Introduccion A La Proteccion Civil

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Temario

Sesión 1.
1. Antecedentes de la protección civil
o Características generales de la Tierra y el territorio-enfoque local
o Antecedentes del Derecho Internacional Humanitario (guerras,
consecuencias de las guerras, surgimiento de organismos
internacionales)

Sesión 2.
1. Antecedentes de la protección civil
o Instrumentos internacionales en materia de protección civil y
gestión integral de riesgos

Sesión 3.
2. Factores de la protección civil
o Desastre
o Riesgo
o Amenaza

Sesión 4.
2. Factores de la protección civil
o Vulnerabilidad
o Peligro
o Fenómenos naturales y antrópicos que pudieran ocasionar desastres

Sesión 5.
3. La protección civil en México
o Época prehispánica
o Periodo post-independencia
o Periodo post-revolución

Sesión 6.
3. La protección civil en México
o Plan DNIII-E y Plan Marina
o Bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección
Civil
o Primera Ley General de Protección Civil
o Ley General de Protección Civil del 6 de junio de 2012

1
Sesión 7.
4. Qué es la protección civil
o Definición
o Campo de acción
o Características del personal que trabaje en protección civil

2
Sesión 1
Elementos de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

 Reconocer las características generales de la Tierra y el territorio

 Identificar la necesidad de interacción entre individuos y sociedades

 Conocer los orígenes e instrumentos del Derecho Internacional Humanitario

Sesión 1 / Tema 1. Antecedentes de la protección civil

La ciencia de nuestro tiempo ha logrado establecer que la edad de la Tierra es cercana a los 4 mil
600 millones de años. Y que a lo largo de ese tiempo ha pasado por distintos periodos de
enfriamiento y de calentamiento global. La primera era glacial ocurrió hace 2 mil 300 millones
de años y se perpetuó por mil 150 millones de años. Se calcula que el agua apareció hace 3
millones 800 mil años y 200 millones de años después surgieron las primeras formas de vida.

Según investigaciones recientes, el oxígeno se produjo hace 2 mil millones de años. La segunda
era de la Tierra como bola de nieve ocurrió hace mil 200 millones de años, luego ocurrió un
periodo templado y enseguida se produjo una nueva glaciación hace 700 millones de años. Uno
de los periodos más enigmáticos es el precámbrico, el cual inició hace 550 millones de años.
Posteriormente se desarrolló una era conocida como paleozoica, hace 540 millones de años. Y
ese periodo finalizó con una quinta era glacial que comenzó hace cerca de 430 millones de años.

Hace 300 millones de años la Tierra tenía la forma conocida como Pangea, inferida como un
segmento de tierra que unía los bloques que hoy denominamos continentes. En ellos había lagos,
y grandes extensiones de flora con pequeños reptiles, y peces de agua salada sin alta
concentración de salinidad. Durante 100 millones de años evolucionaron las especies y los
grandes mamíferos han sido ubicados en el periodo conocido como era Mesozoica, hace cerca
de 245 millones de años, la cual abarcó un periodo de 180 millones de años, hasta que se produjo
una extinción masiva hace cerca de 65 millones de años (Viñas, 2013).

(s. a.). (s. f.). Pangea [imagen].


Tomada de http://foro.redjedievolution.com/viewtopic.php?f=50&t=76
Posteriormente ha sido registrado un nuevo periodo de glaciación global y se deduce que hace
50 millones de años los continentes adquirieron la forma que caracteriza al planeta Tierra hasta
nuestros días. Se estima que desde entonces se han producido en el planeta los fenómenos
geológicos e hidrometeorológicos que son parte de nuestro tiempo, aunque con características
particulares.

Recientemente, un estudio de investigadores de la Universidad de Yale y el Instituto Tecnológico


de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) reconstruyó las condiciones climáticas
asociadas a la presencia de El Niño e ilustró, por medio de un modelo, las zonas de presencia y
la tendencia en la dirección de las trayectorias de los huracanes, deducidas durante el plioceno
(Fedorov et ál., 2010).
El plioceno inició hace 5, 332, 000 años y terminó hace 2, 588, 000 años. Descubrieron que la
recurrencia de huracanes era muy superior a las cifras que se tienen en el siglo XX. Y que las
condiciones existentes en el plioceno son similares a las que se esperan tener con el efecto
invernadero, que será percibido con el aumento en la temperatura global. En el plioceno, la
temperatura global era 4 ºC superior a la actual. Como ha sido comprobado que la temperatura
superficial del mar no es el único factor que incide en la presencia de los huracanes, el estudio
incorporó más variables que sustentaron una representación iconográfica. La siguiente imagen
ilustra lo anterior.

Fedorov, V., Brierley, C. y Kerry, E. (2010). Tropical cyclones and permanent El Niño in the early plioceno [imagen].
Tomado del artículo en prensa para la revista Nature.
El Sol es el astro que produce la mayoría de los fenómenos que ocurren en la Tierra. La fuerza
de atracción le permite circular en una trayectoria astronómica. El viento en la Tierra surge de la
evaporación del agua debido a los rayos de calor solar. El sol transmite energía a los seres vivos
por medio de distintos procesos como la fotosíntesis de las plantas. Y sin el Sol, ningún tipo de
vida existiría en el planeta llamado Tierra.

En el interior del tercer planeta del sistema solar también se producen procesos que han sido
deducidos. Al parecer el planeta Tierra está constituido por tres capas, un núcleo duro, un núcleo
externo líquido, un gran manto y la corteza.

La corteza está dividida en dos partes, la corteza continental, de entre 10 a 70 kilómetros de


espesor; y la corteza occidental, de 7 kilómetros de delgada.

Estos enormes bloques, al moverse, dan estabilidad a la gran masa terrestre. Además, se realizan
desplazamientos de enormes placas continentales. Han sido identificadas tres: a) divergentes, son
las que se van separando; b) transformers, son las que se deslizan una con respecto a otra; y c)
convergentes, son las que chocan y producen fenómenos como la subducción, que contribuye
con el surgimiento de coordilleras montañosas y volcanes.

La mayoría de los volcanes están ubicados en el denominado Anillo de Fuego del Pacífico, que
es identificado en el contorno del Océano Pacífico. En el planeta existen súper volcanes cuya
actividad explosiva es capaz de afectar la vida en todo el globo terrestre, como ocurrió hace
aproximadamente 642 mil años cuando se presentó la última erupción del volcán ubicado en el
parque Yellowstone.

(s. a.). (s. f.). Parque Yellowstone [fotografía] Tomada de


http://pixabay.com/get/b3db22ae2038658370ef/1404756038/grand-prismatic-spring-302708_1920.jpg?direct

Además, el desplazamiento de las placas tectónicas produce sismos propios de su movimiento


natural y algunas zonas son extremadamente activas.
(s. a.). (s. f.). Volcanes activos en los últimos 10 mil años [imagen]. Tomada de
http://www.britannica.com/EBchecked/media/3265/Volcanoes-and-thermal-fields-that-have-been-active-during-the

Los primeros humanos surgieron hace 200 mil años. Y los vestigios más antiguos de
civilizaciones se remontan a los 5 mil y hasta 20 mil años antes de Cristo (Göbekli Tepe, Tell
Qaramel, Tell Hamoukar, etcétera). Desde entonces han ocurrido diversos sucesos catastróficos
que han producido la extinción de civilizaciones que aún son enigmáticas para la ciencia actual.

Esos antecedentes muestran que las catástrofes se han presentado en diversas ocasiones y que los
desastres no son un invento de la modernidad, sino una posibilidad cuando se convive entre
manifestaciones extremas de la naturaleza. Los desastres en la antigüedad guardan características
con los actuales, puesto que resultan de la combinación de varios factores: la exposición, la
presencia de una amenaza natural y las condiciones vulnerables que hacen mayores o menores
los impactos. Desde que el humano habita la Tierra, la sobrevivencia ha representado un
problema, pues depende de la naturaleza y de sus múltiples manifestaciones, ante las cuales ha
tenido que adaptarse.

En el territorio que denominamos Estados Unidos Mexicanos (México) se desarrollan procesos


hidrometeorológicos, climáticos y geológicos considerados extremos, a los cuales está expuesta
la mayor parte de su población.

México es el único país que es afectado por huracanes desde dos océanos: el Atlántico y el
Pacífico. El Atlántico es más activo, pero en el Pacífico se han producido más impactos de
ciclones tropicales entre 1970 y el 2010. México cuenta con un litoral de cerca de 11,593
kilómetros y dos terceras partes están frente al Océano Pacífico. El país está dividido en 31
estados y un Distrito Federal, y 17 de sus estados se ubican en zona costera, expuestos a los
efectos e impactos de los ciclones tropicales. La mayor cantidad de muertos en un desastre
asociado a un huracán ocurrió en 1976, durante el paso del fenómeno Liza, sobre La Paz, Baja
California Sur, donde una presa se desbordó y al agua impactó las casas que se encontraban a su
paso.
(s. a.). (s. f.). División política de los Estados Unidos Mexicanos [imagen].
Tomada de http://3.bp.blogspot.com/-
3iGMjunNjMk/TVNGVsvijII/AAAAAAAAIFs/OhyQgulJFQo/s1600/Mapa+politico+de+Mexico.gif

En promedio se forman 26 ciclones tropicales anualmente en ambas cuencas, 617 en el Pacífico


mexicano entre 1970 y el año 2010. Y 468 en la cuenca del Golfo y Atlántico entre 1970 y 2010.
El año 2005 ha sido la temporada más numerosa de ciclones tropicales, se formaron 28 en la
cuenca Golfo-Atlántico y 15 en la del Pacífico. La frecuencia decadal es opuesta en las cuencas,
cuando incrementan los ciclones en una, disminuyen en otra. El fenómeno El Niño influye en la
formación de huracanes más intensos, pero pocos impactan territorio mexicano, la mayoría se
internan en el Pacífico.

En el siglo XX son considerados Niños fuertes, los registrados entre 1982 y 1983 y entre 1997 y
1998.

A continuación se enlistan dichos fenómenos:


Debes considerar que aunque varios de esos fenómenos alcanzaron categoría 4, la mayoría
impactaron Tierra degradados.

Además de los ciclones tropicales, nuestro país está expuesto a múltiples fenómenos
hidrometeorológicos y climáticos como la sequía, la ausencia de lluvias, El Niño, La Niña,
granizadas, inundaciones, marejadas, mareas de tormenta, monzón, tornados, frentes fríos, ondas
de calor, etcétera.

¿Quieres saber más?


Observa las trayectorias de los huracanes producidos en 1982 y 1983, y 1997 y 1998 en:

http://weather.unisys.com/hurricane/e_pacific/index.html

Los fenómenos geológicos más peligrosos que afectan a México son los sismos y las erupciones
volcánicas.

El sismo más mortal de nuestro tiempo ocurrió en septiembre de 1985 y destruyó una porción
muy poblada de la Ciudad de México, en la que se ha deducido que se alcanzó la cifra de 6 mil
muertos. La actividad sísmica se concentra en algunas regiones de México, principalmente en los
estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit; aunque también
en la zona norte de los estados de Baja California y Sonora se han reportado sismos intensos.

(s. a.). (s. f.). Terremoto México 1985 [imagen].


Tomada de http://www.fundacionunam.org.mx/blog/cultura/terremoto-de-1985.html/attachment/terremoto1985
México está considerado como uno de los países con más alta sismicidad en el mundo, ya que en
él se concentra alrededor del 6% de la actividad mundial. Esto se debe a que su territorio se
localiza en una región donde interactúan cinco importantes placas tectónicas: Cocos, Pacifico,
Norteamérica, Caribe y Rivera, además de algunas otras fallas regionales o locales con distintos
grados de actividad sísmica, entre las que destacan la de Acambay, localizada en la zona central,
y el sistema de fallas de Ocosingo, en Chiapas, al sur del país.

Las zonas afectadas por sismos comprenden todo el territorio de 11 estados y parte del territorio
de otros 14, abarcando en conjunto más del 50% del total nacional. Por las características del
subsuelo, la Ciudad de México es una de las zonas que presentan mayor riesgo frente a la
ocurrencia de sismos de gran magnitud, como el que se espera se origine en la brecha sísmica de
Guerrero (Mansilla, 1996).

Padilla, R. (2014). Representación de los volcanes mexicanos activos e inactivos[imagen].

La explosión volcánica más mortal ha sido la del volcán Chichón, en Chiapas, ocurrida en 1982.
Pero el incremento de población en torno a los volcanes más activos de México podría causar un
desastre, ya que la exposición a estas amenazas se ha incrementado notablemente.

Cerca del volcán Ceboruco viven cerca de 97,486 personas. Entorno al Chichón 182,000, cerca
del Paricutín 326,000. Junto al Colima 349,000. Entorno al Popocatépetl 422,000. Y junto al
Tacaná, 511,000. La zona de mayor actividad volcánica la compone el cinturón que abarca los
estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Hidalgo, Estado de México, Distrito Federal,
Puebla, Morelos y Veracruz. Sin embargo, el volcán más activo de México es el de Colima,
también llamado Volcán de Fuego.
(s. a.). (s. f.). Volcán de Colima [imagen]. Tomada de http://www.mexicodesconocido.com.mx/volcan-de-colima.html

El volcán que representa el mayor riesgo poblacional es el Popocatépetl. De acuerdo con la


Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI) se
consideran activos los volcanes que se han manifestado en menos de 10,000 años. En México se
ubican 22 de los 300 volcanes más activos que existen en el mundo (Pavia, 2009).
Sorprendentemente México cuenta sólo con 12 volcanes muy activos (Macías y Capra, 2005, p.
10).

(s. a.). (s. f.). Volcán Popocatépetl [fotografía]. Tomada de http://www.cenapred.gob.mx/popo/2014/ene/p0102143.jpg

En la cultura occidental se ha escrito una historia sustentada con diversas fuentes escritas y
tangibles que han mejorado las interpretaciones del pasado. En ella se ubican grandes eventos
como el contacto de la cultura hispana con la mesoamericana, el cual ha dado origen a la mezcla
cultural que caracteriza a los mexicanos. En los últimos 522 años se transformó la cotidianidad
nativa prehispánica y, después de las conquistas y el colonialismo, los procesos sincréticos
culturales han dado lugar a grandes transformaciones productivas, administrativas,
institucionales, territoriales y religiosas.
En el siglo XX se han producido cambios vertiginosos en sintonía con algunos procesos
mundiales, como las dos guerras mundiales, la evolución del sistema mercantil, el libre comercio
y el capitalismo. Los conflictos bélicos históricos mostraron el horror de la destrucción e hicieron
evidente la necesidad de contar con acuerdos internacionales que protegieran la vida de quienes
no participan en las guerras o son víctimas colaterales.

Antecedentes del Derecho Internacional Humanitario (guerras, consecuencias de las


guerras, surgimiento de organismos internacionales)

El Derecho Internacional Humanitario proviene de las antiguas culturas, quienes sujetaron las
guerras a ciertas leyes y costumbres. Actualmente es un conjunto de normas que por razones
humanitarias trata de limitar los efectos de los conflictos armados, protegiendo a las personas que
no participan en los combates, además, limita ciertos usos de armas y métodos de hacer guerra.
Está integrado por acuerdos o tratados que son firmados por los Estados que los reconocen como
obligatorios.

¿Quieres saber más?


Consulta el Convenio de Viena en:

http://ozone.unep.org/new_site/sp/vienna_convention.php

La Segunda Guerra Mundial influyó en la firma de estos acuerdos internacionales para proteger
los derechos humanos, mayoritariamente aceptados por los estados y que han dado forma a
documentos como los Convenios de Ginebra de 1949, entre ellos el de la Protección Civil.

Estos convenios, después de la Segunda Guerra Mundial, contemplaron la protección de las


víctimas de los conflictos armados, limitaron el uso de ciertas armas de destrucción masiva y
dieron pie a la Convención de la Haya de 1954, donde también se protegieron los bienes
culturales. Ha sido particularmente delicado el tema del uso de armas bacteriológicas, debatido
ampliamente desde la convención de 1972. Y de manera similar se han firmado acuerdos para
limitar el uso de ciertas armas convencionales, en 1980; restringir ciertas armas químicas, en
1993; evitar las minas antipersonales desde 1997 y proteger la vida de los niños involucrados en
los conflictos armados.

La Segunda Guerra Mundial dejó una cifra de 14 millones de combatientes muertos en el campo
de batalla. Pero sobre todo, mostró al mundo el poder de la destrucción masiva tanto de militares
e inocentes como de infraestructura arquitectónica y entorno ecológico. Fue dramático el impacto
de las bombas arrojadas por los E.U.A en Japón en 1945, porque hicieron evidente que era posible
la extinción de la raza humana por medio del poder tecnológico al servicio de las fuerzas bélicas.
Y a pesar de que se firmó el fin de conflicto, la amenaza de la destrucción masiva nuclear
continuó durante la denominada Guerra Fría, protagonizada por los antagónicos Estados Unidos
de América y la Unión Soviética.

¿Quieres saber más?


Consulta La Segunda Guerra Mundial:

https://www.dropbox.com/s/ari30wjicwyrgpi/
La%20Segunda%20Guerra%20Mundial.mp4?dl=0
Al terminar la Guerra Fría, el medio ambiente se convirtió en un tema fundamental por su
importancia en la preservación de la vida que amenazó la radiación nuclear. A la par, nuevas
investigaciones mostraron que existían otros peligros para el humano, en los cuales estaba
influyendo de manera inconsciente. Sin embargo, en 1985 se logró la firma del Convenio de
Viena para la Protección de la Capa de Ozono y entró en vigor el 22 de septiembre de 1988. Fue
ratificado universalmente, pues el problema de la destrucción de la capa de ozono demostró, por
medio de la opinión pública, su peligrosidad para la raza humana.

Por lo anterior, el Convenio de Viena ha promovido la cooperación internacional para la


investigación acerca de los impactos que los humanos causamos en la capa de ozono. Con estas
investigaciones se aporta evidencia para demostrar las actividades humanas nocivas y para
proponer medidas legales o administrativas para sancionar a los responsables.

¿Quieres saber más?


Consulta La Guerra Fría en:

https://www.youtube.com/watch?v=IXeNFCTfbU0

Consulta El Convenio de Viena:

http://ozone.unep.org/new_site/sp/vienna_convention.php

Sesión 2 / Competencia

Elemento de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

 Identificar los instrumentos internacionales, así como sus antecedentes en materia de


gestión integral de riesgos

Instrumentos internacionales en materia de protección civil y gestión integral de


riesgos

Entre los años 70 y 80 las diversas catástrofes tecnológicas causaron el cuestionamiento acerca
de los riesgos que estaban implícitos en los desarrollos tecnológicos. Con base en observaciones
directas, la antropóloga Mary Douglas identificó que algunas comunidades e individuos están
dispuestos a aceptar ciertos riesgos, mientras que rechazan otros (Douglas, 1985); y que la
comodidad permite aceptar la contaminación ambiental, a pesar de sus consecuencias para la
salud; en parte por un fenómeno social conocido como inmunidad subjetiva, el cual se manifiesta
cuando los individuos piensan que están exentos de padecer un desastre o un accidente.

Lo que caracteriza la época contemporánea es el establecimiento de instancias y de políticas


internacionales para hacer frente a diversas situaciones riesgosas. Esta dinámica es
particularmente notable en las áreas de sanidad y del medio ambiente (Revet, 2011).
La contaminación de una nube nuclear, las epidemias y algunos huracanes como Mitch, afectan
a varios países a la vez, lo cual hace evidente que se requiere una amplia intervención para ciertas
amenazas. Sin embargo, en algunas naciones el tema de la protección civil es prioritario, mientras
que para otras ha sido una imposición del modelo hegemónico norteamericano. En
Latinoamérica, hasta nuestros días se realizan acciones para actualizar los protocolos de
protección civil y pocos países cuentan con algún fondo similar a los desarrollados en México,
denominados Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y Fondo de Prevención de
Desastres Naturales (Fopreden).

¿Quieres saber más?


Consulta El Desastre nuclear de Chernobyl:

https://www.youtube.com/watch?v=tShaE0d-tWA

La cooperación internacional ha sido fundamental para enfrentar desastres.

En 1927, un tratado firmado por 19 países, 16 en el marco de la Sociedad de las Naciones,


implementa la Unión Internacional de Socorros, estableciendo así las bases de una asistencia
común entre los países firmantes. Sin embargo, en 1932 esta disposición caducó casi
inmediatamente debido a la Segunda Guerra Mundial (Revet, 2011).

Durante la Guerra Fría, distintas organizaciones enfocaron ciertos esfuerzos en la atención a las
víctimas y el socorro en el seno de las Naciones Unidas, cada agencia operaba según su mandato:
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (Food and
Agriculture Organization, FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (World Food Programme,
WFP) para el suministro de la ayuda alimenticia, la Organización Mundial de la Salud (World
Health Organization, WHO) para la vigilancia de las epidemias y la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Office of the United Nations High
Commissioner for Refugees, UNHCR) para la puesta en práctica de eventuales desplazamientos
de población.

En Bangladesh, en noviembre de 1970, un ciclón detonó un desastre que causó la mayor cantidad
de muertos registrados en la historia.

A raíz de este evento, se constituyó un movimiento de internacionalización de socorros a través


de la Organización de las Naciones Unidas para Ayuda de Desastres (United Nations Disaster
Relief Organization, UNDRO).

Desde 1971, esta organización se ha encargado de coordinar las actividades de socorro de las
principales agencias de la ONU, cuando los países afectados buscan asistencia internacional. La
idea principal ha sido crear una institución capaz de dirigir los socorros a nivel mundial. Sin
embargo, algunos países han temido perder su soberanía, por lo que actualmente la UNDRO
está autorizada solamente a movilizar, orientar y coordinar las actividades de socorro de los
diversos organismos de las Naciones Unidas para satisfacer una demanda de asistencia
formulada por un estado víctima de un desastre (Revet, 2011).

Uno de los instrumentos internacionales en materia de protección civil es el Manual para la


evaluación de desastres.
Surgió después del terremoto de Managua que azotó la capital nicaragüense en diciembre de
1972. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) lo propuso en 1991
tras participar en más de 90 estimaciones de los efectos e impactos sociales, ambientales y
económicos de desastres en 28 países de la región (entre ellos, 15 de los 20 desastres más letales
acaecidos en América Latina y el Caribe en los últimos 40 años). En los desastres evaluados por
esa entidad se han registrado aproximadamente 310, 000 fallecimientos y 30 millones de personas
afectadas con un costo de 213, 000 millones de dólares a precios del año 2000.

Por lo anterior, en 1991 la experiencia acumulada por la CEPAL en esta materia fue plasmada
en la primera edición del manual de desastres, a cargo de Roberto Jovel. Tras esta publicación,
el Banco Mundial comenzó́ a usar esa metodología en países fuera de la región. A la fecha, se ha
empleado en 40 países de otros continentes, fundamentalmente África y Asia.

En 2003 se publicó una segunda edición bajo la dirección de Ricardo Zapata, un esfuerzo que
contribuyó a la difusión de esta metodología y a la “transferencia de conocimiento sobre la
materia a gobiernos de la región” (Bárcena, 2014).

En materia de prevención, desde los años 70, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (United Nations Development Programme, UNDP) y la FAO establecieron un sistema
de alerta para supervisar la evolución de las sequías y de las hambrunas, mientras que la
Organización Meteorológica Mundial (World Meteorological Organization, WMO) y la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (International Telecommunication Union, ITU) se han
movilizado en las áreas de la predicción de tormentas y de la rapidez del sistema de
comunicaciones intercontinentales (Revet, 2011). Sin embargo, los mayores esfuerzos
preventivos surgieron después de que se visibilizó la proporción del problema de los desastres.
La información contenida en las organizaciones del llamado primer mundo les permitía participar
en labores de asistencialismo.

Pero en los noventa se hizo evidente que hacía falta ampliar el panorama de los riesgos y los
desastres. Por lo anterior, Naciones Unidas declaró los años noventa como el Decenio
Internacional de Prevención de Catástrofes Naturales (DIRDN).

El geofísico estadounidense Frank Press, ex consejero científico del presidente Carter de 1977 a
1980 y presidente de la Academia Nacional de Ciencias de E.U.A de 1981 a 1993 (bajo la
administración de Reagan y después bajo la de George H. Bush), evocó por primera vez la idea
de un decenio internacional sobre el tema de las catástrofes "naturales" en 1984, en el VIII
Congreso Internacional de Ingeniería Sísmica. Durante varios años se dedicó a fortalecer la
propuesta y buscar investigadores que representaran a una gran cantidad de países para que
pudieran contribuir con conocimiento sobre riesgos y desastres.

La propuesta de la ONU tuvo como principales cinco objetivos, los cuales se muestran a
continuación:
Los avances y logros fueron expuestos en diversos medios y encuentros, uno de los más célebres,
la Conferencia Mundial en Yokohama en 1994, fue la primera Conferencia de las Naciones
Unidas organizada sobre el tema de la reducción de riesgos y de catástrofes “naturales".

De 1990 a 1999, la contribución de los científicos es innegable y se observó una transformación


significativa, sobre todo en la creciente influencia de las ciencias sociales en el estudio del riesgo
y los desastres, abriendo brecha en la hegemonía de las ciencias naturales.

(s. a.). (s. f.). Portada del libro Los desastres no son naturales [imagen].
Editado en La RED.

En los años noventa, en Costa Rica, se conformó un grupo llamado La RED (Red de Estudios
Sociales en Prevención de Desastres en América Latina), en parte como respuesta a la
tecnocratización de las amenazas y desastres promovida por Naciones Unidas.
Desde La RED, diversos académicos, instituciones, grupos no gubernamentales de diferentes
países han promovido, hasta nuestros días, el estudio social de los riesgos y desastres; en
particular en los países menos desarrollados o en desarrollo, principalmente de Latinoamérica.

La RED promovió un enfoque constructivista que profundiza en los antecedentes históricos y las
relaciones sociales, políticas, culturales y medioambientales que explican la construcción social
del riesgo y del desastre. Se hizo evidente que, aunque algunos fenómenos son destructivos, no
todos son devastadores, pues la vulnerabilidad es el agente social activo que determina el grado
del desastre.

¿Quieres saber más?


Consulta La RED:

http://www.desenredando.org/lared/antecedentes.html

La evidencia empírica y la reflexión teórica han documentado los desastres más significativos
de cada continente en los últimos 30 años. Durante ese lapso también se han evidenciado
algunos enfoques que perduran en la identificación de los riesgos, en la caracterización del
desastre y en la protección de los humanos ante las amenazas de origen natural y
antropogénico. En 30 años de debate es claro que las sociedades del mundo conviven con
distintas amenazas y prácticamente ningún humano está exento de algún impacto desastroso
durante su vida. Sin embargo, las variables que contienen los conceptos han marcado cambios
muy notables en el significado de algunos que son paradigmáticos como riesgo, desastre,
desastre natural y vulnerabilidad, con discursos divergentes o complementarios dentro de la
teoría general de los estudios sociales de riesgos y desastres (Padilla, 2014).

Como lo señala la especialista en riesgo, la antropóloga francesa Sandrine Revet, en el siglo XXI
surgió la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (International Strategy for
Disaster Reduction, ISDR), que fue aprobada por la Asamblea General de la ONU el 21 de
diciembre de 2001.

Y se convirtió en una plataforma de varias agencias encargadas de promover actividades en favor


de la reducción de los riesgos y desastres.

Se formó con un equipo menor que el del DIRDN, pero la ISDR tomó un rumbo cauteloso durante
los años 2001-2005. Sin embargo, tras el tsunami de 2004 en el sudeste de Asia se realizó la
Conferencia de Kobé organizada por la ISDR en 2005. La mediatización y la conmoción que
suscitó a nivel internacional esta catástrofe impulsaron la temática de los riesgos y de los
desastres al primer lugar en todas las agendas, debates e introducciones de informes o textos
producidos en los meses y años siguientes.

Con evidencia de diversos casos, se hizo notable que el asistencialismo no resuelve el problema
de la vulnerabilidad de los países, y que la vulnerabilidad es la condición que hace que un desastre
tenga menores o mayores proporciones.
Ante ese panorama, se propuso enfocar los esfuerzos en reducir las vulnerabilidades a través de
distintos mecanismos.

Para ello se planteó un marco de acción a través de una resolución de la Asamblea General de la
ONU en diciembre de 2005. El Marco de Acción de Hyogo (Hyogo Framework for Action,
HFA), se hizo operativo para el periodo 2005-2015, y fue adoptado por los 168 países y por las
organizaciones que participaron en la conferencia de Kobe, donde se pretendió definir las
acciones prioritarias que se aplicarían para reducir las vulnerabilidades ante los desastres.

¿Quieres saber más?


Consulta:

www.unisdr.org

Así, la ISDR se presentó desde entonces como un sistema de alianzas que incluye gobiernos,
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, instituciones financieras
internacionales, actores científicos y técnicos del sector privado. Su secretaría es la encargada de
coordinar y de ejecutar la apertura del HFA (Revet, 2011).

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una organización que surgió
posterior a la Segunda Guerra Mundial con el propósito de mantener la paz en el mundo.

Sin embargo, también ha ampliado sus perspectivas y participa en operaciones de socorro ante
desastres. Particularmente su participación se vio fortalecida después de los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York, ya que evolucionó la noción de seguridad, y colocó en el
mismo nivel a las amenazas terroristas, los riesgos naturales y las catástrofes tecnológicas,
principalmente mediante el concepto de seguridad global y de administración de todos los
riesgos (all hazards management).

Gradualmente la OTAN se ha consolidado cada vez más como una organización de gestión del
riesgo que se centra en las amenazas futuras. Sus operaciones de prevención de riesgos en
Ucrania o en Asia Central demuestran este reposicionamiento. Aunque no todos los miembros
de la Alianza tienen un consenso real en las transformaciones del papel de la OTAN en términos
de protección civil, algunos quisieran ver en el futuro en la Alianza una agencia de seguridad
global.

Para la OTAN, su reposicionamiento en el campo de la seguridad civil, especialmente en materia


de socorros y de prevención de riesgos y de catástrofesnaturales, le permite mantenerse en un
entorno que no le es favorable.

Sin embargo, las amenazas -naturales y las tecnológicas o terroristas- son presentadas como
permanentes, y el mundo es percibido como día a día más "vulnerable" en razón de las actividades
antropogénicas, de la urbanización creciente y del cambio climático (Revet, 2011).

¿Quieres saber más?


Consulta Cronología la OTAN:

https://www.youtube.com/watch?v=7R64xzfGW6c
Como se ha expuesto, son diversas las organizaciones e instituciones que han enfocado sus
esfuerzos en la respuesta, rehabilitación y reconstrucción tras un desastre. Sin embargo, son pocas
las que han promovido un enfoque en la denominada Gestión Integral de Riesgos y Desastres
(GIRD).

Con la GIRD, se hizo evidente que era necesario capacitar a la población para mejorar sus
capacidades de respuesta ante las amenazas naturales. Por ello se promovió la Gestión de Riesgos
y Desastres (GRD), que además procuraba atender oportunamente las emergencias y manejar de
la mejor manera los desastres.

A pesar de la perspectiva de la GRD aún predominaba la idea de que el fenómeno natural era el
desastre y que por lo tanto los desastres eran inevitables. Esta idea aún está presente en los
sectores menos informados, y aún siguen confundiendo a los fenómenos con “desastres
naturales”.

Sin embargo, desde la década de los ochenta, algunos estudios latinoamericanos ya insistían en
que el factor presente en todos los desastres era la sociedad y que las condiciones de
vulnerabilidad social influían en la intensidad del desastre. La Gestión Integral de Desastres no
es una invención reciente, en realidad es un concepto para denominar lo que las comunidades
indígenas han realizado a los largo de siglos, para enfrentar las inclemencias del medio ambiente.
Y en el plano urbano se aplica para identificar las formas como las comunidades citadinas se
defienden del medio ambiente y de las condiciones riesgosas.

El especialista en riesgos, el colombiano Gustavo Wilches-Chaux, coincide en que la Gestión de


Riesgos “es un proceso social complejo cuyo fin último es la reducción o la previsión y control
permanente del riesgo de desastre en la sociedad en consonancia con, e integrada al logro de
pautas de desarrollo humano, económico, ambiental y territorial, sostenibles”.

En principio, admite distintos niveles de intervención que van desde lo global, integral, sectorial
y macro-territorial hasta lo local, lo comunitario y lo familiar. Además, requiere de la existencia
de sistemas o estructuras organizacionales e institucionales que representan estos niveles y que
reúnen bajo modalidades de coordinación establecidas y con roles diferenciados acordados a
aquellas instancias colectivas de representación social de los diferentes actores e intereses que
juegan un papel en la construcción de riesgo y en su reducción, previsión y control (Wilches-
Chaux, 2008).

Actividad 1. Manifestaciones de la naturaleza, derecho internacional humanitario e instrumentos


internacionales de protección civil.

Código de ética

1. Mis respuestas serán resultado de mi trabajo y esfuerzo.


2. Evitaré mejorar mis resultados académicos de forma deshonesta.
3. Me negaré a actuar de forma deshonesta para mejorar o lesionar los resultados académicos
de otros.
Sesión 3

Elemento de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

 Conocer los conceptos básicos de protección civil y gestión integral de riesgos

Desastre

En la Ley General de Protección Civil (2012) se define al desastre como “el resultado de la
ocurrencia de uno o más agentes perturbadores severos y/o extremos, concatenados o no, de
origen natural o de la actividad humana, que cuando acontecen en un tiempo y en una zona
determinada, causan daños y que por su magnitud exceden la capacidad de respuesta de la
comunidad afectada” (p. 2). Sin embargo, la palabra desastre tiene antecedentes muy antiguos.
Según el historiador Gerrit Jasper Schenk, la palabra desastre tiene por equivalente en alemán
las palabras desaster o unstern, que significan "bajo una mala estrella” (Jasper, 2007, p. 12).
Explica que en las lenguas romances como el francés se refieren a désastre y en italiano
a disastro, porque al parecer en el antiguo mundo era común creer que ciertas constelaciones de
estrellas eran las responsables de eventos fatídicos para la vida de los humanos.

¿Quieres saber más?


Consulta Desastres naturales: lecciones no aprendidas.

https://www.youtube.com/watch?v=pc64XR6GfOE

Entre las categorías más básicas para diferenciar a los desastres se hace distinción entre los
detonados por algún fenómeno natural y los desastres asociados a la intervención humana,
también llamados antropogénicos.

En esta definición de desastres antropogénicos se incluyen las guerras, las explosiones de


químicos, la contaminación ambiental, las emisiones de CO 2 a la atmósfera, el efecto
invernadero, el calentamiento global y el cambio climático. Otra categoría para distinguir los
desastres se hizo notable después de los impactos del huracán Mitch en 1988 en Honduras y
varios países de la región. A raíz de este huracán, se consideró que por su gran zona de impactos
ciertos desastres traspasan fronteras y tienen la capacidad de afectar poblaciones en distintos
países con diferentes grados de vulnerabilidad.

Así, mientras algunos desastres pueden ser considerados regionales, otros, como el detonado por
Mitch, son denominadosdesastres internacionales.
NOAA. (1998). Imagen satelital del huracán Mitch sobre Guatemala, Honduras y Nicaragua [imagen].
Tomada de http://www.ncdc.noaa.gov/oa/reports/mitch/mitch.htm

Además de desastres crónicos también se distinguen otras categorías como desastres pequeños,
medianos y grandes (Lavell, 1993).

Se consideran pequeños desastres a los que, sin llegar a causar una catástrofe, generan
alteraciones en la cotidianidad, afectan económicamente las estructuras sociopolíticas locales e
implican periodos cortos de recuperación. Sin embargo, se ha documentado que estos pequeños
desastres suelen menguar gradualmente la resistencia ante un fenómeno extremo y al producirse
un impacto mayor contribuyen en que el desastre sea mayor. También Alan Lavell explica que
“los recurrentes pequeños eventos erosionan de continuo la capacidad de desarrollo de las zonas
y poblados afectados, y conducen a una inexorable acumulación de vulnerabilidades, que hace
que el efecto de los grandes desastres sea más agudo una vez que suceden” (Lavell, 2000, p. 6).
Los medianos desastres “son aquellos que atraen la atención de los medios regionales y la
recuperación se alcanza con capitales nacionales/estatales” (De la Parra, 2009, p. 19). Los
grandes desastres producen daños mayores a un millón de dólares, se reportan más de 100
muertos y atraen la atención nacional e internacional de los medios masivos de información, por
lo cual se reciben diversos apoyos extranjeros (De la Parra, 2009).

Recientemente se han utilizado otras categorías para denominar a los desastres


como intensivos yextensivos. Por desastres intensivos se denomina a los sucesos en que se
reportaron 25 o más muertes o fueron destruidas 300 o más viviendas. Por desastres extensivos,
en los que mueren menos de 25 personas o se dañan menos de 300 viviendas (UNISDR, 2013, p.
14).

El CENAPRED publicó que entre los años 1999 y 2011 han fallecido en México 2,326 seres
humanos específicamente a causa de algún desastre detonado por un fenómeno
hidrometeorológico, y los costos por los daños durante el mismo periodo han ascendido a poco
más de 14,598 millones de dólares (SEGOB-CENAPRED, 2007, p. 21).

CNN México. (2013). Cifras de muertos y daños en desastres 2000-2012 (gráfica). Tomada de
http://mexico.cnn.com/nacional/2013/10/21/el-costo-de-los-desastres-naturales-se-acentua-por-la-pobreza-y-corrupcion
Durante siglos han perdurado dos ideas fundamentales con relación a los desastres; la primera es
que son actos de Dios y ocurren como un castigo divino ocasionado por una divinidad ante ciertas
violaciones a sus códigos de conducta moral. La segunda es que los desastres son actos de la
naturaleza (“desastres naturales”), que son inevitables y serán prevenibles cuando el humano
controle la naturaleza. Para los antropólogos los desastres son “procesos que se desarrollan a
través del tiempo, y sus orígenes están profundamente arraigados en la historia social. Como tal,
los desastres tienen raíces históricas, que se desarrollan en el presente, y en el futuro que los
procede de acuerdo con las formas de reconstrucción que se llevan a cabo. Estos problemas se
refieren directamente a la relación entre los humanos y la naturaleza y con las estrategias para
formas más sostenibles de desarrollo” (Oliver-Smith, 2009).

¿Quieres saber más?


Consulta Ceniza de pueblo. Memoria oral del ciclón de Minatitlán de 1959:

https://www.youtube.com/watch?v=fMLWx98bgSc

Los desastres básicamente resultan de la combinación entre una población vulnerable (v), una
amenaza (a) que supera las capacidades de preparación, prevención y respuesta, y algún grado
de exposición (e) a la amenaza. En síntesis: D = V+A/E.

Recientemente se ha argumentado que los desastres son un problema mundial, pues se presentan
en todo el globo terráqueo donde existen condiciones de exposición a ciertas amenazas, donde se
acumulan diferentes grados de vulnerabilidad que el modelo capitalista no ha logrado revertir en
escenarios equitativos de bienestar social, y donde algunas comunidades no han desarrollado
capacidades de respuesta y recuperación apropiadas. Las cifras económicas son un reflejo
cuantitativo de los impactos de los desastres, las incapacidades organizativas y las
vulnerabilidades presentes en las sociedades.

Riesgo

La Ley General de Protección Civil (2012) define riesgo como los “daños o pérdidas probables
sobre un agente afectable, resultado de la interacción entre su vulnerabilidad y la presencia de un
agente perturbador” (p .4). Considera que existe riesgo inminente, el cual “según la opinión de
una instancia técnica especializada, debe considerar la realización de acciones inmediatas en
virtud de existir condiciones o altas probabilidades de que se produzcan los efectos adversos
sobre un agente afectable”.

El riesgo también tiene antecedentes antiguos, la historiadora Margarita Gascón (2009) considera
que proviene del idioma árabe clásico rizq que significa “lo que depara la providencia” y que
ingresó al castellano desde el italiano risico o rischio. El sociólogo francés Peretti-Watel señala
que proviene del latínresecum y estaba asociado a los riesgos de los marineros y los cargamentos
comerciales. Precisa que en el romano rixicare existe relación con reñir que cambia la idea por
combate en lugar de peligro (Peretti-Watel, 2007, p. 10). El ingeniero civil y especialista en
gestión de desastres Omar Darío Cardona precisa que en el griego se encuentra la raíz en la
palabra rhiza, que "hace alusión a los peligros de navegar en un arrecife" (Cardona, 2001, p. 6).

¿Quieres saber más?


Consulta Condiciones de riesgo de desastres en zonas urbanas:
https://www.youtube.com/watch?v=7FIdsbmtg7w

Según el sociólogo Niklas Luhmann, el antecedente más remoto del concepto riesgo surgió en
algún momento del siglo XV, pero fue con la imprenta, después de 1544, cuando se popularizó
principalmente socializado por los marineros que requerían seguros mercantiles para proteger sus
mercancías durante los largos traslados (Luhmann, 2006). El riesgo fue un concepto que se usó
durante siglos sin mucha reflexión a profundidad y con un sentido principalmente pragmático,
por ello se ha utilizado como sinónimo de amenaza, fenómeno natural y peligro, y fue
incorporado al lenguaje económico y comercial para explicar la incertidumbre y la protección de
los productos cada vez más demandados por la modernidad.

¿Quieres saber más?


Consulta García-Acosta, 2005. El riesgo como construcción social y la construcción social de
riesgos:

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13901902

El concepto de riesgo en los estudios de desastres sigue sin consenso, pues mientras el enfoque
de las ciencias naturales lo considera una probabilidad de sufrir un daño, los estudios culturales
lo ubican en la percepción simbólica y los estudios sociales consideran que el riesgo es igual a la
amenaza por la vulnerabilidad:

R=AxV

Donde amenaza se refiere al fenómeno natural que puede afectar diferentes lugares
independientes o en combinación y en distintos momentos (Wisner, 2004, p. 49). La
vulnerabilidad se supone particular para un tipo de amenaza en específico, en un tiempo dado y
con cierto tipo de exposición y población. Aunque simplificada, la fórmula guarda variables
debatibles que son distintas en cada caso de estudio.

Amenaza

En la década de los años ochenta era muy común definir la amenaza como sinónimo de desastre,
pero con la evidencia se identificó que la amenaza es sólo una parte del proceso que constituye
un desastre.

El otro ingrediente principal es la sociedad, propensa a sufrir algún tipo de daño.

Las ciencias naturales identifican las amenazas por las características físicas del agente natural u
otro tipo de agente como podrían ser los químicos.

Las ciencias naturales clasifican a las amenazas en distintas categorías que se muestran en
seguida.

Instrucción: Haz clic en cada concepto, tema o subtema para desplegar el contenido. Para que
el contenido desplegado vuelva a su posición inicial, haz clic en otro concepto.

Amenazas geofísicas: sismos, deslizamientos, derrumbes y erupciones volcánicas, entre


muchas otras
Amenazas climáticas y meteorológicas: sequía, inundación, huracán, lluvia torrencial, helada,
viento, etcétera

Amenazas biológicas o químicas: derrames de químicos, fugas de gas, radicaciones y


epidemias

Amenazas sociales: tumultos, guerras, rebeliones, etcétera

En cambio, para los estudios sociales del riesgo y los desastres la amenaza está asociada con un
fenómeno natural o de otro tipo, pero su factor amenazante está condicionado por la exposición,
la vulnerabilidad y las capacidades organizativas de respuesta social.

Por lo anterior, una amenaza es “cualquier fenómeno o proceso de cualquier origen, cuya
ocurrencia pueda generar efectos que representen un peligro o una serie de peligros para el
territorio (comunidades y ecosistemas) en el cual se llegue a materializar” (Wilches-Chaux,
2008).

NOAA. (2014). Ciclones tropicales en el Pacífico [fotografía].


Tomada de http://www.nhc.noaa.gov/climo/

Los estudios sociales han clasificado a las amenazas según distintas categorías que se
muestran a continuación:

Amenazas naturales:
“fenómenos o procesos a través de los cuales se expresa la dinámica de la naturaleza, tales como los
terremotos, los tsunamis o las erupciones volcánicas” (Wilches-Chaux, 2008)

Amenazas antrópicas:
“atribuibles sin lugar a dudas a causas humanas” (Wilches-Chaux, 2008)
Amenazas socio-naturales:

“cuando las amenazas se manifiestan como fenómenos aparentemente naturales, pero en cuya generación
han intervenido directa o indirectamente procesos antrópicos” (Wilches-Chaux, 2008). Las amenazas
socionaturales son las consecuencias a corto o mediano plazo de las acciones conscientes o inconscientes
del humano sobre el medio ambiente convertido en amenaza en algún momento. En el caso de los
huracanes, precisa Maskrey (1998), aunque estos fenómenos intensos son considerados fenómenos
naturales, la magnitud de las inundaciones y deslizamientos en asentamientos humanos son determinados
por los procesos sociales que producen amenazas socionaturales como la deforestación, extracción de agua
subterránea, sobrepastoreo, minería a tajo abierto, destrucción de manglares y construcción de
infraestructura, como represas y carreteras. ¿Quieres saber más?
Consulta el Atlas Nacional de Riesgos:

http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx

Elementos de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

 Conocer los conceptos básicos de protección civil y gestión integral de riesgos

 Caracterizar los fenómenos naturales y antrópicos que pudieron ocasionar desastres


 Vulnerabilidad
 De acuerdo con la Ley General de Protección Civil (2012), la vulnerabilidad es la
“susceptibilidad o propensión de un agente afectable a sufrir daños o pérdidas ante la
presencia de un agente perturbador, determinado por factores físicos, sociales,
económicos y ambientales” (p. 4). Por lo anterior, la vulnerabilidad determina que un
desastre sea de mayores o menores proporciones.

Torres, J. (2011). Imágenes del desastre en Colima detonado por el huracán Jova[fotografía].
Sin embargo, existen distintos modelos para explicar la vulnerabilidad. Algunas agencias
e instituciones suelen identificar este concepto casi como un formato, por medio de
encuestas o sondeos después de cada desastre para obtener un informe. Pero el concepto
vulnerabilidad en los estudios de desastres profundiza y busca comprender las causas que
los producen, es decir, el funcionamiento y las relaciones de los sistemas económico,
político y sociocultural, que conviven con la naturaleza y permiten la existencia y
persistencia de diversas características que hacen vulnerables a individuos y grupos ante
ciertas amenazas.
Gustavo Wilches-Chaux explicó este concepto a través del modelo de la vulnerabilidad global y
lo definió como “la incapacidad de una comunidad para absorber, mediante el autoajuste, los
efectos de un determinado cambio en su medio ambiente, o sea su inflexibilidad o incapacidad
para adaptarse a ese cambio” (Wilches-Chaux, 1993).

Luego, el mismo Wilches-Chaux caracterizó la vulnerabilidad global en diez categorías muy


acotadas: natural, física, ecológica, social, política, cultural, ideológica, educativa, económica,
institucional o técnica. Por su parte, Omar Darío Cardona (2001) reflexionó que la vulnerabilidad
depende de quien la observa y de qué elementos son incorporados. Retomó la propuesta del
modelo de vulnerabilidad global de Wilches-Chaux y realizó un modelo más incluyente, redujo
el número de categorías, las llamó “dimensiones de la vulnerabilidad” y las definió de la siguiente
manera:

Instrucción: Haz clic en cada concepto, tema o subtema para desplegar el contenido. Para que
el contenido desplegado vuelva a su posición inicial, haz clic en otro concepto.

Dimensión física: expresa las características de ubicación en áreas propensas y las deficiencias
de resistencia de los elementos expuestos, de los que depende su capacidad de absorber la
acción del suceso que representa la amenaza. La sismo resistencia de un edificio, la ubicación
de una comunidad en el área de influencia de un deslizamiento o en el cauce de un río son
ejemplos de la dimensión física de la vulnerabilidad.

Dimensión económica: los sectores económicamente más deprimidos son los más vulnerables.
La pobreza aumenta la vulnerabilidad. Local e individualmente este aspecto se expresa en
desempleo, insuficiencia de ingresos, dificultad o imposibilidad de acceso a los servicios. En la
esfera nacional se traduce en una excesiva dependencia económica de factores externos
incontrolables, la falta de diversificación de la base económica, las restricciones al comercio
internacional y la imposibilidad de políticas monetarias.

Dimensión social: cuanto más integrada esté una comunidad, superando los inconvenientes que
suelen presentarse, le resultará más fácil absorber las consecuencias de un desastre y podrá
reaccionar con mayor rapidez que una comunidad sin esas condiciones. Las sociedades pueden
ser más o menos vulnerables en el sentido que pueden reaccionar como grupo organizado,
mediante procesos de autoorganización, o con intereses particulares primando sobre los
grupales, con relaciones más estrechas entre sus integrantes, o relaciones meramente
circunstanciales.

Dimensión educativa: se expresa en una educación deficiente o que no tiene una buena
cobertura en una comunidad propensa. La ausencia de conocimiento sobre las causas, los
efectos y las razones por las cuales se presentan desastres, el desconocimiento de la historia y
la falta de preparación y desconocimiento del comportamiento individual y colectivo en caso de
desastre son aspectos que hacen que una comunidad sea más vulnerable. Igualmente, la falta
de socialización de la información aumenta la vulnerabilidad.

Dimensión política: se expresa en el nivel de autonomía que tiene una comunidad con respecto
a sus recursos y para la toma de decisiones que la afectan. La comunidad se hace más vulnerable
bajo esquemas centralistas en la toma de decisiones y en la organización gubernamental. La
debilidad en los niveles de autonomía para decidir regional o localmente impide una mayor
adecuación de las acciones a los problemas sentidos en estos niveles territoriales. En la medida
que la comunidad participe más en las decisiones que le atañen será menos vulnerable.

Dimensión territorial: está relacionada con las dificultades que tienen las instituciones para
hacer gestión del riesgo, situación que se refleja en la falta de preparación para responder ante
un suceso, o cuando sabiendo que existe el riesgo no llevan a cabo acciones eficientes y efectivas
para reducirlo o mitigarlo. Se expresa en la falta de flexibilidad de las instituciones, en el exceso
de burocracia, en el hecho de que prevalece la decisión política y el protagonismo.

Dimensión ambiental: hay un aumento de la vulnerabilidad cuando el modelo de desarrollo no


está basado en la convivencia sino en la explotación inadecuada y la destrucción de los recursos
naturales. Esta circunstancia necesariamente conduce al deterioro de los ecosistemas y al
aumento de la vulnerabilidad debido a la incapacidad de auto ajustarse para compensar los
efectos directos o indirectos de la acción humana o de sucesos de la misma naturaleza.

Dimensión cultural: esta dimensión de la vulnerabilidad está referida a la forma en que los
individuos se ven a sí mismos en la sociedad y como colectividad, lo que en ocasiones influye de
manera negativa debido a estereotipos perniciosos que no se cuestionan y que se consolidan.
Al respecto juegan un papel crucial los medios de comunicación, puesto que contribuyen a la
utilización sesgada de imágenes o la transmisión de información ligera o imprecisa sobre el
medio ambiente, la misma sociedad y los desastres.

Dimensión ideológica: está relacionada con las ideas o creencias que tienen las personas sobre
el devenir y los hechos del mundo. Se expresa en actitudes pasivas, fatalistas y creencias
religiosas que limitan la capacidad de actuar de los individuos en ciertas circunstancias. La
percepción dogmática de las cosas puede generar confusión acerca de un propósito, falta de
reacción y muchas veces pérdida de la motivación, que debilitan una acción transformadora.

Los modelos propuestos por Wilches-Chaux y Cardona definen la vulnerabilidad como una
condición o circunstancia principalmente dinámica o cambiante, pero fueron conscientes que es
“un proceso acumulativo de fragilidades, deficiencias o limitaciones que permanecen en el
tiempo como factores que inciden en que exista o no una mayor o menor vulnerabilidad”
(Cardona, 2001).

Por lo anterior, la dimensión temporal es importante para comprender que algunas


vulnerabilidades se construyen durante cortos, medianos y amplios periodos de tiempo, que a
veces toman siglos y son productos de procesos que pudieron ocurrir en el pasado como la
colonización del continente americano, la conquista de los indígenas y la apropiación de
territorios, restricciones territoriales, arreglos político-económicos, cambios de modelos
culturales e imposición de esquemas culturales con relación a la naturaleza.

Otro modelo muy influyente es el propuesto por Ben Wisner y otros geógrafos. Se trata de un
modelo de macro y micro escala en el cual hay dos polos, por un lado está el sistema político y
económico y por el otro entorno natural, y al centro se producen las dinámicas de presión y
condiciones inseguras, que son múltiples variables que deben ser consideradas con un estudio y
enfoque local y nacional, y partir de relaciones de producción, subsistencia, arreglos, condiciones
riesgosas, etcétera. Los creadores del modelo PAR coinciden en que “las dinámicas de presión y
las condiciones inseguras están sujetas a cambios, y en muchos casos los procesos involucrados
cambian más rápidamente que como lo hicieron antes” (Wisner, 2004) e involucran causas raíz.

¿Quieres saber más?


Consulta ¿Qué es amenaza, vulnerabilidad, riesgo, desastre, los colores de la alerta?

https://www.youtube.com/watch?v=Qbxz_347F3A
Las causas raíz se dan en el ejercicio y distribución del poder en la sociedad. Requieren de una
explicación histórica, social, económica y cultural. Las dinámicas de presión “son procesos y
actividades que trasladan los efectos de las causas raíz temporal y espacialmente a condiciones
inseguras” (Wisner, 2004) para la población que encara las amenazas. Las dinámicas requieren
una explicación sociocultural y económica. Las condiciones inseguras “son las específicas
formas en las cuales la vulnerabilidad de una población es expresada en tiempo y espacio en
conjunción con la amenaza” (Wisner, 2004). Todas estas variables requieren una explicación
descriptiva.

Por amenazas los autores señalan a los fenómenos naturales extremos a los que está expuesto un
grupo o comunidad, y que desafían sus capacidades de respuesta y recuperación. El siguiente
esquema ilustra lo explicado anteriormente.

Wisner, B., Piers, B., Terry, C. e Ian, D. (2004). At Risk, natural hazards, people`s vulnerability and disasters [esquema].
Tomado de Routledge.

En Latinoamérica, desde 1985 se difundieron los primeros estudios comparativos de


vulnerabilidades que identificaron ciertos patrones presentes en distintas sociedades, los cuales
producen y reproducen desastres.

Ciertos patrones de vulnerabilidad se repiten, se perpetúan y están incrementando, porque como


se ha demostrado ampliamente, son construidos social y económicamente por procesos locales,
regionales y globales (Oliver-Smith, 2009).

Algunos se han perpetuado durante siglos y otros por varias décadas en distintas sociedades de
América Latina, entre las coincidencias de los grupos más vulnerables a desastres asociados con
inundaciones y sequías, destacan los siguientes:

1.- Agruparse en espacios físicos expuestos a variadas amenazas

2.- Viviendas inseguras

3.- Economías familiares y colectivas miserables

4.- Ausencia de servicios básicos


5.- Mínimo acceso a la propiedad y al crédito

6.- Discriminación étnica, política o de otro tipo

7.- Relación directa con recursos de aire y agua contaminados

8,- Un alto índice de analfabetismo y ausencia de oportunidades de


educación

Estos factores son evidencia comparativa de la vulnerabilidad, pero también son parte de las
construcciones sociales de riesgos que se configuran históricamente en América Latina, creando
condiciones propicias para desastres recurrentes o crónicos (Caputo, 1985).

Peligro

Se denomina peligro a un agente que puede causar daño. Los peligros pueden ser fenómenos
naturales, biológicos o antrópicos. Por ejemplo, en África, el peligro más mortal es la sequía.

Los peligros tienen magnitud, intensidad y frecuencia. A continuación se desglosan estas


características:

Magnitud es la cuantificación universalmente aceptada que se hace, por ejemplo de un sismo en


la escala de magnitud de Richter. La escala de intensidad se refiere a la percepción y el impacto
diferencial que produce un mismo fenómeno. Por ejemplo, un sismo se percibe más intenso en el
epicentro y menos intenso cuanto mayor es la distancia con relación al epicentro.

La intensidad es un efecto similar a la luz de un foco, entre más cerca se está de él es mayor la
luz y entre más distante de la irradiación es menor la luminosidad.

La frecuencia de un peligro se refiere a los registros documentados que se tienen de un mismo


fenómeno. Por ejemplo, los ciclones tropicales son analizados con base en la frecuencia decadal
de impactos en tierra, la frecuencia de cantidad de eventos por temporada anual, la frecuencia de
impactos en una misma región o entidad, etcétera.

¿Quieres saber más?


Consulta:

http://weather.unisys.com/hurricane/e_pacific/index.html

Fenómenos naturales y antrópicos que pudieran ocasionar desastres

Los fenómenos naturales y los antrópicos son agentes que pueden estar asociados a desastres. Sin
embargo, un fenómeno natural, por sí solo, no es un desastre. Para que ocurra un desastre, el
fenómeno debe afectar a una población y rebasar sus capacidades de preparación, prevención o
respuesta.

Si se presenta un huracán en el Océano Pacífico, categoría 5, pero no impacta en tierra, entonces


lo que tenemos es la evidencia de la dinámica propia de la naturaleza. En cambio, si una población
no está preparada, vive en zona de riesgo por inundación y no es evacuada, lo más probable es
que se presente un desastre pequeño, mediano o grande, cuando impacte un huracán o incluso
una tormenta intensa.

Entre los fenómenos naturales peligrosos se encuentran los sismos, deslizamientos, inundaciones,
erupciones volcánicas, sequías, ciclones tropicales, lluvias torrenciales, heladas, nortes, El Niño,
La Niña.

Entre los fenómenos antrópicos se incluyen los peligrosos agentes biológicos o químicos, los
derrames de hidrocarburos, fugas de gas, radicaciones y hasta los tumultos, guerras, rebeliones.

Particularmente, el efecto invernadero es un fenómeno polémico, pues aunque sus


manifestaciones son naturales, las causas que lo magnifican son antrópicas y están asociadas con
los impactos que los humanos producimos al medio ambiente, incluida toda la corteza terrestre y
la atmósfera, como la capa de ozono.

Actividad 2. Factores de la protección civil

Código de ética

1. Mis respuestas serán resultado de mi trabajo y esfuerzo.


2. Evitaré mejorar mis resultados académicos de forma deshonesta.
3. Me negaré a actuar de forma deshonesta para mejorar o lesionar los resultados académicos
de otros.

Instrucción: Elige la respuesta correcta a cada reactivo que se te presenta. Al finalizar podrás
conocer tu desempeño.

Sesión 5

Elemento de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

 Identificar acciones de protección civil de la época prehispánica, independencia,


revolución, siglo XX
 Época prehispánica
 Aunque se ha documentado que antes de la predicción instrumental poco se podía hacer
para evitar la fuerza de las tormentas o sus efectos en el comercio o la guerra.
 Existe evidencia para argumentar que las culturas prehispánicas de Mesoamérica
contaban con prácticas y estrategias para observar, predecir, reducir los efectos, mitigar
los impactos y obtener beneficios de fenómenos tan extremos como los huracanes, como
lo han documentado algunos antropólogos como Fernando Ortiz desde 1947 (Ortiz,
1987) y posteriormente Herman Konrad (1985).
 Y se ha documentado que desde su llegada al Continente Americano, los españoles y
criollos fueron eliminando gradualmente esas capacidades ancestrales porque la
predicción tradicional era usada como evidencia del pacto de los nativos con el diablo; y
porque las tradiciones narradas por los indígenas eran tomadas por sueños o fantasías
relacionadas con la naturaleza.
Ortiz, F. (1984). El Huracán [imagen].

La historiadora Isabel Campos Goenaga ha explicado la conformación de la cosmovisión maya


durante el siglo XVI y los sucesos extremos que debieron enfrentar los peninsulares nativos y
extranjeros asociados a las sequías, plagas y huracanes. Con fuentes bibliográficas y de archivo,
expone la recurrencia de huracanes en Yucatán desde el siglo XVI hasta principios del XIX.
Relata las percepciones de quienes documentaron los primeros eventos desastrosos, como los
cronistas Bartolomé de las Casas, Gonzalo Fernández de Oviedo, Tomás López Medel y Diego
Landa. Retoma las interpretaciones de antropólogos como Fernando Ortiz y Herman Konrad con
relación a la importancia ecológica y cultural de los huracanes en la zona de asentamientos
humanos de la península de Yucatán (Campos, 2012).

¿Quieres saber más?


Consulta Historia y desastres en América Latina I

http://www.desenredando.org/public/libros/1996/hydv1/HistoriaYDesastresVol_I-1.0.0.pdf

El artículo que se te invitó a revisar complementa las tesis que la historiadora ha desarrollado
gradualmente.

La primera con relación a que el modelo colonialista restringió las dinámicas socioculturales de
los mayas para enfrentar los huracanes y les impidió responder preventivamente como solían
hacerlo antes de la conquista porque se implantó un nuevo orden espacial: el colonial.

Por ejemplo, con la división de tierras y asignación de propietarios fueron bloqueadas las
migraciones naturales y estratégicas de los grupos indígenas asociadas a los impactos de los
huracanes, como las reportadas por Konrad (1985).

Además, fueron abandonados los antiguos pueblos y los indígenas se vieron obligados a acercarse
a las nuevas construcciones españolas. Los representantes indígenas perdieron la posibilidad de
decisión propia ante el nuevo poder peninsular.

De estas maneras fueron controlados los mayas en su espacio, dominados en cuerpo y alma;
manipulados en su consciencia ante la imposición de creencias y modelos imaginarios distintos
e incluso contradictorios para su experiencia. Estas condiciones propiciaron la construcción de
riesgos de desastre y vulnerabilidades entre los mayas, algunas de las cuales han perdurado a
través del tiempo hasta nuestros días, como los incendios, la exclusión, la tala inmoderada, la
marginación y la invisibilidad de sus identidades incluso cuando se detona un desastre.

En Latinoamérica aún desconocemos la mayoría de desastres ocurridos en tiempos prehispánicos,


pero desde los últimos años del siglo XX se han realizado estudios históricos que abarcan los
tiempos precolombinos y se relacionan con inundaciones, El Niño, sequías, temblores,
vulcanismo y otras manifestaciones naturales, los cuales han sido incorporados en pioneras
recopilaciones históricas de desastres como los volúmenes II y III de Historia y desastres en
América Latina.

¿Quieres saber más?


Si quieres ampliar tu conocimiento sobre los estudios observados, ve al siguiente vínculo:

http://www.desenredando.org/public/libros/1996/hydv1/HistoriaYDesastresVol_I-1.0.0.pdf

Los estudios sobre respuestas sociales ante desastres en periodos precolombinos han sido
construidos con base en información obtenida en vestigios arqueológicos, códices, relaciones
administrativas, crónicas y fábulas o historias locales que contienen información y permiten
proponer algunas hipótesis. Por ejemplo, como parte de sus indagaciones, la historiadora María
Eugenia Petit-Brehuilt planteó la hipótesis de que las fuerzas de la naturaleza han sido el punto
de partida para una larga serie de tradiciones (Petit-Brehuilh, 2006) y consideró que la
geodinámica ha marcado la vida cotidiana y a la sociedad. Reflexionó que los desastres han
pervivido en los mitos cosmogónicos y en los relatos indígenas legendarios, es decir, en la
memoria colectiva de estos pueblos en forma de leyendas. Así, indagó en la tradición oral para
explicar cómo se ha perpetuado en las narraciones la historia local desastrosa y en ella identificó
los antecedentes de las ancestrales relaciones sociales con el medio ambiente.

También se ha documentado que en tiempos prehispánicos la protección civil se realizaba con


un enfoque preventivo ante los impactos de las sequías, por ejemplo, construyendo graneros con
materiales naturales como los cuescomates, presas, bordos y mejoras a los canales hídricos para
las siembras (García-Acosta, 1993 y Rojas, 2011).

Las manifestaciones de los volcanes fueron muy conocidas para los grupos indígenas, en el
Caribe los indígenas rendían ritual al dios Chirakán, a quien reconocían sus manifestaciones
violentas. Las experiencias ancestrales se manifiestan actualmente en tradiciones que algunos
antropólogos han recogido en los pueblos indígenas que viven asentados en torno a volcanes
como el Popocatépetl (Glockner, 2000).

Particularmente, la antropología y la historia de desastres han mostrado que las causas de cada
suceso desastroso están enraizadas en las razones del asentamiento, en las interacciones con el
medio ambiente, en los usos y abusos de los recursos naturales, en los modos políticos y la
distribución de recursos económicos, en las interpretaciones, valoraciones culturales del entorno
y, desde un enfoque muy particular, en la construcción social de vulnerabilidades y distintas
condiciones de riesgo que ante la exposición permiten que un fenómeno natural sea amenazante
y potencialmente destructivo.

Periodo post-independencia

En México, como lo ha documentado el politólogo Mario Garza Salinas (2001), los sistemas de
alertamiento fueron muy necesarios para advertir los incendios. Uno de los primeros fue el uso
de campanas para advertir la presencia de un incendio y convocar a los voluntarios para
extinguirlo. Sin embargo, algunos eventos sociopolíticos, como la Independencia de España,
propiciaron que se prohibiera este sistema debido a que también convocaba a los insurgentes y
los reunía en las plazas. Por ello fue prohibido sonar campanas y en su lugar se advertía a los
serenos y éstos acudían con los voluntarios para convocarlos. Sin embargo, este sistema retardaba
la respuesta contra el fuego y permitía mayores impactos.

¿Quieres saber más?


Consulta Inundación en León Guanajuato 1888:

https://www.youtube.com/watch?v=VNN5tui7nAE

La sociedad siempre se ha organizado para responder ante las emergencias que atentan contra la
vida humana. En León Guanajuato, el 28 de junio de 1888, la Cámara de Diputados decretó la
instalación de una Junta General de Socorros para atender todo lo necesario al desastre detonado
por las inundaciones que se presentaron el 18 de junio, causando un desastre de grandes
proporciones. Fueron destruidas 1,390 casas, murieron 265 personas y se reportaron 1, 420
desaparecidos. De una población que se ha estimado en 52 mil habitantes, 5, 000 personas
quedaron en la miseria. Por ello fue necesario que las autoridades convocaran a una reunión entre
autoridades y representantes que permitiera integrar distintos esfuerzos.

Por lo anterior, las juntas de socorro que se realizaron en diversos estados para paliar los impactos
desastrosos constituyen parte de los antecedentes del Consejo Nacional de Protección Civil

Para María de la Cruz Labarthe Ríos, después de los daños causados por la inundación del 18 de
junio de 1888 en León, Guanajuato, se conformó una Junta Local de Socorros. Esta Junta era
apoyada por el presidente Díaz y era la encargada de canalizar lo que recibía del exterior en
alimento, vestido y dinero. La Junta Local de Socorro, a través de un boletín, se encargó de dar
cuenta detallada de los donantes y de cómo fue distribuido lo recaudado en las campañas
promovidas para ayudar a los damnificados.

Por su parte, el historiador Elino Villanueva González (2004) identificó que después del desastre
detonado por el ciclón del 30 de septiembre de 1895 en varias comunidades desde San José del
Cabo hasta las cercanías de Loreto en Baja California Sur “la jefatura del Distrito Sur estableció
una Junta Central de Socorro […] la cual avocó a gestionar apoyo económico a favor de quienes
resultaron afectados por la tempestad” (Villanueva, 2004). El autor hace énfasis en la importancia
del servicio telegráfico, pues aunque en aquellos tiempos era deficiente, el gobierno y la Junta
Central de Socorro pudieron establecer comunicación con el Presidente de la República y,
además, solicitar ayuda a los gobiernos de los estados del país.

Después de la inundación del 1º de julio de 1905 en la ciudad de Guanajuato, el gobierno


nombró una Junta Central de Auxilios y Socorros con el objetivo de resolver en lo posible las
necesidades de los habitantes.
(s. a.). (s. f.). Junta de caridad de Irapuato [fotografía].
Tomada del Archivo General de la Nación. Fototeca, Fondo Chávez. Guanajuato 1912.

De acuerdo con la autora, esta Junta era la encargada de buscar la manera de obtener fondos y
resolver cuáles eran las primeras necesidades urgentes de remediar.

La Junta Central de Auxilios y Socorros se dividió en diferentes comisiones con funciones


específicas: la organización de la Junta Central organizaría y planificaría las labores a llevar a
cabo; la Comisión de Auxilios y Socorros se dividiría a la zona afectada por tramos en donde se
investigaría y se auxiliaría peculiarmente a las personas necesitadas; la Comisión Colectora de
Donativos recaudaría los fondos con que cada uno quisiera cooperar y los remitiría a la tesorería
de la junta.

La conformación de la Junta Central de Auxilios y Socorros se constituyó en una Junta de


Auxilios por las señoras y señoritas de reconocida caridad en Guanajuato en la junta celebrada el
7 de julio, acordaron dividir la ciudad en ocho secciones, en cada una de las cuales estaría
encargado un grupo de señoras, quienes quedarían comisionadas para repartir los cinco mil pesos
que el gobierno estatal había otorgado para socorrer a la clase desvalida. También se dispuso la
entrega de ayuda material, ya fuera con telas, ropa, cereales o comida a aquellos que se habían
quedado en la ruina total.

En los ejemplos mencionados, es notable que existe en las diversas juntas cierta organización,
arreglos, coordinación y una estructura colectivas con instrumentos de acción como el boletín,
las listas de apoyo y entrega de recursos como medicinas, alimentos, dinero y ropa. Las juntas de
socorro realizaban distintas actividades, como organizar la distribución de apoyos federales,
acopio de alimentos y medicinas para entregarlas a los damnificados, kermeses, peleas de gallos,
corridas de toros, obras teatrales y colectas para reunir dinero y apoyar a los más afectados. La
integración de la Junta de Socorros hacía evidente la urgencia de la participación de las fuerzas
armadas para salvar a las víctimas y ayudar en la rehabilitación de algunos servicios. De esta
manera se pedía apoyo a los batallones para que intervinieran en auxilio de la población.

Desde el siglo XVIII y hasta 1890, en las mayores ciudades se contrató a servidores públicos que
se encargaban de vigilar las calles para evitar delitos, pero también para alertar incendios y
mitigar sus impactos lamentables. A estos trabajadores se les conoció como serenos, ya que
mientras realizaban su labor se serenaban en las calles y debido a que sus actividades
terminaban a las cuatro de la mañana. Entre otras funciones, también se les encomendaba
participar en el combate de los incendios, pero sobre todo en dar la alarma para responder con
prontitud y disminuir las pérdidas. Sus servicios fueron muy bien conocidos y a fines del siglo
XIX pasaron a ser parte de la policía auxiliar, cuando se sustituyó el alumbrado público con gas.
Esta figura pública fue importada de España, donde sigue vigente hasta nuestros días en algunas
ciudades.

Durante 4 siglos, los bomberos fueron muy necesarios para evitar los incendios producidos por
las prácticas que dependían del fuego en los hogares para diversas labores cotidianas. El fuego
se propagaba en algunas ciudades con gran rapidez en las casas construidas con materiales
artesanales como zacate, carrillo, tejamanil y múltiples maderas. Por lo anterior, los
antecedentes de la protección civil pueden notarse en ciertas manifestaciones y objetivos de
los cuerpos de bomberos, los cuales tenían por misión proteger las propiedades civiles e
institucionales y salvaguardar la integridad de las vidas humanas. Debido a su función tan
necesaria, los bomberos constituyeron uno de los primeros grupos de ayuda civil reconocidos
por las más altas autoridades. Sus funciones eran reglamentadas en México por los virreyes.

Durante la gestión del presidente Benito Juárez fue creado el primer cuerpo de bomberos de la
Ciudad de México, debido a que se presentó un incendio en la Plaza Santo Domingo y los
voluntarios no contaron con el equipamiento necesario ni con agua para extinguirlo.

Además de oficializar el cuerpo de bomberos, el gobierno juarista propuso diversos programas


concretos para proteger a la población de siniestros y desastres.

Estos constituyen los más claros antecedentes de lo que hoy denominamos Protección Civil
(Garza, 2001).

Periodo post-revolución

Desde la primera década del siglo XX se contó en México con el apoyo de la Asociación
Mexicana de la Cruz Roja en situaciones de emergencia. El 5 de julio de 1909 fue organizada la
primera mesa directiva de la Cruz Roja y el gobierno de Porfirio Díaz y el Congreso de la Unión
reconocieron a la institución por su utilidad pública. No en todos los estados de la República se
contó con una representación, pero gradualmente la necesidad de enfrentar distintos desastres y
apoyar a la población afectada contribuyó en la conformación de los grupos estatales y
municipales. Por su parte, los bomberos construyeron un reglamento, el cual fue reconocido en
la Ciudad de México en el año de 1927.

(s. a.). (s. f.). Asociación mexicana de la Cruz Roja [fotografía]. Tonada de Archivo General de la Nación, Fototeca, varios.
Otro de los antecedentes más directos con la protección civil proviene del año de 1942, cuando
el gobierno federal declaró la guerra a los países del Eje y en el Diario Oficial de la Federación
instituyó el servicio de protección de la población contra agresiones aéreas.

Este servicio constaba de dos estrategias, una pasiva y una activa.


La activa consistía en la respuesta armada contra atacantes y la segunda en el establecimiento de
comités de Protección Civil en todas las poblaciones del territorio de más de 10 mil habitantes.
Estos comités debían contar con un jefe y vecinos que fungieran como voluntarios para auxiliar
en diversas labores. Realizaban capacitación a través de simulacros de incendios y reflexionaban
las conductas en caso de ataque, ubicaban los lugares seguros, posibles refugios y el ocultamiento
de sitios imprescindibles.

De la estrategia activa del servicio de protección de la población, el investigador Mario Garza


Salinas ha documentado que “intervenían la Secretaría de la Defensa Nacional y Marina para
neutralizar el ataque, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas para mantener en
operación las transmisiones y las comunicaciones terrestres para en caso de evacuación, el
Departamento de Salud Pública para mantener el cuidado sanitario y profilaxis, la Secretaría de
la Asistencia Pública para cooperar en las labores asistenciales, tales como proporcionar
alojamiento, distribución de alimentos y medicinas, además de dotación de muebles y equipo.
La Secretaría de Gobernación se encargaría de dictar todas las órdenes y disposiciones
necesarias que fueran de su competencia para coordinar la defensa pasiva y servicio de
inteligencia, a fin de evitar actos de sabotaje y espionaje. Por último también intervenía el
Departamento del Distrito Federal con objeto de apoyar y coordinar todas aquellas acciones
que derivaran de la defensa activa en la Capital” (Garza, 2001, p. 261).

Sesión 6

Elemento de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

Reconocer el impacto de los principales desastres del siglo XX

Plan DN-III-E y Plan Marina

Durante la llamada Guerra Fría, posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial, se comenzó
a dar forma al modelo militarizado de respuesta a emergencias que impera en nuestros días.

En 1966, a consecuencia del desbordamiento del Río Pánuco, que detonó un desastre en
poblaciones de Veracruz y Tamaulipas, el Gobierno Federal solicitó a la Secretaría de
Defensa Nacional hacerse cargo de las operaciones de rescate y asistencia a la población. La
secretaría elaboró un plan de intervención con base en un protocolo, que derivó en el actual
Plan DN-III-E, el cual expone las medidas de emergencia para auxiliar a la población civil
en casos de desastre, mediante acciones de rescate, evacuación, prestar atención médica y
asistencial, protección y mantenimiento del orden en zonas afectadas.

Para que conozcas más acerca del Sistema Nacional de Protección Civil, ve el siguiente
video:

http://www.youtube.com/watch?v=vH9K4AS0UUY
Este plan incluye etapas de preparación y prevención con acciones específicas como planear la
coordinación, ubicación e identificación de instalaciones y zonas de riesgo, supervisión en el uso
de explosivos, monitoreo de los fenómenos hidrometeorológicos e implementación de medidas
para disminuir los riesgos.

Padilla, R. (2011). Ejército mexicano en Plan DN-III-E [fotografía].

Para la recuperación, el Plan DN-III-E contempla la remoción de escombros y reparación de vías


de comunicación y servicios públicos afectados.

Posteriormente, se creó un grupo central de auxilio en donde el Secretario de la Defensa es el


Presidente Ejecutivo, dependiendo de éste se encuentra el grupo de auxilio de zona que le
corresponde al comandante de la zona en cuestión; posteriormente le sigue un grupo de auxilio
de sector que corresponde al oficial del sector militar, le sigue un grupo de auxilio de la localidad
a cargo del oficial de la localidad militar y por último un grupo de auxilio que estará a cargo de
los vecinos de la zona afectada.
(s.a). (s.f). SINAPROC [ilustración].Tomada de:http://www.mimorelia.com/archivosnoticias/sinaproc-frio-
frio20111211.jpg

La estructura orgánica se compone de centros sectoriales de operaciones, que son de carácter


temporal, ubicados en cada estado; de ahí depende una jefatura que corresponde al subjefe
operativo del EMDN; posteriormente a nivel de staff está un responsable que es el enlace con el
Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y; por último, dependiendo de dicha
jefatura están las áreas de coordinador de operaciones, recursos humanos, información,
recursos materiales, informática, jurídico, evaluación de daños, apoyo aéreo y transmisiones.

Bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil

(s.a). (s.f). SIPROR [ilustración].Tomada de:http://www.tampico.gob.mx/Ciudadano/protecc_civil_


historia4_archivos/image001.gif

En 1981 fue creado en el Distrito Federal el Sistema de Protección y Restablecimiento (SIPROR),


el cual resulta ser un antecedente del Sistema Nacional de Protección Civil. El SIPROR fue
diseñado por encargo del Departamento del Distrito Federal al Instituto de Ingeniería de la
UNAM con el fin de planear la revitalización del Centro Histórico en el contexto de factores de
mitigación sísmica para el área metropolitana de la Ciudad de México, y con ello profundizar en
los estudios para proteger a las personas y los bienes contra posibles desastres.

La organización del SIPROR se integró por una dirección y dos subdirecciones, una de
prevención y otra de atención de emergencias, además de contar con un centro de
operaciones. Orgánicamente el SIPROR quedó originalmente adscrito a la Secretaría General
de Protección y Vialidad; sin embargo, después de los sismos de 1985, el SIPROR se convirtió
en la Dirección de Protección Civil, pasando a depender de la Dirección General de Gobierno
del Departamento del Distrito Federal.

Para que conozcas más sobre la historia del SINAPROC, ve el siguiente video:

http://www.youtube.com/watch?v=kD9JsYkYEbg
Después de los devastadores sismos de septiembre de 1985, el Presidente de la República
determinó la creación del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Estos eventos
evidenciaron la imposibilidad del Estado para dar una respuesta efectiva y coordinada de auxilio
a la población afectada.

A pesar de contar con instancias para la atención de emergencias, éstas no tuvieron una actuación
efectiva frente a la magnitud del evento y el Estado se vio en la necesidad de pedir ayuda a
organismos sociales y privados, nacionales e internacionales, pero también pudo comprobar que
no tenía capacidad para coordinar este tipo de ayuda (Mansilla, 1996).

CENAPRED. (2014). Organización ejecutiva del SINAPROC [esquema].

El Decreto de creación del SINAPROC fue publicado en el Diario Oficial el 6 de mayo de 1986,
con el título “Bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil y el
Programa de Protección Civil que las mismas contienen”. En ese mismo periodo, el Presidente
Miguel de la Madrid acordó la creación de la Comisión Nacional de Reconstrucción con el fin
de dirigir adecuadamente las acciones de auxilio a la población damnificada, así como dejar
sentadas las bases para atender mejor a la población ante otros desastres.

La comisión se integró por seis comités:


A su vez fueron creados diez subcomités. Al comité de prevención de seguridad civil se le
instruyó la tarea de diseñar los lineamientos para el establecimiento del SINAPROC.

El SINAPROC fue concebido entonces como un conjunto orgánico y articulado de estructuras,


relaciones funcionales, métodos y procedimientos que establecen las dependencias y entidades
del sector público entre sí, con las organizaciones de los diversos grupos sociales y privados, así
como con las autoridades de los estados y municipios, a fin de efectuar acciones de común
acuerdo destinadas a la protección de los ciudadanos contra los peligros y riesgos que se
presentan en la eventualidad de un desastre.

La primera comprende a los consejos, la segunda constituye el órgano normativo que es la


propia Secretaría de Gobernación, cuya responsabilidad consiste en aplicar el SINAPROC, a
través de la Subsecretaría de Protección Civil y de Prevención y Readaptación Social, de donde
depende ésta de la Dirección General de protección Civil, creada el 13 de febrero de 1989. El
propósito de esta Dirección General es fundamentalmente: Integrar, coordinar y supervisar el
SINAPROC, para garantizar mediante una adecuada planeación la protección, el auxilio y
rehabilitación de la población y de su circunstancia frente a situaciones de desastre; igualmente,
proponer planes, políticas y estrategias para el desarrollo y aplicación de programas específicos
de Protección Civil y establecer sistemas de coordinación con las dependencias y entidades de
la Administración Pública Federal, para alcanzar sus objetivos. La organización interna de esta
Dirección General para cumplir con dicho objetivo se compone a su vez por tres direcciones:
una de coordinación, otra técnica y otra de operación.
Para su construcción se contó con el apoyo económico y técnico del Gobierno de Japón y de la
UNAM, quien cedió el terreno y proporcionó personal académico y técnico. El Objetivo del
CENAPRED es “promover la aplicación de tecnologías para la prevención y mitigación de
desastres, promover la capacitación profesional y técnica en la materia y difundir medidas de
preparación y auto protección entre la sociedad mexicana expuesta a la contingencia de un
desastre” (CENAPRED, 2007).

Dicho consejo actualmente es el órgano de mayor jerarquía dentro del SINAPROC y es presidido
por el propio Presidente de la República, también participan en calidad de Secretario Ejecutivo
el titular de la Secretaría de Gobernación, un secretario técnico que es el Coordinador Nacional
de Protección Civil, así como también está integrado por los titulares de todas las secretarías de
estado.

Como lo ha documentado la especialista en riesgos y desastres, Elisabeth Mansilla (1996), entre


todas las secretarías de estado, existen algunas que han participado de manera muy directa, por
ejemplo:

Instrucción: Haz clic en cada concepto, tema o subtema para desplegar el contenido. Para que
el contenido desplegado vuelva a su posición inicial, haz clic en otro concepto.

La Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos interviene en la prevención y atención de desastres


causados principalmente por fenómenos hidrometeorológicos, como ciclones, inundaciones, lluvias intensas,
etcétera, y su ámbito de competencia está referido a la construcción y preservación de obras hidráulicas y de
los recursos agrícolas del país. Con esta instancia colabora estrechamente la Comisión Nacional del Agua, a
cuyo cargo se encuentran las presas, control de ríos y lagos y, en general, el manejo de los recursos hidrológicos
del país.
La Secretaría de Salud extiende sus servicios al ámbito de prevención, tratamiento y recuperación de
enfermedades provocadas por distintos fenómenos. Es decir, interviene en la atención de la salud de la
población cuando ocurre un desastre, principalmente en lo que se refiere a atención médica general y control
de epidemias. Recientemente, esta secretaría ha entablado relación con la Organización Panamericana de la
Salud, mediante el programa de mitigación de desastres para hospitales, desarrollado por ese organismo; sin
embargo, apenas se están estableciendo los términos de la colaboración entre ambos y aún no es posible
evaluar sus resultados.

La Secretaría de Desarrollo Social (antes de Desarrollo Urbano y Ecología) interviene, tanto a través de los
planes de desarrollo urbano como de su atención a la problemática ecológica relacionada con el control de la
contaminación (atmosférica, de suelos y agua), en los procesos de desertificación, preservación de la flora y la
fauna, etcétera. A partir de 1988, dentro de esta Secretaría se crea el Programa Nacional de Solidaridad
(Pronasol), cuyo objetivo es apoyar con financiamiento y asesoría a las comunidades urbanas y rurales del país
en la creación de programas productivos.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes interviene en el caso de que, por la ocurrencia de desastres,


se vean afectadas las vías generales de comunicación, terrestres y marítimas; y su ámbito de competencia está
referido a la restauración inmediata y conservación de las mismas.

Las acciones específicas que cada una de ellas aplica en el caso de desastres se encuentran
establecidas en los reglamentos internos de cada dependencia.

A lo anterior, se suman el Plan de Emergencia DN-III-E, instrumentado por la Secretaría de la


Defensa Nacional, y el Plan de Emergencia SMA, de la Secretaría de Marina. Ambos tienen
como objetivo prestar ayuda a la población afectada por desastres, aparentemente en lo que se
refiere a la atención de damnificados, evacuación de la población asentada en zonas de riesgo,
distribución de víveres y patrullaje de zonas desastradas para evitar el pillaje.

Lo relevante de estos dos casos es que las instancias militares han estado siempre presentes a lo
largo de la historia de los desastres ocurridos en México, antes e incluso después de la creación
del Sistema Nacional de Protección Civil.

El papel que juegan y la presencia misma de las fuerzas armadas presentan diferentes matices en
cada desastre, y se determina por la magnitud del mismo. En el caso de desastres de pequeña o
mediana magnitud intervienen en forma inmediata, aunque de manera un tanto moderada; sin
embargo, cuando se trata de desastres de gran magnitud, son las instancias militares las que
mantienen bajo control la situación y su presencia se revela con mayor intensidad.

Primera Ley General de Protección Civil


A continuación se te muestran fechas relevantes que anteceden la primera Ley General de
Protección Civil del país:
Además de la Ley General para la Protección Civil, otras leyes han sido complementarias al
ejercicio del SINAPROC, por ejemplo:

Ley General de Asentamientos Humanos

Esta Ley es considerada como el principal sustento legal para los planes y programas de protección
civil. Sin embargo, al igual que toda la legislación mexicana, es de carácter muy general y, a partir
de las últimas modificaciones que sufre, en el año de 1993, solamente se hacen algunas menciones
sobre la prevención de desastres, fundamentalmente dirigidas hacia la protección del medio
ambiente y con una política de manejo de la problemática a través de los tres niveles de gobierno
(federal, estatal y municipal), cancelando con ello la instrumentación de una política de alcance
nacional (Diario Oficial de la Federación, 21 de julio de 1993).

Ley General de Equilibrio Ecologico y Protección al Medio Ambiente

Esta Ley, promulgada el 26 de marzo de 1990, está orientada fundamentalmente hacia la


protección del medio ambiente, en lo que se refiere a procesos de contaminación (atmosférica,
cuencas hidrológicas y suelos), desecho de sustancias industriales, manejo de sustancias
peligrosas, etcétera. Es de carácter estrictamente reglamentario y tiene por objeto establecer las
bases para:

 Definir los principios de la política ecológica general y regular los instrumentos para su
aplicación
 El ordenamiento ecológico
 La preservación, la restauración y el mejoramiento del ambiente
 La protección de las áreas naturales y la flora y fauna silvestres y acuáticas
 El aprovechamiento racional de los elementos naturales, de manera que sea compatible
la obtención de beneficios económicos con el equilibrio de los ecosistemas
 La prevención y el control de la contaminación del aire, agua y suelo

Ley General de Protección Civil del 6 de junio de 2012

El 6 de junio del año 2012 fue publicada la nueva Ley general de Protección Civil aprobada
por la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, la cual derogó la del 12 de mayo
de 2000 y a sus 4 reformas. La nueva Ley incluyó consideraciones importantes, como
catalogar como delito grave permitir asentamientos humanos o construcción de
infraestructura en zonas de riesgo (no seguras).

De manera similar a la anterior, la nueva Ley establece las bases de la coordinación entre los
tres niveles de gobierno que componen el Sistema Nacional de Protección Civil. En la nueva
Ley se fomenta el intercambio de información climatológica, geológica y meteorológica con
la participación de las entidades federativas y el Gobierno del Distrito Federal.

Con la nueva Ley también fue creado el Comité Nacional de Emergencias para coordinar
situaciones o desastres que pongan en riesgo a la población, sus bienes y su entorno. El Comité
es presidido por el titular de la Secretaría de Gobernación. El Comité convocará a sesión cuando
se presente alguna situación de emergencia o desastre, o cuando la probabilidad de afectación sea
muy alta, poniendo en inminente riesgo a grandes núcleos de población e infraestructura del país.
La nueva Ley también establece que la SHCP proveerá los recursos financieros para la atención
de emergencias y desastres. La Ley entró en vigor el 7 de junio de 2012 y cuenta con 94 artículos
en 18 capítulos.

¿Quieres saber más?


Observa el video La nueva Ley de Protección Civil en:

https://www.youtube.com/watch?v=MwgZVfl5teU

Sesión 7

Elemento de competencia

Al término de la sesión el estudiante logrará:

 Identificar los valores y principios de la protección civil

Definición

Protección Civil es dar cumplimiento a una serie de tareas humanitarias surgidas a partir de los
convenios de Ginebra de 1949. La Protección Civil pretende proteger a la población contra los
peligros bélicos y las catástrofes; y además, ayudar a sociedad a recuperarse de los impactos y
facilitar las condiciones para la supervivencia. Las acciones fundamentales son:

1.- Servicio de alarma

2.- Evacuación

3.- Habilitación y organización de refugios

4.- Aplicación de medidas de seguridad

5.- Salvamento

6.- Servicios sanitarios, incluidos los de primeros auxilios

7.- Lucha contra incendios

8.- Detección y señalamiento de zonas peligrosas

9.- Descontaminación y medidas similares de protección

10- Provisión de alojamiento y abastecimientos de urgencia

11.- Ayuda en caso de urgencia para el restablecimiento y el mantenimiento del orden en zonas damnificadas

12- Medidas de urgencia para el restablecimiento de los servicios públicos indispensables

13.- Servicios funerarios de urgencia

14.- Asistencia para la preservación de los bienes esenciales para la supervivencia


15.- Actividades complementarias necesarias para el desempeño de cualquiera de las tareas mencionadas,
incluyendo entre otras cosas la planificación y la organización

16.- Captura y combate de animales peligrosos

(s. a.). (1998). Ejército presente [imagen]. Tomada del Archivo Histórico Pablo L. Martínez de La Paz, Baja California Sur.

Campo de acción

Tradicionalmente, las labores de Protección Civil se han dirigido únicamente a la atención de


emergencias y a realizar acciones para reducir los impactos y rescatar a las víctimas de accidentes
y desastres. Se ha asumido que la Protección Civil se enfoca principalmente en la respuesta
asistencial y rehabilitación; sin embargo, actualmente el modelo está cambiando hacia la
prevención, sin descuidar las acciones tradicionales de rescate, respuesta y rehabilitación.

Por este cambio a un modelo preventivo se está profesionalizando el ejercicio de la Protección


Civil. Al profesionalizar al personal y voluntarios se ampliará el campo de acción de los
egresados de la Escuela Nacional de Protección Civil, pues además podrán vincularse a labores
de gestión integral de riesgos de desastres con un acervo de conocimientos superior que el del
promedio de la población.

Para que conozcas más a cerca de las acciones de Protección Civil, mira el siguiente video:

http://www.youtube.com/watch?v=2GXuRzNvk4k
Por esta diferencia de acciones, el campo laboral de quienes se desempeñen en la protección civil
debe ampliarse a la gestión de los múltiples programas preventivos que ofrece el gobierno federal,
tales como:

Por lo anterior, la profesionalización amplía el campo de acción de la Protección Civil y permite


el acceso a los múltiples recursos disponibles.

Características del personal que trabaje en protección civil

El personal que labora en Protección Civil debe comprender que las características de su
desempeño exigen de su función el compromiso institucional y social, la capacidad creativa para
resolver problemas con inmediatez y para advertir escenarios riesgosos para la población,
improvisación para reaccionar de la manera adecuada en situaciones extremas, liderazgo ante sus
compañeros de trabajo y ante la sociedad por medio de su ejemplo, trabajo en equipo con el
personal de su dependencia y con los representantes de todos los sectores productivos o
académicos, sinergia con las propuestas que se plantean para el bien de la sociedad por medio de
las instituciones gubernamentales y civiles, honradez en su profesión, lealtad para respaldar la
soberanía nacional, honestidad en su ejercicio profesional y humildad en sus éxitos y fracasos.

Puntos clave:
La intrínseca relación de los seres humanos con las distintas manifestaciones de la naturaleza ha
permitido el desarrollo de las culturas. Sin embargo, el desconocimiento pleno de los peligros del
entorno ha producido catástrofes que han impactado en el progreso cultural y científico de
civilizaciones. Ante ciertos desastres, los humanos se han formulado preguntas acerca de las
causas de las manifestaciones naturales, y las respuestas han favorecido el desarrollo de
instrumentos para conocer las características físicas de los fenómenos y coordinación para
responder ante las emergencias.

Después de las grandes guerras, la humanidad se dio cuenta del poder destructivo del humano
sobre el medio ambiente y sobre la misma especie. Por ello, gestionó la formación de
instituciones y organizaciones que protejan la vida humana, los derechos de las víctimas y el
patrimonio de la humanidad. Igualmente, los estados asumieron su responsabilidad en la
protección de los ciudadanos y entonces fue necesario oficializar las labores de atención a
emergencias, distribución de bienes y ayudas para los damnificados tras sucesos desastrosos. Así
han surgido diversas instituciones y grupos voluntarios como la OTAN, ONU, Cruz Roja,
Bomberos y, en particular, en México el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC).

Por medio del SINAPROC, el Gobierno Federal coordina todos los esfuerzos colectivos por
mejorar la respuesta a desastres por medio de distintos programas, tales como el Fondo Nacional
de Desastres Naturales (Fonden) y Fondo de Prevención de Desastres Naturales (Fopreden).
Dichos programas tienen distintos objetivos, pero son complementarios y contribuyen con las
etapas de rehabilitación, reconstrucción, preparación y prevención.

Aunque aún impera el modelo de reacción ante emergencias, actualmente se transita hacia un
enfoque más preventivo, el cual reducirá los costos de los impactos de las amenazas naturales y
antrópicas, pero sobre todo el número de pérdidas humanas por medio de la planeación
estratégica, la previsión de escenarios desastrosos y la reducción de vulnerabilidades tanto físicas
como sociales. Por lo anterior, en el SINAPROC confluyen diversas instituciones, secretarías de
estado, dependencias y grupos de voluntarios, quienes con amplia experiencia, vocación de
servicio y capacitación profesional, enfrentan las distintas amenazas y protegen la vida de cada
uno de los ciudadanos mexicanos.

A continuación se muestra un mapa conceptual, el cual te permitirá identificar cuáles


fueron los temas principales que revisaste en la asignatura Introducción a la Protección Civil.
Evaluación integral. La Protección Civil en México. ¿Qué es la protección civil?

Código de ética

1. Mis respuestas serán resultado de mi trabajo y esfuerzo.


2. Evitaré mejorar mis resultados académicos de forma deshonesta.
3. Me negaré a actuar de forma deshonesta para mejorar o lesionar los resultados académicos
de otros.

Instrucción: Elige la respuesta correcta a cada reactivo que se te presenta. Al finalizar podrás
conocer tu desempeño.

Fuentes de información

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