Introducción

Durante nuestra vida estudiantil, hemos tenido la oportunidad de analizar diversas obras

de la literatura universal. En esta ocasión abordaremos este reto nuevamente

desde una perspectiva diferente, realizaremos un análisis de una de las obras de

la literatura clásica mundial, La Ilíada, llevaremos a cabo este análisis desde el

enfoque de la teoría psicoanalítica.

Por un lado, daremos una explicación de una de las epopeyas más leídas a nivel

mundial, e intentaremos explicar los sentimientos, emociones y motivaciones que

desarrollaron este episodio épico.

Desde que el hombre comenzó a vivir en sociedad la psicología ha intentado explicar el

desarrollo humano desde diversas perspectivas, para dar repuesta al

comportamiento humano, sus emociones, motivaciones, cambios de actitud, etc.

Para ello, los estudiosos han desarrollado diversas teorías, una de ellas es la

psicoanalista.

La teoría psicoanalista fue desarrollada por un neurólogo de origen austriaco llamado

Sigmund Freud en el año de 1900, y tal como el mismo definió su teoría: "un

método de investigación de los procesos inconscientes". La mayoría de los

factores que dan origen a nuestro comportamiento nacen en el inconsciente (el

ello) y son reprimido por las normas impuestas (super yo).

La Ilíada

Es una obra que narra una de las más grandes epopeya de la historia de la Grecia

clásica, escrita por Homero, controvertido autor, del cual es poco lo que se sabe

acerca de su verdadera existencia y lugar de origen. La Ilíada, que significa

cantos a Ilión, el antigua nombre de Troya, narra un episodio épico que se

desarrolló durante la era de broce, entre los años 1194 A.C y 1184 A.C, y

presentada en el espacio del Monte Olimpo. Es un texto escrito en versos,

concretamente en hexámetros dactílicos, en esta obra, cuenta las hazañas de un

héroe llamado “Aquiles”, se centra en los últimos años de la guerra de troya. Está

conformado aproximadamente por unos 15.700 versos y divido en 24 cantos.

La guerra de troya según algunos historiadores se generó por algunas rivalidades

comerciales y estratégicas entre ambas naciones, La Ilíada nos narra que la

durante una visita de los príncipes troyanos a Esparta, Héctor y Paris, hubo un

concurso de belleza, y Afrodita como compensación al príncipe Paris por haber

votado por ella, le ofrece seducir a Helena, la cual luego se lleva a Troya.

Menelao, acompañado por una gran coalición de ejércitos comandados por los antiguos

pretendientes de Helena y otros caudillos aqueos, zarpó hacia Troya en busca de

su esposa. Antes del inicio de la guerra, Menelao y Odiseo fueron como

embajadores a Troya para reclamar a Helena y el tesoro que se había llevado

con ella, pero los troyanos se negaron a devolverla. La causa que lleva al héroe

de los dárdanos, Aquiles, a luchar contra la civilización troyana es la defensa del

honor de Menelao y Agamenón; al respecto, el padre de los poetas, Homero,

expresa: «A ti te seguimos, gran sinvergüenza, para darte contento y para luchar

por la honra de Menelao y la tuya» (Pérez, F.J., 2012, p.183).

La obra da inicio con el rapto de Briseida (la esclava preferida de Aquiles), por parte de

Agamenón, que era el rey de los saqueos, un oráculo para librarse de una peste

que había caído sobre el campamento aqueo obliga a Agamenón a devolver a

Criseida, una mujer que había raptado de la guerra con Troya, y este en

compensación decide tomar a Briseida, que era esclava de Aquiles, Aquiles y

Agamenón eran aliados , sin embargo, este le roba a su criada favorita, con lo

que Aquiles al enterarse de eso se molestó por ello, es así como decide

abandonarlo con sus ejércitos, luego de esto, el ejercito aqueo queda muy

disminuido. Agamenón envía a Patroclo, el gran amigo de Aquiles a disuadirlo

para que vuelva a la guerra, pero este se niega, debido a esto Patroclo decide

enfundarse el traje de Aquiles e ir a luchar contra los troyanos, con la mala suerte
 que el combate con Héctor, el hijo de Príamo, es decir el Príncipe de Troya, se

enfrenta con Patroclo y acaba ganando Héctor. Al enterarse Aquiles que su mejor

amigo ha muerto, y ni su cadáver fue devuelto por los troyanos para poder

enterrarlo y así descansar en paz, Aquiles se llena de rabia y de enfado (la

famosa furia de Aquiles), por lo que así decide volver a la contienda para poder

enfrentarse con Héctor, el hijo de Príamo, tanto fue así la rabia, que en ese

enfrentamiento fue Aquiles quien ganó la batalla y mata a Héctor. El al no quedar

satisfecho de ello, ata el cadáver de Héctor a su medio de trasporte y lo pasea

dando vueltas alrededor de las murallas para humillarlo. Príamo, el padre de

Héctor al ver eso, decide salir al encuentro de Aquiles y rogarle que le devuelva el

cadáver de su hijo para poder enterrarlo, ante este acto de ternura y paternalismo

del padre de Héctor, Aquiles no tiene de otra más que devolverle el cadáver para

que pueda ser enterrado. Y es así como termina la historia de la batalla de la

Ilíada.

La guerra de Troya no solo es una guerra entre troyanos y griegos, sino de dioses,

semidioses y otras divinidades, y Zeus en el medio inclinando la balanza de un a

otro lado.

Análisis

En la obra de Homero, pareciera que su objetivo principal fuera narrar lo sucedido

durante la guerra de troya, o quizás describir las hazañas del héroe griego Aquiles, sin

embargo, si se sigue paso a paso la lectura y análisis del poema la Ilíada, se devela la

maestría del gran poeta Homero al mostrar al lector cómo la conquista de Troya
fue solo un pretexto para crear un nuevo poema alusivo al poder que tienen las pasiones

humanas, específicamente la cólera y el deseo de venganza de Aquiles.

Muchas de las decisiones humanas se generan en el inconsciente, según Sigmund

Freud, y son los arrebatos, cambios de estados de humor, y decisiones basados en las

emociones humanas una manifestación de eso, así como Agamenón tomo la decisión

de regresar a Criseida debido a lo señalado por el oráculo (una decisión basada en el

miedo a los Dioses), Pero Agamenón no contento con deber tomar esta decisión, decide

recompensar su perdida quitándole su botín a uno de sus más valiente guerrero,

Aquiles.

Aquiles de igual manera responde con el producto de sus emociones, la rabia, y

abandona el campo de batalla.

Pasión colérica, que tal como lo expresa el poeta al comienzo de la epopeya, además

de marcar el verdadero inicio de la acción del poema épico, es una pasión productora de

muerte:

«Canta diosa, del Pelida Aquiles la cólera

Mortífera, que mil dolores impuso a los aqueos

Y arrojó al Hades innúmeras almas excelsas

De héroes, y los convertía en presa de perros

Y pasto de aves (…)

Desde que por primera vez se separaron riñendo

El divino Aquiles y el Atrida señor de guerreros».

(Ibídem, p.175).
El divino Aquiles, esclavo de las aguas tormentosas de la cólera, en un intento por

restituir el honor perdido, cuyo agravio clama a su madre la diosa Tetis sea vengado por

los dioses, decide abandonar el campo de batalla. Acto que cifra el sino de su propia

desgracia y la de su pueblo, en especial la de su amado Patroclo. Sordo a la voz de la

razón y el entendimiento, Aquiles se niega a escuchar la exhortación de la diosa Palas

Atenea, quien, tras las innúmeras derrotas sufridas por los aqueos a manos del belicoso

Héctor, ha tomado como paradigma la cólera de Meleagro y actúa bajo la

representación simbólica de su maestro el viejo Fénix; por ello lo convoca a refrenar su

cólera y a calmar su ánimo.

Homero al describir a Aquiles como esclavo de las aguas tormentosas, claramente

describe a un ser cuyo ello (Según Freud) reina en todas las decisiones que toma.

Pero no es hasta la muerte de Patroclo, donde se ve la manifestación máxima de este

rasgo de la personalidad de Aquiles.

Pero desde mi punto de vistas no es solo Aquiles o Agamenón, así como los seres

humanos en general, casi todos los personajes de esta epopeya en algún momento dejo

colar algunas acciones basadas en la acción de su subconsciente.

Conclusión

Todos los aspectos de la vida humana esta conectados entre sí, es así como dejamos

rasgos de lo que pensamos hasta en nuestras manifestaciones artísticas, la literatura no

escapa de esto.

Realizar este análisis me enseñó que nosotros dejamos huellas de nuestro

comportamiento, consciente o no, en todo lo que hacemos.