto
forma específica de la comunidad humana. (p. 47)

1/5
Sin embargo, esta separación del deseo del individuo no es predominantemente
conseguida por medio de una coerción sobre él, sino a través de la estimulación,
multiplicación y seducción de sus apetitos y deseos ante la oferta publicitada de
incontables y exaltados productos de consumo que, bajo una ilusoria promesa de felicidad
y satisfacción, ofrecen la posibilidad de construir la propia identidad bajo la aceptación y
pertenencia en la vida social con los otros.

“Vida feliz” y perpetua frustración

Ahora bien, la efectividad de esta estimulación por medio de la promesa de la vida feliz,
no son sino ilusiones construidas que jamás realizan plenamente lo que prometen en la
imagen desde la cual se presentan. El individuo espera ser feliz por medio de grandes
satisfacciones continuas. En un tiempo de tipo “puntillista” espera de cada momento la
experiencia de un big-bang por aquello que se le ha ofrecido “con bombos y platillos” para
ser consumido:

se cree que cada punto-tiempo entraña la posibilidad de otro big bang, y lo mismo se cree
de los sucesivos, sin importar lo que haya sucedido en los anteriores y a pesar de que la
experiencia demuestra que la mayoría de las oportunidades suelen ser erróneamente
anticipadas o postergadas, mientras que la mayoría de los puntos resultan estériles y,
cuando no, nacen muertos. (p. 53)

A pesar de la frustración posterior ante lo


exagerado y la engañosa publicidad de la
promesa de estas oportunidades, no hay
una toma de conciencia o aprendizaje tras
las múltiples experiencias de error, sino
más bien un olvido sistemático. Este olvido
queda garantizado por la inmensa oferta de
nuevos productos a consumir, las nuevas
“oportunidades de felicidad” por perseguir
y la habituación (reafirmada por quienes
mismo venden dichas oportunidades) de
desechar rápidamente aquello que resulta
ya frustrante u obsoleto. En efecto, no se
comprende plenamente el salto de uno a
otro punto de consumo sin la contraparte
de una facilitada eliminación de lo
adquirido (lo nuevo es exaltado y valorado, lo viejo o antiguo despreciado e impulsado al
desecho y recambio).

‘No llorar sobre la leche derramada’ es el mensaje latente en todos los comerciales que nos
prometen un camino inexplorado hacia la felicidad. O bien el big bang ocurre ahora, en el
momento mismo de nuestro primero intento, o no tiene sentido demorarse en ese punto
en particular y es hora de dejarlo atrás y pasar a otro. (p. 57)

2/5
Son estos aspectos en conjunto, la oferta ilimitada de ilusiones de felicidad y la
posibilidad de eliminación inmediata y el olvido de sus correspondientes frustraciones, lo
que permiten que no se rompa el ciclo de consumo y desecho (y el trabajo infatigable que
se vuelve necesario para costearlo, al menos, para gran parte de la población). Este ciclo –
acelerado por estos saltos incesantes- garantiza que la “fuerza externa” del deseo separado
del individuo sea eficiente y no se paralice por una definitiva o plena satisfacción.

Es por esto que Bauman afirma que la sociedad de consumo necesita mantener, para
sostenerse a sí misma y progresar, una contradicción en la vida de sus miembros.
Mientras promete la felicidad -definida como satisfacción de todos los deseos posibles-
mantiene el deseo en falta para un consumo en movimiento y, por consiguiente (y bajo
sus propios términos de felicidad) conserva al individuo en una “perpetua” infelicidad (cf.
p. 71).

Inclusión social y daño colateral: el ser humano como producto de consumo

El segundo aspecto – y probablemente el más relevante- es que para pertenecer y no ser


excluido de la sociedad vigente, el individuo se ve inconscientemente forzado a volverse él
mismo un muy buen producto de consumo en medio de la ya inmensa oferta existente y,
para conseguirlo, consume productos que prometen trasladar su propio valor a aquel que
lo adquiere:

“consumir” significa invertir en la propia pertenencia a la sociedad, lo que en una


sociedad de consumidores se traduce como “ser vendible”, adquirir las cualidades que el
mercado demanda o reconvertir las que ya se tienen en productos de demanda futura. (…)
El material informativo de todos los productos promete –en letra grande, chica o entre
líneas- aumentar el atractivo y valor de mercado de sus compradores. (p. 83)

Es de este modo como la sociedad de consumo evalúa constantemente a los individuos


según su rendimiento consumista y su propia cualidad de ser objetos deseados para el
consumo. Recompensa incluyéndolos gradualmente en los distintos y ascendentes
estratos sociales, o bien penaliza excluyéndolos de estos hasta el punto máximo de
dejarlos fuera como “inoperantes” para la sociedad. El consumo mismo se vuelve una
adquisición de “emblemas” que indica a los otros, atrapados en la lógica consumista, la
pertenencia o exclusión respecto de distintos grupos dentro de la sociedad.

La “sociedad de consumidores” implica un tipo de sociedad que promueve, alienta o


refuerza la elección de un estilo y una estrategia de vida consumista, y que desaprueba
toda opción cultural alternativa; una sociedad en la cual amoldarse a los preceptos de la
cultura del consumo y ceñirse estrictamente a ellos es, a todos los efectos prácticos, la
única elección unánimemente aprobada: una opción viable y por lo tanto plausible, y un
requisito de pertenencia. (p. 78)

Lo anterior no sería viable sin el necesario momento de exhibición en el cual el construido


“quién soy” se presenta a los otros para su aprobación (por lo general implícita) como un
yo que “es alguien”, esto es, de importancia dentro del contexto de lo deseable y
consumible. Esta exhibición que busca “saber venderse”, hace uso de todo tipo de medios

3/5
para resultar atractivo, a tal punto que los individuos “se ven obligados a desplegar para la
tarea las mismas estratagemas y recursos utilizados por el marketing” (p. 151). Esto es, se
trata a sí mismo como una cosa a vender, una cosa que debe llegar a ser altamente
deseada por medio de la imagen desde la cual se seduce a los demás. No resulta para
nadie hoy una sorpresa esta característica manifestada en la exposición de la propia vida
en las principales redes sociales que utilizamos.

Si tal deseo de aprobación llega a tales extremos, es posible conjeturar un subyacente


temor a la exclusión, al aislamiento o, en otras palabras, a la falta de atención y deseo por
parte de los demás:

la mayoría de nosotros en el mundo contemporáneo tenemos miedo de ser abandonados,


de quedarnos solos, de perder el contacto con la vida que nos rodea. Es el miedo más
importante que tienen las personas, está en nuestras peores pesadillas, aunque no lo
digamos abiertamente: “estoy sólo, me han expulsado”. (*)

Así, en suma, podemos comprender cómo la sociedad


se sirve de este temor radical para provocar un
desenfrenado consumo que –más que la satisfacción
del consumo en sí- promete la definición de sí mismo
como algo exhibible y deseable frente a los otros. De
este modo, sin embargo, el sentimiento de
pertenencia resulta siempre ilusorio al estar fundado
en una lógica de consumo en el que el trato de unos
con otros no es sino un constante consumir y
desechar. Esto resume en buena medida lo que
Bauman considera finalmente uno de los principales
“daños colaterales” de la sociedad en que vivimos, a
saber, que nuestra “vida de consumo” establece y
asegura “la transformación total y absoluta de la vida
humana en un bien de cambio” (p. 162).

Notas

[1] A lo largo de esta obra Bauman realiza regulares contraposiciones entre la “sociedad
de trabajadores” de la fase sólida de la modernidad, y la “sociedad de consumidores”
propia y correspondiente de la fase líquida de la modernidad (o ya conocida en general
como “Modernidad líquida”). Aquí me limitaré a una descripción directa de los
principales rasgos de la “sociedad de consumidores” sin mayor referencia a la “sociedad
de trabajadores”.

Referencia

– Vida de consumo, Zygmunt Bauman, Fondo de cultura económica 2007

4/5
– (*) Entrevista a Zygmunt Bauman, Jordi Évole, extraído 4/06/2017
de https://youtu.be/_EnGbibIGx4?list=PLkkhA4nmp01X2nXPWCYZMSMLSM7dOrw1S

Watch Video At: https://youtu.be/_EnGbibIGx4

INICIO

5/5

También podría gustarte